Caramelos de Lujuria - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

NA

"Porque nunca hay que confiar en losgemelos Weasley" Este fic se situa en el 7º curso, muerto Voldi pero noSnape (uff menos mal) no creo que mencione mucho en el fic cómo nicuando murió. Dumbledore tampoco ha muerto (¡como podria yo matar a mientrometido director!)

Diclamer (o como se diga): Nada mio todo de JK (afortunada)

Pareja: SS/HG

Rated: M (porque se que no me controlo)

Mi primer fic sobre HP....Espero revis!

Un saludito!

Capitulo 1

El sol que se colaba por las pocas rendijas de las mazmorras la despertó, al abrir los ojos se sobresaltó. ¿En que cuarto estoy? Pensó. Entonces reconoció aquel cuarto verde y plateado que se le exponía a los ojos. ¡Mierda! ¿qué hago aquí? Intentó levantarse pero una mano en su estómago desnudo se lo impidió ¿Estomago desnudo? Un gruñido se escuchó en su espalda y como pudo se dio la vuelta Oh mierda mierda mierda... Snape dormía plácidamente, denudo, a su lado ¿DESNUDO?Entonces lo recordó todo. Con un impulso de miedo se quitó la mano deencima intentando no despertarlo, se puso su ropa y salió corriendo,literalmente hablando, del cuarto de Snape.

 

Asfixiada, sin creerse aún cómo había evitado a Filch y a la Sra. Norris, llegó a la sala común. La señora gorda estaba dormida.

"Ejem" No despertaba, esta vez lo intentó más fuerte "EJEEEM"

"Oh querida es demasiado temprano aun, dejame cinco minutos más" dijo con voz soñolienta el cuadro.

"No tengo cinco minutos, en breve podría venir Filch" dijo molesta, siempre había odiado ese sistema para entrar.

"Noes culpa mía que andes a estas horas por el castillo, jovencita, en finya que me has despertado di la contraseña" dijo molesta

"Rosa rosae" el cuadro dejó paso a la sala común.

Como si la vida le fuera en ello corrió al sofá y se sentó, respiró hondo y salió corriendo por las escaleras.

"Ginny" susurró a la pelirroja "Ginny" ¿Por qué a toda la familia Weasley le cuesta tanto levantarse? "Ginny, levanta"

"Mmm" la pelirroja abrió un ojo "¿Hermione? ¿Que haces aquí?"

"Correlevanta tengo que contarte una cosa, es urgente" Hermione intentabasonar lo menos nerviosa posible, pero le costaba demasiado controlar lavoz.

"Hermione ¿no puedes esperar al desayuno? ¿sabes que hora es?" En realidad le daba pena Ginny pero no podía esperar.

"No.No. Corre levanta. Vayamos a mi cuarto, allí no oirá nadie" Con unsuspiro la pelirroja se levanto y la siguió hasta su cuarto. Hermionecerró la puerta tras ella y se sentó en la cama, Ginny prefirió elbaúl. Así permanecieron varios minutos.

"¿Y bien? ¿Lo vas a decir o tengo que llamar a Snape para que te de Veritaserum?" Hermione se sobresaltó al oír su nombre.

"Oh Merlín, seria lo peor que harías por mi" Ginny puso cara de incomprensión, entonces Hemione comenzó. "Ginny..." Oh Merlín ¿por donde empiezo? "...¿crees que podría expulsar a un alumno si se acuesta con un profesor?"

La cara de Ginny se volvió divertida y entrometida. Esa cara la ha aprendido de Molly "¿A que alumno has pillado acostándose con un profesor? Y lo que es mejor ¿que profesor?"

 

Hermionese estaba arrepintiendo de decírselo, quizás no era tan buena ideacontárselo, quizás era mejor dejarlo pasar y que la expulsara así sindecir nada.

"Vamos 'Mione' eres tu la que querías contarlo ¿Loconozco? Oh si seguro que lo conozco sino no te costaría tantodecírmelo" Odiaba cuando Ginny se ponía en plan cotilla. "¿EsGriffindor?"

"Si"

"¿Seamus?"

"No"

"¿Neville?" Dijo con escepticismo en su voz

"Oh por Dios Ginny ¿con que profesora se iba a liar Neville?" dijo Hermione

"Sprout"Ambas niñas se pusieron a reír, pero Hermione recordando el motivo porel que estaba allí a esas horas se puso seria de repente, de nuevoGinny puso cara de incomprensión.

"No será mi hermano no?" Dijo escéptica de nuevo

"Que poca confianza tienes en él" dijo divertida

"Noes eso, es que...es Ron, 'Mione', creo que será soltero de por vida"Ambas rieron de nuevo pero esta vez fue Ginny la que se calló derepente "¿'Mione' es Harry?" Dijo con miedo la pelirroja.

"No tranquila Ginny, no es Harry" Hermione pudo escuchar un suspiro de alivio.

"Vaya ¿es un chico de menor edad entonces?"

"Bueno¿quien ha dicho que sea un chico?" Si Hermione no hubiera estado tannerviosa se hubiera reído con la cara de Ginny, pero el echo de que seestaban acercando cada vez más se lo impedía.

"Oh Merlín! Seguro que ha sido Lavender siempre a sido muy...fresca"

"No no, aunque no te niego que sea fresca" Las chicas volvieron a reír.

"Bueno'Mione' yo querría dormir un poco más, son las más de las 6 y Merlínsabe que yo estaría aquí intentando adivinarlo hasta el desayuno"

"Esta bien...soy yo"

"¿Que tu eres que?" Ginny no entendía ¿Porque los Weasley lo hacen todo tan difícil? Estoy segura que Harry ya lo hubiera pillado, con esas dos palabras.

"Ginny, yo no he pillado a nadie con un profesor..." pero la pelirroja con su típica impaciencia no la dejó terminar

"Entonces¿por qué hemos estado aquí todo este tiempo? Oh 'Mione' me voy aacostar esto no va a ninguna parte" La pelirroja se levantó y sedirigió a la puerta, pero el grito de Hermione la detuvo de la mismasorpresa.

"¡Soy yo la que se ha acostado con un profesor!"

CAPITULO 2

Ginny se paró en seco "¿Qué has dicho 'Mione'?" dijo sin aún darse la vuelta.

"Lo que has oído" Lo dicho dicho esta ¿no?Ginny se dio la vuelta y escudriñó su cara en busca de alguna señal debroma o mentira. Al no encontrarla su cara se transformó en asombroabsoluto.

"¡¡'Mione'!! Pero...¿quién?¿cómo?¿cuándo?¿por qué?" Hermione casi podía ver a la mente de Ginny trabajar duro.

"HaberGinny calma...el quién no te lo puedo decir, el cómo pues...llevoplaneándolo bastante tiempo aunque no sé cómo me atreví ha hacerlo, elcuándo anoche hará unas 6 horas y el porqué pues porque quería.¿Contenta?" Hermione había intentado decir todo con la mayor normalidaddel mundo pero Ginny era demasiado despierta como para ello.

"No, ¿qué profesor, 'Mione'?" Hermione suspiró por la tozudez de la pelirroja.

"Ginnyno creo que sea buena idea decirlo, si me expulsan prefiero que solosea a mí." Hermione dijo esto ultimo con miedo, un miedo que notó Ginny

"Valelo entiendo, pero él no dirá nada a nadie, al fin y al cabo el tambiénlo quiso ¿no?" Ginny le sonrió pero la respuesta de Hermione le borróla sonrisa,

 

"No ciertamente"

"¿Cómo? Hermione tu...tu le..." Ginny no sabía si continuar o no.

"SI,¡GINNY YO LE VIOLÉ!" gritó Hermione antes de echarse a llorar "Él noquería...desde un principio decía que no pero yo le ate..." dijoHermione entre sollozos.

"¿Cómo que le ataste?, Por favor 'Mione' cuéntame todo." Hermione suspiró.

"Esta bien..." y su mente comenzó a recordar.

Todoempezó con esos caramelos que había descubierto en su túnica, recordóque Fred se los había dando en el verano diciéndole que era demasiadovergonzosa, que nunca podría conseguir al hombre que quisiera y que conesos caramelos se le quitaría la vergüenza y algo más hacían que ellano recordaba. Entonces ella los probó, al principio no notó nada y sudía transcurrió de lo más normal, hasta que llegó la clase de Pociones.Evidentemente a Ginny no le mencionó nada de Pociones.

Snapeentró tan cabreado como de costumbre y señaló la pizarra donde estabael nombre de la poción y la página donde se encontraba en el libro.Snape empezó a explicar los efectos de la poción mientras los alumnosla preparaban, entonces hizo una pregunta, cuya respuesta Hermionesabía al dedillo, entonces levantó la mano. Cuando sus ojos se cruzaronHermione sintió como su estómago daba un vuelco y como un repentinocalor se extendía por su cuerpo ¿qué me pasa?

"¿Y bien Srta. Granger? ¿Nos va a deleitar con su inteligencia ya o tengo que hacer redobles de tambores?" Estúpido cínico, pero es tan atractivo...¿pero qué estoy pensando?

"Si, yo...eh...profesor...eh..." Oh Dios no puedo articular ninguna palabra, malditos caramelos ¿no era para la vergüenza?

"Bien Srta. Granger me cansé de su balbuceo" Entonces él continuó con la clase.

Laclase transcurrió con normalidad, exceptuando el hecho de que el calorcorporal de Hermione aumentaba cada vez que Snape la miraba. Malditos caramelos.

Alterminar la clase se acercó a la mesa de Snape, tenía serias dudassobre un trabajo que hacía de Astronomía en el que se mencionabanalgunas pociones para ver las estrellas, así que quería consultarlo conSnape. A cada paso que daba notaba como su calor corporal aumentaba, sino se iba de allí temía arder involuntariamente. Cuando se iba a dar lavuelta Snape se dio cuenta de su presencia.

"Srta. Granger ¿que hace aún aquí?" De nuevo su estómago dio un vuelco.

"Yo...eh...mmm...yo..." MALDITOS...MALDITOS CARAMELOS

"Srta. Granger si ha venido aquí para que la escuche balbucear dese la vuelta y que la escuche Potter o Weasley" De nuevo tan cínico como siempre profesor, oh no sabe cómo me pone...ahi Merlín pero ¿que pienso?

"Yo...señor...yo"Snape levantó una ceja, Hermione carraspeó "Señor vine porque tengodudas sobre un trabajo de Astronomía" dijo rápidamente.

"¿Y no cree que sería mejor consultarlo con su profesor de Astronomía?" Siga así de cínico y no creo que pueda controlarme...Oh Dios

"Si, eso solo que se mencionan algunas pociones y bueno...usted es mi profesor de pociones" Oh ¿de verdad? Creo que él no se ha dado cuenta ¡chica estúpida! ¿Así es como piensas impresionarle?

 

"Ciertamente"Snape miró su reloj "Pero Srta. Granger mi próxima clase debería estarpor llegar así que no puedo contestar a sus interesantes preguntassobre astronomía" ¿Continúa siendo cínico, profesor? Que pena que no me pueda atender ahora, Dios sabe que usted iba a disfrutar de mis preguntas.

"Podría ir a su despacho esta tarde, profesor" ¿Y eso a qué había venido? ¿Ahora actuaban los malditos caramelos? "Aunque si tiene algún compromiso..."

"No,esta bien, a las 7 en mi oficina es la de aquí al lado" Ella asintió yse fue antes de que su mente hiciera cualquier tontería.

"¿'Mione'?" Ginny la interrupió "¿Qué forma tenían los caramelos?"

"Puestenían forma de estrella ¿importa eso?" Ginny abrió tanto sus ojos queHermione pensó que se les iban a salir de las órbitas. "Ginny ¿quépasa?"

"Oh, Merlín, 'Mione' esos son los caramelos de la lujuria.Fred y George lo vende en la sección de adultos porque son muypotentes, comienzan a aumentar tu lujuria hacia el hombre que te gustay no para hasta que...bueno hasta lo que tu hiciste"

"Oh Genial! Creo que voy a matar a tus hermanos"

"Bueno ¿me vas a decir quién es ese profesor? Pero ¿es que nunca se cansaba?

"No, Ginny, nunca te lo diré"

"Sabes que lo averiguaré igualmente y vendré a restregártelo por la cara cuando lo haga" Hermione suspiro

"Claroque lo sé, por eso no te quiero quitar ese privilegio" Ella sonrió."¿Continuo o prefieres ir a dormir?" dijo esperanzadoramente.

"No, no, continua" Hermione suspiro de nuevo. Definitivamente esta chica nunca se cansa.

Alas 7 menos un minuto Hermione llamó a la puerta de su profesor dePociones. Ella estaba nerviosa y el calor continuaba aumentandoconforme se desarrollaba la tarde. Se había duchado 2 veces en lo quellevaba de día y hasta se había dado placer ella misma pero sin ningúncambio.

La voz de su profesor se escuchó tras la puerta y ellaentró. El ambiente del despacho de Snape era tan cálido que casicostaba respirar, ella miró hacia el lado izquierdo de la habitación ypudo ver tres calderos hirviendo a fuego lento. ¿Por qué no hace las pociones en la clase? Cómo si su profesor le hubiera leído la mente, algo que no descartó, le respondió a su mente.

"Laclase esta provisionalmente indispuesta, un chico de primer año la hallenado de poción para pegar" dijo él con cansancio y pesadez.

Ellapor primera vez desde que había entrado en el cuarto lo miró. De nuevosu estómago dio un vuelco, pero esta vez ella supo que no era por loscaramelos. Su profesor no llevaba puestas sus ropas negras como decostumbre, él llevaba una camisa blanca con las mangas remangadas yalgunos botones quitados y unos pantalones negros. Oh Merlín creo que le haría el amor aquí mismo en ese escritorio lleno de papeles.

"Srta. Granger ¿podría cerrar la boca, sentarse y decirme las preguntas que quiera?" Hermione sacudió su cabeza Tan estupefacta me he quedado ¿se habrá notado mucho? Seguro sino él no hubiera dicho nada. Hermione tomó asiento delante de su sexy profesor.

"Bien yo..." De repente la vista se le comenzó a nublar, la cabeza le daba vueltas y comenzó a sentirse más y más desfallecida.

 

"Granger ¿se encuentra usted bien?"

"Si,profesor, es solo este calor...me marea" Hermione ya no sabía si eraproducto de los caramelos o del ambiente pero se sentía realmente mal.

"Estabien, estas pociones no necesitan supervisión continua así queacompáñeme" Snape se levantó y se dirigió hacia una estantería murmuróunas palabras y la estantería se echó a un lado dando paso a una puertaa la cual Snape volvió a murmurar algo y se abrió. "¿Se va a quedar ahísentada hasta que se desmaye o va a venir aquí?"

Hermione se levantó de un salto y lo siguió. Entraron en un amplio salón bastante bien decorado pero un poco...oscuro.La madera de las estanterías, de la mesa y de las sillas era maderaoscura, casi como la de los árboles del Bosque Prohibido. Solo había uncuadro de una mujer que tenía los mismos ojos que Severus ¿En que momento se a vuelto 'Severus'? Ella supuso que era su madre.

"Biencreo que ya has cotilleado lo suficiente, ¿nos sentamos y me dices tusdudas?" Se le notaba nervioso, la verdad es que era la primera vez queun alumno entraba en sus cuartos.

"Bueno preferiría ir al baño y refrescarme un poco"

"Oh, claro, esta en mi cuarto, en esa puerta" Snape señaló a una puerta que estaba a lado de un gran reloj, ella miró la hora Oh ¡genial! Hace 12 horas que me tome esos caramelos y aún no se ha pasado el efecto.

CAPITULO 3

"¡¿12 Horas?!" Ginny interrumpió su relato.

"Si, ¿pasa algo?" Hermione se empezó a preocupar.

"Es que el efecto de los caramelos a partir de las 12 horas se descontrola" dijo Ginny asustada

"Oh ¡no hace falta que lo jures!" dijo irónicamente "¿Puedo continuar?" PorDios Srta Weasley haga el favor de guardarse los genes de familiar porun rato hasta que termine. ¿Srta Weasley? ¿Esta Snape en mi cabeza?

"Si, pero por favor no omitas tantos detalles que sino nunca sabré quien es" Genial la Srta Weasley no se entera que no quiero que lo sepa.

Hermione cabeceó, le echó una dura mirada y continuó.

&

Snapeestaba sentado en su sillón favorito delante de una mesa con dos vasosde un líquido ámbar. Llevaba esperando más de media hora y, pese a sualargado sentido de la paciencia, estaba desesperado. ¡Que está haciendo esa estúpida niña hay dentro! Se levantó de un salto y se dirigió hacia su dormitorio.

Hermione llevaba más de media hora intentando guardar el único control que los caramelos le permitían. ¡MALDITOS MALDITOS CARMELOS!Se había lavado la cara unas siete u ocho veces intentando calmar elsofoco que tenía, pero sin ningún resultado, por no decir que estabatan excitada que no se atrevía a salir por miedo de lanzarse al cuellode su profesor de Pociones en cualquier momento. Hablando del profesor del Pociones ¡oh Merlín! Lleva esperando allí fuera media hora, tiene que estar desesperado.Hermione decidió salir rápido, sin mirarlo, echarle cualquier escusa ysalir para su dormitorio. Pero su plan se fue junto con sussentimientos de vergüenza al ver al salir a su profesor de Pociones.

"Srta. Granger ¿se encuentra usted bien? Ha estado media hora allí dentro" dijo con tono preocupado Snape ¿Tono preocupado? ¿Snape?

 

"No...yo...osea...si...yo..." Decididamente voy a descuartizar lentamente a los gemelos...creo que empezará por Fred.

"Granger, últimamente balbucea usted demasiado" dijo él recuperando su tono normal de cinismo.

"Es la cercanía a usted la que me hace balbucear" ¿¡QUE!? ¿Se puede saber de donde a salido eso? Snape levantó una ceja

"

"¿Perdón?" Genial ¿y ahora qué le vas a decir?

"Yalo ha oido profesor" ella dio un paso hacia él "Usted hace que me pongatan nerviosa que no controlo ni siquiera mi voz" dijo con vozseductora. Genial ¿de dónde ha salido esa voz seductora que yo no sabia que tenia? Snape seguía impasible. Menos mal que aquí uno de los dos tiene control.

"Srta.Granger, voy a pasar estos comentarios por alto que no se ajustan contu conducta. Por lo que me lleva a asumir que usted es victima dealguna que otra sustancia ¿Ha bebido antes de venir aquí?" Ella negócon la cabeza. "Bien, ¿ha tomado alguna poción o alguna sustanciasospechosa?" Ella volvió a negar y dio un paso hacia él, Snaperetrocedió un paso. Tres pasos más hacia atrás profesor y le tendré tumbado en la cama.

" Y bien, profesor, ahora que se ha convencido de que excitación hacia usted no es producto de nada ¿qué piensa hacer?" ¿Acaba de salir por tu boca la palabra 'excitación'? Snape volvió a levantar una ceja e involuntariamente retrocedió un paso más.

"Si, voy a obligarla a irse antes de que haga algo de lo que se arrepienta" ¿Y no va a quitarme puntos? Genial, ahora date la vuelta y vete Hermione así de fácil.

Pero Hermione dio otro paso hacia él. No, no, vuelta y vete, vuelta y vete ¡vamos porque no me obedece mi cuerpo!"La verdad, profesor, no creo que lo que tengo pensado incluya elarrepentimiento como sentimiento principal, más bien...placer"

Lacara de Snape era un poema e incontroladamente dio otro paso haciaatrás, perdió el equilibrio y cayó sentado en la cama. Fue a levantarsepero una mano en su pecho se lo prohibió. Él quitó la mano con un gestode desprecio y volvió a intentar levantarse, esta vez una varita se loimpidió. Él la miró a los ojos.

"Srta. Granger" intentó parecer calmado "creo que seria mejor que me dejara levantarme y..."

Snape se cayó cuando sus labios aplastaron los suyos con deseo. Hermione contrólate, lo estas besando, pero ¿qué haces?Él continuaba con los ojos abiertos y los labios completamentecerrados, cuando ella capturó su labio inferior y pasó suavemente sulengua por él. Snape soltó un pequeño gemido y cerró involuntariamentelos ojos. Oh Dios! ¿Ha gemido? Mi profesor de Pociones acaba desoltar un gemido por ese pequeño gesto y encima ha cerrado los ojos, aver qué haces con esto profesor.

Hemione presionó su lenguacontra los labios de Snape para incitarlo a abrirlos, pero estecontinuaba negándose, entonces, mordiendo suavemente su labio inferiorprovocó que Snape suspirara abriendo un poco su boca. Espaciosuficiente para que la lengua de Hermione se colara por ella.

Snapese asombraba de sus reacciones y permanecía quieto, incapaz de moverse.Pero en un arrebato de autocontrol logro apartar a Hermione rompiendosu beso y apartándola de encima suyo.

 

"Tsk, tsk, profesor, eso nofue muy inteligente. Me vas a obligar a hacer esto por las malas" Snapebuscaba fervientemente su varita sin hacer caso a Hermione "¿Buscasesto?" dijo ella jugetonamente mostrándole la varita.

"Dámela" gruñó Snape intentando arrebatársela.

"Te la tendrás que ganar" dijo ella relamiéndose los labios, a los que Snape no paraba de mirar.

"Sea razonable, Srta. Granger, deme mi varita ahora y haré como si esto no ha pasado" dijo él con calma.

"Oh,pero profesor, esto aún no ha terminado y usted me está obligando ausar metodos menos ortodoxos" dijo ella apuntándole con la varita.Snape puso cara de circunstancia.

"Que estupidez va usted ahacer, Granger, mi paciencia se ha agotado" él intentando recuperar elcontrol de la situación se puso de pie y avanzó hasta Hermione. Ella nose movió ni un ápice y continuó apuntandole con la varita.

"De unpaso más y se arrepentirá...profesor" ella continuaba con una extrañasonrisa en la boca. Snape, desafiándola, dio otro paso más. "Deacuerdo, usted se lo ha buscado" y con un rápido movimiento de varitatenía maniatado a Snape a los postes de su cama.

"LE EXIJO QUE ME SUELTE AHORA MISMO" chilló Snape

"Tsk,tsk, profesor, si sigue gritando asi cualquiera nos podría escuchar. Yno querrá que nos encuentren asi ¿verdad profesor?" Bien Hermione, ahora que puedes corre antes de que te arrepientas de esto...

&

"¡Por las barbas de Merlín! ¡Hermione! ¿Lo ataste?" la interrumpió Ginny con un grito ahogado.

"Te lo he dicho antes, Ginny" Definitivamente los Weasleys escuchan lo que quieren

"Si, pero...no me lo creí...si que descontrolan esos caramelos" admitió Ginny un tanto perpleja aún.

"Si ¿continuo?" Ginny asintió.

&

Hermione,viendo allí a Snape maniatado, no pudo controlarse y se subió ahorcajadas encima de él. Snape intentó apartarla con las piernas.

"Profesor,como no se esté quieto le ataré las piernas también" Snape paró "Buenchico" dijo ella y rozando intencionalmente su cadera contra laerección de él. ¿ERECCIÓN? ¡Oh Merlín! Él gimió suavemente.

"No vuelva ha hacer eso" dijo autoritariamente.

"¿Elqué? Esto" dijo volviéndolo a hacer esta vez con más presión, sacándoleun gemido a Snape. "Oh profesor, parece que su cuerpo le juega una malapasada ¿no?" dijo moliendo sus caderas de nuevo.

Snape volvió agemir. Ella se avalanzó a él y comenzó a lamer, besar y mordisquear sucuello. Mientras con sus manos desabrochaba los pantalones de éste.Snape había decidido que era mejor permanecer cayado y comezar adeshacer a mordiscos las cuerdas que lo ataban, en realidad Hermione nosabía si lo hacía para controlar los gemidos o para escapar. Y noestaba del todo equivocada.

Cuando terminó bajó los pantalones deéste no sin antes recibir más de una patada por parte de Snape. "Si nose está quieto no se los podré quitar"

"Quien dice que quiera"dijo recuperando su voz "esto es un gran error Srta Granger, deberiaparar cuanto antes" Pero Hermione no le hizo caso y tiró de lospantalones. Al igual que hizo con los pantalones ella comenzó a bajarlelos boxers, la respiración de Snape comenzó a agitarse. "Pare...porfavor."

Pero de nuevo ella no lo hizo y le bajó los boxer dejando libre la erección de Snape. ¡oh Merlín! Es enorme, ni siquiera Krum la tenia así. Oh, mirale, está rojo.Snape no sabía si estaba rojo de ira o de vergüenza, no comprendíaporqué le tenía que pasar esto a él, ¡Si el profesor de DCA era másguapo!. De repente ella se paró y con un rapido movimiento de varita sedesnudó.

 

Snape no pudo controlar un gemido que se le escapó alverla desnuda. Era perfecta. No estaba esquelética pero tampocoexcesivamente gorda, sus pechos eran deliciosos y más aún la escasamata de pelo que salía de entre sus piernas. Snape se puso más duro yella lo notó.

"Oh profesor, ¿le gusta lo que ve?" dijo maliciosamente. Snape no articuló palabra. "Tranquilo, pronto me tendrá encima suya"

Dichoy hecho, en menos de lo que le dio tiempo a Snape responder la teníaencima suya, de nuevo a horcajadas. Ella comenzó a rozarse con laerección de Snape haciendo que éste gimiera de nuevo y, no puediendocontrolarse, ella gimió con él. Desesperada cogió con una mano laerección de éste para posicionarla y la introdujo lentamente en ella.Su boca formó una 'O', escuchó como Snape gemía al notarse rodeado porlas paredes de ésta.

Ella comenzó a moverse lentamente en unprincipio para ajustarse a las dimensiones de Snape, pero luego quisomás y comenzó a moverse más y más rápido. Snape incapaz de controlarsemovía sus caderas para darle más intensidad. Snape, que hasta entonceshabía tenido los ojos cerrados, los abrió para contemplar lamaravillosa vista que tenía. Oh Merlín si me soltara lamería ese pecho como si fuera mi ultima comida.

Ycómo si ella lo hubiera escuchado alcanzó su varita y apuntó hacia lascuerdas "Se portará bien ¿verdad profesor?" y con otro movimiento devarita lo desató. Él en un impulso se puso encima suya y comenzó alamerle y a mordisquearle los pecho, deteniéndose especialmente en suspezones. Ella gemía incontroladamente al notar como él continuabaempujando en ella más y más fuerte y más y más rapido.

Hermionellegó al climax arrastrando con ésto a Snape que esta vez no intentócontrolarse y gimió junto con ella. Snape cansado se apoyó en ellaantes de salirse de ella y tumbarse a su lado y dormirse, no sin antesquitarse la camisa. A Hermione el sueño le entro también y se abrazo aél.

&

"Y cuando desperté me vestí y vine aqui" terminó Hermione.

Ginnyla miraba con la boca abierta "Oh 'Mione' creo que antes de desayunarvoy a darme una ducha bien fria" dijo sonriendole "Eso si la ultimaparte me dejó más tranquila"

"¿Y eso porqué?" dijo Hermione

"Bueno, le soltarse y no salió corriendo por lo que ya no se considera violación, él quería también" dijo Ginny con una sonrisa

"Peroeso no quita lo que he echo...lo he obligado a acostarse conmigo" Ginnyabrió la boca "Y no me digas que él queria...¡claro que queria! Es unhombre y no les suele gustar quedarse con una erección pudiendoterminar"

Ginny abrió la boca, pero una llamada a la puerta lainterrumpió. "'Mione' ¡Hora de levantarse!" La voz de Ron se oyó trasla puerta.

"Voy..." Miró a Ginny "De esto a nadie ¿de acuerdo?"

"Palabra de bruja" dijo ella levantando graciosamente la mano derecha.

Ginny se levantó y salió hacia su cuarto. Entonces entró Lavender para preguntarle lo de todas las mañanas.

"Hermione ¿que clase tenemos ahora?" dijo con voz soñolienta.

 

"Doble de Pociones"

CAPITULO 4

Y las dos horas de Pociones llegaron, pormucho que Hermione intentó hacer que el tiempo fuera lo más lentoposible, el tiempo pareció no hacerle caso o pareció entenderla malporque corrió como nunca. Cuando se fue a dar cuenta estaba sentándosecon Ron y Harry, en una fila lejana como siempre.

Tras un ratoSnape entró como alma que lleva el diablo o lo que es lo mismo, comosiempre. Rápido sin mirar a la clase y comenzando a hablar desde queponía un pie en la clase. Hizo un rápido movimiento de varita y unasletras aparecieron en la pizarra.

"Ahí tenéis el nombre y la página donde se encuentra la poción" dijo fríamente, como siempre.

Ycomenzó a explicar mientras los alumnos tomaban apuntes o buscaban lapágina. La explicación transcurrió con normalidad, salvo por el echo deque Snape se negaba mirar hacia donde estaba el Trio. Cosa que Ron yHarry agradecieron. Snape como siempre terminó la explicación con unapregunta a algún Griffindor. En este caso le toco a Seamus.

"BienSr. Finigan ¿cuál es el ingrediente principal de esta poción?" dijoSnape con su ya acostumbrada arrogancia. Seamus, como siempre, coloreósus mejillas e intentó recordar la respuesta, sin éxito.

"No lo sé, señor" dijo tímidamente.

"Mesorprendería que alguna vez un Griffindor me diera una respuestacorrecta alguna vez" dijo socarronamente. "¿Alguien sabe la respuesta?"Miró detenidamente a cada parte de la clase con excepción de la mesaque ocupaba Hermione, que esta vez no levantó la mano. "Estupendo.Veinte puntos de Griffindor por no contestar la respuesta y diez deSlytherin por lo mismo. Comenzad con la poción." Snape se sentó en suescritorio y comenzó a corregir algunos ensayos.

Ron miró aHermione preocupado "'Mione' ¿no sabías la respuesta?" ella se limitó aasentir, Ron sin comprender continuó con la poción mientras Hermione sereunía con Neville para comenzar con su poción.

La clase fue unalenta tortura para Hermione, no tanto para Neville ya que agradeció elecho de que el profesor no miraba a Hermione por lo que no se pasó porsu mesa para criticarle. Tras lo que a Hermione le pareció unaeternidad, la clase terminó y los alumnos comenzaron a recoger. Elladecidió hablar con Snape, cuando los demás se hubieron ido. Dándole laescusa a Harry y Ron de su trabajo de Astronomía consiguió quitárselosde encima.

Se acercó a la mesa de su profesor. Ella pudo verperfectamente cómo Snape se tensaba al notar su presencia. Parando decorregir y levantando la mirada, arqueó una ceja en ella.

"¿Quiere algo, Srta. Granger?" dijo intentando ocultar el nerviosismo en su voz.

"Yo...profesor...queríapedirle disculpas...por...bueno por lo de anoche" balbuceó ella. "Yo metomé unos caramelos de la lujuria y bueno..."

"Ya, disculpas aceptadas, puede irse" dijo fríamente. Hermione abrió la boca. ¿Solo eso? Puede irse nada más? ¿Ninguna detención ni 150 puntos menos, solo puede irse?

"Pero, profesor..." dijo sin comprender

"Srta.Granger, si su preocupación es si se lo voy a decir al Director, estétranquila. No lo haré. Asi que será mejor que hagamos como si esto noha pasado ¿No se lo habrá dicho a nadie no?" dijo con temor.

"No" Solo a Ginny.

"Perfecto.Entonces nada más que decir. Tengo trabajo" dijo él en forma dedespedida. Ella se dió la vuelta y comenzó a caminar hasta la puerta."Srta. Granger" ella se volvió. "Si usted quiere puedo utilizar unhechizo desmemorizante con usted"

 

"No" dijo ella rápidamente.

"No esté asustada, soy bueno con esos hechizos" dijo con superioridad.

"No es eso" dijo ella tímidamente "...es solo que..." él levantó una ceja "...no quiero que me borre eso recuerdos, profesor."

"Y eso ¿por qué? ¿Por qué querría usted guardar esos recuerdos nada agradables?" dijo con un tono de autorrepulsión.

"Entiendoque para usted fuera desagradable" dijo con autorrepulsion ella estavez "Pero, creame, no me arrepiento de lo que hice. Lo volvería a hacersi fuera tan agradable como el anterior."

Y dejando caer estabomba dejó la clase, dejando a su vez a su boquiabierto profesor dePociones. Al cerrar la puerta se encontró con Ginny que bajaba paratener Pociones. Hermione intentó esquivarla pero la pelirroja laalcanzó.

"'Mione' Quería hablar contigo sobre 'tu-ya-sabes-qué' "dijo subiendo y bajando las cejas rápidamente. "Creo que ya sé quien esel susodicho 'violado'"

"¿Y bien?" dijo Hermione temiéndose lo peor.

"El profesor Stevenson" dijo con una sonrisa de satisfacción "Ahora entiendo porqué son tan perfectos tus trabajos de DAC"

Hermione rodó los ojos. "Ginny, todos mis trabajos en todas las materias son perfectos" dijo con superioridad.

Ginnyiba a contestar algo pero de pronto la puerta que estaba a lado de lasdos chicas se abrió y dando paso al profesor de Pociones que miraba aHermione sin haberse dado cuenta de la existencia de la pelirroja.

"Srta. Granger" dijo, de repente sintió movimiento al lado y miró "Ah...Srta. Weasley"

"Profesor" dijo Ginny agachando la cabeza educadamente.

Snapevolvió a mirar a Hermione "Yo...eh...usted se ha olvidado..." miró a sumano y vio la pluma con la que solía corregir "...Esto" y se la dio.

Hermionecogió la pluma sin llegar a comprender y su profesor se marchó pordonde había salido, cerrando la puerta tras de sí. Ginny la miróextrañada. Oh vamos di algo o terminará atando cabos. Pero sin embargo la pelirroja se encogió de hombros y como si acabara de recordar algo se acercó más a Hermione.

"Le mandé un búho a los gemelos" dijo susurrándole al oído "Sobre los caramelos"

Hermione se sobresaltó "¡¿QUE?!"

"Tranquila'Mione' no les conté nada, solo les dije que había una chica de miclase que me los pidió y les dije cuales era los efectos secundarios" Vaya si al final va a ser lista y todo esta Weasley.

"¿Y bien?" Hermione comenzaba a preocuparse.

"Bueno...pues..."Hermione arqueó las cejas, esto no pintaba bien "...Producenadicción..." Hermione soltó un quejido "...¿Sólo tenías ese caramelo?"

No "Si..." ¿QUE? ¿Hola? ¿Por qué no me hacen caso mis cuerdas bocales? "Fred y George solo me dieron uno" Oh Ginny no me creas, por una vez en tu vida no creas a Hermione Yo-nunca-miento Granger

"Deacuerdo, así no caerás en la tentación" dijo Ginny con una sonrisa."Además me dijeron que a las 24 horas se acababan los efectos de loscaramelos..." Iba a continuar pero el ruido de su clase bajando paralos calabozos la interrumpió. Hermione aprovechó el bullicio paraescabullirse antes de que la pelirroja comenzara de nuevo a intentarsonsacarle quién era el profesor.

 

&

Mordisqueandosu pluma, Hermione estaba sumida en sus pensamientos. Miraba la plumade su profesor preguntándose qué era lo que su profesor le habíaquerido decir antes de comprobar que no estaban solos. Había parecidonervioso y la voz con la que había dicho su nombre había sonadocomo...¿desesperada?

Y luego había llegado Ginny diciéndole lo de la adicción a los caramelos. ¡Oh Merlín! Y aún tengo dos más. Y ¿por qué le dije que no tenía? Sería eso una acción de los caramelos. Oh...MALDITOS CARAMELOS.Hermione se levantó y buscó los caramelos en su capa. Allí estaban, consu apariencia de caramelos inocentes en forma de estrella.

¿Y si como uno? Hermione sacudió la cabeza intentando apartar ese pensamiento de su mente. Oh vamos, es viernes, son las 10, ya has comido así que no tienes nada que hacer. "Estudiar, tengo que estudiar" se dijo a si misma. Ya has estudiando lo suficiente como para hacer los EXTASIS tres veces. ¿Qué daño te puede hacer? "No, tengo que...hacer tarea" No me intentes engañar, soy tu mente y se que has terminado tu tarea y la de los chicos antes de comer. Vamos comete uno. "Pero...no quiero volver a obligar a Snape" No tienes porqué aplacar tu lujuria con Severus. Simplemente lo tomas y en 24 horas se habrá acabado el efecto. "¿Y qué hago en esas 24 horas?" Enciérrate aquí y disfruta del placer que te dan los caramelos.

Hermionehaciéndole caso a su lujuriosa mente se metió uno en la boca y se locomió. La verdad era que los gemelos había echo un gran trabajo conesos caramelos. Eran perfectos: sabían realmente bien, te daban untiempo perfecto para acostumbrarte a la lujuria, a las 12 horas sedescontrolaban para recordarte que aún estaban en tu cuerpo y si a las24 horas no habías encontrado a nadie con quien aplacar tu lujuria seacaba el efecto.

¡MERLIN! ¡24 HORAS! ¿Qué voy a hacer 24 horasaquí encerrada? Los chicos comenzarán a preguntarse qué me a pasado eintentaran entrar. Por no mencionar a Ginny, que seguramente habráestado dándole al coco intentando ver quien es el profesor. BienHermione la has cagado y mucho. VOY A MATAR A ESOS GEMELOS.

&

"OyeHarry, ¿no encuentras la actitud de Hermione un poco rara hoy?" dijoRon moviendo una torre hacia delante del rey de Harry "Jaque...¿meescuchas, Harry?"

"Si, creo que es su actitud normal de todos los viernes" dijo Harry moviendo su alfil que derribó brutalmente la torre de Ron.

"Yasi, ¿pero no te fijaste hoy en clase de Pociones? No respondió aninguna pregunta de Snape y en las demás clases se comportó comosiempre." dijo Ron moviendo a su alfil "Jaque..."

"Oh seguro queese idiota grasiento le dijo algo ayer por la tarde cuando fue a sudespacho..." dijo Harry pero fue interrumpido por la voz de Ginny

"¿Quéhas dicho Harry?" dijo la pelirroja , que hasta entonces había estadoen uno de los butacones de la sala común, dando un salto y corriendohacia ellos. Harry levantó la mesa del tablero.

"Pues queHermione fue ayer al despacho de Snape para preguntarle sobre untrabajo y seguro que ese idiota grasiento la ofendió..." dijo Harryvisiblemente molesto.

"¿De que era el trabajo?" Harry se encogió de hombros.

 

"Astronomía" dijo Ron. Ginny dio un grito llevándose las manos a la boca. "¿Qué pasa, Gin?"

"Nada...¿donde esta 'Mione'?" dijo con prisa

"Ensu habitación de Prefecta pero estará durmiendo o lo que es peorestudiando, asi que yo que tú esperaría a mañana para hablar con ella"dijo Harry.

Ginny asintió de mala gana.

&

Hermionellevaba más de media hora contemplando la maceta de polvos Flú queestaba al lado de la chimenea. Era un privilegio de los Prefectos poderviajar mediante Flú entre ellos o entre los profesores. Evidentementepor la noche se desconectaba la red para los prefectos pero se manteníala de los profesores, por si surgía alguna urgencia.

Pero hoy nohabía ninguna urgencia, nunca la había. De echo esa maceta de polvosFlú estaba intacta desde que ella se hizo Prefecta. Quizás es un buen momento para que le hagas una visita a tu profesor."No sería una buena idea" dijo ella conversando con ella misma. "Ademáslas 12 no es una buena hora para visitar a nadie, y menos a unprofesor" Pero si a Severus, él podría calmar la lujuria que tienesdentro lamiendo tu cuerpo, sepultándose entre tus piernas y llevándotea clímax una y otra vez... "Para...creo que debería leer algo".

Hermionese levantó y cogió el libro que solía leer por la noches. Era un librode misterio e intriga, el mejor libro para calmar su libido. Se sentódelante de la mesa de su escritorio y comenzó a leer. Un rato despuésuna luz verde inundó su habitación.

"¿Srta. Granger?" Oh Merlin...esa voz... esa suave y seductora voz. Hermione levantó la cabeza del libro y se asomó para ver la chimenea. Una cara bastante familiar brotaba entre fuegos verdes.

"¿Pro...profesor?"

Capitulo 5

Hermione dio un salto en su asiento al verla cara de su profesor de Pociones entre los fuegos verdes, resaltandosus rasgos aún más y dándole un aspecto atractivo. Se había quedadomuda y de nuevo tuvo ese salto en el estómago tan típico de loscaramelos que anunciaba que habían empezado a hacer efecto. Comenzó anotar como su cuerpo ardía, pero esta vez era más pronunciado el calor,quizás eso se incluía en los efectos secundarios.

Se levantó y se dirigió a la chimenea. Su profesor parecía cansado de esperarla. ¿Tanto tiempo llevo sumida en mis pensamientos?

"Ybien Srta Granger, ¿me va dejar aquí toda la noche o me va a invitar apasar" dijo con impaciencia Snape. Había ido allí en un impulso y ahorase estaba arrepintiendo de ello, quizás no era tan buena idea ahora quese le habían pasado los efectos del whisky de fuego.

"Oh! Siclaro pase, profesor" dijo ella invitándolo a entrar con un gesto. Suprofesor pasó dentro y de nuevo su estómago dio un vuelco. Su profesorno llevaba sus trajes de lana gorda o ni si quiera esa camisa blancacomo aquella ultima vez. No. Su profesor llevaba un pijama de seda queno dejaba mucho a la imaginación. Hermione notó como su cuerpocomenzaba a tensarse.

