Carta a mi amor, promesas cumplidas. - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

1-Despedida en la sala multipropósito.

El había sido su amor a primera vista, desde el día que lo vio lo amo, aunque le costo mucho aceptarlo, y lo oculto, nadie sabia que lo amaba, solo ella, y estaba decidida a no contarselo jamás, el motivo es que Harry la consideraba su mejor amiga, y ella no podía fallarle, porque contarle significaba acabar por completo esa hermosa amistad. Habían pasado ya 3 años desde el día en que, nadie sabe bien porque, el besó a Hermione, y luego de eso, nada mas sucedió, solo amistad.
Harry absorto en sus pensamientos, en recuerdos de ese día, estaba tirado en su cama cuando lo encontró Ron, que hacia horas que lo estaba buscando, y como buen amigo, lo conocía a la perfección, por eso pudo reconocer los sentimientos reflejados en la cara de Harry. Pero era malo para consolar a las personas, y solo dijo:
-¿Qué te pasa?- con un dejo de compasión.
-Hoy, hace tres años que nos...- dejo la ultima frase en suspenso, no quería nombrarla, ni a ella ni a la situación pasada, porque eso lo volvía a la realidad, esa que tanto se esmeraba por cambiar, pero sin mucho éxito. Seguían siendo solo amigos.
-Ohh...- Ron también estaba recordando ese día, que le partió el alma. Hoy se había propuesto confesarle que el también se sentía atraído por Hermione, pero al escuchar las palabras de su amigo reflexiono- ¿Todavía la quieres?-
-No lo se, es que también esta Ginny, y no he podido decidir aún- A Ron poco le importaba lo que sintiera por su hermana, pero sabia muy bien que le pasaba a Harry. Y en ese momento recordó para que lo estaba buscando.
-Harry no es mi intención parecer insensible pero es que la profesora McGonagall te espera en su despacho.
El resto de la tarde transcurrió sin muchos detalles, solo la tristeza de Ginny, Ron, Hermione y Harry. Ginny no sabia que le pasaba a su novio, Harry, que estaba actuando raro, en parte por la despedida de Hermione, que se iría a estudiar a Beauxbatons, es que ya no podía resistir, seguir fingiendo ser amiga de Harry, y haciendo de cuenta que no sabe los sentimientos de Ron hacia ella, quien por momentos se metía en su mente y la hacían olvidar a Harry. Y que decir de Ron, que no se atrevía a decirle nada de sus sentimientos, ni a ella, ni a su amigo por temor a perderlos, a perder lo mas importante que tenía además de su familia, y a su hermana no podía contarle tampoco, por si esta le contaba algo a Harry...
Llego la noche y en Hogwarts comenzó el baile en honor a Hermione, una alumna excelente, con muchísimo intelecto, digna de admirar, a la cual extrañarían todos, incluso los profesores, y allí estaban todos, con una mezcla de sentimientos que es imposible de describir...
En medio de la noche, cuando Hermione bailaba placidamente con George, él llamó a Ron, que andaba cerca y los dejó bailando juntos... era el momento ideal para poner en marcha su plan, un par de ideas sueltas que le daban vueltas por la cabeza desde hacia unos días y sabia que ese era el momento perfecto para llevarlas a cabo. Esperó que sea el momento y...
-¡¡Harry!! Ya que estas por acá porque no bailas con ella, no los he visto juntos en toda la noche...- y con esas palabras los tomo por las manos, las junto y se retiro, su plan debía seguir su rumbo solo, aunque el esperaba que Harry le dijera a Hermione todo lo que sentía, ya que no la vería hasta las vacaciones de navidad.
Ambos bailaron muy callados pero pensando muchas cosas... casi las mismas... se habían estado esquivando toda la noche y odiaban a Ron por haberlos reunido, pero era lo mejor que les podía pasar en sus vidas, bailar juntos como si no existiese nadie mas en el mundo, la diferencia estaba en que Harry se moría de ganas de besarla delante de todos, para que se enteraran de que la amaba, y ella se moría de ganas de estar a solas con el y decirle lo que sentía. El carácter mas decidido y seguro de ella la llevo a hablarle.
-Harry necesito mostrarte algo, ven- eso salió de su boca como si no hubiese sido ella quien hablaba y casi sin pensarlo. Fue algo espontáneo.
De la mano se dirigieron desde el Gran Salón por unos cuantos corredores, hasta llegar delante de al tapiz de Bernabás el Chiflado, frente al cual pasaron tres veces, fue entonces cuando Harry se percato de que estaban frente a la sala multipropósitos. La puerta apareció y no tardaron en entrar. Una vez dentro lo que encontraron fue maravilloso.
Estaban en una sala con sillones bien mullidos, poca iluminación y en dirección del sofá principal había una gran arcada que daba a un hermosísimo parque lleno de árboles inmensos.
-Accio carta para Harry!- dijo Herms con la voz temblorosa, era lo primero que decía desde que abandonaron el baile.
Harry miraba a la chica, -a quien le había hecho creer que era solo una amiga por miedo a lastimarla, por inmadurez talvez, y valla uno a saber por que motivos mas- como nunca lo había hecho, embelesado, embobado, perdido, inmerso en una sensación que no había sentido nunca y quería descubrir que significaba, esta vez no era como cuando tenia ese impulso interno, esas ganas de besarla, no sentía esa sensación de vacío en el estomago como cuando uno baja una escalera y se saltea un escalón, en realidad si lo sentía pero su corazón latía mas de prisa que de costumbre, y lo único que deseaba de verdad era pasar el resto de su vida con ella, quería sentir su piel junto a la de la joven que lucia muy bien con ese vestido corto, color negro, que resaltaba sus curvas de una manera impresionante, pero fue incapaz de emitir palabra alguna.
Hermione observaba a Harry con los ojos llenos de lagrimas pero quería resistir, no debía llorar al menos hasta que él leyera su carta. Posiblemente esa era la ultima vez que lo viera, la ultima vez que observara esos ojos verdes, con esa mirada que tanto la enloquecía, y ese cabello negro, todo revuelto, de un autentico Potter.
Llego volando un pergamino hasta las manos ligeramente temblorosas de la chica, que así como lo recibió se lo entrego.
-Toma, estas son mis palabras para ti, es todo lo que tengo para decirte.- y una lagrima cayó por su mejilla al observar que Harry comenzaba a leer, sin percatarse de que su amor salía corriendo hacia ese bosque desconocido.

Simplemente necesito escribir esto hoy...Es la carta a mi amor ¿pendiente?
Harry :
Yo no se como empezó, solo se q sucedió, ese día, que espero que lo recuerdes como yo, solo te vi, y fue tan fácil quererte tanto! Lo sentí cuando te vi... amor... y así transcurrieron días... y me convertí en tu mejor amiga, tu pañuelo de lagrimas, y hablamos de tus sentimientos, y te consolé, te protegí, te cuidé, pero no sabias lo que me pasaba, quería ser algo mas que una amiga, pero lo creía imposible, tu me mirabas y me preguntabas qué me pasaba pero yo no sabia que hacer, me moría por decirte lo que siento pero el miedo al rechazo me ganaba, y solo respondía que nada me pasaba, y ese miedo me ganó... y pasaron los años, las vacaciones... y empezó de nuevo Hogwarts , siempre estabas donde yo me encontraba, hasta cuando me alejaba para poder controlar esas sensaciones que me causas ¿era pura casualidad? Comenzaron las sospechas, los acercamientos, las indirectas, esas miradas que jamás olvidare, hasta que una noche de lluvia me pediste que te acompañara a visitar a Hagrid, salimos al jardín y al llegar al lago nos refugiamos en la haya, por cierto yo estaba mojada, con muchísimo frío, y no me sentía bien, pero era una oportunidad de estar a solas contigo que no se volvería a presentar, y acepte, pero creo que cometí un error, entonces paso algo que no me imaginaba, te entregue mi amor con solo una mirada, otro gran error... me sorprendiste, no me imaginaba ese beso y simplemente paso, ya no había vuelta atrás, era una locura; para mi, un sueño sin sentido, tenía tantas cosas para decir pero me limite solo a sentir... ya habría tiempo para hablar... que equivocada estaba...! luego un malentendido atrás de otro... hasta que llego un día, en que hablamos sobre nosotros, recuero las palabras tuyas "No me vas a entender" esa era tu respuesta cuando yo preguntaba que sentías por mi y que había pasado aquella noche de lluvia... hasta que me dijiste algo que yo me esperaba pero quería negarlo, "Te quiero muchísimo pero como amiga", llorar eso era lo único que quería, lo notaste y me pediste que no me pusiera mal... pero era algo inevitable, imposible, ¿es que no comprendes cuanto te amo? Algo que nunca pude preguntarte... aquel día no lo olvido... era solo tu amiga... me lo dijiste... pero en los tiempos que siguieron tus actitudes me confundían, no me decían lo mismo, o tal vez era solo que aun conservaba la esperanza, eso solo tu puedes aclarármelo... mientras tanto el tiempo paso... y hoy solo tengo ganas de volver al pasado, no se si a reparar mis errores, o a vivir ese momento nuevamente, aunque me causó mucho dolor, fuiste una dulce ironía.
Ya han pasado 3 años, hoy se cumplen 3 años desde la noche de lluvia... he intentado encontrarte en otras personas pero no es lo mismo, eres el amor de mi vida, y entre tantas cosas que tengo no encuentro razón para olvidarme de vos, y espero la oportunidad de que eso que un día fue, un día vuelva a ser para siempre...
Tus recuerdos se quedaron grabados en mi, pero ninguno de ellos me abraza, me besa, no me sirven de nada si no te tengo mas que como amigo, y te encuentro en todas las cosas que miro, por eso los lugares mas comunes, lo detalles mas pequeños son aquellos que mas duelen y a veces lastiman. Sueño con el día en que veré amor en tus ojos, como el que hay en los míos, por favor dime ¿por qué te aferras a mi corazón?
Supimos estar juntos todos los días, como verdaderos amigos pero una vez sentí que te perdía y no podía creerlo, eso fue un día que yo lloraba por vos y con vos... si vos me estabas consolando porque lloraba muchísimo, y sin nombrarnos simplemente te dije que estaba enamorada de una persona que me consideraba solo su amiga, y trataste de consolarme diciéndome que disfrute de cada momento, que aun éramos demasiado jóvenes, y que me querías demasiado, lo que en realidad me dio a entender que me querías pero no podías estar conmigo, por favor si en algún momento malinterprete algo de lo que hablamos quisiera que me lo digas antes de que me valla y ya no puedas hacer nada, ¿o solamente me estabas diciendo adiós?
Y por mas que te de lo mismo, nadie piensa en vos como yo, que todavía lloro alguna vez.
Dicen que cuando hay que hablar de a dos hay que empezar por uno mismo, y creo que ese es el motivo de esta carta, solo que no puedo hablar en tu presencia, porque si me miras, no podré aguantar, ya me ha pasado que me miras y no puedo hablar, pero si no te explico no vas a entender cuando me veas llorar, nunca me sentí tan sola como cuando comprendí, cuando la vida me grito que nunca te tuve y nunca te perdí, ahora a lo mejor puedes entender que lloro por ti, que lloro sin ti, que debo irme y lloro...
Y si no me quieres o no me quisiste nunca, y solo jugaste con mis sentimientos, no me des explicaciones, no hables porque duele y deja de fingir, todo acabo, solo calla, déjame llorar y nunca vuelvas a verme, porque tu podrás vivir y reír sin mi, y me dejaras sola y destrozada, aprendiendo a vivir un mundo sin ti.
Me siento muy ingenua escribiendo esto, pero ya te dije porqué no puedo decírtelo...
Pero si en cambio crees en la magia de una joven enamorada de ti, en la magia de mi amor, dímelo!! Sabes que si es así solo quiero estar entre tus brazos, quiero sentirte en un abrazo...
Lamento estar robando parte de tu valioso tiempo pero tenía esa necesidad de hacerte saber esto antes de mi despedida, antes de mi adiós, espero que sepas disculparme, ella te esta esperando...

