Amor del Bueno¿Cómo nació entre Harry & Hermione? - Potterfics, tu versión de la historia
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1
*Ángel*
Aquí estoy, tú también.
Aunque sea en la imaginación, babe...
Esta vez, quiero ser,
la luna llena que te espera, y te ilumina.
Era un atardecer pintoresco de verano, las nubes se tornaban de un rojo inigualable. Como si alguien hubiese derramado sin querer colores rojizos sobre ese cielo. En el centro de las montañas un bello sol naranja se escondía lentamente, un aire fresco de brisa serena desplazaba las nubes que ocultaban las estrellas brillosas que le daban la bienvenida a la noche. Una chica de ojos marrón, tan hermosos como esas estrellas... Respiraba ese aire con fuerza, como si quisiera llenar sus pulmones y hace mucho le faltara el oxigeno. Perdía esa bella mirada hacia el horizonte, tratando de aclarar sus sentimientos y emociones. Sentada en el alfeizar de su ventana dejó volar sus pensamientos al igual que sus ahora ondulados y sedosos cabellos castaños, Hermione Granger sonrió nostálgicamente.
Como amiga te he sido fiel,
Ahora te llevo en la piel.
Sé que no va a suceder,
pero lo puedo soñar...
Pensó en la última vez que vio a Harry, su compañero de casa en Hogwarts. Algo más que un compañero, su amigo, "su mejor amigo". Y como quien no quiere la cosa, eso dolía... Puede que eran tres los grandes amigos, no por nada eran el "trío dorado", así les llamaban todos en Hogwarts desde finales del curso pasado. Y aunque Ron también era un gran amigo, no cabía ninguna duda que en su corazón el que llenaba la mayor parte era Harry. Su amor, su verdadero amor... A quien amaba desde hace mucho, incluso antes de conocerle le desease. Sí, admitía que en un principio era curiosidad y gusto conocer a "Harry Potter" "el "niño-que-vivió". Pero que con el pasar de los años para ella se convirtió en simplemente Harry. El que en compañía de Ron y ella, vivía y compartía emociones y aventuras, pero que al final siempre eran ellos dos los que quedaban solos y desafiaban peligros, triunfando.- rió al recordar todas las metidas de pata y travesuras de niños, pero precisamente ahora ya no eran niños. Ella crecía, su amistad igual, pero él también; y se empezó a fijar en chicas. Por sus mejillas rodaron cristalinas lágrimas que tornaron vidriosa esa marrón mirada y recorrían aquella piel sonrosada con pequeñitas pecas, al no ser la chica afortunada de poseer su corazón. Ya había habido una, Cho Chang... -y sólo se limitó a darle consejos y su ayuda incondicional para que él se acercase a Cho, aquella popular chica Oriental y experta en el ámbito del Quidditch. Comparándose con ella se sentía mal pues Cho era buscadora igual que él, y eso no tenía comparación con ningún libro por mucho que fuese de Quidditch. Nada que ver las letras a la sensación de volar, la emoción de ser el centro de atención en un partido y la adrenalina de atrapar la snitch en pleno vuelo después de una emocionante persecución. Simplemente nunca lo sabría, pero aún así estaba a su lado a toda hora y nunca le fallaría en un partido, y menos en su vida.
Te digo somos los dos
como el aire que está,
flotando libre en la inmensidad.
Oigo tu voz, sueño contigo...
Eres mi ángel de paz, déjame volar,
a tu lado yo por siempre quiero estar.
Tus alas me harán llenar el alma.
Se limpió las lágrimas y se reprochó por sentir eso por su mejor amigo, pero ya todo era un inmenso mar revuelto y sumergiéndose de nuevo en él vino a su memoria lo ocurrido el curso anterior. 6° año, cuando en el último partido contra Ravenclaw habían ganado la copa de Quidditch y todo Gryffindor celebró en la torre, mientras él aclaró todo con Cho finalmente.
Flash Back
Entre la multitud ella se daba paso y se dirigía a Harry, los cánticos de ganamos se alejaban.
- ¿Harry, no vienes?- le preguntó la castaña.
- No, Tengo que aclarar algo. Pero adelántate tú con ellos -dijo con voz decidida, pero suave al dirigirse a ella.
- Ah, si quieres te espero. Vas a los vestidores, ¿cierto? -añadió algo apenada por la insistencia.
- Sí, Pero no es necesario. De verdad - le respondió el ojiverde con educación y delicadeza.
- Oh, bueno... - le contestó con voz prudente.
- Me voy. Te espero para celebrar en la sala común, okis? - sonrió y se dio la vuelta camino hacia el castillo.
- ¡Hermione!- exclamó el buscador de Gryffindor, algo nervioso. Ésta se volteó impulsivamente.
- Sí?-le miró algo extrañada, a la vez nerviosa. Nostálgica por el rechazo y sonriente por el repentino llamado del chico.
- Espérame en los alrededores del campo de Quidditch. No tardo, vale? - le gritó desde una considerable distancia.
- Está bien - La castaña cambió su dirección y retornó a los alrededores del campo.
Después de una media hora un chico de cabellera revuelta la asustó.
- ¡Buuu!- le dijo siendo sorpresivo para ella.
- ¡Ay!- respingó asustada.
- ¿En qué tanto piensas?- preguntó al notarla lejana.
- ¿Por qué has tardado tanto? - dijo al mismo tiempo.
- Bueno, tenía que solucionar algo de mi vida. Y...
- ¿Por qué aún traes puesto el uniforme de Quidditch?. No se supone ibas a cambiarte y a ducharte?-le cuestionó nuevamente extrañada, tratando de ocultar su nerviosismo.
- Ya, no?. Basta de preguntas, okis. Y así podré responderte por lo menos una por una.-le dijo algo serio a tono de broma, sonriendo.
- Ah sí.- contestó ella, algo sonrojada.
- Lo de Cho fue algo pasajero y hoy le he puesto fin a eso. Por fin podré quitarme de encima su atosigamiento -fueron dos frases de Harry lo que le devolvió el alma al cuerpo.
- Ah sí?, Y por qué no lo habías hecho antes.-salieron estas palabras sin poder detenerlas, sorprendiéndola. Y más a él, pues sonaron a reclamo.
- Ah... porque no tenía tiempo para perderlo con ella.-contestó confundido, pero sincero en su respuesta.
- Oh... entonces ya no la quieres?-cuestionó dudosa y esperanzada, más que una cuestión parecía querer expresar su alegría.
- No, nunca le quise. Sólo fue enamoramiento físico, eso fue todo. Un error, pero se acabó.-le vio de manera aliviada y ella le devolvió la mirada alegre.
- Ven -le dijo el chico ojiverde, tomándola de la mano.
- Pero tenemos que festejar, no?-preguntó, palpando su realidad.
- Eso es precisamente lo que vamos a hacer, Pero sin los demás.- él le sujetó y le sonrió.
- Cómo?- le preguntó nerviosa y confundida.
- Ven, dame tu mano.-le dijo a su oído lo que causó un fuerte estremecimiento en su cuerpo.
- Sube -indicó el chico, montándose en la saeta de fuego.
- ¡Ha...rry, yo... yo
a
a... mí... ¡Me asusta volar!-pudo finalizar tartamudeando por el miedo.
- No temas. Sólo es un paseo, va?. Hay que festejar, no?-dijo con una sonrisa de tú fuiste la de la idea.
- Sí -exclamó decidiéndose y subiéndose detrás de él, a esa mirada jamás le negaría nada.
- ¡Sujétate!-le avisó dando una fuerte pisada en el pasto, elevándose. Ella sólo obedeció, algo nerviosa por volar, y más por estar tan cerca de él.
- ¡Esto es festejar!-exclamó Harry, feliz.
- ¡Y si es contigo, mejor!-volvió a hablar, esta vez sus palabras salieron casi sin darse cuenta. A Hermione le causaron una mayor confusión, sin embargo lentamente las asimiló como una simple emoción y dejó de fantasear en ellas. Comenzando a disfrutar su realidad.
Observando una tarde hermosa con él, abrazada a su cuerpo y escuchando su alegría, dejó que todo eso pasase con el fresco aire y viendo salir las estrellas y la luna. Deseando no fuese un sueño.
Fin del Flash Back.
Tu sello de amor, lo llevo en la piel.
Ser sólo amigos no es fácil babe...
Despertar, es un dolor.
Si no es verdad lo que yo más quiero,
Y aún espero.
Sonrió con nostalgia nuevamente al ver en su mente aquella tarde similar a la que ahora observaba, y rodaron nuevas lágrimas, pero esta vez de alegría al recordar las palabras que él le dijo cuando bajaron de la escoba. Su mirada esmeralda sobre ella y sus labios diciéndole -Te quiero mucho, Her.- después de decir esto le dio un tierno beso en la mejilla. Esas cuatro palabras y el gesto, le causaron estragos. Confundiéndole más y creándole una leve esperanza, tras estas palabras ella sólo atinó a darle un abrazo. Todo ese verano esa frase resonaba en su cabeza como disco rayado, y noche tras noche soñaba con esa hermosa tarde siendo su final siempre el mismo. Un beso y un abrazo, pero al despertar esa sensación de paz se esfumaba dando paso a la tristeza y desesperanza.
Como amiga te he sido fiel,
ahora te llevo en la piel.
¿Cuándo se va a terminar?,
¿o cuándo se hará realidad?
Pero una vez más la culpa le embargó por seguir sintiendo todo este amor hacia Harry, su promesa hecha hacia Ginny de ayudarle a conquistar el corazón de el chico ojiverde. Por qué tuvo que dar una palabra que no pensaba cumplir, y eso le llenaba de remordimientos.
Flash Back
Una chica pelirroja charlaba con ella en la estación de Hogsmeade, esperando el tren que los llevaría de regreso a casa.
- ¿Tú crees que Harry supere esto? -le cuestionaba.
- Eh?-le decía un poco distraída, pues su mirada se perdía fijamente viendo a cierto chico de pelo negro azabache que se encontraba cerca de ellas. Charlando con un pelirrojo.
- Que si tú crees que Harry supere todo esto.-repitió Ginny, impaciente.
- Ah... ah, sí!- respondió algo nerviosa.
- Sabes, creo que lo que le falta a Harry es llenar el vacío de su alma, y sobre todo del corazón. Necesita alguien que le dé paz a su persona.-observó la castaña, más para ella misma que para Ginny. Pero por desgracia la pelirroja la oyó y le dio la razón.
- Tienes razón. Hermione, puedo decirte algo?- lo último hizo que Her pensase que se trataba de algo delicado, pues lo dijo con voz casi inaudible.
- Claro -le contestó asustada.
- Mira, es un secreto por eso no se lo digas a nadie, ok?- sus mejillas de la pelirroja adquirieron el color de su cabello, y se confesó.
- Lo prometo - aseguró la castaña.
- Ay, ahh...- suspiró la chica Weasley.
- Mira, me he dado cuenta de que me he enamorado de Harry nuevamente... Al decir verdad siempre lo he estado, y pues creo tener una esperanza con él.-le dijo aumentando más sus colores.
- ¿Ah sí? - se sorprendió ésta, pues lo dicho por su amiga le causó que le palideciera el alma.
- Sí, ¡¿Puedes creerlo?!. Según mi hermano Harry está enamorado de alguien cercano a él, y cree que soy yo. Pero pues no me he atrevido a acercarme directamente y menos a pedirle ayuda a Ron, con lo metiche y poco prudente que es lo arruinaría todo.- exclamó emocionada la chica.
- Y qué quieres que haga yo?- le cuestionó algo helada por la impresión de saber que Harry estaba nuevamente enamorado, y más porque Ron sospechaba de que era de su hermana.
- Que me ayudes por favor, tú eres también su mejor amiga y pues debes saber cómo preguntarle. Y sobre todo hacer que él se acerque a mí.
- Anda, te lo ruego Hermione. Tú misma dices que lo que más necesita Harry es una chica, y qué mejor que yo. Sí?-le suplicó esperanzada.
- Está bien, te lo prometo. Te ayudaré a llegar a Harry.-exclamó algo extrañada por su respuesta.
- ¡Gracias, eres la mejor amiga que he tenido Herm!-la abrazó fuertemente, agradecida.
Fin del Flash Back
-¡Por qué, No debí darle mi palabra y menos prometerle mi ayuda! -Se reprendió a sí misma. -Luego estaba él, y la última vez que le vio en esa misma estación. La despedida, sus propias palabras y las de él, le provocaron caos total.
-Lo malo llegará Harry, tarde o temprano. Pero el bien triunfará, tú triunfarás. Tenlo por seguro que yo estaré a tu lado. -Gracias Her, eres la mejor amiga del mundo. Ten por seguro tú también, que yo no dejaré que te pase nada malo... a ti y a los demás, claro.- dicho esto la abrazó con el más tierno y cálido gesto. Y ahí estaba de nuevo el "Her", acompañado de el reconfortante sentir de sus brazos y labios dándole esperanzas. Pero tenía que decir "mejor amiga", aunque al decir verdad la confusión vino a raíz de la frase "No dejaré que te pase nada malo... ¿Era sólo su imaginación? Pues él terminó nervioso con... A ti y a los demás, claro. Tal vez sus nervios serían por las prisas. Sí, eso eran. Las prisas -¡Deja de soñar que es por ti!- se reclamó Hermione.
Te digo somos los dos
como el aire que está.
Flotando libre en la inmensidad,
oigo tu voz, sueño contigo.
Eres mi ángel de paz, déjame volar,
a tu lado yo por siempre quiero estar.
Tus alas me harán llenar el alma.
Te digo somos los dos como el aire que está,
flotando libre en la inmensidad.
Tus alas me harán llenar el alma.
Y una nueva culpa vino a su mente, lastimar a Draco. Aunque en un principio su único objetivo era ser su amiga para sacarle información acerca de su padre, pues éste era la mano derecha de Voldemort. Se sorprendió bastante al descubrir cosas de Draco, y no precisamente las malas, sino las buenas... Logrando ganarse su confianza, ella misma debía admitirlo que resultaba extraño haber podido llegar a ser amiga de "Draco Malfoy", y luego poder entrar en su corazón poco a poco como él mismo dijo - A nadie le he abierto mi corazón, Ni siquiera sabía que tenía uno.- Pues toda su vida había tratado de ser la réplica de su padre, ser como él para que estuviese orgulloso. Pero algo cambió al conocerla y por ella tendría la verdadera identidad y haría lo que su corazón le dictase. Él la llamaba Jane, y aunque cautelosa de caer en su propia trampa logró conocer a Draco Malfoy hasta llegar a sólo Draco. Pero se estaba desviando de su misión propuesta por ella misma aunque a Harry y a Ron no les pareciera que se llevase con un Slytherin, y menos Malfoy. Logró hacer caso omiso de sus reclamos, después de todo lo hacía por Harry. Pese a que él no lo supiese, la respetaron al fin de cuentas era ella. Así dijo Ron algo molesto, y así fue, el 6° año lo dedicó a llegar a Draco. Pero él no sólo la había hecho su amiga y confidente, sino que a finales le había confesado un amor que ella por supuesto no se esperaba. Y ahí estaba, aceptándolo por capricho de olvidar a Harry. Ahora que eran novios se sentía más confundida respecto al ojiverde, pues le quedaba claro que era él con quien únicamente sentiría esas mariposas revoletear en su estomago. Como esa sensación de estar flotando en el aire, como cuando voló junto a él en la saeta de fuego. Esa inigualable paz al verle a los ojos, y al abrazarlo.
Tanto miedo tengo de perderte,
tanto miedo de no verte más.
Aunque eres mi amigo, para mi algo más.
Este bello secreto, mi corazón guardará.
Todo lo que he soñado, y era contigo.
Pero esta vez el miedo la embargó anteponiéndose a la culpa, tras Harry revelarle a ella y a Ron el contenido de la profecía durante el comienzo de ese año escolar. Sus pensamientos no volvieron a ser tranquilos, pues sin duda tenía pavor de perderle en esa lucha contra Voldemort. Ya que aquél era un asesino despiadado y ambicioso que no descansaría hasta lograr su propósito y lastimar a Harry. Pero ella no lo permitiría, por eso también se acercó a Draco, aunque finalmente no logró saber mucho. Y hubo un nuevo enfrentamiento del cual Lord Voldemort volvió a huir derrotado por 6ª vez, y ella ahí estuvo como siempre a su lado luchando con él. Pero Voldemort regresaría y eso le causaba el más grande temor de su vida, perderlo. Sin poder vencer la barrera de confesarle sus sentimientos, su amor. Costó admitir ese amor, ocultándolo tras la estampa de una hermosa amistad... y ahora que lo había admitido sólo le quedaba guardárselo. ¿O no?... Tal vez más tarde lo sabría, ahora sólo tenía que concentrase en ayudarle, pues de lo que sí estaba segura era de que llegaría con él hasta el final.
Te digo somos los dos
como el aire que está,
flotando libre en la inmensidad.
Oigo tu voz, sueño contigo.
La castaña suspiró, se limpió las lágrimas que ya habían ganado terreno en sus mejillas y observó con tristeza la luna llena, pues ya había llegado la noche. Se incorporó en el alféizar de la ventana y estiró sus brazos sintiendo el roce del viento fresco en su rostro, nuevamente respiró con fuerzas y despejó su mente dispuesta a dormir. Aunque en sus sueños volviese a aparecer él, y sus palabras resonasen en su cabeza... serían los más bellos sueños, y al fin de cuentas a nadie le hacía mal que soñase con él, aparte de ella claro.
Eres mi ángel de paz, déjame volar,
A tu lado yo por siempre quiero estar.
Tus alas me harán llenar el alma.
Te digo somos los dos como el aire que está,
flotando libre en la inmensidad.
Tus alas me harán llenar el alma.
Bajó de su ventana, la cerró y se acostó sobre su cama. Contenta en parte, mañana por fin le vería en la estación, ya que en el callejón diagón no pudo... Y eso la emocionaba, sería sin duda su último año, 7°. Pero lo disfrutaría al máximo, después de todo ella misma le dijo -Lo malo llegará Harry, tarde o temprano. Pero el bien triunfará, tú triunfarás. Tenlo por seguro que yo estaré a tu lado.- Con sus mismas palabras dándole vueltas en la cabeza se rindió a los brazos de Morfeo. Diciendo por último sin darse cuenta "Te amo, Harry".
Aquí estoy, tú también.
Aunque sea en la imaginación babe.
Notas de la autora:
Por favor dejen sus comentarios, dice un dicho que la crítica hace al artista, y en este caso al escritor. Así qué bien recibidos sean, gracias de antemano.
Att. Anyeli Hazel Potter Granger.
Había comenzado el 7°curso por fin, Hermione había vuelto a ver esos ojos esmeraldas que tanto la hacían suspirar y a la vez sentirse culpable por ese sentimiento; habían ocurrido tantas cosas ese día. La emoción de verle, los abrazos, las anécdotas de dos meses de separación... En fin, ya había transcurrido tiempo, pronto comenzaron los partidos de Quidditch, sin saber que ese partido fue decisivo en los sentimientos de dos chicos que sin imaginárselo sentían algo reciproco. Y aún así no podían decirlo, sólo se quedaba en sus más profundos sentimientos y pensamientos.
Ese día todos los Gryffindors bajaban entre gritos y vítores de ánimo para el equipo, dirigiéndose al campo donde se llevaría a cabo el primer partido de la temporada. Harry estaba silencioso, raro en él, que siempre estaba tan contento de volver a volar; y eso lo notó la castaña. Lo que no pudo observar fue que su mirada era de nostalgia, pero hacia ella. El verle cerca de cierto chico rubio le causó un gran estrago que ni él mismo quería reconocer. Entonces todos se acomodaron en las tribunas y él se dirigió a los vestidores, donde se encontró con la pelirroja Weasley, con Ron y el resto del equipo. Dio instrucciones pues desde 6° año era capitán del equipo, y ese día tenía un gran interés de ganarle a Slytherin, del cual Draco era el capitán. Quería desde el fondo ahora más que nunca avergonzarle delante de Hermione. Aunque para los demás sólo era por su rivalidad de siempre, y eso ayudaba a ocultar las verdaderas intenciones.
- Bien, entonces haremos nuestra jugada con inteligencia, fuerza y rapidez. Ya sabemos las tácticas, y ahora sí equipo. ¡Leones A Ganar! -exclamaba algo tenso.
- ¿Qué rayos le pasa a Harry?- decía al equipo un confundido Ron.
- No sé, tal vez ahora sí se tomó en serio parecerse a Word -apuntó Colin, aunque no conociese a Oliver como capitán, sabía que fue exigente con los del equipo.
- Eso creo -coincidió Parvati Patil, una de las nuevas cazadoras.
- ¿Harry, te ocurre algo? -le cuestionó Ginny.
- ¿A mí? -la chica lo miró asintiendo - No... claro que no. Sólo son los nervios -contestaba algo nervioso, pero disimulando.
- Ay, vamos amigo. Sabemos de sobra que contra los leones esas serpientes asquerosas no tienen ninguna esperanza -exclamaba despreocupado Ron.
- Sí, ya sé -respondía algo cortante.
- Aunque tengan de su parte a Hermione - añadió el pelirrojo en tono de broma, cosa que para Harry fue un mal chiste.
- Bien, ¡Afuera y A Ganar! -volvía a gritar el ojiverde, algo más tenso.
Entonces todos salían al campo, los vítores se oían con más fuerzas y se encaraba con Draco Malfoy. Dando comienzo el partido Harry sobrevoló el campo y pudo observar a Hermione, y para su sorpresa estaba apoyándole desde las tribunas de Gryffindor. Eso hizo que su corazón saltara de emoción más que volver a volar, más que estar de nuevo en un campo de Quidditch.
Sé muy bien que soy,
Un amigo más entre el montón.
Que sólo soy un fan, de corazón.
Que no te para de soñar, cada día más.
Harry se quedó algo aturdido viéndole, esa mirada marrón había aparecido en sus sueños durante todo el verano, su voz había resonado con fuerza en su mente. Y cada día ese sentimiento recientemente descubierto, le hacía perderse pues temía que ella sólo lo mirara como un amigo más. Pese a que era un sentimiento que se había refugiado finalmente en la amistad, y que no había querido reconocer, ya no podría ocultarlo más.
- ¡HARRY!, ¡QUÉ HACES!- decía la voz de una pelirroja, la que le sacara de sus pensamientos. Reaccionando se puso de inmediato a buscar su objetivo, la rebelde snitch.
Pero sé también,
Que entre la multitud alguna vez.
Pudieras ver la luz sobre mi piel,
Para reconocer el amor más fiel.
En tanto la castaña también le miraba, y para sus adentros deseaba que él le mirara precisamente a ella.
Harry buscaba con minuciosidad la pelota alada y respiraba ese aire con fuerza, tratando de pensar sólo en la pequeña snitch; inútilmente no lo logró. Pues sus pensamientos estaban con ella, esa chica castaña que sentía ahora le observaba y debía parecerle tonto dando vueltas como loco, sin un objetivo real. Aunque también podía estar viendo a su novio, quien también buscaba la pelota dorada. Sí, eso debía estar haciendo, mientras él se perdía en sus emociones.
Yo necesito de ti como el aire,
Nadie te puede querer tanto así.
Un poco de tu amor, para poder vivir.
Un poco de tu amor, me puede hacer feliz.
Sólo un poco de tu amor, es lo que pido.
Hermione le veía nerviosa, pues tenía remordimientos hacia su chico por querer que su mejor amigo ganase, y después de su victoria ella celebraría. Eso también la hacía sentir culpable, pero ahora sólo debía gritar por lo bajo para que Draco no se diese cuenta.
Dame una señal,
Un minuto para conversar.
Dame tan sólo una oportunidad,
Para poderte enamorar cada día más.
Harry volvió a dirigir la mirada con dirección a ella y trató de ver si ella le observaba a él, y así fue. Entonces se concentró más en la búsqueda de la snitch, de lograr atraparla ella festejaría con él, y eso lo animaba. Quería deslumbrarla, impresionarla de cuán esfuerzo había hecho por mejorar sus tácticas de juego, y sorprenderla. Entonces platicaría con ella después del partido y escucharía de sus labios la opinión de esas nuevas estrategias. Esos labios que tanto deseaba poder besar y con los que soñaba le dijesen que le quería.
Pero sé también,
Que entre la multitud alguna vez.
Pudieras ver la luz sobre mi piel,
Para reconocer el amor más fiel.
Ella se quedaba observándolo, ida en sus movimientos del chico ojiverde, guardando esperanzas de que la voltease a ver y ella le sonreiría en señal de apoyo.
El chico lograba atrapar la snitch, todo Gryffindor lo vitoreaba incluida ella. Él la observaba sonriente, aún con la pequeña pelota tratando de huir de sus manos volaba con dirección a ella. Con el corazón saltándole por la emoción, aunque fuera contra la dirección del viento se acercó hacia el lugar exacto donde ahora Hermione le aplaudía, y bajó de la escoba.
Yo necesito de ti como el aire,
Nadie te puede querer tanto así.
Un poco de tu amor, para poder vivir.
Un poco de tu amor, me puede hacer feliz.
Sólo un poco de tu amor es lo que pido.
- ¡Hermione, Ganamos El Partido! ¡¿Dónde Festejáremos?! - gritaba el chico impulsivamente, ella le miraba radiante. Pero entonces varias manos los separaban a ambos. A él los chicos del equipo, en especial Ginny, quien lo abrazó. Y a ella Draco, un tanto molesto, pero en su cara se reflejó una sonrisa de triunfo al ver la expresión de Harry cuando él apartó a Hermione de su lado.
- ¡Harry, Ganamos! ¡Qué alegría, verdad! -gritaba la pelirroja aún sin soltarlo.
- Sí amigo, ya lo sabíamos. Era algo obvio -se escuchaba detrás de él la voz de Ron.
- Felicidades, Potter -decía el chico rubio que se encontraba frente a ellos, abrazando a Hermione por la cintura.
- ¡Ay, por favor! De cuándo acá tú nos felicitas, Malfoy -exclamaba el pelirrojo, viéndole con desdén.
- Tranquilo Weasley, sólo trato de ser amable, ya que son los amigos de mi NOVIA - respondía Draco altaneramente, Ron le miraba con ganas de golpearle y Harry sólo se perdía en la desilusión al escuchar de los labios de Draco, MI NOVIA.
Hermione le miraba con nostalgia, entonces Draco la alejaba junto con él.
- ¡HERMIONE!, ¡TE ESPERAMOS EN LA TORRE PARA FESTEJAR! -gritaba Harry esperanzado, mientras la veía alejarse con Draco. Ella sólo le miraba pero el chico rubio atraía su atención y se perdían entre la multitud, dejando a un chico de ojos verdes, triste.
Un poco de tu amor, para poder vivir.
Un poco de tu amor, me puede hacer feliz.
Sólo un poco de tu amor, es lo que pido.
Un poco de tu amor, para poder vivir.
Un poco de tu amor, me puede hacer feliz.
Sólo un poco de tu amor, es lo que pido...
Nota: ojalá y ya la hayan escuchado, es de RBD.
Gracias por sus comentarios y opiniones, que son importantes para mí.
En especial a Rachel Lestrange
Saludos de Anyeli Potter Granger
Era una noche tranquila y fresca del mes de Octubre, los rayos de la luna más bella del año entraban por las ventanas de la torre Gryffindor y proyectaban su esplendor en las butacas vacías de la sala común, hasta llegar a los apuntes de un chico, que al observar a su alrededor se encontró totalmente solo. Hacía ya unos cuartos de hora que su amigo pelirrojo le aviso subiría a dormir pues estaba exhausto tanto por los deberes como por el entrenamiento de ese día, y dejo claro que no podría aguantar otro día así pues desfallecería. Harry no tuvo objeciones pues pese al cansancio dijo esperaría a Hermione hasta que llegase de su ronda nocturna que tenía que hacer como nuevo Premio Anual.
Flash Back
-¡ESTÁN TOTALMENTE LOCOS!, ¡QUE PIENSAN QUE SOMOS UNAS MAQUINAS O QUÈ! ¡¿POR QUÉ ÚLTIMAMENTE NOS ESTÁN CARGANDO EL TRABAJO?!-Se quejaba a gritos desesperado el chico pelirrojo, mientras buscaba poner orden al montón de pergaminos y libros extendidos sobre la mesa.
-¡Tranquilo, Ron!-decía Harry tratando de infundir paciencia en su desesperado amigo, que tenía los cabellos rojos bastantemente desordenados causa de las veces que pasó sus dedos entre ellos por su desesperación.
-¡¡¿QUÉ?!!, ¡¡¡HARRY CÒMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE, SI AL PASO QUE VOY PRONTO ESTARÉ EN LA ENFERMERÍA POR UN COLAPSO NERVIOSO!!-Le respondía el chico con voz de no dar crédito a sus oídos con lo que dijo su ojiverde amigo, como si éste hubiese dicho algo inaudito.
-¡¡Oye, tú también tienes mucha culpa de lo que me está sucediendo!!-exclamaba entre broma y con el entrecejo fruncido, Ron.
-¡¿Yo?!-le miraba Harry sorprendido.
-¡¡Si tú!!,¡¡Dime a quién se le ocurre hacernos entrenar justo el día que más deberes tenemos y que más clases tuvimos, eh!!-le decía con un dejo molesto el chico de pecas.
-¡¡Además de que casi no tengo tiempo de ver a Luna eh, eh!!-continuaba con su reclamo Ron.
-¡Ah entonces acabo de caer en cuenta de que ese es el verdadero motivo de tu enfado, Ronnie!-le comentaba el chico de cabellos azabaches, mientras le dirigía una mirada de malicia pícara diciendo la última frase en tono meloso.
-¡Ey!-le devolvía una mirada asesina, el pelirrojo.
-¡No te burles, así sólo me dice ella ok!-decía con un leve rubor en sus mejillas.
-¡Y sí, me molesta no tener el tiempo suficiente de estar con mi niña!-exclamaba con una mirada de nostalgia y soñadora, con ojitos de borreguito a medio morir.
-¡Ey, picarón!-le hacía en tono de burla Harry.
-¡Qué! Envidia, ¿verdad? Porque yo tengo con quién pasar el tiempo aunque algunos se opongan y se empeñen por robármelo -exclamaba con voz de triunfo, el pecoso.
-¡No, porque yo también estoy enamorado, y esta vez es de verdad!-exclamaba suspirando Harry.
-¡Ah, con que nuestro héroe está en las nubes, eh!-decía Ron en tono meloso.
-¿Y se puede saber quién es la chica desafortunada?, que diga afortunada
que le trae arrastrando la cobija, eh? -le cuestionaba entre una sonrisa burlona e intriga.
-¡Pues no!, no tiene caso decir su bello nombre. Ella no me hará caso nunca, ya que sólo me ve como un amigo cualquiera. Además de que tiene novio -contestaba cabizbajo y nostálgico el de gafas, y en sus ojos verdes se le reflejaban lágrimas que retenía. Aunque algunas se le escapaban, dejando impactado a Ron que le miraba dejando de sonreír y le daba una palmada de apoyo en su hombro.
- ¡Jamás me imaginé que te llegaría tan profundo el amor, amigo!-le decía comprensivo el pecoso, rompiendo el doloroso silencio.
-¡Esto es algo más que amor, Ron! ¡Es mi aire para vivir, es el sol de cada mañana, es el latir de mi corazón!. ¡Es mi mundo, ella es mi mundo!-decía sincerándose el chico de cabellos negros y gafas, por fin dejando escapar las lágrimas que con bastante esfuerzo trataba de contener.
-¡Es en serio Ron, por nadie había sentido lo que me hace sentir y vivir ella cada vez que le tengo cerca! Y cuando no está es como si yo no viviese, como si todo a mi alrededor fuese un mero espejismo. ¡Y cuando le veo es como si todo en su entorno se transformase y no existiese algo más bello que su marrón mirada!-en eso mientras el pelirrojo le ponía atención esa última palabra le sorprendía bastante pues Harry había dicho el color de ojos de la chica, y la más próxima que conocía con ese color de ojos era su mejor amiga de ambos "¡Hermione!"-pensó el pecoso, aun así siguió escuchando el tormentoso amor platónico de su mejor amigo.
- ¡Y para colmo está ese imbécil que no le deja sola ni un segundo de su tiempo libre!, y yo me tengo que conformar con compartir clases. Y sólo algunas, pues las que compartimos con él, se la lleva. Aún no entiendo qué le vio, si ella mejor que nadie sabía cómo se comportaba él antes de ser su dizque amiga, eh!-continuaba el ojiverde casi sin darse cuenta de lo que decía, sólo quería desahogarse con alguien de ese tormento con el cual ahora vivía y vivió desde hace mucho sin aceptarlo.
Ron sólo le miraba cada vez más convencido de que su amigo hablaba de Hermione sin duda, y él que pensaba podría tratarse de su hermana, pero ahora veía que no. Y también lo que le hacía corroborar que no estaba equivocado con respecto a que fuese Hermione, era todo lo que encajaba desde la marrón mirada hasta las clases compartidas y el dichoso novio, no podía ser nadie más que el idiota de Draco. Pensó el ojiazul, cada vez más convencido de todo.
- Ay amigo, sí que te pinta un panorama difícil
Pero ánimo, ¿por qué no se lo dices?, nada pierdes con intentarlo, tal vez ella te corresponda. Fíjate en mi caso, que no me atrevía a decirle nada a Luna, y ya ves ella se acercó al mismo tiempo que yo -finalizó el pecoso, dándole animo a su compañero de gafas.
- ¡RON, esto es diferente, porque ella es mi amiga! y es...
- ¡Hermione!-Exclamó finalizando la frase Ron, ante la mirada atónita del ojiverde.
-¡QUÈ!, ¡¿Qué te hace pensar eso?!-dijo nervioso Harry, que sin darse cuenta volvió en sí y reflexionó asustado de que pudiese haber dicho algo que le delatara.
-¡Ay por favor Harry, tú me lo acabas de decir!-dijo Ron tratando de infundir confianza para que aquel le terminara de revelar su teoría.
- Yo...yo...yo ¡¿Yo te dije eso?!-exhaló con voz entrecortada Harry.
- Bueno no así completo, pero me describiste todo, y encaja con Hermione y tu relación con ella -Ron hizo una mueca de haber logrado un gran descubrimiento.
- Es ella, ¿no?-le miró ceñudo y dudoso.
El chico de ojos esmeralda bajó la cabeza y asintió.
- ¡Lo sabía!-hizo una mueca triunfal.
Sabes, soy distraído pero no tonto y algo así ya me lo imaginaba. Aunque no me hubieses dicho eso se nota, y mira que has sabido ocultarlo amigo, ¡tú sí que eres un mago!-Ron bromeó para calmar la tristeza de su amigo, pero no lo consiguió.
- Sabes Ron, ella jamás se fijará en mí. ¡Y de eso estoy seguro!-decía por lo bajo, con tristeza en la voz Harry.
- ¡Yo no estaría tan seguro, nada en este mundo es definitivo, así que lucha!. ¡Dime cuándo un Gryffindor lo ha dejado de hacer!-le daba un último golpe de apoyo, y se incorporaba bostezando.
- Sabes Harry, me voy a la cama, ¿no vienes? -preguntó, aunque en el fondo sabía que no lo haría, y en efecto éste negó diciendo que le esperaría para si quiera verle. Esta vez Ron fingió no esperar a Hermione, como casi siempre hacían hasta que regresará de su ronda cuando le tocase. Aprovechando que así le daría espacio para que sus amigos estuviesen solos, y rogando que su mejor amigo se sincerara con la castaña y ésta no le desilusionara. Cruzó los dedos dentro de los bolsillos de su túnica y desapareció tras las escaleras sonriendo y deseándole suerte al chico de cabello revoltoso, que inmediatamente volvió a tratar de concentrarse en sus deberes pese a que sabía que no lo conseguiría.
Fin del Flash Back
Observó su reloj, marcaba las 11:55 de la noche. Entonces un ruido procedente de la misma habitación le indicó que alguien acaba de entrar en la sala común, y al dirigir su esmeralda mirada pudo ver que por el retrato entraba cierta castaña que desde hace mucho le robaba el suspiro.
-¡Hola Harry!,¡¿qué haces despierto?!-le cuestionó nerviosa y el chico lo notó, pues apenas él le miró ella bajó la cabeza y usando como cortina sus cabellos disfrazó muy bien la escena donde fácilmente disimuló para poder limpiarse las lágrimas en su marrón mirar.
- Pues según yo, este... terminado la tarea -decía entre nervios y dudas.
-¡OH bien!, si quieres... mañana te ayudo y verifico si están bien tus apuntes. ¿Qué te parece? -dijo ella con voz evasiva y él asintió, Her sólo le miró con melancolía y decidió cruzar a zancadas grandes la sala común.
-¡Hermione! -exclamó él, cuando la ojimiel estaba en el primer escalón de las escaleras que daban a los dormitorios de las chicas.
-¡Hasta mañana, Harry!-volteó levemente la cabeza y le brindó una triste sonrisa.
-¡Hermione!,¡¿te sucede algo?!-le preguntó dejando el rincón donde estaba sentado, acercándose a ella entre nervios y tratando de mantener una conversación para que la chica no saliera huyendo.
-¡No, nada!-exclamó con una negativa poco creíble, pues su voz se escuchaba triste.
-¡¿Estás segura?!,¡te escuchas triste!-dijo rápidamente y se sorprendió al mismo tiempo por su atrevimiento, hace mucho sentía que la chica había dejado de tener la misma confianza de antes. Y no porque no se llevarán bien, sino porque ambos habían crecido y ahora tenían intereses distintos
por ejemplo los noviazgos, y eso en el fondo a él le molestaba, saber que ella se había convertido en una mujercita muy guapa y muchos le cortejaran. Aunque él no sé quedaba atrás, el curso anterior Cho le buscó, a pesar de eso él ya no estaba interesado en ella, ni en ninguna otra que no fuese la castaña. Pero a pesar de ello se refugió en la excusa de no querer arriesgar a alguna chica con eso de que Voldemort iba en pos de él, a que le hiriesen por su culpa, pues él dijo a todos que no permitiría que alguien sufriese por estar a su lado. Y en realidad también era en gran parte la razón para no decirle nada a Hermione de sus sentimientos, aunque últimamente había pensado en que ese sentimiento le ayudaría a vencer a Voldemort. A pesar de que ella nunca le quisiese como algo más que un amigo para él verle cerca le bastaba y le daba fuerzas para seguir adelante.
-¡No es nada, sólo es cansancio por todo el trabajo que tuvimos hoy... y la ronda!-volvió a decir negativamente, pero su voz no abandonó el tono de tristeza.
-¡Hoy se prolongó más tu ronda!-exclamó el ojiverde mientras se acercaba más a Hermione.
-¡Este... sí porque di un par de vueltas más!-contestó sin verle, nerviosa y con intenciones de huir. Pero el chico logró detenerle y por fin pudo hacer que voltease a verle y pudo observar lágrimas en sus ojos ahora rojizos y vidriosos.
-¡Hermione, por qué me mientes!. ¡Te conozco, a ti te sucede algo!, ¡Y puedo decir que es algo malo!-exclamó sorprendido y tomando seguridad, mientras le llevaba y sentaba junto al fuego que ahora casi se encontraba reducido a cenizas sentándose enfrente de ella. (n/a es el mismo sofá)
-¡Sabes que puedes confiar en mí!-le dijo entrecortadamente y ella le miró y asintió cabizbaja.
Soy tu mejor amigo,
tu pañuelo de lágrimas,
de amores perdidos...
- Se trata de un chico -le respondió en susurro, sincerándose y a la vez sorprendida por esto.
- Ah, es eso
¡Mira que si el estúpido desabrido e idiota de Malfoy se atrevió a hacerte algo, está muerto!-exclamó con enfado, incorporándose y a la vez haciendo un gesto violento con las manos.
-¡No Harry!,¡No se trata de Draco!. Se trata de... de
-pero Harry no llegó a saber de quién se trataba pues ella trató de correr hacia los dormitorios, aunque él tuvo tiempo de retenerle y le abrazó contra sí.
Te recargas en mi hombro,
tu llanto no cesa,
yo sólo te acaricio.
Y me dices por qué la vida es tan cruel con tus sentimientos?
-¡Hermione!-dijo él en voz baja, pero la chica sólo se limitó a abrazarse a él con mucha fuerza, como si en ello se le fuera la vida y dejó caer lágrimas silenciosas en su hombro del chico.
-¡Harry, por qué es tan cruel el amor?!,¡por qué no te puede querer la persona que más amas en el mundo!-exclamó entre sollozos, apretando los dientes y abrazándole con mayor fuerza. Él la apretó igual contra su pecho, tratando de consolarle y a la vez sorprendido por la reacción de la chica.
-¡Créeme que te comprendo más de lo que imaginas, Her!-le decía entre susurros y lágrimas que volvían a brotarle de su esmeralda mirada.
"¿Quién será el dueño y la causa de esas lágrimas Her?" "¡Porque es un idiota y a la vez afortunado!"- pensaba mientras en la mente de la castaña pasaba algo similar -"Harry si supieras que tú eres esa persona a la que yo amo más que a mi propia vida" "Yo quisiera ser la chica de la que tú te enamoras, pero eso es imposible"- él le pasó los dedos por su espesa y suave cabellera castaña, mientras que Hermione se aferró más al cuerpo de él.
Yo sólo te abrazo, y te consuelo.
Me pides mil consejos para protegerte,
de tu próximo encuentro.
Sabes que te cuido, lo que no sabes es que...
Lentamente Hermione se separó de él pero Harry la volvió a halar hacia sí.
- Harry -exclamó ella desde su hombro, aún continuando con el abrazo pero ya sin aferrarse a él.
- Dime-le respondió.
-¡Debes pensar que soy una tonta!-le miró con pena.
-¡Her, yo no pienso eso de ti!-le dijo cariñosamente, observando sus sombras en la pared proyectadas por el tenue fuego. Vistas así parecían dos chicos bailando románticamente abrazados, como dos enamorados. Y sintió en su corazón una gran emoción al imaginarse algo así, aunque sólo fuese eso, imaginación. (n/a ahora se encuentran parados a unos pasos de las gradas)
- Pero...pero debes creer que debería ser feliz -exclamó aún sollozando.
-¡¿Por qué?!-le repitió éste.
Hermione se soltó del abrazo y volvió a sentarse junto al fuego con la mirada clavada en él, Harry le imitó y se sentó a su lado.
-¡Hermione!-habló rompiendo el silencio.
-¡Hum!-se limitó a musitar aún viendo el fuego.
- Puedo...puedo preguntarte algo...?-le cuestionó con la voz entrecortada, ella asintió.
-¡¿Por qué estás así, si no es por Draco?!-le dijo por fin, y la chica le miró de reojo pero inmediatamente volvió la mirada hacia la chimenea.
-¡Ves, te dije que debes pensar que soy una tonta!, Porque debería ser feliz de tener un chico a mi lado. Pero en parte tienes razón, lo que me hizo llorar fue algo que me dijo él -rió algo triste y sarcástica -¡Pero no algo malo!-agregó al observar que este iba a ponerse de pie e intentaría golpear a Malfoy.
-¡¿Cómo?!-le miró extrañado, y ella pudo dirigir su mirada hacia él por primera vez en lo que llevaban hablando y pudo ver que él también tenía lágrimas.
- Draco me dijo que yo... que yo...-comenzaba pero más lágrimas se hacían presentes en sus bellos ojos, los cerraba forzándolos y continuaba, Harry le escuchaba atento.
- Esta noche me encontré con él en los pasillos, dijo que me estaba esperando para hablar conmigo y dar quizá un paseo, si yo así lo deseaba. Yo le dije que sería romper las reglas pero insistió y yo finalmente accedí y ahí comienza todo.
Flash Back
-¡Jane!,¡Jane!-alguien gritaba en susurros detrás de una estatua cerca de la sala común de Slytherin, la castaña volteó y se sorprendió al ver a un chico ojigris saliendo de su escondite.
- ¡Draco, ¿Qué haces despierto?!,¡Deberías estar por lo menos en tu sala común!-dijo reprendiéndole.
- ¡Tenía que verte, además necesitaba hablar contigo urgentemente!-decía éste en su defensa.
- ¡¿Damos un paseo?!-propuso el chico.
- ¡Draco no!, ¡eso está prohibido!-negaba.
- ¡Já, por favor Jane, esa palabra está borrada de tu vocabulario, desde hace mucho!. No me dirás que tú junto con Potter y Weasley nunca se han saltado la mayoría, si no es que todas las reglas de este lugar desde que llegaron, porque yo lo sé muy bien -afirmaba mirándole seguro, ella se sonrojó un poco.
- Sí es verdad pero...pero
- ¡Pero nada!,¡anda vamos!-continuaba éste mientras le jalaba de la mano.
- ¡Draco no...no!...-exclama pero sus intentos eran vanos ya que sus pies resbalaban y cediendo avanzaba con él.
Dos jóvenes paseaban cerca del lago... - Jane.
-Sí, dime?
- Tú de verdad me quieres o sólo estás jugando conmigo?, mira que si es así yo... yo...
- ¡Draco por qué me dices eso!
- Yo me he dado cuenta que tú estás enamorada, pero no se si precisamente de mi.
- Sabes Jane, yo de verdad te amo y es la primera vez que lo digo, y que lo siento. Pero desearía que fueses sincera y no nada más conmigo, sino contigo es con quién realmente debes sincerarte.
- Yo...yo... deseo que me llegues a amar, rogaré por ello, y lucharé porque así sea.
- Hasta mañana, recuerda que te amo -exclamaba finalmente, dándole un tierno beso en la mejilla y dejándole anonadada y sin poder decir nada, mientras él emprendía camino hacia el castillo. Ella se quedaba un rato más en los alrededores, entonces por sus mejillas comenzaban a rodar lágrimas y decidida emprendió el viaje hacia la sala común.
Fin del Flash Back
- ¡¡Y te dejó ahí sola, sabiendo que podía pasarte algo!!-exclamó molesto Harry.
- ¡Harry, eso no es lo que me hace sufrir!, ¡¿No entiendes?!. ¡Él sabe que no le quiero como él espera que le quiera, que le ame!, ¡¿y no sé cómo le podré responder cuando me pregunte si ya puse en orden mis emociones y sentimientos?!-finalizaba volviendo a derramar lágrimas y encogiéndose de rodillas se abrazó a sí misma.
- ¡Tengo miedo de lastimarle!,¡y no podré darle vueltas a esto!. ¡¿No sé que voy a decirle mañana?!, o cuando le vuelva a ver. ¡Porque yo ya sé lo que siento en verdad! -continuaba entre sollozos, él sólo le miraba y sentía que un nudo muy fuerte se le hacía en la garganta "Entonces Draco tenía razón al pensar que ella está enamorada, pero no de él sino de otro"- pensó Harry, pero daba igual que fuese Draco u otro, de todas formas para Harry era doloroso saber que su Hermione sólo seguiría viéndole como un amigo.
Yo quisiera ser ese por quien
tú te desvelas y te desesperas.
Yo quisiera ser tu llanto,
ese que viene de tus sentimientos.
Yo quisiera ser ese por quien tú despertaras ilusionada,
yo quisiera que vivieras, de mí siempre enamorada...
- ¡Her, tranquilízate!-le decía tratando de reconfortarle.
- Mira, por qué no tratas de dormir -proponía mientras le volvía a abrazar, la chica levantaba la mirada y cerrando sus ojos se aferraba a la cintura del chico provocándole que éste se sonrojara, más sin embargo le dio unas palmadas en la espalda y sintió que ésta seguía llorando.
Poco a poco se quedaron en silencio, él observó el fuego que ya crepitaba débilmente, la abrazó con más fuerza y estando así se fueron quedando dormidos sin sentir.
Harry escuchó murmullos entonces despertó asustado, sintió que alguien respiraba y el resuello provenía de su cintura. Entreabrió perezosamente los ojos y pudo divisar una sombra borrosa que se abrazaba a su cuerpo, al reconocerla se acordó que era Hermione y recordó lo que hablaron esa noche. Sintió una emoción por tenerle así y sentir la calidez de su amiga tan cerca, como durante tanto tiempo sólo se imaginó. Pero ahora que veía con más claridad pudo ver que todo estaba totalmente oscuro, volvió a escuchar los murmullos y se dio cuenta de que los labios de Hermione eran quienes pronunciaban palabras sin sentido. Agudizó el oído y trató de entender lo que decía.
- Te amo, te amo, te amo...- a él se le congeló la sangre al escuchar eso.
- Te amo... yo te amo... ¡H arry!- Hermione continuaba murmurando, iba a decir te amo Harry, pero al final lo cambió por una exclamación de sorpresa, y despierta le miró asustada.
- ¡HARRY, Me...me quedé dormida!. ¡Santo cielo!, ¡¿por qué no me despertaste?!-gritaba en susurro, incorporándose un tanto sonrojada, cosa que para su alivio Harry no notó por la penumbra en la que se encontraban.
- ¡Tranquila!, ¡Nos quedamos dormidos más bien dicho!-le respondió él.
- ¿Qué hora es? -le preguntó un poco más tranquila.
- No sé, pero debe estar amaneciendo -exclamó éste, señalando las ventanas.
- ¡Tengo frío!-dijo la castaña titiritando y abrazándose a sí misma. Harry la abrazó y sacó su varita diciendo en un murmuro "Lumos"
Una lucecita les alumbró y él pudo ver su reloj, el cual indicaba que no se equivocaba pues marcaba las 5:40 AM.
- ¡Harry!-decía en tono asustado la chica.
- Qué?-le respondía tranquilo.
- ¡¿Qué dije entre sueños?!-le veía preocupada temiendo haber dicho algo que le delatase sobre sus sentimientos hacia el ojiverde, que ahora se encontraba con ella tratando de resguardarla del frío.
- ¡No sé, no te entendí, pues aún no despertaba bien!-le decía mintiéndole, ella le miraba poco convencida.
- ¡Es en serio!-afirmaba pero sin mirarle.
- Te creo -decía ella, bostezando.
- Bien, será mejor irnos a nuestros dormitorios, antes de que alguien nos encuentre aquí -le dijo sonriendo algo extrañada por lo acontecido horas antes, él asintió y se incorporaron del sofá.
- ¡Harry!-exclamó Hermione antes de que él desapareciese por las gradas, él le regresó a ver.
- No comentes con Ron lo que pasó, okis-le decía cabizbaja.
- ¡Créeme que no pensaba hacerlo, te reitero que puedes confiar en mi Her!-le decía con una mirada de nostalgia, por la poca confianza que parecía tenerle.
- Yo...yo...-comenzaba la chica apenada.
- No... descuida Her... no diré nada...-le decía él aún más apenado por decirle Her, aunque parecía que a ella no le sorprendía o no se daba cuenta. (Más bien aparentaba no darse cuenta.)
- ¡No Harry!¡ yo no desconfío de ti, al contrario eres la persona en la que más confío en la vida!-exclamó en una leve pero sincera sonrisa y él sintió que su corazón saltaba, antes de poder decir algo la castaña despareció tras las gradas. Y él siguió subiendo un poco más animado pese a haber escuchado que ella decía "Te amo", al menos no alcanzó a escuchar de sus labios el nombre de aquel que le roba suspiros a su amada, y por el momento no tendría que soportar ver cuando estuviese cerca de ella y querer golpearle. Harry llegó al final de las gradas perdido en sus pensamientos, sobre todo lo que había acontecido en su vida ese día, y sonriendo nostálgicamente entró en el cuarto. Observó que los doseles de sus compañeros estaban corridos, así que aprovechó los escasos cuartos de hora que le quedaban para descansar. Aunque creía firmemente que no pudo haber dormido mejor que hasta esa noche teniendo en brazos a la ojimiel que le robaba el pensamiento, y con eso grabado en su mente cerró los ojos.
A Hermione le sucedía lo mismo, tras cerrar la puerta de la habitación de las chicas de 7° y observar que todas se encontraban en brazos de Morfeo, o sea en el 7° sueño, con una leve sonrisa sintió cómo su corazón palpitaba de emoción. Había dormido abrazada al amor de su vida, y aunque le provocaba algo de pena, reconocía que había sido la mejor noche de su vida hasta ahora. A la vez se sentía bien por haberle dicho que no amaba a Draco, ahora sólo faltaba confesarle que era él el dueño de su corazón. Pero por otro lado se sentía mal por Draco, él no se merecía que le engañara. ¡¿Qué haría?!, estaba confundida.
El día transcurrió estable, Harry observó cómo el rubio platinado insistía en preguntarles a él y a Ron dónde se encontraba Hermione. La chica les pidió como favor que le dijesen que no le habían visto para nada, cosa que extraño a Ron más sin embargo accedió sin cuestionamientos ya que la sola perspectiva de saber que su amiga no estaría cerca del chico ojigris parecía ser una razón poderosa. Para Harry, quien sabía los verdaderos motivos que la chica tenía para no ver al Slytherin y rehuirle, le comprendía. Pero también tenía miedo de que la chica finalmente se atreviera a confesarle al chico que amaba, sus sentimientos y éste finalmente le aceptara, el sólo pensarlo le causaba un gran dolor en el pecho.
- ¡Harry!, ¡Ey, ey... ¿estás ahí amigo?!-le llamaba el pelirrojo pasándole la mano enfrente de la vista ausente del ojiverde.
- Este... sí...sí -contestó distraído.
- ¡Ahhhhhh, el amor!-sonrió en tono burlón y meloso.
- ¡Ya Ron, déjame en paz!-le respondía molesto.
- Ay ya, tranquilo Harry, por lo menos sabes que Hermione no quiere ver al imbécil de Malfoy. ¡Y por el momento eso es grandioso, no?!-exclamaba Ron mientras se servía unas salchichas asadas en el comedor como paltillo principal.
- Y hablando de la chica desaparecida, que no piensa venir a comer? O tampoco quiere vernos a nosotros -continuaba él mientras partía la salchicha, Harry se limitaba a encogerse de hombros algo triste.
- Hola, puedo sentarme? -decía una voz algo melodiosa, a Harry le dio un vuelco el corazón, pero inmediatamente reconoció que la voz pertenecía a Ginny y volvió a sentirse desilusionado.
- ¡Claro!-le dijeron los dos y la chica se sentó junto a Harry.
- ¡Ron!,¡Ron!-gritaba una chica de cabellos rubios.
- ¡Luna, ya voy!. Chicos el amor llama -decía el pelirrojo mientras desaparecía de la mesa de Gryffindor, para reunirse con su novia en la de Ravenclaw, dejando solos a Ginny y Harry.
- Oye Harry, últimamente te he notado extraño. No has puesto mucha atención a los entrenamientos y ni siquiera... ¡Harry...Harry!... ¡¿estás bien?!-decía la chica tratando de llamar su atención pero él estaba ausente.
- Este...sí. ¡¿Ginny no has visto a Hermione?!-le preguntaba con una leve desesperación en la voz, ella fruncía el entrecejo y negaba con la cabeza
- ¡OH!-le decía algo triste.
- Pero si tú no lo sabes, ¡Menos yo!-exclamaba con un dejo amargo en la voz.
- Digo, como tú eres su mejor amiga -le decía sin mirarle y jugando con su almuerzo.
- Sí, y eso que no quiere decir que tenga que cuidarle como a un bebé. Pero me imagino que está con su novio -le decía impaciente, Harry sentía horrible al escuchar la palabra novio.
- ¡No, no está con él!-exclamaba algo tenso, apretando el tenedor en sus dedos.
- ¡Pero digo, es lo más lógico!-le miraba ceñuda.
- Ah, porque ella dijo que iba a estar ocupada y si veíamos a Draco le dijéramos que no sabíamos a dónde había ido después de clases. ¡Pero ni siquiera a nosotros nos dijo dónde iría!-hablaba con tristeza.
- Ah, yo no sabía que se habían molestado. ¡Pero apuesto a que pronto se reconciliarán!-comentaba la pelirroja sin incomodarse.
- Oye Harry, ella... ella no te ha dicho nada acerca de mi? -le cuestionaba algo rápido, poniéndose colorada.
- No -le contestaba algo distraído.
- ¡Ah!-le veía desilusionada.
- ¡Oye Harry!-le llamaba una voz a sus espaldas y al voltear se encontraba con Parvati Patil.
- Sí dime? -le veía extrañado, mientras Ginny observaba atenta.
- Hermione dice que si puedes encontrarte con ella en los pasillos de la biblioteca, dentro de unos 15 min. -le decía la chica.
- ¡Gracias, Parvati!
- De nada, eso es todo, con permiso -y se retiraba sentándose a lado de su amiga Lavender.
- ¿Para que querrá verte Hermione? -le cuestionaba Ginny pero él se levantaba inmediatamente del asiento dejándole desconcertada.
- ¡Harry!-gritaba ella.
- ¡Nos vemos luego Ginny, vale!-gritaba radiante mientras salía corriendo por los pasillos del comedor y esquivando a muchos alumnos que se dirigían al gran comedor para la hora de la comida. Ron le miraba de soslayo y sonreía alegre.
Tú te me quedas viendo, y me preguntas,
si algo me está pasando.
Y yo no sé qué hacer, si tú supieras que me estoy muriendo,
Quisiera decirte lo que yo siento...
- ¡Hermione!,¡Hermione!-gritaba él mientras una chica de cabellos castaños esperaba en los pasillos de la biblioteca.
- ¡Shusss, Harry estamos cerca de la biblioteca!-le silenciaba cuando por fin llegaba a donde ella se encontraba.
- ¡Lo siento!-se disculpaba algo agitado por las prisas y la carrera que había emprendido en cuanto Parvati le dio su recado.
- Her apenas vine en cuanto Parvati me dio tu recado. ¿Para qué querías verme?, ¿estás bien?. ¡¿Te pasa algo?!, ¡¿ya comiste?!-bombardeaba él mientras la chica le tomaba del brazo y en esos momentos salía la señora Pince y les vía ceñuda.
- ¡Qué es todo este escándalo, hay jóvenes que tratan de leer aquí! ¡Así que, o guardan silencio o se van!-exclamaba con enfado.
- ¡Discúlpenos, señora Pince!-decía Hermione y tomaba de la mano a Harry.
- ¡Ven, sígueme, necesito hablar contigo Harry! -él le seguía algo confundido pero alegre de estar con ella. (n/a Los chicos no veían que cierta pelirroja también les seguía los pasos de cerca.)
- ¿Y es muy importante, Hermione?-le cuestionaba mientras daban un paseo por el lago, sin darse cuenta ya habían llegado a los límites de éste.
- Harry yo... -comenzaba ella pero le observaba algo confundido y desviaba el asunto deteniéndose en los límites del lago con el bosque prohibido.
- ¡A ti te sucede algo!, ¡Y no me vallas a salir con que no, porque te conozco mejor que nadie! -le miraba con el entrecejo fruncido, dudosa y a la vez exclamaba con firmeza en la voz. Y ante su propio comentario se sorprendía por su atrevimiento de decirle "mejor que nadie", se mordía el labio inferior algo sonrojada.
- "¡Qué hermosa luce cuando hace ese gesto!"-pensaba el chico ojiverde, algo nostálgico.
- ¡Caray, siempre tienes la razón en lo que respecta a mi vida, Her!-exclamaba algo triste y apenado, provocando nuevamente que la chica sintiese arder sus mejillas.
- Bueno, no es que yo sepa todo, verdad. Pero te conozco Harry, y sé cuando te pasa algo, y apuesto que es algo malo -rectificó la chica, aún con colores en el rostro.
- ¡No Her, es en serio, me conoces mejor que nadie!-repetía él.
- Se trata de una chica, ¿verdad? -ahora era ella la que tenía un dejo de tristeza en la voz.
Pero tengo miedo de que me rechaces,
y que sólo en mi mente,
vivas para siempre. Por eso...
- Sí -confirmaba él, Hermione sentía como si 1000 puñales se le clavasen en es momento en su corazón.
- Anoche te dije que te comprendía -le miró cabizbajo y no pudo observar cómo lágrimas silenciosas resbalaban de los ojos marrón que ahora le miraban con tristeza.
- Ya veo
-dijo tristemente.
- Harry, tú no tienes porqué detenerte, eres libre... Tal vez ella te corresponda, eres un chico muy valiente y gua... po, y ¡un gran amigo!-le decía tratando de contener las lágrimas y sintiéndose mal por estar ahí, aconsejándole a su amor cómo acercarse, y casi empujándolo a declarársele a una chica que ahora envidiaba. Y que cabía la posibilidad fuese su mejor amiga, la pelirroja.
- ¡Ay Her, dudo que ella me miré como algo más que un amigo!. Hace unos instantes me lo repitió, somos amigos. Y ella está enamorada de otro -exclamó con voz tenue y triste, tirando piedras al lago.
- Ah, entonces casi acabas de hablar con ella-le vio con melancolía tratando de que él fijase su mirada, aunque sabía que si lo lograba tal vez se desvanecería ante ella, así que fue mejor así. Harry tenía su mirada clavada hacia la nada.
- ¡Sí, me lo repitió ya te dije!. Así que ahora sí me queda claro que nunca voy a poder decirle nada de lo que yo siento por ella, esto que me quema por dentro como si fuese una llama dolorosa y tendré que resignarme a vivir con esto hasta los últimos momentos de mi vida. ¡Que a lo mejor será más pronto de lo que me imagine!-decía con tristeza y a la vez con tono de que le diese igual.
- ¡¡¡Harry, eso no es gracioso!!!, ¡¡¡Voldemort no te matará, porque... porque antes tendrá que matarme a mí!!! ... -gritaba con lágrimas en su marrón mirada, con una tristeza enorme. El ojiverde le observaba confundido, y por sus ojos también resbalaban lágrimas de melancolía. En eso la menor de los Weasley interrumpía la plática de ellos, cosa que causaba desconcierto y enfado en Harry, Celos y tristeza en Hermione. (n/a Qué metida de pata de Ginny).
- ¡Harry!,¡Harry!-le llamaba la chica.
- ¡Me dejaste muy confundida, hace unos instantes en el comedor!-continuaba sin percatarse de las lágrimas de ambos chicos. A Hermione esta revelación le confundía más, por lo anterior dicho del ojiverde "hace unos instantes me lo repitió, somos amigos"- Más que confusión, dolor, pues sabía que de ser Ginny él estaba equivocado. La chica sí le quería, cosa en la que sí se equivocaba pues era ella y no Ginny. (n/a lo digo qué ganas de sufrir caray, y además Ginny qué metiche).
- ¡AH Ginny, luego hablamos, te dije!-le decía Harry cortante.
- Hermione, yo...-comenzaba pero la chica le interrumpía y se adelantaba en su contestación.
- ¡No Harry!... ¡descuida, yo me voy!-decía con tristeza y miraba por última vez a ambos, antes de emprender el viaje de regreso al castillo.
- ¡Hermione!,¡Ey espera!-gritaba pero la chica le ignoraba y le decía a su vez.
- ¡NOS VEMOS EN LA SALA COMÚN, ESTARÉ EN LA BIBLIOTECA!-exclamaba Hermione, limpiándose las lágrimas que ahora bañaban su rostro, pero más que sentirles resbalar por las mejillas, las sentía en su corazón.
Harry se quedaba triste en el lago y le veía marchar contra el viento, sus rizos castaños volaban y él se sentía desdichado porque jamás podría acariciarles como él deseaba. Por sus ojos salían más lágrimas silenciosas, se sentaba en las orillas del lago bajo la sombra de aquella haya que fuese testigo silencioso de todas esas tardes de ocio, travesuras o trabajo de los tres. Recordando todo sonrió con nostalgia y melancolía. Ginny se sentaba a su lado, desconcertada.
- Harry, qué ocurre? -le miraba extrañada.
- Ginny, no quiero ser grosero. Pero quiero estar solo, así que te pediría de favor...
- ¡Entiendo!- decía algo desilusionada, se paraba y se marchaba.
Yo quisiera ser ese por quien
tú te desvelas y te desesperas.
Yo quisiera ser tu llanto,
ese que viene de tus sentimientos.
Yo quisiera ser ese por quien tú despertaras ilusionada,
yo quisiera que vivieras, de mí siempre enamorada...
Después de que Hermione desapareciese del lago dejándole solo, la chica se encerró en la biblioteca, cosa que no era extraña para muchos. Él fue directo a la sala común donde una vez más Ginny trató de crear un acercamiento, pero sus intentos fueron vanos, pues el ojiverde se encontraba absorto en su pena. Ron notó la situación y convenció a la chica de que fuese a dormir pues le veía muy cansada, ella accedió un poco deprimida.
- Bien, ahora sí me vas a contar que es lo que está pasando entre tú y Hermione -le cuestionó.
- ¡Entre ella y yo jamás podrá haber algo que no sea una amistad, y ya!. ¡¿Contento, Ron?!-exclamaba algo enfadado y triste.
- ¡No, no estoy contento Harry!. Soy lento te digo, pero no tonto, y apuesto mi escoba a que a Hermione no le eres indiferente. ¡Y aunque sea lo último que haga, ustedes dos terminarán juntos, ok! Ahora te dejaré que sigas sufriendo, si es lo que quieres -decía poniéndose rojo y sorprendiendo a su ojiverde amigo, éste se incorporaba y se volteaba mirándole algo enfadado.
- ¡Qué ganas de complicarse la vida ustedes dos, y es en serio!-finalizaba desapareciendo tras las gradas de la habitación de los chicos. Dejándole solo y desconcertado.
Harry se quedaba pensando y algo confuso y molesto por la reacción de su amigo.
- ¡Él no entiende!, ¡Claro, como su amor está con él!- se decía a sí mismo mientras golpeaba con rabia el cojín que tenía entre sus manos. Crookshanks le miró también molesto y con suficiencia, y se estiró frente a él con una mirada acusadora. Saltó a un asiento que se encontraba a lado de él.
- ¡Tú qué me ves, eh?!. ¡Si estoy así es por la culpa de tu ama, hum! Créeme que de verdad le amo, pero jamás podré decírselo, pues ella ya suspira por otro!. ¡Que está claro no soy yo!, ¡Además de qué me serviría que lo supiese, eh?!. Sabes, tú eres afortunado, te acaricia, y te mima. ¡Te envidio!, si algún día me transformo en un animago tal vez me convierta en su mascota, como gato-decía con un sarcasmo de tristeza.
Crookshanks le miró con ofensa y altanera incredulidad, como si comprendiese que Harry cada día estaba peor.
Nuevamente se había quedado solo y las llamas de la chimenea ya crepitaban débilmente. Se incorporó y echándole una mirada dura al gato, que en ese instante maúllo, se dirigió a la ventana y observó la luna con nostalgia y lágrimas silenciosas volvieron a recorrer sus ojos, esta vez ni siquiera hizo el menor esfuerzo por retenerlas. En eso escuchó ruidos a su espalda y junto con ellos una voz algo triste, que le llamó algo asustada y sorprendida.
- ¡HARRY, me asústate!. ¡¿Otra vez aquí?!-le decía cabizbaja la castaña.
- ¡No tenía sueño!-respondió él, y pudo observar cómo de aquellos ojos marrón que tanto le causaban estragos cada vez que le veían, rodaban gruesas lágrimas y se tornaban rojizos y vidriosos.
- ¡Y tú!, ¡¿qué me dices de ti?! ¡Otra vez llorando!-le reprendía, limpiándose las lágrimas antes de que ella se diese cuenta que él también estaba llorando.
- ¡Yo, no... estaba llorando!-exclamaba algo nerviosa desviando su triste mirada marrón.
- ¡Es inútil que lo niegues, porque así como me conoces, yo también te conozco bien Hermione Granger!. ¡Y sé cuando me estás mintiendo!, ¡¡como ahora!!-le decía él acercándose y tomándole de la barbilla, girándosela con delicadeza hasta que ambos quedaron viéndose de frente. Ella miraba su reflejo en aquellos ojos verdes esmeralda por cuyo dueño siempre lloraba, casi por cualquier motivo. Él también pudo verse reflejado a través de esas lágrimas que se acumulaban en aquella marrón mirada. Unos leves instantes se miraron directamente a los ojos y por sus mente pasaron mil y una emociones, al igual que sintieron en sus corazones.
La chica se apartó y fue a tomar en brazos al gato canela que estaba enroscado en su sillón, y tomó asiento frente a la chimenea. Crookshanks ronroneó feliz, mientras ella pasaba sus finos dedos entre el espeso pelaje del felino.
Yo quisiera ser ese por quien
tú te desvelas y te desesperas.
Yo quisiera ser tu llanto,
ese que viene de tus sentimientos.
Yo quisiera ser ese por quien tu despertaras ilusionada,
yo quisiera que vivieras de mí siempre enamorada...
-¡¿Has estado llorando toda la tarde, Hermione?!,¡¿verdad?!-le reclamaba consternado, sentándose a su lado y en un impulso le abrazaba contra su pecho. La chica le abrazaba con fuerza y una vez más derramaba lágrimas por el mismo chico que ahora se encontraba frente a ella.
- Ya, tranquila. No me digas que el estúpido de Malfoy, o ese chico que dices, te hicieron llorar. ¡Porque ahora sí lo lamentarán!-le decía al oído de la castaña, causándole un escalofrío por la cercanía con la que ambos estaban. Harry rozó sus labios con el lóbulo derecho de Hermione, a él también le provocó cierta ansiedad de tenerle tan cerca y no poderle besar.
-¡No Harry, ninguno tiene la culpa de que yo sea una tonta cobarde!-exclamaba con la voz entrecortada.
-¡Hermione, ningún chico merece tus lágrimas!-continuaba abrazándole más fuerte.
-¡Sabes que tú no eres ninguna cobarde, y mucho menos tonta, Her!
-¡Claro que lo soy, nunca podré decirle que todas las noches sueño con estar en sus brazos y besar sus labios!-repetía llorando.
A Harry parecía rompérsele el corazón en mil pedazos, pero aún así se mantenía firme al sujetarle con fuerza mientras pues su "amiga" parecía que fuese a desmoronarse si él le soltase.
-¡Hermione!,¡Tú...tú... ¡¿me quieres?!-le cuestionaba casi sin darse cuenta de lo que sus labios habían pronunciado, y cuando recapacitó era algo tarde pues la castaña le miraba extrañada y confundida, a través de su vidriosa mirada.
- Harry, yo... yo te...-pero no podía continuar, parecía que fuese a desmayarse. Hermione sufría mucho por la lucha interna entre sus sentimientos y su razón. Y parecía que ya estaba cansada de hacerle caso a la chica premio anual y prefecta, a la sabelotodo como muchos le llamaban. Al fin se estaba rindiendo ante el corazón que a gritos decía el nombre de Harry, y que le amase sin importar nada más.
Yo quisiera ser tu llanto, tu vida.
Yo quisiera
ser
tu... llanto
tu vida.
***
Notas de la autora:
La canción que le da titulo a este capitulo es del grupo Reik.
Gracias por darse un chance de leer
Anyeli Potter Granger
***
Harry se quedaba observando a su "amiga", que parecía algo aturdida y confundida. -"Esta vez sí que metiste la pata Harry"- pensó el chico, mientras la castaña se debatía en sus sentimientos y emociones, tratando de contestar a tan sorpresiva pregunta. Qué pensarían todos si supiesen, que Hermione Jane Granger, la estudiante modelo y actual premio anual, prefecta además. No pudiese contestar a tan sencilla cuestión?, pero era tan difícil decir "Te quiero" cuando sientes algo más que un simple cariño por una persona.
A veces pienso que te miento,
cuando que te digo que te quiero,
porque esto ya no es querer.
A veces creo que he muerto,
cuando no estás y yo despierto,
porque sé que esto ya no es querer...
-¡Hermione!-le llamaba el chico mirándole entre apenado, nervioso y confundido.
- Harry, yo... yo...-trataba de continuar, mientras se incorporaba dejando al chico más confundido que antes.
- ¡Claro que te quiero!, ¡¿qué pregunta es esa?!-le decía tratando de no mostrar su nerviosismo, que quedaba bien disimulado por sus sollozos. La chica se sentaba en un rincón de la ventana, por donde observaba nuevamente una luna hermosa. Harry le seguía y le miraba nostálgico, le tomaba la mano y la guiaba de nuevo al sofá que estaba frente a la chimenea, donde el fuego titilaba suavemente. Hermione le abrazaba y se recargaba en su hombro, cerraba los ojos, y él entre nervios pasaba sus dedos por los rizos ahora sedosos de ella.
-¡Trata de dormir, Her!-le decía en un susurro, mientras ella se acomodaba en su pecho, algo sonrojada.
El algo más, algo que me llena.
Algo que no mata ni envenena
Es algo más, algo más que amar...
-"¡Te amo tanto, Harry que no se cuándo podré decírtelo". "Tengo miedo de perderte, pero ya no sé qué hacer con este sentimiento"-pensaba la castaña.
-"¡Ay Her, si tan sólo supieses que ahora soy el chico más feliz del mundo, aunque sólo sea por estos instantes" - a la vez eso pasaba en la mente del ojiverde, que sentía su corazón fuese a estallar de emoción.
Ambos se abrazaban fuerte y así permanecieron un buen rato, tan sólo mirando el fuego, que ya crepitaba cada vez más débil. Tan sólo refugiados en sus emociones, sin saber que ambos estaban felices de estar así.
Es algo más que la distancia,
que el dolor y la nostalgia.
Sabemos que esto no nos va a separar.
Es darte un beso cada noche,
que tus manos me enamoren,
y que lo nuestro crezca cada día más.
Porque somos algo más...
- Her, perdóname... por lo que te dije esta tarde en el lago, sobre lo de mi fin tan cerca...-exclamó el chico, rompiendo el melancólico momento.
- Harry, sabes que te quiero demasiado y no quiero perderte jamás. ¡Eres muy importante en mi vida!, eres... eres mi... mejor amigo -finalizaba entrecortadamente.
Y ahí esta de nuevo la palabra "amigo" -pensaba tristemente él.
- ¡Ah, pero es que es imposible no pensar en el imbécil de Voldemort, cuando es la 5ª vez que le tengo enfrente y huye sin que yo pueda hacer algo!. Y lo que es peor que casi siempre me arrebata seres que yo quiero, como mis padres y Sirius. ¡Y no quiero que de nuevo me arrebate a quien más quiero en la vida, que eres Tú!-decía casi sin darse cuenta, ella le miraba con extrañeza.
- ¡¿A mí?! ¡¿Me quieres...?! ¡¿a mí?! -le preguntaba Hermione sin aliento, y él rápidamente agregaba algo nervioso.
- Sí, y a Ron. ¡Son mis mejores amigos!
- ¡Ah!, "amiga"-le veía algo desilusionada.
Pero Harry le tomaba las manos y le daba un beso en la mejilla, gesto que le hacía arder la cara apenada a la ojimiel. Pero también le correspondía con otro y lo abrazaba con más fuerza.
- ¡Te quiero mucho, Harry! Y lo que dije en la tarde... es verdad. ¡Estaré contigo hasta el final, te lo juro!. ¡Ese ser no te podrá hacer daño, eres un gran mago!
- Gracias, Her. ¡Y yo te juro que tampoco dejaré que te lastimen a ti!-le miraba sonriendo levemente, sincero y a la vez alegre de estar con ella. (N/a imagínense la escena tan romántica, ambos frente a la chimenea abrazados, ahhh qué lindo).
A veces creo que he vivido,
más de mil años contigo,
Porque sé que esto ya no es querer.
A veces pienso que es mentira,
por como entraste en mi vida,
porque se que esto ya no es querer...
- Harry -comenzaba en susurro la castaña.
- ¿Hum? -le respondía también en un susurro tierno.
- ¿Recuerdas? -continuaba - Todo lo que hemos pasado juntos, desde que nos conocimos
- ¡Claro que sí, es algo que estará en mi memoria siempre! Porque me alegra que tú hayas estado conmigo, lo que me pone triste, es que por mi culpa te hayan lastimado. ¡Él siempre lastima a los que más quiero, y a los que están cerca de mi!-decía cabizbajo y observándola con una triste mirada de culpa.
- ¡Harry, tú sabes que no tienes la culpa, todos los que estamos a tu lado sabemos perfectamente el riesgo que corremos al estar cerca de ti, pero no nos importa!. ¡Realmente a mi no me importa!, le agradezco a la vida el haberte conocido, ¡En serio!-le decía mientras por sus ojos castaños corrían lágrimas y observaba que por los de él también, ambos hacían más intenso el abrazo.
- ¡Harry, aún recuerdo que gracias a ti estoy viva!-exclamaba la ojimiel, continuando con la plática.
- ¡De verdad te lo agradeceré siempre!. A veces creo que es mentira la forma en la que me rescataron, aunque sabes que fue muy estúpido lo que hiciste. ¡En serio, ese Trol pudo haberte matado! ¡Fue muy heroico, lo digo en serio, pero muy tonto!. Pudiste haberme dejado ahí -exclamó algo nerviosa, y un poco apenada. Y a su mente vinieron los recuerdos y por ella cruzaron las escenas en las que trataba de acercarse a Harry, mas sin embargo en el momento que menos se lo esperaba fue él quien le salvó de aquel trol.
Flash Back
(N/a en este flash back voy a juntar la escena de la película y fragmentos del libro o.k es que me encantan los dos y trataré de tomar lo mejor.)
Hermione salía del cubículo donde se encerró a llorar durante la tarde después de que Ron le recordara que era una sabelotodo sin amigos, cuando su marrón mirada se clavó en un ser extraño del tamaño de una montaña y con un olor a calcetines sucios o algo por el estilo, y sólo atinó a encerrase de nuevo por el pánico que esto le provocaba. Sintió un miedo terrible, su corazón latía con fuerza, sudaba frío y le temblaba el cuerpo. Creía que su fin pronto llegaría, cuando escuchó abrirse violentamente la puerta principal de los servicios. Mientras ella sentía cómo pedazos de madera caían sobre su espalda y sus brazos, que utilizaba para cubrirse esperando un golpe más, que ahora sí le hiciese perder el conocimiento. Lo que escuchó fue la voz de cuya persona, ella empezaba a sentir algo especial, y que durante los siguientes años escucharía animándola y salvándola en innumerables ocasiones.
- ¡Hermione, vete!-exclamó con angustia y desesperación, el chico de gafas, ella atinó a salir huyendo.
- ¡Distráelo!-gritó a Ron, empezando a aventarle los trozos de madera que se encontraban en el suelo, el trol se detuvo a unos pasos de la castaña. Harry observó que Hermione se encontraba agazapada entre la pared y un lavabo, y parecía a punto de desmayarse, y el personaje deforme sintió los golpes de éstos pero al parecer cambió de opinión y su bastón dio un nuevo golpe en el lavabo en el que Hermione se resguardaba.
- ¡Ey, cerebro de guisante!,¡Bobo!-gritaron Ron y Harry al unísono.
Pero el ser no parecía querer dejar en paz a la castaña y justo cuando iba darle directamente a ella, Harry hizo algo muy valiente y muy estúpido, corrió y dando un gran salto y se colgó por detrás del cuello de aquel monstruo. El ser luchaba al sentir la presencia del chico, y éste aferrándose a no caer le clavó su varita en las fosas nasales del monstruo, lo que provocó una mayor molestia en el trol. El ser seguía luchando por quitárselo, con su bastón dispuesto darle a Harry que ahora pendía de su brazo y estaba de cabeza. Hermione miraba aterrorizada, mientras él gritaba, Ron empuñó su propia varita, y sin saber qué iba a hacer se oyó gritar el primer hechizo que se le ocurrió:
- ¡Wingardium leviosa!- el bastón salió volando de las manos del trol, dejó caer a muchacho, el bastón se elevó muy arriba luego dio vuelta y se dejó caer con fuerza sobre la cabeza de su dueño. El trol se balanceó y cayó boca abajo con un ruido que hizo temblar la habitación. Harry se puso en pie, le faltaba el aire, Ron aún seguía con la varita en mano y Hermione tomó la palabra primero, algo pálida y nerviosa cuestionó sobre si estaba muerto. Pero Harry negó diciendo que no lo creía, los tres miraban al ser cuando los profesores irrumpieron en los baños. Después de una reprimenda y unos puntos restados y ganados, los tres subieron a la sala común donde los demás habían continuado con la celebración de Halloween. Pero a partir de ese día los tres se volvieron inseparables, pese a las constantes discusiones durante los siguientes años con Ron, Hermione había ganado dos grandes amistades, aunque a Harry le viese como algo más.
Fin del Flash Back
- ¡Estás loca!, nosotros sólo hicimos lo que debíamos. Ahora el que estaría muerto sería yo -exclamaba el un tanto pálido de las orejas y rojo de las mejillas.
- Porque gracias a ti he salido adelante, y... "gracias a ti es que respiro, lo juro Her, eres lo mejor que me ha pasado en mi tormentosa vida"
- ¿Y? -le cuestionaba la chica algo confundida, ya que él se quedó ido.
- Ah, y eres muy valiente. Sabes, no cualquiera nos soporta, sobre todo a Ron.
- Aún, recuerdo que gracias a él y su metida de pata te pudimos rescatar -le decía un tanto nostálgico.
- ¡Oye!-le reclamaba ella con una leve sonrisa.
- Sí, en verdad ambos lamentamos muchas de las cosas que te hemos dicho y hemos hecho -le miraba con una extraña sonrisa.
- Ya ves, nadie es perfecto. Yo también les he dicho cosas sin pensar, pero seguiremos siempre siendo amigos...
- Ajá, amigos- exclamaba algo triste el ojiverde.
-"Aunque yo quisiera ser algo más que tu amigo"-pensaba
- "Amigos"-decía la mente de la castaña, y lo veía tristemente.
Es algo más, algo que me llena,
algo que no mata ni envenena,
es algo mas, algo mas que amar...
- ¡Sabes los quiero mucho a ti... y Ron! "Aunque por ti algo más que querer" -decía y pensaba Hermione
- ¡Harry, nunca voy a dejarte solo, eh!-le miraba decidida.
- ¡Gracias, Her!-le veía sincero.
Es algo más que la distancia,
que el dolor y la nostalgia,
sabemos que eso no nos va a separar.
Es darte un beso cada noche,
que tus manos me enamoren,
Y que lo nuestro crezca cada día más,
porque somos algo más...
- Hermione, recuerdas la cara que puso Ron cuando le dijimos lo del giratiempo?
- Sí
- También te agradezco tu gran ayuda, aunque sólo sirviese para prolongar un poco la vida de Sirius -esta vez hablaba más deprimido.
- ¡Ves, porqué digo que él nunca me dejará en paz, ni a los que me rodean!
- ¡Shuss!-le silenciaba la chica -¡No recuerdes eso!
- Harry, si tú dices que nos hace daño, míralo de esta manera. Voldemort no dejará a nadie en paz, porque ambiciona tener el poder independientemente de que estemos cerca de ti o no -decía tratando de tranquilizarle.
- Sí, pero daña más a los que me rodean.
- ¡Te he dicho que no! Además, él está perdido porque tú eres...eres... un héroe -decía con voz apenada - Aunque insistas que eres sólo una tonta arma, ¡créeme que para mi eres más que eso! Eres... un gran mago, valiente y sobre todo nunca te dejarás y no te dejaré te lo repito y no me cansaré de hacerlo, y apuesto a que los que te conocemos piensan igual -finalizaba segura.
- "Si supieses que me bastaría con que tú me quisieses como algo más", "y que me basta con que tú no te alejes de mí" - le miraba algo tranquilo.
- Hermione...-comenzaba pero se arrepentía y sólo tomaba su mano con fuerza.
La chica le daba un beso, algo abochornada pero franca.
- ¡Harry, gracias por ser quien eres!-esas palabras provocaban que el corazón del chico se descontrolase y confundiese, emocionado.
- ¡¿Pero de...qué?!, ¿Un chico que mete la pata cada cinco minutos?-le decía bromeando, para no demostrar sus nervios.
- Ja-já, aparte -le seguía la broma, ambos sonreían con algunas lágrimas aún en sus ojos. Y de pronto un silencio algo romántico los rodeaba.
Y yo sé que no es querer,
porque en tus ojos yo me puedo perder.
Contigo olvido lo que es temer,
acaso no sabes que tú eres para mí?
La noche, el día en mi vivir,
la sangre en mis venas, yo doy todo por ti...
Contigo el mundo no tiene final,
y el tiempo no se nos va a acabar...
Hermione se perdía en los ojos esmeraldas que ahora estaban frente a ella, y Harry en su marrón mirada. Por las mentes de los dos chicos pasaban tantas cosas, por sus corazones cruzaban tantas emociones. Las ocasiones compartidas, las batallas ganadas y las veces en las que se rescataban, pero sobre todo aquel tercer año cuando le rescato de los dementores, aun rodeada por esos seres se sentía protegida a su lado, y el sentía la fuerza de estar cerca de ella.
Flash Back
- ¡RON!-gritó Harry, intentando seguirlo, pero una gruesa rama le propinó un restallante y terrible trallazo que lo obligó a retroceder. Lo único que pudo ver de Ron fue la pierna con la que se detenía en las raíces del sauce y un horrible crujido le indicó que la pierna de su amigo se había roto, y el pie desapareció tras los lamentos del pelirrojo.
- ¡Harry, tenemos que pedir ayuda!-gritó Hermione, ella también sangraba, el sauce le había hecho un corte en el hombro.
- ¡NO!, ¡Ese ser es lo bastante grande para comérselo!. ¡No tenemos tiempo!, No conseguiremos ayuda.
- ¡Si ese perro ha podido entrar, nosotros también!-jadeó Harry, y Hermione le siguió sin mirar atrás.
Fin del Flash Back
Flash Back
(N/a aquí también combinaré diálogos del libro con algunas escenas de la película eh)
Harry sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, abrazó con fuerzas a Hermione, mientras los seres se acercaban a ellos, y recordó que al otro lado se encontraban sus otros yo en apuros. Ambos corrieron tomados de las manos y al llegar, Harry pudo observar sus intentos fallidos de generar un robusto patronus, sólo se veían luces de humo titilar desde el otro lado del lago. Tenía también la esperanza de que su papá aparecería frente a ellos y dijese el hechizo que les salvó la vida. Su corazón latía violentamente, escuchó sus gritos desesperados, observó que la castaña se desvanecía a su lado. Hermione le susurraba al oído que nadie vendría y entonces caía en cuenta de que era él mismo a quien horas antes había visto, comprendiendo gritó fuertemente sin saber que la alegría que sentía era saber que Hermione a pesar de todo estaba a su lado. "¡¡¡EXPECTO PATRONUM!!!" y un ciervo plateado galopó, su cornamenta dio en los dementores que fueron huyendo ante la rebosante trotada del ciervo.
Minutos después ambos volaban en el lomo del hipogrifo, y pese al gran temor que le generaba a la ojimiel volar, se sintió segura abrazándose al cuerpo del ojiverde. Quien le decía palabras para tranquilizarla y distraerla a la vez que él se encontraba tan feliz sin sospechar que la gran parte de esa emoción era causa de Hermione.
Fin del Flash Back
Ambos chicos salían de su ensimismamiento sonrojados, se veían nostálgicos y sonreían levemente.
- Sabes Harry... tú siempre serás un Héroe... Y Voldemort no tiene nada qué hacer en contra tuya, porque... tú tienes a seres que te quieren y no dejaremos que te lastimen -decía de manera muy rápida como la primera vez que habló frente a él, aquél día en el tren, en su viaje de primer año.
- ¡Gracias!-exclamaba aturdido.
Es algo más que la distancia,
que el dolor y la nostalgia.
Sabemos que eso no nos va a separar,
es darte un beso cada noche, que tus manos me
enamoren y que lo nuestro crezca cada día más
porque somos algo más...
Antes de que Harry pudiese decir algo más la castaña se incorporaba, él le tomaba la mano y ella sólo se volteaba a darle un último beso de buenas noches. Se ponía algo roja y se despedía apresuradamente de él, desapareciendo tras las escaleras de los dormitorios, dejando solo nuevamente con sus emociones al chico de cabello revoltoso.
Porque somos algo más
Notas de la autora:
La canción que le da nombre a este episodio es: Algo más- de la 5ta Estación.
Cuando estés aquí
Ahora es que veo cómo te he perdido,
No supe que el tiempo pasó entre los dos.
Qué triste el fracaso, se acabó el camino,
Pensar que el destino ya no es tú y yo.
Hoy quiero pensar que no te he perdido,
Que no estoy vencido y puedo luchar.
Por ti y por tu amor, porque un día me quieras.
Alégrame el día y hazme soñar.
Te extraño de lejos,
Te quiero muy cerca,
Comparte conmigo y hazme sonreír.
Alégrame un rato o toda mi vida,
Alégrame el día, juntos hasta el fin.
Qué ciego qué tonto, jamás me di cuenta
Que estabas tan cerca, tan cerca de mí.
Hoy eres mi amiga y piensas en otro,
Qué triste, qué solo me quedé sin ti.
Harry le veía marchar y nuevamente se daba en la frente con la mano, como continuamente lo hacía desde que no podía revelarle a Hermione lo que sentía por ella. Varias veces en su mente planeaba, noche tras noche la forma en la que podía declarársele, pero al fin de cuentas él era el cobarde de esta historia.
Subió las gradas algo desolado y a la vez algo en su interior le decía que no todo estaba mal, pues haber estado con la chica de sus sueños, aunque sea en plan de amigos, ya era ganancia. Se dibujó una leve sonrisa en sus labios, entró en la habitación de los chicos y de inmediato se quedó dormido con todo y uniforme, pues su reloj ya marcaba más de las dos de la madrugada... Algo que sí estaba seguro el ojiverde es que esa noche otra vez soñaría con la marrón mirada que le arrancaba suspiros.
A la mañana siguiente tenían salida a Hogsmeade, Harry decidía quedarse en la torre Gryffindor, Ron refunfuñaba. Pero él, Harry, se mantenía en sus cuatro y no estaba dispuesto a ceder.
- ¡OH vamos Harry, por favor! ¡¿Qué ganas con quedarte aquí encerrado?! -le miraba molesto el pelirrojo, jalándole las sábanas.
- ¡Más de lo que tú crees!-seguía acostado en su cama.
- Ajá
¿cómo qué?-decía éste, con el entrecejo fruncido.
- Por ejemplo, no ver a Hermione con ese idiota de Malfoy -hablaba con un dejo de enfado.
- Ay, por lo que más quieras Harry. Además ni siquiera sabes si ella no le quiere ver, tal vez sigue escondiéndose de él. Y mientras tanto tú aquí echádote, y allá fuera la damisela en peligro -decía las últimas palabras en tono de burla, recibiendo un almohadazo de parte de su amigo de gafas.
- ¡Ey, no te burles!-exclamaba éste indignado, con una sonrisa de travesura.
- Harry, tengo un mejor plan. Por qué mejor no vas y te enfrentas con Malfoy y le dices que deje en paz a tu amor, y te le declaras a ella. ¡Y así de una vez por todas los dos estarán contentos! ¡Y así yo podré disfrutar esta salida viendo a mis mejores amigos contentos, y yo con Luna podremos ir de paseo tranquilamente!-lo último lo decía con un dejo desesperado y de impaciencia infinita.
- ¡Ah claro! voy y me planto frente a Malfoy, y le digo... Sabes idiota, estoy enamorado de tu novia. Espero a que me dé un puñetazo y luego me dirijo a Hermione y me le declaro, con una cara de tonto...-decía sarcásticamente.
- ¡Ay amigo, de ti depende que te dejes dar el puñetazo!-decía el pecoso con una sonrisa en su boca.
- ¡Ja-ja-já!-le veía sarcástico.
- Pues sí, es la verdad, no tienes las manos atadas. Además dime ¿cuándo te has detenido a darle un golpe a ese imbécil, eh...? - le repetía recordando la vez que Harry le propinó tamaño puñetazo, en 5° año junto con George.
- Pues sí verdad, pero el chiste es no quedar en ridículo delante de Herm. Recuerda que a ella no le gusta la violencia, hum...-le miraba cansinamente, el pelirrojo lo miró con un gesto sarcástico, diciendo para sus adentros <<Y las veces que ella me ha pegado no ha sido violencia>> -Pero se reservó el comentario.
- ¡Entonces no te quejes Harry! Y quédate aquí perdiendo el tiempo mientras el idiota te baja la chica de tu vida -le reprendía Ron.
- Ya te ibas, ¿no? -le miraba ceñudo el ojiverde
- Un minuto -se detenía en la puerta de los cuartos, el guardián de Gryffindor.
- ¡¿Y ahora qué?! ¡Ya te dije que no voy a ir!-le dirigía una mirada de testarudez.
- ¡OH, mejor ya sé!- decía de manera maliciosa el chico Weasley.
- ¿Saber qué? ¿Otro de tus geniales planes, Ronald? - le decía entre confuso e irónico.
- No - y se dirigía al buró de su amigo Potter, y abría un cajón del mismo.
- ¡Hey, hey! -reclamaba Harry mientras Ron sacaba algo, que al parecer eran un montón de sobres de diferentes colores.
Éste las echaba sobre las piernas del chico de cabellos negros, quien estaba sentado forcejeando con él, para que no pudiese sacarlas.
- ¡¡Eso es Mío!!-gritaba con enfado Harry.
- ¡Pues yo no veo tu nombre, amigo! Al contrario, aquí dice con claridad -se aclaró la garganta y lo siguiente lo dijo con un tono meloso, cursi y haciendo un esfuerzo para no caerse de la risa.
- "Para Hermione J. Granger" "Para una linda señorita" "Para la mujer más hermosa del mundo" "Para la chica de mis sueños" "Para la reina de mis pensamientos" - entre más pasaba las diferentes cartas, aumentaba más su tono empalagoso y su cara cursi. Además de que también los encabezados eran más románticos. La cara del ojiverde ardía y estaba muy roja.
- Oye, yo no sabía que Hermione tuviese tantos nombres -le comentaba con burla.
- ¡¡Ya dame eso!!-se las arrebataba con brusquedad, y una pena, guardándolas ahora en un escritorio frente a su cama una vez que se incorporó molesto de ésta.
- ¡Ey!- Ron le miraba con una cara de gracia contenida.
- Ves, ese es el plan. ¿Por qué no mejor te quedas escribiendo esas cartas y aumentas tu colección de sobres? Apuesto que con un esfuerzo más, te conviertes en poeta y descubres que esa es tu profesión -se reía burlona y ceremoniosamente el pelirrojo.
- Ja...ja...já...-le decía con sarcasmo.
- Mira Ron, eres mi amigo. Pero no te metas en esto, quieres -le miraba serio, tenso y brusco.
- No, escúchame, tú a mí jovencito- le decía de manera intelectual, señalándolo con un dedo en el pecho.
- ¿Qué estás esperando? te la pasas escribiendo esas cartas y nunca se las envías, ah... y está tan sólo a unos escasos metros de aquí, la bendita habitación de tu amada. Es mucha la pereza que te da bajar esas gradas y esperarla en la puerta de su cuarto, ¡eh!-le miraba con enfado, cansino.
- No es pereza Ronald, es... es...-parecía que se hubiese quedado sin palabras.
- ¡Cobardía!-decía el pelirrojo, terminando la frase de su amigo.
- ¡Ey, no me llames cobarde! Pero tal vez tengas razón y eso soy...-le miraba cabizbajo, sentándose en la cama otra vez.
- Ay Harry, por favor
¿qué te detiene? ¿Ese tonto de Malfoy acaso?
- Porque eso es basura, él no merece a Hermione. ¡Y tú lo sabes!- exclamaba Ron.
- No... no es él... Créeme que si no supiese lo que sé... no me importaría enfrentar a Malfoy...-decía en susurro, negando.
- ¿Y qué es lo que sabes Harry, eh?-le miraba con curiosidad y duda.
- Es algo tan enorme como el mismo océano, lo que me separa de Hermione -le decía pero sin mirarle.
- ¡Porque tú, lo quieres ver así! -le miraba con una cara de impaciencia, como si estuviese tratando con un niño terco.
- ¡Tú no sabes, Ronald! -le decía apretando los dientes con esfuerzo, para contener las ganas de llorar.
- Mira, aunque no me lo digas yo me imagino que es porque ella te ha dicho que le gusta otro. ¿Cierto?-al escuchar esto Harry le volteaba a ver tan rápido que se hizo daño en el cuello, y le dirigió la mirada desconcertada y sorprendida, pues Ron no sabía de sus pláticas con Hermione. ¿O acaso los escuchó? -pensó el chico.
¡¿Cómo sabes eso?!-le cuestionaba nervioso.
Ah, entonces no me equivoco, ¿eh?-levantaba las cejas.
Pero... pero -tartamudeaba el chico de gafas.
Ay Harry, ya me lo suponía. Es lo que dicen todas las chicas para darnos celos, y eso significa que les gustamos, o al menos no les somos indiferentes -le decía como si estuviese dándole clases a un alumno y él fuese el profesor de un alto conocimiento.
Harry le miraba cada vez más sorprendido por las palabras de su amigo.
¡¿Oye, y de cuándo acá tan conocedor?!-exclamaba con una sonrisa divertida, esto tal vez hacía que se le fuesen las ganas de llorar.
¡Ya ves, uno que es experto!-le miraba con una sonrisa de superioridad.
No, ya, en serio
¿Recuerdas la vez que te dije que iba a hacer algo al respecto con lo que sentía por Luna? -se detenía.
Ajá -le decía el chico de ojos verdes.
Bueno, pues resulta que yo le preguntaba cosas a Ginny y ella no soltaba prenda...-gruñó- Y al ver que no obtendría mucha información de mi hermana...-suspiró -Pues me armé de valor y le pregunté cosas a Luna aprovechado que a finales de las vacaciones de 5° año estuvo en mi casa.
¿Lo recuerdas verdad? - hizo una nueva pausa y Harry asintió.
Le dije que si le gustaba alguien y ella me dijo que sí, ¡y puedes creer que me dijo que era alguien de Gryffindor y que yo lo conocía muy bien...! Aunque por unos segundos dudé de ti -rió al decir esto y el ojiverde enrojeció unos instantes.
Al final entendí que a lo mejor podía ser yo, y pues lo demás ya es historia
y tú la conoces muy bien -sonreía con complicidad.
Sí -le miraba con gracia al ver la expresión soñadora de su amigo de pecas.
¡Cómo olvidarlo
! si desde entonces mi amigo anda en las nubes -le decía con una risa burlona.
Pero Ron, no creo que sea mi caso... pues ella no me lo contó a propósito -negaba y las ganas de llorar regresaban.
¡Eso dices tú! -le repetía fastidiado.
¡No, eso es la verdad!-afirmaba el chico de cabellos revoltosos.
Si es así, puedes conquistarla. ¡Así que tenemos mucho trabajo amigo!-le repetía anhelante.
Pero... pero...
Nada, que no hay peor lucha que la que no se intenta, ¿no? Bueno, qué esperabas, eso dicen mis hermanos, jaja. Agregaba al ver la expresión de Harry (entiéndase Fred y George, pues es algo que según Ginny se aprende al convivir con ellos)
¡Pues sí!-le decía el buscador, algo más animado.
¿Y que tal si...? - volvió el pesimismo.
No empieces con que... ¿Qué tal si no me acepta? Porque eso se sabrá hasta que actúes -apresuraba con advertencia.
Pero digas lo que digas yo sigo creyendo que tú le gustas Harry. Por favor, sólo mira la forma en cómo te defiende y siempre ha estado a tu lado, desde siempre. Recuerda que nunca ha dudado de ti
en cuarto grado me di cuenta. Y en realidad desde siempre lo he sospechado.
A ver dime, ¿cuándo me equivoco? -volvía con su tono de superioridad, Harry iba a decir algo pero él le interrumpía.
Lo Sabía, no hables, así está bien -le miraba con gracia y un movimiento de su mano a modo de despreocupación.
No, en realidad te iba a preguntar
¿qué pasaría si yo me negara? -exclamaba con reto.
Ah pues... no me imagino cómo se tomaría Hermione enterarse que de pronto aparecieron de la nada, 25 cartas con diferentes frases cursis y sin firma. Aunque sería peor que tuviesen un anexo hecho por mí, con el nombre de uno de sus mejores amigos -le decía con cierta malicia en sus ojos.
¡No te atreverías!-le fulminaba con la mirada.
Tú decides, sólo rétame-continuaba con una sonrisa maliciosa, y le mostraba las cartas que nuevamente estaban en sus manos.
¡Eso es hostigamiento, Ron!-reclamaba Harry.
No amigo, eso es amistad. Porque yo quiero que mis dos mejores amigos, estén bien y dejen de actuar como ¡tontos infantiles!-exclamaba en su defensa.
¡Además que me dejen en paz! Pues cada que se encuentran, una anda de la mano con un imbécil y el otro se pone a llorar como fuente - continuaba con malicia.
Harry iba a continuar protestando pero simplemente se quedaba sin argumentos, y Ron observaba cómo sus palabras empezaban a surgir el efecto que realmente esperaba, pues con esa finalidad las había dicho.
¿Y qué se supone que haremos para... con-quis-tar-la? -terminó sintiéndose algo tonto, y a la vez de que anteriormente pensaba decir otra cosa de su amigo.
Eso me grada... y el plan se llama operación conquístala -le veía emocionado, Harry lo miró con sarcasmo.
Y mejor dicho
¿qué harás tú? ¡A ti te conviene!- le decía de nuevo con su dedo apuntando el pecho de su amigo.
¡Pensé que me ibas a ayudar! -el ojiverde le miraba con el entrecejo fruncido.
Y eso haré... pero no directamente -continuaba al ver la expresión de su amigo.
Mira, el plan es que esta noche le regales... puede que una rosa -apuntaba.
¿Una flor?-le miraba con una expresión como de que no era una buena idea.
¡Rosa!-repetía.
¡Es lo mismo!-subrayaba.
¡Ay por favor y dicen que soy yo!-exclamaba pegándose en la frente como burla y negaba con la cabeza, aún riendo.
Mira amigo, eso es lo que he aprendido de Luna. A las mujeres conquístalas con flores, y si son rosas ¡mejor! Eso es un arma infalible -terminaba con su aire superioridad.
Y para tu mala suerte, empiezas hoy -le miraba con compasión divertida, dándole una palmada en la espalda a un Harry aturdido, como si un hielito se hubiese resbalado por su garganta el ojiverde le miraba asustado.
¿Tú crees que funcione...? -aún seguía con esa sensación de aturdimiento y miedo.
¡Claro, ya te dije que a las mujeres les gustan las flores!
¿Dónde conseguiremos una rosa?
¡Ay Harry, eres mago!-terció con obviedad.
Pero aún no hemos conseguido aparecer ni siquiera una hoja, por eso McGonagall está tan enojada con nosotros -recordó sarcástico.
Simple, transformas una flor en una rosa -le decía como si fuese algo normal.
Ajá, ¿y de dónde saco la flor?
Te la robas de los invernaderos, hoy no están tan vigilados -resolvió exasperado.
Suponiendo que lo logro. ¿Cómo me verá Hermione cuando le regale la rosa, eh...?
¡Ay por Merlín!-se volvía a dar un golpe en la frente con impaciencia.
¡Eso es algo normal, eres su amigo!
¡Sí, pero yo jamás le he dado nada en un día cualquiera!-repetía con preocupación.
Harry de ti depende que se convierta en un día especial, míralo de esta manera. Si te arriesgas y das un gran paso diciéndole que te agradaría ser algo más que un amigo -le miraba con complicidad.
¡¡Estás Loco!!-saltaba Harry.
¿Yo? -Le veía señalándose - Con todo respeto amigo, yo no soy quien se la pasa suspirando por una chica que puede ser algo más, y no se atreve a decírselo.
¡Soy su mejor amigo, Ron! ¿Qué esperas, que se lo diga así como así?-le veía con enfado.
Pues si lo eres, es precisamente lo que hacen los amigos sinceros. ¡Hablar con la verdad! -le discutía el pelirrojo.
¡No puedo, entiéndelo ya!-seguía con su tono de testarudez.
¡Ay ya vas de nuevo!-Ron cada vez se ponía más impaciente.
Harry, ya estabas convencido. ¡Y ahora no te me vas a echar para atrás cuando ya habíamos avanzado, eh!-le miraba ceñudo.
¡Y lo harás porque ya me cansé de oír tus quejidos, eh!-se cruzaba de brazos y le miraba retadoramente, cuando se metían en ese plan no se sabía quién era más terco.
Esta noche le darás la rosa y punto, esperarás su reacción. Y yo de eso me encargo, no te dejaré que huyas, ¡eh!
Mañana continuaremos con el plan, y tal vez también puedes pedirle que sea tu pareja en el baile de brujas, ¿no?
Está bien, pero no te aseguro que no huiré aunque tú estés ahí. No esperes que actúe bien y no te rías, ¡va!-advirtió.
¡Más te vale Potter, o ya sabes! Estas cartas aparecerán en algún mueble de Hermione para que ella las vea - dicha su amenaza se metía las cartas en el bolsillo, por cierto su voz imitaba el tono de Malfoy al decirle Potter, cosa que no le hacía gracia al ojiverde.
Sí, amigo hostigador -ironizó el chico de gafas.
¡De nada!-le echaba una sonrisa triunfal y de gracia, lo había conseguido.
Sería tan fácil preguntarle a Hermione qué le gustaría que le regalasen a una chica, ella es la que me aconsejaba sobre el tema sabes - el ojiverde se dirigía a Ron, un poco más relajado.
¿Y por qué no esta noche le preguntas qué le gustaría que le diesen a ella? ¡Tonto!-le miraba poniendo los ojos en blanco.
¡Ah sí, sí claro! -le decía con un dejo de incredulidad y sarcasmo.
Cómo no... Llego, me planto con una rosa en su camino y le digo: Hermione te quiero mucho, me ve como si fuese un idiota y se va y se ríe de mí, ¿no?
¡Ay no de vuelta otra vez!- Ron miraba cansado y aburrido hacia el techo - ¡Cuántas veces te vas a adelantar a los hechos! Claro que si lo haces como lo dices
¡hasta yo me río! Pero Hermione no es así, y tú lo sabes. De todas formas lo de idiota nunca se te va a quitar, hasta que le digas la verdad ¡menso!- el chico de ojos verdes le miraba ácidamente como fulminándolo.
¡Y ya apúrate a arreglarte, que tú vienes so tonto! -le miraba risueño.
¡Te dije que no! - y ahí empezaban una guerra de almohadazos, mientras Ron lanzaba una con todas sus fuerzas y seguían riendo, Harry le comentaba algo.
¡Ron!-decía entre risas.
¿Mande? ¡Cobarde!
¡¿Cómo vas a dejarme la sala común despejada, esta noche?!
¡Oye soy prefecto!-saltó ofendido, Harry alzó una ceja.
¡Ya ves, tienes un amigo influyente!- irguió el cuello.
¡Y apúrate que Luna me va a estrangular! Debe estarme esperando -seguían riendo y su guerra campal se intensificaba.
Ay sí, se me olvidaba que mi amigo está tan bien checadito, jaja -le decía con burla. Ron hacía un sonido de sarcasmo.
Con una palabra, quizás con un beso,
Con menos que eso yo seré feliz.
Alégrame siempre, en cada mañana.
Alégrame el día cuando estés aquí,
Cuando estés aquí.
Y espero encontrarte en una sonrisa,
Ya no tengo prisa te voy a esperar, lo voy a intentar,
Abriré caminos y nuestro destino lo voy a cambiar.
En eso una voz les llamaba la atención...
¡Ay por Dios Santo, llevo horas buscándolos y ustedes aquí muy quitados de la pena, jugando como niños! -les miraba con enfado.
Al verle ambos se detenían, uno con una almohada levantada y el otro esperando el golpe.
¡Hermione! - le volteaba a ver Harry, con una sonrisa apenada, algo que aprovechaba el pelirrojo para darle el almohadazo a su soñado amigo.
¡Caramba, pero qué bien luce esta habitación!-satirizó con una mirada de reprobación, observando el panorama algo revoltoso. Plumas de las almohadas en el piso y las sábanas amontonadas, libros en los estantes y los cajones que abrieron para sacar las cartas, aún lo seguían.
Ey Ron, Luna esta allá fuera. Y no tiene un muy buen humor, al menos contigo no -la castaña le informaba a su amigo.
¡Ya ves, te lo dije! ¡Y esto es tu culpa Harry!-le reclamaba a su amigo ojiverde.
Si tú no hubieses estado pensando en...-pero se detuvo al ver la cara de terror de Harry, pues estuvo a punto de meter la pata delante de Hermione.
Ella le vio intrigada, y Harry con cara de asesinarlo. Ron se aclaró la garganta y les dijo que se adelantaría con Luna a Hogsmeade, que los esperaría y que rogaran por él para que la rubia no le matase. La chica rió, y al salir le cerró el ojo en forma de complicidad a su amigo, Harry hizo una mueca de aniquilarle y vio a Hermione con una sonrisa nerviosa. Ron gritó por último que no se demorasen mucho y lo último que escucharon de él fue sus súplicas de "Ay Dios, sálvame"
Harry y Hermione se vieron y rieron juntos.
¡¿Qué fue eso?!-exclamó con una sonrisa la castaña, al decir verdad una sonrisa nerviosa.
Ya lo conoces cómo es de exagerado -desviaba su mirada, sonrojado.
Pero esta vez hasta yo temería de Luna, si hubieses visto su cara de enfado hace 5 minutos. ¡Estaba que echaba fuego!-reía la ojimarrón. - ¡Pobre Ron!-añadía con estremecimiento, compadeciéndolo.
¡Sí verdad, pobre!-le miraba con sarcasmo, no se le olvidaba que lo había puesto entre la espada y la pared hasta aceptar que haría algo para acercarse más a Hermione.
¡¿Harry, no te has cambiado desde anoche?!-le decía sorprendida, al verlo con el uniforme.
Este...yo... yo -empezaba a hablar.
Si quieres te dejo para que te cambies -apuntaba la chica.
Este
sí -decía sin pensar, y ella giraba sobre sus talones dirigiéndose a la puerta.
¡Hermione!- exclamaba repentinamente el ojiverde.
¿Sí?-le decía ésta, volviéndose para verlo.
¿Vas a ir con Draco?-le cuestionaba cabizbajo.
No, no creo
-le decía rápidamente.
Harry levantaba la vista, sonriente.
Bien, te dejo para que te cambies de ropa -señalaba la chica.
¡Hermione!-repetía, deteniéndola.
¿Mande? -se volteaba anhelante.
Me daré un baño, ¿puedes esperarme?-le decía éste.
Claro - le sonreía tímida.
Pero... ¿aquí? -terminaba sonrojado.
Ah...-alzaba las cejas con sorpresa.
Es que no quiero bajar solo -agregaba, observando que ella lucía algo confundida, la verdad es que estaba nerviosa.
Ah claro, ve... yo te espero... aquí -le contestaba entre nervios y sentía que su cara comenzaba a arder. Harry tomaba una camisa azul y unos vaqueros beige, y entraba en el baño. Hermione se sentaba en la cama, y observando el desorden
con un movimiento de su varita todo se encontraba en orden en menos de 2 segundos.
Se escuchó el correr del agua de la regadera y minutos después salió un chico escurriendo agua en sus revueltos cabellos y con el cambio ya puesto, traía la toalla alrededor del cuello para quitarse el exceso de agua del pelo. Hermione se sobresaltó un poco.
¡Listo!-apuntaba éste, ambos se sonrieron.
¡¿Herm...?! -le cuestionaba nervioso.
Vamos a las tres escobas, ¿verdad?-le preguntaba Hermione antes de que él terminara de hablar, los dos estaban muy nerviosos.
¿Herm?-insistía él.
Ah sí
perdón -se disculpaba ella.
Yo... yo... quisiera decirte que...-tartamudeaba y le daba vueltas al asunto, Hermione le miraba desconcertada, pero no pudo saber qué le iba a decir el chico de gafas pues una pelirroja los interrumpía.
¡Harry! -hablaba sonriente, pero se detenía al ver a Hermione sentada en la cama del chico y la miraba algo ceñuda y ácidamente. Harry le miraba a ella de igual manera, tenía ganas de decirle que saliera ahora que estaba a punto de pedirle a Hermione que fuese su compañía para el baile de Halloween que se llevaría a cabo dentro de unas semanas.
Yo venía a ver si ibas a Hogsmeade - exclamó aún con el entrecejo fruncido, ya que no le hacía gracia ver ahí a la ojimiel. -"A menos de que me esté ayudando"- pensó, y relajó un poco su ceño.
Sí, eso estábamos hablando con Her... mione -culminó nervioso, ya que sólo le decía así cuando estaban solos.
¡Ah, pues apúrense, ya no hay nadie allá abajo!-les vio con impaciencia.
¡Bien, adelántate, en un segundo te alcanzamos!-le miraba el ojiverde algo apenado por casi correrle, pero era necesario estar con Hermione para por lo menos decirle que si estarían juntos en Hogsmeade, para no parecer saleros junto a Ron y a Luna.
Ginny salió de la habitación con aire ofendido, y Hermione se sonrojó un poco por quedarse con Harry otra vez a solas, y es que estar en la sala común era algo diferente. Pues su corazón palpitaba nervioso eso de estar en la habitación del chico de sus sueños sabiendo que allá abajo ya no había nadie, ya que todos los de 3° en adelante ya se habían marchado, y los de primero y segundo se debían encontrar desayunando. Eso significaba que eran los únicos en toda la torre Gryffindor.
¿Hermione, te gustaría, ah... estar conmigo en este paseo?-tartamudeó un poco.
Digo para no verme tan tonto a lado de Ron y Luna -añadía ante la expresión de desconcierto de Hermione.
Claro que si Draco aparece, por mí no hay ningún problema -dijo dándole un tono creíble a pesar de sentir lo contrario.
¡No, yo no quiero verle, aún estoy confundida! Lo mejor será que resuelva esto de una vez para no darle más largas, pero no hoy -decía sin mirarle, Harry sentía un vuelco al corazón al escuchar que Hermione planeaba cortar a Draco, pero su alegría fugaz desaparecía al presentir que su "amiga" tal vez se sinceraría con ese niño que quería y ahora sí le perdería.
¡Harry!, ¡Harry!-le llamó la chica sacándole de su ensimismamiento. - ¡Ya vámonos!-le repetía.
Este... sí -le dirigía una mirada nerviosa tomando una sudadera azul agua del ropero.
Ambos salían de la habitación, bajaban y se encontraban con que efectivamente la sala común ya estaba casi vacía, pues la excepción era una pelirroja que les esperaba sentada en un sillón con cara de aburrimiento. Pero cambió su expresión al verles bajar, brindándoles una sonrisa que realmente era para el chico de gafas.
¡Vaya, pensé que ya no vendrían! En unos minutos más pensaba en subir de nuevo -les decía como reclamo.
No hacía falta, sólo quería decirle algo a Hermione -le miraba algo ácido el chico de cabellos revoltosos.
Bueno dejen de platicar y avancemos, todos ya deben haber llegado a Hogsmeade y nosotros aún continuamos aquí -propuso Hermione, Harry asintió y los tres avanzaron. Tras atravesar el cuadro Ginny trató de llamar la atención del ojiverde pero él comenzó una charla con Hermione y la pelirroja decidió darse por vencida y sólo escuchar la conversación con una expresión algo molesta.
Con una palabra, quizás con un beso,
Con menos que eso yo seré feliz.
Alégrame siempre, en cada mañana.
Alégrame el día cuando estés aquí,
Cuando estés aquí
Cuando estés aquí
Cuando estés
aquí.
Al llegar al pueblo, Ron les llamó desde una mesa en las tres escobas y ellos se sentaron.
¡Hola, Luna! -saludaron los 3 chicos, la rubia sonrió exasperada, como si hubiese discutido en breve, Ron miraba nervioso.
A los pocos minutos de estar en el lugar un chico de cabellos castaños se acercó a Ginny pero ella le miró algo enfadada y negó a su invitación.
¡Pobre Colin, se nota que muere por ti!-dijo Harry, comenzando una conversación que no fuese acerca de Ron y Luna. La pelirroja le miró desilusionada.
¡A mí no me interesa llamar la atención de Colin, a mí sólo me interesa llamar la atención de un chico en especial! -dicho esto echó una mirada significativa al ojiverde que él no notó, pero la castaña a su lado sí.
Oigan hay que irnos, ¿vale? Aún tenemos tres horas - apuntó el pelirrojo, todos estuvieron de acuerdo, pagaron las bebidas. Que por cierto Harry disparó la de Hermione, disimulando no traer cambio, ya que ella se le olvidó el monedero. La chica aceptó apenada, y dijo que le pagaría en cuanto regresaran; todos salieron del lugar. Afuera hacía un día soleado y muy bonito hasta que... mientras los cinco chicos caminaban, Ron y Luna, ahora tomados de la mano y sus caras algo más relajadas. Harry hablando con Hermione, y Ginny tratando de atraer la atención del ojiverde, como siempre. Un chico rubio de ojos grises y apuesto, gritó al grupo que caminaba por una de las calles laterales que dirigían a los campos del mismo poblado de Hogsmeade. Harry puso cara de susto, Ron de asco, Luna de sorpresa, Hermione de nervios y Ginny de salvación. Ya que siendo así, Malfoy se llevaría a la castaña y ella podría pasear con el chico ojiverde, y su hermano con Luna.
¡Jean!, ¡Jean!-gritaba el chico tratando de llamar su atención, la chica le sonrió algo tensa.
Harry, quien había tomado instintivamente la mano de la castaña, la aferró más hacia sí. Pero ella le soltó al momento que el rubio se acercó y les miró entornando sus ojos grises con el entrecejo fruncido hacia dicho punto.
¡¿Por qué te escondes de mí?!-exclamó ante los demás, con un tono de reclamo.
¡Yo... no me estoy escondiendo, Draco!-le respondió con nerviosismo.
¡Pues pareciera!-le miró con los brazos cruzados, Ron avanzó cuando Luna le dio un jalón y le susurró algo al oído. Ginny les siguió, pero Harry se quedó ahí junto a la ojimarrón.
Ven conmigo entonces, necesito aclarar cosas contigo -le tomó de la mano, Harry abrió los ojos con pánico.
No es el momento, Draco -dijo algo más segura Hermione.
¡Estoy en un paseo con mis amigos!-continuó tajante.
¡Pero yo soy tu novio, Jean!-replicó el chico, entornando los ojos hacia Harry de forma desafiante.
¡Sí, ya lo sé Draco, no es necesario que me lo recuerdes!-expresó la chica, con cierto enojo.
Pues parece que a veces es necesario, y también hasta parece que te molesta el ser mi novia -le reprochaba algo tenso. Harry, quien no había hablado hasta entonces, le dijo...
¡Malfoy, ya escuchaste a Hermione, está con sus amigos! ¡Podrías dejarla en paz, ella no es una propiedad, tonto! -le dijo en tono malhumorado, Draco le miró ácidamente como si fuese un bicho molesto.
¡Tú no te metas Potter, esto es un asunto entre mi novia y yo!-le respondió entre dientes, Harry parecía listo para irse a los golpes sobre de él, pero trató de controlarse por miedo a la reacción de la castaña. Hermione vio sus intenciones y mejor cedió a la petición del rubio.
¡Tranquilos! -advirtió.
Está bien Draco, iré contigo -dijo poniendo una mano en su pecho, en realidad estaba en medio de los dos chicos, así que le empujó para separarlos.
Pero Hermione...-le miró triste Harry.
Él tiene razón, es mi novio. Y realmente necesitamos hablar -le miró la castaña.
¡Gracias de todas formas! - dijo avergonzada.
- Sí
-le respondió con tristeza en la voz, Draco tomó entonces a Hermione de la mano y comenzaron a caminar al lado contrario. Mientras Hermione miraba a Harry observó que Ginny se acercaba de nuevo al chico de cabellos revoltosos y lo jalaba pero él parecía no querer moverse del sitio. Lo último que alcanzó a escuchar fue cuando él cedió y se marchó con la pelirroja, ella tendría que afrontar lo que sentía y esta misma tarde aclararía las cosas con Draco. Suspiró con resignación, mientras el ojigris la abrazaba y seguían caminando, ella tuvo que sonreírle...
***
Bueno aquí me quedo esta vez. Espero y estos capítulos sean de su agrado, y me dejen sus comentarios, va. La canción Alégrame el día- Hendrick serie "Somos tú y yo".
Gracias a todos los que se han tomado un tiempo para leerlos y dejarme un mensaje, eh. De verdad, mil gracias.
Y como siempre este fic va dedicado a los fans de la mejor pareja del mundo Potter. HHr. Y la segunda mejor Ron-Luna.
Saludos de su amiga Anyeli Potter Granger.
Tanto la quería
(N/a Es la continuación del anterior, se desarrolla el mismo día)
Hermione caminaba con Draco por un callejón repleto de estudiantes, entre ambos había cierta tensión. Al pasar cerca de ellos la castaña escuchó los ya acostumbrados cuchicheos de las chicas de Slytherin, que aunque en el fondo no le importaban y mucho menos le interesaban, a veces resultaban incómodos. Pues iban desde cosas como -"¡OH yo no puedo creer que el guapo de Malfoy salga con una sangre sucia!" "¿No lo habrá hechizado?" ¡Pues claro, con lo sabelotodo que es! ¡¿O de qué otra forma te explicas que pudo haberlo conseguido?!" "¡Ay pobre de Pansy!" "¡Mira que cambiarla por esa!" - Sin embargo la chica hizo caso omiso.
Porque eres tan hermosa y a la vez tan difícil
Porque la vida pasa y pasa y te quiero a mi vera
Si me trataste como a un juguete sucio y abandonado
Si no comprendes que al amar es algo más que besarnos.
- ¿Jean, por qué me mentiste? - habló bruscamente el rubio, rompiendo el tenso silencio.
- ¿Qué? -le miró extrañada, ella tenía el entrecejo ligeramente fruncido.
- Que por qué...
- Eso lo escuché bien, Draco. Pero, ¿por qué lo dices?
- Porque tú me dijiste que no ibas a venir, que tenías mucho que estudiar, y te creí. Luego resulta que te encuentro caminado de la mano con Potter - atajó con reclamo.
- ¡Yo no venía tomada de la mano de Harry! -se defendió la castaña.
- ¡Ajá, y yo estoy ciego! ¿No? -dijo sarcástico.
- ¡¿Por quién me tomas, Jean?! -exclamó indignado.
- Draco, yo no iba a venir
y es verdad. Pero mis amigos me convencieron -respondió exasperada.
- Mira, no quiero discutir por tus amiguitos entrometidos. En especial por San Potter.
- Mejor quiero disfrutar el paseo con mi novia - puntualizó, ignorando la molestia de Hermione; la besó en la mejilla y juntos entraron a una tienda de regalos, donde pareciese el mismo paraíso de los juguetes y curiosidades más bellas.
Hermione observaba las cosas mientras que Draco en tanto le miraba de reojo, y al percatarse de la distracción de la chica se acercó a ella sigilosamente, sorprendiéndole cuando le acercó una muñeca muy bonita (Un hada). Tenía sus alas transparentes y su traje color rosa pastel, sus cabellos eran castaños y sus ojos marrones.
- ¡Mira, se parece a ti!- le susurró al oído.
- ¡Ay, qué exagerado!-le apartó nerviosa, haciendo como que veía algo que le atraía del otro aparador.
- ¡Ten, tómala, es tuya!-le siguió, la ojimarrón se ruborizó.
- Draco, ¿por qué lo haces?
- Soy tu novio, ¿no?- dijo contrayendo el entrecejo.
- Sí, pero no es necesario...- titubeó.
- Tómala como un regalo. En cinco días cumpliremos cinco meses de ser novios
¡¿No es fantástico?!-la miró con sus ojos grises iluminados.
- ¡Justo el 31 de octubre! Es algo extraño, jamás me imaginé tenerte como novia -comentaba mientras tomaban las compras que resultaron ser más obsequios del rubio, pequeños, pero costosos; pese a la incomodidad de la chica cedió por la insistencia de él, y para no tener una nueva confrontación. Además pronto le soltaría la noticia de que tenían que reconsiderar su relación.
- << ¡Mucho menos yo!>> -pensó, sonriendo forzosamente la chica, él pasaba su brazo por el hombro de ella y comenzaban a caminar.
- ¡Pero me siento afortunado de que seas mi chica!-la besó en la frente, ella sólo hacía un esfuerzo por no poner los ojos en blanco.
Alrededor de media hora caminaron, tomaron un helado y sin querer habían llegado al lago cerca de los límites de Hogwarts.
Envidio a todo aquel que el amor ha encontrado,
Que lo mío no es ir de flor en flor que de eso ya me he cansado.
Sólo quería adornar las noches con tu cara morena,
Y decirte que hay corazones que no huyen de la tormenta.
Entonces Draco se sentó en unas rocas, puso las compras en el piso y tomó de las manos a la chica, pero Hermione tenía el ceño fruncido y le miraba pensativa. El chico lo notó, e inició una conversación tratando de ignorar el hecho de que ella estuviese distante.
- Y hablando del 31
Irás conmigo al baile de Halloween, ¿cierto?- como respuesta la castaña apartaba con brusquedad las manos del chico.
- ¿Qué ocurre, Jean? Te noto extraña desde que comenzó tu tarde conmigo. En realidad te noto extraña desde hace unos días -le miró cambiando su semblante embelesado por uno molesto.
- Draco, simplemente no me gustó tu comportamiento de hace rato-exclamó cruzándose de brazos.
- No te entiendo
-alzó las cejas, aparentemente desconcertado.
- Draco, te repito... sabes bien a lo que me refiero. Te pasaste toda la tarde comprándome regalos para remediar que casi me obligaste a venir contigo.
- Ah, yo te obligué
¿por la fuerza? -levantó más sus claras cejas, y poniendo cara de enojo.
- Bueno, tanto como eso... no. Pero produjiste una situación incómoda entre mis amigos y yo.
- La verdad Jean, es que la situación incómoda es la que estás viviendo conmigo ahora. ¡Por qué no admites que te gustaría estar con el idiota de Potter, eh! -soltó bruscamente con un dejo de celos, incorporándose. La chica avanzó unos pasos, alejándose más de él.
- ¡Pero estoy contigo, ¿no?!-respondió inconscientemente, lo había hecho, había metido la pata y debía arreglarlo. Su inconsciente la había traicionado.
- ¡¿Ah?! -la miró sorprendido e irónico, era lo último que pensaba escuchar.
- ¡Draco, definitivamente no sé qué hacemos hablando de Harry! -saltó nerviosa.
- ¡Ay no te hagas la desentendida, tú crees que no me he dado cuenta que el cara cortada te gusta!-al decirlo adquiría un tono rojizo en sus orejas, por la ira.
- ¡¿Qué?! , ¡Cómo te atreves a decirlo siquiera! ¡Él es mi mejor amigo! ¡Además de que no te permito que le digas así!- alegó la chica.
- ¡El que no te permite que lo defiendas en mi presencia, soy yo! ¡Todavía de que me dices que estarías mejor con él, que conmigo!-la situación se estaba tensando más.
- ¡Yo no dije eso! - negó ofendida la castaña.
-¡Pero lo pensaste! ¡Es más, lo sientes! - exclamó tomando ese tono frío con que acostumbraba hablarle a los demás.
- Pero lamento, Jean
que ni por todas esas ocasiones que tú has llorado por el imbécil de Potter, cuando él se mete en problemas y líos, que tú defines como actos de heroísmo. Te han valido, ni valdrán para que se fije en ti -subrayó, pareciendo disfrutar cada palabra que decía, la castaña tenía ganas de llorar ante unas palabras en las que quizá Draco tenía razón
- ¡Claro que Harry se fija en mí! ¡Soy su mejor amiga, Draco!-exclamó Hermione, indignada.
- ¡Já, pero no es precisamente la forma en que te gustaría que él te viese! -le miró con sarcasmo.
- ¡¿Y cómo se supone que quiero que me vea?!-musitó la chica, entrecerrando sus ojos de manera retadora.
- Por favor Jean, tú no eres tonta
no trates de parecerlo. ¡Sabes a la perfección que tratas de que te ame!- el rubio habló con una expresión impetuosa, y tratando de mantener controlados sus celos.
A veces la miro, y lloro y lloro
Pensando que pudo y no fue al final.
Ver a las nubes tapar las estrellas,
Estrellas que sólo te quieren mirar.
Porque eres la cuna que mece sin nada,
Porque eres la lluvia que no haz de mojar.
Sin ti yo veía tardes de historias,
Historias que nunca quise ver acabar.
- ¡Yo no trato nada! ¡Y estás muy mal! -sus mejillas adquirían un color rojo de molestia, pero a la vez de culpabilidad.
- ¿Yo, mal? No me digas
-entornó su gris mirada.
- ¡No, la que está mal eres tú! Mira que sabotearle el romance con la ex-buscadora de Ravenclaw - seguía con su usual manera de hablar, arrastrando las palabras con un tono frío.
Hermione lo miró asombrada - << ¡¿Cómo se enteró Draco de eso?! Más tarde lo averiguaré>>
- Sí Jean, no me mires así. Me estoy refiriendo a Cho Chang
¿Te suena? -evidenció.
- ¿O me negarás que tú fuiste quien hizo todo lo posible porque Potter no saliese con ella
? La hiciste quedar mal. ¡Mira qué eso fue muy inteligente!, al conseguirte de informante a Lovegood, la novia de Weasley. ¡Una Ravenclaw! Me cuestiono cómo es que no quedaste en Slytherin
Esa estrategia de: Al enemigo es mejor tenerle vigilado. Fue una excelente idea, y no lo niego. Pero eso de disfrazar tu trampa escudándote en tu papel de amiga solidaria
-su tono de voz adquiría cada vez más un tono áspero y gélido, negó con la cabeza y en sus labios se dibujó una sonrisa burlona.
- ¡Claro que lo niego! Yo no soy de esa clase de personas a las que tú estás acostumbrado a tratar - la castaña estaba a punto de estrangularle si se quedaba unos minutos más ahí.
- Déjame continuar...-hizo una mueca de sonrisa sarcástica.
- ¡NO! ¡Porque yo no estoy dispuesta a seguir escuchando tus mentiras!-se volteaba dándole la espalda.
- ¡NO SON MENTIRAS! -por fin estallaba el rubio.
- ¡Sabes una cosa, yo soy la que me cuestiono ¿qué haces tú conmigo?! ¡Si me crees tan ruin como para llevar al fango mi amistad con Harry! -Hermione también estallaba, volteándole a ver con una forma amenazante, sus ojos estaban conteniendo las lágrimas.
- ¡Yo no te estoy tachando de nada! Sólo quiero que te des cuenta de lo que haces para que él te mire diferente - volvía a hablar de manera tolerante.
- ¡Pero es ridícula toda esta historia de la dulce amistad! -ironizó.
- Jean, quiero que te des cuenta de que el estar con él te hace daño ¡Te evapora a diario!-se acercaba a la chica y la tomaba de los hombros, como queriéndole hacerle entender que estaba en un error.
- Él no es más que un dulce veneno que te consume el alma...-le miraba con tristeza melancólica, como si también sintiese ganas de llorar, mientras rozaba la mejilla de la castaña.
- ¡Draco, por favor ya basta de decir mentiras!, ¡Patrañas! -soltaba enojada, empujándole.
- ¡No son patrañas, es la verdad! Y lo sabes... ¡Sabes que todo lo que he dicho es verdad! Sabes que estás enamorada del héroe que has creado en tu mente.
- Pero te repito
¡A él no le interesas en absoluto! Porque a la primera sonrisa que le dio la oriental te cambió, y no dudo que pronto te cambie por otra. Que puede ser la misma Weasley, tu dizque mejor amiga - subrayó con crueldad; lo había logrado, había dado en el punto que más le dolía a la chica de cabellos castaños.
- ¡Y yo te repito que no sé de dónde sacas que yo estoy enamorada de Harry!-respondía enfurecida, aunque no sabía por cuánto tiempo más podría soportar esas ganas de derramar lágrimas.
-¡No soy estúpido, pese a que tus amigos lo creen! ¡¿Crees que no me doy cuenta de cómo lo miras, de cómo te preocupas por él?!-señaló rabioso.
- ¡Me preocupa porque es mi amigo, tanto como me preocupan todos los demás seres que quiero!-alegaba.
-¡NO MIENTAS! ¡Sobre todo no te mientas a ti misma! Por Weasley no lo haces, no de esa manera tan exagerada de sobreprotección
¡Por Potter arriesgas tu vida misma por salvar la de él! - su gris mirada estaba cada vez más vidriosa. Los ojos marrones lo vieron dilatados
Tanto la quería,
Tanto que yo,
Por ella moría,
Eso bien lo sabe Dios.
Ella es la reina de mi inspiración,
Por la que yo sufro,
La musa de mi amor.
Busco en el recuerdo
Y no encuentro mi pasado.
Las campanas y más campanas
Que mi alma ha escuchado.
Tú sabes bien que a la última frontera
Te hubiera llevado,
Que los senderos de la vida hay que cogerlos con dos manos.
- Sí Jean, desde antes de ser tu mejor amigo te arriesgabas
y después más. ¡Siempre eras tú la que salía lastimada! ¿O te hago un listado de las ocasiones que el Señor Tenebroso te ha atacado sólo por estar cerca de él?, poniéndote como su escudo.
- Más sin embargo no te asusta que no descansará hasta destruirlo, y tú estés expuesta a un letal peligro... ¡¿Acaso es tan inmenso tu amor por él, que no te importa nada, ni siquiera tu vida?! - soltaba con acidez, su voz temblaba. La seguridad de Hermione era quizá lo único en lo que coincidía con Harry, su rival.
- ¡Ya quisiese yo que así defendieses nuestra relación! ¡Que me quisieses la mitad de lo que le amas a él!
- Draco por favor deja de hacer esto
¡Deja de inventar cosas!-su respiración era cada vez más entrecortada, su rostro estaba muy tenso, y sus ganas de tener entre las manos el cuello del rubio aumentaban.
- ¡NO SON INVENTOS!, ¡NO ES FRUTO DE MI IMAGINACIÓN! - gritó con ira; las aves que descansaban en árboles cercanos salían asustadas. La ojimarrón le observaba con ganas de golpearlo. <<¡¿Cómo se atrevía a juzgar sus sentimientos?! >>
- ¡LO AMAS!, ¡Sé sincera! ¡Acepta la realidad! ¡Pero también acepta que él nunca te querrá ni la mitad de lo que te amo yo!
- ¡ESTÁS LOCO!-la chica hacía una mueca de que el ojigris estuviese mal de la cabeza.
- ¡NO LO ESTOY!, ¡Estoy hablando en serio!-soltaba con furia.
- ¡Basta, esto es demasiado! ¡Me voy!- se giró y comenzó a alejarse. - ¡Bien, huye cobarde!-gritaba.
A veces la miro y lloro y lloro,
Pensando que pudo y no fue al final.
Ver a las nubes tapar las estrellas,
Estrellas que sólo te quieren mirar.
Porque eres la cuna que mece sin nada,
Porque eres la lluvia que no haz de mojar
Sin ti yo veía tarde de historias
Historias que nunca quise ver acabar.
Hermione apenas avanzaba unos pasos cuando él la seguía y la obligaba a detenerse; haciéndole ver a los ojos directamente. La chica observaba que aquella gris mirada se encontraba rojiza.
- ¡Quieres sinceridad, ¿no?!-soltaba con reto, manteniéndole la mirada.
- ¡Exacto! -exigió el rubio.
- Entonces tienes que saber que estoy confundida
¡Que no sé con exactitud qué es lo que quiero! ¡Y que nunca vuelvas a intentar herirme con temas como este! ¡¿Por qué carambas metes a mis amigos?! -apretaba los dientes.
- Corrección, sólo meto al cara cortada
¡Porque es el único culpable de todo esto! ¡Él y nadie más que él!
- ¡Te dije que basta! ¡Aquí el único culpable eres tú, por tu arrogancia! -ambos estaban conteniendo sus lágrimas, pero los dos eran lo bastante orgullosos y no las derramarían.
- ¡Já!, ¡¿Yo arrogante?!- le miraba con sarcasmo irónico.
- ¡Claro que sí, eres un egoísta! ¡Un niño mimado acostumbrado a tener todo! -sentenciaba con la misma mirada de frialdad.
- ¡¿Eso es lo que crees de mí?!-inquirió decepcionado.
- ¡Tú crees que yo soy una farsante hipócrita! -arqueaba las cejas, y le miraba acusadoramente.
- ¡¿Y no es así?!-terció insinuante.
- ¡Pues no!-reclamó ella.
- ¡Entonces no me digas que yo soy así! - demandó.
- ¡Pero tu comportamiento me lo deja claro!
- ¡Y el tuyo a mí también! Te acabo de pedir sinceridad y si no lo hubiese hecho jamás me hubieras dicho lo que yo ya sospechaba
- ¡¿Y qué sospechabas?! -terció ácidamente.
- Que tú estás enamorada, pero no de mí
¡Sino de San Potter!-sentenció, por dentro se moría de celos.
- ¡Jean Granger, te estás volviendo alguien que no eres tú! Pierdes identidad cada vez que estás con él -alegaba.
- ¡Vas de nuevo...! -la castaña hacía un gesto de enfado.
- Sí, y lo haré hasta que tú culmines esto - advirtió.
- ¡No quiero seguir escuchándote! -hacía el intento de marcharse pero el chico le atajaba el paso.
- ¡Pero yo sí quiero que lo hagas! ¿Qué casualidad, no?-hablaba en un tono imperativo y frío.
- ¡Pero a mí no me importa lo que tú quieras!-le contestaba de igual forma.
- Mira nada más... y dices que el egoísta soy yo -entrecerraba sus grises ojos.
- ¡No quiero escucharte más, Draco Malfoy! ¡Te estás comportando igual de idiota que cuando te conocí! - exclamaba cubriéndose los oídos con las manos, y cerrando los ojos. La verdad la castaña se comportaba algo infantil, el rubio se acercaba más y le trataba de retirar sus manos.
- ¡Basta de juegos, necesitamos hablar!-le tomó por los hombros, zarandeándola.
- Vaya, hasta que dices algo cuerdo...-mirándole de frente y bajando sus manos.
Los dos estaban mirándose fijamente, sus miradas se conectaban, sus respiraciones se sentían cerca, muy cerca. Él podía ver aquellos ojos marrón, se iban a besar...
- Draco, no puedo
Dame tiempo, por favor -la chica terminaba con aquél intento del rubio y de ella misma; pero aún seguían viéndose de frente. Esos ojos grises ya no podían contener las lágrimas y comenzaban a trazar un camino en las mejillas del chico.
- ¡¿Ves?! Lo que te digo es verdad
¡Yo tengo la razón!-estaban frente a frente, la castaña pudo notar la diferencia de sus estaturas. Sin embargo en su intento de reto él parecía empezar a ceder, pero ella no.
- ¡Dije que basta!, ¡Basta de tus alucinaciones!-exclamó con enojo casino, e hizo un ruido de enfado que sonó como un "Ach"
- ¡Que no lo son!- discutió; y la tomaba de los hombros, con delicadeza esta vez, pese a su enojo.
Tanto la quería,
Tanto que yo,
Por ella moría,
Eso bien lo sabe Dios.
Ella es la reina de mi inspiración,
Por la que yo sufro,
La musa de mi amor.
- ¡No lo dejes por favor, no dejes que te convierta en su sombra! No te conviertas en el reflejo de la persona que más odio en el planeta -enfatizaba el ojigris en susurro, Hermione le miraba desconcertada, ya que esperaba que le tratase con brusquedad.
- ¡Draco, deja de decir incoherencias! Yo no soy el reflejo ni la sombra de nadie -negaba con extrañeza, iba a zafarse de los brazos del ojigris...
- ¡Aléjate de él Jean, no dejes que te cambie! Yo amo a la chica valiente y fuerte, aunque es sabelotodo
¡Pero la Amo!-comenzaba apretando más aquellos finos brazos.
- Draco quiero irme...-le bajaba lentamente las manos, mirándole con cansancio, él iba cediendo.
- Está bien, te daré el tiempo que necesitas
Pero sólo espero que tú decisión sea la correcta y no te arrepientas más tarde de ella. ¡Porque tal vez lo lamentarás! -decía sorprendiendo a la chica de nuevo, esas palabras sonaban amenazantes...
- Gracias, Draco
-la castaña pensaba ya haberse liberado de los brazos de él, cuando un impulso en el rubio lo orilló a forzarla y besarla, pues tal vez sería el último beso como novios. No la dejaría marchar tan fácilmente.
Sus labios estaban unidos pero el corazón de Hermione se sentía extraño; entre los forcejeos de él por retenerle y los de ella por empujarlo, la mordía.
- ¡¿QUÉ TE PASA?! ¡ERES UN IDIOTA! -decía dándole una bofetada que lo dejaba anonadado, peor que la que había recibido aquel tercer curso. Por los finos labios de la castaña escurría un hilo de sangre, donde se habían aferrado los dientes del rubio.
- ¡Perdóname Jean, no era mi intención...! ¡Espera! -hablaba rápida y agitadamente, siguiéndola, ya que la chica daba zancadas enormes y comenzaba a subir por la ladera.
- ¡Espera te digo, quiero que me escuches
! ¡Y lo harás!-la tomaba de los brazos con brusquedad, nerviosamente, y comenzaba a hablar desesperado.
- TE DIGO QUE NO ERA MI INTENCIÓN -pero la chica no le escuchaba.
- ¡INSENSIBLE!-gritaba entre lágrimas de ira, y continuaba el forcejeo.
- ¡¿Insensible?! ¡La insensible eres tú, que no te importa que yo esté aquí, y atropellas mis sentimientos! -era lo primero que decía el chico ante eso.
- ¡Nada más piensas en ti
! ¡No eres la única que sufre con todo esto! -la continuaba lastimando, por la fuerza con que la sujetaba.
- ¡Suéltame!, ¡Me haces daño!-chilló la castaña, tratando de liberarse.
- ¡No!, ¡No te dejaré ir hasta que dejes de tratarme como el villano de la historia que tú comenzaste!-seguía él, sacando su instinto de Slytherin, haciéndole más daño.
- ¡Me estás lastimando! ¡Draco por favor!-hablaba suplicante, al rubio se le dibujaba en el rostro una sonrisa de ironía, pero antes de hacer algo más sentía un fuerte dolor en la nariz y su visión se reducía a colores. Escuchaba un grito de enojo, y después miraba su propia sangre...
- ¡Te dijo que la soltaras! ¡Cómo te atreves a tocarla, imbécil! -ahí estaba el chico de gafas, enfrentándose a su peor rival.
- ¡Cómo te atreves tú a tocarme, estúpido! -le miraba con el mismo odio, limpiándose la nariz, su respiración era entrecortada.
Hermione se ponía en medio de los dos antes de que cualquiera siguiese con la pelea.
- ¡Harry, vámonos por favor!-sus ojos marrón estaban bañados de lágrimas y le miraban con súplica, él daba un sonoro resoplido pero cedía.
- ¡¡Me las pagarás, Malfoy!!-Le amenazaba y abrazaba a Hermione, dirigiéndose por la ladera hacia el castillo; apenas daban unos pasos cuando
- ¡¡Cobarde!! ¡Siempre escudándote en las mujeres! ¡Lástima que tu madre ya esté muerta, y que te escondas detrás de Jean!-soltaba con rencor el rubio, Harry volteaba a verle con reto.
- ¡Harry, por favor no le hagas caso! ¡No vale la pena!-pero el ojiverde no le hacía caso, la hacía a un lado con delicadeza y se le iba a los golpes al ojigris sin que la chica pudiese hacer algo.
- ¡¡Te tragarás tus palabras, Malfoy!! -le agarró por el cuello de la sudadera verde oscuro.
- ¡¡Y tú te arrepentirás de haberme desafiado!!-le miraba también golpeándolo, pese a que Draco veía la forma de pelear muggle humillante, le valía. Sólo quería desahogar todo el rencor que sentía por el chico de cabellos revoltosos. Harry no necesitaba su varita, le haría sentir dolor con sus propios puños.
- ¡Basta, tranquilos! ¡Contrólense
! ¡Hey, escúchenme! ¡Dije que se estén en paz!-pero ninguno de los dos parecía darse cuenta que Hermione gritaba.
- ¡¡Parecen niños inmaduros!! ¡Bien, ignórenme! ¡Es más, mátense! ¡Si eso es lo que quieren! Pero si alguno queda vivo, lamentaré más que los expulsen
¡PAR DE IDIOTAS!-se daba la media vuelta y se marchaba ofendida y molesta. Este gesto parecía hacer reaccionar a los chicos, que la miraban sorprendidos por la actitud de la castaña
- ¡Hermione!, ¡Jean! - se escuchaban sus voces, pero la chica no les volteaba a ver y aumentaba el ritmo de sus pasos. Ambos estaban aún en el pasto
a Harry se le habían quebrado las gafas y tenía el labio inferior roto, Draco aparte de la nariz también le sangraba la ceja izquierda; los dos estaban con las ropas manchadas de barro y pasto.
- "¡Insensatos!"-pensó la castaña mientras subía por la gradas del castillo, con dirección a la sala común de Gryffindor.
Tanto la quería
Que por ella moría
Ella es la reina
Por la que yo sufro
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Canción: Tanto la quería
Dueto: Andy&Lucas
Makoto Black, mil tanx por las observaciones y por tus comentarios :D Ya pronto pasará algo entre Harry y Hermione.
Anyeli Potter Granger
Hermione entraba a la sala común, para su fortuna estaba vacía, la chica estaba muy confundida y extrañada. Peor que cuando había recibido la noticia de que era bruja. ¿Qué era lo que había pasado allá abajo?, ¿Qué era lo que exactamente acontecía en su vida ahora mismo?. ¿Por qué se había metido en tamaño embrollo?, ¿Cuándo la amistad que sentía por Harry se había convertido en algo más? Bueno, ésta última la tenía más clara. ¿Era tan difícil tener novio?, ¡No! La respuesta estaba en estar con alguien a quien no amaba. Se sentó frente a la chimenea y clavó su marrón mirada en ella, Crookshanks se acercó mirándola muy intensamente, como si supiese el sufrir de su ama y también le doliese. El minino maulló y saltó al regazo de su dueña, ella sin darse cuenta le rascó detrás de las orejas. ¡Este Lío Debe Terminar! Y Cuanto Antes Mejor, Después de todo es Draco quien quiere sinceridad, no? ¡Pues La Tendrá! ¡Esta Farsa Definitivamente Llegó a Su Fin!- rompió el silencio sin más se puso de pie y golpeó con sus puños, se percató que aún traía la bolsa con los obsequios del ojigris... ¿Cómo la había tomado?, No importaba - la tiró por un lado con fuerza, al gato lo había tirado sin darse cuenta al incorporarse, y él muy ofendido se refugió bajo el sillón, bufando. La chica volvía a sentarse sintiéndose más tranquila pero aún le inquietaba algo... Mas bien alguien, que precisamente entraba a la sala con un respirar agitado por la carrera maratónica que emprendió para ir tras de ella, y la mirada gacha. Al chico de ojos esmeraldas no le importaba cómo pudiese lucir, o los golpes que traía no le inmutaban. Sólo le interesaba cómo se pudiese sentir su "amiga" después de tamaña tarde. La castaña no se percataba de esto pues se encontraba absorta en sus pensamientos, por sus mejillas salían lágrimas "Debo hablar con él, antes de todo prefiero perder su amistad a verlo con Ginny u otra" "De todas formas da igual, debo ser sincera conmigo misma" "¡Rayos!, ¡Draco vuelve a tener razón!" - se iba a marchar a su dormitorio cuando chocó con Harry. -¡Ay!- Cayó hacia atrás -¡Disculpa!-Se precipitó a sostenerla antes de que tocara contra el sofá o el piso.
I don't know what he does to make you cry, (Yo no sé lo que él hace para hacerte llorar,)
But I'll be there to make you smile. (pero yo estaré a tu lado para hacerte sonreír)
I don't have a fancy car to get to you (Quizás no tenga un carro elegante)
I'd walk a thousand miles
(pero para estar contigo caminaría miles de millas)
- ¡Hermione...! -seguía respirando entrecortadamente, ambos se sentaban.
- ¡Discúlpame, lo siento mucho en verdad!-la chica dirigía su cristalina mirada con desconcierto.
- ¿Porque chocamos?, ¡Eso fue un accidente! -dijo sin darle importancia.
- No, Por lo que acabas de presenciar. Sé que no tiene excusa, pero tampoco podía dejar las cosas así. ¡Se metió con mi madre!, y tú bien sabes que es lo último que podía escuchar... Además de que algún día yo sabía que Malfoy y yo llegaríamos hasta esto, ¡a los golpes!
La ojimiel iba a hablar, pero el chico continuaba hablando
- No, espera... sé que debí parecer un tonto, y soy un idiota, tienes razón. Pero no debes llorar por eso, tú misma lo dijiste, no vale la pena que llores porque somos unos niños inmaduros. Malfoy y yo - le secaba las lágrimas, y aún seguía poniendo su cara de niño regañado. "Ay, si supieses que por ti lloro todo el tiempo"-pensó sarcástica, luego comentó...
- Sí fíjate, te viste tonto y también eres un idiota, ¡Niño inmaduro!-sonreía levemente, parecía haber meditado las cosas.
- ¡Te ves más hermosa cuando sonríes de esa forma!-las palabras del ojiverde provocaban colores en la castaña.
- De todas formas, gracias -le abrazaba y él se sentía en las nubes, pero los golpes sufridos le hacían poner una mueca de dolor -"Auch" ella se separaba asustada.
- ¡¿Te duele mucho?!-preguntó alarmada.
- Algo... pero ya pasó - la tranquilizó.
- ¡Tonto!, mira que pelearte con Malfoy. Te ves como si hubieses tomado un baño de lodo- observó crítica.
- ¿Tan mal luzco?-le sonreía tímido.
- ¡Deplorable! -volvía a sonreír, él también le miraba risueño, e indignado falsamente.
- ¡No tanto!-dijo riendo al ver la expresión del chico.
I don't care if he buys you nice things (No me importa si él te compra muchos regalos)
Does his gifts come from the heart- (de verdad te los obsequia de corazón?)
I don' know
(yo no sé)
But if you were my girl
(Pero si tú fueras mi chica)
I'd make it so we'd never be apart.(los haría de tal manera que jamás nos separaríamos)
- ¡Ay, cuándo aprenderás a no romper las gafas?!- se reía y negaba mientras tomaba los anteojos del ojiverde y con un conjuro las reparó -"Oculus reparo"-susurró. Harry sonrió, cuántas veces ese hechizo le hizo a sus gafas el privilegio de ser tocadas por las manos con cuya dueña tanto soñaba él, en especial con ese hechizo la conoció en el tren.
- Ya sabes -vaciló poniéndose nervioso, entonces desvió su mirada hacia el lado y reparó en la bolsa que se encontraba en el suelo.
- ¡¿Hermione, esta es la muñeca que te dije una ocasión que era idéntica ti?!-cuestionó tomando el hada que al caer salió de la bolsa.
- Sí, Draco me la obsequió, junto con esos - esta vez señaló los demás regalos que aún seguían en el piso - Según porque el 31 cumpliremos 5 meses de novios... -agregó en voz baja, el ojiverde sintió un retorcijón en el estomago y estuvo seguro que no fue precisamente de hambre.
- Pero realmente creo que lo hizo para tratar de enmendar su comportamiento de la tarde...-habló de forma inquisidora, entornando los ojos.
- ¡Sí, así es Malfoy!, Siempre creyendo que puede comprar y arreglar todo con dinero - comentó Harry.
- Tienes razón -suspiró, el ojiverde se sorprendió de lo dicho por la ojimiel.
But my love is all I have to give (Pero mi amor es todo lo que tengo para dar)
Without you I don't think I can live ( sin ti creo que no podría vivir)
I wish I could give the world t you
(Ojalá pudiera darte el mundo entero)
But love is all I have to give. (pero mi amor es todo lo que tengo para darte)
Harry sacó las demás cosas de la bolsa y al observarlas hizo un comentario que al él mismo le abochornó...
- ¡Wow!, Algo exagerado, ¿no?
- ¿Ah sí?- arqueó las cejas Hermione.
- No lo digo por ti, Her... porque de ser así, nada en el mundo sería suficiente para ti...-el nuevo comentario del ojiverde causó que apareciesen colores rojizos en las mejillas de ambos chicos.
- Sabes, a mi me gustó mucho tu obsequio de cumpleaños- dijo la ojimiel tratando de desviar la conversación, y sacó una cadenita de su cuello de la cual pendía un lindo búho de plata.
- ¡Qué bien! -sonrió Harry, que pese a esto seguía rojo.
- ¡Dicen que los búhos simbolizan sabiduría y lealtad!-comentó vacilante la chica
- ¡¿Ah sí? No lo sabía, pero me alegra por fin haberte obsequiado algo que fuese contigo.
- ¡Eres Alguien Muy Especial Hermione...! ¡Una Gran Amiga!-titubeó las cosas empeoraban, ahora sus manos sudaban.
- Sí, Verdad -le miró desilusionada, si iba a revelarle su sentimientos ese no era un buen inicio.
When you talk-does it seem like he's not (Y cuando hablas no te parece)
Even listening to a word you say? (que nisiquiera te está escuchando?)
That's okay babe, just tell me your problems (Pero anda nena, sólo cuéntame tus problemas)
I'll try me best to kiss them all away
(Que con mis besos te los quitaré todos)
- Her, no quiero parecer entrometido, pero... ¿por qué discutían tú y Draco?- Habló apenado, la castaña rió sarcástica, porque precisamente esa fue la palabra con la que definió el rubio a sus amigos.
- Si no me quieres contar, al menos no te rías...-se quejó Harry.
- No, no es eso, sólo que Draco...-suspiró y habló.
- ¡Por ti!-contestó, pero luego se arrepintió.
- ¡¿Por mi?!-le miró con desconcierto y sorpresa, abrió mucho los ojos.
- Bueno, es que él dijo que... La verdad fue una tontería, en el fondo sabe que vamos a terminar -el chico sintió una leve emoción pero luego se desvaneció al recordar que su "amiga" estaba enamorada de otro, y sintió un dolor, pero más que físico fue interno.
- Todo comenzó cuando llegamos aquí, al lago... él me cuestionó sobre el baile y si iría con él pero yo le dije que estaba molesta iba a reclamarle cuando él desvió el tema hacia ti... Bueno, hacia mis amigos -se puso nerviosa.
- ¿Por qué dejas que te maneje, Her?-comentó con un dejo de molestia, luego sintió que había vuelto a meter la pata.
- ¡¿Qué?!-le miró con sorpresa.
- Es que tú misma llevas diciendo que lo vas a cortar desde hace tiempo, y te fuiste con él -su comentario sonaba a reclamo.
- La verdad esa era la intención hablar con él, pero lamentablemente él me sacó la vuelta y discutimos. No pude decirle que lo cortaba, ¡No soy tan insensible Harry!...-explicó con argumentos.
Does he leave when you need him the most? (Desaparece cuando más lo necesitas?)
Does his friends get all your time? (te roba a tus amigos todo tu tiempo?)
Baby please
I'm on my knees (nena por favor
estoy aquí de rodillas)
Praying for the day that you'll be mine!! (Rezando por el día que seas mía!!)
- Tal vez tengas razón...-hizo una mueca de sarcasmo, triste.
- Él se quejó que mis amigos eran entrometidos...-rió sarcástica.
- Y ahí fue donde comenzó a atacarte...
- ¡Me agrada saber que tus amigos somos importantes!-le miró ácido y sarcástico.
- Harry, mis amigos son parte importante de mi vida...
- ¡Já, parte!...-alzó las cejas, con sarcasmo.
- El verdadero problema es que Draco no está conforme con esto... Le pedí tiempo -exclamó y Harry esta vez le miró sorprendido.
- Pensé que no le habías dicho nada...-musitó boquiabierto.
- De cortar No, pero sí le dije mi confusión, y...-se detuvo.
- ¿Y?-le miró anhelante.
- ¿Her, qué has decidido?-cuestionó entre nervios.
La chica suspiró y luego desvió su marrón mirada, antes de decir algo se incorporó, se sentó en la ventana y de nuevo dirigió su mirada a Harry. Él sólo estaba a la expectativa de lo que ella pudiese decir...
- ¡Que sí!, definitivamente vamos a cortar...-contestó después de unos minutos en los cuales parecía haber meditado el asunto.
- ¡¡Pero Eso Ya Lo Sé!!-atajó inconscientemente él, en tono de desesperación, incorporándose. Ella abrió los ojos con sorpresa, él se dio cuenta de su reacción, y vacilante se acercó a la chica.
- Verás... eso ya me lo habías comentado... Realmente pensé que harías algo más con tu confusión -el ojiverde habló apenado, y como rebuscando palabras para desviar lo que acaba de suceder.
- Ah, yo... este...-carraspeó.
- Sí, ya tomé una decisión respecto a eso...
- ¿Ajá? -sus ojos la vieron con interés.
- Voy a hablar de frente con el niño que quiero... pero antes debo dejar las cosas en claro con Draco -soltó entre un suspiro de resignación y valentía. Harry sintió un vuelco al corazón, eso no sonaba muy alentador. Es más, ¿qué diferencia había entre Malfoy y el otro? Bueno, tal vez sí, que a este chico sí le amaba de verdad y definitivamente eso empeoraba la situación para él -Aunque el muy menzo no se daba cuenta de que ese niño era "Él", Harry.
But my love is all I have to give (Pero mi amor es todo lo que tengo para dar)
Without you I don't think I can live ( sin ti creo que no podría vivir)
I wish I could give the world t you
(Ojalá pudiera darte el mundo entero)
But love is all I have to give. (pero mi amor es todo lo que tengo para darte)
- ¡¡Qué Bien!!-le miró con un entusiasmo fingido, tanto que no se parecía a su voz.
- ¡Me alegro por ti!-le brindó una sonrisa muy exagerada y tan poco natural.
La chica puso su mano en la mejilla de él, pasando sus dedos por las heridas que tenía en el rostro, y al rozar los labios de Harry sintió un impulso de besarlos. Pero también una gran punzada en el corazón le hizo recordar las palabras del ojigris. Tal vez nunca tendría el privilegio de probarlos, tal vez ese privilegio sólo estaba reservado para su mejor amiga, para Ginny.
- Gracias -le dijo con tristeza y una sonrisa demasiado fingida. Él puso su mano sobre la de ella, se sentía tan bien el contacto de la piel tan tersa. Lamentablemente Hermione pensó que le incomodaba a Harry y la retiró inmediatamente. Gran error, pese a provocarle cierto escozor la piel del chico reclamaba a gritos tan dulce mano, como si le hubiesen retirado el analgésico que calmaba el dolor.
- Lo siento Harry, Siento que por defenderme tú hayas sufrido estos golpes...-susurró.
- Sabes Hermione, Por ti haría cualquier cosa...- dijo con esa misma nostalgia con la que hablaba ella, la chica sintió un retorcijón -¿Qué era eso? -"¡Nada!"- se reclamó -"¡Deja de hacerte ilusiones!"- pero él fue quien ahora puso una mano sobre los labios de ella, pese a que se sonrojó por dicho atrevimiento.
- Her... más lamento yo que ese imbécil se haya atrevido a tocarte a ti... Yo no importo, ya hasta me acostumbré -lo último sonó a sarcasmo, la ojimiel sonrió débilmente.
- Harry, desde cuándo habías visto nuestra discusión? - cuestionó lo que él había comenzado, quería saber qué sabía él del asunto antes de decir algo que pudiese comprometerle.
- Bueno, verás
Yo caminaba de regreso hacia el castillo, cuando veo una pareja besándose cerca del lago, y al acercarme descubro que eran tú y Malfoy -dijo con cierta tristeza.
- Pero también me percaté de que discutían, vi la bofetada que le metiste, eso me hizo pensar que el beso no fue bajo tu consentimiento. Así que poco a poco me fui acercando más, y escuché que le pedías que te soltara. Observé la brusquedad con la que te tenía del brazo, eso me colmó la paciencia, hasta ahí llegaba el Harry tolerante. No podía ver cómo maltrataban a la... -pero se trabó fingiendo una leve tos, estuvo a punto de decir a la chica que amo.
- ¿Ajá? -le miró con el ceño contraído.
- A mi mejor amiga...-ambos chicos se incomodaron por esto, parecía doler esa simple frase.
- Entonces voy y le suelto el golpe, sin pensar en nada más que no fuese hacer sentir más que mucho dolor a ese güero desabrido -los dos sonrieron.
- Sabes, te lo agradezco. Draco puede llegar a ser muy idiota cuando está nervioso...
- ¡Ah, y todavía le excusas!-le soltó con dejo de incredulidad e indignación.
- ¡No, Claro que no! Es sólo que...-titubeó.
To you...(Para ti)
Hey girl, I don't want you to cry no more-inside (Ey, nena no quiero que llores más-lo siento)
All the money in the world could never add up to all the love (Todo el dinero nunca se lo añadiria a todo el amor)
I have inside
I Love You. (que siento dentro de mi-te quiero)
- Dejémoslo así, quieres -le miró con una mueca de olvídalo.
- ¡No, Harry yo no lo disculpo! ¡Sólo afirmo que es un idiota!
- El chico sonrió - ¡Él siempre!-comentó.
- Harry, mejor dime ¿por qué regresaste una hora antes?-le miró confundida.
- Sabes Hermione, cuando tú te fuiste caminamos un rato mientras decidíamos a dónde ir, pues nos dieron dos horas más. Así que aprovecharíamos el tiempo según Ron... Total que al final fuimos al salón aquél donde fui con Cho en 5°, recuerdas?-dijo con desgano.
- Sí -respondió algo amarga y triste "Cómo olvidarlo"
- Ron y Luna se pusieron en su plan cursi, y yo me incomodé. Ginny y yo sobrábamos, y para mi mala suerte llega Colin, así que salí del lugar casi huyendo. No me sentía muy bien en ese sitio -Hermione le miraba contrariada, tal pereciese que a Harry le molestaba el hecho de que aquel castaño estuviese cerca de la pelirroja. Aunque la realidad era otra, las palabras del ojiverde no le ayudaban mucho si el plan era revelarle a Hermione sus sentimientos.
- Y pues en mi regreso me topé con ustedes, y lo demás ya lo sabes...
- Harry, hablando de lo que ocurre conmigo... ¿Qué hay de ti con la chica que dices amar? -él la observó con sorpresa, era lo último que pensaba que ella fuese a cuestionarle.
- No Digo Amar, Her. ¡La AMO! -Le miró con una mirada segura, la castaña sintió un vuelco al corazón, acaba de sentir que todo estaba perdido.
- Pero ahora que lo preguntas, ¿Cómo sabes qué es amar, Hum?-dijo con otra pregunta - Tú también dices amar a ese chico...
- Harry, porque el amor es... Algo tan intenso que ni con todas las palabras del mundo podrías describirlo, y...
- ¿Ajá?-la miró.
- Es sentir que esa persona la necesitas como tus pulmones necesitan del oxigeno para poder vivir... En lo primero que piensas al despertarte y lo último al acostarte, y en tus mismos sueños aparece su rostro sonriéndote, y sientes que cuando se marcha tu corazón se va con él. Y...-pero él la interrumpía.
- Como si todo a tu alrededor no importase cuando estás con ella, como si no existiese nada más que ella. Que a cada roce de su piel fuese tocar el mismo cielo, y a cada palabra suya escuchases hablar a un ángel. Y cuando no la ves piensas ¿en dónde estará?, ¿qué estará haciendo?, ¿estará bien? Que te falta el aire, la vida misma, que caminas sólo por inercia. Pero sobretodo quieres protegerle de todo y contra todo aquello que pueda lastimarle y hacerle daño. Que descubres que darías tu vida si fuese necesario, sin miramientos, sólo con tal de no verle sufrir. Que sus sufrimientos y angustias las tomas como tuyas... y que sacrificarías tu propia felicidad con tal de ver que ella sea feliz... Además hasta las más pequeñas cosas que ella hace por ti, cada detalle, por más desapercibido
son como tesoros que tu alma atesorara por el resto de tu vida. Y que cuando estas apunto de darte por vencido su simple mirada te dé la fuerza para continuar en un camino, donde sabes que aunque como amigo ella estará a tu lado... Pero a la vez sientes un pánico enorme sólo con pensar que a tu lado puede ocurrirle algo, y tú sientes cómo ya nada tendría sentido sin ella... Así que optas por mantenerte al margen de su vida, y sólo te alimentas de sus risas y alegrías, pese a no ser tú quien las causa... Mas sin embargo siempre sabrás que lo que amas de ella, es su alma, su esencia. Más allá de lo físico, su corazón, la persona que es... ¡Que tu vida le pertenece enteramente!... -Harry finalizaba con una emoción incontenible, pequeñas lágrimas se asomaban en su mirada, acaba de revelarle a Hermione lo que sentía realmente, ahora sólo faltaba decirle que era ella por quien lo sentía. Cuántas veces ha pronunciado su nombre, ¡¿y era tan difícil decirlo, acompañado de la simple palabra que reflejaba y resumía lo que sentía por ella?!
La ojimiel le miraba perpleja y con tristeza hablaba...
- ¡Sí Harry, eso es amor! Definitivamente tú de verdad amas a esa chica -suspiraba con un dolor infinito, su marrón mirada también se tornaba vidriosa.
- Hermione, ¿pero cómo haces cuando todo ese amor no puedes demostrárselo?... Tal vez con las miradas tratas de hacérselo saber, pero...- esta vez fue la castaña la quien le interrumpió.
- Esa persona es tan ciega que necesitas decírselo para que lo sepa y se dé cuenta -le soltaba más como si reflejase lo que ella sentía.
- ¡Sí, Exacto!-le miraba bastante sorprendido, pero afirmaba que la chica tenía razón.
- Pero lo peor es que ella ya esté enamorada de otra persona, que para tu desgracia es alguien que conoces... -bajaba la mirada.
- Ay Harry, es horrible amar sin ser correspondido...-suspiró.
- ¿Y cómo saber si no lo eres?, Si ni siquiera te atreves a preguntarle... Es una duda que te carcome y te sientes el más cobarde del mundo...-él hablaba nuevamente más para sí mismo que para la ojimiel.
- Harry, y si
¿Sí lo fueses? -le contestaba, pero no con entusiasmo, pues la chica creía que la afortunada era su amiga pelirroja.
- ¡Lo... ¿lo dices En Serio?! -volteaba a verle, saliendo de su ensimismamiento, pero luego bajaba la mirada y negaba.
- No, no lo creo. Ella está enamorada de otro -decía con desanimo.
- Bueno, y cómo puedes estar tan seguro si dices que no te has atrevido a decírselo...-y ahí estaba otra vez, dándole ánimo para declarársele a otra chica. Y es que él tenía mucha razón en eso de que el amor es libre, y si el ser amado se marcha para verle feliz, aunque no fuese contigo
"Sacrificar tu propia felicidad".
But my love is all I have to give (Pero mi amor es todo lo que tengo para dar)
Without you I don't think I can live ( sin ti creo que no podría vivir)
I wish I could give the world t you
(Ojalá pudiera darte el mundo entero)
But love is all I have to give. (pero mi amor es todo lo que tengo para darte)
And I will give it to you (Te lo daré)
All I can give (Todo lo que te puedo dar)
Everything I have is for you (Todo lo que tengo es para ti)
But my love is all I have to give
(Pero mi amor es todo lo que tengo para darte)
- Y qué pasa si se lo digo y ella me manda a freír espárragos, ¿ah?
- Pues siquiera lo intentaste, ¿no?
- ¡Ja, gran consuelo! -le miraba sarcástico.
- Sabes Hermione, eres muy buena dando consejos, pero ni tú misma te atreves a seguirlos...-le contestaba brusco.
- Pero...-se sorprendía de lo dicho por él y pequeñas lágrimas salían de su marrón mirada.
- ¡Her, lo siento! Pero es que estoy desesperado, ya no sé qué hacer para poderle decir lo que siento por dentro. ¡Decirle que la Amo, y que la necesito más que a nada en este mundo! -se sentaba a su lado y le secaba las lágrimas.
- Sabes que lo que más me duele es discutir con él...-susurraba algo distraída, Harry sentía un nudo en la garganta- ¿Ron? -Pensaba con tristeza.
- Her... ¿él es alguien que conozco?... Digo, dijiste que sí, pero... ¿Podrías decirme su nombre? -la chica volteaba a verle nerviosa, y luego asentía.
- Pero no tiene caso decirte quién es... ¡Está claro que él está enamorado de una de mis amigas!... -salían más lagrimas de sus ojos, él sentía algo muy pesado en el estomago "Sí, está claro que es Ron, porque sus únicas amigas son Ginny y Luna"
- Veo que ninguno de los dos somos correspondidos, no? -le abrazaba con nostalgia, ella le dirigía una mirada de confusión.
- Harry...
- ¿Hum?- musitó
- Tú sí... -tomaba fuerzas y soltaba con dolor - ¡Tú sí eres correspondido!
- ¡¿Qué dices?! -abría mucho los ojos por la sorpresa -¿Acaso Hermione le estaba jugando una broma o ya se estaba trastornando?
- Que no tienes porqué sufrir... Verás, Ginny me...-apretaba los ojos y continuaba pero él interrumpía.
- ¿Ginny?, ¿qué tiene que ver Ginny con todo esto?... ¡¿Acaso ella sabe algo?! , ¡Y no me dijo nada!...-le miraba con aturdimiento.
- Sí Harry, Ginny me dijo que...
- Hermione, por qué no... ¿Pero Ron tenía Razón? -se le dibujaba una extraña sonrisa.
- Hermione recordaba las palabras de Ginny "Ron me dijo que podría ser yo esa chica de la que Harry se ha enamorado"- y sentía un vuelco al corazón.
- Sí - se limitaba a responder.
- Pero... todo este tiempo he estado sufriendo como tonto, y tú lo sabías... ¡Y Ron también, y ninguno de los dos me ha dicho nada!... ¡Y para colmo, Ginny!...-Harry entre reclamos y emociones se trababa -¿Qué era todo aquello?- le miraba, ahora sí no disimulaba una alegría enorme en su hermosa mirada esmeralda.
- ¿Pero es que acaso tú le prohibiste decirme algo? -le sonreía con indignación.
- ¿Yo?, ¡¿Que yo qué?!-arqueaba las cejas.
- ¡Sí tú!, Podrías ser más considerada conmigo, no?- reclamó, pero aún así se moría de ganas por besarla.
But my love is all I have to give (Pero mi amor es todo lo que tengo para dar)
Without you I don't think I can live ( sin ti creo que no podría vivir)
I wish I could give the world t you
(ojalá pudiera darte el mundo entero)
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- Harry espera... Si tú estás enamorado de Ginny, y...
- ¡¿Qué?!, ¡¿Cómo?!-parecía haber despertado de su aturdimiento y tocado contra el frío suelo de golpe...Un golpe muy duro.
- Sí, tú...
- ¡¡Hermione!! , ¿Quién está hablando de Ginny?-le miraba con extrañeza.
- ¡Tu!
- ¿Yo?
- ¡Sí, tú! Me has dicho que estás enamorado de Ginny -le devolvía la misma mirada.
- ¡Claro que No!, ¿De dónde has sacado esa tontería? ¡Yo no estoy enamorado de ella! -negaba con una muy grande confusión.
- ¿Entonces?...-decía con un hilo de voz.
- Entonces nada... la chica que amo es otra. Y por un segundo pensé que me amaba igual que yo... pero me acabo de dar cuenta que no- y bajaba la mirada de nuevo, con desilusión. Se incorporaba, daba unos pasos
Hermione estaba aturdida y sólo le miraba con confusión y sorpresa
Y cuando estaba en el primer escalón hacia el dormitorio de chicos se volteaba y la miraba fijamente.
- ¡Hermione, La Chica A La Que Amo Eres Tú!-por fin despegaba sus labios, lágrimas resbalaban por sus preciosos ojos verdes. Ella abría mucho sus ojos- ¿Había escuchado bien?, ¿o su sentido auditivo la estaba engañando?- sus latidos se aceleraban...
- Lamento en verdad que Ron esté saliendo con Luna... ¡Já!, y pensar que él dijo que apostaba que tú me amabas también, irónico no?-decía con acidez.
- Harry, yo...-tartamudeaba, esto era más de lo que esperaba.
- No digas nada Her... sólo un favor, nunca vuelvas a jugarme ese tipo de bromas. Si tú no me correspondes lo entiendo, pero... No me ilusiones para luego dejarme caer contra la fría realidad. Eso Duele... Hasta Mañana Hermione -le miraba a través de aquellas gafas que se tornaban empañadas debido a que las lágrimas aumentaban, y su voz era entrecortada, daba la media vuelta y subía por las gradas con el fin de desaparecer del mundo si fuese posible. La castaña se quedaba anonada, sentía su pulso muy acelerado y entonces algo en su interior le gritaba -"¡Muévete!"- sus piernas parecían estáticas pero recibían la orden, aunque muy lentamente pareciese haber llegado, y emprendían marcha detrás del chico. Para su fortuna las chicas sí podían subir a los dormitorios de ellos, y eso lo agradeció profundamente... ¡Harry espera, yo!...-gritaba y le tomaba de la mano justo cuando él se encontraba en le puerta de su habitación
But my love is all I have to give (Pero mi amor es todo lo que tengo para dar)
Without you I don't think I can live ( sin ti creo que no podría vivir)
I wish I could give the world t you
(Ojalá pudiera darte el mundo entero)
But love is all I have to give. (pero mi amor es todo lo que tengo para darte)
Y no me has dado tiempo de disimularte,
Que te quiero amar.
Que por un beso puedo conquistar el cielo,
Y dejar mi vida atrás.
Él hablaba pero sin voltear a verle, Hermione respiraba agitadamente...
- ¡Por favor Harry, tenemos que hablar! -pidió.
- Por favor tú Hermione... No vayas a salirme con tu discurso de: No Te Amo, Pero Eres Mi Mejor Amigo, y No Quiero que Nada Cambie. Porque Para Cómo Estoy Ahorita, No Puedo Decir Nada Al Respecto, y Tal Vez Pudiese Decir Algo que Empeore La Situación...
- La situación es confusa. Pero si me dejas hablar tal vez podremos esclarecer esta total confusión, en la que ambos nos metimos...
- ¿Confusión? -terciaba con sarcasmo en su voz.
- ¡Sí, Harry! Yo pensaba que tú amabas a Ginny, como yo a...
- ¡No lo digas!... Te dije que duele toparse con el hielo tan bruscamente...
- Sé que amas a Ron, pero en tus labios dolería más escucharlo...
- ¡Harry déjame hablar! -protestaba.
- ¡NO!, No quiero escucharte, te dije que necesito asimilarlo antes de verte de nuevo a los ojos... ¡¿Por qué eres tan cruel?!,¡Y dices que no eres Insensible! No ves cómo acabo de quedar en ridículo ante quien más Amo en este mundo...-seguía sin mirarle y su voz era entrecortada.
- Es que yo...-titubeaba
- Hermione no quiero ser grosero, Mejor Vete ¿O acaso disfrutas mi agonía? ¡Quiero estar solo!...-gritaba entre dientes.
Quiero pertenecerte, ser algo en tu vida,
Que me puedas amar.
Con un abrazo fuerte hacerte una poesía,
Renunciar a lo demás.
Y en cada frase oculta de lo que tú digas...
En un beso hablará.
Ya no me queda duda, sólo ven y escucha,
Decidamos comenzar...
- ¡Ey, Escúchame!-saltaba con impaciencia, él sólo se quedaba en silencio, ya tenía una mano en la manilla de la puerta y abría. Cuando... La chica le tomaba impulsivamente y lo hacía voltear, dándole un abrazo, ambos irrumpían en la habitación debido a que ella se abalanzaba contra él. Pese a eso Harry desviaba la mirada.
- Hermione, dije que te fueras por favor...-susurraba, tomándole de los brazos y tratando de alejarle.
- ¡¿Estás seguro?!-le decía con un hilo de voz, al oído. Pero no le soltó, al contrario, lo aferró más hacia sí.
- Ron no debe tardar...y no querrás que te encuentre aquí -comentaba con tristeza y la mirada gacha.
- ¿Ron?
- ¡Sí, Ron!...
- ¡A mi No me importa qué es lo que piense Ron!...-negaba con una sonrisilla.
- Pero tú estás enamorada de Ron ¿no? Al menos eso fue lo que entendí...
- ¡Harry, Tú Sí Eres Lento! -reía mordiéndose el labio.
- Pero, por qué lo di... -se atrevía a levantar la mirada.
- ¡Mejor cállate! -Y sin más lo besaba... al unir sus labios fue algo tan inexplicable, tan Mágico. Pareciese que estaba en medio del mismo océano, y esa sensación de estar flotando. Como una brisa de aire cuando ves el atardecer, y sientes correr agua en tus manos bajo la lluvia. Para él era como volver a respirar después de mucho tiempo, era como probar agua en el desierto, el alma le había regresado al cuerpo. Instintivamente él pasó sus manos por la cintura de ella, y ella relajó las manos del abrazo, para posarlas detrás de la nuca de él. Lentamente desprendieron sus bocas en busca de aire... pero ya no hacían falta las palabras, sus miradas lo decían todo. Desde siempre habían comunicándose inconscientemente.
- ¡Te Amo! -habló en susurro la castaña, rompiendo el silencio y observando que las mejillas del ojiverde salían lágrimas. Pero distintas a las derramadas minutos antes, pues ahora su corazón saltaba de alegría. Él también susurró...
- ¡Te amo más!- y volvía a unir sus labios con aquella tersa piel sabor a durazno, era como rozar el mismo cielo con las manos... En verdad esperaba que no fuese un sueño, el más hermoso y maravilloso sueño.
Por besarte, mi vida cambiaría en un segundo.
Tú, serías mi equilibrio, mi destino.
Bésame, Que sólo así podré tenerte,
Eternamente en mi mente...
- Harry yo... Siempre soñé con este día -decía ella después de separarse.
- Yo también... Hermione, sé que no es tu primer beso... Pero este momento siempre quedará grabado en mi mente.
- Harry... ¡Para Mi Lo Es!- sonreía radiante.
- Entonces digo lo mismo. Porque realmente es mi primer beso de Amor verdadero, con la chica que de verdad quiero...-le devolvía la sonrisa de complicidad.
- ¡Caray!, Sí que hemos sido tontos sufriendo todo este tiempo - ambos chicos se sentaban en la orilla de la cama de Harry.
- ¡Sí, Es verdad!. Pero oye, cómo llegaste a la conclusión de que yo estaba enamorado de Ginny?-cuestionaba con asombro.
- ¡Por tonta!-soltaba sarcástica, y sonrió débilmente.
- Ah
-en realidad lo único que le importaba era que ella estaba con él.
- Y tú que yo estaba enamorada de
¡¿Ron?! Eso sí que es un puntada más grande -sonrió.
- Verás, eso entendí cuando dijiste que lo que más te dolía era discutir con él, y luego que él estaba enamorado de una de tus amigas. Más todas esas veces que me contaste que era alguien cercano a ti, aparte de mí el segundo era él, e hice tontas conjeturas en mi cabeza...-explicó algo culpable.
- La chica suspiró - ¡Já!, Como las mías...
- ¡Sí, Como las tuyas! Sabes, eres muy inteligente, pero a veces te puedes equivocar. Aunque para mi, ¡Tú Eres perfecta!-Sonreía con ternura y la abrazaba de nuevo.
- ¿Yo?, ¿Perfecta?... Harry, sin duda acabo de comprobar que el amor lo puede cambiar todo -bromeaba entre nervios, sin dudarlo aún no se creía que todo eso fuese verdad. Hace menos de 2 horas estaba pensando que todo estaba perdido, y segundos antes acaba de probar el mismo cielo...
- En verdad lo puede, Her...-le miraba con una emoción infinita... Él también aún no se creía que había besado a su mejor amiga, la chica que desde siempre le robó el sueño inconscientemente, y que había amado desde su subconsciente hasta descubrirlo aquél fin de 5°. Cuando creyó haberla perdido en la batalla del palacio de los misterios... entonces algo en su interior le hizo recordar que
¡Voldemort, Aún existía!
Un sólo intento basta, en este momento,
Para poder saber.
Si aún nos queda tiempo,
Para estar en medio,
De lo que va a suceder...
- ¿Pero También Podrá Cambiar Mi Destino? Porque Voldemort No Me Dejará En Paz Nunca Hasta que Yo...-se detenía y pasaba saliva con dolor - Lo venza... ¡O Él a Mi!-finalizaba apretando los dientes.
- Hermione de verdad crees que yo valgo la pena?... Si yo aún no tengo un futuro definido...
- Harry yo tampoco tengo un destino definido.
- ¡Pero Estás Escuchando Hermione! -alzaba la voz.
- ¿Y Si Voldemort Me Ataca?, Si Termina Conmigo
¡Eso No Me Importa Totalmente! -decía un tanto temeroso.
- ¡Pero Si Te Hace Daño A Ti!, ¡¡Eso Sí No Me Lo Perdonaría!!
- Es Mas, Te Dije Que Mi Vida Sin Ti... No Tendría Ningún Sentido...-le acariciaba la mejilla, luego bajaba la mirada y ponía sus brazos sobre sus rodillas y su cara en ellos.
- El tiempo lo dirá...-le miraba con nostalgia, su dolor como él lo había dicho también era el de ella.
- ¡¿Cuál tiempo, Her?!... Si yo lo tengo contado... ¡¡Mi Vida Está Marcada Por Esa Tonta, Estúpida y Absurda Profecía!! -exclamaba con un dejo de amargo rencor en su voz.
- Mis Padres, Sirius, Magos y gente inocente que ni siquiera sabe quién es ¡Él! Han muerto sólo por estar cerca de mí - soltaba con crudeza.
- ¡Y Ahora Estás Tú!, ¡Que Eres Lo Más Importante En Mi Vida!, ¡Mi Prioridad Y... La Mujer con la que me gustaría formar una Familia... ¡Mi Familia!-decía algo sonrojado, por fin mirándole.
- Claro, Si Tú Lo Deseas... Y Si Tengo Esperanzas De Vivir...-volvía su mirada al piso.
Conmigo no hay peligro, ¡Ven te necesito!
La distancia no es, motivo del olvido,
Aquí estoy yo contigo.
Y para siempre yo estaré...
- Harry... Draco me dijo que si yo estaba mejor contigo que con él, que si eso era lo que creía yo, estaba muy equivocada... Pero sé que no lo estoy, sé que a tu lado voy a estar bien, porque tú me amas como yo a ti. Y eso... Harry nunca cambiará. Este sentimiento es puro y no me importa nada, así fuesen mil Voldemort's los que se interpusieran, ¡Jamás Me alejaría de Ti!
- Si como amiga nunca pensé alejarme... y menos ahora que sé que tú también me amas... Escúchame bien, ¡Jamás te abandonaré! Porque tú eres ese chico con el que planeo pasar el resto de mi vida, y más allá de ella. Porque simple y sencillamente mi corazón te pertenece, y a lado de nadie más estaría a salvo mas que contigo ¡Y juntos estaremos hasta el fin de los tiempos!, porque TE A-M-O -finalizaba abrazándolo fuertemente, y después le daba un dulce beso. Por las mejillas de ambos resbalaban lágrimas cristalinas.
- Her, yo...
- Harry, cuando todo esto acabe, yo estaré ahí... A tu lado, y ambos sonreiremos felices de que el reinado del terror haya terminado. Entonces los dos juntos miraremos sólo hacia el frente, y de la mano caminaremos, y cada noche al recordar todo lo vivido
Sólo diremos que Nuestro Amor lo venció todo
-le decía sin soltarlo.
- Suena tan lindo que empiezo a pensar que la felicidad tal vez sí existe. O por lo menos esta noche existe aquí, contigo...
- Harry te prometo que...-pero el chico posaba un dedo en los finos labios de ella.
- Hermione, ¡Este Es Un Pacto De Amor Eterno!. Sin importar lo que pase más adelante, Esta noche estará en ti y en mí. En nuestros corazones eternamente...
Por besarte, mi vida cambiaría en un segundo.
Tú, serías mi equilibrio, mi destino.
Bésame, Que sólo así podré tenerte,
Eternamente en mi mente...
Ambos se unían en un beso, tan cálido, tan lindo, tan especial...
Al separarse, él, Harry sacaba de su cuello una fina cadena plateada y de ella también pendía aquel mismo búho como el que le obsequió a Hermione en su cumpleaños # 17. Se lo daba como intercambio - ¡Es Un Pacto, Recuérdalo Siempre!- ¡Gracias Her por estar conmigo en todo momento y nunca abandonarme ni en los momentos más difíciles!... ¡Ah, y por soportarme en mis arranques más insensatos! -sonreía y daba un nuevo y corto beso.
- Tú también Harry, Nunca olvides que tú eres mi destino...-y durante un gran rato se quedaron sólo abrazando. Sintiendo cómo sus latidos incrementaban y a la vez tomaban su cause, convirtiéndose en un solo corazón...
- De verdad eres lo mejor que me ha pasado en esta vida... y por estar aquí contigo volvería a vivir todo...-le susurraba al oído.
- Harry...
- Hermione... ¿Quieres ser mi novia?...-la hacía mirarle a los ojos, pero la chica desviaba aquella profunda y marrón mirada que lo hipnotizaba.
- ¿Her? -le hablaba desconcertado.
- Aún nos olvidamos de dos personas...-decía con un dejo de dolor y pesadumbre en la voz.
Por besarte, mi vida cambiaría en un segundo.
Tú, serías mi equilibrio, mi destino.
Bésame, Que sólo así podré tenerte,
Eternamente en mi mente...
- ¿De quiénes, Her?
- De Draco, y...
- Pero tú vas a terminar con él, ¿o no? -musitó temeroso.
- ¡Claro!
- ¿Entonces?
- ¡Cómo que Entonces!... ¡Harry, todos van a murmurar y me van a tachar de oportunista! Porque ni siquiera he cortado bien a uno y ya estaré saliendo contigo...
- ¡A mi no me importa lo que digan todos, me basta con saber que nos amamos para ser felices! -atajó.
- Pero...
- Pero te daré tiempo... Lo único que te pido es que no te alejes de mi, y que juntos enfrentaremos lo que venga... Tú me lo acabas de decir.
La ojimiel asentía y rozaban con ternura sus narices.
- Entonces este será nuestro secreto...
- Pero sólo por un tiempo... Her, quizá sólo lo podrán saber nuestros amigos...-sonrió cómplice -Más adelante, cuando estemos juntos formalmente...-agregó al ver la reacción de ella.
- Harry, también nos...-pero él no le dejaba continuar pues la silenciaba con el más tierno beso. Un beso que los transportaba al mismo paraíso, la más hermosa luna de Octubre los iluminaba, haciéndose testigo del amor más puro del universo. -Un par de ojos azules les observó, dibujando una sonrisa de satisfacción en el rostro de cierto pelirrojo, y sin hacer ruido bajó las gradas. Lentamente despegaron sus labios, sus miradas transmitieron un silencioso pero sincero Te Amo, y en silencio se tomaron de las manos dispuestos a enfrentarlo todo. Salieron de la habitación de Harry, y al bajar las gradas notaron con sorpresa que aún no había nadie en la sala común. Seguramente todos se dirigieron al comedor después de llegar de Hogsmeade - pensaron.
Por besarte, mi vida cambiaría en un segundo.
Tú, serías mi equilibrio, mi destino.
Bésame, Que sólo así podré tenerte,
Eternamente en mi mente...
Al llegar a las escaleras que conducían a las alcobas de chicas, Hermione le miró profundamente, Harry se dejó arrastrar por ese mar de emociones que sentía en su interior al estar cerca de ella. Y pensando en esa dulce y marrón mirada, se concentró y detrás de su mano apareció una hermosa Rosa roja... al principio él mismo se sorprendió, pero lo disimuló justo cuando la chica estaba a punto de despedirse.
- Harry...
- Hermione, ¿no vas a bajar a cenar? -estaba algo nervioso, ella negó con una sonrisa, se mordió el labio inferior e hizo una mueca extraña.
- Adoro que hagas ese gesto...-comentó con una sonrisilla.
- Sabes, aún me duele, pero con tus besos creo que encontré la cura -le miró con gracia, pasándose la mano por la mordida reciente.
- ¡Yo igual!, y en tus brazos la del alma...-ambos intercambiaron esa mirada de complicidad. En realidad los dos estaban bastante nerviosos, era algo extraño despedirse, cuando habían ocurrido tantas cosas en unas pocas horas. Apenas aquella mañana se habían levantado con la desesperanza de siempre, y ahora estaban de frente, a sabiendas de sus sentimientos mutuos.
- Bien, entonces
Hasta mañana...-decía poniendo un pie en el primer escalón.
- Her, espera, esto... Esto es para ti... -decía tartamudeando y le daba la rosa, ella sonreía entre sorprendida y halagada.
- Harry... ¡Es hermosa!...-exclamaba, casi sin voz. Y nuevamente se acercaba a darle un beso de buenas noches. De quizá tal vez la primera de muchas noches hermosas que pasarían juntos... la chica rodeaba el cuello de él y los brazos de él la cintura de la chica castaña.
- ¡TE AMO!- susurraba Harry.
- Harry, te prometo que hablaré con Draco, y pronto estaremos juntos ante los ojos de todo el mundo -le susurraba al oído, sin apenas despegarse del abrazo que mantenían. Se sentían tan bien que ninguno tenía la intención de apresurar la despedida.
- Ah, otra cosa... -parecía tener una lucha interna, y cuando por fin habló, lo hacía muy rápidamente que al principio él no le entendió nada.
- ¿Te digo un secreto? ¡Tú fuiste el que me dio mi primer beso en realidad! -le susurró sin casi despegar los labios.
- ¿Cómo? -le miró con sorpresa y confusión.
- Pero te lo diré otro día... ¡Que tengas dulces sueños! Espero que yo esté en ellos, porque tú en los míos, cada noche... -le guiñó un ojo y le brindó una sonrisa única.
- ¡Siempre lo has estado! -le sonrió embelesado - Pero... -el ojiverde quería disipar la duda que la chica acaba de sembrar con tamaña revelación.
- Ahora sí, ¡Hasta Mañana Harry!... -le decía sin darle tiempo de hablar, dando un último beso, lentamente despegó su mano de la de él. Despareciendo como un torbellino escaleras arriba, dejando al chico confuso, y a la vez con la dicha más grande del mundo.
Harry se quedó unos segundos sólo mirando la dirección por la que había desaparecido Hermione, y rozando sus propios labios, con una sonrisa aturdida... Cuando una mano blanca pasó frente a su mirada subiendo y bajando, entonces se escuchó una voz lejana que le decía a gritos.
- ¡Ey Harry!, ¿Amigo sigues ahí?... ¡¡Holaaaa!!
- Ronald, hazme un favor. No me despiertes aún... -decía como si estuviese soñando.
- Mas bien no te duermas aún...-le comentaba riendo el chico pelirrojo.
- ¡Caray!, y luego dicen que soy yo -soltaba, tratando de contener la risa.
- Ehhh
¿cómo?-le miraba por fin saliendo de su ensimismamiento.
- ¡Vaya, sí que esos besos te afectaron más el cerebro! -le miró negando, y una sonrisota se le dibujó sin disimulo.
- ¡¡Ron!!, ¡¿Qué haces aquí?!-saltaba como si apenas reparara que su amigo estaba ahí.
- Pues verás, yo también tengo derecho por ser Gryffindor. Pero mejor cuéntame, ¿Cómo salió todo?. ¡Me imagino que mejor que lo planeamos hacer, por lo que me di cuenta! -le miraba con una sonrisa de complicidad.
- Digamos que Hermione y yo aclaramos algunas cosas, y hasta ahí se acabó el relato... ¡Que descanses, Ron! -le miraba ceñudo, con ganas de fulminarle, y subía aprisa las gradas que dirigían al cuarto de ellos. No tenía ganas de contarle a Ron lo que acaba de pasar esa tarde mágica, lo único que quería era cerrar los ojos y guardar aquellas imágenes donde aparecía ese ángel diciéndole que también le amaba. El pelirrojo le siguió con reclamos y exagerada indignación. Aunque sabía que su amigo de cabellos revoltosos terminaría contándole todo, o casi todo, al menos lo que él quería saber.
Cuando la castaña entró en su habitación tras cerrar la puerta, se recargó en ella, aferrando el búho de plata y dando un beso a la rosa que le había obsequiado Harry. -Suspiró- En esos instantes la embargaba una emoción inexplicable e infinita como el mismo universo. -se recostó sobre su cama, y mirando a las estrellas por la ventana se quedó dormida, recordando cada detalle de los recientes momentos vividos con Harry... y sin inmutarse en otra cosa. Después de todo, lo que vendría, ya tenía el valor de enfrentarlo. Ya estaba con el amor de su vida
- se dibujó una sonrisa angelical en aquellos finos y tersos labios, cuyo dueño sólo era Harry Potter.
Por besarte...
Por besarte...
Besarte
Besarte, besarte, yeah...
NOTAS:
Bueno, ahora sí que me excedí un poquito. Al fin estos dos hablaron con la verdad, aunque a la castaña aún se le escaparon algunas cosillas... en realidad aquí comienza la trama. Espero que les hayan gustado, dejen comentarios please!!!
Gracias, y nos vemos pronto. Saludos de Anyeli Potter Granger.
Nombre de la song: Por Besarte, del dueto Lu.
Makoto Black Mil gracias de nuevo.
Tras cerrar la puerta de la habitación de un portazo, el ojiverde se recostó en su cama, con la más amplia sonrisa en su boca y el corazón latiéndole a mil por hora. Quién se iba a imaginar que tan sólo aquella mañana discutía como niño con Ron y sentía una vez más la desesperanza de no estar cerca de Hermione, bueno, más bien no de la forma como él quería que estuviese. Y ahora, en las últimas horas, pudo desquitarse de Malfoy. Admitía que sintió unos terribles celos al observar cómo el ojigris la estaba besando, qué hubiera dado por un beso de aquella castaña que siempre había estado a su lado incondicionalmente, y él estaba tan ciego como para no darse cuenta de cuán inmenso había llegado a ser ese amor por ella. Haberlo aceptado era difícil, para colmo estos últimos años habían sido sufridos en
¿vano? -¡Ron tenía razón, por qué carambas no se había atrevido a revelarle todo a Hermione!, se hubiesen ahorrado miles de malos ratos. Como el de verle con ese arrogante de Malfoy, y a ella de pensar que él estaba enamorado de... ¿Ginny? -¡Un segundo!- meditó ese nombre- ¿Por qué Her dijo que yo era correspondido cuando pensó que yo estaba enamorado de ella?, ¿Acaso Ginny?. ¡No!, eso es... pero mejor lo averiguaré luego, no sin antes saber qué me quiso decir con eso de que yo le di su primer beso? -sonrió al pensar en la palabra beso, y tocó sus labios. Después de todo ya no importaba tanto el no haber hecho algo antes, eso era pasado, ahora sólo era mirar hacia el frente, como dijo Hermione. Ya estaba junto a ella, y eso le daba fuerzas suficientes para enfrentarlo todo... -mientras jugaba con el dije que habían intercambiado observó aquella hermosa luna, cuyos rayos iluminaron su rostro sonriente. Los mismos que habían proyectado la más intensa luz que atestiguó el comienzo del más bello amor... De su amor por Hermione Granger, su amiga, su mejor amiga. Y sobre todas las cosas, el amor de su vida... Pensando en ella suspiró, cuando los exagerados reclamos de su mejor amigo lo sacaron de sus pensamientos.
- ¡Harry... deja de evadirme! No te pido que quites esa cara de tonto, ¡porque eso sería pedir peras al olmo! Pero estoy esperando que por lo menos me cuentes cómo pasó todo -decía el pelirrojo con exagerada indignación, y el resuello alterado por ir gritando detrás de su amigo.
- ¡Pensé que ya habíamos terminado la discusión!, dejé de oír tus gritos y te has tardado en entrar.
- ¡No pensarás que te habías librado de mí tan fácilmente! sólo que olvidé darle algo a Luna, así que fui devolvérselo y ella aprovechó para... -sus mejillas se tornaron sonrojadas -Besarme...-soltó con hilo de voz, algo inaudible.
- Bien, por qué no vas y lo haces nuevamente... ¡No tengo ganas de hablar! -le cortó, corriendo los doseles de su cama.
- ¡Ey!, Tú no te puedes dormir sin antes contarme cómo está eso de que ambos pusieron algunas cosas en claro ¿ah? -se quejó, sin moverse del lugar.
- ¡Ron, déjame dormir!. ¡Estoy muy cansado!-le contestaba de mala gana, tras las cortinas.
- ¡Claro que estás cansado!, ¡Cómo no!, ¡Si esos besos debieron haber sido bastante desgastadores! -soltó con una sonrisota de picardía.
- ¡Oye Metiche! Que acaso tú no besas a Luna, ¿ah? -habló Harry, con una mirada fulminante y adquiriendo un color rojizo en la mejillas, afortunadamente estaba cubierto con los doseles.
- ¡No estamos hablando de Mí! Sino de lo que acabo de ver aquí, y allá abajo...-Ron seguía sin moverse y continuaba con esa sonrisa de curiosidad.
- ¡¿Ronald, Nos Estuviste Espiando?! - el ojiverde abrió mucho los ojos, con sorpresa y echando chispas. Pero más que una cuestión su voz sonó a reclamo.
- Digamos que llegué en el momento exacto e inoportuno a la vez... Pero anda Harry, no seas malo, cuéntame. No ves que si no, no voy a poder dormir...-le respondía entre disculpándose e insistiendo, como un niño cuando muere por abrir sus regalos de navidad antes de la navidad.
- ¡Allá tú!, Porque yo sí lo haré... ¡Hasta mañana, Ron!-dicho esto se cubría los oídos con las almohadas.
- ¡Harry Potter, toma en cuenta que sin mí no estarías saliendo con ella, ¿ah?! -recriminaba el ojiazul.
- ¡Hermione No Es Mi Novia! Aún... -hacía una mueca extraña, esto parecía doler un poco.
- ¡¿Cómo que No Aún?!- esto borraba instantáneamente su semblante risueño, cambiándolo por uno de decepción.
- ¿No entiendo? - el ojiazul ponía una cara de confusión.
- ¡Raro!-se dibujó una ligera sonrisa en el chico de gafas.
- Pero entonces, ¿Esos besos
? ¡Caray ustedes sí que son liberales!, le están poniendo el cuerno a Malfoy. Y Hermione
¡Qué siente esa niña!, Mira que andar dándole tamañas demostraciones a alguien que no es su novio -parecía un padre indignado.
- Aunque eso no importa mucho
Es más, me da igual si le pone el cuerno al idiota ese, ¡Hasta me alegra! Sólo me importa lo que digan de ella, y de ti. Amigo eso es injusto... -se soltaba a hablar, aturdiendo al ojiverde.
- Ron, nadie le está poniendo el cuerno a nadie... Her ni yo pensamos ser liberales, por eso te dije que aún no es mi novia. Pero lo será pronto, terminará con Malfoy. Sólo es cuestión de que hable con él...-veía con dirección a su amigo, a través de las cortinas.
- ¡Ah, ya entiendo!. Creo... -le miraba, bueno miraba las cortinas y abría los ojos como si hubiese descubierto algo. Esbozó nuevamente una sonrisa, algo confuso.
- Pero si lo va a terminar, ¡¿Tú crees que él quiera
?! Digo no creo que la deje ir así como así.
- ¡Gracias amigo, por tus ánimos!-alzaba las cejas con sarcasmo.
- Harry, no lo tomes a mal. Sólo te estoy advirtiendo para que tomes precauciones -decía como si estuviese dándole consejos a su hijo.
- Pero ya en serio, Con razón Malfoy tenía cara de sufrido y apretaba los puños, sin tomar en cuenta que parecía haber recorrido todo Hogwarts con el cuerpo al piso. Si hubieras visto la pinta de la ropa fina, nada que ver con lo que vi esta mañana traía puesto...-sonreía con malicia.
- ¡¿Malfoy?! -Harry se hincaba sobre su cama sin correr los doseles, y la curiosidad hacía que los abriera.
- ¡Sí!, Me lo encontré sentado frente al retrato de la sala común...- Ron parecía contrariado.
- ¡El Muy Idiota Me Siguió! -saltaba una vez que había corrido los doseles bruscamente. El pelirrojo abría los ojos sorprendido y luego le observaba con curiosidad, de arriba abajo.
- Harry, por qué tengo la sospecha de que pasó algo que me perdí... Tú también estás detestablemente asqueroso, y... Oye, no me había fijado tienes el labio roto, y esos... ¡¿Son golpes?! -señalaba las mejillas de su amigo, con un amago de sonrisa.
- ¡¿No, Cómo Crees?! ¡Son Caricias! -le respondía sarcástico.
- ¡¿Hermione te hizo eso?! Ay compañero, yo que tú lo pesaría dos veces. Si esas son caricias, imagínate cuando de verdad te quiera golpear -le sonreía negando con una mueca divertida, aguantándose las ganas de reír y pasándose una mano por el cuello.
- ¡Deja de decir idioteces, Ron! ¡Y ya Duérmete!- Exclamó tajante, se comenzaban a escuchar los alumnos que subían a sus dormitorios, un bullicio cercano les indicó que Seamus, Neville y Dean no tardarían en entrar.
- Harry... te agarraste a golpes con, ¡¿Malfoy?!-le miraba estupefacto, pero más que sorprendido parecía fascinado.
- ¡Mira Ronald, Si No Me Dejas En Paz, Te Golpearé A Ti También!-le miraba ácido, la verdad no tenía ganas de tocar el tema de la pelea, mucho menos el porqué.
- ¡Ay, Por qué la agresividad! -sonreía como si no tomara en serio la molestia del ojiverde. - Mejor ahora sí, cuéntamelo todo. Pude observar cómo lograste aparecer la Rosa, eh picarón. Sólo necesitabas ese tipo de inspiración...-le guiñaba un ojo con complicidad.
- Y antes de salirnos del tema, ¿Por qué golpeaste a Malfoy? ¿Acaso me hiciste caso y te le enfrentaste? -arqueaba las cejas, con superioridad fingida.
- ¡Ron!, Draco y yo llegamos a los golpes porque de por sí estaba previsto. ¡No por Hermione! -el ojiazul embozó una sonrisa al ver que su amigo había revelado algo curioso.
- ¡Ah!, ¿Hermione? Nadie la nombró, pero ahora que lo mencionas...- decía, entornó los ojos como si planease algo.
- Olvídalo
querías saber qué pasó, ¿no? -le atacaba nerviosamente, antes de que su imprudencia le hiciese delatarse.
- Bueno, en realidad vi casi todo -el pelirrojo volvió a sonreír normalmente, como si le estuvieran preguntando una lección perfectamente estudiada.
- ¡¡Metido!! -le vio fulminándolo y entrecerró los ojos. Pero sí, tienes razón. Me atreví en parte a enfrentar algo... Le dije a Hermione lo que sentía por ella -esta vez el pelirrojo abrió ligeramente la boca. - ¡Al fin! -susurró, alzando las cejas.
- ¡Pero lo mejor de todo es que ella también Me Ama!, ¡Oyes eso Ron?!, Ella también me corresponde. En eso tampoco te equivocaste, ella me A-M-A -sonreía con una cara de felicidad infinita.
- ¡Ves, yo siempre tengo la razón!-Dijo con voz sorna e hizo un gesto de triunfo con los brazos.
- Ahora sólo falta que termine con Malfoy, y así podremos ser felices... -soltaba con emoción contenida, tal pareciera que quería gritar.
- Creo que te olvidas de alguien más -dijo con un hilo de voz, al recordar a su hermana.
- ¡¿No es Fantástico?! Tú con Luna y yo con Hermione... -continuaba sin hacer caso del susurro de Ron, en realidad no lo había escuchado.
- Nunca me había sentido tan feliz como Hoy, desde hace años...-bajó la mirada y una lágrima recorrió su mejilla al recordar a Sirius. Tal vez él estaría tan feliz por él, y sus padres, ¿también lo estarían? Ron observó la reacción del chico de cabellos revoltosos y no insistió en recordarle que también existía su hermana, es mas, él mismo se encargaría de hacer algo para que ella no sufriera. Aún tenía tiempo, Hermione no sería capaz de comenzar con el ojiverde antes de un lapso.
- Harry, amigo anímate, ya verás que la próxima salida a Hogsmeade no irás solo. Es mas, aunque el baile de Halloween no puedas ir con ella podrás verla, o en el de Navidad será tu pareja. Al fin, faltan casi dos meses... ya no estás solo, piensa que Hermione ahora está contigo. Como siempre, pero mejor...-le daba ánimos y en eso entraban Seamus, Neville y Dean, muy animados. Ron y Harry intercambiaban una mirada y una sonrisa, Ron se dirigía a acostarse mientras que Harry tomaría un baño, le caería bien... Pero mientras el chico de cabellos revoltosos se sentía alivianado por tener la perspectiva de un futuro con Hermione y lo vivido este día. En la sala común de Slytherin, Un ojigris se encontraba absorto en sus pensamientos y con los temores e impotencia a flor de piel...
*-*-*-*
Los días siguientes a la salida fueron extraños, pues Ron les avisaba dónde podían encontrarse a Malfoy, y lo evitaban. Para mayor fortuna las clases compartidas con el rubio se habían suspendido porque la profesora McGonagall estaba muy atareada, y Snape también les había dado las horas, ¡Un verdadero milagro!. Lo tendrían que ver hasta el día del baile, justo el 31 de octubre. Ellos comían en las cocinas gracias a Dobby, en las clases actuaban tan normales como siempre, bueno casi, porque Harry le escribía recados en los pergaminos y sin darse cuenta escribía las iniciales HJ en los pies de Pág. Aunque eso no levantaba sospechas, porque para su suerte eran las mismas que las de él, a diferencia que ponía un corazón a lado... En las noches Ron les despejaba la sala común, Hermione llegaba temprano de las rondas, temiendo que la amonestaran por el hecho. En sí habían encontrado la manera de estar solos aunque sea unos instantes, y decir un Hasta mañana sólo con un tierno beso en la mejilla, en dadas ocasiones Harry rozó sus labios de la chica, pero respetaba lo acordado...
La mañana del 31 bajaron todos muy animados y hablando del baile de Halloween, de con quienes irían y todo
Ginny no se había podido safar de Colin y sería su pareja de baile, Harry ni insistió en conseguir pese a que las chicas hicieron fila para ser las elegidas, encabezándolas la misma pelirroja, hasta que cedió ante el castaño. Al llegar a las mazmorras el profesor Snape estaba enfadado, y entró con paso desgarbado azotando la puerta como siempre.
- ¡Suficiente!, ¡No Les Pareció Mucho El Tiempo De Holgazanes Que Tuvieron! ¡Estamos Atrasados! -se hizo escuchar, pero no necesitaba mandar callar a nadie, la clase enmudecía con sólo el entrar de él.
- ¡¡A Trabajar!! , Los Ingredientes Están En La Pizarra.
- Ah, otra cosa -en su mirada apareció un brillo malicioso.
- En esta clase trabajarán por parejas -embozó una sonrisa ácida y continuó -Weasley con Parkinson, Zabinni con Granger y... Señor Malfoy usted con Potter... -parecía haber disfrutado cada letra de lo último que dijo.
- Ahora, Los Demás
Pueden Trabajar Con Quien Se Les Pegue La Gana, Con Que Trabajen....- La clase prorrumpió en cuchicheos pero el profesor los silenció de inmediato.
- ¡¡Qué Esperan!! -todos se movieron haciendo el más esfuerzo posible por no hacer ruido, Draco le dio un papel a Blaise y se cambió al banco donde se sentaba anteriormente Ron, con el cual cruzó una mirada de reto y desprecio... Al llegar miró a Harry con el más profundo odio y él de igual forma, no se sabía quién de los dos lo hacía con mayor fuerza, la castaña veía la escena tensamente, sin duda serían las dos horas más estresantes.
Al finalizar la clase todos entregaron sus trabajos y Snape les dio permiso de salir, todos salieron en silencio pero al estar en la puerta volaron. Entre el disturbio Blaise le dio un pergamino pequeño a Hermione, Harry entornó los ojos y se reunió con Ron, la castaña leyó la nota y distinguió inmediatamente los finos rasgos del ojigris.
Jane:
Por favor necesitamos hablar, te veo en las orillas del lago
A las 5:00 de la tarde.
Te amo, Nunca lo olvides... No faltes es importante.
Draco
- ¡Hermione! -le habló el ojiverde al verla distraída, ella arrugó la pequeña nota y la metió en uno de sus bolsillos.
- Harry, llegó el momento de poner las cosas en claro con Draco... -exclamó, dejando desconcertados a los dos chicos.
Se dirigieron al gran comedor eran cerca de las 3 de la tarde... Ron no paraba de hablar y echaba miradas de complicidad a la mesa de la rubia, donde ella le miraba sonriente y pícara.
- Y ustedes qué piensan hacer par de... -Hermione le miró asustada, pero antes de meter la pata, pues ahí cerca se encontraban Neville, Seamus y Dean; con Lavender y Parvati. Aparte de Colin, que hablaba a una Ginny con cara de cansancio y aburrimiento...
- ¡Ron, nos veremos en el baile! -decía Harry, que sonrió acusadoramente, casi fulminándolo.
- ¡Ya entendí! -se quedó callado y mejor siguió comiendo. Algunos se dirigieron a su sala común, otros se fueron a dar un paseo por los alrededores, después de todo las puertas al festín estarían abiertas hasta las 8 de la noche.
Faltando 10 minutos para las 5:00 Harry se despidió de Hermione, deseándole suerte con el rubio -"Te amo" -susurró, le dio un pequeño beso en la mejilla y un abrazo muy fuerte, ella soltó su mano como si se fuesen a separar por largo tiempo y salió con paso decidido.
Te encuentro despierto,
Me dices lo siento,
Con una lágrima derramas...
La castaña caminaba cerca del lago cuando vio sentado bajo un árbol al rubio, quien tiraba piedras al lago. Suspiró hondo, como si del aire quisiese sacar valor
¿Valor?, ¡Pero qué carambas, si ella era una Gryffindor! Continuó caminando y disminuyó el ritmo de sus pasos, parecía que no quería llegar, entonces él... Draco, volvió su mirada hacia ella, por esos hermosos ojos grises que se tornaban vidriosos salió una ligera pero profunda lágrima... A Hermione le dio un vuelco el corazón, después de todo sentía un enorme cariño por el Slytherin. -¿Por qué arruinó lo que pudo llegar a ser una bella amistad? -se recriminó mientras el chico se incorporó y caminó los dos pasos que los separaban, quedando frente a ella.
- ¡Jane, Lo Siento! -dijo casi en un susurro, con cierta tristeza y arrepentimiento en la voz.
- Draco, yo...-comenzaba, pero él la interrumpía poniendo un dedo en los labios de ella.
- Qué bueno que viniste... pensé harías caso omiso de la nota, ¡Pero veo que te importo!-intentó embozar una sonrisa.
- En verdad necesitamos hablar, Draco...-dijo ella seriamente.
- Antes que nada te pido perdón por lo de ese día, sé que no debí comportarme así...
- ¡Soy Un Estúpido! También lo sé, y tal vez por eso me has estado evitando. Prometí darte tiempo, pero estos días sin ti han sido un infierno...- cada vez estaba más cerca de la chica.
Me abrazas me hielo,
Me pides un beso,
Y yo me quedo sin respirar.
Sólo espera un momento,
Sólo dime, no es cierto...
La abrazó hacia sí, Hermione sintió un escalofrío recorrer sus venas. Lentamente se acercó a su boca pero ella desvió el rostro, y él la miró con nostalgia. Definitivamente sus temores eran cada vez más confirmados...
- ¡Jane!-susurró débilmente.
- Draco, si vine hasta aquí es porque en tu carta decía que necesitábamos hablar, y por lo mismo estoy aquí, para aclarar lo que dejamos pendiente esa tarde...-le miró con ojos escrutadores, un enorme sentimiento de culpa la embargó.
- No me perdonarás, verdad -negó con pesar.
- Ya decidí algo...-bajó la mirada y dio unos pasos, dándole la espalda al rubio.
- ¿Y
? -se acercó con temor a lo que la chica pudiese decir a continuación.
- Draco...-hablaba con un hilo de voz, en el fondo no quería verle, sabía que si lo miraba esos ojos grises la harían desistir de todo intento. Pero debía buscar su propia sinceridad.
- Jane... No quiero escuchar que terminaremos, dime que no será así, que salvaremos esta relación. Dímelo... ¡Por favor hazlo!...- su voz sonaba con desesperación y tristeza, tomaba por los hombros a la chica, como si el sólo contacto con ella él se fuese a desvanecer. Pero ella seguía sin voltear.
Sólo quédate en silencio, cinco minutos...
Acaríciame un momento, ven junto a mí.
Te daré el último beso, el más profundo.
Guardaré mis sentimientos, y me iré lejos de ti...
Hermione guardó un silencio tormentoso e inquietante, las palabras que diría a continuación eran decisivas y trascendentales, era como cerrar un capítulo de su vida, pero
¿Cómo hacerlo sin lastimarlo?, ¿Por qué se le hacía tan difícil? Ella, la chica sabelotodo, ahora estaba en un dilema, en un enorme dilema. Era tan fácil decirlo a solas, pero ahora que estaba frente a él, a es chico que demostró ser una persona diferente a como se mostraba ante los demás
A ella le había abierto su corazón, la había hecho parte importante de su vida aún así todos lo criticaran, a él que siempre le había importado el qué dirán. Se había atrevido a desafiar a su mismo linaje por ella, traición a su apellido de alcurnia, si sus padres supiesen eran capaces de desheredarlo por el simple hecho de salir con ella.
Mientras la ojimiel se debatía el rubio sentía sus emociones hechas un mar revuelto, lentamente acariciaba los rulos castaños de la chica con extremada delicadeza, como si le fuese a molestar. Temiendo desde sus adentros que al voltear a verle sus labios, esos labios que eran su delirio, le dijesen un adiós terminante. Si eso ocurría, ya podía sentir que mostrar sus sentimientos no había sido lo más sensato en la vida. Sentía que la sola idea de estar lejos de esa chica que había llegado a insultar años anteriores, era como pedirle no respirar. De esa marrón y profunda mirada ya dependía totalmente -¡Qué estúpido! -se recriminó, haber desperdiciado tiempo valioso, si para el amor la sangre no importaba. Ella era un ser humano, y uno maravilloso -¡¿Por qué llegó tarde a su vida?!, ¡¿Por qué desde el primer segundo que la vio, No dejó aun lado toda esa basura de las distinciones entre la sangre?!, Por que dejó que Harry
¡El gran Harry Potter!, se hiciera su amigo, y mucho más
¡Que él!, Ese niño del que todos hablaban, conquistase el corazón de la chica. Ahora comprendía su propio error.
Tengo tanto miedo,
Y es que no comprendo.
¿Qué fue lo que yo, he hecho mal?
Me abrazas me hielo,
Me pides un beso,
Y yo me quedo sin respirar.
Sólo espera un momento
Sólo dime, no es cierto...
Por qué había dejado que su padre influenciara en su vida personal, siempre, desde que tenía uso de razón había escuchado de labios de su progenitor que él debía casarse con alguien de su nivel. Y en su cumpleaños # 10, sus propios padres anunciaron un compromiso con la descendiente de los Parkinson. Aquélla chica mimada, esa vez no comprendió el significado de esas palabras, pero ahora todo estaba siendo coherente. Su padre, a quien idolatraba, ya le tenía trazado su propio destino sin tomarlo en cuenta a él y a lo que pudiera sentir.
La castaña pareció salir de su lucha interna y comenzó a voltearse lentamente, el corazón del rubio latía con fuerza, entonces entró en un pánico enorme, como si hubiesen ordenado que saltara de la torre más alta del mundo. Jamás había sentido un miedo tan grande como el que estaba sintiendo en esos momentos, todo su ser estaba siendo invadido por ese sentimiento que nunca pensó concebir. No era un miedo a algo como la oscuridad, como cuando se internó en primero en el bosque prohibido
Ahora era terror a perder a la chica que causaba una revolución en sus sentidos con sólo escuchar su voz. Tenía que hacer algo, no podía perderla, No podía permitirse derrotar antes de dar batalla.
- Draco...-susurró, sentía la garganta seca, el ojigris se abalanzó contra ella abrazándola con fuerza, como si en ello se le fuera la vida. Hermione dio un respingo de sorpresa.
- Dime que te quedarás conmigo, que no te marcharás, que no me obligarás a alejarme de ti...-susurró con voz frágil, a un paso de sus labios, sus ojos se llenaron de lágrimas. La ojimiel se heló, podía percibir su respirar agitado, ella también se sentía mal, pero tenía que hacerlo, debía ser sincera. No podía, no iba a continuar mintiéndole, él no se lo merecía...
- Jane, si hice algo mal, si cometí errores, ayúdame a enmendarlos... Si estás a mi lado lo lograré... hagamos de este noviazgo algo más fuerte... -la ojimiel parecía haber quedado sin voz, no tenía el aliento suficiente para pronunciar las palabras que él no quería escuchar. Entre abrió los labios y se miró en la cristalina mirada gris del chico, tragó saliva con dolor, sus ojos también se tornaron vidriosos...
Sólo quédate en silencio, cinco minutos...
Acaríciame un momento, ven junto a mí.
Te daré el último beso, el más profundo.
Guardaré mis sentimientos, y me iré lejos de ti...
- No hables, tan sólo guarda silencio si tus palabras van a decirme que esto llegó a su fin... -soltó casi siendo inaudible su voz.
- Draco por favor no sigas, no ves que me siento mal...
- ¡Ja, ¿mal?! Si de verdad sintieses la mitad de lo que yo sufro, ahora no terminarías con lo nuestro...-esta vez sonó con sarcasmo y de manera fría, embozó una gélida sonrisa de ironía.
- ¿Nuestro?, Pero esto ya es espejismo, no realidad. Tú y yo somos diferentes...-apretaba los dientes, Draco solía ser impredecible así que estaba preparada para cualquier reacción.
- ¿Diferentes? Si tú misma no te cansas de repetir que todos somos iguales, ahora te retractas de tus palabras demostrando ser una... ¡Una Mentirosa! -entrecerraba sus grises ojos con petulancia acusadora, pese a que estaban rojizos.
- ¡Sería una mentirosa si no fuese sincera!, Y no me refiero a la sangre, me refiero a esto... que siempre discutimos. Además, Tú mismo me dijiste que no me engañara, y cuando me decido a hablar porque tú exigiste sinceridad, No quieres escucharme... -la situación se estaba tornando tensa, sabía también que el rubio podía a llegar a un cierto límite entre súplica y arrebato, después de todo era un Slytherin y sobre todas las cosas un Malfoy.
- Está bien, aunque ya sé la respuesta... Te decidiste por el cara cortada, ¿cierto?-aunque dolía decirlo mostraba un semblante altanero, y es que estaba apunto de hacer lo que fuera.
- No Le Llames Así, ¡Ya No Metas A Harry En Esto!, Él No Tiene Nada Qué Ver En Nuestra Situación...
- ¡Claro Que Tiene Qué Ver!,¡¡Y Mucho!! ¡Él Es El Verdadero Motivo Por El Cuál Tú
! Estás rompiendo conmigo...-terminó débilmente.
- ¡Draco, no busques culpables en algo que estaba destinado al fracaso!-trató de parecer tranquila
- ¡Ah!, Ya estaba destinado... -alzaba las cejas, y un brillo peligroso se asomó en aquella cristalina mirada gris.
- Tú sabes mejor que nadie que no me amas, que todo esto lo haces porque soy la única chica que se a acercado a ti de manera distinta a cómo se te acercan los demás...-hablaba con seguridad fingida.
- ¡Estás Diciéndome Que Te Doy Lástima, Por Eso Te Acercaste A Mi!, ¡¿Por Eso Me Hiciste Caso?!... ¡¡Contéstame!!, ¡¡Es Ese El Motivo!! Aparte De Todo Eres Una Hipócrita!! ¡¡Qué Más Escondes, Jane!!... -soltaba con ira.
- ¡¡No Soy Hipócrita!!, ¡¡Y Mucho Menos Escondo Algo!! -le miraba de la misma manera.
- Draco, Si Piensas Que Por Estar Atacándome Vas A Llevar Esta Discusión A Hacerme Pedirte Perdón Por Tratar De Ser Sincera, ¡¡Estás Equivocado!! -Mantenía su semblante sereno a pesar de estar temblando por dentro. ¿Quién dice que terminar es algo sencillo?
- ¡¡Ya Sé Que En Todo Lo Que Pensaba De Ti Me He Equivocado!! ¡Y Yo Que Pensé En Ser Alguien Diferente Por Ti! Ahora Comprendo que así Como Me Enseñaste a Amar, También Puedo llegar a Odiarte
-pese a que sus palabras sonaban fuertes sus ojos estaban comenzando a perder batalla y las lágrimas comenzaban a brotar con mayor descontrol.
- ¡Tampoco Te Pediría Que Fuésemos Amigos!, Al menos Esperaba Terminar en Buenos Términos -cada vez se sentía más culpable.
- ¡¿Amigos?!,¡¡Jamás!! Aunque Mis Amigos No Lleguen A Ser Verdaderos Creo Que Serían Menos.... ¿Cuál Era Tu Frase?... Ah Sí
¡Insensibles! -Atajó con sarcasmo.
- Por Favor Draco, Deja De Hacer Las Cosas Difíciles...-susurró con la voz quebrada, algunas lágrimas brotaron de su marrón mirada.
- ¿Difíciles? La verdad Jane, yo...-Quería decir algo hiriente, algo que le doliese tanto como el dolor que estaba sintiendo él, pero simplemente no salían, su subconsciente no lo dejaba hacerlo. Esas lágrimas derramadas por la chica lo hacían desistir de todo intento por lastimarle con palabras.
- Draco, lo mejor será que me valla...- habló mirándole con nostalgia, ya todo había acabado, definitivamente ya no había marcha atrás. Ni nada qué hacer, todo estaba dicho, jamás pensó poder sentirse así. Haberle dicho a Krum que no saldría con él había sido menos doloroso, pero romper lazo alguno con el rubio, sinceramente era un sentimiento inexplicable... A pesar de lo que haya pasado sabía que lo quería, si al menos supiese que no perdería su amistad.
