Asesinato en Londres - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Asesinato en Londres

En la misma casa solariega en la que el señor Ryddle había sido asesinado junto con sus padres, ahora se refugiaba la persona que había acabado con ellos mediante la maldición Avada Kedavra.
Estaban en una sala enorme en la que bien pudo haber cabido doscientas personas; todos los mortífagos vestidos igual, con una túnica negra y la máscara con forma de calavera, hombres y mujeres sentados alrededor de una mesa redonda; estaban en medio de la iniciación de un nuevo mortífago: Thorfinn Rowle, un mago inmenso y rubio; lord Voldemort, con una túnica de mortífago negra y su piel más blanca que la nieve, sus ojos como rendijas ya habían tomado el color rojo, estaba de pie frente al nuevo mortífago apuntando con su varita al antebrazo izquierdo.
- Morsmordre- hubo un resplandor de luz, luego de este encima del brazo de Rowle se hallaba una calavera con una serpiente saliendo de su boca: la Marca Tenebrosa.
- ¡Ahora ya eres miembro oficial!-exclamó Dolohov, quien estaba varios asientos a la derecha de Voldemort, mientras Bellatrix; que estaba a la inmediata derecha de Voldemort, se sobresaltaba y lo miraba con enfado. Ella en ese momento estaba muy diferente a como la conocemos en los libros: con el cabello suave y cepillado, pero con la misma mirada de desprecio.
Voldemort levantó un largo dedo blanco pidiendo silencio, inmediatamente todos los mortífagos guardaron silencio y fría y lentamente dijo:
- Tengo una pequeña tarea
los McKinnon sobrevivieron al ataque de Gibbon y Yaxley, fallaron la misión de acabar con dos adultos y dos niños.
- ¡Son fuertes mi señor, no tiene idea
!- gimoteó Yaxley, este era muy joven, como unos 25 años y su cabello era corto y oscuro.
- ¡El amo ha salido airoso de duelos con magos mucho más poderosos que los McKinnons,- intervino Bellatrix acercándose más a Voldemort- que ustedes sean unos magos mediocres no quiere decir que el amo sea igual!
- ¡Como te atreves
mediocres nosotros! ¿Por qué no vas tú y acabas con ellos?- se indignó Gibbon mirando aterrorizado a Voldemort, temiendo una represalia; todos sabían que Bellatrix y Lucius son los favoritos de Voldemort; Gibbon recordaba bastante a Colagusano, que estaba a su lado.
- ¡Si mi señor me lo permite podría ir y acabar con ellos ahora mismo!- chilló Bellatrix mirando a su amo.
- Aprecio tu valentía, Bellatrix, sé bien que eres una bruja con un talento prodigioso - susurró Voldemort y a Bellatrix se le salieron las lágrimas de felicidad y volvió a ver orgullosamente en derredor.
Voldemort había permanecido indiferente ante la discusión, pensaba en lo que acaba de decir Bellatrix, no sería mala idea mandar a ella, a Travers, a Malfoy y
tal vez Gibbon, así podría deshacerse de él sin tener que ser él el que haga el trabajo sucio, estaba deseando castigarlo más por su fallo. (Ya los había torturado duramente, a Yaxley y a Gibbon)
-Me parece buena idea- dijo Voldemort dirigiéndose a Bellatrix- que vallas con Travers, Malfoy y Gibbon a acabar con los McKinnons, pero me parece que deben estar en la casa de los Bones, sus mejores amigos, y así acabaremos con dos familias fuertes pertenecientes a la Orden del Fénix; entonces que también los acompañe, Rodolphus y Yaxley. Te dejo a cargo de la misión Bella.
- ¡Mi señor, gracias- dijo Travers, tenía el cabello gris y corto y era bastante alto- es nuestra oportunidad perfecta para demostrarte nuestra valía!
- Conozco a mis mortífagos Travers
Espero que cumplan bien con esta misión- dijo- no toleraré otro fallo; salgan todos los que no son de la misión incluidos Gibbon y Yaxley.
