Conociendo el futuro. - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Bueno pues es un "los merodeadores conocen el futuro de Harry D:" espero que les guste!!

Conociendo el futuro. Una historia de lospadres de Harry Potter.

Capítulo 1.

Lily y James Potter disfrutabande una soleada tarde en su mansión. Era verano y estaban disfrutando una tardesolo para ellos, ya que su pequeño hijo estaba con Sirius Black. Ambos estabanen la gran biblioteca de la mansión cuando, de repente, llamas de un rojobrillante aparecieron en la chimenea. James se colocó de una manera protectorafrente a su esposa y alzó la varita. Se acercó un poco y vio una nota cuandolas llamas se esfumaron.

La tomó con desconfianza. - ¿Quédice, James? -preguntó Lily asustada. -Dice que durante el próximo mes, se nosvan a ser enviados capítulos de un libro y que recibiremos algunas visitas
pero no especifica de que, ni quiénes. Esto no me huele bien, amor.

 

Pasaron toda la tarde algopreocupados, sin embargo, James no había llamado a nadie de su escuadrón deaurores, algo le decía que no era necesario.

Antes de que anocheciera, lasllamas volvieron a nacer y se apagaron. James se acercó y tomó variospergaminos, uno que era una nota. Esto es algo secreto, ustedes conocerán loesencial de la historia, no pueden conocer muchos detalles, pues esto alteraríala historia y el equilibrio del mundo, pero tienen derecho a saberlo.

Lily miró a James con miedo,suplicando por alguna explicación, pero parecía que el necesitaba lo mismo,pues dijo: -Supongo que tendremos que leer para saber de qué trata esto.- Lilysolo asintió, así que se sentaron en un sofá para dos, James pasó su brazoalrededor de los hombros de Lily y ella se recostó en su pecho.

Harry Potter y las Reliquiasde la Muerte
Leyó James. Lily, alarmada, fijó su mirada en el título ymiró a su esposo, que la apretó un poquito para confortarla y continuó. Unamansión surgía de entre las sombras. En algún lugar del oscuro jardín, unafuente jugaba. La grava hacía ruido mientras Snape y Yaxley caminaban hacia lapuerta, que se abrió cuando se acercaron aunque pareciera que nadie lo habíahecho. James miró a Lily que tenía los ojos como platos. Snape había sidosu mejor amigo cuando eran niños, pero se había convertido en un mortífago yhacía mucho que habían perdido el contacto
¿Qué tenía que ver Snape con suhijo? -Yaxley, Snape- dijo una voz, alta y clara, que provenía de lacabecera de la mesa. -Llegan tarde- mientras se acercaron, su cara brillóalrededor de su silueta, sin cabello, parecido a una serpiente, con dosrajaduras en vez de orificios nasales y brillantes ojos rojos con pupilasalargadas, como de un gato. Lily contuvo la respiración, era obvio de quiénestaban hablando.

-Severus aquí ­-indicóVoldemort, indicando el lugar a su derecha. -Yaxley
a lado de Dolohov. -Ambostomaron sus lugares. -¿Bien? - Mi señor, la Orden del Fénix intentará mover aHarry Potter el sábado cuando caiga la noche.
-Eso fue demasiado para Lilyquien comenzaba a respirar entrecortadamente.

-Sábado
cuando caiga lanoche- repitió Voldemort. -Bien. Muy bien. ¿Y esta información proviene de
?-preguntó. -La fuente que discutimos -respondió.

 

-Yaxley, ¿El Ministerio habrácaído para el sábado?- Yaxley se enderezó. - Mi señor, tengo buenas noticias enese aspecto, he logrado
con muchas dificultades y un gran esfuerzo
hechizar aThicknesse. - Respondió. - Mientras nuestro amigo Thicknesse no sea descubiertoantes de que hayamos cubierto al resto, - dijo Voldemort - De cualquier forma,el Ministerio será mío antes del próximo sábado. No podremos tocar al muchachocuando haya llegado a su destino, así que tendrá que ser cuando se traslade.

- Tenemos varias personasplantadas en el Departamento de Transporte Mágico, si Potter usa la red Flu ose Aparece, lo sabremos de inmediato.

- No usarán ninguna - dijoSnape - la Orden evitará los transportes regulados por el Ministerio.-finalizó. - Aún mejor, - dijo Voldemort - Tendrán que hacerlo al aire libre.Más fácil de atrapar, por mucho
Yo me encargaré del chico personalmente. -
Jamesterminó de leer.

Lily comenzó a sollozar y ocultósu rostro en el hombro de James, éste dejó el manuscrito por un lado y abrazó asu esposa. Ella lo miró con una mirada suplicante y él la besó con ternura enlos labios. - Todo estará bien, amor
Todo estará bien. - le decía. - Noentiendo, ¿Por qué tendría que estar tan interesado en Harry? Es solo un bebé,el no es ninguna amenaza. - Le respondió esta. - ¿Sabes, querida?, presientoque en el momento en que esto ocurra, (si es que ocurre y no solo es una bromapesada, y mataré a quien esté detrás de esto) Harry no será más un bebé.

Ella lo miró confusa - ¿A qué terefieres? - preguntó recuperando un poco la compostura pero sin dejar deaferrarse al cuello de su esposo pero mirándole a la cara. Sus verdes ojos lopenetraron, había tanto dolor en ellos que él tuvo que esforzarse mucho para nodesmoronarse con ella. Él debía ser fuerte para ella, ya tendría tiempo dedesahogarse con Canuto.

- Creo que esto es algo quesucederá en el futuro, solo que no comprendo porque debemos conocerlo antes detiempo, a su debido momento
a menos
- no quería decirlo en voz alta, eso loharía más real. Pensar que no estaría para Harry en momentos tan difíciles comoesos
que no podría protegerlo contra ese mal que lo asechaba simplemente lodestrozaba. Lily pareció leerle el pensamiento porque susurró: - a menos que yano estemos ¿Verdad? - James asintió.

Lily se sintió abatida. No veríacrecer a su hijo, el crecería sin sus padres. Volvió a sollozar y abrazó a suesposo, que parecía estar conteniendo sus sentimientos con mucha dificultad. -¿Sabes algo? - consiguió susurrarle a su marido, que la miró con ternura. - Nome importaría que no guardaras tus sentimientos por una vez. - Dicho esto, ella abrazó con fuerza pero delicadeza, escondió su cara en su cabello y soltóalgunas lágrimas, intentando que ella no se diera cuenta. Ella le acarició elcabello y luego separó su rostro. Lo miró fijamente y lo besó.

Las llamas de la chimeneavolvieron a aparecer. James se paró, separándose de su esposa con un gruñido. Mañanaaparecerá el siguiente capítulo, lo traerá la primera visita que recibirán. Nopueden leerlo en presencia de nadie más de quien les entregue algún capítulo.Descansen.

Lily resopló. - ¿Descansen? ¿Nosdice que moriremos y que nuestro hijo estará en un peligro mortal y nos diceque descansemos? ¿Quién se cree que es? - James sonrió, adoraba cuando Lily seenojaba, a menos que fuera con él, la hacía ver muy linda el convertirse en unafiera. - ¿De qué te ríes? - James quitó su sonrisa rápidamente y le dijo- Amo cuando te enojas con alguien que no sea yo. - Replicó. Ella le dedicó unadulce sonrisa.

 

Sonó el timbre de la puerta yJames dijo a Lily que esperara ahí. Con la varita alzada abrió la puerta poco apoco y
- ¡Canuto! ¡Caramba!, vaya susto me sacaste - Saludó a su mejor amigoque traía en brazos a su hijo. - ¿En serio?, y yo que me peiné para la ocasión.- James soltó una carcajada. Era una cualidad de Sirius poder hacerlo reír, noimportaba que tan deprimido estuviera. - Lily, cielo, es Sirius, trae a Harry.- Llamó a su esposa. - ¡Limly!, ven un momento. - Llamó a la elfa doméstica desu casa, que se apareció con un ¡Plop! - ¿Llamó, señor? - preguntó la elfa. -Si, ¿podrías prepararnos la cena?, y agregar un lugar más, el señor Black nosacompaña esta noche. - ordenó James. - Sí, señor. - La elfa hizo una reverenciay desapareció.

Tomó en brazos a su hijo y loabrazó intentando mantenerlo ahí por mucho tiempo, no sabía cuánto les quedabapara pasar juntos.

- ¡Sirius! - chilló Lily, quienfue a recibir al recién llegado con un abrazo. - Cuidado Lily, que aquí miamigo Cornamenta es conocido por sus celos posesivos. - Y guiñó un ojo. - Sí,bueno, tendrá que tragarse sus celos, ¿verdad, amor? - Lily comentó. James hizocaso omiso de éste comentario.

Fueron al comedor y disfrutaronde una cena muy agradable. Los sucesos de la tarde quedaron olvidados por unmomento entre las bromas de Sirius y las hazañas de Harry.

Ya entrada la noche, despidierona Sirius y acostaron a Harry. Se quedaron ahí mirándolo y haciéndole pequeñascaricias más tiempo del normal. Lo que habían leído les había infundido muchotemor tener menos tiempo con el del que querían, del que creían que tendrían.

James tomó a Lily de la mano y lalevantó con cuidado. Pasó un brazo alrededor de sus hombros y la guió a lahabitación. Se metieron a la cama y ella se recostó en el pecho de su marido,como había hecho esa misma tarde.

Aquii les dejo el capitulo nuevo :DDDDD

espero que les guste.

Conociendo el futuro.

Capítulo 2.

Al día siguiente, Lily se despertó esperando que todohubiese sido un mal sueño. Que esa extraña nota nunca hubiera aparecido en susala y que todo fuera una cruel mentira. Observó a su esposo que estabaplácidamente dormido. Besó su mejilla y se levantó, sintiendo como una manotomaba su brazo y la arrastraba de nuevo a la cama; James besó sus labios yacarició su rostro.

- Buenos días - susurró Lily.

- Son mejores si despiertas de esta manera.

- Lo sé - sonrió y salió de su habitación parapreparar el desayuno y atender a Harry que ya estaba despierto. James saliógruñendo de la cama para ayudar a su esposa. Ese día sería muy largo; tendríanalguna visita y tendrían que leer ese odioso libro en que le decían como suhijo sufriría sin su apoyo.

Sirius llegó en ese momento, lehabían pedido que cuidara a Harry mientras leían el siguiente capítulo; aún nole explicaban nada de lo que había sucedido el día anterior. Le entregaron alniño, y el salió muy contento de poder ejercer su ocupación como padrino,conformándose con la explicación: Lily y yo queremos estar solos.

 

Se sentaron en la sala frente ala chimenea, esperando que cualquier cosa ocurriera. Unas llamas azulesaparecieron, junto con un alto, de tez blanca, al igual que su larga barba,ojos azules escondidos detrás de unas gafas de media luna. Les sonreíaamablemente: Albus Dumbledore.

- Buenos días, jóvenes.

- P
profesor.

- Parece que les sorprende verme.

- Así es, en verdad no sabíamos qué esperar.

- Pues aquí me tienen. Creo que sería mejor quecomenzáramos a leer el capítulo. Si no les molesta, me gustaría leerlo yo.

- Adelante, por favor, siéntese.

El anciano mago hizo como se leindicó; al levantar el pergamino que contenía el siguiente capítulo, dejó aldescubierto que una de sus manos parecía quemada. Lily dejó escapar unaexpresión de horror.

- Es realmente repulsiva ¿Cierto?

- ¿Qué le sucedió, profesor?

- Son heridas de guerra, mi querida Lily.

- ¿Se encuentra usted bien?

- Temo que no, pero no estamos aquí para hablarsobre mí.

Y leyó:

Capítulo dos: en memoria.

Harry estaba sangrando. Agarrabasu mano derecha con la izquierda y maldijo por lo bajo, abrió la puerta de sucuarto y escuchó porcelana rompiéndose

- ¿qué dem
?

Miró a su alrededor, elvecindario de Privet Drive

- ¡Un momento! ¿Qué demonios está haciendo Harryen Privet Drive?

- ¿Qué es Privet Drive?

- Es el lugar donde vive mi hermana, su esposo ysu hijo.

- ¿¡Qué!?

- Pues
verán, la noche en que ustedes murieron, Voldemortintentó asesinar a Harry, pero no lo logró, ya que el sacrificio que hizo Lily porél, creó un hechizo tan poderoso, que la maldición asesina rebotó contra elmismo Voldemort, debilitándolo, haciendo que desapareciera por un tiempo;quedando en Harry únicamente una curiosa cicatriz, en forma de rayo y unaconexión con Voldemort. - James sintió como la mano de su esposa iba apretandosu brazo más y más con cada dato que Dumbledore les revelaba.

- Señor
¿Desde qué época viene usted?

- Vengo de un poco antes del final del sexto cursode Harry.

- Y
¿Harry es feliz, Albus?

- En cierta forma, sí. Ha tenido que pasar porsituaciones muy difíciles, a lo largo de todos estos años - parecía que Lily queríapreguntar algo, pero la cortó - será mejor que continuemos con la lectura.

Harry había pasado la mañanacompleta vaciando su baúl de la escuela por primera vez desde que la habíaempacado hacía ya seis años.

- ¿Seis?

- A mí también me sorprende, pero supongo quedebió de abandonar la escuela para cumplir su misión.

- ¿MISION? ¿Qué tipo de misión podría tener unmuchacho de diecisiete años?

- Nada más y nada menos que destruir al propio Voldemort- contestó Albus, Lily no pudo más y laslágrimas comenzaron a correr por sus mejillas; James estaba igual deconsternado que ella
Harry, su pequeño hijo, tendría que destruir al másmalvado de todos los magos oscuros que habían pisado la tierra.

Ahora procedió un poco máscuidadosamente. Se arrodilló frente al baúl, revisó el fondo y encontró unbotón que cambiaba de <> y <>,un viejo y roto chivatoscopio, y un guardapelo dorado que dentro contenía unanota con la firma R.A.B. Finalmente se encontró con la superficie filosa que lohabía dañado: era un fragmento de un espejo encantado que su padrino muerto lehabía dado.

 

En ese momento James no pudocontenerse más, su mejor amigo estaba muerto, dejó salir un aullido y escondiósu rostro en el cabello de su esposa, quien lo abrazó y acarició su alborotadocabello azabache, indicándole con un gesto a Dumbledore para que continuara conla lectura.

Le tomó una hora completa vaciarel baúl completamente, tirar los objetos inútiles y apilarlos de acuerdo a sile serían útiles o no. Sus túnicas de la escuela y las de Quidditch, su calderoy la mayoría de sus libros de texto, estaban en la esquina de lo que dejaríaatrás. Se preguntó que harían sus tíos con eso, seguramente quemarlos en laoscuridad de la noche, como si fuese evidencia de un terrible crimen. Sus ropasmuggle, su capa de invisibilidad, su kit para hacer pociones, algunos libros,el álbum de fotografías que Hagrid le había regalado, un bonche de cartas y suvarita estaban en una mochila vieja. En un bolsillo de enfrente, el mapa delmerodeador y el guardapelo dorado. El guardapelo no estaba ahí porque fueravalioso - en todos los sentidos era inútil - sino por lo que había significadoconseguirlo.

Dumbledore sonrió tristementeante ésta declaración, significaba que su excursión había sido en vano. Lapareja que estaba frente a él lo miraban, esperando alguna explicación.

- Harry y yo emprendimos un viaje a una cueva,donde se supone que encontraríamos un Horrocrux. Esto es un objeto que contieneun fragmento del alma de otra persona. Ese guardapelo era un Horrocrux de Voldemort,el problema es que parece que era falso. Fue lo último que hice en mi vida yfue un desperdicio.

- ¿Señor? Quiere decir que
¿usted está muerto?

- En mi tiempo sí, lo estoy. Pero antes de morir,se me comunicó que debía cumplir una última misión y aquí me tienen.

- Lo siento mucho.

- ¡Oh!, ya era muy viejo, no me quedaba muchotiempo de vida.

Harry terminó de leer elreportaje sobre la vida de Albus Dumbledore, en el diario el Profeta. Sintiótristeza, con un toque de humillación. Creía que lo sabía todo sobre su mentor,pero había sido forzado a reconocer que no lo había conocido en lo más mínimo. Nuncase había preguntado por su niñez o su juventud. Solo lo había tomado como loconocía, venerable y con cabello plateado y viejo. La idea de un Dumbledore adolescenteera simplemente rara: era como imaginar una Hermione tonta o una veela fea.

Dumbledore no pudo evitar soltaruna carcajada, ¿Esa era la perspectiva de ese muchacho? Vaya, estaba más viejode lo que había creído. Lily y James solo se veían con cara de estarimaginándoselo joven, sin barba y sin la fama que se había ganado.

Nunca le había preguntado por supasado; era bien sabida su pelea con Grindelwald, nunca le había preguntado cómohabía sido, ni de sus otros grandes sucesos. No. Siempre había sido el pasadode Harry, los planes de Harry, el futuro de Harry
y ahora le parecía a Harry,aunque su futuro fuera tan peligroso, que había perdido momentos irremplazablespara preguntarle a este sobre él mismo. La única pregunta que le había hecho yle había contestado, sospechaba que su respuesta había sido deshonesta.

 

<< ¿Qué ve usted cuando seve al espejo?>>

<< ¿Yo? Me veo con un parde gruesos calcetines de lana>>

Dumbledore soltó un suspiro, yrecordó ese momento, sabiendo que su deseo aún no cambiaba en absoluto

- ¿A qué se refiere con eso?

- El espejo de Oesed; cuando te miras en él, serefleja lo que más deseas con tu corazón.

- ¿Tiene idea de qué veía Harry?

- Si. Se veía él, con ustedes.

Lily rompió a sollozar. Erademasiado para ella no podía soportar saber todo eso. ¿Por qué su hijo teníaque desear tener un hogar? Ellos se esforzaban tanto para darle todo, lo mejor.No era justo que un maniático llegara a arrebatarle eso.

- ¿Cuántos años tenía, cuando encontró ese espejo?

- ¿De verdad quieres saberlo?

- Si.

- Once.

La rabia comenzaba a surgir en Harry,después de leer otro reportaje sobre su mentor, esta vez escrito por la odiosay repulsiva Rita Skeeter. Las palabras aún resonaban en su cabeza: uncapítulo entero a la relación Dumbledore-Potter. Una relación que se diceenfermiza, inclusive siniestra. Harry se sentó en la cama. El pedazo deespejo roto se encontraba lejos de él, lo levantó y comenzó a moverlo entre susdedos, pensando, pensando en Dumbledore y en las mentiras con las cuales Ritalo estaba difamando.

Un flash del azul más brillante. Harryse congeló. Se lo había imaginado, debía de haberlo hecho. Observó sobre suhombro, pero su pared estaba del color durazno de tía Petunia: no había nadaazul que el espejo pudiera haber reflejado. Observó en el espejo, pero solo viosu propio ojo verde observándolo.

Se lo había imaginado. No habíaotra explicación, lo había hecho por estar pensando en su director muerto. Sihabía algo seguro, era que los brillantes ojos de Dumbledore nunca volverían apenetrarlo de nuevo.

El pergamino desapareció en lasllamas azules. Los presentes esperaron a que aparecieran las instrucciones pararecibir el siguiente capítulo; no tuvieron que hacerlo mucho tiempo, ya quenuevamente surgieron unas llamas azules y apareció otro pergamino.

"Este visitante necesitaretirarse; recibirán un nuevo huésped el día de mañana, además de que Albus Dumbledorede su época debe de estar presente. Contáctenlo para que pueda estar presenteel día de mañana." Y nuevamente las llamas se tragaron el pergamino, perotambién al director.


¿Qué les pareció?

pues bien, quién les gustaría que entregara el proximo capitulo? alguien a quien quieran ver en el trancurso de la historia? comentarios? sugerencias?


jeje besos!

Aquii les traigo el nuevoo cap de esta historiia ammm no piienso abandonarla solo que sii les comunico dos cosas: iia entre a la escuela asii que tal vez actualiice cada semana, espero que no, que pueda actualiizar prontoo peroo pss ya ven como es estoo ii ps ademas de que tengo mi otro fic y la verdad aquel es mi prioridad, del cual estoy muy orgullosa :DDD lo amoo jaja :DDD Y amm.. proxiimamente tendré un fic en conjunto con Cassandra Stokes, podrán encontrarla en su perfil, les aseguro que va a estar asombrosoo!! jajaja :DDD esperoo que esten bn!!

 

Conociendo el futuro.

Capítulo 3.

James abrió la puerta,encontrándose con un sonriente Albus Dumbledore. Lo habían traído a la casa,con la escusa de que querían invitarlo a cenar. Lily preparó una deliciosacomida; cuando estaban con el postre, James le comunicó la verdadera razón deque requirieran su presencia.

- Verás, Albus. Hace tres días, Lily y yoestábamos en nuestra sala y unas llamas aparecieron en la chimenea y de ahíbrotó una nota que decía que merecíamos conocer lo que estaba a punto de revelársenosy apareció un libro, donde se lee el futuro de nuestro hijo, el problema esque
nosotros estamos muertos.

- ¿Disculpa?

- Así es, profesor, nosotros morimos.

- ¿Y yo qué papel tengo en esto?

- Se nos pidió que lo trajéramos a leer connosotros, desconocemos los motivos.

- Bien, vayamos a la sala.

Se sentaron a esperar elsiguiente capítulo; unas llamas verdes aparecieron.

Profesor Dumbledore, su presencia es requerida para que usted puedaestar consciente de algunos sucesos que ocurren en su futuro, además de ayudara comprender algunas de las cosas que se incluyen aquí.

Dumbledore quedó pensativoimaginando que podría ser lo que tendría que explicar. Sus pensamientos sevieron interrumpidos por nuevas llamaradas verdes. Una linda pelirroja, de ojosazules salió de ellas.

- Hola, soy Ginny Weasley.

- Hola, somos Lily y James Potter.

- Yo soy Albus Dumbledore.

- ¡Oh! Sí, lo sé, profesor, usted fue un grandirector.

- Me halaga, jovencita.

- De nada, profesor.

- Y bien
¿Tú quién eres?

- ¡Cierto! Soy la novia de Harry.

- ¿La
? ¿La novia?

- Sí, así es.

- Disculpa que me sorprenda, Harry apenas tiene unaño, ¿Sabes?

- No hay problema, señora Potter. ¿Le importaríaque comenzáramos con la lectura?

- En absoluto.

La despedida de los Dursleys.

- ¡Oye, tú!

- ¿Sí?

- ¡Siéntate!- Harry alzó las cejas - por favor.

Harry se sentó. Sabía lo que estaba por venir. Su tío estaba dandovueltas por la habitación.

- Hecambiado de parecer.

- ¡Quésorpresa!

- No usesese tono - comenzó tía Petunia.

Lily soltó un gruñido, Dumbledorela miró con curiosidad.

- Mi detestable hermana, enseñándole "modales" ami hijo.

- Vaya, ¿Por qué Harry terminó con ellos?

- No tengo ni la menor idea.

Harry suspiró, todo el verano habían tenido esa misma discusión.

- Todo esuna sarta de mentiras. He decidido no creer nada de esto.

- Y aquívamos de nuevo - murmuró para sus adentros.

- Según tú,nosotros (Petunia, Dudley y yo) idiotas,soltó Lily. Estamos bajo amenaza

- Poralguien de mi lote. Exacto.

 

- No locreo.

Pasaron un buen rato más discutiendo, Vernon creía que Harry queríaquedarse con la casa, el tuvo que decirle que ya tenía la casa de su padrino yexplicarle que Voldemort podría alcanzarlos en ese momento.

- Una vezque cumpla diecisiete, el hechizo protector que me mantiene seguro se romperá, ytambién los expone a ustedes. La Orden está segura de que Voldemort intentarácapturarlos, ya sea para torturarlos para intentar averiguar dónde estoy oporque piensa que al mantenerlos retenidos iré e intentaré rescatarlos.

Después de explicarle a Vernon (quién estaba obstinado en seguircreyendo que el gobierno, en este caso el Ministerio de Magia, era quién mejorpodría ponerlos a salvo), que se creía que el Ministerio estaba infiltrado,seguía dudando.

- De acuerdo, tres cosas: ¿De qué hechizoprotector está hablando? ¿Por qué Voldemort persigue a Harry? ¿Y por quédemonios Harry iría a rescatarlos si Voldemort los tuviera cautivos? ¡no memalinterpreten! No es que no me preocupe por mi hermana, pero ¿Por qué él?

- Pues
Cuando tu y James
murieron - le costódecir esa última palabra - tu lo hiciste protegiendo a Harry, así que cuandoVoldemort quiso matarlo, no pudo, porque tú te sacrificaste por él; el hechizorebotó contra el mismo Voldemort, que perdió sus poderes y Harry quedóúnicamente con una cicatriz. Voldemort persigue a Harry porque, según unaprofecía, solo uno de los dos podrá sobrevivir mientras el otro permanezca enla tierra. Y Harry iría a rescatar a sus tíos porque es un terco y tienecomplejo de héroe - Lily gruñó.

- Eso es tan Potter.

Harry explotó y apuntó al televisor:

- ¡Estosaccidentes no son accidentes! Los choques, las explosiones y todo lo demás queestá pasando desde que vimos las noticias. La gente muere y desaparece y élestá detrás de esto. Se los he dicho, mata muggles por diversión. Incluso laniebla, es causada por dementores y si no recuerdan qué son, pregúntenle a suhijo.

- ¡Un momento! ¿Por qué deberían preguntarle a suhijo?

- En el quinto curso de Harry, unos dementores loatacaron cerca de su casa, tuvo que defenderse y casi lo expulsan del colegio.

- ¡Increíble!

- Pero cierto.

Gracias a que Dudley tenía pavor a los dementores y que él decidióseguir a los de la Orden, los Dursley aceptaron la oferta. La despedida fue, enmuchos aspectos, incómoda. Dudley quería saber por qué no iría con ellos, adonde iría. Además de una extraña despedida de Petunia, que pareció quererdecir algo a Harry en el último momento, pero no lo hizo.

- Aquí termina ese capítulo.

- Así que
Petunia si quiere a Harry.

- Eso parece.

- Vaya eso es
inesperado.

- Sí, pero en cierta forma es bueno.

En ese momento las llamas verdesdevoraron el pergamino, dejando una nota que decía: La señorita Weasley permanecerá a lo largo del resto de la lectura, yaque ella proviene de un tiempo previo a esto.

Ginny se mostró un poco nerviosa,pero rápidamente recobró la compostura, preguntando si podrían alojarla ahí porel tiempo en que permaneciera en esa época, a lo que Lily respondió que no ladejarían quedarse en ningún otro lado.

Conociendo el futuro.

 

Capítulo 4.

Lily, James y Ginny tuvieron undesayuno muy agradable, mientras Lily le preguntaba cómo se habían conocido.

- Oh, bien
lo vi en su primer día a Hogwarts; nosabía cómo cruzar el muro para llegar al andén y le preguntó a mi madre, MollyWeasley, como podía hacer, ella le dijo. Luego, Fred y George, mis hermanos,nos dijeron que Harry Potter estaba en el tren y yo le supliqué a mi madre queme dejara subir al tren para verlo - rió ante tal infantil idea para podercolarse a Hogwarts, nunca habría imaginado que se enamoraría de él.

- Ya
porque Harry será famoso.

- Sí, y mucho, pero en realidad solo era unaexcusa para poder ir a Hogwarts, yo tenía diez en ese entonces. Mi hermano,Ron, se hizo mejor amigo de Harry.

- ¿Te enamoraste del mejor amigo de tu hermano?

- Hummm
no lo creo
más bien me enamoré del chicoque me salvó
- reflexionó en voz alta, la mirada consternada de Lily le hizocaer en cuenta de su error.

- ¿A qué te refieres con "el chico que me salvó"?

- Uh
este
bueno, Merlín, no debí decir nada.Cuando yo estaba en primero y Harry en segundo, me encontré un diario
queterminó siendo de Tom Riddle y
me poseyó y
pues
me hizo abrir la cámara delos secretos

- ¿Qué eso no era un mito?

- No, es real.

- ¡Ay, Merlín!

- Sigue, por favor - le indicó James a Ginny,quien tragó saliva.

- Pues
liberé a un basilisco, pero no sabía loque hacía
y luego
Tom iba a quedarse con mi energía vital, o algo así dijoDumbledore, para poder regresar; pero Harry bajó hasta la cámara de lossecretos, luchó contra un basilisco, y destruyó el diario.

- ¡¿LUCHÓ CONTRA UN BASILISCO?!

- Ah
uh
sí.

- Pero
¿Cómo sobrevivió?

- Bueno, él sacó la espada de Gryffindor delsombrero seleccionador y de alguna forma se la enterró en la boca, aunque él seencajó uno de sus colmillos y con éste destruyó el diario. Fawkes, el fénix deDumbledore, curó la herida de Harry y nos sacó a los cuatro de la cámara.

- ¿Cuatro?

- Sí: a mí, Harry, Ron y el profesor Lockhart.

- Un momento, ¿Había un profesor y Harry tuvo queluchar contra el basilisco?

- ¿Lockhart-me-creo-muy-guapo-y-en-realidad-soy-un-estúpidoes maestro? - Ginny rió con ganas.

- Resultó que Lockhart era un farsante que serobaba los descubrimientos de magos notables y los desmemorizaba para que nopudieran desmentirlo. El fue profesor de de DCAO, ese año; cuando intentódesmemorizar a Harry y Ron para que no dijeran como huyó como cobarde cuando leencomendaron rescatarme, se desmemorizó él mismo, porque la varita con la quehizo el hechizo estaba rota.

- Eso es

- Estúpido.

El timbre sonó y supusieron queera el profesor Dumbledore, acertaron. Se dirigieron a la sala de los Potter y sesentaron a esperar.

Unas llamaradas rojas inundaronel lugar; un hombre alto, de cabello negro, revuelto, sin peinar y con unosojos grises estaba frente a ellos con una gran sonrisa, sus dientes estabanmaltratados y manchados

- ¡Cornamenta! Hermano, no sabes lo bueno que esverte - dijo abrazando a su desconcertado amigo.

 

- ¡Sirius! - chilló Ginny con una gran alegría -¡Oh, es tan bueno verte! Si tan solo Harry estuviera aquí, sería tan feliz deestar contigo una vez más.

- Lo sé, también me encantaría estar con él antesde partir, pero no sé si sea posible.

- Canuto
estas tan

- ¿Descuidado? - James asintió tristemente, suamigo había sido una de las personas más obsesionados con su imagen que algunavez conoció; verlo así era simplemente
deprimente - trata de pasar doce añosen Azkaban preocupándote por cómo te vez.

- ¿Doce años en Azkaban?

- Comencemos la lectura.

Los Siete Potters.

- Oh, esto fue tan angustiante - comentó Ginny,cosa que no le gustó a Lily.

Harry tomó a Hedwig a dar unúltimo vistazo a la casa, sabiendo que nunca volvería a estar ahí. Comenzó arecordar buenos momentos como
como cuando Dudley había vomitado después de quelo salvó de los dementores
¡Quién hubiera dicho que estaba agradecido! YDumbledore había atravesado esa puerta el último verano
- Dumbledoresonrió.

- ¿Quién es Hedwig?

- Es la lechuza de Harry - contestaron Ginny ySirius a la vez.

Se alejó de esos pensamientos yle dio la espalda a la puerta.

- Y aquí abajo, Hedwig - Harry abrió unaportezuela bajo las escaleras - ¡aquí solía dormir! No me conocías en eseentonces. Vaya, es pequeño, me había olvidado.

- ¡¿Dormía debajo de las escaleras?!

- Sí, pero cuando le llegó su carta a Hogwarts lodejaron en la segunda habitación de Dudley.

- Malditos Dursleys.

- Mi hermana y su estúpido esposo.

- Venga, Harry lo ha superado.

- Pero no tendría que haber superado nada, sesupone que sería feliz - dijo Lily, antes de soltarse a llorar en los brazos desu esposo.

De repente, un rugido sonó cerca.Harry contempló por la ventana; varias personas comenzaron a aparecer despuésde que el efecto Desilusionador terminara. Hagrid se encontraba al lado de unamotocicleta - Los ojos de Sirius brillaron - alrededor de él había personasdesmontando sus escobas y, en dos casos, esqueléticos, alados caballos negros.

- ¿Eh?

- Thestrals. Son los caballos que tiran de loscarruajes de Hogwarts, solo puedes verlos si alguna vez has presenciado algunamuerte - explicó Sirius.

- Vaya Sirius, me sorprendes. No creí que algunavez llegaras a tener una pizca de cerebro - bromeó Lily, sacando a Sirius unagran sonrisa que, desgraciadamente, no llegaba a sus ojos. Extrañaba eso.

Con la puerta crujiendo a susespaldas, salió a recibir a sus amigos. Un chillido de saludos en general,seguido de una Hermione abalanzándose en sus brazos, un Ron que palmeaba suespala y Hagrid preguntando cómo estaba lo hizo sentirse en casa.

Ron, largo y delgado; Hermione,su pelo espeso recogido en una larga trenza, Fred y George, sonriendo de formaidéntica, Bill, mal herido y de pelo largo, el Sr. Weasley, rostro amable, conpoco pelo, sus gafas un poco mal; Ojoloco, con marcas de batalla, con una solapierna, con un ojo azul mágico; Tonks, cuyo pelo corto tenía su color favoritode rosa brillante; Lupin, más gris, con máslíneas; Fleur, esbelta y hermosa; Kingsley, calvo, con espalda ancha, negro.Hagrid, con su cabello negro y salvaje; y Mundungus Fletcher, pequeño, sucio yfachoso.

 

Tonks le dio la noticia de sumatrimonio con Lupin - Sirius no pudo evitar reír estrepitosamente,ganándose una mirada inquisitiva de los demás.

- Tiene, al menos, diez años más que ella - explicó.Todos rieron.

¡No puedo creerlo! No es cierto... Pero sí!!! es una actualización de Conociendo el Futuro!!!!

No, la verdad lamento mucho la tardanza, pero tenía mi otro fic, que era mi prioridad... pero ahora que lo acabé me dedicaré a terminar este... así que sin más, les dejo el nuevo capítulo :DD

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Conociendo el futuro.

Capítulo 5.

Moody le explicó a Harry queThicknesse, se había vuelto del ladooscuro, por tanto no podrían usar la red flu; si se aparecían, la marca de sermenor de edad dejaría saber donde estaban. No podían esperar a que la marca serompiera, pues al ser mayor de edad, la protección de su madre dejaría desurtir efecto y Harry sería un blanco fácil. La única opción eran las escobas,Thestrals y la motocicleta de Hagrid.

- De Sirius - corrigió Sirius, haciendo que losdemás sonrieran.

Le dijeron que habían colado unapista falsa sobre la fecha en que moverían a Harry, además de que laslocaciones podrían ser variadas, la casa de Moody, la madriguera, etcétera.Harry seguía viendo una falla en el plan, aún no se explicaba

- Pero ¿cómo podrán esconder a tantas personas?Así podrán darse cuenta fácilmente los mortífagos
- comentó James.