- ¡Espero que Pronto Encuentres La Felicidad! Y Me Perdones Algún Día... A... Adiós...-finalizó pausadamente y se dio la media vuelta, por su mejillas se deslizaban más lágrimas, apenas había dado unos pasos cuando
Dame tu mano, devuélveme el aire.
Di que me amas, que no eres culpable.
Por lo menos un momento...
Dime que esto no es cierto...
- ¡Jane!- un impulso lo llevó a hacer lo menos sensato de la situación vivida, si ya habían llegado al final de la discusión- ¡¿Súplica?!, ¿Por qué rogar?- pero su corazón lo pedía, todo su ser lo estaba traicionando. Tomó su mano con delicadeza, la chica volteó, sus miradas estaban frente a frente... su gris mirada estaba bañada de lágrimas, Hermione suspiraba, sentía que su cuerpo pronto se desvanecería...
- ¡No te vallas!, ¡No me dejes!, Aún hay tiempo para intentarlo... Sólo con una palabra tuya olvidaremos todo y comenzaremos de nuevo, Sólo dime que esto es un error, que me amas tanto como yo. ¡¡Vamos Jane, tan sólo dilo un instante!! Quiero escucharte decirme que todo lo que estoy sintiendo, que todo este amor es correspondido... -se acercaba peligrosamente a su rostro.
- Draco por favor déjame marchar...-susurraba.
- ¡Hazlo! -su voz denotaba anhelo.
- Esas serían mentiras, y ya no quiero volver a lo mismo...-negaba, sentía el respirar del rubio muy cerca.
- Me duele pensar que ya no estarás a mi lado...-apenas y se hizo escuchar.
- No sé cómo decirte esto, tal vez no me creas, pero... Te quiero... -soltó mirándole fijamente.
- ¿Esa es mi realidad?, ¿Este tu manera de decirme adiós?...-el gris y marrón de sus ojos se conectaron.
Sólo quédate en silencio...
Acaríciame un momento...
Te daré el último beso...
Guardaré mis sentimientos, y me iré lejos de ti...
Un silencio los rodeó, sin darse cuenta sus labios se unieron. No hubo esa revolución de emociones que invadía su ser cada vez que tocaba a Harry, eso la hizo sentirse que estaba haciendo lo correcto al decirle adiós. Draco la abrazó con fuerza y a la vez con delicadeza, esa quizá sería la última vez que la castaña estaría en sus brazos... (Dicen que el último beso es el más doloroso)... Hermione acarició la mejilla del rubio, las lágrimas en ellas resbalaban con presura, entonces lo alejó... No sentía lástima, definitivamente no era ese el sentimiento por el ojigris, pero tampoco era amor, era un cariño como el que sentía por Ron. ¿Amistad? qué tarde pudo darse cuenta, pero debía decirle adiós, para que ambos pudiesen ser felices, aunque no juntos... (El tiempo sana las heridas, y a veces no)...
El ojigris la miró apretando los ojos, quizá en busca de aliento para aceptar que ella se alejaría, que ya no sería más su chica. Que en esa marrón mirada no se reflejaría más... no de la forma en la que brindas un gesto de complicidad de una pareja, de un compañero de vida...
- Draco, yo no puedo corresponderte... No puedo amarte como tú deseas... por más que lo quiero...-dijo con voz frágil.
- Puede que me arrepienta el resto de mi vida por esto, pero... Deseo que te vaya bien... Que esta decisión no sea un error, que no estropee tu vida, sino que la haga más fuerte.
- Y no estoy confundido respecto a lo que siento por ti...
- ¡Te amo Hermione Jane Granger!, y por lo mismo voy a dejarte ir...-la miró con una tristeza enorme, limpió las lágrimas silenciosas del rostro de ella.
- Gracias por enseñarme algo que jamás imaginé conocer... por este sueño del que nunca quería despertar... En mi estarás siempre... Adiós, y... Que seas feliz a lado de... San Potter...-soltó finalizando con un hilo de voz entrecortada. Dio un último beso en la frente de la chica, sin poder soportar más se dio la vuelta y caminó sin dirección alguna, lo único que deseaba era huir de todo eso con la esperanza de despertar con la ojimiel mirándole y sonriendo.
El sol se ocultó, el cielo se tornó un tanto rojizo, las primeras estrellas titilaron débilmente, como si ellas también sintiesen el dolor en el alma de aquél chico de mirada gris y cabellos rubios. A lo lejos se escuchaban las notas de un vals tranquilo, el baile debía haber dado inicio... se suponía que debía ser feliz, era 31 de octubre, cinco meses de un simple noviazgo de adolescencia, sin trascendencia. Al menos en su corazón y alma, ¡Un Amor Eterno!... Aceleró los pasos, y corrió hacia los alrededores, las lágrimas ya no se sentían, pues las que más dolían eran las del corazón...
En el lago, Hermione le vio marcharse, ella también sufría
Qué hubiese dado por corresponderle, nadie entendía lo que sentía pero... uno no elige de quién enamorarse, hay ocasiones que el amor llega sin previo aviso, y en la persona menos esperada.
Se abrazó a sí misma y cayó de rodillas, estaba tan vulnerable... todas la lágrimas que vio en aquella mirada gris fueron como un reflejo de las de ella, entonces ella también lloró amargamente...
Draco perdóname... significas tanto para mí... Pero llegaste tarde a mi vida...-susurró sin aliento. La luna reflejó sus mejillas bañadas en lágrimas de tristeza.
Una dulce voz la llamó, una tibia mano tocó su barbilla, y al voltear a ver se encontró con la esmeralda mirada que la reconfortaba...
Sólo quédate en silencio, cinco minutos...
Acaríciame un momento, ven junto a mí.
Te daré el último beso, el más profundo.
Guardaré mis sentimientos, y me iré lejos de ti...
Nota: Me dio tanta penita Draco.
Cuando sientas tristeza,
Que no puedas calmar.
Cuando aya un vacío,
Que no puedas llenar.
Te abrazaré...
Te haré olvidar, lo que te hizo sufrir.
No vas a caer, mientras que estés junto a mí...
- Hermione
-la nombró en susurro, arrodillándose a su lado y levantando su rostro.
- ¡Oh Harry! yo...yo -dijo entre sollozos.
- No digas nada Her...
- Pero es que...
- Hiciste lo correcto... ¡Tú No Lo Amas! No podías seguir mintiéndole...
- Me siento tan extraña... es como un vacío... como si a mi ser le hubiesen arrebatado algo de momento...-habló apretando los ojos, tratando de contener la lágrimas. El chico la abrazó, se sintió tan reconfortante.
- Olvídalo, no debes sufrir. Verás que pronto ese niño mimado va a encontrar alguien que lo ame... O por lo menos alguien igual que él...
- Sabes Harry, hemos estado equivocados respecto a Draco, él ha sufrido mucho... tras su fachada de arrogante, prepotente y mimado. Es como su escudo -decía entre resuellos.
- Hermione, ¿no te irás a convertir en su defensora? o pensarás en volver con él sólo por eso... ¡Porque eso sería lástima!...-exclamó un poco brusco.
- Eso mismo dijo él -le observó directamente.
- Ves Her, yo también he sufrido, y no me comporto como él -atajó.
- Harry, las circunstancias son diferentes...
- ¡Claro que lo son! Pero si pusiésemos en una balanza todo lleva a lo mismo, y es que sus padres decidieron serle fieles al mal y mis padres dieron su vida por... mí -hizo una mueca extraña.
- Harry...
- ¡Qué Hermione!, ¡Eso es la diferencia! -finalizó con firmeza, ante la mirada cristalina de la chica.
- Hay situaciones en la vida en las que a veces no te quisieras encontrar...-suspiró triste.
- Pero hay que hacerles frente!, y eso tú me lo enseñaste -la miró con intensidad, como recalcando que esa era su credo.
- Hermione deja de sufrir, porque no me gusta verte así. No desfallecerás jamás, lo prometo. Seré tu apoyo, tu fuerza
Porque sobre todas las cosas, ¡Te Amo!-sus miradas se vieron de frente, y el verde con el marrón se brindaron esas emociones que sin palabras expresaban más que mil de ellas.
Si siente frío, tu corazón.
Seré tu abrigo, tu ilusión.
Hasta ya no respirar,
Yo te voy a amar,
Yo te voy a amar...
Ante lo que él dijo, y esas miradas, el corazón de la castaña que minutos antes sentía un gélido vacío, comenzó a sentir una sensación de calidez que recorrió todo su cuerpo. Luego lo abrazó como si en ello se fuese su vida, y Harry le correspondió de la misma forma.
- Her, te amaré por siempre y para toda la eternidad, hasta ya no respirar. Seré ese que te dé ilusiones renovadas cuando tu fe caiga, y en mis brazos encontrarás abrigo cuando tu corazón vuelva a sentir frío -la ojimiel sabía perfectamente que de ese chico ya dependía su vida completa, y a través de esa hermosa mirada esmeralda podía distinguir esa seguridad que necesitaba su alma para ser feliz.
Yo siempre te he amado,
Y amor yo estaré...
Por siempre a tu lado,
Nunca me alejaré.
Prometo mi amor,
Te juro que yo,
Nunca te voy a faltar.
Tu corazón,
No volverá a llorar...
- Harry...-susurró Hermione, el ojiverde no se podía imaginar cuánto esas palabras hacían tanto bien a su ser, y saber que había hecho lo correcto.
- Sabes que yo siempre estaré a tu lado... y nunca me alejaré por nada ni nadie. Te lo juro por mi vida, si es que vale algo...-por sus mejillas corrían leves lágrimas.
- Para mi tú eres lo más importante que existe en este mundo Harry, y el día que tú me faltes sé que moriré...-le tomó el rostro y se acercó a su oído.
- También quiero que sepas que de mi parte no habrá engaños, ni mentiras, ni mucho menos traiciones
Créeme que nunca dañaré tu corazón.
- Lo sé...-atinaba a susurrar y después le brindaba un cálido beso, que en esos minutos su corazón le dictaba a hacer.
Si siente frío, tu corazón.
Seré tu abrigo, tu ilusión.
Hasta ya no respirar,
Yo te voy a amar,
Yo te voy a amar...
- Harry, te diré que yo también no te dejaré solo...-susurraba una vez que se separaban.
- Jamás lo has hecho...-le interrumpió casi inaudible, sólo los separaban escasos cinco cms.
- En mi puedes confiar siempre, y compartiré tus ilusiones-le sonreía mordiéndose el labio.
- Tú eres mi ilusión...-volvía a interrumpirla.
- Hasta el día que mi corazón deje de latir, aún más allá de todo. Yo te voy a amar...-hablaba un poco más alto, conteniendo las ganas de reírse por las interrupciones del ojiverde.
- Her...
- ¡Ey, hablas mucho!-se quejó sonriendo más ampliamente.
- ¡Mira quién lo dice!-sonrió y le recriminó sarcástico, apretándole levemente la nariz.
Y sin decir más volvían a unir sus labios, la luna volvía a ser testigo del amor más puro. Así estuvieron unos instantes, en los cuales dejaron que sólo sus corazones hablasen
la brisa nocturna rozó sus mejillas y a lo lejos se escuchaban los vals del festín.
Sigo muriendo por ti,
Yo te quiero así
Sin tu amor en mi vida,
Mi vida, No sé cómo podré
Yo vivir...
- Hermione... Tal vez... No estoy seguro que sea el momento adecuado, quizás no. Pero de todas formas debo pedírtelo... ¡¿Quieres... quieres ser mi novia?! -le miró seguro de sí mismo, su corazón latía muy fuerte, su pulso se aceleraba. Sin embargo sabía que en toda su vida nunca había sentido esa seguridad.
- Harry, yo... -titubeaba desconcertándolo un poco.
- ¿Tú no quieres? -se heló
- ¡Claro que lo quiero, Tontito! Sólo que...-su rostro estaba un poco tenso, pero sonrió vacilante, en el fondo aún le preocupaba Ginny.
- ¡¿Sólo que qué?!-le miraba un tanto confundido y ceñudo, en el fondo temeroso.
- ¡¡Acepto!! -exclamaba al ver la expresión de él, y relajaba la tensión en su cara, brindándole una sonrisa sin limitación.
- Lo... ¿Dices en serio?-se aturdió.
- ¡Jamás he hablado más en serio en toda mi vida!...-afirmaba segura. Lo que viniera lo enfrentaría, después de todo eso era lo que ella siempre decía, ¿no?
- ¡¡Hermione me haces el hombre más feliz del universo!!-saltaba y la abrazaba abalanzándose hacia ella, e inclinándola un poco, rozaba sus labios con los de ella.
- ¿Hombre? -sonreía con cierta gracia.
- ¡No te burles! -le reclamaba viéndole acusadoramente y sonriendo.
- ¡No me burlo!-le contestaba pícara.
- ¡Claro que sí te estás burlando! -se acercaba más y comenzaba a hacerle cosquillas, entre risas ambos caían sobre la hierba, debido a que se encontraban sentados de frente, él caía sobre ella...
- ¿Harry? -decía una vez que cesaban las risas, y las bromas de él.
- ¿Sí? -la miraba fijamente.
- ¿Por qué no fuiste al baile? -soltaba vacilante, pero a la vez seria.
- ¡No tenía nada qué hacer ahí!-respondía sin pensar.
- Pero
- Si tú no estarías, yo tampoco tenía porqué asistir...-decía serio.
- ¡Entiéndelo, eres mi vida! Y sin ti en ella no sé cómo podré vivir... Ah? -tras la afirmación la castaña lo halaba hacia sí, y lo besaba.
Si siente frío, tu corazón.
Seré tu abrigo, tu ilusión.
Hasta ya no respirar,
Yo te voy a amar
Y cada día, yo viviré.
(Inventaré)
Inventando cómo te voy a querer...
Hasta ya no respirar, Yo te voy a Amar...
- Hermione, aún queda algo...-la miró con algo de impaciencia.
- ¿Ajá?-le sonreía curiosa.
- ¡¿Por qué me has dicho que yo fui quien te dio tu primer beso?!, ¿Hum? -le cuestionaba intrigado.
Como respuesta ella lo besaba de nuevo, aunque sus mejillas adquirían un color rojizo debido a la mirada tan intimidatoria de él.
- ¡Ey!, No piensas despejar mi duda?...-parecía reclamar.
- Ya te la respondí
-le miró algo entre desilusionada y a la vez anhelante.
- Hermione no estoy jugando...-se cruzó de brazos algo impasible.
- ¡Ni yo!-cambió su expresión a seria.
Rozaba sus labios lentamente, cual si fuesen prohibidos
y entonces Harry sentía una sensación extraña, como un flash back en sus emociones, un vago recuerdo aparecía en su mente, estaba inconsciente... Era la enfermería, su cuerpo no respondía, estaba completamente adolorido, lo último que recordaba haber visto era cómo Voldemort detrás de la cabeza del profesor Quirrell le daba órdenes de matarlo. El profesor gritaba que no podía tocarlo, voces, quizás sólo en su cabeza, gritando su nombre. Sintió cómo el brazo de Quirrell se iba soltando, todo oscurecía y que él, Harry, caía
caía
Un roce parecido a la sensación de tersos labios sobre los suyos, una respiración entrecortada, un suave pero a la vez agitado aliento... -Harry, cuánto miedo tuve de perderte. Sé que suena tonto y quizá estúpido, pero ya te amo, y no puedo resistir la idea de vivir sin ti. Aunque cada día que viva a tu lado sólo me puedas ver como tu amiga, yo te voy a amar en silencio, pero sé que será hasta el final...- un débil susurro, después de eso una tierna caricia de una mano fina y tibia en su frente y cabellos...
- Hermione, tú...-la miró asombrado.
- Sí Harry, aunque en realidad fui yo quien te besó. Disculpa, tal vez no debí... pero mi corazón lo necesitaba... -exclamó algo sonrojada, sus ojos marrón se llenaron de lagrimitas nuevamente. Él la tomó por el rostro y limpió las pocas que se habían escapado.
- ¡Shuss!-susurró poniendo uno de sus dedos sobre esos tersos labios.
- No digas nada, perdóname tú a mí... Por no descubrir antes lo que a mí, mi corazón me gritaba pero mi razón negaba...-la miró con cierta culpabilidad.
- Hermione, cada día que pase dedicaré mi ser completo a hacerte feliz, y jamás te haré llorar porque antes dejaré de respirar... Mi vida y corazón son tuyos, yo te voy a amar para la eternidad... -su mirada esmeralda trasmitía que eran verdaderas aquellas palabras que en su mente y alma quedarían grabadas. Ambos jóvenes unieron sus labios, el viento rozó sus cabellos, las estrellas brillaron con mayor intensidad sobre sus cabezas, y aquella haya cerca del lago se hizo un mudo testigo más de ese sentimiento. De ese Amor del Bueno...
Hasta ya no respirar...
Yo te voy a Amar...
Yo te voy a Amar...
******************
Notas de la autora: Bueno, ya está la renovación del songfic, un tanto meloso jeje.
Canciones: Sólo quédate en silencio- RBD y Yo te voy a Amar- N´sync.
Debo decirles algo, la verdadera historia está en cada una de nuestras mentes. Y yo seguiré siendo fan de las parejas Hermione-Harry y Ron-Luna.
¡¡Harry Hermione un Amor del Bueno!!
Próximo capitulo... "Queen Of My Heart" Canción del grupo irlandés Westlife.
Saludos de su amiga Anyeli Potter Granger
Noviembre fue el mes más mágico de la vida de los mejores amigos. Ron y Luna estaban que derramaban miel sobre hojuelas, y Harry parecía vivir en un mundo distinto al anterior. Pese a todo lo malo nada podía opacar esa felicidad aparentemente extraña para todos en Hogwarts. Y es que Hermione y él sí andaban, pero sólo lo sabían el pelirrojo y la rubia. Ahí estaba el "pero", al ojiverde no le cayó muy en gracia tener que ocultar su noviazgo... Accedió a las peticiones de la ojimiel a regaña dientes, convencido por sus amigos, así que debía encontrar la manera de hacer lo más ameno posible el no poder gritar a los 4 vientos su amor por Hermione. Sabía que esto sería temporal... No deseaba que todas las malas lenguas y personas mal intencionadas señalaran a la castaña como una oportunista, y mucho menos que la molestaran con eso. O a él, atacándolo, también debía aceptar que era un tanto emocionante ocultarse como dos enamorados con un amor prohibido por sus padres. Teniendo como testigos silenciosos a aquellas paredes del castillo, de la sala común, y su lugar secreto "la sala de los menesteres". Y por las noches, a las estrellas y a la luna
Sin darse cuenta el frío Diciembre llegó con el invierno, la nieve cubrió como cada año el castillo y los alrededores. La salida a Hogsmeade se llevó a cabo el segundo sábado del mes, los alumnos estaban tan entusiasmados, y ellos esta vez no fueron la excepción. Y es que las chicas comprarían sus vestidos nuevos para el baile de navidad.
La mañana del sábado 13 de Diciembre había amanecido muy fría, sin embargo la salida no sería cancelada. Afuera caían los copos de nieve y los estudiantes salían aprisa, unos jugando con bolas de nieve que se aventaban unos a otros... Y otros, como el ojiverde, preferían seguir disfrutando de la calidez de su cama.
- ¡A Levantarse Flojo, Hoy Es Un Bello Día! -escuchó el grito de su mejor amigo, y sintió cómo el chico jalaba sus cobijas, de pronto un frío recorrió su cuerpo.
- Ron, no me molestes. Tengo sueño...-dijo sin abrir los ojos, casi inconscientemente, entre un gran bostezo y volvió a jalar sus colchas para resguardarse del frío.
- ¡Como quieras!-se encogió de hombros y dio dos pasos hacia la salida, cuando algo en su cabeza lo detuvo y una mirada maliciosa brilló en sus ojos azules.
- ¡Anda, no ves que Malfoy el idiota no desaprovechará la oportunidad de acercarse a tu novia! -soltaba tratando de provocar una reacción en el chico.
- Pero Harry no escuchaba nada y precisamente con aquella castaña es que soñaba... Soñaba con el día que recordó haber sentido sus labios... Cuando todavía estaba inconsciente en la enfermería, aquél primer año. Sonreía con una cara de felicidad, su amigo lo observaba y él susurraba - Te amo Hermione... -Ron se contenía las ganas de soltar tamaña carcajada y cerraba nuevamente los doseles de la cama de su amigo. De pronto la puerta se abrió y por ella se asomó la cabeza de dicha ojimiel, con sus rulos sueltos. Venía vestida con unos jeans de invierno, azules, un suéter rosa pastel que tenía ligeramente el cierre abierto. El cual dejaba ver debajo una playera de manga larga, blanca, con unas letras de un rosa más tenue, que decían "Ángel", tenis blancos con franjas rosas.
- ¿Harry?...-apenas susurró.
- ¡Hola, Hermione!-el pelirrojo le saludó efusivo y se le dibujó una sonrisa traviesa en el rostro.
- Hola, Ron ¿Dónde está Harry? - saludó distraídamente y buscaba al ojiverde con la mirada.
- ¡Ah, él!... Soñando en Hermionelandia - comentó con voz muy melosa, ella frunció el entrecejo.
- ¡Déjate de payasadas, quieres!-le miró ácida y cruzó los brazos.
- ¿Yo?, A mi qué me dices. Si el que está llamándote hasta en sueños, es él -señaló la cama de su amigo.
- ¡Ay pobre, mira cómo lo traes! Por favor no me lo traumes tanto, quieres?-dijo con burla.
- Ja-ja-já -le sonrió sarcástica.
- ¿Ah no me crees?-pareció indignarse y la jaló, en silencio corrió las cortinas y la chica pudo oír cómo el chico de cabellos revoltosos continuaba repitiendo- Te amo Hermione...
- Ves?... Ahora te lo dejo enterito, y enterito lo quiero encontrar, ¡eh!-le guiñó un ojo con picardía y ella lo miró fulminándolo.
- ¡Ronald! -ahogó un grito y él salió aprisa antes de morir estrangulado por su amiga.
- ¡No se tarden! Luna y yo los esperamos en la puerta del colegio, ¡hum! -en su cara seguía esa sonrisota de malicia divertida.
La castaña estaba a punto de ir tras él cuando un suspiro más fuerte de Harry se escuchó con un: ¡Eres la Reina de mi corazón, Hermione! -la chica volteó sorprendida pero a la vez halagada y conmovida. Dejó que esa frase danzara en su interior como música para su corazón.
Entonces con las mejillas sonrojadas y unas lagrimillas en su marrón mirar, se metió bajo las colchas y abrazó ligeramente al chico. Lentamente se acercó a su oído y susurró...
- ¡Buenos días, dormilón!... Tú también eres el dueño de mi corazón...- lentamente y sonriendo abrió los ojos, creyendo seguir soñando, cuando se encontró con los ojos de quien más amaba. -¡¡Hermione!!- él se sobresaltó, incorporándose aprisa y su vista se nubló. No traía gafas, entonces se las puso y cuando pudo observarla se percató que ella también se encontraba en su cama. Tragó saliva sorprendido y sus mejillas rápidamente adquirieron un color tan rojo que bien pudo competir con el cabello de Ron.
- ¡Hola! -le miró entre confundida y divertida.
- Her... dime... ¡¿Dime qué pasó?!...-soltó con nerviosismo.
- Nada tonto... ¿En qué estabas pensando? -lo observó un instante hasta que...
- ¡¡Harry James Potter!!, ¡¿Qué soñabas?! -le miró dando un respingo de indignación, y entornando sus ojos peligrosamente.
- ¿Yo?... Yo en nada -se defendió entre tartamudeos.
- ¡Más te vale que sea así!... Porque si me llego a enterar de que estás pensando en cosas extrañas, ¡Ahora sí asesino a Ron!-sentenció amenazante.
- ¡¿Ron?!, Y a él por qué? -le miró confundido, lentamente sus mejillas iban perdiendo el sonrojo.
- Por llenarte la cabeza de raras ideas, y por la mala influencia que genera en ti -se cruzó de brazos, incorporándose y observándole ceñuda.
- ¡Ah!, Y hablando de Ron
¿Dónde fue?-preguntó, tratando de desviar el tema.
- Hace rato se bajó, dijo que él y Luna nos esperan en la puerta del colegio. Así que hay que apurarnos.
- Bien, voy a... Voy a cambiarme -dijo comenzando a quitarse la pijama, dejando al descubierto su torso. Las mejillas de la chica se volvieron a encender más rojas que un jitomate, las de él también volvieron a tornarse sonrojadas, sumando el escalofrío que recorría su espalda. Pero valía la pena ver que el hecho causaba reacciones en la chica de rulos castaños, había conseguido lo que desde el fondo deseaba.
- ¡¡Harry!!, ¡Qué piensas que haces! -chilló alarmada.
- Cambiarme, ¿tú qué crees? -le respondió de manera natural.
- ¡Tonto, Yo Sigo Aquí!-exclamó molesta.
- Sí, ¿y? -volvió su esmeralda mirada, aparentemente despreocupada.
- ¡¿Cómo qué, y?!. ¡Soy una chica! -le miró apenada y con cierta angustia.
- Hermione, debes acostumbrarte. Cuando... Cuando estemos casados me verás no sólo sin camisa -soltó con rapidez, y sus mejillas ya desprendían vapor.
Ella abrió mucho los ojos y también la boca, se había quedado sin habla.
- Harry...-sólo atinó a decir eso.
- ¡Qué Hermione?!, ¿Acaso no piensas en nuestro futuro?... -le contestó como si la situación estuviese bajo control.
- Claro que lo pienso -afirmó vacilante.
- ¿Entonces?... -lentamente se acercó a ella y la abrazó por la cintura, su piel entró en contacto con el cuerpo de la castaña, sus respiraciones se sentían tan cerca... Recargó su frente en la de ella, rozó su nariz con la suya, y se apoderó de los labios tersos de Hermione... La chica relajó su cuerpo y pasó sus manos por la espalda desnuda de él, provocando que se erizaran sus bellos, sin embargo no dejó de besarla. Luego hizo algo atrevido, comenzó a bajar el cierre del suéter de la ojimiel y se lo quitó por completo, arrojándolo al piso entre suaves caricias. La chica lo detuvo temiendo ir más allá de un simple beso. Él comprendió y paró de besarla con delicadeza.
- No te quiero apresurar, ni incomodarte... Me cambiaré en el baño...-susurró a escasos centímetros de sus labios.
Se separaron y él tomó una playera de invierno, color azul cielo, un suéter azul marino y pants azul mezclilla. Entrando en el baño.
La chica se sentó en la orilla de la cama, acariciando inconscientemente las sábanas. Cuando un toque en la puerta le congeló la sangre a ella y al chico que se encontraba en el baño...
- ¡¿Harry?! -le llamó una voz algo chillona, un nuevo toque y tras no recibir respuesta entró con suspicacia.
Hermione se quedó de piedra y atinó a empujar con sus pies el suéter rosa debajo de la cama, y Harry se quedó inmóvil tratando de no hacer un ruido que hiciera delatar su presencia. Esa voz era sin duda de cierta pelirroja... pero si salía, ella sospecharía ya algo más de él y Hermione... No había que subestimarla. Además de que insistiría en ir con ellos, y su idea era ir por parejas. Sólo Ron y Luna, Hermione y él.
- ¡Hermione! -saltó al verla, hizo un gesto brusco al percatarse que la chica estaba tan establecida en el cuarto.
- ¡¿Qué haces aquí?! -cuestionó bruscamente Ginny, levantando las cejas.
- Yo... ah
Verás, vine por algo que se le olvidó a Harry -trató de disimular sus nervios por ser pillada infragante.
- ¿Ah sí?, ¿Y qué cosa es?... ¿Por qué no vino él?, ¡¿Y dónde está?! Porque allá abajo sólo vi a mi hermano con Luna -aturdió a la ojimiel, pero ella se mantuvo serena.
- Bueno, le pidió de favor a Ron que viniese... Pero ya conoces a tu hermano, es un flojo, y él también, por eso subí yo. Con tal de irnos, acepté.
- ¡Ah!, Pero aún no me dices que es lo que se le olvidó. Aparte yo no vi a Harry...-insistió con terquedad.
- Debió ir a otro lado en ese instante... Y lo que se le olvidó fue
su dinero
-vaciló al ver la cartera del chico sobre el escritorio.
- ¡Pero ya se lo llevo! -tomó la cartera y salió con la chica un poco cabizbaja y observando minuciosamente si en verdad el ojiverde no estaba ahí. No es que desconfiara de su amiga, sólo que últimamente los dos se desaparecían muy a menudo casi al mismo tiempo. Ella decía que iba a la biblioteca, y él simplemente se perdía. Y como no había entrenamientos pues la temporada de Quidditch se reanudaría pasando las fiestas... -¿Qué tanto hacía?- Se cerró la puerta de la habitación de los chicos. Harry suspiró aliviado, pero también dejó de oír las voces, no sólo de la pelirroja, también de Hermione.
Ambas bajaron y cuando habían salido por el retrato, la ojimiel fingió haber recordado que también ella había olvidado su suéter. En realidad lo había dejado en el cuarto de Harry, bajo aquella cama... Sin el suéter seguramente moriría de frío, pero es que si Ron lo encontraba... ¡O peor aún!, cualquiera de los demás chicos, pensaría que pasó algo entre ellos...
- ¡Ginny! Debo regresar, mi suéter está en mi cuarto... ¡Qué tonta!, Con este frío
¡Mira que dejarlo! -exclamó mostrando recriminarse por el olvido tan grave.
- Ah, ¡¿Quieres que te espere?!-la miró confusa.
- ¡No!, En serio... Tú adelántate, yo me apresuraré...-respondió sonriendo nerviosa, rogando que la pelirroja se marchara sin sospechar.
- ¡Oh, bien! No tardes...- la observó por última vez, vacilante y el entrecejo ligeramente fruncido, se dio la vuelta y avanzó. La ojimiel la miró hasta que desapareció por el pasillo, entonces ella dio la vuelta con dirección a la sala común...
*-*-*-*-*-*-*-*-*
20 minutos más tarde ya se encontraban camino a Hogsmeade, bajo las miradas curiosas de Ron, por averiguar qué habían hecho todo ese tiempo... ¡Casi una hora!-pensó el pelirrojo. Harry y Hermione se miraban nerviosos, y le dirigían miradas asesinas al chico ojiazul.
Al llegar tomaron algo en las tres escobas, Luna y Hermione les dijeron que irían al pequeño almacén de -Harapos a mejores trapos- Que pertenecía a una prima de madame malkin, donde comprarían sus vestidos.
Luna se despidió de Ron con un tierno beso en los labios, pero la castaña sólo rozó su mano de Harry, él la miró un poco decepcionado, sin embargo le sonrió.
- Al salir, Ron susurró -¡Mujeres!, Dios las hace y ellas se juntan. Ámalas tanto pero al final siempre terminan desplazándote por su verdadera pasión... ¡La Ropa!
- ¡Ay Ronald! -le vio con una sonrisa resignada su amigo de gafas.
- ¡¿Qué?! -le regresó a ver con una sonrisota despreocupada.
- Es la verdad, no? -se encogió de hombros.
- Pues
- ¡Sí!, Ya lo sabía -atajó antes de que Harry dijese algo más.
- Oye Amigo, no me lo tomes a mal, eh?! No es que sea metiche
-el ojiverde lo observó sarcástico.
- Pero, Qué tanto hicieron para tardarse tanto? -se le dibujó una sonrisa maliciosa, pícara y curiosa.
- ¡¡Ron!! -exclamó amenazador.
- ¡Ay hombre!, No digo que hayan hecho algo malo. Pero
- ¡¡Basta!! -cortó ceñudo, Harry.
- Está bien
-le miró resignado y desilusionado.
- Ya me enteraré
-susurró, tomando de su bebida.
- Me empiezo a cansar de esta situación -comentó repentinamente el ojiverde, cuando observaba una pareja de 5° año, besarse en una mesa cercana. El pelirrojo se desconcertó.
- A mi me gustaría besarla delante de todos
Gritar mi amor por ella -apretó sus dientes, aferró la botella que tenía en las manos, unos instantes.
- Harry, ten paciencia. Aún no es tiempo -sólo atinó a decir eso cuando cayó en cuenta de qué hablaba su amigo.
- ¡¿Paciencia?, Já! -rió con ironía.
- ¡Entonces, ¿Cuándo?!... ¡Cuando me muera! -soltó con frialdad.
- ¡No seas estúpido! -le recriminó Ron.
- No es estupidez el querer besar a mi novia cuando se me pegue la gana, y donde sea.
- ¡Idiota!, tratar de protegerla de los imbéciles no es un crimen. Al contrario, es algo inteligente - ¿O que quieres dejarla a merced de todos?, Para que la tachen de
Tú sabes
-lo regañó seriamente, y viéndolo de manera muy ácida.
- ¡Pero Ya Pasaron Casi Dos Meses De Eso! -exclamó molesto y golpeó con su puño la mesa, derramando el contenido de cerveza de mantequilla de su botella.
- ¡Ey, tranquilízate! En lugar de estar quejándote, disfruta que nadie los molesta.
- ¡¿Disfrutar?!, Cuando tengo que esconderme del estúpido de Malfoy -dijo ácidamente.
- Harry, contigo nadie puede. ¡Y dicen que soy yo! -puso sus ojos en blanco y le miró dibujándose una sonrisa extraña -Pero tú padeces el síndrome IIC.
- ¿Qué?-el ojiverde le miró sin entender nada.
- El Síndrome de... Idiota, Imbécil, Compulsivo -sonrió malicioso y divertido.
El chico de cabellos revoltosos lo volteó a ver fulminantemente.
- Mejor vámonos... antes de que Luna y Hermione dejen vacío el almacén -agregó antes de que el ojiverde alegara, pagaron y salieron del lugar. Para su fortuna Ginny no se apareció por ahí.
*-*-*-*-*-
El colegio estaba adornado con los ya tradicionales 12 árboles de navidad, las guías de pino en las paredes, el aroma de ellos mostraba claramente el espíritu navideño. El 24 amaneció menos frío que los demás días, afuera los estudiantes, que en su mayoría eran sólo de 4° para arriba, pues se habían quedado para el baile. Se arrojaban bolas de nieve o hacían muñecos de ella. El pelirrojo se levantó con el ánimo muy efusivo, se cambió rápidamente y se puso abrir los regalos. De su madre recibió una gran sorpresa, esta vez le obsequió un edredón hecho por ella, con un sol y una luna en eclipse. Sus mejillas adquirieron el tono de sus cabellos, pasó a los demás... Los gemelos le enviaron una sustentoso paquete de golosinas y algunos sortilegios Weasley, de reciente invento. Su padre un
¡¿libro?! -éste sin necesidad de leer el titulo lo dejó por un lado. Charlie algunas cosas que pensó le serían útiles en el Quidditch, pero Bill también le había mandado otro libro que resaltaba en letras rojas "La Responsabilidad y El Noviazgo" - entonces reparó en el titulo del otro libro- ¡Un Noviazgo Con Éxito! -Ron abrió los ojos y la boca de manera indignada y soltó con un reclamo molesto.
- ¡Bueno, Pero Qué Se Han Creído! Esto es una insinuación, ¿O qué? ¡Y mi hermano qué se supone que piensa!, ¡Que soy él y Fleur! -los gruñidos del ojiazul hicieron que Harry se despertara alarmado.
- ¿Ron, qué pasa? -dijo con un gran bostezo.
- Nada, que a mi familia se le ha ocurrido que me caería en gracia recibir regalos extraños. Como si Luna y yo nos fuéramos a casar o a meter la pata -seguía con su plan molesto y ofendido. El ojiverde sonrió divertido.
- ¡No te burles!, Esto no tiene ni la más mínima gracia, Ok -le lanzó una mirada ácida.
- Ay, no existe algo porqué molestarse, Ron. Toma en cuenta que se preocupan por ti
-le miró aún con esa sonrisa.
- No dirías lo mismo si fuesen para ti, verdad? -sentenció sarcástico y la sonrisa del chico de gafas disminuyó un poco, el pelirrojo aprovechó para aventarle el libro que le envió Bill.
- ¿Te Agrada?, ¡Puedes Quedártelo! A lo mejor a ti sí te sirve, y dejes de desaparecer con Hermione -esta vez le sonrió con malicia pícara, él se sonrojó y le respondió lanzándole un almohadazo, comenzando una pelea de almohadas.
La puerta se abrió entrando por ella la castaña...
- ¡Ay, por favor! Cuándo aprenderán a comportarse, y dejar de actuar como niños!-exclamó impasible.
Harry al oír su voz se quedó sin respiración, y Ron se río sin disimulo.
- ¡Hermione, parece que no nos conoces!, No esperes eso de pie. Al menos no de mi parte
Pero tal vez puedas hacer algo por Harry -el comentario provocó que las mejillas del ojiverde ardieran y los ojos de Hermione brillaran peligrosamente.
- ¡¿Así que sí eres tú quien le mete ideas raras a Harry?! Lo advertí Ronald Weasley, Ahora sí que te debes andar con cuidado -soltó amenazante.
- ¡¿Ideas raras?!... ¿De qué hablas, ah? -sonrió con inocencia aparente.
- ¡De nada Ron! Tú continua abriendo tus obsequios, y yo abriré los míos -intervino el chico de gafas, antes de que su amigo indagara en la amenaza de Hermione y pensara algo más de ellos.
*-*-*-*-*
- ¡Mira, qué lindos! -su voz se escuchó chillante -Al menos ustedes no me enviaron nada extraño -dijo con sarcasmo el ojiazul, enseñándoles unas cajas de dulces.
A Harry, los gemelos le enviaron un extenso surtido de dulces al igual que a Ron, la señora Weasley un suéter azul rey con una snitch bordada, de Hagrid unos guantes de Quidditch. Pero se percató de un regalo con una tarjeta pegada, era la fina escritura de Ginny
Se debatió si abrirlo o no?, sin pensarlo más lo dejó aun lado y miró nervioso a la castaña, quien en esos instantes reñía con su amigo por sus bromas, la chica había tomado uno de los libros.
Ron anunció que iría a ver a Luna para darle personalmente su obsequio, y a ver qué le daría ella, ya que entre los demás no se encontraba.
- Los veo en el gran comedor, ¡Se apuran! -tomó la manija de la puerta y antes de salir los volteó a ver con una mirada de traerse algo entre manos.
- Hermione... No hagas que Harry deje de ser un niño tan rápido -exclamó guiñándole el ojo de manera divertida, salió aprisa antes de ser agredido. Harry palideció y ella atinó a aventar el libro que tenía en las manos -¡Un Noviazgo Con Éxito!
- ¡Y a éste qué le pasa! -dio un respingo reprobatorio, volteando la mirada hacia el ojiverde, levemente sonrojada.
- Déjalo... ya lo conoces -él también estaba rojo.
- Espera, tengo algo para ti - sacó algo de un cajón.
Se acercó a ella y en sus manos se hallaba un gatito pequeño de peluche, idéntico a Crookshanks. Traía un medallón plateado en forma de patita con un nombre, "Nugget".
- ¡Oh Harry, está precioso! -le dio un beso en los labios rápidamente.
- Mira, de haber sabido antes, te obsequio miles de cosas aunque no sea navidad -le sonrió con picardía, la chica de ojos marrón se ruborizó más.
- ¡Feliz navidad!-susurró ella, y lo abrazó.
- ¿No crees que se te olvida algo? -puso su frente en la de ella.
- ¡Ay sí, qué tonta! Yo también traigo tu regalo
-le vio apenada.
- No precisamente me refería a eso
-exclamó sonriente, la chica le miró confundida.
- Me refería a esto
-agregó y unió sus labios con los de ella, posando sus manos en la cintura de la chica y pegándola más a su cuerpo.
- Tú eres el mejor regalo que la vida pudo darme
-le susurró a escasos centímetros de su boca.
- ¡Te amo, Harry! -suspiró y se mordió el labio inferior.
- ¡Y yo a ti, niña! -rozó sus labios.
- ¿Niña? -entornó sus ojos, confusa.
- ¡Sí!, Si yo soy un niño, tú eres mi niña -se le dibujó una sonrisa más extensa.
Al darle el obsequio el ojiverde abrió los ojos sorprendido, pues era
- ¡Hermione, no debiste! Es una
¡Snitch!...-soltó casi sin aliento.
- ¿Te gusta? -lo observó vacilante.
- ¡¿Bromeas?!, ¡Claro que me gusta! -la pelotita brillaba con un dorado muy singular.
- Pero es mucho
-seguía sin voz.
- Harry, nada es demasiado para ti -su mirada estaba iluminada.
Él reparó en las letras grabadas. HJHJ "My Heart it's your" 31-10-97
- ¡Gracias! -exhaló sonriendo, guardó la pelotita en la caja de cristal irrompible, antes de que ésta abriese sus alas e intentase huir. La miró unos instantes, en los cuales sus miradas se transmitieron eso que las palabras ya no podían, nuevamente se besaron.
- Esta noche te tengo una sorpresa
-le susurró al oído, ella lo volteó a ver con una sonrisa curiosa.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Cuarto para las ocho Ron y Harry estaban casi listos para bajar al baile, habían quedado de acuerdo con la rubia y la castaña de verlas ya en el festín.
- Harry, No te parece injusto que nos dejen llegar solos? ¡Y que nos hagan esperarlas todavía un rato más! -se quejaba mientras se acomodaba la túnica azul marino, y se veía frente al espejo.
- Pues
- Sabía que estarías de acuerdo conmigo -el chico de gafas le miró fulminante, y él sólo se movió para ponerse loción.
- Ron, me preocupa algo
-comentó pensativo el ojiverde.
- ¿Que no lleguen?, ¡¿Tú crees que se atrevan a dejarnos plantados?! -le miró aparentemente angustiado.
- No estoy jugando Ronald. ¡Me refiero a tu hermana!... De lo que Hermione me dijo, Tú sabes
de que está interesada en mí -soltó con vacilación, pero su semblante estaba serio.
- Hermione ¿te lo dijo?...-le miró fingidamente sorprendido.
- ¡No te hagas! -atajó con sarcasmo ácido.
- Si esa es una de las mayores razones por las que tampoco podemos decir lo nuestro -su voz se escuchó molesta.
- Ay Harry, pero sólo a ti se te ocurre no hablar y aclarar las cosas con ella antes de salir con Hermione -le vio con una sonrisa burlona.
- ¿No me digas? -le devolvió la mirada con acidez.
- ¡Mejor por qué no me dijiste tú antes!, Se supone que eres mi amigo -su voz sonó con reclamo culposo.
- Corrección, ¡Tu mejor amigo!... Además es mi hermana y todo, pero no soy quién para divulgar sus cosas -movió su cabeza en señal de negación.
- ¿Pero en serio, jamás te diste cuenta de que le gustas? -le cuestionó incrédulo.
- Bueno, tal vez no me quería dar cuenta
-susurró débilmente el de gafas.
- ¡Caray, tú sí que eres menzo! Con razón fue Hermione quien tuvo que dar el primer paso -se escuchó una risita divertida.
- ¡Ey, quién te contó eso! -le miró ceñudo el ojiverde.
- Mis labios están sellados -se le dibujó una sonrisa de suficiencia.
- Pero hombre, deja de preocuparte por Ginny
Ella tiene a Colin -dio una palmada de apoyo a su amigo.
- ¡No quiero lastimarla, Ron! -dijo con pesadumbre.
- ¡No te compliques! Es mas, irá con él a este baile también. Con eso de que le inventamos que iríamos solos, no se si nos creyó. No hay que tratar a mi hermana como retrasada, pero al menos nos funcionó -se encogió de hombros y caminó decididamente hacia la puerta.
- Anda Romeo, tu Julieta te espera
Y a mí
¡la Luna más hermosa!- Ron habló entre divertido y soñado, sacándolo de su lucha interna. Él le volvió a ver, y se le dibujó una sonrisa con el simple hecho de la perspectiva de ver a la castaña, seguramente se vería como siempre
Como un ángel, como una estrella. La estrella más resplandeciente
Como una reina, ¡La Reina De Su Corazón!
*-*-*-*-*-*
El gran comedor lucía espectacular, las mesas para dos se encontraban alrededor de la pista de baile. Al fondo una tarima dejaba ver que allí se encontraría el grupo que tocaría esa noche, pese a que no llegaba, se escuchaba un vals de piano y violines muy bajamente, como susurro. Las luces iluminaban tenuemente el lugar, dándole un toque elegante y romántico. Algunas jóvenes parejas ya se encontraban en las mesas, conversando, otros estudiantes preferían salir a los hermosos jardines adornados muy navideñamente. Los arbustos bañados por pequeñas luces doradas, la nieve les daba un marco perfecto. El ojiverde y su amigo pelirrojo se encontraban en la mesa donde había variedad de comidas y ponche.
- ¡Ron, deja de comer! -le reñía, el ojiazul tenía la mirada iluminada y debatiéndose entre cuál platillo probar primero.
- Ay Harry, si sólo llevo algunos bocadillos. Falta el platillo principal
¡Deja de tratarme peor que mi madre! -se quejó.
- No ves que cuando estoy nervioso se me quita el hambre
le miró dando un mordisco a un pastel de frutas.
- ¡Lo bueno!-le miró con sarcasmo divertido.
- Sí, ahora estoy muy tenso. Luna y Hermione ya se están tardando -exclamó viendo nerviosamente hacia la puerta.
- No deben tardar, Así que compórtate y deja de comer! Aún nadie está comiendo y tú ya quieres arrasar con todo -a él también le sudaban las manos y echaba miradas tensas a la entrada.
- Voy a tener que hablar muy seriamente con Hermione, una cosa es que sea tu novia y otra cosa es que te meta ideas locas en la cabeza y te pegue su don de mando. ¡Amargado! -le reclamó con indignación, dejando aun lado el pastel y sirviéndose ponche. El chico de gafas iba a alegar pero de pronto se quedó petrificado, la castaña acaba de arribar al lugar, acompañada por la rubia.
- No dices nada porque sabes que tengo la razón -le sonrió con voz de triunfo, el ojiazul. No recibió respuesta y observó que su amigo tenía la vista perdida.
- ¿Qué tanto miras, eh? - pero no necesitó la contestación del chico de gafas porque no sólo él tenía esa mirada, la mayoría de los chicos dirigían sus ojos a la entrada. Dos hermosas chicas estaban ahí, parecían dos princesas sacadas de un cuento de hadas, dos ángeles en la tierra. Él también estuvo apunto de derramar su ponche cuando ambas se acercaron a ellos, ante las miradas curiosas y envidiosas de los demás.
- ¡Hola!, ¡Hola!-se escucharon al unísono.
- ¿Ron?- le miró confusa la ojiazul.
- ¿Harry? -cuestionó la ojimiel.
- ¿Sí?... ¿Sí?-atinaron a responder los chicos.
- ¡¿Qué les pasa?!, Pareciera que están idos - O que vieron algo extraño
-se miraron las dos, sonriendo. En el fondo ambas estaban halagadas, y a la vez esa era la reacción que pretendían ver en ellos, pero no tan obvia.
- ¡Una Veela! -susurró el pelirrojo, su vaso ladeaba peligrosamente.
- ¡Un ángel! -exclamó débilmente el ojiverde.
- ¡Tontos! -dijeron riendo las dos al mismo tiempo, también ellas estaban nerviosas.
Hermione lucía un vestido de tela vaporosa, en dorado. Sus hombros estaban descubiertos, el cabello sólo tenía un prendedor dorado en forma de estrella del lado derecho, lo traía suelto, sus sedosos rulos castaños ondeaban como marco a su delicado rostro
tenuemente maquillado con sombras amarillas y un rubor rosado, sus labios con un brillo labial transparente, se veían más rosas que de costumbre. En el cuello traía la fina cadena de plata con el búho pendiendo de ella.(n/a parecida a bella, de la bella y la bestia)
Luna con una túnica en color beige, casi perla, con varios brillantes. (n/a me imagino su vestido como el de Hilary Duff en la nueva cenicienta) - El cabello rubio lo adornaba con una preciosa diadema de perlas, y lo traía lacio y suelto. Su maquillaje era fino, sombras beiges y brillo labial rosa.
- ¡Ey, dejen de criticar! Que aparte que se tardaron un montón, ahora nos insultan por algo que es completamente su culpa -se quejó el pelirrojo, pero antes de continuar reclamando
- Ronnie, ¡Cállate! -la rubia se apoderó de sus labios, provocando un fuerte sonrojo en las mejillas del chico.
- Y tú no dices nada, Harry?...-habló la chica mientras sus amigos a lado parecían en su mundo.
- Yo, sólo que
¡Valió la pena la espera! -susurró con una sonrisa tímida, y a la vez tan pícara. Ella le miró sonriendo pero él captó la idea, no debía besarla delante de los demás. Eso dolía, se concretó a darle un fuerte abrazo y con disimulo susurró a su oído.
- ¡Luces hermosa!, Como un verdadero ¡ángel!... Ya me puse celoso de que todos te quedaron viendo -bromeó un instante -¡Te AMO!- finalizó rozando su lóbulo con sus labios, la piel de la chica la recorrió un escalofrío placentero.
El salón comenzó un aplauso, la banda que tocaría esa noche subió al escenario, las parejas comenzaron a bailar. El pelirrojo y la rubia no eran muy apegados al baile, pero decidieron intentarlo, un tierno vals se escuchó.
- Harry, ya sabes. No debemos
-le miró apenada la joven castaña.
- Lo sé
Pero a nadie hacemos daño con bailar, ante todos somos amigos -su mirada era de complicidad.
Ella accedió y bailaron un poco distantes, en el fondo sus almas y miradas lo hacían unidas.
Todo parecía marchar bien, la música se detuvo unos instantes, donde se volvió a escuchar el piano y violines, para acompañar la cena. Ron y Luna estaban sentados a lado de ellos, pero de vez en cuando se perdían en su mundo.
Harry y Hermione cenaban y se echaban miradas discretas, del otro lado estaban sentados Draco y Pansy. Eso en el fondo incomodaba a la ojimiel, pues él no dejaba de mirarla, temía que intentara acercarse, ya lo había hecho en veces anteriores.
Lo peor fue cuando Ginny se acercó a ellos, lo invitó a bailar, afortunadamente él dijo que estaba muy lleno. Y luego llegó su salvación
Colin, la pelirroja se fue decepcionada.
- ¿Cuándo hablarás con ella, Hermione? -le miró ceñudo.
- Harry, sólo dame tiempo
Tengo miedo de perder su amistad -habló débilmente.
- Y yo tengo miedo de perderte a ti, porque prefieras una amistad -le dijo serio.
- Claro que nunca me perderás
Lo eres todo para mí -le miró fijamente, con esos ojos marrón tan delatadores.
- Entonces vámonos -exclamó desconcertándola.
- ¡¿Cómo?! -cuestionó extrañada.
- Hay que escaparnos del mundo esta noche
-la tomó de la mano. La chica le vio confundida, aún sin entender.
- ¿A qué te refieres? -titubeó.
- Te dije que te tenía una sorpresa
- ¿Ajá?
- Bien, entonces finjamos irnos a dormir, yo me macharé ahorita. Te espero en el tapiz de Barnabás el chiflado, en 20 minutos -le dijo en susurro, apretando delicadamente su mano y viéndola directamente a los ojos. Ella miró nerviosamente a sus amigos, suspiró y asintió con la cabeza, Harry se incorporó.
- Ron, Luna, Estoy muy cansado y tengo sueño. Me voy a dormir
-los chicos le vieron confundidos, pero sabían que esa era una excusa para desaparecer, sospechando que la castaña se iría con él en cualquier instante. Intercambiaron una mirada de complicidad y le desearon buenas noches.
- ¿No crees que es muy temprano, Harry? -se escuchó la voz de la pelirroja a sus espaldas, la pieza de baile finalizó y la chica regresó. Él volteó a verle helado, la ojimiel la miró tensa. Pero el castaño volvió a acercarse.
- Déjalo Ginny, el pobre debe de estar agotado. ¿Verdad, Harry? -su mirada parecía agonizante, en el fondo Colin sabía de lo que la menor de los Weasley sentía por su capitán de equipo.
- ¡Sí chicos!, Por ello muero por estar en mi cama -respondió anhelante, dio unos pasos y se acercó de nuevo a Hermione.
- Pero derechito a tu cama, ¡eh! -comentó con burla pícara el ojiazul, Luna lo pisó y él le miró con reclamo, pero se dio cuenta que su comentario fue un poco fuera de lugar debido a lo tenso de la situación. Ginny le observó curiosa y con el ceño ligeramente contrariado, la chica de rulos castaños asustada, y Harry fulminante.
- Ten dulces sueños... llego más tarde -agregó vacilante, Ron.
- Hasta luego Hermione... Nos vemos mañana -se iluminaron sus ojos.
- Hasta mañana Harry, que duermas bien -se mantuvo seria, pero en realidad estaba nerviosa, en verdad la pelirroja no era tonta.
*-*-*-*-*-
Ginny volvió a la pista con Colin, Ron y Luna invitaron a Hermione a dar un paseo por los jardines, la chica aceptó, agradeciendo en el fondo a sus amigos que le brindaran la excusa perfecta para poder marcharse sin levantar sospechas. Afuera se despedirían.
Pero en la entrada los abordó un ojigris, se veía imponente, con su túnica elegante color azul platinado
- ¡Jane!, ¿Te vas tan pronto? -se escuchó su voz fría.
- ¡Quítate Malfoy!-se adelantó el pelirrojo.
- A ti nadie te metió, Weasley -parecía haber apenas reparado en él.
- Tú puedes largarte con tu novia la rara -exclamó con desdén, sin siquiera mirarlo.
- ¡Ten cuidado con lo que dices, Malfoy! Con Ella No Te Metas -hizo un gesto amenazante y empuñó su varita.
- ¡Ron! -le detuvo Luna.
- ¡Vete Weasley! -y se volvió hacia la castaña.
- Podemos hablar?, sólo un momento. No te quito mucho tiempo
-parecía otro al dirigirse a ella.
- Draco, estoy cansada
-dijo con seriedad Her.
- Ya oíste? El que se larga eres tú, idiota! -sonrió con burla triunfante.
- Vamos comadreja, no quiero pelear -le contestó por fin mirándole de frente.
- ¡Ya verás!, te haré sentir peor dolor que la arrastrada que recibiste el 26 de octubre -soltó con triunfo, Ron. El rubio sabía bien qué había pasado aquella tarde.
- Está bien, Draco. Pero sólo un instante -contestó la chica antes de que el ojigris hiciese algo contra su amigo, no quería que se pelearan. Luna no se merecía que le arruinasen la noche, además Harry la esperaba.
- Pero Hermione
-la miró incrédulo y decepcionado, su amigo.
- Ya Escuchaste Weasley, ¡Vete! -le vio con frialdad el rubio.
- Te salvaste Malfoy
-amenazó apretando los dientes, al pasar a su lado le dio un empujón, la rubia y él salieron hacia los jardines. El ojigris los observó marcharse, con desdén.
- Jane, yo
- pero al voltear a verle fugazmente se le dibujó una sonrisa algo fría.
- Draco, Tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar. ¡Lo nuestro ya fue! -atajó de manera un poco brusca.
- Detesto que lo digas
-exclamó con acidez y desvió su mirada, ella se cruzó de brazos, hubo un silencio, se observaron. La ojimiel se iba marchar cuando él habló
- Vi cómo te miraba el imbécil de Potter. ¿Por qué insistes en negar que andas con él?, ¡No Soy Idiota, Jane! -le contestó con ironía, un sentimiento de ira luchaba por salir.
- Draco, no empieces
-le miró cansina.
Él iba a decir algo, pero una chica de cabellos castaño oscuro los interrumpió.
- ¡Draco, al fin te encuentro! - se acercó y le dio un beso en la boca, él la empujó con brusquedad. Hermione vio con sorpresa la escena.
- ¿Qué haces aquí?, Volvamos. Esa canción me gusta -dijo mirando a la castaña cual si fuese un escarabajo, y abrazada del brazo derecho del rubio.
- ¡Vuelve Tú, Pansy! -casi le gritó, miró a Hermione con angustia, como rebuscado una excusa para disculpar el hecho.
- Pero tú eres mi pareja
-chilló la chica.
- ¿Qué Estás Sorda?, ¡O QUÉ
! ¡Dije Que Te Vayas! -soltó cruelmente.
- Ve con ella, yo tengo sueño, me iré a la cama
-la ojimiel aprovechó la circunstancia para huir, y comenzó a subir las escaleras.
- ¡Jane! -la siguió por las gradas, dejando en el vestíbulo a la chica que le miró ofendida, aún tenía orgullo, así que se marchó directo al gran comedor.
- ¡¿Por Qué Huyes Tan Rápidamente?! -la detuvo, tomándola bruscamente por el brazo.
- ¡Tal Vez Es Por Se Te Hace Tarde Para Ir A La Cama De Él!, Verdad?! -su voz se escuchó gélida y llena de rencor contenido, ella regresó a verle con enojo.
- ¡Suéltame Idiota! -se jaloneó inútilmente, él la sujetaba con fuerza.
- ¡Quién Te Crees Que Soy!, ¡Y Quién Eres Tú Para Decirme Eso! -su mirada era de coraje, quería golpearlo, pero se contenía para poder liberarse.
- El Día Que Yo Decida Estar Con Alguien, Será La Persona Que Yo Elija. Y Créeme Que Nunca Sería Como Tú, ¡¡Perfecto Imbécil!! -gritó con ira una vez que se safó, le soltó una bofetada como sólo ella sabía darlas, y subió más aprisa. Pero él la adelantó, impidiéndole el paso, la sujetó con torpeza por ambos brazos, haciéndole daño.
- Eso lo veremos, Jane...-susurró entre dientes, obligándole a verle de frente. Sus ojos se vieron tan fríos y a la vez cristalinos. Ella le miró desafiante, la vio unos segundos en los cuales la chica le sostuvo la mirada sin mostrar miedo, inmediatamente después se adueñó de sus labios por la fuerza.
- ¡No Te Atrevas A Tocarme De Nuevo! -reaccionó empujándolo fuertemente, haciéndolo aun lado.
- ¡Me Das Asco, Draco! -se limpió los labios delante de él, y saliendo al paso subió más aprisa. Él la vio marcharse con tristeza, en el fondo esas palabras le habían lastimado, una lágrima resbaló por sus ojos grises aparentemente tan fríos e inexpresivos.
- ¡Siempre te amaré, Jane! Aunque tú esta noche seas de Potter, te recuperaré algún día y volverás a ser mía... -apretó los ojos conteniendo las lágrimas, y cerró los puños.
*-*-*-*-*-*
Minutos más tarde la chica llegó al lugar acordado con el ojiverde, aquel tapiz de Barnabás el chiflado, el mismo que en durante 5° año fue su punto de reunión con algunos estudiantes. Cuando en horas de indignación por las medidas del ministerio formaron un grupo ilegal para protestar, aprendiendo a defenderse, la ED. Ahora ese mismo tapiz a la entrada de la sala de los menesteres era un testigo más del noviazgo de ellos, la extraña sala era su lugar de refugio, su escondite del mundo, su lugar secreto. En donde podían demostrarse su amor sin reservas, lejos de las miradas y envidias
So here we stand (Bueno, aquí estamos)
In our secret place (En nuestro lugar secreto)
Where the sound of the crowd (Con el ruido de la muchedumbre)
So far away (muy lejos)
And you take my hand (Y tú tomas mi mano)
And it feels like home (y se siente como la casa)
We both understand ( Los dos entendemos)
It's where we belong (aquí es adonde pertenecemos)
Él sentado frente al tapiz, en su mente sólo estaban aquellos ojos marrón
Sonrió al pensar en ella, miró su reloj, ya habían pasado 40 minutos desde que la vio por última vez en el comedor. -¿Qué le sucedería? -Pero antes de indagar en sus temores
- ¿Harry? -cuestionó un poco agitada, entre la discusión con el rubio y la carrera emprendida para no ser vista.
- Hermione
Pensé que ya no vendrías -al verla aseguró en su brazo izquierdo su capa de invisibilidad, y corrió a su encuentro.
- ¡No podría faltar! -exclamó sincera y sonriendo levemente.
- Tuviste contratiempos, ¿Alguien te vio? -titubeó con nerviosismo.
- Contratiempos tal vez
Pero nadie me vio, estoy segura -lo tomó de las manos y le vio con una sonrisa más amplia.
- ¿Qué tipo de con
-iba a decir algo cuando la chica silenció sus labios con un beso. Él la abrazó acercando más sus cuerpos.
- Nada importante
lo que importa es que ya estoy aquí, contigo. En nuestro lugar secreto
-le respondió a escasos centímetros de su boca, manteniendo el cálido abrazo.
- Hermione, cierra tus ojos. Piensa en mí, en un lugar lindo
-susurró a su oído, su aliento causaba estragos en la joven, quien asintió cerrando sus ojos. Se separaron, la miró con una sonrisa de felicidad y él también los cerró, tomándola fuertemente y a la vez con delicadeza, de la mano. Avanzaron tres veces frente al apolillado tapiz, abrieron sus párpados lentamente
Y ahí estaba, una fina puerta de caoba.
Harry tomó la manija, al abrir se observó una estancia amplia con un hermoso piso de mármol blanco, tenuemente iluminada con luces doradas, las paredes cubiertas con tapices elegantes, grandes ventanales con cortinas color crema. Parecía un salón de baile del siglo XVII, el techo figuraba estar abierto al cielo, las estrellas resplandecían en el exterior y la luna brillaba con una luz radiante; cual si fuese una de Octubre. Se sentía un calor acogedor, como el hogar
Hermione abrió los ojos con sorpresa ante tan bello lugar, volteó a verlo. Sus miradas se demostraban un amor infinito, tan infinito como ese cielo. Ambos caminaron cerrando tras de sí la puerta. Sin dudas entendían que ese era su espacio, donde realmente pertenecían, lejos de la muchedumbre, eran sólo ellos
Uno mismo.
So how do I say? (¿Cómo digo?)
Do I say goodbye? (¿Digo hasta luego?)
We both have our dreams (Nosotros tenemos nuestros sueños)
We both wanna fly (Queremos volar)
So let's take tonight (Entonces tomemos esta noche)
To carry us through (Para cargarnos a través)
The lonely times (De los tiempos solitarios)
- ¡Harry! -exclamó casi sin aliento.
- Hermione
Ante los demás fingimos un hasta luego, pero sabes que nosotros tenemos nuestros sueños
-le dijo mientras la miraba, y dejaba caer aun lado la capa de invisibilidad.
- Nuestro propio mundo -agregó ella sin dejar de verle.
- Entonces tomemos esta noche, robémosela al tiempo. Hagamos de cuenta que no existe, que sólo somos nosotros
-él la tomó entre brazos, despegándola centímetros del piso.
- Entonces volemos lejos de todo
-susurró la chica y lo besó, Harry comenzó a darle vueltas y ella rió tiernamente.
I'll always look back (Yo siempre miro hacia atrás)
As I walk away (Como camino a lo lejos)
This memory (Este recuerdo)
Will last for eternity (Será hasta la eternidad)
And all of our tears (Y todas nuestras lágrimas)
Will be lost in the rain (Se perderán en la lluvia)
When I find my way (Cuando yo halla encontrado mi camino)
Back to your arms again (De regreso a tus brazos otra vez)
But until that day (Pero hasta ese día)
You know you are (Tú sabes que tú eres)
The Queen Of My Heart (La reina de mi corazón)
The Queen Of My Heart ... La reina de mi corazón
- Hermione, siempre he visto todo lo malo que ha habido en mi vida, ahora eso se ve tan lejano. Pero esta noche será un recuerdo que en ella quedará para la eternidad
Y todas esas lágrimas derramadas se perderán en la lluvia de tus deseos. Y el mío es estar por siempre en tus brazos, cuando me pierda en las sombras tu luz me guiará de regreso a ellos. Hasta ese momento tú serás la única en mi corazón
-dijo él al detenerse, y observándola fijamente.
- Todas las cosas malas ya son pasadas, Harry. Ahora esta noche nosotros la haremos eterna
sin mirar atrás de nuevo. Yo jamás te dejaré caer, estaré contigo para no perdernos en el camino, pues juntos lo recorreremos. Lo juro por el inmenso amor que siento por ti
-le dijo mientras acariciaba el revoltoso cabello del chico.
So let's take tonight (Entonces tomemos esta noche)
And never let go (Y nunca nos vamos)
While dancing we'll kiss (Mientras que bailan nos besaremos)
Like there's no tomorrow (Como si no hubiese el mañana)
As the stars sparkle down (Como alumbran las estrellas)
Like a diamond ring (Como un anillo de diamante)
I'll treasure this moment (Atesoraré este momento)
Till we meet again (Hasta que nos encontremos otra vez)
- La haremos nuestra noche perfecta
ya no existe el mañana
-le susurró él al oído.
- Ni ellos
-exclamó ella, refiriéndose a los demás, tal vez a Draco y a cierta pelirroja, quienes ajenos a ese hermoso amor bailaban en el gran comedor. Volviéndose a unir en un beso, con las estrellas alumbrándoles, un suave murmullo invadió la estancia, música de violines
instintivamente comenzaron a bailar, suavemente.
- Mi corazón la guardará celosamente, Harry. Cual si fuese un anillo de diamantes, él hará que sea un momento eterno, hasta encontrarnos nuevamente en otra vida
-dijo la castaña, deteniéndose y observándole de frente.
- Her, no te vayas
Quédate conmigo esta noche
-le pidió repentinamente, sus mejillas se mostraron sonrojadas, pero más sincero no pudo ser.
- Harry
yo
-abrió mucho los ojos con sorpresa ante aquella proposición, sus latidos se aceleraron.
- No te pido
Que lo hagamos -tartamudeó, sintiendo su rostro arder.
- Sólo quiero amanecer a tu lado. Sentir tu respiración cerca de mí, ver el alba contigo
-agregó nervioso, separándose unos pasos de ella y agachando la cabeza.
- Harry, el día que esté preparada
Tú lo sabrás - se acercó a él, con su suave mano subió su barbilla para mirarle directamente a los ojos.
- No te presionaré, yo tampoco me siento listo para un paso así
-sostuvo su mirada y parecía muy apenado, quizás la ojimiel no se esperaba esa propuesta, quizá era algo acelerado el hecho.
- Sabes, yo también deseo pasar esta noche contigo. Amanecer entre tus brazos
-soltó, sonriendo al observar su expresión. Él relajó la tensión en su cara, lo tomó de la muñeca y dio unos pasos. En medio de la estancia apareció un colchón cubierto de sábanas blancas y pétalos de rosas rojas que estaban en el piso, rodeándolo.
But no matter how far Pero no importa cuán lejos
(Matter how far) (Pero no importa cuán lejos)
Or where you may be Donde puedas estar
(Where you may be) (Donde puedas estar)
I just close my eyes Yo sólo cierro mis ojos
(I just close my eyes) (Yo sólo cierro mis ojos)
And you're in my dreams Y tú estás en mis sueños
And there you will be Y ahí estarás
Until we meet Hasta que nos encontremos
Frente al lecho la chica tomó una mano de Harry y la puso en su cintura, sus miradas se conectaron. Poco a poco el pasó ambas manos por la espalda de Hermione y comenzó a bajar el cierre del vestido, ella se estremeció ante el hecho.
- Te juro que no pasará nada
-susurró como si quisiese tranquilizarla, el vestido cayó al piso quedándose sólo con el fondo de seda y la ropa interior color amarillo. Se vieron unos instantes, como asintiendo que podían continuar. Ella también pasó sus finas manos en los botones de la túnica verde marino de él, desabrochándolos. Metió sus manos y acarició su torso por encima de la camiseta, causando sensaciones extrañas en él. Los colores en sus rostros aumentaron, la túnica le hizo compañía al vestido de ella, el ojiverde se quedó sólo con la camiseta blanca y los bóxer azul cielo. Los acompañó un romántico silencio, sólo se escuchaban sus respiraciones, se miraron fijamente y se unieron en un abrazo mágico. El chico de gafas la besó y lentamente cayeron unidos aún, en aquél colchón, él encima de ella.
- Hermione, cuando no podamos estar juntos físicamente, no importa cuán lejos estemos. Yo sólo cierro mis ojos y tú estás presente en mis sueños y pensamientos. -exclamó una vez que detuvieron el beso, pero sin soltarse del abrazo.
- Sí Harry, ahí estarás
En mis sueños también, hasta que llegue el momento de encontrarnos de nuevo -le miró y tomó una mano del chico, besándola.
- Siempre podrás contar conmigo y confiar en mi, no quiero que nos ocultemos nada. Veces anteriores lo hemos prometido
y hoy es un juramento -el ojiverde besó su frente.
- Harry, yo
-iba a decir algo, pero el chico se incorporó desconcertándola, él parecía haber recordado algo.
- ¡Harry, qué pasa?! -le miró de manera insegura, temiendo que él decidiese marcharse por creer que no estaba correcto lo que estaban haciendo. ¡Pero qué caray!, Si él lo había propuesto.
- ¡Ay, pero qué tonto! -susurraba con reclamo para sí mismo
hurgaba los bolsillos de la túnica de gala algo desesperado, la chica le veía aún confundida.
- Harry, qué?... -pero antes de pudiese cuestionarle algo más, Harry regresó a su lado con una cajita en las manos.
I'll always look back (Yo siempre miro hacia atrás)
As I walk away (Como camino a lo lejos)
This memory (Este recuerdo)
Will last for eternity (Será hasta la eternidad)
And all of our tears (Y todas nuestras lágrimas)
Will be lost in the rain (Se perderán en la lluvia)
When I find my way (Cuando yo halla encontrado mi camino)
Back to your arms again (De regreso a tus brazos otra vez)
But until that day (Pero hasta ese día)
You know you are (Tú sabes que tú eres)
The Queen Of My Heart (La reina de mi corazón)
- Hermione, esto lo compré este verano en Londres un día que me les escapé a mis tíos. Pensaba poder dártelo algún día que se esfumara la cobardía
y ahora que somos novios te lo puedo dar sin temores, ni vergüenzas
-decía mientras abría la cajita, la castaña se sorprendió mucho ante aquella revelación, no sabía qué decir. Significaba tanto para ella que él, el chico del cual durante años ocultó un amor, ahora le confesase eso
- Harry...-varias lágrimas salían de su marrón mirar, él las limpiaba y sacaba el obsequio... Una fina esclava de plata, se la puso en la muñeca, ella pudo ver que tenía unas letras grabadas. The Queen Of My Heart - y al reverso las iniciales- "HpHg- 24-12-97"
- Eso eres para mi, Hermione... ¡La Reina De Mi Corazón!... -la abrazaba, estaban sentados sobre sus rodillas.
- Dijiste que la habías comprado en
¿Londres? -preguntó viéndole de manera extraña.
- Sí, Pero puse el anexo en Hogsmeade, la última salida -informó ante la mirada confusa e interrogativa de Hermione.
- Entonces sabías que vendría aquí contigo... Esta noche
-frunció ligeramente el entrecejo, pero sonrió pícara.
- No precisamente creas que todo esto, era un plan hecho por mí -le miró algo apenado.
- Claro que No, Harry. ¿Por qué habría de pensar eso?... Al contrario -negó risueña y él le devolvió la sonrisa.
- Lo único que sí planeaba, era
Poder obsequiártela hoy
-el chico tenía su mano ligeramente sobre la espalda de la castaña.
- ¡Te amo, Harry! -susurró acercándose a sus labios.
- Y yo a ti, Hermione... -exclamó bajamente, para luego suavemente con un abrazo posarla sobre la cama, uniéndose en un beso tierno.
Oh yeah (OH sí)
You're the (Tú eres la)
Queen of my heart (Reina de mi corazón)
(Of my heart) (De mi corazón)
No matter (No importa)
How many years it takes (Cuántos años se demore)
(Queen of my heart) (Reina de mi corazón)
I'll give it all to you (Yo te lo daré todo)
Oh yeah (OH sí)
(Queen of my heart) (Reina de mi corazón)
Oh yes you are (OH sí, tú eres)
The Queen Of My Heart ... La reina de mi corazón
- Hermione... -habló casi inaudible, a su lado, minutos después en los cuales miraban las estrellas tomados de las manos.
- ¿Ah? -le volteó a ver, apoyando su cabeza en su brazo derecho, ya que seguía acostada. Sus respiraciones se sentían tan cerca, aún tenían las mejillas levemente sonrosadas, pero poco a poco la confianza fue haciendo desaparecer los colores. Después de todo pasarían el resto de sus vidas juntos, por lo menos eso se imaginaban ellos.
- Cuando terminemos el colegio... Te gustaría
Casarte conmigo?...-soltó trabándose un poco pero firmemente seguro, también acercando su cara un poco más.
- Harry, yo
-parecía haberse quedado sin aliento, quería gritar que sí. Pero algo, un nudo, el temor de perderle
Se adueñó de su alma.
- No respondas ahora
-rozó sus labios -Sólo piénsalo y deja que tu corazón decida
- También te diré que en unos años
Ya no seré un niño, y te daré todo
El mundo completo
Aunque no creo que baste -quiso bromear, ella soltó una risilla nerviosa, sin decir nada se abrazó a su cuerpo, sintiéndose segura. Se volvieron a recostar y poco a poco se quedó dormida en los brazos de él.
- Sueña conmigo, Her
-susurró con un hilo de voz y una sonrisa de felicidad infinita, se cubrió con una sábana para resguardar a ambos del frío, pero en realidad la atmósfera de calor los seguía rodeando.
- Yo lo haré
Como siempre - sonrió, volvió a besarla en la frente, con cuidado para no despertarla. La ojimiel se movió sin abrir los ojos, acomodándose en su pecho. La vio por última vez y cerró los ojos pensando en ella. - "¡Parece un ángel!"
- Ya no tengo miedo Her, mi alma está segura contigo... -habló una voz en su interior. Y así abrazados durmieron juntos por primera vez
Con la luna iluminando sus rostros sonrientes y serenos, una paz infinita reinaba en sus almas y corazones
Bajo las estrellas... Aquélla sala de los menesteres fue el refugio de dos almas que se convirtieron en una misma, ante una promesa de amor. De un Amor del Bueno...
The Queen Of My Heart ... La reina de mi corazón...
****************
Notas de la autora:
Bien aquí esta el capítulo más largo hasta ahora, y es mi favorito.
Espero no haberle echado mucha miel y tal vez sí me salió algo cursi.
Capítulo basado en la canción Queen Of My Heart- de Westlife, grupo Irlandés. Uno de mis favoritos.
Próximo Cáp. "Magia" canción de Sin Bandera.
Agradecimientos:
De corazón les agradezco su tiempo y críticas, y apuesto que de este capítulo se quejarán por lo larguísimo que está jeje.
Saludotes de su amiga Anyeli Potter Granger.
Los primeros rayos del alba iluminaron dos cuerpos abrazados, sus rostros irradiaban felicidad infinita, un aire fresco rozó sus mejillas sonrosadas. Pese a estar en invierno dentro de aquella sala había un calor acogedor. La sala de los menesteres, que la noche anterior había sido el refugio de su amor, donde ambos habían decidido compartir el lecho. Aún conservaba el piso de mármol, las luces doradas habían extinguido su brillo, el techo se había transformado de concreto, pero por los enormes ventanales se podía filtrar la claridad, debía estar amaneciendo... El ojiverde abrió los ojos perezosamente, sintió en su pecho un respirar tranquilo y sereno, se colocó las gafas que estaban en el piso, a su lado, su visión se encontró a la dueña de su corazón
Dormida profundamente, su rostro era como ver a un ángel dormido, tanta paz se reflejaba en él... sonrió más ampliamente, dio un ligero beso en sus labios tratando de no despertarla, pero la chica comenzó a abrir sus hermosos ojos marrón
- Perdón no, yo no
no fue mi intención despertarte
-tartamudeó apenado.
- Descuida, si al encontrarme con el único que ocupa mis sueños, ahora es real -le sonrió acurrucándose más en su pecho.
- Pues mi sueño se ha hecho realidad Her, nuestro primer amanecer juntos -dijo poniéndose rojo.
- El primero de muchos -ella también se sonrojó.
- Eso te lo prometo -dio un pequeño pellizco en la nariz de ella, después de todo debían ir perdiendo la pena, y la besó con ternura.
- Harry, ¿qué hora será? -cuestionó sin apuros, bostezando una vez que se separaron.
- Me imagino que las seis y algo -dijo volteando a ver su reloj, pero qué equivocado se encontraba
- Harry, ¿qué pasa? ¿por qué pones esa cara? -preguntó algo asustada, el chico de gafas tenía la cara pálida.
- Hermione, son las 9:10! Se supone que nos marcháremos con los Weasley a las 11:00, después del desayuno
-soltó con un hilo de voz apesumbrada y nerviosa.
- Ah
pero aún tenemos tiempo
-quiso tranquilizarlo, pese a que ella estaba sudando, ambos se incorporaron.
- Her
¿tú crees que se vayan a dar cuenta?, que no pasamos la noche en la torre Gryffindor -titubeó mientras se ponía la túnica.
- ¡Espero que no! -contestó tragando saliva, ella misma quería convencerse de que no.
- Yo igual. Digo, es navidad
Después de todo deben estar muy cansados de tanto bailar y de la desvelada, ¿no? -la vio e hizo una mueca con los labios, nervioso. Ahora se abrochaba los botones con cierta torpeza. Hermione por su lado se vestía, aunque era incómodo volver a ponerse el vestido de gala.
- ¡Harry! -exclamó fastidiada de no poder aligerar la prenda, con un hechizo había logrado disminuir el volumen de la misma, pero no dejaba de ser un vestido esponjado.
- ¡¿Qué?! -le volteó a ver asustado.
- ¡¿Cómo se supone que llegaremos a la torre sin ser vistos?! -dijo con angustia, mientras se acomodaba el cabello.
- Ah
pues
¡Mira, ahí está la capa! -parecía haber meditado el asunto, más sin embargo se topó con su salvación en el piso.
- ¡Cierto, me olvidaba de ella! -relajó la tensión en su rostro.
- ¿Pero tú crees que nos cubra a ambos? -parecía nuevamente preocupada.
- ¡Claro!, sólo es cuestión de cerciorarnos no hacer ruido y estar lo más unidos posibles -dijo dudando hasta él.
- ¿Oye? -la ojimarrón ya estaba lista.
- ¿Ajá? -él se ponía los calcetines.
- ¿Por qué no trajiste ropa aparte?
- No pensé, sólo llegué y tomé la capa...-frunció el entrecejo, como analizando la idea que no se le ocurrió.
- ¡Ah!- él se incorporó, acercándose a ella para cubrirlos.
- Bien, entonces
Vámonos
-sonrió nerviosa y se acercó más a él, desvió su mirada observando por última vez la estancia, con cierta nostalgia.
- Sí -el ojiverde iba a colocarla sobre ambos cuando...
- Hermione
-susurró viéndole fijamente.
- ¿Sí? -regresó su mirada a él.
- Gracias por quedarte conmigo, no sabes cuánto significó dormir y amanecer contigo
-una sonrisa alegre se dibujó en su rostro, esta vez no se sonrojó tanto, sabía que en él la pena se iba aligerando.
- Harry, para mí fue algo muy especial -igual le sonrió, lo abrazó y él los cubrió.
*-*-*-*-*-*-*-
Habían atravesado por los pasillos del castillo afortunadamente sin ser vistos ni detectados, pese a que la señora norris los olfateó. Los dos llegaron a la torre y al entrar a la sala común ésta se encontraba vacía, lo que desde el fondo ambos agradecían profundamente. Subieron al cuarto de chicos sigilosamente y lo raro es que tampoco ahí había nadie, respiraron más tranquilos
- Parece que aquí tampoco hay nadie -exclamó, aún desconfiada por tanto silencio.
- Lo bueno, ¿no? -dijo Harry, se quitaron la capa.
- No sé... esto no me agrada nada, está muy sospechoso este silencio -algo en su interior le decía que no debían confiarse tanto.
- Vamos Hermione, quizás todos están en el gran comedor desayunando, otros deben estar alistándose para salir. Y eso debemos hacer nosotros, antes de que de verdad se den cuenta de nuestra ausencia -la trató de tranquilizar, sacó el baúl y comenzó a empacar las últimas cosas, ya que desde hacía días lo había arreglado.
- Está bien, pero primero debes cambiarte, ¿no? Porque si alguien te encuentra así, ahora sí que se darán cuenta -sonrió divertida, todavía nerviosa.
- Tienes toda la razón - se vio y la vio a ella.
- Voy a cambiarme -soltó y sin pena aparente claro, se comenzó a desvestir quedando nuevamente en ropa interior. Él caminó hacia ella con una sonrisa y la intención de besarla.
- Harry, ahora no. Yo voy
-estaba a punto de decirle que iría a cambiarse cuando un ruido les congeló la sangre. Eran voces, y sin duda eran de dos de los Weasley.
- ¡Ginny, Que No!, ¡No Voy A Convencer A Mis Padres De Eso...! ¡Es Una Locura! -se escuchaba molesto.
- Anda Ron, eres mi última esperanza
¿Dime por qué no? -su voz chillona se oía suplicante.
- ¡Dije Que No, Y Es Mi Última Palabra! -exclamó tajante, los pasos se habían detenido en la puerta de la habitación, el ojiverde atinó a correr con dirección al baño.
- Ron, por favor
-su hermana insistió con terquedad, la manija se movió, de un momento a otro entrarían.
- Her, ponte la capa y vete. Nos vemos allá abajo...-dijo casi sin aliento y lo más bajo para no ser pillados. La chica asintió y rápidamente se colocó la capa, desapareciendo ante los ojos de Harry. Él alcanzó a tomar sin aire, unos vaqueros azul marino y una sudadera roja, cuando cerró la puerta del baño se abrió la del cuarto, entrando por ella los dos pelirrojos. Quedando abierta, por suerte para la castaña que salió apresurada y sin hacer ruido.
- Vaya
¿Y éste a dónde se ha metido? No lo encuentro por ningún lado -comentó ignorando a su hermana, quien le miró dando un resoplido de enojo.
- ¿Te refieres a Harry? -preguntó sin poder contener la curiosidad.
- Sí, ese renacuajo escurridizo se ha vuelto a perder -se dibujó una sonrisa burlona en él.
Harry, quien estaba oyendo todo, tenía ganas de salir y ahorcarlo, pero se contuvo antes de arruinarlo. Si Ginny lo veía... -negó apretando sus puños.
- Mira, aquí está su túnica de gala -señaló la orilla de la cama de su amigo.
- Ha de estar por ahí merodeando, mejor vámonos -tomó del brazo a su hermana, la cual tenía el entrecejo fruncido tanto por la molestia con su hermano y por la duda de saber dónde se había metido el ojiverde.
- Seguramente está por ahí, quizá fue a casa de Hagrid -comentó más que nada para convencerse a sí misma.
- Sí, ya lo veremos. De todas formas él y Hermione no querrán que los dejemos -su nuevo comentario fue algo pícaro y una sonrisa igual se mostró en sus labios, salió con la pelirroja. El chico de gafas hizo un esfuerzo sobrenatural para no salir y golpearlo por las metidotas de pata que estaba dando.
*-*-*-*-*-*
Eran las 11 menos 15, se encontraban en el vestíbulo esperando al señor Weasley, quien iría a recogerlos para llevarlos a la madriguera. Ya estando apunto de irse, los dos amigos charlaban alejados de la pelirroja, la rubia y la castaña, las tres conversaban aparte
- ¿Y cómo te fue anoche, Harry? Debiste llegar antes que yo, porque ya no te escuché llegar, y debiste salir después, porque tampoco te oí marcharte...-le vio de manera pícara e inocente. El ojiverde le lanzó una mirada amenazante, ya le tenía ganas.
- ¿Será que por eso no te diste cuenta? porque yo dormí en la sala común, me dio una flojera llegar hasta mi cama
-vaciló el pelirrojo ante la mirada de su amigo.
- Quizás
-algo en ellos se notaba extraño, los dos estaban sospechosos y un tanto nerviosos.
- Pero ya no es raro en ti -soltó riendo divertido y a la vez serio, era su turno de burlarse.
- Ja-ja-já -Ron le vio sarcástico.
- Me estás dando a entender que soy un flojo, ¿o qué? -se quejó indignado y ceñudo.
- Tú lo has dicho, pero es de comprender, debiste terminar muy cansado -seguía con su acento burlón, el ojiazul se ruborizó y sintió sus mejillas arder.
- ¡Y tú!, debiste desayunar payaso -le miró ácido, eso le recordó que no había desayunado por las prisas.
- ¡Ay Ron!, ¿por qué te enojas?, ¿Dónde dejaste tu sentido del humor?rió apretándose el estomago, el cual estaba completamente vacío.
- Seguramente donde tú dejaste tu
- se detuvo antes de terminar, su mirada se tornó pícara y maliciosa.
- ¡Mi qué, Ron!, ¡¿Qué estás pensando?!-le observó peligrosamente.
- ¿Yo?, Nada
-hizo una sonrisa angelical.
- Más bien... ¿Qué estás ocultando que te da tanto miedo, y a la vez tú mismo te estás delatando solito? - sonrió con malicia traviesa.
- ¡Yo no oculto nada, Ronald! Y mejor vemos, tal vez tu padre ya arribó al castillo - exclamó con molestia y a la vez nervios, en el fondo sabía que su amigo no descansaría hasta hacerlo confesar, y esa noche con Hermione era algo que definitivamente se quería guardar para él solo. Caminó hacia la puerta del castillo y el pelirrojo le siguió aún mirándole curioso, pasaron cerca de las chicas que mantenían una plática similar.
*-*-*-
- Anoche fue mi noche increíble
-suspiró la rubia, con una mirada soñada.
- Por lo menos para ti fue increíble, en cambio yo tuve que soportar al aburrido de Colin. ¡Es una pesadilla!, no se fue a dormir hasta pasadas la una de la madrugada. ¡Ya no lo aguanto!, pero al menos estos días no tendré que hacerlo -soltó con acidez, desesperada.
- Ay Ginny, si yo juraría que hacen una bonita pareja -comentó Luna y vio a Hermione.
- Já, muy bonita, ¿ah? Él me atosiga todo el tiempo, parece mi sombra -rió irónica, y luego volteó su mirada a cierto ojiverde.
- Con el único que deseo estar, al parecer me ignora rotundamente - se le dibujó una sonrisa simple.
Luna le brindó una de apoyo, y la ojimarrón puso una mano en el hombro de su amiga pelirroja, sintiéndose culpable.
La ojiazul se percató de la nueva pulsera que adornaba la muñeca de la castaña y abrió mucho los ojos, la chica le lanzó una mirada de súplica y ella se la regresó con complicidad.
- Hermione, tú te fuiste a dormir luego, ¿verdad?habló sorpresivamente la pelirroja.
- Ah
ah
Sí -respondió nerviosa, pero disimulada, bajó la manga de su suéter lila para ocultar la pulsera.
- ¿De casualidad no viste a Harry en la sala común? -esta vez la miró directamente.
- Pues no, la verdad no
-esquivó la mirada de su amiga. Luna le miró vacilante y pasó inconscientemente su mano por su oreja, acomodándose un mechón de cabello.
- Entonces debía tener mucho sueño -volvió a mirar a Harry, quien discutía con su amigo y trataba de hacerse el desentendido, lo estaba aturdiendo pero no se delataría, no podía ceder. La ojimarrón también lo vio.
- ¡Uy sí, bastante! -a la rubia se le salió un comentario, que para Ginny pasó desapercibido, en cambio para Hermione la hizo sudar frío. La ojiazul también se abochornó por la metida de pata, pero es que convivir tanto con Ron, tenía que pegársele algo de sus bromas. Para su fortuna el señor Weasley había llegado.
Las chicas se acercaron, Ginny corrió a abrazar a su padre, mientras las dos parejas iban a recoger sus baúles, aprovechando para conversar rápidamente.
- ¡Luna! -exclamó entre dientes la ojimarrón.
- Lo siento Herms, es que se me salió sin querer
Te lo juro- se disculpó apenada.
- Por suerte creo que no se dio cuenta.
- Al parecer -exhaló aliviada la rubia.
A unos pasos el pelirrojo y Harry seguían riñendo.
- Vamos Harry, sólo dime cuál fue la sorpresa para Hermione -parecía un niño con deseos de ver su programa favorito y su papá no le dejase.
- ¡Que no, Ron! Deja de ser tan metido atajó ceñudo.
- ¡Está bien, que conste! No me cuentes, pero yo igual no te contaré nada de lo que pienso regalarle a Luna. Es más, ya ni me pidas opiniones
que luego resulto ser un metiche, ¿no? -refunfuñó indignado y ácido, Harry le sonrió sarcástico.
*-*-*-*-*-
El camino fue tranquilo, habían viajado en un carruaje prestado por el colegio. Luna iba con Hermione y Ginny, Ron con Harry y su padre. Cerca de las cuatro de la tarde llegaron a la madriguera, la señora Weasley les recibió con mucho entusiasmo
- ¡Hola cariños!, pasen, pasen que deben estar congelándose
-exclamó con júbilo.
- Hola señora Weasley -saludaron Hermione y Luna.
- Ay, díganme Molly, somos como familia -les sonrió maternalmente, Hermione le devolvió la sonrisa, Luna se sonrojó y le sonrió nerviosa. Ron, quien en ese instante entraba, palideció y sus orejas enrojecieron. Harry se rió por lo bajo ante la reacción de su amigo.
- ¡Mamá! -gritó la pelirroja corriendo a abrazarla, fue la última en bajar del carruaje.
- ¡Mi nena!, ¡Bienvenida! -le correspondió, apretándola contra ella.
Ron caminó yendo lo más lejos posible de su progenitora, no quería que lo abrazase y mucho menos le llamase Ronnie, al menos no delante de su novia.
- ¡Ronnie!, ¡Ven mi vida! -le llamó su mamá con voz melosa, la ojimarrón, el ojiverde y la rubia estuvieron a punto de reírse pero se contuvieron, ésta última por ser solidaria con su chico.
- Mamá -apretó los dientes.
- ¡Ay ven!, los he extrañado tanto que merezco poder abrazarlos -le vio con una sonrisa.
- Molly, déjalos, ya no son bebés -comentó su esposo, pasó hacia el comedor y vio a los otros tres chicos, más a la rubia.
- Para mí siempre lo serán -respondió con terquedad, en el fondo el pelirrojo sabía que su mamá no lo hacía por mala onda, sólo que en verdad se pasaba.
- Además no creo que sus amigos lo vean malo, ¿verdad? -dirigió una mirada a Harry, Her y Luna, quienes negaron aún soportando la risa. Ron les miró asesinamente, y ahora sonrojado.
- Es más
Harry, ven por favor - esta vez iba él, quien al escuchar su nombre también palideció, a Ron se le dibujó una sonrisa vengativa. Caminó hacia su lado y le empujó, él se acercó a la señora Weasley y sin poder hacer nada recibió un abrazo mega fuerte de su parte, dejándolo casi sin aire. En eso bajaron los gemelos.
- Hemos escuchado su dulce voz, y decidimos venir a saludarlos -habló efusivo Fred.
- Porque no somos maleducados -agregó sonriente George.
- Hola Hermione, Hola Luna. ¡Ustedes cada día más hermosas! -saludaron de beso a las chicas, quienes ligeramente se sonrojaron por el halago.
- Y tú, pequeña pelirroja. Estás cada día más grandota -se acercaron a su hermana, quien les vio ácida por lo de pequeña.
- ¿Pequeña? -su voz sonó con sarcasmo y molestia.
- Es un decir... por ello lo de grandota. No te alteres, ya te estás influenciando por Ron -pasó un brazo sobre su hermana y vio a su gemelo.
- Se te está pegando lo malhumorada, ¡Hay que hacer algo! - exclamó alarmado, pareciese que su hermana tuviese una enfermedad grave, se unió al abrazo George.
- ¡Ay miren, es Ronnie!... ¡El bebé! -soltaron melosamente, ambos con unas sonrisotas de burla. Viéndole con exageradas miradas de ternura, cual si fuese un bebé real.
- Ni empiecen -saltó amenazante entre dientes Ron, mientras su mamá dirigía a las chicas al comedor.
- Y Harry, el
-comenzó George.
- ¡Hola chicos!, ¿Qué tal va el negocio? -cortó antes de verse envuelto en las bromas de los gemelos.
- ¡Pues de maravilla!, hemos decidido ampliar el mercado -comentó Fred, con una sonrisilla, ahora pasando un brazo por encima de la espalda de él. Ginny se unió a los demás.
- Exacto, quizás pronto verás letreros en el profeta, diciendo que somos famosos en toda Europa y de paso la India -George hizo lo mismo que su hermano, y dibujó en el aire un letrero imaginario con su mano, cual fuese una enorme marquesina. El ojiverde les vio con cara de para qué pregunté, pero les sonrió algo vacilante.
*-*-*-*-*-
Mientras cenaban conversaban de lo que les había sucedido en el colegio
Harry y Hermione se miraban discretamente y a la vez nerviosos, pero no sólo ellos, la rubia y Ron tenían un semblante parecido. Es más, el pelirrojo sudaba
Los gemelos hablaban de sus exportaciones recientes y de vez en cuando bromeaban, hasta la señora Weasley se rió.
A punto de terminar la cena...
- Ginny, cariño... Hermione y Luna dormirán en tu habitación -vio a su hija, quien asintió sonriendo.
- Ron -miró al ojiazul.
- ¡Sí, ya sé! -respondió ceñudo- Harry dormirá conmigo. Bueno, cada uno en su cama claro -dicho esto ahogó una risa viendo a la castaña, burlona y maliciosamente.
- Mamá, es obvio, siempre que viene duerme en mi cuarto. Aunque esta vez quisiera dormir en otro lado -agregó con la sonrisa más amplia, pasando la mirada hacia su madre, el ojiverde y la ojimarrón le lanzaban miradas fulminantes.
- ¡Ron! -le reprendió molesta su progenitora y se incorporó, las chicas igual, y tomaron los platos llevándoselos al fregadero, su padre se dirigió a la sala.
- Si nos disculpan
-comenzó Fred, frotándose el estomago, satisfecho.
- Tenemos ocupaciones que atender
-terminó George, los gemelos subieron las escaleras. El ojiazul se acercó a la silla de su amigo y habló bajamente.
- Me temo Harry, que tienes ganas de estar a solas con alguien. Pero lástima, tendrás que aguantártelas
-le susurró burlón.
- ¡Ronald! -soltó con un gruñido molesto.
- Calma compañero, que tengas dulces sueños -dijo con voz melosa, dio un zape rápido y corrió a las escaleras, sin darle tiempo a Harry de hacer algo. Pero su amigo tenía razón, mientras estuviesen en la madriguera no podría estar con Hermione nunca a solas. Se recargó en la mesa pensativo, poco a poco la estancia quedó vacía, primero los señores Weasley y luego vio a las chicas subir.
- Harry, ¿no vienes? -preguntó la castaña, extrañada. Deteniéndose en el primer escalón, él parecía muy nostálgico.
- Ahora subo -le vio alicaído, pero a la vez se le dibujó una sonrisa tierna, que la chica le regresó, entonces se escucharon las voces de sus amigas y ella continuó subiendo. Él la vio desaparecer tras ellas- Hasta mañana mi niña...-dijo en susurro, una lágrima resbaló por sus mejillas.
*-*-*-*-*-*-*-*-
La semana había pasado algo aprisa, sin darse cuenta entre tantas actividades...
Esa tarde era la última del año, los señores Weasley habían sido invitados a una cena en el ministerio, los gemelos festejarían por su cuenta con algunos amigos.
Todos en la casa se estaban alistando, bueno la excepción eran claro, las parejas que no saldrían de la madriguera, y eso provocó una calurosa discusión entre Ginny y Ron
- ¡Es Injusto Ron!, Por Qué No Me Hiciste Favor De Convencer A Mis Padres. Yo No Quiero Ir a Esa Fiesta, No Deseo Pasar Toda La Velada Conviviendo Con Personas Grandes. ¡Aún No Entiendo Cómo Es Que Tú Sí Puedes Quedarte! -se quejaba con gritos bajos de indignación, para no ser escuchada por sus progenitores, parándose frente a él, quien se estaba atando las agujetas del calzado.
- ¡¡Basta Ginny!! Me atormentarás con eso toda la vida, ¿o qué? Si no quieres ir, díselo a ellos, Pero a mi déjame en paz, ¡Yo Ya Soy Responsable! Además yo quiero estar con Luna, sin entrometidos -le miró cansino, se incorporó y la hizo aun lado dirigiéndose la puerta de su habitación.
- Sabes que no podría
-susurró con enfado y lamentación.
- Pero aparte estarán Harry y Hermione. ¿Ellos no serán malos tercios para ti, verdad? -apretó los dientes, algo en ella decía que la idea no precisamente le agradaba, ¿por qué su amiga sí podía quedarse?
- ¡Ellos son mis amigos! -se detuvo, la volteó a ver alzando las cejas.
- Ron, ¡Yo quiero estar con Harry! La que sí será mal tercio es Hermione -soltó sin pensarlo, pero en su interior de verdad lo sentía.
- ¡Ginny, Me Hartaste! Que Te Diviertas Mucho En El Festín, Me Saludas A Percy ok. ¡Adiós! -la miró con una sonrisa ácida, dando un pellizco en la mejilla a una Ginny de brazos cruzados y mirada asesina, se dio la vuelta y salió del cuarto dando un portazo.
- ¡Ronald Weasley, No He Terminado! -chilló indignada y sobándose donde le pellizcó su hermano.
- ¡Qué pena!, Porque yo sí -regresó sobre sus pasos y le lanzó una sonrisa de suficiencia, cerrando la puerta otra vez.
- Yo que mis padres no te confiaría la casa. ¡Já!, Muy responsable
-miró la puerta, con ironía.
- ¡No le hagas nada a Luna, que ella es más chica que tú! -dijo con un bufido de exasperación, abriendo y cerrando sus manos cual quisiese tener en ellas el cuello de su hermano, pero el ojiazul ya no estaba cerca y no pudo oírla.
*-*-*-*-*-*-
Cerca de las siete los gemelos se fueron, y minutos más tarde sus padres, con una Ginny resignada pero muy enojada, se dirigieron al festín. Lo malo era que estaba algo lejos de la madriguera, así que regresarían cerca de las seis de la mañana, cosa que la señora Weasley la mantenía preocupada y estaba pensando con seriedad entre ir y no.
- ¡Molly, date prisa!, el auto que nos envió el ministerio nos espera. Anda, se hace tarde...-la apresuraba su esposo, con las llaves en mano, un bello auto clásico verde oscuro los esperaba en el patio.
- ¡Ya voy, Arthur! sólo estoy despidiéndome de los muchachos -gritó ella, volteando a ver a Ron que estaba junto con Harry, Hermione y Luna; en la entrada de la casa.
- No sé cómo dejé que entre tu padre y tú, me convencieran de dejarte aquí -negaba con angustia.
- ¡Ay mamá!, ya no soy un niño, no incendiaré la casa. ¡Tranquila!, ustedes diviértanse -soltó con voz despreocupada, para tranquilizar a su progenitora.
- Está bien, pero se acuestan temprano -pasó sus manos por el cabello de su hijo, y les miró a los 4, aún intranquila. Pero los chicos le sonrieron dándole a entender que se fuese segura, ella relajó lo tenso de su rostro.
- ¡Que te diviertas, Ginny! -le sonrió burlón y ella le lanzó un mirada de querer asesinarlo.
- Apenas avanzó unos pasos cuando
¿Seguros que no quieren ir? -les vio nerviosa, y apenada por la insistencia.
- ¡Claro Que No! -exclamó alarmado el pelirrojo.
- Además ya no es tiempo
¡Anda!, que al paso que van mi papá sufrirá un ataque de ansiedad, y no pueden dejar esperando a su hijo ¿ah? -y es que la razón por la que se habían visto casi obligados a no faltar era precisamente Percy, quien ahora era alguien importante en el ministerio, y para compensar a sus padres de su absurda actitud mostrada dos años atrás, los invitaba a eventos especiales y como sus invitados de honor.
La señora suspiró resignada y se dio la vuelta, al llegar al coche subió con su hija, y el señor Weasley exhaló cansado y susurró -¡Al fin!- Los chicos vieron cómo el auto desaparecía, y antes Molly les vio a través del vidrio haciendo un gesto de despedida.
Tras cerrar la puerta los cuatro también suspiraron aliviados.
- Vaya pensé que nunca se irían -comentó Ron, negando con la cabeza.
- Ay Ronnie, pero si es tu mamá -dijo la rubia.
- Por eso
-le regresó a ver incrédulo, y la abrazó por encima de su hombro.
Harry y Hermione intercambiaron una mirada divertida ante la actitud de su amigo, los ojiazules caminaron y ellos les siguieron, los cuatro se dirigieron al patio trasero.
*-*-*-*-*-
Afuera el cielo se tornaba azul-rojizo, casi magenta, el tenue sol de invierno ya se había ocultando. Las primeras estrellas brillaban muy resplandecientes, la luna estaba en cuarto creciente, lucía un color azul claro acuoso, dándole un toque de misterio y romanticismo. El viento soplaba fresco, las montañas cubiertas de nieve daban el marco perfecto para una hermosa noche.
Ambas parejas se sentaron a observar el paisaje que la naturaleza les obsequiaba, Ron y Luna se abrazaron, Harry y Hermione se tomaron de la mano. Se encontraban algo separadas pero las dos se notaban tan enamoradas, tanto que el mismo panorama era un mero reflejo del amor de ellos.
Creadora de paz, Guerrera que das,
Fuerza a este mundo para continuar.
Con una sonrisa, tú puedes sanar en segundos.
- Hermione
-susurró el chico de gafas viéndola, la chica miraba las estrellas.
- ¿Ah? -volteó su mirada hacia él.
- Te he extrañado tanto este tiempo
-la miró, acercándose a su rostro hasta quedar a centímetros de él.
- Yo también, pero sólo fueron 6 días
-contestó ella mirándole risueña, y volvió a ver las estrellas.
- ¡Ahh!, ¿te parece poco? -frunció ligeramente el ceño, entre indignado e incrédulo.
- Pues en realidad
sí -soltó sonriendo coqueta e inocentemente, él le vio a punto de reclamar.
- Tomando en cuenta que tenemos toda una vida que compartir -agregó ante la expresión e intención de él, quien al escucharla cambió en segundos sus intentos de reclamo, brindándole una sonrisa reflejo perfecto de la de ella. Pero un sentimiento de miedo asaltó su alma, pese a ser ella la fuerza que le daba ánimos para continuar adelante, para no dejarse vencer
Aún le esperaba una batalla más con Voldemort, y quizás la definitiva, por ello su futuro era impreciso.
- ¿Qué pasa Harry?, noto tensión en tu rostro -dijo al observarle ausente.
- No me pasa nada, es sólo que pensaba en lo mucho que Te Amo -hizo aun lado un rulo de la chica.
- Yo te Amo Más -se acercó hasta percibir su respiración, citando la frase que él mismo dijo la tarde que revelaron sus sentimientos mutuos.
- Eres la paz de mi alma, eres mi mundo - la tomó con delicadeza por el cuello y unió sus labios con los tersos de ella, fue un beso lleno de ternura, después de todo no habían podido darse uno en lo que llevaban en casa de los Weasley.
Con una explosión, de imaginación,
Vas creando vida a tu alrededor.
Nace de tu cuerpo todo lo que soy, lo que busco.
Del otro lado el pelirrojo y la rubia conversaban
- Lamento tanto que mis padres me tengan todo el santo día vigilado -se acercó más a la chica, con cara de disculpa.
- Pero si yo me la estoy pasando bien Ron, tu familia es muy linda -le sonrió comprensiva.
- Podrás decir lo que quieras Luna, en serio, pero se suponía que la pasaríamos juntos, después de
-una tosesilla quizás intencional o no, lo interrumpió -Todo lo que hemos pasado, y quiero compensar esta semana
-esta vez su voz se escuchó traviesa y a la vez nerviosa, provocando que las mejillas de ambos se sonrojaran. Él la abrazó y ella lentamente se acomodó en sus piernas, dejando la mitad de su cuerpo sobre el piso. Ron acarició suavemente el cabello de la rubia y con la otra mano su brazo, quizás para darle calor, mientras le miraba embelesadamente cual si fuese una frágil flor.
- Créeme que tú eres todo lo que busco en la vida y a tu lado nada más me falta, tu cuerpo es mi templo sagrado -susurró el pelirrojo, la chica le miró y suspiró.
- Y yo sé que en tus brazos nada me pasará Ron...-él bajó su rostro y besó esos labios de los cuales dependía su respiración.
Women are the magic in the world,
Porque piensan con el corazón.
Women have the magic in the world,
Por convertir en alegría todo su dolor.
Women are the magic in the world,
Por guiarnos a la inspiración.
Women have the magic in the world,
Por descubrirnos el camino del amor.
- Harry, esta noche es tan mágica
-suspiró viendo la inmensidad del cielo y las estrellas brillar, como si a través del aire quisiese llenar sus pulmones de esa fresca atmósfera nocturna y pacífica.
- Hermione, tú eres la magia de este mundo, porque no sólo actúas con el instinto, sino con él corazón... Y evitas que yo me deje guiar sólo por mi razón -dijo en susurro, besando el lóbulo de Hermione, la chica sintió cosquillas.
- Harry, yo desde siempre he tratado de que no metas la pata, para que tu vida no peligre
pero hay ocasiones que hasta yo me dejo llevar -le miró con complicidad.
- Tal vez sí, pero esas veces es por influencia mía
Te he hecho sufrir por esas metidas de pata como tú las llamas, y tú siempre sabes cómo alegrar tu dolor y el mío -su expresión era de culpabilidad y arrepentimiento.
- Pero sabes algo?, todo esto me ha servido de escarmiento, y tú con tu magia te has convertido en mi inspiración para seguir adelante sin ver mis errores, sólo aprender de ellos -la chica sonrió.
- Porque por ti descubrí el camino del verdadero amor -dicho eso la haló hacia sí y volvió a besarla, esta vez más intensamente.
Ternura infinita, enviada bendita,
Tienes todo lo que mi alma necesita.
Sin tu Luna llena que me justifica, me hundo.
- Ron te amo
-susurró la rubia una vez que dejaron de besarse, él sonrió.
- Luna posees una ternura infinita, es como si el cielo se hubiese apiadado de mí, enviándome un ángel para cuidar de mi alma
la cual te pertenece completamente, y eres lo único que ella necesita -suspiró acariciando el rostro de la chica.
- Ronnie qué cosas dices -se le escapó un risita nerviosa -Tú eres una persona muy valiosa y un chico genial, yo soy la que debo estar agradecida con la vida por brindarme la oportunidad de ser tu novia -le vio, y también acarició el de él.
- Ay Luna, tú eres el resplandor que ilumina mi vida
tu nombre mismo es como tú, y me justificas todo lo malo que he hecho, pero aprovecharé este momento para pedirte perdón -exhaló, con cierta culpa.
- ¿Perdón?, ¿por qué? -le miró desconcertada.
- Por cómo me comporté contigo cando te conocí, te juzgué sin siquiera conocerte, sólo me dejé llevar por cómo era tu apariencia, fui un tonto -unas lágrimas de arrepentimiento resbalaron por sus mejillas.
- Ron, yo no tengo nada que perdonarte
-secó sus mejillas con su mano, él la besó, se sentía una piel tan tersa en aquélla mano delicada.
- Sin ti seguramente me hundiría, ya no puedo vivir sin ti
todo lo que nos une nadie podrá borrarlo - más lagrimas brotaron.
- Ay Ronnie, tú eres el tierno -esta vez fue la chica quien lo besó.
Son como el amanecer,
No puedo agradecer,
Todo lo que me das, me rindo.
El Sol nace por tu piel,
Cómo no serte fiel,
Si sabes todo lo que siento.
- Harry...-le susurró mientras la cabeza de él se encontraba sobre las piernas de ella.
- ¿Ajá? -giró su rostro hacia ella.
- Tal vez te suene tonto y absurdo, pero tengo miedo de que este amor acabe, que te des cuenta que no soy la indicada y te alejes de mí
-soltó con una sonrisilla nerviosa y de disculpa.
- Hermione, siempre te seré fiel, porque si no sería serle infiel a mis sentimientos. Todo el amor que me das hace que cada día te ame más, es imposible que esto termine, si con sólo escuchar tu nombre me rindo
-acarició su mejilla, ella sonrió algo apenada por dudar.
- ¡Nunca, Escúchame bien! Dudes de mi amor Her, porque eres como el sol que ilumina mis amaneceres, y quiero que en todos ellos tu ser esté presente
tocar tu tersa piel como lo hice la mañana de navidad. Tú mejor que nadie sabes lo que siento por ti -la chica bajó el rostro y rozó los labios del chico levemente, él no se conformó y la besó completamente, jalándola hacia él.
Women are the magic in the world,
Porque piensan con el corazón.
Women have the magic in the world,
Por convertir en alegría todo su dolor.
Women are the magic in the world,
Por guiarnos a la inspiración.
Women have the magic in the world,
Por descubrirnos el camino del amor.
La noche transcurría aprisa, eran casi las 10, la luna cada vez brillaba más, al igual las estrellas, el frío incrementó y los chicos tuvieron que resguardarse dentro de la casa.
- Bien, dentro de unas dos horas será un nuevo año
-comentó el pelirrojo, los 4 estaban sentados en el comedor, cada uno a lado de su pareja.
- Al menos espero que sea un año lleno de cosas bellas y buenas -siguió hablando y observó a la rubia, sonriendo.
- Al ojiverde nuevamente le invadió ese temor, sin embargo abrazó a la castaña a su lado.
- Claro que lo será, este año terminamos el colegio. ¿Se dan cuenta que llevamos conociéndonos cerca de siete años? -dijo la ojimiel.
- Ay Hermione, sí que han sido muchos años soportando tus regaños -rió bromeando el ojiazul, la chica entrecerró los ojos peligrosamente.
- ¡¿Ah sí?! -terció con amenaza, el ojiverde y la rubia se vieron con caras de risa contenida.
- ¡Sí! -la retó con la simple contestación.
- Yo qué culpa tengo de que seas un flojo, irresponsable y tragón -exclamó con triunfo.
- ¿Así que eso soy?, según tú -le vio entre ironía y orgullo.
- No nada más según yo -dijo sarcástica, viendo a Harry, quien tragó saliva.
- Chicos, ya no se peleen -atinó a decir eso.
- Nadie está peleando
Aquí la señorita perfección que nunca cambiará su opinión sobre mí -vio a su amigo con cara de qué aguante.
- Mientras tú no cambies tu actitud -se escuchó intelectual.
- Ay saben algo, voy a extrañarlos, pues este año ustedes se irán y yo aún debo estar otro año en el colegio -comentó con tristeza, logrando lo que se proponía. El ojiazul la vio con nostalgia y la castaña se quedó callada.
- No estés triste, te escribiré todos los días, y te visitaré los fines de semana -quiso animarla.
- Pero no es igual -negó cabizbaja, y se recargó en el hombro de su novio.
- Vamos Luna, No te deprimas
Ron tiene razón, nosotros también te iremos a ver - le miró la chica de rulos castaños, y tanto su novio como su amiga se sorprendieron al darse cuenta que ella le dio la razón al pelirrojo. Después de todo sus discusiones ya eran comunes y hasta divertidas, al finalizarlas todo como antes, aunque algunas, más bien la mayoría, él terminaba huyendo de la vista de la castaña antes de terminar con un golpe o daño. La rubia sonrió agradecida.
- Ves, tendrás a tu amiga para conversar, y a nosotros para convivir -agregó el chico de cabellos revoltosos.
- Sí, ¿qué creías?... que te ibas a deshacer de nosotros tan fácilmente -soltó una risa traviesa Ron y tomó su barbilla, ella sonrió tierna, él la besó.
Cómo me hace falta tu pensamiento,
Cuando una noche es larga me siento preso.
Cuando en la madrugada me siento lejos,
Tu cuerpo me salva del frío del alba.
Toda la magia que quiero encontrar en tu cuerpo,
Yo siempre la encuentro.
Toda la luz que ilumina mis días proviene de tus sentimientos,
Toda la fe que me salva y el amor que da la calma,
Todos los caminos que me acercan a mi alma.
Llegó el fin del año, las doce campanadas sonaron y los chicos brindaron, por un futuro y un año venidero lleno de cosas buenas, se felicitaron. Quizás con el tiempo las cosas que suceden se comprenden, unos cambios suelen ser buenos, otros cambian tu vida para siempre, todo está en tus decisiones y acciones. Cerca de la 1 de la madrugada decidieron subir a dormir
- Harry... ¿estás despierto compañero? -susurró el pelirrojo, estando ya acostados. La habitación se encontraba a oscuras, pero los dos tenían los ojos abiertos y viendo al techo, pensativos.
- Sí, Ron -le respondió el chico de gafas.
- Las noches sin Luna, cada vez se me hacen más largas
-negó y suspiró.
- Ay Ron, pero sólo están a unos metros de nosotros -contestó.
- Sí, pero aún así la siento lejos
Tú a Hermione no? -pareció no creerse lo que su amigo decía.
- ¡Claro!, pero sé que mañana la veré -cerró los ojos y el rostro de la castaña se mostró en su mente.
- Pues tienes razón, que descanses -el ojiazul también cerró sus ojos y se dio la vuelta hacia la pared, dándole la espalda a su amigo.
- Buenas noches
-bostezó, y pensando en Hermione se quedó dormido con una sonrisa en sus labios.
Más sin embargo su amigo no pudo conciliar el sueño, y tras casi una hora de intentarlo en vano se incorporó. Estaba dispuesto a salir, no sin antes cerciorándose de que el ojiverde estuviese dormido, y no se equivocaba pues Harry dormía y entre sueños susurraba -Te amo Hermione, eres la paz de mi alma... -Ron se contuvo una risa y salió haciendo el ruido menos posible.
Caminó hacia la habitación de su hermana, donde ahora sólo dormían la castaña y la rubia, iba titiritando pues ya se sentía el frío del alba. Entró sigilosamente y allí estaba la luz que iluminaba sus días, con los tenues rayos de la luna proyectándose sobre su delicado rostro, su respiración era serena y tranquila
Él se acercó y rozó sus labios con cuidado.
- ¿Ron?... -susurró la chica, abriendo los ojos lentamente.
- Yo
nena
No pretendía despertarte
-movió sus labios como apenado.
- No hay problema Ronnie
yo tampoco podía dormir bien, te extraño demasiado
- dijo acariciando el rostro del pelirrojo, habló con voz baja para no despertar a la ojimiel.
- Quiero que vengas conmigo
-dijo la chica, incorporándose.
- Ey Luna, ¿adónde vamos?, afuera hace frío
-tragó saliva viendo en el exterior caer la nieve.
- Aquí no podemos conversar, despertaríamos a Herm
Y nadie te ha dicho que saldremos de la casa -se le dibujó una sonrisilla traviesa.
Él la siguió y juntos bajaron a la habitación que antes pertenecía a Percy, tras sólo regresar a visitar a sus padres en ocasiones especiales, aún así el lugar lucía impecable ya que su madre la mantenía limpia y ordenada.
- Luna, no debemos estar aquí
-pareció perder el aire.
- Ron, tan sólo quiero pasar lo que resta de la noche, contigo
-dijo tranquilizándolo, y dando un tierno beso se abrazó a su cuerpo. Se sintió tan cálido, el frío que sentía minutos antes se esfumó con el calor del cuerpo de la ojiazul.
Nadie que me mire como me miras tú,
Nadie que me llene de tanta quietud.
Nadie que me prenda fuego, que haga de la vida un juego,
Llene de sonrisas, nadie como tú.
Eres la única manera de sobrevivir,
Eres el camino que quiero seguir.
Llevas en tus manos lo que me hace ser un mar,
Ya no extraño, ni me engaño, si tú estás aquí.
A la mañana siguiente todos desayunaban, los gemelos comentaban lo mucho que se divirtieron en la fiesta de fin de año. A los señores Weasley también se les notaba haber pasado una agradable velada, pero la pelirroja fulminaba con la mirada a su hermano mayor
- Ves mamá, No quemé tu casa, qué desconfiada
-sonrió con orgullo el pelirrojo.
- De todas formas tu padre y yo hemos pensado que no volveremos a dejarte a cargo en mucho tiempo -le miró su madre, él abrió los ojos con indignación y sorpresa.
- Pero
-soltó cual le hubiesen aventado un balde de agua helada.
- Así es Ron
-agregó su padre.
- Bien, ahora vuélvanme a tratar como un niño pequeño -apretó los dientes, se percató de la sonrisa triunfal de su hermana y frunció los labios.
- Es sólo temporal, hasta que salgas del colegio, que falta tan poco
Ves, sólo el regreso hijo -le miró su progenitora con dulzura.
- De todas formas gracias, hum!-soltó irónico.
- A propósito
¿Se la pasaron bien anoche?, ¿durmieron tranquilos? -cuestionó el señor Weasley.
Harry al parecer se estaba ahogando con el cereal, y el pelirrojo palideció.
- Harry, cariño ¿estás bien? -le vio alarmada la madre de Ron.
- Sí, fue sólo el cereal
-respondió casi sin aliento, su respirar era acelerado. Ron frunció el entrecejo, y sus chicas les observaron con una sonrisa de gracia. Cosa que la pelirroja vio con desconfianza y desagrado en la ojimiel.
- Pues nosotros dormimos en el cielo, soñando con estar en brazos de los ángeles
¡Al menos yo sí!, no sé Harry -comentó el pelirrojo, y observó a su chica, con una sonrisa de complicidad.
- ¿Y tú, Harry? -esta vez la pelirroja sorprendió al chico con su pregunta.
- Ah
yo igual
-tartamudeó, inconscientemente y discreto vio a la castaña, quien le miró directamente a los ojos. Sintió quietud a sus nervios, rápidamente pasó su vista a Ginny.
- Bueno, al menos sé que fue hermoso el sueño que tuve -bajó la mirada hacia su plato, sonriendo cual quisiese recordarlo. Había algo en los comportamientos de los cuatro que no le agradaba a Ginny, más la conexión entre el ojiverde y su mejor amiga.
- ¿Y no extrañaste Hogwarts? -volvió a preguntar a un Harry desprevenido.
- Pues en realidad no -respondió más que seguro al ver nuevamente a Hermione.
- ¿Y tú, Hermanita?
debiste divertirte bastante -sonriendo con burla, atajó oportunamente al ver que sus amigos cada vez se perdían en sus miradas y su hermana se mostraba intrigada, ella le dirigió una mirada ácida.
- La próxima vez vas a ir, así que tú solo lo descubrirás Ronnie -se le dibujó una sonrisa de venganza triunfal, él le lanzó una mirada de rencor.
- Sí, tienes razón
Pero nada se compara con la noche de anoche -agregó pícaro.
Hermione y Luna se incorporaron con los platos sucios, la esclava de plata brilló en la mano de la castaña, metiendóla en un aprieto...
- ¡Qué bonita pulsera! -comentó Fred, todos voltearon a verla. La chica sintió un vuelco al corazón, si la revisaban de cerca se darían cuenta de lo que estaba grabado en ella.
Harry sentía sudar frío sus manos y una nueva inquietud asaltó su alma, pero se encontró con la mirada de Hermione, la cual fue nueva paz.
- Un obsequio de mi madre
-atinó a decir la ojimiel, sus manos también sudaban, estuvo a punto de soltar los platos pero trató de mantener un semblante tranquilo.
- ¡Oh, qué bello!...-sonrió George, y vio a su gemelo con una sonrisota extraña, pero ya no le dijeron nada.
- Nosotros hemos creado unas pulseras serpentina -comenzó Fred, las chicas se dirigieron al lavadero.
- ¿Cómo es eso? -les miró Ron confuso.
- Ay -suspiró con gracia, cual si su hermano fuese de lento aprendizaje. - Consisten en ponértelas como pulsera normal, y cuando hay fiesta te las quitas y de ella puedes sacar mucha serpentina -explicó George.
- Sí, ¡fueron un éxito anoche! -se vieron ambos con complicidad.
- Ahh -les miró su hermano.
La castaña y la rubia salieron al jardín, ellos las siguieron, también los acompañó la pelirroja y los gemelos. Mantuvieron un juego de lanzarse bolas de nieve, por equipo de 3 pero sobraba alguien. Hermione decidió no participar, cosa que Harry vio decepcionado, en su equipo estaba Ron y Ginny, el juego consistía en protegerse entre los 3, al final quien menos veces hubiese recibido golpes sería el equipo ganador.
- Ves Luna, Estás con los triunfadores -bromearon con su cuñada, Ron les miró fulminante.
Tras un rato de juego y risas, en las que Harry miraba de reojo a su chica con tiernas sonrisas intercambiadas, Ron lanzó a la ojimiel una bola de nieve y ella se marchó molesta
Harry le vio con ganas de estrangularlo, él se destornillaba de la risa, el ojiverde le lazó una más grande iniciando una lucha entre ellos, bajo las miradas fascinadas de los gemelos y una Luna con una cansina e indignada ante el comportamiento de ellos.
La pelirroja había aprovechado para alcanzar a su amiga y hablar con ella.
Women are the magic in the world,
Porque estás aquí
Women have the magic in the world,
Por convertir en alegría todo su dolor.
Women are the magic in the world,
Porque piensan con el corazón.
Women have the magic in the world,
Por descubrirnos el camino del amor.
La ojimarrón había subido a la habitación de la menor de los Weasley, con lágrimas en su marrón mirada
No por la broma de su amigo, el motivo era que la pelirroja en ese juego se acercaba mucho al ojiverde, y en el fondo ella quería disfrutar de esa alegría con él, pasársela juntos sin esconderse del mundo
- ¿Hermione? -susurró como dudando, la pelirroja.
- Hola Ginny
-desvió su mirada e inmediatamente se limpió las lágrimas para que la chica no se diese cuenta.
- ¿Estás bien? -vaciló.
- Claro, sólo que afuera hacía frío -respondió brindándole una sonrisa, fingida pero creíble.
- ¿Podemos charlar? -se sentó frente a ella.
- Sí -le vio sincera, presentía la que se venía.
La chica suspiró y comenzó algo brusca.
- ¿Por qué últimamente te la pasas todo el tiempo con Harry?
- Ginny, sabes que tu hermano, Harry y yo, somos grandes amigos -sonrió nerviosa.
- Eso lo sé -le miró cual lo que dijo era algo obvio.
- Bien, como ahora él está con Luna -prosiguió.
- Así que sólo somos Harry y yo -la chica frunció las cejas, algo en esa amistad tan estrecha no le hacía gracia.
- ¡¿Y yo qué soy?!, ¡¿Un cero a la izquierda?! -le vio ácida - Se supone que ahora es cuando debes ayudarme con él, ¡Tú me lo Prometiste!, y resulta que no has hecho nada Hermione -se incorporó y la apuntó al pecho, con molestia y culpándole, su tono de voz iba en aumento.
- Ginny lo sé, pero hay algo que no sabes
-soltó con un hilo de voz.
- ¿Ah sí?, ¿y qué es? -pareció calmarse y volvió a sentarse.
- Harry está enamorado -le vio cerrando los ojos y esperar la reacción de su amiga.
- Sí, Eso Lo Sabía -volvió a subir la voz.
- Pero no de ti -agregó sudándole las manos.
- ¿Entonces de quién? -abrió ligeramente los labios sorprendida y dolida, se paró de la cama y caminó de un lado a otro, contrariada.
- Eso no me corresponde a mí decírtelo -negó con pesadumbre.
- ¡¡Se Supone Que Eres Mi Mejor Amiga!! -se detuvo frente a su amiga y reclamó haciendo un ruido de enfado.
- ¡Ginny, lo somos! -un sentimiento desalentador la asaltó.
- A menos, que seas tú? -la vio como si no hubiese escuchado lo que su amiga dijo.
- Ginny, no
-palideció ante esa duda, en la cual desde el fondo su amiga tenía razón. Unas lágrimas se escaparon de sus ojos, tragó saliva dolorosamente pues le dolía aceptar que ella era la culpable de mentirle.
- ¡Hermione, Dime Quién Es! -seguía con su mirada calculadora.
- No puedo decírtelo
- negó sin aliento.
- ¡¡Ah, Entonces Estás Del Lado De Esa Otra Chica, Por Ello La Proteges!! - la pelirroja se estaba pasando.
- Harry es mi amigo, y le di mi palabra -más lágrimas resbalaron por sus mejillas.
- ¡¡A mi igual!! -gritó ofendida.
- Me has decepcionado -negó observándola cual su amiga fuese un traidor.
- Ginny
¡¡Espera!! -quiso detenerla, pero la chica ya se había alejado de su lado con paso desgarbado.
- No Quiero Seguir Delante De Alguien Que Me Ha Desilusionado -dio un portazo.
La castaña derramó más lágrimas, de tristeza y culpabilidad, se recostó sobre la cama abrazando las almohadas.
- Ginny no puedo, no puedo decirte que esa chica soy yo, no quiero perderte... -negó entre sollozos bajos y resuellos agitados.
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Porque piensan con el corazón...
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Por convertir en alegría todo su dolor.
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Por descubrirnos el camino del amor...
Si me voy del planeta,
Eres estrella fugaz...
No puedo creer todo lo que tú me das
Las vacaciones habían terminado y los cinco chicos al colegio habían regresado, pero desde aquél día de la discusión Ginny durmió en el cuarto de Percy los seis días restantes en la madriguera, diciendo que necesitaban más espacio, la verdadera razón sólo la sabía Luna aparte de ella y la castaña. Con la ojimiel se hablaban formalmente delante de todos, y eso en el fondo afectaba a ambas, más a Hermione. Ron y Harry sospechaban algo de su comportamiento, hasta que al regreso Hermione les había despejado dudas a su novio y a su amigo.
En el colegio trataban de ignorarse, más bien la pelirroja era la que la ignoraba, ella soportaba su indiferencia. Ron insistía que el no llevarse con su hermana mejoraba la relación entre Harry y ella, pues podían salir los tres, él se perdía de vista yendo a ver a su chica y ellos irse adonde quisiesen, o simplemente aparentando estudiar juntos. Harry prefería su lugar secreto "la sala de los menesteres".
Lo malo fue que la temporada de Quidditch se había reiniciado, y la chica tras saber que no era ella de la que estaba enamorado Harry, se había propuesto conquistarlo. En los entrenamientos le coqueteaba sutilmente, y eso incomodaba al ojiverde, afortunadamente entre Ron y Colin llamaban su atención, y eso se los agradecía su amigo desde lo más profundo de su ser.
Enero le dio paso a Febrero, el mes más romántico del año, en todo el ambiente se respiraba ese sentimiento. Parejas caminaban tomadas de la mano en los jardines, en los pasillos
La mañana de San Valentín, los alumnos tuvieron el permiso de salir a Hogsmeade.
Tres jóvenes estaban sentados en la sala común en sus sillones favoritos, la mayoría del colegio ya se había marchado, y en la torre Gryffindor ya no había nadie a excepción del trío
- Hermione ven con nosotros, ¡Anda! -insistía el pelirrojo, que estaba envolviendo un regalo para Luna.
- ¡Que no iré Ron!, vayan ustedes -le miró cansina.
- ¡Ay pero se supone que es San Valentín!, es para pasarla con los amigos
¡Y con tu novio! -finalizó con voz melosa.
- ¡¡Sabes que no puedo pasear con Harry delante de todos!! -la sola idea de no estar con él pereció entristecer más su rostro.
- Ay amigo, la verdad, te conseguiste la novia más testaruda y complicada de todas -negó queriendo bromear con el ojiverde, pero él tenía un semblante alicaído y a la vez molesto.
- ¡¡Ronald ya basta!! -exclamó con voz queda la castaña.
- ¡Basta tú, Hermione! Qué no te da cosa dejar al pobre solo como elfo?, En un día como hoy -señaló a su amigo y su voz se escuchó cual compasión exagerada.
- ¡¡Ay Cállense Los Dos!! -estalló el chico de gafas y se incorporó enojado.
Iba a seguir reclamando cuando por el retrato entró la menor de los Weasley, atravesó la estancia a zancadas y subió sin verlos.
- ¡¿Y ahora ésta?!, ¿Qué no piensa ni siquiera dirigirme la palabra a mí?... -la vio indignado el ojiazul.
- No se las dirigirá cuando estén conmigo -dijo con cierta melancolía, y viendo las gradas que conducían a los dormitorios de las chicas.
- ¿Ah sí?, ¡Pues me va a oír!- intentó ponerse de pie, cuando la mano de su amiga detuvo toda intención.
- ¡No Ron!, No lo arruines más -le miró con súplica.
- Pero es que
-iba a refunfuñar, en eso su hermana bajaba las gradas y dirigió una mirada ácida a la ojimiel.
Luego cambiando su semblante a uno risueño y coqueto, le habló a Harry
- ¡Hola Harry!, ¿No vienes a Hogsmeade? -cuestionó de manera muy risueña.
- Verás
-tuvo por un breve segundo responderle un Sí, para ver la reacción de la castaña, pero al encontrarse con su hermosa mirada ese impulso absurdo se desvaneció.
- Lo que pasa es que Harry, Hermione, Luna y yo. ¡Ya tenemos planes, hermanita! La pasaremos juntos como los mejores amigos que somos -atajó el pelirrojo, Harry agradeció desde sus adentros la intercepción de su amigo, Ginny le vio con rencor y pasó la mirada al chico de gafas como para comprobar si era cierto.
- Es cierto
-soltó sin resuello.
- Bien, Entonces los veo luego -pareció decepcionarse, estaba dispuesta a salir, no sin antes ver con resentimiento a Hermione, quien le miró con la mirada cristalina.
- Por cierto Harry, Esto es para ti -se volvió, y sin previo aviso lo abrazó tomándolo por sorpresa, él sólo atinó a corresponder al abrazo.
La castaña presenció la escena y ya no pudo contener las lágrimas, se incorporó, iba a salir corriendo pero Ron la detuvo negando en silencio, cual con la mirada quisiese decirle "Si te vas le darás la razón a ella" La chica entendió y volvió a sentarse, conteniendo el llanto. Ginny se separó del ojiverde y le dio un regalo envuelto en papel con corazones rosas, sin decir más se marchó con la cabeza erguida cuando pasó a lado de su hermano y la ojimiel.
Una vez que salió Hermione se puso en pie, el ojiazul la vio sin poder hacer nada, corrió dispuesta a no detenerse hasta estar en su habitación, cuando una mano tibia la sujetó con torpeza, obligándola a detenerse nuevamente.
- Hermione
-habló sin aliento, Ron vio lo que se avecinaba y en silencio desapareció por las escaleras de los chicos.
- ¡¿Qué quieres?!, ¿Acaso ir con ella? -contestó brusca y le dirigió una mirada sarcástica.
- Pues debería hacerlo, ya que al parecer tú no deseas pasar este día conmigo -respondió hiriente.
- Harry, tú sabes que no podemos
-se quedó sin aire ante las palabras del chico.
- Sabes Una Cosa Hermione, Creo Que Tú Te Avergüenzas De Mí, Por Eso No Quieres Ir Conmigo A Ningún Lado, Y Utilizas Excusas -dijo sin pensarlo, pero pese a eso en parte así se sentía.
- ¡Já, excusas! Harry no digas tonterías -esta vez ella habló con molestia.
- ¡Es cierto!, Porque Ahora Ella Sabe Que Amo A Otra Chica
Y Qué Más Da Si Eres Tú, De Todas Formas No Te Habla -la chica sabía que él tenía razón, pero no lo reconocería ahora delante de él, quien estaba perdiendo el control, nada raro en él.
- Pero volverá a llevarse conmigo -pareció decirse a sí misma.
- ¡¿Y luego qué?!, Todos felices
¿no?- sonó sarcástico- ¡¿Hasta Cuándo Podemos Seguírselos Ocultando?!, ¡¿Hasta Que Nos Casemos?!, ¿O Yo Muera? Así No Tendrías Que Decir Jamás Que Fuiste Mi Novia -soltó con esa voz fría que dolía tanto a la chica.
- Déjate De Ironías -le vio exasperada.
- ¡Y Tú Deja De Ser Tan Cobarde! -la miró unos instantes, con el respirar agitado.
- Entonces deja a ésta cobarde, y consíguete a una novia mejor -respondió con enojo, y apretó más los ojos para contener las lágrimas.
- ¡Quizás tengas razón! -dijo con presura, lastimándola y lastimándose, para cuando reaccionó ya no pudo detenerla, la chica había subido a su cuarto como un torbellino.
Harry entrecerró su mano cual quisiese agarrar aire, una mano se puso en su hombro.
- Vamos Harry, las discusiones son algo que tienen que pasar, hasta en las relaciones más normales, pero el amor las soluciona -se escuchó la voz del pelirrojo animándole.
El chico de cabellos revoltosos asintió, y unas lágrimas escaparon por sus ojos, sin despegar la vista de las escaleras.
*-*-*-*-*-
Gracias a Luna la ojimiel accedió a regañadientes a acompañarlos
Se encontraban en las tres escobas, pero al parecer Ron y Luna forzaban la comunicación entre sus amigos, Harry tenía un sentimiento de arrepentimiento, pero la castaña estaba muy ofendida y planeaba dirigirle la palabra hasta que él hubiese aceptado haber metido la pata. Pero la chica igual tampoco quería aceptar su error, y es que en todo esto ella era la que estaba actuando mal, y lo sabía bien, pero dolía reconocerlo.
- No puedo creer que justo hoy yo tenga que estar de guardia, hacer mi ronda y dormir en la prefectura. No digo que sea incómodo, porque sería mentir, pero tampoco me hace mucha gracia dormir solo -se quejaba tratando de aligerar tensión entre el ojiverde y la ojimiel.
- ¿Miedoso?, ¡No lo soy!, que conste -soltó una risilla cual alguien hubiese dicho esa pregunta.
- Nadie te dijo eso -dijo con simplicidad la chica de rulos castaños.
- Lo digo por si lo iban a decir, aunque apuesto que lo pensaron, ¡eh! Con que complotando en mi contra -pasó la mirada por las caras de su novia y amigos entrecerrando sus ojos.
La rubia rió vacilante y sus amigos hicieron una sonrisa floja.
- Saben una cosa, éste apuesto joven se cambia de aires con su doncella, así que ustedes deciden si vienen o no -se incorporó, la ojiazul hizo lo mismo y ellos se pararon a la vez, pagaron y salieron del lugar.
Caminaron por algunas calles hasta que llegaron a un sitio deshabitado a las afueras del pueblo. Los campos se veían algo extraños, el viento fresco soplaba suave, la nieve se estaba descongelando, los trigales hacían una presencia algo escasa. Y un sol que pareciese no tener muchas ganas de asomarse, iluminaba con tenues rayos el lugar.
Esos elementos conformaban el paisaje que ellos podían apreciar....
Ron y Luna se sentaron bajo un árbol con retoños verdes, Harry y Hermione se habían quedado cerca de una cerca de madera que dividía los campos del camino.
- Hermione
-titubeó bajando la mirada, y después viendo al horizonte -Siento mucho lo que sucedió esta mañana en la sala común, sé bien que soy un torpe y que a veces actúo de manera fría y absurda. Pero debes saber que eso siento, cuando tú y yo llevamos saliendo tres meses, y aún no podemos demostrarlo abiertamente
Me siento frustrado -terminó y la vio impasible, entrecerró sus puños, en señal de nervios y a la vez de frustración.
- Harry perdóname, yo igual me comporté tonta, sé que para ti no es fácil esta situación
Para mi tampoco, pero no me gustaría que todos dañaran e interfirieran en esto tan bello que tú y yo tenemos
-la chica lo observó unos minutos en silencio, él suspiró y de nuevo tomó palabra.
- Sé que lo nuestro es Hermoso, pero me estoy cansando de aparentar, de tener que verte a escondidas y de que me contenga las ganas de comerte a besos delante de quién sea, porque eres mi chica -la miró con seriedad.
- Harry
- Hermione, Por favor déjame hablar con Ginny -tomó sus manos entre las de él.
- ¡No Harry! -chilló alarmada.
- Pero
- Yo voy a hacerlo, Te lo prometo, sólo dame tiempo
-le miró y dijo con súplica.
- ¿Más? -frunció levemente el entrecejo e hizo una mueca de sorpresa.
- Sí -hizo un gesto extraño, entre esperar un reclamo de él.
- ¿Cuándo? -dijo desconcertándola, suspiró aliviada, el chico la veía no muy convencido.
- Después de las finales -dibujándole una sonrisilla de disculpa.
- ¿Por qué no ahora? -volvió a expresar desacuerdo.
- Porque esto le afectará tanto, que dejará todo lo demás a segundo plano -soltó sin vacilación.
- Tiene que asimilarlo -la vio ahora más sorprendido.
- Yo respetaba que tú salieras con Malfoy -citó con suficiencia.
- ¿Pero lo aceptabas? -le miró con el ceño contrariado.
- Bueno
-desvió la mirada cual buscase algo en el horizonte.
- Harry, soy una chica, y conozco a Ginny. Si ahora le digo que soy la chica que le robó al amor de su vida, me odiará, eso es claro, pero también abandonará todo y se sumirá en su tristeza. No me puedo permitir verla así, además de perder a su mejor cazadora, y mucho menos que por mi culpa mi mejor amiga sufra -la sola idea parecía afectarla demasiado, el ojiverde la miró asombrado.
- Oye, Parvati y Lavender No son malas -bromeó, ella le lanzó una mirada de exasperación ante tal broma, cuando estaban en una situación delicada.
- ¡Harry! -apretó los dientes, llamando su atención.
- Está bien Hermione, dejaré que tú seas la que aclare cosas con ella. Pero es que cada vez se me hace más difícil soportar estar cerca de ti sin poderte abrazar, cuando estamos en lugares tan románticos como este -soltó aún con inconformidad, pero finalizó con picardía insinuante, logrando que ella sonriera.
- Pues aquí no hay nadie, aparte de Ron y Luna, pero están en un mundo lejano -vio a sus amigos sentados más allá, regresó su marrón mirada a él - ¿Así que por qué detenerte? -dijo algo sonrojada y coqueta, el chico de gafas la abrazó, lentamente ella se giró, él rodeaba su cintura con sus brazos. Pudiendo los dos apreciar uno de los últimos atardeceres de invierno.
- Sabes que soy el "niño" más afortunado del planeta, por tenerte a mi lado -susurró a su oído.
- Ya me lo habías dicho - sonrió con ternura.
- Pero es necesario que te lo recuerde a diario. Hermione tú no le robaste nada a Ginny, porque mi amor siempre ha sido tuyo -besó su lóbulo derecho causándole cosquillas.
- Y respecto a lo que sucedió en la sala
-comenzó vacilante.
- Eso es pasado -cortó con suavidad.
- No, déjame continuar
No quiero que pienses que le he dado motivos -dijo con seriedad serena.
- Yo jamás pensaría eso -se volteó hasta quedar frente a él, aún sin deshacer el abrazo.
- Pero es mejor que te lo diga, recuerda que no nos ocultaremos nada. Además si ella me sigue buscando, sólo le diré que... -pero la ojimiel le interrumpió.
- Ya estás interesado en alguien más. Porque lo estás, verdad?-arqueó las cejas.
- No -soltó con presura, ella abrió los ojos entre sorprendida y molesta, tuvo la intención de empujarle.
- Por el momento sólo me interesas tú, y eso será para siempre -agregó con gracia al ver la expresión de la chica.
- ¡Más te vale! -amenazó con un resoplido gruñón, figurándose una niña caprichuda.
- ¡Ay!, ¿por qué la desconfianza? -le sonrió bromeando.
- ¡Es broma! -exclamó ella con el mismo tono de él.
- Por eso Te Amo cada día más -rozó su frente con sus labios.
- ¿Por mis bromas? -frunció la ceja, confusa.
- En parte... Pero es por tu forma en la que ves la vida y tratas a las personas con las que convives en ella... Por ejemplo para mi siempre tienes una crítica constructiva y una palabra de aliento, con tu familia seguramente eres el ser más cariñoso y un gran apoyo como conmigo. Y a tus amigos
les das su lugar en tu corazón y un gran valor a su amistad. Sólo mira todo lo que estás haciendo por Ginny, sin necesidad de darle explicaciones sobre tu vida, la consideras. Y no se diga con tus enemigos, hasta lograr ver en Malfoy a alguien lindo, eso sólo puedes lograrlo tú -sonrió soltando una risilla burlona.
- ¡Gracias! -susurró con voz débil desde el pecho de él, sus ojos se tornaron cristalinos y pequeñas lágrimas descendieron por sus mejillas.
- ¿Por decirte la verdad? -tomó su barbilla viéndole directamente a los ojos - Hermione pero si es como tú eres, por ello eres especial
Y para mi tú eres la mujer con la que deseo pasar el resto de mi vida -intercambiaron una sonrisa tierna y se unieron en un beso especial, después de la primera pelea las reconciliaciones son más lindas.
- Niña, esta noche te espero al pie de la chimenea de la sala común, a la media noche
Trae ropa abrigadora -dijo en susurro cuando acariciaba el cabello de la chica con sus labios.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Justo a la media noche como habían acordado con Harry, la castaña bajó las gradas de su habitación, no sin antes fijarse que sus compañeras estuviesen bien dormidas. Al llegar la estancia estaba vacía y levemente iluminada, sólo unas cuantas llamas crepitaban en la chimenea, y allí estaba él, parado junto al fuego
Cuando la miró sus ojos esmeraldas denotaban felicidad, le sonrió gentilmente, ella también, al acercarse más notó que el chico llevaba consigo la capa de invisibilidad y el mapa del merodeador.
- Harry, por qué traes la capa y el mapa?-cuestionó confundida.
- Porque daremos un paseo
-la vio con inocencia pícara.
- ¡Tú sí que estás loco! -rió en susurro nerviosa y bromista, pero ya entendía porqué le había pedido llevar ropa de invierno.
- Pues éste loco, Te llevará a las estrellas
-exclamó con dulzura y los cubrió a ambos con la capa, salieron de la sala común y él iba cerciorándose para no topar con alguien en los pasillos.
Hey now, Hey now, Hey now, Hey now
(oye ya) (oye ya) (oye ya) (oye ya)
Have you ever seen such a beautiful night? (¿Alguna vez viste una noche tan hermosa?)
I could almost kiss the stars for shining so bright (Podría casi besar las estrellas para brillar tan fuerte)
When I see you smiling, I go (Cuando te veo sonreír digo)
Oh Oh Oh ah, ah, ah
I would never want to miss this (Nunca querría perderme esto)
cuz in my heart I know what this is (Porque mi corazón sabe que es esto)
Hey now (oye ya)
Hey now (oye ya)
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
Hey now (oye ya)
Hey now (oye ya)
This is what dreams are made of(De esto están hechos los sueños)
Habían llegado del otro lado del castillo, Harry hizo que Hermione cerrase los ojos antes de entrar al lugar, la torre de astronomía
- Harry, ¿ya? -parecía impaciente.
- Ya casi
-dieron unos pasos en los cuales la ojimiel temía caer, afortunadamente ya no traían la capa puesta y él la tomaba de la mano, guiándola.
- Ya, ¿o no? -preguntó una vez que se detuvieron y sintió una brisa fría rozar sus mejillas.
- ¡Ya! -exclamó y ella abrió los ojos lentamente, quedando maravillada, estaban en la torre de astronomía y ante ellos el más hermoso cielo estrellado brillaba para deleite de sus miradas. Hermione abrió mucho los ojos y levemente los labios ante tan bello panorama, Harry la observaba ser feliz, se volvió hacia él y se abalanzó abrazándolo, con una sonrisa radiante dibujada en su fino rostro.
- ¡Oh Harry, Es una noche hermosa! -exclamó con emoción.
- No tanto como tú -dijo besando su frente, abrazándola con más fuerza y a la vez delicadeza, ella sonrió sonrojada.
- ¡Te la regalo!...-susurró a su oído.
- ¿Cómo?
- Te regalo ese cielo, esas brillantes estrellas
Te regalo esta noche hermosa, porque quiero que cada vez que las veas y cada noche que pasemos juntos o separados, recuerdes este momento -dijo besándola suavemente.
- Nunca me perdería esto Harry
Sabes, mi corazón al fin descubrió que de esto están hechos los sueños -susurró esta vez ella. Él acarició su espalda, manteniendo el cálido abrazo.
I've got somewhere I belong (Tengo un lugar al que pertenezco)
I've got somebody to love (Tengo alguien a quien amar)
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños
Have you ever wondered what life is about? (¿Alguna vez te preguntaste de qué se trata la vida?
You could search the world and never figure it out (Podrías rastrear el mundo y nunca averiguarlo)
You don't have to sail all the oceans (No tienes que navegar los océanos)
No No No
Happiness is no mystery and (La felicidad no es un misterio, y...)
Here now it´s you and me (Está aquí y ahora, Eres tú y yo)
Hey now Oye ya
Hey now Oye ya
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
Hey now Oye ya
Hey now Oye ya
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
Ambos chicos se sentaron a observar el cielo, Harry tenía puesto un brazo sobre la espalda de ella, y Hermione se encontraba sentada abrazando sus propias rodillas.
- Sabes Her, pues tú constituyes los míos
-se acercó a su oído derecho.
- Harry, siempre me pegunté por qué yo no era como las demás chicas del colegio de fresas al que asistía en la infancia
-parecía que el sólo recuerdo la atormentaba, mas sin embargo la serenidad en su rostro se mantenía.
- Es que tú jamás serás como las demás, porque tú eres especial -acarició su cabello.
- También me cuestionaba si algún día encontraría el chico de mi vida, ¿cómo sería?, y si me querría tanto como yo a él -suspiró, el ojiverde la escuchaba atento.
- ¿Alguna vez te preguntaste de qué trata la vida? -giró su cara hasta verle, interrogante.
- Todo el tiempo -pareció meditar la cuestión -Pero te diré algo, hay veces que puedes rastrear el mundo y jamás averiguarlo.
- Alguien me dijo que no tienes que navegar los inmensos océanos para descifrar el misterio de la felicidad, sólo es cuestión de ver con el corazón, y ahí estará la respuesta. Y la mía está aquí y ahora, contigo, somos tú y yo. Este es el lugar al que realmente pertenezco, tengo alguien a quién amar
-se recostó sobre el pecho de él.
- Y que te ama igual
-acarició su cabello, bajando por la espalda y besó sus rulos castaños.
- Hermione perdóname -habló con pesadumbre.
- Creí que ya estaba solucionada la discusión de la mañana -contestó pensando en que él retomaba el tema.
- No por ella, sino porque cuando te conocimos Ron... y yo que también tuve culpa por no hacer nada. Te juzgamos como alguien sin amigos por tu comportamiento tan serio y mandón ante las actitudes de los demás y sus acciones -su semblante era triste, bajó la mirada.
- Harry pero no debo disculparte, esa era mi actitud ante su actitud, y en verdad era algo exagerada -tomó su barbilla y le brindó una sonrisa cálida.
- Pero de todas formas quiero pedirte perdón por ofenderte
-exhaló.
- Pues yo sólo quiero recordar la parte en la que gracias a ese insulto, Ron y Tú me salvaron de aquél Trol, y sobretodo nació nuestra amistad
-sus respiraciones se sentían tan cerca.
- Tú eres la respuesta a mis sueños
-él hizo presa aquellos finos labios.
I've got somewhere I belong (Tengo un lugar al que pertenezco)
I've got somebody to love (Tengo alguien a quien amar)
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
Open your eyes (This is what dreams are made of) (Abre tus ojos) (de esto están hechos los sueños)
Shout to the sky (This is what dreams are made of) (Grítalo a los cielos) (de esto están hechos los sueños)
Then I see you smile and I go (Cuando te veo sonreír, digo)
Oh Oh Oh ah, ah, ah
Yesterday my life was duller (Ayer mi vida era aburrida)
Now everything's Technicolor (Ahora todo es tecnicolor)
Hey now Oye ya
Hey now Oye ya
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
Hermione se encontraba acostada en los brazos de Harry, tenía los ojos cerrados, él acariciaba su cuerpo... mientras miraba el firmamento...
- Hermione, cuando yo estaba pequeño y observaba cómo tía Petunia protegía a Dudley, soñaba con mi madre
que ella me acariciaba y cuidaba de mí, que me sonreía y me decía que todo iba a estar bien en sus brazos
Y al despertar con una fría realidad, le reclamaba a gritos al cielo que por qué yo, yo de quien todos huían, al que nadie quería, nadie me enseñó a amar cuando era pequeño... Cuando Hagrid llegó por mi aquél cumpleaños número 11, y me contó sobre este maravilloso mundo, yo aún no comprendía, esa vez me fascinó y deslumbró ser alguien reconocido, por que en aquél lugar yo no era nadie... aquí encontré los mejores amigos del mundo, gente que se preocupaba por mí. Pero también me topé con la realidad de Voldemort, y el destino al cual yo sin saber, ya estaba marcado. Nuevamente renegué de ser yo... -se detuvo cual no pudiese continuar, su mirada estaba vidriosa, la ojimiel lo observaba.
- Pero ahora sé muy bien que aquí es adonde en realidad pertenezco, estoy con alguien que me enseñó a amar, sentimiento que en verdad no conocía, sólo confundía... Y hoy, esta noche, quiero gritarle a los cielos que los sueños de verdad existen. Que mi vida puede ser aburrida, dolorosa, tormentosa... Pero también está llena de colores cuando tú estás conmigo, que tu sonrisa me transporta a la verdadera felicidad -sonrió con una felicidad indescriptible, se limpió las lágrimas que se le escaparon, y ella sonrió de la misma forma radiante. Lo abrazó con amor, ternura... cual se fuese su vida en ello. Gritaba con el corazón su amor a los cielos, y sabía que aquella noche quedaría grabada en su historia, sus emociones parecían fuegos pirotécnicos llenos de colores brillantes.
Hey now Oye ya
Hey now Oye ya
This is what dreams are made of (De esto están hechos los sueños)
I´ve got somewhere I belong (Tengo un lugar al que pertenezco)
I´ve got somebody to love (Tengo alguien a quien amar)
This is what dreams
Dreams(sueños)
This is what dreams are made of(De esto están hechos los sueños)
(Hey now) Oye ya
(Hey now) Oye ya
Hey now Oye ya
This is what dreams
(This is what dreams)
What dreams are made of?( De qué están hechos los sueños?)
Ambos mantuvieron el abrazo, se miraron fijamente, sus miradas expresaban tanto que ni las mismas palabras ya salían de algo como lo que ellos sentían el uno por el otro...
- Hermione
gracias por ser quien eres, y por amarme como yo te amo
-susurró, besándole su oído.
- Harry, este es sin dudarlo el mejor San Valentín de toda mi vida
-suspiró.
- Hasta el momento, Porque a partir de hoy, cada día que pasemos juntos será único -le guiñó un ojo con complicidad.
- Sabes algo, este es el lugar al que pertenecemos los dos
-habló serena, con una paz tan única en su marrón mirada.
- Y de esto están hechos nuestros sueños -la abrazó resguardándola del frío, un silencio romántico los rodeó.
- Hermione
Antes de irnos me gustaría darte esto
-sacó de su bolsillo una bolsa pequeña de satín rojo, sacudiéndola ligeramente resbaló en su mano un dije de plata en forma de estrella.
- Harry, no era necesario
-se quedó sin aliento por la sorpresa.
- Te dije que te llevaría a las estrellas
haz de cuenta que esta es una de ellas -le miró sonriendo.
- ¿Pero dónde lo pondré? -tocó su pecho y sacó su cadena en señal de que tal vez lo colocaría en ella, junto con el otro. El ojiverde rápido resolvió el dilema poniéndola en la pulsera, como un adorno.
- Gracias por esta noche
-susurró la castaña, besándole la nariz, él tomó su suave rostro entre sus manos y selló sus labios con un beso.
La noche transcurría aprisa, el frío incrementaba, así que observaron unos instantes más las estrellas y tomados de las manos se marcharon a la torre Gryffindor...
This is what dreams are made of
. (De esto están hechos los sueños)
*****
Notas de la autora:
Capitulo basado en la song - What Dreams Are Made Of?- de Hilary Duff.
Marzo pasó cual hoja al viento, Abril llegó instantáneamente, como si el año desease terminar más rápido de lo que empezó. Las vacaciones de semana Santa ni siquiera lo parecían, todo el colegio estaba atareado entre tantas actividades... La final, los exámenes, la graduación... todo parecía estar a la vuelta de la esquina. La relación de Harry y Hermione parecía ir floreciendo como las flores en primavera, y era tan evidente su conexión que ya ni su precaución era suficiente para ocultar su amor
para los chicos ya era casi claro que entre ellos había algo más que amistad, hasta la pelirroja tendía a esa expectativa, por lo mismo era más su relevancia de ignorar a su amiga.
Para colmo debido a la final los entrenamientos eran constantes, esa era la oportunidad para Ginny, quien cada vez coqueteaba más al chico y él ya no sabía qué hacer. Luego estaban las ocupaciones de Hermione como prefecta, sumando que los deberes se acumulaban para el trío, en realidad para todo el alumnado, más de 4° para arriba. Pese a todo, su amor no se desgastaba, ellos aprovechaban las ocasiones en las que estaban juntos para demostrarse cuánto había incrementado, las discusiones ya no eran problema, pues era tan poco el tiempo que tenían que no lo malgastaban. Ron era el quejoso, ya que además de los entrenamientos estaban sus labores como prefecto, y casi nunca veía a Luna, eso lo tenía con los nervios de punta. Una ocasión dijo que al paso que iba se volvería loco, y el ojiverde se burló comentando que más, ¡Imposible! lo que le costó dos zapes de parte del pelirrojo, pero él terminó con dolor en la rodilla. La ojimiel se había desquitado, tratando de alegar salió huyendo del alcance de su amiga, argumentando que era el guardián y debía estar en óptimas condiciones para el partido, y si perdían por su falta de movilidad, sería culpa de ella.
La final por fin se llevaría acabo el 25 de abril, los equipos eran Gryffindor contra Slytherin, y para todos era bien sabido que los capitanes no se caían en gracia ni por error. Ese día sería el definitivo
La víspera del partido por la noche, la sala común se había convertido en un sitio de fiesta que los Gryffindor organizaron para acrecentar los ánimos, todo el equipo estaba siendo apoyado por la casa y hasta habían invitado a Luna. Con ello Ron estaba que saltaba del gusto, pero Ginny no se podía quitar a Colin de encima, Hermione platicaba con los tres sólo para aparentar
- Tranquilos, Mañana será un buen partido -animaban las chicas.
- Lo sabemos, Siempre terminamos aplastando a esas serpientes presuntuosas - embozó una sonrisa de suficiencia Ron, Harry sonrió vacilante, en el fondo se moría de nervios... y ellas intercambiaron una sonrisa para después poner los ojos en blanco ante la actitud del pelirrojo.
- Saben?, Creo que Malfoy se morirá después de ver nuestra victoria, pese a todo ya tiene quién lo consuele -dijo con tono meloso y burlón.
- ¿A qué te refieres, Ron? -cuestionó el chico de gafas.
- ¿No se han enterado?, Está saliendo con Parkinson -dijo cual fuese un secreto a voces.
- ¿Cómo? -le miró aún confundido.
- Lo que oyeron, No están sordos, Es verdad. Presumido Malfoy anda con vanidosa Parkinson, yo los caché besándose en la prefectura -sonrió con picardía y comenzó a contar los hechos ante las miradas incrédulas del ojiverde y la rubia, ya que Hermione se lo imaginaba después de lo que presenció la noche del baile de navidad.
- La otra noche olvidé algo en la sala de prefectos, entonces decidí ir hasta otro día. Y así fue, a las 9, cuando todos volvían a sus respectivas casas yo fui ahí, y como no escuché ruido pues me metí muy confianzudo, cuando
¡OH sorpresa!, allí, en el sillón, estaban muy acaramelados y en pleno
Ustedes saben -hizo un sonido con la garganta y muecas de estar besándose con alguien, exageradamente.
La ojimiel le miró reprobatoriamente, él sin inmutarse continuó.
- Faje, para que entiendan. En cuanto Malfoy me vio palideció más de lo que está -rió burlonamente -Y esa tonta se incorporó haciéndose la desentendida, yo por supuesto me disculpé y salí del lugar, no sin antes tomar mis cosas claro, y Malfoy me corrió llamándome metiche. ¡Já!, ¿metiche yo? -acentuó con indignación -Ellos!, quién los manda a besarse en horas de trabajo, pero de todas formas me salí - Ni quién quisiera verlos... dije. ¡Ay nada más de recordarlo! - negó -¡Me da asco! -pareció estremecerse - ¡Ha de ser asqueroso besar a Malfoy!, ¡primero le beso los pies a Percy antes de besar a Malfoy! -se burlaba haciendo gestos de vomitar, Luna vio de reojo a su amiga, quien parecía incómoda; el ojiverde también la notó extraña.
- ¡¿Se imaginan?! Pero parecía que se tragaban con la boca, y
-el ojiazul seguía hablando cuando la rubia le dio un pisotón para que se callase, él se quejó, la castaña se hizo aun lado y el chico de cabellos revoltosos se acercó a ella
- Hermione, qué pasa? -le cuestionó notando su aire distraído.
- Nada, Harry -tenía la mirada pensativa.
- Hay algo, que quieras contar? -preguntó.
- Harry... -alzó la vista.
- Para que le diga a Ron que nos cubra, sí? -le vio interrogante.
- En realidad sí, necesito decirte algo -respondió mirando al chico.
El ojiverde susurró a su amigo y el asintió viéndole despreocupado, y encogió sus hombros. La ojiazul también les miró dubitativa, mas sin embargo les brindó apoyo.
*-*-*-*-*
En el pasillo pudieron hablar sin problemas
- Te noté incómoda cuando Ron dijo que Malfoy sale con Parkinson. Her, no estarás celosa de eso, verdad? -pero su voz no se escuchó celosa, más bien temerosa.
- De dónde sacas eso Harry, yo jamás
Tonto, tú eres al único chico que amo -embozó una sonrisa, lo que relajó la tensión en el rostro de él, soltando un suspiro de alivio.
- Pero
-su semblante volvió a mostrarse preocupado.
- ¿Pero?
¡Hermione, no me asustes! -insistió con su mirada a que prosiguiese.
- Hay algo, pasó hace mucho en verdad
No le di relevancia, pero ahora creo que es necesario que lo sepas Harry
-apretó los labios en señal de nerviosismo, y desvió ligeramente su mirada.
- ¿Ah sí?, dime. Lo que sea dímelo -parecía misterioso el asunto.
- Verás, la noche del festín de navidad, recuerdas que yo llegué tarde -dijo como cuestionándolo.
- ¿Ajá?
- Pues esa noche me encontré con Draco en las gradas, más bien nos interceptó a la salida, Ron y Luna iban conmigo. Ron se puso a la defensiva, Draco me pidió unos minutos para hablar y yo
se los di -soltó esperando que el chico se pusiese a gritar o algo, sin embargo la veía esperando a que ella continuase.
- Fue porque
conoces a Ron, iban a pelear, yo no quería arruinar la velada de él con Luna, y mucho menos la de nosotros. Tú me esperabas, entonces accedí, pero antes de que él dijese algo yo lo corté. Su reacción fue fría, me dijo que yo era una mentirosa por negar que salía contigo, que eso se notaba.
- ¡Ese idiota!, ¡Nos estuvo espiando! -apretó los puños con molestia.
- ¡Me las pagará! -entrecerró los ojos dirigiendo la mirada amenazante al vacío pasillo.
- Espera, yo le dije que no empezase, y cuando iba a reclamar llegó Pansy y sin más lo besó delante de mí, quizás para demostrar que ella era su novia o algo por el estilo. Pero a mí no me afecta, al contrario, me hace sentir mejor saber que él estará con alguien más -le sonrió como tranquilizándolo.
- Entonces tú, ya sabías que ellos andaban?-frunció el entrecejo.
- Precisamente no pensaba que fuese en serio, ahora que lo sé bien, me alegro -vaciló ante la expresión del ojiverde.
- Te dije que encontraría a su media naranja -sonrió entre burlón.
- Ahora sólo nos falta Ginny -tomó a la chica de las manos y las besó.
- Harry, hay algo más...-dijo sin aliento, él volteó su mirada desconcertado.
- ¿Más?, No entiendo... -negó.
- Yo aproveché que ella nos interrumpió para escapar de esa conversación, pero ella se marchó sin él y Draco me detuvo en las escaleras y dijo
-se detuvo, unas lágrimas salieron de su marrón mirada, lo que confundió más al ojiverde.
- ¡Hermione... Qué dijo?! -habló angustiado.
- Dijo que... por qué huía rápido. Tal vez era porque se me hacía tarde por ir a... tu cama... -terminó y más lágrimas resbalaron por sus mejillas de la castaña.
- ¡Imbécil!,¡¡Cómo se atrevió a decirte eso!! -exclamó enojado.
- Yo me contenía por golpearlo pues me sujetaba con fuerza, y cuando me safé le di una bofetada, subí más aprisa, pese a eso con los tacones era casi imposible correr y logró detenerme de nuevo. Esta vez me obligó a verle, no mostré miedo, lo desafié y eso lo llevó a... Besarme por la fuerza -tragó saliva, con sólo el simple recuerdo le daban ganas de abofetearlo más fuerte.
Harry se quedó estupefacto, se sentía impotente, por aquellos ojos esmeralda salían chispas de coraje.
- ¡¡Malfoy lamentará haberse atrevido a decirte eso, y a tocarte de Nuevo!!-apretó los dientes - ¡Cobarde!, Me las cobraré mañana, en el partido -la abrazó, su mirada era peligrosa.
- Harry, No vayas a pelearte, No vale la pena... -dijo en susurro, con angustia.
- Vale mucho la pena Hermione, Pero tranquila... No me agarraré a golpes con él, será limpio, en el campo -le brindó una mirada tranquilizándola, y besó su frente.
- No se atreverá a acercársete de nuevo, ¡De eso yo me encargo!-la ojimiel se recargó en el pecho de Harry, se sentía tan protegida.
Entraron a la sala nuevamente, lastimosamente tenían que disimular, así que entraron separados. Harry mandó a dormir a todos los jugadores, y la chica de rulos castaños ordenó como prefecta que los demás también debían dejarlos descansar y ellos mismos durmiesen, todos subieron a sus habitaciones entre resignados y a la vez entusiasmados por el gran partido del día siguiente
Ron fue el único que no parecía querer obedecer hasta que Luna lo convenció a regañadientes.
Pero el pelirrojo insistió tanto en acompañarla que ella cedió con tal de que él fuese a dormir.
- Insisto, Las mujeres tienen un arma que fácilmente nos hace caer redonditos, y se llama persuasión. La cual las hace peligrosas y a nosotros sus pobres víctimas -le recriminó en juego, mientras caminaban por los pasillos.
- Acéptalo, y teme - habló con suficiencia, irguiendo la cabeza y embozando una sonrisa. Habían llegado al retrato de la sala común de Ravenclaw.
- Pero a la vez las hace misteriosas, más hermosas y atractivas
-soltó con voz un tanto seductora, la haló hacia él rodeando la cintura de la rubia con sus manos, y sin más la besó.
- Hasta mañana Ronnie, que tengas dulces sueños
-le dijo a unos centímetros de sus labios, él respiró su aliento.
- Claro que los tendré, porque en ellos siempre estás tú
-suspiró pícaro, la chica le dio un último y rápido beso y entró por el retrato. El ojiazul miró unos instantes más el cuadro y se dio la vuelta de regreso a la torre Gryffindor, con una sonrisa en sus labios.
*-*-*-*-*-*
La mañana había amanecido despejada, soleada, pintaba para ser un excelente día. El ambiente en el colegio era toda una explosión de ánimos
cuando el equipo de Gryffindor ingresó al gran comedor muchos de los alumnos ahí presentes, aunque de diferentes casas, los aplaudieron, mientras que de la mesa de Slytherin sonaban silbidos.
El desayuno estaba siendo delicioso, o quizás las ganas de encararse con Malfoy que tenía Harry después de lo que se había enterado la noche anterior, hacían que la mañana se hiciese algo larga
Chiquilla, Te quiero!!!
Vas a ser mi dulce niña
Ya lo ves estoy, tan loco por ti,
Cuando te veo venir, No sé ni qué decir.
Y no encuentro la manera de decirte lo que siento,
Que tengo un nudo por dentro,
Que de amor me estoy muriendo.
Mientras pensaba en todo, el pelirrojo le dio un codazo, saliendo de su ensimismamiento dispuesto a reclamar, levantó la vista. El ojiazul señaló la puerta, y ahí estaba
entrando con un caminar sereno, pareciese un sueño. Él se quedó con la boca ligeramente abierta, la castaña traía los rulos sueltos cayendo sobre sus hombros, vestía una blusa azul cielo de mangas tres cuartos y unos jeans de mezclilla que resaltaban su figura. Tenis en un azul claro, del mismo tono que la blusa, gloss en los labios y sobras azul tenue, que daban brillo a su hermosa mirada marrón. Se dirigió a la mesa Gryffindor con todas las miradas en ella, de las chicas con cierta envidia y de los chicos con las bocas abiertas...
- ¡Hola! -saludó como siempre, con una sonrisa, sentándose frente a ellos.
- Buenos días -respondió Ron, con una sonrisota de gracia ante la expresión de su amigo de gafas.
- Ah
ah
Hola Her
-soltó titubeando, sin aliento, sentía un nudo en el estomago. ¿Era su imaginación?, o Hermione esa mañana se veía más Hermosa. Quizá era que en mucho tiempo no la había visto sin el uniforme, con ropa de color.
- Harry, qué pasa? -le miró con extrañeza.
- Nada Hermione, lo que pasa es que Harry está algo nerviosillo por el juego, ya sabes lo lógico en estos casos, hoy es la final -respondió Ron al observar que su amigo apenas y podía articular palabra.
- Sí, eso
-enrojeció hasta los cabellos, ella le brindó una mirada de comprensión.
- Saben que será un buen juego, ganen o pierdan -comentó tomando una tostada con mermelada.
- ¡Ey!, Con esos ánimos de tus amigos, para qué tener los de tus enemigos. Ni hacen falta, con los tuyos basta -exclamó con indignación el pelirrojo.
- Ron, sabes por supuesto deseo que ganen ustedes -agregó negando con una sonrisa de gracia.
En eso alguien llegó y se sentó a lado de la ojimiel, era Ginny
Ya lo ves yo voy, siempre detrás de ti,
Para ver si tú al fin, te fijarías en mí.
Pero no encuentro el camino,
Para que tú estés conmigo,
Más lo tengo decidido, voy a ser más que tu amigo.
Ya te lo tengo advertido,
Lo tengo bien decidido,
Yo te voy a enamorar,
Conmigo tú vas a estar.
No quieras disimularlo,
Si en mí también has pensado,
Vente conmigo, que yo quiero estar contigo.
- Hola -saludó con voz normal, los tres se extrañaron.
- Hermione -la nombró dirigiendo su mirada a ella directamente, la ojimiel se desconcertó más.
- Ginny, me hablas? -la vio y dijo con un hilo de voz.
- Verás, no veo por qué seguir con esta absurda pelea e ignorándonos a todas horas - habló cual si fuese la ojimiel quien había adoptado esa actitud.
- Hasta que te das cuenta de que eres absurda Ginny -rió con burla su hermano.
- Contigo no estoy hablando, Ronnie -le respondió ácida.
- Ajá Hermione, te decía. Y pues hoy es la final, desearía que me deseases suerte -continuó ante la mirada sorprendida de la castaña.
- Tú sabes que siempre -movió la cabeza sin saber qué decir.
- Gracias -le sonrió la pelirroja.
En el resto del almuerzo veía insinuante al chico de cabellos revoltosos, él mejor observaba su plato.
De pronto se escuchó un estruendo proveniente de la mesa de Slytherin, Malfoy había entrado al gran comedor, con su andar arrogante y acompañado de Pansy Parkinson, dirigió una mirada fría y de desprecio al ojiverde. Harry no se inmutó y tampoco pudo dejar de sonreír, al notar que el rubio estaba más pálido de lo habitual.
- Oye Herm!, ya sabes que Malfoy anda con Parkinson? -comentó Ginny, cuando se percató que ella miraba al ojiverde.
- Ay hermanita, ese chisme ya es viejo. Lamentamos decirte que fue Hermione quien los vio primero, y que yo los vi besándose con estos ojos preciosos -intervino de nuevo el ojiazul, la castaña regresó a ver al ojiverde entrecerrando los ojos, él desvió la mirada apenado, pues la noche anterior le había contado a Ron que Hermione ya lo sabía.
- Metiche! - le exclamó entre labios a su hermano.
- Ándale, así mero me dijo presumido Malfoy cuando los caché infragante. Ahora que me acuerdo, debí quitarles puntos -se llevó el dedo índice a la barbilla, como si recordase algo -Pero con sus caras me bastó para cobrármelas -se encogió de hombros con una sonrisilla maliciosa, su hermana lo asesinaba con la mirada.
- En realidad, Ginny... Draco ya no me interesa en absoluto, por el momento no estoy interesada en nadie, prefiero pasarla con mis amigos -le dijo con serenidad, esta vez miró a Harry, él sintió un retorcijón en el estomago.
- ¡Ah!, yo decía ok. Aunque si te interesaras en alguien, por ejemplo está Colin. ¡Te lo cedo! -arqueó las cejas, haciendo una mueca cual se quitase un bicho de encima.
- Ginny, Hermione ya tiene un pretendiente. ¡Colin es tuyo! -le sonrió burlón el pelirrojo.
- Sólo falta que ella le dé el sí, porque ese chico ya tiene decidido conquistársela. Y más pronto de lo que te imaginas la verás bien acompañadita -vio de reojo a su amigo.
- Qué bien -dijo simple.
- Espero con ansias verte a ti también con cierto castaño -le sonrió con picardía y volteó su mirada hacia Colin, quien desayunaba con su hermano a unos espacios más allá.
- Pues ya te puedes ir sentando, porque te cansarás de esperar algo que jamás sucederá! -su hermana le vio con sarcasmo e ironía.
- Nunca digas nunca, que de eso yo mejor que tú ni hablo... Dímelo a mí, que dije de esa agua no beberé y ahora soy el chico más feliz del planeta tierra
-dirigió su azul mirar soñado hacia la mesa Ravenclaw -Aunque me quieran hacer competencia, pero les falta -terminó con suficiencia, esta vez vio a la castaña y al ojiverde. Ella le miró asustada por la metidota de pata que su amigo estaba dando, y él con ciertas ganas de zapearlo. Pero en el fondo le daba la razón por haber dicho que muy pronto los verían juntos, ya sin seguir disimulando, ante todos serían más que amigos.
De pronto nadie sabía por dónde se había ido la mañana, todos abandonaron el gran comedor para bajar al campo, los jugadores para ir a sus vestidores. El chico de cabellos revoltosos la vio marcharse nostálgico, ya que su amigo recibió un beso de buena suerte de parte de su novia, y Hermione sólo le brindó un - "Te estaré viendo"- ¡Vaya ánimos!- pensó.
Faltando 20 minutos para el inicio del partido, los equipos ya estaban alistándose en los vestuarios del estadio, cuando estaban listos se reunieron en el despacho del capitán, Harry se pudo dirigir a sus compañeros:
- ¡Hoy Es El Día! - les dijo con entusiasmo - Hemos practicado durante semanas para este partido, para salir hoy campeones, hemos hecho sacrificios... - Y realizó una pausa mirando a Ron, quien le miró con resentimiento aparente, pues según él culpándole de su poco tiempo para estar con Luna. El ojiverde sonriendo, continuó
- Bien equipo ¡Somos El Mejor!, y como tal, ¡A Ganar! Esa Copa Se Queda Donde Está, ¡En Nuestra Casa! -exclamó dándoles ánimos.
Parvati y Lavender sonrieron, Ginny embozó una sonrisa, los hermanos Creevey chocaron sus bates, Ron alzó los brazos en señal de triunfo y se bajó del banco donde estaba sentado. Las chicas salieron juntas, la pelirroja por delante, Colin y Dennis tras ellas, Ron se acercó a ellos refunfuñando
- Espero que esos sacrificios realmente valgan la pena -comentó como si hablase solo.
- Claro que todo valió la pena
- lo interrumpió Harry, quien iba de último. El pelirrojo se detuvo y él también.
- ¡Mira tonto!, El que tú hayas encontrado la oportunidad de estar con tu amorcito, ¡Yo ni siquiera la podía ver en días! -reclamó con una molestia aparente, señalándolo directo al pecho.
- Pero bien, Todo sea por ver la derrota de Malfoy - sonrió y chocó las manos con un Harry contrariado. Iban a salir cuando algo lo detuvo, jalándolo de la mano derecha.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú me fascinas (Na,Na,Na)
Por tu sonrisa, por tu mirada linda.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú eres mi vida (Na,Na,Na)
Contigo Niña, quiero pasar los días.
Yo sé que eres tú, la niña ideal,
La que me tiene mal, con la que quiero estar.
Y con todo lo que pido sin querer ser atrevido,
Es que tú vengas conmigo por favor eso te pido.
Quiero verte así, tan cerquita de mí,
Para poder decir, lo que siento por ti.
Y te juro que te quiero, que tengo un amor sincero,
Y que yo me desespero por alguno de tus besos.
- ¡Hermione! - exclamó Harry, sorprendido - ¿Qué haces aquí?
- Vine a desearte suerte - respondió ella, con una sonrisa. Ron negó y siguió su camino.
- ¡Te apuras! -dijo yéndose.
- Ya se me hacía bastante raro que no lo habías hecho -la abrazó de la cintura y cerciorándose de que nadie los viera, la haló hacia adentro de la otra habitación.
- Quería hacerlo en privado
- y acariciando su cabello lo besó.
- Gracias - le dijo él al oído.
- Buena suerte, Niño
-le miró con su marrón mirar iluminado.
Él la acercó más a su cuerpo sintiendo sus acelerados latidos de ella, entre nervios
- Her
recuerdas?, Mañana hablarás con Ginny -dijo tanteando el terreno, ella bajó la mirada, asintiendo.
- Yo estaré contigo, todos sabrán que nuestro amor es sincero
ya no tendré que desesperarme por alguno de tus besos, te los podré robar cuando tenga deseos de comerte con ellos -juntó su frente con la de ella y le sonrió con picardía tierna.
- Apenas me dirigió la palabra, y mañana me odiará para ya nunca en la vida volver a hablarme
-soltó con una vocecilla triste.
- Lo aceptará, con el tiempo tal vez nos volverá a hablar - rozó su nariz con la de ella.
- Hermione
-habló cual su voz hubiese huido.
- Sí? -le vio extrañada.
- Después del partido
cuando todos suban a festejar
¿Podrías reunirte
conmigo? -decía con pausas.
- Para eso tanto misterio? -tenía una sonrisilla divertida e intrigada.
- Aquí, En el despacho del capitán
-agregó tragando saliva.
- Digo, si tú quieres claro, y no lo hallas muy atrevido -sus manos sudaban y ella podía darse cuenta de ello.
- Nos vemos después del partido, aquí tontito
-intercambió una mirada pícara e inocente.
- Eres mi dulce niña
-relajó los nervios en su rostro.
- ¡Suerte! - dio un último beso y salió hacia las tribunas, atravesando los vestidores. Él la vio irse y alguien le llamó a la puerta, era Colin...
- Harry, ¡Ya es hora! -le apuró.
Ya te lo tengo advertido,
Lo tengo bien decidido,
Yo te voy a enamorar,
Conmigo tú vas a estar.
No quieras disimularlo,
Si en mi también has pensado,
Vente conmigo, que yo quiero estar contigo.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú me fascinas (Na,Na,Na)
Por tu sonrisa, por tu mirada linda.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú eres mi vida (Na,Na,Na)
Contigo Niña, quiero pasar los días.
Al salir el ojiverde sintió el fresco aire pegar en su rostro, todos en las tribunas gritaban con entusiasmo, tres cuartas partes de los presentes llevaban pancartas de Gryffindor y escarapelas rojas y amarillas con el león de Gryffindor en ellas. Él pudo distinguir entre la multitud a su dulce niña, sus ojos marrón denotaban apoyo incondicional, lo que le infundía ánimos a su alma y corazón. La chica le sonrió, el chico intercambió miradas...
Tras la meta de Slytherin predominaba el verde en sus banderas y la serpiente plateada resaltó en ellas
- ¡Aquí llega Gryffindor!, La mejor selección que se ha visto en años
-exclamó Dean Thomas, quien desde hace tiempo narraba los partidos. Los aplausos se hicieron presentes, y muchos silbidos de parte de Slytherin.
- Brown, Patil, los Weasley, los Creevey y su capitán buscador: ¡Potter! -más vítores a favor que ahogaban los abucheos de los Slytherin.
- Y al terreno arriban los de Slytherin -dijo con desgana, la tribuna de ellos aplaudió pero no fue suficiente.
- Adams, Farrell, Zabinni, Smith, Crabbe, Goyle, y encabezado por su capitán buscador: Malfoy
Cuando estuvieron los jugadores de frente, la señora Hooch entró en el campo.
- ¡Capitanes, dense la mano! -ordenó con voz imperativa.
Harry le tendió la mano a Malfoy, quien le sujetó con fuerza y rencor, no se sabía quién de los dos se odiaba más.
- ¡Huele tu derrota, Potter! -dijo entre dientes el ojigris.
- Yo diría que la tuya, Malfoy -el ojiverde le sonrió sin dejarse intimidar.
Tres, dos, uno
¡Ya! - los vítores ahogaron el ruido del silbato, en ese instante 14 escobas volaban el campo de lado a lado.
- Y Gryffindor se adueña de la quaffle, Lavender Brown se dirige a la meta, Verónica Farrel la intercepta, ella se la pasa a Parvati Patil, quien hace una pirueta exacta y... ¡Sí!... anota los primeros 10 puntos para Gryffindor!!!-gritó con ánimos Dean -¡Esa es mi chica!- exhaló con júbilo ignorando los abucheos de Slytherin.
- La tiene Lisa Adams, se acerca peligrosamente al área de Gryffindor, pero Ronald Weasley no es de envalde el mejor guardameta actual, y la logra parar. La recupera Ginny Weasley, ahora la tiene Patil, Brown, siiiiiiiii otros 10!!!!. Los Creevey protegen muy bien a su equipo.
- Los gorilas, ¡perdón! -se disculpó ante la mirada seria de McGonagall -los golpeadores de Slytherin, tratan de aventárselas a su cazadora Brown, pero Dennis Creevey la desvía a tiempo, ¡Tramposos! -bufó el chico. Harry no se perdía el partido, pero buscaba minuciosamente la pelota alada... después de todo Malfoy se moría si él lograra atraparla. ¡Weasley de nuevo!, no les digo, es un guardián soberbio... Patil, Weasley va a anotar!! síííí, lo hace!!! Ahora Zabinni le roba la quaffle a Brown, Sara Smith está indignada, ya le marcaron 30 en menos de 20 minutos. ¡Ay chava, no te sulfures!, así es la vida... -rió Dean. De pronto el ojiverde dejó de poner atención a lo que estaba pasando en el partido, ¡La había visto!, los gritos de más goles, esta vez no sabía de parte de quién eran
se enfocó a una sola cosa, la snitch dorada. Que parecía percibir que la querían atrapar y voló huyendo. Malfoy también la había detectado, iban a la par, hombro con hombro, la traviesa pelotita se metió entre las nubes para bajar de improviso, mantenerse rozando las tribunas y acercarse a la tribuna donde se sentaba cierta castaña. Estaba demasiado cerca, ambos chicos sabían que era peligroso. Harry bajó en picada, su especialidad, pegó su cuerpo a la escoba y estiró la mano derecha esperando no chocar con los barandales, el ojigris suspiró cerrando los ojos y alcanzándole. Todo en sus oídos eran estruendos de ovaciones y angustiados gritos, el chico de gafas cerró la mano haciendo presa a la rebelde snitch, a unos palmos del rostro de Hermione, quien se quedó sin aire por la cercanía de la pelota dorada
- ¡Vaya Forma De Conseguir La Snitch! -exclamó Dean
- ¡Pero La Tiene Que Es Lo Que Importa! -gritó con más fuerza.
- ¡Gryffindor Gana! -anunció la señora Hooch con un silbatazo.
Ya te lo tengo advertido,
Lo tengo bien decidido,
Yo te voy a enamorar,
Conmigo tú vas a estar.
No quieras disimularlo,
Si en mi también has pensado,
Vente conmigo, que yo quiero estar contigo.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú me fascinas (Na,Na,Na)
Por tu sonrisa, por tu mirada linda.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú eres mi vida (Na,Na,Na)
Contigo Niña, quiero pasar los días.
Todo fue total confusión, ovaciones, vítores, gritos, festejo...
- ¡Wow, Qué partidazo!, ¡¡Gryffindor 200!! - estaba eufórico -¡Slytherin 20!-dijo burlón.
- ¡Seguimos Siendo Campeones! -vitoreaba Thomas.
Ahí estaban todos festejando
los Creevey chocando sus bates, Parvati y Lavender, abrazándose y llorando de alegría, Ron besándose con Luna perdidos en su planeta. Hermione bajó al campo, quiso felicitar a Ron pero no era inoportuna, se acercó a Harry, él le miraba radiante
le hubiera gustado besarlo pero con la gran cantidad de gente no se atrevió. Harry entendió lo que pretendía y se acercó uniendo su mano derecha con la de ella, ya que allí tenía la snitch, al mismo tiempo que se abrazaban Harry le dijo al oído.
- Es para ti
te dedico esta victoria - Y apretó la delicada mano con la suya, indicándole que cogiera la pelotita.
- Gracias! -dijo ella, besándole el cuello con disimulo.
- Eres mi dulce Niña - mordió el lóbulo de la chica, causando una descarga eléctrica en su cuerpo.
- Y tú mi vida! - susurró sin darse cuenta que mantenían el abrazo.
- Y tú con quien quiero pasar los días... -sonrió.
- Harry te amo, pero alguien se puede dar cuenta...-exhaló cual doliese la separación.
- Hermione, no olvides que tenemos una cita... -dijo con un suspiro antes de deshacer el abrazo.
Pero lo que no se dieron cuenta es que las miradas de dos jóvenes estaban puestas en ellos y vieron todo, claro sin escuchar qué decían. Una mirada Gris que derramó lágrimas pero las ahogó en los labios de una Slytherin, y unos ojos también castaños, miraron recelosos.
- ¡Harry, Lo Logramos! -dijo la pelirroja, separando a los enamorados y abrazándolo, intentó de la emoción besarle pero él la retiró con presura. Hermione abrió mucho los ojos por la sorpresa y escondió la snitch en su bolsillo, Ron y Luna se les unieron para aligerar la tensión.
- Cómo ven?, ¡Lo conseguimos! Nuestro último partido en la historia de este colegio Harry
-embozó una sonrisa nostálgica, seguía abrazado de la rubia.
- Sí Ron
-le devolvió con el mismo gesto.
- No se pongan Nostálgicos, ah?! - dijo la ojiazul y abrazó al chico de gafas, haciendo disimuladamente aun lado a su cuñada, la castaña a su vez abrazó al pelirrojo.
Después de las felicitaciones
- Bien, Nos esperaran para festejar! -exclamó Ron y jaló a su amigo, poco a poco el campo se había vaciado...
- Nos cambiaremos y daremos un baño. Estamos que desmayamos, pero además de guapos, ¡Por el olor! -rió burlón.
Luna negó con una sonrisa de no cambia, Hermione caminó.
- Los veremos allá arriba -se volteó sonriendo y vio con una mirada de complicidad al ojiverde.
- Ginny, tú ve con ellas. Cámbiate, que no creas que por ser mujer no transpiras -soltó la carcajada y ella quería matar al pelirrojo con la vista.
- Sabes, eres tan patético Hermanito -soltó ácida.
- Di lo que quieras, ¡Pero ya vete! -la empujó, ella iba a desquitarse cuando Luna la convenció y ambas aceleraron el paso para alcanzar a la ojimiel.
- ¡Harry, se dan prisa! -chilló la pelirroja.
Él la miró con vacilación y Ron con cansancio...
Cuando ellas desaparecieron ellos se dirigieron a los vestidores, que ya estaban vacíos...
- Amigo no creas que me agrada cambiarme aquí, pero lo hago por ti -platicaba el pelirrojo mientras se metía a una de las regaderas.
- Qué?, ¡No me veas así! - se detuvo en la puerta del compartimiento -Ya sé que después de este partidazo deseas festejarlo con Hermione
¡A solas! -se escuchó meloso y pícaro - Descuida yo los cubro, con tanta fiesta que nadie notará su ausencia -le guiñó un ojo con complicidad.
- Gracias -le miró extrañado.
- No me lo agradezcas
Sólo una cosa, No lleguen tarde, ¡hum! Y si lo hacen, ¡Cuídense! -prosiguió cuando se enjabonaba la cabeza.
- ¡¿Cómo?! -el ojiverde abrió los ojos con sorpresa y susto, dejó caer la toalla que tenía en las manos cuando se disponía a entrar en la ducha.
- De que nadie los vea llegar tarde
-agregaba pues se había detenido para enjugarse con el agua.
- ¿En qué estabas pensando? -asomó su cabeza por encima de la puerta, con una sonrisilla traviesa de inocencia aparente.
- En
Nada
-tragó saliva y soltó sin aire.
- ¡Ah!, ¡Estás muy raro! -le miró tratando de indagar en la mente de su amigo.
- ¡Anda!, Mejor apurémonos
-todavía estaba nervioso, ¿exactamente qué era lo que le puso nervioso? -¿El comentario de Ron?- Pero si esta vez no fue intencionalmente Pícaro...-se dijo a sí mismo y sacudió su cabeza negando, mientras el agua resbalaba por su cabello y cuerpo.
- Sí mejor
-Ron le contestó y sonrió malicioso por lo bajo, terminado de ducharse.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tu me fascinas (Na,Na,Na)
Por tu sonrisa, por tu mirada linda.
(Na,Na,Na,Na,Na)
Mi Dulce Niña (Na,Na,Na)
Tú eres mi vida (Na,Na,Na)
Contigo Niña, quiero pasar los días.
Ves?
***
Debía estar anocheciendo, el viento soplaba sobre la hierba, las primeras estrellas brillaban con un brillo especial, único. Parecía ser el inicio de una noche mágica...
Harry se había quedado solo, pensando en cómo había reaccionado tras los comentarios de Ron, ¿En verdad ya estaba alucinando?, el pelirrojo siempre se la pasaba insinuando algo, pero en esa charla no mostró ese tipo de indirectas. Quizás era él
Pero él por el momento no pretendía llegar a nada con Hermione... al menos no esa noche, no ahí. Ya habían compartido el lecho, pero en realidad jamás habían llegado más allá... aunque él sentía una descarga extraña cada vez que ella estaba tan cerca de su cuerpo, sensaciones que en verdad le ponían nervioso y confundido -movió su cabeza como si quisiese despejar su mente. Se sentó en uno de los bancos del vestidor, tomó su cabeza entre sus manos, el agua de su aún cabello mojado escurría por su espalda desnuda. Tenía poco de haber salido de la ducha, ni siquiera se había terminado de vestir, sólo se había puesto unos bóxer azul marino. Ron se había marchado desde hacía un buen rato... Él esperando a la castaña, no dejaba de pensar
y es que por más que daba vueltas, de su cabeza no salía la idea, esa idea que ahora lo atormentaba. En alguna ocasión habían tocado el tema pero no habían profundizado, sabía que esa situación se daría sola, sin presiones, y mucho menos la iba obligar a ella, él lo había dicho: "Cuando estemos listos"... ¿Pero cómo saberlo?,¡Malditas hormonas!- en dilema aún, se incorporó -Sí, es lo mejor. Cuando Hermione llegue nos iremos a dar una vuelta y regresaremos al castillo a festejar con los demás...-se dijo a sí mismo con voz firme.
Se acercó a un casillero y sacó una camiseta blanca, mientras se la ponía sintió cómo alguien entraba a los vestidores, se asustó un poco pero al alzar la vista no había nadie, observó el lugar, dio unos pasos. Sus pies descalzos apenas hacían ruido...
- ¿Hermione?-habló, nadie respondió, sin embargo se sentía observado y eso causaba que se le erizaran los bellos de la nuca por el miedo.
- ¿Eres tú? -volvió a preguntar al vacío.
- ¿Traes la capa de invisibilidad?, ¡Her, no me asustes!-alzó un poco la voz, su corazón se estaba acelerando.
- ¡Deja de jugar!-gritó, caminaba con las manos al frente como si quisiese agarrar el aire.
- ¡Hermione, Basta!, ¡En verdad me estás asustando!... -seguía gritando, el chico percibía la presencia de alguien.
Apenas había bajado la guardia y se dio la vuelta dirigiéndose a su despacho, ahí terminaría de cambiarse y esperaría a la ojimiel. Cuando un ruido de pasos lentos y precavidos le causó escalofríos y un gran susto...
- ¿Harry?- cuestionó una dulce voz.
Se escuchó un gritó asustado -¡¡¡Hermione!!!-el ojiverde se quedó sin aliento, todo pasó tan rápido, fue una escena graciosa. Pues por el susto se resbaló y cayó al frío suelo de los vestidores.
Ella se acercó con su andar delicado, para él fue ver una hada frente suyo...
- No vuelvas a... hacerme ese... tipo de bromas...-reclamó con un hilo de voz, su corazón se podía observar precipitado.
- ¿Yo? -ahogó una carcajada, se le dibujó una sonrisilla de gracia y le tendió la mano para ayudarlo a pararse.
- Sí, tú. ¡Castaña tramposa! -exclamó indignado ya frente a ella, su ritmo cardiaco estaba volviendo a la normalidad.
- ¡¿Ahora resulta?! -le miró negando y arqueando las cejas, con apariencia ofendida.
- ¿Por qué no contestabas?, ¡¿ah?!-le recriminó.
- Harry, esa caída sí que te afectó. ¡Ya estás alucinando!, ¿De qué hablas, um? -le observó cual el chico estuviese bromeando.
- Es que tú
-comenzó, pero se detuvo a recorrer el lugar con la mirada.
- ¿Harry, qué...? - Shuss-susurró dándole a entender que guardase silencio.
Él puso un dedo en su boca... siguió viendo, pero al parecer en verdad sólo estaban ellos ahí, no muy convencido regresó su mirada a la chica.
- ¿Qué pasa?, En serio tiendo a pensar que te estás volviendo loco -le sonrió vacilante.
- ¿Ah sí?, ¡Con que loco, um?!-se quejó con una sonrisa, aún sentía que alguien los observaba pero no quiso que Hermione se preocupase.
Pasó sus manos por la cintura de la chica y la haló hacia él, ella se puso un tanto nerviosa por la cercanía.
- ¡Ay! Harry, ¡Estás mojado! -exclamó sonriendo cuando pasó una mano por su revoltoso cabello, pese a todo el sonrojo en sus mejillas iba disminuyendo.
- Es que no decidía qué ponerme, y pues ya que llegaste
¿Me ayudas a decidirlo?-soltó algo pícaro.
- Está bien
-dijo, deshaciendo el abrazo.
La chica se había cambiado, llevaba puesta una sudadera amarillo pastel y unos jeans de una mezclilla menos azul que la que traía puesta en el partido, tipo deslavados, pero igual se adaptaban a su figura. Sus tenis eran del mismo tono que la sudadera y llevaba los rulos sujetos con una dona color crema, estampada con girasoles.
Harry la tomó de la mano y se dirigieron al despacho del capitán que estaba al fondo...
Entraron y el chico dio un último vistazo a los vestidores sin detectar nada, cerró la puerta de la habitación.
El despacho era una estancia cómoda, muy parecida a la sala común de Gryffindor pero más pequeña, decorada con adornos y colores típicos de su casa. Al entrar te topabas una chimenea justo en el centro de la pared, cuyas llamas eran la única fuente de luz del lugar, arriba una pintura del escudo Gryffindor, en el piso una alfombra color rojo granate. Al lado izquierdo un pequeño escritorio, un estante con libros de Quidditch y un pequeño armario. Y a la derecha un sillón de tapiz rojo, colocado a lado de un gran ventanal, en el día por ahí entraba la claridad, por él se podía ver el lago...
Ay! Si nos hubieran visto,
Estábamos allí sentados,
Frente a frente...
No podía faltarnos la luna.
Y Hablamos de todo un poco,
Y todo nos causaba risa,
Como dos tontos...
Y yo que no veía la hora,
De tenerte en mis brazos
Y poderte decir, Te Amo.
Desde el primer momento en que te vi,
Y hace tiempo te buscaba, y ya te imaginaba así.
Te Amo
La castaña se sentó en aquél sillón y observó las aguas del lago a través del ventanal, se mostraban cual cristal negro. El ojiverde se dirigió y sacó algo de un cajón para luego volver y sentarse frente a ella...
- ¿Qué miras? -preguntó tierno.
Ella sonrió despegando su mirada del paisaje, le mostró lo que miraba...
La luna se reflejaba en el espejo del agua, una luna radiante iluminaba la noche con presencia, las estrellas complementaban su compañía; formando un equipo sobre el bello horizonte...
- Es Hermosa...-susurró el chico de gafas.
- Sí... -sonriendo volvió su marrón mirar a él.
- ¿Qué es eso? -señaló una caja rectangular de madera que él traía, parecía de zapatos, pero de Hagrid.
- Ah, es... Verás, quiero mostrarte algo
-tartamudeó, sonriendo con disculpa.
- Sabes, estás muy nerviosito. ¡eh!-soltó una risilla traviesa la chica.
- ¿Yo? -arqueó una ceja y se le dibujó un amago de sonrisa.
- Sí tontín. Primero tu caída graciosa, luego la minuciosidad con la que observaste si alguien más estaba en los vestidores...
- Cómo... ¿cómo te diste cuenta de eso? -le miró asombrado, Ella suspiró riendo suave.
- Harry, no soy tonta. Además soy bruja -rió menos disimulada, él también rió.
- Oye, en serio me vi tonto? Cuando me caí... -la cuestionó.
- ¿Tonto?, No mucho. ¡Pero sí chistosísimo! -le dijo riendo más fuerte, se veía tan tierna.
- Es que sabes algo?... tú me pones muy nervioso -soltó entre bromeando, la chica se sonrojó.
- Y tú a mi igual
Me ponías nerviosa desde antes de cruzar palabra contigo -soltó como si se confesase.
- Siendo sincero, tú me pusiste nervioso desde el primer momento en el que te conocí
-dijo sonriendo.
- ¿Ah sí? -embozó una sonrisa risueña -Pues porque te gustase no precisamente, mas bien porque me la pasaba regañándote -ambos soltaron una risa algo exagerada y tonta, pero muy espontánea.
Aunque no es tan fácil de decir,
Y defino lo que siento, con estas palabras...
Te Amo.
Y de pronto nos rodeó el silencio,
Y nos miramos fijamente, uno al otro.
Tus manos entre las mías...
Tal vez nos volveremos a ver,
Mañana no sé si podré, qué estás jugando...
Me muero si no te vuelvo a ver, y tenerte
En mis brazos y poderte decir...
Te Amo.
Desde el primer momento en que te vi,
Y hace tiempo te buscaba, y ya te imaginaba así.
Te Amo
Entre risas tontas el chico tomó sus manos, se quedaron en silencio y viéndose fijamente, tan sólo se escuchaba el sonido de sus respiraciones y el crepitar del fuego.
- Siempre te imaginé así, Hermione
-acarició su mejilla, aún con una sonrisa divertida, pero muy sincero.
- ¿Así, cómo? -le miró confundida.
- Que siempre me imaginé enamorarme de alguien que me amase por cómo soy, no por el apellido que tenga
-pasó una mano por el rostro de ella.
- Harry
-dijo con un hilo de voz.
- Her, al principio de mi vida en Hogwarts, era un niño. Once años no era precisamente la edad que me atrajesen las chicas, pero cuando te vi en el compartimiento de tren, fue especial pese a tu extraño comportamiento...- ella soltó una risita apenada - Poco a poco fuiste entrando en mi corazón hasta ser alguien tan especial que pudo llegarte a confundir con una hermana -esta vez él soltó la risilla de disculpa.
- Luego en tercero, Cho llamó mi atención. Atracción es la palabra correcta, pero ella jamás me amó, ni mucho menos yo a ella. En esta búsqueda del amor muchos se desesperan, yo con todo y mis problemas lo seguí esperando. ¡Qué tonto!, si lo tenía justo frente a mí todo el tiempo. Hubo quienes se acercaron a mí por "quién" soy, para todos el héroe que derrotó a alguien sin conocerlo; y que ahora es el único que puede vencerlo. Pero ellas no saben cómo soy en verdad, incluida Ginny... -habló con serenidad.
- ¡Harry!... -ella le vio seria, él sin inmutarse continuó.
- Tú siempre has conocido hasta mi más profundo pensamiento, conoces de mí cada cosa que he vivido, porque las has vivido conmigo. Yo fui un cobarde por no revelarte lo que mi corazón sentía, me resigné a verte con Malfoy. Sabes, este lugar fue mi refugio las noches que más pésimo me sentí, aquí dormí la noche que regresamos al colegio y te vi entrar al gran comedor de la mano de Malfoy. Noches similares las pasé aquí, lejos de todos, conmigo mismo. Pero esas noches de soledad se acabaron cuando tú entraste a mi vida y abriste tu corazón a mi amor...-se acercó a sus labios.
- ¡Te Amo! -susurró besándola dulcemente, la abrazó recargándola lentamente sobre el respaldo del sillón, la caja de madera cayó al piso haciendo un ruido seco, pero ellos no se separaron.
- Harry, mañana no sé si podré decirle a Ginny, y al mundo entero, que Te Amo... -le dijo en susurro, con pesadumbre en la voz, una vez que dejaron de besarse.
- Hermione, qué estás jugando... -se escuchó levemente molesto, y frunció el entrecejo.
- Yo
-bajó la mirada, Harry se reincorporó quedando nuevamente bien sentado.
- Tú eres una chica valiente, y me lo has demostrado muchas veces. Sé que podrás, porque yo estaré contigo, esperándote a que hables con ella y apoyarte en cuanto le digas todo. Juntos enfrentaremos a todos, como siempre. Puedo soportar sus críticas, pero me muero si no te vuelvo a ver cerca de mí. Moriría sin tenerte en mis brazos, sin poderte decir cuánto Te Amo -negó, tomándola de nuevo de las manos.
- Harry, es que tú no sabes
- Saber qué, Her? Lo que único que sé, es que te necesito para poder vivir
-con una mano tomó su barbilla.
- Ginny le cuenta todo a su mamá, Molly sabe que está enamorada de ti. Que yo prometí ayudarla, y que ella está dispuesta a todo con tal de estar contigo... -soltó derramando lágrimas, el chico de gafas la vio sorprendido.
- Por ello no dejó que Ginny pasase el año nuevo sólo con nosotros, no por desconfiar de ti, sino por ella. Además, si la madre de Ron sabe que yo salgo contigo, me tacharía de traición y me odiaría al igual que Ginny. Sabes cómo es, sólo recuerda que cuando creyó que te engañé aquél cuarto año por lo que publicaron en corazón de bruja, se dirigía a mí por educación y de manera muy fría. Yo no soportaría que por mi culpa tú perdieses la única figura que se asemeja a una madre, y una familia como los Weasley son para ti... -más lágrimas brotaron y resbalaron de los ojos de la chica.
- Y tú deberías saber que yo la quiero mucho. Sí, tal vez como a una madre, pero tú eres la única mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida
Con la que deseo formar ¡Mi Familia! Y si ella nos da la espalda voy a lamentarlo, en cuanto a los demás... Ron es el que más cuenta, y nos apoya -su mirada esmeralda la vio con profundidad, secó las lágrimas, la abrazó de nuevo y besó su frente.
- Pero tus tíos dijeron que después de este año ya no te querían de vuelta en su casa, pues al cumplir los 18 podrías valerte por ti solo. ¿A dónde iras?, Si estaba en tus planes vivir con los Weasley... -susurró con preocupación.
- Hermione
No te preocupes, ya sé dónde viviremos, porque jamás nos separaremos. Tú crees que después de que aceptaste ser mi novia, iba a dejarte marchar a un Londres
¿sola? -le sonrió cómplice - Quizás estaba en mis planes vivir con la familia de Ron, pero fue antes de que tú y yo saliéramos, mucho antes de que los dos nos revelásemos este amor
-sus ojos denotaban una alegría única.
- Harry
-dijo sin aliento.
Aunque no es tan fácil de decir,
Y defino lo que siento, con estas palabras...
Te Amo
- ¡No Hermione!, Ahora sé bien que ti es a quien Amo -besó sus manos y la vio directamente.
- Mira, desde hace tiempo te quería enseñar esto. Remus me lo dio, dijo que Dumbledore se lo dio para mí...-recogió la caja del piso y la puso en medio de los dos, estaba entusiasmado.
- Harry, son
-abrió mucho los ojos al ver los objetos en el interior de la caja.
- Sí Hermione, son cosas de mis padres. Están sus identificaciones, algunas fotos, otras cosas... -sacó una a una y se las mostró.
- Esto debe significar tanto para ti -le dijo con ternura.
- Sí...-le respondió perdiendo su mirada en el objeto que había tomado - Estas son sus varitas
-Hermione tomó la otra.
- La que tienes, era de mamá... -le comentó con voz quebrada, las lágrimas se acumulaban en sus ojos esmeraldas.
- Yo... -apenada volvió a ponerla en el interior de la caja.
- Descuida
-le miró limpiándose los ojos.
- Te digo algo extraño?, Remus me platicó acerca de ella -comenzó con nostalgia, alegre.
- ¿Cuándo?, ¿Qué te dijo? -soltó con presura, luego se sintió cual curiosa entrometida.
- Fue en tercero, cuando yo no podía acompañarlos a Hogsmeade
Él dijo que mi madre era una mujer excepcional, que era una gran amiga y un ser humano especial
Porque podía ver la belleza en los demás, cuando ella era poseedora de esa gran belleza sin darse cuenta. En cambió mi padre tenía un don para meterse en problemas, también dijo que por ahí decían las malas lenguas peculiar don que había heredado yo... Y que con el tiempo me daría cuenta cuán parecido era a ellos...
- Debes sentirte orgulloso de que hayan sido tus padres, Harry -le dijo brindándole ánimos.
Desde el primer momento en que te vi,
Y hace tiempo te buscaba, y ya te imaginaba así.
Te Amo
- Sabes, Ahora comprendo que soy muy parecido a ellos. Pero no por lo físico, en esencia, aunque más a mi padre... -sonrió.
- Sirius me contó en 5° año, que mamá fue la mejor bruja de su generación, y que siempre los estaba regañando a él y a papá por sus travesuras y metidas de pata.
- Como tú haces con Ron y conmigo. Desde que Remus me describió su forma de ser sentí que yo conocía alguien parecido a ella... ¡Tú! -le miró con una sonrisa única.
- ¿Yo? -arqueó las cejas sorprendida.
- Sí Hermione, qué coincidencias hay en la vida. Sirius y mamá se la pasaban riñendo, como tú y Ron. Papá ya no sabía qué hacer para evitar que terminasen mal, al menos él no gritaba como yo con ustedes. Me dijo Lupin que papá los dejaba, ahora que si te dejo cerca de Ron. Mi amigo termina mal
-negó riendo con cierta broma.
- Harry, lo que pasa es que Ron es un cobarde -se cruzó de brazos, irguiendo la cabeza y embozando una sonrisa.
- Es que es práctico -continuó con esa risilla bromista.
- Síguelo defendiendo -entrecerró sus ojos de manera amenazante.
- Como sea -le sonrió dando un cambio al tema, y lo siguiente lo dijo con un semblante serio y sereno - Te decía que encontré similitudes entre mi madre y tú, algunas veces pensaba en que me gustaría tener a mi lado a alguien parecida a mi madre... Pero no físicamente, de ser así creo que Ginny se asemeja algo. Absurdo, ¿no? Quiero una chica especial
No la doble de mi madre -hizo un resoplido de negación.
- Y como obsequio de la vida
Tú llegaste a mi mundo, con un alma tan pura como la de ella, pero con esencia propia y única
- su mirada brilló especialmente.
- Qué ironía, las tres personas que más quería están muertas. Yo no quiero que las tres personas que ahora más quiero, salgan lastimadas. Entre ellas la que más Amo -las lágrimas por fin escaparon.
- ¿Y eso?, ¿Qué es?... -atajó antes de ver cómo él se derrumbara frente a ella, eso era lo último que lo dejaría hacer.
- Ah!, Esta es mi ropa de bebé, cuando me bautizaron -volvió a sonreír con los ojos cristalinos.
- Es tan
-la tomó entre sus manos.
- Pequeña -culminó él, con una sonrisilla tierna.
- Sabes, me encantaría que alguno de nuestros hijos llevara este ropón -soltó algo apenado.
- Harry
-le miró mordiendo su labio inferior, y sus ojos brillaron de manera especial.
- Pero en realidad
No sé si yo viva - se escuchó ácido.
- ¡Basta, Harry James Potter! -gritó la chica con molestia.
- Perdón
-se disculpó, sacó una caja más pequeña y puso la otra en el piso, lo que había sacado era un alhajero.
- Era de mi madre, guardaba en él cosas importantes... -al abrirlo se escuchó una melodía de cuna.
- Supongo que con esa melodía me dormía
-reflejó añoranza nostálgica, la chica puso una mano en su hombro en señal de apoyo.
Él había extraído un papel y una cajita pequeña de la caja de música.
- Esta es la dirección de mi casa, la casa de mis padres, donde vivíamos como una familia feliz
-le enseñó el pedazo de pergamino, esa tristeza seguía en su mirar.
La chica tomó el papel y leyó la dirección concentrándose en leer, entonces
Aunque no es tan fácil de decir,
Y defino lo que siento, con estas palabras...
Te Amo
- Hermione
No sé si sea el mejor momento para ti, sé que hemos tocado el tema y hemos hecho planes de un futuro juntos. Y tú quizá creíste que te lo pediría en otra ocasión, más adelante
Te lo pregunté la noche de navidad, pero no formalmente... Y ahora, esta noche, creo que para mí sí lo es, y... Hermione, ¿Quieres ser mi esposa? -le propuso con seguridad, sonrió anhelante y un tanto nervioso, sus manos sudaban, trataba de sostener lo que tenía en ellas. Su corazón estaba emocionado y expectante a cualquier palabra que pudiese pronunciar la castaña. La ojimiel se había quedado muy sorprendida, sentía un extraño zumbido en sus oídos, su voz parecía haber huido
Quería dar una respuesta, la más determinante a su vida, sus latidos estaban demasiado alterados debido a la emoción. Se llevó una mano a su boca, la cual estaba ligeramente abierta, su mirada se vio cristalina, lágrimas resbalaron por sus tersas mejillas... Él la notó extraña, cerró tajante la cajita que había abierto, sintió cómo se le caía el alma a los pies. Quizás era demasiado pronto proponerle algo más formal a Hermione, la chica lentamente bajó su mano y miró unos segundos por la ventana, para luego regresar su marrón mirar a él.
- Harry, no tienes idea... - balbuceó ella, escuchándose sollozar.
- Sí que la tengo - la contradijo con voz amarga, ella abrió más los ojos.
- No quieres comprometerte conmigo, Porque quizá antes de ser mi esposa, seas mi viuda -complementó frío y desvió su mirada, Hermione le observó con el entrecejo fruncido y se cruzó de brazos.
- ¡Ey!, ¡¿De verdad no sabes lo que estas palabras significan para mí?! -le reprendió por fin despegando sus labios. El chico de gafas veía el crepitar del fuego, con lágrimas brotando de sus ojos...
- Harry, Miles de veces hemos discutido por tu pesimismo, ¡ah?! Y no pienso tolerarte ni una más, ya no quiero que mi prometido y futuro esposo lo siga siendo
-exclamó con voz firme y tono de reclamo. -¿Había escuchado bien?, dijo ¿prometido? -giró el rostro tan rápido que debió hacerse daño en el cuello, la desdicha que albergaba desde hacía minutos pareció esfumarse de pronto.
- Hermione... -dijo sin aliento.
- ¿Podrías repetir lo último? -le sonrió la chica.
- Ah
ah
¡¿Tú quieres ser mi esposa?! -su mirada se iluminó, sus palabras salieron algo trabadas.
- ¡Sí, tontito! -suspiró nerviosa.
- ¿De verdad aceptas? -preguntó de nuevo, aún sin creérselo.
- Sí, Harry. ¿No me crees? -se mordió el labio inferior.
- Es que es tan maravilloso, creo que es un sueño
-susurró, asimilando la respuesta.
- Bien, sueño o no. ¿Tú crees que dejaría escapar tu propuesta?, para que luego a cual más encajosa te haga ojitos, ¡um!-bromeó.
- Tú sabes que los únicos ojitos que me vuelven a sus pies son los tuyos, y para los cuales sólo tengo ojos yo...-siguió la broma y se acercó a sus labios para besarla...
- Te Amo...-le susurró al oído.
La castaña soltó una risilla tierna, Harry abrió de nuevo la cajita beige que había cerrado de golpe. En su interior había un anillo muy hermoso y a la vez sencillo, la ojimiel se quedó de nuevo sin aliento... Era de plata con una estrella en topacio y un rayo en esmeralda, sólo esas dos gemas en el centro.
- Hermione, Este anillo pertenecía a mi madre, Lupin me dijo que mi padre se lo dio el día que ella aceptó casarse con él. Ahora que tú has aceptado ser mi esposa, es nuestro anillo de compromiso... -dijo colocándole la sortija en el dedo anular, intercambiaron una sonrisa, y sin previo aviso Hermione lo abrazó, él hizo lo mismo, la abrazó con fuerza. En su alma hubo una explosión de emociones, de felicidad infinita, entonces hizo algo que nunca había hecho, empezó a besarla en el cuello y lentamente fue subiendo hacia su boca para después caer con suavidad en el sillón. Acarició su espalda con una mano y con la otra comenzó a bajar el cierre de la sudadera de ella, metiéndola por debajo de la blusa y rozar la suave piel de su estomago, ella se estremeció un poco debido a que él jamás la había acariciado de aquella forma. Entre caricias posó su mano dispuesto a bajar el cierre del jeans, la castaña notó la intención de él... y en un impulso lo empujó parando de besarse, ella se reincorporó rápidamente muy roja, sin embargo seguía sentada...
- Perdón
Her
no
yo
No vayas a pensar que me quería aprovechar de la situación, yo te Amo y te respeto mucho... Mejor vámonos -él sí se paró del sillón por completo; tragó saliva entre sonrojos y disculpas entrecortadas, la veía muy avergonzado por dejarse llevar por sus impulsos. Hermione lo observaba confundida, no le decía nada, en el fondo sí quería ir más allá, pero tenía miedo, no de que él jugara con ella, porque ahora estaban comprometidos, pero...
Harry caminó y se dirigió al armario, sacó unos vaqueros azules, cuando iba a ponérselos... la ojimiel se acercó a él sorpresivamente y por unos instantes se quedaron viendo...
Te Amo, Te Amo...
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Notas de la autora:
Hola aquí estoy de nuevo con capítulos más románticos jeje en realidad la mayoría lo son, pero también los habrá de tensión. Por ahora espero disfruten y sean de su agrado estos.
Capítulos basados en las canciones Na, Na, Na. (Mi dulce niña)- Kumbia Kings y "Te Amo"-Franco de Vita.
Próximo Cáp. Evergreen (Eterna) y En ti dejé mi Amor. Ambos títulos son canciones del grupo Irlandés Westlife.
Agradecimientos y Dedicatorias:
Bien tengo que agradecerles de corazón a ustedes que se dan un chance para leer mis fics algo cursis pero es que así soy jeje, y dejar un comentario que siempre es bien recibido.
Y como siempre este Fic va dedicado a todos los fans de las parejas más lindas del universo Potter... HHr. y RWLL.
Saludos de su amiga
Anyeli Potter Granger
Evergreen
Eterna
Eyes, like a sunrise
Ojos, como una salida del sol
like a rainfall down my soul
como una lluvia bajo mi alma
and I wonder,
y me pregunto
I wonder why you look at me like that
me pregunto por qué me miras así
What you're thinking?
Qué estás pensando?
What's behind
Qué hay detrás
Don't tell me, but it feels like love
No me digas, pero se siente como amor
La intensa mirada marrón de Hermione penetraba por los ojos de Harry, hasta su alma. Ninguno de los dos decía nada, sólo se miraban, estaban frente a frente, los separaban unos escasos pasos
Lentamente se acercó más a él, y le arrebató el pantalón de las manos arrojándolo al piso, él la miró sorprendido
- Hermione
-se quedó sin habla, aún con esa sorpresa.
- ¡Pues ya no me respetes! Si tanto me amas, mejor demuéstramelo
-dijo, una mirada nerviosa pero traviesa brilló en sus ojos marrones, y sin más lo besó. Él le correspondió, pasando sus manos por su delicada cintura e intensificó el beso, desconectó completamente su cerebro de la realidad y se dejó llevar por los impulsos del corazón.
(Por lo tanto no puso atención a cierto ruido proveniente de los vestidores).
Lentamente y sin despegar sus labios se fueron acercando hasta caer con delicadeza sobre el sofá, él quedó encima de ella; las mejillas de Hermione adquirieron un leve sonrojo.
La acariciaba sin prisa, sus miradas eran intensas y aunque sus ojos reflejaban nerviosismo no había dudas porque el amor que sentían uno por el otro los hacía sentir que estaban seguros de seguir
Sin desconectar sus miradas le retiró la sudadera para luego quitarse él la camiseta y volver a besarse con ternura. Con mucha cautela fue introduciendo la mano bajo la blusa de la chica, era amarillita de mangas largas. Hizo contacto con su piel, la acarició cual frágil flor
Ella contuvo un respingo y sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo, mientras lo besaba y pasaba sus manos por su espalda desnuda; Harry suspiró nervioso, con tacto le sacó la blusa y se deshizo del jeans, ella lo miró, en sus mejillas se asentó el rubor. El chico se hincó y besó sus pies para subir recorriendo con besos las delicadas piernas, cuando llegó a la rodilla izquierda ella lo haló hacia su boca. Él lentamente desvió sus labios bajando por su cuello y besó sus hombros
Un ruido similar al de minutos antes se escuchó más fuerte en los vestidores, pero no lo bastante para hacer que los chicos se percatasen.
I'm gonna take this moment
Voy a tomar este momento
and make it last forever
y hacerlo durar para siempre
I'm gonna give my heart away
Voy a regalar mi corazón
and pray we'll stay together,
y rezar para que quedemos juntos
'Cause you're the one good reason
Porque eres la razón buena
You're the only girl that I need
eres es la única chica que necesito
'Cause you're more beautiful than
porque que eres la más bonita que
I have ever seen
he visto alguna vez
I'm gonna take this night
Voy a tomar ésta noche
and make it Evergreen
y hacerla eterna
Luego la miró esperando su aprobación para continuar
Hermione se mordió el labio inferior, suspiró y con una sonrisa asintió, las manos de Harry comenzaron a sudar más
Sensaciones agradables tener contacto con la piel del otro, ambos unidos en un profundo beso
Hermione temblaba, y él ni se diga; una caricia brindada por Harry causó que la castaña se estremeciera sin embargo lo acarició de la misma manera
el ojiverde percibía el miedo que ella tenía pero no la criticó ya que él sentía exactamente lo mismo. La miró intensamente, cual su mirada le expresase que su amor por ella era verdadero, que confiase en él como él confiaba en ella... La castaña le mantuvo la mirada, con una sonrisa especial le manifestó su respuesta, luego cerró sus ojos y se recargó en el sofá
El chico de gafas también suspiró, le quitó la dona dejando sus rulos castaños sueltos, rozó su lóbulo derecho susurrándole...
- No sientas miedo, ni mucho menos te avergüences
yo tampoco he estado con nadie
también es
mi primera vez
-finalizó dulce, su aliento causó cosquillas en ella, quien trató de relajar su cuerpo pero de pronto
ahogó un respingo, abrió los ojos desmesuradamente, su cara expresó dolor y le enterró las uñas en la espalda cuando se hicieron uno.
Un calor invadió sus cuerpos, una sensación indescriptible jamás antes sentida fue lo que recorrió las venas de ambos jóvenes...
Por las mejillas de ella resbalaron lágrimas, sabía que eran de felicidad, siempre soñó con que su primera vez fuese con un chico que la amase tanto como ella a él, pero sobre todo que lo que quisiese fuese su alma, su esencia...
El ojiverde se percató de las lágrimas de ella, sabía que debía sentir un dolor más fuerte que él sentía en la espalda, donde ella había enterrado sus uñas... La besó intensamente, quizá para aligerar la tensión dolorosa que debía vivir en esos instantes; tomó su mano sujetándola con fuerza y a la vez delicadez.
En el fondo él pensaba que en sus planes también había estado vivir esa experiencia única, con la persona que demostrase ser algo más que una cara bonita, alguien que lo considerase por ser él. En espíritu, no por su físico o nombre. Y ahora estaba seguro que esa chica era ella, Hermione.
- ¡Eres hermosa!-murmuró.
- Harry, te amo
-exclamó en susurro, por fin despegando los labios.
- Yo también te amo, Herm... deseo que te quedes a mi lado siempre...Y rezaré porque así sea, porque ahora te acabo de regalar mi corazón para que suceda... -su respiración era agitada y entrecortada.
Sus cuerpos estaban sudando, ella acariciaba los revoltosos cabellos húmedos del ojiverde. Y él los rulos de ella, que también estaban humedecidos... La chica volvió a cerrar sus ojos...
Minutos después se abrazaban con ternura, una vez que finalizaron sus miradas expresaban tantas cosas... su mundo se vio diferente, tal vez un leve sentimiento de culpa se albergaba en sus cabezas, definitivamente sabían que ya no eran los mismos, sus cuerpos habían cambiando esa noche
Su piel y alma se había hecho una.
Comenzó a hacer más frío, pese a que el fuego crepitaba, de todas formas sus llamas se estaban extinguiendo...
- Estás temblando -observó la ojimarrón, cuando él estaba recargado sobre el pecho de ella.
- Espera... -le dijo sin aliento, se incorporó y la miró como si le doliese esos segundos de separación; se puso los bóxer y fue de nuevo al armario donde cuartos de hora antes había sacado los vaqueros, sacó unas sábanas, una colcha azul cielo y unas almohadas, tendió la colcha y las almohadas sobre el piso alfombrado, cerca del calor del fuego. Con su varita avivó las llamas para luego ponerla de nuevo sobre el escritorio, regresó, la cubrió con la sábana y la tomó entre brazos... -para estar delgada pesaba algo, sintió su espalda flaquear sin embargo sus brazos la sostuvieron sin demostrar debilidad.
- ¡Sí que pesas...! -bromeó sonriendo.
- Y no me digas... Que aparte de pesimista, impaciente y friolento... También eres un débil
-le siguió la broma, sonriendo con gracia.
- ¿Ah? con que soy eso
-se quejó con indignación aparente, mientras la acostaba con delicadeza sobre la colcha, para meterse entre las sábanas él también.
- ¿Qué más soy?, ¿eh?-le dijo a tono de cuestión.
- Ah... tontín y distraído - agregó riendo - Pero ese último te lo pegó tu amigo pelirrojo. De lo demás, él tiene lo flojo, inoportuno y comelón...-le contestó cual fuese un profesor en clase.
- ¿Y no habrá una crítica favorecedora? por lo menos para mí...-soltó acomodándose sobre ella y haciéndole cosquillas, la chica se destornillaba de la risa.
- Harry... ja,ja,ja ¡No, basta, detente! -no podía articular palabra debido a la incontenible risa.
Él la dejó por la paz y de pronto el silencio se hizo presente, tan sólo se miraron...
- Hermione, quiero que sepas
porque es importante... Que esta noche, lo que hemos vivido juntos... ¡Es lo más mágico, hermoso y maravilloso que me ha sucedido en toda mi vida! - exclamó sonriendo. - Y que estoy feliz de que haya sido contigo, y aquí... Pese a que tal vez no sea el lugar más romántico...-acarició su mejilla, tomó su mano y la besó.
- Harry...-exhaló conmovida, su marrón mirar se volvió a llenar de lagrimitas.
- Además de que si a partir de este momento, tú y yo volvemos a vivir esta experiencia, que es lo más lógico -dijo sonrojado. - Aprendamos a conocernos sin tabúes
y a que cada vez que se dé, sea único, sin miedos, temores o vergüenza. Pues en una pareja debe de haber confianza, al igual que en el noviazgo, así en la intimidad -habló con seguridad, para luego volverse a unir a ella. La castaña sintió de nuevo esa descarga de electricidad recorrer por su piel.
Entregándose por completo el uno al otro, él susurró algo a su oído...
- Hermione... esta noche nosotros no tuvimos sólo sexo
yo hice el amor contigo... -su marrón mirada irradió alegría, el ojiverde la volvió a besar. Entre suaves caricias se exploraron lentamente, conociéndose más en la intimidad.
Alrededor de la una de la madrugada ambos se quedaron dormidos...
Touch, like a angel like velvet to my skin
Toque como un ángel, como terciopelo a mi piel
And I wonder,
y me pregunto,
wonder why you wanna stay the night?
por qué quieres quedarte la noche?
what you're dreaming, what's behind?
Qué estás soñando, qué hay detrás?
don't tell me, but it feels like love
No me digas, pero se siente como amor
Una brisa fresca recorrió la mejilla de Harry lo que lo hizo despertar y al abrir los ojos, al encostrarse con el rostro de la castaña que descansaba sobre su pecho, entre sus brazos, con su suave y tranquilo resuello rozándole el torso
Se acomodó las gafas, esbozó una sonrisa; con cuidado para no despertarla la colocó en la otra almohada, la cubrió mejor con la sábana, se recargó sobre su codo derecho y la observó con su esmeralda mirada perdida en ella
Parecía un ángel, con los rayos de luna proyectándose de lleno en ese fino rostro, su silueta se apreciaba a través de la sábana, la cual se adaptaba y mostraba la forma de su cuerpo. El mismo que él había transformado esa noche, de una adolescente al de una mujer, su mujer...