Hubo un momento de desorden mientras los casi cien mortífagos salían.
- Aparte de la misión encomendada, quiero que maten a Gibbon, y que torturen a Yaxley, ambos merecen castigo por el fallo de la misión. Luego lleven el cadáver de Gibbon hasta la casa de su familia con una nota que explique el porque de su asesinato.
Al decir esto todos estaban consternados por el hecho de tener que asesinar a alguien que hasta consideraban un amigo, obviamente estaban acostumbrados a asesinar a personas que no conocían o que odiaban.
- Descuide, mi señor, no fallaremos en ninguna de las tareas- dijo Malfoy (ya lo conocemos bastante como para describirlo)
- Espero que así sea- murmuró- adelante, tengo que hablar un momento con Colagusano- y dirigió una mirada a Bellatrix, que sonrió; parecía estar al corriente de la planeada muerte de los Potter.
Bellatrix inclinó la cabeza y se puso en camino, Malfoy, Travers y Rodolphus detrás; fueron y llamaron Gibbon y a Yaxley y salieron al jardín y caminaron algunos metros.
- Va a ser peligroso ¿no?, matar a los McKinnon y a los Bones, son fuertes- dijo Gibbon.
Los que sabían que era lo que tenían que hacer aparte de matar a los McKinnon y a los Bones se volvieron a ver de reojo, ya se estaban acomodando a la idea de que tenían que asesinar a la persona que iba a su lado, pero también iban pensando en porque Voldemort sólo quiso que mataran a Gibbon y solamente torturar a Yaxley. Bellatrix pensaba, y esperaba que los demás hicieran lo mismo, que era mejor matar a Gibbon después de ir a matar a los McKinnon y a los Bones, así tal vez ellos harían el trabajo por ellos.
- Creo que podemos desaparecer aquí- dijo Travers- a la casa de los Bones ¿no?
Los demás asintieron y sacaron las varitas y se bajaron la máscara; se dieron la vuelta y desaparecieron de Pequeño Hangleton; segundos después aparecieron en un pequeño pueblo donde se veían pocas casas. Inmediatamente comenzaron a caminar hacia la casa que se encontraba en la colina, era casa inmensa de dos pisos, de un color madera, tenía un gran jardín con grandes árboles de roble a cada lado.
Yaxley iba poniendo encantamientos para que los vecinos, muggles o magos no pudieran escuchar el alboroto.
Malfoy levantó la varita y apuntó a la casa: ¡Detecto Incatato!, la casa brilló y volvió a la normalidad.
- ¡Que absurdo, encantamientos protectores- se burló Rodolphus, este tenía el cabello café hasta el hombro recogido en una coleta- que ilusos!
- ¡Vamos!- exclamó Bellatrix- debemos hacerlo rápido. Se encaminó unos cinco metros antes de la puerta y gritó: - ¡Bombarda!
La puerta de la casa se hizo pedazos ante el impacto de la maldición; los mortífagos se colaron rápidamente en la casa. Efectivamente ahí estaban los McKinnon, marido y mujer levantaron las varitas y lanzaron encantamientos aturdidores mientras los Bones ponían a salvo los hijos de ambas familias. (Dos de los niños están en tercer grado de Hogwarts, otro en segundo y la otra en primero)
- ¡Stupefy!- gritó Edgar Bones mientras las maldiciones daban contra las paredes- ¡corran niños!
Travers levantó la varita e intentó matar a Edgar, pero falló por poco, mientras Bellatrix peleaba furiosamente contra Marlene McKinnon, Yaxley luchaba contra los dos niños de tercero, Rodolphus contra la señora Bones, Malfoy contra el señor McKinnon y Gibbon se divertía con la niña de primero y el de segundo año.
