Capítulo 1:
La noche seguía como antes, al igual que la lluvia. Las pesadas gotas deagua caían en las calles de Londres, el cielo estaba completamente negro y laluna casi ni se notaba. En una habitación del "Caldero Chorreante",una joven de cabellos azabaches, contemplando como la lluvia mojaba las grandesy espesas copas de unos árboles cercanos. Esa joven, tenía 20 años, y no erauna buena noche.
-Cuéntamelo de nuevo, Remus.- pidió de espaldas, mirando hacia el exterior.
-Bella, no es necesario que te mortifiques.- el hombre puso una de susmanos en el hombro de la joven.
-¡Los traiciono! ¡Todos confiábamos en él! Todavía no entiendo cómo pudohacerlo y dejar que los mataran.- Remus la abrazo por la espalda y beso condelicadeza su hombro.
-Nadie aún se explica cómo y porque lo hizo.- Bella, soltó un sollozo y apretóuna de las manos de Remus.
-¿Qué hay de Harry?- sus ojos se encontraron con unos color miel que lamiraban con tristeza.
-Dumbledore decidió que se quede contigo.- ella negó varias veces con lacabeza antes de contestar.
-No, no debe quedarse en el mundo mágico, si Quien- ya- tu- sabes vuelve,al primero que buscara será a Harry, y no quiero volver a tener que pasar porlo mismo.- él asintió y la abrazó.
-Si eso es lo que quieres, hablaremos con Dumbledore para que sesolucione.-ella, se pegó más al pecho del amigo de su hermano, y siguieron ensilencio.
Alguien, había tocado la puerta. Ella, abrió dejando ver a una mujer bastantemayor vestida con una capa color verde esmeralda.
-Pequeña Annabella, ven aquí cariño.- la mujer la abrazo como si fuese supropia hija.
-Tranquila, pronto tendrás a tu sobrino a tu lado.- la joven se separó ymiro a los ojos a la mujer.
-Profesora McGonagall, no quiero que me dejen a Harry. Si Voldemort vuelve,terminara con lo empezó y lo que menos quiero, es que le hagan daño a Harry,bastante ya tuvo con lo que paso esta noche.- la mujer apretó la mano de lajoven y la miro.
-Si eso es lo que quieres, hablare con Albus y la hermana de Lily se harácargo del pequeño.- varias lágrimas se escaparon de los ojos de la jovenPotter.
-Sé que no es lo mejor, pero al menos no lo buscaran por algunos unosaños.- la profesora asintió y dejo a ambos solos en la habitación.
-¿Quieres que me vaya?- pregunto Remus.
-No, no quiero pasar esta noche sola.- él la abrazo de nuevo y dejo queella llorase en su pecho.
Desde que la joven Potter, había comenzado a estudiar en Hogwarts, Remushabía empezado a sentir cosas por ella, solo que no se animaba a decir nada,por el hecho que era la hermana de su mejor amigo.
-Rems...- lo llamo ella, mientras ambos estaban acostados en la misma cama.
-¿Si?- el bajo a vista y se encontró con los ojos marrones, que le hacíanrecordar a los de James.
-¿Te acuerdas cuando nos conocimos?-él, sonrió y asintió.
-¿Me lo cuentas?-ella, lo miro y le dedico una triste sonrisa.
Nueve años atrás:
Era un día común en la Estación King Cross, la familiaPotter, acompañaba a los integrantes más jóvenes hacía el andén 9 3/4, paraabordar el Expreso de Hogwarts.
-¿Nerviosa, Bella?- preguntó James, tomando la mano de suhermana menor.
-Un poco, ¿Pero es normal, verdad?-la pequeña de onceaños, miro a su madre, quien le asintió y le regalo una sonrisa.
-Es emocionante, ver como nuestros hijos crecen.- comentóCharlus, apretando el hombro de su primogénito.
Faltaban diez minutos para que el tren partiera de laEstación. Dorea, le acomodo el gran moño que decoraba la azabache cabellera desu hija.
-James, es el primer año de tu hermana, es tu obligacióncomo hermano mayor cuidarla y no dejar que nada le pase.- el azabache,escuchaba con atención lo que su madre le decía, mientras la pequeña Bella lotomaba de la mano.
-Y tú Anna, debes obedecer a tu hermano y portarte bien.-la menor asintió y su madre les beso las mejillas a ambos.
El silbato sonó, anunciando que era hora de partir. Loshermanos Potter, se despidieron de sus padres y abordaron el tren. La pequeña,no se soltaba de su hermano y lo seguía a todos lados.
-¡JAMES!-gritó alguien detrás de ellos. Los dos se dieronvuelta, para Bella, era un desconocido, pero para el mayor era uno de susnuevos hermanos.
-¡Sirius! Que alegría volver a verte.- los dos se abrazaronen forma de saludo.
-Vengan, ya tenemos compartimiento.- dijo entusiasmadoSirius.
-James, ¿Quién es él?- le preguntó en susurro, Bella,mientras seguían al otro chico.
-Él, es mi mejor amigo. Nos conocimos en nuestro primeraño.- contesto James, tomando a su pequeña hermana por los hombros.
-Aquí es.- dijo Sirius, señalando un compartimiento,ocupado por dos chicos.
-¡Peter! ¡Remus!-los dos dejaron de hablar y se pararon arecibir a su amigo.
-Es bueno volver a verlos, los extrañe.- comento el másbajito de todos.
-Peter, tiene razón, deseaba que llegase el primero deseptiembre.- los ojos de Bella, destallaban felicidad al ver a su hermano consus amigos. Ella deseaba poder tener ese tipo de amistad cuando empezase suprimer año.
-Hola.- la saludó uno de los chicos. Ella lo miro unossegundos, ese chico tenía el cabello rubio oscuro, unos hermosos ojos colormiel y una enorme sonrisa.
-Hola.- respondió la menor, algo nerviosa.
-Chicos, ella es Annabella Potter, mi hermanita.- comentóJames, acordándose que venía con Bella. Los otros dos se presentaron ante ella.
Los cuatro viajaron juntos, para la pequeña, eradivertido estar con los amigos de su hermano.
-Chicos, mis padres me pidieron que cuide de Bella y eslo que haremos.- los otros tres, lanzaron un grito de apoyo.
-Mientras esté con nosotros, nadie la va a molestar. Seracomo nuestra hermana.- dijo Sirius, abrazándola por los hombros, haciendo quetodos rieran.
Cuando Remus, termino de contar, se dio cuenta que Bella, se había quedadodormida, abrazada a su cintura. Para él, verla descansar era mucho mejor queverla con los ojos rojos y llenos de lágrimas de dolor y tristeza. Pero siempreal pensar en tener una posibilidad con ella, el karma de su maldición loatacaba.
-"Eresun hombre lobo, nadie querría estar con alguien como tú. Estar con ella, esalgo que jamás lograras."- ledecía la voz de su subconsciente, más de una vez al pensar en Bella.
-Descansa.... amor.- fue lo último que le dijo con un tono triste, antes debesarle la frente y abrazarla por la cintura, pegándola más a él.
Capítulo 2:
Luego de la tormenta queazotó a Londres, un mejor clima apareció a la mañana. Para Bella, había sidouna noche terrible, tan solo pensar que al despertar no vería a su hermano, lahacía entristecer y sus ojos amenazaban con llorar.
Poco a poco, se fueacostumbrando a los finos rayos que entraban por la ventana y abrió los ojos.Lo primero que noto, fue el brazo de Remus, rodeando su cintura y su aliento,golpeando suavemente su nuca. Se giró lentamente, y sonrió al ver como dormía.Sin hacer mucho esfuerzo, aparto la mano de Remus y se dispuso a levantarse.
Tomo la punta de unamanta y tapo a su acompañante mientras se dirigía al baño.
Al entrar, lo primero quehizo fue mirarse al espejo. Ella sabía que su rostro no iba a ser perfecto,debido a que estuvo toda la noche llorando por su hermano y su cuñada. Perocuando Remus, se quedó con ella, él logró tranquilizarla.
Las ojeras, adornaban elcontorno de sus ojos marrones, haciendo que ella misma tuviese miedo de lachica que se reflejaba en el espejo.
-Me haces falta,hermano.-soltó un suspiro y se apoyó en la pileta del baño y sintió como unapequeña lágrima, se deslizaba por su mejilla.
-A James, no le gustaríaverme llorar.-dijo pasando su mano por su rostro, borrando aquella marca detristeza.
Antes de abrir el grifodel agua, se aseguró de que Remus siga durmiendo. Al asomarse por la puerta, nopudo evitar que una sonrisa se le formara al verlo tan pacifico durmiendo.
Afuera el clima habíamejorado, pero para ser el primer día de Noviembre, el frío se hacía notar. Espor eso que las tibias gotas de agua, no tardaron mucho en recorrer cadacentímetro de la piel de Bella. Ella, cerró los ojos, dejándose invadir por lossuaves abrazos del agua, haciéndola sentir que no había ningún problemamientras ella se mantuviese ahí adentro.
Los recuerdos de suhermano, pasaban por su cabeza, mientras ella, hacía el mayor esfuerzo para nollorar y mantenerse como estaba. Relajada.
Sonrió al acordarse en elprimer partido de Quidditch, en el que ella debuto como Cazadora. Ese día,James, le confesó que no podía sentirse más orgulloso de su pequeña hermanita.En vez de llorar, una enorme sonrisa llena de anhelo se dibujó en el rostro deBella.
Pasados unos minutos, lasyemas de sus dedos, comenzaron a arrugarse por lo que dio por terminado elbaño. Ese día debía tramitar muchos asuntos con respecto a lo sucedido la nocheanterior.
Se cambió con la ropa quehabía tomado de su mochila (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=84303520&.locale=es) y termino peinándose, frente al espejo del pequeño baño. Noto como lacadenita plateada que le había regalado Sirius, brillaba como la primera vez.Ella, no pudo evitar mostrarse fría al recordarlo. Se había convencido que porla culpa de él, ahora su familia está muerta y Harry, en un lugar al cual nocorrespondía. La miro por segunda vez, y de un tirón la cadena ya no pertenecíaa su cuello. Se la guardo en el bolsillo del pantalón y salió del baño.
Al abrir la puerta, seasustó al ver a Remus del otro lado.
-Buenos días.- la saludocon una amplia sonrisa.
-¿Cómo amaneciste,Rems?-ella le beso la mejilla y se acercó a una silla donde estaba su mochila.
-Eso deberíapreguntártelo a ti.- él se acercó a ella y la abrazó por la espalda.
-Estuve pensando que aJames y Lily, no les hubiera gustado que nos pasemos todo el día llorando, espor eso que a partir de ahora voy a sonreír en vez de llorar, al pensar enellos.-al escuchar que la vería sonreír todo el tiempo, lo hacía sentir feliz.
-Me parece genial, voyabajo, cuando estés lista, desayunamos juntos.- ambos se quedaron unos segundosmirándose fijamente. Él sentía el impulso de besarla y decirle que jamás ladejaría sola, pero otra vez su voz interior lo atosigaba.
"No lo intentes Remus, ella solo te tiene lastimapor tu problema y te ve como un amigo, ¿Qué te hace pensar que querrá pasar elresto de su vida con un licántropo?"
Esa maldita voz, hizo queRemus retrocediera y saliera de la habitación.
Bella, se quedó paradasin saber qué hacer. Ella, noto como el rostro de felicidad de Remus, sedesvanecía y salía de la habitación completamente serio. Tal vez la seguíaviendo como la hermanita de James y por eso no se animaría a dar el siguientepaso. Soltó un suspiro y bajo al bar.
Al bajar por lasescaleras, tres brujas la pararon para darle su más sincero pésame. Ella soloasentía y daba las gracias sin decir mucho.
Cuando se sacó de encimaa todas las personas que la perseguían, encontró a Remus en una mesa lo másapartada del resto. Él estaba de espaldas a ella.
-Ella jamás estaría conalguien como yo. Soy una bestia que podría lastimarla y la amo demasiado comopara hacerlo. Soy un monstruo, no merezco a alguien tan hermosa y bondadosacomo ella. Maldigo el día en que me mordieron, ahora podría estar con ella sinproblema
- dejo de hablar al sentir las manos de alguien abrazándolo por laespalda.
Él se paró y se diocuenta de que aquella persona era Bella.
-No eres ninguna bestia.-él no pudo controlar la ira que sentía al saber que eso era mentira, que seseparó de ella y volvió a la habitación.
Bella, se quedó perplejay noto como todas las personas presentes la miraban. A diferencia de James, aella si le importaba lo que los demás decían sobre ella. Con tan solo chasquearlos dedos, volvió a la habitación.
-¿Se puede saber que fueeso?-preguntó al ver a Remus, parado mirando por la ventana.
-¿Cuánto escuchaste?-ellasoltó un bufido al ver que había ignorado su pregunta.
-Rems
-
-¡¿Cuántoescuchaste!?-grito dándose vuelta, quedando frente a frente a Bella.
-¡Lo suficiente como parasaber que es mentira!-contesto ella con el mismo tono de voz.
-Remus no eres
-
-Una bestia, ¿Entoncesque soy?-preguntó él un poco más calmado, tomándola de los brazos.
-¡Eres el amigo de mihermano, eres aquel chico que impedía que sus amigos terminen en dirección!¡Sigues siendo Remus John Lupin el chico que fue prefecto de Gryffindor!-Remus, aflojo la fuerza que ejercía en los brazos de la joven, al verla quemientras hablaba, muchas lágrimas caían por sus mejillas.
-Perdón, no debí gritarteni tratarte mal. No me puse a pensar por lo que estás pasando y simplemente tepido perdón.-ella no contesto, sino que se aferró al pecho de Remus y comenzó allorar.
-¿De quién hablabas haceun rato?-preguntó ella, levantando la vista.
-Era de una persona muyespecial para mí, la cual yo daría mi vida para mantenerla a salvo y decirleque la amo.-termino diciendo él, dándole un beso en la frente.
-Rems
- lo llamo ella.
-Te quiero.-Remus, sonrióy la abrazó con más fuerza
Capítulo 3:
Luego de que Remus, le pidiese disculpas, losdos se quedaron un rato abrazados. Él, podía sentir ese embriagador aroma acanela con una pizca de vainilla, proveniente del cabello de Bella. Esa sensaciónde nerviosismo aparecía, cada vez que la tenía cerca y podía sentir su delicadapiel, acariciando su mejilla después de cada luna llena. Otra vez la sensaciónde apoderarse de los labios de hermanita de James volvió a hacerse presentes.
-Anniyo
-no pudo seguir hablando al ver los oscuros ojos que lo miraban, hacía que elgran hombre lobo se acobarde y termine siendo un inofensivo perrito doméstico.
-Rems,ya me pediste disculpas por tu reacción. Yo te entiendo, y en cuanto a la chicade la cual estás enamorado, debe ser la más afortunada del mundo al tener laatención de alguien como tú.- ella con su pulgar, le acarició el dorso de lamano de Remus.
"Como me gustaría que te dieras cuentade que eres tú"-pensaba él, sonriéndole.
-Bueno,será mejor que vaya yendo a Hogwarts, para hablar con Dumbledore acerca de
Harry.-ella hizo una pausa antes de nombrar a su sobrino.
Cuando,Bella, comenzó a alejarse sin soltar la mano de Remus, él sentía la necesidadde saber a qué sabían los labios de ella.
-Anni,no era eso lo que te quería decir. Yo quería saber si a ti te gustaría teneruna
- la frase quedo inconclusa cuando un Patronus, enviado por Dumbledore,invadió la habitación.
-Lamento la interrupción, pero Bella, tenecesito en mi despacho en este instante. De nuevo lamento si interrumpo algo.-dijo la tan melodiosa voz del director.
-¿Quéibas a decirme, Rems?-él, salió del pequeño trance en el que quedo y volvió en sí.
-He
yo
nada olvídalo, otro día te lo diré.-ella le sonrío y antes de desaparecer,le beso la mejilla.
-Nosvemos en la noche, tal vez no tengamos que estar aquí por mucho tiempo, buenoya decidiré a donde iremos.-el la tomo de la mano y la abrazó.
-Mealegra que estés bien.-le susurró al oído.
Ellale dedico una última sonrisa y desapareció, apareciendo en el despacho de suantiguo director.
-Bella,que placer que hayas podido venir.-la saludo Dumbledore, con un cálido abrazo.
-¿Cómoestá Harry?-preguntó apenas se separaron.
-Élestá bien, anoche lo dejamos con los Dursley. Allí lo cuidaran, pero me hubieragustado que fueses tú la que se encargase de ese trabajo, pero tomaste una decisióny lo hiciste por su bien.-un repentino silencio, se apodero de la sala, quesolo fue cortado por un gran sollozo, proveniente de la morocha.
-Tranquila,estás haciendo lo correcto, tanto para él como para ti.- la animo el director,colocando una de sus manos en el hombro de Bella.
-Sitan solo
Sirius, no
no los hubiera traicionado, Harry ahora tendría a suspadres y no tendría que vivir con esos odiosos Muggle.-sollozo la joven,mientras con una de sus manos trataba de limpiarse las lágrimas.
-Lascosas nunca son predecibles, el futuro tampoco lo es. Lo único probable, es queen unos años, Quien-no-debe-ser-nombrado, vuelva y acabe lo que empezó.-lajoven bajo la mirada ante la noticia.- Pero, Harry, teniendo a una tía como tú,no se dará por vencido tan fácil y luchara hasta su último aliento.-eso almenos la dejo más tranquila, pero con aún el corazón en las manos.
-Bueno,no quiero robar más de tu tiempo, pero antes de que te vayas, hay algo que tepertenece.- Dumbledore, rodeo su escritorio y abrió el tercer cajón del mueble.De él, saco una caja circular, de terciopelo negro y unas letras en dorado.
-Esto,me lo entro Lily hace unos días, dijo que yo mismo debía entregártelo enpersona.- junto con la pequeña caja, venía un sobre amarillento, con lacaligrafía de Lily.
-Gracias.-fue lo último que dijo antes de despedirse y desaparecer.
Aparecióen la Mansión Potter, aún era temprano y faltaba para almorzar. Al entrar a suantiguo hogar, la sensación de tantos recuerdos vividos, la abrazó dándole labienvenida de nuevo.
-Yallegue.-susurro, mientras cerraba la puerta detrás de sí y se acomodaba en unode sus sillones favoritos.
Antesde abrir la carta, se relajó y trato de calmarse antes de leer. Rasgo el sobresonriendo al ver la dedicatoria que tenía escrita.
"Querida Anni:
Como sabrás, James y yo, te nombramosmadrina de nuestro pequeño Harry. Ambos sabemos muy bien, que en caso de quealgo malo nos pase, tú y Sirius, sabrán cuidar de él.
Pero ese no es al punto al que voy, loque quería decirte que me encanta, no, me fascina la idea de que ahora, ambas,seamos una familia. Yo sabía desde el primer día en que te había visto subir dela mano de James, que en un futuro seríamos grandes amigas.
En fin, no quiero ponerme melosa. Es unplacer tenerte como cuñada.
Te queremos, James y Lily.
Pd: Cuando Harry, crezca, tendrá a lasmejores brujas como tía."
Esaspalabras, se clavaron como puñales en el pecho de Bella, haciendo queinvoluntariamente comenzase a llorar.
Pasaronunos minutos, y una fuerte lluvia se desato sobre Inglaterra. El frío arrasabacon las hojas del suelo, el cielo se oscureció, quedando completamente negro. Enel interior de la Mansión, Bella, se encontraba aún sentada en el sillón, conel rostro escondido entre sus rodillas. El pequeño regalo de Lily, permanecíaapoyado en una mesa ratona.
Poruna ventana, una ráfaga de aire, entro golpeándola en la espalda. Con un levemovimiento de su varita, encendió la chimenea que tenía enfrente. Leía una yotra vez, las últimas palabras de la carta.
-CuandoHarry, crezca, sabrá que tuvo a los dos mejores brujos como padres.-susurro, aferrándosemás a sus rodillas.
Ella,no estaba llorando, tan solo se limitaba a ver las llamas que se movían indefinidamentede un lado al otro. El viento, rugía del otro lado de las ventanas, haciendovibrar los vidrios de las ventanas. Esa casa, ahora se encontraba tan vacía ysolitaria sin la presencia de los Potter. Bella, recordaba las mañanas en quesu madre la llamaba para desayunar, luego ir a pasear de la mano de su hermano,sentarse en el regazo de su padre a escuchar alguna historia de famosos magos,discutir por puras idioteces con Sirius, pasar buenos ratos estudiando conLily, y lo más lindo era pasar tardes enteras junto a Remus.
Se levantódel sillón y subió las escaleras hacía el antiguo dormitorio de James.
Al pisarcada escalón, se acordaba de las tantas caídas que tuvo, al perseguir a Siriusy James, y de cuantas veces Remus la ayudaba a levantarse.
Al llegara la habitación, una enorme foto del equipo de Quidditch de Irlanda, ladecoraba, ese había sido un regalo cuando James, cumplió los 14 años.
Tomoel pomo de la puerta, y lentamente fue abriendo. Un frío y desolador aire, larecibió. Esa habitación se veía tan grande y vacía, sin su presencia. Poco apoco, se fue adentrando. Tomo un viejo almohadón, también un regalo de parte deella hacía su hermano.
La camarugió al sentir su peso.
-Todoestá, tal como lo dejaste la última vez, Cornamenta.-dijo, tomando el marco deuna foto. En ella se podía observar a todo el equipo de Quidditch deGryffindor. Ese día, ella, debuto como cazadora, ganándose el respeto de cadaintegrante de las distintas casas.
Faltaban pocos segundos para que elpartido termine, Sirius aún se batía en el cielo junto al otro buscador deRavenclaw, buscando la Snitch. Bella, se mantenía en su posición, marcando alcazador enemigo. El joven de la casa de las águilas, tenía en su poder unaQuaffle y se acercaba amenazante al arco de Gryffindor. James, en el puesto deportero, estaba ocupado encargándose de otro cazador, que no se desidia alanzar.
-¡BELLA! ¡Cuidado!-grito uno de losgolpeadores, al ver que una Bludger, se acercaba rápidamente a la pequeñaPotter. La pelota, apenas la roso, haciendo que se tambalease, pero ella, se aferrócon fuerza a su escoba y se mantuvo.
El cazador de Ravenclaw, tenía en supoder nuevamente a la Quaffle. Bella, no lo dudo y también quería obtener lapelota y anotar puntos para su casa. Los golpeadores, se pusieron a su lado, protegiéndola,mientras ella se lanzaba en busca de la Quaffle. Mientras trataba de sacar delmedio al jugador oponente, varias veces la Bludger, la intento atacar, y parasuerte de ella, una de ellas golpeo al Ravenclaw, sacándolo del juego.
Bella,vio su oportunidad, tomo la pelota y esquivando a los demás oponentes, anotódiez punto para el momento justo en que, Sirius, atrapaba la Snitch, dando porfinalizado el partido.
En la Sala Común de Gryffindor, no habíaestudiante que no estuviese festejando la victoria.
-¡Atención, damas y caballeros! ¡Quierodarle la bienvenida a la nueva cazadora de nuestro equipo, mi hermanita, miBella, mi Anni!- dijo James, señalando a su hermana, que estaba apoyada en unapared, sonriéndole.
-¡Ven aquí, Anni!-él bajo de la mesa enque estaba y se acercó a su hermana.
-Nunca en mi vida, he estado tanorgulloso de ti.-le susurró al oído mientras la abrazaba.
Recordandoese partido, se quedó dormida, abrazando el almohadón en forma de Snitch
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Hola: bueno primero que nada, gracias amis fieles lectoras, que con cada nueva historia, ellas aparecen y me dan suapoyo. Sepan que me hacen muy feliz saber que les gusta lo que hago, las quieroaunque no las conozca. Segundo, como verán esta historia también es de HarryPotter (no me digas), en ella, voy a narrar la historia de la única hermana deJames, sus aventuras en su adolescencia, las discusiones típicas entre hermanosy van a haber alguna que otras escenitas con Remus.
Bueno, no quiero adelantar nada y ahoralas dejo disfrutar del capítulo.
Pd: les dejo los horarios en que piensoactualizar mis historias.
"TheLove Stronger than Death": Todoslos viernes.
"LosMellizos Potter": Todos los martes
"Conquistandoal Lobo (Remus y OC Weasley)": Todos los miércoles.
"AnnabellaPotter, la tía de Harry": Todos los lunes
"Unahistoria entre dos Black": Todos los jueves
"FallingSkies: Hal Mason y Abril Monroe": Todos los viernes.
Pd 2: Les dejo una foto de Bella,vestida con el uniforme de Quidditch.
Capítulo 4:
La lluviano paraba, Bella, se despertó en la habitación de su hermano. Ya no estabatriste, solo un poco angustiada. Se acerco a la gran vitrina donde James,guardaba sus tesoros del Quidditch, y saco la foto del equipo de Gryffindor. Corrióapenas la cortina y observo el panorama de afuera. Debía ser hora de almorzar yRemus, debía estar esperándola. Decidió ir al baño para tomar una ducha antesde volver.
Las calientesgotas de agua, caían recorriendo cada espacio de la espalda de Bella, de algunamanera, estar bajo el agua, la relajaba y la hacía pensar claramente.
Tomodos toallas del armario del baño, una para su cuerpo y la otra para su cabello.Entro en su habitación y se tomo un tiempo para decidir que ponerse. Le gustabacombinar la ropa, según el día (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=84835318&.locale=es)
Luegode cambiarse, decidió dejar que su cabello, estará libre. Recorrió el pasillo yllego a la habitación de sus padres. De una caja verde, con bordes plateados,saco una fina cadena, de la cual posaban alegremente dos pajaritos de oro. Ese habíasido un regalo de parte de ella hacía su madre.
Cuandoya estuvo lista, le pareció una estúpida idea aparecerse, por lo que decidiócaminar por las empedradas calles de Londres.
En lahabitación del Caldero Chorreante, Remus, se encontraba inquieto y preocupado,hacía un par de horas que Bella había salido, y aún no había vuelto.
-¿Dóndeestás, mi amor?-decía mirando por la ventana. No espero más, él sabía dóndepodía encontrarla. Sin pensarlo, tomo su chaqueta y salió del bar.
Apenas,salió por la puerta, quedo totalmente empapado, pero no le importo y comenzó acaminar, hacía la Mansión de los Potter.
-Nopienso esperar ni un minuto más, nos conocemos desde niño y hoy, esta misma tardepienso confesarle lo que siento.- se decía para sí mismo.
"Saldrás lastimado, Lunático". Le decía la voz de suconciencia.
-Poruna vez en mi vida, no le hare caso a mi subconsciente y voy a reclamar lo quees mío.-metió sus manos en sus bolsillos y apresuro el paso.
Bella,se había alejado bastante de su antigua casa y ya casi llegaba a Charing Cross. Tenía toda la ropa mojada y aella no le importaba, mantenía la vista en el suelo mientras caminaba. En lacalle no había nadie, por lo tanto nadie la molestaría. De pronto, sintióchocar contra algo o alguien.
-Lolamento.-murmuro sin levantar la vista.
-¿Bella?-apenaselevo la cabeza.
-Hola,Rems.-él la estrecho entre sus brazos, para protegerla de la lluvia.
-No deberíasestar con este clima.-le susurro, mientras le frotaba los brazos para darlecalor.
-Fui
fui a casa, necesitaba tiempo para estarsola.-murmuro ella, volviendo a bajar la vista.
-¿Sabesalgo?-ella lo miro y negó con la cabeza.
-Ereshermosa bajo la lluvia.-una tímida sonrisa, se pudo distinguir entre las gotasde lluvia.
-Yeso me gusta
tú me
gustas.-los ojos marrones de Bella, se posaron en los deRemus.
-Rems,¿Tú me amas?-le pregunto bajando el tono de voz, temiendo que alguien losescuchase.
-Siemprelo hice, desde la primera vez en que te vi de la mano de James, pero nunca meanime a acercarme a ti por miedo a que me rechaces.- ahora el que bajaba lamirada, era él.
-¿Rechazarte?¿Por qué? ¿Por ser hombre lobo?-ella, soltó un bufido.
-Haymuchos hombres.-dijo Bella.-Que son peores monstruos que tú, y yo te prefiero apesar de tu aspecto.-una cálida sonrisa, apareció en él. Esa sonrisa, le decíaa si mismo que era hora, de dejar salir sus sentimientos hacia Bella.
Calculobien sus movimientos y tomo delicadamente la cintura de ella, atrayéndola a él.Ella paso sus brazos por su cuello. Lentamente, se fueron uniendo hasta cumplirel sueño de ambos, que fue creciendo con el correr de los años.
Las manosde Bella, despeinaban la nuca de Remus, mientras él, se aseguraba de abrazarlapor la cintura para evitar perderla.
-Dimeque esto no es un sueño.-le susurro él, sin despegarse mucho de ella.
-Teaseguro que no lo es.-respondió Bella, mientras él sonreía y volvía a besarla,pero esta vez, la elevó apenas del suelo, dando con ella una pequeña vuelta enel aire. La risa de la joven Potter, era similar a la de una niña de cincoaños, dejando que el viento en una calesita la despeine.
-Eresla mujer más hermosa que alguna vez pude haber visto en mi vida, te amo, teamo. Nunca pensé enamorarme de ti, pero lo hice y no me arrepiento denada.-decía muy emocionado Remus, mientras volvía a besarla.
-Nopodre darte mucho, pero si me contestaras esta pregunta me harías el hombre másfeliz de la tierra y del mundo mágico.-deposito en el suelo a Bella, ella nodespegaba sus brazos del cuello de Remus.
-AnnabellaPotter, ¿Te casarías conmigo?-por un momento, las palabras no le salían de laboca, se quedo helada.
-S...si,si acepto.-la felicidad de Remus, se veía desde kilómetros, colocó sus manos enlas mejillas de Bella y la beso, esta vez fue lentamente, los labios de amboshacían una danza y se movían al compas de una dulce melodía. Al separarse, sequedaron mirándose durante unos segundos.
-¿Porqué pensaste que te rechazaría?-preguntó ella, besando la punta de la nariz deRemus.
-Nolo sé, tan solo pensaba que nunca querías estar con alguien tan despreciablecomo yo.-él se separo y se alejo unos pasos de ella.
-Rems,ya te dije que no eres una bestia, eres el hombre más sensible, dulce y perfecto que cualquier mujerdesearía.-Bella, se acerco y lo abrazó por la espalda.
-Temíaque te asustaras de mis heridas y te alejaras.-ella, dio una vuelta hastaquedar frente a él.
-Estasheridas.-con su dedo recorrió una que nacía de la mejilla de Remus.-Representatu lucha, tú no elegiste ser un hombre lobo, más de una vez me dijiste que erauna maldición, un precio que debiste pagar por algo que ocurrió antes de que túnacieras.-él cerró los ojos y soltó un suspiro.
-Noimporta lo que la gente diga, tú para mi eres perfecto, y es por eso que mefije en ti.-ella lo abrazó, mientras Remus le besaba la cabeza.
-¿Aúnno entiendo cómo es que eres tan perfecta?-le susurro él, mientras la mecíaentre sus brazos.
-Esel encanto de los Potter.-bromeó ella besándolo de nuevo
La gente dice que no deberíamos estar juntos
Que somos demasiado jóvenes para saber que es el 'para siempre'
Pero yo digo que ellos no saben
De lo que están ha ha hablando
Porque este amor sólo se hace másfuerte
Así que no quiero esperar más
Sólo quiero decirle al mundo que tú eres mía nena
Oh
Ellos no saben de las cosas quehacemos
Ellos no saben que yo te amo
Pero te apuesto a que si lo hicieran
Estarían celosos de nosotros
Ellos no saben de todas las amanecidas
Ellos no saben que he esperado toda mi vida
Sólo para descubrir que el amor es así de hermoso
Nena ellos no saben
Ellos no saben de nosotros
Sólo una caricia y ya era uncreyente
Cada día esto se hace más dulce
Se pone mejor
Se pone mejor todo el tiempo nena
Ellos no saben de las cosas quehacemos
Ellos no saben que yo te amo
Pero te apuesto a que si lo hicieran
Estarían celosos de nosotros
Ellos no saben de todas las amanecidas
Ellos no saben que he esperado toda mi vida
Sólo para descubrir que el amor es así de hermoso
Nena ellos no saben
Ellos no saben de nosotros
Ellos no saben cuán especial eres
Ellos no saben lo que le has hecho a mi corazón
Pueden decir todo lo que quieran
Porque ellos no saben de nosotros
Ellos no saben de lo que mejorhacemos
De que hay entre tú y yo un pequeño secreto
Pero yo quiero contarles al respecto
Quiero decirle al mundo que eres mía nena
Ellos no saben de las cosas quehacemos
Ellos no saben que yo te amo
Pero te apuesto a que si lo hicieran
Estarían celosos de nosotros
Ellos no saben de todas las amanecidas
Ellos no saben que he esperado toda mi vida
Sólo para descubrir que el amor es así de hermoso
Nena ellos no saben
Ellos no saben de nosotros (x2)
Ellos no saben de nosotros.
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Hola! Buenoles traigo el capitulo que muchos estaban esperando
ta tan tan
el beso!!
Espero queles haya gustado, se que hoy no es lunes para subir el capitulo pero queríahacerlo J jejejejeje
Besos yabrazos a mis fieles y amadas lectoras :D
Capítulo 5:
Luego dehaber vuelto al Caldero Chorreante, Bella, decidió cambiarse la ropa mojada poralgo más cómodo para estar en la habitación (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=85086588&.locale=es). La pareja, se encontraba juntando suscosas para mudarse a la antigua Mansión Potter.
-¿Estássegura, de querer estar ahí?-preguntó por segunda vez, Remus.
-Es elúnico lugar en donde podremos estar bien los dos, a parte si el ministerio veque está desocupada, van a quitármela y no quiero perder el único recuerdo demi familia.-contesto, Bella, saliendo del baño.
-Deacuerdo.-él dejo las cosas sobre la cama y la abrazó por atrás.
-¿Quéharemos ahora, Rems?-ella, apoyo su cabeza en el hombro de Remus, mientrasacariciaba las manos del licántropo, que descansaban en su abdomen.
-Primero loprimero, vamos a casarnos y formar una familia. Segundo, debemos estarpendientes de Harry, tenemos que cuidarlo desde lejos y tercero
-se quedopensando unos instantes.-Y tercero, el tiempo lo dirá.-
-¿Formaruna familia? ¿Cómo cuántos hijos vas a querer tener?-preguntó con cierto tonoinsinuador, Bella, dándose vuelta mientras jugaba con el cuello de la camisa deRemus.
-Lacantidad no importa, si son tuyos, podría tener un millón.-él, comenzó a seguirleel juego, empujándola hasta chocar con la cama. Bella, termino acostada conRemus, encima de ella. Una de las manos del hombre lobo, acariciaban laspiernas de Bella, mientras sus labios se entretenían con los de ella. Mientrasque con la otra, trataba de acariciarla por debajo de la remera. Cuando estabaa punto de dirigirse al botón inicial de la camisa de Bella, alguien toco lapuerta.
Ambossoltaron un suspiro, ella se apartó de él, arreglándose la ropa y acomodándoseel cabello. Antes de abrir la puerta, le dio un pequeño beso a Remus y sealejo.
Al abrir,se encontró con Dumbledore, vestido con su típica túnica celeste cielo y suespesa barba gris.
-Albus, queplacer verte, ¿Ocurre algo?-preguntó la azabache, recibiendo un apretón demanos del director de Hogwarts.
-Lamentointerrumpirlos, hijos míos, pero tengo importantes noticias.-Bella, lo invitó apasar, mientras cerraba la puerta.
-Losmortifagos, no creen que su amo desapareció y están convencidos de que la Ordenlo tiene en alguna parte. Más que seguro que irán a las casas de los aurores,van a torturarlos hasta conseguir información, vengo a avisarles que semantengan atentos, especialmente tú, Bella, van a estar detrás de ti todo eltiempo. Ahora sí, no les quito más tiempo y me retiro.-cuando estaba a punto deirse, Remus se aclaro la garganta.
-Dumbledore,antes Bella y yo queríamos decirle algo.-él, tomo la mano de la joven Potter yle sonrió.
-Si miinstinto no me falla, son buenas noticias.-dijo el director sonriéndoles aambos.
-Así es,Bella y yo, vamos a casarnos.-una sonrisa cálida, apareció en Dumbledore.
-Enmomentos como estos, es bueno para ti, mi querida.- se acerco a Bella y laabrazó.
-Al fincumpliste tu sueño, Remus.-el nombrado, se sonrojo y recibió la prueba deafecto.
-Estaréencantado de presenciar la boda.-
-Queríamosque tenga el honor de ser nuestro padrino y quien me lleve al altar.-comentóBella, abrazando por la cintura a Remus.
-Entonces,jóvenes, tendré el placer de decirles que sí.-Dumbledore, se despidió y volvióa dejarlos solos.
-¿Dónde noshabíamos quedado?-preguntó insinuante Remus, caminando hacía Bella.
-No lo sé,no me acuerdo.- contesto ella, siguiéndole el juego.
Esa veznadie los interrumpió, Remus, se encargo de silenciar la habitación con unospases mágicos.
Ninguno delos dos había estado antes con otras personas, por lo tanto era la primera vezde ambos.
Bella,reposaba su cabeza sobre el pecho de Remus. Vagos recuerdos, pasaban por sumente. La mayoría eran de Hogwarts, de las peleas con James y de las noches enque escribía en su diario, acerca de cuan enamorada estaba de Remus.
Logro quedarsedormida, pensando en su hermano y una de sus tantas peleas.
(https://www.youtube.com/watch?v=hd-eSF2RSsc)
Era una normal tarde de sábado, Lily y Bella, paseabanpor los jardines del colegio. No se sabía nada sobre los Merodeadores, habíanestado ausentes toda la mañana.
-No me sorprendería saber que están tramandoalgo.-comentó Lily, sentándose en un banco.
-Opino lo mismo, no entiendo cómo pueden pasar todo eltiempo haciendo idioteces.-siguió Bella, cruzándose de piernas en el banco depiedra.
-Deberían ser como nosotras, interesarse por losestudios y no por las
las bromas.-la pelirroja soltó un suspiro y se apoyo enlas palmas de sus manos.
-Hola, Bella.-saludo un chico del mismo año de Lily,pero de Ravenclaw.
-Hola, William.-saludo tímidamente la azabache.
-Los
dejo solos.-dijo Lily, guiñándole el ojo a supequeña amiga, mientras se levantaba.
-Estás muy linda hoy, Anni.-Bella, se sonrojo ysonrió.
-Gracias.- ese chico era de ojos oscuros como los deJames, al igual que su cabello, era de tés bastante pálida y una capa de pecas quecubrían la zona de sus ojos y su nariz. A Bella, le gustaba y a él también.
-Veo que tu hermano y sus amigos buenos para nada, noestán cerca.-de apoco, él, se fue acercando a ella, hasta quedar a una pequeñadistancia.
-No lo creas mucho, Keynes.-el chico, asustado seseparo, observando a los cuatro Merodeadores, frente a él.
-James, ¿Qué estás haciendo?-preguntó enojada Bella, enfrentadoa su hermano.
-Annabella, no te metas.-ella odiaba que la llamasenpor su nombre completo.
-Sera mejor que TÚ, no te metas, James.-recalco Bella,empujándolo hacía atrás.
-¡Te he dicho que no te metas!-grito el mayor de losPotter, atrayendo la atención de los que pasaban por ahí.
Bella, sintió las miradas de cada uno de los alumnospresente en el patio. Trago en seco y empujo a su hermano, caminando con lafrente en alto, alejándose de él.
-Maldición, ¡Bella, vuelve!-gritaba James, mientrascorría detrás de su hermana menor.
-Anni, por favor, no te vayas.-por más que élinsistiese, ella no se detendría. Ella, sintió una presión en su brazo, paraluego ser abrazada por su hermano.
-Lo lamento, Bella, pero como hermano mayor no puedopermitir que nada te pase.-la joven Potter, se resistió al abrazo por unossegundos.
-¿A qué te refieres, James?-preguntó mirándolo a losojos.
-El solo quiere usarte y alejarte de mí
yo no puedo perderte,eres mi hermanita, mi Bella, mi Anni, mi todo. Vales mucho más que cualquierchica de Hogwarts, sin contar a Evans.- James, la tomo por las mejillas y lahizo que lo viera.- No se que haría si te perdiera.- Bella, se sintióconmovida, que los ojos comenzaron aguarse y derramo lágrimas sobre la túnicade su hermano.
Bella,abrió y sin hacer algún movimiento brusco se levantó de la cama, encerrándoseen el baño. Se apoyo en el lavabo, flexiono los codos y dejo caer su cabeza,mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. Le costaría demasiado olvidar asu hermano, tal vez le llevaría años, pero aún así no lo lograría del todo. Ella,necesitaba tenerlo cerca, desde la muerte de sus padres, se habían hecho tancercanos que parecían uno solo. Nunca se había alejado tanto tiempo de él, yeso le dolía.
-James
tenecesito
vuelve
te lo suplico.- decía entre lágrimas mientras ponía una mano ensu pecho y seguía llorando en silencio.
Capítulo6:
Punto de vista de Remus:
Los meses fueron pasando, las amenazasde los mortifagos, seguía en pie. Se habían reportado casos de aurores,torturados hasta cierto punto por información. Bella, propuso que los Longbottom,se mantuvieran lejos de Londres, por un tiempo, para mantener al pequeñoNeville a salvo.