La siguió contemplando, sus labios estaban rojos, sus rizos definidos y húmedos... Su respirar ascendía y descendía con suavidad... - Insistes en quedarte la noche -exhaló con un suspiro silencioso. -¿Qué estarás soñando, Hermione? Quizás no podré tener el privilegio de saber qué sueñan los ángeles... - la besó con delicadeza y precaución, se incorporó enredándose la cintura en la otra sábana y yéndose a sentar en el sillón vio a través de la ventana... El cielo se notaba despejado, de un azul marino intenso, la luna brillaba a todo resplandor. Para su sorpresa afuera caía una lluvia de estrellas, se vio tentado a ir a despertar a la castaña, se debatió y al fin decidido... de todas formas valía la pena interrumpir su tranquilo sueño para que no se perdiese un espectáculo tan especial y maravilloso como lo que ellos habían y estaban viviendo. Apenas se iba a dar la vuelta, ya se había parado, cuando unas suaves manos rodearon su cintura subiendo con caricias por su estomago y torso, sintió la fina barbilla de ella posarse sobre su hombro, pese a no alcanzarlo muy bien.
- ¿Por qué no me despertaste?-murmuró con cierto reproche, él retiró sus manos de su pecho con delicadeza, para después voltearse y verla de frente, ella se había puesto su camiseta de él y se enredaba con la sábana por encima de la cintura.
- Lo siento...-fue lo único que dijo y le señaló la ventana para que apreciase la lluvia de estrellas. Ambos vieron el espectáculo que el mismo universo les obsequiaba; sentándose en el sofá con las piernas estiradas y ella sentada sobre las piernas de él.
I'm gonna take this moment
Voy a tomar este momento
and make it last forever
y hacerlo durar para siempre,
I'm gonna give my heart away
Voy a regalar mi corazón
and pray we'll stay together
y rezar para que quedemos juntos
'Cause you're the one good reason
Porque eres la razón buena
You're the only girl that I need
eres es la única chica que necesito
'Cause you're more beautiful than
porque que eres la más bonita que
I have ever seen
he visto alguna vez
I'm gonna take this night
Voy a tomar ésta noche
and make it Evergreen
y hacerla eterna
(Don't tell me, but it feels like love) (No me digas, pero se siente como amor)
El fenómeno estelar se daba fascinando sus miradas...
- ¡Es tan bello!, ¡tan único...! -suspiró la chica.
- ¡Como tú...! Aunque dudo que en todo el universo haya una chica más hermosa que tú -acarició sus manos por encima del abrazo que mantenían, ya que sus brazos estaban entrelazados alrededor de la cintura de ella.
- Vas a hacer que me lo crea -le dijo con broma, halagada.
- Es verdad
Tú eres la mujer más bonita que jamás haya visto alguna vez
por lo mismo también dudo que la vuelva a ver. Eres la única que necesito
Eres la razón de mi vida -la ojimarrón sonrió tenuemente, él rozó su lóbulo derecho.
- Esta noche quisiese que fuese eterna
-agregó en susurro.
- Pues la haremos eterna, Harry -exclamó con rotundidad.
- En verdad yo no me arrepiento de vivir esto
-se sinceró, con un tono tierno.
- Y yo te digo que para mí, este sí es el sitio más romántico y especial, porque estoy compartiendo esta experiencia nueva para ambos, aquí contigo -expresó la chica, luego giró su rostro y con su nariz acarició la mejilla de Harry, quien cerró sus ojos y la acariciaba en la cintura, mientras la fina mano de la joven subió a su cabello revoltoso y entre metió los dedos en él con caricias.
Luego se detuvo y se puso de pie, desconcertándolo, pero tendió su mano para que él la tomara y la siguiese. Ella le sonrió y caminaron para acostarse nuevamente en la colcha, pero antes deshizo el nudo con el cual sujetaba la sábana del ojiverde en su cintura, al igual que deshizo el nudo que sujetaba la de ella, se quitó la camiseta y lo haló hacia ella
llevándose a cabo una nueva entrega.
I'm gonna take this night
Voy a tomar ésta noche
and make it Evergreen
y hacerla eterna
***
Hola, quiero hacerles saber que cambié el contenido del capítulo Evergreen
Sentí que lo necesitaba porque el songfic lo está leyendo mi primita de 13 años
y no sé lo leí y dije ¡Dios esto está demasiado específicamente detallado! no es que lo tome por el lado morboso por supuesto que siempre fue visto por el lado romántico, sin embargo cuando lo escribí creo que no tenía ni idea de cómo explicar la escena XD eso fue hace 5 años ¬¬
PD: Capítulo inspirado en la escena romántica de Oz y Heather de American Pie.
Song: Evergreen
Banda:Westlife
Anyeli Potter Granger
18/sep/10
Cuando ríes veo salir el sol,
Es algo increíble, Yeah!
Hay un ángel que está junto a mí,
Por mi corazón.
Cuando ríes ya no hay marcha atrás,
Es algo increíble...Yeah!
Hoy tengo un ángel frente a mí,
Por mi corazón.
El frío del alba se sentía, estaba amaneciendo, los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana iluminando levemente los cuerpos de dos jóvenes. Harry abrió lentamente sus ojos adormilado, se acomodó las gafas y una sonrisa de felicidad indescriptible se dibujó en sus labios, pero más que nada en su corazón... La castaña dormía bocabajo, su espalda estaba cubierta parcialmente poco más arriba de la cintura con una de las sábanas, él no se cansaba de insistir que parecía un ángel, con delicadeza y cautela acarició aquella suave espalda. En el interior de su ser había toda una revolución de bellas emociones... Apenas la mañana anterior había amanecido entre nervios por la final y las ganas de derrotar a Malfoy, y ahora todo eso parecía salir sobrando, ya nada ni nadie lo separaría del amor de su vida. Ya no había retorno en el paso tan decisivo que habían dado, no habría marcha atrás, sólo mirar hacia delante, cual unión era eterna... Su sonreír se hizo más amplio al recodar que a lo largo de la noche él había dejado de ser el niño tonto con miedos. Hermione estaba a su lado por ser él, con todo y esos temores ella sabía cómo sanarlos.
(Hoy sé) que estoy bien a tu lado,
Tu amor es mío...
En ti dejé mi amor y todo lo que soy,
Te entregaste a mí sin condición.
Te di mi corazón,
Sin saber llegaste a mi interior,
y yo en ti dejé mi amor...
El joven de cabellos revoltosos la continuó observando, y en su mente pasaba todo lo que pensaba respecto a lo acontecido...
- Hermione, eres tan perfecta, tan pura... Y yo aún no sé si te merecía, si te merezco realmente, tan sólo sé que a tu lado me siento protegido y completo. Con tu manera de ser lentamente entraste en mi vida, como un misterio sin resolver te convertiste en indispensable... -continuaba pasando sus dedos por la espalda de la chica, cual suavidad parecía una tersa y delicada flor.
- Pero ahora, esta mañana, es tan difícil creer que anoche tú me dejaste conocerte, me entregaste tu ser completamente, tu amor es mío. Y yo a cambio te obsequié mi corazón y todo lo que soy.
Me salvé cuando te encontré,
Es algo increíble... yeah!
Ya no vivo en el ayer,
Hoy tengo amor.
- Es tan increíble pensar en todas las cosas que hemos pasado juntos, cuántas ocasiones tú me has salvado de los peligros. Tu amistad misma me salvó de la soledad, y tu amor de la equivocación... de todo lo que ha sucedido antes de vivir esto, que con nadie más había vivido y no habrá nadie más -fue acercando sus labios a la espalda de la joven hasta rozarla con su aliento, absorbía ese embriagador olor que la piel de ella destilaba, ese fresco y singular aroma a rosas campestres.
- Porque a pesar de que tú y yo saliésemos con personas distintas, y no aceptáramos lo que sentíamos desde hace tiempo, ya no viviremos más en ese ayer. Hoy estamos juntos, hoy tengo tu amor... -bajó la sábana hasta la cintura y comenzó besando con cautela aquella fina piel.
Con lentitud serena la chica abrió los ojos, el paró de besarle al ser sorprendido y la miró apenado por despertarla, ella sonrió acariciando su rostro al percatarse de sus caricias y de su mirada; aún estaba boca abajo pero giró su rostro para poder mirarle mejor. A través de su marrón mirar se podía distinguir un brillo especial, algo diferente había en ese brillo esa mañana, definitivamente ambos habían cambiado. No sólo sus cuerpos, también su esencia.
(Hoy sé) que estoy bien a tu lado,
Tu amor es mío...
En ti dejé mi amor y todo lo que soy,
Te entregaste a mí sin condición.
Te di mi corazón,
Sin saber llegaste a mi interior,
y yo en ti dejé mi amor...
- ¡Buenos días!, ¿dormiste bien? -le brindó una sonrisa.
- Dormí en tus brazos, ¿tú crees que pudiese haber dormido mejor? -ahora él acarició su mejilla y le sonrió.
- Harry... -susurró.
- Hermione, ¡Gracias! -exclamó.
- ¿Gracias?, ¿Por qué? -le miró sorprendida.
- Por la noche que vivimos, porque te entregaste a mí como yo a ti. Como te entregué no sólo mi ser, también te di mi corazón y mi vida completa te pertenece. Como tu amor es mío, por ello sé que a tu lado estoy bien y en ningún otro, ni con nadie más quiero estar nunca... Mi amor está sólo contigo -se acercó a su rostro y puso una mano en la espalda descubierta de ella, por fin le había dicho ese mar de sentimientos que morían por expresarse, aunque con palabras tal vez no pudiese decirle cuán enorme eran.
- Nos pertenecemos Harry...-exhaló con sus labios a sólo centímetros.
- Por siempre -sonrió besándole.
Mi gran amor soñé que fueras tú
Cuando entraste en mi vida,
Todo cambió...
- Harry, desde que me enamoré de ti, siempre soñé con que serías tú el chico con el cual me gustaría vivir esto que acabamos de compartir... -pensó mientras se besaban, le miró radiante pero no le dijo nada.
- Tú cambiaste mi vida, le has dado y le das un giro de 180° con cada palabra tuya, y de ahora en adelante ya todo será y es distinto... Lo que sucedió anoche no se podrá cambiar, ni nada lo podrá borrar. Hermione, yo te repito que no estoy arrepentido de nada -exclamó, la castaña tan sólo le siguió observando mas sin embargo no habló, pero le sonrió.
Ambos se unieron en un abrazo y un nuevo beso.
Tras un rato de estar besándose se quedaron tan sólo abrazados y en silencio, ella estaba sobre su pecho rozándolo con sus dedos y él acariciaba sus rulos y la tersa piel de sus brazos y espalda. La castaña decidió que era hora de regresar a la realidad, los rayos del sol cada vez eran más claros.
En ti dejé mi amor,
(Hoy) un hombre nuevo soy.
Por fin estás en mi interior... OH Yeah!
- ¿Qué haces? -preguntó Harry cuando ella hacía el intento de incorporarse.
- Voy a vestirme para irnos, y tú deberías hacer lo mismo -le respondió.
- Pero Her, hay que quedarnos un rato más. Aún es temprano -dijo poniendo una mano en su espalda para que no se incorporara.
- Sí, bastante temprano. ¡Son cerca de las ocho! -dijo con sarcasmo.
- ¿Cómo sabes? -vaciló.
- Porque lo señala ese reloj! -señaló la pared a lado de la puerta donde estaba un reloj marcando las 7:20 a.m., el chico volteó a verlo y sonrió despreocupado.
- Ves, Es tarde -exclamó con triunfo e intentando pararse.
- Mas bien, aún es temprano -contestó él con una pícara sonrisa, para luego halarla contra sí tomándola por sorpresa, rápidamente el ojiverde la giró para poder quedar él sobre ella.
- Harry, por favor
-exhaló con súplica seria, al sentir su respiración tan cerca.
En ti dejé mi amor, y todo lo que soy,
Te entregaste a mí sin condición.
Te di mi corazón,
Sin saber llegaste a mi interior,
Y yo en ti dejé mi amor...
- Por favor tú Her, No te compliques... Todos deben estar dormidos, recuerda que fue la final. ¿De verdad crees que madrugarán? -dijo con tono tranquilizador.
- O algunos que desean tanto esta antepenúltima salida a Hogsmeade, como alguien que conocemos... -habló con más seriedad, y lo quiso empujar.
- Si te refieres a Ron, Uy! él debe estar más que dormido... ¡fundido! -le dijo con una sonrisita.
- No, Sabes que Ginny le encanta ir a Hogsmeade, y que por lo mismo ya debe estar despertándose. Además de que pronto te irá a buscar, sino te encuentra en la torre no descansará hasta localizarte. Ayer estaba muy impaciente y angustiada porque no llegabas, no sé qué haría Ron para distraerla. Y si nos encuentra aquí no sé cómo vaya a reaccionar... No quiero que se entere así
-se escuchó en verdad preocupada.
- ¡Tranquila!, y hablando de ella de todas formas hoy tú hablarás con ella, así qué cuál es la diferencia? -le miró sin preocupación aparente.
- ¡¿Cómo qué cuál?! -arqueó la ceja exasperada ante la actitud del chico - La forma, y esta no es en definitiva, yo debo decírsela. No ella encontrarnos así -negó alarmada.
- ¡Calma!, Mejor relájate y más tarde buscaremos a Ginny. ¿Está bien?-le dijo acercándose a sus labios.
- Harry, tal vez no
-pero no pudo continuar hablando ya que el chico de gafas silenció su voz capturando su aliento entre sus labios. La ojimiel iba a decirle que no se sentía capaz de hablar con su amiga, no tan rápido, pero bien dice un dicho "No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla". Ese día estaba llegando a su destino... ¿Por cuánto tiempo más quería seguir ocultando algo tan evidente? Ni ella misma sabía cómo, pero tenía tanto miedo a la reacción de su amiga, y de los demás.
Él intensificaba el beso y acariciaba con dulzura el cuerpo de ella, quizás buscando un nuevo encuentro. Hermione relajó la tensión en su mente, rindió su ser ante las caricias de Harry dispuesta a dejarse guiar por él, por esa búsqueda de senderos que el chico pareciese tratar de encontrar en su cuerpo
cuando un ruido proveniente de los vestidores les congeló la sangre.
Y yo en ti dejé mi Amor.
Siempre, como ya es costumbre día a día es igual.
No hay nada qué decir, ante la gente es así,
Amigos simplemente amigos y nada más.
- ¡Ginny, qué hacemos aquí?! -exclamó con exasperación, la que reconocieron como la voz de Ron.
- Buscar a Harry -respondió la voz que claramente era de la menor de los Weasley.
Ambos estaban estáticos, eso los había tomado por sorpresa, una sorpresa muy petrificante.
- Pero ya te dije que él debe de estar por ahí, en los pasillos o en las cocinas, con lo tragón que se ha vuelto últimamente. Tal vez ya hasta se fue a Hogsmeade -habló algo más fuerte, si sus amigos estaban ahí quería alertarlos.
- ¡No seas tonto, Ronald! Todos nos marcharemos a partir de las nueve -le dijo con sarcasmo.
- ¡¿Entonces qué hacemos despiertos a las 8 de la mañana?!, Mejor dicho desde las 7. Buscando al renacuajo escurridizo, cuando él debe de estar hasta con una chava y tú queriendo interrumpirlos -vaciló ante su misma expresión.
- Ja-ja-já ¡¿Te crees muy gracioso?! -le reprendió ácida- ¡No digas babosadas!, y mejor ayúdame a buscarlo, puede que le haya ocurrido algo y esté herido -agregó supuestamente angustiada. En el fondo sabía que su hermano tenía razón, su Harry estaba con una chica, y para su mayor pesar era su mejor amiga. La noche anterior lo descubrió y pese haber llorado casi toda la noche por tan cruel traición, esperaba con ansias poder reclamarle de frente, aunque en su interior no sabía con claridad si su temor a desmoronarse era más fuerte que su ahora odio por su ex -mejor amiga. Nacido cuando a través de la capa de invisibilidad pudo comprobar y ser testigo de sus sospechas, eso era lo que más dolía
Que ella no hubiese sido sincera. Tal vez lo hubiera asimilado o tal vez no, pero con seguridad no se sentiría tan lastimada como lo estaba en ese momento.
- No llames a las desgracias, ¿quieres? Y si le hubiese pasado algo ya todo el mundo lo sabría -acentuó seguro -Así que mejor, ¡Vámonos! Puede que esté dormido, y con el humorcito que se carga no quiero que se desquite conmigo. Aún estoy feliz por la victoria de ayer, para que me encuentre con la cara de Harry -alegó suplicando para que su hermana desistiera y para que sus amigos ya no se encontrasen dentro de aquél despacho.
- Es que sólo a ti se te ocurre dejarlo solo, también te has fijado que parece en otro mundo -le insistió ella.
- ¿Quién?, ¿Harry? -seguían caminando con dirección al despacho del capitán, por cada paso daba un golpe fuerte en los casilleros.
- No menzo! de seguro Colin -le miró sarcástica - ¡Y deja de hacer tanto ruido!-regañó, tapándose los oídos.
- Ah pues a Colin así lo traes tú... ¡No te quejes! Pero a Harry, ¡Él siempre! -dijo sin inmutarse, al contrario los dio con más fuerza.
- Definitivamente eres un payasito, en vez de seguir diciendo tonteras mejor camina, vamos a buscarlo -lo jaló para que avanzase más rápido.
- ¿A dónde?, ya revisamos los lugares principales. Ya aparecerá, y si no, no se pierde nada bueno
-bromeó, su voz retumbaba en los vacíos vestidores - ¡Anda vámonos! -la quiso hacer dar la vuelta para irse.
- ¡No entiendes nada! -se jaloneó irritada -Ayer lo noté ausente, y si está deprimido, ¡No lo abandonaré! Tú no abandonarías a Luna, o sí? -soltó más enfadada.
- Claro que no!, Pero él tiene a su... -por contestarle a su hermana que ya estaba agotando su paciencia estuvo a punto de meter la pata.
- ¿A quién? -frunció el ceño- Acaso su hermano ya sabía de la traición hecha por Hermione?, lo más probable es que sí. Lógico eran sus amigos, pero entonces hasta su mismo hermano la había apuñalado por la espalda?!, hasta ese punto esa castaña se había convertido en su rival, quitándole a su amor y a su hermano.
- A sus amigos... que siempre lo apoyaremos. ¡Y él lo sabe! -soltó nervioso y alzando más su voz.
Pero quién sabe en realidad, lo que sucede entre los dos,
Si cada quien llegando la noche finge un adiós.
- ¡Por lo mismo estamos aquí!, supuse que si no está en ninguna parte del castillo él se despeja en el campo de Quidditch. Y al ya no haber más partidos, ni entrenamientos, le entraría melancolía
y si se quedó anoche a dormir fuera pues está en su despacho -avanzaba con paso decidido.
- Pues si está ahí hay que dejarlo solo, muchas veces eso te hace tanto bien que mil palabras de los que te rodean, por muy tus amigos que sean ¡um!-se paró frente a ella impidiéndole el paso.- Mejor venimos más tarde, o dejemos que él sea quien nos busque -movió la cabeza cual quisiese que ella asintiese.
- No Me Iré Sin Comprobar Que Está Bien - ¡Vete Tú!, Y Gracias ¡Por Nada! ¡Ahora Hazte Aun Lado, Ron!-estalló por fin haciendo que él caminase hacia atrás hasta que chocó con la puerta del despacho donde se encontraban sus mejores amigos.
- ¿Aun lado?, ¿de dónde?-titubeó nervioso, pero de algo estaba seguro era que pasase lo que pasase no se movería de allí. No dejaría que descubrieran a sus amigos, y menos que su hermana sufriera.
- ¡De La Puerta, Tonto!-gritó enojada.
- ¡No insultes, eh!-exhaló con miedo, sabía que cuando su hermana se enojaba era de armas tomar.
- ¡QUÍTATE! -ordenó advirtiéndole.
- ¡Uy, qué genio! Tendré que hablar muy seriamente con Colin, mira cómo te carga -bromeó vacilando, no sabía qué tiempo tenía y si sus amigos habían escuchado sus gritos y advertencias de su presencia y la de su hermana.
- Ronald, Traigo Mi Varita, Y No Querrás Que La Emplee En Ti ¿Verdad?- le cuestionó amenazante.
- Ay no cómo crees - dijo tragando saliva.
- ¡Entonces Ya Muévete! -le reprendió.
El pelirrojo tuvo un último valor y comenzó a bailar pegado a la puerta.
- ¡NO ME REFERÍA A ESE MOVIMIENTO! -hizo un ruido con la boca de total molestia.
- ¡¡HAZTE AUN LADO, RONALD!! -le ordenó apuntándole con la varita -Ron suspiró ahogando un grito y al mismo tiempo que su cuerpo se resignó a moverse y su cerebro le ordenaba quedarse, sintió que lo jalaban, él ya esperaba algún hechizo proveniente de la varita de su hermana.
La pelirroja giró la manilla pero no se abrió entonces susurró -"alohomora" la manija se movió y la puerta se abrió. El ojiazul contenía la respiración tratando de prepararse para lo que venía y vería a continuación...
*-*-*-*-*-*-*
Cuánto daría por gritarles nuestro amor,
Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control.
Que despertamos abrazados, con ganas de seguir amándonos,
Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor.
Mientras asimilaban lo que escuchaban, ella dejó de besarle y al reaccionar lo empujó sin que él pudiese detenerle, pero a la vez él mismo se puso de pie. Los dos buscaban sus ropas, trataban de vestirse aprisa, las voces se escuchaban y percibían más cerca. Harry oía algunas cosas de la conversación, y aunque quería estrangularle por sus bromas hechas hacia él, le agradecía desde lo más profundo que su amigo se la estuviese jugando por ellos.
- ¡Te lo dije! -le reñía la castaña, se ponía los jeans.
- Ya Her tranquilízate, mejor apurémonos -él se abrochaba los vaqueros.
- ¡Claro, están dormidos! -continuaba con sarcasmo.
- Mira, Ron no nos fallará. Y si nos encuentra pues hablaremos y resolveremos esto de una buena vez -dicho esto se detuvo, ya se había puesto la camiseta y los vaqueros.
- ¡No Harry!, ¡Tú Estás loco! -negó ella con angustia, también deteniéndose. La chica ya traía los jeans y la blusa, pero su sudadera la dobló en su brazo.
- ¿Por qué loco?, Si le hacemos frente ahora sin seguir escondiéndonos como cobardes, será mejor -le miró serio.
- Por favor, No quiero manchar el recuerdo de la noche más hermosa de mi vida, con una discusión como esa -le dijo con voz de súplica y se acercó acariciando sus cabellos rebeldes.
El ojiverde pudo notar esa marrón mirada cristalina y rendido ante ella asintió.
- Está bien! Sólo porque tampoco quiero arruinar lo vivido -exclamó, abrazándole y besando su frente.
La castaña sonrió pero a la vez propició la separación- ¡Harry aprisa!
- Tienes razón -lanzó un hechizo a las sábanas, la colcha y almohadas; para que se guardasen en el armario. Ella tomaba sus tenis y calcetas.
- ¡Harry, por dónde saldremos?! -gritó alarmada, en voz baja, notando que en la puerta alguien acababa de chocar.
- Por el pasadizo que está justo detrás del librero, te llevará a la parte baja de las tribunas del estadio -movió un libro y dejó ver el sombrío pasadizo.
- Harry, cómo...-quería preguntarle cuándo lo había descubierto pero se la reservó.
- Dijiste, ¿me llevará? -arqueó la ceja, se escuchó la amenaza de Ginny hacia el ojiazul.
- ¡Sí, Her! Adelántate, yo los distraeré, de lo contrario saldrán y Ron no podrá detenerle más, ella nos descubrirá -dijo nervioso, su miel mirada recorrió el desordenado lugar, con todo ese tiradero levantarían sospechas.
- Te veo más tarde...-exhaló sin aliento al escuchar un grito de la pelirroja.
- Hermione, ¡Te amo! -le dijo besándola fugazmente, ella embozó una rápida sonrisa.
- Debo irme -se alejó y desapareció tras el librero. Él miró cómo el estante regresaba a su sitio cubriendo el hueco, se oyó un grito más fuerte, sin mucho tiempo y muchos nervios tomó una sábana y la almohada. Corrió hacia el sillón, se enredó en la sábana, cerró los ojos y fingió dormir. -apenas y lo logró cuando la puerta se abrió ante el hechizo de Ginny.
*-*-*-*-*
Al entrar notaron al joven de gafas aparentemente dormido, Ron suspiró aliviado por no ver a nadie más con él, tan profundo que hasta se le nubló la vista. Avanzaron y la pelirroja acarició la cabeza de Harry.
- Ves!, Te dije que estaba aquí -exclamó con voz triunfal.
- Y yo te dije que estaba bien, así que antes de que despierte y nos corra, ¡mejor vámonos! -alegó él, ambos hablaban en voz baja.
- Vete tú!, Yo me quedaré -contradijo.
- Mira Ginny, dejémoslo descansar. Debió sentirse agotadísimo como para ya no llegar a la torre anoche -ahogó una sonrisilla pícara y le miró serio.
El chico de gafas entreabrió sus ojos y pudo distinguir borrosamente una mancha violeta y otra rojo oscuro, eran los jersey de los pelirrojos.
- Hola Harry, ¿estás bien? -le preguntó cuando él se incorporaba y se quedaba sentado, ellos retrocedieron.
- ¡Perfectamente! -no pudo disimular su alegría en la voz.- ¿Qué hora es?-cuestionó dando un gran y exagerado bostezo, tallándose la cara, pero notó que su error fue dejarse las gafas.
- Las 8:30 -le respondió la chica.
- Santo cielo!, ¡Me quedé dormido! -exclamó con voz de apariencia alarmada.
- Eso parece -le sonrió un tanto sarcástica, y observando que el sitio se encontraba en total desorden.
- ¡Cerca de Doce horas! Sí que debí estar exhaustísimo!-se frotó el cuello.
- Claro -le miraba con acidez la chica.
- Bien, Entonces hay que desayunar -se puso en pie, su cuerpo estaba enredado en la sábana, parecía traer una capa.
- Pero ustedes, ¿no deberían de estar camino a Hogsmeade? -les preguntó viéndoles dubitativo, aún estaba nervioso por casi ser cachado infragante.
- No nos podíamos ir sin saber de ti, ¡Nos preocupaste mucho! -le dijo con voz algo amarga, que ellos no percibieron.
- Gracias - Pero en serio después de la tarde tan agitada, ¡sólo quería descansar! -les sonrió vacilante, el ojiazul se contenía la risa, y volteó a ver a otro lado.
- Ah bien -arqueó una ceja- Pero te perdiste de un gran festejo!, ¡De tu victoria!-chilló la pelirroja.
- Ya habrá otras ocasiones para una fiesta -comentó sin darle importancia.
- Harry, ¡No lo puedo creer!, Si es tu última celebración de un partido en Hogwarts ¡¿y dices que habrá más?! -dijo con voz de reclamo y a la vez de no creer que el chico hablase en serio.
- Bueno tal vez no, pero
lo siento -se defendió, sorprendido ante la reacción de la chica - Oigan ¿y Hermione? -quiso despistar pero metió más la pata.
- No sé, Ella también se perdió diciendo que tenía un fuerte dolor de cabeza - soltó con ironía - Al parecer anoche estaba algo como una epidemia de jaquecas, porque Ron acompañó a Luna, quien también la padecía. Justo cuando apenas comenzaba la fiesta -le vio ácida, incrédula, dolida e indignada -¡¿Por qué Harry fingía con tal cinismo?!,¡¿por qué aparentaba tan cínicamente?! -Debía ser por influencia de la ojimiel, que a cada segundo detestaba más.
- Ah... -tragó saliva, sudándole las manos- ¿Acaso Ginny sospechaba algo?
- Pero tampoco la he visto esta mañana -respondió fingiendo en verdad no saber nada.
- Quizás aún duerme, tal vez esté tan cansada como o más que yo -dijo sin pensar.
- Harry apúrate que tengo hambre, además perdemos tiempo y hay mucho qué hacer en Hogsmeade -intervino al percatarse que su amigo en vez de salir del apuro se hundía más.
- Sí -caminó con nervios y vacilación, salió hacia los vestidores. Ron le siguió, Ginny se dejó caer en el sofá.
*-*-*-*-*
Afuera el pelirrojo se podía por fin expresar.
- ¿Ajá? Muy exhaustísimo, tarde agitada. ¡Yo diría noche! -Quería descansar... ¡y sí que descansaste!-le susurraba con voz melosa y burlona, cuando caminaban.
- ¡Ron! -exclamaba entre dientes -Tu hermana sigue ahí -señaló el despacho.
- ¡¿Por qué no la detuviste?! -reclamaba sorpresivamente.
- ¡Oye!, ¡yo sí que la vi cerca!, les salvé el pellejo a ustedes arriesgando ¡el mío!-se defendía indignado porque su amigo parecía no agradecer su sacrificio.
- Y te lo agradezco -le dijo por fin sonriendo. Se detenía frente a su casillero.
- ¡Pues no parece! -se quejó frunciendo el entrecejo.
- Pero no te perdono tus insinuaciones, ¡Te vi! Estabas a punto de reírte por cada cosa que decía -siguió con su reclamo, abrió el casillero puso la sábana, sacó una playera verde mar y unos zapatos, se sentó en uno de los bancos frente a los armarios.
- Yo qué culpa tengo que no se te borre esa sonrisota de ido -dijo observándole de brazos cruzados y recargado en los estantes - Por lo menos disimula como yo disimulé... -soltó sin pensar, después sintió un retorcijón en el estomago, sin querer había metido la pata.
- ¡Ron! - Luna y tú, ya?...-abrió sus ojos como platos, alzó la cabeza viéndole muy sorprendido, y dejando de amarrarse las agujetas embozó una sonrisa curiosa.
- No estamos hablando de mí, ok -se puso a la defensiva, sudando por haberse delatado - Aunque Hermione y tú sí, ¿verdad? -le lanzó una mirada traviesa y pícara.
- ¡Cállate! -se le borró la sonrisa.
- ¡Con razón! -ahora él sonreía porque su amigo había revelado lo que ya se sospechaba.
- Pero al menos me hiciste caso y se cuidaron, ¿no? -le preguntó sin inmutarse, ante la mirada asesina del chico de gafas.
- ¿Entonces sí lanzaste esa indirecta anoche?, Mientras nos duchábamos! -lo fulminó más.
- ¡Tú la tomaste!, Nadie te obligó...-se encogió de hombros- ¡Pero, ay por merlín!, ¡¿Ahora con qué cara veré a Hermione?!-rió con exageración de angustia.
- Con la misma -dijo con sarcasmo.
- No creo. Ahora no dudaré en decirle señora Potter -bromeó.
- Ja-ja-já, gracioso -le miraba con acidez.
- Harry, relax!- ¡Hoy es un gran día!, ¡lo tarado te aumentó, pero definitivamente lo inocente y niño se esfumó! -ahogó una carcajadota.
- ¡Ron, que te calles! -le reprendió entre dientes, vio hacia el despacho nerviosamente.
- Esta bien!, Pero se cuidaron, ¿verdad?-soltó la pregunta nuevamente, mientras contenía su risa.
- Ah... sí ¡obvio!-le mintió sintiendo un gran peso en su estomago, en realidad no le había cruzado por la mente la palabra "protección". El ojiazul le miró unos instantes fijamente luego sonrió.
- Menos mal -comentó, él bajó la mirada y terminó de amarrarse las agujetas de los zapatos. Se recriminaba haberle revelado a su amigo algo tan privado, algo tan personal, lo que quería reservarse para él y Hermione nada más. Pero más que todo se recriminaba no haber tomado precauciones...-sacudió su cabeza tratando de despejar su mente- Se paró y regresaron por Ginny para irse al gran comedor.
*-*-*-*-*-
En cuanto salieron los chicos, ella se había sentado en el sillón, vino a su mente la imagen de Hermione y Harry. Las palabras cursis que él le decía a su mejor amiga y que ella hubiese dado su vida misma con tal de que fuesen dirigidas a ella; sus caricias, sus besos. Sintió una rabia mayor recorrer sus venas. Porque esa castaña era quien había propiciado todo, era ella la culpable, y se decía su mejor amiga.
Flash Back
Hermione, Luna y Ginny habían entrado por el retrato a la sala común, alumnos de Gryffindor se arremolinaban a felicitar al resto del equipo, ya que Ron y Harry estaban en los vestidores. Muchos tomaban cerveza de mantequilla que habían metido de contrabando... Parvati salía con Dean, Lavender con Seamus; y ambas parejas estaban charlando de lo intenso y emocionante que fue el partido. En cuanto Colin se percató que la pelirroja había ingresado a la sala trató de safarse del grupo de chicas de tercero y quinto que estaban alrededor de él y de su hermano.
- ¡Ginny! -gritó el castaño, mientras le sonreía con vacilación a una chica que lo tomó de la mano. La pelirroja palideció y embozando una sonrisa forzada despareció por las escaleras de chicas con la ojimiel, la rubia se había sentado en un sillón del lugar.
Desafortunadamente para el chico no pudo desafanarse del grupo de chicas tan rápidamente y con desilusión la vio subir por las gradas.
Mientras subían...
- ¿Por qué no esperaste a Colin? -cuestionó la castaña.
- ¡Porque ya me está hartando! -le respondió ácida.
- Ginny, deberías tan siquiera disimular tu antipatía por él -le dijo, la pelirroja le regresó a ver fulminante.
- Já! Mucho hago con soportarlo. Y Hermione no quiero discutir, apenas nos acabamos de volver a hablar -exclamó con molestia.
- Oh bien... voy a ducharme y cambiarme, ¿te veo abajo? -su voz se escuchó apenada.
- Sí, yo haré lo mismo. Espero que ellos ya hayan llegado -habían llegado a la puerta de la recamara de las de 6° año.
- Ojalá -dijo sintiéndose culpable, ya que muy pronto se reuniría con Harry, y no sabía si el plan era subir a la torre.
- Lo más seguro -agregó la pelirroja y cerró la puerta, la castaña continuó subiendo...
*-*-*-*-*-*-*
Pero quién sabe en realidad, lo que sucede entre los dos,
Si cada quien llegando la noche finge un adiós.
Ambas chicas bajaron casi al mismo tiempo, Ginny divisó a Hermione sentada junto a Luna, apenas había puesto un pie en el último escalón cuando su hermano entraba por el retrato. Inmediatamente un grupo se acercó a él, aplausos inundaron la sala, pero él venía solo - ¿Y Harry? -se cuestionó, el pelirrojo se deshizo del grupo con facilidad y se acercó a su novia y a su amiga, lo raro fue que él le dijo algo al oído a la castaña, la chica asintió con una sonrisa extraña; a su parecer de la chica, su amiga sonrió nerviosa.
- Hola Ron!, ¿y Harry? -le preguntó saludándolo y viendo hacia la entrada cual pensase que el chico de gafas venía detrás.
- ¡Ah, él! - Ahora sube, es un tanto lento y yo moría por ver a Luna -le respondió y dio un beso a su novia.
- Um -dijo con desilusión.
Tras un rato de charlar la desesperación invadió su ser - ¿Por qué el ojiverde no llegaba?, ¿y si Malfoy le había hecho algo por venganza? -esa idea asaltó su alma- Saliendo de su preocupación vio que la castaña se incorporaba.
- Saben chicos me duele la cabeza, creo que me voy a recostar un poco... -decía mientras se ponía una mano en la cabeza, pese a todo no parecía enferma.
- Pero Harry aún no llega, ¿no vas a esperarlo? -lanzó una mirada dubitativa.
- Harry sabrá disculparme, pero es que en verdad me duele mucho -le contestó tratando de sonar convincente.
- Tú ve Hermione, Nosotros le diremos y te disculparemos con él -intervino Ron al notar que su hermana no se creía mucho la excusa de la chica de rulos.
Hermione agradeció en el fondo la intervención de su amigo.
A los pocos minutos Ron le dijo que Luna también se sentía mal y la acompañaría a la casa Ravenclaw...
- ¿Por qué tardará tanto Harry? -preguntó con desesperación y voz inaudible, más para sí - ¡Ron, estás seguro que te dijo que vendría?!, ¿no notaste algo raro en él?, o algo extraño cuando saliste? -giró su rostro viendo a la pareja que estaba a unos pasos de ella.
- Ginny, tranquila! Él de por sí es raro. Y extraño, ¿cómo qué? -le contestó exasperado.
- No sé... tal vez alguien sospechoso cerca de los vestidores -le miró impasible.
- No, En definitiva no había nada sospechoso alrededor -soltó sin inmutarse, ya que sabía el motivo por el cual su amigo no llegaba y no llegaría hasta que regresase con Hermione.
- Oh bien, si no llega lo iré a buscar -atajó - ¿vienes?
- ¡No Ginny!, y será mejor que él llegue solito, no quiero que piense que lo vigilamos -una angustia porque su hermana fuese a meter la pata, o peor a descubrir a sus amigos, lo acongojó.
- ¡Eres tan tonto, Ron! -le dijo enojada.
- Mira Ginny, no estoy para pleitos, a Luna también le duele la cabeza. Así que la acompañaré a su sala común y luego regreso. Haber si para entonces el renacuajo ya llegó -le miró con cansancio, la chica le lanzó una mirada de acidez, el pelirrojo y la rubia salieron.
Después de unos minutos de esperar y lanzar miradas de impaciencia y angustia hacia el retrato decidió ir a buscar a Harry, si estaba en problemas o le habían hecho algo ella no se quedaría a esperar sentada. Con una mirada suspicaz recorrió la sala común pero todos estaban concentrados en sus conversaciones, y para su fortuna los Creevey no se habían podido deshacer del grupito de chicas, es mas, Dennis estaba fascinado con el hecho.
Con sigilo para no ser vista subió por las escaleras de chicos, tal vez era arriesgado pero no quería que alguien la viese al salir, así que una loca idea vino a su cabeza... subir por la capa de invisibilidad que pertenecía al ojiverde, en primer año se había dado cuenta dónde guardaba su baúl, si ya había revisado sus cosas que más daba si lo hacía de nuevo. Aunque aquella ocasión fue que buscaba con desesperación el diario de Tom Riddle.
Al entrar en la habitación sin la presencia de los dueños sintió que invadía su privacidad, pero decidida se acercó a la cama del chico de gafas y sacó debajo de ella el baúl del joven, lo abrió. Alguna ropa estaba doblada dentro ya que la mayoría la guardaba en su armario, la pelirroja se ruborizó cuando acarició una camiseta y se imaginó la espalda del buscador
se dio prisa y sacó la capa, se sentía tan ligera, como seda. Cerró el baúl y cerciorándose no dejar desorden lo volvió a meter bajo la cama. Se colocó la capa y salió sin hacer ruido, bajó las gradas, todos seguían en lo mismo. Festejo y charlas...
Había atravesado los pasillos y los jardines, llegó a los vestidores entrando sigilosamente para no ser detectada por Harry. Y ahí estaba, el amor de su vida, un amor un tanto imposible. Observó un instante cómo se ponía una camiseta blanca y ésta se adhería a su cuerpo por la humedad del mismo, sus latidos se aceleraron, lucía tan atractivo con su revoltoso cabello mojado, estuvo tentada a quitarse la capa y correr a abrazarlo, pero la poca cordura que le quedaba cuando estaba frente a ese chico la hizo desistir de todo intento. Cuando la voz de Harry con las palabras que dijo causaron que la sangre se le fuese a la cabeza y sintiera como un balde de agua helada le hubiese caído encima.
- ¿Hermione? -habló él, ella ahogó un grito de sorpresa -¿Por qué mencionaba a su amiga?
- ¿Eres tú? -volvió a preguntar el joven, ella se contenía por decirle que no, que era ella, Ginny.
- ¿Traes la capa de invisibilidad? ¡Her, no me asustes!-alzó un poco la voz, ella cada vez se confundía más, por qué él insistía en preguntar si era la ojimiel, y por qué mencionaba la capa?, ¿acaso la castaña tenía que bajar? Tal vez eso se esperaba él, era su mejor amiga, lógico. Pero y si?... ¡No!-se dijo, sacudió su cabeza.
- ¡Deja de jugar! -gritó una vez más, caminaba con las manos al frente como si quisiese agarrar el aire, la chica retrocedió en sus pasos para no ser descubierta.
- ¡Hermione, Basta! ¡En verdad me estás asustando!...-seguía gritando. Lo vio bajar la guardia y darse la vuelta hacia su despacho, iba seguirle cuando un ruido de pasos lentos y precavidos hizo girar su vista hacia la entrada y un nuevo vuelco al corazón la hizo perder el aliento... allí de pie, estaba la que consideraba su mejor amiga, sino es que su hermana.
Observando cómo su Harry gritaba sorprendido el nombre de la castaña y resbalaba cayendo al piso, la ojimiel con risa contenida le daba la mano para ayudarle a ponerse de pie. - Entonces era verdad, estaban de acuerdo para verse - notó la confianza con la que se hablaban, y cuando él recorrió con minuciosidad el lugar.- cuando una daga atravesó el pecho de ella, conteniendo las ganas de llorar - Fue testigo de cómo él pasaba sus manos por la cintura de esa castaña y la halaba contra su cuerpo, cómo con voz seductora le decía que le ayudase a escoger su ropa.- Los vio deshacer el abrazo y tomarse de las manos para dirigirse al despacho del fondo y entrar, él volvió a revisar los vestidores y entraron juntos cerrando tras de sí aquella puerta.
Vaciló unos instantes, quería desaparecer y no saber más, todo su ser temblaba de sorpresa dolorosa.- Se acercó y pegó el oído a la puerta -Escuchó sus risas, cómo él le abría su corazón a esa chica, y la nombraba a ella para decir que su amor no era verdadero, cómo con tal cinismo la ojimiel se atrevía a defenderle.- No podía seguir escuchando, se dio la vuelta y salió lo más rápido que pudo- Ya en la entrada estuvo conteniéndose por no desmoronarse. Pero tenía que saber hasta cuándo duraría todo aquello, regresó, oyó cómo él le explicaba a Hermione que lo que tenía en las manos era un ropón de bebé y que le encantaría que alguno de sus hijos lo llevase el día de su bautizo-por cada palabra ella derramaba una lágrima más, y después silencio para un instante escuchar cómo el ojiverde le proponía matrimonio tras decir que ya tenían planes juntos, un ensordecedor silencio volvió a invadir el ambiente para después oír la contestación de la castaña llamándole prometido, él confesándole que el anillo que le obsequiaba era de su madre. La habitación se había quedado sin el ruido de sus voces, luego escuchó la voz del chico disculpándose por
le pedía perdón y repetía que la amaba y que la respetaba. Entonces él había intentado ir más allá... otra vez el silencio para escuchar el golpe final.
- Hermione...-pronunció él con un hilo de voz.
- ¡Pues ya no me respetes!, si tanto me amas. Mejor demuéstramelo...-dijo, para ella era una voz con tono asquerosamente seductor.
A continuación sólo se oían respingos y suspiros, sonidos cual besos... ella ya se imaginaba qué estaba aconteciendo dentro de aquella habitación... sin querer sufrir más salió corriendo, con el corazón destrozado y bañada en lágrimas. No podía creer, apenas había reconciliándose con la castaña y ella la estaba traicionando robándole al amor de su vida, robándole la oportunidad en la que ella quería estar ahora. Caminó sin rumbo unos minutos... hasta que armada de valor e ira se decidió a arruinarles el momento, pero muy tarde, ya que un joven alto de cabellos castaños y sonrisa tierna. Algo guapo, y bastante atractivo para muchas; la tomó por el brazo con sutileza cuando ella se dirigía de nuevo a los vestidores.
- ¡¿Colin, qué haces aquí?! -saltó con un respingo de sorpresa y molestia.
- Te vi salir -respondió, mientras notaba que sus ojos estaban enrojecidos a causa del llanto.
- ¡¡Me Seguiste!! -chilló con reclamo indignado.
- Luces mal -dijo tomando a la chica delicadamente por la barbilla.
- Eso no te importa -bajó el brazo del chico de un manotazo.
- ¿Por qué lloras? -hizo el intento de limpiarle las lágrimas que se refugiaron en el entorno de sus ojos.
- ¡Te Dije Que Eso No Es De Tu Incumbencia! -retiró la mano del chico de su rostro con brusquedad.
- Vamos Ginny, ¿qué te he hecho como para que me desprecies así? -le preguntó con serenidad, pero en su voz se percibía tristeza.
- Ser Mi Sombra, Creerte Mi Guardián - ¡Por qué Mejor No Vas y Vigilas A Esas Tontas De Quinto!, ¡Porque Conmigo Nunca Llegarás A Nada! - Ah, Y De Una Buena Vez ¡Me Dejas En Paz! No Entiendes Que No Quiero Verte Colin, ¡No Entiendes Que No Te Quiero Cerca De Mí!-sentenció con frialdad, en el fondo ella no era así, pero la rabia y dolor que sentía en esos momentos la hizo actuar con impulsos agresivos.
Se daba la vuelta y corría con dirección a la torre Gryffindor. Colin la observaba marcharse y una lágrima resbalaba de sus ojos cafés. Ella atravesaba la sala común a zancadas, estando en su habitación se encerraba de un portazo, se desahogaba en su almohada
sentía que su ser se desmoronaba, su corazón parecía ya no querer latir, las palabras del chico de gafas resonaban en su cabeza -¿Quieres ser mi esposa?-simple frase que ella quería escuchar de sus labios a su oído, pero se las había dicho a ella, esa traidora debía estar feliz en brazos de un chico que amaba ella, y eso no le importaba; la estaba asesinando y no le importaba...
- Te odio Hermione...-susurró y hundió su rostro al igual que su alma se hundía más y más, el sueño la fue invadiendo, quizás si dormía al despertar se daría cuenta de que todo había sido una pesadilla; una absurda y tonta pesadilla. La luna proyectó reflejos sobre aquel rostro enrojecido por el llanto.
Fin del Flash Back
Unas lágrimas salieron de sus castaños ojos, los apretó recargando su peso en sus manos pues parecía contenerse para no desfallecer. Entonces su mano derecha se percató de un relieve, abrió los ojos y tomó la fina pulsera de plata que estaba en el sillón, tenía una estrella de dije y unas letras grabadas. -The Queen Of My Heart - y al reverso las iniciales "HPHG 24-12-97"
- Esta es la pulsera de ella, la que supuestamente era un obsequio de su madre. ¡Hipócrita!- exclamó para sí, recordando la comida en su casa, el primer día del año.
- Claro! ahora entiendo sus deseos de quedarse solos los 4, más ella...-apretó sus puños con ira.
- Para poder quedarse con él. ¡Por qué Harry!, ¿por qué le dices a ella que es la reina de tu corazón?, ¡¿por qué a ella le haces el amor?! No me atrevo a pensar que en mi casa... ¡Cínica! -abrió sus ojos, entornándolos con enojo dolido -Si se atrevieron a estar juntos en su casa -abrió ligeramente los labios con indignación.
- Y todavía me dice que Harry estaba enamorado de otra chica, y me repite ser mi mejor amiga, cuando le reclamé su estrecha amistad con él -cada minuto era cual herida se abría.
- ¡Te Odio Traidora!, ¡Desde cuándo me estuviste apuñalando por la espalda Hermione Granger! -apretó los dientes.
*-*-*-*-*-*-*-
Los chicos irrumpieron en la habitación, la chica no se percató.
- Ginny, ¿nos vamos? -dijo su hermano sacándola de su ensimismamiento, y ante sorpresivo grito dio un respingo, de inmediato guardó la esclava en el bolsillo de su jeans para que ellos no se diesen cuenta.
- Sí, vámonos -respondió.
Los tres salieron con rumbo al gran comedor. En el camino charlaron, Ron hablaba de lo que deseaba almorzar y de lo que quería comprar en Hogsmeade.
La pelirroja le echaba miradas sutiles al ojiverde, por alguna razón él se sentía nervioso y temía que ella ya se hubiese dado cuenta de lo que había entre él y Hermione. Ella no podía resignarse a concebir que su Harry había pasado toda la noche con la ojimiel, aún estaba presente lo último que escuchó, cómo tuvo que huir al ya no resistir más ese tormento. De cómo vio a su amor pasando sus manos por la cintura de la chica que algún día considero una hermana.
*-*-*-*-*-*
Siempre, con miradas siempre nos damos todo el amor.
Hablamos sin hablar, todo es silencio en nuestro andar.
Amigos, simplemente amigos y nada más.
Habían llegado al gran comedor...
Los estudiantes en su mayoría habían desayunado de manera apresurada, pues querían estar en Hogsmeade lo más pronto posible.
La mañana estaba despejada y pintaba para ser soleada, los dos pelirrojos y el ojiverde se sentaron en la mesa Gryffindor que ya se encontraba con pocos alumnos en ella, Ginny se sentó frente a ellos. Cuando la castaña entró en la estancia, con una sonrisa muy especial y ese brillo radiante en su mirada. Se notaba que se acababa de duchar, vestía con una blusa roja, una falda de mezclilla y alpargatas tipo bailarina de ballet de color beige claro. Sus rulos caían sobre sus hombros, los adornaban una diadema compuesta por pequeñas margaritas blancas y centro rojo. Su marrón mirar resaltaba con sombras de un rosita tenue, y gloss que teñía de tono fresa sus labios.
- ¡Hola chicos! -les saludó sentándose al lado de la menor de los Weasley. A Harry se le iluminó la mirada.
- Hola -respondió Ron, conteniendo la risa al ver a su amigo.
- Qué tal -dijo con voz seca la chica a su lado, la ojimiel percibió el tono extrañada.
- ¡Buenos días, Hermione! ¿Cómo dormiste?, ¡yo dormí excelente! -saludó, cuestionó e interrumpió contestando antes que ella. Quien contuvo la respiración ante lo obvio que estaba siendo el chico. El ojiazul sudaba frío, su amigo no era nada disimulado.
- Pues sí, dormí bien -le respondió vacilante.
- ¡Nada más!, ¿bien? -le preguntó con acento dolido.
- Qué quieres que te diga -le sonrió nerviosa.
- Pues... -le miró con un reclamo ofendido.
- Harry, después del dolor de cabeza que se cargaba, ¿Crees pudiese dormir excelente? ¡Como tú! -arqueó una ceja y embozó una sonrisilla disimulada.
- En realidad, Harry -miraba al pelirrojo peligrosamente y luego volteó su mirada hacia al ojiverde - Respondiendo a tu cuestión, tal vez la jaqueca me agobiaba pero cuando pude conciliar el sueño, fue para tener el más hermoso de toda mi vida -dijo con serenidad, él sonrió satisfecho de la respuesta. Aunque después de eso la ojimiel evitaba por todos los medios mirarle a los ojos. Ginny les miraba con ironía y rencor, pero continuaba desayunando aparentando no darse cuenta de nada. Una chica rubia de blusa azul cielo y jeans de mezclilla, se acercó a la mesa de los Gryffindor y sorprendió al ojiazul con un beso. Él le sonrió, enrojeciéndole las mejillas.
- Chicos, ya listos? para un fantástico paseo -decía sentándose a lado de Hermione.
- Claro, le decía a Harry que ya sé lo que voy a comprar en Honeydukes -dijo con una sonrisota de oreja a oreja, como niño entusiasmado.
- Tú no cambias, siempre pensando en los dulces -se rió la castaña.
- Al menos yo pienso en algo más, que no sean libros -soltó con voz burlona.
- ¿A qué se debe tu agradable comentario? -le miró de manera sarcástica, mas sin embargo ese brillo en sus ojos era imposible de borrar.
- Hermione, simplemente quería saber cómo andabas de humor hoy -le dijo mirando de reojo al ojiverde.
- Chistoso! -exclamó con sarcasmo molesto.
- Entonces antes de que termines con Ron, mejor nos vamos -dijo soltando una risita, la rubia.
- ¡Luna! -exclamó llamando su atención el pelirrojo.
- Era broma, Ronnie -le sonrió vacilante e inocente.
- Claro únete al enemigo! -le recriminó frunciendo el entrecejo, y abriendo la boca indignado.
- Harry, vámonos! -se puso de pie y se dirigió a su amigo, irguiendo la cabeza.
- Yo no iré -le dijo el chico viendo fijamente a Hermione, ella desvió rápidamente su mirada si es que la cruzó con la de él.
Pero quién sabe en realidad, lo que sucede entre los dos,
Si cada quien llegando la noche finge un adiós.
- ¡Qué, que?!- ¡¿Cómo que no irás?! -regresó a verle sorprendido.
- Me daré una ducha y estudiaré -afirmó, en el fondo buscaba una excusa para poder quedarse con la castaña.
- ¡Ya estarás contenta Hermione, le contagiaste lo matado! -le habló reclamándole a la ojimiel.
- Ronald puedes acabar con mi buen humor, no me provoques! -le amenazó con cierta broma y a la vez peligrosa.
- Vámonos Luna -tomó a su chica de la mano.
- Hola Hermione, Luna, Harry, Ron -saludó el chico castaño, ignorando a la pelirroja, el hecho no pasó desapercibido para ninguno de los chicos.
- Buenos días Colin -respondieron, Ron miró de reojo a su hermana quien tenía el entrecejo contrariado.
- Harry, ¿podría hablar contigo esta tarde? -le dijo en tono serio.
- Sí, claro - le contestó sorprendido.
- Bien, Nos vemos más tarde -se marchó sin ver a la chica.
- Uy Ginny!, Así se empieza, y terminas viendo cómo él saldrá con otra. Creo que él se cansó de tu poco interés por su amistad -comentó el ojiazul negando con su cabeza, ella le lanzó una mirada ácida y fulminadora, poniéndose de pie y caminando hacia la entrada.
- Hermione, supongo que tú te quedas a estudiar -dijo con una sonrisota pícara, mientras se dirigía a la puerta.
- No, yo también iré a Hogsmeade -le dijo incorporándose.
- Pero Hermione...-le volteó a ver tan rápido que sintió hacerse daño al cuello.
- Hasta al rato, Harry -habló viéndole vacilante y fugazmente, pues el chico le miró cuán decepción, y lo que menos quería es ser obvia.
- Oye!, ¿te traemos algo? -le preguntó Ron.
- No, Nada. Gracias -le respondió alicaído por la forma fría con que la chica se despidió.
- Entonces hasta la tarde compañero -gritó haciéndole una señal de adiós.
- Sí, diviértanse -susurró cuando vio alejarse a su amigo con Luna, Hermione y Ginny.
Cuánto daría por gritarles nuestro amor,
Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control.
Que despertamos abrazados, con ganas de seguir amándonos,
Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor.
Se incorporó cabizbajo, ya no tenía mucha hambre -¿Por qué Hermione se comportaba tan distante?- él pensaba que después de lo vivido, el hecho de haber estado juntos finalmente como pareja. Los uniría más
-¿Por qué decidió ir a Hogsmeade?- si él le había dado a entender que se quedaría con ella. Su actitud lo desconcertó demasiado
Debía entenderle, después de todo quizás para ella era una situación extraña. Él se sentía feliz, pero ella a lo mejor se sentía confundida, no debía ser fácil asimilar lo acontecido. Tal vez se imaginaba su primera vez de una manera diferente, en su noche de bodas por ejemplo
lo más probable, la mayoría de las mujeres sueña con algo así de romántico, con velas y todo el protocolo. ¿O si la había lastimado?, ¿y ella no le había querido decir?, ese miedo asaltó su alma. ¡O peor, que ella se estuviese arrepintiendo!... Aún en sus temores no se fijaba por dónde iba, ya había salido del comedor y no se daba cuenta, ya hablaría con la castaña y aclararía sus dudas, resolvería sus miedos. Haciendo un intento de sonrisa, apunto de salir de su ensimismamiento chocó con alguien.
- ¡FIJATE POR DÓNDE CAMINAS! -gritó con desdén una voz presuntuosa.
- Disculpa...-parecía haber salido de un trance de golpe.
- ¡Ah, pero si es San Potter! Que se pavonea como dueño y señor del colegio -dijo con irónico sarcasmo.
- ¡Malfoy! -le vio, apretando los dientes.
- Qué pasó Potter, tus amigos te dejaron? Acaso ya se cansaron de verte. ¿O te castigaron? ¡Ah, ya sé! tienen miedo de que el señor tenebroso te haga algo, digo como el fiel perro se murió. Pobrecillo! -rió con un tono de burla compasiva.
- Fuera de lugar tu comentario -respondió ácido, tal vez sí le dolía aún lo de Sirius - Pero no tengo porqué desperdiciar mi tiempo explicándote el significado de la amistad, ya que tú no lo entenderías -avanzó unos pasos, empujándole.
- Bromeas. Yo tengo amigos, No están conmigo por lástima -lanzó queriéndole herir.
- Claro que por lástima no lo están, pero mucho peor. ¡Por interés! -respondió atacándole, pero sin regresar a verle.
- Digas lo que digas, sabes que el pobretón, la rara y Jane, están contigo por lástima -aún así sabía que las palabras del ojiverde sí le habían afectado.
- ¡No te atrevas a mencionar a mis amigos! Es mas, ¡No te vuelvas a acercar a Hermione! -sentenciando amenazante- Porque para tu información, ella y yo somos novios, ¡Ella es mía! -exclamó tajante, había regresado sobre sus pasos.
- Hablas muy seguro Potter, es como si fuese de tu propiedad. Independientemente si hayas estado con ella, y sabes a lo que me refiero -arqueó las cejas, lastimándose él mismo - No creo que a Jane le guste saber que su novio se sienta su dueño. Porque ella es una chica sensible y delicada... Así que mide tus palabras, no sea que se enfade de ti y termine por irse de tu lado -le dijo de manera aparentemente serena, conteniéndose sus emociones hacia la chica de la que hablaban.
- Eso no sucederá. ¡Porque Hermione, a mí sí me Ama! -exclamó esta vez hiriéndole profundo, con voz retadora, ya le veía de frente.
- Insisto, Qué seguridad la tuya. Pero créeme, si sigues siendo así de posesivo...-embozó una gélida sonrisa -Tal vez pude perderla, Pero también puedo recuperarla. Ándate con cuidado cabeza rajada -finalizó con voz de clara advertencia. El chico de ojos verdes entrecerró su mirada, aceptando el reto.
- ¡Nos Amamos, Malfoy! ¡Nada, ni nadie nos podrá separar! -dicho eso se dio la vuelta dándole la espalda al rubio, y avanzó hacia las escaleras que conducían a la torre Gryffindor.
- ¡Lo Veremos! -gritó con amenaza de intenso odio. Harry suspiró hondo conteniéndose las ganas de volverse y propinarle un puñetazo a Draco, y siguió caminando. El ojigris se quedó parado en el vestíbulo, apretando sus puños y derramando lágrimas de ira por confirmar que la castaña sí salía con el ojiverde.
- Te recuperaré. ¡Lo juro Jane!...-masculló para sí mismo, se limpió las lágrimas que resbalaron por sus mejillas y se dirigió a la salida del colegio.
Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor
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NOTAS DE LA AUTORA:
Espero les gusten estos capítulos, lo sé, acepto que son con mucha miel pero me dicen qué opinan va!.Vienen capítulos de tensión y drama, ciertas situaciones y confusiones pero no les diré más. En fin les agradezco profundamente su tiempo y espacio.
Agradecimientos y Dedicatorias: A todos ustedes que me dejan un comentario, me ayudan mucho en serio.
Canciones de estos capítulos: Evergreen y En ti dejé mi amor- Westlife. Simplemente amigos - Ana Gabriel.
El próximo es basado en la canción: Y Te vas- Motel
Saludos de Anyeli Potter Granger
Y te vas deslizando en la oportunidad, para escapar...
A veces siento que la vida es una cosa, que nos deja, nos aleja,
Nos refleja y nos avienta sin más.
El ojiverde subía las gradas dirigiéndose a la torre Gryffindor, no podía negar que las palabras dichas por el rubio sí le habían afectado, se había burlado del recuerdo de Sirius y para colmo se había atrevido a decirle que entre él y Hermione ya había sucedido algo... era de esperar si el ojigris se lo imaginaba desde la noche del baile de Navidad. Pero lo que no toleraba era eso, que lo suponía desde hace mucho. Y lo peor que aún así el rubio parecía decido a recuperarla, esa había sido clara advertencia...
- Pero Hermione me Ama, tonto inseguro... -se dijo sonriendo.
- ¡Ajá! Como digas!, pero no eres tú quien se quedó en el colegio, ¿solo? -dijo una vocecilla presuntuosa en su cabeza.
- Porque tal vez pretendía despistar, y con lo nerviosa que estaba por lo de la mañana...-le respondió convenciéndose él mismo.
- Síguelo pensando, pero...
- ¡Pero nada! -atajó molesto - Ella me ama, y yo la amo. Y nada podrá separarnos, aclararemos este mal entendido y nos diremos te amo...-contestó más enfadado.
- ¿Cuántas veces lo dijo hoy?-le interrogó.
- Correspondía a mis besos -afirmó irritado.
- ¡Uy sí!, sobre todo el beso que te dio antes de irse -esa vocecilla se estaba burlando de él con sarcasmo.
- ¡Deja de confundirme!-gritó enojado.
- Y tú deja de soñar -la misma vocecilla ahora se reía.
- ¡Contigo no se puede!-se dijo de mal humor.
- Lo mismo digo -le respondió aún riendo. Era tan absurdo reñir consigo mismo.
Al entrar pudo notar cómo Parvati y Dean salían de la mano.
- Harry, ¿no vienes? -le cuestionó la chica cortésmente, y con una sonrisa.
- No!-respondió algo brusco, los dos chicos lo vieron asustados pero no dijeron nada.
- Oh claro, si deseas descansar tras la gran victoria -comentó Dean.
- Sí -a pesar de no querer contestó con ese tono seco.
- Bien, nos vemos Harry -se despidieron y salieron aún mirándole, sorprendidos por la actitud del chico.
Subió a su dormitorio...
- Ellos no tienen la culpa de tu mal humor -le volvió a molestar esa vocecilla que ya le estaba irritando.
- ¡Te dije que no me molestaras! -advirtió.
- Lo siento, pero es que eres tan exasperante -respondió con tono aburrido.
- ¡Cállate! -bramó más enojado.
- Lo haré, pero quédate solo, con tus contradicciones -finalizó la voz, como refunfuñando.
Tomó su ropa y entró en el baño, dejó que el agua resbalase por su cuerpo y lo relajase, sentía cómo aún tenía impregnado el aroma de la piel de Hermione...
Salió de la ducha con la cintura envuelta en la toalla, vio por la ventana el cielo, se hallaba despejado... no pudo evitar entristecerse, ya que se imaginaba estar allí viendo ese panorama con ella. Si se quedaban, no había nadie más en la torre, nadie los descubriría. Se vistió tan rápido y tal cual desgano, sin más se dejó caer sobre la cama, en ese momento se dio cuenta que su cuerpo le dolía hasta la más pequeña partícula, ahora que lo pensaba no había dormido prácticamente nada. Sin darse cuenta en pocos minutos se quedó profundamente dormido ya que el cansancio lo venció.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Hay tantas veces que quisiera protegerte y de repente
Simplemente, lentamente, volteas
Y te vas, deslizando en la oportunidad,
De dividir el tiempo para escapar.
La distancia es una eternidad, y no te puedes detener a esperar.
Eran cerca de las seis de la tarde cuando escuchó voces en la sala común, se despertó sorprendido por haber dormido tanto, se puso los zapatos y bajó.
Recorrió el lugar en con la mirada en busca de la castaña, pero sólo estaban estudiantes de grados inferiores, los únicos eran Seamus, Neville y Dean... hasta que al girar el rostro escuchó su incomparable risa. En efecto, ella entraba acompañada de Ron, Luna y Ginny. Él se acercó con una sonrisa jovial, tal vez dispuesto a besarla, así aclararían todo de una vez con Ginny; pese a eso se contuvo ya que hacer sentir mal a la pelirroja era lo que menos deseaba. Pero Hermione le vio asustada y dejó de sonreír, él se percató y también disimuló su sonrisa. Ron sólo les miraba y ponía los ojos en blanco, mas sin embargo no decía nada.
- Hola, ¿Cómo les fue? -saludó, pero antes de que alguno contestase intervino - Supongo que bien, por la risa que se cargaba Hermione -no pudo evitar ese tono sarcástico.
- Pues supones bien, Harry ¡Nos fue súper! Y hola -respondió Luna, quien echaba miradas tensas entre la castaña y el ojiverde, Ron les veía de igual forma y con un poco de miedo.
- ¿Ah sí? -arqueó una ceja, mientras caminaban hacia unos sillones de la sala.
- Sí, por primera vez Ron y Hermione pudieron llevarse bien -dijo contenta la rubia, el chico de gafas regresó su vista hacia la ojimiel pero ella sonrió vacilante y la desvió rápidamente, él le seguía mirando pero la chica lo evitaba hablándole a la pelirroja a su lado.
- Pues debió ser algo histórico. O sólo se llevan bien cuando no estoy yo cerca -seguía con ese tono molesto en la voz.
- Digámosle golpe de suerte. O del buen humor que Hermione se cargaba el día de hoy -soltó una risita y miró a Harry cual quisiese que también riera o por lo menos le enviase una mirada fulminadora por la intención con la que iba, pero el ojiverde no miraba a otra persona que no fuese Hermione.
- ¿Y tú, por fin pudiste dormir bien? -cuestionó con tono pícaro pero disimulado.
- Pues créeme que mejor que anoche, imposible. Aunque como todo lo hermoso, el bello sueño se esfumó cuando amaneció -contestó con cierto tono dolido, la ojimiel lo notó y se sintió algo incómoda. Ron sonrió vacilante, esto se hacía tenso; Luna también miraba como temiendo que en cualquier momento sus amigos se pusiesen a gritar. Harry reclamando porque lo dejó solo y se fue a Hogsmeade, y ella con alegatos que podían llegar a ser convincentes, ya que la ojimiel siempre pretendía tener la razón, y ambos eran de temperamentos obstinados. Ginny sin embargo parecía darse cuenta que entre la pareja de chicos había una molestia, y en el fondo eso le alegraba.
*-*-*-*-
- ...y luego Hermione se resbaló, casi nos vamos al suelo todos -relataba Ron minutos más tarde, aguantándose la risa.
- Sí, fue algo muy tonto y a la vez bochornoso... -se rió algo exagerada y poco natural, una risa un tanto tonta. El ojiverde arqueó las cejas e hizo una mueca extraña.
- ¿También vieron al dueño de Honeydukes?, Cuando le dije que siempre no quería todo lo que había pedido.
- ¡Sí, pobre, qué broma la tuya! -y se volvía a reír de esa forma que no era la de ella, Luna le observaba fijamente, de verdad su amiga debía estar muy mal para comportarse de tal forma nada qué ver con ella. El pelirrojo también le veía extraño, en otro momento lo estuviese regañando por sus bromas, no riéndose de ellas.
- Bueno Harry, te traje algunas mentas, para que no te sintieras. Digo tú no pediste nada en especial, así que algo es algo, ¿no? -comentaba el ojiazul pasándole una bolsa de papel.
- Gracias, Ron -decía con el mismo desgano, mientras veía el interior de la bolsa.
- Bien chicos, es hora de cenar. Bajaremos, no hay que hacer esperar a la rica merienda -dijo el pelirrojo, iluminándosele la mirada - Después acompañaré a Luna a su sala común, como buen caballero que soy la escoltará, no sea que se la quieran robar y luego -continuó halagándose él mismo, tendió la mano a la rubia quien embozó una sonrisa divertida y le tomó la mano, incorporándose. Hermione había vuelto a reír. Los ojiazules se marcharon, entonces Harry miraba a Hermione cual buscase un indicio de explicación, pero ella se concretaba a iniciar una charla con Ginny. La sala se estaba quedando vacía, muchos habían decidido bajar a cenar, el chico de gafas lanzaba miradas de ruego pensando cuándo la pelirroja pensaba desaparecer, pero no se le veían intenciones de hacerlo.
- Oigan, ¿No piensan cenar? -preguntó algo impaciente.
- No, ya comimos algo en Hogsmeade. Ron igual, pero ya sabes nunca se llena -contestaba la castaña, también con ese tono impaciente.
- Ah, bueno yo... -titubeaba incómodo por sentirse insistente.
- Ve tú si quieres -comentó Ginny.
Puedo decirte tantas cosas que quisiera me dijeras, me pidieras,
me pudieras prometer algo más.
Pero el silencio de mis labios es el precio que te debo,
pues te quiero y nunca quiero, dejarte
- Este, yo
-comenzaba indeciso, pero era ahora o nunca.
- Ginny, Hermione te tiene que decir algo. Mas bien ambos, Es decir ella y yo necesitamos decirte algo... -se escuchaba nervioso, pero su corazón le decía que estaba haciendo lo correcto, era hora de poner todo en claro. La ojimiel abrió los ojos asustada.
- ¿Ah sí?, ¿De qué se trata? -le miraba un poco recelosa, por fin se atrevería Hermione a revelarle su traición.
- Mira
-trataba de buscar la manera de darle una explicación sin lastimarle con sus palabras.
- En realidad es algo sin importancia -atajaba nerviosa.
- ¡¿Sin importancia dices?! Hermione tú sabes que... -un momento entre el enojo y el desconcierto sorprendente e hiriente, su voz se escuchaba sin aliento, la veía lastimado. ¡¿La castaña había dicho que su noviazgo era sin importancia?!
- Harry, ¡Qué bueno que aún estás aquí! Te dije que tengo que hablar contigo, ¿Puedes venir? - llamaba de improviso el castaño, cuando él se disponía a demostrar su indignación ya sin importar ser delicado con la pelirroja, tenía que reclamarle a la ojimiel. Esto estaba llegando a un límite, al parecer era más importante su amiga que él, ¡Y eso era erróneo!
- ¡Colin!, ¿No puedes decírmelo aquí? es que...-el chico le miraba contrariado, el ojiverde no sabía qué hacer, si no actuaba de una buena vez. Pero Colin en verdad se escuchaba desesperado.
- Por favor Harry, es urgente -le miró insistente, en sí ni le quitaba la mirada pues hacía el enorme esfuerzo de ignorar a la pelirroja.
- ¿Tiene que ser ahora? -vaciló mirando de reojo a las dos chicas que los miraron un instante para luego volver a su conversación.
- Sí, ¡Te digo que es urgente! -en verdad se oía suplicante.
- Está bien -aceptó resignado - Hermione, dile a Ginny lo que hablamos ayer, cuando vuelva aclararemos todo -se volvió hacia la castaña, le miró serio y un tanto imperativo, quería darle un beso para animarle pero se contuvo. Uno sería contradictorio a lo que se refería ser delicado respecto a Ginny, y dos, aún dolía eso de "sin importancia". Además, ya le daría muchos tras la charla con la pelirroja, y la de ellos mismos.
Los chicos salieron de la sala, el ojiverde sin dejar de ver a la ojimiel y Colin tratando de no voltear...
- ¿Qué es eso que tienes que decirme? -preguntó con el cejo fruncido, una vez que ellos desaparecieron tras el cuadro. En el fondo no le gustaba que Harry se hubiese ido con el castaño y si decía lo que había pasado en los jardines, pero en sí Colin no sabía qué hacía en ellos, así que no había mucho porqué temer. Además si se sabía ya era hora no? Así ellos sabrían que ella sabía lo que había entre ellos, haber quién era el que sentiría más culpa.
- Te dije que era sin importancia -soltó tratando de sonar despreocupada.
- Ah, ¿Estás segura? -insistió un poco ácida.
- Completamente -aseguró, sintiendo un nudo en el estomago, sonrió; sudándole las manos. La pelirroja también sonrió un tanto forzada -¡Hipócrita!-pensó.
- Pero por el tono de Harry, al parecer sí es de importancia...-agregó volviendo a insistir, veía discretamente el anillo en la mano de la ojimiel. -Vamos dilo, atrévete a decirme y a reconocer lo traidora que eres, lo falsa que siempre has sido conmigo -hablaba para ella.
- Olvida lo que haya dicho él -atajó- Me estabas contando que tienes planes para aspirar a ser capitana del equipo Gryffindor -en el fondo todo eso le ponía muy nerviosa, agradecía el tiempo que le ofrecía la intervención del castaño, pero debía ser sincera consigo misma. El tiempo se agotaba y tenía que enfrentar a su mejor amiga, si tan sólo estuviese segura de no perder su amistad. Pero no se puede tener todo a la vez, era decidir entre tu mejor amiga, tu hermana, o el amor. Esta vez sabía que Harry era el amor de su vida. Es mas, él era su vida.
- Sí, espero que McGonagall me elija, y no se lo dé a Colin -respondió, aún mirándole con esa ironía disimulada.
- Él y tú se enojaron, ¿verdad? -le cuestionó- Porque ya ni siquiera te mira, cuando ayer después del partido te habló y se la pasó tratando de acercársete - ¿Qué pasó?- quería alejar el tema anterior lo más pronto posible.
- ¡Está loco!, la que debería estar enfadada soy yo, porque es un metiche de lo peor -contestó, dirigiendo su mirada cuán fulminante hacia la entrada de la sala.
- ¿Qué te hizo? -preguntó curiosa.
- ¡Te parece poco seguirme! hasta...-volteó a verla y soltó molesta, casi delatando lo ocurrido con el castaño la noche anterior, pero se detuvo a tiempo, de lo contrario tendría que decir todo.
- ¿Hasta dónde? -preguntó, extrañada por la reacción de su amiga.
- A todos lados -agregó, retomado compostura.
- Bueno, es de comprender
Si lo traes viendo hadas por todas partes -quiso bromear para relajar la tensión en la chica y en ella misma.
- No me importa -soltó brusca- Tú mejor que nadie sabes que el único que me interesará siempre, es Harry. Por cierto anda de un humorcito, que creo que la trae contra ti -ante las palabras de su amiga se incomodó un poco, algo cuán pesado se sintió caer en su ser. -Culpa y tristeza- eso era.
- Ginny, ya sabemos que Harry es así de desconcertante. Un día puede amanecer con tan buen humor, y al segundo se puede volver tan molesto.
- Sí, de ejemplo está esta mañana que traía una sonrisota, y ahora ese comportamiento de enfado -comentó, embozando una disimulada sonrisa.
- Exacto -afirmó, sintiéndose cada segundo más culpable.
Y te vas, deslizando en la oportunidad,
De dividir el tiempo para escapar.
La distancia es una eternidad,
y no te puedes detener a esperar.
- Bueno Ginny, estoy muy cansada, me voy a dormir -dijo incorporándose, en verdad le dolía todo el cuerpo que cada parte de su ser sentía tan pesada.
- No creo que duermas tan bien como anoche, con la felicidad que no repetirás jamás. Pese a tu jaqueca -dijo con cierto sarcasmo irónico.
- ¿Qué?... -le volteó a ver desconcertada, era su imaginación?, o su amiga le había lanzado una indirecta en ese comentario.
- Sí, ¿No estabas feliz por la victoria de nosotros? Mira que ya es tu último año aquí -le miró con inocencia.
- Ah... Por supuesto, tienes toda la razón. Nunca volveré a tener ese entusiasmo -comentó aún con el desconcierto.
- Hasta mañana Hermione, dulces sueños... -le despidió sonriendo, con esa sonrisa extraña.
- Buenas noches, Ginny -dijo por último, avanzó dirigiéndose a su habitación, no sabía qué era, pero algo en la voz de su amiga le causaba... ¡Escalofríos! No quería pensar que eso era, pero no había otra palabra que pudiese describir que ello era lo que provocaba, y eso era alarmante.
Subió las gradas con remordimientos, miles de emociones acontecían dentro de ella, lo vivido con el ojiverde, todo era confusión. Esa experiencia le acaba de cambiar la vida, y en verdad sabía que era para siempre.- reparó por primera vez en el día, que traía la sortija en su dedo anular...- ¡¿Compromiso?!- Eso era lo que tenía con Harry, se había comprometido. Más que un hecho, un lazo irrompible. Pero más que con Harry, con ella misma.- ¿Entonces, qué estaba haciendo? -¡Huyendo!-dijo una voz en su cabeza- ¡Cobarde!-¡No lo soy! - Vuelve y dile a Ginny que amas a Harry, y que van a casarse. ¡Que lo entienda!, y que si prefiere ya no ser tu amiga, es comprensible... pero al menos no seguirás mintiendo, y lastimándole a él y a ti -la retó esa vocecita -¡Voy a hacer lo correcto! -alegó - ¿Y qué es lo correcto, según tú? -preguntó con sarcasmo-Hacerle caso a mi razón -replicó-¡Uy! no suena acertante, más bien suena a errar-soltó con burla irónica- ¡Cállate! - No digas que no te advertí, haz lo que tu razón dice e ignórame! -finalizó molesta aquella voz de su conciencia- Con sus pensamientos hechos un caos entró en la recamara y se dejó caer sobre la cama. Al ver hacia el techo, pese a toda esa confusión, no pudo evitar sonreír... había vivido la experiencia más hermosa de su vida con la persona que más amaba, y amaría en ella. Era mejor de lo que se había imaginado, él había sido tan tierno, tan delicado. Toda pena que alguna vez pensó que tendría cuando sucediese ese momento, se había esfumado en aquél instante -Ahora que lo recordaba... al cerrar sus ojos vinieron a su mente todo lo acontecido, inconscientemente se puso de mil colores, vaya hora de sonrojarse. A cada recuerdo sensaciones se desarrollaban en su interior
los besos, las caricias, los suspiros que ella misma daba ante aquellos detalles; las dulces palabras acompañadas de su aliento... Provocaban ahora nuevamente que sus vellos se erizaran, con esa emoción a flor de piel cual quisiese explotar de alegría su pecho, su corazón latía con tanta fuerza... Se fue quedando dormida, con una sonrisa en su rostro, por el momento se olvidó de los absurdos problemas para darle paso al júbilo.
*-*-*-*-*-*-
El ojiverde y el castaño habían salido de la sala común, Colin caminaba a pasos agigantados sin decir nada, parecía molesto y a la vez pensativo, Harry le seguía muy sorprendido, pero tampoco hablaba. Caminaron unos minutos hasta llegar y doblar por uno de los pasillos, dejando atrás el principal que llevaba a la entrada de la torre Gryffindor. Al fin se detuvieron, por cierto el castaño se detenía haciéndolo casi frenar de improviso, se volvió hacia el chico de gafas y le observó como si apenas se hubiese percatado de que venía detrás de él, respiraba entrecortado cual acabase de correr o de pelearse. Harry le veía en verdad angustiado -¿Por qué el joven se comportaba así?
- ¿Colin, estás bien? -cuestionó mirándole fijamente, como esperando que el castaño se pusiera a gritar o a llorar.
- Sí -respondió cortante.
- Pues pareces...
- ¡Estoy bien! -atajó con cierta brusquedad, como él mismo había hecho en la misma mañana al responderles a Dean y Parvati.
- Ah, Pero te noto extraño... ¿Seguro que estás bien? -insistió algo angustiado.
- Mira Harry, Estoy en perfecto estado -contestó cansino, subiendo la voz.
- Ok, Entonces ¿Por qué caminamos tanto?, ¿Qué es eso tan importante que me quieres decir? -habló de malas pulgas, tampoco andaba de muy buen humor como para aguantar la forma de responder del chico.
- Es respecto a lo de capitán del equipo -soltó algo amargado - Digo tú eres uno excelente, pero saldrás este año. No tendremos al capitán buscador, y contigo perderemos a dos de las tres cazadoras, y al guardián. Tan sólo iniciaremos el año con los dos golpeadores, entiéndase mi hermano y yo, y una cazadora -se había ruborizado por la pena ante su forma de reaccionar.
- Ginny -la nombró, viéndole dedutativo, su intuición le decía que era el motivo de su comportamiento extraño del castaño.
- Sí, ella -respondió como no queriendo la cosa.
- Oh bien, ¿y eso qué concierne respecto a mí? -preguntó, percibiendo que la contestación del chico corroboraba lo que ya pensaba.
- Que yo... Vaya, espero y deseo que McGonagall me elija como el próximo para el cargo, y quisiera... Claro, si puedes?...-se trababa a cada palabra, como rebuscando lo que iba a decir.- Según tengo entendido que el capitán antecesor le da a ella sus candidatos más sobresalientes para sucederlo, tipo recomendaciones, sobre el mejor para estar al frente del equipo. Además si quedo, podrías darme nociones, algunos consejos sobre cómo manejar las situaciones
yo tengo mis ideas propias -continuó.
- ¡Para ello, ¿tanto misterio?! , yo pensé que era algo más secreto -dijo viéndole con el cejo fruncido, Colin le veía apesumbrado, como nervioso - ¡Claro que te ayudo, Colin! Y por supuesto que tu nombre será el primero que le daré a McGonagall para que seas quien siga manteniendo el nombre de Gryffindor en alto, el año que viene -exclamó brindándole una sonrisa de gracia, el castaño respiró profundo, como si se hubiese quitado la gran tensión de encima.
- ¡Gracias! -exhaló casi sin aliento, aún con nervios, y también sonrió.
- De nada, Colin -le dio un golpe en la espalda en señal de despreocupación, comenzaron a caminar de vuelta a la sala común - Pero tú no me dijiste que la mejor capitana sería Ginny?, cuando te comenté que serías una buena propuesta? ¿A qué se debe ese cambio? -soltó la pregunta, y le miró una vez más con fijación.
- Um, pero una cosa es el amor y otra tus sueños -contestó bajando primero la cabeza con voz triste, y finalizó subiéndola con cierto resentimiento.
- Colin, eso es lo que te tiene mal. A mí no me puedes mentir -negó- ¡Es Ginny!, por eso ya no la miras, más bien tratas de no mirarla, pero te duele saber que ella ahí está -exclamó seguro, deteniéndose.
- Tienes toda la razón Harry, sí es por Ginny que me siento así -aceptó el chico mientras bajaba una vez más la mirada, la cual se había llenado de lagrimitas.
- Pero, ¿ya le has hablado de lo que sientes por ella? -preguntó curioso.
- Pensé que si la cortejaba con detalles, y la intentaba conquistar primero antes de declarármele, para que ambos sintiéramos algo reciproco; Sería más sensato. Pero ella jamás se fijará en mí, y es algo que ya me dejó muy claro. No me quiere cerca de ella, y mucho menos me querrá como novio -dijo con un dejo de amargura en la voz.
- Es porque aún no se da cuenta de lo que vales -quiso levantarle el ánimo.
- No. ¡Es por ti!, ¡Porque ella te ama a ti! -exclamó con enfado viéndole fulminante, como si al ojiverde le agradase que se lo recordasen.
- Colin, tú sabes que yo... -comenzó, apenándose porque en parte sí sabía que él era el motivo por el cuál Ginny no pelaba al castaño.
- Sí, hasta el más tonto se ha dado cuenta, Tú sales con Hermione Granger -soltó cambiando el tono de voz a uno más relajado.
- ¡¿Cómo, que, qué?!-exhaló cuestionante, cual no hubiese escuchado bien.
- Sí, te digo que hasta un ciego lo ve. Tú y ella son más que amigos, su conexión ha sido siempre tan estrecha, pero a partir de este curso se ha notado más. Y desde principios de Noviembre muchos hemos visto que ustedes dos tienen su mundo aparte -afirmó con una sonrisita sarcástica y a la vez divertida.
- ¡¿Cómo es así que muchos?! -abrió mucho los ojos- ¡¿Y por qué no han hecho comentarios?! -preguntó incrédulo.
- Porque realmente muchos concordamos que ustedes son el uno para el otro, desde que los conocemos, lo pensamos. Además de que se merecen, no habría qué hablar de una pareja tan genial. Y si quieren mantener su privacidad, la respetamos. Por cierto, la gran mayoría apuesta a que habrá boda muy pronto -comentó como algo tan normal.
- Me has dejado tan sorprendido que no sé qué decir -apenas y dijo sin aliento, le veía aún con la boca abierta y muy sonrojado.
- Ves, por eso no te veo como un rival. Porque tú no estás interesado en ella, es ella la que te quiere, y contra eso no puedo hacer nada en absoluto -le dijo, de nuevo avanzando, le costaba trabajo decir que aceptaba la realidad.
- Yo hablaré con Ginny, te aseguro que pronto cambiará su manera de pensar -exclamaba, dándole ánimos mientras le seguía el paso.
- Harry, jamás podrás cambiar los sentimientos de alguien, aunque tú le dejes ver que no te interesa como chica, no quiere decir que se fijará en mí. Así que ya me voy asimilando la idea de verle un año más, y después, adiós a Ginevra Weasley -trató de embozar una sonrisa, pero se vio muy forzada y con acidez.
- Y mejor vámonos, se acerca filch...-apuró.
- Sí -asintió, pero le volteó a ver sorprendido- ¡Un segundo! Cómo, cómo sabes eso?...
- Ah...-se puso nervioso- se escuchan sus pasos -agregó tratando de disimular su imprudencia.
- Yo no escucho nada -negó mirándolo serio.
- Harry, si te confiase un secreto. No lo dirías, ¿cierto? -preguntó viéndole dudoso.
- Puedes confiar en mí -aseguró asintiendo.
- Verás, cómo te explico, yo... yo puedo ver a través de cosas tan ligeras como las capas de invisibilidad, hasta las más gruesas como son las paredes -soltó sudando.
- ¡¿Qué?! -exclamó más sorprendido.
- Es algo como un don extraño, que descubrí hasta hace poco y que me ha traído algunos problemillas -apretó sus labios algo apenado, adquiriendo un color sonrosado, y agregaba -Casi nadie lo sabe, a excepción de mi hermano, de McGonagall y Dumbledore. Es tan raro, pues sólo lo tengo cuando me enojo, entristezco, emociono. Vaya, ante ese tipo de cambio anímico... los profesores me están ayudando a controlarlo, y he avanzado algo
pero hay veces que se sale de control -culminó aún nervioso.
- Debe ser útil tener tu don -comentaba, todavía muy desconcertado.
- Para nada -negaba - Hay cosas que mejor no quisiera descubrir, como la de anoche con Ginny...-decía sin pensar, con la misma voz de tristeza y amargura que utilizaba al dirigirse a la chica.
- ¿Anoche? -preguntaba precipitado a su duda.
- Olvídalo... -atajaba, no estaba preparado para divulgar todo lo que la pelirroja le había gritado, aún dolía.
- Como digas. Pero descuida, a nadie contaré esto, vale? -se encogía de hombros.
- Gracias -respondía agradecido.
El ojiverde ya no supo qué más decir, las últimas palabras de Colin lo habían desconcertado, en sí toda la conversación con el castaño había sido extraña
en silencio entraron en la sala común, que para su enorme sorpresa estaba tan vacía como una caja de ranas de chocolate delante de Ron.
Para Esperar
La chimenea crepitaba débilmente, los alumnos que habían regresado del gran comedor ya habrían subido, pero todo estaba tan desértico, algo muy extraño... el castaño se despidió y subió a su habitación, él le respondió y se fue a sentar en su sillón favorito frente a la chimenea, tomó la bolsa de las mentas que Ron le había traído y la arrojó de nuevo a la mesa de a lado con enojo. Una vez más se había ido sin hacerle frente, había huido dejándolo con un palmo de narices, con esas ganas de besarla y de abrazarla. Habían pasado la noche más especial y hermosa de su vida, juntos, pero como él mismo había dicho... el bello sueño se había esfumado con la mañana... - Observó las escaleras que conducían a los dormitorios de las chicas y tuvo el impulso de retarlas y lograr subir, de entrar en la recamara de Hermione y reclamarle su actitud, tras eso, allí mismo besarla. Si hacía un escándalo de todas formas ya todos se habían dado cuenta de lo suyo, qué más daba.-pero el arrebato se contuvo. Resignado y contrariado subió a su habitación...
Todo estaba en penumbras, Ron y los demás ya estaban en lo más profundo de sus sueños. Se quitó los zapatos y corrió los doseles de su cama, se estiró sobre ella mirando hacia el techo, a pesar del coraje y la impotencia de no poder hablar con Hermione no pudo dejar de recordar la noche a su lado... Realmente la más maravillosa de su vida hasta ahora -embozó una sonrisa y cerró los ojos -Aún sentía en su piel el contacto con la fina y suave de Hermione, su aroma fresco, su sedoso cabello, la inocencia de su ser, las caricias y los besos correspondidos, la ternura con la que ella lo había hecho perder el miedo. Las sensaciones causadas en su interior al tocarla, ese estremecimiento de su cuerpo al contacto con el de él, su entrega total en sentidos y alma. Era suya, había aceptado compartir la experiencia más especial con él, y además su vida. Estaban comprometidos, ella portaba la sortija que alguna vez adornó con su brillo la fina mano de su madre, y ahora adornaba la de su futura esposa. Estaba seguro que su madre le sonreía al saber que su único hijo había encontrado la felicidad en un ser de luz tan radiante como era Hermione... -con la felicidad devuelta por los recuerdos se quedó profundamente dormido, después de todo ya hablaría con ella mañana.
*-*-*-*-*-*-
Entiendo que todo sucedió,
A veces no creo en el adiós.
La mañana siguiente el ojiverde buscó a Hermione...
El sol brillaba radiante y proyectaba sus rayos sobre los pasillos del colegio, la torre Gryffindor era la más iluminada, era un flamante día, muchos habían salido a los jardines y otros aún estaban en el comedor disfrutando del suculento desayuno...
El chico de cabello revoltoso se había levantado con un solo objetivo en la cabeza, aclarar todo con Hermione. Cuando despertó ya no había nadie en su habitación, se cambió tan rápido que en menos de 15 minutos estaba más que listo, corrió escaleras abajo dispuesto a subir así le costase mucho lograría subir a los dormitorios de las chicas. Obstinado retó a subir, cuando iba a pisar el primer escalón de las escaleras que conducían a la recamara de Hermione, preparado para correr en eso bajó Parvati, con una sonrisa de gracia divertida.
- ¡Hola Harry! -saludó conteniéndose por no reír.
- ¡¿Parvati?!-exclamó con un respingo, sorprendido y nervioso.
- ¿A dónde vas?, ¡No me digas que piensas subir! -se le escapó una risita que inmediatamente reprimió.
- Esa es la idea -le contestó algo ceñudo, se estaba riendo de él.
- ¿Para?, Digo si se puede saber -preguntó, todavía tratando de no reírse.
- Ya lo sabes, ¿no? -contestó sarcástico, recordando las palabras de Colin, ya muchos lo saben.
- ¡Ah, ya! Hermione, ¿verdad? Tú y ella salen -soltó embozando un sonrisita.
- Supongo que ya es un secreto a voces -dijo levantando más la ceja.
- Yo fui de las primeras que se dio cuenta. En realidad siempre he sabido que Hermione estaba enamorada de ti. Lógico, comparto cuarto con ella desde hace cerca de 7 años, imagínate lo que una sin querer se puede llegar a enterar -se ponía a hablar parada frente al chico, quien sólo veía las gradas y hacía cálculos en su mente.
- Ah!-exclamó distraído, pero a la vez le vio con sarcasmo cuando la chica dijo -"sin querer"- Sabía cómo eran ella y Lavender, las había tenido en su equipo dos años.
- Oh bien, ¿así que tu intención es subir a toda consta? -comentó cuando vio que él no le ponía atención del todo.
- Sí -atajó volviendo a mirarla.
- Ya sabes que está prohibido a los chicos entrar a alguno de los cuartos -dijo como preguntando algo y afirmándolo -se cruzaba de brazos.
- ¿No me digas? -dijo sarcástico - Hace dos años Ron resbaló por esas gradas convertidas en tobogán, pero correré el riesgo -habló decidido.
- ¡Ay, pero si serán! -su risita se hizo más percibible- Dean ha subido mínimo dos veces a verme -exclamó con suficiencia.
- ¿Ah sí?, ¡¿Y cómo?! -preguntó entre sorprendido e incrédulo.
- Haber déjame pensarlo
¿te digo, o no? -se llevó el dedo índice a la barbilla e hizo expresión pensativa.
- ¡Patil! -bufó el chico.
- ¡Ay, lo siento capitán! -se disculpó con burla - Ya Harry, tranquilo! Hermione está más que dormida -esta vez rió sin disimulos ante el grito del ojiverde.
- ¿Me dirás?, ¡O dejas de distraerme! -reclamó, cruzándose de brazos él también.
- Está bien... ¡Uy sí que te trae mal! -seguía riendo.
- ¡¡Parvati!! -gritó más enfadado.
- ¡Ya voy! -contestaba mirándolo divertida - Para subir tienes que pedirle permiso a alguna chica, y ella ordenará a las escaleras que a dicho chico se le permite subir...-tras terminar de informarle se volvió y susurró algo con la varita en mano para después decir el nombre de él - el chico abrió los ojos incrédulo, pero pudo subir sin que las gradas se transformasen en resbaladilla.
- ¡Gracias, Parvati! -exclamó apenando por no haberle creído en un principio.
- De nada. ¡Ya ves, qué harías sin mí! -decía encogiéndose de hombros y destornillándose de la risa según reprimida - Son pocas las chicas que lo saben, los privilegios de llevarse con Hermione - guardaba un poco la compostura y comentaba, dirigiéndose a la salida.
- ¡¿Hermione lo sabe?! -soltaba más sorprendido.
- Claro, ella nos lo reveló a Lavender y a mí -contestaba, mirándolo desconcertada.
- No me dijo -exhalaba volviendo a fruncir el entrecejo.
- Tal vez no quería que entraras a despertarla, con tus ocurrencias que te cargas a veces -volvía a reír y alcanzaba la entrada.
- ¡Graciosa! -recriminaba chasqueando los dientes.
- Hasta luego - Ah!, y Harry, no digas que fui yo eh! -le guiñaba un ojo y se reía más ampliamente - Por cierto, qué hermosa pareja hacen. Siempre lo he pensado, adiós!-finalizaba por fin saliendo por el retrato.
Pudiera decirte que me voy,
Pudiera decirte a dónde voy.
Y hoy
La sala se había vuelto a quedar vacía, él continuaba subiendo, otra cosa que le reclamaría a la castaña sería por qué no le reveló que podía subir si ella se lo permitía.
Entró en el dormitorio tratando de hacer el menor ruido posible, la habitación estaba más que iluminada, era la primera vez que estaba en la recamara de Hermione. Era parecida a la de los chicos pero la diferencia era que se encontraba más ordenada y un decorado más femenil, las camas también estaban acomodadas en círculo; las cortinas eran de un rosa pálido y los cuadros eran de flores u otros paisajes naturales. Además de algunos objetos, como muñecas...
Pudo distinguir al final, cerca de la ventana, la cama de Hermione. Era la única que mantenía los doseles corridos, se acercó con sigilo y los descorrió lentamente... finos rayos rápidamente penetraron y reflejaron el rostro de la castaña, sus párpados resintieron la luz y se movieron, se dio la vuelta para evitar los rayos del sol pero no despertó. Él en parte suspiró pues quería sorprenderla, la observó unos instantes más y toda intención de reclamo se desvaneció al verla, su respirar era tan tranquilo, como las veces que había tenido la dicha de amanecer a su lado. Sigilosamente se metió entre las sábanas, y cuando ya estuvo dentro de la cama se acercó a su oído, con su aliento causó que ella se moviese. Susurró algo, causando nuevas cosquillas y se percatase de su presencia...
- Buenos días hermosa... ¿Soñaste conmigo? -se escuchó dulce.
La ojimiel sonrió entre sueños pero pronto despertó - ¡¡Harry!! -exclamó sorprendida.
El chico no respondió pero como respuesta la abrazó contra su cuerpo.
- Qué, ¡¿Qué haces aquí?! ¿Cómo pudiste subir?...-chilló asimilando que él en verdad se encontraba ahí.
- Sí hola Harry, soñé contigo y amanecí muy bien, ¿y tú? -soltó con sarcasmo y voz indignada y dolida.
- Lo siento yo... este... ¡¿Pero cómo pudiste entrar?! -se disculpaba y a la vez seguía preguntando con acento de reclamo.
- Vaya forma de decirme que me amas -recriminó ceñudo.
- Harry, No juegues y dime cómo. ¡Más bien, quién fue! -le miró fijamente, incorporándose y llevando sus manos a su cintura. A pesar de tener el ceño molesto verla con esa bata en seda rosa bajito de tirantitos, causaba que el chico sintiese impulsos de abalanzarse contra ella y besarla, tal vez ir más allá, pero hacía el enorme esfuerzo de recordar dónde estaban.
- No puedo decirte quién fue. Pero gracias por decirme que los chicos podían subir si una chica les otorgaba el permiso -dijo también poniéndose de pie, frente a ella.
- Ah ya!, fue Parvati o Lavender. Esas soplonas, no pueden guardar un secreto -exclamó lanzando una mirada reprobatoria hacia las camas de sus compañeras.
- ¡¿Qué?!, ¡¿Cómo?! ¡Entonces no pensabas decírmelo! -llamaba su atención con molestia.
- No, no es eso... lo que pasa -titubeaba nerviosa.
- ¡Lo que pasa es que no me querías nunca en tu cuarto! -gritaba reclamando.
- Harry, no seas un sentido -soltaba poniéndose roja y comenzaba a bromear, quizás eso haría aligerar la tensión que se estaba formando.
- ¡Ah sentido, yo! ¡Hermione! -esa sonrisa lo estaba tratando de hacer mantener el control, justo a tiempo, ya que la paciencia no era una cualidad para él.
- Ya Harry!, el complejo de Ron es transmisible. Eso de quejarse de todo y hacer una tormenta en un vaso de agua...-comenzaba soltando una risita insegura, no sabía si hacía bien.
- Ahora hasta mi amigo paga platos rotos -comentaba, aún con el ceño fruncido y manteniendo firme su semblante serio.
- Vamos Harry, deja de armar dramas -exhalaba una vez más esa risita.
- ¡Hasta dramático resulté ser! -fruncía más las cejas, la ojimiel chasqueaba la lengua y sin decir más se abalanzaba contra él cayendo de improviso a la cama, que para su buena suerte estaba justo detrás de él.
- Sabía que un día terminaríamos cayendo...-susurró sonriendo.
- ¿Cómo? -preguntó sin entender.
- Es que es tu costumbre abalanzarte contra mí, siempre que me abrazas...-dijo divertido, la chica exhaló una risita apenada y se sonrojó levemente, mientras lo besaba.
Y te vas, deslizando en la oportunidad,
De dividir el tiempo para escapar.
La distancia es una eternidad,
y no te puedes detener a esperar.
Tras un rato de besarse...
- ¡Tramposa!, Sabes que contra tus recursos no puedo alegar, ni hacer nada -se quejaba de manera indignada, bromeando.
- Entonces sólo acéptalo, y ríndete -decía con suficiencia, y se reía.
- Hermione, ¿Por qué has estado tan fría después de lo de ayer? -preguntaba tratando de no sonar acusador, ya que no quería propiciar una nueva discusión que se hiciese más grave.
- Yo... -empezaba pero se quedaba como trabada.
- ¿Aja?, tú? -le miraba esperando que continuase.
- Sólo quería despistar, perdona si te hice sentir mal -por fin hablaba, poniéndose nerviosa, y sonreía apenada.
- Pensé muchas cosas, entre ellas que te arrepientes de lo que pasó entre nosotros. Porque no te arrepientes, ¿verdad? -decía dubitativo y a la vez temeroso.
- ¿Verdad, Hermione?... -repetía al no recibir respuesta, ella sólo le veía suspirando.
No decía nada pero lo besaba, él relajaba su temor e intensificaba el beso.
- ¿Lo tomo como un No, de arrepentimiento? -preguntó soltando una risita nerviosa.
La castaña exhaló un suspiro similar pero seguía sin hablar, continuó besándolo... Algo ocasionaba que al estar juntos se olvidasen de dónde estaban. -¡Te amo!-exclamó tierno. Entre las caricias cada vez más intensas ambos sintieron que era hora de poner límite, a pesar de que él pensaba dejarse guiar por sus emociones, recordaba que algunos tal vez no querían pasear después del desayuno y ya estarían por regresar. Finalizaron el momento, se miraron un rato más, la chica finalmente se puso en pie y dijo que se cambiaría para bajar.
Tomó su ropa, un jeans de mezclilla y una blusa lila sin mangas, el chico la vio entrar en el baño y se quedó pensando; en cuanto se percató de que salía y se acercaba...
- ¿Nos vamos? -dijo sonriendo y tendiéndole la mano.
Había asentido pero después se detuvo - No, espera.
- ¿Sí? -le miró desconcertada.
- Hermione, ¿ya hablaste con Ginny? -cuestionó directo.
- Ah... Harry -titubeó.
- No, lo suponía Her -arqueaba una ceja- ¿Cuándo lo harás?, yo quería bajar contigo y pasear a tu lado hoy -acentuaba un poco molesto.
- No es fácil -decía soltando una risilla desconcertada.
- Yo sé que no es fácil, no pretendo que lo acepte del ya. Pero siquiera quiero poder estar contigo, sin escondernos -hablaba aún tratando de contenerse esas ganas de ponerse a gritar.
- Dame tiempo -decía algo incómoda.
- ¡¿Más?! -abría la boca exasperado- Ya te di el suficiente, hoy hablaremos con ella y se acabó! -ahora sí que perdía el control.
- Harry por favor, anoche le iba a decir -exhalaba asustada.
- Mira Her, no quería decírtelo pero me molestó mucho ese "sin importancia" -a cada segundo se ponía más rojo e incrementaba ese temperamento suyo.
- Lo sé, perdóname! Pero es que Ginny es tan... -trataba de buscar un porqué convincente - Harry, los exámenes se acercan. Anoche me volvió a repetir lo mucho que te ama, yo no puedo dejarla así, ¡si hace algo será culpa mía! -exclamaba con angustia y voz temblorosa.
- ¡Hermione, ¿te estás dejando chantajear?! -se quejaba incrédulo- Lo que ella haga es su responsabilidad. En cambio yo me estoy cansando
No, corrección, ya me cansé de que seas más considerada con ella que conmigo -reclamaba subiendo su tono de voz - ¿Yo no cuento?, ¡¿lo que yo sienta no tiene importancia?! -respiraba con algo de dificultad debido a su contención para no perder el control.
- Harry, por favor no digas eso! Sabes que a ti te amo, pero... -su marrón mirada se estaba tornando cristalina.
- Pero tú misma sabes que es injusto lo que estás haciendo, hablaremos de una buena vez ahorita que la veamos -exclamaba conteniéndose, tras cerrar sus ojos.
- Harry, quieres que se desate la tempestad? cuando dentro de poco vienen sus padres -soltaba entre molesta y afligida.
- ¡Para entonces ya lo asimiló!, ¡Es un mes! -ya no podía, su temperamento lo estaba venciendo.
- Tú jamás asimilaste que yo andaba con Draco -decía con voz resuelta.
- ¡No trates de enredar las cosas, Hermione! -le miraba exasperado.
- Entonces tú no trates de arruinarlas -le llevaba la contra.
- ¡Llámame egoísta, pero no me aguantaré más esta situación! -atajaba sin más.
- Por favor, hazlo por mí -pedía acercándose a él.
Déjame llevarte una vez más,
Y desde lejos junto a ti caminar.
La distancia es una y nada más,
Y para siempre yo te voy a esperar.
- No me gusta cuando me miras de esa forma, sabes que tu mirada me persuade de cualquier cosa que esté apunto de hacer. ¡Aprovechada!...-él mismo sabía que a esa intención pese a ser de persuasión no le negaría nada.
- ¿Es una promesa, de que no dirás nada por el momento? -se mordía el labio inferior- Hasta que yo encuentre la oportunidad de hablar con ella? -preguntaba sonriendo.
- Ya qué...-respondía resignado.
- Gracias...-exclamaba y lo besaba con ternura.
- No es algo que acepte completamente -ella sonreía- Pero sólo unos días más -ahora esos labios lo habían hecho desvanecer el enojo.
- Te lo prometo -le guiñaba un ojo y lo volvía a besar, él sonreía y tomados de la mano salían a sabiendas de que al entrar en el comedor para algunos y Ginny seguirían siendo sólo amigos, o al menos eso creían ellos. Porque la pelirroja estaba más que enterada.
*-*-*-*-*-*-*
Ya había pasado cerca del mes, muy pronto se acercaba la penúltima salida a Hogsmeade, ese preciso sábado. Las cosas no del todo estaban resueltas pero más tranquilas, las clases se habían convertido en estresantes para los de 5°, y más para los de Séptimo; éstos últimos recibían de parte de los profesores la mayor parte de ese estrés, ya que no se cansaban de recordarles que los ÉXTASIS estaban a la vuelta de la esquina... En varias ocasiones Seamus le comentó a modo de protesta a la profesora McGonagall que por qué los atormentaban si faltaban semanas, y ella le lanzó como respuestas miradas intimidatorias que los demás los hizo restringirse de dar sus opiniones por temor a que les echara un hechizo para mantenerlos callados.
El viernes 22 de Mayo había arribado tan de pronto para muchos, que sin duda nadie creía que la victoria de Gryffindor se hubiese efectuado yacía cerca de un mes, sin duda nadie podría olvidarla si era una para recordar por mucho tiempo... Harry tampoco olvidaría aquél viernes, tal vez la victoria le entusiasmase demasiado, pero algo que nunca olvidaría así pasase una eternidad, sería la noche mágica que había vivido con Hermione.
Se acercaba el ocaso de la tarde, el ojiverde caminó por los pasillos en busca de la castaña y es que después de las clases sólo se habían visto en el comedor y ella había salido tan aprisa a la biblioteca que no hubo modo de detenerla. Ron puso los ojos en blanco, más cuando Luna dijo que se reuniría con ella para estudiar juntas, ninguno de los dos tuvo intenciones de hacerles compañía a ese lugar, la rubia soltó un comentario que sonó a -flojos- y el pelirrojo un gruñido de indignación.
Estando en un pasillo cerca de la biblioteca por fin la encontró, estaba de espaldas, sentada en la orilla de uno de los muros del colegio, observando cómo el sol se comenzaba a ocultar y teñir de naranja los pastos de los jardines, el viento soplaba sereno
la chica parecía perdida en sus pensamientos, sus libros estaban a lado de ella, quien tenía las rodillas abrazadas contra su cuerpo.
Lo más silencioso posible se acercó para no ser detectado, sigilosamente pasó sus manos por su cintura, algo inaccesible debido a la forma como estaba sentada. La chica dio un respingo por tomarla desprevenida, al menos eso pensaba era el causante de aquel sobresalto...
- Te extrañaba tanto, niña...-susurró tierno a su oído, ella volteó a verle lentamente, sorprendiéndolo pues tenía los ojos cristalinos y las tersas mejillas húmedas por las lágrimas silenciosas que resbalaban por ellas.
- Hermione, qué?...-exhaló desconcertado, la chica retiró algo brusca y a la vez temblando los brazos de él de su cintura. Tragó saliva cual doliese demasiado.
- ¿Por qué Harry?, ¿Por qué rompiste tu promesa?...-cuestionaba y le miraba con desilusión.
- ¿De qué Hablas? Her, yo...-titubeaba sorprendido, abriendo mucho los ojos sin saber qué decir a tan desconcertante reacción.
- No trates de desentenderte, Porque sabes a lo que me refiero. Le dijiste... ¡Tú le dijiste!, cuando prometiste dejarme a mí hablar con ella -exclamaba acusadora.
- ¡Ah ya!, se trata de Ginny -respondió, cayendo en cuenta de lo que decía la chica.
- Sí, le rompiste el corazón -chillaba, apretando los labios.
- ¡¿Romperle?! -exhalaba un gruñido indignado- Si le dije fue porque era hora, ya tenía un límite todo esto. Sabes que intentó besarme, te hubiese gustado que lo hiciera, ¿Qué sentirías? -soltaba conteniendo las ganas de demostrar la indignación ante el comportamiento de la chica.
- ¡Estás enredando las cosas!, ¡Son excusas! -subía su tono de voz, acusándolo una vez más.
- ¡No!, ¡Excusas las tuyas!-sentenció con el mismo tono acusador con que la ojimiel se refería a él.
- Estaba llorando, ella dijo que...-comenzó pero él le interrumpió.
- ¿Y tus lágrimas no cuentan?, ¡¿y las mías?! -soltaba herido.
- Harry, acabas de demostrarme que no tienes palabra -decía conteniendo el llanto.
- ¡La que está enredando todo eres tú! ¡Le estás dando vuelta! -No sé lo qué te haya dicho, pero lo único que yo le dije fue que no quería lastimarla, pero no podría corresponderle jamás. Porque de la chica que estoy, y estaré enamorado todo el resto de mi vida
eres y serás siempre tú. ¿Entiendes? -no soportaba más y la tomaba por el rostro, a la vez con espontaneidad y delicadeza, la hizo verlo a los ojos, ella desvió la mirada.
- Hermione, has estado tan extraña conmigo desde...-volvía a intentar que ella le viese de frente.
Entre las lágrimas más continuas de la ojimiel y las ahora derramadas por el chico, una voz interrumpió el instante en el cual Harry estaba por besarla...
- ¡Hermione! -gritó la pelirroja, frunciendo el entrecejo.
- ¡Ginny! -volteó a verle, empujándolo al tomarlo desprevenido.
- Dile lo que hablamos, lo que dijiste que harías -habló son voz imperativa al verles con tanta cercanía.
- ¡¿Decirme qué?! -preguntaba viéndola más desconcertado.
- A no ser que... -comenzaba con súplica y a la vez con aparente inocencia, la castaña miraba a los dos, intercambiando una mirada de resignación ante la de la pelirroja y una dolorosa ante la de él.
- Harry, yo
-apretaba los labios y cerraba los ojos, conteniéndose por no desmoronarse allí mismo - Yo no puedo ser tu novia, porque te quiero mucho, pero sólo como amigo... Harry yo no te amo -finalizaba con voz totalmente quebrada.
- Un segundo Hermione, ¿De qué estás hablando?, ¡No entiendo! -le miraba cual no hubiese escuchado bien y creyese que se trataba de un error auditivo.
- Sí Harry, Hermione me dijo que aunque tú te le declararas ella no sentía nada por ti, al menos no un amor como chico, porque ella está enamorada de... ¡Draco! -intervino hablando con intelectualidad, como amiga al rescate de otra en apuros.
- ¿Es cierto eso Hermione? -le miraba contrayendo el ceño- ¡Atrévete a Repetirlo!-esta vez sí que soltaba un grito desesperado, como si en ese preciso instante deseara tomarla por los hombros y hacerla reaccionar.
La chica respiraba con dificultad debido a la contención del llanto -¡Vamos Dilo!-gritaba haciéndola sobresaltarse.
- Saben algo, ¡Déjenme En Paz, Ambos!...-gritaba entre sollozos.
- ¡¡HERMIONE!! -exclamaba queriéndola detener, pero demasiado tarde la chica desaparecía como un vendaval.
- Harry déjala, sé como se siente -lo detuvo al notar su intención de seguirla- Colin está enamorado de mí y no le correspondo, al menos no era mi mejor amigo. Pero ella está confundida, porque a ti te considera su Hermano -decía con voz resuelta y arqueando las cejas, como si fuese un niño que no entendía las cosas.
- Ginny, lo único que quiero ahora es hablar con ella -atajaba quitando la mano de la chica de su brazo.
- ¡Entiende, ella prefiere estar sola! -exclamaba exasperada.
- Y tú entiende esto, ¡No deseo oírte! -la fulminaba brusco.
- Pero Harry, si... -iba a decir algo más pero él no se lo permitía ya que apenas se desafanó de su brazo corrió en búsqueda de la castaña.
- Claro, puedo esperar a que lo desees, y no sólo oírme, si no hacerme tu novia -se cruzaba los brazos con impaciencia y viendo por donde el chico había desaparecido, embozó una triunfal y a la vez frívola sonrisa.
La castaña corrió sin rumbo definido por los pasillos, lo único que quería era desparecer. Salió a los jardines, sintió la brisa fría pegar en sus húmedas mejillas, caminó sin fijarse por dónde iba
resbaló por la ladera casi al llegar a las orillas del lago, instintivamente se llevó las manos a su vientre, se hizo daño en las rodillas. Devastada se sentó a observar la gravedad de las heridas, pero las que más dolían eran las del alma.
- ¡Jane! -se escuchó una voz conocida, cuyo dueño que se acercaba apresurado.
- ¡¿Estás bien?! , ¿te duele? No te muevas...-la haló hacia él.
- Oh Draco, ¡Me quiero morir! - exclamaba, por fin derrumbándose.
- No, ¡calla! No digas eso pequeña, no lo repitas. ¿Qué te hizo el imbécil de Potter?... -exhalaba con angustia, secando sus lágrimas y abrazándola con fragilidad.
Ella no habló tan sólo lloraba, el rubio la abrazó contra su cuerpo con más fuerza y acarició sus rulos, mientras la ventisca se hacía más fuerte, con el cielo cada vez más rojizo...
Él la arrullaba como un bebé, la chica había cerrado sus ojos como queriendo que al abrirlos todo hubiese sido una pesadilla, pero lo peor se acercaba...
El ojiverde encontró sus libros tirados en las gradas de la entrada del colegio, la buscó, entonces decidió bajar
cuando su visión le reveló la escena más hiriente. Allí a la orilla del lago, entre los brazos de su peor rival, se encontraba la mujer que él amaba. Sus impulsos lo llevaron a ellos...
Yo no vi las flores marchitar,
ni ese frío en tus ojos al mirar.
No, no vi la realidad,
Me ibas a dejar.
- ¡Entonces sí es verdad lo que le dijiste a Ginny! -exclamaba con total pérdida de control, la sangre le hervía sólo con verla cerca del ojigris, ambos chicos volteaban sorprendidos.
- Harry, no... -sollozaba temblando.
- Por eso todo este tiempo has... -parecía no poder articular palabra por estarse conteniendo las ganas de gritar y golpear al rubio.
- ¡Lárgate Potter! -advertía Draco, como protegiéndola.
- Si no lo estuviese viendo jamás lo creería. Pero me acabo de dar cuenta de todo, ahora veo con claridad las cosas. ¡La Verdad! -atajaba apretando los dientes, y la vez suprimiendo sus ganas de llorar.
- Draco, déjanos solos -decía con un hilo de voz.
- ¡No Jane!, No te dejaré con éste idiota -se rehusaba señalando al chico de gafas.
- Hazlo por favor...-exhalaba apenas como un suspiro.
- Estaré cerca por si... -aceptaba a regañadientes - Y tú, más te vale que no le hagas algo. Porque sino, ¡Desearás no haber nacido nunca cara cortada! -sentenciaba amenazante.
Tras ver cómo el rubio se alejaba se volvía hacia ella, con las lágrimas conteniéndose...
Dicen que la vida baby,
no es como la ves.
Para aprender, hay que caer.
Para ganar, hay que perder,
Lo di todo por ti.
- Harry, yo... -comenzaba con el resuello entrecortado.
- Te iba a pedir una explicación, Pero con lo que vi es más que suficiente...- le miraba de manera ácida.
- Harry, déjame hablar...
- ¿Hablar?, Para qué? Si me lo acabas de demostrar -subía su tono de voz, la chica daba un respingo.
- Hermione, pensé que... -trataba de contener sus impulsos - Olvídalo, sólo que no entiendo, si no me quieres por... ¿Por qué lastimarme? Mis palabras fueron muy claras, te dije que no me ilusionases para luego dejarme caer contra la fría realidad, y fue lo primero que hiciste. Y el que no tiene palabra según tú, soy yo. Yo que me sentía culpable por haberle dicho a Ginny que te amaba -exhalaba un sonido irónico - Yo que he dado todo por ti. ¿Y qué recibo a cambio? ¡Una mentira!, ¡Un Engaño! -sentenciaba cual víctima.
- ¿Engaño, dices? -se sostenía por inercia - ¡Yo jamás te engañé! -le seguía viendo de aquella forma, tal cual acabase de despertar y aún no asimilar que lo estaba.
- Sí que lo has hecho. Tú no me amas, lo acabas de afirmar. Pensaba que tal vez estabas aparentando por ella, Pero no. Eso ha sido lo único verdadero que ha salido de tus labios, lo demás son palabras tan falsas ¡Como tú! -exclamaba con reproche.
- ¡¿Cómo te atreves?! -ese había sido un vuelco al corazón.
- No Hermione, ¡Cómo es que tú te atreviste!, ¡Te burlaste de mí todo este tiempo! -continuaba con ese tono de voz que lastimaba tanto a la chica.
Lloré y lloré, y juré que no iba a perderte.
Traté y traté, de negar este amor tantas veces, baby.
Si mis lágrimas fueron en vano,
y al final yo te amé demasiado.
Como yo, como yo, nadie te ha amado.
- Todo este tiempo, y tú sólo estabas jugando... ¿Qué clase de chica eres?... te desconozco... Siempre te vi como alguien diferente a todas esas chicas superficiales... -decía con reclamo, la chica sólo le miraba.
- Cuando me di cuenta de lo que sentía por ti, sufrí mucho, pues eras mi mejor amiga. El miedo a perderte como tal me hizo ocultar mis sentimientos, reprimirlos. Noches atormentándome, forzándome a verte como sólo una amiga... - De asimilar que tú salías con Malfoy
Y sin más un día arriesgarme el todo para nada, Para que sólo me hirieses.
- ¿Tú, arriesgarte? -soltaba una risa irónica y sarcástica, sin querer - Si fui yo la que tuvo que dar el primer paso.
- ¡Ay, por favor! no vengas a decirme eso. Porque tú estabas tal cuán confundida igual que yo, sobre las personas que creíamos uno del otro, amábamos. Pero al final me doy cuenta que el único que te amó como un loco fui yo, que este amor fue demasiado -expresaba lo que sentía.
- ¡Eres un idiota!, Tú no sabes, No sabes nada... -gritaba sintiendo que en cualquier instante se desvanecería frente a él.
Cada hora una eternidad,
Cada amanecer un comenzar.
Ilusiones nada más,
qué fácil fue soñar.
- Tal vez lo sea al haberte creído todo. Y qué es lo que no sé, ah? ¡¿Fingir?! No, no lo sé. Pero sé lo que siento. ¡Ahora me siento traicionado!, ¡Herido! - El tiempo compartido fue lo mejor que pudo ocurrirme en la vida, cada hora que no estaba a tu lado era una eternidad inmensa... Al amanecer sólo tenía una idea en la mente, una ilusión que daba fuerza a mi vida, ¡Verte!- Qué Fácil fue soñar, algo tonto, ingenuo imaginar que compartiríamos un futuro, que serías mi esposa porque así lo deseabas. ¡Cómo te habrás reído de mí, de mis ilusiones estúpidas! -gritaba apretando los dientes - Bravo, serás la ganadora en actuación, ¿Te enorgullece saberlo? -daba un aplauso cerca de ella, y ese tono irónico que estaba adoptando era un mero reflejo de sus emociones - ¡Otro premio a tu intachable cuadro de honor! ¡¿Te fascina saber que acabaste con mis ilusiones?! Que sólo fueron eso, meras ilusiones, nada fue real
Ni tus palabras, ni tus caricias, ni tus besos
que dejaste grabados en mi piel -reprochaba.
- Harry Por favor, No otra vez tus dramas -le miraba cuán infantil se estaba comportando el ojiverde.
- ¡Ves! Siempre he sido un dramático, No? Pero acéptalo, ¡Tú eres una inmadura! -decía con acidez.
- Harry, ¡Déjate de ironías! -exclamaba, en cualquier instante le soltaría una bofetada, aún no entendía qué hacía ahí parada escuchando los reclamos absurdos del ojiverde.
- ¡¿Ironías?! Aquí lo único irónico es como te burlaste de mí todo este tiempo, ahora entiendo tantas cosas... -le miraba dolido.
- ¡No!, No entiendes. Ni entenderás
-se había llevado una mano al pecho.
Tantas noches de intimidad,
parecían no acabar.
Nos dejamos desafiar,
y hoy nada es igual.
- Pues creo que ya entendí... Todas las noches que dormimos juntos, fueron ¡Espejismos! Una vil mentira, ¡Tu farsa! -exclamaba con sentencia acusadora.
- ¡Cállate! -cada segundo era un sufrimiento al alma.
- ¿Ahora quieres que me calle? -daba un resoplido indignado - ¿Cuándo querías que me diese cuenta de que Amas a Draco? Por ello nunca quisiste que lo nuestro fuese publico? -la castaña parpadeaba - ¡Claro, si esa era una de tus excusas! Pero sin duda tu favorita era tu amiga Ginny, y yo sólo fui una diversión. ¡Ay pobre huérfano, pensaste! -seguía con ese tono autocompasivo.
- ¡Yo jamás pensaría eso de ti! -le miraba de manera como si lo desconociese.
- ¡Lástima Es Lo Que Sentías! Por eso me aceptaste, te inspiré Lástima... es bueno saber que estabas ahí. Gracias por actuar como si te importara, y hacerme sentir que era yo el único...-apretaba los dientes.
- Mi pregunta es cómo no me di cuenta, cómo me dejé llevar por el corazón y no ver que tú sólo hacías lo que todos, verme como el pobre Harry Potter... -lo último lo decía haciendo énfasis en su nombre, cual cartelera espectacular, y de forma muy lastimosa.
- Deja de decir eso, Sabes que no es así. ¡Esas sí que son estupideces!... -su temperamento también la estaba traicionando.
Sé que en verdad el amor
al final siempre duele.
No lo pude salvar,
y hoy voy a pagarlo con creces, baby.
Si mis lágrimas fueron en vano,
si al final yo te amé demasiado.
Como yo, como yo,
Nadie te ha amado.
- ¿Ah sí? Entonces dime por qué desde la noche que hicimos el amor has estado tan fría, tan distante... a cada frase mía tú sólo sonreías vacilante, le sacabas la vuelta. La misma mañana te expresé mis emociones, te abrí mi corazón, y tú no hiciste más que desviar tu mirada y marcharte a Hogsmeade -reclamaba, limpiándose las lágrimas que luchaban por salir pero él no dejaba.
- ¡¡Porque estoy confundida!! Para mí no es fácil asimilar, Mi vida está cambiando a pasos agigantados...- disimuladamente tenía la mano puesta sobre su vientre.
- ¡Ah, ¿confundida?! ¿Y cómo crees que me sienta a mí esto?, ¡Tú crees que yo no siento! ¡Qué piensas que a mí no me confunde tu actitud para conmigo!, ¡Que me agradó mucho que Ginny dijera eso y luego te encontrase en brazos de él! -hacía un movimiento en el cual la ojimiel pensaba que la iba a zarandear.
- Harry por favor...-decía con un hilo de voz.
- ¡No, Por favor tú!... Después de esa noche por mi mente cruzó comprender tu confusión, si eso era. Pero somos una pareja, al menos el intento de una
en donde no debía haber secretos. El domingo te busqué, como siempre fui yo, porque de ser por ti esta relación hubiese llegado a su fin desde hace mucho. Te hice una pregunta y tú no respondiste. Interpreté mal tu silencio, Creí que en verdad no estabas arrepentida de haber estado conmigo
Pero ya ves, la verdad es otra. Es mas, las últimas semanas me has estado evadiendo entre las clases y tu permanente encierro a la biblioteca, le restas tiempo a nuestra relación -ni las lágrimas que derramaba la chica parecían hacerlo contenerse de todo el coraje que estaba expresando.
- De lo único que me arrepiento es de haberme entregado a alguien cuyo yo creía era merecedor de mi inocencia, de mi alma. Pero ahora compruebo que no eres ese quien yo amo, el Harry que no existe, ¡Yo lo inventé en mi imaginación! -su voz se escuchó más quebrada de lo que pudo haberse escuchado.
- ¡No quieras culparme! porque sabes a la perfección que el único que ha luchado por que este noviazgo funcione, he sido Yo. No vengas ahora con la palabra amor, si después de hacerlo... -se detenía a mirarle - Tú, ¿hablándome de amor? Já por favor si Nunca me amaste... -el llanto en sus ojos ya no se podía disimular.
- ¡¿Cómo te atreves siquiera a decirlo?! - gritó ella, con la cara tensa.
- ¡Es cierto! - exclamó Harry -. Durante toda la noche, mientras yo te decía mil veces que te amaba, tú jamás lo hiciste. Bueno, una vez, pero no lo dijiste, lo balbuceaste. Y en cuanto amaneció, huiste...
Hermione abrió los ojos como platos, sus manos se abrían y se cerraban como si quisiera tener el cuello de Harry entre ellas y estrangularle.
- ¡El que se resigna a fingir delante de ella, El que se ha preocupado por contenerse delante de todos las ganas de besarte, Soy Yo! Discúlpame si no pude más, pero ya me cansé de ser sólo yo el que luche, ¡Hoy se terminó! -exclamaba con la voz temblorosa pero firme.
- No sabes cuánto daño me estás causando con tus palabras -negaba, apretando los ojos para reprimir las lágrimas.
- ¡Y el que tú me hiciste, ¿No cuenta?! ¡Si Te Hiere Es Porque Es La Verdad! -desviaba la mirada para no demostrar cuán dolor profundo él también sentía.
Esta vez la pasión ha ganado, y por eso sigo esperando.
Como yo, como yo,
Nadie te ha amado.
Lloré y lloré, y juré que no iba a perderte.
Traté y traté, de negar este amor tantas veces, baby.
- ¡Basta!, ¡No pienso seguir escuchándote! -gritaba muy pálida.
- Acéptalo, ¡Eres una inmadura! -decía sin mirarle, apretando los puños.
- Harry, lo único inmaduro es lo nuestro
por lo visto ninguno de los dos estamos listos para casarnos, ya que como tú dices, la confianza no existe. Ni tú en mí, ni yo a ti -su respiración se encontraba muy agitada, como si hubiese corrido mucho.
- Tal vez tengas razón respecto a lo nuestro, Pero sabes algo? ya no tendrás que aparentar nada porque ya le dije a Ginny, y ellos, ya lo saben... Aunque muy tarde para que lo aceptemos, ya que Nuestro Noviazgo y compromiso se acabó -volvía su mirada ahora rojiza, sus palabras se escuchaban con voz resuelta.
- Bien, si así lo quieres, ¡Así será! -sintió como una enorme avalancha de nieve hubiese caído sobre ella, su vista se nubló al punto que casi perdía el conocimiento, pero algo en ella hizo que se mantuviese de pie.
- ¡Já!, ¿yo quererlo? -esa voz fría en él es la que más lastimaba - ¡Sabes Muy Bien Que No Fui Yo! -Hice todo lo que estaba de mi parte, te di espacio y recibí migajas, conformándome a ser el novio oculto -no podía evitar ese resentimiento con voz de reproche.
- Deja de darle rodeos, ya has hablado -si le veía una vez más no resistiría - ¡Quiero Estar Sola! - ¡¡Vete!! -gritaba con la voz muy frágil.
- ¡Ajá, Sola! Si muy pronto estará contigo el güero desabrido de Malfoy! -él también temblaba.
- Eso ya no sería asunto tuyo, no acabas de decidirlo, ya no somos nada. Ahora ¡¡Largo!! -exclamaba cuán sus fuerzas ya no podrían más. Él la miró, y se dio la vuelta como dispuesto a marcharse, apenas había avanzado unos pasos cuando regresó sobre los mismos.
- Una cosa más, ¡Yo soy el que se arrepiente de haberte conocido! Pensé que eras diferente, que eras especial, que me amabas por ser yo, por mi persona. ¡No por lo que representa mi Estúpido Apellido! -exclamaba amargo. La chica cerraba los ojos, resistiendo para no abofetearlo.
- ¡Ginny es mejor que tú!, ¡Quizás ella en verdad pueda amarme como no lo harás tú! ¡¿Eso te haría verdaderamente feliz?! -preguntaba con ironía.
Si mis lágrimas fueron en vano,
y al final yo te amé demasiado.
Como yo, como yo,
Nadie te ha amado.
- ¡¡Eres un Imbécil!! ¡En verdad No lo Mereces!, No Mereces Nada... -abría los ojos y gritaba poniendo la mano sobre su vientre, quizás para sostenerse.
- ¡Eso soy! Y No, No merecía que me hicieras esto -reclamaba.
- No tengo porqué seguir escuchando a alguien al cual no le importo en absoluto, al que no le importa todo el amor que siento por él. ¡Sólo se deja guiar por sus arranques de celos, sin escuchar, juzgar sin saber! Ahora sí que me das lástima Harry...-apretaba los puños decidida a marcharse ella - Y toma, tal vez en el dedo de Ginny luzca mejor. Así es como tiene que ser ¿no? -temblorosa se quitaba el anillo y se lo daba bruscamente.-intercambiaban una mirada, los ojos de ambos estaban rojizos causa del llanto silencioso, en aquella mirada se notaba cuán enorme tristeza y dolor profundo.
- Gracias...-lo tomaba irónico, cerrando el puño y guardándolo en su bolsillo - Por cierto, te deseo lo mejor a lado de Draco, con él sí que tendrás un anillo digno de ti. De toda la riqueza que no podré darte, de ese mundo que te prometí
porque si rompí mi promesa de decir lo que sentía, fue por amor. Por ya no soportar esto que aún siento, pero morirá... Tal vez conmigo, y aunque me duela la que demostró no tener palabra fuiste tú...-le tomaba del brazo apretándolo sin fijarse, ya que el dolor y coraje en ese instante era más fuerte que nada.
Esta vez la pasión ha a ganado, y por eso sigo esperando.
Como yo, como yo,
Nadie te amado.
- ¡No Amo a Draco! Y lo único que quería era pedirte un tiempo, jamás pretendí romper. Pero piensa lo que quieras, ya me da igual... -exclamaba zafándose.
- ¡¿Ah sí?! -se miraban retadoramente, un instante en el cual todo aquello hubiese podido borrarse, como si no estuviese sucediendo
el tiempo detenido, un impulso nuevo lo llevó a halarla contra él y besarla algo brusco. La chica dio un respingo y le empujó molesta, sin previo aviso le plantó una bofetada muy fuerte que le dejó tan desubicado, y las gafas salieron volando. -cerraba los ojos causa del impacto de la cachetada- Ahora comprendía cómo se sentía Malfoy las ocasiones que había recibido bofetadas de la chica, aunque esta vez pensaba que era de las más fuertes que pudo haber dado - ¡¡Bruto!! - chilló con indignación.
- ¿Ya te ibas?...-Preguntó sarcástico, aún mantenía los ojos cerrados- Ella le seguía viendo pero ya no supo qué más decir, miles de palabras hirientes cruzaron su mente- ¿Qué era todo aquello?- un simple error, pero ya no había marcha atrás, la había lastimado
y si se quedaba un segundo más delante de él desfallecería. Un último sollozo se escuchó para luego avanzar. El ojiverde sintió cómo la presencia de Hermione desparecía, el viento rozó su cuerpo y le hizo saber que estaba solo.
Con el encantamiento Accio recuperó sus gafas - Abrió los ojos dolorosamente, su vista se nubló pese a ya tener los lentes, el aroma de su perfume aún se respiraba en el aire a su alrededor
rozó con los dedos el vacío lugar donde segundos antes estuvo la castaña, apretó los dientes, miró hacia el lago. Ahora más que nunca si pudiese ahogarse ya no importaría...
Se dejó caer en la orilla, los rayos del ocaso tornaron de colores rojizos la superficie del agua. Tomó su cabeza entre sus manos, todo aquello parecía una pesadilla de la cual quisiera huir, sus ojos le ardían, el fondo de su ser estaba destrozado
Ilusiones lejanas cual ecos de voces crueles e hirientes resonaban en su mente.
- Pensé que serías algo para siempre... Ahora veo que el amor no existe... -murmuró llorando, ya sin contenerse.
Como yo, como yo, nadie te ha amado.
Como yo, como yo, nadie te ha amado.
*-*-*-*-*-*-*-*-
NOTAS DE LA AUTORA:
¿Decepcionante?, lo admito, sinceramente es el capitulo que menos me ha agrado y el que más difícil se me ha hecho escribir. Y para colmo creo que lo transcribí como 7 u 8 veces, Oops, pero de todas formas no me maten jeje. y es que no todo puede llegar a ser miel sobre hojuelas...
Bien, continuará, y les prometo algo, si habrá reconciliación okas.
Letra de la Canción: Como Yo, Nadie Te Ha Amado- Bon Jovi.
Mil gracias por leer
Saludos de Anyeli Potter Granger de Felton.
Amigas y Rivales
Transcurría la mañana del sábado...
Ron daba vueltas por la habitación, tratando de vestirse lo mejor posible... El chico de cabellos azabache le miraba con expresión lejana sentado en la orilla de su cama, desde hace gran rato estaba listo pero no había puesto mucho empeño en su arreglo. Llevaba unos vaqueros deslavados, una sudadera azul pálido que le quedaba algo grande, unos zapatos cafés con las agujetas mal amarradas y los cabellos más revueltos que de costumbre.
- ¡Anda, Harry! ¡Apúrate o el desayuno se nos enfría! -dijo de pasada mientras se movía abotonándose la camisa color rojo oscuro - Además el tiempo son galeones, y son los mismos que llevo ahorrando y pienso gastar en obsequios para Luna -se iluminó su mirada - La cual me va a golpear si no bajamos del ya -apuraba el pelirrojo cuando se peinaba, el chico de gafas parecía no haberle escuchado.
- ¡No iré...!-dijo ausente pero con firmeza.
- ¡Oh, Sí irás! -le contradijo- Ya te quedaste la vez pasada. No seas aguafiestas, mis padres vendrán hoy -exclamaba con voz de mando.
- Me disculpas con ellos... Pero sabes que no tengo ganas de verla -contestaba aún sin mirarle.
- Mira renacuajo, en lugar de estar aquí ahogándote en un estanque tan pequeño. ¡¿Por qué no remedias la situación?! -le lanzaba una mirada exasperada.
- ¡No la hay! Lo nuestro se acabó, ella...-su voz se escuchó ácida.
- Ey! No fue sólo su culpa, ¡Fue de los dos! -señaló, frunciendo el entrecejo.
- No me digas? -dijo sarcástico y por fin viéndole de manera fulminante.
- Harry, ok Te cegaste a causa de los celos y la discusión. Y te entiendo, Porque yo soy un experto en tema de discusiones con Hermione. Llega un límite en el que te desquicia su terquedad, sus alegatos y su extremada superioridad con la que te trata. Pretende y cree que tiene la razón en todo... y quieres ahorcarla... -el ojiverde le veía fijamente - Pero sinceramente metiste la pata, la pobre estaba entre la espada y la pared. No es que acuse a mi hermana, pero esta vez lo que le dijo fue absurdo, y ella ahí va haciéndole caso. ¿Dónde quedó la inteligencia de esa niña? Y tú con tus arranques de celoso compulsivo y obsesivo, mira qué yo soy el que padece ese complejo y no le he hecho esos numeritos a Luna... -decía mirándole con expresión reflexiva.
- ¡Porque ella no te ha dado motivos! -replicó frío, y volvía a ver hacia la nada.
- No seas tonto, Hermione tampoco. Lo que pasa es que tiene razón, entre ustedes se acabó la confianza, ¡eso es grave! La llamaste inmadura, pero lo que pienso es que los dos son inmaduros. ¡Más tú! -ahora le miraba frunciendo los labios.
- Qué, ¿Ahora te pondrás de su parte? -preguntó irónico.
- No estoy de parte de nadie. Ella no debió hacerle caso a Ginny, tarde o temprano la verdad se sabría... Pero en verdad su pelea fue muy estúpida -culminó con voz resuelta.
- ¡No, el estúpido fui yo! -regresaba a verle, con los ojos rojizos.
- Ahora sí te doy la razón -soltó asintiendo.
- ¡¿Qué?! - reclamó sorprendido e indignado.
- Es en serio. Te sugeriría que fueses a pedirle perdón, pero ha de estar tan lastimada y enojada que te convertiría en cualquier cosa. Aunque no creo que te empeore más...-embozó una sonrisa burlona.
- Ja, já, Gracias Ron -decía ceñudo y de manera sarcástica.
- Ay vámonos -exclamaba sin intimidarse - Sólo dale tiempo, como el que te iba a pedir ella pero tú arruinaste, y ahora no te quejes -atajaba claro.
- ¿Sabes qué?, Con tal de que te calles es mejor que nos vayamos -se incorporaba y hablaba seco.
- Nada más no vayas a armar numeritos con tu don dramático -salía soltando una risita burlesca. Al ojiverde le vino el impulso de darle un zape pero ni siquiera de eso tuvo ganas, y es que sin Hermione todo había vuelto a ser gris.
*-*-*-*-*-
Amigas y rivales,
En mundos desiguales.
Siempre tan amigas, Siempre tan rivales.
Ellas sólo quieren amar.
Al mismo tiempo en la habitación de las chicas de 7° Gryffindor... La rubia había subido en busca de la castaña.
- Vamos Hermione, nada ganas con quedarte dentro del colegio -decía animándola, la ojimiel tenía ojeras y los ojos hinchados, se notaba que durante toda la noche había llorado.
- No Luna, es mejor que te vayas... No querrás que Ron se preocupe o se enoje contigo -soltaba con la voz muy alicaída.
- Ay Herms, es que no sé qué decirte, no has dicho mucho. Pero si nos ponemos a discutirlo te haría más daño. Además sabes lo que pienso con lo que me has contado. Y no querrás que la que se enoje sea otra, y no precisamente con Ron...- al contrario de Harry, que le había contado casi toda la discusión al pelirrojo, la castaña apenas y le había contado leves fragmentos de la pelea con el ojiverde. Casi nada, sólo que los encontró a ella y al ojigris abrazados y armó el drama que terminó con su noviazgo.
- Está bien, iré...-apenas y se escuchó su voz.
- ¡Así se habla! -sonrió satisfecha - Tú no demuestres debilidad, o de lo contrario creerá que te dolió todo lo que dijo -decía mientras buscaba una ropa en el armario para su amiga.
- Es que en verdad me dolió -recalcó con voz dolida.
- Sí, pero no tiene razón -le miró y le mostró una falda de mezclilla que le llegaría a las rodillas, una playera azul cielo de manga corta cuello sport, y unos tenis también de mezclilla. Ropa contraria a la que ella traía, jeans rosita y una blusita sin mangas blanca, con unos zuecos beige.
- Vamos a desayunar -dijo cuando la chica salía de cambiarse.
- No tengo hambre -respondía evasiva, en eso un gruñido en su estomago indicaba lo contrario -la ojiazul le miraba negando- A pesar de no haber puesto empeño en su arreglo lucía muy hermosa, con un brillo diferente y especial en la mirada. Y con todo y la tristeza, un semblante sereno.
- No digas eso, sabes bien que debes alimentarte...- le llamó la atención, la castaña le regresó a ver - Se acercan los exámenes - argumentó arrugando el ceño.
- No, porque si voy lo veré -volvió a contrariarle.
- Y eso qué... Tú muestra tu valor -le miró fijamente - Anda, hazlo por...-se detuvo como si algo se le hubiese atravesado en la garganta, estuvo a punto de meter la pata - ...mí, que estoy que muero de hambre -agregó con voz de súplica exagerada.
- Gracias, Luna -le brindó una sonrisa esforzada.
La rubia se la regresó -Sí, pero anda, que conociendo a Ron me dejará sin mucho que comer - apuraba soltando una risita que le contagiaba a la castaña.
*-*-*-*-*-*-
En el gran comedor...
Las chicas llegaban primero que ellos, el salón estaba quedando vacío ya que los madrugadores se habían marchado ya a Hogsmeade.
- ¿Ves? Creo que hasta ya se fueron -dijo la rubia cuando se sentaban en la mesa Gryffindor, ella frente a la castaña.
- Luna, pero Ron te dejó...-se sentía apenada.
- Ya lo veré en el pueblo -se encogió de hombros.
- Por mi culpa ahora hasta ustedes se separaron -se escuchó culpable.
- Deja de adjudicarte ideas -le regañó, frunciendo el entrecejo.
- Anda come algo, hace rato tu estomago protestó -le sonreía acercándole las tostadas de fresa, pero Hermione las dejó a un lado. Tomó las de durazno y comenzó a comer, tras esas tostadas siguió con las de manzana, el cereal, la avena, las salchichas asadas con el pan de centeno, la leche y el jugo de manzana. La rubia le observaba con una sonrisita. Cuando la ojimiel daba el último trago al jugo de manzana se percató que su amiga le miraba risueña.
- Yo... -se puso roja de la pena.
- ¿No que no tenías hambre? -soltó con voz de burla divertida.
- Bueno es que anoche no cené -comentaba como excusándose.
- Menos mal que sí comiste ayer, si no... -negaba con una sonrisota, pero luego adoptaba un semblante serio - Y no vuelvas a hacerlo, Hermione no debes malpasarte, con que si te da una ulcera, o peor que el... -su llamada de atención se veía interrumpida por la llegada de Harry y Ron.
- Hola -saludó el pelirrojo, sentándose a lado de Luna. El ojiverde desviaba la mirada y se sentaba a un lado del ojiazul.
- ¿No ya se habían ido? -soltó cuando éste le daba un beso en la mejilla.
- ¡Oye!, si no me quieres ver no me corras tan feo -se quejó con exagerada indignación.
- ¡Ron! -gritó viéndole.
- Ya pues -vaciló sonrojándose.
- ¿Qué hay de desayunar? -preguntó mirando las bandejas de comida con mirada entusiasmada - Espero que sea muy rico -exclamó viendo a su amigo de gafas que se acercó un tazón de avena y aparentemente comía sin levantar la mirada de su plato.
- Pues sí estaba rico...-comentó la ojimiel tratando de ignorar a Harry, los ojiazules se miraban entre ellos con cierto temor de que en cualquier instante sus amigos se pusiesen a discutir frente a todos los que aún estaban en el comedor.
- Oh vaya, los elfos cada día se esfuerzan más -comenzaba a comer la avena, la castaña le miró con la ceja fruncida - Oigan, como que a estos elfos les faltaron las tostadas y un jugo diferente al de calabaza -se quejaba cuando notó q las bandejas de la comida no estaban- Ayer fue de uva. ¿Hoy que acaso no hicieron? - Me retracto, ¡se volvieron flojos! - sentenció con indignación.
- Sigue comiendo -vaciló la rubia viendo a Hermione que había lanzándole una mirada reprobatoria.
- Pues en realidad fue de manzana -volvió a comentar.
- ¿Cómo que fue? -dijo distraído, percatándose de la jarra vacía de dicho jugo, entonces descubrió con la mirada un recorrido entre muchos platos vacíos.
- Hermione, Esos platos vacíos... ¡¿Son tuyos?! -exclamó con un grito sorprendido, mirándola con cara de shock.
- Este... sí -se puso muy roja por la vergüenza.
El pelirrojo jaló el plato que había contenido las tostadas, olfateó y frunció las cejas.
- Aquí deberían de haber tostadas con mermelada de manzana.
- ¡Ya Ron! ten estas, son de fresa -por fin el chico de gafas rompió el silencio con voz fastidiada, acercándole la bandeja. De inmediato volvió la vista a su desayuno, que en realidad ni había probado pues el plato de avena seguía intacto.
- Pues sí que hubo de manzana, pero alguien se las comió todas -comentaba la ojiazul con una mirada burlona hacia su amiga.
- ¿Tú? -chilló cayendo en cuenta de a quién se había referido su novia - De cuando acá te gusta la mermelada y el jugo de manzana. Yo que sepa nunca te han agradado -decía con voz acusadora, la chica le miró entrecerrando los ojos con peligrosidad.
- Aunque claro, has hecho muchos cambios -continuó sin sentirse intimidado.
Tras terminar de desayunar Ron se paró de la mesa, estirándose...
- Bueno chicos ya va siendo hora de irnos, mis padres no deben tardar en llegar a Hogsmeade. Sólo pido dos cosas, que Percy no haya venido, y que mamá haya preparado algo delicioso -se le dibujó una sonrisilla.
- Ron, acabas de desayunar. Tú siempre pensando en comer -soltaba indignada la chica de rulos castaños.
- ¿Sí verdad? Pero al menos yo no me acabé las tostadas de los demás -se defendió sarcástico.
- Ah... yo... -ahora sí que le ardían las mejillas por la pena.
- Hermione, no digas nada, olvídalo. Con que no sea seguido, porque sino saldremos muy mal -le sonrió bromista.
- Entonces nos vamos... -intervino la Ravenclaw al darse cuenta que el ojiverde miraba a Hermione de manera extraña. Los chicos asintieron, el de gafas sólo avanzó.
*-*-*-*-*-*-
Mientras caminaban hacia el pueblo los ojiazules se sentían incómodos ya que sus acompañantes se ignoraban mutuamente, o al menos eso trataban. La castaña sólo les dirigía la palabra a ellos, y el ojiverde ni siquiera hablaba.
Sin pensar, volverás a mentir, a engañar.
A robar mis sueños de leyenda,
Sueños donde él me hace volar.
Pelaré, venceré, y verás que jamás, cederé.
Ingresaron a las tres escobas, inmediatamente distinguieron a los Weasley quienes les hacían señas de que se acercasen desde una mesa rectangular cerca de la barra. La madre de Ron se dirigió a ellos antes de que llegasen, los gemelos rieron por la bajo. Cuando se hubieron sentado el señor Weasley les saludó. Ginny se encontraba sentada entre Fred y George, que ocuparon los asientos de la pared; tenía una carita de inocente. Ron le lanzó una mirada seria, molesta e indignada. Su hermana irguió la cabeza sin inmutarse.
- Se estaban tardando, ya me comenzaba a preocupar. Ginny llegó hace hora y media -soltó recriminándoles.
- Ay mamá, ni comiences -gruñó el pelirrojo.
- Si mamá. No ves que harás que el pequeño Ronnie se le suban los colores delante de su novia -dijeron los gemelos con voz melosa.
- Cállense, ¿quieren? -les miró fulminándoles y sonrojándose. La rubia también se puso colorada.
- Traje tu budín favorito. Tarta de manzana -sacó un traste y lo destapó frente a su hijo, de inmediato se le iluminó la mirada; la ojiazul sonrió junto con los demás a excepción del ojiverde que ni siquiera parecía estar allí.
- Madre, tú siempre tan linda y detallista -aduló, partiendo el pastel - Gracias, porque alguien me dejó sin postre esta mañana -agradeció y miró de reojo a la ojimiel que estaba a su lado derecho. La chica se sonrojó ligeramente.
- ¿Oigan y qué tal el negocio, chicos? -preguntó la rubia cuando se dio cuenta de que los gemelos miraron a Hermione dubitativos e intercambiaron una sonrisa cómplice.
- Pues prosperando de maravilla -respondió Fred.
- Y ya que se acercan las vacaciones esperamos más ingresos en la sucursal de París -continuó George.
Tras un rato de charla animada entre la señora Weasley, que les decía sus planes para cuando salieran de la escuela a las chicas... El padre de Ron le trataba de hacer más participe en la plática al chico de cabellos revoltosos, quien contestaba lejano. Los gemelos le miraban preocupados, entre ellos se mandaban miradas cómplices y pasaban la vista de él a la castaña. En eso entró al local Draco, y tras él iba Pansy Parkinson con expresión disgustada. El rubio envió una mirada a la mesa de ellos, directamente a la ojimiel, ella desvió la suya. Harry se contuvo sus celos viéndoles a los dos, más a la chica quien se incomodó.
- Cómo se atreve -soltó un gruñido el pelirrojo, apretando el puño.
- Ronald, te he dicho que los hijos no tienen la culpa de lo que hacen sus padres. Él no tiene porqué pagar por ser hijo de Lucius Malfoy -le reprendió su padre.
- Parece que no lo conoces -bufó incrédulo - Tal vez por lo que haga su padre, no. Pero de lo que hace él, sí -le regresó a ver indignado.
En eso un grito los hizo a todos voltear al lugar donde estaban sentados el ojigris y Pansy.
- ¡Cómo pudiste! -gritó llorando de manera algo exagerada.
- Te dije que tú y yo ya no somos nada, ¡Nunca lo hemos sido! -intentaba decirlo entre dientes.
- Draco, Pero Yo... Tú y Yo... Pensé Que Era Serio -pero la chica decía todo en voz alta y llorosa.
- Pansy, Tú Dijiste Que No Me Querías -el también subió el tono de voz.
- Draco Malfoy, ¡Eres Un Completo Estúpido! -todos en el lugar les miraban sorprendidos y muchos habían abierto la boca, entre ellos los gemelos que embozaron una sonrisota; y la pelirroja que miraba asustada.
- Vaya, por primera vez escucho algo cuerdo de ésa chica. Y por única ocasión coincido con ella -comentaba el ojiazul- ¿Quieres seguir defendiéndolo, papá? -preguntaba con ironía viéndole fijamente, el señor Weasley parecía sonrojarse y tratar de retractarse pero se quedó callado.
La chica de cabello castaño oscuro se había puesto de pie y le soltó una bofetada, saliendo del lugar herida en su orgullo. El rubio cruzó una mirada con la chica de rulos castaños...
Al chico de gafas ya no pudieron detenérsele los impulsos que le hervían la sangre, viniéndosele una idea descabellada y muy estúpida.
- Señores Weasley... -comenzó con la voz trabada. Los padres de su amigo le regresaron a ver fijamente.
- Quisiera pedirles algo -continuó más firme. El pelirrojo le miraba ceñudo, los gemelos extrañados, la rubia expectativa; como si pensase que lo que diría a continuación fuera tonto. La castaña ni siquiera le veía pero sentía las miradas que le mandaba él. Y la pelirroja con atención.
- Pide lo que quieras hijo, sabes que si está a nuestro alcance... -le brindaba una sonrisa maternal. Su esposo asentía.
- Bueno me conocen, saben cómo soy, y... -se detenía a mirar a la ojimiel para luego pasar la mirada a Ginny y finalizar en ellos, quienes le veían esperando a que prosiguiese.
- Quisiera su consentimiento para salir con Ginny -terminó rápidamente con firmeza, y una seguridad ausente. Fred y George escupieron el jugo que tomaban, le miraron atónitos y se vieron confusos, Ron vacilante como si pensara que era broma y esperase que su amigo se retractara; después de no ver señales de eso le vio de manera asesina. La rubia con incredulidad y muchas ganas de ahorcarlo, el señor Weasley serio, y Molly comenzó a embozar una sonrisa tras la sorpresa. Ginny en cambio parecía que las palabras le hubieran llegado lentamente y soltó un chillido entre alegre y sorprendido. Hermione palideció y cerró los ojos que se le habían llenado de lagrimitas, conteniéndolas. Cierto chico de ojos grises les observaba, muy desconcertado y confundido, pero parecía que aquellas palabras le habían devuelto la vida.
- ¡Ay qué educado!, primero nos consulta Arthur...-exclamaba con júbilo - Eso quiere decir que quiere a nuestra hija bien -veía a su esposo que continuaba con esa expresión seria - Cariño de nuestra parte tienes todo el permiso para acercártele. Pero es a ella a quién tienes que preguntarle -decía con voz muy cariñosa.
- Sí Harry, ¡Claro que quiero ser tu novia! -exclamaba con una sonrisa de oreja a oreja, incorporándose y lanzándose hacia el chico lo besó de improviso.
- Desde que los vi juntos supe que serían la pareja perfecta. Es como si estuviera viendo nuevamente a James y a Lily -derramó unas lagrimitas de felicidad.
- ¿No Arthur?, Qué afortunados somos ¡Es nuestro yerno ideal, desea hacer las cosas correctamente, ¡Porque va en serio! -continuó muy emocionada.
- Molly... -decía en voz baja tratando de que su esposa dejara el revuelo, y veía con atención a la chica de rulos cafés que parecía a punto de desmayarse.
- Pues yo no creo que esté haciendo lo correcto. Yo diría que el día de hoy amaneció muy idiota -soltó con voz enojada y una mirada de profundas ganas de estrangular a su amigo.
- ¡Ron! -le reprendió su madre.
- Lo siento... disculpen... no me siento bien, creo que volveré al colegio -decía con voz muy débil y temblorosa, poniéndose de pie. Tenía un color muy blanco, sudaba frío, y los ojos cristalinos.
- Hermione, espérame -se paraba rápidamente su amiga ojiazul.
- ¡No, quédate! -le detenía haciéndole una seña - Te veo luego Luna - después se daba la vuelta dejando a los señores Weasley muy sorprendidos y angustiados, la pelirroja le miraba aún abrazando del cuello al ojiverde, los gemelos tenían expresión de confundidos.
- Pero... pero... -parpadeaba contrariada mientras veía cómo su amiga desaparecía cerrando la puerta. El ojigris vio cómo salía la chica del lugar pero cuando quiso ir tras de ella lo interceptó la señora Hooch y no pudo desafanarse de ella.
- ¡Harry, Tú Qué Haces Ahí Sentado, Tarado! ¡Si No Vas Yo Seré El Que Te Convertirá En Renacuajo! -le gritó enojado con voz de orden.
- ¡Me quieren decir qué pasa! -exclamó sin entender.
- Pasa que tu yerno ideal es un reverendo imbécil -soltaba mirando al chico de manera asesina.
- ¡¡Qué Esperas!! -volvía a gritar cuando veía que él no se había movido, parecía ausente. El nuevo grito pareció sacarle del trance se puso de pie yendo tras la chica, sin hacer caso de la pelirroja, de las miradas de esperar una explicación que la señora Weasley le lanzó y las desconcertadas del padre de Ron- ¡Y Me Oirás Cuando Regrese Al Colegio! -exclamaba cuando el chico salía del pub.
- ¡Ronald, Explícate! -se hizo oír su progenitora y mirándole con fijación.
- ¡Ginny, ni te muevas! ¡Porque tú sí me escucharás ahora! -le detuvo al notar la intención de ella de ir tras el ojiverde, su madre soltó un gruñido por ser ignorada. Ron le miró con vacilación poniéndose nervioso.
*-*-*-*-*-
Mis sueños de leyenda,
Sueños donde él me hace volar.
Amigas y rivales,
En mundos desiguales.
Siempre tan amigas, Siempre tan rivales.
Ellas sólo quieren amar.
- Lucía muy pálida -comentaron entre sí los gemelos.
- Es lógico, en su estado -Luna se había sentado a lado de ellos aún muy preocupada.
- ¿Estado?, ¡¿Cuál Estado?! -intercambiaron una mirada muy sorprendida y preguntaron al unísono.
La ojiazul se sobresaltó pues lo había dicho distraída - El de la depresión, y luego para rematar esta declaración. ¿Cómo piensas que va estar a ahora?, yo creo que en un estado peor -les respondió con obviedad.
- ¡Ah! -exhaló Fred - ¡Oh! -se escuchaba a George - Nosotros estaríamos igual -continuó él mismo.
- Entonces sí estaban saliendo -dijo cual cuestión afirmada.
- Sí -asintió la chica.
- Te lo dije -volteó a ver a George.
- No, yo te lo dije -le contradijo.
- No importa quién lo dijera primero, el punto es que no nos equivocamos. Esos dos eran novios -cortó Fred embozando una sonrisa, pero luego hizo una mueca de desilusión que imitó su gemelo.
- Hasta ayer por la tarde -informó Luna.
*-*-*-*-*-*-
Junto a él probaré, que amar es vivir,
Descubrir. Los sueños de leyenda,
Sueños donde él me hace volar.
Al final tú sabrás, que fui yo quien ganó,
Disfrutó. Mis sueños de leyenda,
Sueños donde él me hace volar.
- ¡Habla de una buena vez, Ronald Weasley! -en el otro extremo de la mesa la madre de él no dejaba de gritar para que el chico hablara.
Él le miraba buscando ayuda en su padre. Pero el señor también esperaba una respuesta. Aunque su expresión era diferente, más como a punto de corroborar algo que ya pensaba.
- ¿No es obvio?, Harry y Hermione eran novios desde Noviembre hasta la tarde de ayer que dos metidotes lo arruinaron -por fin habló, estaba sudando de nervios. Pero finalizó viendo significativamente a su hermana con una mirada fulminadora. Luna observó cómo el rubio se había desafanado de la señora Hooch y salía aprisa del lugar.
- ¡¡¿Qué?!! -reaccionó abruptamente la señora Weasley abriendo los ojos como platos, su padre movió la cabeza, acaba de comprobarlo; y Ginny por más que trató poner cara de sorpresa no pudo fingir mucho pues ella ya lo sabía.
- Por qué me miras así Ron, Yo no sabía nada -preguntó poniendo cara de inocencia ante esa mirada que no le quitaba.
- Quiero pensar que así era -apretó los dientes ignorando la mirada asesina de su madre.
- Entonces lo que Harry dijo ahorita... -comenzó con un hilillo de voz su progenitora.
- Mamá, es la estupidez más grande que pudo haber dicho, sólo porque volvió a armar el drama de sus celos absurdos -había adquirido más seguridad.
- Pero... ¿dijiste Noviembre? -preguntó el señor Weasley.
- Ah... eh... -titubeó nervioso.
- Acabo de meter la pata, Pero sí -se recriminó.
- ¡Tú Lo Sabías Ron, Y No Me Dijiste Nada! ¡¡Me Traicionaste!! -le reclamó de manera indignada y muy roja por el coraje. La rubia y los gemelos ya se habían puesto al tanto de la discusión. Para su fortuna el lugar se había vaciado.
- ¡Yo no te traicioné!, ¡Tú eres la que les echó a perder el compromiso!-soltaba muy tenso.
- ¡¿El qué?!, ¡¿Iban a Casarse?! -chilló como si le hubieran echado un balde de agua helada.
Él se mordió los labios buscando arreglar lo que dijo - Ginny, Me Exasperas Y Me Haces Decir Cosas Que No -exclamó más nervioso y maldiciendo para sus adentros su imprudencia.
- ¡Chicos, Alto! Pensemos y arreglemos esto -intervino haciéndose oír el padre de ambos.
- Ginevra, Lo que acaba de pasar no fue cuerdo -se dirigió a su hija.
- ¡Padre! -respiró agitada, como no esperando eso de su progenitor.
- Y Molly, No debiste armar revuelo -esta vez vio a su esposa.
- Hablaremos en casa, Arthur -cortó poniéndose de pie. - Por ahora me siento decepcionada de esa niña, y de mi propio hijo -finalizó enviándole una mirada de completa desilusión molesta y dolida.
- De mí lo acepto. Pero de Hermione, por qué? -preguntó desconcertado.
- Por su Hipocresía -contestó firme.
- Ay mamá si te refieres a que es la amiga de Ginny, pues... -iba alegar pero ella le interrumpió sin dejarle oportunidad de objetar.
- No sólo a eso, También a su farsa respecto a las fiestas. No quiero pensar que en mi casa... -se detuvo conteniéndose lo que pensaba.
- ¡Molly, Basta! - le llamó la atención su esposo - ¡Ey, tampoco! que el renacuajo también tiene que ver -repuso Ron sin que le hicieran mucho caso - ¡Nos vamos!-habló su padre con firmeza y de forma imperativa.
- Correcto -asintió la señora Weasley muy enojada - Ginny, tú vienes con nosotros -tomó a su hija por la muñeca.
- Sí, llévatela -apuró el pelirrojo tan rojo que su rostro podía confundirse con una rábano, la chica le lanzó una mirada de intenso odio. Tanto los gemelos como Luna no decían nada sólo observaban, muy incómodos.
- Bueno Ron, Nos vemos pronto. Y sabes nosotros te entendemos y te admiramos por apoyarlos, pero ahorita sí qué la regaste delatándolos -decía Fred con cara de circunstancia, la misma expresión tenía George.
- Ay lo sé -se sintió peor.
Sus padres y sus hermanos se retiraron de las 3 escobas.
- Espero que Harry no empeore la situación -le dijo a la rubia cuando ésta se sentaba a su lado.
- Malfoy salió detrás de ella también -comentó con carita de esto no puede ir peor.
- Uy, entonces ya ardió Troya. Conociendo al renacuajo -negó desalentado.
- ¡Tu amigo es un bruto! -soltó molesta.
- Te apoyo al cien -le brindó una sonrisa.
- Ha esperar -suspiró la chica.
- Sí, porque sino tal vez hundamos más la pata -volvía a negar viendo a la mesa.
- ¿Hundamos? -soltaba una risilla sarcástica.
- Bueno, hunda... -esta vez se sonrojó por la pena.
*-*-*-*-*-*-
Amigas y rivales,
En mundos desiguales.
Siempre tan amigas, Siempre tan rivales.
Ellas sólo quieren amar.
Salió del pub a toda prisa, quería huir, borrar de su cabeza ver cómo su mejor amiga había besado al amor de su vida en su propia cara. Lo que más le dolía era que él había propiciado todo, que sus palabras le daban principio a su nuevo sufrimiento.
- ¡Hermione, Espera! -gritaba, atropellando a un grupito de chicos que caminaban y le voltearon a ver muy indignados.
- ¡¿Qué quieres?! -dijo brusca, pero antes de que él dijese algo continuó - Que te felicite? Pues bien, Felicitaciones, ya? Ahora regresa o tu novia y tus suegros sospecharán -cortó de manera irónica, secándose unas lagrimitas que se le escaparon y caminó hacia un callejón lateral que dirigía a los campos del pueblo.
- ¿Por qué lloras?, si deberías estar feliz -el chico también había adoptado ese acento irónico.
- ¿Ah sí?, Por qué debería estarlo, según tú -le miró con aparente fortaleza.
- Porque Malfoy ya no sale con Parkinson, y eso indica que ya tienes el camino libre porque tú también lo eres -soltó con amargura, él también parecía a punto de derrumbarse.
- Entonces ve mi sonrisa de felicidad inmensa. Muchas Gracias -sonrió de manera muy exagerada y fingida. Y si todo está claro, ¡Lárgate! -gritó avanzando nuevamente.
- Nunca perdiste la esperanza de regresar con él, verdad? -preguntó ácido.
- Tiene razón Ron, hoy amaneciste muy idiota - cerró los ojos para no abofetearlo, se estaba conteniendo.
- ¡Responde! -otra vez su mayor virtud, la pérdida de control.
- No tengo por qué responder a una incoherencia tan absurda -negó con tono exasperado, sin verle.
- Sin embargo yo sí que lo tengo bien claro -se interponía parándose frente a la chica - Tu actitud el día que cortaron, esa apariencia de lástima -acentuó con sarcasmo, la castaña le vio como si estuviese demente -Tus palabras por si no te acuerdas- Draco perdóname... significas tanto para mí... pero llegaste tarde a mi vida... -Discúlpame si fui yo el que te presionó para que me aceptaras, yo tengo la culpa de que me hayas lastimado -finalizó, sus ojos esmeraldas ya reflejaban las lágrimas contenidas.
- Nuevamente la víctima -exclamó irónica. El ojiverde le miró cuán dolido.
- Ayer No Me Dejaste Hablar, Me Sentenciaste. Y Como Que Al Que Se Le Olvidó Sus Promesas Fue A Ti. ¡Eso Sí Que Es Ser Falso! -continuaba sosteniéndole.
- Ahora resulta -soltó un bufido con reproche.
- Déjame refrescarte a mí la memoria -siguió y citó algunas de las palabras que él le había dicho la noche de Halloween - Sabes que yo siempre estaré a tu lado... y nunca me alejaré por nada, ni nadie, te lo juro por mi vida, si es que vale algo... De mi parte no habrá engaños, ni mentiras, ni mucho menos traiciones; créeme que nunca dañaré tu corazón. Hermione cada día que pase dedicaré mi ser completo a hacerte feliz, y jamás te haré llorar porque antes dejaré de respirar...-culminó con la voz temblorosa, suprimía un sollozo.
- Yo te veo que respiras a la perfección. A menos que ese beso te la cortara por segundos -agregó con un dejo de ironía, y respirando con lentitud.
- Her... -apenas y exhaló, se había quedado sin palabras, aquella tarde estaba apareciendo en su mente como flash backs, de pronto su mirar se tornó más cristalino. Intentó decirle algo, palabras que remediasen sus estupideces, hacer cualquier cosa por borrar las palabras hirientes.
- Ni te esfuerces en decir algo, Porque ahora la que no quiere escucharte soy yo -exclamó al notar su intención, el chico bajó la mirada.
- Her, por favor... -susurró con debilidad.
- Vuelve con ellos Harry, deben de estar esperándote. Tu novia y tu suegra -puntualizó con voz de profunda tristeza.
La chica le sacó la vuelta y caminó acelerando el paso, quizás para que él no le siguiese. En el fondo quería que la detuviera, que le pidiera perdón, que la besara y le dijera que todo se iba a borrar; que para él esos dos días no existían. Para su mayor dolor ello no ocurrió.
El chico de gafas se quedó parado viéndola alejarse... Tenía razón, el que resultó ser tan falso finalmente había sido él. Esas palabras no habían sido vacías, en verdad las sentía en aquél instante... ¿Pero por qué lo arruinó?, ¿por qué esa inseguridad?, ese miedo a perderla provocó que él mismo la alejase.
*-*-*-*-*-*-*-
Amigas y rivales,
En mundos desiguales.
Siempre tan amigas, Siempre tan rivales.
Ellas sólo quieren amar.
Harry entró a las tres escobas, la rubia lo vio y dio un codazo al pelirrojo que estaba distraído jugueteando con el popote de su malteada.
- Qué... -se quejó e iba a protestar cuando el ojiverde se acercó, su mirada estaba rojiza y se notaba que se contenía por llorar.
- Me voy, Ron vienes? -dijo algo brusco.
- ¿Y Hermione? -se apresuró a preguntar la ojiazul.
- Se fue -contestó entre áspero y triste. Su amigo frunció el entrecejo y estuvo a punto de reclamarle la forma en la que le respondió a su novia, pero la chica se le adelantó.
- ¡Cómo que se fue! -exclamó - Harry, no le habrás dicho algo peor. Porque si no... -le miró con peligrosidad amenazante.
- Si no, ¿Qué? -le volteó a ver retador.
- Hombres, brutos de naturaleza -soltó con vehemencia.
- ¡Ey! -protestó el ojiazul indignado.
- Algunas veces Ron es la excepción -le regresó a ver vacilante y algo sonrojada.
- Ah... -relajó su ceño cuando -¡Oye! cómo que a veces -volvió a quejarse.
- ¡Ron, ya! -le lanzó una mirada intimidante, el sonrió nervioso y se puso sonrosado.
- Quizás tengas razón... -apenas y susurró el de gafas, la rubia se quedó sorprendida.
- Bueno, ¿vienen o se quedan? -preguntó con más brusquedad. Los ojiazules intercambiaron una mirada de mejor ni moverle y asintieron.
De regreso al castillo todo el camino la rubia le lanzó miradas de reproche al chico de gafas.
- ¡Bueno ya, No?! -se quejó cuando ya se sentía lo bastante intimidado, frenando de improviso.
- ¿Ya qué? -preguntó viéndole más feo, y también se detuvo.
- Deja de mirarme así - replicó enfadado.
- Yo no te estoy mirando de ninguna forma en especial -negó cruzándose de brazos.
- Ni que lo niegues -contradijo, el pelirrojo los vio poniendo los ojos en blanco, el chico también detuvo sus pasos.
- Bien sí, y lo hago por... -aceptó siendo interrumpida.
- Ya lo sé. ¡Soy un idiota! -él también lo admitió.
- Vaya, 50mil siglos después. Al menos lo reconoces -exclamó sarcástica, como si hubiese sido un verdadero milagro.
- Pero tu amiga también tiene culpa -prosiguió mirándola con molestia.
- ¡Los dos la tienen! -intervino el pelirrojo con voz resuelta, y continuó caminando. El ojiverde le siguió.
- Sí, Pero si esta vez le pasa algo. Será Tu Total y Exclusiva Culpa -exclamaba subiendo el tono de voz y caminaba tras él.
- No Vengas A Chantajearme A Mí -se volteó a verla enojado - Ella está muy grandecita.
- Y muy confundida -agregó- ¡Qué piensas que es de roble como para no aturdirse con todo lo que se le viene! -soltó con más reproche.
- ¡Yo también tendré exámenes! -gritó con mayor enfado.
- Fíjate, si tú supieras -siguió con la idea que sólo entendía ella misma.
- ¿Saber qué? -preguntó confuso.
- Los libros de la biblioteca -le respondió sin el menor sentido, pero parecía haberse puesto nerviosa.
- ¡Yo no soy un devora libros! -repuso exasperado por no entenderla.
- Ahora la insultas otra vez -le vio indignada.
- Ach!! -exhaló un sonido de total impotencia y la miró con ganas de zarandearla y hacerle entender que le dijera las cosas claras, no que lo enredara más.
- ¡¡Se Pueden Callar!! -gritó fastidiado Ron.
- Ya entiendes lo que yo soporto cuando tú y ella... -le regresó a ver irónico, la ojiazul le interrumpió quitando la vista de su novio al cual había lanzándole una mirada molesta.
- Si Hermione no aparece para cuando el sol se ponga, ¡Lamentarás tantas cosas Harry James Potter! -sentenció con advertencia. Habían llegado a la entrada del castillo.
- Luna, no vendrás? -preguntó al notar que la chica había volteado a ver hacia atrás.
- No, yo la esperaré aquí -negó informando, mientras se sentaba en los escalones de la puerta.
- Bien, nosotros subiremos -le avisó un tanto desconcertado - Te veo más tarde -se despidió, la rubia asintió para luego no apartar su vista del camino observando por si la castaña aparecía.
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Amigas y rivales,
En mundos desiguales.
Siempre tan amigas, Siempre tan rivales.
Ellas sólo quieren amar.
Los chicos habían subido a la habitación en la torre Gryffindor. Harry con paso acelerado y Ron siguiéndole jadeante, pues su amigo parecía querer ganar una carrera.
Cuando entraron en la recamara el ojiverde azotó la puerta, el pelirrojo se limitó a cerrar los ojos.
- ¡Tu novia saca de quicio! Es tan exasperante, Tan terca. Y sobre todo dice cosas sin sentido. Con razón le dicen lunática Lovegood -se volvió hacia el chico y soltó con enfado y sarcasmo.
- ¡Basta!, ¡No te permito que le llames así! -avanzó hacia él con amenaza.
- Tú llamaste mucho tiempo a Hermione sabelotodo -le dio la espalda, sin intimidarse.
- Sí, pero no era tu novia, ahora tampoco. Y dos, se lo decía por... por... -estaba buscando un argumento convincente.
- El punto es que Luna es mi novia y ella no tiene la culpa de tus idioteces -le miró tajante.
- Además, si nos ponemos a discutir no arreglaremos nada -negó sentándose en su cama y jugando con un cojín. El ojiverde hizo lo mismo. Entonces el pelirrojo le lanzó el cojín en la cara, se incorporó y se puso frente a su amigo.
- En primera, qué fue eso de que Mr. Dramas le suelta eso tan absurdo a mis padres, y le pide a mi hermana que sea su novia -comenzó llamándole la atención - Harry, ¡le diste falsas ilusiones! -el chico de gafas bajó la mirada - Ahora se creerá tu novia, y luego debiste ver cómo se puso mi madre cuando te fuiste. Casi me acribilla para que yo hablase, hasta que...-se detuvo poniéndose sonrojado.
- ¡¿Qué Ron?!, ¡Habla! -apuró mirándole insistente.
- Pues hablé, y creo que de más. Saben que tú y Hermione... -el chico sudaba.
- ¡¿Qué?!-reaccionó abriendo los ojos muy grandes.
- Sí, saben la fecha, desde cuándo salían. Pero lo peor es que... -continuó pausando otra vez.
- ¡¿Qué, hay algo peor?! -le vio más incrédulo.
- Sí, se me salió que estaban comprometidos -el ojiazul ya sentía vapor desprenderse de su rostro por la pena.
- ¡Ay Ronald Weasley! -se puso de pie y exclamó apretando los dientes, como conteniéndose las ganas de darle un gran golpe.
- Pero eso fue tu completa culpa, para que no te mueves rápido. No, mejor dicho para que hablas puras estupideces -se defendió- Si no hubieras armado numeritos no hubiera pasado nada, ahorita estarían en términos de enfado sí, pero no tan mal. Mis padres no sabrían nada de lo tuyo con ella, no así. Mi hermana no te creería su novio; y porque la parte mala es que también sabe que ustedes salían...-finalizó poniendo cara de auch.
- ¡Ay no por favor!, ¿Ella lo sabe? -negó apesumbrado, volteando a verle ya que se había dirigido hacia la ventana mientras el pelirrojo alegaba.
- Lógico, qué querías, ¿que le tapara los oídos? -soltó con obviedad.
- Y de casualidad no se te salió decir que también habíamos pasado la noche juntos -le recriminó con tono irónico.
- Tampoco me creas tan menzo. Si el de las pocas neuronas aquí eres tú -quiso soltar una risilla pero se limitó a mantener el semblante impasible.
- Chistoso! -gruñó.
Él embozó por fin su sonrisa, pero luego gritó provocándole un sobresalto a su amigo ojiverde - Un segundo, ¡Hermione!
- ¿Qué con ella? -preguntó sin comprender.
- ¿Qué le dijiste?, ¿Por qué no llegó? No digo que vinieran juntos y con sonrisas en cara, pero al menos debió regresar... Aunque claro, era de esperar que no, si pensaba que mis padres seguían ahí. Pero al menos la alcanzaste, ¿verdad?! -bombardeó.
- Sí -respondió mareado por tanta cuestión.
- Y bien, ¿qué te dijo?, ¿qué le dijiste? -volvió a preguntar.
- ¡Anda, cuéntame! No habrás empeorado las cosas, ¿o sí? -se cruzó de brazos, mirándole serio y frunciendo las cejas.
- Ay Ron, yo... -agachó la cabeza negando, recriminándose él mismo. Su amigo lo observó temiendo la respuesta porque ya se la suponía...
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Canción Amigas y Rivales - Kabah
Próximo Capítulo: Darlin' letra de la canción interpretada por los Backstreet Boys.
La castaña había caminado sin un rumbo definido, perecía que todo alrededor estaba tan brumoso, al menos en su mente... Sin fijarse había llegado al mismo sitio en el cual habían estado la tarde de San Valentín. Pero ahora el ambiente era distinto, los trigales cubrían por completo el suelo dándole un color paja a todo el campo, el sol rojizo anunciaba el ocaso de la tarde, la ventisca soplaba más recia. Se recargó en la misma cerca de madera en la que habían reconciliádose tras la pequeña discusión de aquella misma mañana... de pronto sus mismas palabras volvieron a su mente cual ecos de reproche. Qué daría porque ahora mismo él se apareciese, porque le susurrara al oído que le perdonara, por sentir su aliento, por un beso...
- ¿Pero por qué él tiene que pedirte perdón? -preguntó una vocecita.
- Porque me lastimó -acentuó firme.
- En el fondo sabes que se cansó, y aunque sí se excedió con sus reclamos, tú tienes la mayor culpa de todo esto -dijo a tono de regaño.
- Lo sé, pero me cuesta admitirlo -sintió un nudo en el estomago.
- Sí, eres bastante orgullosa como para reconocer que te equivocaste -le dijo cual afirmante.
- ¡Oye! -se quejó.
- Recuerda que tú y yo somos la misma persona.
- Desearía en estos momentos un giratiempo -soltó en verdad deseándolo.
- Para qué, si los errores se enfrentan. Tú misma se lo has enseñado a él, por qué no acatar lo que predicas -esta vez sí fue directa.
- Tengo miedo. Le pidió ser su novia. Tal vez debo alejarme
-sus ojos se llenaron de lagrimitas.
- ¡Y va de nuevo!, por lo visto no has captado que ese es tu mayor error. Será muy tu mejor amiga, y tú la has metido en medio de los dos como una barrera invisible pero tan determinante que no les ha permitido ser enteramente felices - ahora la voz se expresó exasperada.
- Quizás tengas razón...-se dijo distraída.
- ¡Cómo que quizás!, rotundamente la tengo -exclamó indignada la vocecita.
La chica de rulos castaños se había abrazado a sí misma, cuando sintió la presencia de alguien detrás suyo y la respiración entrecortada cerca de su oído.
Baby, can I talk to you? ( Nena, puedo hablar contigo?)
I know something's wrong (sé que algo está mal)
Things just aim's the same (y que las cosas no son las mismas)
But deep down inside ( Pero en mi interior)
I know you still care (sé que aún te importa)
So tell me what to do (así que dime qué puedo hacer)
To get things back (para que las cosas vuelvan)
The way they used to be (a ser como antes)
- Hola nena, puedo hablar contigo?- susurró con dulzura, por un segundo pensó que era el ojiverde y sonrió, instantáneamente la esperanza se desvaneció al darse cuenta a quién pertenecía esa voz. Se giró sobre sus talones y se encontró cara a cara con un par de ojos grises que le miraban con un brillo extraño, cuán inmenso mar de emociones.
- Draco... -dijo con un hilito de voz muy sorprendida.
- Jane, lo vi y lo sé todo.
- Entonces... -su mirada estaba más rojiza que antes.
- Sí, me di cuenta de cómo ese imbécil te hirió -apretó los puños, ella bajó la mirada.
- Jane, sé que él aún te importa, no puedo pretender que lo olvides en un segundo. Pero...
- Jamás lo olvidaré... -se escuchó con la voz muy quebrada y temblorosa.
- ¡Oh demonios!, cuanto quisiera que todo volviese a ser como antes, que jamás te hubiese dejado alejarte de mí. No le hubiera permitido que te hiriese de ese modo -la tomó por la barbilla y la hizo mirarlo.
If your words have meaning (Si tus palabras tuvieran sentido)
If you really care about me (si yo realmente te importara)
Tell me why can't I find love in your heart (dime por qué no puedo encontrar amor en tu corazón).
If you are my lover (Si fueras mi chica)
Or come as a friend to me (al menos mi amiga)
Tell me why would you turn away from my love. (Dime por qué renuncias a mi amor)
- Es que no se trataba de eso. Porque a la larga la que te hubiera terminado lastimando peor, soy yo -lo retiró y comenzó a caminar hacia los sembradíos de trigo.
- Si realmente te preocupara lastimarme... ¡Volverías conmigo! -exclamó siguiéndola a una distancia escasa.
- Draco, sí te quiero... -se volteó a verle.
- ¿Entonces?... -se detenía muy cerca de ella.
- No de la forma que deseas, ¡No te amo! -negó, pero algo parecía en ella muy extraño; estaba más pálida que antes y bañada en sudor frío.
- Déjame ganarme tu amor... -se acercó hasta quedarse a escasos 5cm. de la chica.
- Draco, no... -apenas y exhaló cuando todo en su vista se nubló, desvaneciéndose.
- ¡¡Jane!! -gritó, mientras atinaba a sostenerla para que no tocase el suelo.
So Darlin' (Así que cariño)
Tell me what to do to make things right. (dime qué hacer para hacer las cosas bien)
Darlin' (cariño)
Tell me what to do to make things right. (dime qué hacer para hacer las cosas bien)
For love (Tell me what to do to make things right. For love) ( Por amor, dime qué hacer para hacer las cosas bien. Por amor)
Lentamente descendieron hasta poder acomodarse sobre el trigo, él la abrazó hacia su cuerpo - ¡Jane, contéstame! - le daba suaves golpecitos en su rostro, el chico se encontraba muy preocupado.
- Por favor responde... -susurró acariciándole la mejilla, parecía un bello ángel.
- ¿Qué te sucede?... Tan importante es él como para sentirte así -murmuró para él mismo.
If your eyes have reasons (Si tus ojos tuvieran razones)
Then they would turn away from me (cuando no me miran)
Trying hard to hide all truth they might say( intentan ocultar la verdad que puede que digas)
If you listen to me girl (Si me escuchas nena)
If you know how I'm feeling inside (si supieras cómo me siento)
Then maybe, you wouldn't shut me out of your life, baby. (Quizás no me echarías de tu vida)
La castaña comenzó a abrir los ojos lentamente, parpadeó muy confundida, todo a su alrededor parecía un sueño extraño.
- Jane... -a pesar de estar viéndole frente a ella, más bien su silueta, su voz parecía escucharse muy lejana.
- ¿Cómo te sientes? -preguntó angustiado.
- ¿Draco? -dijo confusa.
- ¡Me quieres decir qué te está pasando! -esta vez el chico subió su tono de voz.
Ella desvió la mirada, él gruñó esperando que respondiese -¡Vete! -se incorporaba de improviso.
- Estás delirando, piensas que te voy a dejar aquí sola. ¿así? -contradijo frunciendo las cejas, y también poniéndose de pie rápidamente.
- ¡Ya me siento mejor! -dijo en forma terca, pero de pronto se volvió a tambalear, el chico la sostuvo para que no se cayese.
- Ajá... -le dijo con sarcasmo - Deja de sacarme la vuelta y negar. Algo raro te está ocurriendo y tratas de ocultármelo -le miró frunciendo más el entrecejo, cual reproche.
- ¡Claro que no me sucede nada! -cortó brusca.
- ¿Ah no? -exhaló una risilla sarcástica - Jane te pasa algo, y tengo la intuición de que no precisamente es todo ese drama que armó Potter ayer, y en el pub -la veía dubitativo.
- ¡Deja de indagar en algo donde no hay nada que buscar! -se ponía a la defensiva en una actitud nerviosa, empujándole y dándole la espalda.
- Me preocupas... -ponía una mano sobre el hombro de la ojimiel.
- Pues Deja De Preocuparte Por Mí, Y Vete Con Pansy - se retiraba con brusquedad, decía ásperamente y avanzaba.
- Si tan sólo intentases saber lo que siento, te darías cuenta de que a la única que amo es a ti -su voz se escuchaba quebrada.
- Pero yo no, entiende...-exclamó apenas, giró su rostro y caminó más rápido.
Darlin' (cariño)
Tell me what to do to make things right. (dime qué hacer para hacer las cosas bien)
Can't you see? (No puedes ver?)
All I'm asking for (todo lo que te pido)
Is a chance to let me love you (es una oportunidad para permitir que te quiera)
Can't you see? (No lo puedes ver?
Girl, you know with me (nena, que a mi lado)
Is where you should be (es donde deberías estar)
And if by chance (y que por una oportunidad)
we should find that it can be for you (encontraríamos lo que hemos buscado siempre?)
And I Then girl I'll try (Y Entonces, chica, lo intentaré...)
I'll try
(lo intentaré...)
- ¡Todo lo que estoy pidiéndote es una oportunidad para que me dejes quererte! Es mucho? -gritó respirando pausado ya que se contenía pues la miraba como si la chica fuese tan terca.
- Sería darte falsas esperanzas, Porque lo nuestro no puede ser -negó sin siquiera voltear a verlo.
- ¡Cómo Estás Tan Segura, Si Ni Siquiera Me Dejas Intentarlo! -exclamó con impotencia.
- Ya lo intentamos, recuerdas? -inquirió.
- Sí, Pero Tú No Me Permitiste Acceder A Tu Corazón, Te Cerraste Al Amor Que Sentías Por El Cabe... Por Potter, ¡Y el tan sólo te lastimó! -expresó su frustración ante la actitud renuente de la chica.
Darlin' (cariño)
Tell me what to do to make things right. (dime qué hacer para hacer las cosas bien)
I'd give anything for your love (Daría cualquier cosa por tu amor)
Tell me how can I make you mine. (dime cómo puedo hacer para que seas mía)
Girl, you should know how I feel by now (Nena, deberías saber cómo me siento ahora)
There's so many ways to love (hay tantas formas de amar)
So just open your heart (tan sólo abre tu corazón)
And I'll find the way (y encontraré una...)
- Jane, quiero que tú seas mi chica -la tomó por los hombros con desesperación y la hizo girar para obligarla a verlo de frente - No Pansy, No de Potter... ¡Mía! -bajaba la voz hasta escucharse como un susurro.
- Estoy muy confundida... -desvió el rostro.
- Por favor... déjame mostrarte que el amor no es como tú lo piensas, no como te lo mostró él -se escuchó cuan súplica.
- No puedo regresar contigo, hay tanto que... - regresó a verlo.
- No importa si por el momento no vuelves conmigo, yo encontraré la manera para que suceda... -le interrumpió, acercándose peligrosamente.
- Draco... - sentía su respiración muy cerca.
- Shuss... Sólo deja que las cosas pasen... -la silenció, iba a robarle un beso, la chica cerró sus ojos dispuesta a rechazarle al menor intento; pero sorpresivamente él absorbió su aliento y le besó la frente. Ella abrió los ojos y lo vio fijamente, desconcertada.
Can't you see? (No puedes ver?)
All I'm asking for (todo lo que te pido)
Is a chance to let me love you (es una oportunidad para permitir que te quiera?)
Can't you see? (No lo puedes ver?
Girl, you know with me (nena, que a mi lado)
Is where you should be (es donde deberías estar)
And if by chance (y que por una oportunidad)
we should find that it can be for you (encontraríamos lo que hemos buscado siempre?)
And I Then girl I'll try (Y Entonces, chica, lo intentaré...)
I'll try
(lo intentaré...)
Oh baby.
- Sólo una oportunidad, Jane... -susurró mirándola agonizante.
La castaña no dijo nada, en realidad no sabía qué decir, todo era tan extraño y difícil de asimilar. Respiró profundamente y siguió en silencio, desviando su mirada hacia el horizonte, observando cómo el sol comenzaba a ocultarse...
Darlin.
El chico de gafas le contó que había podido alcanzarla y cómo arruinó la situación convirtiéndose en una nueva discusión. En la cual la chica lo dejó de una pieza, pero él también la había herido de nuevo.
- Ya me lo imaginaba -soltó Ron, mirándole de forma recriminatoria - Se suponía que irías a arreglar todo, No a meter más la pata. No, si no necesitabas que yo llegara a hundirte, si tú solito puedes -acentuaba con mucho sarcasmo.
- Gracias, Ron -le lanzó una mirada ácida.
- Bueno, y se puede saber qué harás? Porque ahora sí que le has dejado el camino libre a presumido Malfoy. Ella te ama, pero la has lastimado. Has puesto en duda sus sentimientos, y si está tan confundida como dijo Luna
-negó con preocupación. Harry le miró con sorpresa.
- No mires así, tú también me subestimas pero ya te he dicho que no soy tonto. Lento sí, pero menzo ¡jamás! -subrayó con solemnidad.
- No, si el menzo soy yo -dijo distraídamente, desviando la mirada.
- No tanto, pero de que te has vuelto idiota no hay duda -le dijo burlonamente, el chico de gafas le regresó a ver fulminándole.
- Es que los celos y la inseguridad te vuelven Crabbe -agregó vacilante, el ojiverde le miró sin entender.
- O sea, un gran y muy enorme estúpido -soltaba con una sonrisota. Su amigo también soltó una risilla algo floja.
- Ajá, seguíamos -continuó el pecoso, viéndole como satisfecho - El hurón saltarín aprovechará al máximo esta oportunidad. Lo conocemos, y si Hermione ya cayó en sus trampas, puede volver. Sólo mira lo que causó ayer -su amigo arqueó la ceja derecha - Bueno fue el complemento a lo que ya había principiado mi hermana -agregó ante la mirada de su amigo - Pero remató con golpe fulminante. Se acercará con esa finta de apoyo y comprensión, pues tú le pediste a Ginny salir, frente a ella. Y frente al oxigenado, que salió derechito tras sus pasitos -culminó con el informe.
- No lo vi -dijo un tanto sorprendido y molesto.
- Es que se tardó algo porque fue interceptado por la señora Hooch, pero al rato se desafanó de ella.
- ¿Para qué lo querría? -preguntó Harry, analizando.
- No sé, ni me importa -Ron se encogió de hombros, despreocupado.
- Supongo que para lo del nuevo capitán -se respondió él mismo.
- Tal vez -el ojiazul hizo una mueca de sin importancia.
- Si piensa que le voy a dar oportunidad, ¡Que ni lo sueñe! - sentenció de manera peligrosa el ojiverde.
- ¡Así se habla! -Ron le dio unas palmadas como apoyo.
- Voy a pedirle perdón así sea de rodillas -siguió con seguridad.
- Bueno, lo de las rodillas... -le vio negando con cara de no hay idea.
- ¡No es exagerado! -contradijo con rotundidad el chico de ojos esmeralda.
- No, No servirá de nada si en verdad no lo sientes. Si en serio no crees que ella nunca te mintió -corrigió.
- Es que nuestros errores han sido enormes y graves. Mis celos e inseguridad, y sus miedos al rechazo de nuestro noviazgo -suspiró contrariado, por sentirse culpable.
- ¿Miedos? -soltó confuso el pelirrojo.
- Sí, a los estudiantes, a la comunidad mágica, a tu hermana... Pero principalmente a tus padres. Bueno, a tu mamá -sus mejillas adquirieron un leve sonrojo.
- Auch -hacía una mueca dolorosa.
- ¿Qué? -Harry le vio asustado.
- Que mi madre sí que está muy indignada y decepcionada de ella -dijo apenado, como sin querer la cosa.
- ¿Y de mí? -entre cuestión y afirmación.
- Pues al menos no te nombró que yo sepa -negó como recordando.- Pero de mí sí que lo está -vio al piso, como si lamentase tanto que su madre pensara eso de él.
- Ahora sí, ¿qué vamos a hacer? -el ojiverde cambió el tema.
- Lo primero es ver si ya apareció, es de preocupar mucho... Cuando salió temblaba y tenía un color muy pálido -ponía cara de preocupación.
- Yo también lo noté -dijo reflexivo el chico de gafas.
- ¡¿Y aún así le soltaste todo eso?! ¡Qué Bruto! -exclamó moviendo la cabeza y viéndolo cual el chico hubiese sido tan imprudente.
- ¡Me cegué! -se defendió el ojiverde.
- Lo sigo sosteniendo, ¡te volviste un gran Goyle! -Ron expresó su indignación.
- ¿Y eso es...? -preguntó con la ceja arqueada.
- Lo doble de Crabbe -respondió sin incomodarse.
- Ah -Harry le miró ácido.
- Hay que bajar -se dirigió a la puerta el chico de cabellos revoltosos.
- Vamos.-asintió siguiéndole el ojiazul.
*-*-*-*-*-*-
Cuando se dirigían al exterior divisaron a Luna aún sentada en las escalerillas de la entrada y apresuraron el paso, pero pronto se detuvieron en seco pues observaron cómo por la ladera Hermione llegaba; pero no venía sola. El rubio le seguía de cerca, muy de cerca...
Ron vio con asombro y desconcierto. Entonces regresó a ver a su amigo, quien estaba temblando y cerró los ojos apretando los puños.
- Harry, por favor... No vayas a armar otra. Piensa en lo que acabamos de decir... -dijo apresurado.
- ¡Uy sí!, preocupados. ¡Qué mal está!... Mírala, viene muy bien protegida -soltó irónico y sarcástico.
- ¡Idiota! -le dio un zape, el de gafas se libró de él y caminaba a zancadas.
- ¡Espera!, será mejor que regresemos a la torre -le detuvo tomándolo con brusquedad por la sudadera y azotándolo contra la pared, la misma en la que en tercero esa castaña lo había empujado en su incursión en el tiempo.
- ¡Piensas que le voy a dejar el camino libre! -replicó enojado, pero en voz baja para no ser detectados.
- Ya le diste puntos... No pierdas los tuyos. Aunque peor imposible.
- ¡Ron! -le vio fulminante.
- Vive hoy y pelea mañana -dijo firme, cruzándose de brazos.
- Ok, volvamos -aceptó a regañadientes Harry.
*-*-*-*-*-*-
Luna vio a su amiga venir, se incorporó rápido y corrió hacia ella.
- ¿Estás bien? ¿Qué te hizo éste? - empujó con brusquedad al rubio, quien había tomado por el brazo a la castaña.
- Cuida tus palabras, Lovegood -apretó los dientes, viéndole amenazante.
- Mantén tu límite, intento de buscador -contestó ella sin intimidarse.
- Chicos, no me siento... bien... -intervino respirando entrecortado.
- Jane se desmayó -informó, intentando controlar su ira hacia la ojiazul - Llevémosla a la enfermería -apenas y la rubia entendía lo que había dicho cuando reaccionó apresurada, y no fue la única.
- ¡¡NO!! -su grito fue al unísono con el de su amiga castaña.
- ¿Por qué? -se sobresaltó el chico - Jane, es necesario que te revisen -insistió un tanto imperativo, tomándola por el brazo e intentando que ella caminase.
- Entonces yo la llevaré -la jaló la rubia - Tú, ¡Piérdete! - prolongó con acentuación áspera la chica.
- No la dejaré sola contigo, lunática -advirtió con reto, sin soltar a Hermione.
- Mejor lunática que perdedora -le sostuvo la mirada, desafiándolo.
- ¡¡Basta!! -se hizo escuchar - En serio necesito descansar... -se desafanó de los dos. ¡Adiós! -gritó fastidiada y comenzó a caminar a zancadas. Draco y Luna se habían quedado sacados de onda.
- ¡Hermione, Espérame! -exclamó reaccionando primero la rubia.
Ambas se dirigieron a la torre, la ojimiel caminaba aprisa. Luna le seguía el paso, y el ojigris pudo alcanzarlas pero cuando llegaron al retrato se resignó a quedarse fuera.
*-*-*-*-*-*-*
Harry y Ron habían regresado a la habitación, para su fortuna los demás aún no volvían a la torre.
Cómo poder recuperar tu amor,
Cómo sacar la tristeza de mi corazón.
Mi mundo sólo gira por ti...
- Ese... Imbécil... Voy... Voy A Hacerlo... ¡Ach! -estaba muy alterado y aventaba las cosas.
- ¡Tranquilízate! -exclamaba Ron muy asustado, y observando cómo libros, plumas y hasta el tintero fueron a dar al piso - Y mejor piensa cómo vas a remediar las cosas -decía tratando de que su amigo entrase en razón, y es que si él era impulsivo al menos no lo exteriorizaba tanto. En cambio Harry siempre terminaba gritando y aventando lo que se le atravesase. -Desmentirle a mi hermana lo de la absurda declaración, A Hermione que lo que sucedió no fue porque lo sentías, sólo te dejaste guiar por tus celos. Con Malfoy cerca va a ser difícil que consigas su perdón, muy difícil pero valdrá la pena. Los dos se aman, pero son muy orgullosos para aceptar que ambos están equivocados -prosiguió mirándole peligroso, si volvía a aventar algo o gritaba ahora sí que lo sentaba de un golpe.
Para su alivio el ojiverde se sentó sin replicar más, ni aventar otro objeto.
Respiró agitado y sonoramente se escuchaba su resuello.
- Sinceramente no sé qué hacer, cómo comenzar... La he herido mucho, que si no me perdona es porque me lo merezco, pero moriré seguramente... Y luego no sólo somos nosotros, en mis errores involucré gente. Ginny tampoco merece que le haya dicho eso, y tus padres... -se llevó las manos al rostro y las resbaló por él. -Como dices, Malfoy ya ganó puntos.
El pelirrojo lo miró, su amigo lucía desesperado y atormentado... le apenaba verlo así.
- Mira, de ese hurón yo me encargo. Papá lo entenderá, y por mi madre... De ella nos preocuparemos después. Lo primero es hacer que Hermione te perdone tus idioteces -habló intentando brindarle una esperanza.
A pesar de todo el de gafas le vio agradecido, aunque renuente aceptaba que su amigo tenía razón al decir que la suyas eran idioteces. Había tenido razón todo ese día.
*-*-*-*-*-*-*
Cómo sanar este profundo dolor,
Siento correr por mis venas tu respiración.
Estoy tan conectada a ti...
Apenas entraron en la habitación de Hermione, que al igual que la de los chicos, las chavas aún no habían regresado a ella.
- Hermione, ¡¿Te Desmayaste?! -preguntó algo alarmada la rubia.
- Sí -respondió y se dirigió a su cama, sin voltear a verla.
- ¡Y el babas ese estaba ahí! - Luna siguió alterada, caminando tras ella.
- Me encontró en los campos de trigo, donde estuvimos la tarde de San Valentín -seguía sin mirar a su amiga, se había sentado recargada en la cabecera y jugueteando con el encaje de un cojín.
- Qué coincidencia y qué oportuno... ¿No? -dijo sarcástica.
- Luna -por fin la había mirado y la cuestionó con la mirada.
- Sí, te siguió -confirmó su silenciosa duda.
- ¡Auch! -Hermione sintió una punzada cerca del vientre.
- Sigues pálida, tal vez sí deberíamos bajar a la enfermería -la miró angustiada.
- ¡Estás loca! -exclamó negando - Que tal si... -se detuvo y bajó la mirada.
- ¡Mejor!, Así sabrás con seguridad si esperas un bebé. Tú tienes tus dudas -dijo tratando de que su amiga la viese - Que yo sí que lo estoy -expresó segura.
- Tengo miedo... -susurró débil, cuan temor.
- ¿Y quién no? -dijo comprensiva la ojiazul, la castaña suspiró profundamente.
- ¿Crees que sospeche? -preguntó pensativa.
- ¿Quién? -Her le regresó a ver sin comprender.
- Draco -dijo con obviedad Luna.
- Por un simple desmayo -la miró como si hubiese sido cualquier cosa.
- Bueno... Pero para nosotras es una enorme prueba.
- Si lo estoy, estoy perdida -tragó saliva y se llevó la mano al vientre.
- No estás sola -la rubia le contradijo, viéndola con reclamo.
- Lo estoy -la ojimiel repuso terca - Para cuando mis padres sepan se sentirán tan desilusionados, en el colegio me expulsarán antes de que acabe el año, y Harry es tan... -cerró los ojos dolorosamente.
- Bruto -completó la ojiazul, ella asintió sin abrir los ojos.
- Herm, no se notará al menos hasta los tres o cuatro meses. Y eso será en agosto -se había sentado a la orilla de la cama de la castaña, a su lado. La tomó de la mano y trató de tranquilizarla. La chica por fin embozó una triste pero sincera sonrisa.
- Como supongo que no has comido nada desde la mañana, te traeré algo para que no te vuelvas a quedar sin cenar, que le puede hacer daño -le vio insinuante.
- Hablamos como si estuviera allí -se tocó el vientre- ¿Y si no lo estoy?
- Tú lo sientes, no te hagas. Aunque quieres pensar que no -la miró fijamente. Y yo ya te lo dije estoy muy convencida de que sí.
- Ahora vuelvo... -se incorporó dirigiéndose a la puerta - ¿Qué se te antoja? -preguntó cuando ya había alcanzado ésta.
- Avena con miel o cajeta -contestó la castaña, analizando sus gustos.
- ¿Ves? -Luna sonrió.
- ¿Qué? -sin tener idea de por qué su amiga sonrió.
- Tus antojos raros -soltó una risita divertida, ella la miró fulminante. La ojiazul salió cerrando la puerta tras de sí.
Que hasta en mis sueños te veo,
Sin ti yo me muero...
Luna se estaba tardando, el agotamiento que de por sí tenía la venció, quedándose profundamente dormida...
Sus sueños fueron intranquilos pues recordaron acontecimientos de la tarde anterior y los del pub.
- Harry... Harry, no me dejes... No nos dejes... tienes que saber que... -decía entre sueños.
La rubia regresaba a la habitación que ya estaba en penumbras, sólo los rayos de luna que tenuemente entraban por la ventana iluminaban. Cuando se acercaba a su amiga se percataba de que estaba murmurando y se preocupaba, ponía la charola de comida en el escritorio.
- Herms... ¡Herms! - intentaba despertarla- ¡Hermione! -chilló.
- Luna -despertó de improviso, sudaba y tenía lagrimitas en los ojos.
- Tranquila, era una pesadilla -decía mirándola.
- Fue real, porque en parte ocurrió -se escuchó agitada y triste.
Luna le acercó la merienda y le animó a comer.
- Tardaste mucho -comentó viéndola, la rubia se había sentado a su lado en la cama, cerca de sus pies.
- Bueno... Sí, es que allá abajo me encontré con personas desagradables -la chica desvió la mirada.
- Draco.
- Es que ese bicho no se quería ir, pero no le quedó de otra -sonrió triunfal.
- ¿Tú y él jamás se caerán? -vaciló distraídamente, la ojimiel.
- ¡¿Qué dices?! -gritó indignada- Herms por supuesto que no, sería lo último que haría en esta vida -sacó la lengua en señal de asco - Primero le beso los pies a un duende -irguió la cabeza.
- Yo decía lo mismo... -la castaña se incomodó.
- Ay amiga -le vio con excusa, se había sonrojado - Y a todo esto, qué te dijo el gafus brutus... -preguntó cuando la chica casi terminaba, ella le vio sin entender.
- Harry.
Hermione suspiró y comenzó a contarle...
Cuando finalizó la ojiazul le miraba negando, muy molesta con Harry.
- Me lo suponía, él no puede pensar y hablar a la vez. Y pensar que he dicho que Ron es peor -dijo con un asombro exagerado.
- Yo pensaba que Ron era el insensible -Hermione sonrió ligeramente.
Luna también sonrió al ver a su amiga - Estuvo bien lo que respondiste, bueno lo último no -La ojimiel le miró ofendida.
- Ahora dime, qué hablaste con Malfoy -volvió a preguntar, sin inmutarse.
- No tiene caso -soltó evasiva.
- Tú dime -insistió.
La castaña estaba renuente pero le contó...
- Pues qué equivocados andan, nunca volverás con él. Y Harry necesita unos buenos golpes, Deja que lo vea -volteó a ver la puerta, de manera amenazante y peligrosa.
- Ninguno de los dos vale la pena. Pero... -agachó la mirada.
- Hermione, yo sigo sin entender la actitud de Harry... Si él te ama, por qué arma tanto drama... Entiendo los celos, ¡Pero qué onda! ¡Esto ya pasó un límite!, ¿Y su hijo? -movía la cabeza de un lado a otro indignada.
- Si lo estoy, él no lo sabrá -se llevó las manos al vientre, como defendiéndole.
Luna le miró extrañada, y dubitativa.
- No sé quién de los dos quiere hacerle competencia a Ron, y se comporta más infantil -chasqueó la lengua.
Hermione seguía sin mirar a su amiga. Ella sin embargo la miró más fijamente y la chica lo sintió, por fin subiendo la mirada.
Y este corazón que te robaste cuando te marchaste,
Tú te marchaste con mis besos, con mis besos y mis sueños...
Y este corazón está latiendo cada vez más lento,
Y estoy sintiendo en mis adentros cómo el fuego no se apagó.
No se apagó...
- ¿Qué pasó ayer? -se cruzó de brazos - Desde que te fuiste con Ginny de la biblioteca. Y esta vez dime hasta el último detalle -habló con rotundidad.
La chica de rulos castaños desvió la mirada, pero finalmente le relató todo... Lo que habló con la pelirroja, su promesa y el porqué de las cosas...
- Haber si entendí -suspiró tratando de mantener calma - Lo hiciste... ¿por Ginny? -la miró como si fuese un error.-la castaña se limitó a no decir nada.
- Sabía que le ibas a pedir tiempo porque sinceramente ninguno de los dos está preparado para el compromiso, y menos para el matrimonio. Pero de ahí a que tú le dijeras que... -negó con la cabeza como si su amiga hubiese perdido completamente la razón.
- ¡No me dejó hablar! -chilló con reproche.
- No si cuando hablaste metiste la pata... -soltó con sarcasmo - No entiendo por qué le prometiste eso a Ginny, y permitiste que ella hablara en tu lugar. Lo peor fue que huiste y luego, luego el aprovechado de Draco se hizo el héroe... Y hoy al volverte a quedar callada le diste a entender que le darías una segunda oportunidad -la rubia estaba en verdad conteniéndose para no gritar, por la actitud de su amiga.
- ¡Yo no le di a entender nada! -negó defendiéndose.
- Pero él así lo va a ver -la ojimiel la miró, sus ojos lucían cristalinos - Y Harry, ¿A él no le darás segunda? Es un tarado, pero tiene algo de razón.
- ¿Razón? -gritó indignada - Por Favor Luna, Lo Escuchaste. Le Pidió Ser Su Novia, Viste La Alegría Que Le Causó A La Señora Weasley. Lo Dijo, Son La Pareja Perfecta. ¡Para ella son Lily y James! -exclamó mientras se incorporaba, derramando por fin lágrimas; fue a la ventana dándole la espalda a su amiga.
- ¡Ya me cansé de oírte llorar! - recriminaba molesta, también poniéndose de pie- ¡BASTA!, Ese es tu problema, que siempre te has considerado poca cosa para él. Que piensas que no lo mereces... Que ante los ojos de los demás se verá mejor con Ginevra. Y por eso tu noviazgo comenzó mal y se mantuvo estancado. Porque tú insististe en meterla entre ustedes -le regañó, Hermione sabía que ella tenía razón, la voz en su conciencia le había hecho ver lo mismo. ¿Pero es que en verdad era tan orgullosa como para no admitir que se había equivocado?, Y que en el fondo ella misma tenía la culpa de todo lo que estaba sucediendo.
- Pero sabes algo, ¡Él No Es Su Padre, y Ella No Es Su Madre! No es cuestión de estereotipos, ni de si lucen bien o no. Se trata de amor, y de ése niño
que no importa si saca el pelo castaño, negro o pelirrojo. Si sus ojos sean marrón o verdes. Vendrá al mundo porque es el fruto de su amor... Ahora Están Peleados, Pero Él No Tiene Que Ver -continuaba reprendiéndola, intentando hacerla ver sus errores.
- Aceptémoslo, por culpa de su inmadurez de los dos, se acabó. De él su inseguridad, y tú has provocado que se aleje -la ojimiel temblaba causa del llanto silencioso, sin embargo seguía sin voltear.
- Aparte de todo si tu intención era no perderla como amiga, pues déjame te digo que cuando saliste del pub Ron tuvo que hacer algo para que Harry no te dejara ir en ese estado. Pero se le salió lo de ustedes... -de tanta tensión la rubia estaba muy roja pero antes de finalizar se detuvo pues había delatado a su novio.
- ¡¿Qué?! -le regresó a ver con los ojos muy rojizos pero demasiado sorprendida.
- Sí
-afirmó titubeante por haberlo dicho - Así que tanto Ginevra como sus padres están al tanto, Por lo mismo sabe que no puede ser su novio -prosiguió más firme.
- Ron, ¡Con Qué Derecho! -apretó los dientes de manera peligrosa, como si quisiera tener a su amigo delante de ella en esos momentos y reclamarle su indiscreción.
- ¡¿Qué tanto saben?!-preguntó con angustia, con el ojiazul se las arreglaría después.
- Todo -soltó desprevenida la rubia.
- ¡¿También lo que ocurrió la noche del partido?! -chilló alarmada la castaña.
- No, eso no... -negó apurada. La chica volvió a darle la espalda.
- ¿Ves?, Tus temores por fin se cumplieron. Hermione, eres una chica inteligente pero esto se te salió de las manos, no podrías ocultar tu relación con él mucho tiempo -comenzaba a acercarse a su amiga - Contando tu embarazo, que se va a notar. Y no planeabas decirles a todos que era de Draco, verdad? -dijo con ironía.
- ¡A Mí Me Correspondía Hablar Con Ella, No A Ron! -exclamó con resentimiento, sin hacerle caso a la rubia.
- Ahí Va De Nuevo, ¡Con Un Carajo! Pienso igual que Harry, ¡Prefieres Una Supuesta Amistad, Que Lo Que Tu Corazón y Tú Misma Quieres! -reprochó exasperada.
- Ginny Es Mi Amiga, No Podía Lastimarla -exclamó indignada e incrédula por las palabras de la ojiazul.
- ¡Entiende, la has lastimado ya! A ella, a ti, a Harry... ¡Pero sobre todo a tu bebé! -se contenía mucho las ganas de zarandear a la castaña para que entrara en razón.
- No Estamos Seguras De Que Esté Embarazada -contradijo.
- ¡Que Sí Lo Estás! -replicó con rotundidad.
- A Ti No Te Hubiese Gustado Que Si Yo Me Hubiese Enamorado De Ron, Te Lo Dijera -la volteó a ver, esta vez de frente ya que la rubia había llegado hasta donde estaba.
- Hubiera preferido la honestidad -iba a gritar pero reprimió sus ganas diciéndolo con una serenidad brusca.
- ¡VETE, QUIERO ESTAR SOLA! -la ojimiel sin embargo sí gritó, corriéndola.
- Bien, Si Es Lo Que Quieres -se escuchó ofendida, y un tanto amarga - Hermione, Ginevra no es tonta, ni yo. Por su actitud sospecho que ella ya lo sabía desde hace mucho. Piénsalo, en verdad te quieres quedar sola
? -soltó con vehemencia, viéndola como si estuviese desilusionada. Tras eso se dio la vuelta y atravesó la habitación a zancadas, cerrando la puerta de un portazo.
La castaña se había quedado pensando, en todo Luna completamente tenía la razón. Cómo había escapádosele de las manos su relación, su amor, sus miedos... Pero sobre todo ahora tendría que comprobar si estaba embarazada, que era algo que ya sabía a la perfección aunque no quisiera pensar en ello. Y arreglar las cosas no sería fácil, no sabía por dónde empezar... Suspiró y se llevó inconscientemente la mano al vientre, a pesar de que le aterraba la idea de enfrentar al mundo, si un ser crecía dentro suyo sería su fuerza para desafiarlos y enfrentarlos.
Regresó a su cama y se acostó en ella, miró por la ventana. La luna estaba algo borrosa por las nubes que se atravesaban. Así de confundidas estaban sus emociones -pensó, se limpió las lagrimitas que aún se albergaban en el contorno de sus ojos. Se quedó profundamente dormida, habían sido los dos días más largos de su vida hasta ahora.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Cómo calmar esta profunda obsesión,
Cómo le explico a mi alma que se terminó.
Me estoy volviendo loco por ti...
Que hasta en mis sueños te veo,
Sin ti yo muero...
Hacía rato que los estudiantes de la torre habían vuelto a ésta, mientras todo dormían el ojiverde contrabajos había podido conciliar el sueño.
En sus sueños estaba viviendo algo extraño, algo tan vivido, como cuando viajó en el pensadero. Sin embargo lo extraño es que él apareció primero como una imagen nítida... Podía ver a través de su propio cuerpo, lo que lo asustó, pero poco a poco fue adquiriendo color. Su ropa era peor que extraña, vestía de manta blanca e iba descalzo...
Se encontraba en el... ¿Mar?, jamás había estado en el mar... Observó el paisaje, un suave oleaje rompía el silencio cual melodía relajante, la brisa pegaba en sus mejillas, la arena se sentía en sus pies y cómo ésta se adhería... El sol proyectaba sus finos rayos, parecía estar amaneciendo... El agua de un azul turquesa, tan clara que podía apreciar la arena y corales debajo de ésta. Su espuma blanca rompía en la orilla
A pesar de estar desconcertado y solo en el lugar, no tenía miedo. Se sentó en la arena, cerró los ojos y respiró profundamente llenando sus pulmones de ese aire puro con sensaciones marinas...
De pronto inconscientemente murmuró el nombre de Hermione... Una angustia se apoderó de su alma, la necesidad de verla, la ansiedad de no estar con ella y la desesperación por sentirla cerca. Abrió los ojos en su búsqueda, escuchó su voz pronunciar su nombre y a lo lejos divisó una silueta, una sonrisa se dibujó en sus labios y corrió la distancia que los separaba. Conforme se acercaba la pudo ver, era ella, Hermione. Vestía al igual que él, de blanco, un precioso vestido de manta, descalza y sus rulos adornados con una corona de margaritas blancas. Lo vio directamente a los ojos y le sonrió de manera tierna, pero cuando por fin estuvieron de frente la chica cambió mostrándose de cabellos rojizos y unos hermosos ojos verdes idénticos a los de él. Ya la había visto antes, al menos en fotos y también salir de su varita en un enfrentamiento con Voldemort, en cuarto año, en el aquel cementerio... Pero nunca así, tan real, como persona viva.
- ¿Mamá
? -dijo sin aliento, la joven que no debía tener más de 23 años, sonrió más ampliamente y asintió acariciándole el rostro. Sus ojos tenían unas lagrimitas e irradiaba felicidad. Él no supo qué decir, quería gritar, abrazarla...
- Hola amor... -dijo ella apenas escuchándose.
- ¿Estoy muerto? -atinó a preguntar, aunque pensó que fue muy tonto.
- No, por supuesto que no cariño -negó con una sonrisa.
- Entonces... -le veía confundido y apenado.
- Verás, tu padre insistió en que debían tener una charla. Digámosle padre e hijo.
- De hombre a hombre querrás decir. Y él no insistió la que le presionó fue otra -intervino una voz conocida, a sus espaldas.
- ¡El metido llegó! -soltó con fastidio Lily.
- ¡Sirius!-gritó con alegría Harry y volteó tan rápido que pensó que se había auto estrangulado. Allí estaba, tal cual lo recordaba pero con la apariencia de las fotos de la boda de sus padres. Vestido con pantalón y camisa blanca, pero muy amplia.
- ¡Hombre! -le despeinó el cabello que ya de por sí era indomable - Has crecido bastante desde que no te veo. Bueno, desde que no me ves porque yo a ti sí, y a Hermione -sonrió con tono divertido y cómplice. El de gafas se sonrojó.
- Sirius, trato de decirle algo a mi hijo -recalcó con reclamo la ojiverde.
- Sí, como digas Evans... -dijo con aburrimiento.
- Nos permites? -preguntó insinuante, viéndole fulminante.
- Ya hablaremos... -se alejó cansino y le guiñó un ojo al ojiverde, él sonrió.
- Entonces no estoy muerto - se volvió hacia su madre.
- No -negó de nuevo de manera maternal, Harry bajó la mirada.
- ¿Qué pasa? -preguntó al percatarse, le tomó por la barbilla y lo hizo mirarla.
- Es que quería quedarme aquí con ustedes -se escuchó triste.
- Pero si esta sólo es... -comenzó cuando fue interrumpida, por una voz conocida en sus vagos recuerdos.
- La sala de visitas -terminó la voz.
- ¿Papá? -casi gritó, volviendo a voltear tan apresuradamente. Su corazón latía más rápido que antes, al observarlo. Parecían gemelos, sus cabellos tan revoltosos como los de él, a excepción del color de ojos que eran marrón, escondidos tras unas gafas redondas similares a las de él y unos cms más alto que cuando lo vio en el pensadero de Snape. También debía tener unos 23 o 24 años.
- Hasta que te apareces -repuso Lily con voz de regaño.
- Uy! Sirius dijo que me querrías pegar al igual que quisiste pegarle a él -sonrió James, poniéndole las manos en los hombros a su hijo. Él también vestía de camisa blanca y pantalones del mismo color.
- Yo no le iba a pegar. Aparte de metido, Chismoso -su mirada gentil tuvo un brillo de peligrosidad y regresó a ver donde suponía podía estar Sirius. A Harry le recordó a Hermione cuando estaba a punto de pelear con Ron.
- Ven Harry, tu madre me sugirió que platicásemos de cosas que aún te tienen confundido. Por ejemplo las chicas... Aunque me temo que es algo tardía, pero no tanto, verdad? -le sonrió a su hijo, llevándoselo más allá. Lily seguía viendo dónde podría andar Sirius. El ojiverde asintió y caminó con su padre dejando atrás a su Madre.
- ¡Ey!, Yo quiero darle unos consejos -de pronto Harry escuchó a sus espaldas los refunfuños de su padrino, volteó a ver a su padre y éste se limitó a sonreír negando.
- Se los darás más tarde -oía con voz molesta cómo su madre le reñía.
- Porque tú lo dices -soltó Sirius, subiendo la voz como niño desobediente.
- Debe hablar con su padre -alegó Lily, imponiéndose.
- Yo soy como si lo fuera. Olvidas que tú y James me lo dijeron cuando acepté ser su padrino? -replicó tratando de ganarle.
- Dirás James. Porque de hecho ni siquiera te nombramos, te auto nombraste tú -también subió su tono de voz, Harry los escuchaba mientras continuaba caminando, al parecer su papá hacía caso omiso de la discusión; mas bien se contenía por no reírse.
- Ahora resulta -bufó incrédulo Sirius, con un risilla sarcástica.
- Pues es la verdad, siempre has sido un metido -le miró ofendida por el reto de él.
- Ajá, Pues fíjate que a éste metido se le ocurrió que James y tú fuesen pareja y lo logré. Aunque nadie se lo esperaba -atajó sonriendo triunfal, cual si ella ya no pudiese argumentar más - Y hay veces que me arrepiento. ¡Pobre de James al tener que aguantarte, sabelotodo Evans! -acentuó cuán se lamentase de verdad, y finalizó con un tono burlón. Harry ya no escuchó una replica de parte de su madre, pero para él lo último dicho por Sirius realmente había sido demasiado infantil.
Habían llegado a un sitio lleno de rocas a la orilla del mar, James le mostró que le siguiese y éste vaciló. Las olas golpeaban éstas y aunque dudó unos segundos alcanzó a su padre. Se sentía tan agradable el contacto con la fresca agua del océano.
- ¿Así son siempre? -preguntó cuando se sentaron entre las rocas.
- Uy, desde que los conocí... -embozó una sonrisa, expresando que ya se le había hecho costumbre. Su hijo también sonrió.
- Sabes, esa escena se me hace tan familiar en alguien más... -decía viéndole con complicidad.
- ¿Cómo
? -soltó desprevenido, luego reflexionó.
- ¿Ron-Hermione? -expuso su padre soltando una risita. El ojiverde desvió la mirada cuando su progenitor pronunció el nombre de ella.
- Creo que te di en el punto, no? -dejó de sonreír y adoptó un semblante de circunstancia. Su hijo seguía viendo hacia el océano, donde no se podía distinguir cuándo comenzaba el cielo y terminaba el mar.
- Harry, las mujeres son complicadas. Dímelo a mí... -comenzó con tono comprensivo.
- Yo la amo -exclamó regresando a verle.
- Lo sé, y ella también.
- Arruiné las cosas, le armé un drama -continuó recriminándose con tono de culpa.
James había soltado una risa que ya no pudo contenerse.
- ¿De qué te ríes? -le miró con el entrecejo fruncido, sin comprender por qué su padre podía estarse riendo mientras él se sentía tan desdichado.
- Creo saber de quién heredaste ese Don -comentó suprimiendo su risa y tratando de recuperar su semblante normal. Harry entendió pero no dijo nada y siguió.
- No me va a perdonar lo que hice, lo que dije -cada vez se escuchaba más culpable.
Mientras bajaba la cabeza su padre le observó, en verdad le afligía ver a su hijo así...
- No se trata de perdones, ni arrepentimientos... Sino de madurez. Y eso ustedes no la tienen por más que quieran sentirla. Es mucha responsabilidad para alguien tan joven... -habló sereno, el ojiverde regresó a verlo tan sorprendido, por primera vez estaba sosteniendo una plática con su padre y se sentía tan bien. Era un sentimiento tan inexplicable pues el recibir consejos de él, de ninguna persona más que pudiese entenderlo y guiarlo, con quien sólo se podía sentir seguro. Quería expresarle lo mucho que significaba para él que estuviese a su lado, aunque sólo fuese por unos minutos.
- Claro que lo que hiciste no fue lo más sensato, y Molly me escuchará -prosiguió viéndolo fijamente; para James también era inexplicable el orgullo que sentía de tenerlo de frente y poderle decir todo aquello que un joven sólo puede esperar de su padre... Un amigo.
- La llamé inmadura y muchas cosas más... -exhaló con un hilillo de voz, un tanto quebrada.
- Me di cuenta -comentó James.
- ¡Oye! -frunció más las cejas y le vio con reproche, indignado. ¿Su papá lo espiaba? Por un segundo olvidó que él se iría y vivió la situación tal cual James hubiese estado presente en su vida.
- Tiene sus privilegios estar aquí -sonrió con excusa, defendiéndose.
- Quisiera tener madurez para no cometer errores -él relajó la tensión de su rostro y volvió a hablar normal.
- Hijo, esa llega con los años. Nadie puede ser enteramente maduro... Tu madre y yo no lo éramos, sin embargo el amor nos ayudó. Luego llegaste tú... -su mirada reflejó la inmensa alegría que sentía al verlo, y tenerlo como hijo.
- Y luego murieron... -soltó con un nudo en la garganta y un tono amargo. James tragó saliva al no poder remediar esa tristeza en su hijo.
- Pero tú podrás disfrutar a tu hijo -volvió a sonreír y exclamó entusiasta. El ojiverde se sacó de onda quedando desconcertado por las palabras de su padre.
No pudo pensar mucho en ellas ya que una voz los sobresaltó a ambos...
- Harry, No trates de comprender a las mujeres. ¡Son tercas y complicadas! Jamás saben lo que quieren, ni ellas mismas se entienden. ¡Y para colmo mandonas, Se creen más inteligentes que tú! -exclamaba Sirius, exasperado y apresurado. Acercándose a ellos, detrás de él venía una Lily muy roja y molesta.
- ¡¡Sirius!! -gritó deteniéndose en la orilla. Sirius puso los ojos en blanco, dio un sonoro suspiro y regresó hasta donde estaba ella. James se puso de pie, Harry hizo lo mismo dispuesto a seguir a su padrino pero su padre le detuvo.
- Habla con ella, aclárale que lo que han vívido los últimos días han sido pruebas que tienen que superar juntos... Estoy seguro que ambos aprenderán, tienen tanto qué... Ella de ti, como tú de ella -a pesar de hablar normal y sereno lo hacía con prisa.
- ¿Crees que regrese conmigo? -titubeó, presentía que el tiempo se acaba.
- No creo, Estoy seguro -afirmó sonriéndole mientras le sostenía de los hombros y le miraba directamente a los ojos.
- Gracias... -apenas y se escuchó, pero es que las palabras simplemente ya no salían de tanta emoción. Él sonrió más ampliamente y continuó.
- Quisiera haberte podido decir esto antes... Pero no se quieran comer el mundo a pedazos grandes -movió la cabeza en señal de negación.
- No entiendo -Harry entrecerró los ojos confuso.
- Me refiero a descubrir cosas tan rápido -exhaló un sonidito que pudo ser una risa contenida.
- Papá... -soltó sin aliento, se le subieron los colores al rostro y sintió un retorcijón en el estomago. ¿Acaso también sabía lo de la noche del partido?
- Lo sé, eres joven, y sé lo que es tener tu edad -le guiñó un ojo con complicidad, pero luego le miró serio, como reprendiéndole. Más bien con intenciones de que no era sensato lo que estaba haciendo con su vida.