Ojalá que nunca te olvides de mi, porque yo nunca me olvidare de mi primer amor...

Con amor

Herms...

P/D: por mas de que tu loca manía fue mía solo una vez, me dejo cicatrices que nunca podré borrar, y me guardare, por si algún día los necesitas, todos esos besos que son tuyos y nunca te di... Te amo...

 

2- Promesa y doble despedida

Harry estaba sorprendido, no podía creer que la castaña no se había dado cuenta de cuanto la amaba, y mas irónico le resultaba que ella se iría a estudiar a otro lado porque supuestamente el no la quería. A eso se le sumaba la gran confesión que acababa de leer...pero ella ya no estaba a la vista. En silencio se dirigió al bosque, un presentimiento lo guiaba, "si no me quieres [...] no me des explicaciones y nunca vuelvas a verme [...] si crees en la magia de mi amor [...] solo quiero sentirte en un abrazo [...]" recordó al encontrar a Hermione sentada en una hamaca, que colgaba de un árbol. Lloraba desconsoladamente con la cara entre sus manos, seguramente el no querría volver a verla, después de leer esa patética carta, pero escucho el sonido de las hojas en el suelo bajo el peso del chico, e hizo como si nada. Hasta que sintió unos brazos que la rodeaban por la cintura y la abrazaban como nunca antes.
Si. Harry la estaba abrazando, en lugar de irse sin decir palabra, pues así lo sentía. Ella no podía creerlo, al instante retiro sus manos de su cara para encontrarse con un Harry que la miraba como si fuese lo mas valioso del mundo.
-No, por favor, no me mires así ¡estoy horrible!-
-Para mi eres la mas hermosa del mundo- y poso suavemente sus labios sobre los de la joven.
No hacían falta palabras, lo que estaba sucediendo era fantástico. Un beso tan tierno, bajo el cielo estrellado, una noche de luna llena, en la hamaca del bosque de la sala multipropósitos, exactamente igual había sido el primer beso de Lily y James.
Ella prometió volver, no quería irse ahora que sabia que Harry la quería, y le partía el alma ver las lagrimas que caían de los ojos del chico, prometió que no lo olvidaría, que no lo dejaría. El prometió esperarla, y terminar pronto con Ginny.
-Yo por ti volveré, tu por mi espérame, no me olvides por favor...- pronuncio Hermione con todo el dolor y el amor que era posible que expresen su voz y su rostro, entre sollozos.
-Lo prometo, seria imposible olvidarte, pero por favor vuelve para ya no dejarme nunca mas.-dijo Harry, que a pesar de las lagrimas aparentaba entereza.
Pero ya no había vuelta atrás, Hermione debía marcharse en la mañana pero no se separó de él en toda la noche, y nadie pudo molestarlos ya que no salieron de allí, hasta que se aseguraron de que el baile había terminado y los alumnos dormían, cada uno en su habitación de la Sala Común.
Esa fue la despedida mas triste de sus vidas, claro porque ninguno sabia lo que el destino les tenia preparado. Lloraron como dos niños al momento de decir adiós, no sabían bien cuando se volverían a ver, pero prometieron escribirse pronto, casi todos los días si era necesario. Y de esa manera se despidieron, con un simple hasta siempre y un te amo.

* * *

Harry se levanto muy tarde aquel día, se encontraba solo en la habitación, debían estar desayunando. Mientras recordaba cada sensación, cada detalle de lo que paso con Hermione, se vistió, y nostálgico se dirigió al Gran Comedor. Encontró a Ron sentado junto a Neville.
-Hola chicos...- saludó lo mejor que pudo.-Si me disculpas Neville, debo hablar urgente con Ron, a solas, ¿me acompañas?-
Y salieron los dos juntos caminado lento, devastados por la partida de su "amiga", a quien ya habían comenzado a extrañar. Entraron a la primer sala vacía que encontraron.
-¿Qué te paso que tienes esa cara?- dijo Ron.
-Eso entenderás si me dejas que te cuente algo.- respondió y comenzó a contarle como había sido su noche a Ron, quien a cada palabra se entristecía mas, pero no podía creerlo, ¡lo había logrado! Harry y Hermione estaban juntos, se querían, pero ¿y él?... no importaba... tal vez no era amor lo que sentía por Herms, solo cariño, ya que estaba feliz por todo lo que vivieron sus amigos, y la tristeza se debía al cariño, cariño de amigos.
Finalmente, ahora que Voldemort había sido derrotado, Harry no podía estar con Herms, pero como le había dicho Ron, había algo mas importante en qué pensar, Harry debía terminar con Ginny, pero no sabia cómo. Ya encontraría forma alguna, no era una tarea imposible.
Harry esquivaba a Ginny la mayor parte del tiempo, y en los momentos en los que estaba con ella, en cada beso, cada caricia, recordaba a Hermione, y según las palabras de la colorada, el ya no era el mismo de antes.
-¿Oye Harry que pasa contigo?- pregunto ella cuando notó que Harry, le corría la cara en medio de un beso.
-Yo... es que no lo se...-
-¡¡No me vengas con esa excusa porque ya no te creo ni una sola palabra de que te afecto la partida de nuestra querida amiga!!- grito exasperada, enfatizando ironía cuando pronuncio "querida amiga".
-¡Es que tu nunca me comprenderás!-
-Y si no me explicas que te sucede Potter nunca llegare a comprenderte nunca.-
-¿Quieres saber qué me pasa? ¿En verdad quieres que te lo diga? Estoy enamorado de Her...-se había ido de boca, había hablado de mas en un arrebato de furia, ya no podía hacer de cuenta que nada le sucedía y mentirle a la hermana de su mejor amigo, a quien ya había engañado bastante y por mucho tiempo. En ese momento lágrimas saltaron de los ojos de la colorada. Estaba destruida, Harry no podía estar enamorado de su amiga, justo de ella, lo hubiese tomado de otra forma si hubiese sido de alguna otra, pero de ella... era algo de no creer.
-¿Y ella?-
-¿Ella que?-
-¿Herms te quiere?- preguntó temblando de pies a cabeza.
-Ginny ya no tiene mas sentido que te lo oculte... si, ella también me quiere y hemos estado escribiéndonos a diario, y no era una excusa lo de su partida, es cierto que estoy muy afligido y que la extraño. El día del baile estuve con ella.
-Eso ya lo se, dime algo nuevo.-
-No, no has comprendido bien... yo...- no se sentía capaz de contárselo todo-
-Potter ¿besaste a Herms?- preguntó sin darle mas vueltas al asunto, al fin había comprendido lo que el chico quería decirle. Estaba roja de furia, temblando y con lagrimas en su rostro. Harry se sintió la peor basura del mundo, solo se limito a callar un instante, temía seguir lastimándola aun mas.
-Por favor no llores, sabes que no puedo verte llorar... no quise lastimarte, no fue mi intención que sufras- no sabia que decir, que hacer para que se calmara.
-Ya es tarde, ¿por qué siempre haces las cosas sin medir las consecuencias?- lloraba- Ya no quiero seguir contigo, no de esta forma, tu pensando el ella y yo...- pero estaba por pronunciar la siguiente frase cuando se dio cuenta de todo. Tenia que ser fuerte, y después de todo ¿por qué lloraba si Harry era solo una aventura?- Mira Potter estas muy equivocado si crees que llorare y sufriré por tu culpa, al fin y al cabo eres igual que todos lo hombres, y lo único que hiciste fue utilizarme como si yo fuese un objeto que pasa de mano en mano, es mas me expuse a peligros por ti, te acompañe al ministerio en quinto año y hace poco enfrente al innombrable por ti, y así es como me pagas, ¡engañándome con mi querida amiga! Y valla ¡que amiga tengo! Nunca me menciono ni una sola palabra, ¡como se atreve a ocultarme todo! Bueno creo que ya no tengo nada mas que hacer o hablar con una persona como tu, un mujeriego al igual que tu padre, que solo juega con los sentimientos de los demás... me voy de aquí.- dijo todo eso sin darle tiempo a Harry a responder y cuando este quiso reaccionar, su ex novia ya no estaba allí. No tuvo intenciones de ir a buscarla, ya estaba, ahora podría ser feliz con la castaña, pero le había dolido todo lo que le había dicho Ginny hacia instantes, sobre todo lo de su padre, el no la había usado ¿o si? Su cerebro funcionaba a mil, estaba pensando si la chica tenia razón en todo lo que había dicho o no, si ella había luchado junto a la Orden para derrotar al innombrable, o si lo acompaño al ministerio fue por voluntad propia, el no la había obligado, pero si la había engañado, y hasta el mismo trato de engañarse todo ese tiempo queriéndose convencer de que la amaba, pero no pudo decírselo. Ginny no sabia en verdad por todo lo que había pasado esos años, por eso dijo un montón de cosas sin razón alguna, reflexiono Harry, sin saber si era lo correcto o no.
Ron estaba muy alegre de que Harry ya no tuviese que ocultar su romance a distancia con Herms, y además pasaba mucho tiempo a solas con Luna en los ratos libres en los que coincidían, ahí estaba sucediendo algo raro de lo que Harry no se estaba enterando, y Ginny estaba en pareja con Neville.
El tiempo transcurría con rapidez, ese día Harry no había recibido ninguna carta de Hermione y eso le preocupaba. ¿y si ya no lo quería, o lo había olvidado? Era una pregunta que se hacia con frecuencia. Esa noche soñó que recibía una carta en la que le decía que ya tenia novio, y que no le mandara nunca mas una carta, que jamás volvería a verlo, y le pedía que le mande sus saludos a Ron, era un mal sueño, despertó bastante sobresaltado, quería contárselo a su amigo pero este no estaba en su cama. ¿Dónde estaría a esas horas de le noche? Mientras lo esperaba en la Sala Común, leía las cartas que había recibido, sin saber que en ese momento a miles de kilómetros de distancia Hermione hacia lo mismo.
Querido Harry:
El colegio es horrible sin ti y sin Ron, extraño ayudarlos con su tarea, y sobre todo extraño tu mirada...