- Tu irás a casa de los padres de Tonks, ahítomarás un traslador hacia la madriguera ¿Alguna pregunta?

- Uh
sí; tal vez al principio no sabrán acuál de las doce locaciones nos dirigimos, pero ¿no será obvio cuando vean que- contó rápidamente - catorce de nosotros nos dirigimos a casa de los padres deTonks?

- ¡Ah! Olvidé mencionar el punto clave. Noseremos catorce los que vuelen a ese punto, habrá siete Harry Potters surcandolos cielos esta noche. Cada uno con diferentes guardias, cada uno moviéndose adiferentes lugares.

Una chispa se prendió en elcerebro de Harry al comprender lo que estaban diciendo. NO, no lo permitiría,sobre su cadáver permitiría que hicieran esa completa y desquiciada tontería.

- ¡Agh! Eso es tan Harry - exclamaron Ginny ySirius al mismo tiempo.

- ¿Qué cosa? - preguntó James, confundido.

- El maldito complejo de héroe que tiene - dijoGinny.

- El que heredó de ti, Cornamenta.

- Demonios - renegó Lily.

Moody sacó de su capa lo queparecía un tarro lleno de lodo, de aspecto completamente asqueroso. No necesitóni una palabra más para entender completamente el "plan maestro" que llevaríana cabo.

- ¡No! - gritó - Me niego, no lo haré.

Lily soltó un suspiro y Jameshizo un intento de abrazarla, pero ella lo rechazó:

- ¿Qué pasa?

- Todo eso es culpa de tus malditos genesheroicos, de no ser por ti sería un poco más prudente.

 

- Gracias - Ginny y Sirius sonrieron ante laescena; Dumbledore los observaba divertido.

Hermione comentó que ese era eltipo de reacción que esperaba.

- ¡Si piensan que voy a dejar que seispersonas arriesguen su vida
!

-
porque sería la primera vez que lohiciéramos - dijo Ron.

- Esto es diferente, pretender ser yo

-
realmente no lo fantaseamos Harry,imagínate que algo fuera mal y termináramos siendo horribles niños concicatrices - bromeó Fred. Harry no sonrió.

Costó mucho tiempo y algunasamenazas para convencerlo de cooperar con ellos, el solo aceptó dándose cuentade que tenía una desventaja tan grande. Harry depositó un poco de su cabello enla poción multijugos y ésta se tornó de un claro color dorado.

- ¡Oh! Harry te ves mucho más sabroso queCrabbe y Goyle - observó a Ron que la miraba con las cejas alzadas, se ruborizó- ¡Tú sabes a lo que me refiero! La poción de Goyle parecía mocos.

Moody les indicó a los Potterfalsos que se alinearan. Ron, Hermione, Fred, George, Fleur lo hicieroninmediatamente, Mundungus fue con el que tuvieron problemas, Moody tuvo queexplicarle que los mortífagos únicamente querrían capturar a Harry, ya queVoldemort querría acabarlo él mismo.

Lily ahogó un grito y sus ojos sellenaron de lágrimas. Buscó a Sirius con la mirada para que le diera algunaexplicación; él suspiró y le dijo:

- La profecía, Lily, dice que solo uno podrá vivirmientras el otro perecerá, en las manos del primero.

- Mi pequeño
- sintió su corazón encogerse yromperse, colocó su cabeza y manos en el pecho de su esposo quien la abrazóprotectoramente

- Estará bien, amor, tiene que estar bien.

- Es un chico fuerte, Lily, ha logrado mucho ytiene mucha gente a su alrededor que lo quiere y lo apoya.

- Nosotros deberíamos estar entre esa gente que loquiere y lo apoya.

- Y lo están, pero de alguna otra forma.

- No lo parece.

- Creo que mejor seguimos con la lectura.

Los seis tomaron la poción ypronto hubo siete Harry Potter en la cocina de tía Petunia. El Harry real creyóque era la cosa más extraña que había visto en su vida; y valla que había vistobastante. Los falsos Potter comenzaron a ponerse la misma ropa, lentes, tomandolechuzas y equipaje. Moody dijo que el iría con Mundungus en escoba, Fred conArthur, George con Remus; Fleur iría con Bill en Thestral, al igual queHermione con Kingsley y Ron con Tonks, este no se veía tan contento. Y Harryiría con Hagrid por motocicleta. Todos salieron al jardín para esperar laseñal; Harry observó la motocicleta detenidamente:

- ¿Es esta? ¿Esta es la moto de Sirius?

- La misma. La última vez que estuviste enella, podía cargarte con una sola mano.

Ante esa declaración, Lilycomenzó a llorar nuevamente; James la abrazó y Sirius puso una mano en elhombro de su amigo. Dumbledore miró la escena, con cierta empatía y Ginnysuspiró y continuó con la lectura.

Todos se colocaron en posición,Tonks le indicó a Ron que la sujetara bien; éste lanzó una mirada de disculpa aRemus antes de colocar sus manos a ambos lados de su cintura.

 

Todos rieron ante estecomentario.

La motocicleta cobró vida. Hagridy Harry estaban en el aire, con escobas y Thestrals a su alrededor. Tomó unúltimo vistazo de Privet Drive y, de pronto, de la nada, estaban rodeados. Almenos treinta figuras encapuchadas suspendidas en el aire, formaron un círculo dondelos miembros de la Orden se habían elevado.

Gritos y destellos de luz verdehacia todos lados. Hagrid gritó y la motocicleta dio un giro. Harry no tuvonoción de donde estaban, solo sintió que su Saeta de fuego, su baúl y Hedwig seresbalaban.

- ¡No! HEDWIG - su escoba cayó al suelo, perologró tomar la jaula y su baúl.

- Vaya, ahora se quedó nuevamente sin escoba -comentó Sirius.

- ¿Nuevamente?

- Harry estuvo en el equipo de Quidditch. En sutercer año, estaba en un partido contra Hufflepuff, y llegaron los dementores yHarry cayó desde quince metros de altura, ¡Me dio un susto de muerte! Su escobafue arrastrada hacia el sauce boxeador y quedó destrozada, yo mismo le regalésu Saeta de Fuego.

- ¿Qué hacían esos malditos dementores enHogwarts? ¿Harry cayó de quince metros de altura? ¿Cómo es posible quesobreviviera?

- Dumbledore conjuró algún tipo de hechizo paraamortiguar el golpe; fue la única vez que Harry no atrapó la Snitch - respondióGinny.

- Así que es buscador ¿eh?

- El mejor que se vio en muchos años, incluso fueel jugador más joven en cien años.

- ¿Qué dices?

- En su primera clase de vuelo, Malfoy, uno de losseres más detestables en mi lista "Seres más detestables del mundo mágico"junto con Voldy y Srita. Cara de Sapo.

- ¿Eh?

- No importa
bueno, uno de nuestros compañeros,Neville Longbottom, tuvo un accidente y Madame Hooch dijo que si cualquiera deellos subía a alguna escoba lo expulsaría, cosa que a Malfoy no le importó siasí podía molestar, tomó la recordadora de Neville y dijo que la pondría en lacopa de un árbol. Aquí entra Harry con su malito complejo de héroe y montó ensu escoba, sin siquiera tener idea de cómo volar; aún así, logró perseguir aMalfoy y capturar la recordadora en el aire. McGonagall estaba tan impresionadaque no castigó a Harry, al contrario, lo hizo buscador del equipo en su primeraño.

- Impresionante - murmuró Lily, lamentando nohaber estado ahí para presenciarlo, felicitarlo y después castigarlo por unasemana.

- Asombroso. Claro que siendo mi hijo no se podíaesperar nada menos - Lily dejó salir una risa burlona - ¿Qué?

- Siempre serás el mismo, amor.

- ¡Ah! Pero eso es parte de mi encanto; admítelo,te encanta que sea así.

- Mejor continuemos con la lectura.

Tuvo un segundo de alivio y luegootro rayo color verde y la lechuza cayó al piso de la jaula.

- ¡no! ¡NO!

La motocicleta aceleró, Harrydivisó mortífagos quitándose mientras Hagrid se hacía paso entre ellos. Observóvarias siluetas de escobas y disparos de luz verde.

- Hagrid, debemos regresar. Debemos regresar.Hagrid, ¡Date la vuelta!

- Mi trabajo es llevarte allá seguro, Harry.

- ¡Detente!... ¡DETENTE!

Cuatro mortífagos se habíanseparado del círculo y ahora los perseguían. Hagrid intentaba perderlos, peroseguían el curso de la motocicleta. Los mortífagos seguían lanzando hechizos yHarry correspondió:

 

- ¡Stupefy! - chilló.

- Sostente, Harry, esto los mantendrá almargen - dijo, presionando un botón. Una pared de ladrillo sólido saliódespedido del escape. Tres se estrellaron contra esta, pero el cuarto consiguióevadirla. Más hechizos asesinos volaron a su alrededor. Hagrid presionó otrobotón y una llamarada azul se disparó al mismo tiempo en que la motocicletaaceleraba tan rápido como una bala. Harry sintió como el carrito de acompañantese desprendía - Estoy en eso, Harry, espera.

- ¡NO! HAGRID, déjame.

- ¡Reparo! - el carrito comenzó a caer; en sudesesperación, Harry gritó:

- ¡Wingardium Leviosa! - el carrito levitó,haciendo posible que se mantuviera en el aire por más tiempo. Más hechizosllegaban de los mortífagos; Hagrid tomó a Harry con una de sus manos y lo subióa la motocicleta, colocándose espalda a espalda con el semi-gigante, apuntó suvarita al carrito - ¡Confrigo!

Harry siguió lanzando hechizoaturdidores; uno tras otro. Y consiguió ver la cara de uno de los mortífagos:Stanley Shunpike
Stan.

- ¡Expelliarmus!

- ¡Es él! Es el verdadero - desaparecieron.

- Así que eso fue.

- ¿El qué?

- Harry no quiso lastimar a Stan pensando que noera un mortífago, sino que estaba bajo un imperius y lanzó un expelliarmus.

- ¿Cómo supieron que era él? En cualquier caso.

- Porque desde su cuarto año, lo toman como suhechizo marca.

Harry tenía miedo, ¿Cómo sabíanque era él? ¿Dónde estaban? Hagrid le indicaba que ya estaban por llegar, pero Harryseguía dudando
¿Por qué se habían ido? Entonces sucedió:

La cicatriz en su frente comenzóa quemar mientras dos hechizos asesinos los rodeaban. Y lo vio, Lord Voldemort losseguía, volaba en el aire como un humo espeso, sin escoba ni Thestral que losostuviera. Sus ojos rojos brillaban sobre su pálida cara de serpiente. Susdedos rodeaban su varita.

Jets verdes de luz pasaban, Harryno sabía qué era arriba ni qué abajo. Su cicatriz seguía quemando y esperabamorir en cualquier momento. Una figura encapuchada levantaba su varita.

- ¡NO! - gritó Hagrid y se lanzó hacia este, Harryvio como se caían pues la escoba no pudo con el peso de su amigo. Escuchó a Voldemortgritar:

- Mío - ese era el final. Harry cerró los ojospara aguantar el dolor que le producía la cicatriz - Avada

La varita de Harry actuó por ellamisma. Harry sintió una atracción magnética y vio una gran llamarada de fuegodorado a través de sus párpados entrecerrados. Escuchó un crack y un grito defuria. Los mortífagos gritaron y Voldemort exclamó:

- ¡NO! - Harry encontró el botón de fuego dedragón y lo presionó.

- Hagrid
¡accio Hagrid!

Iba a chocar, no había nada quepudiera hacer. Vio nuevamente a Voldemort, a punto de conjurar el hechizonuevamente
y luego ya no estaba. Miró al piso y vio a Hagrid bajo él; intentómaniobrar la motocicleta para no aplastarlo. Chocó contra un charco lodoso.

 

Ginny terminó la lectura. Lily estabapálida y aferrada a James; éste mismo parecía a punto de romperse a llorar. Siriustenía una expresión que no se podía leer y Dumbledore permanecía impasible,meditando.

Unas llamas rosas se llevaron elcapítulo y dejaron una nota:

El próximo capítulo lo leerán las mismas personas, no esperen a nadiemás.

- Bien, los cuartos de invitados se acaban -bromeó James, aligerando el ambiente.

- ¡Qué va! Sirius siempre puede dormir en eljardín - agregó Lily.

- Siempre tan linda, pelirroja.

- ¡No! No empezarás de nuevo con eso ¿Cierto?

- Es posible, pelirroja.

- Rayos.

- Ahora dime, Canuto, ¿Por qué pasaste doce añosen Azkaban?

- Me inculparon de un delito que yo no cometí.

- ¿Cuál fue?

- Traición.

- ¿A quién?

- A ustedes. Se creyó que yo los vendí a Voldemort.

- ¡Eso es absurdo!

- Lo sé, amigo, pero nadie más quiso verlo de esaforma.

- Lo siento.

- No lo hagas; lo único que lamento fue no haberpodido estar ahí para Harry.

Tocaron a la puerta, Lily y Jamesse voltearon a ver y se dirigieron a abrir la puerta. Padfoot, Moony y Wormtailse encontraban ahí, con el pequeño Harry en brazos. Lily los invitó a pasar,tomando a su hijo.

- ¡No sabía que tenían visitas! - comentó unaanimado Padfoot - ¿Quiénes son?

- Yo soy Orión White y esta es mi prima, GinnyWhite - se contestó Sirius, un poco extrañado de verse a sí mismo.

- Mucho gusto; yo me llamo Sirius Black, yaquellos de por allá son Remus Lupin y Peter Petigrew - dijo Padfoot. Sirius setensó al ver a Colagusano, Ginny lo notó y le susurró:

- Tranquilo.

- Vale.

- ¡Ay, dios mío! ¿Ese es Harry? - exclamó Ginny alver al pequeño en brazos de su madre.

- Sí, a que es una lindura - respondió Padfoot.Ginny soltó una carcajada al imaginar la cara que Harry pondría si le dijeraneso.

- Ciertamente.

- ¿Tienen hambre? La cena está casi lista.

- Verdaderamente, Lily, creí que nunca volvería apoder comer una de tus deliciosas comidas.

Conociendo el futuro.

Capítulo 6.

Sirius abrió los ojos esa mañana.Observó lo que, antes, habría sido una habitación muy familiar para él. Solíaquedarse ahí cuando se sentía solo y no quería quedarse en su casa, o cuandoJames le invitaba a su casa y se les hacía muy noche. Sonrió pensando en loincreíble que era eso, ver de nuevo a su mejor amigo y a Lily, vivos. Bajó a lacocina, atraído por el olor a comida que se desprendía de ésta. Lily ya seencontraba ahí, cocinando tocino y huevos.

- Buenos días, pelirroja - Lily le mandó unamirada asesina - vale, Lily.

- Buenos días, callejero - bromeó y besó sumejilla - ¿Hambre?

- Bastante.

- ¡Qué raro!

- ¡Anda, mujer! Aliméntame.

- Amabilidad ante todo, Canuto - bromeó Jamesentrando a la cocina, con Harry en los brazos. Se lo dio a Sirius mientrassaludaba a Lily besando sus labios.

- Siempre podrás contar con los modales Black.

- Entonces no tienes esperanza, ¿Cierto?

- Ni una pizca, compañero.

- ¡Buenos días a todos! - exclamó Ginny, entrandoa la cocina.

- Oh, buenos días, pequeño rayito de luz - seburló Sirius.

 

- ¿Rayito de luz?

- Te levantas con una energía y un positivismo enormes.

- Calla - miró a pequeño Harry y comenzó a hacersu voz chillona - Hola, pequeñito, ¿Dormiste bien? - lo tomó en brazos - yo séque si porque tu futuro yo tiene el sueño muy pesado - continuó jugueteando conél mientras que Lily y James miraban la escena con ternura y Sirius
bueno,Sirius seguía burlándose de la cara que pondría Harry al ver el trato que sunovia le estaba dando en ese momento.

- Bien hecho, Ginny. A Harry le fascinaría vercomo lo tratas en este momento - las mejillas de la muchacha tomaron el colorde su cabello.

- Esto
yo
¿Necesitas ayuda con el desayuno,Lily?

- Oh, no gracias, ya he terminado. Mejor comamostodos, para poder esperar el próximo capítulo.

- De acuerdo.

Terminaron de desayunar y, pocodespués, llegó el director de Hogwarts. Unas llamaradas moradas les entregó elcapítulo que estaban esperando.

El guerrero caído.

- Eso no suena nada bien - comentó Sirius, quienrecibió varias miradas de las cuales podrían haber salido unos bonitos rayoscolor verde.

Lo siguiente que supo fue que no encontraba a Hagrid. Lo buscaba, lollamaba, pero no le contestaba. Una mujer le preguntaba algo
¿Qué era? Hagrid.¿Dónde estaba?

- ¡Ted, son ellos! ¡Se estrellaron en eljardín!

Lo siguiente que supo fue que se encontraba recostado en un sillón.

- ¿Hagrid?

- Hagrid está bien - dijo un hombre - laesposa lo está revisando en este momento. ¿Cómo te sientes? ¿Te rompiste algomás? Arreglé tu brazo, tus costillas y tu diente. Soy Ted, por cierto, TedTonks, el padre de Dora.

Sirius mostró sus amarillos dientes en una gran sonrisa.

- Ese hombre me cae muy bien, es el esposo de miprima Andrómeda y el suegro de nuestro querido Moony.

- Vaya, quién lo diría
Moony casado - comentóJames.

- Lo sé, es increíble - agregó Lily.

- No veo el por qué - dijo Ginny, confundida.

- El era muy reservado por lo de su
su condición.Sí tuvo una que otra novia en Hogwarts, pero ninguna supo su secreto.

- Oh
sigue siéndolo.

- Entonces puedes comprender de lo que te hablo.

- Sí, creo que sí.

Harry intentó incorporarse, necesitaba ver a Hagrid con sus propiosojos antes de creer que estaba vivo. Una puerta se abrió y la gigantesca figurade Hagrid entró por ella.

- ¡Harry! ¿Cómo nos sacaste de esa? ¡Nos dabapor muertos!

- ¡Yo también
! - se detuvo bruscamente cuando entró una mujera la habitación - ¡Tú! - buscó su varita en el bolsillo, Ted Tonks se la dio,indicándole que le estaba gritando a su esposa.

Sirius soltó una risita melancólica, atrayendo la mirada desus acompañantes.

- Andrómeda tiene un parecido increíble conBellatrix.

- Eso es muy cierto - concordó Ginny.

Harry se disculpó y se acercó a la mujer, inspeccionándola. El parecidode la señora Tonks, con su hermana Bellatrix era mucho, pero iba disminuyendopoco a poco. Preguntaron por Tonks, aunque Harry no supo responderles, mientrassentía que un nudo en la garganta se le iba formando. Tomaron el traslador yllegaron a la madriguera.

 

- ¿Harry? - chilló la señora Weasley, quien loenvolvió en uno de esos ya conocidos, afectuosos y maternales abrazos quereconfortaban tanto a Harry, casi podía sentir a su madre a través de éstos.

Lily soltó un respingo y comenzó a llorar,desconsoladamente. Ella debería de estar ahí, era lo único que podía pensar, Harryno debería de extrañar ese tipo de abrazos, debería de haber tenido suficientesen toda su vida. Ella se los tendría que haber dado, con gusto y con amor. Jamesse encontraba en un estado parecido, mientras abrazaba a su esposa. Ginny y Siriusse voltearon a ver, intentando decir algo que los consolara.

- Mi madre siempre quiso a Harry como a uno más denosotros, Lily. Desde que nos pidió ayuda para atravesar el andén nueve y trescuartos.

- Harry ve a Molly como una sustituta a su madre, Lily,pero a ti siempre te tuvo presente, fue por ti y por James por quien luchaba.

- Ginny, dile a tu madre que le agradezco todo loque hizo por Harry y que
- rompió a llorar nuevamente, sin poder pronunciarninguna palabra más.

- Se lo diré, Lily.

Harry se sintió abatido cuando supo que nadie más había regresado; laseñora Weasley lo envolvió en otro abrazo, que creyó no merecer, y luego fue ala casa por un poco de Whiskey de Fuego, a petición de Hagrid.

Harry se volvió hacia Ginny, pidiendo una explicación.

- Ron y Tonks deberían haber llegado primero,pero no tomaron su traslador. Los siguientes debían ser el de papá y Fred.Luego seguían ustedes y, si lo logran, George y Lupin deben de aparecer en
unminuto.

Para alivio de Harry, Lupin y George llegaron a la madriguera, pero encuanto llegaron, supo que algo estabamal. La cara de George estaba cubierta en sangre; lo colocaron en un sillón dentrode la casa y vieron que no tenía un oído.

- ¿Se encuentra bien, Ginny?

- Si, se lo tomó de una forma muy positiva.

- No podía esperar menos de ese chico.

Cuando la señora Weasley se acercó a George, Lupin tomó a Harry por lacamisa y lo dirigió a la cocina con mucha brusquedad; Hagrid protestó, peroLupin lo ignoró.

- ¿Qué animal estaba en la esquina de mioficina la primera vez que Harry Potter visitó mi despacho en Hogwarts?

- Fu
fue un Grindylow en un tanque, ¿No? -Lupin lo soltó.

- ¿Qué fue eso? - rugió Hagrid.

- Lo siento, Harry, debía corroborar. Nos hantraicionado.

Harry le contó a Lupin todo lo que le había sucedido, y éste lereprendió por desarmar, Harry se defendió diciendo que si lo hubiera aturdidolo hubiera matado y que Expelliarmus lo había salvado de Voldemort dos añosatrás.

- ¿Dos años atrás? ¿En qué estaba? ¿Cuarto?

 

- Si, a finales de curso, me parece.

- ¿Qué sucedió?

- Bueno

- Harry participó en el torneo de los tres magos,todo fue una trampa de Voldemort y un mortífago infiltrado, Harry y otromuchacho terminaron en el cementerio donde se encontraba el padre de Voldemort,ahí fue donde regresó. Un Expelliarmus salvó su vida y terminó convirtiéndoseen su hechizo marca.

- Ay, Merlín, ¿Algo más que le haya sucedido? -Ginny y Sirius sonrieron tristemente y continuaron con la lectura.

Luego llegaron Hermione y Kingsley. Hermione se abalanzó a los brazosde Harry, pero Kingsley no se veía tan complacido. Interrogó a Lupin de lamisma manera en que éste interrogó a Harry. Kingsley los puso al tanto de loque les había sucedido y Lupin reveló que la oreja de George fue cortesía deSnape.

Se escucharon varios gruñidos en la habitación.

Harry volvió al lado de George, junto a Ginny y contenía las ganas deabrazarla, de aferrarse a ella, sin importarle si la señora Weasley estabapresente.

Sirius silbó y Ginny se puso casi tan colorada como sucabello. Lily y James sonreían, al igual que Dumbledore.

- No sabía que Harry y tu salían.

- Oh
bien, en su sexto curso se dio cuenta de loque sentía - Ginny se encogió de hombros - y, después de la muerte de Dumbledoreterminó conmigo porque
¿Cómo dijo? Ah, si
"Estar conmigo es muy peligroso. ¿Recuerdasla cámara de los secretos? Eso fue únicamente porque eras la hermana menor demi mejor amigo, ¿Qué pasaría si Voldemort se enterara de que eres mi novia? No podríasoportar perderte a ti también" ¿Te suena familiar?

- Harry, siempre tan noble y egoísta.

- Yo pensé exactamente lo mismo.

Un estallido en la cocina y unos gritos provenientes del mismo lugar,dejaron saber que el señor Weasley y Fred ya habían llegado. Se postraron a unlado de George y comenzó a despertar, haciendo una broma sobre su oreja. Aúnesperaban a Tonks y Ron. De pronto, un par de escobas se materializaron de lanada.

- ¡Son ellos! - chilló Hermione.

- ¡Remus! - gritó Tonks, corriendo a losbrazos del susodicho, que tenía el rostro más pálido de lo normal.

- Estás bien - logró susurrar Ron a Harry,antes de que Hermione se abalanzara sobre él.

Poco después, llegaron Fleur y Bill, ilesos, pero con terriblesnoticias

- Ojoloco está muerto.

Todos, menos Ginny, inspiraron muy profundamente, ensorpresa, horror y desconcierto. Las llamas moradas aparecieron nuevamente,llevándose el capítulo y dejando una nota.

Una nueva visita losespera el día de mañana, además de éstas personas, los demás siguen siendo losmismos.




Sé que falta algo de capítulo, pero no es importante. Cabe agregar que el fic es solo si leyeran UNA PARTE del libro, no todo con todos sus detalles

COMENTARIOS!!!!! :) un escritor feliz, trabaja mejor.

Andy (Little Writter)

Chan chan chan chaaaaannnn





Conociendo el futuro.

 

Capítulo 7.

Ginny se levantó de su cama. Yallevaba tres días en esa y aún no podía creer que estuviera ahí, con los padresde Harry, Sirius y Dumbledore, todos vivos. Soltó un suspiro, pensando en Harryy en lo feliz que se sentiría de verlos a todos. Lo extrañaba; ella había sidotrasladada a ese lugar después del desastre de fiesta de boda de Bill y Fleur.Aún así, sentía que le hacía falta. Más que nada porque sentía que él ya no lepertenecía. Bajó a la cocina, y se encontró con su suegra.

- Buenos días, querida.

- Oh, buenos días, Lily.

- ¿Dormiste bien?

- Sí - mintió - gracias.

- Ginny
- Lily se mordió el labio - Harry
¿Esfeliz?

- Yo espero que lo sea. Pienso que sí, perosiempre los echó de menos a ustedes.

- Así no es como debieron de pasar las cosas.

- Tal vez
tal vez esto es para evitar que sucedanasí.

- ¿Tú crees?

- Es posible, deberíamos consultarlo con elprofesor Dumbledore.

- Sería cambiar el curso de la historia, no creoque sea muy conveniente.

- Debe de haber alguna forma.

- No lo sé, Ginny. Piénsalo, si yo no muero, Harryno tendría la protección por el sacrificio
pero James no tiene por qué morir.

- Eso tampoco funcionaría, Lily.

- ¿Por qué lo dices?

- ¿Te gustaría vivir con James muerto?

- No, pero lo haría por Harry.

- ¿Qué harías por Harry, amor? - preguntó James,entrando a la cocina.

- Lo que sea, lo sabes.

- Al igual que yo - sonrió, con tristeza.

- Y si
¿Y si te salvas tu, James?

- ¿Qué dices?

- Así tú podrías cuidar a Harry y no tendría queirse con mi hermana.

- ¡Estás loca! ¿O qué?

- Para nada.

- ¿Crees que me gustaría estar aquí, sin ti?

- Pero Harry

- Entonces, sálvate tú y yo me sacrifico, Lily,pero no me pidas que viva sin ti, porque no podría y Harry solo estaría enpeores condiciones - Lily comenzó a derramar lágrimas por sus hermosos ojos,partiéndole el corazón a su amado - No, no llores, amor.

La abrazó y ella se desmoronó, ensus brazos. Sollozaba incontrolablemente, haciendo que Ginny comenzara asentirse triste y un poco incómoda. Salió de la cocina, donde se encontró conSirius, quien la miraba, extrañado.

- ¿Qué sucede?

- Lily le pidió a James que se salvara él.

- Mala idea, ¿Cierto?

- Cierto.

- Y tú ¿Estás bien?

- Yo
no - dijo, agachando la cabeza.

- ¿Vas a contarme?

- Es lo mismo de siempre.

- Harry - ella asintió - el te quiere, Ginny, ysabes que su instinto le pide que te mantenga a salvo, aunque más que nada lohaga por él, por evitarse el sufrimiento de perder a alguien que ama, perotambién lo hace por ti, para que estés segura. En la época en la que estánviviendo, no es seguro ser amigo de Harry Potter.

- Es tan difícil, Sirius.

- Lo sé, pero, cuando todo termine, él te buscaráy podrán seguir las cosas desde donde las dejaron.

- Si logramos sobrevivir.

- Sí, Ginny, si logran sobrevivir.

- Es tan injusto, no tendría que ser él quien pasepor todo eso.

- Lo sé y, sin embargo, así es.

- Gracias, Sirius.

Tuvieron un desayuno muysilencioso. Cuando llegó el director, pasaron a la sala a esperar el siguientecapítulo. Unas llamas verdes inundaron la estancia, dejando el capítulo ymostrando dos figuras. Una era una chica, de cabello rizado y castaño,mostrando una hermosa y bien cuidada sonrisa; venía de la mano de un chicoalto, pecoso y de cabello rojo.

 

- Hola - saludó la castaña, luego se percató de lapresencia de Sirius y se abalanzó sobre él.

- Realmente no los esperaba a ustedes - confesóGinny - ellos son Ron, mi hermano y Hermione Granger, mejor amiga de Harry ymía, pues, según veo, ya no es una amiga para mi hermano, ¿Verdad, Ronnie?

- NO me digas así.

- Lo siento, la costumbre - dijo, encogiéndose dehombros.

- Pero bueno, Ginny. Ron y yo somos novios - dijocon una gran sonrisa en el rostro.

- ¡NO PUEDO CREERLO! - gritó emocionada - bueno,así puedes incorporarte oficialmente a la familia, aunque lo has sido desde elprincipio.

- Gracias, Ginny, aunque esto ya me lo habíasdicho.

- ¿Qué?

- Pues
nosotros venimos después de que termina ellibro que están leyendo.

- Entonces ¿A qué vinieron?

- No tengo idea.

- Entonces, empecemos.

El Ghoul en Pijamas.

Muchos fruncieron el ceño, menoslos Weasley y Hermione.

Después de la muerte de Moody,fue casi imposible hacer que Harry entrara en razón, pero terminaronconvenciéndolo de que se quedara en la madriguera, aunque aún seguía culpándosepor lo sucedido.

Los chicos habían decidido partirdespués de la boda de Bill y Fleur, un día después del cumpleaños de Harry. Laseñora Weasley no quería que ellos dejaran la escuela, se oponía rotundamente. Estuvointentando separarlos durante mucho tiempo, Harry se desesperaba, pensando enque la señora Weasley creía que alguien iba a matar a Voldemort mientras losmantenía encerrados.

- Me dijo algo similar - comentó Ginny, enojada,porque le había dicho que nada más era una broma, aunque nunca lo creyórealmente.

Sumándose a eso, aún no encontrabanel cuerpo de Ojoloco; el ministerio aún no decía nada por la enorme cantidad demagia que Harry empleó, siendo menor de edad, para escapar de los mortífagos.El señor Weasley era de la opinión de que eso sucedía porque Scrimgeour noquería admitir que había habido una fuga masiva de Azkaban.

- Claro, ¿Para qué decir la verdad? - observó lacicatriz que tenía en su mano, en color blanco "No debo decir mentiras".

Sirius soltó un gruñido, al igualque los demás del futuro.

- ¿Por qué Harry tiene esa cicatriz?

- En nuestro quinto año, tuvimos a DoloresUmbridge como profesora de defensa contra las artes oscuras
- Hermione se viointerrumpida por James.

- ¿El Sapo rosa les dio clases? - todos rieronante el comentario y la cara de incredulidad de James - ¿Por qué Dumbledore lacontrató?

- Oh, no, Dumbledore jamás la contrataría - dijo Ron- en realidad, el ministerio estaba totalmente demente porque Harry y Dumbledoredecían que Voldemort había vuelto (obviamente era cierto), y ellos seobstinaban en decir que todo era mentira, Fudge era un cretino. En fin, el ministerio queríatener control en la escuela, así que el sapo comenzó a darnos las peores clasesde DCAO que habíamos tenido
creo, no sé quien fue peor, si el idiota o labruja rosa ¿Ustedes qué dicen?

 

- Preferiría aguantar mil Lockharts que a una solaUmbridge.

- Interesante.

- Pero ¿Qué hay de la cicatriz?

- Ah, sí. Harry estaba muy enojado porque no nosenseñaban lo que necesitábamos para enfrentarnos a la guerra y todo eso,entonces se enfrentó al sapo, quien lo castigó, haciéndolo escribir "no debodecir mentiras" con una pluma especial, que utilizaba sangre como tinta y segrababa en la piel.

- ¡Está demente!

- Y es horrible - comentó Ron, haciendo como si unescalofría le recorriera el cuerpo.

Fleur le indicó a Harry quedebería de disfrazarse para la boda pues, aunque los invitados no eranmortífagos, podría ser que algún dato se colara y no sería nada lindo. Ron, Harryy Hermione, de alguna forma lograron salir de los deberes que la madre delprimero les había encomendado. En ese momento, Harry comenzó nuevamente.

- Miren, sé que después del funeral de Dumbledoreles dije que podrían venir, pero

- Aquí viene de nuevo.

- Como sabíamos que haría. ¿Saben? Creo quetambién llevaré Hogwarts, una historia, aunque no vallamos a regresar ahí,simplemente no me sentiría bien si no lo tuviera conmigo

- ¡Escuchen!

- No, tú escucha. Iremos contigo, eso estádecidido desde hace mese
años,realmente.

- Deberían pensarlo bien.

- Veamos - comenzó Hermione - llevo empacandopor días, así que estamos listos para partir cuando sea, he estado practicandohechizos avanzados y complicados, sin mencionar que he tenido que robar todo elbastimento de poción Multijugos de Moody, bajo las narices de la madre de Ron. Tambiénmodifiqué la memoria de mis padres para que piensen que se llaman Wendell y MónicaWilkins, cuya ambición es mudarse a Australia, cosa que ya han hecho. Así serámás difícil que Voldemort los rastree y los interrogue sobre mí. Si sobrevivo ala caza de los Horrocruxes, iré a buscarlos y levantaré el hechizo; si no
bueno, estarán bien, ellos no saben que tienen una hija.

Lily y James parecían asombradosante tal revelación. Se sentían totalmente agradecidos con esa chica, quemostró tal lealtad a su hijo, como para aventurarse a todo eso.

- Hermione, yo
nosotros
- Lily no podía unir susideas.

- No se preocupen, ya todo pasó y mis padresrecuerdan todo.

- Pero lo que hiciste fue... notable, increíble,valeroso, gracias - consiguió decir James, antes de concentrarse en consolar asu esposa.

Ron llevó a Harry a su ático,donde le enseñó a su Ghoul; extrañamente tenía puesto un pijama, cabello rojizoy unas horribles pústulas.

- ¿Esto es normal?

- No. Él es yo. ¿Ves?

- No.

- Cuando nos vayamos, él bajará a vivir a estahabitación. Será yo, con Spattergroit. Bueno ¿Eh?

- No entiendo.

- El fingirá ser Ron, Harry. Con Spattergroit,si sale como lo planearon, nadie se acercará a él para comprobar si está en eseestado o no.

Harry no pudo dejar de sentirseagradecido con sus amigos. Ellos eran algo de lo poco que le quedaba y, sinellos, no podría continuar.