- Harry, sólo algo. Disfruta lo que venga, pese a ser adelantada será una experiencia hermosa - quitando sus manos de ellos le dio una palmada en el hombro izquierdo, y exhaló una sonrisa acompañada de un suspiro satisfecho. Después lo hizo avanzar primero, caminando tras él. El chico de gafas iba tan consternado por la charla que aún no lo podía creer, el oleaje mojó sus piernas hasta la altura de sus rodillas empapando su ropa, el sol estaba proyectándose más intenso. Llegaron hasta donde estaban Lily y Sirius discutiendo...
- ¡Se pueden callar los dos!, Harry debe irse -se hizo escuchar James, ambos voltearon a verlos. Lily caminó hacia su hijo, iba muy roja por la tensa discusión.
- En serio tengo que... -susurró el ojiverde con tristeza y una pequeña esperanza.
- Sí mi amor. Pero no te pongas triste, nos mantendremos en contacto. Siempre estaremos unidos -Lily habló de una forma diferente al dirigirse a él, lo rojo estaba desapareciendo de su rostro. - Aquí, en tu corazón vivimos... -señaló su corazón y luego lo abrazó contra ella. Además muy pronto sabrás de nosotros -Él sintió cómo un mar de emociones tristes y alegres acontecían en su interior.
- Sí, tú que puedes librarte de sus regaños... -soltó con acidez Sirius, quien se había acercado a ellos. James puso los ojos en blanco pero Harry no pudo ver cómo su madre lo fulminaba con la mirada ya que lo tenía abrazando de espaldas a su padrino.
- Como te dije. No las comprendas, sólo ámalas. Pero con cautela -le dio dos palmadas y lo jaló para verlo de frente, Lily iba a reclamar porque se lo había arrebatado pero se limitó a mirarle más asesinamente ante la mirada de James -Hermione tiene un carácter como el de tu mamá por lo que la conocí, Pero a la larga aún creo que será menos -decía sin inmutarse - ¡Imagínate si es peor! -pareció estremecerse, Harry embozó una aturdida sonrisa - Cuídate Harry, y disfruta lo que viene -susurró a su oído mientras lo abrazaba, él seguía sin entender qué se traían su padre y Sirius.
- Hasta pronto Cariño -lo jaló Lily, y le sonrió.
- Recuerda lo que hablamos Hijo, y suerte -exclamó su padre, él lo regresaba a ver e intercambiaban una sonrisa.
- Papá, dime qué es eso que vendrá -se apresuró a preguntar, insistiendo con desesperación y ansiedad por saber.
- Tú espera... -se limitó a embozar una sonrisa más amplia.
- En serio mucha suerte -dijo Sirius.
- Te amo mi niño -los ojos de Lily estaban cristalinos y lagrimitas resbalaron por sus tersas mejillas.
- ¿Niño? -soltó con una risa burlona Sirius.
- ¡Ya Sirius! -le llamó la atención por fin James, Lily le vio feo pero inmediatamente regresó su mirada a Harry, quien sintió una angustia enorme... Le arrebataban la dicha, intentaba aferrarse al momento. Lo último que vio fue a James sonriéndole, haciendo caso omiso de los refunfuños de Sirius; un hasta luego de su padrino y la sonrisa de su madre que entre labios le murmuraba: Te amo
De pronto el sol proyectó unos rayos tan intensos y cegadores que lastimaron su mirada haciéndole cerrar los ojos, el sonido de las olas fue mayor, la sensación de estar desvaneciéndose para escuchar una voz lejana que gritaba: ¡Despierta! -no tenía sentido.
- ¡Harry!, ¡Despierta! -entonces la voz se escuchó más fuerte y clara.
- ¡NOOO! -gritó despertando, aún sentía esa cegadora luz que le hizo llevarse las manos a la cara protegiendo sus ojos.
- ¿Estás bien? -preguntó alarmado el pecoso.
- ¡Mis padres! -apenas y pudo pronunciar con voz ahogada.
- ¡Oh Madre Santa!, Una pesadilla. Es de quién- tú -sabes? -titubeó temeroso. Harry negó rotundamente con la cabeza sin retirarse las manos del rostro.
- ¿Quieres que llame a Dumbledore?
- ¡NO!
- ¡Entonces qué quieres! -soltó exasperado.
- ¡Quiero que cierres esas cortinas! -exclamó con enfado el ojiverde.
- Um, mal humorado -se quejó el pelirrojo, yendo a correrlas.
El sol dejó de ser problema y Harry pudo quitarse las manos de la cara.
- Ron, vi a mis padres -le platicaba cuando el ojiazul regresó hasta él, el ojiverde se había sentado a la orilla de su cama y puesto las gafas.
- Soñaste querrás decir...-comentó mirándole preocupado, como si su amigo estuviese mal de la cabeza.
- Fue tan real... -murmuró - Debo hablar con Hermione -se incorporó con decisión.
Y este corazón que te robaste cuando te marchaste,
Tú te marchaste con mis besos, con mis besos y mis sueños...
Y este corazón está latiendo cada vez más lento,
Y estoy sintiendo en mis adentros cómo el fuego no se apagó.
No se apagó...
- No la encontrarás... -soltó como quien no quiere la cosa.
- ¿Cómo? -se volteó a verlo.
- Se mudó -hizo una mueca vacilante.
- Ron, habla claro que no te entiendo -le miró cual hubiese escuchado mal.
- Harry, los premios anuales tienen su propia torre.
- No me acordaba... -desvió la mirada, comprendiendo, se puso de pie. Luego tomó unos vaqueros azules y una playera blanca, entrando en el baño.
- Si Hermione se quedó está claro que era por ti, pero ahora que ya no son nada pues sentía que ya no tenía que estar aquí. Yo pienso que está huyendo... -decía, pensando en lo equivocada que estaba su amiga.
- Pues aun así se esconda y trate de huir, tenemos que hablar -atajó al salir ya cambiado, el ojiazul le vio asustado.
- Anda, acompáñame. Debe de estar en el comedor -se dirigió a la puerta.
- Harry, para tu información el día comenzó hace más de seis horas -trató no sonar tan burlón.
- ¿Qué?, ¿Qué hora es? -titubeó sorprendido cuando había alcanzado la puerta.
- Las dos de la tarde.
- Entonces a la biblioteca -dijo con voz resuelta. Ron puso los ojos en blanco ante la actitud tan determinante de su amigo.
- Si tú lo dices, Aunque necesitas más que margaritas para que se le alegre el día. En fin, llévalas -comentó mientras tomaba una corona de margaritas y las miraba evaluadoramente.
- ¿Margaritas? -le volteó a ver confuso.
- Sí -el chico de cabellos revoltosos atravesó la habitación a zancadas llegando hasta donde estaba Ron parado.
- ¿De dónde las sacaste? -preguntó algo brusco.
- Estaban aquí, en tu mesilla de noche -se encogió de hombros, dejándolas de nuevo en el lugar algo sobresaltado por la reacción del ojiverde.
- Hermione... -murmuró entre labios, el ojiazul se desconcertó más.
Sigue ardiendo, mientras exista el amor. No se apagó el amor...
Y este corazón...
***
Nota de Anyeli: Este sin duda ha sido uno de mis favoritos, por la aparición de Lily,James y Sirius.
En la torre norte del colegio se encontraban las habitaciones de los premios anuales, por la mañana Hermione se había mudado con ayuda de su amiga ojiazul.
Flash Back
Eran cerca de las ocho de la mañana, la mayoría de los estudiantes habían bajado a desayunar...
La puerta de la habitación de las chicas de Gryffindor se abrió, por ella se asomaron un par de tenis azul marino, una chica vestida de blusa azul cielo y jeans azul pálido entró con sigilo, era Luna. Aparentemente la habitación estaba vacía, entonces se acercó a una cama que tenía los doseles corridos y encontró a la castaña aún dormida.
- Herms... -susurró la chica, corriendo los doseles de la cama de su amiga.
- ¿Luna? -preguntó con voz de sueño, abriendo los ojos lentamente y parpadeó por la luminosidad que entraba por la ventana.
- Siento lo de anoche... -se disculpó con voz apenada. La ojimiel la vio sorprendida.
- La que te debe una disculpa soy yo -ella también se disculpaba, se acomodaba recargándose en la cabecera de su cama. - Yo fui la que te corrió -agregó avergonzada.
- Y yo la que te regañé, sin tener derecho... -vaciló la ojiazul.
- Claro que lo tienes, eres mi mejor amiga, y... -exclamó viéndola.
- Lamento mucho haberte gritado así, pero... -la rubia también exclamaba al mismo tiempo, ambas se detenían y se miraban soltando una risita, divertidas.
Tras las disculpas Hermione se incorporó y fue a cambiarse, Luna estaba sentada en el alfeizar de la ventana observando distraída los jardines...
- Luna, anoche dijiste algo muy cierto -dijo la chica de rulos, sacándola de su distracción, ya había terminado de alistarse.
- No comprendo, Herms -soltó confundida.
- La honestidad entre amigas... -continuó haciendo referencia a lo que ella le había dicho la noche anterior.
- Ah!, eso -cayó en cuenta.
- Sí, eso -desvió ligeramente la mirada.
- Herms, lo dije... -hizo una mueca de pena.
- Estuvo bien -se apresuró a decir - Yo no he sido honesta con Ginny, ni siquiera conmigo misma... Así que no puedo decir que soy su amiga -bajó la mirada.
- ¡Por todos los cielos tengo que hablar con ella! -pensó y su rostro expresó perturbación. La ojiazul lo notó, dio un suspiró y habló.
- Sé que eres mi amiga, y también sé lo terca y orgullosa que eres aunque no lo aceptes - Hermione levantó la mirada y frunció una ceja - Pero en serio no debí gritarte de esa forma, creo que te confundí más -soltó vacilante, ya que pensaba que lo que le había dicho antes había revuelto más los pensamientos de su amiga.
- Al contrario, te lo agradezco. En serio necesitaba tus regaños -exclamó brindándole una sincera sonrisa.
- ¿Ah sí? -la miró con cara de sorpresa.
- Sí -asintió y se dio la vuelta para ir a la salida.
- Pues entonces antes de que cambies de opinión debo decirte un par de cositas más -exhaló con confianza, y también sonrió.
- ¿Cómo cuales? -se detuvo y regresó a verle, preguntando curiosa.
- Como que ya no puedes darle largas a todo este asunto. Ginevra te ha de estar odiando y tendrás que hacerle frente. Con ella tienes mucho trabajo... Pero te tengo noticias, ayer se fue con sus padres y regresará hasta mañana.
- ¡Qué bueno!, estaba decidida a ir a buscarla ahorita -soltó un suspiro de alivio.
- Pero el que presiento que te buscará es Harry, necesitas hablar con él, en serio. Sin pleitos, como dos personas civilizadas, y llegar a un acuerdo -la ojimiel la miró fijamente - No te pido que vuelvas con él corriendo, pero necesitan aclarar las cosas -prosiguió al ver su expresión.
- Luego está Malfoy -exhaló Her como quien no quiere la cosa.
- Con el cabeza hueca ése simplemente debes dejarle en claro que no se haga ilusiones -atajó con un gruñido Luna, al recordar que la noche anterior había discutido con el Slytherin.
- Sí, antes de que piense que le di la oportunidad -se apresuró a decir.
- Herm, creo que más importante que todo lo demás es comprobar si en verdad estás... -se puso un tanto roja y la miró insinuante.
- Sí, Llegó la hora de enfrentar las consecuencias de mis actos, no? -cerró los ojos y respiró profundamente.
- No tengas miedo Herms, yo estoy aquí. Y estoy segura de que todo se va a aclarar, así que lo que viene puede ser bueno -se acercó y abrazó a su amiga para demostrarle su apoyo y brindarle ánimos.
- Ahora sí, voy a hacer lo correcto -asentó con firmeza y muy convencida.
*-*-*-*-*-*-
Se encontraban en la habitación de los premios anuales... Era muy cómoda, igual a la que poseía en la torre Gryffindor pero con la diferencia que ésta era para ella sola. Tenía dos ventanas así que la claridad entraba perfectamente; cuadros de paisajes floreados en las paredes daban decoración, un sillón amplio de tapiz beige cerca de la ventana principal. El piso alfombrado de color rojo granate, un ropero de caoba mediano, un librero y un escritorio al fondo de la pared contraria a la ventana grande. La cama con doseles palo de rosa al igual que el color en las cortinas, sábanas blancas con un edredón beige estampado de hojas en naturaleza muerta, rojizas y verde olivo.
- Esta no era mi idea de hacer lo correcto -dijo jadeando y con cierto desacuerdo la rubia, mientras ponía una pesada caja sobre un escritorio de la estancia.
- Necesito poner en orden mis sentimientos, y no creo que con Harry tan cerca sea posible -explicó la castaña.
- Bueno, pues sí tienes razón -la vio conforme, sentándose en un sillón cerca de la ventana y estirándose. Ella había cargado la caja como le dijo a su amiga, por precaución.
- Anda, mejor ayúdame a desempacar -dijo viéndola cómo se instalaba en el sofá, Crookshanks era otro que se había adaptado rápidamente, se metió bajo la cama.
- Y luego bajamos para hablar con Harry -prosiguió viéndola con reprobación, ese comportamiento era típico en Ron y su rubia amiga estaba adoptándolo.
- Primero a desayunar. Me muero de hambre, ¡Son casi las once! -se quejó la ojiazul, y fue algo desganada hasta la caja para comenzar a desempacar.
- Yo también -aceptó la castaña tocándose su estomago, sintió cómo éste gruñía.
- Menos mal que sólo trajiste pocas cosas -acentuó un poco sarcástica, sacando algunas.
- Lo indispensable. Sólo me quedaré unos días en lo que se ordena todo este embrollo que yo misma provoqué -dijo con culpa, ella acomodaba las que le daba la chica. La rubia frunció la ceja, para ser unos días había llevado más que lo necesario. Aparte de ropa cargó hasta con los libros.
- ¿Hermione, y esto? -preguntó extrañada mostrándole un gatito de peluche idéntico a Crookshanks.
- ¡Es Nugget! -exclamó con una sonrisa alegre.
- ¿Nu, qué? -puso cara de no pues sí me quedó clarísimo.
- "Nugget" -repitió quitándoselo de las manos, Luna la quedó viendo con expresión de ¿qué onda?
- Me lo obsequió él en la navidad -le comentó, ponía el minino en un buró a lado de su cama viéndolo con cariño extremo.
- Ahh!, ¿Y para qué lo trajiste? -la rubia seguía con esa expresión de asombro por cómo su amiga trataba al peluche.
- Es que es uno de mis tesoros -respondió tocando el cordel de su cuello, donde traía el búho de plata. La chica frunció más las cejas.
- ¡Luna, mi pulsera! -exclamó de repente, cambiando esa mirada embelesada por una de susto.
- ¡¿Se te perdió?! -preguntó con sobresalto.
- Sí -chilló.
- ¿Ahorita? -dijo alarmada.
- No, ya tiene tiempo
pero hasta ahora me detuve a pensar en ella -dijo con cierta tristeza.
- Vamos Hermione, es una simple pulsera -la vio con reproche por asustarla.
- No es cualquiera, Me la regaló Harry la noche del baile. Además también trae un dije que me dio en San Valentín... -soltó con nostalgia. - Ah ya entiendo, es porque se las dio Harry... -pensó la rubia, mirándola y negando.
- No es tanto el valor material, sino el sentimental... -sin querer su voz se escuchó quebrada y sus ojos se llenaron de lagrimitas.
- Estás muy vulnerable -bromeó Luna.
- Ojalá y la encuentre -soltó el intento de una risita trabada.
- ¿Sabes si quiera cuándo la extraviaste? -preguntó, viéndola con una sonrisita de así está mejor.
- Creo que fue la noche que pasé con Harry en el... despacho de capitán - finalizó, sus mejillas rápidamente se pusieron rojas y sintió cómo éstas ardían un poco.
- Pues entonces tiene que haber quedado ahí -le dijo con voz resuelta.
- Espero que sí, bajaré en cuanto pueda -comentó desviando la mirada, un poco incómoda.
- Yo creo que sí la encontrarás. Nadie ha estado ahí después del partido, Nadie que no pueda ser Harry... -ella también se ponía sonrojada por incomodar a su amiga.
- ¡Dios! -soltó con pesadumbre la chica ojimiel.
- Ya Herms, no te apures por eso. Tienes problemas mayores -le dio palmaditas para animarla.
Fin Del Flash Back
*-*-*-*-*-*-
No vieron al pelirrojo ni al ojiverde en el desayuno, y aunque los buscaron no los encontraron así que decidieron dar un paseo por los jardines... La biblioteca esta vez no fue un sitio que quisiese visitar la castaña.
- Estuvo rico el desayuno -comentó la ojiazul, aventando piedras al lago. Las dos se habían ido a sentar a orillas de éste, recargadas bajo el Haya.
- A mí me pareció insípido -dijo Her, haciendo una mueca.
- ¿Um? -exhaló la rubia, viéndola fijamente y se quedó pensativa. Estuvieron un rato en el cual mantuvieron un silencio relajante, simplemente observando el paisaje.
- Luna, estoy cansada. Por qué no volvemos a la torre -se incorporó sacudiéndose los jeans del pasto que se le había adherido.
- Hermione, y cuándo piensas darte por enterada? -soltó la pregunta inesperadamente, aún sin ponerse de pie.
- Iremos a la enfermería por la tarde -suspiró evasiva y desvió la mirada.
- Mejor ahorita -insistió la chica, sin mostrar intenciones de pararse.
- Es verdad, acompáñame... -aceptó sorprendiéndola.
- ¡¿De verdad?! -saltó incrédula, y de inmediato se puso de pie.
- Sí -asintió dándole la mano y sonriendo un tanto extraña.
*-*-*-*-*-*-
Regresaron a la habitación de Hermione cerca de las tres de la tarde...
- Fue difícil -exhaló la rubia dejándose caer en el sillón de la ventana, Crookshanks se había ido a acurrucar sobre el sofá cerca de la ojiazul y ella lo acariciaba pero el micho no le agradaba del todo y bufó yéndose a estirar sobre la alfombra. ¡Gato loco! -pensó y le vio con acidez.
- Lo difícil fue lo que me dijo la señora Pomfrey... -suspiró negando la ojimiel, sentándose en la orilla de la cama y jugueteando con el encaje de los doseles de ésta.
- Pues tampoco esperábamos que te felicitara -dijo un tanto sarcástica, la castaña la regresó a ver feo - Al menos no se negó a realizarte las pruebas -continuó, sin inmutarse.
- Lo bueno es que no hablará con Dumbledore hasta que yo lo haga. Eso si los resultados son positivos.
- Para qué nos hacemos, lo serán -recalcó cansina; la de rulos le lanzó una mirada peor que la anterior, estaba muy nerviosa por la tarde le entregarían la resultados que decidirían los cambios en su vida.
- ¿Y cuándo piensas decírselo a Harry? -preguntó tanteando el terreno.
- Hasta estar segura -contestó poniéndose de pie y yendo hacia el escritorio de la pared del fondo, sin querer le daba la espalda a la ojiazul, recargaba sus manos con fuerzas sobre éste - No quiero que se ilusione... -murmuró apenas y la escuchó Luna - O que se asuste -pensó sin decirlo, pero se llevó la mano un tanto temblorosa al vientre. Ella también estaba aterrada.
- ¿Tú ya estás ilusionada? -preguntaba sobresaltándola. Lentamente giró sobre sus talones.
- Siendo sincera, sí -titubeó soltando un suspiro nervioso - Aunque no sea el mejor momento, me siento extraña al sentir que lo quiero... -le expresó a su amiga sus emociones.
- Serás buena mamá -le sonrió - Yo te ayudaré, y seré la tía consentidora -quiso bromearle.
- Graciosa! -chasqueó la lengua negando, pero también sonrió. Luna soltó una risita con cara de inocente.
- Sabes, tengo mi... -había adoptado una expresión seria cuando unos toquidos la interrumpieron y las hicieron voltear. Ambas intercambiaron una mirada de: ¿Quién será?
- Iré a ver - se puso de pie tan apurada que no se fijó y atropelló al minino, que ofendido se refugió bufando bajo el sofá.
Entre abrió la puerta y se asomó, para su sorpresa de Luna en el umbral de la habitación estaban su novio y Harry.
- ¿Quién es? -preguntó la voz de Hermione.
- Nadie, ahora vuelvo - regresó a verle y disimuló con una sonrisita muy fingida.
Con el respiro contenido salió y cerró la puerta tras de sí. La castaña se extrañó.
- ¿Qué hacen aquí? ¡¿Quién les dijo que Her estaba aquí, y les dejó entrar?! ¡Más bien cómo rayos burlaron al cuadro de Sir Cadogan! -bombardeó hablando muy rápido y en voz baja.
- ¡Ey, Ey, alto! ¡Stop!, Luna respira -dijo Harry, los dos chicos la miraban aturdidos. Ella les miró inquisidora.
- Gracias por la confianza -soltó indignado el pelirrojo. - Sir Cadogan es un viejo amigo -refunfuñó.
- Te conozco -dejó en claro - Ahora díganme -se cruzó de brazos y los vio fijamente.
- Harry quiere hablar con Hermione -dijo Ron, esa mirada sabía intimidarlo. - La profesora McGonagall nos dijo dónde estaban y no vio ningún inconveniente en darnos la contraseña -continuó. Harry iba a hablar pero Ron había tomado las riendas, sabía que su novia quería hacerle algo a su amigo.
- ¡Ay McGonagall! -apretó los dientes - Si te dejo entrar no lo arruinarás, verdad? -se dirigió al de gafas quien hasta ahora se limitó a mirar con desesperación la puerta, como si pudiera ver a través de ésta y se estuviese conteniendo por no empujar a la rubia y entrar.
- Eh... -musitó apenas dándose cuenta de que la ojiazul le había hablado.
- Ach!, Que si te dejo pasar y te quedas hablando con ella no harás lo que ayer, ¡Lento! -exclamó exasperada.
- Dale chance, Mira cómo está el pobre -abogó el ojiazul empujándole hacia delante, el de gafas le vio ceñudo. Luna lo miró evaluadoramente aún con los brazos cruzados, ellos pusieron expresión suplicante.
- Está bien -aceptó tras un suspiro, y abrió la puerta dejándole el paso libre.
La castaña se había sentado en el sillón y miraba hacia los jardines con expresión lejana; regresó a ver hacia ellos con esa profunda mirada marrón, Harry tragó saliva. Luna la miró como diciéndole que era ahora o nunca.
- Her, puedo... ¿puedo pasar? -tartamudeó nervioso. Hermione lo vio, y tras un silencio asintió. Harry avanzó, Ron iba a entrar tras él pero Luna lo jaló hacia fuera y cerró la puerta entre los refunfuños del pelirrojo.
*-*-*-*-*-
Bajaban las escaleras...
- ¡Por qué me sacaste así! -se quejó.
- Porque estábamos de más, imprudente! -le llamó la atención, con obviedad.
- Ahh! -soltó como si apenas cachara la idea, y ya no continuaba quejándose.
- Necesitan hablar -continuó la chica.
- Y muy seriamente -concordó el ojiazul.
- Espero que se reconcilien, sobre todo que aclaren todo.
- Sí, pobres
Me gustaba verlos más de empalagosos, que enojados y tristes -comentaba, la chica le miraba extrañada. Ron siempre había dicho que Harry y Hermione eran demasiado cursis, que su exagerada melosidad le enfermaba; y a ese pensamiento se había adaptado ella. El romanticismo del pelirrojo siempre había sido en bromas. Para su mayor sorpresa la abrazaba cuando salían de la torre y le daba un beso en la frente.
*-*-*-*-*-*-
No digas que es tarde,
Que mucho esperaste y ya no piensas volver.
Di que aún hay tiempo,
Para recobrar lo que perdimos ayer.
Porque yo, nunca te olvidé.
La puerta se cerró
entre nervios, un sentimiento de culpa y los enormes deseos contenidos de correr y abrazarla; de rozar su piel y de besarla...
Harry se acercó a la castaña con cierta cautela para no incomodarla. Hubo un instante entre el silencio en el cual cruzaron la mirada, ella le dio a entender que podía sentarse. El ojiverde se sentó, la ojimiel aún tenía ese aire lejano pero a la vez tan sereno. Él jugaba con sus manos que se habían puesto frías y sudaban, tras un suspiro comenzó a hablar con la voz un tanto titubeante. Mas sin embargo ella no le miró, simplemente escuchaba como si esperase algún reproche de su parte.
- Hermione, quisiera poder decirte tantas cosas... Pero sé que mis errores no tienen excusas. Las cosas que hice no tienen justificaciones, te hice llorar con mis palabras y mis hechos -su voz se escuchó con culpabilidad y arrepentimiento.
- Harry... -le volteó a ver sorprendida.
- Déjame hablar, esta vez intentaré no estropearlo -pidió, hablando más seguro.
- Habla, necesito escucharte, porque también quiero que tú lo hagas... -asintió tranquila tras dar un profundo respiro.
- El viernes me dejé llevar por la ira que tenía, porque habías preferido a Ginny sobre nuestras promesas. Porque te creí cobarde, incapaz de luchar por lo nuestro y me llené de impotencia, me cegué y luego aparecieron los malditos celos. Verte en brazos de Malfoy, lo que había dicho Ginevra, me hicieron perder la cabeza -continuó desviando la mirada que se había tornado cristalina.
- Harry, tus palabras fueron muy hirientes... -apenas y se escuchó, en esa revelación él estaba siendo sincero ¿y ella cómo lo haría?
- Y absurdos reclamos basados en el miedo, porque me ha aterrado todo este tiempo perderte -expresó, en un impulso se voltearon a ver fijamente pero en segundos ella desvió la mirada, él cerró los ojos sin moverse y suspiró por ese gesto desalentador.
Te fuiste de pronto,
Poniéndole fin sin previo aviso a este amor,
Y al verme sola...
Juré arrancarte de raíz, pero no,
La verdad yo tampoco pude olvidar.
Hermione mojó sus labios y por fin habló con más claridad.
- Me lastimó mucho que dudaras, me hiciste pensar que nada de lo que habíamos vivido importaba... Rompiste nuestros lazos de un tajo sin darme la oportunidad de explicar, y cuando hablé solamente quería gritarte y reclamar también... Esa noche lloré mucho -confesó sincera.
- Hermione... -abrió los ojos y la vio muy sorprendido.
- Ambos dijimos cosas sin pensar... En ese momento todo eso lo sentías. Ahora lo entiendo, te sentías frustrado por mi... -continuó, quería tomar su mano pero se contuvo - Por mi cobardía -terminó bajando la cabeza, él la tomó por la barbilla y cuando consiguió que lo mirara retiró rápidamente su mano para no molestar a la chica - Yo también tenía miedo, aún lo tengo... Aunque esto no hubiese pasado si desde el principio hubiera sido franca con Ginny, decirle la verdad esa tarde... Y darte tu lugar, el lugar a nuestro noviazgo -asentó con remordimiento, de repente se incorporó dándole la espalda.
- Tal vez yo no fui lo suficiente como apoyo y más como presión -dijo apresurado entre el desconcierto, ella estaba admitiendo que también se equivocó.
- Aceptando que yo no te lo permití y que la inmadurez no nos ayudó, fue el enemigo - le regresó a ver con los ojos un tanto cristalinos.
- Y lo que pasó ayer fue un claro ejemplo de ella -soltó con pesadez el chico.
- Anoche te intenté odiar por eso, pero por más rabia que tenía contra ti no pude. Al contrario, alguien me hizo ver mis errores, porque yo también los tuve.
- Te sonará estúpido pero en el pub de nuevo me invadieron los celos y cometí ese error, porque nunca he sentido nada por Ginevra. Eso sí no te merecías, que te lastimara más con mis palabras -él también se puso de pie y fue hasta ella, se detuvo a escasos pasos - Quería alejarte de Draco y sin pensar te llevé a él -dejó escapar un sonidito sarcástico y avanzó hacia ella.
- Ginny tampoco se merecía que la estemos metiendo como nuestro juego -retrocedió dos pasos y él comprendió que no debía acercarse más.
- Mira, de ella hablaremos después...-exclamó con cierta presura, y es que volver a meterla antes de aclarar las cosas no era buena idea.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Qué harán mis manos si jamás te vuelvo a tocar.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Sin ti las horas duran más que la eternidad.
- Te das cuenta, estamos hablando sin alterarnos -expuso la ojimiel, exhalando profundamente.
- Creo que es un buen indicio de madurez -dijo en un intento de no entrar en tensión, al contrario continuar así.
- Todo tiene que ver con ella - aunque seria vaciló, había comenzado a juguetear con uno de los listones de su sudadera lila mostrando interés en él.
- Papá dijo que sí, y que llegará con el tiempo. Para comenzar no estamos mal, al fin hablando con sinceridad y sin gritar -embozó una sonrisita nerviosa.
- ¿Tu papá dijiste? -exclamó sorprendida y a la vez pensaba que había escuchado mal.
- Sí -asintió. Ella fue a sentarse nuevamente en el sofá, y él la siguió.
El ojiverde le relató el sueño, cuando contó lo de Sirius y su madre, la castaña se le dibujó una sonrisita.
- Me has dejado muy sorprendida, debió significar mucho para ti soñar con tus padres y Sirius -dijo con expresión asombrada y a la vez mirándole con alegría por él.
- Fue tan real -dijo casi en susurro, Hermione ya no pudo contenerse y tomó su mano, a Harry le tomó por sorpresa sin embargo atinó a acariciarla entre sus dedos y le sonrió especial; con esa mirada que sólo ellos podían brindarse y verse.
- Tu padre tiene razón, son pruebas que estamos superando. Y sí, tenemos tanto qué aprender... Yo de ti, como tú de mí -puntualizó apretando su mano, inconscientemente se fueron acercando hasta quedar a una distancia escasa, cual se hubiese detenido el tiempo... algo en su interior gritaba silenciosamente pero tan fuerte. Un deseo enorme de sentir sus labios, ambos cerraron los ojos sin soltarse de las manos, percibían su respiración, su aliento. En verdad necesitaba besarlo...
Fue todo un mal sueño,
Tan sólo me importa que hoy estés junto a mí.
Rompe el silencio, y sella mis labios con un beso sin fin.
Esta vez prométeme, que jamás te voy a perder.
Contuvo la respiración, de pronto Harry se alejó desconcertándola.
- Hermione, me perdonarías mis errores y... ¿volverías conmigo? -titubeó conteniendo su respiración.
- Harry, yo... - abrió los ojos y se quedó sin aliento.
- Comprendería si no -se apresuró a decir.
- Harry
- Aunque por ahora me conformo con ser amigos... -agregó poniéndose más nervioso.
- ¡Harry!
- No tendrías que... -negó viendo hacia la ventana.
- ¡¡Harry!! -subió su tono de voz haciéndose escuchar.
- Her... -la volteó a ver.
- ¿Quieres ser mi novio? -exclamó la chica.
- ¿Te me estás declarando? -soltó lo primero que se le vino a la cabeza.
- Siempre soy yo la que tiene que dar el primer paso -sonrió entre bromeando para aligerar los nervios de él y que ella misma sentía.
- Ahora resulta -exhaló aún con la sorpresa, ambos soltaron una risita con muchos nervios, se quedaron viendo fijamente. El ojiverde acarició sus rulos y mantuvo un silencio, sólo observándola.
- ¿Y? -le vio Her mordiendo su labio inferior y de forma expectante.
- Mejor tú respóndeme... -se le acercó dejando un espacio escaso entre sus rostros, ella le miró pero como toda respuesta lo haló hacia ella y lo besó.
- Hermione... -apenas y dijo para volverla a besar.
- Te extrañé... -dijo él tomando aliento.
- Te amo, y no me importa ya nada de lo hayamos dicho o hecho. Eso fue sólo un mal sueño, lo único que me importa es que ahora estemos juntos de nuevo y que nada nos separará -expresó ella, acariciando su rostro.
- Te lo prometo. Gracias... Por ser tú -susurró rozando su nariz con la suya, capturó su aliento, fueron intensificando el beso y lentamente cayeron en el sofá. Él deslizó su mano bajo la sudadera de la castaña y acarició la tersa piel de su estomago, ella soltó un respingo sin embargo entremetió sus dedos en los revoltosos cabellos de él y puso presión en el asunto; se escuchaban sus resuellos... Cuando ella intentaba deshacerse de la playera del chico y éste comenzaba a bajar el cierre de la sudadera.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Qué harán mis manos si jamás te vuelvo a tocar.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Sin ti las horas duran más que la eternidad.
Entonces él, Harry frenó sus impulsos antes de dejarse llevar por la desesperación de estar con ella.
- Harry... -exhaló desconcertada, él se incorporó sin pararse del sillón evitando mirarla.
- Mi padre dijo que no nos comiéramos al mundo así de rápido -exclamó apenado.
- Esta revelación hizo que Hermione se sonrojara y sus manos comenzaran a sudar, sintió como si una menta hubiese pasado por su garganta sin ser masticada. Se acomodó la sudadera, apresurada y un tanto temblorosa.
- Luego hubo algo que no entendí -siguió viendo hacia el otro lado, su rostro ardía y sus cabellos estaban muy desordenados.
- ¿Sí? -tomó su mano, aún muy sonrojada.
- Me dijo: Disfruta lo que venga, pese a ser adelantada será una experiencia hermosa - la chica abrió mucho los ojos pero rápido disimuló su expresión.
- ¿Crees que se refería a nuestro matrimonio? -preguntó pensativo.
- Dices que tu papá te dijo que las peleas entre Sirius y tu mamá le recordaba a Ron y a mí -cambió el tema algo brusca y nerviosa. Ella tenía la intuición de que su suegro se refería más que nada a que ella entonces sí estaba embarazada. Tragó saliva, de pronto su boca se le había secado.
- ¡Sí, qué chistoso! Te lo había comentado alguna vez -soltó una risita circunstancial, algo le decía que ella no quería tocar el tema del compromiso.
- Sí, la noche que me pediste ser tu esposa -desvió la mirada.
- Her... -apretó su mano, ella había retomado el tema.
- Harry, yo
-regresó a verle y sostuvo su mirada unos segundos pero luego la bajó.
- Te daré el tiempo que me ibas a pedir -exclamó firme. Hermione se quedó muy sorprendida.
- En verdad te amo. Pero no estoy preparada para asumir la responsabilidad de un compromiso
Eso me aterra -atinó a expresar, viéndole.
- Es necesario este tiempo para que lo nuestro madure sin las presiones -continuó con serenidad él.
Yo no tengo vida sin ti, y por eso estoy aquí.
Rescatando el tiempo que viví lejos de ti.
- Uy, estamos aprendiendo -vaciló ella, el ojiverde besó su mano.
- Mañana hablaré con Ginny -soltó clara.
- Esteraré a tu lado -se apresuró a decir.
- No te enojes, pero primero quiero hacerlo sola -dijo incorporándose y yendo a recargarse en uno de los pilares de los doseles de su cama mientras lo veía, él la miró significativamente.
- Esta vez lo haré en serio. Tú y yo le explicáremos juntos después de que le pida disculpas -exclamó, entendiendo el miedo en su mirada.
- Ron me dijo que ya se enteró de lo nuestro -él también se puso de pie y fue hasta ella.
- Por él -acentuó la ojimiel con cierto reproche dándole la espalda sin querer, cruzándose de brazos y adquiriendo una carita de puchero.
- Y sus padres también lo saben - agregó el de gafas.
- La señora Weasley -aclaró Hermione, un tanto dolida por la actitud de la mamá de Ron hacia ella. El ojiverde percibió su tono de voz, rodeó su cintura con sus brazos. La castaña se dio la vuelta para verle de frente sin deshacer el semi-abrazo.
- Harry, son muchas las personas que están implicadas en este embrollo -le dijo mirándolo.
- Ellas dos, ¿y
?
- Ayer, Draco me pidió que lo intentásemos de nuevo -exhaló un suspiro y negó. Harry abrió los ojos muy grandes, con susto.
- No temas, No nos separarán -se abrazó a él para tranquilizarlo.
- ¿Entonces tú y yo por ahora qué seremos ante los demás? -preguntó.
- Pues ayer dijiste que era libre -intentó detener la tensión que al parecer comenzaba.
- Her, sabes que... -iba a hablar pero ella lo besó sin permitírselo.
- Somos novios -dijo cuando lo dejó de besar, con una sonrisita linda.
- Me alegro de que sea una respuesta positiva, Pero por ahora respetaré tu espacio -el de gafas también le brindó una sonrisa especial. La chica de rulos se recargó en su pecho.
- Harry, en este tiempo que me estás dando...
- No te atosigaré con un noviazgo de a sol y a sombra, ni con eso del compromiso. Pienso que después de que hablemos con ellos y los exámenes, que para ti serán muy intensos porque te conozco
Podremos abordar el tema -le dijo tranquilamente.
- ¡Pero terminarán hasta junio! -le regresó a ver con la mirada alarmada.
- Y es el tiempo justo, ¿no? - la miró insinuante, ella suspiró y relajó su rostro.
- Gracias, mientras seguiré estando en esta torre, y si ordeno mis emociones antes serás el primero en saberlo -volvió a recargarse en su pecho, embozando una sonrisa serena.
- Confío en que así será... -susurró él a su oído, causando cosquillas en la chica.
- ¿Confianza? -musitó la ojimiel.
- Puedes estar segura que es verdad -dijo con firmeza.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Qué harán mis manos si jamás te vuelvo a tocar.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Sin ti las horas duran más que la eternidad.
Tras un rato de estar en silencio, simplemente abrazados y disfrutando de estar juntos...
- Te amo -exclamó el de gafas y besó su frente.
- Yo más - dijo la de rulos castaños, besando su barbilla.
En eso Crookshanks se enredó entre las piernas de ambos y bufando algo enfadado, se separaron pese a que en el fondo querían quedarse así por mucho tiempo más. Hermione lo tomó entre sus brazos, el minino le lanzó al ojiverde una mirada con resentimiento.
- Creo que piensa reprocharme él también -comentó Harry yéndose a sentar en el sofá nuevamente.
- Ya Crookshanks, Harry y yo ya aclaramos malos entendidos -le dijo al micho y lo dejó en el piso, el gato vio evaluadoramente al chico antes de saltar a su regazo.
- Tú también me detestabas, verdad? -le dijo rascándosele detrás de las orejas, el felino soltó un maullido y se enroscó acomodándose en sus piernas.
- En el fondo siempre te ha preferido -bromeó la chica. -Me pregunto por qué -miró al gato inquisidora.
- Encanto natural -siguió la broma el de gafas y continuó acariciando a Crookshanks, la ojimiel soltó una risita.
- Luna estará contenta, ayer me regañó como no tienes idea. Me hizo ver lo equivocada que estaba -le platicó, sentándose a su lado.
- Imagínate la baseada que me metió Ron cuando le conté -él también le platicaba - Pero también tu amiguita me dio otra que me mostró su lado intimidante y de temerle -hizo una mueca de apariencia aterrada.
- Se lo deberíamos agradecer, a los dos -reía ante esa expresión.
- Sí -él también rió.
- Bajamos -se incorporó y le preguntó a la chica, tendiéndole la mano.
- Bueno Ginny no está, pero... -sintió un peso.
- Te soltaré en el comedor -dijo comprensivo.
- No quiere decir que no te ame -se apresuró a aclarar.
- Lo siento, por dudar -se disculpaba, sin querer se fijó y vio el gatito que le había regalado en la navidad sobre el buró, no le comentó nada a la ojimiel pero sonrió.
- De verdad te agradezco que comprendas -le besó rápidamente.
- Tú me perdonaste cuando no tenías mucho porqué.
- Ya lo aclaramos, te lo debía. Y si tengo uno enorme. El amor que nos une -el ojiverde sintió una calidez en sus palabras de ella - Y cuando existe de verdad lo demás sale sobrando -exclamó sonriéndole tierna.
- Hermione, nada de lo que dije o hice en mis arranques de estúpidos celos fue en serio. En cambio cada palabra y momento bello a tu lado es lo más sincero que pude haber dicho o hecho en mi vida -ella le brindó una mirada especial, esta vez fue él quien la besó.
*-*-*-*-*-
Te necesito, no hay más qué hablar.
Qué harán mis manos si jamás te vuelvo a tocar.
Te necesito, no hay más qué hablar.
Sin ti las horas duran más que la eternidad.
Entraron en el gran comedor, se sentaron frente a sus amigos quienes les vieron contrariados entre las ganas de preguntarles o pasar por ignorados hasta que ellos decidieran contarles. Harry y Hermione mantenían sus rostros serios, los ojiazules intercambiaron una mirada temerosos y al parecer contenían su respiración.
- ¿Y? -se atrevió a decir el pelirrojo.
- Pues... -musitó Harry.
- ¡Que nos reconciliamos, chicos! -exclamó la castaña, con voz alegre pero tono normal. Por fin sonriendo, llevaba rato conteniendo las ganas delante de sus amigos.
- ¡¿En serio?! -dijeron al unísono Luna y Ron.
- Sí -asintieron Harry y ella.
- ¡Al fin! -exclamó la rubia con una sonrisita feliz.
- ¡Hasta que piensan! -exclamaba el ojiazul cual verdadero milagro - ¡Pues felicidades! -casi gritaba el pecoso.
- ¡Shuss! -le silenciaron ellos. A lo lejos un rubio miró receloso, los había visto llegar juntos.
- ¡Qué! -se quejó el pelirrojo.
- No grites, aunque aclaramos todo no vamos a ser novios en sí -dijo Hermione.
- No entiendo
¿Volvieron o no? -puso cara de confusión, la rubia también.
- Le estamos dando un respiro a nuestra relación, aún así estamos juntos porque nos amamos -continuó la castaña, Harry le tomó la mano por debajo de la mesa.
- ¿Entonces no se mostrarán...? -dijo incrédulo Ron.
- Más adelante -respondió el ojiverde.
- Qué es lo que esperan -inquirió con regaño y los vio ceñudo.
- Después de los exámenes -asentó la de rulos.
- Um -gruñó el ojiazul.
- Hay mucho qué estudiar -dijo entre bromista el de gafas.
- Nerds -murmuró. Luna observó cómo Hermione le lanzó una mirada peligrosa, sabía que su amiga no estaba muy contenta con Ron. Harry sin embargo vio a su amigo con cara de resignación, ya tan acostumbrado a esa forma de ser de él.
- De todas formas me alegro, ya me habían cansado de verlos con caras largas y evitándose. Aunque sólo fueron dos días -observó sin complejos.
- Los más largos de mi vida -dijo Harry, apretando la mano de la castaña.
- De nuestra vida -corrigió ella.
- Ya vuelven a ser los mismos melosos -soltó poniendo los ojos en blanco.
- ¡Ronald! -exclamaron al mismo tiempo sus amigos y novia, haciendo que se sobresaltase luego él puso una sonrisita de ángel.
Disfrutaron de la cena pero Luna y Hermione se fueron antes de las ocho con la excusa de que tenían que ir por un libro para la rubia a la biblioteca. Ron aún no terminaba de cenar y no puso mucho empeño en ello ya que no le agradaba la idea de pasar la última hora libre encerrado en la biblioteca. A Harry se le hizo mala onda dejarlo solo, así que prometieron verlas más tarde.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Notas De La Autora:
Espero que este capitulo les guste, la reconciliación la hice sin tantos revuelos, ambos debían aceptar su errores.
Me dicen qué opinan, vale?
Canciones anteriores mi favorita - Este Corazón- de RBD- Te Necesito- interpretes OV7, en su tiempo mi grupo en español favorito.
Mil Grax! Saludos de su amiga Anyeli Potter Granger
En realidad no iban a la biblioteca se dirigieron a la enfermería. Mientras caminaban por el pasillo que conducía a ésta ambas charlaban para eliminar los nervios; o al menos eso intentaba la ojiazul, que su amiga dejase de pensar en los resultados...
- ¡Qué bueno que Ron no quiso acompañarnos!, así Harry se tuvo que quedar y afortunadamente no tuvimos que buscar una excusa para que no vinieran... -comentó Hermione soltando un suspiro de alivio.
- Ya ves. A veces esa falta de interés de Ron por los estudios, sirve -bromeó Luna, la ojimiel soltó una risita vacilante.
Cuando la señora Pomfrey les entregó el sobre con los resultados Hermione sintió emociones encontradas y como una revolución de ellas acontecía en su interior. La enfermera aún así le vio con incredulidad, recriminatoria e indignada.
Luna sugirió que era mejor idea abrir las pruebas en la torre.
*-*-*-*-*-*-*-
Caminaron lentamente de regreso a ésta, Hermione jugaba con el sobre amarillo y mantenía un silencio vacío... Luna se limitaba a observarla sin saber qué decirle.
Entraron en la habitación, la castaña cada segundo estaba más nerviosa...
I used to think (Solía pensar que)
I had the answers to everything (yo tenía respuestas para todo.)
But now I know (Pero ahora sé)
Life doesn't always Go my way, yeah... (Que la vida no siempre va a mi manera, sí
)
Feels like I'm caught in the middle (Siento como que estoy atrapada en el medio)
That's when I realize... (Es cuando me doy cuenta que
)
Hermione colocó los resultados sobre el escritorio, la rubia se había ido a sentar en el sofá.
- Tranquila -le dijo viendo cómo su amiga castaña temblaba y caminaba de un lugar a otro murmurando cosas sin sentido.
- Tengo miedo - finalmente expresó con un hilito de voz.
- Mira, ya te reconciliaste con Harry. Él te apoyará si lo estás -dijo la rubia con una mirada insinuante.
- ¿Y si se asusta? -exclamó temerosa.
- Por mucho que se asuste, te ama, y esto no lo puede alejar... Al contrario, estoy segura de que se sentirá más...
- Atado -soltó la ojimiel sin dejar que su amiga terminara de hablar.
- No empieces, ¡um! -reprendió la ojiazul viéndole ceñuda -Me refería a unido a ti -completó, lanzándole una mirada reprobatoria por su comportamiento.
- No quiero que la boda se precipite -negó con tono de preocupación.
- ¡Déjate de especulaciones tontas y ábrelo! -exclamó Luna cansina, ella también estaba nerviosa.
- Ábrelo tú -chilló, observando el sobre amarillo que estaba sobre el escritorio cual si fuese un Howler a punto de estallar.
- Es tu deber -puntualizó la Ravenclaw, la de rulos la regresó a ver con carita de sufrimiento; había tomado el sobre por fin y se había parado frente a la rubia.
- Haber trae acá -exhaló un bufido de fastidio. Ella se lo dio, tras un fuerte respiro Luna abrió el sobre y sacó los resultados; Hermione prefirió darle la espalda, su respirar era perceptible y lento... Cuando la ojiazul leyó abrió mucho los ojos y apretó los labios.
- Oh por Dios -musitó la chica con voz muy baja.
- ¡¿Qué?! - Her volteó a verla, sus latidos se estaban acelerando más.
I'm not a girl (No soy una niña)
Not yet a woman (Ni aún una mujer)
All I need is time (Todo lo que necesito es tiempo)
A moment that is mine (Un momento que es mío)
While I'm in between (Cuando estoy entre medio.)
- ¡Oh por Dios! -repitió la rubia sin dejar de ver las hojas que tenía en las manos.
- Hermione...-murmuró el nombre de su amiga castaña, regresó a verla y negó.
- Luna, ¿lo estoy? -preguntó mordiéndose el labio inferior y demostraba mucha ansiedad. Luna volvió a negar con la cabeza.
- ¡No qué! -dijo más desesperada. Su amiga apretó las hojas.
- No, No lo estás... -tras un suspiro por fin habló.
- ¿No? -preguntó incrédula.
- No -afirmó la de ojos azules.
- Ah, oh... Bien... qué bueno, no?... -titubeó con el intento de una sonrisita fingida, parecía desilusionada y se había puesto algo pálida.
- Sí -asintió Luna.
- Entonces no lo estoy -repitió más para sí misma, jugando con sus manos que sudaban mucho.
- Pues aquí dice que no -asentó la rubia mirándola fijamente.
- Estupendo...-exhaló con una voz de felicidad que ni ella misma se creía, se sentó en la orilla de su cama muy temblorosa.
- Herm, estás bien? -la cuestionó su amiga sin quitar la vista de ella.
- ¡Claro, Es una magnifica noticia!, Un alivio. No estoy embarazada, no hay problemas, ni qué ocultar...-comenzó a hablar de manera rápida.
- Herm?...-la rubia arrugó el entrecejo.
- No habrá boda precipitada...-continuaba sin hacerle caso a ésta -Pero quién te entiende, no que no querías eso - Luna se cruzó de brazos y frunció más las cejas.
- Ni porqué decirle a Harry lo de mis sospechas... Mucho menos porqué mis padres se enterasen que él y yo...-a cada palabra su voz se quebraba y respiraba como si estuviera a punto de llorar.
- ¡Hermione! -volvió a decir la ojiazul, pero la castaña parecía no escucharla pues en realidad hablaba con una mirada de estar en un trance.
- Ni una espera, Ni búsqueda de nombres, Ni preparativos, Ni un nacimiento... Cero llantos y desveladas... Es tan bueno no sentir eso... -finalizó pero por fin sus ojos que ya estaban muy cristalinos comenzaron a dejar escapar las lágrimas que contenían.
- ¡¡Hermione!! -se hizo escuchar la rubia y se puso de pie acercándose a su amiga.
- ¡Oh Luna, Por qué me siento tan mal!, ¡Por qué extrañar algo que nunca tuve, Que jamás existió!... Que sólo fueron meras sospechas erróneas...-soltó el llanto, Luna la abrazó.
- Porque lo deseabas de verdad -le dijo consolándola.
- Tal vez, pero ahora sé que está bien... Que no era el momento, que disfrutaré más mi tiempo... Los estudios... Y que haré muchas cosas y... muchas cosas... -continuó con esa voz llorosa y trabada.
- Pues las harás después -le decía separándose de ella unos pasos y viéndola de frente.
- ¿Cómo? -preguntó confusa entre un sollozo.
- Es que te mentí -apretó los labios y entrecerró los ojos, como si fuese a recibir una bofetada.
- ¡¿Qué?! -exclamó tal hubiese escuchado mal.
I'm not a girl (No soy una niña)
There is no need to protect me (No hay necesidad de protegerme)
Its time that I (Es tiempo que yo)
Learn to face up to this on my own (Aprenda a enfrentar esto por mí misma)
I've seen so much more than u know now (He visto mucho más de lo que sabes ahora)
Don't tell me to shut my eyes (Pues no me digas que cierre mis ojos.)
- Sí, mentí -sostuvo.
- Haber si entendí -dijo confundida - Tú-me, Mentiste? -Sobre...- la miraba fijamente - ¿Entonces lo estoy? -preguntó.
- Sí -asintió mordiéndose los labios.
- ¡Oh Por Dios! -soltó un gritito y se tapó la boca con las manos.
- Herm.
- Por qué... ¡¿Por qué me dijiste que no?! -se puso de pie, Luna retrocedió unos pasos pensando que Hermione le iba a reclamar pero la castaña no mostraba si quiera indicios de querer gritarle, aún mantenía su expresión de sorpresa aturdida.
- Para ver tu reacción -confesó apenada.
- ¿Mi reacción?, ¿para qué? -la vio desconcertada.
- Porque ahora sé que en verdad lo quieres a pesar de todo lo que significa que lo estés esperando -la ojimiel arqueó una ceja sin quitar la mirada de ella - Es que te veías tan nerviosa y asustada que llegué a pensar que lo tomarías diferente -vaciló.
- Diferente, ¿cómo?
- Pues que gritarías o que tratarías de convencerte que no. No sé quizás hacer algo...-decía avergonzada, aunque se sentía bien de haberlo hecho.
- Algo de qué?-la vio creyendo entender - Luna, me conoces. Y sí, tal vez estoy muy loca y tengo miedo, y haya sido cobarde para no hablar con Ginny antes... -la rubia se sintió incómoda - Pero Créeme, acabo de aprender de todo lo que ahora me está pasando, y lo que sucedió los últimos dos días... -bajó parcialmente la mirada pero rápidamente regresó a ver directamente a su amiga - Debo enfrentarlo... -suspiró- Porque está él, ¿entiendes? -señaló su vientre. En el fondo al decir él se sintió extraña, y es que ya era un hecho de que esperaba a una personita.
- Sí -asintió la rubia observando a su amiga, brindándole una sonrisa comprensiva. La castaña tenía nuevamente los ojos llenos de lagrimitas, pero éstas ahora parecían más bien de emoción contenida.
- ¡Luna, Voy A Tener Un Bebé! -exclamó abalanzándose contra la ojiazul y abrazándola. Parecía haberse estado conteniendo.
- ¡Vas a tener un bebé! -repetía ésta, algo sobresaltada por tomarla por sorpresa.
- ¡Voy a ser Mamá! -soltó un chillido eufórico que ni ella misma entendía.
- ¡Voy a ser tía! -dijo la Ravenclaw con el mismo tono, aunque en verdad estaba muy extrañada por la reacción de la de rulos.
- Sí, serás tía -acentuó separándose de ella y tranquilizando la euforia, algo apenada.
I'm not a girl (No soy una niña)
Not yet a woman (Ni aún una mujer)
All I need is time (Todo lo que necesito es tiempo)
A moment that is mine (Un momento que es mío)
While I'm in between (Cuando estoy entre medio)
I'm not a girl (No soy una niña)
But if u look at me closely (Pero si me miras de cerca)
You will see it my eyes (Lo verás en mis ojos)
This girl will always find Her way (Ésta chica siempre encontrará su camino)
Ambas se sentaron en el sofá de la ventana...
- Y bien, ¿se lo dirás a Harry? -preguntó Luna tanteando el terreno.
- Pues acaba de darme el tiempo que le iba a pedir... -vaciló- Y si se lo digo...-se mordió el labio inferior - Ya te dije, tengo miedo -desviaba la mirada.
- Y yo te dije que no será capaz de dejarte. ¿Por qué dudas?, ¡Si él te ama! -habló con cierta exasperación.
- Sí, pero la reacción contraria es peor. Sé que se volverá sobreprotector y atosigador. Y no quiero eso tampoco -aclaró moviendo la cabeza en señal de negación.
- Pues sí, debo aceptar que tienes razón -admitía la rubia.
- Es mejor esperar a que terminen los exámenes, y sobre todo a que yo hable con Ginny y Draco...
- Hum, y todavía tomas en cuenta a la bestia andante -Luna enchuecó la boca.
- No le digas así -la reprendía.
- ¿A quién, A Draco o a Ginny? -sonrió con malicia traviesa.
- Además también está la señora Weasley -continuó, lanzándole una mirada reprobatoria.
- Hermione, ¡Eso sí que no! Así sea muy la madre de Ron, yo no la puedo ver después de cómo te señaló y se refirió a ti. ¡No señor!, es una señora muy calabaza y... -expresaba su molestia.
- ¡Luna! -le llamó la atención antes de saber qué más era la señora Weasley para su amiga.
- Por eso digo que ya no le pienso dirigir la palabra -vaciló, sus mejillas se habían ruborizado.
- De todas formas debo hablar con ella -exhaló, se dejó caer en el respaldo del sillón y se puso las manos en la frente.
- ¡No tienes porqué darle explicaciones! -la ojiazul exclamaba su descontento.
- No tanto como eso, Pero debo aclarar las cosas -contestó con un titubeo ante la sorpresa de la reacción de su amiga. - No podré ocultar mi embarazo, ¡Y no pienso tolerar que señalen a mi bebé! - finalizó con firmeza, y por primera ocasión tras asegurarse de que lo esperaba, acarició su vientre.
- ¡Así se habla! -exclamó sonriendo, satisfecha y contenta. Tomando por sorpresa a la de rulos, la abrazó, ella le correspondió.
I'm not a girl (No soy una niña)
Not yet a woman (Ni aún una mujer)
All I need is time (Todo lo que necesito es tiempo)
A moment that is mine (Un momento que es mío)
While I'm in between (Cuando estoy entre medio)
I'm not a girl (No soy una niña)
- ¿Y qué harás mientras?, Digo porque ocultarlo no necesitas tanto. Se te notará hasta por agosto o septiembre -preguntaba, tocando el vientre de su amiga.
- Seguir actuando normal -respondió, sonrojándose y sintiendo que sus mejillas desprendían un ligero vapor.
- ¡¿Cómo que Normal?! -chilló indignada - ¡Nada de normal! -negó con rotundidad- Debes alimentarte bien y saludable. Cero malpasos y desvelos, mucho menos estrés. Debes cuidarte, porque en verdad lo estás cuidando a él -asentaba.
- Ahora resulta que serás mi enfermera particular -la ojimiel se reía.
- Aunque te quejes -la rubia la vio feo en broma.
- No pues sí -dijo sin contener esa risita. Pero luego cambió su expresión a una seria.
- Luna, debemos mantener esto entre nosotras -pidió tomando las manos de su amiga y viéndola de frente - Ni siquiera Ron debe saberlo. Es mas, él menos que nadie. Porque se le puede escapar -La chica asintió e intercambió una mirada de complicidad con la castaña, ésta se puso de pie.
- ¿Y tus padres? -preguntó como sin fijarse, cuando Hermione avanzaba.
- ¡Auch! -hizo una mueca- (No había pensado en ellos los últimos minutos) - Creo que les diré hasta que regresemos -respondió - Aunque lo pensaba aún no tenía determinado cómo se los iba a decir. -Ahora sí que van a estar seguros que entre Harry y yo pasó algo de lo cual se van a desilusionar de mí... -se dejó caer sobre su cama y dio un profundo respiro.
- Pues obvio. ¿Qué creías? - Luna la miró negando - ¿Qué les ibas a decir que fue por obra de magia, o qué? -soltó una risita burlona.-Hermione le lanzó una mirada ofendida hacia la chica que aún estaba sentada en el sofá.
- Mamá se va desmayar y papá creo que le va a dar algo... Ni siquiera saben que salgo con Harry, aún piensan que mi novio es Draco. Sólo espero que no me odien - soltaba un suspiro.
- ¡¿Qué?! -saltó del sillón y se acercó a la cama de su amiga -Yo te odiaría por eso -expresó ceñuda.
- ¡Luna! - la ojimiel se recargó sobre la cabecera y miró significativamente a la chica de ojos azules.
- ¡Debes desmentirlo! -exclamó con rotundidad sin hacerle caso.- ¡No puedes dejar que piensen que Draco es el papá!
- ¡¡Luna!! -se hizo escuchar. -¡Ay Hermione, contigo de verás! - La rubia dejó de refunfuñar sin inmutarse por las llamadas de atención que le había hecho la castaña.
- Ok, pasando a lo otro... No creo que te odien porque los vas a hacer abuelos. Tal vez les afecte, pero lo aceptarán. Eres su hija, te apoyarán... -aseguró, Her movió la cabeza no muy convencida - Aunque sí te darán un buen regaño antes. Tampoco esperes que salten del gusto y te feliciten por tamaña noticia -le dijo observándola recargada en uno de los barrotes de la cama de ésta. La de rulos castaños negó embozando una sonrisa resignada, ya conocía a su amiga rubia.
Ambas se quedaron en silencio, Hermione se recostó bien sobre su cama con la mirada pensativa... Se había puesto la mano sobre el vientre con suavidad, su mirada tuvo un brillo especial y tierno, un tanto soñador.
Luna se sentó en el sofá y se quedó viendo hacia los oscuros jardines... Su amiga la había sorprendido, siempre tuvo la impresión de que era muy responsable pero esto sin duda le dejó en claro que era más que una responsabilidad era un valor en ella... Si estuviese en la situación de la ojimiel seguramente estaría llorando y hasta desmayada... o tratando de huir -negó al tener ese pensamiento. -Pero no Hermione, ella era fuerte y valiente... Nunca había sentido algo parecido porque no tenía hermanas pero ahora eso la hacía sentir orgullosa de su mejor amiga, de su hermana.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Por los pasillos que dirigían a la torre de premios anuales caminaban aprisa Ron y Harry, bajo la capa de invisibilidad.
- ¡Cállate Ron! -regañó el ojiverde en voz baja.
- Me callaría si a cada paso que damos no me pisaras -se quejó de malas pulgas.
- Nadie te manda a estar tan alto -contuvo una risilla burlona.
- Envidioso -gruñó - Deberías estar agradecido de que haya encontrado tu capa.
- No recuerdo haberla dejado en los vestidores -dijo pensativo.
- Pues cómo pretendes recordar las cosas, si cuando estás con Hermione te pierdes en un mundo del que nadie te puede sacar -esta vez fue él quien embozó una sonrisita de burla.
- Ja-ja, Qué graciosito -soltó ácido el de gafas.
- Sí, Hermionelangalaxia -continuó burlándose.
- De qué te burlas?, la tuya es Lunalandia -acentuó triunfal, el pelirrojo intentó reclamar pero parecía un pez fuera del agua abriendo y cerrando la boca, finalmente no dijo nada y la cerró viendo feo al chico de cabellos revoltosos. Éste soltó una risita y siguió caminando sin dejar de sonreír.
- Se original - soltó Ron después de un rato, Harry negó poniendo los ojos en blanco.
Habían por fin llegado al retrato de Sir Cadogan, afortunadamente sin ser detectados por la metiche señora norris.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Los rayos de luna proyectaron su reflejo en la habitación con su tenue luminosidad penetrando por las ventanas.
- Ya no deben tardar, pasan de las nueve -rompió el silencio la rubia.
- ¿Eh...? -musitó la castaña distraída.
- Que no llegan - dijo escudriñándola con la mirada pues la expresión de su amiga no tenía nada que ver con la de hace rato, ahora se mostraba con angustia.
- Ah, sí... se están tardando mucho -titubeó.
- ¿En qué piensas? -la ojiazul la vio tratando de indagar en la mente de la chica.
- Discúlpame, es que sólo pensaba en...
Pero antes de que pudiese decirle qué pensaba que le hacía tener esa expresión preocupada, un toquido en la puerta la hizo quedarse callada.
- ¿Quién es? Son ustedes, Ron? -preguntó Luna.
- Sí, Somos nosotros -al otro lado respondió la voz del pelirrojo.
- Adelante -dijeron ambas, en eso entraron Harry y Ron con los rostros un tanto rojos y acalorados, como si acabasen de discutir.
Luna se puso de pie y fue hacia su novio, él la abrazó por encima del hombro.
- ¿Por qué tardaron tanto?, pasan de las diez. Si Filch los descubre los castiga -dijo la rubia.
- Es que el querido amigo -acentuó Ron con sarcasmo - Sir Cadogan, se le bota muy feo -exclamó con enfado.
- Sí, cambió la contraseña y ya no nos dejó pasar hasta que finalmente cedió -gruñó el ojiverde.
- Lo bueno -comentó con una sonrisita burlona Luna.
Harry miraba a Hermione, ella se había sentado en la orilla de su cama...
Luna le dio un pisotón a Ron, cuando regresó a verle con queja ella le dio a entender con la mirada que sobraban, el chico arrugó el entrecejo con expresión confusa.
- Bueno el camino a la sala común de Ravenclaw es largo -comentó la ojiazul, y le dio un codazo a su novio quien aún parecía no haber entendido la indirecta.
- Ah... sí... sí -se apresuró a decir frotándose el costado izquierdo. Harry y Her se vieron con una mirada cómplice y negaron con una risita silenciosa.
- Bien chicos, me alegra que se hayan reconciliado. Nos vemos mañana... Hermione que tengan dulces sueños, digo tengas -dijo con cierta picardía, viéndolos a los dos.
- Harry, no llegues tarde -se dirigió a su amigo y le guiñó un ojo.
- Adiós, Ron -exclamó la castaña, lanzándole una mirada peligrosa.
- ¡Uy, córreme! -se burló sin dejarse intimidar. La rubia le sonrió a su amiga de rulos y jaló a su novio.
Los dos salieron...
- Vamos Ron -apuró.
- Oye, y el dichoso libro por el que ibas. ¿No se te olvida?
- Lo leí en la biblioteca - se escucharon las voces de los ojiazules que bajaban las gradas.
Cuando sus amigos se hubieron marchado y tras soltar una divertida risa al escucharlos, Harry se volvió hacia la chica de rulos castaños...
- Dudé en subir -soltó observándola recargado desde un pilar cerca de la cama de ella.
- ¿Por qué? -preguntó viéndole confusa.
- Porque te dije que te daría espacio y debo comenzar por no invadirlo, no? -confesó.
- No seas tontito, no estás invadiendo nada -dijo negando con una sonrisita, se puso de pie y fue hasta él.
- Harry, te amo -exclamó cuando se abrazó a su pecho. El de gafas pasó sus manos por la cintura de ella acercándola más, aunque más imposible.
- Y yo a ti, como no tienes idea. Estos dos días fueron un infierno -le susurró al oído.
- Por lo mismo para mí es tan importante lo que ahora haces por nuestra relación. Que espero corresponder de la misma forma -entremetió sus dedos en la cabeza del chico y acarició sus revueltos cabellos.
- Her, ¿estás bien? -preguntó observándola fijamente, como si la analizase e intentase descubrir algo en ella.
- Claro, ¿Por qué lo preguntas?-dijo extrañada.
- No sé, te noto extraña -la tomó por la barbilla y la vio con más profundidad.
- ¿Extraña? -soltó una risita algo nerviosa.
- Sí.
- ¿Cómo?
- Hay algo en ti, no sé realmente con precisión. Pero luces serena. Algo en tu mirada quizás... -seguía sin poder descífralo. - ¿Alegría inmensa? -aventuró.
- Nos acabamos de reconciliar por eso es mi alegría -dijo risueña- (¿Acaso Harry podía sentirlo?... Podía ver que ella estaba diferente).
- Es algo más... -determinó.
- Me gustaría que te quedarás... -decía para alejarlo de la idea.
- No -dijo apresurado.
- ¿No? -lo regresó a ver desconcertada.
- Aunque lo deseo, No debo... -expresaba y la abrazaba.
- Comprendo... - le dijo recargándose en su pecho- Te amo - susurró de nuevo la chica.
- Hasta mañana, ten dulces sueños... -al decirlo regresó a verlo hacia los ojos. Él sonreía - Soñaré contigo como cada noche -besó su frente.
- Y tú estarás en los míos, Harry -acarició su mejilla y sonrió. Dejaron de abrasarse, el de gafas se dio la vuelta hacia la puerta y ella lo veía alejarse pero de pronto...
- ¡Harry! -exclamó alarmada.
- ¿Sí? -volteó a verla sobresaltado.
- ¡Te van a regañar! -le dijo con preocupación.
- No, traigo la capa -la tranquilizó y se acercó de nuevo a ella.
- Hasta mañana Niña, Te amo... -susurró y le dio un tierno beso en los labios.
- Te amo más... -murmuraba Her mientras le soltaba de la mano que habían entrelazado mientras se besaban.
Harry se marchó, Hermione después de ponerse la pijama fue hasta su ventana. Crookshanks apareció y se acurrucó junto a ella, la chica comenzó a acariciarle detrás de las orejas...
I'm not a girl (No soy una niña)
(I'm not a girl don't tell me what to believe) (No soy una niña, no me digas en qué creer)
Not Yet a woman (Ni aún una mujer)
(I'm just trying to find the woman in me, yeah) (Estoy tratando de encontrar la mujer en mí, sí)
All I need is time (All I need) (Todo lo que necesito es tiempo) Oh, todo lo que necesito)
A moment that is mine (That is mine) (Un momento que sea mío) Que sea mío
While I'm in between (Cuando estoy entre medio)
- ¿Y ahora qué, contenta? -habló la vocecita en su cabeza.
- Ya vas a empezar
-dijo como si ésta la fastidiase.
- Pues la que debería empezar por hacer las cosas bien eres tú -siguió.
- Sabes que las haré.
- Haber si es cierto -dijo con tono de incredulidad.
- Lo es, y lo haré por él -asentó como si la sola duda la ofendiese.
- Te dolió cuando Luna dijo que no lo estabas, ¿verdad? -preguntó con presunción.
- Admito que sí, que me desilusioné mucho. Que todo lo que había comenzado a imaginar inconscientemente se derrumbó en dos segundos, y eso me dolió demasiado -reflexionó.
- Y cuando te dijo que en realidad sí lo estás, ¿qué sentiste?
- Mi corazón se aceleró demasiado, una alegría inmensa. Porque pese a lo que dijeran esos resultados yo lo sentía en mi interior -abrazó su cuerpo a la altura de su vientre y su mirada reflejó ese brillo que desde hace semanas se manifestaba pero ahora lucía en todo su esplendor.
- Lo sé muy bien, yo sí que no podía mentirte... -exclamaba la vocecita. Ella exhaló un suspiro aún de intranquilidad - Ah y Olvídate de eso que estabas pensando -intervino la voz.
- Te refieres a...
- Sí, a tus miedos de que lo rechacen.
- La gente, Ginny, Draco y
-musitó la castaña.
- La gente me vale, no dependes de ella. Tu amiga es una niña mimada y caprichosa. Draco es un galán patético y acomplejado, que como Ginevra no sabe lo que quiere. Y...
- ¡Tú sabes cómo es la madre de Ron! -gritó.
- No me digas que le tienes miedo -comenzó analizándola.
- Los Weasley son como su familia, ella es como si fuese su madre. No quiero que le dé la espalda -alegaba con titubeó.
- ¡Carajo!, Luna tiene razón. La madre de Ron es un punto aparte. Entiéndelo, Tú y ahora el bebé son su familia, a partir de que él te escogió para ser su compañera de vida y que sepa que lo esperan -regañó con exasperación.
- Confío en él y sé que no me dejará sola... -veía a la luna que estaba cada vez más clara.
- Y hablando de Harry
¿cuándo le dirás?
- Lo sabrá a su debido tiempo -desvió un poco la mirada.
- Casi lo descubre. Aceptémoslo, no es tonto.
- No me gusta ocultárselo, pero por el momento es lo mejor -razonó algo culpable.
- Pues bien, será un largo camino el que acabas de emprender.
- Lo sé, pero tú y Luna tienen tanta razón... Valdrá la pena, con este bebé como mi fuerza y Harry a mi lado, todo lo demás sale sobrando.
- Creo que entendiste -asentó la voz satisfecha - Entonces mañana a primera hora hablarás con Dumbledore para tus precauciones, recuerda que no puedes ya hacer toda esa clase de hechizos peligrosos.
- Cierto, debo pensar en él... -acarició su vientre durante un rato, mantuvo la mirada fija en las estrellas y la bella luna; una nube pasó frente a ésta cubriéndola parcialmente... Ella se quitó de la ventana pues el sueño la estaba venciendo.
Una vez que se acomodó en su cama.
- Hasta mañana cosita hermosa... -dio un besó a su mano llevándola a su vientre y sonrió. Cerró sus ojos marrón pensando en lo bello que podría ser su futuro.
*-*-*-*-*-*-*-*-
El sol radiante de fines de mayo proyectó sus finos rayos iluminando las montañas, los campos y los terrenos de Hogwarts; era la mañana del lunes. Cerca de las ocho Ron se despertó aún con deseos de quedarse en su cama, Harry en cambio se levantó muy temprano y con un ánimo enormemente entusiasta y alegre por haber vuelto con Hermione...
- ¡Apúrate, Ron! -exclamó el ojiverde jalando las sábanas de su amigo.
- Umm... zzzz... - éste se acurrucó sin intenciones siquiera de abrir los ojos, y siguió durmiendo.
- Movidito, que los minutos se me vuelven siglos. ¡Ya quiero verla! -apuró, el chico de cabellos revoltosos ya estaba vestido con el uniforme desde hace un buen rato.
- Umjú... -apenas y se escuchó un murmullo y soltó un tremendo ronquido.
- ¡Ronald! -le habló más fuerte.
- Luna, todavía es temprano... hay que quedarnos un ratito más así... -dijo entre sueños, y abrazó una almohada acariciándola con su nariz como si fuera el cabello de una chica.
- ¡RONALD! -gritó conteniéndose la risa.
- ¡¿Quée, Qué está pasando?! -se levantó muy acelerado y con cara de susto. Harry soltó la risa y el pelirrojo lo vio por fin.
- Ah, eres tú... -dijo calmando el sobresalto y con tono de sin importancia, se volvió a tirar sobre su cama.
- Sí Ronnie, te dejaría dormir más pero mi impaciencia dice que muere por ver a Her - un brillo soñado apareció en su mirada esmeralda - Y a ti la verdadera Luna te ha de estar esperando - no pudo evitar un tono meloso al finalizar. Ron se sonrojó al escuchar el nombre de Luna.
- ¿Qué estabas soñando? -preguntó viéndole curioso, y embozó una sonrisita pícara y divertida.
- ¡Cállate Harry! -atajó el ojiazul sintiendo arder sus mejillas que estaban tan rojas como sus cabellos.
- Uy, se nos puso rojo -se burló, Ron le lanzó una mirada fulminante.
- Mejor dime
¿Qué, te corrieron? Porque veo que viniste a dormir. O a qué hora llegaste
¿Qué, Hermione ya no te soportó? -esta vez fue el pelirrojo quien se burló soltando una risa.
- Muy gracioso, Ronnie - mirándole con acidez acentuó meloso, y sonrió al ver la expresión de respuesta de su amigo.
- Anda, te espero en la sala común. Si en cinco minutos no bajas te dejo y me encontrarás en el comedor. Ah, si no te apuras no podrás desayunar y llegarás tarde a clases -asentó Harry dirigiéndose a la puerta.
- ¿No vas a ir por Hermione? -preguntó el ojiazul dando un gran bostezo.
- No, prometí no asfixiarla con mi presencia constante.
- Ah...
- Y no te vuelvas a dormir -ordenó al ver las intenciones de su amigo quien estaba jalando la sábana.
- ¡Uy qué geniecito, ya pégame! -se quejó indignado.
- Si no te mueves, lo haré -puntualizó.
- Sinceramente soy un pobre niño maltratado, física y psicológicamente -dramatizó Ron, Harry negó resignado y salió de la habitación.
*-*-*-*-*-*-*-*-
Se dirigían al comedor, Ron aún llevaba cara de adormilado y bostezaba a cada rato; Harry buscaba con la mirada los rulos castaños de Hermione. Lo extraño fue que a su paso se cruzaban con chicas de cuarto y quinto ya fuesen de Gryffindor o Ravenclaw, que le decían frases sin sentido para él. Como: ¡Qué envidia!, ¡Felicidades!, ¡Qué padre!, voy a llorar pero qué bien por ti... Y chicos que le decían - ¡Bien Hecho!, ¡Eres afortunado!, No la pierdas... Y hasta algunas que se escuchaban con tono amenazante - Si la dejas eres idiota.
- Ron, ¿me quieres decir de qué me están hablando? -preguntó confundido y molesto por lo mismo.
- Ni idea -negó encogiéndose de hombros.
Ambos atravesaron el vestíbulo...
- Es mi imaginación o todos te están viendo -dijo el pelirrojo cuando entraron al comedor, y sí era cierto muchos alumnos que estaban desayunando enmudecieron y dirigieron su atención al ojiverde. Harry se enfadó ya que desde hace mucho que no lo veían de esa forma. Caminaron hacia la mesa Gryffindor cuando un grupito de estudiantes de cuarto los detuvieron y dijeron algo que los dejó a ambos desconcertadísimos...
- Hola Harry, ya nos enteramos... -comentó un chico moreno.
- ¿Ah sí?, ¿de qué? -dijo extrañado.
- Ay Harry para qué lo ocultas, ya sabemos que andas con Ginny Weasley -respondió y los otros tres chicos que le acompañaban soltaron una risita. El de gafas abrió mucho los ojos, como si le hubiesen propinado un golpe sorpresivo. Ron arqueó las cejas también sorprendido.
- Lo sabíamos, ustedes hacen una excelente pareja. Son el uno para el otro, la popularidad los une -agregó una risueña chica que estaba en ese grupito.
- ¡Felicidades Potter! -el ojiverde escuchó a su costado izquierdo y volteó a ver lo habían exclamado un grupo de jóvenes de sexto curso de Ravenclaw, todo eso se le hacía algo absurdo.
- ¿Qué? ¿Cómo dices?... ¿que yo qué? -dijo aturdido.
- Sí, que andas con la chica más popular y Hermosa del colegio. Ginny, ¡Qué afortunado! -expresó un joven de rizos rubios.
- Chicos, temo que están en un grave error -quería aclarar eso antes de que enredaran todo y llegase a oídos de Hermione.
- ¿Error? -dijo el rubio.
- Sí, yo no... -pero no pudo decirles porque en ese momento pasó un par de castaños que se dirigían a la salida.
- ¡Colin, Espera! ¿Tienes un minuto? -exclamó alcanzando a éste que caminaba aprisa, iba acompañado por su hermano Dennis. Ron vaciló al quedarse con el grupito de cuarto que prefirió irse y seguían convencidos de que Harry salía con la pelirroja.
- ¡Qué poca, Potter! -soltó con desprecio el menor de los Creevey. Al de gafas le sorprendió e hizo una seña de desconcierto.
- Qué quieres, Harry. Decirme que finalmente sales con Ginny y que así subes tu grado de popularidad hasta la cima -intervino con ironía Colin.
- Por favor Colin No ironices, Déjame que te explique -dijo con el tono más tranquilo q pudo.
- ¡Ahórrate tus estúpidas explicaciones, No me interesan! -atajó ácido- Pero sabes algo, lo que realmente lamento es que cambies el verdadero amor por una cara bonita -asentó viendo al ojiverde entre una mezcla de asco-lástima y luego se dio la vuelta.
- ¡Escúchame Bien Creevey, Yo no salgo con Ginevra! ¡Y jamás cambiaría al amor de mi vida por la popularidad o una simple cara bonita, como tú dices! -exclamó irritado.
En ese instante las cosas pasaron tan rápidamente se escuchó un chillido risueño de pronto alguien apresó su rostro y sintió unos labios posarse sobre los suyos. Casi al mismo tiempo un estruendo de aplausos inundó el comedor.
- Oh lo bueno, ¿no? ¡Cínico! -exclamó el castaño con sarcasmo y desdén. Jaló a su hermano y salieron con paso apresurado del comedor.
Harry no supo qué hacer, no quería comportarse grosero con Ginny. Apenas y atinó a intentar separarla de él cuando un gritó le congeló la sangre.
- ¡Harry! -la voz que retumbó era la de la castaña. La pelirroja dejó de besarlo, tenía un brillo en los ojos y una sonrisita triunfal en los labios. Ron jaló a su hermana hacia aun lado, éste también estaba tan sorprendido que no había podido hacer gran cosa.
En la puerta del salón estaban paradas Luna y Hermione, la de rulos tenía los ojos llenos de lagrimitas, la expresión de estupefacción y lucía algo pálida. La rubia en cambio expresaba enojo.
Todos en el comedor se quedaron viendo con desconcierto y volvía a reinar el silencio.
La castaña se dirigió a ellos como si nada aunque temblaba, Luna la vio sorprendida pero la siguió. Cuando llegaron hasta los pelirrojos y el ojiverde, el cerebro de éste estaba invadido de un ruido de pánico que no lo dejaba pensar tan sólo esperaba saber cómo reaccionar.
Luna y Hermione se detuvieron justo frente a ellos. Ron estaba petrificado, no quería que sus amigos se volviesen a pelear por un mal entendido en el cual nuevamente estaba involucrada su hermana.
- ¡Her, No es lo que parece! -se precipitó a exclamar con angustia, su corazón latía muy acelerado y el ruido en su cerebro aumentaba - Ella... ¡Ella Me Besó! ¡A Ti Es A Quien Amo!... Apenas anoche tú y yo... - se detuvo acababa de meter la pata, no pretendía herir a Ginny pero tampoco quería perder a Hermione, apenas la tarde anterior se habían reconciliado y ahora esto. Al oír esa declaración los presentes abrieron la boca con asombro y confusión. Hermione se llevó una mano a la boca mirándole asustada, Luna se mordió los labios conteniendo la respiración y Ron se pegó en la frente e inmediatamente agarraba a su hermana por si las dudas.
- ¡Eres Un Estúpido, Harry! -chilló la pelirroja con los ojos bañados en lágrimas - ¡Cómo Pudiste Hacerme Esto!- se safó de su hermano, caminó los pasos que la alejaban del ojiverde y le plantó una bofetada dejándolo peor de lo q estaba, entonces se volvía hacia la ojimiel viéndola con intenso odio- ¡Y Tú Eres Una Hipócrita, Ruin y Falsa Cualquiera!.-gritó empujándola- ¡Ey Cuidado!-exclamó con susto Luna y sostuvo a la de rulos q se tambaleó peligrosamente- la pelirroja salió corriendo.
- ¡Ginny, Espera! -exclamaba la castaña y la seguía.
- ¡¡Hermione!! -gritó el de gafas.
- ¡Harry, déjalas! - atinó a detenerlo la rubia, que estaba tan sorprendida pues era lo último que esperaba en el día.
- ¡Por Favor Luna, Cómo Me Pides Eso! -replicó pero Ron también lo había sujetado.
- ¡Sólo hazlo, Quédate aquí! -ordenó la ojiazul e intercambió una mirada cómplice con el pelirrojo, éste asintió. Luna salió corriendo de inmediato pues para como estaba Ginny era capaz de volver a empujar a la ojimiel, y eso sería peligroso para su amiga.
- Tranquilo amigo. Luna tiene razón, es mejor que te quedes. Además Hermione sabrá qué hacer, tienen que hablar -le decía el ojiazul viéndolo de frente. -Resignado e impotente se contuvo... Todos los que habían presenciado la escena estaban tan sorprendidos que no podían dejar de ver a los dos chicos que aún estaban parados en medio del pasillo principal que dividía el gran comedor. Para empeorar la situación Draco se acercó al ojiverde, él también había visto todo. Harry trató de ignorarlo y Ron se puso a la defensiva viéndolo retador, pero el Slytherin no parecía tener intenciones de pelear sin embargo tenía una sonrisa fría y presuntuosa que expresaba en su rostro una radiante alegría.
- ¿Quién es el patético ahora, Potter? -sólo dijo eso y se alejó riendo burlonamente. Harry apretó los puños y cerró los ojos, Ron iba a seguir al rubio pero el de gafas lo evitó.
- ¡Y ustedes qué miran! -gritó con enfado el pelirrojo pues los estudiantes aún seguían con la vista fija en ellos.
Aunque dejaron de verles rápidamente comenzaron a cuchichear de todo lo ocurrido.
*-*-*-*-*-*-*-
Hermione alcanzó a Ginny en el pasillo del salón de Transformaciones.
- ¡Ginny, Espera por favor! Necesitamos hablar... -gritó con suplica.
- ¡Yo No Tengo Nada Que Hablar Contigo! -exclamó con desdén sin voltear a verle siquiera.
- Claro que sí -la sujetó de la muñeca.
- ¡Suéltame, No Quiero Que Me Toques! - se detuvo para quitarse la mano de la chica con brusquedad - ¿Y de qué tenemos que hablar tú yo? De lo hipócrita que has sido todo este tiempo - soltó con ironía y luego volvió a avanzar dándole la espalda.
- ¡Sólo escúchame! -pidió.
- ¡No Quiero Escucharte! -cortó fría.
- ¡Ginevra, Me Escucharás Quieras O No! -exclamó subiendo el tono de voz y se puso en frente impidiéndole el paso, ya estaban frente a la puerta del salón de McGonagall y toda la clase de 6° año Gryffindor y Slytherin había salido debido a los gritos de la discusión.
- ¡QUÍTATE DE MI CAMINO AMIGA TRAIDORA, OPORTUNISTA ROBA NOVIOS! -gritaba con ira, la tomaba de los hombros y la empujaba hacia un lado con una fuerza brusca causada por el enojo.
- ¡Ginevra Weasley No Te Atrevas!, ¡Ella Está...! -exclamó entre asustada y amenazante la rubia, que había llegado justo a tiempo alcanzó a sujetar a Hermione antes de que llegase al piso y amortiguó la caída. Sin embargo tuvieron que acomodarse prácticamente sobre el suelo.
- ¡¡Luna!! -chilló ésta poniéndose más pálida, la ojiazul se mordía los labios antes de meter la pata, la pelirroja por lo alterada que se encontraba no hacía caso del hecho.
- ¡Si Tanto La Quieres, Llévatela! Y Ojalá No Te Arrepientas Demasiado Tarde De Ser Su Amiga Porque Te Quite A Mi Hermano -acentuó con amargura.
- Ginny... -susurró sin aliento la ojimiel.
- ¡NO VUELVAS A NOMBRARME! -gritó viéndola con rencor -¡Ya Ganaste Hermione, Que Te Disfrute Salir Con Harry Potter! -la miró con odio pero su voz se escuchó con un dejo de dolor. Todos los alumnos de su clase y hasta la profesora McGonagall pasaron su vista de la pelirroja a la castaña, veían a la primera con compasión y a la segunda con incredulidad indignada.
- ¡Tú Eres La Ruin y Falsa, Ginevra! -exclamó con rabia Luna.
- Todos adentro, ¡Ahora! -ordenó la profesora y jaló a Ginny, la clase completa entró en el salón y mantuvieron un silencio incómodo sin dejar de ver a la pelirroja. McGonagall cerró la puerta. La rubia seguía con la mirada clavada en esa dirección y murmuraba enojada, Hermione negaba e intentaba ponerse de pie pero debido a la debilidad se iba para atrás y Luna se alarmaba. En eso llegó el ojigris, sorprendiéndolas.
- ¡¿Jane, Estás bien?!... -preguntó precipitado, arrodillándose a su lado.
- Sí -respondió la chica, pero en realidad es que estaba muy mareada y tenía ganas de vomitar.
- ¡Esa Pecosa Mala Amiga, Me Las Pagará! -asentó la Ravenclaw con tono peligroso.
- Luna... -regañó ella con voz débil.
- ¡Se atrevió a empujarte dos veces, Hermione! Piensa, si te lastima
¡Lo Lastima A Él! -expresó su indignación y la vio con reproche incrédulo.
- ¿A él? -musitó el rubio receloso.
- Ah... eh... Sí a Harry, porque todo lo que le pase a Her a él le afecta también -se apresuró a decir, la verdad de las mismas ganas de regañarla se había olvidado del Slytherin.
- Ah ya sí claro, sobretodo a Potter. No me hagas reír, Lovegood -soltó con sarcasmo y se rió ácidamente. Luna le lanzó una mirada fulminante, cual quisiese hacerle un hechizo para que se esfumase. Comenzaba a ponerse de pie y ayudaba a la de rulos a pararse con ayuda del ojigris, aunque no le gustase la idea lo importante ahora era su amiga.
- Herm, mejor regresemos al gran comedor; necesitas comer algo... Le hará, digo te hará daño -titubeó apunto de meter la pata de nuevo, la verdad es que estaba muy nerviosa; la castaña sudaba más por esas mismas imprudencias. El rubio frunció el entrecejo.
- No, Mejor volvamos a la torre. No me siento bien y allá abajo todos comenzarán a hacer preguntas -le decía la ojimiel, respirando con cierta dificultad.
- Tienes razón -asintió - Aunque en cuanto lleguemos regreso por comida -agregó con voz resuelta.
- Yo voy con ustedes -se apresuró a decir Draco.
- No -atajó la rubia y lo empujó.
- Tú no eres nadie lunática, para obedecerte -inquirió con voz fría.
- ¡Ya Basta! -estalló la chica de cabellos castaños recuperando el aliento momentáneamente, y caminó decidida a dejarlos discutiendo. Los dos rubios la quedaron viendo sorprendidos.
- ¡Herm!, ¡Jane! -le hablaron.
- ¡Qué! - ella regresó a verlos y mantuvo su vista fija en ambos pero de pronto su visión se hizo borrosa y sintió que todo se oscurecía. Afortunadamente Draco se apuró a agarrarla, y que el mareo fue pasajero.
- Ves, te dije que necesitas comer algo -recriminó Luna poniéndose más nerviosa por cómo el Slytherin vio a Hermione; como si tratase de descubrir algo.
- Ya te dije, acompáñenme a mi habitación. Y me vas a llevar el desayuno, ¿no? -dijo intentando sonar normal pese a los nervios, y rogando para sus adentros que Draco no sospechase nada. Luna afirmó, apenas avanzaron unos pasos con el rubio a lado.
- Ah y la cosa ésta, ¿viene o qué?-preguntó despectivamente mirando al rubio.
- No sobrepases mis límites, Lovegood -apretó los dientes y la vio con peligrosidad, Luna mantuvo su mirada desafiándole; pero antes de que alguien dijese algo más la Profesora McGonagall salió del salón de transformaciones con un aire serio e imponente. Los tres chicos comenzaron a caminar, cuando ella los nombró.
- Miss Lovegood, usted tiene pociones. Vaya a su clase por favor -ordenó, la ojiazul negó con rotundidad. Así sonase egoísta y le restasen puntos a Ravenclaw por su desobediencia para ella era primero su amiga.
- Lovegood, no querrá que le mande un reporte, ¿verdad? -preguntó tensa.
- Ve Luna -exclamó la ojimiel.
- Pero Herm no puedo dejarte aquí, así... -replicó. Hermione le vio suplicante.
- Está bien -aceptó contra su voluntad, intercambió una mirada de desacuerdo respecto a eso con la castaña y se marchó. Draco y Hermione la vieron alejarse.
- Malfoy, Granger -la profesora se dirigió a ellos, aunque su mirada se notaba con dureza al ver a la de rulos.
- Mande... -respondieron.
- Ustedes tienen transformaciones conmigo la próxima hora, ¿No piensan entrar? Desean restarle puntos a sus casas -dijo con seriedad.
- ¡No, pero Jane se siete mal! -soltó altanero Draco.
- Ah vaya, si miss Granger se siente mal -titubeó al ver la palidez de la chica, pese a eso no dejaba de mirarla inquisidoramente.
- ¡Oiga, ella es la mejor de la clase y jamás le ha fallado a la misma! - gritó con enojo.
- Cuide su tono y Guarde su respeto señor Malfoy, aún soy su profesora -le regañó sobresaltada por la reacción del chico - Y sí, reconozco que ella es mi mejor alumna -admitió sin ver a ésta.
- Entonces... -comenzó con tono desafiante el rubio.
- Miss Granger, Vaya a la enfermería y que la revise madame Pomfrey -se dirigió a la castaña, quien recuperaba color pero aún tenía expresión de estar a punto de desvanecerse.
- ¡¿Y cree que la voy a dejar ir sola?! - exclamó indignado.
- Que el señor Malfoy la acompañe -agregó intentando no alterarse - Sólo por esta vez no le restaré puntos a Slytherin, señor Malfoy. Debido a la delicadeza del asunto -al decirlo veía a Hermione, luego se dio la vuelta y regresó al salón.
Hermione con ayuda de Draco caminaban hacia las escaleras, iban a doblar por el pasillo cuando de esa dirección llegaron corriendo Harry y Ron que casi chocaban con ellos.
- Hermione... -susurró el ojiverde viéndola con angustia. No sabía cómo estaban las cosas con ella, y si el beso robado de la pelirroja había vuelto a arruinar su relación con la castaña. - Ella lo miró sin decir nada - Harry vio al rubio con recelo, pero no le daría oportunidad a los celos estúpidos que pudieron haber intentado hacer presencia para empeorar la situación, mucho menos le regalaría ese gusto a Draco. Confiaba en ella así que los reprimió.
- ¡Fíjense Por Dónde Van Idiotas, Casi La Tiran! -se quejó a gritos el ojigris.
- ¿Hermione, qué pasó? -preguntó precipitadamente el pelirrojo, lanzándole una rápida mirada de desprecio al Slytherin y tratando de ignorarlo.
- Chicos... -comenzaba ésta viendo todo como si fuese un espejismo, el mareo le había vuelto.
- ¡Jane Necesita Atención Urgente, No Se Siente Bien! -exclamó y les veía con el mismo desprecio que le había visto Ron, como bichos que se habían atravesado en su camino.
- ¿Her, quieres que te llevemos a la enfermería? -preguntaba el de gafas alarmado.
- Ahí Nos Dirigíamos Cuando Ustedes Se Nos Atravesaron. ¡Así Que Háganse Aun Lado, Nos Quitan El Tiempo! ¡¡ESTORBAN!! -gritó viéndolos fulminante y amenazador.
- ¡Cállate Soquete! -Ron había perdido el control y lo jaló por el cuello de la camisa azotándolo contra la pared, alejándose así unos pasos de Harry y Hermione.
- ¡Estúpida Comadreja! - el rubio apretó los dientes, se safó con brusquedad viéndole peligrosamente y también lo tomó por el cuello del uniforme.
- Draco, por favor... -pidió la ojimiel, apenas y su voz se escuchaba.
- ¡Tienes suerte, ahora lo que importa es ella! - Ron abrió mucho los ojos sorprendido, Draco se contuvo las ganas de golpear al ojiazul y le dio un empujón para regresar a lado de la de rulos, pero el pelirrojo se atravesó viéndole retador.
- ¡No te tengo miedo intento de mortífago, Cuando quieras! -retó entre dientes, el rubio le sostuvo la mirada.
Al mismo tiempo:
- Hermione, qué
-se precipitó a tomarla de la mano antes de que Draco regresase hasta ella, agradeciendo el tiempo que le daba su amigo. La chica lo vio fijamente y respiró con profundidad.
- Harry busca a Ginny, habla con ella. Nosotros hablaremos más tarde, permite que Draco me acompañe a la enfermería. Por favor confía en mí... -le dijo en susurro sin dejar de verlo, esa mirada transmitía más que las palabras que pudiese haberle dicho. Harry asintió más tranquilo, al parecer Hermione no estaba enojada con él. La castaña apretó su mano unos instantes pero luego la soltó, Draco llegó hasta ella y la volvía a sujetar por la cintura.
- ¿Será que nos podemos ir? -acentuó con sarcasmo y lanzándole una mirada ácida al ojiverde.
- ¡Nosotros la llevamos! -exclamaba el pelirrojo.
- ¡Esto es grave, Weasley! -estalló el rubio poniéndose más rojo.
En eso se escuchó el sonido de campanadas que indicaban el cambio de clases.
- Ron, Hermione va con él -intervino el de gafas intercambiando una mirada con la de rulos.
- ¿Qué?, ¿Cómo? ¡Harry Estás Loco! ¡¿La dejarás ir con él?! -chilló viendo a su amigo como si estuviese demente, el chico asintió a su pesar. Ron abrió la boca con incredulidad cual le hubiesen vaciado un balde de agua helada.
- ¡Es Malfoy!, ¡La Serpiente Asquerosa! -exclamaba desesperado, como si quisiera convencerlo de algo que ya sabían obvio y Harry no se diera cuenta. Draco contuvo sus ganas de estrangularlo.
- Él la acompañará -asentó apretando los puños dentro de sus bolsillos.
- Pero... -le vio indignado e intentaba alegar más.
- Ya escuchaste, Weasley -dijo el ojigris embozando una sonrisa de triunfo.
Cerca se escuchaban los murmullos de las voces del resto de sus compañeros que se dirigían a la clase de Transformaciones.
- Los espera McGonagall -les dijo el rubio con voz burlona. Ron tuvo que contenerse mucho, aunque estaba a punto de írsele encima Harry lo detuvo, Hermione se alejó con Draco, los vieron doblar el pasillo.
En las escaleras al pasar a un lado de ellos todos mantuvieron un silencio desértico y los miraron indiscretamente. El Slytherin los vio fulminante y ella respiraba tratando de ignorar esas miradas curiosas e inquisidoras.
- ¡Se te safó un tornillo!, ¡Cómo pudiste dejar que Presumido Malfoy se saliese con la suya! -regañaba y se quejaba el pelirrojo.
- No se trata de eso Ron, lo que más importa es ella -Harry estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural por no arruinar las cosas, pero no le hacía nada de gracia que su novia se hubiese marchado con el ojigris; y para colmo que se sentía mal.
- Por supuesto. Por eso mismo no te entiendo, se fue con el enemigo. Prácticamente la dejaste en manos del peligro -soltó exasperado.
- Luego te explico -cortó, el ojiazul quería seguir la discusión cuando del salón de transformaciones comenzaron a salir los de sexto quienes al ver a Harry comenzaron a cuchichear sin quitar la vista de él.
- ¡Qué ven! -inquirió de malas pulgas el pelirrojo, éstos negaron y avanzaron más aprisa. Su hermana salió al último con un grupito de chicas que miraron al ojiverde como si fuera un bicho repugnante, de inmediato rodearon a la pelirroja cual la protegiesen.
- ¡No puedo creerlo Harry! -chilló una chica de pelo arenoso.
- ¡Eres despreciable! -exclamaba otra de ojos cafés.
- ¡Tarado!, ¡Cómo pudiste cambiarla por esa ratona de biblioteca! -soltó con desdén una tercera, de cabellos negros y ojos azules que portaba el uniforme de Slytherin. A Ron eso le sorprendió bastante, su hermana tenía amigas en la casa de Salazar Slytherin.
- ¡Infiel y estúpido! -expresó otra chica rubia de la misma casa.
- ¡Mejor Cállense, No hablen de lo que no saben, tontas! -intervino con enfado el ojiazul y jaló a su amigo que estaba aturdido.
- ¡Ronald, es tu hermana! - chilló indignada la misma chica de ojos color café, y abrazó a Ginny.
- Déjenlo chicas, sabía que estaría de su lado -les dijo con una vocecita dolida, Ron le lanzó una mirada fulminante.
- Ginny, Debemos hablar -atajó el de gafas que desde hace rato se contenía por no gritar.
- Ah, y todavía tiene el descaro - exclamó incrédula y sarcástica la Slytherin de ojos azules.
- Yo no quiero hablar contigo, ¡Vete Con Esa Traidora! -negó la pelirroja.
- Basta de mentiras, ¡Tú sabes cómo son las cosas! -estalló enojado, la chica parecía querer hacerse la víctima y eso no del todo era así. Estaba de acuerdo que él la había ilusionado al declarársele, pero después ella se enteró de la verdad y aún así continuaba actuando de aquella forma.
- ¡Yo no sé nada! - gritó - ¡Sólo que me pusiste el cuerno! - sentenció derramando lágrimas.
- Ay Harry, Tú no conoces a mi hermana. Así no resolverás nada -intervenía el pelirrojo negando y se adelantaba hacia el grupito de chicas. Éstas le vieron temerosas sin embargo no desistieron, al contrario las dos de Slytherin le vieron desafiantes. Ron no se intimidó y jalaba a su hermana de entremedio de ellas que estupefactas no sabían qué hacer. Si lanzaban hechizos tal vez empeorarían la situación o lastimarían a su amiga y hasta las podían castigar.
- ¡Tú vienes con nosotros! -decía imperativo y comenzaba a caminar.
- Ey... -se quejó jaloneándose -¡Suéltame, Ron! -forcejeaba para safarse, su hermano la estaba lastimando por la fuerza con la que la sostenía del brazo. Harry no dudó en seguirlo, cuando iban a doblar el pasillo vieron venir a sus compañeros y descubrieron que éstos habían escuchado todo desde ahí. Ellos comenzaron a avanzar rápido hacia el salón de Transformaciones.
- ¡Profesora, se la llevaron! -gritaban alteradas las chicas a McGonagall que había salido del salón. La profesora las vio, trató de tranquilizarlas y se dirigió a los de séptimo.
- ¡Qué hacen ahí parados! ¡Adentro, ya! -ordenó a sus alumnos - ¡Potter, Weasley! -gritó, Ron no volteó a ver convencido de que se había metido en un problema pero eso lo afrontaría más tarde. Harry decidido tampoco regresó a ver y apuró el paso. Ginny seguía forcejeando y arrastraba los pies para retenerse del suelo.
- ¡Ya verán! -se escuchó la advertencia de la profesora pero ellos ya habían doblado el pasillo de transformaciones.
*-*-*-*-*-*-*-*
Draco y Hermione casi llegaban a la enfermería, aunque la castaña ya sabía a la perfección porqué sentía aquellos malestares. Además la señora Pomfrey seguramente también lo sabía, después de todo ella le había practicado las pruebas y supo los resultados...
Mientras la chica pensaba en qué haría para que el rubio no se diese cuenta de su estado cuando la enfermera la revisase o le dijese que era más que lógico porqué sentirse así.
Iba tan absorta en sus pensamientos que no se percataba de que ya habían llegado hasta que una fría voz la sacó de su ensimismamiento...
- Mira nada más Pansy, ¿puedes creerlo?... ¡Es Draco! -exclamó una chica de cabellos caoba y ojos azules, entre una mezcla de asombro y burla.
- Sí, y no me interesa verlo -dijo fríamente la Slytherin. Sin embargo a su parecer de Hermione, Pansy se había puesto pálida y nerviosa al ver a Draco.
- ¡Qué descarado! -chilló escandalizada la de cabellos caoba - Se necesita ser más idiota para salir tan pronto con la sangre sucia ésta -agregó despectivamente, viendo a la castaña con asco.
- ¡Cállate, Claire! -exclamó apretando los dientes el ojigris y viéndola amenazadoramente.
- Malfoy en el fango -soltó cantarina - Ya quiero ver la cara de tu padre cuando lo sepa -acentuó burlona y con suficiencia.
- No me detendré a ver la bacteria que se atraviesa en mi camino, ah Tylor? -el rubio le lanzaba una mirada de desprecio y tomaba a la ojimiel de la mano avanzando hacia la entrada de la enfermería.
- Ay imbécil, si supieras por qué estamos aquí -soltó amarga, la sonrisa de burla que tenía la chica de ojos azules se borró instantáneamente.
- Ya lo sé -dijo rápido, Claire lo vio impactada. Hermione observó que no eran ideas suyas, Pansy había abierto mucho los ojos y se ponía más pálida.
- Porque se te secaron las pocas neuronas que tenías y viniste a ver si te las podían reponer - dijo Draco riendo con burla, él no se había percatado de la reacción de su ex-novia. Antes de que Tylor reclamase él agregó.
- Olvídalo Claire, la magia hace cosas sorprendentes pero no milagros como ese -reía triunfal.
- Estúpido, venimos porque Pansy está... -se había puesto muy roja y veía al rubio con cara de estrangularlo.
- Estoy enferma -intervino con presura - Y no me interesa tener la lástima de alguien como Draco -atajó fríamente y le echó una mirada de odio a la chica de rulos. El ojigris se ponía frente a la castaña por si alguna de las dos Slytherin tenía intenciones de lastimarla. Pansy sonrió ácidamente viendo al rubio con desilusión y repugnancia.
- Vámonos, Claire. Es al revés la bacteria aquí es ella -le decía a su amiga una vez que se habían dado la vuelta.
- ¡Cuidado con lo dices, Parkinson! -gritó el rubio con amenaza.
- Draco, ya -pidió Hermione, hablando por primera vez.
- Perdóname Jane, tú eres la única importante aquí -se disculpó.
Pansy y Claire no regresaron a ver, aunque Tylor tenía intenciones.
Cuando entraron a la enfermería la señora Pomfrey caminaba acomodando pociones en un estante y murmuraba con mucha indignación frases como: Nunca en mi vida me lo hubiese imaginado
y ¡Haberse visto cosa semejante antes en Hogwarts!
- ¿Madame? -preguntaba vacilante Hermione.
- Y aquí llega una de las causas. Miss Granger -murmuró con cierto sarcasmo.
- Jane se siente mal -dijo el rubio, viendo a la enfermera como si pensase que estuviera loca.
- Que se siente mal -soltó sarcástica la señora Pomfrey. Draco desconcertado frunció el entrecejo con cierta molestia.
- ¿Ha descansado bien?, ¿ya desayunó? -le preguntó a la de rulos.
- No -titubeó.
- Entonces cómo pretende no sentirse mal -le llamó la atención.
- Le recuerdo que ya sabe lo que...
- Sí, sé lo que me está pasando. Gracias Madame -respondió ácida. Daba la impresión de que la enfermera estaba molesta con ella así que era mejor irse, después de todo quizás pensara que había sido algo tonto haber ido por un mareo ya que serían síntomas continuos y no se la iba a vivir en la enfermería. Jalaba al rubio de la manga de la túnica para dirigirse a la salida.
- ¡Ey, un segundo! ¿Jane, no te va a revisar? -preguntaba, Her negó. El ojigris sorprendido, se enojó - ¡Oiga, es su deber atenderla! Para eso le pagan, ¿no? -exclamó altanero.
- Mire señor Malfoy, a mí no me va a venir a dar órdenes. ¿Entendió? -lo miró con severidad.
- Vaya a desayunar y luego a descansar. Nada de estrés, señorita Granger. Nos vemos aquí a las seis -decía imperativa y se daba la vuelta a seguir acomodando los medicamentos.
- ¡Pero no puedo irme a descansar, tengo Clases! -exclamaba repentina. Madame Pomfrey la regresó a ver con los ojos desorbitados cual la chica hubiese dicho una barbaridad. Luego habló con un tono intencional.
- Usted sabe qué es más importante, si sus clases o su... -Hermione abrió los ojos con susto - Salud -terminó la frase.
- Yo hablaré con el profesor Dumbledore. ¿Usted ya lo hizo?
- No -negó aún temerosa por las indirectas de la señora. El rubio presenciaba todo con desconcierto.
- Pues no se tarde, entre más lo haga más se arriesga a que le suceda algo a su... -la ojimiel contuvo la respiración y cerró los ojos preparada para escucharla - Persona -finalizó la enfermera. Abrió los ojos, soltó el resuello y asintió; tomó de la mano a un Draco muy confundido, quien ya no dijo nada y la siguió.
I'm not a girl (No soy una niña)
Not yet a woman (Ni aún una mujer)
All I need is time (Todo lo que necesito es tiempo)
A moment that is mine (Un momento que es mío)
While I'm in between (Cuando estoy entre medio)
I'm not a girl (No soy una niña)
Not yet a woman (Ni aún una mujer)
*-*-*-*-*-*-*
Notas de la autora:
Ojalá y les guste, la letra es de una canción de Britney Spears
Próximo Cáp.- Que Me Alcance La Vida - De Sin Bandera
Dedicado a todos los fans de HarryHer
Anyeli Potter Granger
Cuando se hubieron alejado considerablemente del salón de Transformaciones Ron se detuvo y soltó a Ginny, quien dejó de jalonearse y se frotó el brazo.
- ¡Esta me las pagas, Ronald! -amenazó viéndolo con rencor.
- Ya sí claro, hermanita -dijo sin intimidarse, se acercó a su amigo.
- Harry, estaré cerca -le dio una palmada de apoyo y se alejó.
Ginny se cruzó de brazos, su expresión era de enojo total.
- Ginevra, Ahora Sí Que Me Escucharás -comenzó el ojiverde, quien también estaba molesto. Ella lo miró asesinamente.
- Por Qué Te Comportaste Así Esta Mañana, ¡Por Qué Te Haces La Víctima! -reclamó con cierto tono, pero luego lo bajó a normal. Acepto, me equivoqué al pedirte salir conmigo, pero es que...
- ¡No Fue Una Simple Equivocación! Harry, Me Engañaste, Me Mentiste. ¡Tú Me Mentiste! Y Lo Peor, Delante De Mis Padres y De Mis Amigas -reclamaba acusándole.
- ¿Tus amigas? -decía sorprendido.
- Sí -afirmó ácida - Ellas estaban en el pub el sábado, y...
- ¡Por Ellas Todo El Colegio Sabe Lo Que Dije! -exclamó apretando lo puños.
- Sí, Menos mal que se fueron antes de que tú salieses detrás de ella. Imagina la vergüenza que hubiese pasado porque sería la utilizada para darle celos a alguien -continuó, apretando los dientes.
- ¡Ah! y para ti es más fácil colocarte en el papel de la víctima -ironizó Harry.
- ¡Soy la Víctima! -atajó dolida.
- Sí, Pero No La Novia A La Que Le Pusieron Los Cuernos -el chico ojiverde estaba perdiendo el control, por ese mal entendido las cosas se estaban complicando.
- No, si al único que le pusieron los cuernos fue a ti -soltó una risilla fría y burlona.
- ¡Eso Sí Es Una Vil Mentira! -estalló.
- Pues el sábado Ron dijo lo contrario -decía sobresaltada por la reacción del chico.
- Mira, Mis Celos Estúpidos. ¡Son Eso! -asentó, Ginny hizo una mueca de fastidio.
- ¡Como sea, me utilizaste! ¡Y Hermione me traicionó! -acentuó con resentimiento -Porque ella sabía a la perfección lo que sentía por ti, tuvo el cinismo de prometerme ayudarme a conquistarte. Lo mantuvo todo este tiempo, y si no fuera porque Ronald habló demás
continuaría siendo su ¡BURLA! -le gritó mirándole amenazante.
- Hermione no tenía por qué ayudarte a nada. Bien hubieses podido decírmelo tú -gruñó
- ¡Te lo dije! -chilló indignada y lo empujó.
- Pero yo ya salía con Hermione -se detuvo de la pared pues se tambaleó y se reincorporó.
- S-a-l-í-a-s, Porque ya no. Ron lo dijo -terció recalcando.
- Gracias a ti -le decía con mucho sarcasmo.
- Ah ok -arqueó las cejas y embozó una discreta sonrisa de satisfacción.
- Ginny, Escucha. Yo no pretendí lastimarte... -la chica exhaló un bufido irónico - Esto se salió de control, me enteré de lo que sentías por mí cuando Hermione y yo nos dijimos lo que sentíamos uno por el otro -la pelirroja puso los ojos en blanco e hizo una mueca ácida. - Ella me pidió tiempo, No quería perder tu amistad y mucho menos deseaba herirte -explicó, aunque en realidad no sabía si tenía caso.
- Ah claro, y se le hizo más cómodo engañarme siendo hipócrita - soltó con desprecio y continuaba subiendo tono de voz, y apretando los dientes -Mientras A Mí Me Decía Que Me Iba A Ayudar A Conquistarte, Contigo Se... - Harry abrió mucho los ojos - Salía -completó la pelirroja.
- Mira, Amo a Her -expresó, conteniéndose las ganas de gritarle por cómo se dirigía a la castaña. La chica volteó para el otro lado, esa declaración en el fondo le dolía.
- Y sí, cometimos el error de dejar pasar el tiempo y no ser sinceros contigo... -dijo con culpabilidad.
- ¡Te Lo Di A Entender Varias Veces, De Mil Formas Distintas! Tú Sabías Que Me Gustaste Desde Que Te Conocí. Incluso Antes De Eso -gritó derramando las lágrimas que se había estado conteniendo.
- Ginny, No es lo mismo gustar que amar -atajó, luego desvió la mirada - Eso... Eso es lo que yo aborrezco de las personas, ¡Que Me Vean Con Lástima! ¡Como El Pobre y Estúpido Héroe! -el ojiverde ya no podía controlarse.
- Pero Hubiese Podido Amarte y Tú A Mí -espetó.
- Tú misma me acabas de dar la razón, No me amas. Soy una simple atracción - la pelirroja volteó la cara, él apretó los labios e intentó tranquilizarse -Tal vez en una relación deba haberla... -pero ella interrumpía.
- ¡Soy Bonita! Cualquier chico moriría por salir conmigo, ¡y yo te elegí a ti! -declaraba con reclamo.
- Eres muy bonita sí, pero el amor es algo más profundo que la belleza externa. Está basado en la amistad, compresión, ayuda, conocimiento... Y eso Ginny, es lo que menos tenemos tú y yo. No me conoces, no sabes nada absolutamente de mí. De todo lo que soy, lo que guardo. No lo que aparento o lo que ven de mí -quería hacerla comprender.
- ¡Lo Sabría Si Me Lo Dijeras! -alegó. Harry quería gritar pero se contuvo y suspiró.
- Ginny, simplemente no pasó nada y ya -asentaba.
- Y con Hermione sí, ¿no? -acentuó fría.
- Ella comenzó como mi amiga, lentamente me conoció. Vivió conmigo mis alegrías, mis sufrimientos... Estuvo a mi lado en todo -cerró los ojos y cada momento vivido con la de rulos apareció cual flash back's, algo pasaba en su interior.
- ¡Yo También Estuve A Tu Lado, También Viví Cosas Contigo! - recalcó con reproche.
- Ginny, jamás te interesaste por saber más allá de lo que veías -atajó enfadado.
- TÚ NO ME DEJASTE, ESTABA ELLA DE POR MEDIO -gritaba y un brillo que daba miedo se reflejó en sus ojos.
- Me enamoré de Hermione sin darme cuenta, y a ella le ocurrió igual. Nadie lo planeó, nadie lo buscó. ¡Sólo Se Dio! Entre nosotros nació algo tan profundo que ni mil palabras sobre el universo podrían describirlo -apretó los dientes, ya no podría continuar soportando que la pelirroja se estuviese comparando y cuestionando lo que había entre él y Hermione.
- ¡Ay qué cursi! -se burlaba con una melosa acidez.
- Ginevra, No Lo Entenderías. ¡Ella Es Mi Mundo! -exclamó bastante furioso, pero lo disimuló - Lamento Que Las Cosas No Saliesen Como Tú Las Esperabas.
- No lo lamentes, y no hacía falta que me pidieses disculpas. ¡Que les disfrute! Claro, apuesto que después de esa falsa declaración corriste y le pediste perdón, y ella te perdonó por su profundo Amor -finalizó con la misma melosidad ácida.
- ¡Hermione y yo volvimos porque nos AMAMOS! -estalló nuevamente.
- ¡Pues Felicidades! -le gritaba en la cara y se daba la vuelta para irse.
- Ginny no te puedes ir hasta que... -la detenía del brazo - ¿Hablaste con ella? -soltó de repente.
- NO TENÍA POR QUÉ ESCUCHAR SUS ESTÚPIDAS EXPLICACIONES -se jaloneó.
- ¡GINEVRA! - resonó la voz de Ron, que se encontraba parado al final del pasillo.
- Espero No Encontrarme A Menudo Contigo Ni Con Ella. Aunque Eso Será Imposible -lo miraba como bicho - Otra Cosa, No Vuelvan A Mi Casa. Mínimo Por Dignidad. Con Mi Hermano El Traidor De Su Parte Les Basta, ¿No? -vio al pelirrojo y luego nuevamente a él.
- Eres tan infantil -musitó el de gafas.
- ¡Vete Al Diablo! -exclamó enojada y se marchaba. Iba con los ojos muy rojizos y el rostro sudado. Al pasar junto a Ron lo empujó, éste la vio y puso los ojos en blanco negando.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Ron se había acercado a Harry y dicho que su hermana estaba muy loca, luego se abstuvo de hacer más comentarios. Cuando se dirigían a la torre de los prefectos se cruzaron con Luna al final de las escaleras.
- Luna - le hablaba el pelirrojo.
- Ron - lo veía la chica sonriendo.
- ¡¿Y Hermione?! -preguntó precipitado el ojiverde.
- Hola, Harry -saludó la rubia, seria y frunciendo las cejas.
- Perdón -se apenó por interrumpirlos, en verdad sus amigos habían tenido que dividirse para estar con él y con Hermione. Y no habían podido pasar tiempo juntos.
- Tranquilo -sonrió comprensiva, él sonreía vacilante.
- La dejé en su cuarto.
- ¡¿Con Draco?! -exclamaron al unísono el de gafas y Ron.
- No, del Desabrido me deshice hace rato -dijo embozando una sonrisita, como si estuviera satisfecha de haberlo hecho.
- Por qué no subes y la acompañas. Yo voy a dejar estos platos a las cocinas - tambaleó la charola que cargaba y le lanzó una mirada pícara.
- ¿Me acompañas, Ronnie? ¬- Harry alcanzó a ver cómo le guiñó un ojo al pecoso.
- ¡Claro! - asintió Ron sonriendo, la azul mirada se le iluminó aunque se había puesto algo sonrojado. Se ofreció a cargar la charola.
- Pues vámonos - caminó despidiéndose de Harry con un movimiento de su mano y a él también le guiñó el ojo. El ojiverde negaba sonriendo por el gesto de la rubia, y comenzaba a subir las gradas que conducían a la habitación de Hermione.
Tantos momentos de felicidad,
Tanta claridad y tanta fantasía.
Tanta pasión, tanta imaginación
Y tanto dar amor hasta llegar el día.
Tantas maneras de decir te amo,
No parece humano lo que tú me das.
Mientras subía, los rayos de sol reflejaban colores que se filtraban por los vitrales que se encontraban en la ventana de las escaleras de caracol; se detuvo y suspiró. Había valido la pena enfrentarse al mundo, ¿por ella? La respuesta la sabía a la perfección, su corazón no le podía mentir...
A pesar de que todo ese tiempo se estuvo quejando y cometiendo errores en su relación, se daba cuenta de que mantenerla oculta tampoco había sido fácil para Hermione. Sin embargo ella había cedido a muchas de sus locuras, le había obsequiado tantos momentos de felicidad... Y él había dudado de ese amor, si existen tantas maneras de decir te amo. La noche más importante de sus vidas la había compartido con él. -sonrió al recordarla - ¡Qué estúpido había sido al reclamarle, y celarla!
Ahora había que ver qué estragos había causado el beso robado de la mañana...
Se paró en la puerta y tocó.
- ¿Her?-preguntó.
- Pasa, Harry -exclamó una voz dulce.
Entró despacio, el ambiente estaba inundado de un fresco aroma a rosas campestres, miel y durazno, que le era bastante familiar. Mientras lo aspiraba caminaba, y se iba a parar justo enfrente de la cama de la chica. Como primera reacción había agachado la cabeza, esperaba que ella dijera algo por lo que pasó en el gran comedor o por qué no esperar a que ella lo buscara.
Cada deseo que tú me adivinas,
Cada vez que ríes rompes mi rutina.
Y la paciencia con la que me escuchas,
Y la convicción con la que siempre luchas.
- Sabía que vendrías... -dijo mientras se acomodaba mejor en la cabecera de la cama.
- ¿Ah sí? -se atrevió a subir la mirada - Sí, pensé que querrías saber de mí -sonrió con una suficiencia traviesa. La expresión del ojiverde se parecía a la de un niño regañado.
- ¿Por qué pones esa carita? - preguntó soltando una risita divertida, Harry frunció la ceja izquierda extrañado por la reacción de la de rulos.
- Es por lo que está pasando... -contestó con voz decaída y volvió a bajar la cabeza. Hermione se había acercado gateando sobre la cama.
- ¿Y qué es lo que pasa? -susurró cerca de su rostro, tanto que sentía su tibio respirar. Ese gesto lo hacía ponerse un tanto nervioso.
- Pues el beso que me dio Ginny, quiero que sepas que yo no...
- Lo sé -interrumpió - Tú no la besaste -el chico sin querer abrió levemente la boca y la veía a los ojos - Pero voy a escuchar tu versión de los hechos, Distinta a lo que me dijo Dennis y lo que alcancé a ver -mantuvo una expresión seria.
- ¿Entonces nuestra reconciliación no se estropeó...? -dijo anhelante, conteniendo la respiración.
- No, pensé que lo habías entendido cuando hablamos -respondía con una sonrisita. Ello parecía haberle devuelto el alma al de gafas. - Es que necesitaba escucharlo... -soltó más relajado.
Harry se sentaba en la orilla de la cama y Hermione escuchaba atenta. Le contó cómo sucedieron las cosas y cómo los demás lo felicitaban por su supuesto noviazgo con la pelirroja; la discusión con Colin, hasta el dichoso beso. El ojiverde pudo notar que la castaña hizo una mueca incómoda pero no le dijo nada.
- Y cuando llegué yo... -comentó la ojimiel.
- Lo sé, me precipité. Pero tenía miedo, me aterraba pensar que de nuevo te iba a perder - la regresó a ver y acarició con cautela su mejilla.
- No te culpes -dijo comprensiva - Aunque era lo que más me temía... -exhaló casi como un susurro lamentable - No precisamente era la forma en la que quería que todos se enterasen de nuestra relación, y que Ginny acabase por comprobarla -bajó un poco la mirada.
- Pero ya debería tenerla más que clara -gruñó él, tomándola por la barbilla y haciéndola verlo.
- Tú tampoco te diste por convencido cuando salía con Draco -soltó sin querer, luego se arrepintió.
- Es distinto en Ginny -dijo, intentando hacer caso omiso del comentario acerca del rubio.
- ¿Por qué? -quiso saber, como bromeando.
- Hermione, no vamos a regresar al tema si ya lo habíamos dejado claro -decía razonable, no creía que por mucho tiempo fuese a resistir hablar de Draco.
- Tienes razón -se disculpó la chica.
- Ahora yo quiero saber -la tomó de la mano y la miró fijamente - Qué te dijo y qué le dijiste a Ginevra cuando la seguiste -su tono fue serio. La castaña parpadeó y mantuvo la mirada fija hacia abajo.
- No se atrevió a empujarte de nuevo, ¿verdad? -preguntaba palpando el terreno.
- No me dejó hablar
Y sí, sí me empujó de nuevo -respondió negando. Harry se incorporó molesto y envió una mirada de hastío hacia la puerta.
- Pero comprende, estaba muy enojada por lo que le hicimos -se precipitó a decir.
- ¡Y lo que nos hizo ella! -exclamó mirando a su novia, dándole a entender que no defendiese a su amiga.
- De todas formas no quería que las cosas pasasen así -lamentó con tristeza. El ojiverde regresó hasta la cama de la chica, y se hincó.
- Hermione... Perdóname -declaró. - Es que después de hablar con la exasperante de Ginny y toparme con el grupo de metiches -exhaló un suspiro - Comprendo que no fue fácil para ti ocultar nuestro amor... Sé que te duele que todos lo descubrieran, y no precisamente de la forma en que querías. Sin embargo no por ellos dejarás que termine, ¿verdad? -la miró directamente a los ojos.
- ¡Por supuesto que no! -aseguró acariciando los cabellos de su novio.
Cómo me llenas, cómo me liberas
Quiero estar contigo si vuelvo a nacer.
- Sería volver a lo mismo, y se supone que juntos vamos a mejorar esta relación -esas caricias y sus palabras le daban toda la tranquilidad que necesitaba.
- ¿Y tú, ya no tienes dudas? -preguntó deteniendo las caricias y viéndole fijamente.
- ¿De que te amo, y de que quiero estar contigo así volviera a nacer? -al oírlo la chica embozó una dulce sonrisa - ¡Lo haría sin dudarlo ni un segundo! -exclamó firme y se ponía de pie, cargándola.
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Y me dé tiempo para regresar,
Aunque sea tan sólo un poco
De lo mucho que me das.
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Para decirte, todo lo que siento
Gracias a tu amor.
- ¡Harry!, ¡bájame! -decía sorprendida y riendo.
- ¡Te Amo!, ¡No sabes cuánto! -decía con voz algo alta.
- ¡Y yo a ti! -besó su nariz.
- Mi vida entera la dedicaré a corresponder a ese amor puro que me das... -susurró antes de posarla sobre la cama, luego él la siguió acomodándose a su lado. Ella lo besaba suavemente pero el beso poco a poco se iba intensificando, el ojiverde la acariciaba en la espalda y la ojimiel entremetía sus dedos en sus cabellos revoltosos. Sin darse cuenta comenzaba a desbrochar la blusa del uniforme de la castaña, la chica sintió el frío contacto de sus dedos sobre la piel de su estomago.
- ¡Harry, no! -frenó la situación, él la vio entre desconcertado y luego apenado.
- Her, lo siento. Dije que te respetaría mientras... -se disculpaba apresurado, se quedaba sentado en la orilla de la cama.
- No, perdóname tú a mí. Sí deseo estar contigo, pero... -decía también ella, luego desvió la mirada y discretamente se puso la mano sobre el vientre.
- ¿Pero? -soltó sin pensar, acariciando sus rulo s- ¡Qué estoy diciendo! -se regañó- Prometí darte espacio, y lo voy a cumplir -se paró de la cama completamente.
- Recuerdas, tú fuiste el que detuvo la situación la última vez -comentaba la chica, dentro de ella estaba ocurriendo una lucha entre morirse de ganas de estar con él y la razón misma le decía que no.
- Correcto, además sigo pensando que mi padre tiene razón en lo que dijo -afirmó.
- ¿Sobre comernos el mundo rápidamente? - se ruborizó, él asintió mirándola culpable. La ojimiel sintió algo muy pesado, ¿sería el momento oportuno para hacerle saber lo que pasaba?
El sentimiento de que no soy yo,
Y que hay algo más cuando tú me miras.
La sensación de que no existe el tiempo,
Cuando están tus manos sobre mis mejillas.
- Harry... -comenzó, quería decirle, mínimo plantearle la idea sobre tener un bebé.
- ¿Sí? -la vio fijamente.
- No, nada
-se arrepentía, sintiéndose cobarde. El ojiverde se quedó extrañado.
- Hermione, desde anoche te noto rara. Ya te había dicho, algo en tu mirar... -dijo acercándose hasta ella y sentándose a su lado.
- Figuraciones tuyas - sonrió nerviosa.
- ¿Estás segura? -preguntó no muy convencido, la chica asintió pero antes de que él dijese algo más lo tomaba por las mejillas y lo besaba. Tal vez con el propósito de hacerlo olvidar el tema. Para Harry el tiempo ya no existía.
- Harry... estoy segura, quiero estar contigo -susurró a su oído, besándolo.
Cómo me llenas, cómo me liberas
Quiero estar contigo si vuelvo a nacer.
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Y me dé tiempo para regresar,
Aunque sea tan sólo un poco
De lo mucho que me das.
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Para decirte, todo lo que siento gracias a tu amor.
- Her... -musitó y comenzó a acariciarla como lo había hecho la noche del partido.
- Te amo, Harry... -exclamó la castaña pero en eso daba un bostezo y de repente sentía muy pesados los párpados, sin darse cuenta ya estaba dormida. El de gafas se quedó desconcertadísimo y al principio se asustó pensando que se había desmayado, sin embargo él también tenía mucho sueño, cosa que le extrañó aún más. Se acomodó junto a su novia quedándose profundamente dormido.
Que me da la luz que hace despertar,
Que me aleja de la oscuridad.
Que me llena de calor el mundo,
Para que no pierda el rumbo.
Se escuchaba el murmullo a lo lejos de una dulce voz, sentía las caricias de sus finos dedos en sus revoltosos cabellos; se fue despertando y se encontró con un hermoso par de ojos marrón. La castaña le sonrió, como una luz tenue y angelical era esa sonrisa... El mejor de los despertares sólo se los podía dar ella, Hermione.
- Perdón, no sé qué pasó
pero de pronto sentí mucho sueño -se disculpaba muy avergonzada.
- Descuida, pienso que esto fue obra de mi papá -sonrió el chico besándola en la frente - Como un aviso de que no era momento -la chica embozó lentamente una tierna sonrisa.
- Pero sabes Hermione, tú y yo nos amamos más allá de lo físico -declaró besando sus labios.
- Harry... -exhaló sin aliento, estaba tan conmovida. Acarició su frente e iba a decirle algo cuando la puerta de la habitación se abría de improviso. Los dos se quedaron petrificados.
- Hermione, tu cita es... -exclamó una rubia - a la seis
-completó muy abochornada por haberlos encontrado en esa situación.
- ¡Luna! -chilló espantada y sorprendida la castaña. Tapándose con la sábana, ya que ella y el ojiverde estaban en ropa interior. En eso un resuello agitado se escuchó y un pelirrojo llegó de las escaleras hasta Luna.
- ¡Oh Por Merlín! Te dije que debíamos esperar -exclamaba con una amplía sonrisa, su tono en vez de sonar apenado se escuchaba divertido - ¿Ya ves? tú tan preocupada y mira aquí tu amiguita bien ocupada -continuaba, con picardía burlona.
- ¡Ron! -gritó Harry, mirándole fulminante por su imprudencia.
- Sorry, hagan de cuenta que nosotros no estamos aquí y sigan pasándola bien -decía jalando a su novia hacia la salida, la ojiazul estaba muy roja de la pena así que ya no pudo decir más.
- ¡Ronald Weasley! -advirtió la castaña desde debajo de la sábana.
- Los veremos más tarde -exclamó lanzándole una última mirada de complicidad pícara a su amigo, y cerró la puerta.
- Ya se fueron... -le susurró metiéndose debajo de las cobijas para avisarle. La chica mantuvo un silencio, aún estaba sonrojada.
- No te preocupes... -le dijo al oído. - Ron y Luna son nuestros amigos.
- No es eso, sólo que... -cerró los ojos y respiró profundamente.
- Es hora de enfrentarlos, ¿verdad? -dijo comprendiendo a qué se refería la chica, sabía que iban a bajar a cenar ya que no podrían ocultarse en esa habitación lo que restaba del curso. No eran criminales, al contrario los malos entendidos propiciados por esos compañeros eran causa de que su amor no se pudiese demostrar abiertamente.
- Hermione, yo voy a estar contigo -aseguró con firmeza, entrelazando sus manos con las de ella. La de rulos lo vio por fin.
- Lo sé, pero ahora que ya todos se dieron cuenta no quiero que ellos intervengan en mis decisiones. ¡No más! -determinó tajante, se ponía de pie enredándose con una de las sábanas.
- Her... -él también se incorporaba y se enredaba con otra sábana por encima de la cintura.
- No sería prudente mostrarnos como una pareja ahora, cual no pasara nada. Porque lastimaríamos más a Ginny... -razonó mirándole fijamente, se había recargado en el pilar.
- Lamento haberlo arruinado -dijo con culpabilidad bajando la cabeza, él estaba sentado en la orilla de la cama. La chica se fue acercando hasta el ojiverde, lo tomó con delicadeza por el rostro y lo hizo verla.
- Pero estoy decidida Harry, en la próxima salida a Hogsmeade tú y yo vamos a ser como una pareja más de novios paseando en las calles del pueblo -asentó con decisión.
- No -exclamó el chico.
- ¿No? -expresó entre asustada y confundida.
- No seremos una más, ¡Sino la mejor! -rodeó la cintura de la castaña con sus manos y la acercó más a él; sin querer la había besado a la altura del vientre, provocando que Hermione se ruborizara - ¡La que está unida por el corazón! -la sorprendió al cargarla por la cintura, elevándola.
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Y me dé tiempo para regresar,
Aunque sea tan sólo un poco de lo mucho que me das.
- Jaja Harry, basta -decía entre risas, el ojiverde la ponía sobre la cama. - Debo darme prisa -se hizo escuchar, aunque no podía articular palabra causa de que él le estaba haciendo cosquillas.
- Claro, tienes una cita -se detuvo - ¿Con quién? -preguntó intentando no sonar muy entrometido, ni mucho menos celoso.
- La señora Pomfrey -contestó algo incómoda, en verdad no quería un sermón pero sí se sentía de cierta manera curiosa e impaciente por saber cómo estaba su bebé. El chico de gafas la miró significativamente.
- Estoy bien -lo tranquilizó, besando fugazmente sus labios.
- No quiero que te enfermes -dijo con tono preocupado.
- Es sólo un chequeo - decía a manera de sin importancia.
- Te sentiste mal en la mañana -interpuso serio, la chica desvió la mirada algo nerviosa. - ¿Fue por lo que viste? -preguntaba creyendo que lo que sucedió en el comedor había sido la causa, aunque en parte tenía que ver.
- Sí, pero ya sabes. Madame Pomfrey -vaciló, agradeciendo la excusa.
- Sí, es exagerada... -recordó que en tercero lo quiso mandar a la enfermería el primer día de clases, y le metió un trozo grande de chocolate en la boca cuando tenía que defender a Sirius. - Pero en este caso no es exageración, si se trata de tu salud -puntualizó apretando levemente su nariz, la chica soltó una risita causa del gesto.
- Te amo, y te juro que nada ni nadie podrá separarnos... -susurró besándola con todo ese amor que sentía por ella.
- Nadie, Harry...
Le pido a Dios que me alcance la vida,
Para decirte todo lo que siento gracias a tu amor.
*-*-*-*-*-*-*-*-*
Notas de la autora: Espero que les guste, a mí me encantó.
La canción es de Sin Bandera.
Dedicatorias y Agradecimientos:
En verdad a cada uno de ustedes les agradezco su tiempo.;)
Gracias y saludos de su amiga
Anyeli Potter Granger
Eterna fan de HHr.
Cómo comenzamos yo no lo sé,
la historia que no tiene fin.
Ni cómo llegaste a ser la mujer,
Que toda la vida pedí.
Un pelirrojo y una rubia caminaban en silencio por los desiertos pasillos de Hogwarts, donde los rayos de luna se filtraban por los ventanales. La chica tenía una expresión ensimismada, aunque una sonrisa que se podía interpretar como de emoción se dejaba ver dibujada en sus labios. Ron contrajo el ceño intentando descifrar lo que pasaba por la mente de su novia que la tenía tan contenta. De pronto ese afán por descubrirlo se convirtió en una observación; ahora que se detenía a mirarla sin que esos ojos azules como el cielo lo llevasen a un mundo de ensueño, sin poder pensar en otra cosa que perderse en su mirar. No se explicaba cómo él, un chico prácticamente superficial en cuanto a chicas se refiriese, había acabado tan enamorado de una chica tan distinta a todas las que habían sido de su gusto. He ahí la respuesta indescifrable, ella no era como todas ésas...
Contigo hace falta pasión,
y un toque de poesía. Y sabiduría
pues yo, trabajo con fantasías.
Ella era Luna Lovegood, tal vez para los demás la extraña lunática, pero él sabía que debajo de esas raras y singulares vestimentas se encontraba un alma tan trasparente como el agua. Era una mágica mezcla de ingenuidad divertida y espontánea, sólo ella era capaz de expresar sin reservas sus ideologías. Con razón estaba en Ravenclaw, su característica sabiduría en todo aquello que decía o hacía. Y desde hace mucho se preguntaba que había hecho él para merecerla. No era más que un distraído y bromista chico pelirrojo, sexto integrante Weasley... Familia rica en afecto pero limitada en economía. -sonrió un poco sarcástico.
- ¿Ronnie? -se hizo escuchar la mística vocecita, parecía que llevaba rato llamándole.
- ¿Sí? -musitó de vuelta a la realidad, clavando con conciencia su mirada en ella.
- ¿En qué pensabas? -preguntó curiosa.
- En que tú y Hermione se tardaron mucho en llegar a la cena -respondió sin pensársela tanto, desde que ambas aparecieron en el comedor tuvo deseos de decirlo.
- Ah... Es que pues la señora Pomfrey, ya sabes - vaciló sonriendo como si nada, aunque en realidad se había puesto nerviosa. ¿Y si su novio llegase a indagar sobre cuál era el motivo de la visita a la enfermería?
- Harry me contó que era un simple chequeo el que le harían a Hermione -comentó escudriñándola con la mirada. ¿Era su imaginación o su novia sabía más de lo que aparentaba?
- Sí, es que se sintió mal por lo de la mañana -dijo como quien no quiere la cosa, sabía que a su novio le iba a afectar.
- Um... Mi hermana tiene que ver mucho con eso, ¿no? -se sintió un tanto incómodo.
- Tranquilo, además la enfermera dijo que no tiene nada fuera de lo normal -le dio una palmada de relajación y embozó una discreta sonrisa (estaba contenta porque el embarazo de su amiga marchaba perfecto).
- ¿No? -preguntó adoptando una expresión de malicia traviesa, sin embargo la ojiazul negó de forma normal. - Madame Pomfrey anda fallando, acaso le pareció normal su extremada y fastidiosa insistencia por ponernos a estudiar. Yo con eso la dejo internada por lo menos hasta que se le baje esa neurosis obsesiva de estudio -soltó con una risilla burlona.
- ¡Ron! -exclamó indignada e incrédula, no se había equivocado al pensar que eso era lo que él iba a decir.
- Es la verdad, aunque no creo que eso ocurra. Digo, es Hermione sabelotodo Granger -volvió reírse.
- ¡Ronald! -le llamó la atención, frunciendo el entrecejo y cruzándose de brazos.
- ¿Qué? -la miró con aparente inocencia.
- Para qué me quejo, si ya te conozco -dijo resignada, dejando escapar un suspiro que bien pudo ser una risita.
Recuerdas el día en que te canté?,
fue un súbito escalofrío.
Por si no lo sabes te lo diré,
yo nunca dejé de sentirlo.
Continuaron caminando, pero al doblar un pasillo Ron la detuvo y la tomó por los hombros viéndola a los ojos.
- Luna.
- ¿Sí? -dijo la chica intrigada.
- Recuerdas... -comenzó tragando saliva. La ojiazul lo vio más curiosa.
- ¿Recuerdas la noche de navidad? -expresó por fin, sus mejillas enrojecieron. Para su fortuna en el pasillo había poca luz.
- ¡Cómo olvidarla, si fue la mejor noche de mi vida! -exclamó ella, adquiriendo ese mismo sonrojo en su rostro.
- Para mí también la fue. Y aunque no lo demuestre, ese escalofrío que recorrió mi piel esa noche especial lo siento de la misma forma cada vez que te toco. Como si fuera la primera vez - confesó mientras se acercaba lentamente a sus labios.
Contigo hace falta pasión,
No debe fallar jamás.
También maestría pues yo,
trabajo con el corazón.
- Oh Ronnie... -chilló la rubia, jalándolo los centímetros que los separaban y besándole.
- Luna... -exhaló sin aliento, bastante sorprendido.
- No hemos podido pasar tiempo juntos desde que Harry y Hermione se pelearon. Y si mis cuentas no me fallan, no hemos estado solos desde la noche del partido final -decía sin soltarle las mejillas y con una mirada traviesa.
- Luna... - el chico se atragantó con su misma saliva. La ojiazul sonrió como si le causase gracia provocar esa reacción en su novio, lo besó con pasión.
- Tengo una idea, sígueme... -lo tomó de la mano y lo condució por los pasillos hasta salir del castillo.
Cantar al amor ya no bastará,
es poco para mí.
Si quiero decirte que nunca habrá...
Cosa más bella que tú,
Cosa más linda que tú.
Única como eres,
inmensa cuando quieres,
gracias por existir.
Fueron a la casa de los gritos, la cual estaba acondicionada haciéndola lucir habitable. El pelirrojo la había arreglado en las fiestas decembrinas como sorpresa para su novia.
Entraron, había 2 sillones con tapices azul marino, uno cerca de la ventana y otro cerca de la chimenea. Una alfombra beige en el piso, y una cama con doseles y sábanas en tonos perla. Esa casa se había convertido en su lugar especial.
El Gryffindor prendió el fuego de la chimenea.
- Ron -dijo Luna, algo risueña.
- ¿Sí? -volteó a verla.
- Se puede saber, por qué te pones tan nervioso -soltó una risita divertida.
- Es que tú me pones así -exclamó acercándose a ella y susurrando cerca de su rostro, aunque no pudo disimular que en verdad estaba nervioso.
- Aparentas demasiada experiencia delante de Harry -puntualizó la Ravenclaw.
- ¿Qué...? -musitó entre la pena y la indignación. Pero la rubia lo silenció con un dulce beso, que poco a poco se profundizó. El pelirrojo la cargaba sin dejar de besarla, llevándola a la cama, donde lentamente la acarició. El cuerpo de la joven era un terreno bastante conocido, aún así no dejaba de ser tal cual primera vez...
- Te extrañé... -minutos después susurró él a su oído, haciendo aun lado su rubio cabello y besando su blanca espalda. Ella dejó escapar un suspiro como respuesta.
- Luna, quiero que sepas que nunca habrá chica más bella que tú, gracias por existir... -besó su lóbulo izquierdo.
- Ron... -por fin regresó a verlo, estaba muy conmovida por esas palabras.
- Te Amo... - exclamó él de repente.
- Nunca... nunca lo habías dicho. Al menos no cuando tú y yo... -exhaló impactada, sus ojos azules se llenaron rápidamente de lagrimitas.
- Pero es lo que siento por ti, cada vez que estamos juntos -expresó y la besó, quizás en ese beso podía hacerla saber que esas palabras no eran vacías.
Cómo comenzamos yo no lo sé,
la historia que toca a su fin.
Qué es ese misterio que no se fue,
lo llevo aquí dentro de mí.
- Luna -dijo mirándola a los ojos.
- ¿Um? -sonrió la chica.
- Me siento afortunado y agradecido con la vida, de que seas tú la dueña de mi corazón. Gracias a ti descubrí el amor -la aferró a su cuerpo.
- Te imaginas, cuando nos casemos... -susurró con tono soñado.
- Ron -ella abrió mucho los ojos y se separó de él de forma un tanto brusca, se enderezó enredando su cuerpo con una sábana, yéndose a parar frente a la chimenea.
- ¿No te estás precipitando? -soltó sin verlo.
- ¿Precipitando, Luna? - El pelirrojo se quedó muy desconcertado, pronto un temor lo comenzó a invadir. ¿Qué tal si la rubia no tomaba su noviazgo en serio?
- No estabas pensando cortar conmigo, ¿verdad? -titubeó temeroso.
- Somos muy jóvenes, pronto saldrás del colegio y yo... Yo me voy a quedar aquí, conocerás gente. No puedo ser egoísta -dijo con voz normal.
- ¡¿Y pensabas cortarme al fin de año?! -exclamó algo molesto.
Serán los recuerdos que no,
no dejan pasar la edad.
Serán las palabras pues yo,
sabrás mi trabajo es la voz.
- No, sólo pensaba decirte que tenías chance allá afuera y no te sintieras presionado -puso cara de circunstancia.
- Pero yo nunca te voy a dejar de amar, ¿entiendes? -se enredó en la sábana y fue hasta ella. La rubia bajó la mirada algo avergonzada.
- Luna, ve mis ojos -lo hizo mirarlo - Lo que te dije hace rato es cierto, TE AMO -hizo énfasis en esa frase - Y si no lo digo a menudo no es porque no lo sienta, tú me conoces mejor que nadie y sabes que no soy muy expresivo - decía apenado, ella soltaba una risita vacilante.
- Y así como en mi presente estás, lo mismo deseo para mi futuro. No veo mi vida a lado de nadie más -decía abrazándola.
Cantar con amor ya no bastará.
Es poco para mí,
si quiero decirte que nunca habrá...
- Pero si mis palabras no son suficientes... -continuó, tomó la mano de la rubia y la colocó a la altura de su corazón.
- Ron... -exhaló la ojiazul sin aliento.
- Te Amo, Luna... -susurró haciendo presa los tersos labios de la chica.
Cosa más bella que tú,
Cosa más linda que tú.
Única como eres,
inmensa cuando quieres,
gracias por existir.
- No quiero a otra chica, no la habrá. Te quiero a ti por ser única como eres -ella sonrió.
- Entonces me atrevo a preguntar. ¿Quieres seguir siendo mi novia, y después mi esposa? -preguntó sin soltarle la barbilla.
Luna le mantenía la mirada, sin embargo guardó silencio...
Cosa más bella que tú,
Cosa más linda que tú.
Única como eres,
Inmensa cuando quieres,
Gracias por existir.
*-*-*-*-*-*
Notas de la autora:
Bien, ¿qué les pareció? Desde hace tiempo quería dedicar un capitulo sólo a la pareja de Ron y Luna.
Canción: La Cosa Más Bella de Eros Ramazzotti.
Dedicatorias:
A los fans de RonLuna.
Saludos de Anyeli Potter Granger. Eterna Fan de HHr. y RonLuna.
Yo sé muy bien
que a veces no suelo decir
lo que, mi corazón siente por ti.
Y sé, que a veces yo no estoy aquí,
por ti. Pero te quiero confesar, a ti.
Por unos instantes estuvieron viéndose directamente a los ojos, en eso Luna bajó la mirada.
- ¿Acaso tú no quieres comprometerte? Piensas que tú sí me vas a dejar de amar -se precipitó el pelirrojo, con voz de angustia.
- Ron, ¡estás grave! -regresó a verlo y soltó risita sin motivo aparente. Éste frunció el entrecejo, algo molesto - No lo dudes, si yo te amo -exclamó con gracia, al ver la reacción del chico. Puso sus brazos alrededor del cuello de él, como si fuesen a bailar. Él relajó la expresión en su rostro.
- Pero insisto, te estás precipitando -dijo a continuación.
- Bueno... -balbuceó el ojiazul, no iba a ceder tan fácilmente.
- Ves lo que les pasó a Harry y a Hermione, por andar apresurando las cosas pusieron en peligro lo que tenían -recordó la rubia.
Si mi vida ha de continuar,
si otro día llegará.
Si he de volver a comenzar,
será por ti.
Finalmente le concedió la razón, pero en su interior no lo aceptó del todo.
- Claro que algún día deseo ser tu esposa, pero primero quiero seguir siendo tu novia -dijo la chica, satisfecha de creer que lo había convencido.
- Entonces no me darás una respuesta definitiva -insistió, obstinado.
- ¿Qué quieres que te diga? -preguntó un poco harta. Ron hizo un gesto insinuante.
- Ya te dije que sí quiero seguir con este noviazgo -exclamó, tratando de no perder la paciencia.
- Pero no me has dicho que serás mi prometida -repuso con terquedad.
- ¿Cuál es la diferencia? -dijo un tanto fastidiada. Entonces retiró sus brazos del cuello de su novio, él desvió la mirada como si quisiese no responder pero sintió la mirada fija de la chica.
- Luna... - se atrevió a verla, pero rápidamente volvió a desviar su mirada. La rubia se cruzó de brazos, esperando explicaciones.
- Es que... -titubeaba y jugaba con sus manos, las cuales le sudaban.
- Quiero... -Luna se estaba impacientando demasiado, y él caminaba de un lado para otro.
- Claro, si estás de acuerdo -seguía con esas palabras a medias. La rubia exhaló un resoplido, a punto de sujetarlo y gritarle que terminase de una buena vez.
- Quiero que te cases conmigo, ¡En este verano! -exclamó por fin, sus mejillas enrojecieron a tono de su cabello, tanto que sintió desprender vapor de ellas.
- ¿Cómo? -chilló la Ravenclaw, abriendo los ojos como platos.
Si mi vida ha de continuar,
si otro día llegará.
Si he de volver a comenzar,
será por tu amor.
- Luna, desde que comenzamos a estar juntos supe que serías la mujer de mi vida -dijo acercándose a ella, tomándola de las manos y viéndola fijamente.
- Yo también lo tengo claro, Ron. Sé que eres el niño de mi vida. Sólo que nunca me planteé la idea de que tú querías casarte conmigo, no tan pronto -dijo con voz ahogada.
- ¿Pensaste que nunca te lo pediría?-la miró confundido.
- Bueno sí, lo pensaba -confesó sonrojándose - Y lo deseaba -dijo su vocecita interior.
- ¿Entonces? -le miró significativamente.
- Pero más adelante, no en estas vacaciones -decía aún intentando digerir la idea. Ron la miraba expectante.
Y sé también
Que yo te puedo lastimar,
perdóname...
Sé que me suelo equivocar.
- ¿Cuál es la prisa? -inquirió ceñuda.
- No le veo el inconveniente que regreses al colegio siendo una chica casada -asentó el pelirrojo.
- ¿Casada? -repitió la rubia, como analizando la idea. Luego negó rotunda.
- Definitivamente algo te afectó el día de hoy -tocó la frente de su novio, como si éste estuviera delirando. - ¡Cómo se te ocurrió semejante puntada! -soltó una carcajada.
- ¡No es una puntada! -saltó ofendido.
- Ron, perdóname porque tenía la idea de darle un break a nuestra relación, al fin de año, sin consultarte. Me equivoqué -trataba de hablar con seriedad, aunque no podía suprimir la risa - Pero si es por eso que piensas que casarse es la solución. El que se equivoca eres tú, no van por ahí las cosas -por fin había podido dejar de reír.
- No te confundas, no te estoy pidiendo matrimonio por eso -dijo con presura, al verse casi descubierto.
- ¿Ah no? -lo escudriñó con la mirada.
- No, lo tenía pensado desde hace... -Luna lo miró con fijación, esperando una respuesta convincente - Un buen de tiempo -aseguró con nerviosismo, la chica frunció el entrecejo, para nada le creía.
- Es verdad, No recuerdas que la noche del partido
Tú dijiste que pensara en nuestro futuro -argumentó él.
- Sí -admitió, quedándose unos segundos pensativa.
- ¿Entonces? -mientras la veía, discretamente sonrió triunfal.
- Pero no pensaba que ese futuro sería en este verano -exhaló, la situación la estaba incomodando.
- Qué más da si es mañana o en verano. De todas formas algún día empezaré una familia contigo -exclamó, como para aligerar la tensión - Lo que importa es que nos amamos, ¿no? -la envolvió con sus brazos, ella todavía estaba incómoda.
- Sí, tonto. Te amo -regresó verlo a los ojos.
- Repítelo.
- Te amo, te amo, ¡Te Amo! -decía muchas veces, de forma risueña. Él besó su nariz, luego la cargó, ella pasó sus brazos alrededor de su cuello.
- ¡Ey!, eso no quiere decir que nos casemos en el verano -aclaró directa.
- Ok. Por ahora me conformo con que estés aquí -dijo con una sonrisa. - Por ahora... - pensó, un brillo de traerse algo entre manos se mostró en su azul mirada. Luna no se percató.
Se quedaron en el sofá, el crepitar del fuego y sus suaves respiraciones eran los únicos que rompían el tranquilo silencio.
*-*-*-*-*-*
Si mi vida ha de continuar,
si otro día llegará.
Si he de volver a comenzar,
será por ti.
La mañana del martes en la habitación de Hermione, mientras ésta se terminaba de alistar para bajar a clases; Luna llevaba gran rato de haber subido a la torre de premios anuales. La rubia se sentó en el sofá de la ventana y perdió su azul mirada hacia los jardines, aunque en realidad no veía nada su expresión era lejana.
Cuando la castaña se sujetó los rulos con una dona, entonces sin poder seguir disimulando se detuvo a verla. Intencionalmente dejó caer el cepillo en el tocador, para atraer la atención de su amiga.
- ¿Se puede saber qué te sucede? -preguntó dedutativa.
- ¿A mí? -respingó la rubia, sorprendida.
- No, a la vecina -acentuó con obviedad, sarcástica. Yéndose a sentar en el sillón, frente a ella.
Luna suspiró y parecía estar debatiendo consigo misma. La ojimiel la vio significativamente - Se trata de mi relación con Ron -dijo por fin. La chica se intrigó más.
- Me pidió matrimonio -soltó de modo abrupto.
- ¡¿Qué?! -chilló Hermione, abriendo los ojos como platos.
- ¿Y le dijiste que sí? -se repuso rápidamente. Luna parpadeó negando.
- ¿Por qué?
- Primera, porque estoy segura que se le ocurrió por miedo a que lo intentase cortar de nuevo, o porque piensa que sutilmente yo se lo insinué -respondió, como si toda la noche se la hubiese pasado sacando conclusiones.
- ¡¿Anoche lo cortaste?! -exclamó la ojimiel, boquiabierta.
- No precisamente. Pero se me salió decirle que a fin de año lo iba a hacer... -comenzó a contarle cómo reaccionó el pelirrojo la noche anterior y el comportamiento que tuvo después de esas palabras. Hermione la escuchó atentamente.
- Es que sólo a ti se te ocurre soltárselo en un momento como ése -trató de mantenerse impasible, pero la risa le ganó.
- No te burles -se quejó la rubia, sus mejillas se ruborizaron.
- Total que terminé poniéndole tu ejemplo -exclamó para callar a su risueña amiga.
- ¿Mi ejemplo? -repitió extrañada, se echaba aire con la manos pues se estaba sofocando por contenerse la risa.
- Sí, por el que le pediste tiempo a Harry -añadió.
- Oh... -comprendió a qué se refería la ojiazul.
- Es que si necesitabas un respiro en tu relación, a Ron debiste explicárselo con manzanitas y peritas. Es más lento que Harry... -embozó una tierna sonrisita al pronunciar a su novio - Y no en ese momento, cuando estaba poniéndose cursi -señaló la castaña. Luna asintió, sintiéndose mal.
- Cómo querías que lo tomara. Suerte que no se enojó, lo malo es que entendió el mensaje al revés. Ron cree que en el fondo querías que lo suyo se formalizase - la chica de rulos continuaba con sus observaciones.
- ¡Eso es Hermione!, Y como no podía decírselo abiertamente. Según él, se lo hice ver con una indirecta -exclamó, como si la idea hubiese llegado de golpe.
- Ya ves?, y tú misma dices le pusiste de ejemplo lo mío con Harry. Ay amiga, te salió peor - ironizó sin querer.
- No creo, tú arruinaste las cosas por andar dándole prioridades a otras personas. No a la que te interesa -se defendió Luna.
- Y tú por no ser demasiado explícita -apuntó con suficiencia, bromista.
- ¡Oye! -protestó la ojiazul, arrugando el entrecejo.
- Es la verdad -no pudo evitar sonreír. Casi al mismo tiempo se le borró la sonrisa, al ver que su amiga parecía muy apesadumbrada.
Luna recargó su rostro sobre su brazo y éste sobre el respaldo del sofá. - Era demasiado romántico para ser Ron - soltó un sonoro suspiro, que le alzó el mechón de la cara. Hermione la miró comprensiva.
- Herm, te puedo confesar algo? -regresó a verla, la de rulos asintió.
- Estoy asustada. No me veo casada a esta edad -declaró con estremecimiento. Con tono de yo paso.
- Entonces díselo a Ron -la animó.
- No sé cómo hacérselo saber, sin lastimarlo -dijo con preocupación.
- Te entiendo. Yo me sentía asfixiada, y... -recordó pero la rubia la interrumpió.
- Herm, tú ya metiste la pata. Así que ni por más asfixiada que te sientas no podrás escaparte de la boda con Harry. Debes irte haciendo a la idea de oír muy pronto una marcha nupcial - le decía con burla.
- ¡Qué graciosa! -la ojimiel le aventó una almohada, en el fondo le hacía sentir mejor ver a su amiga con más ánimos.
*-*-*-*-*-*-*
Harry y Ron se dirigían a desayunar, el pelirrojo no podía evitar tener expresión radiante...
El ojiverde le vio con el ceño fruncido.
- ¿Y a ti qué te pasa? -preguntó un tanto brusco.
- Es que anoche alcancé la Luna, Harry -respondió con un aire soñado.
- No pues sí... -comentó viéndole y poniendo los ojos en blanco.
- Tú deberías estar contento - protestó el ojiazul.
- Sí claro, voy andar sonriendo con el coraje que me causa al ver cómo la miran -acentuó sarcástico.
- Querrás decir, los miran -corrigió el chico pelirrojo.
- Yo ya estoy acostumbrado -ironizó - Pero no me gusta que la vean así a ella -apretaba el puño que llevaba en el bolsillo y en sus ojos esmeralda hubo un brillo de enojo. Ron dio un profundo respiro y luego suspiró.
- Sé que no diré esto delante de Hermione, pero tenía razón respecto a sus miedos. La gente puede lastimar mucho si se lo propone -Harry volteó a verlo, agradecido.
- No es que los juzgue, pero yo también tenía razón. Debieron decir la verdad desde que comenzaron a andar. Aunque no se hubiera complicado tanto si tú no hubieses hablado de más el sábado en el pub -agregó dándole un zape. El de gafas le lanzó una mirada fulminante, un minuto de lucidez y de nuevo sus metidas de pata. Pero debía aceptar que su amigo tenía demasiada razón.
- ¡Ya lo sé Ron, no necesitas recordarme lo estúpido que me porté! -reconoció malhumorado.
- Ya hombre, deja de atormentarte y sonríe. ¡Ten en cuenta tu tardecita! -soltó con una sonrisa pícara, guiñándole el ojo.
- ¡No pasó nada! -exclamó molesto el de gafas.
- Ajá? Eso ni tú mismo te lo crees, no hay por qué mentirme a mí -seguía bromeando el pecoso.
- Ron, el amor entre Hermione y yo es más que físico -atajó, al punto de que otra bromita más del pelirrojo y lo dejaba hablando solo.
- Te entiendo... -exhaló repentinamente, adoptando una expresión seria.
- ¿Cómo
? -regresó a verlo realmente sorprendido, su amigo se estaba comportando maduro ante sus palabras.
- Que te entiendo -repitió, ante la mirada incrédula del ojiverde - Porque lo que yo siento por Luna, es inexplicable. Sólo con sentirla cerca me basta para alegrarme el día -declaró sincero.
- Vaya, me dejas muy... -exhaló el ojiverde, aún sin creérsela.
- Y adivina qué le pedí -interrumpió con una pregunta. Harry negó sin idea.
- Le pedí que se casara conmigo, en verano -expresó- Al chico de gafas casi se le caen éstas por la noticia.
- Pero me dijo que... -hizo una mueca de desilusión. Le contó al ojiverde que la rubia había salido con el ejemplo de la relación de él con Hermione para argumentar que no se casaría, al menos no en las vacaciones.
- Lo que te dijo Luna es verdad, veme a mí. Con mi insistencia sobre el compromiso casi me cuesta el noviazgo con Hermione. Y eso que nuestra boda no tenía fecha exacta -comentó.
- No entiendo, todas las mujeres sueñan con casarse -dijo contrariado Ron.
- Sí, pero no a los 16 -puntualizó Harry.
- En Agosto cumple 17 -replicó.
- De todas formas -asentó, negando por la terca actitud de su amigo pelirrojo.
- Ron, te doy un consejo. No la presiones -dijo antes de entrar en el comedor.
- Está bien, esperaré un tiempo - a regañadientes aceptó que su amigo tenía razón.
*-*-*-*-*-*
La noche anterior en el comedor se había vivido una atmósfera de tensión, la mayoría de los estudiantes cuchicheaba y lanzaban miradas inquisidoras hacia el ojiverde, que se volvieron más intensas cuando en mitad de la cena llegó la castaña con la rubia, y la primera se sentó a lado del de gafas. Dumbledore calló varias veces los murmullos, sin embargo las miradas sentenciantes y frías no dejaban de verlos. Eran pocos los que dirigían ese tipo de miradas a cierta pelirroja, quien durante la cena mantuvo semblante de víctima. Parvati le susurró algo al oído a su amiga Lavender y ésta le echó una mirada más dura a Ginny. Dean y Seamus veían vacilantes a Harry y Hermione. Mientras que Colin se limitó a ver su plato. Por fin la cena terminó... Harry, Hermione, Luna y Ron salieron, sin embargo las miradas de juez los acompañaron hasta que desaparecieron por la puerta del gran comedor.
Y al parecer ese martes el ambiente seguía igual... Pero gracias a Ron, Harry pudo ignorar a los metiches.
Los días siguientes los cuatro buscaban comer cuando la mayoría de los fisgones no se encontraban en el comedor, durante las clases no eran tan incómodas pues los Gryffindors de 7° estaban contentos de que por fin sus amigos habían aceptado su relación. La mirada de McGonagall había cambiado notoriamente hacia la de rulos, ahora la veía de forma maternal y algunas veces sintió que la miraba como si ella fuera un ángel tierno e indefenso. Cosa que la incomodaba... Lo que no sabía era que Dumbledore le había dicho al personal docente lo que ocurría con ella.
A Lavender y Parvati les encantaba acompañarla a todos lados, como guardaespaldas. A Luna no le agradaban del todo, pero agradecía que no dejaran sola a su amiga por los pasillos cuando no podía estar con ella. La mantenía más tranquila, por si las que estaban del lado de Ginny trataban de hacerle bromas pesadas que pondrían en peligro al bebé de Hermione.
*-*-*-*-*-*
Si mi vida ha de continuar,
si otro día llegará.
Si he de volver a comenzar,
será por tu amor.
Para mediados de Junio las cosas estaban más tranquilas... A pesar de que la mayoría de los estudiantes no veían bien la relación de Harry y Hermione, se reservaban sus comentarios. Aún así los allegados a la pelirroja seguían lanzándoles indirectas y miradas hastías. Al menos contaban con el apoyo de los de 7° curso de Gryffindor.
Luna también sentía que su noviazgo marchaba relax, el pelirrojo ya no había insistido con eso del matrimonio.
Se les acercaban los exámenes y la última visita a Hogsmeade sería justo el sábado antes de iniciar éstos.
Ron tenía los nervios tan de punta que cualquiera que le hablase por la espalda terminaba con un golpe.
El viernes 19, Estando en la clase de transformaciones, mientras la profesora McGonagall les explicaba la difícil y peligrosa transformación humana... Harry y Ron al parecer estaban muy interesados que no se habían percatado de que a su lado Hermione dormía sobre sus libros, los cuales ni siquiera había abierto. McGonagall sí se había dado cuenta pero no le dijo nada, al contrario le lanzó una rápida y discreta mirada de comprensión. Y otra severa al ojiverde, pero éste claro no se dio cuenta.
La campana sonó indicando el fin de la clase, aún faltaba una hora para salir a comer.
Los estudiantes comenzaron a abandonar el salón.
- ¡Hermione, No estaría genial poder convertirse en... -exclamó entusiasmado el pelirrojo, luego notó que su amiga no había hecho ningún comentario en toda la clase.
- ¿Hermione? -regresó a verla, ella estaba sentada a su lado derecho.
- ¡Hermione! -la sacudió despacio, el ojiazul. Harry, quien se encontraba a lado izquierdo de Ron, en otra butaca. Se acercó alarmado.
- ¿Estabas dormida? -preguntó socarronamente Ron, en sus labios se empezaba a dibujar una sonrisa divertida. Harry suspiró con alivio al verla despertar, pues se había asustado pensando que su novia se había desmayado.
- ¿Eh...? -musitó adormilada.
- ¡Tú, ¿estabas dormida?! -exclamó como asimilando la idea, luego soltó una carcajada. Demostrando así la gracia que le causaba el hecho.
- ¡Ron, no grites! -chilló la chica bostezando, parpadeó como volviendo en sí.
- ¡Es de ver para creer, Hermione Granger se durmió por primera vez en una clase! -siguió con tono de burla y su risa se hizo más sonora.
- Más bien, por primera vez Ronald Weasley no está pensando en comer -dijo la ojimiel, viéndole con acidez - Y hablando de comer... Hace hambre, ¿no? -se ponía en pie y se tocaba el estomago.
- ¿Tú con hambre? -soltó el ojiazul incrédulo. La castaña le vio fulminante, Harry no decía nada por no hacer más grande las cosas, porque a su novia y mejor amigo les encantaba discutir. Sin embargo le lanzó una mirada suplicante de prudencia al pelirrojo. Hermione se adelantó hacia la salida, Harry cargó la pesada mochila de la chica y Ron los siguió concediéndole a su amigo dejar de burlarse de que la de rulos se durmiera en la clase de Transformaciones.
*-*-*-*
- Falta una hora para bajar a comer -el ojiazul puso cara de sufrido - Y para empeorar la mala suerte, tenemos con Snape y de nuevo los queridos Slytherin -dijo irónicamente.
- A propósito, ¿se fijaron que presumido Malfoy y vanidosa Parkinson no entraron a la clase? -comentó con una sonrisa de felicidad maliciosa. La castaña soltó un resoplido que bien pudo ser de molestia.
- Bueno tú no claro, ya que estabas en brazos de Morfeo -dijo riéndose burlonamente. La de rulos caminó a zancadas, Harry negó viéndole y le lanzó una fulminante mirada de -¡imprudente!- El pelirrojo no se inmutó.
Durante la clase de pociones Snape se pasó observando a la de rulos, ésta estaba notoriamente distraída... El profesor parecía estarse conteniendo las ganas de restarle puntos a Gryffindor, sin embargo sorprendentemente no lo hizo. Es más, les otorgó algunos ante las buenas respuestas que dio Ron, éste se sintió soñado. Como el ojiazul había dicho, sin duda un día muy extraño... Hermione sin interés en ser la más destacada y él fue premiado por el mismísimo Snape.
Draco se la pasó viendo a la castaña, sus ojos grises reflejaban tristeza... Pero había algo aún más raro, durante esas semanas él había vuelto con Pansy Parkinson.
*-*-*-*
El trío salió del aula de pociones, y mientras se dirigían al comedor...
- ¡Por fin vamos a tomar los sagrados alimentos! -exclamó Ron, con un tono exageradamente sufrido. En eso Hermione se llevó la mano a la frente y cerró momentáneamente los ojos.
- ¡Her, amor! ¿Te sientes bien? Luces pálida y cansada -preguntó preocupado Harry. La chica apenas y dijo un débil: Estoy bien.
- No estás durmiendo bien por ese afán de estudiar hasta el último minuto del día, ¿verdad? -dijo con tono de regaño. La ojimiel negó con expresión de fastidio e igual de distraída que estuvo durante la clase de pociones.
- ¿Qué hora es? -preguntó impaciente la chica.
- Las 3:10 - respondió Ron, extrañado por el comportamiento de su amiga.
- ¡Cielo santo, se me olvidó! -gritó repentinamente, exaltada.
- ¿Qué se te olvidó? -preguntó sobresaltado el ojiazul. El ojiverde se quedó sacado de onda.
- Los alcanzo en el comedor, tengo que ir a la biblioteca -dijo sin hacer caso a la pregunta de Ron, y caminó con paso apresurado hacia el pasillo contrario.
- ¿A la biblioteca? -soltó desconcertado Harry, pero ella ya se había alejado considerablemente.
- Ves?, y el que piensa cosas absurdas soy yo -comentó Ron, como una queja sarcástica. El chico de cabellos revoltosos no le prestó atención, parecía ausente. Se había quedado preocupado por el comportamiento de su novia.
- Déjala. El que por su gusto muere... -comenzó el pelirrojo.
- ¡Ron! -le llamó la atención por fin.
- Qué -decía sin inmutarse, encogiéndose de hombros - Es verdad. Hasta la muerte le sabe -finalizó con una sonrisota de burla. Harry lo fulminó con la mirada.
- Mejor vamos a comer -gruñó el de gafas.
- Para luego es tarde -exclamó el ojiazul, con expresión de ¡al fin!
Durante la comida la castaña ni la rubia se aparecieron en el Gran Comedor, cosa que extrañó a los chicos; y supusieron que estaban juntas. Se apuraron a comer y decidieron ir a buscarlas.
- Ves? te dije, ¡Hermione está loca! mira que perder la hora de comida por encerrarse en la biblioteca. Pero por qué tenía que sacrificar a Luna con ella -refunfuñaba el pelirrojo, cuando caminaban por los pasillos.
- Cállate, Ron -dijo con enfado el ojiverde. El pecoso hizo una mueca de queja pero cambió el tema.
- Oye, cuando las encontremos podemos ir a las cocinas por unos pastelillos? Es que con las prisas ya no pude tomar ni siquiera uno -decía lamentándose.
- ¡Deja de pensar en comer! -regañó Harry, irritado.
- ¡Uy, qué geniecito!- Ron lo miró negando.
Entraron a la biblioteca, con la mirada las buscaban aunque era inútil porque había pocos alumnos y obviamente ellas no se encontraban allí. Harry se acercó a preguntarle a la encargada.
- Señora Pince, no ha visto a Hermione... -preguntó - ¿Granger? -agregó rápidamente al ver la cara de confusión de la bibliotecaria.
- ¿Hermione Granger? -repitió extrañada.
- Sí, una chica castañ... -al parecer estaba peor de equivocado pensando que la señora iba a saber quién era la chica al decirle su apellido.
- Sé quién es -interrumpió cortante - Es la mejor estudiante que hay en Hogwarts -declaró con tono de orgullo. Harry sonrió entre vacilante y alivianado.
- No se ha aparecido por aquí -exclamó como respuesta a la pregunta anterior.
- Oh... -exhaló desilusionado, pensaba que la señora Pince le podía dar razón de su novia.
- Estuvo aquí su amiga inseparable -agregó a continuación, al ver la cara que puso el chico. -La chica rubia de Ravenclaw, Miss Lovegood.
- ¡¿Luna?! -exclamó el pelirrojo, regresando a ver tan rápido que se hizo daño al cuello.
- Sí. Es curioso, buscaba libros sobre maternidad -dijo como recordando el hecho y le pareciese gracioso.
- ¡¿Qué?! -chilló el ojiazul atónito, palideciendo. El de gafas arrugó el entrecejo, sorprendido.
- Pero luego se fue porque no encontró nada -siguió diciendo, como si la chica se hubiese presentado pidiendo un libro común.
- Ron, tal vez ya hayan ido al comedor -resolvía Harry. Con exasperación el ojiverde tuvo que jalarlo para salir del lugar. Porque su amigo no parecía estar ahí.
*-*-*-*-*
- ¡¿Para qué rayos Luna quería un libro de maternidad?! -exclamó casi sin aliento, por fin hablando. Pero en eso se encontraban en el pasillo a sus risueñas compañeras de casa.
- Parvati, no has visto a Hermione? -preguntó precipitado el ojiverde.
Las chicas se rieron divertidas e intercambiaron una mirada cómplice. Harry las vio con enfado, pero se contuvo con tal de que le dijesen algo que le pudiese hacer saber de la castaña.
- La última vez que la vi fue en el pasillo de la enfermería -respondió - Estaba con Luna -agregó viendo intencionalmente a Ron. Éste se traumó más.
- No Parvati, recuerda que las vimos bajar -intervino Lavender.
- Ah ya, sí de verás¬-corrigió la Gryffindor - Las vimos bajar a... las mazmorras...? -aventuró y vio a Lavender, su amiga se encogió de hombros dándole a entender que quizás sí. Harry les agradeció, éstas se fueron secreteándose y riendo por lo bajo.
- Ron, vamos a las cocinas -exclamó apresurado el de gafas.
- Harry, ya no tengo ganas de ese postre -dijo, la palidez no se le había quitado aún.
- No seas tonto, es que tal vez hayan bajado a comer algo -decía mirándole un tanto harto por su comportamiento.
- Ah... -el ojiazul musitó ido.
Cuando entraron vieron que un pequeño grupito de elfos que se arremolinaba acercándose a ellos, algunos los vieron con el entrecejo fruncido. Sobre todo al pelirrojo, y es que Ron siempre que se aparecía por las cocinas era para pedir pastelillos. Se pusieron a recorrer el lugar con la mirada y pudieron distinguir a Dobby con otros elfos que estaban cerca de Hermione, ésta sentada en una de las largas mesas de la cocina.
- ¡Tome más, lo que quiera! Si es para la novia de Harry Potter - chillaba Dobby con su vocecita aguda, empujándole unos trastos con sopa y panecillos. Aunque algunos elfos aún la veían con recelo, recordando que la chica intentó darles su libertad cuando ellos no la querían.
- Gracias, ya comí suficiente -dijo sonrojada, mirando que a su alrededor tenía varios platos vacíos.
- ¡Herm, si esto está más que delicioso! -exclamó la rubia, saboreando un pastelillo de zarzamora y queso. Los dos chicos se acercaron.
- ¿Luna? -dijo el pelirrojo, como si saliese de su trance de golpe.
- Hola, chicos -saludó nerviosa la castaña, empujando los platos vacíos hacia su amiga. Luna arrugó el ceño, pero comprendió cuando vio que Hermione tenía carita de sufrimiento.
- Venimos por algo de comer. ¡Estudiar saca el hambre! -comentó la rubia con tono bromista, apilando los platos.
- Oh -soltó Harry, mirando sorprendido la pila alta de platos sucios y frunció el entrecejo de forma sarcástica.
- ¿Nos vamos? -dijo de forma natural Her, poniéndose de pie. El ojiverde asintió, Ron se acercó a su novia.
-*-*-
- ¡Vuelvan cuando quieran! -chilló Dobby, al momento de que los chicos abandonaban las cocinas.
- Gracias -respondió la de rulos.
- Esperen - la ojiazul se detuvo y regresó sobre sus pasos.
- ¿Y ahora qué? -bufó enfadado el de gafas.
- Uy, cálmate - se sacó de onda Luna - Es que me gustó mucho ese pay de zarzamoras y queso -decía y fue hasta Dobby. El elfo chilló emocionado, dándole más.
*-*-*-*-*-*
Se dirigían a los jardines... las parejas caminaban un tanto separadas una de la otra.
- ¡¿Para qué querías un libro de maternidad?! -preguntó brusco el ojiazul, desde que la vio quiso hacerle esa cuestión.
- Para mi clase de estudios muggles -respondió algo nerviosa Luna, sorprendida por la pregunta y el modo de voz de su novio. El pelirrojo respiró relajado, no muy convencido. Al menos el color le había vuelto a las mejillas.
- Es que estamos analizando el comportamiento del hombre desde cuando se está formando -comentaba la chica, para desviar cualquier sospecha que pudiese a tener el Gryffindor.
- Ahhh... -exhalaba sin duda más alivianado.
- ¿Por qué? -la rubia aparentó curiosidad.
- No, nada. Suena interesante -vaciló Ron.
- Debiste tomar esas clases -puntualizó la Ravenclaw.
- No gracias, así estoy bien -se apresuró a decir él.
En tanto sus amigos...
- Hermione, dijiste que ibas a la biblioteca
y según la señora Pince no te apareciste por ahí en todo el día -terció y la vio como si la analizase, intentando descubrir lo que le ocultaba.
- Bueno ahí nos íbamos a ver con Luna, pero me la encontré en el pasillo. Entonces ella dijo que iría por el libro que necesitábamos para... - se notaba nerviosa.
- ¿Necesitaban un libro de maternidad? -inquirió de forma escéptica.
- Sí, es que yo le ayudé con su tarea de estudios muggles -dijo algo titubeante.
- Ah -concedió sin creerle bien, era sospechoso que no comentase nada de la enfermería pero ya no le dijo nada más. Temía mucho que su novia estuviese enferma y no le quisiera decir, pero tarde o temprano se enteraría.
*-*-*-*-*-*
Como tenían la tarde libre concedida por los profesores para "estudiar", los cuatro estuvieron sentados cerca del lago hasta pasadas las seis, luego fueron a casa de Hagrid. Éste les pidió a Harry y a Ron quedarse un rato más. Hermione y Luna dijeron que si querían podían alcanzarlas en la torre de premios anuales.
Estando en ella las chicas se ponían a charlar:
Hermione estaba recargada sobre la cabecera de su cama y Luna sentada en la orilla de la misma, viendo a su amiga.
- En la biblioteca fue inútil encontrar libros de maternidad o de nombres de bebé -decía descontenta, la biblioteca nunca le había fallado en cuanto a libros se tratase.
- Casi nos cachan, debemos tener más cuidado -exclamó con angustia la ojimiel, quien desde hace rato tenía expresión pensativa.
- Porque donde Ron descubra algo... -negó estremecida - Harry se entera -siguió con tono preocupado.
- Tú tranqui -comentó la Ravenclaw.
- Mejor hay que emocionarse por lo que te dijo madame Pomfrey sobre mi sobrinito -decía sonriendo y poniendo su mano sobre el vientre de su amiga. La ojimiel no pudo evitar ruborizarse.
- Que ya necesita un nombre -apuntó Luna - Aunque lo malo es que no sabemos si va a ser niño o niña -continuaba, que al ver el rubor en las mejillas de la castaña sonrió más ampliamente.
- Es que ya lo tiene -declaró Her más roja, ahora sí que su rostro desprendía vapor.
- ¿Sí? -su amiga abrió los ojos con sorpresa maravillada.
- Bueno, estuve pensando y... me gusta Hamlet -expresó con una sonrisita, la ojimiel.
- ¿Ham, qué? -soltó la Ravenclaw, con cara de what?
- Hamlet, si es niño -repitió acariciando su vientre - Mi intuición de madre me dice que lo será -su miel mirar brilló de forma maternal. A la rubia le causó ternura.
- Pero si es niña, me gusta el nombre de Heather -continuó diciendo la de rulos.
- ¿De dónde sacaste esos nombres? -preguntó la ojiazul, con esa expresión de ¿qué onda?
- Estoy leyendo una obra de William Shakespeare que se llama Hamlet, y me gustó el nombre. Es fuerte -informó, y de casualidad el libro estaba en su mesilla de noche. Se lo alcanzó a Luna, ésta lo tomó no muy de acuerdo con el nombre.
- Y Heather, es una flor violeta que se da en Escocia -finalizó con suficiencia.
- Oh - puso cara de no pues sí me quedó clarísimo. Hermione sonrió con gracia y siguió acariciando su vientre.
- ¿Mañana van a ir tú y Harry a Hogsmeade? -preguntaba Luna, tanteando el terreno.
- Sí, mañana será un día largo -suspiró -Sabes, me gustaría hablar con Draco -comentó a continuación.
- ¿Para qué?, si ya no te insistió en nada. Él volvió con la presumida esa de Parkinson -saltó la rubia, frunciendo las cejas y cruzándose de brazos.
- Aún así, quiero que las cosas queden en claro -asentó la castaña.
- Qué terquedad la tuya esa de querer siempre dar explicaciones de tu vida a todo el mundo -exclamó la ojiazul, exasperada.
- No a todo el mundo, pero mínimo sé que a Draco y a Ginny se las debo.
- ¡¿Cómo?!, ¡¿A Ginny?! -chilló atónita. Hermione asintió, negando por la reacción de su amiga.
- Pero si ella no la quiso -objetó Luna.
- Cuando pueda darse la oportunidad voy a hablar bien, de frente con ella -insistió la ojimiel.
- ¡Ay!, A veces me dan ganas de estrangularte. ¡Estás loca!, Si la muy... -la rubia parecía estarse conteniendo las ganas de gritar y despotricar en contra de cierta pelirroja, la castaña la vio advirtiéndola - Te empuja -añadió Luna, muy indignada - ¡Recuerda que no puedes arriesgar así a Hamlet! - regañaba y decía el nombre con tal de hacerla entrar en razón. La de rulos la vio sorprendida.
- Y hablando de... -desvió un tanto el tema y la miró insinuante - ¿Cuándo por fin le dirás a Harry, que estás esperándolo? -volvía a poner su mano sobre el vientre de la castaña.
- Te lo dije, después de los exámenes.
- Cierto, muy conveniente... Así se le olvida que reprobó -dijo con una sonrisita de burla dibujada en sus labios.
- ¡Luna! -le llamó la atención.
- Quise decir, que se le quiten los nervios por saber si pasó -corrigió, como si lo último que había comentado se le hubiese escapado; pero la sonrisita divertida no se le borró.
- Ah -la Gryffindor la vio con el entrecejo fruncido, Luna pestañeó con carita de inocencia. Hermione negó sonriendo, ya estaba acostumbrada a las bromas de su amiga.
*-*-*-*-*-
Harry llegó alrededor de las ocho y media a la torre de premios anuales, lo extraño era que había llegado solo. Le dijo a Luna que el pelirrojo estaba muy cansado y que decidió irse a dormir. La rubia se molestó bastante, sin embargo no lo demostraba.
Si algo te puedo asegurar,
Es que mi vida la soñé contigo.
Eres todo lo que necesito,
y aquí me quiero quedar.
Dejó solos a Harry y Hermione... Cuando doblaba uno de los pasillos que conducían a su sala común sintió cómo alguien la tomó por la cintura y la jaló hacia un lado. Entre la sorpresa y el susto descubrió que era su novio.
- ¡Ron, Me asustaste! -se quejó con un hilo de voz, su corazón se podía observar precipitado.
- Sorry, nena... -se disculpó apenado, estaban frente a frente. Ella recargada sobre la pared.
- Qué haces aquí, no se suponía que tenías mucho sueño y te habías ido a dormir -inquirió sin poder evitar ese tono molesto en su voz. Su ritmo cardiaco estaba volviendo a la normalidad. Ron la miró extrañado.
- Al menos eso fue lo que me dijo tu amigo -agregó al ver la expresión en la cara de su novio.
- Es que quería sorprenderte... -susurró a su oído, luego dio un beso en su cuello.
A la rubia le causó cosquillas, lo retiró mordiéndose los labios con curiosidad - Aún sigo enojada contigo, ¡eh! -dijo tratando de adoptar una expresión seria, la cual no del todo pudo lograr.
- Espero que se te quite -bromeó él, tomándola de la mano.
- ¿A dónde me llevas? -preguntó intrigada. Ron no respondió, se limitó a sonreír misterioso.
Caminaron por los pasillos hasta que llegaron al desierto vestíbulo.
Luna lo miró confusa e interrogante. Entonces él le tapó los ojos con un pañuelo.
- No, Ron. ¡No, Ey qué haces! -chilló alarmada.
- Shuss -susurró - ¿Confías en mí? -preguntó con tranquilidad.
- Confío en ti -respondió segura.
Él la guiaba, a unos pasos sintió una brisa fresca pegar en su cara, supuso que habían salido del castillo. Tras unos minutos de caminar tenía la sensación de que estaban a una distancia considerable de éste.
De pronto se detuvieron y él le retiró el vendaje de los ojos. - Mi corazón necesitaba expresarse... -dijo a su oído, Luna abrió los ojos maravillada.
El camino del lago estaba iluminado por velas y pétalos de flores amarillas, y en el agua flotaban unas velas en forma de tulipán que formaban la palabra - Te Amo Luna - Un bello contraste de la luminosidad dorada de las velas al fondo negro cristalino de las aguas del lago.
- ¡Ron, es Hermoso! -exclamó, al punto de casi llorar de la felicidad que le causaba la sorpresa.
- Y aún no termina... -dijo rodeando su cintura, por atrás.
- ¿Hay más? -se volvió a verlo, de forma incrédula y sorprendida. Él asintió sonriendo.
- ¡Estás loco! -le decía risueña.
- Es por ti - le dio un fugaz beso, que apenas y rozó sus finos labios.
Si mi vida ha de continuar,
si otro día llegará.
Si he de volver a comenzar,
será por tu amor.
Se sentaron a la orilla del lago; Ron se apoyó sobre sus manos para sostenerse, ella se recargó sobre el pecho de su novio.
- Así que para esto se quedaron con Hagrid -comentó de forma traviesa, jugueteando con su corbata del uniforme.
- Así es -afirmó el pelirrojo.
- Y Harry fue tu cómplice para hacerme sentir mal -hizo un puchero de niña regañada.
- Perdóname... -comenzó pero la chica lo interrumpió, poniendo un dedo sobre sus labios.
- No, perdóname tú a mí -él puso cara de confundido y preguntó con la mirada - Por romper el romanticismo la otra noche que nos quedamos en la casa de los gritos -respondió a la cuestión no pronunciada. Antes de que Ron dijera algo al respecto ella exclamó un - Te amo... - entonces se aventó sobre él, haciéndolo caer por completo en el pasto.
- Causas una revolución de emociones en mi interior, cada que estás así de cerca -declaró nervioso. Sintiendo el calor de la chica sobre su cuerpo y perdiéndose en su azul mirar.
- Ronnie... -ella lo iba a besar pero él se incorporó, haciéndola retroceder y desconcertándola mucho.
- Esto... Esto es para ti -tartamudeó, sacando algo de la bolsa de su pantalón. - Yo lo hice -dijo colocándole con torpeza en su dedo un anillo algo voluptuoso que parecía ser de plástico. Luna lo observó detalladamente, era una orquídea blanca con el centro de un amarillo transparente, como una burbuja. Dentro tenía con letras cursivas y pequeñas color naranja los nombres de Ron y Luna.
- No descansaré hasta que me digas que sí te casas conmigo -exclamó, cuando ella estiraba el brazo y movía los dedos para ver cómo lucía el anillo en su mano.
- Um, tengo que pensarlo
Eres muy insistente -protestó riendo. El pelirrojo arrugó el entrecejo.
- Pero te puedo dar un adelanto de mi respuesta -sonrió de forma pícara y sin dejarlo objetar lo jaló hacia ella, besándolo. Esta vez quien cayó sobre de fue él.
La noche estaba completamente despejada y el firmamento lleno de estrellas. El viento suave acariciaba los terrenos de Hogwarts al igual que los rostros de aquellos dos enamorados.
Será por ti, será por ti,
será por ti, será por ti...
*****
Notas de la autora: Bueno aquí está el cáp. 28 ojalá les guste. La canción es de Belanova.
Dedicatorias: A los fans de RonLuna
Saludos de Anyeli Potter Granger. Eterna Fan de HHr y RonLuna
La mañana del sábado pintaba para ser de un día soleado, Harry y Ron estaban en el comedor cuando las chicas aparecieron en él, muy bien arregladas.
Luna vestía con una falda de mezclilla, que en la orilla estaba adornada con encajes verde olivo. Una blusa blanca con contornos bordados que formaban flores de color naranja bajito, sin mangas y se sujetaba por su cuello. Calzaba unos zapatos blancos de piso, con aplicaciones en naranja. Su rubio cabello lo llevaba sujeto con una pinza, un listón verde olivo y naranja colocado como si fuese diadema. En cambio Hermione traía puesto un capri blanco con un pequeño bordado de rositas menuditas en el lado inferior izquierdo, una blusa de encaje y tirantitos, en un tono rosa pastel. Bastante holgada pero ajustada en la parte del busto, y unas sandalias doradas. Sus rulos los llevaba sueltos, sólo dos maripositas rosa lo adornaban, colocadas a los lados. Ambas traían tenue rubor, la ojiazul sombras en tono naranja y la ojimiel rosita; un gloss transparente y con brillitos resaltaba los labios de las chicas. El ojiverde y el pelirrojo al verlas se quedaron sin aliento y con la boca ligeramente abierta.
- Hola -saludaron con una discreta sonrisita, satisfechas de haber provocado esa reacción en sus novios.
- Hola... -apenas y pudieron responder los chicos.
Se sirvieron las salchichas asadas... casi al termino del almuerzo, mientras Hermione iba a tomar una tostada de durazno que ágilmente le ganó Ron.
- ¡Era la última!- protestó la castaña, frunciendo el entrecejo.
- ¡Qué lastima! -dijo burlón y comenzaba a llevarse la tostada a la boca, saboreándosela intencionalmente.
- ¡Ron! -exclamó la de rulos, mirándole con peligrosidad.
- Lo siento -sonrió malicioso, se metió en la boca lo que le sobraba de la tostada ante la mirada incrédula e indignada de Hermione. Harry le dijo que le compraría lo que quisiera en Hogsmeade. Pero la Gryffindor seguía viendo asesinamente al pecoso.
- Ay ya Herm, ni que tu hijo fuese a nacer con cara de durazno -comentó Luna, soltando una carcajada. La castaña abrió los ojos muy asustada, Harry sorprendido; pero su reacción no fue tan abrupta como la de Ron.
- Es broma, así se dice cuando te quedas con el antojo de algo -dijo la rubia con vacilación, extrañada por cómo habían tomado su comentario.
- Oh -el ojiazul tomó su jugo con la mano temblándole. Harry sonrió comprendiendo la broma, y Hermione reprochándole con la mirada la metida de pata a su amiga.
- En cambio el mío sí nacerá con cara de zarzamora. No hay pay -volvió a decir la ojiazul, buscando con desilusión el postre. Harry sonrió más ampliamente, pero Ron escupió el jugo de naranja ante la sorpresa que le causó el nuevo comentario de su novia, y sus mejillas palidecieron.
- Es mejor que sea de la zarzamora que la de Ron -dijo riendo Hermione, viendo al pelirrojo con expresión de asco. Luna y Harry también soltaron una risa, Ron recuperó el color asimilando que todo lo que decían era broma.
- Qué graciosa, Hermione -el ojiazul le vio feo, limpiándose la boca y su playera azul turquesa con una servilleta. Los tres chicos rieron más fuerte.
*-*-*-*-*-*
Mientras caminaban hasta el pueblo las parejas iban abrazadas, entraron en las 3 escobas y se sentaron en una mesa
- Hay que pedir algo de tomar. Qué les parece hidromiel -propuso animado, Ron.
- ¡No! -atajó muy exaltada la castaña. El pelirrojo se sobresaltó, Harry volteó verla desconcertado.
- Bien, era broma. Pediré las cervezas de mantequilla -dijo Ron, viendo sacado de onda a su amiga.
- Sinceramente me apetece un jugo de manzana -pidió la de rulos.
- Hermione, eso lo puedes tomar en el colegio. Además, ¿no detestabas la manzana?-dijo el ojiazul, mirándole con una curiosidad burlona.
- Yo también quiero uno -apuntó Luna y le sonrió linda, antes de que el comentario de Ron fuese el inicio de una discusión con Hermione. Sin embargo ésta no parecía molesta sino nerviosa. El pelirrojo regresó a ver a Harry, con cara de si entendía algo. Éste negó y se encogió de hombros dándole a entender que también estaba igual de sacado de onda que él.
- Ok, voy por dos cervezas y dos jugos de manzana -exhaló un sonidito de que se daba por vencido.
Después de un rato salieron del local, decidieron pasear por el pueblo. Ron y Luna se detuvieron en Honeydukes, diciéndoles a sus amigos que los verían en el restaurante del pueblo a la hora de la comida. Harry y Hermione se adelantaron, el callejón estaba repleto de estudiantes. La castaña escuchó los ya acostumbrados cuchicheos malintencionados, pero no fue todo... El ojiverde vio pasar cerca de ellos a las tres chicas que reconoció estaban con Ginny el día que se desató todo, una de ellas tuvo la intención de meterle el pie a Hermione. En eso Harry reaccionó rápidamente y la cargó por la cintura, aprovechando para hacerle cosquillas. Aunque realmente era para hacerla olvidarse del mal rato que estuvo a punto de vivir.
- ¡Harry, basta! -decía entre risas - No ves que vas a lastimar... me -finalizó, dándose cuenta de que estuvo a punto de meter la pata si decía lastimarlo.
- Perdón, niña -se disculpó bajándola, pero sin dejar de abrazarla.
- Descuida
-exhaló la chica, ahogando una risita.
Las tres amigas de Ginny, empezando por la que le metió el pie a la castaña, se quedaron viéndolos incrédulas y frustradas.
Pero no fueron las únicas que vieron la escena, en el local de enfrente, tras el cristal de la ventana... Un rubio fue testigo de todo.
Escucho el comentario de todos mis amigos,
Que me hallan diferente, que estoy tan destruido.
Que apenas soy la sombra, soy un desconocido.
Que a veces ni respondo, que ya no soy el mismo.
- ¡Draco! -le llamó a gritos un chico de cabellos castaño claro, casi rubio, y ojos de un azul intenso. Bastante atractivo pero de faz fría. Parecía que llevaba un buen rato hablándole.
- ¿Sí? -regresó a verlo el ojigris, con una expresión entre triste y enfada.
- ¿Qué te ha pasado?, desde que rompiste con la san
-comenzó Nigel Nott, quien también había visto a Harry y a Her. Zabinni le dio un pisotón y advirtió con la mirada. - La Granger esa -compuso - Todo el tiempo estás ausente, como en otro planeta -recriminó su amigo.
- Más desde que ella comenzó a salir con el estúpido de Potter, te has vuelto... -siguió, ante las miradas de querer callarlo de Goyle y sobre todo de Zabinni.
- ¡Dilo! -exigió Draco.
- Es que no eres tú -exclamó ácido, el ojiazul.
- Y quién era yo -inquirió de forma fría el ojigris, comenzando a enojarse.
- Eras diferente. Antes te importaba tu imagen, tu posición -continuó Nott.
Y todos siempre piensan, saber más de la cuenta.
Lo sienten, lo conversan, y de ello se alimentan.
- Já, ¿mi posición? -soltó una risa sarcástica.
- Draco, qué haces sufriendo por tan poca cosa -dijo Nigel, en tono despectivo.
- Ay hombre, no ves que sale con la chica más bonita de Slytherin -vaciló Zabinni, como para arreglar lo que había dicho Nigel Nott; y se puso en medio de los dos chicos.
- Con alguien de nuestra Clase -intervino Crabbe, quien estaba a lado izquierdo de Nott. Blaise lo regresó a ver de forma fulminante.
- ¿De Slytherin? -terció Draco, arqueando una ceja.
- Bueno, es que hemos de aceptar que la Weasley es bonita y popular
pero no deja de ser una pobretona -expresó malicioso Nigel, con un brillo de codicia en la mirada - Y que la Granger esa, es muy bella. Sin embargo tampoco deja de ser una sangre sucia - declaró con desdén.
- ¡Retira tus palabras, Nott! -amenazó Malfoy, jalándolo por el cuello de su camisa azul marino.
- ¡Draco, Suéltalo! -gritaban tres voces al mismo tiempo.
Mientras que la sangre aquí en mi corazón,
Va subiendo arriba la temperatura.
Mientras mi locura, va con tu cordura.
Mientras yo te extrañe, yo te sienta, yo te ame...
- No, tú ni siquiera mereces nombrarla -apretó los dientes, mientras lo soltaba, empujándolo y viéndole con repulsión.
- ¡Te has vuelto loco, Malfoy! -gritó Nigel enojado, y con una mirada asesina.
- Vámonos, Zabinni -llamó Nott bastante agitado, por estarse conteniendo la cólera. Y caminó con Crabbe y Goyle hacia la salida.
- Yo me quedo -exclamó con firmeza Blaise. Nigel le vio fulminante y empujó la puerta para salir del local, varios estudiantes que entraban se lo quedaron viendo indignados.
- Ve con ellos -repuso Draco.
- No puedo dejarte -se precipitó Zabinni.
- ¡Quiero estar solo, Entiéndelo! -bramó el ojigris.
Entonces Blaise salió detrás de los demás. Unos segundos después también Draco se dirigía a la salida; cuando del otro lado de la acera estaban Harry y Hermione, dándose un tierno beso. El rubio sintió un vuelco al corazón.
Lo intento pero nunca salgo del abismo,
Y todo queda en nada.
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada.
Mientras mi cuerpo se resiste a caer,
Yo no te olvido mujer.
Malfoy apresuró el paso evitando verlos, sin embargo la imagen que presenció por segundos de la castaña y el ojiverde besándose, lo estaba atormentando. Caminó por un callejón lateral y llegó a las afueras del pueblo, justo donde había visto a Hermione la salida anterior. Los trigales lucían más dorados que la vez pasada, el viento soplaba suave... Se dejó caer sobre el pasto, debajo de un árbol.
- ¡Por qué, Jane! -reclamó a gritos, el eco le devolvía una vacía respuesta.
- Aunque te ame no puedo estar contigo... Tú prefieres estar con él, y yo... -apretó los labios, se contuvo el llanto.
- Yo tuve que volver con ella... -exclamó con pesadez.
- Quisiera que las cosas fuesen como antes. Que jamás hubiésemos terminado -apretó los puños. Volteó a ver a su alrededor, su mirada estaba muy rojiza por el llanto contenido. De pronto el viento hizo que las hojas formaran un remolino en torno a él. Draco se refugió, ponía sus brazos sobre sus rodillas y su cara entre ellos.
Quizá yo le pido al amor demasiado,
Quizá por exceso y de más he pecado.
Quizá por costumbre, tal vez por temores.
No si hay porque sí, no sé si hay razones.
El viento cesó, las hojas cayeron sin fuerza sobre él.
- Tal vez no eras para mí, Quizás nunca debí fijarme en ti. Tu amor siempre ha sido de él, y contra eso no pude luchar. Además por idiota me quedé sin armas para hacerlo... Por un estúpido miedo a quedarme solo intenté olvidarte en los labios de Pansy... Para darle gusto a mis padres sobre ese tonto compromiso, ahora más fuerte que nunca -por fin las lágrimas comenzaban a ganar la batalla y se escapaban de sus ojos grises.
- ¡Y mis malditos impulsos que me llevaron a hacer cosas que no debieron ocurrir! -se reprochaba a sí mismo, limpiándose el llanto por el cual no se dejaría vencer.
- Ahora tengo que asumir las consecuencias -se ponía en pie con algo de brusquedad, a pesar de ello esa elegancia que lo caracterizaba no lo abandonó.
Dio un profundo respiro y se marchó, tenía que ver a Pansy. Su novia, y eso debía quedarle claro.
Regresó al pueblo, se iban a encontrar en el restaurante de la calle principal. Cuando entró en el lugar una blanca mano lo llamó desde una mesa al fondo, era la Slytherin con su amiga inseparable, Claire Tylor.
Minutos más tarde en el mismo sitio y sin ser vistos por los tres Slytherin, entraron un pelirrojo y una rubia. Se acaban de sentar cuando llegaron Harry y Hermione, éstos les hicieron señas para que se acercaran.
Una vez juntos los 4, una camarera del restaurante les repartió menús.
- Hace hambre -dijo impaciente el pelirrojo, mientras revisaba el menú.
- Demasiada -coincidió la castaña, su estomago acaba de emitir un gruñido. Los dos chicos la miraron boquiabiertos, Luna rió por lo bajo.
- ¿Hermione? -exclamó Ron sorprendido, viéndola incrédulo.
- Es verdad, tengo mucha hambre -sus mejillas estaban algo sonrojadas.
- Si esta mañana dejaste barrido el comedor -dijo burlón el ojiazul.
- Gracioso -le vio ácidamente la de rulos.
- Últimamente comes mucho, ¿no? -soltó una risa burlona.
- ¿Quién eres, Mi nutriologo? -inquirió molesta, la ojimiel.
- Ay, qué humorcito -decía, la sonrisa de burla no se le borró. Al contrario, se hizo más amplia. La mirada de Hermione brillaba con peligrosidad.
- ¿Pedimos? -intervino la rubia, viendo la discusión que se venía - Se me antojan unas papas asadas -comentó la Ravenclaw, saboreándoselas.
- Pues yo quiero unas empanadas de pollo con jamón -dijo el ojiverde, que ni siquiera había hecho nada para evitar la discusión entre su novia y mejor amigo. Pues ya estaba bastante acostumbrado a ellas.
- Suenan bien, pero no. Nada como las de mi mamá... -Ron comentaba de lo que acaba de pedir su amigo, viendo la carta evaluadoramente. Luna notó que Harry y Hermione se incomodaron al escuchar nombrar a la señora Weasley.
- Ya sé, pediré una crema de champiñones. Para empezar -resolvió el pecoso, que no se había percatado del hecho.
- Yo con que sea comida -apuntó la de rulos, revisando el menú. Ron no dijo nada pero la amplia sonrisa burlona en su cara hablaba por sí sola.
- Quiero las croquetas de atún -concluyó la de ojos marrón, entregándole la carta a la mesera.
Luego de un rato ésta les trajo jugo de naranja y los platillos, a excepción del de Hermione. Que se demoraría unos minutos más.
- Para que veas que no soy tan mala onda, te daré de mi crema en lo que llegan tus dichosas croquetas de atún -decía el pelirrojo, acercándole una cucharada a Hermione.
- ¡Aparta eso de mí, Ronald! -chilló la chica, poniendo cara de asco.
- Está bien. Andas de un geniecito -la retiró refunfuñando.
- ¿Tú quieres? -le ofreció a la rubia.
- No gracias. El simple olor me da nauseas, igual que lo que pidió Herm -apartó rápidamente la cuchara, mientras ponía una expresión de querer vomitar. El ojiazul arrugó el entrecejo.
- Las dos andan bien extrañas -por fin rompió el silencio el chico de gafas. Ambas se voltearon a ver de forma nerviosa, Ron regresó a ver a su amigo con intención de darle la razón pero en eso se topó con una larga cabellera pelirroja.
- ¡¿Y tú qué haces aquí?! -respingó brusco, viendo feo a su hermana. La chica sonrió fríamente sin dar respuesta. El Gryffindor sintió pasar un hielo por la garganta, porque se acaba de encontrar con la mirada inquisidora de su progenitora.
- Mamá... -musitó con voz ahogada.
- También me da gusto verte -declaró su hermana como respuesta anterior, sonriendo más ampliamente.
- Hola, chicos -saludaron los gemelos, quienes venían llegando. Luna, Harry y sobretodo Hermione. Tenían caras tensas y mantenían silencio.
- Por qué no nos avisaron que vendrían -reclamó el pecoso.
- Soy tu madre, ¡Más respeto! -reprendió la señora Weasley.
- Molly -susurró el señor Weasley, que acaba de llegar y puso una mano en el hombro de su esposa.
- A mí sí me avisaron, pero no te iba a decir. Como ya no eres mi hermano, sino un estúpido traidor -exclamó la pelirroja, viendo con desdén a Ron.
- ¡Ginny!- le llamó la atención su padre. La chica no se inmutó en lo más mínimo.
La señora Weasley parecía a punto de estallar y fulminaba a la castaña con la mirada.
- Queríamos hablar con ustedes, Harry y Hermione -comenzó con voz de circunstancia, el señor Weasley.
- Díganos... -dijo Harry, tomando rápidamente a Hermione de la mano y apretándosela suavemente; la mano de ella temblaba. El señor Weasley les indicó que lo siguieran a una mesa más grande. El ojiverde y la de rulos se pusieron de pie, sin soltarse de las manos y fueron. Ron iba a intervenir pero Luna le señaló que guardara silencio, y lo jaló para que se volviera a sentar. Los gemelos ocuparon los asientos vacíos que dejaron los Gryffindors, y viendo a éstos intercambiaron miradas cómplices.
Quizá por demencia, piedad o clemencia.
Quizá por amarte, por necesitarte.
Quizá porque lejos de ti es demasiado,
Quizá porque todas mis necesidades,
Las tengo de ti mientras yo te ame...
Draco volteó inconscientemente a mirar hacia la entrada, cuando vio que Hermione se dirigía a una mesa más cercana a donde se encontraba él sentado. Pero sintió un nuevo golpe bajo a sus sentimientos, ella venía agarrada de la mano de Harry. Sin darse cuenta dio un puñetazo a la mesa, sobresaltando a su novia y a su compañera. Ambas chicas le vieron indignadas y buscando con la mirada una explicación, hasta que Claire vio que el rubio tenía la vista fija en un punto. Entonces le dio un leve codazo a su amiga para viese quiénes estaban sentados en la mesa cercana, al otro lado de una barra. Pansy adoptó una expresión de enojo, a su amiga en cambio se le dibujó una sonrisita de presuntuosa malicia.
Los padres de Ginny y ésta se sentaron frente a la pareja.
El señor Weasley se aclaró la garganta y comenzó a hablar, bajo la fría mirada de su esposa.
- Lo que sucedió la última salida, lo que nos pediste... Entiendo que atravesaban por una etapa difícil de su noviazgo -Harry y Her se voltearon a ver sorprendidos - Y que no estuvo bien lo que Harry hizo -continuó diciendo. El ojiverde asintió con expresión avergonzada. Pero antes de que el de gafas o el señor Weasley dijeran algo intervino la áspera voz de la señora Weasley.
- Al grano Arthur, nos molestó mucho que hayas jugado con los sentimientos de nuestra pequeña Ginny -dio un golpe seco en la mesa -Y todo por ella -señaló a Hermione. La chica dio un sonoro respingo. Ginny sonrió discretamente, con satisfacción.
- Sí, por ti jovencita. Que no eres más que una hipócrita. ¡Cómo pudiste fingir ser la mejor amiga de mi hija, y resulta que le diste una puñalada por la espalda! -sentenció.
- Señora Weasley, con todo respeto. La considero como si fuese mi propia madre, pero se equivoca, esto no es culpa de Hermione -el ojiverde apretaba más fuerte la mano de la castaña - Ella es mi novia, y el amor de mi vida. Así que no le permitiré que le hable de esa manera -intervino Harry, molesto.
- ¡Claro que es su culpa! Porque desde el verano mi hija le confió sus emociones, y ella le dio su palabra. La cual claro, rompió al salir contigo sin decirle nada. Si tan sólo hubieran sido francos con ella... Sobre todo tú, Hermione -la señora tenía el rostro bastante crispado. El señor Weasley parecía querer detener a su esposa pero ésta seguía hablando y no se detendría hasta expresar todo lo que pensaba.
- Sí, eso es mi culpa -la ojimiel bajó la mirada.
- Tú no tienes culpa de lo que yo les dije... -el ojiverde la tomó por la barbilla y la hizo verlo, un tanto enojado por cómo las estaban juzgando y ella se dejaba.
- Sí, porque de no estar queriendo provocarle celos tú no hubieses buscado dárselos con mi hija. Ella te incitó, por engañarte con el hijo de Malfoy -atajó la señora Weasley.
- No me cabe la menor duda de que Hermione, eres tal cual te describió Rita en la revista de corazón de bruja. Aunque en realidad creo que se quedó corta -le dirigió una hastía mirada a la ojimiel. Harry enrojeció de furia ante las palabras de Molly Weasley, sin embargo se contuvo para no faltarle al respeto a la madre de su mejor amigo.
- Pero tú, Harry, ya no tienes por qué sentirte mal. Para mí siempre podrás venir a casa, con nosotros -cambió un tanto el modo de su voz, a tipo maternal.
- Lo siento señora Weasley, pero en cuanto salga del colegio me voy a ir con Hermione. Vamos a Casarnos -asentó. El chico de gafas se había puesto de pie, su rostro también estaba muy acalorado. El señor Weasley sonrió levemente con discreción, Ginny enrojeció con enojo.
- ¿Casarse?, ¡Están muy jóvenes para eso! -chilló la señora, muy alarmada.
- Lo Haremos Porque Nos Amamos. Y si usted no nos quiere en su casa, está bien. ¡Jamás pondremos un pie de nuevo en ella! -exclamó altaneramente, seguía parado. La castaña continuaba sentada y sus ojos estaban cristalinos. La señora Weasley se quedó de una pieza y no sabía qué decir, al parecer las cosas iban muy en serio. Entonces se escuchó la voz de Ginny, quien también se puso de pie, y se dirigió a la de rulos.
- Te Das Cuenta De Lo Que Has Hecho. Le Estás Arrebatando Lo Más Cercano Que Tenía A Un Hogar. Debes Estar Satisfecha De Haber Encontrado La Mejor Manera De Atraparlo, Comprometiéndolo Contigo. ¡No Me Extrañaría Que Un Día De Estos Terminaras Diciendo Que Estás Embarazada! - sentenció con frialdad.
- ¡Ginny! -chilló su mamá.
- ¡Ginevra! -reprendió su papá. Las personas que se encontraban en las mesas cercanas dieron un respingo, sobresaltadas por los gritos.
Ron, Luna y los gemelos se habían acercado. Cierto rubio también se puso de pie, sus acompañantes rieron burlonas y no se dieron cuenta de que el ojigris se alejó de ellas para acercarse sutilmente a la mesa donde estaba ocurriendo todo.
- ¡Eso Es Imposible, Hermione No Ocultaría Algo Así! De lo contrario ya me lo hubiera dicho -se precipitó el ojiverde, luego se volvió hacia su novia y buscó una respuesta con la mirada.
- ¡¿Qué?!- chilló la señora Weasley, abriendo los ojos como platos.
- Ustedes ya... -dijo con un hilillo de voz, señalando primero a Hermione luego al ojiverde. Harry asintió muy abochornado, por haber sido tan indiscreto. Entonces la madre de Ron estuvo a punto de desmayarse, su esposo la sostuvo a tiempo y la recargó sobre su hombro. Ron tenía los ojos entrecerrados como esperando más gritos. Por unos segundos los gemelos abrieron levemente la boca en señal de sorpresa, pero luego intercambiaron sonrisillas de complicidad y se decían cosas con las miradas. Luna quería ahorcar al ojiverde.
- Hermione, mi amor -exclamó Harry, viendo que la castaña estaba muy pálida y tenía expresión de estar en un trance. Durante unos segundos todo fue silencio total, Ginny veía a la de rulos con odio intenso.
- ¡Herm! -llamó a su lado la voz de su amiga rubia, aunque la castaña la oía muy lejana.
El respirar de Hermione ascendía y descendía de manera agitada, sin decir ni una palabra se paró precipitadamente y se dirigió corriendo hacia la salida. Sin darse cuenta de que en su trayecto había chocado con un rubio, salió aprisa del lugar. Draco, quien se había percatado de lo que estaba pasando, fue tras ella.
- ¡Hermione, Espera! -gritó Harry. Ron lo detuvo, Luna no sabía qué hacer. Si seguir a su amiga o quedarse... Entonces vio que su novio estaba en apuros, así que trató de ayudarle a detener al ojiverde.
- ¡Suéltame! -forcejeó, hasta que los gemelos también intervinieron. Sujetándolo y consiguiendo sentarlo. En unas mesas más allá de la que estaban sus padres.
Todo mundo los veía con expresiones asustadas.
Los señores Weasley estaban muy impactados y confusos por lo que estaba ocurriendo, Ginny aprovechó el disturbio para ir tras Hermione, sin que nadie la detuviera. Luna se dio cuenta de que la pelirroja se había ido entonces le asaltó una mala corazonada, decidió salir a buscarla.
- ¡Debieron Dejarme ir! -reclamó furioso, el ojiverde.
- Mira, al rato la buscas y hablas con ella. Cuando los dos estén más tranquilos, ¿vale? -aconsejó el pelirrojo, intentando hacerlo razonar. Harry lo vio fulminante, Ron le mantuvo la mirada insistente, finalmente el de gafas asintió más calmado.
El pelirrojo sonrió satisfecho y se sentó a su lado. Los gemelos, quienes continuaban de pie, se secreteaban mientras observaban a Harry.
- Amigo sinceramente, de todas tus metidas de pata esta fue una de las peores. La dejaste en evidencia -comentó con vacilación, el pecoso.
- ¡Lo sé Ron, Soy un idiota! -se llevó las manos al rostro y las resbaló por éste, con reproche hacia él mismo. El ojiazul le dio unas palmadas de apoyo, en eso Fred y George se fueron a sentar también.
- Nosotros te dimos el consejo de que te unieras a los muchachos grandes, pero no necesariamente así -dijo Fred, con una sonrisita divertida en los labios.
- No era esta nuestra idea -agregó George, negando. Harry los vio ácidamente, y Ron les lanzó una mirada de ¡Qué imprudentes!
Los señores Weasley se acercaron a la mesa donde estaban los 4 chicos.
- Harry, mi esposa tiene que decirte algo -habló Arthur Weasley. El de gafas volteó a ver a la madre de su amigo. Ron y los gemelos miraron expectativos...
Lo intento pero nunca salgo del abismo,
Y todo queda en nada.
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada,
Mientras mi cuerpo se resiste a caer, yo no te olvido mujer.
Draco buscaba a Hermione con desesperación, entre la multitud de estudiantes que transitaban la calle principal, temía que no la encontrara.
En cambio Ginny a pesar de haber salido minutos después detrás de la castaña, supuso que ésta iba ir al colegio, y para su buena suerte no se equivocó.
Hermione salió corriendo del restaurante, su objetivo era llegar a su habitación y encerrarse en ella. Aún estaba muy confundida, sus planes se estaban viniendo abajo y pronto tendría que decirles a todos... Principalmente a Harry, que estaba embarazada. Tenía miedo de que éste se enojara por habérselo ocultado, no quería otro malentendido en su noviazgo; y luego los demás cómo la juzgarían. La señora Weasley había reaccionado peor de lo que se imaginaba, y ahora qué diría de que ella esperaba un bebé. Y Ginny, en lugar de hacer las paces con ella esa revelación cortaría para siempre la esperanza de recuperar su amistad.
- Já, ¿de verdad piensas que ella volvería a ser tu amiga? -interrumpió una conocida vocecita.
- Mínimo no quería que supiese que Harry y yo... -comenzó cabizbaja.
- En serio, como dice Luna. De seguro tu bebé es obra de magia y eso iban a creer todos, ¿no? -dijo con una burla sarcástica.
- ¡Ya sé que no! -resopló ofendida.
- ¡Pero no quiero que juzguen a mi bebé! Peor, que digan que voy a casarme con Harry, por él. O el mismo Harry presione... -hablaba de manera muy rápida.
- ¡Basta de hacer conjeturas tontas!, ¡Tú que siempre andas con el qué dirán los demás! -regañó exasperada.
- Debería ahorcar a Harry por ponerme entre la espada y la pared. Sus metidas de pata siempre terminan acelerando mis planes -gruñó indignada.
- Es que eres muy calculadora -apuntó la voz, soltando una risita.
- Ja- ja -la de rulos imitó una risa, con acidez.
Dobló el pasillo, por fin subía las escaleras que conducían a la torre de premios anuales.
Cuando pisó el tercer escalón...
- ¡Lo Sabía!, Sabía que te habías aprovechado de Harry -gritó una voz a sus espaldas. Ella volteó a ver y se encaró con Ginny. Ésta estaba muy roja por la ira.
- ¡Yo no me aproveché de él! -se defendió, aún estaba muy confusa por haberla tomado desprevenida.
- ¡Hipócrita, si lo sedujiste! -sentenció la pelirroja, subiendo hasta ella. Hermione ofendida le dio la espalda, dispuesta a marcharse. Ginny la detuvo tomándola bruscamente por el brazo, y obligándola a verla.
- ¡No tuviste el valor de decírmelo de frente! ¡En todo este tiempo no fuiste capaz de decirme que tú y él pasaron la noche juntos en el despacho de capitán, después del último partido! -reclamó.
- ¿Cómo lo sabes?-balbuceó nerviosa. Ginny soltó una risa sarcástica, sacó algo del bolsillo de su pantalón poniéndoselo en la mano a la castaña.
- ¿No la reconoces? -arqueó una ceja, con acidez.
- De dónde la sacaste... -exhaló Her, sin aliento. Había palidecido.
- En el sofá del despacho. De seguro se te cayó con tanto ajetreo -comentó con sarcasmo.
- Ginny...
- Qué Hermione. Sí, es lo que estás pensando, yo los escuché. Oí todo -confirmó.
- Todo... -titubeó helada, la castaña.
- Lo suficiente para darme cuenta que eres una... -Hermione la miró escandalizada, Que eres falsa y cínica -concluyó, conteniéndose lo que en verdad pensaba.
- Pero cómo... -balbuceó confusa.
- ¿Cómo me di cuenta? -hizo una mueca sarcástica - Cuando fingiste tu dolor de cabeza mi lindo hermano no tardó en desaparecer con Luna, así que de ingenua pensé que Harry estaba en peligro. Cuán grande fue mi sorpresa al entrar en aquel vestidor y escucharlo llamarte a gritos. Lo peor vino cuando te vi entrar y ver cómo él te abrazaba. Aún faltaba tu golpe final, No sé cómo soporté escucharte como se te llenaba la boca defendiéndome para luego terminar haciéndolo con él, ¿no? -soltó apretando los dientes. Hermione abrió notablemente los ojos.
- Pero también la noche del baile de navidad desaparecieron, y en año nuevo se quedaron solos en mi casa -continuó. - ¿Cuántas veces han...? -indagó con desdén.
- Eso no es algo que tenga que decirte -atajó con brusquedad, la ojimiel.
- Tienes razón, a mí qué me importa lo que tú y él hagan a solas -exclamó fría, aunque por dentro sus mismas palabras le hacían daño.
- Lo que sí me importa es saber por qué no fuiste franca conmigo, ¡fui su burla por casi un año! Estuvieron sospechosos desde la primera salida a Hogsmeade de este curso -exigió con reclamo, Ginny.
- Nos amamos desde hace mucho, pero esa noche supimos todo. Yo creía que él te quería a ti, y él pensaba que yo quería a Ron -explicó la castaña.
- Y en el baile de Halloween se hicieron novios. ¡Por qué lo ocultaron! -inquirió con rencor.
- Las cosas comenzaron a hacerse grandes. No quería perderte como amiga, mucho menos lastimarte -argumentó con voz quebrada, la chica de ojos marrón.
- Entonces jamás debiste aceptarlo como novio. No entiendes que eso es lo que me duele, ¡Que me hayas traicionado! -bramó la pelirroja.
- Fue algo más fuerte que yo. Pero por eso quiero que me perdones
Y ojalá algún día recupere tu amistad -decía bajando un tanto la mirada, como esperando sentencia.
- ¿De verdad te interesa mi perdón y mi amistad? -preguntó con incredulidad la pecosa, mientras la veía evaluadoramente.
- ¡Por supuesto! -se apresuró a exclamar Hermione, viendo anhelante a la pelirroja.
- Termínalo -dijo Ginny, como toda respuesta.
- ¿Cómo? -la castaña la miró impactada.
- Que lo termines -repitió con simplicidad.
- No puedo -balbuceó la chica de rulos. La pelirroja frunció el entrecejo.
- Ginny, él y yo nos amamos -exclamó la ojimiel.
- Entonces olvídalo -determinó, y comenzaba a subir las escaleras; Hermione iba a seguirle cuando Ginny regresó a verle de nuevo. - Ah, y jamás volvería a ser tu "amiga" -concluyó con un énfasis sarcástico.
- ¡Eres cruel, Ginevra! -sentenció la castaña.
- Mira quién lo dice, la traidora -soltó irónica, dándole la espalda.
- Tienen razón Harry y Luna, eres una niña mimada y caprichosa, acostumbrada a obtener todo lo que quiere. Tú no amas a Harry, sólo lo ves como un trofeo que deseas pero no puedes tener -exclamaba con resolución, como si hubiese despertado de un trance ante el cual ella estaba perfectamente enterada sólo que no quería darse cuenta.
- ¡No te permito que...! -estaba dispuesta a soltarle una bofetada. Hermione le detuvo la mano antes, Ginny se jaloneó bruscamente entonces la castaña se tambaleó sobre el escalón y cayó hacia atrás, los tres escalones abajo.
- ¡Cuidado, No que la vas a lastimar! -chilló Luna, quien afortunadamente acaba de llegar y detuvo a su amiga centímetros antes de que llegase el piso. Además la ojimiel hizo una maniobra para caer sobre sus manos y así amortiguar el golpe. Luna acomodó a Hermione sobre el piso.
- ¿Hermione, estás bien? ¿No le pasó nada al bebé? -bombardeó la rubia, muy angustiada. La de rulos asintió, acariciando su vientre con sus lastimadas manos, su respiración era acelerada y su expresión era asustada.
- ¿Bebé? -exclamó impactada Ginny, con los ojos abiertos como plato. - Estás, ¿embarazada...? -balbuceó con la garganta bastante seca y se quedó unos minutos estática, sólo mirando a la castaña.
- ¡Claro que lo está!, ¡Y Tú Estuviste Apunto De Lastimar A Su Bebé! -gritó con furia la ojiazul. - ¡Ya me encargaré yo de que...! -amenazó con peligrosidad, pero fue interrumpida.
- ¿Es cierto eso Jane, estás embarazada? -intervino una voz que arrastraba las palabras, sin embargo el tono fue quebrado.
- Ya lo sospechaba
Por eso tus mareos, aquel desmayo en los trigales de Hogsmeade, y el extraño comportamiento hacia a ti de madame Pomfrey -señaló. Se acercaba a las dos chicas que estaban sobre el piso del pasillo. (aunque la rubia estaba hincada a lado de Hermione). Luna frunció el entrecejo y le lanzó una mirada con advertencia.
- Draco, hay de ustedes si van con el chisme -Luna hizo un gesto violento con su puño derecho, el ojigris la miró con desdén; unos pasos apresurados les indicaron que alguien había corrido escaleras arriba.
- Un segundo, Ginevra. ¡¡Ginny!! -gritó la Ravenclaw, demasiado tarde la pelirroja había desaparecido.
- ¡Ay por merlín, esta va empeorar las cosas! -respingó la rubia, miró a Hermione como preguntándole si estaría bien, ella asintió. Entonces Luna seguía a la pecosa.
Y yo aquí muriendo y tú como si nada,
Pero la razón me vuelve a controlar.
Y dentro de mí es el dolor que habla,
Que conversa a solas con mi soledad.
Vienes, te apareces y te veo,
Y es aquí no pasa el tiempo.
Y yo muriendo...
El ojigris se acercó con presura.
- ¿En verdad estás bien?, Te llevo a la enfermería -preguntó con preocupación, hincándose a lado de ella.
- No, no es necesario, Draco -dijo con la voz algo cansada - Prácticamente sólo fueron dos escalones. Además, Luna y mis manos, me salvaron -le mostró los leves raspones en sus manos, causados por las piedritas que había en el piso.
- ¡Weasley Te tiró! -saltó indignado.
- No fue su intención -aclaró. Draco la miró sorprendido.
- No creo que Potter vaya a pensar lo mismo... -comentó sarcástico, Hermione lo quedó viendo con incomodidad, pero antes de que ella dijese algo él se le adelantó.
- Por eso me enamoré de ti, por tu buen corazón. Siempre creyendo que todos tenemos algo noble en nuestro interior - Hermione lo miró con el ceño levemente contrariado, ¿era un cumplido o una crítica?
Draco sonrió con debilidad y la ayudaba a incorporarse, aunque se podría decir que él la cargaba. Hermione se tranquilizó al percatarse de que el estar de pie no le causaba ninguna molestia en el vientre. El rubio insistía en ir a un lugar más cómodo para que ella descansase, para su suerte la prefectura estaba cerca de ahí.
Una vez que la ayudaba a sentarse en un sofá de la sala, se volvía a poner de rodillas frente a ella.
- Cada vez estamos más separados... -la había tomado de las manos.
- Es que desde el principio lo estuvimos -dijo bastante incómoda.
- Claro, tú siempre lo amaste a él -aceptó, sintiéndose tonto por lastimarse él mismo. Y se puso de pie, evitando mirarla.
- Tú regresaste con Pansy -señaló la castaña.
- Tuve motivos para hacerlo -se apresuró a decir, regresando a verla.
- No necesitas darme explicaciones -negó la chica, aclarando para que no se malinterpretara.
- No sabes cuánto deseo que te enamores de verdad de Pansy. Ella te ama -expresaba con voz anhelante, la castaña.
- Pansy no sabe amarse ni a ella misma, crees que va a poder amar... me -exclamó un tanto sarcástico, pero había algo extraño en su forma de finalizar la oración. La chica lo miró intrigada.
- Yo creo que sólo le falta que le enseñes a abrir su corazón, y darle confianza - El ojigris frunció el entrecejo con incredulidad. Pero muy en el fondo esas palabras eran sentenciantes para él, y daban fin a alguna esperanza de volver con ella. Y sí, era estúpido creer que existía alguna. Trató de mantenerse firme ante la presencia de Hermione.
Lo intento pero nunca salgo del abismo,
Y todo queda en nada.
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada.
Mientras mi cuerpo se resiste a caer, yo no te olvido mujer.
Muy dentro de sí mismo se estaba desmoronando, sin embargo sus ojos grises se atrevieron a mirar directamente los marrón de ella.
- ¿En verdad deseas que lo mío con Pansy, funcione? -dijo cabizbajo.
- Lo digo Sinceramente -afirmó con serenidad. Draco tragó saliva, y sintió como si le fuese a dar una infección en la garganta pues le dolía.
