¿Cual es tu problema Malfoy? ¡Eres tú Granger! - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

El trío dorado se encontraba en el expreso a hogwarts. Listos pararnrecuperar el año perdido enfrentando a Lord Voldemort.

Todos se encontraban allí. Neville, Luna, Seamus, y desgraciadamenterntambién se encontraban los orgullosos Slytherin, Draco, Blaise, Pansy, Crabbe,rnentre otros.

Eran tantos, que les habían hecho un curso apartado, para que todosrnpudieran recuperar su año sin interferencia de los que de verdad estaban en últimorncurso.

Hermione salió del compartimiento para comprar unos dulces, ya que Ron, glotón como siempre, estaba muerto dernhambre.

Pero en el camino se cruzó con tres personas no gratas para ella.

- - Vaya, vaya.La sangre sucia ha venido a recuperar el año - se burló Draco Malfoy.

 

- -Yo merezcor recuperarlo, yo estaba ayudando, no en mi gran mansión con los traidores -rncontestó la castaña, haciendo que el rubio se pusiera furioso.

- -Lo que yorhaga no es asunto tuyo Granger - le dijo secamente Malfoy.

- -Deberías agradecer que Harry te salvara del incendio, sino no estarías aquí serpiente.

- -¿yo?¿agradecerle a potter? ¡ja! No me hagas reír impura - burfó.

- - ¿Sabes que?No voy a perder el tiempo discutiendo con ustedes - Les dijo y luego se marchó.

- -Adios Granger
- se despidió pansy, con un aire de suficiencia.

- rn¡MalditarnGranger! La detesto más que a los muggles - exclamó furioso el rubio.

- -Déjala Draco, tendrá su merecido - lo tranquilizo su mejor amigo, Blaise.

Hermione volvió al compartimiento echando humos.

- - ¿Qué te ocurre Hermione? - le preguntó Ronald.

- - Me crucé con Malfoy y sus amigos - les contó ella - y como siempre me insultaron.

- - Les voy a enseñar a no molestar a mi novia -rnexclamó Ron. Se levantó con puños en sus manos, pero Hermione lo tomó del brazorny lo sentó a su lado.

- - Gracias pero no servirá de nada - dijo tristemente y apoyó su cabeza en los hombros delrnpelirrojo.

- -Te quiero
- le susurró en el oído.

- - Yo también- contestó ella y luego se dieron un tierno beso.

- -¡No empiecen de nuevo! - exclamó Harry, asqueado.

- - El día en que te estés besando con Ginny cambiaras de opinión - le dijo la castaña enrntono gracioso, pero a Ron no le hizo tanta gracia.

- - ¡Con mi hermana no! - gritó celoso.

- - No te preocupes Ron, ella no me quiere - lo tranquilizó el pelinegro, Hermione bufó,rnpero se quedó callada ante la mirada asesina de Harry.

- - ¡Que disfruten este nuevo año! - exclamó Minerva McGonagall, la nueva directora.

Cuando terminó de decirrneso, millones de platillos con deliciosos manjares aparecieron en las mesas. EnrnGryffindor, Ron fue el primero enrnprobarlos, como siempre.

Todos charlaban yrncomían animadamente, menos un rubio quernse encontraba con los slytherin, clavando fuertemente su tenedor en la mesa.

- - ¿Por qué estas tan enojado Draco? - le preguntó Blaise, notando que estaba a punto dernromper el tenedor.

Pero el rubio no lo escuchaba, estaba entretenido pensando en unarnvenganza hacia Granger. Le iba a enseñarrnque nadie se metía con el, ni con su familia, ni con su difunto y queridornamigo; y menos una sangre sucia como ella.

Este era un nuevo año, y Draco se encargaría de que fuera el peor dernHermione Granger


 



COMENTEN

Hola, como estan?.Bueno,ayer estaba apurada asique no pude escribir esto, jjaja. Gracias a los que comentaron y agregaron esta hstoria a favoritos, hare lo que pueda para que el fic sea de su agrado. Si quieren hacer algunas sugerencias me vendrian muy bien. Por favor comenten y digan que les gustaria que pase, asi me dan un poco de inspiracion. Besos, agos.


Draco no durmió en toda la noche, pensando en cómo vengarse de Granger.

¿Por qué era tan difícil? Si ella no fuera una chica, la golpearía.Pero aunque no lo pareciera, Granger era una mujer y el no podía utilizar esemétodo, lo que le dejaba pocas alternativas.

Entonces se le ocurrió un plan brillante.

Él era el más apuesto y deseado de Hogwarts, pero Granger era la másinteligente y estudiosa. Asique, el rubio le pegaría a la chica en donde sabíaque más le dolería: los estudios.

Draco notaba que la "sangre sucia" siempre era la que más se destacabaen las clases, era la alumna perfecta, que nunca fallaba en nada y siempretenía la respuesta correcta para todo.

Pero eso acabaría hoy, en la clase de pociones, Draco estaba sumamenteseguro.

Se sentó en una mesa de la sala común de Slytherin, a planificar losúltimos detalles de su dulce venganza.

- Hola Draco- lo saludó coquetamente una chica de cabellos negros y ojos verdes.

- No memolestes Parkinson - le dijo crudamente, sin despegar los ojos de su hoja.

- Alguien selevantó con el pie histérico - se burló, pero a Draco no lo hizo mucha gracia.

Si había algo que el rubio odiaba más que a Granger, era que lo interrumpieran.Y mas cuando estaba haciendo algo tanimportante como una venganza.

- ¡veteParkinson! - le repitió, pero pansy nole hizo caso.

- ¿Por quéestas tan ocupado en eso? - le preguntó, tratando de mirar el papel, peroMalfoy lo escondió.

- ¡Métete entus asuntos! - le gritó enfurecido y se marchó, dejando a Pansy frustrada.

En otro lado del castillo, Hermione se dirigía a desayunar, tomada dela mano de su novio Ron Weasley.

Llegaron al gran comedor y comenzaron a degustar las tostadas conhuevos y el jugo de calabaza.

Cuando terminaron, se dirigieron a su clase de Pociones, sin muchoánimo, ya que era junto con slytherin.

- ¿Dóndeestará Harry? - preguntó Ron - hoy no bajó a desayunar.

- Seguramenteestá
- ¡Con ginny! - en su habitación preparándose para llegar a la clase

- Eso espero- murmuró ron mas para sí mismo,hermione suspiró.