 

Los presentes sonrierontristemente. Sabían que la vida de Harry era dura, aunque él solíacomplicársela más él solo.

James y Lily no podían dejar deestar agradecidos con Ron y Hermione por ayudar tanto a Harry. Decidieron que,definitivamente, apreciaban mucho a esos muchachos.

Comenzaron a hablar de losHorrocruxes, habría que buscarlos y destruirlos pero ¿Cómo destruirlos?Hermione dijo que estuvo investigando, Harry no pudo evitar preguntarse cómo.Hermione adquirió un tono rosado.

- No había libros de eso, ni en la secciónprohibida.

- Dumbledore los removió todos pero
no losdestruyó.

- ¿Cómo los obtuviste?

- ¡No los robé! Eran libros de la biblioteca,y si Dumbledore no hubiera querido que nadie los obtuviera habría hecho más difícil

- Al grano - interrumpió Ron.

- Hechizo convocador.

Siguieron comentando lo queHermione había encontrado en esos libros; como el horrible proceso de hacer unHorrocrux, la inestabilidad que produce hacer uno solo, sin mencionar que lateoría era que Voldemort hizo seis.

- ¿Dice cómo destruirlos?

- Sí. Lo que Harry hizo con el diario deRiddle es una de las formas infalibles de destruir un Horrocrux.

- ¿Qué? ¿Apuñalarlo con un colmillo debasilisco?

- Qué bueno que tenemos todo ese arsenal decolmillos de basilisco, me preguntaba qué haríamos con ellos - comentó Ron,sarcásticamente.

Hermione explicó que no tenía queser necesariamente el colmillo, sino algo tan destructivo como su veneno. Harryse preguntaba cómo Dumbledore había destruido el anillo. Había tantas cosas queno le había preguntado. La señora Weasley irrumpió en el cuarto, diciéndolesque le ayudaran a acomodar los regalos de la boda.

- Es como ser un Elfo doméstico, pero sin lasatisfacción del trabajo. Cuando se acabe la boda, seré feliz.

- Claro
después solo tendremos que buscarHorrocruxes, serán como vacaciones ¿No?

Todos en el cuarto rieron.

Llegaron los Delacour. La señoraWeasley le preguntó a Harry cómo quería festejar su cumpleaños. El no quería nadaostentoso, una simple cena sería suficiente. Con los Weasleys y Tonks, Lupin yHagrid. Deseaba que Sirius hubiera podido estar con él, al igual que suspadres, pero, nuevamente, el era Harry Potter.

Sirius soltó un suspiro, éltambién hubiera deseado estar con Harry en esa ocasión. Observó a Lily llorandoen los brazos de James, decidió que no era justo.

Desapareció el capítulo y ningunanota apareció.




Buenoooo ya esta listo el cap, sé que había dicho que habrían dos partes, pero esque me di cuenta de que ya no había mucho más que poner y sería un micro capítulo :)

Ya decidí el curso de la historia, me pareció fabulosa la idea pero no les dire nada buahahahahahahahahahaha

Besos!

Hoolaaa!! ok, sé que hace mucho que no les escribía antes de que comenzara el capítulo pero esto es IMPORTANTE :)

Bueno, este capítulo comienza a ser un poco diferente, más enfocado a la relación de los personajes, además de que tiene mucho de mi imaginación :) bueno todo... ya sabrán a lo que me refiero.


Conociendo elfuturo.

 

El testamento deAlbus Dumbledore.

Ron y Hermione durmieron en lasala. Ron insistió que Hermione se quedara en el sofá, mientras él dormía en elsuelo, junto a ella. No pudieron recobrar el sueño rápidamente esa noche; lossucesos de los días anteriores seguían siendo muy frescos y tenían imágenes muyvívidas cada vez que cerraban los ojos. Gritos, hechizos, desesperación, miedo.Las tumbas de Tonks, Lupin y Fred.

Hermione dejaba que las lágrimascorrieran silenciosas por sus mejillas. Había sido demasiado en muy pocotiempo. Ron se percató de eso y se sentó a un lado de ella, secando laslágrimas con pequeños y tiernos besos; Hermione soltó una risita y enroscó susbrazos alrededor del cuello del chico, enterrando su rostro en su pecho. Rondevolvió en abrazo, acariciando su cabello y susurrándole palabras de consuelo.Cuando logró tranquilizarse, recostó su cabeza en el pecho de su novio, aligual que una de sus manos, cerrando los ojos, logró quedarse dormida.

Ron, por el contrario, seguíamostrando resistencia. Fred
Le dolía demasiado. Sabía que su familia novolvería a ser la misma sin él. Sus bromas a su madre sobre su verdaderaidentidad, su forma de animarlo, todo lo que significó a lo largo de los años.Suspiró y apretó un poco más a la chica en sus brazos, y logró esbozar unasonrisa.

Se había dado cuenta de que eraespecial desde el primer momento en que la vio en el Expreso de Hogwarts, pormás de que él lo negara. Lo había embobado con su forma de expresarse y susansias por saber y demostrar que sabía. Su primer año los había unido, pero nose imaginaba hasta qué punto llegaría a querer a la niña con pelo enmarañado.En su cuarto curso comenzó a notarla desde otro punto de vista; llegando a susexto curso, cuando entendió que estaba enamorado de su mejor amiga. ¿Y quédecir de su año en busca de los Horrocruxes? Esos celos sin sentido que sentíapor la relación de Harry y Hermione, hasta que entendió que era únicamente unahermandad.

La amaba. De eso no había duda, yera muy feliz a su lado, todo parecía perder peso junto a ella. Era la pequeñaluz en su oscuridad. Haría cualquier cosa por ella; no importaba el precio,mientras ella fuera feliz. Besó su frente y luego depositó su mejilla en eselugar, cerró los ojos y luego no supo nada.

El día comenzaba tranquilamenteen la casa Potter. Ginny y Sirius se encontraron en el pasillo y se dieron losbuenos días, aún un poco soñolientos. Bajaron las escaleras, silenciosamente.Ginny estaba a punto de entrar en la cocina, cuando Sirius la tomó del brazo;levantó la mirada para ver una sonrisa esbozándose en sus labios y señalaba conun dedo a la sala, donde se encontraban Ron y Hermione
abrazados. Ambosintentaron contener la risa, luego los cucarían por eso. Se sentaron en el antecomedorde la cocina, esperando. Nadie más bajaba y Sirius comenzaba a exasperarse.

- Debemos hacer algo, Sirius - ese comentariodesconcertó completamente a Sirius.

- ¿A qué te refieres?

- A cambiar el futuro.

- Cosas horribles sucederían.

- No lo creo
Mira, no me juzgues loca; pero tengoel presentimiento de que sería lo correcto por hacer.

 

- ¿Estás segura?

- Sí, creo que es algo que debe ser cumplido.

- Hablaremos con Dumbledore.

- Bien.

James entró a la cocina, aúnsoñoliento y comenzó a preparar el desayuno, Sirius lo observaba, divertido.

- ¿Desde cuándo cocinas?

- Desde que Harry grita a estas horas de lamañana.

- ¿Harry está aquí?

- Sí, Padfoot no pudo llevárselo anoche, creo quetenía una cita - Sirius sonrió, tristemente - y es Luna Llena.

- Iré a verlo - gritó, emocionada, saliendo de lahabitación.

- James
¿Con quién salí, anoche?

- ¿Con quién más crees? Espera
¿Ya no estánjuntos?

- Doce años en Azkaban no son fáciles de superar.

- Pero, yo creí que ella te habría esperado.

- Y lo hizo - un nudo se ató en la garganta de Sirius- y murió.

- No, no puede ser - exclamó, sorprendido,anonadado, triste; después de todo, ella también era su amiga.

- Al igual que tú, Lily, yo...

- No puedo creerlo.

- Lo sé, yo
no lo soporto, yo debí haberlasalvado, no pude, me tenían encerrado en la casa de la arpía.

- ¿De tu madre?

- Sí, la usamos como cuartel general y no medejaban salir.

- No había nada que pudieras haber hecho.

- Yo debí salir a rescatarla, James.

- ¿Solo? Porque sabes que nadie te hubieraapoyado.

- No, no podría haber ido solo.

- Entonces no fue tu culpa - Sirius soltó un suspiro, James imaginaba comose sentía, porque él sentiría lo mismo si le prohibieran ir a rescatar a Lily -Anda, comamos.

Sirius sonrió, sólo James lograbasacarle una sonrisa cuando se sentía tan deprimido. La mañana siguió igual quetodas las demás. Y llegó el momento de leer el siguiente capítulo. Seacomodaron en la sala, esperando que las llamas inundaran el lugar; en sulugar, un gran destello cegador apareció.

Un muchacho, no muy alto, decabello negro revuelto y ojos verdes destellantes se encontraba frente a ellos,con un bebé en los brazos, lo abrazaba protectoramente. Parecía intranquilo ysorprendido de verlos ahí. Parecía querer decir algo, pero las palabras nosalían de su boca. De pronto, pareció serenarse, como entendiendo algo.

- Ahora sí, increíble. Voldemort no pudo, pero ungolpe en la cabeza sí. Maldita sea mi suerte.

- ¿Eh? - preguntó Ron, atrayendo la mirada deljoven.

- ¿Ron? ¿Qué haces aquí? ¿También te moriste tú?

- ¿Morirme? ¿De qué hablas, Harry?

- Claro, ¿Qué no lo ves? Aquí están mis padres ySirius y Dumbledore

- Harry, solo regresamos en el tiempo, no estamosmuertos - le dijo Hermione, despacio, mientras el color del rostro de Harry sedesvanecía - ¿Acaso no te dijeron nada?

- No.

Continuó observando a su alrededor,viendo a los presentes y sintió que la felicidad comenzaba a llenar su corazón,rematando en una cabellera pelirroja y de ojos cafés, con un niño en losbrazos, con ojos y cabello iguales a los de él.

- Ginny - susurró, antes de acercarse a ella ybesar su mejilla, ella lo miraba extasiada, como si no hubiera nada mejor queél. Se miraron a los ojos, transmitiéndose todo lo que pensaban con esa meramirada.

- Te extrañé - murmuró. Harry la abrazó con amor,delicadeza y sin querer dejarla ir, sin querer separarse de ella nunca jamás.Una pequeña tos tras él, le recordó que no estaban solos
y un poco a Umbridge.

 

- ¿No piensas saludar a tu padrino muerto? -preguntó Sirius, ofendido.

- ¡Sirius! - exclamó, corriendo a darle un abrazo,cuidando que el bebé que tenía en brazos no se cayera. Se sentía completamentefeliz, como hacía meses que no se sentía. Se sentía completo, las lágrimasestaban en sus ojos, luchando por no salir - Lo siento, fue mi culpa, no debíhaber hecho caso a Kreacher, fui un estúpido, yo

- ¡Hablas demasiado! Mira, quiero presentarte aalguien - lo puso enfrente de sus padres, que lo miraban, extasiados - Harryellos son tus padres.

Se quedaron así un momento,viéndose, simplemente examinando cada detalle. James sonrió y atrapó a su hijo enun abrazo, que le devolvió, gustoso; nada se comparaba con esa sensación, detener padres, de saber que te aman a pesar de todo. Se separó de su padre, paravoltearse a enfrentar a su madre, que estaba bañada en lágrimas; ella seacercó, poco a poco, a Harry, con la mirada fija en su cicatriz. La delineó consu dedo, luego acarició su mejilla y lo abrazó. Harry no logró retener algunas lágrimas,así que escondió su rostro en la cabellera de su madre.

Los que observaban la escena,sonreían. Sabían que Harry merecía esa dicha, después de todo lo que habíahecho y sufrido. Se separaron después de un buen rato, se vieron a los ojos,los mismos ojos.

- Así que
Voldemort ¿Eh? Dicen que lo derrotaste.

- Uh
sí, no fue nada

- ¡¿Nada?! - exclamó Ron - Nada es ser un elfodoméstico, esto es una hazaña, Harry.

- Ron tiene razón, esto es
- empezó James.

- Colosal - terminó Sirius.

- ¿Alguna vez pensaste en ser escritor? - preguntóHarry, Sirius negó con la cabeza - Podrían utilizar tus palabras muy bien en elprofeta.

- ¡Estás demente! - Harry rió, luego se pusopensativo.

- ¿Qué hacemos aquí?

- Leemos un libro sobre nuestra aventura cazandoHorrocruxes.

- ¿Hay un libro?

- Sí.

- Eso suena interesante.

- Pues, deberíamos empezar a leerlo - le preguntóHermione. Harry se sentó junto a Ginny, con ambos niños en los brazos - ¿Dequién es ese niño, Harry?

- Es Teddy - respondió con una gran sonrisa.

- ¿Está tan grande ya?

- Un año, exactamente. Estábamos en casa de suabuela, celebrando su cumpleaños, cuando aparecimos aquí, después de golpearmela cabeza.

- Uh
¿De quién es hijo? - preguntó Sirius,confundido.

- ¿A quién se parece? - Sirius lo examinó. Teníael cabello azul eléctrico y los ojos color miel.

- ¡NO!

- ¡Sí!

- Creí que era imposible.

- ¿De qué me perdí? - preguntó James, confundido,buscando la respuesta en su esposa, pero ella parecía estar en la mismasituación.

- Remus y Tonks - respondió Harry, con una gransonrisa.

- ¡NO! - repitió James.

- ¡Sí! - respondió Sirius, emocionado.

- ¡Tenemos un sobrino!

- Otro - corrigió Sirius.

- ¿Eh?

- Yo
uh

- ¡SIRIUS BLACK! ¡¿TIENES UN HIJO?! - toda la salaexplotó en la misma frase. Nadie lo sabía, era un secreto.

- Sí - admitió.

- ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Quién es? ¿Cuántos añostiene? - le bombardeó Harry.

- Cómo, creo que sabes cómo, Harry - Harry seruborizó - con quién, yo estuve casado, hasta
bueno, hasta Azkaban, dondeterminé con ella.

 

- ¿La terminaste o te terminó?

- Yo terminé con ella, no sabía cuando saldría deahí, no podía atarla de esa manera tan cruel
y, aún así, ella iba a verme a laprisión. Un día dejó de ir, y pensé que se había cansado de mí, así que intentéolvidarla. Cuando escapé de Azkaban, la busqué como Canuto y la encontré; ellallegaba de hacer las compras, llevaba muchas bolsas y me vio, se quedó pasmaday tiró lo que traía en sus manos, yo ya me iba, cuando se abrazó a mi cuello,entramos a su casa y
y me enteré de que tenía un hijo de doce años.

- ¿No lo sabías?

- No. Ella nunca me lo dijo, por eso dejó de ir aAzkaban. El es un muchacho alto, ojos grises, sonrisa muy amplia, como su madre- sonrió al recordar la hermosa sonrisa que ella solía darle a él y solo a él -Damián White, es un año menor que tú, Harry.

- ¿El es tu hijo? - preguntaron Hermione y Ginny,incrédulas, con aire soñador.

- Tienen la misma cara que las chicas cuando nosmiraban en nuestros años de Hogwarts - comentó James, recibiendo un golpe deLily y haciendo que las chicas se ruborizaran.

- Es el encanto Black.

- Ya caigo, por eso dijiste que White era nuestroapellido cuando vinieron Prongs y Moony.

- Sí; Daisy nunca fue muy creativa.

- Así que se llama Daisy.

- No realmente, usó ese nombre desde que entré enAzkaban, para evitarse problemas y todo eso.

- Vaya
nunca lo imaginé - Sirius sonriólevemente, luego propuso en voz muy alta.

- ¡Leamos!

El testamento de AlbusDumbledore.

Iba caminando por el camino deuna montaña. Lejos, había una sombra de una pequeña ciudad. ¿Era el hombre alque había visto ahí, el que necesitaba tanto que él podía pensar en tan pocasotras personas, el hombre que tenía la respuesta a su problema?

- ¡AY! ¡Despierta! - Harry divisó a Ron; lacicatriz le dolía - estabas murmurando dormido.

- ¿Ah, sí?

- Sí; 'Gregorovitch' solo decías eso.

- ¿Quién es Gregorovitch?

- Tú eres el que lo repetía.

Harry no podía descifrar quienera el tal Gregorovitch, solo sabía que Voldemort lo buscaba y que tenía algoque ver con el Quidditch.

- Como sea, feliz cumpleaños.

- ¡Cierto! - se recordó Harry, sacó su varita- ¡Accio Lentes!

Sirius y James lo veían con unagran sonrisa, pero Lily se limitó a decir:

- Muy maduro, que bien que ya eres mayor de edad.

- ¡Uno no cambia de la noche a la mañana, Lily! -no podía, simplemente no podía llamarla mamá, sería demasiado doloroso. Alparecer a ella le dolió que le llamara así, pero es que simplemente no podía;rápidamente agregó - además de que me sentía libre.

- ¿Y con un accio te sentiste mejor? - preguntó Sirius,con sorna.

- Pues
sí.

Ron le regaló una copia de "Doceformas de encantar a una bruja". Los señores Weasley le regalaron un reloj;cuando la señora Weasley comenzó a alegar que no era nuevo, Harry se limitó aabrazarla, diciendo todo lo que no podía expresar a su 'Madre postiza' como lallamaba, secretamente.

 

Ante esto, Lily, comenzó aderramar lágrimas por sus mejillas, nuevamente. Harry sintió un vuelco en elcorazón, así que se levantó y se acercó a ella, secando sus lágrimas yabrazándola, la miró a los ojos y le dijo:

- Nunca me he olvidado de ti. Todo lo que hice fuepor ti y por papá, ustedes fueron la fuerza que me impulsó a seguir y a no caeren la oscuridad. La señora Weasley me trató como un hijo desde mi primer año,cuando me regaló un suéter tejido para Navidad, como al resto de sus hijos.Pero jamás te reemplazaría, por nadie.

- Oh, Harry - dijo su madre, abrazándolonuevamente, con la barbilla apoyada en el hombro de su hijo le susurró - estoy tanorgullosa de ti, de todo lo que has logrado, de ser quien eres. Y te amo, noimporta que no seas mi pequeño bebé de un año, porque simplemente eres tú.

Harry se quedó con las palabrasahogadas en la garganta, mientras algunas lágrimas escapaban por sus ojos. Sumadre besó su frente.

Hermione le dio un Chivatoscopionuevo. Bill y Fleur le regalaron una rasuradora. Y Ginny, bueno, el regalo deGinny fue el que más le gustó.

Harry le arrebató el libro de lasmanos a Sirius, con la cara tan roja, como el cabello de su madre.

- Harry quiere a Ginny, Harry quiere a Ginny -comenzó a canturrear, provocando que la chica también adquiriera el color de sucabellera en la cara.

- ¿Qué te regaló Ginny? - preguntó su padre, concuriosidad. Ron sonrió maliciosamente, era hora de vengarse por besuquearse consu hermana.

- Oh, nada interesante - Harry se volvió hacia él,sabiendo lo que se proponía, en su cara se leía el terror - unos cuantos besos,fue todo.

- Harry y Ginny, sentados bajo un árbol, besándose- seguía Sirius.

Por la noche, se celebró la cenade cumpleaños de Harry, donde todos los Weasley (excepto Percy), Tonks, Remus yHagrid asistieron. El señor Weasley aún no llegaba, mientras que su esposacomenzaba a impacientarse. Estaban por empezar sin él, cuando llegó, diciendoque el ministro de magia iba en camino. Tonks y Remus se fueron rápidamente.

Cuando llegó el ministro, llamó aHarry, Ron y Hermione para hablar aparte. Comenzó a interrogarlos acerca de quétan cercano eran a Dumbledore. Ron cometió el error de decir que no era muycercano a su difunto director, cosa que Scrimgeour no dejó pasar por alto. Leyóel testamento en voz alta, donde heredaba su deluminador a Ron, su libro de "Leyendasde Beedle el Bardo" a Hermione y la espada de Godric Gryffindor a Harry, ademásde la primera Snitch que atrapó.

Ésta última provocó un poco decontroversia, ya que creían que tenía oculto algún mensaje de Dumbledore;cuando Harry la tomó y nada pasó, el ministro se exaltó. Harry comenzó aretarlo, sobre hacer su trabajo correctamente. Después de una discusión, elministro se fue.

Los tres examinaron sus herenciasen el cuarto de los chicos, encontraron que la Snitch tenía grabadas unaspalabras. 'Me abro al cierre' pero no les dijo nada.

Ahí terminó el capítulo,desapareciendo por completo entre llamas escarlata.


Ajá! que les pareció?

a mi me encantó el cap :)

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Conociendo el futuro.

 

Capítulo 9.

Todos se quedaron viendo alpergamino, esperando que diera alguna otra explicación, pero simplemente noaparecía. De pronto, sonó el timbre de la casa; James fue a abrir, seguido deeso, comenzaron a escucharse risas.

- ¿Quiénes son? - preguntó Harry.

- Deben ser Padfoot y Moony - respondió Lily,llamándolos por sus apodos, para no hacerlo muy confuso.

- ¡Yo quiero ver eso! - exclamó Harry, contento,dejando a Teddy en manos de Hermione. Salió de la sala de los Potter y se encontrócon cuatro personas: Padfoot, que venía de la mano de una hermosa mujer 'talvez es Daisy' pensó; Moony, pálido y demacrado y

- ¡Fuera! - exclamó Harry; mientras, en la sala,Sirius escuchó el grito de su ahijado.

- Oh, oh

- ¿Crees que sea
? - preguntó Ginny, Siriusúnicamente asintió con la cabeza.

- Esto no es bueno - comentó Hermione, Lily yDumbledore tenían cara de haberse perdido algo importante, Ron se habíalevantado abruptamente desde que escuchó a su amigo gritar y se dirigió a dondese encontraba.

- ¡Suéltame! ¡Voy a matarlo! ¡Juro que lo haré! -gritaba Harry.

- Lo sé, por eso no te dejo ir - decía Ron,forcejeando. Sirius se dirigió a donde estaban.

- Harry, cálmate, no ganarás nada con esto.

- ¿Calmarme? ¿Cómo quieres que me calme?¡Suéltame! - dio un puñetazo a la nariz de Ron, que empezó a sangrarviolentamente.

- ¡Harry! - le llamó su padrino - Harry ¡No!

Pero no pudo hacer nada, Harrytenía a Peter Petigrew agarrado por el cuello de su camisa, lo miraba con totaldesprecio, Sirius llegó corriendo, justo a tiempo de impedir que Padfootgolpeara a Harry. Moony parecía dispuesto a lo mismo y James estaba demasiadoaturdido como para hacer nada.

- ¡Que se calmen con un demonio! - exclamó Lily,enojada, haciendo que todos se quedaran quietos, viéndola; todos, exceptoHarry, que seguía mirando a Colagusano con odio.

- ¿Qué sucede? - preguntó James, en un susurro.

- Yo les diré lo que sucede - dijo Sirius -Colagusano, serías tan AMABLE de mostrarnos tu brazo izquierdo ¿Por favor?

Cada palabra estaba inyectada conveneno, del más puro y letal de todos. El color de la cara del aludido sedesvaneció por completo, los habitantes del pasado lo miraban estupefactos, ¿Aqué venía esa declaración? Colagusano se convirtió en rata en las manos deHarry, pero él no lo permitiría, no de nuevo.

- ¡Petrificus Totalus! - exclamó, la pequeña ratase quedó paralizada al instante, Harry la tomó por la cola - ¿Creíste quéharías eso nuevamente?

- Harry

- ¡No! No escucharé esta vez, no dejaré que diganque es lo mejor para mí, esta vez haré las cosas a mi manera - Sirius se cruzóde brazos.

- De acuerdo, ¿Qué harás, entonces? ¿AvadaKedabra? ¿Lo torturarás hasta la locura? ¿Tal vez un Sectusempra? Eso lo haríamás entretenido, ya sabes, con toda la sangre y esos efectos especiales - Harrysoltó una gran cantidad de aire, enojado.

- ODIO cuando haces eso.

- ¿No te odiarías más si lo mataras? Azkaban seríasuficiente.

- ¡JA! ¿Para qué escape como la maldita rata quees? Ya probamos que eso es posible Sirius.

- Lo juzgarán, podrían darle hasta el beso

- ¡BASTA! - rugió Padfoot - ¡Explíquenme lo queestá sucediendo!

 

- ¿Quieres saberlo en verdad?

- Sí - Harry aplicó el mismo hechizo que supadrino en su tercer curso sobre la rata, que se convirtió en un congeladoPetigrew, que lo miraba con terror. Harry levantó la manga izquierda de sutúnica, donde relucía la marca tenebrosa. Los merodeadores jadearon, dolidos.

- ¿Wormtail? ¿Tú? - preguntó Moony, decepción erapoco.

- Tú
nos has traicionado, eres
eras nuestroamigo
nos ibas a entregar a Voldemort ¿No es cierto? - espetó. Para luegoabalanzarse sobre él, pero la chica que iba a su lado lo detuvo.

- ¡Sirius, no! - gritó la muchacha, intentando contenera Sirius, pero sus intentos eran en vano por la fuerza del merodeador. James yMoony lograron detenerlo, aunque parecía que tenían ganas de soltarlo, paragolpearlo ellos mismos. Harry despetrificó al animago y golpeó su pómulo, confuerza.

- Aléjate de ellos - lo sacó de su casa y cerró lapuerta con un azotón. Sin mirar a nadie, se dirigió a la sala, nuevamente.

Se sentó junto a Ginny, que loabrazó, fuertemente. El hundió la cara en su cuello, apretando los puñosfuertemente. Ginny acariciaba su cabello y él se sentía bien así, a excepciónde esa ira que lo seguía consumiendo; vio un destello de luz de reojo y se tirócon Ginny al suelo. Se paró, nuevamente, con su varita en alto, paraencontrarse con su padrino, que le retaba.

- Anda, Harry ¿Qué esperas?

- ¡Rictusempra! - exclamó, Sirius esquivó elhechizo con facilidad.

- ¿Con eso derrotaste a Voldemort? Entonces no hade ser tan bueno como dicen.

- ¡Tarantallegra!

- ¡Impedimenta! ¡Furunculus!

- ¡Protego! ¡Desmaius! - Sirius esquivó el ataquey un lazó un hechizo no verbal, que Harry tuvo que esquivar, aventándose a unlado, destruyendo un florero de Lily.

- Demonios, Lily no va a estar contenta, ¡Reparo!- error, Harry aprovechó esa distracción.

- ¡Expelliarmus! ¡Desmaius! - Sirius cayó alsuelo, inconsciente. Harry respiraba entrecortadamente, con la varita de supadrino en la mano; se acercó a él y susurró - Enervate.

- ¡Ay! Me golpee la cabeza.

- Podría haberte herido - le reprochó Harry.

- Pero descargaste tu coraje ¿Cierto?

- Cierto.

- Eso es lo que pretendía. Ahora, vamos a lacocina, para que tu madre nos deleite una vez más con sus dotes culinarios ypodamos explicar que fue todo esto.

- Bien. ¿Vienen? - preguntó a sus amigos y aGinny.

- ¿Te disculparás? - preguntó Ron, juguetonamente.

- Lo siento, Ronnie, pero sabes que no es muysabio detenerme cuando estoy enojado.

- JAMÁS vuelvas a llamarme Ronnie.

Harry, Ron, Hermione, Ginny, Siriusy Dumbledore entraron a la cocina, encontrándose con unos Padfoot, "Daisy" yMoony muy confundidos, pero no preguntaron absolutamente nada. Harry se sentójunto a su madre (que estaba junto a James) y Ginny; frente a él, Ron yHermione platicaban alegremente con Sirius. En el otro extremo de la mesa,Padfoot, Daisy y Moony cuchicheaban por lo bajo, mientras Dumbledore, sentadojunto a Ginny, comía con un semblante serio, que a Harry no le dio buenaespina.

- ¿Profesor? - susurró, el aludido levantó lacabeza - Hice mal, ¿Cierto? Esto no debía de haber sucedido así.

- Me temo que no, Harry. Sabes que tus padresdeberían de seguir confiando en Petigrew y morir en poco tiempo.

 

- ¿A qué fecha estamos? Exactamente.

- Hoy es 30 de octubre - Harry sintió un vuelco enel estómago, mientras el color se iba de su rostro.

- Mis padres deberían de morir mañana.

Ginny, que había escuchado todo,tomó su mano bajo la mesa y la apretó suavemente. Un estallido se escuchó en lahabitación contigua; Harry se precipitó, con la varita en alto, seguida por supadre, Sirius y los merodeadores de la época. Se encontraron con que solo habíauna nota en un pergamino que carecía totalmente de color y que parecía másviento que otra cosa.

Una decisión individualdeberán hacer,

Para su destinopoder reemprender.

Un cambio de vida,

Será la únicasalida,

Pero hay dos vías,

Quedarse cambia elambiente,

Mientras que irsecambia la mente.

Elegid con cuidado.

El futuro terminarácambiado.

Los señores conocidos como Padfoot, Moony y Feline, podrán quedarse aleer los capítulos. Las identidades reales pueden revelarse. Deberán resolverel acertijo para entender lo que deben hacer al terminar de leer.

Harry, James y Sirius comenzarona buscar respuesta o sentido al acertijo, pero no lo lograban. Moony y Daisyparecían intentarlo también, pero al no saber realmente lo que sucedía, les eraimposible descifrarlo. Padfoot se encontraba doblemente perdido.

- ¿Quién es Feline? - preguntó Harry, confundido.

- Soy yo - respondió la chica que acompañaba a Sirius- pero creo que la verdadera pregunta aquí es ¿Quiénes son ustedes?

- Pues resulta - dijo Sirius, con una sonrisa -que yo soy Sirius Black.

- ¡Qué ese soy yo! - brincó Padfoot.

- Y también yo - continuó el primero.

- Oh, Merlín - susurró Feline, examinando a Sirius- ¿Qué sucedió?

- Azkaban - dijo, sin mirarle a los ojos, no podíahacerse eso a él mismo
¿Qué dijo? Demonios, malditos viajes en el tiempoconfusos. Feline se volvió a Padfoot y lo abrazó fuertemente, causando celos enSirius, que sacudió su cabeza.

- ¿Y tú?

- Yosoy Harry, Harry Potter - contestó Harry.

- ¡Estás tan grande! - exclamó Feline, abrazándoloafectuosamente.

- ¡Espera! ¿Me están diciendo que son del futuro? -preguntó Padfoot.

- Sí, amor, mira, él es tú y Harry es el pequeño Harry- explicó Feline.

- Eso es lo más extraño que he escuchado en todami vida, y vaya que he escuchado cosas extrañas - comentó Harry.

- ¿Quién más está aquí?

- Pues
Ron y Hermione, que son mis mejores amigosy Ginny que es mi
mi
mi
¿novia? - se quedó pensativo, tendría que hablar conella, no sabía desde cuando la habían traído - oh y el pequeño Ted.

- ¿Quién es Ted? - preguntó Moony, a lo que James,Sirius y Harry sonrieron ampliamente, sonrisa que el resto de los presentesinterpretaron de inmediato, Moony se volvió a Padfoot, que lo veíamaléficamente - Ay, no.

- Moony tiene novia, oh sí, Moony tiene novia, y tienenun niño y tienen un niño - canturreaba Padfoot; Sirius lo observaba, confastidio.

- Yo que tú, me callaba - comentó en un tono devoz muy bajo, pero con un deje de diversión.

 

- ¿A qué te refieres? - preguntó él.

- ¿A qué crees que me refiero? - Padfoot reflexionóun momento.

- ¡No!

- Sí.

- No te lo creo.

- Pues créelo - Padfoot iluminó su rostro con unade las más despampanantes sonrisas que haya mostrado jamás. No desde que Felinele había dicho que sí.

- ¿Oíste eso? - preguntó, mirando a su esposaquien asentía ausentemente, como asimilando la idea, porque después sonriócompletamente. Padfoot la abrazó y besó su frente. Harry sentía que una burbujade felicidad se alzaba a su alrededor al verlo tan feliz, pero setronó al ver a su verdadero padrino abatido.

- Deberíamos ir con los demás a enseñarles lanota. Seguramente Hermione podrá descifrarlo en un santiamén.

- Tu madre también será de mucha ayuda - le recordóJames.

- Cierto - dijo Harry, sonriendo.

Hermione repitió el acertijo envoz alta, mientras Lily, Dumbledore, Moony, Feline y ella misma intentaban resolverlo.

- La primera parte es obvia, debemos decidir algo,relacionado con lo mismo, pero cada quién deberá de elegirlo - comentó Lily.

- Lo del destino a reemprender
- aventuró Harry - creo que ya hemos cambiado el futuro alcorrer a Petigrew.

- ¿Qué dices? - preguntó James.

- Mañana es 31 de octubre - apuntó Harry.

- Eso ya lo sé, pero eso ¿Qué tiene que ver?

- Ustedes murieron el 31 de octubre - Padfoot setransformó en perro y aulló con dolor, saliendo de la cocina, con una tigresadetrás de él - Ya veo lo de Feline.

- ¿Creen que debamos cambiar el futuro? - preguntóRon.

- Sería muy arriesgado - refutó Lily.

- Debemos decidirlo esta noche - aclaró Sirius.

- El acertijo debe decir algo sobre esto. Si loresolvemos, nos será más fácil elegir - informó Hermione.

- Bien - dijo Harry.

- Supongo que debemos reemprender nuestras vidas -aportó Ginny-

- Pero algo así como un destino reemprendido
-dijo Moony.

- Sigo creyendo que nos trajeron para quecambiáramos el futuro.

- ¿Por qué insistes, Ron?

- La última frase: "El futuro terminará cambiado"

- Entonces ¿Cuál es la decisión que debemos detomar? - preguntó Hermione.

- Quedarnos o regresar - dijo, encogiéndose dehombros. Harry lo miró incrédulo; estar con Hermione realmente le hacía bien.

- Me sorprendes Ron. Creo que tienes razón.

- O sea
que si decidimos quedarnos, tendremos queempezar desde cero y sin nuestras familias

- Y si regresamos, nuestra mente cambia

- Nuestras memorias

- Todo será diferente a como lo conocemos. Loschicos del futuro se miraron, sin saber qué hacer. El primero en hablar fue Sirius.

- Creo que es obvio lo que yo elegiré - todos lovoltearon a ver - aquí puedo luchar y vivir; allá simplemente moriré. Yo mequedo. Pero ustedes no tiene que elegir, por ahora. Piénsenlo. Ahora, a dormir.

Y Sirius salió de la cocina,dirigiéndose a su habitación. Ron y Hermione volvieron a usar la sala y Harry dormiríaen el suelo de la recámara de Ginny.

- ¿Gin?

- ¿Sí?

- ¿En qué tiempo te trajeron?

- Justo después de la boda de Bill y Fleur ¿A ti?

- Un año después de derrotar a Voldemort.

- ¿Y qué tal es el mundo sin Mr. Tom?

- Es mucho mejor - Harry se detuvo un momento yagregó - sobre todo porque estás conmigo.