- ¡Gracias por enseñarme a amar! -exclamó con voz frágil, la ojimiel parpadeó un tanto impactada por esas palabras - Yo espero que seas feliz a lado del cabeza cortada, y sobretodo que sepa hacerlos felices. A ti y a tu bebé -Hermione sonrió, ni siquiera le molestó el hecho de que Draco se hubiese dirigido a Harry como el cabeza cortada. Gracias a él se podría decir que ella pudo salir con el ojiverde. El Slytherin iba hacia la salida cuando giró sobre sus talones y la quedó viendo fijamente.
- ¿Jane, me puedes dar un abrazo? -preguntaba con un leve titubeo.
- No lo hagas más difícil -musitó la chica, sintiéndose más incómoda. Él parpadeó y negó en silencio.
- ¿Terminaste, Malfoy? -interrumpió una rubia.
- ¡Luna, cuídala mucho! -se dirigió a la chica de ojos azules, y salió de la prefectura.
- ¿Y a éste qué mosca le picó? -exclamó extrañada, viendo marcharse al rubio. Hermione negó y la abordó con una cuestión.
- ¿Qué te dijo Ginny?
- Tranquila, no hablará -respondió Luna, convencida. Dejando de pensar en el extraño comportamiento del ojigris.
- Cómo estás tan segura -la vio un tanto incrédula, la castaña.
- No le conviene -dijo embozando una sonrisita maliciosa. Hermione arqueó una ceja, aún dudosa.
- Mira, si va con el chisme al profesorado no gana nada, pues te apuesto lo que quieras a que ya lo saben. Y si va con Harry, ya puede irse comprando un nuevo vestido para tu boda.
- ¡Luna! -protestó la ojimiel.
- Así que no creo que suelte la sopa -agregó sin inmutarse por la reprimenda, y se sentaba a lado de su amiga con toda tranquilidad. La castaña la miró ceñuda.
- Insisto en ir a la enfermería -expuso la rubia.
- No, mejor subimos -contradijo la de rulos, poniéndose de pie con precaución.
- No te estoy preguntando -exclamó terca y un tanto imperativa, la Ravenclaw.
*-*-*-*-*-*-*
Oh lo intento salir del abismo...
Y todo queda en nada...
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada,
Mientras mi cuerpo se resiste a caer, yo no te olvido.
Draco caminaba distraído por los desiertos pasillos del colegio, iba absorto en sus pensamientos... Pensamientos que parecían gritos silenciosos que nadie escucharía jamás. Aún no se creía que acababa de renunciar a la mujer que amaba, al menos intentaría olvidarse de ese sentimiento; de salir de ese profundo abismo de amor que sentía por Hermione.
Mientras mi cuerpo se resiste a caer,
Yo no te olvido mujer.
*****
Notas: La canción es de Ricky Martin "Y todo queda en nada".
Hermione finalmente aceptó que Luna la llevase a la enfermería. Cuando le platicaron a la enfermera qué había ocurrido (aunque la versión fue modificada para no afectar a Ginny, dejándola ver como un accidente y no el resultado de una discusión). Aún así le llamó severamente la atención a la castaña, por andarse exponiendo a tal peligro. Afortunadamente no todo fueron regaños, madame Pomfrey les dijo que el bebé estaba en perfectas condiciones y no había de qué preocuparse. Sólo que no estaba de más que guardase reposo y estuviese tranquila el resto de la tarde.
Al salir de la enfermería fueron a la torre de premios anuales. La rubia acomodó a su amiga en la cama y le acondicionó las almohadas para un mayor confort.
- Luna, cómo dejaste todo en Hogsmeade -preguntó Her, un tanto intranquila.
- Harry se quedó quistecito, pero ten por seguro que no tarda en subir a buscarte -respondió la ojiazul.
- Qué le voy a decir, no tenía planeado esto -negó apesumbrada.
- La verdad, no siempre lo planeado resulta -comentó Luna, viendo a su amiga y negando con la cabeza.
- Pero tenemos que pensar qué le vas a decir -agregó reflexiva, la rubia - Aunque en mi opinión, deberías decirle la verdad. Digo no pasa de que se desmaye -dijo con un descomunal esfuerzo por no reírse, al imaginarlo. Hermione emitió un leve chillido, alarmado.
- Era broma. Tranquilízate, que eso no le hará nada bien a mi sobrinito -aclaró la ojiazul, con presura - Recuerda, la clave es la tranquilidad. La castaña la miró arqueando una ceja, con sarcasmo.
- Mira, tú relájate. Iré por una sorpresa que tenía preparada y hará que se te olvide algo el mal rato que te hizo pasar la torpe de Ginevra.
- ¡Luna! -regañó.
- Todavía la defiendes, qué tal si hubieras caído mal y lo perdías Herm. ¡Ella iba a asesinarlo! -repuso indignada, la Ravenclaw.
- ¡No lo digas ni de broma! -chilló escandalizada la de rulos, estremeciéndose y abrazando su vientre. Luna gruñó, pero no siguió objetando por el bien de su amiga.
- Ok, Ahora vuelvo -se dirigía a la salida.
- No, ahora te vas -quiso bromear. La rubia la regresó a ver brindándole una sonrisa, más relajada.
*-*-*-*-*-*
No necesito más de nada,
Ahora que.
Me iluminó tu amor inmenso,
Fuera y dentro.
Cuando Hermione se quedó sola comenzó a acariciar su vientre con ternura... Estaba demasiado aturdida, habían pasado muchas cosas en un solo día.
Primero sentía que Ron estaba a punto de descubrirlas. Segundo, la madre de él la sentenció con dureza. Harry la dejó en evidencia frente a los Weasley, que ahora pensarían lo peor de ella. Draco la desconcertó con esa extraña conversación, para colmo su bebé estuvo en peligro dos veces gracias a cierta pelirroja. Y aunque la primera no fue directamente ella, sino sus solidarias amigas. La segunda fue más que una tentativa sin intención, que iba a lastimarla.
Créeme esta vez,
Créeme porque.
Créeme y verás,
No acabará más.
- Te iba a perder... Perdóname bebé. Perdona que tu mamá sea tan tonta, Tan cobarde. Pero te juro que nada ni nadie te hará daño -exclamó, sin poder evitar soltar un sollozo.
- Créeme... -apretó sus ojos, sus pestañas se humedecieron cuando un par de lágrimas se escaparon.
No podía creer cómo había sido tan tonta como para haberle dado prioridad a otras personas antes que a su propio hijo.
- Tú eres lo más importante que tengo -le dijo a su bebé.
Tengo un deseo escrito en alto,
Que vuela ya.
Mi pensamiento no depende de mi cuerpo.
En eso fue sacada de su ensimismamiento, la puerta de la habitación se abría... Entrando por ella una chica vestida con jeans de mezclilla deslavada, una blusa sin mangas, color azul verde. Y unos tennis del mismo tono de la blusa.
- Hola -saludó la pelirroja, con un modo un tanto exagerado de su tono de voz.
- Ginny... -Hermione regresó a verla, sorprendida. Pero de inmediato la miraba con recelo.
- Debería suponer que no fue planeado -comenzó, viendo insinuante hacia el vientre de la castaña. Ella abrazó su vientre y le lanzó una mirada de advertencia a Ginny. Ésta arqueó una ceja - Quién lo iba a decir. Que tú, la santurrona con valores morales muy arraigados. Resultara ser la primera de las tres, que tendrá un bebé -dijo sarcástica, recargándose en uno de los barrotes de la cama.
- Si viniste a criticar te voy a pedir que te vayas, no eres bienvenida en esta habitación -atajó ofendida, la ojimiel. Mirándola con desafío.
- En realidad vine a hacer las paces -repuso Ginny.
- ¿Tú, las Paces? -ironizó incrédula, la de rulos.
- No voy a luchar contra un bebé -subrayó con obviedad, la pecosa.
- O sea que si no estuviese embarazada te atreverías a ser mi rival -inquirió molesta, la castaña.
- Lo haría, sin embargo estoy en desventaja -expuso con una sinceridad demasiado cínica.
- Siempre lo has estado -señaló Hermione.
- Será porque yo sí juego limpio -apretó los dientes, se había acercado hasta el lado derecho de la cama.
- ¿Limpio? ¡Llamas jugar limpio, cuando desde hace mucho sabías lo mío con Harry y fingiste ser la víctima para manejarme! -Hermione se había incorporado de la cama, para encararla.
- Vamos Hermione, no quiero otro incidente como el de hace rato. No seré yo la causante de tu tragedia -recalcó con aparente ingenuidad, retrocedía hacia el sillón de la ventana.
- ¡Entonces vete, porque gracias a ti el día de hoy estuve a punto de perder a mi bebé! -exclamó con enojo, en sus ojos marrón había reclamo.
- ¡Oye, yo no te empujé a propósito! -objetó la pelirroja, con voz de inocencia.
- Sólo vete -terció la castaña, sin querer ahondar en detalles y revelarle también el intento de sus amiguitas.
- Está bien, mañana te buscaré para hablar. Cuando estés más tranquila -aceptó, dirigiéndose hacia la puerta. Hermione la veía alejarse, con los brazos cruzados y una mirada peligrosa.
- Y descuida, ya no necesitas enviar a Luna para amenazarme. No le diré a nadie lo de tu embarazo, tampoco a mí me conviene -la pelirroja regresó a verla y acentuó con acidez.
Créeme esta vez,
Créeme porque.
Me haría daño ahora, ya lo sé.
- Es increíble que esa sea la dulce Ginny -suspiró con decepción, cuando la vio salir.
- Por favor, ¿dulce? ¿De dónde? -soltó sarcástica, la vocecita.
- Éramos las mejores amigas -dijo con lamentación Her.
- No debes confiar en ella -previno su voz interior.
- No creo que se atreva a hacerle daño a mi bebé -negó, convencida.
- ¿Quieres comprobarlo? -le soltó irónica.
- Tal vez tengas razón, no puedo confiar en mi rival de amores -concedió la castaña, volviendo a acomodarse sobre su cama.
Hay, gran espacio entre tú y yo.
Cielo abierto que ya,
No se cierra a los dos.
Pues sabemos lo que es necesidad.
Luna entró en la habitación con un motón de libros y revistas en los brazos.
- Ya vine... -exclamó bastante agitada, como si hubiese regresado a la torre corriendo. Dejó caer los ejemplares que traía sobre la cama de Hermione, a sus pies.
- ¿Qué es todo esto? -preguntó asombrada, la ojimiel.
- Información y sabiduría -contestó de inmediato la Ravenclaw. Hermione seguía mirando los libros y las revistas, de manera negativa.
- A ti te gusta leer, y te será de mucha utilidad saber algo más que no sea magia - expresó Luna. La castaña, quien había tomado una de las revistas, la dejó caer bruscamente y miró ceñuda a su rubia amiga.
- Bueno, digámosle que esta es magia materna -añadió la ojiazul, poniendo una sonrisita inocente. - Ya estuve leyendo algunas de estas revistas, y créeme que se necesita de mucha paciencia y abnegación para todo lo que se te viene -se había sentado a lado de su amiga, sobre la cama de ésta.
- No me gustaría estar en tus zapatos -rotundizó, con cara de: yo paso - No por ahora -rápidamente agregó, al ver nuevamente la mirada fulminante que la había lanzado Hermione.
- ¿De dónde las sacaste? -preguntó una vez que su expresión se había relajado, comenzando a hojear una de las revistas que se titulaba "Ser Mamá" - Luna sonrió con suficiencia, adoptando una expresión de pícara malicia.
- Recuerdas que en la biblioteca no hay nada de esto - Her asintió - Pues mi padre tiene sus contactos con editoriales, mágicas y muggles. Así que le dije que me consiguiera revistas que les sirviera a las futuras mamis, y algunos libros de nombres para bebé.
- No le habrás dicho que... -balbuceó algo pálida, la ojimiel.
- Descuida, le dije que era para una tarea -contestó con una sonrisa de total tranquilidad.
- ¿Y te creyó, así de fácil? -inquirió incrédula, la Gryffindor.
- ¡Jamás le he mentido a mi papá! Además él no le vio el problema, y mucho menos sospecha nada -puntualizó Luna, con solemnidad. Hermione la miró de forma escéptica.
- Al menos no de ti -admitió finalmente la Ravenclaw.
- Quieres decir que... -Hermione vio insinuante a su amiga. Luna asintió a la frase inconclusa.
- Cuando me las dio me dijo que sí le gustaría ser abuelo, sólo que en un par de años.
- ¡Ves! -recalcó la castaña, para hacerle ver que tenía razón.
- Mira, El que nada debe nada teme -dijo Luna encogiéndose de hombros, sin darle mucha importancia al hecho.
- Como si tú y Ron, nunca... -comenzó intencional la de rulos.
- Herm, nosotros somos concientes -se precipitó a resaltar, sin fijarse que con su comentario había pasado a traer a su amiga.
- ¿Y yo no? -se quejó sarcásticamente, Her.
- Tú eres caso especial -sonrió vacilante la ojiazul, al darse cuenta de su metida de pata. Hermione seguía mirándola con el entrecejo fruncido.
- Olvídalo, mejor ponte a leer este libro. Vi algunos nombres que me gustaron mucho, pero checalos no? "Nombres Exóticos para bebé" -le daba un libro de pasta azul y letras rojas. Hermione lo tomaba, lo abría y comenzaba a leer.
Nuestro nombre es de vital importancia, es la tarjeta de presentación que nos abre las puertas en toda ocasión. Y un nombre sonoro, distinto y bello proporciona un carisma difícil de igualar...
- Sabes, para niña me gusta el nombre de Jamie -Luna interrumpía su lectura, señalando el nombre en la pagina de un libro titulado: Nombres perfectos para el recién nacido. A la castaña le parecía un bonito nombre, pero antes de que hiciera un comentario al respecto la rubia aplaudía demasiado exaltada.
- ¡Me Encanta!, le diré Jamie desde ahora -exclamó con júbilo, acariciando repentinamente el vientre de su amiga.
- Me gusta, pero se llamará Jamie cuando tenga una niña. Este bebé es niño -observó la ojimiel, poniendo una mano también sobre su vientre, a lado de la de su amiga.
- Sí, como tú digas -retiró su mano y le daba por su lado a la de rulos. Hermione la miró negando. Estuvieron concentradas leyendo varios libros más, por un lapso aproximado de quince minutos.
Víveme sin miedo ahora,
Que sea una vida o sea una hora.
No me dejes libre aquí desnudo,
Mi nuevo espacio que ahora es tuyo, te ruego.
- ¿No te ha gustado ninguno? -preguntaba curiosa e impaciente, Luna.
- Pues... -iba a responderle cuando la rubia pegó un gritito emocionado.
- ¡Mira Este!- dijo señalando el nombre y leyó: Hayyim, es de origen árabe. Me agrada -decía la ojiazul, haciendo un gesto entusiasmado. La ojimiel la vio con cara de What? - Es una variante de Jaime y significa "vida", se pronuncia Heyyim -terminó con una enorme sonrisa. Hermione arqueó una ceja.
- Es perfecto, ¿no? -preguntó, insistente con la mirada.
- Tendría que consultarlo con Harry -murmuró vacilante, la de rulos.
- Tendrás que darte prisa. Según la revista padres e hijos es bueno comenzar a llamarle por su nombre desde el vientre -aseguró con firmeza, Hermione abrió levemente la boca, mirando con un asombro indignado a su amiga.
- Bueno ya -dijo la rubia, sin darle mucha importancia a esa mirada de la ojimiel.
- Este es el que más me gusta, checa: H de Harry y Hermione, A de Harry. Y como suena Hey, parece el principio de tu nombre, Her. yim, Y de Harry , im también son letras que conforman tu nombre, Hermione. Además yim suena como a James o Jane. Y Jaime es la variante en castellano del segundo nombre de tu novio.
- Está bien, por ahora le llamaremos Hayyim -concedió la de rulos, un tanto fastidiada.
- ¡Es estupendo!, ¿No crees? -exclamó entusiasmada la ojiazul, la castaña la miró ceñuda. - Bueno, para el segundo nombre tengo una larga lista, aunque tengo una más larga en los nombres de niña. Pero si tú dices que es niño, ahí te van -Luna ignoró ese gesto.
- Alan, Aldo, Barry - Que bien se parece mucho al de Harry, sólo cambia una letra -hizo un paréntesis luego continuó - Brian, Habib, Heikki
- Que es la variación en finlandés de Harry o del castellano Enrique -hacía una nueva intervención - Joshua, Joel, Jacob, John, Kenneth
-Hermione la veía aturdida.
- Definitivamente me gusta Hayyim -intervenía antes de que su cabeza explotase por tantas palabras a la vez. Luna parpadeó contenta, luego buscó algo a su alrededor.
- Oye, yo traía una revista de maternidad donde dedicaban 4 páginas completitas a los nombres de bebé -dijo la rubia - ¡Diantres!, Debió perderse cuando choqué con la menza de la tal Claire Taylor. La amiga de vanidosa Parkinson -bufó molesta.
Hermione se había quedado concentrada en sus pensamientos, analizando el significado del nombre de su bebé y sin prestarle mucha atención a lo que decía su amiga.
- Vida... Eso es lo que significa este bebé para mí. Una nueva vida -se dijo a sí misma, con una seguridad que hasta ella le sorprendía. Sin embargo ahora ya no podía imaginarse la vida sin su hijo.
- ¡Ach!, ahí venían como 3 nombres que subrayé pues me gustaron mucho -gruñó enfadada, Luna.
Víveme sin más vergüenza,
Aunque esté todo el mundo en contra.
Deja la apariencia y toma el sentido,
Y siente lo que llevo dentro.
- ¡Ya, suficiente! Ganaste, te juro que se llamará Hayyim -exclamó desesperada, un tanto harta, Hermione.
- ¿Sí? -saltó incrédula, la rubia.
- Sí -afirmó la castaña.
- ¡Maravilloso! Hola, Hayyim -frotaba el vientre de su amiga - Creo que le gusta -sonrió ampliamente.
- Luna, es demasiado pronto para percibir bien sus movimientos -observó algo sonrojada.
- Herm, su padre es hiperactivo Harry. No esperes que sea un niño quietecito -dijo con una sonrisita burlona.
- ¡Luna! -le llamó la atención, mirándole ceñuda.
- No me regañarás por decir la verdad -sonrió sin inmutarse.
- Eres imposible, sabes? -observó malhumorada, la ojimiel.
- Ser imposible es mi mejor cualidad -dijo Luna irguiendo el cuello, orgullosa. Hermione la miró estupefacta.
- No te quejes -repuso la ojiazul, antes de que la ojimiel replicara. Luego se dirigió a la puerta.
- ¿Y ahora adónde vas? -preguntó seria, la de rulos.
- No creas que se me olvidó que por la desgastadora charla que tuviste con mis suegros y esa rápida huída, no probaste bocado -señaló.
- Le pediré a los elfos que te preparen tus famosas croquetas de atún. Para qué queremos que mi sobrino nazca con cara de atún -dijo estremeciéndose exageradamente - Y mira qué con que se parezca a Harry ya es suficiente -añadió con un acento burlón.
- ¡Luna Lovegood! -exclamó fuertemente, lanzándole una fulminante mirada.
- No te enojes, piensa en tu lugar feliz -vaciló, esta vez sí creía haber metido la pata. Sin embargo no se mostró intimidada y salió sonriendo.
Y te transformas en un cuadro,
Dentro de mí.
Que cubre mis paredes blancas y cansadas.
Una vez que Luna se marchó la castaña relajó la expresión y comenzó a embozar un dulce sonrisa.
- Ay bebé... yo creo que sí te parecerás mucho a tu papá, y así quiero que sea -suspiró ilusionada.
- Que saques sus ojos, sus orejas, su nariz... su tierna sonrisa, y hasta su rebelde cabello -soltó una traviesa risita, imaginándose a su hijo.
- Me siento afortunada por ser yo tu mamá, y no Ginny o Cho -sintió un vuelco al corazón sólo con pensarlo.
Créeme esta vez,
Créeme porque.
Me haría daño una y otra vez.
- Ya no debo volver a pensar en el pasado -negó, regañándose.
Flash Back
Transcurría el invierno de quinto grado. Harry entró en la sala común, ella fingió atención a lo que escribía. Pero sintió cuando él se sentaba a su lado.
- ¿Por qué te has tardado tanto? -preguntó el pelirrojo, desde el piso. Él no había contestado a la pregunta formulada por Ron.
- ¿Estás bien, Harry? -entonces ella se atrevió a cuestionarlo pues su amigo parecía en una especie de trance.
- ¿Qué pasa, te ocurrió algo? -volvió a preguntar el pecoso, apoyándose en su codo para ver mejor al de gafas. Hermione notó la ausencia de su amigo ojiverde e inmediatamente tomó las riendas de la situación.
- ¿Es Cho? -preguntó con seriedad. -¿Te ha abordado después de la reunión? - Harry muy sorprendido, asintió con la cabeza. Mientras Hermione lo seguía mirando con Severidad.
- ¿Y... qué quería? -preguntó Ron, fingiendo indiferencia.
- Pues... -empezó a decir el ojiverde, con voz ronca; luego se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo - Pues ella...
- ¿Se Han Besado? - Inquirió Hermione bruscamente. Harry asintió con la cabeza, miró a Ron y luego a Hermione, quien tenía el entrecejo fruncido.
- ¡TOMA! -exclamó Ron en tono triunfante. Hermione le lanzó una mirada de profundo disgusto a su amigo pelirrojo y continuó escribiendo su carta. Necesitaba disimular y contenerse la tristeza, pero no podía fingir una alegría que no sentía. Moría por subir corriendo a su habitación y refugiarse, huir de la realidad. Era el principio del fin, hoy era Cho mañana quizás Ginny... O Cho misma continuaría teniendo el amor de Harry. Y ella, tendría que seguir ocupando el lugar de la mejor amiga.
Fin Del Flash Back
Si, entre mi realidad.
Hoy yo tengo algo más,
Que jamás tuve ayer.
Necesitas vivirme un poco más.
Una angustia que la acompañó desde ese momento, la cual sintió liviana a final de quinto curso, cuando Harry parecía haber perdido el interés en Cho... Pero que pareció recobrar intensidad ante la insistencia de la oriental, que aparentemente no le desagradaba al ojiverde. Hasta que él mismo le devolvió las esperanzas, aquella tarde después del último partido Gryffindor vs. Ravenclaw, a final de sexto curso.
Flash Back
- Lo de Cho fue algo pasajero, y hoy le he puesto fin a eso. Por fin podré quitarme de encima su atosigamiento -fueron dos frases de Harry lo que le devolvió el alma al cuerpo.
- ¿Ah sí? Y por qué no lo habías hecho antes -salieron estas palabras sin poder detenerlas. Sorprendiéndola, y más a él, pues sonaron a reclamo.
- Ah... porque no tenía tiempo para perderlo con ella -contestó confundido, pero sincero en su respuesta.
- Oh... ¿Entonces ya no la quieres? -cuestionó dudosa y esperanzada, más que una cuestión parecía querer expresar su alegría.
- No, nunca la quise. Sólo fue enamoramiento físico, eso fue todo. Un error, pero se acabó -le vio de manera aliviada, y ella le devolvió la mirada alegre. Un brillo especial hubo en esos ojos marrón.
Fin Del Flash Back
- Quién me diría que hace un año vivía en la desesperanza y estaba resignada a seguir siendo la mejor amiga de Harry el resto de mi vida. Y ahora tú vienes a darle alegría -suspiró - A comprobarme que no me equivoqué al bajar esa noche... -pasó una suave caricia sobre su vientre.
Flash Back
- No sé, Crookshanks. No sé si sea correcto ir al encuentro con él, tengo miedo de que nos descubran y... - la ojimiel acariciaba al minino que estaba a lado de ella, sobre su cama.
- ¡Oh, Crookshanks! Últimamente, cuando dormimos juntos, me pone nerviosa... Es como un escalofrío placentero el que me recorre las venas cuando siento su piel tan cerca. Eso me asusta, ¡y mucho! Pues no sabré cómo seguir disimulando lo que su ser me hace sentir... -el gatito soltó un maullido.
- Tengo tanto miedo de rendirme completamente a sus brazos esta noche... ¿Debo ir, Crookshanks? -detuvo las caricias, debatiéndose en sí misma. - Me está esperando y yo le di mi palabra de ir. ¿Pero desde cuándo mi palabra ya no vale nada? -unas lagrimillas salieron al recordar a su amiga pelirroja.
- Sabes mino, sí iré -se incorporó - Si esta noche es la decisiva, haré lo que mi corazón me dicte y no mi razón... -acarició por última vez al micho y tomó la sudadera amarilla pastel de su armario.
Fin Del Flash Back
- De no haber ido tal vez no vendrías... -exhaló un suspiro, negando. En eso reparó en la portada de una de las revistas que Luna le había llevado. Estaba una futura mamá acariciando su pancita. - El embarazo puede ser muy placentero y motivante. No pierdas oportunidad de disfrutarlo, pues es una experiencia única. -leía.
- Pero es que ella no lo estaba disfrutando. Al contrario, se empeñaba en ocultarlo. -se sintió culpable.
Víveme sin miedo ahora,
Que sea una vida o sea una hora.
No me dejes libre aquí desnudo,
Mi nuevo espacio que ahora es tuyo, te ruego.
- Sé que te he arriesgado, como arriesgué mi noviazgo con tu papi. Todo por mi absurdo miedo a lo que digan los demás -apretó los labios, con reproche hacia ella misma.
- Si te hubiera perdido nada sería igual... Vio en su mente el dolor en la cara de Harry, la frustración ante la pérdida del bebé. Su reclamo hacia ella... -No fue capaz de continuar imaginándolo, un nudo en la garganta se lo impidió. No sabía si en verdad Harry la hubiese perdonado ocultarlo, y si hubiesen podido seguir juntos con la ausencia del niño.
Tuvo ganas de llorar pero en eso Luna llegaba con una charola llena de comida, ella abría los ojos notablemente, sorprendida.
Víveme sin más vergüenza,
Aunque esté todo el mundo en contra.
Deja la apariencia y toma el sentido,
Y siente lo que llevo dentro.
Después de obligarla a comer una sopa de verduras y tras una reprimenda de Hermione hacia la rubia, por sus comentarios en el desayuno. La castaña le contaba lo que había recordado. Luna la regañaba, y la convencía de que decir la verdad nunca había sido más importante, ni necesario.
- Tienes que decírselo esta misma noche a Harry, no hay de otra -dijo con seriedad, la ojiazul. Hermione asintió.
- Bien, voy a las cocinas. Dobby me prometió un recién horneado pay de zarzamora y queso -dijo, saboreándose.
- Luna, pienso que salir con Ron te ha hecho daño -comentó con una risita burlona.
- Herm, si yo te dijera el daño que le ha hecho a tu actitud ser la novia de Harry. Me tardaría un buen rato -la Ravenclaw embozó una sonrisita triunfal.
- Voy a bañarme - la ojimiel dejó de sonreír y arrugó el ceño.
- Nos vemos más tarde -se despidió la rubia, sin dejarse intimidar. - O mañana -corrigió - Y me cuentas cómo te fue con el atolondrado de tu novio -antes de que la castaña le dijera algo Luna salió corriendo. Hermione se limitó a poner los ojos en blanco, entonces se incorporaba para dirigirse al baño. No sabía si era su imaginación, pero sentía los latidos de su bebé en su interior.
- No me importa si la señora Weasley me detesta, si Ginny me odia o si nunca recupero su amistad. Aunque los demás estén en mi contra, o mis padres se desilusionen de la hija "modelo". Voy a aceptar delante del mundo entero que te estoy esperando -determinó con seguridad.
Había llegado el momento de dejar de comportarse como una niña asustada que podía arreglar las cosas a su manera, evadiendo realidades y responsabilidades. Era hora de madurar y prepararse para ser mamá.
Has abierto en mí,
La fantasía.
Me esperan días
De una ilimitada dicha.
Es tu guión, la vida mía.
Me enfocas, me diriges,
Pones las ideas.
- Ya no temo al futuro, porque tú estás aquí. Tú has cambiado mi modo de ver la vida -sonrió.
- Esta noche tu papá compartirá conmigo esta dicha. Y mañana iré al pueblo para hacerle unos ajustes a los uniformes y ya no nos queden tan apretados las últimas dos semanas que nos faltan de clases. Te sentirás cómodo -dijo a su bebé.
Víveme sin miedo ahora,
Aunque esté todo el mundo en contra.
Deja la apariencia y toma el sentido,
Y siente lo que llevo dentro.
Mientras tanto en la habitación de los chicos de 7° de la torre Gryffindor...
Ellas son como una fantasía,
Que se aloja en mi cabeza.
Mi debilidad y mi energía,
Y esa razón primera.
Harry se encontraba sentado en su sitio favorito, el alfeizar de la ventana. Mientras miraba a través de ésta cómo el sol se ocultaba dejando una mezcla de naranjas y rojizos colores sobre los terrenos del colegio... Aunque en realidad estaba pensando cómo estarían las cosas con Hermione después de su metidota de pata al dejarla en evidencia frente a los Weasley. Ron, quien estaba sentado en su cama con las rodillas flexionadas hacia él, observaba a su amigo y pensaba la mejor forma de animarlo; sin embargo prefirió quedarse callado.
- ¿Ron, me harías un favor? -preguntó el ojiverde, volteando a ver a su amigo y rompiendo el aburrido silencio.
- Claro -atinó a exclamar por haberlo tomado de sorpresa.
- ¿Irías a ver cómo anda el terreno con Hermione?
- Menos ese -aclaró con presura, el pelirrojo.
- Ronald -el de gafas hizo cara de sufrido.
- ¡No estoy loco! -negó rotundamente el pecoso. - Me estás enviando al campo de batalla. Claro, que me pegue a mí, ¿no? -dijo sarcástico, aventándole un almohadazo al de gafas. Harry pasó por alto el ataque y continuó mirándolo insistente.
- Sabes cómo es Hermione cuando se enoja, que tal si se desquita conmigo. ¡No señor! -volvió a negar enérgicamente, el ojiazul.
- No te va a hacer nada -el ojiverde lo miraba como si aquel comportamiento fuese demasiado infantil.
- Um, cómo se nota que no te han tocado sus tiernas caricias -ironizó Ron, mientras se pasaba una mano por su mejilla derecha como si se sobase un reciente golpe.
- Créelo, ya las sentí -declaró Harry, recordando la vez de su rompimiento con Hermione.
- Entonces ahora me entiendes, fue horrible saber cómo se sintió arrogante Malfoy después de la bofetada que le plantó Hermione en tercero. A mí me ardió la cara durante una semana -gruñó el pelirrojo. Harry frunció el entrecejo al escuchar nombrar a Draco.
- Ves por qué no quiero pararme frente a ella -Ron siguió argumentando sin haberse dado cuenta de la molestia de su amigo.
- Eres un cobarde -señaló el ojiverde.
- No, soy precavido -corrigió ofendido, el ojiazul. Harry soltó un sonidito de sarcasmo burlón.
- Harry, soy solidario no suicida -puntualizó, sentándose frente a él. El ojiverde le volteó la cara.
- Está bien -cedió - Que conste que lo hago porque ustedes estén bien, no me agrada verlos separados -declaró el ojiazul, con heroísmo resignado.
- Acabas de Ganar mi eterna gratitud -Harry lo regresó a ver, sonriendo.
- Con gratitud no me curo el ardor de las bofetadas que me dé tu novia. Me conformaría con regresar sin mis mejillas lastimadas -dijo con un tono de sufrimiento exagerado, aunque en realidad sí tenía miedo de la reacción de su castaña amiga.
Harry negó con una sonrisa mientras Ron salía de la habitación.
*-*-*-*-*-*
Ellas me enamoran y me dan vida,
Y me alegran la tristeza.
Ellas son mi filosofía,
Y la pasión de veras.
Al pelirrojo se le ocurría tomar un atajo hacia la torre de premios anuales; para su desgracia se había topado con Claire Tylor, la mejor amiga de Pansy Parkinson. Y por increíble que suene, quien anduvo detrás de sus pecas todo sexto grado. La chica caminaba a unos pasos por delante de él y el ojiazul prefirió dejarla avanzar una considerable distancia para que la Slytherin no pensara que la seguía. En eso la vio doblar el pasillo y escuchó los quejidos de Claire y los gritos de...
- ¡Fíjate Por Dónde Vas, Lunática Lovegood! -chilló histéricamente la Slytherin.
- Mejor fíjate tú, ¡Con urgencia necesitas un par de lentes! -acentuó sarcástica, a la rubia se le habían caído la pila de libros y revistas que llevaba en los brazos y por los cuales no había visto venir a Tylor.
- ¡Torpe! -soltó despectivamente, Claire.
- ¡Serpiente! -respondió a la ofensa, mientras recogía rápidamente sus libros y revistas del suelo.
- No sé cómo Ronald se fijó en ti, si eres tan desabrida -la miró por encima del hombro.
- ¿Qué dijiste? -Luna la encaró, mirando a la Slytherin como si fuese un bicho molesto.
- ¡Desabrida! -repitió con desdén Tylor. Pero cuando Luna estuvo de nuevo a su altura no pudo ocultar lo intimidada que se sentía, sin embargo seguía con esa pose de superioridad típica en los Slytherin. La Ravenclaw se acercó a ella con un brillo peligroso en la mirada, la chica de cabellos caoba y ojos azules retrocedió sin querer dos pasos. La rubia sonrió con malicia traviesa.
- Claire, no tengo nada en contra de los pobres espejos. Pero cómprate uno y ojalá no lo quiebres cuando te veas en él -dijo soltando una risita burlona, luego siguió caminando tranquilamente.
- ¡Idiota! -murmuró Claire y también retomó su camino, sólo que a zancadas.
Cada noche parecen princesas,
Y te roban el corazón.
Ellas, tan dulces y tan bellas.
Te hacen ver estrellas,
Cuando mueven sus caderas.
Ron se asomaba precavidamente detrás de la pared del pasillo, las dos chicas ya se habían marchado pero entonces encontraba en el piso una revista titulada Mi bebé y yo. Su expresión era de desconcierto hasta que en la contraportada leía: Propiedad de Luna Lovegood, Ravenclaw sexto curso.
En la habitación de Hermione...
- Acábatelo todo -ordenaba la ojiazul, mientras la castaña ponía una expresión de fuchi.
- Herm, no tocaste tus dichosas croquetas de atún. Por lo menos termínate bien la sopa -regañó la Ravenclaw.
- Luna, basta de comer -protestó la castaña, empujando la cuchara de su propia boca, que su rubia amiga insistía en darle, con sopa de verduras. (Pero del otro lado de la puerta que estaba entreabierta se encontraba un pelirrojo, quien tardó algo en poder entrar a la torre ya que Sir Cadogan se lo había impedido hasta que adivinase otra de sus brillantes contraseñas.)
- Oye, quizás tú no tengas hambre. Pero a mí sí que me va a hacer daño no comer -se quejó Luna, frotándose el estomago.
- Además piensa, tengo un bebé que cuidar -esta vez tocaba el vientre de su castaña amiga, gesto que Ron no podía ver desde donde estaba. - Aunque te parezca exagerado de mi parte -agregó al notar la mueca que había hecho Hermione.
- Ten cuidado con lo que dices, que no se vaya a dar cuenta Ron -advirtió la ojimiel.
- Ni lo digas, no nos la acabamos -negó, estremeciéndose exageradamente.
- Pues tal parece que eso quieres -acentuó con reproche, Her.
- ¿Yo? -la rubia se hizo la desentendida.
- Sí, tú. Tu novio es lento no menzo -señaló la de rulos, Ron enrojeció detrás de la puerta pero se contuvo para no ser descubierto, quería saber de qué rayos estaba hablando Hermione - No creas que no se dio cuenta: Ay mi bebé va a nacer con cara de fruta -hizo una imitación burlona de la voz de su amiga ojiazul.
- Vamos Herm, también te reíste -Luna le miró risueña. Hermione contra su voluntad le concedía la razón, y lentamente se contagiaba de su sonrisa.
- De ahora en adelante debemos ser más precavidas. Recuerda, nadie más se puede enterar de que este bebé viene -puntualizó la castaña, tocándose el vientre. Nuevamente el pelirrojo no podía ver esto. - Menos Ron -agregó recalcando.
- Por favor Herm, yo soy la menos interesada en que eso se sepa -aclaró con solemnidad la rubia. - Pero...
*-*-*-*-*
Ellas, que por amor se entregan.
Amigas, compañeras.
Eternamente y siempre
Ellas...
Ron ya no supo nada más de la plática de las chicas, había palidecido y en segundos su rostro adquirió un color verdoso. Salió corriendo hacia la torre Gryffindor.
No sabía ni cómo pero llegó a su habitación.
- Ron... -lo llamó el ojiverde cuando lo vio entrar. El pelirrojo no respondió, se había sentado sobre su cama como si estuviese en un trance.
- ¿Y a ti qué te pasa? -exclamó el de gafas, acercándose a él.
- Luna... -musitó.
- ¿Sí?, ¿Ron...? - Harry lo movía pero el ojiazul seguía en trance.
- Eum... -apenas y exhaló un balbuceo.
- ¡¿Le pasó algo a Hermione?! -saltó alarmado el chico de gafas.
- No, es Luna... -negó sin aliento, el pecoso.
- ¡Habla! - insistió preocupado.
- Ella... Está embarazada -balbuceó poniéndose más verde.
- ¿Cómo? -soltó impactado, el ojiverde.
- Ve esto -le daba la revista de bebés.
- Y eso qué, no significa que Luna... -contradijo Harry.
- Además la escuché hablando con Hermione -añadió antes de que el ojiverde terminase de hablar.
- Pero si las sospechas de Ginny eran hacia Her -decía sorprendido, sentándose frente a su amigo.
- Pues ya ves que no -sus ojos azules tenían varias lagrimitas acumuladas.
- Ron, tranquilízate. A lo mejor escuchaste mal. Digo, no creo que con la primera vez pase algo.
- No, no pasó. Ni con la segunda, ni la tercera... -balbuceaba.
- Ron. Tú y Luna... -lo regresó a ver rápidamente, con una expresión de asombro. Ron asintió con la cabeza a la pregunta inconclusa.
- Cuántas veces han... - El pelirrojo comenzó a hacer cuentas con los dedos, Harry lo miraba boquiabierto.
- Navidad, Año Nuevo, San Valentín, Mi Cumple, la final y el día que todos se enteraron que tú Hermione andan -finalizó conmocionado.
- ¡¿Seis?! -exclamó, casi ahogándose por la sorpresa.
- ¡Pero qué inconscientes e irresponsables son! -reprendió.
- Me perdonas, pero sólo no nos cuidamos las últimas dos -señaló el pelirrojo.
- No pues sí -el ojiverde arqueó las cejas con sarcasmo.
- ¡Rayos Harry, Qué voy a hacer! -Ron se pasaba sus sudorosas manos por el cabello, con ansiedad y desesperación.
- Bueno, Creo que tendrán que dar muchas explicaciones ahora que van a ser padres. Lo primero que dirá tu mamá es que se casen -opinaba el chico de gafas.
- ¡Harry! -exclamó de pronto, poniéndose de pie y sonriendo. Como si acabase de despejar su mente. El ojiverde dio un respingo por el sobresalto.
- ¡Eso es, Eres mi héroe! -se volvió hacia su amigo y lo besaba fuertemente en la mejilla derecha, con una mirada radiante.
- ¿Por qué? -Harry lo miraba asustado.
- Ahora con lo del embarazo Luna no tendrá excusas para que no nos casemos -contestó, saltando como un niño con juguete nuevo. Y se dirigió a la puerta.
- Ron, No. ¡Ey, adónde vas! -Harry lo siguió - ¡Ay no va a meter la pata peor que yo!
*-*-*-*-*
Con una fugaz sonrisa,
Hasta el alma te atraviesan.
Con tan sólo una caricia,
Te hacen suyo aunque no quieras.
El pelirrojo caminaba por los pasillos con presura hacia la torre de premios anuales. Pero en las escaleras se topaba con la rubia.
- Luna, tenemos que hablar -dijo seriamente, aunque la voz le temblaba.
- Sí, pero primero déjame ir por algo que se me olvidó a las cocinas - lo tomó por la muñeca y lo hizo avanzar.
- Tus antojos -saltó nervioso.
- Uy, se nota mucho -soltó la ojiazul, tocándose el estomago. Sin darse cuenta realmente de la intención en las palabras del pecoso.
- No, aún no -balbuceó tragando saliva, era verdad lo de su embarazo. Ella se lo estaba comprobando.
- ¿Eh? -musitó extrañada.
- Por qué no me lo dijiste -inquirió molesto, frenando de repente.
- ¿Decirte qué? -ella también se detuvo y lo regresó a ver confusa.
- Debiste decirme en cuanto te diste cuenta. ¿Qué vamos a hacer? Ahora sí tendremos que casarnos. ¡Luna, se va a notar pronto! Mi madre va a asesinarme, pero soy responsable -bombardeaba con preguntas y él mismo daba respuestas.
- ¿Responsable de qué? -lo miró sacada de onda.
- Ron, de qué hablas. ¿Estás bien?, ¿Quieres ir a la enfermería? -lo tocaba en la frente y rostro, como si estuviera delirando.
- ¡¿Luna, Te sientes mal?! -respingó alarmado, cargándola de improviso.
- ¡Ey, Alto! - comenzaba a patalear para que la bajase, El pelirrojo la dejaba.
- ¿Se puede saber qué te ocurre?, Por qué estás diciendo tantas incoherencias -reclamó, con el entrecejo fruncido y respirando agitadamente por el forcejeo.
- Cómo que incohe... -se trabó - Eso. ¡Luna, hablo del bebé! -exclamó desesperado.
- Ah
-se tranquilizó de momento, luego analizó la frase, volteando a verlo con los ojos como platos. ¡¿Cómo se había enterado Ron del bebé de Hermione?! Pero no pudo cuestionarlo.
- De que voy a ser padre -agregaba al instante el pecoso, interrumpiéndola.
- ¿Qué-qué? -respingó con sorpresa la rubia, sus pupilas azules se dilataron.
- Ron, Tú no vas a ser el padre. Vas a ser el tío -dijo con una risita burlona, acaba de comprender que su novio pensaba que era ella quien estaba embarazada.
- ¡¿Qué?! -saltó impactado el ojiazul.
- Harry es quien va a ser papá -repitió, tratando de contenerse la risa.
- Tú y ese cretino... -su rostro pasó del pálido nervioso al rojo furioso - Mal amigo -apretó el puño.
- Se atrevió a... Oh, lo mataré. ¡Lo juro! -comenzaba a caminar a zancadas. Luna lo siguió aprisa, al parecer el pelirrojo había entendido mal.
Te hipnotizan como hadas,
Curan tu melancolía.
Y de su atracción no escapas,
Tras sus pasos noche y día.
Harry, quien lo había ido a buscar pero las escaleras le jugaron una broma al cambiarse de lugar. Llegó por fin y se lo encontró en el camino.
- Ron... -pero antes de que dijese algo más.
- ¡Cómo Te Atreviste, Tú, Imbécil! -el pelirrojo lo había tomado por el cuello de su playera tipo polo, color roja.
- ¡Ron, Espera! -chilló la rubia, intentando quitárselo de encima a su amigo.
- ¿Tú estuviste de acuerdo?, ¡¿Me traicionaste con mi mejor amigo?! -regresó a verla.
- ¡Basta, Ronald! -gritó Luna. Él de momento había soltado a Harry. La Ravenclaw arrugó el entrecejo y miró de pies a cabeza al ojiverde, luego a Ron. Ambos chicos se voltearon a ver extrañados, aunque al parecer al pecoso de inmediato le volvió el pensamiento de que Harry lo había traicionado.
- Tendré malos gustos, pero no pésimos ratos -puntualizó Luna, negando enérgicamente mientras veía a Harry.
- ¡Ey! -protestó el pelirrojo, que había entendido la intención de su novia. Harry sonrió levemente.
- Se puede saber de qué hablan, porque no entiendo por qué Ronald me quería pegar -intervino el de gafas, Ron iba a responderle pero se le adelantó la ojiazul.
- De nada, Harry -se ponía entre el ojiverde y su novio, para que éste no se le fuese encima nuevamente.
- ¡Cómo Que De Nada! -bramó el pecoso. - Luna me dijo que...
- Hermione tiene que hablar contigo -exclamó apurada, tapándole a tiempo la boca a su novio.
- ¿Me va a cortar? ¡Luna, no puedo perderla por una estupidez! -se precipitó con angustia, el chico de cabellos revoltosos.
- ¡Ya te daré tu estupidez!, ¡Cómo Fuiste Capaz de...! -Ron se había desafanado de la mano de la ojiazul. Pero la chica lo calló con un hechizo enmudecedor y lo jaló hacia ella.
- Yo diría que es mejor que hablen -decía al ojiverde, Harry salió corriendo hacia la habitación de Hermione. Luna le deseó suerte a sus amigos para sus adentros, Ron la vio ceñudo, se le estaba olvidando quitarle el hechizo a su novio.
Sin saber te sentirás su presa,
Con sus brazos alrededor.
Ellas, tan dulces y tan bellas.
Te hacen ver estrellas,
Cuando mueven sus caderas.
- ¡Me quieres explicar qué está pasando! -exigió cuando pudo hablar.
- Ronald, yo no estoy embarazada -dijo tratando de sonar seria, pero el hecho de que su novio lo pensara le causaba gracia.
- ¿Ah no? -la miró como si lo acabasen de despertar del trance echándole un balde de agua helada.
- No. Y si lo estuviera, obvio que sería tuyo -soltó sin poder evitar un tono ácido. En parte la duda que él creyera que entre ella y el ojiverde hubiesen tenido algo que ver, la ofendía.
- Entonces... es Herm... -balbuceó, comprendiendo. La rubia asintió.
- Harry se va a enterar en unos minutos -dijo, Ron sonrió con pícara malicia - Pero promete que no dirás nada -se apresuró a decir la Ravenclaw. El pecoso negó con inocencia.
- Sólo tú debes saberlo. Salvo Ginny, Draco, el profesorado y madame Pomfrey -enumero con los dedos. - Nadie más debe enterarse, ¡eh! -recalcó.
- No pues quién falta -comentó con sarcasmo, Ron. Luna se encogió de hombros y comenzó a caminar, el pelirrojo la seguía.
- Si tú no estás embarazada, significa que no nos casaremos en el verano? -dijo con desilusión.
- Ron, ya habíamos hablado de eso... -se detuvo y lo miró ceñuda.
- Aunque debo admitir que me asusté de momento, pero luego me ilusionó la cercana idea de formar una familia -confesó, con cara triste.
- Lo seremos, pero más adelante. Cuando ambos estemos preparados -señaló Luna.
- Tienes razón -volvía a sonreír y abrazaba a su novia.
- Pobre de Harry y Hermione, ¡la que se les viene! -dijo burlón, avanzando hacia el pasillo de las cocinas tomado de la mano de la rubia. Luna puso los ojos en blanco.
- Por cierto, yo también me quedé con hambre -dijo apresurando sus pasos. La ojiazul se contuvo las ganas de darle un buen zape.
*-*-*-*-*
Ellas, que por amor se entregan.
Amigas, compañeras.
Eternamente y siempre
Ellas...
Ron y Luna fueron a las cocinas, los elfos atendieron con cordialidad a la rubia pero al pelirrojo lo miraban molestos por el abuso excesivo del chico hacia ellos y hacia la comida que preparaban, cada vez que se aparecía en éstas.
- Te malpasas, mi vida -se burló con sarcasmo, la ojiazul.
- Sí, la verdad -afirmó el pecoso, sin percatarse de la intención real del comentario.
- Con eso quise decir que dejes de comer, ya ni Hermione -puntualizó la Ravenclaw, dando un leve golpe en la mesa y miró ceñuda a su novio. Ron se pasó un pedazo de empanada de calabaza, se encogió de hombros y sonrió malicioso.
- Y hablando de... Cómo le estará yendo a Harry -expuso, con un brillo de curiosidad en la mirada.
- Espero que bien. Un bebé no es cualquier cosa -dijo Luna, con tono preocupado. Pensando en su amiga.
- Pues no -coincidió el pecoso.
- Haber cómo le hacen ahora que se note. La broncota en la que se metieron -comentó, volviendo a dar una mordida en su empanada y negando mientras se la saboreaba.
- Y pensar que por un momento creí que éramos nosotros los que estamos metidos en tamaño paquete -volvió a tragar algo rápido para poder hablar. - Ya oía los gritos de mamá -tomó leche y se aclaró la garganta - ¡Cómo Que Vas A Ser Padre, Ronald Weasley! ¡Dónde Tenías La Cabeza! ¡No Te Sirvió De Nada Todo Lo Que Te He Enseñado! -exclamó con una exagerada imitación de la voz de su mamá.
- Ya que la mencionas... ¿Qué pasó después de que yo me fui? -abordó la ojiazul.
- Dirás, lo que no pasó -aclaró rápidamente él.
- ¿Por? -lo miró intrigada.
- Verás, mi Mamá...
Eternamente
Flash Back
Los señores Weasley se acercaron a la mesa donde estaban los 4 chicos.
- Harry, mi esposa tiene que decirte algo -habló Arthur Weasley. El de gafas volteó a ver a la madre de su amigo, prestándole atención. Ron y los gemelos miraron expectativos...
- Harry, esta revelación nos deja helados. Claro, si desde un principio nos tomó por sorpresa saber que Hermione y tú salían. Y ahora esto... Bueno, como tú mismo acabas de decirme. Me ves como a una madre -el ojiverde asintió - Y como tal me siento en la responsabilidad... -parecía abochornada - No de llamarte la atención, porque temo que es algo tarde. Pero sí de decirte que debes tomar las cosas con más calma y no de acelerar momentos... -Ron miró de reojo a su amigo, quien se había puesto algo sonrojado. - Sé lo que es tener su edad, y lo que es creer a amar a alguien. Más si ese alguien es tu mejor amiga -el pelirrojo abrió los ojos como plato al darse cuenta que su mamá había dándole donde más le dolía a su amigo de gafas.
- Yo no creo que la amo, ¡En verdad La Amo! -saltó ofendido, Harry.
- Sí, Están enamorados -rectificó, no muy convencida - Sin embargo están muy jóvenes como para andar tomando decisiones a la ligera. Ya dieron un paso importante, y afortunadamente no ha habido consecuencias mayores - Los gemelos soltaron una risita que disimularon a tiempo con un ligero ataque de tos, la señora Weasley les lanzó una mirada molesta y prosiguió - Pero un matrimonio requiere cierta madurez, que ustedes aún no tienen. Y sus padres de ella coincidirán conmigo, así que lo más probable es que se opongan a esa boda -finalizó con algo de dureza.
- Pero... -balbuceó el ojiverde, con el entrecejo fruncido.
- Sintiéndome en el lugar de Lily... Les aconsejaría que sigan con su noviazgo y descubran
Si en serio van poder continuar juntos, y así evitar la pena de un divorcio innecesario -agregó con gravedad.
- No sucederá, lo que siento por Hermione es real y nunca se acabará. ¡Es Eterno! -afirmó, en un impulso se había puesto de pie. El señor Weasley sonrió con discreción, y los gemelos se hablaban por lo bajo. Ron se había puesto nervioso, conocía bastante bien el temperamento explosivo de su amigo.
- Señora Weasley, si Her y yo hemos dado un paso enorme... -sus mejillas se ruborizaron - No fue curiosidad, ni simple deseo. Se dio por Amor, por un amor que ambos sentimos -aclaró, conteniéndose las ganas de gritar. Le molestaba bastante que la madre de su mejor amigo estuviese poniendo en duda sus sentimientos, y prediciendo que su relación con Hermione no tenía futuro.
- Sí cielo, pero no está demás que se vayan despacio -dijo, había percibido el enojo del chico.
- Ay mamá, déjalos -intervino Ron, cansado de ver lo injusta que estaba siendo su progenitora con Harry.
- Tú no te metas, Ronald Weasley. Ah, y de una vez te advierto. Que no quiero saber que tú andas en esos pasos, jovencito -lo señaló, mirándolo severamente.
- Madre, ¿Qué clase de hijo crees que tienes? Ni que fuera Harry -saltó, exageradamente ofendido. - Yo soy un niño inocente, puro y santo -titubeó nervioso, palideciendo momentáneamente. Harry le lanzó una mirada fulminante, y los gemelos soltaron la carcajada que se venían conteniendo.
Fin Del Flash Back
- Tu mamá te cuelga si yo en verdad hubiera sido la que espera bebé -dijo Luna, tratando de suprimir el ataque de risa que acaba de sufrir.
- ¡No quiero comprobarlo! -negó rotundo, estremeciéndose. Y la miró ceñudo al notar que la chica no dejaba de reírse.
- Entonces tendremos que dejar de... -comenzó con aparente seriedad, pero su risita era poco contenible.
- No, simplemente ser mucho más precavidos -puntualizó el pelirrojo.
- Ron... -Luna por fin había dejado de sonreír, al escucharlo.
- Ahora sí me dirás de qué te reías -preguntó con una ceja arqueada. Ella asimiló lo dicho por su novio y volvía a sonreír, aunque un tanto ruborizada.
- Es que lamento haberte quitado lo puro, inocente jamás has sido. Y Santo... Ni volviendo a nacer, Ronnie -comentó soltando una nueva risa, divertida.
- ¡Chistosita! -la miró indignado, pero poco a poco se contagió de la tierna risita de su novia.
- ¿Ron, cómo fue que llegaste a la conclusión de que yo estaba embarazada? -preguntó deteniéndose a pensar. Ron abrió los ojos como plato, se había quedado con un pedazo de empanada en la boca.
- ¿Acaso nos estuviste espiando? -lo escudriñó con la mirada.
- Sabes, esa es una buena pregunta y merece una buena respuesta -se atragantó, y desvió la mirada nerviosamente.
- ¡Ron! -apuró Luna, él miraba hacia arriba y parecía haber encontrado algo interesante en el techo.
*-*-*-*-
Si un adiós las deja heridas,
Ellas lloran a escondidas.
Y le cuentan a la luna,
Que nos dieron su ternura.
Por otro lado, Harry subía las escaleras hacia la habitación de Hermione.
- Espero que no me odie -musitó temeroso.
- Um, ¿Cuántas veces has subido estas gradas con ese temor? -intervino la vocecita, de forma sarcástica.
- Harry gruñó. - No me respondas, la primera fue la vez que una de tus idioteces la hizo huir hacia acá -agregó. El ojiverde no pudo defenderse, sabía a la perfección que era verdad.
- Sin embargo la madre de Ron tiene algo de razón, A los dos les hace falta madurar. A ti para que aprendas a tener tu boquita bien cerrada y medites antes de hablar. Mira que tus arranques ya han provocado una ruptura, y Her regresó contigo. Te perdonó que dijeras delante de todo Hogwarts que salían, y ojalá te perdone que hayas puesto al descubierto algo tan íntimo como lo que pasó entre ustedes en abril -dijo reflexiva, la voz en su cabeza.
- No quiero perderla... -exhaló con tristeza, Harry.
- No creo, Hermione también ha tenido sus metidas de pata -comentó la vocecita, el ojiverde asintió.
- Aunque no tanto como las tuyas -subrayó, el de gafas frunció el entrecejo pero se reservó sus protestas.
Cada noche parecen princesas,
Y te roban el corazón.
Ellas, tan dulces y tan bellas.
Te hacen ver estrellas,
Cuando mueven sus caderas.
Harry terminó de subir las gradas, llegó al rellano de la puerta. Dio un suspiro cuando giró la manija, y la entreabrió. Un suave olor a miel y durazno inundaba el ambiente... Hermione venía saliendo del baño, descalza y secándose el cabello con una toalla. Traía puesta una fina bata en seda, de tirantitos y color lila. Él se detuvo a observarla, la vio caminar hacia el tocador.
No pudo evitar quedarse hipnotizado, indiscutiblemente Hermione había cambiado mucho desde que la conoció en el vagón del tren... No sabía si era su imaginación, pero notaba el cuerpo de su novia algo más desarrollado de lo que estaba antes de lo ocurrido en la noche del último partido.
De pronto los ojos marrón de la castaña se abrieron notablemente, y se escuchó cómo el cepillo que tenía en las manos cayó al suelo.
Ellas, que por amor se entregan.
Amigas, compañeras.
Eternamente y siempre
Ellas...
*-*-*-*-*-*-
Notas: Espero que les hayan gustado.
Capítulos basados en las canciones: Víveme -de Laura Pausini- y Ellas -de Yahir.
Dedicado a todos los fans de Harmony y Redmoon. Gracias por su tiempo.
Anyeli.
Es dolor el saber que lo nuestro se puede terminar,
Porque simple y sencillamente nunca he sabido actuar.
- Harry... -Hermione había visto al ojiverde parado en la puerta a través del reflejo en el espejo del tocador; sorprendida dejó caer el cepillo que tenía en las manos, y lentamente regresó a verlo.
- ¡Hermione, perdóname! -corrió hacia ella y se aventó de rodillas al piso - Jamás quise que los Weasley se enteraran de esta forma, lo que había habido entre nosotros -se aferró a su piernas mientras él permanecía hincado. Sus ojos estaban fuertemente cerrados, tenía miedo de que en cualquier segundo ella lo fuese a correr.
- No, perdóname tú a mí -exclamó sorpresivamente la chica, bajando hasta la altura de él; quedando frente a frente.
Y sé que mueres por mí, vives por mí.
Y nunca me has dejado atrás,
Aunque sabes que a veces yo soy sólo miedo.
- ¿Yo? -exhaló desconcertado, se atrevió a abrir los ojos.
- Sí, Harry -afirmó, sus pupilas marrón estaban cristalinas.
- Por ser una cobarde
¡Por haberlo sido siempre! -lo abrazó de improviso.
- ¿Siempre? -soltó con voz ahogada, tratando de disimular el dolor en las rodillas por la brusca flexión que hizo inesperadamente. También había hecho una maniobra con los brazos y manos para no llegar al suelo. Y es que la chica lo venció hacia atrás por el fuerte abrazo.
- Sí, porque no fui lo suficientemente capaz de darle su lugar a nuestro amor. A ti -se reincorporó. Harry pudo descansar, continuaba viendo sorprendido a Hermione ante sus palabras.
- Tú cediste a mantener oculto lo nuestro porque yo te lo pedí. Gracias -dio un fugaz beso en sus labios.
Pero vives en mí, junto a mí.
En mi interior, en este corazón confundido.
Por eso te pido por favor.
- Her... -la chica se ponía de pie e iba a la ventana. Él la seguía un tanto desconcertado, la castaña levantó su vista. La luna estaba en cuarto creciente, las nubes se desplazaban rápidamente y pudo observar el cielo estrellado. Soltó un profundo suspiro, Harry se había parado justo detrás de ella y posó una mano en su hombro derecho.
- Quiero que sepas que la noche que pasamos juntos, fue el momento más hermoso de mi vida. Y jamás me arrepentiré de ello... a pesar de que en todo ese tiempo no te lo dije, pero te Amo -declaró regresando a verlo, sus ojos marrón brillaron. Harry no dijo nada, hace mucho sabía que el amor entre ellos se expresaba sin palabras. Se limitó a tomarla por la barbilla y besarla lentamente.
Enséñame, a quererte un poco más.
Y a sentir contigo, el amor que tú me das.
Desvanece el frío, quiero verte ya.
Enséñame, a quererte un poco más.
Y a vivir contigo, que no aguanto la ansiedad,
De saberte mío, quiero ir donde vas.
Hermione se giraba para acomodarse, pasó sus brazos por el cuello de él y comenzó a acariciarlo detrás de la nuca. Él puso sus manos alrededor de su fina cintura, y la levantó unos centímetros del suelo.
Estuvieron así unos minutos hasta que sin darse cuenta caminaron y se acomodaron sobre el sofá de la ventana. Hermione detuvo el beso y se recargó sobre el respaldo del sillón, los rayos de la luna se proyectaban en su rostro. Harry sonrió viéndola, se acomodó mejor sobre su brazo izquierdo y comenzó a jugar con sus castaños rulos húmedos... Que estaban atravesados sobre su frente, enrollándolos en su dedo índice. Ella lo miraba en silencio, como si estuviese grabando en su memoria cada detalle del rostro del ojiverde. Comenzó a acariciarlo en la mejilla, Harry cerró los ojos; sentía más allá de la piel las caricias de esas finas manos, en su corazón. De pronto detuvo sus caricias y puso ambas manos sobre las mejillas del chico, viéndolo fijamente a sus ojos esmeralda. Entonces lo besó con ansias y desesperación. Él estaba demasiado sorprendido por la intensidad del gesto que ni siquiera movió sus manos.
Lejos de pensar que me estoy haciendo mal,
Tengo que reconocer que todo esto me ha salido mal.
Por eso voy a aprender, voy a vivir,
Voy a abrazarte más y más.
Y no quiero, y no debo, y no puedo dejar de verte.
Ella paró de besarlo y lo abrazó fuertemente, como si la vida se le fuese en ello.
- ¿Hermione, qué pasa? -preguntó realmente sacado de onda.
- Que no te quiero perder -exclamó aferrándose a él, recargó su barbilla sobre su hombro derecho.
- No lo harás -el ojiverde acariciaba la espalda de ella, tratando de tranquilizarla y tranquilizarse. En verdad ese extraño comportamiento de su novia lo estaba asustando.
- Es que a pesar de lo que Ginevra me dijo, o de lo que opinen los demás. No voy a dejarte -lo besó en el cuello.
- ¡¿Ginny te pidió que me dejaras?! -fue entonces que Harry la separó de él para hacerla verlo de frente, tomándola con cierta precipitación por los hombros.
- Sí -ella bajó la mirada.
- ¿Esa es su condición para ser tu amiga de nuevo? -preguntó molesto. Ella asintió con la cabeza, aún sin mirarlo.
- Y tú... -exhaló conteniendo la respiración.
- Estaba equivocada respecto a ella -levantó la vista.
- No me lo tomes a mal, pero te lo dije -soltó con cierto reproche.
- Lo sé, sé que he hecho todo mal. Pero quiero pedirte que comencemos de nuevo, desde el principio. Esta vez voy a hacerlo bien, sin cosas que ocultar, sin estar escondiéndonos. Sin que me importen los demás, Sólo nuestra felicidad -exclamó la chica, derramando lágrimas de culpabilidad.
Porque vives en mí, junto a mí.
En mi interior, en este corazón confundido.
Por eso te pido por favor.
Enséñame, a quererte un poco más.
Y a sentir contigo, el amor que tú me das.
Desvanece el frío, quiero verte ya.
Enséñame, a quererte un poco más.
Y a vivir contigo, que no aguanto la ansiedad.
De saberte mío, Quiero ir donde vas.
- Her, no has hecho todo mal. Y aunque así fuera, me tienes a mí. Nunca, escúchalo bien, me vas a perder -dijo limpiando el llanto de sus mejillas y el contorno de sus ojos marrón. Ella esbozó una tenue sonrisa.
- Nuestra relación está madurando. Y Her, es en serio. Nadie, ni la muerte... Podrá acabar con esto que siento por ti -continuó, entonces la besaba fuertemente en la frente.
- Oh Harry... -sollozó conmovida. De pronto se puso de pie y se alejó un poco, dándole la espalda. Él se extrañó, últimamente Hermione estaba muy sensible.
- No menciones la muerte -dijo con voz quebrada y se movió un tanto estremecida -Porque ahora más que nunca debes pensar en la vida -pasó una caricia en su vientre, gesto que el ojiverde no pudo ver debido a que ella continuaba volteada.
- Tienes razón, en una vida que ambos viviremos juntos -fue hasta ella y la abrazó por la cintura, mientras susurró a su oído.
- Her, sé que prometí esperarte a que tú fueses quien decidiera esto. Pero para qué esperar más... El colegio entero lo sabe, los Weasley también. Además, no pienso seguir soportando que hablen mal de ti -dio un fugaz beso en su lóbulo izquierdo, luego se puso frente ella y la tomó de la mano derecha - ¿Aceptarías portar este anillo lo que resta del curso? Y luego tú decidirás cuándo sea el momento de decirme sí ante un altar -dijo mostrándole la misma sencilla sortija de plata con dos gemas en el centro, una estrella en topacio y un rayo en esmeralda.
- Harry... -balbuceó al ver el anillo que ella le aventó a la cara la tarde de su rompimiento.
- Hermione, cuando el curso termine
y si Voldemort no hace algo en mi contra antes... -al decir lo último bajó la voz a casi un murmuro y desvió un poco la mirada. Ella negó mostrando expresión afligida ante el pesimismo que siempre demostraba él.
- ¿Vendrías a vivir conmigo a Valle de Godric? -agregó, fue entonces que fijó sus ojos verdes en los marrón de ella.
- Mis padres no querrían que su hija viviese con alguien antes de casarse -dijo con seriedad.
- Pero tú has dicho que te gustaría casarte en unos años, y... -se precipitó angustiado.
- Harry, espero con ansias el verano para poder escoger con calma mi vestido de novia -dijo sonriéndole, sus pupilas marrón brillaron.
Es dolor el saber que lo nuestro se puede terminar,
Porque simple y sencillamente nunca he sabido actuar.
Enséñame...
Y a sentir contigo...
Desvanece el frío, quiero verte ya.
- Hermione... -exhaló sin aliento, ésa era precisamente la reacción que ella esperaba.
- ¿Sí? -dijo sin dejar de sonreír de esa manera traviesa, le quitó de la mano el anillo y se lo colocaba mientras él salía del shock.
- Eso quiere decir que... -parecía no haber recuperado el aliento.
- No pienso esperar años para que vivamos juntos -rotundizó.
- Esto lo haces por mí... ¿porque yo te estoy orillando? -titubeó temeroso de estarla haciendo sentir obligada a no rechazarlo.
- No, y Sí -él contrajo el entrecejo, confundido - Simplemente lo hago por el Inmenso Amor que siento por ti -ella pasó sus brazos alrededor de su cuello - Porque tú siempre me quisiste frente al resto mientras yo prefería mantener esto en secreto -se quedaron a escasos centímetros de sus labios, sentían la respiración del otro rozar la piel de su rostro.
- Quizás sólo estabas siendo egoísta -comentó.
- ¿Egoísta? -la ojimiel arqueó una ceja.
- Sí, por no querer compartir esta dicha de estar juntos, con nadie más -dijo de forma misteriosa luego sonrió y la cargó, sorprendiéndola.
- Pues ya no pienso esperar ni un minuto más para estar contigo -exclamó la chica, acariciando con suavidad su cabello y mejilla derecha.
- Hermione... -abrió sus ojos esmeralda, notablemente.
- Esta noche Harry, seremos sólo tú y yo. Tal y como debió ser desde el principio -declaró comenzando a besarlo y acariciarlo de una forma que Harry jamás se imaginó en Hermione.
Enséñame, a quererte un poco más.
Y a vivir contigo, que no aguanto la ansiedad.
De saberte mío, Quiero ir donde vas.
*****
Sabes mi corazón, guarda todo ese amor,
Es el fruto que tu calor sembró.
Lo supiste cuidar hasta que floreció,
Encontrarte fue una bendición.
En un sueño sin fin, me querías dejar.
Me quedé sin aliento, sin hablar.
El ojiverde profundizó el beso y se atrevió a acariciar la pierna de Her por debajo de la bata. Ella se estaba dejando llevar, sólo que de pronto comenzó a sudar frío y palideció repentinamente.
- ¿Estás bien, amor? -preguntó alarmado el chico.
- Harry, tengo que decirte algo -comenzó a decir pero su voz se entrecortó.
- ¿Qué pasa?, Me asustas -dijo poniéndose intranquilo.
- Se trata de... Ay no... -pero calló al sentir muchas nauseas - No esta vez... -se llevó una mano a la boca y otra al estomago. - Ahora vuelvo -añadió apurada, y se dirigió corriendo hacia el baño.
Harry entró detrás de ella, Hermione estaba recargada en el lavabo, su cara lucía muy blanca y tenía un poco de baba en la barbilla muestra de que acaba de volver el estomago.
- ¡¿Her, qué te sucede?! ¿Estás enferma? Por eso te la pasas yendo a la enfermería, por eso te quedas dormida en clase -se precipitó a decir, parado a su lado.
- ¡Si es así, dímelo! ¡Necesito saber qué tienes! -apuró angustiado viéndola fijamente, esperando una respuesta de su parte. Ella lo regresó a ver y pestañeó, como recuperando fuerzas. Harry iba a hablar...
- Shuss- lo silenció, entonces tomó la mano derecha del ojiverde y la colocó sobre su vientre. - ¿Sientes? -preguntó con la mirada llena de lagrimitas, entre muestra del esfuerzo que había hecho al vomitar y la emoción contenida.
- ¿Te duele el estomago? -soltó desconcertado.
- ¡Harry! -chilló molesta.
- Es el latido de un corazón -dijo insinuante, el ojiverde le miró más confuso - ¡Del corazón de tu hijo! -exclamó enfada por el despiste del chico.
- ¿Mi qué? -sus ojos verdes se dilataron ampliamente.
- Tu hijo, vas a ser papá -dijo vacilante, intentando sonreír; pero parecía querer vomitar de nuevo. Aunque se le fueron las ganas cuando Harry palideció y retrocedió dos pasos chocando con la pared de azulejos rosas, resbalando por ésta se dejó caer en el piso. Bastante consternado y en una especie de shock.
- ¡Dime algo! -se hincó a su lado.
- Harry, Dime que nada entre nosotros va a cambiar -hablaba insistente.
- Hermione... Claro que algo tendrá que cambiar -fue entonces cuando la regresó a ver, como saliendo del shock de golpe. Ella se angustió al pensar que él se acobardaría ante tamaña revelación.
- ¡Her, es un bebé! ¡Vamos a tener un bebé!, ¿y me dices que nada tiene que cambiar? - se incorporó de un salto, la había tomado de las manos - Esto nos une más, es el fruto de nuestro amor. ¡Oh Her, Me Haces Tan Feliz! - por la emoción la cargó de una manera muy precipitada.
Tu amor me cambió,
Me hizo el hombre que soy,
Me das todo lo que quiero.
Me trajiste la paz,
Mal de amor nunca más,
Quiero Amor Eterno.
- ME HACES EL HOMBRE MÁS FELIZ DE LA TIERRA. ¡¡¡VOY A SER PAPÁ!!! -comenzó a gritar, mientras la llevaba de vuelta a la habitación.
- Sí Harry, vas a ser papá -dijo sonriendo, viéndolo aliviada y a la vez con gracia por la reacción del chico. Él parecía aún no creérsela y besó a la chica a la altura del vientre, de una manera algo brusca por su euforia.
- ¡Harry, vas a lastimarlo! -le llamó la atención la castaña.
- Lo siento -se disculpó avergonzado, luego la bajó. Ella se sentó en su cama para recobrar aliento por tantas emociones.
- ¿Desde Cuándo lo sabes? -preguntó tomando un tono de seriedad.
- Hace un mes -vaciló la chica, jugando sus manos con ansiedad.
- ¡¿Un mes?! -exclamó estupefacto, ella asintió sonriendo nerviosamente.
- Hermione, por qué te lo habías callado. ¿Acaso no querías que lo supiera, estabas pensando no tenerlo? -dijo acercándose mucho a ella con una mirada interrogante, tocando su vientre.
- ¡Eso nunca! -se apresuró a negar.
- ¿Entonces? -dijo sin comprenderla.
- Tenía miedo -se justificó la chica.
- ¿Miedo, de mí?-soltó incrédulo.
- Sí -aceptó apenada.
- ¿Por? Sabes que jamás te dejaría, si te Amo -se puso en cuclillas, la tomó de las manos y las besó, mirándola con una firmeza y amor.
- Lo sé, pero no era el momento adecuado para decírtelo -ella acarició sus revoltosos cabellos.
- Qué día exactamente te diste cuenta -preguntó, poniéndose de pie.
- Me enteré a ciencia cierta el día que nos reconciliamos. Pero lo sospechaba desde la mañana en la que rompimos, tuve ciertas molestias como las de ahorita -informó, quitándose con impaciencia uno de sus rulos que se atravesó en su cara.
- ¡¿Por qué no me lo dijiste?! -cuestionó con tono de reclamo, casi sin darse cuenta.
- Era una simple sospecha, y lo iba a hacer pero tú armaste aquel drama. Además... -ella desvió un poco la mirada, no deseaba tocar el tema de su rompimiento.
- ¿Quién más lo sabe...? -pasó a otra pregunta, captando la incomodidad de la chica.
- Luna, madame Pomfrey, Dumbledore, McGonagall, Snape, Draco y Ginny. Ah, apuesto que a esta hora Ron también -dijo sonriendo con vacilación, sus mejillas se habían ruborizado.
- ¿Qué?, ¡Por qué ellos! -respingó subiendo su tono de voz.
- Harry, no te vayas a enojar -se apuró a decir la castaña.
- ¡Qué te hace pensar que me voy a enojar! -repuso con voz más alta.
- Estás gritando -la chica entrecerró los ojos debido a los gritos.
- ¡Claro Que Estoy Gritando, Todo El Mundo Sabía Que Voy A Ser Padre Menos Yo! -exclamó indignado el joven ojiverde.
- Ves por qué no te lo quería decir -saltó la ojimiel, esto parecía calmar un poco a Harry. Apenado se sentaba a lado de su novia.
- Bueno, Luna es tu mejor amiga -dijo respirando agitadamente - Los profesores, supongo que por las clases de riesgo, ¿no? -razonó, ella asintió - ¡Pero Malfoy y Ginevra, ¿Por Qué?! -volvía a subir su tono de voz y respirar con brusquedad.
- Draco lo sospechaba, y Ginny se enteró hasta hace unas horas -respondió Hermione.
- ¿Cómo lo supo? -apuró interrogante, ella desvió la mirada.
- Ella ya lo sabía cuando te lo dijo como irónico reclamo, o fue cuando hablaste con ella. ¡¿Se atrevió a hacerte algo?! -se precipitó, su rostro parecía sofocado.
- Olvídalo, Harry - intervino la castaña, se puso de pie antes de que su novio armara toda una investigación y se enterara sobre el incidente con la pelirroja.
Sabes mi corazón, guarda todo ese amor.
Es el fruto que tu calor sembró.
Lo supiste cuidar hasta que floreció,
Encontrarte fue una bendición.
En un sueño sin fin, me querías dejar.
Me quedé sin aliento, sin hablar.
Harry la miró arqueando una ceja e iba a seguir indagando, él también se había puesto de pie.
- No, Por favor. ¿Qué caso tiene su comentario? -dijo sin importancia, abrazándolo. El ojiverde cambió el tema muy poco convencido.
- Ron creía que era Luna, quien... -comenzó viéndole insinuante.
- Ella me ayudó mucho, pero también metía la pata -Her entornó un poco los ojos al decir lo último.
- Por eso Ronald se traumaba -dijo Harry, soltando una burlona risita.
- No me imagino cuando de verdad Luna le diga que lo está -negó la ojimiel, sonriendo burlonamente.
- Pues su reacción de hace rato no me dejó mucho a la imaginación futura. Si así se puso sin comprobarlo, se nos desmaya cuando sea verdad -dijo recordando lo verde que se había puesto su pelirrojo amigo.
- Pues tú no lo dejas atrás... Te hubieras visto en el baño -esta vez fue ella la que soltó una carcajada, divertida.
- Es que tú no sabes lo que es enterarse que vas a ser papá -dijo aparentemente ofendido.
- No, si nada más sé lo que es enterarse que serás mamá -repuso sarcástica, sonriendo. Él se ruborizó y luego le dio un beso en la nariz, inhaló su aliento y aprisionó sus labios. El beso se prolongó unos segundos, cuando se separaron el chico acariciaba el vientre de su novia y ella soltaba una tierna risita, pues las caricias le provocaban cosquillas. Harry se agachó hasta quedar a la altura del vientre de la chica, dio un beso en él.
- Eres es el fruto de nuestro amor, Eres una bendición -susurró a su hijo, sin detener las caricias. Ella sonreía conmovida, sus ojos marrón se llenaron de lagrimitas de felicidad. Harry se enderezó y la vio directamente a los ojos.
- Hermione, ¿te das cuenta? ¡Seremos padres! -dijo aún sin creérsela.
- Sí, de un hermoso bebé -sollozó de alegría.
- ¿Cómo sabes que será niño?, podría ser niña -aventuró el chico, limpiándole las lagrimillas que se acumularon en la orilla de sus ojos.
- Luna piensa igual, pero yo siento que es niño -negó convencida la castaña, el ojiverde contrajo el entrecejo. - Y se llamará Joshua Hayyim -agregó solemnemente Her.
- ¿Josh qué?-saltó confundido.
- ¿No te gusta? -se precipitó ella.
- Si tú lo decidiste... ¡Me encanta! -expuso sonriendo, el de gafas.
- ¿Ah sí, por
? -ahora fue ella la que contrajo el entrecejo.
- Porque sé que no le pondrías un nombre que no estuvieras segura que significa algo. Y no cualquier significado, sino algo bueno e importante. Además sobre todo, eres la mamá - de forma traviesa apretó su barbilla.
- Gracias, tú eres el papá -dijo agradecida. - Y para que lo sepas, Hayyim significa vida -informó con una especial sonrisa. Pero el rostro del ojiverde ensombreció, algo que desconcertó a la chica.
- Hermione, y si no vivo para conocerlo... -murmuró con temor y dolor, apartándose de ella.
- No digas eso -negó la castaña.
- Y si Voldemort intenta lastimarlos... -la regresó a ver, sus pupilas esmeralda demostraron terror- No me perdonaría si les hace daño por mi culpa -continuó con voz quebrada, bajando la cabeza. La ojimiel se acercó a él y lo hizo verla.
- Escúchame bien. Aunque pase de todo dentro de esta guerra o haya un muro enorme que nos separe, lo que me quede de vida quiero estar contigo. Yo no tengo miedo -se aferró a él.
- Hermione... -exhaló sin aliento.
Tu amor me cambió,
Me hizo el hombre que soy.
Me das todo lo que quiero.
Me trajiste la paz,
Mal de amor nunca más.
Quiero amor eterno.
- Harry, a pesar de todo lo que hemos vivido. De los malos entendidos, de las personas que nos han intentado separar... -(el ojiverde gruñó ante esto último)- Nadie lo ha logrado, ni lo hará. Nuestro Amor Será Eterno -declaró rotunda, recargada en el pecho de su novio.
- Te amo, de verdad tú me has cambiado. Me hiciste el hombre que soy -confesó, acariciando sus rulos castaños. Ella asintió provocando una caricia con sus cabellos en el pecho del chico.
- Tienes razón. Saldremos de esto como siempre, juntos. Tú, yo y Hayyim -determinó, abrazándola más fuerte pero a la vez con delicadeza.
- Quédate conmigo esta noche... -pidió la chica, besando su barbilla y acariciándole detrás de la nuca.
- ¿Estás segura? -dijo incrédulo.
- Sí -asintió firme.
- Pero no haremos nada -se apresuró a rotundizar él.
- ¡Harry! -chilló con queja.
- Podría lastimarlo -argumentó.
- Eso no es verdad -contradijo ceñuda.
- Prefiero no correr riesgos -volvió a negar.
- Será como tú digas -ella aceptó, aunque un poco inconforme. Se acomodó en su cama mientras el chico se quitó los tenis, las calcetas, la polo y el pantalón. Quedándose sólo con los bóxer, que eran rojos. Hermione soltó una risita divertida al ver la rapidez con la que su novio se deshizo de su ropa, pero lo que más gracia le causó fue que se había ruborizado.
- Harry -dijo conteniéndose la risa.
- ¿Sí? -regresó a verla, nervioso. Su cuello también demostraba un color rojizo.
- Qué pasó con el: Hermione debes acostumbrarte, Cuando estemos casados me verás no sólo sin camisa -citó las palabras que él había dicho la mañana del sábado 13 de diciembre que estuvieron en su habitación, cuando por primera vez se quitó la ropa frente a ella.
- Eh... -musitó sonrojándose más.
- Supéralo y ven acá -soltó risueña, señalando un lugar en su cama.
Él se acostó a su lado de una forma que pudiera acariciar el vientre de la chica. Quería disfrutar la idea de saber que allí crecía un ser que era parte de él... Estuvieron un rato imaginándose cómo sería su hijo, a quién se parecería. Sus padrinos definitivamente serían Ron y Luna, y hasta qué le comprarían cuando entrara a Hogwarts.
Finalmente cerca de la media noche Harry y Her se quedaban dormidos, abrazados.
El ojiverde comenzaba a soñar con el mismo lugar donde había visto a sus padres la primera vez. En esta ocasión él vestía la misma ropa que traía esa mañana, sólo que blanca e iba descalzo. Sintió la fina y fría arena en sus pies, el oleaje era suave y al contrario de aquella vez que amanecía ahora estaba atardeciendo. El sol se ocultaba como si el mar se lo tragara, sus rayos se reflejaban sobre el agua como mezcla de pintura naranja y magenta. Las nubes tenían un color rojizo alrededor del astro que se escondía, como una aureola. Divisó a su padre, quien venía acompañado de Sirius, el ojiverde sonrió. Ambos vestían de manta, como en el sueño anterior.
Tu amor me cambió,
Me hizo el hombre que soy.
Me das todo lo que quiero.
Me trajiste la paz,
Mal de amor nunca más.
Quiero amor eterno.
- Hola, campeón -saludó James con una sonrisa, adelantándose. Harry adoptó una expresión seria, cruzándose de brazos.
- Podrían ser más considerados conmigo, ¿no? -se quejó, acentuando sarcásticamente. James se sorprendió por el reproche de su hijo, Sirius lo alcanzó en ese momento.
- Al menos tú, Sirius. Por qué no me dijiste que sería padre -recriminó a su padrino.
- ¡Oye!, no me reclames a mí -se defendió - Desde hace tanto te hubiese dicho, pero cierta mandona se la pasaba diciendo: No metas tus narices donde no te llaman. No seas un entrometido, Él tiene que saber a su debido tiempo. ¡Respeta la decisión de Hermione! -dijo imitando burlonamente la voz de Lily - Aún no sé cómo James se casó con ella -bufó con ironía. Harry arqueó una ceja, su padre miraba a su amigo con advertencia.
- Porque afortunadamente no lo pudiste impedir -atajó molesta, la pelirroja había llegado justo en ese instante. Ella vestía un precioso vestido de manta y también iba descalza.
- Oye, yo fui quien los unió -replicó contradiciendo, Sirius.
- Ajá -ironizó la ojiverde. James negó, hasta cuándo su esposa y mejor amigo podrían mantener una conversación sin pelearse.
- Harry -dijo Lily, que por estar discutiendo con Sirius no había saludado a su hijo. Dio un beso en su mejilla y acariciaba su rostro de forma maternal.
- Ya Evans, deja de mimarlo, tu hijo ya no es un niño. No ves que va a ser papá -criticó Sirius, jalando a su ahijado. Lily le lanzó una mirada fulminante y peligrosa.
- Volviendo a eso, comprendo que no podían decir nada pero al menos debieron darme pistas que me previnieran -intervino Harry, antes de que su mamá riñera a su padrino.
- Yo te las di -saltó su papá, acercándose a él.
- Ajá -acentuó con sarcasmo el ojiverde.
- Recuerda, te dije: Disfruta lo que venga pese a ser adelantada será una experiencia hermosa -sus ojos miel brillaron insinuantes, el ojiverde parpadeó.
- Y a eso me refería con comerse el mundo a pasos agigantados -agregó, con énfasis.
- Qué me dicen de ustedes, llegué cuando apenas tenían 20 -se defendió Harry. James y Lily lo miraron sorprendidos y sonrojados; el ojiazul rió por lo bajo, luego se acercó a la ojiverde.
- Llevarse con Hermione le está afectando -susurró Sirius a Lily.
- ¿No?, ¿tú crees? ¡Qué observador, Sirius! No me imagino cómo llegaste a esa difícil conclusión -rezó con sarcasmo, la pelirroja.
- Vamos Evans, no empieces -discutió Sirius, haciéndose el ingenuo.
- ¡Paciencia por favor, la eternidad es muy larga! -suplicó James cuando se dio cuenta que su esposa y amigo amenazaban con una nueva discusión. Harry frunció levemente el entrecejo; no sólo tenía que aguantar los pleitos de Ron y Hermione, hasta en sus sueños debía aguantar los de su padrino y mamá.
- Hola, Hermione -saludó la ojiverde, ignorando a Sirius, todos voltearon a ver. Del lado opuesto a ellos llegó una joven castaña, quien vestía con un vestido de tirantes, color perla. Ajustado al busto y amplio de abajo, también estaba descalza y sus rulos estaban adornados con una corona de margaritas.
- ¿Hermione? -soltó sorprendido el ojiverde.
- Hola, Harry... -sonrió tierna.
- ¡¿Tenemos el mismo sueño
?! -exclamó desconcertado.
- Creo que tus padres siempre hacen algunas travesuras con nuestras mentes -dijo risueñamente. Lily y James intercambiaron una cómplice sonrisa, Sirius se hizo el desentendido fingiendo ver hacia el cielo.
- Recuerdo que Lily se apareció en mis sueños, me sonrió y dijo felicidades niña... Al otro día me levanté con nauseas y sudando frío -la ojimiel frunció levemente el entrecejo y miró a su suegra. Harry al oír esto pareció reflexionar.
- Es verdad, un día antes de verlos por primera vez... Me desperté con el estomago revuelto -citó y regresó a ver interrogante a su mamá, Sirius continuaba simulando encontrar algo interesante arriba.
- Nosotros lo supimos mucho antes que ella. Y tratamos de darle señales -dijo Lily, intercambiando una mirada con James.
- Pero tampoco podíamos decirle nada -añadió el ojimiel.
- Ves, ese es uno de los grandes privilegios que tenemos. ¡No todo puede ser para los mortales! -fue entonces que Sirius por fin se unió a la conversación.
- ¡Black! -advirtió la pelirroja.
- ¡Y ahora qué, Evans! -refunfuñó el ojiazul.
- ¿Y qué les parece la idea de que les daremos un nieto? -abordó vacilante el ojiverde, abrazando de la cintura a su novia.
- Seremos unos orgullosos abuelos -apuró James, tomando de la mano a Lily y alejándola de su amigo.
- Es un alma pura -expuso sonriendo la ojiverde, tratando de no regresar a ver a Sirius y fulminarlo con la mirada.
- ¿Cómo? -dijo sin entender el ojiverde, Hermione tampoco comprendió bien.
- Detesto decir esto y otorgarle la razón a Black, pero ése es un privilegio con el que contamos -en verdad parecía hacer un esfuerzo enorme para poder soltar las palabras. Sirius embozó una sonrisita triunfal y de suficiencia.
- Créannos, somos inmensamente felices ahora que están juntos y esperan ansiosos la llegada de su hijo -completó James.
- ¿Entonces será niño? -indagó contenta la castaña. Lily y el ojimiel intercambiaron una mirada y negaron. El ojiverde también intercambió otra con Hermione.
- Sólo les puedo asegurar que será un buen bebé -se adelantó el ojiazul.
- ¿Mamá? -insistió Harry.
- Te quiero, cielo -se limitó a decirle a su hijo, él la miró ceñudo por no responderle. James y Sirius se llevaron a Harry, alejándolo de Lily y la castaña. La pelirroja quería hablar a solas con su nuera, una vez solas la ojimiel parecía apenada.
*-*-*-
- Hermione
-comenzó la ojiverde.
- Lily, quiero decirte que no pretendía poner a tu hijo en este aprieto... Es decir, jamás planeé embarazarme a propósito -explicaba algo nerviosa.
- Yo no te voy a juzgar -negó con tranquilidad, la tomó de las manos.
- Her, Eres una bendición para mi hijo -declaró convencida.
- Lily, yo no... -titubeó.
- Sé que los demás no ven bien su relación, que desde el principio han tenido tropiezos. Que tú has sufrido en tus miedos -dijo comprensiva.
- Yo... -sus pupilas marrón se dilataron con sorpresa.
- Pero debo decirte que aunque tengan un mundo en contra, su Amor es verdadero y podrá vencer todo -aseguró brindándole una sonrisa sincera.
- Gracias... -exhaló conmovida. Lily la abrazó, Hermione derramó unas lagrimitas de felicidad. Entonces James, Harry y Sirius se volvieron a acercar a ellas.
- Siempre estaremos con ustedes -prometió el ojimiel a su hijo, al parecer ellos también habían tenido una charla.
- Sólo pórtense bien, no le den un hermano tan rápido -aconsejó pícaramente Sirius, guiñándole un ojo a su ahijado.
- ¡Black!-gritó la pelirroja, entornando la mirada amenazadoramente. El ojiazul la ignoró, dirigiéndose a la castaña.
- Ah, y si sí. Háganme un favor, no le pongan Sirius. O si es niña, no la llamen Lily, ¡¡Por favor!! -pidió, negando exageradamente estremecido. La de rulos y el ojiverde sonrieron divertidos.
- ¡¡¡Sirius Black!!! -estalló la ojiverde. Éste se despidió apresurado de su ahijado y de Hermione; luego se alejó del alcance de la pelirroja, escudándose detrás de su amigo.
- Sean felices, Nos veremos luego -apuró James, Harry y Her tomados de la mano asintieron sonriendo. El último rayo de sol desaparecía en el océano y todo se volvía oscuro.
(Tu amor me cambió,
Me hizo el hombre que soy)
Me das todo lo que quiero.
(Me trajiste la paz,
Mal de amor nunca más)
Quiero amor eterno.
Amor Eterno...
****
Notas de la autora:
Espero que estos capítulos les ayuden a sanar un poco la herida que dejó el final de la saga. Y aunque mis parejas favoritas sean sueños rotos, para mí siempre serán de ésta forma.
Las canciones que les dan titulo a estos cáp. Son de RBD y Christian Castro, respectivamente.
Anyeli Potter Granger, Eterna fan de HHr. y RL.
Nota: Este acontecimiento les pasó a Ron y a Luna al mismo tiempo que Harry iba a ver a Hermione y se enteraba de que la descendencia Potter se prolongaba jeje.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Por otro lado Ron y Luna, después de dejar las cocinas a la chica se le ocurrió ir a observar las estrellas; y se empeñó en subir a la torre más alta del colegio, que era la de astronomía. Su novio le cumplió el capricho.
Estaban recargados en el barandal de piedra... la ojiazul miraba con interés la luna, la cual estaba en cuarto creciente y rodeada por una aureola de nubes. Ron comía una natilla de vainilla, la cual dejó incompleta cuando la chica estiró sus brazos sujetada del barandal y cerró los ojos mientras el travieso viento nocturno jugaba con sus cabellos rubios. El pelirrojo se quedó viéndola enajenado y a su aturdida mente llegaron flasheazos de recuerdos, del día que se dio cuenta que esa excéntrica Ravenclaw lo había hechizado.
Fue una mañana que yo te encontré,
Cuando la brisa besaba tu dulce piel.
Flash Back
Transcurrían los últimos días de las vacaciones de verano, muy pronto entraría a sexto año... (por lo tanto Luna a 5to).
Ron salía de su habitación medio adormilado y bostezando, cuando de pronto por el pasillo que ascendía de las escaleras venían subiendo su hermana y cierta rubia que conoció desde principios del curso anterior. Y que comenzó a atraer su atención a finales del mismo, después de que compartieron momentos angustiantes en el ministerio. Aunque debía reconocer que la ojiazul se pasó el año tratando de llamarla.
Ambas chicas lo vieron, aunque Ginny soltó una carcajada burlona al ver la expresión de su hermano.
- Hola, Ronald -saludó Luna, sin encontrarle lo chistoso al hecho. Al contrario se ruborizó un poco, sin embargo aparentaba serenidad. Ginny le indicó que se adelantara a su habitación, la rubia asintió. Una vez que había desaparecido escaleras arriba, Ron se atrevió a reñir a su hermana.
- Por qué no me dijiste que ella vendría hoy, ¿no llegaría mañana? -reclamó el pelirrojo, sus mejillas ya habían adquirido el tono de su cabello.
- Se me pasó - la pelirroja se encogió de hombros, riéndose.
- ¡Cómo se te fue a pasar! -el ojiazul se molestaba más.
- Te habría prevenido desde antes de que llegara, pero estabas dormidote -se defendió Ginny, sin dejar de burlarse.
- ¡Ginevra! -gritó apretando los dientes, yendo detrás de ella.
- Será mejor que te apures o se te acabará de enfriar el desayuno -dijo dando una palmada en el hombro de su hermano, y se metió en su habitación sin dejar de reírse.
Cerca de las once, cuando el sol les regalaba una fresca brisa de mañana.
Estaban en el jardín, Ginny y Luna tenían rato desgnomizando aunque luego se convirtió en un juego de bandejazos de agua. Ron se cansó de ser ignorado por ambas chicas así que fue a sentarse bajo un frondoso árbol, algo alejado. Aún desde ahí podía verlas... inconsciente o concientemente se quedaba observando a la rubia. Fue entonces que se dio cuenta, por primera vez había una chica que comenzaba a hacerle sentir algo más allá que una atracción física, una emoción profunda... Esa espontánea y tierna risa, esa azul mirada divertida, y ese curioso comportamiento que la caracterizaba y hacía única. Un sentimiento que comenzaba a nacer, algo llamado ¿Amor?... y que con el tiempo descubriría si sería pasajero o Eterno.
Fin Del Flash Back
Ron sonreía sin dejar de ver a Luna.
- ¿Por qué me miras así? -preguntó cuando abrió los ojos y se percató de ésa intensa mirada.
- Me estaba acordando de cuando me di cuenta que me encantabas -respondió, sus ojos azules brillaron emocionados.
- Ah, ¿y de qué más te acuerdas? -volvió a preguntar, esta vez se acercaba a su novio y le acariciaba tiernamente sus cabellos rojizos.
- Qué te parece... ¿de la noche que fuiste mía? -él la haló hacia sí por la cintura, dejando una corta distancia entre sus rostros.
Flash Back
Tus ojos tristes que al ver adoré,
La noche que yo te amé.
La noche del baile de navidad después de haber tenido el desagradable encuentro con Malfoy en el vestíbulo, ambos se habían dirigido a los jardines. Caminaban por estos, sentándose en una de las bancas del jardín junto a un arbusto que estaba adornado con lucecitas doradas.
- ¿Qué tienes? -preguntó Ron, al verla cabizbaja. Cubriendo con su abrigo la descubierta espalda de su novia.
- Que tal vez Malfoy tenga razón, soy tu novia la rara -respondió casi en susurro, que pudo ser un sollozo disfrazado.
- Oh Luna - el pelirrojo chasqueó la lengua en señal de reprobación, la tomó por la barbilla pero ella no subió la mirada. - Tú me gustas tal y como eres, única -rotundizó. - Y nadie más se te compara, ni se te acerca en lo más mínimo. Eres Luna Lovegood. ¡El amor de mi vida! -declaró, intentando que sus ojos tristes lo miraran.
- Ronnie... -ella por fin soltó las lagrimitas contenidas, pero ahora eran de felicidad por lo que él le había dicho. Esas pupilas azules que tanto amaba brillaron más hermosas que la luna de octubre, Ron sonrió.
- Ven -se incorporó, tendiéndole la mano. Luna lo siguió desconcertada, pero sin preguntar.
Caminaron hacia el nevado sauce boxeador, el pecoso estiró la mano y con una rama pudo tocar el nudo del árbol para inmovilizarlo. La rubia lo miraba cada vez más sacada de onda, no entendía qué hacían ahí. Ron la tomó de la mano y la ayudó para que resbalaran por la entrada debajo de las raíces del sauce. Atravesaron un estrecho camino y ascendieron a través de una apolillada trampilla, para accesar a la casa. Luna pudo percibir un suave aroma a cera perfumada, y conforme avanzaban descubrió que el lugar estaba iluminado por velas.
Antes de entrar en la habitación Ron le cubrió los ojos a su novia.
- ¡Sorpresa! -exclamó retirando sus manos. - ¿Y bien? -quiso saber su opinión al respecto, ella pestañeó para ver mejor. Había dos sillones con tapices azul marino, uno cerca de la ventana y otro cerca de la chimenea. Una alfombra beige en el piso y una cama con doseles y sábanas en tonos perla.
- Es preciosa... -exhaló con un hilito de voz, el pelirrojo sonrió satisfecho. Luna se acercaba analizando con las manos cada detalle, desde las guías de pascuas rojas que se enredaban en los barrotes de la cama hasta el menudito ramito que estaba sobre la almohada. Ella lo tomó sonriendo.
- ¿Tú la decoraste? -preguntó regresado a verlo.
- Sí -afirmó orgulloso, se acercó a ella.
- Es mi regalo de navidad sólo para ti -declaró susurrando en su oído, con cuidado hizo aun lado un mechón de cabello rubio y comenzó a cantar:
- Mientras tú y yo,
nos refugiamos en la eternidad.
No siento frío cerca de ti,
dentro de mi brilla el sol.
- La ojiazul se estremeció con la cercanía de su aliento en su cuello, mientras las manos del pelirrojo comenzaron un tierno juego de caricias sobre su piel.
- Se cae el cielo y qué más da,
tendremos nuestro mundo.
El día sigue siendo azul, si estamos juntos.
No importa nada más, que aquí jamás será invierno -detuvo las caricias, la rodeó por la cintura. Ella volteó su rostro para poder besarlo.
- Quiero estar contigo... -susurró, su aliento rozaba el rostro del pecoso. Quien abrió enormemente sus ojos azules.
Fin Del Flash back
Azul, cuando en silencio por fin te besé.
Azul, sentí muy dentro nacer este amor.
Azul, hoy miro al cielo y en ti puedo ver,
La estrella que siempre soñé.
Ron sonreía cada que recordaba esa noche, y la recordaría por siempre.
- Prefiero que te acuerdes de cuando me pediste ser tu novia -dijo sacándolo de sus pensamientos, las mejillas de la rubia estaban demasiado ruborizadas.
- Ah, cuando logré robar por primera vez el aliento de tus labios
-susurró, y sin dejar de sonreír la besó despacio y con dulzura.
- Mira, una estrella fugaz -exclamó apresuradamente la rubia, dejando de besarlo y señalando insistente hacia el cielo. Ron la miró desconcertado.
- Debes pedir un deseo -apuró emocionada.
- ¿Para qué? -soltó aturdido.
- Para que se te cumpla un sueño -explicó, haciendo un sonidito de obviedad. Entonces el pelirrojo embozó una extraña sonrisita que sorprendió a la Ravenclaw. Respiró con serenidad y la tomó por las mejillas, viéndola con seguridad.
- Tú eres todo cuánto pudiera soñar -declaró.
- ¿Ah sí? -ella contrajo el entrecejo, entre una mezcla de sorpresa y conmoción.
- Sí, para qué una estrella, si eres mi Luna -añadió, la rubia sonrió y poco a poco esa sonrisa cambió de ser conmovida a una de traerse algo entre manos. Sin decir nada se subió al barandal de piedra bajo la mirada de desconcierto del ojiazul.
- Sube -fue que dijo y le tendió la mano.
- Está alto -negó viendo hacia abajo.
- ¿El guardián de Gryffindor le tiene miedo a las alturas? -terció soltando una risita burlona y demasiado intencional.
- Ahora no traigo mi escoba -argumentó.
- Vamos -insistió. Ron tragó saliva, la vio y vio a su alrededor antes de subir al barandal. Sus piernas temblaban de nervios.
- Esto es lo más loco que he hecho en toda mi vida -dijo convencido, evitando ver hacia abajo.
- ¿En serio? -le sonrió pícara y cómplice.
- Bueno, no... -corrigió, ruborizándose.
- Cierra los ojos -dijo aún sonriendo.
- ¡¿Qué?! -exclamó el chico, abriendo los ojos como plato.
- Que los cierres -ordenó, ella hizo lo mismo y estiró los brazos en el aire. Ron volvió a negar, pero le hizo caso y también alzaba los brazos, aunque lo hizo con vacilación. Dio un fuerte suspiro tratando de relajarse y olvidar que estaba a una considerable altura.
Azul, y es que este amor es Azul
Como el mar Azul, como de tu mirada nació mi ilusión.
Azul, como una lágrima cuando hay perdón,
Tan puro y tan azul que me ahogó el corazón.
El pelirrojo no supo cómo ni cuándo, sólo sintió un fuerte empujón y que caía en al aire de una manera muy precipitada.
- ¡Estás loca, casi nos matamos! -gritó cuando por fin abrió los ojos, muy asustado y con los latidos demasiado alterados. La chica no paraba de reír, mientras él comprobaba que estaban a salvo.
- Te ves muy chistoso -apenas se le entendió a la rubia entre su ataque de risa, el hecho le había parecido algo muy divertido. Ron negó, pero al verla sonreír de aquella manera perdonó cualquier imprudencia de su novia. Luna tenía su azul mirada llena de lagrimitas causa de la risa, la cual comenzó a disminuir mientras él no dejaba de verla de forma especial. Sin decir algo más la tomó de las mejillas y la besó. La chica estaba sorprendida pero se dejó llevar por las emociones, y cerró los ojos. Ron se las ingenió para cambiar de lugar a la ojiazul y ser él quien quedase encima de.
Y es que este amor es Azul, como el mar Azul.
Como el azul del cielo nació entre los dos.
Azul como el lucero de nuestra pasión.
Un manantial Azul, que me llena de amor.
Unos minutos después se incorporaron, Luna con la ayuda de él. Se quedaron tomados de las manos y viéndose de frente.
- Siento lo del susto -se disculpó realmente apenada.
- Te diste cuenta que si caemos, lo hacemos los dos -observó el chico - Como... -pero se detuvo antes de meter la pata y sonar fastidioso con algo relacionado al tema matrimonio.
- Ron, sí me quiero casar contigo. Sólo dame tiempo... -exclamó la rubia.
- Shuss -silenció el pelirrojo antes de que continuase hablando, reponiéndose de la sorpresa de que ella lo haya tocado.
- Voy a hacer una promesa inquebrantable -añadió, llevándola hacia el barandal.
- Yo Ronald Weasley, frente a este inmenso cielo, juro Amar a Luna Lovegood para siempre de todos los siempres que puedan existir. ¡Hasta el final de los días, de las noches, y del UNIVERSO! -gritó, ante la mirada sorprendida y maravillada de Luna.
- Y como muestra de esta promesa de amor eterno, le regalo ese lucero -señaló el más resplandeciente.
- ¿Es mío? -balbuceó, con una risita.
- Sí -él también sonreía. - Un lucero para Luna.
- ¡Ay Ronnie, qué cosas se te ocurren! -comentó, viendo el lucero.
- ¿Cómo le llamarás? -preguntó.
- Azul -respondió, jugueteando con su collar de corchos.
- ¿Por qué? -quiso saber, curioso.
- Porque es el color de tus ojos -dijo sin pensarlo mucho, sosteniéndolo por el rostro.
- Y de los tuyos -le acarició con los dedos a cada lado de sus claras cejas. Las pupilas azules de ambos brillaron más que ese lucero.
Como el milagro que tanto esperé,
Eres la niña que siempre busqué.
Azul, es tu inocencia que quiero entender,
Tu príncipe Azul yo seré.
- ¿Bailemos, sale? -propuso con una amplia sonrisa.
- Pero no hay música
Además a ti no te gusta bailar -respingó extrañada.
- Contigo sí -asintió enérgicamente - Y la música... -murmuró, acercándose hasta que su aliento rozó el lóbulo derecho de la chica.
- Está en el viento, oye -dijo tomándola por la cintura, balanceándose como si escuchase un vals. Ella se recargó en su hombro, dejándose guiar.
Bajo un manto estelar se pudo apreciar una hermosa escena que quedaría grabada para la eternidad.
Azul, es mi locura si estoy junto a ti.
Azul, rayo de luna serás para mí.
Azul, y con la lluvia pintada de Azul,
Por siempre serás sólo tú.
Los rayos de la luna iluminaban los pasillos del colegio, habían dado la vuelta por uno cuando el pelirrojo la cargó inesperadamente.
- ¡Ron! -respingó, pero el chico le comenzó a dar vueltas.
- ¡Ey, no! ¡Basta!, que Filch nos puede descubrir y nos castigarían -dijo tratando de ahogar su divertida risita. Él la bajó, y la miró entornando los ojos.
- ¿Un castigo, por ti? - terció embozando una sonrisa de picardía desafiante.
- Sí, pero sería para ambos -señaló tratando de parecer seria.
- Por estar contigo cumpliré cualquier condena -exclamó volviendo a cargarla, y esta vez le hacía cosquillas.
- ¡Estás loco! -ella reía de nuevo, faltándole el aire.
- Tú tienes la culpa, Así me traes -acusó, bromista. Exhalando con agitación.
Habían llegado por fin a la entrada de la casa Ravenclaw, el pecoso la bajó frente al retrato.
- Ya vete, no quiero que en verdad el señor Filch te vaya a cachar -apuró la rubia, dándole un rápido beso en los labios. Y cerciorándose de que nadie estuviese cerca. Ron la tomó de la mano y la miró, adoptando una seriedad que a la chica le llamó la atención.
- Luna, No me importa cuánto tiempo tenga que pasar para que seas mi esposa. Yo sabré esperar, porque serás la única en mi vida -exclamó, apretando su mano. La ojiazul se quedó sin palabras. - Te Amo -añadió, sus manos se habían puesto sudorosas y frías. Sin embargo se acercó al rostro de la rubia y la besó lentamente.
Azul, y es que este amor es Azul
Como el mar Azul, como de tu mirada nació mi ilusión.
Azul, como una lágrima cuando hay perdón,
Tan puro y tan azul que me ahogó el corazón.
- Lo sé... Para mí también serás el amor de mi vida. Y Ron, quiero que sepas... -dijo con una vocecita, como si le faltase aire.
- Shuss -puso un dedo en su boca - Todo lo veo en tu mirada -el azul con el azul claro se mezclaron, miradas que podían decir más de lo que las palabras expresarían.
Luna derramó una lágrima de emoción. Por fin pudo comprender que ya no había nada más qué temer. Nunca lo dejaría de amar, ni él a ella.
Ron acaba de descubrir que no era necesario decir que estaban comprometidos, si el verdadero compromiso que ellos tenían, era ese que demostraban con su amor.
Y es que este amor es Azul, como el mar Azul.
Como el azul del cielo nació entre los dos.
Azul como el lucero de nuestra pasión.
Un manantial Azul, que me llena de Amor.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Notas de la autora:
Saben, no me importa lo que haya pasado con la historia de JK, para mí siempre serán HHr.RL. Y este capitulo se los dedico enteramente a los RedMoon.
Espero os guste, porque aunque creo que me pasé de cursi... Ay como adoro a Ron con Luna, se me hacen tan alivianados y ocurrentes.
La canción que le da título a este Cáp. es Azul de Christian Castro.
Saludos de su amiga Anyeli Potter Granger, eterna fan de Harmony y RedMoon.
La mañana del domingo había amanecido algo gris, el sol apenas iluminaba los pasillos, lo que le causó extrañeza a muchos, pues los días anteriores se caracterizaban por tener un sol radiante.
Algo había en este domingo que no le agradaba al ojiverde. Desde el principio comenzó raro el día.
Primero, cuando se despertó, buscando a su lado el calor de Hermione y se dio cuenta que estaba solo en la habitación. Con la misma rapidez con la que se había desvestido la noche anterior se volvía a poner la ropa, y bajaba a buscar a la castaña. Pero no la encontró, ni en el comedor, ni en la biblioteca; fue a la enfermería y tampoco estaba ahí.
Empty spaces fill me up with holes
Espacios vacíos, me llenan de huecos
Distant faces, with no place left to go
rostros distantes, sin ningún lugar a dónde ir
Without you, within me, I can't find no rest
Sin ti, en mí. No puedo encontrar descanso
Where I'm going is anybody's guess
A dónde voy, nadie lo sabe
Caminaba por el pasillo que conducía a la prefectura con la esperanza de que estuviera ahí, cuando se encontró con dos chicos que venían tomados de la mano. Un castaño y una chica de cabellos color rubio cobrizo.
- ¿Colin, has visto a Hermione? - se precipitó a preguntar.
- No, Harry - negó el castaño, el ojiverde parpadeó intranquilo.
- Yo sí - intervino la chica que lo acompañaba.
- ¿Kim, estás segura? - cuestionó Colin, Harry la miró interesado.
- Sí - afirmó la joven.
- La vi esta mañana salir con Ginevra Weasley - informó.
- ¡¿Cómo?! - los dos chicos respingaron sorprendidos.
- ¿Que iba con Ginny? - añadió el de gafas.
- Es en serio - insistió Colin, incrédulo.
- ¡No estoy ciega! - recalcó ofendida.
- Gracias - dijo apurado Harry, y se alejó de ellos; tenía un mal presentimiento al saber que la castaña se había ido con la pelirroja.
- ¡Te avisamos si las vemos! - gritó con vacilación Colin, regresando a ver negativamente a su novia, ella le lanzó una mirada recriminatoria.
Harry se dirigió a las mazmorras donde estaba la casa de Ravenclaw para pedirle ayuda a Luna, y tal vez ella ya sabía algo de Hermione. Pero antes de llegar se encontró con la rubia.
- ¿Luna, sabes dónde está Her? - preguntó apresurado.
- ¿No estaba contigo? - saltó desconcertada. Él negó y de inmediato emprendió de nuevo su búsqueda, sin darle explicaciones. Luna lo siguió por el pasillo con dirección hacia los jardines.
- Si ves a Ginny, me avisas - dijo apurado, saliendo al exterior.
- ¿Por qué? - preguntaba confusa, bajando aprisa las escalerillas de la entrada intentando seguir el paso del chico.
- Es que Her estaba con ella - la puso al tanto.
- ¡¿Qué?! - frenaba impactada y muy alarmada. - ¡Salió con ella después de que ayer casi hace que pierda al bebé! - exclamó con brusquedad, e indignada.
- ¡Qué dices! - Harry la regresó a ver con los ojos abiertos de una forma desorbitada, él también se detenía.
- Ya sabías lo del bebé, ¿verdad? - apuró, rogando no haber sido imprudente.
- ¡Sí, pero no me has respondido cómo es que Ginevra puso en riesgo la vida de mi hijo! - urgió molesto.
- Es que la tiró de las escaleras - informó obligada, ahora que lo pensaba acaba de meter la pata.
- ¡Y Hasta Ahora Me Lo Dices! - reclamó, subiendo la voz.
- ¿Hermione no te lo contó? - tanteó vacilante.
- ¡Obvio, No! - negó sarcástico, y apretó el paso con dirección al lago.
- Harry, escucha - la ojiazul quiso detenerlo.
- No, si Ginevra fue capaz de empujarla. ¡Están en peligro! - exclamó con los latidos acelerados.
- No tanto como empujarla a propósito, ella no sabía que Herm está embarazada -vaciló, siguiéndole el paso.
- ¡Embarazada o no, es Hermione a la que empujó! - sentenció furioso.
- Eso sí... Pero insisto, no intencionalmente - Luna exhaló un sonidito de nerviosismo, y un jadeo por la prisa con la que el chico caminaba.
- ¿Estás defendiéndola? - él la miró frunciendo la ceja, con reclamo.
- ¡No, para nada! Si descubro que fue con alevosía, ¡La Ahorco! - rotundizó peligrosamente.
- Me avisas si la encuentras - dijo, dejándola atrás.
- ¡Le pediré ayuda a Ron! - ella se detenía y se daba la vuelta para ir por su novio, en verdad esa desaparición de su amiga la preocupaba.
*****
Harry encontró a la pelirroja cuando ésta caminaba con dirección al colegio, venía con un aire sereno y una extraña sonrisa en los labios. Como si se estuviese conteniendo una felicidad ilícita.
- ¡Ginevra, dónde está Hermione! - Harry la abordó, preguntando con un tono de exigencia.
- No sé, no soy su niñera - la pecosa negó despectivamente.
- ¡Cómo que no sabes!, la novia de Colin dijo que las vio salir juntas - apuró, reclamando.
- ¿Novia? - ella contrajo el entrecejo, y se cruzó de brazos.
- ¿Las vio? - insistió el ojiverde.
- Sí salimos, pero hace horas la dejé sola del otro lado - aceptó. - Dijo que iba a caminar un rato, y yo vengo de casa de Hagrid - añadió con presura.
- No sé si era mejor que estuviese sola que contigo - ironizó el de gafas.
- ¿Por qué habría de estar mal conmigo? - protestó ofendida.
- Será porque la empujaste - repuso ácidamente.
- ¡Yo no la empujé!, al menos no era mi intención - se defendió haciéndose la ingenua.
- Haya sido o no, tú la odias - espetó fríamente.
- Es verdad que no puedo considerarla mi amiga, y sí una traidora. Pero de eso a odiarla, ¡y por ti! - terció molesta.
- Es exactamente lo que pienso - Harry alzó las cejas.
- No te creas tan importante Harry Potter, al menos no como para hacer que yo sea una asesina - saltó apretando los dientes.
- Por tu bien, eso espero - él le mantuvo una mirada de amenaza.
- ¡Me crees capaz de hacerle daño a ella, y a un bebé! - chilló muy ofendida e indignada, como si la hubiesen insultado.
- Dímelo tú - retó el ojiverde, entonces le dio la espalda.
- Qué bien supieron hacerla, escondiéndose como dos... - se mordió los labios obligadamente. - Pero les salió mal, y ahora que tendrán un hijo todo el mundo se dará cuenta de lo que hay entre ustedes - sentenció la pelirroja, el chico regresó a verla con desafío.
- Jamás te di esperanzas, y si nos ocultamos fue para protegernos de aquellos que con su envidia quisieran destruir algo tan puro y tan bueno como es nuestro Amor. Y ese bebé es la prueba más Grande del mismo - recalcó con aspereza, sus ojos esmeralda denotaban enojo.
- Ni tan puro
-comentó con un sarcasmo malicioso.
- No sé si puedas llegar a comprenderlo - agregó con frialdad. La chica lo fulminó con la mirada, su rostro adquirió el tono de su cabello, por la ira contenida.
- Estoy perdiendo el tiempo contigo - soltó con desdén Harry.
- ¡Si la encuentras, espero que sean felices en su próximo matrimonio! ¡Y con su bebito! - atinó a gritarle con una melosidad fingida, cuando él la pasó de largo y se alejaba para seguir buscando a su novia; ignorándola por completo. La pelirroja le lanzó una mirada que destiló odio.
****
I try to go on like I never knew you
He intentado seguir, como si no te hubiera conocido
I'm awake but my world is half asleep
Estoy despierto pero mi mundo duerme a medias
I pray for this heart to be unbroken
Rezo porque este corazón no se rompa
But without you all I'm going to be is
Pero sin ti todo lo que voy a hacer es incompleto
Incomplete.
Harry llegó a los límites del bosque prohibido, no se imaginaba por qué Hermione hubiera querido caminar en un lugar tan lúgubre y en un día como ese. De pronto bajó la vista y lo que encontró en el pantanoso suelo le hizo caer el alma a los pies; la pulsera que le había dado la noche de navidad estaba tirada justo allí.
Revisó a su alrededor si había señales de que la chica estuviera cerca, pero sólo el tempestuoso viento que revolvía las hojas secas rompía el angustiante silencio.
- ¡Hermione! - gritó a todo pulmón, un vacío eco fue la cruel respuesta. En eso un torbellino de hojas lo envolvió, Harry trató de zafarse pero en su desventaja cayó al piso dándose un fuerte golpe en lado izquierdo; dejándole una herida en la ceja. Con la vista borrosa causa del incidente le costó trabajo pero se puso de pie; el aire arreciaba como si fuese el aviso de que un ciclón se avecinaba. Las nubes estaban de un intenso gris marino y se movían a velocidad, los árboles se mecían peligrosamente amenazando con arrancarse desde la raíz. Quería internarse en el bosque prohibido pero entonces fue detenido por sus amigos, Ron y Luna; quienes acababan de llegar.
- Harry, No - le detuvo el pelirrojo, él le retiró la mano y caminó más hacia la entrada del bosque.
- ¡Hermione debe estar ahí, no entienden! - exclamó desesperado, señalando el tenebroso lugar.
- No creo que esté allí - negó Luna, luchando con impaciencia por quitarse el cabello que se atravesaba en su cara.
- Tu hermana dijo que aquí fue la última vez que la vio - informó, viendo con rencor a Ron.
- Posiblemente esté en otro lado - insistió la rubia, con tal de hacerlo desistir de internarse en el bosque; casi obligándose ella misma a pensarlo aún en contra del mal presentimiento que la asaltaba. El chico de gafas chasqueó la lengua y negó pero en eso se llevó las manos a la cabeza por el fuerte dolor que parecía querer hacer que le estallase, y en su mente aparecieron imágenes de Hermione pidiendo ayuda, su voz retumbó llamándolo a gritos.
- ¿Qué pasa? - saltó preocupado el pelirrojo.
- Hermione, ella
ella me llama - dijo con voz ahogada; sudaba frío, su cuerpo temblaba y parecía tener fiebre. Sufría mucho sólo con pensar que pudieran estarla torturando.
- Harry, la última vez que tuviste una de esas extrañas visiones fue cuando creíste que Sirius
y él
- Ron buscaba las palabras más ligeras posibles.
- ¡Ella no morirá! - exclamó con voz rotunda por sobre las palabras de Ron, casi con rabia; pero no hacia su amigo sino para él mismo, que se recriminaba el hecho de sus anteriores errores.
- Voldemort me quiere a mí, pues ya es hora
Que venga, estoy listo - gritó entre el intenso dolor. Intentó sobreponerse y caminar hacia el bosque.
- ¡No! - al ver la intención de su amigo Ron lo sujetó con fuerza arrastrándolo hacia atrás; a pesar de los intentos de zafarse el pelirrojo era más fuerte que él. Luna ayudó a su novio y entre ambos vencieron al ojiverde consiguiendo llevarlo a rastras al castillo.
- ¡Suéltenme! - forcejeaba con ellos, al cabo de un rato desistió de todo intento y se dejó arrastrar hasta el despacho de Dumbledore. Cuando doblaban el pasillo vio salir de la oficina a Ginny, quien se fue por el pasillo opuesto a ellos. Harry no sabía bien por qué sentía aquello, y no quería sentirlo realmente, pero tenía la fuerte corazonada que ella sabía dónde estaba Hermione; y si su presentimiento era acertado
- No - negó.
- ¿Acaso no es ella quien tiene suficientes razones para entregársela a
Voldemort? - intervino aquella voz que llegaba justo en el peor momento, sólo para inquietarlo más. - Ahogó un grito de furia. - ¿Tanto la odiaba?, en verdad que no lo comprendía. En algún momento había sido la mejor amiga de Hermione...
Sin darse cuenta ya estaba dentro del despacho de Dumbledore, sentado en una silla. Bueno si podía llamarse sentado a alguien cuyos amigos lo habían dejado caer en un sillón, con el cuerpo suelto y la mente en otro lado.
Voices tell me, I should carry on
Voces me dicen que debo seguir
But I am swimming in an ocean all alone
Pero estoy nadando en un océano solo
Baby, my baby it's written on your face
Nena, mi nena, Está escrito en tu rostro
You still wonder, if we made a big mistake
Todavía te preguntas si cometimos un gran error
Apenas habían pasado unos minutos pero para él parecían siglos, como si el tic tac del reloj gozara con su agonía
Sus ojos esmeralda miraban perdidamente a través del empañado cristal de la ventana, los relámpagos trazaban luminosidad en el cielo de un oscuro azul marino y rojizo; los mismos que se proyectaban en su rostro afligido, una tormenta se avecinaba. Pero nada comparada con la que se llevaba a cabo en su interior; Hermione tenía horas desaparecida, nadie la había visto
y resultaba que la última que la vio ese día fue Ginevra, y ella sólo podía repetir que la dejó en el lago.
Una mano se posó en el hombro del ojiverde, el pelirrojo negaba con una expresión triste y compresiva. Él apenas y lo vio, cómo si ese despacho fuese inmenso y él estuviese hundido en ese mar que lo ahogaba. Se sentía solo, a pesar de la gente que lo rodeaba, poco se hizo consciente de que en aquella habitación se encontraban Ron y Luna. La rubia tenía los ojos ya muy rojizos, y de vez en cuando temblaba conteniéndose los resuellos sólo para no empeorar la situación.
En eso por la chimenea apareció Dumbledore, al mismo tiempo que McGonagall entraba en el despacho. El ojiverde ni siquiera pareció percatarse de estas dos nuevas presencias
El director pidió al pelirrojo y a la rubia que salieran un momento, ellos asintieron y en silencio se dirigieron a la puerta, Ron antes de salir le dio un nuevo apretón en el hombro a su amigo.
El anciano mago se sentó frente al de gafas y carraspeó, el ojiverde no lo miraba.
- El señor Weasley y la señorita Lovegood me pusieron al tanto de la desaparición de Miss Granger, estaban muy preocupados por ella, y por ti
Por eso fueron a buscarte, para que no cometieras una locura -dijo viéndole fijamente, preparado para cualquier reacción del chico.
- ¡Locura es estar perdiendo el tiempo aquí! -estalló, se puso de pronto de pie, ese era el comportamiento que se esperaba Dumbledore.
- No Harry, debemos esperar
- esas palabras fueron mal recibidas por el ojiverde.
- ¿Esperar?, ¡lleva horas desaparecida! ¡¿Qué debo esperar, a que muestren su cadáver?! -golpeó con sus puños el escritorio.
- Toda la orden ya está enterada, ahora están buscándola -dijo como si ello fuera a tranquilizar al de gafas.
- Sé que Voldemort está detrás de todo esto -gritó, golpeando una vez más el escritorio, esta vez aventó el tintero que se encontraba ahí.
- Puede ser
- dijo en voz baja Dumbledore, como si lo meditase.
- Es muy sospechoso que no haya hecho nada antes -repuso Harry.
- Hemos tratado de seguir sus movimientos -intervino McGonagall, quien hasta este momento no había hablado.
- Qué bien lo vigilan -terció sarcástico, la profesora lo observó indignada.
- Por favor señor Potter, tranquilícese, no es el único preocupado por Miss Granger -Su rostro a pesar de parecer duro intentaba ocultar la angustia y sufrimiento que sentía.
- ¡Usted no entiende, no entiende nada! -exclamó bruscamente el ojiverde.
- Interroguen a Ginny de nuevo, sé que ella sabe algo más -regresó a ver a su profesor.
- ¿Es lo que piensas o lo que sientes? -dijo con una pregunta el anciano mago, viendo directamente a sus ojos, Harry se desconcertó. ¿Acaso el director podía saber lo que presentía pero su razón se negaba a aceptar?
- La señorita Weasley también desapareció
- volvió a intervenir la profesora de transformaciones, sus labios temblaban. Dumbledore la quedó viendo, eso era lo que iba a comunicarle Minerva. Harry la miró, no es que fuese un insensible, pero este hecho sólo le reafirmó que la pelirroja estaba involucrada.
Afuera se encontraban Ron y Luna, cuando salieron pese a saber que no estaba correcto pegaron sus oídos a la puerta y se estaban enterando de la conversación.
- Ginny
- musitó el ojiazul, palideciendo. Luna sostuvo a su novio.
Adentro el director iba a decir algo cuando un estruendo proveniente de la chimenea los hizo voltear a ver.
- Dumbledore
-exclamó sin aliento una chica de cabellos violeta deslavados.
- ¡Tonks! -chilló alarmada McGonagall, y corrió hasta la joven.
- Mortífagos
-soltó, casi desvaneciéndose.
- ¿Estás herida? -preguntó Albus, quien había ido hasta ella para auxiliarla.
- Sólo ligeros rasguños -se cubrió el brazo izquierdo, el cual le sangraba.
- ¡Necesitamos ayuda! Creo que son todos los Mortífagos, pero él no está con ellos -urgió, Dumbledore regresó a ver a la subdirectora.
- Minerva, avísales a los profesores, la seguridad de los estudiantes queda en tu responsabilidad -declaró, McGonagall asintió con decisión. Albus Dumbledore ayudó a Tonks a incorporarse para poder ir a alcanzar a los demás, pero antes regresó a ver al chico de gafas, quien tenía una expresión ensimismada; pensaba en que todo esto era sólo una trampa, pero debían arriesgarse.
- Harry, el corazón tiene razones que la razón desconoce, aunque también la razón tiene corazonadas que el corazón desconoce -sólo esas palabras que pacerían un acertijo, luego desapareció junto con la metamorfomaga.
- ¿Qué
? -musitó el ojiverde, cuando buscó una explicación en su profesora ella ya había salido de la dirección.
Afuera Luna trataba de hacer que el pelirrojo reaccionase pero el chico parecía haber entrado en shock.
- Ron, ¡Ron! -le daba ligeras cachetadas en el rostro, sus ojos azules permanecían vidriosos y desorbitados. La rubia decidió llevarlo a la enfermería.
I try to go on like I never knew you
He intentado seguir como si no te hubiera conocido
I'm awake but my world is half asleep
Estoy despierto pero mi mundo duerme a medias
I pray for this heart to be unbroken
Rezo porque este corazón no se rompa
But without you all I'm going to be is
Incomplete.
Pero sin ti todo lo que voy a hacer es incompleto
Harry trataba encontrarle el sentido a las palabras dichas por su profesor cuando un nuevo grito de la castaña, uno más agudo, implorando por la vida de su bebé; llegó a él como un latigazo causándole una profunda herida
¡su hijo! Entonces lo invadió el dolor; No, perderlos no era algo que se permitiría, así tuviese que dar su vida por salvarlos. Salió corriendo de la dirección y se dio cuenta que nadie estaba en el pasillo cuando bajó las escalerillas de la gárgola. Mejor así, no arrastraría a sus amigos al peligro, a que los asesinaran por su culpa.
Atravesaba el puente que conducía hacia la ladera que llegaba a los límites del bosque prohibido, cuando alguien lo llamó.
- ¡Harry! - gritó un chico, pero él no se detendría.
- ¡Harry, espera por favor! - lo tomó por el brazo, entonces se dio cuenta que era Colin quien lo seguía.
- ¿McGonagall te envió a detenerme? -inquirió bruscamente.
- No, nadie te vio salir -dijo tranquilizándolo. - Yo te seguí porque vi cuando saliste del despacho de Dumbledore, McGonagall nos acababa de informar lo que estaba sucediendo, y yo quería saber más de Ginny -su respiración era agitada sin embargo su voz era firme.
- Pues yo no sé nada de ella -negó ásperamente el ojiverde, dispuesto a que el chico no lo retrasase más.
- Vine porque yo iré contigo -exclamó ante los intentos de Harry.
- ¿Estás loco? Voy a enfrentarme a Voldemort - saltó el de gafas.
- Lo sé, pero él también debe tener a Ginny.
- Te arriesgas por ella -lo miró el ojiverde.
- Tú estás haciendo lo mismo por Hermione -señaló el castaño.
- ¿Aún la amas? -más que cuestión era una afirmación.
- Sí, aunque nunca me corresponda, prefiero morir para que ella esté viva
y quiero ayudarte a encontrar a Hermione - en sus ojos cafés había determinación. Harry asintió, entonces ambos se dirigieron hacia el bosque prohibido donde el ojiverde pensaba que encontrarían nuevas pistas que seguramente los llevarían a ellas.
Ahora no sólo era la hermanita de Ron, ahora ese monstruo tenía a Hermione y a su hijo.
Los dos chicos llegaron a la entrada del bosque prohibido
Harry miró los alrededores por si alguien los seguía o los estaban vigilando, y constató que no, iba a hacer que se internaran en el sitio cuando Colin gritó señalando algo que brillaba en el lodoso suelo, igual que hacía un rato encontró la pulsera de Hermione ahora habían hallado un medallón.
- Mira, allí -apuntó el castaño, acercándose para levantar el objeto dorado.
- Colin, apártate -advirtió el de gafas.
- Es de Ginny
- dijo el chico.
- ¿Cómo dices? - respingó el ojiverde, pues ese guardapelo él lo conocía, Dumbledore le había contado acerca de... había pertenecido a Salazar Slytherin y a la madre de Tom Riddle, era de Voldemort.
- Sí, se lo obsequié el año pasado
antes de salir a vacaciones, por su cumpleaños -informó dispuesto a recogerlo.
- ¡Colin, ese medallón es de Salazar Slytherin, y de Voldemort! - exclamó deteniéndolo. El castaño lo regresó a ver con los ojos abiertos como plato.
- ¿Dónde lo conseguiste? -inquirió un tanto exigente.
- Yo
lo compré a un hombre en Hogsmeade - dijo asustado.
- ¿Cómo era el hombre?- ahora sí que exigió.
- No lo sé, no lo vi bien -respondió cada vez más nervioso.
- No te ofendas, pero por qué compras cosas a un desconocido -regañó.
- Porque Ginny se merecía algo fino, además a mí me gustó y él accedió a dejármelo por menos de lo que vale - explicó, sintiéndose mal.
- Eso ya no importa, Ginevra lo tuvo con ella todo este tiempo, eso puede explicar muchas cosas -concluyó el ojiverde.
- Harry, crees que él
¿la haya estado manejando
? - sólo de pensarlo le llenaba de pánico y culpa.
- Es muy probable -suspiró el de gafas.
- Vamos, hay que seguir -dijo el castaño.
- Espera, quizás -lo detuvo, y regresó hasta el medallón.
- ¿Qué
? - Colin lo vio sin comprender, pero Harry lo sujetó por el brazo y tomó el guardapelo.
Unos instantes después cayeron contra un suelo arenoso, un sitio oscuro sólo iluminado por las rojizas nubes era donde habían sido transportados. Él tenía razón, el medallón era un traslador.
- ¿Dónde estamos? -preguntó Colin, poniéndose de pie. El ojiverde observaba el lugar alerta por si los esperaban, y pudo darse cuenta que a su alrededor había muchas tumbas.
- Es un cementerio, pero no es en el que yo había estado -respondió, el castaño también se puso a la defensiva a la espera de cualquier movimiento o ruido.
Harry tuvo una sensación de déjà vu, hace tres años había sido Cedric y ahora sería Colin; al menos éste último había decidido venir por cuenta propia, sabía los riesgos a los que se enfrentaba.
- ¡Harry! -le llamó en voz baja el chico, señalando una de las tumbas cercanas.
- Allá, debajo de la tierra
está alguien vivo, su corazón aún late. - El de gafas recordó el extraño don que Colin poseía para poder ver a través de las cosas.
- Hermione
- Ambos se precipitaron hasta la tumba que parecía haber sido recién cavada. Los dos con un hechizo comenzaron a desenterrar a quien estuviese, y descubrieron que se trataba de Ginny; la pelirroja estaba desmayada. Cuando Colin pudo por fin sacarla la colocó a lado, su cuerpo tenía heridas y estaba sucio por la tierra del cementerio.
- ¿No ves a alguien más que su corazón lata? -preguntó con desesperación.
- No
sólo cadáveres -respondió el castaño, con una desagradable expresión; luego sus ojos repararon en las dos tumbas continuas.
- Harry
- musitó, sus ojos cafés se abrieron con horror.
- ¿Qué? -el ojiverde regresó a ver con el corazón latiéndole muy deprisa por pensar que Colin había encontrado a Hermione. Entonces leyó los nombres que estaban grabados en la lápida:
James y Lily Potter
1960- 1981
- Son las tumbas
de mis padres
- dijo, formándosele un nudo en la garganta.
- Estamos en el cementerio de valle de Godric -tragó saliva.
- Mira la otra
- Colin hizo un gesto aterrado. Harry volteó a ver y lo que leyó le congeló la sangre, pero no por ver su nombre sino
Harry y Hermione Potter
1980 - 1998
Sintió un vuelco al corazón al leer el de la castaña, se volvió hacia al chico...
- Colin, sé que para ti lo más importante es poner a Ginny a salvo. Pero quiero pedirte un enorme favor -decía apresurado.
- Lo que digas -asintió rápidamente el castaño.
- Tienes que volver por Hermione -suplicó con los ojos llenos de lágrimas.
- Pero Harry, te vas a entregar, él te va a matar -negó exaltado.
- Quisiera pensar que saldré vivo de esta como las veces anteriores, aunque lo más seguro es que no
- soltó un suspiro irónico, el castaño negaba. - Sin embargo como tú mismo dijiste
Quiero que ella viva, y nuestro hijo -sus palabras se quebraron pero tenían un tono de convicción.
- Está embarazada
- titubeó sin aliento Colin, palideció. Tenía un sentimiento de pena por el ojiverde, y otro más porque se sentía culpable; si el guardapelo que le había regalado a Ginny era el causante de todo esto, no se lo perdonaría jamás.
Harry estaba alerta pues la cicatriz comenzó a arderle mucho. Se escucharon voces, Ambos regresaron a ver con las varitas apuntando en todas direcciones, Colin cubría con su cuerpo a la pelirroja. El ojiverde decidió adentrase en el cementerio
- ¡Ahora, Colin! ¡Váyanse! -le ordenó.
- No te preocupes Harry, volveré -exclamó y abrazó a Ginny, tomando el guardapelo ambos desaparecieron.
I don't mean to drag it on,
No quise arrastrarte a esto,
But I can't seem to let you go
Pero no puedo dejarte ir
I don't wanna make you face this world alone
No quiero hacerte enfrentar sola este mundo
I wanna let you go, alone.
Quiero dejarte ir, sola.
El ojiverde caminó con decisión, conforme avanzaba las voces se hacían más audibles y ante sus ojos aparecieron unas sombras; se escondió detrás de una lápida y pudo ver que eran proyectadas por unas llamas que estaban en lo que debía ser el centro del cementerio. Entonces descubrió que una de las sombras pertenecía a Voldemort, quien caminaba alrededor de alguien que estaba en el piso; era ella
fue cuando escuchó con claridad lo que decían.
- ¡No te atrevas a dirigirme la palabra, asquerosa sangre sucia! - rugió Voldemort, se detuvo frente a la chica.
- Su sangre no está tan limpia, su padre era un muggle -apretó los dientes con desprecio. Harry vio que su boca sangraba, estaba herida
sintió un vuelco al corazón.
- ¡Cómo puedes compararme contigo! - bramó, sus pupilas rojas destilaron furia, la apuntaba con la varita.
- No lo estoy comparando, jamás me compararía con una cosa horrible y repulsiva como es usted -soltó, con un dejo de asco en la voz y escupió hacia los pies de Voldemort. A pesar de que por dentro estaba aterrada no se lo demostraría, lucharía hasta el último momento. Aquellos ojos rojos la miraron con cólera.
- ¡Estúpida! - le lanzó un cruciatus. Harry se invadió de pánico, de miedo y dolor; la asesinaría, y a su bebé. Hermione dejó escapar un grito tan intenso que rasgaba el sepulcral silencio de la noche. Pero lo que más dolía no era el sufrimiento físico sino pensar que perdería a su hijo; se sujetaba con sus adoloridas manos el vientre, protegiéndolo.
- Iba a esperar a que él llegara, pero estás colmando mi paciencia y si continúas así de altanera me desharé de ti antes de lo previsto -siseó con una gélida risa, caminando nuevamente alrededor de ella. Los ojos esmeralda del chico se abrieron con terror, por dentro lo asaltó un sentimiento de culpa; por él ella estaba padeciendo todo esto, por haber estado cerca, por amarla.
- ¡Inténtelo! - desafió con la mirada, respirando con dificultad se recargó en sus manos para enfrentarlo.
- No, yo quiero que él lo vea, que sufra
Eso lo destruiría a pesar de que lo dejase vivo, ¿no? -en su boca sin labios se dibujó una cruel sonrisa.
- ¿Tú quieres que lo deje vivo? -preguntó con un tonito de melosidad sarcástica, poniendo un pie sobre la espalda de la castaña la obligó nuevamente a tirarse sobre el arenoso suelo.
A Harry la sangre le hervía
- ¡Harry acabará contigo, repugnante serpiente! -exclamó con aborrecimiento.
- Sigues retándome, ¡despídete de este mundo! - gritó con una voz demente, sus ojos rojos destellaron furiosos.
- Avada
- apuntó con su varita directo a ella. Sus pupilas marrón se dilataron con pánico, su cerebro era invadido por un ruido ensordecedor, su corazón latía como si fuera a estallar, le faltaba el aire; sólo podía pensar en su bebé
de pronto todo alrededor se nubló cuando
I try to go on like I never knew you.
He intentado seguir, como si no te hubiera conocido
I'm awake but my world is half asleep.
Estoy despierto pero mi mundo duerme a medias
I pray for this heart to be unbroken
Rezo porque este corazón no se rompa
But without you all I'm going to be is
Incomplete. Pero sin ti todo lo que voy a hacer es incompleto
- ¡Voldemort! - gritó Harry, el oscuro mago regresó a ver quién le había impedido asesinarla.
- Ah, llegaste
por fin te unes a nuestra pequeña reunión -siseó con burla.
- ¡Harry! -sus ojos marrón lo miraron horrorizada, pero por encima del terror estaban bañados de lágrimas de miedo, de dolor. El de gafas corrió hasta ella sin bajar la guardia, aunque sabía que Voldemort no lo mataría así como así; él lo había dicho, quería hacerlo sufrir.
- Hermione
- musitó, abrazándola.
- Harry
- susurró débilmente.
- ¡Qué conmovedor!, los enamorados se reúnen para enfrentarse a la muerte - rezó con una sátira dulzura, pero su voz helaba la sangre.
El ojiverde miraba con intenso odio al ser que durante toda su vida lo había atormentado, en sueños, en la realidad; al monstruo que lo había hecho miserable, que le había arrancado a sus padres.
Sus pupilas rojas, su boca sin labios, con su túnica negra que vestía su piel putrefacta y más blanca que la tiza; paseándose alrededor de los dos.
Su mirada esmeralda brilló por sobre sus propias lágrimas, acarició el rostro de Hermione, dio un beso en su frente, sus labios temblaron
se puso de pie y lo encaró.
***
Sé que me he tardado un montón en actualizar este songfic, y debo confesar que es de mis propias historias, mi favorita; lo siento por la espera tan larga. Saben, para mí llegar a este punto de la trama fue todo un reto pues es la batalla final, espero no decepcionarlos; está dividida en tres capítulos esta es la 1ra parte.
Siempre tuve la teoría que la batalla final sería en el cementerio de valle de Godric, puesto que yo hice los primeros borradores de este capítulo incluso antes de que saliera el sexto libro, poco a poco la trama fue modificándose sin embargo respeté mi idea del lugar.
Song: Incomplete - Backstreet Boys
Ariana_james
Amyx
Karla Potter Diggory
De corazón quiero agradecerles sus comentarios y su paciencia.
¡A todos los que se dan un tiempo para leer esta historia Mil Gracias!
Anyeli Potter Granger
I havefallen to my knees (He bajado a mis rodillas)
As I sing a lullaby of pain (Como he de cantar una canción de cuna de dolor)
I'm feeling broken in my melody (Me siento roto en mi melodía, )
As I singto help the tears go away (Como yo canto para ayudar a que las lágrimas se vayan)
Then Iremember the pledge you made to me (Entonces yo le recuerdo la promesa que me hizo. )
- ¡Harry, no! - gritó con voz ahogada, intentó detenerlo en el instante quecomprendió que esa caricia significaba que se estaba despidiendo; su brazo sele escapó entre sus débiles manos aún cuanto su corazón trataba de retenerlocerca. Pero él se puso al frente entre ella y Voldemort; se dejó caer hacia unlado sintiéndose mareada.
- Es gracioso, deberías estar corriendo y suplicando por su vida
y por la tuya-Voldemort soltó una risota que sonó más a un silbido de serpiente, y losseñaló con la varita, primero a ella y luego a él. Sus pupilas rojas habíanadquirido un rojo oscuro, a pesar de ello brillaban. Harry trató de no regresara ver a su novia, porque si lo hacía se derrumbaría de dolor.
- ¡No tengo porqué huir, no soy un cobarde! Además sabía que este díallegaría
Que mientras tú sigas con vida, la mía y la de los que amo o merodean, corre peligro. Así que estoy dispuesto a acabar contigo, lo que quedóinconcluso hace 17 años - exclamó apretando los dientes, con las palabrasllenas de intenso odio y señalándolo con su varita.
- ¡Niño insolente! -los ojos de Voldemort volvieron a ser rojo sangre yrefulgieron más entre las penumbras.
- Siempre interfiriendo en mis planes, tú, y tus padres
muertos. El único queimpide mi victoria - siseó, con una demencia obsesiva.
- Já, ¿victoria? ¿A qué llamas una victoria? ¿cuál es tu meta?, ¿ser inmortal?Llamas tener vida a lo que eres, una maldita y repugnante serpiente - rió elojiverde, su risa fue acercada a un sonido de quebranto sin embargo no se lodemostraría a ese ser vil.
- ¡Mi meta por ahora es acabarte, así podré tener mi gloria! - silbó, y un haz deluz azul lanzó de espaldas al chico de gafas. Hermione apretó los ojos, laslágrimas resbalaban lentamente por sus mejillas.
- De verdad que me será tan fácil deshacerme de ti -sentía deleite en esaspalabras, se acercó hasta el chico con intenciones de humillarlo.
- Pues no te ha sido tan fácil en todo este tiempo -terció con una sonrisasocarrona, sintiendo también satisfacción en lo que dijo; se puso de pie.
- ¡Cierra la boca! - bramó, lanzando otro hechizo que lo hizo caer de nuevo.
- ¡Harry, Resiste! - gritó Hermione, él regresó a verla, continuaba llorando ensilencio y su expresión era de súplica y dolor; sus ojos transmitían la promesaque se habían hecho de que jamás caerían estando uno cerca del otro. Verla allíera su fuerza para continuar la lucha, volvía a ponerse de pie aunque esta vezquedaba de rodillas.
- No se si recuerdas
hace dos años te dije que lo perderías todo - repitió conuna risota burlona y apretó su palma pútrida sobre la frente del ojiverde conintenciones de tirarlo al piso. Harry a pesar de que sentía que la cabeza leestaba estallando sus ojos le vieron con el más poderoso odio y desafío.
I know You're always there (Sé que estás ahí)
To hear my every prayer inside I'm clinging to
The promise of a lifetime. (Para escuchar cada oración, dentrode mí me aferran a la promesa de una vida.)
I hear the words you say (He oído laspalabras que decir,)
To never walk away from me and leave behind
The promise of a lifetime (Nuncacaminas lejos de mí, y dejar atrás
la promesa de una vida.)
A Hermione aquellahumillación le hizo hervir la sangre y entonces el valor que la caracterizabase exteriorizó, se puso de pie y corrió hasta Harry tomándolo del brazo loayudó a sostenerse.
- ¡No lo ha perdido todo, me tiene a mí! -exclamó retadoramente, con bastantedeterminación en el rostro.
Harry al verla ahítan expuesta ante Voldemort sintió que el pánico se apoderó por completo de él.Pero no pudo sentir más orgullo de su novia, era sin duda la joven más valienteque jamás ha conocido, y a pesar de eso la pudo ver tan vulnerable.
- ¿A ti? -la miró insignificante. - Tú morirás y lo dejarás igual que los que élama - rió con sarcasmo, luego la jaló del pie. Hermione le lanzó una patada,Voldemort se enfureció pero rió perverso como si aquel esfuerzo le fuesegracioso.
- ¡No la toques, ella nada tiene que ver en esto! -gritó furioso Harry, y laabrazó hacia él, protegiéndola; ella respiraba agitadamente.
- ¿Ah no? por su culpa no he podido acabar contigo - sus pupilas rojas ahoraparecían más grandes cuando se clavaron en la castaña. Ambos chicos lo miraronsin entender, el corazón de Harry dio más vuelcos porque aquellas palabrassonaron amenazadoras y directamente relacionadas con la chica.
- Ella es quien lo ha impedido - expuso con irritación y desdén. En lospensamientos de Hermione cruzó la idea y la esperanza de que quizás poseía unpoder que ella desconocía pero con el que si bien lo utilizaba podría salvarlosde esto; Voldemort continuó hablando. - Como una piedra en el zapato, siempreinterfiriendo en mis planes. Sí Harry Potter, al parecer no fue suficiente laprotección del sacrificio de tu madre, la que me convirtió en algo menos queespíritu y te salvó de la muerte, la que te mantuvo seguro estando cerca de tutía muggle, sin contar los demás medios ingeniados por el decrepito viejoDumbledore
¡No Bastaban! tenía que sumarse la protección quete brindaba su maldito amor de la sangre sucia, el cual te mantenía intocabledel todo para mí - bramó volviéndola a jalar del pie hacia él, Harry no pudoretenerla Voldemort se la arrebató y luego la sujetó con fuerza del mentónobligándola a ver al de gafas. Ella soltó un quejido, el ojiverde sentía máshorror al ver cómo aquellas asquerosas manos apretaban el rostro deHermione.
- ¡Suéltala! ¡Al que quieres es a mí! - gritó y se acercó a ellos, pero Voldemortretrocedió los mismos pasos.
- No estás en condiciones de negociar, hay una razón por la que hice que GinnyWeasley me la entregara - zarandeó a la castaña, y su voz fue más fría.
- ¡¿Qué?! - exhaló, sus sospechas habían sido acertadas, la pelirroja los habíatraicionado pero
no podía haber tanto odio en Ginny
-entonces recordó elmedallón, ese objeto tenía que ser la causa.
- Sabes, al principio tenía la certeza de que te enamorarías de ella, es bonita-observó con sarcasmo.
- ¡La belleza física no lo es todo! - Harry apretó los dientes e intentabadespejar su mente ya que el dolor de cabeza lo estaba torturando.
- Está claro que tú al igual que tu padre les encantan las sangressucias sabelotodo - se burló. - Aunque al menos tu madre era bella - dijo a manera de un comentario simple; el de gafas lo miró con repudio.Intentaba forzar a sus neuronas para encontrar la manera de liberar a Hermione,ella temblaba entre aquellas repulsivas manos.
- ¿En qué estaba
? ah sí, en que al final de cuentas de una u otra forma Ginevrame sirvió, me entregó a la sangre sucia - espetó con desdén, volvía a zarandeara Hermione; la chica cada vez sufría más.
- ¡Tú la obligaste con ese relicario que fue de tu familia! - exclamó elojiverde.
- ¿Te refieres al medallón de Salazar Slytherin? - una línea a modo de sonrisa securvó en su boca sin labios. - Sí, tienes razón
también me fue demasiado útil,ingenioso ¿no?
- Verás, hace años cuando encomendaba una labor aalguien y dudaba de que fuesen capaces de hacerlo, el relicario me permitíaaccesar a sus mentes sutilmente sin necesidad de estar cerca de ellos, y podermanejar sus emociones y acciones para asegurarme de que cumplieran. Pero luegode mi seudo-derrota se perdió
16 años más tarde ese tonto sangre sucia llamadoCreevey consiguió algo que el anciano Dumbledore estuvo buscando desde quedescubrió lo que hacía el medallón. Y que después de nuestro encuentro en elministerio yo también lo busqué desesperadamente porque lo necesitaba en mis planes,ese objeto me podría llevar a ti si lograba que alguien cercano lo usara,porque tu punto más débil siempre ha sido las personas que quieres -dijo con unacentito de sarcasmo burlón, y acarició la mejilla de la joven con su largodedo huesudo y pútrido; el ojiverde lo fulminó con la mirada.
- Este año no pude tener mejor suerte, no sé cómo perocuando lo presentí había entrado en la mente de Ginny Weasley, claro ella no sedio cuenta
a través de sus recuerdos te vi con tus amigos en la estaciónde tren, supongo que el último día del curso anterior. Ya que durante el veranodía con día veía en su estúpida imaginación lo que ella recordaba de ti, fuetan desagradable ver lo guapo que Weasley pensaba que eres
- en sus faccionesde serpiente quiso expresar el asco que exponía en sus palabras. - Aún así elmagnifico plan que pretendía llegaba a mí casi por sí solo. Si te enamorabas deella la utilizaría para destruirte, al tenerla vendrías a rescatarla, porque poramor se hacen sacrificios -rezó con una sátira de melosidad. - ¿No fuelo que hace rato me dijiste sangre sucia?-volvió a sujetar con fuerza subarbilla y soltó una carcajada estridente, ella vio con dolor al ojiverde;Harry sintió como si el odio fuese un líquido viscoso que quemaba y recorríasus venas.
- Pero entonces no, tú tenías que enamorarte de ésta otra insignificante sangresucia. Mis planes se modificaron un poco, pensé, daba igual de quién teenamoraras
sólo cambiaba la chica el plan seguía siendo el mismo. Tú vendríasa salvar a tu amor, iba todo bien
fue cuando descubrí que su amor de Grangersiempre había sido un estorbo en el pasado y ahora era más peligroso. ¡Porquecerca de ella tú en lugar de ser más vulnerable eres más fuerte! - bramócolérico, el ojiverde tomó aquella revelación como algo más que Hermione lehabía dado en la vida, y muy dentro él ese sentimiento le dio calidez a susvenas que por ahora sólo estaban inundadas de odio, miedo, dolor.
- Separarlos tenía que ser otro de mis objetivos, sin embargo detecté un nuevoobstáculo, del que fue más fácil deshacerme
- la boca sin labios trató desonreír otra vez. - La tonta pelirroja comenzaba a tener sentimientos de afectohacia el sangre sucia de Creevey, pero una vez eliminados continué tratando deque te fijaras en ella. Y tú, nada - su voz fue rencorosa. - De todas formasgracias a la mocosa me informaba de tus pasos, y los de Granger -dijo con unafascinación macabra, Hermione negó aterrada.
- Para cuando Weasley se dio cuenta de que era yo quien la estaba manejando quisoenfrentárseme, pero para eso ya era tarde, tenía demasiado control de suspensamientos así que sus débiles intentos de sacarme de su mente fueron vanos
-soltó un silbido a manera de risilla sarcástica. -
sin embargo el cursopronto terminaría, el tiempo se agotaba y ella ya no estaría cerca de ustedes,esto sólo aceleraba más mis planes. Entonces le ordené que me entregara a lasangre sucia a cambio de su libertad, tentador ¿no? Pero la estúpida rechazó laoferta, sus escrúpulos morales trataron de desafiarme, lástima, aún así noquisiera tenía que obedecer - atajó con una risilla irónica.
- Era obvio, no la dejarías libre
- soltó un sonidito sarcástico el ojiverde,viendo con desprecio al mago oscuro; se sintió más aligerado porque así nopodría odiar del todo a la hermana de su mejor amigo.
- Lo que importa es que la trajo a mí y aquí estás, así que no del todo mi planfalló. Lo malo es que tendré que desarme de ella para poder acabar contigo -apretó las mejillas de la castaña, ella movió la cabeza con asco.
- ¿Ya entiendes
? Es para eso que está aquí, para acabar con aquello que meimpide matarte, el último escudo que te protege - dijo saboreándose laspalabras, viendo a Harry; éste sintió que su corazón se detuvo.
- ¡Maldito, no te atrevas! - estalló el de gafas, pero un movimiento rápido yHermione fue aventada al suelo, entre un fuerte quejido, despuéssilencio...
Will you help me fall apart (Me podríaayudar a desmoronarse)
Pick me up, take me in your arms (hasta arriba, me lleva en sus brazos)
Find my way back from the storm (a encontrar mi camino de regreso de latormenta)
And you show me how to grow through the change (Y tú me enseñaste a crecer através del cambio)
I still remember the pledge you made to me (Todavía recuerdo la promesa que mehas hecho.)
Voldemort se había esfumado, el ojiverde lobuscaba con desesperación entre una espesa neblina que velozmente se expandíaen el lugar.
- ¡Dónde Estás! - gritó, con los sentidos alerta a pesar de que su cerebro nopodía pensar con claridad.
Pero Harry abrió los ojos horrorizado cuandodescubrió que Hermione se retorcía en el piso y parecía tener una lucha contraaquello que la estaba haciendo sufrir, algo dentro de ella.
- ¡Anda Potter!, ¿Me matarías? -retumbó unaescalofriante voz, proveniente de la boca de la castaña.
- Podrías aprovechar esta oportunidad que te estoy dando- incitó con un tono ingenuo, un brillo rojo sangre ocupaba las pupilas de laojimarrón. El de gafas estaba paralizado, Voldemort estaba poseyendo a sunovia.
- Harry
- jadeó la voz quereconoció como la de Hermione, sus ojos marrón se asomaron sobre el rojo.
- Hermione
se fuerte -suplicó con los ojos húmedos, se arrodilló frente a ella. - ¡ENFRENTA ESTO, MALDITO COBARDE!- exigió, la tomó de la mano y sintió cómo su pielquemaba, aún así no la soltó. Nuevamente el rojo trató de ganarle al marrón, lachica jadeaba y sudaba frío. Los ojos esmeralda transmitieron un mensaje: Por favor Hermione, él no es más fuerte que nosotros
- de los marrón salieron lágrimas, él besó su mano con firmeza, lacastaña apretó los párpados y su cuerpo se sacudió enérgicamente cuando
- ¡Agrr, esa estúpida pelirroja bloqueó esto! ¡Esperasun bastardo! - rugió la gélida voz, pero con ahogo; el cuerpo de Hermione fueabandonado por el mago oscuro y se dejó caer sobre los brazos de Harry.
Voldemort yacía ametros de ellos y se encontraba muy debilitado, al igual que la castaña, perotenían que aprovechar esa única oportunidad para escapar. Harry la cargó, susbrazos sentían flaquear pero el coraje y la angustia por salvarla le dieronimpulso. Alcanzaron a esconderse tras unas lápidas, cerca de donde hacía unrato Colin y él se habían aparecido.
I know you're always there (Sé que estás ahí)
To hear my every prayer inside I'm clinging to
The promise of a lifetime.
(Paraescuchar cada oración, dentro de mí me aferran a
La promesa de una vida.)
I hear the words you say (He oído las palabras que decir,)
To never walk away from me and leave behind
The promise of a lifetime (Nunca caminas lejos de mí, y dejar atrás
La promesa de una vida)
I am holding on to the hope I haveinside (Tengo en la mano a la esperanza que llevamos dentro)
With You I will stay through every day (Contigo me quedaré a través de todoslos días)
Putting my understanding aside (Poniendo de lado mi comprensión)
I am comforted (Estoy confortado.)
Naginiaparecía de entre las tumbas siseando y se enroscó cerca de su amo, Voldemortcomenzó a recobrar sus fuerzas. Sus manos pútridas acariciaron su mascota yluego se levantó, buscándolos; con la serpiente zigzagueando a lado de él.
- ¿Ahora quiénes son los cobardes? - preguntó con un tono sarcástico.
- ¡Salgan ya,Potter! No tienen escapatoria, deben hacerse a la idea de que los tres morirán- rió frío.
Caminaba entre los sepulcros, con latúnica negra ondeando y mostrando sus pies cadavéricos; con la varita quitabalas lápidas que le estorbaban en su intento de hallar a los jóvenes.
- ¿Ustedes piensan que soy cruel? Pues para demostrarles lo benévolo que soy, lesdaré una muerte rápida y ya no sufrirán más -exclamó sádicamente.
Hermione tembló, encualquier momento Voldemort los encontraría
tenía razón, ya no había salida.Harry la acunó hacia él, la chica enterró el rostro en el pecho de su novio.Dos corazones latían en contraste, uno acelerado y otro muy débil. El ojiverdeintentaba pensar en un plan para que Hermione escapara, rogaba porque Colincumpliera su promesa de regresar por ella.
La castaña seatrevió a ver alrededor y sus pupilas se dilataron cuando leyeron los nombresde las lápidas en las cuales ellos se refugiaban, donde estaban grabados losnombres de los padres de Harry, y a la izquierda los nombres de ellos; la cualestaba preparada para que fuesen enterrados.
James y Lily Potter Harry y Hermione Potter
1960-1981 1980 - 1998
Más lágrimasrodaron por su cara, posó su mano derecha y brindó una caricia al bebé quecrecía en su vientre. Tragó saliva con dolor y sentía que el corazón lesangraba.
- ¿Recuerdas, juntos hasta el fin
? ¿Es el fin
verdad, Harry?-murmuró, su voz era frágil, demostrando el llanto que resbalaba por sus mejillas.
Entonces él la miró, latomó por el rostro y la hizo que lo mirara.
- ¡Escúchamebien! El tuyo no, tu vida apenas comienza. ¡Tú vivirás por él y paraél! Lo verás crecer, ok - dijo como promesa, con un tono de esperanza.
- ¡No sin ti! -negó entre las lágrimas.
- ¡Aún sin mí! -insistió con firmeza, aunque por dentro se estaba desmoronando elalma.
- ¡No quiero! -volvió a negar.
- Piensa en él, en nuestro bebé - puso su mano en el vientre de su novia, esas palabrasparecieron hacerla reaccionar.
- Te amo
- exhaló ella, y lo aferró a su cuerpo.
- Yo también, con mi vida -exclamó, la besó en los labios y las lágrimas que éldesde hace rato contenía brotaron detrás de las gafas. Sería la última vez quelos probaría, el último beso
que contenía el dolor y a la vez llevaba laesperanza de la promesa de vida en su bebé, que él le estaba haciendo.
- No
-musitó al separarse, acarició el rostro de su novio.
- Colin vendrá por ti - posó sus labios en su frente y luego le brindó unasonrisa. Se puso de pie y regresó a enfrentar a Voldemort. Hermione se abrazó aella misma, con el alma destrozada pero el conforto de que su bebé viviría.
To know you're always there (Para saberque está siempre allí)
To hear my every prayer inside I'm clinging to
The promise of a lifetime. (Para escuchar cada oración, dentrode mí me aferran a
La promesa de una vida.)
I hear the words you say (He oído laspalabras que decir)
To never walk away from me and leave behind
The promise of a lifetime. (Nunca caminas lejos de mí y dejaratrás
La promesa de una vida.)
Harry salió dedetrás de las tumbas y se encontró con Nagini justo antes de que ésta llegasehasta el lugar donde Herm se ocultaba; la serpiente silbó alertando a su amo,pero el ojiverde con una media sonrisa de sarcasmo le lanzó una maldiciónasesina, Voldemort enfureció y lo apuntó con la varita.
- ¡Crucio! -bramó con voz cruel; el de gafas cayó de bruces y se retorcía dedolor, cada partícula de su cuerpo ardía como si le estuviesen pulverizando loshuesos. Sin embargo en su mente aturdida sólo podía ver el rostro de Hermionesonriéndole, e imaginar el sonido más hermoso que pudo escuchar en la vida, elmurmullo risueño de un bebé, de su bebé
apretó los ojos y en sus labios sedibujó una sonrisa de felicidad infinita.
- ¿Por qué sonríes, si te vas a morir? - preguntó el oscuro mago, entrecontrariado y a la vez burlón.
- Yo no le temo a morir
¿Muerte? si al fin de cuentas para qué vivir sin teneramor -exclamó con voz entrecortada, el dolor físico disminuyó. - Y apesar de todo ese poder que según tienes yo he tenido algo que tú jamásconocerás, y precisamente es amor -apretó los dientes, pese a que sucuerpo se sentía sin fuerzas se puso de pie.
- ¡De qué te sirve el amor si vas a estar muerto! -carcajeó el ser malvado, suestridente risa retumbó en el silencio sepulcral de la noche.
- Quizás
pero mi amor se queda con ellos
así que morir no me da miedo
¡Peroantes, tú vendrás conmigo! - gritó apuntándole. - ¡Avada
! - entonces Voldemorten un ágil movimiento lo tiró al suelo, como si una mano invisible le hubiesejalado por los tobillos. El cruel mago caminó hasta él, Harry lo miraba con intensoodio.
- Potter, Potter
quizás no me expliqué bien, pero mientras ella esté convida no puedo destruirte. Ves por qué si tengo que
-sonrió malévolo y en uninstante Harry abrió grandemente los ojos, otra vez aquella sensación de quealgo dentro de él le consumía el alma, tan fuertemente que ya no podía pensaren nada salvo en el dolor. Sin poder hacer nada su cuerpo se puso de pie ycaminó. - ¡No! él iba hasta ella, la encontraría. ¡Nolo permitiría!
I know you're always there (Sé que estás ahí)
To hear my every prayer inside I'm clinging to
The promise of a lifetime. (Para escuchar cada oración, dentrode mí me aferran a
La promesa de una vida.)
Looking back at me (Mirando hacia atrás)
I know that You can see my heart is holding to
The promise of a lifetime. (Yo sé que tú puedes ver que micorazón se mantiene a
La promesa de una vida.)
La chica seguía escondida, casi fundida con la lápida de mármol; cadasegundo parecía un siglo y ella sólo quería pensar que era una pesadilla de lacual pronto despertaría. Una fría mano se posó en su hombro, sintió unadescarga de pánico y terror pero cuando se giró descubrió el rostro que tantoimploraba volver a ver.
- ¡Harry! - se impulsó para abrazarlo, pero él la empujó; sus manos eran comohielo y sus ojos en fracciones de segundo eran como luces intermitentes de rojoy esmeralda.
- ¡No! - gritó horrorizada.
- ¡Hermione, mátame! -exclamó la voz de Harry.
- ¡No!
- ¡Hazlo, tienes que acabar con él! -volvió a gritar desesperado. Ahora era Harryquien luchaba porque aquel ser maligno se quedara dentro de su cuerpo, loaprisionaba aunque Voldemort intentaba salir de inmediato.
- ¡No puedo, no me pidas esto! - negó con los ojos bañados en lágrimas.
- Her... Hazlo por nuestro hijo - suplicó, no contaba con mucho tiempo, oVoldemort terminaba por suprimir su alma o lograba escapar. Ella tomó su varitaentre los dedos que ahora estaban entumecidos y cerró los ojos, sintió su corazónquebrarse en mil pedazos.
- ¡Avada Kedavra! - exclamó, su voz era firme a pesar de que las palabrasparecían haber dejado heridas a carne viva a su paso por sus labios. Sus ojosse mantuvieron fuertemente cerrados y las lágrimas continuaban resbalando porsus mejillas. Era incapaz de ver el panorama desolador que presenciaría encuanto sus párpados se abrieran, y deseó morir en aquel instante.
***
Uff sé que me he tardadoun buen de tiempo, ¿ tiempo? pero qué es el tiempo para mí... si éste parecetener prisa por desaparecer llevándome de la noche al día y al siguiente sinque yo me pueda adaptar ¬¬
En fin espero poderterminar éste songfic antes del regreso a clases, y eso que me faltan como 18capítulos creo...Ups^^'
La song utilizada paraeste capítulo es Promise of a Lifetime/Kutless
una rola que sinceramenteme hace llorar a mares cada que la escucho, imaginen lo que lloré cuandoescribí este episodio u.u
Por desolador que parezcaesperen sorpresas;)
Harrymione
Ariana_james
Ikapotter
Gracias por obsequiarme unpoco de su tiempo
A los 22 usuarios que hanañadido este songfic en sus favoritos, aquellos que lo leen de forma anónima,de verdad se los agradezco.
Anyeli Potter Granger
25 Junio 2009
Another day (Otro día)
Without your smile (Sin tu sonrisa)
Another day just passes by (Otro día simplemente pasa)
But now I know (Pero ahora sé)
How much it means (Cuánto significa)
For you to stay (Para ti quedarte)
Right here with me (Justo aquí conmigo)
Los labios de Hermione temblaron, sus ojos aún negaban abrirse, sin embargo con el dolor latente los abrió y se enfrentó con el cruel escenario
Harry yacía tirado sobre el arenoso suelo, todo alrededor era silencio salvo su propia respiración entrecortada, quiso arrodillarse a su lado pero un estruendo y una luz cegadora de color púrpura la obligaron a retroceder haciéndola tropezar
levantó la mirada y con horror vio cómo un gas purpúreo salió del cuerpo de su novio y luego se esfumó entre el tempestuoso viento como si fuese un remolino de polvo.
Las amenazadoras nubes rojas por fin dejaron caer la lluvia sobre el sombrío cementerio de valle de Godric
Hermione se reincorporó, corrió hasta llegar a Harry y lo tomó entre sus brazos; acariciando su rostro con sus lastimadas manos, entonces pudo sentir que él aún respiraba
The time we spent apart (El tiempo que pasamos separados)
Will make our love grow stronger (Hará que nuestro amor se fortalezca)
But it hurt so bad I can't take it any longer (Pero me lastima tanto que no lo puedo soportar más.)
- ¡Harry, estás vivo! -sollozó, su corazón dio un vuelco como si pudiera sentir alegría y a la vez un miedo infinito de que ése sólo era el instante de la definitiva separación.
- ¿Hermione, están bien
? -preguntó muy débil, sus ojos apenas estaban abiertos debajo del cristal quebrado y empañado de sus gafas.
- No hables, la ayuda llegará pronto - puso un dedo sobre sus heridos labios.
- Para ti
- musitó sin aliento.
- ¡Para los dos! ya verás, te repondrás. Esta sólo fue otra batalla, y ganaste -exclamó con insistencia, más que convencerlo quería convencerse a ella misma.
- ¡Tú lo dijiste, él no es más fuerte que nosotros! -gritó con reclamo, derramando más llanto. Harry movió su dedo índice y limpió una lágrima de su mejilla cuando ésta estaba resbalando para hacerle compañía a las que caían sobre el suelo y se confundían con la lluvia.
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna die lying in your arms (Quiero morir en tus brazos)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna be looking in your eyes (Quiero estar mirando tus ojos)
I wanna be there for you (Quiero estar ahí para ti)
Sharing everything you do (Compartiendo todo lo que haces)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
- No llores
- pidió, acariciando su mejilla. - Después todo, si me imaginaba morir
siempre quise que fuese así
entre tus brazos, mirando tus hermosos ojos
pero no con lágrimas - negó.
- Sonríe niña, por favor
- trató de sonreír, el esfuerzo le hizo agitarse más, tosió y saliva con sangre brotó de su boca. Ella sollozó más fuerte, limpiándole la comisura de sus labios y trazando un camino por las heridas que tenía en la barbilla y el cuello como si quisiera sanarlas.
- Descuida, ya no siento dolor
-dijo, aunque su expresión no acompañó a sus palabras; le punzaba cada centímetro de su cuerpo, las heridas continuaban sangrando pero lo que más sangraba era el corazón por tener que decirle adiós, aún cuando después de haber creído despedirse ahora estaba ésta jugarreta sólo para lastimarlos más.
A thousand miles between us now (Mil millas entre nosotros ahora)
It causes me to wonder how (Hace preguntarme cómo)
Our love tonight remains so strong (Nuestro amor esta noche sigue tan fuerte)
It makes our risk right all along (Hace que nuestro riesgo sea lo correcto desde el principio.)
- Si ahora tal vez voy a un cielo y en verdad éste existe
pero el verdadero cielo fue cuando probé tus labios
- quiso que su voz transmitiera la felicidad de lo que había dicho, deslizó sus dedos sobre los labios de la castaña; ella cerró los ojos para contener las lágrimas e intentar sonreír.
- No importa nada, no importa morir
porque para amarte yo nací
y te encontré
te amé, y lo haré más allá de esto
- murmuró, su voz era cada vez más baja.
- De nada valió
- apretó los labios, sentía que no podría soportar más.
- Te equivocas
la vida valió mucho la pena
Te conocí, fuiste mi mejor amiga y te enamoraste de mí
- volvía a sonreír, con un gesto entre afortunado y orgulloso de ello. - A pesar de todo y de todos -añadió con ironía, ella parpadeó.
The time we spent apart (El tiempo que pasamos separados)
Will make our love grow stronger (Hará que nuestro amor se fortalezca)
But it hurt so bad I can't take it any longer (Pero me lastima tanto que no lo puedo soportar más)
- Contigo fue la primera vez que sentí realmente lo que era un abrazo, la calidez y la sinceridad con los que me los dabas me hacían sentir especial, protegido. Como lo he estado en tus brazos siempre
- ya no pudo luchar contra las lágrimas que rodaron fundiéndose con el sudor y el agua de la lluvia incesante que caía sobre ellos, tan incesante como el dolor que sentían.
- Harry
Quédate conmigo
- suplicó.
- Ya lo he hecho
- posó su mano sobre el vientre de Hermione, dio una débil pero tierna caricia llena de amor. - De esta forma permaneceré contigo
-suspiró, luego su mano resbaló sin vida.
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna die lying in your arms (Quiero morir en tus brazos)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna be looking in your eyes (Quiero estar mirando tus ojos)
I wanna be there for you (Quiero estar ahí para ti)
Sharing everything you do (Compartiendo todo lo que haces)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
Harry oyó un suave oleaje, percibió una brisa marina y abrió los ojos sorprendido, se encontraba de nuevo en el sitio que anteriormente había aparecido en sus sueños; el mar con sus armonizadas olas, la blanca espuma rompiendo en las rocas y la arena nívea a la luz de la luna bajo el manto estelar de la noche. Pero él ya no la sentía adherirse a la piel de sus descalzos pies, es más ya no sentía físicamente
el dolor había desaparecido, de inmediato vio sus manos, sus brazos, los cuales ya no tenían heridas que sangraban; y lo más fascinante es que a pesar de no llevar gafas veía perfectamente. Así podía apreciar mejor el lugar, el mismo que le hacía sentir una inexplicable paz. - Sonrió, luego pensó que así es cómo se sentía estar muerto
¡Muerto! Esa palabra lo trajo de nuevo a la conciencia; giró el rostro y observó que al otro lado el panorama era muy diferente, mostraba un oscuro cementerio donde el cielo era rojizo y la lluvia caía fuerte sobre dos personas, entonces sus ojos se abrieron sobresaltados al ver cómo su cuerpo permanecía en los brazos de Hermione. De pronto se hizo un nudo en su garganta, le destrozaba ver cómo su novia lo aferraba a ella, el llanto quiso salir sin embargo esa tranquilidad que sentía no se lo permitió.
Things can come and go I know but (Las cosas cambian, lo sé pero)
Baby I believe (Nena yo creo)
Something's burning strong between us (Que hay algo fuerte entre nosotros)
Makes it clear to me (Me deja claro que)
- Sé que algún día estaremos juntos de nuevo
- dijo con una triste sonrisa, dispuesto a continuar su camino.
- Te lo prometo - le susurró alguien a su oído, una vocecita femenina que ya se le hacía muy conocida.
- ¡Mamá! - exclamó regresando a verla y abrazándola de improviso; esta vez la sintió como un holograma, pero él también era uno.
- Hola, cariño - le dijo sonriéndole, sus ojos esmeralda brillaban emocionados.
- ¿Y papá, y Sirius? - preguntó apresurado, buscándolos por encima del hombro de su madre.
- ¡Hola, Héroe! - saludó animadamente Sirius, arrebatándoselo de los brazos a Lily, ella lo fulminó con la mirada sin embargo no le dijo nada.
- Estamos muy orgullosos de ti, hijo. Lo venciste, fuiste muy valiente - expresó radiante James Potter, quien llegó detrás de Sirius.
- Sí, ahora has demostrado que eres un héroe verdadero y ya te pueden llamar así sin que te moleste - observó Sirius, le despeinó su de por sí alborotado cabello, luego lo estrujó entre sus brazos. Harry pensó que de poder respirar le faltaría el aire.
- Pero no debes estar aquí -intervino la pelirroja.
- ¡¿Voy ir al infierno?! - regresó a ver a sus padres, muy angustiado. Sirius y James intercambiaron una mirada cómplice. Lily lo tomó entre sus manos y le acomodaba el cabello. - No, me refería a que
- negó con una cariñosa sonrisa.
- A que debes regresar a la tierra a estar con tu hijo y cumplir con tus obligaciones como padre. No dejarás que Hermione lo maleduque y lo termine haciendo un adicto al estudio como es ella y fue su abuela, ¿verdad? - dijo con un tono de exigencia y con sarcasmo acentuó el final.
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna die lying in your arms (Quiero morir en tus brazos)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
I wanna be looking in your eyes (Quiero estar mirando tus ojos)
I wanna be there for you (Quiero estar ahí para ti)
Sharing everything you do (Compartiendo todo lo que haces)
I wanna grow old with you (Quiero envejecer contigo)
A Harry no le importaron los burlones comentarios de Sirius, en aquel momento una emoción invadía todo su ser, volvió a sentir el latir de su corazón dentro de su pecho de una forma acelerada, era como si el sentimiento ahora estuviese llenando de cálida sangre sus venas. Regresaría, podría compartir su vida con Hermione y su hijo; lo vería nacer, crecer
- Sinceramente, por qué siempre tienes que entrometerte - reclamó molesta Lily, sus ojos esmeralda lanzaron chispas.
- Uff, la eternidad con ellos
créeme, es mucho más Eterna de lo que te imaginas -sonrió negando James, Harry también sonrió y pensó que extrañaría esas peleas; aunque no tenía nada que envidiarle a su padre ya que en la tierra él tenía a la versión remasterizada de esos dos: Ron y Hermione.
- Ya, debes irte - suspiró melancólica la ojiverde, acariciándolo del brazo y luego le tomó la mano.
- Sí, tú que puedes desafanarte un gran tiempo de ella - comentó sonriendo socarrón Sirius, señalando con un gesto "discreto" a la pelirroja. Ella continuaba tratando de ignorar olímpicamente sus inoportunas indirectas.
- Ya no los voy a volver a ver hasta
- titubeó con tristeza, bajando la cabeza.
- Así tiene que ser, cielo - Lily lo tomó por la barbilla e hizo que la mirara, sus ojos del mismo esmeralda se encontraron, ambos tenían un brillo de nostalgia.
- Pero nosotros sí te estaremos vigilando, y a Hermione. Para asegurarnos que sean buenos padres - intervino Sirius, con un tonito de broma para aminorar el ambiente. - Ya sabes, los privilegios de estar aquí - le guiñó un ojo, e irguió el cuello con suficiencia; Harry lo regresó a ver negando.
- Los extrañaré - suspiró, mirándolos. Ellos lo abrazaron al mismo tiempo, aunque la pelirroja le lanzó una mirada peligrosa a Sirius. Lily lo tomó de los hombros y lo alejó un poco de su padrino.
- Disfruta la vida
Sé que serás un Excelente padre - exclamó sonriendo, con un tonito intencional. Sirius entendió bastante bien el ataque, Harry y James intercambiaron una mirada de resignación. Sirius jaló del brazo a su ahijado para atraer su atención.
- Sí, obvio por algo Hermione te eligió para que lo fueras de ese bebé. Y de los muchos más que vayan a tener
- rió, Harry sintió que sus mejillas ardían. - Pero no olvides mis consejos, nada de hermanos por ahora - dijo en tono supuestamente serio, pero luego soltó una carcajada.
- Aunque allá ustedes
Digo, pobre no eres, tienes con que mantenerlos - añadió, dándole unas palmadas en el hombro. El ojiverde tenía una expresión extraña.
- ¡Black, puedes callarte! - alzó la voz Lily, y esta vez le dio un manotazo en su torso, él la fulminó con la mirada.
- Mira Evans
- tenía intenciones de comenzar una pelea.
- Te quiero mucho, hijo - intervino James, tomando de los hombros a Harry le brindó una sonrisa de enorme orgullo.
- Pórtate bien, campeón - apuntó Sirius, ignorando de pronto a la pelirroja.
- Esta vez el metido tiene razón, mi niño -dijo la ojiverde, obligándose mucho a reconocerlo.
- Y dale con decirle niño - rió poniendo los ojos en blanco. James sonrió vacilante y le tapó la boca al ojiazul, jalándolo hacia él. Mientras Sirius continuaba refunfuñando por encima de la mano de su amigo.
- Prometo que serán muy felices. Te amo, Harry
- Lily depositó un beso en su frente.
I wanna grow old with you
(Quiero envejecer contigo)
*******
Hola, aquí subiendo el cáp 37
¿Qué creían que iba a matar al protagonista?,
Está bien que soy algo masoquista pero no soy partidaria del dolor jeje
Adoro las peleas de Lily y Sirius ^^'
***
Song: I wanna grow old with you / Westlife
Uno de mis quintetos favoritos, ay como adoro su música
Y esta rola en particular me trae muchos recuerdos u.u
Y cada que la escucho compruebo que fue hecha para Harry y Hermione.
****
Quiero agradecer a las siguientes personas que con sus comentarios no tienen idea del bien que me hacen y lo mucho que significan para mí.
Yali: sé que te es difícil leer mis historias, pero en verdad no sabes cuánto representa para mí que dejes tu opinión.
Ika potter: Ay niña de corazón mil tanx por tus comens y por leerlo.
Ariana_james: agradezco tu tiempo y tus palabras, en serio gracias.
lily cony potter: qué bien que te agrade, eso es lo que busco al escribir poder compartir mis ideas, gracias por tu comen y ojalá te continúe gustando la trama ^^
YulyPotterGranger : fue una agradable sorpresa encontrar tu comentario, de verdad qué bien que ya estés aquí y espero corresponder a tu tiempo. Saludos a tu hermana ^^
Y espera sorpresas en la Fuerza del Corazón ;)
También debo agradecer a las personas que me brindan un poco de su tiempo al leer esta historia.
A los 25 usuarios que tienen este songfic en sus favoritos.
Anyeli Potter Granger
10 Julio 2009
Acorralado entre paredes,
Adormecido en un rincón.
Me rescataste de las redes,
Me despertaste el corazón.
Harry sintió la tibia sensación de un beso sobre sufrente, sus pestañas hicieron sombra en sus ojos esmeralda cuando sus párpadoscomenzaron a abrirse
Harry, te amo - suspiró una preciosavocecita que conocía bastante y aún así le seguía pareciendo el sonido másdulce que jamás había escuchado en su vida, y que sin duda reconocería encualquier lugar; porque la dueña de esa voz era la completa dueña de sucorazón, el cual ahora volvía a latir sólo para estar con ella. Abrió porcompleto los ojos y se topó con el más hermoso rostro, el de Hermione; sus ojosmarrón estaban inundados de lágrimas.
Yo también te amo
- musitó, intentandoesbozar una sonrisa pero parecía que sus músculos del rostro estabanentumecidos.
¡Despertaste! - respingó entre un sollozo yla sorpresa, dispuesta a lanzarse a sus brazos por la emoción pero se detuvoporque recordó que él se estaba recuperando.
Regresé
- dijo, logrando que suvoz se escuchase algo más audible.
¡Estás aquí! - sus pupilas marrón habíancomenzando a derramar más lágrimas, pero esta vez eran diferentes a lasanteriores, de angustia; ahora eran de felicidad.
Estás a salvo - sus ojos esmeraldabrillaron, por fin consiguió sonreírpero de pronto su sonrisa se borró cuando temió por su hijo.
¿Ynuestro bebé? - preguntó sintiendo una oleada de pánico. Hermione pestañeó conun gesto sereno
Élestá maravillosamente bien - respondió, tomando la mano de Harry y colocándolasobre su vientre, mientras sonreía, aunque su sonrisa no se podría describirdel todo porque era una mezcla de lo angelical y tierno que tienen en laexpresión las futuras mamás. La tranquilidad regresó y su sonrisa fue elperfecto reflejo de la de Herm; sus padres y Sirius lo estaban cumpliendo,había vuelto para estar con ellos. Bajo sus manos sintió el pequeño relievesobre el vientre de la castaña y aunque tal vez fuera su imaginación tambiénlogró sentir unos ligeros latidos. Ella soltó una leve y cantarina risita causade las cosquillas que le provocaban el tacto de Harry, y también porque leenternecía el gesto.
¿Perocómo
? - detuvo las caricias, aunque mantuvo su mano sobre el vientre de lacastaña, y la regresó a ver desconcertado, ella contrajo las cejas e iba aresponder pero fue interrumpida por una voz de anciano.
Yo se los explicaré
- ambos regresaron averlo, era el profesor Dumbledore. -
pero en primera perdón por interrumpir, ysegunda, qué bien que ya estés de vuelta no sabes cuánto nos has hecho esperary sobretodo sufrir, en especial a Hermione -saludó el director, colocando unamano sobre el hombro de la ojimarrón.
Profesor
- Harry iba a decir algo pero el director le hizo una seña de que guardasesilencio.
Difuminado como el aire,
Lejos de toda bendición.
Llegaste tú para salvarme,
Arrebatando mi dolor.
Ambos deben tener muchas cuestiones - dijoante la pregunta no realizada, los dos asintieron.
Comole mencionaba a la señorita Granger, quien ha despertado apenas esta mañana
-comenzó, Harry la regresó a ver y ella asintió, mientras Dumbledore les sonrióamable. La castaña sin fijarse estaba jugando con el cabello del ojiverde, y élsimplemente se dejaba, ese gesto le causaba tranquilidad. Dumbledore se sentóen una cama frente a ellos, Hermione ocupó un lugar en la orilla de la cama,junto a Harry, él se medio incorporó para quedar sentado, con su brazoizquierdo rodeó la cintura de la castaña permitiendo que su mano pudiesecontinuar acariciando su vientre; el anciano profesor los miró sonriendo. Luegoempezó a contarles con un modo de voz sereno aunque bastante serio.
Losencontró el joven Creevey, cuando llegamos todos pensaban que ambos estabanmuertos
- dijo tragando saliva, los labios de Hermione temblaron, pero Harryse apresuró a preguntar - ¿Porqué sobrevivimos?, ¿por qué nuestro bebé está asalvo?
Concalma, espero poder responder a todo - dijo el anciano mago, los dos jóvenespermanecieron callados.
Enprimer lugar, por lo que me contó Hermione, Tom Riddle les habló acerca de laprotección que ella te brindó durante estos años, por eso es que jamás lasubestimó, para él era de suma importancia separarte de ella, porque
Losé, él lo dijo, cerca de ella yo soy más fuerte - interrumpió el ojiverde,Dumbledore asintió.
Ustedlo sabía, desde el principio supo que ella me estaba salvando la vida - dijocon ese tonito acusador que estaba acostumbrado a adoptar cuando se sentíaexcluido de la información.
Síy no - respondió paciente Dumbledore, ella hizo una mueca ansiosa, Harry lomiró con exigencia.
Recuerdas que la primera vez que estuvisteen esta enfermería después de tu encuentro con el profesor Quirrell te lo dije,el amor Harry. El amor de tu madre fue quien te salvó la vida cuando eraspequeño, el que mantuvo a salvo en casa de tus tíos
sin embargo siempre hesabido que la magia antigua que realizó Lily no sería suficiente para salvartede nuevo
entonces descubrí que el sólo un nuevo amor así de intensopodría protegerte
Comenzaron mis temores porque no sabría en dónde loencontrarías, y sin esperarlo apareció esa lucecita de esperanza en MissGranger
- confesó, ambos abrieron los ojos como plato e intercambiaron unamirada.
Cuando regresé y me encontré conella y me puso al tanto que tú estabas en las mazmorras para enfrentar al quesuponían era Severus, la vi muy desesperada, me contó que de no serporque ya no había suficiente poción para ambos, ella estaría a tu lado. Y asílo hizo durantes los siguientes años
- seguía contando, Harry mantuvo estáticasu mano sobre el vientre de su novia.
Milagro de amor
Qué bueno que vienes
Milagro de amor
Que no te detienes
Milagro de amor
Te quiero y me quieres
Milagro de amor
Entoncessí sabía lo que ella estaba haciendo por mí - exclamó molesto.
Sabíaque ese amor que comenzó como de amigos, y que se fortalecía día con día temantenía a salvo, no intacto pero no tan desprotegido. Una nueva preocupaciónllegó cuando me enteré de que estaban juntos - el rostro de Dumbledore depronto se vio más envejecido.
Cómose dio cuenta, si fuimos muy cuidadosos - saltó el de gafas.
Haycosas que no se pueden ocultar Harry, y el amor es una de ellas
por mucho quesegún ustedes tratasen de ser discretos - el director soltó una risilla, lasmejillas de ambos jóvenes se ruborizaron un poco.
Peroasí como el amor te daba protección también te hacía vulnerable - añadió volviendoa poner esa expresión de preocupación.
Temípor la seguridad de la señorita Granger, por tu seguridad, y el día que habléde mis temores con ella fue cuando me enteré que está embarazada - mirófijamente a la castaña, ella desvió la mirada, sus mejillas se encendieron másy se movió incómoda; Harry también evitó ver al profesor por un instantey el rubor se extendió por su rostro.
Sin embargo jamás la vi titubearsobre los peligros que implicaba lo que estaba ocurriendo entre ustedes - añadiócon orgullo. - Me recordó tanto a Lily Potter, esa determinación por ver lo queestaba salvando sin importar lo que sacrificaba - dijo sonriendo aHermione.
¡¿Sacrificio?!- gritó Harry,haciendo un movimiento brusco, se le había olvidado la vergüenza, hasta queestaba en recuperación porque se puso de pie en ese instante, pero un pequeñodolor lo obligó a volver a la cama.
Sí Harry, lamentablemente lleguéa esa conclusión
que un sacrificio volvería a ser la única forma de salvarte -continuó, mirándole entre apenado y a la vez severo.
¡Ah,usted sabía que llegado el momento ella se iba a sacrificar por mí! - reclamó,sus ojos esmeralda tuvieron un brillo peligroso.
Sí- respondió expectativo Dumbledore, sabía cómo iba reaccionar el chico.
¡Y por qué no me lo dijo! - saltó indignado, ahora sí que no le importó eldolor se puso de nuevo de pie, Hermione negó.
Porqueno lo vi necesario, si la podía mantener a salvo, y me concentré tanto en ello
- dijo sereno, al de gafas le pareció calmar un poco pero eso no significabaque no estaba enojado por lo que Dumbledore le ocultó. - La enseñé a cerrar sumente
suponía que Tom Riddle buscaría llegar a ella a través de un tercero,pero no cualquiera podría ser, tenía que ser alguien cercano a ustedes; vigiléa sus padres, a la señorita Lovegood, al señor Weasley y hasta a al señorMalfoy.- Harry apretó los labios, la castaña se mordió el labio inferior,incómoda.
Sinembargo mi plan tuvo fallas, porque no me di cuenta que la señorita Weasley erael arma que tenía Voldemort en nuestra contra - continuaba hablando, esta vezsu rostro se tornó afligido.
Con la esperanza bajo cero,
Intoxicado mi interior.
Tú me quemaste con tu fuego,
Y me enseñaste lo que soy.
Eldía que desapareció Hermione, mencioné a Voldemort, a Ginny ¡y usted no me dijonada! - exclamó con ese tono de reclamo e indignación, se sujetaba el abdomen ala altura donde sentía leves punzadas; Dumbledore le mantuvo la mirada, aunquecon culpabilidad en ella.
Peroes que nadie se lo esperaba Harry, yo confié en ella, ni siquiera sospechabaque ese monstruo estuviese manejándola
- por fin Hermione dijo algo. - Hastaque me llevó frente a él, entonces sabía que tú irías, él lo conseguiría, yo nopodía permitirlo, de verdad estaba dispuesta a sacrificarme
aunque sufrí porel dolor de perder a nuestro bebé - sus ojos marrón se llenaron de lágrimas, seabrazaba a sí misma a la altura del vientre. Harry se sentaba junto a ella y laabrazaba.
¡Nuestro bebé!, Dumbledore, a él tampocolo lastimó a pesar de lo que le hizo a Hermione -sus pupilas esmeralda sedilataron, y acarició con más fuerza el brazo de su novia.
Esque así como a ti, a ella, y mucho menos al bebé podía hacerles daño -respondió el anciano profesor.
¿Cómo?
Harry,apenas descubrí que el sacrificio de Hermione no precisamente era dar su vida
Miss Granger sin darse cuenta realizó una magia similar a la que hizo tu madrepero a la vez diferente - parecía que él se lo había meditado tanto para podercomprenderlo, ambos jóvenes lo miraron sorprendidos.
Existenmuchos tipos de sacrificio y ella no murió sino que te regaló una vida,porque su bebé es el fruto del amor incondicional que Hermione siente por ti -concluyó.
Poreso sobreviví, y él está a salvo - expresó sin aliento, realmente ella lo habíasalvado en todos los sentidos, su amistad lo salvó de la soledad, su amor de lamaldad y su bebé de la muerte.
Exactamente Harry - exclamóDumbledore. El ojiverde besó fuertemente en la cabeza a la castaña.
Peroaún no entiendo, si la profecía decía que era él quien lo vencería, y fui yoquien
- intervino la ojimarrón.
Laprofecía decía que él tendría un arma que Voldemort no conocía - recordó eldirector.
Elamor - dijo convencido el de gafas.
Así es Harry, aunque el hechizo asesinote dio a ti
Tenía mi escudo protector - dijo con una sonrisa, y acarició el vientre de sunovia.
Poreso tampoco me pudo poseer, ¿verdad? - concluyó la castaña, Dumbledore asintió.
BuenoHarry, olvídate de Tom Riddle, porque jamás volverá a molestarnos - dijosonriéndoles, entonces se puso de pie, sujetó la mano de Harry y la de Hermioney las unió. - Gracias a ustedes y a su hermoso amor - dijo, en su expresión sepudo ver el orgullo y el agradecimiento. Los dos intercambiaron una mirada yasintieron con una sonrisa, viendo al anciano mago.
Envista de que está todo aclarado, me voy, los dejo seguir disfrutando de estereencuentro - les guiñó el ojo, entonces se marchó.
Milagro de amor
Qué bueno que vienes
Milagro de amor
Que no te detienes
Milagro de amor
Te quiero y me quieres
Milagro de amor
Hermione obligó a Harrya volver a recostarse, todavía no estaba del todo recuperado, él queriendo o nolo hizo para no contradecirla.
¿Porqué no me lo dijiste? - preguntó cuando ella se sentó a su lado.
Yo no sabía que mi amor te protegía desdehace tanto, hasta que fui a ver a Dumbledore para informarle lo de mi bebé -respondió extrañada.
No, lo del sacrificio - aclaró, aunque su voz sonaba tranquila tenía un tonitoserio.
Élme prometió mantenerme a salvo hasta donde sus posibilidades se lo permitieran,pero no podía intervenir en mis desiciones. Yo estaba consciente que en algúnmomento, el que fuera, tendría que suceder - respondió con unsuspiro.
¿Estásenojado conmigo? - bajó la mirada. Harry la tomó por la barbilla e hizo que loviera.
Nopodría, si gracias a ti estoy vivo, soy feliz y conocí el significado delverdadero amor... Por eso volví - le sonrió, ella también sonrió.
Hermione
vi a mis padres - sus ojos esmeraldase iluminaron.
¿Lossoñaste? - vaciló sin comprender.
No,mientras estuve muerto - se mordió los labios, las pupilas marrón de Hermionelo miraron cristalinas.
Ellosme prometieron que todo estaría bien, es más, Sirius dijo que era mi obligaciónvolver para que no convirtieras a nuestro hijo en un adicto al estudio como tú,y lo fue mi madre - dijo con un tonito divertido, para alejar la idea triste dela castaña.
¡Ah! - soltó un sonidito sentido, pero esbozó una sonrisita.
Y mi madre, nos prometió que seríamosfelices - dijo con una vocecita insinuante, acariciando sus labios; Hermione lomiraba, sabía cuáles eran sus intenciones, porque estaba jugando ese juego conel que indicaba que la iba a besar.
Denosotros depende de que se haga realidad, no lo crees - dijo cerca de suslabios, pudo ver un precioso brillo detrás de esas gafas. Harry ya no secontuvo más e hizo prisioneros aquellos dulces labios entre los suyos. No sabíacuánto tiempo había pasado desde que no los probaba, pero los necesitaba tantocomo el oxigeno.
Eres un milagro
Un milagro de amor
Harry, tú eres ese por quien estar aquítiene una verdadera razón de ser - lo tomaba por las mejillas. -Y siempretendrás mi protección, mi cariño, pero sobre todo mi amistad - le acariciaba elrostro. - Porque ella originó este hermoso amor por el cual él viene parademostrarnos cuán inmenso y bendecido es
- esta vez tomó la mano de Harry y lapuso junto con la suya sobre su vientre.
Comoun milagro - musitó emocionada, sus ojos castaños por fin derramaron laslágrimas. Harry se acercó a ella y acarició su frente con su nariz, luego dioun fuerte beso en ella.
Tú eres mi milagro de amor - dijopara volverla a besar en los labios.
(Oh)Eres un milagro de amor
******
Sé que no he actualizado desde hace como tresmeses, siento mucho la tardanza, mi excusa jeje la uni, y muchos deustedes me comprenden.
Bueno espero que les guste el capítulo, me costóbastante adaptarlo y lograr que me agradara ¬¬
Song: Milagro de amor
Grupo: Elefante
Esta canción para mí tiene un significado muyespecial, porque un día de Julio pasado cuando estaban los promociónales de la6ta en los cines y ésta próxima a estrenarse, yo estaba muy deprimida porque enella comenzaría el romance de otras parejas que a mí no me gustan, entoncesmientras compraba mis palomitas para ver una movie alcé la mirada y vi losposters de Harry y Hermione juntos, sobresaliendo en la pared, justo en eseinstante comenzó a sonar esta canción y para mí fue mágico porque una nocheanterior estaba dispuesta a abandonar mi ilusión por esta parejita y sucedeesto, mi amiga RosalieBell se sorprendió porque comencé a llorar y tuve unaemoción hermosa.
Además está perfecta porque lo que pasó con Harryrealmente fue un milagro de amor, esa siempre fue mi teoría del final de lasaga, que si Harry sobrevivía sería por el amor.
De corazón mis agradecimientos
Por su tiempo
Por sus comentarios
Y por darme la oportunidad de tener este fic entresus favoritos
Anyeli Potter Granger
Viviré
He cometido mil errores
Y jamás me arrodillé,
He fracasado tantas veces
Pero siempre lo intenté
Una y otra vez.
Colin se encontraba recargado en un árbol en los jardines del colegio, sus ojos castaños observaban con lágrimas contenidas cómo estos pasaban de ser naranjas a sepia, se acercaba el fin del ocaso
suspiró sin aliento, la chica que él amaba se alejaría y no estaba seguro si la volvería a ver.
- ¿La vas a dejar ir? - interrumpió una vocecita femenina, cuya dueña posó su mano sobre su hombro.
- ¿Kim, yo
? - regresó a verla sobresaltado.
- Si la quieres no entiendo qué haces aquí, ¡ve por ella! La salvaste, te lo mereces - dijo, él concentró su mirada en un punto lejano, como si intentase que el tema le fuese indiferente.
- Yo no pretendo cobrarme el favor - rotundizó el castaño.
- No quise decir eso - se sentó a su lado. -
me refiero a que si la salvaste fue para luchar por su amor, y si la dejas que se marche no podrás - aclaró.
- Tal vez es lo mejor
- suspiró resignado.
- Tú no eres de los que se da por vencido así de fácil - reprendió la rubia, él la regresó a ver. - Colin te vi intentarlo, aunque ella te rechazase estuviste ahí, hasta que comenzamos a salir - esta vez él volvía desviar la mirada.
- Por eso mismo, tú eres mi novia, con quien debo estar - determinó aún sin mirarla.
- Cortamos y asunto arreglado, lo que importa son tus sentimientos
y yo no soy dueña de ellos - subrayó, aunque su voz se escuchó contrariada. Colin evitó a toda costa su mirada, se sentía culpable por no amarla.
- Estoy segura que a Weasley no le eres tan indiferente - añadió incómoda, aunque trató de infundirle ánimos.
- ¿Cómo lo sabes? - de repente la regresó a ver, tan rápido que sintió lastimarse el cuello.
- Vamos Colin, soy chica - soltó una risilla, algo irónica.
- De todas formas, tú y yo
- comenzó él.
- Yo voy a estar bien, no te digo que no me siento extraña por estar animando a mi novio a que vaya por otra chica - suspiró. - Pero es lo correcto - lo empujó para que se levantase.
- Sé que encontrarás un niño que te ame de verdad - dijo sinceramente, poniéndose de pie.
- Es que en realidad al que siempre he querido es a tu hermano, pero tú me pediste ser tu novia, y pensé que Ginny y Dennis así se fijarían en nosotros - confesó, sus mejillas se llenaron de rubor. Colin la vio bastante sorprendido, lo que más le causó sorpresa fue que no sintió celos o coraje, mejor dicho se sintió un poco tonto por la circunstancia y le dio gusto saber que ella estaría bien con alguien más.
- Sería un placer tenerte en mi familia - le guiñó el ojo.
- ¿Aunque sea un año mayor que él? - su sonrojo aumentó.
- Bueno, yo soy un año mayor que tú - hizo un amago de sonrisa.
- ¡Anda, ve por ella! - lo animó, dándole un leve golpe en el hombro.
- Gracias - Colin le dio un leve pellizco en la mejilla y la besó en ella, Kim sonrió cuando lo vio marcharse.
Si me duele yo me aguanto,
Nunca me verás llorar.
Sé que a otros hice daño,
Pero el que hecho en mí sentir
Tú nunca lo sabrás.
El castaño atravesó corriendo los terrenos de Hogwarts y sus fronteras, no se detendría hasta llegar a la estación de Hogsmeade. Entonces frenó, la vio parada justo cuando ésta le entregaba su baúl a uno de los botones para que lo guardase
avanzó hasta pararse frente a ella fue cuando Ginny volteó y se topó de cara con él, la pelirroja respingó por la sorpresa; Colin respiraba entrecortado debido a la carrera.
- ¿Colin, qué haces aquí? creí que nos habíamos despedido en el colegio - inquirió a la defensiva y a la vez molesta.
- No te puedes ir - exclamó, intentando normalizar su respiración.
- Es que yo no me puedo quedar, con qué cara crees que voy a ver a Harry
y sobre todo a Hermione - contradijo enojada, como si él no pudiese entender que se moría de vergüenza, que lo que deseaba era estar lo más lejos posible para que sus amigos no tuviesen que soportar su presencia.
- Pero eso no fue tu culpa, fue mía - objetó, tomándola de la mano.
- No Colin, yo no debí ser tan débil, y mucho menos cobarde - se jaloneó. - porque cuando lo descubrí no debí callarme pero
- en eso sus ojos castaños vieron cristalinos al chico, movió la mano como si tuviese intenciones de acariciar su mejilla pero se contuvo.
- ¡Y yo no debí darte un regalo que te dejó en manos de ese
! - gritó con culpa, él sí que se atrevió a tomarla por la barbilla, ella se apartó.
- Mira, sé que les hice daño a ellos y es algo que tal vez jamás me perdone, pero el que te hice a ti sólo tú
- normalizó su tono de voz.
- Ya te perdoné, Colin - musitó sin verlo, entonces le sacó la vuelta y se alejó dispuesta a abordar el tren.
- ¡Si fuera verdad, te quedarías! - reclamó.
Viviré, hasta agotar el instinto
Viviré, hasta quedarme vacío
Mientras la luna brille en mis espaldas,
Y queden sueños dentro de mi alma.
A mi forma y estilo, hasta perder el sentido
Mientras me queden besos en los labios
Yo viviré
Ginny lo ignoró, y conteniéndose dio un suspiro; entonces pisó con decisión el primer escalón del tren.
- Estás loca si piensas que te voy a dejar ir, ya te perdí una vez
aunque en realidad jamás has sido mía - dijo Colin, tomándola del brazo.
- Yo no merezco a alguien como tú, yo
- murmuró Ginny con una vocecita llorosa.
- Sé que no me amas pero dame una oportunidad, aunque no la merezco - seguía sin soltarla. - Déjame luchar por ganarme tu corazón, deja alejar el mal recuerdo del daño que te hizo ese monstruo - suplicó, desesperado la tomó por el rostro y la obligó a verlo de frente; Ginny pudo notar que aquellos ojos cafés estaban inundados de lágrimas pero no las veía resbalar por sus mejillas.
- Colin
- dijo sin aliento, su respiración la sentía rozar su propio rostro, estaban muy cerca. Tenía ganas de besarlo y que la besara, él también deseaba hacerlo pero se alejó.
Nunca yo pedí consejos,
Y he aprendido con el tiempo.
Cuando gritas no te entiendo,
Y sólo esperas mi silencio,
Una y otra vez.
- Por favor Ginny, si después de intentarlo te das cuenta que no funciona te prometo que jamás vuelvo a molestarte, es más me desaparezco de tu vida - la tomó firmemente de los brazos pero con delicadeza, y hablaba muy precipitado debido a que el tren silbó avisando que pronto se marcharía.
- Yo sí te quiero, pero mis sentimientos apenas se están acostumbrando, se están recobrando de esta estúpida confusión por la que me hizo pasar Vol
por esa obsesión que me obligaba a sentir por Harry ¡Pero por quien de verdad siento amor es por ti! - exclamó por sobre el ruido y las intenciones de Colin de intentar convencerla.
- ¿Cómo dices? - la miró sin entender, un poco aturdido. Ginny negó y chasqueó la lengua entonces lo tomó por las mejillas y lo besó, aunque mientras lo besaba de sus propios ojos brotó llanto.
- ¿Te quedarás
? - musitó con una voz esperanzada Colin, sin querer abrir los ojos.
Siempre preferí mentir,
Cuando pude lastimar.
Sin amor no soy feliz,
Aunque digan por ahí
Que es un defecto amar.
- Pero tú tienes novia, ¿no? - ella tampoco había abierto los ojos, su voz se escuchó entre celosa y decepcionada.
- Kim y yo
- fue cuando la miró.
- ¡Entonces sí tienes novia! - su mirada se entornó y las lágrimas continuaron sin poder evitarlo. Colin la quedó viendo y se mordió mucho los labios para no herirla si le echaba en cara que se consiguió una por orgullo después de tantos de sus rechazos, y menos ahora que estaba enterado que jamás lo hizo consciente.
Ella respiraba agitadamente, el chico limpió sus lágrimas - Tenía, pero eso ya no importa porque a la que amo y siempre amé es a ti, aunque por eso mi hermano y muchos de mis amigos me criticaran y me dijeran que me olvidara de ti - exclamó.
Viviré, hasta agotar el instinto
Viviré, hasta quedarme vacío
Mientras la luna brille en mis espaldas,
Y queden sueños dentro de mi alma.
El vapor que emanaba de la locomotora comenzó a flotar por sobre sus cabezas, los rayos de la luna brillaron
Ginny se encontró con su mirada, ambos tenían los ojos cristalinos sin embargo pudo ver en ellos la seguridad de que por fin su amor podía ser liberado de esa bruma que se lo impedía. Colin la tomó de las manos y suspiró, no sabía si ella se quedaría lo único que le quedaba claro es que donde fuera, la pelirroja le correspondía.
He partido en este tren,
Donde el odio es un después,
Y me he encontrado con tu ayer,
Esperando en un andén,
Donde un día lo dejé.
El tren silbó una vez más y comenzó a moverse, Ginny como reacción y sin previo aviso jaló a Colin hacia el interior, precipitándose hacia el piso pero él se las ingenió para no aplastarla.
- Qué importa lo que haya sucedido, olvidémonos de este año comencemos de nuevo, ambos nos merecemos una segunda oportunidad, aunque no precisamente hubiese habido primera - dijo la pelirroja tomándolo por el rostro, sus respiraciones eran agitadas.
- Mis sentimientos han estado intactos como el primer instante en que comenzaron a tener razón de ser por ti - el castaño acarició su llamativo cabello.
- Y los míos regresaron al principio donde se quedaron, ahora voy a retomarlos y hacer que esto que siento cada día sea más fuerte - sus labios se unieron en un beso más lento que el anterior y sobre todo más confiado porque ya no era un beso desesperado.
Viviré, hasta agotar el instinto
Viviré, hasta quedarme vacío
Mientras la luna brille en mis espaldas,
Y queden sueños dentro de mi alma.
A mi forma y estilo, hasta perder el sentido
Mientras me queden besos en los labios
Viviré
Cuando dejaron de besarse los resplandecientes rayos de la luna sobre ellos hicieron que Ginny se diera cuenta que estaban en el andén de Hogsmeade.
- ¿Nos aparecimos? - preguntó con voz ahogada, aferrándose a su cuello sobresaltada.
- Sí, ¿o no querías quedarte? - confesó, luego se mordió los labios temeroso de que ella fuese a enojarse.
- Junto a ti soy capaz de soportar el juicio - exclamó brindándole una sonrisa.
- Gracias por quedarte - susurró, rozando su nariz con la de ella.
- Gracias a ti por insistir y estar aquí para esperarme - lo volvió a besar.
*****
Hola espero no haberme tardado tanto
Este capítulo me gustó bastante porque por fin Colin y Ginny se dijeron aquello que Voldemort saboteó, y como dijo la pelirroja, volvieron al principio como si ese año no hubiese existido en sus sentimientos.
En lo personal me fascina la pareja que forman estos dos^^
Song: Viviré
Intérprete: Yahir
Gracias desde lo más profundo de mi corazón a quienes se dan un tiempo para leer mi crazy y algo cursi songfic, a los 65 que me han dado el honor de estar entre sus favoritos.
A
adictaapotter YulyPotterGranger Gamelos Rosalie Bell
Sus comentarios me alientan a continuar escribiendo
Anyeli Potter Granger
Los rayos de la luna que se colaban a través de lasventanas de la enfermería iluminaron losrostros Harry y Hermione cuyos labios estaban unidos en un beso lleno deternura y armonía; justo en ese instante un pelirrojo y una rubia entraron, laestancia se vio más alumbrada por las antorchas que se encendieron.
- Ups, creo que mejor regresamosmás tarde - dijo una voz con acento socarrón y una risilla contenida.
- ¡¡¡Ronald!!! - al unísono seescucharon 3 voces distintas, Harry y Hermione los habían regresado a ver, susmejillas estaban ruborizadas pero sus miradas fulminaban al pelirrojo, aunquelos ojos marrón lo miraban con cierta peligrosidad. Ron ni siquiera se inmutóaunque escuchar así su nombre lo sobresaltó un poco, sin embargo su sonrisa seasomó pese a que Luna lo miraba con advertencia.
- Perdón por interrumpir, peroDumbledore nos dijo que ya te habías despertado- se defendió. - y por lo que pudeconstatar ya estás muy bien recuperado - comentó con un acentito burlón.
- Ay Ron
- Harry y Luna rodaronlos ojos, mientras que la castaña lo miraba cada vez más peligrosa. Los dosojiazules se fueron a sentar en la cama de enfrente de sus amigos.
- Qué bueno que despertaste hoysino haber quién aguantaba a tu querida novia -dijo y por fin soltó lacarcajada contenida. Luna le dio un leve codazo, él dejó de reír, convirtiendola risa en un carraspeo nervioso, y es que en realidad no quería tocar el temade la angustia acontecida, puesto que su hermana había participado en todo elsufrimiento por el que pasaron sus amigos. Harry y Hermione intercambiaron unamirada, ellos lo entendían, Luna se movió incómoda cuando la miraron, y soltóun leve suspiro.
- Oye amigo, tú sí que tienes másvidas que un gato, sin ofender - comentó Ron, viendo al ojiverde.
- No creo que a Crookshanks lemoleste que compares a Harry con él -señaló Hermione.
- La disculpa era para Harry -aclaró el pelirrojo, los ojos marrón sacaron chispas y él le mantuvo la miradaun poco desafiante.
- Chicos, no empiecen - pidiócansino el pelinegro.
- ¿Ya sabes cuándo te dan dealta? - intervino la rubia.
- Pues no me lo han dicho -respondió sincero.
- Espero que sea pronto, porque yame estás cayendo gordo con tu cara de león ahorcado - dijo con una sonrisitainocente. Hermione miró sorprendida a su amiga, en serio que ser la novia deRon era mala influencia para ella, y eso que Luna era la prudente, la sorpresase volvió sarcasmo. El pelirrojo sonrió viéndola con orgullo.
- Mira Lunita, en cuanto salga deaquí me las vas a pagar toditas - respondió devolviéndole el ataque con unaamplia sonrisa, Luna lo miró sin alterarse.
- ¿Ah sí?, pues haber de a cómonos toca - saltó Ron.
- ¿Quieres empezar? - acentuóbastante peligrosa Hermione, poniéndose de pie.
- Tu novio empezó primero - sedefendió.
- Oigan, cómo piensan que será sugraduación, ya falta poco - intervino la ojiazul, arreglando lo que ella mismaprovocó.
- ¿Qué día es hoy? - respingó elojiverde que hasta ahora no se había preocupado por eso.
- 29 de Junio de 1998 - respondiócontrariado el pecoso.
- ¡Ya pasó una semana! ¿yapasaron los exámenes? - exclamó sobresaltado.
- No tú también, es en seriotenerte por novia le afectó demasiado. ¡Ya no lo reconozco! - se quejó como siHarry hubiese dicho una barbaridad, mirando resentido a la castaña, ella lofulminó con la mirada pero él se volvió para ver al ojiverde.
- No te preocupes los exentaste,más bien los libraste porque la única que no hará ninguno aunque no se hubieraenfrentado a
- carraspeó. - es Hermione, ya sabes - lo dijo con un tonito decierta envidia pero una admiración bien oculta.
- Pues yo los haría encantada -remarcó la ojimiel, con suficiencia.
- ¿Harías los que me faltan? -preguntó esperanzado, Hermione lo miró indignada, y a Harry se le salió unaleve risilla. Luna jaló a su novio para que sentara.
- Oh pues, ella lo dijo - se defendiócuando su novia lo miró significativamente.
- Eso te preparará mejor para lavida, ¿no que quieres ser auror? - recordó con un tonito sarcástico, Ron lafulminó con la mirada lo que causó que Hermione sonriera y sus amigos soltaranuna risita al ver la expresión ácida del pelirrojo.
- Oye Harry, cuidado cuandosalgan de aquí porque hasta ahora Dumbledore ha impedido que la prensa completaentre al colegio, pero tú y Hermione son mega famosos, todo el mundoquiere conocer a los que enfrentaron a Vol
demort - dijo ante la miradaexpectante de su novia y amigos, quienes pensaron que él no se atrevería adecirlo. -
y vivieron para contarlo, además de que
- desvió la mirada un poco sonrojadoy a la vez socarrón.
- ¿De qué? - preguntaron Harry yHermione a la vez, intentando descifrar la expresión de su amigo.
- Al menos Dumbledore no mencionóa tu hermana - intervino Luna.
- Porque ella era la villana -señaló Ron, entre amargo y triste.
- Dirás la víctima - contradijoHermione.
- Ay no, salir con ustedes va aser toda una odisea - comentó como si en verdad le fastidiara. Tanto la rubiacomo sus amigos soltaron un suspiro de resignación y negaron, definitivamenteél jamás cambiaría.
When the visions aroundyou,
(cuandolas visones a tu alrededor)
Bring tears to your eyes
(traigan lágrimas a tus ojos)
And all that surrounds you,
(y todolo que te rodea)
are secrets and lies
(sean secretos y mentiras)
- ¿Podemos pasar? - preguntó unavoz de chico, los cuatro regresaron a ver, en la puerta estaban parados Colin yGinny, él tenía una expresión decidida pero la pelirroja al sentir las miradassobre ella se puso entre pálida y roja, además de que se notaba muy ansiosa, sinembargo tenía fuertemente agarrada la mano de su ahora novio.
- Claro - la primera en hablarfue Hermione, aunque ver ahí a Ginny le trajeron ciertos malos recuerdos y nopudo evitar que sus ojos marrón se le llenaran de lágrimas, la pelirroja sintiómuchos remordimientos y unas ganas de salir corriendo la invadieron, pero Colinla sujetó por la cintura y la ayudó a avanzar. Tanto Ron como Luna se habíanquedado estáticos, Harry respiraba con lentitud y su mirada era indescifrable.La pelirroja y el castaño se quedaron parados en los pies de la cama dondeestaba el ojiverde.
- Me alegra que hayan despertado-se atrevió a decir Ginny, aunque su voz se escuchó casi como un susurro;Hermione esbozó un amago de sonrisa, el ojiverde no dijo nada ni hizo algúnotro gesto sólo se limitó a asentir.
- ¿Y cómo está tu bebé? - titubeóafligida, Ginny.
- Él está bien - respondióHermione, poniendo una mano sobre su vientre, consiguiendo mostrar una sonrisamás notoria.
- Perfectamente bien - acentuó Harrycon una voz fría, sus ojos esmeralda continuaban sin expresión. Sabía que Ginnyno tenía directamente la culpa de lo que había pasado pero eso no lo hacíasentir menos rencor. La pelirroja bajó la mirada y una lágrima resbaló por sumejilla, Luna quedó viendo cómo su pelirrojo novio hacia una muecaincómoda.
- Oigan, ella está aquíadmitiendo su culpa y dispuesta a enfrentar el juicio, pero por favor denle unaoportunidad. Y si van a odiar a alguien por lo que pasó ése es a mí porquerealmente tuve la culpa de todo - exclamó molesto Colin.
- Ginny
- comenzó la castaña.
- ¡Perdónenme! en serio no losculpo si me odian y jamás me vuelven a hablar. Es más, si no me quieren volvera ver lo comprendo, pero necesitan saber que yo no quería, que él me obligó -soltó la pelirroja, viendo a Harry y a Hermione, su mirada demostrabaarrepentimiento y culpa.
- Estamos enterados de cómoVoldemort te manejó, sólo fuiste el medio para conseguirnos, tú también fuisteuna víctima -señaló Hermione.
- Él se valió de la confusión queen esos momentos había en mis sentimientos, sí, para ese entonces yo estabaenamorada de Harry, al menos eso creía - comenzó al ver que de parte deHermione habría disponibilidad para que ella pudiese explicar lo que sucedió. -El último día de clases Colin se apareció con un obsequio para mí, lo que mesorprendió y me conmovió, alguien me quería sin esperar nada a cambio, sinembargo yo continuaba sintiendo deseos enormes de que Harry se fijara en mí, yano estaba Cho, era mi oportunidad de conquistarlo- dijo desviando la mirada, lacastaña hizo un sonidito incómodo, Harry se mantuvo inexpresivo, Ron y Lunacontinuaban sin decir nada mientras que Colin apretó más su mano. - Recuerdoque llegué a casa y boté la caja sin darle importancia hasta que el día de micumpleaños después que Harry llegó a la madriguera y ni siquiera se acordó defelicitarme me indigné bastante subí hecha una furia a mi habitación, azotandocosas me topé con el regalo de Colin, decidí abrirlo; al principio con corajeluego de leer su tarjeta me emocioné, él ya me gustaba, me sentí más confundidaporque tú me gustabas también
- dijo y por fin se atrevió a ver al ojiverdeaunque de inmediato regresó a ver a un punto vacío. - Decidí usar el guardapelo porque nunca había tenidouna joya tan valiosa y tan fascinante, nadie en mi casa se dio cuenta que lotenía y no se los mostraría porque sabía que me iban a cuestionar y a criticar- Ron la miró como si se sintiese culpable, Ginny lo tranquilizó con la mirada.- Cuando volví a Hogwarts noté que mi amor por Harry cada vez era más intenso,aunque no era el tipo de amor que soñaba sentir, era más parecido a laobsesión, a la satisfacción de obtener un objetivo. Estando cerca de él o deHermione decía palabras y hacía cosas que yo jamás me atrevería, fue cuando medi cuenta que no estaba siendo yo, intuí que algo no andaba bien conmigo, medio miedo imaginar que me estaba ocurriendo lo que ya había vivido con eldiario de Riddle, investigué del relicario, descubrí la verdad; horrorizadaquise deshacerme de él. Sin embargo fue en esos momentos que ese monstruo hablópor primera vez en mi mente, primero me propuso un trato, ellos a cambio de milibertad - señaló a la castaña y al ojiverde con la cabeza. Luna abrió los ojoscomo plato, y eso que creía que ya no podía asustarse más. - Me negué, meamenazó, me estaba volviendo loca
- Ron saltó de su lugar y por instinto fue yabrazó a su hermana, Colin se hizo un poco aun lado pero se mantuvo junto aGinny. - Vi cómo acabaría con Harry, con Hermione, conmigo; para ese entoncespensé que yo ya no importaba, pero seguirían mi familia y Colin, ¡No podía esperara eso! Por mi culpa morirían muchas personas inocentes, seres que yo quería.Sucumbí a sus órdenes, los sacrifiqué a ustedes por salvar a mi familia, y a lomejor, sólo para aminorar mi culpa, también me obligaba a pensar que salvaría amuchas más personas - finalizó llorando, a Hermione se le tornaron las pupilasmuy cristalinas y también derramó lágrimas. Fue hasta Ginny, la tomó por labarbilla para que la viera, entonces la abrazó y para mayor sorpresa de todosle dio un beso en la mejilla.
- Él no se enteró de que yo estoyembarazada, bloqueaste eso y te lo agradezco mucho, porque así Voldemort notuvo la oportunidad de planear hacerle daño a mi bebé - dijo tomando la mano dela pelirroja y poniéndola sobre su vientre, con la mirada llena de sinceroagradecimiento.
- No quería caer tan bajo -rotundizó. - Aunque finalmente te entregué a él, y de igual forma lo llevé a lamuerte - añadió con la voz muy llorosa, retirando su mano.
I'll be your strength, I'llgive you hope
(Seré tu fuerza, te daré esperanza)
keeping your faith when it's gone
(mantendré tu fe cuando ésta se vaya)
The one you should call, was standing here all along.
(al que deberías haber llamado estaba aquí parado hacetiempo atrás)
- Ginny quiero que sepas que yate perdoné, porque por mucho que tú no hubieses sido parte de esto, Harry teníaun destino y yo con él, porque estábamos juntos en ello hasta el final. YVoldemort hubiese encontrado la forma de llegar a nosotros - dijo condeterminación, regresó a ver a Harry, él exhaló un suspiro y en sus pupilasesmeralda se reflejó el orgullo, la complicidad y el amor que tenía y sentía por ella.
- En cuanto a ti Colin, la quedebe perdonarte es Ginny - se dirigió al castaño.
- Sé que él me lo dio sin saber que perteneció a SalazarSlytherin y a su heredero - dijo Ginny, rodeando su cuello y recargándose en supecho, él acarició sus cabellos.
- Puedes estar segura que desde hace tiempo, ya nosiento nada por Harry - le dijo a Hermione. - bueno nada que sobrepase elcariño de amigos - corrigió mirando al ojiverde.
- Hermione, gracias por perdonarnos - exclamó Colin.
Lacastaña iba a decir algo más cuando Harry se puso de pie
- Harry, tú
- comenzó el castaño, temeroso de que elde gafas no fuera capaz de hacer lo mismo.
- Hermione no pudo decirlo mejor, supongo que si ellaque fue quien más resultó lastimada en todo esto y fue capaz de perdonarnos, austedes y a mí - Ginny y Colin lo miraron desconcertados. - Sí, a mí también, porquepor mí realmente es que estuvieron involucrados y expuestos todos - declaró elpelinegro.
- Como dijo Gin antes de aceptarme, y ahora me atrevoa pedírselo a ustedes. Olvidemos lo malo que pasó este año - Colin movió unpoco ansioso las manos que estaban alrededor de la cintura de su novia. Harry yHermione intercambiaron una mirada.
- Eso deseamos - respondieron al unísono, esbozandouna sincera sonrisa, gesto que devolvieron los chicos, más relajados; Ron yLuna también sonreían hasta que el pelirrojo reparó en algo.
- Un segundo, ¿Están saliendo? - inquirió viendoceñudo a su hermana. Luna sonrió divertida, ella ya tenía rato de haberse dadocuenta, incluso antes de que Colin lo dijera.
- ¡Por eso no te fuiste! - sentenció, Ginny puso losojos en blanco y volteó el rostro para besar a su novio en los labios comocierto desafío hacia su hermano. A Ron se le dilataron los ojos, Ginny loregresó a ver con una sonrisita socarrona, la miró con la boca abierta a puntode protestar pero Luna lo jaló a tiempo y Harry intervino.
- Me alegra que se hayan aclarado los malosentendidos y por fin sean novios. Hubiera sido antinatural que yo saliera conGinny - comentó.
- Lo mismo digo - entonces la pelirroja fue y loabrazó, sintió como si estuviese abrazando a Ron o alguno de sus hermanos, sesorprendió porque no hubo un sentimiento romántico y si se hubiese queridocolar una pequeña duda ésta se esfumó cuando Harry la besó en la mejilla. Elojiverde también sintió esa sensación de estar abrazando a su hermanita pequeña,esa necesidad de perdonarla después de que hubiera hecho algo muy malo.
- Se siente tan bien recuperar a tus amigos - dijoGinny, al separarse y volverse a envolver entre los brazos de Colin. Harrytambién había ido a lado de Hermione y la abrazó de tal forma que pudoacariciar su vientre, mientras recargó su barbilla en su hombro.
- ¡Ay qué lindo que todos seamos amigos de nuevo! -exclamó emocionada Luna, sus pupilasazules se le habían llenado de lagrimitas; Ron pasó sus brazos por su torso, yes que la rubia estaba chiquita a lado de lo alto que es el pelirrojo.
- ¿Bajamos a cenar? - propuso el castaño, al notarque el estomago de su novia emitió un sonido de hambre, la pelirroja se pusoruborizada. Luna asintió cuando sus amigos les sonrieron. Se despidieron deHarry y Herm, entonces se fueron. Pero el pelirrojo se rezagó
- Mi hermana tiene razón, pero no se lo digan, eh -dijo apresurado, ellos negaron con una sonrisa resignada. - De verdad me alegrahaber recuperado a mis amigos, no me iban a dejar solo ¿cierto? - les miróacusador.
- Ronald, siempre seremos el trío dorado de Hogwarts- exclamó conmovida Hermione, y luego lo abrazó. Él le correspondió mirando asu amigo un poco asustado, como diciéndole: miracómo se pone, sí qué es extraña tu novia. Harry sonrió y se unió al abrazo,ella quedó en medio de ambos.
- Sí, sólo que ahora incluye un pequeño extra,cortesía de ustedes -comentó con un tonito bastante burlón.
- Por qué tienes que arruinarlo - se quejó y seseparó de él bruscamente mientras sus ojos marrón sacaron chispas. Harrytambién lo miró con cierto reproche.
- Así me quieren, acéptenlo - dijo con una sonrisota.
- Supongo - exhaló cansino el de gafas, ella selimitó a gruñir.
- Yo también así los quiero
no sé qué hubiera sidode mí sin el problemático y la sabelotodo. Ustedes le dan ese equilibrio de peligroy aburrición a mi vida - acentuó solemne, los ojos marrón brillaban máspeligrosos, Harry la abrazó hacia él.
- Bueno los dejo, Luna me espera y una suculenta cename llama con una voz muy tentadora - se despidió, ellos negaron. Ron salió casicorriendo pero se detuvo en la puerta y regresó a ver a la castaña.