Todos estaban demasiado compenetrados en la batalla, el piso y las paredes de la casa estaban estallando debido a los impactos de las maldiciones Reducto, Bombarda y Confringo enviadas por los niños (quienes no tenían buena puntería); pero todos se detuvieron cuando una ráfaga de luz verde brotó de la varita de Gibbon: había matado a la niña de primer año hija de los McKinnon; seguidamente Marlene McKinnon abandonó su duelo con Bellatrix y apuntó su varita hacia Gibbon y gritó:
- ¡Avada Kedavra!- el rayo de luz verde salió de la varita de Marlene y dio de lleno en el pecho de Gibbon, que salió despedido por el aire y chocó contra la pared.
Luego de esto Marlene corrió hacia el cadáver de su hija mientras Bellatrix reía a carcajadas viendo la escena y apuntándola con la varita.
- ¡Cállate, maldita pe
!-gritó Marlene cuando levantó la varita, que brilló brevemente con un resplandor verde, apuntando a Bellatrix.
- ¡Expelliarmus!- exclamó oportunamente Rodolphus dejando su duelo con la señora Bones y luego lo retomó; la varita de Marlene salió despedida de su mano.
A cinco metros estaban batiéndose Edgar Bones y Travers; con un rápido movimiento Edgar pronunció el encantamiento de desarme y la varita de Travers salió volando de su mano entonces Bones levantó la varita una vez más pero no para matar sino que apuntó hacia la ventana y gritar: ¡Expecto Patronum!- salió una luz plateada que vaciló momentáneamente y luego formó un tigre plateado, que saltó hacia la ventana

- ¡Maldita sea, logró enviarlo!- rugió Yaxley- ¡debemos hacerlo rápido!!!
- ¡No veo que hagas mucho!- gritó Malfoy mientras intentaba matar desesperadamente al señor McKinnon, que se defendía a como podía- ¡inútil!
- ¿¡Inútil!?- bramó Yaxley- ¡Avada Kedavra!- rugió apuntando a los dos niños con que estaba luchando; la ráfaga de luz verde los envolvió y cuando los abandonó ambos estaban muertos.
- ¡Malditos asesinos, sólo pueden con niños!... - rugió Edgar, que seguía luchando contra Travers, pues el segundo que había utilizado convocando al patronus Travers había recuperado su varita y no parecía dispuesto a perderla de nuevo.
Entonces, inesperadamente, dos sombras blancas aparecieron de la nada: los hermanos Prewett: Gideon, de mediana altura y el cabello rojizo corto recordaba mucho al de su hermana Molly y Fabián se parecía muchísimo a Gideon, excepto que este tenía los ojos más claros y el cabello hasta los hombros.
Inmediatamente levantaron sus varitas y comenzaron el duelo (Gideon contra Yaxley y Fabián y el señor McKinnon contra Malfoy, este realmente aterrorizado)
Bellatrix rápidamente tocó con su dedo índice la Marca Tenebrosa para pedir ayuda y casi inmediatamente dos sombras negras aparecieron de la nada y Rabastan Lestrange y Antonin Dolohov aparecieron levantando las varitas. Rabastan corrió a ayudar a Malfoy supliéndolo en el duelo contra Fabián Prewett y Dolohov fue directamente hasta el último niño que quedaba con vida que estaba en segundo grado, hijo de los Bones; este estaba llorando sobre el cadáver de sus dos amigos y el de su hermano mayor, cuando se dio cuenta de que Dolohov venía hacia él palideció de golpe y se puso de pie y levantó su varita; no sabía nada de duelo, ni su hermano que estaba en tercero había podido contra el más mediocre de todos los mortífagos y uno de los que se veían más salvajes venía contra él. Levantó la varita y gritó el primer hechizo que le vino a la mente.
- ¡Petrificus Totalus!- el rayo de luz iba directo a la cara de Dolohov, pero este lo desvió con un lánguido movimiento de la varita.
- ¿Sólo eso tienes?- se burló Dolohov antes de lanzar una maldición- ¡Crucio!
El niño se puso a retorcerse y a gritar de dolor y se sacudía violentamente.
- ¿Quieres que acabe ya,- preguntó Dolohov con un despreciable tono burlón- o esperas a tus papis? No vale la pena luchar contigo, ¿sabes?
