Ahí estaba ella, esperándole sentada en el capó del autogris, con unos vaqueros viejos y una camisa negra sencilla, Draco volteo paramirarla, y ella le devolvió la mirada, un asentimiento, y eso fue todo lo quenecesitó, entró a la mansión que se imponía fuerte ante ellos, y Hermionesuspiró asustada, se acostó sobre el auto, a esperar.
-Draco
viniste.- Saludó su madre al verlo entrar al salón deté.
-Sí, madre
vine a hablar con mi padre.- Murmuró él.
-Vaya
¿Sobre qué será? ¿Te han hecho algo en launiversidad?- Preguntó ella sorbiendo su té.
-No, madre, no me han hecho nada
- Respondió él.
-Draco
- Saludó su padre con elegancia, no parecía que noviera a su hijo desde hacía ocho meses.
Después de la guerra Draco Malfoy se fue a la universidadmágica de leyes, vivía en el campus a petición propia y casi nunca iba a casa,pero para Lucius era mejor así, su madre, en cambio, lo extrañaba.
-Hola, padre.- Nunca le llamó papá, no, él era su padre, asíde imponente, así de seco como se oía.
-¿Qué haces aquí, Draco?- Y él nunca le llamó hijo, siempreDraco, para eso le había dado un nombre ¿no?
-Vengo a
- Suspiró. -Me casaré.- Terminó.
-Pequeño
- Musitó su madre, y se levantó con lágrimas en losojos, para acunarlo entre sus brazos.
-¿Con quién?- Preguntó su padre secamente, claro que Draco selo esperaba, él esperaba que le importara más quién era esa persona, que todolo demás.
-Hermione Granger.- Dijo firme y claro.
Narcissa se tensó, a ella no le importaba que su hijo sefuese a casar con una impura, esa impura los salvó de la cárcel, esa impura lohacía feliz, y ella lo sabía, porque a pesar de que Lucius decía que no debíaescribirle a Draco todas las semanas, ella le escribía, y él le contaba cuantoamaba a Hermione en cada carta, y Cissy le preguntaba por ella
en cada carta.Pero con Lucius, las cosas eran muy diferentes, él nunca la había llamado,querida, ni amor, ni cielo, él siempre le había dicho Narcissa, Cissa, cuandoestaba feliz.
-¿Perdón?- Lo escuchó decir, Narcissa se paró junto a su hijoy le tomó la mano.
-Eso es maravilloso querido ¿Cuándo es la boda?- Narcissa noquería que Lucius destrozara la felicidad de su hijo.
-¿¡Cómo que cuando es la boda!? ¡NUNCA! ¡No me interesa que tanheroína sea esa sangresucia! ¿Estás loco, Draco?- Estalló su padre.
-Enamorado
- Corrigió él.
-Babosadas.- Masculló su padre. -Draco Lucius Malfoy, si tecasas con ella
te desheredo.- Terminó, apoyándose en su bastón.
-Entonces desherédame
- Susurró Draco. -Adiós madre, te amo,espero verte de nuevo.- Le dijo a su madre, y la besó en la mejilla.
-No, Draco, no te vayas
Lucius, dile
- Susurró Narcissallorosa, mirando a su marido.
-Si se quiere ir con esa sangresucia y dejarme a mí, que lehe dado todo, entonces que lo haga Narcissa.-
-No me has dado todo, padre, no me has dado amor.- Ycabizbajo, salió de la casa que le había pertenecido por veinte años, y quevolvería a pisar en el funeral de su madre, aunque él no lo sabía.
-¿Cómo te fue?- Preguntó Hermione afuera, cuando ya estabanen el auto.
-Espero que no estés conmigo por mi dinero
porque no tengoun knut.- Dijo con simpleza.
Hermione lo miró triste, sabiendo a lo que se refería y loabrazó con fuerza.
-Sé que no es suficiente, pero me tienes a mí, juntos contrael mundo, Draco.- Le susurró su prometida al oído.
-Eres todo lo que necesito.- Le dijo él.
Y así fue, el día de su boda, Draco miró a todas partes,esperando encontrarse dos cabezas platinadas entre la gente, luego miró losojos de su padrino de bodas, Theodore Nott, quién negó con pesadumbre, sabiendolo que Draco sentía en ese momento, luego, como acto reflejo, miró a los ojos aLuna, una de las mejores amigas de su novia, que aún no llegaba, y ella ledevolvió una mirada llena de esperanza, una de esas miradas que la gente envíacuando saben algo que otro no, luego la música comenzó a sonar, y no pudopensar más en su madre, o en Lucius, porque su hermosa prometida entraba a pasolento, tomada de la mano del niño-que-vivió, y comenzó la ceremonia que haríaese día, el más feliz de su vida.