- ¿Hermione, sabes que te admiro mucho? - soltó comosi no lo pensara, o se hubiese obligado mucho a exponerlo y en el momento noestuviera consiente de lo que estaba diciendo.
- ¿En serio? - respingó sorprendida e incrédula.
- No lo repetiré - rotundizó, sus ojos azulesbrillaron.
- ¡Ronald! - gritó, safándose de Harry.
- Es divertido ver tu cara cuando te enojas - se rióy desapareció por si su amiga tenía intenciones de atacarlo.
- Sin duda, ese es nuestro amigo Ron - suspiró muyresignado el ojiverde. Ella lo regresó a ver indignada pero luego setranquilizó y asintió.
And I will take, you in my arms,
(tetomaré en mis brazos)
and hold you right where you belong.
(y teabrazaré, aquí es a donde perteneces)
'Till the day my life isthrough,
(hasta el día que termine mi vida)
This I promise you
(esto telo prometo)
This I promise you
(esto te lo prometo)
Harryla volvió a tomar entre sus brazos, ella acercó su rostro al de él y acariciósu mejilla con su nariz.
- Sin Voldemort ahora sí podemos disfrutar de esteamor - dijo el ojiverde, por fin ya nohabía ningún peligro, ninguna amenaza que les impidiera o empañara esafelicidad, serían libres de vivirla. Hermione lo besó tan serena, taninfinitamente llena de paz.
- Gracias, por este hermoso regalo - musitó acentímetros de sus labios, acariciando suavemente su vientre.
- Bueno, tú ayudaste también, sin ti era imposible -dijo soltando una pícara e ingenua risita.
- ¿Estás citándome? - la miró con las cejascontraídas.
- Tus palabras siempre fueron grabadas en mi mente -le dijo mordiéndose el labio inferior, con una sonrisita oculta.
- Pues espero que por favor borres todas las palabrasestúpidas que alguna vez te dije - pidió, pasando su mano derecha por sufrente.
- Créeme Harry, esas nunca se quedaron, porque sólolas bellas son las que la mente y sobretodo el corazón, guarda - le sonriósincera, pestañeó con la mirada iluminada. Al de gafas le fascinaba ver esosojos marrón tan cerca de él, poder sentir el roce de ese tibio aliento sobre sucara.
I've loved you forever, inlifetimes before
(Te heamado desde siempre, desde vidas pasadas)
And I promise you never,will you hurt anymore
(y te prometo que nunca serás de nuevo lastimada)
I give you my word, I give you my heart
(te doy mi palabra, te doy mi corazón)
This is a battle we've won
(Esta batalla la hemos ganado)
And with this vow foreverhas now begun
(y ahora con este anillo el para siempre acaba deempezar)
- Estás aquí a mi lado, por fin sonreímos felices deque el reinado del terror haya terminado. De ahora en adelante miraremos haciael frente, caminaremos de la mano, y cada noche que pasemos juntos te recordaréque nuestro amor lo venció todo -lo miró con los ojos llenos de lágrimas deemoción, había dicho exactamente lo que ella le dijo la noche que se confesaronsu amor.
- Te prometo que jamás nadie te volverá a lastimar nia poner en riesgo, gracias por estar junto a mí desde el principio.
- Y desde el principio nuestroriesgo fue lo correcto, juntos hasta el final de los tiempos - dijo ella,entonces le mostró algo que había en su dedo anular derecho, la sortija queperteneció a Lily Potter y que él le había dado cuando le pidió ser su esposa,la misma que tuvo que volver a ser colocada después de su reconciliación.
- Hermione
- exclamósorprendido, ambos sonrieron mirándose a los ojos.
Just close your eyes, each loving day
(Sólocierra tus ojos, cada amoroso día)
And know this feeling won't go away,
(sé queeste sentimiento nunca se irá.)
'Till the day my life isthrough,
(Hasta que mi vida termine)
This I promise you
(Esto te lo prometo)
Se sentaronsobre la cama
- Harry, perdí mi cadena con elbúho - le informó con una vocecita triste.
- Yo también la perdí - le dijotranquilo.
- Siento como que era un lazo quenos unía - lamentó.
- Hermione, nos une algo másimportante que un par de objetos - acarició su barbilla.
- Pero me duele porque fue turegalo - hizo un puchero, él sonrió ante el gesto, sin duda su novia estababastante vulnerable con eso del embarazo. La abrazó hacia él y la besó en lafrente, ella cerró los ojos y dejó que las caricias la relajaran hasta que sindarse cuenta se quedó dormida. Harry la observó soltando un suspiro sin que lasonrisa abandonara sus labios, se movió de manera que ella estuviese cómoda ytranquila. De ahora en adelante dedicaría su vida a ello
sobretodo a amarla.
This I promise you
*******
Song: This I promise you
Banda: N'sync
***
Hola denuevo jeje
En oncedías estoy acá de vuelta para compartirles el capítulo 40
Debodecir que anhelaba tanto llegar a este punto de la historia y sé que está muycursi el final del capítulo pero debo confesar que me ha encantado ^^ sobretodoel hecho de que ambos recuerden sus palabras.
Ojalá quetambién sea de su agrado y me dejen saberlo con sus comentarios ¡por favor!
Gamelos:ahora sí aparecieron Ron y Luna ;)
Yuly:Pues Ginny y Colin se incorporan al grupo
anthony_juan
Zarash,adictaapotter ojalá les guste
Muchasgracias a las 69 personas que me han dado el honor de tener mi songfic en susfavoritos. A quienes lo leen y me dejan compartir mis locas ideas ^^
Esperonos leamos pronto
AnyeliPotter Granger
41
When you look me in the eyes
If the heart is always searching,
(Si el corazón siempre está buscando,)
Can you ever find a home?
(¿Alguna vez encontrará un hogar?)
I've been looking for that someone,
(He estado buscando ese alguien,)
I can't make it on my own.
(No puedo hacerlo por mi cuenta.)
Dreams can't take the place of loving you,
(Los sueños no pueden ocupar el lugar de amarte a ti,)
There's gotta be a million reasons why it's true.
(Tiene que haber un millón de razones por las que es verdad)
Harry se despertó cerca de las ocho, cuando la luminosidad de la mañana atravesó los ventanales de la enfermería; pestañeó dos veces antes de acostumbrar sus ojos a la claridad, y notó que durmió con las gafas puestas. Había tenido un hermoso sueño, donde como siempre Hermione era la protagonista. Un tranquilo suspiro le hizo darse cuenta que esa castaña dormía plácidamente sobre su pecho, en sus labios apareció una sonrisa, era tan maravilloso verla así. Ella se movió y abrió lentamente sus ojos marrón, la sonrisa del ojiverde se extendió más, mientras con una caricia le retiró los rulos que estaban atravesados en su rostro. Hermione soltó un pequeño bostezo y él la miró fascinado, la castaña se ruborizó tímidamente. Por unos instantes sólo se miraron y se sonrieron
- Buenos días, hermosa - dijo besando su frente, y continuó acariciando su cabello.
- Hola
- musitó un poco adormilada, disfrutando de las caricias brindadas, las cuales le provocaban ciertas descargas que se evidenciaban en su piel. Luego reflexionó: Buenos... ¿Días?
- ¡Por Merlín, me quedé dormida desde anoche! - exclamó sobresaltada, intentando incorporarse.
- No te levantes - la detuvo, presionando la mano que tenía sobre su espalda, con la que la abrazaba.
- Pero estás incómodo - señaló, al notar que su peso lo aplastaba impidiéndole respirar libremente.
- No puedo estar mejor que contigo entre mis brazos - aspiró aire suavemente, el cual estaba inundado del dulce olor a miel y durazno que destilaba la piel de Hermione; ahora rodeándola con ambos brazos. Ella negó con una sonrisita resignada, y se acomodó sobre su codo para intentar no estar recargada por completo en él. Aunque a Harry realmente no le parecía desagradar la posición en la que estaban, a pesar de que sus costillas aún le dolían un poco.
- Es que se parece tanto a lo que soñé - una sonrisa pícara se dejó ver en sus labios.
- ¿Soñaste conmigo? - preguntó sorprendida.
- Sabes de sobra la respuesta - la miró de una forma insinuante, con un gesto que ambos conocían.
- ¿Y qué soñaste? - se mordió el labio, con un tonito de satisfacción oculta.
- Que amanecías justo de esta manera, sobre mi pecho, y yo te observaba dormir - respondió, sus pupilas esmeralda se tornaron radiantes. La castaña sonrió, aunque más traviesa y pasó su lengua sobre sus propios labios, soltando una risita orgullosa.
- Pero la realidad es más hermosa, porque te puedo tener como desde hace mucho no podía
- rozó la nariz de Herm con sus labios, ella soltó otra risita pero esta vez nerviosa, un fuerte rubor se asomó en sus mejillas y también en sus manos, en cuanto a sus muñecas palidecieron; intentó ocultar esa reacción. La que Harry en el fondo pretendía.
- Deseo tanto porque llegue el día en que todas las mañanas sean así. Cuando por fin estemos viviendo juntos, en nuestro hogar - añadió, no le dio tiempo de evaporarse y la besó en la boca; el beso tomó un ritmo lento y a la vez intenso. Pero de pronto un pequeño gruñido emitido por el estomago de la castaña los interrumpió, Harry soltó una risilla divertido.
- Tu hijo tiene hambre
- se separó muy sonrojada, el ojiverde recorrió el contorno de su rostro y finalizó la caricia en su barbilla, sin dejar de sonreír. El rubor de Hermione se extendió a su cuello pero había dejado de ser por la pena para recobrar su significado anterior. - Voy a ver qué me puedo robar de las cocinas, subo a cambiarme y te veo en el gran comedor para el desayuno, ¿está bien? - acordó, él asintió. Le dio un rápido beso, se incorporó y se fue.
***
Harry y Ron entraron en el gran comedor, las miradas se dirigieron a ellos, específicamente al ojiverde; quien llevaba puestos unos pantalones de mezclilla en color café claro,una playera de color verde pasto que decía air en letras blancas y cursivas. El pelirrojo por su parte vestía una playera color azul turquesa estampada con un conejo y unos vaqueros de un negro deslavado, ambos calzaban converse, café el primero y negros el segundo. Se sentaron en la mesa Gryffindor, el de gafas intentó ignorar las indiscretas miradas que sus compañeros no se molestaban en disimular. Esperarían a sus respectivas novias que aún no habían llegado
Esa mañana las lechuzas entregaron sobres color escarlata a los de último curso, eran las calificaciones de los exámenes finales. El pelinegro y el ojiazul intercambiaron una mirada antes de que alguno se atreviese a abrir el sobre
el primero fue Ron, que pensó que al mal paso darle prisa y se sumergió en leer sus resultados. Harry sustrajo el pergamino un poco nervioso porque de no tener mínimo un Aceptable en pociones ya se podía ir despidiendo de su sueño de ser auror. Mientras leía y descubría que en casi todas las asignaturas tenía Supera las Expectativas y alguno que otro Excelente, como fue el caso de DCAO; llegó al final para ver con sorpresa su nota en pociones, sus ojos esmeralda estaban algo vidriosos y se había quedado muy quieto, Ron le arrebató la boleta cuando no tuvo respuesta de su amigo.
- ¡Wow!, pienso que después de todo Snape ya no te odia tanto - comentó cuando vio que su amigo había obtenido un Supera las Expectativas en pociones.
- ¡Genial! - exhaló aliviado el de gafas, aún no se lo podía creer; su rostro recobró un poco su color normal después del tono pálido-verdoso que había adquirido antes de leer sus calificaciones.
When you look me in the eyes,
(Cuando me miras a los ojos,)
And tell me that you love me.
(Y me dices que me amas.)
Everything's alright,
(Todo está bien,)
When you're right here by my side.
(Cuando estás justo aquí a mi lado.)
When you look me in the eyes,
(Cuando me miras a los ojos,)
I catch a glimpse of heaven.
(Puedo vislumbrar el cielo.)
I find my paradise,
(He encontrado mi paraíso,)
When you look me in the eyes.
(Cuando me miras a los ojos.)
Hermione y Luna entraron en el salón, de inmediato las miradas que estaban enfocadas en Harry ahora se concentraron en la castaña, y un murmullo invadió el lugar. Frunció el entrecejo un poco irritada, pero supuso que era porque todos estaban enterados que ella también se enfrentó a Voldemort. Harry y Ron se percataron de las miradas y regresaron a ver mientras las chicas avanzaban hacia ellos, los dos se quedaron viéndolas boquiabiertos
Pues para el de gafas esos capri de mezclilla, el blusón color azul profundo de escote en "V" el cual tenía unas moneditas color bronce adornándolo, las ballerinas café oscuro, el maquillaje tenue y sus rulos sueltos hacían lucir a Hermione más hermosa de lo que de por sí ya le parecía. El pelirrojo también estaba que derramaba baba al ver a Luna con esa blusa de tirantes estilo halter color azul turquesa, un short negro, sandalias negras y su maquillaje en tonalidades azules, con su cabello rubio sólo adornado por una diadema azul metálico. Ambas intercambiaron unas sonrisitas, les encantaba poder generar esas reacciones en sus novios.
Hermione se sentó a lado izquierdo de Harry, y Luna a lado derecho de Ron, quedando enfrente de sus amigos.
- Chicos, ya llegaron las calificaciones - comentó con un tono casual la castaña, tomando una tostada para untarle mermelada de fresa. El pelinegro le extendió su boleta y ella lo quedó viendo sorprendida.
- Harry, de verdad no era necesario - dijo con la voz sin aliento.
- Es importante para mí que te enteres, alguna vez en quinto grado me avergoncé y te las oculté, entonces me prometí mejorar mis notas para no volver a hacerlo - explicó solemne, los ojos marrón brillaron conmovidos y a los esmeralda le parecieron la mejor recompensa a su esfuerzo. El de gafas se sintió como dentro de una burbuja donde sólo estaban ellos dos.
- Pero en serio no era obligatorio que me las mostrases - negó la chica, leyéndolas, un poco sonrojada; Luna puso los ojos en blanco.
- Ya ves Harry, hasta ella lo dice, no es obligatorio que le muestres todo - criticó el pelirrojo, sus amigos le lanzaron una mirada fulminante.
- ¿Y qué tal te fue a ti, Ron? - preguntó la rubia, el aludido de inmediato le entregó sus resultados.
- No que no - se burlaron al unísono Harry y Hermione, Luna también soltó una risita cuando vio lo rojo que se puso su novio.
Comenzaron a desayunar, y al decir verdad ahora Ron tenía una fuerte competencia porque la castaña arrasó con su propia comida y hasta con la mitad de la de Harry.
- ¡Ay que ver cómo comes! - se burló el pelirrojo, la de rulos le lanzó una fiera mirada pero fingió no darle importancia al comentario. El de gafas negó y tomó a Hermione de la mano por si acaso, ella le brindó una sonrisa, luego se terminó su jugo de manzana.
En eso se percató que las miradas no habían cedido y los cuchicheos se habían intensificado.
- ¿Se puede saber qué tanto me miran?- reclamó enfadada, regresando a verlos.
- ¡Uy, ese genio! - respingó Ron. - Aunque pienso que cada vez estarás más paranoica, debo irme preparando mentalmente para soportarte
más - comentó socarrón, Luna y Harry lo miraron con advertencia. Pero la castaña lo ignoró olímpicamente pues aún esperaba la respuesta de alguno de sus compañeros. Lavender se puso de pie aunque Seamus intentó detenerla, y se acercó a la ojimiel.
- ¿Hermione, es cierto que estás embarazada? - preguntó un poco apenada pero demasiado curiosa.
- ¿Quién te lo dijo? - inquirió con los ojos como plato, y sus mejillas se pusieron entre pálidas y rojas.
- ¿Es cierto? - la rubia Gryffindor trató de disimular su sonrisa, pero su voz denotó interés. La castaña suspiró
- Sí - aceptó, aunque la palidez se acentuó en su frente y el rubor en sus mejillas. Lavender mostró por fin su sonrisa, el ojiverde y la Ravenclaw la miraron molestos.
- ¿Pero cómo te enteraste? - titubeó, Lavender no pudo haber sonreído más y dirigió su mirada hacia un punto de la derecha, entonces el pelirrojo comenzó a toser como si se le hubiese subido el desayuno. Hermione siguió la mirada de su compañera de casa.
- Ron se lo comentó a Seamus, y él no tiene secretos para mí - expuso la chica Brown.
- ¡WEASLEY! - exclamó alterada la ojimiel, matándolo con la mirada. Harry y Luna se sobresaltaron, al decir verdad todos en el comedor.
- Oye, de todas formas se iban dar cuenta tarde o temprano - se apresuró a defenderse, aunque estaba muy pálido. - Es algo obvio, porque cada vez estás más gordita, y con lo delgada que eres
¿qué ibas a decir? ¿que te tragaste un pastel tú sola? - repuso, y a pesar de todo su sonrisa se asomó burlona.
- ¡Oh, será mejor que corras! - advirtió peligrosa.
- ¡Hermione, espera! - pidió, parándose de su asiento como un resorte. Los ojos de la chica sacaron chispas amenazantes, Ron no dudó en salir corriendo.
- ¡Ahhhh! - gritó por todo el pasillo hacia la salida. La castaña tampoco vaciló en seguirlo. La ojiazul y el de gafas fueron detrás de ellos
en el vestíbulo la de rulos había conseguido jalar al pelirrojo de la playera pero antes de que le hiciese algún daño Harry la sujetó por la cintura y la cargó hacia él, aunque con mucho cuidado para no lastimarla. Luna logró que su amiga soltara a Ron
- ¡Ya estás mal! - le dijo con la voz ahogada, ella intentó alcanzarlo en el aire. La rubia reprendió con la mirada a su novio, y se lo llevó. Harry continuaba deteniendo a la ojimiel. Ella soltó un bufido que se convirtió en jadeo por los esfuerzos que hacía para intentar liberarse de él. Una vez que Ron y Luna se alejaron la bajó y la hizo verlo a los ojos, tomando su rostro con ambas manos.
How long will be waiting, to become a better man?
(¿Cuánto tiempo esperaré para ser un hombre mejor?)
Gonna tell you that I love you, in the best way that I can.
(Te diré que te amo de la mejor manera que pueda.)
I can't take a day without you here,
(No puedo pasar un solo día sin ti aquí,)
You're the light that makes my darkness disappear.
(Tú eres la luz que hace desaparecer mi oscuridad.)
When you look me in the eyes,
(Cuando me miras a los ojos,)
And tell me that you love me.
(Y me dices que me amas.)
Everything's alright,
(Todo está bien,)
When you're right here by my side.
(Cuando estás justo aquí a mi lado.)
When you look me in the eyes,
(Cuando me miras a los ojos,)
I catch a glimpse of heaven.
(Puedo vislumbrar el cielo.)
I find my paradise,
(He encontrado mi paraíso,)
When you look me in the eyes.
(Cuando me miras a los ojos.)
- ¿Hermione, te avergüenzas? - preguntó muy serio. La castaña respiraba agitadamente, entonces sus ojos marrón se dilataron por la sorpresa.
- No
claro que no - negó segura.
- ¿Entonces por qué esta reacción? - contrajo el entrecejo.
- Lo que pasa es que no me gustó la forma en la que se enteraron, quería que nosotros hubiésemos sido los que lo dijeran - manifestó su verdadera molestia.
- ¿De verdad íbamos a decirlo? - preguntó no muy convencido.
- Por supuesto, dar la noticia de que estoy esperando a nuestro bebé es algo que me hace sentir la mujer más orgullosa de este planeta - exclamó, entonces tomó su mano y la colocó sobre su vientre mientras lo miraba decidida a los ojos.
- ¿Hablas en serio? - exhaló sin aire, y es que el hecho le provocó toda una revolución de emociones.
- No tienes que dudarlo - esta vez lo tomó de ambas manos y se le acercó insinuante.
- Te amo
- dijo cerca de sus labios, luego lo besó. Harry soltó una de sus manos y deslizó la suya sobre el vientre de Hermione, acariciándolo suavemente; ella se movió un poco, era tan agradable la sensación. Para el ojiverde era como si estuviera en su paraíso personal, tenía a su amor y a su bebé, ya nada más le podía pedir a la vida.
- A mí tampoco me pareció que Ron haya soltado la noticia, a mí también me hubiera encantado que lo supieran por nosotros - expuso, su aliento rozó los labios de su novia, la besó de nuevo.
***
Every day, I start to realize,
(Cada día comienzo a darme cuenta,)
I can reach tomorrow,
(De que puedo alcanzar mi mañana.)
I can hold my head high,
(Puedo mantener la cabeza en alto,)
And it's all because you're by my side.
(Y todo es porque tú estás a mi lado.)
And tell me that you love me.
(Y me dices que me amas.)
Everything's alright,
(Todo está bien,)
When you look me in the eyes,
(Cuando me miras a los ojos,)
When you're right here by my side,
(Cuando estás justo aquí a mi lado.)
I catch a glimpse of heaven,
(Puedo vislumbrar el cielo,)
I find my paradise,
(He encontrado mi paraíso,)
When you look me in the eyes.
(Cuando me miras a los ojos.)
Ese día ya no tenían clases pero McGonagall los citó en su aula para hablar de la graduación
Harry y Hermione entraron tomados de la mano y no se importunaron cuando las miradas se fijaron en ellos, sus compañeros esta vez se reservaron sus cuchicheos, aunque estuvieron seguros que ya antes habían aprovechado para hablar del tema. Tomaron asiento, uno a lado del otro y para nada intentaron hacerlo separados como hasta hace un tiempo. El de gafas notó un aire sereno y a la vez radiante en el rostro de su novia, como si el que todos ahora estuvieran enterados de su estado hubiese sido un alivio y efectivamente un orgullo para ella. El pelirrojo relajó su expresión cuando estuvo seguro que su amiga no lo iba a matar por su indiscreción. La profesora McGonagall entró en el salón, aunque parecía un poco irritada.
- Bien, como el curso está prácticamente terminado
- carraspeó para que todos le prestaran atención, pero con su sola presencia bastaba, no era como Snape que les provocaba un poco de miedo, sino otro tipo de sobresalto debido a lo estricta que era.
- Hoy hablaremos de cosas algo superficiales, pequeñas trivialidades. Siguiendo el protocolo que tal vez venga del mundo muggle, en fin
- continuó, soltando un suspiro de resignación. - Escogeremos el color que les gustaría vestir en la graduación, para ser algo más uniforme.
- A mí me da igual, las mujeres siempre terminan por imponerse - gruñó Seamus.
- ¡Qué! - Lavender soltó un chillido indignado, y con un mensaje oculto pero claro de amenaza.
- Digo, las que elijen mejor -rectificó rápidamente el chico, viendo nervioso a su novia, que se movió peligrosa en su asiento; afortunadamente estaba del otro lado del pasillo, a lado de su amiga Parvati. A la cual Dean sonreía vacilante ante la mirada de advertencia con la que lo veía, y es que parecía haber descifrado el gesto en su rostro de estar de acuerdo con las palabras anteriores de Seamus.
- ¿Qué tal, amarillo? -propuso Susan Bones.
- ¿Qué? Ese es un color de mírame a fuerzas - rió burlonamente Claire Tylor, intercambiando una mirada presuntuosa con su amiga Pansy Parkinson. La chica Hufflepuff las miró de fea manera.
- Sería mejor un gris - expuso Draco, Blaise Zabinni asintió con la cabeza. Escuchándose un comentario de aprobación de parte de Nigel Nott.
- Yo no pienso vestir del color que tú digas - saltó Harry, desde el otro lado, sólo los separaba el pequeño pasillo que había entre las hileras de butacas.
- Pues a mí me agrada el azul - intervino una mística vocecita que provenía cerca del escritorio. Era Luna, le había pedido permiso de permanecer ahí a la profesora McGonagall ya que la mayoría de los alumnos de 6to curso y grados inferiores al ya no tener clases les concedieron ir a Hogsmeade. Unos ojos grises la regresaron a ver maliciosamente.
- Tú no puedes opinar, Lunática Lovegood. Tú no te graduarás con esta generación -repuso con desdén.
- Si sigues hablando el que no se graduará será otro - advirtió Ron, que se movía amenazante en su lugar. - A menos que te den permiso de salir en San Mugo y te aparezcas vestido de momia - Draco lo fulminó con la mirada, Harry rió entre dientes, acompañado de algunas risillas burlonas del resto de sus compañeros.
- Azul me parece una buena opción - comentó el ojiverde, con una sonrisa retadora.
- El azul es
- el rubio de inmediato se lo tomó personal y estaba dispuesto a llevar esa discusión hasta sus últimas consecuencias.
- ¡Es perfecto, a mí me encanta! - intervino la castaña, al ver las intenciones tanto del Slytherin como de su propio novio.
- Bueno sí, es perfecto - resolvió el ojigris, con una sonrisa de indiferencia, como si él hubiese propuesto el color. Pansy le lanzó una mirada crítica e incrédula, que secundaron Blaise y Claire.
- Bien, será azul entonces - terció McGonagall. -¿Oscuro o claro?
- Me gusta el marino - señaló entusiasmada Luna, pensando en un par de ojos azules, la mirada celeste de Ron. En los labios del pelirrojo se dibujó una sonrisita.
- ¡Ya cierra la boca, ya te dijeron que tú no opinas! - atajó Claire, con una fría mirada.
- ¡Mucho cuidado, Tylor! - saltó Ron, mirándola amenazante.
- Es que de cierta manera, Claire tiene razón
No a todos nos gusta el azul marino - vaciló Agnes, una chica Hufflepuff, a la que el pelirrojo le lanzó una resentida mirada; Luna no se lo tomó personal.
- Pues entonces propongan - apuró la profesora, quien se comenzaba a impacientar más con este tema.
- Sería bueno un color para cada casa, así no dejaríamos aun lado las tradiciones. Aunque no necesariamente sea el color representativo de nuestras casas, porque en ese caso nos correspondería el azul marino - observó Padma Patil, el resto de sus compañeros coincidió.
- Pues yo quiero que los de Gryffindor sí vistamos de azul marino - rotundizó Harry.
Blaise Zabinni hizo un comentario que sonó a: A quién le importa los apestosos leones. El de gafas lo desafió con la mirada, Hermione puso los ojos en blanco.
- ¡Ey!, si esto no se calma yo elegiré el color, y les aseguro que no les gustará mucho vestir con estampado escocés - amenazó un poco sarcástica, McGonagall.
- Los Hufflepuff queremos el color amarillo -habló con presura Hannah Abbott, después de las miradas aprobatorias del resto de sus compañeras de casa.
- Y los Ravenclaw optamos por el color turquesa - dijo Padma Patil, viendo a las demás chicas de su casa, y todas ellas le lanzaron miradas altaneras a sus compañeras.
- Y los Slytherin elegimos el negro, porque ese sí es un color elegante y con clase. Características que distinguen a los de nuestra casa - puntualizó Pansy, Claire sonrió con suficiencia.
- Les dije, las chicas terminan imponiéndose -ironizó Seamus, pero Lavender se había parado en su lugar. - Que diga, resolviéndolo - le sonrió intimidado.
- Correcto, si ya eligieron así queda. Esto se estaba convirtiendo en algo fastidioso - gruñó la subdirectora.
- Lo bueno es que el modelo será de su completa elección - hizo un ademán de que por fin se había quitado de encima el problema.
- ¡Qué bien, podré vestir a mi modo! Y esta vez mi madre no intervendrá, los gemelos me adelantaron mi regalo de graduación y me enviaron una generosa cantidad de galeones para que me comprara lo que yo quisiera - exclamó entusiasmado Ron, a sus amigos que estaban sentados en la banca de adelante, Harry se rió y Hermione se limitó a hacer una mueca resignada con una media sonrisa.
- Algo más que informarles, es sobre el anuario
- añadió McGonagall, subiendo un poco su tono de voz porque el salón se había comenzado a llenar de conversaciones. - Se les entregará después de la graduación para que las fotos que se tomen ese día estén incluidas - concluyó un poco menos irritada, Hermione pudo percibir una bien oculta sonrisa, además algo que jamás se esperó de su profesora, porque le guiñó un ojo. Después todos tuvieron permiso para marcharse a Hogsmeade.
Hermione y Luna se reunieron y avisaron a Harry y a Ron que los alcanzaban en la salida porque la castaña había olvidado algo y subirían a su habitación.
- Uy, a las mujeres les parecerá insuficiente el tiempo para encontrar algo bonito, la graduación ya es este viernes - comentó el ojiazul a su amigo mientras avanzaban hacia las escaleras de la puerta principal.
- Hermione se ve hermosa con lo que se ponga - expuso el de gafas, con una sonrisota soñada.
- Pues Luna también, y yo diría que se verá mejor que tu Herm - subrayó el pelirrojo, con un tonito socarrón.
- ¿Por qué? - Harry contrajo el entrecejo, viendo con suspicacia a su amigo.
- Porque ella tendrá que vestir algo más
¿cómodo? - dijo, buscando la palabra más delicada posible supuestamente para él.
- ¿Qué insinúas, Weasley? - el pelinegro entrecerró los ojos.
- Ay Harry, está en estado maternal, es lógico que va a necesitar algo más que una simple túnica de gala - le dijo soltando una risilla burlona.
- Mira, obvio que no se va a poner algo ajustado. Pero de eso a que se vea mal, está muy lejos. ¡Al contrario, ahora luce más preciosa! - enfatizó el ojiverde.
- Sin dudar el amor te ciega - le dio una palmada moderada en el hombro, y negó. - Con lo que me sobre te regalaré un par de gafas nuevas. ¡Las necesitas con urgencia! - su risa aumentó, esta vez no se preocupó en disimularla.
- ¡Ya basta, Ronald! - reclamó Harry, indignado.
- Y estas están muy bien - señaló.
- Claro lo dices porque Hermione te las repara
- soltó el pelirrojo, luego hizo una mueca de asombro.-Ahora comprendo, ¡ella las hechizó! - exclamó escandalizado, el ojiverde iba a decirle algo pero unas voces femeninas los sorprendieron.
- ¿Nos vamos? - preguntaron al unísono, la castaña había rodeado el torso de Harry. Luna había entrelazado su brazo al de Ron.
- Por supuesto- respondieron, Harry intercambió una sonrisa y una mirada cómplice con Hermione.
***
Song: When you look me in the eyes
Banda: Jonas Brothers
Album: homónimo
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¡Hola a todos, yo de nuevo!
y ustedes han de estar pensando esta loca al fin se aparece por aquí ¬¬
en mi defensa y no es exactamente para justificarme debo decir que estoy a sólo unos días de finalizar mi penúltimo semestre wuii!!!
hoy subo este capítulo que por mucho ha sido uno de mis más esperados porque la rola es una de mis favo sin contar que hace tanto que Harry, Hermione, Ron, Luna y amigos no disfrutaban de un día normal y divertido ^^ obvio después de la derrota de Voldemort el mundo mágico por fin puede vivir en paz y empezar todo con una nueva tranquilidad. En lo personal este songfic es como sentarme a ver una movie de comedia romántica del tipo american pie
Ya luego de este discurso jeje quiero agradecerles su paciencia y ojalá que la espera haya valido la pena, estoy muy emocionada porque después del siguiente capitulo será el de la graduación ^^
Quiero que sepan que sus cometarios me han hecho tanto bien y me ayudan a soportar el tiempo que me roban las tareas jaja ya sé amo la uni pero en particular los deberes se convierten en algo fastidioso XD*
Gracias de verdad, por su tiempo, sus comens y a los que me regalan la oportunidad de tener este fic entre sus favo.
Espero nos leamos pronto, con eso de que las vagaciones por fin llegan quiero pensar que tendré más tiempo para escribir y así actualizar más seguido.
Anyeli Potter Granger
4 Dic 09
Siempre soñé con abrazarte,
y tocar tu piel amor
Estar contigo en todas partes,
juntos siempre tú y yo
Caminaban hacia al pueblo, cada pareja iba tomada de la mano pero poco antes de llegar a Hogsmeade Ron entrelazó sus brazos con los de Luna por encima de sus hombros
- Me gusta que estés chiquitita, porque así puedo abrazarte de esta manera - susurró en su oído y aprovechó para besarle el cuello, la ojiazul se sonrojó y soltó una nerviosa risita. Harry y Hermione intercambiaron una sonrisa, era tan lindo ver a sus amigos tan enamorados; y lo increíble que podía llegar a ser el pelirrojo cuando estaba con la rubia Ravenclaw. Continuaron avanzando pero la castaña soltó un jadeo algo cansada y les pidió que se detuvieran, justo a la sombra de un frondoso árbol, aún así sentía el calor un poco sofocante lo cual le provocó un mareo y unas terribles nauseas que en un instante se esfumaron; una brisa mezclada de frescura movía los rulos de Hermione mostrando sus mejillas que tenían un encendido color ciruela. El de gafas la vio preocupado
- Ay, Hermione no aguantas nada, hemos recorrido este camino por unos cuatro años - criticó un poco burlón Ron, el ojiverde lo miró resentido y la rubia reprendiéndolo, la castaña ni siquiera regresó a verlo porque intentaba recobrar el aliento.
- Ya, sigamos - avisó, comenzando a caminar, pero Harry la detuvo.
- ¿Qué pasa? - lo regresó a ver extrañada, lo mismo que sus amigos pero ellos no dijeron nada.
- Crees que te voy a dejar continuar así - sus ojos esmeralda la miraron significativamente.
- No podemos regresar, necesitamos ir a comprar las túnicas para la graduación - replicó serena.
- ¿Desde cuándo Hermione se volvió tan delicada? - preguntó el pelirrojo a la rubia.
- Desde que su embarazo va en progreso - respondió su novia.
- Esto es tan extraño, era más fácil cuando éramos nosotros cuatro - observó Ron, rascándose la nuca, Luna se encogió de hombros.
- No estoy diciendo que vayamos a regresar, sólo que no puedes continuar caminando - alegó el de gafas.
- Ah, entonces cómo se supone que lleguemos, ¿volando? - se rió la castaña.
- Algo así - dijo, y en sus labios apareció una sonrisita pícara.
- ¿Qué? - respingó la ojimiel, palideciendo un poco. Harry continuó con esa sonrisita intrigante
- Sube - indicó, estaba en una posición para que ella se pudiese acomodar sobre su espalda.
- ¿Bromeas? - lo miró sorprendida, mordiéndose el labio, él negó sin dejar de sonreír de esa forma divertida.
- Estás exagerando... esto es normal, simplemente me sentí algo agitada, pero
- argumentó.
- No seas niña, niña - le riñó el pelinegro.
- Está bien
- suspiró resignada al ver que no bromeaba, y subió sobre su espalda deslizando sus brazos alrededor del cálido cuello de Harry. El chico se irguió y comenzaron a caminar, debía reconocer que iba muy cómoda.
- ¡Aray, tú de plano te quieres quedar enano! - se burlaba Ron. Luna lo miró como si lo reprendiera, pero la castaña pudo notar una sonrisita escondida en los labios de su amiga y entre ellos entendió las palabras - ¿Más? ¡imposible!
Harry ignoró el comentario de su amigo, pero eso no evitó que Hermione le lanzara miradas envenenadas al pelirrojo.
Reír de todo sin soltarte,
ven dame tu corazón
Secar tus lágrimas, amarte
decídete mi amor
Por fin llegaron al pueblo, recorrieron el callejón principal que estaba abarrotado de sus compañeros de Hogwarts, se detuvieron cuando la ojiazul animada apuró a la de rulos señalando el aparador de la tienda de "Harapos a mejores trapos" la cual había expandido su local recientemente.
- ¡Anda, Herm! Tenemos mucho que hacer este día, necesitamos algo digno que ponernos - exclamaba dando saltitos como una niña cuando le van a comprar juguetes nuevos. Harry bajó a su novia y vio cómo Luna se la llevó, intercambió una mirada con su amigo, vacilante de seguirlas porque el local estaba amenazadoramente lleno de eufóricas chicas, Ron hizo una mueca de ni modo y comenzó a avanzar hacia el interior. Cuando por fin llegaron hasta sus novias porque tuvieron que atravesar un tumulto de sus compañeras, donde vieron a Seamus y Dean con cara de sufrimiento mientras Lavender y Parvati los traían de sus asistentes; apostaban que ellos debían tener la misma o una peor expresión. Hermione y Luna se habían adueñado de un probador
pero al parecer apenas comenzaban porque la rubia no sostenía ningún vestido y la castaña salió con uno de seda azul marino que le llegaba a las rodillas, estaba formado por ligeros pliegues verticales, se ajustaba a la altura del busto y tenía tirantes delgados.
- ¡Este es perfecto! - exclamó emocionada Hermione.
- ¡Es genial! - coincidió Luna.
- ¡Ay sí! - se convenció la castaña.
- ¡Te ves hermosa! - exhaló maravillado el de gafas.
- Sí muy genial
Si ya encontraste uno, vámonos o morimos asfixiados aquí - resolvió el pelirrojo, tomando de la muñeca a la rubia. Fue cuando se dieron cuenta que ellos estaban ahí.
- ¡¡No!! - gritó la ojimiel.
- ¿No, Qué? - saltó confundido Ron.
- Que ya me lo vio puesto Harry - chilló, sus ojos marrón expresaban desilusión.
- Da igual, lo vas a traer puesto en el baile y todos lo veremos, incluido Harry - acentuó sarcástico el pelirrojo, él no le vio el inconveniente y puso los ojos en blanco cuando la castaña corrió hacia el interior del probador.
- Sí, pero yo quería que fuera sorpresa para él - lloriqueó la de rulos.
- Bueno al menos ahora ya sabe a qué atenerse y no morirá con la primera impresión - rió burlón Ron, Harry le lanzó un moderado puñetazo en el estomago que al menos lo hizo dejar de reír.
- ¡Piérdete! - exclamó desde el otro lado de la puerta, Hermione.
- Ok, Luna vámonos - cargó a su novia con mucha facilidad, tomándola por la cintura. Como si fuese una pequeña tabla de surf.
- No, porque aún no me he medido ninguno - protestó la rubia, safándose de sus brazos.
- Tú te verás hermosa con el vestido que sea - expuso un poco irritado.
- No quiero el vestido que sea - contradijo la ojiazul, contrayendo sus cejas rubias hasta que se juntaron como un solo arco.
- ¿Qué tal este? - tomó uno negro que era de mangas largas y llegaba hasta los tobillos.
- ¡Me veré espantosa! - exclamó aterrada, mirando críticamente el vestido que parecía la túnica de un monje. - Yo quiero lucir sexy - añadió, y sus pupilas azules brillaron pícaramente.
- ¡¿Qué?! - saltó el pelirrojo, cuya boca se había abierto como si estuviese gritando pero sin emitir sonido alguno. Luna soltó una risita y se puso la mano sobre los labios para ahogarla.
- Para ti - hizo una mueca graciosa e insinuante.
- Tómate el tiempo que necesites - la quedó viendo embobado, Luna volvió a reír pero esta vez más traviesa.
- Ya, la próxima vez no alegues tanto - le dio un ligero beso y le apretó la barbilla en forma divertida.
Del otro lado Harry continuaba tratando de convencer a Hermione de salir pero la chica se limitaba a sollozar, él ya se estaba preocupando mucho. La rubia regresó y tocó dos veces
- Ya te dije Harry que no quiero que me veas - vociferó enfadada, Luna puso los ojos en blanco y regresó a ver al ojiverde que parecía estar dispuesto a forzar la manija para entrar.
- Mira
será mejor que tú y Ron se vayan. Así aprovechan para conseguir algo para ustedes - añadió ante el intento de replica que mostró el chico.
- Yo me encargo de ella, está algo extraña
ya sabes porqué - señaló obvia, el de gafas suspiró resignado haciendo una mueca de asentimiento.
- Ok, regresamos - aceptó un poco contrariado, debía acostumbrarse a esos cambios de humor en la castaña; luego se marchó abriéndose camino entre la gente y la ropa. De paso jaló a Ron quien estaba cruzado de brazos y con una expresión impaciente.
- Ya puedes salir, ya se fueron - avisó a su amiga, Hermione se asomó por la puerta entreabierta, ya que se cercioró que era verdad se lanzó a los brazos de la rubia.
- No sé porqué me siento de pronto feliz y al segundo me quiero deshacer en lágrimas, de nuevo sonrío radiante pero en un minuto quiero matar a alguien - gimoteó, su voz se escuchó algo sorda al estar sofocada por el abrazo de la ojiazul.
- Tranquila, esto es normal y aún nos queda un largo camino por recorrer - suspiró, le dio unas palmaditas en la espalda para consolarla, aunque no pudo evitar ese tonito aterrado al decir largo. - Mejor continuemos en la búsqueda del vestido perfecto - la animó sonriéndole, la de rulos la imitó pero su sonrisa fue leve.
***
Harry y Ron fueron a buscar su túnica de gala como lo sugirió Luna; entraron en el almacen el cual a pesar de estar lleno de sus compañeros no era tan ruidoso como el local de túnicas para chicas. Mientras el pelirrojo se medía su traje alcanzó a escuchar unas voces familiares
- ¿Y por fin, a quién invitaste al baile? - cuestionó la voz que reconoció como la de Nigel Nott.
- A Daphne - respondió la voz de Blaise Zabinni.
- No sabía que te gustara - dijo con un tono entre sorprendido e indiferente.
- Bueno sí, es linda
tal vez funcione - expuso Blaise.
- ¡Hola, cariño! - exclamó seductora la voz de una chica, Ron abrió los ojos como plato, conocía muy bien esa voz femenina; se apresuró a terminar de vestirse y salió del probador para toparse con los chicos que de por sí ya había oído, pero la chica era nada más ni nada menos que Claire Tylor, quien rodeaba el cuello del chico de cabellos castaño claro, casi rubio y ojos azul intenso.
- Wow, Claire con Nigel
una pareja perfecta, los dos tienen tanto en común - ironizó el pelirrojo, con un acento entre sarcástico y socarrón. Tanto la pareja como Zabinni regresaron a verlo.
- Eso es obvio, la clase y la inteligencia - señaló presuntuosa la chica de cabellos caoba.
- Yo diría arrogantes y descerebrados - remarcó Ron, los ojos azules de Claire lo fulminaron, éste no dejaba de sonreír burlonamente. Blaise detuvo a tiempo a Nigel, quien había sacado su varita. Su novia lo tranquilizó y le susurró algo entre dientes que sonó a: Déjamelo a mí.
Nigel le lanzó una mirada de intenso odio a Ron, pero éste no pareció intimidarse, por el contrario sonrió más retador.
- Definitivamente no sé por qué me gustabas, no entiendo en qué rayos pensaba, ¡Estaba mal! - saltó Tylor, apretando los dientes y mirando con desdén al pelirrojo.
- Me hubiera preocupado más si tú me hubieras gustado a mí, eso realmente era estar mal - expuso estremeciéndose exageradamente, y riéndose. Las finas facciones de Claire se descompusieron y le dejó ir una bofetada pero Ron la pudo esquivar ágilmente. Harry había visto la última escena cuando salió del vestidor y de inmediato supuso que su amigo se había metido en problemas, así que fue a cerciorarse de lo que estaba ocurriendo.
- ¡Eres un idiota! - chilló la chica, el pelirrojo continuaba riendo, Blaise no podría detener por mucho rato a Nigel.
- ¡Ey, tú! y ahora en qué lío te metiste - lo jaló el ojiverde, sin detenerse a ver a los demás.
- Ay, tuvo que venir a rescatarte San Potter - exclamó despectivamente Nott, Claire soltó una risa burlona acompañada por una más baja de Blaise. El pelirrojo hizo el intento de regresar a encararlos.
- ¡Ignóralo! - advirtió el de gafas.
- ¡Cobardes! - gritó Nigel, el ojiazul se puso rojo de ira y ahora sí que iba a regresarse.
- ¡Ya Ron, ven! - lo obligó Harry.
- Imbécil - espetó el pelirrojo, sin dejar de ver a los Slytherin, que no paraban de reír.
- Porqué tengo la certeza de que fuiste tú quien los fue a molestar - el pelinegro entrecerró los ojos viendo a su amigo.
- Un rato de sana diversión no le hace daño a nadie - dijo con una sonrisita socarrona.
- ¿Llamas sana diversión ir a provocarlos? - bufó el de gafas.
- Oye, por años hemos tenido que soportar las burlas de las asquerosas serpientes, no me iba a ir sin devolverles algo de su propia poción ¿correcto? - se justificó el pelirrojo.
- No, no es correcto. Imaginas lo que diría Hermione si se entera que me metí en una bronca sólo por tu simple "sana diversión" - marcó con gravedad.
- Vamos Harry, no te hagas el santo que esta mañana tú también andabas de tira-veneno contra Malfoy - le recordó.
- Pero
- se acomodó las gafas intentando pensar en un argumento para defenderse, pero el pelirrojo esbozó una amplia sonrisa y le dio una palmada como si estuviese orgulloso de él.
- Y sólo porque tú obedezcas todo lo que Hermione te dice, no significa que yo le voy a tener que rendir cuentas también - expuso soltando una risilla y comenzó a caminar por delante de su amigo.
- ¡Ay Ronald, qué voy a hacer contigo! - se quejó el ojiverde.
- Seguirme queriendo mucho tal como soy - dijo sin pizca de vergüenza.
- Mejor vámonos, las chicas ya deben estar esperándonos - apuró el de gafas, y puso los ojos en blanco.
- Con Hermione en un vestidor, lo indecisa que a veces puede ser y las pocas posibilidades de que algo le venga, las probabilidades de que eso pase son una en un millón - comentó con un tono de suficiencia, Ron.
- Ahora te dedicas a hacer deducciones - Harry contrajo el entrecejo y sus ojos lo miraron con resentimiento.
- Es que tú y ella para mí siempre han sido tan predecibles, pero ahorita más ella con sus desquiciantes cambios de humor - respondió resuelto.
- Ya vámonos - lo apuró hacia la caja. - Y que mi novia no oiga tus simpáticas suposiciones - dijo enfadado, Ron ni se inmutó.
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Siento que este espacio
es sólo de los dos,
Llenas todo mi interior
Hermione se probó como ocho vestidos, que en meses anteriores le hubiesen quedado perfectos, de hecho aún le sentaban bien a excepción de que a la altura de la cintura se ceñían demasiado. La castaña dudó en abrir los ojos antes de verse al espejo con el nuevo vestido que Luna le había llevado, sino le quedaba no le importaría usar magia para arreglarlo, esto comenzaba a desesperarla y un sentimiento de enojo amenazaba con estallar.
- Se está probando el último que le gustó
- escuchó decir a Luna.
- Te lo dije - exclamó burlón, Ron. - Humpf
- estuvo segura que ese sonido fue emitido por Harry, y pudo adivinar que sus ojos estaban mirando feo al pelirrojo; ello logró dibujar sonrisita en sus labios, un tanto petulante.
- Esperaremos - resolvió el ojiverde.
- Ningún esperarem
- contradijo el ojiazul.
- ¡Genial! - exclamó la de rulos, por fin se había atrevido a abrir los ojos y se sorprendió que el vestido le quedaba perfecto, de momento se olvidó de las protestas de su amigo. Se admiraba en el espejo, en verdad le quedaba a la medida
- ¿Ya, Hermione? - tocó la puerta muy impaciente.
- Espera, Ronald - rugió irritada, al otro lado de la puerta. El de gafas y la Ravenclaw intercambiaron miradas de que ya sabían lo que se avecinaba.
- ¿Que espere? ¡Muero de hambre! - se quejó a gritos.
- Qué raro, Ron tú siempre estás muriendo de hambre - ironizó Herm.
- Ah claro, tú no porque ya estás llena - respondió sin pensar. Harry lo miró fulminante, y Luna rodó los ojos fastidiada.
- ¡Muérete! - gritó, sus ojos marrón se llenaron de lágrimas pero lanzaban peligrosas chispas aún a través de la madera de la puerta.
- Será que tú y yo sí nos podemos ir - gruñó a su novia.
- ¡Luna se queda donde está! - bramó la ojimiel, los tres se sobresaltaron. La rubia se alejó un poco.
- ¿Te encanta, cierto? - ironizó el de gafas, negando.
- Es para mantener el equilibrio en nuestra
- comenzó el ojiazul.
- No me digas, "su sana convivencia" - terció con sarcasmo el ojiverde.
- ¡Exacto!, ves que no es tan difícil de entender - le dijo con cierta ingenuidad, el pelinegro lo miró reprobatoriamente.
- Listo - Hermione salió como si nada y con un aire bastante fresco que a Harry le dejó la boca abierta pero sabía perfectamente lo que pretendía hacer su novia, era demostrarle a Ron que sus comentarios burlones no la afectaban en absoluto. El pelirrojo contrajo el entrecejo, Luna estaba apartada con una expresión entre aburrida y cansada.
- ¿Ya todo bien? - preguntó Harry.
- Por mí de maravilla, el único inconveniente aquí es Mr. hambriento - la castaña avanzó hacia la caja con el vestido azul marino doblado en su brazo izquierdo; todos la siguieron.
- Entonces por fin nos podemos ir - gruñó Ron.
- Sí - contestó, sin borrar la sonrisita desafiante de sus labios, el pelirrojo comenzaba a tomárselo personal, Harry hizo un gesto exasperado como si para sus adentros suplicara paciencia.
- Ronnie, espera - detuvo Luna.
- ¿Y ahora qué? - sus cejas se arquearon.
- Aún debes pagar lo mío - dijo la rubia, con una extraña sonrisa, que pareció ser entre la pena y la venganza.
- Ah sí ¿cuánto es? - se dirigió a la cajera, con un tono apurado mientras abrió su cartera y sacaba algunos galeones.
- Son doce galeones - dijo ésta, mientras le entregaba varias bolsas de papel color blanco a la Ravenclaw.
- ¡¿Qué?! - saltó, sus pupilas azules se abrieron como plato y sus mejillas adquirieron una palidez de sorpresa.
- Querías novia, ¿no? - se burló el ojiverde, Ron le lanzó una fea mirada mientras pagaba la cantidad que la cajera le había dicho, la dependiente agradeció su compra y el chico le sonrió por educación aunque con un gesto desabrido.
- ¿No crees que lo valgo? - la rubia hizo una carita de niña linda.
- Tú mereces todo, Luna - suspiró olvidando cualquier otro inconveniente, viéndola soñado, la ojiazul se sonrió como si le fascinase haber conseguido lo que se proponía. El de gafas intercambió una mirada con la castaña, quien dejó ver una sonrisa aún más maquiavélica como si se sintiese orgullosa de su amiga, sus ojos esmeralda la miraron sobrecogido.
Harry también pagó lo que Hermione había elegido y salieron del local.
Sólo tú, sólo yo
ir flotando hasta las nubes del amor
junto a ti, junto a mí
Sólo tú, sólo yo
caminando por las calles del amor
junto a ti, junto a mí
Caminaron por la calle principal, la resolana era agradable pero a la vez calurosa, el pelinegro había vuelto a cargar a la castaña sobre su espalda, Herm se quejó diciendo que se acostumbraría a lo que Harry respondió que ahí estaría para ella, robándole una sonrisa.
A su lado caminaban la rubia y el pelirrojo, le echó una mirada de reojo a su amigo pero éste avanzaba sin siquiera recordar su exagerada hambre, hasta que llegaron a la entrada de las tres escobas
- Umm
huelo a comida - dijo saboreándose. - Ese es mi segundo olor favorito en el mundo - dijo sin dejar ese tonito fascinado.
- ¿Ah sí
y cuál es el primero? - preguntó casual el de gafas. La castaña regresó a ver a Luna pues fue ella quien se puso de mil colores y Ron desvió la mirada un poco nervioso.
- Oh
- el de gafas también se sonrojó y supo que no quería saber más, Hermione soltó una baja risita y acarició la mejilla de su novio, lo cual aumentó el rubor en su rostro.
Se sentaron en una mesa cerca de la ventana y una camarera les repartió unos menús, estuvieron revisándolos, el ojiazul estaba muy entusiasmado mientras leía y hacía muecas indecisas
- Ay ya sé, quiero la pasta con salsa de tomate y albóndigas - resolvió, sus ojos se iluminaron.
- Pues, tal vez pida lo mismo - coincidió la rubia. Harry hizo un gesto de que igual ordenaría la pasta.
- Creo que yo no pediré nada - expuso la ojimiel, dejando por la paz el menú y hasta retirándolo de ella con desagrado.
- Tienes que comer - dijo preocupado el de gafas.
- Es que a tu hijo ahora no se le antoja nada - hizo un puchero y sus ojos se mostraron vulnerables.
- Por mí comerá - asentó el pelinegro, carraspeó un poco e intentó que su voz sonara seria para no dejarse convencer por ese gesto, la castaña resopló.
Todos terminaron pidiendo el espagueti a la boloñesa, mientras comían Neville se acercó a saludarlos.
- Hola, chicos.
- Qué tal, Neville - respondieron.
- Veo que ya consiguieron sus trajes - observó al notar las bolsas de papel.
- Pues sí
- el ojiverde se encogió de hombros.
- ¿Neville tú ya tienes pareja para el baile? No esperarás llevar a mi hermana, porque ella
- comenzó el pelirrojo.
- Ron, para nada estoy pensando invitar a tu hermana, yo estoy saliendo con alguien - cortó con amabilidad.
- ¿Ah sí, y quién es? - se sorprendió el ojiazul.
- Agnes Ketteridge - dijo, y regresó a ver hacia una mesa desde donde una rubia de ojos cafés le sonrió.
- ¿La de Hufflepuff? - respingaron al unísono los cuatros jóvenes, aunque su modo fue diferente.
- Así es - afirmó con una sonrisa.
- Wow, pues Felicidades - expresó Ron.
- Nos vemos en el colegio - se despidió de sus amigos.
- Veo que no es personal tu descortesía - ironizó la castaña, cuando Neville se fue a sentar a lado de su novia.
- No soy descortés, sólo era curiosidad - aclaró el pelirrojo, ella hizo una mueca sarcástica pero la discusión ya no continuó.
Siguieron comiendo, en eso vieron llegar a Daphne Greengrass de la mano de Blaise Zabinni, a Claire Tylor con Nigel Nott y a Pansy Parkinson con el brazo de Draco Malfoy rodeando su cintura.
- Sin dudarlo, Hogwarts los acepta y Slytherin acerta - comentó entre burlón y sarcástico, el pelirrojo.
- Ya Ron déjalos en paz, no te bastó con lo de hace rato - reprendió el ojiverde.
- ¿Qué pasó hace rato? - preguntó Hermione con perspicacia, viendo primero a Harry quien desvió la mirada, al no tener respuesta la clavó en su amigo pelirrojo.
- Nada - apuró el de gafas.
- ¿Ronald? - exigió la de rulos.
- Ya te lo dijo Harry - remarcó.- Es en serio estás muy paranoica, eso de la maternidad se te está subiendo a la cabeza - la miró cansino.
La castaña hizo un esfuerzo por pasar por alto el comentario de Ron, en eso reparó en la bolsa café que estaba a lado de su novio.
- ¿Puedo verlo? - preguntó a Harry.
- ¡No! - saltó el pelirrojo, arrebatándole la bolsa como si la protegiera.
- ¿Y a ti qué te pasa? - bufó molesta.
- Porque así como no quisieron que nosotros viéramos lo que van a usar, ustedes menos - dijo con obviedad, el pelinegro negó pero la de rulos ni siquiera mostró indicios de responder a su provocación.
- No importa, porque sé que Harry se verá bien, tiene tan buen gusto
Además él es muy guapo - resaltó con una sonrisa radiante, su novio se ruborizó, Ron rodó los ojos pero la rubia hizo un sonidito un tanto burlón.
- ¿Luna? - la regresó a ver con el entrecejo fruncido, su amiga.
- Tengo tos - argumentó la ojiazul.
- Definitivamente son la pareja perfecta - señaló con un tonito socarrón, el pelirrojo.
- ¿Eso crees? - lo volteó a ver Harry, receloso porque sabía que su amigo no desaprovechaba la oportunidad de hacer mordaces comentarios.
- Sí, los dos están ciegos, se ven hermosos el uno al otro - se rió sin seguir disimulando.
- Sin comentarios, porque podría pasar a traer a mi amiga - contraatacó la castaña.
- Hermione - saltó Luna.
- Tú lo dijiste, tendré malos gustos pero no tan pésimos ratos, aunque este ya se te prolongó demasiado - remarcó viendo al pelirrojo.
Él parecía querer reclamar sin embargo cerró la boca, y abrazó a la rubia mirando aparentemente resentido a sus amigos, ellos se rieron cómplices.
Terminaron de comer entonces decidieron regresar al colegio, mientras los cuatro caminaban pero esta vez eran Hermione y Luna quienes iban adelante platicando entre ellas, con Harry y Ron siguiéndolas y cargando las compras, aunque el pelirrojo luchaba por mantener el equilibrio con los muchos paquetes.
- Ayúdame ¿no? - se quejó, haciendo malabares con las bolsas.
- ¿De quién es la novia? - se burló el ojiverde.
- ¡Qué mal amigo eres! - acusó el ojiazul.
- Mira que tú te la pasaste molestando a mi novia - le recordó el pelinegro.
- Aunque he de reconocer que ella no se dejó del todo - añadió riéndose, su risa aumentó al ver cómo su amigo casi se caía.
- ¿Me vas ayudar o no? - reclamó.
- Ya, quejumbroso - Harry le quitó unas tres bolsas de las diez que traía.
Sólo tú, sólo yo
Sólo tú y yo
****
Hola, de nuevo yo
Pues déjenme les cuento que me pasó algo chistoso y a la vez desastroso con este capítulo puesto que era parte del anterior pero aquel ya era muy largo así que tuve que dividirlo y buscar otra song lo cual fue un verdadero dolor de cabeza ¬¬
Finalmente este episodio incluye la rola sólo tú, sólo yo
que interpreta la banda de "camaleones" está linda.
Escribir esta parte del songfic fue como sentarme a ver alguna de mis series favoritas,
No sé
me recordó a salvados por la campana
no sé si la conozcan?? ya entré en nostalgia XD*
Muchas gracias por su tiempo y por dejarme sus comentarios,
los cuales de verdad son indispensables para mí, son como oxígeno
De corazón agradezco el honor que me brindan a mí y a esta historia al poder estar entre sus favoritos
Espero nos leamos pronto, y anticipadamente les deseo ¡Felices Fiestas!
ya sólo faltan 7 días para recibir la Navidad ^^
Ojalá y todos sus anhelos se cumplan y se la pasen genial en armonía y paz en compañía de sus seres queridos.
Anyeli Potter Granger
17 Dic 09
Abro los ojos en lamañana entre mis sábanas blancas,
Con mi alma mojada,y tengo ganas de ti.
El sol tiñó paulatinamente de amarillo claro las aguas querodeaban el castillo de Hogwarts, a medida que amanecía sus rayos traspasaronlas cortinas del dormitorio de los chicos de séptimo Gryffindor. Unos ojos esmeraldase abrieron alarmados, aún más porque todo frente a ellos era de un claroblanco, era la sábana debajo de la cual estaba Harry; pasó su mano por sumejilla retirando el exceso de sudor, su corazón latía muy acelerado, habíasoñado que Hermione se marchaba del colegio y él no sabía a dónde
Tragósaliva, volteó a su derecha y tomó sus gafas, cuando observó que el reloj de lamesita de noche marcaba casi las diez de la mañana, sobresaltado se levantóaunque por las prisas se enredó entre las cobijas y sin evitarlo se precipitóal suelo, esperó oír las carcajadas burlonas de Ron pero fue cuando se diocuenta que la habitación estaba vacía.
- ¡Diantres, me quedé dormido! - se reprendió, acordándoseque la noche anterior había acordado con Ron, Luna y Hermione verse en el grancomedor a las siete de la mañana.
Se dio una ducha rápida, se puso lo primero que encontró:una playera blanca y unos vaqueros de mezclilla. Mientras se ataba las agujetasde sus converse color azul grisáceo reparó en la pulsera deplata que se asomaba justo detrás del reloj, era la misma que le había dado ennavidad a Hermione, la que había hallado tirada la tarde de su desaparición, lapista que lo había alertado de que algo andaba mal. Tomó la pulsera y se laechó en el bolsillo, bajó lo más rápido que pudo las escaleras y llegó casi forzándosea frenar porque el piso del vestíbulo extrañamente estaba demasiado encerado.
Una ranita me enseñó
que no era malo lo que hicieras,
sino lo que dejas ir.
Entró al gran comedor y se quedó clavado al piso cuando vioa Hermione parada de perfil, sus rulos caían con gracia sobre sus descubiertos hombros,lucía tan hermosa con sus leggins color gris y un blusón de seda y encaje blanco.Sabía perfectamente que debajo de esa seda creciendo maravillosamente estaba elfruto de su amor
Una radiante e indescriptible sonrisa apareció en sus labios,de pronto Hermione lo regresó a ver y cambió un poco su contrariada expresiónpara sonreírle, notó que sus mejillas se ruborizaban fuertemente, entonces sepercató que Luna parecía haber estado discutiendo con ella; la rubia también lovolteó a ver y le lanzó una irritada mirada, él arqueó una ceja un pocodesafiante. Un grupo de estudiantes le hizo hacerse aun lado porque sacaban delsalón algunas maderas, fue cuando se dio cuenta del resto del mundo, habíamucho movimiento en el lugar; se obligó a poner en función su cerebro y losacontecimientos tomaron orden hasta señalar que era el día de la graduación.
Seamus, Lavender, Parvati y Dean pasaron a su lado y losaludaron entonces se fueron a sentar en una de las mesas que permanecía en elcomedor pero que estaba pegada al extremo izquierdo de la entrada.
Esta misma mañana me he decidido a ser feliz,
Me aguanté muchas veces, pero ahora sí ya me perdí.
No supo porqué pero un impulso lo hizo avanzar entoncessin pensársela mucho llegó hasta Hermione y la tomó por el rostro besándolacomo nunca lo había hecho, al menos no delante de los demás; era bien sabidoque ellos andaban, que estaban esperando un bebé, pero jamás habían dado tamañademostración de su amor con público nuevo, hubo un profundo murmullo de asombroque estuvo seguro venía de sus compañeros de curso pero también supo que yanunca más se reprimiría sus ganas de besar a Hermione delante de nadie. Elcontacto fue intenso pero demasiado tierno, se separó de ella lentamente,acariciando su barbilla; los ojos marrón tenían un brillo entre la sorpresa yla perfecta complicidad.
- Asíque se te pegaron las sábanas - intervino entre sarcástica y burlona, la rubia.
- ¿Ahorame regañarás a mí? - ironizó el de gafas, viendo alrededor, como buscando aalguien. - Si tu novio no se ha aparecido por acá no te desquites conmigo - sequejó, atacando.
- ¡Harry! - Herm le reprendió en voz baja,dándole un pequeño golpe en su muñeca.
- Ron,ya ayudó
Es justo que tú hagas algo, llegas tres horas tarde -contraatacóLuna, sus ojos azules lo miraron entre molesta y a la vez digna.
- Yote dije que ayudaba, pero no me dejas hacer nada - subrayó la castaña.
- Nodebes hacer nada - recalcó la Ravenclaw.
- Luna,estoy embarazada no enferma - protestó un poco exasperada, aunque en eso elojiverde estaba totalmente de acuerdo con la rubia. Iba exteriorizar su opinióncuando advirtió con la mirada que su amigo pelirrojo le había pedido con señasque no lo delatara pues se acercaba a Luna por la espalda, sin que ella sediese cuenta, la tomó desprevenida, tapándole los ojos.
- ¿Quién
? -respingó la ojiazul, Hermione yHarry soltaron una risita, luego ella reconoció aquellas manos.
- Ronnie- exclamó riendo divertida, el chico se paró frente a ella tomando del suelouna canastilla que en su interior tenía un pequeño conejito blanco.
- ¿Yesto? - preguntó Luna, bastante extrañada, señalando el obsequio muyemocionada.
- Espara ti -sonrió el pecoso.
- Ron- saltó demasiado sorprendida. - ¿De cuándo acá tan detallista y cursi? -expresó contrayendo su entrecejo.
- Nuncaes tarde
Es para que no me extrañes cuando regreses al colegio, desde que lovi dije que era para ti - expuso, esperando recibir un beso como recompensa departe de la rubia. Luna soltó un sonidito bastante meloso y lo abrazó, perojusto en el segundo que lo iba a besar la castaña gritó entre sollozos ypucheros.
- ¡HarryJames Potter! -sus ojos marrón se habían llenado de lagrimitas, pero tambiénbrillaban peligrosamente.
- ¡¿Quépasa, Herm?! - respingó el ojiverde, viéndola preocupado.
- Hastael insensible de Ronald piensa más que tú - rompió en llanto. Ron y Lunamiraban la escena, impactados, aunque el pelirrojo lucía un tanto molesto porla interrupción justo cuando su novia lo iba a besar.
- Losiento, se me pasó. ¿Qué quieres que te traiga? -se disculpó acongojado.
- Loque quiero en estos momentos es una tostada con mantequilla y mucha azúcar-hizo un puchero, como una niña que desea un juguete nuevo. Ron rodó los ojos,Luna rió por lo bajo, negando.
- Ron,acompáñame -Harry jaló del brazo al pecoso.
- ¡Oye,de quién es la novia! -replicó éste, cuando el ojiverde lo había alejado de larubia.
- Aquién se le ocurrió traer obsequios -bufó sarcásticamente.
- Quiénes el lento - dijo burlonamente Ron.
- Siguessiendo tú - señaló el de gafas, sin poder evitar soltar una risilla de burla.
- Serás...-entornó su mirada azul, fulminándolo. Ambos chicos se dirigían a lascocinas.
***
Cuando regresaban al gran comedor...
- Sime hubieras hecho caso y te hubieras cuidado, ahora no tendrías que estarlidiando con esos antojos raros de tu novia -repuso con una pícara malicia, el pelirrojo.
- Cállatey camina, que ya te quiero ver cuando Luna te diga que vas a ser papá -gruñó, enfatizando cada letra dela última palabra, con una disimulada sonrisilla de burla.
- ¡Paso!- Ron se precipitó, demasiado estremecido.
- Simal no recuerdo andabas bien emocionado cuando creías que Luna estaba embarazada- el ojiverde se detuvo en la puerta del salón y lo miró dubitativo.
- Túlo has dicho, andaba. Pero luego de ver cómo te traen...-negó con la cabeza. -Amigo creo que tardaré mucho en escribir una carta a la cigüeña -rotundizósolemnemente.
- ¿Quétanto alegas, Ron? Yo pensaba que podríamos escribirle una hoy - dijo unamística vocecita a sus espaldas. - Pero si no quieres no te voy a obligar -suspiró como si lo lamentara. Las chicas habían ido a su encuentro.
- ¡No,si sí quiero! -Ron asintió enérgicamente con la cabeza.
- ¡Enfermo!- recalcó Hermione, mirándole negativamente.
- MiraHermione, tú ni opines porque a Harry y a ti se les fue un poquito la mano. "Por así decirlo"-luego esbozó unapícara y maliciosa sonrisa. - Aunque se les fue algo más, verdad -agregó,soltando una gran carcajada burlona.
- ¡RonaldWeasley! - los ojos marrón de la castaña sacaron chispas.
- ¡Harry,tu novia me va a matar! - Ron se escudó detrás del ojiverde, con una exageradavoz de pánico.
- Bienmerecido te lo tendrías - repuso Harry, con sarcasmo.
- Ok,únete al enemigo -Ron le dio un empujón hacia el frente, con indignación. Luegocorrió hacia en interior del Gran Comedor, la castaña no dudó en ir trasél.
- ¡YaHerm! - saltó Luna. - Me lo dejarás todo cansado antes de...- luego se detuvo,Ron la miró confundido, Harry y Hermione con interés pícaro.
- Deque comience a ser útil y terminar de arreglar este lugar -finalizó la frase deforma normal, sus amigos intercambiaron una divertida mirada.
- Tusórdenes son mis acciones - afirmó con solemnidad el pelirrojo.
- Quieroverlo -exclamó la rubia.
- Estoytrabajando -Ron se apuró a sacar su varita. Luna irguió el cuello consuficiencia, mientras que Harry y Herm soltaron una discreta risita. Por ciertoel ojiverde fue quien terminó comiéndose la dichosa tostada sin darse cuenta,luego la castaña lo miró sonriendo y cuando él se percató de habérsela comidofue en el instante que se chupaba los dedos, los ojos marrón lo miraronsignificativamente.
Debes de cuidar, tus labios rosas, que hoy van a besar.
Si me provocas
Debes de cuidar, tus labios rosas, que hoy van a besar.
Si me provocas
- Losiento, iré por otra - se sonrojó.
- Noimporta - negó con una risita la castaña, besó su labio superior donde habíaquedado azúcar. Harry saboreó el beso
ella rió más graciosamente.
- Talvez sí traje algo para ti, aunque no precisamente sea un nuevo obsequio - seacordó de la pulsera que traía en el bolsillo, la sacó mostrándosela en lapalma de su mano derecha.
- ¡Mi pulsera! - exclamó contenta de recuperarla.
- Ay, se le perdió la estrella - lamentó al fijarse que lospequeños eslabones de plata y la delgada plaquita lucían solos.
- Mi estrellaestá a salvo - observó el pelinegro, posando su frente en la de ella, acariciósu nariz con la suya.
- Harry
- exhaló conmovida, luego besó sus labios en unjuego armonizado.
*****
El día se había esfumado y pronto daría inicio el festínde graduación... Harry se acomodaba la corbata frente al espejo, dio unsuspiro. Aún no se creía que después de tantos sucesos al fin terminaría elcolegio
con vida - pensósarcásticamente. Sin embargo ahora la vida no podría ser mejor, y tras tantosufrimiento ésta lo había recompensado. Y con creces, le obsequió el amorverdadero y un bebé. Lo más bello de la vida se resumía a una sola personita yella crecía dentro del amor de su vida. ¿Cuántas veces esa compleja palabra?,Curiosamente ese era el significado del nombre de su hijo vida. Estaba tan ensimismado en sus emociones que le parecióabsurda la risa que tenía su amigo, quien había aparecido a su lado derecho yveía reflejado en el espejo.
- ¿Mequieres explicar de qué demonios te ríes? - preguntó irritado.
- Quegracias a Merlín conseguiste que no nos vistiéramos del mismo color que losSlytherin, entiéndase el color que escogió presumido Malfoy. Pero recordé quealguna vez dijiste que nunca querrías nada que le gustara a Draco, y amigo,Hermione le gustó y fue su novia primero - señaló como si lo hubiese meditado.
- Graciaspor la observación, Ron - terció ácidamente.
- Denada - sonrió sin inmutarse, dando una leve palmada en el hombro del ojiverde;Harry puso los ojos en blanco.
- Peroyo la amé primero - concluyó, y salió de la habitación, Ron lo siguió con unasonrisa.
****
A las ocho en punto en el Gran Comedor, el cual habíaquedado espectacular, el techo gracias al encantamiento mostraba el cieloplenamente estrellado, las velas flotantes iluminaban la estancia de dorado, enlas paredes cadenas florares con los colores conjugados de cada casa. En elpiso, las mesas redondas con manteles de un blanco perla que reflejaban lacalidez de la luz, rodeaban la pista de baile en la cual al fondo se alzaba unescenario donde ya tocaba, aunque música para ambientar, la banda invitada "Las Brujas de Macbeth"
Harry y Ron esperaban cerca de la mesa donde estaban lospostres y el ponche. Los dos vestían túnica de gala del mismo azul marino, sóloque diferentes. El de gafas vestía más formal, con una corbata a juego sobreuna elegante camisa blanca y zapatos negros. En cambio el pelirrojo lucíainformal, una playera color blanca, cuyo estampado era una corbata del mismoazul de su túnica y parecía estar anudada a la ligera. En vez de zapatoscalzaba tenis azul mezclilla.
- Últimamentetu novia ha estado muy irritable y sensible - comentaba Ron, echando constatesmiradas a su reloj de pulso.
- ¿Eh?- musitó el pelinegro sin darse mucha cuenta del comentario de su amigo, debidoa que estaba entretenido con un trozo de pastel de crema de vainilla, duraznos,uvas y fresas.
- Ytú muy tragón -repuso con sarcasmo, quitándole de la mano la cuarta rebanadaque llevaba. -De ella se lo paso por lo del embarazo. Pero de ti...-negó, Harrylo miró de fea manera.
- Comoque se les ha ocurrido hacerme competencia - dijo llevándose él a la boca elpedazo de pastel, el de gafas lo vio peor.
- Puestu novia no se queda atrás. Como que también se ha vuelto muy tragoncita ¿nocrees? - observó con intención maliciosa.
- ¿Quéinsinúas, Potter? - Ron se atragantó con la tarta.
- Nosé...-Harry sonrió haciéndose el inocente y encogiéndose de hombros.
- Paratu información, desde el Súper Susto.Luna y yo somos mucho más Precavidos- se apresuró a recalcar, haciendo énfasis en la última frase.
- Yono dije que...-Harry se movió haciéndose el desentendido mientras partía unquinto pedazo de pastel.
- Conozcotus malas intenciones, Potter - atajó fingiendo estar ofendido, yescudriñándolo con la mirada como si tratara de leer la mente del chico.
- ¿Malasintenciones? - repuso el de gafas, mirándole aparentemente desconcertado ysorprendido. Luego sin inmutarse se tragó de un mordisco el postre.
- Sí,pero eso de que la novia come demás. Dilo por otros - continuaba refunfuñandoel pelirrojo, y lo miró intencional. Antes de que Harry pudiera hacerle caso enel gran comedor apareció Luna; aunque no se graduaría esa noche, llevaba unvestido en organza color azul marino y mangas que apenas le cubrían los hombros,caía hasta sus rodillas y tenía una forma algo acampanada. Unas tenues sombrastornasol resaltaban sus preciosos ojos azules, su cabello rubio perfectamentelacio, pendientes con forma de media luna bastante llamativos, y unas altas zapatillasdoradas; un look tan Lovegood
que dejó al pelirrojo sin aliento.
Caminaba hacia ellos de una formaque dejaba boquiabierto a cualquiera, aunque a muchos más se podría decir queidiotizados. Sólo un par de chicas de Slytherin la miraban con indiferencia, PansyParkinson y por supuesto Claire Tylor.
Te voy a besar los ojos,
Te voy a tomar del pelo,
Te voy a hacer llorar, de un beso.
Tomarás fuerte mi mano,
Y te voy a besar, a labio dulce.
- ¡LucesPreciosa! - exclamó el pelirrojo, Luna le sonrió encantada, Ron también sonreíamientras se acercaba a sus labios para besarla. Pero justo en ese instanteHarry los interrumpió al notar que la castaña no llegaba, pues supuso quebajaría con su amiga.
- ¿YHermione? - preguntó inquieto. Luna suspiró, el ojiazul lo miraba resentido,era la segunda vez en el día que le interrumpía un beso.
- Dijoque no bajaría porque no se sentía
bonita- respondió con una vocecita abatida, como si ella hubiese intentadopersuadirla y a la vez se compadeciese del pelinegro.
- ¿Cuánto pudo subir en tres días? - comentó en voz baja pero tansocarrón, el pelirrojo.
- ¡Ron!- regañó la rubia. Harry estaba tan consternado que ni siquiera oyó elcomentario, ni mucho menos se dio cuenta del intercambio de miradasconspiradoras que hubo entre sus amigos, sin decir nada se dio la vuelta ycaminó a paso apresurado hacia el vestíbulo, esquivando torpemente a los chicosque se dirigían al gran comedor.
(música de fondo)
http://www.youtube.com/watch?v=zP4tOoSCQMg
Iba camino hacia las escalerascuando en lo alto vio parada a Hermione, se quedó mudo, sólo observándola, sólodescubriendo porqué estaba loco por ella, sintiendo los latidos de su corazón, sólosabiendo que quería pasar con ella el resto de su vida
pestañeó como siestuviese en un sueño, ella le sonrió tímidamente; mientras bajaba se maravillócon su vestido en seda azul marino, la tela parecía corrugada, lo que la hacíalucir. El corsette parecía entrecruzado y ligeramente entallado por encima dela cintura, un poco vaporoso de abajo y apenas unos 3 cms arriba de lasrodillas. Calzaba unas zapatillas de tacón no muy alto, forradas de seda delmismo tono del vestido, usaba broqueles en forma de estrella, su maquillaje enlos ojos era de un beige casi natural, un gloss transparente resaltaba suslabios rosas, como marco su cabello suavemente ondulado caía sobre sus desnudoshombros. Y en su mano brillaban más que nunca el topacio y la esmeralda; Harrysintió algo muy especial al reparar en el detalle. Ella llegó al pie de lasescaleras y lo abrazó.
- Luna,dijo que no bajarías -musitó en su oído.
- Queríadarte una sorpresa - susurró ella, sin soltarlo.
- Yvaya que me la diste, una especial sorpresa
-exhaló, sus labios rozaron susuave oído izquierdo, la chica soltó una tierna risita.
- Sabes,he visto películas románticas donde el chico siempre espera a la princesa alpie de las escaleras, se hipnotiza con su belleza mientras la ve bajar, sesiente el hombre más afortunado de la tierra, suena tan trillado pero cuando tesucede a ti
es mágico -expusoreflexivo, ella se separó levemente pero sin deshacer el abrazo para verlo a lacara, sus pupilas marrón estaban cristalinas pero él no le dio tiempo de deciralgo porque la besó, lentamente, saboreando esos dulces labios, acariciando sussedosos bucles, sintiendo una explosión de emociones; cuando se separaron Harry le tendió la manocomo en esas escenas citadas, hizouna reverencia y luego ella le tomó la mano para así caminar juntos hacia elsalón, al cual seguían ingresando los estudiantes
adentro, cerca de la mesa delos postres, se reunieron con el pelirrojo y la rubia.
- Vayaque la armaste - comentó divertida, la ojiazul.
- Sí,hiciste sufrir a mi amigo - dijo con un tonito un poco recriminatorio, elpecoso.
- Mecostó mentir, tenía que sonar convincente, fue muy difícil tomando en cuentaque luces genial - señaló Luna.
- Noes verdad, me veo gorda. ¡Admítanlo! - exclamó Hermione, con una vocecita deestar a punto de llorar.
- Queconste que yo no dije nada - resaltó precipitadamente Ron.
- ¡Ves!-soltó lagrimitas y su rostro hizo una mueca de puchero.
- ¡Ron!-regañó la rubia, pellizcando a su novio del brazo.
- ¿Qué?- replicó haciéndose el que no entendió el porqué del regaño, y sobándose elbrazo, muy indignado.
- Esono es cierto, ¡Estás hermosa! - Harry la tomaba de la barbilla mientrasreprendía al ojiazul con la mirada, negando y dándole a entender que fuese másprudente en sus comentarios. Ella se abrazaba a su pecho.
- Yadije que es otra la que ha aumentado de peso -contradijo el pelinegro, lanzandouna mirada insinuante hacia la Ravenclaw.
- Puesnecesitas gafas nuevas, Harry - terció entre dientes el pecoso, quienclaramente había entendido la intención del comentario.
- ¿Porqué? - quiso saber la ojiazul, quien quería comprobar sus sospechas de laspalabras del ojiverde.
- Paraque así pueda ver quién es la llenita-enfatizó Ron, viendo fijamente a la castaña.
- Ytú eres... ¡el ser más insensible que conozco! -Hermione que desde un principioentendió todo, soltó el llanto. Harry y Luna miraban de fea manera a Ron, quienni se inmutó en lo más mínimo; ya luego la rubia podía mirar todo lo fulminante a Harry porsu intencional comentario hacia ella.
El de gafas logró consolar a Hermione
comenzaron adisfrutar del evento, estuvo divertido encontrar con que el vestido de lapresumida de Claire Tylor era del mismo modelo que el de Susan Bones sólo queel de la Slytherinera negro y el de la Hufflepuff era amarillo, eso era como una venganza deldestino por haberse burlado de la chica cuando propusieron los colores.
Hermione y Luna se ausentaron un rato en eso Harry casi seatraganta cuando vio que la chica que alguna vez le interesó estaba sonriendode lo más cómoda a lado de un chico de cabello castaño oscuro con túnica colorturquesa, ella también lucía un vestido del mismo tono.
- ¿Quéhace Cho aquí? - respingó el ojiverde, sin quitar la vista de aquellos chicosque estaban cerca de la pista de baile.
- Esla pareja de Corner - informó el pecoso, se había enterado gracias a las profeta de Hogwarts (Lavender y Parvati)
- ¿Sonnovios? - dijo curioso.
- Niidea, y me da igual - Ron negó y se encogió de hombros indiferente.
- Síes así, ¡Pobre niño! - repuso Harry, estremecido.
- Puesyo no lo compadezco, sinceramente los Ravenclaw siempre me han caído mal -dijomirando "discretamente" hacia donde estaba Terry Boot.
- ¡Ronald!- reclamó una vocecita a sus espaldas, éste pegó el brinco, luego la regresó aver con una avergonzada sonrisa.
- Dijelos no las Ravenclaw -subrayó, metiendo sus manos entre su cuello y con una caricia hizo aun lado surubio cabello, la chica relajó un poco su entrecejo, se iban a besar cuando...
- ¿YHermione? - saltó el ojiverde, el pelirrojo lo asesinó con los ojos, esta erala segunda en menos de una hora.
- Veníaconmigo - respondió Luna, regresando a ver por qué su amiga no estaba a sulado.
- Voya buscarla - se despidió un poco ansioso, sus amigos lo vieron alejarse sacadosde onda.
Mientras el de gafas intentabadesesperadamente encontrar a su novia entre el mar de túnicas de gala una voz asus espaldas con tonito seductor lo hizo sobresaltarse.
- Hola, Harry - susurró cerca de su oído.
- Ah,hola Cho - respondió sin fijarse mucho en ella.
- ¿Escierto lo que se dice? - terció con un modito de generar intriga para atraer suatención.
- Yqué es lo que ahora se dice de mí - inquirió ceñudo, continuando con subúsqueda de la castaña.
- QueGranger está esperando un hijo tuyo - soltó una risilla, como si fueseridículo.
- Teinformaron bien - dijo por fin viéndola, alzó las cejas, con una sonrisita petulante.
- ¡Harry,qué horror!- exclamó escandalizada.
- ¿Porqué dices eso? - preguntó aparentemente extrañado.
- Atu edad eso va arruinar tu vida - subrayó como si el ojiverde no vieseclaramente la gravedad del asunto.
- Quémal estás, al contrario, es lo mejor que me puede pasar en la vida, porqueellos dos son mi vida -finalizóenfatizando sin dejar de sonreír de esa forma presuntuosa, como si a su vez lachica de rasgos orientales fuese la que no entendía; ella hizo un gesto frío.
- Pudoser tan perfecto lo nuestro - cambió parcialmente el tema, acariciando sumejilla de forma coqueta, él se hizo para atrás y retiró su mano secamente.
- Sinceramenteyo lo dudo, tenemos conceptos muy diferentes sobre lo que es el amor. Es más,no creo que sepas lo que significa. Ahora si me permites voy a buscar a mi futuraesposa, que te diviertas con Corner - se despidió soltando una risilla aún másburlona.
- ¡Quégrosero te volviste! - chilló indignada, sin embargo el de gafas no regresó averla, la ex ravenclaw hizo el berrinche de su vida.
Cuando Harry localizó a Hermione se llevó una sorpresa nomuy grata, la chica estaba hablando con cierto Slytherin rubio y de ojos grises.En milésimas de segundo sintió que en su estomago se derramaba un líquidoácido, algo llamado celos. Rápidamenteaceleró el paso hecho una furia hasta ellos.
- ¿Sete perdió algo, Malfoy? - inquirió, rodeando posesivamente la cintura deHermione, ella lo regresó a ver entre sorprendida, e irritada por sucomportamiento.
- Potter
-Draco lo fulminó con la mirada. -
al parecer a ti sí, porque éramos nosotroslos que ya estábamos aquí - dijo apretando los dientes.
- Note preocupes ya lo encontré, sólo que con un bicho molesto revoloteando a sualrededor - atacó.
- Québonito te dices - soltó con una risilla burlona, sus pupilas grises brillaron;sólo una más era lo que necesitaba Harry para írsele encima a golpes.
- ¡Chicos,basta! - atajó molesta la castaña.
Ambos se lanzaron miradas deintenso odio, sólo que el rubio continuaba con esa sonrisita cínica que tanto desquiciabaal pelinegro.
- Estábien, si quieren mátense. Les aseguro que serán recordados por arruinar lagraduación -espetó enfadada, con un acentito de que le valiese lo que sucedieracon ellos; entonces cruzada de brazos se dio la vuelta dejándolos solos. Apenasse había alejado unos pasos cuando el ojigris la alcanzó parándose frente aella, tomándola de los hombros pero sin detenerla porque avanzó los mismospasos que Hermione daba.
- Jane,te pido perdón por adelantado pero en verdad necesito hacerlo - exclamó,entonces la besó en la mejilla antes de que el de gafas pudiese reaccionar,ella también se quedó aturdida por la sorpresa del gesto y sin entender nimedia palabra de lo que le había dicho. Draco corrió y se subió al escenario dondela banda tocaba una suave melodía; el rubio tomó la guitarra que descansabasobre un soporte y se pasó la correa de cuero negro por el cuello acomodándoselasobre los hombros aunque la mantuvo a su costado, luego se acercó al micrófono,el líder de la banda se lo quedó viendo entre sorprendido y molesto por elatrevimiento del chico.
- Oigan,me escuchan todos
por favor quiero su atención - llamó probando el sonido.
- Qué rayos
- el pelirrojo que estabaentretenido debatiéndose entre qué postre probar regresó a ver con los ojoscomo plato. - Ahora sí Malfoy se volviómás loco de lo que estaba -añadió, negando. Luna arrugó el entrecejo, se temíaque en todo este show su amiga estuviese incluida.
Todos miraban al Slytherin eintercambiaban miradas desconcertadas, la curiosidad los hizo interesarse. Pansy y Claire se acercaron al escenario conexpresiones recelosas.
- Pansy,descuida que es a ti a quien ahora amo - dijo, y le guiñó el ojo sonriéndole deuna forma coqueta y cómplice, la chica esbozó una media sonrisa como reflejosin embargo el recelo no la abandonó. A continuación el rubio se dirigió a lacastaña, como si la pudiese ver bajo un reflector dorado y todos a su alrededorfuesen sólo siluetas sin nombre.
- HermioneJane, esta es mi manera de decirte que te amé demasiado y que las cosas nuncafueron de la forma en que lo deseé
pero contarás con mi amistad si algún díala necesitas - sus pupilas grises brillaron causa de lo cristalinas que setornaron, ella se sintió contrariada.
- Estacanción la escribí la noche de navidad pasada, cuando supe que eras su novia -finalizó mirando con rencor a Harry, este lo fulminó con la mirada pero elrubio no le dio más importancia.
http://www.youtube.com/watch?v=ijMNecILi-Q
(La song es: time isn't healing- Tom Felton)
Comenzó a tocar la guitarra, su voz contenía una nostalgiapasada, demostrando que cuando la compuso realmente se sentía triste; a medidaque la canción avanzaba de vez en cuando se atrevía a ver a Hermione pero nosuficiente como para leer su expresión, seguramente no podría continuarcantando, prefería bajar la mirada dejando que sus rubias pestañas cubriesensus ojos aunque no cerrándolos por completo. Cuando terminó de tocar respirabaun poco agitado, como si estuviese conteniendo el llanto, luego tragó saliva yse atrevió a ver a los demás, todos aplaudieron un poco sobrecogidos perotenían que reconocer que el Slytherin tenía talento.
- Québonita manera de comenzar el festín -ironizó el pelirrojo, Luna y Harryobservaban a Hermione, quien no había dicho nada sólo hiperventilaba y sus ojosmarrón estaban llenos de lágrimas mientras que sus mejillas habían adquirido unrubor acalorado, lucía muy impactada. Draco había bajado justo cuando terminóde cantar iba directo hacia la castaña pero en el trayecto se encontró con sunovia; Pansy tenía las mejillas bañadas en lágrimas y en sus ojos cafés habíareproche, indignación y
contrariedad. El rubio la miró suspirando comoesperando la sentencia pero la chica salió abriéndose paso entre la multitudque aún aplaudía, él regresó a ver si alguien se había dado cuenta o Hermionemostrase indicios de decirle algo, pero sin pensársela mucho supo quién era suprioridad.
- ¿Tesientes mal, niña? - preguntó el de gafas, sin darle importancia a los celospara darle paso a la preocupación.
- ¿Hermione?- la llamó la rubia, moviéndola levemente pero la chica seguía sin reaccionar.
- Herm
-comenzó alarmado Harry, pero en eso Ron lo jaló hacia aun lado.
- ¡Ytú qué esperas!, también le has escrito algo ¿no recuerdas? - presionó, mencionandola composición que hizo el ojiverde cuando aún no le confesaba sus sentimientosa la castaña, de la que se había enterado por haber sido indiscreto en su afánpor reunir a sus amigos.
- ¡Ronald, yo no canto! - discutió, como si su amigo leestuviese tomando el pelo, o tuviese la intención de obligarlo a humillarse.
- Mirasi aquí hasta las ranas cantan, y como buen renacuajo que eres más te vale quehagas algo - lo empujó hacia adelante. Harry se acomodó las gafas que por elempujón se le habían movido, y le lanzó una mirada llena de resentimiento, seguroRon se estaba vengando. Aunque por otro lado
sin pensar más se subió alescenario. - ¿Y luego te preguntas por qué Hermione se pone peor? - gruñó elpelirrojo. Los demás observaban al pelinegro y el salón se llenó de cuchicheose intercambios de miradas expectantes.
- Hermione,esta canción describe lo que has significado para mí en estos años... Graciaspor ser mi mejor amiga, mi fuerza y mi compañera de vida
no soy muy bueno
pero la canción te puede explicar mejor lo que quiero decir - su rostro estababastante sonrojado.
Harry comenzó a cantar, un poco desafinado al principio
http://www.youtube.com/watch?v=H4C23Xond-I
(Clip hecho por mí para este songfic)
Cuando terminó de cantar sus compañerosestaban muy asombrados pero aplaudían, aunque Cho estaba que se moría delcoraje y la envidia.
La castaña había conseguido salirde su anterior shock para sumirse en uno más profundo, aunque de maneradiferente porque antes se había conmovido, sentido lastimosamente culpable antealgo que jamás podría cambiar y que en sus emociones no tenía arreglo; peroahora sus latidos eran acelerados, una intensa e indescriptible alegría sealbergaba dentro de su corazón y las lágrimas contenidas hacía unos minutos salieronfinalmente aunque con un sentido diferente, para poder expresar la dicha
Harrybajó del escenario los chicos le dieron paso formando un camino directo hasta Hermione,por unos instantes se quedaron viendo uno al otro con todo Hogwarts siendotestigo, bueno todos los de séptimo y uno que otro colado de 4to, 5to y 6to.Avanzó hacia ella, sus respiraciones de pronto se habían vuelto lentas
***
Song: A labio dulce
Intérprete: Iskander
***
Hey, acá de regreso en este nuevo año, deseo que se la hayanpasado incre en los festejos.
Este ha sido un capítulo realmente difícil de redactar, cómohacer que su contenido pudiese tener la graduación y a la vez poder plasmar lasdiversas emociones que acontecían en cada uno de los personajes principales, deigual manera no quería que se me escapara nada, así que tuve que dividirlo,ojalá no les moleste, mis sinceras disculpas
***
NOTA: Cuando Harry ve a Hermione bajar las escaleras. Lo sésuena mucho a la típica escena que hay en las movies románticas
Por mencionaralgunas Titanic, She's All That, Cinderella Story
y hasta en Harry Potter4(para mi trauma con Harmony^^) pero no me pude contener las ganas detener la mía dentro de este songfic =^^= cabe señalar que tambiéntomé un poco la idea del libro de Ghost Girl
***
Muchas gracias por sus comentarios, por darse una vuelta y leeresta loca y un tanto cursi historia, por dejarla estar entre sus favo, en seriose los agradezco profundamente.
Anyeli Potter Granger
10 Enero 2010
Ya tomé tanto estoy cansado yo bailar a tu lado,
Un poquito enamorado por estar junto a ti.
Y en esta noche de labios con los ojos cerrados,
Y la gente pasando y tú te acercas a mí.
Y sin pensar dos veces, tu corazón se acerca a mí.
La música es tan fuerte, que yo me acerco para oír.
Estando así, frente a frente, el marrón y el esmeralda conectados, todo a su alrededor pareciese como si hubiese desaparecido, como si sólo ellos estuviesen
Harry acarició la mejilla de Hermione parecía tener la intención de besarla en la boca pero desvió el beso y tiernamente posó sus labios en su frente, ella cerró los ojos soltando una tierna y divertida risita. Un murmullo grupal los hizo salir de esa burbuja, sabían que sus compañeros estaban a la espera de ver un beso apasionado, pero Hermione descifró en la mirada y el gesto de Harry, que él quería recibir una respuesta a la canción, un poco más privada; intercambiaron una sonrisa cómplice cuando vieron la decepción en aquellas caras conocidas. El curioso público comenzó a dispersarse mientras la banda comenzaba a tocar una alegre canción
http://www.youtube.com/watch?v=7EJNR-0N0vo
(Es la de Ave María - David Bisbal)
- ¿Quieres bailar? - preguntó el de gafas, tendiéndole su mano.
- No lo haría con nadie más - dijo, tomándosela; Harry la haló hacia él rodeando su cintura y la castaña se acomodó sobre su hombro.
- Estuvo hermosa - susurró en su oído.
- Tú la inspiraste, no podría ser de otra manera -expuso mordiendo traviesamente el lóbulo derecho de su novia, ella soltó una risita más traviesa que la anterior.
- Sabes que es la primera vez que bailamos así, en público - observó el ojiverde, ella besó su cuello, ambos exhalaron una risilla armonizada. Estuvieron bailando un rato más, no se dieron cuenta cuándo la canción cambió, de pronto vieron a su lado a su amigo pelirrojo con la rubia que bailaban animadamente, de una forma un poco alocada, ellos intercambiaron una mirada que claramente supieron lo que pensaba el otro: Ron y Luna
-sonrieron resignados.
Vieronunirse al baile a Colin con Ginny, no sabían con exactitud cuándo ellos habían llegado al festín pero la castaña le sonrió a su amiga.
La pelirroja lucía muy bonita con su suave maquillaje, su cabello sujeto en una coleta, su lindo vestido azul marino estilo romano, de gruesos tirantes, cuello redondo y caída recta hasta la rodilla; se veía más alta con sus zapatillas color plata. El castaño ni se diga, muy guapo con su túnica de gala azul marino, sólo que su camisa era de un azul más claro, y como característica del chico, no traía corbata. Un grupito de chicas de 4to no le quitaban la mirada de encima hasta que se toparon con la fulminante de Ginny, Hermione se rió por lo bajo y luego le guiñó un ojo a la chica Weasley, ésta no dejaba de sonreír de forma pícara, a lo que el ojimiel la miró extrañado y ella lo besó para que no se diese cuenta.
Debes de cuidar, tus labios rosas, que hoy van a besar.
Si me provocas
Debes de cuidar, tus labios rosas, que hoy van a besar.
Si me provocas
A lo largo de la velada el pelirrojo no dejaba de hacer mordaces comentarios
- Leí en un artículo que las embarazadas suben unos 20 kilos a lo largo de su gestación - comentó como por casualidad.
- ¿De cuándo acá lees, Ron? -atajó la ojimarrón.
- Por curiosidad leí la revista que Luna perdió -respondió a la defensiva.
- Al menos ya sabes algo y no serás tan inútil para cuando te toque ser papá -recalcó sarcástica.
- Eso díselo a Harry -contraatacó, el de gafas negó rodando los ojos; la castaña iba a responderle al pecoso.
- ¡Basta los dos! -gritó fastidiada la ojiazul.- Por una única vez en sus vidas podrían llevarse bien, siquiera porque es su graduación o mínimo podrían comportarse porque yo estoy aquí - reprendió Luna, bastante indignada. Ron ante la sorpresa de Hermione y Harry, se quedó callado y su rostro había adquirido un notorio rubor. La rubia sonrió satisfecha y regresó su vista al frente.
En esos momentos la profesora McGonagall subió al escenario
los fuertes murmullos de las conversaciones se redujeron a sólo sonidos de las respiraciones, todos prestaban atención a la subdirectora.
- Buenas noches jóvenes, a nombre del profesor Dumbledore, quien tuvo que ausentarse por unos días del colegio pero mañana en el desayuno de fin de cursos los verá... Quiero desearles que se la estén pasando increíble en esta velada, y tengo que agradecer a quien hizo posible que esta fuera la noche mágica a Miss Lovegood, que nos regaló su tiempo para organizar este evento y fuera el festín de graduación soñado por ustedes
- la profesora parecía un poco seria sin embargo les brindó una sonrisa sincera.
- ¿Tú organizaste todo? - aspiraron sonoramente, Harry y Herm.
- Tenía que hacer algo mientras ustedes estaban dormidos en la enfermería, ¿verdad? - dijo con una suficiencia, traviesa.
- Por eso estabas en el aula cuando Mcgonagall nos estaba diciendo todo este rollo de la graduación - concluyó Ron, contrayendo sus cejas. La rubia se sonrió aún más.
- La señorita Lovegood me pidió un espacio para decirles sobre
¿una sorpresa? - finalizó un poco intrigada, porque ni ella sabía de qué se trataba aquello. Luna se puso de pie ante el desconcierto de su novio y amigos; la castaña contrajo el entrecejo al ver que su amiga caminaba descalza. Cuando la rubia llegó al escenario la profesora le cedió el micrófono, su expresión era risueña, como si hubiese estado aguantando mucho porque llegase este momento, y a la percepción de Hermione sus compañeros de grado lucían un poco nerviosos.
- Hola chavos, como ya habíamos quedado de acuerdo- hizo énfasis en la última palabra - los de séptimo van a bailar un tipo "vals", costumbre en las graduaciones del mundo muggle, y como también me habían prometido, van a aceptar sin replicas la música que elegí ¿eh? No importa que no sea perfecto, sólo déjense llevar por la melodía -les guiñó un ojo soltando una risita divertida, luego le entregó de nuevo el micrófono a la profesora McGonagall, se bajó del escenario y llegó hasta su mesa dando pequeños saltitos.
http://www.youtube.com/watch?v=8gyOcewpv2g
(La melodía se llama Luna de París - Raúl Di Blasio)
Una alegre melodía, comenzó a escucharse
Los chicos de séptimo comenzaron a bailar por parejas De Gryffindor Seamus con Lavender, Dean con Parvati, Neville con Agnes Ketteridge, la chica Hufflepuff; y de esta casa estaban Ernie Macmillan con Hannah Abbott, Justin Finch-Fletchley con Susan Bones. Los Ravenclaw Anthony Goldstein con Padma Patil, Terry Boot con Lisa Turpin, y Michael Corner con la odiosa de Cho Chang. Los Slytherin desde el principio se negaron a participar. Aunque la castaña vio que Pansy y Draco entraron al salón, y se unieron al baile, lo que tranquilizó a la ojimarrón, que comenzaba a sentirse culpable por si la canción que le dedicó el rubio le hubiese amargado la noche, o peor, le hubiese costado el noviazgo.
Harry tomó de la mano a Hermione, ella con una radiante mirada lo siguió, llegaron a la pista, rodeó su cintura guiando el ritmo, como si fuese un experto; lo que realmente estaba haciendo era dejarse llevar como había dicho Luna. La ojiazul había casi obligado al pelirrojo para que se pusiera de pie y la siguiera
- Oye, pero yo no sé bailar esa música - objetó, tenía una expresión angustiada y un rubor contrastado con un poco de palidez por el nerviosismo.
- Déjate guiar por mí - rió traviesa, tomó su mano izquierda con la derecha de ella, y puso su mano izquierda sobre el hombro derecho de Ron, él finalmente posó su mano libre sobre su espalda.
- Por eso andabas tan sospechosita, los demás ya estaban advertidos, y yo que soy tu novio ni siquiera
-comenzó con un tonito de reclamo, pero la chica lo silenció con un beso. Sin darse cuenta el pelirrojo había rodeado la cintura de Luna y la estaba cargando.
- ¿Sabes qué es lo mejor de tener un novio tan alto y fuerte? - soltó la pregunta, tomando de sorpresa al pecoso.
- ¿Qué? - entornó sus ojos azules intrigado.
- Que puedo bailar sin tocar el piso - respondió riéndose.
- Qué bueno que tú ibas a guiar -observó con un tonito de sarcasmo pero divertido.
- Yo sabía que ibas a encontrar el compás - hizo un gesto pícaro, volviendo a besarlo.
- ¿Y sabes qué es lo más lindo de tener una novia así de chiquitita y delgadita? -susurró cerca de sus labios.
- ¿Qué? - esta vez ella lo miró curiosa.
- Que puedo hacerla girar así - entonces comenzó a dar vueltas entre las risas de la rubia.
Disfrutaron de un rico banquete, de las fotos que Colin les tomó, de más música para bailar; luego el vocalista de la banda de "Las Brujas de Macbeth" hizo un anunció:
- Antes de interpretar la siguiente canción quiero decirles que la señorita Granger se las dedica a esta generación - todos aplaudieron, regresando a ver a la castaña.
http://www.youtube.com/watch?v=d-FfEs6xQ4g
(Clip del Trío Dorado de Hogwarts con la song: I'll Be There For You-The Rembrandts)
La banda tocó la rola y entonces los estudiantes armaron su alboroto, Harry apartó a su novia de la desenfrenada multitud, para que no la fuesen a lastimar
- ¿Te gusta? - preguntó mordiéndose el labio inferior, sus ojos marrón brillaban alegres. - Porque en realidad te la dedico a ti, a Ron y a Luna
que al parecer desaparecieron - añadió, buscándolos con la mirada.
- Adoro ese gesto tuyo - expuso el pelinegro, acariciando sus labios; la chica soltó una risita y sus mejillas se ruborizaron.
- ¿Quieres salir? - la invitó, ella asintió.
Te voy a besar los ojos,
Te voy a tomar del pelo,
Te voy a hacer llorar, de un beso.
Tomarás fuerte mi mano,
Y te voy a besar.
Y la noche se nos irá dando y al final,
Me siento en la banqueta, voy a tropezar.
No sé sin son tus besos o bebí de más,
No sabe el corazón.
Pero yo he de comprobarlo,
Si tus besos me ponen borracho.
Salieron a los jardines, los cuales estaban tenuemente iluminados por unas lucecitas doradas colocadas con magia sobre los arbustos. Cerca del lago se encontraron al pelirrojo y la rubia, Harry y Hermione se sentaron a su lado en una banca de cemento que estaba justo debajo de su Haya favorita.
Después de un rato el de gafas y la castaña se pusieron en pie pues era algo incómodo estar los cuatro allí sentados, con el espacio bastante limitado, y sin decir nada sólo viéndose e intercambiando vacilantes sonrisas como esperando a ver quién comenzaría a hablar; aunque era una escena muy chistosa de ver. Luna y Ron se quedaron sentados, la rubia recargó su cabeza en el hombro de su novio, mientras observaban la luna; que esa noche estaba llena y más esplendorosa que nunca, mostrando un reflejo bello en el espejo del agua e iluminando la noche estrellada. En cuanto a sus amigos
la castaña se había recargado en el tronco y Harry se apoyaba en su brazo para observarla. Estaba muy cerca de ella, jugando con sus rulos, acariciando su tersa mejilla, la cual estaba sonrosada y muy tibia. Hermione no podía evitarlo siempre que él hacía ese gesto, ¡y a él cómo le encantaba hacer eso!
Lentamente se acercó para besarla, primero respiró su aliento; ella soltó una risita graciosa y entrecerró los ojos con un brillo muy especial en ellos. Reacción que solía ya ser costumbre cuando él estaba así de cerca, Harry sonrió satisfecho de continuar provocándola. Fue entonces que apresó sus labios entre los suyos, tomándola por la cintura pegó más su cuerpo; ella cerró los ojos completamente y él imitó la reacción. Comenzó como un inocente beso que fue tomando intensidad hasta el punto que su respiración comenzaba a tener dificultad para absorber oxigeno. Pero eso no fue lo que ocasionó la separación, ni siquiera el grito burlón de Ron, que exclamó: ¡Ya comételo! - Sino fue cuando el chico dejó de besarla emitiendo un sonoro resuello, pues tenía la sensación de haber sufrido un fuerte vértigo. Queriendo disimular para no alarmar a su novia regresó a ver fulminante a su amigo pero descubrió que no lo podía enfocar bien pues lo veía borroso, y estaba seguro que aún tenía las gafas puestas. Además, sí aceptaba que las primeras veces que había besado a Hermione de aquella manera al separarse se sentía un poco falto de aire y algo mareado pero ahora no comprendía por qué en lugar de disminuir había aumentado esa reacción de su cuerpo. Intentó caminar pero se tambaleó como si estuviese a punto de caerse.
- ¿Estás bien? -preguntó preocupada Herm.
- Un poco mareado - confesó finalmente. Ron y Luna se habían acercado de inmediato.
- Ya se enfermó - opinó con presura el pelirrojo, la rubia se limitó a mirarlo evaluadoramente.
- ¿De qué lo contagiaste? - reclamó horrorizado exageradamente, viendo a Hermione como si tuviese varicela; ésta le lanzó una mirada envenenada sin embargo no le dijo nada.
- No estoy enfermo - se apuró a aclarar el de gafas.
- Sólo que todo me da vueltas -añadió, ahogando un eructo que avecinaba prontas ganas de vomitar.
- Entonces estás borracho -concluyó con una sonrisa burlona, Ron.
- ¡Sabes que el no bebe! - puntualizó molesta, la castaña.
- Entonces los besos de Hermione son los que te emborrachan - resolvió riendo ahora sí sin disimulo.
- ¡Ja, ja muy chistosito, Ronald! - la ojimarrón no le seguiría soportando sus comentarios burlones, el pecoso sonrió ingenuamente. Harry había cerrado los ojos para tratar de reponerse, recargado un poco en el hombro de su novia. Luna rió por lo bajo, creía con certeza haber descubierto la causa del mareo de su amigo ojiverde. Recordó que ella y Hermione habían leído en una de las revistas de maternidad sobre un reciente descubrimiento en el cual estaba comprobado que en la saliva que se pasaban cuando se besaban contenía sustancias que podrían provocar síntomas en él iguales a los de la embarazada. Más si él estaba tan involucrado en el embarazo. Su sonrisa se amplió, y regresó a ver a la castaña
- Herm, creo que deberías explicarle a tu novio que se vaya acostumbrando a esos mareos, y también a las nauseas -aconsejó la ojiazul; Harry buscó la mirada de Hermione, algo asustado.
- ¿Es normal? -respingó el pelirrojo, quien había dejado de sonreír y tomado seriedad con una expresión en el rostro de aterramiento.
- Claro -asintió la ojimarrón, los dos chicos la miraron entre sorprendidos y escépticos; aunque Harry algo más estremecido. Hermione les explicó a él y a Ron lo que Luna recordó.
- Ah vaya, sí que los muggles son unos genios. Tienen una explicación lógica para todo, hasta para la magia; aunque aún la continúan llamando algo sobrenatural. ¡Pobrecitos! -comentó burlonamente el pecoso. Los tres rieron, aunque nadie más que Luna, a quien sus ojos azules se le llenaron rápidamente de lagrimitas y su rostro enrojeció, faltándole el aire por la prolongada risa. Mientras repetía con voz entrecortada - ¡Sí
pobrecitos
! - Harry y Hermione intercambiaron una mirada con una contrariada sonrisa, seguían sin entender cómo es que la rubia encontraba los comentarios de su novio demasiado graciosos; no podían negar que lo eran, pero no como para hacerlos reír tan escandalosamente.
Pasado el extraño suceso Harry era el único que estaba sentado en el banco, su novia y amigos permanecieron de pie; observándolo como si pensasen que pronto se desmayaría por fin, cosa que no le agradaba mucho
Hermione le acomodaba un mechón e intentaba arreglarle el cabello.
- Vamos Hermione, si en los dieciocho años que casi tiene
y en siete de conocerlo
no se le ha aplacado ese cabello. No se lo domarás en una noche- puntualizó el pelirrojo con una sonrisita bastante socarrona, la castaña lo ignoró.
- Luce divino - opinó Hermione una vez que aparentemente había vencido al rebelde cabello de su novio, logrando un aspecto más o menos decente.
- Luce como niña - señaló despiadadamente Ron.
- ¿Eh? - Harry lo miró ofendido.
- ¡¿Qué?! -la ojimarrón lo miró con peligrosidad.
- ¡Ronald! -reprendió la rubia, pero éste no se inmutó y continuó exponiendo lo que pensaba.
- Te aprovechas de que eres mayor que Harry, y por eso lo dominas - señaló.
- ¿Me estás insinuando que estoy vieja? -Hermione se cruzó de brazos y se acercó con una mirada amenazante.
- Si así lo entiendes -sostuvo el ojiazul, Luna le dio un severo codazo.
- Vamos Ron, no empiecen - intervino Harry. - Y qué si ella es mayor diez meses, eso no tiene nada que ver
- soltó, luego se dio cuenta que acaba de meter la pata.
- ¡¿Qué?! - Hermione se detuvo a unos pasos de casi estrangular a Ron para regresar su vista sorprendida y dolida hacia el ojiverde.
- Ups
qué conste que él lo dijo - Ron retrocedió dos pasos sin dejar de sonreír con burla, pero preparado para huir de ser necesario del alcance de su amiga. Sin embargo la reacción de la castaña fue desconcertante en vez de atacar a su pelirrojo amigo se dio la vuelta, con lágrimas en los ojos. Harry se recriminó a sí mismo por su absurdo comentario, y de inmediato la siguió; no sin antes lanzarle una mirada aniquilante a su amigo, aunque no peor de la que le lanzó la rubia a él.
- Bien hecho, Ronnie -acentuó indignada la ojiazul.
- ¿Qué?, es la verdad
Además él lo dijo - se encogió de hombros sin sentir culpa, la chica chasqueó la lengua en desacuerdo y se marchó.
- Lu
Luni
¡Luna! - la llamó consternado.
- Si la finalidad era que ellos se fueran, no tú -dijo cuando la alcanzó, tomándola por los hombros.
- Buenas noches, Ronnie. Que duermas bien en compañía de tu almohada -terció subrayando las palabras, aún mantenía el ceño fruncido y los brazos cruzados; entonces apresuró el paso.
- Lu, pequeña
-dijo quedándose con un palmo de narices.
Te voy a besar los ojos,
Te voy a tomar del pelo,
Te voy a hacer llorar, de un beso.
(Te voy besar)
Tomarás fuerte mi mano,
(Te voy a tomar)
Si me provocas.
Te voy a besar los ojos,
Te voy a tomar del pelo,
Te voy a hacer llorar, de un beso.
Tomarás fuerte mi mano,
Y te voy a besar, a labio dulce.
- Pobre Ron, dormirá bastante mal esta noche - comentaba Harry quien los había escuchado porque sólo se habían alejado de ellos una corta distancia.
- Pues no será el único - sentenció la castaña.
- Cómo dices
-respingó.
- Gracias, por defenderme -ironizó con reclamo.
- Herm, sabes cómo es Ron, y sus comentarios fuera de lugar - intentó tranquilizarla.
- Sí, pero esperaba que me defendieras no que me hundieras más -reprochó.
- Toda la noche lo hice -señaló.
- Y toda la noche él se la pasó molestándome -recordó molesta.
- Entonces por qué te quejas, si ya te deberías haber acostumbrado -exhaló resignado.
Ella lo fulminó con la mirada y sin decir nada continuó caminando a zancadas hacia el castillo.
- Vamos Hermione, no lo dije con esa intención
Mi madre también era mayor que mi papá, y eso no marcó la diferencia entre ellos. Además a mí no me importa cuántos años seas mayor que yo - iba diciendo detrás de ella.
- Ah
¿Ahora son años? - chilló realmente afectada.
- ¡Ay no! - el pelinegro se dio un golpe en la frente.
- Ya no digas nada, mejor vete a buscar a tu amigo Ronald, así se harán compañía - le gritó con lágrimas en los ojos. Pero el de gafas la había tomado entre sus brazos, acomodándola contra su pecho y llevándola al interior del castillo.
- ¡Ey! - protestó. - ¡Harry, qué haces! ¡Bájame! - pataleaba sin conseguirlo. Luna, que había escuchado los gritos de su amiga, se apresuró para alcanzarlos con la intención de atacar al ojiverde.
- ¡Ey suéltala, salvaje! - ordenó.
- Luna, ven acá - el pelirrojo la tomó del brazo y sin darle tiempo la cargó hacia él sobre su hombro.
- ¡Ronald Bilius Weasley, bájame ahora mismo! - reclamó, dando golpecillos con sus puños sobre su espalda.
- No, Luna Lovegood de Weasley - dijo sosteniéndola mejor, los golpecitos de la rubia no parecían perturbarle. La bajó hasta que estuvieron en un punto desde donde se podía avistar el sauce boxeador.
- Ellos tienen sus problemas que arreglar y los nuestros es que intervenimos en los de ellos - observó seriamente.
- Tú siempre le das la razón a Harry y te encanta llevarle la contraria a Hermione -objetó la ojiazul, respirando agitadamente.
- Y a ti te encanta ponerte de lado de tu amiga y pasar a fastidiar a mi amigo. Así que está decidido, no nos meteremos más en sus rollos
En este momento sólo pensaremos en nosotros - determinó, la tomó por el rostro y la besó de forma dulce.
***
Song: A labio dulce
Intérprete: Iskander
***
Hola, aquí les traigo la continuación del cáp anterior
¿Me tardé? Sí lo sé, ay sinceramente ya no sé en qué día vivo, apenas me estoy medio recuperando de una fuerte gripe ¬¬
Ojalá les guste el episodio, me divertí mucho imaginándolo ^^
Sobretodo el final, a partir de que están en el lago.
***
Capitulito dedicado a mi amigui Rosalie Bell, porque hoy es su noche soñada de graduación ^^
***
Espero darme prisa con el siguiente capítulo
y nos leamos prontito, oks
Muchas gracias por sus comentarios, en serio que son vitales para mí, también agradezco desde el fondo de mi corazoncito que se den tiempo para leerlo y por darle la oportunidad de colarse a este crazy songfic entre sus favo^^
Anyeli Potter Granger
30 Enero 2010
45
One Better
[Esto sucedió justo después de que Draco terminó de cantar Time it's the healing a Hermione]
***
Pansy salió corriendo con los ojos llenos de lágrimas después de que Draco le cantara una canción a su ex-novia, Hermione. La chica de la que siempre había tenido celos, y muy a su pesar, temor; porque tal vez el ojigris hubiese vuelto a su lado sin embargo estaba segura que a cualquier oportunidad por pequeña que fuese de volver con la castaña Gryffindor, éste no dudaría en romper su noviazgo. Por mucho que a últimas fechas le repetía que sólo le interesaba estar junto a ella; una mentira piadosa que quizás él ya se estuviese comenzado a creer pero a Pansy no le convencía, ¿y luego esta evidencia? esto sólo venía a ratificar su miedo.
- ¡Pansy, espera! - llamó el rubio, que la había seguido. La chica se había detenido en la entrada del castillo respirando agitadamente, lo ignoró y continuó corriendo sin detenerse hasta que llegó a la fuente del patio donde él logró alcanzarla, tomándola torpemente por el brazo.
Give me half a chance
Dame una oportunidad
I'll make you understand
Y te ayudaré a entender
That what I got to give
Que lo que tengo para dar
Is so much more than this
Es mucho más que esto
Than you'll ever know
Más de lo que nunca sabrás
Ella volteó pero sin verlo, su mirada estaba clavada en el piso y su rostro era parcialmente cubierto por su castaño oscuro cabello.
- ¿Para qué querías que me quedara? ¿para seguir siendo humillada?- ironizó.
- No fue mi intención humillarte, sólo que tenía que hacerlo -expuso sincero, sin soltarla del brazo. Pansy mantenía los ojos casi cerrados, respiraba pausadamente y al oír estas palabras soltó una sarcástica risilla.
- Ah
tenías que seguir arrastrándote delante de esa
sangre sucia -espetó con la voz llorosa, indignado reprobó sus palabras; pero en ese instante ella lo encaró, pudo ver sus ojos color chocolate cristalinos, los cuales en el contorno al igual que su nariz tenían un fuerte color rojizo.
- Pansy, por favor
- pidió, la chica se jaloneó, nuevamente su cabello cubrió su cara y su mirada se fijó en el agua que brotaba de la fuente.
- Lo debía hacer porque es mi forma de dejar atrás lo que alguna vez sentí por ella. Para poder continuar con mi vida, a lado tuyo
-explicó, se atrevió a tomarla por la barbilla buscando su mirada.
I don't say what's on my mind
No digo lo que hay en mi mente
But you'll find this out in time
Pero algún día lo averiguarás
Don't always open up
Pues no está siempre al descubierto
I'm not quick to trust and let someone inside
No confío fácilmente y dejo que alguien entre
A Pansy este roce le provocó sensaciones agradables en la piel
- ¿De verdad quieres estar conmigo? - murmuró con un tonito de incredulidad, aún sin verlo.
- Sí - dijo sin titubear, algo dentro de él no tuvo dudas al pronunciar aquella determinante palabra.
- Lo dices tan seguro
pero resulta muy peculiar tu forma de demostrarlo - lentamente volteó hasta encontrarse con sus ojos.
- Te dije que tenía que hacerlo - repitió, sus pupilas grises temblaron al ver vulnerabilidad en las color chocolate.
- No me refiero sólo a la canción... Es todo, tu comportamiento, puedes estar diciendo que estarás a mi lado el resto del tiempo. Pero tus gestos, siento tus besos tan vacíos
tu mirada lejana, tus caricias que a veces me resultan frías
- exteriorizó lo que desde hace tiempo venía consumiéndola.
El rubio se quedó sin aliento, tragó saliva y admitió para sí mismo que todo aquello había sido su escudo, sobre todo para no mostrarse delante de ella, que podía ser quien mejor lo conocía. Ella continuó viéndolo, analizando su reacción.
- Sabes que no soy alguien que confía fácilmente en los demás
- declaró, cubriendo sus ojos con sus rubias pestañas.
- Confiaste fácilmente en ella - señaló con un modo de reproche y a la vez dolido, él soltó un profundo y decisivo suspiro.
I've got a lot to learn
Tengo mucho que aprender
Never felt this way before
Nunca antes me había sentido así
But I gotta say what's right for me
Voy a ver lo que está bien para mí
You should know that I can
Debes saber que puedo
Be more than you will ever need
Ser más de lo que nunca necesitarás
I'll show you something new to see, yeah
Te enseñaré algo nuevo, sí
I'll be one better you can believe
Seré la persona que tú puedas imaginar
I'll be one better, yeah
Seré alguien mejor, sí
I'll be one better
Seré alguien mejor
Entonces la tomó de la mano y la colocó sobre su pecho, a la altura del corazón.
- ¿Qué haces? - exclamó sorprendida, aunque sin retirar su mano. Él clavó sus ojos directamente en los de ella, Pansy sostuvo su mirada.
- Pero tú has entrado aquí, de una forma tan rápida que a mí mismo me tomó desprevenido
porque a pesar de lo que nuestros padres nos hicieron creer que somos, tenemos un corazón capaz de concebir un sentimiento noble -confesó, su respiración había sido lenta. Ella lo vio impactada
Draco bajó su mano, manteniéndola unida a la suya llevó a Pansy para sentarse en la orilla de esa fuente. La chica se dejó guiar, aún sin pronunciar palabras permitió que él continuase hablando, necesitaba escucharlo
El ojigris apretó su mano y puso ambas sobre su propia rodilla.
- Tengo mucho que aprender de esto que se nos ha presentado, de esta hermosa forma de ver la vida. Nunca antes me había sentido así, y sé que estar a tu lado está bien, que me hará ser mejor
- a Pansy esas palabras le inundaron el corazón de calidez, él jamás se había referido a lo que estaban pasando como algo hermoso; sus pupilas color chocolate tuvieron un brillo especial y por sus venas recorrió esa calidez.
- Sobre todo después de lo que pasó con mi padre, y con el tuyo
- dijo forzándose mucho, aunque por dentro sintió una punzada en el corazón. Pansy se movió incómoda y el radiante brillo se esfumó de sus ojos.
- ¡Draco, no me gusta hablar de eso! - protestó soltándolo y poniéndose de pie le dio la espalda con los brazos firmemente cruzados, su mirada se había llenado de lagrimitas y con el dorso de su mano izquierda evitaba que se escaparan más allá del contorno de sus ojos. Draco se incorporó también, pero se detuvo justo detrás de ella
juntó sus manos y comenzó apretarlas con ansiedad.
- Pansy tienes que aceptarlo, nuestros padres están en Azkaban porque se unieron al Señor Tenebroso, y sabes de sobra que me querían obligar a llevar su marca
- dijo sintiendo cómo un nudo se formaba en su garganta, su mano izquierda clavó sus uñas sobre su mano derecha; respiró con profundidad y continuó cambiando el tono de sus palabras. - Pero lo que nuestros padres son no nos convierten en ellos
-añadió, por fin venciendo la barrera de sus propios deseos, posó sus manos sobre los hombros descubiertos de su novia y dio un paso para estar más cerca de ella. La chica tragó un respingó y sintió una descarga eléctrica cuando aquellas manos tocaron su piel, cuando percibió el calor que emanaba la cercanía del cuerpo de Draco.
- Tal vez piensas que me aferro a este compromiso, que lo veo como una obligación
estás insegura por lo que te dije hace tiempo, cuando te eché en cara lo del trato hecho por nuestras familias cuando éramos pequeños - Pansy volteó a verlo con el asombro reflejado en sus pupilas chocolate , porque él había descifrado sus miedos.
- Sé que en un principio detesté esto, que te juzgué por dejarte enredar por ese absurdo trato de nuestros padres
me parecía aborrecible el hecho de que sin tomarnos en cuenta nos hayan comprometido en matrimonio, sin pensar de quién realmente nos querríamos enamorar cuando creciéramos
Aún peor, que desde pequeña tú te hiciste a la idea y te obligaste a "amarme" - continuó, manteniéndole la mirada; pero ella regresó a ver hacia a un lado y puso su atención en el agua que se acumulaba en la fuente.
You've seen some falling stars
¿Has visto estrellas fugaces?
You felt a broken heart
¿Has sentido un corazón roto?
Time is all it takes
Sólo necesito tiempo
Learn from my mistakes
Para aprender de mis errores
Know exactly what you are
Para saber cómo eres exactamente
But I can't hang on the side
Pero no puedo seguir así
I've had enough of all these fights
Ya he tenido bastante con todas estas luchas
Draco parpadeó e inhaló aire profundamente, lo que a continuación diría tal vez lastimara a Pansy, a él mismo le dolía
por una parte recordar que le rompieron el corazón y por otra por haber roto el de Pansy en el proceso. Sin embargo tenía que mencionarlo para así continuar con sus planes, carraspeó y habló.
- En cambio yo me enamoré de Hermione, y cuando ella rompió conmigo me aproveché de lo que sentías por mí para olvidarla
- retiró sus manos de esos finos hombros, quiso verla de frente pero la chica mantuvo su mirada en el agua.
- No sé cómo es que tú definirías el amor, pero si hay algo que en este tiempo he descubierto es que eres capaz de amarme tal cual soy
Alguien frío, irónico, burlón, simple y un poco malvado
- finalizó sonriendo entre sarcástico y pícaro. Fue en ese momento que Pansy regresó a verlo, y negando también sonrió.
- Draco sé perfectamente quién eres y cómo eres, te conozco desde hace tanto
y aún así con todo y tus defectos aunque pienses lo contrario, Te Amo - expuso, tomó sus manos y tuvo intención de besarlo, él rozó sus labios cuando la chica se alejó y se abrazó a sí misma.
- Yo siento que también estoy comenzando amarte - declaró, acercándose a ella y tomando nuevamente sus manos.
- Desde que éramos niños me caías bien porque sentía que vivíamos lo mismo, porque tus padres son como los míos y veía que sufrías como yo, en silencio
Pero después, cuando aceptaste salir conmigo creí que lo hacías por ese estúpido acuerdo y te odié
-confesó, las pupilas color chocolate se dilataron y ella tuvo intenciones de soltarlo, pero él la sujetó impidiéndoselo. - Ahora dejando atrás todo aquello quiero que empecemos de nuevo, tú ya sabes cómo soy pero yo quiero conocerte realmente
Que ambos mostremos lo mejor de nosotros y ver hacia dónde podemos llevar esta relación - agregó, acariciando su castaño oscuro cabello que le llegaba un poco más abajo del hombro; Pansy pestañeó sorprendida, él sonrió pícaramente.
- Si pudieras pedir un deseo ¿cuál sería? - dijo sin quitar esa sonrisa, y sus ojos grises se entrecerraron esperando la respuesta.
- Lo que más deseo ya lo tengo conmigo - llevó sus brazos a rodear su propia cintura, y su sonrisa fue el perfecto reflejo de la sonrisa que mantenía Draco, mientras sus pupilas chocolate tuvieron un brillo resplandeciente.
- Tienes razón, pero yo puedo ayudar a que sea más real - los ojos grises brillaron traviesamente, la chica hizo una mueca intrigada.
- Espera, ahora regreso - pidió con tono misterioso.
- Ey - musitó entre asustada y a la vez curiosa.
- De verdad, ahorita vuelvo - le guiñó un ojo, ella sorprendida pero más tranquila se sentó en la orilla de aquella fuente mientras Draco entraba nuevamente al castillo.
Pansy se quitó las zapatillas plateadas y metió sus pies en aquella agua que desde hacía rato llamaba su atención, el agua sorprendentemente estaba tibia. Alzó la mirada y sus ojos contemplaron el firmamento que se mostraba con brillantes estrellas, la resplandeciente luna que proyectaba sus rayos sobre ella; el aire sereno de la noche rozó su sedoso cabello
jugando con sus pies a hacer círculos en el agua de pronto vio cómo una estrella fugaz cruzó el cielo.
- Si pudieras pedir un deseo ¿cuál sería? - repitió la voz del rubio en su mente. Pansy cerró los ojos y sonriendo dijo para sí misma.
- Quisiera que Draco me cantara una canción - la sonrisa se extendió por sus labios. Apenas concluyó su pensamiento cuando la voz de Draco la hizo abrir los ojos, un poco sobresaltada por tomarla de sorpresa, y más al ver que él sostenía entre sus manos una guitarra; sin fijarse resbaló y cayó dentro de la fuente.
Gotta give to you
Voy a darte,
Gotta get this through till you realize
Voy a conseguirlo completamente hasta que te des cuenta
I've got a lot to learn
Tengo mucho que aprender
Never felt this way before
Nunca antes me había sentido así
But I gotta say what's right for me
Voy a ver lo que está bien para mí
You should know that I can
Debes saber que puedo
Be more than you will ever need
Ser más de lo que nunca necesitarás
I'll show you something new to see, yeah
Te enseñaré algo nuevo
I'll be one better you can believe
Seré la persona que tú puedas imaginar
I'll be one better, yeah
Seré alguien mejor
- ¡¿Pansy, estás bien?! - gritó alarmado, de inmediato corrió en su auxilio, puso la guitarra en el piso a un lado de la fuente y le tendió la mano para ayudarla a salir. La chica entre el susto y la sorpresa soltó una risita divertida y asintió. Aunque ya afuera titiritaba porque su corto vestido negro estaba empapado; retorció la parte de abajo del vestido que eran holanes de organza, pero la seda que formaba la parte superior absorbió demasiada agua. El rubio lo solucionó con un hechizo, aunque no estuvo demás que se quitase su elegante túnica color negro y se la pusiera a ella como abrigo.
- ¿De verdad te encuentras bien? - preguntó aún preocupado.
- Sí, es que estaba distraída
- fijó sus ojos en el piso, no había sido su alucine él había vuelto trayendo una guitarra consigo.
- ¿Para qué trajiste esa guitarra? - inquirió curiosa, aunque su corazón había comenzado a acelerarse emocionado.
Draco carraspeó, invitó a Pansy a sentarse, tomó la guitarra del suelo y subió su pierna derecha sobre el borde de la fuente para recargar la guitarra. Humedeciéndose los labios le dedicó una amplia sonrisa a la chica...
- Verás
no es que te esté comparando con Hermione, de ninguna manera
Sólo que a ti también te escribí una canción, muy distinta a la que escuchaste allá adentro - explicó, de pronto sus labios habían comenzado a moverse con ansiedad. Pansy se quedó sin aliento, es más no supo si estaba sonriendo o si sus pupilas color chocolate en verdad demostraban lo que en esos momentos estaba sintiendo. Sólo podía ver aquellos hermosos ojos grises, ese tan bien peinado y a la vez rebelde rubio cabello ondeando con la ráfaga del suave viento, esas mejillas que originalmente tienen un tono pálido ahora mostraban un encantador rubor. Draco bajó la mirada para concentrarla y comenzar a tocar
http://www.youtube.com/watch?v=3ys37GGhR_8
[If I could be anywhere - song de Tom Felton]
Continuamente la regresaba a ver, asegurándose de cruzar su mirada con la de ella. El corazón del ojigris bombeaba la sangre de una forma que si pudiera explicarlo sería como si la felicidad fuera líquida y recorriera sus venas. Los latidos que emitía el corazón de Pansy podían escucharse al ritmo de la balada que él cantaba. Cuando terminó de cantar se quedaron viendo con sonrisas cómplices
de pronto el rubio se sentó a su lado y sacó algo del bolsillo de su pantalón color gris oscuro.
- Draco qué
- titubeó desconcertada.
- Es para ti - dijo tendiéndole un sobre de pergamino. La chica lo tomó y mientras lo abría miraba al ojigris intrigada.
- Es la letra de la canción y
- comenzó pero antes de terminar un objeto pequeño cayó en la palma de la mano de Pansy, los ojos color chocolate miraron con sorpresa, misma que sus labios demostraron.
- Es un anillo
- apenas pudo exhalar; la sortija era de plata formada por tres cuadros de diferentes tamaños, el de en medio era una esmeralda rodeada por triangulares diamantes incrustados en los otros dos cuadros.
- Me gustaría que lo llevaras siempre, no importa cuándo decidas que es el momento para casarnos - dijo, tomando de la mano derecha de la chica el anillo y deslizándolo en su dedo anular izquierdo.
- ¡Por mí mañana! - exclamó con voz ahogada pero llena de entusiasmo. - Aunque prefiero que sea cuando ambos lo decidamos
juntos, porque en verdad lo deseemos - culminó, sonriéndole. Sus castaños ojos iluminados fueron el motivo de Draco que lo impulsaron a tomarla de ambas mejillas y besar aquellos dulces labios color rosa coral.
I won't back down
No voy a renunciar
(No never, no never)
No nunca, no jamás
You don't have to be alone
No tendrás que estar sola nunca
Girl alone oh no
Nunca sola, oh no
Cuando se separaron las largas pestañas de la chica estaban humedecidas y sus ojos chocolate brillaban más radiantes que nunca; el rubio se preguntó cómo es que no había notado antes que Pansy poseía los ojos más hermosos que en la vida había visto. Ella pestañeó un par de veces, él acarició sus ruborizadas y cálidas mejillas y mantuvo su sonrisa mientras la observaba.
- Voy a estar a tu lado
y no porque esté obligado a hacerlo sino porque mi corazón así me lo pide- aquellas palabras provocaron que Pansy derramara lágrimas de felicidad, él las limpió y continuó diciendo. - Estando contigo todo es tan distinto, no importa la porquería en la que se hayan involucrado nuestros padres y cómo nos hayan hecho creer en esa basura, porque ahora todo estará bien para los dos
Pansy gracias por ser quien hace especial mi vida - entonces la volvió a besar. Se separaron en medio de un suspiro y risitas cómplices. El rubio se pasó los dedos por su rubio cabello como acomodándolo, aunque en realidad estaba nervioso por el creciente sonrojo que se extendía en su rostro. A Pansy este gesto le pareció demasiado sexy y en sus mejillas se acentuó el rubor.
- Creo que ya comenzaron el baile - dijo con tono de casualidad al escuchar una melodía proveniente del interior del castillo. Pansy contrajo sus cejas reflexiva, de pronto una sonrisa se extendió en sus labios y exclamó emocionada.
- ¡Es Luna de París, me encanta esa canción! - brincó y abrazó a su ojigris novio.
- ¿En serio? - masculló contrariado. Ella asintió sin dejar de sonreír y lo jaló del brazo.
- No sabíaa - exclamó un poco distorsionado porque ella lo había arrastrado. Pansy regresó sobre sus pasos de forma precipitada y casi chocan, posó ambas manos sobre el pecho del rubio.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí, pero tenemos toda una vida para descubrirnos - entonces apretó la nariz de su novio y se rió.
- Te lo prometo - dijo riéndose también, mordiendo su labio inferior de forma pícara. Pansy nuevamente lo tomó de la muñeca para entrar pero él regresó por las zapatillas de su novia y la alcanzó sin parar de reírse.
You should know that I can
Debes saber que puedo
Be more than you will ever need
Ser más de lo que nunca necesitarás
I'll show you something new to see, yeah
Te enseñaré algo nuevo
I'll be one better you can believe
Seré la persona que tú puedas imaginar
I'll be one better, yeah
Seré alguien mejor, oh
I'll be one better
(Seré alguien mejor)
I'll be one better
Seré alguien mejor, oh
I will I'll be one better
Seré alguien mejor, oh
Cuando entraron en el gran comedor ella ya tría puestas las zapatillas de tiritas plateadas, y él había recuperado su túnica. Se unieron a sus compañeros de generación que ya bailaban.
- Me gusta la forma en que bailas - halagó Pansy.
- Practicaba con mi madre para esas reuniones de sociedad - confesó, mientras la hacía girar de forma magistral.
- Sí las recuerdo, y jamás te vi bailar en una - evidenció cuando había vuelto a mirarlo de frente.
- Bueno, me reservaba para bailar contigo - dijo con un tonito traviesamente arrogante. Ella soltó una risita negando, y fue cuando se recargó en su hombro sintiéndose tan bien. Sin darse cuenta la canción terminó, el comedor estalló en aplausos para los graduados, segundos después la banda comenzó a tocar otra canción.
http://www.youtube.com/watch?v=xYZG-3jmkQY&feature=related
[Be with you - song de Enrique Iglesias]
A la pista entraron los demás estudiantes, Pansy y Draco iban a volver a bailar cuando una chica de corto vestido negro ajustado a su delgado cuerpo; los abordó.
- ¿Bailamos, Draco? - invitó con una sonrisita provocativamente coqueta, mientras jugueteaba con su lacia rubia cabellera.
- Ay qué simpática es tu hermanita, Daphne - rió sarcástica Pansy, dirigiéndose a su rubia compañera, que estaba cerca acompañada de Blaise Zabini; la aludida la vio con una mueca vacilante. Los ojos chocolate fulminaron a la imprudente rubia menor, cuya mirada azul claro brilló retadora. Draco carraspeó para romper el tenso momento.
- Lo siento Astoria, vine con Pansy
mi futura esposa - se disculpó sonriendo, pero con un tonito bastante altanero, y sumándole que besó la mano de Pansy que mantenía unida a la suya. El níveo rostro de Astoria centelleó de color escarlata.
- Pero dile a Theodore, él no vino con nadie - sugirió, señalando con la mirada a su compañero; sucedía que el chico de cabello castaño oscuro se había acercado.
- Estaba abierto a las posibilidades - dijo con una sonrisa intelectualmente sexy.
- ¿Me permites? - le tendió su mano, invitándola.
- ¡Ni siquiera se te ocurra acercarte, Nott! - gritó la rubia, empujándolo se marchó furiosa; Theo se encogió de hombros y no dudó en seguirla, con una sonrisita de que aceptaba el reto.
- No sé tú, pero yo pienso que pronto seremos familia - expuso Daphne a Nigel Nott, que también se había acercado con Claire Tylor.
- ¿Algo así como primos cuñados? - interpretó Nigel. El grupo de Slytherin 's soltó una risa al unísono. Pero entonces Claire recordó las palabras dichas por el rubio.
- Por cierto Draco
¿cómo es eso de que Pansy es tu futura esposa? -preguntó demostrando una sonrisita intrigante.
El ojigris arqueó una ceja con una expresión petulante mientras alzaba la mano de Pansy mostrándoles el anillo, los demás observaron boquiabiertos. Daphne y Claire soltaron un chillido, emocionadas y se acercaron rodeando a Pansy.
- Ya, en su habitación les cuenta - apremió el rubio, sin soltar de la mano a su novia. Las amigas de la chica refunfuñaron, Blaise y Nigel se rieron y se las llevaron para seguir bailando. Ellos también comenzaron a bailar nuevamente.
- Nunca pensé que Draco Malfoy fuera tan romántico - expuso traviesa.
- Ni yo que Pansy Parkinson fuera tan hermosa en todas sus facetas, hasta cuando aparece ese brillo peligroso en su mirada - señaló, acariciándola a la altura de sus ojos.
- ¡Draco
! - ella iba a protestar pero él la besó por sobre su sonrisa de aparente indignación y sorpresa.
***
[Es la imagen del anillo que Draco le da a Pansy]
***
Song: One Better
Intérprete: Aaron Carter
***
¡Protego! Por si me piensan lanzar hechizos antes de que explique mi ausencia
jeje
Hola a todos, sé que me tengo bien merecido el apodo de cometa Halley, sobretodo porque he tenido abandonado este songfic por casi ocho meses, en los que realmente me han pasado millones de cosas buenas y malas ¬¬
Ojalá les guste este episodio, yo lo adoré porque los protagonistas son Draco y Pansy
No sé si están enterados pero estoy total, completa y absolutamente enamorada del rubio ojigris más guapo del universo mágico^^' Por eso me es súper especial este capítulo, Dransy es una de mis parejas favoritas!!
¿Y si se preguntan de dónde saco tanta miel? jaja pues mi inspiración se llama Carlos Hall ^^ a quien le dedico este episodio y de hecho el songfic completo, él es el Amor de Mi Existencia, y sus ojos marrón son los ojos más hermosos que he visto en mi vida, digo junto con los de mi primita pequeña a quien quiero como mi hija.
Es que somos algo así como Edward, Renesmee y Bella ^^'
****
Agradecimientos:
Rosalie: Amiga lo prometido es deuda, estoy cumpliendo, espero que te guste tanto como a mí porque obvio es Dransy.
Yali: Gracias, mil gracias por tus aportaciones, por tus ideas, por tus consejos, por todo
ojalá te guste mucho porque es un Dransy jaja no se mencionó el Harmony :P es broma jiji
YuliPotterGranger: Sorry por tardar tanto en actualizar, espero que este episodio te agrade ^^'
Y por supuesto, un enorme agradecimiento a todos ustedes que siguen esta crazy historia, mil tanx por su tiempo.
Please me dejan sus comens, son vitales para mí.
Ahora sí lancen los hechizos que quieran ¬¬
Anyeli Hazel Potter Granger
13/Sep/10
46
Just Wanna Be With You
[Sólo contigo quiero estar contigo]
*****
Después de ese dulce beso que le dio Ron a Luna a la rubia se lo olvidó hasta por qué razón estaban discutiendo. Los ojos azules del pelirrojo brillaron con travesura, las pupilas claras de ella fueron su perfecto reflejo, añadiéndole el cálido sonrojo que se mostró en sus suaves mejillas
Ron rió complacido, le encantaba provocar aquella reacción en su novia. Sin darle más tiempo para decir algo la volvió a cargar sobre su hombro, y la chica soltó una risita divertida.
- ¿Se puede saber a dónde vamos? - preguntó, recargando su barbilla sobre sus manos y sus codos sobre la espalda del pelirrojo.
- Es sorpresa, deja de ser tan curiosa - reprendió con un tonito misterioso.
- Lo soy si se trata de mí - puntualizó haciendo un puchero, Ron negó imaginándolo, a pesar de que no podía verla conocía muy bien sus gestos.
- Vamos a la casa de los gritos - descubrió la chica.
- Corrección, nuestro lugar especial - rectificó el ojiazul.
Luna no dijo nada pero una sonrisa acompañó el brillo de sus ojos azules.
I got a lot of things I have to do
Tengo muchas cosas que hacer
All these distractions
Todas estas distracciones
Our future's coming soon
Nuestro futuro pronto
We're being pulled
A hundred different directions
Nos separará a 100 direcciones diferentes
But whatever happens I know I've got you
Pero pase lo que pase sé que te tengo a ti
You're on my mind, You're in my heart
Tú estás en mi mente y en mi corazón
It doesn't matter we are we'll be alright
No importa dónde estemos, está bien
Even if we're miles apart
Incluso si estamos a kilómetros de distancia.
Ron se las ingenió para atravesar el túnel que conducía a la casa sin bajar a Luna
cuando estuvieron fuera de la trampilla se acomodó a la chica de esa manera que acostumbraba cargarla, como si fuese una pequeña tabla de surf. Subieron las escaleras hasta la habitación pero antes de entrar el pelirrojo le pidió que cerrara sus ojos.
- ¿Si te pido que cierres los ojos, lo haces? - preguntó con un tonito intrigante.
- Um
- la rubia hizo una mueca de pensarlo, asintió con una sonrisita y bajó sus rubias pestañas.
- Gracias - él sonrió.
Entraron y el pelirrojo se detuvo a la mitad de la estancia
- ¿Ya puedo abrirlos? - inquirió impaciente.
- Ya
Luna abrió los ojos sorprendida, flotando había una docena de burbujas de cristal que contenían velas y el piso estaba tapizado de pétalos de rosas color azul cielo.
- Ronnie
- balbuceó con las pupilas llenas de lagrimitas, que hicieron lucir el azul claro de una forma encantadora.
- ¿Te gusta? lo hice para celebrar contigo que es mi graduación - dijo ocultando una sonrisita traviesa, colocándola en el piso. Apenas los pies descalzos de Luna entraron en contacto con los tersos pétalos y sintió cómo la emoción recorrió por su piel.
- ¡Me encanta! - exclamó maravillada, entonces un pensamiento la atravesó, la palabra graduación golpeó muy profundo. - Pero
- la felicidad se esfumó en microsegundos.
- ¿Qué pasa, Luni? - preguntó desconcertado, al notarla bajar la mirada. La tomó de la barbilla esperando encontrar sus ojos.
- Es que acabo de darme cuenta que es tu última noche en el colegio
- murmuró con una vocecita delgada y triste.
- Oh
- al pelirrojo la idea también le llegó de golpe.
- No, está bien
no te voy a echar a perder la noche - reprimió un sollozo. Ron negó abrazándola, luego la retiró posando sus manos sobre sus delicados hombros, fijando sus ojos en los de ella.
- Luna, tú jamás me echas a perder nada, por el contrario tú haces que cada día en mi vida sea mágico - declaró, limpiándole una pequeña gotita que se escapó de esos hermosos ojos azules; sin permitirle pronunciar palabra capturó su suave labio superior entre los de él.
- Y no pienses en eso
porque aunque no vayamos al mismo colegio, tú estás conmigo todo el tiempo, aquí
y sobretodo aquí - agregó, con su dedo índice señaló su sien luego tocó su corazón.
- Ron
- las lágrimas no pudieron detenerse.
All I wanna do
Oh, todo lo que quiero hacer
Is be with you, be with you
Es estar contigo, estar contigo
There's nothing we can't do
No hay nada que podamos hacer
Just wanna be with you, only you
Sólo quiero estar contigo, sólo contigo
No matter where life takes us
No importa dónde nos lleve la vida
Nothing can break us apart
Nada nos puede separar
You know it's true
Sabes que es verdad
I just wanna be with you
Sólo quiero estar contigo
Yeah, just wanna be with you
Sí, sólo estar contigo
- Vas a pasar el verano completo conmigo ¿cierto? - dijo rodeando con sus brazos su delgada cintura, estrechándola contra él.
La rubia asintió, su cabello rozó la barbilla del pelirrojo.
- Y no te librarás de mí
porque vendré a verte en todas las salidas que tengas a Hogsmeade. Además, cuando termines el colegio podemos planear
- comenzó con una pícara amenaza.
- Nuestra boda - interrumpió.
- Luna
- el pelirrojo tragó sin aliento, sus ojos azules se abrieron con sorpresa.
- Aunque no prometo saber cuándo será
- negó traviesa.
- Acabas de mencionar la palabra boda junto a nuestra - Ron la miraba, continuaba impactado.
- Te dije que me dieras tiempo - recordó Luna.
- Yo pensaba que iba a ser mucho tiempo y me obligué a no pensar en eso - confesó.
- Pues ya no tendrás que seguir esperando, ya lo pensé bien y sí quiero que nos comprometamos - expuso, respirando pausadamente.
- ¿Hablas en serio? - titubeó el chico.
- Sí, crees que voy a dejarte la oportunidad de voltear a ver a otras y decirles que eres chico guapo libre y sin compromiso - bromeó, aunque su risita fue nerviosa. A Ron, que siempre le gustaba bromear, esto no le pareció tan divertido; a pesar de eso sonrió
entonces la tomó por las mejillas clavando su mirada en ella.
- No me interesa nadie que no seas tú - sus ojos azules brillaron con sinceridad.
- Lo sé
pero Ronald, prométeme que si la conoces serás sincero conmigo - balbuceó, bajando la mirada.
- ¿Luna, y tú? - él la hizo verlo.
- Yo no me fijaré en nadie más - negó rotunda.
- Entonces lo comprendes
- indicó con sus ojos, la rubia se sintió avergonzada por esa tonta insistencia, por ese absurdo miedo.
- Luna, soy joven
muchas veces impulsivo y la mayoría del tiempo actúo como si no me importara nada
pero lo que sí sé y de lo que estoy completamente seguro es que quiero pasar mi vida contigo, no importa cuándo nos casemos lo que me importa es que este sentimiento siga uniéndonos - expresó, su rostro estaba notoriamente sonrojado y movía las pestañas de esa forma que a Luna le indicaba que estaba nervioso pero que decía la verdad.
- ¡Perdóname Ron, yo tampoco tengo dudas
! pero no hemos estado tan separados desde que me pediste ser tu novia que me entró pánico - confesó el motivo de su temor.
- ¿Y yo soy el que se precipita por el miedo? - insinuó, con una sonrisita.
- ¿Piensas que el pedirte comprometernos es precipitarme? - respingó, contrayendo sus rubias cejas.
- No, y te tomo la palabra antes de que te arrepientas - puntualizó, tomando sus manos.
- Comprometiéndonos o no, jamás me arrepentiré de estar contigo -exclamó, abrazándolo.
- ¿Sí recuerdas la promesa de amor eterno que te hice en la torre de astronomía? es irrompible
- dijo besándola en la frente.
- Estamos comprometidos - susurró la rubia, su vocecita se escuchó comprimida porque estaba recargada sobre el pecho del pelirrojo.
- Pero no tengo un anillo para darte, no venía preparado porque te dije que no te pronunciaría la palabra matrimonio - respingó repentinamente.
- Ya tengo un anillo - solucionó la ojiazul, alzando su cabeza.
- Voy a darte uno decente - prometió.
- Este es perfecto - le mostró el curioso anillo que él le había obsequiado un mes atrás.
- Por ahora - subrayó.
- Ronnie lo hiciste tú, por supuesto que es perfecto - resaltó, seguía encantada con esa peculiar sortija.
You know life can be it changes overnight
¿Sabes que la vida puede cambiar cada noche?
It's sunny then raining
Está soleado después de llover
But it's alright
Está bien
A friend like you
Un amigo como tú
always makes it easy
Siempre lo hace fácil
I know that you get me every time
Sé que me consigues cada vez
Leer fonéticamente
Diccionario - Ver diccionario detallado
Through every up, through every down
A través de todos, a través de todo
You know I'll always be around
Sabes que siempre estaré a tu lado
Through anything you can count on me
A pesar de todo puedes contar conmigo
Se separaron y Luna comenzó a observar cada detalle nuevo en la habitación
estaba fascinada con las velas flotando en el interior de aquellas burbujas de cristal, sus pies jugaron con los suaves pétalos de las rosas que resaltaban bajo la luz dorada.
- Son azules - señaló, asombrada.
- Como tus ojos
como nombraste a nuestro lucero - le guiñó un ojo, cómplice.
La rubia se rió tiernamente, para Ron verla reír le hacía sentir una felicidad indescriptible. El chico no se contuvo y la tomó entre sus brazos haciéndola girar, luego cayeron sobre aquella floral alfombra. Luna sobre su pecho, luego él se acomodó para quedar sentados, ella sobre sus piernas.
- Ya elegí el nombre - expuso de pronto, mientras pasaba sus brazos alrededor del cuello de su novio.
- ¿Nombre? - la miró sin entender.
- Sí, de nuestro bebé - dijo con ligereza, esbozando una pequeña sonrisa, con una miradita de apariencia inocente pero con una bien oculta travesura.
- ¿Cuál bebé? - los ojos de Ron se dilataron, y la sangre en sus venas empezó a correr aceleradamente.
- Del que tenemos - soltó una risita, obvia.
- ¿Tenemos? ¡¿Luna estás embarazada?! - dando tremenda exclamación él trató de incorporase.
- Claro que no, bobito
hablo del conejito que me regalaste - lo calmó, su risita se intensificó ante la expresión que había puesto su pelirrojo novio. La respiración de Ron recuperó su ritmo normal, y sus facciones se relajaron.
- Snowflake - pronunció segura.
- ¿Copo de nieve? - arqueó una ceja, dubitativo.
- Um
yo había pensado en algo así como Bunny moon - opinó.
- ¿Conejito de la luna? - Luna se quedó reflexionando.
- Pero Snowflake es perfecto - determinó el pecoso, la rubia negó.
- ¡Ya sé
! ¿por qué no Bunny moon Snowflake? - resolvió.
- ¿Algo largo no crees? - observó el ojiazul.
- ¿Y qué?, tu lechucita se llama Pigwidgeon y le dices Pig - ella se encogió de hombros, no le veía el problema.
- Ese cretino con plumas - Ron gruñó.
- Eres malvado con Pig - señaló, lanzándole una mirada reprobatoria.
- Y gracias a él estaremos comunicados - añadió, recalcando.
- Tienes razón
- el pelirrojo se apenó. La ojiazul sonrió con suficiencia, lo tomó de la barbilla y le dio un tierno beso.
- Está bien, se llamará Bunny moon - asentó, antes de que el chico dijera algo lo volvió a besar.
All I wanna do
Oh todo lo que quiero hacer
Is be with you, be with you
Estar contigo, estar contigo
There's nothing we can't do
No hay nada que podamos hacer
Just wanna be with you, only you
Sólo quiero estar contigo, sólo contigo
No matter where life takes us
No importa dónde nos lleve la vida
Nothing can break us apart
Nada nos puede separar
You know it's true
Sabes que es verdad
I just wanna be with you
Sólo quiero estar contigo
Ron la acomodó lentamente sobre aquellos pétalos, se quedó recargado sobre su codo izquierdo y la observaba jugando con su rubio cabello
pensando que Luna era sencillamente hermosa.
- A ver
¿cómo está eso de que me iba a dormir en compañía de mi almohada? - mencionó, con un tonito de reclamo y la vez travieso.
- Ronald - las mejillas de Luna se ruborizaron fuertemente. Esta vez fue él quien no le permitió decir nada, una vez más hizo presa de los suyos aquellos labios sabor vainilla.
I just wanna be with you
Sólo quiero estar contigo
***
Song: Just wanna be with you
Soundtrack: HSM la graduación
***
Hello Everybody!!!
Pues este cometa Halley aparece nuevamente en menos de una semana jeje
Ojalá les haya gustado este episodio, es un Ron Luna, Runa o Sunmoon como quieran decirle de todas formas es de una de mis parejas favo^ ^
Desde que oí esa canción dije es para ellos, y luego la imaginé para esta parte.
Me dicen cómo quedó vale;)
***
YuliPotterGranger, denigranger,antito griffindor,ika potter, antony_juan
Muchas, muchas gracias por sus comentarios!!!
Agradezco profundamente a todos los que me regalan un poco de su tiempo leyendo este crazy songfic :P
Casi lo olvido: ¿me hacen un favor?, se pueden pasar por el capítulo 16-Evergreen, lo he modificado y quiero saber su opinión.
***
Ya saben este capitulito dedicado al amor de mi existencia Carlitos Hall
Y a mi otro motivo para ser feliz, mi primi Renesmitzi.
PD: Yali: espero que comentes jaja y que te guste XD
Anyeli Hazel Potter Granger
18 /Sep /10
47
Can I Have This Dance
****
Durante el trayecto de los jardines al interior del castillo la castaña no le dirigió la palabra pero al menos ya había dejado de patalear; llegaron al vestíbulo el cual estaba vacío, sólo esporádicamente pasaban parejas o grupitos de chicas o chicos provenientes del baile.
- ¿Será que ya me puedes bajar? - ironizó.
- Lo haré si me prometes no huir y dejarme hablar - condicionó con un tonito un tanto cínico, los ojos marrón lo fulminaron pero asintió.
Una vez que la colocó sobre el piso ella avanzó y le dio la espalda, tenía una expresión entre molesta y a la vez consternada.
Take my hand, take a breath,
Toma mi mano, toma un respiro
Pull me close, and take one step
Ponme cerca, y da un paso
Keep your eyes, locked on mine,
Deja tus ojos, mirando hacia mí
And let the music be your guide.
Y deja que la música sea tu guía.
Harry parpadeó, respirando profundamente negó, entonces fue hasta ella y deliberadamente la tomó de la mano. Hermione lo regresó a ver, un agradable estremecimiento le había recorrido el cuerpo, sus ojos marrón estaban cristalinos pero en los esmeralda había una clara determinación.
- Primero que nada discúlpame si te ofendí con mi comentario, jamás fue mi intención herirte si sabes que te amo
- con su mano izquierda, que estaba libre, la tomó de la mejilla; la chica entre cubrió sus ojos con sus castañas pestañas.
- Pero Hermione, qué importan los detalles sin relevancia como los meses de diferencia que me llevas, eso no va a cambiar lo que sentimos el uno por el otro
- insistió en encontrar su mirada.
- Y sí, tal vez no di el mejor ejemplo
además de lo torpe que me comporté al no defenderte de las bromitas de Ronald
y soy culpable de no ser el mejor novio, y
- de pronto comenzó a hablar muy rápido, pero es que estaba tan desesperado porque ella lo perdonase que se había puesto demasiado nervioso.
Won't you promise me? Now you promise me?
¿Por qué no me prometes? (Ahora prométeme)
That you'll never forget
Que nunca lo olvidarás
We'll keep dancin' wherever we go next
Seguiremos bailando, donde quiera que vayamos
- Y ya no digas nada, debo admitir que exageré un poquito en mi indignación
- puso su dedo índice derecho sobre los labios del pelinegro, viéndolo a los ojos.
- ¿Un poquito? - acentuó algo sarcástico, contrayendo el entrecejo. Las mejillas de Hermione se ruborizaron, y lo miró supuestamente sorprendida.
- Es que con todos estos cambios de humor
Además de que mi temperamento no me ayuda mucho - admitió, mordiéndose el labio inferior y en sus mejillas se asentó el rubor.
- Aceptas que tienes una carácter un poquito explosivo - rió condescendiente.
- Oye el tuyo también es
- quiso objetar, pero él no la dejó porque la tomó de ambas mejillas y la besó.
It's like catching lightning, the chances of finding someone like you
Es como atrapar un rayo, que no se puede buscar alguien como tú.
It's one in a million, the chances of feeling the way we do
Es uno en un millón, las posibilidades de sentir la forma en que hacemos.
And with every step together,
Y con cada paso juntos
We just keep on getting better
Seguimos mejorando
So can I have this dance?
¿Así que puedo bailar esta pieza?
Can I have this dance? (Can I have this dance?)
¿Así que puedo bailar esta pieza?
Can I have this dance?
- ¿Me puedes recordar qué te iba a reclamar? - musitó suspirando cuando se separaron, sus pupilas marrón brillaban radiantes.
- No - negó sonriendo y volvió a besarla, sus ojos esmeralda también resplandecieron detrás del cristal de sus gafas.
- ¿Pero sí recuerdas que es nuestro baile de graduación? Qué te parece si regresamos
- propuso. La de rulos se quedó pensativa, él la miró intrigado.
- Tengo una mejor idea - expuso con una sonrisita traviesa, Harry se sorprendió.
- Ven conmigo - lo tomó de la muñeca y lo jaló detrás de ella.
- ¿A dónde vamos? - preguntó sonriendo curioso, dejándose guiar.
- Ya verás - se rió, y caminó más aprisa.
Atravesaron los pasillos que a esa hora estaban totalmente desérticos ya que los de 3ro hacia abajo debían estar dormidos y los de 4to en adelante estaban concentrados en el gran salón.
Cuando sintieron el fresco sereno de la noche pegar en sus rostros fue cuando llegaron a donde Hermione quería
- La torre de astronomía - exclamó asombrado.
- Aquí me trajiste en San Valentín
¡Y la noche está magnifica! - se acercó a él y le revolvió el cabello juguetonamente, al de gafas le divirtió aquel gesto.
Las estrellas se mostraban ante ellos brillando como un montón de diamantes esparcidos sobre el azul marino manto estelar.
Take my hand, I'll take the lead
Toma mi mano, toma el mando
And every turn
Y cada vuelta
Will be safe with me
Estarás segura conmigo
Don't be afraid, afraid to fall
No tengas miedo, miedo a caer
You know I'll catch you through it all
Sabes que siempre te atraparé en todo.
- ¿Tan magnífica como para dar un paseo? - planteó tentadoramente.
- ¿Me harás bajar las escaleras de nuevo? - saltó con voz de protesta.
- Mi plan no incluye que tendrás que caminar - sonrió misterioso, y en sus ojos apareció un destello malicioso. La castaña contrajo las cejas y lo vio fijamente, entonces en sus pupilas esmeralda leyó la respuesta.
- Harry
¡ah no! - exclamó con tono de ni pensarlo, dando unos pasos para alejarse de él.
- Oh claro que sí - estableció, caminando hacia ella.
- Accio saeta de fuego - sacó su varita y pronunció con esa sonrisita suficiente. Se escuchó una fuerte ráfaga de viento y de pronto su escoba yacía suspendida a lado de ellos.
- ¡Estás loco! - gritó riendo, queriendo huir autocaravanastenerife.es.
- Vamos no seas cobarde, estás conmigo - la abrazó por la cintura para que no se escapara, Hermione seguía riéndose y negaba.
- Has subido conmigo a un hipogrifo, por no mencionar que has volado sola sobre un Thestral
¿qué tan difícil puede ser subir a una inofensiva escoba? Además no es la primera vez que lo haces
- seguía intentando convencerla, finalizando con una miradita insinuante y pícaramente cómplice; los ojos marrón se dilataron sorprendidos, un recuerdo chocó en su mente, la tarde del último partido de Quidditch del curso anterior.
***
Entre la multitud ella se daba paso y se dirigía a Harry, los cánticos de ganamos se alejaban.
- ¿Harry, no vienes?- le preguntó la castaña.
- No, tengo que aclarar algo. Pero adelántate tú con ellos -dijo con voz decidida, pero suave al dirigirse a ella.
- Ah, si quieres te espero. Vas a los vestidores, ¿cierto? -añadió algo apenada por la insistencia.
- Sí, pero no es necesario
De verdad - le respondió el ojiverde con educación y delicadeza.
- Oh, bueno... - le contestó con voz prudente.
- Me voy
te espero para celebrar en la sala común, ¿ok? - sonrió y se dio la vuelta camino hacia el castillo.
- ¡Hermione!- exclamó el buscador de Gryffindor, algo nervioso. Ésta se volteó impulsivamente.
- ¿Sí?-le miró pestañeando algo extrañada, a la vez nerviosa. Nostálgica por el rechazo y sonriente por el repentino llamado del chico.
- Espérame en los alrededores del campo de Quidditch. No tardo, ¿vale? - le gritó desde una considerable distancia, tal vez fue su alucine pero le pareció ver que Harry le guiñaba un ojo.
- Está bien - exclamó, la castaña cambió su dirección y retornó a los alrededores del campo.
Después de una media hora un chico de cabellera revuelta la asustó.
- ¡Buuu!- le dijo siendo sorpresivo para ella.
- ¡Ay!- respingó asustada.
- ¿En qué tanto piensas?- preguntó al notarla lejana.
- ¿Por qué has tardado tanto? - dijo al mismo tiempo.
- Bueno, tenía que solucionar algo de mi vida. Y...
- ¿Por qué aún traes puesto el uniforme de Quidditch? ¿No se supone que ibas a cambiarte y a ducharte?-le cuestionó nuevamente extrañada, tratando de ocultar su nerviosismo.
- Ya, ¿no? Basta de preguntas, ok. Y así podré responderte por lo menos una por una- se quejó algo serio pero a tono de broma, sonriendo.
- Ah sí- contestó ella, algo sonrojada.
- Lo de Cho fue algo pasajero y hoy le he puesto fin a eso. Por fin podré quitarme de encima su atosigamiento -fueron dos frases de Harry lo que le devolvió el alma al cuerpo.
- ¿Ah sí?, Y por qué no lo habías hecho antes - salieron estas palabras sin poder detenerlas, sorprendiéndola. Y más a él, pues sonaron a reclamo.
- Ah... porque no tenía tiempo para perderlo con ella -contestó confundido, pero sincero en su respuesta.
- Oh... ¿entonces ya no la quieres?-cuestionó dudosa y esperanzada, más que una cuestión parecía querer expresar su alegría.
- No, nunca la quise. Sólo fue enamoramiento físico, eso fue todo. Un error, pero se acabó-le vio de manera aliviada y ella le devolvió la mirada alegre.
- Ven -le dijo el chico ojiverde, tomándola de la mano.
- Pero tenemos que festejar, ¿no?-preguntó, palpando su realidad.
- Eso es precisamente lo que vamos a hacer, pero sin los demás- él la sujetó y le sonrió.
- ¿Cómo?- le preguntó nerviosa y confundida.
- Ven, dame tu mano-le dijo a su oído lo que causó un fuerte estremecimiento en su cuerpo.
- Sube -indicó el chico, montándose en la saeta de fuego.
- ¡Ha...rry, yo... yo
a
a... mí... ¡Me asusta volar!-pudo finalizar tartamudeando por el miedo.
- No temas... Sólo es un paseo, ¿va? Hay que festejar, ¿no?-dijo con una sonrisa de tú fuiste la de la idea, atrapándola con sus propias palabras.
- Sí -exclamó decidiéndose y subiéndose detrás de él, a esa mirada jamás le negaría nada.
- ¡Sujétate!-le avisó dando una fuerte pisada en el pasto, elevándose. Ella sólo obedeció, algo nerviosa por volar, y más por estar tan cerca de él.
- ¡Esto es festejar!-exclamó Harry, feliz.
- ¡Y si es contigo, mejor!-volvió a hablar, esta vez sus palabras salieron casi sin darse cuenta. A Hermione le causaron una mayor confusión, sin embargo lentamente las asimiló como una simple emoción y dejó de fantasear en ellas. Comenzando a disfrutar su realidad.
Observando una tarde hermosa con él, abrazada a su cuerpo y escuchando su alegría, dejó que todo eso pasase con el fresco aire y viendo salir las estrellas y la luna; deseando que no fuese sólo un hermoso sueño.
****
Harry cruzó sus iluminados ojos con los de ella, Hermione comprendió que él estaba recordando exactamente lo mismo
media aturdida asintió finalmente, sonriendo sonrojada. Tal vez le ponía nerviosa eso de volar, pero ella sabía que estaba completamente segura en los brazos de Harry; y no solamente en lo que a volar se refería sino en todos los aspectos de su vida.
- Definitivamente has perdido la razón, y yo contigo - masculló convencida, mientras la ayudaba a subir a la saeta; posicionándola delante de él.
- Creo que desde hace mucho - rió con complicidad, luego presionó sus labios en el borde de la mandíbula de la chica, entre su lóbulo y la mejilla, ella sintió una cosquilla agradable. Con su brazo izquierdo rodeó la delicada cintura de la castaña y pegó una patada sobre el suelo para despegar. Al principio Hermione apretó los párpados y ligeramente sus facciones se tensaron, se aferró fuertemente al brazo del chico; su corazón latía tan aceleradamente que creyó escucharlo, la adrenalina le recorría las venas aunque con un cosquilleo de emoción, al mismo tiempo que la fresca brisa nocturna impactaba con la piel de su rostro provocándole un escozor leve y haciendo que sus mejillas se sonrosaran encantadoramente.
- No apreciarás el paisaje si mantienes los ojos cerrados - susurró él en su oído, y no quiso mencionarle que comenzaba a entumírsele el brazo por la presión que ejercía ella con sus manos. Lentamente la castaña abrió los ojos
volaban a una velocidad moderada sobre los terrenos del colegio, las luces del gran salón eran las más distinguibles del castillo; cuando sobrevolaron el lago el agua estaba iluminada por el reflejo de los rayos lunares trazando un camino de luz blanca sobre su superficie, como un liso cristal negro. Hermione estaba fascinada con el paisaje, se le habían olvidado los nervios por volar y se relajó; realmente disfrutaba de aquello, más porque iba con él. Pero para Harry verla sonreír de aquella manera era la escena más hermosa que sus ojos podían estar presenciando, su corazón palpitaba en su pecho como una snitch dorada a pleno vuelo, en su interior hubo una explosión de felicidad absoluta; podía sentir que cada segundo a lado de ella era único e increíble, un pequeño fragmento de su existencia.
And you can't keep us apart
Y no nos pueden separar
Even a thousand miles can't keep us apart
(Ni la distancia nos podrá separar.)
'Cause my heart is wherever you are
Porque mi corazón irá donde quiera que tú estés
- No me gustaría que llegara mañana
- musitó Hermione, rompiendo el tranquilo silencio.
- ¿Por qué? - preguntó extrañado.
- Porque tendremos que despedirnos de todos y de todo esto - suspiró con un poco de nostalgia, recargándose en el pecho de su novio; sus alborotados rulos le provocaban a Harry ciertas cosquillas en el lado derecho del rostro.
- ¿Despedirnos? - respingó.
- Hoy es nuestra última noche en el colegio - señaló haciendo una mueca de puchero, mientras jugueteaba con el raro y largo collar de hilo azul agua y pequeñas perlas transparentes de murano color azul pálido, que le había obsequiado esa noche Luna.
- No me había detenido a pensar en eso
- reflexionó. - Pero esta noche mientras me alistaba para el baile, me hice consciente de que hemos terminado el colegio, y yo con vida - dijo con tono de simplicidad, aunque trató de ocultar la amargura en sus palabras.
- ¡Harry! - reprendió la ojimarrón, lo conocía tan bien que estuvo segura de que para él decirlo de aquella forma era la manera de asimilar el miedo, el dolor que había sufrido durante toda su vida.
- ¿Hermione, has pensado qué vamos a hacer después de la ceremonia de graduación? - cambió de tema.
- Festejar - bromeó.
- Me refería a cuando dejemos el colegio
- puntualizó.
- Vamos a pasar las vacaciones en la madriguera - recordó.
- Sí, pero después
- ya no quiso continuar, la chica se mordió el labio inferior adivinando lo siguiente; la verdad es que ella también había pensado en eso pero no sabía cómo explicarle a Harry lo que tenía planeado, quizás él no estuviera muy de acuerdo.
- ¿Podemos discutirlo allá abajo? - pidió, el de gafas asintió; aunque por dentro los pensamientos comenzaban a inquietarlo. Porque muchas veces habían hablado de la boda y propuestas acerca de vivir juntos, pero jamás se habían detenido específicamente a hablar de ello. Quizás ella quería irse con sus padres un tiempo y él ya no podía vivir un día sin estar con ella, obviamente sus suegros no iban a dejarlo vivir en su casa- arqueó la ceja sarcástico. - Y menos si se enteraban lo del bebé - algo se atravesó en su garganta al pensar en esto; no podía predecir sus reacciones, y no quería imaginarlas. Sacudió la cabeza para despejar su mente, virando la escoba con algo de brusquedad, aspiró aire sonoramente al darse cuenta; y Hermione que lo miraba contrariada hasta hace unos segundos, le lanzó una mirada recriminatoria mientras emitía un pequeño gritito asustado. Él le sonrió para tranquilizarla, como si lo hubiese hecho a propósito.
It's like catching lightning, the chances of finding someone like you,
Es como atrapar un rayo, que no se puede buscar alguien como tú.
It's one in a million, the chances of feeling the way we do
Es uno en un millón, las posibilidades de sentir la forma en que hacemos
And with every step together,
Y con cada paso juntos
We just keep on getting better
Seguimos mejorando
So can I have this dance?
¿Así que puedo bailar esta pieza?
Can I have this dance (can I have this dance)
¿Así que puedo bailar esta pieza?
Can I have this dance?
Aterrizaron con suavidad en la torre de astronomía
- ¿Ves? no fue tan difícil - bromeó mientras la ayudaba a bajar.
- De acuerdo
pero deberías tener un poco de consideración por nosotros, ¡los sustos no nos hacen nada bien! - dijo con un tonito de reclamo, posando sus manos sobre su vientre y sus labios levemente fruncidos. Harry de momento se preocupó luego al ver cómo le mostraba una sonrisa traviesa entendió que no lo decía en serio.
- Está bien
- pareció aceptar la culpa, bajando la mirada, como un niño regañado que siente mucho su travesura; y sin que la castaña viese deslizó su mano en el bolsillo de su túnica. - Espero que esto te disminuya un poco el susto - sacó un pequeño objeto y se lo puso en la mano a Hermione.
- Yo sólo bromeaba
- declaró riendo, luego bajó la mirada para ver el objeto. - ¡Harry, es precioso! - exhaló, pues se quedó sin aliento cuando vio el pequeño corazón transparente de color esmeralda, como líquida menta cristalizada; destellando en su palma con los rayos de la luna.
- Esta mañana te quejaste porque yo no te había dado nada - recordó, y tomó el dije para ponerlo en la pulsera de plata que la chica llevaba en su muñeca izquierda.
- Pero me devolviste mi pulsera - señaló.
- Herm
sé cuánto te dolió extraviar el búho que te obsequié - abordó, acomodándole la pulsera y luego besó su mano. La castaña hizo una mueca triste, asintiendo.
- Mira, el búho fue como dejar atrás un ciclo que ya se cerró en nuestras vidas
y ahora esto es como algo nuevo - dijo jugando con el corazón de cristal cortado entre sus yemas de los dedos pulgar e índice de la mano derecha.
- Algo que no quiero que termine nunca
- añadió, tomándola de la barbilla fijó sus ojos esmeralda en ella.
No mountain's too high,
Las montañas no están tan altas
No oceans too wide
Ni los océanos tan inmensos
'Cause together or not
Porque juntos o no, esto seguirá.
Our dance won't stop
Nuestro baile no se detiene
Let it rain, let it pour
Deja llover, deja verter
What we have is worth fighting for
Vale luchar por lo que tenemos.
You know I believe, that we were meant to be
Yo sí creo que nosotros nacimos para ser el uno para el otro.
It's like catching lightning, the chances of finding someone like you,
Es como atrapar un rayo, que no se puede buscar alguien como tú.
It's one in a million, the chances of feeling the way we do
Es uno en un millón, las posibilidades de sentir la forma en que hacemos
And with every step together,
Y con cada paso juntos
We just keep on getting better
Seguimos mejorando
- Yo tampoco, Harry
- sus pupilas marrón brillaron, entonces su rostro mostró una expresión de determinación; acariciando la mejilla del ojiverde suspiró y soltó - Después de las vacaciones me iré a casa de mis padres unos días
eso si no me desheredan cuando les suelte que estoy embarazada.
- ¿Cuándo se lo diremos? - balbuceó, los ojos detrás de las gafas se dilataron y él se quedó congelado.
- Lo estuve pensando
y creo que será mejor que se enteren mañana después de la ceremonia de graduación - continuó, mordiéndose el labio inferior al notar cómo su novio parecía aterrado ante esta decisión.
- ¿Mañana? - tragó con dificultad.
- Harry - entornó sus ojos marrón hacia él.
- Estoy de acuerdo - titubeó, ella clavó su mirada en sus ojos verdes.
- Tienes razón, no estoy de acuerdo - admitió, desviando la mirada.
- ¿Tienes miedo? - terció angustiada, no se esperaba esa reacción.
- No por lo que puedan decir de mí - inmediatamente volvió a posar sus ojos en los de ella.- ¿Qué tal si ellos se enojan contigo y luego no te quieren en casa? - expuso sus verdaderos temores.- Aunque a mí no me desagradaría que vinieras de una vez conmigo - relajando su expresión pasó sus brazos por los costados de Hermione, atrayéndola hacia él. La castaña pasó una mano por sus revueltos cabellos, acariciándolos; respirando aliviada, se reprendió así misma por pensar que él pudiese acobardarse ante sus padres.
- ¿Recuerdas lo que hablamos una noche antes de...? - comenzó, pero se detuvo bajando sus pestañas, el simple recuerdo le helaba la sangre.
- De que casi te pierdo
- concluyó el ojiverde, su voz sonó quebrada.
- Nuestros planes siguen intactos - regresó a verlo, y dijo sin ningún rastro de duda en sus palabras.
- ¿Entonces por qué no nos casamos en verano, y no le decimos a tus padres que serán abuelos hasta volver de nuestra luna de miel...? Así pensarán que lo concebimos en el viaje - propuso con un modito sutil.
- Harry, vamos a casarnos, pero tenemos que hacer todo bien
- lo miró con seriedad.
- Hubiera preferido hacer todo bien desde el principio - murmuró contrariado, con un tonito de lamentarse y un dejo de culpabilidad; mientras le acomodaba un rulo detrás de su oreja.
- Yo no me arrepiento de nada - exclamó firme, él sonrió.
- Entonces mañana le daremos a tus padres la noticia - concluyó seguro, ella asintió y en sus labios rosas se dibujó una sonrisa.
- ¿Y si no me dejan verte hasta que nos casemos? o peor aún
que no me quieran cerca de ti nunca
¡Tendría que robarte! - bombardeó afligido, pegándola contra él. - Eso si no me matan
- agregó, tragando saliva.
- Harry, no dramatices - negó, soltando una risita divertida.
- Conozco a mis padres
y aunque de pronto les dará algo y mamá se va a poner a gritar histérica
- conjeturó, rodeando el cuello de Harry y cruzando sus propias manos detrás de la nuca del pelinegro.
- Ahora ya sé de quién lo heredaste - bromeó con una risita de apariencia sarcástica, como si sintiera un gran alivio de saberlo; la chica le dio una leve palmada en la espalda y entrecerrando sus ojos desvió su rostro con aparente indignación, aunque trataba de ocultar una sonrisita; Harry aspiró con profundidad.
- Todo va a estar bien, lo van a aceptar
- dijo dándole un ligero apretón en la barbilla para atraer su mirada nuevamente.
- Lo sé
tendrán todo el verano para asimilarlo - se mordió el labio inferior y por fin dejó ver su sonrisa.
- Harry, qué vas a hacer tú mientras el día de la boda llega ¿volverás con los Dursley? - preguntó repentinamente, aunque parecía que llevaba tiempo formulándose esa pregunta en su mente.
- No, iré a verlos para despedirme de ellos
tampoco soy un mal agradecido - sus ojos iluminados de pronto se tornaron sombríos.
- ¿Les dirás que tendremos un bebé? - terció, acariciándole un mechón de cabello, ahí donde se cubría la cicatriz desdibujada; intentando aislarle ese sentimiento amargo.
- No creo que les importe - se encogió de hombros, mostrando una expresión de indiferencia aunque Hermione supo que le afectaba más de lo que jamás reconocería.
- Después de todo son tu familia - observó con gravedad la ojimarrón.
- Mi familia eres tú y nuestro hijo, ¿correcto? - dejó de abrazarla para tomarla por ambas mejillas, viéndola con una mirada de firme convicción; la castaña asintió brindándole una cálida sonrisa, la misma calidez que le recorrió la columna vertebral al oírlo decir esas palabras.
- Te quedarás en casa de los Weasley hasta entonces - concluyó la chica, de pronto los ojos esmeralda se abrieron como plato dejando escapar una fuerte exclamación: ¡Los Weasley!
- ¿Sí? - alzó las cejas un poco sobresaltada y confundida.
- Hermione, si hay alguien a quien puedo considerar como mi familia, esos serían ellos
a los señores Weasley puedo verlos como mis padres - señaló.
- Ya me lo habías dicho - recordó con una risita.
- ¿Cómo les voy a decir que los haremos abuelos? - se llevó ambas manos a las sienes y las deslizó hacia arriba entremetiéndolas en su desordenado cabello, con preocupación. El rostro hasta ahora sereno de la castaña adquirió un tono rojizo que se acentuó en la orilla de sus mejillas y un leve sudor brotó encima del sonrojo.
- No sé qué decir
la señora Weasley piensa que traicioné la amistad de Ginny, seguramente a ella no le caerá muy bien la noticia - balbuceó sintiéndose incómoda, bajó la mirada.
- Recuerdas que la madre de Ron me escribió, ¿verdad? - buscó sus ojos.
- Sí, para invitarnos a pasar el verano en la madriguera pero creo que se vio forzada a invitarme porque no le quedó de otra, si no iba yo tal vez no irías tú
- se cruzó de brazos como si de pronto le hubiese dado frío, aunque debía reconocer que en parte era cierto; y siguió evitando su mirada.
- Es que no iba a ir si ella te hacía esa grosería -subrayó el de gafas, ella lo miró enternecida mientras sus ojos se llenaron de lagrimitas. Él le sonrió, acariciando su mejilla.
- Pero en la carta me dijo algo sobre ti -añadió, quitándose la parte superior de la túnica.
- ¿Qué? - musitó sorprendida.
- La señora Weasley espera poder hablar contigo y disculparse por cómo te trató las últimas veces que te vio - dijo mientras le colocaba su túnica para resguardarla del frío, gesto que la piel expuesta de Hermione agradeció. - Además después de lo que pasó con Ginny y todo en lo que se vio envuelta
se encuentra muy apenada, en ese sentido con ambos - sus labios se quedaron fijos en una sola línea, como si el que Molly Weasley aceptara su error le hubiese devuelto la confianza en ella.
- Entonces creo que lo tomará mejor que mis padres - exhaló un sonidito que pudo ser una risita nerviosa y vacilante, e hizo un amago de sonrisa.
- Sí, aunque conociéndola presionará con eso de la boda - dijo contrayendo el entrecejo, recordando las suposiciones de su amigo Ron cuando creía que los que esperaban un bebé eran él y Luna.
- Oye, con todos los líos se nos olvidó que sí habrá una boda este verano - exclamó un repentino gritito, la castaña.
- ¿La de Ron y Luna? - apuntó confundido.
- No, la de Bill y Fleur.
- ¡Diantres, lo olvidé! - soltó una palabrota, ambos se quedaron viendo en silencio, el de gafas con las mejillas sonrojadas; luego al mismo tiempo se empezaron a reír. Unos minutos después se quedaron nuevamente en silencio, aunque fue un silencio pacífico
en el que el pelinegro se quedó contemplándola, observando cómo los rayos plateados de la luna proyectaban reflejos nacarados sobre los rulos castaños. Hermione respiró con profundidad, lucía pensativa, luego interrumpió el silencio antes de que el de gafas le preguntara en qué pensaba.
- Harry, me alegra ver que cada día que pasa estamos madurando como pareja
y que tenemos la confianza para hablar de todo - sus pupilas marrón resplandecieron entre la tenue luminosidad proporcionada por la luz de luna y las dos antorchas que se apostaban en los pilares de la torre de astronomía.
- Sí, creo que en estos meses he comenzado a madurar también personalmente. Perdóname si en el pasado me comporté
- empezó a decir pero la chica puso su mano sobre su boca, ahogando las siguientes palabras.
- Ya lo habíamos dejado atrás ¿recuerdas? - le lanzó una mirada significativa y apremiante, él asintió y el brillo en sus ojos detrás del cristal de sus gafas mostraron que estaba sonriendo. Ella mostró un perfecto reflejo de esa sonrisa, lentamente retiró su mano.
So can I have this dance?
¿Así que puedo bailar esta pieza?
Can I have this dance? (Can I have this dance?)
Harry la miraba con una expresión apenada, luego la cambió por una misteriosa y de traerse algo entre manos; la castaña lo miró con cierto recelo, y es que cuando él hacía esa cara seguramente estaba planeando algo que le podía llegar a aterrar de una manera extrañamente loca y divertida.
- ¿Sabes qué se me antoja en este momento? - soltó la pregunta con tono traviesamente intrigante, la chica jugaba con la corbata azul marino de su novio.
- Primero el mareo y las nauseas ¿y ahora los antojos? - evaluó bromeando, las comisuras de sus labios evidenciaron que intentaba ocultar una sonrisita burlona.
- Este es del tipo digamos
antojo propio - especificó el de gafas, parpadeando; sus oscuras pestañas se movieron de esa forma que le encantaba tanto a Hermione.
- Ah sí
¿y qué se te antoja? - curioseó con una mirada chispeando interesada.
- Bailar - dijo la palabra con un tonito de solemnidad.
- ¿Quieres bajar? Debo confesar que ya le perdí el miedo a volar
- apuntó, como si sugiriera que no le desagradaría bajar en la saeta.
- Esta vez no es mi idea regresar al baile, debe estar hecho un alboroto y
- supuso, luego entrecerró sus ojos y se acercó a su oído para susurrar - Lo que quiero es algo más íntimo, algo más romántico
- aprovechó para darle un beso en su oreja, y con sus mismos labios produjo una caricia; la castaña sintió cómo por sus mejillas se extendía un rápido y abrasador rubor.
- Ahora sí McGonagall se va a enojar - aseguró soltando una risita nerviosa, y es que aquel roce le erizó los vellitos de los brazos y el rostro de una forma placentera. Harry se sonrió, conocía bien sus reacciones y sabía lo que ese gesto había provocado en ella.
- La música se escucha muy bajito desde aquí
pero eso tiene solución - observó, comportándose como si no hubiese reparado en lo nerviosa que la había puesto, aunque se mordía los labios para ocultar su sonrisita satisfecha; que la castaña descifró a la perfección. Entornó sus ojos hacia él y negó, pero una mueca pícara se asomó en sus propios labios.
La música del gran salón comenzó a escucharse un poco más clara, como si la banda estuviese tocando ahí arriba, debido al hechizo que el ojiverde había realizado.
http://www.youtube.com/watch?v=tlmAs7QH_5Y
[La song es Crazy de Taylor Swift, pero el clip proyecta algo de la gran emoción que sentí al escribir esta parte]
- ¿Qué dices, me concedes bailar esta pieza? - ladeó la cabeza con una sonrisa de apariencia inocente, casi infantil, como la de un niño pequeño; Hermione se preguntó si ese tipo de gestos los heredaría su hijo, y la imagen se definió en su mente de una manera tan hermosa que dejó que la idea se adueñara de su imaginación. Sus ojos marrón irradiaron, y mirándolo dio su respuesta, mientras se mordía el labio inferior de forma traviesa y a la vez angelical.
Él la tomó de la mano, ambas manos se entrelazaron tan naturalmente, como sabiendo que ambas pertenecían una a la otra; y delicadamente posó la derecha sobre su espalda a la altura de su cintura, pegándola con suavidad a él. La castaña recargó su barbilla en su hombro, colocando su mano libre sobre la espalda de Harry; pestañeó varias veces, sus ojos estaban húmedos por las lagrimitas que los hacían brillar de una forma especial. Sentía que la felicidad viajaba por sus venas inundándola hasta lo más recóndito de su ser.
Comenzaron a bailar lentamente
- Nuestro último baile escolar - dijo con un suspiro nostálgico, que rebotó en el cuello de Harry, como un tibio viento; él la apartó un poco para poderla ver de frente, entonces conectó su mirada y acarició su nariz con la suya.
- Pero el inicio de los muchos más que tendremos hasta que llegue el de nuestra boda
- expuso muy cerca de sus labios, rozándolos con su aliento y con los suyos.
- Harry
- murmuró con el mismo juego, debía darse prisa porque no podría mantenerse mucho rato más alejada de su boca.
- ¿Sí? - musitó entretenido en sus labios.
- Te Amo - exclamó con dulzura, luego le mordió traviesamente el labio inferior.
- Te amo más - susurró, ella rió tiernamente porque ese era el juego cómplice iniciado la primera vez que se besaron; esta vez él evitó que esos dulces labios se escaparan y los capturó entre los suyos.
Te Amo, esa simple frase pronunciada por los labios de quien realmente sientes la inmensidad de lo que aquellas cortas palabras envuelven, entonces el significado se convierte en algo inexplicable.
Continuaron bailando mientras se besaban, el de gafas la había pegado incluso más a él, Hermione podía sentir el corazón del ojiverde latiendo frenético contra su pecho, la chica había entremetido su mano libre en el rebelde cabello negro, despeinándolo más; Harry soltó una risita en medio del beso por las cosquillas que aquel gesto le ocasionaban.
La escena se mostraba tan mágica
que tal vez no habría palabra adecuada para describirla pero sin duda si alguien más la observara desde arriba vería cómo el amor podía tener una imagen definida, como si por sobre ellos hubiese una aureola de color dorado mezclada con un tono magenta, y éste se desprendiese de sus sentimientos, del reflejo de sus corazones.
Can I have this dance?
¿Así que puedo bailar esta pieza?
***
[Este es el corazoncito que Harry le regala a Hermione]
***
Song: Can I Have This Dance?
http://www.youtube.com/watch?v=F85FO_cuiCY
[Clip Harmony con esa song]
Soundtrack HSM3
***
Hola a todos, aquí apareciendo nuevamente con este capitulito que he esperado tanto tiempo, exactamente desde que oí esta song por primera vez la imaginé para Harry y Hermione jeje
Ojalá no les parezca mucha miel, pero personalmente me ha gustado cómo quedó^^
Espero sus comens y muchas, muchas gracias por el tiempo que me obsequian para darse una vuelta por este crazy fic.
antito gryffindor, Yuli PotterGranger, denigranger, x_tabay74, Bellard_Vanessie, isa potter granger
Agradezco de corazón sus comentarios en el capítulo anterior.
Anyeli Hazel Potter Granger
1/10/10
48
Mujer Amiga Mía
****
En mi mente estás,
es bello pensar.
Que todo tu amor,
sabes entregar.
Harry se despertó cuando la inminente luz del sol pegó en su rostro, abrió los ojos perezosamente, sentía que no había dormido casi nada y pese a eso no tenía mucho sueño exactamente
parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la claridad, se colocó las gafas y se incorporó pensado en que era la última mañana que estaría en Hogwarts; era imposible creer que ya no regresaría más a ese lugar, al menos no como estudiante. Tantos momentos impregnados en esas paredes, tantas aventuras para recordar
sin dudar esos siete años habían marcado su vida, sobre todo porque en ese colegio donde fue tan feliz y a la vez vivió circunstancias tristes y angustiantes; la conoció a ella... Hermione.
- Hola Harry, anoche desapareciste del baile - fue la voz somnolienta de Neville la que lo sacó de su ensimismamiento.
- Con Hermione - subrayó Seamus, soltando un gran bostezo, pero eso no impidió el tonito pícaro en sus palabras.
- Y llegaste muy, pero muy entrada la madrugada... -añadió socarrón, Dean.
- ¿A dónde se fugaron, traviesos? - insinuó Seamus, sin pizca de vergüenza.
Al ojiverde le molestaron un poco esos comentarios pero hizo caso omiso de ellos, hasta los extrañaría; aunque debía de reconocer que no estaban tan alejados de la realidad, él estuvo todo ese tiempo con Hermione. Pero le irritaba pensar que no se pudo quedar con ella hasta verla amanecer en sus brazos, qué más hubiera dado.
***
http://www.youtube.com/watch?v=bBCU54mqLI8
[Puzzle of My Heart, es un clip DREW pero la rola es la que imagino para este momento]
- Hay, que quedarnos aquí
- susurró adormilado, acariciándole la frente con su nariz; su tibia respiración provocó que una descarga eléctrica recorriera toda la piel de Hermione, mientras se mordía el labio inferior sonriendo.
- Umff
qué más quisiera yo - musitó aún con los ojos cerrados, acomodándose más sobre el pecho de Harry, lo besó; el roce de su aliento y sus cálidos labios provocaron que los poros de la piel expuesta se erizaran agradablemente.
- Pero
- intentó añadir.
- Pero nada - cortó el de gafas, la abrazó y con cuidado se giró para quedar él sobre ella, recargado sobre sus rodillas y codos le acomodó un rulo, acarició su sonrosada y suave mejilla; contemplándola con la luminosidad de los rayos de la luna que se filtraban a través de los ventanales de la misma habitación donde habían pasado la noche del baile de navidad.
- Harry, tu hijo no me va a dejar despertarme
y el banquete es a las diez de la mañana - exclamó como si se quejara, pero entre risitas, aferrándose a la sábana que envolvía su cuerpo.
- Sólo un ratito más, Herm
- pidió sonriendo traviesamente, y besó varias veces su cuello ocasionando que la castaña riera más por las cosquillas que sus besos producían.
- Sabes que te diré que sí - exhaló con la respiración agitada causa de la risa, viéndolo a los ojos, sus pupilas marrón brillaron cómplices; y metiendo sus finas manos entre sus rebeldes cabellos negros lo atrajo hacia ella.
***
- ¡Harry! - gritó Neville, parado frente a él; el ojiverde tenía una expresión de ensoñación y su sonrisa no podía ser más radiante.
- ¿Eh
? -balbuceó algo aturdido.
- Sí qué estabas fuera - se rió burlonamente Seamus, fue cuando se dio cuenta que sus compañeros habían dejado sus camas y se estaban alistando.
- ¿Oigan y Ron? - preguntó al percatarse que su amigo pelirrojo no había hecho ningún comentario, ni siquiera malintencionado.
- Sabe
él también se perdió con Luna Lovegood - dijo Dean encogiéndose de hombros, con el mismo tonito socarrón de hacía unos minutos. Harry continuó viendo la cama vacía de su amigo, que estaba tan intacta como la había dejado la mañana anterior.
Después de ducharse se vistió de acuerdo a como la profesora McGonagall les había "pedido" o exigido sería más adecuado decir; con el uniforme correctamente portado y la corbata bien anudada. Él fue el último de sus compañeros en salir de la habitación pero todavía tenía una hora por delante para que el banquete de fin de año iniciara.
Seamus, Dean y Neville charlaban animadamente en un extremo de la sala común, esperaban a sus respectivas novias; Seamus a Lavender y Dean a Parvati. El de gafas se quedó sentado en su sillón favorito, enfrente de la chimenea, estuvo acariciando a Crookshanks, que se había ido a acomodar a su lado en el sofá. Constantemente lanzaba ansiosas miradas hacia las escaleras de los dormitorios de chicas, aunque ya había quedado con Hermione que la vería en el vestíbulo, para entrar juntos al gran comedor. Luego pensó en esperar a Ron, pero éste seguía sin hacer acto de presencia
un poco fastidiado se puso en pie y decidió bajar.
Es bello también,
Cómo vives tú.
Tan segura que,
no habrá vuelta atrás.
Estando en el vestíbulo sintió cómo alguien lo rodeaba por el torso y acomodaba su delicada barbilla sobre su hombro.
- Hola - saludó la dulce voz de Hermione, él sonrió; y tomándola de la mano la trajo al frente. La castaña también vestía con el uniforme perfectamente portado, aunque ella siempre lo había llevado decentemente según la opinión de la jefa de la casa Gryffindor. Harry pudo observar los cambios que le había hecho para la comodidad de su bebé, la falda ahora la llevaba un poco más arriba de la cintura y menos ajustada.
- ¿Lista? - preguntó, indicándole con la mirada la entrada del gran salón, donde en el interior había mucho alboroto ocasionado por los estudiantes que iban llegando.
- Sí, pero voy allá afuera
es que mis papás no tardan en llegar, McGonagall dijo que los padres muggles los traerían en un carruaje especial desde la estación de Hogsmeade - expuso, sonriendo animada.
- Ah, cierto
tus papás
- exhaló con una sonrisa vacilante, como si le hubiese dado un poco de trabajo decir aquello.
- ¿Harry, estás bien? - indagó inquieta, acomodándole un mechón de cabello.
- No, es que pensar en que les diremos que esperamos un hijo
sinceramente me sigue poniendo nervioso - confesó sonrojado, mojando sus labios que de pronto se pusieron algo secos.
- Ya lo habíamos decidido anoche - señaló arqueando una ceja, un poco seria.
- Sí, pero tenía la esperanza de que lo pensarías más
y se lo diríamos en unos días - soltó una risilla apenada e hizo un amago de sonrisa.
- ¿Para qué esperar más? - la ojimarrón sí sonrió, y su voz sonó convencida.
- Sí, verdad - él reflejó su sonrisa y sus ojos esmeralda tuvieron un brillo extraño, el nerviosismo oculto. La castaña no lo advirtió esta vez, besó sus labios tiernamente; luego con una sonrisita y encogiéndose de hombros como una niña emocionada, se dio la vuelta y se dirigió a la salida. El de gafas la observó alejarse, con los rulos ondeando a contra viento, tan serena, tan segura de sí misma; y él se sintió tan torpe. No podía dejar de reprocharse ¿por qué es que le daba tanta ansiedad hablar con sus suegros?, qué podía salir mal, después de todo no los creía capaces de estrangularlo por más ganas que tuvieran. Lo más que podían hacer es soltarle tamaño sermón y luego posiblemente fijar fecha exacta de la boda, aunque estaba seguro que Hermione no iba a permitirles tal decisión que sólo concernía a ellos dos.
- ¿Harry, por qué tienes esa cara? - fue la pregunta de Ron la que lo sacó de sus atormentadas cavilaciones.
- Los papás de Hermione no tardan en llegar - respondió automáticamente, sin dejar de ver a la entrada.
- ¡Tus suegros vienen!, no me acordaba que Dumbledore invitó a nuestras familias - reflexionó el pelirrojo, rascándose a lado de la sien.
- Cálmate, parece como si fueras a enfrentarte a un dragón, y mira que ya lo has hecho - observó el ojiazul, mirando preocupado a su amigo cuyo rostro tenía una ligera pero inquietante palidez verdosa, sin contar que parecía ido.
- Alguna vez me lo has mencionado, y te repito lo que te dije en aquella ocasión
Preferiría enfrentarme de nueva cuenta al cola cuerno antes que a mis suegros - por fin volteó a ver a su amigo, aunque su expresión continuaba igual.
- No debe ser para tanto - el pecoso no le veía la gravedad al asunto.
- ¿Ah no? Dime qué harías tú si tuvieras que decirle al papá de Luna que su hija y tú van a tener un bebé - inquirió indignado, y sus mejillas adquirieron un tono rojizo.
- ¿Hermione piensa decirles lo del bebé? - respingó Ron, que ahora entendía por qué su amigo estaba así.
- ¿Tú qué crees? - le lanzó una mirada sarcástica.
- ¡Wow, qué valor
!- el pelirrojo abrió la boca realmente sorprendido. Pero como no es mi caso, suerte con eso amigo
Si te consuela saberlo, te llevaré ranas de chocolate a San Mugo - agregó con tono exageradamente compasivo, y le dio unas leves palmadas en el hombro.
- ¡Qué gracioso! No, si se nota tu apoyo - ironizó Harry.
- Y lo tienes, pero sinceramente no me gustaría estar en tus zapatos - le miró tratando de ocultar su sonrisa burlona.
- ¡Qué criticas!, si cada rato Luna te da sustos
-señaló, y esta vez fue él quien sonreía socarrón; los ojos azules de Ron le lanzaron una mirada envenenada, el de gafas se rió. - Oye, por cierto
y tú hasta que te apareces - al reír pareció que se había recobrado de su nerviosismo.
- ¿Yo? - el pelirrojo se hizo el desentendido.
- Sí, creí que te habíamos perdido - Harry volvió a reírse, los ojos de Ron se habían vuelto unas rendijas que lanzaban chispas amenazantes.
- Y no me vayas a decir que te levantaste tempranísimo, porque yo llegué muy tarde y tu cama estaba vacía
y esta mañana estaba tan intacta como la dejaste ayer - evidenció sin darle oportunidad de rebatir.
- ¡Y tú qué regañas!, si llegaste muy tarde - se defendió atacándolo con sus propias palabras, la risa de Harry se frenó abruptamente y se quedó callado, como si le hubiesen echado agua fría en la cara.
- Hola chicos, ¿han visto a Hermione? - interrumpió la vocecita soñadora de Luna, pero se escuchaba apurada.
- ¿Ahora a quién se le pegaron las sábanas? - el ojiverde rió nuevamente, con un tonito sarcástico y burlón, vengándose por la reprimenda que ella le había hecho la mañana anterior.
- ¡Cállate, quieres! - reclamó la rubia, mirando peligrosamente a Harry; Ron a su lado seguía fulminando a su amigo pelinegro. Pero éste ni siquiera pareció importarle porque acababa de reparar en el desaliñado aspecto que traía la chica. Su cabello rubio estaba muy despeinado, improvisadamente anudado con una corbata Gryffindor; parecía desvelada porque unas marcadas ojeras se evidenciaban en su blanca piel. Vestía un jersey que evidentemente le quedaba grande, debajo de éste se asomaba la orilla de un fondo de seda azul marino; que Harry supuso era un vestido o por lo menos el fondo de un vestido. Y calzaba los tenis azul mezclilla que Ron llevaba la noche anterior.
- Luna, siempre te has vestido extraño
¿pero ese no es el jersey de Quidditch de Ronald? - comentó con un tonito intencionalmente malicioso y burlón, el ojiazul ahogó un respingo de sorpresa y enojo.
- ¡Cierra la boca, Potter! - atajó la Ravenclaw, con las mejillas notablemente ruborizadas, una mezcla de pena y furia. Entonces muy alterada pasó a lado del de gafas y le dio un empujón, yéndose hacia el pasillo que conducía a las escaleras para subir a su torre. Harry se frotó el brazo, para estar tan chiquita la rubia pegaba fuerte. El ojiverde percibió que después de eso el pelirrojo había estado riéndose por lo bajo, y cuando iba a reclamarle lo quedó viendo sorprendido.
- Oye, no me había fijado Ron
¿pero tú por qué vistes igual que anoche? - vio que su amigo traía los pantalones azul marino, la misma playera blanca, sólo que sin la túnica de gala... - ¡y vienes descalzo! - exclamó al notarlo, casi soltando una risota; Ron movió los dedos de los pies y se recargó sobre sus talones, la verdad es que el piso del vestíbulo estaba helado.
- Si Luna baja antes, le dices que la veo en la entrada del gran comedor - gruñó con los labios apretados, pero sus mejillas estaban consideradamente sonrojadas, tanto que Harry creyó ver vapor desprendiéndose del rostro de su amigo.
- Lo que digas, pero la próxima vez pídelo por favor ¿no? - alzando las cejas soltó un sonidito sarcástico, el pelirrojo profirió una palabra que sonó como a <<Envidioso>> y se apuró a las escaleras hacia la torre Gryffindor. El de gafas negó, pero una sonrisita satírica y burlona se asomó en sus labios.
Mujer del mañana,
el mundo tú tendrás.
Un guerrero que,
no se rendirá.
Vencerás porque,
sabes dónde estás.
Quince minutos antes de las diez de la mañana en la puerta del gran salón estaban formados por casas los que se iban a graduar.
- ¿Por qué tenemos que llevar a fuerzas los sombreros?- se quejó Harry, exasperado porque el suyo le causaba picazón en la cabeza.
- ¡Oye, ni te atrevas a criticar! Y te lo pones, Potter - sentenció Ron.
- Fue idea de Luna, verdad - dedujo el ojiverde, mirando resentido al pelirrojo, éste le lanzó una mirada de advertencia.
- Ya vine - saludó Hermione, acomodándose en la fila Gryffindor y uniendo su mano con la de Harry, él la volteó a ver un poco sobresaltado.
- ¿Y tus papás? - preguntó el ojiazul, con un tonito normal pero claramente malicioso, el de gafas lo fulminó con la mirada.
- Ya se acomodaron, gracias por preguntar
Ron- respondió extrañada la castaña; saludando a lo lejos a una mujer muy parecida a ella y a un hombre cuyo cabello castaño había heredado Hermione. Harry los miró sólo unos segundos, luego vio a su novia, quien mantenía esa expresión radiante; y se sintió más tonto que antes. De pronto dando saltitos se abrió paso entre las filas una chica rubia con el uniforme de Ravenclaw, y sorprendió con un beso a su pelirrojo novio.
- Luni - musitó con las mejillas muy sonrojadas. Se escuchó un murmullo burlón de Seamus, Neville y Dean; pero el ojiazul los ignoró pensando <
- ¿Y tu padre vino, Luna? - preguntó como por casualidad, el pelinegro.
- No, no recuerdas que yo no me graduó, Harry - la ojiazul lo miró pestañeando desconcertada, pero no detectó la maliciosa intención del ojiverde. Hermione lo veía con el mismo desconcierto, pero el pelirrojo sí que sabía por qué había preguntado aquello.
- Qué lástima
porque a Ron le hubiese encantado verlo - comentó sonriendo socarrón, los ojos del pecoso se clavaron en él sacando chispas peligrosas. Ambas chicas veían sin comprender qué se traían esos dos.
- Alumnos de séptimo, pueden pasar a tomar su asiento, por favor - habló McGonagall, aunque con mucho esfuerzo para que no sonara a una fuerte orden.
- Ronnie, te veo cuando esto termine - avisó Luna, y le dio un rápido beso en la mejilla.
- Felicidades, chicos - les guiñó un ojo a Harry y Hermione, y rápidamente se fue hacia las sillas de Ravenclaw sexto año.
Entraron primero los de Gryffindor, a la par con los Slytherin y detrás de ellos los Ravenclaw y Hufflepuff. Harry observó que las cadenas florales habían sido remplazadas por los habituales banderines, sólo que a diferencia de ser sólo los de la casa ganadora de la copa de las casas, estaban los banderines de todas. Los de Gryffindor con sus colores amarillo y escarlata y el león dorado, los de Slytherin con su verde y gris con la serpiente plateada, los de Ravenclaw azul y negro con su águila bronce, los de Hufflepuff con el ocre y negro y su tejón azabache; y justo en medio detrás de la mesa de profesores estaba el escudo de armas de Hogwarts. Esperaba ver nuevamente las largas mesas de madera, pero el lugar estaba dividido en tres grupos de sillas, unas filas acomodadas a cada extremo del salón; del lado derecho estaban ubicados los alumnos de sexto a primero, ordenados por casas, del lado izquierdo sentados los padres y otros familiares de sus compañeros de generación. Mientras avanzaban por el pasillo pudo ver a los señores Weasley, a Bill y Fleur, a los gemelos; quienes les habían levantado los pulgares animadamente a él y a Ron. Aunque estuvo seguro que las muecas burlonas hechas por Fred y George eran para Ron. También vio a la abuela de Neville, fugazmente a sus suegros; pero ni siquiera se molestó en buscar a sus tíos porque era imposible que éstos fueran. Hermione, que no le había soltado la mano en todo el camino, le miró con una alegre sonrisa pero sus ojos le preguntaron si le ocurría algo, él negó y también le sonrió. Cuando llegaron al final del pasillo, hasta el frente había un rectángulo unido de sillas, donde imaginó que eran para que ellos se sentaran. Tomó asiento en la primera fila justo frente a la mesa de profesores, la castaña se sentó a su lado; ella quedó en medio de él y Ron. Quien inmediatamente ubicó a Luna, sentada entre los de sexto, justo ocho filas atrás; y le comenzó a mandar guiños. Harry y Hermione negaron con una risita baja.
En la mesa de profesores estaban sentados: La profesora Sprout, la profesora Trelawney [desafanada de su habitual nerviosismo, hasta parecía contenta] El profesor Flitwick, la profesora Sinitra, la señora Pince, Hagrid, [que les miraba con los ojos llorosos y emocionados]; y al lado izquierdo de la silla del director estaba Snape. Harry se preguntó por qué sintió algo de entusiasmo al verlo, aún recordaba la primera ocasión que lo vio, le causó una sombría impresión; lo había visto hablando con el desaparecido y traidor profesor Quirrell, y él le había preguntado a Percy Weasley quién era. Tal vez fue su alucine pero pareció ver orgullo y emoción en los ojos negros de su profesor de pociones; la voz autoritaria de Minerva McGonagall se escuchó sacándolo de su abstracción.
- ¡Me pueden poner atención! - calló el murmullo masivo de estudiantes, que inundaba el gran comedor.
- Yo no tengo la culpa de que anoche hayan abusado y se hayan quedado bailando hasta pasada la media noche - añadió con reprimenda. Los alumnos la miraron con caras de sueño, y muchos trataban de disimular conteniendo sus bostezos. McGonagall prosiguió y esta vez se dirigió a los invitados:
- Buenos días, soy Minerva McGonagall, profesora de Transformaciones y subdirectora de esta honorable institución. A nombre del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería les doy la cordial bienvenida a los familiares de nuestros alumnos que este año han concluido su educación mágica básica. De ahora en adelante en lo que ellos la especialicen depende de sus propios valores y convicciones, esperemos la utilicen de tal forma que signifique hacer el bien a este mundo - después de dar sus palabras de bienvenida, y recibir los aplausos de los presentes; le cedió la palabra al director, quien acaba de llegar hasta la mesa de profesores. Ocupando su lugar al frente apareció su pódium dorado de madera, con la lechuza sosteniendo sobre sus alas extendidas un libro. Todos prestaron atención al anciano director, y permanecieron en un respetuoso silencio
- Antes de iniciar el festín, y no es que les quiera ensombrecer este momento, sin embargo tenemos que recordar que los últimos años vivimos bajo una absurda guerra ocasionada por un ser cruel y ambicioso, y sus fieles seguidores
personas que estuvieron tomando clases en las mismas aulas que ahora ustedes también dejan
Recuerden mis queridos estudiantes que la ambición puede ser tentadora y si es una ambición de poder para hacer el mal esta puede destruirnos
por eso les aconsejo que no está mal tener ambición de alcanzar un propósito, pero que este no sea otro que ayudar a los demás.
Todos aplaudieron, pero Dumbledore pidió que mantuvieran silencio, para poder continuar
- Si estamos aquí fue gracias a otras personas que eligieron luchar en contra de Lord Voldemort, arriesgando sus propias vidas
Un inquieto murmullo recorrió el salón, y muchos se estremecieron en sus asientos.
- Y sí, tuvimos que pasar por pérdidas dolorosas que nos han marcado, personas que siempre vivirán en nuestros corazones y honraremos su memoria porque murieron con la esperanza de terminar con aquel reinado de terror -proseguía el director.
Harry pensó que tal vez la herida de la ausencia de sus seres queridos jamás sanaría, pero al menos con el paso del tiempo se había acostumbrado. Entonces supo que había algo de lo que estaba totalmente seguro, él se encargaría de mantenerse vivo el recuerdo de sus padres y de Sirius.
De pronto el proyector que había utilizado Snape en una clase de DCAO en tercer curso, proyectó las fotos de James y Lily Potter, de muchas otras personas que el ojiverde no llegó a conocer pero supuso que eran familiares de sus compañeros; también apareció la foto de Cedric y de Sirius; cuando terminaron de ser proyectadas todos aplaudieron.
Mujer del mañana,
el mundo tú tendrás.
Entre tus manos,
el mundo cambiará.
Harry se dio cuenta que por sus mejillas resbalaban lágrimas cuando la suave mano de Hermione se las secó, sus ojos se cruzaron y pudo ver una comprensiva sonrisa en sus labios, una reconfortante calidez le inundó el lastimado corazón. Puso su mano sobre la que la castaña mantuvo en su mejilla, cerró los ojos para dejarse invadir por el sentimiento cuando...
- Harry, ¿esa no es tu tía y tu primo? - intervino la voz de Ron.
- ¿Qué? - tanto él como la ojimarrón voltearon al mismo tiempo, el ojiverde sintió haberse hecho daño en el cuello.
- Sí, son ellos - dijo con un hilo de voz, a pesar de que creyó estar viendo un espejismo no había error, estaban ahí. Petunia Dursley apuraba a Dudley hacia la salida, pasaban entre las personas sentadas, que molestas, les cedían el paso.
- Harry, ve - instó la castaña, él la miró desconcertado y pese a eso un impulso lo hizo ponerse de pie y salir tras ellos; los alcanzó en el vestíbulo, el cual estaba vacío.
- ¿Se van ya? - inquirió, y no pudo evitar sonar brusco e irónico. Petunia Dursley lo regresó a ver con una mirada más gélida que el hielo mismo, aunque Harry pudo ver como si hubiese estado reprimiendo el llanto; Dudley en cambio parecía avergonzado.
- No sé ni siquiera por qué estamos aquí - espetó con la voz cortante. Los labios del ojiverde se movieron con ansiedad pero si no decía lo que pensaba quizás nunca volvería a tener esa oportunidad.
- Yo sí
y tía
Gracias - expuso preciso, tragando saliva no lamentó haber expresado aquello, porque realmente lo estaba sintiendo.
- ¿Qué? - sus pupilas se abrieron impactadas, su rostro palideció, su expresión era totalmente atónita. Dudley se quedó quieto, respirando aturdido.
- Gracias por lo que hiciste por mí
me cuidaste y sin que supieras o yo supiera, protegías mi vida por el lazo de sangre que nos relaciona- prosiguió, pero sin darse cuenta dejó de mirarla, clavó la vista en un punto a lado de su tía, se escuchaban las respiraciones irregulares de los tres. -
aunque tal vez en el fondo pienso que quizás lo deseabas, me refiero a protegerme. Sé que pese a todo quisiste a mi madre, digo era tu hermana
- movía la cabeza con nerviosismo pero seguía sin verla, se oyó un balbuceo, un intento fallido de Petunia por decir algo, o puede que Harry estuviese alucinando. - Y en su nombre te perdono por ese odio que le profesaste en vida - cuando dijo aquello tuvo el valor de regresar a verla a los ojos.
- Tú lo has dicho, era mi hermana
-musitó y sin darse cuenta se acercó a él y le acarició la mejilla, el de gafas abrió grandemente los ojos, impresionado porque por las mejillas de su tía resbalaba aquel llanto contenido que él creyó haber visto; sus ojos estaban visiblemente rojizos y sus labios le temblaban igual que sus manos. Harry deseó en verdad poder abrazarla pero la mirada de ella le advertía que existía una barrera, esa que construyó por años. Petunia luchó para deshacerse de la armadura fría e indiferente que siempre se aseguró tener para estar alejada de sus sentimientos de cariño por su sobrino, lo miró por última vez como si lo fuese abrazar sin embargo se limitó a seguir acariciándole la mejilla
- Heredaste sus ojos, de ella, de Lily - dijo entrecortadamente, y más lágrimas se precipitaron.
- No sabes cuántas veces he escuchado eso, y no sé por qué esta vez me resulta tan diferente oírlo - confesó el pelinegro, sentía una oleada de afecto pero a la vez tensión.- El mismo color de los ojos de mi padre- murmuró, el de gafas la miró sin aire. Petunia abrió más sus ojos y de pronto retiró su mano bruscamente como si la mejilla de Harry quemara.
- Vámonos ya, Dudley - atajó repentinamente, el grito sacó de su conmoción al chico. Harry, a quien parecía estársele ablandando el rencor volvió a dejarse invadir por él, entonces eliminó toda señal de deseos de continuar ahí.
- Supongo que esto es el adiós definitivo - rotundizó, sin esperar respuesta se dio la vuelta dispuesto a marcharse; era una terminante despedida e irónicamente resultaba mucho mejor de lo que pudo haberla imaginado. Escuchó un sonido como un sollozo ahogado y luego unos pasos de tacones resonaron en el piso de granito; él cerró los ojos, tragó bocanadas de aire para evitar derramar lágrimas y cuando iba a avanzar una fría y sudada mano lo detuvo del brazo, Harry sorprendido regresó a ver.
- Gracias por salvarme la vida - exclamó Dudley, con un intento de sonrisa, que ni siquiera sabía si podía mostrarla sincera pero en serio lo era.
- Eres mi primo después de todo - expuso el ojiverde, encogiéndose de hombros, pero le devolvió la sonrisa.
- No sé si vayamos a volver a vernos - añadió Dudley.
- Quién sabe
la vida es misteriosa. Puede que cuando nazca mi hijo cambie de parecer - soltó, y no supo por qué.
- ¿Tendrás un hijo? - respingó boquiabierto, Harry asintió y sus ojos brillaron radiantes.
- ¡Dudley Dursley! - gritó su madre, él se sobresaltó porque nunca en la vida le había llamado de aquella forma; el de gafas también se sorprendió.
- Te deseo que
- se apresuró, pero no pudo terminar a pesar de que estaba haciendo muchos esfuerzos por decirlo.
- ¿Sea feliz? - concluyó la frase por él, Dudley asintió con un nuevo amago de sonrisa y salió a prisa del vestíbulo. Harry se quedó ahí, clavado al piso, ni siquiera entendía qué había pasado, o si realmente había sucedido.
- Debiste abrazarla, ella deseaba abrazarte pero no pudo rendirse ante su propio orgullo - dijo la voz paciente de Albus Dumbledore, sobresaltando al chico de gafas. El director estaba parado justo en la entrada del gran salón.
- ¿Por qué los invitó, Profesor? - inquirió con un gesto brusco, y sin querer sonó como si le estuviese reclamando.
- Son tu familia, es tu tía, Harry - señaló con voz condescendiente.
- Sí, pero
- quiso objetar.
- Y se hizo cargo de ti - señaló con reflexión.
- Porque usted la obligó, o debo decir la amenazó. Además supongo que no lo hizo de gratis - impugnó, con la voz cargada de resentimiento, ese que en este momento se anidaba en su interior.
- Nunca recibió dinero si a eso te refieres - reveló, con calma.
- ¿Cómo dice? - sus ojos esmeralda se abrieron impactados.
- Que jamás les pasé dinero - repitió, sin dejo de fastidio.
- Entonces
- se quedó sin palabras para refutar.
- Harry, a veces los seres humanos cometemos el error de cerrar nuestras emociones
por tantos motivos, uno de los peores, el odio
Y éste difícilmente se puede eliminar, es como un veneno que te invade
y eso nos hace perder a los seres que amamos. Pero créeme, ella quería a su hermana, aún la quiere. A Harry le pareció que más que dirigirse a él hubo un instante que creyó que Dumbledore estaba refiriéndose así mismo.
- Vamos ya, que la señorita Patil no debe de tardar en terminar su discurso - puso las manos sobre los hombros del muchacho y lo condujo hacia el salón.
- ¿Discurso?- alzó las cejas viendo a su director, luego sonrió un poco socarrón. - Idea de Luna - soltó una risita ahogada mientras negaba con la cabeza, como si ya estuviera acostumbrado a las raras ocurrencias de su amiga.
- Pienso que el señor Weasley es muy afortunado, tanto como tú
Ambos tienen por novias a dos chicas excepcionales
tanto como lo fue tu madre - comentó sonriéndole, y Harry se quedó pasmado; con un agradable sentimiento de sorpresa recorriéndole las venas, luego nerviosamente le devolvió la sonrisa mientras entraban en el gran comedor.
Se parecerá a ti,
bello reflejo de ti.
Crearás tu obra maestra de fantasía.
Caminará, lo sé.
Contigo el mundo porque,
seguirá tu paso justo en la nueva vía...
Mujer amiga mía.
Cuando entraron, efectivamente, Parvati estaba finalizando su discurso de recuerdos y buenos deseos para su generación.
- Es por eso compañeros que debemos ver hacia el futuro como nos enseñó la profesora Sybill en la clase de adivinación
- exclamaba con entusiasmo.
Harry iba a tomar asiento, Hermione se recorrió para cederle el lugar entonces él quedó ahora en medio del pelirrojo y la castaña; ella le dio la mano, y con la mirada brillando a través de las gafas le transmitió que luego le contaría qué había hablado con su tía. Ron en ese rato cabeceaba peligrosamente hacia el frente, el ojiverde le dio un leve codazo sobre el brazo para que su amigo no fuera a dar al piso; éste despertó algo sobresaltado, mirando alrededor asustado y confuso, todo le parecía borroso. Entonces soltó un profundo bostezo.
- No inventes, Parvati le hizo honor a la palabra discurso - se defendió el pelirrojo, ante la mirada significativa con que sus amigos lo miraban.
- Ron, ella no tiene la culpa de que te hayas desvelado - reprendió la castaña.
- Otra envidiosa - gruñó por lo bajo, pero la chica sí alcanzó a entenderle.
- ¿Qué dijiste? - sus ojos marrón lo miraban con advertencia.
- Que me tienes envidia a mí y a Luna porque tú y Harry no pueden
- expuso sin intimidarse. Las pupilas de Hermione sacaron chispas amenazadoras y sus mejillas adquirieron un rojo furia.
- Eres un
- le cortó, a punto de soltarle una palabra no muy propia.
- ¡Ya basta!, nos regañará McGonagall - los calló el ojiverde, mirándolos irritado; esperando que alguno de los dos demostrara prudencia. Hermione fue la primera en ceder, aunque eso no evitó que le lanzara una mirada de profundo disgusto al pelirrojo. Éste se encogió de hombros despreocupado, y regresó a ver a su amigo.
- Y a propósito Harry, ¿cómo te fue con tu tía? - preguntó con una mezcla de interés y un poco de preocupación.
- Luego te cuento, Ron - le dijo por lo bajo, porque justo en ese instante la profesora McGonagall se había puesto de pie y les lanzó una mirada severa, que el de gafas estuvo seguro que era para ellos.
- Bien, comenzaré con el último pase de lista de los alumnos de mi casa
Al escuchar su nombre quiero que pasen al frente, se les entregará un pergamino, una especie de carta simbólica para constatar que terminaron satisfactoriamente
aunque todos ya saben sus excelentes o desastrosos resultados.
- ¿Eso fue un halago o un reclamo? - con el entrecejo fruncido el ojiazul susurró a su amigo.
- Es McGonagall - respondió el ojiverde, encogiéndose de hombros.
- Tienes razón, nos elogió - concluyó el pecoso.
- Pero sobretodo quiero que sepan que estoy muy orgullosa de ustedes, muchachos
de todos, aunque no pertenezcan a Gryffindor
Los he visto crecer los últimos siete años y
mejor empiezo a leer o seguro me pongo a llorar- finalizó con la voz quebrada y sus ojos detrás de sus gafas de montura cuadrada se notaban visiblemente vidriosos.
- Excelente, nos confundió el ánimo - expuso sarcástico Ron.
- Dirás, infundió - corrigió la castaña.
- No, confundió. Porque yo no sé si me extrañará o está feliz porque me voy - subrayó el pelirrojo.
- En tu caso pienso que está feliz de que te vas - observó Hermione, con una sonrisita burlona. Los ojos azules le lanzaron una mirada envenenada.
- Señorita Lavender Brown - pronunció la profesora, y la chica rubia dio un rápido beso en la mejilla a su novio y pasó al frente. Seamus aplaudía efusivamente y chiflaba.
- Señor Seamus Finnigan - continuó el pase de lista, él fue hasta la mesa de los profesores y alcanzó a su novia.
- Señorita Hermione Granger- nombró McGonagall, y en su voz había un claro tono de orgullo; las lágrimas contenidas hacía un rato por fin salieron. La castaña apretó la mano de Harry e intercambió una mirada y una sonrisa cómplice con él. Los ojos esmeralda irradiaban de felicidad a través de las gafas. Todos aplaudían, sobre todo los señores Granger. Draco sonreía mientras aplaudía pero a Pansy este hecho no le molestó, ni le hizo sentir mal, por el contrario también aplaudió.
Siguió Neville Longbottom [cuya abuela derramó lágrimas, sonriendo] luego Parvati Patil
- Harry Potter - llamó la profesora, y como hacía siete años atrás todas las miradas se concentraron en él, pero ahora no eran agudamente curiosas sino más bien de agradecimiento. Por primera vez el chico no se sintió fuera de lugar y a pesar de estar siendo el centro de atención tampoco se sintió incómodo. Fue a saludar a los profesores y lo que le causó mucha más sorpresa fue que Snape le dijo <
éste ultimo alzó un brazo con el pergamino en la mano gritando << ¡Lo logré!>> como si hubiese sido un verdadero milagro; sus ojos azules localizaron inmediatamente a Luna entre la multitud. Ella sonreía radiante mientras brincaba como un conejito en su lugar, él le guiñaba un ojo con una sonrisita pícara dibujada en sus labios, dándole a entender que todo era por ella. Su familia aplaudía efusivamente, sobretodo la señora Weasley, quien sollozaba de orgullo.
A los Gryffindor le siguió el pase de lista de Slytherin, Snape llamó a todos por el orden alfabético de sus apellidos y uno a uno fue pasando: Millicent Bulstrode, Vincent Crabbe, Gregory Goyle, Daphne Greengrass
cuando llegó el turno de Draco Malfoy, éste se incorporó de su asiento y le tomó la mano derecha a Pansy, besándosela; y le sonrió de esa forma tan arrogantemente sexy que la chica contenía el aliento mientras sus mejillas se ruborizaban notablemente.
El pase de lista continuó con Jeremy Moon, Nigel Nott, Theodore Nott
luego Pansy Parkinson; a quien el ojigris esperaba para tomarse fotos con ella. Claire Tylor, y finalmente Blaise Zabini.
De la casa Hufflepuff la profesora Sprout nombró a Hannah Abbott, Susan Bones, Justin Finch-Fletchley, Agnes Ketteridge, Ernie Macmillan...
Finalizando con el pase de lista de Ravenclaw, el profesor Flitwick llamó a: Terry Boot, Mandy Brocklehurst, Michael Corner, Anthony Goldstein, Morag MacDougal, Padma Patil, Sally-Anne Perks, Lisa Turpin.