"Creo que le han dado muy mala educación,Srta. Granger" dijo el con su típica amargura en la voz "Las personaseducadas cuando tiene un invitado en casa suelen invitarlo a sentarse eincluso le ofrecen una copa"

Oh Dios! ¿Y no le ofrecen directamente que se acuesten en la cama y se desnuden?Hermione se alegró de controlar aún sus cuerdas vocales. "Si...losiento, señor. Siéntese..." Hermione buscó con la mirada un asientopara su profesor, pero salvo la silla de su escritorio, su baúl y sucama no había más "...donde quiera".

 

Snape barajó lasposibilidades. El baúl parecía duro e incómodo. Seguro que la cama erarealmente cómoda, pero sentarse allí no sería buena idea, sería añadirleña al fuego. La silla, bueno era perfecta para estudiar y tambiénpara este momento. Se dirigió allí y se sentó.

"Voy a mirar sitengo algo de beber, no creo que sea buena hora para pedir algo a loselfos" Snape se encogió de hombros. La verdad es que nunca habíaaprobado esa absurda idea de la defensa de los elfos. Se quedócontemplando cómo su alumna buscaba entre sus cajones algo para beber,mientras susurraba para ella cosas que no podía comprender.

"Aquí está" dijo ella levantando una botella. "Sabía que Ron había escondido una por aquí"

"¿Por qué se supone que la escondió?" dijo Snape con una ceja arqueada.

"Ehm...bueno..."Ella se sonrojó. "Es whisky de fuego, profesor, no nos dejan beberalcohol en el colegio" dijo ella tímidamente.

"Y por eso hastenido la buena idea de ofrecérmelo" Hermione se sintió como en unaInquisición, la verdad es que ella había evitado encontrar esa botellapero para variar los MALDITOS caramelos había querido emborrachar a suprofesor. Genial idea, Hermione, seguro que él se ha dado cuenta, no entiendo cómo aún no ha huido.

"Lo siento...yo no pensé..." dijo entrecortadamente.

"Noimporta, haré como si no me la has ofrecido, le quitaré 10 puntos aGryffindor y mientras guardas esa botella" dijo el con un amago desonrisa. Hermione guardó rápidamente la botella y se puso delante de suprofesor con los brazos en jarra, un gesto típico de Molly.

"Buenoahora que ya ha quitado puntos a mi casa ¿a qué a venido, señor?" ellalo miraba inquisitoriamente. Eso mismo se preguntaba Snape ¿a qué habíavenido? Con una mirada al escritorio vio su pluma.

"Creo que usted tiene algo que me pertenece" dijo él cogiendo la pluma y mostrándosela.

"Oh,si, claro...cójala, pero se la hubiera dado yo el lunes. No hacía faltaque usted viniera a las 12 a pedirme una pluma" dijo ella incrédula deesta tonta escusa que había puesto él. ¿Un pluma? ¿Esa es su escusa, profesor?

Snapese puso visiblemente nervioso. Esa chica era demasiado lista como paratragarse esa escusa ni siquiera Longbotton se la tragaría. Ella arqueóuna ceja.

"Bueno...también vine para decirle que no le diría nada al director" Oh bonita escusa, esta es incluso peor, profesor.

"Esoya lo dijo en clase esta mañana, señor" dijo visiblemente divertida,Snape abrió la boca pero ella no le dejó terminar. "Y hablando de hoy¿que me quería decir cuando usted me dio la pluma?"

Snape carraspeó. "Yo..." Hermione dio un paso hacia él.

"Dime,profesor, ¿ha venido aquí para que lo ate de nuevo?" dijo ellaseductoramente. Snape la miró y se dio cuenta de que tenía las pupilasdilatadas, de repente pensó en esos caramelos y se levantó de un salto.

"Creo que debería irme" dijo dirigiéndose hacia la chimenea.

"Ohvamos profesor, la fiesta aún no ha comenzado" dijo ella acercándose aél. Snape se paró. Podía oler perfectamente su olor dulce, agobiante.Ella dio un paso más hacia él, sentía como sus alientos se mezclaban ycómo su entrepierna respondía a su cercanía. La verdad es que esecamisón que llevaba ella no ayudaba. Ella estaba visiblemente excitadaya que sus endurecidos pezones traspasaban la tela del camisón y hacíanpreguntarse a Snape si llevaba o no sujetador.

 

"Srta. Granger...¿ha vuelto a tomar esos caramelos?" dijo el cautelosamente. Ella sonrió.

"No..." Oh Mierda! Porque me empeño en mentirle. SI PROFESOR LÉAME LA MENTE Y DESCUBRE QUE SI!!"La verdad, profesor, es que no me hacen falta otro caramelo para saberque es lo que quiero" dijo ella con una voz ronca, de deseo.

"¿Yque es lo que quieres?" dijo Snape arrepintiéndose de sus palabras taly como salían de su boca. Ella se acercó a él y se puso de puntillaspara poder rozar con sus labios la línea de su mandíbula parándose ensu oreja. Snape parecia estar bajo el hechizo 'Petrificus totalus'.

"Ati" dijo en un susurro para después alejarse no sin antes darle con lapunta de la lengua al lóbulo de la oreja, haciendo que Snape soltara unpequeño gemido. Nota Mental: Punto erótico de Snape en la oreja. Ella se quedó mirándolo a escasos centímetros de su boca.

"Estono es una buena idea" dijo el con una voz consumida por el deseo. Perola apartó con un gesto suave y se dirigó de nuevo ha coger polvos Flú.

"Buenosi se va por lo menos responda a la pregunta, profesor, sabe que comobuena alumna me gusta que mis preguntas sean respondidas" dijo ellainocentemente, él la miró sin comprender. "¿Qué me iba a decir cuandose dio cuenta de que estaba con Ginny?"

Snape suspiró. "Solo le iba a quitar puntos por insolente" dijo el con su fría voz de nuevo adquirida.

"¿Insolente? Que yo sepa en ningún momento que comporté con insolencia" dijo ella bajando de nuevo a la Tierra.

"No, solo cuando me ataste a mi cama" dijo con ironía.

"Ya le dije..." dijo ella a la defensiva

"Losé, por eso ahora me voy antes de que vuelvas a atarme y esta vez notengas la escusa de los caramelos" Su ceja levantada indicaba quequería una respuesta final. Ella de nuevo se sumió en los efectos delos caramelos. Se acercó hacia él aprisionándolo entre su cuerpo y lachimenea. De nuevo ese olor sofocante y dulce llegó a la nariz de Snape.

"Vaya,profesor, yo tenía pensado que usted querría atarme a mi esta vez" dijoella recuperando esa voz seductora. Snape tragó fuertemente.

"Noveo porqué debería hacerlo" dijo él guardando la compostura, aún noentendía como podía razonar dado a la enorme erección que tenía en esosmomentos. "Creo que yo en ningún momento he mostrado el más mínimointerés en usted, Srta. Granger"

Ella sonrió. "¿De veras,profesor?" dijo mirando la entrepierna de éste. "Su erección dice locontrario. Quizás yo debiera hacerle caso a ella en vez de a usted"

Ellaalcanzó su entrepierna con su mano y la frotó ligeramente. Snapesuspiró. Hermione estaba sorprendida de lo bien que se podía notar suerección tras la seda. Y la rodeó como pudo con sus dedos y apretó másfuerte sacando un gemido de la boca de Snape. De nuevo lo volvió ahacer y vio como Snape cerraba los ojos ante el placer.

Ellasonrió con maldad y fue a meter su mano entre sus pantalones pero estela paró. "Srta. Granger, le repito que no es una buena idea. Pare ahoraantes de que se arrepienta" dijo mirándola a los ojos. Por un momentola expresión de Hermione se atemorizó, pero luego recobró su sonrisa.

 

"¿Quiéndice que me vaya a arrepentir?" dijo ella. En un segundo Snape vio comoella quitaba su mano de su apretón, le cogía por las solapas de lacamisa de su pijama y aprisionaba su boca con la suya. Al segundosiguiente Snape se notó respondiendo a ese beso con hambre.

Ellapuso sus manos detrás de su cabeza para profundizar el beso, él laagarró por la cintura atrayéndola más hacia él. Al contrario que laúltima vez fue la lengua de él que lamió su labio inferior pidiendopaso para entrar. Ella se lo concedió sin dudar. Snape tuvo quecontrolar el gemido que se aproximó a su garganta al saborear elinterior de su boca, al notar la suavidad de su lengua que se enredabacon la suya para mantener el control, al aspirar el calor que ambasbocas emanaban.

Hermione dejó que sus bocas se separaban paradarle permiso a respirar. Snape jadeaba y sus mirada estaba nublada porel deseo. Ella sonrió inocentemente y tiró de su camisa para conducirloa su cama. Snape la obedeció sin protestar. Ella le soltó y se tumbósensualmente en la cama. Con una sonrisa en su boca ella le dijo con undedo que se acercara. Él sonrió.

Se sentó al borde de la cama ycomenzó a subir su manos por sus piernas. Sintió como su piel se poníade gallina y sonrió más pronunciadamente. Continuó sus caricias por elinterior de sus muslo y vio como ella se tensaba, la proximidad de sucentro emanaba tal calor que podía notarlo. Continuó subiendo y derepente su mano tocó sus rizos. Se le escapó una carcajada.

"No llevas nada ropa interior" dijo con diversión.

"No suelo llevar cuando me acuesto" dijo ella sonrojándose.

"Vayatendré que venir aquí más veces si siempre me recibes así" dijo él ysin esperar una respuesta introdujo sus dedos entre sus plieguesbuscando su clítoris, al que no tardó en encontrar hinchado y excitado,preparado para él. Él le dio un pequeño toque a su clítoris haciendoque ella arqueara su espalda y gimiera haciendo que su erección sepronunciara más.

Snape sacó sus dedos de entre sus plieguesconsiguiendo un gemido de protesta que pronto se vio convertido a unpequeño grito al sustituir sus dedos por su boca. Severus lamió lenta ytortuosamente su clítoris haciendo que ella gritara de placer. Paraluego comenzar con un ritmo frenético casi llevándola a la locura. Ellaestaba apunto de alcanzar su orgasmo cuando sintió como un dedo largo yfino se introducía dentro de ella, sintiendo luego como un segundo loacompañaba y tras un rato un tercero. Hermione ante esto y la lengua deSnape en su clítoris vino ruidosamente. Snape lamió sus jugosgustosamente y retiró su cabeza de ella. Severus la contempló mientrasse recuperaba de su ruidoso orgasmo, realmente se arrepintió de nohaber echado un hechizo silenciador en el cuarto.

Hermione tardóun poco en recuperar su aliento. Cuando lo hizo se encontró a Snapemirándola con deseo y lujuria. Ella le sonrió y él, pese a su sorpresa,le correspondió con otra sonrisa. Tras un corto tiempo mirándosefijamente ella se acercó a él y le besó, con ansia y desesperación. Nocortando el beso comenzó a desvestirlo, con unos rápidos movimientos ledesabrochó la camisa y la tiró junto a la cama. Severus se levantó yayudó con los pantalones y los boxer, tirándolos junto a su camisa. Éllevantó el camisón de ella y lo amontonó junto a su ropa.

 

Ambosse quedaron fascinados al contemplarse. Severus se relamió los labiosinconscientemente ante la vista de una mujer tan perfecta, sus pechoseran apetecibles y de nuevo le entraron ganas de probarlos, comoaquella vez, se fijó en el valle de rizos húmedos que acababa de dejar,se moría por sumergirse en ellos. Hermione por su parte estaba absortaen el pecho de Severus, tenía una escasa línea de pelo que iba desde suombligo hasta formar un pequeño triángulo entre sus pezones, a parte supecho era cruzado por cicatrices grandes y otras no tanto.

"Como ve aún no sé porque me desea Srta. Granger" dijo el con un tono de autodesprecio en la voz.

"Primero,creo que después de haberme conducido al mejor orgasmo de mi vida eshora de que me llame Hermione" él sonrió y asintió con la cabeza "Ysegundo, tras verte desnudo te deseo aún más, Severus"

Su nombresonó a gloria en sus labios. Y se abalanzó hacia ella tumbándola sobrela cama de nuevo y capturando su boca con la suya. De nuevo sefundieron en un beso pasional, donde sus lenguas luchaban por mantenerel control. Pero Hermione rompió el beso.

"Te quiero en mi, ahora" dijo autoritariamente.

Snapesonrió y dirigiendo su erección hacia su apertura se introdujo en ellalentamente. "Merlin, estas...tan apretada" gimió él. Estuvo un ratosintiendo como las paredes de ella le apretaban tortuosamente y comenzóa empujar en ella en un ritmo que se aceleraba a cada minuto. Cogiendosus piernas las puso una a cada lado de su cintura para poderpenetrarla más profundamente, a lo que Hermione soltó un gemido alsentir como el rozaba una y otra vez su punto G.

"Tocate" dijo Severus, que se empeñaba en que llegara al climax de nuevo "Tocate para mi, Hermione"

Hermionegimió ante la petición de él y bajó una mano hacia su hinchado clítorisy comenzó a frotarse. No tardó mucho tiempo cuando sintió como las olasde su orgasmo comenzaban a formarse. Al tiempo él comenzó a dar empujesdescontrolado sintiendo como las paredes de ella le absorbían a unirsea su orgasmo. Al segundo siguiente cada uno gemía incontroladamente elnombre del otro.

Hermione mientras intentaba recuperar surespiración, sintió como Severus se desplomaba con cuidado encima suya.Al rato notó como se tensaba. "Lo siento, te he aplastado" dijo y fue aquitarse pero Hermione se lo impidió.

"Se está genial así" dijoella dándole un beso en la cabeza. Él siguió donde estaba pero entensión, procurando no aplastarla. Tras un rato se apartó de ella y sesentó en el borde de la cama. "¿No te quedas?" dijo ella sin disimularel toque de desilusión en su voz.

"No me gustaría que mañanacuando te despertaran tus amigos averiguaran lo que haces cuando sesupone que estudias, Srta. Granger." dijo él volviendo a llamarla porsu apellido.

"Yo solo tomo clases particulares, Profesor Snape"dijo ella inocentemente. Se acercó hacia él y comenzó a acariciar sushombros y su espalda. Acercando su boca a su oreja lamió esa partesensible que había descubierto en él. Él gimió. Ella comenzó a lamer ymordisquear su oreja, viendo como una nueva erección se formaba.

"Creo que las clases particulares no han terminado aún, Srta. Granger"

--

NA

 

¿Que? ¿duchita fria? Saludos!

Capitulo 6

Sus manos que hasta ahora habían estado ensu estómago desnudo comenzaron a viajar hacia sus pechos, tocándolos yamasándolos suavemente, haciendo que sus pezones se pusieran duros consu toque. Su dedo gordo comenzó a rozar su pezón para luego verseacompañado por su dedo índice, pellizcándolo lo suficiente como parasentir el placer y no el dolor.

En el sueño una de sus manoscomenzó ha viajar en sentido contrario, acariciando su abdomen,haciendo círculos en su ombligo, rozando sus caderas y sus muslos.Acariciando la parte interna de sus muslos comenzó a separarlossuavemente, ella los abrió complaciente y sintió cómo su mano viajabahacia su centro, rozando sus rizos primero y sumergiéndose entre suspliegues húmedos ya. Encontrando su clítoris sin dificultad comenzó arozarlo al igual que hacía con su pezón. De pronto sintió su lengua ensu otro pezón y comenzó a experimentar tal placer que gemía sincontrol. De repente una voz interrumpió su sueño.

"¿'Mione'?" Esa voz era demasiado familiar "Despierta! O llegaremos tarde a Hogsmeade!"

Ydespertó con pena de perder que lo estaba sintiendo, pero comprobó queel placer continuaba y mirando para abajo se encontró ante la imagenmás erótica que había visto nunca. Severus, completamente desnudo y conuna erección bastante prominente, se encontraba sumergido completamenteen su tarea de darle placer, su dos manos habían viajado de nuevo a suspechos y los rozaban haciéndola gritar de placer, mientras que su bocaestaba apunto de llegar al sitio donde ella deseaba. Pero se paró alescuchar de nuevo esta estridente voz.

"¡'Mione'! ¡Corre, Zonko nos espera! Harry se está impacientando" se escuchó la voz de Ron.

"Vaya'Mione'" dijo Severus burlonamente "Creo que debería parar no vaya aser que el Sr. Potter acabe mordiéndose sus preciosas uñas de héroe"

"Ni se te ocurra parar" le ordenó ella.

Él,burlonamente, dio un sorbo a su clítoris haciéndola gemir fuertemente.Hermione se llevó las manos a la boca temiendo que Ron lo hubieraescuchado, pero no se oía nada tras la puerta. Vio como Severus alzabala cabeza. "¿Pasa algo?"

"¿Has echado un hechizo silenciador?"

"Si,cómo no hacerlo después de lo gritona que te pones cuando tienes unorgasmo" dijo el entre sus piernas, acariciándola con sus nariz.

"Bastardo" Él asintió y continuó con su tarea, de nuevo parándose al escuchar a Ron.

"'Mione' Despierta ya, es tarde"

"Porfavor dile a Sr. Weasley de una vez que me deje darte un orgasmo yluego te irás con ellos a Hogsmeade" dijo Snape visiblementefastidiado, quitándose de entre sus piernas y quitando el hechizosilenciador.

"Ron por favor quieres dejar que..." Severus la miró asustado "...me duche y me vista tranquila. Ahora salgo. Dame 1 minuto."

"Mejor cinco" dijo Severus reanudando su tarea.

"Ahhh...Cincomejor" dijo ella con un gemido y de nuevo poniendo el hechizosilenciador. Severus ni si quiera escuchó la estridente respuesta deWeasley. Y más o menos cinco minutos después escuchó su nombre entresus labios, gimiendo y gritando. Como siempre lamió y bebió sus jugoscomo si fuera el elixir de la eternidad y la dejó recuperarse.

"Creoque me iré ahora antes de que a Albus le dé por visitarme" dijolevantándose y vistiéndose con un movimiento de varita. Ella abriólentamente los ojos y se mordió el labio. "¿Pasa algo?"

 

"Eh...¿vendrás esta noche?" dijo ella tímidamente. Severus sonrió. OhMerlin, es tan atractivo cuando hace eso ¿por qué no lo hará másamenudo? No, si lo hiciera tendría que matar a demasiadas mujeres pordesearlo. Si, no podría verlo desde Azkaban.

"No, esta nocheme voy y no vuelvo hasta el domingo, si llego temprano vendré" ellaresopló "Paciencia, Granger, paciencia" dijo él y acercándose a ella leplantó un casto beso en los labios. Se acercó a la maceta de polvos flúy cogió un poco, tirándolos a la chimenea dio la dirección de suscuartos y se fue tal y como había venido, entre fuegos verdes.

&

Lacaminata hasta Hogsmeade nunca le había resultado tan pesada, la verdades que era siempre ella la que convencía a los chicos para que pararande quejarse y admiraran el paisaje. Pero ella era la que esta vezestaba deseando llegar a Las Tres Escobas para sentarse y tomarse unascuantas cervezas de mantequilla, la verdad es que la noche con Severusla había dejado agotada, las piernas le dolían como su hubiera estadovolando en hipogrifo durante 2 semanas seguidas y si a eso le sumamosque apenas había dormido pues estaba realmente cansada.

Loschicos parecían no darse cuenta, al fin y al cabo nunca lo hacía,estaba segura que si se tiraba a Snape delante de sus narices ellosseguirían hablándole de los Chudley Cannons o quizás primero le echaranuna mirada de asco a Snape, una sonrisa a ella y entonces seguiríanhablando de Quiddich. Ginny era distinta, de echo hoy estaba másdistinta que de costumbre. A menudo la miraba como si intentara decirlealgo importante, pero siempre pasaba algo que la cortaba y seguía consus cosas, entonces Hermione volvía a desconectar.

Ginny sabíaque Hermione no la escuchaba a menudo, pero hoy estaba especialmentedistraída. Normalmente ella soltaba unos "Hmmm" o unos "Si, claro"entre frase y frase de Ginny, pero hoy nada. Entonces se pasó toda laconversación intentando cambiar a temas más interesantes como ¿Se habíatirado Hermione a Snape? ¿Eran esos gritos de anoche suyos, de ambos?Pero que Harry y Ron estuvieran allí no favorecía el momento. Entoncessiguió con lo suyo, sin contar que de vez en cuando soltaba el nombrede Snape o decía algo sobre pociones para comprobar la reacción deHermione, pero no parecía funcionar. Ginny desistió y comenzó a idearun plan para quedarse sola con Hermione en Hogsmeade.

Tras lo quepareció una eternidad, llegaron a las Hogsmeade y corrieron hacia lasTres Escobas. Hacía un frío tremendo y no era tiempo de dar paseos sinantes calentarse. Las Tres Escobas estaba a rebosar. Pero lograronconseguir una mesa ya que llegaron justo en el momento en el que selevantaban.

"Pido 4 cervezas de mantequilla, como siempre ¿no?" todos asintieron y Hermione se fue para la barra.

Lamesa que se acaba de levantar estaba ocupada por los profesores y todosdaban su dinero a Dumbledore, que siempre era el que pagaba a Rosmenta.Severus echó una mirada a la barra y entonces vio ese pelo alborotadoesperando impacientemente a que la atendiera. Una idea pasó por sumente.

"Oye Albus, estoy cansado de que te quedes con la vuelta.Hoy pago yo. Me debes ya demasiados galeones" dijo intentando mostrarindiferencia.

"De acuerdo, pero no te debo tantos, ¿quien te dael dinero extra para comprar los ingredientes de tus experimentos?"dijo Albus a la defensiva.

 

"Es por el bien de la ciencia, Albus,además no te morirás por no darle un beso a Rosmenta hoy" dijo élsocarronamente. Albus sonrió y le dio el dinero. Severus, satisfecho sedirigió hacia la barra, contento porque ni el viejo ni nade habíannotado el verdadero motivo de su interés por pagar.

Pero Snape noestaba en lo cierto, nadie excepto Ginny lo notó. Snape se había fijadoen la barra, específicamente en la parte donde estaba Hermione,específicamente en Hermione. Y entonces había logrado la manera de queDumbledore le diera el dinero y pagara. Ahora se dirigía hacia la barra.

Contentode que la muchacha no se había dando cuenta aún de que iba hacia ella,se acercó lentamente y puso su boca cerca de su oído. "Es agradableverla de nuevo por aquí, Srta. Granger" ella saltó literalmente de suasiento.

"¡Profesor!" grito ella. "Es agradable verle de nuevoaquí también" dijo ella educadamente, tras recuperarse del susto.Rosmenta que hasta entonces había estado dando vueltas sirviendo, seacercó a él.

"Severus ¿hoy no paga Albus?" dijo ella con su sonrisa siempre en la boca.

"Me temo que no, ¿desilusionada?" dijo él. ¿Está coqueteando con ella?

"Ya sabes que no, Severus, y menos siendo tu" Snape alzó una ceja. ¡ESTA COQUETEANDO CON ÉL! "Son 10 galeones, 32 sickles y 3 knuts" Severus le dio 11 galeones.

"Quédate con la vuelta" dijo él. Ella asintió y se fue a ir "¡Rosmenta!"

"¿Qué?"dijo ella inocentemente. Merlín sabe que ella deseaba esos momentos,sobretodo en clientes como Severus. Albus se contentaba con un simplebeso en la mejilla, Severus siempre quería más.

"¿Te vas sindarme las gracias? ¿Y sin darme un beso de despedida? Merlín sabecuando me sacará de nuevo ese viejo del castillo" dijo él. De prontohabía olvidado que Hermione estaba allí.

"Gracias y claro que te daré un beso, ven aqui" dijo ella.

Hermioneque hasta entonces se había estado diciendo a ella misma que Rosmentasiempre coqueteaba con los hombre, no Severus, pero Rosmenta sí, peroeso ya la superó. ¿Un beso? Cómo que un beso! Entonces suspiróy recordó que siempre Albus se llevaba un beso en la mejilla cuandopagaba, solo eso, un simpre beso en la mejilla. Pero entonces su bocacayó abierta cuando vio como Severus se inclinaba hacia ella, hacia suboca, sus labios rozaron los suyos en un beso casto antes de separarse.

Severusque hasta entonces se había olvidado completamente de Hermione seacordó de ella justo en el momento en el que se inclinaba haciaRosmenta. Por su mente acababan de pasar las imágenes de esa noche y deesa mañana, los labios de Hermione abiertos por el deseo, esos labiosque sabían a miel. Rosmenta se contentaría con un beso casto hoy. Peroentonces sintió sus manos en las solapas de su levita tirándole haciaella. Bueno quizás no se contentaba con eso.

Su boca cayó másabierta aún cuando vio como él se separaba pero Rosmenta se lo impedíay tiró hacia ella. Ella abrió sus labios y lo que en principio fue unbeso casto se convirtió en un beso pasional. Entonces él se separó,jadeando y Rosmenta sonrió.

"Bueno creo que con esto tiene hastala próxima vez que el viejo te saque a pasear ¿no?" dijo ellacoqueteando de nuevo con él. "Quizás la próxima vez quieras pasar lanoche en una casa caliente en vez de en ese frío castillo"

 

Derepente un hombre desde una mesa la llamó. Hermione dio gracias a losdioses, ya que Rosmente hizo un gesto de despedida a Severus y semarchó. Severus dio entonces la vuelta hacia ella. Y se sorprendió dela dureza de sus rostro.

"¿Algún problema, Granger?" dijo él, divertido por la situación. ¿Esta su bruja celosa de Rosmenta? ¿Su bruja?

"Noninguno, profesor, es solo que me he quedado sorprendida por lasituación" dijo ella intentando parecer calmada. Él se acercó más aella.

"¿Sorprendida de que no eres tu la única que se aprovechade mi?" dijo él muy cerca de ella, demasiado. "Al menos ella es mássutil y no me ata a la cama"

"Los Griffindors nuca hemos sido sutiles, profesor, eso va más con vosotros" dijo ella. ¿Quieres jugar? Juguemos.El camarero por fin trajo las cuatro jarras de cerveza de mantequilla."Bueno profesor, un placer verle. Supongo que este domingo se quedaráen Hogsmeade ¿no?"

"¿Está celosa mi pequeña bruja?" susurró Snapeen su oído. Ella se estremeció al sentir su aliento. Un olor almendradose coló por sus fosas nasales. Whisky de fuego, supongo. Un momento. ¿me ha llamado mi su pequeña bruja? ¿Suya?

"Mucho" dijo ella sensualmente.

"Tranquila,creo que tu has tomado más de mi que ella" dijo él aún en su oído. "Yno creo que vaya este domingo a Hogsmeade, tengo un asunto con ciertaprefecta"

"Ah ¿si? Y de que asunto se trata, profesor, yo como prefecta debería saberlo" dijo ella inocentemente.

"Creame,lo sabrá en su momento, Srta. Granger" él se separó de su oido, no sinantes darle un rápido toque con su lengua que hizo a Hermione suspirar."Creo que debo irme, Albus debe estar esperando el cambio" Y se fue.

Hermionecuando se recuperó del shock que le había causado sentirlo tan cerca,sentir su aliento, sentir su lengua...rápidamente fue hacia la mesa delos chicos, que esperaban con impaciencia sus bebidas.

"'Mione' ¡Por fin!" dijo Ron dándole un gran trago a su cerveza.

"Pensamos que te había pasado algo" dijo Harry preocupado.

"Bueno,hay mucha gente aquí hoy, han tardado un poco más en servirme" eracompletamente cierto al fin y al cabo. Hermione le ofreció su cerveza aGinny que la miró sorprendida "¿Pasa algo? Pediste cerveza también ¿no?"

Ginnyestaba en shock ¿Acababa de pasar lo que acababa de pasar? ¿AcababaRosmenta de coquetear descaradamente con Snape? ¿Acababa Rosmenta debesar a Snape? ¿Acababa Hermione de estar controlándose para no matar aRosmenta? ¿Acababa de susurrar Snape en el oído de Hermione? ¿Acababade lamer Snape el oído de Hermione? ¿Acababa ella de ver todo eso?

"No pasa nada, 'Mione'" dijo Ginny intentando parecer tranquila. Hermione, complacida se sentó. Oh, espero que Ginny no haya visto nada de lo que acaba de pasar, me mataría a preguntas sobre ello.

"Oye, 'Mione' que tal va el trabajo de Astronomía?" dijo Ron desinteresadamente.

"Bien, casi terminado" Por Dios, Ron, no mientes a Snape.

"¿Te ayudo ese murciélago grasiento?" Genial si Ron no dice nada ya se encarga Harry de hacerlo.

"Si,más o menos" Ginny la miró. Ella apuró su cerveza. "Bueno nos vamos acomprar ya? Hace un tiempo muy malo y no quiero irme a Hogwarts cuandohaya anochecido"

"Vale" dijo Harry apurándose su cerveza, Ron leimitó y Ginny se secundó. Todos se levantaron y Harry y Ron fueron apagar lo que debía. Ginny miró a Hermione. Se la veía nerviosa.

 

"Snape te hablaba muy cerca no?" dijo ella como si nada

"¿Qué?" Ginny señaló la barra "Ah, bueno estábamos hablando del trabajo y no oía nada de lo que decía"

"Parece que se lleva muy bien con Rosmenta" dijo Ginny metiendo el dedo en la yaga, sabía que Hermione se moría de celos.

"Bueno ella besa a sus clientes preferidos, lo hace con Dumbledore" dijo ella intentando mantener la calma.

"Pero nunca los besa así, tan pasional, creo que tienen que tener algo juntos" dijo Ginny intentado sacarla de sus casillas.

"Rosmenta y Snape? Lo dudo"

"Por qué estas tan segura?"

"Bueno no creo que sea su tipo"

"Ah ¿no? Y cual es su tipo, 'Mione', alguien como...tu" dijo Ginny, era tan divertido sacarle cosas que no quiere decir.

"Si...eh...quiero decir no...eh ¿por qué dices eso?" dijo Hermione desconcertada y visiblemente nerviosa. ¿Por qué tardan tanto los chicos? ¿Qué insinúa Ginny? "¿Qué insinuas?"

"Insinuo que ya he descubierto al profesor violado" dijo Ginny sonriendo con satisfacción.

"Y ¿que te lleva a afirmar eso?" Calma Hermione, intenta parecer calmada.

"Pues primero, porque es él al que preguntaste sobre el trabajo de Astronomía" Mierda, supe que debería haber suprimido la parte del trabajo en el relato. Ginny continuó. "Segundo, porque nunca comprendí porqué te dio su pluma cuando me vio a mí" Oh, profesor, eso fue su culpa. "Y tercero, porque ese lametón que te a dado en la oreja no parece ser la primera vez que lo hace" Oh Mierda, ahora si que no tengo escusa. ¿Será buena idea decírselo? Al fin y al cabo ¿a quién se lo va a decir?

"De acuerdo, tu ganas, es todo cierto" dijo ella con pesadez.

"Oh" Ginny casi saltaba de alegría "Y solo lo habéis echo una vez?"

Hermione vaciló "Sí..." Ginny la miró incrédula

"Ohvamos, 'Mione', es mejor que me lo cuentes todo, te quedarás mástranquila...sabes que nunca se lo diré a nadie" dijo Ginny. Hermionecasi maldice a la pelirroja por tener tal capacidad de convencer. Por qué tuvo Molly que enseñar a su hija sus malas manías. Tuvo que ser la hija tan cotilla como la madre.

"Bueno, anoche también lo hicimos...y esta mañana" dijo Hermione muerta por la vergüenza.

"Oh ¡Lo sabia! Sabía que esos gritos provenían de tu cuarto. Fui a ver que pasaba pero luego cesaron" dijo ella entusiasmada.

"Si, Severus echó un encanto silenciador" dijo ella, quizás no era tan mala idea contárselo a Ginny, se lo notaba más tranquila.

"¿Severus? No me acostumbro a oir así su nombre" dijo Ginny "Oye y como la tiene?" preguntó Ginny descaradamente.

"Vayámonosa Zonko" gritó Ron a su lado. Ginny echo una mirada a Hermione quehacía un gesto bastante grande con la mano. Ginny soltó un grito deadmiración. "Si, yo también he echado de menos a Zonko"

&

Estaba en su escritorio, mirando fijamente al caramelo. Hoy era domingo, por lo que Severus dijo que vendría. A lo mejor, esas fueron sus palabras. A-lo-mejor. Ylo más probable es que no venga, al fin y al cabo no lo he visto en elGran Comedor en todo el día. Pero y si viene y yo no he tomado elcaramelo?

Hermione tomó el caramelo y lo saboreó bien. Genial, dependes de un caramelo para hacerlo con Snape. Ginnyla había reñido por mentirle cuando le pregunto lo de los caramelos yluego le volvió a mentir cuando le dijo que no tenía ninguno más. Denuevo Ginny la creyó, esta vez fue por voluntad propia la mentira. Sesentía indefensa cuando estaba delante de Snape sin caramelos, como enla barra de las Tres Escobas. De pronto se acordó de Rosmenta. ¿Estaríaél con ella?

 

Ella se tumbó en la cama con su cabeza mirando endirección a la chimenea, esperando que en cualquier momento aparecierala cabeza de su profesor entre fuegos verdes. No, es imposible que este con Rosmenta. Yo soy su pequeña bruja no? Lo esperaré. Pero Hermione pronto cayó dormida.

&

Severusllegó al castillo a las cinco de la mañana, agotado. No era nada buenoluchar con Mortífagos. Los odiaba cuando le hacía aparecerse una y otravez. Llevaba desde el sábado tras la pista de Goyle y hasta hoy nohabía podido alcanzarlo. Agotado se tumbó en la cama.

Al ratopensó en Hermione, se habría quedado esperando. Le entraron ganas de ira su cuarto y despertarla y acariciarla por todos lados. Pero erademasiado tarde. Aunque quizás podría ir y verla dormir. Levantándosede la cama cogió un puñado de polvos flú y al rato estuvo en su cuarto.La imagen que vio le pareció hermosa. Hermione yacía en su cama,completamente destapada y dormida, mirando hacia la chimenea. Sin dudase había dormido esperándole.

Severus la cogió entre sus brazos yla metió en la cama, tapándola. Le dio un beso en los labios y se fuepor donde había entrado.

Capitulo 7

La estridente voz Weasley la despertó de unode los sueños más húmedos que había tenido hasta ahora. Deseando que enrealidad no hubiera sido un sueño abrió corriendo los ojos paraencontrarse sola, sin la compañía de aquel hombre que inundaba sussueños.

"'Mione' ¡vamos! ¿Por qué te cuesta tanto levantarte últimamente?" gritó Ron desde detrás la puerta.

Laverdad es que llevaba dos noches que no se levantaba temprano comosolía hacerlo, quizás el echo de que nunca había dormido mejor queahora o también que el sueño de levantarse sola pudiendo tener a unhombre a su lado, se lo impedía. Pero ese hombre no se había dignado air a su cuarto anoche y ahora estaba tumbada con la cabeza en laalmohada y completamente destapada porque tenía una calentón que no selo creía ni ella. ¿En mi cama con la cabeza en la almohada y hasta hace poco tapada? No me dormí así anoche. Entonces sonrió, a lo mejor ese hombre si que se había dignado a pasarse por allí anoche.

Decidiódarse una ducha fría para calmar un poco los efectos de los caramelos.Efectos que, haciendo caálculos, se volvería contra ella en tres horasescasas. Dándose una ducha comenzó a pensar en un plan para intentarcalmar esos efectos, un plan que evidentemente incluía a Severus. Perodebía controlarse durante las dos primeras horas de Pociones, tampocoera plan de echarse al cuello de Snape durante la clase. Pero entonces¿cuando? No quería experimentar de nuevo el punto culminante de loscaramelos que son las 12 horas, no quería volver a atarlo, o quizás noera tan mala idea al fin y al cabo. Podría ser ella esta vez la atada.

Mientrasdesayunaba bajo la atenta mirada de los chicos que la estabanasombrados de que haciendo un día tan frío solo llevara un escasochaleco, pensó un plan perfecto. Dándole un bocado más a su tostada ybebiendo rápidamente su zumo de calabaza se despidió de los chicos ydiciéndole que tenía que ira a la biblioteca. Amaba como los chicos setragaban cualquier escusa que contuviera las palabras 'libros' o'biblioteca'.

 

Subió hacia la Sala Común de Gryffindor y volvió asubir por las escaleras hasta los cuartos de los chicos, a los cualespodía entrar solo por las mañanas siendo prefecta. Tras ayudar aNeville a buscar a Trevor y diciéndole que necesitaba un libro de Harryconsiguió lo que buscaba entre los calcetines de Harry: la capainvisible. Con un hechizo logró disminuirla de tamaño y se la metiófácilmente en el bolsillo. Dejó el baúl de Harry como estaba y saliócorriendo hacia las mazmorras.

El camino le resultó bastantellevadero y menos caluroso, aunque no estaba segura si era por el echode que en las mazmorras siempre hacía más frío o porque casualmente sele había olvidado ponerse la parte de abajo de su ropa interior.Sonriendo con malicia se chocó con Harry y Ron, que para variar se lesnotaba agitados y nerviosos.

"A ver como se comporta el murciélago grasiento hoy" dijo Ron.

"Laúltima vez ni nos miró, ni siquiera para darnos su mejor cara de asco"dijo Harry, Hermione por el momento estaba ausente pensando por enésimavez en su plan.

"Ni para repeler las preguntas de Hermione" dijo Ron

"Buenono es que Hermione estuviera muy preguntona la última vez" dijo Harrymirando a Hermione y notando su ausencia en la conversación. "¿'Mione'te pasa algo?"

Hermione sacudió su cabeza para salir de suspensamientos "¿Qué? No, no nada. Pensaba en cuantos puntos nos quitaráhoy y cuantos les dará a Slytherin" dijo ella esperando que esarespuesta les valiera a los chicos. Ellos la miraron detenidamente comobuscando algo extraño en ella, quizás los había subestimado. Harryabrió la boca para protestar pero la puerta del aula de pociones seabrió para que todos entraran.

La clase como siempre era fría,pero pronto se comenzaría a llenar de vapores que no ayudarían en nadaa Hermione con su calor interno. El trío y Neville se sentaron en sumesa acostumbrada y esperaron a que apareciera su maestro. Harry lehizo señas a Hermione para que se acercara. Hermione, que se habíasentado en la esquina acercó su cabeza por detrás de la espalda deNeville para hablar mejor.

"Ron y yo tenemos que hablar muy seriamente contigo" dijo Harry, Ron asintió con la cabeza.

"Sobre qué?" dijo ella sorprendida por eso de 'seriamente'.

"Bueno veras..." comenzó Harry.

"Pormuy interesantes que sean los asuntos del Trío Dorado, Potter, megustaría comenzar la clase sin interrupciones" sonó la voz de Snapecargada de su acostumbrado sarcasmo. Harry y Hermione se reincorporaronen sus asientos.

La clase resultó, ¿como decirlo?, excitante. Notanto para los demás alumnos, pero si para Hermione y sobre todo sipara Snape. La clase comenzó con normalidad, Snape hizo escribir lapoción y las instrucciones en la pizarra y tras un rato explicando ypreguntando, a Gryffindors, se sentó y comenzó a corregir ensayos. Loschicos miraban a Hermione aliviados ya que había comenzado de nuevo alevantar la mano ante las preguntas de Snape, no hay que decir queSnape no le hizo ni caso y Hermione se mostró frustrada. Los chicossonreían, todo había vuelto a la normalidad.

 

Hermione contentacon su actuación ante los chicos, comenzó a elaborar la poción ayudandoa Neville como siempre. Snape por su parte sonreía interiormente antela inteligencia de su bruja, era buena interpretando ante sus amigosque por lo visto habían notado su cambio de actitud en su clase. Ahoraayudaba al torpe de Longbotton.

"Srta Granger..." Hermione saltóde su silla al escuchar su voz "...estoy harto de repetirle queLongbotton debe de hacer su poción solo o tendré que compartir su notacon la de él ¿queda claro?"

"Sí, señor" añadió Hermione mirándolecon terror, no le gustaba nada compartir sus notas. Snape por su partela miraba con...¿lujuria? ¿Era lujuria eso que brillaba en sus ojos? Oh Merlín! Hubiera mojado ahora mismo mis bragas si hubiera llevado.Tras unos segundos mirándose Snape apartó la mirada con una sonrisa queHermione conocía a la perfección, una sonrisa que expresaba que élhabía ganado.

De pronto Hermione sintió más calor aún. Y se quitóel chaleco ante la atenta mirada de Neville que comenzaba a babear ycogió su pelo en un pequeño moño. "Neville deja de echar pus debotubérculo o se te volverá la poción morada en vez de azul" Nevillesaliendo de su ensoñación paró, evidentemente, demasiado tarde y supoción se tornó asquerosamente morada. Los chicos comenzaron a reírse yla cara de Neville se volvió casi como el pelo de Ron.

Snapealertado por el bullicio levantó la cabeza hasta donde se encontraban.La escena le pareció realmente estúpida. Potter y Weasley estabanriéndose a carcajadas y señalando a Longbotton que por tenía un tomatepor cara y miraba avergonzado aHermione que pese al frío que hacia enel aula estaba solo con su camisa.