El profesor les dio como tarea preparar una poción para la buenasuerte, con ayuda de sus libros.

Hermione, como siempre, fue la primera en comenzar. Estaba tanensimismada en su trabajo, que no se dio cuenta de que Malfoy la miraba con unasonrisa de venganza.

Draco se levantó de su asiento, fingiendo ir a buscar algo. Era hora decomenzar con su plan.

Se acercó a la mesa en donde se encontraba trabajando Granger. Se paróen frente de la castaña y esbozó una sonrisa.

- ¿Qué hacesaquí Malfoy? - preguntó extrañada Hermione.

- Solo pasé asaludrar Granger - bromeó.

- Tu estastramando algo malfoy - le dijo, apuntándole acusadoramente con el dedo. Draco,a escondidas, sacó un frasco del bolsillo de su túnica y lo vertió en la pociónde Granger.

 

- ¡Deja enpaz a Hermione! - interrumpió Ron, poniéndose en frente de la castaña.

- ¡Hay, tunovio te defiende! - se burló Draco - adiós

Se sentó en su lugar a observar, esperando con ansias el momento en quesu venganza diera frutos.

El nuevo profesor pasaba entre los bancos, vigilando que cadaestudiante trabajara.

- Tres
dos
- murmuraba para si mismo el rubio, contando los minutos que faltaban. - uno

De repente, hubo una gran explosión. El humo cubrió todo el salón y losalumnos comenzaron a toser.

- ¡señoritaGranger! - exclamó el profesor, Draco se reía observando la escena.

- Yo
yo nose que
¡Malfoy! - gritó furiosa. El rubio se quedó callado.

La castaña caminó hacia donde el se encontraba, se tiró encima deDraco, y comenzó a golpearlo y a tirarle todas las pociones encima.

- ¡DéjameGranger! ¡Estás loca! - pataleaba draco, pero la castaña estaba muy enfurecida.

- ¡Granger!¡Malfoy! ¡Al despacho de la directora ahora mismo! - les ordenó el profesor,ambos levantaron la cabeza, atónitos.

Caminaron en silencio, ambos estaban demasiado enfadados para deciralgo. Finalmente, Hermione decidió romper el hielo.

- Se que fuistetú malfoy - lo acusó, Draco rió.

- La venganzaes dulce Granger - susurró con aire victorioso.

- ¿nisiquiera intentarás negarlo?

- Claro queno, estoy demasiado extasiado para negarlo - le dijo. La castaña se enfurecíacada vez mas y a draco eso le encantaba.

Entraron al despacho de McGonagall con las cabezas gachas. Tomaron asiento y la directoracomenzó a hablar:

- ¿Quéocurrió alumnos?- los interrogó, con tranquilidad.

- Malfoy sequiso vengar de mi - le explicó Hermione, mirando asesinamente a Draco. Minervaenarcó las cejas.

- ¿es ciertoeso señor Malfoy? - lo miró a el.

- Pues
bueno
¡es culpa de ella! - se defendió. Granger lo miró atónita y comenzaron adiscutir y a gritarse.

- ¡Basta! -exclamó la directora, ambos guardaron silencio - Veo que ustedes no se llevanbien, asique tendrán que pasar un mes en convivencia.

- ¿convivencia?- preguntó confundido el rubio.

- Asi es.Ambos se quedaran en una cabaña en el bosque por un mes, así aprenderán aaceptarse tal cual son - les dijo mirándolos severamente.

- ¿no podríalanzarme un Avada Kedava? Eso dolería menos - discutió Draco.

- La decisiónestá tomada señor Malfoy, partirán mañana - concluyó McGonagall, y luego losretiró de su despacho.

- Con que ¿lavenganza es dulce no? - repitió hermione, enfadada por lo que le esperaríamañana.

- No Granger- difirió el rubio - esta venganza es
amarga.



CCOMENTEN Y DEN SUGERENCIAS. GRACIAS.

Holaa mis fieles lectores. Estoy aburrida asique decidí subir un nuevo capitulo. espero que les guste. Hoy me pasé todo el dia escribiendo y ahora estoy sin inspiracion. Asique necesito de su ayuda. ¿en que capitulo les gustaria que draco comienze a enamorarse de Hermione? Me refiero a que instancia les gustaria, si en el cap. 4, 5 6, etc. ustedes diganme que opinan. bueno, me voy yendo. Comenten y den sugerencias. besos, agos.

Al día siguiente, Hermione y Draco se despertaron de muy mal humor.Ninguno quería irse hasta el bosque para "convivir". ¿Acaso se puede convivircon tu peor enemigo? ¡Claro que no!

 

- Bien, quedisfruten y convivan - les deseó McGonagall, ambos chicos suspiraron y semiraron asesinamente.

La cabaña estaba ubicada en el medio del bosque prohibido y un pocoalejada del castillo. El enojo del Slytherin y de la Gryffindor aumentó alsaber que tendrían que caminar desde allí hasta el castillo.

- Bien,llegamos - anunció Hagrid.

- El peor díade mi vida
- susurró Draco.

- Bueno, deboirme. Suerte Hermione - le deseó el gigante, y luego se fue.

- SuerteHermione - lo imitó el rubio - El que va a necesitar suerte soy yo.

- ¡CállateMalfoy! - exclamó furiosa la castaña.

La cabaña tenía dos ambientes, de los cuales uno era un baño y el otrotenía una ventana en cada una de las cuatro paredes. Del lado derecho estabaubicado un sillón, una mesa y un escritorio. Y del otro lado una cama y dosroperos.

- Espera ¿unacama? - pregunto Hermione, deseando que fuera un sueño.

- ¡Merlín!¿Qué te hice yo? ¿Qué te hice? - gritó draco, arrodillado en el piso.

- ¿Por quéeres tan dramático malfoy?

- ¡porque tú estásen mi vida Granger! - exclamó - Y no pienso compartir la cama contigo.

- Pues yotampoco - le dijo, ambos se quedaron callados. Se miraron, y luego salieroncorriendo hacia la cama.

- ¡es mía! -gritaba draco, cubriendo la cama con su cuerpo.

- ¡sal deaquí malfoy! ¡Tú duermes en el piso! - le decía hermione, quien tiraba laspiernas del rubio tratando de sacarlo de la cama.

- ¡Vete alsofá granger!

