A Hagrid no le gustaba la idea de que un pequeñito tan encantador e hijo de los grandes magos James y Lily Potter tuviera que quedarse a vivir en casa de muggles. Y menos le agradó cuando se enteró por el profesor Dumbledore que la Hermana de Lily, Petunia Dursley y su esposo eran lo más completos anti-magos que se pudieran encontrar.
Cuando dejaron al bebé en la canasta y Dumbledore colocó una carta sobre las mantas, Hagrid intencionalmente se quedó rezagado. Entro sigilosamente en la casa de Privet Drive número 4 dirigiéndose a la recámara principal; cuando abrió la puerta vio a la pareja que dormía profundamente y dijo unas palabras en voz baja apuntándoles con la punta de un paraguas rosa. Salió de la casa lo más en silencio que pudo y cuando cruzó el umbral volteo a mirar a el bebé que aún dormía entre las mantas y le sonrió.
Al subir en la motocicleta de Sirius se apretó más aun en su chaqueta por el viento que intempestivamente sopló - Ese Dedalus Diggle- pensó y se alejó sin darse cuenta de la carta que volaba alejándose más y más del lugar
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Eran las 8 de la mañana cuando Petunia Dursley salió a recoger los frascos de leche, aún no se arreglaba aunque eso era un poco inusual tomando en cuenta que ella era muy pulcra y lo que más le interesaba era la opinión de los vecinos.
Abrió la puerta con un gran bostezo que se quedó a medias cuando vio una canasta llena de mantas y un bebé entre ellas.
Su corazón dio un vuelco y recordó lo que el médico le había dicho cuando nació Dudley, que ya no podía tener más hijos. Vernon y ella lo aceptaron con resignación y por esa razón Dudley se convirtió en su tesoro aunque sabia perfectamente que lo estaba maleducando.
En esos momentos la resignación le pareció una tontería ¿Qué estabamos pensando si nosotros queríamos una gran familia? y entonces miró con el amor más maternal cuando el bebe levantaba sus manitas y se tallaba los ojos despejando un poco de cabello de su frente que dejó al descubierto una cicatriz en forma de rayo, la cual debía ser reciente ya que aún estaba roja; el bebé abrió sus ojos y a Petunia le sorprendió de sobremanera el ver esos preciosos ojos verdes de color esmeralda, como los de su madre. No sabía quien ni con qué intención había dejado aquel niño en su puerta ni cuales eran las causas de esa cruel herida pero lo agradeció. Ahora podía cuidar a ese niño y quererlo y ya nadie podría lastimarlo.
Tomó al niño entre sus brazos olvidándose de la leche y subió las escaleras
-Vernon mira, mira- decía con alegría
Vernon Dursley se levanto perezosamente, pero abrió los ojos cuan grandes eran al ver a Petunia de pie en la puerta con un niño en sus brazos, de por lo menos 1 año y de cabello negro azabache alborotado que sonrió al ver al extraño.
-¿Que significa eso Petunia?-pregunto asombrado
-Que acabamos de tener otro bebé-contesto Petunia sonriente-Es el destino que me envió este niño, yo siempre quise tener mellizos
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-No es justo mamá- se quejaba un chico sonrosado de aproximadamente 8 años- a mi siempre me regañan por el cabello largo y a Donovan no le dicen nada
-Dudley, tu me acompañas siempre a la peluquería y sabes que no se puede hacer nada con mi cabello, ¿Porqué mamá?-agregó el pequeño de cabello alborotado dirigiéndose a la mujer que estaba preparando el desayuno, detrás de la barra
-Ya te he dicho que no lo sé querido, pero así estás bien- contesto Petunia
-¿Y por que no tenemos la misma cicatriz?- continuo Dudley
-Las cicatrices no se heredan hijo-contesto Vernon- no querrás tener un accidente o algo así
-¿Yo tuve uno?- interrumpió Donovan esperanzado
-No, ya te dije que no-dijo tajante Vernon y se perdió de nuevo tras el periódico
Donovan decidió dejarlo por la paz porque ese miso tema ya lo habían tocado muchas veces y siempre con la misma respuesta.