"¡Potter! ¡Weasley! Estenatentos a su poción antes de que se convierta en la mierda que tieneLongbotton en su caldero!" Los chicos pararon de reír y se concentraronen su poción. Neville que hasta entonces estaba rojo se puso de unblanco enfermizo y comenzó a remover frenéticamente su poción como paraintentar cambiar su color. "Y por favor Srta. Granger, se que tieneganas de que llegue el verano pero aún hace demasiado frío como paraponerse tan fresca"

"Profesor, es que tengo calor" dijo ellamirándolo inocentemente. Snape entonces se quedó mirándola absorto. Latemperatura corporal de Snape aumentó considerablemente cuando notó lasperlas de sudor que bajaban por cuello y se perdían por su camisa,Snape contempló como algunos botones desabrochados dejaban ver más delo que deberían. Siguiendo su recorrido hacia abajo notó como losendurecidos pezones de Hermione traspasaban la escasa tela delsujetados y de la camisa. Snape deseó lamerlos con desesperación einstintivamente lamió sus labios.

Hermione sintiéndosecontemplada por Snape se pusó aún más caliente y sintió como suspezones se endurecían. Snape la miraba con deseo y cuando se paró acontemplar sus pechos un brillo de lujuria cruzó su mirada. Y despuésse lamió los labios. Hermione no podía estar más caliente, estabasegura que si metía la mano en agua esta herviría al instante.

Snapesiguió contemplándola. Bajando su mirada, ya que el pupitre le tapabael torso, se centró en las piernas. En esos momento agradeció el echode que las chica debieran llevar falda en su uniforme y él tuviera ellujo de ver esas maravillosas piernas que tanto deseaba acariciar enesos momentos. Subiendo la mirada hasta sus muslos se fijó en que lafalda, debido al echo de que estaba sentada, estaba muy cerca deenseñar su ropa interior, un movimiento y podría ver sus bragas. Depronto como si ella supiera lo que deseaba se echo un poco más paraatrás, Snape entonces enfocó su mirada para ver sus...

 

"Aaah"Snape gimió y desvió su mirada ya que varios alumnos le miraban.Hermione soltó una risita traviesa y lo miró con malicia. Su plan iba ala perfección.

Snape pasando por alto el echo de que deberíahaberle quitado puntos a Gryffindor por el bullicio que habían armadocontinuó corrigiendo sus ensayos. Snape intentó concentrarse en losestúpidos ensayos que tenían en la mesa entre los que había algunos alo que le había puesto una T de 'Troll'. De vez en cuando echaba unamirada hacia el pupitre de Hermione para comprobar si aún ella estabaen la misma postura. Un salto de su entrepierna se lo confirmaba, unoscuantos de sus recortados rizos húmedos se podían ver. En esos momentosSnape deseaba ir hacia su pupitre, agacharse y sorber su humedad. Darlametones a su clítoris hasta que ella viniera gritando su nombre.

Snapesubiendo su mirada se encontró con la de ella. Sus ojos reflejabanlujuria, deseo, pasión. Sus pupilas dilatadas le dieron una pista aSnape de porqué tenía tanto calor. Entonces supo lo que iba a pasarluego, y le sonrió maliciosamente. Desviando su mirada hacia su relogcomprobó que era la hora.

"Dejad de preparar la poción, la quieroembotellada en mi mesa ahora" Varios alumnos que ya habían terminadohace tiempo se levantaron, entre ellos Hermione. "Srta. Granger, ¿porqué no lleva su corbata?" dijo Snape.

"Bueno profesor, ya le dije que tenía calor" dijo ella volviendo a su pupitre.

"50puntos de Gryffindor por no llevar correctamente su uniforme" dijo él,feliz de haberle quitado puntos a Gryffindor antes de que se leolvidara como antes. Ella le miró furiosa y siguió recogiendo sus cosas.

Eltrío esperaba a Neville que había sido el último en entregar su poción,esperando hasta el último momento para intentar darle un color azulado,sin éxito. Neville llegó y se dirigieron a la puerta.

"Oyechicos, nos vemos luego, yo tengo que preguntarle una cosa al ProfesorSnape y luego iré a la biblioteca a estudiar" los chicos la miraronextrañados "Tengo hora libre ahora" dijo ella excusándose.

"Vale, nos vemos en el Gran Comedor" dijo Ron, y se marcharon.

Hermioneentonces entró en la clase de Pociones. Snape seguía corrigiendoensayos, pero al escuchar pasos habló. "No he dado la orden para queentre, Señor..." alzó la vista "¿Srta. Granger? ¿Ha olvidado algo?"

Ella avanzó hacia estar frente al pupitre del profesor "No, quería comentar con usted una cosa"

"Ahora mismo tengo clase y ..." ella le cortó.

"Losé, esto no creo que tarde mucho" dijo ella inocentemente. Él asintiópermitiéndole continuar "Bueno, vera profesor, quería avisarle queanoche alguien abusó de mi espacio personal" dijo ella lo másdiplomática posible.

"¿Su espacio personal? Srta. Granger, explíquese" dijo él. Se le notaba un poco nervioso.

"Anoche alguien entró en mi cuarto de prefecta" dijo ella falsamente afectada.

"¿Y como esta tan segura?" Su nerviosismo se había disipado y ahora su voz sonaba divertida.

 

"Buenoanoche me dormí con la cabeza para la chimenea y cuando desperté estabaal revés, con los pies para la chimenea y tapada. Creo que alguienentró y me movió"

"Y ¿por qué comenta esto conmigo en vez de con la Profesora McGonagall?" dijo él intentando comprobar su plan.

"Bien,profesor, la profesora se tomaría esto demasiado enserio y se alteraríademasiado, creo que usted es más profesional. " dijo ella.

"Bueno. Lo más seguro es que haya sido cualquier profesor que quería un favor" dijo él intentando parecer indiferente.

"¿Un favor?"

"Si,por ejemplo: Albus querría algún favor relativo al colegio o a algúnsorbete de limón, Sybil querría comprobar si desde su cuarto se venmejor las estrellas que desde su torre, Rolanda querría que llamaras aHarry para volar juntos..." ella le cortó.

"Y usted profesor? ¿Cual sería su favor?" dijo ella dejando de ocultar su deseo en su voz. Snape sonrió.

"Mi deseo sería más íntimo" ronroneó él.

Entonces ella se movió y se puso a su lado. "Intimo como esto?" dijo dándole un beso en la mejilla.

"Muchomás íntimo" dijo el mirándola. Ella se puso detrás de su silla y pusosus manos sobre sus hombros. Acercándose al oído le susurró.

"¿Como esto?" dijo lamiendo su punto sensible.

"Más"gimió él, entrecerrando los ojos. Ella paró y se movió para estardelante de él. Se apoyó en los posabrazos de la silla de su profesor yacercó su cara a la de él. Snape se lamió los labios instintivamente.

"¿Más?¿Como esto?" ella acercó sus labios rozando los suyos, pero Snape losatrapó con hambre, haciando que soltara un gemido. Ella cerró los ojosy se perdió en el beso. Snape cogió su cara para profundizar en elbeso, su lengua entró dentro de su boca sin dignarse a pedir permiso ycomenzó una lucha con su lengua. Ambos bebían de sus bocas, sedientos,como si fuera el único líquido que fueran a probar en meses. Hermionerecordando su plan se separó de él. Ambos jadeaban. "¿Más intimo,profesor?"

"Si, pero..."

"Shhh" ella le cayó. Y se arrodilló delante de él.

"Hermione,pero qué..." ella acarició su endurecida entrepierna "Aaah, mis alumnosestán fuera, deberías para he irte" dijo él intentado conservar lacompostura.

"Oh, ellos ni se darán cuenta de que estoy aquí" dijo ella acariciando de nuevo su entrepierna. Snape suspiró complaciente.

Depronto la puerta se abrió y los alumnos entraron. Hermione se metió unpoco más para adentro del pupitre y Snape se arrimó más a ella. Ellasonrió, contenta de que él le daba permiso. "Que sepas que no quierohacer esto, pero no me has dado elección" susurró él. "Así que estatequieta allí toda la clase"

Snape sabía que estarse quieta era loúnico que no se le había pasado a Hermione por la mente. Como pudocomprobar al notar como ella le comenzaba a quitar los botones delpantalón. Un bullicio de los alumnos la detuvo de su labor.

"Srta. Weasley por favor porqué no deja de pegar a compañeros de clase y se sienta" dijo Snape con su voz de asco.

¿Srta.Weasley? ¿Esta es la clase de Ginny? Oh...esto va a ser divertidodespués en el gran comedor. Por ahora centrate en hacer a Severusretorcerse en su asiento. Hermione terminó de desabrochar losbotones del pantalón mientras Snape explicaba la poción que les tocabapreparar. Parecía calmado, pero Hermione sabía que estaba sacando todoel autocontrol que le quedaba, ya que tenía una enorme erección. Snapeterminó de hablar y comenzó a intentar corregir los ensayos.

 

Lamano de Snape temblaba ante cualquier movimiento que ella hacia, desdeel más leve roce que le hacía temblar un poco hasta la caricia másprofunda que hacía que su mano se moviera violentamente y surespiración se alteraba. Entonces sintió como ella terminó dedesabotonar su pantalón. Escuchó un gemido y sonrió, no era ella laúnica que no llevaba ropa interior hoy.

Hermione tras comprobarque Snape no llevaba sus bóxer negros, soltó un gemido y vio susonrisa. Que no llevara bóxer era muchísimo mejor ya que hubieranimpedido trabajar a gusto. Entonces paró y se dedicó a observar laerección de Severus. Nunca había tenido tiempo de verla detenidamente,ya que a menudo tardaba poco en sepultarse entre sus piernas, pero estavez era toda suya. Se sorprendió de su longitud y de su anchura, abrazósus dos manos al rededor de ella y lo primero que comprobó es que susdedos no se tocaban, por lo que debía de tener un perímetro de anchurabastante grande, lo segundo fue que a pesar de que tenía sus dos manosen su erección no podía cubrirla en su totalidad y aún guardaba untrozo fuera. Hermione se sorprendió de que todo eso cupiera en ella,con razón alcanzaba tan pronto los orgasmos.

También pudo comprobar que estaba circuncidado. Cosas de su padre muggle, seguramente. Laverdad era que le parecía muchisimo más eróticos los penescircuncidados así que se excitó aún más. Impidiéndose controlarse másbombeó una vez la longitud de Snape para ver su reacción. Él suspiróahogando un gemido. Entonces lo volvió ha hacer una vez, y otra y otray algunas veces más. Snape se agarraba a su mesa fuertemente y teníacerrado los ojos para intentar controlarse. Entonces ella paró. Snapeexpulsó un suspiro de frustración y queja.

Hermione había paradopara darle un tiempo ha recuperarse. Se fijó en la erección quepalpitaba entre sus manos y vio como una gota aparecía en su punta.Hermione, con lujuria acercó su lengua y la lamió. Snape no se loesperaba y gimió. Algunos alumnos levantaron su mirada hacia él pero alencontrar que los miraba firmemente la bajaron con temor a que lequitara puntos. Hermione lo volvió ha hacer pero esta vez Snape pudocontrolarse. Frustrada, Hermione metió su cabeza en su boca y absorbió.

"Ooh" gimió Snape sorprendido. Varios alumnos levantaron la cabeza.

"¿Se encuentra bien, profesor?" dijo una chica de Slytherin

"Sies solo...oooh" Hermione acababa de meterse media erección en su boca yestaba jugueteando con su lengua en punta "oooh...solo...tengo dolor decabeza, no se preocupe Srta. Print...oooh"

La chica Slytherinsiguió con lo suyo, al igual que Hermione que acababa de alojar toda sulongitud en su garganta y subía y bajaba por ella. Al principio lecostó encontrar un ritmo, pero tras acostumbrarse sus cabeza subia ybajaba por su longitud rápidamente, haciendo a Snape retorcerse en suasiento. Hermione sintiendo como se aproximaba su orgasmo aumentó elritmo y paró al tiempo de desalojar un poco de su erección en su bocapara recibir su semen en su boca.

Snape que hasta entonces sehabía agarrado a su escritorio como si la vida le fuera en ello y habíaestado con sus mandíbulas apretadas intentando controlar sus gemidos,gritó fuertemente cuando llegó al orgasmo. La clase le miraba ahora.Snape abrió los ojos y los miró.

 

"Se me ha cogido un tendón" dijofríamente, intentando aún controlar su respiración. La clase lo mirabaescéptica. "¿Qué pasa? ¿Tengo monos en la cara? Volver a vuestrosasuntos si no queréis que os quite 10 puntos a cada uno" gritó.Hermione recolocó su pene semiflacido en su pantalón y los abrochó."Espero que ahora se este tranquila mientras pasa la hora y media quequeda" le susurró.

"No cante victoria tan pronto, profesor, leespero no tarde" dijo ella. Él la miró sin comprender. Entonces viocomo sacaba algo pequeño de su bolsillo y con un movimiento de varitalo volvió a su estado natural. Era una especie de capa. Ella le sonrióantes de taparse con ella y hacerse completamente invisible. Snape lanotó saliendo de su escritorio. Pronto vio como la puerta que iba haciasu despacho se abría sola y se cerraba.

"Profesor, la puerta de su despacho se ha abierto sola" dijo un Gryffindor

"Ya me he dado cuenta de ello, Sr. Thomson" dijo Snape con cinismo. "Seguid con lo vuestro, yo voy a ver que a pasado"

Snapese levantó de su escritorio por primera vez en la media hora quellevaba de clase y las piernas le temblaron. Ese orgasmo había sido unode los mejores que había tenido desde hacía tiempo. Había sido bastanteerótico y, porque no decirlo, una fantasía echa realidad. Abrió lapuerta de su despacho con impaciencia y la cerró. No vio nada.

"Vamos quitate la capa, estamos solos" ronroneó él.

Capitulo 8

"Vamos quítate la capa, estamos solos"ronroneó él. Ningún sonido se escuchó y ella no apareció. "¿Quieresjugar al escondite? Te aviso que siempre gano"

Severus avanzóhacia su escritorio y comenzó a buscar la invisible presencia de labruja. Palpando todo su escritorio no encontró nada. También tocó susilla y por debajo de la mesa. Nada. Severus comenzaba a impacientarsecuando escuchó el ruido de una respiración atrás suya. Sonriómaliciosamente y se dio rápidamente la vuelta. Atrapó el cuepoinvisible entre él y la pared. Un grito le confirmó que había acertado.

"Yate dije que siempre gano" dijo destapando la cabeza de la chica. Teníaél pelo más alborotado que de costumbre y respiraba agitadamente por elsusto. Había algunos toques rojizos en sus mejillas que la hacíaparecer una bonita presa.

"Pero ¿como..." él le interrumpió.

"Los gryffindors no sois nada sutiles, amor" dijo él con suficiencia. Ella se sonrojó más. Me ha llamado amor. ME HA LLAMADO AMOOOOR. Sin esperar una respuesta él la besó con ansia quitandole a la vez la capa invisible completamente.

"Oh,Merlin!!" gritó él. Ella se mordía su labio inferior mientras élcontemplaba que estaba absolutamente desnuda. "¿Estas loca? Vas a cogerun resfriado!" dijo él con tono preocupado.

"Bueno tu podrías calentarme" dijo inocentemente.

"Si que podría" Él volvió a retomar su tarea en sus labios pero ella tembló. "Veo que tendré que esforzarme más por calentarte"

Cogiéndolapor la cintura la aupó y la subió hasta la altura de su cintura, ellapara mantener el equilibrio rodeó su cintura con sus piernas. Suespalda le dolía, ya que la fría y dura pared de piedra no ayudaba.Severus mirando su cara contraída con el dolor buscó su varita entresus ropas y echó un hechizo amortiguador y luego, aprovechando, echóotro silenciador.

 

"¿Y ese último?" preguntó Hermione.

"¿Tetengo que recordar lo escandalosa que eres cuando llegas al orgasmo?"la voz de él sonó amortiguada por la garganta de ella, donde él seencontraba ahora recorriéndola con su aterciopelada lengua.

"Bueno,¿y yo te tengo que recordar lo escandaloso que eres cuandosupuestamente se te cogen tendones?" dijo ella entre suspiros y gemidos.

"Esofue porque me estaba reprimiendo" dijo Severus a la defensiva, parandolo que estaba haciendo y mirándola a los ojos. Pupilas dilatadas denuevo.

"No lo hubieras hecho" dijo ella con una sonrisa malvada.

"Claropor ti me hubiera puesto a gemir como un loco delante de toda la clase"ella comenzó a reírse por el comentario, él esbozó un sonrisa.

"Hubiera sido excitante" dijo ella mirándolo con ansia.

"Yate daré yo a ti algo excitante..." Severus cogió de nuevo su varita ycon un rápido movimiento y unas palabras murmuradas ambos estuvierondesvestidos en segundos. Hermione tembló y Severus se apretó más contraella. Ella aspiró su aroma a hiervas. Él atrapó su boca de nuevo y suslenguas comenzaron a luchar entre ellas. Control, siempre control. Ycomo siempre fue él, él que ganando rompió el beso y continuó besándolapor la línea de la mandíbula, subiendo hacia su oreja. "Es una pena queno tengamos tiempo para mucho"

"Aprovéchalo" dijo ella en ungemido cuando pasó su lengua por su oreja y atrapó su lóbulo. Severus,tomando eso como una señal comenzó a acariciar sus pechos suavemente,haciendo círculos bajo sus pezones y, de vez en cuando, pellizcándolosplacenteramente. Mientras su boca continuaba bajando recorriendo sucuello con suaves masajes y, a menudo, estaba un rato en una parte desu cuello, marcándola. Siguió bajando por el valle entre sus pechos ycon un rápido movimiento sustituyó una de sus manos por su boca. Ellagimió ante el placentero cambio. "¿Severus?"

"Hmmm" sonó él con un pecho en su boca.

"Merlínsabe cuanto me gusta esto pero...aaah" ella gimió cuando él amamantó supezón "...pero no crees que tu clase se preguntará donde estas?"

"Mi clase tiene que estar contenta de que yo no esté" dijo él resbalando su pezón de su boca.

"Vale, igualmente yo tengo solo una hora libre, de la que ahora solo quedan 15 minutos" dijo ella con pesadez. Si tuviera un giratiempo...

"Osea..." dijo él bajando su mano haciéndole caricias en el recorrido"...que mi pequeña bruja quiere que nos dejemos de preliminares ¿no?"dijo él abriéndose paso entre sus pliegues y dándole un pequeño toque asu hinchado clítoris.

"¡SI!" gritó ella ante la intromisión.

"Aunque no sé si estarás lo suficientemente lista aún" dijo él, estirando él momento que sabía que ella deseaba.

"Noseas tonto! Llevo lista desde que crucé las puertas de la clase hacecerca de 3 horas y como no me des lo que quiero me temo que lo tendréque conseguir de otro hombre!" dijo Hermione con una amenaza fingida.

"Nunca..."dijo él con un tono de advertencia que a Hermione le dio miedo "...tu eres mia ¿de acuerdo?"

Ellasonrió y lo besó con ansia, él respondiendo a los deseos de ella no sedemoró más y, sabiendo que estaba lo suficientemente lista, se resbalódentro de ella. Hermione gimió en su boca. Severus comenzó a entrar ysalir de ella en un vaivén continuo. Hermione agradeció mentalmente queél hubiera puesto un hechizo amortiguador porque los empujes de Severuseran tan fuerte que incluso con el hechizo le dolía la espalda.

 

"¿Pasa algo, amor?" dijo él con voz ronca parando de repente. Oh Merlin, habla tan tierno cuando lo hacemos. Ella sonrió y negó con la cabeza. "Estas incomoda ¿no?" ¿Es preocupación eso que se nota en su voz? Dios si tuviera una grabadora a mano.

"Bueno, no hay tiempo ahora para irnos a una cama ahora ¿no?" dijo ella empujando con sus caderas para que él continuara.

"Siempresiendo una insufrible sabelotodo" dijo él con su tono de voz de clase"Pero tenemos mi escritorio que seguro es mucho más cómodo" Él puso susmanos en su culo y la llevó a su escritorio.

"Mmm, profesor ¿otrafantasía?" Severus levantó una ceja. Y continuó por donde lo habíadejando sacando un gemido de la boca de Hermione, boca que no tardó enprofanar de nuevo. Severus comenzó a empujar dentro de ella con másfuerza, tocando ese punto clave en su cérvix haciendo gemir a Hermionefuertemente y haciéndola arquear su espalda.

"No...sabes...las veces...que...he imaginado...hacértelo...aquí" dijo Severus entre gemidos y empujes.

"Mmm" se limitó a decir ella, que sentía cómo su cuerpo comenzaba a contraerse ante el comienzo de su orgasmo. Oh Merlín...¿ha dicho hacértelo? No ha dicho 'me he imaginado haciéndolo aquí' NO. Ha dicho haciéndotelo...a mí. Jmmm...interesante...oooh.Severussintió como la paredes aterciopeladas de Hermione lo absorbían a unirsea su orgasmo, invitación que él aceptó gustosamente.

Tras unoserráticos empujes más por parte de Severus, ambos culminaron gritandode placer. Severus se apoyó cuidadosamente encima de Hermione pararecuperar la respiración y así se quedaron un rato. Severus fue elprimero en hablar.

"Creo que mi clase tiene que estar ahora mismo bastante preocupada" dijo él, su voz amortiguada por la piel de ella.

"Lo dudo"

"¿Cómo?"dijo levantando la cabeza para mirarla. Severus se quedó absorto, susmejillas enrojecidas del placer, sus labios rojos y aumentados a causade sus apasionados besos, las aletas de sus nariz más abiertasintentando recuperar aún la respiración.

"Lo normal es que se alegren de que no estes" Snape levantó una ceja. "Oh vamos, no finjas que no sabes que tus clases te odian"

"¿Tu también me odias?" Un toque de tristeza en su voz. Ella se alzó y le besó tiernamente.

"Claroque no, y menos después de saber lo que hay tras esos hábitos" dijoseñalando al montón de ropa que estaba en la silla. Él sonrió.

"Yhablando de ropas..." con un movimiento de varita estaban los dosvestidos, aún uno encima del otro. Snape se incorporó tras un ratomirándola. "Creo que o te vas ya o llegarás tarde a tu próxima clase"

"Oh! Verdad" dijo ella incorporándose rápidamente y cogiendo la capa de Harry. Ella se dirigió hacia la puerta y se la puso.

"¿Hermione?" dijo él, ella se destapó solo la cabeza para mirarlo. "¿con quién vas al baile?"

¿Baile?Oh...elBaile de Navidad es mañana! Cómo lo he podido olvidar? Con la lata queme dio Ginny para comprar los vestidos dias antes de empezar laescuela. ¿Con quien voy a ir? ¿Por qué le preocupa con quién vaya?

"Con nadie en particular" dijo ella restándole importancia.

 

"¿Nadie te lo ha pedido?"

"No"dijo ella decepcionada. De pronto vio un brillo especial en sus ojos.¿Acaso estaba contento de que fuera sola? ¿Tan posesivo era? Genial.

"Vale...te veré esta noche" dijo él con una pícara ceja levantada. ¿Esta noche? Oh Merlin! No tengo caramelos para esta noche...¿como le digo que no? ¿Qué escusa le pongo? Éldebió de notar la preocupación en su cara "¿Pasa algo? ¿No quieres quevaya esta noche?" Hermione notó un toque mal disimulado de decepción.

"No,es solo...nada, te veré esta noche" dijo ella con una sonrisa fingida.Él frunció el ceño y aceptó con la cabeza. Ella se tapó de nuevo yabrió la puerta.

Capitulo 9

Hermione caminaba por los pasillos deHogwart, sus pies la dirigían automáticamente hacía el Gran Comedor, sumente estaba bastante lejos. Ni siquiera recordaba lo que acababa dedar en clase de Aritmacia, menos mal que el tema ya se lo habíaestudiado a fondo. Casi llegando una voz que arrastraba las palabras lasacó de sus pensamientos.

"Shh, calla Pansy aquí comienza a olermal" se escuchó la voz de Draco desde una esquina escondida losuficientemente fuerte para que Hermione lo escuchara. Unas risas seescucharon. Hermione giró para lanzarle una mala mirada a Malfoy.Varias chicas se encontraban al rededor suyas, todas Slytherin, entreellas pudo distinguir a Pansy y Millicent Bulstrode.

"Pues seráculpa tuya, Malfoy, los hurones apenas controlan sus esfínteres" dijoella con una mala cara. Malfoy la miró con la cabeza alzada en forma desuperioridad y fue a responder cuando Pansy lo paró.

"Draco dejaha esa sangre-sucia, ahora es más importante mi problema" dijo ella.Draco la miró y asintió. Miró a Hermione con los ojos entrecerrados yluego volvió su cabeza hacia Pansy. Hermione se extrañó, ya se esperabauna ola de insultos por parte de Pansy pero no llegaron. Ella miró algrupo de Slytherin, se encogió de hombros y siguió para el grancomedor, ya se preocuparía en otro momento de lo que rodeara a Malfoy,ahora tenía otros pensamientos en la cabeza como ¿dónde conseguir máscaramelos?

Mientras Hermione se dirigía al Gran Comedor, el grupoSlytherin reanudó su charla. "Pansy, creo que no es buena idea" dijoDraco.

"Eso es porque estas celoso, Draco" dijo ella socarronamente.

"Yo creo que Draco tiene razón Pansy, ninguna hemos conseguido nada por ese camino" dijo Millicent

"Pues claro, pero yo soy mejor que todas vosotras y más guapa" dijo ella con aires de superioridad. Millicent rodó los ojos.

"Bien,pero eso no te servirá con él. Es frío y calculador. Además nunca se leha conocido mujer, quien sabe si en realidad no es de la otra acera"contestó otra chica Slyth

"Bueno hay te puedo asegurar que es heterosexual" dijo Draco "Yo y mi padre podemos asegurártelo"

"Si es heterosexual, cuando me vea vestida mañana caerá a mis pies, creedme" dijo Pansy convencida.

"Nosé, no sé...sigue sin ser buena idea" dijo Draco. Las demás asintieron.Pansy se limitó a encogerse de hombros dándoles a entender que lesimportaba poco su opinión.


Alentrar en el Gran Comedor un par de manos se alzaron en la mesaGryffindor. Hermione se dirigió hacia allí, donde estaban Harry y Ronesperándola para comer. Bueno Ron ya masticaba el pollo. Al rato desentarse Hermione, Ginny se unió al grupo. Comenzaron a hablar de susclases anteriores.

 

"Pues la verdad es que estaba normal"respondió Harry a la pregunta de Ginny de si habían encontrado a Snapealgo extraño hoy. Hermione casi se atraganta con el pollo. "¿Por qué lopreguntas?"

"Bueno es que...no sé estaba raro, primero no nosinsultó en toda una hora y luego actuó como si nada. Sin mencionar queen medio de la clase soltó un grito que sonó casi como un gemido" dijoGinny poniéndose roja. Hermione por el contrario estaba cada vez másblanca.

"Ahoba gue o bifes..." Ron tragó "...en clase tambiénsoltó un grito verdad?" dijo mirando a Harry y Hermione. Harry asintió,Hermione se encogió de hombros intentando ocultar una sonrisilla desatisfacción al recordar el momento en el que Snape había descubiertoque no llevaba nada de ropa interior.

"Y fue algo extraño, porque hasta se le olvidó quitarnos puntos" dijo Harry.

"Ohvaya, eso tendría que estar en Hogwarts: Una Historia ¿no Mione?" dijoGinny bromeando. La pelirroja se quedó mirándola extrañada, Hermione selimitó a esbozar una pequeña sonrisa. Ginny fue a decir algo cuando unbúho se hundió estrepitosamente en el plato se sopa de Ron, manchando atodos. Toda la mesa comenzó a reirse.

"Errol!" gritó Ron echandoun hechizo limpiador a él y al búho. Todos le imitaron y seautolimpiaron. Errol como si nada hubiera pasado extendió su patitamientras mordisqueaba el hueso de pollo de Ron. Ron le quitó la carta yErrol salió volando pero a mitad de camino se chocó con la ProfesoraSprout que iba de camino a la mesa de profesores. Toda las mesasestallaron en risas, la profesora Sprout se puso un poco colorada ycontinuó su camino, al igual que Errol que tras chocarse con la puertaprincipal del Gran Comedor continuó su camino a la lechucería.

Loschicos tras mirar como salía Errol miraron a Ron que intentabaesconderse de la vergüenza. Ron tras recuperar su color natural abrióla carta. "Es de los gemelos"

Querida Ginny y no tan querido Ron (Aquí Ron rodó los ojos)

Osenviamos esta carta, si llega, para deciros que ayer inauguramosnuestra nueva tienda en Hogsmeade. Llamada "Sortilegios Weasley 2". Unagran idea de Fred. (Aquí cambiaba de letra) Eh! Mejor que la tuya "La Competencia de Zonko". (Aquí volvía a cambiar a la letra anterior) Al menos es un titulo divertido.

Buenoantes de que la vuelapluma vuelva ha escribir con la mala letra deFred, deciros que esperamos veros pronto. Si no hay un fin de semanadonde os dejen ir a Hogsmeade pronto ya sabeis "Jurad solemnemente quevuestras intenciones no son buenas".

Os esperamos pronto.

Un saludo

George (Cambio de letra) y el guapísimo de Fred.

"¡Qué bien! Me dijeron que la tienda de Hogsmeade iba a ser más grande que la del Callejón Diagon" gritó Ron ilusionado.

"¿Cuando es el próximo fin de semana que nos dejan ir a Hogsmeade" dijo Harry igualmente de ilusionado.

"Puesel anterior fue este último, así que creo que tardará hasta el próximo"dijo Ginny "Aunque ya sabeis podemos usar tu mapa no?" Ginny miró a loschicos que aceptaron sin pensar y luego miró a Hermione que no parecíaestar en ese momento allí. "¿Mione?"

Hermione, que hasta esemomento estaba pensando en lo que le iba a decir a los gemelos en lacarta que les iba a mandar ahora, despertó al escuchar su nombre."¿Qué? Sí, si claro" Ginny la miró extrañada "Oye chicos me tengo queir, nos vemos en clase"

 

"¿Dónde vas?" dijo Ron

"A la lechucería, tengo que enviar una carta a...mis padres" dijo ella dándose la vuelta y corriendo hacia allí.

"Espera,voy contigo" ella se encogió de hombros. Ron comenzó a correr trasella. Tras un rato corriendo por los pasillos de camino a la lechuceríaRon estaba asfixiado "¿Por qué corres, Mione?"

"Quiero tener larespuesta hoy" dijo jadeante. Un rato después llegaron. Para alivio deRon que había comenzado a hiperventilar. Hermione se acercó al alfeizarde una ventana y sacó una pluma y un pergamino y se puso a escibir.

Queridos Fred y George.

Antesque nada daros la enhorabuena por la inauguración de la tienda, estoydeseando visitaros. Sin embargo, os escribo porque necesito vuestraayuda.

Los caramelos que me disteis son geniales, peronecesito otros más para completar mi 'misión', los necesito hoy porqueesta noche es cuando quiero terminarla.

Un beso, Hermione.

"OyeRon, ayudame a buscar una lechuza rápida" dijo Hermione enrollando lacarta cuidadosamente. Al rato encontraron una lechuza marrón que teníapinta de ser ligera. Hermione le enrolló la carta y le susurró ladirección. Ron que estaba distraído con Pig no se dio cuenta. "Vamos"dijo Hermione tirándole del brazo.

"Mione..." Hermione se paró en la puerta.

"¿Qué pasa Ron?" dijo ella.

"Tu...tu..." La cara de Ron comenzaba camuflarse con su pelo "...tu ¿quieres ir al baile conmigo?"

"Claro, Ron, todos los años lo hago. Contigo, con Harry, Ginny, Neville..." dijo ella sin comprender.

"No, yo decía como mi pareja" dijo Ron

"Ah"Hermione comenzó a ponerse pálida. No tenía ninguna alternativa. Si ledecía a Ron que no tendría que decirle que tenía pareja, pero no latenía por lo que al verla en el baile sin pareja se enfadaría. Pero nopodía ser la pareja de Ron, ya le había dicho a Severus que no teníapareja. Oh, tengo un gran problema.

"¿Mione? Oh...¿Ya tienes pareja?" dijo él avergonzado

"No" contestó ella rápidamente. "Es solo que...no me lo esperaba"

"Ah ¿y qué dices?" dijo él aún más rojo si cabe.

"Eh...sí...claro" Que remedio

"Genial!" dijo Ron dándole un beso en la mejilla" Este año tengo túnica nueva. Voy a decírselo a Harry"

Con esto Ron salió corriendo dejándola sola en la lechucería. Genial, al menos no haré el ridículo.


La tarde pasaba y Hermione deseaba que la carta de los gemelos llegara antes de ver a Severus. Pero la carta no llegaba. Debería haber cogido a Hedwing, al menos se que ella es rápida. Espero que no se la haya llevado el viento. Lacena llegó y los nervios de Hermione estaban tan a flor de piel quecuando una lechuza se posó en su plato salto literalmente de su banco.Toda la mesa se la quedó mirando.

"No me lo esperaba, jeje" dijoroja como un tomate y sentándose de nuevo. Con manos temblorosas abrióla carta. Ningún paquete. Se temió lo peor.

Queridísima Hermione,

Creemosrecordar que los caramelos que te dimos eran "Caramelos de lujuria"¿no? Espero que sepas que esos caramelos son adictivos y que tienenalgunos efectos secundarios mientras pasan las horas. (Cambio de letra) Efectos secundarios que estamos seguros que has pasado ya que has dicho que no has completado tu misión.

 

Pero sentimos comunicarte que aunque desearíamos que la completaras. (Cambio de letra) ¡Georgeestaba escribiendo yo! Pues eso, que desearíamos que la completaraspero el Ministerio nos ha obligado a retirar nuestros artículos paramayores de la tienda que tenemos aquí en Hogsmeade por lo que notenemos ninguno aquí.

(Cambio de letra) Tendrás quecompletar la misión con tus encantos. Aunque también queríamosadvertirte que si en realidad no han funcionado ya los caramelosdebería cambiar tu objetivo ya que los caramelos solo funcionan si laotra persona te desea tanto como tu a ella.

(Cambio) Porlas barbas de Merlín, Fred! ¿Quien no querría acostarse con ella? Oh¿la pluma ha escrito eso? Bueno Mione, te deseamos suerte. Fred borralo último. (Cambio) Si, George, ya lo he echo.

Un beso.

Gred y Feorge.

Hermioneterminó de leer la carta y el alma se le cayó a los pies. El día habíacomenzado bastante bien, pero de un momento a otro todo iba mal. Estabatan ocupada en el pensamiento de que no tenía caramelos que ni siquiera se dio cuenta de importante dato que había escrito en la cartasobre ellos.

"¿Quien te ha escrito, Mione?" dijo Ron.

"Esla respuesta de mis padre" dijo Hermione intentando sonar tranquilapese a su terror interior. Su plato estaba intacto pero no teníahambre, el nudo que tenía en el estómago se lo impedía.


Alrededor de las once Hermione abandonó la Sala Común dejando a Harry yRon jugando al ajedrez mágico. Subiendo por las escaleras Ginny laabordó.

"¡Mione!" ella se giró "¿Podemos hablar?"

"Sí, claro, vamos a mi cuarto" dijo ella. Al entrar ella se sentó en su cama y Ginny en la silla de su escritorio "¿Qué pasa?"

"Puesestaba pensando que tu podrías tener un poco de culpa de lo que le pasóa Snape hoy ¿no?" dijo la pelirroja con una sonrisa maliciosa.

"No sé por qué dices eso, yo estaba en la biblioteca" dijo ella a la defensiva.

"Ya..." dijo ella sin creerla.

"Bueno ¿eso era todo?" dijo ella con nerviosismo

"¿A qué viene ese nerviosismo, Mione?" dijo la pelirroja haciéndole honor a su apellido.

"A nada" dijo Hermione mirando inconscientemente a la chimenea.

"Él viene hoy!" chilló Ginny.

"Shh...¿quieres que se entere toda la torre?"

"Eso es un sí, entonces me voy" dijo Ginny levantándose corriendo. "Ya me contarás lo de esta noche y lo esta mañana en clase"

"Yo no..." tarde, Ginny ya se había ido. Hermione resopló con frustración.

0000000000000000

Snapeestaba en su despacho terminando de corregir los ensayos de sus alumnosde cuarto año cuando comenzó a pensar en Hermione. Su cabezadirectamente se fue a sus labios, tan carnosos y rosados, tan sabrososcomo fresas. Él amaba las fresas. Tras esto su mente divagó hasta susdeliciosos pechos blancos y puros, con esos pezones rosados...duros. Sumente fue bajando por la anatomía de Hermione hasta llegar a su puntoclave, adoraba como ella se retorcía cuando su lengua tocaba suclítoris, cuando sus dedos se introducían dentro de ella. Cuando sudura y larga longitud se deslizaba entre sus pliegues, una y otra vezhasta que ella gemía y gritaba su nombre cuando venia. Adoraba loescandalosa que era cuando venía.

 

Oh, genial! Ahora mi dura y larga longitud esta en mis pantalones. Snape estaba en lo cierto. Pero aún le quedaban cinco ensayos para ir al cuarto de Hermione. El placer puede esperar. Siguió corrigiendo ensayos, cuando terminó su reloj de pared marcaba las doce y cinco. Buena hora para el placer.Snape puso en su carpeta los ensayos corregidos y se dirigió a suscuartos, cogió un poco de polvos flu y en pocos segundos estaba en elcuarto de Hermione.

Quitando el polvo de sus ropas vio que ellaestaba en la cama, sentada, mirándole. Él le dio una sonrisa y la mirócon lujuria. Ella no reaccionó. Avanzó hacia ella lentamente y se situódelante de ella. Miró sus labios con deseo y cogiéndola por la barbillaacercó sus labios a los suyos. Atrapándolos, esperando su reacción.Pero la reacción no llegó.

Snape sin comprender se sentó a sulado y tocó su barbilla para que lo mirara, ella evitaba sus ojos.Entonces él lo intentó de nuevo, juntó sus labios con los suyos y estavez intentó que ella colaborar pasando sus lengua por su labioinferior. Ella tembló y entreabrió los labios, momento en el queaprovechó para profundizar el beso. Ella gimió cuando su lengua seabrió paso en su boca. Pero entonces ella giró su cara, rompiendo elbeso.

"Hermione ¿qué pasa?" dijo él confuso. Ella no habló, aúnsu cara estaba girada, mirando al frente. "Mírame, Hermione" Ellacontinuó sin mirarle, entonces él cogió su barbilla y dirigió su cabezapara que lo mirara, pero ella esquivaba sus ojos. "Mirame a los ojos,Hermione" Ella continuó evadiendo su mirada "Por favor" Entonces ellale miró y entonces él comprendió.

"No tienes más caramelos ¿no, Hermione?" dijo él intentando sonar lo más dolorosamente posible.

"Hace tiempo que no uso los caramelos, Severus" mintió ella.

"Esoscaramelos hacen que tus pupilas se dilaten, siempre quehemos...intimado tenías las pupilas dilatadas. Hoy no" dijo él con sutono de superioridad típico de clase. Ella le miró culpable. Élentonces se limitó a asentir y se levantó, dirigiéndose hacia lachimenea.

"Severus, yo..." pero Snape la paró levantando su mano.

"Apartir de ahora, no hay más Severus ni más Hermione, ¿de acuerdo, Srta.Granger?" su voz sedosa se había esfumado. Una voz dura y odiosa lahabía sustituido.

"Sí, señor" dijo Hermione bajando la cabeza. Entonces Snape se fue a sus cuartos.

EntoncesHermione comenzó a sollozar. Silenciosamente. Sintiendo como suslagrimas se deslizaban por su cara y acababan cayendo en su regado.Lloró por lo que acababa de pasar, por lo estúpida que había sido, porla reacción de él. Porque aunque él había echo lo imposible por ocultarel dolor que sentía su voz se había quebrado en algunos momentos yentonces ella había descubierto que le había echo daño. Y lloró por él,porque sabía que él no lo haría.

Capitulo 10

Hermione estaba sentada delante de lachimenea de la Sala Común cuando de repente Ginny comenzó a molestarla."Vamos, Mione, son las cinco, es hora de prepararse para el baile" dijola pelirroja sacándola de su ensueño.

"Ya voy, Ginny ¿Has echo yael baúl?" Las vacaciones de Navidad comenzaban mañana y ella ibas apasarlas en Grimmauld Place con los Weasley, Harry y Sirius, sus padrescomo la mayoría de las Navidades estaba de viaje. Ella que normalmentese aburría como una ostra los días que no tenían clase, hoy había echocasi toda la tarea que les habían mandado para Navidad y habíaencontrado tiempo para hacer el baúl, dejando fuera solo una muda paramañana y su vestido de noche.

 

"Sí, hace tiempo" contestó la pelirroja "Vamos, Mione, tenemos que prepararnos" dijo ella tirando de su brazi para levantarla.

"Ginny! Para de hacer eso! Aún nos quedan 3 horas" dijo ella disgustada.

"Solo?Oh tenemos que darnos prisa" dijo Ginny visiblemente excitada. Hermioneresopló y se levantó siguiendo a Ginny que ya había alcanzado la puertade su dormitorio.

Tres horas después Hermione se miró por enésimavez al espejo y sonrió. Estaba radiante. Miró a Ginny con una sonrisade oreja a oreja. La pelirroja, que también había echo un gran trabajocon ella misma, la cogió del brazo y ambas se fueron a la Sala Comúndonde los esperaban los chicos.

Harry y Ron jugaban a amontonarcartas para ver quiñen alcanzaba más altura cuando escucharon a lachicas bajar. Al girarse se sorprendieron tanto que todas sus carta secayeron formando un montón en la mesa. Pero a ellos poco les importó,sus chicas eran despampanantes. Harry se levantó primero y admiró labelleza de su novia que llevaba un traje marrón dorado que hacíabrillar su pelo como si fueran cadenas finas de rubíes. "Estáisguapísimas" dijo el ojiverde.

