Dark Vampire - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Dark vampire:

Capitulo único: De lo que nunca me arrepentí.

Una fuerte tormenta se acercaba, lasnubes negras acechaban al cielo y no dejaba que la luz de la luna iluminase,como era habitual, el pequeño pueblo. Me estremecía al ver como el mar rugía yla marea subía con tanta velocidad. Pero sabía que nada ocurriría, era sólo mimente, pesimista ante cualquier espectáculo. Me sentía resignada en la vida,que nada me volvería a hacer sonreír como lo hice alguna vez, en un pasado quedesearía olvidar, como olvide lo que significaba la felicidad.

Subí ala habitación más alta de la casa, era la mía. Con mi mirada busque todos esosrecuerdos que tenía guardados en fotografías, quizás eso me regresara a lavida.

 

Entonces, trasmucho buscar, encontré un Álbum de fotos. Algunas eran viejas, de recuerdos de mi infancia, tan cercana y tanlejana a la vez. Allí estaba con mis padres
mis padres, los recuerdos nublaronmi mente.

Yo había vividocon ellos toda mi vida, hasta cumplir dieciocho años, hasta entonces jamás habíaconocido el verdadero amor, hasta que un día en mi vida apareció un muchacho,hermoso, de cabellos color cobre, ojos marrones y facciones perfectas, alconocernos descubrimos que estábamos enamorados y al año nos mudamos a un pueblochico. Vivimos felices tres largos años, pero
¿Cómo iba yo a saber quetendríamos que separarnos? ¿Que la muerte se encargaría de separarnos
?

Respiré hondo alvolver a la realidad con los ojos envueltos en una fina capa de lágrimas querozaron mi corazón. Si es que aun tenía.

Me paré juntó alespejo, vi mi cabello negro recogido en una larga trenza y observe como de misojos miel caían lágrimas. Ya no lo soportaba. Tomé de mi armario un vestidoblanco y coloque un tul en mis cabellos. En unos pocos meses me casaría con él
pero el fuego de un bosque en llamas se había encargado de separarlo de mí.Rompí a llorar con más fuerza. Había perdido todo lo que quería.

El reloj marcabalas doce de la noche, era tarde, debía dormir, pero no, esa noche no podríaconciliar el sueño, tanto como en esos últimos tres días no lo había logrado.

Fue entonces cuandoun golpe seco, proveniente de las amplias calles me saco de los pensamientosnegros, como la neblina que rodeaba la noche.

_ ¡DEBEN MATARLO! ¡ENCUENTRENLO!_ Esa era la voz ronca deJames Patrison, era un hombre rechoncho, de cabellera calva y ojos negros. Suhumor solía ser malo, pero nunca lo había oído querer matar a alguien. Entoncesbajé corriendo las escaleras, olvidando por un segundo a Jake.

Allí estaba elseñor Patrison, con un cuchillo en alto corriendo a una silueta que se perdíatras las neblinas de aquella horrenda noche, las calles estaban casidesérticas. Yo comencé a correr a mi vecino.

_ ¿Qué pasa?_ Le pregunté corriendo tras él preocupada.

_ Es
es un vampiro_ Me detuve en seco y no pude evitar quemis labios emitieran una ricita aguda. Yo no creía que semejante criaturaexistiera.

_ ¿Qué?_ Me regaño_ ¿Qué te pasa? ¡¿Qué?! ¡RESPONDE!

_ Nada, señor. Es sólo que no creo en esas cosas.

_ ¡Lo sabía!, desde el momento que te vi, lo supe. Tú eresun espíritu que vaga en el mundo de los humanos

_ ¿Qué?_ Yo seguía riendo.

_ Bromeaba, pero vestida así lo pareces_ Curiosa observé comoestaba vestida, aun con el vestido de novia. Me ruboricé._ Pero lo del vampiroes verdad. Ven ayúdame._ Vi a un muchacho sumido en la neblina. Le sonreí.Debía ayudarlo.

 

_ ¿Qué? ¿Escuchó eso? Alguien grita que hay un vampiro porallí_ Le señalé el lado contrario.

_ ¿Ves? Te lo dije_ Le sonreí y corrió hacia el lugar que lehabía marcado, luego caminé hacía el hombre lentamente.

_ ¿Estas bien?

_ Sí
gracias._ Al mirarlo le sonreí. Aquellos ojos negrosme enamoraron. Sus facciones eran mucho más hermosas que las de Jake, sucabello era negro azabache y en su rostro, un poco asustado, se había formadouna especie de sonrisa, mezclada de susto.

_ ¿Seguro?

_ Sí
sí, gracias.

_ Discúlpalo, él es así. Muy supersticioso
cree que eres unvampiro_ Eche a reír, pero el sólo se limito a sonreír_ ¿Eres de aquí? No te habíavisto antes.

_ No, soy un viajero. Pensaba quedarme aquí un par de días,pero ya no lo creo seguro. Mañana volveré a partir ¿Hay hoteles por aquí?

_ Sí, ven
_ Lo guíe.

Las horas pasaron, llovía con fuerza y lasgotas caían sobre mi rostro.

Eran altas horas de la tarde y yo sonreía,como no lo hacía desde hacía ya unos largos días. Pensaba en aquel hermosorostro, no podía dejar que se valla. Esos días se convirtieron en una eternidadpara mí, lo único que quería era morir, sumirme en un sueño que jamás acabaríay permanecer en él, junto con Jake. Pero ahora ya no sentía eso, desde que susojos negros me miraron para responderme y esa voz
cada una de sus palabras lassentía como una eternidad de vida que regresaba a mí. Todo ello que había perdido,si es que alguna vez lo había sentido realmente. Yo pensaba amar a Jake, perono era así, si un hombre que sólo lo había visto una vez me hizo sentir más queél, durante años. Entonces se cruzó por mi mente que si él partía, mi vidavolvería a ser ese infierno
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Decidida, entré alhotel, donde la noche anterior había guiado a aquel joven. Subí las escaleras yllamé a la puerta de la habitación donde se hospedaba.