- ¡Máteme si quiere, feo - gritó el niño con descaro mientras enviaba otro encantamiento de Inmovilización Total- estaré mucho más guapo que usted aunque esté muerto!- terminó y soltó una risita, asombrado de su propia osadía. (Obviamente era de ese tipo de niños que se metía en problemas sólo por sus bromas)
Dolohov esta lívido, levantó la varita y un resplandor verde salió de ella, iba directamente al pecho, pero el niño saltó, esquivando la maldición, levantó la varita y gritó: - ¡Rictusempa! ¡Tarantallegra!. Seguidamente Dolohov comenzó a reír y a bailar descontroladamente, a duras penas pronunció el contra maleficio y cesaron los efectos; levantó una vez más la varita, pero esta vez estaba dispuesto a no fallar: ¡Avada Kedavra!; efectivamente no falló, la maldición dio en su mano, lo que hizo saliera dando vueltas y chocara contra el suelo. Dolohov continuó riéndose al ver el cadáver del niño.
En ese preciso instante hubo un destello verde y la señora Bones cayó muerta sobre el frío suelo; su asesino, Rodolphus Lestrange, la miraba con desprecio, todavía apuntándola con la varita.
Bellatrix aun luchaba con Marlene, esta se defendía con uñas y dientes, pero Bellatrix fue y siempre será la más fuerte; entonces con una última sonrisa burlona Bellatrix levantó la varita por encima de su cabeza y gritó: ¡Avada Kedavra!- Marlene salió despedida por encima de los muebles y chocó violentamente con la pared.
Edgar Bones y Travers estaban en una lucha encarnizada, el mortífago se empeñaba en intentar matarlo mientras que Edgar estaba tan aturdido con la muerte de su esposa, los cuatro niños y de Marlene que no tenía claros sus pensamientos.
- ¡Crucio!- gritó Edgar y al instante Travers calló al suelo retorciéndose de dolor. - Esto es por mi esposa e hijos- no parecía querer levantar la varita hasta que entró Bellatrix y Dolohov apuntándolo directamente a la frente.
- ¡Déjalo o te mato
te lo estoy advirtiendo Bones!- le susurró al oído Bellatrix.
- ¡Como si no lo fuesen a hacer de todos modos!- y bajó la varita, resignado y Bellatrix sonrió satisfecha.
Entonces gritó el señor McKinnon que seguía luchando contra Malfoy:
- ¡No te rindas Edgar, todavía podemos sobrevivir
!
Pero ese descuido le costó la vida, con una última mirada maniática Malfoy levantó la varita y salió el chorro de luz verde que le dio de ello en la cara e hizo que saliera dando vueltas en el aire.
Edgar Bones negó con la cabeza y una lágrima brotó de sus ojos, ya no había esperanza, solamente quedaban los Prewett y él
Debo esforzarme
no quiero quedar como un cobarde, mi esposa e hijos
muertos
y también los McKinnon- pensó- ¡voy a morir esta noche y los Prewett también, pero no lo haremos como unos cobardes, por lo menos estaré con mi familia!!! Y volvió a ver a Gideon, que peleaba con Yaxley y a Fabián, que peleaba con Rabastan y ambos volvieron a ver al mismo tiempo a Bones y sucedió algo increíble: parecía que sabían lo que pensó Bones y que también estaban resignados, que esa noche iban a morir.
Entonces los tres que quedaban se sintieron llenos de una renovada energía, Edgar desarmó a Bellatrix con un movimiento rápido de la varita, Fabián aturdió a Rabastan y Gideon aturdió a Yaxley. Pero a los tres esos rápidos movimientos les costó la vida: Travers alcanzó a Edgar, Gideon fue asesinado por Rodolphus y Malfoy mató a Fabián, todos muertos en medio de una ráfaga de un verde mortal. Todo terminó
(Recuerdan lo que dijo Moody en el quinto libro: se necesitaron más de cinco mortífagos para matar a los hermanos Prewett)
Bellatrix se levantó y recogió su varita, fue hacia Rabastan y Yaxley y dijo: - ¡Rennervate! Y al instante esos dos ya estaban de pie.