Desde la muerte de James y Lily, noteque Bella, no estaba demasiado presente en las reuniones de la Orden. Dumbledore,también lo noto y le ordeno que se alejase un poco para poder descasar, yencargarse un poco de ella.
Mientras que yo asistía a lasreuniones, Molly Weasley, se ofreció a cuidar de mi Bella, para que no sesintiese sola en la Mansión. Es por eso que cada vez que llegaba, me encontrabacon muchas cabecitas coloradas que corrían por toda la casa, haciendo sonreír ami amada. Amaba verla feliz, daría lo que no poseo para mantenerla con una sonrisa todos losdías.
A veces notaba como ella, miraba alpequeño Ron Weasley. Debí suponer, que le hacía acordar a Harry, ya que por lasnoches ella se quedaba mirando el cielo durante un tiempo largo. Siempre tratabade hacerla olvidar por un momento de su tristeza, y pasar más tiempo con ella.
Ya faltaba poco para que la boda serealice, Molly, estaba más presente en nuestra casa, ayudando a Bella concualquier cosa que fuese necesaria. Arthur, me aconsejaba cosas básicas para unmatrimonio.
Una tarde al volver de una de lastantas reuniones, encontré a Bella, en la cocina con un ejemplar del "Profeta". Estaba concentrada dándole laespalda a la puerta. Me acerque sin hacer ruido y la abracé por atrás. Se veíatan serena y tranquila, tan hermosa, tan joven. Tan mía desde hace unos meses.
-Ya llegue.-le susurre al oído,mientras la escuchaba reír por lo bajo.
-Te estaba esperando.-esta vez, fui yoquien sonrió.
-No hace falta que esperes más, aquí estoyy te tengo buenas noticias.-ella se paró de la silla y se quedó mirándome.
-Dumbledore, nos autorizó para irhacerle una pequeña visita a Harry.-note que sus ojos se aguaron y dio vuelta, llevándoselas manos a la boca.
-¿Ann? ¿Estás bien?-la tome de loshombros, girándola lentamente. Ella no me contestaba, solo me abrazo y llorabasobre mi pecho.
-Rems, te amo. Gracias por estarconmigo.-rodee con mis brazos sobre su cintura y la abracé con fuerza.
-Jamás te dejaría sola, se lo prometía James y voy a cumplirlo, aunque tenga que arriesgar mi vida.- ella, levantóla vista sonriéndome. Colocó sus brazos sobre mi cuello y poniéndose en puntillas,me beso. Mis manos viajaban desde su cadera hasta sus piernas, ella sonreía,había dejado de llorar.
-No entiendo cómo es que puedes sertan hermosa con tus cambios de humor.-Bella, se juntó más a mí, mordiéndome elcuello.
-Lo mismo me preguntó.-contesto, hiceun poco de fuerza y la levante del suelo. Ella, enredo sus piernas en micadera, mientras no se separaba de mí.
No llegamos muy lejos, mientras caminabatropecé con el sillón, cayendo yo encima de ella. Bella, reía de mi torpeza. Lacallé, con un beso mientras buscaba los botones de su pantalón mientras no medespegaba de ella. Corrí los tirantes amarillentos, mientras le separaba laspiernas para acomodarme mejor. Bella, tenía los ojos cerrados y una gransonrisa. Comencé a bajar los besos, hacía su mentón y cuello. Ella acariciabami cabeza, mientras me miraba.
Su remera, solo llegaba a la mitad desu abdomen, donde deposite un largo camino de besos y algunas mordidas.
-Rems
-levante mi vista, note queestaba agitada y sus manos le temblaban. También note, que el sillón erademasiado pequeño para ambos, y con unos pases mágicos se convirtió en una camamatrimonial.
Esa noche sin duda, fue la mejor quehabía tenido en meses. Cada día que pasaba, mi Bella, se sentí mejor y de buenhumor manteniendo esa hermosa sonrisa que me había enamorado desde que tenía12. Después de haberla hecho mía por segunda vez, termine agotado. Me acosté asu lado e hice aparecer unas cuantas sabanas. Ella se recostó sobre mi pecho,jugando con sus dedos.
-Ann, me has hecho el hombre más felizdel mundo.-se colocó la parte de arriba y de debajo de su ropa (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=85792641&.locale=es). Se subió sobre mí, con una rodilla a cada lado de la cama y se inclinócon intención de besarme, pero al quedar a cierta distancia, me susurro.
-Y tú, me haces sentir una mujer cadavez que te quedas a mi lado. Me das coraje y me siento bien, teniéndote cerca.-meeleve sobre mis codos y con una mano la tome por la cintura. Ella, enredo susmanos en mi cuello, la apreté para tenerla más y más cerca de mí.
Punto de vista de Bella:
Luego de unas horas, Remus, meabrazaba por la cintura mientras yo reposaba mi cabeza en su otro brazoestirado. Él ya se había dormido. Mire al reloj, 3:30 Am, no tenía sueño luegode haber pasado la mejor noche con Remus.
-¿Estás despierta?-me susurro,mientras corría despejaba mi cuello para ocuparlo con sus besos.
-Si, ¿Ocurre algo?-él sin despegarsede mi cuello, negó.
-Solo quería saber si estabas bien.-medi vuelta, quedando frente a frente.
-¿Cuándo podemos ir a ver aHarry?-bese su pecho, mientras me acurrucaba en él.
-Cuando tú quieras, pero ten en cuentaque solo es una sola vez que podremos hacerlo.-asentí sin separarme de él.
Luego de un rato más despiertos,hablamos de cómo sería nuestra vida de casados. A las 4:15 am, él se durmió abrazándome,mientras me frotaba los brazos.
Las ganas de poder ver a mi sobrinootra vez, me alegraron y es por eso que llore.
Punto de vista del narrador:
Bella, logro dormirse con la alegríafloreciendo en su interior. En sus sueños, James y Lily, estaban vivos y Harryestaba con ellos. Ella y Remus, formaban ahora una pareja con un bebe encamino. Todos estaban felices. Sirius, había dejado la etapa de casanova yahora era un hombre serio fiel a una sola mujer. Voldemort, jamás existió ynadie debía ser presa del miedo al ser Muggle en el mundo Mágico.
Bella, se sentía cada vez más liberadapero aún recordaba a su hermano, con tristeza sino con alegría. Ella sabía queél murió salvando a su familia.
"Mihermano, era y será un héroe" decía la mente de Bella, una y otra vez
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Hola!Bueno les traigo un capítulo bastante picantito, jeje. Decidí subirlo hoyporque tenía ganas de hacerles un regalito a mis amadas lectoras. Mañana por eldía del padre, pienso subir un capítulo de todas mis historias, dedicadas a lospadres.
Carmencika95 se borró el comentario del último capítulo de TWD, ósealo vi pero cuando iba a contestarte, desapareció, no sé qué paso, pero te digoque fue muy raro o.O
Buenoespero que les haya gustado el capítulo, y espero sus comentarios J
PD:NUEVAS HISTORIAS!!
https://www.potterfics.com/historias/143131
https://www.potterfics.com/historias/142959
https://www.potterfics.com/historias/142874
Les dejo una fotito!
Capítulo7:
Punto de vista de Bella:
Hoy era el día en que iríamos avisitar al pequeño Harry. Estaba muy emocionada y nerviosa, no sabía cómoactuarían los Dursley, pero debía hacerlo.
-¿Estás lista?-me preguntó Remus,tomándola de la mano.
-Claro.- los dos viajamos por PolvosFlu, hasta el Caldero Chorreante. Allí nos esperaría Dumbledore.
-Bienvenidos sean, míos. QueridaBella, dentro de poco veras a tu sobrino de vuelta.-escuchar eso me llenaba elalma.
En un solo abrir y cerrar de ojos, nosencontrábamos la puerta de Privet Driver. Remus, llamo a la puerta para luegotomar mi mano. La puerta se abrió, dejando ver la esbelta figura de Petunia.
-¿Qué quieres aquí?-preguntó, tancordial como siempre.
-Solo
solo venimos a ver aHarry.-hizo una grotesca mueca y nos dejó pasar. Parecía que Vernon no estaba,ya que la tranquilidad reinaba en el lugar.
-Está por allá.-indico con la cabeza.Me dio tristeza, ver como mi pobre bebe, estaba encerrado en un pequeño corral,demasiado pequeño y era maltratado por su primo.
-Oh
Harry
-me acerque a él, note quequería que lo alzase ya que extendía sus bracitos para que lo tomaran.
-Lo lamento, cariño. Pronto estaremosjuntos y te prometo que formaremos una familia, pero hay que esperar un pocopara que podamos lograrlo.-Petunia, tomo en brazos a su hijo y se apoyó en elmarco de la puerta del recibidor.
-Si tanto quieren formar una familiacon él, ¿Por qué no se lo llevan?-la mire mal, Remus tomo a Harry, mientras yome acercaba a ella.
-Tú no tienes idea de lo que pasa ennuestro mundo, por culpa de un traidor tú hermana y mi hermano están muertos.No podemos hacernos cargo de Harry, ahora, pero pronto no tendrán quecuidarlo.- estuvimos un rato más con Harry, antes de quellegase Vernon.
-Te prometo, pequeño, que vendremospor ti y estarás con tu verdadera familia, te lo prometo.-bese su mejilla y loabracé. Él se apego a mi pecho y lo escuchaba balbucear cosas indirigibles.Notaba como Remus lo miraba con amor y ternura, sabía que él quería tener unhijo, pero tenía miedo de los riesgos que podían ocurrir al ser un hombre lobo.
Pasados unos minutos, Harry, se durmióen mis brazos. Me daba lástima tener que alejarme de él, pero debía hacerlo siquería mantenerlo a salvo.
-Hasta dentro de unos años,amor.-suavemente lo recosté en un pequeño y desgastado moisés de mimbre.
Nos despedimos de Petunia y partimos ala Mansión
Punto de vista de Remus:
Al llegar, note que Bella estabadeprimida y por sobre todo, se sentía culpable.
-Ann, ¿Estás bien?-la abracé pordetrás mientras apoyaba mi mentón en su hombro derecho.
-Rems vi como mirabas a Harry. Creoque deberías dejar tu paranoia de que si tenemos un hijo, salga hombre lobo. Nosiempre es acertado y también creo que deberíamos intentarlo.-me separe de ellay camine unos pasos.
-No es una paranoia, es que no solotengo miedo por el bebe, sino que también tengo miedo de que algo te ocurra ati, te amo demasiado como para perderte.-sentí como ella se dejaba caer sobreel sillón.
-Siempre dices lo mismo, estoy cansadade estar sola cuando tú no estás, necesito alguien a quien cuidar y que dependade mi todo el tiempo, lo quiero Rems.- me arrodille frente a ella, mientras latomaba de las manos.
-De acuerdo, pero tendrás queprometerme que no permitirás que nada te ocurra, ¿Entendido?-a modo derespuesta, se tiro sobre mi besándome.
-Lo prometo, Lunático.-la abrecéfuertemente, no quería separarme de ella, de su olor a vainilla ni a sus labiosde fresas.
Ella, estaba muy cansada por lo quedecidió ir a descansar un poco. Yo me quede en la sala, recostado en el sillóncon una barra de chocolate en las manos. Pensaba en cómo me había enamorado tanperdidamente de Bella, sabiendo los riesgos si James se enteraba.
Flashback:
Punto de vista de la narradora:
Loscuatro Merodeadores, ya estaban ubicados en la mesa de Gryffindor, esperando algran banquete. James, no despegaba la vista de enfrente esperando poder ver asu pequeña hermana.
-Tranquilo,de seguro queda con nosotros.-decía Sirius, pero el joven Potter no hacía caso.
Laspuertas del Gran Comedor se abrieron, dejando paso a la profesora McGonagallque era seguida por todos los nuevos estudiantes.
Todoslos nuevos, miraban curiosos el comedor, James buscaba a Bella, entre laspequeñas cabezas de los de once años.
-Nola veo.-decía James, mirando a sus amigos.
-¿Noes la que tiene el gran moño rosa?-preguntó Sirius, estirando el cuello paraverla.
-¡Si!¿Dónde está?-el azabache, siguió mirando hasta volver a encontrarla.
-Estájunto a mi hermano, Regulus.-los cuatro Merodeadores, especialmente James, sequedaron tranquilos de saber donde estaba.
McGonagall,dejo el taburete en su lugar y de su túnica verde esmeralda saco una extensalista.
-Muybien, los iré llamando.-acomodo sus anteojos y comenzó a leer.
-¿Nerviosa?-preguntóun chico al lado de Bella.
-Unpoco.-ella lo miro y le sonrío.
-RegulusBlack.-él le devolvió la sonrisa al tiempo que le extendía la mano.
-AnnabellaPotter.-desde la mesa de Gryffindor, Sirius, miraba la escena divertido.
-Alparecer, seremos cuñados James.-el nombrado, siguió lo que su amigo veía yapretó los puños.
-¡AnnabellaPotter!-Regulus, la miro y le susurro.
-Buenasuerte.-a paso lento y tímido, Bella se acerco a la profesora, donde lecolocaron el Sombrero Seleccionador.
-"OtraPotter, interesante, no eres como tú hermano. Eres más astuta y ágil, deberíasestar en la casa de Slytherin, pero algo en tu interior dice que no. Difícildecisión, muy difícil.- pasaron unos minutos, que fueron una eternidad paraBella.
-¡Gryffindor!-gritofinalmente. La alegría llenaba el cuerpo de la pequeña. En cuanto le sacaron elsombrero, corrió a la mesa de los leones, donde la esperaban los Merodeadores.
James,abrazó con fuerza a su hermana menor, mientras que Sirius y Peter le dabanpalmadas en la espalda.
-¡Bella!¡Bella!-canturreaban ellos mientras, al festejo se sumaba una niña pelirroja.
-Felicitaciones,soy Lily Evans.-la azabache le sonrió y ambas se sentaron juntas en la mesa.
Desdeel otro lado del Gran Comedor, Regulus, miraba a esa chica con la que habíahablado unos segundos nada más. La vista era compartida por un chico desegundo, pero no miraba a Bella, mira a la otra chica que estaba a su lado.
Porotro lado, Remus, tampoco dejaba de mirar a la hermana de su mejor amigo ycuando sus miradas se chocaban, él, se ponía nervioso y en vez de sonreír hacíauna mueca rara.
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Punto de vista de Remus:
Aún recuerdo ese día y no puedo evitarsonreír por la forma en que actuaba. También recordaba el día en que ella entroen el coro de Hogwarts, cuando escuche por primera vez su voz, tan melodiosa ydelicada. Era como el canto de una bella sirena, que acompañaba a la figura deángel que ella tenía.
Varias veces la vi con su mejor amigo,Regulus, eran inseparables y siempre tuve el presentimiento que a él le gustabami Bella.
Fui sacado de mis pensamientos, cuandoun fénix, entró por la ventana de la Mansión. A simple vista se veía que erauna carta de Dumbledore.
"EstimadoRemus:
LaOrden debe reunirse cuanto antes, se realizara un nuevo juicio contra Sirius yes necesario que Bella este presente para ese día. Sé que será difícil paraella, verlo pero es urgente.
Atte.Dumbledore"
Sabía exactamente cómo iba reaccionar,así que espere a que ella despierte para decirle, mientras iría a descansar unpoco a su lado
Capítulo8:
Punto de vista de Bella:
Habían pasado 6 meses desde que habían encerrado a Sirius. Remus mehabía mostrado la carta de Dumbledore, en dos semanas se realizaría un segundojuicio. No sabía que es lo que haría pero de igual forma debía ir para ver a lacara de aquel que fue el mejor amigo de mi hermano.
Hoy vendría Molly para hacermecompañía, hacía unas semanas atrás se enteraron de que estaban esperando unaniña y eso me hacía feliz. Desde que era niña soñaba con tener muchos hijos ycuando conocí a Remus, deseaba que fueran suyos.
Ese día me había levantado temprano,Remus aún dormía por lo que decidí llevarle el desayuno a la cama y poderhablar un poco sobre lo que le propuse ayer. Aún en pijama (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=86158522&.locale=es), baje a la cocina donde se encontraba Nix, la vieja elfina que vivíaen la Mansión, se ofreció a ayudarme, pero quería hacerlo por mi cuenta, alestilo Muggle.
No era gran cosa lo que estabahaciendo pero valía la pena intentar hacer algo nuevo. Cuando termine, tome mivarita e hice levitar la bandeja hasta nuestra habitación. Abrí lentamente lapuerta sin hacer ruido, pero no fue necesario ya que Remus, estaba despiertopero aún acostado.
-Arruinaste mi sorpresa, Lupin.-dijealgo fingiendo estar enfadada.
-Lo lamento, pero me desperté al nosentirte a mi lado.-me acerque a la cama dejando la bandeja sobre la mesa deluz.
-Que tierno eres, Lupin.-él sonreíamientras tiraba de mi mano.
-¿Y a qué se debe toda esta atención?-yosimplemente me encogí de hombros y me senté sobre él.
-Ann, quería hablar acerca de lo queme propusiste anoche.-él puso sus manos en mi cintura mientras yo colocaba mismanos sobre las suyas.
-Creo que es algo pronto como paratener hijos ahora y deberíamos esperar un poco antes de dar este gran paso. Yote amo y muero de ganas de formar una familia contigo, pero con todas las cosasque están pasando es mejor esperar.-solté un suspiro y baje mis manos.
-Ann, no quiero que te enojes ni nadapor el estilo.-sonreí mientras me inclinaba para besarlo.
-Está bien, tienes razón y te entiendoes demasiado rápido.- los nos dedicamos a desayunar mientras hablábamos acerca deljuicio.
-¿Para que querrán hacer otrasesión?-pregunté mirando otra vez la carta de Dumbledore.
-Esta vez estará presente todo el Wizengamot, además de la Orden.-me contesto mientras me tomaba de lamano.
Al mediodía vendrían los Weasley, Molly, me ayudaría a elegir elmodelo para el vestido mientras que Remus se encargaba de los pequeñospelirrojos.Teníabastante tiempo para ordenar un poco y distraerme. Fui a mi antigua habitaciónpara tomar algo de ropa, cuando encontré detrás de mi cama, un pequeño sobremorado con letras en plateado. Confundida lo abrí, sorprendiéndome al saber de quiénera.
"Bella,te deseo un feliz cumpleaños. Nuestra pequeña Merodeadora, está creciendo y nossentimos orgullosos de ti, espero que no te olvides de tu mejor amigo.
Sirius Black"
Termine de leer la carta y no sabía cómoreaccionar. Sirius, durante mucho tiempo fue una de las personas en las que yoconfiaba y quería, hasta llegue a sentir cosas por él. Doble las carta y laguarde en el cajón de mi mesa de luz, no quería saber nada sobre él. Luego detomar mi ropa, decidí bañarme antes de pedirle a Nix, que prepare el almuerzo.
Cuando estaba por entrar al baño, mefije en algunas fotos que descansaban en un estante de mi pequeña biblioteca. Enella estábamos, Lily, Remus, Peter, James, Sirius y yo, fue en una navidad quepasmos en la Mansión. En otra estaba Regulus y yo en nuestro último año deHogwarts, ambos prefectos, él de Slytherin y yo de Gryffindor. Con nostalgia,me acerque y tome la foto. Lentamente solté los pequeños picos que la sostenía,desprendiéndola del marco de vidrio.
Durante mis siete años en Hogwarts,Regulus, había sido mi mejor amigo, mi confidente y la única persona que meentendía, aparte de Lily. Él me consolaba cada vez que discutía con James o mesentía triste.
-¡Apúrate,Reg, o no llegaremos!-gritaba yo desde el inició de la escalera, esperando a miamigo.
-¡Noes mi culpa que te despiertes tan tarde, querida Bella!-decía él, acercándose amí.
-Túte ofreces a esperarme en la puerta del retrato de la Dama Gorda.-aclare.
Mientrasreíamos, ingresábamos al aula de Pociones, en las mazmorras. El profesorSlughorn, se encontraba en la puerta del salón, despidiendo a la clase queestaba antes que nosotros.
-SeñoritaPotter, Señor Black, siempre puntuales. Ojala sus compañero aprendiesen deustedes.-comentó al vernos entrar.
A decirverdad casi nunca llegábamos a tiempo pero igual éramos sus alumnos de cabecera,aquellos en los que él confiaba.
Mientrasesperábamos a que los demás llegasen, Regulus y yo, nos sentamos unos bancosalejados del escritorio del profesor.
-¿Ocurrealgo, Bella? Durante estos días te note algo preocupada.-me preguntó mientraslevantaba su vista del pergamino que escribía.
-No
noocurre nada, Reg.-dejo completamente de escribir para mirarme.
-Teconozco desde hace 5 años, y aún no comprendo cómo es que no me tengasconfianza.-sonrío de lado mientras yo respiraba hondo.
-Estoyenamorada.-solté de golpe, haciendo que rayase el pergamino.
-¿Enamorada?¿De quién?- era cierto nos conocíamos desde primer año, pero siempre preferí aLily a la hora de hablar de chicos.
-Esalguien de mi casa.-sonreí mientras bajaba la mirada. Por otro lado, su rostro,se ensombreció repentinamente.
-Quebien.-dijo fríamente volviendo a retomar su escritura.
-¿Ocurrealgo, Reg?-apoye mi mano sobre la suya, haciendo que un leve temblor recorra toda su mano.
-No.-nollegue a decir nada, ya que los demás empezaron a entrar.
La clasese torno un poco incomoda, sabía que a él le gustaba una chica pero nunca medijo quien era y yo tampoco insistí para que me lo contara. Al final de laclase, Regulus, salió primero, ni siquiera me espero y comenzó a subir lasescaleras hacía su Sala.
-¡REG!¡Espera!-logré detenerlo a mitad de la escalera.
-¿Qué?-meaparte un poco al ver el tono en que me había hablado.
-Quería
queríapedirte perdón si te ofendí de alguna forma.-él sonrió y con algo de fuerza, meobligo a entrar en un salón vació.
-Bella
te contare sobre la chica que amo en secreto. La conocí en primer año, hableunos segundos con ella antes de que la llamasen para el Sombrero Seleccionador.Quedo en Gryffindor, demasiado lejos de mí. No soportaba la idea de saber quemi hermano se le acercaría e intentaría seducirla, no podía. Ella debía ser míay debe serlo.-aún me tenía agarrada de los brazos y acorralada contra unescritorio.
-¿De
que estás hablando, Reg?-pregunté sin entender.
-¡Esachica eres tú! ¡Siempre te ame, hacía cualquier cosa para que te des cuenta delo que siento por ti! Bella, tan solo te amo.-estaba confundida, yo simplementeveía a Regulus como un amigo y nada más.
-Regyo
-no me di cuenta que a medida que él hablaba, se iba acercando hasta que noquedo más que una diminuta y delgada línea. Me beso. Yo no hacía nada solo mequede parada sin hacer nada. Cuando se separo, lo empuje y salí del aula.
Negué varias veces, tratando deolvidar ese recuerdo, pero era imposible.
-Ann, ¿Estás bien?-preguntó Remus,entrando en la habitación.
-Si.-tome la ropa y ambos salimos deahí.
Capitulo 9:
Puntode vista de Remus:
Eldía del juicio había llegado, el sol aún no estaba presente en el cielo y labrisa nocturna se sentía a cada paso. Bella no había conseguido dormir en todala noche, daba vueltas, se levantaba y se volvía a acostar. Varias veces tuveque abrazarla para que se tranquilice. Cerca de la madrugada consiguiódormirse.
Lasesión comenzaba a las 03:30 pm. Debíamos estar antes en el cuartel de la Ordenpara preparar a Bella. Me levante cerca de las 09:45 de la mañana, no quisedespertarla por lo que decidí dejar que descanse un poco más.
Meprepare una taza de café y me dispuse a leer el "Profeta", ninguna noticia interesante todas hablaban de ladesaparición del-que-no-debe-ser-nombrado. En varias secciones aparecen fotosde Bella, después de la primera sentencia del ministerio. En otras páginashablaban sobre la nueva intervención que se haría hoy, pero un encabezado mellamo la atención.
"¿Es Black un Mortifago?
Durante su estadía en Hogwarts, el joven Black,creo una fuerte amistad con James Potter, Lilian Evans y tres jóvenes más,entre ellos la hermana menor de Potter. Se confirma que solo era una cruelmentira para acabar con la vida de tres de sus "mejores amigos".
Todos los habitantes del mundo mágico saben quela familia Black, es una de las más prestigiosas y poderosas, pero tambiéntodos los integrantes de esa familia son mortifagos. Hace no más de dos años,Regulus Black, murió a causa de serle leal a-quien-no-debe-ser-nombrado.
Los magos y hechiceras, están conmovidos por lossucesos de hace unos meses. La señorita Annabella Potter, se negó a dardeclaraciones acerca de lo que pensaba sobre Black. A esta joven dama, se lenegó la tutoría de su único sobrino y aquel que derroto al Señor Tenebroso,muchos dicen que se la ha visto tratando de entrar al mundo Muggle, por lafuerza, con intensiones de recuperar a su sobrino.
Fuentes Rita Skeeter."
Meenfurecí al ver lo que habían puesto acerca de Bella y un poco por lo deSirius.
-Mentiras,son todas mentiras.-lancé el diario al piso y trate de relajarme.
-¿Asíque intento entrar por la fuerza almundo Muggle para recuperar a Harry?-preguntó una voz burlona detrás de mí.
-Nosaben que decir, esta mujer es una farsante.-ella río y se sentó al lado mío.
-¿Pudistedormir?-negó mientras apoyaba su cabeza en la mesa.
-Contodo lo que paso durante estos últimos meses, se me fue bastante complicado.-tome su mano y la hice sentar en mi regazo.
-Verasque todo se solucionara y volverá a ser todo como antes.-la abracé por la cintura,mientras ella colocaba su mentón en mi hombro.
-Notodo, James y Lily no volverán. Harry tendrá que quedarse con eso espantosos Muggles y
-la acune entre misbrazos mientras la mecía para que se tranquilice.
-Conel tiempo veremos con remediar esas cosas, pero por el momento tenemos quepreocuparnos por lo que digan hoy en el juicio.-ella levanto la vista y susojos estaban húmedos, con mi dedo evite que una lágrima resbalase por sumejilla.
-Ahora,ve a cambiarte que te voy a estar esperando para desayunar.-le di un rápidobeso y la deje ir.
Puntode vista de Bella:
Luego de hablar con Remus, me puse a pensar en Harry. Era demasiadopequeño como para sufrir de esta forma, él debería disfrutar de sus padres y noser maltratado por sus tíos.
-Teprometí que estaríamos juntos y lo estaremos, Harry.-dije al aire, mientrasentraba a bañarme.
Cuandoestuve lista, envolví mi cuerpo con una toalla y entre en mi habitaciónmientras me cambiaba (https://www.polyvore.com/dfhntgt/set?id=86471260)escuchaba las tiernas melodías que pasaban en una estación de radio Muggle. Mellamo la atención el estribillo de la canción, si mal no recordaba, esa canciónfue con la que baile en el baile de navidad cuando tenía 14 años, Sirius mehabía invitado y creo que fue ahí donde me empecé a fijar en él. Borre losrecuerdos que tenía de él y me termine de arreglar.
Cuandoestuve lista, encontré a Remus en la sala mirando la chimenea mientras jugabanerviosamente con sus dedos.
-¿Vamos?-preguntesorprendiéndolo. Los dos nos tomamos las manos y aparecimos en el cuartel de laOrden. En el estaban Dumbledore, Arthur, Moody, Fletcher y otros de los integrantes.
-Buenosdías, queridos.-nos saludo Dumbledore, apenas aparecimos.
-Comotodos ya saben, hace unos meses se dicto la primera sentencia hacía Sirius,pero no se determino nada concreto y el motivo de este juicio es ver que sedepara para el futuro del joven Black.- comenzó a decir Moody.
-Yahora si no hay nada más que decir, vayamos.- hicimos aparición conjunta entretodos. Aparecimos en los abarrotados pasillos del Ministerio de Magia, ibaagarrada de la mano de Remus para no perderme.
Detan solo pensar en lo que dirían, me perdí en mis pensamientos dejando queRemus me llevase.
-¿Esnecesario que Bella testifique?-escuche que pregunto Remus.
-No,esta vez el Wizengamot hablara solo tendremos que hacer acto depresencia.-contesto Arthur.
Todoslos integrantes de la Orden bajamos a los pisos superiores donde seencontraban todos los representantes delWizengamot.
Erauna sala redonda con filas de asientos que recorrían toda la habitación. En unextremo se encontraban todos los magos que juzgarían a Sirius. En el centro seencontraba el lugar para el acusado, ahí había una silla.
Cuandoestuvimos reunidos y ubicados, Remus, tomo mi mano por debajo de la baranda demadera que nos separaba.
-Todoestará bien, tranquila.-me susurraba apretando mi mano.
Losminutos parecían años, la sesión no empezaba y estaba comenzando a perder lapaciencia. Comencé a jugar nerviosamente con los dedos de Remus, luego mirabarepetidas veces miraba la puerta de entrada, esperando ver a los jueces, nadapasaba.
Cerrélos ojos y me apoye en el hombro de Remus, tan solo quería pensar que todohabía pasado y ahora estaba en casa.
Unay otra vez recordaba las palabras de James antes de que Harry naciera.
-"Te elegimos junto a Siriuspara ser los padrinos de Harry, ya que confiamos en ustedes y sabemos que encaso de que algo nos pase, ustedes lo cuidaran"-reía para mis adentros alrecordar ese día.
Cuandoparecía que no llegarían, los aurores, entraron por la enorme puerta de maderatrayendo consigo, al prisionero.
Aúnmantenía los ojos cerrados, no quería verlo pero la insistencia de Remus, mehizo hacerlo.
Allíestaba él, traía puesto el uniforme de presidiario con su numeración, tenía elpelo más largo y desprolijo, sus ojos eran adornados por enormes ojeras y nomostraban la misma sensualidad que cuando tenía 16.
Losaurores, lo sentaron en la silla que daba de frente a los jueces. Desorientado comenzóa mirar para todos lados, para mi mala suerte me encontró.
-Bella
-comenzósusurrando.- ¡BELLA! ¡Pequeña Potter, soy inocente! ¡Debes creerme! -gritaba mientraslevantaba sus manos, dejando ver pesados grilletes.
Porun momento la compasión me lleno, pero al tener las miradas de todos sobre mí,baje la vista
Capítulo10:
Punto de vista de Remus:
Bella, se tensó al ver llegar aSirius. Él gritaba nuestros nombres contanta fuerza, que entre cuatro aurores tuvieron que detenerlo.
-¡Silencio!-pidió el presidente delWizengamot.
-En el día de hoy se ha citado alacusado, Sirius Orión Black, para darle un juicio para determinar susentencia.-los aurores se alejaron y dejaron a Sirius solo en la silla.
-En el día 31 de Octubre de este año,se lo culpa de haber sido aliado del-que-no-debe-ser-nombrado y principal causantedel asesinato de la familia Potter, ¿Cómo se declara?-Ann, bajo la vista unmomento, tratando de contener las lágrimas.
-¡Inocente! ¡Soy inocente! ¡Jamássería capaz de traicionar a mis amigos!-comenzó a gritar Sirius, parándose dela silla.
-¡Es usted culpable! El único quesabía acerca de la ubicación de los Potter era usted, ni la mismísima hermanade Potter, sabía dónde estaban.-alego uno de los jueces.
-¡Bella! ¡Fue Peter! Deben creerme,¡Fue Peter! El desgraciado no está muerto, ¡No lo está!-tome la mano de Ann, yaque note que el labio superior comenzó a temblarle. De nuevo los aurores,tuvieron que intervenir.
-¿Quiere involucrar a Pettegrew?¿Quiere involucrar a la misma persona que junto a doce Muggles, ustedasesino?-Sirius, dejo de forcejear y comenzó a reír frenéticamente.
-Repito su señoría, ¡YO NO MATE ANADIE!-Bella, se puso de pie y bajo las pequeñas escaleras de donde estábamos,trate de detenerla pero Dumbledore me lo impidió.
-Anni, debes creerme.-escuche que lerogaba.
-Durante años confié en ti, con mihermano te hemos dado un hogar cuando decidiste escapar del tuyo. Mis padres teamaban como otro hijo, James y Lily, te nombraron padrino de Harry y yo tansolo me preguntó, ¿Estás diciendo la verdad?-todos quedamos en silencio, jamásimagine escuchar hablar de esa forma a Bella.
-¿De qué estás hablando? Por supuestoque estoy diciendo toda la verdad, yo amaba a James como otro hermano y sinhablar de ti, yo te cuidaba como si fueras de mi propia sangre, siempre procureque nada te ocurriese, yo
yo
por favor Anni, debes creerme.-Bella, hizo unapausa tomo aire y miro a los jueces.
-Discúlpenme.-con una mano en la bocasalió de la sala. Dumbledore, me hizo una seña y corrí detrás de ella.
La encontré en medio del pasillo,apoyada contra la pared llorando.
-Rems
no sé qué hacer.- me acerque aella y la abracé.
-Ellos sabrán que hacer y todo estarábien.-la tome del mentón y le seque una a una las lágrimas que caían por sushermosos ojos marrones.
-Quiero irme, Rems. No quiero estaraquí.-me rogo mientras me abrazaba.
-Espérame aquí, enseguida vuelvo.-ellaasintió, volví a tomarla del mentón y la bese. Luego de separarnos, volví a lasala en donde estaban todos y me acerque a Dumbledore.
-Albus, debemos irnos Bella, no sesiente bien y me pidió que la lleve a casa.-él asintió y me aseguro que mecontaría lo que ocurriría después. Cuando volví al pasillo, tome la mano de Anny ambos desaparecimos.
Al llegar a casa, Bella, decidió ir adormir y solo me limité a verla subir con tristeza las escaleras. Se me partíael alma verla de esa forma, odiaba verla con lágrimas en los ojos. Haríacualquier cosa por verla sonreír.
Cuando cerré la puerta me acorde deque dentro de unos días sería luna llena y tendría que marcharme para no herira Bella. Me acerque al sillón y tome el calendario que usaba para calcular misdías.
Luna llena sería mañana, tenía queidear algo para alejarme y poder transformarme tranquilo. Por el momento meolvidaría de eso y me concentraría en pasar lo que quedaba de este día con Ann,debía animarla un poco aunque sea.
Subí las escaleras e ingrese ennuestro cuarto, me sorprendí al verla aún despierta.
-Hola.-me saludo débilmente. Meacerque a ella y la abracé.
-Te abrazó para no ver la tristeza queestá presente en tu hermoso rostro.-ella ahogo un sollozo y se abrazó a mí.
-No seas tan dulce, solo me puse asíal recordar a James, nada más pero igual gracias, Lunático.-levantó la vistaapoyando su mentón en mi pecho mientras me sonreía.
Luego de hablar por un rato, decidimosacostarnos y descansar. La respiración de Bella era larga y armoniosa, laabrace por la cintura y la mantuve a mí lado durante toda la noche.
Punto de vista de Bella:
Luego de un largo día, era perfectotener la compañía de alguien como Remus, no entendía como pude habermeenamorado de uno de los mejores amigos de James. Por más que hiciese memoria nopodía acordarme cuando fue el momento preciso en que comencé a sentir mariposascon tan solo mirar a Remus.
Punto de vista del Narrador:
Erael quinto años de Bella, ella salía lo más apurada que podía del salón depociones, ya que no quería encontrarse con Regulus, desde lo incidente, ningunose volvió a hablar.
Mientrasella caminaba miraba constantemente hacía atrás procurando estar sola. Al llegara una esquina, pudo distinguir las voces de su hermano y de Sirius.
-PobreLunático, anoche fue la peor noche.-Bella, se escondió detrás de una estatua y siguióescuchando.
-Lomismo digo, ahora será mejor que lo dejemos descansar un poco en la enfermeríay por la tarde iremos a verlo.-cuando ambos se fueron, ella, aprovecho queestaba cerca de donde estaba Remus y fue a verlo.
Al entrar,saludo cordialmente a Madame Pomfrey y pidió ver a su amigo. Se sorprendiócuando la enfermera la dejo entrar sin echarla.
-Solotienes 20 minutos, luego debes dejarlo descansar.-ella asintió, dejo sus librossobre la mesa y se sentó en la silla que estaba al lado de la cama. Alrededor dela cama había unas telas que impedían que los que entraban viesen el estado deljoven Lupin.
Remus,estaba metido en un sueño bastante profundo, su piel estaba pálida y llena deheridas que cruzaban sus mejillas de punta a punta, la mano de Bella, recorriósuavemente una de ella notó como él se estremecía ante el tacto y lentamenteabría los ojos.
-¿A
Ann?-preguntóparpadeando un par de veces.
-TranquiloRems, es mejor que descanses.-él sonrió y volvió a cerrar los ojos, nuevamentela mano descendió hacía un pequeño corte que nacía en el labio de Remus. Por unacto involuntario, ella se mordió el labio mientras sonreía.
MadamePomfrey, tenía que salir por lo que le pidió a Bella que se quede con el joven licántropo.Remus dormía, mientras ella terminaba su tarea de Runas Antiguas. Él hizoalgunos movimientos acomodándose.
-B
Bella
no te vayas.-comenzó a decir dormido, la joven Potter, dejo de escribir y selevantó de su asiento.
-¿Quéocurre Rems?-le susurró inclinándose apenas sobre él. El aliento de ambos semezclaba formando uno solo, los ojos de Bella, se posicionaron en los de él. Remusaún tenía agarrada la mano de ella.
En elpecho de Anna, se comenzó a llenar de una extraña sensación, el corazón se leestrujo y cientos de mariposas comenzaban a aletear en su interior. Ambos estabana una mínima distancia. Los ojos de Remus se abrieron encontrándose con los deella. Él también se trataba de incorporar para acabar con esa distancia.
Loslabios de ambos comenzaron a rosarse muy lentamente, Bella, sufría al no podersentirlos completamente sobre los de ella. Él apoyo suavemente su mano en lamejilla de la joven y estaba dispuesto a besarla pero
-¡Lunático!-gritarontres voces. Rápidamente, los dos se separaron, Remus volvió a dormirse y Bellaretomo sus cosas.
Capítulo11:
Punto de vista de Bella:
Luego de haber pasado por un terribledía en el Ministerio, era bueno poder descansar un poco al lado de Remus.
A la mañana siguiente, encontré unanota de él, al lado de la lámpara de mi habitación. Había olvidado por completoque hoy era luna llena y Remus, debía alejarse de mí.
-Por lo visto, me quedare solahoy.-murmure para mí misma, mientras me levantaba.
Al bajar las escaleras, me di cuentade que mi casa, era demasiado grande y aún más cuando uno se encontraba solo.Tuve la idea de ordenar cada habitación que había y de ir pensando cómo seríala habitación de mi futuro bebe y tal vez ir ideando un plan para que cuandoHarry creciese, no me odiase por lo que hice.
Comencé con mi antigua habitación, laverdad no era tan grande como yo creía cuando era pequeña, pero de todas formasera el único lugar en donde estaba a salvo de las bromas de James y Sirius.
De un gran armario de pino, saquevarias cajas que creía olvidadas. En ellas había muchas cosas que sin que yo loquisiese, se llevaban a revivir cada momento de mi pasado.
Mientras bajaba una caja, un pequeñolibro, golpeo mi cabeza para luego caer al suelo. Deje la caja sobre mi cama ytome el libro. Lo reconocía, había sido un regalo de mis padres cuando empecéprimer año, recordaba que en él escribía las cosas que sentía cada vez queRemus, pasaba a mi lado.
15 de Diciembre de 1974.
Faltandiez días para el baile de Navidad, todas mis compañeras ya tienen pareja menosyo, por la culpa de James y Sirius, ningún chico se quiere acercar a mí.
Lily,varias veces les advirtió que me dejasen en paz, pero ninguno hace caso. Creoque tendré que pasar Navidad, encerrada en mi habitación leyendo o adelantandoalguna tarea para después de las vacaciones. Mi mamá me mando un hermosovestido, pero tendré que decirle que no puedo aceptarlo ya que no tengo conquien ir
Sonreí al ver las cosas que escribía alos 13 años. Di vuelta la página y seguí leyendo.
20 de Diciembre de 1974.
Hoyen el desayuno recibí una carta, pero no era de cualquier persona, no era demis padres, de Regulus. Era nada más ni nada menos de Remus. Él tampoco iría albaile y por eso me propuso que pasáramos el sábado juntos como amigos. En lacarta no especificaba el lugar en donde debíamos reunirnos, solo decía que mequedase en mi habitación y el vendría por mí.
Laprimera en enterarse, por supuesto, fue Lily. Ella está muy orgullosa y meprometió que James no se enteraría de nada.
Extrañaba los tiempos en que el mundoMágico era libre y en donde nadie temía a nada. En fin, extrañaba todo loanterior a esto.
Mientras guardaba aquel libro, ibapensando en mi pobre Remus, jamás había visto como se convertía, pero podíaasegurar que era demasiado doloroso.
Cuando cayó la noche, ya habíaterminado con mi labor y ahora me encontraba sentada en el sillón con un librosobre mis piernas y una taza de té en la mesa.
De reojo miraba la luna, no faltabamucho para que el proceso de humano - licántropo, comenzara.
-Cuando vuelvas, yo te cuidare,Remi.-me dije a mi misma, mientras iba a la cama.
