Un chico alto, de cabello oscuro y ojos avellana, se encontraba en una curiosa sala atestada de muchos objetos, desde libros y joyas, hasta artefactos muggles, y unos cuantos artículos de broma pasados de moda.
Buscaba un buen lugar para esconder una fotografía donde se vislumbraba a un hombre muy parecido al chico, una niña de cabello oscuro y ondulado, con ojos avellana; una señora de cabello rizado claro y ojos verdes, y al lado de su padre, se econtraba él. Estaba completamente gastada y atrás de la fotografía se leía: "Familia Rosier: Lucas, padre; Luke, hijo; Eleanor, madre y Emilee, hija.
Al fin encontró un buen lugar. Era un baúl de madera desgastado y pequeño. Lo abrió y vislumbró una cajita verde de terciopelo, la abrió y se encontró un medallón de oro, perfectamente cuidado, y con dos serpientes entrelazadas. Lo tomó entre sus manos, y al fondo de la pequeña cajita estaba una nota que rezaba: "Sólo el legítimo heredero será el Señor del Más Allá. Si eres digno de tomar posesión, reinarás la tierra, de lo contrario a cenizas serás reducido. Para llegar al pedestal, tienes que invocar su fuerza".
Fascinado por su nuevo hallazgo, dejó el libro en el baúl y lo cerró. Salió precipitadamente de la sala, y al salir, la puerta se desvaneció quedando una simple pared de ladrillo.
Corrió por los pasillos del castillo hasta llegar al vestíbulo y salir por las puertas principales hacia los jardines. Con paso apresurado se acercó a una pareja, al parecer más jóvenes que él.
Emilee se dirigió a la chica.
¿Y ahora que, Luke? preguntó con fastidio.
Mira lo que encontré emocionado, le mostró el medallón.
¿Que tiene de especial?
Es de Slytherin. De Salazar Slytherin. ¿Qué no lo ves? Vamos a la Sala Común a investigar más.
La chica se encogió de hombros y se volteó hacia su novio, le dio un beso y le dijo:
Lo siento, Brian. Pero creo que mi hermanito me mantendrá ocupada este Halloween.
Está bien, cariño.
Nos puedes acompañar, si quieres dijo Luke a regañadientes bajo la mirada asesina de su hermana menor.
De acuerdo respondió Brian encogiéndose de hombros.
Los tres caminaron de vuelta al interior del castillo. Tomaron un pasillo que llevaba a las mazmorras, donde se encontraba la Sala Común de Slytherin. Ya dentro se encontraron con la sala completamente vacía, a excepción de un gato que paseaba enfrente de la chimenea.
¿Y qué piensas investigar? ¿Qué es lo que sabes de ese medallón? preguntó Emilee, muy poco dispuesta a ayudar.
Dice que el heredero será el Señor del Más Allá respondió en voz baja.
¿Del Más Allá? preguntó Brian confundido ¿Y eso que significa?
Podría ser el Cielo o el Infierno aventuró Luke.
Pues si de eso se trata, no me gustaría saber más sentenció Emilee al tiempo que se levantaba.
No seas miedosa, hermanita. Hay que aprovechar que hoy es Halloween.
No me interesa que día sea hoy. Además, solo quiero ir al Comedor a cenar. Todos nuestros compañeros están ahí
No seas tonta, mejor hay que invocar la fuerza, para ir al pedestal le interrumpió.
¿De qué demonios hablas?
Si, aquí dice, "Para llegar al pedestal, tienes que invocar su fuerza".
Y según tú, ¿cómo piensas invocar esa fuerza?
Vamos a ver musitó más para sí mismo. Espíritus del Más Allá, yo invoco la fuerza de Salazar Slytherin, para probar que soy el Heredero.
Una ráfaga de viento, tan potente como el de un huracán, se abalanzó sobre ellos, arrastrándolos al abismo que se había formado ahí mismo en la oscura Sala Común. Se oyeron los gritos de los tres chicos, y en menos de tres segundos habían caído a un duro suelo. Con dificultad, se levantaron y miraron alrededor.