- ¡Maldita sea, nos dieron muchos problemas!- dijo con enojo Malfoy frotándose la cabeza.
- Pero logramos matar a todos ¿no?, y ellos nos libraron del trabajo que debíamos hacer con Gibbon- apuntó Rodolphus.
Yaxley se quedó analizando lo que acababan de decir
- ¡Tenían que matarlo,- exclamó Yaxley- eso quiere decir
!
- ¡Imperio!- gritó Travers apuntando con su varita a Yaxley y por si acaso, a Rabastan, - ¿Quién lo va a hacer?
- ¡Pero es que nos ayudó bastante!- adujo Rodolphus mirando a Yaxley, quien estaba mirando al vacío- No es que lo defienda- agregó al ver que los demás lo observaban de reojo.- ¿Quién lo hará?
- Yo lo haré- murmuró Bellatrix luego de meditarlo un poco, levantó la varita y
- ¡Crucio!- inmediatamente Yaxley comenzó a retorcerse y a gritar de dolor, se arrastraba por el suelo, era una escena realmente repugnante por cierto, y así lo mantuvo durante quince segundos. - Creo que es suficiente- dijo levantando la varita,-, salgamos al jardín y pongamos la Marca Tenebrosa

- Debemos llevar el cuerpo de Gibbon, ¿recuerdan?- dijo Malfoy mientras Travers obligaba a Rabastan y a Yaxley a desaparecerse y fueran a Pequeño Hangleton.
- Tienes razón casi lo olvido- dijo Bellatrix, levantó la varita y dijo: - ¡Accio Cadáver!- hubo un estrépito dentro y el cadáver de Gibbon llegó hasta ellos- Luego de que ponga la Marca Tenebrosa nos desaparecemos inmediatamente a la casa de esta escoria- y pateó el cadáver de su excompañero, no sabía porque, pero le satisfacía ser cruel- Llévalo tú - dijo a Travers -¡Morsmordre!
Casi de inmediato, encima de la casa de los Bones, se formó la calavera con una serpiente saliendo de la boca, Bellatrix sonrió con satisfacción, levantó su varita y todos al mismo tiempo se dieron la vuelta y desaparecieron.
Varios segundos después aparecieron en una pequeña ciudad; había grandes edificios por todos lados y había un pequeño parque que estaba repleto de bancas y de inmensos árboles que recordaban a nuestro semigigante favorito. Había varias casas en las inmediaciones.
- Y ahora ¿como sabemos cual es la casa de Gibbon?- preguntó Malfoy.
- Creo que es aquella- respondió Rodolphus señalando la casa que estaba justo delante de ellos.- Y por favor Bellatrix, sé discreta, no es la primera vez que nos metes en problemas.
La aludida rió con descaro al ver a su marido así.
- Tengo entendido que aquí, en este suburbio de muggles, viven tres miembros importantes de la Orden: Benjy Fenwick, Caradoc Dearborn y Dorcas Meadowes ¿es cierto?- preguntó Travers mientras llevaba el cadáver hacia la puerta de la casa que le había indicado Rodolphus y tocó la puerta para que su familia se llevara la sorpresita.
- Si ¡Que ni se te ocurra!- exclamó Malfoy viendo que Bellatrix sacó su varita.
- ¡No le hables así a mi esposa!- exclamó Rodolphus, pero algo lo detuvo
sucedió algo que pudo haberle causado un paro cardíaco: tres sombras blancas acaban de aparecer a unos diez metros de donde estaban ellos: los tres miembros de la Orden mencionados. Travers sacó inmediatamente la varita y la agitó con disimulo para que se bajaran las máscaras de sus compañeros
había tocado la puerta entonces los familiares de Gibbon iban a salir en cualquier momento y tendrían doble problema.
- Bueno, hasta luego, Caradoc, Dorcas- se despidió un hombre de mediana altura, con el cabello completamente negro y largo hasta el cuello.