Ron continuaba sentado admirando labelleza de su pareja, quién iba a decir que esa chica vestida de azulera la empollona con el pelo parecido a un arbusto que solía hacerlelos deberes. Estaba encantado con su elección, pese a que su primeraintención fue Lavender. Pero ya tenía a Dean. Bien ahora se lo pagaría.Ron se levantó y cogió a Hermione del brazo "Estas increible, Mione,¿vamos?"

Los cuatro salieron por el retrato y se dirigieron alGran Comedor. Hermione aún se preguntaba porqué el Dumbledore habíaecho este año un baile. 'A ese viejo chiflado le encantan las fiestas'le soltó más de una vez Ron. 'No se queda ningún alumno en Hogwart esteaño, por lo que no podrán celebrar la Navidad" contestó Harry otraspocas de veces. Quizás llevaban razón o quizás el director quisieracelebrar la muerte de Voldemort y esta era una buena escusa.

Alllegar al Gran Comedor las mesas estaban colocadas como en su cuartoaño, mesas redondas para siete u ocho personas y una gran pista debaile en medio. Este año, según corrían los rumores, las Brujas deMacbeth también estaban invitadas. Todos los alumnos a partir de quintoaño estaban allí.

Hermione comenzó a buscar caras conocidas. Lasgemelas Parvati y Patil estaban vestidas con sus trajes nacionales yacompañadas ambos de unos alumnos de Huffelpuf. Colin iba con una chicade Ravenclave, siempre con su cámara en mano. Malfoy iba con Pansy ysus dos matones. Pansy parecía buscar a alguien también. Pero quienella quería ver no estaba.

"Oye, el murciélago grasiento halogrado escabullirse del viejo hoy ¿no?" dijo Ron que por lo vistotambién había estado buscando caras conocidas.

"Lo dudo, además Snape no se perdería una oportunidad de quitar puntos por nada del mundo" conestó Harry.


Unaluz verde inundó la habitación y el director de Hogwart entró en elcuarto. "Hola Albus" se escuchó una voz sedosa desde la otrahabitación. "Hay veces en las que me planteo si cerrar la red paraimpedirme demasiadas molestias"

 

El director entró en el despachode Snape y lo vio corrigiendo algo. "Deberías descansar e ir a lafiesta" dijo Albus con tranquilidad.

"Supongo que no tengoopción" dijo Snape como si lo mandaran a la horca. Albus se limitó asonreir, Apretó el hombro de Snape suavemente y salió. Snape suspiró,en efecto, no había otra opción.


Hermioneestaba bailando con Harry mientras Ron lo hacía con Ginny, Ron hablabacon Ginny pero ella movía la cabeza de un lado para otro y a menudo lecontestaba con frases negativas. Hermione no llegaba a captar el temade la conversación.

"Ron de verdad no es buena idea" le decía unay otra vez Ginny, Ron se limitaba a negar con la cabeza y decirle queera de las mejores ideas que se le había ocurrido. Al terminar el baileHermione fue a por unas copas, justo en el momento en el que un montónde ropa negra entraba por las puertas de los profesores. Ella secongeló en el sitio y se quedó mirándolo.

Snape miró a la mujerque estaba delante suya. Su estómago dio un salto y sus pulmones senegaron a respirar. Era Hermione. Esta asombrosa. Llevaba un vestidoceleste que se ajustaba a la perfección en su cuerpo remarcando suscurvas. El vestido era largo, ya que Albus había insistido en unapuesta de largo, pero mostraba unos preciosos tacones a juego. Pero loque le maravillaba era su pelo que completamente controlado en unostirabuzones que estaban cogidos en un moño moderno dejando algunosmechones rizados cayendo por su espalda.

Hermione no se movía y,realmente, no quería. Severus la miraba y ella quería que lo hiciera,aunque su mirada no reflejara nada. Era tan dura como siempre, pero lamiraba y eso bastaba. De pronto sus ojos se encontraron con los suyos,ella sonrió pero él puso cara de asco y se fue en un remolino de haciadentro. Pronto Hermione lo vio salir por las puertas principales.

"Yava ese murciélago a rondar por fuera a ver si hay alguna pareja a laque quitar puntos" sonó la voz de Ron detrás suya. Ella forzó unasonrisa y siguió con su camino hacia las bebidas. Tomando cuatrocervezas de mantequilla, dos ella y dos Ron, fueron a la mesa dondeestaban Harry, Ginny, Neville y Hanna.

"Ey, parejas ya llegamos" dijo Ron sonriente. "Oye Neville lo siento pero no pudimos cargar más cerveza"

"Nopasa nada, a nosotros aún nos queda" dijo Neville levantando su cervezacasi sin tocar. Hanna señaló a la suya que estaba por la mitad.

"Oye vamos a dar una vuelta" propuso Harry. Ginny, Ron y Hermione asintieron.

"Hannay yo nos quedamos aquí, la canción que van a poner ahora es nuestrafavorita" dijo Neville sonrojándose. Los demás cogieron sus abrigos ysalieron del Gran Comedor. El aire era frío y hasta hacía poco habíaestado nevando, pero en el Gran Comedor el calor que hacía erasofocante. Por los hechizos antinieve que había formado diversoscaminos, supieron que no eran los únicos que había optado por salir.Unos ruidos de parejas en las sombras se lo confirmaron.

Loscuatro fueron a uno de los muchos jardines que tenía Hogwart y sesentaron en uno de los bancos. Un silencio incómodo se formo entreellos. "Que bonita noche la de hoy ¿eh?" Ginny rompió el hielo.

"Si, se pueden ver perfectamente las estrellas...Trelawney estaría contenta de darnos una clase extra hoy" bromeó Harry.

"Puff, no sé como aún continuáis con esas supuestas clases" bufó Hermione.

 

"Son divertidas" afirmó Ron.

"Yapero se supone que deben ser educativas" contestó Hermione. Ron seencogió de hombros, había tenido tantas veces esa discusión. De prontoHarry dijo algo en el oído de Ginny y esta rió tontamente y se pusocolorada.

"Uff, creo que aquí sobramos" soltó Ron divertido.Ginny se puso aún más roja. Ron se levantó y cogió a Hermione por elbrazo levantándola. "Vamos al Gran Comedor"

Ron y ella caminaronhacia el Gran Comedor durante un buen rato. O por lo menos eso creyóHermione, porque tras un rato caminando aún no había llegado. Hermione,que había estado divagando en sus pensamientos, de repente se diocuenta que estaban en un jardín bastante lejos del Gran Comedor.

"Ron, nos hemos perdido" le dijo Hermione parando de andar.

"No, Mione, estamos en el jardín de los enamorados" ronroneó Ron acercándose a ella. Hermione le miró extrañada.

"Nunca he oído hablar de ese jardín, Ron ¿por qué te acercas?" dijo Hermione retrocediendo a cada paso que daba Ron con ella.

"Nuncahas oído hablar de él porque este jardín no tiene nombre y las personasque estan dentro de él son quienes les dan el nombre...hoy quiero quesea el jardín de los enamorados y por eso todo son rosales, Hermione.Rosas para ti y para mí" le susurró Ron en el oído ya que la habíaarrinconado en una esquina, Hermione se estremeció, no de placer sinode miedo. Nunca había Ron actuado así.

De pronto Ron se abalanzóy la beso fuertemente, sin delicadeza. Ella intentó apartarlo pero sucuerpo la aprisionaba, era demasiado fuerte.


Snapevagaba momentáneamente feliz por los jardines de Hogwart. Iba felizporque acababa de quitarle 20 puntos a Gryffindor y no por culpa deningún estudiante cualquiera, sino por culpa de Potter y su noviaWeasley. Iba realmente feliz.

Se paró a comprobar que el cartelque normalmente ponía "Jardín Sin Nombre" ahora ponía "Jardín de losEnamorados". Snape sonrió, quizás hoy era su día y podría quitar máspuntos. Anduvo majestuosamente por el jardín hasta que comenzó aescuchar murmullos a su izquierda, entonces se acercó allí. En unaesquina se distinguían dos sombras muy juntas y por los sonidos que seescuchaban no estaban haciendo nada lícito. Si, ese era su día.

Seacercó a ellos y haciendo un movimiento con su varita una luz iluminó ala pareja. Un pelo rojizo fue lo primero que se iluminó. Él sonrió consatisfacción. Definitivamente era su día. La pareja por lo visto no sehabía dado cuenta de su presencia.

"Me pregunto si tendré algunabonificación de puntos por pillar a dos Weasleys seguidos" dijo él consuficiencia. Rápidamente el chico Weasley se separó y lo miró asustado.Su cara era del color de su pelo. La chica no se veía ya que estabaentre las sombras.

"Profesor...yo..." intentó hablar Ron, pero Snape le cortó.

"Mepregunto quién es la afortunada, o mejor dicho la desafortunada" dijoSnape con una sonrisa sardónica. Una sonrisa que se le borró en elmomento en el que su varita iluminó la cara de Hermione. Una rabiacomenzó a extenderse desde los dedos de sus pies hasta su cabeza.Pasando por su corazón que se encogió como si se lo hubieran quitado.Ella lo miraba, con miedo, había lagrimas secas en sus ojos pero ahorano lloraba.

"Granger" dijo con odio, fue lo único que pudo decirya que en su garganta por lo visto se había formado un nudo. Y sin másse marchó, barriendo sus trajes contra ellos.

 

Entonces Hermionecomenzó a llorar. Todo había salido mal, todo lo planeado con Ginny deconquistarle de nuevo, de vestirse para él, todo arruinado por eseestúpido pelirrojo. Hermione dejando de sollozar lo miró con furia. Ronsorprendentemente estaba sonriéndole. ¿Pero es que ese estúpido niño nosabia lo que acababa de hacer? ¿Ese estúpido proyecto de hombre nosabía que había estado a punto de forzarla? Entonces Hermione le diotal tortazo en la cara que le quitó la sonrisa.

"¡Ah, Mione!" dijo rascándose donde ella le había dado "¿Por qué me has pegado?"

"¿Porque? ¿POR QUE? Pues porque eres un estúpido niño creído y has arruinadotodo con tu estúpida actitud. ¿Por qué tuviste que besarme eh?" legritó ella.

"Porque yo...porque ambos quisimos"

"No, Ron...TÚ quisiste" escupió ella, Ron se agachó un poco.

"Pero tu eres mi pareja, es lo que hacen las parejas"

"Ron,es lo que hacen las parejas normales, nosotros somos una pareja para unbaile. Cuando seas lo suficientemente maduro para diferenciar entreesas dos cosas, quizás volvamos a ser amigos...pero NUNCA nada más" ydicho esto con todo el odio que Hermione tenía dentro se alejó azancadas del pelirrojo, dejándolo ahí plantado.


Snapecorrió por los pasillos de Hogwart quitando puntos a cualquiera que sechocara con él o simplemente se cruzara en su camino, ya fueraGriffindor, Ravenclave, Huffelpuf o Slytherin, aunque estos últimos losrectificaba cuando se daba cuenta. Y todo por dos malditos Gryffindor,por ese maldito Weasley y esa encantadora...y esa maldita Granger. NoHermione, Granger.

Llegó a sus cuartos y fue a donde él guardabael alcohol, no solía beber y menos cuando los niños estaban aún en laescuela, pero ahora solo le apetecía beber, beber y olvidar. Olvidarese estúpido sentimiento que había sentido al verla a ella besar alpelirrojo. Ese estúpido sentimiento de vacio interior...¡Pero si él notenía nada interior! Él estaba vacío, hueco por dentro...cerosentimientos. Entonces ¿a qué había venido ese sentimiento?

Hacíatiempo que no había sentido nada así, desde Lily, desde que ese malditoPotter se la había arrebatado. Igual había pasado con Weasley. Siemprecerca de un Potter. Siempre en Gryffindor. Nunca debiste fiarte deuna Gryffindor, Severus, siempre comienzan con Slytherin y cuando venque ellos estan demasiado comprometidos con su relación los abandonanpor un Gryffindor, por un honorable y valiente Gryffindor que hará asus hijos sentirse orgulloso de su padre. No un ratrero y oscuroSlytherin. Nunca él.

De repente se sorprendió. Miró su copa, aún vacía. ¿Acababa de decir él que estaba comprometido con su relación con Hermione? Granger, Severus, no Hermione. Merlín,solo había sido sexo. Ni si quiera palabras amorosas había pasado porsu mente. Severus volvió a mirar su copa, definitivamente debíabeber...y mucho.


Pansy caminabafeliz hacía los calabozos hacia donde había visto correr a Snape,posiblemente su maestro estaría harto de los pastelosos enamorados delbaile. Estaría harto de quitar puntos, estaría con los nervios a florde piel. Saltaría al cuello de cualquiera que le dijera la más mínimapalabra. Pansy sonrió, ojalá saltara a su cuello. Todo es más fácil ahora que esta cabreado, dos lágrimas y media y lo tendré en mis bragas. Pansy sonrió con malicia. Sí, pronto el arisco profesor de Pociones estaría gritando su nombre.

 

Ella se paró delante de la puerta de sus cuartos personales. Y se preparó para su teatro.Cara de pena, maquillaje un poco quitado y comienza a jadear, como sihubieras estado corriendo hacia aquí. Huyendo, si. Caerá a mis pies. Estandolista llamó urgentemente a la puerta. Detrás, tras un largo rato se oyóla voz de Snape balbucear algo que ella no entendió. Entonces abrió lapuerta.

Pansy se sorprendió, Snape estaba delante de ella sin susabrigos, en una camisa blanca parcialmente desabotonada, sus pantalonesnegros y...descalzo. Pero lo que más le impresionó fue la expresión yolor a borracho que desprendía. Eso iba a ser más fácil de lo que ellahabía esperado. Incluso luego podría chantajearle por supuestaviolación. Pansy escondió una sonrisa de satisfacción.

"Que quiere Srta Parkinson?" logró decir correctamente Snape.

"Profesoryo..." Y Pansy comenzó a sollozar. Snape suspiró y la metió en suscuartos, al fin y al cabo no era la primera vez que consolaba a una desus chicas Slytherin...aunque nunca lo había echo con Parkinson. Quizásla chica despues de todo tenía sentimientos.

Él la llevó a susofá y se sentó a su lado. Esperando que parara de sollozar. Snapesuspiró, no era un buen momento para consuelos, estaba demasiadoborracho para cualquier consejo. En fin, tendré que tomar una poción para quitar los efectos del alcohol. Fue a levantarse cuando la mano de la Slytherin se plantó en su muslo.

"No se vaya profesor, no me deje sola" dijo ella entre hipos.

"Nome voy a ir, solo tengo que tomar una poción...para el dolor de cabeza"dijo él intentando controlar su voz que amenazaba por ponerse abalbucear palabras en otro idioma. Pansy lo miró con lágrimas en losojos y con cara de pena, entonces Snape suspiró y se sentó a su lado.Ella de repente se abalanzó a él y lo abrazó, sepultando su cabeza ensu cuello. Snape se puso rígido. Genial ahora toca mojar mi hombro.

Peroeso no fue lo que pasó, la chica de repente comenzó a lamersensualmente su cuello. Snape se puso más rígido si cabe. "SrtaParkinson ¿se puede saber que hace?"

"Creo que es obvio,profesor" dijo ella levantando su cara hasta su oído y susurrándole,luego le dio un lametón. Snape gimió ante esto. Pansy sonrió entredientes, sí ella podía. Pero entonces Snape comenzó a separarla de sucuello.

"Váyase, Srta Parkinson" dijo Snape sintiéndose de repente menos borracho.


Hermionepaseaba de un lado para otro de su cuarto con un puñado de polvos flúen la mano. Llevaba allí desde que había dejado el ridículo Jardín delos enamorados abandonando allí a Ron con la marca de un tortazo en lacara y los labios aumentados por sus besos forzados. Cerdo! Si nohubiera aparecido Severus...ni si quera quiero saber que hubierapasado. Severus...debe estar confuso y cabreado, por como se marchó yla mirada de decepción que me echó...si ni siquiera quitó puntos!

Elladecidida se metió en la chimenea, echó el puñado de polvos y dijo"Cuartos privados del profesor Snape" y dejó su cuarto en un remolinode fuego verde. Al llegar se quitó la ceniza de sus trajes con un 'fregoteo' y miró buscando a Snape. Entonces se congeló ante la imagen que se presentó ante sus ojos.

 

Pansyestaba lamiendo el cuello de Snape, luego se fue para su oído y dijoalgo haciendo que Snape soltara un gemido. A Hermione se le revolvió elestómago. Entonces ella volvió a su cuello y Snape comenzó a apartarla.Él dijo algo y ella sin pensarlo se abalanzó a sus labios,capturándolos y magreándolos con su lengua. Snape no respondía hastaque ella resbaló una mano entre sus cuerpo y acarició su entrepiernahaciendo a Snape soltar otro gemido que le dio la posibilidad deintroducir su lengua entre sus labios.

Hermione no podía más. Sedio la vuelta y se metió por los polvos flú, de nuevo a su cuartos.Snape escuchó el ruido y despertó de lo que estaba haciendo,horrorizado tiró a Pansy de su regazo, al cual se había subido sindarse él mismo cuenta.

"Srta Parkinson, fuera!" dijo autoritariamente. Pansy le miró desde el suelo, a donde se había caído debido a su empujón.

"Vamos,profesor, ambos sabemos que queremos hacer esto" dijo ella poniendosede pie y acercándose a él. Le puso una mano en su cara, pero Snape laapartó de un golpe duro.

"He. Dicho...FUERA!" gritó Snapelevantándose de un salto, la vena de la sien palpitando. Pansyretrocedió horrorizada. Snape la cogió brutalmente de un brazo y lallevó hasta la puerta. "50 puntos menos para Slytherin, ahora váyaseya."

"Pero..."50 puntos menos? Snape nunca en toda la historiade Hogwart le había quitado puntos a un Slytherin...oh mis compañerosme van a matar. Draco me va a matar.

"Pero qué...vayase ahorasi no quiere ser la primera persona Slytherin a la que le quito 100puntos" escupió Snape cada vez más cabreado. Pansy le miró asustada ysalió corriendo hacia la Guarida de la Serpiente. Snape suspiró...Por qué yo?


Hermioneestaba tumbada en su cama, llorando, cuando sintió como su habitaciónse inundaba de una luz verde. Ella alzó la vista para ver como unasombra negra atravesaba su chimenea. Estaba comenzando a odiar aquellasombra negra. Snape la miró con semblante serio. Ella le echó unamirada de repugnancia.

"Vete, Severus" dijo ella con firmeza, pese a que estaba echa un flan.

"Srta Granger..."

"Oh,sí no me acordaba que ahora quien te llama Severus es Pansy" lecontestó ella, pese a que se había jurado mil veces que no iba adecirle nada. Snape cambió su expresión a una de sorpresa.

"Pero ¿como..." de nuevo ella no le dejó acabar la frase

"¿Comote vi besandote con ella? Pues porque iba a pedirte disculpas porrechazarte la ultima noche y a explicarte lo que ha pasado con Ron,pero veo que ya no hace falta...la historia se repite. Alumna que seenamora de profesor, profesor que se aprovecha de ella y no puederendirse a sus encantos porque es..."

"¿Que has dicho?" le cortó Snape.

"Lo que has oído...te ví con ella" dijo ella saltando de la cama y acercándose a él furiosa.

"No, eso no...lo de la historia" dijo él mirándola sorprendido.

"Pues alumna que..." ella paró, consciente ahora de lo que acababa de decir "...nada"

"¿Estas enamorada de mi?" dijo él acercándose a ella.

"Eso no importa ahora, lo que importa es que lo de Pansy!" gritó ella intentando desviar el tema

"No,no...eso no es importante" él se acercó y puso sus dos manos en cadalado de su cara "Hermione ¿estas enamorada de mi?" dijo él dulcemente.

 

"Si"

Capitulo 11

El calor de las manos de Severus, oh si después de esto era de nuevo Severus,le invadió el rostro y comenzó a extenderse por todo su cuerpollenándolo de un calor que no sabía que no tenía, llenándolo del calorque se había ido de ella cuando lo había visto con Pansy. Entoncescomprendió la respuesta a la pregunta que dulcemente le había dichoSeverus. Y sin ningún temor dijo la respuesta.

"Sí". Dijo con lamirada fija en las profundidades de sus ojos negros y entonces supo quehabía echo lo correcto ya que vio como las barreras de Severus sederrumbaban una a una pesadamente y sus ojos, hasta ahoraimpenetrables, eran fáciles de leer. Pero no pudo hacerlo cuandoSeverus selló su distancia entre ellos y posó sus labios sobre lossuyos.

Entonces Hermione sintió como todas las dudas que ella nosabía que tenía, se disipaban, se mezclaban con ese frío que se habíaido de ella. El calor de los labios de Severus le quemaba los suyospropios, pero él no los movía, ni siquiera para profundizar el beso.Sus manos, al igual que sus labios, derretían cada parte de su caradonde estaban pero él la agarraba como si temiera que fuera una ilusión.

Peroentonces Hermione se despedazó de sus labios y sus manos y se sentó enla cama volviendo la cabeza a donde él no pudiera verla. Y sintió comosus lágrimas comenzaban a correr libres por su rostro. Severus se quedóallí, quieto con los ojos cerrado, como si albergara la posibilidad queal abrirlos ella estuviera allí. Pero al hacerlo vio que estaba en lacama, sollozando. Él se sentó a su lado y ella hizo un gesto deincomodidad, pero ninguno de los dos se levantaron. Severus alzó unamano en dirección a ella pero ésta la apartó de un manotazo.

"Note atrevas a tocarme" dijo con furia "¡No te atrevas a poner un solodedo encima mio después de lo que has echo con esa zorra!"

Snape bajó la mano. "No he echo nada con ella" afirmó dolorido.

"Ja!Seguro" dijo ella volviendo su mirada para mirarlo con repugnancia.Entonces Snape se levantó de un golpe y la señaló con uno de susafilados dedos.

"No he echo más que tu con ese Weasley" gritó élpronunciando el apellido de Ron con la misma repugnancia con la queHermione le había mirado.

"No pasó nada con Ron, él intentabaforzarme cuando tu apareciste" dijo ella sofocando las lágrimas que seamontonaban en sus ojos al recordar lo que había pasado hacía escasashoras. "Sin embargo tu, no parecía que te esforzaras por parar a Pansy"dijo ella con ironía.

"Ella se me abalanzó y yo...yo estabademasiado...borracho" dijo él bajando la mirada con la última palabra.Ella se fijó en él, sus hombros estaban caídos, sus manos se movíannerviosamente y su cabeza baja negaba una y otra vez una pregunta queella no había formulado, parecía como si estuviera llevando a cabo unalucha interior.

"Parece que a los dos nos han usado hoy" dijo élal fin, levantando su cabeza para mirarla pero sus ojos no seencontraban "Al menos tu casa no ha sufrido una pérdida de puntosmasiva" dijo él intentado calmar su monstruo interior.

"¿Qué? ¿Meestas diciendo que le has quitado puntos a Slytherin?" dijo ellaasombrada. Él asintió levemente. "¡Por las barbas de Merlín! Tendré quellamar al editor de Hogwart: Una Historia, seguro que hará una nuevaedición solo para incluir ese detalla" bromeó ella. Entonces ellaencontró su mirada, fija pero no impenetrable esta vez, sino se podíaver fracaso, vergüenza y un destello de esperanza.

 

Él esbozó unapequeña sonrisa y se volvió a sentar a su lado. Ella lo mirabaesperando qué iba a hacer, entonces vio como levantaba una mano y ladejaba suspendida en el aire como pidiendo permiso a ella para seguiravanzando. Ella cabeceó y su mano acarició su mejilla. Su otra mano selevantó y ahuecó la otra mejilla, a la vez que la mano que antes laacariciaba hacía lo mismo.

"Eres asombrosa" dijo él con orgulloen la voz. Entonces acercó su cara a la de ella y volvió a posar suslabios con delicadeza en los suyos. De nuevo ese calor la invadió. Ellaesperó impacientemente algún movimiento de Severus para profundiza elbeso, pero por lo visto él se contentaba con tocar sus labios carnosos.Pero ella quería más, necesitaba más. Necesitaba fundir sus cuerpos yformar uno solo, necesitaba volver a sentir el calor de su cuerpo sobreel suyo, necesitaba volver a sentir sus manos y su boca recorrer sucuerpo. Lo necesitaba a él.

Pero como él no estaba por la laborella decidió avanzar. Abrió sus labios en una invitación a más peroSeverus no aceptó la invitación y continuó sin mover un ápice de sucuerpo. Entonces ella frustrada sacó su lengua de su boca y la pasó porlos labios de él, incitándole. Él ante este ínfimo contacto gimió en suboca y cerró sus ojos, pero cuando ella de nuevo metió su lengua entresus labios y esperó a que él esta vez continuara. Pero nada pasó, ellafrustrada lo apartó con sus mano en el pecho.

"¿Se puede saber que te pasa?" dijo ella furiosa.

"Me preparo" dijo él con voz vergonzosa.

"¿Te preparas? ¿Por qué?" gritó ella cada vez más cabreada.

"Dicenque la primera vez duele" dijo él mirando hacia otro lado y con una desus manos señalando su corazón. Ella lo miró extrañada.

"¿Laprimera vez? Severus no es la primera vez que tenemos sexo!" dijo ellasin llegar a comprender. Entonces él la miró asustado.

"¿No locomprendes, Hermione? No vamos a tener sexo hoy" dijo él como si ellafuera una loca y no comprendiera una cosa tan fácil, pero aún seguíasin comprenderlo.

"¿Por qué no vamos a tener sexo hoy?" dijo ellasintiéndose estúpida ante la actitud de Severus. Él la miraba aún comosi no comprendiera el idioma que ella hablaba.

"Porque no! Porquehoy vamos a hacer el amor" gritó él levantándose de un salto, se llevóuna mano al pelo y se la pasó por él varias veces antes de continuar "Yyo nunca le he echo el amor a nadie" susurró él pero Hermione leescuchó perfectamente. Se quedó en su sitio como si le hubieran echadoun hechizo paralizante y no movió hasta que notó como él volvía asentarse a su lado. Entonces él volvió ha hablar más calmado esta vez.

"Hermione,déjame prepararme por favor" dijo él cuando se volvieron a cruzar susmiradas. "Nunca he echo esto con el corazón y yo...tengo miedo" afirmóél apartando la mirada avergonzado. Entonces Hermione lo miródetenidamente y comprobó que ante ella no se hallaba el hosco einsensible Maestro de Pociones, sino que delante suya había un hombremuerto de aterrorizado porque alguien le había mostrado un sentimientoque nadie antes le había mostrado...amor. Hermione le abrazótransmitiéndole tranquilidad y confianza.

 

Severus le devolvió elabrazo como si ese fuera su último día en la tierra, pero ella rompióel abrazo, entonces Severus queriendo sentir de nuevo su cuerpo lavolvió a besar, esta vez con más firmeza y ahondando un poco más. Perotemió pasar su lengua por sus labios y volvió a soltar un gemido cuandoella lo hizo incitándolo. Él se confió y pasó su lengua por su suaves ycarnosos labios sintiendo todo el calor que ella emanaba. Ese calor quetanto le aterraba pero que tanto deseaba tener y deslizó su lenguaentre sus labios que como antes estaba abierto en una invitación aprofanarlo, y esta vez el lo hizo.

Hermione estaba sintiendo algoque nunca había sentido, ese beso, pese a ser más casto y más tierno delos que había tenido con él, la estaba haciendo sentir cosas que nuncahabía experimentado. Entonces comprendió el miedo de Severus, ellahabía experimentado el amor de muchas personas: sus padres, susamigos...pero él no, sus padres no lo había amado, sus amigos deHogwart era mortífagos por lo que estaban con él por interés. Él nuncahabía sido amado por nadie y ahora descubrir que ella lo amaba habíasido confuso para él.

Ella sintió como su lengua, tras explorardetenidamente toda su boca y saborear sus labios, comenzó a bajar porsu mandíbula depositando suaves besos en su camino, haciéndola suspirarde placer. Realmente parecía su primera vez, era como si su cuellonunca hubiera sido tocado y como si las terminaciones nerviosas de supiel hubiera esperado ese momento para volverse excesivamentesensibles. El mínimo roce provocaba una lluvia de placer y fue cuandolas manos de él comenzaron a moverse por su piel cuando sus nerviosparecieron despertar de un eterno letargo y enviar ondas de placer portodo su cuerpo. Las manos de Severus vagaban pos su piel acariciandosuavemente todo aquel espacio que tocaban, mientras que su boca que yahabía besado su cuello detenidamente, ahora bajaba camino a sus pechos.

Severusluchaba por combatir el miedo que tenía cada vez que experimentaba unnuevo sentimiento ante el mínimo roce con su piel, el mínimo sonido queella hacía...Pero sin embargo ardía en deseos de sentir su suave pielbajo la suya, quemándose juntos y sintiéndose cada vez más animado seatrevió a comenzar a quitarle el vestido que llevaba. Ella se levantópara poder quitárselo mejor y el vestido cayó a sus pies arrugado.Severus alzó la vista al magnífico espectáculo que tenía ante sí y suentrepierna dio un salto de euforia. Hermione estaba ante si con solola parte de abajo cubierta por una fina tela de seda azul a juego consu vestido. Severus tirando de la mano hacia él no la volvió a sentarsino que la tumbó en la cama con cuidado.

Ella se recostó en lacama y Severus se puso a su lado. Ella cerró los ojos esperando sutoque, pero no vino, asi que abrió los ojos. Severus la miraba como siella fuera una obra de arte, como si fuera SU obra de arte terminada.Ella vio como él alzaba una mano para tocarla y esperó impacientementesu toque, y esta vez vino. Pero él nunca la había tocado así, su manocomenzó un recorrido recto desde su frente a su ombligo, pasando por sunariz, sus labios en los que se detuvo un rato, su cuello, el valleentre sus pechos, su vientre y finalmente su ombligo. Pero no avanzómás. Ella tenía la piel de gallina solo por ese toque y necesitaba más.

Denuevo Severus levantó su mano acompañada esta vez por su otra mano ylas puso bajo un punto sensible de sus orejas y comenzó otro caminorecto. Su cuello, sus hombros, la parte externa de sus pechos dondeella suspiró de placer, sus costados y finalmente sus caderas. Peroesta vez él no paró sino que siguió bajando llevándose consigo la únicaprenda de ropa que ella conservaba. Cuando él se la quitó completamentede nuevo la miró, admirando la fabulosa obra de la naturaleza queestaba ante de él. Su entrepierna palpitó de nuevo, recordándole queestaba aún aprisionada entra sus pantalones. Pero él no quería correr,no, quería que todo fuera perfecto.

 

Ella aprovechando suvacilación comenzó a desabotonar sus trajes con rapidez, temiendo queél la parara, pero él no lo hizo, el calor sofocante que le producíanhacía que comenzaran a verse perlas de sudor en su frente. Tras un ratode desabrochar botones, lo que a ella le pareció una eternidad, elpecho pálido de Severus apareció ante ella. Ella sin pensarlo dos vecesse abalanzó a uno de sus pezones y lo lamió. Severus gimoteófuertemente. Y la aparto.

"Paciencia" dijo él con su voz sedosa y dulce.

Ellale miró con deseo y frustración, él le devolvió un beso a cambio. Y elbeso siguió su camino de antes hasta llegar a la punta de su esternón,pero esta vez no se paró allí, sino que siguió bajando camino a uno desus pechos. Severus rozó con sus labios la piel tierna de su pecho yella suspiró de placer cuando atrapó su pezón entre sus labios, tirandode él suavemente y acariciándolo en el interior de su boca con sulengua. Tras un rato haciéndola suspirar de placer con un solo pechopasó al otro haciéndole lo mismo. Su mano viajaba camino a sus plieguesy cuando los encontró Hermione chilló de placer.

Severus comosaliendo de un eterno letargo cogió rápidamente su varita y echóalgunos hechizos al cuarto y otro más apuntando a su vientre, ella lomiró con la mirada turbada por el deseo. Cuando terminó continuó con sutarea. Esta vez mientras Severus se ocupaba de hacerla gemir ella hacíaesfuerzos inútiles para desabrocharle el pantalón. Al los casi 20intentos Severus rió con un pezón en su boca y se lo desabrochó elmismo. Gran error porque cuando Hermione vio vía libre sepultó susmanos dentro de sus bóxer y abrazó su dura longitud. Severus seestremeció y gritó.

"Que te he dicho sobre la paciencia?" dijo él susurrándole al oído mientras intentaba recuperar la respiración.

"Quele den a la paciencia...te quiero ya ¡ahora!" dijo ellaautoritariamente con la voz ronca del deseo. A Severus le dieron ganasde mandar a la mierda su autocontrol y sepultarse dentro de ella, perosonrió con satisfacción y negó con la cabeza. Entonces sacó sus manosde su erección y las puso en la cama. Él bajó de la cama y se quitó laropa que aún le quedaba, pantalones y bóxer, y se tumbó de nuevo encimade ella, entre sus piernas. Ella cegada por el deseo molió sus caderasen su dureza y Severus volvió a gritar, pero esta vez no la paró sinoque él repitió su movimiento y esta vez fue Hermione la que chilló.

Severussonrió con suficiencia y continuó moviéndose contra ella en movimientoslentos y tortuosos, para ambos. Severus seguía intentando hacer estocon paciencia, pero Hermione se lo ponía realmente difícil. Finalmentedejó sus pechos rosados y continuó bajando su boca primero haciendosuaves remolinos en su vientre y en su ombligo y luego, pasando poralto sus rizos, haciendo lo mismo en el interior de sus muslos. Ellasuspiraba presa del placer y del deseo de más, pero él continuaba consus paciencia.

 

Entonces, cuando ella iba a comenzar a gritarcabreada porque él la estaba poniendo demasiado cachonda, él sumergiósu cabeza entre sus pliegues haciéndole soltar un grito de sorpresa. Élrió con la cabeza sepultada dentro de ella. Ayudandose con sus manosseparó sus pliegues para tener pleno acceso a su clítoris, al que trasadmirarlo como había echo con todas las parte de su cuerpo comenzó adar suaves toque con su lengua.

"Más" dijo Hermione con una vozque le excitó tanto que no tuvo el coraje para negárselo. Severuscomenzó a mordisquear el clítoris de Hermione mientras acariciaba suentrada con sus dedos, ella arqueaba su espalda de placer. Severusintrodujo un dedo dentro de ella, luego otro y tras un poco deestimulación un tercero y comenzó a bombear dentro de ella moviéndoloscerteramente parar dar en su punto G, ella gemía descontroladamente yél sintió como comenzaba a formarse su orgasmo. Entonces apartó susdedos antes sus protestas y hundió su lengua dentro de ella, sintiendocomo sus apretadas paredes absorbía su lengua. Pronto ella soltó unestruendoso gemido y explotó en su boca, él la relamió gustosamente yse separó de ella, esperando que recuperara la respiración.

Ellatenía los ojos cerrados y aún tenía restos de su orgasmo haciendotemblar algunos de sus músculos. Nunca había experimentado esto enninguna de las veces que él lo había echo, y no comprendía él porqué.Ella abrió los ojos y lo vio allí con una sonrisa placentera en surostro como si él fuera el que acababa de tener el orgasmo, darle aella placer le daba placer y eso era increíble. Fue a satisfacer susdudas cuando uno de sus dedos se posó en sus labios.

"No digasnada" dijo él con la voz ronca de placer y sustituyó su labios por sudedo, sumergiéndose de nuevo en los rincones de su boca. De pronto ellasintió la cabeza de su longitud palpitando en su entrada y comenzó asentir como poco a poco y muy lentamente él se introducía en ella. Ellagimoteó ante la larga tortura hasta que se sumergió completamente,entonces se paró esperando a que ella se acomodara a su tamaño. Ella sesorprendió, eso nunca lo había echo y los primeros empujes siemprehabía sentido una pizca de dolor entremezclado con el placer. Entoncesél se movió lentamente hacia afuera y volvió a empujar en ella igual delento.

"Más rápido" lloriqueó ella ante tanta tortura. Él se rióy ella pensó que a continuar con la tortura cuando comenzó a moversemás rápido. Definitivamente era mejor dejarla acostumbrarse a su tamañoya que ahora el dolor no le impedía sentir todo el placer que le dabala sensación de su pulso entre sus piernas, llenándola completamente.

Severussuplicó por que ella le pidiera más ya que no podía mantener muchotiempo ese ritmo y se alegró cuando lo hizo, ya que comenzó a aporrearmás rápido y más fuerte en ella. Ella comenzó a retorcerse y él empezóa sentir como sus paredes sorbían su miembro cada vez más,arrastrándolo al orgasmo con ella. Ambos gritaron cuando explotaron yde nuevo Severus se alegró de haber echado un encanto acallador ya quecon semejantes gritos los hubieran oído hasta en Hogsmeade.

 

Severusle dio un casto beso en los labios y, para no aplastarla, se tumbó a sulado sacando su miembro semierecto de su interior. Ambos pasaron unrato callados intentando recuperar la respiración. Cuando lo hicieronfue Hermione la que primero habló.

"¿Siempre será así?" dijo ellavolviendo su cuerpo hacia él y acariciando su pelo mojado. Él cerró losojos ante la caricia y respondió.

"¿Cómo?"

"El sexo. A partir de ahora ¿será así?" dijo ella curiosamente.

"Bien,ya te dije que lo de hoy no ha sido sexo" hizo una pausa comprendiendoahora la pregunta, abrió los ojos y la miró asustado "¿Quieres decirque no te ha gustado?

"¿Que no me ha gustado? Por las pelotas deMerlín, Severus! Ojalá tuviera algo para poder vivir esta noche una yotra vez" le dijo ella disgustada por su desconfianza. Él la mirósonriente, acercó su cara a la de ella y le dio un pequeño beso.

"Nosiempre será así, unas veces no tendremos tiempo y tendremos sexo duroen cualquier parte del castillo, otras veces vendré aquí y jugaremos yalgunas otras si que te haré el amor" Dijo él con suficiencia y con unasonrisa maligna. De pronto se acordó de que no debería estas allí ysaltó de la cama

"¿Qué pasa, Severus?"

"Albus" logró decirmientras buscaba su varita entre sus ropas. Ella le miró desconcertada."Todos las noches después de la celebración del Dia de Navidad vienepara que le haga un informe. Mierda, debe estar esperando allí desdehace tiempo" Al final la había encontrado y en un movimiento estabavestido. Ella protestó.

"Jo, esta es nuestra ultima noche antesde que me vaya. Quería que te quedaras hasta mañana" dijo ella haciendopucheros. Él se acercó a ella y le cogió la cara con las manos. Oh mierda, de nuevo ese calor inundándome.

"Solo dime que me echarás de menos" silbó él con su sedosa voz.

"Puesclaro que lo haré" dijo ella, entonces él se levantó y se dirigió hastala chimenea "Te quiero" Él se paró en seco y se giró lentamente.Hermione se temió lo peor. Pero él se acercó a ella y volvió a cogerlela cara con ambas manos.

"Dilo otra vez" dijo él como si hubiera sido un sueño. Ella sonrió aliviada.

"Tequiero" Y de repente él se lanzó a sus labios desesperadamente y susmanos se descontrolaron vagando por sus cuerpo, ella gemía ante esteimpulso. Hermione sintió su dureza entre sus capas y molió contra ellahaciendo que Severus gimiera. Pero este echo lo sacó de su deseo y seenderezó.

"Ay, por los dioses, Hermione, nunca me digas esocuando vaya a irme" le dijo él jadeante, con una mirada lujuriosa ycasi babeando al ver su cuerpo desnudo. Él miró hacia su propiaentrepierna "Tendré que bajar esto o Albus creerá que me alegro deverlo"

"Yo podría ayudarte" dijo ella inocentemente. Severus gimió con frustración y se acercó de nuevo a ella.

"Creoque empeoraríamos las cosas, porque al rato yo querría pagarte con lamisma moneda y sepultaría mi cara entre tus pliegues y degustaría tudulce sabor hasta que gritaras mi nombre. Entonces mi entrepiernavolvería ha estar bastante hinchada y para solucionarlo me sepultaríadentro de ti hasta que ambos estuviéramos saciados" dijo él sabiamente.

"¿Y a que esperamos?" dijo ella comenzando a desabotonar su pantalón. Pero él la paró y volvió a alejarse de ella.

"Nohay tiempo, Albus me espera y se preocupará bastante si tardo más" dijoél intentando convencerse a él mismo. Se dio la vuelta y esta vez sidesapareció entre fuegos verdes.

 

Sí, Albus no esta preocupadoya, se preocupará bastante cuando vea su aspecto. Lleva una cara dehaber echado el mejor polvo de su vida que estoy segura que no se lequitará en meses y además están las marcas que lleva en su cuello. Hermionesonrió maliciosamente, lo había echo apropósito. ¿Y qué? Una vez éldijo que ella era suya, él también es suyo y ahora lo había marcado.


Albusestaba quedándose dormido en la butaca de Severus cuando la habitaciónse inundó de verde y volvió su cabeza a la chimenea, donde por fin vioaparecer al mago serio y ceñudo al que esperaba. Pero ese no era elmago serio y ceñudo que esperaba, sino que su expresión era despejada yplacentera. Cuando el mago encendió las luces, Albus se sobresaltó alver las marcas de su cuello. Entonces sonrió, estaba claro de dondevenía su chico.

"Siento haberte echo esperar" dijo él apurado. Albus centelleó sus ojos.