...No me olvides, espérame porque te prometí volver, con cariño Herms.

...Dale mis saludos a Ron y dile que lo extraño, pero no tanto como a ti.

...No veo las horas de reencontrarme con ustedes...

...Te extraño, besos.

...Harry sueño con tu rostro todas las noches, y discúlpame que por momentos lo piense pero saber que no estoy ahí para saberlo, me preocupa que alguna chica intente tener algo contigo...

...Ya tuve que separarme de ti una vez, te aseguro que no volveré a hacerlo nunca, no tiene sentido vivir sin ti...

...No logro conciliar el sueño...

...Sabes no me arrepiento de estar acá, de esta forma, la peor de todas, pude descubrir que sin ti no puedo vivir...

...Te quiero, te quiero tanto!! Y no importa lo que pase, yo te quiero igual...

...Tu es l'amour de ma vie, eres el amor de mi vida, por si no lo comprendes, pues está en francés...

Leía todos esos fragmentos de las cartas con lagrimas que no dejaría salir, cuando entró su amigo.
-Harry ¿que haces aquí?-
-¿Que haces tu a estas horas fuera de tu cama? Yo estaba soñando cuando desperté para contártelo y como no estabas decidí esperarte, mientras tanto leía las cartas de Herms.-
-Yo debo confesarte algo, pero te prohibido que te rías- dijo comenzando a ponerse colorado.
-Sabes que no me reiría nunca de lo que sea que tienes para contarme.-
-De acuerdo, y no me interrumpas, todas las veces que te decía que iba a la biblioteca te mentía, en verdad estaba viéndome con Luna, es que siento algo especial al verla, algo que no me pasaba con ninguna de las otras chicas... es como si me hubiese salteado un escalón bajando por una escalera, y cuando no estoy con ella, la pienso todo el tiempo y esta noche sucedió algo fantástico, ella y yo nos..- y comenzó a hacer señas y gestos raros que Harry comprendió de inmediato, se habían besado.
-Ron solo tengo un par de cosas que decirte, la primera es que estas enamorado, y la segunda es que no tenías por que ocultarme nada-dijo Harry contentísimo por lo de su amigo.
-Bueno ¿qué era lo que tenias que contarme?-
-Es que soñé que Hermione ya no me quería volver a ver nunca mas, y eso me puso un poco mal, pero al revisar sus cartas creo que eso no es posible. Estoy preocupado, hoy no recibí noticias de ella.-
Después de conversar un rato sobre sus chicas, y de la recomendación de Harry a Ron para que se ponga de novio con Luna se fueron a dormir, y ya en su cama recordó la promesa de Herms: "Antes de que me vaya, te hago una promesa, te prometo que siempre seré la misma, te prometo que nunca dejaré de quererte, te prometo que siempre lucharé pensando en ti, te prometo que jamás cambiaré el amor que tengo para ti. El tiempo no podrá borrar todo lo bueno que pasé contigo, te prometo que siempre estarás en mis sueños, te prometo que no amaré a otra persona. Aunque sea solo angustia lo que siento ahora, te prometo que lloraré por volver a tenerte, te prometo que para mi te vuelvo a ver aunque solo sea en mis sueños. Y te prometo, que el amor que te tengo, estará en lo más profundo de mi corazón, pues no tendrá fin." Y se durmió tranquilo, con una sonrisa en el rostro.

 

 

 

 

3-Reencuentro

Por más de que Harry le escribió todos los días no obtuvo respuesta alguna, y eso le provocaba un estado de humor muy cambiante, mientras estaba con Ron y Luna se sentía bien, pero cuando se encontraba solo no hacia más que pensar en cual había sido el motivo por el que la chica no le enviaba noticias. Y así llego el ultimo día de clases, como extrañaría Hogwarts, su único hogar, allí había vivido tantas cosas, no quería abandonarlo, ya tenia su baúl listo, y como se encontraba solo se dispuso a recorrer el inmenso castillo, y se prometió para si mismo que no sería la ultima vez que pasearía por esos pasillos e interminables jardines.