Punto de vista de la narradora:
"Unavez al mes, se despertaba fuera de su cama, en algún bosque cercano, con susropas desgastadas y llenas de sangre, con trozos de carne entre sus dientes,con la voz ronca y sus músculos adoloridos. Le había pasado otra vez y leseguirá pasando, a menos que la Luna desaparezca
"
Esas palabras, sacadas de uno de loslibros de Bella, rondaban por la cabeza de Remus, minutos antes de sutransformación. Desde la muerte de Lily, Severus, olvido darle su dosis de lapoción "Mata Lobos", la cualconseguía mantenerlo tranquilo y lo convertía en un licántropo, dócil.
Detrás de un manto de nubes negras,hizo su aparición la plateada Luna llena. Sus pupilas se dilataron haciendo quelas venas de sus ojos se eyecten de sangre. Sus extremidades, comenzaron acrecer rasgando los hilos de su ropa. Su mandíbula, comenzó a deformarse,desplazando los dientes humanos dejando lugar para largos y disparejoscolmillos. Algo quemaba en el interior de su garganta. Algo quería salir perono podía, quería explotar y sacar el lado salvaje de un verdadero licántropo.
Un estruendoso aullido, retumbo portodas las paredes de aquella abandona casa de campo. Antes de empezar con sumetamorfosis, se aseguró de bloquear todas las puertas y ventanas para evitarlas ansias de alimentarse y causar algún problema.
La única testigo era la Luna,contemplaba como hasta hacía pocos segundos Remus, dejaba de ser una personapara convertirse en un licántropo. En tiempos de antaño, él, contaba con lacompañía de sus amigos, pero ahora se sentía completamente solo.
Por una de las ventanas, miro y soltóun fuerte aullido que mezclaba rabia, impotencia y por sobre todo, tristeza.
La Luna, una vil espectadora,desapareció tras un manto de oscuras nubes. Remus, volvió a ser una persona.Cayó sobre sus rodillas, sus ojos eran color miel otra vez, pero está vez, estabanllenos de lágrimas. Extrañaba a sus amigos, pero tampoco podía exponer a sudulce Bella a que le haga compañía.
La noche paso dura para él, variasveces la Luna dejo de verse haciendo que Remus, sufriese más de lo debido. Entan solo un par de horas, se transformó 7 veces.
Cuando llego el bendito alba, suinterior pudo guardar al lobo y liberar al humano que encarceló. Con la pocafuerza que poseía, desapareció.
Punto de vista de Bella:
Estuve toda la noche pensando enRemus. Era temprano por lo que decidí esperarlo en la sala. Corrí las cortinasdejando que el sol inunde todo. Lleve la taza de té a la cocine y comencé apreparar el desayuno, tarareaba una canción en la cocina cuando sentí algo quese desplomaba en la sala. Lo primero en que pensé fue en
-Remus.-deje lo que estaba haciendo ysalí de la cocina.
-Por Merlín.-en el suelo, seencontraba él. Me arrodille a su lado, tome su cabeza y la coloqué en mispiernas. Palmee varias veces sus mejillas, mientras lo llamaba.
-Por favor, Rems, no me dejesahora.-trataba de controlar mis emociones, pero se me hacía difícil.
No sabía de donde había sacado fuerza,pero lo levanté mientras colocaba uno de sus brazos sobre mis hombros y lollevaba a nuestra habitación.
Lo recosté suavemente en la camamientras hacía que se sintiese cómodo. Lo cubrí con algunas mantas, mientras meacostaba su lado y hacía que su cabeza se apoyara en mi pecho.
-Yo voy a cuidarte, lobito.-bese sufrente y lo acune entre mis brazos, tal como él hacía conmigo.
Capítulo 12:
Puntode vista de Bella:
Estabadesesperada, Remus, había vuelto muy herido y me daba demasiada pena verlo enese estado. Le encargue a Nix, que preparase el almuerzo mientras yo me quedabacon él.
-Tranquilo,Remi, pronto te recuperaras.-bese su frente. Con un paño mojado en una pocióncurativa, comencé a pasarlo por sus heridas para al menos aliviar su dolor. Devez en cuando, soltaba algún quejido, pero eran pequeños y no tan frecuentescomo antes.
-Be
Bella.-susurraba,mientras intentaba moverse.
-Tranquilo,estoy aquí, jamás te dejare.-volvió a cerrar los ojos, mientras apretaba mimano.
-Encontraremosla forma en que no te lastimes tanto.-coloqué su cabeza en mi pecho, mientraslo abrazaba.
Cuandologró quedarse completamente dormido, escribí, una carta dirigida a Dumbledore.Sabía que cuando estábamos en Hogwarts, le daba la poción "Crece huesos", era de un sabor horrible, pero al menos le hacíabien en casos como este.
Doshoras más tardes, el mismísimo Dumbledore, se apareció en la Mansión,acompañado de Madame Pomfrey y McGonagall.
-Querida,¿Cómo está?-preguntó luego de abrazarme.
-Nolo sé, he tratado de curarle las heridas para que no duelan demasiado perosigue igual.-la voz se me entrecortaba y estaba tratando de evitar derramarlágrimas.
-Note preocupes, querida, iré a verlo.-le indiqué a Madame Pomfrey donde estaba yme quede sola con mi antiguo director y mi ex profesora de Transformaciones.
-¿Cómolo estás llevando, Anna?-me preguntó Minerva, apretándome el hombro.
-Creoque deberé acostumbrarme a estas cosas.-conteste vagamente.
-No,querida, yo me refería al asunto del señor Black.-desde la llegada de Remus, nohabía tenido tiempo de pensar en Sirius.
-¿Sirius?No
no puedo decir nada concreto.-ella, sonrió débilmente.
-Teentendemos, hija mía. Será difícil superar esto, pero tal vez los añosayuden.-extrañaba las sabias palabras de Dumbledore.
-Ojalátodo fuese fácil de olvidar y volver al tiempo atrás para enmendar loserrores.- baje la vista mientras McGonagall, me abrazaba.
-Creoque mi sobrino va a odiarme por lo que hice.- esboce una tímida sonrisa y melimpie una lágrima.
-Cuandoel sepa la verdad, te lo agradecerá.-Dumbledore, me sonrió paternalmente,mientras Madame Pomfrey bajaba las escaleras.
-¿Cómoestá, Poppy?- preguntó Minerva.
-Lehe suministrado un poco de la poción "Crecehuesos", si mis cálculos no me fallan, para dentro de tres días deberáestar como nuevo. Pero si de todas formas vuelve a quejarse por alguna herida,no dude en llamarme, señorita Potter.- sentí que la felicidad, volvía a encenderseen mi interior.
-Graciasa los tres por haber venido, se los agradezco.-abracé a Minerva mientras Albus,sonreía.
-Nofue nada, solo es necesario que ambos se mantengan juntos y por sobre todo,vivos.-contesto Minerva.
Losacompañe a la chimenea. McGonagall y Madame Pomfrey, pasaron primero.
-Albus,quería hacerte una pregunta.-lo detuve antes de que se fuera.
-Dime,querida.-se acomodo sus lentes y me sonrió.
-¿Hay
hayalguna posibilidad de volver a ver a Harry?-necesitaba que la respuesta fuese "Si".
-Sonmuy improbables.-fue su única respuesta antes de despedirse.
-Perocasi siempre son acertadas
-murmuro antes que las verdes llamas lo hagandesaparecer.
Respire hondo y subí a ver a Remus. Seguíadormido. Se veía tan tierno descansando. Su pecho subía y bajaba lentamente, sucabello estaba levemente despeinado y sus manos se movían involuntariamente.
-Descansa,lobito.-bese su frente y luego me dispuse a salir de la habitación.
-No
note vayas, necesito que te quedes.-lo oí balbucear.
-¿Quéocurre, Remi?-le susurre, arrodillándome a su lado. No dijo nada, solo tomo confuerza mi mano.
-Noquiero quedarme solo.-sonreí y rodee lacama, para acostarme a su lado.
Comoun niño pequeño, busco ocultarse entre mis brazos.
-Mientrasestemos juntos, no dejare que nada te ocurra, Remi.-volví a colocar su cabezaen mi pecho mientras le tarareaba una vieja melodía. Pronto como acabe la letrade la canción me quede dormida junto a él
Quinto año de losMerodeadores, el joven Lupin, se había encerrado en la biblioteca para terminarsus pergaminos acerca la historia de Godric Gryffindor.
El lugar estaba prácticamentevació y solo algunos alumnos de diferentes casas, ocupaban las mesas. Por lapuerta, ingresaron Bella y Regulus, los dos cargados de libros, pergaminos yplumas por todos lados.
-Reg, vayamos con Remus, elpuede ayudarnos.-insistía la joven Potter, señalando con la cabeza al amigo desu hermano.
-Pero es un mestizo, sabesmuy bien que personas como nosotras no podemos
- el menor de los Black, dejo derecitar las mismas palabras que repetía una y otra vez su madre, para complacera su amiga.
Los dos se sentaron en lamisma mesa en la que estaba Remus, él a sentir compañía, sonrió al ver a lapequeña Bella.
Los tres se sumieron en unsilencio y continuaron con sus deberes. El joven Lupin, de vez en cuando,levantaba la vista y se quedaba mirando a la hermana de su mejor amigo. Sedetenía a contemplar cada gesto, cada movimiento por más pequeño que ellahacía. Regulus, por otro lado, mataba con la mirada a Remus, maldiciéndolo poradentro. ¿Cómo se atrevía a ver de esa forma a la chica que él amaba?
-¿Necesitas ayuda,Anni?-preguntó a apropósito para estar más cerca de ella.
-Está bien.-aceptó Bella, sonriéndolecon la más pura inocencia de una chica de 14 años.
A Remus, no le pareció nadagracioso la forma en la que el hermano de Sirius, le explicaba las cosas a lapequeña Potter. Para él era demasiado coqueteo y poca ayuda. Sin que su cerebrolo meditase, tomo sus cosas y se fue de la biblioteca sin despedirse de Bella.
Ella por otro lado, hacíacaso omiso a lo que su compañero quería decirle, al sentir que la mesa quedabamás vacía, se apresuró a tomar todos sus pergaminos y libros.
-¿A dónde vas?-preguntóRegulus, tomándola del brazo.
-Lo lamento, Reg, pero deboarreglar unos asuntos. Nos vemos después.-no le dio tiempo a que su amigo sedespidiese, ya que salió corriendo de la biblioteca.
Frente suyo, estaba Remuscaminando con la cabeza gacha y sosteniendo como podía sus objetos de estudio. Bellacomenzó a correr para intentar alcanzarlo, pero para su suerte, el timbre queanunciaba el almuerzo, sonó, haciendo que todos los estudiantes que estaban enclase saliesen. Maldecía en su interior al no poder ver a Remus.
Una vez que pudo salir delmar de estudiantes, ingreso molesta en su sala común. Dejo sus cosas tiradas sobreuna mesa y cayó pesadamente en uno de los mullidos sillones. Enterró su rostroentre sus manos dejando escapar varios suspiros de tristeza.
El joven Lupin, había entradomomentos antes, dejando sus cosas en su habitación para luego bajar a la salacomún, con la idea de encontrar a sus amigos. Al pisar el último escalón, pudo ver con claridad, la figura de Bella,sentada en uno de los sillones. Según él, parecía estar llorando.
Lentamente se acercó a ella,sin hacer menor ruido posible. Confirmo su hipótesis. Ella estaba sollozando. Él,quería intervenir y abrazarla para secarle una por una, las lágrimas que caíansobre el piso de la sala común. Estiro su mano para poder tocar el hombro deBella, pero luego de pensarlo mejor, decidió no hacerlo y se retiró del lugar.
-"Eres un cobarde Lupin, nisiquiera puedes consolar a la chica que amas. Eres un maldito cobarde"-seinsultaba mentalmente, mientras cambiaba el rumbo en vez de ir al comedor comotodos lo hacían.
Volvió sobre sus pasos, hacíala sala de Gryffindor. Luego de contestar correctamente la contraseña, ingresoa donde estaba Bella, pero no la encontró. Resignado decidió volver a lospasillos.
-Algún día, algún día te lo diré.-
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¡Hola! ¡Volví! (Hard party)¿Me extrañaron?
Bueno como prometí, a partirde esta semana voy a seguir con el cronograma habitual de mis historias. Graciasa todas esas personas que tuvieron paciencia y me perdonaron por no subir.
En fin, actualice mi perfilcolocando el link de mi perfil en Facebook, por si a alguien le gustase conocera su sexy escritora, ósea yo.
Bueno, espero que les hayagustado el capítulo, espero sus comentarios y opiniones J
Capita: No sabía que tenía un lector, me hace muy feliz saberlo. Graciaspor tus comentarios, creo que también están en otras de mis historias ¿No?
En fin, solo quiero decir queamo a mis lectores/as, gracias por siempre darme su apoyo y alentarme a seguirescribiendo cosas para ustedes.
"Annabella Potter, la tía de Harry": Todos los lunes
"Los Mellizos Potter": Todos los martes
"La historia de Winn Malfoy": Todos los miércoles.
"Una historia entre dos Black": Todos los jueves
"Falling Skies: Hal Mason y AbrilMonroe": Todos los viernes.
"The Love Stronger than Death": Todos los viernes.
"Las Crónicas de Narnia: Elleón, la bruja y el ropero": Todoslos días.
Les dejo una fotito y díganmesi se apega con la situación de Remus cuando estaba en Hogwarts.
Dany Styles
♥
Capítulo13:
Punto de vista de Bella:
Tal como dijo Madame Pomfrey, miRemus, se recuperó a los tres días de haber bebido la poción, Crece Huesos.
Molly, venía como siempre, a hacermecompañía y de paso para terminar con los preparativos de la boda.
-Te lo repito, mi niña, estar conRemus te hace bien.-me dijo por tercera vez en el día.
-Es bueno para los dos, ya que ambosestuvimos solos durante mucho tiempo.-coloqué dos tazas de té sobre la mesamientras me sentaba.
-¿Cómo has estado?-preguntó tomándomede la mano.
-Desde que tuvimos la sesión con elWizengamot, no he tenido tiempo para concentrarme en el asunto, solo mepreocupaba el estado de Remus.-conteste bebiendo un sorbo.
-Te entiendo, debió haber sido durohaber estado frente al asesino de tú familia.-solté un suspiro y sonreífalsamente.
Cuando Molly, se fue me puse a pensaren las palabras de Sirius.
-¡Bella!¡Fue Peter! Deben creerme, ¡Fue Peter! El desgraciado no está muerto, ¡No loestá!-
¿Y si él tenía razón y estaba enprisión por algo que no cometió? Estaba empezando a dudar sobre suculpabilidad.
-¿Anne?- llamó Remus, ingresando a mihabitación.
-Te he estado buscando.-me abrazó porla cintura mientras besaba la punta de mi nariz.
-¿Qué estabas haciendo?-respire hondoy negué con la cabeza.
-Nada, solo estaba pensandoestupideces.-él sonrió y se sentó en la cama.
-¿Qué ocurre, Remi?-pregunté colocandomis manos sobre sus hombros.
-Ya falta poco para que sea tucumpleaños, es por eso que hable con Albus.-enarque una ceja mientras sonreía.
-Él me dijo que le habías preguntadosi había alguna posibilidad de poder volver a ver a Harry.-mi sonrisa fueaumentando cada vez más.
-¿Y qué te dijo?-pregunté ansiosa.
-Pues, digamos que ya tengo tú regalopreparado.-literalmente, me tire sobre él, besándolo.
-¿Por qué eres tan perfecto,Lupin?-bromee, mientras él me abrazaba por la cintura.
-Lo mismo me pregunto, Potter.-ambosreímos para luego mirarnos fijamente.
Punto de vista de Remus:
23 de diciembre, era una fechaespecial, mi Bella cumplía 21 años.
Hacía ya una semana de que habíahablado con ella acerca de su regalo y al fin el día había llegado. Meencantaba verla feliz y sabía que lo que más deseaba para su cumpleaños, era almenos ver al pequeño Harry.
Era la primera vez que, James ni Lily,estaban presentes en un evento como este, por lo que voy a tratar de esmerarmepara hacer que esto quede en su memoria por un largo tiempo.
Albus, había hablado con los Dursleypara poder pasar un día entero con Harry, esa parte no se la dije a ella yaquería que fuese una sorpresa.
Cuando estuvimos listos, ambos, aparecimosen el Caldero Chorreante. Tome la mano de Bella, y juntos comenzamos a caminarhasta el número 4 de Privet Driver.
-Es una lástima que solo podamos verlopor un momento.-comentó ella mirando al suelo.
-Haremos que ese momento dure, Anni.Después de todo lo que has pasado te lo mereces.-la abracé por los hombrosmientras besaba su cabeza.
Pasamos por varias tiendas Muggles, enlas cuales compramos cosas para pasar el día.
Al llegar, Petunia, ya nos esperaba enla puerta. El pequeño Harry, jugaba con la hierba, metiéndose varios insectosen la boca.
-Como detesto a esa mujer.-me susurrómientras sonreía al ver a su sobrino.
-Ahí lo tienen, hasta la noche no loquiero aquí.-soltó fríamente Petunia.
-Pero
-Bella, no termino de hablar, yaque la mujer entro en su casa.
-¿Remus?-yo la mire y me encogí dehombros mientras sonreía. Ella, tomo en brazos a Harry y comenzamos con nuestrodía.
Nunca la había visto tan feliz en mivida, ella le mostraba todas las cosas al pequeño, quien reía feliz.
Nos detuvimos a almorzar en una mesadel parque. Las personas que pasaban, nos sonrían y nos felicitaban.
-Piensan que somos los padres deHarry.-me susurro con una sonrisa.
-Te dije que debíamos aprovechar elmomento.-ella colocó una mano sobre mi mejilla mientras me besaba.
Pasamos por una feria de artilugiosMuggles, ambos se sorprendía con lo que veían.
-¿Te gusta, amor?-le preguntaba alpequeño, quien comenzaba a aplaudir contento.
Cuando la noche comenzó a caer, lostres, volvíamos a Privet Driver. Toqué la puerta y Vernon nos abrió. Nos mirócon odio y tomo de mala forma al pequeño
Bella, no quería despegarse de Harry, ambos senecesitaban mutuamente. Es por eso cuando volvíamos a la Mansión, la detuve enmedio de la calle y la abracé.
-Pronto estarán juntos.-ella se aferróa mí.
-Gracias, Rems, me has hecho feliz. Teamo.-sonreí y la besé.
Punto de vista de Bella:
El plan de Remus, había salido a laperfección, me había hecho pasar el mejor día de toda mi vida. Por un momentodejé de lado todos los problemas que nos agobiaban, como el juicio de Sirius,la muerte de James y Lily, la desaparición de Voldemort, para solo concentrarmeen mi sobrino. Noté que me había reconocido cuando lo tomé en brazos, ya que seacurrucó en mi pecho.
Estaba demasiado feliz con el regaloque me había hecho Remus, siempre tan atento conmigo, no sé qué habría hechosin él. No sabría que haber hecho si él no hubiera estado a mi lado cuando medijeron sobre la muerte de mi hermano.
Al llegar a la Mansión, me senté enuno de los sillones. Estaba exhausta, Harry, me había dejado cansada. Con elsolo hecho de recordar como reía, hacía que todo mi interior estalle en unafiesta de diferentes sentimientos.
-Gracias.-murmure, girando mi cabezaen dirección a Remus, quien estaba parado a mi lado con las manos en losbolsillos y una gran sonrisa.
-Ya te he dicho que te lo merecías.-élse sentó a mi lado, mientras yo colocaba mi cabeza en sus rodillas.
-¿Cómo van los preparativos de laboda?-me preguntó al mismo tiempo que masajeaba mi cintura.
-Molly, dice que ya todo está listo. Arthur,te acompañara para ver el traje. Lily, siempre había insistido en que si mecasase, usase su vestido.-conteste, jugando con su otra mano.
-¿Qué haremos después de laboda?-pregunté mirándolo a los ojos.
-Te había dicho que quería formar unafamilia contigo.-contesto mientras me acariciaba la mejilla.
-Te agradezco que hayas estadoconmigo.-me enderece apenas y lo besé. Él enredó sus manos en mi cintura, dejándomedebajo de él.
-Ya te he dicho más de una vez, quetodo lo que yo haga por ti, es por eres una excelente mujer y te lo mereces.-sonreíante su sinceridad.
-No sé qué hubiera hecho sin ti.-élsonrió mientras recostaba su cabeza enmi pecho.
-Es bueno que nosotros dos estemosjuntos, ¿Qué hubieras hecho ahora?-yo me encogí de hombros, acariciándole elcabello.
-Seguramente, estaría en mi antiguacasa, sentado todo el día en el sofá comiendo chocolate.-reí por lo bajomientras lo tomaba de las mejillas.
-Yo hubiera estado perdida, inmersa enuna interminable depresión.-él se inclinó hacía adelante y me besó.
-Eso no hubiera sido cierto ya que yote hubiera salvado.-
Capítulo 14:
Puntode vista de Remus:
Yatan solo quedaban dos días para que la boda se realizara. Bella, había salidocon Molly para terminar con el vestido.
Arthurme había explicada cada detalle para hacer que un buen matrimonio funcione,pero sinceramente, no necesitaba nada de eso. Sabía que con hacer reí a miBella, era suficiente, para mí.
Estabaanocheciendo y aún estaba solo. Fui a la cocina y tome una barra de chocolatede la despensa. Luego subí a nuestrahabitación, había sido un día largo en la Orden y deseaba descansar un poco.Cuando estaba a punto de ingresar, el aleteo, de una lechuza me sorprendió.
"QueridoRemus:
Losmortifagos van detrás de los Longbottom, necesito que tú y Bella, estén lo máspronto posible en la Orden.
Atte.Dumbledore."
Bajélas escaleras y me encontré con Bella, acababa de dejar una gran cajarectangular sobre la mesa.
-Hola.-mesaludó con una sonrisa, que desapareció inmediatamente.- ¿Qué ocurre?-
-Dumbledorenos necesita.-tomé su mano y juntos desaparecimos. Aparecimos en el cuartel,todos los integrantes nos esperaban.
-Hijosmíos, gracias por poder asistir. Ahora que estamos todos es importante quemantengamos al matrimonio Longbottom asalvó de los mortifagos. Bella, Mondungus, ustedes estarán con ellos hastanuevo aviso.-los dos asintieron.
Mientrastodos se preparaban, tome la mano de Bella, y la lleve a un lugar apartado.
-Prométemeque estarás bien y que si necesitas algo no dudaras en avisarme.-ella asintió abrazándome.
-Losé, Remi, nada malo ocurrirá.-besé su cabeza mientras la abrazaba.
-Tencuidado con Mundungus.-le susurré antes de dejarla ir.
-Yadéjate de preocupar, Lupin. Nada ocurrirá.-besó mi mejilla rápidamente y fue a reunirse con Fletcher. No estaba muy segurode que vaya sola, pero confiaba en ella.
Puntode vista de Bella:
ConMundungus, ya estábamos listos para desaparecer.
-Vana quedarse hasta que los aurores lleguen y decidan trasladarlos o no.-ordenoDumbledore.
-Antecualquier problema, manden un Patronus y allí estaremos.-replicó Remus. Losasentimos y desaparecimos.
Franky Alice, se había refugiado en las afueras de Londres. Nadie sabía la ubicaciónexacta de donde se encontraban, solos los miembros de la Orden.
Lacasa en la que vivían era pequeña casa, no era muy llamativa pero hacía quefuese segura.
Ambosaparecimos en la sala de la casa. Estaba vacía, la chimenea estaba apagada,sobre una mesa había dos platos vacíos.
-¿Creesque los mortifagos lleguen pronto?-preguntó Mundungus, un tanto asustado.
-Confiemosen que no lo hagan, antes de que los aurores.- los dos teníamos las varitaspreparadas por si acaso. El quebrantamiento de un vidrió nos alertó.
-Mundungusmantén los ojos abiertos.-susurré subiendo las escaleras. En el piso de arribalas ventanas estaban todas abiertas, las cortinas volaban junto con el viento.
-¡Expelliarmus!-gritó una voz haciendoque mi varita cayese al suelo.
-¿Frank?¿Alice?-pregunté. Detrás de una puerta, salieron ambos, él con la varita enalto y ella con el pequeño Neville en brazos.
-Bajensus varitas, soy Anna.-Frank me miró durante unos segundos y lentamente fue bajándola.
-¿AnnaPotter?-preguntó a medida que se acercaba.
-SiFrank, soy la hermana de James. Dumbledore me envió junto a Mundungus, hastaque los aurores lleguen.-los dos salieron de la habitación en la que estaban yme recibieron.
-Nosocultamos aquí para que no nos encuentren.-los tres bajamos a la sala dondeestaba Mundungus, mirando por la ventana.
-Ahíestán, estaba empezando a preocuparme.-
-Asegurael lugar, los aurores, no tardarán en llegar.-ordené.
Luegode haber hablado un rato con Alice, sentimos un ruido proveniente de la entrada.
-Fletcher,mantente alerta.-murmure tomando mi varita. Alice, escondió en su pecho a supequeño hijo.
-¿Creesque sean ellos?-preguntó Frank, mirando de reojo la puerta.
-Esperemosque sí.-un fuerte estruendo de la parte de atrás de la casa, hizo que volteemosa ver.
-Serámejor que vean esto.-murmuro Mundungus, con la nariz pegada a la ventana. Los dosnos acercamos y vimos como nubes negras volaban alrededor de la casa.
-Mortifagos.-susurre.-Frank,llévate a tu familia y ponla a salvo. Nosotros no encargamos de ellos.-ordenémientras preparaba mi varita.
Lapuerta estallo dejando entra ráfagas de nubes negras, que luego sematerializaron en personas.
Deinmediato se inició una pequeña batalla en la cual volaban hechizos, derribandopartes de la casa.
-¡Desmauis!-gritó Bellatrix, contra mí.
-¡Protego!-contraataque, evitando elimpacto.
-Lapequeña de los Potter, la nena del idiota de mi primo.-se burló, mientrasseguía atacando.
-¿Cómo está tu hermano, Anita?-preguntó congracia.
-¡Flipendo! Orgulloso de mí.-no llegó a esquivarlo,causando que le diera de lleno en el pecho. Sabía que no era un hechizopotente, pero servía para dejarla atrás por un tiempo.
-¡Desmauis!-sentí el impacto del hechizo.Caí al suelo y antes de cerrar los ojos alcancé a ver cómo, Mundungus,desaparecía.
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Desperté y sentí como la cabeza se me partíaen mil pedazos. Tenía los brazos amarrados a una silla. Todo a mí alrededordaba vueltas, no podía ver nada en concreto.
-Alfin te despiertas, Potter.-una mano me tomo con fuerza del mentón.
-Penséque te perderías toda la diversión.-frente a mí, tenía a Bellatrix Lestrange,Rodolphus Lestrange, Rabastan Lestrange,Barty Crouch Jr. Y más mortifagos que noconocía.
-Peroel asunto no es contigo, querida. Después no encargaremos de ti, no pienses quete dejaremos de lado.-comentó Bellatrix, jugando con su varita entre sus dedos.
Rabastan,no me sacaba los ojos de encima al igual que el hijo de Crouch.
-Séque ustedes saben dónde está nuestro señor, solo les pedimos que nos digan laubicación y nos iremos.-
-Nitú te crees eso, Lestrange.-murmuré
-¡Noestoy hablando contigo, Potter!-me gritó golpeando mi mejilla con fuerza.
-¡¿Dóndeestá?!-comenzó a gritar la prima de Sirius, apuntando a los Longbottom con su varita.
-Nolo sabemos, lo juramos.-respondió rápidamente Frank. Ella comenzó a reír confuertes carcajadas.
-¡Crucio!-grito lanzando el hechizo hacíaFrank. Alice y yo gritábamos para que se detuviese.
-¡Yadétente, Lestrange!-grité con furia y rabia.
-Serámejor que te calles, cariño.-Rabastan, se colocó a mi lado, acariciando mimejilla.
Luegode horas de maltratos, Alice y Frank, ya estaban acostumbrados a recibir lasmaldiciones.
-Yabasta, se los suplico.-decía en llanto Alice.
-Noeres nadie para decirme lo que debo hacer, ¡NADIE!-gritó Bellatrix alzando suvarita.- ¡Crucio!-
Losmortifagos hicieron una pausa. Escuchaba como Alice sollozaba a mi lado.
-¿Dóndeestá Neville?-susurré.
-Estáa salvo en su habitación.-respondió.
-Veoque con ella si hablas, Longbottom.-Bellatrix, me fulmino con la mirada.-Mipregunta es, ¿Qué haces aquí, Potter? ¿A caso el viejo loco te envió para quelos protejas?-
-Note importa, Lestrange.-otra carcajada, provino de ella.
-¡Crucio!-sentí como miles deafilados cuchillos me cortaban sin fin. Solté un grito provocando que lacarcajada de Bellatrix, aumentara más viendo mi sufrimiento.
Las horas pasaban y ellos no se iban, mepreguntaba dónde estaría Fletcher. El traidor al ver problemas, fue el primeroen irse.
Manteníala cabeza baja, no quería ver a mis compañeros. Había pasado casi siete horasdesde que los empezaron a torturar.
-Esuna lastimas que vayamos a deshacernos de alguien como tú.-murmuro Rabastan, poniéndosefrente a mí.
-Tanbella, tan joven.-me tomo del mentón y me obligo a mirarlo.-Si te unes anosotros tal vez tengas un mejor futuro que tu hermano y estos pobres.-
-Preferiríala muerte antes de estar el resto de mi vida con ustedes.-respondí con asco.
-Esose puede arreglar.-intervino Bellatrix con su varita en alto.
-¡Ava
!-por la ventana se vio unresplandor blanco.
Unode los mortifagos salió a revisar pero un hechizo le dio en el pecho.
-¡Expelliarmus!-gritaron varias voces. Loúltimo que alcance a ver antes de que Bellatrix, soltara un hechizo contra mí,fue la figura de Remus, entrando por la puerta.
Capítulo15:
Punto de vista de Remus:
Aún estaba en el cuartel de la Orden,no tenía ninguna noticia de Bella oMundungus y eso me estaba empezando a preocupar.
-Tal vez deberíamos ir a ver por quése demoran.- le propuse a Dumbledore.
-Tranquilo, Remus, los aurores yadeben haber llegado.-me respondió.
La noche estaba cayendo y yo cada vezmás preocupado, me paseaba por la sala una y otra vez. El típico PLOP dealguien apareciendo, me alarmo.
-Fletcher, ¿Dónde está Bella?-preguntéapenas lo vi.
-Los mortifagos llegaron y comenzarona atacar.-respondió tartamudeando.
-¿Y los demás? ¿Están bien? ¿Lograronescapar?-preguntó Dumbledore acercándose.
-No
no lo sé, logre desaparecer y vercomo Bella
-se quedó en silencio.
-¿Bella que?-pregunté tratando decontrolarme.
-Cayó
- respondió. Me quede ensilencio.
-¿¡La déjate sola, cuando tu misiónera quedarte a su lado?!-preguntó casi levantando el tono de voz.
-Tranquilo, Remus, los iremos abuscar.-me tranquilizo Albus. Luego dehabernos preparado, desaparecimos en dirección a la casa de Frank y Alice.
Desde afuera se podían escuchar losgritos de dolor, sin duda los estaban torturando. Cuando estábamos dispuestos aingresar, vimos luces blancas descender del cielo. Los aurores habían llegado.
Ni siquiera notaron nuestra presenciae ingresaron. Nosotros fuimos detrás. Los mortifagos atacaban, pero nosotrospodíamos contra ellos.
Me quedé paralizado al ver a mi Bella,atada en una silla con un corte en el labio y moretones por sus brazos. Cuandoya no quedó ni un mortifago, corrí a su lado y la desaté.
-Anni, amor, ¿Estás bien?-golpeaba condelicadeza su mejilla, pero no reaccionaba.
-Será que los llevemos a San Mungo,allí los atenderán.-comentó Ted Tonks.
-Tranquila, amor, pronto estarásbien.-
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Punto de vista de Bella:
Sentía el cuerpo totalmente adolorido,no recordaba nada de lo que había pasado. Lentamente fui abriendo los ojos,encontrándome en una habitación desconocida, sobre mi cintura había una finasábana blanca. Moví mi cabeza muy delicadamente hacía un costado. Sentado enuna silla y con los ojos cerrados, se encontraba
-¿Remus?-susurré acariciando surostro.
-Anni, ¿Estás bien?-murmuro con la vozronca.
-Eso creo, ¿Qué paso, Remi?-preguntétocándome la frente.
-Eso no importa ahora, lo que siimporta, es que estás a salvo.-acaricie su mejilla y le sonreí.
-¿Dónde están Alice y Frank?- Remus se tensó un poco.
-Ellos recibieron demasiadasmaldiciones juntas, ahora están en el pabellón de Enfermedadesy Heridas Mágicas.-coloqué unade mis manos sobre mi boca y miré para otro lado.
-Yo
yo he estado conellos y no pude hacer nada para evitar que eso les suceda.- Remus, se levantóde la silla y me abrazó.
-Bella, has hecho todolo que pudiste.-me aferré a su pecho, mientras sollozaba.
-Lo sé, pero si tan solohubiera sido más rápida, ellos ahora estarían bien.-
-Tú no pudiste haberlosabido, deja de culparte, Anni.-besó mi frente mientras me limpiaba unalágrima.
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Puntode vista de Remus:
Antes del mediodía, losmédicos, dejaron que Bella fuese a casa. La ayude a acostarse en la camamientras me sentaba a su lado.
-Es un milagro que nadate hubiera pasado.-corrí uno de sus mechones.
-Aún creo que debí haceralgo para ayudarlos.-me acosté a su lado, permitiéndole que se apoyara en mipecho.
-Anni, lo que paso, paso, ya nada se puede hacer.-la abracé confuerza mientras le besaba la frente.
-Pensé que no tevolvería a ver. Bellatrix estaba empeñada en matarme, de no haber sido porustedes.-ella se abrazó con más fuerza, escondiendo su rostro en mi pecho.
-Le diré a Nix queprepara algo para que almuerces.- la besé lentamente mientras me ibalevantando.
Cerré lentamente lapuerta de la habitación, me apoye en una de las paredes y solté un suspiro.Estaba cansado y quería descansar un poco.
Luego de haberle pedidoa Nix que preparase algo, me fui a sentar en los sillones de la sala. Apoyé micabeza sobre el respaldo del sillón respirando profundamente. Por un momentollegué a pensar que tal vez los mortifagos, me quitarían a la única persona queme quedaba en el mundo.
Lentamente fui cerrando losojos hasta quedarme dormido.
Narradora:
Un frío día de tormenta, la Mansión Potter, seencontraba animada con la presencia juvenil. El 23 de noviembre, todos festejaban el cumpleaños número 15 dela menor de la familia.
Charlus y Dorea, le había preparado una pequeñafiesta con todos sus amigos (Sirius, Remus, Lily y James)
Todos reían y se la pasaban jugando. Sirius,parecía no soltar a Bella, ya que ambos estaban demasiado juntos. Remus era elúnico que lo había notado, pero se limitó a no decir nada.
Cuando todo acabo, Lily y Bella, compartían lamisma habitación. En cambio los chicos, ya tenían sus habitaciones propias.
Remus, aún se encontraba despierto y un poconervioso. No era la primera vez que se quedaba con los Potter, pero con elrepentino crecimiento de Bella, no hacía otra cosa que pensar en ella.
Bella tampoco podía dormir, pensando en la cara quehabía puesto Remus, al verla tan cariñosa con Sirius. Pero tan solo era unaprueba, lo había escuchado hablar sobre que ella le parecía linda pero que solola miraba como la hermanita de su amigo.
Aún la tormenta seguía presente en el cielo. Rayos yrelámpagos iluminaban el cielo. Lily había conseguido dormirse sin problemaalguno y eso era lo que ella, estaba esperando. Sin hacer ruido salió de suhabitación, aún en pijama (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=91487235&.locale=es).
La mansión estaba prácticamente en silencio. Pasandopor diferentes habitaciones, pudo escuchar los ronquidos de James y los deSirius, pero eso no le interesaba por el momento. Siguió avanzando hasta llegara la última habitación que había en el segundo piso. Se armó de valor y abrióla puerta.
El joven Lupin tenía los brazos detrás de la cabezay la vista clavada en el techo.
-¿Remus?-sobresaltado, observo como Bella cerrabasin hacer ruido la puerta. Él se quedó mirándola por unos segundos. Ese rostrotan infantil pero a la vez maduro. No pudo evitar sonreír al verla.
-¿Ocurre algo?-preguntó tratando de restablecer sutono de voz.
-Me preguntaba si podía dormir contigo esta noche. Odiolas tormentas.-mintió Bella.
-¿Dormir? ¿Con
conmigo?-él tragó saliva mientrasque ella, se mordía el labio.-Cla
claro.- él hizo un espacio en la cama, permitiéndoleacomodarse.
-Gracias, Remi.-ella se acostó mirándolo de frente.
-No hay porque, Anni.-Remus, trataba de evitarmirarla.
-Tengo una pregunta que hacerte.-él volvió sumirada rápidamente a ella.
-¿Te parezco linda?-las palabras no salían de suboca, solo hacía muecas pero ninguna respuesta.-
-¿Por
por qué lo preguntas?- fue lo primero que sele ocurrió.
-No lo sé, solo
curiosidad.-la mano de Bella,acomodo el cabello de Remus, detrás de su oreja.
-Eres
eres linda.-contestó finalmente. Ella sonrióacercándose más a él.
-Remi, ¿A ti te gusta alguien?-él negó fervientemente,aunque esa no era la respuesta que quería darle.
-Buenas noches, Lunático.-ella se dio media vuelta acomodándosela almohada.
Capítulo 16:
Punto devista de Remus:
Luegode haber estado unos minutos durmiendo, una pequeña mano, me sacudió.
-Nixlamenta despertar al amo, pero el almuerzo está listo.-le sonreí al nuestraelfina, y subí al segundo piso.
Abrílentamente la puerta, con la intención, de no despertar a Bella. Ella seencontraba dándome la espalda. Me arrodille frente a ella.
-¿Amor?Despierta.-susurré, sacudiéndola suavemente. Se movió lentamente quedando cercade mi rostro.
-¿Debohacerlo?-sonreí de lado, besándole la nariz.
-Asíes. Molly vendrá hoy para terminar con lo de la boda.-hizo un mueca y selevantó. Le deje su espacio para que sepudiese cambiar, mientras la esperaba en el comedor. Nix, había traído dosplatos y luego desapareció. Minutos después, la vi bajar por la escalera.
-¿Cómohas dormido?-pregunté parándome para recibirla.
-Heestado mejor que otras veces.-le di un pequeño beso y ambos nos sentamos.
Elalmuerzo transcurrió tranquilo, no hablábamos mucho pero ambos disfrutábamos dela compañía del otro.
-Iréesta tarde con Arthur a la sastrería.-comenté mirándola.
-Aúnsostengo que no debe ser al tan grande lo que hagamos, con que vengan los queson más cercanos a nosotros, a mí me basta.-sonreí y la tome de la mano.
-Yasabes cómo es Molly.-
Puntode vista de Bella:
Remusy Arthur a se había ido, tan solo estábamos los pequeños pelirrojos, Molly yyo.
-Noshas dado un buen susto con tu desaparición.-me regaño colocando sus manos en sucintura.
-Lolamentó.-me abrazó y nos dispusimos a terminar con las cosas.
-Seráuna boda sencilla, pequeña pero hermosa.-tenía en mis brazos a la pequeñaGinny. Su pequeña cabellera, me hacíaacordar a Lily.- Estuvimos pensando y quiero que seas la madrina de nuestra,pequeña.-sonreí y asentí.
-Seráun placer.-los gemelos, corrían por toda la casa haciendo travesuras.
-¡Fred,George! Dejen eso.-gritaba Molly, tratando de que dejen un florero.
Latarde paso bastante animada. Llegada lanoche, Los Weasley, aceptaron quedarse a cenar y pasar la noche en la Mansión.Ya teníamos todo listo para la boda, la celebraríamos al día siguiente. Algunosmiembros de la Orden, Dumbledore y McGonagall, serían los invitados.
-Mañanaserás Annabella Potter, de Lupin.-comentó Remus, abrazándome por la cintura.
-Alfinal se cumple.-él sonrió y nos tapó a ambos con la sabana.
-¿Hacecuánto que sentías algo por mí?-se me ocurrió preguntar.
-Desdeque tienes 15. Todo empezó la noche que me pediste dormir conmigo.-sonreí ybesé sus labios.
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A lamañana siguiente, Molly, me terminaba de dar los últimos retoques con elvestido y mi cabello.
-Estáshermosa, mi niña.-besó mi mejilla y salió de la habitación. Me hubiera gustadoque, James, fuese el que me llevase al altar, que Lily me aconsejase y queSirius bailase conmigo. Pero nada de eso podía llegar a ser posible.
-Anna,hija mía.-sentí la voz de Dumbledore.-Está preciosa.-sonreí, sin dejar de mirarel espejo.- ¿Qué ocurre para que tengas esas cara?-
-Estabapensando en mi familia, señor.-respondí sacándole algunos pétalos a una blancaflor.
-Nodebes de estar triste, a él no le hubiera gustado qué estuvieses así.-su manose apoyó en mi hombro.-Recuerda que ahora tendrás una nueva familia.-volví asonreír apretando su mano.