- ¡Vete túMalfoy! - le gritó y luego se sacó los pelos de la cara.

Pero draco tenía mucha más fuerza que Hermione, entonces tomó a lachica de los brazos y la tiró de la cama. Se escuchó un gran golpe en el suelo.

- ¡Victoria!- gritó parado en la cama. Hermione, desde el piso, lo tomó del pie y lo tiróde la cama.

- Así nosolucionaremos nada Malfoy - reaccionó, Draco tuvo que admitir que estaba deacuerdo.

- ¿y quéhacemos? - preguntó.

- Dime tugran malfoy - la castaña se cruzó de brazos.

- Tú eres lasabelotodo granger, yo soy el guapo - dijo chistosamente. Hermione se puso apensar.

- ¡Ya se! -exclamó. Camino hasta su mochila y saco algo de ella. Luego volvió al lado deMalfoy.

- ¿Qué eseso? - preguntó confundido el rubio.

- Una monedaMuggle - Draco hizo cara de asco - Tiraremos la moneda para ver quién se quedacon la cama.

- No me vanlos juegos muggles, pero de acuerdo - aceptó el Slytherin.

- ¿Cuálquieres? - le preguntó girando la moneda.

- Mm
elescudo, asique a ti te queda la mujer fea - dijo burlonamente.

Hermione tiró la moneda, cuando calló la tapo con su mano y luego lamostro.

- ¡oh si! -.Exclamó feliz el rubio - ¡En tu cara Granger! ¡La cama es mía!

Fue corriendo desde una punta de la habitación hasta la cama y se tiróde cabeza.

- Estás locoMalfoy - exclamó la castaña, moviendo la cabeza y se sentó a leer en el sillón.

- No esdivertido si no te enojas granger - le dijo, un poco mas tranquilizado.

- ¿disculpa?- preguntó ella sin comprender.

- Que tienesque enojarte para que yo me divierta por tus desgracias - le explicó.

- No lo creo- hermione estaba riendo.

- ¡enójate! ¡enójate!¡enójate! - le gritaba draco en el oído a la chica, logrando que esta nopudiera leer.

 

- Soy justa, túganaste y lo acepto.

- No se vale
- protestó el rubio.

- ¿Cuál es tuproblema Malfoy? - le preguntó ella, cansada de las molestias le chico.

- ¡Eres túGranger! ¡Tú que no te enojas! - le replicó.

- ¡ja! Estásloco Malfoy - exclamó y luego volvió a su lectura.

Draco y Hermione, desde que llegaron a la cabaña, se la habían pasadodiscutiendo. Habían desperdiciado un sábado peleando por una cama.

- Tengohambre - dijo el rubio. Hermione levanto la vista de su libro.

- Deberíamosir a cenar - coincidió. Ambos se dirigieron a la puerta.

- MuéveteGranger, voy a pasar - la empujó.

- ¿Qué? ¡Lasdamas primero Malfoy! - lo empujó ella.

- LosSlytherin primero.

- ¡ja! Pasaréyo - concluyó. Lo empujó fuertemente hacia un costado y salió por la puerta.

Caminaron por veinte minutos, hasta que llegaron a un sendero que sedividía en dos caminos.

- ¿y bien? -pregunto Hermione, sin saber qué dirección tomar.

- Izquierda -dijo Draco muy seguro. Dio un paso, pero la castaña lo detuvo.

- Me pareceque es la derecha - difirió, muy segura de sí misma.

- No granger,es la izquierda - protestó el rubio.

- Derecha

- Izquierda

- Derecha

- Izquierda

- ¿sabes qué?Iremos por la izquierda - coincidió Hermione, cansada de discutir todo el día.

Caminaron y caminaron, las horas pasaban, iba oscureciendo cada vezmás, pero ellos no encontraban el castillo. Ni siquiera habían encontrado lacabaña de Hagrid.

- Malfoy,estamos caminando en círculos - Razonó la castaña.

- Claro queno Granger.

- Claro quesí. Mira, ese es el árbol que te chocaste hace una hora - le dijo entre algunasrisas, señalando un árbol grande y redondo.

- Yo
yo nome lo choqué
yo solo
lo estaba
oliendo
- mintió Draco, un poco avergonzado.

- Sí, claroMalfoy, como tú digas - sonrió la castaña.

- Por favorno se lo digas a nadie - le pidió el rubio, poniendo cara de perrito triste.

- Descuida,tampoco quiero que se enteren de que estuve contigo aquí en el bosque - le dijoapenada.

Continuaron caminando en círculos, hasta que Hermione se tiró en elpiso, agotada.

- No puedoseguir Malfoy, vete tú - le dijo un poco dramática.

- De acuerdo- aceptó draco y continuó caminando.

- ¡Ven aquíMalfoy! - le gritó la castaña. Draco se sentó al lado de ella.

- Dijiste queme fuera - se defendió.

- Estabasiendo sarcástica - le explicó ella. Draco sonrió.

Sus hermosos ojos grises penetraban en los ojos cafés de la castaña. Sequedaron mirándose por unos minutos, hasta que Hermione reaccionó.

- ¡No hagaseso! - exclamó, sacudiendo la cabeza.

- ¿hacer qué?- preguntó Malfoy, haciéndose el desentendido.

- Esa
mirada. Miras a las chicas
así y esperas que se enamoren de ti. Pues nofunciona conmigo. - le dijo muy segura.

- Primero: yono te miraba, tú me mirabas. Segundo: no me hace falta mirarlas así, solas seenamoran de este bello rostro. Tercero: nunca querría enamorarte a ti - leexplicó.

- Qué bueno,ni quien quisiera estar junto a ti.

- ¡Ni quienquisiera estar junto a ti Granger! -exclamó enfurecido.

 

- ¡te detestoMalfoy!

- ¡pues yo teodio Granger!

Ambos se cruzaron de brazos y se dieron vuelta, enfurecidos. A Draco leencantaba poner furiosa a Hermione pero esta vez se sentía
¿dolido?

¡Claro que no! - Pensó - ¡Yo odio a Granger!

Continuaron así por media hora. Hasta qué, escucharon un ruidoensordecedor.

- Ve al bañogranger - le dijo Draco, con algunas risitas.

- No fui yoMalfoy, y aparte, aquí no hay ningún baño.

- Si nofuiste tú
¿Quién? - preguntó en tono preocupado.