Estaba bajando el Expreso de Hogwarts junto a Ron, Neville, Luna y Ginny cuando se encontró con la familia Weasley en pleno, todos los saludaron muy felices de verlos nuevamente, y como de costumbre Molly los lleno de besos. En ese momento Harry se sentía un poco incomodo, Luna y Ginny se estaban despidiendo de sus respectivos novios, entre besos.
-Al menos tengo la suerte de que no vives lejos, así podremos vernos a diario...- le decía entre risueña y emocionada Luna a Ron.
-Intentare visitarte en estas vacaciones, te extrañare muchísimo- Ginny a Neville - o sino podrías venir a casa-
Y en ese momento alguien que venia corriendo lo abrazo y lo beso, a pesar de no haberla visto, ese inconfundible aroma y esa delicada manera de acariciarlo no podía ser otra que Hermione.
-Te extrañe tanto, te amo Harry- le susurraba al oído, no le importaban las miradas de asombro de los Weasley y otros curiosos. Pero Harry estaba extrañado.- Hay tanto de que hablar...
-Si, hay mucho de que hablar...-le dijo con una mezcla de cariño y escepticismo- Ahora voy a la Madriguera, cuando pueda hablaré contigo.-
-¿Qué? ¿Nadie te lo ha dicho aún? Yo voy contigo, aunque sea unos pocos días.-comento alegre.
-De acuerdo-
Ya en la casa se los Weasley, luego de una rica cena, que preparó Molly para celebrar la graduación de Ron, y Harry, a quien consideraba un hijo más, y las nuevas parejas, llego el pastel, pero la fiesta no duro mucho tiempo, ya que la madre de Ron los mandó a dormir enseguida.
-Cariños ya es hora de que descansen, mañana podrán hablar todo lo que tengan para decirse- dijo jovialmente pero con firmeza. Aún no se acostumbraba a que sus niños ya habían crecido.
Como siempre, Harry y Ron dormirían juntos, y Hermione compartiría el cuarto con Ginny, algo Harry no lograba comprender, entonces cuando subían las escaleras le pidió a su ex novia y a su amigo que los disculparan porque tenían que hablar a solas. Una vez que cada uno entró en su cuarto, Harry se sentó en la escalera invitando a Hermione a hacer lo mismo.
-¿Quién te crees que eres como para dejar de escribirme y recibirme de esa manera en la estación?- pregunto confundido.
-¿Harry como que no te he escrito? ¿No te ha alcanzado con recibir una carta diariamente que dejas de escribirme, y además me haces este estúpido planteo?-
-Yo no deje de escribirte, fuiste tu la que no me ha escrito.- le reprocho con tristeza Harry.
-Harry escucha... ¿cuándo fue la ultima vez que recibiste una carta mía?-
-Fue tres meses atrás...-
-No, no me mientas tu me escribiste hace tres meses la ultima vez, puedo mostrártelo, he guardado cada una de tus cartas-
-Herms yo también las guardo, espérame que voy a buscarlas, están en mi baúl.-
-Yo haré lo mismo-
Y cuando regresaron, lo comprobaron, algo había pasado...
-Harry ¿no crees que esto es bastante extraño? Dime... ¿cuando dejaste a Ginny?-
-Mmm... el mismo día que recibí tu ultima carta- dijo algo extrañado, lo recordaba bien pero no quería admitir lo que estaba pensando.- ¿Tu crees que tal vez fue Ginny quien intervino y no dejo que las cartas sean enviadas?-
-No lo se Harry, ella se enojo mucho cuando tu la dejaste, pero el verdadero motivo de su enojo era que yo no le hubiese confiado mis sentimientos por ti...- y al ver la cara de asombro de Harry agregó, como explicándole para que comprenda -No te preocupes que ya solucionamos nuestras diferencias-
Harry se alegró de escuchar eso, y lentamente se acerco a la chica, que estaba apoyada en contra de la pared, la tomo por la cintura y se besaron, dulcemente y con pasión, hacia mucho que ambos estaban esperando ese momento.
Creyendo que Ron estaría dormido, entró en el cuarto haciendo el menor ruido posible, se cambió rápidamente y se metió en la cama.
-¿No piensas contarme nada?- la voz de Ron sobresaltó a Harry.
-Ron, no sabia que estabas despierto... Claro que te lo contare. Herms es maravillosa, en realidad si escribió todos los días pero nunca recibí sus cartas ni ella las mías, creemos que pudo ser tu hermana quien interrumpió nuestra correspondencia, pero no podemos culparla si no estamos seguros... Hace un momento cuando entre, venía a buscar las cartas para mostrarle que no le mentía...- dijo es susurros, porque escucho pasos en las escaleras.
-Y...-
-¿Y que?-
-¿Qué mas pasó? Estuviste mas de una hora con ella, a solas, y yo aquí...- dijo Ron poniendo especial énfasis cuando pronuncio "a solas".
-Nada, simplemente recuperamos un poco del tiempo perdido... estamos de novios- la ultima frase la dijo con mucha emoción y alegría.
-Te felicito amigo, me alegro, ya era hora, siete años es mucho tiempo.
Se despidieron y durmieron placidamente. Mientras tanto en la habitación de las chicas, Hermione le contaba todo a Ginny, salvo la parte en que ambos coincidían en que ella era quien había interrumpido la correspondencia.
-Harry es lo mejor que pudo pasarme en toda mi vida, es tan dulce...-
-Herms perdona que te lo diga, pero ya lo sé, y quiero saber que paso en las escaleras.- dijo la colorada cordialmente.
-Es que tanto él como yo estábamos ofendidos porque no recibimos las cartas, parece que alguien no quería que nos escribiéramos, o quería que nos peleáramos por eso, pero no fue así, en lugar de eso, Harry y yo... estamos... ¡¡estamos de novios!!- le contó resumiendo el tiempo que habían estado en las escaleras. Pero se percato de que cuando ella contaba lo de las cartas la colorada le dio la espalda para que no vea una sonrisa, un poco maliciosa tal ves, pero no lo logró.- Ginny estoy cansada, ¿te molesta si me duermo?-
-Para nada...-
Hermione se cambio y se acostó.
-Que descanses Ginny.-
-Igual tu Herms.-
Esa mañana las chicas fueron las primeras en despertar, por cierto muy alegres, rieron, se contaron lo que había pasado en sus respectivos colegios, y Ginny le pidió ver como le quedaba el uniforme de Beauxbatons.
-Las mujeres tenemos dos uniformes- dijo sacándolos de su baúl y poniéndolos sobre su cama.
-Póntelos, quiero verte!- dijo Ginny imaginando a su amiga dentro de cada uno.
Y al verla con el primero no pudo contenerse
-¡¡Es hermoso!! ¡¡Te ves preciosa!! Espera que mama te vea así y enloquecerá...-
En ese momento Harry ya no pudo seguir durmiendo, entre los gritos de Ginny, y el grito de Molly, a quien acababan de despertar, pidiendo silencio ya no podía conciliar el sueño ¿Qué seria lo que a la castaña le quedaba tan lindo? Se preguntaba, pero no se animó a ir a ver porque también estaría Ginny y eso lo incomodaba un poco aún.
Hermione se puso el otro uniforme, que según Ginny también le quedaba lindo, como tenían hambre se propusieron ir a la cocina pero con la obligación de usar el mas lindo uniforme para que todos puedan apreciar lo bien que le quedaba. Con vergüenza Hermione bajó junto a Ginny y prepararon café. Misteriosamente Ginny subió al baño y no volvió a bajar hasta que Molly estuvo en la cocina, tal vez porque al pasar frente a la habitación de los chicos escuchó a Harry tratando de despertar a Ron, sin lograrlo, y pensó que éste también bajaría a la cocina.
Cuando Harry entró se sorprendió mucho de encontrar sola a Herms, esperaba encontrar a la colorada también. Se acerco en silencio ella estaba de espaldas a la puerta, observando el jardín por la ventana. El no podía creer lo hermosa que lucia con esa ropa, que marcaba a la perfección las curvas de la muchacha, acentuando su cintura, por donde la tomó Harry, entonces la castaña se dio cuanta de que no era Ginny quien acababa de entrar.
-Buenos días, ¿cómo descanso mi castaña favorita, a la que tanto amo?- le dijo muy bajito al oído para luego darle un pequeño beso en el cuello.
-Buen día- se limitó a decir, giró para quedar de frente a Harry y respondió a su pregunta con un beso en la comisura de los labios. Harry la besó, pero la chica lo frenó.
-¿Que pasa?-
-Es que cualquiera de los Weasley puede entrar y no quiero que nos vean... es que me incomoda un poco.
-No pareció incomodarte ayer en King's Cross- dijo en tono juguetón.
Pero se separaron al escuchar que la puerta se abría. Era la señora Weasley.
-Buen día cariños, ¿cómo durmieron?-
-Fantástico- dijo Harry-
-Buen día señora Weasley. Necesito pedirle disculpas por lo de ayer...
-¿Por que Hermione?-
-Por lo de la estación de trenes con Harry, le prometo que no volverá a pasar, fue solo un impulso...-
-No te preocupes querida, no es nada de otro mundo, yo hubiese hecho lo mismo si a tu edad hubiese estado tanto tiempo sin ver a Arthur... lo único que les digo es que queda prohibido hacer cosas raras dentro de mi casa.- dijo comprensiva primero, con firmeza después.
-No lo dude, sabe que nunca le faltaría el respeto porque usted es como una madre para mi.- dijo Harry sumamente avergonzado.
-De acuerdo, ahora ¿que quieren desayunar?-
A medida que iban despertando, la señora Weasley les iba preparando un rico desayuno. Era ya la tarde cuando le pidieron permiso a los padres de Ron para ir a visitar a Luna, que vivía al otro lado de la colina cercana a La Madriguera.
-Esta bien, esta bien... pero estarán aquí entes de que anochezca, y no se metan en líos.- dijo finalmente Molly, después de que sus hijos, Herms y Harry le suplicaran que les dé permiso. Es que ella no podía evitarlo, eran sus pequeños y no podía permitir que nada les sucediera, aunque ya casi todos eran mayores.
Fuera de los terrenos de La Madriguera, mediante aparición conjunta llegaron a las afueras de los terrenos de la casa de Luna, ella estaba sentada en las escaleras de la puerta de su casa, distraída cuando Ron, Harry, Herms y Ginny llegaron, se saludaron muy contentos de verse nuevamente, sobre todo con Ron.
-No los invito a pasar porque estoy esperando a alguien mas.- dijo con aire despreocupado, lo que a su novio no le causo mucha gracia.
-¿A quien?- pregunto un poco enojado.
-Espera y veras... ooo allí esta- dijo y todos voltearon para ver a Neville que venia caminando, se había aparecido unos metros mas lejos.
El joven saludo alegremente, y le dio un beso a Ginny, quien se sonrojo, es que en muy pocas ocasiones se había besado delante de su hermano.
-Ahora que estamos todos vamos a caminar, hay unos lugares hermosos por aquí.- Y a medida que caminaban en dirección de un arroyo, conversaban, reían y hacían planes a futuro. Neville se cansó rápidamente y se sentó con Ginny, quien pidió que siguieran camino sin ellos, en realidad quería estar a solas con el. Los cuatro jóvenes siguieron caminando sin parar de hablar un minuto, y cuando perdieron de vista a Ginny y Neville, Luna paró de caminar.
-No les molestaría caminar sin nosotros ¿verdad?- dijo mirándolos de manera extraña, tal vez un poco avergonzada...- Es que tengo algo que hablar con Ron.- termino la frase un poco mas segura.
-Para nada Luna, nosotros también debemos hablar, ¿Cierto Harry?- dijo Hermione de manera extraña a lo que Harry asintió con la cabeza. Siguieron caminando.
-Por fin estamos solos...- dijo el joven. Su novia hizo silencio unos pasos, una vez ya alejados del resto se sentó a la sombra de un gran árbol. Harry sin dudarlo la imitó, se acercó a ella.
-Herms te...-dijo acariciándole el rostro. Pero ella lo interrumpió con un beso.
-No hables, hoy las palabras sobran, todo lo que tengas para decir exprésalo sin hablar... te amo demasiado.- dijo entre susurros. Nuevamente se besaron. Se besaron con ternura, pasión, dulzura. Se besaron como si fuese la ultima vez. Mientras se besaban Harry acariciaba su pelo, su espalda, su cintura, la abrazaba, ya no sabia como expresarle lo que sentía. Mientras se besaban ella acariciaba su espalda y su cabello. Harry se recostó y ella se acurrucó en su pecho, nada podía estar mejor, estaban tomados de la mano y ella escuchaba los latidos acelerados del corazón de Harry, y también su respiración.
-Harry te amo, te amo mucho.-
-Yo te amo también.- dijo, y sacó de su bolsillo la varita para escribir sus nombres dentro de un corazón en el aire y al lado un te amo.
-Creo que deberíamos regresar, dentro de poco comenzara a oscurecer, pero antes quisiera decirte algo, es que me gustaría que mis padres te conozcan... tal vez en una cena sencilla, sabes que en casa son muggles así que no será algo demasiado grande, y tampoco somos muchos, sabes que tanto mi madre como mi padre son hijos únicos, y mis abuelos viven muy lejos de aquí y no saben que soy una hechicera, así que no podrán conocerte si no lo planeamos bien...- había soltado todo eso sin pensarlo, es que se ponía un poco nerviosa al tocar ese tema, del cual en realidad no habían hablado aún.
-Herms yo en realidad no pensaba que eso sucediera tan pronto, pero estaría encantado- en realidad le aterraba la idea.
-Sabia que no tendrías inconvenientes.- le contestó muy sonriente.
-Volvamos a la casa de Ron, vamos a buscar al resto.- dijo para cambiar de tema. Aunque no sirvió mucho ya que ella habló casi todo el camino de eso, de lo genial que seria la familia reunida, y se calló solo cuando encontraron a los chicos sentados en el frente de la casa de Luna, ya los estaban esperando.
Pasó una semana desde que habían llegado a La Madriguera, cuando en un momento en el que se encontraban solos volvieron a tocar el tema de la presentación familiar.
-Les he escrito a mis padres contándoles lo que hablamos sobre que se conozcan, y hoy recibí la respuesta, dijeron que en una semana nos esperan en casa...-dijo mirándolo fijo, estaba nerviosa por la reacción, una semana era demasiado pronto.
-De acuerdo, fantástico.-dijo Harry tratando de pensar que dirían los padres de ella al verlos a los dos juntos.
-Me pone tan feliz que aceptes, pensé que dirías que es demasiado pronto, o algo así, pero no, has aceptado con gusto.
-Sabes que no puedo negarme a tus pedidos, que nunca le diría que no a algo que propongas tu.
-Espera a que el resto se entere y se pondrán felices.- dijo y sin mas salió apresuradamente hacia el lado del dormitorio de Ginny.
Hermione no tuvo mejor idea que contar la fantástica noticia en la cena, para no tener que repetirlo, mientras ella hablaba Harry sentía calor en su rostro, que aumento cuando todos los felicitaron como si hubiesen anunciado que iban a casarse. Casarse. Harry nunca había pensado en eso, no concretamente en el momento en que se lo propusiera, y en el momento en que la vería entrando del brazo de su padre, tal vez porque no admitía de quien estaba enamorado cuando estaba con Ginny, pero ahora, ahora que estaba con Herms, que le había entregado su corazón por completo, y que ella cuidaba a la perfección, sabía que esos momentos serían los mejores de su vida.
Esa semana en la que Ron no paraba de hacer comentarios sobre como serian los padres de Hermione, Harry estuvo muy nervioso, y el tiempo se le paso rapidísimo, mientras que la chica no veía las horas del encuentro. Se despidieron de la familia Weasley.
-Vamos, vamos, dense prisa que el traslador se ira sin ustedes.- dijo Molly.
Y lo ultimo que pudo apreciarse fue una sonrisa nerviosa, otra ansiosa, y un montón de sonrisas expectantes. Harry tenia en su mano izquierda el baúl con sus cosas, de su mano derecha sostenía la mano temblorosa de Herms, quien a su vez con su mano libre sostenía el baúl con todo, todo lo que una chica puede necesitar. Y con sus manos entrelazadas tomaron el traslador.
Cuando pisaron suelo firme y se aclaro el torbellino de colores, los chicos se encontraban en el jardín trasero de una casa frente a una pareja que los observaban fijamente.
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4-Una familia de verdad