-Ahoraes momento de que te lleve con el joven, Lupin, querida.-extendió su brazo yambos salimos de la habitación.
Todala Mansión se veía mucho más luminosa que antes, los grandes ventanales dejabanfiltrar lo más grandes rayos del sol, el viento invernal hacía bailar lasflores que decoraban el jardín. La ceremonia se realizaría en el antiguoinvernadero de mi madre, la decoración era natural y no había magia.
Narradora:
Todoslos invitados esperaban a que la novia, haga su entrada. Remus mirabaconstantemente la entrada para verificar que Bella, no se haya retractado.
-Tranquilo,cariño. La vi demasiado entusiasmada.-le susurró Molly, mientras le acomodabael moño del traje.
Lospresentes murmuraba contentos, pero el silencio, reino repentinamente. El jovenLupin, miró por instinto hacía la puerta y una gran sonrisa, apareció en suslabios.
Lajoven Potter, ingresaba tomada del brazo de Dumbledore. Su delicado vestido deencaje blanco, hacían resaltar sus oscuros ojos y su pálida piel. Una frágilgargantilla con forma de mariposa, adornaba su estirado cuello.
Eldirector de Hogwarts, besó las dos mejillas de su ex -estudiante, y se laentregó a su futuro marido.
-Lesdeseo suerte a ambos, hijos míos.-la ceremonia fue simplemente perfecta paraambos. En ningún momento se soltaron de las manos y así quedaron hasta elmomento en que, Arthur, les indicó que eran, marido y mujer.
Todoslos invitados, se aglomeraban alrededor de los novios, para felicitarlos.
-Esestoy demasiado orgullosa de ustedes dos, queridos.-decía McGonagall,tomándolos de las manos.-Qué la felicidad esté con ustedes.-
Lapieza de vals fue iniciada por Remus y Bella. Él colocó una de sus manos sobresu cintura, mientras que ella entrelazaba con la mano que tenía libre y la otrasobre su hombro.
-Estoes perfecto.-ella sonrió mirándolo a los ojos.
-Penséque te echarías hacía atrás.-le susurró él, al oído.
-¿Porqué lo haría? Ya te he dicho que te amo y jamás me iría de tú lado.-los demásinvitados se unieron al baile. McGonagall, bailaba junto a Dumbledore y Mollycon Arthur. Bella distinguió a Snape, sentado alejado de todos.
-Enseguidavuelvo.-Remus asintió y ella se acercó a la mesa donde se encontraba elSlytherin.
-¿Nobailas?-Severus, la miró y volvió su vista al suelo. -¿Qué ocurre, Sev?-ella sesentó a su lado.
-Nome gusta bailar.-respondió secamente, bebiendo un trago de su vaso.
-¿Porqué te comportas así?-él no dijo nada.-Vamos, Sev, te divertirás.-sin esperar aque él diga algo, lo tomo de la mano y juntos estuvieron en medio de la pista.
-Bella,no quiero, enserió.-ella no lo escuchó y lo tomo de la mano.
-Sev,quiero que lo hagas. Pon tú mano sobre mi cintura y la que tienes libre,entrelázala con la mía.-con timidez el azabache, tomó la cintura de la hermanade su enemigo.
-Estoes ridículo, Potter.-comentó Severus, evitando mirarla.
-Noseas tonto, Snape. Solo es para divertirnos.-luego de varias insistencias,Bella, lo dejó ir.
Las horasfueron pasando y los invitados se fueron retirando, solo quedaban McGonagall,Dumbledore y los Weasley.
-Magnificaboda, simplemente perfecta.-exclamó con alegría Molly.
-Opinolo mismo.-acotó Minerva.
-Perodebemos ir yéndonos para dejarles un momento de privacidad a los recién casados.-Dumbledoreles guiño el ojo, haciendo que ambos se sonrojasen.
Luegode despedirse, Remus y Bella, se prepararon para celebrar su tan esperada lunade miel. No irían a ningún lado, ya que les parecía innecesario. Bella, se encontrabaen el baño preparándose para sorprender a su esposo. Estaba nerviosa, ya quesería la primera noche que pasarían como casados. Tomo un pequeño frasco rosa yroció un poco de perfume. Remus también estaba nervioso, contemplando lahermosa noche. Estaba tan concentrado, que no sintió las pequeñas manos de suesposa, abrazándolo por detrás.
-Teestaba esperando.-susurró él, tomándola de las manos. Lentamente, Remus, se diovuelta, abrazándola por la cintura, comenzando a besarlo. Al principio losbesos eran tímidos y casi inexistentes, pero luego, fueron tornándose más y más apasionados. Él bajo sus manos hastalos muslos de Bella, levantándola sin hacer demasiado esfuerzo. En ningún momento se separaron. Con delicadezala recostó sobre el colchón. Se separó apenas para crear un camino de besos quepartía desde el cuello hasta su ombligo, Bella, cerraba los ojos respirando agitadamentemientras arqueaba la espalda. El tiempo pasaba lento para ellos, pero nisiquiera les importaba que era hora, solo se demostraban lo mucho que seamaban.
Acabaroncansados, Bella, reposaba apoyada sobre uno de los brazos de Remus. Su corazóny su respiración, aún seguían acelerados.
-Fueperfecto.-comentó, parándose apenas, cubriéndose el pecho con la sabana.
-Túeres perfecta, mi Bella.-él pasó su mano por la cintura de su esposa, besándoleel hombro.
Capítulo 17:
Doce añosdespués:
Punto devista de Bella:
Por másde doce años, no habíamos tenido noticias de Harry ni de Sirius. Le enviaba constantementecartas a Dumbledore para saber cómo estaba mi sobrino, pero siempre traían lasmismas respuestas, "Está bien". Remus me decía que no debía preocuparme,estando en Hogwarts, él, estaría a salvo.
Una mañanabajaba de las habitaciones hasta la cocina, un ejemplar del "Profeta", descansaba sobre la mesajunto a una lechuza. Tome unas monedas y le pague para que se vaya. Alcé mivarita e hice preparar un poco de café. De uno de los estantes tome una taza ladeje junto al ejemplar. El vapor que salía de la cafetera, me indicó que estabalisto. Llené la taza hasta casi rozar el borde y me senté para poder ver quenoticias traía el diario.
El ruidosordo de mi taza cayendo al suelo, fue lo que me sacó del trancé en que habíacaído al ver la primera plana. La foto de Sirius se movía frenéticamente levantandoel letrero que indicaba su número. Ese no era el Sirius, que yo conocía. Sucio,desalineado, loco, eran las palabras que se me venían a la mente en esosmomentos.
-¿Bella?¿Estás bien?-parpadee durante unos segundos, antes de encontrarme con Remusparado en el umbral de la cocina.
-Sí
sí.-él se acercó y me sacó el ejemplar de las manos. Su piel palideció en esepreciso momento.
-Escapó.-murmuróluego de unos segundos.- ¿Cómo?-me encogí de hombros y le serví una taza de café.
-Nadiepuede hacerlo.-aclaré volviendo a tomar el diario.- ¿Qué crees que hará?- nollegó a contestarme, ya que, una lechuza ingresó posándose en el alfeizar de laventana.
-Esde Dumbledore.-Remus, tomo la carta y volvió a su lugar.- Solicita que vayamosa Hogwarts, hay una vacante para profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.-
-Talvez será un buen momento para poder hablar con Harry y contarle todo lo que haocurrido en estos años.-él me miró y me pasó la carta.
*.*.*
Parael primero de septiembre, Remus y yo, estábamos listos para ir a Hogwarts. Ambosiríamos por medio de Polvos Flu hasta el despacho de Dumbledore. Debía admitirque lo nervios me carcomían y estaba ansiosa por ver a mi amado sobrino.
-¿Tienestodo?-preguntó por séptima vez, Remus.
-Sí,no creo olvidarme nada.-bajamos nuestras cosas hasta la sala y las colocamoscerca de la chimenea.-Será mejor que le digamos a Nix, que lleve nuestrascosas.-mi tan preciada elfina, apareció tomando nuestras maletas, para luegodesaparecer.
-¿Lista?-losdos ingresamos en la chimenea y tomamos un puñado de Polvos.
-¡Despachode Albus Dumbledore!-gritamos antes de que las llamas verdes, nos hicierandesaparecer. Extrañaba la sensación de los Polvos Flu. Luego de unos segundosde viaje, aparecimos en el siempre tan acogedor despacho de nuestro ex director.
-Hijosmíos, bienvenidos.-nos recibió con un abrazo simple.-Es un placer que hayanacepado mi propuesta.-
-Esbueno estar en casa.-comentó Remus.
-¿Aqué hora llegaran?-pregunté ansiosa.
-Estaránpara la hora del banquete. Según puedo ver en tu rostro tienes demasiadaspreguntas acera de Harry. Tan solo déjame decirte que es una perfecta combinaciónde Lily y James. Varias veces es participe de problemas, pero eso no cambia quees un buen estudiante.-sonreí ampliamente.-Hace pocos días infló a su tía, peroque no corre el riesgo de ser expulsado.-
-Esoes grave, tratare de vigilarlo de cerca.-expresé. Seguimos conversando hastaque vimos que el sol comenzaba a caer y estaba oscureciendo. Albus nos indicónuestras habitaciones, nuestras cosas ya estaban acomodadas.
-Prontolo veras.-susurró Remus, besándome la frente.-Te veo en el comedor.- me cambiemi ropa de viaje por algo más cómodo para el banquete.
Bajepor las escaleras mirando a mi antiguo colegio, con añoranza y felicidad. En elgran comedor, todos los profesores, se preparaban para la llegada de losestudiantes.
-QueridaBella, me alegra que hayan aceptado.-Minerva me abrazó para luego sonreírme.
-Eralo menos que podíamos hacer por ustedes.-luego de ayudarlos con la decoración,nos ubicamos en nuestros asientos.
-Nopierdas de vista la mesa de tu casa.-me advirtió Albus. El comedor fue llenándoselentamente, mis ojos no se despegaban de la mesa de Gryffindor. Me quedécongelada al ver a un joven de cabellos azabaches y ojos verde esmeraldas. Harry.
-Rems,ahí está.-le susurré señalándolo con la cabeza. Una sonrisa se formó en Remus.
-Es calco de James, pero con los ojos deLily.-asentí lentamente, sin perder de vista a mi sobrino. La selección decasas se llevó a cabo seleccionando a nuevos estudiantes que ingresarían a unade las cuatro casas. Luego de que cada alumno se sentase en su mesa,Dumbledore, se puso de pie.
-¡Bienvenidos!¡Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts! Tengo algunas cosas que decirles atodos, y como una es bastante seria, la explicare antes de que nuestro excelentebanquete los deje aturdidos.-Dumbledore, se aclaró la garganta, yprosiguió.-Como todos saben después del registro que ha tenido lugar en elExpreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunosDementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con elMinisterio de Magia.- ya todos los profesores habíamos sido informados sobre elescape de Sirius.
-LosDementores, estarán en la entrada del terreno del colegio, y tengo que dejarmuy en claro, que mientras estén aquí nadie podrá salir sin permiso. A los Dementoresno se los puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas deinvisibilidad. No está en la naturaleza del Dementor comprender ruegos oexcusas. Por lo tanto les advierto a todos y a cada uno de ustedes que no debendarles ningún motivo para que les hagan daño. Confió en los Prefectos y en losnuevos Delegados, en que se aseguren de que ningún estudiante trate de burlar alos Dementores.-todo el comedor quedó sumido en un sepulcral silencio.-Parahablar de algo más alegre, este año estoy contento de dar la bienvenida anuestro colegio a tres profesores nuevos. En primer lugar al profesor RemusLupin y a su asistente Annabella Lupin, quienes amablemente se han accedido aenseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.-ambos nos pusimos de pie y nosinclinamos para saludar a nuestros nuevos alumnos. Ellos por su parte, nosrecibieron con aislados aplausos.-En cuanto a nuestro último nombramiento,siento decirles que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiróal final del año pasado para poder aprovechar en la intimidad de los miembros quele quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar será ocupadopor nuestro querido Rubeus Hagrid, que ha accedido a combinar estas clases consus obligaciones de guardabosque.-en cambio, el recibimiento de Hagrid, fuemucho más animado que el nuestro.
-¡Bien,creo que he dicho todo lo importante! ¡Qué comience el banquete!-tal como enlos viejos tiempos, las cuatro mesas, se llenaban de diferentes bandejas quecontenían todo tipo de comidas. No podía dejar de observar a Harry. Se lo veíatan feliz y contento, rodeado de personas que lo querían. La cena pasotranquilamente, conversé con todos los profesores que se encontraban en la mesa.Luego de que los platos quedaran completamente vacíos y relucientes, Dumbledore,ordenó que era hora de ir a dormir. Remus y yo nos dirigimos juntos a nuestrashabitaciones.
-Mañanapodrás conocer a Harry.-acomodó un mechón detrás de mí oreja.
-Nopuedo esperar para poder hacerlo.-lo abracé, mientras él, besaba mi cabeza.
-Quédescanses. Nos vemos mañana.-me besó rápidamente e ingresó en su habitación.
Cambiemi ropa por mi pijama y me acosté. Aún no tenía sueño por lo que me quedé unrato despierta, pensando en mi hermano.
-Yolo cuidare, Cornamenta.-
Capítulo 18:
Puntode vista de Bella:
No había podido dormir en toda la noche pensando en mi sobrino,moría de ganas por poder verlo nuevamente.
Con la salida de los primeros rayos, me levanté, y comencé aprepararme para dar comienzo a mi primer día de trabajo en Hogwarts. Luego dehaberme cambiado, revisé, mi horario. Durante el día nos tocaba con los detercero, me tocaría ver a Harry.
Bajé al comedor y en las escaleras me encontré con Remus. Loveía tranquilo y relajado.
-¿Cómo amaneciste?-preguntó besándome la frente.
-Ansiosa, sería la palabra perfecta.-ambos bajamos las escalerashasta llegar al Gran Comedor. El lugarestaba a medio llenar, había pocos estudiantes en cada mesa. Me centré en lamesa de Gryffindor, esperando para poder verlo. No probé nada hasta que por finlo vi ingresar acompañado por otros dos chicos.-Ahí está.-le susurré a Remus,con una sonrisa.
-Paciencia, pronto lo veremos.-él besó mi mejilla y siguiódesayunando.
Luego de que acabáramos, ambos, nos dirigimos a nuestro salónpara poder comenzar la clase.
-¿Qué es lo primero que enseñaras?-pregunté acomodando suslibros sobre el estante con mi varita.
-Tenía pensado arrancar con los Boggarts. Es un tema que seenseña en tercero.-asentí y seguí desempacando. Pasaron los minutos y Remushizo aparecer un gran ropero que no dejaba de moverse. Él hizo a un lado losbancos dejando solo espacio para el ropero.
-Será la mejor clase.-comenté abrazándolo por la espalda.-Serásel mejor profesor de todo Hogwarts.-
-Y tú la mejor asistente de todas.-sonreí y me separé para apoyarme contra una mesa.-¿Estás bien?-asentí y respiré hondo.
-Anoche soñé con James, escuché como me hablaba en sueños y medecía que proteja a Harry.-ahora era, él, el que me abrazaba.
-Lo harás bien, confía en ti misma.-besó mi mejilla y nosseparamos rápidamente al ver que la puerta se abría.
Uno a uno, los alumnos, se fueron ubicando frente al armario.
-Fascinante, ¿verdad?-comentó Remus, detrás de todos los ellos.-¿Alguien quisiera adivinar que hay ahí adentro?-
-Es un Boggart, señor.-respondió un niño.
-Bien dicho, señor Thomas.-lo felicitó Rems.- ¿Alguien puededecirme como luce un Boggart?-
-Nadie lo sabe.-contestó una chica castaña.
-¿Cómo llego?-cuestiono un pelirrojo.
-Los Boggarts, cambian de forma y se transforman en lo que unomás teme.-siguió la chica.-Por eso son
-
-Tan atemorizante.-concluí, hablando por primera vez.-Sí, sí.Por suerte existe un hechizo muy sencillo para enfrentar a un Boggart.-elarmario no dejaba de moverse dando pequeños saltos.
-Vamos a practicarlo. Sin varas, por ahora. Repitan, "Riddikulus"-prosiguió Rems.
-¡Riddikulus!-pronunciaronellos.
-Muy bien, más fuerte y muy claro. Así Riddikulus.-
-"Riddikulus".-volvieron a repetir.
-Muy bien, esa parte era lamás fácil ya que el hechizo solo no basta. Lo que acaba con un Boggart es larisa. Lo forzaran a tomar una forma que ustedes encuentren divertida. Voy aexplicarles, Neville, pasa por favor. Ven no temas.-sonreí al verlo, habíacrecido desde la última vez que lo había visto.
-Hola, Neville, ¿Qué es loque más te atemoriza?-pregunté, haciendo que se sintiese cómodo.
-El profesor Snape.-balbuceo.
-¿Cómo has dicho?-
-El profesor Snape.-sus compañeros,rieron.
-No eres el único. A todosnos atemoriza.-le guiñe el ojo, haciéndolo reír.-Sé que vives con tú abuela.-
-Sí, pero por favor, que nosea igual a ella.-rogó causando la risa de sus compañeros.
-No lo será. Quiero quevisualices su atuendo, solo su atuendo muy claro en tú mente.-pedí.
-Ella usa un bolso rojo
-lodetuve negando con la cabeza.
-No, no hace falta que lodigas. Si lo ves, lo veremos.-él asintió.-Cuando el profesor Lupin, abra elarmario, harás esto.-me acerqué y le susurré algo al oído.- Necesitó queimagines al profesor Snape, con la ropa de tú abuela.-él al principio noentendió, pero termino asintiendo.- ¿Podrás hacerlo?-el volvió a asentir.
-Vara lista.-anunció Remus,me coloqué al lado de Neville para ayudarlo por las dudas.-Uno, dos, tres.-elpestillo del armario se abrió. Del interior salió la figura de Severus.
-Ahora piénsalo.-le susurre aNeville, tomándolo por los hombros.
-¡Riddikulus!-pronunció. Snape, cambió su túnica negra por unespantoso vestido verde, un sombrero en forma de buitre disecado y un llamativobolso rojo. La clase entera estallo en risas.
-Fabuloso, Neville.Increíble, bien. Todos a formarse.-todos comenzaron a correr por el salón paraformar una fila.
-Fórmense. Apúrense. Necesitoque visualicen lo que más temen y lo conviertan en algo gracioso.-Remus, seacercó a un toca disco y puso música.-Ron. Concéntrate, se valiente.-su Boggartse transformó en una gigantesca araña negra.-Sé valiente. Se valiente,concéntrate.-
-¡Riddikulus!-exclamó y la araña se desparramo por el suelo con ochopatines en sus patas. Luego de que pasara una niña que transformó a su Boggarten un payaso, llego el turno de Harry. Habíamos escuchado que en el Expreso, misobrino, había sufrido el ataque de un Dementor por lo que, Remus y yo,estábamos preocupados por lo que pudiera llegar a convertirse su Boggart. Elpayaso tomo la forma de un Dementor. Remus se alejó de la mesa en la que estabaapoyada y se interpuso entre ellos, su Boggart se transformó en una luna llena.
-¡Riddikulus!-pronunció y la luna se transformó en un globo quetermino por desinflarse. Moví mi varita y encerré al Boggart de nuevo en elarmario. Mire a Remus un tanto asustada.-Bueno
yo lolamentó pero es todo por hoy. Tomen sus libros. Lo lamentó.-los de tercerocomenzaron a salir y solo quedamos nosotros dos.- ¿Estás bien?-
-Sí.-me quedé observando alBoggart, durante unos segundos.-Deberías hablar con él.-murmuré, abrazando aRemus.
-Lo haré, lo prometo.-besó micabeza y se alejó para volver a colocar las mesas para recibir a la otra clase.
Durante todo el día, me quedepensando en lo ocurrido con Harry. Sabía que debía ir acercándome a él parapoder crear un vínculo y poder contarle la verdad, pero no sabía cómo hacerlosin que los nervios me coman viva. Por suerte llego la hora de la cena. Para lanoche ya estaba un poco más calmada pero aún así me sentía nerviosa.
-Todo estará bien.-me susurróRemus, antes de que vayamos al Gran Salón. Ya las cuatro mesas estaban repletasde alumnos que reían y conversaban con los platos llenos. Yo mantenía mi vistaen mi vieja casa, mirando a mi sobrino. Lo veía tan feliz con sus amigos. Me hubieragustado estar presente en su niñez y de poder haberle dado un hogar para quecreciera a mi lado y no al lado de esos espantosos Muggles.
-¿Estás bien?-me preguntóRemus, tomándome de la mano. Asentí y le sonreí.
Luego de la cena, volvimos anuestras habitaciones. Estaba demasiado agotada, primer día y deseaba quellegaran las vacaciones. Me deje caer en la cama y me cubrí el rostro con lasmanos. Estaba por cerrar los ojos cuando, llamaron a la puerta. Me levanté singanas y abrí encontrándome con Remus.
-¿Ocurrió algo?-pregunté cerrandola puerta.
-Creo que no podré pasar otranoche sin tú presencia a mi lado.-sonreí y lo abracé.-Te amo, Anni.-
-Yo más, Rems. Nunca me dejessola.-me tomó del mentón y me miró a losojos.
-Jamás lo haré.-
Capítulo 19:
Bella:
Losdías fueron pasando y las clases, iban viento en popa. Durante las clases deDefensa Contra las Artes Oscuras, me dedicaba a contemplarlo mientras realizabasus tareas. Tan igual a sus padres, tan propiamente un Potter. Tenía los mismosgestos de James, el mismo carisma e inteligencia de Lily.
Lossábados, se habían habilitado las excursiones a Hogsmeade para aquellos que tenían la autorización firmada. Paradesgracia de mi sobrino, no la tenía.
Enuno de esos sábados, me encontré a Harry caminando por los pasillos. Lo veíadeprimido por no poder disfrutar de los placeres que ofrecía el pueblo.
-¿Harry?-lollamé suavemente.
-ProfesoraLupin.-sonrió levemente.
-¿Estásbien?-pregunté, llegando a su lado.
-Sí,perfectamente.-noté como forzó una sonrisa.
-¿Notienes la autorización para ir a Hogsmeade?- negó varias veces. Nos quedamos unrato en silencio.- ¿Quieres que me vaya?-volvió a negar. Sonreí y comenzamos acaminar.
-¿Profesora,puedo preguntarle algo?-habló cuando llegamos al puente.
-¿Quieressaber por qué no te dejamos enfrentarte al Boggart?-adiviné-.-Sí. Debí pensarque lo preguntarías. Creí que se transformaría en Lord Voldemort.-
-Penséen Voldemort, al principio. Pero después recordé el tren y a los Dementores.-
-Sorprendente.Indica que a lo que le temes es al miedo. Es muy sensato.-lo anime, sonriéndole.
-Antesde desmayarme, escuché muy claro que una mujer gritaba.-borré mi sonrisa y bajela mirada por unos segundos.
-LosDementores, hacen que revivamos nuestras penas. El dolor se vuelve su fuerza.-
-Creoque era mi madre, cuando la mataron.-respiré hondo y me acomode en el barandaldel puente.
-Cuandote vi en el Comedor, Harry, te reconocí de inmediato. No por la cicatriz, portus ojos. Son como los de Lily. Sí, sí, sí. La conocí, tu madre nos apoyó aRemus a y a mi cuando nadie más lo hizo. No solo era una hechicera excepcional,sino que una mujer extraordinariamente gentil. Lograba ver la belleza en losdemás y pienso que aún más cuando esa persona no podía ver que la poseía.-mealejé un poco, asomándome al otro extremo, conteniendo las lágrimas.-Y túpadre, James, por otro lado tenía cierto talento para meterse en problemas. Untalento que dicen que tienes tú.-sonreí y me volví a acercar.-Eres muy parecidoa ellos, con el paso de los años te darás cuenta.-
-Gracias,profesora.-me sonrió, tal como me hacía James.-Creo que debo irme, nos vemos enla próxima clase o en cualquier otro momento.-asentí y lo vi alejarse.
Tuvela oportunidad de habérselo dicho, pero preferí guardármelo hasta encontrar elmomento más adecuado. Respiré hondo y volví al castillo.
Aúnfaltaba para que todos volviesen de Hogsmeade, por lo que me daría un tiempopara poder revivir los viejos tiempos en los que me la pasaba estudiando en misegundo hogar. Miraba con nostalgia los cuadros, que decoraban las paredes, losfantasmas que jugaban entre ellos, persiguiéndose. Sin darme cuenta llegue alcuarto de los trofeos. No pude evitar ver las fotos de cuando era parte delequipo de Gryffindor. Acaricie levemente el vidrió que la protegía y sentí unalágrima deslizarse por mi mejilla. Bajé mi vista y me encontré con una caja decristal que contenía unas placas.
"James Potter, capitán deGryffindor" "Annabella Potter, cazadora"
Lasmire durante unos segundos y me retiré de la sala. Para cuando volví hacía lasescaleras, me encontré con un gran tumulto de estudiantes parados frente a laSala Común de Gryffindor.
-LaSeñora Gorda, se fue.-exclamo mi ahijada. Los demás cuadros estaban pendientesde la desaparición. Alcancé a ver algunos rasguños sobre la tela.
-¡Aun lado! ¡A un lado! ¡Abran paso!-gritaba Filch, para que Dumbledore, pudiesepasar.- ¡Quítense! ¡A un lado!-Albus, examinó las marcas y sin darse vuelta,habló.
-SeñorFilch, reúna a los fantasmas, dígales que busquen en cada pintura del castilloa la Señora Gorda.-ordenó.
-Nohay que buscarla, profesor. La Señora Gorda, está ahí.-el deforme dedo deArgus, señaló unos cuadros más arriba. Todos los estudiantes, subieronrápidamente las escaleras ignorando las órdenes del Prefecto.
-QueridaSeñora, ¿quién le ha hecho esto?-detrás de un hipopótamo dibujado, salió.
-Éltiene un alma muy sucia y en sus grandes ojos, hay maldad. Yo lo vi, es él, delde que todos hablan. Está aquí. Se metió al castillo. ¡Sirius Black!-la DamaGorda, soltó un grito de horror y se volvió a esconder detrás del hipopótamo.
-Aseguréel castillo, señor Filch. ¡Ustedes al Gran Comedor!-baje corriendo lasescaleras, debía contárselo a Remus.
Alllegar a su despacho, lo encontré revisando algunos papeles.
-¿Estásbien?-apartó sus cosas y se puso de pie.
-Lo
lo vieron.-tartamudee, mientras él me tomaba de los brazos para tranquilizarme.
-¿Aquién vieron?-su rostro se puso pálido, más de lo normal, cuando vio en misojos a que es lo que me refería.
-Intentóingresar a la Sala Común de Gryffindor. Está buscando a Harry.-
-Bella,Bella. Tranquila, debes mantenerte tranquila. Recuerda que estamos en Hogwarts,Harry, está bajo la protección del castillo pero por sobre todo de Albus. Élprometió cuidarlo.-asentí rápidamente, mientras me abrazaba.-Aparte no creo quepodamos hacer mucho, los Dementores, ya deben estar al tanto de la situación yestarán en constante alerta en caso de cualquier movimiento.-me aferré más a sucamisa.-Hoy hay luna llena.-me susurró. Me alejé de él y lo miré a los ojos.
-Iréa pedirle a Snape la Poción Matalobos.-él asintió, dándome un leve beso.-Notardo.-
Salídel despacho y comencé a correr por los pasillos buscando a Severus. Para misuerte, lo encontré, cerca de las mazmorras.
-¡Severus!-gritéacercándome.
-Potter.-habló,escupiendo mi nombre.- ¿En qué te puedo ayudar?-
-Necesitouna copa con la poción para Remus.-me miro durante unos segundos y me indicióque lo siguiera. Bajamos hasta las sala de pociones. Al ingresar, nada era comoyo recordaba de las clases del profesor Slughorn. Todo estaba más frío,adaptado al carácter de Severus.
-Esbueno que uno de los dos al menos se acuerde.-comentó tomando un cucharon yvertiéndolo en un humeante caldero.-No es bueno tener a un hombre lobo, sueltopor ahí. ¿Verdad, Potter?-no dije nada y esperé a que me entregara la pociónpara poder marcharme.
-Idiota.-susurrécuando cerré la puerta. Debía volver cuanto antes con Remus, para poderdárselas. Mientras volvía, escuchaba como las puertas se cerraban y como sebloqueaban para impedir el paso. Estaba demasiado nerviosa, ya que las manos metemblaban. Miré por el vidrió de una de las ventanas, el sol, comenzaba a caery no faltaba mucho para que la luna, hiciera su aparición. Me apresuré a volveral despacho.-Aquí tienes.-le entregué la copa y me coloqué a su lado. De unsolo trago, la vació.
-Serámejor que no estés para cuando llegué el momento. Ve y protege a Harry.-mearrodille a su lado y le acaricie la mejilla.
-Todoirá bien.-él sonrió inclinándose hacía adelanto, uniendo nuestros labios.
-Teamo.-
*.*.*
Porórdenes de Rems, me fui del despacho para poder darle su privacidad. Volveríacon él al día siguiente.
-Querida,que bueno que estás aquí.-giré sobre mis talones, encontrándome conMinerva.-Albus quiere que todos los profesores, revisen el castillo para ver sihay indicios de que Black, aún, esté aquí.-asentí y tome con firmeza mi varita.
Metocaba revisar el tercer piso, de la punta de mi varita, salía una luz que meayudaba a guiarme por los recovecos. Debía admitir que estaba nerviosa y asustada,por lo que pudiera llegar a encontrar al doblar la esquina. Más de una vez meencontraba con Peeves y lograba asustarme más de lo que quisiera.
Paracuando termine, me reuní, con los demás en el interior del Gran Comedor. Todoslos alumnos, se encontraban en sacos de dormir distribuidos por todo elcomedor.
-Reviséla Torre Astronómica, pero no hay nada.-informó Filch.
-Enel tercer piso no hay nada.-me sumé guardando mi varita. Albus me sonrió y mequedé parada en la entrada, esperaría a que estuviese solo para poder acércamey hablar con él. No podía escuchar casi nada de lo que decía Severus, solohabía alcanzado a escuchar el nombre de Remus y el mío. De seguro lo estabaconvenciendo de que nosotros podríamos ayudar a Sirius a ingresar.
-¿Preocupada,hija mía?-la voz de Albus, me sacó de mis pensamientos.
-Demasiado.-respondí, jugando con mis manos.
-Nodebes por qué estarlo, no hay nada que indiqué que el señor Black, sigue aquí.-
-Nosé si eso debería dejarme más tranquila o no, pero de todas formas gracias.-lesonreí mientras ingresaba y recorría uno por uno los sacos de dormir. Me detuvefrente al de Harry y pensé que no podría soportar que algo le llegara a pasar.
La nochehabía pasado y no había rastro de que Sirius, aún, estuviese en el castillo. Intentéir al despacho de Rems, pero le puso un hechizo para que nadie pudieseingresar. Respiré hondo y me apoyé en la pared. Debía convencerme de que todoiba a estar bien.
Subílas escaleras y me encerré en mi habitación, ni siquiera me preocupe porcambiarme, solo quería dormir. Por más que intentaba cerrar los ojos, no podía.Hoy había tenido mi primer acercamiento hacía Harry, hacía mi Harry, y no medieron las agallas para poder contarle la verdad y como broche de oro, laaparición de Sirius frente a la Sala Común de Gryffindor. Sin duda, había sidoun día, extremadamente agotador.
*.*.*.*
La mañanallego demasiado rápido para mi gusto. Sin muchas ganas ingresé al baño y measusté al verme al espejo. Tenía ojeras y los ojos rojos. Aparté mi vista eingresé a bañarme. Para cuando termine, me acorde de Remus. Me cambiérápidamente y baje hacía su despacho.
-¿Rems?-llamé,golpeando la puerta. Nada se escuchó.- ¡Alohomora!-elpestillo, se abrió y pude ingresar. Lo encontré debajo de su escritorio, hechoun ovillo.-Remi.-susurré con tristeza. Lo ayude a levantarse y lo llevé hastasu habitación. Debía avisarle a Dumbledore, que él no podría dar la clase eldía de hoy, pero que yo me haría cargo.-No te preocupes, amor, yo estoy contigo.-besésu pálida mejilla y me acerqué a una mesa para poder tomar un pergamino yescribirle a Albus. A los pocos minutos de haber enviado el mensaje, MadamePomfrey, llegó.
-Nose preocupe, señorita Potter, usted encárguese de su trabajo que yo me encargode él.-sin decir nada, me echo de la habitación. Miré el reloj y no faltabamucho para que el desayuno terminase y los alumnos comenzaran a llegar.
Fui alcomedor y comí casi en un segundo para luego salir rumbo al salón de clases. Mirépor la ventana como las hojas caían de los árboles dando a entender que elotoño, estaba llegando.
Al llegara la puerta, respiré hondo, e ingresé. Me sorprendí al ver todas las ventanascerradas y que la oscuridad se apoderaba del salón. Todos los presentes,voltearon a verme.
-ProfesorSnape, ¿qué está ocurriendo?-pregunté, yendo hacía él.
-Tengoentendido que el profesor Lupin, está mal de salud. ¿Verdad?-
-Sí,pero
-
-Espor eso que yo me haré cargo de la clase, señorita Lupin.-se dio media vuelta,pero alcancé a tomarlo de la túnica.
-Ustedse especializa en Pociones, no en Defensa Contra las Artes Oscuras, por lo quetengo entendido. Esta es mi clase.-me miró con odio para luego formar unasonrisa de malicia.
-Enel banquete de bienvenida a usted, se la presentó como ayudante, no como profesora. Por lo tanto, no tiene derecho acontradecirme en nada.-me quedé en silencio y lo solté.-Vaya y cumpla con sutrabajo de ayudante.-al pasar a sulado, lo miré con rabia y me senté en mi escritorio.-Vayan todos a la página394.-tomé el libro que compartía con los alumnos.
-Hombreslobos.-susurré para mí misma.
-Disculpeseñor, ¿y el profesor Lupin?-escuche que Harry preguntó.
-Esono le importa, ¿o sí, Potter? Cabe decir que su profesor está incapacitado paraenseñarles en este momento, ¿verdad, señorita Lupin?-asentí volviendo a mi lectura.-Vamosa la página 394.-con un movimiento de varita, hizo que las hojas del libro deRon, llegaran a la página correcta.
-Hombreslobos.-exclamó.
-Peroseñor, apenas íbamos a ver los Hinkypunks. Las bestias nocturnas, vienen después.-argumentoHermione.
-Silencio.-meaclaré la garganta y me puse de pie.
-Lamentóvolver a interrumpirlo, señor. Pero Granger, tiene razón. No puede saltearse loque está escrito en el programa de tercero.-
-Silencio,Lupin.-solté un bufido y me volví a sentar.-Bien, ¿Quién sabe la diferenciaentre un animago y un hombre lobo?-la única que levantó la mano fue, Hermione.-¿Nadie? Que decepcionante.-
-Yoprofesor. Un animago, es un mago que elige ser un animal. El hombre lobo, no lodecide. Se transforma con la luna llena y hasta olvida quien es él, podríamatar a su mejor amigo. Además responde al llamado de los suyos.-al igual quesu padre, Malfoy, interrumpió la perfecta respuesta de Hermione.
-Gracias,señor Malfoy. Es la segunda vez que habla sin permiso, ¿no puedecontenerse? ¿O se siente orgullosa deser la molesta sabelotodo? Cinco puntos menos, Gryffindor.-cerré los ojos ynegué, hoy sí que sería un día extremadamente largo.-Y para aliviar suignorancia, quiero para el lunes dos pergaminos sobre los hombres loboshaciendo énfasis en como reconocerlos.-
-JugaremosQuidditch, mañana.-intervino, Harry.
-Lesugiero que tenga mucho cuidado, señor Potter. Si se lastima un hueso, no seráuna excusa. Página 394.-Snape, comenzó a dictar sobre la definición de los licántropos.Yo no lo perdía de vista e intentaba contenerme para no tener que gritarle.- ¿Alguiensabe cómo es el comportamiento de un hombre lobo?-
-Sonbestias.-respondió una niña de Slytherin.-Son terribles bestias, que no lesimporta nada.-
-Error.-mepuse de pie y me acerqué al centro del salón.-Como bien dijo la señoritaGranger, las personas que sufren licantropía, no pueden controlas sus instintosy realizan cosas contra su voluntad humana. No son capaces de reconocer susacciones hasta que la luna desaparezca.-Severus iba a decir algo pero el timbrede final de clases, sonó.
Capítulo 20:
Remus:
Habíaabierto los ojos debido al sonido de un fuerte rayo. Sentí la comodidad delcolchón de mi cama al intentar reincorporarme, solté un leve quejido que alertóa Anne, que estaba con los brazos cruzados mirando por la ventana.
-Note muevas.-ella se apartó y vino hacía mi lado.-Madame Pomfrey, dio que deberásestar mejor para mañana.-su mano acariciaba mi cabello.
-¿Quése ha sabido de Sirius?-la escuché soltar un suspiro.
-Revisamostodo el castillo y no hay indicios de que aún siga aquí.-jugó nerviosamente conla tela de la sabana.
-¿Esofue todo?-negó con la cabeza.- ¿Qué paso?-
-Severus.-hizouna pausa.-Sospecha que tú y yo, intentamos ayudar a Sirius a ingresar alcastillo.- con más esfuerzo logré enderezarme.-Remus, te dije que no temovieras.-
-Esono importa. Lo que de verdad importa, es que no te dejes llevar por lo que éldice. Desde que ingresamos a Hogwarts, siempre intentó echarnos la culpa.-ellaasintió.-No le hagas caso.-pasé uno de mis brazos por mis hombros y la atraje ami pecho.- ¿Has hablado con Harry?-noté que sonrió. Mejores Páginas de Contactos | Opiniones y Análisis 2023
-Sí.Fue mi primer acercamiento hacía él. Sentí el impulsó de decirle toda laverdad, pero me contuve. No sabía cómo reaccionaría y lo menos que quiero esque esté enojado por saber lo que hice en un intento de protegerlo.-besé sucabeza, frotando su brazo.
-Cuándoél se entere, sabrá entender por qué lo hemos hecho. Tú no estás sola.-ella seaferró más a mí.
-Gracias,amor.-se acomodó en mi pecho.-Hoy hay un partido de Quidditch. Harry estájugando.- comentó jugando con sus dedos.
-Porlo que he escuchado, sacó los dotes de James.-
*.*.*.*
MadamePomfrey, jamás, se equivocaba con lo que le decía a sus pacientes. Al otro día,después de la tormenta, puede abandonar la cama y volver a mis tareascotidianas, aunque no estaba repuesto del todo. Le había prometido a Bella, queme acercaría a Harry y entablaría un lazo con él.
-Lamentómucho lo de tú escoba.-comenté, mientras caminábamos por el bosque.- ¿Crees quese pueda arreglar?-
-No.-respondióluego de unos segundos.-Profesor, ¿por qué los Dementores me afectan tanto, másque a los demás?-
-Oye,los Dementores, están entre las criaturas más horrendas que habitan en latierra. Se alimentan de los momentos felices, de los buenos momentos, lapersona se queda con sus peores experiencias.-me había adelantado unos pasos,para luego voltear a verlo.-Tú no eres cobarde. Harry, los Dementores, teafectan más por los horrores de tú pasado. Horrores que tus compañeros nisiquiera imaginan. No te sientas avergonzado.-
-Tengomiedo, profesor.-me confesó.
-Sino lo tuvieras, serias un tonto.-
-Necesitódefenderme. Enséñeme.-
-Nopretendo ser un experto, Harry, ya que los Dementores parecen tener un interés especialen ti. Supongo que te enseñare. Pero después de las vacaciones, ahora necesitódescansar.-
Volvíal castillo e ingresé en mi despacho, Anna, se encontraba terminando decorregir algunos trabajos de primer año.
-¿Todobien?-preguntó sin levantar la vista.
-Excelente.-mecoloqué detrás de ella, colocando mis manos sobre sus hombros.-Hablé conHarry.-soltó su pluma y levantó la vista.
-¿Y?¿Qué te ha dicho?-me senté frente a ella.
-Quiereque le enseñe a defenderse de los Dementores. Creo que se siente un pocoavergonzado por el simple hecho de que ellos siempre lo atacan.-en su rostro sedibujó una mueca.-Pero no te preocupes, yo voy a prepararlo.-se puso de pie yse sentó sobre mi regazo.
-¿Quéhubiera hecho sin ti, Rems?-una hermosa sonrisa salió de sus labios.-Me hacefeliz ser tú esposa.-la abracé de la cintura, acercándola más a mí.
*.*.*.*.*
Bella:
La navidadse estaba acercando y con ellas las últimas visitas a Hogsmeade. Paseando porlos pasillos del castillo, escuche a alguien. Me acerqué hasta la entrada delpuente, encontrándome con mi sobrino.
-¿Harry?-preguntéyendo hacía él.- ¿Estás bien?-
-No.-sutono era inestable.-No, no lo estoy, profesora.-
-¿Quierescontarme?-negó.-De acuerdo, mi iré para darte privacidad.-resignada, volví a retomarel camino hacia los pasillos.