 

- ¿En serio? - los ojos de Ginny brillaron.

- Sí - respondió Harry - te quiero, Gin.

- Y yo a ti, Harry - luego le miró a los ojos - tuquieres quedarte ¿No es cierto?

- Si regreso, olvidaré todo, Gin. Todo lo queluché y sufrí, tendré una vida donde recordaré padres amorosos, pero no seránmis recuerdos
prefiero volver a derrotar a Voldemort.

- Te entiendo. Yo tampoco quiero olvidar, podríasuceder cualquier cosa, pero mis padres

- Lo sé. Haz lo que te haga feliz, Gin.

- Tú me haces feliz.

- ¿Podrías vivir feliz alejada de tu familia? -preguntó Harry - buenas noches, Gin, descansa.

Y se quedaron sin más, sumiéndoseen sus pensamientos. Al día siguiente, todos se acomodaron en la sala después dedesayunar, esperando el capítulo siguiente.


Okei! este cap me gustó bastante. NECESITO preguntarles algo...

¿Les importaría que comenzara a incluir dos caps de Las REliquias de la muerte por capítulo de Conociendo el futuro?

Les pregunto porque los caps serían mas largo así, además de que tengo algunas cosas planeadas ii se da mejor si lo hago de esa forma, aunque siempre puedo dividirlas. ustedes decidan :)

un beso,

LW

Conociendo el futuro.

Capítulo 10.

En la sala de los Potter habíauna reunión muy particular, donde pasado y futuro convivían. James, Lily, supequeño hijo Harry Potter, además de su ya crecido hijo que estaba acompañadodel pequeño Ted Lupin. Ginny y Ron Weasley, junto con Hermione Granger y SiriusBlack. Moony, Padfoot y Feline, además del profesor Dumbledore.

Unas llamas grises inundaron lasala y un nuevo capítulo apareció. Esta vez se notaba más grueso que las vecesanteriores y no había ninguna nota que indicara nada más.

La boda.

Ese día, Harry tomó pociónmultijugos, para poder hacerse pasar por 'el primo Barny'. La madriguera seveía espléndida. Harry se sentía un poco incómodo, pues el chico muggle dequien habían tomado el cabello era un poco más ancho que él.

- Claro que era más ancho que tú, ¡Un palo estaríamás ancho que tú! - dijo Lily.

- Estás exagerando - le respondió Harry, con unagran sonrisa.

Fred, al notar eso, comentó:

- Cuando YO me case, les ahorraré todo esto. Podránusar lo que quieran y le hechizaré a mi madre hasta que acabe todo.

Hermione comenzó a llorar largo ytendido, Ron la abrazaba, pero parecía que estaba en la misma situación. Todoel mundo, excepto Harry, los observaba, extrañados.

- ¿Qué sucede? - preguntó Sirius, temiendo lopeor.

- Fred
bueno, él murió el día de la batalla final.

- ¿Qué? - la voz de Ginny se quebró en su gargantay sus ojos se llenaron de lágrimas. Harry tomó su mano y secó una de laslágrimas que caían por las mejillas de la chica.

- Lo siento, Gin - la pelirroja se abrazó a él confuerza.

Comenzaron a llegar los invitadosy los chicos a recibirlos. Lupin y Tonks llegaron, disculpándose por haberseido tan repentinamente de la fiesta, gracias a la política anti-hombres lobodel ministerio, Harry les aseguró que estaba bien, Lupin sonrió un poco, perocuando se volteó, Harry pudo observar que su expresión volvía a la miseria.

 

Moony bajó un poco la cabeza,Feline le apretó la mano para indicarle que todo estaba bien y Padfoot pasó unbrazo por los hombros de su amigo. Sirius lo observaba con simpatía, pero concierto reproche.

- Así que
¿Quién es Tonks? - preguntó Feline.

- Es la esposa de Lupin - contestaron los delfuturo al unísono.

- Madre de Teddy aquí - comentó Harry, señalandoal bebé en sus brazos. Los ojos del licántropo se abrieron de par en par; sehabía percatado del niño y sabía que su hijo estaba en ese tiempo, pero nuncale pasó la idea por la cabeza. Los presentes sonrieron.

- ¿Ese
ese es mi hijo? - titubeó.

- ¡Sí! ¿Quieres cargarlo?

- Uh
yo
este
- pero no era una pregunta, Harry colocóa su ahijado en los brazos de su padre. El niño sonrió ampliamente, comoreconociendo a la persona quien lo sostenía. Moony le sonrió en respuesta yabrazó al pequeño.

Hagrid y Xenophilius Lovegood(que traía puesta una camisa amarilla con extraños símbolos, un triángulo,rodeado por un círculo y atravesados por una línea recta), junto con su hija,Luna (quién parecía extasiada porque un gnomo la mordió), también aparecieron. Harryrió de los comentario de Tía Muriel hacia Ron y de cómo alababa su diadema hechapor duendes. Viktor Krum también hizo su aparición en la fiesta, para alegríade Hermione y celos de Ron.

Sirius y los merodeadorescomenzaron a silbar, mientras Ron se ponía tan colorado como su cabello yHermione reía por las tonterías de su novio. Al final, lo besó ligeramente enlos labios, ganándose otra ronda de chiflidos y más ruborizaciones.

Fleur se veía radiante ese día. Parecíaque brillaba con cada paso que daba y cuando llegó con Bill, parecía que éste nuncase había enfrentado a Fenrir Greyback.

Moony ahogó un grito.

Muchas lágrimas y un besodespués, comenzó la fiesta. Krum le interrogó acerca de Xenophilius, cosa que aHarry le pareció extraña.

- ¿Por qué?

- Si no fuera invitado de Fleur, lo retaría aun duelo ahora mismo.

- ¿A qué te refieres?

- El símbolo en su pecho, el símbolo de Grindelwald.

Hablando con él, Harry recordóalgo importante
¡Gregorovitch! Sí, el vendedor de varitas. ¿Por qué Voldemort loquería? ¿Por el asunto del núcleo de varitas? Harry también tuvo la oportunidadde hablar con Elphias Dodge, el escritor del obituario de Dumbledore; conversaciónen la que Muriel participó. Aunque con sus altos y bajos, la fiesta estabasiendo un éxito, pero todo se arruinó con una simple nota:

'El ministerio ha caído.Scrimgeour ha muerto. Van en camino.'

En la sala, todos miraban a loschicos del futuro con los ojos abiertos como platos. Eso era mucho más de loque había pasado en su tiempo, Voldemort no tenía ese poder
aún.

- Pues
de ahí yo ya no sé nada más. Me trajerondesde ese punto - comentó Ginny.

- Aquí hay algo extraño - comentó Sirius - ahí acabael capítulo, pero hay más escrito.

- ¿Y qué esperas para leerlo? - preguntó Lily,exasperada. James la abrazó y besó su cabello, en un intento de calmar el ansiade su esposa, aunque él se encontraba de una manera semejante. Sabía que suhijo terminó bien, pero no podía dejar de preocuparse por él y lo que lesucedía.

 

Un lugar para esconderse.

Todo se volvió borroso y Hermionecomenzó a buscar a Ron desesperadamente. Mientras algunos se desaparecían yotros luchaban por defender el lugar. Y luego Ron apareció y Hermione seapresuró a hacer una aparición conjunta.

- ¿Dónde estamos? - preguntó Harry.

- Tottenham Court Yard. Caminen, debemosencontrar un lugar para que puedan cambiarse - les apresuró la chica.

- No tenemos nada con qué cambiarnos - dijo Ron.

- Desearía tener mi capa de invisibilidad -añadió el pelinegro.

Los merodeadores sonreíantontamente al pensar en sus aventuras con la capa de invisibilidad. Harry losobservaba, intentando memorizar cada segundo con ellos, luego recordó que debíaelegir entre quedarse ahí y regresar a su tiempo sin recordar todo lo que habíahecho. Sentía que ya tenía la decisión que tomaría.

Entraron a un café y comenzaron aplanear lo que harían después. Harry se percató de que dos hombres losobservaban y no le dio buena espina. En un momento, Ron se abalanzó sobreHermione, protegiéndola de algún maleficio. Harry lanzó un Stupefy, aturdiendoa uno de los mortífagos.

- ¡Woah! ¿A qué hora llegaron esos? - preguntó Padfoot,confundido. Feline rió y lo abrazó, Sirius se removió en su asiento, incómodo.

- Eran los hombres que estaban frente a ellos,pero estaban escondidos, amor - le respondió, Padfoot puso cara deentendimiento y besó la mejilla de su esposa.

Hermione los petrificó. Comenzarona arreglar el desastre que había dejado el encuentro. Necesitaban un lugar paraesconderse. Hermione y Ron parecían no poder pensar en un lugar losuficientemente bueno.

- Grimmauld place.

Sirius se veía intranquilo, pero Padfooty Feline se veían horrorizados.

- ¿Qué demonios tendrían que hacer ahí? -preguntaron al unísono.

- Pues, fue el cuartel general de la orden delfénix por algunos años.

- ¿¡Qué?! ¿Cómo es posible? La vieja arpía jamás lopermitiría.

- Cuando murió tú heredaste la casa. Prestaste ellugar en mi quinto año para poder reunirse ahí - le dijo Harry - cuando túmoriste, yo la heredé.

- Vaya ¿Y qué sucedió conmigo? - preguntó Feline,curiosa.

- Pues
no lo sé, realmente.

- ¿O sea que no estuve ahí cuando creciste? -preguntó realmente triste y decepcionada.

- No. De hecho, no sabíamos de ti hasta quellegamos aquí.

- ¿Por qué?

- Cuando entré a Azkaban, la única persona que mecreyó, fuiste tú - esta vez fue Sirius el que habló - Me visitaste muchasveces, hasta el día de navidad. Esa fue la última vez que te vi. Doce años después,me enteré que fue porque te diste cuenta de que estabas embarazada - Ante eso,la chica no sabía si reír o llorar. Padfoot la abrazó y ella enterró el rostroen su pecho.

- Un momento
¿Por qué Harry heredó la casa y nomi hijo? - preguntó, en cierta forma molesta. Sirius sonrió, tristemente.

- Damián tenía donde vivir, tú le dejaste la casa.Harry no.

 

- ¿Le dejé la casa? ¿A qué te refieres con eso? - Siriusiba a hablar, pero Padfoot lo interrumpió.

- No contestes eso, no quiero saberlo - lo dijocon tanta brusquedad que pareció que golpearía a alguien.

- Amor... - comenzó Feline, más Padfoot no entrabaen razón.

- ¡No! ¿Crees que me interesa saber cómo terminatodo? Pues no, así que si tú quieres saberlo pregúntale cuando yo no esté -exclamó, casi gritando.

- ¡No es como si yo tampoco sintiera, Sirius! ¿Creesque me fascina saber que pasarás doce años en Azkaban? Definitivamente no.Quiero saber que sucede con mi hijo después de que no le quede nadie - los ojosde la chica estaban húmedos y estaba de pie. Luego simplemente salió de lahabitación. Padfoot tardó en reaccionar, pero luego salió tras ella.

- Debemos continuar con la lectura - dijo Dumbledore.

Al llegar a la ancestral casa delos Black, Harry sintió que alguien había estado ahí. Los hechizos puestos en contrade Snape hicieron efecto: Su lengua se trabó y una figura fantasmagórica lespreguntó:

- ¿Severus Snape?

- ¡No! Nosotros no te matamos - respondió Harry.Y la figura desapareció.

El patronus del señor Weasleyllegó y les indicó que todos estaban bien, pero que estaban siendo vigilados.

Momentos después, la cicatriz de Harrycomenzó a arderle, así que fue directo al baño; no quería que sus amigos sepreocuparan por eso, sobre todo Hermione, que le daría todo un sermón sobreseguir sin dominar la Oclumancia.

- ¿¡Aún no!? - explotó Sirius - ¿Después de todo?

- Uh
no - respondió Harry - pero ahora ya domino Oclumanciay legeremancia.

- ¡Eso no importa, Harry! En ese momento tú deberías de haberla dominado.

- Snape nunca fue de gran utilidad y no tenía otraforma de aprender.

Sirius negó con la cabeza,cansado. Su ahijado nunca aprendió la importancia de bloquear esa conexión con Voldemort.Pero estaba bien y eso es lo que importaba. Soltó un suspiro mientras las llamasse llevaban el capítulo. Miró por la ventana y observó el atardecer, unescalofrío recorrió su espalda.

- Está anocheciendo - anunció. Harry se puso alerta.

- Debemos salir de aquí.

- ¿Qué?

- La casa ahora está desprotegida. Colagusano seguramenteya ha ido con su amo; Voldemort no tardará en llegar - los ojos de Lily seabrieron desmesuradamente y abrazó a su hijo contra su pecho.

- Harry
- murmuró. James no pudo evitar abrazar asu pequeña familia, protectoramente.

- Hogwarts estará abierto a todos ustedes, si lodesean - les ofreció Dumbledore.

- Gracias, Albus. Creo que será lo más seguro - aceptóJames.

- La red flu está desconectada - dijo Lily.

- Bathilda puede prestarnos su chimenea - resolvióDumbledore.

- ¿Qué esperamos? Tenemos que irnos ya.

James convocó un patronus y envióun mensaje a Feline y Padfoot para que se encontraran en el castillo. Salieronde la casa, muchos niños estaban disfrazados, pidiendo dulce o truco. Se apresurarona casa de Bathilda. Tocaron a su puerta pero no salió. James se desesperó ehizo que la puerta saliera volando con un simple movimiento de varita.

Harry se quedó fuera de la casa,con Ginny, bajo la capa de invisibilidad, vigilando que nadie se acercara. Y lovieron. Lord Voldemort se dirigía a la casa de los Potter. Abrió la verja y seencaminó a la puerta. La visión de Harry se tornó borrosa y tomó la mano deGinny, que volteó a verlo y lo encontró pálido. Lo llevó dentro de la casa,donde ya casi todos habían pasado por la chimenea. Ginny jaló la manga de Sirius,quien se giró rápidamente para encarar a su ahijado.

 

- ¿Ya está aquí? - preguntó a Ginny, quiensolamente asintió con la cabeza - ¡Rápido! No nos queda mucho tiempo.

Sintió que Harry comenzaba aperder fuerza; lo sostuvo e indicó a Ginny que se fuera. Se resistió por unmomento, pero luego hizo como le ordenó. Un grito de furia inundó Godric'sHollow. Sirius sintió miedo y Harry se desmayó. El animago entró a la chimeneacon el cuerpo del chico y pronunció:

- ¡Despacho del director, Colegio Hogwarts demagia y Hechicería!

Las llamas verdes los devoraron.

Conociendo el futuro.

Capítulo 11.

Sirius cayó por la chimenea, conel cuerpo inconsciente de Harry. Lily soltó un grito y se acercó a su hijo, queestaba bañado en sudor y murmurando cosas incomprensibles. Hermione, Ginny yRon se colocaron alrededor de Harry y Ginny tomó su mano, mientras Hermioneacariciaba su cabello y Ron le decía cosas como "Resiste, camarada" o "Estamosaquí, ya casi termina, es sólo una pesadilla". Los del pasado los observaban,curiosos. Moony intentaba calmar a Teddy, que comenzó a llorar ante la imagende su padrino en ese estado y James hacía lo mismo con el pequeño Harry.Después de un momento, Harry comenzó a gruñir y moverse.

- No la mates - murmuró.

- ¿Qué dices, Harry? - preguntó Ginny.

- No la mates - repitió, esta vez un poco másalto. Hermione abrió mucho los ojos y miró a Ron, que tenía la misma expresión.

- ¿Crees que
?

- No lo sé.

- NO la mates - dijo Harry, comenzando a alzar lavoz.

- Sí, definitivamente, Ron - le dijo.

- Demonios. Salgan de aquí - indicó a todos.

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntó Lily, alarmada.

- Bueno
Harry va a explotar, literalmente.

- ¿Qué dices? - preguntó Sirius.

- Su magia se sale de control cuando tienerecuerdos muy fuertes. Como ahora.

- ¿Qué podría recordar en este preciso momentocomo para desatar eso? - inquirió James

- ¡NO la mates! - rugió Harry.

- ¿Eso responde tu pregunta?

- ¿Harry recuerda la noche en que morimos?

- Con lujo de detalle - informó Ron.

- Ay, Merlín - sollozó Lily, mientras acarició lamejilla de su hijo. El piso comenzó a temblar y las ventanas a vibrar.

- ¡Fuera, todos! - gritó Sirius y salieron deldespacho del director, excepto Ron, Hermione y Ginny.

- ¡Protego! - exclamó Ron. El hechizo los cubrió alos cuatro.

- ¡NO! - Harry gritó y luego gritó con dolor.

Los vidrios explotaron, al igualque cosas delicadas en el despacho del director, el suelo se sacudióviolentamente y las luces se apagaron. Y luego todo estuvo normal. Harry abriólos ojos poco a poco, sujetándose la cabeza con su mano. Los miró, confuso.Miró a su alrededor, lo que lo hizo confundirse más.

- ¿Por qué estamos aquí? - preguntó.

- Porque Voldemort estaba por atacar tú casa,compañero - le dijo Ron.

- Pero
Yo destruí a Voldemort ¿No lo hice?

- Sí, Harry. Pero volvimos en el tiempo¿Recuerdas? - le recordó Hermione.

- Yo
- Las imágenes en la cabeza de Harry dabanvueltas.

- Calma, Harry - le indicó Ginny - Hermione,¿podrías conseguir una poción para dormir?

- Sí, claro. Vamos, Ron - y la pareja salió deldespacho.

- No entiendo nada, Gin.

- Shhhh, no hables. Mañana, cuando despiertes,recordarás, igual que las veces que te ha pasado esto.

- Si, Gin - susurró y cerró los ojos. Se sentíamuy cansado.

- Duerme, Harry.

Dijo ella y besó sus labios. Nolo había hecho desde su cumpleaños, al menos ella. Harry sonrió. Hermione y Ronentraron y le dieron la poción. Luego lo levitaron hasta la enfermería.Dumbledore les dijo que podrían utilizar cualquiera de las aulas vacías, perolos chicos del futuro tuvieron una mejor idea. Se encaminaron al salón de losRequerimientos, seguidos por el resto. Al entrar al salón, encontraron lo quepodría ser una gran casa, totalmente equipada para albergarlos a todos.

- ¿Cómo encontraron este lugar? - preguntó James.

- No lo sé. Harry nos lo mostró en nuestro quintoaño, cuando necesitamos un salón para nuestro club ilegal de defensa contra lasartes oscuras - informó Ron, llevándose un zape por parte de Hermione.

- ¿Club ilegal? - preguntó Lily.

- Dolores Umbridge no fue una buena maestra - dijoGinny - así que Hermione prácticamente obligó a Harry a enseñarnos.

- Fue un año muy difícil - asintió Sirius - todos creíana Harry y Dumbledore mentirosos al aclamar que Voldemort había regresado. Elministerio casi arresta a Harry y Dumbledore creía que Voldemort podríaposeerlo en cualquier momento.

- Merlín - exclamó James, abrazando al niño quetenía en sus brazos y besando su pequeña cabeza.

- ¿Alguna noticia de Bárbara y Sirius? - preguntó Moony.

- Woah, ¿Quién es Bárbara? - preguntó Ron.

- Feline - respondieron los del pasado.

- Padfoot me envió un patronus. Mañana estaránaquí, para el medio día.

- Bien. Creo que mejor nos vamos a dormir -propuso Hermione.

Y así lo hicieron. Cada uno eligióuna habitación y se dieron las buenas noches. La mañana siguiente fue muyentretenida, aunque no podían salir de ahí, puesto que los alumnos podríandarse cuenta y no era como si quisieran que se supiera su posición. Harry seles unió, después de pedir disculpas interminablemente por lo causado la nocheanterior. A eso de las doce de las dos de la tarde, un elfo doméstico les llevócomida, justo cuando Feline y Padfoot entraron. Lucían diferentes al día anterior,Feline estaba radiante y Padfoot parecía no caber en sí mismo de felicidad,cosa que James y Remus no pasaron inadvertidos.

- ¿Ustedes que traen? - preguntó Moony.

- Sí, eso mismo - secundó James.

- Pues hoy fuimos al doctor y
- Feline inició,pero Padfoot. la interrumpió.

- ¡Estamos embarazados! - exclamó.

- Vaya, Padfoot. De verdad, sabía que tu ladofemenino estaba desarrollado, pero no tanto - lo tentó James sonriendo y luegoabrazó a su amigo. Remus, por su parte, abrazó a su amiga, emocionado. Sabíaque era una de las cosas que ella más deseaba en todo el mundo. Besó sumejilla, Padfoot fingió una tos, indicando que él seguía ahí.

- Si no fueras nuestro mejor amigo, te rompería lacara sólo por acercarte tanto a ella - bromeó; Moony rió y abrazó a su amigo,mientras James abrazaba a Feline.

 

- Felicidades, chicos - les felicitaron Harry,Hermione, Ron y Ginny.

- Sí, felicidades - murmuró Sirius y luego sedirigió a su habitación.

La sonrisa del rostro de Felinese borró y se volteó hacia Padfoot, que se limitó a abrazarla, estrujándola unpoco, como si sintiera que se iría de pronto y jamás regresaría. Ella lo abrazóde vuelta y dejó caer una lágrima por su rostro, que él limpió con delicadeza. Harryfue tras su padrino. Tocó la puerta, y entró.

- ¿Sirius? - lo encontró parado, frente a su cama,con los puños cerrados y lágrimas corriendo por su rostro. Harry sintió unapunzada en el estómago. Nunca lo había visto en ese estado.

- ¿Por qué Harry? - fue todo lo que dijo - ¿Porqué tiene que pasarme eso? Ya ni siquiera sé si quiero quedarme aquí. No sé siseré lo suficientemente fuerte para resistirlo.

- No sé por qué te pasa eso. Pero sé que serásfuerte. Puedes superar lo que sea.

- Esto va más allá de lo que puedo soportar, Harry.No es fácil vivir y que la persona a la que ames esté muerta, pero es imposiblevivir sabiendo que está viva, enamorada de ti y sin ser tuya.

- Yo
lamento que pases por esto, Sirius - dijo Harry.

- Yo también, Harry, yo también.

Pasaron el resto de la tarde enel cuarto, hablando de lo que había sucedido en la vida de Harry desde lamuerte de Sirius. Por la noche, Ginny tocó a la puerta y Harry la abrazó. No podíaimaginar una vida sin ella y Sirius le había dado un buen ejemplo de lo duroque podría llegar a ser. No quería dejarla ir, jamás. Besó su mejilla y ellarió.

- Apareció un nuevo capítulo - informó. Salieron delcuarto y se dirigieron a la estancia del lugar. Ya estaban todos ahí,esperándolos.

La historia de Kreacher.

Harry hizo un viaje a lahabitación de Sirius, donde encontró una carta de su madre. No habría salido deahí nunca, de no ser porque Hermione y Ron lo buscaban. Al bajar las escaleras,notó algo que llamó su atención. Regulus Arcturus Black
R.A.B. ¡El relicario!El hermano de Sirius estaba muerto.

Buscaron el relicario por todo elcuarto y Hermione comenzó a pensar dónde podría haberlo puesto. Y recordó quehabía un relicario
y lo habían tirado. Harry llamó a Kreacher, después detodo, había guardado muchas de las pertenencias Black.

Cuando Harry le preguntó si habíarobado las cosas, y el elfo respondió que sí, Harry sintió gran alivio, que sefue en menos de un segundo, al saber que Mundungus Fletcher lo había robadotodo, incluso el relicario. Entonces Kreacher inició su historia.

"El Señor Tenebroso necesitaba unelfo
"

- ¿Voldemort necesitaba un elfo? - Harry asintió -¿Para qué?

"Kreacher siguió al SeñorTenebroso al océano. Ahí había una gran cueva y un gran lago" el cabello de laparte de atrás de la cabeza de Harry se erizó, sabía lo que seguía.

- ¿Sabías lo que seguía? ¿Acaso estuviste ahí? -preguntó Lily, horrorizada, imaginando a su pequeño hijo en un lugar donde lamagia negra estaba en todo su esplendor.

 

- Sí. No fue lindo - dijo Harry, y tembló alrecordar la cueva, los inferis, Dumbledore, la poción.

"El Señor Tenebroso hizo tomar aKreacher la poción y lo abandonó. Kreacher necesitaba agua, así que se acercóal lago y tomó un poco de ahí, pero manos blancas lo atraparon.

- ¿Cómo escapaste? - Preguntó Harry,susurrando.

- Amo Regulus ordenó a Kreacher que regresara.

- Pero los inferi.

Se escucharon varios alientos serretenidos.

- ¿Inferis? ¿Te has enfrentado a Inferis? -explotó James.

- Y a dragones, mortífagos, sirenas, esfinges, dementores,arañas gigantes, sauces boxeadores, basiliscos; maestros poseídos, dementes,sapos

- De verdad, Harry, podrías haberte alejado de losproblemas.

- ¡Yo no los buscaba! ¡Ellos me encontraban! -exclamó, ofendido.

"Amo Regulus pidió a Kreacher quelo llevara a la cueva y él tomó toda la poción. Ordenó a Kreacher que se fueray lo dejara y nunca, nunca decir nada a mi señora. Pidió que destruyera elrelicario, pero Kreacher no pudo. Y luego Mundungus Fletcher se lo robó"

Harry sintió que su mundo secaía. Se volvió al pequeño elfo y de la forma más educada y delicada que pudo,le dijo:

- Quiero que traigas a Mundungus - el elfoaceptó y Harry tuvo un impulso. Sacó el relicario falso y se lo dio. Kreachertuvo que dejar pasar un rato mientras su pequeño cuerpo asimilaba la felicidadque sentía en ese momento.

Todos en la sala miraban a Harry,incrédulos, excepto Ron, Hermione y Ginny. Unas llamas azules inundaron ellugar. El capítulo desapareció, pero dos personas aparecieron, en su lugar.Alto y con expresión cansada, pero victoriosa, Remus Lupin hizo aparición juntocon su esposa, Tonks. Estaban sonriendo a todos los presentes y Harry sintió unnudo en la garganta.

- ¿Por qué las caras largas? En serio, deberíanalegrarse de vernos - exclamó Tonks. Hermione se puso de pie y abrazó a Tonks yluego a Lupin, con lágrimas en sus ojos.

- Hace unos días ustedes estaban muertos y luegoaquí - Ron la abrazó, después de haber saludado a los recién llegados.

- Es bueno verlos bien - aclaró, sonriendo.

- ¿No vas a saludarnos, Harry? - preguntó Lupin,con una ceja levantada.

- Yo
- titubeó - lo siento, no tenía que sucederasí y

- ¿Cuánto tiempo te has estado culpando de esto? -preguntó Remus, enojado. Harry hizo cuentas.

- Casi un año.

- ¡Harry, entiéndelo! No fue tu culpa. Todoselegimos nuestro destino, tú no eres responsable por las decisiones de otros.

- Pero Teddy

- ¿Cómo está? ¿Cuántos años tiene? ¿Creció mucho? ¿Tienesalguna foto? - preguntó Tonks, muy rápido.

- Tengo algo mucho mejor que eso - respondió Harry,con una sonrisa. Tomó a su ahijado, que jugaba con Harry en una esquina y se loentregó a sus padres. Tonks empezó a llorar y abrazó a su hijo, Remus se veíafeliz y acarició la cabeza de su pequeño. Nuevamente una tos fingida rompió laescena.

- ¡De verdad, Sirius! Si vuelves a hacer tu malditatos-al-estilo-Umbridge, te hechizaré - amenazó Harry.

- Uy, no queremos que el gran destructor de Voldemortse moleste ¿verdad?

 

- ¡Sirius! - exclamó Remus, abrazando a su amigo yluego a James, y a Feline, a Padfoot, a él mismo, lo cual fue en extremoextraño.

- Entonces
¿En qué fecha estamos? - preguntó Remus.

- Uh
no te va a gustar la respuesta - comentó Harry.

- ¿Por qué? ¿Acaso es Halloween hoy? - preguntó,mirando a James y Lily.

- No
- Remus soltó un poco de aire que habíacontenido - es primero de noviembre.

- ¿Por qué no habría de
? - entonces se dio cuenta- ¡Harry James Potter! ¿Cambiaste el futuro?

- Pues

- ¿En qué estaban pensando? Todo se ha alteradoahora.

- No lo sé, pero ya está hecho. Además nadie objetó- le dijo él. Remus soltó un suspiro y negó con la cabeza.

- ¿Algo más que deba saber?

- Debes elegir entre quedarte aquí o regresar a tutiempo, que es cuando mueres.

- Creo que la respuesta es obvia ¿No?

- ¿Te quedarás, cierto?

- Si ya todo está mal, no veo por qué no - miró asu esposa - ¿tú qué dices?

- Que tienes razón. ¿Puede quedarse también Teddy?- Harry sintió una punzada en su estómago y bajó la cabeza, su ahijado era todopara él, junto con Ginny. Aunque tal vez no tendría que dejarlo, podríaquedarse ahí con él.

- Sí. Eso es decisión de ustedes.

- Entonces eso se hará - dijo Tonks.

Siguieron platicando y recordandoviejos tiempos. Cuando la noche llegó, un nuevo cuarto apareció en la sala delos Requerimientos y Tonks, Lupin y Teddy, se instalaron ahí.

Conociendo el futuro.

Capítulo 12.

El día siguiente, pusieron a Remusy Tonks al tanto de todo lo que había sucedido desde que llegaron a ese tiempo.Tonks, Lily y Feline hablaron de bebés todo el tiempo. Por la tarde, todosesperaron el siguiente capítulo, que no tardó en aparecer.

El soborno.

Kreacher no volvió al díasiguiente, ni al que siguió de ese, ni el día después de ese. Harry comenzaba apreocuparse. Dos encapuchados se colocaron frente a la entrada. Ron y Hermionepasaron la tarde discutiendo.

Los dos aludidos se miraron ycomenzaron a reír, mientras los jóvenes merodeadores les hacían burla.

Los sentidos de Harry seagudizaron al escuchar la puerta abrirse y burlar al fantasma de Dumbledore quecustodiaba la entrada. Cuando Remus Lupin se identificó, Harry se relajó. Remusles informó de lo que había sucedido después de la boda y que la familia estababien. Luego les enseñó los últimos ejemplares de 'El profeta' con títulos como 'HarryPotter, buscado para interrogarlo acerca de la muerte de Albus Dumbledore'

- ¿Qué? - exclamaron lo que no lo sabían,indignados.

- Sí. Al parecer Rita Skeeter supo que Harry bajóde la torre de astronomía, justo cuando Albus fue asesinado - dijo Remus.

- ¡Eso es difamación!

- ¡Ja! Esa es buena - comentó Harry, divertido.

- ¿Por qué lo dices? - preguntó Lily, con el señofruncido.

- En mi quinto año, nadie me creía cuando decíaque Voldemort había regresado. En mi cuarto año, nadie me creyó que yo nocoloqué mi nombre en el cáliz de fuego. En mi segundo año, nadie creyó que yo noera el heredero de Slytherin
- Harry se ganó un buen golpe por parte de susamigos y novia - ¡Ay! ¿Y eso por qué?

 

- Porque nosotros somos nadie, tarado - le dijoGinny.

- ¡No lo decía en ese sentido! Ustedes JAMAScreyeron que yo asesiné a Dumbledore.

- Entonces especifica bien - le dijeron Ron y Hermione.

También les contó de lo quesucedía en el ministerio, con la nueva implementación de la comisión de Nacidosde Muggles.

- ¿Qué es eso? - preguntó Sirius.

- Si eras nacido de muggles, te interrogaban ypreguntaban a qué mago habías robado su varita, no daban ninguna oportunidad deaclarar tu estado.

- Malditos bastardos - exclamó Padfoot, Felinetomó su mano y le sonrió, tiernamente.

Remus comenzó a cuestionarlossobre su misión, pero Harry le dijo que no podía decirle lo que iban a hacer.Lupin siguió insistiendo y les dijo que él podría acompañarlos en su misión, Harry sopesó los pros y contras de llevar a Remuscon ellos. Harry estaba por decirle que podría acompañarlos, siempre y cuandono hiciera preguntas, cuando Hermione hizo la pregunta clave.

- ¿Qué hay de Tonks?

- ¿Qué hay de ella? - preguntó Remus.

- Bueno
¡Están casados! ¿Cómo se siente ellade que vengas con nosotros?

- Ella estará perfectamente segura, estará encasa de sus padres.

Eso no le gustó a Harry. Tonks,encerrada en una casa, mientras su marido se iba con tres niños a hacer algoque ni siquiera él sabía. Entonces les dio la noticia, Tonks estaba embarazada.Después de las felicitaciones, Lupin preguntó si podía ir con ellos.

-
Estoy seguro de que tu padre desearía quefuera con ustedes, Harry.

- Bueno - dijo, lentamente - yo no. Estoyseguro de que mi padre se preguntaría porqué no te quedas con tu propio hijo.

- No lo entiendes.

- Explícalo.

- Cometí un grave error al casarme con ella.No he dejado de arrepentirme desde entonces.

- Ya veo - dijo Harry - así que vas a dejarlay al bebé y saldrás de aventura con nosotros.

- ¡No debí haberme casado con ella! No debíhaber hecho lo que hice. ¡El niño! Si no lo convierto en lo que soy yo, estarámejor sin un padre del cual avergonzarse.

Todos en la sala estaban ensilencio, escuchando la lectura y mirando de Harry a Remus a Moony. Tonks observabaa su esposo, en silencio, aún sin creer sus palabras, abrazando a su hijo unpoco más cerca de su pecho a cada palabra que salía por la boca de Sirius. Nadiereaccionaba, nadie se atrevía a respirar. Entonces Feline se paró y se acercó aMoony y, para sorpresa de todos, lo abofeteó.

- JAMÁS, ¿Me escuchas? Jamás digas esas palabras delantede mí, porque te juro que nunca te lo perdonaré, Remus - regresó junto a Padfoot,quien la abrazó y ella enterró su rostro en su cuello. Moony los observaba,herido. Feline era su mejor amiga, no quería perder su amistad por algo que nisiquiera había dicho. Padfoot le hizo una seña con la cabeza, que le indicabaque todo estaba bien y que hablarían más tarde. Mejores Opiniones y reviews

 

- Creo, que Feline ya lo dijo todo - comentó James- no es que no te agradezca que quisieras ayudar a mi hijo, pero para ti eltuyo debería ser más importante.

- Lo sé - respondió Remus y volteó a ver a supequeña familia - no es que no fueran lo más importante para mí en ese momento,siempre lo fueron y siempre lo serán. Pero yo en ese momento me sentía el peorde los monstruos. Pensé que alejarme sería lo correcto. Aunque también estabaasustado.

Después de que Lupin se fuera, Harryse sentía culpable. Entonces llegó Kreacher, con Mundungus. Lo cuestionaron porun buen rato, hasta que llegaron al tema que necesitaban.