- Igualmente - respondieron ambos; Caradoc era un poco más bajo que Benjy, con el cabello café y una pequeña barba, mientras que Dorcas era el más alto de los tres, era rubio con el cabello por los hombros, tapándole la mitad de la cara.
- Hay que matarlos- susurró Bellatrix volviéndose hacia Travers, este asintió y sacó la varita.
- Creo que es lo más conveniente, están a punto de vernos- respondió Rodolphus también sacando la varita; los tres magos de la Orden se dieron la mano y Benjy se dio la vuelta, vio a las personas encapuchadas y el cadáver de alguien en la puerta de su vecino y gritó:
- Creo que todavía tenemos que hacer algo Caradoc, Dorcas!- sacó la varita e intentó aturdir a uno.
Los otros se dieron la vuelta cuando escucharon gritar a su amigo e inmediatamente sacaron la varita y comenzaron el duelo. Bellatrix tocó la Marca Tenebrosa y llamó a Dolohov, quien apareció dos segundos después levantando la varita. Hubo destellos rojos y verdes, se levantaban las calles y los postes de luz se doblaban debido a la energía de los hechizos.
Malfoy lanzaba hechizos aisladores de sonido en derredor para que no salieran los muggles.
- Stupefy!- gritaba Caradoc que peleaba con Bellatrix - ¡No nos matarán fácilmente!
- ¡Cállate y lucha!- exclamó Dorcas mientras intentaba inmovilizar a Rodolphus; hubo un destello de luz verde y a los miembros de la Orden se les encogió el corazón y a los de los mortífagos se llenó de emoción: Malfoy casi alcanza a Benjy.- ¡Benjy, idiota no dejes que te maten!
- ¡Seguramente quiero morir!- gritó irónicamente el aludido lanzan maldiciones a Malfoy.
La puerta de la casa de Gibbon se abrió y se asomó una señora baja y regordeta, que gritó desgarradoramente cuando vio el cadáver de su esposo y vio a Travers y a Dolohov riéndose y sacó su varita y comenzó el duelo, luego llegó un hombre muy parecido a Gibbon (su hermano) y también comenzó a pelear
Así continuó la batalla, rayos de colores brotaban tanto de las varitas de los de la Orden y las de los mortífagos. Algunos hechizos iban a dar contra las paredes de las casas de los muggles y les arrancaban pedazos. Hubo dos destellos verdes en la casa de Gibbon y Travers y Dolohov salieron triunfantes de la casa.
Entonces el ambiente comenzó a cimbrar y un extraño color amarillo hacía que reluciera la superficie del campo de energía de los encantamientos aisladores de sonido, estos no iban a resistir más; Bellatrix y Dorcas fueron los únicos que se dieron cuenta pues estos se lanzaron sobre sus amigos para ponerlos a salvo (bueno Bellatrix sólo sobre Rodolphus) y
Hubo una explosión y todos los combatientes salieron despedidos hacia sus espaldas y cayeron pesadamente sobre sí mismos, los árboles del Palacio de Buckingham se habían partido por la mitad y la mitad de la calle había volado en pedazos; la explosión pudo haberlos matado. Luego de la explosión sólo fueron capaces de levantarse Bellatrix, Rodolphus y los tres miembros de la Orden, los mencionados resultaron ilesos, sólo con algunas heridas menores. Los demás se encontraban inconscientes, tendidos en el suelo.
El duelo comenzó de nuevo, el asfalto de la calle estaba siendo arrancado por la potencia de las maldiciones que emanaban de las varitas; muchas de las maldiciones daban contra las casas muggles.
- ¡Avada Kedavra! - gritó entonces Bellatrix apuntando a Caradoc; el resplandor verde viajó por el aire hasta dar en el estómago de Caradoc, que salió despedido hacia atrás.
- ¡Stupefy!- gritaron Caradoc y Dorcas apuntando a Rodolphus, quien desvió uno de los encantamientos, pero el otro le dio de lleno en la cara.