Le atacaba la duda, porque tenía un mismo sueño en el cuál se veía una luz verde muy brillante e instintivamente lo asociaba a su cicatriz.
La primera vez que lo ataco ese sueño tenía 6 años y se despertó llorando y gritando alarmando a sus padres, que lo consolaron dejándolo dormir con ellos y al día siguiente los llevaron a la heladería. Tenía que admitir que 2 veces se puso de acuerdo con Dudley para hacer la treta del sueño y conseguir una ida al zoológico y una visita al museo.
Aparte de esas pequeñas travesuras no eran groseros ni berrinchudos o siquiera una pizca de maleducados. Todos lo vecinos de Privet Drive envidiaban a Vernon y Petunia Dursley por aquellos hermosos hijos que tenían.
Conforme crecían se notaban más las diferencias entre ellos; uno robusto, rubio y sonrosado y el otro delgado, moreno y de cabello negro. Pero eran los mejores hermanos y los cómplices perfectos.
Como cuando Dudley tiro la cáscara de banana por el vidrio del automóvil y Donovan asumió la culpa. O la vez que Dudley le pago, diciendo que el había pateado por accidente al molesto gato de la señora Figg siendo que eso había sido obra de Donovan.
Petunia y Vernon no tenían más que sentirse orgullosos de sus hijos, porque así como eran traviesos eran amables con la gente y ayudaban a cuanto los necesitara. Cada tarde de hecho pasaban por la señora Figg y la acompañaban a su hora del té, teniendo que soportar aquél olor a repollo. Y en la escuela eran tan aplicados que los 2 tenían menciones honoríficas.
En pocas palabras Eran una familia Feliz.
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Era un 22 de Junio como cualquiera, pero era el día del undécimo cumpleaños de los niños Dursley y se consideró como todo un evento en la avenida. Eran los chicos más populares de la escuela y todos querían acudir a la fiesta.
Llenos de regalos por doquier disfrutaban a lo grande esa pequeña reunión que con tanto cariño y esmero preparo Petunia.
-Mira, el ordenador nuevo que pedí-decía Donovan al desenvolver su regalo
-Igual que el mío-sonrió con complicidad Dudley-Y la bicicleta
-Mamá, es demasiado, gracias-volvía a intervenir Donovan
-Si, gracias papá-afirmó Dudley
Ambos corrieron a abrazar a sus padres, que no cabían de felicidad. El que ellos estuvieran sanos y salvos y que fueran unos niños felices era su mejor recompensa. Juntos habían decidido registrar a ambos niños con la misma fecha de nacimiento y así se celebraron los once cumpleaños ya sucedidos.
Los chicos se alejaron un poco de los demás niños y Dudley llamo a su hermano
-Don, ven un momento quieres- dijo-Tengo esto para ti, no es mucho pero sabía que lo querías-continuo mientras entregaba un póster del Manchester United a Donovan
-Dud, no tenías que hacerlo-Dijo Donovan emocionado- son tus ahorros
-Eh
eres mi hermano-se sonrojo Dudley
-Bueno, toma, yo te tengo esto-y sacó una cajita que entregó a su hermano
-Esto es carísimo-exclamó Dudley-es el juego que quería, gracias Don
Y se dieron un abrazo.
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Esa mañana había estado un poco más fría de lo normal, considerando que estaba en verano. Y precisamente era final del mes, el 31 de Julio. Y como era verano y aún estaban de vacaciones antes de ir al colegio, los chicos se levantaban tarde. Era aproximadamente mediodía cuando estaban jugando en la sala con sus ordenadores cuando tocaron a la puerta.