Pero su madre le había escrito una carta, donde le decía quedeseaba con su vida que fuese muy feliz, que no se sintiera mal por su padre,que para él nunca sería fácil deshacerse de costumbres arraigadas, ni siquieradespués de una guerra, le envió dinero, que Draco se negó a recibir, y le dijoque lo amaba, y que adoraba a Hermione por hacerlo feliz, lo que Narcissa nodijo en esa carta, era que estaba sumamente destrozada, que no comía, y quenecesitaba a su hijo en casa, aunque este no pudiera entrar, y Lucius no ladejara salir, porque sabía que iría a verlo. Todo sobre toldos
Seis meses después de la unión, Draco estaba en su trabajocomo auror en el ministerio, cuando su mejor amigo entró a su oficina.
-Draco, necesito decirte algo
- Murmuró Theo.
-¿Sí?- Levantó la vista del expediente que estaba leyendo.
-Tu madre
amigo, tu madre ha muerto.- Terminó.
Draco no dijo nada, se levantó con su característicaelegancia, y asintió, Theo, sin pedir permiso lo abrazó fuerte, y Draco ledevolvió el abrazo, Theodore no podía escucharlo llorar, pero él sabía que Dracoestaba llorando, Theo se sintió incluso más triste si se podía, pues esa mujerhabía representado también a la única figura materna de su infancia, aunque nuncale había dicho un te quiero, ni un "hijo", Narcissa para él era como su madre,cuando el señor Taylor Nott y el Señor Lucius Malfoy se reunían en casa delrubio, a Taylor no le quedaba más que llevar a su hijo, pues no tenía madre, yTheo se sentaba con Draco a jugar, bajo la mirada de Narcissa, la última vezque la vio, fue en su graduación de Hogwarts, tenía diecisiete años, y ella lobesó en la mejilla, y le susurró que estaba muy orgullosa de él, como lo estabade Pansy, de Blaise, y de Draco, porque Narcissa, era la única de esas madres,que tenía un corazón debajo de su coraza de oro.
-¿Irás al funeral?- Preguntó Theo.
-No tengo permiso de entrar a Malfoy Manor.- Murmuró Draco.
-Tienes permiso de ver a tu madre, Draco.- Dijo su amigofirmemente.
-¿Tú irás?-
-Sí, así Lucius no lo quiera, se lo debo a tu madre.-
Draco asintió, se limpió la cara con una mano, y palmeo aTheo en la espalda, para dejarlo solo en su propio despacho.
Así que esa tarde, Draco entró una vez más por las puertas deMalfoy Manor, pero Hermione ya no lo esperaba afuera, sino que iba de su brazo,con un vestido negro sencillo, no vio a Lucius por ningún lado, pero caminóhasta el centro de la estancia, donde estaba su madre en un ataúd de cristal,tan hermosa como siempre
En ese momento, sintió como Hermione se tensó a su lado, ysalió de su trance, por lo que volteo, para encontrarse con unos ojos iguales alos suyos, pero con frialdad y rabia contenida.
-Permiso.- Murmuró Hermione, y se alejó dejando solos a losdos hombres, porque sabían que se debían unas palabras.
Se quedaron ahí, mirándose, analizando todo eso, y entonces
Draco habló.
-Papá
- Murmuró, y vio como los ojos de Lucius se derretían,se llenaban de lágrimas, vio a través de ellos como su corazón seco comenzaba abombear, y se partía en mil pedazos por el emotivo momento.
-Hijo
- Fue lo único que la voz estrangulada de Lucius logróarticular, y entonces, la pared de hielo que se había formado entre padre ehijo la primera vez que Lucius le hizo un crucio a Draco, se partió en milpedazos, y ambos se abrazaron.
-Le extraño tanto, papá.- Lloró Draco en su hombro.
-Es todo mi culpa
- Murmuró su padre.
Y se miraron, y se dijeron todo lo que nunca se habían dicho,Draco le dijo que se odiaba por no ser el hijo que él esperaba, que loperdonara por no ser como quería, pero que lo aceptara, porque no dejaría a suHermione por nada, y Lucius le dijo que estaba orgulloso de él, de la manera enque salió a flote si uno de sus galeones, de que se casara con quien amaba, deque fuese la maravillosa persona que él no pudo ser.
Cuatro añosdespués
-Lo dejarás caer, papá.- Masculló Draco hastiado.
-No me fastidies, hijo, te cargué dos veces cuando eras unbebé. ¡Dos!- Le reprendió Lucius con molestia.
-Dejen de pelear, o lo van a despertar.- Murmuró Hermione.
-Sí, Draco, hazle caso a tu esposa, deja de pelear, vas adespertar a Scorpius.- Susurró Lucius.
Draco se alejó algo enojado y miró la escena desde lejos,Hermione estaba acostada en la camilla, y aunque acababa de dar a luz, a él leparecía que nunca había estado más hermosa, a su lado, su padre sostenía a suhijo, sonriendo, como nunca lo había visto sonreír, sinceramente, en esemomento, Draco le pidió disculpas a su madre, porque ella había tenido quemorir para que todo aquello fuese posible.
Padre. - Fanfics de Harry Potter
Ahí estaba ella, esperándole sentada en el capó del autogris, con unos vaqueros viejos y una camisa negra sencilla, Draco volteo paramirarla, y ella le devo
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2024-09-14
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