La pareja los observaba con asombro, pero aun así se notaba la felicidad en sus rostros.
Hermione tenia los ojos de su padre y la sonrisa de su madre. La joven simplemente corrió a abrazar a su madre, Harry no sabia que hacer, iba a quedarse parado y en silencio.
-Harry Potter... así que tu eres el famoso Harry Potter... mucho gusto, soy John -dijo el padre estrechándole firmemente la mano y luego abrazándolo.
-Encantado de conocerlo...- dijo Harry tratando de disimular su sorpresa, hasta los padres de su novia lo conocían de esa manera, pero ¿sería que su hija les había contado sobre sus enfrentamientos con Voldemort? ¿ o sería que ella no paraba de hablar de el?
-Harry te presento a mama...- se limito a decir ella con las mejillas sonrosadas.
-Mucho gusto, me alegra que por fin pueda conocerlos señora...-
-Ana, llámame Ana, ahora somos familia, algún día íbamos a conocerte en persona...- dijo amorosamente, con un tono tan maternal como el de Molly. Fue entonces cuando Harry comprendió que los Granger confiaban en el, y que no seria tan terrible conocer a los padres de su novia, al fin y al cabo, como había dicho Ana, eran familia, y el lamentaba muchísimo que ni Lily, ni James, estuvieran ahí para conocerlos también, ni para presentarles a Herms, pero sabia que estarían muy felices de su relación con la joven y del trato que comenzaba con sus suegros.
-Vamos adentro porque necesitan guardar todas esas cosas que traen ahí- volvió a hablar Ana. Y entró en una pequeña cocina, bastante acogedora para pasar al comedor y conducido por John subió unas escaleras que daban a un pasillo con cinco puertas, Harry supuso que una seria la habitación de los señores Granger, otra la de Herms, otra seria el baño, y por ultimo alguna de las dos habitaciones restantes seria donde pasaría sus noches durante la estadía en esa casa. Así John lo llevo hasta la habitación mas alejada de las escaleras y lo dejo allí, solo para que acomodara sus cosas.
En la cocina las mujeres conversaban entretenidamente pero en vos baja.
-¿Y? ¿Qué opinas?- dijo entre risas nerviosas la menor.
-Es mucho mas apuesto de cerca, y parece estar mucho mas lindo ahora que la ultima ves en King's Cross, además parece un muchacho educado y respetuoso. Y el respeto es la demostración de que le importas, de lo contrario no seria así.- dijo Ana justo cuando su marido entraba en la cocina.
-Queridas ya ubiqué a Harry en su cuarto y lo deje un momento allí para que acomode sus cosas, todo lo que traía en el baúl, mientras tanto podemos empezar a preparar la cena, Herms ayuda a tu madre con la sala, el comedor, yo me encargo de la comida...
-Pero papa...tu nunca cocinas...- dijo su hija sorprendida.
-¿Como que no cocino nunca? ¿Crees que no se cocinar? Pregúntale a tu madre como cocino...- dijo muy alegre y las corrió con el motivo de que necesitaba estar solo para que no descubran sus secretos.
-¿Papa cocina bien? Mejor dicho ¿cocina?- pregunto Hermione sin salir de su asombro a su madre una vez en la sala, mientras que arreglaban los últimos detalles, ponían la vajilla, y todo eso.
-Por supuesto que cocina, y de maravillas, espera a probar un plato suyo...
-Es que yo nunca lo vi ni supe que cocinaba...
-Eso es culpa mía hija, yo acostumbré a tu padre a que quien cocina en casa seria yo... es una atención, ya veras que tu harás lo mismo con Harry...
-Si no cocino yo, podría morir de hambre o por una intoxicación, Harry nunca fue bueno en las tareas del hogar, pero para eso falta mucho...-
Ya estaba todo listo, pero ninguno de los dos hombres aparecía aun, así que mientras Ana encendía la televisión, su hija subió a cambiarse de ropa.
Una vez arriba no pudo contenerse y entró a la habitación de Harry. Entró silenciosamente y mas callada se quedo cuando vio la espalda desnuda del joven. Se acerco, lo abrazo y comenzó a besar su espalda. El se dio vuelta y acaricio su cabello, se retiro unos paso.
-Recuerda que estamos en tu casa, y que aquí están tus padres, será mejor que me dejes solo para que me cambie...-
-De acuerdo, iré a cambiarme yo también, así me pongo linda para ti.-dijo dando una vuelta, y cuando estaba a punto de abrir la puerta para irse giró. - Te amo -
-Sabes que te ves divina siempre, no hace falta que te estés cambiando de ropa para eso, te amo, y te amo sin importar lo que vistas.-
Hermione no lograba decidir que conjunto ponerse, por eso los tendió en el aire con su varita y llamó a su novio. Cuando Harry entró al cuarto, este olía a Herms, y tenía un toque muy especial, varias fotografías de Harry, recortadas del periódico, pegadas en la pared.
-Harry no se que ponerme...- dijo un poco horrorizada.
-Ya te lo dije, sin importar lo que te pongas serás la mujer mas preciosa del universo...
-Pero ¿con cual te gustaría verme?-
-No lo se... creo que ambos te quedarían hermosos...- la verdad era que el primero le fascinaba.
-No eres de gran ayuda... baja y ve con mis padres... luego voy.-
Harry no quería bajar sin su novia, ¿Qué haría solo con sus suegros? No tenía la respuesta. Así que decidió esperar a la castaña en el pasillo. Cuando por fin, luego de media hora mas o menos, salió de su habitación, el joven estaba maravillado, Hermione sabia qué ponerse para que el se enamore cada segundo un poco mas de ella, si eso era posible aun.
-Herms te ves maravillosa...-dijo y la beso con ternura, coloco sus manos en la cintura de la joven, lo único que deseaba era estar con ella.
-Vamos ya...- lo interrumpió.
Bajaron las escaleras tomados de la mano. La cena estaba deliciosa, y los padres de ella eran geniales, después de casi tres horas de comer y conversar, eso se parecía mucho a una familia, trataban a Harry con tanto cariño como a su hija, eran tan buenos como los Weasley. La sobremesa se extendió bastante, y Harry no pudo dejar de mirar a su novia en toda la velada, estaba tan linda.
-Bueno, Harry, debes hacer de cuenta que esta casa es tuya también, ubica tus cosas donde gustes, siempre y cuando mantengan el orden y la limpieza, puedes hacer aquí lo que desees, además te pediré solo una cosa... respeto, mucho respeto por Hermione y por nosotros, no olviden que también somos parte de la familia y vivimos aquí...Nos pone feliz que vivas con nosotros.- dijo John, Harry que se había sonrojado cuando su suegro pidió respeto, se ahogó con un trago de jugo que tomaba cuando el señor Granger pronuncio sus ultimas palabras ¿Vivir con ellos? Eso era una locura...
-Perdónenme pero solo estaré unos días aquí...
-¿Cómo es eso? Y ¿a dónde vivirás hasta que consigas trabajo?- pregunto un tanto confusa Ana.
-Volveré a lo de los Weasley.- Al decir eso noto la mirada entristecida de John, ya se había ilusionado con que serian una familia unida.
-No, tu no puedes volver allí, son demasiados y ya se han encargado de ti varios veranos, por favor, quédate aquí... así podremos conocernos mucho mas.- replico Ana. -Estoy segura de que a ella le encantaría que viviéramos todos juntos.- comento refiriéndose a su hija. -¿Verdad?
-Claro que si... estaría encantada.- respondió, sintiéndose tan incomoda como Harry debido a la propuesta. ¿Vivir juntos? Nunca se imaginó conviviendo con el tan pronto.
-De acuerdo, pero solo hasta que consiga una casa propia y un empleo, no quisiera ser...- no sabia que termino emplear, tal vez seria abusador, insolente, mantenido por sus suegros, no sabia que decir y decidió dejarlo en suspenso.
-Cuanto me alegro... brindemos, brindemos por el amor, por una buena convivencia y por la familia...- se apresuro a decir John.
Por más de que los primeros días fueron perfectos, Harry no logro conseguir dormir bien, la idea de saber que su novia dormía en la habitación de al lado le provocaba sensaciones extrañas. Pero se acostumbro pronto, y muy al poco tiempo consiguió una casa en donde vivir, solo o con Herms, todavía no le había comentado la idea. En realidad hacia ya casi un mes que la había conseguido, pero cada vez que iba a ver la casa, se quedaba horas allí sentado o dando vueltas por el jardín con una sola idea que no lo dejaba en paz, y si bien era fantástica lo aterraba, no sabia como decirle a Hermione, que quería casarse con ella. En verdad eso seria lo mejor que podría pasarle, pero que pasaría si ella le dijera que no, tal vez por la edad, aun eran jóvenes, o talvez porque ninguno de los dos trabajaba, entonces ese día se le ocurrió algo genial, comentarle la idea a Luna y Ron, ellos podrían ayudarlo. Mandó un Patronus para que le avise a ambos que se reuniría con ellos en la orilla del arroyo que estaba cerca de la casa de Luna, frente a ese árbol que daba frutos extraños, en media hora, así los tres se reunieron allí, Harry dejo que la conversación fluya y se extienda lo mas posible.
-Bueno Harry ¿Cuál es el motivo de nuestra reunión?- pregunto despreocupada Luna.
-Es que solo quería verlos sin Hermione, quería preguntarles algo... ¿Q-que opinan con respecto al casamiento?- dijo.
-Yo creo que cualquiera puede casarse...-dijo Ron, quien no había comprendido lo que Harry quiso decir.
-Yo no creo que sea así, casarse es un paso muy importante el la vida de las personas, y para eso uno debe estar seguro de que realmente ama a la otra persona. Casarse implica vivir juntos, y no es lo mismo verse todos los días, que verse durante todo el día, por el resto de tu vida con la misma persona, además mantener una casa y un matrimonio no es fácil, para eso se necesita trabajar, para ganar dinero y asumir los gastos. Y casarse también implica un gasto muy grande, ya que las bodas no son nada económicas. Y todo eso sin imaginar que dos personas que se casan y viven juntas en algún momento tendrán hijos.- dijo Luna muy segura y mas realista que nunca.
-¿De donde sacas todas esas ideas fantásticas?- preguntó asombrado su novio.
-No son ideas fantásticas, es deducción, simplemente use mi inteligencia, digna de una Ravenclaw. Y todo lo que dije fue sin contar el rol que debe cumplir cada uno, para la mujer es muy importante el momento en que se le propone matrimonio, somos románticas, soñadoras y a veces un poco tontas en ese sentido, ya que imaginamos el momento perfecto, y casi nunca es así... una vez casados el hombre trabaja, y la mujer debe hacerse cargo de la casa, o a veces trabajar medio tiempo si los ingresos no son suficientes, no es algo sencillo el hecho de casarse...- concluyó, y todo eso lo dijo porque últimamente tenia la capacidad de leer los mensajes indirectos, como en este caso había hecho Harry.