¿Dónde estamos? preguntó Emilee con voz temblorosa.
No lo sé respondió su hermano, con un dejo que denotaba miedo.
A pesar de que el lugar se miraba tétrico y macabro, se sentía un calor bochornoso, que pronto les comenzó a incomodar.
¿Se puede saber qué demonios hiciste? le espetó Brian a Luke.
Yo no hice nada se defendió a gritos, sólo recité aquellas palabras. Pero eso no era un hechizo, te lo puedo asegurar.
Ambos se quedaron mirándose con rabia, cuando Emilee gritó con fuerza a unos metros de ellos. Se dieron la vuelta y miraron a la chica cerca de una montaña que al parecer, era de piedras grandes. El primero en moverse fue Brian, que corrió casi al instante.
¿Qué pasa? ¿Estás bien? preguntó con preocupación, al tiempo que la estrechaba con fuerza entre sus brazos.
¿Son cráneos, los que están ahí?
El chico miró hacia el lugar que le señalaba su novia, y efectivamente, lo que se apilaba y hace unos segundos había pensado que eran grandes piedras, eran en realidad viejos cráneos humanos.
Quiero irme a Hogwarts chilló Emilee.
Pero si apenas llegamos aquí replicó Luke. Yo quiero encontrar el pedestal. Estoy seguro que soy el heredero.
Estás totalmente loco, tenemos que salir de aquí ya.
Con decisión, Emilee se soltó con dulzura del abrazo de Brian. Y se encaminó hacia donde estaban cuando recién llegaron.
Tiene que haber una salida musitó.
No creo que la haya dijo Luke en tono pesimista.
Ya basta, ¿sí? suplicó la chica en tono desesperado Hay que separarnos, y tratar de encontrar una salida. Curiosidades y tops de internet
Y sin decir una palabra más, todos se separaron. El lugar parecía una cueva de un tamaño increíblemente grande. El suelo era de tierra, y se podía vislumbrar un par de huecos que al parecer dejaban entrar una luz muy tenue. Tenía muchos recodos y paredes entremedio, parecía un laberinto con ellos en el centro.
Brian se fue hacia el lado este, por un camino recto. Emilee se fue hacia el sur, por la primera vuelta. Y Luke tomó un camino también recto que a los pocos metros viraba a la izquierda.
Ahora que estaban separados, se sentían aun más inseguros y sus pulsos se aceleraban con cada paso que daban. Con la luz de sus respectivas varitas, se guiaban por el inmenso laberinto en el que se encontraban atrapados.
Cada vez que volteaban a cualquier lado, daban un respingo al ver su sombra en la pared o el suelo. El calor ahí dentro ahora se hacía cada vez más bochornoso, y su frente se encontraba bañada en sudor.
Emilee, que sentía que llevaba eternidades caminando, por fin vislumbró una salida, e inmediatamente llamó a los chicos.
Luke. Brian. Por aquí, ya encontré una salida gritó la chica lo más fuerte que sus pulmones le permitían.
Después de esperar varios minutos, el primero en aparecer fue Brian, e inmediatamente se les unió Luke. Se encontraban a sólo unos metros de la salida, y podían ver una luz. Pero ahora, se sentía el ambiente aun más caliente.
Se acercaron sigilosamente, Emilee iba en medio, y enfrente de ella estaba Luke, detrás de la chica estaba su novio tomándole la mano con fuerza.
Cuando apenas habían puesto un pie fuera del laberinto, dieron unos pasos hacia atrás precipitadamente. A unos pocos metros, llamas de fuego ardientes y gigantes, se encontraban quemando todo el lugar. Luke inmediatamente miró un camino por el cual no había fuego.
Por ahí indicó con el dedo.
