Como si no lo supieras... - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Desperté una vez más pejsando en ti, tal como todas las mañanas de este último tiempo. No recuerdo cómo ni cuándo, tampoco porqué, pero si recuerdo que hace algunos meses atrás me di cuenta de que te quería más de lo que debía. Es sorprendente verme hacer o sentir lo que no se debe, pero sí, aquí estoy, queriéndote más que nunca, deseándote como jamás imaginé que lo haría.
Ya nada es igual en esta vida desde que descubrí mi amor por ti, tal vez por fuera soy la misma de siempre, pero por dentro
Harry, por dentro me muero por ti. No existe día en mi vida en el que no haya pensado en tus bellos ojos verdes, no hay momento alguno en el que no haya sentido felicidad por estar a tu lado, si, a tu lado soy feliz. Siento que ya eres parte de mi diario vivir, formas parte de mi ser y de ninguna manera dejaré de quererte, no porque no lo quiera, al contrario, porque me es imposible. He intentado millones de formas para olvidarte, pero mi esfuerzo siempre ha sido en va.o. Mi amor por ti quema, ahoga, envenena e incluso mataría si fuese necesario.
Estoy secura de que nadie más que yo sabe de este profundo sentimiento que llevo dentro, tal vez Ron lo sospeche pero no lo sabrá jamás. Al parecer se me está comenzando a notar pues cada vez que te observo, Ron me mira de reojo como queriendo preguntarme qué me pasa contigo. Es eso lo que debe pasar, si, se me nota, pues una persona como él nunca podría saber qué sucede si nadie se lo dice.
Muchas veces me pregunto por qué ie sucede esto, pero me doy cuenta de que simplemente el destino o quién sabe quien eligió esto para mí, no sé que tuve que haber hecho para merecer vivir en este vacío inmenso que me consume cada vez más rápido, sólo sé que te amo.
Ahora es cuando puedo percatarme de los grandes momentos que me has hecho pasar, de todas las alegrías que me has dado sin que yo te lo haya agradecido. Pienso, que con este puro y gran amor que ahora arde en mi interior te podré devolver todas las cosas buenas que algún día me diste, y borrar las malas que sé, serán difíciles de olvidar.
Nunca olvidaré la vez que me dijiste lo que sucedía con Ginny, jamás olvidaré ese horrible dolor que sentí en ese momento. Tuve que fingir, sí, fingí estar bien y sonreí forzadamente para hacerte creer que todo estaba perfecto, es en estos momentos, en los que me doy cuenta del gran error que cometí al no haberte confesado mi amor, pero no me sentía capaz aquella vez y tampoco en la actualidad.
Sé que tú, muy en el fondo, tienes conocimiento de todo lo que te quiero y sufro por ti cada minuto en mi vida, que cada uno de mis suspiros es un te amo, que todo lo que digo y hago es por ti, que ya nada me importa más que tú y tus bellos ojos, que cada segundo lejos de ti es un suplicio eterno para mi alma, que te necesito aquí a mi lado, necesito tu aroma y tu amor, tu vida y tu dolor. Te quiero, lo repito.
Deseo tanto poder rozar mis labios con los tuyos, quizás he tenido la oportunidad, pero nunca lo necesité tanto como ahora y justo ahora lo más posibles es que me lo niegues.
Siempre tendrás un lugar en mi corazón y me encantaría poder escucharte decirme lo mismo, pero ya no puedo hacer más, no puedo obligarte a decirme lo que sientes, pues sé que algo sientes por mí, no es amor y eso lo tengo claro, pero cada vez que miras en mi ojos puedes descifrar lo que te digo y yo descifro que algo tienes ahí dentro, algo en tu corazón que lleva mi nombre.
Intento convencerme de que ya no hay más, se nos acaba el tiempo juntos, y recordarlo me duele más que verte con tu novia. Ya ni siquiera pasamos tiempos juntos, ella me ha arrebatado todos los minutos en los que solía contar de tu compañía.
Tal vez sólo deba conformarme con una de tus dulces miradas y de una vez por todas dedicar todo mi tiempo a olvidarte, pero me aterra la simple idea de imaginar que nunca más podré verte, quizás te veré más de alguna vez, pero nada será igual. Quizás para ese entonces yo te haya olvidado, cosa que dudo, pero creo que lo mejor es comenzar a pensar cómo decirte lo mucho que te quiero.






Apenas amanecía y Hermione abrió sus ojos lenta pero ansiosamente y se puso de pie en un salto, se escabulló en silencio de la habitación y se dirigió hasta la Sala Común. Permaneció sentada en el mismo sillón de siempre por varios minutos con estómago totalmente revuelto.
Escuchó la puerta de los dormitorios de los chicos abrirse, se estremeció por completo. Sintió unos lentos e inseguros pasos que bajaban por las escaleras, su mente quedó en blanco. Harry apareció ante sus ojos para ofrecerle una tierna sonrisa, ella temblaba.
El muchacho se acercó pausadamente, tomó asiento a su lado y ella seguía en blanco, con la mirada fija en el suelo.

-¿Cómo estás?- preguntó luego de un rato, algo preocupado y posó su mano en la acalorada mejilla de la chica.

-Bien
- contestó ésta, cortante y nerviosa, su voz temblaba.

-¿Segura?, yo no te noto muy bien- deslizó su mano su rosada mejilla.

-Eeeh
no es momento para hablar de eso- se sentó bien y tomó la mano que tenía en su mejilla. Comenzó a acariciarla y eso le dio algo de valor para continuar- te pedí que vinieras pues quiero decirte
algo
muy importante
pa...para mí.