Todos los de séptimo volvieron a tomar sus respectivos asientos mientras el director les dedicaba unas palabras de felicitación, a continuación todos tiraron sus sombreros; y para sorpresa de los graduados se escuchó una canción de fondo.
http://www.youtube.com/watch?v=1vuu3AAB230
[Clip editado por mí especialmente para este songfic]
Los egresados se brindaron abrazos entre sus amigos, buenos deseos mientras Colin les tomaba fotos a los Gryffindor
Del otro lado del comedor un rubio Slytherin se quedó observando a la chica castaña, que en esos instantes estaba siendo felicitada por Parvati y Padma Patil.
- Si quieres despedirte de ella, ¿por qué no lo haces? - sugirió Pansy Parkinson, su voz se escuchó libre de cualquier dejo de maldad o celos; quizás una de las pocas veces que más sincera se había mostrado. Draco la miró con las pupilas dilatadas y una expresión de absoluta sorpresa. Pero no tuvo tiempo de reaccionar cuando su novia lo tomó del brazo y lo condujo hasta donde se encontraba la Gryffindor.
- Hermione - tocó su hombro, la aludida regresó a verla con las cejas contrariadas, esperaba que la Slytherin no planeara buscar pelea. Parvati y Padma intercambiaron miradas desconcertadas, luego se apartaron un poco.
- ¿Sí? - preguntó alerta. Harry, que en esos momentos hablaba con Dean y Seamus, se percató de esto.
- Draco
y yo
queremos desearles buena suerte - exclamó titubeante, cuando notó cómo el chico de gafas se había acercado con un gesto de advertencia. Repentinamente Pansy le tendió la mano a Hermione, y el ojigris sólo pudo atinar a hacer lo mismo; pero para mayor sorpresa de Harry y Hermione, también se la tendió al pelinegro.
- Creo que serán muy felices - expuso sonando sincero, el ojiverde y la castaña no supieron qué contestar. Entonces el rubio tomó a Pansy de la mano y con un asentimiento silencioso se dieron la vuelta para alejarse.
- ¿Qué fue eso? - preguntó extrañado Ron, que junto con Luna acaban de acercarse.
- No lo sé
- negó todavía sacado de onda, Harry.
- Yo sí
-murmuró la castaña, su novio y amigos la quedaron viendo confusos.
- Draco por fin es feliz - añadió con una sonrisa, observando a lo lejos cómo el rubio envolvía en sus brazos a Pansy. Harry, Ron y Luna intercambiaron miradas sorprendidas.
En ese momento un Ravenclaw de cabellos rubio paja y ojos verde miel tocó el hombro de la rubia.
- ¿Luna, te tomarías una foto conmigo? - preguntó esperanzado.
- Terry
-la ojiazul lo miró vacilante, Harry y Hermione miraron preocupados a su amigo pelirrojo; como preparados para una escena nada agradable.
- No creo que tenga tiempo, estará tomándose fotos con nosotros. Además ¿por qué tendría que tomarse una foto contigo? - atajó con voz ácida, y Luna notaba el enorme esfuerzo que estaba haciendo para no estallar.
- ¿Qué hay de malo si sólo es una foto? -inquirió Terry, con un tonito desafiante.
- Si sólo fuese una foto lo que quieres con ella - terció cada vez más alterado, pero aún conteniéndose para no partirle la cara al chico Ravenclaw.
- Vamos Ron, por favor ni que quisiera un hijo con Luna - bromeó Harry, tratando de eliminar la tensión. Hermione y Luna voltearon a verlo, con cara de esa no fue una buena idea exactamente; el de gafas se mordió los labios.
- Tienes toda la razón, Potter - dijo Terry, esbozando una sonrisa socarrona.
- ¡¿Qué?! - saltó el pelirrojo, con el rostro totalmente rojo furia, esa era la gota que derramó el vaso; pero cuando se le iba a echar encima al Ravenclaw justo llegó Ginny y lo jaló.
- Ron, mis papás seguro quieren fotos contigo
- lo arrastró, y sus amigos los siguieron; Luna le lanzó una mirada entre apenada y fulminante a Terry Boot, que a pesar de estar sonriendo bravucón se sintió decepcionado. Colin fue el único que se quedó ahí parado, aún estupefacto.
- ¡Ven Colin, y ni se te ocurra tomarle fotos a ese idiota! - le gritó su pelirroja novia, el chico sobresaltado, de inmediato se fue a alcanzarlos al vestíbulo.
- ¡Ginevra, debiste dejarme borrarle esa estúpida sonrisa de galancito a Terry Bobo! - reclamaba el pelirrojo, forcejeando para desasirse de su hermana.
- Ibas a arruinar la graduación, Ronald - recalcó obvia, Ginny. El pelirrojo aún respirando bruscamente, vio a sus amigos y luego a su novia, entonces tuvo que darle la razón a su hermana.
- Pero tú y tus oportunos comentarios, ¡no ayudas amigo! - sus ojos azules se clavaron con reproche en Harry.
- Harry sólo quería eliminar la tensión, Ron - señaló seria, Hermione.
- Bueno ya, no me tomé fotos con Terry
Mejor vamos a buscar a mis suegros - intervino Luna, sabía que su novio era capaz de seguir buscando pleito con sus amigos sólo para desquitar su coraje. Al escuchar aquellas palabras Ron se calmó, tan rápido como se pronunciaba la palabra Nox. Y es que escuchar de labios de Luna "mis suegros" lo inundó de una felicidad regocijante. El pelirrojo asintió con una amplia sonrisa y medio aturdido. Harry y Hermione intercambiaron una mirada, negando.
- Ah
mis papás ya se fueron - vaciló la pelirroja.
- Pero tú dijiste que
- comenzó su hermano.
- Papá dijo que nos esperarían en King's Cross - avisó, encogiéndose de hombros. Ron parecía que iba a alegar pero la chica dirigió su atención a la castaña.
- A propósito Hermione, me sorprendió que no hayas sido tú quien diera el discurso de generación - comentó la pelirroja.
- Bueno
Luna me lo ofreció a mí, aunque mejor dicho casi casi me exigió que yo lo diera - explicó, entonces sus ojos se deslizaron hasta Luna, con cierta indignación; Luna no se sintió inmutada. - Pero sinceramente creo que Parvati no lo ha hecho tan mal
-concluyó Hermione.
- Pues casi nos duerme, pero si lo hubieras dado tú es la hora que seguiríamos ahí dentro todos dormidos -dijo con un tono malicioso, Ron. Harry le lanzó una mirada envenenada, sabía que se estaba cobrando con su novia el inoportuno comentario que él había hecho hacía rato; aunque debía reconocer que el pelirrojo tampoco perdía oportunidad de molestarla.
- ¡Eres detestable! - exclamó enojada, sus ojos marrones fulminaban con la mirada al chico. Luna negó cansina, y Ginny también le miró feo.
- Hola, chicos - saludó una voz recién llegada.
- Hola, Neville - todos voltearon a verlo. El chico venía acompañado de su novia Agnes, quien felicitó a Harry, Hermione y Ron.
- Gracias, igualmente- dijeron los tres. Colin les tomó fotos a los graduados y también con Luna y Ginny; después a las chicas las llamaron Hannah y Susan, llevándose a Colin para que les tomara fotos. Entonces Neville se quedó conversando con Ron y Harry. La castaña regresó y tomó la muñeca de su novio para atraer su atención, él la tomó de la mano y se apartó un poco de sus amigos.
- Voy a cambiarme - avisó dándole un corto beso en los labios, acomodándole las gafas; él sonrió.
- Te espero aquí - dijo, volviendo a darle un rápido beso; ella asintió con una sonrisita, dándose la vuelta para subir las gradas.
- Hermione
- llamó de último momento.
- ¿Sí? - la chica regresó a verlo, él contuvo la respiración.
- Um
- exhaló pero no fue capaz de formular su cuestión.
- Tranquilo, mis padres ya se fueron
nos esperarán a la llegada del tren, en Londres - informó entendiendo en su nerviosa mirada lo que quería decirle. Le brindó una sonrisa comprensiva y él se quedó ahí, volviéndose a sentir demasiado torpe.
*******
Hello, me aparezco 20 días después de mi última actualización, ojalá les haya gustado este capitulito que por cierto está dividido en 2 partes, sorry.
Pido disculpas si el discurso de Dumbledore no fue exactamente algo digno de él, lo que pasa es que me faltó concentración y tiempo ¬¬
Dejen sus comentarios por favor!!!
Les agradezco mucho el tiempo que me regalan para leer este crazy y meloso fic
Denigranger, fatima28, YuliPotterGranger,antito griffindor, bellithaahp, rosaliebell
Mil gracias por sus comentarios, que me ayudan a continuar escribiendo.
Pronto la segunda parte.
Pd: Planeaba terminar este songfic para su segundo aniversario en la página, el 8 de Nov; pero por algunos problemillas familiares y escolares no creo que pueda. Aunque prometo actualizar más constante;)
Pd2: Pero primero antes de subir otro capítulo en este actualizaré "La sangre que nos une"
Anyeli Hazel Potter Granger
21 Oct 2010
Mujer Amiga Mía
[Parte2]
***
En mi mente estás,
yo te seguiré.
Sabes lo qué hacer,
sabes dónde vas.
Paulatinamente los alumnos fueron desapareciendo del vestíbulo, como en esas películas donde el protagonista es el último que se queda en un salón vacío mientras ve cómo los que lo rodeaban se marchan; de esa misma forma Harry vio a sus compañeros irse. Era extraño no escuchar el bullicioso ruido de charlas y risas de sus compañeros
siete años había pasado en ese colegio y ahora lo sentía tan desértico; nada parecido a cuando los veía marcharse después de terminar un curso, ahora no volverían, ni él tampoco.
El viento trajo un melodioso murmullo, un aroma a miel inundó el ambiente, entonces instintivamente giró el rostro viendo bajar las gradas del vestíbulo a Hermione
esa niña ahora convertida en mujer, que en su vientre llevaba el regalo más preciado. Y no sólo era para él, sino parte de él.
Vestía con unos capri blancos y un blusón de tirantes, color rosa. Sonreía angelicalmente, y él sonrió, cruzaron sus miradas, el corazón latió emocionado.
- ¿Listo? - preguntó, y él asintió pero sin poder pronunciar palabra. Hermione pasó su brazo por su costado, rodeándolo por el torso. Caminaron hasta la estación de Hogsmeade donde los esperaban sus amigos; la mayoría de sus compañeros había subido ya al tren, había mucho escándalo por las risas, tal vez los de séptimo no querían ser conscientes de que sería el último viaje de regreso, la última vez que estaban ahí como alumnos.
Ginny, Colin y Luna subieron al tren pero Ron se detuvo cuando vio que Harry y Hermione se quedaban parados en los escalones; el de gafas aún abajo, se giró para poder ver el castillo
ahí tan imponente como cuando lo avistó por primera vez.
- Regresaremos, Harry - le dijo Hermione, brindándole una sonrisa cariñosa, comprensiva, cómplice.
- Lo sé
- suspiró, luego terminaron por subir en el tren.
Mientras el tren emprendía su marcha vieron alejarse las altas torres del colegio, la nostalgia comenzó a invadirlo pero cuando Hermione tomó su mano él sintió que dejaban atrás un mundo de recuerdos para emprender el viaje a una vida distinta, una vida mejor, una vida juntos, siempre juntos
Para toda la vida.
Sensibilidad, y genialidad.
Cuántas cosas que,
reconozco en ti.
Llegaron a King's Cross a las nueve de la noche
todos los padres cuando bajaron sus hijos los recibían con gusto. Más los familiares de los de séptimo. El señor Weasley esperaba a sus hijos cerca de un pilar, Ginny se despidió de Colin en el tren ya que sus padres no estaban enterados de que estaban de novios; Ron se burló por esto. Luna los acompañaría a la madriguera.
Mientras abandonaban el tren
- ¿Entonces nos veremos en el auto? - preguntó Ron a Harry y Hermione, de lo que habían quedado en el transcurso del viaje.
- Sí, en cuanto nos vean ponernos de pie es que vamos a salir del restaurant - indicó la castaña, dirigiéndose al pelirrojo, a Ginny y a Luna; los tres asintieron.
- Por mí pueden tardarse lo que quieran porque tal vez podamos comer algo
- comenzó Ron, y sus ojos brillaron entusiasmados.
- No creo, recuerda que quedamos que iríamos a cenar a la madriguera, sólo podremos tomar un café o algo así... Además ya comiste mucho del carrito de dulces, ¡de verdad que no tienes fondo! - increpó Ginny, todos estuvieron de acuerdo con lo último. Los ojos azules de su hermano la fulminaron y de paso les lanzó una mirada resentida a sus amigos, incluida su novia; Luna pestañeó inocente.
- Pero eso será hasta como dentro de unas tres horas, no es justo
ellos sí comerán, ¿y nosotros qué
? tiene que valer la pena entrar a ese restaurant muggle - objetó el pelirrojo.
- Singulariza, estás hablando por ti - bufó Ginny, rodando los ojos; ella, Luna y Hermione ya estaban a punto de bajar los escalones de la salida.
- Ron, Ron - Harry se rezagó e intentaba llamar su atención en voz baja.
- ¿Qué? - lo regresó a ver el aludido.
- Si ves que alguno de mis suegros me quiere estrangular corres a auxiliarme - encomendó.
- Harry, si son igual de violentos que su adorable hija, ¡olvídalo amigo! - enfatizó al final, mirando a su amiga castaña que ya había bajado del tren.
- Oh, qué valiente amigo resultaste - ironizó el ojiverde.
- Ya te lo he dicho antes, soy solidario no suicida - recordó recalcando. El de gafas lo miró con aparente indignación; el pelirrojo hizo una mueca de que tal vez iba a arrepentirse, y tras una fuerte inhalación de aire aceptó.
- Ok, ok yo te rescato - acordó como si no le quedara de otra.
- ¿De qué vas a rescatar a mi novio, Ron? - inquirió Hermione, quien había vuelto a subir al tren, sobresaltando a los dos chicos.
- De
de
- titubeaba viendo a su amigo en busca de ayuda, pero el ojiverde tampoco supo qué decir. Ron ya no pudo seguir soportando esa mirada intimidante de su amiga y salió huyendo de ahí.
- ¡Luna por qué no me esperaste! - reclamó a su novia cuando hubo bajado del tren.
- Harry - Hermione lo regresó a ver demandante.
- Mira, tus padres ya te vieron - exclamó encontrando la excusa perfecta para salirse por la tangente. La ojimarrón negó un poco molesta, bajaron al andén y después de tomar sus baúles se dirigieron hacia los padres de Hermione; afortunadamente a Crookshanks se lo había llevado Luna y a Hedwig el pelinegro la envió a la madriguera desde la mañana. Mientras caminaban hacia los señores Granger a Harry le parecieron impacientes, sintió un retorcijón en el estomago, de pronto le dieron ganas de vomitar por los nervios.
- ¿Se lo diremos ahora? - le susurró con un hilo de voz a Hermione.
- Calma, ya habíamos quedado que los invitaremos a cenar al restaurant favorito de mamá - recordó la castaña, al ojiverde le costaba mucho siquiera recordar su propio nombre. Tenía necesidad de tomarla de la mano, sin embargo sus manos estaban heladas y sudorosas, y no quería que Hermione se diese cuenta lo torpe que seguía comportándose mientras ella caminaba tranquila y decidida.
- ¡Por fin! Se acabó la espera y el sufrimiento de verte partir. Ya no volverás a alejarte por tanto tiempo
no señor, nuestra hija será una universitaria normal - exclamaba la señora Granger, cuando con besos y abrazos recibió a su hija.
- Hola, a mí también me da gusto verlos - dijo con voz estrangulada por verse atrapada entre los brazos de su madre.
- ¿Oye, por qué no se acercó tu guapo novio? - preguntó repentinamente, cuando vio pasar al chico rubio en el otro extremo del andén.
- Draco ya no es mi novio, mamá - aclaró incómoda, sintiendo que las mejillas le ardían evitó la mirada de Harry; quien ahora molesto y sorprendido miraba a su suegra, y luego clavó sus ojos reclamantes en su novia.
- ¿Desde cuándo? - respingó la señora Granger.
- Um
hace como ocho meses - dijo vacilante, y la voz de seguridad se ausentó por unos segundos.
- ¿Y por qué no me lo habías dicho? - discutió.
- Ay mamá - Hermione rodó los ojos, separándose de su progenitora para saludar a su papá.
- Deja de agobiarla, Jean. Es bueno que nuestra hija no tenga novio, es muy joven para andar pensando en esas distracciones, lo mejor será que se concentre en sus estudios - señaló con seriedad el señor Granger, mientras abrazaba a la castaña; el sonrojo en su rostro de Hermione en vez de disminuir aumentó. Harry miraba la escena repentinamente irritado, los nervios y la torpeza fueron remplazados por unos deseos enormes de que sus suegros supieran que él era el novio de su hija. Estuvo a punto de estallar, de gritarles que no sólo eran novios, sino que estaban comprometidos, y que esperan un bebé; pero se encontró con la mirada marrón de Hermione y supo que sería una imprudencia hacérselos saber de aquella forma, así que se tragó sus arrebatados impulsos. Confiaba en que ella lo arreglaría todo y haría las cosas bien.
- Mamá, papá
¿recuerdan a mi amigo Harry, verdad? - interrumpió, tomando al de gafas de la muñeca, con la voz más serena posible que el ojiverde se sorprendió cómo ella comenzaba a tomar el control de la situación.
- ¿Y cómo no?, si nos has hablado tanto de él
El famoso Harry Potter - enfatizó el señor Granger, tendiendo la mano para saludarlo; Harry sonrió un poco aturdido y tomó la mano de su suegro. << ¿Famoso?>> - pensó, y vio a su novia. Sus ojos esmeralda brillaron, ella le sonrió y notó que sus mejillas se ruborizaban; en el fondo le causó una gran satisfacción enterarse de esto y más ver esa reacción en Hermione. La señora Granger también lo saludó, aunque sus ojos marrones se entornaron en él, y el pelinegro se sintió cohibido.
- Pues él vendrá a cenar con nosotros - intervino la castaña, sus padres la miraron con desconcierto.
- ¿Cenar? - terció su madre.
- Sí - le sonrió pestañeando.
- Pero yo creía que nos íbamos a ir directamente a la casa - expuso sorprendida.
- Mamá es mi graduación, no podemos dejar de festejar algo tan importante ¿no crees? - señaló digna. Sus padres intercambiaron una mirada, Jean Granger puso una mano sobre el hombro de su hija.
- Esperábamos poder darte la sorpresa de mañana llevarte a la casa de campo en Escocia, y pasar unas vacaciones ahí
- confesó. Hermione regresó a ver a su mamá y luego a su papá.
- Luego hablamos de ello, por ahora iremos a cenar ¿me lo conceden? - pestañeó linda. Sus padres sonrieron, conociéndola desde siempre sabían que no podían negarle nada a esa mirada.
- Además iremos a tu restaurant favorito, mamá. Ese que no vende comida que afecta la salud bucal - tranquilizó para convencerla, comenzando a caminar. Mientras la seguían sus padres intercambiaron nuevas miradas dándose a entender que su hija era tan persuasiva, y ellos ante ella tan influenciables. Harry caminaba junto a su novia mirándola con absoluta admiración.
Mujer del mañana,
el mundo tú tendrás.
Entre tus manos,
el mundo cambiará.
- Un smoothie grande de fresa, sin azúcar, por favor - ordenó la castaña, ya estando en el restaurant; y le entregó la carta al mesero. Harry aún miraba el menú, aunque realmente lo utilizaba para cubrirse de las interesadas miradas de sus suegros. Cuando Hermione terminó de pedir su madre la miró, aunque sus ojos se enfocaron en su mano derecha.
- Oye, qué precioso anillo, nunca te lo había visto
¿tú lo compraste o quién te lo obsequió? - preguntó bastante curiosa, tomó la mano de su hija y observó a detalle la sencilla sortija dorada formada por un circulo y en medio se leía la palabra Amor acompañada con un pequeño lirio color palo de rosa.
- Ah
- titubeó Hermione, mirando sorprendida que su anillo estaba transformado, pues ya no eran el topacio y la esmeralda. Intentando reponerse del desconcierto intercambió una mirada con Harry, y él le dio a entender que luego le explicaría. El ojiverde suspiró mostrándole una decidida sonrisa; era el momento, había llegado la hora de decirles que estaban juntos y que los harían abuelos. Al ver esos preciosos ojos marrones el miedo y los nervios se desvanecieron por completo.
- De eso quería hablarles, mejor dicho Harry y yo de eso queremos hablarles
- comenzó con determinación la chica, el de gafas asintió, brindándole su mano, que ella tomó de inmediato.
Del otro lado del restaurant
- Ya Ron, deja de ser tan tragón - reprendió irritada Ginny, al ver cómo su hermano engullía un pay de zanahoria como si se lo fueran a quitar.
- Afortunadamente Hermione patrocina estos alimentos - soltó una risita divertida Luna, sorbiendo de su malteada de vainilla.
- Sí
porque yo no tengo dinero muggle - dijo tragando, el ojiazul.
- Y sinceramente creo que lo que traigo no nos alcanzará para pagar todo lo que tú te estás comiendo - subrayó la pelirroja, alzando las cejas reprobatoriamente.
- Ni estoy comiendo tanto, porque este pay sabe raro - consideró el pelirrojo.
- Obvio, no tiene azúcar - señaló Ginny.
- Con razón - gruñó Ron.
- Pues para saberte raro, ya llevas tres rebanadas - remarcó con una risilla indignada.
- Ginny, comida es comida - resaltó obvio, su hermana puso los ojos en blanco negando y se incorporó, luego miró a su cuñada; Luna reía por lo bajo.
- Será mejor que vaya por papá o terminará asustando a la gente - suspiró al ver que su progenitor no paraba de hacerle preguntas a los meseros.
En la mesa de los Granger las cosas estaban un poco tensas
- ¿Y bien
? - inquirió a su hija la señora Granger, mirando de soslayo al ojiverde.
- Señores Granger - abordó el de gafas, ambos lo regresaron a ver, sorprendentemente él no se sintió intimidado; Hermione apretó su mano.
- Mamá, papá
Harry es mi novio - intervino la castaña, de inmediato las miradas de sus padres volvieron a clavarse en ella.
- ¿Qué? -respingó Jean Granger.
- Mamá
- quiso hablar.
- Jean, deja que nos termine de contar - apuntó su esposo.
- A ver jovencito
- pero ella miraba con exigencia al pelinegro.
- Se llama Harry - protestó la ojimarrón.
- Ok, Harry dinos ¿qué pretendes con nuestra hija? - preguntó directamente.
- Amo a su hija - exclamó con firmeza, el de gafas.
- Por favor Jean, dijo novios no que se van a casar - reprendió el señor Granger.
Harry y Hermione intercambiaron una mirada cómplice.
- Es que ese anillo me dice mucho - discutió Jean Granger.
- Hey - trató que sus padres la oyeran.
- Puede ser un simple regalo - señaló con tranquilidad, el señor Granger.
- ¡Me pueden poner atención! - pidió la castaña, pero ellos parecían tener su propia conversación como si los chicos no estuviesen ahí.
- ¿Un simple regalo? ese anillo es de compromiso - evidenció la señora Granger.
- Sí, es de compromiso - confirmó Harry.
- ¿Cómo dijiste? - fue entonces que Jean Granger le prestó atención viéndolo con los ojos dilatados, Hugh Granger se quedó impactado pero no dijo nada.
- Que es de compromiso - repitió el ojiverde, respirando con seguridad mientras su mano seguía unida a la de Hermione.
- ¡Piensan casarse tan jóvenes! - exclamó escandalizada.
- Sí, porque nos amamos - puntualizó el de gafas, sentía que su suegra lo miraba incrédula y a la vez fulminante. El padre de Hermione permaneció en silencio, porque al parecer su mente ya no estaba ahí.
- Pero es que nuestra hija apenas dejó el colegio
todavía es una niña - balbuceó la señora Granger, como refutando.
- Agrrr ya ¡Van a ser abuelos! - se exasperó Hermione, sus mejillas tenían un marcado color ciruela.
- ¡¡¿¿Qué??!! - vociferó el señor Granger, que con esta declaración de golpe había salido de su trance.
- Estoy embarazada - repitió con más firmeza la castaña, apretando la mano de su novio; Harry sintió que su mano se entumía.
- ¿Cómo dices? - exhaló con un hilillo de voz la madre de Hermione.
- Que vamos a tener un bebé - reiteró Harry, y sintió que si antes ya se le habían desvanecido los nervios ahora ya ni siquiera había rastro de ellos. Los ojos de Jean Granger estaban desorbitados, su rostro había adquirido una palidez alarmante y de pronto se desplomó en los brazos de su esposo.
- ¡¡Jean!! - gritó asustado, Harry y Hermione se sobresaltaron.
- Es una broma, ¿verdad? Dime que estoy soñando
-masculló.
- Pues no - negó el señor Granger, un poco contrariado; él tampoco asimilaba el hecho.
- No fue tan difícil - se dijo el ojiverde, como un comentario divertidamente sarcástico; Hermione lo volteó a ver un poco ansiosa.
- Supongo que él es el padre - sentenció Jean Granger, recuperándose y clavando sus ojos inquisidores en Harry; él recobró el trauma.
- Eso es lo que trataba de decirles -intervino Hermione, aligerando la presión en la mano de su novio pero sin soltarlo.
- Mira tú, no soy tonta
que los niños no se hacen por obra de magia. Entonces este joven y tú tuvieron que... - habló muy rápido, de la misma manera que suele hacer su hija cuando está nerviosa o alterada; y se detuvo hiperventilando.
- ¿Hacer el amor? - concluyó la castaña, entrecerrando un poco los ojos, preparada para los gritos de su mamá. Harry miró a su novia, pensando que no debía provocar de esa manera a su progenitora.
- ¡Jean! - volvió a gritar su esposo porque ella había vuelto palidecer.
- Nace como a finales de enero, y se llamará Hayyim - siguió hablando Hermione.
- Qué lindos, hasta el nombre ya tienen - ironizó con la voz agudamente melosa, viendo a su esposo y luego clavando su mirada furiosa en su hija y en su yerno.
- ¿Para cuándo pensaban decírnoslo? ¿cuando se notara o qué? - inquirió frenética.
- No mamá, cálmate - intentó tranquilizarla, pero sinceramente Jean Granger estaba que mataba con la mirada.
- Mira, mi bebé es lo mejor que me ha pasado en la vida
- inició con voz sincera.
- Nos ha - la corrigió el de gafas.
- No puedo creer que tú y él hayan - decía pero sin mirarlos, sus ojos marrones estaban fijos en un punto de la mesa como repitiéndose la idea hasta pretender digerirla.
- ¿Hecho el amor? - vaciló la castaña, Harry apretó los labios. - ¿Eh
? - su madre volvía a perturbarse.
- Deja de decir eso delante de tu madre - censuró su progenitor, que parecía más calmado que su esposa, o era que tal vez aún tenía la leve esperanza que todo fuese una broma de su hija; aunque para como la conocía eso era totalmente imposible.
- Por favor es algo normal, ¿entonces cómo vine yo? - replicó Hermione.
- Sí, bueno... Pero nosotros teníamos cinco o seis años más de los que tú y tú, tienen ahora - señaló con gravedad su padre.
- Harry cumplirá dieciocho en julio, y yo diecinueve en septiembre. Sólo cuatro años menos de los que ustedes tenían cuando yo nací - desmintió, las miradas de sus padres se clavaron en ella con un destello de asombro como si su hija de pronto se hubiese vuelto cínica.
- No se trata de eso, se supone que en este colegio están bien vigilados - impugnó apretando los dientes la señora Granger, tratando de recobrar la calma mientras respiraba pausadamente.
- Ya, Jean - la detuvo su esposo, notando que ella temblaba y en verdad estaba haciendo un esfuerzo descomunal por no ponerse a gritar
- Nada, Hugh - se zafó de su mano, mirando a su hija con una mezcla de conmoción y a la vez de reproche. Hermione se sintió culpable, pero eso la hizo pensar que de todo esto no habría nada de lo que se arrepentiría.
Se parecerá a ti,
bello reflejo de ti.
Crearás tu obra maestra de fantasía.
Caminará, lo sé.
Contigo el mundo porque,
seguirá tu paso justo en la nueva vía...
Mujer amiga mía.
- ¿Y qué, cuándo es la boda? - inquirió entre una fuerte aspiración de aire.
- Aún no tenemos fecha - respondió la castaña, y su papá exhaló un resoplido que acompañó el sonido molesto que había soltado su esposa.
- Piensan ser de esas parejas liberales que de buenas a primeras se dejan - condenó ironizando.
- ¡Eso Nunca! yo amo a su hija con todo mi ser. Primero me muero antes de dejarla - exclamó poniéndose de pie, sujetando firmemente la mano de Hermione contra su pecho y viendo sin rastro de duda o temor a sus suegros.
- Eso se puede arreglar - Jean Granger se puso de pie también, sus pupilas marrones desprendían un brillo asesino.
- Ya mamá -atajó Hermione, incorporándose a lado de Harry.- Si les dijimos es porque no queríamos continuar manteniendo lo nuestro oculto, son mis padres y tenían que enterarse de que no nos avergonzamos de nada y no tenemos por qué. Bien pudimos casarnos y decirles que serían abuelos hasta después de la luna de miel, ¿querían una mentira? - explicó con seriedad. Su mamá se quedó de una pieza, y lentamente se sentó nuevamente, limitándose a respirar; parecía estar meditando todo.
- ¿Y tú no dices nada, papá? - preguntó la ojimarrón, buscando su mirada; hasta ahora su padre no había opinado al respecto, y su expresión era inescrutable. Sin embargo Hermione lo conocía, y si bien ella había heredado el carácter explosivo de su mamá, también tenía claro de quién había heredado la parte reflexiva y racional. Sus ojos de un color café claro se encontraron con los de su hija.
- Herm, sabes de sobra que no es esto lo que esperaba para ti
pensaba que saliendo de ese extraño colegio retomarías tu vida normal en la universidad que ya habíamos elegido, y podrías estudiar una carrera mágica después. Enterarme de que serás madre no me agradó, más cuando mi niña apenas está dejando de ser adolescente... - comenzó con voz seria, y las mejillas de la castaña ardieron, pero no bajó la mirada. Harry a su lado sostuvo su mano, y él también sintió que su rostro ardía.
- Pero eres nuestra hija, la única
y no te daremos la espalda. Más aún si tú y el padre están conscientes de la responsabilidad que se les viene encima. Porque al hacérnoslo saber significa que la tienen, ¿o me equivoco? - prosiguió con la misma seriedad pero sin dejo de ira, luego los miró fijamente.
- No, Harry y yo estamos juntos en esto
y si supieras la de obstáculos que tuvimos que vencer para estarlo - respondió con la voz firme y segura.
- Entonces nosotros no seremos uno más
Tienes nuestro apoyo - concluyó determinante.
- Jean - puso una mano sobre el brazo de su esposa, ella seguía mirando a los chicos con la expresión enfurruñada, pero ya luego se relajó y soltó un suspiro.
- Supongo que no me queda más qué decir, ni modo que lo regresen, ¿verdad? - ironizó, mostrando una media sonrisa.- Pero eso sí, no quiero más nietos después de que
¿Hayyim?... nazca - advirtió con gravedad, aunque al mencionar el posible nombre de su nieto sonrió. Harry y Hermione intercambiaron una mirada y comenzaron a sonreír. Luego ella fue hasta su padre y se lanzó a sus brazos.
- Gracias, sabía que ustedes no me darían la espalda - le dio un beso en la mejilla.
- Eres y siempre serás mi niña - la tomó por el rostro y también besó su mejilla.
- Nuestra - carraspeó Jean Granger, con su modo de voz más terso, mientras acarició la mano de su hija. Harry sonrió respirando libremente.
Dicen que después de la tormenta viene la calma, y eso Harry lo comprobó pues cenaron con una extraña tranquilidad, parecía que los señores Granger trataban de digerirse la idea de que serían abuelos; eso no evitó que sus miradas repararan seguido en él, quien se sentía sorprendentemente aliviado, y en su interior había una inmensa felicidad porque al fin sus suegros estaban al tanto de la verdad.
Caminará, lo sé.
Contigo el mundo porque,
seguirá tu paso justo en la nueva vía...
Mujer amiga mía.
Cuando caminaban al estacionamiento Jean Granger tomó a Hermione por el brazo y la pegó a ella.
- Por cierto, ¿cómo sabes que no será una nena? -preguntó con un tono enternecido.
- Mamá - la castaña negó, y sus pestañas entre cubrieron sus ojos, que brillaron porque estaba sonriendo divertida por la pregunta de su progenitora.
- Sería genial tener una nieta - expuso su anhelo.
- Es un niño - subrayó segura, y su mamá hizo una mueca de aparente puchero; Hermione soltó una risita risueña.
El señor Granger caminaba a lado de su yerno, como si quisiera entablar una conversación casual pero a la vez importante.
- Hermione nos habló acerca de ti
tus padres ya no están, ¿cierto? - preguntó con un tono cauto. Harry sintió una leve punzada de tristeza, y asintió.
- Pero están los Weasley, que es como si lo fueran - expresó a continuación.
- En algunas ocasiones he conversado con Arthur Weasley
y me parece un hombre sensato, me gustaría poder hablar con él acerca de esto - añadió.
- Estoy de acuerdo, pero así como apenas les dimos la noticia a ustedes, a ellos también se los haremos saber muy pronto - explicó el de gafas. Su suegro le dio unas leves palmadas en el hombro, y el chico sonrió un poco vacilante.
Llegaron al auto de los Granger, un Jetta del año 97 color azul marino
Hugh Granger retiró la alarma y se deslizó en el asiento del conductor. Hermione se quedó parada, y se acercó para tomar a Harry de la mano.
- Hermione, sube al auto - apremió su mamá, con una mirada recelosa, sosteniendo la puerta del copiloto sin entrar en el auto. La castaña aspiró aire con profundidad y mirando unos instantes a su novio regresó su mirada a su progenitora.
- Mamá, me voy a ir con Harry - soltó con firmeza, y el ojiverde apretó su mano.
- Dijiste que no pensaban en casarse por ahora - sonrió un poco tensa, como si pensara que su hija bromeaba. Su esposo salió nuevamente del auto, aunque él ya intuía algo.
- ¿Pero recuerdas lo de las vacaciones en la casa de mi amigo Ron? - señaló.
- Oh
bueno, es que creí que pasarías unos días con nosotros y más tarde irías
pero supongo que como todo, está cambiado el plan - expresó con voz abatida. Caminó hasta su hija y la tomó de los hombros.
- Vendrás después de que el verano termine, ¿verdad? - preguntó con petición, su voz se escuchó vulnerable.
- Para mi cumpleaños me tendrás en casa - concedió, ambas tragaron saliva y los dos pares de idénticos ojos marrones se cristalizaron; Jean Granger haló a su hija hacia ella uniéndose en un fuerte abrazo. Harry sintió que era un momento difícil, él jamás se planteó la idea de cómo sería la despedida de sus padres, porque simplemente no tenía esa posibilidad; no obstante lo que estaba presenciando era algo impresionante que le provocó repentinas ganas de llorar. La señora Granger besó las mejillas de la castaña, y luego se metió rápidamente en el auto; su esposo intercambió una mirada con su hija y tras un entristecido suspiro volvió a entrar en el carro. Hermione se despidió moviendo su mano, y no pudo contener las lágrimas, mismas que también resbalaban por las mejillas de su madre.
- ¿Lista? - preguntó con suavidad el pelinegro, pasando su brazo por su cintura y abrazándola hacia él. La chica asintió cuando el carro de sus padres arrancó y emprendió la ida; se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.
- Hermione, lamento haberme comportado tan torpe
absurdamente nervioso por decirles a tus padres sobre lo nuestro, y sobre nuestro bebé - declaró avergonzado. Una comprensiva sonrisa se dibujó en los labios de la castaña, se giró y puso sus manos sobre el pecho de su novio.
- Harry, sabía que tú no perderías ese valor que te caracteriza - exclamó, metiendo sus manos en los rebeldes cabellos del ojiverde. El de gafas cerró momentáneamente los ojos, sintiendo las caricias, luego fijó su mirada en la de ella.
- Viendo tus ojos puedo obtener el valor ante cualquier cosa, hasta delante de unos suegros
aprensivos -dijo acariciándole la mejilla, finalizando con la palabra más delicada posible, aunque sonreía maliciosamente. - Más bien una suegra bastante extrema - añadió ante la mirada de advertencia que la chica le mantuvo desde que oyó la sutil critica a sus padres.
- ¡Harry! - se mordía el labio inferior para disimular su sonrisita divertida, tratando de mantener una expresión indignada. Pero él no la dejó seguir haciéndose la enojada porque la tomó de la barbilla y la besó. Hermione comenzó a profundizar el beso cuando alguien los llamó con un modo de voz como si se estuviese conteniendo una burlona risa.
- Harry, Hermione
¿ya nos vamos? - preguntó su pelirrojo amigo, con esa sonrisa socarrona bien oculta.
- Sí, Ronald - contestó la castaña, fulminándolo con la mirada.
- Mi padre, y Ginny nos esperan en el auto - avisó, dándose la vuelta; Luna estaba unos pasos más allá de él, y miró a sus amigos como avergonzada por haberlos interrumpido. Tanto Harry como Hermione negaron sonriendo, dándole a entender que estaban acostumbrados a la forma de ser de Ron, la rubia también sonrió. El ojiazul se giró para ver nuevamente a sus amigos, su expresión burlona ya era evidente.
- Saben, desde acá se ven tan lindos
y hace rato se veían tan seguros, por eso no intervine que conste - comentó con un tono intelectual. El de gafas y la ojimarrón intercambiaron otra mirada y volvieron a negar soltando una leve risa. Ron se encogió de hombros, con humor. Entonces continuó avanzando, pasó a lado de su novia y la cargó por la cintura de la forma que tenía acostumbrado hacer, como si Luna fuese una pequeña tabla de surf. Harry y Hermione continuaron riéndose unos segundos siguiéndolos con la mirada vieron llegar a sus amigos hasta el Ford Anglia azul turquesa. El pelinegro se dispuso a caminar cuando la mano de la castaña lo detuvo.
- ¿Harry, qué le pasó a mi anillo? - preguntó desconcertada. El ojiverde sonrió misterioso, ella entornó sus ojos en él de manera significativa.
- Es mágico, toma la forma que le den tus emociones - reveló, ella abrió levemente la boca y movió los labios como si tratara de decir algo pero no encontrara las palabras.
- ¿Por qué antes era una estrella y un rayo, y se mantuvo así? - soltó confusa.
- Porque fui yo el que lo
- el de gafas desvió la mirada y sus mejillas se tornaron ruborizadas.
- Oh, bien
es que siempre lo vi así - comprendió, arrugando la nariz con esa sonrisa condescendiente que siempre le brindaba cuando él hacía alguna travesura.
- Sabes, me sorprendió y a la vez fascinó que hoy tus emociones le dieron forma con todos esos elementos como la palabra Amor.
- Es amor puro y verdadero lo que nos une, Harry - señaló, besándolo.
- El lirio
- mencionó a escasos centímetros de sus labios.
- Sí, estaba pensando en tu mamá - confesó la ojimarrón.
- Y el círculo dorado
es porque representa la unión de nosotros - agregó, y en respuesta las pupilas esmeralda irradiaron. La volvió a besar y mientras el beso se intensificaba Ron gritó: ¿Nos vamos o qué?- pero su voz fue ahogada como si le hubiesen tapado la boca y alguien más lo hubiese jalado hacia el interior del auto. Sin embargo Harry y Hermione ni siquiera se percataron de todo esto, para ellos el mundo alrededor estaba desaparecido; el aire que los rozaba era como la fresca atmósfera de su propio universo.
***
Song: Mujer amiga mía
Intérprete: Eros ramazzotti
***
Hola
¿Ya contando los días que faltan para el estreno?
Yo estoy mega emocionada, porque acá en mi ciudad se estrena el 17 a las 10:30 de la noche y yo ya tengo mi boleto ^^
Además haré lo imposible por ir a la capital del país ya que viene Tom Felton!!!
El amor de mi existencia XD así que yo tengo que estar ahí.
¿Vieron la premiere en Londres? Estuvo increíble!!!
Bueno gracias por su tiempo ojalá les haya gustado esta segunda mitad del capítulo, por favor déjenme sus comens que son súper importantes para mí.
Y mis más sinceros agradecimientos a
Antito griffindor, YuliPotterGranger, Hermione Crazy y a rosaliebell
De verdad mil gracias, con sus comens me ayudan a continuar este crazy songfic que ya se acerca a su final, hace 4 días cumplió 2 años en potterfics y quería finalizarlo para ese día pero aún le cuelgan más de diez episodios así que quizás para año nuevo ya lo haya podido concluir jeje
Saludos
Anyeli Potter Granger
12/Nov/10
49
We Can Go Anywhere
***
Slow down
Reducir la velocidad
Things have been a little crazy
las cosas han sido un poco locas,
Right now It's time to get away
ahora es el momento de salir
You can find out
Puedes encontrar
What it is you're really after time is on our side
Que el tiempo está de nuestro lado
C'mon we're leaving everything behind
Vamos estamos dejando todo atrás
Harry y Hermione avanzaron tomados de las manos hacia el Ford Anglia; las radiantes sonrisas que mostraban sus labios eran tan naturalmente inconscientes, un mero reflejo de sus emociones.
- Por fin
-gruñó Ron, cuando los vio llegar; ocupaba el asiento del copiloto, Luna estaba sentada a su lado, con la espalda acomodada sobre su pecho jugando con los dedos de la mano izquierda del pelirrojo. Al escucharlo le dio un leve golpe con el codo, y él se frotó el costado viéndola sorprendido. Pero Ginny, justo detrás de su hermano, le propinó un fuerte golpe en su hombro; por su parte su padre se limitó a mirarlo negando. Mientras Ron se sobaba y veía de fea manera a su hermana, el ojiverde y la castaña se deslizaron en el asiento trasero, donde estaba la pelirroja; pero como el auto estaba encantado cambian perfectamente. Ginny les sonrió.
- Espero que cuando lleguemos la cena no esté fría - comentó a continuación, y su hermana volvió a lanzarle un puñetazo.
- Bueno ya estuvo bien - protestó, la pelirroja le sonrió con suficiencia. Luna soltó una baja risita, y su novio la miró resentido. Harry y Hermione se imaginaban que su pelirrojo amigo los había estado criticando mientras ellos llegaban. El señor Weasley arrancó justo al mismo tiempo que Ron casi suelta una imprudencia, el ruido del motor evitó que su padre escuchase: ¿Y cómo tomaron la noticia de que serán abue...?
- ¿Y cómo les fue? - arregló, bajo las miradas tensas y otras fulminantes.
- Excelente
mis padres ya sabían que iríamos de vacaciones a casa de ustedes
así que sólo se los recordé y ya no pusieron objeción - respondió la castaña, con un tono exageradamente normal. El pelirrojo miró a su amigo, Harry apretó los labios como diciendo <<esta conversación debía ser para después>> Y luego intercambió una mirada con su hermana, la pelirroja se rió de su expresión incrédula.
El cielo nocturno estaba lleno de estrellas, el fresco aire nebuloso se colaba por las ventanillas entre abiertas.
El viaje hacia la madriguera fue tranquilo; afortunadamente Hermione se quedó dormida sobre el pecho de Harry. Así ya no pensó en el hecho de que estaban volando. La rubia iba muy callada, y a cada rato soltaba pequeños bostezos
- Luna, también deberías dormirte
luces bastante agotada - observó Ginny, con un tonito socarrón y mirando "disimuladamente" a su hermano.
- De algún modo todos estamos cansados por lo de la graduación
tú obvio no porque te fuiste a dormir temprano ¿no es así?- terció con burla, el pelirrojo. Los ojos castaños de su hermana lo fulminaron, y por sobre las pecas de su rostro apareció un color rojizo que era una mezcla de enojo y pena.
- En ese caso Luna no debería estar desvelada, porque desapareció del baile como a las diez de la noche - contraatacó sonriendo maliciosa, y las orejas de Ron se encendieron, aunque no más que sus mejillas. El señor Weasley acostumbrado ya a las indirectas que siempre se lanzaban sus hijos, se limitó a hacer una mueca resignada y siguió conduciendo. Luna, demasiado adormilada como para intervenir, mejor se acomodó sobre el cuerpo de su novio y por fin se quedó dormida; Ron la rodeó con sus fuertes brazos.
El de gafas negaba pero sonreía divertido, sus amigos pelirrojos lo regresaron a ver y le brindaron una sonrisa ya desenfadada.
Pasó un rato en el que ya nadie dijo nada
Harry se mantuvo acariciando el brazo de Hermione como gesto arrullador, y a ratos depositaba un beso sobre su cabeza. Para él verla allí, con los rayos de la luna reflejados sobre sus castaños cabellos, y durmiendo tan tranquila entre sus brazos
lo hacía sentirse indescriptiblemente feliz.
You know that sun is shining
Sabes que el sol está brillando
We'll keep driving
Vamos a seguir conduciendo
Doesn't matter where
No importa dónde
'Cause we got that open highway
Porque tenemos que abrir la autopista
Leading our way
Nuestro camino
As long as you are there
Mientras estés allí
We can go anywhere
Podemos ir a cualquier parte
We can go anywhere
podemos ir a cualquier parte
Llegaron a la madriguera pasada la media noche
En cuanto los vio atravesar el umbral Molly Weasley jaló al menor de sus hijos varones.
- ¡Bienvenidos! ¡Oh Ronnie, estoy tan orgullosa de que te hayas graduado! - lo llenaba de besos mientras lo tenía sujeto por las mejillas.
- Es que con nosotros no tuvo ese privilegio - declaró burlonamente Fred, quien venía bajando las gradas.
- Pero al pequeño Ronnie qué otra le quedaba - agregó George con ese mismo tono bulón, llegando justo detrás de su gemelo.
- Hola, graduado
llegas tarde para la celebración, por poco la cena se convierte en desayuno
y mi estomago es quien sufre - dijo a su hermano menor, rescatándolo de su progenitora.
- No se habrán comido mi cena - reclamó, viendo primero a George, quien era el que lo había salvado. El gemelo negó intercambiando una mirada con Fred, ambos estaban siendo cómplices maliciosos para molestarlo.
- Pues a ti sí que te hace falta comer - observó Fred arrugando el entrecejo; acababa de saludar a Harry y a Hermione, quien estaba rodeada por los brazos del ojiverde y aún lucía somnolienta.
- ¡Es verdad! Cariño, estás muy flacucho... No me dirás que estás a dieta - exclamó con gravedad, evaluando con la mirada la masa corporal de su hijo.
- ¿Dieta?, ¿tu hijo
? el tragón número uno - Ginny ironizó riéndose. Ron le lanzó una fea mirada, y sus mejillas enrojecieron.
- ¡Y qué dieta!, la de la luna - el de gafas soltó el comentario de forma intencionalmente burlona. Ron se atragantó con su propia saliva, Luna se movió incómoda y sus pupilas azules se dilataron con sorpresa para luego entornarse clavándolas furiosas en el pelinegro.
- Hola Harry, ¡otro graduado! -estrechó su mano George, como si apenas reparase que el ojiverde estaba ahí.
- Tendrás que dejarla - apuntó seriamente la señora Weasley.
- No creo que quiera - el de gafas contenía una risita; y los gemelos, quienes ya habían entendido la burla, se carcajearon sin disimular.
- Si tu noviecito sigue de bocón
te podrías quedar sin novio, amiga - gruñó entre dientes la rubia, parada a lado de Hermione; la ojimarrón negó pero no podía dejar de pensar que el comentario de Harry era gracioso. Molly Weasley volteó a ver al de gafas y también lo estrechó en sus brazos con fuerza maternal. Todos se rieron al ver el tono rojo estrangulado que adquiría el rostro del pelinegro.
- Harry... a ti te noto un poco repuestito, has estado comiendo - observó con cariño.
- No tienes idea
¡se ha vuelto un glotón! Toda la comida que yo no me como él me la quita
él y Hermione - Ron expuso con un tono fingidamente sufrido, ahora era su turno de burlarse como venganza.
- Hermione tú también, como que estás más llenita - dijo con delicadeza Molly. Pues aún no sabía si la castaña en verdad la había perdonado, aunque haber aceptado ir a la madriguera era un indicio bueno.
- Ay mamá, a ella
tendrás que irte acostumbrando a verla cada vez más llenita -decía tratando de contenerse la risa, disimulando su sonrisita socarrona.
- Si él sigue hablando la que se va a quedar sin novio eres tú - advirtió la castaña a Luna.
- ¿Por qué? - preguntó curiosa Molly.
- Señora Weasley
- comenzó Harry, buscando la mirada de su novia, y la castaña entendiendo lo tomó de la mano.
- Ay mamá, Hermione está embarazada - soltó abruptamente el pelirrojo.
- ¡¿Qué?! - gritó escandalizada. Los gemelos exclamaron con sorpresa, pero como celebrando.
- Sí, vamos a tener un bebé - confirmó el ojiverde, viendo con una mezcla de reproche e irritación a Ron. Era la segunda vez que su amigo se adelantaba a revelar algo que les correspondía decir sólo a él y a Hermione.
- ¡Quién te crees Ronald Weasley! ¿nuestro vocero oficial o qué? - reclamó la castaña, mirándolo asesinamente.
- Agrégale que tendrás que acostumbrarte a verla peor de histérica - añadió, y por si las dudas se resguardó detrás de Luna.
- Pero
¿cómo pasó? - balbuceó Molly, apenas recuperando el habla y poco a poco el color del rostro.
- Ay mamá, no les preguntes, no creo que sea cómodo para ellos contarte - intervino con sarcasmo burlón, y su madre se sonrojó.
- ¡¡¡RONALD!!! - gritaron cuatro voces: la de Luna, la de Ginny la de Hermione y la de Harry. Él pegó un brinco pero continuó actuando como si nada.
- Sabía hasta qué punto había llegado su relación...- dijo sentándose en el sillón más cercano, lucía muy afectada. - Aunque jamás esperé esto, al menos no tan rápido
-añadió respirando profundo.
- Pues yo lo veo muy lento -rió Ron.
- Lento vas a quedar tú si sigues hablando, hermanito - amenazó la pelirroja, y su hermano se estremeció un poco borrándosele la sonrisa.
- De hecho se los íbamos a contar a usted y al señor Weasley en el almuerzo de mañana
porque los veo como si fueran mis padres
- seguía sosteniendo entre su mano la de Hermione, y ella se la apretaba igual o más que cuando se lo confesaron a sus papás.
- Pero gracias a Ron se enteraron antes - finalizó, y sus ojos esmeraldas continuaban lanzándole chispas asesinas a su pelirrojo amigo.
- ¿Para qué tanto rollo? querías que mi madre te armara una escena como la que te hizo tu suegra - el ojiazul se tiró en el sofá junto a su progenitora, queriendo aparentar estar relajado.
- ¡Bueno, ya! -intervino Luna, porque sino seguramente en verdad se quedaba sin novio; ya fuese por culpa de Harry y Hermione, de Ginny o de su propia suegra, quien miraba a su hijo con ojos reprobadores.
- No vamos a hacerlos sufrir
porque Harry y Hermione ya me perdonaron por lo que les hice antes - Molly Weasley se puso de pie.- ¿Verdad que me has perdonado, Hermione? - esta vez vio directamente a la castaña.
- Señora Weasley
- sonrió la ojimarrón.
- Si me perdonaron a mí, madre, que fui la que más los ofendió e hizo daño - expuso Ginny, con un tonito avergonzado.
- Ginny, sabes que todo eso quedó atrás - señaló Hermione, regresando a verla; la pelirroja asintió, no dejaba de pensar que la castaña era una gran persona porque ella en serio no sentía merecerse que le hubiese vuelto a hablar y sobre todo recuperar su amistad.
- Lo mismo le digo a usted, señora Weasley - asentó, entonces fue y la abrazó. Molly Weasley le correspondió, aunque no la apretó porque a partir de ese instante iba a cuidar de su embarazo como si de verdad ese bebé fuese su nieto. Cuando se separaron se secaba las lágrimas con su delantal, luego se lo quitó.
- Sé que deben estar muy cansados
- dijo viendo a todos los recién llegados.
Hermione regresó para envolverse nuevamente en los brazos de Harry.
- Sobre todo tu hijo Ron, madre - comentó Ginny, y una sonrisita socarrona se asomó en sus labios. Sucedía que el pelirrojo acaba de soltar un gran bostezo.
- Pues Hermione y yo ya dormimos en el camino - señaló Luna, para desviar la atención del malicioso comentario de su cuñada. Los gemelos se estaban dando cuenta de todo, y reían por lo bajo.
- Pasemos al patio
que esta cena de media noche es en honor a ustedes - condujo la señora Weasley, y en se rato su esposo entró en la casa y le dio un beso en la mejilla.
- ¡Oh, comida! - exclamó gustoso el ojiazul, caminando rápidamente hacia afuera.
- Hasta el sueño se te fue
De verdad Ron que tú no tienes llenadero. Luna dile a tu papá que se preocupe porque el Quisquilloso podría quebrar por culpa de este barril sin fondo - rió, y la rubia no pudo negar que era una observación chistosa. Se escuchó cómo los tenis del pelirrojo frenaron en el piso de madera.
- ¡Ginny! - gritó a su hermana, viéndola con una mirada envenenada.
- Sigue con tu camino, hermanito - continuó riéndose sin inmutarse, y pasó a su lado dándole palmaditas en el hombro. Luna, Harry, Hermione y los gemelos se dirigían al patio trasero.
- Hermione, tienes que alimentarte muy bien por ese bebé - le dijo la señora Weasley, cuando llegaron al exterior.
Afuera habían colocado unas bancas de madera alrededor de una larga mesa con manteles blancos, surtida con un pastel de dos pisos en el centro y rodeado de bebidas y bandejas de sopa de papa y pan. Unos faroles adornaban por encima de sus cabezas, suspendidos en el aire. El cielo estrellado y la luna de fines de junio les regalaban el marco perfecto para esa noche de celebración.
Breakdown
interrupción
All the pressure that surrounds you
toda la presión que te rodea
Allow it all to fade away
hace que todo se desvanezca
We can move on
podemos movernos
Looking in the rear view mirror
mirando por el espejo retrovisor
Wave goodbye
olas de despedidas
C'mon we're leaving everything behind
vamos estamos dejando todo atrás
Estaban cenando tranquilamente, la familia Weasley casi en todo su esplendor, entiéndase cinco de los siete hijos de Molly y Arthur, ellos dos. Fleur por supuesto no podía faltar, ya era parte de esa familia. Harry, Hermione y Luna, ésta última sentada a lado izquierdo de su pelirrojo novio. En el transcurso de la cena habían tocado el tema del embarazo de Hermione, que poco a poco había adquirido la normalidad con la que se debía tratar de ahora en adelante. Para el señor Weasley ya no fue tanto la sorpresa, se podía decir que ya se lo imaginaba, más desde el restaurant.
En eso Ronald tomó un pan del canasto y mientras lo partía para sopear en su plato de crema de papas soltó un comentario que dejó sin aliento y con los ojos como platos a todos los presentes.
- Mamá, yo también tendré un hijo - se escuchó cómo al mismo tiempo todas las cucharas cayeron haciendo un sonoro ruido en la losa de los platos, y las miradas totalmente sorprendidas se clavaron directamente en Luna.
- ¡¿Con quién?! -chilló la rubia, tenía los ojos llorosos el rostro sudado y de un intenso rojo pena. Sostenía la cuchara fuertemente entre sus dedos a la altura de su boca. Molly Weasley hizo un sonido con la garganta que sonó a que estaba a punto de desmayarse de la repentina declaración de su hijo; Ginny, quien estaba sentada a su lado, le echó aire a su progenitora. Pero ella se recuperó rápido, con el rostro crispado.
- ¡Sí, con quién! -exigió con ímpetu, y pasando sus miradas de la ojiazul a su propio hijo; debía explicarse rápido o de lo contrario los tomaría uno al otro y los casaría en ese segundo.
Las miradas seguían fijas en Luna, que parecía a punto de romper en llanto. Hermione miró fulminantemente a su amigo, como si quisiese poder estrangularlo en ese instante. Harry sólo pestañeaba, él sabía hasta qué grado había llegado la relación entre Ron y Luna, pero no se esperaba enterarse de aquella forma que sus mejores amigos también se convertirían en padres casi al mismo tiempo que él y Hermione. Al menos esperaba una consideración de haber sido el primero en saberlo << ¡Vaya confianza de su mejor amigo!>> así que también le lanzó una dura mirada, sólo que de resentimiento.
- Pues con Luna -añadió como si no fuese ya lo más obvio. Un respingo salió al unísono del resto de los integrantes Weasley, ninguno se atrevía a decir algo. Ni siquiera los gemelos, Fred mantuvo la expresión perpleja, y George sonreía entre escéptico y maravillado. Arthur trató de sonreír con vacilación pero sólo una línea nerviosa se trazó en sus labios. La rubia ahora sí que dejaría escapar las lágrimas, y no tanto como quería convencer a todos de que Ron la engañaba, pues ella era una blanca lechucita; sino porque todos pensaban que precisamente ya estaba embarazada.
- Pero dentro de algunos años, más
- terminó de lo más tranquilo, llevándose la comida a la boca.
- Luna aún es muy niña -agregó con serenidad, toda la tensión se relajó y comenzaron a sonreír, aunque un aire de nerviosismo recorrió el ambiente. Su madre dejó escapar un suspiro de alivio
Luna hizo un movimiento como si hubiese sufrido un mareo momentáneo. Ginny lo miraba con peligrosidad. Y Hermione quiso matar a su pelirrojo amigo, ésa se la pagaría. Harry se limitó a negar con la cabeza mientras volvía a su cena <
Los señores Weasley se incorporaron y fueron a la cocina, Arthur para terminar de tranquilizar a su esposa.
- Ya pensaba que era epidemia -comentó con una risa Fred, viendo supuestamente con discreción a su hermana menor.
- Ginny
- añadió George, mirándola con una sonrisota, sin disimular.
- ¿Eh
? ¿Yo, qué? -titubeó sin comprender, pero entonces cayó en cuenta.
- Pero tú sí tendrás que decir quién es el padre - puntualizó aparentemente serio, Fred.
- Sí, no queremos matar a inocentes - señaló con gravedad George.
- ¡¿Qué?! - el rostro de Ginny adquirió un tono que bien le hacía competencia al color de su cabello.
- Pues Colin no creo que sea tan inocente - se unió a la conversación Ron, diciendo con un modito burlón.
- Ah si que por fin le diste el sí al pobre chico - observó George, como si antes hubiese sentido un poco de compasión por su nuevo cuñado; Fred se rió de acuerdo.
- ¡Son un par de idiotas, sabían! O mejor dicho
¡trío de grandes idiotas! - exclamó viendo sus tres hermanos.
- Pues nunca está demás prevenir - concientizó Ron.
- Lo que pase entre mi novio y yo, no es de su incumbencia -atajó enojada, fulminándolos con la mirada. Y si sucediera algo más
obvio tomaría precauciones - subrayó digna. Los gemelos y Ron soltaron una carcajada, y veían del otro lado de la mesa, justo ahí estaba sentada la castaña y había alcanzado a oír perfectamente esto último.
- Hermione, no fue indirecta, ¡lo juro! - se disculpó acongojada, su expresión era de haber metido la pata.
- Ya no lo tomo personal - musitó, pero sus ojos marrones estaban vidriosos. Por el rostro de Ginny se extendió el sonrojo, y luego lanzaba miradas furiosas a sus hermanos que no dejaban de reír.
You know that sun is shining
Sabes que el sol está brillando
We'll keep driving
Vamos a seguir conduciendo
Doesn't matter where
No importa dónde
'Cause we got that open highway
Porque tenemos que abrir la autopista
Leading our way
Nuestro camino
As long as you are there
Mientras estés allí
We can go anywhere
Podemos ir a cualquier parte
We can go anywhere
podemos ir a cualquier parte
We're gonna be so far gone
vamos a ser hasta que nos vayamos
Some place we ain't never been before
a un lugar que nunca hubiéramos estado
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para encontrar una nueva canción favorita
We'll end up right where we belong
vamos a ir a donde pertenezcamos
Ya eran casi las 3 de la madrugada y el cielo había alcanzado un tono azul- magenta, como cuando se acerca el amanecer; el viento soplaba frío. Harry le había dado su abrigo a Hermione pero también la abrazaba para brindarle calor.
- Estuvo integesante la cena
- Fleur comentó un poco sarcástica, sin embargo sonreía. - Pego ya tengo bastante sueño... además no quiego que me salgan agugas, debo estag fregsca para el día de mi boda - exclamó tocándose la cara, mientras se incorporaba.
- Amor, tú siempre estás hermosa - declaró Bill, parándose a su lado, y besando su mano con caballerosidad. La francesa sonrió radiante.
- Sí, chicos vayan a dormir - concordó la señora Weasley. - Ron
- se dirigía a su hijo.
- Ya lo sé madre, Harry dormirá en mi habitación
no creas que soy tan alcahuete como para dejar que ese par haga de las suyas - exclamó, y veía acusadoramente malicioso y burlón a sus amigos. Harry exhaló bruscamente y lo veía rodando los ojos, Hermione por su parte no dijo nada porque se había quedado dormida.
- Los reprimes porque tú no puedes hacer de las tuyas con Luna ¿verdad? - atacó su hermana, con una risita.
- Ni tú con Colin - contraatacó, apretando los labios. Ginny lo mató con la mirada.
- ¡Ya basta! - reprendió su padre.
- Ginny, cariño estás saliendo con ¿Colin Creveey? - inquirió sorprendida Molly.
- Gracias, Ronald - terció sarcástica.
- De nada - alzó las cejas sonriendo socarronamente. - Sinceramente no sé por qué nadie me agradece que les ahorre la peor parte
el comienzo - negó como si no comprendiera. - Malagradecidos - bufó, y se echó su novia al hombro. La menudita rubia ni siquiera puso resistencia porque le parecía divertido llegar a su dormitorio de aquella forma; después de la noche de graduación se estaba acostumbrando a esta manera de transporte.
- Hermione
nena, ya vamos a subir a las habitaciones - la movió con cuidado, susurrándole en el oído y aprovechó para besárselo. La castaña abrió los ojos pestañeando un par de veces para adaptarse a estar despierta.
You know that sun is shining
Sabes que el sol está brillando
We'll keep driving
Vamos a seguir conduciendo
Doesn't matter where
No importa dónde
'Cause we got that open highway
Porque tenemos que abrir la autopista
Leading our way
Nuestro camino
As long as you are there
Mientras estés allí
We can go anywhere
Podemos ir a cualquier parte
We can go anywhere
podemos ir a cualquier parte
Come with me everything will be alright
si vienes conmigo todo va a ir bien
Movin' on 'cause we're leaving it all behind
se mueven porque estamos dejando atrás todo
We can go anywhere
podemos ir a cualquier parte
El de gafas la cargó hasta el interior, y la bajó al comienzo de las escaleras
- ¿Qué pasa, Harry? - preguntó cuando se disponía a subir, quedando un escalón por arriba de donde estaba parado el pelinegro.
- Ya te estoy extrañando
- murmuró con un pesar nostálgico.
- Pronto, Harry
Sabes de sobra que me encantaría poder dormir a tu lado, pero esta no es nuestra casa y le debemos respeto- suspiró la castaña, acariciándole el contorno del rostro.
- Te amo - expresó él, acercándose a sus labios.
- Te amo más
- lo besó, primero tiernamente pero luego el beso fue más profundo y rítmico.
- Ya par de tortolos, obstruyen el paso - protestó con una risa, el pelirrojo. Ellos se separaron de mala gana, y miraban irritados a su amigo. Ron y Luna venían saliendo de quién sabe dónde porque ellos tenían rato que habían entrado en la casa. Harry y Hermione intercambiaron una sonrisita cuando notaron que la rubia tenía el cabello más enmarañado de lo normal, también el del ojiazul estaba revuelto, y por si fuera poco sus labios de ambos lucían algo hinchados.
- De verdad que eres tan sensible, Ronald - ironizó Ginny, acaba de entrar, por fin se había podido desafanar de sus padres y sus preguntas sobre lo suyo con Colin.
- Vamos Luna, ni te despidas de este iceberg - pasó a lado de su cuñada y la jaló arrastrándola hacia las gradas.
- ¡Oye! - rezongó, se había visto obligado a soltar a su novia. Luna hizo un mohín de ni modo. Ginny subió las escaleras y cuando pasó cerca de Harry y Hermione les guiñó un ojo, ellos negaron divertidos. Ron fue detrás de su hermana y quien más le interesaba, Luna. En los pisos superiores se oía los reclamos del pelirrojo y las contestaciones de Ginny.
Hermione jugueteaba con el cabello de su novio, pues hace rato no lo había soltado del todo porque sus brazos permanecieron alrededor de su cuello.
- Sueñas conmigo - deseó traviesa.
- Aunque no me lo pidieras - sonrió, y sus ojos esmeralda brillaron detrás del cristal de las gafas. Luego se agachó a la altura del vientre de Hermione.
- Hasta mañana, hijo mío
- depositó un tierno beso provocando cosquillas en la castaña; pero si sus ojos marrones se cristalizaron fue por la emoción que aquel gesto y aquellas palabras habían provocado en su interior.
***
Song: We can go anywhere
Intérprete: Jesse McCartney
***
Hi Everybody
Estoy de vuelta con este episodio, ¿qué les pareció?
Um
¿cursi? Lo sé, no puedo evitarlo, la miel, estas parejas y este songfic tienen una relación muy estrecha jeje
De todas formas me dejan su comen para saber qué les pareció vale?
Por cierto que les cuento, recuerdan que les dije que me iba a aventurar a ir a ver a Tom Felton
pues sí me lancé al DF y fue el mejor día de mi vida, después de horassss de estar haciendo fila pude ver al amor de mi existencia, [entiéndase Tom Fel] frente a frente, pude ver que tiene los ojos más hermosos del mundo ^^ fue como una fantasía escucharlo hablar y que me firmara la tarjeta que hice donde reza que es el hombre más guapo del universo; fue toda una sorpresa ver sus radiantes ojos al leer aquello jaja creo que esto en vez de convertirlo más real me hace creer que es aún más un hermoso sueño.
Ahora sí después de contarles un poco de mi Felton aventura
Me despido dándoles las gracias por detenerse un poco a leer este crazy fic
A sabrijami,HermioneCrazy,sammacpherson1,YuliPotterGranger, x_tabay74. Emma Radcliffe, rosaliebell : Mil gracias por sus comentarios que me impulsan a continuar escribiendo.
Anyelitzi Potter Granger de Felton XD
2 /Dic /10
50
I Miss You
*******
Gimme a reason, Why I'm feeling so blue
Dame una razón de por qué me estoy sintiendo tan triste
Everytime I close my eyes, all I see is you
Cada vez que cierro los ojos, todo lo que veo eres tú
Gimme a reason, Why I can't feel my heart
Dame una razón de por qué no puedo sentir mi corazón
Everytime you leave my side, I just fall apart
cada vez que te vas de mi lado, simplemente me vengo abajo
And when you're fast asleep, I wonder where you go
Y cuando caes dormida me pregunto a dónde van tus sueños
Can you tell me, I wanna know
Me puedes decir, quiero saber
A medida que avanzaba la madrugada, Harry daba vueltas en la cama pero por más no podía conciliar el sueño, apenas cerraba los ojos veía a Hermione
No se podía explicar cómo es que ahora, ya fuera del colegio, la necesidad de sentirla a su lado se había intensificado hasta tal grado que en su ausencia era como si sus latidos se redujeran sólo para que su corazón continuase funcionando.
Suspiró abatido, y cerró los ojos con fuerza para obligarse a dormir, sin embargo nuevamente la imagen de Hermione apareció; era el recuerdo de la noche anterior
Cuando sus dedos se deslizaron por la suave piel de su hermoso rostro, memorizando cada detalle de sus bellas facciones mientras la observaba dormir tranquilamente sobre su pecho.
Because I miss you
Porque te extraño
And this is all I wanna say
y esto es todo lo que quiero decir
I guess I miss you, beautiful
Supongo que te extraño, hermosa
These three words have said it all
y estas tres palabras lo han dicho todo
You know I miss you
Sabes que te extraño
I think about you when you're gone
Pienso en ti cuando te has ido
I guess I miss you
Supongo que te extraño
Nothing's wrong
No pasa nada
I don't need to carry on
Y no necesito continuar así...
Sonrió con esta imagen; y por poco conseguía quedarse dormido cuando un ronquido del pelirrojo echó por tierra su logro. No iba a continuar luchando, así que harto de vanos intentos tomó su capa de invisibilidad y bajó las gradas hacia la habitación de las chicas; necesitaba verla
Empujó la puerta tratando de hacer el menor ruido posible, todo estaba en penumbras y sólo los rayos de la luna se filtraban por el cristal de la ventana; las tres chicas dormían. No prestó atención en las otras dos pues localizó a su novia en la cama que ya sabía le correspondía; Hermione estaba cubierta con la sábana de pies a cabeza, algo que le extrañó bastante al chico de gafas. Lo que no advirtió antes de acomodarse a su lado fue cerciorarse de que en verdad era Hermione quien dormía en esa cama. Se quitó la capa de invisibilidad y
- Hola hermosa, te extrañaba - susurró tiernamente, acariciando el brazo de su novia por encima de la sábana.
- Espérate, Ronnie
- rió una mística vocecita.
- ¡¿Cómo que Ronnie?! - saltó con un sonoro respingo. - ¡Tú no eres Hermione! -se paró de un jalón viendo horrorizado a la chica, quien se había quitado de improviso la sábana; con los ojos azules abiertos como platos y el cabello rubio hecho una maraña.
- ¡Y tú no eres Ron! - chilló escandalizada, estaba hincada sobre la cama y tenía la orilla de la sábana amontonada entre las manos.
- ¡Ahhhhh! - gritaron al unísono, y se vieron estremecidos.
- ¡Ahhhhh! - sus gritos despertaron a las dos chicas que aún dormían.
- ¡¿Qué pasa?! - brincó espantada la castaña, llevándose la mano al corazón, el cual latía notablemente acelerado.
- ¿Sí, qué pasa? - musitó Ginny, quien aún estaba adormilada.
- ¡Pasa, que tu novio se quería propasar conmigo, Hermione! -exclamó alterada Luna, lanzándole una mirada indignada a la castaña, y frotándose frenéticamente los brazos como si tuviese bichos en el cuerpo.
- ¡Yo no quería hacerte nada a ti! Era a Hermione a quien venía a ver porque la extraño
-se defendió el ojiverde.
- ¡Uy, qué declaraciones! - la pelirroja sonrió burlona, creyó ver los colores en el rostro de su castaña amiga; aunque en realidad en la oscuridad no se podían apreciar pero lo supuso por el intenso vapor que sentía desprenderse de ésta. En eso llegó corriendo cierto pelirrojo
con la bata del pijama mal puesta, las pantuflas al revés y la varita en la mano; sus cabellos rojizos estaban tan erizados como si hubiese visto una araña de tamaño considerable. Ginny ahogó una carcajada, pues la escena le parecía de lo más graciosa.
- ¿Se puede saber por qué gritabas? - inquirió asustado, y viendo a Luna como para asegurarse de que estaba realmente sana y salva; entonces la abrazó. La rubia se recargó en su pecho como una niña desvalida en busca de refugio mientras Ron le acariciaba el brazo en modo tranquilizador; pegándola más a él.
- Uy, no creo que quieras saber - negó Ginny, controlando su risita; Herm la miró con una mezcla de advertencia y súplica.
- ¿Y tú qué haces acá? - parecía apenas haber reparado en su amigo de gafas, quien en esos momentos intentaba llegar hasta su novia cuando Ron lo jaló hacia atrás desde la sudadera de la pijama. El ojiverde se jaloneó pero el pecoso no lo dejó avanzar
- Es que Harry por equivocación, confundió a Luna con Hermione - informó Ginny, con una risita socarrona. Hermione respingó, casi podía ver a su pelirrojo amigo matando a su ojiverde novio. Ron soltó a Luna para poder sujetar con las dos manos a Harry, quien tragó saliva.
- ¡¿Qué?!, ¡¿Qué le hiciste?! - saltó con un tono de voz bastante amenazante y adquiriendo su rostro un tono escarlata; casi le pegaba al chico de ojos esmeralda.
- ¡Afortunadamente nada! -se apresuró a decir Luna, con la voz muy aliviada y a la vez con un tono de desdén mientras veía al pelinegro.
- ¿Eh? - regresó a verla el pelirrojo soltando a Harry, Hermione corrió a abrazarlo y cerciorarse de que Ron lo hubiera dejado integro. El de gafas la tranquilizó, y aprovechó para darle un rápido beso en los labios.
- Dile a tu amigo que no vuelva a hacer ese tipo de gracias - señaló ofendida la ojiazul.
- Harry, recuérdame que cuando lleguemos a mi cuarto te estrangule - exclamó Ron.
- Tú no le harás nada, Ronald Weasley -advirtió peligrosa, la castaña.
- ¿Ah sí, y quién me lo va a impedir? -repuso el pelirrojo.
- ¿Quieres ver? - lo encaró retándolo, Harry detuvo a su novia y Luna se apresuró a pararse frente a Ron.
- ¡Guarden silencio, despertarán a mis padres! -previno la pelirroja.
Harry vaciló así que tomó la capa de invisibilidad cuando oyó pasos provenientes de las escaleras, Ron ya no pudo decir nada más; la puerta de nuevo se abrió y la estancia se iluminó cuando entraron los señores Weasley, muy alarmados. Y detrás de ellos los gemelos. Para su buena suerte el ojiverde había alcanzado a jalar al pelirrojo y meterlo bajo la capa de invisibilidad; caminando con cuidado hacia la salida, pero se tuvieron que quedar atrás de la puerta debido a que cuando entraron los gemelos ésta se cerró.
- ¿Niñas, qué ocurre? ¿Están bien? - cuestionó la señora Weasley; Luna y Hermione contenían la respiración por lo cerca que estuvieron de cachar a sus novios.
- Sí, mamá. Sólo que
- respondió Ginny, disimulando una sonrisita.
- Luna tuvo una pesadilla - se apresuró a exclamar Hermione, antes de que como se imaginaba su pelirroja amiga fuera a ser muy sincera y decir la verdad.
- Ah, va
soñaste con Ronnie -comentó burlón Fred, George soltó una risa y chocó la mano con su gemelo. El aludido hizo un gesto amenazante bajo la capa de invisibilidad. Su progenitora les lanzó una mirada reprobatoria, Ginny en cambio había encontrado la observación muy buena. Luna les lanzó una fea mirada, y Herm sonrió sin poder evitarlo.
- ¡Ah, ya nos habían asustado! - suspiró aliviada Molly, el señor Weasley sonrió también tranquilizándose.
- ¡No fue una simple pesadilla, tendré un trauma de por vida! - recalcó la rubia, con voz muy sufrida.
- Oh, Lunita
- Fred se acercó a consolarla, y es que él siempre había molestado a su hermano menor con que la bajaría la novia. Ron ya no se controlaría más pues su hermano se estaba aprovechando, Harry intentaba calmarlo.
- Es que soñé con algo parecido al calamar gigante del lago negro, pero éste tenía más tentáculos
Y luego
tenía los ojos verdes, y gafas -explicó con una vocecita de estar a punto de llorar, bastante horrorizada; su suegra también se había acercado a consolarla y Fred le acariciaba la cabeza. Fue entonces que Ron ya estaba a punto de salirse y golpear a su hermano.
- Creo que Lunita soñó con Harry - apuntó George, el pelinegro, quien en esos instantes detenía a su amigo para que nos los descubrieran; se quedó mirando fulminante al gemelo.
- No, creo que este era más horrible
¡Y ya es decir mucho! -puntualizó la rubia; al ojiverde le tocó el turno de querer salirse y reclamar, y al pecoso de burlarse.
- Ja, já -rió sarcástica Hermione, Luna le lanzó una disimulada sonrisita en medio de su carita de sufrimiento. La castaña negó entrecerrando los ojos, luego suspiró resignada.
- Bien, sabiendo que todo fue una simple pesadilla
- comenzó el señor Weasley.
- Todos vuelvan a la cama - ordenó su esposa.
- Ya oyeron, todos - Fred subrayó con una sonrisa socarrona dibujada en sus labios, y le dio un leve codazo a su gemelo para que viera cerca de la puerta. Se asomaban los tobillos de Ron y Harry, pero para su fortuna los señores Weasley no miraron al piso.
Gimme a reason, Why I can't concentrate
Dame una razón de por qué no me puedo concentrar
The world is turning upside down spinning round and round
El mundo se voltea de cabeza y empieza a girar y a girar
Gimme a reason, Why I now understand
Dame una razón por qué ahora puedo entender
The beauty and simplicity of everything surrounding me
la belleza de la simplicidad de las cosas.
Cuando los padres de Ron, y los gemelos se hubieron marchado
Harry se quitó muy enfadado la capa de invisibilidad.
- ¡¿Se puede saber por qué estabas dormida en la cama de Hermione?! - reclamó a Luna.
- ¡¿Se puede saber qué hacías entrando a hurtadillas como vil nogmo de jardín?! - replicó la rubia, cuyo rostro tenía un rojo intenso.
- ¡Yo pregunté primero! - gritó enojado.
- Sí, y este es mi cuarto - impugnó la ojiazul.
- Dirás el mío - apuntó Ginny, conteniéndose la risa.
- Como sea, el metido aquí es él - Luna regresó a ver momentáneamente a su cuñada luego sus ojos aniquilaban al pelinegro.
- Mira Luna, no te quiero faltar al respeto
- dijo controlándose al máximo.
- Ni siquiera lo intentes - advirtió el pecoso, mirando peligroso a su amigo. Hermione emitió un gruñido irritada, moviendo las manos como si quisiera arañar a alguien.
- ¡Suficiente! La razón por la que cambiamos de cama es que no puedo dormir, hace mucho calor
así que Luna me cedió su cama que está más cerca de la ventana - gritó, Harry se quedó viéndola pasmado.
- ¿Calor? - murmuró Ron, viendo a la castaña como si se hubiese vuelto loca. - Los bochornos del embarazo - le susurró Ginny.
- ¡Ves! todo sea por la comodidad de mi amiga, y tú ahí vienes de metido. No puedes aguantarte a que la tengas en tu casa y ahora sí le haces lo que quieras - exclamó la rubia, rodando los ojos.
- ¡Ey! - saltó la castaña, cuyas mejillas estaban intensamente ruborizadas. Los dos pelirrojos soltaron una carcajada.
- ¡Así que adiós!- la ojiazul tomó desprevenido al de gafas y lo empujó hacia afuera cerrándole la puerta en las narices. Luego se volvió, alisándose el pelo dispuesta a volver a dormir. Hermione la mataba con la mirada
mientras Ginny se limitó a pasar sus ojos por las expresiones de los tres chicos; vio a su hermano sentarse en la cama de su novia como si se estuviese instalando para quedarse allí mucho tiempo.
- Ronald
Luna dijo adiós - intervino la pelirroja, sonriendo socarrona. Su hermano la regresó a ver resentido y ella sonrió más ampliamente.
- ¡Ey! Si él se queda, Harry también puede - protestó la castaña, abriendo la puerta donde en el exterior continuaba parado el ojiverde, y lo jaló hacia adentro. Luego lo besó.
- Bien, ya no digo nada
- bufó Luna, y tiraba a su pelirrojo novio sobre la cama, besándolo traviesamente. Harry y Hermione continuaban besándose.
- Oigan, si quieren me voy - ironizó la pelirroja, y las dos parejas aún sin dejar de besarse, lograron emitir un sonidito con sus gargantas que sonó a - Umjú
La expresión de Ginny fue de absoluta sorpresa, luego los miró con una sonrisa entre divertida y a la vez indignada por tamaño cinismo. Negando se acostó y se tapó completamente con la sábana.
- Con que me extrañabas
- musitó Hermione, con una sonrisita pícara, y mordiéndose el labio inferior. Gesto que le encantaba a Harry, quien le acarició el cabello y asintió mientras la miraba soñado.
- Ron, Harry
pueden quedarse con Luna y Hermione. Pero nada de hacer ruidos raros, ni mucho menos las situaciones que los generan - advirtió la pelirroja, soltando una risita. Sus amigas se pusieron súper rojas, y su hermano y amigo parecían estar evaporándose de la pena.
Después de unos cuartos de hora todos dormían
Harry abrazado de Hermione, de pronto sintió algo resonar ligeramente entre sus dedos y se despertó sobresaltado, vio que su mano estaba posada sobre el vientre de la castaña
¿era posible? estaba sintiendo los latidos del corazón su hijo; sin saber por qué unas lágrimas brotaron de sus ojos y un sentimiento cálido se extendió dentro de su propio corazón.
You got a way of spreading magic everywhere
De todo lo que me rodea
tú tienes esa forma de esparcir la magia en todos lados
Anywhere I go, I know you're always there
cualquier lugar a donde voy sé que siempre estás ahí
It sounds ridiculous, but when you leave a room
Y suena ridículo pero cuando te vas,
There's a part of me that just wants to follow you too
hay una gran parte de mí que sólo quiere seguirte
A la mañana siguiente, durante el desayuno
Harry lucía abstraído jugando con su plato de fruta, vio a Hermione, que en sus mejillas aún se asomaba un rubor al recordar la bochornosa y ridícula escena acontecida la noche anterior. A Ginny, que se reía por lo bajo pues a ella le había parecido de lo más divertido; y Luna, quien estaba que lo asesinaba con los ojos. Y por último vio a Ron, éste lo miraba con advertencia. Luego unas risillas lo hicieron voltear a ver a los gemelos, éstos no podían evitar mantener unas expresiones burlonas. Y es que ellos habían estado escuchando toda la pelea Harry vs Luna, detrás de la puerta con las orejas extensibles; aparte de que Ginny gustosa les recreó la escena. El ojiverde aún fulminaba a los gemelos y reprobaba a la pelirroja por haber contado aquello; entonces volvió a mirar a Hermione, quien se rió cuando Fred le hizo una mueca recordándole la cara de Harry cuando Luna lo sacó de la habitación de las chicas. Sólo con verla se le olvidó que estaba consternado, porque esa sonrisa podía hacer que se olvidara de todo, incluso del lugar donde se encontraban.
- ¿Harry, cariño, cuándo piensan ir a valle de Godric? - preguntó la señora Weasley, él la regresó a ver un poco distraído; y sólo volteó porque Hermione hizo lo mismo, sin embargo no comprendió del todo la pregunta.
- Pensaba proponerle que fuésemos hoy, pero
- respondió la castaña, conectando su mirada con él para que el de gafas continuase la respuesta.
- Entre más pronto mejor
tal vez sí iremos hoy - dijo con un titubeo.
- Pero Hermione prometió que las tres iríamos a buscar nuestros vestidos para la boda - intervino la pelirroja, mirando insinuante a la ojimarrón.
- Y Harry y yo vamos a
- apuntó el ojiazul.
- Tú no irás a ningún lado porque hoy vas a ordenar tu cuarto, Ronald Weasley - atajó su progenitora.
- Un minuto
Si Ginny se va de compras ¿por qué yo no puedo realizar mis planes? - protestó indignado.
- Porque ella no es la que tiene su habitación hecha un revoltijo, que ni siquiera se puede entrar sin la amenaza de que te tropieces o te caiga algo encima - puntualizó Molly Weasley.
- Niñas, ustedes pueden ir a hacer sus compras sin ningún problema - regresó a ver sonriéndoles a su hija, a la rubia y a la castaña; cuyas caras se ruborizaron. Ron fulminaba con la mirada a su hermana pues ésta le sonreía con suficiencia.
Las chicas subieron por su dinero y a arreglarse un poco antes de marcharse.
En un extremo de la sala, cerca de las escaleras, los gemelos conversaban en voz baja
- Si mi madre supiera dónde pasaron la noche Harry y Ron...- decía malicioso, Fred.
- Seguro le va peor a nuestro hermanito - concluyó George, con un brillo socarrón en la mirada.
- Dirás a los dos - señaló Fred.
- ¿Crees que deberíamos decirle? - George hizo una mueca de que estaba tentado.
- Seríamos malos hijos si no - añadió su gemelo, con una expresión de fingido pesar.
- Y malos hermanos si sí - opinó Georgi, y Fred intercambió una sonrisa maliciosa con él.
- Mamá, hay algo que tenemos que
- ambos se adelantaron hacia el comedor.
- ¡Ustedes no dirán nada si no quieren que sea lo último que digan en la vida! - los detuvo una femenina voz con un tono amenazante. Los gemelos regresaron a ver de quién se trataba, y se encontraron con su hermana cuyos ojos destilaban un brillo peligroso.
- ¿Pero a ti en qué te afecta? - saltó Fred.
- Que tengo planes con mis amigas, y si a ellas las castigan a mí se me arruinan. No pienso arriesgarme, así que calladitos se ven lindos - exclamó exasperada. Fred y George intercambiaron una mirada, tal vez podrían sacarle provecho a la situación.
- Ok, este es el trato
- comenzó Fred.
- El trato es que mantengan su boca cerrada o
¡cuello! - atajó Ginny, haciendo una seña violenta con su varita.
- Nos encanta hacer acuerdos contigo - negaron aparentemente asustados.
- ¿Ginny, no que tenías prisa porque nos fuéramos? - la llamó Luna, ella y Hermione venían bajando las gradas. La pelirroja volteó a verlas, los gemelos discretamente sonreían orgullosos porque su hermana era de armas tomar.
Las chicas se marcharon, y Harry, desde la ventana de la habitación de su amigo, vio irse a la castaña. Hermione pareció sentir que la observaban entonces regresó a ver y se encontró con los ojos esmeralda, le sonrió y él le devolvió la sonrisa
aunque cuando ella se despidió y se dio la vuelta el de gafas suspiró alicaído.
Because I miss you
Por que te extraño
And this is all I wanna say
y esto es todo lo que quiero decir
I guess I miss you, beautiful
supongo que te extraño, hermosa
These three words have said it all
Y estas tres palabras lo han dicho todo
You know I miss you
Sabes que te extraño
I think about you when you're gone
Pienso en ti cuando te has ido
I guess I miss you
Supongo que te extraño
Nothing's wrong
No pasa nada
I don't need to carry on
Y no necesito continuar así...
- Harry, alcánzame ese trapo - pidió Ron, pero el chico seguía pegado a la ventana y apenas logró responder por inercia.
- Ah sí
- musitó, y distraídamente le aventó el limpión; el pelirrojo se encontraba tan molesto como para darse cuenta de que su amigo estaba ausente.
- Apenas regresamos del colegio y ya me pone a hacer trabajos
¡Y lo que no entiendo es por qué tengo que hacer esto sin magia! mi madre ahora sí que se mandó
como si yo fuera el que la va a hacer abuela, y a ti te la pasa - rezongaba.
- ¿Harry? - volteó a verlo al notar que éste ni siquiera le reclamó, entonces le impactó el trapo en la cara y eso al parecer consiguió sacarlo de su abstracción, sus ojos lo fulminaban a través de las empañadas gafas, mientras agua escurría en su rostro; Ron soltó una carcajada. Que Harry rápidamente borró al arrojarle el trapo esta vez a su cara del pecoso.
- Ya deja de quejarte y sigue limpiando - exclamó el ojiverde.
- ¿Por qué te quejabas, Ronnie? - preguntó curiosa la mística vocecita de la rubia. Los dos chicos voltearon a ver, en la entrada estaba parada la ojiazul, pero en ese segundo alguien empujaba hacia el interior a Ginny, y justo detrás apareció Hermione.
- ¿Luna, qué hacen aquí? las hacíamos camino al callejón diagon - titubeó con sorpresa el pelirrojo.
- Hermione
- Harry sonrió al verla, ella también sonreía; sólo que de forma traviesa.
- Es que Ginny lo pensó mejor, y nos convenció que quizás necesitarías ayuda - dijo la ojiazul, alternando su mirada entre su cuñada y su novio.
- ¿Fue tu idea? - respingó incrédulo, Ron.
- ¿Sí verdad, Ginny? - Luna le insistió con la mirada, y su cuñada entrecerró los ojos. Ron miraba a su hermana expectante y escéptico.
- Ginny - la castaña le dio un leve codazo, la pelirroja puso mala cara.
- La verdad es que Luna presionó - saltó molesta.
- Ya sabía yo que si por ti fuera nunca me ayudarías en nada - acentuó sarcástico, e hizo un amago de sonrisa ácida.
- Te conseguí a una de mis mejores amigas - señaló indignada. La rubia abrió los ojos sorprendida.
- Eso fue porque Luna se fijó en mi encanto - contradijo el pelirrojo, y la ojiazul se sonrojó.
- ¡Iba a verme con Colin en el caldero chorreante, y ahora resulta que tengo que quedarme a limpiar tu desorden! - gritó con la cara colorada, tanto como su cabello. Sus amigos se limitaban a ver la escena.
- Con que sí, ¿eh? - al pelirrojo se le iluminó la expresión, por un minuto recobró la sonrisa al sentirse realizado porque su hermana se vio frustrada como él estaba por ser castigado.
- ¡Deja de meterte en mi vida, Ronnie! - terció maliciosa, y su hermano se quedó callado; aunque su pecoso rostro adquirió un tono escarlata.
Si alguien podía dejarlo de una pieza y furioso, esa era Ginny
la pelirroja sonrió triunfal.
Unos minutos más tarde todos ayudaban en la limpieza de la habitación tributo a los Chudley Cannons
Ginny traía en sus manos una pequeña Quaffle de plástico color naranja, con letras doradas que decían <
- ¡Eso no lo tires! ¡con qué derecho te crees tú! - reclamó.
- Es basura - la pelirroja rodó los ojos.
- ¡¿Qué?! Esto marcó mi infancia - exclamó, abrazando la pelota como si la protegiera.
- Y al parecer la sigue marcando - ironizó Ginny.
- Ronnie, si ya no te sirve
- intervino Luna, antes de que su novio y cuñada volvieran a envolverse en otra discusión.
- Tienes razón, amor
Tú puedes tirar lo que quieras - le tendió la quaffle, mirándola con obediencia.
- Empezando por ti - se rió la castaña, y Harry pasó su mirada de ella a sus amigos.
- Mira Hermione
si alguien quiere cambiar de novio empieza por ti, amiga - observó la rubia, y le lanzó una miradita de desdén al ojiverde. Hermione paró de reír y miró feo a su amiga, Luna se sonrió.
- Ron, podemos guardarlo para alguno de nuestros hijos - dijo a su novio, y colocó la pelota en un bote donde guardaban los objetos "útiles" Ginny volvió a rodar los ojos. Y Hermione con Harry intercambiaron una mirada, negando con una sonrisa resignada.
- Hace mucho calor aquí - se quejó la castaña, echándose aire con la mano.
- Ay Hermione, pareces vieja embarazada - se burló el pelirrojo.
- ¿Y yo qué soy? - dijo con sarcasmo.
- Aclaración
eres chica embarazada - subrayó.- ¿A ti quién te entiende?, no que no te gusta que te digan vieja
y tú solita lo estás aceptando - añadió riéndose.
- ¡RONALD WEASLEY! - gritó la ojimarrón, y sus ojos sacaron chispas. El pelirrojo salió corriendo de su propia habitación, y detrás de él una castaña con el rostro crispado. Tanto Harry como Luna intercambiaron una preocupada mirada y al mismo tiempo fueron tras ellos.
Para el atardecer los cinco chicos descansaban agotados
Ron y Harry estirados sobre el suelo y recargados en la cama, cada uno a los pies de sus respectivas novias, quienes estaban sentadas en ella; y Ginny en el sillón. Sus rostros un tanto sudados y sucios, cabía señalar que el cabello de Ron lucía como si lo hubiesen arrastrado; la verdad Hermione había logrado alcanzarlo pero para su fortuna Luna y Harry llegaron a tiempo y sólo pudo conseguir darle unos cuantos golpes con una almohada del sofá de la sala.
- Esto quedó tan limpio y ordenado que deberían contratarnos para limpiar lugares- suspiró orgulloso, el ojiazul.
- Pues
- susurró Ginny, pasando su mirada evaluadora por la ahora "decente" habitación de su hermano.
- Yo tengo una oportunidad más para reiterarlo - comentó la castaña.
- ¿A qué te refieres? - preguntó Luna.
- Harry y yo limpiaremos la casa de valle de Godric - vio a su novio.
- ¡Tú no harás nada! - apuró la ojiazul.
- ¿Entonces quién ayudará a Harry con la limpieza? - terció sorprendida.
- Nosotros - Luna se señaló a sí misma, a su novio y a su cuñada.
- ¿Eh
? yo sólo bromeaba - vaciló el pelirrojo.
- Por favor, ¿Ronald el señor flojera? Que sólo con quejas y ayuda pudo limpiar su recamara - observó sarcástica, la ojimarrón.
- ¡Ey! - protestó viendo feo a su castaña amiga.
- Será muy flojo, pero ayuda cuando quiere - señaló su novia, Ron hizo un puchero y la rubia se rió.
- Yo pensé que Harry se quedaría a vivir en mi cuarto- expuso el pecoso.
- ¿Entonces nos dejarás tu cuarto? - preguntó la castaña, sonriendo ingenuamente; Luna captó la verdadera intención de esas palabras.
- Sé lo unidos que son, pero sería muy incómodo que vivan los tres
¿y qué pasará cuando yo quiera verte a solas? -la rubia jugaba con el cabello de su novio, enroscando mechones en su dedo índice derecho.
- ¿Cuándo quieres que empecemos a limpiar? -regresó a ver a Harry apresuradamente, éste sonrió contrayendo el entrecejo, bastante sobrecogido de lo maquiavélicas que podían llegar a ser las chicas; sobre todo su novia y su amiga. Luna y Hermione intercambiaron una mirada de complicidad, la ojiazul conocía bastante a su novio como para que aquellas palabras no lograran su propósito.
Al día siguiente fueron a Godric's Hollow
sólo Harry, Hermione, Ron y Luna; porque Ginny por fin pudo escaparse para encontrarse con Colin.
Se aparecieron, aunque Harry lo hizo abrazando a Hermione, ya que ella no podía aparecerse por sí misma debido a su embarazo. Aparecieron justo frente a la casa de los Potter. El encantamiento Fidelio debía de haber perdido su eficacia al morir James y Lily, porque los cuatro la veían. El seto había crecido desmesuradamente en los casi diecisiete años trascurridos desde que Hagrid rescatara a Harry de entre los escombros esparcidos por la hierba, que ahora les llegaba por la cintura. Gran parte de la casita seguía en pie, aunque cubierta por completo de oscura hiedra, pero la zona derecha del piso superior estaba destrozada. Harry tenía la certeza de que era allí donde la maldición había rebotado. Se quedaron de pie frente a la verja contemplando las ruinas de lo que, en su día, fue una casita muy parecida a las que había a lado.
El chico de gafas miraba impactado, quizás después de lo que había vivido, creyó que estaría preparado para enfrentarse a algo como esto; pero la verdad es que nunca lo imaginó.
- ¿En serio piensas que aquí podrán vivir? - rompió el silencio el pelirrojo, ganándose dos codazos a ambos costados; el de Luna más moderado.
- No entiendo por qué no la reconstruyeron - susurró Hermione, tomando de la mano a su novio.
- A lo mejor es que no se puede. Tal vez pasa como con las heridas producidas por magia oscura, que es imposible curarlas - balbuceó el ojiverde, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas contenidas. Se atrevió a tocar la oxidada verja, no con la intención de abrirla, sino simplemente por tocar una parte de la casa.
- ¿No piensas entrar? no parece muy segura, podría
- comenzó ansiosa, la castaña.
- ¡Podría haber arañas! - intuyó temeroso Ron, que con la sola idea se traumó. Y abrazó a su novia fuertemente, Luna se sintió algo asfixiada; pero lo comprendía y trató de tranquilizarlo.
- ¡Oh, Harry! ¡Mira!- señaló Hermione.
Por lo visto, el roce de la mano sobre la verja había provocado que en el suelo, frente a ellos y entre la maraña de ortigas y hierbajos, surgiera un letrero de madera, como una extraña flor de crecimiento rápido, con una inscripción en letras doradas.
En este lugar, la noche del 31 de octubre de 1981, Lily y James Potter perdieron la vida. Su hijo, Harry, es el único mago que ha sobrevivido a la maldición asesina. Esta casa, invisible para los muggles, permanece en ruinas como monumento a los Potter y como recordatorio de la violencia que destrozó una familia.
Alrededor de esas frases pulcramente trazadas, otros magos y brujas que habían visitado el lugar donde <
- ¡No deberían haber escrito en ese letrero! - se indignó Hermione. Pero Harry la miró esbozando una sonrisa radiante, y replicó:
- Es genial. Me encanta que lo hayan hecho
- luego se detuvo y reflexionó sobre algo, borrándosele un poco la sonrisa.
- Pero Dumbledore no mencionó esto
a lo mejor no pensó que yo iba a querer vivir aquí
O puede que sea una de esas lecciones que te hace aprender de extraña manera - dijo viéndola, y Hermione coincidió.
- ¿Y si contratas esos arqui
arquitec
? - sugirió la rubia, pero se trabó, no lograba recodar bien el nombre de la profesión que había dicho en una clase su profesora de estudios muggles.
- Arquitectos, Luna - dijo la ojimarrón.
- ¡Ah sí! - la ojiazul le sonrió con las mejillas un poco sonrosadas.
- Pero no creo que Harry quiera que esto cambie - la castaña regresó a ver a su novio.
- Sólo si Harry es un tacaño - soltó una risita baja, el ojiazul. Hermione lo fulminó con la mirada, pero Harry sabía que el comentario de su amigo era para aligerar el ambiente.
- Podrías comprarle una nueva casa a Hermione - apuntó la rubia.
- Luna - musitó la castaña, cuyas mejillas se habían sonrojado fuertemente.
- ¡Luna, tienes razón! - exclamó repentinamente el ojiverde, luego se dio cuenta de lo que había dicho.
- Repítelo - solicitó la ojiazul, con una sonrisa suficiente.
- ¿Qué? - se hizo el desentendido.
- Que tengo razón - le instó. Detrás de las gafas los ojos verdes se entrecerraron.
- ¡Ni lo sueñes! - resaltó provocador. Ron y Hermione intercambiaron una mirada, negando; sabían que la relación de Luna y Harry era tan antagonista como la de ellos. El pelinegro abrazó a la castaña
- Hermione, ¿cuándo quieres ir a elegir la casa que algún día será nuestro hogar? - preguntó, pero no pudo evitar que su rostro ardiera. Y es que para nada quería que su novia malinterpretara sus palabras y creyera que volvía a presionarla.
- Harry
- le sonrió radiante y cómplice.
It's such a hard life in most of the time I'm just surviving
La vida es tan difícil, y casi todo el tiempo sólo estoy sobreviviendo
That's why I want you to know
Por eso es que quiero que sepas
In the world where sincerity has lost its meaning
Que en un mundo donde la sinceridad ha perdido su significado
You fill my world with so much hope
Tú llenas mi vida de tanta esperanza
Habían decidido que ese mismo día irían a ver casas, ya que el ojiverde no podía a quedarse en la madriguera hasta el día que se casara con Hermione. El pelirrojo contrarió esto, sin embargo él y Luna los acompañarían. Pero antes irían a Privet Drive 4 para recoger un objeto importante que el de gafas olvidó.
- ¡Vaya Harry!, y mi madre dice que yo soy desordenado - comentó burlón Ron, que había aparecido justo sobre un montón de sábanas sucias.
- Mi tía debió comenzar a desmantelar mi habitación
- observó su cuarto, las paredes tenían el color verde grisáceo de siempre pero lucían tan vacías sin los afiches que él mismo había despegado el verano pasado. El escritorio y ropero tenían un aspecto desolado sin ningún papel, libro o ropa; y en la cama estaba el colchón sin mantas
No reconocía el espacio que había sido suyo aunque fuese sólo por seis veranos, sin embargo esto no lo hizo evitar sentirse dolido; esperaba que su tía tardara más tiempo en limpiarlo, <
- Si por mí fuera jamás hubiese vuelto a pisar este sitio
- dijo con indiferencia, no obstante Hermione pudo notar que sus ojos verdes se tornaron cristalinos.
- Pero teníamos que venir por la llave de la cámara de Sirius en Gringotts
la olvidé - confesó avergonzado. Unos pasos provenientes del pasillo, alertaron a los chicos.
- ¿Qué demonios
?- la puerta se abrió y en la entrada apareció Vernon Dursley. - ¡¡Qué haces aquí, Potter!! - sus pequeños ojos se desorbitaron.
- ¡Creí que habías dicho que jamás lo volveríamos a ver! - reclamó a su esposa.
- Eso creí también yo
- titubeó Petunia, cuyo rostro había palidecido.
- Ni crean que volví por gusto, olvidé algo importante y tenía que regresar por él
pero ya nos vamos - cortó ácido Harry, asegurando la llave que acaba de tomar del cajón oculto de su mesilla de noche. Rodeó la cintura de Hermione dispuesto a que se desaparecieran.
- Un momento, Harry
- la castaña lo detuvo.- Nosotros no somos ladrones como para salir huyendo - atajó y caminaba hacia los Dursley, que retrocedieron asustados, los mismos pasos que la chica dio. - Desde el primer instante que los vi en la estación de trenes cuando volvimos la primera vez de Hogwarts, me di cuenta que ustedes eran personas mezquinas y desagradables
que todos estos años han tratado horrible a su sobrino. Y lo lamento por usted Petunia, que en el fondo sé que lo quiere
sin embargo el rencor y envidia que aún siente por su hermana, la ciega
- se dirigió a la tía de su novio, ella la miró atónita ante tal atrevimiento. Y clavó su furiosa mirada en su sobrino. - Tal vez desee que Harry jamás sea feliz, pero entérese que él no está solo, tiene mi amor para siempre - esta vez regresó a lado de Harry y lo abrazó.
- Harry ¿ella es tu novia, la que va darte un hijo? - preguntó Dudley, quien acababa de llegar justo cuando la chica terminó de hablar.
- ¡¿Qué dijiste, Dudley?! - saltaron sus padres, y de inmediato regresaron a ver escandalizados a la joven pareja, que permanecía abrazada.
- Sí, soy yo- le respondió con orgullo y determinación. Harry apretó su mano y la miró igual de orgulloso. Dudley la veía sorprendido, y a su primo con cierta envidia. - Así que ni crean que Harry se quedó sin familia, digo si a ustedes se les podía llamar su familia
- ironizó. - Pero ahora nos tiene a mi bebé y a mí, que somos su verdadera familia - subrayó, tomando las manos de su novio y las suyas propias posándolas unidas sobre su vientre.
- Eres igual de insolente que mi hermana Lily- espetó con aparente desdén e indiferencia, sin embargo parecía que le iba a dar un vaguido.
- Y también como ella, soy hija de padres muggles ¡A mucho orgullo! - exclamó, y Harry se sintió más orgulloso de su novia. Petunia Dursley la miró con desprecio.
- Y yo soy como su hermano - agregó el pelirrojo, tomando de la mano a Luna y dando un paso al frente puso su otra mano sobre el hombro de Harry, con un gesto de apoyo.
- Por lo tanto yo soy su cuñada - Luna también se sumó, mirando a los tíos del ojiverde con cierta curiosidad porque eran muggles, aunque bastante decepcionada al encontrarlos tan detestables.
- No pues, la familia feliz completa - se rió de su propio chiste, Vernon Dursley. Dos pares de ojos azules, unos esmeralda y sobre todo los marrones; lo fulminaron con la mirada.
- Usted lo ha dicho muy bien, señor tío muggle de Harry - enfatizó con aire inocente Luna, ella también sabía dar bofetadas con sarcasmos. Los ojos de Vernon la miraron con ira, Harry le sonrió con agradecimiento a la rubia y ella le guiñó un ojo. La vena de la sien de Vernon parecía que iba a estallar, y antes de que los corriese, otra vez; Harry determinó: ¡Nos vamos!- abrazó a Hermione para poderse desaparecer, e intercambiando una mirada con Ron le indicó la siguiente acción.
- Ya era hora - gruñó Vernon. Harry lo ignoró, y fijó su mirada en su tía.
- En serio lamento haber tenido la esperanza de que tal vez reflexionarías y en este tiempo aceptarías que querías a mi madre, pero me equivoqué
y lo peor es que ya no siento rencor por ti sino lástima, sin embargo gracias por cuidarme
- dicho esto se desapareció abrazado a Hermione; aunque la chica sí alcanzó a ver que Petunia Dursley repentinamente derramó lágrimas. Al mismo tiempo Ron y Luna hicieron lo mismo que sus amigos.
And I miss you
Y te extraño
This is all I wanna say
Esto es todo lo que quiero decir
I guess I miss you, beautiful
supongo que te extraño, hermosa
These three words have said it all
Y estas tres palabras lo han dicho todo
You know I miss you
Sabes que te extraño
I think about you when you're gone
Pienso en ti cuando te has ido
I guess I miss you
Supongo que te extraño
Nothing's wrong
No pasa nada
I don't need to carry on
Y no necesito continuar así...
You know I miss you
Sabes que te extraño
And this all I wanna say
Esto es todo lo que quiero decir
I guess I miss you, beautiful
supongo que te extraño, hermosa
These three words have said it all
Y estas tres palabras lo han dicho todo
You know I miss you
Sabes que te extraño
And this is all I wanna do
Y esto es todo lo que quiero hacer
I know it doesn't sound too cool
Sé que no suena demasiado bueno
But maybe I'm in love with you
Pero tal vez estoy enamorado de ti
- ¡Pero qué gente tan antipática! - exclamó quejándose, el pelirrojo; cuando los cuatro aterrizaron en el centro del pueblo Ottery St. Catchpole.
- Oye Harry ¿para qué me dijiste que querías que viniéramos aquí? - preguntó a su amigo, viendo extrañado alrededor; estaban parados justo en medio de una plaza rodeada en forma circular por edificios de no más de dos pisos: tipo el palacio municipal, la oficina de correos, una iglesia, pequeños locales con escaparates y un pub.
- ¡Oh, comida! - gritó distrayéndose, y jaló a su novia; la rubia regresó a ver a sus amigos con una expresión divertida y a la vez apenada por el comportamiento de Ron. Harry y Hermione le sonrieron, y los siguieron.
- Yo también quiero saber por qué vinimos aquí - dijo con una expectante curiosidad, tocando con su nariz la mejilla del ojiverde; pues él la mantenía cerca con su brazo cruzado por sobre sus delicados hombros.
- Porque me gustaría que buscáramos una casa que estuviese cerca de las de nuestros amigos - respondió con una sonrisa cómplice, apretándole suavemente la nariz; ella soltó una risita risueña.
Después de tomar unas cervezas de mantequilla, cabe señalar que Hermione pidió un frapuccino, una bebida que para su fortuna tenían aunque procede del mundo muggle.
Encontraron una pequeña oficina de bienes raíces del mundo mágico
La agente de ventas, una joven mujer muy amable, les mostró varias casas en folletos, y las direcciones. Tras una hora de ver varias, [en los folletos] de intercambiar opiniones, objeciones de Ron; que Luna aplacó diciendo que esa decisión sólo la podían tomar Harry y Hermione
Finalmente la castaña eligió una que le encantó, y para su buena suerte estaba ubicada en un suburbio que se localizaba, literalmente, entre la madriguera y la casa de los Lovegood.
Llegaron hasta el lugar, la casa se erigía al final de un andador conformado por piedras de río; justo en medio. La vivienda era parecida, en cierta forma, por la estructura, a las que la rodeaban; pero ésta lucía más
atractiva y única. De dos plantas, la parte de abajo tenía paredes de ladrillos grises con un ventanal de marco blanco, que daba al porche, donde estaba una banca de madera, color verde musgo; una especie de columpio. Hermione no pudo evitar imaginar que ahí se sentaría en las tardes con Harry a contarle anécdotas a su hijo; y sonrió.
Harry alzó la mirada, la parte superior de la casa parecía ser de madera, pintada en color azul añil y la terraza rodeada con un balcón de color blanco.
- ¿Entramos? - sugirió la vendedora.
- Sí - se adelantó el pelirrojo, pero Luna lo detuvo con un leve jalón en la playera.
- Después de ellos - dijo rodando los ojos. Harry y Hermione seguían admirando la casa a detalle, sus miradas tenían un brillo emocionado.
A la entrada se hallaba el vestíbulo, frente éste estaban las escaleras para subir a la planta alta. Las demás habitaciones de la planta baja se distribuían de la siguiente forma: la sala, a la izquierda de la entrada; era la que tenía el ventanal que daba al porche. Luego enfrente se ubicaba el comedor y al final la cocina. Un pasillo te llevaba a otras dos amplias habitaciones y un baño, en una había una puerta que conducía al patio trasero; un pequeño jardín rodeado por cercas de madera color blancas, y colindando con un bosque de altos pinos. En ese jardín sin duda la ojimarrón vería correr a su hijo, <
Desde ahí había otras escaleras del mismo tono blanco de las cercas y escaleras interiores; que también llevaban al piso de arriba.
Cuando subieron se encontraron con 3 amplias recamaras, la de en medio tenía una elevación extra en su interior; convirtiéndolo en una especie de tercer piso.
Harry y Hermione, sobre todo ella; quedaron encantados con la casa. El ojiverde cerró el trato y harían la transferencia de su cámara en Gringotts a la de la compañía constructora.
- ¿Y bien, qué te parece? - preguntó, tomándola por la barbilla y acariciándola.
- ¡Creo que estoy soñando! - la castaña no podía dejar de sonreír.
- Es que este es nuestro sueño
- dicho esto la besó dulcemente. Ron y Luna los miraron, contentos por sus amigos; aunque el pelirrojo se rascó la cabeza sonriendo divertido, mientras que las mejillas de la rubia se ruborizaron un poco por sentir que sobraban. Su novio la besó también, solucionando así su incomodidad.
You know I miss you
Sabes que te extraño
And this all I wanna say
Esto es todo lo que quiero decir
I guess I miss you
Supongo que te extraño
Nothing's wrong
No pasa nada
I don't need to carry on
Y no necesito continuar así...
I just miss you
Simplemente te extraño
Yeah, it's true
Sí, es verdad
I miss you, baby
Te extraño, nena
Los días siguientes se dedicaron a comprar muebles, a limpiar, ordenar y decorar la casa
con la ayuda de Ron y Luna, Ginny y Colin; estos últimos dos un día iban y al otro se perdían. Bajo las advertencias del pelirrojo al pobre chico Creveey sobre que no tenía que propasarse con su hermana, sino lo lamentaría.
A mediados de julio ya la casa estaba amueblada y casi lista para que el ojiverde pudiese mudarse en cuanto terminaran las vacaciones.
Transcurría la última tarde que estarían checando los últimos detalles
Harry le mostraba a Ron cómo quedaron distribuidas las habitaciones.
- Y esta será la biblioteca
- dijo cuando el pelirrojo preguntó por qué el cuarto que daba al jardín seguía sin amueblarse.
- ¡Oh por Merlín! ¿Harry para qué desperdiciarlo? podría ser útil para otra cosa
- objetó indignado, Harry rodó los ojos.
- Hermione necesita un lugar para hacer sus investigaciones - puntualizó el de gafas.
- Sí, extraño la biblioteca de Hogwarts - declaró la castaña, quien se dirigía hacia ellos, acompañada por Luna. Ambas acababan de bajar después de que la ojimarrón le mostrara a su amiga cómo había quedado la recamara principal. La cual era una sorpresa para Harry.
- Sinceramente es el último lugar que yo extraño - exclamó burlón, el pecoso.
- Claro, tú ni de broma te parabas ahí - rió con sarcasmo Hermione, acababa de llegar y abrazar a su novio.
- ¡No seas chismosa, sí iba! - protestó el pelirrojo.
- Pero no por voluntad propia - ironizó, con una mirada reprobatoria.
- Eso ni quién lo niegue - reconoció con cierto cinismo, encogiéndose de hombros mientras soltó una carcajada; y rodeaba la cintura de Luna, colocando su barbilla sobre su hombro sin dejar de sonreír. La ojiazul se sonrió, su amiga castaña rodó los ojos negando. Harry no pudo evitar reírse por la actitud infantil de su amigo, y la exasperada de su novia.
***
Después de un rato cuando Luna le dijo a Ron que la acompañara al jardín a averiguar si había hadas en las flores, con eso de que el patio colindaba con el bosque quizás era lo más probable. Aunque realmente era una excusa planeada por las chicas para que la castaña pudiese mostrarle a su novio su sorpresa. Hermione y Harry subieron.
Ella le vendó los ojos cuando llegaron a la puerta, el de gafas sonreía curioso y emocionado.
- Sin trampas - bromeó la ojimarrón, cuando giraba la perilla para abrir la puerta, Harry se rió.
- Ya puedes ver - avisó, apurado el chico se quitó la venda y ante su mirada se mostró una estancia cálida
todo hacía juego, desde los muebles que eran de madera: el tocador, el ropero, las mesillas de noche y unos cómodos sillones que estaban ubicados frente a una pequeña chimenea. Hasta las cortinas que combinaban perfectamente con la cama cubierta por un edredón color perla y almohadas cuadradas en tonos café oscuro, claro y beige. El piso cubierto por un tapete de rombos blancos que contrastaba con la madera color miel.
- ¡Está increíble! - balbuceó maravillado, y volteó a ver a la chica, ella le sonreía radiante. La rodeó entre sus brazos, tomó su rostro y la acarició en las mejillas, a las cuales se le extendió el rubor de una forma encantadora.
- Gracias, nena - susurró cerca de sus labios, en un tono sensual y travieso; ella se mordía el labio inferior con una sonrisita igual de traviesa, entonces terminó con la distancia que separaba sus labios de los de él. El beso comenzó a ser cada vez más profundo, sin darse cuenta avanzaron hasta que cayeron sobre la cama, Hermione sobre Harry. Él deslizó su mano bajo la delgada camiseta color verde agua de la castaña, mientras ella jugueteaba con los botones de la camisa verde olivo de su novio. En ese momento Ron y Luna se quedaron parados en la puerta, el ojiazul con los ojos abiertos como plato y una expresión entre sorprendida y socarrona.
- ¡Oigan!, si quieren empezar con sus juegos extraños
mínimo tengan la amabilidad de pedirnos que nos vayamos, porque esto es demasiado gráfico para nuestros inocentes ojos - exclamó sonriendo socarrón. Al escuchar a su amigo Harry y Hermione respingaron y se separaron sobresaltados, arreglándose la ropa y muy sonrojados; aunque de la vergüenza por ser encontrados en esa situación el rubor se convirtió en escarlata por la irritación causa de los burlones comentarios del pelirrojo.
- ¡¡Ronald!! - gritaron al unísono.
- Más respeto, hay niños presentes - continuó con voz de exagerada inocencia.
- Ah, no sabía que Luna también estaba embarazada - ironizó con una apretada sonrisa, el ojiverde.
- ¡Qué chistoso, Harry! -dijo Ron, dejando de sonreír, y las orejas se le pusieron coloradas. Fue el turno del ojiverde y la castaña de sonreírse burlonamente.
- Hablaba de Luna y yo - aclaró.
- Ron, lo que tú tienes de inocente yo lo tengo en malas notas - satirizó la ojimarrón, vengándose.
- Jaja qué graciosita, Hermione - el sonrojo de las orejas se le esparció hasta el rostro. Y Luna por la reacción de su novio, no sabía si reírse o no; aunque ella también se había ruborizado bastante.
And when you're walking out that door
Y cuando caminas fuera de esa puerta
I know I miss you
Sé que te extraño
You make me wanna ask for more
Me haces querer más
I just miss you
Simplemente te extraño
Yeah, it's true
Sí, es verdad
I miss you, baby
Te extraño, nena
- Veo que la casa ya está lista - comentó cantarina la rubia, para desviar el tema, entrando en la habitación.
- Sí, y ellos ya querían estrenarla - añadió el ojiazul, volviendo a reírse, y entrando detrás de su novia. Harry y Hermione lo fulminaron con la mirada.
- Bien, para que vean que no soy un metido - carraspeó.
- No cómo piensas que creemos eso de ti, Ron - acentuó con sarcasmo el ojiverde, intercambiando una mirada con la de rulos.
-
los dejaremos solos para que se despidan - continuó, pasando por alto el comentario de su amigo. - ¿O qué piensan quedarse aquí de una vez? - insinuó pícaro.
El autocontrol de Hermione se hizo añicos entonces dio un paso hacia su amigo de una forma peligrosa, el pelirrojo salió huyendo de la recamara, la última vez no le había ido muy bien que digamos; ella lo siguió con arrebato decidida a que esta vez le iría peor a su imprudente amigo. Pero Harry se quedó callado y clavado al piso, la idea lo golpeó de pronto, su amigo tenía razón, él se mudaría, solo, y ella iría a casa de sus padres hasta el día de la boda; la cual aún no tenía fecha definida pues ambos habían decidido que se tomarían las cosas con calma. Además desde la noche que regresaron de Hogwarts él y Ron se las habían ingeniado con la ayuda de la capa de invisibilidad para pasar las noches con sus respectivas novias; y la pelirroja aceptó guardarles el secreto si ellos guardaban el suyo, pues ella se veía con Colin en el mundo muggle y a sus padres les decía que todo el tiempo se la pasaba ayudándoles a decorar la casa.
Ahora ya no la vería dormir en sus brazos
¿Cómo le haría si se acababa de dar cuenta que no podría volver a estar una noche sin ella?
Hermione regresó a la habitación sacudiéndose las manos de una forma satisfecha; abajo acaba de vengarse de su amigo pelirrojo y ni siquiera Luna pudo detenerla de haberle lanzado un hechizo para que se mantuviese callado por lo menos las próximas dos horas.
- ¿Qué pasa, Harry? - preguntó extrañada al notarlo absorto.
- Nada - la tranquilizó, saliendo de sus pensamientos. Caminó hasta ella y pasó su brazo derecho sobre sus hombros, besándola en la cabeza.
Él ya pensaría en algo para remediar esta situación
Hermione sonrió y giró su rostro para poder besarlo suavemente en los labios.
***
Por Merlín estoy mega emocionada, este capítulo lo he estado esperando por años jeje desde que escuché esta canción, en un clip, obvio Harmony; y este fic estaba en sus inicios, me dije, esa song tiene que estar incluida en la historia ^^'
Especificamente es este clip:
http://www.youtube.com/watch?v=8cXkCWJMyNg
La song: es de Darren Hayes.
Y dos, también me emociona que hoy es el último día del año, XD podría decirles tantas cosas
pero resumiré que las dos mejores experiencias que me sucedieron en este 2010 fueron ahhhhh conocer en persona a Tom Felton[ definitivamente el mejor día de mi existencia] y dos: mantener algo hermoso con el chico de mi vida my Kevo ^^
Para no extenderme quiero agradecerles que sigan este crazy songfic, al cual le restan pocos episodios, pero poco más de diez, aclaro.
Ojalá me sigan acompañando en mi aventura de escritorafan el próximo año, por favor!!
Nuevamente muchas gracias por obsequiarme algo de su tiempo al leer y dejarme un comentario.
Capítulo dedicado a todos ustedes que siguen la historia, a quienes le han dado el honor de tenerlo entre sus fic favoritos y sobre todo a France_Torress, Emma Radcliffe, Hermione Crazy, Yuli Potter Granger y X_tabay74 por dejarme sus opiniones acerca del episodio pasado y animarme a continuar escribiendo.
***
Este año que comienza les deseo que les depare experiencias buenas y geniales!!!
Nos estamos leyendo ;)
Happy New Year 2011!!!!!
Anyeli Potter Granger
PD: Foto de la casa que compró Harry para él y Hermione.
31/Dic/10
51
Look After You
˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜
Los días de julio se estaban yendo muy aprisa, Harry y Hermione habían acordado que ella se iría a casa de sus padres después de la boda de Bill y Fleur, y él se mudaría a su casa nueva; la boda se efectuaría el último día del mes.
Esa mañana del 23 de julio, el ojiverde iba a ir al cementerio de Godric's Hollow. Estaba terminando de vestirse en la habitación de su amigo, cuando la castaña entró... lo rodeaba por el torso y se recargaba en su hombro.
- Harry, ya estoy lista - le susurró en el oído, con sus finas manos le subió el cierre de la sudadera color azul marino. Con delicadeza se retiró los brazos de su novia para que no se sintiera herida o algo por el estilo (con eso de que su temperamento se había vuelto más vulnerable), y se giró para verla de frente, tomándola de las manos.
- Hermione, ya lo habíamos hablado
será mejor que vaya solo - recordó con sensatez, besándole las manos.
- ¿Cuántas cosas más tienen que pasar, para que entiendas que estamos juntos en todo? - le dijo con gravedad, y frunció el entrecejo un poco indignada. Harry sonrió ante su gesto, provocando que la castaña se indignase más; y pensó que por más que él tratase de no molestarla las hormonas comenzaban a hacer grandes estragos en el de por sí aprensivo carácter de Hermione.
- Estoy perfectamente consciente de ello, Herm
- le apretó ligeramente la barbilla.- Pero tú tienes que entender que estoy pensando en tu tranquilidad
ir a ese lugar puede
- consideró, acariciándole las mejillas.
- Sé que puede traerme malos recuerdos. Sin embargo lo repito
estando contigo nada me da miedo - concluyó la chica, abrazándolo y recargándose en su pecho.
- Está bien, iremos juntos
terca - accedió, levantándole la cara y depositaba un beso en su barbilla, luego le dio una pequeña mordida haciendo que Hermione soltase una traviesa risita.
Tomados de la mano bajaron.
- Oh, por lo que veo lo convenciste - observó con un tonito socarrón el pelirrojo, que estaba parado al final de las escaleras.
- Ron - advirtió Harry, y los ojos marrones lo vieron brillando amenazadoramente.
- Lo vuelvo a comprobar
las mujeres son sumamente persuasivas - comentó sin intimidarse. Pero antes de que él o sus amigos, dijeran algo más; Luna le saltó a la espalda y se colgó de su cuello, aferrando sus piernas a su torso, como un grácil koala.
- ¿Decías? - le dio un prolongado beso en el oído.
- Muy peligrosas
-musitó, con el rostro sonrojado; luego hizo una maniobra y trajo a Luna hacia el frente, besándola en los labios. Sus amigos negaron sonriendo, y aún tomados de la mano terminaron de bajar las escaleras, dirigiéndose hacia la sala.
Harry abrazó por la cintura a Hermione, y ambos desaparecieron.
El casi imperceptible sonido y la leve ráfaga de aire que se ocasionaba cuando alguien desaparecía, hizo que Ron y Luna se diesen cuenta que sus amigos se habían ido. Dejaron de besarse
.
- Ay, qué voy a hacer con esos dos
- suspiró como si no tuviese de otra que resignarse. - ¿o debería decir tres? - reconsideró, sonriendo burlonamente. Su rubia novia sonrió rodando los ojos, ella sí que estaba resignada a cómo era el pelirrojo.
- Sabes, ahora que lo pienso
ellos van a ser papás
Nos llevan ventaja - meditó, balanceando a Luna entre sus brazos.
- ¿Y qué quieres que haga? - preguntó inocente, mientras le acariciaba una ceja, ya que a la ojiazul le gustaban mucho las cejas pelirrojas de su novio.
- No sé
mis papás se fueron con Bill y Fleur a ver todo ese rollo de la boda, los gemelos están en la tienda en el callejón diagon, y Ginny está con Colin sabe Merlín haciendo qué
Entonces nosotros podríamos
- insinuó pícaramente.
- Ronnie
- las mejillas de la rubia se ruborizaron intensamente. El pelirrojo sonrió divertido por la reacción de su novia, fue que Luna lo jaló hacia ella dispuesta a besarlo; pero contrario a lo que él esperaba, no lo besó en la boca, sino en el cuello (de una forma muy juguetona).
If I don't say this now I will surely break
Si no digo esto ahora seguramente me romperé
As I'm leaving the one I want to take
Estaría dejando lo único que quiero tomar
Forgive the urgency but hurry up and wait
Perdona la urgencia pero apresúrate y espérame
My heart has started to separate
Mi corazón ha comenzado a dividirse
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
Oh Ohhhhh Oh, oh
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
I'll look after you
Que cuidaré de ti
Se aparecieron a las afueras del cementerio
Hermione suspiró decidida a entrar, entonces Harry la rodeó con su brazo y la pegó a él para infundirle seguridad; no habían estado ahí desde su enfrentamiento con Voldemort. Atravesaron la reja y caminaron sobre el pasto que tenía un color verde amarillento y en algunos tramos ya había adquirido el tono sepia de la hierba seca
a medida que avanzaban la castaña trataba de no pensar en los hechos ocurridos allí, y el de gafas le hizo conversación para distraerla
Hablaron de que la señora Weasley los traía cortos, más a Ron y a él, con todo esto de la boda; ella soltaba risitas, aunque algo ansiosas, Harry por lo menos había conseguido su propósito, que era entretenerla. Pero cuando llegaron al sitio donde se encontraba la tumba de sus padres ambos se quedaron en silencio. Para su buena suerte, la fosa que Voldemort había hecho para ellos, ya la habían quitado.
Los ojos esmeraldas leyeron lentamente la inscripción de la lápida:
James Potter, 27 de marzo 1960-31 de octubre de 1981
Lily Potter, 30 de enero de 1960- 31 de octubre de 1981
Un nudo se formó en su garganta
los ojos le escocían y estaban bastante cristalinos. << ¡Qué ganas de desgarrar en llanto el alma!>> pero simplemente las lágrimas no salían, por más no podía imaginar siquiera que sus padres estuviesen ahí abajo, ajenos a su sufrimiento por extrañarlos, en verdad no podía concebirlo. No cuando habían convivido en sus sueños, cuando había hablado con ellos en el tiempo que estuvo
muerto. Y que ellos le hubiesen obsequiado la oportunidad de vivir, nuevamente. Otra vez ellos le habían dado ese privilegio. Suspiró abatido
vio a Hermione hincarse en el pasto, con un movimiento de su varita formó sobre la tumba una corona de rosas blancas; y para su mayor sorpresa la castaña murmuró: Gracias Lily y James, cuidaré bien de ellos
- con una mano acariciaba su vientre, y con la otra tomó la de Harry, volviendo su mirada para verlo; luego se incorporaba enjugándose las lágrimas que se habían escapado de sus ojos marrones.
Entonces lo abrazó por la cintura y se recargó sobre su hombro, todavía sollozando. Fue cuando el llanto por fin venció al ojiverde, y se precipitó por sus mejillas
en su interior podía sentir un mar de emociones, entre la calidez que le provocó el gesto de Hermione, y la sensación de vacío y desprotección por la ausencia de sus padres; aún más, cuando se marcharía para vivir
solo.
- Hermione
- masculló.
- ¿Sí? - ella lo regresó a ver.
- Yo también cuidaré bien de ustedes
- posó una mano sobre el vientre de su novia.
- Lo sé
- Hermione puso su mano sobre la de él, y sus ojos brillaron radiantes. Harry se mojó los labios mientras la miraba, lo que a continuación le diría iba a cambiarlo todo; y era completamente absurdo que a estas alturas tuviese miedos, lo que él no quería era arruinarlo como antes
sin embargo lo había decidido desde ese día que terminaron de arreglar la casa, y necesitaba expresarlo.
- Y yo sé que dije que no te presionaría, pero me gustaría que
- comenzó, respirando profundamente y sin dejar de verla a los ojos.
- Harry
después de la boda de Bill y Fleur, me iré a casa contigo - declaró, sonriéndole mientras le acariciaba el cabello.
There now, steady love,
Ahora siempre se queda el amor,
So few come and don't go
viene poco a poco y no se va
Will you won't you,
¿Lo serás o no?
Be the one I'll always know
La única que siempre he conocido
When I'm losing my control, the city spins around
Cuando pierdo el control, la ciudad gira a mi alrededor
You're the only one who knows, you slow it down
Eres la única que lo sabe, haz que vaya más lento
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
Oh Ohhhhh Oh, oh
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
I'll look after you
Que cuidaré de ti
And I'll look after you
Y Cuidaré de ti
- Has dicho
¿a casa? - balbuceó, con los ojos muy abiertos.
- Harry, nuestro lugar está donde estés tú - exclamó, tomándolo de ambas manos y poniéndolas junto con las de ella, unidas sobre su vientre.
- Perdóname
soy demasiado egoísta como para dejarte ir, pero es que sinceramente no puedo pasar un día más sin verte amanecer a mi lado - exteriorizó, besándola suavemente.
- Yo tampoco lo soporto - confesó, mordiéndose el labio inferior, con una sonrisita traviesa y cómplice.
- Ven, tenemos que resolver esto
- lo jaló de improviso hacia la salida.
- Vamos a casa de tus padres, ¿cierto? - adivinó. Hermione hizo un mohín, como diciendo tal vez sí. Harry se rió, pues para su sorpresa no estaba nada nervioso, al contrario, se sentía emocionado.
If ever there was a doubt
Por sí alguna vez dudaste
My love she leans into me
Mi amor es tuyo
This most assuredly counts
Esto seguramente cuenta más
She says most assuredly
Ella dice más seguramente
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
Oh Ohhhhh Oh, oh
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
I'll look after you
Que cuidaré de ti
And I'll look after you
Y Cuidaré de ti
Se aparecieron frente a la casa de los Granger, atravesaron la pequeña reja de herrería blanca y se encaminaron por el corto pasillo de losetas de concreto color arena.
Cuando Jean Granger abrió la puerta y los encontró allí parados, se sorprendió mucho.
- ¡Hermione, mi amor! ¡Qué linda sorpresa! - exclamó contenta. La señora Granger miró por completo a su hija, y su semblante repentinamente se ensombreció.
- ¿Estás bien?, ¿está bien mi nieto? - bombardeó preocupada. La castaña y el ojiverde intercambiaron una mirada << Sí Harry, así es mi madre
ya te acostumbrarás>>
- Sí, mamá - la tranquilizó. Jean Granger volvió a sonreír, aunque más ligeramente. Les cedía el paso invitándoles a entrar.
- ¿Entonces qué los trae por aquí? te esperábamos el primer día de agosto
- señaló, caminando detrás de ellos hacia la sala. Harry y Hermione se detuvieron frente a un sillón que estaba frente a otro, con una mesa de centro de por medio. Luego ellos intercambiaron una mirada de decisión.
- Mamá
será mejor que te sientes - le pidió a modo de consejo, y ella junto con su novio se sentaron al mismo tiempo.
- ¿Por qué? - preguntó, palpando el sofá a sus espaldas para poder sentarse; manteniendo su vista en su hija y yerno, de una manera recelosa. Hermione tomó la mano de Harry (al menos en esta ocasión no le fracturó los nudillos), suspiraba para poder comenzar a hablar.
- ¡Hermione, cielo! - exclamó su padre, que venía entrando en la estancia y se encontró con esa sorpresa. Se acercaba a besarle la mejilla a su hija, y Harry automáticamente se puso de pie; extrañado, su suegro le tendió la mano para saludarlo.
- ¡Papá, qué bueno que estás en casa!- sonrió. -
tú también siéntate - apuró la ojimarrón. El señor Granger se desconcertó más
- Hermione Jean Granger, en serio me estás preocupando - vociferó su madre.
- A mí también - expuso intrigado, Hugh Granger.
Hermione jalaba a su novio para que se volviera a sentar, porque éste se había quedado sonriéndoles a sus suegros, aturdido. (Como si acabase de ver a una veela)
- Verán
esto es difícil
- suspiró de nuevo. - Pero necesitan saber que ya nunca volveré a vivir aquí
no como su niña - soltó hablando un poco rápido.
- ¿Qué estás diciendo? - respingó su progenitora.
- Que después de la boda, me voy a ir a vivir con Harry - dijo más despacio.
- ¿Te refieres a la boda de ustedes? - señaló nerviosamente, y el señor Granger, que sí había querido darse cuenta contrario a su esposa; tuvo que aguantarse sus deseos de exponer su desacuerdo. Porque desde que se enteró de esa relación ya se esperaba algo como esto, sin embargo él les había asegurado que no se metería en sus decisiones.
- No, la que ya les había dicho
la del hermano de nuestro amigo - reiteró, y el de gafas asintió.
- Pero Hermione, siempre dijiste que no te irías a vivir con un chico si no te casabas antes - recordó, poniéndose de pie.
- Ay mamá
tenía once años - rodó los ojos.
- Hija, tú siempre has dado respuestas rotundas - remarcó con suficiencia. Harry sabía que su suegra lo estaba asesinando con la mirada. El señor Granger carraspeó.
- Sabes, la rotundidad es un término tan relativo
- terció la castaña, soltando una risita.
- Si se van a vivir juntos ahora, ya estuvo que no habrá boda - sentenció indignada.
- Ya se lo he dicho
mi más profundo deseo es casarme con su hija, pero
- contrarió el ojiverde, regresando a ver a Hermione; y en esta ocasión fue él quien le apretó la mano.
- Pero primero necesitamos conocernos bien como pareja, saber si podremos pasar por todos esos problemas de cuestión de adaptarnos a convivir todos los días bajo el mismo techo, con todas esas manías nuestras
No quiero que mi boda sea precipitada, y aunque fuese linda, se arruine porque a la semana haga un berrinche, tome mis maletas y esté en tu puerta a las cuatro de la madrugada - completó argumentando.
- Y lo harás, eso tenlo por seguro. Pero también ten por seguro que no te dejaré entrar - concluyó Jean Granger.
- Y es por eso que Hermione y yo hemos decidido esto - zanjó Harry, jugando ansiosamente en su mano con los dedos de su novia.
- Bien, ya lo decidieron... Nuevamente no nos están pidiendo opinión, ¿verdad? - terció sarcástica, poniéndose de pie, dispuesta a marcharse de la sala con una salida dramática. Pero antes de irse se dirigía a su yerno: Ay jovencito, tú en serio cambiaste la vida de nuestra hija
Es más, cambiaste a nuestra hija, desde que te conoció - su tono fue de reproche. - Te lo dije Hugh, no me gustaba nada que Hermione se la pasara hablándonos a cada rato de Harry, Potter - le espetó molesta, luego por fin salió a zancadas sin regresar a ver a nadie. El chico de gafas pestañeó sorprendido; no se podía negar que el hecho de enterarse que Hermione les hablaba a sus padres de él, incluso desde que lo había conocido, le agradó mucho. La castaña por si acaso evitó verlo, se había ruborizado bastante. El señor Granger suspiró entre exasperado y a la vez resignado, luego alzando las cejas esbozó una sonrisa circunstancial.
- ¿Entonces se quedan a comer? - preguntó como si nada hubiese pasado. Harry continuaba con una expresión pasmada; y Hermione, con un amago de sonrisa, rechazó la invitación de su papá.
It's always have and never hold
Ha estado siempre contigo y nunca lo has tomado
You've begun to feel like home
Has comenzado a sentirte como en casa
What's mine is yours to leave or take
Lo que es mío es tuyo, déjalo o tómalo
What's mine is yours to make your own
Lo que es mío es tuyo, hazlo tuyo
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
Oh Ohhhhh Oh, oh
Oh, oh, Oh, oh
Be my baby
Sé mi bebé
I'll look after you
Que cuidaré de ti
http://www.youtube.com/watch?v=2RF4tFdiQns
[Clip con la song Fearless/Taylor Swift- canción que queda perfecto para este momento]
La joven pareja se apareció al comienzo del camino formado por las pulidas piedras de río; el sol del atardecer resplandecía como una aureola amarillo-rojiza alrededor de la casa de dos pisos. La castaña sonrió al divisar su nuevo hogar, el ojiverde la llevaba de la mano pero sumido en un consternado silencio.
- Ya quita esa cara
esa fue una buena reacción de mis padres
o debo especificar, de mi madre - le dijo soltando una risita divertida, acariciándole el contorno de la mejilla. - Yo me hubiese preocupado si lo hubieran aceptado rápidamente, ahí sí que me daría desconfianza - estimó.
- Entonces debo estar agradecido que por lo menos no me agarró a bofetadas - ironizó, por fin rompiendo el silencio.
- Da gracias que mi madre no es bruja, sino
- consideró, riéndose. Harry puso una peor expresión.
- Tranquilo
- deslizó su suave mano por su rostro, desde su frente hasta su barbilla. - mejor prepárate porque dentro de poco la tendremos visitándonos todos los días para enseñarme a
Tejer, aunque ya sé por supuesto - aclaró con suficiencia, y él sonrió, enternecido por la emoción que reflejó su novia cuando mencionó aquello. Recordó que a fines de quinto curso él había reconocido que los gorros que la castaña había hecho con tanto esmero para liberar los elfos domésticos de Hogwarts, le quedaban mejor y podía diferenciarlos de los calcetines. - esto lo hizo sonreír más.
- A cocinar
- continuaba ella.
- ¿No sabes cocinar
?- respingó el de gafas.- regrésate - vociferó serio, señalando hacia el comienzo del camino.
- ¡Harry! - saltó boquiabierta, con los ojos dilatados por la sorpresa. Su cara se había convertido en una máscara dolida y de indignación. Pero el ojiverde sonrió, y de improviso la cargó con intenciones de besarla; no obstante ella alzó la cara para evitar que sus labios se unieran porque seguía resentida, pero él logró capturarlos en una dulce demostración de amor.
- ¡Bienvenida a casa! - exclamó cuando se separaron.
- Harry
- exhaló sin aliento, al encontrarse ya en el interior del cálido vestíbulo.
- Sólo bromeaba con lo de la comida - declaró con ingenuidad.
- Te perdono si los primeros días me haces de comer tú
- condicionó, siguiéndole el juego. Harry sonrió asintiendo, como si aceptase el castigo; mientras con un pie cerró la puerta principal, luego la subió aún cargando. Entraron a su habitación, cuya puerta estaba abierta, para fortuna del chico. La colocó sobre la cama, y maniobró para dejarse caer a un lado y no sobre ella; pero de inmediatose volvió, recargándose sobre sus manos para verla de frente, y la castaña se apoyaba sobre sus codos.
- Aquí es a donde perteneces
y donde deberás estar siempre - exclamó todavía un poco agitado, su tibio aliento rozó el rostro de Hermione.
- Sí, claro
siempre a tu lado, entre tus brazos
hasta que estemos viejitos
- soltó una risita, jalándole traviesamente un mechón de su rebelde cabello negro; luego lo besó, mordiéndole suavemente los labios.
- Y más allá de la vida - se separó un poco, pero de nuevo volvió a besarla, esta vez con intensiones de llevar a un nivel más profundo ese beso. Con delicadeza la acomodó y con sus rodillas se recargaba sobre la cama para no aplastarla. Con tacto la despojaba de su holgada blusa de mangas largas color palo de rosa, dejándole la delgada camiseta color lila que traía debajo; y pensando en la mejor manera de retirarle los leggins color café. En eso estaba cuando ella dio un fuerte respingo en medio del intenso beso, obligándolo a separarse.
- ¡¿Qué pasa?! - preguntó alarmado, temiendo haberla lastimado sin darse cuenta. Hermione se quedó quieta, viendo fijamente hacia un punto, respirando entrecortadamente, como si estuviese tratando de normalizar su respiración; esto provocó que su temor aumentara. Pero entonces, viéndole con una sonrisa radiante y llena de fervor, tomó su mano y la puso sobre su vientre; a través de la suave piel sentía unos frenéticos latidos que golpeaban la palma de su mano.
- ¿Sientes? está emocionado - balbuceó, soltando un ligero sollozo, y él comprendió la razón de que sus pupilas marrones se llenaran de lagrimitas; porque las suyas también se cristalizaron
por su mente sólo cruzaba un pensamiento ¿cómo se puede ser mejor que esto?, la respuesta es que no existía nada mejor que esto. Se quedaron ahí, viéndose a los ojos, compartiendo ese especial momento.
˜˜˜
Próximo capítulo: La boda de Bill y Fleur, y el noviazgo de Ron y Luna tambalea.
˜˜˜˜
Song: Look after you
Banda: The Fray
˜˜˜˜˜
¡Rayos!, cómo se van de rápido los días y los meses, ya estamos en el último día de febrero XD cuando siento que apenas actualicé y veo que no, que fue hace casi dos meses ¬¬ es en serio, díganle al señor del tiempo que le baje al ritmo de su reloj de arena...
En fin ojalá les haya gustado este capítulo, en lo personal lo sentí muy natural, me sentí relajada mientras lo escribía, a pesar de contener escenas algo nostálgicas. Sin embargo siento que tuvo de todo, humor, melancolía, romance, un poco de tensión, más romance
ustedes díganme sus impresiones va;)
Muchas gracias por sus comentarios, y de una cosa estén seguros, mientras me animen con sus comens continuaré escribiendo, hasta que este songfic (y todos los que llevo publicados) estén terminados.
Mis eternos agradecimientos a:
EmmaRadcliffe,annamagicpotter,Harry_Hermionefics,
Hermione Crazy, anita 1990, X_tabay74
Anyeli Potter Granger
28/Feb/11
52
Truly, Madly, Deeply
(Verdaderamente, Locamente y Profundamente)
˜˜˜˜˜˜˜
I'll be your dream, I'll be your wish, I'll be your fantasy.
Yo seré tu sueño,tu deseo, tu fantasía.
I'll be your hope, I'll be your love, be everything that you need.
Seré tu esperanza, tu amor, seré todo lo que necesites.
I love you more with every breath truly madly deeply do...
Te amo más con cada respiro,sinceramente, alocadamente, con profundidad.
I will be strong I will be faithful 'cause I'm counting on a new beginning.
Seré fuerte, seré fiel, porque estoy contando con un nuevo principio,
A reason for living, a deeper meaning. Yeah
Una razón para vivir, un significado más profundo. Sí
Los primeros rayos del alba atravesaban las cortinas de la habitación, rozando paulatinamente la cama donde dormían Harry y Hermione
él despertó al sentir que el suave resuello de la castaña golpeaba su rostro, abrió los ojos y a través del cristal de sus gafas descubrió la más hermosa visión, la expresión de Hermione asemejaba a un ángel, tan infinitamente llena de paz
sus alborotados rulos castaños enmarcaban sus delicadas facciones, sus tersas mejillas tenían un precioso rubor y sus rosados labios le provocaban besarla
- acarició aquellos suaves labios mientras sonreía; en su interior sentía una felicidad indescriptible, y es que en verdad no podía explicar cómo es que verla allí, junto a él, lo hacía pensar que aún estaba sumergido en un bello sueño
tal vez no era su primer amanecer juntos, pero sí el primero del comienzo de su nueva vida
- Hey - musitó el ojiverde, al ver cómo ella pestañeaba y comenzaba a abrir sus preciosos ojos marrones.
- Harry
- murmuró soñolienta, él soltó una risita, fascinado. Hermione volvió a pestañear, y antes de que el de gafas dijese algo más o hiciera algún movimiento, ella se incorporó y lo besó. Fue un roce tierno, y a la vez travieso porque al despegar los labios lo mordió un poco. Además jugó con su rebelde cabello.
- Ya está - dijo con una sonrisa.
- ¿Y eso qué fue? - él también sonreía, aunque un tanto extrañado.
- Quería comprobar que en serio no era un hermoso sueño - explicó.
- Descuida, hace rato que lo comprobé - declaró y volvió a besarla. Esta vez el beso era más intenso, pintaba para convertirse en algo más
pero como la vez anterior, en la enfermería, se vieron interrumpidos porque el estomago de la castaña emitió un ruidito que chocó con el torso del ojiverde.
- Al parecer nuestro hijo ya tiene hambre - observó riéndose Harry.
- Eso creo
- las mejillas de Hermione se habían vuelto de un rojo fresa.
- ¿Qué haces? - saltó al ver que él se movía para salir de la cama.
- Voy a cumplir con lo que te prometí - expuso, aún divertido.
- Si quieres dormir un rato más
aunque procuraré no tardarme - le guiñó un ojo, y la castaña esbozó una sonrisita mientras se mordía el labio inferior.
El de gafas bajó para preparar el desayuno, Hermione se volvió a acomodar sobre la cama, su rostro estaba iluminado
el corazón le palpitaba emocionado, tenía la sensación de que ese era uno de los días más felices de su vida
pero es que cada nuevo acontecimiento experimentado con Harry, sólo podía convertirlo en el mejor día de su vida.
- Sé que estás tan feliz como yo, bebito mío
. estamos en casa - exclamó con una extrema suavidad y ternura en su voz, con sus dos manos acariciaba su vientre donde los latidos de un corazoncito le respondían, sus ojos se cristalizaron y sonrió enternecida. Cerró los ojos con intención de hacerle caso a Harry y volver a dormir, pero justo cuando lo estaba consiguiendo unas agrias nauseas surgieron desde su estomago, obligándola a correr hacia el baño. Estuvo ahí hasta que sintió que había expulsado incluso lo que no había comido en la vida, pero en realidad no era nada porque tenía el estomago vacío. Se lavó la boca y también la cara, cuando salió se encontró con el ojiverde, que traía una charola con dos atractivos platos de fruta y dos vasos con jugo de naranja.
- Creo que decidió que ya no quiere nada - exclamó con un mohín.
- Ah no
Ni creas que voy a dejar que sea un melindroso - contradijo el de gafas, y la castaña hizo un puchero; él soltó una carcajada divertido, ella acentuó su mueca.
La fruta no fue suficiente, y para el medio día bajaron a cocinar, lo que dio comienzo a uno de los muchos hábitos que de ahora en adelante compartirían como pareja
Harry estaba preparando crema de papas, pero al vaciar el líquido en el recipiente lo hizo desde una altura mayor a la recomendable lo que provocó que el fuego se alzase
Hermione tuvo que usar un hechizo de aquamenti porque se asustó, luego del sobresalto ambos se rieron
La comida no estuvo mal, y no sólo la crema sino los medallones de pollo sazonados con pimienta y cebolla también estaban deliciosos
(Aunque cabe señalar que estos fueron preparados por la castaña.)
- Oye sabes cocinar, ya te puedes casar - observó con una risita, acababa de sorber un poco de crema.
- ¿En serio? - el ojiverde alzó la ceja, entre contrariado y a la vez esperanzado. Hermione se sonrojó, desviando un poco la mirada.
- Sin querer aprendí, los Dursley me obligaban a ayudar en los quehaceres - apuntó rápidamente, para acabar la pequeña incomodidad que había surgido.
- O sea que también sabes lavar - terció con un tonito de que se le acababa de ocurrir una idea, y sus pupilas marrones lo reflejaron.
- ¡Ni creas! - apuró entendiendo, los dos se quedaron viendo serios, pero entonces se rieron por sus expresiones; en verdad se la estaban pasando tan bien, esto de vivir juntos comenzaba a resultar.
Después de la comida decidieron ver una película en la sala, una de las que la castaña tenía en su colección muggle: "Romeo&Julieta"
Estaban acomodados en el sofá, Harry tenía su brazo por sobre los hombros de Hermione, y ella se había recargado sobre su pecho
eventualmente el ojiverde le daba tiernos besos en los labios
de repente, mientras ella veía la película, la quedó observando
y en su interior hubo toda una revolución de emociones
Jamás se imagino vivir un día tan normal
dejando atrás todos los miedos, las inseguridades y el sufrimiento
Viéndolo desde esta perspectiva, sumergido en la inmensidad de la felicidad, era como si no hubiesen existido, como si el pasado fuese una terrible pesadilla lejana y ajena
no obstante era consciente de que en verdad atravesaron todo aquello; el miedo latente a la persecución, a un final trágico y siniestro
las absurdas inseguridades que tuvieron desde el principio de su amor, y aún peor, en su relación; el sufrimiento de las separaciones
Y el dolor propio de la ausencia de cariño, la protección y la calidez de una familia, de sus padres, de un hogar
un hogar era precisamente en lo que ahora estaba envuelto, protegido y abrazado por el amor de Hermione, de su hijo
en su familia.
Una radiante sonrisa lucía en sus labios, entonces se dio cuenta que Hermione lo miraba extrañada
pero fue su voz la que lo terminó de hacer consciente.
- ¿Estás bien? - preguntó, tomándolo por las mejillas, riéndose un poco por la expresión que tenía; sin embargo él se limitó a continuar sonriendo, y sorprendiéndola, la besó... El beso se convirtió en una situación más romántica, entre un juego de caricias la había despojado de la camiseta color rosa pálido y ella le había ayudado a deshacerse de su playera color azul cielo, tenía la intención de retirarle el pantalón del pijama de seda rosa y al parecer Hermione quería hacer lo mismo con los pants azul marino, cuando se vieron sorprendidos por el timbre. Sobresaltados y con la respiración irregular, dirigieron su mirada hacia la puerta, en una mezcla de sorpresa y enojo. Rápidamente se volvieron a poner las prendas que se habían quitado, pero cuando abrieron no encontraron a nadie, en su lugar estaban sus baúles del colegio y un sobre color escarlata sobre ellos.
Al mismo tiempo se voltearon a ver:
- Ron - exclamó el ojiverde.
- Luna - concluyó la castaña.
I wanna stand with you on a mountain,
Quiero pararme contigo sobre una montaña,
I wanna bathe with you in the sea.
Quiero bañarme en el mar,
I wanna lay like this forever,
Quiero recostarme así para siempre,
Until the sky falls down over me.
Hasta que el cielo caiga sobre mí.
And when the stars are shining brightly in the velvet sky,
Y cuando las estrellas brillen con fuerza en el cielo aterciopelado,
I'll make a wish send it to heaven then make you want to cry..
Formularé un deseo para enviarlo al cielo, y entonces hacer que quieras llorar
The tears of joy for all the pleasure and the certainty.
Las lágrimas de alegría por todo el placer, en la certeza
That we're surrounded by the comfort and protection of...
de que estamos rodeadospor el confort y la protección de
The highest powers. In lonely hours, the tears devour you
Los mayores poderes. En las horas de soledad, las lágrimas te devoran.
Llevaron el equipaje hasta la sala; y antes de que el vociferador comenzara a desprender vapor, el de gafas rompió el sello.
Queridos Harry y Hermione
-comenzó la voz de Luna, pero entonces intervino la voz de Ron.- ¡Qué queridos ni que nada! ¡Casi muero de preocupación! sí, gracias por avisar que no iban a regresar
- acentuó sarcástico.-Al punto, Luna dedujo que era por lo que obviamente ya es evidente, por fin están viviendo juntos
¡suerte con eso
!- dijo burlón. - Hermione, si le pasa algo malo a mi amigo, bajo tu responsabilidad
-terció con supuesta advertencia. - Ok, ok el golpe que seguramente quieres darme al oír esto, me lo propinó tu pelirroja amiga. - Y en serio, la castaña entrecerró los ojos de una manera que si Ron estuviese frente a ella, lo asesinaría. Harry puso una cara entre la vacilación y el sarcasmo.
- Bien, les dejamos sus pertenencias
Luna y Ginny empacaron las tuyas, Hermione. Y Harry, yo intenté guardar el reguero que tenías en mi habitación
si se les olvidó algo pues ahí regresan a la madriguera, cuando tengan tiempo
Digo, con eso de que Luna y yo no quisimos quedarnos porque desde el piso superior se escuchaban extraños sonidos, pues
No tiene caso que les recomiende que no hagan travesuras
si ustedes ya no tienen remedio.
Mejor diviértanse ¿me buscarán otro sobrino en el proceso? ¿Es eso posible? ¡Auch! otra vez mi hermana, ¡ouch! Y ahora se suma Luna... grandioso- finalizó resentido.
PD: No se les olvide la boda de Bill y Fleur- añadió socarrón.
- ¡Voy a matar a tu amigo! - estalló indignada.
- Hermione
ya - la tomó de las manos y la atrajo hacia él. -Nosotros estábamos en algo
interesante. Además, no creo que volvamos a ser interrumpidos, porque estamos completamente solos - susurró cerca de sus labios. Las pupilas marrón se dilataron y se ruborizó bastante, y él no entendió el por qué.
- ¿Y si mejor subimos a ordenar nuestras cosas? - lo besó en la barbilla y luego lo jaló hacia las escaleras.
- Está bien - cedió resignado, todavía desconcertado por ese repentino sonrojo.
En su habitación desempacaron y ambos acomodaron sus pertenencias en todos los lugares correspondientes; todo iba bien hasta que el ojiverde comenzó a guardar su ropa en los cajones del ropero, sólo que lo hacía sin orden, playeras, sudaderas, camisas, pantalones de mezclilla y pants
todo revuelto, tal cual había salido del baúl. La castaña se lo quedó viendo con el entrecejo fruncido y una expresión entre atónita y consternada.
- Harry, no, deja, yo los acomodo - apuró con suavidad, le quitaba los vaqueros apilados y los colocó en un cajón y en otro puso las sudaderas y las playeras.
- Así está mejor - opinó satisfecha.
- Hermione, ¿es en serio
? ¿vas a enseñarme cómo guardar mi ropa? porque lo he hecho solo desde que mi tía me obligó - observó con un tonito irónico-burlón.
- Pues lo has estado haciendo mal - aseveró.
- ¿Me estás regañando? - contrajo las cejas, confundido.
- Tal vez - sonrió con suficiencia.
- Ah
- compuso una expresión más confusa, porque no sabía si ella estaba bromeando o en serio lo estaba reprendiendo.
- Es extraño
¿vamos a lidiar con este tipo de detalles
? y siento que será algo tedioso y tomará tiempo - observó, la de rulos asintió con esa sonrisita de superioridad que a veces lo exasperaba, pero debía reconocer que también le encantaba.
- Está bien, puedo ceder en eso
- le guiñó un ojo, y rodeó con sus brazos su delicada cintura, ella soltó una risita. - ¿Qué otra cosa no te gustaría que yo hiciera? - terció con prudencia.
- Por favor no dejes la ropa sucia tirada en el piso, ni la toalla mojada sobre la cama, ni el baño hecho un desastre
por ejemplo la pasta de dientes abierta, el jabón o el shampoo regados - enlistó con gravedad. Harry esbozó una sonrisita, divertido porque Hermione hablaba de forma rápida y su rostro se había acalorado.
- ¿Quieres tomar una ducha? - apuntó con ingenuidad, retirándole con una caricia los rulos, posó sus manos sobre su espalda, entonces le dio un prolongado beso el cuello.
- ¡Harry
!- respingó, sus mejillas adquirieron un rubor más intenso, y la sangre en sus venas se aceleró a un ritmo impresionante. Los ojos esmeraldas brillaron, había conseguido su objetivo. Sorpresivamente la castaña se colgó de su cuello, y con su pie le acariciaba las piernas retirando la tela de los pants a medida que su pie ascendía.
- Creí que no entenderías la invitación - declaró con una risita traviesa, revolviendo su de por sí rebelde cabello.
- ¿Lo fue? - terció incrédulo, mientras le acariciaba la suave piel de su cintura, quitándole nuevamente la camiseta. Ella asintió, mordiéndose el labio inferior, aún con esa sonrisita pícara.
- De acuerdo
entonces fue tu idea - concedió, de improviso la cargó y la llevó hasta el baño, bajándola en el interior de la regadera; la castaña había estallado en risas, aunque sonaba algo nerviosa.
- Esta es mi condición, que nos duchemos juntos tantas veces nos sea posible - exclamó, abriéndole a la llave, quitándose la playera y los pants para quedarse sólo en bóxer. Hermione seguía riendo, sin embargo lo apartó un poco, le cerró al agua, y tomó la esponja y el jabón.
- ¿Qué haces
? - preguntó desconcertado el ojiverde.
- Dijiste ducharnos juntos - subrayó, inesperadamente lo tomó del brazo y comenzó a enjabonarlo.
- ¡Hermione, te das cuenta que en veinte días no hemos hecho el amor! - protestó, retirándose el agua que le había empañado las gafas.
- ¡Harry! - saltó escandalizada, sintiendo que de su rostro se desprendía vapor. El de gafas la miró más desconcertado que las anteriores veces.
- Me puedes explicar
¿por qué te sonrojas? lo mismo hiciste hace rato
- preguntó extrañado. La castaña se mantuvo en silencio mientras lo veía a los ojos, sin embargo sus mejillas continuaban con ese color ciruela.
- Hermione
no me dirás que a estas alturas te da pena
Y era yo el que se sonrojaba y se ponía como gelatina cuando de desvestirnos se trataba - ironizaba burlón. Los ojos marrones se entrecerraron y brillaron un poquito peligrosos. -
- suspiró. - No es que me dé pena
como dices, a estas alturas
lo que sucede es que para mí es bastante raro haberme hecho consciente, que nunca más voy a
tener
privacidad
- soltó, y los ojos esmeralda se dilataron.
- ¿Te estás arrepintiendo
? - balbuceó temeroso.
- No, no lo malinterpretes, es agradable el sentimiento
me fascina estar viviendo esto - se apuró a aclarar, posando sus manos alrededor de su cuello y atrayéndolo hacia ella.
- Sólo que acabo de darme cuenta que esto no será como las otras veces
que después de hacer el amor cada quien se iba a su habitación - confesó, recargando su frente en la de Harry.
- Herm
- Déjame terminar
¡Esto es tan maravilloso!, que abruma un poco
recuérdame que no es una fantasía - suplicó cerca de su boca, sus respiraciones se volvieron entrecortadas.
- Esto es real
lo comprobamos esta mañana - rozó sus labios, mientras le acariciaba la espalda y la cintura.
- Harry
-musitó hiperventilando.
- Esto es tan nuevo para mí como lo es para ti
y una vez más estoy descubriendo experiencias nuevas, y es contigo
como desde siempre lo ha sido Te amo
- declaró, volviéndola a besar.
- Te amo más - la castaña soltó una risita traviesa.
- Oye, hablando de cosas nuevas
Este es nuestro primer baño juntos -observó pícaramente, el ojiverde esbozó una cómplice sonrisa, dispuesto a despojarla de la ropa que aún llevaba. Entonces Hermione lo sorprendió abriéndole a la llave nuevamente, pero Harry la sobresaltó cuando se deshizo del pantalón de seda que ella vestía dejándola sólo con el top y las panties. La castaña le enjuagó el cabello, él le talló la espalda, y entre jabón y agua el baño se convirtió en un juego de tiernas y traviesas caricias, de intensos besos
la poca ropa que aún portaban terminó junta fuera de la ducha; sin darse cuenta la espalda del ojiverde tenía marcadas líneas rojas ocasionadas por las uñas de Hermione, quien a su vez tenía en el cuello y los hombros un leve color rojizo por los profundos besos que Harry había dado.
Costó trabajo dejar el juego en la ducha, pero salieron unidos en un tierno beso
con cuidado se dejaron caer sobre la cama, ella sobre él; entonces continuaron lo que habían iniciado en la regadera
los besos eran una mezcla de dulzura y a la vez eran frenéticos, se recorrían la piel con suavidad pero también con pasión, reconociéndose a cada centímetro
las respiraciones irregulares, los latidos acelerados, los suspiros, los murmullos de sus voces
les agradaba escuchar lo que sus caricias y besos provocaban en el otro.
- Te extrañé
tanto
- musitó Hermione, mordiéndole el labio inferior.
- Yo también
te necesitaba
-exclamó, aferrándola a él, de pronto la castaña ahogó un respingo y cada parte de su ser se estremeció, la sangre en las venas del ojiverde también corría rápidamente; los corazones palpitaban agitadamente chocando contra el pecho del otro. Harry comenzó un movimiento despacio que a medida se iba intensificando
cuando ambos llegaron al clímax, casi al mismo tiempo, Hermione se recostó sobre el pecho del ojiverde.
- Eres hermosa
- la besó, acariciándole la espalda, ella asintió con un suspiro, entonces se quedó dormida. Harry también estaba exhausto, así que al poco rato también le hizo compañía.
Hermioneno supo cuánto tiempo durmió, pero cuando despertó los rayos de la luna pegaban sobre ellos
sintió una oleada de inmensa felicidad cuando sus ojos marrones lo vieron dormir tranquilamente... se le estaba cumpliendo un sueño
Le acarició el rostro, que por la luminosidad azul-blanca se veía aún más níveo
trazó con sus dedos sus cejas, sus párpados, sus labios
memorizando así cada detalle de su rostro
Él comenzó a despertar, una radiante sonrisa se dibujaba en sus labios, y le acariciaba los rulos castaños. Se dio cuenta que estaban en penumbras, salvo por la luz de la luna.
- El manto de la noche cubrirá nuestro romance y será participe de nuestro amor
- murmuró.
- ¡Harry
sí la estabas viendo!- exclamó conmovida.
- Por ti soportaría ver todas las películas cursis que quieras - bromeó.
- Por ti he estado en los partidos de Quidditch, así estuviera lloviendo
incluso leí Quidditch a través de los tiempos - le siguió la broma.
- Gracias
- se rió.
- Soy tu mayor fan - declaró traviesamente solemne, dándole un rápido beso en la nariz.
- Y yo el tuyo - le dio un leve apretón en la barbilla.
- Pero yo no soy
- negó, sin embargo él no la dejó continuar porque la besó, acariciándola en la espalda y la cintura, con intenciones de volverle a hacer el amor.
- Hermione
- repentinamente se detuvo.
- ¿Sí? - dijo desconcertada.
- ¿Seguro que esto no le hace daño a nuestro hijo? - preguntó angustiado.
- Tonto, no
Además eso no lo pensabas hace rato - lo miró risueña.
- Sí lo pensé
- confesó ruborizado.
- Entonces
- soltó una risita, dándole un jalón en un mechón de cabello.
- No te vi preocupada - compuso una sonrisa inocente.
- Comienzas a hacerlo ahora - seguía riendo, más por la expresión afligida que él tenía.
- Te causo gracia - frunció el entrecejo pero se contagió de la risa, sin esperárselo la castaña le tomó la mano y la puso sobre su vientre.
- Estamos bien
- le sonrió tierna, Harry depositó un beso sobre el vientre de Hermione, y ella entre risitas lo jaló nuevamente hacia su boca. Al final de la noche volvieron a hacerse uno.
˜˜˜˜˜
N/A: Lo siento, intentaré subirlo completo pronto
[En la siguiente parte será la boda de Bill y Fleur, y habrá sorpresas]
¡Rayos! una vez más descubro que pasó un largo tiempo sin actualizarlo, ¿tiempo? ¿Alguien sabe dónde se va tan rápido?
Una enorme disculpa, y otra más por no responder sus comens:
HermioneCrazy,EmmaRadcliffe,Harry_Hermionefics,TaniaCullen, X_Tabay74, Yannara
Mil gracias!!!!
Anyeli Potter Granger
30/Marzo/2011
I wanna stand with you on a mountain,
Yo quiero pararme contigo sobre una montaña,
I wanna bathe with you in the sea.
Quiero bañarme en el mar,
I wanna lay like this forever,
Quiero recostarme así para siempre,
Until the sky falls down over me...
Hasta que el cielo caiga sobre mí.
La primera semana viviendo juntos había resultado ser toda una aventura
las comidas eran divertidas, porque prepararlas se convertía en un juego; claro después limpiaban el desastre que dejaban en la cocina. Y los desacuerdos que Harry mencionó sería un tanto fastidioso lidiar con ellos, fácilmente los resolvían con besos, y cuando se tornaban más irritantes la solución terminaba siendo encontrada en la ducha
La mañana del último día de julio Harry se despertaba alrededor de las diez; se talló los ojos y se puso las gafas que estaban a un lado, en la mesilla de noche. Se despabiló, miró a su alrededor, aún le costaba creer que todo lo vivido la última semana, era real
Volvió a dar un vistazo a la habitación, y al ver las pertenencias de Hermione instaladas tan naturalmente junto con las suyas, le comprobaba que no era un sueño; entonces sonrió como un niño pequeño
Era su cumpleaños, el número 18, y viendo en retrospectiva este sin lugar a dudas era el mejor de su vida. No era que después de enterarse que era un mago no hubiese tenido cumpleaños
diferentes, pero como todo en esta vida, tenía sus pro y sus contra
y a pesar de que le hubiese gustado tener una vida diferente, por ejemplo haber crecido con sus padres a su lado; no cambiaría nada porque comprendía que así tenía que ser para llegar a vivir lo que ahora estaba experimentado.
Se incorporó, aún con la sonrisa iluminándole la expresión; cuando entró en la cocina Hermione estaba preparando pan tostado y unos batidos de fruta.
- ¿Por qué no me despertaste? - reclamó en broma, sorprendiéndola, había rodeado su cintura por la espalda y le susurró al oído.
- Estabas cansado - señaló, tomándolo por el cabello, y sin querer lo llenó de mermelada de fresa. Él se rió.
- Sí, el festejo se está prolongando
iniciando ayer con el cumpleaños de tu padre, pasando por el mío y rematando con la boda de Bill y Fleur
¿qué seguirá? - alzó las cejas insinuante y pícaro.
- El desayuno - resolvió risueña, Harry soltó una carcajada divertido.
- Por cierto
este es el postre - aclaró.- ¿Qué me harás de almorzar? - preguntó viéndole curiosa, él pestañeó aturdido porque lo había tomado por sorpresa, ella contrajo más las cejas.
- Todos estos días has hecho crema de papas, y yo pastas y ensaladas ¿Hoy con qué me deleitarás? - insistió, Harry sonrió con vacilación.
Después de unos minutos colocaba frente a ella un plato con pan blanco, mayonesa y unos gajos de papa.
- ¿Sándwich de papas?- hizo una mueca de que no se le antojaba. - ¡Harry dijiste que sabías cocinar! - protestó con una risita.
- Dije que sé preparar de comer, tú fuiste la que dijiste que ya sabía cocinar - esclareció. - Además, no comentes hasta que los pruebes - doblaba el pan y se lo ofrecía. La castaña compuso una carita desconfiada y le dio una pequeña mordida, entonces comenzó a saborearlo, cerraba los ojos apretándolos y lo pasaba. Harry supuso que no le había gustado.
- ¡Lo lamento Hermione, no soy un buen cocinero! pero te prometo que aprenderé para que te alimentes bien mientras estás esperando a nuestro hijo, y siempre que me toque hacer la comida a mí - exclamó apurado. Ella soltó una risa divertida.
- ¡Sí me gustó, tontito! Sabe raro, pero me gustó
- lo miró sonriendo, Harry le devolvió la sonrisa, y notaba que tenía mayonesa en la comisura de la boca, se acercaba como si fuera a besarla pero le limpiaba con sus labios, Hermione se rió más, entonces de improviso lo jaló de la camisa y lo besó.
- Tus besos saben a mayonesa - observó sonriendo, la castaña volvía a soltar una risueña risita.
Cuando Hermione le sirvió el postre el de gafas se sorprendió porque su tostada tenía <<¡Feliz cumpleaños, Harry!>> dibujado en la mermelada de fresa. El ojiverde le dedicó una radiante sonrisa, y ella le devolvió una mirada de complicidad; en cuanto le dio la primera mordida se asomó una notita de papel, extrañado la despegó y leyó: "Esta tarde te daré una sorpresa"
- ¿Qué quiere decir esto? - preguntó intrigado.
- Exactamente eso, que esperes una sorpresa - obvió misteriosa.
- ¿Y no me puedes dar un adelanto? - insistió, ella negó con firmeza. Harry entrecerró los ojos que tuvieron un brillito de traerse algo entre manos, se incorporaba para ir y besarla, con intenciones de persuadirla para que le revelase de que se trataba todo aquello. Entre un dulce y a la vez apasionado beso, ella lo apartó sonriendo traviesamente.
- Suficiente
se nos hará tarde y tenemos que irnos a la madriguera. El chico de gafas compuso una expresión de niño regañado, y ella se rió más traviesa.
Cuando estuvieron listos para partir a la casa de los Weasley, la castaña expuso algo que solamente consiguió acrecentar la curiosidad del ojiverde.
- Se trata de tu regalo de cumpleaños - dijo, acomodándole las gafas.
- ¿En serio? - la miró sorprendido.
- Sí, pero no te lo daré hasta la tarde, después de que bailemos un vals - le sonrió, mordiéndose el labio inferior de forma ingenua. Harry negó sonriendo, entonces lo atrajo hacia ella y le dio un tierno roce en los labios sin llegar a ser un beso.
- Hermione realmente no es necesario, si mi mejor regalo eres tú y nuestro bebé - declaró, acariciándole el vientre.
- Harry
- exhaló conmovida, con las pupilas marrones cristalizadas, y él la besó, rodeando su cintura con sus brazos; sin ella esperarlo él los transportó a la madriguera. Continuaron besándose, pero un socarrón carraspeo los hizo separarse sobresaltados.
- Siento interrumpir
pero mi madre ya se ha trastornado, y el que ustedes dos nada más no llegaban la puso peor - ironizó. - Y Hermione, ¿por qué vienes con ropa normal? - inquirió indignado.
- Ya, tranquilo
parece que eres tú el que se va a casar - se defendió, e intercambió una mirada elocuente con Harry, que se limitó a alzar las cejas.
- No quieres saber cómo voy a estar ese día
- repuso con tono sarcástico.
- No me preocupo, porque para eso falta mucho - acentuó burlona. El pelirrojo la fulminó con la mirada y sus orejas se volvieron escarlata, Hermione soltó una carcajada sin remordimientos, era la primera vez que lo hacía enojar sin que éste tuviese argumentos para contraatacar.
- Voy a buscar a Luna - avisó, aún con esa sonrisita presuntuosa dibujada en los labios; dándole un rápido apretón en la muñeca al de gafas. Ron seguía sacando humo por las orejas, y Harry rodó los ojos, resignado, y es que ya lo estaba porque jamás el pelirrojo y la ojimarrón se llevarían bien.
La castaña subió a cambiarse porque sinceramente con el calor que hacía no tuvo deseos de llegar con el vestido de gala, en la habitación de Ginny estaba también arreglándose Luna.
˜˜˜
A las tres en punto de la tarde. Harry, Ron, Fred y George se plantaron frente a la gran carpa blanca que la empresa contratada había instalado el día anterior. Los cuatro chicos tenían en la mano un plano de la disposición de los asientos, para ayudar a los invitados a encontrar su sitio. Hacía una hora que había llegado una cuadrilla de camareros, ataviados con túnicas blancas, y una orquesta cuyos miembros vestían chaquetas doradas.
Desde le entrada de la carpa se veían en su interior hileras e hileras de frágiles, asimismo doradas sillas, colocadas a ambos lados de una larga alfombra morada; y los postes que sostenían la carpa estaban adornados con flores blancas y doradas. Los gemelos habían atado un enorme ramo de globos también dorados sobre el punto donde Bill y Fleur se convertirían en marido y mujer.
- Cuando yo me case - dijo Fred, tirando del cuello su túnica - no armaré tanto lío. Podrán vestirse como lo deseen. Y le haré una maldición de inmovilidad total a nuestra madre hasta que haya terminado todo - asentó rotundo.
- Esta mañana se ha portado más decente - la defendió George, que se echaba aire con la mano.
- Lo bueno es que la siguiente boda más próxima es la de Harry y Hermione - señaló con un acentito burlón Fred, mirando al ojiverde, que lo había alcanzado a escuchar perfectamente, y frunció el entrecejo. Ron contuvo una carcajada pero alcanzó a escucharse su burla amortiguada, el de gafas lo miró horriblemente.
- O la tuya con Luna, Ronnie - agregó maliciosamente George, viendo a su gemelo. Su hermano menor los asesinó con la mirada.
- Aunque pienso que los dos están en la misma situación, ninguna de ellas les ha dado el sí - expuso su opinión nuevamente George, carcajeándose, y chocando los puños con su gemelo. Ron y Harry intercambiaron una mirada de sarcasmo, los dos estaban casi en la misma situación, porque era cierto, tanto Luna como Hermione no les daban una fecha tentativa para convertirse en sus esposas.
- Ni tanto Georgi, al menos Harry le lleva ventaja a nuestro hermanito
él ya vive con Hermione
Eso sin contar el bebé que van a tener - señaló Fred, riéndose más.
- Lo extraño aquí es que tú estés planteándote casarte - Ron atacó a Fred.
- Así es hermanito, si tan sólo Luna me aceptara a mí, ten por seguro que me casaba mañana - exclamó con solemnidad. Y el rostro de Ron adquirió un tono rojo furia, sus ojos azules destellaron un brillo maniático.
- ¡Prepárense, ya vienen! - avisó George, interviniendo a tiempo, antes de que su hermano menor le saltara encima a su gemelo. Fred sin embargo seguía sonriendo provocador.
Unos personajes vestidos con llamativas ropas multicolores iban apareciendo en el fondo del patio, uno a uno, en cuestión de unos cortos minutos en la entrada serpenteaba una larga fila de invitados. Los cuatro chicos comenzaban a desesperarse, pero en eso llegaba George después de acompañar a un matrimonio.
- Estupendo, me ha parecido ver algunas primas veelas - les dijo alegremente.
- Necesitarán ayuda para entender nuestras costumbres inglesas - hizo la observación Fred, los gemelos intercambiaron una mirada confabuladora, entonces emprendieron una carrera hacia el interior de la carpa. Harry rodó los ojos negando, lo habían dejado solo, hacía rato que Ron había acompañado a su famosa tía Muriel.
- ¡Tía Muriel es una verdadera pesadilla! - se quejó el pelirrojo, enjugándose la frente con la manga, cuando regresaba para seguir recibiendo a los invitados. - antes venía todos los años por Navidad, pero afortunadamente se ofendió porque Fred y George le pusieron una bomba fétida en la silla nada más sentarnos a cenar. Mi padre siempre dice que debe de haberlos desheredado. ¡ Como si a ellos les importara eso! Al ritmo que van, se harán más ricos que cualquier otro miembro de la familia
- continuaba quejándose, sin embargo su amigo de gafas no le prestaba la más mínima atención pues su mirada estaba enfocada en otro punto y parecía ido.
- Harry ¿Harry? ¿Hola? ¡¡Potter!! - llamó, al final al menos logró que dijese algo.
- ¡Oh Dios mío, se ve aún más hermosa
! - balbuceó sin aliento, y Ron arrugó el entrecejo sin entender; entonces Hermione llegó hasta ellos. Traía un vestido de tirantes color palo de rosa cuyos holanes le llegaban a las rodillas, en seda y organza, adornado con flores de la misma tela como graciosas mariposas posadas sobre él. Sus zapatillas eran doradas y no muy altas. El suave maquillaje y los rulos sueltos la hacían ver aún más tierna; debía ser por esa aura que irradian las embarazadas.
- Le cortaste la respiración a Harry - comentó Ron con un tonito burlón. La castaña regresó a ver a su novio sonriéndole radiante y el ojiverde asintió aún hipnotizado.
- Pues la tía abuela de Ron opina diferente. Me la he encontrado en la casa hace rato y ha dicho: << ¡Cielos! ¿ésa es la hija de muggles?>> -su expresión se tornó irritada.
- Con razón tardó en venir para acá
¿y por qué mejor no se quedó allá dentro? hubiese llegado mejor con mi madre - se lamentó. La ojimarrón lo miró con el ceño fruncido.
- Y añadió que tengo mala postura y los tobillos flacuchos- continuó, Harry negó molesto. Ni siquiera conocía a la tía de su amigo, sólo la vio llegar y llevarse a su sobrino a regañadientes; y ya le caía pésimo por haber criticado a su novia.
- No le hagas caso, si tienes los tobillos muy bonitos - la consoló el de gafas, y ella medio sonrió, conmovida.
- No lo tomes como algo personal, es grosera con todo el mundo - dijo Ron con tono alivianado. La castaña le lanzó una mirada con resentimiento.
- Sí, por ejemplo comentó que Luna es rara, que tiene pinta de
- No me digas que se atrevió a insultarla, ¡Menuda arpía! - vociferó indignado, regresando a ver furioso hacia el interior de la carpa buscando con la mirada el punto donde había instalado a su tía abuela. Harry y Hermione intercambiaron una mirada exasperada, ahora sí como se trataba de su novia se ponía en ese plan.
- No pasa nada, Ronnie. He sobrevivido en el colegio con ese tipo de comentarios - lo tranquilizó la voz de Luna, acababa de llegar y había escuchado cuando la defendía pues supuso que antes Hermione les había contado cómo las trató la Tía Muriel.
- ¿Ronald? - insistió, el pelirrojo se había quedado mudo viéndola. La ojiazul también traía un vestido en tono palo de rosa, pues era el color que había elegido Fleur para sus damas de honor; sólo que el de ella tenía la parte de arriba tejida a mano y la parte de abajo, un poco vaporosa, era de satín corrugado. Sus zapatillas plateadas de plataforma la hacían ver un poco más alta; contrastando el tenue maquillaje que la hacía lucir más pequeña, mientras que su rubio cabello ondeaba en alborotados bucles y estaba adornado con una tiara de girasoles menudos.
- ¡Hey, Weasley! - lo zarandeó el pelinegro. Y Luna miró a Hermione, que contenía una burlona risa.
- Luni
- tartamudeó el pelirrojo.
- ¡Lindura! - exclamó una voz más grave.
- ¡Papá! - chilló la rubia al ver allí a su progenitor.
- Eso quería hacerte saber - saltó Ron, y miraba a su alrededor sobresaltado, Luna le sonrió. Xenophilius Lovegood llegaba hasta ellos y abrazaba a su hija.
- Buenas tardes - saludó de mano a Harry y a Hermione. Pero cuando estrechó la mano de Ron lo miró de pies a cabeza, y éste hizo un amago de sonrisa, un tanto intimidado. Sabía que a su suegro no le caía muy bien que digamos, pero tampoco a él le hacía mucha gracia verlo ahí, ya que esa noche después de que la fiesta terminara, Luna se iba a ir con su padre a pasar el resto del verano antes de regresar a Hogwarts, peor aún, en dos días más emprenderían un viaje de investigación para encontrar al snorkacks de cuernos arrugados.
- ¡Qué bueno que llegaste! - exclamó la ojiazul, rompiendo la tensa atmósfera que se comenzaba a formar.
- Ahorita que llegué pude ver en ese precioso jardincillo unos gnomos corriendo ¡Qué maravillosa plaga! Muy pocos magos se dan cuenta de lo mucho que podemos aprender de esa sabias criaturas, cuyo nombre correcto, por cierto, es Gernumbli gardensi - dijo para comportarse más amable.
- Los nuestros saben unas palabrotas excelentes- comentó Ron-, pero creo que se las han enseñado Fred y George. Xenophilius lo miró alzando las cejas.
- Por cierto papá, uno de los gnomos me ha mordido un dedo esta mañana - intervino Luna, y Ron abrió los ojos como plato.
- ¡Qué maravilla! ¡La saliva de gnomo es sumamente beneficiosa, hija mía! - exclamó el señor Lovegood, tomando el dedo que la rubia le mostraba, y examinó los pinchazos que tenían la sangre ya seca. - Luna, querida, si hoy sintieras nacer en ti algún talento (quizá un irresistible impulso de cantar ópera o declamar en sirenio), ¡no lo reprimas! ¡Es posible que los Gernumblis te hayan obsequiado un don!
Entonces el pelirrojo no pudo evitar soltar una carcajada.
- Ron, quizás lo encuentras gracioso - comentó Luna con serenidad.- Pero mi padre lleva años estudiando la magia de los Gernumblis.
Xenophilius simplemente se limitó a ignorar la burla de su yerno. Harry y Hermione se vieron, por si las dudas ellos mejor no expusieron sus comentarios. Ron calló su risa y miró sonrojado a su novia. Se había prometido respetar las peculiares opiniones de Luna, es más comenzaba a creer en algunas; y esta vez no iba a ser la excepción.
- ¿Oye Luna, quieres ponerte algo en esa mordedura? - le preguntó preocupado, conteniéndose las ganas de tomarla de la mano y besarle la zona mordida; y que definitivamente no podía hacerlo debido a la presencia de su suegro, que desde que había llegado observaba con recelo cualquier tipo de interacción entre el pelirrojo y Luna.
- No, no es nada, de verdad - lo tranquilizó, con aire soñador, y Ron sonrió; la rubia no se contuvo y le acarició la mejilla fue entonces que el pelirrojo se perdió y poniendo su propia mano sobre la de ella la tomó y la condujo hasta sus labios para besarle la palma de la mano.
- Lo acompaño a su lugar - se precipitó el ojiverde, Xenophilius Lovegood aceptó gruñendo, pero antes de seguirlo le echó una última mirada suspicaz a Ron.
- Ya le advertí a papá que la mayoría de la gente vestiría túnica de gala, pero él cree que a las bodas hay que ir vestido de los colores del sol. Ya saben, da buena suerte - expuso sonriendo la rubia, mientras veía alejarse a su progenitor. Hermione también miraba hacia donde se había alejado el señor Lovegood con Harry, sacando el aire que contuvo hacía unos segundos, mientras que el ojiazul se encogió de hombros; entonces la castaña rodó los ojos y omitió sus comentarios, en serio sus amigos eran únicos (nótese el sarcasmo).
Ninguno se fijó en el invitado que acababa de llegar, un joven moreno de gran nariz curvada y pobladas cejas negras, hasta que entregó su invitación a Ron y éste lo miró sorprendido.
- Herrmione, estás preciosa - exclamó al ver a la castaña.
- ¡Víktor! - saltó ella, ruborizándose un poco.
- No sabía que
Vaya, me alegro de verte. ¿Cómo estás? - titubeó, y Luna contrajo las cejas desconcertada.
El pelirrojo continuaba analizando la invitación de Krum como si no creyera que fuese verdadera.
- ¿Y a ti quién te invitó? - preguntó escéptico.
- Me ha invitado Fleur - respondió el búlgaro, pero sin prestarle mucha atención. Y el ojiazul lo miró desconfiado ¿qué diría Harry de que el búlgaro estaba halagando a su novia?
- Pasa y acomódate donde quieras - espetó socarrón, y le devolvía la invitación a Krum, pero éste ni siquiera parecía percatarse de la descortesía. Hermione estaba muy sonrojada, y comenzaba a incomodarse por esa insistente mirada con que la veía Víktor.
- Ron
Luna y yo vamos a buscar a Harry - avisó apurada la castaña, arrastrando a su extrañada amiga hacia el interior de la carpa.
- Sí, ve a buscar a tu novio - se rió, mientras las dos chicas se alejaban casi corriendo.
- Harry
Potter y ella
- vaciló, creyendo que tal vez se trataba de otro Harry. - ¿andan? - preguntó entre incrédulo y a la vez estupefacto, arqueando las cejas.
- ¿No sabías? Ya hasta viven juntos - participó burlón.
- Ah
- el búlgaro perdió su mirada por donde se había ido la castaña. Entonces aún sin creérsela, y un tanto molesto, entró a la carpa.
˜˜˜
La aparición de Krum en la fiesta causó gran revuelo, sobre todo entre las primas veelas; al fin y al cabo, era un famoso jugador de Quidditch. Mientras la gente todavía estiraba el cuello para verlo mejor; y todos los invitados ya estaban instalados
Ron, Harry (que no se había dado cuenta, aún, de la asistencia del búlgaro) y los gemelos, avanzaron apresuradamente por el pasillo.
Oh can you see it baby?
Oh, ¿puedes verlo, nena?
You don't have to close your eyes 'cause it's standing right before you.
No tienes que cerrar tus ojos,porque está justo enfrente de ti.
All that you need will surely come...
Todo lo que necesitas seguramente llegará.
I'll be your dream I'll be your wish I'll be your fantasy.
Yo seré tu sueño, tu deseo, tu fantasía.
I'll be your hope, I'll be your love, be everything that you need.
Seré tu esperanza, tu amor, seré todo lo que necesites.
I'll love you more with every breath truly madly deeply do...
Te amo más con cada respiro, sinceramente, alocadamente, con profundidad.
- Tenemos que sentarnos ya - le aconsejó Fred a Harry- o nos va a atropellar la novia.
Ron y el ojiverde ocuparon los asientos de la segunda fila, detrás de los gemelos.
En la carpa muy caldeada reinaba una atmósfera de expectación, y de vez en cuando una risotada nerviosa rompía el murmullo general. Los Weasley aparecieron por el pasillo, desfilando sonrientes y saludando con la mano a sus parientes; Molly llevaba una túnica color amatista y Arthur una túnica de gala color café tabaco. Unos instantes después, Bill y Charlie se pusieron en pie en el altar, ambos vestían túnicas de gala color oscuro con sendas rosas blancas en el ojal. Entonces sonó una música que al parecer salía de los globos dorados, y todos callaron.
Los magos y brujas emitieron un gran suspiro colectivo cuando Monsieur Delacour y su hija enfilaron el pasillo; ella caminaba como si se deslizara y él iba brincando, muy sonriente. Fleur llevaba un sencillo vestido blanco que irradiaba un resplandor plateado. Normalmente, su hermosura eclipsaba a cuantos la rodeaban, pero ese día, en cambio, su belleza contagiaba. Caminando detrás de la novia y su padre desfilaron Hermione, Luna, Ginny y Gabrielle, ataviadas con sendos vestidos color palo de rosa, parecían incluso más hermosas de lo habitual. Tanto Harry como Ron suspiraron embelesados al ver a sus respectivas novias sonriéndoles cómplices; pero más Colin, que no había visto a la pelirroja en todo el día, y se quedó medio aturdido mientras la observaba, empeoró cuando ella le dedicó una coqueta sonrisa.
Cuando Fleur llegó junto a Bill éste le sonrió encandilado, Monsieur Delacour sonriendo, dio un beso en la mano a su primogénita para luego entregársela al mayor de los chicos Weasley.
- Hoy nos hemos reunido para celebrar la unión de dos almas nobles
- comenzó un mago bajito de túnica azul grisáceo, que estaba subido en un podio.
Después de su solemne perorata comenzó a preguntar los votos.
- Sí, mi diadema le da realce a la escena - observó tía Muriel con un susurro que se oyó perfectamente. Ron regresó a ver a su amigo rodando los ojos.
- William Arthur, ¿aceptas a Fleur Isabelle
?
En la primera fila, la señora Weasley y madame Delacour sollozaban en silencio y se enjugaban las lágrimas con pañuelos de encaje. Unos trompetazos provenientes del fondo de la carpa hicieron comprender a todos que Hagrid había utilizado también uno de sus pañuelos tamaño mantel.
Entonces, desde el otro extremo del pasillo, Hermione se giró y, sonriendo, miró a Harry; ella también tenía lágrimas en los ojos.
-
Así pues, los declaro, unidos de por vida.
El chico de ojos esmeralda pestañeó viendo el brillo en esas hermosas pupilas marrón, se había quedado sin aliento, y sólo pudo atinar a responderle con una resplandeciente sonrisa.
El mago bajito alzó la varita por encima de las cabezas de los novios y, acto seguido, una lluvia de estrellas plateadas descendió sobre ellos trazando un espiral alrededor de sus entrelazadas figuras. Fred y George empezaron a aplaudir y, entonces los globos dorados explotaron, dejando escapar aves del paraíso y diminutas campanillas doradas que, volando y flotando, añadieron sus cantos y repiques respectivos al barullo. A continuación el mago dijo:
- ¡Damas y caballeros, pónganse de pie por favor!
Todos obedecieron, aunque tía Muriel rezongó sin miramientos. Entonces el hombrecillo agitó su varita mágica: los asientos de los invitados desaparecieron al mismo tiempo que se desvanecían las paredes de la carpa. De pronto se hallaron bajo un toldo sostenido por postes dorados, gozando de una espléndida vista del patio de árboles frutales y los campos bañados por el sol. Luego, un charco de oro fundido se extendió desde el centro de la carpa y formó una brillante pista de baile, suspendidas en el aire se agruparon alrededor unas mesitas con manteles blancos y las sillas volvieron a aparecer acomodándose alrededor de las mesas, y en conjunto descendieron ligeramente hasta el suelo, mientras los músicos de las chaquetas doradas se aproximaban a la tarima.
- ¡Qué increíble!- dijo Ron, admirado.
Los camareros se dejaron ver por todas partes; algunos llevaban bandejas de plata con jugo de calabaza, cerveza de mantequilla y whisky de fuego; y otros, tambaleantes montañas de tartas y bocadillos.
- ¡Tenemos que ir a felicitarlos! - exclamó Hermione, ella y Luna se habían ido a reunir con los chicos; Ginny sólo fue y jaló a Colin y desaparecieron entre la multitud de invitados que se arremolinaba entorno a Bill y Fleur para darles sus felicitaciones.
- Ya habrá tiempo para eso - replicó Ron, y tomó tres vasos de cerveza de mantequilla de la bandeja de un camarero que pasaba cerca; le dio uno a Luna y otro a Harry.
- Gracias, qué amable eres, Ronald - ironizó la castaña.
- Tú no debes tomar esto, le hace daño a mi ahijado - se defendió haciéndole un recordatorio represivo. Y el de gafas tuvo que otorgarle la razón a su pelirrojo amigo. Mientras la castaña lo fulminó con la mirada.
- Pudiste haber tomado un jugo de calabaza para mí - objetó, Harry intercambió una mirada cansina con Luna; entonces la rubia alcanzó a tomar un vaso de jugo de otro camarero que se había acercado y se lo ofreció a su amiga para calmar los ánimos.
- En serio Harry, te deseo suerte amigo - le dijo al de gafas con un exagerado tono compasivo que dejaba notar su clara burla. Los ojos marrones sacaron chispas peligrosas.
- Vamos a buscar una mesa - intervino Luna, jalando a su novio. Y Harry asintió, tomando rápidamente a Hermione por el brazo.
- ¡No, ahí no! ¡Lo más lejos de tía Muriel! - vociferó el pelirrojo. Entonces él guió a su novia y a sus amigos por la vacía pista de baile, cuando llegaron al otro extremo casi todas las mesas estaban ocupadas.
- Aquí - indicó, y le facilitó el lugar a Luna sentándose junto a ella. Harry le ofreció caballerosamente una silla a Hermione, y después él se sentó.
La orquesta había atacado un vals. Los novios fueron los primeros en dirigirse a la pista de baile, secundados por un fuerte aplauso. Al cabo de un rato, el señor Weasley guió hasta ahí a madame Delacour, y los siguieron la señora Weasley y el padre de Fleur.
Todos estaban entretenidos viendo a los que bailaban, entonces Hermione aprovechó para vengarse de su amigo pelirrojo por lo de hacía rato, y le lanzó un puntapié por debajo de la mesa, pero no le dio a Ron sino a Harry, quien, lagrimeando de dolor, la regresó a ver, y ella lo tomó por el rostro acariciándolo y pidiéndole disculpas muy angustiada.
- ¡Me gusta esa canción! - comentó Luna meciéndose, y segundos más tarde se levantó y fue a la pista de baile, donde empezó a girar en el sitio con los ojos cerrados y agitando los brazos al compás de la música.
- ¿Verdad que mi chica es genial?- comentó Ron sonriendo orgulloso. - Siempre tan lanzada - suspiró con admiración. Sus amigos asintieron distraídos, y él ni siquiera se había dado cuenta del incidente. De pronto se vieron sorprendidos por un chico de túnica color vino, y con el entrecejo fruncido, el muchacho preguntó:
- ¿Quién es ese hombre que va de amarillo chillón? - los tres chicos miraron a quién se refería.
- Xenophilius Lovegood, es el padre de mi novia- contestó Ron con tono cortante, indicando que nos estaban dispuestos a burlarse del personaje, pese a la clara incitación de Krum. El búlgaro pareció retractarse algo avergonzado.
- Hola, Víktor - terció el ojiverde, ya se le había pasado un poco el dolor en el tobillo. Sinceramente no podía pensar que le guardara rencor, pero sí reconocía que no le agradaba nada su presencia.
- Se me olvidó comentarte que mi nueva cuñada lo había invitado - le exclamó en voz baja el pelirrojo, entre auto-recriminándose por el descuido, y a la vez viendo socarrón a su amiga castaña. Hermione lucía nerviosa, e intercalaba su mirada de Harry a Víktor y viceversa. Así que no se fijó en la expresión burlona que tenía Ron.
- Esa chica rubia es guapa - observó interesado el búlgaro, para relajar la situación. Y Harry contrajo las cejas desconcertado, todos vieron que era Luna a la que señalaba.
- Sí, y es mi novia - subrayó el pelirrojo, repentinamente se le había borrado la sonrisa de los labios; sus ojos azules asesinaron a Krum mientras que su rostro se había vuelto un poema de furia.
- Me voy a bailar con Luna, mi novia - enfatizó mirando retadoramente al joven búlgaro, entonces se paró de un salto y caminó a zancadas hasta la rubia; cuando llegó la tomó por la cintura y la pegó a él alejándola de la vista de Víktor. Harry y Hermione se miraron un tanto sobrecogidos.
- ¿Qué gracia tiene ser un jugador internacional de Quidditch? - dijo vaciando su vaso. - si todas las chicas guapas tienen novio - concluyó con tono amargo, entonces dirigió su mirada hacia la castaña.
- Por cierto Herrmione
- terció sobresaltándola un poco. - no me habías dicho que tú y Harry Potter eran novios
El ojiverde entornó su mirada, sabía que no debía haber bajado la guardia.
- Y según él, viven juntos - añadió, señalando hacia donde estaba Ron.
- No le
¿habías dicho? - deletreó con sarcasmo, regresándola a ver de forma interrogante, y luego vio al búlgaro con una expresión de << ¿Y por qué tendría que haberte contado?>>
- Víktor, hace años que dejamos de escribirnos - aclaró la castaña.
- Cierto - hizo una mueca cáustica. - Pero eso no hace que deje de estar sorprendido
Aún recuerdo que según para ti sólo eran amigos, me lo dijiste tan seguro que te creí - ironizó viendo acusadoramente al chico de gafas, y éste lo miró desafiante. - Y de ti
sinceramente ya me lo esperaba. Cada carta que me enviabas la mitad hablaba de Harry Potter - recordó con acidez, y ella lo vio consternada. Pero el ojiverde no pudo evitar esbozar una sonrisita de satisfacción. - Sí verdad, así se empieza - dijo a continuación, y Krum lo regresó a ver con resentimiento.
- ¿Bueno, qué tal si brindamos por este agradable reencuentro? - propuso con un tono irónico, tomando unos vasos de whisky de fuego que les acababa de ofrecer un camarero que se había acercado, tendiéndole uno a la castaña.
- ¡Ella no puede tomar eso, le hace daño a nuestro bebé! - saltó Harry, arrebatándoselo a Víktor, el búlgaro lo quedó viendo atónito, como si pensara que acababa de escuchar mal.
- ¿Bebé? ¿Estás embarazada? - respingó con un tono entre incrédulo y colérico, Hermione sonrió con vacilación y sus mejillas habían adquirido un fuerte rubor.
- Sí, lo está - remarcó Harry, mirando provocador a Krum, y éste alzó las cejas con sarcasmo.
- ¡Felicidades! - dijo dolido.- Con mayor razón hay que hacer un brindis - terció hipócritamente, chocando su vaso con el que tenía el ojiverde; a través del cristal de sus gafas refulgió un brillo peligroso mientras que su rostro se puso muy rojo. Y el búlgaro parecía que iba a aceptar el desafío.
- ¡Harry, me prometiste un vals! - recordó Hermione, interviniendo a tiempo. El de gafas volteó a ver a Víktor que hizo una mueca de tú ganas, acto seguido se levantó y se alejó de ellos. El ojiverde le siguió con la mirada hasta que desapareció entre el mar de gente. En seguida tomó la mano de la de rulos. - Vamos a bailar - dijo tratando de recuperar su voz normal y de esbozar una sonrisa. Pero la chica lo detuvo y él la miró desconcertado.
- Estabas cayendo en su juego - soltó un poco aprensiva, él le mantuvo la mirada unos segundos luego la bajó.
- Hermione de verdad lo siento
-se disculpó avergonzado, tenía la mirada clavada en sus manos unidas y acariciaba sus dedos. - Sabes que solamente Malfoy me enfermaba de esta manera, pero es que Krum
- Vi cómo se estaba comportando Krum - señaló la ojimarrón. - pero también te agradezco porque te mantuviste - Harry alzó la mirada sorprendido. -Aunque si no intervengo
- le sonrió.
- Lo soporté para no arruinarles la fiesta a Bill y a Fleur, pero más para no arruinártela a ti - declaró. Hermione sonrió radiante y él le devolvió la sonrisa, todavía sonrojado.
- Mi baile - apuró la castaña jalándolo hacia la pista, y éste se rió.
I wanna stand with you on a mountain,
Quiero pararme contigo sobre una montaña,
I wanna bathe with you in the sea.
Quiero bañarme en el mar,
I wanna lay like this forever,
Quiero recostarme así para siempre,
Until the sky falls down over me...
Hasta que el cielo caiga sobre mí.
do' yeah do' yeah
Acababa de comenzar una romántica canción
él rodeó su cintura entre sus brazos y se recargó en su hombro, la castaña mantuvo una sonrisita risueña. Cuando estaba por terminar la canción Hermione se detuvo y se quitaba un anillo de la mano derecha, el ojiverde estaba seguro que ella no lo traía puesto hace un par de minutos que la tomó de las manos, desconcertado la miró; la castaña sonreía traviesa mientras jugaba con el circular objeto de plata y que tenía grabados con las mismas formas de los relieves del mango de su varita.
- ¡Qué padre anillo! en serio - comentó todavía confuso, Hermione soltó una risita divertida y él pestañeó más confundido.
- Es para ti
- dijo, y los ojos esmeralda se abrieron ampliamente.
- ¿Harry James Potter quieres casarte conmigo exactamente dentro de un año? - preguntó antes de que él pudiera decir algo, mientras tomó su mano y deslizó el anillo en su dedo anular izquierdo.
- Espera, ¿qué
?- titubeó respirando apresuradamente, tratando de entender la situación. - Es decir sí, sí acepto
- exclamó.- ¿dentro de un año? -añadió aún aturdido, y ella con una sonrisa entonces lo besó, y él ya no pudo continuar pensando.
Cuando se separaron las pupilas marrones lucían brillantes, causa de las lágrimas de felicidad, y estaba seguro que sus ojos debían expresar la misma felicidad. Nuevamente la banda ya tocaba otra canción, esta vez más movida, y los invitados los veían como si antes hubiesen estado inmersos en un mundo alterno.
Minutos más tarde
- De verdad, nadie los vio - les aseguraba el pelirrojo, con una expresión burlona.
- Ya Ronnie, déjalos - reprendió Luna, aunque ella también trataba de ocultar una sonrisita sospechosa.
Harry y Hermione los miraban un poco disgustados, pero la fiesta transcurrió sin ningún contratiempo.
Ginny y Colin se reunieron con ellos, las tres parejas estuvieron bailando un rato; luego la pelirroja y el castaño habían desaparecido después de que ella se ganara el ramo de la novia.
Harry había acompañado a Hermione a la casa porque dijo que se sentía abochornada por tanta gente y quería desafanarse un poco de todo ese rebumbio
cuando salían para regresar a la fiesta se encontraron con Luna.
- ¿Han visto a Ron? - preguntó inquieta la rubia, y la castaña, desconcertada, negó.
- Hace rato lo vi subir a su habitación - informó el ojiverde. La ojiazul suspiró con tristeza, se imaginaba que esto se debía a que ella le había comunicado a su novio que se marcharía con su padre terminado el banquete, y sucedía que estaban por servirlo.
- Descuida, ahorita te lo traigo - le dijo la ojimarrón, dándole una tranquilizadora palmadita en el hombro.
- Herm, no vayan a pelear... - saltó ansioso Harry al ver las intenciones de su novia. Hermione movió la mano en señal despreocupada. Harry y Luna intercambiaron una mirada y negaron.
La castaña entró en la habitación de Ron. El ojiazul no se percataba pues estaba ensimismado mirando una foto donde aparecían él y Luna, él la tenía sentada sobre las piernas y ambos sonreían a la cámara. (Era una de las fotos que le acababa de entregar Colin, era de la noche del baile de graduación)
- Ron
te perdiste
todo el mundo pregunta por ti - mintió.
- No tienen por qué, no es mi boda
- respondió áspero, sin regresar a verla.
- ¿No piensas bajar? ya debieron haber servido el banquete - comentó con un modo como quien le dice a un niño que ya puede abrir sus regalos incluso antes de terminar su fiesta de cumpleaños.
- No me interesa - gruñó, seguía sin verla.
- ¿Por qué? - terció sorprendida.
- No tengo hambre - espetó molesto.
- ¿Estás enfermo? - se iba acercando con cautela.
- No necesariamente tengo que estar enfermo para no querer comer -saltó sarcástico.
- Pues yo creía que sólo así - dijo, y sin querer tuvo un sonidito irónico.
- Chistosa - se rió ácidamente, fue entonces que la vio unos segundos, aunque fulminadoramente; luego volvió a clavar su mirada en la fotografía, y suspiró decaído.
- Ya sé lo que te pasa
. es porque Luna ya se va
y porque tú ya no volverás a Hogwarts... porque ya no estarás todo el tiempo con ella - concluyó, sentándose en la cama que hasta hace una semana ocupaba el ojiverde.
- Claro
como tú ya vives con Harry, no me comprendes - ironizó acusadoramente.
- Por supuesto que te puedo comprender. Si me apartara de Harry también estaría mal...- el pelirrojo la miró con acritud. - Pero si es por algo de suma importancia, como su educación, dejaría de ser egoísta - sentenció con suficiencia.
- Mira Hermione, a mí no me vengas con todo tu rollo aturdidor de convencimiento, yo no soy Harry - rezongó irritado.
- Obvio no, eres peor. Él al menos escucha razones y las entiende, pero tú - terció exasperada.
- Las entiende porque lo obligas. Pero el hecho de que domines a Harry no significa que me controlarás a mí - atajó enojado.
- No se trata de eso, se trata de que entiendas que Luna tiene que volver a terminar el colegio - trató de mantener la paciencia.
- Eso no lo discuto, tampoco me creas tan egoísta - dijo apretando los dientes, y la miró ofendido.
- Ah va, estás así porque se va con su padre
por favor Ronald y dices que no eres un egoísta
ella no sólo es tu novia, también es hija - rodó los ojos, y esta vez el pelirrojo ya no la volteó a ver pero su rostro había adquirido un concentrado tono escarlata. Le había dado en el punto, era verdad que estaba resignado a que durante un largo año escolar no la vería a menudo, pero al menos le quedaba de consuelo estar con ella hasta que la acompañase a tomar el tren; entonces había aparecido su querido suegro con esa absurda idea de llevársela todo un mes de excursión a buscar el bendito snorkacks de cuernos arrugados.
- Es inútil, exasperante, cansado y tan frustrante tratar de hacerte razonar... Mejor me voy - la castaña se puso de pie con aire irritado.
- Sí, mejor. Y fueron muchas palabras para llegar a tu simple conclusión - exclamó el ojiazul, poniendo una expresión irónica.
- Si lo que quieres es no dejarla de ver por mucho tiempo, pues entonces consíguete un empleo en Hogwarts - soltó a tono de broma sarcástica.
- Eso es lo más ridi...- le lanzó una fea mirada dispuesto a enojarse por su comentario burlón, pero se detuvo, entonces la miró como si le acabase de dar la mejor idea del mundo. - ¡Genial! que te he oído decir
En toda la vida -aseguró, se dirigía rápidamente hacia la puerta y cuando pasó a lado de ella le plantó un beso en la mejilla.
- No, Ron yo
- titubeó al darse cuenta lo que el chico estaba planeando. Pero el pelirrojo salía corriendo y bajaba las gradas.
- ¡Diantres! un día de estos debería quedarme callada - se reprendió, saliendo detrás de él.
Ron había bajado aprisa y cuando llegó a la sala se encontró a Harry y a Luna sentados y con expresiones preocupadas, pero él no le dio importancia. Tomó a la rubia de las manos y la estrechaba entre sus brazos.
- Luna me voy a conseguir un empleo en Hogwarts para no tener que dejar de verte - dijo con tono resuelto, parecía que el sol le había vuelto a brillar.
- ¿Qué? - saltó con los ojos azules abiertos como plato. - ¿de dónde sacaste esa locura?
- Fue la maravillosa idea de Hermione - respondió sin dejar de sonreír, continuaba abrazándola entusiasmado, la rubia aún no había quitado esa mirada sorprendida; y le lanzó una mirada interrogante a la castaña que acababa de llegar a la sala, ésta se limitó a poner una sonrisita vacilante y regresó a ver a Harry con una expresión de ayúdame.
- Propongo algo mejor
- intervino y sus amigos lo regresaron a ver.- ¿Ron, qué tal si nos vamos de vacaciones todos? - dijo lo primero que le vino en mente.
- ¿Vacaciones? ¿juntos? ¿los cuatro? - se lo planteó el pelirrojo. - ¡Suena estupendo!
- ¡Oigan, por qué nadie me toma en cuenta! - saltó indignada, Ginny, que venía entrando justo en ese momento con Colin tomado de la mano. - Mejor los seis - apuntó.
- ¡¿Qué?! Tú estás pequeña, además de que el plan sería que iríamos en parejas - enfatizó Ron.
- Y Colin y yo que somos, ¿hermanos? - acentuó sarcástica la pelirroja.
- Novios, no son pareja - remarcó el ojiazul, su hermana lo miró fulminante.
- Entonces si es así, sólo Harry y Hermione pueden ir ¿o acaso tú y Luna
? - comenzó intencional con una maliciosa sonrisita.
- Bien, si quieres ir con él - cortó disgustado, aunque sus mejillas se habían sonrojado mucho. - Pero tendrás que pedirle permiso a mi madre - añadió socarrón, y la mirada de Ginny brilló peligrosa.
- ¡Ay, ya basta! - intervino Luna, zarandeando del brazo a su novio. - Ronnie podemos ir los seis - lo vio significativamente, aunque en sus mejillas también había aparecido un sospechoso rubor.
- Sinceramente quiero saber lo que va a decirle mi madre
si es que la deja - se burló. La pelirroja lo veía cada vez más peligrosa.
- Dirá que ella se queda a dormir con nosotras
O mejor dicho, con Luna - observó la castaña, dibujándosele una sonrisita socarrona.
- Quiero ver que Ron se quede a dormir en la misma habitación con Colin, eso me va a dar mucha risa - dijo Ginny, disminuyendo un poco su coraje al ver la expresión que había compuesto su hermano. El castaño se limitó a sonreír vacilante, a él tampoco le hacía gracia.
- Está decidido, nos vamos de viaje los seis - apuró Harry, sintiendo la presión que ejercía Hermione en su muñeca.
- Ya qué, nos vamos al viaje los seis - gruñó Ron, y Ginny sonrió triunfal.
- Irse de viaje
¿quiénes seis? - preguntó la señora Weasley, tomándolos por sorpresa, y es que ella venía entrando a buscarlos porque resultaba que dos de sus hijos, el ojiverde a quien consideraba como uno, y sus respectivas parejas, habían desaparecido de la fiesta.
- ¿Tú y tus hermanos? - volvió a preguntar, y los seis chicos la miraban un poco sobresaltados.
- Sí, y que crees
¡nos llevamos a Percy! - satirizó el ojiazul.
- ¡Ronald! - lo reprendió Luna, con una mirada seria de eso no se le dice a una mamá. Molly Weasley miró a su hijo de una forma que el castigo se lo tendría reservado para después.
- No mamá, lo que pasa es que Harry propuso un viaje en el cual iríamos él, Hermione, Ron, Luna, Colin y yo - le explicó la pelirroja.
- ¡¿Ustedes seis?! ¡¿solos?!, ¡¿sin supervisión adulta?! - bombardeó, y los chicos asintieron con sonrisas de niños buenos.
- ¡No, de ninguna manera! - rotundizó.
- No me importa si no dejas que Ginny vaya, ¿pero yo? - protestó el pelirrojo, y se ganó un pisotón de parte de su hermana.
- Por favor madre ¿desconfías de nosotros? ¿de nuestra madurez? - seguía alegando, mientras se había quitado del alcance de su hermana, poniéndose a salvo detrás de su rubia novia.
- Aunque bueno, hablo por Luna y por mí
ellos
dejémoslo así - finalizó señalando con la mirada a Harry y a Hermione; la castaña resopló y el de gafas la detuvo por si tenía intenciones de golpear a su amigo; pero a él también le había molestado el comentario entonces lo vio aniquiladoramente y el pelirrojo se hizo el inocente. Molly Weasley pasó su mirada por todos, y vio cómo su hija tenía una expresión esperanzada, al igual que las otras dos chicas.
- Está bien
irás - cedió, y Ron sonrió.- Pero cuidarás de Ginny, te hago completamente responsable de ella - determinó.
- Seguro te quedas a dormir con Ron, Colin - le dijo a su novio, viendo a su hermano con una sonrisita maliciosa y burlona. Ron puso una cara, como si hubiese recibido de improviso un balde de agua helada.
- De acuerdo
- aceptó, apretando los dientes. Ginny y Hermione se habían comenzado a reír, y el ojiazul clavó su mirada en ellas; en sus labios apareció una maliciosa sonrisa.
- Además míralo de esta forma, sí llevamos un responsable
-apuntó, y todos lo vieron con cierta confusión. - Hermione es la mayor de todos, además tiene que conocer bien el significado de responsable, pronto será madre - concluyó socarrón.
- ¡¡¡Ronald!!! - gritaron cinco voces al mismo tiempo, y aunque pegó un brinco no se inmutó.
- ¿Oigan y a dónde iremos? - soltó la pregunta.
- Eso no es problema - Luna sonreía y sus pupilas azul claro tenían un brillo travieso, las miradas de sus amigos, que hace unos segundos veían asesinamente a Ron ahora la miraban a ella, intrigados.
˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜
Song: truly, madly, deeplay
Banda: Savage Garden
(PD:Es la canción que bailan Harry&Hermione cuando ella le da una fecha para la boda)
˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜
N/A: Por fin aquí les dejo la 2da parte del capítulo anterior, Wow estoy muy emocionada en primera porque hoy se cumplen años de que este songfic nació en mis ideas XD, en segunda porque el capítulo que sigue será uno de los que más he esperado, si no es el que más deseaba escribir. Tercera, hoy se cumplen cinco meses de que conocí a Tom Felton, el Amor de mi existencia (coff, coff no le digan a cierto chico castaño y de ojos marrones XD) y cuarta comienza la cuenta regresiva para mi cumpleaños, exactamente un mes ^^'
¿Del tiempo que me tardé en actualizar
? ya mejor ni hablamos, ese señor que maneja el reloj de arena se pasa ¬¬
Harry_Hermionefics,EmmaRadcliffe,Hermione Crazy,x_tabay74,Andromeda Potter,tatikcullen,ANILE,Itza Potter Granger
Mil gracias por sus comentarios.
Espero les guste, y no lo encuentren demasiado cursi XD
Nos leemos, espero pronto. Por favor comenten, en serio sus comens me hacen tanto bien.
Anyeli Potter Granger
PD: Para este capítulo utilicé diálogos de DH- cap8-La Boda-JKR.
18/04/11
53
Es verano una vez más
Luna había propuesto un destino de playa en un lugar llamado Los Cabos, que estaba en Baja California Sur, México. Y los demás aceptaron, Ron de inmediato, a Ginny y Colin les pareció bien
aunque Harry había replicado un poco, pero finalmente accedió cuando Hermione le miró pestañeando con una ternura extrema que lo había enviado a babilonia. Luna se había reído un poco de esto.
˜˜˜
Era la medianoche del 3 de agosto todos lucían somnolientos, a excepción de Luna, ella estaba muy emocionada; pero todos, que habían dormido de tarde, se habían despertado hace poco. Porque viajarían en avión, y es que la rubia quería que vivieran aquella experiencia de la forma más muggle posible.
El día anterior habían ido de compras al mundo muggle, y las chicas fueron quienes más se divirtieron con esto, eligiendo trajes de baño, y ropa muy "fashion".
Mientras se despedían de los señores Weasley
- No te se olvide Ronald, Ginny es tu total, absoluta y completa responsabilidad - recalcó la señora Weasley cuando le acomodaba la sudadera. Y los gemelos se reían por lo bajo.
- Gracias por recodarlo madre, es que ya se me había olvidado - ironizó un poco fastidiado, y volteó a ver a su hermana, que tampoco tenía cara de que aquello le hiciese gracia.
- Chicos se van siete, y quiero que regresen siete
No ocho o nueve
- les dijo apremiante, viendo a uno por uno a la cara, con una expresión seria.
- ¿Siete? - respingó el pelirrojo. - Pero si somos se
- contradijo, cuando se topó con la significativa mirada de su progenitora.- Ah ya - captó viendo a sus dos amigos, tanto Harry pero sobretodo Hermione, tenían el rostro ruborizado.
- ¡Mamá cómo se te ocurre!- exclamó escandalizada Ginny.- A menos que Luna tenga gemelos - agregó burlona. Ron de inmediato la regresó a ver entrecerrando sus ojos fulminantemente: Lo dijo por ti - subrayó indignado.
- Te portas bien bunnymoon - Luna le hacía cariños a su pequeño conejo blanco mientras se lo entregaba a su suegro, y Hermione la miró negando, en verdad que su amiga era increíble porque ni se había dado cuenta de que estaban lanzándole indirectas a ella. Ginny también observó a su cuñada y se carcajeó. Colin en cambio desde hace rato parecía estar evaporándose de lo sofocado que estaba por las constantes miradas que su suegra le enviaba.
Shala la la la la, shala la la Es verano una vez más. shala la la
Shala la la la la, shala la la oh it's summer one more time. shala la la
El amanecer llegó mientras el vuelo llevaba un par de horas, Hermione se despertó y todavía estaba un poco ansiosa, sabía que dentro estaba más seguro que volar en escoba, hipogrifo o Thestral... pensar en esto último le ocasionó un fuerte estremecimiento. Harry, creyendo que había temblado por sentirse insegura, le acarició la espalda de una forma confortante: Tranquila, hermosa
- le susurró al oído, y la castaña disimulando una sonrisita, se acomodó más en el pecho de su novio.
- ¿Luna, tú no tienes miedo? - le preguntó Ron, con intenciones de protegerla, con sutileza comenzaba a deslizar su brazo alrededor de los hombros de la rubia, que había levantado la cortina para poder apreciar los colores amarillos azulados y naranjas magenta que derramaba sobre el cielo el sol naciente.
- ¡Ay no, si esto está genial! - negó enérgicamente y exclamó emocionada, no se cansaba de mirar por la ventanilla.
- humff
- gruñó el pelirrojo, volviendo a cruzarse de brazos.
- Colin
¡yo sí le tengo pavor a las alturas! - chilló Ginny, acercándose a su novio con una carita de niña desvalida. El castaño sonriendo la abrazó, y la besaba.
- ¡No seas chismosa, tú eres cazadora! - desmintió su hermano, que se había incorporado sólo para hacer ese comentario.
- Deja de meterte Ronald, porque ya te daré motivos para que tú tengas miedo - advirtió amenazadoramente, remarcando cada letra de la última palabra. Ron se puso pálido y se sentó rápidamente; Ginny volvió a abrazar a su novio con una sonrisita de suficiencia en los labios.
Después de un viaje de alrededor de nueve horas por fin llegaron a Los Cabos, era más del medio día y el calor de verano era insoportable para ellos, pues éste era húmedo y los hacía sudar como si se estuviesen deshaciendo.
Cuando el taxi los dejó en el hotel, el pelirrojo entró caminando como si estuviese en el paraíso pues su mirada ya no sabía a dónde ver
ante sus ojos se mostraba un majestuoso lugar lleno de colores cálidos compuestos por las tonalidades amarillas de las paredes y las luces naranjas que emitían los focos se reflejaban en las losetas del piso como si fuesen cristales de agua; el ambiente olía agradablemente a mar.
- ¡Wow está impresionante! - exclamó Ron, y todos los demás asintieron sonriendo.
Harry nunca había estado acostumbrado a lujos, y definitivamente pensaba que el dinero no era tan importante, pero en esta ocasión serviría para pagar todo aquello que valía la pena porque era compartido con sus amigos, y sobre todo para que todos ellos viesen juntos esa loca aventura. Además la mejor parte incluía estar con Hermione, que en ese momento regresó a verle con una expresión radiante y le musitó entre labios gracias y a divertirnos. Él le devolvió la sonrisa y le tomó la mano apretándosela suavemente.
Entraron al lobby del hotel y se quedaron parados al otro extremo de la recepción
- Entonces
¿cómo nos hospedamos? - preguntó Ginny, con una mueca esperanzada de que su hermano se olvidara de esa idea de seguir las órdenes de su progenitora. Ron iba a decir algo ante esa mirada significativa con que su hermana lo había visto. Pero justo en ese momento vio pasar a un joven rubio platinado y una chica de cabellos castaño oscuro, que llegaron hasta la recepción tomados de la mano.
- ¿Ese no es el hurón? - respingó con la voz ahogada.
- Calma Ron, ya sé que lo extrañas pero creo que ya tienes alucinaciones - se burló la pelirroja. La castaña miró a Luna y ambas regresaron a ver hacia la recepción.
- ¡No, sí es el hurón! - confirmó la rubia. -
Que diga, Draco - se corrigió cuando Hermione le lanzó una fea mirada. También Harry había volteado a ver.
- Qué casualidad
¿qué traerá al hurón aquí, Hermione? - su mirada esmeralda se dirigió hacia su novia de forma interrogatoria. Y no sólo él la veía así, también todos sus amigos.
- ¡Por qué me miran a mí! - saltó la castaña.
- Será porque ese hurón está obsesionado contigo -subrayó el pelirrojo.
- ¡Objeción! Draco estuvo enamorado de mí
Pero creo que en la graduación quedó bien claro con quién está saliendo ahora - se defendió ofendida, y Harry pareció recapacitar de sus celos; sus mejillas se habían ruborizado.
- Sí pero
- rebatió el ojiazul.
- ¡Pero nada! ¿O dejan de especular cosas o hago algo para que nos regresemos a Londres? Además si tanto quieren saber por qué mejor no van y lo averiguan - atajó disgustada. Los demás intercambiaron miradas
y Ginny, esbozando una maliciosa sonrisita, se adelantó hacia la recepción; fue cuando oyó a Draco expresar un Gracias luego de tomar una tarjeta de plástico, vuelto a tomar de la mano a Pansy y alejarse juntos con un botones acompañándolos.
- Disculpe, señorita
- abordó la pelirroja.
- Sí, dígame
¿en qué puedo servirle? - le dijo amablemente la recepcionista.
- Lo que sucede es que esos chicos que se acaban de hospedar
son amigos nuestros - señaló a los otros chicos y a sí misma. - llegaron antes que nosotros, así que quisiéramos saber en qué habitaciones están para pedir en el mismo piso que ellos- explicó, la joven la miró con cierta suspicacia. - Son Draco Malfoy y Pansy Parkinson - añadió para ganar su confianza y evidenciar que en serio eran sus amigos.
- Ah sí
- sonrió sonrojada la chica, revisando los datos de su computadora. - Pero sólo pidieron una habitación, se registraron como el señor y la señora Malfoy - concluyó.
- ¡Grandioso, hasta el hurón se puede hospedar solo con su vanidosa novia! - gruñó el pelirrojo mirando irritado a su hermana, quien le lanzó una fulminante mirada; Luna trató de calmar los ánimos.
- ¿Y eso será porque
? - comenzó el ojiverde.
- Porque el hurón es hijo único - enfatizó resentido el ojiazul, y su amigo de gafas se quedó pensativo.
- Ron, viéndolo de esta forma
Hermione y yo también somos hijos únicos, entonces con permiso - señaló Harry, tomando a su novia de la mano dispuesto a registrarse como el señor y la señora Potter.
- ¡Qué mal amigo eres, me abandonas! los amigos están para contar con ellos en las buenas, y sobre todo en las malas
Y esta para mí es muy mala - exclamó con reproché y cierto modo de chantaje para hacerlo sentir culpable.
- Como bien lo dijiste una vez, soy solidario no suicida - le recordó el ojiverde.
- ¡Si serás
!- Ron lo miró indignado.
- Chicos, miren
Harry y yo nos hospedamos en una habitación, Ron y Colin en la misma y Luna con Ginny en otra
- propuso la castaña, la tensión comenzaba sentirse en el aire.
- Esa me parece una idea aceptable - consideró la pelirroja, mirando socarronamente a su hermano. Pero en vez de ser Ron quien rebatiera la que protestó fue la rubia.
- Hermione si una de nosotras no puede quedarse en el mismo cuarto que su novio, no lo hará ninguna - sentenció.
- Es tu cuñada - rechazó la ojimarrón.
- ¡Ay! - pero se quejó cuando su amiga ojiazul le dio un pequeño pellizco en el brazo y la miró insistente.
- Está bien
Harry y yo seremos solidarios - suspiró resignada, y el de gafas no tuvo otra que ceder.
Y así fue, se hospedaron en dos habitaciones: chicos & chicas.
Subieron por el ascensor, sus suites eran la 180 y la 181.
- Aquí es - les indicó el botones, abriendo la puerta de la habitación de las chicas que estaba al lado de la de los chicos pero separada por un pasillo, ambas habitaciones quedaban a los extremos del corredor que conducía a las escaleras.
Se sorprendió al ver que para ser británicos no traían mucho equipaje, ellos unas mochilas comunes como de escuela, y ellas unas bolsas como si fueran a salir sólo de paseo. Las chicas le agradecieron al joven y entraron en la estancia, Luna fue la primera en ir corriendo y aventarse sobre la suave cama de sábanas blancas y colores arena. Cuando el botones condujo a los chicos hacia su recamara el pelirrojo refunfuñaba: ¡Por Merlín, por qué no fui hijo único! o por lo menos después de mí no hubiera llegado más nadie.
Colin le lanzó a su cuñado una terrible mirada.
- ¡Gracias! yo también te amo, hermanito - gritó Ginny, porque los agradables comentarios de Ron se habían escuchado en todo el pasillo. Pero el pelirrojo ni se inmutó.
Cuando las chicas se instalaban
- ¡Genial, simplemente genial! ¿a tu novio no se le pudo ocurrir una mejor idea que obedecer a mi madre? Toda una vida de desobediencia y tuvo que escoger justo esta orden para acatarla - ironizaba la pelirroja, mientras sacaba sus pertenencias de la cuadrada bolsa de mano. (En efecto, gracias a la castaña los seis habían hechizado su equipaje para que en tan pequeñas bolsas cupiera todo como si de tres maletas se tratase. De acuerdo, no todo lo iban a hacer al estilo muggle.)