_ Hola_ Sonrió al verme._ Pasa_ Se hizo a un lado y entre aallí.

_ Hola_ Le devolví el saludo.

_ Siéntate_ Lo obedecí.

El silencio reino la habitación helada.

_ Pensé que te marchabas.

_ Lo haré. Esta noche
es que el tiempo no es muy bueno.

_ Yo
_ Estaba avergonzada, no se me ocurría palabra algunapara excusarme_... lamento molestarte, pero es que

_ No te preocupes, me agrada la compañía.

_ Y
¿Eres viajero?_ Era una pregunta tonta, me la habíarespondido la noche pasada.

_ Sí, voy de pueblo en pueblo, es lo que me gusta. Nací enTransilvania, viví allí hace un par de años. Siempre deseé viajar por el mundoy es lo que hago ahora ¿Tu vida, como a sido?

_ Viví casi toda mi vida en Londres con mis padre y
_ Sentícomo las lágrimas corrían por mi rostro, nuevamente._
me enamore de unapersona y nos mudamos aquí
_ No continué.

_ ¿Vives con él?

_ Murió no hace muchos días.

_ Ah, lo lamento

_ Descuida, estoy bien.

_ Creo que no te dije mi nombre, soy William Alrec_ Dijotratando de calmar mi dolor.

_ Yo soy Madeleine Felorda_ Le respondí con una sonrisatriste.

 

Me sonrió y sequé mis lágrimas, sus ojos negrosme devolvieron la felicidad perdida.

_ Gracias.

_ ¿Por qué?

_ Por hacerme sonreír.

Las horas parecíanaños, a la mañana siguiente él no estaría allí. Pero eso no evitó que volvieraa visitarlo. Allí, nuevamente, estaba él, esperándome.

_ ¿Qué haces aquí?_ Le pregunté.

_ Surgió un imprevisto_ Respondió.

_ ¿Cuál?

_ Tú._ Acabó por decir.

Así fue como micorazón volvió a formarse, tras varias semanas de conocernos y encontrarnos,descubrí que lo amaba. Era una noche fría, aquella tarde no lo había ido avisitar y cuando el sol se oculto subí a esa habitación y lo descubrí con unamaleta en la mano.

_ ¿Qué haces con eso?_ Estaba muy asustada.

_ Me voy, partiré, mi camino me espera, el viaje debecontinuar_ Su voz estaba muy apagada y triste.

Me ignoro ycomenzó a bajar las escaleras.

_ ¡Espera!_ Se paro en seco, no vi su expresión, ya que sucabeza agacha y su cabello no me dejaban ver su hermoso rostro celestial._ Yo
me gustas mucho
te amo.

Por fin me devolvióla mirada, su rostro, al igual que el mío, estaba envuelto en lágrimas detristeza.

_ Igual yo a ti.

_ ¿Entonces? ¿No es motivo suficiente para quedarte?

_ No, lo contrarío. Es el motivo por el que debo partir._Ignorando mis suplicas se perdió tras la neblina gris y se sumió en el bosquede árboles verdes.

Corrí paraalcanzarlo, perdiendo de vista al pequeño pueblo.

_ Te are daño, vete.

_ ¿Qué?

_ Hace días que no me alimento, ya no lo soporto_ Nocomprendía.

Me miró, aquellosojos negros se tiñeron de rojo sangre, de su espalda salieron unas hermosasalas con plumas de color negro y sobre todo, de sus labios sobresalieron unosrelucientes colmillos. Aun era hermoso.

_ Te lo advierto vete.

_ Estas semanas fueron como meses, quizás años, medevolviste a la vida

_ Y no quiero quitártela.

_ Yo moriré sin ti.

_ Soy un vampiro_ No podía creer lo que oía y menos lo queveía.

Me acerque a él,inconciente de mis actos.

_ ¿Me amas?

_ Estas semanas fueron una eternidad para mí, basto eso paraenamorarme.

_ Entonces quiero vivir en tu vida, viajar con tigo y hastadeseo ser una vampiresa también.

_ ¿Prefieres estar a mi lado en lugar de disfrutar de la luzy los alimentos?_ Asentí y se acercó a mi.

Sentí mucho dolor,pero no era nada comparado con lo que tuve que sufrir en este mundo injusto. Vicomo desde mi cuello un hilo de sangre se estrellaba contra el húmedo suelo.Entonces caí en un sueño profundo y desperté en una cama, en un cuarto dehabitación con vendas en el cuello, las cortinas estaban serradas y a mi ladome aguardaba William.

Así fue como losaños pasaron y no se si arrepentirme de esa decisión que le dio un giro a mivida. No me gustaba matar para vivir, pero lo prefería a vivir sin William.

Vi mi rostroreflejado en el mar de sangre en el que mi vida se convirtió y lo comprendítodo, yo era muy egoísta, prefería mi felicidad a la vida de los demás. Pero nihoy, ni ayer, me he arrepentido de lo que he hecho en esta vida, no soy justacon ella, ni ella con migo.

Yo, junto al amor demi vida, nos convertimos en lo que nunca creí. Vampiros con almas oscuras.Vampiros oscuros

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Una fuerte tormenta se acercaba, lasnubes negras acechaban al cielo y no dejaba que la luz de la luna iluminase,como era habitual, el pequeño pueblo. Me estre

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2024-11-17

 

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