-Espere.-medetuve y lentamente voltee.-Tal vez si quiero contarle.-
-¿Quéocurrió?-se tomó unos instantes antes de contestar.
-Éllos traiciono, él era su amigo y los traiciono.-por un momento, se me hizo unnudo en el estómago.
-¿Quien
quién?-pregunté,no muy convencida.
-SiriusBlack. Él le contó a Voldemort sobre la ubicación de mis padre. Él se encargóde matarlos indirectamente.-la sangre se me heló en ese momento.-Adiós, profesora.-mequedé en medio del puente, tratando de recuperar el aire. No muy lejos de mí,se encontraba, Remus.
-Anna,¿estás bien?-preguntó tomándome de la mano.
-Lo
lo
lo sabe.-tartamudee, con la voz entrecortada.-Harry, sabe lo de Sirius.-
*.*.*.*.*
Las vacacionesfueron pasando y el invierno fue desapareciendo. Los campos de Hogwarts,volvían a tomar el tono verdoso de siempre, las flores volvían a abrirsedejando ver sus colores, los pájaros volvían a trinar desde los árboles y elsol apenas hacía picar la piel. Las clases especiales con mi sobrinocomenzarían.
-Harry,haz vuelto.-habló Rems, cuando cerré la puerta detrás de Harry.- ¿Estás segurode esto? Esto es magia más avanzada, mucho más complicada que la hechiceríacomún.-
-Estoyseguro.-respondió con firmeza.
-Todoestá preparado.-indiqué señalando un baúl. Remus bajó las escaleras y llegojunto a nosotros.
-Loqué te enseñaremos se llama Encantamiento Patronus, ¿lo conoces?-Harry, negó.- ¿No?Bueno. El Patronus, es una fuerza positiva. Cuando lo invocas es un escudo, elDementor, toma esa energía y no la tuya. Pero para que funcione, necesitaspensar en algo. Un momento muy feliz, poderoso e intenso, ¿Lo harás?-mi sobrinoasintió.-Sí. Muy bien, cierra los ojos. Concéntrate. Explora tu pasado, ¿ya lotienes? Deja que te invada. Déjate llevar por él y luego pronuncia esto Expecto Patronum.-
-Expecto Patronum.-repitió, aún con losojos cerrados.
-Muybien.-Rems, se acercó al baúl.-Bien, varita lista.-los cerrojos se abrieron,Harry, respiraba profundamente tomando aferrándose con más firmeza de suvarita. Un oscuro Dementor, salió del interior.
-¡Expecto Patronum!-no hubo ningúnresultado, las velas se apagaron ante la primera vez.- ¡Expecto Patronum!-Harry, siguió intentando pero la típica luzazul, no salió pero en cambio se desmayó.
-¡Harry!-meacerqué a él y apoyé su cabeza en mis rodillas.
-Vamos,levántate.-Rems, me ayudó a ponerlo nuevamente en pie.-Ven, siéntate, respira. Deacuerdo. No esperábamos que lo hagas a la primera.-soltamos una pequeñarisa.-Ten.-Rems, sacó de su bolsillo un trozo de chocolate.-Come, te ayudara.-
-Quéhorrendo Dementor.-comento, dando un mordisco.
-No,no, no. Eso era un Boggart, Harry.-expliqué levantándome.-Uno real es peor,terriblemente peor.-Rems, volvió a prender las velas.
-Porcuriosidad, ¿en qué pensabas?-ayudé a que Harry se levantara.- ¿Qué recuerdoelegiste?-
-Cuandomonté mi escoba.-Rems, lo miró.
-Noes suficiente, no es nada poderoso.-mi sobrino se acercó a una de las velas.
-Existeotro, no es feliz en sí. Bueno si lo es, es el momento más feliz. Pero escomplicado.-habló jugando con la llama.
-¿Esintenso?-pregunté apoyándome en una pared. Él asintió.-Intentémoslo.-
-¿Listo?-sevolvió a poner en posición.
-Listo.-nuevamentelos cerrojos se abrieron y el Boggart, salió produciendo un terrible chillido.- ¡Expecto Patronum!-nada paso y elDementor comenzaba a descender.- ¡ExpectoPatronum!-por un momento sentí que todo tembló y que de su varita comenzabaa salir un fino hilo azul que se iba expandiendo hasta convertirlo en un escudoentre Harry y el Dementor. Remus y yo reíamos felices de este nuevo logro. Él logróobligar al Boggart a que vuelva a ingresar en el baúl.
-Bienhecho, Harry.-comentó Rems, colocando los cerrojos.-Bien hecho.-
-Creoque fue suficiente.-apreté su hombro con una sonrisa.-Por hoy.-
-Sí,siéntate. Toma, cómelo.-él volvió a ofrecerle un trozo de chocolate.-Teayudara.-
-Déjamedecirte, que eres tan buen hechicero como tú padre.-comenté sentándome en lospequeños escalones.-Y eso es sorprendente.-voltee para ver el baúl.
-Pensabaen él, y en mamá. Los veía y me hablaban, solo eso. Fue lo que elegí. Aunque nosé si es real, pero es el más feliz que tengo.-una sonrisa se dibujó en mirostro al igual que en el suyo.
Cuandola clase termino, solo quedamos Remus y yo. Tenía mi vista puesta en el baúl.
-¿Estásbien?-preguntó colocándose a mi lado. Asentí levemente.
-Solopensaba si aún mantengo el mismo Patronus de antes, es todo.-di media vuelta,cuando me detuvo.
-¿Quieresaveriguarlo?-lo miré confusa.-Me refiero a que si tú también quieres unalección como la que le dimos a Harry.-me encogí de hombros y volví a milugar.-Ven.-me tomo de la mano y me colocó frente al baúl y él quedó detrás demí.-Elije el mejor recuerdo que tengas.-cerré los ojos y trate de concentrarmeen uno.- ¿Lo tienes?-asentí.-Hazlo.-desde donde estaba hizo que los cerrojos seabriesen y que mi Boggart tomara la forma de un Dementor.
-¡Expecto Patronus!-de la punta de mivarita un gran lobo salió corriendo en dirección al Dementor, obligándolo aretroceder. Para cuando la tapa del baúl se cerró, Remus, me tomó de la cinturaevitando que me cayera.
-Bien,lo has hecho perfecto. Sin duda sigue siendo el mismo.-reí levemente.-Siemprehe tenido curiosidad sobre el aspecto de tu Patronus.-
-Adoptóla forma de un lobo cuando me di cuenta que es lo que realmente sentía hacíati. Cuando me di cuenta que te amaba.-él sonrió, besando mi mejilla.
-¿Quérecuerdo elegiste?-me volví a sentar en los escalones, guardando mi varita.
-¿Recuerdasel día que llegó la carta diciendo que mis padres habían muerto?-él asintió.-Recuerdoque tuvimos que volver a nuestra casa. Yo no quería salir de mi habitación ysolo lloraba pidiendo que me dejaran sola. Tú fuiste él único que no se dio porvencido y siguió insistiendo hasta que me puse de pie y te abrí. Tú sonreíste yme abrazaste, permitiéndome llorar sobre tu pecho. Más tarde, Lily, me dio lanoticia de que se quedarían conmigo y que formaríamos una familia. Juró que esefue el día más feliz de mi vida, sacando el de nuestra boda.-apoyé mi cabezasobre su hombro cerrando los ojos.-Aún mantengo la foto de nuestra primeranavidad juntos, como familia.-
*.*.*.*
Capítulo21
Bella:
Luego de las clases particularesde Harry, Remus y yo, volvimos a nuestra rutina de rondas nocturnas en lospasillos de Hogwarts. Aún seguía pensando en que Harry sabía la verdad sobreSirius y que parecido tenían ambos.
-Hay algo ahí.-comentó Rems,señalando con la punta de su varita un punto luminoso.
-¿Es Snape?-pregunté, mientras íbamoshacía ahí.
-Al parecer no está solo. Ven.-juntosnos acercamos hasta él.
-Eres insolente e insensato.-hablóSnape, apuntando con su varita.
-Profesor.-intervino Rems.
-Vaya, vaya Lupin ¿dando unpequeño paseo?-comentó Severus, alumbrándonos.-A la luz de la luna, ¿cierto?-
-Harry, ¿estás bien?-me adelantehacía él ignorando la estúpida mirada de Snape.
-Falta por verlo.-Snape, learrebató algo que tenía en las manos mi sobrino.-Le he confiscado un curiosoartefacto al señor Potter. Analícelo Lupin, parecer ser su área deespecialidad.-tome el pergamino y lo abrí.-Está repleto de Artes Oscuras.-
-Lo dudo en verdad,Severus.-hablé mirando el nombre de los Merodeadores.-Para mí es un pergaminodiseñado para insultar a quién intente leerlo.- solté una leve risa.-Sospechoque es solo una broma.-la mano de Snape, intento sacármelo.-Sin embargo, Remusy yo, investigaremos sus cualidades ocultas. Como tú has dicho es nuestra áreade especialidad.-
-Harry, ven acá.-solicitó Remus.-Buenasnoches.-los tres juntos nos dispusimos a ir a nuestro despacho.
-Pasa.-indiqué aguardando lapuerta.
-No tenemos la mínima idea decómo conseguiste este mapa.-comenzó Rems.-Pero nos deja sorprendidos de que nolo hayas entregado.-
-¿No se te ocurrió pensar queesto en manos de Sirius Black, es un mapa para encontrarte?-proseguí apoyándomeen uno de los pupitres. Harry negó. -No.-
-No, profesora.-Remus se acercóun poco a él.
-Tú padre tampoco obedecía lasreglas, pero él y tú madre, dieron sus vidas para salvar la tuya. Y túdesprecias su sacrificio rondando sin protección donde hay un asesino suelto. Meparece que les correspondes muy mal y no volveremos a encubrirte, ¿escuchastebien?-aunque me doliera, Rems, tenía razón.
-Sí.-murmuró Harry, con la vistabaja.
-Quiero que regreses a túdormitorio y te quedes ahí.-hablé enderezándome apenas.
-Y no tomes ningún atajo. Si lohaces lo sabremos.-él asintió y comenzó a caminar hacia la salida.
-Profesora, creo que ese mapa nosiempre funciona. Apareció alguien en el mapa. Alguien que está muerto.-enarquéuna ceja con interés.
-¿Enserio? ¿Y quiénfue?-pregunté.
-Peter Pettigrew.-
-Es imposible.-comentó Remus,más pálido de lo normal.
-Eso fue lo que vi.-Harry nodijo nada más y salió del salón. Nos quedamos solos. En ese preciso momento, se me vino a la mentelas palabras de Sirius.
-"¡Bella! ¡Fue Peter! Deben creerme,¡Fue Peter! El desgraciado no está muerto, ¡No lo está!"-
-Re
Remus.-tartamudeemirándolo.- ¿Qué piensas?-
-No creo que sepaquién es Peter.-respondió dejando de lado el mapa.-Él está muerto. Hace doceaños murió.-
-¿Y si Siriustenía razón? ¿Y sí fue él?-Rems, le restó importancia con la mano.-Rems, túsabes qué el mapa no miente. Si mostró a Peter es por algo.-murmuré buscandosus ojos.
-Será mejor quevayamos a dormir, mañana hablaremos con más tranquilidad, ¿sí?-asentí.
Habíamos decididopasar la noche juntos. Remus me abrazaba por la cintura, con su barbillaapoyada sobre mi cuello. Yo acariciaba sus manos, aún con los ojos abiertos. Cuando era adolescente, James, me habíaexplicado la utilidad del Mapa del Merodeador. Sabía perfectamente que eraincapaz de mentir. Parpadee varias veces para borrar todas esas cosas de mimente y poder dormir algo.
*.*.*.*.*.*
A la mañanasiguiente ambos nos despertamos temprano, no quise tocar el tema por el momentoy esperaría a que el día transcurriese para poder hacerlo. Juntos bajamos alComedor para buscar algo de desayunar. No presté mucha atención a lo que pasabaa mi alrededor y me sumí en mis pensamientos sobre lo que nos había contadoHarry. Durante el resto del día, me mantuve igual. Estaba demasiado confusa quecuando los alumnos de segundo me preguntaban algo, respondía cualquier cosa. Mesentí sumamente feliz cuando vi que la noche había llegado.
Ingresé en mihabitación y me despojé de mi túnica para quedarme solamente con una camisablanca. Solté la hebilla que sostenía mi cabello y lo dejé suelto. La habitaciónestaba un poco fría por lo que busque un sweater para ponerme encima. (https://www.polyvore.com/cgi/set?id=98219004&.locale=es)
Me habíasentado en el escritorio que tenía cerca de mi cama y saqué algunos pergaminosde primer año, que debía corregir. Tomé mi pluma y la mojé en el tintero,cuando la puerta se abrió de golpe. Remus ingresó algo agitado.
-¿Estásbien?-pregunté poniéndome rápidamente de pie.
-Toma tú varitay sígueme.-estaba a punto de irse cuando lo detuve.
-¿Qué estápasando?-
-Tenías razónsobre Peter.-tomé mi varita y juntos salimos.
-¿De qué estáshablando?-atravesamos uno de los pasillos.
-Estaba revisandoel Mapa cuando vi que Peter estaba con Harry.-me detuve de golpe.
-¿Con Harry?-élme tomo de la mano obligándome a caminar.- Explícate mejor, Remus.-
-No sé cómoexplicarlo, solo que aparecía el cartel con su nombre al lado del de él. Es todo.Ahora están en la Casa de los Gritos, debemos apurarnos.-el sonido de mis botasretumbaba por todos lados hasta perderse cuando toque la hierba. Juntos llegamoshasta el Sauce Boxeador, el cual comenzó a moverse al sentir movimiento.
-¡Inmobilus!-pronuncié haciendo que el árbol sequedara quieto, permitiéndonos el paso. Jamás había estado en la Casa de losGritos, pero solo sabía que la usaban para que Remus pudiese transformarse enlos días de Luna llena sin herir a nadie. Subimos las escaleras, buscando enlas habitaciones. Temía que algo le pasara a mi sobrino y no poder hacer algopara evitarlo. Rems, se señalo una habitación del segundo piso. Los dostratamos de no hacer ruido y acercarnos lo más que podamos hasta la puerta deesa habitación. En el interior se sentía como que dos personas peleaban. Remusabrió la puerta de golpe con la varita en alto. Se me detuvo la respiración alver que Harry estaba encima de Sirius, apuntándolo con su varita.
-¡Expelliarmus!-le indiqué a mi sobrinoque se alejara. Remus mantenía su varita firme.-Vaya, vaya Sirius, luces muyandrajoso. Al fin tú carne revela tú demencia interna.-
-Pues tu eresexperto en demencia interna, ¿no Remus?-Rems, bajo su varita y le extendió unamano para ayudarlo a ponerse de pie. Me adelante unos pasos cuando vi que ambosse abrazaban.-Lo encontré. Anita, yo tenía razón. Era él.-
-Lo sé.
-Está aquí.-
-Te entiendo.-
-Hay que matarlo.-
-¡No!-gritóHermione.-Yo confié en usted, profesor. Y todo este tiempo ha sido su amigo.-
-Remus, ¿Quéocurre?-pregunté algo asustada.
-¡Es un hombrelobo, es por eso que falto a clase!-volvió a gritar Hermione.
-¡Remus! ¿Quéocurre?-insistí perdiendo la paciencia.
-¿Ha cuanto losabes?-cuestiono Remus, alejándose de Sirius.
-Desde queSnape, nos dejo el ensayo.-
-Vaya, vaya,Hermione. Eres la mejor hechicera de tú edad que haya visto.-
-¡Ya, ya vamosa matarlo!-comenzó Sirius.-Basta, ¿qué esperamos?-
-¡Espera!-
-¡Ya esperesuficiente! Doce años parar esto. Ir a Azkaban.-todos nos quedamos en silencio,solo escuchando como se movía la construcción.
-Está bien, mátalo.-abrílos ojos al ver como Remus le entregaba su varita.-Pero espera un minuto más. Harrydebe saber porque.-
-Yo séporque.-intervino mi sobrino.-Traicionaste a mis padres. Murieron por tú culpa.-
-No Harry, nofue él.-hablé por primera vez.-Un hombre traiciono a tus padres, pero esehombre hasta el día de hoy pensamos que estaba muerto.-
-¿Quién lohizo?-quiso saber.
-¡Peter Pettigrew!-contestóSirius.-Está en esta habitación. Justo ahora. ¡Vamos, vamos Peter! ¡Aparéceteahora!-
-¡Expelliarmus!-todos volteamos a ver a una figuranegra, con su varita en alto. Severus.-La venganza es dulce. Esperaba ser yoquien te atrapara.-
-Severus,nosotros
-intentó decir Rems.
-Le dije aDumbledore que estabas ayudando a un viejo amigo en el castillo y ahora aquíestá la prueba.-
-Brillante,Snape. Volviste a emplear tu mente astuta y penetrante, pero como siempreequivocaste la conclusión, ¿no?-comentó con burla Sirius.-Y ahora si nos disculpas,Bella, Remus y yo tenemos un asunto pendiente
-
-Dame unarazón, te lo suplicó.-pidió Snape colocando su varita sobre el cuello deSirius.
-Severus, noseas tonto.-hablé mirando la situación.
-No puedeevitarlo ahora.-
-Sirius, cállate.-pedí.
-¡Cállate tú,Bella!-
-Fíjense losdos, pelean como un viejo matrimonio.-
-¿Por qué nomejor te vas a jugar con tú juego de química?-Severus volvió a colocar su varita.
-Puedo matarte,¿pero porqué rechazar a los Dementores? Ellos están ansiosos por verte. Da unpoco de miedo, sí. El beso del Dementor. Imagino lo que debe ser, dicen que esmuy insoportable de ver, pero yo me esforzare.-a cada palabra que daba Snape,hacía que Sirius retrocediese.
-Severus, porfavor.-volví a pedir.
-Después de ti.-leshizo una señal a los chicos para que se pusieran de pie.
-¡Expelliarmus!-gritó Harry, apuntando aSeverus.
-¡Harry! Atacastea un profesor.-reproche.
-Háblame dePettigrew.-ordenó apuntándome con la varita.
-Estudio conellos. Creíamos que era nuestro amigo.-comencé.
-No, él murió. Lomataste.-
-Espera.-meinterpuse entre ambos.-Eso creímos hasta que mencionaste verlo en el mapa.-
-El mapa nosmintió.
-¡El mapa jamásengaña!-aclaró Sirius.-Pettigrew, está vivo y está ahí.-señaló en dirección aRon.
-Pero, ¿por quécree que yo
?-
-¡No tú! ¡Túrata!-
-Scabbers,lleva en mi familia
-intento decir Ron.
-¿Doce años? Unalarga vida para una simple rata. Le falta un dedo, ¿cierto?-
-¿Eso que?-
-Todo lo quequedó de Pettigrew fue
-Sudedo.-intervenimos Sirius y yo.-El cobarde se lo cortó para que pensaran queestaba muerto y luego se transformo en una rata.-
-Muéstrame.-exigióHarry. Sirius se inclinó sobre Ron intentando arrebatarle la rata.- Dásela,Ron.-
-¿Qué es lo quequiere hacerle?-ni Remus, ni Sirius ni yo contestamos. Los tres ignoramos losgritos de Ron. Yo tomé con firmeza mi varita y me coloqué al lado de Rems. Siriusla colocó sobre un viejo piano y automáticamente, la rata, comenzó a correr. Lostres soltábamos hechizos, pero ninguno lograba darle. Antes de que llegara a lapuerta, uno de los míos, logró alcanzarlo.
Capitulo 22:
Bella:
Cuandoel hechizo impacto contra la rata, antes de atravesar un agujero que había enla puerta, se transformo en un hombre de baja estatura. Remus y Sirius, seacercaron para que los chicos y yo, pudiéramos verlo. No recordaba que Peter,sea tan feo. Rems, me indico que me colocase junto a Harry.
-Remus
Bella
Sirius.-habló sacando sus manos de su rostro.-Mis queridos amigos.-él seabalanzó hacia adelante intentando salir. Pero fue detenido. Peter miro a sualrededor, concentrándose en mi.-Pequeña Potter, mírate eres igual a túhermano, James. Tú sabes que fuimos grandes amigos.-
-¿Cómote atreves a hablarle?-Sirius se acercó para hacer que se separe de mí. Pudesentir la penetrante mirada de mi sobrino sobre mí. -¿Cómo osas hablar de Jamesenfrente de ellos?-
-Vendistea James y a Lily a Voldemort, ¿cierto?-cuestiono Remus, cuando lo acorralaronjunto al piano.
-Noera mi intención.-sollozó Peter.-Él, no imaginan la clase de armas que posee,¿Qué hubieras hecho tú, Sirius? ¡Contesta!¿Qué hubieras hecho tú? ¿Qué hubieras hecho tú?-
-¡Hubieramuerto! ¡Hubiera muerto antes que traicionar a mis amigos!- Peter se escabullo por debajo del piano,intentando nuevamente ir hacia la puerta. Me separe de Harry y corrí paraevitar que se escape.
-Be
Bella, tú hermano no me mataría
-Remus y Sirius, se acercaron tomándolo de loshombros y apartándolo de mí.
-Debistesaber, Peter, que si Voldemort no te mataba, lo haríamos nosotros.-
-¡No!-intervinoHarry.
-Harry,esté hombre
-
-Sélo que hizo, pero lo llevare al castillo.-
-Gracias,bendito seas.-Peter se puso de rodilla e intento alcanzarlo.
-Aléjate.-ordenofríamente, Harry.-Dije que iríamos al castillo, para que los Dementores telleven.-
*.*.*.*.*.*.*.*
Remusllevaba a Peter adelante apuntándolo con su varita. Hermione y yo llevábamos,mediante el hechizo levitador, a Severus, mientras que Harry y Sirius, seencargaban de Ron.
-¿Túeres la tía de Harry?-me preguntó luego de unos minutos. Respiré hondo yasentí.-Si lo eres, ¿Por qué dejaste que viva con los Dursley?-
-CuandoLily y James
murieron, Dumbledore me dio la oportunidad de criar a Harry. Yoquería hacerlo, era lo que más deseaba con mi alma, ya que cuando él nació medesvivía porque nada le pasara, pero sabía que los seguidores de
Voldemort,irían tras los Aurores y si llegaban a encontrarme con Harry, lo más probableera que lo mataran. Y déjame decirte, Hermione, que le prometí a mi hermano y a mi cuñada, cuidarlo ofreciendo mi vida por él.-hice una leve pausa.-Es por eso quecreí que lo más conveniente sería enviarlo al mundo Muggle, donde crecería asalvo de los peligros que el mundo Mágico tenía para ese entonces.-
-Fuemuy noble lo que has hecho por él.-ella me sonrió para adelantarse. Hermionehabía escuchado cada palabra que le había dicho sin hablar, ¿Harry haría lomismo?
-Bella,no te quedes en el camino y mucho menos con Severus.-voltee encontrándome conSirius. Nuevamente sentía la molesta mirada de mi sobrino y volví a caminar.
Cuandologramos salir de la Casa de los Gritos, no sabía exactamente como hablar conHarry. A veces me sentía una cobarde por no decirle la verdad de una vez portodas y presentía que cuanto más tardase, más se enojaría conmigo. Mientrasayudaba a Hermione con Ron, veía como conversaba con Sirius. Con un movimiento de varita, hiceaparecer unas cuantas vendas.
-Loúnico que podemos hacer por el momento, es vendarlo. Cuando lleguen al castillo,Poppy, se encargara.-ellos dos asintieron. Me puse de pie alejándome un poco.
-Teescuché hablar con Hermione. Sobre lo que hiciste por mí.-voltee encontrándomecon mi sobrino, iba a decir algo pero me interrumpió.-Estuve doce años con esosMuggles, cuando perfectamente pude vivir con MÍ tía.-sentía un nudo en migarganta.
-Harry
yo
yo lo hice para mantenerte a salvo.-miré sus ojos, pero rápidamente baje lavista cerrando los míos. Genial, ahora había conseguido que se enoje conmigo.
-Gracias.-sentísus brazos rondando mi cintura. Abrí los ojos encontrándolo abrazado a mí.Sentía que la felicidad crecía en mi interior, como si nunca se hubiera ido.
-Lolamentó, Harry, lo lamentó.-apoyé mi mentón sobre su cabeza.-Hice todo loposible para que nada te pasara. Con Remus te visitamos varias veces, pero erasmuy pequeño para recordarlo.-
-¡Harry!-losdos volteamos al sentir el llamado de Hermione. Ella señalo el horizonte,dejando al descubierto la luna. Llena.
-Remus.-mealejé de él y me acerqué a él, escuchando los fuertes latidos de Rems.-Amor,¿tomaste la poción está noche?-sentí que Sirius me apartaba y se colocaba juntoa él. Yo nunca había visto sutransformación, ya qué él sentía vergüenza y es por eso que se alejaba parapoder hacerlo.
-Remus, mi viejo amigo, dime que tetomaste tu poción esta noche.- Sirius le hablaba, Remus no escuchaba y seguícon la transformación hasta el punto de completarla y ser un hombre lobo. Peterquería tomar la varita de Rems, para volver a convertirse en animago y huir,pero Harry y yo, lo detuvimos. De igual manera, escapo. En un abrir y cerrar deojos, Sirius, no estaba y solo éramos nosotros cuatro, frente a Remus. Intenteacercarme a él.
-¿Rems? ¿Remus?-lo llamé suavemente,sin acercarme del todo. Debía admitir que estaba aterrada. Él pareció reconocer mi voz, pero el instintode lobo, fue más fuerte. Un gran aullido, interrumpió la tranquilidad de lanoche. El hombre lobo venía hacía nosotros. Yo cubrí a mi sobrino y a los otrosdos, para que nada les pasara.
-Aquí están, Potter.-intervino Snape,saliendo de la cueva.
-Se
Severus.-tartamudee mirando haciaatrás. Él se horrorizo, pero a su vez se interpuso entre Remus y nosotros. Rems, apartó a Snape delcamino, tirando a Hermione y a Ron. Yo me mantuve en pie, protegiendo a Harry.Cerré los ojos al ver que haría lo mismo conmigo. Mi sobrino me sacudió apenas,para ver que un gran perro negro, estaba deteniendo al hombre lobo.
-¡Sirius!-gritamos Harry y yo, al vercomo ambos se perdían de nuestra vista. Severus intento detenernos, pero deigual manera nos liberamos de su agarre.
-¡Potter, regresa aquí!-ordenó Severuspero ninguno de los dos le hizo y fuimos detrás del perro y del hombre lobo. Remushabía tirado a Sirius contra unas rocas. El perro negro, soltó un agudo aullidode dolor. Harry tomó una pequeña piedra y se la lanzo al hombre lobo, captandosu atención. Rems, venía a hacía nosotros, cuando el llamado de otro lobo lodistrajo. Siguiendo sus instintos, se alejó tomando camino hacia el lugarproveniente del sonido.
-Harry, ve con Sirius, yo me encargo deRemus.-él asintió con una leve inclinación de cabeza.-Mantente a salvo.-besé sufrente y comencé a seguir a Rems.
Me interne en el bosque, tenía lavarita firme en mi mano y mis ojos alerta a todo lo que veía. El pulso metemblaba y el corazón me latía fuertemente. Sentí como unas cuantas ramas sequebraban detrás de mí. Levanté la varita lista por cualquier cosa. No habíanada, por lo que volví a mirar hacia el frente. Al hacerlo, me topé con Remus. Susojos estaban clavados en mí pero no de la misma forma dulce, si no, salvaje. Éldaba rodeos, hasta que decidió saltar sobre mí. Murmuré un hechizo, que hizoque las raíces del suelo, lo tomaran con firmeza de los brazos, impidiéndole moverse.
-¡AccioPoción Matalobos!-en menos de un segundo, tenía entre mis manos, un pequeñofrasco con un líquido rojizo. Me acerqué con cuidado a Remus, quién intentabamorderme a toda costa. Con mucha precisión volqué el líquido sobre su boca. Pocoa poco, fue convirtiéndose en un inofensivo lobo. Acerqué mi mano, con laintención de tocarlo. Primero pensé que me haría daño, pero él mismo levantó sucabeza buscando mi tacto.-Ya pasó
ya pasó.-
Capítulo 23
Bella:
Medesperté de golpe, me había quedado dormida cuidando de Remus. Giré apenas paraverlo convertido en un humano nuevamente. Aún era de noche y la luna seguía escondida detrás de alguna nube, espor eso que por seguridad de todos y especialmente por la suya, no deshice elhechizo de las raíces que lo sujetaban, en cambio hice aparecer unas mantas paracubrirlo del frío.
-Enseguidavuelvo.-besé su mejilla y volví a tomar con firmeza mi varita, comenzando acorrer por la espesura del bosque, debía encontrar a Harry. Cuando me aleje bastante, casi llegando a lacabaña de Hagrid, sentí un frío helador, que traspaso mi piel hasta llegar atodo mi interior, eso solo significaba algo. Dementores. Me aferré más a mivarita mirando para todos lados en caso de ver alguno. Sus característicossonidos, llenaron mis oídos al punto de hacer que escuchase los gritos de Alicey Frank, cuando eran torturados. Me obligue a mí misma a seguir.
Nuevamenteel frío apareció, pero con él, apareció una figura negra, enorme, el olorputrefacto que despedía, me dieron arcadas. Me aferré más a mi varita y esperea que estuviese lo más cerca posible para poder conjurar el hechizo.
-¡Expecto Patronum!- la figura de ungran lobo plateado, salió corriendo de mi varita, pasando por detrás de míhasta chocar contra el Dementor, que tenía la boca abierta. Cerré los ojos ycaí de rodillas, al suelo. De nuevo los gritos mis amigos, invadieron misoídos, haciendo que se me formase un nudo en el pecho y la garganta.
-Bella.-escuchéa alguien susurrar mi nombre. Voltee agitando mi cabello hacía a unos arbustos.-Bella
- detrás de un grueso detecte la figura de
-Sirius.-exclaméemocionada, aflojé el agarre de mi varita y corrí a abrazarlo.-Perdón, perdón,perdón. Debí creerte, debí haberlo hecho. Perdón, perdón, perdón.-él me cubriócon sus brazos, acomodándome el cabello.
-Bellita,no tengo mucho tiempo. Quiero que sepas que no importan las cosas que pasaronen el pasado. Me comporté como un loco gritándose de esa forma, pero de algunamanera hice que me creyeras, ¿verdad?-asentí.-Bien, eso era lo que quería.-tomómi rostro entre sus manos y me miro a los ojos.-Hace meses que te estuvesiguiendo como un perro y no podía evitar ver el parentesco que tienes conJames, eres igual a él.-
-¿Adónde iras?-pregunté tomando sus manos.
-Deboestar lejos por un tiempo, al menos hasta que me dejen de buscar.-baje la vistaapenada.-Pero estaré en contacto contigo todo el tiempo, lo prometo.-sonreí yvolví a abrazarlo.
-Graciaspor volver.-le susurré al oído. Él besó mi frente, para luego llamar alhipogrifo de Hagrid.
-Nosveremos pronto, pequeña Potter.-los vi desaparecer en la inmensidad de lanoche. Dejé de mirar al cielo y recordé que debía volver con Harry.- ¡Porcierto, está en la enfermería!-me gritó antes de perderse del todo.
Seguíatravesando el bosque hasta que pude ver la gran estructura del castillo antemis ojos.
-¡Nox!-guardé mí varita y apreté elpaso para poder cuanto antes a la enfermería. Para cuando llegue a lospasillos, me encontré con Dumbledore.
-Magnificanoche, ¿no crees, Bella?-preguntó, apoyado en uno de los ventanales, mirando laluna.- Estoy enamorado de esa luna.-comentó, con voz risueña.- Esta noche, másde una vida se salvó y todo gracias a Harry.-
-¿Cómoestá ahora?-pregunté acercándome.
-Porel momento, bien. Está con el señor Weasley y la señorita Granger. Ve a verlo,te necesita.-asentí y salí de ahí.
Suspiréal llegar a la entrada de la enfermería. Abrí la puerta y sentí tres pares deojos, que me miraba. Harry estaba con Hermione, sentados en la punta de la camade Ron (quién tenía una gran herida en la pierna, causada por Sirius)
-Profesora.-hablóHermione, poniéndose de pie.
-Yano me llamen así, solo díganme Bella.-ellos sonrieron.-Harry, ¿podemos hablarun momento?-sus amigos le indicaron que estaba bien y juntos salimos. La verdadesto era más complicado de lo que hubiera imaginado en doce años, ¿Cómo arrancaba?
-¿Escierto?-preguntó, cuando llegamos a la Torre de Astronomía.- ¿Eres mi tía? ¿Noes una broma ni nada?-negué.
-Desdeel día en que te vi en los brazos de Lily, supe que mi trabajo era cuidarte yquererte como si fuese mi propio hijo.-reí.- Con solo 19 años, fui tú madre. Ayudabaa Lily en lo que podía y ella a su vez me ayudaba a mí con cosas del curso deAurores. Cuando nos enteramos que Quién-ya-tú-sabes, estaba detrás de ustedesjuro por lo que más quiero que quería entregarme yo antes de que losencuentren.-nos quedamos en silencio.-Ven, quiero mostrarte algo.- lo llevéhasta mi habitación, donde le entregué una pequeña caja.
-¿Quées esto?-preguntó examinándola.
-Mismás preciados recuerdos.-ambos nos sentamos en la cama y saqué la más grande delas fotos.
-¿Somosnosotros?-preguntó. Asentí.-Fue el día en que naciste, el 31 de julio de1980.-en la foto yo era más joven (tendría 18 casi 19). Yo lo tenía en brazos ylo mecía suavemente.
Narradora:
31 de julio de 1980:
Bella se encontraba en unviejo departamento de un barrio Muggle. Sobre su cama se encontraban todos loslibros con los que estudiaba para poder graduarse, finalmente, de Auror. El solcaía lentamente sobre los grandes edificios, que estaba cerca del suyo. Ella seestiró y bostezó. Los parpados le pesaban y tenía ganas de dormirse. Cuando estabaa punto de apoyar la cabeza, la puerta sonó. De mal humor se puso de pie yatendió.
-¿Sirius?-preguntó al ver asu amigo, agitado.- ¿Qué ocurre?-
-Lily, está en el hospital. ¡Elpequeño Potter, ya viene!-la tomó del brazo sin dejarla pronunciar palabra y lasacó de su casa. Los dos desaparecieron en menos de lo que se tarda en decir "Quidditch"
-¡Bella!-exclamó James, alver a su hermana, llegar.-Que bueno que hayas podido llegar.-
-¿Hace cuánto queentró?-preguntó, abrazándolo.
-Hace un rato, ya van allamarme para ingresar.-el azabache, temblaba de la emoción.
El tiempo fue pasando, loscuatro Merodeadores y Bella, estaban sentados con la expectativa alta. Bella,sostenía la mano de su hermano, apoyada sobre su hombro.
-Señor Potter.-anunció uno delos doctores, vestido con una bata verde.-Puede pasar.- James se puso de pie,rápidamente e ingresó junto al hombre. Ahorasolo quedaban cuatro personas en la sala de espera.
La noche fue cayendo y lajoven Potter, se estaba durmiendo sobre el hombro de Remus.
-¡ES UN VARÓN!-anunció James,abriendo las puertas de la sala de parto, de golpe. Los cuatro se pusieron depie lo abrazaron felicitándolo.
-¿Se puede pasar?-preguntóBella, esperanzada.
-Claro que sí.- respondió elazabache con una gran sonrisa, plasmando un beso la mejilla de su hermana.
Annabella ingresó y se quedósorprendida al ver aquel pequeño bebé que dormía en los brazos de su madre.
-Bellita.-susurró Lily, conuna gran y cansada sonrisa.-Ven, acércate.-la joven Potter, se acercó a scuñada y se arrodillo junto a la camilla.- ¿Y? ¿Qué te parece?-
-Es
es el bebé más bonitoque he visto en toda mi vida.-comentó con ímpetu, acariciando la mejilla deHarry. El niño abrió los ojos, dejando ver las dos grandes esmeraldas que habíaheredado de su pelirroja madre.
-¿Quieres cargarlo?-preguntóLily.
-¿Puedo?-ella asintió, pasándoselocon mucho cuidado. Bella lo mecía algo parecido al instinto maternal, que enella habitaba.-Hola, bebé, hola.-con su dedo indicé, le acariciaba la frente. Harry,pareció quedarse dormido ante el tacto y tomó entre sus pequeñas manos, el dedode su tía. Bella, no pudo contenerse y varias lágrimas cayeron de sus avellanasojos.
Capítulo 24:
Bella:
Harryse quedó en silencio para cuando yo termine de hablar. Volví a depositar lafoto dentro de la caja, pero él la tomó para seguir contemplándola.
-Todosestos años había creído que los Dursley eran mis únicos familiares, pero meequivoqué.-río nerviosamente.- ¿Podré vivir con ustedes?-saqué la caja delmedio y lo abracé por los hombros.
-Eslo que he querido desde hace años, pero aún Dumbledore, cree que es peligrosoexponerte.-
-¿Peligroso?-bufó.-He estado durante 12 años bajo los maltratos de los Dursley, quiero vivir mivida junto a MIS tíos, de verdad lo añoro.-no pude contenerme y lo abracé comonunca lo había hecho.
-Séque es tú sueño y también el mío, pero prometí que nada te pasaría.-lo tomé delas mejillas con suavidad, para que me mirase.-Prometo que vendrás conmigo,pero por el momento no sé puede.-
-Deacuerdo.-asintió, a rasga diente.
Remus:
Lascosas habían mejorada para bien, Harry había admitido a mi Bella como su tía yno paraba de hacerle preguntas acerca de Lily y James. Por el pequeño incidentedel bosque tuvimos que renunciar a nuestro puesto. Sirius había tenido que huirnuevamente de los Dementores y a este paso se deben encontrar a muchoskilómetros de distancia, tal vez en otro país. Hoy volveríamos a la MansiónPotter. Me encontraba en mi habitación terminando de ordenar mis cosas, hacíaunos minutos, Harry, había venido a hablar conmigo.
-¿Sepuede?-voltee para encontrarme a Bella bajo el umbral.
-Pasa.-leindiqué con una sonrisa. Se adelantó hasta quedar detrás de mí, abrazándome.- ¿Estás bien?-sentí como decíaque sí y enterraba su rostro en mi espalda.
-Unpoco cansada, es todo.-me di vuelta para tomarla del rostro. Me asuste al verque tenía una pequeña herida sobre la ceja.
-¿Esote lo hice yo?-pregunté con miedo. Bella no dijo nada. Me alejé y me apoyésobre una de las ventanas.- Soy un monstruo, pude haberte herido peor o inclusohaberte matado.-
-Remus,no empieces de nuevo con eso. No eres ningún monstruo, eres el hombre más buenodel mundo.-sentí sus manos acariciar mi cintura, para luego sentir su mentónnuevamente en mi espalda.
-Diceseso porque estás atada a mí.-murmuré. Ella me giró bruscamente dejándome frentea frente.
-Voya decirte esto solo una vez. No eres ningún monstruo, ningún espanto, no eresnada de todas esas ridiculeces de las cuales tratas de convencerte. Eres yserás el hombre con el cual yo decidí pasar el resto de mi vida. Me importa muypoco si eres hombre lobo, vampiro o cualquier otra cosa. Yo te amo tal y comoeres.-miré sus intensos ojos marrones y no pude evitar sentirme un completoidiota.
-¿Deverdad me amas?-rodó los ojos y pasó sus brazos por mi cuello.
-Duranteestos años, fuiste en quién me apoyé cuando estuve sola. Tarde descubrí lo quesentías por mí, pero aun así logramos estar juntos.-la abracé por la cintura,atrayéndolo a mí. Junté mi frente con la suya, cerrando los ojos.- Me molestaun poco que digas esas cosas sobre ti mismos. No lo vuelvas a hacer.-susurrócon apenas un poco de voz.
-Nolo volveré a hacer, lo prometo.-
*.*.*.*
Antesde irnos, recibimos una carta de Albus.
"Queridos hijos míos:
La Orden del Fénix, necesitade su participación."
-¿LaOrden?-preguntó Bella, para cuando terminó de leer.- No hay ninguna señal deVoldemort, ¿para qué nos necesitaran?-
-Sibil.-murmuré.Bella enarcó una ceja sin entender.- Sibil le había dicho a Harry en una de suspredicciones que el vasallo se reuniría de nuevo con su amo.-
-¿Túcrees que el vasallo es Peter que intenta volver con
Voldemort?-asentílentamente, volviendo a doblar la carta.
-Espor eso que la Orden va a volver a formarse.-Bella se apoyó en mi hombro ysoltó un suspiro cansador.- Pedí la renuncia.-hablé luego de unos minutos desilencio.
-¿Qué?¿Por qué?-se separó de golpe, mirándome.
-Sedivulgó lo que pasó anoche.-ella frotó mis hombros, besándome la mejilla.
-Noimporta, si crees que es lo mejor para ti, yo te apoyó.-la abracé por lacintura depositando un beso en su frente.- ¿Sabes que te amo?-preguntó con losojos cerrados. Negué con la cabeza.- Te amo.-
*.*.*
A lamañana siguiente teníamos todo listo para irnos, Harry y Albus, se había venidoa despedir de nosotros. Había llegado a escuchar un poco de la conversación deAnnie con Harry. Había quedado en mantenerse en contacto durante el verano.