-Yo creo que Luna tiene razón absolutamente en todo, nunca había pensado en eso, y si quieres un buen ejemplo mira a mamá y a papá.-
-De acuerdo, gracias por todo, nos vemos pronto. Luna has sido de gran ayuda, de verdad te lo agradezco.- dijo Harry y luego desapareció.
La conversación, mejor dicho lo que había dicho la rubia era muy real.
Esa noche los Granger irían a ver un espectáculo al teatro, luego a cenar y Harry supuso que volverían tarde, por eso sabia que si no aprovechaba la oportunidad esa noche no lo haría hasta dentro de mucho tiempo, conversar con sus amigos le había dado valor, era el incentivo que le hacia falta.
Esperó a que el auto de los Granger se alejara para decirle algo a su novia.
-Herms ¿confías en mi verdad?-
-Claro que confío en ti, mira si no... ¿Por qué me lo preguntas? Deberías darlo por seguro. - dijo dulcemente.
-De acuerdo es que solo te pediré un favor, pero no debes hacer nada que no te diga porque tengo una sorpresa para darte y podría arruinarla-
-Harry eso no es necesario, preparare algo de comer y eso será suficiente...
-Herms iremos a comer afuera, así que sube a tu cuarto y ponte algo muy lindo, pero no salgas hasta que te lo pida, porque...
-Esta bien, me pondré hermosa para ti... cuando ya pueda salir de mi habitación simplemente llama...- dijo obedientemente, y se retiro. Le encantaba la idea de recibir una sorpresa.
Cuando Harry supo que ella ya estaba en su cuarto cambiándose, se apareció en la casa que había visto para vivir con Hermione y usando unos hechizos decoró el jardín y preparó una cena para dos a pesar de tener problemas para hacer aparecer la comida, en solo unos minutos estuvo todo listo y volvió a la casa de los Granger a buscar a su novia, quién no estaba lista aun, así que la espero casi unos diez minutos mas. Esos minutos le dieron tiempo de cambiarse, se puso una remera negra, con una camisa blanca arriba y un saco, unos jeans y un par de zapatillas, se acomodo, o mejor dicho, despeino el cabello, que estaba tan rebelde como de costumbre, y salió a llamar a la castaña nuevamente, cuando salió de la habitación simplemente la tomo de una mano rápidamente y se aparecieron el jardín arreglado, una vez allí pudo prestar atención a la ropa que ella llevaba puesta, estaba mas hermosa que en todas las ocasiones anteriores. Llevaba un vestido violeta, hasta la cintura era liso, con escote recto, sin tiras ni mangas, y la parte de la falda era bastante amplia, y larga hasta los tobillos, el los pies llevaba unas sandalias plateadas, que hacían juego con la gargantilla, y llevaba el pelo suelto. Ella estaba totalmente asombrada, el lugar estaba maravilloso, un parque con árboles inmensos rodeaba una casa, cuyas ventanas brillaban a causa de la luz interior, una pequeña mesa, un candelabro, y un ramo de rosas rojas al lado de uno de los platos.
-Harry todo es muy bello, pero ¿estas seguro de que en la casa no hay nadie?- dijo observándolo todo.
-Hoy no te preocupes, solo relájate, y disfrutemos de la cena.- tomo el ramo de rosas y se lo entrego.-Esto es para ti.- dijo, luego le corrió la silla para que se siente.
Comenzaron a cenar, los acompañaban los sonidos de la noche, las estrellas brillaban mas que nunca, y una vez mas había luna llena. En un momento, cuando ya habían terminado de comer, entre risas y besos, se quedaron callados y la chica le hizo una pregunta que Harry no esperaba.
-¿Y los dueños de la casa?-
-Bueno, en realidad el dueño de la casa... se encuentra aquí-
-¿Cómo es eso?-
-Vamos a dar una vuelta por la casa, y mientras te cuento algo te contesto ¿quieres?-
-Solo si el dueño de la casa no nos ve...- dijo y se levanto junto con Harry, para dirigirse hacia una puerta, entraron a la cocina, pasaron por el comedor y el living.
-¿Te gusta?- preguntó Harry.
-Si, es hermosa, muy amplia, pero...
-No digas nada mas, te seguiré mostrando la casa.- dijo y subió por unas escaleras. En el segundo piso había un baño, y cuatro habitaciones. La mas grande tenia un balcón que daba al jardín en donde estaban hace unos momentos, las otras tres eran un poco mas pequeñas, pero sin embargo toda la casa estaba muy bien iluminada y era sumamente confortable.
-¿Qué tienes para decirme? ¿Te agrada?- pregunto un poco nervioso Harry.
-Es una casa muy linda pero me llama la atención que no este amueblada, tal vez este abandonada, pero es imposible, porque tu me dijiste que el dueño estaba aquí, por cierto no lo he visto ¿Dónde se encuentra?- le respondió.
-Si has visto al dueño, pero no te has dado cuenta que es el... te propongo un juego, búscalo, y si lo encuentras te diré algo.-comento divertido Harry.
-Olvida al dueño y dime ahora.- ella era muy impaciente.
-No te diré si no encuentras al dueño...
-¿Así que quieres jugar? Esta bien...- dijo y salió en busca de alguien. Busco por todos lados, en ambas plantas, en los dos baños, en cada habitación, y decidió salir a buscar al jardín, busco entre los árboles y nada. Harry la seguía a todos lados.
-Mira Harry si crees que es divertido hacerme recorrer la casa buscando a alguien que no esta aquí, estas equivocado- dijo un poco enojada. Y se dirigió a la mesa a sentarse.
-Herms ¿no te has dado cuenta? ¿Recuerdas que le prometí a tus padres que buscaría una casa en donde vivir? Bueno, esta me ha parecido perfecta, es justo lo que buscaba, y me encantaría que formáramos una familia aquí. ¿Quieres casarte conmigo?- dijo nervioso y muy emocionado, mientras se acercaba a ella, hacía aparecer un estuche de terciopelo, que en su interior contenía un anillo de plata con un diamante y se lo enseñaba.
-He soñado con este momento desde el día en que te conocí, y falta solo una cosa para que este momento sea perfecto...- Harry la miro sumamente desconcertado, ¿Seria que algo no le había gustado? A el le parecía que ese momento era perfecto - Si Harry. Quiero ser tu esposa...- dijo con lágrimas que se escapaban de sus ojos. El la beso y le coloco el anillo. Se quedaron solo un momento mas y regresaron a la casa a tiempo. Los padres de ella llegaron tan solo unos minutos después.
-Ana, John, ¿Qué tal les ha ido?- pregunto Harry, quien no cabía en si de la felicidad.
-Estupendo.- contesto feliz Ana.
Los chicos no dejaban de sonreír ni de moverse, y Hermione abría y cerraba la boca para contarles la noticia pero no se animaba.
-Ana, me parece que los chicos quieren decirnos algo, será mejor que dejemos nuestros abrigos y vallamos a la mesa a conversar un rato.
-Espérennos allí, enseguida vamos.- se apresuro a decir Ana, que ante el comentario de su marido se puso un poco tensa.
Hermione y Harry se dirigieron a la mesa y se sentaron uno al lado del otro, como nunca, porque ellos siempre se sentaban enfrentados. Llegaron los señores Granger y se sentaron frente a los chicos.
-Bueno parece que tienen algo que decirnos...-comento John.
-Es verdad papa, Harry y yo tenemos algo muy importante que contarles.- la madre se llevo una mano al pecho cuando su hija puso sus ojos sobre Harry, para que el les diera la noticia.
-Señora y señor Granger, Ana, John, su hija y yo... vamos... vamos a casarnos.- dijo finalmente. Sentía que la cara le ardía, estaba muy nervioso y al terminar de hablar ella estiro su mano sobre la mesa para que apreciaran su anillo.
-Es maravilloso...- dijo el padre. -Felicitaciones.- y se levanto para estrecharle la mano a Harry. Y luego de que su mujer soltara a su hija, la abrazo.
-Mi niña... tan pronto... ese anillo es precioso... te felicito.- dijo llorando de emoción y abrazándola. También abrazo a Harry.- Cuídala mucho...
Y con esa noticia se fueron a dormir. A la mañana siguiente no hicieron otra cosa que hablar de la boda. Sin importar que la casa de Ana y John no era demasiado grande, reunieron a los Weasley, Luna y Neville esa tarde y organizaron un lindo encuentro en el jardín, allí se conocieron y Harry y Hermione les comunicaron que se casarían.
-Mi niño, si apenas has terminado el colegio... felicitaciones a los dos- dijo Molly.
-Harry, Hermione nos sorprenden... mis felicitaciones de corazón.- comento Arthur.
El resto de los Weasley los felicitaron, Luna dejo escapar un grito de asombro acompañado por un "¡lo sabia!", Neville estaba atónito, simplemente se acerco a darles un beso, y Ron, bueno el no salía de su asombro, y no lograba articular una sola frase coherente, solo decía cosas como maravilloso, no puede ser, increíble, mi mejor amigo, ella, boda, y cosas por el estilo, pero cuando Ginny le dio un buen zamarreo se dio cuenta de que había hecho el ridículo y que todos se reían de el, así que se acerco y los abrazo, felicitándolos.
Faltaban solo quince días para el cumpleaños de Harry, quien estaba exhausto entre los preparativos de su boda, el amueblado de su casa, y los tramites en el Ministerio de la Magia, estaba por entrar en el departamento de Auror. Ya tenían la lista de invitados, la casa lista para ir a vivir, al vestido le faltaban los últimos detalles, John seria el padrino y Molly la madrina, Luna y Ginny serian las damas de honor, pero no sabían el lugar, no querían hacerlo en La Madriguera para no molestar a los Weasley, aunque Molly insistía, estaba repasando todo eso junto a su futura esposa, cuando se le ocurrió una idea fantástica, se levantó y le escribió una carta a la profesora McGonagall, quien le contestó que lo vería a las cinco el Las Tres Escobas, y así fue como se encontró con la directora de Hogwarts, y luego de comentarle lo de la boda, con lo cual se emociono, le pidió si podía celebrarla en los terrenos del colegio.
-Mira Potter, no se que tienes, pero me resulta imposible negarte ese pedido después de lo que has hecho por todos nosotros. Y me alegro muchísimo de que seas feliz con la señorita Granger, así que dime cuando será la boda así le aviso al resto de los profesores.
-No sabe cuanto le agradezco que me haga ese favor, la boda será el sábado 16 de Agosto, pero quisiera saber si usted puede hacer algo para que los padres de Hermione puedan estar presentes...
-Potter sabes que puedo lograr eso y mucho mas, y por la carpa y la comida no te preocupes, será el regalo de todos los miembros de Hogwarts para tu boda.
Y así se despidió y regreso, cuando le contó la noticia a Herms, se puso tan feliz. Los padres también estaban contentos, por fin podrían conocer el colegio al que había asistido su hija y del que tanto les había hablado, aunque les daba un poco de miedo presenciar una boda de semejante magnitud, rodeados de magos.