"Noimporta, seguro que lo que te haya retrasado a debido ser importante"dijo él sonriente. Entonces Albus se sobresaltó aún más, pese a que nolo expresaba, Severus había esbozado una sonrisa de las que llevan losadolescentes cuando los han pillados sus padres besando a su amiga.

"Sí,claro" Severus quitó rápidamente la sonrisa y volvió a poner su caraceñuda "Vamos al grano, estoy cansado" Albus asintió, se habíapropuesto vigilarlo a partir de ahora. Los cuadros tendría trabajo denuevo.


Capitulo 12

Albus estaba sentado en su despacho cuandouna voz ronca carraspeó detrás suya. Se giró y vio una escena que sehabía estado repitiendo toda la semana a la misma hora. Sus ojoscentellearon pero se apagaron cuando vio al mago negar con la cabezacomo siempre que traía una mala noticia.

"¿Siempre me vas a traer malas noticias, Phineas?" dijo el anciano al cuadro del antiguo director. Phineas lo miró duramente.

"Es un Slytherin, Albus, no pretendas que no sea disimulado" le contestó Phineas con orgullo.

Albussuspiró frustrado. Llevaba toda una semana mandando a todos y cada unode sus cuadros a que vigilasen a Severus, cualquier cosa fuera de lonormal en su actitud, en sus palabras, en sus destinos...seríainformadas a Phineas y éste haría un informe al terminar el día. Albusestuvo contento de que el primer día su método de vigilar a Severushabía ido a la perfección. La Srta Parkinson había descubierto delantede todos los de su casa el porqué de la pérdida de puntos, peroexagerándolo un poco.

"Yo llegué llorando a su despacho y el meconsoló al principio como suele hacerlo con todas" había comenzadoPansy sentada en un sillón de su Sala Común rodeada de media casaSlytherin. "Pero de repente comenzó a acariciarme. Al principio fueroncaricias normales pero entonces fue cuando noté su erección"

Laschicas de Slytherin soltaron un tremendo 'Aaah' y comenzaron apreguntarle el tamaño del miembro de su Jefe de Casa. Pansy, que enrealidad había notado toda la longitud de Snape, dijo toda la verdad.Las chicas esta vez soltaron un 'Oooh', mientras que los chicosexclamaron cosas como 'Bah, exageraciones' o '¿Desde cuando losmurciélagos están tan bien dotados?'. Draco por su parte se manteníacayado. Pansy terminó de adornar su historia diciendo como ella lehabía rechazado y como él se había enfadado y le había quitado puntos.

 

Albuscuando se enteró de ésto se levantó de su asiento muy cabreado ydispuesto a despedir a Snape. Pero Phineas, que no había creído ni unapalabra de Pansy, lo convenció a que esperara un poco a que él hicierainvestigación. Y Snape se tuvo que sentir afortunado de que Phineasencontrara a Draco y Pansy en una calurosa discusión justo antes demontarse en el tren camino a casa. Cogió la discusión a la mitad, perofue lo suficiente.Te recomendamos Todo sobre sofas

"No debiste hacerlo, si Dumbledore se enterara podría expulsarle" Le gritó Draco defendiendo a su padrino

"Ya te he dicho que no fui yo" dijo Pansy inocentemente. Draco se acercó amenazante a ella y la cogió de un brazo.

"Yono soy como todos ellos, Pansy, yo sabía tu plan y me apuesto todo midinero en Gringott que la historia fue al revés. ¿Por qué contaste eso,Pansy?" le gruñó él.

"Nadie nunca me ha rechazado!" gritó Pansy con frustración.

"Ya te lo avisé, Pansy, él no es como cualquier hombre" dijo Draco más calmado

"Ya,pero tenía que optar por medidas drásticas! Mis notas en Pociones sonmuy bajas y mis padres me lo reprochan continuamente" dijo ella casillorando

"Quizás deberías estudiar y dejar de intentar tirarte alprofesor ¿no crees?" dijo Draco, pero ella no pudo responderle porquelos demás alumnos comenzaron a bajar por las escaleras camino al tren yellos se les unieron. Pero para Phineas eso fue más que suficiente ytambién para Albus cuando se lo contó, que se sentó en su asiento ysuspiró frustrado.


"Mione! Mione!"gritó Severus con la voz estridente de Ginny. Hermione se sobresaltócuando su pelo comenzó a tornarse rojo y su piel cetrina comenzó allenarse de pecas, un rato después estaba terminando su orgasmo conGinny encima.

¿¿Con Ginny encima?? Hermione abrió rápidamente los ojos y se encontró con cara a cara con Ginny que la zarandeaba de un lado para otro gritándole.

"Mione!Mione!" volvió a gritar la pelirroja, esta vez más contenta de que suamiga había abierto los ojos "Levanta...es Navidad!"

Hermione volvió a la tierra con esa frase y se levantó de un salto. ¡¡Los regalos!!Ginny salió corriendo contenta de que ya la había despertado y fue porlas escaleras camino al salón. Hermione tras frotarse un poco los ojospara despertarse salió detrás de ella y llegó segundos después que lapelirroja.

Ambas chicas soltaron un tremendo 'Uoooh' al ver lacantidad de regalos que este año estaban bajo el viejo Árbol deNavidad. Hermione estaba acostumbrada a las cuatro tonterías que suspadres ponían para ella y que ella ponía para ellos, mientras que Ginnyestaba acostumbrada a su familia enorme pero con pocos regalos. Peroeste año era distinto, todos sus hermanos estaban allí y todos ellostenía trabajos buenos y remunerados. Además estaban los regalos falsosde los gemelos Weasleys, que por el liquido asqueroso que cubría a cadapersona que estaba en el salón, era de suponer que ya los habíanabierto.

Ginny y Hermione se tiraron, literalmente, a abrir lossuyos, y minutos después estaban cubiertas con el extraño líquidoasqueroso. Ambas chicas a parte de estar asquerosamente cubiertastenían un gran número de regalos a su lado. Grageas de todos lossabores, ranas de chocolate, los jerseys de la Sra Weasley, conjuntosde ropa en el caso de Ginny y libros, muchos libros, en el caso deHermione. Pero había un regalo que no cuadraba y que Ginny cogióesperando que fuera suyo pero suspiró pesadamente al ver el nombre deHermione en él.

 

"Toma, Mione, este también es tuyo" le dijo lachica. Hermione la miró un poco sobresaltada, ya que no se esperaba másregalos, y lo cogió. Ambas chicas buscaron la etiqueta del que se loenviaba, pero no había ninguna, asi que Hermione, tras unos hechizospara comprobar si no ocultaba nada malo, lo abrió.

Las chicasjadearon al ver su contenido, lo que atrajo a todo el que se encontrabaen el salón que jadeó igualmente. Todos se quedaron sin habla alcontemplar el regalo de Hermione. Fue Ron el que rompió el silencioprimero.

"Mione! Es eso lo que yo creo que es?" dijo el pelirrojo con los ojos bien abiertos.

"Merlin! ¿Quien te ha podido regalar semejante regalo tan caro?" soltó el Sr Weasley

"Esta claro que un Weasley no" bromeó Fred mientras George asentía descaradamente.

"¿Yno tiene nota? Has comprobado que este libre de maldiciones? Podria serde un mortífago resentido" dijo Harry demasiado exaltado.

"Vah, tonterías, será de un amante secreto" dijo Charley.

Hermionese sobresaltó. Severus. Sacó el pensadero de su envoltorio y de repenteuna nota se cayó. Hermione fue a cogerla pero una mano se interpuso yla cogió.

"Oh, veamos que dice" gritó Ron efusivo. "Me pedistealgo para volver a revivir la pasada noche juntos una y otra vez. Estoes lo más parecido a tu deseo que he encontrado"

La habitaciónentera se sumió en el más absoluto silencio. Hermione solo pensaba enél, en lo que decía la nota, en que menos mal que no estaba firmada yen el magnífico regalo que era. Ginny estaba feliz por su amiga yasombrada por el regalo que le había hecho Snape. Los gemelossimplemente sonreía con malicia, sus caramelos habían funcionado al finy al cabo. Harry y Ron miraban boquiabiertos a su amiga. Los demásmiraban la escena entre felices y cabreados. Fue primero Ron el querompió el hielo de nuevo.

"Noche juntos?! De que noche habla esta nota Mione? Quien te ha escrito esto!?" chilló Ron. Hermione se volvió hacia él.

"Ron!Tu eres el que menos tienes que hablar! Oh quieres que cuente lo quepaso la otra vez?" dijo Hermione amenazante. Ron se puso pálido y Mollylo miro severamente.

"Lo siento, Mione" musitó con un hilo de voz entregándole la nota.

"Mione...tienesnovio?" dijo Harry cuidadosamente, no queria que le pasara lo mismo quea Ron, pese a que no sabía realmente lo que había pasado entre susamigos. Hermione le miro, sus mejillas estaban coloradas pero nadiesabía si era por la pregunta de Harry o por la reacción anterior a Ron.

"Uh...eh...no, Harry, solo es un...amigo" Amante, Hermione, la palabra correcta era amante. Harry la miró con una de sus miradas de 'ya hablaremos' y asintió.

"Bueno sea quien sea espero que le hayas echo un buen regalo, Merlin sabe que te hará si ve que no le has dado uno" bromeo Fred.

Todosempezaron a reirse con la broma y pronto el asunto fue olvidado y cadacual comenzó a disfrutar de su regalo. Menos Ginny que observabaenvidiosa el pensadero de Hermione. Harry me regalará alguna vezuno de esos para revivir nuestras noches juntos? O Mione podríaprestarme el suyo, o quizás yo debería 'cogerlo prestado' y ver lo quehay en él, seguro que me da ideas de como hacerlo con Harry. Ginny sonrió maliciosamente y dio la vuelta para disfrutar de sus regalos.

 


Hermione suspiró. Unasemana sin él. Toda una semana y hace como si no existiera. Solo esabienvenida y después nada. Ni una caricia, ni un beso...ni una mirada.

Comenzóa sacarse los pensamientos de la calurosa bienvenida que le había dadoSeverus y los puso dentro del pensadero, donde revolotearon un pocohasta convertirse en un remolino. Hermione dio un toque de varita y unaimagen se fijó.

Sus siluetas se movía a la sombra de la lunallena mientras sus gemidos se confundían con los sonidos de la noche.Estaban en uno de los pasillos, cerca de la torre Gryffindor, varioscuadros miraban la escena. De repente Hermione se fijó en uno de ellos¿era su imaginación o estaba Phineas Black en uno de ellos?

Hermionedio otro golpe con la varita y de nuevo la masa blanca giró como unremolino. Se levantó y salió de su cuarto a la biblioteca, una lecturaligera la distraería un poco.


Severusbebió otro trago de su whisky de fuego y soltó un gemido de frustraciónmientras hacía como que escuchaba a Albus. Una semana, toda una semanallevaba Albus visitándolo a cada momento. Si no era por una cosa erapor otra. Cada día tres cuartos de lo mismo, Albus se ponía a charlarde su vida mientras Severus desconectaba y hacía como que le escuchaba.

LuegoAlbus se callaría y le preguntaría a Severus por algún momento de suvida, éste respondería con la respuesta más corta posible intentandoque todo se acabara pronto. Pero Albus siempre recordaría algún momentoy comenzaría de nuevo el bucle. Hasta las tantas de la noche sequedarían charlando, o en el caso de Severus escuchando, demasiandotarde para ir a visitar a Hermione.

Él la visitó las primerasnoches, aunque solo fuera para verla dormir, pero más de una noche ledaba el alba contemplándola y llegaba rendido a sus clases. Entonces seobligó a no visitarla, pero alguna vez que otra caía e iba.

Severusvolvió a suspirar ¿Cuándo se callaría? Hoy no era un buen día parahablar de ese tema, por Merlin! Nunca era un buen día para hablar deese tema si no tenía cerca a Hermione. ¿Por qué no había venido hoyAlbus con uno de esos temas tan aburridos que su vida de más de 100años le había dado? ¿Por qué tenía que estar escuchando la vidasentimental o, mejor dicho, la vida sexual de Albus?

Severus alprincipio se mostró interesado y pudo comprobar que más de 100 añossiendo un mago soltero dan para muchos escarceos. Pero fue cuando Albusmencionó el tema de Minerva o 'Minnie', como él la llamaba, cuandoSeverus volvió a su estado de desconexión.

"Y aunque no te lopuedas creer a mi edad aún lo puedo hacer" concluyó, por fin, eldirector. Severus se preparó, ya sabía lo que venía, y comenzó a buscaren su mente alguna historia corta de cualquier tema de su vida quemantuviera contento al viejo mago. "Y bien Severus ¿que hay de tu vidasentimental?"

Severus se puso rígido. Albus siempre le preguntabade su vida en general y era él quien elegía el tema. Pero esta vez...Elviejo director tenía ese brillo en sus ojos que le decía que algoestaba tramando. Severus intentó aparentar calma, pero el echo de quese hubiera puesto rígido no había pasado desapercibido al director.

"Albus, creo que sabes toda mi vida sentimental" dijo aparentando calma.

 

"En realidad, desde lo de Lily no sé nada...supongo que habrá pasado más" dijo Albus inocentemente.

"Ciertamente no" dijo Severus comenzando a irritarse.

"Ohvamos Severus! No hay ninguna jovencita que haya capturado tu corazón?"Los ojos de Albus centellearon al mencionar 'jovencita'. Snape se pusorígido ante esto. Bien o Albus sabe más de lo que aparenta o ha sido casualidad.

"Albus te he dicho que no! ¿por qué insistes?" repuso Severus irritado. Albus se encogió de hombros.

"Nosé, Severus, pero llevas mucho tiempo solo y un hombre tienesus...necesidades" dijo Albus con las mejillas sonrosadas. Severussimplemente frunció el ceño.

"Sabes a la perfección como cubromis necesidades" dijo recordandole al director la mayoría de veces quelo había visto saliendo del burdel. Las mejillas del director secolorearon un poco más.

"Uh...bueno yo solo quería saber si habíaalgo nuevo" dijo inocentemente. Luego miró su relog. "Oh mira que horasson! Debo irme ya" Dijo mientras se levantaba y andaba hacia lachimenea. Severus lo miró sentado en la butaca mientras se iba entrefuegos verdes y rezó a los dioses para que no dijera las odiosaspalabras.

"Hasta mañana, Severus" ¡mierda!.


Ginnyse escabulló por la sala común hasta los cuartos de prefecta deHermione mientras ésta estaba en el baño. Entró y comenzó a buscar elobjeto de su deseo. Cuando lo vio lo cogió y salió antes de queHermione se diera cuenta del robo.

Corriendo se fue al dormitoriode las chicas, se sentó en su cama y desenvolvió el objeto que habíaenvuelto en su capa. Alli estaba, el pensadero de Hermione con subrillo azulado. Ginny sonrió con satisfacción ya que si el brillo eraazulado significaba que había pensamientos en él. Miró a todos loslados para comprobar si todas las chicas estaban dormidas y miró dudosaal pensadero. Harry le había dicho que no dolía pero... respiró hondo yagachó la cabeza hasta la superficie hasta tocarla con la nariz, comole había dicho su amigo.

De repente sintió como si estuvieracayendo al vacío, todo estaba oscuro y cuando iba a gritar pisó tierrafirme. Pero más que tierra eran las lozas del castillo. Comenzó aescucharse un estruendoso ruido y al rato muchos alumnos cruzaban lapuerta del vestíbulo. Ella buscó a conocidos y pronto Hermione sedestacó del resto y comenzó a gritar.

"Los de primer año que mesigan" dijo haciendo gestos a los que veía, Ron se sumó a ella, losdemás prefectos de las otras casas hicieron lo mismo. Los chicos deprimer año comenzaron a ponerse detrás de su prefectos en fila. Cuandotodos los alumnos despejaron el vestíbulo, Ginny incluso llegó a versea ella ¡Ah!Que pelos!, Hermione se puso detrás de la cola dechicos de primer año de Gryffindor con Ron delante y comenzaron a andarhacia la Sala Común. Ginny fue tras ellos.

Tras un rato todosllegaron al cuadro de la Sra Gorda. Ron dijo la contraseña y entródentro, donde esperó a los alumnos. Cuando todos los alumnos habíaentrado, Hermione se iba a meter por el retrato cuando una sombra laatrapó y se la llevó a una esquina oscura. Ginny gritó sobresaltada. Derepente la cabeza de Ron asomó por el agujero y miró hacia todos loslados.

"Mione?" dijo el pelirrojo extrañado.

"Dile que vas a la biblioteca" gruñó la voz de la sombras Hermione hizo caso.

 

"Voya la biblioteca" dijo ella aparentando calma. Ginny miró la reacción desu hermano que se encogió de hombros y se metió por el retrato denuevo. Ésta chilló exaltada ¡¿Como ha sido capaz de sobrevivir a una guerra?! Entoncesla pelirroja se adentró en las sombras donde estaba Hermione aún sujetapor la sombra. Ginny avanzó más y logró ver pero no podía distinguirquien era la sombra.

De repente una mano se deslizó a la cinturade Hermione y le dio bruscamente la vuelta, quedando su vientreaplastado entre la pared y la sombra. Ginny se acercó más y logróvislumbrar los rasgos de esa sombra y sonrió con satisfacción cuandoescuchó una sedosa voz.

"Te he echado de menos" ronroneó la vozde Snape en el oído de Hermione. Ginny pudo ver como Hermione tuvo queahogar un gemido. Snape comenzó a besar su cuello y aspiróprofundamente su aroma. "He echado de menos tu olor". Comenzó arecorrer con solo un roce de sus labios la piel de Hermione, pasandodesde su oreja hasta sus hombros, donde con un movimiento quitó la capaque ésta llevaba. "He echado de menos tu tacto" De repente Snape lacogió de la cintura y le dio la vuelta dejándola de espaldas a lapared, cara a cara con él.

Ginny pudo ver por fin la cara deplacer de su amiga, sus mejillas sonrosadas, su boca entreabierta y susojos nublados por la lujuria. Snape comenzó ha hacer un recorrido consu lengua desde la base de su cuello hasta parar finalmente en su boca,dándole un beso apasionado y profundo.

"He echado de menos tusabor" jadeó Snape cuando rompieron el beso. Hermione permanecíacayada, disfrutando, solo soltando pequeño gruñidos de placer. Snapepor su parte había comenzado a desabotonar la camisa tras quitarle eljersey del uniforme. Después de desabrocharle la camisa rápidamente lequitó el sujetador y con una mano comenzó a magrear uno de sus pechos,mientras la otra recorría sus piernas y las acomodaba en su cintura.

Lamano libre de Snape viajo hasta la falda de Hermione, que ahora seencontraba subida por la postura y jugueteó con el elástico de susbragas antes de sumergir bruscamente su mano dentro de los pliegues deHermione. Ante este contacto Hermione gritó.

"Aaah" dijo ella conuna voz que le pareció erótica hasta a Ginny. A su espalda los cuadrosdejaron de murmurar, pero eso a la pareja poco le importó, aunque nopasó desapercibido a Ginny que giró la cabeza y vio que todos loscuadros miraban a uno donde estaba...Phineas Black? Ginny se encogió dehombros y miró a la pareja.

"He echado de menos tu sonidos" dijoSnape refiriéndose al grito que acababa de soltar Hermione. Y comenzó aacariciarla bajo las bragas haciendo que Hermione le regalara sonidoscada vez más fuertes. De repente Snape alcanzó su varita y echó unhechizo silenciador, afortunadamente Ginny no fue afectada.

Lapelirroja comenzó a ver como su amiga perdía el poco control que lequedaba y empezaba a convulsionar ante el inminente orgasmo. Snape, quetambién se había dado cuenta de las reacciones de Hermione, habíadejado de acariciar los pechos de ella con su otra mano que habíabajado hasta su pantalón y lo desabrochaba rápidamente.

Ginny soltó un grito de sorpresa cuando, tras bajarse pantalon y boxer, el miembro de su profesor de Pociones saltó libre. Oh Merlin! Definitivamente Mione no había exagerado con el tamaño...ni un centímetro! A Ginny no le dio tiempo a seguir admirándolo cuando éste se sumergió en la profundidades de su amiga.

 

"Oh...tan...apretado"gimió Snape, a Ginny se le mojaron las bragas al escuchar la voz tansexy de su profesor gimiendo. Pronto los gemidos de ambos llenaron elpasillo escasamente iluminado salvo por la luz de la luna que daba untono más erótico a las siluetas de los amantes moviéndose al compás.Pronto un grito agudo de Hermione avisó del cercano orgasmo de ésta,Snape comenzó a empujar con más fuerza para sumarse a su orgasmo ypronto soltó un sonoro gemido cuando ambos culminaron juntos.

Lapareja estuvo un rato en silencio intentando recobrar la respiración.Snape fue el primero que se movió y se comenzó a vestir rápidamentemirando de un lado para otro asustad. Hermione sonrió con satisfacción.

"Despuesde todo ¿ahora te preocupas por quién nos vea?" dijo ella divertida ycomenzó a vestirse también. Snape la miró fastidiado y no dijo nada.Cuando ambos terminaron de vestirse Snape fue a levantar el hechizosilenciador cuando Hermione lo cogió por la cara y le plantó un suavebeso. "Te quiero" le dijo ella.

Snape se puso rígido. Y comenzó aandar hacia ella, Hermione se quedó parada y con cara de asustada.Cogió su cara con las dos manos y comenzó a besarla con pasión eintensidad. Del impulso la espalda de Hermione de nuevo acabó en lapared. Snape se separó con cara de fastidiado y jadeante.

"Porqué siempre lo dices cuando me voy a ir si sabes como reacciono?"preguntó Snape un poco cabreado. Hermione sonrió maliciosamente.

"Porque no quiero que te vayas"

EntoncesGinny comenzó a elevarse del pasillo y pronto la oscuridad la invadió.Un segundo despues estaba en su cuarto frente al pensadero de su amiga.Ginny suspiró, definitivamente tenía que robar de nuevo ese pensadero.

Capitulo 13

"Bien se ha acabado el tiempo. Quiero laspociones en mi mesa tal y como están...Sr Weasley! No introduzca eseingrediente o le suspenderé la poción sin ni siquiera verla" le dijoSnape a Ron amenazante, éste lo miro fastidiado y soltó el ingredientefuera. Snape sonrió con satisfacción.

Hermione entregó su pociónperfecta pese a que había estado toda la clase ausente. Había estadorondando al tema de hablar con él, pero todas y cada una de las formasque habían pasado por su mente habían sido eliminadas casi en el mismoinstante en el que las desarrollaba. Merlín! En estos momentos esosmalditos caramelos hubieran servido...aunque quizás me lo hubieratirado en esa mesa delante de todos y...

"Mione?" la voz de Harry interrumpió sus lascivos pensamientos. Ella se giro y le dio una sonrisa. "¿Nos vamos?"

"Si,claro...espera que termine de recoger todo esto" dijo ella dándose lavuelta y viendo que no había recogido nada y que eran los únicos quequedaban. Ella sonrió interiormente y se acercó a Harry. "Oye por quéno os vais vosotros a mi me queda un rato aquí, luego os cojo"

Harry y Ron asintieron y salieron del aula cerrando la puerta tras ellos. Snape suspiró aliviado. Por fin solo, durante una hora. Sucabeza estaba mirando al ensayo que estaba corrigiendo, su pelo se caíaa ambos lado de su cabeza como dos cortinas negras, cuando de repenteel ruido de unos pasos retumbaron en la habitación. Él paró de corregiry alzó la cabeza. Su estómago dio una vuelta de 360 grados al ver aHermione andando hacia él, lentamente, sensualmente.

 

"¿Qué quiereSrta Granger?" dijo intentando parar sus movimientos, que él sabíaperfectamente que fin tenían. Ella como si no lo hubiera escuchado y sequitó la capa con un movimiento. Snape tragó fuerte mientras sentíacomo su entrepierna comenzaba a responder a la chica. "Srta Granger ¿sepuede saber para que está aquí?" dijo Snape con la voz más fría quepodía salirle en esos momentos.

Hermione se limitó a sonreírmaliciosamente y continuó acercándose, esta vez se quitó el jerseylenta y tortuosamente, dejando entrever momentáneamente su vientre.Snape carraspeó y desvió la mirada de su objeto de deseo, se propuso nodecirle nada ya que por lo visto se desvestía cada vez que abría laboca. Ella divertida continuó caminando hacia su mesa.

Snape derepente vio como unos pies se paraban delante suya y con miedo levantóla cabeza para ver a Hermione con una cara desafiante y vestida comoaquella vez en clase, dejando poco a la imaginación. La entrepierna deSnape saltó de alegría al verla y Snape tragó fuerte de nuevo. Ella semordió el labio inferior y sonrió.

"Hermione..." logró decirSnape antes de sentir sus labios ardientes y carnosos magrear lossuyos. Snape no pudo contener un gemido al notar su lengua húmeda tocarsu labio inferior pidiendo permiso para entrar, permiso que ésteconcedió gustosamente. Merlin, había sido tanto tiempo sin saborear lasprofundidades de su dulce boca.

Hermione, animada, se sentó ahorcajadas encima de Snape y éste no tardó en envolver sus manos en sucintura y comenzar a acariciar su espalada mientras el beso continuabacada vez más y más pasional. De repente un golpe en la puerta los dejóparalizados a ambos.

"Severus, hijo ¿esta ahí?" se escuchó la voz de Dumbledore desde el otro lado de la habitación.

"Mierda"gruñó Snape mientras Hermione fastidiada se bajó de él no sin antesnotar la erección de él. Ella sonrió mirándolo. Snape bajó la miradahacia su miembro. "Oh genial!"

"¿Severus?" volvió a llamarlo el director.

"Unmomento, Albus, estoy solucionando unos...problemas con la SrtaGranger" contestó Snape mientras Hermione se reía por lo bajo "Deja dereírte, mujer descarada!" susurró Snape con una sonrisa.

"¿Mujerdescarada? No pretenderías que me ibas a tener una semana a pan y aguay no iba ha haber consecuencias" dijo ella sin perder la sonrisa.

"Telo explicaré todo esta noche, ahora coge tu ropa y vete, antes de queAlbus se desespere y entre sin decir nada" dijo él fastidiado. Hermioneobedeció y justo después de ponerse la capa el director entró.

"Bienveo que habéis terminado así que no interrumpo nada si entro ahora"dijo Dumbledore inocentemente. Hermione negó con la cabeza y salió dela clase. "¿Interrumpí algo importante?"

"No, para nada, Herm...la Srta Granger nunca se cansa de ser una insufrible sabelotodo en mi clase" dijo él con voz fría. Hermione! Has estado apunto de llamarla Hermione! Bien, Severus, ahora reza para que no haya notado el desliz que has tenido. Snape se fijó en sus ojos que no centellearon y suspiró aliviado.


"Jaquemate" gritó Ron mientras movía un peón cerca del rey "Harry y con unmísero peón! Vamos págame" dijo extendiéndole la mano al ojiverde.Harry lo miró fastidiado y le entregó un cromo de magos, Ron lo cogiótriunfante.

 

"Una más. Todo o nada" dijo desafiante Harry. Ron bufó.

"Vamosamigo no quiero que pierdas todos tus cromos" dijo Ron consuperioridad. Harry le contestó simplemente poniendo cada pieza en sulugar para comenzar de nuevo. Ginny suspiró con frustración, nuncacambiarían.

Los chicos estuvieron jugando sin mediar ningunapalabra hasta que Harry, como siempre, se quedó parado mirando comomoviera la pieza que moviera Ron le comería una. Suspiró agobiado y usóuna técnica que solía funcionarle con Ron: hablarle de Hermione.

"Oyey que piensas de lo de Mione?" dijo sin ningún rodeo, Ginny que en esemomento iba a bostezar de aburrimiento lo miró boquiabierta.

"Que es lo de Mione?" pregunto Ron haciéndose el desinteresado.

"Ya sabes lo que es...lo de su novio" dijo Harry sin ningún tacto. Ginny miraba a su hermano en busca de una reacción.

"Ella dijo que era su amigo" dijo Ron tranquilo.

"Si,pues me gustaría tener amigos que se gastaran tantos galeones en unpensadero!" contesto Harry metiendo el dedo en la llaga, Ginny lo mirócon el ceño fruncido y de repente Ron dio un salto.

"Bien! Si!Hermione tiene novio! Pues ya esta! Que le vamos a hacer ¿buscarlo ypegarle?" dijo Ron alterado y movió una de las piezas sin ver lo quehacía. Harry sonrió satisfecho y Ginny bufó.

"Oh sabes lo que se me acaba de ocurrir?" dijo Harry entusiasmado, Ron lo miró con el ceño fruncido.

"Miedo me das" soltó Ginny desconfiada.

"Cuenta" exigió Ron curioso, más calmado mientras se sentaba de nuevo y miraba a Harry espectante.

"Buenohe pensado que ya que Mione no nos cuenta nada desu...novio...podríamos averiguar algo nosotros" dijo Harry, Ron sonrióinteresado y Ginny los miró aún más desconfiada.

"Sabes yo creo que es un prefecto y se cuela en su cuarto por la chimenea, es por eso que no lo vemos" dijo Ron, Harry negó.

"Cierranla chimenea de prefectos cuando llega la noche, solo abren la de losmiembros del personal" contestó Harry, esta vez fue Ron el que bufófastidiado.

"Bueno...a lo mejor usa la de la sala de profesores" respondió Ron, Harry asintió entusiasmado. "¿Y de que casa podría ser?"

"Ravenclaw,son inteligentes y sabemos que Mione busca eso de un chico, además secomplementarían bien" dijo Harry razonablemente.

"O podría ser un Hufflepuff, son trabajadores, Mione es trabajadora también" dijo Ron triunfante por su agudeza.

"Y porqué no un Slytherin?" saltó Ginny. Los chico inmediatamente se echaron a reir.

"Por Merlín Ginny, no digas estupideces! Draco es el prefecto de Slytherin y ambos se odian!" dijo Ron ofendido.

"Yapero no tiene por que ser el prefecto no?" dijo Ginny cabreada por laforma en la que la trataba su hermano, pero al rato se arrepintió desus palabras porque los chicos la miraron como si fuera la fuente delos conocimientos.

"¿Qué sabes, Ginny?" comenzó el interrogatorio Ron

"Ehm...nadayo solo opinaba. Cualquier chico podría haberse colado en la sala deprofesores y haber ido al cuarto de Mione ¿no?" dijo Ginny intentandosalir del paso.

"También es verdad" concluyó sus pensamientos Harry.

"Bieny ahora que hacemos? Hay muchos alumnos en Hogwarts que podrían estarcon Mione" dijo Ron fastidiado. Harry se quedó cayado. Ginny casi podíaver como sus neuronas chocaban unas con otra intentando pensar lo másrápido posible, a la cabeza de Harry poco le faltaba para echar humo.

 

"Yaesta! Tengo mi capa invisible así que nos podemos colar en el cuarto deMione y ver quien aparece" dijo Harry triunfante. Ron sonrió radiante yasintió entusiasmado.

"Vale vayamos!" dijo levantándose.

"No!Espera, seguro que Mione se encontrara con él por la noche" dijo Harrysonriendo maliciosamente. Ron le acompañó con esa sonrisa. Ginny sepreparó para la guerra.


"Pues yo creo que es de Gryffindor"

"No, nunca estaría con un Gryffindor"

"Pero...porque estaban entonces en la Torre Gryffindor?"

"Ah! No sé, Albus, por qué no dejas ya el tema!"

"Phinea" dijo el director volviéndose hacia el cuadro y mirándolo como si quisiera leer su mente. "Me ocultas algo verdad?"

"Albussiendo tan listo como eres, dime que no estas intentando legeremanciacon un cuadro" dijo Phineas ironico, el director se ruborizó un poco."Y no te oculto nada, a lo mejor es que quedaron en la torre parahacernos creer que es un Gryffindor" mintió el cuadro, Albus entrecerrólos ojos y se acarició la barba.

"Si, podría ser...Severus es un chico listo y calculador" dijo pensativo. Phineas asintió desde su lienzo.


"¿Escuchas algo?" dijo Ron, mirando a Harry con la oreja pegada a la puerta.

"Shhh!Alohomora" susurró Harry, la puerta del cuarto de Hermione hizo un'click' y se abrió. Los chicos entraron con cuidado. Fuero abriendopoquito a poco la puerta hasta que se encontraron de pleno con unahabitación vacia.

"¿Donde esta Mione? Dijo que iba a estudiar en su cuarto no se..." de repente fue contado por Harry.

"Mira!" dijo el ojiverde señalando a la chimenea "El fuego es verde"

"Mierda! Demasiado tarde. Volveremos otro día" contesto el pelirrojo saliendo del cuarto.


Hermionellegó entre fuegos verdes a un salón ya conocido. Y sonrió cuando oyóla puerta del cuarto de baño abrirse y vio como Severus salia delcuarto con solo el albornoz. No se fijó en ella ya que parecía inmersoen la lectura de un pergamino.

"Vaya ahora me arrepiento de nohaber venido antes" dijo ella sensualmente. Severus inmediatamentelevantó la vista y sonrió de lado.

"No deberías estar aqui" contestó él sin perder la sonrisa. Ella comenzó a caminar lentamente hacia él.

"Buenono debería hacer muchas cosas de las que hago" dijo ella sonriendo,ambos cuerpo andaban el uno hacia el otro, como si poseyeran un imán,atrayéndose.

"Ah si?" dijo él levantando una ceja "Cosas como qué?"

Hermionese mordió el labio inferior y se abalanzó a los labios de él,besándolos con ansia y con hambre. Ambas bocas parecían devorarse,luchando con sus lengua, mordiéndose. La pareja parecía luchar ya quesus manos se arañaban. Ambos tan necesitados, incapaces de controlar lapasión reprimida de esa ultima semana. Fue Severus el que se separónecesitado de aire, jadeante.

"Hermione" dijo acariciándole la mejilla "No deberías estar aquí, Albus está por llegar"

"Albus? El director? Como sabes eso?" dijo ella extrañada.

"Bueno...Albusviene todos los dias sobre esta hora y no se marcha hasta que me ve tancansado que no tengo fuerzas para ir al cuarto de cualquier niñainocente" dijo él un poco fastidiado

"Ah, pues pasemos de lospreliminares entonces y lleva a tu cuarto a esta niña inocente" dijoella sonriendo con picardía. Él no dudó ningún instante y la cogió enbrazos, entrando en su cuarto y soltándola en su cama. Él se quedómirándola un largo rato, admirando su belleza, agradeciendo a su suerte.

 

"Vasa dejar de mirarme con cara de bobo o vas a esperar a que venga eldirector y nos vea?" dijo ella divertida por su expresión. Severusreapareció de lo que parecía un viaje astral y la miró extrañado.Hermione suspiró, se reincorporó y lo cogió de las solapas del albornoztirándolo para la cama. Severus pareció despertar ya de verdad y atacósu boca hambriento.

Hermione falta de tiempo desató el cordón quesujetaba el albornoz de Severus y lo abrió dejando al descubierto elcuerpo desnudo de éste. Severus gimió al sentir el frío golpear sucuerpo pero inmediatamente terminó de quitarse la prenda y comenzó adesvestir a Hermione, comprendiendo por fin lo que ella quería.

Rápidamenteambos quedaron desnudos y gimieron casi al unísono cuando sus cuerposardientes se tocaron. Sus manos tocaban, acariciaban y arañaban cadacentímetro del cuerpo de su amante contrario. Mientras sus bocas sedevoraban. No pasó mucho tiempo cuando la voz ronca de Hermionesobresalió por encima de los gemidos.

"Severus, por favor, te necesito ya" ordenó ella.

"Si,ama" se burló él. Mientras se posicionaba entre sus piernas. Ella abriósu boca para contestarle pero lo único que salió de ella fue un fuertegemido al notar como su longitud se deslizaba dentro de ella. Severus,como tantas veces se quedó dentro de ella un rato hasta que ellacomenzaba a moverse involuntariamente, pidiéndole más. Un segundo deseoque él le concedió.

Comenzó a empujar dentro de ella una y otravez, profundamente, sacando sonidos estruendosos de la boca de lajoven. Él sintió como pronto llegaría a su orgasmo, asi que llevó unamano al clítoris de ésta y comenzó a estimularla.

"Oh vente para mi preciosa" gimió Severus apunto de explotar.

AHermione que amaba la voz susurrante de él solo le falto eso paraacompañar a su amado en su orgasmo estruendosamente. Ambos temblaron aconjunto, sus corazones latían sin parar y sus respiraciones eranexcitadas, jadeantes, pero los que más les unía era la mirada defelicidad que ambos tenían. Pero el momento mágico fue interrumpido porun golpe en la puerta del cuarto de Severus, seguido por una vozdemasiado familiar.

"Severus estas ahi? Ya he llegado y he traidolas cartas, he aprendido nuevos trucos de magia muggle" se escuchó lavoz feliz del director.

Capitulo 14

"Severus estas ahí? Ya he llegado y hetraído las cartas, he aprendido nuevos trucos de magia muggle" seescuchó la voz feliz del director. Severus gruñó de nuevo y fue aquitarse de entre las piernas de Hermione cuando esta se aferró con suspiernas a él.

"No contestes" susurró ella en su oído, comenzó abesar y lamer toda esta parte de él. Severus gimió e inmediatamentecerró los ojos.

"Hermione...para por favor" dijo entre gemidos,ya que ella había comenzado a rozar su cadera con la suya haciendo quecomenzara de nuevo a ponerse dura. Hermione paró de moverse y lo miróinocente.

"Vale...¿y como se supone que voy a salir de aquí sinque el director se dé cuenta?" la tranquilidad de su voz contrastabacon el nerviosismo de Severus que se había quitado de entre sus piernasy caminaba desnudo de un lado para otro de la habitación. Se paró y lamiró.

 

"¿Sabes desilusionarte?" pregunto esperanzado.

"Severus me ofendes con esa pregunta" dijo ella falsamente ofendida. Él sonrió.

"Bienpues desilusiónate y sal cuidadosamente por la puerta. Yo intentaré queAlbus se siente de espaldas a la puerta así te será más fácil" Ellaasintió con una sonrisa "¿Que ves de divertido a esto?"

"Tu reacción, parece que te va a dar un infarto en cualquier momento" dijo ella divertida.

"Ah y te parece divertido que me de un infarto?" dijo el cruzándose de brazos y mirándola con el ceño fruncido.

"No...meparece divertido verte perder tu amado control" dijo ella sonriendo consuficiencia. Severus se acercó a ella peligrosamente.

"Parece quela buena y linda Gryffindor nunca parará de sorprenderme con sustécnicas Slytherins" susurró él rozando sus labios con los de ella,haciendo que instantáneamente ésta los entreabriera deseosa de volver asaborear sus labios, pero Severus se separó de ella sonriendo consatisfacción. "Voy a atender a Albus antes de que se desespere" dijodándose la vuelta y caminando hacia la puerta.

"Mm...Severus?"dijo ella aguantándose la risa, este se giró y la miró extrañado "Nocreo que al director le ilusione tanto como a mi que lo saludesdesnudo" dijo con tono divertido. Severus se miró y maldijo por lobajo. Se acercó a sus ropas y rebuscó entre ellas su varita. Una vezencontrada con un movimiento estaba vestido. La miró con el ceñofruncido y caminó de nuevo hacia la puerta, cerrándola tras él.


Harryabrió los ojos y de inmediato los cerró sintiéndose cegado por la luzde su mesa de noche. Despegó la cabeza del libro de adivinación y miróa su alrededor aún algo desconcertado. Restregó sus ojos observando que su pelirrojo amigo no estaba y frunció en entrecejo.

"Ron?"preguntó con voz adormilada. Tenía el vago recuerdo de que había estadocon él allí, estudiando, habían tomado cerveza de mantequilla y derepente ya no recordaba nada. Harry se levantó, las piernas letemblaron un poco al andar pero siguió.

Bajando las escalerasllegó a la desierta Sala Común, desierta salvo por un brillante pelorojizo que sobresalía por uno de los sillones de cara a la chimenea. Seacercó un poco más.

"Ron?" repitió Harry. El pelo rojizo se volvió y sonrió. A Harry se le secó la boca de repente. "Uh...Hola, Ginny"

"HolaHarry" dijo ella con las mejillas un tanto coloreadas. Se levantó ycaminó hacia él, miró a su alrededor y beso su boca rápidamente. Ambosse enrojecieron violentamente.

"Uh...Has visto a Ron?" dijo Harry mirándola a los ojos. Ginny negó con la cabeza.

"No,no vi al tonto de mi hermano por aquí...y eso que llevo tiempoestudiando en la Sala Común" Ella se encogió de hombros y señaló a unamesa llena de pergaminos y libros. Harry bufó.

"Bueno si lo vesdile que estoy en el cuarto" Se acercó a ella y le dio un tímido, sedio la vuelta y caminó hacia las escaleras.

"Harry!" gritó Ginnyantes de que desapareciera por el hueco de las escaleras. Harry se giróy la miró interrogante. "Una cosa..." Ginny se revolvió las manos,nerviosa. "Si...si yo te ofreciera unos caramelos algún día...uh...tute los comerías?" Tartamudeó Ginny, Harry la miro sin comprender.

"Uhm...Sí, supongo que sí ¿por qué preguntas eso?" dijo él desconcertado.

 

"Bueno...yo...mevan a traer unos caramelos de Hogsmeade y quisiera compartirloscontigo" dijo ella amorosamente. Harry sonrió tontamente.

"Esoseria genial, Ginny" dijo Harry, Ginny se limitó a sonreír hasta que elojiverde desapareció por las escaleras. Fue entonces cuando Ginny soltóun aliento que no sabía que sostenía hasta ahora. Se desplomó en elsillón.

"Animo, Ginevra, solo queda un día y tendrás esos caramelos" dijo ella antes de continuar trabajando.