-¿Listo?-preguntócuándo vio alejarse a nuestro sobrino. Asentí y le sonreí. Usaríamos lachimenea que estaba en el despacho de Albus, para poder llegar más rápido. Tomamosun puñado de polvos y dijimos nuestro destino, antes de que las llamas nosatraparan.
-Alfin en casa.-
*.*.*.*
Hola!
Sé qué el capítulo fue demasiado corto, pero es que no tenía mucha imaginación para cuando lo hice. Se viene una nueva parte de la historia, el lunes que viene actualizo :)
Capítulo 25:
Bella:
Yahabían pasado dos años desde la última vez que había visto a mi sobrino.Durante el verano nos enviábamos cartas. Él me decía que quería pasar lasúltimas semanas en casa con nosotros, pero por orden de Dumbledore, no podíamosdecirle que sí.
En sucuarto año, se celebró el Torneo de los Tres Magos. Para cuando se realizó latercera prueba, algo no salió bien. En pocas palabras. Voldemort, regresó. Remusy yo sabíamos perfectamente que es lo que eso significaba. La Orden del Fénixvolvió a reinstaurarse con viejos y nuevos miembros. Para el fin de semanadebíamos ir a la casa de los padres de Sirius, el nuevo cuartel.
-¿Tienestodo listo?-preguntó Remus, asomándose por el marco de la puerta. Voltee yasentí.
-Sesiente raro.-comenté, terminando de guardar un par de cosas.
-¿Elqué?-
-Elvolver a estar en la Orden.-suspiré.- Tantas personas que murieron y otras quedecidieron escapar pensando en el bien de sus familias.-negué varias veces.-Todo cambio.-
-Nopienses eso.-él me abrazó por detrás apoyando su mentón en mi hombro.- Debemosapoyar a Harry, él nos necesita.- sonreí de lado y voltee para verlo.
-Aveces me preguntó qué haría sin ti.-noté un leve (pero muy notorio) sonrojo ensus, pálidas mejillas.
-Vamosyendo, todo está listo junto a la chimenea.-habíamos decidido llevar connosotros a Nix. La pobre no había salido de la mansión en años y le haría bienestar en otro lugar.
Encuestión de segundos, los tres habíamos aparecido en la sala de una vieja casacompletamente negra. La honorable y ancestral casa de los Black.
-¡Hijosmíos!-habló Dumbledore, al vernos salir de la chimenea.-Apreció que hayanpodido venir a esta reunión.-
-Estamosdispuestos a ayudar en lo que sea.-comentó Rems, abrazándome por los hombros.
-Bien.-Albus,nos sonrió a ambos.- Vengan, vengan, los demás están en la cocina.-apenasingresamos, vimos muchos rostros familiares. Los Weasley, Hermione, Mundungus,la hija de Andrómeda, Kingsley, y otros que pertenecieron a la vieja Orden, mesorprendí al ver a Severus también.
-¡Bella!-exclamó Molly, al verme.- Mi niña, hacía tantos años que no te veía. Cada díamás hermosa.-
-Cariño,déjala respirar un poco.-habló Arthur.- Bienvenidos.-
-Gracias.-Fletcher,rápidamente se puso de pie y me abrazó.
-NiñaPotter, que bueno es volver a verte.-habló tomándome por los hombros.- ¿Cuántosaños han pasado? ¿14? ¿15?-
-14.-respondícon amargura. Hace catorce años que casi muero por su culpa.
-Hijosmíos, permítanme presentarle a nuestra nueva integrante. Nymphadora Tonks.-unajoven de cabellos color chicle, se puso de pie con una gran sonrisa.
-Hola.-saludócon un apretón de mano. Para ser hija de Andrómeda, era muy distinta. Digamos quesu madre y yo no teníamos buena relación después de lo que paso en la audienciade Sirius hace unos cuantos años atrás.
Luegode las presentaciones, nos sentamos en la larga mesa de la cocina. Hacía tiempoque no visitaba el lugar.
-¿Hastenido noticias de Harry, Bella?-preguntó Molly.
-Sí,hemos estado enviándonos cartas todo el verano.-respondí jugando con la maderade la mesa.
-¿Y cuálesson las noticias?- prosiguió Kingsley.
-Nadanuevo.-hablé vagamente.- Los mismo de siempre, quiere vivir conmigo, me cuentasobre los malos tratos de los Dursley
-Molly, frunció el ceño.- Quiere saber porqué mis cartas son cortas y de muy pocas palabras. También está interesado ensaber algo sobre
ustedes saben quién.-
-Erade suponer.-expuso Albus, masajeándose la frente.-Pero aún debemos seguir así. Cuantomenos sepa, mejor.-
-¿Peroes necesario?-pregunté, incorporándome un poco más en la silla.
-Loes.-sentenció Dumbledore.- De acuerdo, seguiremos está reunión luego de lacena. Ahora, ¿por qué no van a acomodarse a los cuartos de arriba?-
-¡Ama!-chillóNix.- No se preocupe, Nix, se encargara de todo.-
-Nohace falta.-acaricie su cabeza y fui hasta la sala donde estaban las cosas.
-¿Essu elfina domestica?-preguntó Hermione, sobresaltándome.
-Asíes.-ella frunció los labios.-Pero no la trato como las demás familias de sangrepuras, tratan a los suyos. Hace años que le di la libertad, pero ella insisteen que la necesitó. Y vaya que tiene razón. La ayudo en lo que puedo.-su rostrose fue relajando lentamente, hasta formar una tímida sonrisa.
Con unospases mágicos, hice levitar las cosas hasta la habitación que nos habíandesignado. En el camino, me encontré con Kreacher, el viejo elfo de la familiaBlack.
-Traidores,basuras de la sociedad. Ya no quedan magos respetables como lo era mi ama. ¡Oh!Si mi ama se enterase de las atrocidades que pasan en la casa, ¡oh!-murmuraba,mientras arrastraba una vieja alfombra.
-¡Silencio,estúpido elfo!-gritó alguien desde una habitación. Voltee y me encontré con unapersona.- Hola, Bella.-
-Sirius
-dila vuelta completa y lo abracé con fuerza.- Que bueno es volver a verte,Canuto.-
-Lomismo digo, Bellita.-nos separamos y nos miramos fijamente.- Te pareces aJames, solo que con la actitud de Lily.-comentó acomodando un mechón detrás de míoreja. Iba a decir algo, pero el sonido de alguien aclarándose la garganta, nossobresaltó a ambos.- ¡Remus! Qué bueno verte, mi viejo amigo.-ambos se abrazaroncomo lo habían hecho en un pasado.
-Lomismo digo.-Rems, le mostró un sonrisa.
-Bueno,creo que ustedes usaran la habitación que está al final del pasillo.-comentóSirius, señalando una puerta negra.- Los dejo para que se acomoden y nos vemosabajo.-él me guiño un ojo y bajo. Remus pasó a mi lado sin ni siquiera mirarmey abrió la habitación.
-¿Estásbien?-pregunté tomando nuevamente las cosas. Él solo asintió sin decir nadamás.- ¿Seguro?-
-Sí,Bella. Estoy bien.-respondió dándome la espalda.
-Remus,te conozco más que cualquier otra persona y sé perfectamente cuando memientes.-dio la vuelta quedando frente a mí. Sonrió y tomo mi rostro entre susmanos.
-Estoybien, amor.-me besó lentamente, para luego ayudarme con las maletas.
*.*.*
Remus:
Cuandoterminamos de ordenar la habitación, bajamos a la cocina para reunirnos con losdemás. Dumbledore se había ido al igual que Kingsley. Molly había servido lacena y salió al pasillo para llamar a los gemelos, Ron, Ginny y Hermione. Estásúltimas se sentaron junto a Bella y Tonks. Mientras cenaba mantenía una conversacióncon Arthur. Al parecer había muchos problemas con Percy y no quería ver a supropia familia. Rara vez miraba de reojo a Bella. En varias ocasiones laencontré hablando con Sirius. Él le apretaba la mano mientras ambos reían devaya saber uno qué.
Finalizadala cena, los menores subieron a sus habitaciones, mientras nosotros seguíamos conla reunión. Molly había preparado café y había hecho aparecer un plato congalletas.
-¿Seha sabido algo más de Voldemort?-pregunté, corriendo la taza que tenía frente amí.
-Sedice que está tratando de encontrar algo.-comentó Arthur.- Pero nadie sabe quees.-
-¿Tienealgo que ver con Harry?-prosiguió Bella, mirando para ambos lados de la mesa.
-Posiblemente.-intervinoSirius. Todos permanecimos en silencio. El típico sonido de alguien viajando através de Polvos Flu, nos alertó y fuimos a la sala. En la chimenea vimos aKingsley, con su típica túnica azul con partes en dorado.
-Necesitóhablar con Bella.-dijo sacándose el hollín que traía su ropa.
-¿Quépaso?-preguntó ella, abriéndose paso.
-Estú sobrino.-Anna, no supo que decir.- Fue atacado.-
-¡¿Atacado!?-gritaronMolly y Bella al mismo tiempo.
-¿Quéle pasó?-volvió a intervenir Sirius.
-Dementores.-
Capítulo 26
Remus:
Bellahabía palidecido en ese momento, su labio inferior temblaba demasiado y susojos querían derramar lágrimas.
-¿De
Dementores?-preguntó,tratando de mantener el equilibrio de su voz.
-Asíes.-confirmo Kingsley.-Lo atacaron a él y a su muggle primo. El Ministerio lemando una amonestación y acaban de expulsarlo de Hogwarts.-
-¡Nopueden expulsarlo!-chilló Molly.- Fue en defensa propia. Es injusto.-
-Todossabemos eso.-replico Tonks.- ¿Y Dumbledore? ¿Qué dice acerca de esto?-
-Estátratando de hacer todo lo posible para que sea juzgado.-todos quedaron ensilencio, pero fue interrumpido por un sonoro sollozo de parte de Bella.
-Disculpen.-girósobre sus talones y subió las escaleras tan rápido como pudo hasta perderse devista. Iba a ir detrás de ella, pero Kingsley, me detuvo.
-Debenir a buscar al niño.-asentí pesadamente. Cuando volví a ver las escaleras,Sirius, subía por ellas.
Cuandotodos comenzaron a dispersarse, me quedé parado en medio de la sala.
-¿Remus?-girépara encontrarme con el juvenil rostro de Tonks.- Sí no quieres ir, puedo ir yoen tú lugar.-se ofreció.- Será mejor que tú te quedes con Bella, la pobre nodebería sufrir de esta manera.-
-Gracias,eres muy gentil.-ella sonrió, sonrojándose un poco.
Bella:
¿Porqué todas las cosas malas debían pasarme a mí? Primero perdí a mis padres,luego a mi hermano y a Lily, ¡y ahora Harry era atacado y corría riesgo de serexpulsado! Vaya suerte la mía.
Meagarré el cabello y tiré fuertemente de él. Di varias vueltas en la habitación,sintiendo mis ojos llenándose de más y más lágrimas.
-¿Bella?-volteehacía la puerta, encontrándome con Sirius.- No llores, pequeña.-él ingresó y meabrazó.- Veras que todo estará bien. Dumbledore sabrá cómo manejar lasituación.-
-Sirius,estoy harta de que todas las cosas malas me pasen a mí.-sollocé, mientras él meacariciaba el cabello.
-Tútranquila. Verás cómo todo mejorara.-me quedé agarrada de él, derramando máslágrimas. Me sentía devastada e inútil, no podía cuidar a mi sobrino ni a ladistancia, ¡Perfecto, Bella! Me decía a mí misma. Cuando nos separamos,escuchamos a alguien aclarándose la garganta.
-Remus.-musité.
-Losdejo solos.-susurró Sirius, saliendo. Sabía que Remus era bastante celoso, nome sorprendería que lo estuviese ahora.
-Venaquí.-murmuró abrazándome. Respiré aliviada en mí interior.- Todomejorará.-besó mi cabeza, pegándome más a su pecho.- Lo prometo.-
-Lamentóinterrumpir.-habló Molly asomándose apenas por la puerta.- Pero mañana en lanoche, irán por Harry.-
-Gracias.-dijecon la voz ronca. Ella sonrió y se fue. Suspiré y me dejé caer en un pequeñosillón.- Bien, mañana él estará aquí y todo se solucionara.- Remus se arrodillófrente a mí, tomando mis manos.
-Creoque para las próximas vacaciones, debería quedarse con nosotros.-murmuróacomodando el cabello que caí sobre mis ojos.
-Sí,yo estaba pensando lo mismo. Después de todo, se lo prometí.-él sonrióbesándome levemente.
-Serámejor que descanses.-susurró sobre mis labios. Me tomó de la mano y me llevóhasta la cama.- ¿Sigue en pie lo de tener hijos?-enarqué una ceja y reí.
-Aúnlo sigue.- lo besé pero me separé.- Pero ahora no.-
-Deacuerdo.-respondió algo sonrojado.
*.*.*.*
Remus:
Bellahabía conseguido dormirse sin problema alguno, yo en cambio seguía con los ojosabiertos, acariciando la piel de su hombro. Rara vez se movía y se acomodaba enmí pecho. Debía admitir que tenía algo de celos. En Hogwarts, Bella y Sirius,hacían todo juntos. Aún tengo claro el momento en que los vi besarse.
-"Yo te lo dije"-habló la vocecilla de miinterior.-"Te dije que se casó contigopor lastima"-negué fervientemente con la cabeza, borrando esas patéticas ideas.Bajé mi mirada hacía ella. Se veía tan inocente durmiendo. Aún me costaba creerque se casó conmigo a los veinte años, siendo que pudo haber explorado un pocomás el mundo y haber conocido a otras personas.
-"Ya basta, Lunático. Ella teama"-dijo laotra voz de mi cabeza. Sonreí. Era cierto. Nunca conocí a una mujer tanpaciente y buena como mi Bella. ¡Dios! Como amo a esta mujer. La arropé mejorcon las sabanas, pasando mi brazo por detrás de su espalda.
-¿Estásbien?-susurró con voz ronca y los ojos cerrados.
-Loestoy.-besé su frente, viendo cómo se quedaba dormida nuevamente.
Pasadasunas horas, miré el pequeño reloj de mesa. Las 2 de la mañana. Vaya que tenía insomnio.Procuré no despertarla y me puse pie. Tomé una de las tantas batas de dormirque había en la habitación y bajé.
La casade los Black, inspiraba un poco de miedo con las cabezas de elfos reducidas,los cuadros que te gritaban groserías cuando pasabas. Sin duda esa casa estaballena de cosas magia oscura. Procuré no hacer ruido cuando pasé cerca delcuadro de la madre de Sirius. Lo menos que quería, era escucharla gritar.
Lleguéa la sala y no estaba tan deshabitada como pensaba. Me adentré y encontré a miviejo amigo, sentado en uno de los sillones, mirando atentamente la apagadachimenea con un vaso de whisky de fuego en sus manos.
-¿Sirius?-élvolteo y cambió su amargado rostro por una leve sonrisa.
-Lunático.-mesenté a su lado.
-¿Desvelando?-volvióa sonreír.
-Sí,tal vez, no lo sé.-vaya mezcla de respuestas. Ambos quedamos en silencio.-¿Bella? ¿Cómo está ella?-
-Mejor,logré calmarla diciendo que mañana por la noche tendrá a Harry a su lado.-
-Túsí que te sacaste la lotería.-comentó, tomando un sorbo de la copa.-Conseguiste a una gran mujer. Debo confesarte que James nunca se dio cuenta,pero yo sí. Siempre noté las sonrisas estúpidas que se te formaban cada vez quela veías o cuando no podías hablarle del nerviosismo.-soltó una levecarcajada.-Deberías haber visto todas tus caras cuando Regulus le coqueteaba.-
-¿EnserioJames nunca sospechó?-pregunté dejando de lado mi paranoicos celos.
-No,jamás.-contestó con certeza.- Siempre creyó que era yo quién se sentía atraídohacía Bella.-
-¿Peronunca lo estuviste?-Sirius me miró de soslayo.
-Deboconfesarte que sí.-él me miró con suplica y yo le indiqué que continuase.- Fueen séptimo año cuando le dije que es lo que sentía por ella. Nunca llegué aimaginar lo que iba a pasar, Lunático, nunca.-hizo una leve pausa.- Poco tiempodespués se enteró que tú nos viste. Recuerdo que ese día lloró ya que se sentíacompletamente confundida acerca de lo que quería. Dijo que te quería y no quequería hacerte sufrir por una estupidez suya. Es por eso que tomó la decisiónde alejarse de mí y poder tomarse un tiempo para poder pensar que es lo que enverdad deseaba y bueno creo que la respuesta es más que obvia. 14 años dematrimonio.-palmee su espalda y sonreí.
-Gracias,Canuto.-él asintió. Me puse de pie y lo abracé.
-"Haces lo correcto, Remus."-volvió ahablar la voz de mi conciencia.
-Quédescanses.-lo miré por última vez y volví a mi habitación. Al entrar, vi lafigura de mi hermosa Bella. Me acosté a su lado abrazándola por la cintura,pegando su espalda contra mí pecho. La verdad que me sentía el hombre másafortunado del mundo al tenerla a mí lado.- Te amo.-le susurré al oído. Pude escucharcomo soltaba una risita y se volvía a dormir.
*.*.*
¡Hola!
Bueno primero que nada,perdón por la demora en subir. Segundo, estuve viendo y me di cuenta que Bellaes dos años más chica que Remus, por lo tanto ahora tendría unos 34 años, más omenos. Tercero, Sirius, menciona que besó a Bella en una ocasión. Bueno eso escierto y está escrito en un one-shot que hice sobre ellos dos, si quierenleerlo les dejo el link. Como ya saben, opiniones a los comentarios.
La pequeñaPotter y el Gran Sirius Black: https://www.potterfics.com/historias/148215
Besos, Dany.
Capítulo 27:
Bella:
Habíapasado una mala noche. Cerca del amanecer, desperté y no encontré a Remus a mílado. Preocupada, tomé mi bata de dormir y decidí buscarlo. Bajé las escalerasy antes de llegar a la sala, me detuve al escuchar voces. Asomé apenas mirostro y pude ver a Sirius y a Rems, hablando. Sonreí al sesionarme de que eraverdad que mi amado lobito, tenía celos.
Antesde que él volviese a subir las escaleras de nuestro cuarto, yo me adelanté. Medesprendí de mi bata y me volví a meter en la cama.
-Te amo.-escuché luego de unos instantes, en mí oído.
A la mañana siguiente, el manojo de nervios desapareció porcompleto cuando me dijeron que a la noche, traería a Harry. Mientrasdesayunábamos, Molly regañaba a los gemelos por aparecer a cada segundo a sulado, asustándola. Veía a Remus mucho más contento conversando con Sirius, comosi tales celos no hubiesen existido.
-¡Buenos días!-saludó Tonks con su voz alegre. Todosvolteamos hacía ella, sonriéndole. Ellaocupó el espacio que había a mí lado y recibió un plato con desayuno que Mollyle ofreció. Pasados unos minutos Kingsley, llenó con una noticia. Dumbledorehabía conseguido una sesión con el Wizengamot. Juro por Merlín, Morgana y todos los magos de la historia, que micorazón respiró aliviado ante eso.- ¡Yo voy!-anunció Dora, saltando en suasiento, lanzando el plato de comida hacía el frente.
-Gracias, en serio.-les sonreí a cada uno de los presentes.-Aprecio todo lo que hacen por mi sobrino.-volvimos a concentrarnos en eldesayuno. Esta vez era más ligero ya que pronto tendría a Harry bajo mi vista,para mantenerlo a salvo.
A mi lado Tonks, comía tarareando canciones muggles. Jamásllegue a pensar que la hija de Andrómeda, fuese tan diferente a su madre.
-Bella.-habló con la boca llena.- Mí madre me contó que tú yella no se llevaban muy bien, ¿por qué?-
-Bueno,digamos que ella y yo teníamos muchas diferencias.-traté de sonar convincente.
-¿Cómocuáles?-volvió a preguntar, terminando lo que quedaba en su tazón.
-Bueno,ya sabes. Las diferencias de casas, de edades y todo eso.-traté de restarleimportancia, pero ella quería saber más.- Pero creo que eso no fue lo que pasóentre nosotras, realmente.-trataba de recordar.- Creo que fue la primera sesióncon el Wizengamot que tuvo Sirius. Yo aún seguía dolida por la muerte de
deJames y de Lily. Así que de cierta forma estaba molesta con él.-noté que todoslos que estaban en la cocina, dejaron de hablar para prestarme atención.
Ya habíamos llegado alcuartel de la Orden del Fénix, Remus sostenía mí mano, apretándola de vez encuando. No me iba a imaginar que Andrómeda estuviera aquí. Nunca fuimos verdaderasamigas, de vez en cuando intercambiamos algún "Hola", pero más de eso noextendíamos nuestra conversación.
Ella estaba ahí con Ted y lapequeña Dora de siete años. A cada lugar que iba, sentía su irritable miradasobre mi nuca, como si calculase los pasos que yo daría. Era de suponer. Díasatrás habían sacado un informe en el "Profeta", diciendo que yo acusabacompletamente a Sirius de haber sido el entregador de mi familia y que nodeseaba otra cosa más que se pudriera en el Azkaban, en venganza. Creo que a míparecer, se tomó muy enserio las paparruchadas de Rita Skeeter. Remus me decíaque no me preocupase, que no era nada. Pero para mí, no lo era.
-Bella.-voltee para ver a TedTonks, detrás de mí.- Con Meda, veníamos a darte nuestras más sincerascondolencias. Lamentamos tú pérdida.-le sonreí levemente. Él siempre me habíacaído bien, tenía ese algo que hacía que fuese agradable para todo el mundo.-Para lo que necesites querida, puedes contar con nosotros.-tomó mi mano entrelas suyas, apretándola.
-Gracias, Ted. Apreció todolo que hacen.- él volteo apenas, llamando a su esposa con un gesto de cabeza.Andrómeda accedió a rasga dientes.- Hola.-saludé en tono lúgubre. Ella soloasintió. Ted le susurró algo y se alejó. Las dos nos quedamos en un incómodosilencio.
-Debe ser duro.-hablórompiendo el hielo.- Digo, perder a todos tus seres queridos en unos pocosdías. Matar inocentes y condenar a otros.- no sabía con exactitud si se referíapor inocente a Harry o a Sirius.- Algunos merecen la estadía en Azkaban, otrosno.-Sirius. Yo no dije nada, solo baje la mirada y la escuchaba.- ¿Tú crees enla inocencia de mi primo?-tampoco respondí.- Lo sabía.-se dio media vuelta,para reunirse junto a su esposo e hija.
Paracuando termine de narrar, Tonks, me miraba con una sonrisa tonta.
-Hacepoco, mamá, se enteró de la pequeña discusión que tuviste con mi tíaBellatrix.-enarqué una ceja.- Esa vez en que te enfrentaste a los Mortifagos yque tuviste que estar en San Mungo.-me quedé en silencio.- Ella llegó a laconclusión de que tú si creías en la inocencia de Sirius.-
*.*.*
Lanoche había llegado y ya el grupo que iría por Harry, había salido. Molly meentretuvo limpiando algunas habitaciones junto a sus hijos y a Hermione. Ginnydescubrió que soy su madrina y rápidamente, tomó confianza conmigo. Mientras Mollyno miraba, yo usaba mi varita para pulir los vidrios y sacar el polvo dealgunas camas.
-Nole digan a su madre.-les pedí a los pelirrojos, guiñándoles el ojo. Me parecióraro que no me hubiesen dado noticia alguna. Miré por la ventana, pero la calleestaba completamente vacía. Solté el trapo que tenía en mis manos y me dirigí ami habitación.
Al llegar,me senté en el borde de la cama apoyadme en las palmas de mis manos. Últimamenteme sentía sensible a cualquier emoción y ahora me sentí peor.
-¿Bella?-escuchéla voz de Remus, desde la puerta.- ¿Podrías venir?-asentí poniéndome de pie. Alacercarme a él, me tomó de la mano y juntos bajamos las escaleras.
-¿YHarry?-pregunté en voz baja, mientras pasábamos por el retrato de la madre deSirius.
-Yaha llegado.-el corazón me dio un vuelco. ¡Él estaba aquí!- Pero aún no haterminado la sesión y debes estar en ella.-solté un bufido y llegamos a lacocina. Al ingresar, estaban casi todos presentes, exceptuando a Dumbledore,pero en sí estábamos todos. Me senté en el lugar libre, al lado de Remus y deSirius.
-¿Dóndeestá Harry?-pregunté, pero nadie pareció escucharme.
-Yalo veras, cariño. Está ahora con Ron y Hermione.-respondió Molly.- Antes de queRemus te fuese a buscar, estábamos debatiendo sobre qué es lo que debe saberacerca de lo que está pasando.-
-Harryse ha pasado un mes encerrado en esa casa de muggles. Creo que tiene derecho asaber qué ha pasa
-
-¡No!-intervinoMolly.- Si mis hijos no están al tanto, mucho menos lo estará él.-
-Yono tengo la culpa de que hayan decidido tú y Arthur sobre que contarles a sushijos.-prosiguió Sirius con calma, eso lo han decidido vuestros padres. Harry,por otra parte
-
-¡Túno eres nadie para decidir lo que le conviene a Harry!-volvió a terciar Molly.-Supongoque no habrás olvidado lo que dijo Dumbledore.-
-¿Aqué te refieres en concreto?-preguntó Sirius con educación, pero con el típico tonoque usaba con Severus cuando éramos pequeños.
-Alo de que no teníamos que contarle a Harry más de lo que necesitasaber.-explicó ella poniendo mucho énfasis en las dos últimas palabras.
-Nopretendo contarle más de lo que necesita saber, Molly.-aseguró él.- Pero dadoque fue él quien vio regresar a Voldemort.- me estremecí al escuchar a Sirius pronunciando ese nombre.- Tiene másderecho que nadie a
-¡Harryno es miembro de la Orden del Fénix!-interrumpió Molly.- Sólo tiene quince añosy
-
-Yse ha enfrentado a situaciones más graves que muchos de nosotros.-afirmóSirius.
-¡Nadiepone en duda lo que ha hecho!-exclamó ella elevando la voz; sus puños temblabansobre los reposabrazos de la silla.-Pero sigue siendo
-
-¡Noes ningún niño!-soltó Sirius con impaciencia.
-¡Tampocoes ningún adulto!-insistió Molly, cuyas mejillas estaban poniéndose coloradas.-¡Harry no es James, Sirius!-elevé la mirada al sentir a el nombre de mi hermano.-Lo lamento, Bella.-se disculpó ella, pero eso no evito que se me formase unnudo en la garganta.
-¡Ellaes su tía y yo soy su padrino!-insistió Sirius.
-Quepaternal eres, Black.-habló Severus por primera vez.- Tal vez cuando Potter crezca,sea un criminal como su padrino.-
-Note metas en esto, Quejicus.-
-¡Yaquieren dejar de discutir!-grité poniéndome de pie.- Harry solo tiene a unpersona con la cual comparte sangre y esa soy yo. Yo decido que es lo que éldebe saber o no.-todos permanecieron en silencio y con la cabeza baja.- Mollytiene razón, es un niño pero a su vez debe estar informado, como dice Sirius.-
-Serámejor que dejemos la reunión hasta aquí.-intervino Remus, sosteniendo mi mano.
-Iréa llamar a los chicos.-se ofreció Molly, poniéndose rápido de pie.
Paracuando dejaron la cocina, yo apoyé mi cabeza contra la mesa, soltando unsuspiro cansador y rasguñando la madera. Esto se estaba poniendo difícil, ¿quéme estaba pasando a mí?
-¿Tía?-
Capítulo 28:
Bella:
Levantela vista rápidamente encontrándome con Harry. Por Merlín que había crecidodurante el verano, me llevaba una cabeza. Al principio me costó diferenciarlo,no sabía si era James o Harry.
-Porlas barbas de Gryffindor.-me puse de pie y lo abracé.- Estás aquí.-le susurréal oído, mientras sentía sus brazos alrededor de mi cintura.
-Loestoy.-me separé de él por unos segundos, mientras mis ojos se iban llenando delágrimas. Le sonreí y volví a abrazarlo.
-Misqueridos, la cena está lista.-nos anunció Molly, con dulzura. Ocupé un lugarque estaba al lado de Remus, mientras él se sentaba frente a nosotros.
Paracuando las fuentes de comida aparecieron en la mesa, una ambiente familiar secomenzó a formar en el aire, no notaba en Sirius y en Harry, ambos la estabanpasando bien. Tonks hacía reír a Ginny cambiando constantemente la forma de sunariz, los gemelos bromeaban, Remus sostenía mi mano encima de la mesa mientrasescuchábamos a Arthur hablar.
-Estoes muy peculiar, parece que tu audiencia en el Ministerio será frente a todo elWizengamot.-
-Noentiendo.-habló Harry.- ¿Qué tiene el Ministerio de Magia en mi contra?-nadierespondió, hasta Tonks, dejó de cambiar su forma.
-Quelo vea.-ordenó Moody.-De todos modos lo sabrá.-mi sobrino miró a la otra mitadde la mesa que lo observaba, pero que rápidamente volvieron a sus ocupaciones,esquivando su mirada. Kingsley le paso un ejemplar del Profeta.
-Eljoven que mintió.-leyó en voz alta para todos nosotros.
-Tambiénhan atacado a Dumbledore.-comentó Sirius.- Fudge está usando todo su poder einfluencia en el Profeta, para desacreditar a todo aquel que diga que el SeñorTenebroso, regresó.-
-¿Peropor qué?-preguntó Harry, bajando el diario.
-Elministro piensa que Dumbledore quiere su puesto.-argumento Rems.
-Esono es cierto.-bramó mi sobrino enojado.- Nadie que tuviese sentido comúncreería eso.-
-Eseel punto.-hablé.- Fudge, no tiene sentido común. El miedo lo tiene paralizado. Elmiedo hace que la gente haga cosas terribles, Harry.-hice una pausa antes deseguir hablando.- La última vez que Voldemort tomó el poder, casi destruyo todolo que más valoramos. Ahora que regreso, supongo que el ministro hará cualquiercosa para evitar enfrentarse a la horrible verdad.-
-Creemosque Voldemort quiere volver a reconstruir su ejército.-murmuró Sirius.- Hacecatorce años, tenía a muchos bajo sus órdenes; no solo brujas y magos, sinotoda clase de criaturas. Ha estado reclutando últimamente y nosotros tratamosde hacer lo mismo. Pero armar su ejército no es lo único que leimporta.-alguien se aclaró la garganta ásperamente.-Creemos que Voldemort,busca algo más.-
-Sirius.-gruñoMoody desde el rincón.
-Algoque le falto la última vez.-finalizó la frase. Un aire frío, recorrió miespalda, causándome estremecimiento.
-¿Algo
algo como un arma?-preguntó Harry.
-¡No!Ya basta.-intervino Molly, dejando su cuchillo sobre la tabla de cortar.- Essolo un muchacho.-me estiré sobre la mesa y le saqué el periódico a misobrino.- Si le dices algo más, más vale que lo unas a la Orden de una vez.
-¡No!
-¡Sí!-Harryy yo nos miramos, ya que habíamos hablado a la vez.- Tía, quiero unirme. Si Voldemorttiene un ejército, peleare.- Sirius me miro, refregándome que tenía apoyo.
-Deninguna manera.-exclamé.- No voy a dejar que te mate un loco psicópata. No voya echar a la basura los años que pase cuidándote a la distancia.-
-Yovi volver a Voldemort, yo pelee contra él, yo lo vi matar a Cedric. Yo estuve aahí.-
-Ningunodesconfía de tu palabra, Harry, pero es demasiado arriesgado.-hice silencio alver que nadie me respaldaba.-Haz lo que tu creas conveniente.-finalicé poniéndomede pie y saliendo de la cocina.
Subílas escaleras, haciendo silencio al pasar en frente del retrato de Walburga, eingresé a mi habitación. Me acosté en la cama, abrazando una almohada mientrasle daba le espalda a la puerta.
-¿Bella?-llamóla voz de Remus, luego de unos segundos.- ¿Estás despierta?-
-Aja.-respondí,sintiendo como la cama se hundía ante su peso.
-¿Estásbien?-preguntó, acariciando mi cintura, lentamente. Me encogí de hombros, mientrasme acomodaba para quedar boca arriba.
-Noquiero que Harry se arriesgue.-murmuré, acariciando su brazo.-No quieroperderlo.-
-Nolo harás.-aclaró.- Él sobrevivirá. Tiene a la mejor mujer de todo el mundo a sulado, esa eres tú. Tú lo ayudaras para que no fracase en esta misión.-lesonreí, mientras me acomodaba un poco para poder besarlo.
-Todoslos días me preguntó qué haría sin ti.-le susurró, con los ojos cerrados.- Ysiempre llego a la misma conclusión. Sin ti no soy nadie, Remi.-
*.*.*
Varias semanasdespués:
Me habíaquedado un poco más tranquila al saber que la sesión con el Wizengamot había salidobien y Harry era absuelto de todo cargo de culpabilidad. Los días pasaron y loschicos tuvieron que volver a Hogwarts. Como todos los años, el lugar deprofesor de DCAO, estaba vació y no se sabía quién lo ocuparía. La primeranoche que mi sobrino pasó en el castillo, me mandó una carta contándome sobreel nuevo profesor, digo profesores. Dolores Jane Umbridge. Ese día apreté lacarta muy fuerte contra mis palmas, ya que yo conocía perfectamente a esa mujery era mucho peor que Voldemort y su ejército de Mortifagos.
Habíavuelto a retomar mi puesto en el Ministerio, en el departamento de Aurores aligual que Tonks. Las dos íbamos y salíamos juntas de Grimmauld Place. De vez encuanto tenía algún encontronazo con su madre, pero me sentía orgullosa de decirque poco a poco íbamos convirtiéndonos en
amigas.
-¿Bella,estás bien?-me preguntó Dora, durante la hora del almuerzo. Negué un par deveces y con un poco de su ayuda, fuimos al baño. Ella utilizó sus manos parallenarlas con un poco de agua y pasarlas por mi cabeza. En cuanto sentí el fríodel agua sobre mi piel, la corrí de golpe y me arrodille en uno de los cubículos.En mi garganta un asqueroso liquido subiendo, abriendo mis labios y cayendo.Tonks, se colocó detrás de mí y sostuvo mi cabello, mientras yo vomitaba.- Yacreo que es lo que te está pasando.-murmuró enarcando una ceja.- Ahoraregreso.-sentí un ¡Plop! Y desapareció.A los poco segundos volvió con algo entre sus manos.-Ten.-me ofreció.
-¿Quées eso?-pregunté pasándome la mano por mi boca para limpiarme. Ella nocontesto. Tomé lo que me daba y lo examiné. En la caja decía algo de Test, se parecía a lo que Lily utilizóuna vez para confirmar su
embarazo.- No.-dije, negándome a tomarlo.
-Bella,es solo para sacarnos la duda. No durara más de cinco minutos, lo prometo.-versus ojos, ahora, violetas me dieron un poco más de confianza. Volví a tomar lacajita y me encerré en el cubículo. Ella me esperaba del otro lado de lapuerta. Cuando realicé todos los procedimientos, solo bastaba esperar. Volví asalir, quería estar con Dora para saber el resultado.- ¿Por qué no tesientas?-ordenó al ver que mis piernas temblaban. Asentí y me senté en elretrete. Apoyé mi cabeza contra la pared del baño y así me quedé hasta me volvía parar para saber que pasaba.
-¿Y?-preguntéimpaciente.
-Bella,estás
Capítulo 29
Bella:
Mirea Tonks, tratando de descifrar su expresión. Me estaba empezando a impacientarque no hablase y que sostuviese ese cosito de plástico entre sus manos.
-¿Y?-preguntéun tanto harta de tanto misticismo.
-Felicidades,Bellita.-murmuró con amplia sonrisa. La miré sin entender en que idioma mehablaba.- Yo seré lenta, pero tú me ganas.-enarqué una ceja y ella soltó degolpe la prueba.- ¡Qué estás embarazada, mujer!-chilló de golpe.
-¿Em
embarazada?-preguntécon apenas un hilo de voz. Ella asintió varias veces. Le saqué la prueba de lamano y tome la caja para leer las instrucciones.
Dos rayitas, positivo. Una,negativo.Miré varias veces la parte blanca donde estaba el resultado. ¡ESTABAEMBARAZADA! Solté un grito de alegría y me abracé a Tonks.
Cuandonuestro turno terminó, le pedí a Dora que me acompañase a un hospital Mugglepor más detalles. Ambas desaparecimos para llegar a la fachada. Larecepcionista nos atendió con dulzura y nos guio al tercer piso, maternidad.Tuvimos que subir por un elevador hasta nuestro destino. Nunca había estado enun lugar tan
Muggle. Creo que fue en este mismo donde acompañe a Lily laprimera vez, pero creo que tenía 18 años cuando lo hice.
Paracuando llegamos tuve que pedirle a mi acompañante que mantuviese su cabello deun solo color, para no levantar sospechas. Así lo hizo, lo dejo en un rubioceniza bastante claro. La sala de espera era bastante sencilla. Paredesblancas, cuadros con fotografías de mujeres sosteniendo a sus hijos y de bebéssonriendo. Nos sentamos en unos mullidos sillones, frente a una señora queacompañaba a su joven hija, embarazada por supuesto.
Mientrasesperábamos, Tonks tomó una revista y comenzó a ojearla. Emitía todo tipo deexclamaciones al ver algo Muggle en ellas. Varias veces tuve que pedirle quemantuviese la compostura. Para cuando la señora y su hija, pasaron, llegónuestro turno.
-SeñoritaPotter.-llamó una mujer de larga bata blanca con una planilla en sus manos. Lasdos nos pusimos de pie e ingresamos junto a ella a la habitación.- Buenos días,señoritas ¿a qué debo el placer de esta consulta?-nos preguntó sentándose detrásde su escritorio.
-Bueno
-miréa Tonks sin saber cómo empezar.- Hace un par de días que no venía sintiendobien. Mareos, ganas de vomitar, cambios de humor entre otros síntomas. Hoy volvía sentirme de esa manera, por lo que mi amiga, decidió llevarme al baño paraexaminarme y bueno
. Decidimos hacer una prueba de embarazo.-
-¿Ybien? ¿Cuál fue el resultado?-preguntó anotando todo en su planilla.
-Positivo.-
-Felicitacionesentonces.-sonrió ampliamente.- De acuerdo, ¿es usted primeriza?-asentí.-Entoncesle voy a conceder el honor de hacerle saber de cuanto está, señorita Potter.-sepuso de pie y me indicó que me recostase sobre una camilla y que me levantaseun poco mi ropa, dejando mi vientre al aire. Me estremecí al sentir algo fríosobre mi piel.- Veamos a este pequeñito.-murmuró colocando un aparato en mí. Ladeela cabeza para concentrarme en una pequeña caja con un cristal que loprotegía.- ¿Ve eso?-preguntó señalando un diminuto punto.- Eso es su bebé.-
-Diosmío.-murmuré llevándome una mano a la boca. Ahí estaba, el bebé que siemprehabía soñado tener con Remus.
-Esmuy pequeño.- comentó Tonks, sosteniendo mi mano.
-Dehecho sí, si mis cálculos no fallan, usted debería estar entrando recién en elprimer mes de gestación.-Dora me sonrió mientras yo sentía los ojos llenos delágrimas.- Felicitaciones, señorita Potter.-
*.*.*
La doctoraMalcolm, me entregó una copia de las imagines que había en esa caja. Durante elregreso a casa, lo sacaba y lo contemplaba. ¡Merlín! Era algo tan chiquito quecomenzaba a crecer en mí. Ojala James pudiese enterarse de que iba a tener unsobrino o sobrina.
Paracuando llegamos a Grimmauld Place, busque desesperadamente a Remus, debía contárselocuanto antes. Lo encontré en la sala junto a Sirius y Kingsley.
-Bella
-nolo dejé terminar, ya que me tire a sus brazos plantándole un beso.- Hola.-finalizóun tanto sonrojado.- ¿Cómo les fue en el Ministerio?-
-Bien,bien, muy bien.-respondió Dora con ímpetu.
-Excelente.-exclamóSirius.
-Tengoalgo que decir.-hablé, tomando la mano de Rems.- Hoy me entere que
-sentí unespacio entre él y yo, para luego ver a Moody separándonos.
-SilencioPotter, tengo algo que decir más importante.-gruño, apoyando con más fuerza elbastón contra el suelo.
-¿Quéocurre?-pregunté con frialdad.
-Estú sobrino.-soltó. Cambien mi expresión y me acerqué más para saber.- Se lecruzó la idea de ir al Ministerio para quién sabe qué cosa.-
-¡¿Fuesolo!?-pregunté al borde de mi amargura.
-No,decidió ir con el Ejército de Dumbledore.-me llevé las manos a la boca y miré aRemus.
-Rony Ginny están ahí.-murmuré.
-Debemoshacer algo para rescatarlos.-opinó Sirius.
*.*.*
Alastorhabía ordenado que fuéramos al Ministerio y rescataríamos a los chicos. La verdadme sentía bastante nerviosa, que me costaba abrocharme los botones de miabrigo.
-Yome encargo.-la mano de Remus, deslizó la mía para ocuparse él.- Estará bien
-
-Losé, lo sé.-respondí soltando un suspiro.- Pero aún tengo esa sensación de quealgo malo pasará.-él finalizó con el último y levantó la cabeza.
