La Visita-La Oreja de Van Gogh
¡Qué hermoso lugar! Jamás en mi vida había visto algo tan maravilloso. Sentía tanta paz en ese bosque encantado. Los arboles se anteponían a cualquiera que pasara cerca, y el río de agua azul corría por su camino hasta llegar a una preciosa cascada.
Puede ser que el viaje no esté mal,
que un ángel celestial me invite a cenar
y puede ser que no haya más allá
que el cuento acabe mal y no vuelva a empezar
Pero ¿Cómo había llegado aquí? No recordaba nada, sólo recordaba un resplandor verde, sólo eso. No tenia la menor idea de cómo rayos había llegado a tan prodigioso lugar, sin embargo eso no me asustaba, todo lo contrario, me hacia sentir cada vez mas paz, mas tranquilidad, y mucha mas felicidad. Por alguna extraña razón me sentía completa, ese bosque me complementaba.
Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente
me ha dicho coge mi mano fuerte y sígueme
Entonces, de repente vi una figura que salía de la nada, era una hermosa mujer. Era alta, de cabellos largos y castaños, de pálida piel y con las facciones mas perfectas que jamás había visto. Era la criatura más hermosa que existía, parecía un ángel celestial. Ella sonrió de oreja a oreja cuando me miró, así que se acerco poco a poco a mí.
Puede ser que el cielo tenga mar
Que sea un buen lugar para verte llegar
Caminaba lentamente, pero a la vez se le veía la prisa. Pronto llegó a mi lado, sonriendo aun más que hace unos momentos. Miré sus ojos bellísimos y entonces en ellos comprendí lo que estaba sucediendo. Me encontraba en el cielo, estaba muerta.
También puede ser que no te vuelva a ver
Que tenga que sufrir mi destierro sin ti
Todas las imágenes llegaron a mi cabeza de golpe, haciéndome marear. El resplandor verde era el último hechizo que pudo conjurar Lord Voldemort antes de que mi Harry lo asesinara. Ahora lo recordaba perfectamente
*****FLASH BACK*****
Nos encontrábamos en el Gran Comedor
habíamos hecho un circulo donde el publico podía ver el espectáculo. Justo al centro, mi Harry se encontraba con su varita apuntando a Voldemort, y éste hacia lo mismo. Y yo
¡Vaya! Yo me encontraba en el lugar equivocado, justo detrás de Harry. Voldemort sabía que moriría esa noche a manos de Harry, por lo que quiso dañarlo lo más que pudiera y eso lo lograría asesinándome a mí. Por lo que en sólo un segundo Harry y Voldemort gritaron a la vez:
-¡AVADA KEDAVRA!- Harry apuntando al corazón de Voldemort y él apuntando al mío
*****TERMINA FLASH BACK*****
Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente
Me ha dicho coge mi mano fuerte y sígueme
La mujer a mi lado comprendió de inmediato que yo había recordado lo que había sucedido, por lo que me miró tiernamente, compadeciendo mi desgracia. Y a pesar de saber que estaba muerta, que nunca volvería con mi Harry, me seguía sintiendo feliz. La mujer me tomó de la mano y sentí su suave y cálida piel sobre la mía, por lo que suspiré con gran alivio y paz.
-Hermione, hija mía, mi pequeña- me habló con su dulce voz que parecía el replique de las campanillas. Me quedé sin respirar por un momento debido a que su voz celestial me había perturbado.
Vino vestida de blanco
Se sentó a mi lado y me hizo sonreír
Mientras aún tirabas tú de mí
-Mi pequeña, tenemos que irnos a tu nuevo hogar- me hablo dulcemente de nuevo. De inmediato tomé su mano para que me guiara, pero entonces escuche un llanto amortiguado
-¡HERMIONE! ¡DESPIERTA! ¡POR FAVOR!- eran los gritos desgarrados de Harry, de mi Harry. Estaba destrozado, y eso me destrozaba a mí.
-No, no, no llores amor- dije al aire, sabia que él no me escucharía, pero no podía evitar decirlo, no quería que sufriera y menos por mi culpa.
-Hija, tenemos que irnos a tu casa- me apresuró la dulce mujer, pero no podía irme, no así, sin decirle nada a mi Harry.
Le pedí un deseo que pude cumplir
Deshojar la luna para mí
Entonces se me ocurrió una idea
-No puedo dejar a Harry así, quisiera despedirme de él- le dije a la mujer, ella sonrió de nuevo.
-Claro mi pequeña, pero te advierto que sólo tendrás 5 minutos, sólo eso y después partiremos- me dijo maternalmente.
