Gritos silenciosos.
Lloraba amargamente sobre mi almohada y recordaba los momentos amargos que había sufrido, mis sollozos eran cada vez más fuertes y me senté para respirar y calmarme; frente a mí, apareció un fantasma. Un fantasma etéreo, el fantasma de una muchacha, una muchacha joven, de ojos castaños y pelo cobrizo que me miraba fijamente, era hermosa, de esas bellezas de las que nadie esta consiente pero que los demás ven.
-¿Por qué estas triste?- me preguntó con una voz de ángel, una voz de soprano que me reconfortó, las lágrimas secas de mis mejillas me habían delatado, y ahora ella me preguntaba el motivo, ¿Qué le diría? ¿Le contaría la verdad? ¿Le contaría que había llorado por un muchacho?
-Sebastián no me ama- dije bajito y el rictus de la boca de la fantasma se tornó en una mueca de incredulidad.
-¿Cómo sabes que no te ama?- preguntó como si esa fuera una pregunta vital.
-Lo sé
no me habla, no me mira
me ignora- dije tristemente y ella sonrió.
-Eso no significa que no te ame- dijo ella- ¿Quieres saber por qué morí?- preguntó mirándome fijamente.
-Sí, me gustaría saberlo- contesté de una forma calmada, ella no me inspiraba miedo, tan solo una sensación reconfortante.
-Lee nuestras cartas- dijo simplemente y desapareció. Frente a mi apareció un sobre con varias cartas, cartas de amor
cartas no abiertas. Tomé una con el temor de que fuera a desaparecer frente a mis ojos y la abrí, comencé a leer la pulcra letra y suspiré.
13 de mayo de 2010
Querida Sonja:
Te amo más de lo que puedes imaginar, siento que todo está en contra nuestra, hoy te vi con tus amigas y sé que pensabas en Iván, pero
¿no puedes verme a mí? Estoy mirándote desde lejos, desde las sombras de mi amor
si tan solo me vieras. Me gustaría tanto que vieras dentro de mí, me miraras a mí y suspiraras por mí. Pero amas a Iván, lo sé.
¿Por qué te escribo estas cartas que se que nunca me atreveré a entregarte? Estas cartas que jamás comprenderás. Soy etéreo, mas etéreo que un fantasma, mas traslucido, mas invisible
ojalá que mi amor por ti pueda ser visto algún día; deseo tanto que me ames, que veas el amor que siento por ti.
Thomas.
Suspiré con los sentimientos expresados en esa carta, sentimientos nunca dichos para los demás, sentimientos guardados con fervor y sentimientos que nunca florecieron
¿Se habría suicidado Sonja o se habría muerto naturalmente sin nunca haberlos sentido? Pobre Sonja, si tan solo Thomas se lo hubiera dicho, si tan solo lo hubiese gritado a los cuatro vientos en vez de dar gritos silenciosos desde su corazón.
Leí la siguiente carta con mi mano temblorosa, tenía otra caligrafía, igual de hermosa y pulcra, pero más redondeada y femenina.
13 de mayo de 2010
Querido Thomas.
Tu no me ves
¿es que soy tan etérea? ¿Sera que no soy lo suficientemente hermosa para ti? Me veo al espejo y sé que no te merezco, soy tan solo un débil eco de lo que solía ser
pero tú no me viste ni cuando estaba completa
mi yerto corazón no sobrevivirá a otra indiferencia tuya, o ¿será que está más vivo porque te conocí? Cualquier encomio hacia ti seria poco, no bastarían las palabras para que tu sintieras lo que siento por ti, para que siquiera pudieras imaginarlas
Te amo, esa es la verdad, te amo por completo. Pero otra vez no me viste
estabas platicando con Ana. ¿Es que Ana es más interesante que yo? No, tú no me ves, no me conoces
Y me miras pero no me ves
Tan solo miras alrededor de mí
Pero ignoras lo que soy
No tienes ojos para mí
Sonja
Así que Sonja también lo amaba, lo amaba tan ardientemente como él a ella pero ninguno lo decía, lo ignoraban
y día con día sus corazones morían; morían de angustia y de dolor por un amor correspondido que ellos creían no correspondido. Abrí la tercera carta. Era de Thomas.
6 de junio de 2010
Querida Sonja.
Me he enterado por Ana que eres novia de Iván, que lo amas. Horrores caen sobre mi y no sé qué pensar, que sentir
¿deberé sentir felicidad por ti o solo amargura y dolor por mi? Pero no me ves
y cada que te veo siento que mi corazón va a explotar de felicidad, pero con esta noticia no sé si ese hermoso sentimiento cambiara por amargos celos
¡te amo tanto! No quiero perderte, no quiero mirarte con él
no quiero verte con él. A veces creo que sería mejor morir, al menos estaré contigo en ese lugar al que llaman paraíso; porque si existe el paraíso, es contigo.
Te amo tanto. Te veré en la siguiente vida.
Thomas.
Así que Thomas planeaba suicidarse porque creía que Sonja no lo amaba. ¡Qué error! Abrí la siguiente carta y leí la fecha, era del mismo día.
6 de junio de 2010
Querido Thomas:
Oscuros rumores de que sales con Ana han surgido y mi corazón no lo soportará, si tan solo me amaras
pero que digo, seguramente los rumores son ciertos y Ana es tu novia. Moriré de dolor. Si tan solo estuvieras conmigo, desearía que tan solo me dijeras: te amo, moriría feliz. Deseo verte un día más antes de morir
Muestras gratis y regalos
Sonja
Así que Sonja también planeaba morir, ¿Qué habría pasado? ¿Habrían muerto los dos al mismo tiempo como Romeo y Julieta tan solo por una mentira? Que historia más real, más palpable, ¿Cuántas veces no habíamos sentido eso y habíamos dado gritos silenciosos que nadie podía escuchar?