- ¿Dónde está el relicario?

- Sólo sé que me lo quitó una mujer queparecía sapo.

Las cicatrices en el dorso de sumano derecha parecían punzar nuevamente.

Un gruñido general se escuchó enla sala. Todos entendieron lo que significaba que Umbridge tuviera el relicarioen su poder. Infiltrarse en el ministerio, donde había mortífagos en cualquierlugar.

El fuego se llevó el capítulo ytodos se disponían a ir a sus habitaciones. Entonces otras llamas aparecieron yuna figura salió de ellas, pero cayó al suelo. Sirius se apresuró y la colocóen su regazo, sosteniendo su cabeza con un brazo, mientras que con el otroquitaba el cabello de su cara.

Era una mujer, pálida y congrandes ojeras. Estaba esquelética, su cabello estaba corto, sucio y revuelto.Sus labios estaban azules y parecía que había estado bajo constantes Crucios.

- No es verdad
- susurró Sirius.

Conociendo el futuro.

Capítulo trece.

Sirius observó a la chica, conhorror. La última vez que la había visto estaba bien y ahora, encontrarla enese estado, le destrozaba. Sin pensarlo dos veces, la cargó y salió corriendode la sala, con dirección a la enfermería. Cuando llegó, ya estaba cerrada,pero golpeó la puerta con todas sus fuerzas. Poppy salió, con una bata alrededor de sucuerpo y con una expresión de preocupación. Sirius entró y la depositó en unade las camas. La enfermera comenzó a revisarla y a hacer lo que podía por ella.Sirius la observaba, nervioso. Los demás llegaron.

- ¿Quién es? - preguntó Harry.

- Es
Daisy - respondió Sirius. Todos voltearon averlo a él y luego a Feline, que estaba pálida y envuelta en los brazos dePadfoot, que parecía a punto de cargarla y llevársela a algún sitio lejano.

- ¿Quién es Daisy? - preguntó Tonks.

- Si no estoy equivocado, es Bárbara, es decir,Feline - señaló Remus. Sirius asintió, lentamente - ¿Se cambió el nombre? ¿Porqué?

- Porque
- Sirius soltó algo de aire que teníacontenido - ella y yo tuvimos un hijo, Remus.

- ¿¡Qué!? ¿Ella? ¿Cómo? ¿Por qué no me lo dijo? -dijo muy rápido.

- No fueron muy unidos esos años ¿Recuerdas?

- Merlín. Estuvo sola todo el tiempo ¿Verdad? - Siriusasintió levemente.

- ¿Sabes qué es la peor parte? - Remus negó con lacabeza - que sí lo conociste.

- ¡¿Qué?! ¿Quién es?

- Damián White.

 

- ¿Un niño que iba en primer curso cuando yo diclases?

- Ahora ves el parecido.

- Si - susurró y volvió su mirada a la enfermería.Sacudió la cabeza - no puedo creerlo. Si tan sólo yo hubiera confiado

- No fue culpa de nadie - dijo Sirius, colocandoun brazo alrededor de los hombros de su amigo - bueno, tal vez de la rata.

Pasaron un buen rato fuera de laenfermería. Recordando historias y riendo y mirando hacia la enfermería. Siriusy Padfoot parecían los más afectados. Sirius parecía estar en otro mundo,permanecía muy callado y miraba constante y ansiosamente hacia la enfermería.Padfoot tampoco hablaba y estrechaba a su esposa contra él lo más que podía. Felinepareció desesperarse y tomó su rostro, levantando una ceja para cuestionarlo.El la abrazó y besó su cuello tiernamente. Harry se puso de pie y dijo:

- Será mejor que volvamos a la sala y durmamos unpoco. Mañana venimos a ver cómo sigue ¿De acuerdo? - todos accedieron. Bueno,todos, menos Sirius.

- Ustedes vayan, yo los alcanzo después - dijo yentró a la enfermería. Poppy lo observó, pero no dijo nada. Él necesitaba sabercómo estaba - ¿Cómo se encuentra?

- No está en las mejores condiciones. Parece queno se ha alimentado bien al menos por un mes entero, por no decir que no hacomido nada en absoluto. Tiene varios cortes en varias partes de su cuerpo, alparecer producto de maldiciones cortantes. Además, aún tiene algunos de losefectos que dejan los Crucios. Y estaba a punto de sufrir hipotermia.

- Malditos mortífagos bastardos - murmuró - ¿Sepondrá bien?

- Creo que sí. Solo necesito saber qué tan gravesson los efectos de los Crucios.

- Gracias, enfermera.

Sirius colocó una silla junto asu cama y se sentó ahí, junto a ella. Acarició su cabello y su rostro. Le dolíaverla en ese estado. No podía soportarlo, pero tampoco podía no estar ahí. Tomósu mano y la besó. Merlín, la había extrañado. Estaba feliz de que estuvieraahí
pero no en esas condiciones. Su costado tenía un corte profundo y en sumejilla había un gran morete. Al verlo, Sirius golpeó la pared. Soltó su mano,para no lastimarla y apretó sus puños, impotente, los puso sobre la cama.Intentaba respirar profundamente, pero no lograba calmarse.

Sintió que algo se posaba sobresu puño, volteó rápidamente y vio la mano de Daisy sobre la suya. Observó surostro, quería ver sus ojos. Los tenía entreabiertos y gruesas lágrimas corríanpor sus mejillas, él se apresuró a secarlas y a mirarla, consternado. ¿Por quélloraba? ¿Le dolía algo?

- ¿Sirius? - preguntó con una voz tan débil yfrágil, que un escalofrío recorrió la espalda de Sirius.

- Soy yo - susurró.

- No estoy muerta ¿Verdad? Porque duele demasiadocomo para estar muerta - Sirius rió un poco ante el comentario, ella lolograba; lograba hacerlo reír aún cuando se sentía el ser más miserable delmundo.

- No, no estás muerta - ella soltó un suspiro.

- ¿Y mis hijos?

- ¿Damián? No lo sé.

- ¿Y Amelia?

- ¿Amelia? ¿Quién diablos es Amelia? - Daisy abriómucho los ojos, como si hubiera recordado algo importante. Sirius sospechó ypreguntó - Daisy ¿Quién es Amelia?

- Yo
eh
Demonios
es nuestra hija, Sirius - el hechole cayó como un balde de agua fría.

- ¿Eh? ¿Por qué no la conocí cuando conocí aDamián?

 

- Porque
- nuevas lágrimas corrían por su rostro -porque no había nacido.

- ¿Cómo que ella
? - entonces recordó esa noche
-¿¡Por qué demonios no me lo dijiste!?

- Sirius
- comenzó ella, pero él no parecióescucharla.

- No me dejaste conocerla, ni cuidarla - gritó, yluego, en un tono más bajo - no me dejaste estar contigo.

- ¡Lo siento! - gritó ella, con la cara empapada -Me asusté ¿De acuerdo? Tú eras un fugitivo y casi no podías vernos. Y yo

Pero no pudo más. Comenzó asollozar largo y tendido. Sirius se sentó a su lado, en la cama, pero sintocarla. No podría soportarlo. Una niña
y podría haber hecho con ella lo queno hizo con Damián. Ese pensamiento lo destrozaba, al igual que Daisy llorandode esa manera. Colocó su cabeza entre sus manos, apoyando los codos en suspiernas y se frotó la sien, lentamente. Intentaba acomodar sus ideas.

- ¡Ah! - Sirius giró su cabeza hacia Daisy en unavelocidad impresionante. La observó sujetando su costado, que sangraba acantidades alarmantes.

- ¡Poppy! - exclamó Sirius y la enfermera llegó enseguida, observando la herida de la muchacha. E hizo todo lo que pudo para quedejara de sangrar, pero seguía sin tener un buen aspecto.

- Es todo lo que puedo hacer, ahora depende decómo reaccione su cuerpo - Sirius asintió lentamente con la cabeza y volvió su miradaa Daisy.

Se miraron durante algunossegundos, donde la tensión era palpable. Sirius no lo aguantó más y se acercó aella y la besó con delicadeza y dulzura, pero con la desesperación de todos losbesos sin dar, todas las caricias guardadas y todo el amor contenido. Laslágrimas de ambos se confundían, pero no importaba, sólo importaban ellos. Queel mundo se viniera abajo, pero que a ellos no los separaran de nuevo. Sirius laabrazó, con firmeza, pero sin lastimarla, un mero gesto protector.

- Te extrañé - le susurró al oído.

- Y yo a ti - respondió ella - ¿Por qué estamos enla enfermería de Hogwarts?

- Hay algo que debes saber. Estamos en el pasado,en noviembre de 1981 y hemos cambiado el futuro.

- ¿Qué? ¿Qué han hecho?

- Técnicamente, Harry salvó a sus padres.

- ¿Jamie? - Sirius soltó una carcajada, como hacíatiempo que no reía.

- Sí, está aquí. Y Lily y el pequeño Harry y Moonyy Padfoot y Feline y Remus y Harry y Ginny y Hermione y Ron y Teddy, el hijo deRemus y Tonks, esposa de Remus. A veces se nos une el Albus de este tiempo.

- Eso es
extraño - dijo y luego sonrió levemente -no irás a Azkaban y Damián tendrá un padre y Amelia no tendrá que tener treceaños menos que Damián.

- Así es - contestó él, con cierta melancolía. Eldeseaba que sus hijos estuvieran ahí. Quería jugar Quidditch con Damián y ver asu hija como una copia de Daisy y ser sobreprotector con ella y soportar losregaños de Daisy para que la dejara en paz.

- Yo también quisiera que estuvieran aquí - dijo ella,con una lágrima rodando por su rostro - quiero ver a Amelia crecer y quieroestar ahí para Damián cuando tenga problemas de chicas y
quiero
quiero

- Shhhh, tal vez la vida quiera ser justa connosotros por una vez y nos cumpla ese deseo - dijo él, besando su frente. Ellabufó.

- ¿Desde cuándo eres tan filosófico? Pareces unanciano - tentó ella, con una sonrisa en su rostro.

 

- ¡Ah! Sirius-alma-libre-Black nunca envejecerá -dijo él.

- ¿Alma libre? A mí me habían contado algo muydiferente - comentó ella, acercándose peligrosamente a sus labios.

- Te han mentido, no sé de qué me hablas - siguióél.

- ¿Ah? ¿Sí? Me dijeron que tu corazón pertenece aalguien que te ama con locura - estaban muy cerca, pero no sus labios no setocaban.

- Tal vez no sea tan falso eso que dices. Tal vezsea totalmente correcto - dicho eso, la besó. Ambos sonreían entre besos.Después de un rato, ella se quedó dormida en sus brazos.

Conociendo el futuro.

Capítulo 14.

Harry se despertó al díasiguiente y se puso en cuclillas junto a la cama de Ginny. Acarició su rostro yla observó dormir. Su pecho se inflaba y desinflaba rítmicamente, sus labiosestaban entreabiertos y su cabello estaba desparramado por su almohada. Simplementese quedó ahí, asegurándose de que estuviera bien. La chica abrió los ojos unpoco y sonrió al verlo, volviendo a cerrarlos. Harry besó su mejilla y selevantó. Salió del cuarto rumbo al comedor. Lily y James ya se encontraban ahí,junto con el pequeño Harry. Lily le sonrió y besó su mejilla mientras Jamescargaba al bebé.

- Buenos días - saludó.

- ¿Qué tal, querido? ¿Dormiste bien? - preguntóLily.

- Bastante, gracias. ¿Alguna novedad?

- No. Sirius aún no ha venido a decirnos nada -respondió James.

- Oh, vale. Espero que se ponga bien - más quenada, Harry estaba preocupado por la salud mental de su padrino.

- Nosotros también. Creo que Sirius se volveríaloco si ella
Bueno, mejor no pensar en cosas tristes, ¿Cierto?

- Cierto.

A eso de las once de la mañana, llegóun elfo con la comida para todos. Tuvieron un agradable desayuno y al terminarse sentaron en la estancia y observaron a los bebés jugar un rato. Remus parecíaansioso todo el tiempo y miraba constantemente hacia la entrada. Tonks loobservaba y tomó su mano, intentando que se calmara; él volvió la mirada haciasu esposa, sacudió la cabeza y besó su mejilla. Cuando dieron las cinco de latarde, un nuevo capítulo apareció.

La magia es poder.

Harry salió de la casa pararecoger el periódico, con la capa de invisibilidad. Tras darle un rápidovistazo, gruñó e informó a Ron y Hermione que tenía noticias y no lesagradarían. En la cocina, extendió el periódico, en primera plana se leía. "SEVERUSSNAPE CONFIRMADO COMO DIRECTOR DE HOGWARTS"

- ¡¿Qué?! - exclamaron todos los del pasado,buscando alguna explicación en los del futuro, que sonreían un poco.

Tras una ruidosa reacción de Rony Hermione, la chica pareció recordad algo importante.

- ¡Por los pantalones de Merlín! - exclamó ysalió de la cocina.

- ¿Por los pantalones de Merlín? - repitió Ron,sonriendo - debe estar cabreada.

En la sala de los requerimientostodos rieron, Hermione se ruborizó violentamente y golpeó el hombro de sunovio, acción que sólo hizo que los demás rieran aún más.

- Hoy hay más mortífagos de lo normal - comentóHarry, mientras comía - es como si esperaran a que saliéramos de casa connuestros baúles para ir a Hogwarts.

 

- He estado pensando en eso todo el día - dijoRon, mirando su reloj - el tren partió hace seis horas. Es raro no estar en él ¿Noes cierto?

Hermione entró en la cocina conun gran cuadro que miraba hacia abajo. Hermione lo metió en su pequeño bolso,que físicamente parecía imposible de que cupiera en este.

- Recordé esto.

- ¿Qué cosa? - preguntó Ron.

- Phineas Nigellus.

- ¿Perdón?

- Snape podría mandarlo a vigilar dentro de lacasa, pero ahora solamente podrá ver el interior de mi bolso.

- ¡Bien pensado!

Comenzaron a discutir sobre loque habían descubierto al espiar la entrada del ministerio. Hermione casi seinfarta cuando Ron le dijo que los que vestían de azul marino eran demantenimiento. Entonces Harry propuso que entraran al día siguiente. Hermionecomenzó a recitar un montón de cosas que podrían ir mal, pero Harry insistía enque no podrían estar mejor preparados aunque siguieran visitando el ministerioun mes más.

- Digamos que entramos mañana. Aún pienso quesólo Harry y yo deberíamos ir - comentó Ron.

- ¡No empieces de nuevo con eso!

- ¡Estás en la lista de hijos de muggles queno se han presentado en la entrevista!

- Y tú deberías estarte muriendo deSpattergroit en la madriguera. Si hay alguien que no debería ir, es Harry.Ofrecen diez mil galeones por su cabeza.

- Vale, me quedo. Me dejarán saber si derrotana Voldemort. ¿Verdad?

Mientras Ron y Hermione reían, eldolor se disparó en su cicatriz. Se dirigió rápidamente al baño y se tiró en labañera, gruñendo de dolor.

Lily observaba a su hijo con losojos abiertos como platos y abrazaba al pequeño bebé lo más cerca a su pechoque podía. Remus negaba con la cabeza, algo molesto.

- ¿Todavía no dominabas la Oclumancia, Harry? - lepreguntó.

- Uh
no.

- Nunca lo entendiste.

La mañana siguiente, Hermionerepasaba el plan con su cara de maniática, que Harry asociaba a los exámenes.

Hermione lanzó un cojín contra suamigo, que ahora reía histéricamente por la exacta descripción de lo que élhabía pensado en ese momento. Los demás reían o miraban la escena con simpatía.

Los chicos se aparecieron en uncorredor, donde se aparecían el resto de los trabajadores del ministerio. Se ocultarony poco después una bruja se apareció. Hermione la aturdió. Mafalda Hoppkiss. Arrancaronun poco de cabello de ella y Hermione bebió la poción. Un mago llegó y Hermionele ofreció un dulce, en cuanto tocó su lengua, el mago comenzó a vomitar.Hermione le arrancó algunos cabellos y él se desapareció hacia San Mungo. Harrytuvo que esperarlos para que le llevaran los cabellos que él mismo utilizaría.

Se dirigieron a unos baños, lanueva entrada del ministerio. No tenían idea de cómo entrar. Harry se subió alretrete y descubrió que había hecho lo correcto. Tiró de la palanca y entrócomo en un pequeño tobogán y cayó por una chimenea.

- ¿Tenían que entrar por un retrete al ministerio?

- Sí, con monedas que el ministerio utilizaba.

 

- Un mago incluso me preguntó que quien esperabanque se colara ¿Harry Potter? Y comenzó a reírse - comentó Ron.

- Quién lo diría.

Yaxley, un mortífago, ordenó aRon que parara la lluvia que había en su oficina. Hermione y Harry estaban enel ascensor; ella le decía que debería ir con Ron, pues no podría hacerlo élsolo y podrían descubrirlos rápidamente. Entonces el ascensor se detuvo y cuatropersonas entraron, destacando a una bruja bajita y rechoncha, con ojos saltones,y vestida completamente de rosa, cuyo aspecto recordaba a un gran rosado sapo.

Un gruñido se escuchó en la sala.A nadie le agradaba Umbridge, en lo absoluto. Harry se levantó y se estiró. Semoría de hambre y deseaba tener a Kreacher a su disposición como en su tiempo. Remustambién se puso de pie, tomando la mano de Tonks.

- Iremos a la enfermería a ver como sigue -informó. Los demás asintieron.

- Avísenos cualquier cosa.

Remus y Tonks salieron de laSala. Permanecieron callados un buen rato, cosa que extrañó a Remus, pues suesposa era bastante parlanchina y sacaba conversación de cualquier cosa; en esemomento se encontraba sumida en sus pensamientos. Remus se paró en seco, lamiró a los ojos y se cruzó de brazos. Tonks siguió sin hablar, hasta que sedesesperó.

- ¿Qué? - preguntó.

- Lo mismo te pregunto yo a ti ¿Qué?

- Nada - Remus levantó una ceja - Oh, de acuerdo.Es sólo que
¿Quién es esta chica? ¿De dónde la conoces? ¿Por qué te preocupatanto?

- Dora, no me digas que estás celosa - tentó Remus,intentando ocultar una sonrisa que luchaba por salir. El cabello de Tonks setornó de un rojo intenso y Remus rió un poco; la abrazó y besó su cabello -¿Qué debo hacer para demostrarte que te amo más que a nada? Ella fue mi mejoramiga durante Hogwarts y los años antes de la muerte de Lily y James. Cuando yocreí culpable a Sirius ella cortó toda relación conmigo; estaba realmenteenojada y yo me sentía herido y traicionado. Pensaba que ella era una tonta porcreerle y que el amor la había cegado. Nunca sentí por ella nada más que unahermandad.

- ¿Por qué no volviste a hablar con ella cuandodescubriste la verdad sobre Sirius? - susurró Tonks, abrazándolo fuertemente.Él soltó un suspiro.

- No sabía donde localizarla. Le mandé varias lechuzas,pero siempre regresaban con la carta sin abrir - dijo con pesadumbre, luego lamiró a los ojos y besó sus labios - anda, vamos.

Siguieron su camino hacia laenfermería, entonces Tonks comenzó a bombardearlo con preguntas. Él rió y pocoa poco fue respondiéndolas. Cada respuesta traía otra pregunta y parecía quenunca iban a terminar, pero a él no le importaba, así la amaba y no quería quecambiara. Cuando llegaron a la enfermería, Tonks seguía parloteando. Una camatenía las cortinas corridas y se escuchaba que conversaban ahí dentro.

Se acercaron a esa cama y Remus inspiróprofundamente; Tonks apretó su mano, cariñosamente y él le sonrió, no podríaenfrentar a su amiga sin su ayuda. Descorrió la cortina poco a poco y observó aDaisy recostada en la cama, con Sirius a su lado, sentado en una silla tomandosu mano y acariciando su cabello. Ambos tenían una gran sonrisa plasmada en susrostros, mientras se miraban a los ojos, embelesados.

Daisy se percató de la presenciade Remus e inmediatamente su sonrisa se borró. Sirius dirigió la mirada haciadonde se encontraba la de su esposa y comprendió. Tonks miraba de Remus a Daisyy de ella a él. Ellos dos se miraban con intensidad a los ojos.

 

- Bárbara
- comenzó Remus, pero ella lointerrumpió.

- Daisy. Ahora soy Daisy - lo corrigióbruscamente.

- Vale, Daisy. Yo

- ¿Tú qué, Remus? - Sirius le dio un leve apretóna su brazo y ella volvió su mirada hacia él.

- Déjalo que hable, dale esa oportunidad - si lasmiradas mataran, Sirius habría caído muerto en ese instante. Daisy inspiróprofundamente y soltó el aire poco a poco. Volvió la mirada hacia Remus y leindicó con un movimiento de cabeza que hablara.

- Lo siento ¿De acuerdo? Yo no sabía del cambio.Pensé que Sirius nos había traicionado.

- No. No te dijimos nada sobre el cambio antes deque pasara. Pero cuando te lo dije, no me creíste ¿Y qué fue lo que me dijiste?Oh, sí. "Debes enfrentar la realidad, Bárbara, Sirius nos traicionó a todos yno sólo entregó a James y a Lily, sino que asesinó a Colagusano" seguíinsistiéndote que no era verdad, pero tú veías lo que querías ver. ¡Pudistehaber confiado en mí!

- ¿Cómo confiaron ustedes en mí? Niega que tútambién pensaste que yo era el traidor - se exaltó Remus.

- ¡Yo JAMÁS creí eso! Cuando Sirius lo propuso,durmió una semana en el sofá. Nunca dudé de ti, porque eras mi amigo; nosconocíamos desde los once años. Si me hubieran dicho de Petigrew habría dudado,nunca fue tan unido a nosotros. ¿Pero tú? Lo negué y si en verdad lo hubierassido habría muerto, porque tenías mi confianza a ciegas - las lágrimas corríanpor las mejillas de la chica.

Remus se había quedado calladopensando en todo lo que le había dicho. Se sentó a la orilla de la cama y bajóla cabeza. Él siempre había dado por sentado de que ella también lo creía.Sintió las manos de Tonks sobre sus hombros, sobre una de ellas colocó la suya.Negó con la cabeza y volteó a ver a Daisy.

- Lo siento, de verdad. Siento no haberte hechocaso; siento no haber confiado en ti; siento que nos hayamos distanciado tanto;siento no haber estado contigo cuando encerraron a Sirius o cuando estuvisteembarazada o cuando nació tu hijo. Si pudiera, cambiaría todo eso, pero nopuedo. Ahora es otro tiempo y estamos todos. Es tú decisión si vas a seguirodiándome o me perdonarás e intentaremos recuperar nuestra amistad y que todosea como antes - un silencio se apoderó de la sala durante unos momentos.

- Yo no te odio, Remus - concluyó Daisy, en unsusurro - pero me dolió tanto. Eras mi nuestro amigo. Sé que de todos modos lohabrían encerrado, pues nadie habría hecho caso a las súplicas de la esposa yel mejor amigo de aquél al que consideraban un asesino, pero no me habríasentido tan sola como me sentí en esos momentos

- Daisy
- empezó él, pero ella siguió hablando.

- Y cuando me enteré de Damián
Merlín sabe lo quehabría dado porque estuvieras ahí conmigo. Tenía tanto miedo. Mi esposo enAzkaban, mis padres y mi primo muerto, y mi mejor amigo
no podía ni pensar enél porque me hacía mal. Así que salí del país y me cambié el nombre, elapellido. Alegué que mi marido, Orión White, acababa de morir y que habíaquedado embarazada poco antes de eso. Entonces Damián nació y era lo único queme tenía aferrada a la vida. Cuando cumplió once años, regresé a Inglaterra,pues deseaba que asistiera a Hogwarts; él conocía toda la historia, desde quenos conocimos hasta el día en que su padre entró a Azkaban. Damián siempre fueun chico inteligente y despierto y bastante maduro para su edad.

 

>> Esemismo año, Sirius escapó de la cárcel y ambos nos preguntábamos si iría abuscarnos. Damián recibió su carta para ir a Hogwarts y vaya sorpresa nosllevamos cuando supimos que el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscurasera nada más y nada menos que R. J. Lupin.

- Damián nunca mostró interés por mi clase - Daisysonrió, entre lágrimas.

- Por más maduro que fuese, seguía siendo un niñoy no entendía por qué no me habías creído. Supongo que creó cierto rencor haciati, por no quedarte con nosotros. Pero que quede claro que nunca le hablé malde ti.

Remus asintió. Siempre le llamóla atención aquél niño. Mente brillante y activo. Notaba como las niñas lobuscaban y le daba cierto aire a Sirius, pero nunca tuvo esa actitud arroganteque su amigo siempre había tenido. No tenía idea de cómo no lo había vistoantes. Siempre tuvo buenas notas pero parecía no tener mucho interés en laclase.

Daisy lo observaba, esperandoalguna reacción. Sintió un pequeño ardor en su costado, pero no le dioimportancia, su herida llevaba todo el día haciendo eso. Observó a la mujer queacompañaba a Remus. Era bajita y de rostro joven; tenía el cabello muy corto,peinado en picos y de cabello rosado. Sonrió al pensar en sus tiempos en Hogwartsy en su tímido amigo. Volteó a ver a Sirius, quien acarició su mejillalevemente, mientras la miraba con ternura. El ardor aún no se iba y se llevó lamano a su costado, para darse cuenta de que estaba sangrando.

- Demonios - susurró.

- ¿Qué sucede? - preguntó Sirius.

- Uh
pues
verás, estoy sangrando - comentó ella,intentado sonar despreocupada, para no alarmarlo. Cosa que logró sin éxito.

- ¡Poppy! - llamó, exaltado.

La enfermera llegó rápidamente ylos sacó a todos de ahí, sin miramientos. Sirius caminaba de un extremo al otroa la entrada de la enfermería. Tonks abrazó a su esposo, quien devolvió elabrazo, nervioso, esperaba que no fuera nada grave.

Al cabo de unos minutos, MadamePomfrey les informó que se encontraba mejor, pues ya habían identificado elmaleficio que había recibido, pero había tomado una poción y en ese momentoestaba dormida y debía descansar. Tras varios reniegos y negaciones rotundas,los tres se encaminaron a la sala de los requerimientos, Tonks parloteabaalegremente. Entonces Sirius la interrumpió.

- Te perdonará ¿Sabes? Dale tiempo.

- Eso espero - comentó - sería raro que no lohiciera. Después de todo, siempre terminaba perdonándome, a su tiempo.

- ¿Siempre? ¿Se peleaban muy seguido? - preguntó Tonks.

- Bastante. Ambos somos muy tercos y cuando algose nos mete a la cabeza no hay quien nos saque de ahí.

- ¡Ja! Yo sí - dijo ella, risueña, recordandoviejos tiempos y a un lobo que se rehusaba a amar. Remus sonrió.

- Sí. Tú sí. Pero tú tienes bastantes influenciassobre mí - le informó.

- ¿Ah, sí? ¿Cómo cuales? - inquirió ella,abrazándolo.

- Como estas - respondió y besó sus labios.

- ¡Que dejen su miel en otro lado! - les reprochó Sirius- que es mi sobrinita.

 

- Que ya tiene un hijo - dijo Tonks, rodando losojos.

- Eso a mí no me importa.

- Vale, prometo besar a tu sobrina en otro lado -tentó Remus, con una gran sonrisa.

- Si serás

- ¡Dale ya! Esto de ser el tío sobreprotector nose te da, Sirius.

- Mira, Dora. Esto es tú culpa, por casarte con mimejor amigo.

- ¿No te alegra que haya sido él, en vez decualquier otro? - Sirius titubeó.

- Eh
no
digo

¡Demonios!

Tonks y Remus rieron, Sirius seles unió después. Entraron a la sala de los requerimientos, pero no encontrarona nadie. Sirius les dijo que se daría una ducha. Los otros dos se dirigieron asu habitación, donde encontraron a Teddy, dormido en su cuna. Tonks se acercó aél y sonrió. El pequeño abrió sus ojos lentamente y bostezó. Cuando vio a sumadre alzó los brazos hacia ella y Tonks lo cargó y besó su frente. Sintió cómolos cálidos brazos de su esposo los envolvían; recargó su cabeza en el pecho deRemus y cerró los ojos, la felicidad no cabía en su pecho.

Harry estaba con Ginny. Se había hartadode estar en la sala de los menesteres, así que salieron un rato al lago. Sesentaron bajo un árbol, Ginny acostada sobre las piernas de Harry y él jugandocon su cabello pelirrojo. Esos últimos días habían sido una locura y Harry aúnse creía en una utopía. Aún así, necesitaba tiempo para despejar su mente yentender que al finalizar la lectura del libro, deberían tomar una de lasdecisiones más importantes de su vida.

Rió al pensar que Harry Potter nuncapodría tener una vida normal. Ginny lo observó, cuestionándolo con esa miradamarrón que tanto le gustaba. Él sonrió y besó sus labios. Volvió su vista allago y cerró los ojos. No pensaría en nada en ese momento; simplementedisfrutaría de la compañía de su novia y de la tranquilidad del lago.

Conociendo el futuro.

Capítulo 15.

Feline despertó al día siguiente,junto a Padfoot. Sonrió y salió de la cama, procurando no despertarlo. Fue albaño y se observó el vientre en el espejo. No pudo evitar sonreír aún más yacariciarlo, mientras algunas lágrimas corrían por sus mejillas. Los brazos desu marido pronto la rodearon, y besó su mejilla.

- Dime qué lloras de felicidad, por favor - lesusurró al oído.

- Sí, amor, lloro por eso - contestó, dándosemedia vuelta para encararlo; pasó sus brazos por su cuello y besó sus labios.

- Te amo - en respuesta ella volvió a besarlo.

Lily, James y el pequeño Harryestaban en la salita de estar. Lily leía mientras James jugaba con Harry, sobreuna pequeña escoba de juguete que había aparecido. En ese momento todo estabatranquilo. James y Lily no estaban trabajando, pues habían renunciado a sustrabajos cuando se enteraron de la profecía.

Ginny y Harry entraron a la sala,de la mano. Saludaron a los Potter y se sentaron en uno de los sillones,mientras observaban jugar al bebé y a su padre. Pronto se les unieron Ron yHermione, Tonks y Remus, con Teddy. Feline y Padfoot llegaron un rato despuéscon Moony tras ellos.

Unas llamas amarillas inundaronla sala.

La comisión del registro denacidos de muggles.

 

Umbridge comenzó a parlotear algoa Hermione sobre diez personas ese día en la corte y una de ellos esposa de untrabajador del ministerio. Harry tuvo que bajar del elevador, dejando aHermione sola con la vieja sapo.

Hermione se removió en suasiento, incómoda. Ron pasó un brazo por sus hombros, mientras algunos hacíancaras de asco o de simpatía hacia Hermione.

Harry se encontró con Thicknesse.Tuvo que decirle que quería hablar con Arthur Weasley; Thicknesse le preguntóque si había tenido algún contacto con alguno de los indeseables, Harry lerespondió que no.

- ¿Indeseables? - preguntó Lily.

- Sí, yo era el indeseable número uno - respondióHarry - supongo que vendrá algo de eso después.

Harry se escondió bajo la capa deinvisibilidad, agachándose para que los pies del gran hombre del que estabadisfrazado no sobresalieran. Encontró algunos carteles en rosa con gatitos entodos lados, donde se leía: "Los sangre sucia y los peligros que representan auna sociedad pacífica de sangres limpia".

Escuchó a algunos empleados delministerio hablar y luego voltear nerviosamente hacia una puerta. Donde sesupone que debería ir un hoyo para espiar, había un ojo
el de Moody.

Los que no conocían ese detalle,ahogaron un grito. Miraron horrorizados a Harry, que se veía furioso por elsimple recuerdo del ojo en la perilla de Umbridge.

Una placa rezaba: DoloresUmbridge, jefa de la comisión de registro de hijos de muggle. Harry colocó unDetonador Decoy y esperó a que explotara, para poder colarse en la oficina.

- ¡Bien hecho, hijo! - exclamó James, que parecíaradiante de orgullo por haber heredado sus rasgos merodeadores.

- ¡James! - le regañó Lily.

- ¿Qué? No dirás que no te parece excelente laforma en que se coló sin que lo descubrieran.

- Pues
no - titubeó.

- ¡Ja! Claro que sí - Harry sonrió ante la desidiade su madre y la terquedad de su padre.

Harry recuperó el ojo de Moody yobservó con disgusto el telescopio que utilizaba para espiar a sus empleados.Murmuró "Accio Relicario" sin esperar que el relicario llegara hasta su mano,cosa que no ocurrió. Encontró el archivo del señor Weasley y lo inspeccionó,dejándolo intranquilo.

También encontró un ejemplar de"La vida y mentiras de Albus Dumbledore" haciendo que la sangre de Harrycomenzara a calentarse.

- Y con gran razón - comentó Lupin. Todos en lasala asintieron.

Reparó en un póster de sí mismo,con las palabras grabadas "Indeseable no. uno", una nota rosa con la imagen deun gatito decía "A ser castigado".

Un gruñido general se escuchó enla sala. James apretó los puños y Lily colocó una mano en su hombro. Él la tomóe indicó a Lupin para que siguiera leyendo.

Harry apenas tuvo tiempo de colocarsela capa encima cuando Thicknesse entró a la oficina. Harry sabía que suprioridad debía ser salir del ministerio sin ser descubiertos e intentar denuevo otro día. Primero buscó a Ron, lo encontró, aún sin poder parar la lluviaen la oficina de Yaxley.

- ¿Yaxley? ¿Qué no es un mortífago? - preguntó Padfoot.

 

- Así es - contestó Harry - el ministerio estabarealmente bajo el control de Voldemort.

- Ese bastardo - murmuró.

Harry y Ron volvieron asepararse. Harry se dirigió a buscar a Hermione, que estaba en una cámara deinterrogación, más pequeña que en la que le habían interrogado a él por usoindebido de la magia.

- ¿Por qué hicieron eso? - preguntó Lily.

- En mi quinto año, Umbridge mandó algunosdementores a Little Whinging, tuve que usar un patronus para que no nos besaraa Dudley ni a mí.

- ¿Sabías conjurar un patronus a los quince? - Jamesparecía impresionado, lo que hizo que Harry sonriera; le gustaba esa sensaciónde que alguien se sintiera orgulloso de él por algo tan 'pequeño' como eso.

- Desde los trece, en realidad - ¡Vamos! Un pocomás no hacía daño a nadie. Lily le sonrió de tal manera que Harry estaba segurode que jamás se le olvidaría.

- Impresionante.

- Sacó tu cerebro, amor - comentó James.

Harry observó cómo cuestionaban ala 'esposa' de Ron. En esa sala llena de dementores, los únicos que estaban protegidoseran los cuestionadores. Harry se sentó detrás de Hermione, Umbridge y Yaxley. Harryle indicó a Hermione que estaba tras ella, haciendo que la chica brincara.