"Miray entonces la carta se eleva sola" dijo el director con la ilusión deun niño mientras Severus miraba aburrido como, efectivamente, de labaraja de cartas muggles comenzaba a subir la carta que él habíaelegido. Suspiró y abrió la boca dispuesto a echar por tierra otronuevo estúpido truco de 'magia' muggle cuando un olor familiar inundósus fosas nasales. Severus se movió nervioso en su asiento.

"Esgenial ese truco, Albus" fue lo único que pudo decir para poder ocultarsu nerviosismo. Su cerebro no estaba ahora para pensar en qué habíanhecho esta vez los muggle para conseguir que una carta se eleve sola.Su cerebro analizaba cada aroma del cuarto intuyendo donde seencontraba ella.

Sus años de Maestro de Pociones le permitierondeducir que Hermione se encontraba cerca de la chimenea. Casi se leescapó un gemido al descubrir el otro olor que inundaba la habitación yque parecía desprender no solo ella, sino él también. Sexo.

"Vaya,Severus, es el primer truco que parece impresionarte" Dumbledore mirósu cara aburrida y sin expresión y alzó una ceja "Bueno o eso o estascansado de cartas ¡Pero no te preocupes!" dijo el director radiante yacto seguido extrajo unos aros de metal de su maletín "He aprendidootros trucos muggles con estos aros ¡Mira!"

Severus miraba sinexpresión al director mientras éste movía los aros rápidamente paradespués con un certero movimiento los unió. Severus suspiró cuando deun vistazo vio guardar la varita del mago más viejo y de nuevo iba asoltar por su boca una sarta de críticas cuando la habitación se volvióverde esmeralda. Severus cerró la boca y miró hacia la chimenea, dondeahora lucía un hermoso fuego verde que se fue consumiendo poco a poco.

Eldirector se levantó y caminó hacia la chimenea, mientras Severus lomiraba con expresión tranquila pero apunto de tener un infartointeriormente. Dumbledore levantó la cabeza hacia él y le mostró algoque colgaba de su mano. Severus jadeó de asombro y lo miró con ojosdesorbitados.

"Hay algo que debas explicarme, Severus?" dijo eldirector con una corbata de colores dorados y rojos colgando de sumano. Severus inmediatamente cambió su cara, su cerebro ya habíaconcebido un nueva idea, bufó y frunció el ceño.

"Pero qué...?"Se levantó y caminó hacia el director arrebatándole la corbata de lasmanos, buscó entre las telas y encontró, para su desgracia, unasiniciales bordadas 'H.G.'. Alzó la cabeza comprobando que Albus tambiénlas había visto así que suspiró dramáticamente y tiró la corbata alsuelo. Caminó hacia el sillón y se desplomó en él. Albus se acercó y lomiró preocupado.

"¿Qué pasa Severus?" Severus alzó la cabeza y lo miró con expresión cansada.

"Estoy harto de esa mocosa sabelotodo" gruñó "Yo tengo un límite, pero esto se ha convertido en acoso"

 

"No comprendo...¿Hablas de la Srta. Granger?" dijo el director extrañado. Severus bufó.

"Yde quien si no?" Severus suspiró dramáticamente de nuevo "Solo porqueno le pongo las notas altas sin siquiera mirar su trabajo como losdemás profesores cree que puede venir aquí y exigirme que le cambie lascalificaciones" mintió con gran facilidad. Albus lo miró sorprendido.

"¿Hablamosde la misma Hermione Granger?" dijo con asombro. Severus se limitó amirarlo con una ceja levantada. El director suspiró. "Bueno, debe serel agobio del último año...pero eso no explica nada, lo sé Severus"añadió al ver que éste abría la boca para protestar.

"¿Y quepiensas hacer?" dijo Snape incapaz de no decir nada. Albus se encogióde hombros y se acarició la barba, pensativo. Al rato alzó la cabeza,Severus lo miró divertido parecía que una bombilla brillara encima desu cabeza.

"Podríamos cerrarle la red flu" dijo finalmente el director, la sonrisa de Severus se cayó al instante.

"Pero...Y si hay alguna urgencia..." protestó Severus intentando negar que realmente era una buena idea.

"Que envíe una lechuza" dijo Albus con obviedad y lo miró extrañado "Pensé que te encantaría la idea"

"No...esta...bien...solomiraba los aspectos negativos, ya sabes lo perfeccionista que soy"contestó impotente. Albus sonrió con aceptación.

"Bien, entonces voy a comunicárselo con una lechuza" dijo caminando hacia la chimenea.

"No!"gritó de repente Severus, Albus se giró con un poco de polvo flu en lamano "Me gustaría hacerlo a mi" dijo sonriendo con satisfacción, Albussonrió abiertamente.

"Como te gusta hacer sufrir a losGryffindors" dijo soltando de nuevo el polvo en la maceta. Severus selevantó y caminó hacia su escritorio comenzando a escribir la cartaante la atenta mirada de Albus.


Hermionerespiró aliviada cuando se quitó el hechizo de desilusión entre lasparedes seguras de su habitación, pero el alivio le duro el poco tiempoen el que escuchó una estridente voz que provenía de la puerta.

"¿Dedonde vienes?" preguntó. Hermione se giró y abrió los ojos sobresaltadaal ver a su pelirrojo amigo mirándola inquisitoriamente con los brazoscruzados, apoyado en el marco de la puerta sobre un hombro.

"¿Qué haces aquí?" dijo ella molesta. Ron frunció el ceño.

"Esano es respuesta para mi pregunta ¿que ocultas, Hermione?" dijo élcomenzando a caminar hacia ella teatralmente, Hermione suspiró y sesentó en su cama.

"Ronald, no tengo porqué explicarte todo lo que hago" dijo ella duramente, Ron continuaba caminando hacia ella.

"¡Claro que si!" dijo él como si fuera evidente. Ella volvió a suspirar frustrada mientras él continuaba acercandose.

"Yeso ¿por que? Ron asume que no soy tu novia y si sigues así me perderáscomo amiga" le advirtió ella, Ron se paró en seco y la miró dolido.

"Yo solo me preocupo por ti" dijo con voz infantil.

"¡Pues deja de hacerlo! Ya soy mayor para hacerlo sola" Su voz continuaba molesta.

"Claro! Ahora te protege tu magnifico novio nuevo ¿no?" dijo Ron encarándola.

"¡Puesno! Mi magnifico novio es lo suficientemente maduro como para darmelibertad para que aprenda de mis errores" dijo ella levantándose, sindejarse intimidar por él.

"¿Me estas llamando inmaduro?" dijo con voz dolida, Hermione se encogió de hombros.

 

"Siéntetealudido si quieres" respondió ella duramente. A Ron le llamearon lasfosas nasales y se dio la vuelta sin decir nada. Antes de salir de sucuarto se giró dramáticamente y la miró con dureza.

"Te dejaréque aprendas de tus errores y me quedaré esperando porque estoycompletamente seguro que acabarás llorando en mi hombro" dijo consuperioridad y antes de que ella pudiera responder salió de allídejándola sola.

Hermione suspiró nuevamente y se derrumbó en su cama ¿Por qué ser todo tan complicado? Hermionetu te has buscado esto, ¿A quién se le ocurre enamorarse de unprofesor? Merjor dicho ¿A quién se le ocurre enamorarse de Snape?Se recostó en la cama y cerró los ojos, necesitaba descansar de tantasemociones en tan poco tiempo, sin embargo un golpe en la ventana se loimpidió. Ella alzó la vista y miró asombrada un hermoso pájaro quegolpeaba la ventana.

Se fijó en él, parecía un cuervo pero en suplumaje destacaban las alas de color azulado con un cuerpo de plumasleonadas, la cola más larga que su cuerpo y su cabeza completamentenegra como un capirote. Hermione se levantó y abrió la ventana dejandoal frío invernal entrar junto al extraño pájaro. Estilosamente elpájaro se posó en la cama haciéndole recordar a alguien conocido.Pareció evaluarla con la mirada e incluso parecía mirarla consuperioridad.

Hermione se acercó a él extrañada y el ave extendióla pata donde agarraba la carta. Una vez que ella se la quitó el pájarovoló inmediatamente sin darle tiempo siquiera a intentar darle algo decomer. Ella se encogió de hombros y abrió la carta con sumo cuidado.Con el simple vistazo de la caligrafía de su autor supo de quien era elave y comprendió su comportamiento.

Srta Granger

Sientocomunicarle que debido a su mal uso dela red flu, ésta sera cerradahasta fin de término o hasta que el director crea conveniente.

Prof. Severus Snape

Hermioneleyó y releyó la excesivamente corta misiva, asombrada por su contenidoy por la frialdad de su autor. Una enorme cantidad de preguntas seacumularon en su cabeza produciéndole un gigantesco dolor de cabeza,pero un grajeo a su espalda le impidió buscar la respuesta a alguna deellas. Por segunda vez se giró hacia la ventana que aún continuabaabierta y miró con sorpresa a aquel ave tan extraña posada contranquilidad en el marco de la ventana.

El ave entró una vez quese sintió atendida y se posó con estilo en su mesa de noche. Hermionesonrió al notar lo tanto que le recordaba ese estilo de entrar. De tal palo, tal astilla. Por segunda vez cogió la carta de la pata extendida del ave.

Hermione,

Sientola frialdad de la carta anterior pero el director no apartaba la vista.Te explico, el porqué del cierra de tu red es debido a que Albusencontró tu corbata en mi chimenea y tuve que inventar algo rápido queno salió tan bien como planeé.

Me temo que nuestros encuentros se van a reducir debido a esto pero te escribiré a menudo y puedes contestar con Freeque, como sé que te lo estarás preguntando, es un rabilargo autóctonodel Norte de España. Puedes usarlo para responder ahora si quieres,sino dile que se vaya, no pedirá comida.

Siento esto.

Atte. Severus

Hermionesonrió pese a la situación, ya que se habia temido lo peor con su otracarta. Miró su chimenea ahora inutil y se encogio de hombros, eso iba aser una prueba para su relación y ambos lo sabian.

 

Freegrajó impacientemente y ella se giró mirandolo. "Tranquilo que deboresponder antes" Se acercó a su escritorio y buscó alguna de laschucherias para lechuzas que le daba a Hedwing. Se acercó y se laofreció a Free, que la miró extrañado.

"Es para ti, come"dijo ella amblemente, el ave casi pareció levantar una ceja consocarronería, se acercó a la chuchería y la picoteó un poco,provandola. Grajeó encantado y la cogió en el pico y se dio la vuelta,comiendo de espaldas a ella. Hermione sonrió y se dirigió de nuevo a suescritorio para escribir su respuesta. Free una vez terminó de comer grajeó de nuevo con impaciencia antes de que Hermione termianra su carta.


Soloel rasgar de la pluma sobre el pergamino rompía el silencio perfecto dela habitación. Severus suspiró, en pocos minutos aquello sería unhervidero de conversaciones y gritos de los alumnos volviendo deHogsmeade. Se levantó de su escritorio y salió, debía registrar a losalumnos ya que la pierna de Filch daba problemas de nuevo.

Llegóaún cuando el silencio reinaba en el lugar, tembló debido al frío y secerró el abrigo. A los pocos minutos un ruidito que había comenzado ahacerse cada vez más y más fuerte se convirtió en un estruendo alllegar todos los alumnos al castillo. Todos parecían felices, algunoscon más o menos hipotermia pero sonreían igualmente. Casi al instantela reconoció junto a sus amigos, parecía como si desprendiera una luzque la hiciera destacar entre todos, y fue él quien sonrió esta vez.

"¿Felizpor hacernos sufrir, profesor?" dijo una voz que arrastraba laspalabras. Severus miró al ya no tan pequeño Malfoy con una cejalevantada y sonrió de lado.

"Sabe que sí, Sr Malfoy" dijo sonriendo sarcásticamente.

Severushabía descubierto la primera vez que hizo este trabajo que quizás Filchdebía de cobrar más, porque pasarle un detector de objetos prohibidos amás de 200 estudiantes que se movían e intentaban ocultar objetos opasar sin que él los examinara mientras soportaba una nevada, no erarealmente fácil.

Y menos fácil era cuando te tocaba disimular alpasarle el detector a tu novia oculta, a la cual llevas sin tocar desdehace semanar. Eso te hace sudar a pesar del frio y suspirar aliviadocuando ves como se va y compruebas que solo te queda un mocosoGryffindor de tercero esperando demasiado temeroso a que lo examinaras.

Severusdeseando irse le pasó rápidamente el detector y le dejó pasar, el chicosalió tan corriendo que varios objetos se le cayeron de los bolsillos.Severus suspiró y se acercó a él, observando que el chico lo mirabaaterrorizado y guardaba rápidamente los objetos. Se paró delante de él.

"Hayveces que me pregunto porqué Gryffindor es una casa tan valorada" dijocon burla. Al chico se le colorearon las mejillas que antes estabanpálidas por el frío. Severus lo miró duramente "¿Que hay en susbolsillos, Sr Mawson?"

"Nada" respondió rápidamente. Severus bufó y se acercó a él mirándolo amezante.

"¿Quehay en sus bolsillos?" repitió con tono más duro y seco. El chicotembló no precisamente de frío y obedeció enseñandole en ambas manos elcontenido de sus bolsillos.

Severus miró sus manos. Grageas,ranas de chocolate sin abrir, cromos, algunos objetos de broma dezonko, orejas extensibles y un par de caramelos con forma de estrella.Severus alzó una ceja al no reconocerlos.

 

"¿Qué son?" preguntó señalandolos. El chico volvió a temblar.

"Caramelos" respondió entrecortadamente. Severus suspiró.

"Conozcocada caramelo que se vende en Hogsmeade y el Callejón Diagon, pero noera consciente de la existencia de estos por lo que puedo sospechar quehan sido comprado en el Callejón Knocturn" dijo sabiendo el efecto quetendría en el alumno sus ultimas palabras.

"No! Son de Sortilegios Weasleys pero solo los venden para mayores porque..." el chico calló.

"Sr Mawson, continúe o su castigo será peor" dijo impaciente.

"Porqueson caramelos de lujuria" terminó el chico. Severus se paralizó en eseinstante y se quedó mirando al infinito durante un rato mientras elchico lo miraba temeroso por su castigo. Severus sacudió su cabezasaliendo de sus pensamientos y lo miró.

"Démelos"

Capítulo 15

Severus leía y releía la carta pulcramenteescrita que tenía delante suya mientras se concentraba por bajar laerección que ocultaban sus pantalones, cosa casi imposible ya que lascartas de Hermione había comenzado a ser cada vez más y más eróticas.Uno se asombraba de la cantidad de imaginación de la chica. A parteestaban esos malditos caramelos que descansaban en su mesa de noche yparecían llamarle para que los probara, solo un poco. Todo eso juntocon llevar sin sexo tres semanas, hacía que Severus luciera unashermosas ojeras ennegrecidas bajo los ojos.

Terminó de leer lacarta con su entrepierna palpitando y gimió frustrado, declarandoimposible bajarla sin pensar en ella, se levantó y caminó hacia elbaño. Se desnudó rápidamente y se metió bajo el chorro de aguacongelada. Silbó al sentir al agua tan fría en su piel pero comprobócon alivio que su erección bajaba progresivamente.

Salió, con elalbornoz puesto, al salón y como si lo hubiera adivinado, cosa que nodescartaba, en su chimenea de repente apareció un fuego verde del quesalió tranquilamente su peor pesadilla.

"¡Severus!" dijo alegremente.

"Albus" murmuró sin ocultar su molestia, pero Albus pareció no notarlo ya que su radiante sonrisa no vaciló ni un poco.

"¡Felizcumpleaños!" dijo el viejo director abrazándolo de repente, Severus sequedó rígido y asombrado, ni siquiera él se había acordado de su propiocumpleaños.

"Uh...gracias" dijo notándose el agradecimiento en suvoz. Albus se separó de él y lo miró sonriente. De un bolsillo ocultode su túnica estrellada sacó un paquete mediano envuelto con coloreschillones. "No deberías haberte molestado" dijo un tanto avergonzado,nunca llegaría a acostumbrarse a que Albus siempre le regalara algo ensu cumpleaños.

"Oh vamos! Lo hago todos los años, ya deberíashaberte acostumbrado" dijo él haciendo un gesto para que cogiera elpaquete de sus manos. Severus vaciló un poco antes de cogerlo ycomenzar a abrirlo. Sabía de antemano que iba a ser ya que Albussiempre le regalaba lo mismo, y en efecto, una vez abierto se encontrócon dos pares de calcetines de llamativos colores. Sin embargo éstos,que normalmente tenía estrellas, estaban decorados con corazones rojosen un par y cupidos rosados en otro.

"¿Y bien?" dijo Severus conla ceja alzada, interrogante. Los ojos del viejo centellearon derepente. Severus al notar esto frunció el ceño.

 

"Ya sabes que siempre te regalo lo mismo" dijo sonriendo con inocencia "Bueno debo irme, mis deberes me llaman"

"Gracias" repitió Severus, el director le sonrió.

"Deberíasdormir más, esas ojeras no perecen muy sanas" dijo antes de desaparecerpor la chimenea e inmediatamente los calcetines amarillos con cupidosrosados desaparecieron de sus manos y se ajustaron a sus pies. Severussuspiró, había rezado porque por esta vez los calcetines no hicieraneso ya que no se los podría quitar hasta que ellos pensaran que yahabían sido bien estrenados.

"Odio los calcetines mágicos"


Ginnyhabía salido antes de las clases de Adivinación por un supuestoproblema con su visión interior y había corrido hasta el aula deEncantamientos donde tras pocos minutos de espera comenzaron a salirlos alumnos de tercero de Gryffindor. En poco segundos distinguió elpelo azulado, que destacaba entre todos, del pequeño Mawson.Bruscamente lo cogió por la túnica y lo metió en un pasillo desierto.Sonrió el ver cómo el pelo del chico se volvía blanco del susto yvolvía a su calor al comprobar quien era su secuestrador.

"Uh...Hola Ginny" dijo tímidamente.

"¿Dónde están, Mawson?" preguntó directamente, sin rodeos.

"Eh...No sé de que me hablas" tartamudeó el chico retorciéndose las manos, nervioso.

"Sé que tu hermano te los dio ¿donde están? Y no mientas, Mawson" le amenazó ella cogiéndole por la túnica.

"Uh....yo...lo siento...pero...Snapemelosquitó" murmuró rápidamente bajando lacabeza. Ginny lo soltó de repente y lo miró aterrorizada.

"¿Cómo?" su voz tenia un toque de miedo, Mawson alzó la cabeza y la miró apenado.

"Yo....losiento, pero al llegar de Hogsmeade...él los descubrió" respondió élobviando el detalle de su torpe descubrimiento "Pero no le dije dequien eran" añadió.

"Oh...bueno...eh...puedes irte, gracias" Élchico salió corriendo por si acaso volvía a cambiar de humor la chicaWeasley y la dejó sola pensativa en aquel solitario pasillo.Definitivamente Hermione lo iba a pasar bien mientras ella de nuevo sequedaba sin disfrutar de Harry, otra vez.


Severusmiraba como sus alumnos preparaban torpemente su poción mientrasjugueteaba con un caramelo dentro del bolsillo de su túnica negra, elotro se disolvía finalmente dentro de su boca. Al final había caído enla tentación de esos malditos caramelos, por ahora no se arrepentían yaque tenían un sabor realmente agradables y parecían no tener efectoalguno en él. Sonrió con satisfacción, él no era tan débil comoHermione.

La hora pasó tranquilamente con una imperceptiblesubida de temperatura en el cuerpo de Severus, apenas notoria. Cincohoras después se sentó en el comedor realmente acalorado, se habíaquitado la capa en su laboratorio y aún continuaba con calor. MadamePomfrey lo miró preocupada por sus sudores.

"Severus ¿te encuentra bien?" preguntó, él la miró algo desconcertado.

"Si, solo un poco de calor...he estado trabajando en el laboratorio" explicó él, ciertamente deseaba que ese fuera el motivo.

Comenzóa comer tranquilo en su silla mientras miraba disimuladamente hacia lamesa Gryffindor, pero ella aún no había llegado. De repente su miradase desvió hacia la puerta y todo pasó rápidamente. Su estómago pareciódar un vuelco y su entrepierna palpitó al verla entrar, su corazóncomenzó a bombear rápidamente mientras su entrepierna comenzaba ahincharse cada vez más.

 

Bruscamente se levantó de un salto antela atenta mirada de toda la mesa y salió disparado del comedor por lapuerta trasera. Corrió o casi voló hasta sus cuartos esquivandoestudiantes e ignorando las preguntas de Albus, al que se encontró decamino, dejándolo pasmando en medio de un pasillo.

Una vez dentrose dirigió rápidamente al baño y se desnudó con un movimiento devarita, sin dudarlo se metió nuevamente bajo el chorro de agua fría dela ducha. Gimoteó al sentir el agua en su piel y miró esperanzado suerección para ver su bajaba como esta mañana, sin embargo estacontinuaba hinchada, no es su máximo esplendor pero de tal forma queparecía burlarse de él. Severus cerró el grifo.

"Malditos caramelos" murmuró.


Hermione,pese a todo lo que pensaba todo el mundo, odiaba ir a clase por latarde. Ella siempre agradecía tener horas libres para sumirse en suslibros, en sus pensamientos. Sin embargo ahora agradecía tenerlas yaque le permitían tener su cabeza ocupada con algo que no era Severus.

McGonagallexplicaba 'El hermoso arte' de poderse convertir en animago por quintaclase consecutiva sin conseguir que ni siquiera Hermione se lograratransformar entera. Mcgonagall le aplaudió y felicitó cuando logróconvertir su cabeza en la de una hermosa nutria negra. Sin embargonadie más pudo hacer algo más, salvo Harry al que le salió una pequeñacornamenta que hizo que toda la clase se riera mientras éste se poníacompletamente rojo.

McGonagall cortó el momento quitando lacornamenta de Harry y continuó explicando. Hermione tomaba apuntes comoloca, despejando su mente. Con un sonido de la campana su ultima clasedel día llego a su fin. Hermione continuó escribiendo un resumen de loaprendido mientras la clase se iba despejando, Harry y Ron conociéndolase marcharon también. McGonagall sonrió al ver a su más aplicada alumnay salió dejándola con sus apuntes. Al rato ella se levantó, releyendosus apuntes caminó hacia la puerta. De repente un cuerpo firme y durohizo que sus papeles volaran por todos lados y ella cayera al suelo.

Selevantó rápidamente y alzó la vista para ver al dueño del cuerpo con elque había chocado. "Sev...¡Profesor!" se corrigió ella sin quitar lavista de cada detalle de él.

Severus parecía irradiar calor,calor que ella comenzaba a tener al verlo vestido solo con su camisablanca ligeramente fuera del pantalón. Su pecho se movía rápidamentedebido a su agitada respiración. Su cara tenía un rubor sonrosadodebido al calor, su pelo estaba revuelto y enmarañado. Perlas de sudorbajaban por su frente, su cuello y su pecho parcialmente descubiertopor algunos botones no abrochados de su camisa. Miró sus ojos queardían sin llama, esos ojos negros que hoy parecían más profundos aúnapenas se diferenciaba su pupila que parecía dilatada. Pero lo que másllamaba la atención era su pantalón, que parecía que iba a explotar deun momento a otro.

De repente un gemido de sorpresa salió de laboca de Hermione al sentir los labios de Severus devorando sin piedadsu boca. Al instante sus manos comenzaron a vagar por todo su cuerpo,se sentía acariciada por cada rincón como si Severus hubieradesarrollado tantas manos como un pulpo, abarcándolo todo. Mientras suboca le daba besos febriles, rápidos e intensos que la hacían gemir concada roce de éstos, con cada baile de lenguas.

 

La fuerza de susbesos y caricias hacía que inconscientemente dieran pasos hacia atrás,buscando un punto de apoyo. Repentinamente sintió el borde de una mesadetrás suya y casi en ese mismo instante las manos ardientes de Severusdejaron su cuerpo por unos segundos para abrazar su cintura y subirlaencima de la mesa. Hermione sintió como todo aquello la ponía realmenteexcitada y el echo de que estaban en el escritorio de la profesoraMcGonagall la excitaba aún más...todo tan prohibido.

Severus notósu distracción y buscó sus labios con una necesidad que nunca habíanotado en él. Hermione notó como sus manos calientes se posaban en susrodillas y separaban sus piernas para poder, luego, situarse entreellas. Escuchó su gemido ronco cuando ella envolvió sus piernas en sucintura y rozo intencionadamente su cadera contra su erección. ¡Merlín! Ella casi gimió al notar el tamaño de esta.

"¡Severus!"gritó sorprendida ella cuando las ígneas manos del mago arrancaron deun solo tirón su ropa interior y sumergió sus dedos entre sus pliegues,éstos resbalaron con facilidad por todo sus sexo. Hermione sesorprendió de su propia humedad. "Ahhh..." Severus rió entre dientes.

Sumano libre dejó de acariciar el, cada vez más necesitado, cuerpo deHermione y viajó hacia su pantalón desabrochándolo con urgencia. Nopudo controlar el gemido que se le escapó al liberar finalmente sulongitud de la presión del pantalón y el bóxer. Escuchó el gemido desorpresa de ella al ver el tamaño de su erección.

"Ohh...Severus"repitió ella al sentir su cabeza palpitando en su entrada al instanteSeverus se envainó de un solo empuje sin poder aguantar más. El gritoronco de placer que soltó Severus ahogó el gemido de Hermione y fue lomás erótico que ella había escuchado nunca, Merlín sabía que ese gritoiba a ocupar sus fantasías durante un tiempo.

De repente sesintió completamente vacía cuando Severus se saco de dentro de ella,pero cuando fue a protestar de su boca solo salió un gemido al notarcomo de nuevo se introducía de un golpe, llenándola como nunca. Repitióese esquema varias veces, regalándole gritos y gemidos que inundaríasus fantasías durante una eternidad.

La tortura de su movimientolento no duró demasiado, ya que Severus comenzó a moverse cada vez másy más rápido buscando liberarse de ese calor que le agobiaba y le hacíaquerer enfundarse en ella eternamente. Sus movimientos fuertes y rudoseran tan profundos que Hermione se retorcía cada vez que él tocaba esepunto tan hondo de ella, sentía como sus dedos se clavaban en suscaderas añadiéndole el justo dolor para hacer todo aquello másplacentero.


"Profesora!" Un gritolejano la sacó de sus pensamientos y se giró para ver al hombrecito deojos verdes en el que se había convertido Harry Potter. Aún sesorprendía de como pasaban los años para esos chicos, aún recordabacuando puso el sombrero en su minúscula cabeza y como temblaban.Sonreía melancólica al recordar la pelea de Harry, el suspiro de aliviode Ron y ese masticar de labio tan típico de Hermione. Se habíanconvertido en adultos.

"Profesora que suerte que la encuentro" jadeó Harry, al parecer había corrido para encontrarla. Ella sonrió al chico.

 

"¿Quéle pasa, Sr Potter?" dijo desviando la mirada hacia la esquina donde alparecer la Srta Weasley esperaba. Ese era otro aspecto que lesorprendía de sus chicos, ¿estaba ella con alguien a esa edad? Claro, tonta, Albus entró de profesor ese año.Sus mejillas se colorearon al recordar el comienzo de su relación,siempre tan prohibida. El chico Weasley también parecía estar con laSrta Brown, aunque siempre pululaba al rededor de Hermione. Ella si queno parecía tener nada, siempre tan comprometida con los estudios.

"Queríarecordarle que usted me dijo que me entregaría mi trabajo hoy, pero seolvidó usted de dármelo en clase" dijo Harry algo impaciente, desviandosu mirada de vez en cuando a Ginny que se movía igual de impaciente.

"¡Merlín!Se me pasó, disculpe Sr Potter" dijo McGonagall recordando el trabajoya revisado del chico, se lo había dejado en la clase en uno de loscajones del escritorio. "Vaya usted a la Sala Común y allí se loentregaré, lo dejé en clase"

Harry asintió y corrió hacia dondeestaba Ginny caminando con ella hacia la Torre Gryffindor, McGonagallsonrió, le recordaban tanto a Lily y James. Caminó algo melancólica devuelta a la clase, los pasillos estaban desiertos y en las aulas nohabía ni un alma. Antes de llegar a su clase vio que la puerta estabaabierta y había luz aún, agudizó el oído y ruidos extraños parecíanprovenir de allí.


No fue muylejano cuando sintió como su vientre dolía por soltar toda la ola deplacer y fue un movimiento de cadera de Severus el que la hizo explotarfinalmente, sentía como sus paredes aprisionaban a toda su longitudanimándolo a unirse a ese magnífico orgasmo al que Severus se unió sinoponer resistencia alguna. Continuó moviéndose dentro de ella hastadescargarse en ella, gimoteando ruidosamente.

"SE PUEDE SABER QUELE ESTAS HACIENDO?? APARTATE DE ELLA!!" El grito agudo vino precedidode un rayo rojo que se estrelló en su espalda y lo tiró violentamentecontra la pared.

"Ah!" gimió de dolor él al golpearse la cabeza bien fuerte.

"Hermione,querida ¿estas bien?" de repente la voz aguda de McGonagall habíapasado a ser dulce y preocupada. Se acercó a Hermione que la mirabaaterrorizada desde su escritorio, se había bajando rápidamente la falday abrochado algunos botones que Severus había logrado quitar.

"Eh..."No sabía como afrontar ese momento, miró como Severus se habíalevantado y abrochaba su pantalón mirando a McGonagall con odio.

"Estabaperfectamente hasta que llegaste" soltó caminando hacia ella, laprofesora lo miró con una ira que nunca antes le había visto.

"Perfectamenteparecías pasártelo tu" De nuevo alzó la varita hacia él, Severus dejóde caminar y la miró con el ceño fruncido "Has caído muy bajo, Snape,violar a alumnas...es lo último que esperaba de ti"

"Yo no he violado a nadie!" gritó defensivamente éste y miró a Hermione en busca de ayuda.

"Uh...¿profesora?...eh...loque dice es cierto" murmuró ella con las mejillas ardiendo. La viejaprofesora se giró hacia ella con gesto escandalizado la miró por uninstante y luego volvió a mirar a Severus.

"¿Encima le diste una poción?" dijo ella con odio.

"¡No!" contestó Severus indignado.

"Ya, veamos lo que dice Albus de esto" murmuró ella y cogió la mano de Hermione, Severus la miró asustado. "Vamos, querida"

 

"No,espera Minerva, no creo que haga falta llevar este a tal extremo"Merlín sabe que esto le podía costar su carrera sino algo peor.

"Elqué? Que hayas violado a una alumna y que para que se mostraracomplaciente le has dado un filtro?! Yo creo que si hay que llevarlo atal extremo, Severus!" la ira que sentía se notaba en cada sílaba. Tirode la mano de Hermione que bajó del escritorio y miró a Severusimpotente. Este pareció no darle importancia al echo que ella no ledefendía, al fin y al cabo seria inútil ya que Minerva confiaba que élla había hechizado con una poción.

McGonagall salió de la clasecon paso firme con la mano de Hermione apretada de forma cálida ySeverus detrás murmurando continuamente intentando convencer a laprofesora. Ésta hacia oído sordos de las palabras defensivas de él.Tras un camino que se le hizo extremadamente corto a Severus, llegarona las gárgolas que protegían la entrada al despacho del Director.

Capitulo 16

Una mano viajó hacia su boca con el deseadocaramelo justo cuando llamaron a la puerta, Dumbledore suspiró y mirócon deseo el dulce amarillo. Un nuevo golpe impaciente sonó más fuerteesta vez, acompañado de una voz conocida.

"Albus ¿estas ahí?" Él fue a contestar cuando una segunda voz también conocida se lo impidió.

"Seve que no, una pena, ya se lo contaremos otro día" dijo lainconfundible voz sedosa de Severus. Albus curioso como era, abrió lapuerta para ver tres espaldas caminando hacia la salida.

"¿Qué mepensáis decir otro día?" dijo el con voz intrigada. McGonagall se diola vuelta sonriendo triunfante mientras que Severus lo miraba conexpresión frustrada y... "¿Srta Granger?" Ella estaba cabizbaja.

"Albustenemos que hablar" dijo Minerva seria, él frunció ligeramente el ceñosin comprender y les dio paso a su despacho. Ahí pudo comprobar loextraño de la vestimenta de Severus y Hermione.

Severus nollevaba sus trajes negros con mil y un botones sino una simple camisablanca arrugada y unos pantalones llenos de polvo. Su pelo, queconstantemente intentaba alisar, estaba revuelto. Hermione tambiénparecía algo destartalada, su ropa de uniforme estaba arrugada tambiény su pelo, normalmente parecido a un arbusto, estaba aún más enmarañadoy algunos rizos se pegaban a su frente debido al sudor.

"¿Y bien?¿A qué viene esta agradable visita?" dijo una vez que todos estabansentados. Minerva lo miraba sonriendo triunfante, era realmente extrañasus sonrisa, nunca la había visto en ella. Severus parecía haberperdido toda la calma que a menudo mostraba con arrogancia y se movíanervioso en su asiento, por su parte Hermione parecía querer que latierra se la tragase en ese mismo instante.

"Bien, Severus, explicale a que venimos" dijo Minerva con voz extrañamente triunfal.

"Anada importante, ciertamente" dijo este tranquilo encogiéndose dehombros. La cara de Minerva se cambió rápidamente, su sonrisatriunfante desapareció siendo sustituida por un ceño profundo, selevanto de inmediato y encaró a Severus tan cerca que sus alientos semezclaban.

"¿NADA IMPORTANTE?" Su voz sonaba irritante y muy ofendida "¿CONSIDERAS NADA IMPORTANTE VIOLAR A UNA ALUMNA?"

"YONO HE VIOLADO A NADIE" gruñó Severus levantándose también, plantándolecara a Minerva. Albus miraba sorprendido de un profesor a otro.Hermione se encogía cada vez más en su asiento.

 

"TE VI CON MIS PROPIOS OJOS" grito Minerva "Y ENCIMA LE DISTE UNA DE TUS ASQUEROSAS POCIONES PARA QUE SE MOSTRARA COMPLACIENTE"

"REPITOQUE NO LE DI NADA...No hizo falta, ella ya se mostraba complaciente"dijo él sonriendo con superioridad. Minerva lo miró horrorizada y echóuna fugaz mirada a Hermione, que se había puesto violentamente roja.Minerva pareció echar humo en ese momento.

"¿Que pasa, Severus,que como no puedes conseguir a una mujer complaciente que quieraacostarse contigo tienes que seducir a una alumna?" Albus abrió la bocasorprendido con el tono de voz de Minerva, el único fin de esa fraseera dañar en lo más profundo a Severus.

"¡MINERVA YA BASTA!" grito Albus altamente ofendido "Ambos siéntense"

Minervarespiraba agitada y de nuevo esa maléfica sonrisa estaba en su cara,miraba a Severus que no mostraba ninguna expresión en su cara. Albus lomiraba preocupado, al igual que Hermione, que había levantado por finla cabeza para mirar a Severus. Ambos sabían que bajo esa expresión deneutralidad su corazón dolía sobremanera y se desmoronaba rápidamente

"Ahora con calma explicadme qué a pasado" dijo Albus aún mirando a Severus, preocupado.

"No difiere mucho de lo que has oído, Albus" dijo Minerva seria. Albus asintió con un gesto de cabeza.

"Bienya escuche a vosotros dos, ahora quiero escuchar a la tercera persona"Hermione se puso rígida en ese mismo instante "¿Srta Granger?"

"¿Sí, profesor?" dijo ella evitando sus mirada

"¿Quétal si nos relata su punto de vista?" dijo el director demasiadotranquilo para Minerva y demasiado calmado para Snape. Hermione tragófuerte y asintió.

"Uh...Sev...El profesor Snape y yo...uh..."Respiraba con agitación y movía nerviosa, al igual que Severus que seretorcía visiblemente aterrorizado en su asiento "Uh...él no meviolo...yo...yo quise hacerlo..."

"Claro porque él la sedujo" lecorto McGonagall con voz irritada y mirando al ahora cabizbajo Snapeque apenas tenia ganas de defenderse ya.

"No, fue al contrario"dijo Hermione y de repente el silencio se hizo en el despacho. Minervase había vuelto tan pálida como la pared ¿Que había sido de aquellaalumna favorita suya que solo se preocupaba por sus notas?. Severushabía parado de retorcerse en la silla y se había quedado paralizado.Mientras Dumbledore tenia una sospechosa sonrisa.

"Y podría explicarme como comenzó todo esto, Srta Granger? Dijo tranquilo como siempre.

"Uh...bueno..." ella echó una mirada rápida a McGonagall y Severus.

"Comprendo, ¿Es demasiado intimo?" dijo comprensivo, pero no le dio tiempo a Hermione a responder cuando salto McGonagall

"Intimo?Claro que es demasiado intimo! Albus no sé como puedes estar tantranquilo ¡acabas de enterarte que un profesor se ha estado acostandocon una alumna a tus espaldas!" gritó "Y nada más y nada menos que estesucio mortif..."

"MINERVA!" la corto Albus "Ya basta, Severustiene de mortífago lo que yo así que deja ya el tema. Y si estoytranquilo es porque tengo memoria, algo que tu pareces no tener, yrecuerdo como precisamente tu y yo comenzamos cuando yo era profesor ytu alumna"

"Pero...no es lo mismo" se defendió ella que se habíapuesto roja tras Albus decir eso. "Nosotros eramos mas responsables queellos"

"Minerva suspendiste los cinco siguientes exámenes ydejaste de hacer los deberes ¿es eso responsabilidad?" ella calló ybajo la cabeza, completamente roja. Hermione parecía haberse animado alescuchar la conversación y había dejado de parecer estar al borde de unataque de nervios, sin embargo Severus continuaba cabizbajo sin hablar."Bien, ahora quiero quedarme solo con Severus así que Srta Granger vayaa su Sala Común y Minerva acompañala y luego nos vemos"

 

Ambas mujeres se levantaron sin decir nada y salieron por la puerta del despacho del director.


Trasun camino que resultó eterno para ambas mujeres llegaron frente alcuadro de la Señora Gorda, en el camino había reinado un silencioincomodo y una tensión que podría cortarse con un simple cuchillo sinafilar. Hermione no se atrevía a hablar tras haber confesado surelación con un profesor, McGonagall por su parte tenía tanta confusiónen la cabeza que no sabía si sentirse feliz, cabreada, nostálgica...asíque optó por callar durante el camino.

Al llegar la Señora Gorda se extrañó del estado de tensión existente entre ambas mujeres y decidió no comentar nada al respecto.

"¿Contraseña?"Dijo algo intranquila. McGonagall la dijo con voz seca y el cuatroabrió la puerta hacia la Sala Común. Ni Hermione ni Minerva quisieronmoverse.

"Profesora..."

"Señorita Granger"

"Lo siento, continúe" dijo Hermione con educación. McGonagall asintió.

"Queríadecirle que siento mucho mi actitud con usted" dijo obviando el tema deque no lo sentía por Severus "Mi actitud fue demasiado extremista"

"No,yo...no debí ocultarle nada...al fin y al cabo usted es aquí como mimadre...siempre ha sido como una madre para mi" dijo Hermione bajandola mirada.

"Aish, Hermione" McGonagall de repente la abrazómaternalmente "Siento haberme comportado así contigo" La separó de susbrazos y la miro a los ojos "Deseo que seas feliz y si es conSeverus...pues que así sea"

"Gracias" dijo ella al borde del llanto.

"Bueno,ahora ve a tu Sala Común y ya hablaremos cuando estemos las dos máscalmadas" dijo notando que estaba a punto de llorar. Hermionesimplemente asintió y entró por el hueco del retrato.


Albusmiró de manera interrogante a Severus que esquivaba su mirada comonunca, observo todos los movimientos del profesor. Su expresión eraneutra, sin embargo sus nudillos estaban ya blancos de apretar lospuños buscando algo de control. Una pierna se movía continuamente deforma nerviosa y solía pararla de vez en cuando al darse cuenta de suexpresión de nerviosismo, pero al volver a dejar de pensar en ellavolvía a moverla inconscientemente.

Finalmente, el director decidió hablar antes de que Severus tuviera un infarto repentino.

"Bien,creo que has vuelto a ocultarme cosas" dijo intentando ver cómocomenzar aquella charla. Severus levantó la cabeza y lo miro culpable.

"Lo siento" murmuró de nuevo bajándola.

"Nohay nada que sentir, yo también me lo hubiera ocultado" dijocomprensivo. Severus no comentó nada y el director continuó. "Megustaría saber como acabaste metido en este lío, Severus"

"Albuscreo que eso ha quedado lo suficientemente claro con la explicación dela Srta Granger" contesto Snape recuperando su tono agrio.

"Sí,pero no me refería a eso" Snape alzó una ceja ante este comentario"Quisiera saber como has acabado enamorándote de Hermione"

Severus perdió el aliento y miró pálido Albus ¿Había dicho ese viejo loco la palabra enamorar? ¿Él? ¿Severus Snape? ¿Enamorado?

 

"Ohvamos, Severus, no finjas contigo mismo que no estas enamorado de ella,hasta Minerva lo ha notado sino no se hubiera ido de aquí hasta vertedecapitado" dijo el director con ese brillo en los ojos tancaracterístico de él.

"Albus yo no..." pero de nuevo le cortó.

"Severusno vas a salir de aquí hasta que me lo expliques, te lo creas tu o no"dijo con ese tono que le advertía a Severus que no iba a haber otraescapatoria. Éste suspiró y comenzó la historia.


