Estaba por morir. Apenas podía respirar y sudaba frío. Uno de sus costados sangraba y su garganta estaba desecha. Solo un gruñido y unas pocas palabras, se podían escuchar desde su boca. Pero Albus Dumbledore sabía cuál era su último deseo.
Antes de morir.
Lo cumpliría. Lo merecía, al final de cuentas.
Apenas tuvo la oportunidad, escribió una carta. No tuvo tiempo de detenerse a pensar qué palabras eran las mejores, para no herir a los afectados. Incluso si estaba correctas o no. Necesitaba encontrarlos con prontitud.
Y esperaba una respuesta de la misma forma.
Esperó por un par de horas. No le quedaban muchas, pero tenía fe en que responderían con prontitud. Más temprano que tarde, tenían que saberlo. Que sentirlo.
Descuida... ellos estarán aquí. Te lo puedo asegurar. Ya envié las cartas y pronto llegarán a verte. No creo que se nieguen.
Permaneció sentado a su lado, mientras esperaba pacientemente. Ante la adversidad, de nada le servía desesperarse. No le sacaba provecho a ese tipo de reacciones.
En cuanto creía que un segundo aviso era necesario, las puertas de aquel hospital le abrieron paso a lo que esperaba.
Me alegro tanto de que atendieran a mi llamado suspiró Albus, con una sonrisa No queda mucho tiempo. No está consciente aún, pero creo que despertará al escucharlos.
Se apartó, para que aquellas personas pudieran pasar. La primera estaba sumamente nerviosa y no podía alzar la mirada, sin echarse a llorar. El más pequeño de los invitados, trataba de no mirar lo que estaba frente a él, en los brazos de aquel adulto.
¿Para qué hablar de la tercera invitada?
Severus, ya están aquí. Tu deseo antes de morir. Ellos ya están a tu lado.
No escuchó respuesta ni notó cambio alguno. De todas formas, la invitada parecía creer todo lo contrario. Pensar que él abriría los ojos, mientras ella le acariciaba la cabeza y depositaba un beso en su frente, con mucha dulzura.
Y pasaron las horas, los minutos contando desde que estaba allí sentada. Una mujer de largos cabellos castaños y ojos tan azules como el mar. Lo miraba con mucha atención, sentada. Esperando. Sin desesperarse.
Y al final, cuando los sueños estaban rotos... él abrió sus ojos. Quizá delirando en el final de sus horas ya.
Hola Severus... mi amor.
No dijo nada, miró a su alrededor y notó que ella no estaba sola. Que había vuelto y había vuelto con ellos.
Creí.... que no querías volver a verme.
Severus por dios. Eres mi esposo y estás muriendo. No puedo decirte que no quiero volver a verte, justo ahora.
No contesta, apartando el hecho de no tener voz. Mira hacia el frente, dos pequeños niños están allí. Uno está dormido en sus brazos y la otra, sostiene una de sus manos y trata de no mirar la horrenda herida que hay en su cuello.
Ellos te han extrañado mucho, Severus una silenciosa lágrima se ha escapado de sus ojos y un silencioso perdón. No sería capaz de alejarlos de ti.
Y antes de irse, un beso y un abrazo. Unas palabras de aliento a cada uno de ellos. Es mejor que el pequeño duerma. Que no se de cuenta de que su padre se despide de los tres. Que ya no va a regresar. Y no porque estén disgustados el uno con el otro.
"Quiero volver a verlos. Antes de morir."
Antes de morir - Fanfics de Harry Potter
Estaba por morir. Apenas podía respirar y sudaba frío. Uno de sus costados sangraba y su garganta estaba desecha. Solo un gruñido y unas pocas palabras, se
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2024-11-25
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