 

 

 

 

 

 

5-Si, quiero

Llego el día de la boda. Era un día soleado, cálido, muy espléndido. Hermione se preparaba en el aula mas cercana a la entrada del colegio, desde allí había una larga alfombra roja que llegaba hasta los asientos, todo estaba adornado en flores blancas y plateadas, y estaban todos sentados esperando el momento en que Hermione saliera para dirigirse al altar. Estaban todos los profesores de Hogwarts, la familia Weasley, Neville con su abuela, el padre de Luna, todos los compañeros que habían pertenecido al ED, algunos con sus parejas, otros en parejas, y los padrinos.
Hermione estaba con Luna y Ginny acomodando los últimos detalles, y su padre la observaba sentado desde un rincón. Su hija había crecido demasiado rápido, y el no estaba listo para eso, toda su vida se la estaba entregando al muchacho de ojos verdes, toda... y se veía mas preciosa que nunca, el no podría haberle brindado una boda de semejante magnitud, pero allí estaban, en la boda de su única hija, lo mas preciado de John. El motivo de su lucha constante lucia tan radiante como su madre el día que se casaron. Se lo estaba entregando todo, pero no sentía ninguna tristeza, sino que estaba tan emocionado y feliz porque sabia que serian felices, algo se lo confirmaba ese día.

Ya estaba todo listo.

Luna y Ginny salieron primero. Caminaron al ritmo de un hermoso vals por la alfombra roja anunciando la llegada de la novia vestidas de plateado, tirando pétalos de rosas blancas. Al llegar se ubicaron y desde la puerta de Hogwarts apareció Hermione del brazo de John. Justo en ese momento comenzó a sonar una preciosa canción, que había elegido ella. Ella se parecía tanto a un ángel, con el pelo semi recogido, con una diadema de plata y un tocado delicadísimo. Su vestido, blanco y plateado, cuya falda era muy amplia, acampanada, con una gran enagua por debajo, y una gran cola, en la parte del torso estaba bordado por completo, con mangas caídas. Los labios color rosa lucían una sonrisa radiante y sus ojos pintados delicadamente también en tonos blancos y plateados, dejaban escapar unas lagrimas de felicidad a medida que se acercaba mas y mas.
Harry estaba muy feliz, su novia, su futura esposa no podía haber estado mas linda, y al verla llorar de felicidad, a el también se le escaparon unas lagrimas. Ese era el momento con el que ambos habían soñado toda su vida y era perfecto, estaban todos sus seres queridos, y ellos dos se convertirían en marido y mujer.
Fue una ceremonia típica, en la que se colocaron los anillos y se besaron al final. Luego de eso los bancos y el altar de hicieron a un lado dejando lugar a pequeñas mesas rodeadas de sillas, y mesitas ratonas en el centro de grandes sillones. Así la pareja bailó el vals y cuando lo terminaron, comenzó el baile, bailaron muchísimo, tanto que a mas de uno le dolían los pies, entonces decidieron hacer la ceremonia del ramo, Hermione se coloco de espaldas a las chicas solteras, y a pesar de estar de novios, como ninguna se había casado, hasta Ginny y Luna se acercaron.
-A la una... a las dos... y... a...las...¡tres!- contó Herms y soltó el ramo. Escuchó el griterío de las muchachas, ya que se dice que quien recibe el ramo será la próxima en casare, y cuando puedo ver quien lo tenia observo que dos manos lo sostenían, pero eran dos manos diferentes, una de Luna, la otra de Ginny...
La boda duro hasta el atardecer, y todos coincidían que había estado fantástica, ya era la hora de irse a su casa, estarían por fin estrenando su casa, y para seguir con las tradiciones muggles llegaron en una hermoso auto antiguo.
Harry se encontraba en la puerta de entrada con su esposa cargada en brazos, abrió la puerta y entró con el pie derecho y ella en brazos. No podía creerlo, SU casa, SU mujer... solo suyos y ahora nada ni nadie podía quitárselos. Pasó por la sala de estar, amueblada con las cosas que habían comprado juntos pero habían sido elegidos por ella, que tenia un muy buen gusto. Sin soltarla subió por la escalera, nervioso, eufórico, se dirigía a la habitación matrimonial.

Entró. La dejo muy suavemente sobre la cama y comenzó a besarla.

Ella sentía el cuerpo de Harry sobre el suyo, sentía su respiración y se dio cuanta de lo nervioso que estaba. Harry había colocado una de sus piernas entre las dos de la muchacha... la acariciaba, le besaba el cuello como nunca antes, esta vez sentía que era totalmente diferente a las anteriores, era su luna de miel y estaban solos, pero ¿y ahora...? el jamás había estado en esa situación. No sabia bien que hacer, por donde comenzar. Ella tampoco sabia que debía hacer, y estaba sintiendo cosas extrañas en todo su cuerpo. Había imaginado ese momento, ese tan especial, en que solo confiaría en Harry, y al estar ahí no supo como actuar.
-Harry yo... espera...-
-Discúlpame, no quiero que te sientas....- nuevamente no sabia que termino usar- No se que debo hacer, discúlpame.- dijo incomodo por la situación, mas nervioso que antes.
-Es muy difícil para mi este momento, y lo único que se es que debemos dejarnos llevar por nuestros corazones... lo que se hace con al alma, y con amor nunca falla...- lo beso y puso sus manos debajo de la camisa de Harry, le acaricio la espalda provocando una sensación que Harry no conocía aun.
El simplemente decidió hacerle caso y dejarse llevar, le desprendió el corsé, casi sin pensarlo estaban allí desnudos, por primera vez, y juntos.

Ella podía sentir los latidos de su corazón, tan acelerados, sentía cosquilleos en la panza y vibraciones en todo su cuerpo. Su respiración estaba agitada. Podía sentir como las manos de Harry la recorrían, con suavidad, con cuidado, bajando lentamente. Ya no quería dejar de sentirlo. Sus labios unidos en un beso, un beso tan inocente como el primero y tan pasional como el ultimo. Luego los ojos verdes la miraban, la observaban, la amaban con cada mirada.
Harry ya no podía parar. Era algo que no podía manejar, su cuerpo actuaba solo. Sus manos sentían la suavidad de la piel de Hermione, se deslizaban como si conocieran cada rincón de su cuerpo a la perfección y se detenían por momentos para luego comenzar de nuevo. Su corazón y su respiración iban al mismo ritmo, igual que la chica, cada vez mas agitados. Y entonces se acerco a su boca y le dio un beso tan inocente como el primero y tan pasional como el ultimo. Se quedaba sin aire, se separó y recorrió su cuerpo con la mirada, amándola hasta con sus ojos.
No había nada mas maravilloso que sentir la piel de Hermione.
No había nada mas maravilloso que sentir la piel de Harry.
Entre besos, caricias, nervios, y sensaciones, muchas sensaciones, juntos descubrieron cosas nuevas, descubrieron que así podían ser uno, fusionarse física y corporalmente. Descubrieron que se conocían a la perfección y que estaban hechos el uno para el otro, pero por sobre todo descubrieron la manera de amarse. Y de hacerlo en todos los sentidos, con el alma y el cuerpo, y con la mente, pero por sobre todas las cosas, con muchísimo amor.

Al otro día Harry se levanto con cuidado de no despertarla, fue hasta la cocina y le preparo un gran y delicioso desayuno americano, colocó algunas rosas blancas plateadas en la bandeja. Ya en la habitación despertó a Herms con pequeños besitos en la frente. Cuando ella abrió los ojos, se asombro mucho, siempre se despertaba antes que el, pero esta vez tenia sueño, y se sentía rara, se tapo con las sabanas y con una sonrisa agradeció la comida que le había llevado de desayuno.

 

 

 

6-Un jueves 16 de abril

Su vida era perfecta, absolutamente maravillosa, se llevaban muy bien. Harry comenzó a trabajar, se convirtió en el nuevo, pero el mejor auror del ministerio, y a pesar de que algunos comentaban que lo hacia por el complejo de héroe, el prefería llamarlo y considerarlo como "su deber". En realidad eso era lo que disfrutaba hacer, además de pasar mucho tiempo con su mujer, el sentía que lo mejor que podía hacer era proteger a las personas. Fue eso lo que lo llevo a elegir esa profesión hacia ya un par de años. El trabajo no era mucho ni difícil.