Hermione golpeó el brazo de suamigo, recordando ese momento, haciendo que todos los presentes rieran.

- ¡Ay! ¿Eso por qué?

- ¡Porque me sacaste un susto de muerte en esemomento! - exclamó, con una gran sonrisa.

Entonces algo llamó la atenciónde Harry: el relicario colgaba del cuello de Umbridge. Cuando Hermione preguntópor este y Umbridge mintió, Harry no tuvo más control sobre sus actos y aturdióa Umbridge y después a Yaxley. Hermione hizo una réplica del relicario y luegoliberó a la señora Catermole. Comenzaron a lanzar patronus para ahuyentar a losdementores. Harry usó su personalidad para ayudar a escapar a algunos hijos demuggles, pero en cuanto iban a bloquear las chimeneas, se aseguró de que él ysus amigos salieran de ahí. Se aparecieron en Grimmauld place, esperando yaestar a salvo, cuando Harry visualizó a Yaxley agarrado de su pie.

- ¡Déjame ir! - exclamó. Entonces todo sevolvió oscuro de nuevo.

En la sala todos se encontrabanen silencio, esperando que hubiera algo más escrito, pero ahí terminaba todo. Todosmiraban al trío, buscando alguna explicación; pero se limitaron a sonreír. Harryse levantó y estiró las piernas.

- Qué capítulo más interesante - dijo, recordandoese día. Los demás le dieron miradas asesinas - ¿Qué? Ya pasó, es algo que yano importa.

- ¿Qué no importa? No, Harry, tú sí que estás mal -comentó Moony. Todos comenzaron a reír. Entonces las puertas de la sala seabrieron y Sirius y Daisy entraron por ellas. El silencio se mantuvo por unmomento.

- ¿James? - preguntó Daisy, con un hilillo de voz.James asintió y se acercó a ella, que se abalanzó sobre él y comenzó a sollozaren su hombro.

- Ya, cariño, calma - dijo, intentandotranquilizarla. Después de un rato más, se separó de él, secando sus lágrimas.

- Ay, Merlín. Hacía más de un año que no estabatan sensible - comentó, haciendo que los demás rieran. Luego se encaró con Lilyy la abrazó - Lily, no sé cómo hiciste para recuperar tu figura tan rápidodespués del embarazo, me tomó AÑOS volver a la mía después de tener a Damián.

 

- A base de dieta y ejercicio - contestó ella,sonriendo. Esa chica nunca cambiaría su obsesión por su figura, al menos esoparecía - aunque supongo que también fue gracias a James.

- Sí, supongo - dijo Daisy, intentando noreflexionar mucho sobre las palabras de su amiga. Cuando llegó con Moony, loinspeccionó con la mirada, él la miraba, nervioso - ¿Sabes? No te veía tannervioso desde que Dumbledore descubrió que tú habías puesto la bomba de olor ypintura en la puerta de Filch.

- Filch duró un mes entero con su rostro cambiandode colores y con una peste horrible - dijo él, con una gran sonrisa. Daisy loabrazó y volteó a ver a Remus. Se cruzó de brazos frente a él y luego negó conla cabeza.

- Lo peor de tantos años de estar enojada contigoy odiándote, fue que realmente te perdoné al día siguiente. Nunca podría estarmás de veinticuatro horas molesta contigo. Supongo que nunca entendí por qué noestuviste conmigo cuando más te necesitaba - su voz se quebró en la últimapalabra y Remus la abrazó. Ella pasó los brazos por su cuello y escondió elrostro en el cuello de su amigo, mientras algunas lágrimas caían por sus ojos.

- Lo siento - fue todo lo que acertó a decir.Daisy se separó de él, asintiendo levemente con la cabeza. Se volvió a Tonks yle sonrió ampliamente.

- Así que tú eres mi cuñada - afirmó, con una gransonrisa, que Tonks respondió con otra - ¿Y mi sobrino?

- Está dormido, con Harry - dijo Tonks.

- Oh
vale - entonces tocó el turno de Feline yPadfoot.

- Esto es tan endemoniadamente raro - dijeron Feliney Daisy, al mismo tiempo.

- ¿En qué mes estamos? - preguntó Daisy.

- Noviembre - contestó Feline; un brilloindescriptible apareció en los ojos de Daisy. Feline asintió, con una gransonrisa, que poco a poco fue cayendo al ver la expresión que tenía Daisy.

- Felicidades - murmuró - cuida bien lo que comes,te juro que los antojos que te darán serán de lo más horribles y serán los queno te dejen bajar de peso hasta cuatro años después. Y las nauseas, Merlín tesalve de ellas.

- Gracias por el apoyo - dijo Feline,sarcásticamente.

- De nada - se volvió a Harry, Ron, Hermione yGinny - supongo que no me conocen. Soy Daisy White. Soy madre de Damián, creoque han oído algo de él.

- Sí, bastante, a decir verdad - respondió Ginny -es un año más chico que yo ¿No?

- Exacto - respondió, con una sonrisa nostálgica. Siriusse acercó a ellos y anunció:

- Daisy necesita descansar, mañana pueden seguircon las presentaciones.

- Pero
- protestó ella, mas una simple mirada de Siriusbastó para que accediera - descansen. Te juro que habrías sido una gran ayuda ala hora de acostar a Damián.

La risa de Sirius se escuchó enla sala, hasta que cerraron la puerta de su habitación.

Conociendo el futuro.

Capítulo 16.

Daisy se despertó al díasiguiente, con Sirius a su lado. Sonrió ampliamente y lo besó en los labios,despertándolo. La abrazó por la cintura y acarició su rostro. Ella se recostócontra su pecho y volvió a cerrar los ojos.

Lily y James estaban en laestancia, cuando unas llamas violetas trajeron una nota.

Alice y Frank Longbottom deberán presentarsede inmediato, junto con su hijo. Es urgente que lleguen; no puede pasar delmedio día.

 

La pareja se volteó a ver, conuna gran interrogante en la cara. Lily mandó su patronus inmediatamente a susamigos, esperando que llegaran pronto. Remus y Tonks entraron a la estancia,con Teddy en brazos, quien lucía un azul eléctrico en todo su esplendor. Al verlas caras de James y Lily, Remus frunció el ceño.

- Puede que no los viera durante diecisiete años,pero creo que aún puedo decir si algo está mal. ¿Qué sucede?

- No lo sé, llegó una nota, pidiéndonos quetrajéramos a Alice y Frank - Remus palideció notablemente.

- ¿Cómo se nos pudo haber olvidado? ¿Ya losllamaron?

- Sí, Lily mandó un patronus. ¿Por qué?

- Bien. Ellos dos fueron torturados hasta lalocura - Lily ahogó un grito y James la rodeó con sus brazos.

- ¿Y
? - pero no pudo terminar la pregunta.

- Es un excelente muchacho, pero sufre mucho porlo de sus padres.

- Dale, sé que estoy echado a perder, pero no espara que se expresen de mí así - bromeó Harry, quien iba entrando, seguido porGinny.

- No negaré que te encuentras en un estadodeplorable. Pero, para tu información, no todo el mundo gira alrededor tuyo; nohablábamos de ti - Harry se sonrojó ligeramente, pero rápidamente volvió a lanormalidad.

- ¿De quién, entonces?

- De Neville - Harry tuvo una reacción parecida ala de Remus.

- Sus padres
Merlín, No es muy tarde aún,¿Cierto?

- No, ya les avisamos.

- Bien - exhaló Harry, en alivio - ojalá traigantambién a Neville, le encantaría ver a sus padres.

Poco a poco, se fue llenando laestancia con todos aquellos que comenzaban a convertirse en una gran familia ydesayunaron lo que los elfos les llevaron. A eso de las dos de la tarde, lapuerta de la sala se abrió. Todos levantaron sus varitas, alertas. Una pareja,con un bebé en brazos, entró, sin saber bien lo que sucedía.

- ¡Alice! ¡Frank! - exclamó Lily, abrazando a susamigos.

- Lily, ¿Qué sucede?

- Pues
verán. Será mejor que se sienten, es unalarga historia - hicieron como Lily les indicó y ella comenzó a relatarles todolo sucedido.

- No juegues, esto está muy revoltoso.

- Lo sé. Tendremos que idear un plan para noconfundirnos.

- De hecho, Daisy ya tiene una idea - comentóSirius.

- Será complicado y a mi
contacto, le dará uninfarto cuando le a diga cuanta gente le tendremos que sacar documentos falsos,pero creo que funcionará - Feline la observó, con una sonrisa pícara asomándoseen sus labios.

- ¿Te refieres a
? - Daisy imitó su gesto.

- Oh, sí.

- Ay, Merlín. Tener a una con esa mirada diabólicaya era malo, ¡ahora son dos! - James se ganó un buen golpe en el hombro porparte de cada chica y burlas por parte de Sirius y Padfoot.

Mas entrada la tarde, un capítulonuevo apareció entre unas llamas color magenta.

El ladrón.

Cuando Harry tuvo una visión másclara, observó a Hermione junto a Ron, que estaba sangrando. Se habíaescindido.

Una expresión ahogada se escuchóen la sala.

Harry estaba aturdido, aún cuandoHermione le pidió la esencia de Díctamo. Hermione comenzó a disculparse porllevar al mortífago dentro de Grimmauld place, pero él no quería que ella lohiciera, pues no tenía culpa de nada.

 

- Así que ¿A dónde fueron? - preguntó Sirius,preocupado.

- ¿Por qué estaban en casa de tu madre? - preguntóDaisy.

- Porque se la heredé a Harry.

- Ah
Dale.

Estaban en el bosque donde habíanacampado cuando asistieron al mundial de Quidditch. Hermione colocó algunoshechizos de protección. Y Ron
Ron pidió que le mostraran respeto a Voldemortal no decir su nombre.

Todos los miraron, horrorizadosante la idea de respetar al ser más despreciable del planeta. Él intentóesconderse tras su novia, haciendo reír a Harry.

- Compañero, tú sí que estás mal.

- Shhhh. Tal vez, si no hablo, no notarán mipresencia - Hermione bufó ante la tontería que su novio dijo, pero el resto delos presentes rieron bastante.

'Dámelo, Gregorovitch' dijo unavoz fría 'No lo tengo, me la robaron' suplicó el hombre 'No le mientas a LordVoldemort, el sabe, el siempre sabe' cambió de imagen rápidamente '¿Quién fue. Gregorovitch?''No sé, nunca supe' Un destello de luz verde. Y Harry despertó. Hermione loreprendió, sin darle oportunidad de explicarle lo que vio.

En la sala observaron a loschicos. Todos estaban en silencio, expectantes. El pequeño Teddy Lupin comenzóa llorar desconsoladamente, haciendo que Harry y Neville lo imitaran. Lospadres intentaron calmarlos, pero simplemente no lo lograban. Continuaron así,por lo menos, veinte minutos más.

- No sé qué le pasa - dijo Tonks, casi desesperada- ¿Tu qué crees, amor?

- Creo que si tú no sabes, menos yo - Daisy losobservó, con simpatía.

- ¿Un año? - Harry asintió con la cabeza. Ellasonrió y tomó al pequeño entre sus brazos e hizo aparecer un chupón -seguramente le está saliendo algún diente. Oh, Tonks, es precioso.

- Gracias - contestó la chica, con una gransonrisa en su rostro.

Daisy apuntó su varita a la bocadel pequeño, murmuró algunas palabras y poco a poco fue bajando la intensidadde sus lloriqueos. Entregó al niño a los brazos de su madre y lo observó,nostálgica. Sirius la envolvió en sus brazos y besó su cabello.

Nuevamente, llamas azules invadieronla sala, dejando ver dos figuras. Un chico alto, cabello castaño oscuro, cararedonda; una chica pequeña, rubia y con aire soñador. Harry sonrió ampliamentey fue a saludar a sus amigos.

- ¡Luna! ¡Neville! Qué bueno que están aquí.

- Gracias, Harry. Es casi como si te preocuparaspor mí.

- Me preocupo por ti, Luna.

- Así que
¿El pasado, eh? - comentó Neville.

- Oh, sí. Por cierto, quiero que conozcas aalgunas personas. Tú también, Luna.

Así que Harry les presentó aDaisy, Feline, Padfoot, Moony, Lily, James, al pequeño Harry. Entonces llegaronfrente a Alice y Frank. Cuando Neville los vio, abrió mucho los ojos y miró a Harry,intentando que le desmintiera lo que estaba viendo. Al ver que se dedicaba simplementea sonreír, una lágrima cayó por su rostro.

- Alice, Frank, les presento a Neville. Neville,ellos son tus padres.

- Y
yo
yo
- extendió la mano, esperando que sela estrecharan - creo que ya nos conocemos.

- Oh, pequeño, eres igualito a tu padre - exclamó Alice,que rechazó la mano y abrazó a su hijo, afectuosamente. Neville no supo cómoreaccionar. Frank le pasó al pequeño Neville a su mujer y también estrechó a suhijo. Harry y Luna se escabulleron de ahí, para darles un poco más deprivacidad.

 

- Así que
¿Tú y Neville?

- Oh, no. Es como tú y Hermione.

- ¿En serio? Siempre creí
- Luna rió.

- No todo es lo que parece, Harry.

- ¿Desde cuándo los trajeron?

- Un poco después de que destruyeras a Voldemort.

- Igual que a Ron y Hermione, entonces.

El resto de la tarde prosiguiósin ninguna novedad. Neville estaba disfrutando de sus padres, que parecíanamarlo tanto como a su pequeño niño. Harry cada vez estaba más seguro de sudecisión. Lo único que lo mantenía reluctante, era Ginny. Sabía que no viviríafeliz sin ella, pero también sabía que ella sin su familia no sería feliz. Suspirófuertemente, cosa que no pasó inadvertida por su novia.

- No lo sé, Harry. Es muy complicado - comentó,sabiendo bien lo que le sucedía.

- Sabes que no te obligo a nada, amor. Es sólo que
esto se siente tan
bien.

- Dame un poco más de tiempo - Harry se volteóhacia ella y tomó su rostro entre sus manos.

- Tú me esperaste un año completo. Yo te esperarétodo el tiempo que sea necesario - dicho eso, la besó delicadamente.

Conociendo el futuro.

Capítulo 17.

- ¡Oigan todos! - llamó Neville - llegó un nuevocapítulo.

Se acomodaron alrededor de lasala y pusieron atención a lo que Neville comenzaba a leer.

La venganza de los duendes.

No todo iba según lo planeado.Aún no tenían idea de dónde se encontraba el Horrocrux, no tenían comida ytenían que moverse de lugar cada noche. Descubrieron que el Horrocrux influíahorriblemente en ellos, pero Harry se negaba a dejarlo en cualquier lado.

Una noche, los chicos seencontraban en la tienda, cuando Harry escucho voces. Con la ayuda de orejasextensibles descubrieron que Ted Tonks estaba a la fuga, junto con Dean Thomas,dos duendes y un tal Dikins; escucharon que algunos estudiantes habían tratadode robar la espada de Gryffindor, entre ellos, Ginny Weasley; y descubrieronque la espada que estaba en el despacho de Snape era falsa.

Harry y Hermione no podían estar másemocionados, pero Ron no lo veía de esa forma; después de una fuerte discusión,Ron se fue dejando a Hermione destrozada.

Las mejillas de Hermione se encendieronal escuchar esa última línea. Los demás les observaban, confusos y esperandouna explicación. Ron no sabía ni en dónde meterse, se sentía realmente un cobardetraidor. Harry estaba tranquilo; esa conversación ya la había tenido tiempoatrás con su amigo, pero al parecer Ron no.

- Lo siento - murmuró, apenado. Hermione tomó sumano y negó con la cabeza.

- No pasa nada, camarada - dijo Harry.

- ¿Qué no pasa nada? ¿Estás demente?

- Bueno, estabas asustado, preocupado, cansado y¡Tenías hambre! - intentó bromear, pero Ron no lo dejaría ir tan fácil. Se pusode pie y Harry junto con él; podía sentir la frustración de su amigo.

- ¡Huí cual rata asustada! ¡No soy mejor que Petigrew!- Hermione dejó salir un pequeño gritito al tiempo en que Harry asestaba un golpeen la quijada de Ron. Este simplemente se quedó con una mano en su mejilla ycon la boca abierta por la sorpresa.

 

- ¡NO TE ATREVAS A COMPARARTE CON ÉL! ¡TÚ JAMÁSNOS TRAICIONASTE! - Harry seguía temblando de coraje. Ginny puso una mano sobresu hombro, mientras él inspiraba profundamente, intentando calmarse - Losiento, no debí haberte golpeado. Es sólo que no debes pensar que te culpo. Nohiciste nada malo, sólo seguiste tus instintos.

- Tienes un gancho muy bueno, Harry - comentó Ron,la tensión en el ambiente desapareció y algunas sonrisas tímidas salieron.

- Gracias. Bueno, creo que... - lo que creía no sedijo, pues un nuevo capítulo apareció.

El valle de Godric.

Las palabras de Ron rezumbaban ensu cabeza. 'Pensábamos que sabías lo que hacías' 'Pensábamos que Dumbledore tehabía dicho qué hacer' 'Pensábamos que tenías un plan de verdad'.

Harry suspiró gravemente y nególa cabeza, con la mirada en el suelo.

En cierta forma, Harry sabía quetenía razón. ¿En qué estaba pensando cuando aceptó que sus amigos loacompañaran a la caza de los Horrocruxes? Esta era su misión, no la de ellos. Habríasido mejor ir él sólo.

Hermione no habló con él poralgún tiempo, a menos que fuera totalmente indispensable. Harry decidió pedirleque fueran al valle de Godric. Justo cuando él iba a preguntárselo, ella lepidió que le ayudara a descifrar lo que significaba un símbolo: parecía un ojotriangular, cuya pupila era atravesada por una varita. Harry no tuvo idea de loque era, pero lo reconoció porque Xenophilius Lovegood lo había usado en laboda de Bill.

Cuando Harry le expuso su idea,ella accedió de inmediato, lo cual extrañó a Harry. Hermione explicó que, talvez, Dumbledore había escondido la espada ahí. Harry propuso ir a ver a BathildaBagshot y Hermione creyó que la espada la tenía ella.

Para entonces Harry ya estaba conlos codos sobre sus rodillas y su frente entre sus manos. Ginny simplementeacariciaba su espalda, sin saber qué hacer. Lily observaba a su hijo, concierta tristeza. No pudo estar ahí para él cuando más la necesitaba. Nuncaestuvo para él en toda su vida. Abrazó al pequeño bebé que estaba entre susbrazos y se recostó contra su marido.

Hermione empezó a divagar sobrelos métodos de protección que deberían usar y Harry la dejó hablar, asintiendoy aprobando. Él nunca pensó en que podrían encontrar la espada o algúnHorrocrux. El valle de Godric representaba a sus padres y a la vida que se lehabía sido arrancada. Nada más.

Harry sonreía leve yculpablemente a una Hermione que lo miraba con ojos vidriosos. Lily se soltó a llorarinconsolablemente, mientras James intentaba calmarla.

Una semana después, Harry yHermione se aparecieron en el valle de Godric. Era víspera de navidad. Los ojosde Hermione se posaron tras la iglesia, preguntando a Harry si sus padres seencontraban ahí, pues podía ver el cementerio. Harry sintió una ráfaga deemoción correr por su cuerpo. Encontraron un obelisco en memoria a los muertosen la guerra; al acercarte, se convertía en una estatua de un hombre concabello desordenado y lentes, una mujer con cabellera larga y un bebé con unafrente sin cicatriz.

 

Los sollozos de Lily se volvieronaún más fuertes y muchos de los presentes tenían la mirada en el piso o unaexpresión de tristeza en el rostro. Harry no pudo evitar observar a sus padres,recordando la estatua y viendo lo mal que la habían hecho. Su madre era muchomás hermosa y su padre tenía una expresión gentil, pero firme. Sonrió ycontinuó escuchando.

En el cementerio, encontraron lastumbas de Kendra y Ariana Dumbledore. Así que Skeeter había dicho algoverdadero... Curioso. Siguieron inspeccionando, de vez en cuando encontrabanalgún nombre familiar; hasta... Potter. Harry sintió como su pecho le presionaba,por fin sentía la muerte de sus padres como algo real, no sólo imaginario. Colocaronun ramo de flores. Las lágrimas cayeron por su rostro. Observó las tumbas desus padres, hasta que Hermione lo tomó por la mano y salió del cementerio.

Las miradas pasaban de Harry a Lilya James, esperando su reacción. Lily seguía sollozando y James parecía al bordede las lágrimas también. Harry no pudo soportarlo más y se sentó junto a sumadre y la abrazó; haciendo que ella llorara aún más. No se suponía que él laconsolara, ella debería estarlo consolando a él. Harry besó el cabello de sumadre, esperando a que se calmara un poco.

El resto de los presentes losobservaban, sin saber si irse o quedarse. Tanto Tonks como Daisy y Alice, teníanlos ojos vidriosos y Hermione y Ginny derramaban lágrimas silenciosas. Felinese refugió en los brazos de su marido y Luna les veía con simpatía. Neville tomóla mano de su madre y Ron abrazó a Hermione; mientras un nuevo capítuloaparecía. Remus tomó el pergamino y comenzó a leer.

El secreto de Bathilda.

Encontraron los restos de lo queuna vez fue su casa. Cuando Hermione estaba aleccionándolo para que no entrara,Harry divisó a una persona, mirándolos. ¿Cómo podría saber que estaban bajo lacapa de invisibilidad?

Les hizo señas para que lasiguieran. '¿Es usted Bathilda?' Ella asintió y los guió hasta su casa, endonde Harry encontró una fotografía del rostro del ladrón de la varita deGregorovitch. Bathilda le indicó que subiera las escaleras con ella, solo.

- Te apuesto a que quería un poco de acción -bromeó Padfoot, intentando alivianar el ambiente. Lo logró, haciendo que todossonrieran y uno que otro riera.

Bathilda le hizo mirar hacia unbulto de ropa sucia. Cuando lo hizo, Harry pudo ver por la esquina de su ojocómo una serpiente reemplazaba el cuello de la mujer. Su varita no le sirvió denada y quedó indefenso ante la serpiente, que simplemente lo incapacitaba amoverse. Hermione llegó rápidamente y lo liberó. '¡Viene para acá!' fue todo loque Harry pudo decir.

Horas después y la visión,aumentada y corregida, de la muerte de sus padres y algunas otras, Harry despertó.Hermione estaba bastante nerviosa. Le explicó que la serpiente les habíamordido y que no podía quitarle el Horrocrux más que con un hechizo.

Harry se levantó y pidió suvarita a Hermione. Y fue cuando descubrió que estaba rota.

- Ahí termina el capítulo - informó Lupin.

- Sí, bueno, mi varita está bien ahora.

 

- ¿Cómo la reparaste?

- Con la varita más poderosa que existe - comentó.Luego se volvió a su madre - ¿Estás bien?

- ¿Cómo dices? - preguntó ella, perpleja.

- Pregunté que si estás bien - para su sorpresa,ella comenzó a reír, con un poco de cinismo.

- Sí, creo que escuché eso. Sí, Harry, estoy bien.No creo que deberías ser tú el que pregunte eso, aún así.

- ¿A qué te refieres? - preguntó él, confundido.

- ¡Merlín, Harry! A mí la sensación de impotenciase me olvidará cuando dejemos de leer. Pero tú viviste todo esto y jamás saldráde tu mente y eres tú el que me pregunta a mí, tú madre, el si estoy bien.Debería ser yo la que te pregunté a ti...

- Estoy bien, Ma - le interrumpió Harry - todo esoque estamos leyendo ya pasó hace más de un año para mí. He tenido tiempo yayuda para superarlo.

- ¡Pero no tendrías que haber tenido quesuperarlo, no era el plan!

- Pero lo hice y pues... a veces los planes nosalen como lo esperábamos.

- Pues no me gusta - dijo, cruzando los brazos yhaciendo todo un pequeño puchero. Harry sonrió, divertido.

- Pues, curiosamente, a mi tampoco - los demásveían la escena, con grandes sonrisas en sus rostros.

- ¡HARRY JAMES POTTER, NO ME HABLES EN ESE TONO! -Harry comenzó a reír ante el rostro enojado de su madre - ¿QUÉ ES TAN GRACIOSO?

- Lo... lo siento... es sólo que... nunca... -decía entre risas - nada importante.

- Bueno, oficialmente la has perdido, compañero -dijo Ron, palmeándole la espalda.

- Sigo sin encontrarle el chiste - susurró Lily a James,el cual sonrió y besó su frente.

- Será mejor que vayamos a dormir.


Volví!!!! Feliz año a todos!!

Conociendo el futuro.

Capítulo 18.

Albus Dumbledore entró a la salay observó una escena muy peculiar, donde presente y futuro se reunía. Le habíanllamado para leer el siguiente capítulo de la historia, no entendía muy bienpara qué podrían requerirlo, pero aceptó de cualquier forma. El joven HarryPotter se percató de su presencia. Lo miró con intensidad a los ojos y pudodescifrar que había una larga historia tras él.

- Buenas tardes a todos.

- Buenas tardes, Albus.

- El capítulo ya ha aparecido, pero te estábamosesperando.

- De acuerdo. Empecemos cuando quieran - dijo elviejo director.

La vida y mentiras de AlbusDumbledore.

Todos en la sala se quedaroncallados. Las miradas se dirigieron a un exasperado Harry y a unos molestosRon, Hermione, Luna y Neville. El profesor Dumbledore se removió en su asiento,un poco incómodo. Se quitó las gafas y las frotó con su túnica, antes de hacerun gesto, indicando a Sirius que continuara con la lectura.

Harry nunca se había sentido tandesprotegido como en ese momento, en el que ya no contaba con su varita. Habíaperdido la protección de los núcleos gemelos y no se había dado cuenta decuánto contaba con esta.

- ¿A qué se refiere con eso? - preguntó Lily.

- Mi varita es la hermana de la de Voldemort,tienen la pluma de Fawkes, el fénix del profesor Dumbledore.

- ¿Por qué ya no contabas con ella? - Nevilletenía el ceño fruncido.

 

- Porque se rompió cuando intentábamos escapar deVoldemort.

Harry colocó las piezas de suvarita en el bolso que Hagrid le había regalado. Su mano rozó la Snitch queDumbledore le había dejado y tuvo que combatir la tentación de arrojarla lejos.Era impenetrable, inútil, inservible, como todo lo demás que Dumbledore habíadejado atrás.

Harry comenzó a ruborizarse,mientras el profesor lo miraba, con curiosidad, intentando encontrar la razónpor la cual el muchacho le guardaba tanto rencor. Los demás también sepreguntaban qué sucedía, pero Sirius continuó leyendo.

La furia contra su mentor comenzóa desbordar. Los había dejado sin pistas, sin espada, sin ayuda. Y ahora notenía varita.

Poco después, Hermione lepreguntó si podía hablar con él y accedió. Ella le mostró el libro de RitaSkeeter 'La vida y mentiras de Albus Dumbledore'. Harry sonrió complacido;ahora sabría todo lo que Dumbledore no consideró que fuera importante decirle,lo quisiera o no.

- ¡Harry! - le reprendió Lily.

- ¿Qué? Estaba enojado y frustrado.

- No es razón para...

- Mira, Ma, sé que no estuve bien, pero tenía muybuenas razones para pensar de esa manera.

- ¡No le hables así a tu madre! - James se veíamolesto. Harry rodó los ojos y miró a Sirius, suplicante, para que siguieraleyendo. Su padrino sonrió ampliamente.

Harry pasó rápidamente laspáginas, buscando alguna fotografía, hasta que se encontró una de un jovenDumbledore con un muchacho apuesto, riendo. En el pie de la foto se leía: AlbusDumbledore, poco después de la muerte de su madre, con su amigo Grindelwald.

Varios de los presentesaguantaron la respiración. Y las miradas se posaron en el director, que nodejaba de preguntarse qué había hecho para merecer eso. Deseaba llevarse supasado a su tumba, pero ahora le iba a ser imposible. Sirius notó que Dumbledorecomenzaba a tensarse y decidió continuar.

>>A sus dieciocho años, ibaa irse de viaje con Elphias Doge, hasta que recibió una lechuza, anunciando lamuerte de su madre. Dumbledore regresó a casa, para hacerse cargo de suhermana, Ariana y su hermano, Aberforth. Al parecer, Ariana, tenía un estado desalud frágil y delicado. Ese verano, el sobrino de Bathilda Bagshot, GellertGrindelwald se hospedó en el valle de Godric.

>>Ambos muchachos trabaronmuy buena amistad. Tan buena amistad, que planeaban dominar a los muggles para'El bien común' según una carta de la cual pueden ver una copia. Lo que nosabemos es qué llevó al antiguo director a enfrentarse a su amigo. Al parecer,la muerte de su pequeña hermana.

Hermione le retiró el libro aHarry. Comenzaron a discutir. Harry se sentía traicionado. Había confiado enDumbledore. Se sentía justo como cuando Ron se había ido. 'Harry, la únicarazón por la que estás enojado es porque nunca te dijo nada de esto él mismo'Exclamó Hermione. '¡Tal vez lo esté!' gritó él '¡Mira lo que me pidió,Hermione! ¡Arriesga tu vida, Harry! ¡Y de nuevo! ¡Y de nuevo! ¡Y no esperes quete explique todo, sólo confía en mí ciegamente, confía en que sé lo que estoyhaciendo, confía en mí aunque yo no confíe en ti! ¡Nunca la verdad completa!¡Nunca!'

 

A cada palabra, la voz de Siriusiba reduciéndose, hasta quedar en un apenas audible susurro. Los ojos seposaban de Dumbledore, a Harry, a Hermione. Dumbledore estaba herido, peronunca lo demostraría, su orgullo era más fuerte. Harry se sentía enojado ycontrariado; recordó cómo se sentía en ese momento y le fue imposible no volvera sentirlo. Hermione estaba nerviosa, esperaba que su antiguo director no se lotomara a personal.

'Te amaba, Harry' susurróHermione 'Sé que te amaba'. Harry bajó sus brazos. 'No sé a quién amaba,Hermione, pero nunca me amó a mí. Esto no es amor, el desastre en el que medejó. Compartió más de lo que realmente pensaba con Gellert Grindelwald que loque compartió conmigo'. Harry le dijo que regresara a la tienda y se odió pordesear que lo que le había dicho era verdad, que a Dumbledore le importaba.

Dumbledore miraba intensamente aHarry, que no bajó la mirada. No se sentía bien con lo que había dicho opensado, pero tampoco era como si todo eso fuera mentira. Las llamas volvierona aparecer y fue cuando cortaron el contacto. Harry tomó los pergaminos esavez.

La cierva plateada.

Harry y Hermione sintieron comosi alguien más estuviera en el bosque, así que decidieron irse de ahí.Aparecieron en el Bosque de Dean. Harry le dijo a Hermione que fuera a dormir,mientras él montaba guardia. Sentía que sus defensas no eran suficientes. Pocodespués, una luz apareció frente a él y se dirigía a donde estaba.

Lily apretó la mano de su maridoy se mordió el labio. Sin embargo, había algo en la forma en que Harry lo leía,que le dio un poco de tranquilidad; SÓLO un poco.

La luz se iba acercando,haciéndose cada vez más brillante. Se dio cuenta de que era una ciervaplateada. Algo le dijo que la estaba esperando. La cierva ser dio la vuelta ycomenzó a alejarse. Harry salió tras de ésta. Llegaron a un lugar ydesapareció. Harry esperó a que lo atacaran, pero nada sucedió. Encendió lavarita y encontró un pozo congelado; al fondo de éste, había una cruz plateada.Harry contuvo el aliento y observó la espada de Gryffindor.

En la sala algunos soltarongritos de júbilo. Harry comenzó a reír ante tal actitud y continuó leyendo.

Harry evaluó sus opciones, al finalrompió el hielo, se quedó en mera ropa interior y entró al pozo. El agua estabahelada. Pero se sumergió y tomó la empuñadura de la espada. Cuando intentósalir, la cadena alrededor de su cuello se apretó. No podía respirar, no podíasalir. Iba a morir ahogado.

Lily ahogó un grito, con los ojosllenos de lágrimas. Observó a su esposo, que le abrazó. El resto de lospresentes miraban a Harry, con los ojos como platos, esperando a que siguieraleyendo.

Seguramente los brazos que lesacaron del pozo eran los de la muerte. Logró tomar aire. Una persona estaba asu lado, pero no podía ver a su salvador. '¿Estás - demente?' Harry no podíacreerlo. Ron estaba ahí. Sostenía la espada y el horrocrux.

En la sala todos comenzaron avitorear el regreso de Ron y el que haya salvado a Harry.

'¿Por qué demonios no te quitasteesto antes de entrar?' preguntó, sacudiendo el horrocrux.

- ¡¿NO TE QUITASTE EL HORROCRUX?! - Lily parecíaal borde de un colapso nervioso. Harry bajó la cabeza, avergonzado.

 

Harry y Ron buscaron a quienconjuró el patronus, pero no lo encontraron. Harry le indicó que destruyera élal horrocrux. Ron se negó, pero Harry logró convencerlo. Tuvieron un momentodifícil, cuando Harry abrió el relicario, pero Ron logró apuñalar el horrocrux.Ron cayó sobre sus rodillas y comenzó a sacudirse violentamente. Harry sabíaque no tenía nada que ver con el frío. Habló con él, intentando hacerleentender que era importante para él y Hermione y que su relación con ella erapuramente amistad, nada más.

Ron abrazó a Hermione, los demásles sonreían y Sirius y Padfoot parecían estarse aguantando las ganas demolestarlos.

Al llegar a la casa, Harry llamóa Hermione y cuando ella vio a Ron, se abalanzó a golpearlo.

Ahora si no se aguantaron lasganas y las burlas comenzaron a sonar en la sala de los menesteres, acompañadasde muchas risas. Los aludidos se ruborizaron furiosamente. Las llamas sellevaron el pergamino. Cuando todos se levantaban para irse, apareció nuevamente.

Xenophilius Lovegood.

Harry observó a Luna, mientrasleía el título. La chica abrió un poco los ojos, pero dejó que Harry continuara.

Ron les explicó que el nombre de Voldemortse había convertido en un tabú.

Un gruñido general se escuchó enla sala.

Hermione le pidió a Harry quefueran a ver a Xenophilius Lovegood. Había reconoció el símbolo de Beedle elBardo en el libro de Skeeter. Harry no quería ir, pero votaron y él perdió.Pronto se encontraron en casa de los Lovegood. Xenophilius parecía incómodo yse mostraba renuente a ayudarles, pero al final le convencieron. Le mostraronla imagen y en seguida la reconoció. '¿Se refieren a la seña de las Reliquias dela Muerte?'.

Las llamas se llevaron elpergamino. Los que no estaban familiarizados con el término, observaban a loschicos del futuro.

- ¿Qué son...? - pero Sirius no pudo terminar lapregunta.

La leyenda de los tres hermanos.