Hermioneentró en la Sala Común con la cara del mismo color que el pelo de unWeasley, pese a que ya había pasado algo de tiempo desde que se habíaido McGonagall por la torre hacia sus cuartos, ella aún seguía roja porsu confesión ante Dumbledore.

Y es que todo se había desmadradoen el momento en el que Severus había entrado en el aula, tandesesperado que no había tomado medida ninguna para que nadie supieraque ellos estaban allí. Pero todo había sido realmente excitante hastael momento en el que McGonagall había entrado. En ese momento su mundose vino abajo y más aún el de Severus.

Pero Dumbledore no habíaparecido ni la mitad de enfadado que ella, se había comportado como siestuviera al tanto de cada detalle de la relación de ellos. Sin embargoMcGonagall había sido terrorífica, había horadado en la herida de Snapede tal forma que había conseguido derrumbarlo finalmente, el directorparecía haberse dado cuenta al igual que ella.

De repente seescucharon unas risas proveniente de las escaleras, Hermione dirigió sumirada hacia allí y vio a su pelirroja amiga bajar con una radiantesonrisa, que se ensanchó aún más al verla a ella.

"¡Mione!" gritola chica ilusionada, bajó de un salto los escalones que le quedaban yse sentó con gracia en uno de los sillones frente a la chimenea, allado de la castaña.

"Hola Gin" dijo esta con una débil sonrisa, sonrisa que no pasó por alto Ginny.

"¿Pasa algo?" dijo con ese tono tan parecido al de Molly.

"Bueno, seguro que mi historia es menos interesante que la tuya así que comienza" Hermione aún no era capaz de contar en alto.

Lapelirroja sonrió con nerviosismo y se acomodó en el sofá para contarlela historia a su amiga con mayor comodidad, se aclaro la garganta ycomenzó.

"¿Recuerdas que te dije que llevo largo tiempointentando conseguir los caramelos que tu tomaste con Snape?" Hermionela miro boquiabierta.

"¿Cómo?" dijo con voz irritada "¡Nunca me has mencionado eso!"

"Ah¿no?" dijo Ginny tranquila "Bueno pues ya lo hice" Hermione bufó perola dejó continuar "Bien pues no han echo falta los caramelos así que selos puede quedar Snape"

Hermione se paralizó en ese momento "Snape? ¿Como que Snape?" pregunto sorprendida. Ginny la miro curiosa.

"¿No sabes que Snape tiene los mismo caramelos que tu?" dijo ella con cierto tono de burla. Hermione negó con la cabeza.

"Eso lo explica todo..."murmuro para si misma la castaña. Ginny ante esto alzó una ceja.

"Loexplicará para ti porque lo que es a mi me deja con muchas dudas..."dijo incitándola a contarle. Hermione la miró ausente, hasta que enfocosus ojos en su amiga.

"Que decías?" Ginny bufó.

"Que me cuentes que te ha pasado con Snape!" exigió algo fuerte.

"Snape?" dijo una voz a sus espaldas.

 

"Que te ha pasado con el murciélago grasiento?" dijo otra voz más chillona.

"Harry!Ron!" dijo Hermione con una sonrisa falsa, Ginny enrojeció más por elmomento que porque acababa de llegar su nuevo chico. El dúo se sentóuno a cada lado de las chicas, Harry con Ginny y, muy a su pesar, Roncon Hermione.

Justo en ese momento entraron unos alumnos detercero comentando alegremente algo que habían escuchado, los chicoscuriosos y ansiosos de rumores los escucharon con disimulo pero tododisimulo quedo ido cuando de la boca de uno de los chicos salio unafrase que hizo a Hermione jadear de sorpresa.

"No creo que sepamos nunca quien es...yo no estaría orgulloso de acostarme con Snape"

Capitulo 17

"Luego me comí esos caramelos y...buenoperdí el control" Terminó Severus con las mejillas rojas y la cabezabaja. Albus se limitó a mirarlo, serio. "Voy recogiendo mis cosas ¿no?"dijo el pelinegro levantándose.

"¿Por qué?" Albus lo miraba tranquilo mientras echaba mano a otro caramelo de limón que no tardo en reventar en su boca.

"¿No estoy despedido?" dijo con cierta sorpresa Snape.

"Siéntate,Severus" dijo aun con ese tono de tranquilidad que sacaba de quicio aSnape, éste hizo lo que dijo y de nuevo tomo asiento.

"Albus,tengo mucho que recoger lo que me vayas a decir dilo rápidoporque..."Snape paró de hablar al ver a Albus levantar una mano enseñal de silencio.

"No voy a despedirte así que deja debalbucear" dijo con voz seca, Snape lo miró sorprendido pero no dijonada. "Por lo que me has contado no fuiste tu quien comenzó con todoesto, sino la Srta Granger..."

"No la expulse a ella!" grito rápidamente Snape, cortando la frase de Albus, éste resopló.

"Severuscalmate, nadie va a ser expulsado ni despedido ¿de acuerdo?" Snape selimitó a asentir no muy confiado aun. "Como iba diciendo, la SrtaGranger fue quien comenzó vuestra...relación así que no es unaviolación y ambos sois mayores de edad así que no es pederastia"

"Llevo diciendo eso bastante tiempo, Albus. Ahora ¿que piensas hacer?" dijo impaciente.

"Prohibir vuestra relación...hasta que ella salga de Hogwarts" Sentenció Albus.


LaSala Común de Gryffindor siempre era el sitio más visitado por todosdurante las frías tardes de invierno, siempre llena a rebosar deestudiantes haciendo las más diversas cosas. Unos jugaban al ajedrezmágico, otros a los naipes explosivos, otros tantos se divertíanprobando el invento nuevo de los gemelos Weasleys mientras algunospocos hacían la tarea o simplemente leían un buen libro.

Nadanuevo pasaba en esas tardes, toda la Sala Común era un caos ordenadoque pocas cosas podrían fastidiar. Cosas como que de repente tuprofesor de Pociones y Jefe de la Casa enemiga se escuche discutir conel retrato que protege la Sala.

"Vieja gorda te lo repetiré por última vez ¡.MISMO!" El gruñido de Snape hizo callar a toda la Sala Común al completo.

"No si no sabes la contraseña" Se escuchó responder al retrato.

"No la necesito! Soy un profesor de esta escuela!" Insistió Snape irritado.

"Hastalos profesores necesitan contraseña" Entonces hubo un silencioacompañado por unos susurros claramente de la voz profunda de Snape yun grito proveniente de la Dama Gorda "¡No se atreverá!"

"Dame unmotivo y juro que lo haré" Se escuchó la voz de Snape, amenazante ytras esto el inconfundible crujido que siempre se escuchaba al abrir elcuadro. Segundos después la enorme y delgada figura negra apareció enla Sala Común, todos los miembros de allí lo miraban boquiabiertos y encompleto silencio mientras Snape recorría con la mirada cada centímetrode la Sala, al parecer sin encontrar lo que buscaba.

 

"Alguno deustedes, estúpidos alcornoques, ¿sabe donde esta la Srta Granger?"pregunto con cierta impaciencia pero nadie le respondió, Snape resopló."¿¡Acasos sois tan tontos que no sabéis responder a esta pregunta!?"

"Uh..."De repente todas las miradas se volvieron a aquella voz valiente ytodos lo miraron orgulloso. El chico-que-vivió-dos-veces miraba concierta duda a Snape "Ella esta en su cuarto, señor"

"Gracias, Potter" Y tras esto caminó hacia las escaleras de chicas sin decir ninguna palabra más.

"Pero,señor, ella esta durmiendo" dijo más con miedo por la vida de lacastaña que por preocupación por su sueño. Snape se limitó a girar lacabeza para mirarlo.

"Pues tendré que levantarla" Y sin dejarle decir ni la más mínima palabra subió las escaleras.

"OhMerlín creo que le va a chupar la sangre mientras duerme, hagamos algo,Harry" Se escuchó la voz del ojiverde rompiendo el silencio de la Sala.

"Noseas tonto, solo querrá hablar con ella" Y en ese mismo instante secomenzó a escuchar como cada uno de los presentes decía cadaposibilidad de lo que podría estar pasando.

"¡La matará!"

"¡Le mandará que haga la tarea delante de él!"

"¡La atará a la cama y ..."

Desgraciadamenteel final de aquella frase no llegó a los oídos de Snape que habíaescuchado cada palabra ya que había llegado frente a la puerta en laque rezaba en letras doradas 'Hermione Granger'. Por una vez estabaagradecido de la no demasiada estupidez de Potter, aunque sabía que elniño haría preguntas, demasiadas.

Snape, caballeroso llamó a la puerta pese a que toda su mente lasciva quería entrar y verla dormir. ¡A quien tratas de mentir, viejo verde! Dormir? Solo querrías verla dormir? Como mínimo dormir con ella.

Snapesacudió su cabeza y volvió a llamar pero de nuevo nada se escuchó salvolas risas y murmullos provenientes de abajo. Suspiró abrió la puertacon cuidado y la cerró tras él, no querría tratar tan pronto con lacuriosidad de los dos tercios restantes del Trío Dorado.


"Harry temo por la vida de 'Mione'" insistió el pelirrojo.

"Te repito que no le va a hacer nada, es Snape, él nos salvo ¿recuerdas?" Ron resopló.

"Yque quiere entonces? Snape no va de Sala Común en Sala Común teniendotutorías privadas con cada uno" dijo con cierto tono preocupado.

"Y que hacemos, Ron?" dijo Harry pensándolo mejor.

"Aúntienes la capa invisible de tu padre ¿no?" La sonrisa de Ron se volvióalgo maléfica, Harry se limitó a asentir. "¿Y a que esperamos?"

"Nopodemos entrar a esta hora en el cuarto de las chicas, es de noche ya"dijo señalándole el cielo a Ron por la ventana, de nuevo el pelirrojoresopló con fastidio.

"Habrá que pensar algo, compañero" dijo dándole una palmada en el hombro.

De repente una luz cegadora los cegó a ambos siendo acompañada por la voz aun algo infantil de Colin Creevey.

"Bonita foto para el periódico escolar" dijo el chico con una sonrisa.

 

"Si, genial Colin" dijo Harry sin mucho interés.

"El otro día te eche una foto cuando volabas por la torre ¿la quieres?" dijo balanceándola "Las chicas se rieron al verte"

"¿Por qué se reían?" preguntó Ron curioso.

"Dicenque desde ese lado de la torre se pueden ver los cuartos de las chicas"dijo algo sonrojado Colin. De repente los dos amigos se miraron.

"¡Eso es!" grito Ron levantándose "Vamos por las escobas, Harry"


Snapeseguía mirando la figura dormida de su pequeña amante mientrasreflexionaba de los cambios que había dado su vida en esos últimosmeses.

Su vida después de la guerra había sido...diferente.Después de la muerte del Lord y conociéndose al fin su bando en laguerra había pasado a ser el odiado mortifago profesor de Pociones a elodiado profesor de Pociones. Había algunos que lo llamaban héroe y comotal multitud de cartas de admiradoras se amontonaban a diario en algúnlugar de Inglaterra hacia donde eran re-dirigidas. Él nunca semolestaba en leer ninguna.

Y entonces había llegado ella, ese díaen el que prácticamente casi lo violó y desde entonces había puesto suaburrida rutina patas arriba. Sin saber como había acabado volviéndoseadicto a ella y ¿por que no decirlo? Se había enamorado de la castaña.

Perotodo aquello era una locura y eso lo sabía él, ellos no se conocía, nosabía nada el uno del otro. Muy pocas veces habían hablado salvoaquellas conversaciones en el cuartel de la Orden durante la guerra quele habían hecho cambiar la opinión que tenía de ella. Comenzaron asoportarse. Pero de soportarse a acostarse hay un gran paso, Snape.

Derepente la figura comenzó a moverse interrumpiendo sus cavilaciones ysegundos después sus enormes ojos ámbar se abrieron, enfocó la miradatras restregarse los ojos y soltó un grito de sorpresa.

"Severus!" dijo agarrándose el pecho y respirando agitada "Me asustaste"

"Esovi" dijo simple, desde que había llegado no se había movido más que unpar de pasos del umbral de la puerta, lo suficiente para cerrarla ypoder ver su cama. Aún continuaba allí, con sus ropas negras y sufigura acechante, con razón ella se había asustado.

"¿Que hacesaquí?" dijo la castaña incorporándose hasta una posición sentada. Derepente pareció darse cuenta de que su frase había sonado cortante eintento arreglarlo "Que no es que no quiera que estés aquí...que siquiero...es solo que me parece raro que estés aquí...aunque me gusteque estés.."

"Hermione, deja de balbucear" dijo con tonodivertido, dio un par de pasos hacia ella. "Vengo aquí para hablar,creo que nos hace falta"

"Uh...sí, claro" dijo ella y se encogiópara que él se pudiera sentar en la cama, cosa que hizo de manera nomuy conforme. "Bien ¿de que querías hablar?"

"Veras, he estadohablando con Albus y le he contado todo y...¿por qué te sujetas así?"preguntó de repente cortando su explicación al ver que Hermione seaguantaba la sabana pegada al cuerpo.

"Uh...para que no se me caiga...no llevo nada" dijo completamente roja, Severus casi gimió con el comentario.

"Ah...uh...estabien..." De repente se había quedado completamente en blanco, sin saberlos motivos por los que había venido y con una única cosa en su mente:que ella, su deliciosa amante, estaba desnuda delante suya y solo loseparaba de verla una fina capa.

"¿Y que te dijo el director?" pregunto ella inconsciente de las cavilaciones de Severus.

 

"¿Qué?Ah! Pues..." Y de repente lo único que escuchó ella fue su propiogemido al sentir los labios de Severus presionando los suyos.


"¿Queves, Harry?" dijo chocando su escoba al lado de la del ojiverde,echándole hacia un lado para poder ver donde antes miraba su amigo.

"Estees el cuarto de las compañeras de Ginny" le dijo Ron "Un momento...Esaes Ginny!" Ron miro a su amigo que estaba completamente rojo "¿Estabasmirando a Ginny?"

"Uh...buscaba a Hermione" Se excusó.

"Estoy completamente seguro que Hermione no iba a estar aquí con Snape" gruñó el pelirrojo.

"Bueno...yo...luegote lo explico ¿vale? Sigamos buscando antes de que Snape envenene aHermione" dijo el ojiverde conociendo el punto flaco de su amigo: ella.

"Si,ya me contarás, ¡vamos!" dijo subiendo con la escoba pero al segundoHarry le adelantó. Subieron dos pisos más hasta donde creyeron queestaría el cuarto de la chica principal, dos pisos más arriba que elcuarto de Ginny. Harry fue el primero que llegó por lo que como todaslas veces fue el primero que miró por el pequeño hueco que les permitíaver el exterior.

Lo que vio le hizo sentir remordimientos, Snapehablaba con Hermione desde la puerta al principio pero luego ella seincorporó y éste se sentó en su cama, ella parecía nerviosa y Harrypudo comprobar el por qué: no llevaba nada que la cubriera salvo esasábana. Hermione parecía nerviosa e intentaba taparse pero Snape comosiempre permanecía austero.

De repente casi cae de la escoba alver como de un momento a otro Snape aplastaba sus labios contra los deHermione que después de una muy pequeña vacilación comenzó aresponderle y con bastante ansia. Ella enredó sus dedos en el grasientopelo de Snape, lo que le hizo poner cara de asco a Harry, algo que nopasó desapercibido por el pelirrojo.

"¿Qué pasa Harry? ¿Qué ves?" dijo insistente, Harry lo miró y vaciló por un instante.

"Solo hablan" dijo con voz queda.

"Oh,bien...enterate, entonces" dijo con cierta desilusión el chico, que yase esperaba ver a Snape chupando la sangre de su amiga.

Harrymiró de nuevo para comprobar que la cosa no parecía que se iba a quedaren solo un beso, ya que Hermione había comenzado a desabrochar losinterminables botones de la ropa de Snape mientras este parecíamurmurar algo a su oído. Harry casi se cae de la escoba al verlo.

"Harry! Que ves?" dijo alterado Ron, intentando ver algo mientras Harry lo paraba.

"Vamos, Ron, solo hablan"

"Pero ¿porque casi te caes de la escoba? Que has visto?" insistió su amigo.

"No pasó nada, solo perdí el control" continuó mintiendo.

"Harry, tu nunca pierdes el control" dijo incrédulo.

"RON!NOS VAMOS Y PUNTO" gruñó Harry callando al fin a Ron, que asustadocomenzó a bajar seguido de Harry. Éste continua pensando en lo queacababa de ver, Hermione y él iban a tener que hablar seriamente.

Capitulo 18

Hermione aspiró el aroma a sándalo quetanto le gustaba de él, acarició su pecho pálido cruzado de cicatricesy espolvoreado de pelos aquí y allá, no demasiados. Aún respiraban algoagitados debido a su actividad recientes y una fina capa de sudorcubría sus cuerpo completamente desnudos. Hermione tembló al notar elfrío ahora que descansaba y de inmediato una sabana cubrió su cuerpo,ella miró a Severus que había abierto los ojos y la miraba con ojosencapuchados.

 

"Gracias" murmuró ella con una sonrisa delicada. Severus sonrió de lado.

"Graciasa ti" se limito a decir, su mente ya trabajaba demasiado desde haciatiempo. Se sentía lleno como cada vez que estaba con ella pero a la vezculpable por desobedecer la orden que le había dado Dumbledore. Pero lehabía sido imposible resistirse a semejante tentación que había sidoella, casi desnuda solo cubierta con esa fina sabana. Él, el rey delcontrol, lo había perdido frente a esa hermosa leona.

"¿Severus?"La dulce voz de su pequeña amante lo sacó de sus pensamientos, de nuevovolvió su mirada, que había estado contemplando los leones dorados deltecho, hacia ella que le sonrió tímida.

"¿Mmm?"

"Yo...uh...¿aque has venido?" dijo ella dándose cuenta que él había comenzado unaconversación que no había logrado terminar, la curiosidad, ahora quehabían terminado la corroía por dentro. ¿Que le habría dicho Dumbledore?

"¿Qué?"Su cerebro post-sexo aun estaba algo colapsado y tardaba algo enreaccionar y más a preguntas como esas, algo complicadas de explicar ycon un resultado no demasiado agradable. "Bueno...hable con Albus"

"Yacomentaste eso" dijo algo desesperada. Severus alzó una ceja al notarsu tono, definitivamente el final no iba a ser agradable.

"Medijo que debíamos dejarlo" contestó sin rodeos, ella de repente seincorporó y lo miró con ojos bien abiertos. "Las relacionesalumno-profesor están prohibidas en Hogwarts, ni me despide ni teexpulsa pero esa es la condición"

Sus expresión se tornócomprensiva, e hizo un gesto de asentimiento para tratar de asimilar loque acababa de decir Severus. Si su relación estaba prohibidasignificaba que no habría relación, por lo que él se aburriría de ellapor no tener sexo y acabarían dejándolo, aunque poco habría que dejarya que no estaban juntos. Y después de la graduación ella estaría sola.

Severuscasi podía ver como la cabeza de Hermione echaba humo al pensar en cadaconsecuencia que traería cumplir la orden de Albus, sabía que cuandoella terminara de hacerse un nuevo cuadrante de lo próximo que haría,comenzarían las preguntas. Las temidas preguntas. De repente vio comosu rostro se tornaba oscuro, enfadado, pronto quizás los gritoscomenzarían.

"Si se supone que has venido aquí para cortarconmigo ¿por qué hemos acabado en la cama?" dijo ella con una vozdemasiado calmada, pero no le dejó contestar "¿Qué ha sido esto? ¿Unpolvo de despedida?"

Severus suspiró, era evidente que esto noiba a ser tan fácil de como él lo pensaba, pero ella tenía razón. Si sesuponía que iba a cortar su relación ¿por qué no se había podidocontrolar? La culpa no la tenían los malditos caramelos esta vez. Laculpa era suya y tenía que aguantar las consecuencias ahora.

"Veras...la verdad es que no sé por qué no pude controlarme" confesó cabizbajo, al rostro de ella pareció quitársele el enfado.

"¿Tomastecaramelos antes de venir?" pregunte ella con cierto miedo, esperaba quesu respuesta fuera no pero a la vez quería que contestaraafirmativamente ya que eso agilizaría las cosas.

"No, vine aquítras hablar con Albus" dijo él notando el cambio en el tono de su voz.Aún no se explicaba como había podido pasar, porque esa chica era capazde hacerle perder el control, un control que no había perdido ni con elmismísimo Lord Voldemort, un control del que estaba orgulloso.

 

"Severus ¿entonces que pasó? ¿Por qué...?" pero su pregunta se vio cortada por su voz.

"¿Acasono puedes pensar que hice esto porque quise?" respondió con otrapregunta él, ella jadeó ante esto, el cerebro de Hermione parecía noquerer asimilar aquello. Se suponía que su relación, si es que a lo queellos tenían se le podía llamar así, solo se mantenía debido a esosmalditos caramelos, lo que no explicaba la actitud de Severus. Si, ellase había enamorado y estaba segura de ello pero ¿y él? ¿Estaría élenamorado?

"No estoy enamorado, Hermione" dijo al rato él como sileyendo su mente, algo que ella no descartó del todo. "Solo séque...bien eres atractiva y..."

"¿Estas conmigo solo por el sexo?" dijo ella alejándose un poco.

"Ohvamos, Hermione, si solo quisiera sexo podría haberlo conseguido cuandoy donde quisiera" explico con cierta indignación él ¡ni que él hubieraempezado todo esto! "Soy un héroe de guerra, Hermione, muchas mujeresquieren sexo con un héroe de guerra"

"¿Por qué seguiste conmigoentonces?" exigió ella incrédula, sin dejar de notar los celos quehabían corroído su cuerpo al imaginárselo con otra...u otras.

"Porque..."Severusresopló ¿por qué? Ni el mismo lo sabía y tenia una idea que si tratarade explicárselo todo acabaría peor. Debía terminar con esto. "¿Acasoimporta?"

"¡A mi me importa!" exigió ella, estaba tan confusa que su cabeza dolía demasiado ya.

"Pues a mi no" ella jadeo ante esto y el silencio se hizo en la habitación y tras un tiempo ella habló.

"Váyase,Profesor" dijo con tono frío, tan frío que el cuerpo de Severus sequedó helado. Con un gesto de asentimiento éste se levantó y comenzó aponerse su ropa con rapidez. Hermione trató de no mirar el cuerpo de suamante. Ex-amante, Hermione, tu profesor ahora, solo eso, que tras terminar la miró.

"Herm...Srta Granger" Hermione lo miró con cierta esperanza aún, que se esfumó tras escuchar su frase "¿Sigue su floo activo?"

"No,el director aun me lo tiene desactivado" dijo con cierto resentimientoella. Severus se limito a volver a asentir con la cabeza y se dirigióhacia la puerta.

"Nos vemos en clase" y con ésto se fue dejándola sola, en su cama, completamente desnuda física y psicológicamente.


Severusse maldijo por dentro mientras bajaba las escaleras, ahora después delo que acababa de pasar, que lo había dejado completamente drenado,tendría que tratar con toda una Sala Común Gryffindor y aparte con loscabeza huecas de sus amigos. Weasley no sería un problema pero Potterno lo dejaría ir sin exigirle una respuesta de el porqué de su visita asu mejor amiga. Severus sonrió de lado ¿como se tomaría él que ellahubiera estado acostándose con su más odiado profesor? Él negó con lacabeza, no le haría eso a Hermione. Srta Granger, Snape, no es Hermione ahora.

Denuevo nada más poner un pie en la Sala Común se hizo el silencio ytodas las caras se giraron hacia él, unos con asombro, otros con miedoy otros con molestias. Casi podía oír la multitud de preguntas que seagolpaban en sus huecos cerebros. Severus resopló ¿por qué demonios nohabía ido él en otra hora menos concurrida a verla? De repente notócomo un único rostro no estaba mirándolo. Potter.

 

Las dudasentonces lo atacaron ¿Sabría él el motivo de su visita? ¿Le habiacontado Herm...Granger lo que habia pasado entre ellos? Snape negóinteriormente, si así lo hubiera echo estaba seguro que Potter habríahecho reventar la puerta de sus cuartos y lo habría encantado por darleAmortentia a su amiga, no que hubiera tenido éxito pero lo habríaintentado al menos. Cuando estuvo apunto de salir por el restrato unavoz irritante lo detuvo.

"¿Por que has ido a visitarla, Snape?"gritó el mentecato de Weasley, Snape se giró lentamente haciendo amuchos retroceder con su cara de pocos amigos, pero el pelirrojo selimito a mirarlo, desafiante.

"Su amiga parecía necesitar unapoción para relajarse, los EXTASIS están cerca y al parecer ella esmucho más responsable que todos vosotros para preocuparse por ellos"Severus se cayó, había esperado esta reacción por parte de Potter quequizás hubiera acabado mal, pero Weasley era más fácil de tratar. Unmomento ¿acababa de elogiar a Herm...Granger delante de todos suscompañeros?

"¿Y por qué no se la envió con un elfo?" exigió denuevo el pelirrojo, toda la Sala Común estaba atenta a cada respuestade ambas partes.

"El director me dijo que se la entregarapersonalmente ya que la Srta Granger es muy terca para pedirla"respondió éste automáticamente, una conversación parecida habíareproducido en su cabeza mientras bajaba, si hubiera sido Potter, elque aun parecía inusualmente callado habría vuelto a replicarle pero alparecer Weasley se conformó con eso. Sin más palabras Severus volvió agirarse.

Pero Ron no era famoso por tener su boca cerrada durantemucho tiempo, y creyendo que Snape ya no podría oírle se giró haciaHarry.

"Seguro que ese bastardo grasiento a envenenado aHermione" dijo en voz no demasiado baja, toda la Sala Común que habíacomenzado a comentar lo que acababa de pasar se cayó de repente al vercomo Snape se paraba delante del retrato que ya estaba abierto.

"¡WEASLEY!" Ron palideció al instante y no pudo evitar salta de su silla "50 PUNTOS MENOS PARA GRYFFINDOR Y ACOMPAÑEME!"

Harrydesvió la mirada hacia Ron, negando con la cabeza, había veces que suamigo no podía morder su lengua. Ron caminó hacia Snape con los hombrosagachados, Snape se giró y lo miró, en sus rasgos se podía verreflejada la furia y Ron pareció agacharse ante esto.

"Creo quehe visto a Filch quitando una plaga de gusarajos en la segunda planta"murmuró Snape con satisfacción comprobando como el rostro del pelirrojoponía una mueca de asco. Al menos iba a haber algo de diversión en eldía.


Hermione había pasado laultima hora tratando de recordar en qué momento ella había metido lapata hasta el fondo. Porque toda la culpa la tenía ella, fue ella quiencomenzó todo aquello, fue ella quien volvió a hacerlo por la meralujuria y fue ella quien se cayó estupidamente enamorada de un hombrecomo él. Un hombre que no la hubiera considerado nunca a no ser queella no lo hubiera obligado a meterse entre sus sabanas.

Sin embargo él no la había rechazado y la frase que Ginny le dijo resonó en su cabeza. Los caramelos solo funcionan si ambas partes quieren.¡Claro que Sev...Snape habia querido! Ya lo había dejado claro él, ellale resultaba atractiva ¿Por qué negarse al sexo gratis? ¿Por quécoquetear o incluso pagar a una mujer cuando podría tener a una mujercomplaciente en su cama cuando quisiera? Pero Hermione se reprendió, élno había echo eso.

 

No, él no se había aprovechado de tener unacama gratis, él había hecho lo contrario. La había tratado de alejar deél pero ella había insistido y si habría que poner un ejemplo para lafrase de 'La carne es débil' Sev...Snape sería un buen ejemplo. Pero denuevo ella se negó, Snape no era débil, ella era consciente de todos ycada uno de los rumores que corrían entre las chicas Slytherin, y noSlytherin, de que ella no era la primera que lo tentaba pero él nuncahabía cedido con ninguna ¿Por qué entonces con ella fue diferente?

Sucerebro estaba tan concentrado en sus pensamientos que ni siquiera sehabía dado cuenta que se había vestido y bajaba a la Sala Común. Se diocuenta cuando vio la multitud de rostros que se habian callado y lamiraban. Ella frunció el ceño sin comprender y camino hasta dondeestaban Harry, Ginny y Neville.

"¿Qué les pasa?" susurro ella tratando de no romper el silencio.

"Estabamospreocupados de que Snape te hubiera envenenado" respondió Neville concierto tono realmente preocupado. "Llevas ahi una hora desde que se fue"

"Necesitaba descansar" dijo ella como escusa ¿Ya hacia una hora que se había ido?

"Normal" refunfuñó Harry con un tono cortante, ella se giró y lo miró interrogante.

"¿Cómo?"dijo sin comprender el tono de su amigo. Harry miro a Neville y Ginny ydespués volvió su mirada a Hermione. "¿A qué viene ese tono?" Volvió aintentar ella, su amigo nunca le habia hablado así antes, como conrencor.

"Vamos a dar una vuelta" dijo levantandose, Hermione loimitó pero Neville y Ginny se quedaron allí, con caras tan extrañadascomo las de Hermione pero habiendo comprendido la indirecta de Harry.

Alprincipio Hermione creyó que Harry la sacaria de la Torre de Gryffindorpero sus pasos la condujeron frente al baño de chicos Gryffindor.Hermione se sorprendio y miró a Harry con cierta confusión. Harry no lecontestó y entró seguido de ella, cerró la puerta y echo un muffliato alrededor de ambos.

"Sientohaberte traido aquí, ya sé que no huele bien pero era el mejor sitiopara hablar de esto" dijo él con cierta incomodidad, un baño de chicosnunca oleria bien, por mucho que los elfos se empeñaran en ello.Hermione se encogió de hombros y miró a su alrededor ¿por qué el bañode chicas si consguía oler bien?

"¿Hablar de que?" respondió al rato ella, impaciente.

"De Snape"

Taraaaaaaaaaaaaaan....si, continuoeste fic...jaja ultimo capitulo en el que muchas me matareis lo sésoy consciente de mi fatídico destino, ya veo los titulares'Asesinada por terminar un fic'.


Solo os digo que no os tiréisde los pelos al final del fic...habrá epilogo ok? :P


Muchas gracias a todos por el apoyo,los ánimos, las amenazas...sois unos soles jaja. Me habéisdado ganas de seguir con el fic y hasta volvieron las musas de loscaramelos! Sobretodo muchas gracias a:


Se que lo deseáis asíahí os lo dejo :D


Capitulo 19 (FINAL)


"¿Hablar de que?"


"De Snape"


 

Hermione disimulóde tal manera que hasta el Jefe de Casa de Slytherin deberíasentirse orgulloso de ella, parecía que pasar tanto tiempo conuno hacia que se te pegaran cosas "slys". Ella miró aHarry de forma impasible y con una ceja alzada, otro rasgo copiado deél. Pero en su interior ella se debatía entrepreguntarle cómo se había enterado o directamentedesmentir todo como un Gryffindor cobarde.


"Profesor Snape,Harry" le corrigió de forma automática "¿Quepasa con él?


"Curioso que mecorrijas cuando tu lo llamas Severus" respondió Harry contono acusador. Ella siguió fingiendo estar tranquila pero ensu interior estaba nerviosa ¿dejaría Harry de ser amigosuyo? ¿Lo sabría Ron, también? Ella casi tembló,Ron era capaz de montar una escena que ni el heredero de Slytherin.


"¿Harryde qué estas hablando?" dijo ella frunciendo levemente suceño.


"Hermione dejade disimular, os vi...cuando él subió a tu habitación"dijo aún con ese tono seco. Ella abrió los ojossorprendida y no pudo evitar sonrojarse y desviar la mirada de losojos verdes de su amigo. "No vi todo...solo lo suficiente...tampocodejé a Ron que viera nada"


Ella soltóun aliento que no sabia que había estado aguantando. Ronhubiera sido más problema aún. Ella miró denuevo a Harry, su rostro impasible dejaba mostrar lo preocupada queestaba de la reacción de su amigo al descubrir su...¿relación?Con Sev-Snape, se corrigió ella automáticamente. Noeran Hermione y Severus más.


"No voy apreguntar cómo nos viste porque no creo que sea el momento"comentó ella adentrándose en el tema "Pero lo queviste...no terminó del todo bien...Sev... el profesor Snape yyo somo solo alumno y profesor ahora"


El ojiverde lamiró desconfiado pero, después de compartir siete añoscon aquella muchacha de pelo castaño, pudo leer en sus ojoscolor miel el dolor que aquella frase le producía ¿Podríaser capaz que su amiga se hubiera enamorado de aquel hombre oscuro?La rabia comenzó a apoderarse de su cuerpo. Seguro que aquelbastardo se había aprovechado de ella y luego la habíatirado de su lado cuando se dio cuenta que ella se habíaenamorado. Tan típico de él, ahuyentar a la gente quele ama. Igual que con su madre.


"Ese malditobastardo te ha usado como una...como un juguete" dijo en un gruñidobajo Harry asustando a Hermione que leyó toda la rabia con laque había dicho aquello, la rabia con la que se habíacontenido de decir una palabra mucho más fea. Ella negócon la cabeza.


"No fue élquien comenzó esto, Harry" le explicó ella. Hermionemiró el rostro de su amigo, si no fuera porque hubiera sidoalgo desconsiderado reírse dado el momento lo hubiera hecho alver la confusión grabada casi a fuego en el rostro de éste."Digamos que ciertos caramelos de lujuria lo comenzaron"


"P-pero...tu..."Harry había perdido completamente el hablar y sus mejillas sehabía coloreado al escuchar lo de los caramelos. Hermionesonrió comprensiva.


"Si Harry, peroahora no hay nada de lo que preocuparse...pero gracias por hacerlo"dijo ella con tono calmado. "Y gracias por no decirle nada aRon..."


"No quise dardemasiados problemas" dijo él cortándola "Hermione...¿estas bien?"

 


Ella sonrió,piensa en Harry siempre que quieras que alguien se preocupe másde lo normal por ti. Pero la pregunta había sido correcta¿estaba ella bien? Ella más que nadie sabia que loamaba y cada vez que pensaba en él no podía evitar queunas lagrimas se escaparan por sus ojos.


"Es demasiadoreciente como para estarlo, Harry" murmuró ella con apenaspoca voz. Harry suspiró y asintió, comprensivo.


De repente unsilencio algo estirado se formo al rededor de la pareja de amigos.Hermione pensaba en todo lo que había pasado desde que quetomó aquellos caramelos de forma "casi accidental", ellahabía dejado de ser cohibida y retraída, por primeravez había amado y como decían las canciones muggles elprimer amor nunca se olvidaba. Ella suspiró, era demasiadopronto también para olvidarlo ¿Y si era una de los"subeybajas" de Snape? ¿Y si ahora ella llegara a suhabitación y él estaba allí, esperándolapara arrepentirse de sus palabras? La castaña se rióinteriormente de ella misma. Ilusa, eso es lo que era.


Por su parte,El-Chico-Que-Sobrevivió-Dos-Veces, examinaba a su amiga deforma preocupada. Él era así, adicto a laspreocupaciones y no lo podía remediar y menos ahora que notenia un loco psicópata con el que combatir. Odiaba a todosaquellos que hacían daño a su familia, y Hermione yaformaba parte de ella. Pero Snape era demasiado. Si hubiera sido Rono incluso Krum le hubiera dicho que hablara con él y loarreglaran pero... ¿Snape? ¿Realmente quería élque su amiga volviera con ese murciélago grasiento de lasmazmorras?


"¿Comprasteya el vestido para la Graduación?" preguntó al ratoHarry, tratando de cambiar de tema y de despejar la mente de su amigade imágenes de su profesor de pociones. Lo mejor eraolvidarlo.


Ella miró asu amigo al principio de forma extrañada ¿graduación?Pero agradeció el cambio de tema y al rato estaban metiéndosecon la túnica de gala de Ron. Nada mejor que un amigo parahacerte olvidar que el hombre al que amas te ha dejado para siempre.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Severus mirósu copa vacía de whisky, el joven Weasley se acababa de irhacía no más de 15 minutos y él ya estabasentado en su sofá frente al fuego con un vaso vacío dewhisky de fuego. Él nunca bebería en caso de tenerclases, era demasiado controlador como para eso, pero hoy eraviernes, mañana no había clases y ese fin de semana ibaa ser uno de los peores. Necesitaba emborracharse hasta desmayarsepara conseguir superarlo o por lo menos para superar el domingo. Eldía de la graduación.


El últimodía en el que dejaría de ver a el penúltimoWeasley, olvidando al fin sus formas obscenas y abusivas de comer, sucabeza hueca con una única neurona pensando constantemente enQuidditch, y sus ropas extrausadas. Estaba seguro que llevaríauna túnica medio raída al baile de graduaciónque, estaba seguro que después de 7 años aprendiendocientos de hechizos para reparar objetos si intentara repararla, soloconseguiría romperla más.


Dejaría dever a Longbottom, al fin, su completa estupidez y nerviosismo cuandoél se acercaba, su incapacidad de vocalizar ni una míserapalabra por miedo a él. Severus sonrió de lado, y cómoolvidar su fantástica capacidad de derretir calderas con soloechar un ingrediente. Pero lo que más le sorprendía erasu capacidad para la herbología, al menos el chico servíapara algo.

 


Luego estabaPotter. Su martirio oficial. La única persona que quedaba enese castillo para recordarle su fatídico pasado. Aquellos ojosverdes que seguían siendo su perdición pese a que unosojos color ámbar cada vez se colaban más en su psique.Y sobretodo aquel pelo alborotado y esa arrogancia típica desu padre. Potter era su pasado y su presente, pero ahora que se ibaesperaba que no fuera su futuro. Por lo menos hasta que los hijos deel futuro Auror, ya que estaba claro que conseguiría supropósito, llegaran a Hogwarts. Pero esperaba no estar ahípara vivirlos.


Tambiénhabía un puñado de estudiantes que echaría demenos, pocos Slytherin quedaban ya después de la guerra.Draco, al que vería a menudo ya que el SeñoríoMalfoy era el único sitio a donde iba en verano aparte deHogwarts. Quizás a Greengrass que últimamente pasabamás tiempo allí también que él mismo. Nohabía más Slytherin que el apreciara o que básicamentelo apreciaran algo a él. Eran un traidor confirmado y elloshijos de mortífagos, completamente incompatible.


Severus suspirómientras se echaba una ¿cuarta? ¿quinta?, ya habíaperdido la cuenta de los vasos de whisky que llevaba, y siguiómirando el fuego, sabiendo que había alguien a quien no habíamencionado en aquella evaluación expressde los alumnos con los que más se relacionaba de forma mala obuena en Hogwarts. Ella. ¿Que decir de ella que no acabara enuna furiosa erección tirando de la tela de sus pantalones?


Suprimer año, nada más verla agitar aquella manotontamente en el aire, supo que iba a convertirse en su segundomartirio oficial. Primero SIEMPRE Potter. Y lo hizo, claro que lohizo. Como buena Gryffindor respondía a sus preguntas sin quele preguntase, enfureciéndole en exceso. Preguntaba solo conel mero motivo de reafirmar lo que ya sabía, algo que leirritaba. Era una Sabelotodo y adoraba mostrarle a mundo que ellaestudiaba y los demás no. Cortesía de la típicaarrogancia Gryffindor.


Pero él sabia que bajo aquella arrogancia y seguridad seescondía un gran cerebro y este año habíadescubierto que ella no solo era un cerebro al que admirar. Ella lehacía perder el control como nunca lo había perdido connadie, ni siquiera con la mujer que él consideraba su únicoamor, ni siquiera Lily. Le hacía perder el control pese aaquellos absurdos caramelos, sin embargo no podría arriesgarel futuro de ella por su encaprichamiento, la deseaba y la quería,por mucho que le costase admitirlo, aquella mujer con pelo parecido aun arbusto le había puesto su mundo patas arriba y ni élmismo sabía como solucionar aquello.


Severus terminó su copa de whisky de un trago por quinta vez,al menos ahora si que recordaba cuantas llevaba, y resopló.Dos días para la graduación y tres para el términodel curso.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


"¡¿QUE NO TIENES VESTIDO PARA LA GRADUACIÓN?!"


El grito de Ginny retumbó en toda la Sala Comúnhaciendo que toda la gente que había allí se callase deforma automática y la mirase. Ella enrojeció y agitósu cabeza negando aquella frase de su amiga pelirroja.

 


"No, claro que no" dijo ella dejando muda a Ginny "Ven, vamos ami habitación y te lo enseño"


Harry, que la había llevado a Ginny nada más saber queno tenía vestido para la graduación, la miró yHermione le devolvió una mirada que si éstas matasenella habría cumplido en meros segundos lo que Voldemort nohabía cumplido en años. Harry comprendiendo su errorasintió y dejó a las chicas irse al cuarto solitario deHermione.


Nada más llegar Ginny asaltó el armario de la castañabuscando el vestido que ésta le había prometido,encontrando de todo menos algún mísero vestido. Sacandosu mirada del armario miró a su amiga con el ceñofruncido, imitando a la perfección la cara de furiosa deMolly.


"Dime que lo tienes guardado en algún cajón y que nome has mentido" exigió y Hermione se ahorró unasonrisilla tonta que amenazó con salir de sus labios, aqueltono lo conocía perfectamente, Ginny no solo estaba indignadade que su amiga fuera a ir con vaqueros a la Graduación, sinoque ya estaba pensando en algún modo para impedirlo, pese aque era viernes por la noche y mañana no los dejaban salir.