Bellatrix enloqueció ante el hecho de que hayan dejado fuera de combate a su marido, levantó la varita: hubo una explosión de luz verde y la maldición impacto justo donde estaban Benjy y; la calle explotó estrepitosamente e hizo un ruido tan impresionante que ni siquiera el encantamiento aislador de sonido más fuerte lo hubiese retenido. Dorcas corrió y se desapareció para salvar su vida.
La autora de los asesinatos corrió hacia sus compañeros gritando ¡Rennervate! y todos se iban poniendo de pie lentamente mientras miraba a cada casa para asegurarse de que no venían los muggles atraídos por el ruido, seguidamente hizo aparecer una hoja y agitó la varita y corrió hacia el cuerpo de Gibbon y la dejó encima de él; cuando todos estuvieron de pie gritó:
- ¡Larguémonos de aquí, Morsmordre!
Todos levantaron la varita y se dieron la vuelta y desaparecieron de ese lugar; segundos después aparecieron en Pequeño Hangleton, al frente de la casa que había pertenecido a los Ryddle. Abrieron la reja y corrieron hasta la puerta, caminaron hasta llegar a la misma gran sala en la que estaban durante la iniciación de Rowle y llegaron hasta donde estaba Voldemort, sentado en una silla completamente solo, a excepción a unas cuantas serpientes que paseaban por ahí.
- Cumplimos con la tarea, mi señor- dijo Bellatrix mientras se acercaba y se ponía de rodillas y Travers, Malfoy, Rodolphus y Dolohov hacían lo mismo. Voldemort asintió.
- Tuvimos algunos inconvenientes, amo- dijo Travers levantando la cara para mirar a su interlocutor-; entramos a la casa de los Bones y como usted mi señor dijo, ahí estaban los McKinnon y luchamos; debido a un descuido Edgar Bones logró enviar un patronus e inmediatamente llegaron los hermanos Prewett, fue por eso que Bellatrix tocó su Marca y llamó a Dolohov y a Rabastan para que nos ayudaran.
- En medio de la batalla- continuó Malfoy con la explicación- Gibbon asesinó a una niña que era hija de los McKinnon, la madre de esta, Marlene vengó la muerte de su hija y mató a Gibbon; logramos asesinar a los esposos McKinnon y Bones y a sus respectivos hijos y no quedaba de otra, también matamos a los Prewett- miró a su amo, aterrorizado, la tarea era solo matar a los McKinnon y a los Bones

- Me parece bien- susurró Voldemort - que hayan matado a los Prewett; ¿y cuando fueron a dejar el cuerpo de Gibbon, no encontraron problemas?
- Sí mi señor- respondió de inmediato Bellatrix- Yaxley pensó que también teníamos que matarlo a él así que le echamos la maldición Imperius a él y a Rabastan por si acaso y luego lo torturamos como usted mi señor ordenó. Los obligamos a venir hacia aquí,
Voldemort los observaba fríamente y sonrió, y les pidió que continuaran.
- Llevamos el cuerpo de Gibbon hasta su casa- continuó Bellatrix- y cuando estábamos a punto de irnos aparecieron tres miembros de la Orden del Fénix: Benjy Fenwick, Caradoc Dearborn y Dorcas Meadowes, tuvimos que luchar mi señor. Estábamos en media batalla cuando se abrió la puerta de la casa de Gibbon y salieron su esposa y su hermano, vieron el cadáver y lo dedujeron todo; fue entonces cuando llamé a Dolohov, aquí presente, para que ayudara a Travers a matar a los familiares de Gibbon que nos vieron. Entonces los encantamientos aisladores de sonido que había puesto Malfoy para que no nos escucharan los inmundos muggles colapsaron y provocaron una explosión en la que sólo yo y Rodolphus quedamos de pie junto con los tres miembros de la Orden; maté a uno y entre los otros dos aturdieron y Rodolphus y perdí el control, mi señor
Lancé una maldición asesina tan poderosa que reventé la calle y acabé con uno de los dos miembros de la Orden que quedaba. El otro huyó: Dorcas Meadowes.
- Muy bien, Bellatrix pueden irse. Iré yo mismo a acabar con Dorcas Meadowes, hace tiempo que le tengo ganas.