Xenophilius comenzó a hablarsobre una búsqueda, pero los chicos aún se encontraban si entender. El señorLovegood les habló de la leyenda de los tres hermanos y Hermione le dijo queella tenía una copia, el cual él le indicó que leyera.

El mayor de los hermanos quelograron burlar la muerte y que, por tanto, ganó el favor de ésta, pidió unavarita, la más poderosa de todas. El mediano, pidió el poder de traer a otrosde la muerte; así que la muerte le dio un anillo con ese poder. El menor de loshermanos, pidió algo con lo que pudiera ir a cualquier lado sin ser seguido porla muerte; recibió una capa de invisibilidad.

- Eso me es conocido - murmuró James.

Xenophilius dijo que con esotenían. Que esas eran las Reliquias de la Muerte. Hermione ni Ron creyeron nadaen absoluto, pero Harry aún tenía dudas.

- Bueno, esto es endemoniadamente raro - comentó Harry- leer algo que describa exactamente cómo te sientes. Curioso.

Los demás observaban a Harry,como si estuviera delirando, así que se limitó a seguir con su lectura.

Hermione mencionó a los Peverelly Xenophilius le dio toda la razón.

 

- ¡Eso! - exclamó James - Los Peverell, nosotrosdescendemos de ellos.

- ¿Cómo?

- Ajá, y la capa de invisibilidad... ¡Por Merlín!¡Es una de las reliquias! ¿Cierto?

- Si hubiera sabido eso desde un principio todo habríasido más sencillo - asintió Harry, con una gran sonrisa.

Harry subió las escaleras de lacasa. Curioso. Algo llamó su atención. Bajó a buscar a Xenophilius y preguntópor Luna. Comenzó a ponerse nervioso y descubrieron que los había delatado.Lograron escapar, con el ingenioso plan de Hermione de dejar que vieran a Harry,para que no mataran a Xenophilius.

Harry dejó de leer y esperó a queel capítulo se desvaneciera. Esperó un poco más, esperando que apareciera máspergamino, pero no pasó nada. Se levantó de su asiento y estiró las piernas. Observóa los presentes y, de un momento a otro, escuchó un extraño sonido, al cual sele unieron más, del mismo tipo.

Dumbledore sacó lo que parecióser un cromo de magos, pero Harry pudo notar que hablaba con él, al igual quelos de ese tiempo. Frunció el ceño y esperó.

- Son su manera de comunicarse con la Orden -susurró Sirius, a su espalda, su voz sonaba preocupada - algo ha sucedido.

Conociendo el futuro.

Capitulo 19.

Harry observó a su padrino yluego a sus padres, la preocupación estaba marcada en sus rostros. Pronto todoscomenzaron a guardar los cromos de magos. Un silencio incómodo se apoderó de lasala. Se veían los unos a los otros a los ojos. Dumbledore observabasignificativamente a Lily y James.

- ¿Me van a decir qué demonios sucedió? - preguntóJames, desesperado.

- Hay un ataque en Surrey - Lily se llevó lasmanos a la boca.

- ¿En qué parte de Surrey?

- En Little Whinging.

- Oh, por Circe.

- ¡No entiendo! Digo, no es lindo que losmortífagos ataquen, pero presiento que hay algo más detrás de esto - exclamóPadfoot.

- Mis tíos viven en Privet Drive - explicó Harry -¿Voldemort lo sabe?

- Creo que sí - contestó Lily.

- No es una coincidencia que atacara ahí - Harrypasó una mano por su cabeza y comenzó a dar vueltas por la sala, sin cesar.

- Me está poniendo nervioso - susurró Padfoot.

- ¿Qué piensas, Potter? - la voz de Ginny sacó aHarry de sus cavilaciones. Le sonrió, culpablemente - maldito complejo dehéroe.

- ¡Oh, no! ¡No, Harry! - Hermione captó en seguidalo que sucedía. Ron no tardó en entender y suspiró.

- ¿Cuál es el plan?

- ¡Ron! - le reprochó Hermione.

- ¿Qué? Lo conoces, Hermione, no se va a detener ylo sabes.

- P-pero... pero...

- ¿Alguien me explica, por favor? - pidió James.

- Harry está buscando la forma más rápida parallegar a Little Whinging y verificar si sus tíos están bien - la voz de Ginnyse escuchaba cancina y Harry se sorprendió de lo bien que su novia lo conocía,para resumir sus planes tan sencillamente.

- ¡Un momento! ¿Quién te dio permiso de salir enninguna misión peligrosa? - Lily parecía furiosa y asustada. Si su hijo era uncuarto de lo cabezota que era su marido, no lo detendría de ninguna manera.

 

- Tengo diecinueve años y desde que tengo oncesalgo en misiones peligrosas sin permiso de nadie - Harry negó con la cabeza,exasperado. Sabía que su madre se preocupaba por él, pero eso de tener querendir cuentas a alguien no iba con su personalidad - como sea, volaremos hastaHogsmeade y nos apareceremos en el parque, buscaremos a mis tíos y nosaseguraremos de que estén bien. Si siguen ahí y con vida, los pondremos bajoprotección, si no están ahí... bueno, tendremos que localizarlos y rescatarlos.

- ¿Qué te hace pensar que seguirán vivos? -preguntó Padfoot.

- Sencillo; estamos hablando del mismo Voldemort,esto es una trampa.

- Déjame ver si entiendo. Sabes que es una trampay estás a punto de entrar a ella ¿Correcto? - James parecía analizar la idea.

- Correcto - respondió Harry, con una gran sonrisaen el rostro, al menos su padre lo apoyaría.

- Bien. Sólo tengo algo que decirte ¿¡ESTÁSCOMPLETAMENTE LOCO!? - la sonrisa de Harry se borró de inmediato - No irás.

- ¿Cómo dijiste? - Ginny estaba negando con lacabeza y masajeando su sien, mientras escuchaba a su novio y a su suegrodiscutir - Iré, está decidido.

- ¡Pero es una trampa!

- ¡La trampa no es para mí! ¡Es para que tú o mamávayan a rescatarlos!

- ¡No quiere decir que tú tengas que ocuparnuestro lugar! ¡Te matará sin pensarlo dos veces!

- ¡He sobrev...!

- ¡Cállate ya, Harry! - explotó su novia. La chicacerró los ojos e inspiró profundamente, volvió a abrirlos y colocó su mano enla mejilla de Harry - Lo siento. Sabemos por lo que has pasado. Sólo... sólodime una cosa ¿Tienes que hacer esto?

- Sabes que sí, Gin.

- No, estamos en otro tiempo, nadie depende de queel Gran Harry Potter los salve.

- Pero...

- Pero está en tu naturaleza, lo sé. Entonces noperdamos más tiempo.

Harry le sonrió ampliamente a sunovia, tomando su mano salió de la sala, con sus amigos detrás de él. Conjuró tresescobas y le extendió una a Ginny y a Ron. Este montó su escoba con Hermionedelante de él. Volaron por los pasillos, ante las miradas curiosas de losestudiantes. Salieron a los terrenos y pronto se encontraron a Hogsmeade. Setomaron de la mano y Harry giró sobre sus talones.

En el parque todo estabatranquilo. Ni una señal de que los mortífagos estuvieran cerca. Seguramente seencontraban en algún otro lugar de Little Whinging, o no. Harry corrió hasta lacasa de sus tíos. Todo estaba justo como recordaba. Tocó la puerta con elnúmero cuatro frenéticamente. Escuchó el llanto de un bebé y la voz de tíaPetunia acercándose a la puerta. Al abrir, Harry no esperó.

- Soy Potter, vienen por ustedes, debemos irnos,rápido - con cada palabra, los ojos de Petunia se abrían más y más.

- ¡Lo consiguieron! ¡Lograron que los de suespecie...! - su tía se calló al verse amenazada con la varita de Harry.

- No me obligues a usar esto en contra tuya. Tomaa tu hijo y trae a tu esposo antes de que... - ¡PUM! Una gran explosión seescuchó al final de la calle - ¡MALDITA SEA! ¡Anda, mujer, que no tienes todoel día!

Petunia entró rápidamente a lacasa y salió con un 'pequeño' Dudley y un gran tío Vernon, con la cara tanmorada como la vez que Harry habló con la serpiente del zoológico. Les dio laespalda y sonrió. Comenzó a caminar hasta el parque, sus amigos ya loesperaban. Harry volteó a ver a sus tíos y sabía que debía sacarlos de ahí,pero no creía que aguantarían el efecto de la aparición o de los trasladores.

 

- ¿Qué es eso? - preguntó Ginny, señalando algúnlugar en el cielo. En efecto, la marca tenebrosa estaba 'decorando' el cielo;pero ella no pretendía remarcar lo obvio - ¡Stupefy!

Sus familiares cayeron al suelo,inconscientes. Hermione creó un traslador y Ginny hizo que los Dursley tocaranel viejo listón. Ella junto con sus parientes, desaparecieron, mientras el tríodorado se dirigían a ayudar a los muggles que estaban siendo atacados por losmortífagos. Un grito desgarrador les perforó los oídos y Harry aceleró suritmo.

Al llegar, la escena que vieronlos paralizó. No había mortífagos, sino simplemente dementores. Uno de ellostenía a un niño acorralado, a punto de darle el beso. Una reluciente silueta deun ciervo plateado alejó a la criatura del pequeño, que comenzó a llorar por sumadre. Hermione corrió hacia él y lo tomó en brazos, mientras conjuraba a su nutria.El terrier de Ron se les unió a los otros dos animales, que combatían a losdementores como podían. Llegaban más y más; estaban perdiendo y los tres losabían.

- ¿Dónde demonios están los aurores? - preguntóRon.

- No me preocupan tanto los aurores, ¿Dónde estála Orden? - exclamó Harry.

- ¡Cállense los dos y tratemos de contener a estosbastardos! - Hermione parecía fuera de sus casillas. Harry y Ron encontraronbastante entretenida la forma en que ella se relajaba, maldiciendo.

- Vaya, Hermione, me encanta tu vocabulario - lasmejillas de la chica se tornaron de un color escarlata intenso, mientras Ronreía silenciosamente.

- ¡Claro! Ríanse a costa mía.

- Oh, vamos, amor, no le viene mal a nuestrospatronus un poco más de alegría.

- No empieces, Ronald, sabes que no estoy de humor- a pesar de la advertencia de su novia, Ron continuó sonriendo.

Un ¡Crack! Llamó su atención. Harryse preparó para un ataque pero, para su alivio, los miembros de la Orden habíanllegado para ayudar. Los patronus vencieron a los dementores. Ahora venía laparte difícil, desmemorizar. Feline y Padfoot se les acercaron, entonces esta, paragran sorpresa de todos lo abofeteó, para después envolverlo en un gran abrazo.Padfoot negó con la cabeza, mientras abrazaba a Ron y a Hermione, para despuéspasar con Harry.

- Nunca vuelvan a hacernos algo así, tu madre estáhistérica, Harry - el aludido sintió remordimiento, pero no se arrepentía.

- Será mejor que se acostumbre, Pads, esta es mivida.

- Pero...

- Pero nada, no lo será para el pequeño Harry -Merlín, que extraño suena eso - pero para mí sí lo es. Es parte de mí y de minaturaleza, no puedo cambiarlo, así que no me pidan que lo haga.

- Harry...

- ¡NO! ¿No lo entienden? ESTA ES MI VIDA. Luchar.Punto. Ahora, si me lo permiten, regresaré a Hogwarts, comeré algo, me daré unaducha y me iré a la cama.

Harry giró sobre sus talones y aparecióen Hogsmeade. Se escabulló por Honeydukes y salió por la joroba de la brujatuerta. Caminó hasta las cocinas y comió algo rápido. Pronto se encontró en lasala de los menesteres, donde una melena roja se le abalanzó de inmediato.Abrazó a Ginny y besó sus labios levemente. Observó a su alrededor, su madre leobservaba, con los ojos como plato. Harry suspiró y se separó de Ginny, besandosu frente. Se acercó a Lily y la atrajo en un abrazo. Ella comenzó a sollozarincontrolablemente. Acarició su cabello y dejó que se desahogara.

 

- L-los sal-salvaste, H-Harry.

- Sí, bueno, es lo menos que puedo hacer.

- A-arriesgaste t-tu v-vida p-por ellos.

- Lo hice - dijo, como si fuese algo obvio.

- P-pero t-te t-trat-taron m-mal.

- No es como si no me hubiesen aceptado en sucasa. Puede que no haya tenido el mejor de los tratos, pero podría haber sidopeor. No me preguntes como - Lily soltó una risita, entre sus sollozos. Luegose puso seria y se dedicó a abrazar a su hijo.

- Ya no eres un niño.

- No, no lo soy.

- Quisiera que lo fueras.

- Pero lo soy, ma. Tal vez yo no, pero el pequeñosí. Es nuestra oportunidad de cambiar las cosas.

Lily asintió nuevamente, mientraslas lágrimas volvieron a correr por sus mejillas.

Conociendo el futuro.

Capítulo 20.

Todos estaban reunidos en torno ala chimenea, esperando el escrito. Pronto, unas llamas amarillas aparecieron,dejando tras de ellas el nuevo capítulo. Neville se puso de pie y lo tomó.

Las reliquias de la muerte.

Cuando aparecieron, Hermione yaestaba poniendo las protecciones. Comenzaron a comentar acerca de la pérdida detiempo que había sido ir con Xenophilius; como siempre, Harry quería creer.

El aludido comenzó a ruborizarseviolentamente mientras algunos reían. Ese era Harry.

Peverell. Algo le resultabafamiliar. '¡Marvolo Gaunt!' Chilló por fin.

En la sala todos lo observaron,curiosos, al parecer nadie lo conocía.

'El abuelo de Voldemort. ¡Elanillo que Voldemort convirtió en Horrocrux tenía el escudo de los Peverell!'.Si todo era como Harry suponía, la piedra que tenía el anillo era la piedra dela Resucitación. Entonces, una gran cantidad de información comenzó a rodar porla cabeza de Harry.

Dumbledore tenía la capa deinvisibilidad antes de que sus padres murieran, seguramente para examinarla,pues creía que era una de las reliquias. El anillo... ¡El anillo estaba dentrode la Snitch! Y la varita '¡Quien-tú-sabes está detrás de la varita de lamuerte!'

Algunas expresiones ahogadas seescucharon.

Ron los incitaba a pensar enlugares donde podrían estar escondidos los Horrocruxes. Además buscaba elprograma de radio 'Potterwatch', hasta que una tarde lo encontró. Se enteraronde las muertes de Ted Tonks, Dirk Cresswel, Gornuk el duende y de una familia muggle. Escucharon aKingsley y después a Remus, que aseguraba a todos que Harry estaba vivo y queno perdieran las esperanzas y Harry no podía sentirse más agradecido con él yse preguntaba si ya lo había perdonado.

Continuaron escuchando elprograma hasta que terminó y Harry cometió una estupidez. Pronunció el nombre,Voldemort, y el tabú se activó. Una serie de Snatchers los rodearon.

Los ojos de Lily se humedecierony cubrió su boca con una mano. James la rodeó con sus brazos y observó a Remus,agradecido. Harry, por su parte, no podía quitar su mirada del licántropo, quele sonreía ampliamente, diciéndole que todo estaba bien. Daisy, los observaba,curiosa, volteando su cabeza de un lado a otro, como observando un partido detenis.

 

- ¡Ay, que no entiendo! - en la sala todoscomenzaron a reír. Para pasar a una nube de tensión alrededor del cuarto.

- Bueno... pues - comenzó Harry, observando aRemus.

- Técnicamente yo... en realidad...

- ¡Dímelo ya! - exclamó, impaciente. Remus tomóuna gran bocanada de aire, antes de contestar. La conocía y no iba a reaccionarde una manera placentera. Tal vez si...

- Promete que no te enojarás.

- ¿Por qué habría de enojarme? - el licántropoestaba a punto de buscar otra forma de seguir evadiendo la pregunta, pero suesposa no era de la misma opinión.

- ¡Ay! Mi marido pensó en abandonarnos a mí y aTeddy cuando se enteró de que estaba embarazada.

Los ojos de Daisy se tornaronsúbitamente oscuros. Esa chispa que la caracterizaba desapareció sin dejarhuella. Su mirada reflejaba todo lo que sentía. No eran necesarias las palabrasy Remus pudo leer su expresión sin dificultad. Se veía triste, decepcionada,traicionada, defraudada, rabiosa, a punto de asesinar a alguien. Su falta depalabras fue lo que asustó más a Remus. Nada bueno se desprendería de eso. Sólohacía falta esperar.

- Que hiciste ¿Qué? - susurró. Su voz a penas seescuchó, pero fue una sentencia. Miró a Sirius, que simplemente se veíaaterrorizado. 'Oh, oh'.

- Yo uh... - Daisy inspiró profundamente y sonrió,amablemente. Oh, pero Remus sabía mejor que eso. No se tragaría ese gesto detranquilidad por nada del mundo.

- ¿Me vas a decir por qué lo hiciste? - su voz erasuave y atrayente, y el viejo licántropo comenzaba a temer por su vida.

- Tenía miedo y... pensé que era lo mejor paraellos - una chispa de furia se encendió en su mirada.

- ¿Por ser un licántropo? - un murmullo casi pasódesapercibido.

- ¿A-ajá?

- ¡CON UN DEMONIO REMUS! - momento de la explosión- ¿CUÁNTAS VECES TE DIJE QUE NO ES NADA POR LO CUÁL ESTAR AVERGONZADO? ¡NOPUEDO CREER QUE HAYAS SI QUIERA PENSADO HACER ESO! ¡Y LO INTENTASTE! ¡MERLÍNSABE LO QUE YO O DAMIÁN HABRÍAMOS DADO POR QUE SIRIUS ESTUVIERA JUNTO ANOSOTROS! ¡Y TÚ! ¡TÚ SIMPLEMENTE TE DECIDES A ARREBATARLE ESA OPORTUNIDAD A TUFAMILIA! ¡ERES UN EGOÍSTA! ¡UN...! ¡UN...! ¡NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIRTE!

- Daisy... - Sirius intentó abrazarla paracalmarla, pero sólo logró tornarla en su contra.

- No lo hagas, Sirius.

Fue lo último que dijo, antes desalir disparada a su cuarto. La sala permaneció en silencio. Remus simplementeestaba destrozado. Cada palabra que había dicho era cierta, era todo lo quepodía pensar. Los chicos que no conocían su temperamento estaban asombrados.¡Incluso Feline lo estaba! Era un cambio totalmente de la chica con la quehabían convivido a la fiera en la que se convertía. Sirius suspiróprofundamente y se disculpó, mientras entraba en la habitación tras su esposa.Remus no tardó en retirarse también.

- Sinceramente, no sé como vaya a terminar esto -comentó James. Todas las miradas se posaron en él, que se encogió de hombros -nunca la vi tan alterada como hoy.

- Lo sé - susurró Padfoot, dándole una miradasignificativa a su mujer - ¡Ya se! Cuando le dije que...

- Cállate, Sirius - le espetó Feline.

Daisy había cerrado con unportazo y después se había dirigido al baño. Apoyó las manos en el lavamanos,mientras observaba su reflejo. Nodebería haberse exaltado de tal manera, pero no pudo evitarlo. Había imaginadoa Sirius dejándola deliberadamente y no logró soportarlo. Se acuclilló ahímismo y comenzó a sollozar levemente. No escuchó cuando abrieron la puerta,pero logró sentir la presencia de su esposo en cuanto se encontró detrás deella. Sin dudarlo ni un segundo, se abalanzó a sus brazos, aferrándose a sucuello. Sirius la cargó hasta un sillón y se acomodaron ahí. Ella no podíaparar de llorar y él sólo podía acariciar su cabello.

 

En la sala, los que quedaban semiraban, mientras nuevas llamas aparecían. Volvieron a acomodarse en susasientos.

La mansión Malfoy.

Los Snatchers los teníanrodeados. Comenzaron a interrogarlos. Pensaban que los iban a liberar, pero unode ellos encontró una foto de Hermione en el profeta, diciendo su nombreverdadero y que viajaba con Harry Potter.

Entonces Greyback decidióllevarlos ante Voldemort, a la mansión Malfoy. Narcissa les abrió y Fenrir leinformó que habían atrapado a Harry. Tras un momento de discusiones, Bellatrixobservó la espada de Gryffindor, que habían tomado los Snatchers de la tiendadel trío, y se mostró realmente asustada, alegando que Snape la había mandado asu caja de seguridad en Gringotts.

Mandaron a Ron y Harry a loscalabozos, mientras Hermione se quedaba para ser interrogada. Desde elcalabozo, la escucharon gritar.

Ron no podía dejar de abrazar ala castaña mientras escuchaba las palabras salir de la boca de Neville. Lachica iba palideciendo ante el recuerdo del crucio de la vieja arpía, mientrasHarry apretaba los puños, intentando descargar su coraje.

Luna también estaba ahí y desatóa los chicos. Accionaron el Deluminador y observaron a Ollivander, Dean yGriphook. Griphook fue llamado para que comprobara que la espada era falsa,mostrando que la de Bellatrix aún estaba en su caja de seguridad. Harry sacó elpedazo de espejo que le quedaba y observó un ojo azul que le veía, en sudesesperación pidió su ayuda. Poco después, Dobby llegó.

- ¿Dobby? - preguntó James.

- El elfo de los Malfoy, al que Harry liberó.

- Ah, dale.

Harry le dio instrucciones dellevar a Luna, Dean y Ollivander a Shell Cottage, la casa de Fleur y Bill. Perosus amigos no querían irse, querían ayudarlo. Él les dijo que se verían despuésen Shell Cottage, y sólo así accedieron. Cuando desaparecieron, Lucius Malfoypreguntó si habían escuchado algo en el calabozo, y mandaron a revisar aPetigrew.

Un gruñido general se escuchó enla sala; Padfoot tenía cara de querer matar a alguien y parecía muy dispuesto;Moony se encontraba en un estado similar, pero él sabía controlarse, era lagran diferencia; Feline se moría de ganas de gritarle todas sus verdadesmientras le daba una paliza; y James, bueno, la cara de James eraindescriptible, parecía a punto de explotar, literalmente.

La puerta se abrió lentamente yHarry y Ron se abalanzaron contra él, y forcejearon para salir de ahí.Colagusano comenzó a estrangular a Harry, pero él lo convenció de que no lohiciera. Ron le quitó su varita y, al momento, la mano de plata se enroscóalrededor del cuello de su dueño, matándolo.

Algunas expresiones ahogadas seunieron a la sensación de matar al maldito traidor.

 

- ¿Tenía una mano de plata?

- Ajá, tuvo que donar su mano real para la causarevive-a-Voldy, entonces su señor le dio una de plata.

- Que terminó matándolo.

- Qué ironía.

Griphook dijo que la espada erafalsa. Ron desarmó a Bellatrix y Harry tomó su varita, pero ella tomó aHermione y amenazó con matarla con un cuchillo. Entonces un candelabro cayó yDobby hizo su aparición, mientras Ron salía de ahí con Hermione. En medio de laconfusión, Harry tomó a Griphook, que tenía la espada en su posesión y sedesapareció.

Dobby le ayudó a aparecersenuevamente en Shell Cottage, para descubrir que estaba gravemente herido. Y elpobre elfo, en brazos de su héroe, murió.

Las lágrimas caían por los ojosde Harry, que se refugió en el cuello de su novia. Los demás lo observaban,intentando entender el por qué Dobby era tan importante para él, al menos losdel pasado.

Conociendo el futuro.

Capítulo 20. (Segunda parte).

EL fabricante de varitas.

Harry cavó una tumba para Dobby.Su cicatriz dolía, pero él era dueño del dolor. Había aprendido a cerrar su conexióncon Voldemort.

Expresiones de alivio ycelebración se escucharon por la sala, mientras todos se sentían felices porescuchar eso.

Ron se le unió a cavar la tumba ysepultaron a Dobby. Luna agradeció a Dobby el haberlos sacado del sótano, aligual que Ron, Dean y Harry. En una piedra, Harry talló 'Aquí yace Dobby, unelfo libre'.

Lágrimas silenciosas caían porlas mejillas de Harry, limpiándolas disimuladamente. Ginny se recargó junto aél y él la abrazó, sintiéndose más fuerte de esa manera.

Se enteró de que los Weasleyhabían sido marcados por los mortífagos, sabiendo ahora que Ron viajaba con él.Harry solicitó hablar con Griphook y Ollivander, decidiendo hablar primero conGriphook.

Griphook empezó a hacerobservaciones, como la manera en que Harry había cavado la tumba de Dobby ycómo lo había rescatado a él mismo. Harry no supo interpretar eso, pensando quele estaba reclamando, fue al grano. 'Queremos que nos ayudes a abrir una cámaraen Gringotts'.

- ¡Pero eso es imposible! - exclamó Lily.

- Merlín, Harry, hasta tú deberías saberlo - dijoMoony, en un tono que hizo que Harry se sintiera ligeramente ofendido.

- Pero era necesario - fue todo lo que respondió.

Griphook les dijo que no podríanhacerlo, que no lo lograrían, pero prometió pensarlo. Después de hablar con él,Harry les explicó a Ron y Hermione que creía que había un Horrocrux ahí.

- ¿Por qué habría de esconderlo ahí? - preguntóPadfoot. Harry se encogió de hombros.

- Supongo que porque siempre envidió a cualquieraque tuviese una llave. Él era pobre y nadie vio por él, es todo lo que sé.

Se encontraron con Ollivander yHarry le preguntó si era posible que arreglara su varita, pero el fabricante ledijo que no. Identificó dos varitas que llevaban con ellos, la de Bellatrix yla de Malfoy, al parecer la segunda ahora pertenecía a Harry, ya que él lohabía desarmado y ahora la lealtad de la varita estaba con él.

- Eso es extraño - comentó James.

- Lo es, pero para Ollivander parecía tenerlógica.

 

Harry comenzó a adivinar lo queVoldemort había querido de Ollivander, como que le explicara el funcionamientode los núcleos gemelos y le hablara de la Varita de Sauco. Tras una largacharla, Harry salió al jardín.

'Gregorovitch tenía la Varita deSauco, Grindelwald se la quitó y entonces Dumbledore se batió a duelo con él.La varita está en Hogwarts'.

Ron lo apremió para que fueran arescatarla, pero Voldemort había ganado una vez más.

Algunas expresiones ahogadas seesparcieron por la sala. Las llamas se llevaron el capítulo.

- Entonces
Voldemort ganó la varita.

- Sí - dijo Harry.

- Pero
¿Dónde estaba?

- Bueno, la varita pertenecía a Dumbledore ycuando Dumbledore murió

- Lo enterraron con ella - susurró Lily,horrorizada.

- Exacto.

Nuevas llamas aparecieron. Padfoottomó el capítulo y comenzó a leer.

Shell Cottage.

Harry aún se preguntaba si estababien no haber impedido que Voldemort robara la varita. Los reproches de Ron leconfundían tanto como el apoyo de Hermione. Griphook solicitó hablar con él.

'He decidido ayudarte a cambio deun pago'. La gran sonrisa de Harry se hizo pequeña. '¿Qué quieres?' preguntó 'Laespada de Gryffindor'.

Los presentes en la sala soltaronun gruñido, muchos sabiendo lo que se avecinaba.

Harry decidió que se la daría,pero después de que la usara con los Horrocruxes, no importaba cuanto tiempotomara.

Ollivander se fue a casa de latía Muriel, donde estaban el resto de los Weasley. Justo antes, llegó Remus,estaba muy exaltado.

Las caras de preocupación de losdel pasado se contrarrestaron con la de felicidad de los del futuro.

'¡Es un niño! ¡Ted Lupin, por elpadre de Dora!'.

Los vítores no se hicieronesperar en la sala, y Padfoot chiflaba, mientras se mostraba un pococontrariado por pensar en su pequeña sobrina de siete años con un hijo. Seestremeció y decidió dejar las cosas por la paz.

En su emoción, abrazó a Harry yle pidió que fuera su padrino. Aceptó. Bill habló con él, acerca de los tratoscon los duendes. Después, un pensamiento irónico llegó a su cabeza: Parecía yaen proceso de convertirse en un padrino tan imprudente para Teddy Lupin comoSirius Black lo había sido para él.

Las risas fueron algo incómodas,pensando en lo que realmente quería decir esa frase. Las llamas se llevaron el capítulo,pero trajeron a dos personas con ellas. Un muchacho alto, bien formado, concabello tan claro como la arena y ojos color miel, se encontraba delante de unachica más bien bajita, rubia, con ojos de un intenso azul. El chico tenía suvarita frente a él, intentando defenderse, pero la bajó ante el sonido de unasola palabra.

- ¿Teddy?

Conociendo el futuro.

Capítulo 21.

- ¿Teddy?

- ¿Pa? - Teddy se veía perplejo.

- Uh
Supongo que así me dices cuando creces -comentó, inseguro. Teddy asintió levemente - ven, siéntense, tienen que saberalgo.

- Te ves
joven - susurró. Los presentes rieron,Harry a grandes carcajadas.

 

- ¿Quién es ella? - preguntó.

- Ella es Victoire, la hija de Bill y Fleur -Harry se sorprendió ante esto.

- Interesante. Bien, lo que yo tengo que decirte,es que estamos en el pasado - al principio Teddy no reaccionó, luego comenzó areír, pero paró al ver que Harry hablaba en serio y todos lo veíanextrañamente.

- ¿E-e-es es en serio?

- Sí. Ahora, te presentaré a algunas personas, ati también, Victoire.

Entonces, Teddy y Victoireconocieron a Lily, James, Padfoot, Feline, Alice, Frank y a Moony. Digamos quever a tu padre a una edad parecida a la tuya es algo realmente extraño, sobre todosi él no ha tenido un hijo, todo se redujo a un abrazo un tanto incómodo.Seguramente sería diferente con Remus. Luego saludaron a Ron, Hermione, Ginny,Neville y Luna.

- Esto es simplemente increíble - dijo Victoire.

- Concuerdo contigo.

- Pero ¿Qué hacemos aquí?

- Pues
estamos leyendo un libro en el que cuentanlo que hice cuando debería haber estado estudiando mi séptimo año y pues
queremos cambiar el futuro - dijo Harry, casualmente.

- ¡Pero eso es imposible! - exclamó la chica -¡Todo se alteraría!

- Eso es lo que pretendemos.

- ¡No pueden hacerlo! ¡No es su decisión! ¡Ponenen juego muchísimas cosas!

- Victoire

- ¡NO! ¡No los dejaré!

- No es algo que esté en tus manos - le espetóHarry. Su tono de voz hizo que la chica guardara silencio - Tú no puedes verlo comoyo o ninguno de nosotros. Seguramente viviste con tus padres a salvo, sinpreocuparte por ninguna guerra ni señor tenebroso. No te lo reprocho, si luchéfue para eso, pero no nos digas qué podemos y qué no. Si lo destruimos ahora,muchas menos vidas serán perdidas. Cuando terminemos de leer, tendrán queelegir si desean quedarse y luchar o regresar y tener recuerdos de una vida queno fue la suya, depende de ustedes. Si tienes esa mentalidad para cuando esosuceda, te recomiendo que regreses o no serás capaz de soportarlo.

Justo en ese momento apareció unnuevo capítulo.

Gringotts.

Un sólo cabello, extraído delsuéter de Hermione y la varita de Bellatrix formaba parte del plan. 'Será muyreal' dijo Harry.

- ¡Qué no entiendo! - exclamó Teddy.

- Debíamos infiltrarnos en Gringotts, a la cámarade los Lestrange.

Salieron de Shell Cottage yHermione se transformó y le dio una identidad falsa a Ron, mientras Harry yGriphook iría bajo la capa de invisibilidad.

- ¿Estaban en mi casa? - preguntó Victoire,incrédula.

- Ajá, justo después de estar en un sótano en lamansión de los Malfoy.

En el callejón Diagon, Griphooksubió a los hombros de Harry y la actuación empezó. En cuanto Hermione-Bellatrixentró a El Caldero Chorreante, la tensión en el ambiente aumentó. Travers, otromortífago, los encontró, haciendo más difícil su tarea.

Hermione confundió a los guardiasde la entrada, para que no le revisaran. En cuanto Hermione pidió ver labóveda, los duendes comenzaron a sospechar. Harry tuvo que aplicar dosimperius.

Un silencio incómodo se adueñó dela sala, roto por expresiones de horror y desconcierto. Harry sonrió una mediasonrisa.

- A veces, al enfrentar las Artes Oscuras, debesutilizarlas, siempre y cuando no lo hagas con la intención de dañar, sino deayudar. Sólo así tu alma no se corrompe - comentó.

 

- Pero

- Nos habrían descubierto, todo se habría ido aldesagüe y yo habría terminado muerto. Era necesario.

- Harry

- En serio, no es como si pretendiera volver ahacerlo.

Ya muy por debajo de Londres, pasaronpor la caída del ladrón, así lo llamó Griphook, lo cual quitó los disfraces deRon y Hermione y destrozó el carrito en el que iban. Ahora no tenían idea decómo saldrían de ahí. Siguieron caminando, cuando se encontraron con un grandragón. Lograron entrar a la bóveda y comenzaron a buscar.

- ¿Qué buscaban?

- La copa de Hufflepuff, que en realidad era unhorrocrux. Un horrocrux es un objeto que contiene una parte del alma de unapersona. Es magia extremadamente negra.

Hermione encontró la copa, peroal tocarla la quemó y la soltó, mientras otras copas falsas aparecían. Harry laencontró y la recuperó con la espada. Pero la espada cayó y Griphook intentórobarla. El pelinegro tomó la copa, ignorando las quemaduras e intentó tomar laespada de las manos de Griphook. El duende se escabulló entre los demás duendesque habían llegado y comenzó a decirles que eran ladrones. Ron los aturdió,mientras los magos guardia corrían para auxiliar a los duendes, pero regresaroncuando vieron al dragón que lanzaba llamas como loco. Entonces la inspiraciónllegó a Harry.

Los merodeadores soltaron ungruñido al mismo tiempo. El resto los observó, curiosos, esperando quecompartieran el secreto que habían descubierto con ellos.

- Intentará salir en el dragón - comentó Moony,como si estuviera cansado de explicar las locuras de las personas.

- Ay, Merlín - Lily no podía ocultar supreocupación.

Harry soltó al dragón y trepó a él,luego ayudó a Hermione y esperó a que Ron subiera también. Entonces la bestiaalzó el vuelo. La única vía de escape era demasiado pequeña para que el dragónpudiera pasar; éste intentó hacerlo más grande, con sus garras y su aliento,mientras Hermione le ayudaba a hacer el agujero más grande. Salieron volandosobre el callejón Diagon y se lanzaron al cielo.

Las llamas se llevaron elcapítulo de nuevo. Harry tenía el ceño fruncido y parecía disgustado, cosa queno pasó desapercibida por Ginny.

- ¿Qué? - preguntó la chica.