- No te quejes, que mi novio también es tu hermano - señaló la ojiazul, sacando también su ropa de su pequeña bolsa beige.
- No me lo recuerdes, ¿quieres? - gruñó Ginny, Hermione tampoco estaba muy contenta con aquel arreglo. Luna y Ron tal vez eran "pareja" como había señalado el pelirrojo, pero Harry y ella eran casi un matrimonio, su vida ya era compartida y este viaje los regresaba a dormir en habitaciones separadas; se sentiría bastante extraña durmiendo sin estar abrazada a él.
- Bueno, al menos Colin me verá con esto puesto en la alberca - rió pícara, colocándose sobre la ropa la parte superior de su bikini color azul profundo.
- ¡Ginny, por Merlín! - exclamó escandalizada la castaña, al ver que era un conjunto diminuto.
- Hermione, tú no puedes decir nada porque apuesto que Harry te ha visto con algo más chiquito que esto. Eso si llevas algo puesto - se defendió burlona.
- ¡Ginevra, por favor! - titubeó sin aliento, sonrojándose intensamente, de sus mejillas pudo sentir desprendiendo vapor. Tomó su bolsa y se dirigió al cuarto de baño con aire digno.
- ¿Luna con qué vas a sorprender a mi hermano? - preguntó a su cuñada, aún sonriendo socarrona por la reacción de su amiga ojimarrón. La ojiazul le mostró un traje de baño completo color amarillo claro, estampado con soles color naranja y rojos, era de un solo tirante y de un lado dejaba ver su fina cintura, de la espalda también estaba descubierto.
- No está mal
- aprobó, aunque no muy convencida.
- ¿Y tú señora Potter? - volvió a dirigirse a su amiga castaña, quien venía saliendo envuelta en una toalla que dejaba ver los tirantes de su traje de baño. Sus mejillas habían perdido un poco de ese rojo pena, sin embargo ahora lucía una expresión algo triste
- ¿Hermione qué tienes? - preguntaron al mismo tiempo sus amigas con un tono preocupado.
- No me digas que tus hormonas harán que te pongas a llorar - bromeó Ginny, como para hacer sonreír a su amiga.
- Es que mi traje de baño es de dos piezas - comenzó la ojimarrón.
- ¡Eso es estupendo! - exclamó la pelirroja.
- No - negó poniendo una carita más decaída, dejándose ver en bikini.
- ¿Ya se dieron cuenta? mi bebé ha crecido considerablemente y mi vientre ya no es plano - dijo con los ojos cristalinos. Luna y Ginny intercambiaron una mirada y asintieron.
- ¡Pero si te ves tan tierna! - exclamaron nuevamente las dos chicas, abrazando a su amiga; la castaña no pudo evitar soltar un sollozo y un par de lagrimitas resbalaron por sus sonrosadas mejillas.
Eso convenció a Hermione de bajar a la alberca orgullosa de mostrar su embarazo.
Chavos bronceados por el sol,
Everybody having fun.
Tangas que matan de calor,
I'm just gonna party long.
Bye bye bye los exámenes se acabaron baby,
bye bye bye take away all the kind of worries baby.
Mientras tanto en la alberca Harry, Ron y Colin ya habían bajado
los tres chicos se habían puesto unas bermudas con estampados hawaianos. Estaban sentados en unos camastros playeros de plástico color blanco, cuando vieron llegar del otro lado a Draco.
- Qué casualidad que de todo el mundo tengamos que encontrarnos en el mismo continente, el mismo país, la misma ciudad
¡y lo peor, el mismo hotel! Y es el mundo muggle - se quejaba sarcásticamente el pelirrojo. El ojiverde y el castaño concordaron; sobretodo el de gafas, él no estaba muy contento con que el rubio estuviese ahí.
El ojigris ni siquiera se había dado cuenta que ellos, sus ex compañeros de Hogwarts, estuviesen en el mismo sitio que él, y mucho menos tenía idea de que estaban ahora mismo frente a frente. Despreocupadamente comenzaba a ponerse bloqueador solar y extenderlo por su pálida piel
- Qué ingenuo es el hurón, cree que su paliducha piel adquirirá un bronceado - se burlaba Ron, pero Harry no hizo comentarios al respecto, se había sentido incómodo al ver que su tono de piel no era menos pálida que la del rubio. Bueno quizás no tan pálida pero sí bastante blanca.
En eso hacia Draco se dirigía una chica de cabellos castaño oscuro, con gafas de sol y un traje de baño de dos piezas color verde limón, bastante sexy. Sólo atenuado con un blusón transparente tornasolado.
- ¡Pansy
! - exclamaba al verla el ojigris, y de la impresión el bloqueador se le resbaló de las manos saliendo disparado de una forma muy cómica. Los tres chicos se rieron burlonamente, pero nadie más que el pelirrojo, que hasta tuvo que pararse porque se estaba ahogando con la soda que tomaba en aquel instante. Justo en ese momento apareció en la alberca su rubia novia, caminando con una curiosa gracia porque sus pasos eran tipo saltitos, pero para él la hizo lucir más coqueta con ese traje que le quedaba tan entallado. No pudo evitar tener pensamientos no tan puros
- ¡Luna! - gritó y sin fijarse se fue para atrás y cayó al agua. Sus amigos se rieron con ganas, Luna también había soltado una risita, que trató de contener cubriéndose la boca con su mano; esa reacción de su novio la había hecho sentir tan halagada. Y detrás de la ojiazul a la alberca llegaba la pelirroja, para ver cómo su hermano nadaba y se detenía de la orilla tragando bocanadas de aire, en lo que ella se partía de la risa. Todo ese alboroto ocasionó que la pareja de Slytherins se diese cuenta por fin de que irónicamente se habían encontrado con sus más queridos ex compañeros de Hogwarts (nótese el sarcasmo) los Weasley, Lovegood, Creevey y Potter con Granger. Pansy compuso una mueca de que aquello no le había hecho ninguna gracia, y el rubio adquirió una expresión contrariada.
- ¡Ginny! - saltó encandilado el ojimiel, y de inmediato comenzó a tomarle fotos a su novia. Ron se limpiaba el agua de la cara, intentando normalizar su respiración.
- ¡Te estoy viendo, Creevey! - gritó con advertencia, haciéndole señas amenazadoras a su cuñado.
- Tú cierra la boca - dijo Ginny, y pasando a lado de su hermano lo volvió a hundir en la alberca. Mientras Luna corría a auxiliarlo y reprender a su cuñada con asesinas miradas, la pelirroja llegó hasta su novio y quitándole la cámara lo besó.
Harry miraba alrededor, sus dos amigos ahora estaban con sus respectivas novias pero su castaña prometida no aparecía por ningún lado
entonces, la brisa trajo un suave aroma bastante conocido para él.
- Hermione
- musitó al verla caminar hacia él, sus pupilas esmeralda resplandecieron a través del cristal de sus gafas. Y tragó saliva aún sin tenerla, porque su aliento se había escapado cuando la admiró. Se veía tan hermosa con ese traje de dos piezas color negro que hacía ver cómo su cuerpo comenzaba a tener los cambios normales en su estado, y ese pareo semi transparente color verde agua, puesto tan grácilmente alrededor de su cintura, que mostraba el casi imperceptible relieve en su vientre. Su hijo crecía en su interior
- Fue sacado de su ensueño cuando la chica de rulos castaños llegó hasta él y tomándolo de las manos le dio una ligera mordida en su barbilla, y él parpadeó sonriéndole.
Las tres parejas se habían metido a la alberca, incluso se habían puesto a jugar carreras de nado, y también jugaron con una pelota de playa que fue a parar cerca de donde estaban Draco y Pansy, por educación el ojigris se las devolvió sin embargo no hizo ningún otro intento de acercamiento entre ellos y el grupo de amigos.
El atardecer se acercaba
- Hay que pedir algo de comer, lo que nos dieron en el avión ya fue historia
y de tanto nadar me dio un hambre feroz - expuso el pelirrojo, tocándose el estomago.
- Sabes Ron, tal vez sean pocas las veces en las que estoy totalmente de acuerdo contigo, esta es una
¡hace mucha hambre! - comentó la castaña, y el ojiazul le sonrió extrañado regresando a ver a su novia y a su amigo. Harry y Luna intercambiaron una mirada divertida.
- ¡Ya Ginevra, el pulpo Colin y tú podrían respirar
! y salir del agua para que puedan pedir algo de comer - vociferó enfadado.
- Ya vamos, hermanito - gritó enojada, porque los había interrumpido a mitad de un profundo beso. Colin también le había lanzado una fea mirada, aunque su rostro estaba sonrojado.
Unos minutos después un camarero les llevó unos menús para que pudiesen ordenar.
- Ay, se me antoja
- comenzó la ojimarrón, revisando la lista de alimentos.
- Uy, los antojos - comentó con un tonito burlón y la vez emocionado la rubia. - ¿Qué se te antoja amiga?
- No sé
quizás
¿Harry cómo
?- iba a pedirle sugerencias a su novio cuando fue interrumpida por la risa de Ron.
- ¡¿Se te antoja Harry?! - exclamó supuestamente alarmado. - Hermione a mi amigo le viste cara de pastel ¿o qué? como para que te lo quieras comer
Aunque ¿no ya te lo comiste? - decía riendo.
- ¡¡Ronald!! - estalló la castaña, con las mejillas encendidas.
- Y por lo visto te empachó - añadió sin pizca de inmutarse.
- ¡¡¡Weasley!!! - le aventó el menú, pero el pecoso tuvo tiempo de esquivar el golpe. Harry lo miraba fulminadoramente, y Luna no sabía si reírse o no, casi toda la escena le había parecido chistosa.
- Oye, qué bueno que ya no te dan esas nauseas y los mareos
si no cuando bajaste del avión hubiera sido todo un show- observó, en parte para que su amiga se olvidara de querer golpear a su novio y en parte porque en verdad fue un comentario espontáneo.
- No, gracias a Dios ya pasaron porque ya cumplí los tres meses - respondió la castaña, acariciando tiernamente su vientre. Harry al verla esbozó una paternal sonrisa.
- Aunque todavía la semana pasada fueron un problema en las mañanas - señaló el ojiverde, sonriéndole sonrojado a su novia. Los seis amigos soltaron una risa colectiva.
Después de cenar subieron a sus habitaciones para alistarse, porque habían decidido que esa noche sería de antro.
Cero problemas, cero stress,
I just need a pretty girl, hey.
Noche caliente pa' bailar this could be my lucky night.
Bye bye bye los exámenes se acabaron baby,
bye bye bye say hello to your happy feelings.
Hermione se había metido a dar una ducha, en tanto Luna, que ya se había bañado, se secaba el cabello y se terminaba de maquillar.
- ¡¿Luna, te vas a poner ese vestido?! y luego la atrevida soy yo - comentó Ginny, con una risita bastante nerviosa para ser la de ella. La rubia la miró desconcertada.
- Hermione, ese vestido te hace lucir muy sexy, dejarás a Harry en babilonia - volvió a reír exageradamente.
- ¿Ginny? - mencionó la castaña.
- Ya deja de sonrojarte - reprendió pero la ojimarrón la miró extrañada, porque tal vez sí se había ruborizado un poco pero ella era la que estaba actuando raro. La pelirroja continuaba con la bata de baño y todo rastro de tener todo controlado como siempre, había desaparecido de su rostro, ahora parecía perturbada. Hermione regresó a ver a Luna, y ambas intercambiaron una mirada de estar de acuerdo que a su amiga le estaba sucediendo algo extraño.
- Bien, nos dirás qué te pasa - abordó directamente la rubia.
- ¿A mí? - sus amigas la vieron entornando la mirada, y ella desvió la suya. - Nada - mintió, aunque su titubeo la delató.
- ¡Ginevra! - demandaron con unas significativas miradas.
- ¡Saben que alucino que me digan así! - protestó indignada, pero tanto Luna como Hermione continuaban viéndola demandantes.
- Está bien
- suspiró resignada. - Quería
quería pedirles su ayuda y sus consejos - confesó, y sus mejillas adquirieron un sonrojo intenso.
- Dinos - instó la ojiazul.
- Bueno, más consejos tuyos que de Hermione
- dijo vacilante, y la castaña la miró frunciendo las cejas. - Lo siento amiga, pero Luna ha salido victoriosa hasta ahora en ese terreno - se disculpó.
- ¿Te refieres a
? - la rubia y la castaña intercambiaron una rápida mirada y regresaron a ver a Ginny, ya no se sabía qué rojo era más llamativo si el de su rostro o el de su cabello.
- Esta noche quiero
Esta noche quiero hacer el amor con Colin - soltó rápidamente.
- ¡¿Qué?! - respingaron escandalizadas sus dos amigas.
- Creo que estoy lista
y en la alberca me di cuenta que él también lo desea, aunque no me lo diga y se haga el que no - explicó más roja. Luna y Hermione seguían teniendo una discusión con miradas mientras negaban.
- Por favor - puso una linda carita de niña buena.
- Definitivamente estás loca - aseguró Hermione.
- Pronto será mi cumpleaños, regálenme su ayuda - pidió, volviendo a hacer esa carita de puchero.
- ¿Y qué quieres que hagamos? - suspiró la castaña, después de que la ojiazul le diese un leve codazo. Ginny sonrió.
- Luna puede distraer a mi hermano y tú a Harry, para que no diga nada a Ron
- explicó.
- ¿Y dónde van a
? - comenzó Hermione. - ¿Aquí? - abrió los ojos como plato, horrorizada.
- No, vamos a rentar una habitación - la tranquilizó.
- Ya tienes todo planeado, ¿cierto? - ironizó la ojimarrón.
- La ideas van surgiendo en el camino, pero sí ya llevó algo - confesó la pelirroja.
- ¡Esto es divertido! - exclamó la rubia.
- Luna, esto no es divertido
si el plan falla
- se estremeció sólo de pensarlo.
- ¡Ni que lo digas! - la calló Ginny.
- Aunque pensándolo bien
si eso pasa el que las lleva de perder es tu novio - finalmente esbozó una sonrisita maliciosa la castaña.
- ¡Ey! - reclamó Luna.
- Entonces con mayor razón pongamos el plan noche de suerte en acción - determinó la pelirroja poniéndose de pie, dispuesta a dejar con la boca abierta a su novio.
Harry, Ron y Colin habían quedado de verlas en una disco que estaba dentro del hotel, cerca de la alberca y desde donde se podía apreciar la panorámica vista del mar.
- Qué valga la pena la espera - exclamó Ron, tomando de su bebida, que para ser una cerveza muggle le había gustado bastante.
- ¿Por qué tardarán tanto? - dijo impaciente Harry, checando su reloj.
- Otra vez nos están haciendo esperar demasiado - comentó desesperado Colin.
- Pues no somos los únicos que estamos esperando a nuestras novias - señaló burlón el pelirrojo, viendo hacia donde estaba sentado cierto rubio, sólo un par de mesas más allá. Esto parecía haberlo hecho recuperar un poco su buen humor.
- Oigan, ¿creen que deberíamos hablarle? - apuntó el castaño.
- ¿Al hurón? - respingó el ojiazul, casi atragantándose con el líquido que bebía. Y Harry contrarió el entrecejo.
- ¿Colin, cuántas de estas llevas? - añadió sarcástico, sacudiendo la botella de cerveza de su cuñado.
- ¿De verdad piensan que ellos están casados? - terció el ojimiel, ignorando la burla de Ron.
- Si es así
amigo ya te ganaron - palmeó la espalda del ojiverde. - Y eso que tú y Hermione les llevan un hijo de ventaja - soltó una carcajada. Harry le lanzó una mirada envenenada.
- Tú no puedes hablar, Luna ni siquiera ha puesto fecha - se defendió atacándolo, y Ron al instante dejó de reír.
- Al menos yo me caso el 31 de julio del próximo año - concluyó el de gafas.
- Muchachos, dejen de pelear - rodó los ojos Colin.
- No estamos peleando - aclararon los dos amigos, y el ojimiel se sobresaltó aunque hizo un gesto de sarcasmo.
- ¡Hola chicos! - saludaron tres voces femeninas al mismo tiempo.
- ¿Chicos, hola? - insistieron con una risita al no recibir respuesta. Tres pares de ojos, unos esmeralda, unos azules, y unos de un color amielado titilaron cristalinamente pero sus dueños estaban enajenados y boquiabiertos.
Y no era para menos, sus respetivas novias lucían hermosas
Hermione llevaba puesto un vestido strapless color perla, ajustado sobre la cintura y de abajo estaba formado por una falda de holanes que le daba forma y a la vez disimulaba su pancita. Sus alborotados rulos castaños caían sobre sus hombros, un tenue y natural maquillaje resaltaba sus delicadas facciones.
Luna había elegido un corto vestido color rojo estilo halter con escote V, su blanca espalda también estaba descubierta pero su enrulado y largo cabello rubio la cubría. Su rostro lucía un maquillaje en tonalidades que combinaban con su atuendo.
Ginny había optado por un mini vestido color azul marino, de tirantes gruesos y estampados de encaje color negro. Su cabello pelirrojo estaba más lacio que de costumbre, lo que lo hacía llamar más la atención. Un maquillaje más intenso pero no exagerado hacía resaltar su fino rostro.
- ¿Van invitarnos a sentar? - comenzó la castaña, tratando de sonar sarcástica pero la verdad es que estaba aguantándose las ganas de reírse.
- ¿O seguirán viéndonos de esa forma? - agregó divertida la rubia.
Harry y Ron reaccionaron primero
Hoy quiero gritarlo
Sobran las palabras
Hoy llegó el tiempo de liberar mis sentimientos
Pero cuando voltearon a ver a Colin éste estaba intercambiando miradas alucinadas con Ginny, que sonreía igual de soñada que su novio. Sus amigas negaron, sabían que ella no podría disimular siquiera.
Del otro lado Draco estaba siendo víctima de la misma aturdidora impresión. Pansy acababa de llegar y él no podía dejar de admirar lo guapa que lucía con esa blusa negra de delgaditos tirantes y esa falda corta a juego. Además de que sus ojos color chocolate tenían un brillo radiante, sobresaliendo de su rostro cuyo maquillaje no era muy saturado y la hacía adquirir un encantador rubor. Ella le brindó una sonrisa que en vez de sacarlo de su enajenamiento lo atontó más, provocando la risita de la chica. Sin darle tiempo de reaccionar Pansy se sentó a su lado y él se apresuró a ir a conseguirle una bebida.
A escasas dos mesas, y enfrente están el grupo de amigos
- ¿Les traemos algo de tomar? - preguntó Ron.
- Yo diría
- respondió su hermana, pero sin dejar de ver a su novio. El pelirrojo jaló intencionalmente a su cuñado, y junto con su amigo ojiverde se dirigían a conseguirles las bebidas.
- Recuerda que no puedo tomar nada que contenga alcohol - exclamó Hermione, y Harry le guiñó un ojo de forma despreocupada.
Apenas habían desaparecido los chicos entre el mar de gente cuando un grupo de atractivos y atléticos jóvenes de unos veintitrés años arribó al lugar, sus claras miradas parecieron encontrar por casualidad la mesa donde estaban sentadas Hermione, Luna y Ginny. Además de que uno de ellos vio a Pansy sola. Intercambiaron miradas entre ellos, como si el lugar hubiese sido finalmente su mejor elección y acabaran de encontrar la confirmación a la duda que alguna vez tuvieron respecto a ir a ese sitio.
Se abrieron paso entre la gente que bailaba en la pista hasta las mesas, y la verdad es que levantaron varias miradas y suspiros de muchas chicas.
Dándose golpes de ánimo se atrevieron a acercarse al grupo de amigas, y uno de ellos se separó de los otros tres y se dirigió a Pansy.
- ¡Hola preciosas! Desde que llegamos no pudimos dejar de admirarlas
- habló uno de los chicos. Y las tres amigas intercambiaban miradas nerviosas entre ellas, ninguna se había atrevido a ver a la cara a los recién llegados.
- Sí, ¿por qué tan solas? - terció con sensualidad una voz diferente. Entonces respirando profundamente se atrevieron a verlos, eran tres jóvenes sólo un poco mayores que ellas
uno de ojos azules y cabello castaño oscuro, otro de cabellos rubio oscuro y ojos azul grisáceo y el tercero de ojos azul verde y cabello rubio dorado.
- No hablamos con extraños - exclamó cortante Hermione, aunque su voz había temblado un poco al sentirse atraída por ese chico de cabello oscuro.
- Hola, mi nombre es Ian
- se presentó el mismo chico de ojos azul brillante, tomándole la mano a la castaña. - Él es Chad, él Chris, y aquel que vez allá se llama Chace- señaló con la cabeza al par de chicos rubios que lo acompañaban, y por último al que trataba de hacerle plática a Pansy, que era rubio castaño. - Ya no somos tan extraños - sonrió seductoramente, y las mejillas de Hermione ardieron.
- ¿Nos dejarían sentarnos con ustedes? - preguntó educadamente Chris, lanzándole una sonrisita sexy a Ginny, la pelirroja se sonrojó fuertemente.
- Prometemos que no tenemos malas intenciones - aseguró Chad, mirando coquetamente a Luna.
- ¡Esto es divertido! - se rió nerviosa la ojiazul, viendo a sus amigas.
- ¡Claro que no! - atajó su cuñada, con el entrecejo fruncido, pese a eso el sonrojo en su rostro no había disminuido. Y Luna hizo una mueca.
Ian seguía desplegando sus encantos con Hermione, que se sentía acalorada porque por primera vez un chico, que no fuera Harry, la hacía sentir nerviosa. Pero siendo honesta esto era simple atracción física. <<¡Malditas hormonas alteradas!>> - se reprendió.
- No
disculpen pero no pueden sentarse
- negó la rubia.
- ¿Por qué? - preguntó desconcertado Chad, acariciándole el brazo con una expresión exageradamente dolida. La piel de la rubia se erizó como reacción ante aquel roce.
- Porque ellas tienen novios - cortó una voz cargada de celos. Y Luna se puso pálida al ver que era su pelirrojo.
- ¿Novios? - respingó Ian.
- Sí, novios - remarcó apretando los dientes Harry, alternando su mirada de su castaña novia al desconocido. Hermione se quedó congelada.
Continuará
Confesión: Los chicos son Ian Somerhalder, Chad Michael Murray, Chris Evans y Chace Crawford (simplemente me derrito haha)
˜˜˜˜
Hola a todos, ya ni siquiera diré nada acerca del tiempo
Mejor les cuento que el pasado miércoles 18 fue mi cumple, y deseaba hacer algo especial, como por ejemplo publicar este capítulo, completo claro está, y que obvio no lo conseguí ¬¬
Pero les dejo esta la 1ra mitad, últimamente se me da eso de dividir los capítulos
En fin espero les haya gustado, porque he estado esperándole con muchas ansias, es mi favorito^^
Harry_Hermionefics,ANILE,AndromedaPOTTER,x_tabay74,tania cullen,dafne123, shanti: Les agradezco infinitamente sus comentarios que me dan ánimo para continuar escribiendo.
PD: Por favor comenten, si me regalan un poco de su tiempo para leerlo qué les cuesta unos minutos más para contarme su opinión.
Aviso: últimos capítulos de este crazy songfic
Saludos
Anyeli Potter Granger
20/mayo/11
Ian regresó a ver al recién llegado, al mismo tiempo que Chad había volteado a ver y encontrarse con un chico pelirrojo, cuya expresión no era muy amigable que digamos.
- Con que tienen novios
- terció, sonriendo descaradamente, como si enterarse de aquello le hubiese dado una maliciosa idea.
Las tres chicas hiperventilaban e intercambiaban nerviosas miradas, peor aún, Hermione y Luna no querían ver a Harry y a Ron.
- Siendo así
- comenzó Chad.
- Siendo así, ya pueden irse yendo de aquí - dijo el ojiazul apretando los dientes, y ahora también sus manos oprimían los vasos de refresco que sostenía.
- ¿Irnos
? - se rió Ian, dándole con codazo de confabulación a Chad y a Chris, quienes también se rieron.
- Claro que se van - advirtió Harry, poniendo las bebidas que él llevaba sobre la mesa de una forma intimidante.
- ¿Qué pasa? - justo en ese momento llegó Colin, y Ginny pegó un respingo al ver a su novio.
- Colin, si en verdad quieres caerme bien
¡defiéndete, no ves que te están dejando sin novia! - exclamó alterado Ron, plantando también los vasos que llevaba haciendo que las bebidas se derramasen sobre la mesa. El castaño compuso una brusca expresión y clavó su mirada en los chicos extraños, mientras que la de la pelirroja fulminaba a su hermano. Pero en lo que Harry, Ron y Colin asesinaban con los ojos a Ian, Chad y a Chris. En la mesa cercana Pansy estaba viviendo la misma situación incómoda que Hermione, Luna y Ginny
Draco había respondido con un puñetazo la sonrisa cínica que Chace esbozó cuando éste lo corrió por estar tratando de ligarse a su novia.
- ¡Draco, suéltalo! - chilló alarmada Pansy.
Pero justo en ese instante Harry, Ron y Colin imitaron la acción del rubio, y comenzaron una pelea pues Ian, Chad y Chris no se dejaron.
- ¡No, esperen! ¡Qué hacen! ¡Chicos basta! - gritaban ellas. De pronto la trifulca se había convertido en el show de la noche. Las chicas querían que aquello parase, hasta estuvieron tentadas de utilizar magia, pero con tanto muggle en el lugar rápidamente desecharon la idea. Afortunada o desafortunadamente llegó la seguridad del lugar y "los hizo salir" a los doce jóvenes, de una manera nada cordial.
Una vez afuera Ian, Chad, Chris y Chace les dijeron que ahí moría el asunto, y les pidieron disculpas a las chicas
entonces se fueron por su lado.
Pansy fue la primera en marcharse de vuelta al hotel, iba muy furiosa, y el ojigris la seguía alegando.
Hermione, Luna y Ginny se miraban entre sí, y ellos también intercambiaban miradas
- Colin
- comenzó la pelirroja y él medio sonrió, pero sus amigas no la dejaron acercarse a su novio.
- ¡Ya estarán contentos, arruinaron la noche! - exclamó acalorada la castaña.
- Mira Hermione, tú no digas nada - la calló el pelirrojo. Y esta vez el ojiverde no dijo nada para defenderla, pero se intentó acercar a ella.
- Ven conmigo - le dijo, tratando de tomar su mano.
- ¡Ni te me acerques, Harry Potter! - advirtió la ojimarrón, alejándose unos pasos y viéndole peligrosamente.
- Ronald, mi amiga tiene razón
nos arruinaron la noche - subrayó la rubia, con los brazos cruzados y una expresión enfurruñada.
- Luna, tú y yo vamos a hablar muy claro
¡que ni creas que no vi cómo ese estúpido te estaba acariciando el brazo! -saltó indignado el ojiazul.
- Hablaremos mañana - apresuró a atajar la rubia.
- ¡Hey!, yo quiero aclarar esto ahorita - protestó la pelirroja.
- No Ginevra, esta noche se irán a dormir castigados - zanjó su cuñada.
- Hasta mañana, que duerman bien - ironizó la castaña, y se dio la media vuelta en sincronía con Luna, de una forma dramática. Pero tuvieron que casi llevarse a rastras a Ginny, pues ella se negaba a dejar las cosas así con Colin.
Una vez que llegaron al vestíbulo la pelirroja se zafó de sus amigas.
- Ya, suéltenme
¡No puedo creer que me hayan hecho esto, yo tenía planes! - reclamó.
- Pues tu novio fue el de la culpa, por portarse como un salvaje - señaló Luna.
- No fue el único
-señaló con sarcasmo Ginny. - Además yo podría perdonar a Colin
- concilió.
- ¡No, ninguna de nosotras puede perdonarlos! - rotundizó Hermione. La pelirroja frunció los labios y sus ojos brillaron disgustados: De acuerdo, pero ya no sé con quién estoy más enojada
si con mi novio por ponerse celoso, o con ustedes por arruinarme los planes - les lanzó una última mirada de resentimiento y entró en el elevador.
- Debería agradecernos por salvarla de meter la pata con ese tarado - resopló la rubia, cuando su cuñada desapareció de sus vistas.
Hermione se mordía ansiosamente el labio inferior: Luna
¿y si ella tiene razón
? Tal vez podríamos perdonarlos - reconsideró.
- Oye, tú fuiste la que lo acaba de recalcar y no te puedes echar para atrás
De ninguna manera los vamos a perdonar, no esta noche
- determinó, la castaña hizo un puchero como niña regañada.
- Además tengo un plan para hacerles que se arrepientan, más, por arruinar la velada que bien pudo ser divertida
Pues nosotras la haremos divertida, pero sin ellos - le contaba mientras subían al otro elevador que acababa de abrir sus puertas frente a ellas.
- ¿Cómo? - la ojimarrón la miró confundida e intrigada.
- ¿Recuerdas que declaré estas vacaciones libres de magia? -sonrió maliciosamente y sus pupilas azules tuvieron el mismo brillo, entonces sacó de su bolsa las varitas de los chicos.
- ¡Luna por Merlín! los acabas de dejar allá afuera desprotegidos - se escandalizó Hermione, su expresión era alarmada.
- Ya demostraron que bien pueden defenderse - compuso una mueca fría. La de rulos suspiró
- Ya dilo
¿cuál es tu plan? - preguntó como si ambas fuesen a hacer la peor travesura de sus vidas y a ella no le quedase más remedio que acceder a ser cómplice. Luna salió del ascensor y caminaba hacia la habitación de los chicos.
- Que no podrán entrar a descansar - se rió, mientras lanzaba un hechizo hacia la puerta de la recamara donde ellos se hospedaban, luego regresó a ver a Hermione con una sonrisita de suficiencia. La castaña negó estremecida
- Lo bueno era que estaban declaradas sin magia- dijo sarcástica, rodando los ojos.
˜˜˜
Cuando vieron alejarse a las chicas Harry, Ron y Colin soltaron un colectivo abatido suspiro.
- ¿Qué haremos para que nos perdonen? - se apresuró a preguntar el castaño, con tono angustiado.
- ¿Ellas tienen que perdonarnos
? - ironizó el ojiverde.
- Deberíamos irnos a festejar sin ellas, después de todo esto es su culpa por andar de coquetas con otros que no somos nosotros - sugirió apretando los dientes, el pelirrojo. Harry y Colin tuvieron que concederle la razón, aunque realmente al ojimiel no le constaba que su novia en verdad estuviese coqueteando con aquel chico de cabello rubio arenoso.
Quizás no era tan mala idea eso de irse de parranda como venganza
Sin saber muy bien cómo, consiguieron un cartón de bebidas alcohólicas muggles y se fueron a sentar en la playa privada del hotel.
- El sabor de esta cerveza no tiene ningún parecido al de la cerveza de mantequilla - observó Colin, saboreando la bebida.
- Pero bien que te está gustando ¿no, cuñado? - se rió Ron, entonces le dio unas palmadas en la espalda que lo zarandearon un poco, y le sonrió vacilante.
- Sabes, comienzas a ganar puntos conmigo
se puede decir que ya pasaste una de mis pruebas
Y hace rato
¡me enorgulleciste! - le decía, volviendo a palmear su espalda, esta vez ocasionando que casi se atragantase con lo que bebía. Colin volteó a ver confundido a Harry, y éste se reía por lo bajo.
- ¿Crees? - ironizó volviendo a ver a su pelirrojo cuñado.
- Oh vamos, Colin
quita esa cara
de todas formas íbamos a dormir solos - lo calmó, con un poco de sarcasmo; y es que el castaño sabía que de esto último le echaba la culpa a él.
- ¡Miren, el hurón
! que diga Draco - tosió Harry, ya que él se sentía incómodo porque también de cierta forma le echaba la culpa Colin que desde el principio no pudiese estar en la misma habitación con Hermione.
- ¿Lo invitamos? - propuso, mirando a sus amigos.
- ¡Harry, ya estás loco! creo que deberías de dejar de tomar - saltó Ron, arrebatándole la cerveza y mirándolo como si su amigo se hubiese trastornado. Sucedía que en esos momentos Draco caminaba cabizbajo por la playa, con un aire ensimismado.
- Pobre
él también está pasando lo mismo que nosotros - compadeció el castaño. Y el ojiazul lo miró ceñudo
luego rodando los ojos exhaló un gruñido - Está bien... invitemos al hurón.
- ¡Hey, hurón
!- gritó y el aludido volteó a verlos, con una expresión de perplejidad y recelo.
- Lo siento, Malfoy
¿te gustaría unirte al grupo de novios ofendidos y castigados? - llamó, al principio con sorna luego finalizó con un bufido de indignación. El rubio parpadeó todavía desconfiado, luego compuso una mueca de simplicidad y encogiéndose de hombros se acercó a ellos.
Después de un rato los cuatro chicos bebían y charlaban como si fuesen amigos de toda la vida.
- ¡Definitivamente esta cerveza muggle es curativa!, me están dejando de doler los trancazos - consideró el pelirrojo, frotándose la quijada donde comenzaba desaparecer el color rojizo y en su lugar adquiría un tono morado oscuro.
- Es que esos chicos muggles estaban entrenados para golpear gente - señaló Colin.
- Dirás matar gente - corrigió su cuñado.
- Chicos admitámoslo
ellos estaban atléticamente hablando mejor preparados que nosotros - observó con sarcasmo Harry, recordando con irritación las veces que tuvo que enfrentarse o huir de la pandilla de su primo Dudley.
- Eso sin contar que son mayores que nosotros - subrayó el ojiazul.
- Pero el Quidditch nos ha ayudado mucho para tener buenos reflejos - señaló el castaño.
- Al menos gracias a eso pude esquivar algunos cuantos golpes - ironizó Draco, por fin participando en la conversación, se pasaba el pulgar por la comisura de los labios donde lucía una delgada herida y había rastros de sangre ahora seca.
- Nos sorprendió mucho que tú hayas iniciado la pelea, hasta pudiste pasar por un Gryffindor - dijo con asombro el pelirrojo, sin darse cuenta le palmeó el hombro. Los ojos grises se entornaron y Ron de inmediato retiró su mano.
- Tomaré eso como un cumplido - compuso una media sonrisa, y volvía tomar de su cerveza.
- Me gustaría decir que ellos se llevaron una buena, pero la verdad es que fue al revés, ellos nos hicieron casi polvo - expuso con amargura Harry.
- Y mira que lo dice el que nos libró de ustedes saben quién - satirizó Ron.
- Sí, bueno, eso no le ayudó mucho - se burló Draco.
- La verdad es que no nos hubiésemos metido en ese lío si no fuese por ellas - evidenció el pelirrojo, mirando ceñudo a Colin, que al parecer no estaba muy de acuerdo con esto.
- Sí, la verdad
las mujeres son más peligrosas de lo que aparentan. Si te enamoras te conviertes automáticamente en su esclavo de por vida y terminas haciendo cosas que nunca imaginaste hacer
como tener celos de que un idiota se le acerque - expuso el rubio, y los otros tres chicos no pudieron estar más de acuerdo. Continuaron quejándose de lo "peligrosas" que podían llegar a ser las chicas, y también brindando en su honor.
Eran casi las cuatro de la madrugada y gracias a Merlín llegaron desde la playa hasta el pasillo que conducía a su habitación, porque al decir verdad los cuatro chicos estaban demasiado tomados y es que ellos nunca habían bebido cervezas muggles. El que estaba peor era Colin, al chico técnicamente lo llevaban cargando. Y es que el castaño se había aventado al mar, lo bueno fue que los demás estaban menos borrachos que él y lo sacaron antes de que se fuese a ahogar, por esa razón decidieron terminar la parranda.
- Sabes hurón, después de todo no eres tan mala persona
- le decía entre hipados, el pelirrojo.
- Te juro algo Draco, a partir de ahora eres mi mejor amigo, mi compadre, mi hermano - exclamaba el ojiverde, también él daba hipidos a cada rato, y el ojigris soltó una sonora carcajada.
- A ver
sosténganme a mi cuñado, no sea que si le pasa otra cosa mi hermana me las cobre a mí - les dijo Ron, mientras pasaba el brazo de Colin sobre los hombros del rubio, y él buscaba la tarjeta en su bolsillo. Luego se dispuso a abrir la puerta pero cuando consiguió pasar la tarjeta por la ranura de acceso la puerta no se abrió ni con sus desesperados intentos.
- Chicos
¡la puerta no abre
! - exclamó sudando.
- ¡Cómo que no abre! - saltó Harry. El ojiazul volteó a verlos y negó.
- Já, la puerta no abre - repitió el castaño riéndose tontamente. Ron le lanzó una enfadada mirada.
- Pues intenta con el alohomora - apremió el de gafas.
- Que ya no te acuerdas que Luna nos quitó las varitas - recordó irritado. Harry compuso una mortificada mueca, luego volteó a ver esperanzado al rubio.
- Draco traes la tuya ¿cierto? - urgió.
- No, Pansy me la quitó después del espectáculo que dimos
Creí que si se la entregaba me perdonaría - explicó afligido.
- ¡Diantres! ¿y ahora cómo se supone que vamos a entrar?- bufó el ojiverde. Colin seguía riéndose solo.
- Y yo que quería pedirles asilo porque Pansy me echó de la habitación
- confesó el ojigris.
- Ni modo, tenemos que ir a buscarlas para que por lo menos nos devuelvan nuestras varitas
- gruñó el pelirrojo. - Y la lista de explicaciones que tienen que darnos aumenta - agregó ironizando. Como Ron ya no cargaba a su cuñado se adelantó a cruzar el pasillo y tocó con el puño la puerta de la habitación de las chicas.
˜˜˜
- Luna
- susurraba la castaña en medio de las penumbras en que se encontraba la habitación.
- ¿Qué
? - musitó adormilada la aludida.
- Estoy preocupada
- expuso ansiosa.
- Mira, Ginny debe estar en la habitación que alquiló para ella y Colin, y como la pasará sola está demasiado enojada con nosotras
no va a regresar, ya no la esperes - explicó bostezando.
- Exactamente no es Ginny la que me preocupa, sé de sobra cuán enojada está con nosotras, ni siquiera esperaba que durmiese aquí
¡Es por los chicos! - lo último lo dijo subiendo la voz, y prendió la lámpara de la mesilla de noche.
- ¡No les va a pasar nada! ya duérmete, tengo mucho sueño y eso que no soy yo la que está embarazada - exclamó irritada Luna, y apagó las luces.
- ¡¿Cómo puedes dormir?! - exclamó escandalizada y volvía prender la luz.
- Hermione no les va a suceder nada malo, por si no lo recuerdas son magos - le restó importancia, y apagó nuevamente la lámpara.
- Y por si tú no lo recuerdas los dejaste sin varita - le recordó volviendo a prenderla.
- Está bien, tengo la culpa
pero ya demostraron que pueden defenderse - rodó los ojos.
- Luna por eso me preocupo más, ¿qué tal si se encontraron de nuevo con Ian, Chad, Chris y Chace
? ellos los hicieron puré en el antro, ¡ahora los van a matar! - se paró de la cama exclamando muy angustiada.
- Oye bien que te acordaste de sus nombres - bromeó la rubia.
- ¡Luna, piensa en tu sobrino
! no quiero que le pase algo malo a su padre, y que sea tu culpa - protestó fulminándola con la mirada, aunque sus mejillas se habían ruborizado intensamente.
- De acuerdo
vamos a buscarlos - cedió, incorporándose. - Aunque no deberíamos, casi amanece y no han venido a protestar por lo de su puerta
eso quiere decir que siguen fuera - concluyó con una vocecita indignada al notar por la ventana que cielo tenía un color azul zafiro. Hermione la jaló para que se apurara.
- Mínimo déjame cambiarme, no voy a ir por ahí con esta delgada bata
y no creó que tampoco tú quieras ir vestida así - rezongó, aunque Hermione ya se había puesto una bata más gruesa encima; en ese justo momento tocaron a la puerta, con golpes fuertes.
- ¿Ves? apuesto que son ellos, y tú toda preocupada - reclamó la ojiazul, yendo a abrir.
- Oigan, qué bonitas horas de llegar - ironizó cuando en la puerta se encontró con su pelirrojo novio.
- Ni me intentes cambiar el tema
¡Me quieres explicar por qué nos cerraron la puerta con magia! - reclamó Ron, tomando a Luna de las muñecas y halándola hacia él.
- ¡Estás borracho! - chilló con una mueca de nauseas, puesto que había olido su aliento cuando chocó con su rostro, y le dio un leve empujón pero él no la soltó. Al oír esto los ojos marrones se dilataron y se entornaron en fracción de segundos.
- ¿Dónde está Harry? - inquirió con cierto tono de exigencia, abriéndose paso en la puerta para salir.
- Y ya vas a regañar a tu hijo - dijo con sarcasmo el pecoso.
- Dirás al padre de mi hijo - lo corrigió con una mirada envenenada.
- No Hermione, tratas a mi amigo como si fuese tu hijo - reincidió Ron. Ella abrió y cerró sus manos con una mueca violenta, como si quisiera ahorcarlo.
- ¡Ay, arréglatelas con él Luna! - gritó, y salió de la habitación a zancadas. El pelirrojo llevó dentro a la ojiazul por sobre sus protestas.
Harry salió con cautela del pasillo de los elevadores y las escaleras donde se habían ido a esconder, y vio venir a Hermione, su cara se convirtió en una máscara de preocupación
aún así dio unos pasos adelante para abordarla. La castaña encontró a su novio parado como si vacilara
- ¡Harry! - exclamó alterada.
- Hermione
- sonrió con nerviosismo, y creyó oír un golpe sordo a sus espaldas pero no le prestó mucha atención.
Ella miró detrás de su novio para ver quién estaba con él porque no era el chico castaño, y descubrió algo escéptica que se trataba del ojigris.
- ¿Draco?
- Hola Jean - le sonrió vacilante, la ojimarrón iba a decir algo pero...
- ¡Draco! - chilló una voz desde el fondo del pasillo, él volteó a ver, de su habitación acababa de salir su novia, sintió que la borrachera se le bajaba del susto; entonces salió disparado cuando vio que la chica volvía a entrar en la recamara como un vendaval.
- Nos vemos luego - se despidió rápidamente.
- ¡Pansy, espera! - dijo, alcanzándola y entrando con ella en la habitación.
- ¡¿Estás tomado?! - gritó. Y el ojigris se mordió los labios. - ¡Oh, estás en serios problemas! - fue lo último que se escuchó antes de que azotaran la puerta de su habitación.
- ¿Qué hacía Draco con ustedes? ¡y
por qué tú también hueles a alcohol! - exclamó alejándose de él, el olor la había mareado.
- Hermione, puedo explicarlo
- trató de acercársele de nuevo.
- ¡Oh claro!- satirizó.- Pero en cuanto dejes de oler a bebida - lo empujó. Justo Ron salía de la habitación de las chicas con la cara acalorada, pasaba y jalaba del brazo a su amigo.
- Vámonos, Harry - gruñó.
- ¡Harry James Potter! - protestó la castaña.
- Voy a darme un baño como quieres - exclamó con cierto tono de sarcasmo, luego entró en la habitación que Ron acababa de abrir con el hechizo alohomora.
- ¿Y Colin? - preguntó el pelirrojo, mientras se quitaba los zapatos.
- No sé
- el ojiverde se encogió de hombros mientras se quitaba su camisa azul marino, pero ambos ya no se siguieron preguntando dónde estaría el castaño porque se dejaron caer sobre sus respectivas camas y se quedaron profundamente dormidos como si alguien les hubiese lanzado el hechizo desmaius.
Arma letal, te quiero amar
Complicidad esta noche
Déjame entrar, sin preguntar
Ser tu mitad esta noche
La pelirroja no podía dormir así que había salido a caminar, cuando bajaba las escaleras encontró a su novio tirado en el piso y más allá vio a Harry y Draco hablando con alguien cuya voz reconoció como la de Hermione. Antes de que la vieran trató de ayudar al castaño a levantarse pero éste no respondía
para no hacer ruido lo metió al elevador con ayuda de un encantamiento levitador, y lo llevó a la habitación que había alquilado para ellos.
- Colin
¡Colin
! ¡reacciona! - le pegaba moderadamente en las mejillas.
- Ginny
Ginny
¿eres tú? - murmuró entreabriendo los ojos, pero la verdad es que los párpados le pesaban mucho.
- ¡Tonto, por qué tomaste! - lo regañó, soltando un leve sollozo. Él consiguió mantener los ojos abiertos, y se medio incorporó.
- Porque tú estás enojada conmigo
y Ron dijo que teníamos que vengarnos de ustedes - con una mano se sostenía sobre la cama y la otra la mantuvo en la muñeca de su novia, ella tenía su mallugado rostro entre sus finas manos.
- ¡Ah
! mi hermanito mañana tendrá que rendirme cuentas - apretó los dientes y sus ojos castaños brillaron peligrosamente.
- ¡Ginny
no le vayas reclamar! yo también tuve la culpa
yo fui el que tomó de más- negó moviendo la cabeza enérgicamente, pero le dolió.- ¡Auch! - se quejó.
- ¡Mira nada más cómo estás por culpa de esos babosos! - bufó la chica.
- ¡Ginny perdóname! pero es que en serio me puse muy celoso, no quiero perderte
¡no quiero que otro chico me pueda robar tu amor! - le acarició la mejilla, ella lo vio a los ojos pero Colin agachó la mirada. -
- Me refería al tarado mi hermano y a Harry
- sonrió, Colin se atrevió a verla y también sonrió levemente.
- Ven, tienes que darte una ducha - suspiró con una mezcla de gracia y las mejillas ruborizadas, ayudándole a pararse de la cama. El castaño se incorporó con torpeza - ¡Oh por Merlín! -exclamó, la cabeza le daba vueltas y soltó un gran eructo, que la hizo sobresaltarse pero luego reírse.
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
Quiero pero no puedo resistir
Este sentimiento
Sólo pienso en dibujar mis deseos sobre tu cuerpo
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
Una vez que el agua fría de la regadera le cayó encima Colin comenzó a recuperar gran porcentaje de su consciencia aunque no en su totalidad, aún estaba algo mareado. Se estrujaba el cabello
Ginny sin pensarlo creyó que sería buena idea quitarle la ropa porque realmente estaba empapada y pesaba, ya sólo era un estorbo.
Sus finos dedos desabotonaron la camisa blanca del chico y sin querer rozaban la piel desnuda de su pecho
de pronto y sin que se diese cuenta se vio acariciando su abdomen.
- Ginny
yo te amo más que a mi propia vida
- declaró tomándola de las manos.
- Colin
- musitó con un brillo distinto en la mirada, entonces sin más él la besó.
Hoy, debo, quedarme lejos de tus labios
Si estás tan cerca
No controlo esto que siento
Arma letal, te quiero amar
Un beso basta esta noche
Déjame entrar, nadie sabrá
Hay que soñar esta noche
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
Quiero pero no puedo resistir
Este sentimiento
Sólo pienso en dibujar mis deseos sobre tu cuerpo
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
El beso fue cobrando intensidad y no se dieron cuenta en qué momento el agua también resbalaba por el sedoso cabello pelirrojo
en donde se entremetieron las manos de Colin, y ahora estaba poniendo presión.
- Yo también te amo más de lo que alguna vez pensé llegar a amar a un chico
y quiero estar contigo esta noche - susurró apenas despegando sus labios de los de él, atrayéndolo de nuevo, pero es que los necesitaba como si fuesen oxigeno.
- Yo también quiero estar contigo
y no sólo esta noche, sino por el resto de mi vida - expuso, ella le sonrió radiante y en un instante lo llevó fuera de la ducha, caminaron sin dejar de besarse hasta que sintieron topar con la cama y cayeron sobre ésta sin ser muy consientes
Tu boca dice ven
Tus besos dicen ven
Tus ojos me derriten, baby
Tus manos dicen ven
Tu cuerpo dice ven
Tus brazos son peligro, baby
Inevitable
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
Quiero pero no puedo resistir
Este sentimiento
Sólo pienso en dibujar mis deseos sobre tu cuerpo
Es que no enamorarme de ti, es inevitable
Ginny se dejó llevar por la razón que le daba su corazón
se dejó envolver por el mar de emociones que le provocaban aquellas caricias dadas por Colin
El miedo que le embargaba cada vez que había pensando en su vida de cómo sería aquel especial momento, y que en las últimas semanas le había aterrado arruinarlo cuando sucediese con él
ahora se había esfumado porque todo estaba sucediendo de forma natural
sin presiones ni sucesos planeados, simplemente estaba surgiendo y se sentía tan bien entre aquellos brazos, entre las respuestas que daban aquellos labios cuyos besos a pesar de ser frenéticos eran dulces
el recorrido de sus manos era de forma delicada y la estaban llevando a la gloria. Entremetió sus finos dedos en el cabello ondulado cuyo castaño tenía reflejos rubios, cruzó su mirada con aquellos ojos de un singular miel con una extraña mezcla de azul oscuro. Sus sonrisas fueron reflejo una del otro
de pronto un fuerte jadeo emitido por la garganta de Ginny fue ahogado por los labios de Colin cuando la besó intensamente, mientras las manos de la chica bajaban y se aferraban en sus hombros. Y todo se volvió un océano de nebulosa felicidad donde sus almas se fundieron al mismo tiempo que lo habían hecho sus cuerpos.
Continuará...
˜˜˜˜˜˜˜
Vaya hasta que me aparezco por aquí, pero como muchos de ustedes sabrán, hace un par de semanas tuve una pérdida irreparable, mi abuela querida se marchó, quizás a un lugar mejor que este
sin embargo dejó un gran vacío aquí, en mi corazón y mi vida
hoy sigo intentando no pensar en mi dolor, aminorándolo al imaginar que ella está contenta donde se encuentra.
En cuanto a esta parte del episodio, ojalá que les haya agradado, lo siento por volverlo a dejar inconcluso y en serio espero terminarlo antes de la premier, no puedo creer que falten menos de 20 días para ver el final de una saga que amo demasiado y que amé desde el primer momento que la vi, y aún más cuando leí el primer libro ¡¡¡oh por Merlín!!! Voy a estar más deprimida de lo que ya me encuentro ¬¬"
Muchas gracias por sus comens que me animan a continuar escribiendo este loco songfic:
EriqitaPotterGranger, Andromeda Potter, Anile, Hermione Crazy, Emma Radcliffe
Melii89, Bella_Potter_Malfoy, X_tabay, Tania Cullen, Hermionegranger30
Anyeli Potter Granger
26/06/11
Shala la la la la, shala la la, Es verano una vez más.
Shala la la la la, shala lala, oh it's summer one more time.
El sol entró a raudales por la ventana de la habitación de los chicos e impactó sin piedad en las caras tanto del ojiverde, pero sobre todo fue más cruel con el pelirrojo.
- ¡Ahhhh, cierren esas cortinas por favor! - exclamó el pecoso, tratando de cubrir sus ojos porque le quemaban, y en su intento de resguardarse sin poderlo evitar se precipitó al suelo.
- ¡Ya es más del medio día, no les da vergüenza! - exclamó con suficiencia e indignación una voz bastante conocida. Ron se puso de pie y se encontró con su castaña amiga, que caminaba corriendo las cortinas de todas las ventanas con las que contaba aquella habitación.
- ¡Ahhhhh, qué haces tú aquí! - gritó, jalando su almohada para cubrirse porque sólo vestía con una camiseta y los calzoncillos.
- Por lo visto no pensaban despertarse - ironizó, alzando las cejas con simplicidad; y le jaló la sábana a su novio que aún dormía, pues ni los despiadados rayos del sol consiguieron despertarlo porque tenía el brazo sobre los ojos, ni siquiera los gritos escandalizados de su amigo
ya que la cruda seguía surtiendo efectos manteniéndolo técnicamente desmayado. Al fin comenzó a despertar cuando sintió la sábana deslizarse por su piel y una fría brisa ocasionaba que sus poros se erizaran.
- ¡¡Arajo Hermione, mínimo toca la puerta antes de entrar, no ves que estamos en paños menores!! - se escandalizó el pelirrojo, y el ojiverde terminó por cobrar cierta conciencia gracias a las protestas de su amigo. Harry parpadeó para acostumbrarse a estar despierto, aunque su mirada continuaba siendo borrosa y eso que sintió tener las gafas puestas.
- ¡Ni quién te quiera ver, Ronald! - dijo con indiferencia la castaña; entonces el de gafas se encontró directamente frente a frente con su rostro, ella le dirigía una irresoluta mirada.
- Bueno quizás es que a Harry ya te lo conoces de memoria
vestido y desvestido, ¿verdad? - se burló el pelirrojo, señalando que el moreno estaba sólo en bóxer.- ¡Ronald! - gritó la ojimarrón con las mejillas sonrojadas, y Harry lo volteó a ver fulminante, fue cuando la cabeza le dio vueltas y sin esperarlo fue a dar derechito al piso.
- ¡Harry! - saltó la castaña, corriendo a su lado con intenciones de ayudarlo a incorporarse.
- ¡Yo sí tengo decencia, por favor! - el pelirrojo continuaba riéndose, aunque no podía negar a él también le dolía mucho la cabeza.
- Ajá
sobretodo con Luna cerca ¿cierto? - satirizó Hermione.
- ¡Quieren dejar de gritar! - se quejó el ojiverde tapándose los oídos y cerrando los ojos, dejándose caer nuevamente sobre el frío suelo. Cuando Harry alzó la voz a Ron pareció detonarle el dolor de cabeza.
- ¡Tú eres el que grita! - replicó, tomando su cabeza entre sus manos a la altura de sus oídos.
La castaña miró a los dos ceñuda y negando rodó los ojos
- Eso les pasa por andar embriagándose - chasqueó la lengua en forma reprobatoria. Pero luego volvía intentar que Harry se parase.
- Dijiste que te ibas a dar una ducha anoche - le recordó con voz seria, y el ojiverde la vio con pánico.
- Sigues enojada
- balbuceó.
- No, y se me pasará si te metes a bañar ya - le jaló un mechón de su rebelde cabello, él asintió enérgicamente ignorando el mareo. Hermione sonrió enternecida y lo besó.
- Me saldría
pero esta es mi habitación
y yo también quiero ducharme - carraspeó con tono socarrón el pelirrojo. Harry y Hermione de mala gana pararon de besarse, y regresaron a ver fulminantes a su amigo. Pese a eso no le dijeron nada, la castaña notó que el cristal de las gafas de su novio estaba estrellado, debía ser consecuencia de la pelea... <
- ¡Oculus reparo! - exclamó con una sonrisa disimuladamente divertida.
- Estás pensando que a estas alturas ya debería sabérmelo de memoria - suspiró el ojiverde con una mueca de gracia. La ojimarrón asintió soltando una risita. Y esta vez fue Harry quien la tomó por la barbilla y la besó
- De acuerdo, voy a bañarme - apuró Ron, pasando a lado de ellos velozmente
sus amigos se rieron en medio de su beso.
Luego Hermione se dirigió a la salida
- Se apuran, nos vemos en el restaurant - les dijo.
- ¿Oye, y Luna por qué no vino a despertarme?- preguntó con el entrecejo fruncido el pelirrojo.
- ¿Ya se te olvidó que anoche rompiste con ella? - arqueó una ceja la castaña.
- ¡¿Que yo qué?! - saltó, y su expresión se convirtió en un poema de angustia.
La chica rodó los ojos y negando cerró la puerta.
Ron tuvo intenciones de salir corriendo para buscar a Luna. Harry negó y jaló a su amigo.
- ¡Ya, ven! Para que la recuperes tendrás que verte decente - dijo empujándolo al interior del baño.
- A ella le gusta verme así - expuso señalando que estaba en ropa interior. Harry lo miró incómodo - Ok
ya metete a bañar - se rió con burla, luego hizo una mueca como diciendo <<Ay Ron, nunca cambiarás>>
El pecoso se dio una rápida ducha, que en serio le hacía falta
aún no podía creer que la cabeza le doliese por la borrachera que se había puesto en la velada anterior
peor aún era creer que en medio de todo eso había cortado a Luna.
Harry por su parte se detuvo a pensar en un plan para enmendarse y compensar a Hermione por los desagradables sucesos de la noche anterior.
Un cuarto de hora más tarde los dos chicos bajaron del elevador y atravesaron el vestíbulo con dirección al restaurant donde encontrarían a las chicas.
- Oye por cierto
¿dónde andará Colin? - preguntó por casualidad Harry.
- ¿Qué? ya ni me acordaba de él - Ron dio un fuerte frenón que ocasionó que sus tenis rechinaran en el piso del Lobby, el ojiverde lo volteó a ver sobresaltado.
- ¡Oh por Merlín! anoche perdí a mi cuñado
¡Ginny va a matarme! ¡Harry no te das cuenta, perdí al tarado, justo cuando el imbécil comenzaba a caerme bien! - su expresión era mortificada.
- No tengo idea de cómo le llamarías si no hubieses comenzado a sentir agrado por él - ironizó el chico de gafas.
- ¡Amigo tienes que ayudarme a encontrarlo! si no lo hago no sólo pierdo a Luna porque se enoje más, sino que mi hermana la deja viuda antes de que pueda pedirle que vuelva conmigo - exclamaba aterrado el pelirrojo. Mientras el ojiazul exponía aquello Harry vio salir del elevador a Colin y a Ginny, tomados de la mano
y la pelirroja le iba haciendo cariños con su mano libre. Entonces él sonrió divertido
- ¡Se puede saber por qué cuando a tu mejor amigo están a punto de matarlo, tú te ríes! - reclamó ceñudo.
- Ron, tienes que calmarte
ve hacia allá - le señaló hacia sus espaldas. Y el pelirrojo vio venir a su hermana y a su cuñado, en plan muy cariñoso.
- ¿Crees que ya puedo respirar
? Pienso que hubiese sido mejor que el tarado se perdiera - gruñó con las orejas rojas.
Harry rodó los ojos y lo jaló para que se adelantaran al restaurant.
Una vez en él Luna puso distancia entre ella y Ron, y por más el chico no pudo lograr un acercamiento; además de que tuvo que soportar ver cómo su hermana y el castaño estaban que derramaban miel sobre hojuelas.
Cuando terminaron de comer Harry manifestó que él, Ron y Colin les tenían una sorpresa para el atardecer
el castaño puso una cara de total confusión ante la mirada interrogativa de su novia. Ron tampoco sabía de qué se trataba, pero cualquier idea era bien recibida si eso le iba a ayudar a volver con Luna.
Salían apurados
- ¿Y cuál es la sorpresa? - preguntó el pelirrojo.
- No sé
sigo intentando que se me ocurra algo - confesó el de gafas, y Ron se mordió los labios, pero entonces se dio cuenta que Colin se había quedado atrás y todavía se comía a besos a Ginny.
- ¡Ya hombre, la vas a ver al rato! - bufó jalándolo.
Estuvieron deliberando cómo iban a sorprenderlas, al final se les ocurrió algo que consideraron un plan estupendo. Se dirigieron a la playa, pues sería el escenario principal de la sorpresa.
En el área de alberca Harry vio pasar a Draco y a Pansy, al parecer las cosas entre ellos se habían arreglado porque iban juntos, no de la mano, pero juntos.
- ¡Que no Colin! ¿De dónde crees que voy a sacar una guitarra para ti? - el pelirrojo reñía con su cuñado. El chico de gafas repentinamente se apartó del grupo.
- ¿Harry y ahora a dónde vas? - inquirió el ojiazul, pero el pelinegro no respondió sólo hizo una seña de que los vería luego.
- ¿A dónde va? ¿por qué nos deja hablando solos? - le decía al ojimiel, y él se limitó a negar y encogerse de hombros.
- ¡Draco
! Hey, ¿tienes un minuto? - los alcanzó.
- ¿Qué quieres Potter? - lo vio como si estuviese teniendo un extraño sueño donde aquel ojiverde que fue su archi enemigo desde que se conocieron le estuviese hablando como si fuesen amigos de toda la vida.
- Ah
creí que desde anoche ya éramos amigos - ironizó el de gafas.
- ¿Cómo dices?- respingó, y Pansy contrarió el entrecejo.
- Porque Malfoy una cosa es que haya estado muy borracho y otra cosa es no tener palabra - expuso, y al ojigris miles de imágenes borrosas le llegaron de golpe, recuerdos de la parranda de la noche anterior donde Harry le había dicho que acababa de convertirse en su mejor amigo, casi su hermano.
- Mira
con los chicos planeamos una fogata en la playa para sorprender a nuestras novias
Quizás Pansy y tú quieran ir
Si se deciden, ahí los veremos - invitó, luego se dio la vuelta dejando a los dos ex Slytherin con expresiones de desconcierto.
- ¿Qué fue eso
? - preguntó extrañada la morena. Pero como respuesta el rubio la abrazó.
- ¿Nena, se te antojan los bombones asados? - sonrió y la chica se sorprendió aún más.
Los tres amigos decidieron ir a buscar a sus novias
En la habitación de las chicas, una Ginny maquillada pero aún con la bata de baño, continuaba sacando ropa de su bolsa, ya tenía bastante regada sobre la cama y aún no conseguía decidir que vestir.
- ¡Ay qué voy a hacer, no tengo nada que ponerme! - exclamó desesperada.
- ¡Por Merlín Ginevra! si parece que te trajiste tu guardarropa completo - observó con sarcasmo la castaña, mientras terminaba de maquillarse, muy tenuemente por cierto.
- Hermione tú ni digas nada, que tardaste siglos para decidirte a ponerte esa ropa - señaló con el ceño fruncido.
- Tengo razones
- se defendió, colocando sus manos sobre su vientre.
- Amiga, ¡pero quedaste muy linda! - halagó, pensando que su comentario anterior pudo haber herido a la ojimarrón.
- Gracias - le otorgó una sonrisa, y la pelirroja se dio cuenta que en serio con el embarazo a su castaña amiga se le había multiplicado la sensibilidad.
Mientras Ginny y Hermione estuvieron alegando se percataron que su amiga rubia no había dicho ni media palabra desde que regresaron del restaurant.
- Hello
¿Luna que tú no piensas alistarte? Mi hermano no tarda en llegar por ti - se escandalizó la pelirroja.
- No, yo no iré
recordarás que ya no somos novios - ironizó, con un aire ausente; pero desde hace rato tenía una cambia de ropa en las manos, como si hubiese estado deseando arreglarse.
- Vamos, sé que mi hermano es un tarado a veces
- dijo, sentándose a su lado. Los ojos azules la regresaron a ver fulminantemente.
- Ok, en la mayoría del tiempo - satirizó suspirando con resignación, y Luna la miró peor.
- Me acabas de dar la razón
¿o no? - siguió con ese tonito socarrón.
- Ginny, en vez de estar ayudando a tu hermano estás empeorando la situación - intervino con regaño Hermione, sentándose al otro lado de la rubia.
- Luna
por favor, no vas a terminar definitivamente con él por sus imprudencias de borracho - razonó la castaña.
- Hermione el que tú hayas perdonado a Harry
- comenzó la pelirroja.
- Ginny sinceramente, mejor termina de arreglarte
- atajó la ojimarrón.
- Bien
- gruñó, poniéndose de pie y disponiéndose a continuar con su dilema de qué se pondría.
- Por cierto, tú no nos has contado ¿qué tal te fue anoche con Colin? - exclamó repentinamente la ojiazul, y la castaña la miró con la boca abierta; era increíble que Luna diese un cambio tan brusco al tema de la conversación. La pelirroja también la quedó viendo atónita
- No estábamos hablando de mí
estamos discutiendo qué rollo contigo y mi hermano, Luna - objetó con el entrecejo fruncido.
- ¡Ay, eres imposible! - se quejó la castaña, y Luna hizo una mueca de suficiencia.
- Está bien
- accedió Ginny, pensando que era oportuno confesar aquello.
- Si les cuento
Luna tienes que prometer que arreglarás las cosas con mi hermano - condicionó la pelirroja. Y para sorpresa propia y de Hermione, la rubia aceptó casi de inmediato.
- De acuerdo - le tendió la mano para cerrar el trato, sonriendo un tanto pícara.
Ahora Hermione y Luna le cedieron el lugar en medio de ellas a Ginny.
- ¿De verdad no se lo imaginan? - expuso incrédula.
- Sí, pero tienes que decirlo - demandó su cuñada, y la castaña estuvo de acuerdo.
- Bueno
Colin y yo
Colin y yo hicimos el amor
¡y fue maravilloso!- soltó rápidamente, poniéndose más roja que su llamativo cabello. -¿Contentas? - se echó aire para tratar de calmarse.
- ¡Oh, bienvenida al club! - exclamó con una melosa ternura la ojiazul, y Hermione y ella abrazaron a la pelirroja.
- ¡Las detesto! - exclamó aparentemente molesta, pero las tres amigas se rieron. En eso escucharon en el pasillo las voces de los chicos.
- ¡Por Merlín, ya llegaron
! ¡No puede ser, y yo todavía no elijo qué ponerme! - gritó la pelirroja, poniéndose de pie y tomando del cerro de ropa un vestido strapless color mezclilla deslavada, como vendaval entró en el cuarto de baño. Hermione y Luna intercambiaron una mirada y rodaron los ojos negando.
Chicos, guitarra y reventón...who knows what is going on?
Chicas hermosas por doquier, really I can get it big...hey
Bye bye bye los exámenes se acabaron baby,
bye bye bye take away all the kind of worries baby.
Cuando Hermione abrió la puerta Harry se quedó sin aliento
la castaña lucía tan hermosa con un vestido azul marino de holanes, estampado con puntitos azul cielo, y como era un poco transparente dejaba ver discretamente su traje de baño que era del mismo tono de azul profundo.
- ¡Estás hermosa
! - apenas y pudo expresar, y la castaña sonrió pestañeando de esa forma que sólo conseguía dejarlo más hipnotizado.
- ¿Y Luna? - inquirió impaciente el pelirrojo, y su amiga ojimarrón lo regresó a ver asesinamente.
- Aquí estoy Ronald, y lista para que hablemos - la rubia terminó por abrir totalmente la puerta.
Y el ojiazul tragó saliva, aunque parecía que se había quedado ido
pues la chica se veía preciosa con esa camiseta blanca adornada con aplicaciones de flores color turquesa, y un short de color naranja. Pero la rubia lo miró con los brazos cruzados y su cara no mostraba expresión alguna.
- ¿Y Colin? - preguntó extrañada la pelirroja, cuando salía y no veía a su novio en el umbral de la habitación.
- Dijo que nos vería en el vestíbulo - respondió el ojiverde, y Ginny regresó a ver automáticamente y de forma envenenada a su hermano, pero éste ni se percató.
Al momento de salir del elevador Colin se quedó boquiabierto porque su pelirroja novia se veía sexy con ese vestido-short de color mezclilla deslavada.
- Hola
- le dijo con una embelesada sonrisa cuando la chica lo tomó por los hombros y le plató un beso en los labios, Harry y Hermione notaron que a Ron se le ponían las orejas coloradas.
- Mejor vamos a mostrarles la sorpresa que les tenemos preparada - intervino el de gafas ante la significativa mirada que le lanzó Hermione.
- De acuerdo
- sonrió Ginny, pero sin soltar del brazo a su novio.
El grupo de amigos se dirigió hacia el área de alberca... Harry y Hermione iban tomados de la mano, y el pelirrojo quiso abrazar por los hombros a su novia, pero la rubia caminó por delante.
- Ya digan ¿cuál es la sorpresa? - solicitó emocionada la pelirroja.
- ¡Ay pero qué impacientes son las mujeres de verás! - bufó el ojiazul, su hermana le envió una mirada furibunda.
- Colin, dime ¿sí? - haciéndole ojitos lindos a su novio, y éste sonrió encandilado.
- ¡Ni te atrevas Creevey, que todavía estás en mi lista negra! - advirtió. Y Ginny jaló a su novio para ignorar a su hermano.
Atravesaron la alberca pero para más curiosidad de las chicas no se quedaron allí
las condujeron hacia una parte del hotel que ellas no habían visto, caminaron por un puente de madera iluminado por lámparas que simulaban ser velas dentro de candeleros, encima de un lago artificial
luego continuaron por una casa de cristal sobre el mismo puente, y al final llegaron a la playa
- ¡Esta es la sorpresa! - exclamaron los tres al unísono.
En esa área había una carpa de palapa cuyo techo era de tul blanco, había unos sillones color perla que casi estaban a la altura de la arena en donde destacaba una alfombra de mimbre claro y unas mesas de madera color café sólo un poco más altas que los sillones, en donde los frascos de cristal contenían velas de verdad
en el centro de todo estaba una fogata.
- ¡Wow! - exclamaron las tres chicas, estaban realmente maravilladas.
Harry continuó guiando a Hermione de la mano, Colin y Ginny seguían caminando abrazados, pero Luna continuaba evitando contacto con Ron.
El grupo se acomodó en los sillones por parejas, aunque bueno el pelirrojo se limitó a permanecer cerca de la rubia.
Apenas había pasado un rato en donde unos camareros les llevaron bebidas a las chicas, que se llamaban piñas coladas, (a la castaña obvio sin alcohol) y a ellos unas sodas (después de sus problemas de anoche sinceramente no querían volver a cometer errores gracias a la cerveza muggle)
- Espero que no llegáramos tarde - irrumpió una voz que aún arrastraba las palabras pero se escuchaba más amigable. El grupo de amigos regresó a ver y se encontraron con el rubio ojigris y con Pansy.
- Traje mi guitarra - apuró Draco, para romper el aire de desconcierto e incomodidad. Harry fue el primero en invitarlos a sentarse, Pansy aún así lo miró con cierto recelo. Pero su novio le sonrió con una mirada de asentimiento que la hizo relajarse.
La tensión parecía ir disminuyendo a medida que los minutos transcurrían y la conversación se iba haciendo más amena
De pronto el rubio comenzó a tocar su guitarra
y todos le prestaron atención.
http://www.youtube.com/watch?v=BtdQNc3JXEg
(Esta song es de Tom Felton y se llama All I need)
- Pansy, esta canción la compuse en esos días en los que no estuvimos juntos, que tú fuiste a casa con tu madre y yo regresé a lado de la mía
y sólo deseaba poder verte y traerte a un lugar como este - declaró el ojigris, los ojos color chocolate irradiaron por la emoción.
Y Hermione le dio un leve codazo a su ojiverde novio que lo hizo avergonzarse porque cuando llegaron al hotel aún pudo haber quedado un poco de celos dentro de él al pensar que Draco estaba ahí por ella.
Mientras el rubio cantaba no dejaba de mirar a Pansy, y los colores en las mejillas de la chica se intensificaban por palabra
Cuando terminó de cantar, la chica de cabellos castaño oscuro lo besó tiernamente, manteniendo el beso por unos instantes en los que acarició sus mejillas. El grupo de amigos intercambió miradas entre admiradas y a la vez se sentían que sobraban
Ginny jaló a Colin y lo besó también para solucionar aquello, Hermione hizo lo mismo al besar a Harry. Pero Luna mantuvo su mirada hacia el mar, Ron suspiró abatido
- Gracias - le dijo entre labios cuando dejó de besarlo, y los ojos color mercurio brillaron como reflejo ante los chocolate de ella que se notaban cristalinos causa de las lagrimitas acumuladas.
- ¡Wow Draco, realmente impresionas! y en la graduación demostraste tu talento - comentó con espontaneidad Ginny; sus amigos la voltearon a ver sorprendidos.
- Sí
incluso en la canción que te dedicó, Granger - observó Pansy, otorgándole una ligera sonrisa a la castaña, que la quedó viendo boquiabierta, sin embargo también sonrió.
- Sí, fue una buena canción - anotó el de gafas, parpadeando con contrariedad, viendo vacilante a su novia.
- Quién lo dijera
tienes talentos ocultos, hurón - expuso finalmente Ron, sorprendiéndolos más.
- Sí comadreja - Draco sonrió divertido, y comenzó a tocar de nuevo
y esta vez se escuchó una guitarra más. Colin había conseguido una finalmente, y le pidió a un camarero que se la llevara cuando él lo indicase. Justo ahora
http://www.youtube.com/watch?v=VO4Z6N6fgVY
(Clip Harmony editado por mí con la song Just the way you are)
- Oh her eyes, her eyes
make the stars look like they're not shining
Her hair, her hair
Falls perfectly without her trying
She's so beautiful
And I tell her every day - entonó el rubio, y le siguió el ojimiel.
- Yeah I know, I know
When I compliment her
She won't believe me
and its so, it's so
Sad to think she don't see what I see
But every time she asks me do I look okay
I say: When I see your face
There's not a thing that I would change
Cause you're amazing
Just the way you are
And when you smile,
The whole world stops and stares for awhile
Cause girl you're amazing
Just the way you are - sin que nadie se lo esperara el siguiente fagmento lo había cantado el pelirrojo, y para sorprender más a todos se hincó y tomó de las manos a la rubia.
- ¡Luna, perdóname por ser un tonto! - exclamó.
- Lo eres - musitó la ojiazul, aunque sus ojos titilaban con un extraño brillo.
- Sí, pero de verdad quiero estar a tu lado siempre, quiero que vuelvas conmigo. Y no quiero perderte nunca, nunca más
- siguió diciendo, su voz era una mezcla de temor y anhelo. Entonces se atrevió a verla a los ojos y la chica lucía conmovida.
- ¡No me has perdido antes, y no lo harás jamás! - chilló.
- ¿En serio? - balbuceó el ojiazul.
- De verdad, sólo estaba enojada por cómo te comportaste anoche
¿Pero crees que te voy a dejar si eres sólo mío, Ronnie? - tomándolo por sorpresa lo besó. Sus amigos, Draco y Pansy veían la escena boquiabiertos, pero la castaña y el de gafas intercambiaron una gran sonrisa, con alivio y alegría.
- Her lips, her lips
I could kiss them all day if she'd let me
Her laugh, her laugh
She hates but I think it's so sexy
She's so beautiful
And I tell her every day
Oh you know, you know, you know
Id never ask you to change
If perfect is what you're searching for
Then just stay the same - continuaban cantando Draco y Colin.
Cuando terminaron de tocar, y Ron y Luna de besarse
Tiempo de olvidarse de los problemas,
Con los pies descalzos en la arena,
Try just having a new beginning. Try, try having some new feeling.
Shala la la la la, shala la la es verano una vez más.
shala la la la la, shala lala oh it's summer one more time... SHALA LALA.
- ¡Qué bueno que ya se arreglaron las cosas entre ustedes! - exclamó emocionada Hermione.
- Sí, esto comenzaban a resultar fastidioso - Harry rodó los ojos.
- Y triste - agregó la ojimarrón.
- Yo no me preocupé mucho
sabía que tenían que regresar, Luna no puede vivir sin este tarado - rió Ginny, lanzándole una zape al pelirrojo.
- ¡Oye, soy tu hermano! - protestó Ron.
- Por eso lo sé
- se carcajeó la pelirroja.
- Ginny, tienes toda la razón - expuso Luna, y su novio la miró ceñudo.
- ¿De que es un tarado? - dijo socarrona.
- No, que no puedo vivir sin él - negó la rubia, entonces lo volvía a besar.
- ¡Qué hermosa canción! - comentó Pansy.
- Sí, bueno
en realidad era para cada una de nuestras respectivas novias
- aclaró Draco, acariciando la mano de su novia.
- Pero igual funcionó para que Ron volviera con Luna - observó Colin, sin alguna doble intención; pero el pelirrojo se sintió forzado a aceptar que había sido de gran ayuda.
- Supongo que tengo que darte las gracias hurón
es decir Draco - soltó, luego corrigió.
- Si te sientes más cómodo puedes decirme Malfoy - señaló el ojigris. Pero entonces Ron volteó, Luna le estaba insistiendo algo con la mirada, volteó al otro lado y su hermana la lanzaba una significativa mirada, que al recorrer la vista Hermione y Harry también lo apremiaban.
- ¿Amigos? - le tendió la mano al rubio, que regresó a ver a Pansy y ella asintió.
- Amigos - aceptó el ojigris estrechándole la mano, los dos sonrieron.
- ¡Y también gracias a ti, cuñado! Ya estás en la familia - exclamó sorprendiendo al chico y a su hermana. Luego el pelirrojo jaló al castaño y lo zarandeó para darle un abrazo.
- Chicos - rodaron los ojos las cuatro.
- Chicas - exclamaron ellos al unísono, con tono de resignación.
Los ocho caminaron descalzos por la arena, iban por parejas
Colin llevaba su brazo alrededor de la cintura de Ginny, Draco pasó su brazo sobre los hombros de Pansy para mantenerla a su lado; Ron tenía tomada de la mano a Luna, pero hubo ratos que la cargaba como solía, como si fuese una pequeña tabla de surf, o de frente para poder besarla de improviso. Harry y Hermione caminaron abrazados, él pasó su brazo más arriba de su cintura y ella lo llevaba sostenido del torso
había momentos que él le robaba algún beso y al final se quedaron parados frente al mar admirando cómo el sol del atardecer se había puesto sobre las tranquilas aguas del océano, en el cielo parecía que alguien había hecho una hermosa mezcla de colores naranja, azul celeste y magenta.
Song: Shala la la la la
Banda: la clase 406
Hola, siento escribir a cuenta gotas, en primera agradezco sus condolencias por lo de mi abuelita, saben comenzaba a sobrellevar esto, para ello acepté tomar vacaciones familiares y resulta que el día de mi regreso sufrí un accidente que me afectó al grado de que no me puedo sentar por mucho rato sin que una punzada me obligué a regresar a la cama ¬¬"
Intentaré seguir con esto, y de algo pueden estar seguros, que terminaré este fic y todas mis historias publicadas, gracias por su comprensión
Y muchas gracias a:
EriqitaPotterGranger,Harry_Hermionefics,ANILE,HermioneCrazy,
EmmaRadcliffe,hermionegranger30,x_tabay74,Tania cullen
Mil grax por su comens que me animan mucho:D
Anyeli Potter Granger
PD: todo se me junta L ¿y ustedes cómo llevan esa depre post final épico de HP?
56
Pieces of me
Habían vuelto a Inglaterra tres días después de la fogata en la playa.
Cuando atravesaban la reja del patio trasero de la madriguera el grupo de amigos iba conversando
- ¡Gracias a Merlín ya regresamos! Al fin voy a poder dormir tranquilamente
porque Harry, con tus fuertes ronquidos eso era
¡imposible!- se quejaba con exageración el pelirrojo y el ojiverde trató de ignorar aquella queja de su amigo.
- ¡Mentiroso, Harry no ronca! - impugnó la castaña.
- De acuerdo
te daré la razón porque sé que te consta - concedió, y los ojos marrones brillaron peligrosamente. - Pero habla dormido, que para el caso es lo mismo
tuve que aguantarme las conversaciones que tiene solo, da miedo, espantaba mis sueños - rebatió. Entonces Hermione fulminó a su pelirrojo amigo con la mirada y él sonrió socarrón; el de gafas tiró de la mano de su novia para que lo ignorase sin embargo la chica siguió discutiendo.
- Ja-ja de qué te quejas, tú exigiste que las habitaciones fueran divididas en chicos y chicas - ironizó la ojimarrón.
- Lo hice por la honra de mi hermana, pero sinceramente estoy arrepentido - gruñó enfatizando las últimas palabras, y Ginny, que hasta ahora no se había percatado de la conversación pues iba de la mano de Colin, entonces técnicamente los dos se perdían en su propio universo; pero en ese momento regresó a ver a su hermano con ojos asesinos, aunque fue el castaño quien le respondió.
- Yo también estoy arrepentido, porque tú sí roncas, eras tú el que no dejaba dormir - exclamó con seriedad, Ron miró horriblemente a su cuñado
y tanto Harry como Hermione soltaron una risa.
- Sin mencionar que también babeas - expuso sin fijarse Luna, aunque con una vocecita dulce.
- ¡Luna eso es privado! sólo tú lo sabías
¿Oye de qué lado estás? - protestó, y la ojiazul se ruborizó.
- Del tuyo no, claro está - se burló la pelirroja. - Además hermanito, todos en la familia lo sabemos, tú roncas y babeas - expuso soltando una gran carcajada.
- ¡Lo ves! - la castaña también se rió burlona, Harry intentó no reírse pero sinceramente no pudo contenerse; los colores en las mejillas de la rubia aumentaron.
- ¡Ay, calla Hermione! que apuesto a que tu lindo novio también babea - Luna trató de defender a Ron.
- ¡No, por supuesto que no! - atajó molesta.
- Correcto - zanjó el ojiverde, se mostraba un poco nervioso, y la ojimarrón soltó una risita diferente.
- Bueno un poco - admitió Hermione, acariciándole la barbilla a su novio.
- ¡Hey! - protestó Harry, y sus amigos se rieron ante su expresión.
- Ya dejen de quejarse
Después de todo fueron unas vacaciones ¡excelentes! - exclamó Ginny.
- Sobre todo para ti, ¿cierto? - observó con doble intención Luna.
- Te doy toda la razón - concedió la pelirroja, y con una sonrisita pícara jaló a Colin e hizo que sus pasos se apresuraran hasta la puerta de la casa. Luna intercambió una mirada y una mueca entre divertida y resignada con Hermione. El pelirrojo en cambio siguió con la mirada a su hermana, intentando descifrar cuál era el gran misterio, más porque Colin se sonrojó intensamente.
Una vez que los seis chicos entraron en el salón Molly corrió a abrazarlos; aunque primero a su hija, a quien le apretó las mejillas
- ¡Mi pequeña está de vuelta! - dijo con cierta melosidad materna, y Ginny se esforzó por no hacer un gesto sarcástico.
- Que conste que te la regresé integra
¿lo ves? - señaló a su hermana como si fuese una muñeca de porcelana. - No había de qué preocuparse - exclamó con suficiencia Ron, recibiendo una mirada severa de parte de su progenitora. Y Ginny disimuló su risita con una tos, aparte de que sus mejillas se ruborizaron. Luna y Hermione también carraspearon para contener la risa que quiso escapárseles.
- ¿Se puede saber por qué ustedes se ríen? - arguyó el pelirrojo.
- No, por nada - negaron la ojiazul y la castaña, aún con una expresión de risa. Harry miró suspicaz a su novia y a su rubia amiga, luego entornó su mirada en Colin, porque éste había palidecido. Algo había pasado en los Cabos y estaba casi seguro que era algo no muy decente
pero se abstuvo de comentarios.
Después de que la señora Weasley les dio la bienvenida
Ginny acompañó a su novio a la salida para despedirse de él porque tenía que volver a su casa.
- Harry, Hermione les tengo una sorpresa
- abordó Molly.
- ¿A nosotros? - el de gafas y la de rulos intercambiaron una mirada con cierto desconcierto.
- Bueno, más para Hermione - especificó la mujer pelirroja. Y la castaña miró nuevamente a su novio, él hizo una mueca de que tampoco tenía idea.
- ¡Miren quién vino a esperarlos! - descubrió la señora Weasley, y de la cocina salió una mujer de cabellera oscura y ojos marrones, bastante guapa.
- ¿Mamá? - se sorprendió Hermione, y sintió un leve tirón en su mano, entonces regresó a ver a Harry.
- Hola hija, ¿recuerdas que prometiste pasar unos días con nosotros cuando volvieras? -Jean Granger sonreía.
La castaña sonrió vacilante, y el ojiverde arrugó el ceño.
On a Monday, I am waiting
El lunes estoy esperando
Tuesday, I am fading
Martes me estoy marchitando
And by Wednesday, I can't sleep
Y el miércoles no puedo dormir
Then the phone rings, I hear you
Entonces suena el teléfono, te escucho
And the darkness is a clear view
Y la oscuridad es una visión clara
Cuz you've come to rescue me
Porque has venido a rescatarme
Fall... With you, I fall so fast
Caigo
contigo, caigo tan rápido
I can hardly catch my breath, I hope it lasts
Apenas puedo respirar, espero que dure
Hermione había accedido pasar unos días en casa de sus padres, aunque a Harry no le había hecho mucha gracia.
Estaba ahí desde el mismo viernes en que regresaron de su viaje, apenas era lunes y para ella estos días sin él se habían pasado demasiado lentos
el martes por la mañana su madre entró en su habitación y la sorprendió con un desayuno tipo los que le preparaba de niña, con un hoy cakes cuya sonrisa era de crema batida y rodeado de trozos de fresa como si fuese una flor de caricatura, ella sólo le sonrió con cierta incomodidad
Después salieron de compras y su progenitora se entusiasmó bastante en la tienda de bebés tanto que quería comprarlo todo, pero la verdad a la castaña esto la puso melancólica pues quería que aquellas compras fuesen en compañía de Harry. El miércoles después de volver del cine y una cena con sus padres, Hermione no conseguía conciliar el sueño por más cansada que estaba
se dio cuenta que rayaba la desesperación cuando se descubrió golpeando la almohada, supuestamente acomodándola. Entonces como un milagro o ella lo hubiese llamado, y en el fondo ella lo deseaba
el teléfono sonó
- Hola hermosa
- saludó la voz del ojiverde.
- Harry
- sus ojos marrones se cristalizaron mientras su corazón se aceleraba emocionado.
- Sólo marcaba para desearte dulces sueños - dijo como si se disculpara, ya que habían quedado que en ese tiempo para los Granger volvía a ser su niñita, como se suponía sería después de que ella dejara Hogwarts.
- Si sueño contigo son realmente dulces, pero más cuando duermo abrazada a ti - exteriorizó traviesa, Harry soltó una risilla fascinado.
- Pronto
- dijo como promesa.
- ¿Harry me arrullarías con esa canción que cantaste en la graduación, la que compusiste para mí? - pidió la castaña. Él suspiró como respuesta
- Eres un soplo de vida en medio de esta maraña que me hace seguir soñando
pase lo que pase corazón de ángel aunque sea tarde no me desampares que tu amor me salvará
- entonó, después de unos minutos al otro lado del auricular el tranquilo resuello de Hermione le indicó que se había quedado dormida.
- Descansa niña
- susurró antes de colgar.
Ohhhhh
It seems like I can finally rest my head on something real
Parece que finalmente puedo apoyar mi cabeza en algo real
I like the way that feels
Me gusta cómo se siente
Ohhhhh
It's as if you've known me better than I ever knew myself
Es como si me conocieras, mejor de lo que me conozco a mí misma
I love how you can tell
Amo cómo lo dices
All the pieces, pieces, pieces of me
All the pieces, pieces, pieces of me
Cada parte
parte
parte de mí
El canto de aves alegraba la mañana, el sol paulatinamente comenzó a iluminar el vecindario
y justo después de que los rayos tiñeran de amarillo claro todo, el timbre de la casa Granger se escuchó
Jean Granger fue a abrir la puerta.
- Buenos días - saludó con educación el joven ojiverde, su suegra lo miró con una mezcla de incredulidad y a la vez disgusto. Hermione al oír su voz por un momento creyó que sus deseos la estaban traicionando, pero al ver cómo los hombros de su madre se tensaban se dio cuenta de que era real.
- ¡Harry! - exclamó cantarina, y fue a recibirlo, al tenerlo de frente se lanzó a sus brazos. Él como reacción la estrechó, luego sin más la besó. Cuando se separaron la observó, arrugando un poco el entrecejo
- ¿Hermione, qué traes puesto? - preguntó al reparar en la muy holgada playera blanca que vestía.
- Mi pijama - respondió con extrañeza.
- ¿Quiénes son esos? - inquirió al notar el estampado de la camiseta.
- Mis Backs - exclamó ella, con un radiante brillo en la mirada.
- ¿Los qué
? - respingó confuso, luego de reojo vio la socarrona sonrisa que se había dibujado en los labios de su suegra.
- Esta playera es de mi banda muggle favorita The Backstreet Boys - dijo con orgullo. - Me la regaló mamá la navidad pasada.
- Genial - satirizó un poco, y la castaña alzó las cejas.
- Será mejor que me acostumbre, ¿cierto
? porque la llevarás contigo - Harry puso cara de tormento y suspiró resignado, Hermione sonrió mordiéndose el labio inferior traviesamente.
- Me alegra que lo sepas
- lo abrazó recargándose en su pecho como una niña, dirigiéndole una sonrisa pícara a su mamá, Jean rodó los ojos y lo invitó a desayunar.
Después de aquella mañana el tiempo parecía estarse yendo demasiado rápido, volvieron a su casa, su convivencia era cada vez mejor, pues las pequeñas diferencias comenzaban a resolverse con mayor facilidad
El embarazo de Hermione se estaba desarrollando de maravilla, ese día tenían consulta con el ginecólogo, un médico muggle amigo de sus padres le llevaba su control por deseos de Jean Granger. Harry había cedido ante esta petición, aunque no estuviese muy de acuerdo, pero con una linda carita de Hermione terminó por aceptarlo
- Buenos días, señores Potter - los recibió con un saludo amable el doctor, los dos le estrecharon la mano con una educada sonrisa.
- ¿Listos para saludar a su hijo? - bromeó cuando indicó a Hermione con la mano que podía acostarse para que pudiese practicarle el ultrasonido. La castaña se acomodó, luego el ginecólogo hizo lo acostumbrado
expandió sobre su vientre descubierto un gel y luego pasó un tipo sensor sobre éste
en la pantalla se mostró cómo el feto se movía, y también podían observar y escuchar sus latidos. Para Hermione fue la más hermosa visión y sus ojos marrones brillaron por las lagrimitas de felicidad que los inundaban.
- Muy bien
- dijo el médico.
- ¡Ha crecido bastante! - exclamó Harry emocionado, su novia apretaba su mano y él se la sostenía con la misma alegría.
- Ya lo creo, está en su tercer trimestre y tiene el tamaño adecuado para este tiempo de gestación, será un
bebé muy sano - señaló con serenidad, y ellos lo regresaron a ver sonrientes, ello les daba tranquilidad.
- ¿En serio no quieren saber el sexo del bebé? - preguntó con tono que les causara curiosidad.
- No, de verdad no. Aunque yo estoy segura que será un niño - dijo con firmeza y un tono convencido la castaña, y el ojiverde sonrió vacilante. El doctor hizo una expresión como diciendo <
Después les dio los resultados e indicaciones en el escritorio.
- Bien Hermione
estás a sólo ocho semanas de que des a luz, el bebé pesa alrededor de un kilo con cuatrocientos gramos, y ya alcanza los cuarenta y dos centímetros. Los músculos y pulmones siguen desarrollándose a un ritmo muy rápido y la cabecita está creciendo para acomodar el cerebro, que cada día está más grande. Como está creciendo tanto, ahora es cuando más nutrición necesita, por eso debes alimentarte como hasta ahora, y mucho mejor si te es posible
- Descuide doctor, yo estoy al pendiente de eso - remarcó el ojiverde, con solemnidad.
- Y no se te olvide el ácido fólico - agregó, con una mueca de gracia por las expresiones del chico de gafas, Hermione asintió.
- Entonces nos vemos en el siguiente mes - finalizó tendiéndoles la mano como despedida.
I am moody, messy
Soy caprichosa, desordenada
I get restless, and it's senseless
Me pongo inquieta, y es absurdo
How you never seem to care
Cómo nunca parece importarte
When I'm angry, you listen
Cuando estoy enojada, tú escuchas
When you're happy, it's a mission
Cuando eres feliz, es una misión
And you won't stop 'til I'm there
Y no te detienes hasta que yo lo esté
Fall... Sometimes I fall so fast
Caigo
a veces caigo tan rápido
Well, I hit that bottom, Crash
Cuando impacto en el fondo ¡crash!
You're all I have
Eres todo lo que tengo
Tras salir de la consulta Harry la llevó al caldero chorreante porque a la castaña se le había antojado un jugo de calabaza
aunque luego le pareció una mala idea, porque las miradas allí dentro eran demasiado curiosas, con toda la fama que se habían ganado por haber librado al mundo de un loco psicópata, entiéndase Voldemort; ahora estaba el hecho de que ellos tendrían un hijo, por eso más que antes los ojos fisgones estaban puestos sobre ellos
por lo que el ojiverde decidió que mejor el paseo que habían planeado fuese en el Londres muggle. Caminaron por un centro comercial, y al pasar por la tienda de artículos de bebé a la que Hermione había ido antes con su madre, técnicamente arrastró a su novio al interior
a Harry le hizo gracia y lo invadió de ternura ver cómo la castaña recorría el lugar como si fuese una niña en el paraíso de juguetes
Después de un gran rato en que Hermione no se decidía entre tanta ropita de bebé, con dos dependientas siguiéndole y ayudándola
ella buscó a su novio
- ¿Verdad que está hermoso, Harry?- preguntó viendo embelesada un pequeño ropón de recién nacido. - ¿Harry
? - lo buscó con la mirada.
Pero el chico de gafas se vio atraído por los juguetes que eran para niños más grandes, como para tres años
- ¿Buscaba algo en especial? - le preguntó con amabilidad una joven dependienta, y Harry sorprendido, regresó a verla. Ella le sonreía interesada, él le sonrió vacilante; la chica no debía tener más de dieciocho.
- Ah
- titubeó aturdido.
- Quizás algún regalo para su sobrino - insinuó con otra sonrisita, y para este momento su coquetería ya era más que evidente.
- ¿Mi sobrino? - contrajo el entrecejo, y como nunca se sintió precisamente un galán rompecorazones, debía admitir que esa insinuación de la joven le ponía un poco nervioso.
- No, yo...- quiso decirle que sólo miraba y que estaba allí con su novia buscando cosas para su bebé. Pero antes de que él pudiese exponerlo Hermione llegó
- ¿Se puede saber qué haces? - inquirió con un tono irritado, viendo fulminante a la joven dependienta, cuyos rasgos orientales le recordaron a Cho Chang. La chica la miró entre desconcertada y a la vez apenada, la castaña colocó una mano sobre su abultado vientre adoptando una pose altanera. Harry rodó los ojos y tomó a su novia de la mano con intenciones de irse de allí
- ¡Suéltame! - se jaloneó.
- Hermione
- quiso hablar pero ella comenzó a respirar bruscamente, como si fuese a llorar.
- ¡Harry James Potter, estamos eligiendo la ropa con la que vestiremos a tu hijo cuando salga del hospital, y a ti ni siquiera te importa! ¡Prefieres estar de conquistador con las dependientas! - chilló, y por sus mejillas resbalaban algunas lágrimas. La joven vendedora se retiró de inmediato, y lucía bastante avergonzada.
- Hermione, tranquilízate
es contigo precisamente con quien voy a tener un hijo
- quiso calmarla pero sus palabras no salieron exactamente bien, la gente los estaba viendo, pero como había muchas mujeres embarazadas en el sitio a ella la miraban con una especie de comprensión y a él fulminantemente. A Hermione aquellas palabras la hicieron ponerse peor, dándole un golpe a puño cerrado sobre el hombro se dio la vuelta y salió aprisa de la tienda.
- ¡¿A dónde vas?! - la siguió, recriminándose a sí mismo su torpeza para expresarse.
- ¡A mi casa, quiero a mi mami! - exclamó, y su voz sonó un poco como niña caprichosa. Había parado un taxi
- ¡Hermione, espera! - llamó el ojiverde, pero no pudo detenerla ella se subió al taxi y presionó al chofer para que arrancara.
- ¡Diantres! - gruñó apretando los dientes, trató de calmarse para pensar cómo actuar, aunque su primer impulso fue aparecerse en el interior del taxi de inmediato descartó la idea porque tendría que modificarle la memoria al chofer. Finalmente logró serenarse un poco y decidió darle espacio a Hermione, sin embargo lo más que podía soportar era el trayecto que duraba el viaje en taxi del centro a casa de sus suegros; aunque no sabía si ir primero a su casa porque ella dijo voy a mi casa
y la casa de los Granger ya no era su casa exactamente, pero bueno tomando en cuenta que los últimos días su novia se había comportado como niña chiquita, esto era lo más seguro.
Llegó al hogar de los Granger, sorprendido que incluso antes de tocar la puerta ésta se abrió y allí parada estaba su suegra, con una expresión de circunstancia
.
- Hola - saludó, más por educación que por gusto.
- Está arriba - respondió sin preámbulos Jean Granger, haciéndose a un lado para que él entrara.
- ¿No me va a impedir el paso? - preguntó extrañado.
- Ganas no me faltan - gruñó con sarcasmo, y sus pupilas marrones lo vieron con irritación.
- Pero sé el humor que podemos llegar a tener durante el embarazo, y pienso que está exagerando - expuso, aunque concluyó mordiéndose el labio por forzarse a reconocerlo. Harry le brindó una prudente sonrisa y se dispuso a subir a la antigua habitación de Hermione
El chico de gafas abrió la puerta despacio, la castaña lo advirtió y mantuvo la vista clavada en algún punto del edredón de su cama.
- ¡Hey
! - exclamó en voz baja el ojiverde, ella se encontraba recostada sobre la cama.
- Te tardaste - dijo con tono de reproche, sin mirarlo, de pronto las flores lilas del edredón le resultaban interesantes. Harry se acercó con cuidado
en el piso alrededor de la cama estaban tiradas las almohadas, él tomó una que tenía forma de flor de lirio.
- Herm, lo siento
- comenzó, tendiéndole la almohada como indicio de tregua, ella lo regresó a ver mientras tomaba el cojín. - No quise que malinterpretaras mis palabras, ni mucho menos que sintieras que yo estaba tratando de serte infiel
- suspiró con un gesto preocupado, ella arqueó una ceja. - Deberías saber de sobra que yo sólo tengo ojos para ti, eres la niña
no, eres la mujer de mi vida - finalizó atreviéndose a acariciarle el borde de la mejilla, deslizando sus dedos hasta la punta de su delicada barbilla. Ella puso una mano sobre la muñeca de él, y no lo apartó, por el contrario, sus suaves dedos ascendieron con caricias por su mano.
- No sé qué me pasa
- musitó con una vocecita que casi sonó como un sollozo.
- Yo sí
- resolvió soltando una risilla, casi divertido; Hermione lo miró con el entrecejo fruncido. - Es culpa de tus hormonas, he sido víctima de ellas los últimos siete meses
- la miró sonriendo, y las mejillas de la castaña se ruborizaron hermosamente.
- Algunas veces de forma bastante buena
- agregó con tono pícaro.
- Harry
- saltó, y esta vez su rubor fue diferente.
- ¿Sí? - la vio travieso, se inclinó acercándose a sus labios para besarla y ella simuló que en serio le iba a corresponder, pero apenas rozó sus labios y ella levantó el rostro chocando su nariz con la de él a forma de caricia, sin embargo no lo dejó que la besara del todo.
- ¡Vamos a casa! - exclamó levantándose de la cama, obligándolo a incorporarse para que ella pudiese moverse. Harry negó sonriendo, y Hermione soltó una risita tierna y divertida, mientras tiraba de su mano y lo guiaba a la salida.
Ohhhhh
It seems like I can finally rest my head on something real
Parece que finalmente puedo apoyar mi cabeza en algo real
I like the way that feels
Me gusta cómo se siente
Ohhhhh
It's as if you known me better than I ever knew myself
Es como si me conocieras mejor de lo que me conozco a mí misma
I love how you can tell
Amo cómo lo dices
All the pieces, pieces, pieces of me
All the pieces, pieces, pieces of me
Cada parte
parte
parte de mí
How do you know everything I'm about to say?
¿Cómo sabes todo lo que estoy por decir?
Am I that obvious?
¿Soy tan evidente?
And if it's written on my face...
¿Y si está escrito en mi rostro?
I hope it never goes away... yeah
Espero que nunca desaparezca
En ese momento estaban sentados en el porche, en aquella banca de madera tipo columpio, color verde musgo; aunque mejor dicho el ojiverde estaba sentado, ella estaba acostada sobre las piernas de su novio, y su cuerpo descansaba a lo largo de la banca
Harry le acariciaba con suavidad y lentitud su abultada pancita, mientras disfrutaban del atardecer, las primeras estrellas titilaban débilmente...
- ¿Estás pensando en una noche que hubo lluvia de estrellas
? - preguntó repentinamente el chico de gafas, al ver la expresión de Hermione, que era una mezcla de paz, felicidad y travesura.
- ¿Cómo lo sabes? - suspiró pícaramente la chica de rulos.
- Porque yo la estaba recordando
- dijo esbozando una cómplice sonrisa, que se extendía por sus labios a medida que se acercaba para besarla, pero en ese instante sintió un moderado golpe chocar en su mano, casi como un armónico eco desde bajo la piel de su novia.
- ¡Está despierto! - exclamaron los dos al mismo tiempo, y el rostro de la castaña resplandeció, la expresión de él fue su perfecto reflejo.
- Y feliz
- murmuró Harry.
- Inmensamente, como lo es su madre
- susurró Hermione, antes de entremeter sus finos dedos en su rebelde cabello y besarlo.
On a Monday, I am waiting
El lunes estoy esperando
And by Tuesday, I am fading into your arms...
Martes desaparezco entre tus brazos
So I can breathe
Entonces puedo respirar
Ohhhhh
It seems like I can finally rest my head on something real
Parece que finalmente puedo apoyar mi cabeza en algo real
I love the way that feels
Me gusta cómo se siente
Ohhhhh
It's as if you know me better than I ever knew myself
Es como si me conocieras mejor de lo que me conozco a mí misma
I love how you can tell
Ohhhhh
I love how you can tell
Amo cómo lo dices
Ohhhhh
I love how you can tell
All the pieces, pieces, pieces of me
All the pieces, pieces, pieces of me...
Cada parte
parte
parte de mí
El tiempo se fue más de prisa y los siguientes dos meses del embarazo de Hermione desaparecieron como la nieve descendía
Transcurría una fría pero tranquila mañana de invierno, enero estaba por finalizar y ese día los Weasley habían invitado al ojiverde y a la castaña a desayunar
se podía decir que la familia completa estaba reunida, sólo faltaban los de por sí ausentes de siempre Percy y Charlie.
- ¿Y ya tienen pensado el nombge? - preguntó repentinamente pero con educación Fleur, y Hermione sorprendida volteó a ver a Harry, entonces asintieron. La rubia sonreía
iba a preguntar cuál era pero se vio interrumpida por los gemelos.
- Ah vaya
no habíamos querido que nos arruinaran la sorpresa
ya que han dicho que no quieren saber si será un niño o una chica
- exclamó Fred, aunque lo último lo dijo con cierto tono socarrón, y miró a su gemelo con conspiración. La señora Weasley les lanzó una mirada de advertencia.
- Pero bueno al menos pueden decirnos
¿cómo se llamará el pequeño Potter si es chico? - añadió George, sin intimidarse por aquella mirada de su progenitora. Pero antes de que Harry o Hermione respondieran Fleur intervino.
- O quizás sea un ella... así que también deben tener preparado un nombre de niña, ¿cierto? - señaló la francesa, viendo a la joven pareja.
- ¡No, será un él! - insistieron los gemelos, y Fleur los vio entre herida y amenazadora; para ese momento todos miraban al par de pelirrojos con reprimenda, sobretodo su hermano mayor; el de gafas y la ojimarrón se estaban sintiendo incómodos.
- Estoy seguro que a Harry y Hermione no les importa si es niño o niña
con que nazca bien - quiso zanjar la discusión Bill, acariciando el brazo de su esposa.
- De acuerdo
tú no te puedes quejar porque a mamá no le importaba mucho si eras chico o una linda pelirroja
- comenzó con tono burlón Fred, luego desvió su mirada hacia Ginny, que lo vio peligrosamente.
- Sí, tú de igual forma eras William Arthur o Molly Ginevra
al final resultaste Bill
los que salimos perdiendo fuimos los demás, que después de ti todos nos llamamos Ginny antes de nacer
- exclamó con voz de exagerada queja, casi como mártir George.
- Al menos tuvieron un bello nombre antes
Ginevra Molly - se rió su hermana, y los gemelos la miraron indignados, ella les mantuvo la mirada con suficiencia <
- Sí, sobretodo el pequeño Ronnie - subrayaron entonces Fred y George, y el pelirrojo los regresó a ver con ojos asesinos, ellos soltaron una carcajada sin inmutarse. Lo peor es que todos en el comedor no pudieron evitar reír, incluso Luna. Y el ojiazul miró a su novia un poco dolido. Ella lo calmó acariciándole la mejilla, ahí se le olvidó hasta de qué se estaban riendo los demás.
- ¡Está bien, ya basta! - calló su madre, y los gemelos la vieron supuestamente tratando de guardar compostura.
- Lo importante aquí, como bien lo dijo Bill
es que el bebé venga sano
- dirigió una mirada llena de dulzura hacia Harry y Hermione, que tomados de la mano y asintiendo sonrieron radiantemente como respuesta.
La discusión había cesado, después de desayunar los señores Weasley salieron a hacer unas compras para la casa, Bill y Fleur los acompañaron. Los chicos salieron al jardín, y Hermione acompañada de Luna y Ginny subieron a la habitación de la pelirroja... estuvieron una gran rato platicando del bebé, y la castaña les mostró las capturas del último ultrasonido
luego se quedó dormida y las chicas decidieron dejarla descansar.
Había soñado que cantaba mientras arrullaba a un hermoso bebé de cabellos negros extremadamente desordenados y preciosos ojos esmeralda
de pronto fue despertada por una conocida risa, la de Harry
se escuchaba desde fuera, incorporándose se asomó por la ventana, en el exterior se estaba llevando una guerra de bolas de nieve entre él, los gemelos Weasley contra Luna y Ginny.
Ella sonrió acariciando su pancita mientras observaba fijamente al ojiverde, entonces se vio sorprendida por su pelirrojo amigo.
- ¿Qué tanto miras? Ya, te gustó, quieres un hijo con él - bromeó con cierta burla, y la chica lo regresó a ver con ojos fulminadores.
- ¡Oh! cierto, ya viene - dijo riéndose, sin pizca de vergüenza.
- Y hablando de hijo
¿no ya debería haber nacido? - terció.
- Ahora resulta que llevas mejor las cuentas que nosotros que somos sus padres
mejor que yo que soy la embarazada - ironizó.
- Sólo pienso que si hubiese sido Luna la que realmente estuviera embarazada, a estas fechas nuestro bebé ya le hubiese ganado al suyo
Pero es obvio que los Potter siempre han sido lentos - concluyó carcajeándose.
- Qué gracioso - gruñó la ojimarrón, Ron se encogió de hombros y se dispuso a irse.
- ¿Te hubiese gustado de verdad que Luna estuviera embarazada, no es así? - señaló tomándolo por sorpresa.
- No
somos muy jóvenes aún - subrayó rápidamente, aunque sus mejillas sonrojadas lo delataban al igual que su voz titubeante al hablar. La de rulos sonrió con suficiencia, lo había descubierto.
- Eso sólo les pasa a ustedes que no saben hacer bien las cosas - comentó como defensa. Hermione lo aniquiló con los ojos y el pelirrojo sonrió malicioso.
- ¡Auch!- pero de pronto la castaña se llevó las manos al vientre y emitió un chillido doloroso.
- ¡Qué te pasa Hermione! - saltó asustado.
- Creo que mi bebé ya va a nacer - dijo respirando con dificultad.
- Bromeaba con eso de que se estaba tardando -exclamó realmente alarmado, y no sabía si ayudarla o salir corriendo a pedir ayuda.
- ¡Harry! ¡Luna! ¡Alguien ayúdeme! - gritó desesperado, de momento la ayudó a sentarse en la cama.
Unos segundos después Harry se apareció en la habitación
- ¡¿Qué pasa?!
- Tu hijo ya va a nacer
¡Ay qué inoportunos son los Potter, de verás! - criticó, aunque en serio estaba angustiado.
- ¡Ay madre! - chilló Luna, y detrás de ella aparecía Ginny.
- Hermione, mi amor, respira - dijo el de gafas, hincándose a su lado y tomándola de la mano, hasta él respiraba agitado. Entonces notó que su novia se estaba riendo por lo bajo, fue cuando ella ya no pudo seguir fingiendo y alzó el rostro riéndose divertida.
- ¿De qué te ríes? - preguntó el pelirrojo, frunciendo el entrecejo, muy confundido.
- ¡Hubieras visto tu cara Ron! - dijo riéndose mucho, Harry se contagió de su risa, aunque él todavía estaba nervioso. Luna y Ginny no sabían si reír o no, ellas también se asustaron; aunque finalmente terminaron riéndose por la expresión que tenía Ron.
- ¡Eso no es gracioso, en serio me asustaste! - se quejó el pelirrojo, bastante indignado.
- Pues ya pasó el susto
- zanjó la castaña, aún con esa sonrisa burlona, esta vez se había vengado de muchas que le había hecho su pelirrojo amigo.
Harry se puso de pie, aunque no había soltado de la mano a su novia. Ella se incorporó con gesto risueño, pero al ponerse de pie un fuerte dolor en el vientre la hizo doblarse.
- ¡Ay! - gritó desgarradoramente.
- ¡Hermione, ya no estés bromeando! - reprendió el ojiverde.
- No estoy bromeando
Harry - exhaló, con los ojos cerrados, apretando fuerte su mano.
- ¡Oh, por favor! - soltó un sonidito incrédulo el pelirrojo.
- No Ron, ahora sí es en serio - le aseguró Harry, con la voz ahogada, sentía el dolor de Hermione en su mano derecha.
- Oh
- pegó tremenda exhalación el ojiazul, Luna y Ginny intercambiaron una mirada apuradas, la pelirroja salió corriendo y casi choca con los gemelos que permanecían afuera, y les dijo que fuesen a buscar al médico o algo así pero que ayudaran.
- Respira, Hermione, respira - decía el ojiverde, su rostro mostraba acaloramiento.
- Respira tú - sugirió la castaña, las contracciones habían disminuido. El chico de gafas se estaba sofocando, y Ron ya no sabía si echarle aire a Hermione o a su amigo.
- ¡Harry ya basta, pon atención! - le regañó Luna, dándole un zape.
♪Song: Pieces of me
♪Singer: Ashlee Simpson
Hi, aquí de nuevo, creo que esta vez no me tardé, tanto ¬¬
Lo siento, también siento si en este capítulo dejé ver mi debilidad por los Backstreet Boys, soy fan de ellos tanto como de Harry Potter, y hasta de hecho llevo siéndolo más de 10 años así que compréndanme jeje además estoy muy orgullosa de ello ^^
Espero leernos más pronto de lo que yo misma imagino
saben estoy a punto de finalizar este songfic, mis neuronitas no dejan de atormentarme con ideas para los otros que tengo publicados, y hay un par de fics que siguen tratando de que los plasme por fin, aunque sólo siguen siendo vagas ideas XD
Les agradezco infinitamente su tiempo que me obsequian leyendo esta loca historia
y también gracias por los comentarios que dejaron, me animan a continuarla.
EriqitaPotterGranger,hermionegranger30,HermioneCrazy,ANILE,
x_tabay74,Melii89, Tania Cullen
dedicado al team Harmony
Anyeli Potter Granger
14/Agosto/11
57
Te Soñé
No les había dado tiempo de trasladar a la castaña hasta el hospital muggle de Londres, así que la señora Weasley les indicó a Fleur, Luna y a Ginny que le acondicionaran la habitación lo mejor posible, ya que ella le ayudaría a dar a luz.
Hermione no supo cuánto tiempo pasó desde la primera contracción hasta este momento, y ni siquiera era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor
Oía a lo lejos la voz de Harry a pesar de que él no se había separado de ella ni un instante, se sujetaba a su mano con fuerza, tanta que creía que ya le había roto algún dedo.
- ¡Puja Hermione, vamos! - repetía Molly Weasley. Y ella lo hacía, sentía que la mitad de su cuerpo se estaba partiendo, y que respirar era una acción titánica.
- ¡Vamos Herm, sé que puedes amor! - la animaba el ojiverde, aunque él ya no sentía su mano derecha y sus latidos los percibía en su garganta, eso sin contar que su visión era limitada porque sus gafas estaban empañadas por el sudor del nerviosismo que lo invadía.
Hermione continuaba esforzándose
después un último grito amortiguado por sus dientes, se dejó caer exhausta, al mismo tiempo un fuerte e incesante llanto inundó la habitación. Luna y Ginny intercambiaron una mirada entre el trauma y la emoción.
- ¡Es un hermoso y sano niño, Hermione! - declaró Molly, y la castaña intentó incorporarse para verlo, aunque la verdad es que se sentía muy débil.
Harry vio que la señora Weasley sostenía al recién nacido entre sus manos pero sinceramente no lo alcanzó a distinguir porque su visión se volvió completamente borrosa y ya no supo qué más pasó
El ojiverde abrió los ojos lentamente, se sentía mareado y adolorido, sobre todo sentía que la cabeza le punzaba...
- ¿Quieres apurarte? - reclamó con voz irritada Ron.
- Ron
qué me
¿qué me pasó? ¿qué hago
en la sala? - respingó al darse cuenta que estaba en el sillón del salón principal.
- ¿Qué te pasó? Que por primera vez me cuestiono por qué eres Gryffindor. ¿Y qué haces acá? pues los gemelos se ofrecieron a traerte después de que azotaste - respondió con ironía.
- Te desmayaste - resolvió Luna, regresando a ver a su novio con cierta reprimenda, pero éste ni se inmutó.
- ¿Me desmayé? - saltó el chico de gafas.
- Sí, y por varios minutos - confirmó Ginny, conteniendo una sonrisa burlona.
Harry cerró los ojos momentáneamente para tratar de recordar lo que había pasado... todo era una secuencia brumosa en sus recuerdos. Hermione había bromeado con Ron, después esa broma se convirtió en realidad y ella había entrado en labor de parto, él estaba a su lado
sosteniendo su mano, y sentía que perdería la movilidad de su mano derecha el resto de su vida, de pronto un llanto agudo inundó sus sentidos
- ¡Mi hijo! - exclamó fuertemente, incorporándose y dirigiéndose aprisa hacia las escaleras.
- ¡Vaya
al fin piensas! ¿podrías ser más rápido? Morimos por ver a mi ahijado, pero mi madre quiere que seas el primero en conocerlo, sacó a Luna y a Ginny casi de inmediato después de que él nació
Bueno al menos ellas lo pudieron ver unos instantes
¡Pero yo sigo sin conocerlo! - exclamó exaltado. Harry miraba a su amigo con los ojos entornados.
- Ron, déjalo en paz - lo defendió Ginny, y el de gafas regresó a verla con agradecimiento. Aunque notó que la pelirroja hacía un enorme esfuerzo por no reírse.
- Sí, déjalo respirar un poco
-intervino con una risita, Luna. - Pero Harry, es en serio
date prisa, yo también estoy desesperada
¡Ya quiero ver bien a mi ahijado! - el ojiverde la quedó viendo, y se dio cuenta que en serio estaba muy impaciente, asintió y subió las escaleras técnicamente volando.
Te soñé, estaba despierto y te miré.
Pensé soñar, pues no creí que fuera real,
Tanta suerte al despertar, y mirarte descansar segura y junto a mí.
Te soñé, y estabas tan bella, tan mujer, pensé soñar.
Pues no podía imaginar, qué sería de mi vida sin tu amor, sin tu calor
Cuando llegó al rellano frente a la habitación donde se encontraba Hermione
y su hijo
se detuvo, sentía que el corazón le latía frenéticamente y no era precisamente porque subió corriendo. Respiró profundamente, giró la manija de la puerta y la abrió lentamente...
De golpe su olfato percibió un suave aroma a bebé...
- Hey
- murmuró al entrar.
- Harry
- Hermione alzó la cara dedicándole una resplandeciente sonrisa, pues hasta ese momento contemplaba embelesada al pequeño bultito que sostenía entre sus brazos. El ojiverde la observó, se veía tan hermosa, tan mujer, porque a pesar de tener una expresión de intenso cansancio su rostro estaba iluminado con un encantador rubor.
- ¿Es él
? - balbuceó, y se sorprendió que su voz parecía haber huido, nunca en su vida imaginó sentir aquel nerviosismo, aquella inexplicable emoción. Y eso que desde que se enteró que ese bebé venía, y durante todo el tiempo de gestación él había experimentado situaciones maravillosas.
- Sí, es él
- asintió, sin dejar de sonreír de aquella forma tan radiante. Mientras avanzaba hasta ella Harry intentaba recordar cómo se respiraba. Hermione se dio cuenta de lo que él estaba pasando y eso la conmovió tanto... porque estaba segura que él podía compartir aquel nuevo sentimiento con ella.
- Hola pequeño, soy tu papá
- musitó, acariciándole su mejillita, y el bebé soltó un tierno sonidito. Luego bostezó, y parpadeó abriendo sus grandes ojos, cuyo color esmeralda había heredado de él, pero no sólo sus ojos eran idénticos sino también su rebelde cabello negro y su blanca tez.
- ¡Es hermoso, Hermione
! - le dijo, sonriéndole embobado. - Gracias por darle la vida a mi hijo
- se acercó y depositó un beso en su frente. Luego la castaña puso al bebé en sus brazos
Harry tuvo la sensación de que el pequeño temblaba o en realidad era él quien temblaba. Pero una vez que lo sostuvo, al sentir su cálido calor y sus movimientos chocar en su pecho supo que aquellos latidos que sentía impactar en su mano cuando lo acariciaba en el vientre de Hermione eran ahora un sin número de emociones que nunca tendría palabras para describir y mucho menos explicar. Que sólo cuando uno era padre podía llegar a comprender
- Gracias a ti por darme este precioso regalo - dijo la castaña, y sus pupilas marrones se llenaron de lagrimitas, él regresó a verla sonriendo, también tenía los ojos cristalinos.
Tuve momentos de profunda soledad,
Y ahora no lo creo, y junto a ti me encuentro.
Desesperado, estuve a punto de caer,
Y apareciste un día, llegando hasta mi vida, y te soñé.
Unos minutos más tarde llamaron a la puerta
Ginny se asomó.
- ¿Podemos entrar? - preguntó con prudencia. Afuera se escuchaba cómo Ron protestaba porque al parecer su hermana y Luna le estaban impidiendo el paso. Harry y Hermione soltaron una leve risa al escuchar los reclamos de su pelirrojo amigo.
- Sí, adelante - asintieron.
- ¡Yo primero! - exclamó haciendo a un lado a su hermana, ésta le lanzó una resentida e indignada mirada.
Cuando los tres chicos llegaron hasta donde estaba la nueva familia, el pelirrojo extendió los brazos para que Harry le prestara al bebé, pero Luna lo jaló porque ya suficiente tenía con competir con Ginny para ver quién lo cargaba primero. Hermione se rió, y Harry negó
Finalmente a quien la castaña eligió para que cargara a su bebé fue a Luna.
- ¡Ay, está divino!- chilló enternecida la rubia, Hermione y Harry intercambiaron una sonrisa de orgullo.
- Es cierto
¡hasta que hicieron algo bien! - expuso el pelirrojo, acariciándole el bracito al niño, y viendo socarrón a sus amigos. Ellos le lanzaron una mirada resignada.
- No te le acerques mucho Ronald, podrías espantarlo - advirtió Ginny, con una ancha sonrisa burlona.
- Si no se espantó con Harry, por qué tiene que espantarse con su padrino
- terció, retirando al bebé de los brazos de Luna y cargándolo él. El ojiverde le lanzó una mirada fulminante.
- ¡Oye iba yo! - reclamó la pelirroja.
- Ni modo, te esperas - atajó cínico, dirigiendo su atención al pequeño. Ginny lo miraba asesinamente.
- Hola bebé
tú y yo seremos grandes amigos - le dijo seguro. -¡Oye estás precioso! Hermione, no es tu hijo ¿verdad? - comentó malicioso, con una sonrisa burlona.
- No Ronald, lo pedimos por lechucería - le contestó sarcástica la ojimarrón. Y Harry observaba a su amigo con el entrecejo fruncido.
- ¡Pues Hedwig hizo un excelente trabajo
! lástima que él aún no hable y dentro de tres años ya no puede hacer valida su reclamación por los padres que le tocaron.
Harry lo miró con disgusto, y Hermione se limitó a rodar los ojos, en estos momentos ni los comentarios burlones de su pelirrojo amigo podían hacerla enojar.
- ¡Ay, ya
dame acá!- gruñó Ginny, arrebatándole al bebé.
- Hermione tú hijo parece un ángel - comentó mientras lo arrullaba entre sus brazos.
- Sí, es idéntico a Harry - dijo suspirando la castaña, Ron soltó una carcajada, y Luna disfrazó la suya con una supuesta tosecita.
- Y mira, te comportas
estoy segura que no serás un problema, serás mi gran orgullo, ahijadito - le decía con mimos, la pelirroja.
- ¡¿Cómo que tu ahijado?! Dirás, mi ahijado Ginevra - saltó la ojiazul.
- Nació en mi habitación, es obvio quién tiene ese privilegio ¿no? Además tú lo dijiste
y cito, que si era niño yo sería la madrina ¿recuerdas? - señaló Ginny. Ron alternaba su mirada entre su hermana y su novia.
- ¿Luna? - Hermione la vio sorprendida. La rubia se mordía los labios, y sus ojos estaban entornados en su cuñada.
- Es que yo le dije que si era niña yo la bautizaría, pero si era niño ya podía irle llamando madrina a Ginny
-confesó avergonzada. - ¡Pero sólo bromeaba! - resaltó con una vocecita de niña sufrida.
- ¿Ahora te retractas? - insinuó la pelirroja.
- Hermione
¡Hermione
! - exclamaron las dos chicas.
- Luna, si tú le dijiste eso
- comenzó la castaña, vigilando las reacciones de su rubia amiga; aunque tenía que admitir que ésta se estaba comportando un poco infantil. Algo tenía que pegársele de Ron, pensó con sarcasmo.
- ¿Qué tal si las dos son sus madrinas? - propuso el ojiverde, tratando de resolver aquel conflicto.
- ¡Ay no se vale
! por qué para variar no propones algo inteligente Harry Potter - impugnó Luna.
- ¡Oye! -se molestó el ojiverde, y vio que su pelirrojo amigo se reía por lo bajo.
- ¡Luna! - reprendió Hermione.
- Bien
Ginevra puedes ser su madrina - gruñó apretando los dientes la ojiazul, y Ginny esbozó una sonrisita triunfal.
- ¿Oíste eso Jace? seré tu madrina
tu madrina Ginny - se dirigió al bebé, besando su mejilla. Y el niño soltó un sonidito tierno.
- ¡¿Cómo lo llamaste?! - respingó Luna, antes de que Hermione o Harry dijeran algo.
- Jace - repitió con una enorme sonrisa, Ginny. Ron arrugó el entrecejo, nuevamente alternando su mirada entre las expresiones de su hermana, su novia, y esta vez las de sus amigos. Hermione pareció meditarlo unos segundos
- Me gusta ese nombre -declaró sonriendo, luego miró a los ojos a su novio.
- Si tú estás de acuerdo
- apoyó el ojiverde. - Por mí no hay ningún problema - añadió, besándola en la frente.
- ¡Debo decir que me encanta! - exclamó la castaña, concediéndole una gran sonrisa a su amiga pelirroja.
- Creí que lo habíamos decidido hace tiempo, Hermione - intervino con molestia la rubia. Y ella la miró con culpabilidad
un resuello salió de sus pulmones, estaba a punto de pedirle disculpas, pero para sorpresa de todos Luna sonrió.
- Está bien, a mí también me gusta ese nombre
¡es muy original! - exclamó, con esa típica vocecita suya. Y Ron soltó un suspiro, apoyando su mano sobre el hombro de la rubia, creía que iba a tener que alejarla de su hermana.
- Te juro que cuando tengamos otro bebé tú serás la madrina - prometió Hermione, tomando de la mano a Harry.
- ¿En serio?- sus ojos azules brillaron, la castaña asentía con una sonrisita.
- Entonces desde ahora iré buscando un lindo nombre, porque con ustedes nunca se sabe qué nueva sorpresa nos darán
Aunque es mejor que se pongan a trabajar, ¡eh! - apuntó pícaramente, palmeando la espalda del ojiverde.
- ¡Luna! - censuró Hermione, y sus mejillas se habían ruborizado intensamente. Harry por su parte sufrió un ataque de tos, y Ron se burlaba. Ginny en cambio rodó los ojos y se concentró en el bebé que sostenía en sus brazos.
- Jace
descuida, te aseguro que tus papás se esperarán por lo menos dos años para darte un hermanito - lo tranquilizó.
- ¡Hermanita, Ginevra! - corrigió Luna. Y Harry y Hermione soltaron una risa, divertidos. La pelirroja volvió a rodar los ojos por el reclamo de su cuñada, pero también se reía.
- ¿Entonces cómo se va a llamar mi ahijado? Porque yo sí soy el padrino, ¿cierto? - intervino el pelirrojo, volviéndolo a recuperar, y Ginny lo miró feo.
- Sí, Ron - respondió un poco cansino, el ojiverde.
- Jace Hayyim Potter Granger - rezó con orgullo la castaña.
- ¡Suena genial! Pero yo te diré de cariño JC - anotó el pelirrojo.
- ¡Es Jace! - saltó molesta Ginny.
- Suena igual
además tendré que decirle de alguna manera - dijo con tono despreocupado.
- Pues llámalo por su nombre - subrayó indignada.
- A mí me dicen Ron, y me llamo Ronald - contradijo. - ¿O qué, acaso a ti te dicen Ginevra? - ironizó.
- Yo te digo Ronald - asentó la pelirroja.
- La única que me gusta que me llame así es Luna, porque me lo dice con cariño - señaló, mirando a su novia sonriendo y la rubia le devolvió la sonrisa. - En cambio tú me lo dices como mi madre, parece que me estás regañando - regresó a ver a su hermana con una mirada envenenada, y Ginny se la sostuvo fulminándolo.
- ¡Quieren parar, mi hijo está dormido! - reprendió el chico de gafas, retirando de los brazos de su amigo a su bebé.
- Nos vemos pronto, JC
- se despidió Ron, para girarse y seguir discutiendo con su hermana. Harry le había entregado al pequeño a Hermione, y ambos negaban con la mirada, Luna parecía divertida con aquella pelea.
- ¡Es Jace! - volvió a increpar la pelirroja, aunque discutía en voz baja.
- Sí como digas, Ginevra - punteó cada letra del nombre de la chica.
- ¡Agrr! - bufó, con ganas de estrangularlo.
En eso la señora Weasley entraba en la habitación
- No me dirán que están peleando
típico
- rodó los ojos con cierta resignación, o más bien costumbre. - ¡Bueno, fuera todos! - ordenó a sus hijos, y de paso a su nuera; aunque a ella la miró de una forma diferente. - Excepto tú, cariño - le concedió una maternal sonrisa al ojiverde. Hermione sonrió con agradecimiento.
- ¡Pero madre! - protestaron Ron y Ginny, y Luna se despidió de su amiga con una sonrisa, dirigiéndose a la salida.
- ¡Entiendan! Harry y Hermione tienen que disfrutar de su hijo
además ella tiene que descansar, ha sido un día largo - señaló.
- Y Harry, tienes que atender ese golpe - agregó, viendo con gravedad el chichón que comenzaba a notársele en la frente.
- Descuide señora Weasley, tendré otro más rápido de lo que se imagina
- rió con sarcasmo. - No le he hablado a mi suegra para avisarle que ya es abuela - añadió ante la mirada de desconcierto que puso Molly.
- Iba a decirte que me tomé la libertad de enviarle una lechuza, ¿recuerdas que ahora somos una especie de consuegras? Porque yo te quiero como mi hijo, el menor de los varones - dijo sonrojada, Harry le sonrió con agradecimiento. Y el pelirrojo no pudo evitar soltar una carcajada. - Pues tu hijo menor está bastante crecidito, mejor dicho viejo
- ¡A callar Ronald Weasley! te dije que fuera- lo empujaba.
- Viste, te dije que tú haces sonar mi nombre como mi madre - le señaló con acidez a su hermana.
- Ya, vámonos - Ginny lo jalaba hacia fuera.
El resto de la tarde se había pasado de una forma muy rápida, los señores Granger estuvieron en la madriguera para conocer a su recién nacido nieto
al cual por cierto Jean había encontrado demasiado hermoso, a pesar del extremo parecido con Harry, ella insistía que había heredado el encanto de su familia; Hermione sonrió resignada, y Harry se dijo que ya estaba acostumbrándose a la manera de ser de su suegra. Pasadas las nueve de la noche fue que Hugh la convenció de marcharse.
Te soñé, estaba despierto y te miré.
Pensé soñar, pues no creí que fuera real,
Tanta suerte al despertar, y mirarte descansar segura y junto a mí.
Harry se quedó dormido a los pies de Hermione, le había estado velando el sueño
La castaña se despertó alrededor de las tres de la mañana, pues el pequeño Jace lloró buscando alimento, la verdad es que sí había resultado ser un ángel, ya que no era muy chillón sólo se quejaba cuando estaba mojado o como ahora, que tenía hambre.
Ahora que lo observaba comer, y con todo en silencio era que podía entregarse al milagro de la maternidad, y disfrutarlo realmente.
- Hola Jace
soy tu mamá
- musitó tomándolo de su pequeña manita él hizo un tierno sonidito mientras comía, y ella sin darse cuenta entre el sollozo que se le escapó unas lágrimas resbalaron por sus mejillas, y es que también de felicidad se llora. Una melodía le nació desde el fondo del corazón, ese del que ahora más que nunca su hijo estaba cerca, y las palabras simplemente surgieron
-Contigo el cielo se vuelve más claro,
Se pintan las nubes de blanco,
Y el sol vuelve a sonreír.
Sólo contigo, el tiempo cobró un sentido.
Y hoy que estás aquí, conmigo,
Sé bien, mi vida nació contigo.
Jace estaba arrullándose con la voz de su mamá, y permanecía tranquilo y cálido entre sus brazos.
-Contigo las horas se pasan de largo,
Tus ojos me llenan de encanto y la luna brilla por ti.
Sólo contigo mis risas tienen sentido,
Y hoy que estás aquí conmigo.
Sé bien, mi vida nació contigo.
Continuó cantándole, y él de pronto entreabrió sus ojos como si la observase, él también podía tener sueños hermosos viéndola. La castaña sonrió, su alma estaba siendo invadida por una emoción inmensa como el universo e inexplicable como el mismo.
-Y sé que tienes un corazón valiente,
Un alma fuerte.
Y sé que caminarás sin miedo entre la gente,
Y sé también sin un mal llega a sorprenderte,
No temas porque tendrás por siempre, mi amor para protegerte.
- Nunca debes tenerle miedo a nada Jace, porque mamá estará aquí para protegerte
Porque aquí entre mis brazos siempre encontrarás el refugio y el amor para ser feliz - le susurró, besando su cabecita.
- También tendrá mi amor para cuidarlo y defenderlo - declaró el ojiverde, sorprendiéndola al poner su mano sobre la de ella, con la que sostenía al bebé, y agachándose a su altura para poder observarlo.
- ¡Harry
! - respingó la ojimarrón.
- Me desperté desde que comenzaste a cantarle, y yo disfruté el momento
- confesó.
Tuve momentos de profunda soledad,
Y ahora no lo creo, y junto a ti me encuentro.
Desesperado, estuve a punto de caer,
Y apareciste un día, llegando hasta mi vida, y te soñé.
Estaba despierto y te soñé
- Hermione
esto me parece un sueño, pero es una hermosa realidad, tanto como lo eres tú
y le agradezco a Dios que podamos estar juntos, que ahora podamos estar aquí con nuestro hijo, cuando en algún momento ni siquiera creía que sobreviviría para conocerlo
- le acariciaba la mejilla a ella, y miraba fijamente a su bebé.
- Harry
- exhaló.
- Déjame terminar
sin embargo ahora todo esto te lo debo enteramente a ti
porque hasta que tú entraste en mi vida yo conocí el significado de la palabra felicidad - sus ojos esmeralda se encontraron con los marrones, con una mirada bastaba para transmitir todo aquello que las palabras ya no podían expresar; y al unir sus labios un beso pudo contener todo aquel amor que ambos sentían y que ahora estaba representado y bendecido por la presencia de su hijo.
˜˜˜˜
Canción: Te soñé
Intérprete: Alex Syntek
˜˜˜˜
Hello, cómo están
Yo bien, gracias
pues aquí subiendo este episodio, más rápido de lo que imaginé jeje simplemente la inspiración llegó
me dicen ¿qué les parece?, lo sé está algo meloso, pero no pude evitarlo, los bebés me causan ese efecto, hace poco me convertí en tía nuevamente y créanme es tan wow jeje
Ok, les cuento que me está entrando más fuerte la depre post final de la saga Harry Potter, y es que apenas me estaba recuperando y de pronto me doy cuenta que se acerca el momento de escribir el final de este songfic entons me regresó con más intensidad ¬¬"
Mis más profundos agradecimientos a ustedes por tomarse un tiempo para leer esta crazy y melosa historia^^
Y mil gracias más por sus comentarios
Darkslayer, Melii89, mitzi, AriPotter, hermionegranger30,Emma Radcliffe, Tania Cullen,Hermionesara, EriqitaPotterGranger, x_tabay74
HermioneCrazy,ANILE
Yali Weasley: Muchas gracias por soportar oír de mis locos fics, aunque tú no seas precisamente Harmony :P
Este capítulo se lo dedico en especial a mis 5 amores preciosos: mis 3 primitos y mis dos sobrinos: Saraí, Enrique, Isaac, Daniel e Isabella.
PD: Sí, es lo que están pensando, el nombre de Jace lo saqué de la saga Mortal Instruments, y debo confesar que me gustó mucho antes de leer los libros, desde la primera vez que lo vi en un video de Jace&Clary me encantó^^
Anyeli Potter Granger
22/08/11
Unbreakable: part1
This love
It's unmistakeable
La primera semana de vida de Jace para a Harry y Hermione se convirtió en una total y absoluta nueva aventura, aunque esta ya no era precisamente como esas veces en las que se metían en problemas por salir de la torre Gryffindor a media noche, o desafiar al peligro por colarse en el ministerio de magia, tampoco había punto de comparación con enfrentarse a la muerte, estaban de acuerdo; pero todo lo que ahora vivían era como esas veces en las que iban a tientas simplemente descubriendo las cosas a medida que sucedían, e improvisaban corriendo con la buena suerte de que salieran bien
Bueno, cuidar a un bebé también había resultado ser toda una aventura
el pequeño se despertaba por lo menos cada dos horas para pedir alimento, a Hermione le enternecía tanto aquella experiencia, que la primera semana no podía evitar derramar lágrimas de felicidad. A Harry le tocaba cambiarlo, pero con la castaña se compartían el hecho de bañarlo
y tenían que admitir que las primeras veces sufrieron en su temor de lastimarlo. Por las noches el ojiverde se quedaba arrullándolo hasta que Jace volviese a dormir, afortunadamente no era un bebé tan chillón; incluso en medio del escándalo que podían llegar a hacer su padrino(Ron) o los gemelos Weasley cuando visitaban la casa de los Potter, él podía dormir tranquilamente.
Los siguientes meses después de su nacimiento transcurrieron tan rápido como los meses en que la castaña estuvo esperándolo
Jace dijo su primera palabra cuando estaba por cumplir los once meses, en la cena de Navidad. Para sorpresa de todos, e incluso de sus padres, la primera palabra que dijo fue ibo (libro) esto a Hermione la emocionó, no tanto como hubiese querido que dijera mamá o mami, pero sí fue algo maravilloso para ella. A Harry no le agradó mucho, él hubiese preferido que dijera papá, o algo que tuviese que ver con él
pero luego tuvo su recompensa porque la siguiente semana Jace se la pasó repitiendo la nueva aprendida, pa-pa que era lo más cercano a papá. Después de su primer cumpleaños su vocabulario se había ampliado bastante, aparte de las típicas palabras como mamá y papá, que ya decía completamente; estaban eche (leche) o agua, había aprendido a decirle gato a Crookshanks, (a quien por cierto lo traía de encargo al pobre) Y también había agregado el idi (quidditch) esto emocionó no sólo a Harry, sino también a Ron y a Ginny (que dijeron estar muy orgullosos de su ahijado. Y para mayor sorpresa Luna fue el primer nombre de persona que dijo, bueno lo más cercano pues le llamaba Una. La rubia casi lloró de la emoción la primera vez que lo escuchó.
Aquella mañana del último día de mayo
Hermione, Luna y Ginny estaban en la sala de la Madriguera, haciéndole relajo a la pelirroja porque Colin le había enviado un vociferador algo demasiado meloso; y las mejillas de la chica estaban más rojas que su propio cabello.
- ¡Ok, ya
concentrémonos! La verdad es que esta boda tiene que quedar genial
- dijo reprendiendo a sus amigas, que seguían riendo por su sonrojo. - Digo ya ha estado atrasada por casi un año, de algo tiene que haber servido. Aunque bueno tiene su ventaja, porque los primeros seis meses Harry y tú tenían siempre unas ojeras espantosas - observó, viendo con insinuación a su amiga castaña, y ésta le lanzó una mirada resentida, dejando se reír. Ginny sonrió divertida.
- Sí, bueno no fue sólo por eso
también fue porque nos esperaron- señaló Luna. - El hecho de estar en Hogwarts
donde por cierto, Ginny quería quedarse hasta el último segundo
con Colin - añadió con una sonrisita burlona.
- En cambio tú morías porque el curso acabase, y no precisamente por el hecho de que eres la organizadora de esta boda - contraatacó, y fue el turno de sonreír de la pelirroja, los ojos azules la fulminaron. Hermione rodó los ojos, y se acomodó al pequeño Jace, que estaba dormido en sus brazos.
- Chicas en serio les agradezco infinitamente que me estén ayudando a organizar mi boda, así mi mamá se ha mantenido limitada para no obligarme hacer todo a su modo - intervino la castaña, componiendo un gesto sarcástico al final.
- Claro, porque desde que supo que Luna y yo seríamos las encargadas de organizar tu boda
insistió en llevarnos a esa boda muggle de tu prima
¿Emma, cierto? - dijo la pelirroja.
- Sí, la que ahora tiene un apellido muy original
¿Radcliffe? - comentó Luna.
- Sí
mi prima, Emma Radcliffe - asintió la castaña con una sonrisa, fantaseando con cómo la reconocerían a ella cuando finalmente estuviese casada con Harry, la llamarían Hermione Potter; y sonrió más con esa idea.
- Bueno, a mí se me ocurrió algo que observé de esa boda - apuntó la rubia, mirando de reojo la sonrisa soñada que acababa de esbozar Hermione; entonces ella esbozó una divertida.
- ¿Ah sí
qué? - solicitó Ginny, pero Luna no lo dijo sino que lo escribió en el pergamino que tenía para apuntar las ideas.
- ¿Una lista de regalos, Luna? - respingó la pelirroja, contrayendo el entrecejo.
- Sí - afirmó la ojiazul, y tanto Ginny como Hermione la miraban, luego la pelirroja regresó a ver a la castaña, y ésta sonrió para indicar que no del todo le parecía mala la idea.
- De acuerdo
suena bien
- concedió la pelirroja, pero seguía analizando la propuesta.
- ¡Claro que suena bien, yo la dije!- saltó la rubia, con un dejo de suficiencia.
- Hum
se nota que es novia de Ron - se rió con cierto sarcasmo Ginny, Luna sonrió porque en vez de molestarle aquel comentario la hizo sentirse orgullosa.
- Ok, en caso de que se haga lo de la mesa de regalos
podríamos sugerir que en lugar de que les regalen cosas para su casa nueva, como debería ser, pero en su caso la boda vino después
- Hermione la miró con los ojos entornados, y la pelirroja sonrió pícara. - Pienso que deberían pedir regalos para Jace - señaló, acariciándole la cabecita a su ahijado; justo en eso el pequeño despertó parpadeando y se quedó recargado en el pecho de su mamá, mirando adormilado a todas con esos grandes ojos esmeralda.
- ¡Oye, tienes toda la razón! - exclamó feliz la rubia.
- ¡Obvio, yo siempre! - irguió el cuello con suficiencia y esbozando una gran sonrisa.
- Sí, y ella definitivamente es la hermana de Ron - subrayó con una risita la castaña. Luna y Ginny soltaron una carcajada, y Jace las quedó viendo extrañado; Hermione todavía se maravillaba al observar que su hijo fruncía el entrecejo de la misma forma en que lo hacía Harry.
Los preparativos para la boda estaban quedando excelentemente, según informaron Luna y Ginny.
Sin darse cuenta ya estaban a finales de junio
En el jardín de la Madriguera había una mesa con un mantel blanco y varias charolas encima con diferentes canapés; habían llevado los bocadillos que se servirían en la recepción para que la organizadora les diera el visto bueno, en este caso cierta rubia. Luna estaba gritando en el segundo que Harry caminaba hacia ella, y se detuvo justo cuando escuchó cómo amenazaba a Fred y a George y les advertía que <
En eso el ojiverde sintió una moderada palmada en la espalda, tipo saludo; antes de que voltease a ver de quién se trataba su amigo habló.
- ¿Qué hay? - preguntó animadamente Ron, viendo hacia donde estaba su rubia novia y sus hermanos. Pero como acababa de llegar no sabía que Luna los estaba regañando, así que su siguiente intención era ir hasta ella.
- ¡Detente! tu novia está que mata a quien se acerque allí -advirtió el de gafas.
- ¿Luna? Por favor, ¡si es un amor! -negó viendo como si su amigo exagerase; y continuó caminando hacia su novia.
- Te lo advertí
-suspiró el ojiverde, siguiéndole de cerca pero con cautela.
Ron llegó hasta la mesa y tomó un bocadillo llevándoselo a la boca con una sorprendente rapidez, y es que a robar comida nadie le ganaba. Los gemelos ahogaron una carcajada e intercambiaron una mirada divertida al observarlo, mientras Luna seguía con sus advertencias hacia ellos. Pero la chica frunció más el entrecejo al descubrir que ya no le prestaban atención y se sonreían como si contuviesen una carcajada, por algo que estaba justo detrás de ella. Harry había intentado hacer lo mismo que Ron pero no corrió con la misma suerte que su amigo pues justo en ese segundo la rubia volteaba y lo cachaba infraganti.
- ¡Harry, deja de comer! ¡Y vete a medir esa túnica de gala, no puede quedar mal! -reprendió dándole un manotazo y el bocadillo en su mano cayó de nuevo al plato.
- Para ser buscador sí qué eres lento -comentó burlonamente Ron, Harry lo fulminó con la mirada pero lo ignoró rápidamente, para darle prioridad y ver retadoramente a la rubia.
- ¡Me la puedo medir a la hora que yo quiera! -respondió altaneramente el ojiverde.
- Pues no lo creo, Madame Malkin está aquí ahorita - subrayó molesta.
- Para qué la llamaste sin preguntarme - continuó retando.
- Porque le hará lo últimos ajustes, se supone que tienes que verte "guapo", no como un nargle intentando vestir de gala -sentenció sin piedad, viéndolo como si dudase que él alguna vez pudiese verse en verdad guapo. Harry la miró con rencor al notar las grandes comillas al pronunciar el adjetivo guapo.
- ¡Ey! - pero la chica advirtió que su novio aprovechó su distracción para llevarse a la boca la mayor cantidad de bocadillos posible.
- ¡Y tú también, Ronald Weasley! -reprendió.
- ¡Yo no soy el que se va a casar! Además, a todas horas me veo guapo con lo que vista
en cambio Harry -sonrió presuntuoso, aventándose a la boca un pequeño bocadillo, y riéndose al lanzarle la indirecta a su amigo de gafas. Provocando que la misma comida le causase una tos y su rostro comenzase a enrojecer por el ahogo. Harry embozó una sonrisita porque pensó que se la mereciera por burlarse de él.
- Dije que se alejen de aquí -advirtió, y sus ojos azules se clavaron en ellos con una mirada peligrosa.
- Genial, ahora nos lanzará un hechizo -dijo con una burla sarcástica el ojiverde, sin tomarla mucho en cuenta.
- Les doy tres segundos -amenazó, sacando su varita y apuntándoles.
- Tres, dos
-comenzó a contar.
- ¡Corre! - gritó el de gafas, jalando a su amigo del brazo. Ahora sí que se había intimidado, y lamentaba haberla subestimado pensando que no se iba a atrever a atacarlos. Luna no pudo evitar esbozar una sonrisita, en realidad no se hubiera atrevido a lanzarles ningún hechizo, pero le alegraba saber que Harry le temía.
Se acercaban a la entrada de la casa
- ¡¿Y dices que no está mal?! -acentuó irónicamente el ojiverde, viendo de fea manera a su amigo.
- Ay, mira que tu novia no se queda atrás. Es una loca aprensiva -la defendió el pecoso.
- Tal vez
pero la tuya es una loca esquizofrénica. ¡Ya ve enemigos por todos lados! -contraatacó.
- ¿Ah sí? Si se está descontrolando es porque está presionada organizando todo esto para ustedes - terció disgustado el pelirrojo.
- Y se lo agradezco
- exteriorizó avergonzado, pero inconscientemente se frotó la superficie de su mano.
- ¿Qué? - preguntó el ojiazul al percatarse de esto.
- Que me sigue ardiendo el manotazo que me dio - manifestó.
- Bueno, al menos tuvo su recompensa el regaño
- dijo comenzando a dibujársele una extraña y maliciosa sonrisa, y Harry lo vio sin entender. Ron abrió su mano y le mostró los tres bocadillos que había logrado robarse.
- ¡Ingenioso! -exclamó el ojiverde, queriendo tomar uno, pero el pecoso volvió a cerrar su puño.
- ¡Qué! - reclamó el de gafas, y Ron lo observaba de pies a cabeza.
- En serio espero que Madame Malkin pueda hacer algo por ti - sonrió socarrón, y lo empujó dentro de la casa.
En el salón Hermione y Ginny jugaban con el pequeño Jace
- Te dije que tu hijo había heredado tu inteligencia
- comentaba la pelirroja, y Hermione sonrió con los ojos iluminados mientras observaba a su bebé. En eso Harry atravesó malhumorado la sala y subió corriendo las escaleras, Ron lo seguía con una sonrisota; y la castaña entornó la mirada, luego regresó a ver a su bebé
- ¿Mi cielo, dirías algo por mami? - y el pequeño la miró fijamente. - ¿Cómo se llama tu padrino? - preguntó la castaña. Y Ginny comprendió de qué se trataba todo aquello
- Vamos Jace, dilo por mí
por tu madrina consentida - pidió la pelirroja, soltando una indirecta contra su hermano; pero éste no le había prestado atención a esto, y continuaba riéndose al pie de las gradas.
- Ro-Ro - balbuceó el niño, y las chicas sonrieron, pero el pequeño ojiverde comenzó a gritarlo. - Ro - Ro - decía entre risas. Y fue que el pelirrojo volteó a ver
- ¡Ay, estoy tan orgullosa de ti! - chilló Ginny, cargando a Jace y dándole un sonoro beso en la mejilla. Ron fulminó a su hermana con la mirada, y ésta regresó a ver a Hermione, que se reía por lo bajo. Los ojos azules se mantuvieron entornados en Ginny
y ella sonrió inocente.
- ¿Qué
? es un niño - se encogió de hombros y soltó una risa divertida.
- Mal influenciado por ti - gruñó el pelirrojo.
- Yo qué culpa tengo de que me quiera más a mí que a ti
- se defendió con ingenuidad, y los ojos de su hermano la asesinaron.
- Oye velo de esta forma, Jace se cobra un poco de todo lo que les has hecho a sus papás - señaló la pelirroja, y Ron la miró peor.
Cuando Hermione subió a la habitación de los gemelos pues sabía que allí Harry se estaba probando la túnica de gala que usaría en su boda
tocó la puerta y preguntó si podía pasar; Madame Malkin, que le hacía algunas marcas para realizar los últimos ajustes a la túnica, le indicó que sí.
La castaña sonrió divertida al ver la expresión de su novio
- No digas nada - pidió el ojiverde, componiendo una mueca.
- ¿Por qué
? si yo creo que te ves muy guapo - le dijo con una sonrisita pícara. Él negó sonriendo, y Hermione soltó una risita.
- Eso es todo señor Potter, ya puede cambiarse
- le informó Madame Malkin, tras eso Harry fue a quitarse la túnica y volver a ponerse su ropa.
Cuando regresaba a la habitación le entregó a la señora Malkin el traje, y ella con amabilidad y educación se despidió de la pareja.
Una vez que se quedaron solos, Hermione se acercó a él para acomodarle el cuello de la camisa
- No es justo, tú sí me viste con la túnica que usaré en nuestra boda y yo a ti nunca he podido verte con el vestido de novia cuando te hacen pruebas
- exclamó con tono de protesta.
- Porque es de mala suerte ver a la novia antes de la boda - puntualizó la castaña, tomándolo por los costados de su camisa.
- El día de la boda - señaló el chico de gafas.
- No quiero correr riesgos - negó con una sonrisa, y se acercó mucho a su boca pero sin besarlo.
- Tú no crees en eso - subrayó él.
- A veces es bueno creer un poquito - dijo, rozando sus labios con los suyos.
- ¿Un poquito? - terció escéptico, aunque él tenía intenciones de besarla, pero la chica rió alejándose mientras asentía. Harry no permitió que se alejara de su cuerpo, la rodeó con sus brazos
- De acuerdo, aunque yo no te haya visto, estoy seguro que te verás igual que siempre
¡Hermosa! - le retiró con una caricia un bucle de su rostro. Los ojos marrones brillaron radiantes
- Bien, entonces dame tu opinión más objetiva de cómo está quedando mi traje - preguntó.
- Pienso que
te ves sexy - respondió, mordiéndose el labio inferior traviesamente; y metía sus manos bajo su camisa acariciándole el abdomen.
- ¿Ah sí? - compuso una media sonrisa, y su rostro expresó que se le acababa de ocurrir algo.
- Pero me gusta más
cómo te ves sin ropa -dijo, mordiéndole el mentón.
- Hermione
- se hizo el sorprendido.
- ¡Estoy bromeando! - dijo entre risitas, empujándolo con sus manos puestas en su torso.
- Ah
pues tal vez te conceda tu gusto - le dijo insinuante, besándole el borde del rostro y descendiendo a su cuello.
- ¡Harry
! - lo detuvo entre risas, y su rostro adquirió un fascinante rubor.
- Me encanta cuando te ruborizas de esa manera - le acarició la mejilla, con intenciones de volverla a besar.
- Harry, aquí no, no estamos en nuestra casa - lo reprendió, aunque era un difícil esfuerzo eso de alejarlo.
- Tienes razón, deberíamos ir a nuestra habitación
- reconsideró.
- ¿Qué
? - Hermione se lo quedó viendo, pero entonces él la abrazó fuertemente y ella sólo atinó a cerrar los ojos.
- Así está mejor
- dijo, y cuando ella abrió los ojos estaban en su habitación.
- ¿En qué estábamos
? - preguntó viéndola interesado.
- Oye, dejé a Jace con Ginny y Ron - comunicó la castaña.
- Tranquila
son sus padrinos, hasta se pelearon por eso. Que se hagan cargo de él un rato ¿no crees? - la miró con persuasión.
- Harry James - quiso parecer seria.
- Regresaremos por él
pero ahora podemos discutir lo de que me veo mejor, así
- sonrió, entonces se comenzó a quitar la camisa.
- Harry
- negó sonriendo, pero él la besó intensamente, llevándola hasta que ella sintió chocar sus piernas con la cama; después él los hizo caer sin dejar de besarla y Hermione soltó una risa en medio del beso, mientras metía sus dedos en el rebelde cabello.
- Te amo tanto
- murmuró cerca de su rostro, acariciándole la mejilla y descendiendo la caricia hasta su barbilla para luego tomarla y de nuevo besarla.
˜˜˜
Hola, ¿cómo han estado? Espero que bien
Siento mucho en aparecer después de casi dos meses sin subir nada, en serio no sé dónde se va el tiempo
Bien, esta parte es el principio del final, por cuestiones, de vaya la redundancia, tiempo; tuve que dividirlo porque aún sólo llevo el 70% de todo, y es injusto que lo siga aplazando, además de que este está resultando ser el capítulo más largo que jamás he escrito
Digo es el final y para mí es muy especial, ya que este fic nació con mi idea de crearme mi propio final feliz Harmony. Comencé a escribir esta historia antes de que salieran los 2 últimos libros XD hace como seis años ¬¬" Sé que en la página lleva apenas 2 años, en fin quiero agradecer mucho que se den un espacio para leer esta loca y cursi historia y espero ansiosa sus comentarios.
Yuli Potter Granger, Darkslayer, Tania Cullen, X_tabay, Emma Radcliffe, Ilse Potter, Hermione_Harry, Florazul,Harmony01: Mil gracias por sus comentarios en el capítulo anterior, espero este episodio también les haya gustado;)
Anyeli Potter Granger
20/Oct/11
Unbreakable: part2
This love is untouchable
Por fin había llegado el 31 de julio, el Día, en el que se realizaría la Boda de Harry y Hermione
que por idea de Luna, sería en Los Cabos. Sí, habían regresado a Los Cabos
Y para la ocasión la rubia consiguió alquilar una Quinta ubicada frente al mar. Allí mismo los invitados, que en su mayoría llevaban el apellido Weasley, demás familiares, y los novios; pasarían tres días previos y dos sucesivos al evento.
Aquella tarde en la habitación de Hermione
Ginny y Luna la estaban ayudando a arreglarse.
- A ver, repasemos
las novias deben llevar algo prestado, algo azul y algo usado - enlistó Ginny.
- Veamos, prestado
lleva la tiara que es de su familia. Azul
se podría decir que lo más parecido son los listones del vestido. ¿Y usado
? ¡Diantres, le falta lo usado! ¿de dónde sacaremos algo que coordine con al ajuar y sea usado? - respingó preocupada Luna.
- Chicas, la tiara es usada - señaló la castaña, con tono despreocupado y rodando los ojos.
- No vale el doble - impugnó la ojiazul.
- ¡Tranquila
! ¿usado
? usado
- trató de resolverlo la pelirroja. - ¡Pues lleva el novio! - apuntó repentinamente, y Luna no pudo evitar soltar una carcajada.
- Ja-ja qué chistosa, Ginny - los ojos marrones la fulminaron.
- Es la verdad - dijo divertida, y la castaña seguía viéndola con aquellos ojos envenenados.
- Esta sin duda será una boda de ensueño - se rió la rubia, y le bajó el velo a Hermione; pero ella se lo volvió a acomodar porque no deseaba llevar cubierto el rostro.
En la habitación de los chicos el pelirrojo también estaba ayudando a alistarse a su amigo ojiverde.
Harry se había acabado de hacer el nudo de la corbata, Ron lo observó riéndose.
- ¿De qué te ríes? No me veo tan mal
pero si es así, fue culpa de tu novia
¡Ella insistió en que me pusiera esto! - se defendió el de gafas, señalando su túnica de gala color beige.
- No, me rio de que mi predicción al final está siendo cierta - declaró, tratando de contener su risa.
- ¿De qué predicción hablas? - los ojos esmeralda se entornaron en él.
- La que te hice en tercero
en la que dije que ibas a sufrir pero ibas a ser muy feliz por eso - recordó, y el pelinegro terminó por acordarse.
- Aunque creo que es al revés -añadió reflexivo Ron.
- ¿Cómo? - lo miró con suspicacia.
- Que eres muy feliz pero vas a sufrir mucho por eso - soltó finalmente una gran carcajada.
- ¡Ronald! - saltó irritado.
- Anda, vamos
Que tienes que llegar antes que la novia
y recuerda que ella es súper puntual - le dio un empujón hacia la salida, aún riéndose.
Se casarían frente al mar
en un pequeño kiosco que pertenecía a la Quinta; en donde ya esperaba el mismo mago que casó a Bill y a Fleur. El pasillo hacia el altar estaba formado por dos hileras de velas dentro de cubos de cristal, habían colocado pequeños ramos de flores naturales color blanco en las sillas de ratán que daban al pasillo, y había varias hileras de éstas en cada extremo.
Hasta el frente estaba sentada Jean Granger, quien cargaba al pequeño Jace, cuyo ropón color perla lo hacía lucir como un ángel, (y en serio se comportaba como tal). En el otro extremo del pasillo, también en la primera fila, estaban sentados los señores Weasley; Colin estaba sentado con sus suegros. En las filas de atrás, los gemelos, Bill con Fleur (cuyo embarazo de 4 meses ya era notable) Remus y Tonks (ella cargando a su bebé de tres meses; al que llamaron Ted en honor a su abuelo materno.) También habían invitado a Neville, que fue acompañado de su novia.
Dumbledore, McGonagall
y por increíble que sonara entre los invitados estaba Severus Snape; y por supuesto no podía faltar Hagrid. (Aunque ellos se aparecieron pocos minutos antes de que el novio llegara.)
En esos momentos Harry estaba muriendo de ansiedad porque la castaña aún no aparecía
- ¡Por qué no llega
! - dijo con impaciencia el ojiverde, jalándose la corbata, que era color arena.
- Todavía estás a tiempo - aconsejó con aparente seriedad Ron, aunque sonreía con una oculta socarronería.
- ¿A tiempo de qué? - lo miró ceñudo el de gafas.
- De salvarte de ella - se rió. Pero antes de que su amigo lo asesinara con la mirada, por el pasillo llegó casi corriendo Luna; iba vestida con un corto vestido de manta y encaje. Que dejó anonadado a su pelirrojo novio.
- Harry, dice Hermione que no viene, que se arrepintió - expuso con tono convincente, pero Ron se dio cuenta de esa sonrisita traviesa que ella estaba ocultando.
- ¡¿Qué?! - gritó palideciendo, y llamó la atención de su suegra, cuyos ojos marrones se enfocaron hacia ellos; pero no se acercó porque justo en ese instante comenzó a escucharse una música instrumental.
http://www.youtube.com/watch?v=DftPpC3L760
(Es la song Harry&Hermione, editada con un precioso video de la pareja, y el soundtrack se escucha de fondo durante la ceremonia)
- ¡Me parece increíble que hayas caído otra vez! Pero supongo que algunas cosas nunca cambiarán
- la rubia se rió negando, y se acomodó a lado de Ron, tomándolo del brazo.
- ¡Por favor, no me pongas más nervioso! - protestó Harry. Luna se encogió de hombros y continuó sonriendo de aquella forma traviesa.
Las damas de honor comenzaron a desfilar por el pasillo con pequeños ramos de rosas color rosa en sus manos
Ginny fue la primera, llevaba un precioso vestido de manta y encaje, que le llegaba hasta las rodillas, el escote era redondo y su largo cabello pelirrojo lo llevaba sujeto con una media cola. Colin al verla venir se quedó boquiabierto, hasta que recibió un codazo de parte de su suegra. De ella seguía la prima de Hermione, Emma; cuyo vestido también era del mismo color que el de la pelirroja, sólo que el de ella era levemente más corto, y strapless.
(A las damas de honor, y a los invitados, por deseo de la novia, se les había pedido que fueran vestidos de manta o ropa en colores blanco, crema y beige.)
Harry se mordió los labios y apretó sus manos porque sabía que detrás de ellas entraría su novia.
En ese momento la melodía cambió un poco, por el pasillo comenzó a caminar Hermione
estaba radiante con ese vestido de gasa en color perla, que le llegaba hasta el tobillo y se ajustaba por debajo de su busto, donde en el centro nacían unos delgados pliegues que descendían y se perdían al llegar a la altura de su cintura. Sus rulos castaños ondeaban en conjunto de su velo con la fresca brisa marina; estaban adornados por una sencilla tiara de cristal cortado con un lirio de madre perla. Y su precioso rostro lucía un maquillaje natural
Harry sonrió hipnotizado, sólo pensando que a pesar de que para él ella siempre se veía hermosa, simplemente hoy lo estaba mucho, mucho más
Took my hand
Tomó mi mano,
Touched my heart
Tocó mi corazón,
Held me close
Me sostuvo cerca.
You were always there
Siempre estuviste ahí.
By my side
A mi lado,
Night and day
Noche y día.
Through it all
A través de todo.
Maybe come what may
Quizá pase lo que pase.
Swept away on a wave of emotion
En una onda de emoción,
Overcaught in the eye of the storm
Agarrado en el ojo de la tormenta.
And whenever you smile
Y siempre que tú sonríes,
I can hardly believe that you're mine
Apenas puedo creer que eres mía.
Believe that you're mine
(Apenas puedo creer que eres mía.)
This love is unbreakable
Este amor es irrompible,
It's unmistakeable
No tiene errores.
And each time I look in your eyes
Y cada vez que miro en tus ojos,
I know why
Sé por qué
This love is untouchable
Este amor es intocable.
I feel that my heart just can't deny
Siento que mi corazón simplemente no puede negar.
Each time I look in your eyes
Cada vez que miro en tus ojos,
Oh baby, I know why
Oh nena, sé por qué
This love is unbreakable
Este amor es irrompible.
Al llegar al altar la castaña se desprendió del brazo de su padre, él le dio un beso en la mejilla; le envió una mirada de consentimiento al ojiverde, y luego se giró para ir a ocupar su lugar. Hermione tomó la mano de Harry, e intercambiaron una mirada que lo decía todo
Estaban allí, a punto de unir sus vidas para siempre, aunque desde siempre ellos ya habían estado unidos
La ceremonia dio inicio, pero la verdad es que en sí ninguno de los dos parecía estar prestando mucha atención a lo que el mago decía, fue en el momento en que les pidió que pronunciaran sus votos cuando salieron de ese ensueño en el que los dos se habían sumido al observarse el uno al otro
- Sus votos, por favor - insistió el ministro, un poco tenso porque los novios al parecer no habían puesto atención a todo lo que él había estado diciendo. Hermione soltó una risita nerviosa, y asintió; le entregó a Luna su ramo de novia, que estaba compuesto por unos preciosos lirios naturales color blanco sujetos con un listón verde agua, para que se lo sostuviera. Luego tomó con cierta torpeza ambas manos de Harry y lo miró directo a los ojos
, él sentía cómo su corazón le latía con fuerza. La castaña sonrió risueña, y el ojiverde pestañeó aturdido.
- Ok
- inhaló aire profundamente y soltó un suave suspiro. -
sé que todo el tiempo pareciera que tengo las palabras correctas para decir, pero la verdad es que en esta ocasión mi mente no las encontró, porque cuando se trata de explicar lo que siente el corazón simplemente uno no puede hallar las exactas
Harry, hemos pasado por tanto para estar aquí, pero lo que sentimos, este inmenso amor
echó abajo todas las inseguridades, derrotó los obstáculos, y le demostró al mundo que podía vencer incluso a la muerte
Harry, quiero estar contigo más allá de esta vida, eternamente - finalizó, y le jaló un mechón de su rebelde cabello mientras lo veía sonriendo. Él le devolvió la sonrisa, y la tomó nuevamente de las manos.
- Hermione
desde que te conocí estuviste conmigo, no importando lo que ocurriese, y te enfrentaste a lo que fuera
Gracias por estar a mi lado, por ser mi mejor amiga, la madre de mi hijo
Eres una mujer tan valiente
y lo eres todo para mí, tú salvaste mi vida en todos los sentidos
y mi vida te pertenece, completamente - subrayó. Hermione tenía los ojos llenos de lagrimitas, y en su interior la felicidad era algo inexplicable.
- De acuerdo
los declaro unidos de por vida
Es decir, por la eternidad - exclamó el ministro. Harry se quedó viendo a Hermione, sus miradas eran intensas y ninguno pudo decir nada porque no existían palabras que pudieran expresar lo que en aquellos momentos sentían
, sólo tal vez un beso podría transmitir todas esas emociones. Acercaron sus rostros al mismo tiempo, sus labios se encontraron uniéndose en un gesto que iba más allá del contacto físico, que exponía lo que su corazón sentía por el del otro, amor. Harry se vio atrapado en aquel beso como el primero, sintiéndose en medio del mismo océano, y esa sensación de estar flotando.
- Por fin eres mi esposa, ahora sí no te puedes escapar
- le susurró, y su aliento impactaba en sus labios.
- Y ni siquiera lo intentaría
- respondió ella, besándolo de nuevo.
Justo en ese instante el sol se puso sobre el mar, como si el agua y él se fundieran
Shared the laughter
Compartimos la risa,
Shared the tears
Compartimos las lágrimas.
We both know
Ambos sabemos,
We'll go on from here
Que partiremos de aquí.
Los invitados rompían en aplausos, y ellos se vieron sorprendidos por una lluvia de pétalos de lirio color blanco. Hermione regresó a ver la reacción de Harry, y él pudo ver que sus pupilas marrón estabas llenas de lagrimitas y brillaban con emoción.
Luego todos se acercaron a felicitarlos, pero Jean Granger, que llevaba al pequeño Jace en sus brazos; se esperó para acercarse hasta al último, y se dirigió primero a Harry.
- Sólo quiero decirte que espero que sigas haciendo muy feliz a mi niña - expuso con un sollozo, sus ojos marrones estaban cristalinos.
- Créame, vivo para eso - aseguró con una contrariada sonrisa, en el fondo se sintió conmovido, como ya la conocía ésta era su manera de darle la bienvenida oficialmente a la familia.
- Ven con papá, campeón
- tomó a su hijo de los brazos de su suegra. - Tú también tienes que felicitarnos - le dio un beso en la frente. Hermione, que acaba de dejar de abrazar a su papá, se acercó a ellos, y tomaba la manita de su hijo, dando un beso en ella. El niño de ojos esmeralda se reía tiernamente...
Luego de la ceremonia se trasladaron al jardín, donde sería la recepción. En el centro había una pista de baile que parecía hecha de cristal, cuyas luces interiores eran de color dorado, alrededor estaban acomodadas unas mesas redondas con manteles de color azul mar, y las decoraciones eran de temática marina.
En la mesa principal a los novios los acompañaban Ron y Luna, y a los extremos se sentarían tanto los señores Weasley como los Granger. Pero en aquel momento sólo los padrinos y los recién casados estaban en la mesa, Harry y Hermione en medio y sus amigos a sus lados.
- Te lo dije, esta idea mía de combinar tu lado mágico con el muggle para que tu boda funcionara, me salió muy bien
No hay ningún muggle, que no sea de tu familia, fisgoneando por aquí - señaló Luna.
- Gracias
- se rió la castaña.
- Bueno, también debes darle créditos a Ginny, que me ayudó bastante. Por cierto, ¿dónde andará
? - agregó, y comenzó a buscar a su cuñada con la mirada.
- No sé, después de que nos felicitara desapareció - dijo extrañada la castaña.
- Sí, y también Colin - subrayó con un tonito insinuante la rubia.
- Luna - reprendió la ojimarrón.
- ¿Qué
? - se hizo la distraída. Hermione se limitó a negar con una sonrisa. De pronto, Ron, que había tenido su atención hasta ese momento en su ahijado, regresó a ver a las chicas.
- ¿Hermione, recuerdas cuando te dije que te admiraba mucho?- preguntó como por casualidad el pelirrojo.
- Sí, y dijiste que no lo repetirías - ironizó la castaña.
- Hoy haré una excepción - sonrió malicioso.
- ¿En serio? - lo miró recelosa.
- Sí, es verdad que a veces te admiro bastante
pero hoy admiro más a Harry, porque va a tener que soportarte el resto de su vida y ahora sí ya no se puede echar para atrás - soltó con una risota. Y Hermione lo fulminó con la mirada
Harry, que no había estado prestando mucha atención porque jugaba con su hijo; alzó la cabeza y también le lanzó una mirada asesina a su amigo.
- ¡Basta Ronald, siquiera por hoy deja de molestarlos! - lo regañó Luna, tomando de los brazos de su amigo al pequeño Jace.
- ¿Qué
? todavía que le digo que lo admiro, ¡y se enoja! - se defendió consternado. Harry y Hermione intercambiaron una mirada con su rubia amiga, y negaron soltando un suspiro de resignación.
- En vez de enojarte
¿no ya va siendo hora de que le des la sorpresa a tu
esposa? - sugirió con una risa contenida, dándole una palmada entre el hombro y la espalda.
- ¡Ron! - dijo apretando los dientes el de gafas.
- ¡¿Y ahora qué dije?! - se hizo el desentendido.
- ¿De qué habla Ron, Harry? - la castaña entornó sus ojos con curiosidad en su esposo.
- Gracias, amigo - ironizó el ojiverde. Hermione seguía mirándolo con interés
Harry desvió su mirada y se quedó pensativo por unos segundos... luego repentinamente se puso de pie.
- ¿Harry, qué
? - alcanzó a musitar la castaña, pero él ya se había ido. Luego tanto ella como Luna clavaron sus miradas en Ron.
- ¿Yo qué
? el que te va a dar la sorpresa es él
Tú sólo espera-le dijo con una sonrisa que indicaba que se estaba conteniendo por soltar una gran carcajada. Hermione soltó un bufido, y cargaba a su hijo para serenarse.
- ¿A dónde iba Harry? - de pronto irrumpió la voz de Molly Weasley; ella y su esposo venían llegando y se sentaban.
- Fue a ver si ya está lista la sorpresa - respondió Ron, aún con esa sonrisa socarrona.
- Ah
- exhaló el señor Weasley.
- ¿Qué sorpresa? - preguntó intrigada Molly Weasley.
- Pues con que no te digan que van a ser padres de nuevo tienes, mamá - terció Ron, intentando confundir a su progenitora para no responder a su pregunta. Y Luna soltó una tosecita que hizo que Hermione regresara a verla con una mirada de advertencia, pero la ojiazul se hizo la desentendida. Los señores Weasley veían a su hijo con reprobación.
- Ves madre, al que consideras el menor de tus hijos ya es todo un hombre casado
te lo dije, y eso que has dicho que es como si fuera tu bebé - señaló con burla el pelirrojo, para continuar evadiendo su respuesta sobre de qué trataba la sorpresa.
- Qué bueno que mencionas a mis hijos más pequeños
Porque Ginny nos acaba de mostrar el anillo de compromiso que hace rato le dio Colin - comentaba Molly Weasley, parecía ansiosa por contarlo. Los ojos azules de Ron se dilataron y sus orejas comenzaron a ponerse muy rojas, sin embargo apretó los dientes y fingió esbozar una sonrisa.
- Vaya, con razón andaban perdidos
- rió, aún así tanto Luna como su mamá, se dieron cuenta que aquella noticia no le había caído nada bien.
- ¿Y tú para cuándo nos das esa sorpresa, Ron? - abordó Arthur Weasley, también él se había percatado de la reacción de su hijo.
- Sí
no quiero que me hagas abuela antes - negó con seriedad Molly Weasley, y esta vez tocó el turno de fingir una tosecita a Hermione; Luna, que jugaba en esos momentos con las manitas de Jace, se quedó estática y sus mejillas se ruborizaron intensamente.
- ¿Estás bien, Lunita? - preguntó con amabilidad la señora Weasley, porque ella se había fijado en la expresión que había puesto la rubia. Pero ya no tuvieron tiempo de seguir indagando en la reacción de la ojiazul, porque justo en ese momento Harry llamó su atención, estaba parado en la tarima donde estaba la banda musical que estaría tocando en la boda.
- Hermione
tú siempre asististe a mis partidos de quidditch, aunque estuviese lloviendo, sólo para animarme
e incluso leíste "quidditch a través de los tiempos" sólo para entender de qué te hablaba
- sus amigos alternaban sus miradas para verlo a él y luego a la castaña, cuyas pupilas marrón brillaban conmovidas. - Y como te dije aquella tarde cuando comenzamos a compartir este sueño, y me hiciste ver aquella película romántica "Romeo y Julieta" - Hermione se ruborizó, pero sonreía de aquella forma cómplice que sólo el ojiverde descifraba. - Yo siempre apoyaré tus gustos aunque no los comparta
- parpadeó y le envió una sutil sonrisa, como gesto que mantenían en complicidad los dos. - Y querida suegra, no crea que no me di cuenta con qué intención le recordó aquella playera a Herm, descuide, Jace seguirá siendo hijo único por otro rato
- dijo antes de bajarse del escenario, todos soltaron una risa de circunstancia porque creían que era una simple broma del ojiverde; Jean Granger en cambio lo miró un poco indignada, pero sonrió. Luna regresó a ver a su amiga, cuyas mejillas tenían un intenso sonrojo, pero se reía arrugando la nariz de aquella especial forma que tanto encantaba a Harry. - Nena, este es mi regalo por nuestra boda
- soltó a continuación, aunque finalmente lucía ansioso. En cuanto Harry bajó, al escenario llegaron cinco chicos que al verlos la castaña se quedó impactada y simplemente hiperventilaba
- Hermione Potter
- habló Kevin Richardson, un joven de pelo negro y ojos de un profundo verde.
- Harry nos pidió que te dijéramos que la siguiente canción expresa todo aquello que le haces sentir y lo que eres para él
- completó Brian Littrell, un joven de cabellos castaño rubio y ojos azules como zafiro.
- ¿Hermione sigues ahí
? - escuchó a lo lejos la voz cantarina de Luna, pero no la regresó a ver; sus ojos marrones titilaban con lagrimitas emocionadas observando a Harry. Lo vio venir hacia ella tendiéndole la mano
- Ven - instintivamente ella lo tomó y se dejó guiar. Mientras llegaban al centro de la pista.
http://www.youtube.com/watch?v=4b6NwbFvs48
(Video Harry&Hermione editado por mí con la song "No one else comes close")
Cause together we are strong
Porque juntos somos fuertes
In my arms, that's where you belong
En mis brazos, aquí es a donde perteneces.
Harry puso su mano unida con la de Hermione sobre su pecho y la otra la mantuvo en su espalda a la altura de su fina cintura, acortando la distancia entre ellos, sólo dejando la suficiente para poder bailar. Hermione posó su barbilla en el hombro de su esposo
de pronto él besó su cuello de una forma intensa, como nunca la había besado en público.
- Harry
- musitó sorprendida.
- Perdón, pero ahora ya me siento libre de hacer esto - susurró con voz sugestiva, mordiéndole traviesamente su suave oreja.
- ¿Cómo
? - soltó una risita risueña.
- Es que antes sentía como si lo nuestro fuese clandestino, como solía sentirme en el pasado
- le confesó.
- Lamento haberte hecho esperar tanto
- sintió que su rostro estaba ruborizado.
- Pues la espera valió mucho la pena - dijo, y la alejó un poco para poderla ver de frente, ella sonreía mordiéndose el labio inferior con una mezcla de inocencia y picardía.
- Además a partir de hoy tu mamá ya no me podrá ver con miradas asesinas cuando nos descubra en una situación
romántica - añadió con una sonrisa pícara.
- ¿En verdad esperas eso de mi mamá? - se rió la castaña.
- Las esperanzas son lo último que se pierde
y ya ves, por no dejar de intentarlo es que tú estás aquí conmigo - subrayó, entonces la volvía a besar, esta vez en los labios.
La canción casi terminaba, sus miradas se cruzaron, marrón y esmeralda transmitiendo el amor que ambos estaban sintiendo, y que a cada latido del corazón se hacía más grande
- Espero que te haya gustado mi regalo de bodas
- terció el ojiverde.
- Mi mejor regalo de bodas es ser tu esposa, pero gracias
- le sonrió divertida.
- ¡Felicidades a los recién casados! - dijo A.J Mclean, cuando acabaron de cantar.
- Hermione, eres muy hermosa
te invitaría a salir pero ya eres una mujer casada
- bromeó Nick Carter, un chico de ojos azules como el mar y cabello rubio. Howie D' negó, y Kevin jaló al joven rubio. El grupo se retiró del escenario entre aplausos.
- Creo que me estoy arrepintiendo de haber conseguido que cantaran para ti - gruñó Harry, frunciendo el entrecejo; pero Hermione lo besó para relajarlo.
El estruendo de una lluvia de fuegos artificiales los tomó por sorpresa, al alzar sus miradas en el cielo rezaba la frase: ¡Harry y Hermione Felicidades por su boda!
Una vez que los fuegos artificiales cesaron
los hermanos gemelos de Ron aparecieron en el escenario.
- Bien, ese fue el regalo de Georgi y mío para los novios
- exclamó Fred. Y Harry y Hermione les dedicaron una sonrisa de agradecimiento.
- Pero nuestro lindo hermanito menor nos pidió algo, y que ni crea que se nos olvidó
- intervino George. - Sí, aunque a Freddie le hubiera encantado olvidarlo - añadió con una risa, y Fred sonrió socarrón lanzando una mirada hacia donde estaba su hermano menor. Ron no se daba cuenta de esto, porque se había parado de su asiento y buscaba a su rubia novia, ya que ella había desaparecido cuando el grupo de chicos se había ido del escenario.
- ¿Y Luna? - le preguntó a su mamá, ella negó. Pero justo en ese momento la rubia se dirigía hasta allí dando saltitos como un alegre conejito.
- ¡Ronnie, mira, conseguí su autógrafo de los Backstreet Boys! - exclamó alegre, enseñándole un rollo de pergamino con las firmas de los 5 chicos del grupo.
- ¿Qué
? - respingó desconcertado, porque estaba tratando de ver lo que hacían sus hermanos.
- ¡Y Colin me tomó una foto con Brian, que es ahora mi favorito! Aunque también me tomé con los demás
- agregó más emocionada. En eso se escuchó el estruendo de los fuegos artificiales.
- ¡Luna, mira allá! - exclamó Ron, tomándole la barbilla con cuidado pero con prisa y señalando el cielo.
http://www.youtube.com/watch?v=wyD7y2fab1s
(song de fondo para este momento Runa)
En los juegos pirotécnicos que habían inventado los gemelos rezaba "Luna, ¿te quieres casar conmigo?"
A la rubia se le cayó el rollo de pergamino donde le habían firmado los Backstreet Boys, y en sus pupilas azules se reflejaba las letras que resplandecían en el cielo.
- Entonces
¿sí te quieres casar conmigo? - preguntó el pelirrojo. Luna se giró, y sin responder lo besó.
- ¿Esto es un sí? - murmuró, sin apartarse mucho de su boca donde sus ojos podían ver las hermosas pupilas azules brillar emocionadas.
- ¿Tú qué crees? - musitó Luna.
- Que ya no me puedes decir que no
- sonrió, volviéndola a besar y sujetándola entre sus brazos.
- No, ya no diré que no
porque quiero que mi bebé nazca en una familia - expuso con solemnidad, posando sus manos sobre su vientre. Pero el pelirrojo no comprendió el gesto.
- ¿Bebé? ¿Qué quieres decir
? Que quieres tener bebés conmigo - titubeó sorprendido.
- ¿Con quién si no
? - ladeó la cabeza, y pensaba que su novio a veces era un poco despistado o demasiado inocente.
- Es que tú nunca habías hablado del tema, lo cambiabas si yo lo abordaba - explicó.
- Sabes, me gusta el nombre de Rose - dijo con esa característica vocecita suya con tono de fantasía.
- ¿Ah
? ¿Quién se llama así? - respingó él, sin entender.
- Tal vez una pequeña
¿pelirroja? ¿O tú cómo la llamarías? - preguntó risueña, componiendo una mueca misteriosa.
- Pues yo
¿Qué? - dijo aspirando aire bruscamente.
- ¿Te gusta más Ruby? - preguntó con un tonito indeciso y una sonrisita traviesa.
- ¿Rose
? Hablas de una bebé
¿nuestra? - exclamó sin aliento, abriendo mucho los ojos, luego se desmayó.
- ¿Qué le pasó a Ron? - preguntó su progenitora, todos voltearon a ver la escena porque justo en ese momento los juegos artificiales habían terminado.
- Está embarazado - respondió Luna, con una sonrisita apenada; y sus mejillas tenían un fuerte rubor. Todo alrededor era silencio
- Ah
está emba
¡¿Qué?! - respingaron los señores Weasley.
- ¿Sí? - quiso comprobar Molly Weasley, y Luna asintió poniendo las manos en su vientre.
- ¡Cuñada! - exclamaron al unísono los gemelos, y corrieron a abrazarla; Fred en cuanto llegó hasta ella la cargó. Los señores Weasley, también se acercaron a la rubia.
- ¡Cuidado, aplastan a mi hija! - vociferó Ron, cuando recobró el conocimiento, y apartó a Fred de su novia. La familia Weasley continuaba felicitándolos por la noticia, aunque Molly Weasley tenía un dilema, entre reprenderlos o no; al final abrazó a Luna, y le agradeció por esa hermosa sorpresa. El pelirrojo aún no asimilaba mucho la noticia de que se convertiría en papá, pero su sonrisa era de infinita felicidad.
- Pobre Ron, y dudaba que yo fuera un Gryffindor
Pero estoy muy contento por él, por él y por Luna
- sonrió el ojiverde, mientras abrazaba a su esposa, la banda había comenzado a tocar.
- ¿Ah, en serio
? - la castaña sonrió de una forma misteriosa.
- ¿Por qué sonríes así? - preguntó intrigado Harry.
- Luego te digo
- y para no contestarle le dio un ligero beso en los labios, entonces se recargó en su pecho y volvieron a bailar. Aunque el ojiverde se extrañó mucho por esto.
La fiesta continuó, todos se divirtieron, bailaron mucho, brindaron por la felicidad de Harry y Hermione
, y al filo de la medianoche todo parecía haber terminado, y los invitados poco a poco se fueron yendo a dormir.
I've been touched by the hands of an angel
He sido tocado por las manos de un ángel,
I've been blessed by the power of love
He sido bendecido por el poder del amor.
And whenever you smile,
Y siempre que tú sonríes,
I can hardly believe that you're mine
Apenas puedo creer que eres mía.
This love is unbreakable
Este amor es irrompible,
It's unmistakeable
No tiene errores.
Each time I look in your eyes
Y cada vez que miro en tus ojos,
I know why
Sé por qué
This love is untouchable
Este amor es intocable.
Jean Granger les avisó que esa noche Jace dormiría con ellos, y la castaña le agradeció a su progenitora. Cuando se despidieron de de sus padres, y Harry y ella habían dádole un beso de buenas noches a su bebé
- ¿Damos un paseo? - preguntó el ojiverde, tendiéndole la mano. Hermione simplemente sonrió, y tomó su mano.
Caminaron tomados de las manos por la playa, las estrellas brillaban en el firmamento como diminutos diamantes esparcidos sobre un manto azul profundo, con la luna reflejada sobre las tranquilas aguas del océano mientras la blanca espuma de las olas rompía en la orilla y se mezclaba con la fina arena; la misma que se adhería a los pies descalzos de ambos
- ¿Estabas pensando en mí cuando nos estábamos casando? - preguntó repentinamente Hermione.
- Qué presuntuosa resultó ser, señora Potter - se rió Harry, y ella soltó un rudito de aparente indignación.
- Pero sí
estaba pensando en ti, y en cada uno de los momentos que hemos vivido desde que te conocí - declaró con una sonrisa.
- ¿Ah sí
? pues he de confesar que yo también estaba pensando en ello
Harry, tú cambiaste mi vida, la hiciste
interesante - exteriorizó la castaña, cerca del rostro del ojiverde; finalizando con un tonito travieso.
- Pues yo diría que gracias a ti aprendí a vivir la mía - consideró, y se detuvieron justo frente a un búngalo cuyo camino estaba señalado por los mismos cubos de cristal con velas en su interior, igual que el pasillo hacia el altar; y el arco de la entrada iluminado por diminutas lucecitas doradas.
- Harry, sé que oficialmente ya no es tu cumpleaños, pero yo te tengo un regalo
- dijo con una sonrisita pícara.
- Hermione, el mejor regalo es que tú seas oficialmente mi esposa
- la tomó de las mejillas.
- Harry
-balbuceó,mordiéndose el labio inferior ansiosamente.
- Esta es una de las mejores noches de mi vida
- exclamó cerca de sus labios. - Porque son todas las que he pasado contigo
así que no necesitabas comprarme algo - negó, rozando su boca con sus labios.
- No lo compré
de hecho mi regalo tardará algo en llegar - aclaró, suspirando mientras jugueteaba nerviosamente con el corazón color esmeralda que pendía en su cuello.
- ¿Por qué
? - la miró confundido.
- Tardará más o menos unos ocho meses más
- señaló, y sonrió como si los nervios se acabaran de esfumar.
- ¿Qué puede tardar tanto en llegar
? - Harry la miró más confundido, ella agachó la mirada y se quedó viendo su propio vientre, con una sonrisita angelical
entonces los ojos verdes se abrieron impactados. - ¡Oh, Hermione
! - exclamó, respirando aceleradamente.
- Al parecer ya no sólo Jace te llamará papá - soltó una risita tierna, pasándole los brazos alrededor del cuello; Harry sonriendo radiante la tomó entre sus brazos y la besó intensamente.
**********
Es oficial, estoy a un capítulo del final, han sido muchos años desde que comencé este crazy songfic, y sin embargo me siento nostálgica, pero como solía decir mi abuela, no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla
Espero que les haya gustado este episodio, lo sé estuvo demasiado cursi y meloso; y tal vez me pasé con la presencia de los Backstreet Boys, pero debo confesar que soy fan de esta banda pop desde hace casi 12 años XD, y dos años después conocí a Harry Potter, ambos significan demasiado para mí^^
Ayer por cierto se cumplieron 10 años del comienzo de este mágico sueño que es para los fans del niño con la cicatriz de rayo y ojos esmeralda.
SofiPrincess, EmmaRadcliffe,darkslayer,ilsepotter,HERMIONE_HARRY,Tania Cullen, y por supuesto Yali_Weasley mil gracias por sus comentarios^^
Gracias a todos por su tiempo, saludos
Anyeli Potter Granger
5/Nov/11
This love is unbreakable
http://www.youtube.com/watch?v=zsqo5T0_gJ4
(Un clip Harry&Herm editado por mí con la song Unbreakable)
I feel that my heart just can't deny Siento que mi corazón simplemente no puede negar.Each time you whisper my name Cada vez que susurras mi nombre,Oh baby, I know why Oh nena,sé por qué
This love is unbreakable
Este amor es irrompible
Una fresca brisa matutina alzaba las cortinas y dejaba que los rayos del alba se colaran por la ventana, iluminando la habitación
Hermione llevaba rato observando a su esposo, sus pupilas marrones brillaban especialmente; con la punta de los dedos delineaba el contorno de su rostro
él continuaba durmiendo, pero en sus labios se había dibujado una radiante sonrisa y la castaña pensó que debía tener unos sueños realmente hermosos
Mordiéndose el labio inferior sonrió traviesamente y deslizó sus suaves dedos por su abdomen, él sonrió más ampliamente.
- Harry
- susurró con una risita, besando sus labios, y colocándole sus gafas. El ojiverde aún sonriendo, parpadeó para despertar
encontrándose con la más hermosa visión, el rostro risueño de Hermione, y sus preciosos ojos fijos en él.
- ¿Soñabas conmigo? - preguntó con tono divertido.
- Algo así
- dijo, medio incorporándose.- Pero veo que a pesar de los años, sigues siendo tan presuntuosa como te descubrí el día de nuestra boda - rió, apretándole levemente la barbilla. Y ella soltó una risita más divertida.
- Soñé con aquella caminata en la playa en nuestra noche de bodas, cuando me revelaste que esperabas a Jordan
- declaró mientras le acariciaba su suave brazo, y las mejillas de Hermione se ruborizaron; Harry tomó su rostro entre sus manos, amaba aquella reacción de la castaña.
- Por cierto, buenos días
- le dijo, besándola.
- Siempre son buenos si amanezco a tu lado
- sonrió Hermione, jalándole un mechón de su rebelde cabello y se mordió el labio inferior de una manera seductora. Harry sonrió cómplice, había entendido su juego y estaba dispuesto a responderle; la atrajo hacia él y comenzó a besarle el cuello, ella soltaba risitas mientras sus manos se entremetían en los despeinados cabellos de su esposo. Pero pronto se vieron interrumpidos cuando desde el piso de arriba se escuchó un portazo y luego tremendos golpes como si quisieran derribar la puerta.
- Creo que deberíamos levantarnos antes de que tus hijos destruyan la casa - apuró Harry, y Hermione hizo un puchero como una niña a la que le dicen que no puede salir a jugar. El ojiverde se acomodó las gafas y sonrió resignado, y ella soltó un suspiro abatido.
Through fire and flame A través del fuego y la llama,When all this over Cuando todo termine,Our love still remains Nuestro amor seguirá. This love is unbreakableEste amor es irrompible
- ¡¿Quieres salir ya?! - demandó un joven de rebeldes cabellos negros y grandes ojos esmeralda.
- ¡Calma, desesperado! - gritó la voz de una chica desde el interior del baño.
- No me obligues a abrir la puerta con magia - terció con tono de advertencia.
- ¿Serás capaz? ¡presumido! - desafió la chica.
- Si no sales
¡lo haré! - amenazó.
- ¡No es el único baño, Jace! - protestó la joven.
- ¡Si serás cínica, necesito mis gafas! - reclamó el ojiverde.
- Para qué las olvidas, sabes que no puedes ver bien sin ellas
¡descuidado! - se defendió, atacándolo.
- Por si no lo recuerdas, tú me sacaste del baño porque te urgía ponerte hermosa
Vamos ni todas las caras lindas que practiques frente al espejo te cambiarán la que tienes - dijo con sarcasmo.
- ¡Eres un grosero! - chilló la chica, que en aquel momento estaba lanzándole un beso a su reflejo en el espejo.
- No me provoques, hermanita - terció apretando los dientes Jace. La joven suspiró irritada, y se disponía a abrir la puerta cuando del otro lado el ojiverde había pronunciado el conjuro ¡alohomora!
- ¡Eres insoportable! - protestó la chica al notar que la puerta se entreabría. Jace esbozó una sonrisa irónica, pensando <
- ¿Se puede saber por qué pareciera que quieren acabar con la casa? - requirió la voz de Harry, él y Hermione habían subido para enterarse qué ocurría. Jace dio un respingo, y en el interior del baño su hermana también pegó un salto, al escuchar la voz de su padre.
- En serio no quería emplear magia, ¡pero ella me obligó! - explicó el joven ojiverde, muy molesto.
- Otra pelea - concluyeron Harry y Hermione, intercambiando una mirada cansina.
- Hazel Juliet - llamó Hermione, empujando la puerta del baño. Encontrándose con una chica de ondulados cabellos castaños y grandes ojos, cuyo color era una mezcla de marrón y esmeralda. Era casi idéntica a ella cuando era adolescente.
- ¡Hola, mamá! - saludó con tono normal, saliendo al pasillo y sonriéndole a su progenitor de una forma inocente y linda; Harry se limitó a negar.
- ¿Y ahora qué le hiciste a tu hermano? - inquirió con tono reprobatorio, y mirándola con seriedad su madre.
- ¡Él tuvo la culpa! Y no peleábamos
era sólo otra charla amistosa sobre que tu hijo es un tonto y yo soy hermosa - ironizó la chica castaña, entregándole las gafas a su hermano.
- ¿Y tanto tiempo te tardaste para salir igual
? Vas a asustar a Drake - satirizó cuando se colocó las gafas y la miró con ojos fulminadores. Harry entornó los ojos hacia ellos
- ¡Y tú vas a intoxicar a Paty con ese olor! - exclamó tapándose la nariz y echando aire alrededor exageradamente, como si quisiera disipar un hedor.
- Su nombre es Patsy - la corrigió Jace, con los dientes apretados.
- Sí como sea, no me importa
- negó haciendo una seña de despreocupación con su mano.
- ¿Y así quieres hacerte novia de Drake? - terció con sarcasmo y una maliciosa sonrisa se asomó en sus labios. Los ojos de Hazel se dilataron, pero fue Harry quien gritó.
- ¡Otro Malfoy en esta familia! - y su respiración estaba siendo violenta. Hermione en cambio sonrió como si fuese algo que ella esperaba. El ojiverde continuaba tratando de decir algo insultante quizás, pero no conseguía expresar nada más que sonidos guturales.
- Harry - trató de tranquilizarlo su esposa.
- ¡Papá! , ¡Papá! - exclamaron dos voces distintas al mismo tiempo, con tono de reproche y advertencia. Harry sin embargo parecía contrariado, porque por una parte ya había aceptado que su hijo fuese novio de la hija de Draco Malfoy; pero la idea de que su hija se convirtiese en la novia de Drake Malfoy, eso no le agradaba en lo absoluto.
- ¡Y qué idiota eres Jace, Drake es sólo mi mejor amigo
! - la castaña le dio un fuerte golpe en el hombro, no obstante sus mejillas tenían un intenso rubor que bien podía adjudicarle a su enojo, pero se había puesto nerviosa y eso la delataba. Harry regresó a ver a Hermione, ella continuaba sonriendo y eso lo indignó.
- Así empezaron nuestros padres
- sonrió Jace, sin demostrarle que el golpe que le había dado le había dolido; Hazel le mantuvo la mirada retadoramente. Harry y Hermione volvieron a intercambiar una mirada, esta vez los que se sonrojaron fueron ellos.
- Pues bien, también comenzaron encargándote
- rebatió la castaña.
- ¡Quieren parar! - intervino alzando la voz su padre.
- Y hablando de eso
¿Ya les dijiste de esa propuesta extraña que le hiciste a Patsy? - subrayó Hazel, sonriendo triunfal. Hermione regresó a ver tan rápidamente a su hijo que creyó hacerse daño en el cuello.
- ¿Jace qué propuesta extraña le hiciste a Pat? - irrumpió una dulce vocecita, y todos regresaron a ver hacia el final del pasillo; hacia ellos caminaba una niña de cabellos ondulados color bronce y grandes ojos marrón. Harry sonrió momentáneamente a su hija menor, pero inmediatamente regresó a ver a su hijo mayor, con una mirada demandante
- ¡Jace Hayyim Potter Granger, qué fue lo que le propusiste a la hija de los Malfoy! - inquirió.
- ¡Hazel Juliet, eres detestable! - Jace regresó a ver asesinamente a su hermana. Hermione jaló a su pequeña hija y la abrazó hacia ella, viendo alarmada a sus dos hijos mayores.
- Yo también te amo, hermanito - sonrió acida la castaña.
- ¡Wow, esta vez empezamos más temprano
! - exclamó con sarcasmo una voz que provenía de las escaleras. Nuevamente todos voltearon a ver al recién llegado.
- Sí
¡Buenos días, Jordan
! Hola familia - ironizó, y sus padres lo vieron con una mirada de circunstancia. El chico de cabello castaño oscuro y ojos de una perfecta mezcla de marrón y esmeralda, igual a los de Hazel; soltó un suspiro de resignación y esbozó una media sonrisa, entonces regresó sobre sus pasos y volvió a arriba.
- JC creo que antes de ir a la estación, tú y yo tendremos una larga e interesante charla de hombre a hombre - resolvió su padre.
- Grandioso
- rodó sus ojos esmeralda. - Te lo agradezco ¡Metida! - fulminó con la mirada a Hazel.
- Algún día me lo agradecerás en serio - se encogió de hombros, sin inmutarse. El chico ojiverde se dio la vuelta y pasó a lado de su hermana, dándole un leve empujón con el hombro. Harry y Hermione intercambiaron una mirada.
- Jace - increpó su progenitor.
- ¡Ay por favor papá, déjame en paz! No es lo que tú piensas
- evadió indignado el chico de gafas. Hazel soltó una risita socarrona, pero se detuvo cuando su madre la miró con reprimenda.
- ¡Anoche le pedí matrimonio a Patsy, y esperaba poder contárselos cuando ella me dijera que sí
! - exclamó, regresando a verlos, su rostro estaba acalorado y sus ojos esmeralda estaban extrañamente cristalinos. - Pero gracias a Hazel todo se ha arruinado - inculpó, y enviándole una última mirada de resentimiento a su hermana se dio la vuelta nuevamente y se dirigió a zancadas hacia las escaleras para subir a su habitación en el tercer piso. Harry intercambió una mirada preocupada con Hermione, ella asintió y él siguió a su hijo.
- ¡Hazel termina de arreglarte! - le ordenó su madre, dándole una leve palmada apremiante en su hombro; la chica castaña soltó un pequeño gruñido. - Y Harmony, ¿terminaste de arreglar tus cosas? - preguntó a su hija menor.
- Las tengo listas desde hace dos semanas, mamá
- señaló sonriente, y su progenitora le devolvió la sonrisa. - No soy Hazel - añadió pícaramente, y la castaña entornó su mirada hacia su hermanita.
- Ven conmigo Haly, tú y yo tendremos una charla de hermana mayor a hermana menor - la tomó de la muñeca y la jaló hacia el otro extremo, donde se encontraba su propia habitación.
- No, mejor una de mujer a mujer - exclamó la pequeña.
- ¡Eso es todo Lily Harmony! - exclamó sonriente, como si lo que acababa de decir su hermana la llenara de orgullo.
- Hazel Juliet Potter Granger, no te pases con tu hermana - advirtió su madre.
- Mamá, tiene once años
en algún momento le gustará alguien
- regresó a ver a Hermione, con una mueca despreocupada; y ella le envió una mirada de amonestación. Aunque cuando Hazel le dio la espalda no puedo evitar sonreír. - ¿Qué tal Rodrig Weasley, pinta para ser un galán? - volvió su mirada a su hermanita.
- ¿Qué
? ¡Estás loca, él es mi mejor amigo! - se escandalizó la niña.
- Sabes, así empezaron nuestros padres
- señaló, y no pudo evitar esbozar una mueca irónica al pensar que aquellas palabras hacía minutos se las había dicho Jace. Hermione suspiró, conocía perfectamente a sus hijos, y sabía que Hazel sólo pretendía fingir que su hermano mayor le caía mal.
- Si te dije de mujer a mujer, me refería a esa charla en donde yo te pido por enésima vez que dejes de pelear con Jace - aclaró la pequeña.
- Ah
- Hazel puso una expresión desilusionada.
- Sigue esperando ese milagro - le dio unas flojas palmaditas en la espalda, Harmony miró a su hermana con el entrecejo fruncido y Hermione no pudo evitar soltar una baja risita al darse cuenta que su hija menor reaccionaba igual a Harry cuando se indignaba por algo.
La mañana estaba avanzando rápidamente
en el tercer piso de la casa Jordan Hugh, el segundo de los hijos de Harry y Hermione, se terminaba de arreglar; aunque su cabello era igual de rebelde que el de su padre y su hermano, y contra eso nada podía hacer. Pero él quería lucir realmente bien porque este día era especial, después de tres días por fin vería a su novia; aún le parecía extraño pensar que tenía una, y más extraño que esa niña que había sido su compañera de juegos desde que tenía uso de razón hubiese aceptado serlo.
- Hola
- en la puerta de su habitación se asomó una carita risueña, y sus bucles castaños enmarcaban su delicado rostro.
- Hey
- regresó a ver a su hermana.
- ¿Ya llegaron los Weasley? - preguntó un poco impaciente.
- No, aún no
- negó, pero al ver la expresión de desilusión que había puesto su hermano, añadió. - Pero no deben tardar - le brindó una amplia sonrisa mientras se acercaba a él.
- ¡Jordan, te ves guapísimo! Sé que a Lu la deslumbrarás - le guiñó un ojo.
- Igual que tú a Drake- le devolvió el guiño.
- ¡JD! - exclamó con apariencia molesta.
- Jace y yo sólo queremos que seas feliz - le sonrió, con intenciones de abrazarla.
- De ti estoy segura que sí, pero de él
lo dudo - ella lo abrazó enterrando su rostro en el pecho de su hermano, y acentuó lo último con tono de incredulidad.
- Yo sé que sí, y te lo demostraría si tú no lo molestaras en cada oportunidad que tienes
¿Por qué lo haces? - preguntó con tono intrigado.
- ¡Porque es divertido! - alzó el rostro y soltó una risita, aunque algo exagerada. Jordan la miró significativamente, ella se mordió el labio inferior y desvió la mirada. Él insistió con un carraspeo.
- Porque me irrita que sea tan arrogante
- ella volvió a ver a los ojos a su hermano, y compuso una expresión enfadada. - A él le encanta que mis papás le digan que es el hijo perfecto, que se sientan orgullosos porque tiene las mejores calificaciones de Hogwarts, y que se crea mucho porque es capitán buscador del equipo de quidditch en Gryffindor
Y además prefecto - exteriorizó con sarcasmo y cierta amargura, deshaciendo el abrazo que mantenía con Jordan y dándole parcialmente la espalda.
- A mí también me han nombrado prefecto, y yo no me creo mucho por eso - bromeó el chico, y ella regresó a verlo nuevamente.
- Porque tú eres una ternurita - y se acercó para apretarle las mejillas.
- ¡Hazel! - la apremió con la mirada, aunque se había ruborizado un poco. La chica puso cara de ingenuidad.
- Pienso que con ese cerebro tuyo tendrías mejores calificaciones si tu intelecto lo aplicaras a las asignaturas y no a meterte en problemas
- la veía con los brazos cruzados. - Y sobre todo lo enfocaras a pociones
- le jaló levemente la oreja. - Sé que en el fondo te gusta el quidditch pero eres demasiado vanidosa como para ensuciarte en los entrenamientos
- agregó y ella esbozó una pícara sonrisa. - Pero con todo eso, si este curso te reivindicas creo que a ti también podrían nombrarte prefecta el año que viene
- finalizó, tomándola por los hombros. Hazel, con una amplia sonrisa iba a abrazarlo de nuevo cuando una voz con tono burlón irrumpió en la habitación.
- Por favor JD, ¿por qué le das falsas esperanzas
? Quién en su sano juicio la nombraría prefecta a ella, ¡la chica problemas! - soltó una risilla.
- ¿Y todavía me preguntas por qué lo molesto
? - ironizó irritada la castaña, viendo acusadoramente a Jordan; él volteó a ver negando a su hermano pero el ojiverde continuó sonriendo socarrón. - ¡Yo iba a pedirte disculpas por lo de hace rato
! - pasó a lado de Jace y le dio un fuerte empujón, y salió por la puerta como un vendaval.
- Ahora sí te pasaste Jace - reprendió Jordan, y el chico de gafas pareció avergonzarse; más porque en el fondo no pudo evitar sentir un poco de satisfactoria venganza.
Abajo alguien había tocado la puerta de entrada
Hermione, que terminaba de peinar los bucles cobrizos de Harmony, se dirigió a abrir.
- ¡Hola, Luna! - recibió con un abrazo a su amiga, y la rubia le correspondió. - ¿Y los demás? - preguntó al percatarse que sólo la acompañaba su hijo mediano; el pequeño Rodrig Lucas, cuyo cabello era color rubio rojizo y sus ojos eran azul cielo. Que después de sonreírle a Hermione se dirigió hacia Harmony; pues la niña le hizo señas para que la siguiera y ambos subieron las escaleras casi corriendo.
- Ron está en el auto con Rose, y Lexi pretende convencerlo de que deje venir acá a su hermana - explicó Luna, siguiendo a Hermione hasta la sala.
- Él no quiere que ella se encuentre con mi hijo, ¿cierto
?- concluyó la castaña, con una media sonrisa irónica.
- Sí
está enfurruñado, porque apenas hoy se enteró que Rose y Jordan se hicieron novios el fin de semana - expuso la rubia un tanto incómoda, y a la vez irritada por el comportamiento tan infantil de su esposo. Hermione soltó un bufido, y en eso Harry llegó hasta ellas...
- Vaya, y creí que yo había reaccionado de mala manera cuando me enteré de que posiblemente Drake Malfoy se convertirá en mi yerno - ironizó el ojiverde, componiendo una sonrisa mientras le tendió la mano a Luna para saludarla.
- Quién lo iba a decir
tú y yo consuegras, y Harry emparentando con Draco - rió divertida Luna. El ojiverde miró fulminadoramente a su amiga.
- Sí, y doblemente - señaló la castaña, contagiándose de la risa de la ojiazul.
- Ya lo creo que nosotros también
- terció la rubia, y Hermione sonrió al ver hacia dónde había dirigido su mirada Luna; de las escaleras venían Rodrig y Harmony, él trayendo el baúl y la canastilla del gato persa azul de la niña de rulos, e iban hacia la salida.
- ¡Hola a todos! - saludó efusivamente Ron, que acababa de entrar en la casa; sus amigos y su esposa regresaron a ver al recién llegado.
- ¿Y Rose? - inquirió la voz de Luna, pero también Hermione había preguntado.
- ¿Ya vieron? JC acaba de pasar con un ramo de flores - los distrajo, como un niño que acaba de hacer una travesura y planea desviar la atención para que no lo regañen.
- Deben ser para su novia, creo que Jordan también compró unas para
- señaló Harry, pero su amigo pelirrojo lo interrumpió.
- Quién se iba a imaginar que no sólo ustedes, también arrogante Malfoy y vanidosa Parkinson se comieron el postre antes de la comida, y gracias a eso tienen nuera - observó con burla.
- ¡Ronald! - reprendieron tres voces al mismo tiempo, y tanto Harry como Hermione lo fulminaban con la mirada.
- Hasta en tus inoportunas bromas tienes que pensar en comida. ¡Ron, no cambias! - gruñó la castaña.
- Por lo visto no soy el único que no ha cambiado. Tú sigues siendo la misma enojona de siempre - contraatacó el pelirrojo.
- Pues no fui yo la que encerró a su hija en el auto para que no vea a su novio - subrayó Hermione.
- Y al parecer a ti te fascina esa idea de que lo sean - señaló Ron, y sus orejas se habían puesto peligrosamente color escarlata.
- ¿Por qué no? Jordan es un buen chico - objetó Hermione, con una mirada amenazadora. Harry y Luna intercambiaron una mirada fastidiada.
- Nadie ha dicho lo contrario
¡Pero mi Rose es una bebé! - refutó el ojiazul. Y su rubia esposa contrajo el entrecejo.
- ¡Ronald, tiene quince años! Y de hecho los cumplió antes que JD - intervino el ojiverde, observando de soslayo que su segundo hijo salía corriendo de la casa, para que no lo viese su suegro.
- ¡Harry, no te metas! Además a ti Hermione te lleva casi un año, y Rose nació en el mismo mes que tu hijo - vociferó el pelirrojo, y la castaña entornó sus ojos mirándole asesinamente.
- Ay no por favor, ya no sigan... - dijo con tono cansino la ojiazul, alternando su mirada entre su esposo y su amiga, a ver en quién de los dos cabía la sensatez.
- Sinceramente...-rezongó el de gafas, y rodando los ojos volteó a ver a la rubia. - Oye Luna, Hermione hizo pay de zarzamoras y queso
- comenzó.
- ¡Es mi favorito, y el de Rose! - exclamó la ojiazul, dispuesta a ignorar a su esposo y a su amiga.
- ¿Adivina quién le pidió que lo hiciera
? - la tomó del brazo y la encaminó hacia el comedor.
- JD - sonrió Luna, y Harry le devolvió la sonrisa. Ron y Hermione los siguieron con la mirada, luego se volvieron a ver de la misma forma desafiante.
- ¿Nos vamos ya? - preguntó de repente una voz femenina, que Ron conocía bastante bien.
- ¡¿Ginny, a qué hora llegaste?! - respingó el pelirrojo. Hermione también se sorprendió al verla.
- Ay hermanito
- Ginny rodó los ojos.
- Por cierto, ya felicité a Rose y a Jordan
¡De verdad hacen una pareja preciosa! - dijo mirando a Hermione, y esbozando una sonrisa maliciosa; porque sabía que su hermano no tardaría en gritarle.
- ¡Tú también lo piensas! - reclamó Ron, y la pelirroja soltó una carcajada. Hermione embozó una sonrisa.
- Así que estás contento con tu nuevo yerno, hermanito - sonrió divertida, como si no hubiera entendido el reclamo de Ron; pero sólo lo hacía para hacerlo enojar más. El pelirrojo la fulminó con los ojos, y ella sonrió más provocadora. Pero en eso Colin irrumpió en la estancia.
- Será mejor irnos, son más de las nueve
- apuró, señalando su reloj.
Afuera estaban estacionados tres autos
Cerca del carro de los Potter, Harmony, Rodrig y Lexi Weasley conversaban animadamente. Jace ya estaba en el asiento delantero del mismo, y tamborileaba impaciente la guantera. En el otro extremo del jardín, apartados de ahí, se encontraban Jordan con Rose Weasley; ella jugueteaba encantadoramente con su cabello rubio mientras conversaba con el chico, y él parecía estar flotando entre nubes pues tenía el rostro iluminado. En el interior del auto de los Creevey estaba una niña pelirroja, tratando de controlar a un pequeño de cabellos castaño rubio; pues él jugaba a bajar y subir el vidrio de la ventana.
- ¡Cody, basta! - reprendió, jalando a su hermanito de tres años.
- ¡Conny, ya me abullí! - protestó el niño, frunciendo su entrecejo y entornando sus ojos castaños.
- Lo sé, bebé
- suspiró la pelirroja. - Casi nos vamos - aseguró, y el niño pareció calmarse.
Cuando sus respectivos padres salieron al jardín todos los chicos regresaron a ver
Ron caminaba furioso, y se dirigió hacia su hija mayor.
- ¡Lullaby Rose, sube al auto ya! Y te quiero adelante - ordenó.
- Papá, yo me voy a ir en el carro de mis padrinos, con JD - objetó la chica, entornando sus grandes ojos azules. Su progenitor la miró con los ojos desorbitados, la niña rubia se cruzó de brazos y se mantuvo firme; cuando adoptaba esa pose él podía reconocer que le había heredado el carácter porque físicamente ella era quien más se parecía a Luna.
- ¿Con JD? ¡Ella lo llamó JD! - regresó a ver a su esposa, y Luna se contuvo una risita; mientras recibía a su hija menor, que parecía la gemela pequeña de Rose. - ¿Qué hay con llamarlo Jordan? Su nombre es Jordan
¡Por qué no le dices JORDAN! - vociferó, y Rose rodó los ojos, tomó la muñeca de su novio y ambos entraron en el auto de los padres de él. Harry y Hermione intercambiaron una mirada de resignación, llevaban casi 25 años soportando los arranques de su pelirrojo amigo.
- ¿No eras tú el que decía que era lo mismo, llamarle JC a Jace?- intervino con tono sarcástico-socarrón Ginny, pasando a lado de él y dándole una palmada en su hombro.
- ¡No molestes, Ginevra! - rugió Ron. Su hermana con una sonrisa de suficiencia subió a su auto; Colin sólo pudo sonreír soltando un suspiro porque sabía que a su esposa le encantaba hacer enojar a su hermano. Los chicos se repartieron en los vehículos
- ¡Hey, esperen
! ¡Se estaban olvidando de mí! - Hazel salía corriendo de la casa, arrastrando su baúl.
- Nadie se olvida de ti, amor - dijo Hermione, deteniendo a la joven castaña, y dándole un beso en la frente.
- Mamá, estaban a punto de cerrar la puerta
- contradijo la chica con indignación. Harry desvió la mirada, pero se acercó a ella para ayudarle con el baúl. Hermione negó, y abrazó más a su hija, acariciándole sus bucles castaños.
It's unmistakeable No tiene errores.And each time I look in your eyes Y cada vez que miro en tus ojos,I know why Sé por qué
This love is untouchable Este amor es intocable.
Una vez que llegaron a la estación y atravesaron el andén 9 y ¾
Jace se dedicó a buscar a su novia entre la multitud de estudiantes, el vapor de la locomotora y los cientos de maullidos de los gatos y graznidos de las lechuzas.
- ¡Pat! - exclamó cuando la vio atravesar la barrera que dividía el mundo muggle del mágico.
- ¡JC! - exclamó alegremente la chica, sus ojos grises brillaron y su cabello castaño oscuro con reflejos rubios ondeó al atravesar corriendo el andén.
- ¡Te extrañé! - exclamaron los dos cuando se fundieron en un abrazo, y estaban a punto de besarse.
- Por favor, se vieron ayer
- ironizó Hazel, que pasó a lado de ellos, interrumpiendo su intención de besarse. Su hermano la regresó a ver con ojos fulminadores, y ella sonrió complacida.
- ¡Hazel! - gritó emocionado un chico rubio, mientras la rodeaba por la cintura y la abrazaba hacia él.
- Drake
- ella se giró para encontrarse con un par de ojos color avellana, que él había heredado de su madre.
- Y ustedes también se vieron ayer - dijo con sarcasmo Patsy, sorprendiendo tanto a su novio como a su hermano, y sobre todo a su cuñada. En ese momento Draco Malfoy venía llegando del andén muggle y se acercaba hasta Harry y Hermione, que observaban cómo sus hijos interactuaban con las personas que amaban.
- ¿Qué hay, Jean
? Potter - saludó el rubio, ellos regresaron a ver a quien los había mencionado.
- ¿Qué les parece
? creo que seremos nuevamente consuegros
Pero esta vez me agrada más la idea - observó, mirando hacia donde estaban sus hijos con los de ellos. Hermione sonrió, pero Harry arrugó el ceño.
- Ahora sabes lo que se siente
¿No, Potter? - rió el ojigris.
- Creo que también emparentarás con los Weasley - terció intencional, dirigiendo su mirada hacia las espaldas de Draco; Hermione también se había percatado de lo mismo que miraba Harry. Y es que en ese punto se acababan de encontrar Conny Creevey con el menor de los Malfoy; un niño de cabello rubio que era la versión pequeña de su padre. Draco regresó a ver hacia donde miraba el ojiverde.
- Tranquilo Potter, aún son niños
- sonrió con tono aliviado.
- Y veo que tú sigues fabricándolos - observó el de gafas, al ver que Pansy tomaba los hombros de su hijo menor; y su embarazo de siete meses era bastante notorio.
- ¡Mami, ya subí mis cosas al tren! - exclamó contenta Harmony, que se acababa de acercar corriendo hacia sus padres; entonces se le lanzó a los brazos a Harry y éste la estrechó contra él. Draco miró la escena esbozando una maliciosa sonrisa
- Es que aún quiero competir contigo, sólo para recordar tiempos del colegio - terció el ojigris.
- ¡Son imposibles! - rodó los ojos Hermione. Y Harry alzó sus cejas, mirando disgustado a Draco. El rubio siguió sonriendo, y le lanzó una fugaz mirada hacia su esposa, luego regresó su atención nuevamente a ellos.
- Entérense
tendré otra princesa, y esta vez la llamaré Jean - añadió, viendo insinuante a Hermione, ella puso una expresión de sorpresa.
- ¡Draco! - exclamó con indignación la castaña.
- ¡Sólo bromeaba! - rió el ojigris, palmeando el hombro del ojiverde, que lo había fulminado con la mirada. Harmony también le había lanzado una mirada disgustada al rubio.
Ron y Luna se despedían de sus hijos
finalmente el pelirrojo pareció aceptar el hecho de que Rose tuviera novio; aunque cuando la abrazó le envió una mirada rencorosa a Jordan, que en aquel momento se despedía de sus padres.
A la chica rubia y a Rodrig (que iría a segundo grado), les recomendaron mucho a su hermanita menor
Evelyn Alexia, a la cual de cariño le decían Lexi, y que este año también iría a Hogwarts.
El reloj estaba a punto de marcar las once de la mañana
Harry y Hermione se acababan de despedir de Harmony y de Jordan
Jace iba a subir detrás de sus hermanos cuando Hermione, que intercambió una significativa mirada con Harry y señaló el anillo que portaba en su dedo anular, sobre su argolla de matrimonio; lo detuvo.
- Jace
- él se giró. Harry le envió una cómplice sonrisa a su esposa, y se apartó de ellos.
- Si Patsy es la mujer que elegiste para entregarle tu corazón... Entonces dale esto - dijo, quitándose su anillo de compromiso, y poniéndoselo en la mano al joven ojiverde.
- Mamá, pero es tuyo
- exclamó sorprendido, observando la sencilla sortija dorada formada por un circulo y en medio se leía la palabra Amor, acompañada con un pequeño lirio color palo de rosa.
- Es el anillo que tu papá me dio cuando me pidió que fuera su esposa - confesó Hermione.
- ¡Menos puedo recibirlo! - se negó el chico de gafas, intentando devolvérselo.
- ¡Claro que puedes! - insistió la castaña. - ¿Y te digo un secreto
?- le sonrió a su hijo, y Jace la miró respirando profundamente. - Cuando lo pongas en su dedo, adoptará la forma que sus sentimientos le den
- Jace abrió grandemente sus ojos esmeralda.
- Gracias
- musitó, apretando la sortija en su puño.
- Te amo, cariño - Hermione lo abrazó hacia ella y besó su frente.
- Te amo, mami - exclamó Jace, y su voz se escuchó tierna a pesar de ser un joven de diecisiete años.
A unos tramos de allí, Harry se había acercado a su hija
- ¡Hey, Julie
! - le llamó como solía bromear con ella.
- Lo sabía, Jace es su hijo consentido - murmuró la castaña, con un tonito entre amargo y a la vez afectado.
- Eso no es verdad - negó el ojiverde, y la chica soltó un sonidito incrédulo.
- Hazel
- la tomó de las manos y la miró directamente a los ojos. - Cada uno de ustedes es especial para nosotros, son nuestros hijos y los amamos por igual a todos
- declaró, entonces le acarició la mejilla, pero la castaña bajó la mirada. - Aunque no sean prefectos ni tengan las mejores calificaciones - agregó, tomándola por la barbilla, intentando que sus miradas se encontraran.
- Papá
- musitó sorprendida Hazel.
- Lo siento
venía de la habitación de Jace y escuché sin querer la conversación que tuviste con Jordan - confesó. La castaña volvió a bajar la mirada, y su padre la abrazó hacia él.
- ¿Te cuento un secreto
? - susurró cerca de su oído. La chica alzó la mirada. - Yo tampoco tuve las mejores calificaciones, ni mucho menos me nombraron prefecto - expuso con una sonrisa, Hazel también le sonrió.
- Te amo, nena
- exclamó Harry, y de nuevo la abrazó para besar su mejilla.
I feel that my heart just can't deny Siento que mi corazón simplemente no puede negar.Each time you whisper my name Cada vez que susurras mi nombre,Oh baby, I know why Oh nena,sé por qué
And each time I look in your eyes Y cada vez que miro en tus ojos,I know why Sé por qué
El anochecer comenzaba a cambiar las tonalidades del cielo, que en esos momentos se mostraba con una perfecta mezcla de azules claros y oscuros
Harry y Hermione habían subido a la terraza de su hogar, y se habían sentado sobre una frazada en el suelo; él había acomodado su cabeza sobre las piernas de su esposa
Ambos observaban el paisaje nocturno, la luna esplendorosa comenzaba a elevarse por sobre las montañas, el viento fresco de septiembre desplazaba las nubes dejando entre ver las estrellas que iban apareciendo en el firmamento, como diamantes que se iban descubriendo.
- Los extraño
la casa se sentirá tan vacía sin su risa - suspiró con tristeza la castaña.
- Y sin sus peleas - ironizó el ojiverde, disimulando una sonrisa.
- Harry - reprendió Hermione, dándole una leve palmada en la frente.
- Yo también los extrañaré
Sobre todo en las mañanas - expuso, nuevamente con esa risilla contenida. - Pero ahora ya no estaré preocupado de que tiren la casa - alzó las cejas, y la miró sonriendo con ingenuidad.
- Harry - volvió a reprenderlo, pero esta vez se contagió de su sonrisa.
- Aunque sea así, siempre los echo de menos cuando no están aquí
Y más ahora que Harmony también se fue
- expresó esta vez con seriedad, el de gafas.
- Pero se me está ocurriendo algo
- terció con una sonrisa de estar planeando algo, y la castaña lo miró intrigada. Él la atrajo hacia su rostro.
- ¿Qué te parece si aceptamos eso de la competencia que mencionó Draco? - susurró, y su aliento rozó los labios de su esposa.
- ¡Harry
! - exclamó la ojimarrón, pero en su aparente indignación soltó una risita y sus mejillas se habían ruborizado intensamente. Él sonrió complacido, y sin dejarla decir más la besó, envolviéndose en una atmosfera romántica.
This love is unbreakable
Este amor es irrompible
Harry cerró los ojos dejándose acariciar por las finas manos de la castaña, ella pasó la mano por el lugar en el cual alguna vez estuvo la cicatriz que lo hiciera famoso y a la vez miserable, sin embargo ahora ya no importaba si estaba o no ahí, porque la más importante de todas las cicatrices, la del corazón, se había borrado con la amistad y el amor de Hermione.
Song: Unbreakable (La canción más Harmony que he escuchado en la vida)
Banda: Westlife
Ahh estoy muy emocionada, y es que por fin he podido decir fin a esta historia; sonará increíble y hasta dramático pero después de 6 años, 7 meses y 6 días
(¿tanto?), que un capítulo de este crazy y meloso songfic vio la luz en la web, por aquellos tiempos en otra página distinta a esta; y luego de muchas pausas por algunos acontecimientos de mi vida o por falta de inspiración, aquí les muestro por fin el tan esperado "Happy Ending" Y como ya les he comentado antes este fic nació porque yo quería escribir mi propia versión de un final feliz
Recuerdo que comenzó incluso antes de que saliera el sexto libro, cuando aún los fans de las parejas peleábamos por con quién se quedarían los personajes, já al principio era irritante y molesto, ya luego se volvió divertido; lo irónico es que después de ya conocer el final de JK muchos Romione nos sigan atacando a los que amamos a Harry&Hermione como pareja
Pero saben qué fue lo mejor de todo esto, que conocí a mi mejor amiga, y ella es Romione ^^
Yali Weasley, sabes cuánto, cuánto te quiero amiga, gracias por soportarme jejeje. Y porque tú me animaste a subir éste y mis demás fics a esta grandiosa página.
¿Qué más? Ahhh
Me gustaría decir tanto pero no quiero aventarme un discurso más largo de lo que resultó ser este songfic, que supuestamente yo, tendría sólo 17 episodios ¬¬"
Será bastante extraño para mí ya no pensar en esta historia, bueno al menos no en algo para un capítulo nuevo; en serio seis años se me fueron muy rápido
Y no saben todo lo que esta historia significó para mí, fue como mi sueño Harmony hecho realidad.
Tengo tanto que agradecer a todas esas personas, ustedes, que siguieron este muy romántico fic e hicieron posible que mi sueño siguiera, de verdad un GRACIAS no me alcanza para decirles cuánto significó para mí que estuvieran ahí
Pero sinceramente mil GRACIAS!!!
X_tabay74, YuliPotterGranger, Hermione Crazy, Sofi Princess, Jimmy Potter GM, Hermione_Harry. Ilse Potter y ANILE les agradezco mucho sus comentarios que me dejaron en el capítulo anterior, y me animaron a escribir el episodio final ^^
Además le dedico la historia a mi mayor inspiración, el dueño de mi corazón
Niño, el amor que siento por ti es irrompible.
Anyeli Potter Granger
24-Nov-2011
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