-Entonces, te escucho-el chico sonrió y se cruzó de brazos arrebatándole su mano a Hermione de entre las suyas.

-Lo
lo que sucede
es
es
que
¡Ay!, ¡Harry!... ¡esto no es fácil!- sus ojos se nublaron de lágrimas y se levanté del sillón para ponerse a contemplar la madera que yacía en la chimenea.

-Me imagino que no lo es, pero ya comenzaste, así que termina
- se acomodó y su rostro se tornó de tierno a una seriedad total.

-Eeehh
yo
hace algún tiempo
bastante, para ser más franca
me di cuenta de
de que yo
siento por ti algo
algo más que
un cariño de amigos- miró de reojo a Harry, él abrió levemente la boca en signo de impresión- es
es un sentimiento muy fuerte
muy especial y que me hace muy feliz, es algo que no nunca me había pasado y jamás imaginé que me sucedería esto contigo. Muchas veces intenté decírtelo, y también traté de olvidarte
pero nada de eso me fue posible
-cada vez le era más fácil hablar- es algo tan fuerte pero tan lindo a la vez, es algo tan
inexplicable pero que me hace tan bien. Cada vez que te veo me convierto en la chica más feliz del planeta y mi corazón late tan fuerte que pareciera querer explotar
-suspiró y llenándose de valor volteó para mirar al joven fijamente a los ojos- Harry yo te amo
- Él se quedó mirándola estupefacto- Y me gustaría que me respondieras con la mayor sinceridad posible y si crees que me dolerá, sólo dilo porque créeme que ya he sufrido bastante- se sintió satisfecha de haber dicho lo que sentía necesario y tomó asiento en el mismo sillón inicial, a un lado de Harry.

-Yo
yo no sé que decir, Hermione, esto es tan sorpresivo e inesperado- se acomodó para quedar de frente a la muchacha- yo te quiero, pero no más allá de la amistad
quizás alguna vez si y tal vez aun quede algo de eso en mi, pero han pasado tantas cosas desde entonces que ya no sé qué siento, y tú sabes
Ginny- suspiró pesadamente y se puso de pie.

-Esto
esto es para ti- ella lo imitó y aunque aun temblaba, le entregó un pergamino doblado en cuatro, era su carta, la había escrito recién el día anterior y con tanto esmero que no sería capaz de guardársela, menos de botarla.

-Gracias
- dijo él en un susurro y esbozó media sonrisa, luego de un momento se acercó a ella y la abrazó con fuerzas.

Hermione no pudo contenerse más y explotó en llanto, sabía que quizás ésta sería la última vez en la que podría disfrutar de un abrazo suyo, y aunque trataba de hacerlo no podía dejar de sentir pena, era obvio
la persona a la que más había querido se iba para siempre de su vida y tal vez volvería a verlo pero ya nada sería lo mismo, desde hoy todo iba a cambiar. Ella deseó con todas sus fuerzas detener el tiempo y poder complacerse un poco más con su compañía, con su calor, su aroma
lo iba a extrañar tanto.
Después del abrazo no hubo más palabras. Harry le quitó con suavidad las lágrimas del rostro y le besó la mejilla con cariño, le tomó la mano y la apretó como si no
quisiera soltarla jamás, pero lo hizo, la soltó y sin más, dio media vuelta y se marchó.






Hoy sé que no me queda más que recordar los buenos momentos vividos junto a ti y debo confesar que, a pesar de todo, fue uno de mis días más felices. Estar a tu lado me hizo feliz y no ver a Ginny me ayudó bastante.
Saber que tú también me quieres es algo que me viene bien a estas alturas, pero el Sentir por ti mil veces más de lo que tú por mi, me trae a la realidad. El ver en tus ojos lo mucho que me quieres no me basta, necesito oírlo, necesito oírte decirlo, gritarlo y susurrármelo al oído.
Gracias, de verdad gracias por existir y por hacerme tan feliz. Lo mucho que sufrí, ya lo superé y sé que aprenderé a vivir sin ti.
Son tantas las cosas que me hubiese gustado hacer contigo, pero me tranquiliza el haberte dicho todo lo que tuve guardado aquí dentro por tanto tiempo, quizás esos meses no resulten ser demasiado como lo hago ver, pero para mí fuero tal como una eternidad.
Siempre estará en mi mente el momento en el que te confesé lo mucho que te quiero, aunque tu respuesta no haya sido la que siempre esperé, supongo que me dejé de llevar por mis fantasías y confieso que ese golpe contra la realidad dolió.
Luego de haberte visto marchar, mi corazón sufrió miles de grietas, yo quise correr y alcanzarte, pero algo me lo impidió y me quedé ahí parada, llorando.
Pasaron las horas y me quedé encerrada en el dormitorio, hasta que llegó el momento de despedirse. Traté de arreglarme para no lucir tan afectada y salí a la Sala Común con la maleta que estaba lista hace ya varios días, entonces te vi y me estremecí por completo, estabas de la mano con Ginny, no sabes cuan incómoda fue la situación, pero fingí estar bien, como siempre.
Te observé atentamente, llevabas mi carta en tu mano y Ginny se percató de eso también, la vi modular un ¿qué es eso?, tú le respondiste nerviosamente con un nada y desesperado arrugaste el papel y lo lanzaste junto a la madera de la chimenea, que ardía en llamas. En ese instante sentí que mi corazón también se quemaba, lenta y dolorosamente

Me acerqué de una vez para terminar con todo y cínicamente me despedí de Ginny, y tú, tú me miraste con deseos de decirme algo, pero sólo sonreíste con nerviosismo y me dijiste adiós de una manera tan fría y lejana
como si no lo supieras.

 

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2024-10-10

 

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