-Muchas gracias, de verdad- le agradecí con todo mi corazón, pero otra petición se me vino a la mente -¿Harry puede ser feliz?- pregunte temerosa.
Y en el pétalo de la esperanza
Pude ver tu nombre y el de otra mujer
-Claro, lo será de nuevo, pero ahora tienes que ir a su lado a despedirte- me dijo jalándome lejos del bosque.
Como por arte de magia aparecimos en la enfermería de Hogwarts. Justo delante de mí se encontraba Harry, tumbado encima de un cuerpo pálido y frio. Mi cuerpo. Sentí un nudo en mi garganta (a pesar de estar muerta), vaya que lucia terrible. Pero mi corazón se partió al ver a Harry tan destrozado, lleno de dolor. Me acerqué a él y puse mi mano en su hombro. De inmediato supo de quien se trataba, así que tomó mi mano y se levanto. Se giró para encararme y casi me muero (de nuevo) al ver su rostro demacrado debido a las lágrimas que inundaban sus ojos verdes.
-Hermione, eres tú- murmuró, casi incrédulo, sólo casi. Asentí con la cabeza porque no me creía capaz de hablar. Harry de inmediato me tomó entre sus brazos, hundiendo su rostro en mi cabello, soltando de nuevo el llanto.
-No amor, no llores- le rogué apretándome a su cuerpo. Si éste sería nuestro último abrazo quería recordar todos los detalles.
-Por favor vuelve, no te vayas, sin ti me muero, por favor- dijo entre sollozos ahogados mi niño. Su dolor era inmenso y me dolía aun más que el hechizo que me asesino.
-Cariño, Harry, corazón no puedo, tengo que irme, pero quise despedirme- le susurre en el oído lo mas dulce que pude, intentando no mostrarle el dolor que me causaba la separación.
Suspiré tranquila serás feliz otra vez
Suelta ya mi mano suelta ya mi mano
Él sacó su rostro de mi cabello y me miró a los ojos
verde contra café, nuestra guerra eterna, sus ojos y los míos. Entonces pude ver un brillo especial en ese mar esmeralda, a pesar de todo, él sabia que era lo correcto y que yo nunca lo abandonaría. Le sonreí abiertamente y él hizo lo mismo. Y para sellar nuestro último momento juntos, entrelazamos nuestros labios en un beso eterno. Por última vez sentí sus dulces labios sobre los míos, y sentí como sus lágrimas caían por mis mejillas mezclándose con mis propias lágrimas. De repente sentí una mano en mi hombro, era la mujer que venia de nuevo por mí. Me separe de Harry y lo miré de nuevo a los ojos.
-Harry, amor mío, llegó la hora- le susurré. Él tomó mi mano y la apretó contra su corazón.
-No quiero, no- dijo cerrando los ojos. No te pongas difícil, si fuera por mí me quedaría, pensé.
-Amor, me tengo que ir, pero esta no es la despedida. Nos volveremos a ver, tarde o temprano y espero por tu bien que tarde- le dije besando su mejilla, él abrió los ojos.
-Te amo, mi Hermione, mi princesa- me dijo tan tiernamente que me dieron ganas de besarlo de nuevo, pero era la hora y la mujer me seguía presionando.
-Yo también te amo, tranquilo, suelta ya mi mano, estaré bien y tú también. Espero que Luna te sepa cuidar y no te preocupes, el que me vaya no significa que no te cuide. Recuerda, quienes nos aman jamás nos dejan y yo te amo, siempre estaré ahí contigo aunque no me veas, porque estoy en tu corazón- le dije apretando mi mano en su pecho. Harry derramó otras lagrimas, pero sonriendo por la verdad de mis palabras.
-Te amo Hermione- me dijo soltando mi mano.
-Te amo Harry- le dije, mientras tomaba la mano que me extendía la mujer y nos comenzamos a elevar por el cielo, llegando de nuevo al maravilloso bosque, el cual seria mi nuevo hogar por el resto de mi existencia
Suelta ya mi mano estaré bien
Fui-Reik
¿Cómo me sentía en estos momentos? Como siempre, destrozado. La soledad me llenaba el cuerpo de pies a cabeza. Ni porque tenía la compañía de mis amigos me podía sentir bien. Solo, en el mundo, sin familia, sin amor, sin vida. Así me encontraba, vivo pero sin vida, era una piedra vacía, sin alma, sin nada.
Con el dolor,
Llega el fantasma de tu voz,
Diciéndome,
Ya no llores amor.