- Harry mecontó que aquí hay arañas gigantes - contestó preocupada.

- ¿Quéhacemos? - volvió a preguntar, asustado.

- Deberíamos
- se puso a pensar - armar una tienda y refugiarnos allí adentro.

- Estaba pordecir lo mismo - mintió el rubio, quien no quería aceptar la gran idea de lacastaña.

- Sí, claroMalfoy - bufó. Se levantó, buscó un lugar amplio e hizo aparecer una tienda deacampar. - Listo - anunció y ambos se metieron adentro.

- ¿Qué horaes? - preguntó Draco. Quien tenía sus manos en su estomago, a causa del hambre.

- Las dos dela madrugada - contestó Hermione, igual de hambrienta que el chico - Deberíamosdormir.

- Seguro -aceptó Malfoy. Cada uno se ubicó en un extremo de la tienda de acampar. - Gané la cama y termino durmiendo en el piso.

- No seas tanquejumbroso malfoy - le dijo con sus ojos cerrados, luego comenzó a tiritar.

- ¿tienesfrió Granger? - le preguntó el, observándola tiritar.

- Un
unpoco
- tartamudeó. Draco se acercó a ella y la abrazó. - ¿Qué haces? -preguntoHermione, zafándose de los brazos de chico.

- Intentomantenerte caliente
También soy humano Granger - le dijo. La castaña sonrió ypuso su cabeza en el pecho del chico. Lapiel de Malfoy olía deliciosamente a pino fresco.

- Buenasnoches
- le dijo la castaña, bostezó y de inmediato se quedó dormida.

- Dulcessueños granger - Malfoy acarició el cabello de la chica yluego también se rindió en los brazos de Morfeo.


COMENTEN


Ron estaba sentado frente a la chimenea de la salacomún de Gryffindor, pensando.

- ¿Qué teocurre Ron? - le preguntó Harry, dejando su libro de pociones.

- No he vistoa Hermione en todo el día, ni siquiera para la cena - dijo preocupado. Supierna se movía de arriba abajo, señal de que estaba nervioso.

- Ahora quelo pienso
tampoco la he visto aquí - razonó Harry, recordando que Hermionetampoco estaba en su habitación.

- Deberíamosir a hablar con McGonagall - decidió el pelirrojo, y ambos se fueron aldespacho de la directora.

Al llegar tocaron la puerta y escucharon un "adelante".

- Weasley,Potter - saludó sorprendida - ¿Qué los trae por aquí?

- Pues
estamospreocupados - Minerva enarcó las cejas - No hemos visto a Hermione en todo el día,ni siquiera en su habitación - le explicó Harry, McGonagall ahora estaba mástranquila.

- La señoritaGranger está en convivencia - les dijo la directora, los muchachos la miraronperplejos.

- ¿Qué eseso? - preguntó Ron, confundido.

- Resulta queella tuvo un problema ayer en la clase de pociones con el señor Malfoy - elpelinegro y el pelirrojo recordaron lo ocurrido y asintieron - pues ahora seencuentra en una cabaña en medio del bosque conviviendo con Draco - les contó.

 

- ¿¡que!? -exclamaron ambos, no se imaginaban a Hermione sola con Malfoy - ¡Se van a comer vivos!

- Sean máspositivos muchachos, este castigo es para que aprendan a convivir el uno con elotro y se lleven mejor - les explicó. Ron no podía creerlo.

Salieron del despacho con las bocas abiertas. ¿Hermione y Malfoy?Terminarían asesinándose los dos.

**********

- ¡Granger!¡Granger! - la llamaba Draco. - ¡que dormilona eres!

- ¿Qué
quequieres Malfoy? - preguntó entre sueños.

- Quiero quedejes de hablar en sueños, no puedo descansar en paz - le pidió. Hermionebostezó y ambos volvieron a dormir.

A la mañana siguiente ambos sedespertaron por los rayos del sol. Por suerte era domingo, y no tenían quepreocuparse por las clases.

- ¿qué teocurrió Granger? - le preguntó mientras se mataba de risa.

Hermione llevó una mano a su cabeza. Todo su pelo estaba enredado y másenmarañado de lo normal. La castaña suspiró, como odiaba su cabello. Todos losdías renegaba con su peinado.

- No te rías Malfoy- le pidió, pero era tarde, el chico estaba tirado en el césped retorciéndosede la risa. Hermione suspiró.

- De acuerdo,ahora ¿Qué hacemos? - preguntó, un poco más calmado.

- Volveremospor donde vinimos y tomaremos el sendero de la derecha, llegaremos al castillo,desayunaremos y pedimos un mapa para saber los caminos - le explico. Dracoacepto, empezó a caminar pero Granger lo detuvo - deberíamos hacer una tregua.

- ¿Qué clasede tregua? - preguntó el rubio, enarcando las cejas.

- Veras, tú yyo vivimos discutiendo. Asique yo propongo que finjamos llevarnos bien hastaque encontremos el castillo, y después todo volverá a ser como antes - lepropuso.

- Mmm
estábien mi querida Granger - aceptó. Se estrecharon las manos y continuaron elcamino.

Draco observaba como Hermione miraba detenidamente el camino, comopensaba y como trataba de buscarle una solución a todo.

No sabía porque, pero no podía quitarle los ojos de encima. Los rayossolares chocaban con la piel de la castaña, dejando ver lo bien cuidados queestaban sus poros. Además, Draco cada vez quería estar más cerca de ella, parapoder inhalar el delicioso olor a miel que emanaba la piel de la chica.

¿Qué estas pensandoDraco? - se decía una y otravez. Pero ni el sabía porque pensaba todas esas cosas.

Por su parte, Hermione se daba cuenta de que Malfoy no era tan malocomo ella pensaba. Si, era arrogante engreído y un poco malvado, pero tambiénera muy gracioso y a la vez muy bueno cuando se lo proponía.

Y también le gustaba el olor a pino fresco proveniente de la piel delchico, que se notaba que estaba muy bien cuidada. Pero lo más llamativo, eran esos enormes ybellos ojos grises, que volvían loca a cualquier chica.

- ¿quieres unautógrafo Granger? - le preguntó juguetón el rubio.

- ¿disculpa?

- Que, comono dejas de mirarme, tal vez quieras una foto. Duran más - bromeó, la castañase ruborizó. A draco le gustó eso.

- No
no teestaba mirando - mintió, todavía enrojecida.