Hermione pasaba mucho tiempo sola porque sus dos mejores amigas estaban cursando su ultimo año en el colegio y no las vería hasta las vacaciones de verano. Ron había empezado a trabajar con Gerorge en el callejón Diagon en Sortilegios Weasley, y estaban ganando mucho dinero, así que optó por pasar tiempo con Molly, y con sus padres, y escribirse cartas con el resto, y a pesar de que veía a Ron algunas veces, lo extrañaba.
Hacia ya dos meses que la joven sentía algunos mareos, y otros síntomas que había comentado con su madre y también con la madre de Ron, quienes le habían casi confirmado sus sospechas. No sabia como decírselo a Harry, ya no podía dejar pasar mas tiempo sin contarle. Entonces opto por decorar la casa con guirnaldas, y preparar una cena como había hecho el para pedirle matrimonio, pero sería en el comedor, y colgar un gran cartel en la sala de estar.
Ese día Harry se tardo mas de lo debido en llegar a casa, pero al hacerlo se encontró con un gran cartel que decía simplemente FELICIDADES MAMA Y PAPA. Ante eso Harry pensó que seria el aniversario de Ana y John.
-Mía, ya estoy aquí...- la joven no respondió el saludo, lo que inquieto a Harry.-Mía... Herms...- dijo camino al comedor.- Aquí estas-
Se saludaron, y fue en ese momento en que Harry se percato de que había una cena para dos.
-¿A que se debe esta cena, esta decoración? Esta todo muy lindo...- dijo desconcertado.
-¿Leíste el cartel que puse en el living?-
-Si pero...- comenzaba a sospecha algo.
-Harry la familia se agrando... ahora seremos tres... vamos a ser padres.-
-No puedo creerlo, es hermosa la noticia que me das...-dijo abrazándola muy fuerte.
Cenaron mas felices que nunca y hablando sobre que nombres le pondrían si seria nena o varón, y quienes serian los padrinos.
-Imagínate la cara de tus padres, de Ron, de todos cuando se enteren.
-No podrán creerlo... sabes que nombres me gustan, Allyson, Serena, Priscilla, Mía... o si no puede ser- no se animaba a decirlo por miedo a abrir una vieja herida en el corazón de Harry- Sirius o Albus... creo que nuestro bebe si es varón debería llevar un nombre de hombres tan dignos como ellos.
-Puede ser. Yo pienso que podría ser Ángeles, Mary Jane, Brittany, Sophie o tal vez Justin, Matt o Andrew.
Y el tiempo no se detuvo, y la sanadora de San Mungo que atendía a Hermione, Violett, les había comunicado que seria una niña, así que cada uno dio su opinión respecto al nombre, a Ron le gustaba Stephanie, a Neville le gustaba Gabrielle, Ginny dijo que seria fantástico que se llame Melanie, Arthur y Molly querían que la llamaran Valerie, como se hubiese llamado la segunda hija mujer que nunca tuvieron, y con una idea similar, los padres de Hermione deseaban que se llame Juliet, como la hermana que nunca tuvo. Pero ella ya había elegido un nombre, y no quería decírselo a su esposo hasta que ella hubiese nacido. Era una sorpresa para el.
Ese año pasaron una navidad tranquila, juntos, pidiendo como único deseo que la familia que formaba no sea destruida jamás, se emocionaron, frente al árbol de navidad antes de abrir sus regalos, almorzaron en la casa de los Weasley y cenaron en la casa de los Granger, y el año nuevo decidieron pasarlo juntos los tres, el, ella y su niña.

* * *

Mientras los meses transcurrían la panza crecía y Harry tenia trabajos mas complicados, y se sentía un poco raro, es que no se imaginaba ser padre a tan temprana edad, y tampoco se había imaginado que estaría tan feliz de saberlo, tanto que hacia ya casi 9 meses que no se le borraba la sonrisa del rostro.
Esa mañana Harry se levanto muy temprano, preparo un desayuno mientras Hermione se bañaba y bajaba a la cocina. Desayunaron tranquilamente, la panza había crecido mucho y faltaba solo una semana para el nacimiento, Harry se ponía cada día mas nervioso, y Hermione cada día mas sensible y tranquila. Era una mañana de abril nublada y llovería en cualquier momento. Pero aun así era una mañana preciosa. Eso comentaban mientras tomaban su desayuno. Harry se despidió cuando por fin llego Molly, porque últimamente su mujer no quería estar sola y se marcho al Ministerio.
Llego allí y comenzó su trabajo, y alrededor de las diez de la mañana recibió un mensaje que le enviaba Molly, estaba con su mujer en San Mungo porque estaba a punto por ser papá y debía avisarle al resto de la familia. Sin dudarlo ni un minuto le hizo caso a las instrucciones de Molly. Una vez allí, en la sala de espera estaba tan nervioso, nunca se había sentido así, su amigo Ron estaba con el y trataba de contenerlo. Pasaron unas horas y no pasaba nada, un rato mas y nada, quince minutos que parecieron una eternidad y por fin salió Violett, sonriente.
-El parto ha salido bien, su esposa y su hija están saludables, puede pasar a verlas en la habitación 502.
El alivio que sintió Harry era enorme, y los Weasley, todos allí presentes estaban felicitándolo. No tardo ni si quiera un minuto en reaccionar y se dirigió como un rayo hacia la habitación. Allí estaban los dos amores de su vida. Ambas estaban durmiendo, así que Harry levanto con muchísimo cuidado a Serena Sophie Potter, tan pequeña, tan frágil, tan bella, tan dulce, con miedo de lastimarla ya que nunca había alzado un bebe. Herms lo observaba, se había despertado.
-Sophie el es tu papá... Harry no temas de tenerla en tus brazos.-
-Herms, es tan pequeña, es hermosa, es... - no tenía palabras para describir a su hija. la pequeña había abierto los ojos en el momento justo en que a Harry se le escapaba una lágrima, producto de una mezcla de emoción y un poco de miedo.
-Mira bebe, papa se emociono...-
-No es eso Herms, bueno tal vez si, pero no se si seré un buen padre, tengo miedo de no serlo...-
-Cállate, nada de eso ahora, juntos decidimos seguir adelante y ahora debemos cuidarla lo mejor posible, estoy segura de que serás el mejor padre de todo el mundo, además al decir eso pones en duda nuestro amor, porque si no fuera porque nos amamos ella no estaría aquí. Tenemos como ejemplo a mis padres, y Molly y Arthur, quienes criaron unos hijos maravillosos, mira a Ron, Ginny, Charly, Percy, los gemelos...-
-Es que yo no he tenido a mis padres, ellos no me criaron a pesar de que me salvaron la vida, y sabes bien que tuve que aprender a vivir solo...-
-Solo no, no al menos hasta que entraste a Hogwarts, allí conociste amigos, personas que aun estamos contigo, y seguro que Sirius, Lupin, Dumbledore, Hagrid, todos ellos te querían como a un hijo, y hasta Snape te protegió de muchos peligros por el amor que sentía por tu madre... Harry hace mucho tiempo ya que no estas solo, hace mucho que camino el mismo camino contigo y yo te ayudare en tu tarea de padre, y tu me ayudaras a mi, también es mi primera hija por si ya te olvidaste; prometimos estar juntos hasta que la muerte nos separe, juntos tu y yo, y nuestros hijos y nietos, seremos, somos una familia... Harry te amo y serás un buen padre, confió en ti, te lo aseguro.
-Herms eres maravillosa, por eso te amo, porque eres capaz de darme fuerzas cuando no las tengo, y de apoyarme en todo momento, confías en mi como nadie...prometo no volver a comportarme así y ser el mejor padre en lo posible. Discúlpame.-
La niña los observaba con los ojos grandes, atenta y sonriente. Harry se la dio a Hermione para que pueda tenerla en sus brazos, y así la contemplaron unos minutos hasta que entro Violett.
-¡Pero que lindo es ver a la familia junta! ¿Cómo se llama la niña?- dijo con demasiada dulzura.
-Lily Sophie Potter.- Se apresuro a contestar la madre.
-Pero...- Harry no comprendía.
-Gracias, vamos a anotarla.- contesto Violett y se retiro.
-Pensé que te gustaría que nuestra hija se llame como la mujer mas valiente y con mas amor que puedo existir en el mundo, como su abuela, pero si no quieres será Serena, como habíamos acordado. Creí que seria bueno darte esta sorpresa.-
-No, es fantástica la sorpresa, me encanta que hayas pensado en eso, pero yo creí que no querrías que se llame así, pero si estas de acuerdo, estoy muy feliz.- Harry estaba muy emocionado, su esposa era fantástica, no podía haber elegido una persona mejor que ella para que lo acompañara por el resto de su vida.
De a poco comenzaron a entrar en la habitación a conocer a Lily, y todos coincidían en que parecía tener los ojos de Harry, y sonreía todo el tiempo al ver gente a su alrededor.
Harry había hablado en el Ministerio y había conseguido un mes de vacaciones para poder estar con Lily y Hermione. Al salir del sanatorio y llegar a su casa, la niña dormiría con ellos los primeros meses. No fue fácil aprender a tratar a la niña, pero con la ayuda de los demás aprendieron como cuidarla entre los dos.

Recién a los tres meses se definió su color de ojos, verdes, como los de Harry, como los de su abuela, y su cabello, en un principio negro cambiaba de color. Harry trabajaba y cuando estaba en la casa cuidaba de ella para que Herms pueda hacer las cosas a medias con magia, a medias como los muggles, como a ella le gustaba, y salían los tres a hacer las compras e iban al parque a pasear. A veces discutían un poco, pero nunca fueron peleas grandes.
Lily crecía rápido, comenzó a comer, hablar y a caminar, era una niña sana, seguía siendo tan simpática como en el sanatorio. Pero nadie se imaginaba que tendría dos hermanos varones, Albus y James, con quienes se llevaría de maravilla, ni que a los 11 años de edad, al ver una foto de su abuela paterna, decidiría tener el cabello del mismo color, rojo intenso, por el resto de su vida. Y sobre todo, no sabían que ella se enamoraría de su mejor amigo, aquel chico alto, de cabello castaño oscuro enrulado y ojos marrones, con quien se casaría mucho tiempo después, gracias a la ayuda de su padre, que, para su cumpleaños numero 16, le daría el mejor regalo de su vida, una gran lección, contándole la historia de cómo conoció a su madre en el expreso de Hogwarts, y de cómo se expresaron su amor en la sala multipropósito en séptimo.

FIN

 

 

Carta a mi amor, promesas cumplidas. - Fanfics de Harry Potter

Carta a mi amor, promesas cumplidas. - Fanfics de Harry Potter

1-Despedida en la sala multipropósito.El había sido su amor a primera vista, desde el día que lo vio lo amo, aunque le costo mucho aceptarlo, y lo oculto, n

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2023-02-27

 

Carta a mi amor, promesas cumplidas. - Fanfics de Harry Potter
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