Mis lágrimas se derramaban por mis delgadas mejillas pálidas. Alcé la vista al espejo y me estremecí al ver como me había demacrado. Estaba más pálido de lo normal, mis mejillas estaban pegadas a mis huesos, tenia ojeras y mis ojos verdes ahora eran rojos de tanto llorar. Entonces, detrás de mi, vi un resplandor blanco que desapareció al instante siguiente. Era ella, era ella que me venia a visitar, ya me la imaginaba regañándome por seguir llorándola.
Soy,
Un eslabón,
Que se ha perdido entre tú y yo.
Suspiré. Me di la vuelta y observé mi cuarto. Estaba vacio. No se quedó a hacerme compañía. Y es que a pesar de lo que me había pedido antes de irse, no podía cumplirlo. Su partida me seguía doliendo, no, no me seguía doliendo, la sentía en carne viva.
Por favor,
Sólo llévate el silencio que quedó.
Caminé hacia mi cama, quizá si dormía un poco me sentiría mejor. Pero recordé que al dormir tenía pesadillas, las mismas pesadillas. Voldemort, el Gran Salón, ella detrás de mi, yo apuntando al asesino de mis padres y de mi gran amor, yo gritando y Voldemort también, él en el suelo muerto y ella también.
Fui,
Fuego por ti,
Hoy sólo quedan las cenizas,
Los restos de mí.
Los restos de mi corazón se estremecieron al recordar ese día, ese maldito día en el que se fue para nunca volver. Ella me había dicho que siguiera adelante, pero no puedo. Me dijo que Luna podría sanar las heridas de mi corazón, pero no pudo, porque ya no tengo corazón, ella se lo llevó. Todo mi ser, toda mi vida, mi alma, mi mundo, mi existencia, mi corazón, mi razón, todo lo que soy se lo llevó. Y ahora, si, en este momento, en este instante no soy nada.
Fui,
Todo y sin ti,
Desaparezco poco a poco y me perdí,
Dentro de mí.
Han pasado ya dos años desde que vencí a ese ser tan despreciable, desde que se fue. Todos al verme dicen: ¡Oh! ¡Es él! ¡Harry Potter! ¡El vencedor del mago más tenebroso! Si, lo soy, pero ¿Acaso eso importa? ¿Y qué pasó con los demás? ¿Qué pasó con los que murieron esa noche? Todos los han olvidado, menos yo. Y menos a ella, a mi Hermione.
Fue,
Frío el adiós,
La despedida de los dos,
Por favor,
Sólo llévate el silencio que quedó.
Y ahora vivir se ha convertido en una tortura sin ella, ahora ya no me quedan fuerzas para seguir adelante, ya no puedo. Lo único que en estos instantes quisiera es morir, porque así podré estar a su lado. Pero ¿Y si no iba al cielo como ella? Era lo mas probable, Hermione siempre fue la mejor persona del mundo, en cambio yo, yo sólo fui un hombre egoísta. Y ahora por ese egoísmo ella esta muerta.
Fui,
Fuego por ti,
Hoy sólo quedan las cenizas,
Los restos de mí.
De nuevo, pude ver esa luz blanca, era Hermione. Siempre venia a cuidarme en mis noches de soledad. Ella me lo había dicho: siempre te cuidaré. Y no me ha fallado. Pero eso no es suficiente para mí, la necesito, la necesito a mi lado.
Fui,
Todo y sin ti,
Desaparezco poco a poco y me perdí,
Pronto me quedé profundamente dormido. Pero con pesadillas. Por supuesto. Eso ya lo sabía. Primero, soñé con nuestros años juntos, todos los que viví a su lado; cuando me apoyaba cuando mi animo estaba decaído, cuando mis sentimientos eran heridos por otra persona, cuando me sentía asustado y ella me ofrecía sus abrazos como refugio. Después soñé con aquella noche, aquella maldita noche en que el brillo de sus ojos cafés se desvaneció. Cuando al fin habíamos estado juntos, cuando al fin le había declarado mis sentimientos, cuando al fin pude probar sus dulces y delicados labios fue cuando ella se marchó. Cuando mi Hermione me abandonó.