- Como digasGranger
- bufó y continuaron caminando.

 

Esta vez, tomaron el sendero de la derecha que, para su fortuna, fue elindicado. Llegaron al castillo, pero se detuvieron en la puerta.

- Bueno
supongo que es el fin de la tregua - dijo la castaña, con un tono de tristezaen la voz.

- Así es -coincidió Draco - Fue un placer que tuvieras el placer de pasar una nocheconmigo.

- Para mí nofue tan placentero - bromeó Hermione - Además, tendré que verte en la cabaña.

- Y tendrásel placer de verme desde el piso dormir en la cama - ambos se rieron.

- AdiósMalfoy - se despidió.

- Adiós Granger.

Y ambos tomaron caminos distintos, uno hacia Slytherin y la otra haciaGryffindor.


COMENTEN


Holaa, como estan? me paso para comunicarles que comencé un nuevo fic: https://www.potterfics.com/historias/81005 basado en una de mis series de television favorita. Si pueden pasen a leerlo y diganme si les gustó. besos,agos.

Holaa, estoy aburrida asique subo el segundo en este día. Ahora me pongo a escribir otros capitulos para publicar, por favor dejen sugerencias, ya que no estoy con mucha inspiracion. besos, agos.


Hermione se dirigió hacia la torre de Gryffindor para encontrarse consus amigos.

Al entrar, Harry, Ginny y Luna la abrazaron mientras que Ron le dio uncálido beso.

La castaña no sabía porque, pero últimamente ya no le gustaban losbesos del pelirrojo. Antes, al besarlo, sentía mariposas en su estomago, sentíaque amaba a Ronald más que a nadie, pero ahora sentía
nada. Es más,últimamente respondía a los besos como si fuera un robot cumpliendo con unaobligación.

Y lo peor, era que no sabía porque se sentía así.

- ¿Qué tal laconvivencia? - le preguntó Harry.

- ¡Terrible!Malfoy es cansador. Encima tendré que dormir en el piso - exclamó un pocofuriosa.

- ¿en elpiso? ¿por qué? - preguntó Ginny, sin comprender.

- Porque haysolo una cama e hicimos un juego para ver quien se quedaba con ella y yo perdí- les explicó.

- MalditoMalfoy - protestó Ron. Y luego continuaron hablando sobre otros temas.

Draco iba camino a la sala de Slytherin, cuando se cruzó con TheodoreNott en el camino.

- Parkinsonte está buscando - le informó este. El rubio asintió y se fue a buscar a pansy.

La encontró en la sala de menesteres, sentada junto a una mesa llena deobjetos extraños, objetos que los alumnos no usaban y los dejaban allí.

A Draco no le gustaba ese lugar, ya que le recordaba el día en que sudifunto amigo Goyle había fallecido.

- ¿Quéquieres Parkinson? no me gusta estar aquí - le dijo en tono frio. Pansy seacercó a él.

- Draco,tengo que decirte algo muy importante - le informó.

- ¿Qué es? -pregunto con curiosidad, aunque no le interesaba la vida de Parkinson.

- Yo
yo teamo Draco - le dijo un poco temerosa - Y
quiero estar contigo

Draco se quedó atónito, no sabía que responder. Había algo dentro de elque le impedía corresponder a pansy, y que le impedía aceptar su propuesta. Elsupuso que era el odio, un odio grande que no lo dejaba amar a la chica de pelonegro y ojos verdes.

- Lo
losiento pansy, yo no puedo salir contigo - le comunicó un poco apenado.

- ¿Por qué? -preguntó con tristeza- ¿acaso te gusta otra persona?

 

- ¿Qué? ¡no!Es solo que
ahora estoy enfocado en otras cosas - mintió, no podía decirle quela odiaba.

- De acuerdo,yo
esperaré - concluyó y luego salió de la sala de menesteres.

Draco suspiró aliviado de que Parkinson se tragara el cuento y luego éltambién se retiró de ese lugar.

Iba caminando tranquilamente por el pasillo, cuando escuchó dos vocesconocidas hablando. Se asomo y vio a Granger y a Weasley hablando en unaesquina.

- Te amoHermione - le decía el chico. Draco no sabía porque, pero se sintió enfadado.

- Yo tambiénte quiero - respondió Hermione, y luego se besaron.

Las manos del rubio se transformaron en puños. Sentía ganas de caminarhasta ellos y separar a la "sangre sucia" de la comadreja.

¿Por qué sentía estas cosas? ¿Por qué quería masacrar a Weasley? ¿Acasotenia
celos?

El enojo y la bronca se apoderaron de él. Salió de allí y se fuedirecto a buscar a pansy Parkinson.

Hermione y Ginny estabansentadas frente a la chimenea en la sala común de Gryffindor, hablando sobre lavida. Entonces, llegó Luna, mas alterada de lo normal.

- ¡No van acreerlo! - exclamó con un poco de excitación.

- ¿Qué pasaluna? - preguntó Ginny un poco curiosa.

- Parkinson yMalfoy están saliendo ¿se lo imaginan? Dos serpientes juntas

La castaña dejó de escuchar la conversación. Se había quedadocongelada. ¿Malfoy y Parkinson?

Sentía ganas de golpear a alguien. Un montón de sensaciones extrañas lainvadían. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué sentía tristeza? ¿Estaba sintiendo
celos?

Esa noche Draco durmió con Pansy.

No sabía que le pasaba. No era la primera vez que lo hacía con Pansy,pero esta vez se había sido
diferente.

Por más que lo intentara no podía quitar a Granger de sus pensamientos,la sangre sucia se había metido en su cabeza y al parecer no quería salir.

Toda la tarde había estado así, con Granger en su cabeza. Y aunque lecostó aceptarlo, luego lo hizo. Había sentido celos al ver a la castaña conWeasley, la pregunta era ¿Por qué?

Y esto lo había llevado a iniciar una relación con Parkinson. Pero lomismo la sangre sucia seguía estando en su mente.

Para eso había planificado lo de esta noche. Y la pelinegra estabacontenta porque era la primera vez que lo hacían como novios.

Pero de nada había servido, aun seguía pensando continuamente engranger.

- Maldita Granger - pensaba - ¿Por qué no sale de mi cabeza?

Se dio vuelta para besar a pansy, pero
¿era Hermione? ¿Qué haciaGranger acostada en la cama de Pansy haciendo el amor con el?