-Todoestará bien, ¿de acuerdo?-colocó sus manos sobre mis mejillas, acariciándolas consus pulgares. Asentí mientras le sonreía.
-¡Dejenlas cursilerías!-nos gritó Alastor.- Es hora de ponerse serios.- todos salimosde Grimmauld Place, me sorprendí al ver salir a Sirius también con nosotros. Mejor,cuanta más gente podamos ser, mejor. Hacemos desaparición conjunta paraaparecernos en los lugares donde había una cabina telefónica. Tuvimos quesimular que hacíamos una fila para poder hablar por teléfono, cuando enrealidad íbamos a ingresar al Ministerio. Los primero en pasar fueron Dora yAlastor, ahora seguía yo. Marqué los números necesarios para acceder y comencéa bajar lentamente, dejando espacio para que otra cabina reemplazase a la anterior.
Una vezque estuvimos todos en el interior, comenzamos a recorrer los pasillos delMinisterio. Para está hora ya no quedaba nadie, ya todos se habían ido. Debíamosverificar el registro de los últimosvisitantes.
-Esaquí.-anunció Moody. Alastor reviso las últimas visitas, hasta detenerse casial final.-Hace unos minutos ingresaron seis personas no identificadas.-
-Son ellos.-agregó Tonks.
Algo dentro mío decía que debía ir a la Sala de Profecías, no sépor qué, pero intuía que había algo ahí dentro que nos llevaría a los chico.
-¡Potter!¿A dónde vas?-me gruño Moody por lo bajo. No le respondí solo ingresé y meencontré con un desastre. Harry había estado aquí.
-Nolo consiguieron.-murmuré, caminando por encima de los escombros de los estantesque contenían las esferas.- Aprendieron muy rápido todo sobre hechizos.-
-¿Escucharoneso?-preguntó Kingsley, al sentir el quebrantamiento de un vidrió.
-Vienede ahí dentro.-señaló Tonks, apuntando con su dedo a una puerta.
-Estánahí.- afirmó Alastor haciendo girar su ojo falso.- ¡No se queden parados! ¡Desaparezcan!-nosordenó. Miré a Remus por última vez, antes de cerrar los ojos y desaparecer.
Llegamosjusto en el momento en que Harry le tendía la profecía a Malfoy. A este se lehincho el pecho de orgullo al ver que había conseguido lo que su amo quería. Elprimero en hacerse ver fue Sirius, quien le doy un puñetazo en la cara aloxigenado de Lucius. Poco a poco el resto de nosotros nos fuimos haciendovisibles. Escuché claramente como la profecía se hacía añicos en el suelo y deella escapaba el presagió que contenía dentro.
-¡Desmaius!-lancé el encantamiento a un Mortifagoque iba detrás de Dora. Seguí lanzando hechizos hasta que llegue a Sirius y aHarry.
-Escúchame,quiero que ustedes salgan de aquí.-le ordenó, mientras lo ocultaba detrás deunas rocas.
-¿Qué?-preguntóHarry.- No, yo me quedare con ustedes.- dejé de lanzar hechizos y me acerqué aellos.
-Harry,lo has hecho muy bien, cariño, pero nosotros nos encargaremos ahora.-lo miré alos ojos un segundo y por el reflejo de sus lentes, pude ver venir un hechizo. Lotomé de los hombros y lo aparté de la piedra. La maldición rebotó en esasparedes, pero no nos hizo daño.
-¡Black!-gritóMalfoy, desenfundando su varita. Él y Lestrange, comenzaron un duelo contraHarry y Sirius. Yo me alejé, ahí no estaba lo que yo estaba buscando. Mientras seguíalanzando hechizo, una estruendosa risa provino de algún rincón de la Cámara.
-BebéPotter.-para cuando quise darme cuenta, me encontraba envuelta en un manto negro,pero no era un simple manto, era Bellatrix Lestrange.- ¡Bebé Potter!-comenzó acanturrear mientras tomaba una forma física.- Aún sigo pensando que debíhaberte matado cuando tuve la oportunidad hace catorce años.-
-Aquíestoy, hazlo si quieres.-la desafié con los dientes apretados. Ella se ofendióy volvió a levantar su varita.
-¡Desmaius!- gritó lanzándome aquelhechizo.
-¡Protego!-me defendí haciendo que se desviase.Ella se transformó en un manto negro nuevamente y se elevó en el aire. Yo hicelo mismo y comencé a perseguirla, mientras escuchaba su estrepitosa carcajada. Sentíasus uñas rasguñando mi rostro, para evitar que pudiese levantar mi varita. Las lucesquedaron apagadas, yo había vuelto a mi verdadera forma y ahora luchaba contraDolohov. Él había estado presente también ese día en la casa de Frank y Alice.
-¡Flipendo!-exclamó. Que hechizo máspobre. Cuando estaba a punto de lanzar otro, lo interrumpí.
-¡Impedimenta!- así estuvimos un buenrato, hasta que nos detuvimos al sentir un hechizo que no provenía ni de mí nide él.
-¡Avada Kedavra!-voltee en dirección alcentro de la Cámara, y vi con horror como Sirius era envuelto en unas lucesverdes.
-¡No!-gritémientras intentaba correr hacía él.
-¡Sectum estómago!-me detuve mientrasquería seguir avanzando. Sentí un corte por debajo de mi ropa. Pasé mi mano poresa zona, manchándola con sangre. Ese hechizo era muy poco usado, pero eramortal, pero no tanto como un AvadaKedavra. Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, pero no por mí, sinopor mí bebé.
-Remus
-susurrécuando los Mortifagos habían desaparecido y Harry había ido detrás deBellatrix. Él volteo a verme, con las manos sobre la herida y las lágrimas cayendosobre mis mejillas.
-¿Bella?-musitóacercándose a mí. Cuando estuvo al lado mío, caí al suelo.
*.*.*
Sectum: Provocaun corte en la zona deseada del cuerpo del oponente.
Capítulo 30
Remus:
Bellahabía caído inconsciente en mis brazos, su blanca camiseta se había manchado desangre, cuales gotas formaban un charco en el suelo. Estaba completamentepálida y fría, sus parpados pronto se tornaron negros como dos grandes ojeras. Pocose fue debilitando hasta que tuve que flexionar mis rodillas y caer con ella alsuelo.
-Annie,Annie.-di suaves golpes en su mejilla, pero no había signo de que se moviese. Meestaba comenzando a asustar, había perdido a mí último mejor amigo hace unospocos minutos, no podía perderla a ella, no tendría nada más por que vivir.
-¡Remus!-volteedesesperado encontrándome con Tonks, ella tenía los ojos llorosos. Pobre, debede estar así por Sirius.- Debemos llevarla de inmediato a San Mungo.- no sé dedonde saqué la fuerza y tomé a Bella en brazos, manchando mi camisa con supropia sangre.
-¡Tía!-Harryhabía vuelto a ingresar a la Cámara de la Muerte.- ¡Tía!-gritaba corriendo hacianosotros.
-¡Vete!-meordenó Dora.- ¡Yo lo detengo!- articulé un gracias y desaparecí con el amor demi vida en brazos.
En menosde lo que se tarda en decir "Boggart",me aparecí en el hospital de magos. Una mujer de aspecto serio y aburrido, separó rápidamente de su asiento con los ojos inmensamente abiertos.
-¡PorMerlín! ¿Qué ha pasado?-exclamó mientras le hacía una señal a dos mago para queme ayudasen con Bella.- ¿Qué le ha pasado, señor?-volvió a preguntar, esta vezcolocando una de sus finas manos en mi hombro.
-Fue
fue el maleficio Sectum.-musitémirando cómo se llevaban a mi esposa.
-¡Rápido!¡Cuarto piso, Daños producidos por hechizos!-le ordenó a los dos magos que nossabían a donde ir.- Señor, será mejor que se relaje. Ella estará siendoatendida por los mejores sanadores de toda Inglaterra, pero necesitamostiempo.-asentí varias veces. La recepcionista volvió a ocupar su lugar paraatender a la fila que se había formado de nuevos pacientes.
Tuveque sentarme en una butaca cuando comencé a sentir que me comenzaba a temblartodo el cuerpo. Annie perdió muchasangre.
-¡Remus!-sentíla voz de Tonks, desde la entrada.- ¿Cómo está?-preguntó luego de darme unabrazo.
-Sela llevaron al cuarto piso, no
no sé nada, no me han dicho nada desde haceunos veinte minutos.
-Tranquilo,todo saldrá bien. Ella es una mujer fuerte y puede con todo.-me animó ella, mostrándomeuna leve sonrisa.
-¿Dóndeestá Harry?-
-Lodejé en la Madriguera, Molly dijo que vendría en cuanto Bill llegase y sequedase con los chicos.-asentí con la cabeza apretándole el hombro suavemente.-¿Quieres algo para bajar los nervios?-negué con la cabeza y volví a sentarme enla butaca.
Hoy sinduda había sido el peor día de mi vida, Sirius había muerto, no sé si Bella vivirá.La verdad es que estoy confundido, tengo mucho miedo.
*.*.*
Las horasfueron pasando, aún no teníamos noticias de ella. Los sanadores pasaban pero nodecían mucho. Alcancé a escuchar a uno que decía que tenían que prepararalgunas opciones para que el cuerpo de Bella generase más sangre. Conforme pasabael tiempo, yo estaba demasiado nervioso y exigía al menos una noticia.
-¿RemusLupin?-habló una sanadora, que terminaba de bajar las escaleras. Con Tonks nospusimos rápidamente de pie.- ¿Es usted el marido de Annabella PotterBlack?-preguntó enarcando una ceja.
-Sí,sí, lo soy.-respondí medio tartamudeando.
-Suesposa está a salvo.-esas cinco palabras hicieron que mi corazón diese unvuelco de alegría.- Está fuera de peligro por el momento, perdió demasiadasangre, pero aún está inconsciente. Logramos hacer que la herida se cerrase ydejase de derramar sangre. Tendrá que pasar un par de días internada, pero alfin y al cabo lo que importa es que está viva.-
-Ustedacaba de hacer que yo volviese a la vida. Esa mujer significa mucho para mí, laamo desde que tengo uso de razón.-me llevé las manos a la cabeza mientras en mirostro se dibujaba una gran sonrisa.
-¿Algomás?-preguntó Tonks, cruzándose de brazos. La sanadora asintió.
-¿Quémás?-la mujer suspiró, haciendo que me volviese a preocupar.
-Lolamentó mucho señor.-la miré sin entender de que hablaba.- Pero su esposaestaba embarazada y
-
-No.-lainterrumpí imaginándome el resto.- No puede ser.-
-Laverdad lo lamentamos.-apretó con suavidad mi hombro y desapareció. Me volví asentar en la butaca. ¡ESO ERA LO QUE ELLA ME QUERÍA DECIR ANTE DE IR A LA SALADE LOS MISTERIOS! Ella estaba embarazada. Luego de 14 años, por fin íbamos atener a nuestro primer hijo. El mundo se me vino abajo. Adiós a la idea dedespertarme por las mañanas y ver a mi lado a un inofensivo niño durmiendoabrazado a su madre.
-Lolamentó, Remus.-murmuró Tonks, abrazándome. Apoyé mi cabeza en uno de sushombros y comencé a llorar. No lo había hecho desde hace un par de años, perohoy tenía motivos para hacerlo.
*.*.*
Narradora:
Remusestaba más que devastado con la noticia de la pérdida de su hijo. Estuvo unbuen tiempo llorando en el hombro de Dora, hasta que la misma sanadora le advirtióque podía ingresar a verla. Sin pensarlo dos veces, subió corriendo los cuatrospisos hasta dar con la habitación 345. La puerta estaba cerrada y con demasiadovalor, logró abrirla.
Bellase encontraba en el interior, despierta, con la mirada perdida en la ventana,tenía una de sus manos sobre su vientre, acariciándolo. Una lágrima se deslizópor su ojo, hasta perderse en la tela de las sabanas.
-Perdón.-balbuceopasándose la mano que tenía libre por debajo de la nariz.- Perdón,perdón.-comenzó a decir mientras Remus se acercaba a la camilla y la besaba conintensidad. Él le borró las lágrimas con la yema de sus pulgares, sin separarsede ella.- Perdón
-
*.*.*
Bella:
Habíallorado por más de media hora, Remus se había quedado dormido a un costado delcolchón. Mis manos acariciaban su cabello, mientras él respirabatranquilamente. Me dolía el hecho de no poder darle un hijo. Se había sentidobien la sensación de saber que había estado embarazada de un mes y no habermeenterado. Sacudí la cabeza. Seguir pensando en eso, no me haría bien. La puertade la habitación se abrió, dejando ver a Harry. Estaba más decaído que nunca. Remusni se dio cuenta de que habían ingresado, pero si se acomodó en la silla. Harryse sentó del otro lado.
-Tonksme contó.-habló luego de unos minutos.- Fue mi culpa. Si le hubiera hecho casoa Hermione, Sirius seguiría vivo y tú aún estarías embarazada.-sus verdes ojos,comenzaron a aguarse.
-Lehicimos una promesa a tus padres, cuando ellos nos nombraron a Sirius y a mícomo tus padrinos. Ambos juramos arriesgar nuestras vidas con tal de salvar latuya.-él negó, pero tomé su mano.- Durante 14 años, mantuve esa promesa en pie.Haría cualquier cosa por mantenerte con vida, Harry.-apoyó su cabeza en elcolchón negando.
-Aunasí fue mi culpa. Voldemort jugo con mi mente.-murmuró.- Te vi junto a Siriusen una habitación. Tú estabas en el suelo, gritando de dolor mientras tetorturaban.-se puso de pie y se acercó a una ventana.- Todos mueren por miculpa y yo sin poder hacer nada por detenerlo.-
-Harry.-lollamé acomodándome apenas en la cama.-Todos lo que estamos a tu alrededor,estamos para defenderte. Debes entender eso.-él volvió a sentarse, adoptando lamisma postura que Remus.- Pero yo siempre estaré ahí para ti.-acaricie sucabeza, como cuando hacía con James.
Capítulo 31:
Bella:
Tuveque pasar una semana y media en San Mungo, pero había tenido visitas casi todoslos días. Antes del día diez de mi internación, el sanador que me atendía meinformó que en la tarde podía volver a casa. La verdad me sentía contenta depoder salir de estas cuatro paredes monótonas y estar nuevamente en mi casa.
-Remus.-lollamé mientras terminaba de juntar mis cosas.- ¿Estás bien?-él se acercó a lacama y se sentó en la silla que estaba al costado.
-Unpoco cansado es todo.-sonrió débilmente mientras tomaba mis manos.-Anoche fuela peor noche que pude haber tenido.- era demasiado cierto. Tenía cicatricespor todos lados y se encontraba mucho más pálido de lo normal, hasta le llegabaa temblar el pulso.
-¿Notomaste la poción?-le pregunté mientras le acariciaba la cabeza.
-Nosé qué le ocurre a Snape, le estuve diciendo que me la desde una semana antesde que sea luna llena, pero no me prestó mucha atención.-
-Yahablaré con él para que se acuerde para el próximo mes, ¿sí?-él asintió un pocomás animado.
-¿Cómoestás?-esta vez era él quien me acariciaba la cabeza.
-Bien
bueno,no tan bien.-hice una mueca y solté un suspiro.- Siento la extraña sensación deestar vacía, ¿sabes? Como que me faltaalgo y ese algo me duele.-
-Nopienses en eso
no lo hagas.-yo sabía perfectamente cómo se sentía. Ambos nossentíamos vacíos. Habíamos deseado por años tener a nuestro primer hijocuidarlo, estar junto a él cuando recibiese su carta, llevarlos a Valle Godrica pasar navidad con Lily, James y Harry, que jugase al Quidditch con Sirius. Ensíntesis, habíamos planificado toda una vida, pero tendremos que seguir esperandopara poder tenerla. Sacudí la cabeza al ver al sanador ingresar a lahabitación.
-Buenosdías.-saludó con una amplia sonrisa.- Bien, hoy como le hemos dicho, tendrá porfin el alta para salir de San Mungo y volver a su hogar. Pero déjeme decirle queme he tomado la molestia de hacer unos analices antes de que usted sevaya.-reviso unos papeles y luego levantó la vista.- Ese hechizo con el cualusted fue atacada, no le impedirá tener hijos en el futuro.-miré a Remus y élapretaba mi mano. Aún había esperanzas.
-Gracias.-murmurébastante contenta.-Gracias en serio.-el sanador volvió a saludar y con unmovimiento de cabeza salió.
-Harryme preguntó si podía quedarse el resto de las vacaciones.-comentó Rems,mientras terminaba de guardar las cosas que faltaban con unos pases mágicos.-Creí que sería conveniente que ambos pasasen más tiempo juntos. Usé el teléfonopara llamar a los Dursley y dijeron que no había problema alguno en que sequedase con nosotros, después de todo el chico lo necesitaba, esas fueron laspalabras de Vernon y de atrás podía escuchar a Dudley festejando.-
-Queniño más
insoportable.-opiné mientras apretaba los nudillos. Remus riólevemente, mientras se volvía a cercar a la cama.
-Doraestá afuera, ella te ayudará a cambiarte.-se inclinó y besó mi frente.
-Yono quiero un beso ahí.-hablé cruzándome de brazos y frunciendo los labios. Élvolvió a inclinarse y me besó.- Así está mejor.-
-Enun rato estarás en casa.-le sonreí viéndolo salir de la habitación. Acomodé micabeza en la almohada esperando a que Tonks, ingresase. Pasaron varios segundosantes de que viese ingresar una melena de color rosa chicle. Dora entraba conun pequeño bolso en las manos.
-¡Hola!-exclamó,mientras me plantaba un sonoro beso en la mejilla.- Al fin llegó el día.¡Volverás a casa!-sonreí mientras me ayudaba a ponerme de pie, guiándome albaño.- Pobre Remus, ha estado últimamente muy preocupado por ti, ¡Molly yotuvimos que obligarlo a comer!-con gran esfuerzo logré sacarme la parte dearriba del pijama hospitalario.- Harry, también estuvo mal durante todos estosdías. Preguntando por ti, viniendo a verte, ni hablar de cuantas veces tuvimosque insistirle en que
-ella hizo silencio al ver la gran cicatriz que teníadebajo del ombligo.
-¿Fea,no?-comenté mientras la tocaba muy suavemente.
-Unpoco
bueno, mucho.-sonreí levemente mientras me inclinaba sobre el lavabo yabría el grifo del agua.- ¿Has hablado con los sanadores?-
-Sí,bueno en realidad ellos hablaron con nosotros. No hay riesgo alguno de que nopueda tener más hijos.-a Dora se le iluminó el rostro.
-¡Esoes una magnífica noticia!-exclamó pasándome algo de ropa que tenía en aquelbolso.- ¿Tuviste miedo?-
-Unpoco al principio, pero ahora que sé esto, ya no lo tengo.-tomé la camisa queella me pasaba y con cuidado logré ponérmela.
-Admirotu valentía, tú sí que eres una verdadera Gryffindor, Bell.-reí levementemientras me colocaba el pantalón.- Haz pasado por tantas cosas malas en tu vidapero aun así, mantienes la cabeza en alto, poniendo el pecho a cada situación.Me gustaría ser como tú.-
-Esaspalabras me alagan, pero no siempre mi vida fue tan así como lo pintan.-murmurémientras me terminaba de abrochar los botones de la camisa.- En el tiempo enque mi hermano había muerto, casi no podía salir a la calle sin tener quepresenciar el ataque de algún Mortifago o de la prensa, que morían por sabercosas de mi vida, de si tenía secuestrado a Harry en el sótano como habíapuesto Rita Skeeter o si de que era cierto que tenía un amorío con Sirius.Cosas como esas.-
-Yaque sacaste el tema, ¿Qué ocurría entre el tío Sirius y tú cuando estaban enHogwarts?-me preguntó con una sonrisa pícara.
-¿Aqué te refieres?-
-Digo,cuando era niña siempre lo escuchaba hablar de ti como si estuviese
realmenteenamorado y mentiría si no lo conociese, pero él era de esos sujetos que jamássentarían cabeza, ¿verdad?-reí de lado.
-Sí,eso es cierto. Yo pensé que James tampoco sentaría cabeza, pero bueno terminócasado y con un hijo. Esperaba que lo mismo pasase con Sirius, pero no siemprela moneda cae en la misma cara, ¿cierto?-ella asintió.- Cuando tenía 15 años,me había peleado con mi primer novio y estuve por varios días con cara de muypocos amigos, amargada. Pero él supo consolarme. Con él tuve mi primer yverdadero beso.-
-¿YRemus?-
-Yono tenía idea de que también le gustaba a Remus. Él me gustaba también unpoquito, pero me sentía más atraída por Sirius. Cuando se produjo el accidenteen Valle Godric, me sentí traicionada sin saber la verdad y es cuando acepte aRems. No quiero que pienses que no lo amo, porque él es lo más importante quetengo en esta vida.-
-¿Esafue la razón por la que mamá estaba enojada contigo?-
-No,no creo que esa haya sido la razón.-hice una mueca mientras intentabarecordar.-Digamos que los Potter siempre habían sido considerados traidores pordefender los derechos de los Muggles. Mi madre pertenecía a la familia Black,era algo así como tía segunda de Sirius, y eso lo convertía a él en mí
tío oalgo así. Por lo tanto, tu mamá y tus tías eran también parientes míos. Con Bellatrixy Narcissa, jamás me lleve bien. Siempre criticándonos y juzgándonos. En cambioAndrómeda intentaba llevarse bien con nosotros, pero solo por Sirius, perotampoco nos llevábamos bien.-
-Increíble.-murmuróella, mientras juntaba la ropa hospitalaria y la guardaba.- Ella dice quecometió un grave error al haberte ignorado, cuando mi tía estuvo a punto dematarte.-
-Lagente cambia, Dora, eso debes tenerlo en cuenta.-las dos salimos del baño,quedando en la habitación.
-¿Listas?-preguntóRemus, mientras ingresaba. Asentí yendo a él.-Harry, está afuera.-me susurró,pasando sus brazos por mis hombros. Antes de salir, me aseguré de tomar la manode Dora y juntos salimos.
-Tía.-hablómi sobrino, poniéndose de pie.-Yo
-antes de que pudiese decir algo, lo abracé.
-Harry,no pasa nada. Estoy bien, estamos bien, ¿sí?-él asintió pesadamente.- Venvayamos a casa.-lo tomé de la mano y juntos comenzamos a bajar las escaleras. Remusy Tonks, venían detrás de nosotros. No tendría un hijo pero tenía a mi sobrino,con él era lo más cercano a lo que yo podía desarrollar mi lado materno.
*.*.*
¡Hola!
Ya sé, ya sé, el capítulo es muycorto, lo sé. Pero es el final de la segunda parte de la historia. No voy ahacer mucho énfasis en el sexto libro, por lo que voy a pasar directamente al séptimo.Ósea que van a faltar muy pocos capítulos para que terminé la historia L
¡Besos!
Capítulo 32:
Bella:
Durantevarios días y semanas, el Profeta no hacía otra cosa que hablar sobre elretorno del Innombrable, dándole la razón a Harry, borrándole el mote aDumbledore de mentiroso. El resto de las vacaciones, lo pasamos los tres juntosen la Mansión. Jamás había visto a Harry tan contento, aunque a veces podía ver como seperdía en sus pensamientos hasta podía ver la tristeza en sus ojos.
-¿Harry?-lollamé cuando estábamos en el balcón de su habitación. Él volteo lentamente ysonrió.- ¿Te sientes bien?-le pregunté llegando a su lado
-Heestado mejor.-murmuró con una mueca.
-Sabesque puedes hablar conmigo sin problema, ¿verdad?-él asintió, apoyándose en el mármoldel balcón.
-Aveces
-comenzó pero se detuvo.- A veces me pongo a pensar de Voldemort me quitótodo lo que tenía. Cuando los conocí a ustedes tuve la sensación de que podíatener una familia, como Ron o Hermione. Aún siento ese nudo en el pecho que medice que existe la posibilidad de perderlos y eso no quiero.-
-¿Tienesmiedo?-le pregunté.
-Sí,mucho.-
-Voldemortpodrá ser poderoso y todo lo que él quiera, pero estaremos bien.-pasé uno demis brazos por sus hombros.- Jamás estarás solo.-volteó de todo abrazándose amí.- ¿Te gusta la casa?-
-Estal cual me habías descripto hace un par de meses en una de las tantas cartasque me mandaste.-reí levemente.- Es muchísimo más grande que la de los Dursley.-
-Erade mis padres, estaba diseñada para albergar a muchos invitados.-apoyé miscodos en el balcón.- Había tiempos en los que los cuatro Merodeadores dormíanen sus habitaciones. Sirius tenía la suya a dos puertas de la mía y la de Remusestaba al lado de la mía.-
-Levendría bien un poco de gente, ¿no crees?-lo miré con una ceja enarcada.- Digo,solo somos tres, tal vez podríamos llamar a los Weasley y a Hermione.-sonreí yle revolví el pelo.
-Milechuza está arriba está en el patio, ve.-me abrazó por última vez y saliócorriendo. Bajé las escaleras hasta llegar a la sala, Rems estaba leyendo elProfeta en uno de los sillones. Reí al ver que tenía el entrecejo a mediofruncir.- ¿Malas noticias?-pregunté abrazándolo por la espalda.
-No,solo estupideces.-murmuró pasando de página.- Ahora hay gente que dice quesiempre apoyó a Harry cuando le había tirado tierra diciendo que era mentiroso.-
-Noles hagas caso.-le quité el diario y comencé a leer.- "Siempre tuve la sensación de que ese chico decía la verdad, pero nadiese animaba a ver qué es lo que estaba pasando realmente.-no pude evitar reíy hacer una bola con el diario, tirándolo en alguna parte de la sala.-Idiotas.-
-Via Harry entusiasmado, ¿Qué paso?-
-Tendremosvisitas.-respondí acercándome al sillón.- Como en los viejos tiempos. La casavolverá a tener vida.-me senté en su regazo con mis manos alrededor de sucuello.
-¿Estásbien?-preguntó, acariciando mi cabeza.
-Claroque lo estoy, tengo a los dos hombres que amo a mi lado, ¿Cómo podría estar?-élrió levemente.
-Esoya lo sé, pero no me refería a eso.-dejé de sonreír captando a lo que serefería.- ¿Sabes que podemos volver a intentarlo, verdad?-asentí.-No es quequiera apresurarme, pero es solo un aviso.-
-Losé, lo sé.-musité.- Muero por formar una familia, aunque ya lo somos, peroquisiera esperar un poco antes de dar ese paso.-él sonrió acariciando mimejilla.
-Comoquieras, amor.-besó la punta de mi nariz.
-¡Tía!-exclamóHarry.- Mañana vendrán.-le guiñé un ojo a Rems y me puse de pie.
-Esoes genial. Será mejor que ayudé a Nix a preparar las cosas para mañanaentonces.-
*.*.*
Varios mesesdespués:
Paracuando terminó el sexto año de Harry, pasaron muchas cosas en el medio. Albus habíamuerto, la Orden era liderada por Moody, Voldemort había hecho que las cosas sepusieran de cabeza. Ollivander había desaparecido, el Callejón Diagon ya no eralo que solía ser y ya ni el mundo Muggle era seguro.
La basede la Orden se había trasladado a nuestra Mansión, por lo que había más gente delo habitual. Me enteré que ahora Hogwarts era manejado por Severus, o como lohabían apodado, el asesino.
Últimamentetenía cambios de humor, antojos a toda hora. Recordando la última vez que tuveestos síntomas, temía estar embarazada en una situación como la que estábamos viviendoahora. Le pedí a Dora y a Molly que me ayudasen a sacarme la duda.
-Solobastará con apoyar la varita y veremos si estas o no estás.- me explicó Tonks. Ellacolocó la punta de su varita y esperó unos segundos. Yo mantenía la vista enalto y con los ojos cerrados.- Hay una luz blanca en tu interior.-habló luegode unos segundos.
-¡Felicitaciones,Bella!-exclamó Molly, abrazándome. Me quedé dura sin saber cómo reaccionar.
-¡Remus!-gritésaliendo de la habitación. Él se encontraba en nuestra habitación y asomó lacabeza preocupado.
-¿Quépaso?-
-Lohicimos.-dije con una sonrisa.-Lo logramos, Rems.-una gran sonrisa surcó surostro en ese momento. Hacía tiempo que veníamos intentando, pero yo teníamucho miedo pero ya no, ya estaba segura de mí misma.
-¿Esdecir que estás embarazada?-asentí varias veces con lágrimas de felicidad enmis ojos. Él me abrazó con fuerza.-Lo sabía, lo sabía.-me susurró al oído.
*.*.*
¡Hola!
Sé que el capítulo fuecortito pero como dije en el anterior, este es el último de la tercera parte dela historia, es decir que cuando lleguemos a la cuarta parte, se acaba lahistoria L sé que suena feo pero bueno.
Espero que les haya gustado ydesde ya gracias :D
AnnabellaPotter, la tía de Harry: todos los lunes. (https://www.potterfics.com/historias/142475)
Losmellizos Potter: todos los martes (https://www.potterfics.com/historias/138311)
Thegovernor's daughter (TWD): todos los miércoles. (https://www.potterfics.com/historias/142874)
Lascrónicas de las melliza Fray: City of bones: todos los jueves. (https://www.potterfics.com/historias/149314)
Lascrónicas de Narnia: el Viajero del Alba: todos los jueves. (https://www.potterfics.com/historias/151144)
The lovestronger than death (TWD): Todos los viernes. (https://www.potterfics.com/historias/136658)
¿Y síKatniss no fue a los juegos? (Peeta Mellark y tú): viernes. (https://www.potterfics.com/historias/151594)
La otraGilbert
. Damon Salvatore y tú.: viernes. (https://www.potterfics.com/historias/153089)
Beauty and the Huntsman (TWD): viernes (https://www.potterfics.com/historias/147713)
Lareina del norte, la sangre de una Stark: viernes. (https://www.potterfics.com/historias/153265)
Salvaje: sábadosy domingos (https://www.potterfics.com/historias/154507)
Entre serpientesy águilas: domingos (https://www.potterfics.com/historias/151871)
Capítulo 33:
Remus:
Cuatro meses habían pasado desde que Bella mehabía contado que estaba embarazada, al fin algo bueno pasaba. Al fin un pocode luz entre tanta oscuridad. Pero a pesar de habernos enterado de esamagnífica noticia, lo peor se vino sobre nosotros. Nos habíamos enterado de lamuerte de Albus a manos de Snape. Todos quedamos perplejos y sin saber quedecir. Ahora Moody era el encargado de dirigir la Orden del Fénix. Nosotroshabíamos proporcionado una nueva base, es decir la Mansión Potter.
-Debemostransferir al chico lo más pronto posible.-murmuró Moody, mientras se paseabacon su pierna ortopédica por toda la sala.- Debemos apresurarnos antes de quesea tarde.-
-¿Yadonde pretendes llevarlo?-cuestiono Kingsley bastante moleste y con los brazoscruzados.
-Debeser un lugar aislado y donde pocos tengan acceso.-opino Tonks, llevándose unamano a la barbilla. Vi que Bella intercambió una mirada con Arthur y luego sepuso de pie.
-¿Quéles parece la Madriguera?- Moody, hizo un sonido gutural y bebió un poco de sucantimplora.
-Bienpensado, bien pensado.-gruñó luego de unos segundos en silencio.- La cuestiónes, ¿Cómo lo llevamos hasta ahí?-
-Voldemorttomó todos los registros de las chimeneas, no podemos hacer desaparecer porqueaún es menor
-murmuró Bella, mientras se paseaba por entre los sillones de lasala.- ¿Qué podemos hacer?-ella chasqueo los dedos y sonrió.- ¡Tengo una idea!-
-¿Dequé se trata, Potter?-preguntó Moody.
-¿Ysi lo transportamos mediante la poción Multijugos?-todos quedamos en silencio.
-¿Ycómo funciona eso?-preguntó Tonks.
-¿Peroquién se podría hacer pasar por Harry?- insistió Molly.
- ¡Nosotros!-volteamosa ver la entrada de la sala, encontrándonos con los gemelos, Hermione y Ron.
-Ya tenemos la mayoría de edad y podríamos tomar la poción.-musitó Hermione.
-¡¿Ustedessolos!?-volvió a exaltarse Molly.
-Ellosno van a ir solos.-comentó Fred.
-Tambiénnos transformaremos en Harry, si es necesario.-
-Amí también me gustaría ir.-opinó Fleur, sentada a dos sillones de distancia dedonde yo estaba.- Conocí a Harry en el Torneo de los Tres Magos donde salvó a mihermana, creo que de cierta forma estoy en deuda con él.-
-Siella va, yo también.-habló Ginny entrando de tropel a la sala.
-¡NO!-exclamaronBella y Molly.
-Esdemasiado peligroso para una niña de 16 años, hija.-ella rodó los ojos y sedejó caer en el sillón.
-Bueno,bueno, basta de cháchara.-intervino Moody.- ¿Solo serán ellos cinco?-
-Propongoque vaya Mundungus, también.-agregó Bella con cierto brillo en sus ojos.-No tevendría mal un poco de aventura, Fletcher.-
-¿Qué?-preguntóeste, dando un salto al escuchar su nombre.- ¿Yo
yo?-todos asentimos.
-Meparece bien, entonces serán ellos seis más Potter.-finalizó Alastor, volviendoa beber un poco de su cantimplora.
-Aunquecreo que a Harry no va a gustarle la idea.-comentó Hermione, mordiéndose ellabio.
-¿Cuándoiremos a Privet Driver?-preguntó Bella.
-Mañanaen la noche, así que les sugiero que no pierdan tiempo y descansen un poco.Mañana el día será un poco agitado.-
*.*.*
Bella:
Durantela noche del día anterior, me llevo al menos una hora convencer a Remus de queyo iría a rescatar a mi sobrino y así lo hice. Me coloqué mi capa de viaje ycon unos pases mágicos logré armar un pequeño bolso con ropa y cosas quenecesitaríamos, con otros pases, logré que se achicaran y entrasen en elbolsillo de mi capa.
-¿Lista?-preguntóRemus desde la puerta de nuestra habitación. Los dos bajamos a la sala deestar, donde se encontraba el resto de la Orden.
-Muybien, todos nos apareceremos en el número cuatro de Privet Driver.-ordenóAlastor.- Procuren no ser vistos por los Muggles.- tomé la mano de Rems, yjuntos desaparecimos. Era muy extraña esa sensación pero estaba acostumbrada ahacerla cuando no estaba embarazada.
Alllegar nos detuvimos frente a la puerta donde nos esperaba Hagrid. Él avanzó conseguridad hasta la puerta y con su enorme puño llamó.
-¡Hola,Harry!-exclamó cuando esta se abrió. Ron y Hermione, pasaron a mi lado comofugases flechas.
-¡Llegaron!-comentómi sobrino abrazándolos.
-Teves bien.-dije cuando lo saludé.
-Sí,sí, se ve muy hermoso.-ironizó Moody, empujándome para poder pasar por lapuerta.- ¿Qué tal si entramos antes de que alguien lo mate?-
-¿Kingsley?-inquirió.-Creí que estabas cuidando al ministro.
-Túeres más importante.-
-Harry.-llamé.-Tenemos noticias.-tomé el brazo de Remi y no pude evitar sonreír.- Remus y yo
-
-Ya,ya, ya.-nos interrumpió Moody.
-¡Alastor,es la segunda vez que me haces eso!-reproche.
-Silencio,Potter.-me calló.- Habrá tiempo para hablar. Tenemos que largarnos de aquí. Y rápido.-
-Harry,eres menor y todavía tienes el detector.-comencé, mientras me aferraba más aRemus.
-¿Quées el detector?-preguntó.
-Si estornudas, el Ministerio sabrá quién te limpió la nariz.-ironizó Moody.- Elpunto es que hay que usar los transportes que el Ministerio no detecta. Escobas,Thestrals.-enumero.- Iremos en parejas. Así si alguien no estará esperando, nosvan a estar esperando, no sabrán cual es el Harry Potter autentico.- de su capade viaje saco su vieja cantimplora llena de la poción.-
-¿Elauténtico?-preguntó Harry.
-Meparece que estás familiarizado con esta poción.
-¡No!-exclamóHarry, al descubrir nuestro plan.-Por supuesto que no.
-Ledije que no estaría de acuerdo.-comentó Hermione.
-No,si creen que voy a dejar que arriesguen sus vidas por mi
-comenzó diciendo misobrino.
-Comosi nunca lo hubiéramos hecho.-murmuró Ron.
-¡No!-volvióa exclamar.- No, esto es diferente. Tomar eso, convertirse en mí
¡No!
-Aninguno de nosotros nos parece bien.-comentó Fred.
-Imaginasi algo sale mal y terminamos siendo flacos y cuatro ojos para siempre.-continuoGeorge.
-Todosson mayores de edad, Potter.-intervino Alastor.-Y aceptaron correr el riesgo. Alguien se aclaró la garganta desde el fondo dela sala.
-Técnicamente,yo fui obligado por cierta mujer.-murmuró Fletcher, señalándome con la cabeza.
-Ylo harás si sabes lo que te conviene.-gruñí.
-¡Cállenselos dos!-nos advirtió Moody.-Ahora, Granger, hazlo.-ella se acercó por atrás yle arrancó un pelo.
-¡Demonios,Hermione!-se quejó Harry, sobándose la cabeza.
-Directoaquí, por favor.-pidió Alastor extendiendo la cantimplora con la poción. Se escuchóuna especie de efervescencia.- Para los que nunca han tomado la pociónMultijugos, les advierto, sabe a orina de duende.-
*.*.*
Luegode que todos se hubiesen convertido en Harry, Alastor designo las parejas. Opineque iba a ser demasiado obvio saber cuál era el auténtico si me veían con misobrino, por lo que Dora y yo, fuimos las escoltas de Ron, mientras que elverdadero Harry, iba con Hagrid.
-¡Todosa la Madriguera!-ordenó Moody cuando estábamos en fila en medio de la calle conlas escobas y los Thestrals.- Nos reuniremos ahí.-miré a mi costado sonriéndolea Ron.- A la cuenta de tres, ¡uno
dos
tres!-sentí el viento meterse en mi capa,haciéndola hondear detrás de mí. Habíamos encerrado a Ron entre Dora y yo.
Cuandocomenzamos a elevarnos, el cielo empezó a relampaguear y las nubes se hacíancada vez más oscuras y espesas. Una ráfaga negra paso a mí lado.
-¡Mortifagos!-alerté,sacando mi varita y lanzando hechizo a diestra y siniestra. A mi costado mepareció ver a Dolohov, o simplemente era mi imaginación.
Mireen todas direcciones, pero no había rastro de los demás, por suerte Ron y Doraseguían a mi lado. Un hechizo logró aturdirme pero no lo suficiente como parahacerme caer de la escoba. Aún estaba lo suficientemente lúcida como paraseguir volando por mi cuenta.
-¡Nofalta mucho!-gritó Dora, cuando comenzamos a dejar atrás la zona residencial ylas autopistas. No tenía idea cuanto había durado nuestro enfrentamiento conellos, pero al parecer no había ni el más mínimo rastro de los demás Harry o dealgún Thestrals.
-¡Allíestá!-exclamó Ron, cuando entramos a la zona rural. Definitivamente me estabaempezando a preocupar, no había señales de nadie y tenía miedo de que algo malohaya pasado.
-¡Acérquense!-ordené.Las tres escobas quedaron en una misma fila.- ¡Tómense de las manos!-Ron tomola de Dora y ella la mía. Cerré los ojos y juntos desaparecimos.
Paracuando tocamos el suelo de la Madriguera, se produjo una pequeña explosión,pero nada salió volando. Tonks tuvo que sostener de la ropa a Ron, para que nose cayera.
-¡Bella!-escuchéla voz de Remus. El nudo que sentía en el pecho se aflojo. Ahí estaba él. Comencéa correr, y no me detuve hasta sentirme rodeada por sus brazos.- Estás asalvo.-me susurró al oído.
*.*.*
¡Hola!
Bueno les traigo otrocapítulo, espero que les guste y quería decirles que ya faltan pocos capítulospara que se termine la historia (tal vez unos tres o cuatro) L la verdad es que no quiero sé que termine L pero bueno.
¡Besos!
Capítulo 34:
Bella:
Porórdenes de Remus, tuve que acostarme un rato para poder descansar más. Me habíaenterado por Tonks, que Alastor había caído y Mundungus había desaparecido.¡Maldito traidor! George había perdido una oreja, por culpa de un maleficio,pero al fin y al cabo, todos habíamos logrados cumplir la misión.
Bajélas escaleras guiándome con el murmullo que había en la sala. Molly, Ginny yFleur se encargaban de la cena, Arthur se encontraba con Kingsley hablandosobre los sucesos de hace una hora o más. Le sonreí a Tonks y me senté a sulado.
-¿Cómote sientes?- me preguntó, mientras jugaba con uno de los pliegues del mantel.
-Cansada,mareada.-solté un suspiro.- De todo un poco.- ¿Y Harry?-
-Hastahace un rato estaba por aquí con Ron y Hermione.-respondió.-Ahora no sé dondeestá.-
-Hicisteun gran trabajo esta noche.-murmuré sosteniendo su mano y sonriéndole.