A tu lado fui,
Tan fuerte,
Nunca imaginé,
Perderte,
No
no no no
Desperté sobresaltado cuando en mis sueños vi el resplandor verde que dio justo en el corazón de mi Hermione. Pero al abrir mis ojos me lleve tal susto que mi corazón dio un vuelco y mi estomago se retorció. No me encontraba en mi cuarto, en la habitación donde le había llorado tanto. Ahora me encontraba en un bosque esplendoroso. Era lo más maravilloso que jamás había visto en mi vida. Habían arboles enormes, verdes, llenos de hojas, algunos con ardillas corriendo. El pasto era de un verde hermoso y se podía ver el rocío, que brillaba ante los rayos amarillos del astro rey. Y justo frente a mí, se encontraba un arroyo de un azul precioso, el agua corría con gran velocidad. Pero nada de ese lugar me había causado tanta impresión como lo que vi al otro lado de la orilla del rio.
Fui,
Fuego por ti,
Hoy sólo quedan las cenizas,
Los restos de mí.
De pie al otro lado del arroyo, con un vestido blanco, con su cabello como cascada cayéndole por su espalda, con una gran sonrisa y con sus ojos cafés que tanto me embriagaban, se encontraba mi princesa, mi Hermione. Casi me desmayo ahí mismo. No lo podía creer, ahí estaba Hermione. Avancé unos pasos hacia ella, y hubiera llegado (aunque hubiera tenido que atravesar el arroyo) de no ser porque escuché su voz después de dos años.
-Harry, amor mío- me dijo tan tiernamente, haciendo que todo mí ser se estremeciera. Se acercó a mí, y cuando creí que se detendría por el arroyo gemí al ver que flotaba por encima del agua. Y en menos de cinco segundos estuvo frente a mí.
-Hermione- le hablé, con mi voz temblando y cuando vi de nuevo su sonrisa me tiré en sus brazos que me acogieron cálidamente, entonces rompí a llorar.
-Mi Harry, no, ya no llores amor- me dijo dulcemente limpiando mis lagrimas.
-Te extraño demasiado, te necesito a mi lado, sin ti no soy nada- murmuré acariciando su mejilla, ella cerró los ojos.
-Yo también te extraño, no sabes cuanto. Y sufro, porque tú me sigues llorando- me dijo mientras unas lagrimas se resbalaban de sus ojos cerrados.
Fui,
Todo y sin ti,
Desaparezco poco a poco y me perdí,
Dentro de mí.
Me dolía verla así, era como si me pusieran un hierro al rojo vivo en el corazón, no. Era peor. Abrió los ojos, sonriendo de nuevo, pero con una felicidad que no llegaba a los ojos.
-Harry no podemos seguir así- me dijo mientras acariciaba mi cabello, después mi frente, la cicatriz, mis ojos, mis labios y terminó dejando su mano en mi mejilla. De inmediato puse mi mano sobre la suya, presionándola contra mi mejilla.
-Lo sé, pero ¿Qué podemos hacer? ¿Qué podemos hacer para poder estar juntos?- le pregunté, mirándola a los ojos, esos ojos que me cautivaban. Mi corazón comenzó a palpitar muy acelerado, ya que se alegraba de que comenzáramos nuestra guerra, verde contra café.
-Yo no quería esto, yo quería que siguieras con tu vida, pero ni tú ni yo podemos mas- me miró con melancolía, acariciando más mi mejilla.
-Ya no tengo vida, no sin ti- murmuré. Apenas me salían las palabras.
-Lo sé, es por eso por lo que pedí un favor- dijo Hermione casi sonriendo, sólo casi.
-¿Cuál? ¿A quién?- pregunté desconcertado.
-A quien nos cuida siempre, el dueño de éste paraíso. Y le pedí que nos uniera de nuevo, como lo había hecho ya una vez- otras lágrimas fueron derramadas.
-Entonces
- mi alegría lleno mi cuerpo, cada centímetro cobró vida al saber que estaríamos de nuevo juntos. Se acercó mas a mí, se puso de puntillas, de inmediato vi lo que pretendía, así que bajé mi rostro a su nivel y unimos nuestros labios en un maravilloso beso. Después de dos largos años de sufrimiento volvía a sentir sus dulces labios, que se movían con una perfecta sincronía contra los míos. Nos separamos un momento, me miró de nuevo a los ojos y en ellos entendí su melancolía, pero le sonreí, para que viera que eso era lo que realmente quería. Y por primera vez sonrió con gran felicidad, que se veía reflejada en sus ojos cafés. Y de nuevo unimos nuestros labios por toda la eternidad
Dentro de mí
La Visita, Fui... - Fanfics de Harry Potter
¡Qué hermoso lugar! Jamás en mi vida había visto algo tan maravilloso. Sentía tanta paz en ese bosque encantado. Los arboles se anteponían a cualquiera q
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2024-10-13

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