- Draco¿estás bien? - sacudió su cabeza y pudo ver que era Parkinson.

- Si
si -contestó distraído.

Eso sí que había sido raro, había visto a Granger en la piel de Pansy.¿Qué le estaba pasando?

Ahora sí perdí la cabeza - pensó.

- Pansy, deboirme - le comunicó, poniéndose su ropa de nuevo.

- ¿Por qué?Quédate conmigo un rato mas - le pidió la pelinegra.

- Dije que mevoy - la cortó y salió de la habitación y de la torre de Slytherin.

Al llegar a la cabaña se encontró con Hermione durmiendo en la cama quele pertenecía a él.

 

- ¡Granger!¡sal de mi cama! - le gritó sacudiéndola.

- ¡Déjame enpaz malfoy! - le dijo ella medio dormida.

- ¡Vete alsofá! ¡La. cama es mía! - reclamó el rubio, pero Hermione no se movió.

- Si fuerasun caballero me dejarías dormir aquí - protestó, cuestionando al Slytherin.

- ¡pues sifueras tú un caballero te irías tú al sofá! - exclamó sin pensar lo que decía.

- ¡No puedoser un caballero, yo soy una dama estúpido! - le gritó.

- ¿Cómo mellamaste? ¡a mí me respetas sangre sucia! - se impuso enfadado ante la castaña.

- Sí, clarogran Malfoy - bufó ella.

- AcéptaloGranger, te mueres por mí - bromeó el, le encantaba hacerla enfadar.

- ¡claro queno! - contradijo ella - Tú no eres tan lindo como crees.

- ¿a no?Todas las chicas de Hogwarts se mueren por mí - le replicó él.

- Hasta dondeyo sé, solo pansy Parkinson, y no entiendo porque - le cuestionó la castaña.

- Tú tambiénte mueres por mi Granger - la retó el.

- ¡Claro queno!

- ¡que si! -terció Draco, con ambas cejas levantadas.

- ¡que no!

- ¡que si!

- ¡qué n

Pero Draco no la dejó continuar, se abalanzó contra ella y la besó.

Al principio fue un beso bruto, a la fuerza. Draco la apretaba mascontra el para no dejar que Hermione se escapara.

La castaña al principio se resistió, pero luego comenzó a corresponderal beso del chico. Tenía que admitir que Malfoy besaba muy bien, ahora entendíaporque varias chicas morían por los labios del rubio.

Draco sonrió con suficiencia al ver que la chica le correspondía elbeso, pero luego, el beso se volvió más apasionado. Ya no era cargado de rencory enojo, sino de sentimientos y ¿amor? Imposible.

El rubio volvió en sí, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y sedetuvo.

Durante unos minutos se miraron. A hermione la volvían loca esoshermosos ojos grises, y al él le encantaban los de ella, color chocolate.

La castaña se sentó en la cama, tratado de recuperar el aire a causa deese beso.

- ¿Qué hasido eso Malfoy? - preguntó confundida hermione.

- No tengoidea Granger
- contestó él, mas confundido que ella.

- Tal vez

- ¡no lodigas! - la interrumpió - es imposible, tu y yo somos enemigos.

- Solo digoque tal vez
- él le puso un dedo en su boca.

- Somosenemigos. Blanco y negro. Agua y aceite. Tu eres la Z yo soy la A. Somos muydiferentes, somos como perro y gato - puntualizó.

Después de escuchar las palabras del chico, Hermione salió de la cabañaa toda prisa. Necesitaba pensar, estaba muy confundida. Este día había sido muyconfuso.

Draco tenía razón, ellos eran como perro y gato. Polos opuestos. Pero
los opuestos se atraen, ¿o no?


SE QUE ES DEMASIADO CORTO, PERO ANDO SIN TIEMPO. COMENTEN SIN PUEDEN. BESOS, AGOS.

Draco observó salir a la castaña de la habitación. El se sentó en sucama, donde antes había estado la chica.

¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué había besado a la sangre sucia? ¿Acasosentía algo por ella? Imposible.

Al principio el beso había sido para demostrarle a Granger porque todaslas chicas, incluso ella según Draco, se morían por estar con el príncipe deSlytherin. Pero luego
algo había cambiado. Cuando hermione respondió al beso,no lo hizo como el rubio esperaba. Lo había hecho de una forma sensible,cariñosa, al contrario de las otras chicas, que solo lo besaban con dureza, yaque solo deseaban una noche con él.

 

Malfoy sabía que la castaña no era como las otras chicas. Ella era másinteligente, más sabionda y mucho más difícil de persuadir. También sabía queno era muy fácil obtener su atención, por eso el siempre la insultaba, no soloporque le encantaba verla furiosa, sino para que la chica le prestara atención.

Pero ahora se daba cuenta de que también tenía algo diferente a lasotras chicas. Ella no buscaba solo una noche, o solo un beso con alguien. Ellaquería algo enserio. Era la única que no se moría por los besos de draco, laúnica que no deseaba tenerlo cerca, la única que lo veía por lo que realmenteera, en vez de por lo que tenía, era la única que lo hacía sentir celos, laúnica que besaba de esa manera.

No podía negarlo, quizá no sabía porque, quizá no sabía cómo, quizá nosabía cuando, pero tenía que admitir que comenzaba a sentir algo por la sangresucia. No estaba seguro de si era amor, ya nunca había estado realmenteenamorado, pero si estaba seguro de que era algo que no había sentido pornadie, ni siquiera por Pansy.

Entre tantas divagaciones, el rubio se quedó dormido. Y se despertó ala mañana siguiente, con el sol entrando por la ventana y penetrando en los poros de su piel albina.

Caminó hasta el castillo. Cuando llegó se dirigió al gran comedor adesayunar.

Pansy le hizo una seña para que se sentara junto a ella, pero el laesquivó y se ubicó junto a Blaise Zabinni y Theodore Nott.

Pero no probó bocado alguno. Sus tostadas con huevos y su jugo decalabaza permanecían intactos, mientras el observaba hacia la mesa deGryffindor, donde una castaña reía animadamente con sus amigos y era acariciadapor la comadreja Weasley.

Los celos volvieron a la mente de draco, quien apretaba con muchafuerza el tenedor contra la mesa, de hecho, el cubierto estaba a punto dequebrarse.

Observó como el pelirrojo besaba a hermione, lo que hizo que semolestara y luego la vio salir del gran comedor.