- ¡Lo hacen sonar mucho más fácil de lo que fue!No me extraña que las clases de historia sean tan aburridas - Ginny torció losojos y golpeó el hombro de su novio.

- Tú estás demente.

Todos en la sala comenzaron areír, observando el intercambio de los chicos. De pronto, Harry se puso de pie ycaminó hacia los cuartos. Tocó la puerta de uno, le abrieron y él entró,dejando a todos perplejos por su repentina salida.

- Entonces, chicos - comenzó Ginny, observando aTeddy y Victoire - ¿Nos van a decir por qué llegaron juntos?

Los aludidos se miraron ydesviaron la mirada inmediatamente, sonrojándose furiosamente. Ron los miró,confundido y volvió su mirada a Hermione que rió y besó sus labios, lograndohacer que se olvidara de todo el asunto.

Harry entró al cuarto de Remus,que estaba cargando a Teddy, con la preocupación marcada en su rostro. El chicole sonrió ampliamente, sin poder contenerse las ganas de decirle la noticia. Elhombre lobo lo miró, extrañado y arqueó una ceja.

 

- Se perdieron la parte en que entramos aGringotts, robamos de la cámara de los Lestrange y salimos volando en el dragón- comentó - Y la llegada de nuestros nuevos invitados.

- Ah, ¿Sí? ¿Quiénes son?

- Pues son dos chicos, una rubia, con sangrefrancesa y un castaño, metamórfogo y con sangre de hombre lobo.

- P-pero, pero Teddy ya está aquí, ¿Ves? - dijo,sacudiendo levemente al bebé que tenía en brazos, intentando que lo notara.

- Dije chico, muchacho, adulto joven.

- ¡Merlín! ¡Dora, ven aquí!

- ¿Qué sucede, Remus?

- Harry dice que tiene una sorpresa para nosotros.

- Oh, de acuerdo. ¿Ya estás bien?

- Podría decirse.

Los cuatro salieron de lahabitación y entraron a la sala. Todos estaban entretenidos haciendo burla alos recién llegados y Harry no pudo evitar preguntarse por qué. Nadie pareciópercatarse de su presencia, así que se aclaró la garganta, pero aún así novolteaban a verlos. Entonces intentó la tosecilla estilo Umbridge; no faltadecir que tenía cinco varitas apuntadas hacia él en ese momento.

- ¡Dale! ¡Que soy yo!

- Si vuelves a hacer esa tos, juro que tehechizaré - dijo Ron, haciendo una voz infantil, recalcando lo que Harry habíadicho algunos días atrás.

- Entonces
supuse que algunas personas querríanconocerse.

Teddy giró la cabeza en eseinstante, pero en vez de fijar su mirada en los ojos verdes de su padrino, lafijó en los ojos de su madre. Se quedó sin habla y sintió que las lágrimasamenazaban con caer por sus mejillas. Lo único que le hizo ser fuerte fue lamano de Victoire sobre a suya, apretándola suavemente.

- ¿No piensas venir a saludarme? - su voz.

Era tan distinta a lo que sehabía imaginado. Era dulce y fuerte a la vez. Muchísimo más bella de lo quejamás creyó posible. Se puso de pie en un brinco y corrió hacia ella,abrazándola fuertemente y dejando que las lágrimas cayeran libremente, sinimportarle nada más. Supo que ella también estaba llorando y volvió a sentirseun niño pequeño, pero ahora sabía lo que era la protección de una madre.

Pasó un buen rato antes de quepudiera separarse de ella. Entonces vio a su padre. Estaba marcado concicatrices y podría estar desgastado, pero se veía feliz. Y vio al bebé queestaba en sus brazos, con un fuerte azul eléctrico en su cabello, y supo queera él. Extraño, a decir verdad. Ya no estaba el pequeño en esos brazos, ya quele rodeaban ahora.

El abrazo con su padre fueirreal. No podía creer que podría sentirse protegido de esa manera. Y sinembargo así era. Cuando rompieron el contacto, Teddy se giró a buscar aVictoire, así se dio cuenta de que estaban completamente solos. Sus padres le sonreíanabiertamente y él les sonrió de vuelta; nunca se había sentido tan feliz
sólopodía compararse con la vez en que Victoire le dio el sí.

Los demás estaban en el comedor,donde un elfo les había llevado la cena. Parloteaban animadamente, hasta queSirius entró. Se veía cansado. Le interrogaron varias miradas y sonriólevemente, tomando asiento junto a su ahijado.

- Lloró hasta quedarse dormida. No sé cuántotiempo estará así - dijo, con algo de pesadumbre, pero cuando la comida llegó asu plato comenzó a comer animadamente - ¿De qué me perdí?

 

- De cómo los tuvieron reclusos en la mansiónMalfoy, como Dobby los rescató, como murió, cuando llegaron a la casa de Bill yFleur, como descubrieron donde estaba la varita de Sauco, el nacimiento deTeddy, que Harry se hizo padrino de él, como se infiltraron a Gringotts,robaron de la bóveda de tu prima y escaparon volando en un dragón - Sirius casise atraganta.

- ¡Eres un padrino tan inconsciente como yo! -exclamó, haciendo que muchos rieran - ¿Qué?

- Fue lo mismo que yo pensé - comentó Harry ySirius dejó salir una risa parecida a un ladrido, esa vez llegó a sus ojos.

Al día siguiente, todos, aexcepción de Daisy, estaban en la sala, esperando la aparición del capítulo.

El último escondite.

Después de un largo rato sobre eldragón, Ron se percató de que perdían altura. Justo sobre un lago. EntoncesHarry les dijo que saltaran; lo hicieron y nadaron hasta la orilla. Sepreguntaron cuanto tiempo tardaría Voldemort en darse cuenta. Con suerte no ledirían. Poco después de que Ron propusiera eso, Harry tuvo la visión de cuandose lo dijeron. Digamos que no estaba muy contento.

Las risas no se hicieron esperargracias al último comentario. Al principio incómodas, pero luego les fueimposible parar.

Entonces le dio la últimaubicación. Hogwarts. Sin detenerse a descansar ni idear un plan, se dirigierona Hogsmeade.

Aunque ahí terminaba esecapítulo, había un segundo. Sin más demora, continuaron leyendo.

El espejo perdido.

Justo cuando aparecieron, losmortífagos comenzaron a buscarlos. Sabían que estaban ahí. Al no encontrarlos, decidieronutilizar dementores. Harry tuvo que utilizar su patronus, pero eso le delató.Les habrían atrapado de no ser por una voz que les indicó que entraran a unlocal. Les indicó que subieran, entraran al cuarto y se quedaran con la capapuesta. Poco después se dio cuenta de que era Cabeza de Puerco.

Cuando el dueño despachó a losmortífagos, Harry pudo reparar en su apariencia. '¡Era su ojo el que vi en elespejo! ¡Usted envió a Dobby! Usted es Abeforth'.

Expresiones de asombro y sorpresarecorrieron la sala, mientras intentaban recordad al dependiente del pub, alparecer sin mucho éxito.

Cuando le dijeron que pretendíanentrar a Hogwarts, él intentó hacerlos desistir, pero Harry tenía un trabajo.Abeforth les contó que unos chicos muggle habían visto como Ariana hacía magiay, al no enseñarles cómo lo había hecho, llevaron las cosas bastante lejos,llevándola a la locura; cómo su padre había ido a Azkaban por atacarlos y cómosu madre había muerto en una de las explosiones de su hermana. Finalmente, cómoAriana había muerto en un fuego cruzado entre Grindelwald, Albus y él mismo. Ademásde cómo le rompió la nariz a Albus.

Cuando Harry siguió insistiendo,Abeforth se acercó al cuadro de su hermana y le dijo que ya sabía qué hacer. Lachica desapareció y volvió, seguida de un esperanzado Neville Longbottom.

Un capítulo más estaba ahí.

La diadema perdida.

Neville estaba lleno demoretones, rasguños y se encontraba en un estado deplorable.

 

- ¡Eso es un incremento en mi autoestima!¡Gracias! - comentó, con cierto cinismo.

- Bueno, no puedes negar que estabas hecho undesastre - dijo Luna.

- No podría haberlo dicho mejor - asintió Harry.

El chico le dio instrucciones aAbeforth, diciendo que muchos iban a aparecerse en el bar y que los mandara porel pasaje.

- ¿Un pasaje a Hogwarts por Cabeza de Puerco? -preguntó James, con sus ojos brillando.

- Ajá.

- ¿A dónde llega? - Moony se veía intrigado.

- A esta misma sala.

- ¡Demonios! No encontramos ninguno de los dos -dijo Padfoot, decepcionado.

Neville les puso al tanto de las cosasen Hogwarts. No eran lindas. El pasaje era largo y cansado. Al llegar, muchaspersonas les recibieron aliviadamente, como su fueran los salvadores de unanación.

- En serio ¿Tienen que ser tan dramáticos? - se quejóHarry.

- Harry, te estuvimos esperando por meses, el queestuvieras vivo y luchando era nuestra única esperanza, no podrías pedirlesmenos - Harry simplemente gruñó.

Seamus explicó cómo Neville habíaentendido el funcionamiento de la sala, haciendo imposible que los Carrow, losverdugos personales de Hogwarts, o alguno de sus partidarios entraran. Ademásde que la habitación no producía comida. 'Sí, bueno, la comida es una de lascinco excepciones de la ley de Gamp sobre la transformación elemental'. DijoRon, para sorpresa de todos.

En la sala todos comenzaron areír y vitorear, mientras Ron hacía reverencias y Hermione rodaba los ojos,desesperada y ruborizada por lo tonto que podía ser su novio a veces. Lo jalópara que se sentara y el chico besó su mejilla, haciendo que los merodeadoresvolvieran a hacerles burla.

Harry recibió otra visión deVoldemort, había descubierto la ausencia del anillo. Neville les pidió que ledijeran, pero Harry se negó. Justo después, Luna y Dean entraron por el pasaje.Lo único que Harry quería era buscar el horrocrux y Neville le exigía que lesdejaran ayudar. Él seguía refutando, cuando Ginny, Fred, George y Lee Jordanentraron. Además de Cho Chang, su ex-novia. Comenzaba a salirse de control.

Ginny golpeó a Harry al escucharel nombre de Cho, mientras los demás reían y chiflaban.

- Dale, eso sólo lo pusieron para molestarme.

- Tenlo por seguro.

Entonces Ron y Hermione loconvencieron para que dejara que los ayudaran. Él preguntó si había algún objetoperteneciente a Ravenclaw. Luna respondió que la diadema perdida, y Cho dijoque se había perdido siglos atrás, pero que la estatua de Rowena en su salacomún tenía una copia y que ella podría llevarlo si quería, él estaba poraceptar, pero Ginny le dijo que Luna lo llevaría.

Eso fue suficiente para lospresentes para echarse a reír como desquiciados. Ginny se ruborizóviolentamente en una carrera con su cabello para ver cuál alcanzaba un rojo másintenso. Harry rió y tomó su mano, mientras recordaba ese momento.

- No iba a dejar que te tuviera en sus garras -dijo, orgullosamente.

En la sala común de Ravenclaw,Harry visualizó la diadema. Cuando iban a salir, Alecto Carrow había presionadosu marca.

Algunos gritos ahogados seescucharon en la sala, pero no hubo tiempo que perder.

 

La destitución de Severus Snape.

Luna la aturdió. Amycus entró ala sala con ayuda de McGonagall y buscó a Harry, mientras intentaba despertar asu hermana. Entonces tuvo una discusión con McGonagall y le escupió. Harry lelanzó un crucio al instante. McGonagall los mantuvo bajo un imperius cuandoSnape llegó.

Los merodeadores escupieron antela mención de su nombre, mientras Harry frunció la nariz, era injusto para élque le trataran así, pero ya sabrían.

McGonagall y Snape se enfrentaronen un duelo, parecía que él iba a ganar, pero Flitwick y Slughorn salieron enese momento. Entonces Snape saltó por la ventana, con un truco aprendido de suseñor.

- ¿Volaba?

- Volaba.

Los profesores comenzaron aasegurar la escuela, intentando proteger a los alumnos. Luna y Harry regresarona la sala de los menesteres. Cuando la habitación estuvo a la vista,Harry resbaló unos pocos escalones del susto. Estaban apiñados, muchos más quecuando había estado allí la última vez. Kingsley y Lupin alzaron la vista haciaél, estaban Oliver Wood, Katie Bell, Angelina Johnson y Alicia Spinnet, Bill yFleur, y el Señor y la Señora Weasley.

Harry les dijo que iban a luchary que fueran al gran comedor a organizarse. La sala quedó casi vacía, sólo Lupin,Fred, George, Bill y Fleur, además de los señores Weasley y Ginny, que discutían,quedaron ahí dentro. Molly se negaba a que Ginny luchara y esta era la chicaterca de siempre.

La aludida se enfurruñó, mientraslos demás reían.

Su discusión se vio interrumpidapor la llegada de Percy.

- ¡¿Qué?! - Exclamó Ginny, asombrada.

- Al final reconsideró, Gin.

- ¿Es que el tío Percy tenía problemas con lafamilia? - preguntó Victoire.

- ¡Uy! ¡Muchísimos!

- Pero logró reivindicarse y le recibimos con losbrazos abiertos - sí, Harry era prácticamente un Weasley.

Molly abrazó a su hijo, cubiertaen lágrimas y su padre lo abrazó. Después de eso, Lupin propuso que Ginny sequedara en la sala de los menesteres, para que no se sintiera tan mal sin estaren la pelea. El señor Weasley aceptó.

Harry preguntó por Ron y Hermioney Ginny dijo que habían dicho algo sobre un baño; antes de que pudieradescifrarlo, pudo ver que Voldemort ya estaba en Hogwarts.

- ¡¿Qué esperas?! - reclamó Lily a Sirius.

- ¡Nada! ¡Ya voy, mujer! ¡Qué tengo seca lagarganta!

- ¡Oh, dame eso!

La batalla en Hogwarts.

En el gran salón, todo estabacomenzando a organizarse. Entonces la voz de Voldemort les llevó unaadvertencia, diciéndoles que les entregaran a Harry Potter y les dejaríanvivir. Pansy Parkinson dijo que entregaran a Harry. Pero todos los Gryffindors,Ravenclaws y Hufflepuffs se interpusieron entre los Slytherins y Harry.

McGonagall le dijo que ella y elresto de los Slytherins abandonaran el castillo, luego los Ravenclaws, peromuchos de ellos se quedaron. Mucho más Hufflepuffs y la mitad de losGryffindors.

Harry aún no encontraba a susamigos. Ahora no podía ordenar sus pensamientos y necesitaba buscar elhorrocrux. Entonces vio a Nick, casi decapitado y le pidió que le indicaraquién era el fantasma de la torre de Ravenclaw.

 

La dama gris era
gris. Además deHelena Ravenclaw, la hija de Rowena. Ella, celosa de su madre, robó la diadema yhuyó. El barón sanguinario fue a buscarla, a pedirle que regresara con él,cuando ella se negó, él la apuñaló y se suicidó por la culpa.

La diadema fue escondida enAlbania. Seguramente Voldemort la había encontrado, hecho horrocrux y devueltaal castillo cuando fue a pedir trabajo en él.

Harry le agradeció. Encontró aHagrid, que le dijo que había estado en el bosque. Estaba con moretones y sufea cara

- ¡Harry! - le recriminó Lily.

- ¿Qué? ¡Era la verdad!


y su fea cara le recordó elbusto de un viejo brujo al que el mismo Harry había puesto una peluca y habíaadornado con una diadema.

- ¡¿Qué?! - exclamaron muchos.

- ¡No tenía idea de lo que era en ese momento!

Entonces Ron y Hermioneaparecieron. '¿Dónde habían estado?' preguntó 'En la cámara de los secretos'.Entonces le explicaron que los colmillos del basilisco tienen veneno, con elcual podían destruir los Horrocruxes.

Corrieron a la sala de losmenesteres, donde se encontraban Ginny, Tonks y la señora Longbottom. Harry lespidió que salieran. Ron recordó algo. 'Los elfos domésticos, no queremos másDobbys, ¿o sí?' y Hermione lo besó. Harry se exasperó. '¿Aquí? ¡Qué estamos enuna guerra!'

Ginny golpeó nuevamente a Harry.

- Qué falta de tacto tienes - le recriminó - eres casicomo Ron.

- ¡Eh!

Una vez que estaban fuera pensó 'Necesitoun lugar para esconder algo'. La puerta se abrió. Cuando por fin lograronencontrarla, Malfoy y sus secuacesaparecieron. Entonces Crabbe inició un fuego que no pudieron controlar y sequemó la sala de los menesteres junto con él. Harry salvó la vida de Malfoy yRon y Hermione la de Goyle.

- Increíble. Fueron enemigos en sus años deHogwarts y les salvaron la vida - Harry se encogió de hombros.

- Es lo que nos distingue de los mortífagos.

La diadema cayó al fuego y fuedestruida.

Harry comenzó a palidecernotablemente, al igual que Ron y Hermione, sabían lo que seguía.

Los gritos de duelo se escuchabany, en un momento, el aire explotó. Todo estaba en ruinas y Fred estaba muerto.

Ginny comenzó a sollozarviolentamente al escuchar eso y se refugió en los brazos de Harry, que no seencontraba en un mejor estado. Ron y Hermione estaban abrazados, las lágrimascayendo por sus mejillas sin siquiera pedir permiso.

La varita de sauco.

Harry entró en la mente deVoldemort, intentando averiguar el paradero de la serpiente. Voldemort estabaen la casa de los gritos, esperando a Harry. La lucha era sangrienta y habíamuchos caídos. Al salir, centenares de dementores los seguían. Hermione lepidió que convocara su patronus. El terrier de Ron, la nutria de Hermione, laliebre de Luna, el cerdo de Ernie y el zorro de Seamus, pero no era suficiente.'Está bien, Harry, piensa en algo feliz' le dijo Luna. '¿Algo feliz?' preguntóél. 'Está bien, todos estamos aquí, luchamos contigo'. Entonces una pequeñachispa plateada, luego una neblina y un potente ciervo hizo que los dementoresse alejaran.

 

Harry entró con Ron y Hermione alsauce boxeador. Al acercarse, escucharon a Snape hablando con Voldemort. Decíaque la varita no le funcionaba como él esperaba. La había tomado de la tumba deDumbledore, ¿no era así? Entonces, ¿Por qué no funcionaba? Porque él no habíamatado a Dumbledore, sino Snape. Para ser dueño de la varita, debería matarlo aél.

En la sala, un grito se ahogóconjuntamente, mientras entendían lo que seguía.

Nagini asestó un golpe mortalcontra Snape. Entonces Voldemort salió de ahí. Harry se acercó a Snape, que letendió una memoria y le pidió que lo mirara a los ojos.

- No entiendo - dijo Padfoot.

- Al morir, no vio los ojos de Harry, sino los deLily - comentó Hermione.

- Oh - James se veía furioso ante ese pensamiento.

Y justo en ese momento, lasllamas devolvieron a un Severus Snape. Muchas varitas se apuntaron hacia él enese preciso momento. Snape simplemente arqueó una ceja y miró a Harry, que lespidió que las bajaran. Severus tomó el papel del capítulo y se dispuso a leer.

La memoria del príncipe.

Voldemort lanzó otra advertencia.Regresaron al gran comedor, donde encontraron los cuerpos de Fred, Tonks yLupin.

Los merodeadores soltaron unaullido y las lágrimas caían por las lágrimas de Feline y Victoire; Teddy hizosu mayor esfuerzo por no llorar nuevamente.

Harry fue al despacho deDumbledore a ver la memoria. Observó a dos niñas columpiarse; una pelirroja yuna rubia. Hermanas. La pelirroja comenzaba a mostrar sus primeras señas demagia. La rubia temía y un chico de cabello negro les hacía evidente el hechode que existía la magia. La pelirroja compartía tiempo con él, mientras leexplicaba todo lo relacionado con el mundo al que pertenecían. La chica dudaba,pues su hermana le decía que todo era mentira.

Luego estaba en la estación nuevey tres cuartos y la pelirroja intentaba disculparse con su hermana por tenerpoderes y ella no. La rubia simplemente la insultaba. El viaje en tren, laaparición de Potter

James apretó los puños en esemomento, pero no hizo ningún comentario, quería saber a qué llegaría con todoeso.

La selección de las casas.

La pelirroja y el chico caminabanpor los terrenos, ella le decía que no le agradaban sus amigos, él le decía quePotter y sus amigos tampoco eran santos. Ella se molestaba y volvía al tema desus amigos.

Luego la escena después de susTIMOS. Su discusión. Cómo hablaron después de eso.

Cuando llegó con Dumbledore,pidiendo que no le asesinara. Entonces le advirtió, le rogó que la mantuviera asalvo. Aceptó sus insultos y pidió que mantuviera a salvo a toda su familia.Ofreció a cambio lo que pidiera.

'Dijo que la mantendría a salvo'.Dumbledore explicó lo que en verdad había sucedido, al menos lo que parecíanlas cosas en ese momento.

La mirada de Snape se encontróbrevemente con la de Padfoot.

Entonces Snape juró proteger alhijo de Lily.

 

El asombro no se hizo esperar,pero al profesor de pociones pareció no importarle.

Su opinión después de la primeraclase de Potter. La petición de Dumbledore para que checara a Quirrel. Eloscurecimiento de la marca en el cuarto año de Potter, durante el torneo de lostres magos. Snape curaba la mano ennegrecida del director y le reprochaba su tonteríaal ponerse el anillo. Sólo le quedaba un año de vida, cuando mucho. La discusión de los planes de Voldemort paraque Malfoy lo asesinara. Cómo Dumbledore le pedía que lo asesinara. ¿Asesinar aaquél que le dio una segunda oportunidad? Pero accedió, después de todo. Lapetición para que asesinara a Nagini. Le pedía tantas cosas pero no podíaconfiar en él completamente. Entonces Dumbledore le confesó que Harry tenía quemorir.

Lily comenzó a sollozarincontrolablemente, al igual que Ginny. James, Padfoot, Moony y Feline nosabían qué hacer ni qué pensar, se encontraban totalmente en estado de shock.

'El chico tiene una parte delalma de Voldemort dentro de él, así que debe morir'. '¿Debe morir?' preguntó 'Síy debe asesinarlo Voldemort, es esencial'. Eso enfureció a Severus. 'Me hausado. Lo hemos protegido tanto, solamente para que muera en el momentocorrecto'. Dumbledore lo miró '¿Te has encariñado con el chico?' '¿Con elchico?' Severus convocó su patronus, una cervatilla plateada.

Dumbledore le ordenaba que dierala fecha correcta para el traslado de Harry. Él usó el imperius para queMudungus dijera que la idea de la poción había sido suya. Cortando la oreja deGeorge con el sectusempra. Y con la segunda parte de la carta de Lily en elsuelo de la habitación de Sirius.

Phineas trayendo noticias de suubicación, para poder darles la espada. Y Potter salió del pensadero.

- Bien, ya cumplí. Escucharon lo que tenían queescuchar de mí, ahora me iré.

- ¡Sev! - le llamó Lily, cubierta de lágrimas. Seacercó a él y besó su mejilla suavemente. Él llevó su mano al lugar exacto ycon una última lágrima cayendo dijo:

- Siempre te amé, Lily - y las llamas se lollevaron.

James simplemente había cerradolos ojos cuando escuchó a su esposa llamar el nombre de su enemigo. Más susúltimas palabras quedaron grabadas en su mente por siempre. Pronto sintió elcálido cuerpo de Lily junto a él y la abrazó fuertemente, sintiéndola suya.

El bosque otra vez.

Ahora lo sabía, debía de morir.El último Horrocrux, Nagini, alguien tendría que encargarse de él. Pero nosería tan difícil, esperaba. Cuando iba caminando hacia su muerte, observó queColin Creevy estaba muerto. ¿Cuántos iban ya? Con suerte él y Voldemort seríanlos últimos.

Se encontró con Neville y leencomendó que se asegurara de que mataran a Nagini. Negó que fuera aentregarse.

Neville soltó un gruñido, endesaprobación.

- Piénsalo, Neville, no me habrías dejado hacerlo.Era necesario, pero podrías no entenderlo.

Siguió su camino y vio a Ginny,pero no tuvo la fortaleza para acercársele. Esa era la última vez que la veríay no habría podido decirle cuanto la amaba.

Por tercera ocasión, Ginny golpeósu brazo y se abrazó a él.

 

- No hagas eso, nunca jamás - susurró.

Tomó la Snitch de su bolsa. Lapresionó contra sus labios y dijo: 'Estoy a punto de morir'. La piedra de laresurrección estaba ahí. La usó y vio a sus padres, a Sirius y a Lupin. Ellosle dieron fuerza para enfrentar lo que seguía y dejó de verlos cuando el jetverde daba contra él.

Ginny, Hermione y Lily estabaninconsolables al escuchar eso. No podían parar de llorar, entonces Padfootcontinuó leyendo.

King's Cross.

Vio un pequeño bulto, que semovía impacientemente. Intentó ayudarlo, pero al acercarse, simplemente le diorepulsión. 'No puedes' dijo Dumbledore.

'Usted está muerto'

- ¡Harry! ¡No seas grosero! - exclamó Lily. Harrysonrió, culpablemente.

'Oh, sí' '¿Entonces yo estoymuerto?' '¡Ah! Esa es la cuestión. No, me parece que no'.

- ¿No? - rugió la sala.

- Estoy aquí, por si se habían olvidado.

Harry descifró que al dejarsematar deliberadamente, la parte del alma de Voldemort había muerto, pero la suyano, aunando que Voldemort compartía su sangre. Después de una larga charla,Harry regresó a su cuerpo.

- ¿Qué? ¿Cómo?

- Voldemort mató la parte de su alma que estaba enmi cuerpo. No me mató porque tenía mi sangre en él. Supongo que el que sigue esel último.

El fallo en el plan.

Lo mató ante los ojos de Hagrid.Narcisa Malfoy confirmó su muerte, aún después de comprobar que tenía pulso yde comprobar que Draco estaba bien. Hagrid lo cargó hasta el castillo, porórdenes de Voldemort.

Se detuvieron y Voldemort lotachó de cobarde y traidor, para luego seguir y mostrar su cuerpo a todos. Losgritos de desesperación y negación eran desgarradores y Harry deseabacontestarles, pero no podía. Entonces escuchó una riña, vio un destello decolor y se escuchó un gruñido de dolor.

Neville. Voldemort le ofrecióunirse a él, pero Neville lo rechazó. Al hombre-serpiente le dio igual yconvocó al sombrero seleccionador y lo quemó frente a todos. Grawp, el mediohermano de Hagrid, creó una distracción suficiente para que Neville tomara elsombrero, sacara la espada y matara a Nagini.

Se desató el caos. Todas lascriaturas, magos y brujas combatieron en un pandemónium. Harry observó labatalla, buscando a Voldemort, hasta que lo vio apuntando su varita a MollyWeasley y convocó un escudo, luego retiróla capa de invisibilidad y chillidos y vítores se escucharon.

Harry le dijo a Voldemort que laVarita de sauco era verdaderamente de él. Malfoy desarmó a Dumbledore, por loque él era el maestro, pero Harry desarmó a Malfoy.

Voldemort lanzó un avada y Harryun expelliarmus, haciendo que el avada de Voldemort se le regresara y murieraen ese momento.

Las llamas se llevaron elpergamino, dejando una nota.

'Tienen una hora'.

Los presentes se observaron ycomenzaron a deliberar. Sirius fue a avisarle a Daisy y ella le pidió que ledijera a Remus que quería hablar con él. Entre lágrimas se disculpó y, cuandoestuvo presentable, salió del cuarto. Las discusiones seguían y una hora se fuerápidamente.

 

El piso comenzó a temblar, derepente y una gran y cegadora luz los encandiló.

Conociendo el futuro.

Capítulo 22. Epílogo.

El sol brilló por la ventana dela habitación, iluminando la cara de la chica, mientras fruncía el ceño. Lapequeña Lily Potter despertó abruptamente y se sintió desubicada al encontrarsede nuevo en su recamara. Tenía un vago recuerdo de lo que había soñado. Suspadres habían viajado al pasado para cambiar su futuro y poder vivir mejor. Habíamucha gente a la que no conocía, pero había crecido escuchando hablar de ellos.Salió de la cama con un salto y corrió hasta la habitación de sus padres. Subióa la cama donde aún se encontraban y comenzó a brincar sobre ella.

- ¡Papi! ¡Papi! - lo llamaba.

- ¿Qué pasa, princesa? - preguntó un pelinegro.

- ¡Tuve un sueño! - Harry se incorporó y tomó enbrazos a su hija, sentándola en su regazo.

- ¿Ah, sí? - Lily asintió fervientemente - ¿Porqué no me lo cuentas?

- ¡Tú y mami y tía Hermione y tío Ron y tía Luna ytío Neville y muchos, muchos más viajaban al pasado, con los abuelos y leían unlibro en el que tú luchabas contra Voldemort y se iban a quedar en el pasadopara cambiarlo y hacer un mundo mejor! - exclamó la pelirroja, emocionada.Harry rió levemente y besó la frente de su pequeña.

- Qué interesante, mi amor.

- ¿¡Lo van a hacer!?

- No, linda. Algunas cosas es mejor dejarlas comoestán. Además, aquí tengo todo lo que necesito.

- ¿Y qué necesitas, papi? - el ojiverde sonrió.

- A ti, a tus hermanos y a tu mami - Lilycompartió la sonrisa con su padre, mostrando un agujero donde le faltaba undiente - te amo, pequeña.

- Y yo a ti, papi - contestó ella, abrazándolo. AHarry le costó separarse de ella, pero lo hizo, para decirle:

- Ve a despertar a tus hermanos, anda.

- ¡Sí!

La pequeña pelirroja saliócorriendo del cuarto y se escuchó entrando al cuarto de sus hermanos y gritándolespara que despertaran. Harry Potter se recostó de nuevo y se acomodó paraabrazar a su esposa. Cerró los ojos y pensó en lo que su hija le habíapreguntado y lo que le había respondido. Todo era cierto, pero si le aseguraranque terminaría con la maravillosa familia que tenía en ese momento, volvería enel tiempo para arreglar las cosas.

Ginny se removió y buscó suslabios con los ojos cerrados. Harry la besó suavemente, sonriendo. La miradacastaña de su mujer se fijó en él y le sonrió levemente, mientras negaba con lacabeza y se levantaba de la cama. Harry salió tras ella y la atrapó por lacintura.

- ¿Qué sucede?

- ¿Te he dicho alguna vez que tienes un enormecomplejo de héroe? - Harry rió frescamente y besó la frente de Ginny.

- Muchas veces.

- Ah, creí que no lo había hecho.

Dicho eso, se cambió y bajó apreparar el desayuno. Harry fue a buscar a sus hijos; al entrar al cuarto deJames, Albus y Lily estaban saltando sobre su cama, pero James aún no parecíadar señales de estar despierto. El pelinegro se acercó a la cama y abrazó a susdos pequeños y besó sus cabezas, mientras los bajaba al suelo.

Se colocó sobre James y comenzó ahacerle cosquillas, mientras el chico se retorcía entre risas y pedía piedad asu padre. Lily y Albus habían subido de nuevo a la cama y atacaron a su padreentre los dos, terminando en un ataque de cosquillas ellos también. El timbrede la puerta sonó y Harry bajó a atender.

 

Ron, Hermione y sus pequeños,Hugo y Rose, se encontraban bajo el umbral de la puerta, con grandes sonrisasen sus caras. Después de saludarlos, los dejó entrar y los pasó a la cocina,donde Ginny ya tenía todo listo.

- No creerán el sueño más extraño que tuvieronRose y Hugo - comentó Hermione.

- Lo más extraño es que soñaron exactamente lomismo - siguió Ron.

- ¿Ah, sí? Lily también se despertó diciendo quehabía soñado algo.

- Pues Rose dijo que había soñado con quevolvíamos en el tiempo a la época en que tú tenías un año, Harry - el pelinegrocasi escupe el jugo.

- Lo sé, es totalmente ridículo

- Hermione, Lily tuvo el mismo sueño - dijo unapálida Ginny, mientras miraba a su marido, con los ojos abiertos como platos.

- ¿James, Albus, pueden venir un momento? - los llamóHermione. Los niños tardaron en llegar y cuando lo hicieron, tenían lasmejillas sonrosadas, seguramente por estar jugando - ¿Tuvieron algún sueñointeresante?

- ¡Sí! - exclamaron los dos, al mismo tiempo ycomenzaron a relatar el sueño que habían tenido.

- ¡
Y papá salvaba a sus tíos, los Dursley!

- ¡Y dijeron que había luchado contra un dragón!

- ¡Y entonces un gran rayo de luz apareció!

- ¡Y desperté!

Los adultos se miraron y dejaronque los chicos regresaran a jugar. Hermione parecía estar buscando la respuestaa todo eso, intentando descifrar el misterio detrás de todo eso. Ginny tenía elceño fruncido, pensando en lo que pasaba, mientras Ron comía todo lo que podía.Hubo un momento en el que Hermione murmuraba cosas inentendibles aceleradamente,y Harry supo que lo tenía todo entendido.

La observó, pacientemente,esperando a que terminara de atar cabos para que pudiese explicarle el por quélos cinco niños habían soñado con eso. De pronto, su cabeza se alzóprecipitadamente, mientras ahogaba un grito. Ron miró a su esposa, con interésy preocupación, mientras Ginny esperaba a que hablara.

- Posored Incantatem - susurró, pálida como lacera.

- ¿Qué es eso?

- Cuando algo tiene que hacerse e implica aciertas partes, si es lo suficientemente poderoso o necesario, puede pasar algocomo esto; lo que no entiendo es por qué nuestros hijos son los que lo vieron.

- Tal vez
Porque ellos lo entenderían mejor quenosotros y no lo tomaríamos tan en cuenta como ellos - propuso Ginny. Hermioneasintió, asimilando la propuesta de su cuñada.

- O puede que todo sea una coincidencia - dijo Ron.

- Sí, es lo más probable - concordó Harry.

Pero las mujeres solo se miraron,dudando la verdad de esas palabras. Después de un tiempo, olvidaron el tema yvivieron sus vidas normalmente, pero la duda los asaltaba de vez en cuando,justo cuando pensaban en el pasado y en lo que les gustaría cambiar; más elpensar en sus hijos y pareja, desechaban la idea y volvían a la realidad.

'Desearía que fuese verdad' pensóHarry, una noche, mientras besaba a su esposa y apagaba la luz.



Gracias a todos por leer!! Esta historia no sería nada sin ustedes. Publicaré la segunda parte y la parte de 19 años después en cuanto me sea posible. Espero que estén bien. Besos, Andy.

Conociendo el futuro. - Fanfics de Harry Potter

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Conociendo el futuro. Una historia de lospadres de Harry Potter. Bueno pues es un 'los merodeadores conocen el futuro de Harry D:' espero que les guste!! Bueno

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2024-10-22

 

Conociendo el futuro. - Fanfics de Harry Potter
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