Grindylows que aman las calabazas - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Blog sobre Ajedrez y>Al final la verdad siempre salía a la luz. Cerró los ojos y se quedó pensando en la nada y a la vez en el todo. Su mente vagaba de Historia de la Magia hasta Pociones, de Pociones a sus amigos, y de sus amigos a Pansy... Pansy Parkinson. Había escondido al mundo parte de los tres maravillosos años que llevaba viéndose con ella; y pensar que todo había comenzado con un insignificante "Lo siento" en el momento más indicado -pensaba una y otra vez la castaña Gryffindor- No se arrepentía de nada, y era lo lindo de su turbia pero sutil relación con la chica de carácter fuerte, ojos penetrantes y personalidad tan divertidamente especial. Guardaba con esmero y un dejo de esperanza todas las cartas, papeles de dulces, lápices y detalles insignificantes que le recordaran a Pansy, bajo su cama, éste se había logrado convertir en su mayor santuario y por lo mismo lo frecuentaba con una dedicación impresionante. Hermione Granger, ése era el nombre de la castaña enamorada. Y se puede afirmar que era un amor verdadero no tan solo por el insignificante hecho de que sintiera cosquillas al pensar en el nombre de su amada, ni porque no pudiera quitársela ningún momento de su mente, lo básicamente esencial era su felicidad. Sí, la joven por fin era feliz y había podido alcanzar una plenitud única. Nuestra historia se remonta en los comienzos del invierno, hace exactamente tres años atrás cuando....

- Lo siento - exclamó una pálida y acelerada Hermione. Había chocado con quien menos podría esperar, con quien menos podría llevar una conversación natural y con quien menos soportaba en el mundo. No había sido culpa suya, la persona se encontraba sentada en un rincón de la lechucería, no muy visible para quienes fueran apresurados. ¡A cualquiera le habría pasado!. - No te he visto y... - ¿Era acaso cierto lo que veían sus ojos?, jamás se habría imaginado a una Pansy Parkinson llorar de tales formas si no lo hubiera presenciado por sí misma.

Mutua. La conexión había sido mutua. Desde ahí y para siempre sus vidas cambiarían radicalmente. Se buscaban para pedir consejos, se reunían en la sala multi-propósito y estaban horas y horas conversando, imaginaban cosas irreales, soñaban juntas, cantaban, reían, se entendían. Pansy Parkinson pensaba que Hermione sería y era la única persona en el mundo capaz de comprender sus pesares, amarguras y dolencias; Hermione por su parte veía en Pansy un apoyo incondicional, que jamás había encontrado en las cuatro paredes del castillo de Hogwarts. La morena Slytherin la amaba con una profundidad enorme, había comprobado con el tiempo que lo suyo no era un simple capricho. Las cosas se daban por algo y ese algo se llamaba Amor. El destino se había encargado de unir a estas dos almas dulces y puras, para transformar su vínculo en algo que iba más allá del morbo y los tabúes. Cada una veía en el amor un complemento, ellas se complementaban, se amaban, respetaban y eso bastaba. Pero, ¿cómo nace un vínculo tan fuerte?, la respuesta la tiene la acogedora tarde de primavera cuando por arte de magia...

- He pensado en lo que me has dicho el otro día y creo que el amor es algo a lo que estamos destinados, algo que no tiene fecha, hora, ni día. Algo que va más allá de los prejuicios y del "qué dirán". El amor es... - la juvenil voz de una Pansy con tan solo dieciséis años resonó en los oídos de Hermione e hizo que su piel se erizara, acaso ¿podía sentir lo mismo que ella?. - El amor eres tú. - y luego de aquella declaración ambas se sumieron en el más caluroso y afectivo de los besos que alguien pudiera haber dado jamás. Al fin ambas se habían dado cuenta de su verdadero sentir: Amor.

Opuestas pero con algo en común, esa es la única explicación que se daban. Después de su primer beso tan ansiado, deseado y esperado las cosas no cambiaron, sino que mejoraron. Todos los días conversaban de sí mismas, de cómo veían el futuro, su futuro, sus motivaciones para continuar con el lazo que había nacido. En resumidas cuentas Pansy y Hermione no pretendían acabar con aquello, no tan deprisa. Creían en las oportunidades del destino, creían en el cambio de mentalidad del mundo y creían en que algún día su sentimiento fuera aceptado por todos aquellos que decían "quererlas". Cada una tenía ganas de gritar al mundo lo que sentían, hacer callar a todos y dejarse llevar por sus instintos y pensamientos pero, sin embargo, esto era muy difícil para ellas. La mayor demostración de amor, fidelidad y complementación se dio en una noche de verano cuando gracias a la capa invisible de Harry...

- Te quiero, y hasta eso se me hace poco para describir lo que en verdad siento - Hermione abrazaba a Pansy bajo el gran árbol del Lago Negro, cuando ya nadie más podría ir allí. Había conseguido quitarle en un descuido la capa de invisibilidad a Harry, y gracias a ello podían estar ambas en el lugar sin ser vistas.
- Para mi, las palabras sobran en momentos como este - sus miradas se cruzaron con un ardor que solo ellas podían interpretar en aquellos momentos. Sólo la luna, las estrellas, el gran árbol que siempre las había acogido y el lago negro fueron testigos de lo que aconteció esa noche. Sólo el viento pudo escuchar esos suspiros ahogados y reprimidos de un amor indomable. Sólo ellas pudieron darse cuenta en aquellos momentos de que todo era real. Y tan sólo sus corazones lo guardarán para el resto de la eternidad.

Real, era la palabra con la que se podría describir su relación. De cosas simples y momentos agradables se pueden hacer grandes obras y mantenerlas, esa era la conclusión que habían obtenido de todo lo acontecido. El amor existe, Hermione y Pansy lo habían comprobado y ahora juntas ya no le temían a nada ni a nadie. El anhelo de mantener su amor por siempre se mantenía firme y lucharían porque nada las separara. Nada, absolutamente nada. Cosas como éstas son las que cada día nos cambian la mentalidad, cada día hacen que crezcamos como personas, que maduremos, que entendamos y no discriminemos a los demás por ser quienes son. Ser nosotros mismos es el claro reflejo de lo que debemos proyectar, con ello no será difícil alcanzar la felicidad plena y proyección futura. Seguridad. Cada cual tiene debilidades y defectos, pero estos puntos no deben afectar nuestra seguridad. Ser sinceros y mantener nuestros dichos es lo que hará aflorar lo más hermoso de nosotros así como pasó con Hermione Granger y Pansy Parkinson, dos chicas distintas y a la vez tan iguales...
- ¿Jamás te has preguntado el por qué de nuestros sentimientos? - preguntó con algo de ingenuidad Pansy una mañana soleada. Esa pregunta la había inquietado varias veces, y no la dejaba dormir por las noches.- La verdad, no - sonrió la castaña acariciando el cabello de su amada - Pero creo que es algo tan simple como que si a un Grindylow le gustaran las calabazas.- ¿Un Grindylow?, ¿Calabazas?...no entiendo - elevó sus cejas sarcásticamente como acostumbraba a hacer desde siempre. - Sí, es muy improbable que un Grindylow coma calabazas y es más difícil e improbable aún que las ame, es eso lo que nos ha ocurrido - sonrió con suficiencia Hermione, había querido decir eso desde hace muchísimo.
Pansy solo quedó pensándolo, y cuando lo logró entender habían pasado muchos años ya. Su amor crecía con cada día que pasaba y se podía afirmar que sí: Los Grindylows podían llegar a amar a las calabazas.

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2024-11-22

 

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