Sin saber porqué, el también se levanto y caminó hasta que encontró ala castaña en la biblioteca, leyendo un libro de Artes Oscuras.

- Granger -saludó.

- Malfoy -contestó ella, sin quitar la vista de su libro.

- ¿ahora vasa ignorarme? - le preguntó, quitando el libro de las manos de la castaña.

- Yo no teignoro malfoy - respondió ella, con indiferencia.

- VamosGranger, acéptalo, te encanto mi beso - le dijo con una sonrisa de suficiencia.

- Yaquisieras Malfoy
- Draco rió.

- ¿Por qué tecuesta tanto aceptar que me amas? - bromeó, aunque deseaba que fuera cierto.

- ¿Por qué tecuesta tanto entender que te odio? - Traverso ella, mirándolo fijamente.

- Dices queme odias, pero sé que no lo sientes - le dijo muy seguro de sus palabras.

- ¿y cómosabes tú lo que yo siento? - le preguntó Hermione, un poco desafiante.

- Porque yolo sé todo - respondió el rubio - escondes tus sentimientos detrás de un libro,me ignoras, me insultas, porque tienes miedo de admitir que te atraigo. - lacastaña se tensó.

- Si lo ponesde ese modo, entonces yo también te atraigo a ti - lo engatusó ella. Dracotragó saliva, lo había atrapado con sus propias palabras.

 

- Nunca dijeque no me sintiera atraído hacia ti - le dijo, acercándose más a Hermione.

- Ma
Malf
Malfoy ¿Qué? - pero no la dejo terminar, de nuevo puso sus labios en los deella.

Al principio la castaña trató de zafarse de las manos del rubio,ubicadas en sus mejillas. Pero luego comenzó a responder el beso. Dracointrodujo su lengua en los labios de Hermione, logrando que el beso se volvieramás apasionado.

Comenzó a acariciar el cuerpo de la chica, por encima de su ropa. Olíaa miel y a coco, era tan dulce. Por otra parte, ella también acariciaba laespalda de Draco, y se maravilló con lo bien formados que estaban los músculosy el pecho del rubio. El quidditch había dado sus frutos. Ahora entendía porquetodas se morían por él.

Poco a poco se fueron despegando, para poder tomar aire. Hasta que susrostros quedaron solo a centímetros, mientras que sus cuerpos continuabanpegados.

- Granger
yano tengo la fuerza suficiente para alejarme de ti - le susurro en el oído de lacastaña, un poco apenado.

- Entonces nolo hagas - le suplicó Hermione.

- Somosenemigos
- razonó él. La chica lo miró.

- Tal vez
podríamos ser amigos - le dijo con mucha sinceridad, aunque deseaba algo mas.

- ¿Amigos? -preguntó sin poder creerlo, ella asintió - Los amigos no hacen esto - bromeó yluego volvió a besarla, por unosminutos.

- ¿entoncesque somos? -le preguntó Hermione. Enemigos no, era obvio. Pero tampoco amigos,los amigos no se desean unos a otros.

- Amigos conderechos - declaró el. Granger sonrió y luego ambos se dieron otro dulce beso.

- Tengo queirme - le dijo Draco con un dejo de tristeza en su voz.

- También yo,tengo clases de Transformaciones.

- Te veréesta noche en la cabaña - se despidió, le dio un último beso y luego cada quiense fue por su lado


COMENTEN SI PUEDEN. ATTE: AGOSTINA.

Holaaa. como estan? espero que les guste el nuevo cap. quiero comunicarles que ya estoy creando nuevos capitulos con las ideas que ustedes me dieron, en unos dias podran leerlos aqui. tambien quiero agradecer a todos los que comentan siempre que pueden y a los 105 que tienen esta historia en favoritos. sin ustedes este fic no existiría. bueno, ahora me voy los dejo para que lean. besos, agos.

PD: NO OLVIDEN COMENTAR (:


Una semana más había quedado atrás. Ahora tan solo faltaban dos paraque Hermione y Draco pudieran volver a sus respectivas casas.

Aunque, ahora ya no era tan malo.

Hermione continuaba durmiendo en el sofá, mientras que Draco estabacómodo en la cama, que había ganado a través de una absurda apuesta. AunqueHermione prefería eso antes que dormir con el chico. ¿O no?

Últimamente, la castaña se sentía muy confundida. Ya no sentía por Ronlo que sentía hace un año. Era como si su corazón lo estuviera olvidando, comosi tratara de borrar al pelirrojo. Y en su lugar estaba entrando
¿Malfoy? Esoera imposible, el era su enemigo.

Aunque hace una semana se habían estado viendo secretamente entreclases. Según el rubio eran "Amigos con derechos" pero a ella no la convencíamucho eso. Hermione no era como las otras chicas, las relaciones serias ibanmás con ella.

Por eso estaba en una relación con Ronald. Ron
se sentía tan culpable.Era su mejor amigo desde los once años, y ella lo engañaba de este modo. Y conMalfoy, Malfoy que se suponía que era su peor enemigo.

 

Ron no se merecía eso. El se merecía a una chica que realmente loamara, a alguien que lo quisiera completamente y estuviera con él y con nadiemás.

La castaña se sentía una basura. Engañando a su novio, saliendo con élcuando ni siquiera le gustaba.

Por su parte, Draco explotaba de los celos.

El sabía que Hermione solo era un pasatiempo. El podía tener todas laschicas que deseara, pero solo quería estar con una. Y justo aquella chica, erasu peor enemiga, la única a la que no podría tener, la única que no lo deseaba,no lo amaba, como las otras chicas. La única por la que él sentía algo.

Pero ¿Qué sentía por Granger? No estaba seguro. El no creía en el amor,su padre le había enseñado que el amor era solo una pérdida de tiempo, que lasmujeres solo servían y habían sido creadas para dar herederos, cuidar la casa yestar tras la cocina.

Pero Hermione
ella era diferente. Ella lo besaba de una forma quenadie lo hacía, ella era la única capaz de provocarle celos, era la única quelo dejaba queriendo mas. No estaba seguro de qué, pero sentía algo por esachica de cabello castaño enmarañado y ojos color café.

Estaba sentado almorzando en el gran comedor. Desde su mesa podíaobservar a Granger, que estaba sentada de espaldas a él y al lado de lacomadreja.