"Bueno...digamos que esta colgado en el escaparate de algunatienda" dijo ella tratando de bromear, sin mucho éxito yaque la cara de la pelirroja se hizo más sombría aun.Hermione resopló "Ginny no he tenido tiempo de comprar unvestido"


"¡Pero Hermione! Has tenido desde junio del año pasadopara comprar un vestido ¿O ahora me vas a decir que no sabiasque te ibas a graduar este año?" dijo la pelirroja con tonoácido.


"Tenia otras cosas en mi cabeza como aprobar este año,Ginny" dijo la castaña comenzando a molestarse de maneraseria. Ginny notando esto resopló y puso sus manos en suscaderas poniendo los brazos en forma de jarra.


"Bien. Snape te ha absorbido completamente, querida" dijo ellatratando de bromear con su amiga. Pero de repente se arrepintióde su frase al ver la cara sombría de ésta. "¿Pasaalgo Mione?"


"El Profesor Snape ya no me absorberá más asíque dime como solucionar lo del vestido" dijo ella con tono seco.Ginny sabia mejor que no debía preguntar, ellos habíanroto, estaba claro.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Severus se miró por enésima vez al espejo y trato dedisimular las profundas y oscuras ojeras que tenía, resultadode sus dos ultimas noches insomnes bebiendo hasta perder elconocimiento. Y ahora no solo debía luchar con eso sinotambién con el taladrador dolor de cabeza que tenía ylas pocas ganas de meterse en una ceremonia llena de medios decomunicación y de niños ebrios alborotando. Negócon la cabeza, era lo ultimo que le apetecía ver.


Se acercó a su armario de pociones y tomó el tercer yultimo frasco de poción antiresaca que le quedaba, de nuevo seacercó al espejo comprobando el efecto de la poción.Sus ojeras se aclararon hasta tener su color natural, élsiempre había pensado que sus ojeras habían nacido conél. El color ligeramente enfermo de la piel que teníaantes pasó a ser su típico color cetrino. Sus pupilasseguía algo dilatadas pero no estaba seguro si era debido a lapoca luz que lo rodeaba.

 


Miró su cuerpo desnudo antes de comenzar a vestirse conparsimonia, tan delgado y alargado como siempre, tantas cicatricesafeando sus piel cetrina. Él suspiró y siguiócon sus ministerios, mejor terminar antes que Albus bajara parainsistirle por décima vez que fuese a la Graduación asabiendas que él no podía negarse a ir. Al malditoanciano le encantaba fastidiarle.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Hermione bajó las escaleras que iban de camino hacia el GranComedor mientras pensaba en lo rápido que habían pasadoesos dos días últimos hacia la graduación.Mañana ella cogería el que iba a ser su ultimo trenhacia casa, un tren de solo vuelta. Y una parte de ella queríahuir de allí y vivir su vida, pero otra preferíaquedarse en ese castillo que había sido su casa durante 7largos años. Lo echaría de menos, le echaría demenos.


Ella se reprendió mentalmente, no pensar en Severus habíasido una de las tantas cosas de su nueva vida que le habíaprometido a su amiga pelirroja mientras esta trataba de convencerlaen ponerse aquel vestido rojo suyo tan ceñido. Pero Hermioneno quería destacar esta vez, ni nunca lo había queridopero la joven Weasley se empeñaba en no destacar sola. Peroesta vez si que lo haría, ya que Hermione habríalogrado convencerla de que le prestara aquel vestido de corte griegoverde oscuro con remaches dorados.


Y ahora lucia hermosa con zapatos de tacón de aguja que ledolía, pero hermosa al fin y al cabo justo en la entrada delGran Comedor del brazo de uno de sus mejores amigos que gracias a losarreglos de su hermana y de ella misma, su túnica no era unvestido de niñitita mimada de la antigüedad.Definitivamente, Ginny no había heredado los aspectos modistosde su madre, por fortuna.


El Gran Comedor estaba decorado con todos los estandartes de cadacasa, las diferentes tonalidades de verdes, rojos, azules y amarillosreinaban en la decoración de la sala. Las mesas no parecíanhaber sufrido ninguna variación, salvo por una quinta mesa queestaba justo en frente de la de los profesores, que en esos momentosestaba vacía. Una especia de tarima de madera altamentedecorada llamaba la atención al ser algo más alta quelas demás mesas. Hermione supuso que sería donderecogerían los diplomas.


Ron y ella, junto con Harry y Ginny, caminaron dentro del comedor queya estaba algo lleno por los estudiantes en sus respectivas mesas.Ellos caminaron a su mesa Gryffindor y fueron a sentarse cerca dedonde Neville y Colin tenían lo que parecía unainteresante conversación, que terminó cuando ellos sesentaron. Pero no lograron decir de que tan interesante tema hablabanya que la voz del director sonó en todo el abarrotado comedor.


"Estimados alumnos, que todos los próximamente graduados sesienten en la mesa frente a la de los profesores. La cena comenzarácuando todos estén sentados. Muchas Gracias"


Todos se miraron sorprendidos por aquello y un murmullo inundóel Gran Comedor al instante mientras los alumnos de séptimoaño de todas las casas que se graduaban caminaron hacia esamesa central. Harry, Ron y Hermione se sentaron juntos, para novariar, salvo que esta al y enfrente de ellos no estaban muchosGryffindor sino Ravenclaws, Hufflepuff y justo frente a ellosSlytherins.

 


La mirada de Draco y sus secuaces se cruzó con la del Tríode Oro, pero el rubio miró de forma fija a Hermione. Élera el ahijado de Snape y no era estúpido, para desgracia deéste ya que lo había descubierto en la primera reuniónque tuvieron juntos. Él no rechazaba la idea de que a supadrino le gustase Hermione, al contrario, odiaba al director porhaberlos obligado a separarse. Su padrino se había vistoradiante en ese año, en parte por el final de la guerra y enparte por ella, por mucho que él lo quisiera negar.


La comida apareció delante de ellos antes de que Dracoconsiguiera decir cualquier palabra a Hermione que lo hicieraarrepentirse de ello, quizás sus secuaces no lo sabíanaún. Estaba seguro de ello ya que sino toda la escuela losabría de boca del joven Weasley. Mejor cerrar la boca y dejaral destino andar él solo, más o menos.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Severus había suspirado con aliviocuando la comida había terminado, las mesas habían sidoretiradas para dar paso a una pista de baile y una pequeñabanda, pero sobretodo cuando Draco se había alejado deHermione sin mencionarle una palabra que no fuese 'Granger, pásamela sal'. Odiaba que su ahijado supiera de sus sentimientos haciaHermione o por lo menos lo sospechara, esperaba que se lo hubieratomado mal pero el muy bastardo casi había saltado de alegríapor él. Mas bien sus palabras fueron 'Ahora que te calientanla cama seras menos agrio', pero pronto se dio cuenta que no,igualmente seguía feliz por él. El muy bastardo no eranada parecido a su padre, éste le hubiera cortado el cuellonada más enterarse.


"Severus...¿me estas escuchando?" dijo la acentuada vozescocesa de Minerva a su lado, recordándole que se suponíaque estaba hablando con ella o escuchándola. La miró yasintió de forma distraída.


"Disculpa, Minerva, pensaba en la poción que tengo en milaboratorio" dijo probando la escusa de la poción conMinerva, siempre la solía usar con Albus.


"Por Merlín, Severus, estamos de fiesta ¿que pocióndebes preparar?" dijo ella incrédula como siempre,normalmente la relación entre ellos siempre había sidodistante, más aún después de lo ocurrido en sudespacho con Hermione. Lo que no comprendía es como aúnmedianamente se soportaran.


"Mañana media escuela estará haciendo cola en laenfermería para una poción anti-resaca para no llegar asus padres con el aliento oliéndole a alcohol ¿creesque esas pociones se preparan solas?" mintió inventando unaescusa a la perfección, probablemente ella era una de laspersonas que necesitarían de su poción, hecha porsupuesto mucho tiempo antes, ya que apenas aguantaba beber de más.


"Cierto, entonces tienes la escusa perfecta para irte pronto"dijo ella con cierto retintín, conocía a Severusdemasiado bien para creerse que él no tuviera lista ya laspociones, pero no tenía pruebas contra él.


"Así es, mi querida Minerva, así es" dijo éstesonriendo con satisfacción.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Ella se había propuesto no mirar en su direccióndurante toda la fiesta, pero había sido físicamenteimposible. En la cena ella y Draco estaban sentados justo delante deél y, pese a que había mantenido una charlaextrañamente agradable con Draco, éste no habíalogrado distraerla; luego en la entrega de diplomas le habíasido obligado darle un apretón de mano no pudiendo evitarmirarle a los ojos mientras lo hacia ¿había sido suimaginación o realmente todo el Gran Comedor se habíaquedando en silencio hasta que ella hubiera soltado su mano? Y luegosu mirada se había posado en él multitud de vecesdurante la fiesta. Él por su parte ni si quiera le habíadedicado una mísera mirada de reojo.

 


Hermione por enésima vez en el día lo buscó conla mirada, no estaba con McGonagall, ni con Dumbledor u otroprofesor. Un destello negro captó su atención, y pudover a la perfección como su antiguo profesor de Pociones seescabullía de la fiesta por la puerta trasera del comedor.Ella sonrió con satisfacción, siempre tan antisocial.Ojala ella pudiera escabullirse de tal manera, pero sus amigos lacontrolaban y más que nadie Harry.


Pero de repente cuando fue a hablarle a uno de sus amigos se encontrósola. Harry bailaba con Ginny mientras que Ron lo hacia con Luna yDraco... Draco parecía haber desaparecido, aunque no encontróha Astoria por lo que se supuso donde podría estar. Ellasonrió de forma maliciosa y, dejando su copa intacta de poncheen una mesa cercana, salió de allí antes de quecualquier amigo suyo se diera cuenta.


El camino hacia los calabozos se le hizo prácticamente eterno,pero antes de que le diera tiempo a quejarse estaba delante de lapuerta del dormitorio de Severus. Ni siquiera sabia que estabahaciendo allí, pero su corazón latía a mil porhoras, casi. Levantó el puño para llamar a la puertapero lo paró a mitad de camino ¿Que le diría sini siquiera ella misma sabia a que había venido? Tomónuevamente aire y, tomando también un poco de valentíaGryffindor, dio un par de golpes a la puerta y esperó.


No esperó mucho tiempo pero a ella se le hizo casi eterno, lapuerta se abrió con cierta parsimonia y mostró lafigura negra y altiva de su Profesor de Pociones. Ella recorriósu cuerpo de forma inconsciente hasta llegar a su rostro, que lamiraba con una mezcla de sorpresa y confusión. Pero quizálogró comprender su propósito, o quizás eramejor no discutir dentro, porque él sin decir palabra algunase echó hacia un lado permitiéndole la entrada.


La puerta se cerró sola mientras ella seguía la capaondulante de Snape mientras la conducía hacia una sala dondehabía una chimenea y dos sillones frente a ella. Él separó y la miró, señalándole una silla.


"Puede sentarse si quiere" dijo usando un tono cortes pero algoestirado. Hermione asintió y se sentó en uno de aquellosillones de piel negra, viendo como Snape se sentaba en el otrosillón. Un silencio de repente se formo en aquella sala queella supuso que era donde él pasaba la mayor parte del tiempo.El silencio era incomodo, estirado y ella sabia que debíahablar primero ya que ella era la que había venido aquí.Pero las palabras no le salían.


"¿A que ha venido?" pregunto con aquel tono cortes quecomenzaba a resultarle algo irritante ya. ¿Que le pasaba? ¿Nopensaba insultarla? ¿Echarla? ¿Tratar de huir de ella?¿Que había pasado con Snape, el sarcásticomurciélago de los calabozos?

 


"Ya no soy tu estudiante" dijo ella llamándolo de 'tu', nohabía pasado desapercibido para ella que él todo eltiempo la había tratado de 'usted', y eso la habíamolestado también. Pero la reacción que tuvo de repenteSnape la sorprendió. Se elevó de su asiento y caminópor la habitación, de un lado para otro, sin decir nada. Surespiración estaba agitada y fue calmándose a medidaque daba uno y otro paso. Hermione lo miraba confusa.


"Me enfurece que seas tan obtusa" dijo al rato, dejando de andary clavándole aquella mirada oscura y si, ligeramenteenfurecida. Aquellos pasos habían sido para calmarse a simismo, para no perder el control y ponerse a gritarle cualquierestupidez que le haría lamentarse más tarde.


Pero Hermione no comprendió todo aquello, más que nadaporque estaba demasiado ocupada por comprender el significado deaquella extraña frase. Como antes, no se le habíaescapado que ahora la llamaba de 'tu', eso era un gran paso. Pero¿obtusa? ¿ella? Ella siempre había destacadoentre sus amigos por ser abierta y comprensiva, por ayudar a aquellosa los que nadie ayudaba, por tratar de empatizar con aquellos a losque nadie comprendía. Era ese el motivo de que ella amara aSeverus, ella comprendía porqué él era así,habia sabido que debajo de aquella ropa negra y de tantas barreras seescondía un hombre que merecía la pena conocer. Fue poreso que aquella frasé descolocó todo el motivo por elque estaba allí.


"¿Cómo?" soltó al rato tras analizar una yotra vez aquella frase sin resultado alguno. Severus dejó demirarla y caminó hacia la chimenea, dándole la espalda.Nuevamente tardó en contestar, tratando de calmarse ycontrolarse.


"Supe que vendrías aquí hoy, supe que trataríasde convencerme de dejarme entrar en tu cama" Hermione abrióla boca para contestar, pero ésta fue callada por Snape que segiró y levantó su dedo para contenerla. "Dejamehablar, luego será tu turno" Ella asintió y Snape,por su parte continuó, esta vez mirandola a ella.


"Tambien supe que si bebia una sola gota de ponche o de cualquieralcohol usaría esa escusa conmigo mismo para acostarmecontigo" dijo en un tono frío y duro, estaba harto de darrodeos con ella y de ocultarle cosas. Ahora se lo dejaríaclaro, le gustase a ella o no. "Pero confiaba en que no vinierasporque eso significaba tener que ahorrarme este discurso, significabaque habías comprendido el motivo de que decidiera dejaraquello que hemos tenido"


Severus paró para tomar aire, tiempo en que ella aprovechópara examinar sus reacciones no verbales. Su cuerpo estaba rigidopero sus manos temblaban levemente, siempre hacían eso cuandoél tenía que confesar demasiadas cosas que nuncaconfesaría a nadie, muy pocas veces ella había tenidoel placer de ser el objetivo de esas confesiones. Su frente teníaun leve sudor que ella comenzaba a pensar que era producto de estardelante de la chimenea durante tanto tiempo, sí, hacia fríoen los calabozos pero estar así debia agobiarle, sus sospechasfueron confirmadas ya que él mismo aprovecho su silencio paravolver a sentarse en el sillón alejado de ella.


Ella, por su parte, no sabía qué hacer ni quédecir. Las palabras de Snape, lejos de aclararle sus dudas, laconfundían aún más. Había creídoque el motivo de su separación había sido ese, que ellaera su estudiante y estaba prohibido en Hogwarts, Dumbledore lo habíadicho. Pero antes de que ella pudiera abrir su boca para preguntar,Snape prosiguió.

 


"Sé que pensaste que terminábamos por las palabras deAlbus, pero sería un estúpido si después decerca de 30 años a su servicio le tomara en cuenta justoahora. La verdad, sería realmente idiota dejar a ese viejotomar mis decisiones" confesó de forma bastante informal,demasiado no-Snape. Ella hubiera reido si no fuera porque su cerebroandaba pensando en sus palabras. Analizándolas y notando comocada vez más preguntas se agolpaban en su lengua luchando porsalir, pero ella no habló, temiendo que ese impulso deconfesarlo todo se terminase.


"Pero no decidí terminar por eso, aunque quizásDumbledore fuera precursor de dicha idea...incluso McGonagall lo fue"murmuró como si siempre las ideas de McGonagall no las tuvieseen cuenta, ciertamente muy pocas veces lo hacía, era demasiadoterco como para admitir que aquella vieja remilgada a veces tuvierabuenas ideas...a veces. "El motivo fue otro, Hermione...tienes 18años, toda una vida por delante y todo un futuro por forjar.Debes y quieres estudiar, seguramente Encantamientos oTransformaciones, o incluso Pociones...Debes vivir la vida de unestudiante en un campus universitario, emborracharte, ligar con otrohombres de tu edad, casarte con uno de ellos, tener hijos y ser felizenvejeciendo junto a él"


Snape se cayó ahora, esperando su respuesta o por lo menosesperando que comprendiera aquello que le había costado tantoasimilar a él mismo. Él era una persona egoísta,pero quería a Hermione y no la retendría anclándolaen un futuro aburrido y monótono como el que él podíaofrecerle. Vivir en ese castillo para siempre, casi como el profesorBinns, sin ninguna aspiración en la vida. Sin fiestas, salvolas que se ofrecían comúnmente en el castillo. Ella seaburriría con él y lo abandonaría como tarde otemprano. Era por eso que él estaba solo, nadie querríaa alguien como él.


"Ahora me gustaría que me dejaras hablar a mi" respondióella sacándolo de sus pensamientos autodegradantes. Severusasintió en silencio concediéndole aquel deseo. Ellatomó aire y comenzó "Primero, me gustaríadecirte que mi futuro lo controlo yo y si quiero o no quiero estarcontigo es decisión mía. Segundo, estas en lo ciertoque quiero estudiar fuera pero no se te ha pasado por la mente quepuedo vivir en un campus universitario y venir aquí los finesde semana? Las vacaciones? No tengo por qué vivir aquí.Y tercero, ya decidiré yo con quien me caso o no"


"Y luego que Hermione?" dijo él no siendo tan callado comoella "Y si conoces a alguien maravilloso del que te enamoras aprimera vista? Y si tu amor es correspondido? Le rechazaríassabiendo que él puede ofrecete una vida plena?" Se elevóde su asiento y caminó hacia ella, poniéndose derodillas para estar a la altura de sus ojos. "Hermione, no puedoofrecerte nada salvo este cuarto y a mi mismo, no querré tenerhijos ni querré casarme nunca, porque soy demasiado infelizcomo para hacer a algo tan especial como un hijo ser tan infeliz comoyo"


"Pero...¡Pero yo quiero estar contigo, no me importa no tenerhijos o no casarme!" repuso ella, con voz de niñacaprichosa. Ella desde un principio había sabido aquello, perose lo negaba, queriendo estar con él pasase lo que pasase.Pero ella comenzaba a ver que quizás él tenia razón.

 


"Hermione, debes dejar este mundo y vivir el tuyo propio y sialguna vez quieres volver siempre piensa que yo estaré aquí"dicho esto se alejó de ella y de repente ella se elevóde un salto, lo tomó de las solapas de su camisa de linoblanca y estampó su labios con los de él. Pero antes deque a él mismo le diera tiempo a responder ella se habíaseparado y caminaba hacia la puerta de sus cuartos alejándosede él con aquel movimiento de cadera que le proporcionaba esevestido hermoso. Abrió la puerta y justo antes de desaparecerpor ella se giró para mirarlo.


"Volveré aquí solo para restregarte en la cara que tehas equivocado"


Y con esto se marchó de allí, dejándolodescolocado, roto y más solitario de lo que nunca habíaestado.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


El tren hacia cinco minutos que se había marchado de laestación de Hogsmeade camino a Londres. Y ella habíaapurado esos cinco minutos buscándolo entre la multitud sinresultado alguno ¿Pero que esperaba ella de todos modos?¿Esperaba que el murciélago de los calabozos fuese adespedir a su insufrible sabelotodo? Él ni siquiera iba adespedir nunca a nadie, no era como los otros profesores que loshabían despedido con casi lagrimas en los ojos, como fue elcaso de McGonagall. Pero lo más extraño es queDumbledore tampoco estaba allí.


Ella miró por ultima vez la que había sido su casadurante siete años y tomó aire. Ella volveríaallí para demostrarle cuán equivocado estaba.


000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Rabia escuchado pasos atrás de él, pero no se habíavuelto a mirar quien era, ya que solo una persona podríasospechar que él estaba allí mientras todos despedíanal Trío de Oro. Solo aquel viejo tarado podría haberlosospechado e ir allí a molestarle con sus sandeces.


Él la había dejado ir y eso era lo único que leimportaba ahora. Había dejado ir cualquier esperanza de serfeliz por primera vez en su vida por no ser egoísta porprimera vez en su vida. La echaría tanto de menos que nuncapodría olvidarla. Sería una segunda Lily en su vida,pero ella más fuerte aún ya que ella podríahaber sido mucho más. Pero él no quiso desperdiciar lavida tan prometedora que ella probablemente tendría.


"Creo que has tomado la decisión correcta, Severus"escuchó la voz siempre tranquila de Albus, más amigableque últimamente y habiéndolo perdonado ya, al parecer.Él no supo que decirle, su cabeza era un caos en donde serecalcaba una y otra vez su estupidez por abandonarla. "El tiempotraerá al río a su cauce"


Fue entonces cuando se giró y contempló el rostrosereno de su único amigo, él siempre tenía lafrase correcta para el momento correcto. Y sonriócomprendiendo que tiempo era lo único que hacia falta pararesolver aquella ecuación.



.::˜FIN˜::.


A/N: Se terminó mi queridos lectores. Esperen con pacienciael epilogo, no creo que tarde mucho...eso espero jaja.




 

EPILOGO


Lunes.6h00


Pipipipipi!...Pipipipi!...Pipipipiiiiiiii!


De repente un estruendoso golpe se escuchó en la habitacióny tras esto de nuevo el silencio absoluto. Si había algo queél odiaba era ese fastidioso despertador muggle, retocadomágicamente para que nunca se rompiera, que le habíaregalado Albus esas Navidades. El viejo chocho había decididojusto esas Navidades que él nunca se pondría losabsurdos calcetines coloridos que le regalaba y habíasustituido su regalo. La verdad había pensado que nunca podríaodiar más a Albus, pero se equivocaba. Todas las mañanasse lo recordaba.


Pipipipipi!...Pipipipi!...Pipipipiiiiiiii!


Severus, ya con excesiva molestia se levantó y apago elmaldito despertador y lo puso de nuevo en su mesita de noche, susitio acostumbrado. No podía tirarlo o venderlo, ya lo habíaintentado y aquel inaguantable despertador siempre le era devuelto.Como si fuese una de aquellas películas de cine malo deterror. Al final, Severus se había resignado y se habíaquedado con él. Al fin y al cabo aquel despertador naranjachillón le daba algo de color a su habitación oscura.Ahora que lo pensaba, nunca había pensado en cambiarle elcolor.


Tomó su varita y se dispuso a realizar el hechizo cuando unossonoros golpes retumbaron en el cuarto. El hechizo de ampliaciónque tenía en la puerta de entrada a sus cuartos habíaejercido su función avisándole de la llegada de untemprano invitado. Seguramente algún alumno descarriado con asaber que problema insignificante que probablemente no le interesaralo más mínimo.


Antes de llegar sonaron de nuevo los golpes en la puerta, esta vezmás insistentes. Snape se enfureció, fuera quien fueseese alumno se estaba ganando una buena reprimenda y su consiguientedescuento de puntos, siempre que no fuese un Slytherin. Sin preguntarsi quiera quien era abrió la puerta de forma ruidosa y toda lafuria al instante su convirtió en sorpresa cuando vio laidentidad de la persona que había estado aporreando su puertasegundos antes.


Cinco años, ocho meses, diez días, diez horas y algúnque otro minuto después de haberla visto por ultima vez,Hermione Jane Granger estaba en su puerta como si aquello fuese lomás normal del mundo.


Ella había cambiado mucho en esos cinco años. Era masalta de como la recordaba o tal vez influían aquellos zapatosde tacón bajo que llevaba. Su rostro había madurado asícomo su cuerpo, menos flaco y más curváceo. Ahora erafísicamente una mujer atractiva y deseable, más aúnque cuando estaba en su ultimo año en Hogwarts, más aúnque cuando la tocó por ultima vez. Salvo que esta vez ella noera suya.


Sabia que estaba prometida con un famoso investigador americano,Samuel Watson, y que pronto se casarían, ni siquiera estabaseguro si ya estaba casada o no aunque sus fuentes no le habíaninformado de aquel acontecimiento. Él se rióinteriormente, sus fuentes, más conocidas como Albus yMinerva, habían estado preocupándose en exceso por suvida sentimental desde que ella se había prometido. Algo ledecía que esas dos viejas chismosas tramaban algo.


"Srta Granger" murmuró él al rato, tras habersequitado ese extraño nudo que se le había alojado en elgañote "Que grata e inesperada sorpresa"

 


"Así deben ser las sorpresas, ¿no Profesor?" dijoella sonriendo de forma tímida, se la veía confidente ymuy segura de si misma. Madura. Pese a que por dentro era toda unamasa gelatinosa que temía decir cualquier estupidez ante él.


"No siempre lo son" comentó haciéndole hueco en lapuerta para dejarla pasar hacia aquel cuarto que no habíacambiado ni una pizca en todos esos años que habíanpasado. Así era él, siempre sería igual, nuncacambiaría, aunque ella esperaba que esta vez si lo hiciese.


"Pues aprovéchese ahora que parece que el mundo se la da"dijo ella con cierta diversión, no era esa la primeraconversación que había pensado que tendríandespués de cinco años sin verse, pero le resultabagracioso todo el momento.


"Eso hago, Srta Granger" dijo mientras ambos entraba en aquellasalita donde ella le había dicho adiós que, como todala casa, seguía imperturbable por el paso del tiempo. Severuscaminó hacia el armario de bebidas mientras le señalabaa ella que tomase asiento, orden que ella obedeció "¿Deseatomar algo?"


"Un poco de vino de elfo estará bien" dijo con educación,ella había aprendido a apreciar el dulce sabor del vino deelfo frente al fuerte y áspero del whisky de fuego, que sabíaque él tomaría. Su prometido tomaba lo mismo que ellaque era una de las tantas cosas que lo diferenciaban del hombreoscuro que se sentaba frente a ella con la copa ámbar en unamano y la rojiza tendiéndosela a ella, que la tomo olisqueandosu contenido. "Buena cosecha, profesor ¿Algún regalode una admiradora?"


"Si considera admiradora a Albus, supongo que si" dijo con taltono serio que aquella pequeña sonrisa en su rostro desmentía.Ella rió levemente y negó con la cabeza. Mirando denuevo su copa tomo un trago esta vez, saboreando el liquido rojizo ensu paladar antes de tragarlo. "¿A que ha venido, SrtaGranger?"


Hermione miró el fuego durante un pequeño momento, ensilencio, antes de desviar su cálida mirada hacia la de él.Ella perdía su seguridad a cada momento que pasaba con él,no podía comprender como después de tanto tiempo élaún consiguiera dejarla muda con solo una de aquellas miradasoscuras que le estaba dando ¿Y si aún había unaposibilidad entre ellos? ¿Y si ella realmente habíatenido razón cuando se marchó de allí con 18años?


Durante todos esos años ella se había autoengañadodiciéndose que él era un viejo terco solitario que nolograría apartarla de él ya que ella estaría conél el mayor tiempo posible. Pero primero fueron los díasagotadores en la facultad, luego las practicas y las fiestas con loscompañeros de piso y finalmente luego fue Samuel. Su vida esoscinco años había sido tal y como él se la habíadescrito, y ella no lo había visitado hasta ahora, creyéndoloolvidado pero la tensión de ambos se podía palpar en elambiente aún ¿Le costaba a él tanto tratar de notocarla lo mas mínimo como a ella le estaba costando?


"Ciertamente vine a decirle que..." No, él no habíatenido razón, ella todavía le deseaba como aquel primerdía que comió los caramelos y mucho más incluso.Ella había vivido su vida y ahora después de eso loseguía queriendo "...mañana es mi boda"

 


"¿Y por qué debería eso importarme a mi?"dijo Severus aplaudiendo mentalmente, ella no estaba casada ¿yqué? Ni que él fuera a ir mañana a parar laboda. Seguramente ella lo estaba invitando en un asqueroso acto decaballerosidad Gryffindor, ella probablemente lo habíaolvidado como él había predicho hace tiempo. Élera un hombre fácil de olvidar y más cuando su relaciónhabía sido tan surrealista culpa de unos caramelos.


"Porque sigo pensando que no tienes razón" dijo dándoleuna mirada que no había visto en ella durante hace muchotiempo. El deseo, la lujuria y el amor, todo junto, brillaba en susojos haciendo que su boca se secase al instante. Ella no lo habíaolvidado.


"¿Y que pretendes que haga, Hermione?" murmuró conun tono ronco, irreconocible hasta para él mismo. "¿Quevaya al Ministerio y pare la boda como en una película de cinebarato?"


"Haz lo que veas, Severus" dijo ella soltando su copa yelevándose de su asiento "Solo piensa en lo que te he dichoy decidas lo que decidas espero verte allí...aunque sea deinvitado"


Severus no supo que decir o más bien no encontró laspalabras exactas a tiempo ya que cuando fue a abrir la boca ella sehabía marchado como si le hubiera visitado "el fantasma delas navidades pasadas" como en el cuento de Charles Dickens. Laúnica pista de que ella había estado realmente allíera su copa de vino de elfo con la marca de sus pintalabios.


00000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Martes 17h00


Hermione se miró al espejo enorme que había en aquellasala y casi se le saltaron las lagrimas al ver a aquella hermosamuchacha que no parecía ni ella misma. Su vestido de boda erade un blanco impoluto, dos piezas lo formaban. La parte de arriba eraun corset de palabra de honor con adornos en forma de flor que ledaban un toque de encaje, se unia con la parte de abajo que era masbien lisa pero no recta. La tela se abrigaba a su plano estomago paraluego caer libre por sus piernas, ésta se recogia a mediadosde su muslo izquierdo mostrando lo que restaba de pierna y quedandocon unas especies de volantes en su final. Era extraño peroella lo amaba.


Era su boda, una boda con la que había soñado nada mashabía conocido a Samuel, el único hombre que habíalogrado llenarla casi de la misma forma que Severus, pero élno era Severus.


Y es que empiezo a pensarque el amor verdadero es tan sólo el primero.y es que empiezo a sospecharque los demás son sólo para olvidar...De repente su visión blanca se vio oscurecida por una presencia detrás de ella que también se reflejó en aquel espejo. Su levita negra con tantos botones fue inmediatamente reconocida por ella, que alzó la mirada para ver el rostro calmado que la miraba con ojos algo vidriados y el fantasma de una sonrisa jugando por salir en sus labios. Ella no supo que decir.


"Y yo que pensabaque nunca podría verte más hermosa que cuando fuisteayer a mi oficina" comentó clavando su mirada a su reflejo.Ella tragó fuerte y no pude evitar sonrojarse, no le pasódesapercibido que nuevamente la tuteaba, eso le daba esperanzas¿esperaba él raptarla y fugarse con la novia?

 


"¿Que hacesaquí, Severus?" dijo ella logrando articular de forma bajitaalgunas palabras, él destacaba tanto en el blanco inmaculadoque no podía apartar la vista de él, tampoco es quequisiera.


"Vengo a darte miregalo de bodas" dijo éste rebuscando en sus bolsillo. Laexpresión de ella cambió ¿solo eso? Realmente élno pensaba hacer nada para remediar su inminente casamiento? Cobarde.Pero nuevamente su rostro cambio al ver el regalo que él leextendía en su mano. "Dicen que las novias deben llevar algoazul"


Hermione mirósu "regalo" con los ojos vidriados. Dos pequeños carameloscon forma de estrellas, azules, destacaban en la pálida manode Severus. Ella no comprendía realmente la implicaciónde tal regalo ¿quería él que lo tomara? Ellaexaminó su rostro, pero solo vio la seriedad acostumbrada deél, salvo que sus ojos mostraban esta vez un brillo diferente¿seria esperanza aquello?


"Pero esto no sepuede llevar puesto" dijo ella sintiéndose estúpidapor su respuesta.


"Nadie dijo dondedebía ser llevado" respondió él como sihabiendo ensayado aquella conversación antes. Pero cuando ellafue a responderle él volvió a hablar de nuevo "Comelo,si realmente me sigues queriendo aquella boda terminarápronto, si no...dele mi enhorabuena al Sr Watson"


Con éstoSeverus puso un caramelo en su mano y la cerró para impedirque éste se cayese y se marchó dejándola tanperpleja como ella le había dejado ayer en su oficina,definitivamente no se había esperado esta reacción porparte de él. Pero él tenia razón, esos caramelossolo se activaban con la persona que ella deseaba profundamente, conla persona que ella quería, tal y como le habíaexplicado Ginny hacia años. Si se activaran al ver a Samuelsolo significaría que ella lo amaba ahora a él ySeverus era solo un recuerdo más en su subconsciente yseguiría con la boda, si se activara al ver a Severusrealmente no sabía que pensaba hacer.


"¿Quequería Snape?" se escuchó la inconfundible voz delEl-Niño-Que-Siempre-La-Protegía-Contra-Severus. Ella segiro y lo miro con una sonrisa radiante.


"Solo me dijo queno se quedará mucho tiempo, pero que le diera la enhorabuenaal novio" dijo ella mintiendo con facilidad. Harry buscó ensus ojos una mentira que no encontró y quitando el ceñofruncido de su rostro le dio una de sus arrebatadoras sonrisas.


"Bien, ese viejosabe perder" dijo tomando una de las manos de Hermione "Tengoalgo que darte. En las bodas muggles dicen que la novia debe llevaralgo azul así que toma"


Hermione mirópor segunda vez su regalo azul salvo que esta vez era un hermosobroche en forma de escarabajo egipcio con las alas de zafiros,producto de la enorme fortuna que le había quedado a Harrydespués de la guerra y que él nunca vacilaba en gastar.Ella lo aceptó y se lo puso, mirándose en el espejo.


"Estas hermosa"dijo el ojiverde desde el reflejo y tironeó de su mano"¿Vamos?"


Ella se limitóa asentir y a seguir a Harry a encontrar a su padre para que lallevara al altar.


00000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Martes 17h05


Sentía losojos de todos los invitados clavados en su espalda mientras ellamiraba al oficial del ministerio encargado para su matrimonio. Ellasolo debía decir dos palabras ahora 'Si, quiero', pero esasdos palabras se habían negado a salir nada más ver losojos de Samuel y no sentir aquel vuelco en su estomago característicode que los caramelos habían comenzado a hacer su efecto.

 


Ella habíaabrigado una ínfima esperanza de que tal vez Severus solo eraun capricho que ella trataba de conseguir y que Samuel era el hombrede su vida. Pero ahora, al volver a girarse hacia sus ojos, notandola preocupación en estos, ella supo que aquel hombre deestatura media, ojos azules y pelo castaño claro y corto casien punta, no era ese hombre. Por el contrario el hombre de su vidaera un hombre alto, con ojos de onix y pelo negro liso hasta loshombros que ni ella misma sabía donde estaba ahora.


De repente y sinpensárselo dos veces, como una buena Gryffindor, se giróbuscándolo entre la multitud de ojos asustados y asombradosque la miraba, sin resultado alguno hasta que clavó su miradaen la puerta. Nada más sus miradas se cruzaron aquelinconfundible síntoma ocurrió, su estomago pareciódar un vuelco y solo parecía que existían ellos dos enesa inmensa sala llena de gente. Un único objetivo estaba ensu cabeza: Estar cerca de él cuanto antes.


Ella tomó lasmanos de su Samuel, su ahora ex-prometido, y lo miro a los ojos. Elpobre cada vez parecía más confuso y más cuandoella le dio un beso en la mejilla y le sonrió con ciertaculpa.


"Samuel, lo sientomucho..." Y, sin más explicaciones y como imitando aquellapelícula muggle donde Julia Roberts huía de sus bodas,ella comenzó a correr hacia la puerta ante la atónitamirada de todos los invitados que allí estaban.


00000000000000000000000000000000000000000000000000000000


Martes 06h00


La luz del alba lodespertó con un gemido de placer, reflexionándolo mejorquizás no había sido la luz del alba quien lo habíadespertado. Más bien porque sus ojos seguían viendosolo oscuridad y porque, definitivamente, la lengua que se acababa deenrollar en su erección no era producto de la luz del alba.


"Hermione..."jadeó él como pudo, su voz sonó ronca debido asus actividades nocturnas nada silenciosas. De echo en esos momentosél se agradeció de haber tenido la consideraciónde haber puesto un hechizo silenciador en las paredes o quizássi hubiera sido la luz del alba de cierta prisión la que lohabría despertado.


Un nuevo gemido deescapó de su garganta, más grave esta vez. La castañahabía introducido su miembro completamente en su boca y lohabía succionado de forma experta haciéndole recordarlo mucho que se había perdido en esos cinco años sinella. Pero ahora era suya y no pensaba dejarla escapar una segundavez.


De repente ungolpeteo en la ventana hizo que Hermione interrumpiera susatenciones, para desgracia de ambos, había estado tan a punto.Severus con cierto mal humor abrí la ventana dejando pasar aldesplumad búho


"¿Como noshabrá encontrado?" gruñó Severus. Despuésde la boda ambos habían tenido que, prácticamente, huirpara no ser apaleados por los invitados, sobre todo él. Ahorallevaban una semana viviendo en España, disfrutando del buenclima que en esa época primaveral reinaba allí, hastaSnape parecía haber tomado un poco de color.

 


No habíanrecibido ningún búho hasta ahora, afortunadamentehabían logrado evitar la multitud de vociferadores de su laexfamilia política de Hermione y los múltiples búhosque seguramente había enviado Harry y compañía.Dios no querían ni imaginar la carta kilométrica quehabía enviado Molly en contra de Severus.


Ella fue quien tomóal, ahora, inconfundible búho de El Profeta. Una pequeñacesta donde se echaba el dinero colgaba de su cuello mientras que elperiódico enrollado era sostenido por sus patas. Hermione lotomó y se lo pasó a Severus mientras ella se levantabaa buscar su cartera. El búho por su parte se posó en elrespaldar de una de las sillas, esperando paciente pese a queprobablemente había dado un buen viaje hasta encontrarlos.


Severus abrióel periódico pero no pudo evitar echar una mirada al cuerpodesnudo de Hermione, que movía inconscientemente su traseromientras buscaba la bolsa de galeones en su maleta de viaje. Sesentía un viejo lascivo mirándola de tal forma, pero suautodesprecio fue compensado por la cara sonrojada de ella al darsecuenta de su "espectáculo" y la mirada cargada de lujuriade ella. Cualquiera diría que aquellos caramelos aun manteníansu efecto después de una semana.


Dejando de lado laprometedora mirada de ella se centró en la portada del diario.La leyó con cierto interés y no pudo evitar soltar unacarcajada al terminar de leerla. Definitivamente había vecesque adoraba que en El Profeta no existiera ningún periodistaminimamente competente. Hermione lo miró con la ceja alzadaalgo confusa por su risa.


"¿Pasaalgo?" dijo mientras se acercaba a él contoneando suscaderas como si fuese un sucubo, Severus la miraba embobado,olvidandose nuevamente del periodico en sus manos hasta que ella selo arrebató y comenzó a leerlo. "¿America?¿Australia? ¿Ahí es donde creen que estamos? PorMerlin ¿que va a ser después? ¿Malta?"


Ella riótambién mirandolo a él, le pagó al buho los dosgaleones correspondientes al periódico y viendolo marchar pordonde había llegado, se recostó en el pecho de Severushaciendo circulos con su mano derecha en la piel de él.Adoraba estar con él, ahora que tenia las cosas claras, ahoraque ambos la tenían. Hasta él parecía no ser tanSnape, nadie le quitaba su mal humor con los muggles ineptos como éllos llamaba pero era más suave. Y ese color ligeramente másmoreno en su piel lo hacía terriblemente atractivo.


Llevaban toda lasemana en España y no habian recibido noticia de nadie de sualrededor, ni siquiera noticias de nadie magico, tampoco habianpuesto mucho ímpetu en esconderse, pensaba moverse de ahíde vez en cuando pero la ausencia de correspondencia les habíafacilitado el estar ahí. Estaban bien, pero ambos debíanvolver a su vida, no podían estar huyendo por siempre, eldinero se acabaria tarde o temprano.


"Severus ¿cuandovolveremos a Londres?" dijo ella temiendo su reacción, sabíaque él estaba cómodo alli donde nadie le conocía.Escuchó el suspiro de él y lo notó moverse bajoella, asi que se apartó de él y ambos se miraron a losojos. Él tomó su mano izquierda y la acariciósin apartar la mirada de ella, que lo miraba confusa al haber notadoel rastro de magia en su mano.


"Cuando terminemosnuestra luna de miel"


Su mano se quitóde la de ella y un hermoso anillo de oro blanco con un zafiro enforma de estrella se abrigaba a la perfección a su dedo. Unmensaje subliminal en él. Quizás debían invitara los gemelos a su boda.


.:˜THE END˜::.


A/N: Os dejo milivejournal: meryweee . livejournal . com

Os espero allícomentando :P

Caramelos de Lujuria - Fanfics de Harry Potter

Caramelos de Lujuria - Fanfics de Harry Potter

'Porque nunca hay que confiar en losgemelos Weasley' Este fic se situa en el 7º curso, muerto Voldi pero noSnape (uff menos mal) no creo que mencione mucho en

potterfics

es

https://potterfics.es/static/images/potterfics-caramelos-de-lujuria-fanfics-de-harry-potter-3693-0.jpg

2024-10-28

 

Caramelos de Lujuria - Fanfics de Harry Potter
Caramelos de Lujuria - Fanfics de Harry Potter

MÁS INFORMACIÓN

El contenido original se encuentra en https://potterfics.com/historias/42671
Todos los derechos reservados para el autor del contenido original (en el enlace de la linea superior)
Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente

 

 

Update cookies preferences