Con una última reverencia los mortífagos salieron de la sala donde estaban.
Habían cumplido- pensó Voldemort mientras acariciaba a una de tantas serpientes que tenía a su lado- siempre confié en la valía de Bellatrix, Rodolphus, Malfoy y Travers, pero definitivamente no confiaba nada en ese Antonin Dolohov

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A la mañana siguiente el título en el Profeta no pudo ser más desalentador para los miembros de la Orden del Fénix que estaban en el cuartel general: Sirius, Moody Lupin, Dumbledore, James y Lily Potter, los señores Weasley, Shacklebolt, los Longbotton, Emmeline Vance y Hestia Jones y algunos que no sé su nombre. Lily corrió hacia la lechuza que traía el periódico y le dio un knut como pago y cuando vio el título soltó un grito ahogado y calló de rodillas llorando; Dumbledore la ayudó a levantarse y la llevó hacia una silla para que se sentara y luego tomó el periódico (en primera plana la Marca Tenebrosa) y leyó:
MASACRE
Se encontraron los cadáveres de siete conocidos miembros de la Orden del Fénix, de centenares de muggles y de otras personas. Más detalles en la página 10.

Hubo gran revuelo cuando Dumbledore leyó el título, los calmó con la mirada y buscó la página 10:

Lamentamos comunicar a la comunidad mágica que hoy, aproximadamente a las 5:30 de la mañana hemos avistado la Marca Tenebrosa en tres lugares del área metropolitana de Londres: Hammersmith, donde se encontraron los cadáveres de Edgar Bones y Mariane Bones, junto con sus hijos Charles y Daniel. También los cadáveres de Marlene McKinnon y Ronald McKinnon, y sus hijos Mark y Jennifer. También hallamos los cadáveres de Gideon y Fabián Prewett; sospechamos que estos últimos acudieron en ayuda de los Bones y los McKinnon.
Mientras tanto en Green Park, detrás del Palacio de Buckingham encontramos los cadáveres de Benjy Fenwick y Caradoc Dearborn. Localizamos también en ese lugar los cadáveres de Bernal Gibbon (sospechoso de ser mortífago) su esposa Julia y el hermano de este Paul Gibbon.
Y luego en Rotherhite encontramos el cadáver de Dorcas Meadowes y los de cuarenta y cuatro muggles que se encontraban a punto de salir de paseo cuando ocurrió el asesinato de Meadowes; estamos seguros de que estos asesinatos los cometió El-que-no-debe-ser-nombrado pues dos miembros de la Orden del Fénix lograron escapar y dar fe de los hechos; no revelaremos los nombres por la inminente amenaza de los mortífagos.

Cuando Dumbledore terminó de leer el artículo a muchos de los presentes les resbalaban lágrimas de sus mejillas; volvió a ver a Emmeline y a Hestia y les dijo:
- Tuvieron suerte de haber escapado- iba vestido igual de extravagante como de costumbre: llevaba una túnica azulada a juego con el sombrero- deben de haber sido las primeras mujeres que logran escapar de Voldemort.
Todas las personas se encogieron cuando Dumbledore pronunció esa palabra.
- Descuide, profesor- dijo Emmeline- estamos seguras que nos vio, estábamos sobre un edificio patrullando cuando vimos Al-que-no-debe-ser-nombrado aparecer y pillar a Dorcas y los cuarenta y cuatro muggles en un callejón; no tuvimos tiempo de hacer nada.
- Entiendo perfectamente; además si se hubiesen metido estarían muertas, son poquísimas las personas que han logrado escapar más de una vez de Voldemort- dijo Dumbledore mirando a los matrimonios Potter y Longbotton. (Me imagino que recuerdan lo que decía la profecía: nacido de los que escaparon tres veces de el Señor Tenebroso) - Esta frase- dijo señalando el periódico- : dos miembros de la Orden del Fénix lograron escapar y dar fe de los hechos va a causar una cacería de los nuestros así que mejor ándense con cuidado.

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2024-10-08

 

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