Nunca habían visto a sus padres así, Petunia no tenía color en la cara y Vernon parecía desorientado cuando entraron a la sala seguidos de un hombre alto, de barba y cabellos tan largos que le llegaban a la cintura y pidieron a Dudley que subiera a su cuarto. Donovan se disponía a seguirlo cuando Vernon lo detuvo y le dijo que el tenía que estar ahí, Los hermanos se dirigieron una mirada de desconcierto pero obedecieron.
Petunia, en su amor incondicional de madre reacciono instintivamente al ver esta mirada y menciono
-Sr. Dumbledore, ¿conoce a mis hijos Donovan y Dudley?
El plan de Dumbledore se desmoronó, algo falló en su camino y tenía estás terribles consecuencias. Ahora le pareció extraño no estar al pendiente del chico y de como iba su vida. Había pensado que con dejar todo fluir era suficiente y contaba con el rencor que Petunia Dursley alguna vez había sentido por su hermana Lily. Algo había pasado.
-La carta Petunia, lo decía todo, Harry tiene que saber-dijo con la sabiduría y entereza que pudo reunir
-¿Quien es Harry?- dijeron Dudley y Donovan al unísono
-Dudley, sube a tu cuarto-dijo Vernon
-¿Nos van a separar?- pregunto Donovan temiendo lo peor
-Necesitas saber, Harry-intervino Dumbledore
Y explico al niño todo lo que debía saber. Que era un mago en realidad llamado Harry Potter y que debía acudir a un colegio de magia y hechicería; y que a los que el consideraba sus padres eran en realidad sus tíos, que sus verdaderos padres habían muerto el día que llegó a casa de los Dursley.
Donovan no comprendió lo que ese extraño sujeto le mencionaba y sentía que estaba en una realidad alterna. Busco la mirada de sus padres, pero estas se encontraban nubladas por las lágrimas.
Dumbledore no pudo más, no podía arrebatarle a ese chico la vida que tan felizmente le habían construido. No sabía como había pasado, él era un gran mago pero esa cuestión se le había escapado y al fin de cuentas solo era un hombre jugando con la vida de un niño para salvar su propio mundo.
No pudo.
Saco su varita dirigiéndola a los 4 Dursley y dijo
-Obliviate-
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Era el décimo octavo cumpleaños de los chicos. Finalmente terminaban su preparación en el colegio y Petunia junto con Vernon les había hecho una recepción a sus 2 grandes tesoros, que como siempre estuvieron en la tabla de honor.
Por eso fueron de paseo al viejo pueblo de Ottery St Chatchpole a conocer un poco más la historia del pequeño lugar. Además era uno de los mejores días que se habían tenido en por lo menos 7 años y debían aprovecharlo.
Donovan Dursley se quedó un poco rezagado cuando miró un viejo edificio a lo lejos que parecía sostenido por arte de magia. Se acerco a la construcción tanto como pudo al deshacerse un rato de la compañía de sus padres y su hermano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca miro a través de la ventana a un grupo de personas, pelirrojas en su mayoría, que celebraban algo. Todos se veían radiantes; precisamente alcanzo a escuchar a un hombre negro alto de voz ronca cuando decía - Por Dumbledore, el mejor mago que ha existido y el único que nos liberó-
Y fue cuando la miró. Una muchacha de larga cabellera pelirroja salía por la verja de la entrada y se percató de la presencia del chico. Era extraordinariamente bella
Se acerco a él y le dijo:
-¿Puedes ver la casa?- que sonó más a exclamación que a cuestionamiento
-Claro, no estoy ciego- contesto Donovan mirando con extrañeza a la chica por la clase de pregunta que le acababa de formular
-¡Hola¡ Me llamo Ginevra
Ginny Weasley-reaccionó la joven
-Un placer, soy Donovan Dursley- se presento el muchacho y le tendió la mano
¿Conoces a Donovan Dursley? - Fanfics de Harry Potter
A Hagrid no le gustaba la idea de que un pequeñito tan encantador e hijo de los grandes magos James y Lily Potter tuviera que quedarse a vivir en casa de mugg
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2023-02-27
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