La joven se incorporó lentamente, apartando el brazoque rodeaba su cintura. Salió de debajo de las mantas. Detuvo todo movimiento,al ver que el hombre se removía y se quejaba suavemente, antes de acomodarse ysuspirar satisfecho en su sueño. Suspiró y caminó hasta el armario, se vistiórápidamente con ropa de salir. Volviéndose al espejo se miró sintiéndose unapersona horrible por momentos, pero aun así estaba poco dispuesta a detenerse.
Se sentó en su escritorio tomando una pluma y papel comenzó a escribir:
Querido Ron:
Lo siento
Negó con la cabeza frustrada e hizo un bollo con elpapel, tomando otra hoja volvió a empezar.
Ronald
Furiosa eliminó ese papel también, jamás lo llamabaRonald, excepto que estuviera enojada
y en ese momento era todo lo contrario.Suspiró y simplemente dejó abrir su corazón.
Ron:
Sabes que esto no es locorrecto, que nunca lo fue. Nos dejamos llevar por lo que los demás nos decían, porlo que todos sugerían, ysimplemente nos aceptamos. Sé que nome amas, nos queremos
pero nonos amamos. Es inútil fingir lo contrario. Nos hacemos daño, nos lastimamos
No podemos continuar así.
Tal vez cuando leas estacarta pienses que soy una cobarde, y tal vez también me odies
Puedeque tengas razón, pero con el tiempo tedarás cuente de que es mejor así.
Te quiero a ti, y a todosmis amigos. Pero debo hacer esto para que podamos ser felices.
Herms.
Releyó la carta, no muy segura de si había dicho todolo que quería decir. No, no lo había hecho, no podía decir todo lo que sentíaen siete líneas. Suspiró y selló la carta con su varita. Caminó hasta al ladode la cama y miró a su amigo. Negó con la cabeza, se había terminado, ya nopensaría en los demás. Por primera vez haría lo que su corazón le dictaba, loque ella quería y no los demás. Dejó la carta en la mesa, miró a Ron, y sealejó. Tomó la valija que estaba al ladodel armario y salió de la habitación, no sin antes dedicarle una última miradaa su ex pareja. Negándose a sentirsearrepentida salió de la casa raudamente. El cielo estaba oscuro afuera, y un viento helado sacudió las ropas dela joven. Se arrebujó en su abrigo y caminó hasta el final de la calle, sevolvió para mirar la que había sido su casa, y suspiró antes de desaparecerse.
Mientras tanto, a unos kilómetros de ahí, un joven sevestía con su acostumbrada ropa elegante. Se arregló las solapas de su sacomientras se miraba al espejo con la mirada perdida, hundido en suspensamientos.
Repasaba mentalmente la nota que acababa de dejar enel escritorio de su madre.
Madre:
Lo siento. No quiero esto,he intentado hacértelo entender a ti y a Astoria, pero se han negado aescucharme. No puedo continuar con esta farsa. Lo único que lamento es dejartesola, madre. Pero espero que con el tiempo puedas comprender. Trámites de notarias un USA para hispanos
Te quiere tu hijo.
D M
Frunció el ceño,mientras tomaba sus cosas. Miró su reloj y suspiró, faltaban pocas horas parasu supuesta boda. Una boda a la que no pensaba presentarse. Caminó con pasoseguro a través de la desierta mansión. Sintiéndose cobarde y valiente a lavez. Cobarde por estar huyendo, por dejar egoístamente que su madre seencargara de todo lo que él dejaba atrás. Pero valiente, por hacer por fin loque deseaba, lo que él realmente quería hacer.
Sus pasos hacíanruido sobre el camino del jardín que llevaba a la salida. Caminó sin vacilar,con rostro serio e inexpresivo. Una vez fuera se desapareció sin mirar atrás.
- ¿Dónde estás?¿Dónde estás? -repetía la chica en voz baja mirando a uno y otro lado de laestación, tratando de ignorar la desesperación que subía por su garganta.
¿Y si se habíaarrepentido? ¿Y si sólo había sido un juego? Y si
y si
Negó con la cabezafrunciendo el ceño. No, ella estaba segura de esto, y lo más importante, estabasegura de él. Se abrazó a sí misma, miró con ansias nuevamente a su alrededor.Suspiró y tragó saliva, evitando con todas sus fuerzas que las lágrimasescaparan de sus ojos. Quería llorar, quería hacerlo tanto por lo que dejabacomo por el futuro que estaba tan cerca. Lamentaba lo que dejaba, pero no searrepentía. Ella había esperado con ansias ese momento, y jamás se permitiríaarrepentirse.
Se volvió y nopudo evitar soltar un sollozo de alivio al verlo, soltó sus cosas y corrióhacia él, se abrazó a su cuello con fuerza. El rubio solo tuvo tiempo de rodearsu cintura con sus brazos antes de sentir los fríos labios de la chicaapoderarse de su boca. Sonrió divertido ante su entusiasmo, y le devolvió elbeso con ternura, levantó su mano para acariciar su mejilla, y frunció el ceñoal sentir sus lágrimas, se apartó y la miró intensamente.
¿Por quélloras? preguntó preocupado. ¿Se arrepentía?. ¿Qué sucede, preciosa?
Ella sollozóantes de besarlo nuevamente y apartarse para mirarlo a los ojos.
Creí que
peséque no vendrías
dijo ella con la voz estrangulada por el llanto.
Él sonrióaliviado.
Aquí estoy,amor, ¿cómo podría no venir? dijo inclinándose para besarla nuevamente. Teamo, Hermione.
Ella rio entrelágrimas.
Yo también teamo, Draco suspiró en sus labios.
Y se olvidó detodo, de sus amigos, de Ron, de todo lo que hacía lamentar estar ahí. Seríaegoísta, amaría egoístamente, pensando solo en él y en ella. ¿Qué más daba siera un amor egoísta? Era lo que ella quería, lo que ambos querían.
¿Les gustó? Comenten y díganme, please... =)
Amor Egoísta - Fanfics de Harry Potter
La joven se incorporó lentamente, apartando el brazoque rodeaba su cintura. Salió de debajo de las mantas. Detuvo todo movimiento,al ver que el hombre se rem
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2024-05-19
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