-Hicetodo bien por que estabas tú.-habló con pesimismo.-Si hubiéramos estado soloRon y yo, alguno de seguro terminaba muerto.-
-¡Nodigas eso!-espeté.-Eres una gran bruja.-
-Soyuna torpe bruja.-
-Eresgenial, Dora.-finalicé tomándola del mentón para que me mirase.- Y yo apreciócada cosa que haces.-
Luegode haber convencido a Tonks, me puse de pie y salí al patio. Remus estaba deespaldas a la casa con los ojos clavados en la luna. Me acerqué a él, abrazándolopor la espalda.
-Hey.-saludósujetando mis manos.- ¿Todo bien?-
-Todomás que bien.-murmuré con pesadez.- ¿Estás bien?-pregunté dándome la vueltapara quedar frente a él.
-Unpoco cansado
y un poco más viejo.-reí apenas, acariciando su rostro.
-Siguessiendo el mismo jovencito del que me enamoré, Remus.-repuse, poniéndome enpuntitas de pie para alcanzar sus labios.-Pero sí, estás un poquito másviejito.-
-¿Ytú?-preguntó con burla.
-Disculpa,pero soy más joven que tú por dos años, Lupin.-
*.*.*.*
Mollynos había llamado para cenar. Aún nadie excepto ella y Tonks, sabía acerca delembarazo, por lo que Remus creyó que sería un buen momento comentarlo, para almenos subir un poco más la autoestima de la mesa. La verdad es que funcionobastante bien. Fleur y Ginny, soltaron grititos de felicidad y me abrazaron,Hermione solo me sonrió y apoyó su mano sobre mi vientre. Harry estaba más quecontento, que en lo quedaba de la noche no se separó de mí ni un segundo, mehacía preguntas y tiraba nombres al azar.
-¿Quénombre te gustaría, Tonks?-le preguntó luego de unos minutos.
-Tedd,sería lindo.-murmuró ella, un tanto desanimada.
-A míme gusta.-comenté con una gran sonrisa.- Es igual que tu padre. Él fue un granhombre y lo seguirá siendo por muchísimos años más.-poco a poco se fue formandouna sonrisa en su rostro.- Tedd John Lupin Potter.-
-Megusta.-opinó Molly, terminando de secar los últimos platos.-Voy a llenar la barrigade ese niño cuando nazca, te lo aseguro.-
Al díasiguiente nos levantamos temprano, debíamos terminar con los preparativos parala boda de Bill y Fleur. Podría sonar raro casarse en medio de una guerra, peroantes había gente que tomaba decisiones por temer a no poder hacerlo después. Ayudéa Dora a encontrar un vestido que pegase con el color que llevaba de pelo enese momento.
-Creoque este te beneficiara.-murmuré apoyando el vestido sobre su cuerpo y mirándolocon ojo crítico.-Sin duda.-se lo coloqué en las manos.-Ve pruébatelo.-le disuaves empujoncitos e hice aparecer un biombo para que se desvistiese contranquilidad. Del otro lado de la habitación, Hermione no sabía si aquelvestido rojo sería ideal para usar esa noche.
-¿Túque opinas, Ginny?-preguntó probándoselo sobre la ropa que llevaba puesta.
-Estábien, te queda bien.-murmuró ella. Sonreí y me acerqué al bolso que habíatraído conmigo. Busque y rebusqué hasta hallar el mismo vestido que había usadoen la boda de James y Lily.
Ver aquelvestido me había llevado unos 17 años atrás cuando mi familia seguía viva. Sacudími cabeza e ingresé al baño para comenzar cambiarme. No podía creer que aún meentrase. Cerré los ojos y traté de imaginarme a mis 18 años.
La casa estaba completamenterevolucionada, Lily estaba más que nerviosa en su habitación dejando Alice acabasede colocarle el tocado que finalizaría con su peinado. Su vestido era sin dudael más hermoso que había visto en toda mi vida. Tan largo que ni siquiera sepodían ver sus pies, escote en forma de corazón decorado con cientos depequeñas piedritas plateadas que hacían que sus ojos resaltasen, la parte de lafalda estaba compuesta por burbujas de tela que le daban una buena forma a suscaderas. Sin duda me sentía fascinada al verla ahí parada junto al espejo, seveía tan hermosa que no alcanzaban las palabras para describirla.
-¿Cómo estoy?-preguntó mordiéndoseel labio y mirándonos a ambas.
-Bellísima.-respondió Alice,con tono soñador.
-Te ves perfecta, Li.-ella sonrióy volvió a mirarse al espejo. Cuando solo quedamos nosotras dos solas, meacerque a la vieja cómoda de mi madre y saqué una caja roja carmesí.- Esto esalgo que debió de habértelo dado mi mamá, pero me toca a mí hacerlo.-abrí latapa de la caja dejando relucir un hermoso collar de plata con incrustaciones dediamantes en él.-Bienvenida a la familia, Lily.-
Me escurríesa pequeña lágrima que cayó por mi mejilla y me apresuré a cubrir mi rostrocon una fina capa de maquillaje. Me miré por última vez al espejo y sonreíampliamente.
*.*.*.*.*
Ni yocreía que en menos de dos horas, Fleur, perteneciese a los Weasley. Se veía tanlinda con su vestido.
Remusy yo habíamos bailado muchas pistas lentas, tal como hacíamos en nuestra boda. Variasveces cerré los ojos e intenté volver a recordar ese día tan especial que habíavivido con el hombre que más amaba en el mundo.
Ahoraestábamos tomados de la mano, caminando bajo el estrellado cielo nocturno. Habíatanta paz que parecía que nada podía llegar a interrumpir ese momento. Me abracéal brazo de Rems, mientras él besaba mi cabeza.
-¿Enque piensas?-preguntó luego de unos minutos en silencio.
-Piensoen la hermosa familia que ambos formaremos cuando todo esto termine.-respondí sonriéndole.Él se detuvo y tomó entre sus manos mi rostro, acercándolo al suyo uniendonuestro labios en un tierno beso.
-Aúnme cuesta creer que te tengo a mi lado.-murmuró sin alejar su rostro.- Cada vezque te miró a mí lado me siento el hombre más feliz del mundo y ahora queestamos esperando un hijo, no te das una idea.-me abracé a él, reposando micabeza sobre su pecho.
-Ambosnos necesitábamos mutuamente, Rems.-repliqué.- Ambos estábamos solos, peroahora somos uno.-
-¿Sabesque te amo, verdad?-asentí, sintiendo sus manos abrazar mi espalda.
-Dímelo.-pedísin despegar mi cabeza.
-Teamo, Bella.-sentí millones de mariposas floreciendo en mí interior.
-Otravez.-
-Teamo.-me aferré más a él dejando escapar una sola lágrima.
-Yotambién, mi hermoso lobito.-levanté la cabeza y poniéndome en puntillas, volvía besarlo, enroscando mis brazos en su cuello. Él me sujeto por la cintura,inclinando la cabeza apenas con la intención de profundizar aquel perfectobeso.
Paracuando ingresamos de nuevo en la tienda, reinaba la melodía de una canciónlenta, si mal no recordaba, era la misma que habían pasado en nuestra boda. Remustomó mi mano, guiándome al centro de la pista, donde colocó sus manos sobre micintura y las mías sobre su cuello. Nos movíamos lentamente como si fuésemos novios.En ningún momento rompí el contacto visual con sus ambarinos ojos. Me mordí ellabio y sonreí como una colegiala.
De prontola música dejo de sonar y las luces flaquearon en sus candelabros hastaterminar apangándose. Remus me abrazó, mientras miraba para todos lados. Por entreuna abertura que había en el techo, una gran y luminosa bola azul, ingresó instalándoseen el centro de la tienda.
-Elministerio ah caído.-hablo la voz de Kingsley.- El ministro está muerto.-todoscomenzaron a murmurar.- Ya vienen
ya vienen- la bola azul se apagó y todos sealarmaron. Remus tomó mi mano con fuerza e intentábamos salir de la tienda paraponernos a salvo. Oímos gritos al ver oscuras sombras que ingresaban del techo.
-¡Remus!-exclaméen un momento en que sentía mi mano vacía.- ¡Remus!-no podía ver nada por lamarea de gente que había a mí alrededor. Todos comenzaban a gritar y hechizosvolaban por todos lados destruyendo todo.- ¡Desmaius!-gritéal ver a un Mortifago que intentaba atacar por la espalda a Tonks.- ¡Quédatecerca!-le ordené mientras juntábamos espalda con espalda y lanzábamos hechizospara defendernos.
-¡Ginny!-escucheque alguien gritó cerca de mi posición.
-¡Harry!-exclaméseparándome de Tonks.-Debes irte, yo me encargo de Ginny. ¡Vete!- él asintióvarias veces y corrió junto a sus amigos y en menos de lo que se tarda en decirQuidditch, desaparecieron. Entre losMortifagos presentes, estaba Dolohov.
-¡Eresdura de matar!-gruñó alzando su varita y permitiendo que un rayo verde saliesede ella.
-¡Protego!-antes de que el hechizo diesecontra él, desapareció. Al parecer Bellatrix también había venido hasta aquí.
-¿Disfrutandode la boda, Potter?-preguntó con sorna, soltando una estruendosa carcajada quefue seguido de un encantamiento que logré esquivar.
-Loestaba, hasta que llegaste.-gruñí alzando mi varita y lanzándole una infinidadde hechizo, que fueron desviados.
-¡Noestá!-gritó una voz. Bellatrix me sonrió sombríamente y desapareció dejando unaestela negra detrás de ella.
-¡Bella!-volteépara ver a Remus, que se acercaba a mí con la respiración agitada y el cabellotodo revuelto.- ¿Estás bien?-preguntó tomándome de los hombros y revisándome.
-Sí,sí, lo estoy.-musité tomando sus manos.-Estamos bien.-le sonreí mientras loabrazaba.
-Via Harry desaparecer.-comentó luego de que hubiesen calmado las cosas y nosotroshubiésemos limpiado lo que quedaba de la decoración. Solo estábamos él y yo enla capar, Molly se había llevado a los gemelos y a Ginny al interior de laMadriguera. Tonks estaba junto a Arthur y otros aurores, patrullándose, paraasegurarse de que no había más Mortifagos en la zona.
-Losé.-respondí sentándome en una silla.-Yo le ordené que se fuese.-apoyé micabeza en las palmas de mi mano soltando un largo suspiro.
-¿Quépasa?-preguntó sentándose a mí lado.
-Sesuponía que Bill y Fleur debía recordar está noche como la más hermosa de susvidas.-murmuré.-Como quisiese quedesapareciesen los Mortifagos, Voldemort, todo.-
-Hey.-hablótomándome la mano.- Ellos están a salvo en la casa donde pasaran su luna demiel. Tal vez la noche se pueda arreglar de alguna manera, ¿no crees?-sonreí unpoco asintiendo.
-Chicos.-llamóMolly desde la entrada de la tienda.-Tienen una habitación si desean quedarseaquí.-
-Gracias,Molly.-dije poniéndome de pie.-Esta noche la pasaremos con ustedes. No queremosque se queden solos.-ella sonrió levemente y comenzó a alejarse. Remus meabrazó por los hombros y la seguimos.
Capítulo 35:
Remus:
Habíanpasado seis meses desde que habíandesaparecido los chicos. El vientre de Bella había crecido un montón, pero aúnella se seguía viendo tan hermosa como siempre. Estábamos a casi inicios deabril y ya casi no faltaba nada para que pudiésemos ver a nuestro primer hijo.
Las cosashabían cambiado mucho en el mundo mágico, ya nada era seguro. Casi siempreestábamos en la Madriguera, pero aún temía que algo le llegase a pasar a mifamilia. Bella casi siempre estaba decaída por la separación de Harry y loschicos. Tonks y Molly, trataban de animarla, pero casi no conseguían sacarle almenos una sonrisa.
-¿Yasaben que será?-nos preguntó Arthur, cuando sirvieron la cena.
-Aúnno sabemos cuál es el sexo del bebé, pero lo sabremos dentro de pocassemanas.-respondí tomando la mano de Bella.
-¿Síes una niña como le pondrán?-insistió Dora.
-Elnombre de mi suegra no estaría mal.-opiné, intentando hacer hablar a mi esposa,pero no conseguí nada, solo que jugase con su comida.
-DoreaLupin.-comentó luego de unos minutos.- Es un lindo nombre.-sonreí, besándole lamejilla.- Y sí es un varón, será
Ted John Lupin Potter.-
-Quélindo será cuando nazca ese niño.-murmuró Molly. Pude notar que su humor habíamejorado un poco, al menos. Continuamos con la cena.
-Enseguidavuelvo.-comentó poniéndose de pie. La vi que se dirigía al baño, sonreí apenasun poco y seguí conversando con Arthur.
-¿Aúnno hay noticias de Ron?-preguntó Molly, casi en un susurro.
-No,Bella y yo no hemos sabido nada y me temó que no tenemos ni las más mínima ideade donde pueden estar.-se hizo un profundo silencio, donde solo se escuchaba elborboteo que daba la olla que estaba al fuego.
-¡Remus!-escuchamosun grito. Me levanté dejando la mesa y corriendo hacía al baño. Bella teníaapoyadas las manos en la pileta y un gran charco estaba bajo sus pies.-¡Remus!-me situé al lado de ella, sosteniéndola por la cintura.
-Respira,respira.-murmuré mientras ella se apretaba los labios dejándolos blancos. Soltóun grito y me tomó de la mano con fuerza.
-Es
esel bebé.-habló entrecortadamente.
-Losé, lo sé.-la dejé apoyada en el baño y salí a la puerta para pedir ayuda.-¡Molly! ¡Tonks!-las dos se pusieron de pie de un salto y se acercaron a dondeestaba.
-¡Madremía!-exclamó Dora, colocándose junto a Bella.
-Debemosllevar a una habitación ahora.-habló Molly. Me acerqué a mi esposa y la tomé enbrazos con cuidado.-Llévala a la habitación de Charlie.-me ordenó. Al principiome costó subir las escaleras, pero pensé en mi hijo y logré subirla sinproblemas. Arthur había abierto la puerta y encendió la luz. La depositésuavemente en la cama, mientras ingresaban Molly y Tonks.
-¿Quéhay que hacer?-pregunté sosteniendo la mano de Bella.
-Salganustedes dos.-habló Tonks.- Déjennos trabajar a nosotras.-Arthur me tomó de loshombros y me obligó a salir. Alcancé a ver una débil sonrisa de mi Anna, antesde que cerrasen la puerta.
Narradora:
Laseñora Weasley y la joven Auror, se encargaron de ayudar a Bella. Lascontracciones venían cada cinco minutos, haciendo que la chica Potter, secontrajera del dolor como si ardientes brazas la estuvieran quemando.
-Aguanta,linda.-murmuró Molly mientras se encontraba entre las piernas de la joven.- Yano falta casi nada. Tan solo necesito que pujes un poquito más.- Bella soltó ungrito desgarrador, pero que rápidamente fue reemplazado por un llanto infantil.
-Mo
Molly.-susurrómientras se desplomaba contra una almohada, intentando recuperar el aire ytranquilizar su corazón. Tenías las mejilla sonrojadas y el pelo tododesordenado.
-¡Esuna varón!-exclamó loca de contenta Dora, mientras se arrodillaba frente aAnna.- Es hermoso y sanó bebé.-Bella sonrió apenas sin fuerza y giró la cabezapara ver a la matriarca de la familia Weasley.-
-¿Ocurrealgo?-preguntó con voz pasiva.
-EsMetamorfamago.-murmuró, mientras se sentaba en la cama. El bebé apenas teníauna coronita de cabello en la cabeza, que pasaba de rubio oscuro a negro yluego a azul pálido.
-Eshermoso.-comentó Bella, mientras que Dora la ayudaba a reincorporarse en elcolchón.- ¿Y Remus?-
-¡Yalo llamó!-chilló Tonks, poniéndose de pie de un saltó limpio. La joven Pottersostuvo por primera vez a su hijo en brazos y no pudo contener las lágrimas defelicidad. Un poco de luz en medio de tanta oscuridad
-¡Bella!-exclamóRemus, yendo junto a la cama.-No puede ser
-se quedó plasmado al ver al niñoque sostenía su esposa.-
-Tepresentó a Teddy, Rems.-murmuró ella, mientras corría las mantas que cubrían asu hijo.-Él es tu papá.-le susurró al bebé.
-Alfin lo conseguimos, Bell.-la joven asintió, pegando su cabeza a la de Remus.
*.*.*
Bella:
Nuncaantes había estado tan cansada como lo estaba ahora, pero estaba contenta desaber que mi esfuerzo se describe en un pequeño niño que ahora duerme en unacuna al lado de nuestra cama.
Habíamosvuelto a la mansión, le insistí a Dora que viniese con nosotros, a lo que ellaaceptó gustosa. Molly me recomendó hacerreposo por algunos días antes de poder moverme por mi cuenta. Decidí tomar unaducha antes de dormir.
Hacíameses que no me sentía tan bien como lo estaba ahora. Al fin había conseguidoformar la familia que tanto quería tener. Pero una parte de mí decía que noestaba completa del todo; faltaba Harry, él era el la completaba. La otra partede mí apostaba todos los Galeones que tenía en la bóveda de Gringotts, a queaún seguía vivo.
Luegode haberme cambiado, me metí en la cama. Remus estaba junto a Teddy, mientrasque Tonks estaba en la habitación que le habíamos asignado, junto a la nuestra.Sabía que los temores de mí amado lobito habían desaparecido al ver que nuestrohijo había salido Metamorfamago y no licántropo.
-Esdemasiado pequeño.-comentó cuando se sacaba la camisa y la dejaba sobre unasilla. Me quedé mirando las cicatrices que surcaban su abdomen, pero no apartéla vista.- ¿Te asustan?-preguntó mientras se apresuraba a acostarse y cubrirse.Negué fervientemente, mientras me apoyaba en mi codo y lo miraba.
-Nome asustan para nada.-él sonrió, colocando su mano sobre mi cintura.- Miles deveces te he dicho que eres perfecto con o sin heridas.-acaricié su mejilla.-Mehas dado el mejor regalo que cualquiera pudo haberme dado. Un hijo. Me has dadoa esa hermosa criaturita que ahora duerme plácidamente cerca de nosotros. Laverdad es que no puedo expresar en este momento como en verdad me siento.-Remuspasó uno de sus brazos por mis hombros,mientras yo me pegaba a su pecho.
-Tambiénme has hecho feliz, por unos largos 25años.-sonreí mientras me aferraba más a él.
-¿25años?-pregunté enarcando una ceja.
-Sí,me hiciste feliz la primera vez que te vi ingresar al compartimiento con James.Cuando te hable por primera vez y te ruborizaste. Cuando aceptaste a pasar elbaile de navidad conmigo en la Sala Común en vez de ir al Gran Comedor. Cuandoaceptaste ser mi mujer y la madre de mi hijo. Pero más me hiciste feliz al pasar todos estos años a mi lado sin irte,cuando tuviste la posibilidad.-
-¿Yporque me habría ido?-pregunté separándome y acentuando el levantamiento de miceja. Él solo se encogió de hombros.- ¿Crees que las veces que salías en LunaLlena y me dejabas sola para volver mal herido, serían un motivo para que yo mevaya y te deje?-negué con la cabeza frunciendo el ceño.-No, señor. Yo JAMÁS, mehubiera ido de tu lado. La verdad es que me importa muy poco si eres hombrelobo, vampiro o cualquier otra cosa, ¿y sabes por qué no me importa?-él sacudióla cabeza.-Por que como te dije una vez:Hay muchos hombres, que son peoresmonstruos que tú, y yo te prefiero a pesar de tu aspecto.-logré sacarle una sonrisa,para luego besarlo.-No quiero volver a escucharte decir eso, ¿entendido?-élasintió, volviéndome a abrazar.
Capítulo 36:
Bella:
Yaentrabamos en los primeros días de Mayo, Teddy había crecido bastante y conRemus creímos que sería conveniente nombrar a Harry como su padrino, después detodo yo quería que James lo fuera, pero él era lo más cercano a mi hermano.
Habíamosvuelto a la mansión, nuestro bebé ocupaba la vieja habitación de Sirius, lacual estaba perfectamente decorada por él, como medidas de seguridad sacamoslas fotografías de esas chicas Muggles en ropa interior y las cambiamos porfotos de equipos de Quidditch (había más de las Arpías de Holyhead, mifavorito)
Dorase había mudado, prácticamente con nosotros, ya que la pobre no quería exponera su madre. Con Remus, aceptamos gustosos de tenerla, era la madrina de Teddy,y ambos se llevaban más que bien. A ella le divertía ver como el poco pelo demi bebé cambiaba de colores.
Eldía de hoy, Remus había recibido un Patronus, pero no me había especificado dequién, solo dijo que era importante y desapareció. Me quede solo con Dora,quién hacía dormir a Ted y con Nix, que estaba limpiando las habitaciones dearriba.
Estuveun largo rato preocupada por Rems, había salido casi corriendo cuando recibióel mensaje. Ni siquiera pude ver la forma que tenía el Patronus, pero sialcancé a escuchar la voz del propietario. Era más o menos gruesa o eso creíayo.
-¿Estástodavía preocupada?-preguntó Tonks,cuando terminó con Ted.
-Laverdad que sí.-solté un suspiro y me senté en un sillón.- Ya tengo miedo detodo.-
-Talvez solo será un aviso de la Orden.-argumentó ella, ubicándose a mi lado.
Eltiempo paso y luego de unos cuantos minutos, Remus apareció en la puerta de lamansión. Lo veía pálido y más agitado que nunca.
-¿Quépaso?-inquirí poniéndome de pie.
-Harryestuvo en Hogsmeade.-se me paró el corazón.- Aberforth, dijo que debemosavisarle a la Orden. Todos debemos reunirnos para ayudarlo. Los Mortifagos yadieron la alarma y tal vez Voldemort ya sepa lo que está pasando.-
-¡Debemosir ya mismo!-exclamó Tonks, poniéndose de pie.
-Digolo mismo.-
-No.-medetuvo Remus.-No vas a ir.-
-¿Qué?-
-Nopuedo permitir que te pase algo y Teddy se quedé sin padre ni madre.-explicó.
-¿Estásloco?-cuestione.- ¿Dejarte solo a merced de los Mortifagos? ¿Dejar que te hagandaño? No, señor. Yo voy a ir y no se discute más.-
-No,he dicho que no y es no.-insistió él.
-Bella.-hablóTonks.- Yo puedo cuidar de Remus. Él tiene razón, Teddy te necesita.-iba adecir algo, pero vi los ojos de Rems, que despedían miradas de súplica yterminé aceptando.
-Deacuerdo, de acuerdo.-me acerqué a ambos y los abracé.- Más les vale que vuelvano yo misma me encargo de ir a buscarlo, ¿entendido?-
Lehabía pedido a Tonks unos minutos a solas con el amor de mi vida, si me iba adespedir, lo haría bien. Lleve a Remus a la habitación, donde se encontraba lacuna de Ted.
-Annie
-
-No.-lointerrumpí.-No lo digas.-
-Bella,te amo.-tomó mi rostro entre sus manos.-Siempre lo haré.-colocó sus labiossobre los míos, mandando una descarga eléctrica que me erizó todo el cuerpo,tal como la primera vez.- Si algo llega a pasarme, dile a nuestro hijo que eslo más importante en mi vida y que arriesgué mi vida para salvarlo y darle unmundo mejor.-sentí lágrimas en mis ojos.-Y en cuanto a ti, quiero que sepas quesiempre has sido el amor de mi vida, en estos dieciséis años de casados me hashecho el hombre más feliz.-
-Remus,basta.-pedí, abrazándolo.-Vas a volver a casa, para ver crecer a nuestrafamilia, lo sé, vas a volver.-me besó por última vez y luego se inclinó sobrela cuna, besando la frente de nuestro hijo.
-Teamo, Bella.-se me vino el mundo abajo al verlo salir de la habitación, segundosdespués se escuchó dos ¡PLOP! Indicando, que ellos ya se habían marchado.
*.*.*
Yahabía pasado una media hora desde que me quedé sola en la mansión. En todo esetiempo no había dejado la habitación de mi pequeño. Se veía tan angelicaldurmiendo, sin saber qué es lo que pasaba del otro lado de las cuatro paredesque lo protegían.
-¡Nix!-llaméal borde de perder la poca paciencia que tenía. Hizo un leve sonido y aparecióante mí, mi más preciada elfina.
-¿Quése le ofrece, ama?-preguntó con voz chillona.
-Quieroque juntes en un bolso algunas cosas de Teddy. Le haremos una visita aAndrómeda Tonks.-
Enmenos de diez minutos, ella junto todo lo necesario para unas cuantas horas. Yotomé en brazos a mi bebé, que por suerte seguía dormido. Tomé la mano de mielfina y juntos, desaparecimos.
Lacasa de Tonks, quedaba en un barrio Muggle un tanto más lejos de la mansión. Noestaba segura de como pedirle este enorme favor, pero debía hacerlo. Levanté mimano y toqué la puerta. Pasaron unos segundos, hasta que la vi aparecer con lavarita en alto.
-¿Bella?-preguntócuriosa.- ¿Qué haces aquí?-deshizo los hechizos que protegían su casa, solopara dejarnos ingresar.
-Créemeque si no fuera de extrema urgencia, no te pediría este favor.-
-¿Quéocurre? ¿Dora está bien?-
-Esoes de lo que quiero asegurarme.-hice un pausa no muy larga.- Mira, yo deberíaestar ahora en Hogwarts, cubriéndole la espalda a tu hija y a mi esposo. Laguerra ya es eminente, Voldemort está a punto de terminar con todo. La Ordennecesita toda la ayuda que sea posible y yo necesito asegurarme de que todosestén bien y para eso, vengo a pedirte si podrías hacerte cargo de mi hijo porunas cuantas horas.-
-¿Éles el bebé del que me hablaba Dora?-asentí.- ¿Puedo verlo?-ella lo tomó conmucho cuidado, mientras le corría la manta.- Es un bebé muy linda, Bella.-
-¿Loharás?-
-Cuentaconmigo.-sonreí ampliamente, abrazándola.
-Tedejo a Nix en caso de que necesites ayuda con algo.-le di las ordenes a mielfina y miré por última vez a mi hijo.- Si algo llega a pasar, dile que loamo, ¿sí?-ella asintió. Salí de la casa y en un abrir y cerrar de ojosdesaparecí.
Lossortilegios que impedían que la gente pudiese aparecerse en Hogwarts, habíandesaparecido en cuanto Snape se puso como director. Ahora era más fácilingresar. Logré aparecerme en la Torrede Astronomía. Comencé a correr por los pasillos, buscándolo a él.
-¡Remus!-exclaméal verlo junto a Kingsley. Corrí todo el tramo que nos separaba y lo abracé.
-¡Nodebiste!-me regañó.- Teddy, es quién te necesita.-
-Dormiráen casa de Andrómeda hasta el amanecer y roncará como su padre. Creo que estarábien.-me separé de él, acariciándole la mejilla.-Eres tú quién me necesita estanoche.-
-Estono está
-lo callé de un beso.
-Nodigas tonterías.-él me tomó de la mano y me llevó hasta la ventana donde estabaKingsley. Afuera se veían rayos que subían hacia el cielo. Estaban creando uncampo de hechizos que protegieran al menos el castillo por un rato, dándonosalgo de tiempo para prepararnos.
Cuandomenos lo esperamos, Voldemort, comenzó a hacer su jugada. Ordenó a todos susseguidores a destruir la protección establecida por los profesores.
-¡Bellaten cuidado!-me aconsejó Remus, cuando grandes bolas de humo negra ingresabanpor el techo de la Torre.
-¡Expelliarmus!-exclamé un Mortífago, elcual perdió su varita entre las vigas.- ¡Envertestatil!-elmago perdió el equilibrio y cayó por la misma ventana por la cual habíaentrado.- ¡Otra vez tú!-gruñí al ver a Dolohov.-
-¡Avada
!-
-¡Impedimenta!-logré decir antes de quefinalizara.- ¡Avada Kedrava!-al finme lo saqué encima. La guerra se extendió mucho tiempo, y los Mortifagosseguían apareciendo, haciéndonos la tarea más complicada. La cosas debajo de latorre no iban mucho mejor que digamos. Gigantes, Dementores y acromantulas, sehabían unido al ataque.- ¡Arania Exumai!-ungrupo de artrópodos, salieron despedidos dejándome el camino libre. Cuandollegue al patio, un paralizador frió, me lleno cada parte de mi cuerpo. Frentea mí se alzaba una gran cantidad de Dementores con hambre de almas.- ¡Expecto Patronum!-la figura de mi lobosalió corriendo hacia ellos, enfrentándolos sin miedo.
-¡Desmaius!-el hechizo golpeo fuertementecontra mi espalda, haciéndome perder el equilibrio. Detrás de mí se encontrabaTravers. Si mal no recordaba, él asesino a Marlene McKinnon y a toda su familia. Estaba a puntode lanzar la maldición asesina, cuando una voz ría y seseante, interrumpió.Voldemort les decía a todos los Mortifagos que se retiran del castillo y lepedía a Harry que se reuniera con él en el Bosque Prohibido. Se me hizo un nudoen el pecho, que no esperé más y salí corriendo de nuevo al interior delcastillo, tratando de no llevarme puesto los cascotes de las paredes y columnasque se desmoronaban.
Todosse habían reunido en lo que quedaba del Gran Comedor, atendiendo a los heridos,cubriendo con sabanas a los que
habían caído. Los Weasley lloraban la pérdidade Fred, apartados en un rincón junto a Hermione. Casi se me pará el corazón,me daba tanta tristeza que él nos haya dejado.
-¿Bella?-volteeencontrándome con Remus. Tenía algunos rasguños, pero estaba intacto a pesar detodo. Corrí hacía a él abrazándolo con fuerza.-Estás bien, estás bien.-mesusurró acariciándome el cabello.-Temí que algo te llegase a pasar.-negué conla cabeza, acurrucándome más en su pecho.
-Alfin y al cabo, tuve razón.-murmuré.- Tú si me necesitabas esta noche.-miré porencima de su hombro y me alegré enormemente al ver que Tonks, estaba a salvo.-Harry
-musitéal verlo en la puerta del Gran Comedor. Me separé de Remus y fui con él. Al tenerloa poca distancia, lo abracé fuertemente, mientras él envolvía sus brazosalrededor de mí.-Gracias al cielo estás vivo.-
-Hapasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.-comentó. Tomé susmejillas, viendo sus ojos esmeraldas, esta vez, aguados.
-Jamásvoy a dejarte solo. Lo prometo.-volvió a abrazarme, con más fuerza.
*.*.*
Hogwarts,nunca había estado tan triste como lo estaba en ese momento. Se sentía latensión y la tristeza rondando por el aire. Voldemort había detenido el ataque,pero no tardaría mucho en incitar a sus Mortifagos a que vuelvan a la lucha. Estuvedurante un rato bastante largo, acariciando el cabello de Harry.
-¿Tía?-llamólevantando la cabeza. Solté un leve sonido, mientras seguía acariciándolo.-Creo
creo que ya es hora de que vaya.-él se puso de pie.
-Harry
-susurré,imitándolo. ¿Cómo explicar que no quería que vaya? La única manera que tuve deexpresarme, fue soltando un sollozo que fue seguido por una cascada delágrimas. Él se acercó a mí abrazándome.
-Debohacerlo.-me recordó.- Recuerda que estoy ayudando a que Teddy tenga un mejormundo para cuando crezca.-asentí, sobre su hombro, derramando más y máslágrimas.
-Nocabe duda de que eres hijo de James y ahijado de Sirius.-murmuré, soltando unasonrisa rota.-Desde que eras un bebé, fuiste como mi hijo y siempre lo serás.-se me partió el alma el verlo partir junto a Hermione y Ron. Sentí las manos deRemus sobre mis hombros, mientras me apoyaba sobre su pecho.
No teníani idea de cuánto tiempo ha pasado desde que él se fue, solo sabía que todoestaba en calma por ahora. Pero algo me decía en mi interior que no me fiasetanto de esta tranquilidad.
-Estánvolviendo.-anunció Minerva, corriendo desde la puerta hasta el interior. Rápidamentelos miembros de la Orden, nos pusimos de pie y salimos al patio. En el iniciodel puente, se encontraba Voldemort con todos sus seguidores y un poco más atrásse hallaba un cabizbajo Hagrid.
-¿Quétrae Hagrid en sus manos?- pregunto Ginny, estirando el cuello para ver mejor.
-¡HarryPotter ha muerto!- bramó Voldemort alzando los brazos e incrementando las risasen los Mortifagos.
-¡No!-solté un grito de dolor, mientras Remus, me sostenía.
*.*.*
¡Hola!
Bueno, se acerca el final dela historiaL, pero todavía falta el epilogo, pero ya no queda nadita paraque termine.
En fin, espero que todosestos capítulos, les hayan gustado y desde ya les agradezco a todas laspersonas que comentaron y que la pusieron en favoritos. Me hace muy feliz saberque les gusto mi trabajo.
Los amo mucho J
Dany.
Capítulo 37:
Epilogo
Bella:
-¡Teddy!-gritédesde las escaleras, terminando de acomodar los botones de mi abrigo.- ¡Se hacetarde, cariño!-él bajo corriendo desde el rellano superior, con las últimascosas que debía guardar en su baúl.- ¿Tienes todo?-pregunté cuando lo tuve enfrente.
-Casi,mamá.-negué con la cabeza, mientras Remus entraba en la sala con la pequeñaDorea agarrada de su mano. Habían pasado once años, donde todo estaba demaravillas. Teddy ingresaría a su primer año en Hogwarts, y nuestra pequeñarecién entraba en los cuatro años de edad. Cada vez que los veo, veo la familiaque he forjado con el correr de los años, no puedo evitar pensar que soy lamujer más afortunada en el mundo al tener un hombre tan
magnifico como Remus a mílado, a un revoltoso hijo y a una perfecta muñequita de porcelana.
-¿Vamosyendo?-propuso Rems, mientras tomaba el baúl de Teddy.
Luegode llegar a la estación, como siempre abarrotada de Muggles, no pude evitarrecordar el día en que James tomó mi mano y me ayudó a cruzar la barrera. Casise me llenaron los ojos de lágrimas al ver ese mismo gesto en mis hijos.
-¡TíoHarry!-exclamó Ted, al ver a mi sobrino junto a su familia. Él se encontrabajunto a Ginny, el pequeño James Sirius y al diminuto Albus Severus.
-¿Llegamoscon tiempo, verdad?-preguntó Harry, acercándose a nosotros, mientras meabrazaba.
-Siemprea tiempo.-le acaricie la mejilla al separarnos.
-¡Vaya,que grandes estás, Dorita!-exclamó tomándola en brazos, mientras ella reía y sellevaba la mano a la boca.- Es igual a ti, tía.-era muy cierto. Mi pequeñahabía sacado mis ojos, mi textura de piel, pero el cabello era el de Remus. Aveces se le notaba como le cambiaba el color de ambos, pero no era nada encomparación al celeste agua de Teddy.
-Mira,colorín.-murmuró James, golpeando a mi hijo en las costillas.- Allí está Victoire.-aTed se le pusieron coloradas las orejas, al ver que se acercaba la hija de Billy Fleur.
-Enseguidavuelvo.-él se escabulló, dejándome su baúl. No pude evitar soltar unacarcajada, al hacerme acordar a mi hermano cada vez que veía a Lily.
Luegode unos cuantos minutos, sonó el pitido del tren que anunciaba que era hora deque Ted, partiese. Lo abracé fuertemente, besándole las dos mejillas. Remus, lepalmeo el hombro deseándole buena suerte y Dora, bueno ella solo le plantó unbeso todo baboso.
-Escríbenospara decirnos en casa quedaste.-le aconsejó Harry, despeinándolo.
-¡Asílo haré, padrino!-gritó, cuando ya estaba corriendo para tomar el tren. Encuanto la locomotora color escarlata se perdió de vista, Remus pasó sus brazospor mi cintura, pegándome a él.
-¿Hacecuánto que no veíamos algo tan bonito?-preguntó Ginny, tomando la mano deAlbus.
-Años.-murmuré.-
-Hey,dices eso como si fueras una vieja.-reprochó Harry.
-Cariño,ya no somos tan jóvenes.-repuse.
-Cadadía más viejos.-comentó Remus.
-Esolo dirás por ti.-agregué guiñándole un ojo.
*.*.*
Luegode habernos despedido de Harry y su familia, volvimos a la mansión. Jamás sehabía visto tan grande como se veía ahora. Nix siempre se mantenía fiel anosotros, y para cuando llegamos, nos recibió con un montón de opciones decosas que podría ofrecernos.
-Todosalió bien, ¿verdad?-comentó Remus, mientras se sentaba en el sillón.
-Másque bien.-
-¿Yqué hacemos ahora?-preguntó, mientras pasaba su brazo por mis hombros.- Estamossolos, Dora está arriba junto a Nix.-
-Nolo sé.-murmuré.- ¿Sabes? Durante todos estos años, me he puesto a pensar. Quepeleamos duro, contra corriente, contra todo tipo de males al fin todo dio un hermoso y perfecto fruto.-soltéun suspiro, acomodándome mejor en el sillón.-Ahora que veo mejor.-hice unamueca.- Estás más viejo que nunca.-él sonrió.- No es broma, mira estas arrugas,esas canas.-las señalé en su rostro, mientras lo acariciaba.-Pero aún siguessiendo mi amado, perfecto y único lobito. Al cual amó más que nada en el mundo.Eres el padre perfecto, el hombre más bueno y generoso que puede existir y esala principal razón, por la que quise pasar el resto de mi vida contigo.-besé suslabios, largamente.
Llegadala noche, me encargué de bañar a mi pequeña y luego de acostarla. Remus ya sehabía dormido cuando ingresé a nuestra habitación. Antes de ir a su lado, mesenté en la silla que estaba frente al tocador, tomando un pergamino y unapluma. Jugué durante unos minutos con la punta de la pluma, sin saber quéhacer.
¿Qué ha pasado en todo estetiempo?
Muchas cosas. Muchas cosashan cambiado, algunas para bien y otras para mal. Muchos hemos sufrido por esoscambios, pero al fin y al cabo, todos hemos hecho todo lo posible paracontrarrestar esas malas decisiones. Algunos se sacrificaron para salvar a losque más amaban, otros han soportado condenas que no eran para ellos y otrossimplemente se aceptaron como eran.
¿Esos cambios se pueden ver?
Sí, se pueden ver a simplevista. Aquellos que luchamos ayer, hoy estamos en paz, garantizando un futuromejor para nuestros hijos, nietos y demás generaciones. No hay día en que no meenorgullezca haber participado en las dos guerras que fueron claves para elmundo mágico.
Hoy, 1 de septiembre de 2009,he visto a mi hijo partir para emprender su primer año en Hogwarts. Ese lugarque fue hogar para miles de niños en diferentes años. Ese lugar donde hemosvisto crearse tenebrosos magos, como así también, verlos caer. Todas esasparedes guardan un secreto que solo ellas conocen. Amores de jóvenes, llantos,consuelos, discusiones. Infinidad de cosas han pasado en esas paredes. Recuerdocomo si hubiera sido ayer el día en que James le pidió salir a Lily porseptuagésima vez y ella, finalmente acepto. Las veces en las que quería hablarcon Remus, pero no me animaba y las veces que discutí con mi hermano portonterías. Es hasta el día de hoy que me sigo riendo de esas cosas.
En 28 años, he perdido amucha gente, que en momentos más oscuros, necesité. Extraño horrores a mi familia,pero me alegró de saber que cuento con más gente que me respalda. Me siento tanfeliz con tan solo pensar en Lily, James y Sirius, pero me sentiría mucho mejor si los tuviese conmigo,compartiendo la alegría que emanan mis hijos. Hace pocos días, Tonks, me envióuna carta contándome que estaba feliz enamorada de su adorable Muggle, comoella le decía, y que estábamos invitados a su boda que sería cuando Teddyterminase el año. Me alegraba demasiado de solo pensar que ella, mi mejoramiga, estaba siendo realmente feliz.
Mesequé una lágrima que bajaba por mi mejilla y sequé la punta de la pluma,contra el costado del tintero. Tomé un sobre el montón, donde metí el pergaminoy lo sellé con una gran P. Dejé la carta sobre la mesa del tocador, mientras meponía de pie y me acercaba a la cama. Estiré mi mano y apague la luz.
Alfin, todo, salía como yo lo había imaginado.
Voy a recoger las piezas |
*-*-*
¡Hola!
Bueno, hermosas personitas.Este es el final. Esperó que les haya gustado la historia en sí. Gracias porcada visita, por cada comentario, por cada favorito. La verdad es que todosustedes me ayudaron un montón mostrando sus opiniones, alentándome a escribir.A verdad es que no sé qué decir. Debó confesar que mientras escribía elcapítulo, se me escaparon varias lágrimas pensando, "ósea, está terminando. Pasó muy rápido el tiempo". Ya no sé cómo agradecerles a todos ustedes,solo me queda decirle que los amó mucho a todos mis lectores/as. Son lo máslindo que puedo tener. J
Gracias a todos ustedes porhaberme apoyado con esta historia. Los quiero, no los amo, no los adoro a todos:´)
Dany Styles
<3
Annabella Potter, la tía de Harry - Potterfics, tu versión de la historia
La noche seguía como antes, al igual que la lluvia. Las pesadas gotas deagua caían en las calles de Londres, el cielo estaba completamente negro y laluna cas
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2024-09-15
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