Los tres adolescentes se precipitaron hacia el camino. Pero otra llamarada de fuego les obstruyó el paso, y cuando le iban a sacar la vuelta, un cadáver con cuencas vacías en los ojos, la piel al rojo vivo y ardiendo en llamas, apareció de la nada frente a ellos.
Emilee soltó un grito desgarrador, y los otros sólo miraron asustados. El cadáver se lanzó contra la chica, pero Brian reaccionó al instante y gritó:
Desmaius.
El cadáver cayó con fuerza al suelo, y todos corrieron hacia la salida. Primero iba Emilee, después Brian y al final Luke. Pero antes de salir, otro cadáver se apareció detrás de ellos y jaló del brazo a Luke. Desesperado y con el pulso latiendo alocadamente, intentaba zafarse. Pero algo inesperado pasó, cuando apenas iba a lanzarle un maleficio al cadáver, se quedó petrificado.
Luke, ¿qué esperas? gritó su hermana desesperada.
El chico había mirado en aquellos rasgos una cara muy familiar. En las cuencas vacías, recordaba haber visto unos bellos ojos verdes. Y de hecho, aun se podían vislumbrar, sólo que muy dentro. El recuerdo se le vino a la mente.
Emilee, es mamá dijo en un susurro.
Luke, mamá murió, ella ya no está aquí. Eso es un inferi. Vamos, tenemos que irnos de aquí le apuró la chica, pero Luke seguía ahí parado.
El cadáver lo jalaba, y con la mano libre le señaló hacia el interior de las llamas, donde se elevaba un alto pedestal de piedra.
Mira, ahí está el pedestal. Mamá quiere que vaya, Emilee dijo con un entusiasmo muy repentino.
Mamá está muerta, y ella no querría que fueras ahí. Vámonos ya le dijo con lágrimas en los ojos.
Pero el chico no quiso hacer caso, y con paso decidido dejó que el cadáver lo guiara por entre las llamas.
¡No! gritaron Brian y Emilee al mismo tiempo.
Pero era bastante tarde. Luke ya había traspasado las llamas, y en el interior varios inferius lo ayudaron a alzarse hacia el pedestal.
¡Luke, regresa aquí! gritó la chica aun más desesperada.
Con una sonrisa triunfante, el chico se sentó en el asiento, y las llamas desaparecieron al instante. La salida estaba exactamente a espaldas de Emilee. Una voz fuerte y demoniaca resonó en la cueva.
Tú no eres el heredero. Ahora tendrás tu castigo.
Con una mirada suplicante, el chico volteó hacia su hermana. La chica, con lágrimas en los ojos, extendió un brazo hacia su hermano que se encontraba muy lejos. Y con un estruendo el chico comenzó a arder en fuego. Un fuego mucho más caliente que el que antes estaba por todos lados.
¡Luke! gritó, al tiempo que intentaba correr a ayudar a su hermano.
Brian inmediatamente la detuvo y la jaló hacia la salida.
¡No! Forcejeó la chica No, por favor.
Con un último forcejeo, la chica se rindió, se dejó arrastrar por los brazos de su novio, y cerró sus ojos con fuerza.
Con ímpetu, cayeron en el duro suelo de la Sala Común, aun vacía, donde en la chimenea ardía un fuego cálido.
Está muerto susurró la chica con voz apenas audible. Está muerto.
Desde que llegaron a la enfermería, y le explicaron al director su historia, pidieron que nadie lo supiera. Y así fue. El chico Luke Rosier ya no asistía a Hogwarts. Todos conocían la versión de que había muerto, pero siempre creyeron que había sido por un suicidio debido a la pérdida de su madre.
Aunque Emilee y Brian sabían la verdad: Ahora cumplía su condena en el infierno.
Condena en el Infierno - Fanfics de Harry Potter
Un chico alto, de cabello oscuro y ojos avellana, se encontraba en una curiosa sala atestada de muchos objetos, desde libros y joyas, hasta artefactos muggles,
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2024-10-27
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