Abrí otra carta, era la última, era de Sonja, reconocí rápidamente la pulcra letra de Sonja, me la imaginaba tal como había aparecido, con su pelo castaño y su sonrisa franca, sus ojos cafés profundos que invitaban a una confesión y su rostro hermoso, como el de un ángel.
7 de junio de 2010
Querido Thomas, donde quiera que estés:
Hoy fui a tu funeral, dicen que te has suicidado y Ana dice que es por mí, ¿será cierto? ¿Has muerto por mi culpa? Si tan solo
si tan solo me hubiese atrevido a decirte que te amo, que no puedo vivir sin ti; es cierto, no puedo vivir sin ti, siento que mi mundo se derrumba ante mis ojos. Has muerto. Pero si en verdad me amas, si en realidad eres al que amo, se que estarás esperándome en el otro lado. Hoy te veré, sí, lo digo con alegría; hoy iré contigo a otro lugar, no importa que sea el infierno con tal de estar contigo, pues el infierno se tornará paraíso tan solo con tu presencia.
Te amo.
Sonja.
Así que ambos habían muerto por culpa de unos gritos silenciosos que ninguno de los dos se atrevió a pronunciar, pobres. ¿Serian felices ahora?
-Sí, soy feliz- dijo un muchacho de pelo negro y lentes que me miraba fijamente, era bastante guapo y se veía muy romántico y hermoso.
-Yo también- dijo Sonja abrazándolo, los dos resplandecían de tanta felicidad y parecían ángeles del cielo- Tienes que decirle a Sebastián- dijo ella con una sonrisa.
-Lo haré- dije como un susurro, estaba de acuerdo con eso, tenía que decirlo antes de que nuestra historia de amor terminara en una tragedia, al fin y al cabo, ¿Qué podría pasar? Tan solo paz y tranquilidad llegarían a mí con cualquier respuesta, con tan solo el hecho de decirle lo que siento.
-Nos veremos luego- dijo Sonja y despareció junto con su novio, habían vivido tan poco
pero ahora en la muerte disfrutaban las cosas que ellos mismos se habían negado.
Tome el teléfono de de mi habitación y marqué el número de Sebastián, tenía que decirlo justo ahora, antes de que todo me pareciera un sueño y mi propia fuerza y convicción se esfumaran al verle.
-Hola- me saludó Sebastián con su voz franca y romántica, o así la escuchaba yo- ¿Quién habla?
-Rose- dije infundiéndome ánimos para invitarle a tomar un helado justo esa tarde, quería decirle todo lo que pasaba por mi mente, quería confesarle que lo amaba.
-Rose- dijo nervioso- ¿Qué
? ¿En qué te puedo ayudar?- preguntó.
-Tan solo
quería invitarte a tomar un helado
si te parece bien- dije torpemente, su voz me atontaba.
-Ah, claro,- dijo feliz, se escuchaba en su voz- ¿quieres que pase por ti? ¿Ahora?- preguntó torpemente.
-Claro- dije- te estaré esperando- dije como una promesa y Sebastián colgó, se escuchaba nervioso, ¿sería esa una buena señal?
Al poco rato llegó Sebastián, fue extraño, ni siquiera le había dado la dirección y ya estaba ahí. Se veía hermoso con su camisa de seda gris y su pantalón negro, sus ojos castaños me invitaban a mirarle y sus labios me parecían hermosos, su pelo negro azabache caía por un ojo y le daba un aspecto seductor, hermoso. Me sentí minúscula, mi playera con el logo de L'âme Immortelle* de color negro y mis jeans desgastados me parecieron minúsculos ante su belleza, mis uñas azul marino y mis ojos delineados de negro me parecieron fuera de lugar, no dignos ante su belleza.
-Hola- me saludó y cerré la puerta de mi casa, caminamos juntos hacia la heladería y nos sentamos en una mesita esperando a que llegara el mesero.
-Y
¿Cómo estás?- pregunté tratando de hacerle platica, se veía muy nervioso, sudaba mucho y parecía que prefería estar en otra parte y a la vez no.
-Bien- contestó evitando mirarme.
-Yo
tengo que decirte algo- empecé y él me miró fijamente, se atisbaba en su expresión una mueca de una sonrisa de felicidad.
-He estado enamorada de un chico desde hace mucho tiempo- dije y el rostro de Sebastián se descompuso.
-¿Ah sí?- murmuró Sebastián, se veía descompuesto, sonreí para mis adentros, quizá
quizá si me quería.
-Y ese chico eres tu- dije sin aliento y Sebastián me miro a los ojos sin poder comprenderlo- tu
¿tú sientes lo mismo?- pregunté.
-Yo
sí- dijo con una sonrisa- siento lo mismo que tú- dijo robándome un beso. Mi corazón palpitó de emoción y sentí que era el momento más maravilloso que había vivido. Casi me pareció ver a Sonja y a Thomas mirándonos sonrientes desde la acera contraria.
Al final mi historia no había terminado trágicamente como la de Thomas y Sonja, había tenido un final feliz, en vida.
*N/A: L'âme Immortelle es un grupo gótico europeo cuyo símbolo es una estrella de tres picos sobrepuesta a una estrella de tres picos más grande, generalmente de color negro. Los vocalistas de la banda son Thomas y Sonja.
Esta es mi historia para el concurso del día del libro de Potterfics y espero que les guste.
Gritos silenciosos - Fanfics de Harry Potter
Lloraba amargamente sobre mi almohada y recordaba los momentos amargos que había sufrido, mis sollozos eran cada vez más fuertes y me senté para respirar y
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2024-11-14
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