Podía ver como charlaba animadamente con él, como se reían, como él ledaba besos en sus mejillas y en sus labios, todo eso lo ponía muy celoso yodiaba sentirse así.

Hermione solo le pertenecía a él, solo seria de él y de nadie más. Noestaba dispuesto a compartirla con nadie y menos con el pobretón de Weasley.

- ¡Oh no! -exclamó la castaña, con una mano en su cabeza.

- ¿Qué pasaHermione? - le preguntó Ginny, preocupada.

- He olvidadorecoger un libro en la biblioteca, lo necesito urgente - le dijo, y se levantóde la mesa.

- ¿quieresque te acompañe? - preguntó Ron, aunque no le gustaba para nada perderse elalmuerzo.

- No,descuida, puedo ir sola - lo tranquilizó y luego salió del comedor.

Se subió en la escalera para recoger un libro que estaba en el estantemás alto. Aun así, tuvo que ponerse de puntillas para alcanzarlo. Lo tomó,estaba a punto de resbalarse cuando alguien la tomó de la cintura.

- Ten cuidadogranger - le advirtió Malfoy, sonriente.

- Gracias¿Qué haces aquí? - le preguntó, ojeando su libro.

- Solo vinepor algo para leer - le explicó - ¿vivieron felices y comieron perdices? -preguntó irónicamente, mirando el libro que sostenía Hermione.

- Si, un granlibro - contestó ella, admirando el objeto.

- Es untítulo tonto - se burlo Draco - vivieron felices y comieron perdices - citó conalgunas risitas.

- ¡Claro queno! - exclamó la castaña - Es muy interesante.

- Como túdigas - aceptó - Tengo que hablar contigo - le comunicó.

- ¿Quéocurre? - pregunto Hermione, preocupada. Draco se fijó que no hubiera nadieespiándolos.

- Los celosme consumen Granger - le dijo apenado, agachando la mirada.

- ¿celos? ¿dequién?

- De Weasley,no soporto que te toque. - dijo irritado, con las manos en forma de puños.

 

- El es minovio - se defendió Hermione.

- Sí, pero yoquiero ser el único al que tú beses, quiero ser el único - le pidió. La castañase sorprendió.

- Creí queéramos amigos con derecho solamente - puntualizó la chica.

- MiraGranger, no estoy seguro de qué ni porque, pero siento algo por ti - le explico- y quiero tenerte solo para mí. Quiero ser el único en tu vida.

- Malfoy, nosoy tu juguete - le dijo ella, un tanto irritada - Y no me vengas con esoscuentos. Tú quieres tenerme en tu poder, como a todas las chicas de Hogwarts,pero yo no soy tan fácil. Yo quiero algo enserio, no soy tu juguete - lerepitió.

- Es muy prontopara que tengamos algo enserio, ni siquiera sé que siento por ti.

- Pues cuandolo averigües avísame - le dijo - hasta entonces olvídate de mí. - intentómarcharse, pero el rubio la tomó del brazo y la jaló hasta que sus rostrosquedaron a centímetros. - ¿Cuál es tu problema Malfoy?

- ¡Eres túGranger! - exclamó el y luego le dio un beso, utilizando mas fuerza de lanecesaria, pero Hermione le pegó una cachetada.

- ¡No soy tujuguete Malfoy! - le gritó - Déjame en paz - le exigió y luego se fue, peroesta vez nadie la detuvo. Draco estaba atónito.

Era la primera muchacha que le había negado un beso a él, el príncipede Slytherin. Era la primera que se resistía. Verdaderamente Granger era única,era distinta a todas las otras chicas y sobre todo, era mucho más difícil. Yeso a Draco le encantaba

Holaa, como estan? como veran estoy usando las sugerencias que ustedes me dieron :) este cap.es corto, perdonen esque ando sin tiempo, prometo que el proximo será largo jeje. bueno, no olviden comentar. me voy, besos, agos.



En la torre deSlytherin, Pansy lloraba en su cama desconsoladamente, no podía creer que Dracohubiera terminado su relación. Después de todo lo que ella había hecho por él.

Desde su primer día en Hogwarts había intentado hacerse amiga delrubio. Hacía todo lo que él le pedía, lo ayudaba con sus deberes y otrosproblemas. Hasta se había unido a voldermort, cuando éste aun estaba vivo, solopara poder pasar más tiempo con Malfoy. Se había acostado con él un millón deveces para satisfacer sus necesidades, lo había apoyado en todo, odiaba a susenemigos, le había confesado su amor hacia él y así se lo pagaba.

Pero Pansy no era estúpida. Ella sabía que los cambios en el chico yque el hecho de que la dejara se debía a que Draco estaba interesado en alguienmás. Pero
¿en quién? No estaba segura, pero pronto lo averiguaría. Seguiría aMalfoy como si fuera su sombra y así descubriría porque tanto misterio.

Pero no fue hasta la semana siguiente que empezó a contemplar loshechos.

Draco desaparecía de entre clase y clase. ¿Adónde se iba?

Después de la clase de Defensa contra las artes oscuras, pansy decidióseguirlo, para ver en qué andaba metido el rubio y con quien andabametido.

Caminaron hasta el segundo piso, la pelinegra lo seguía por detrástratando de hacer el menor ruido posible. Llegaron hasta la biblioteca ¿Quéhacía él ahí?

Draco entró. Pansy entreabrió la puerta y en silencio se puso aobservar. Pasado un rato su sorpresa fueaun mayor y casi se desmaya.

Draco... ¿con granger? ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso todos en el castillose habían vuelto locos? ¡Ellos eran enemigos! Y
y ahora ¡se besaban! Si, ¡Sebesaban! Esto era imposible

 

No aguantó más la rabia y salió de allí. Asique la sangre sucia era laculpable de todo, Granger había hecho que Draco terminara con ella, por suculpa ella estaba sola y deprimida. Pero esto no se iba a quedar así, Pansy ibaa tomar venganza

Al caer la noche, Hermione salió de la biblioteca y se dirigió a lacabaña. No había cenado, había estado ocupada leyendo libros. Eso era lo quehacía en los momentos confusos, como cuando no sabía qué era lo que sentía porRonald, solo que esta vez, no era un chico pelirrojo, sino uno rubio y de ojosgrises, Draco Malfoy.

Todo el trayecto se la pasó pensando en las últimas palabras de Malfoy.<< Quiero ser el único >> pero
¿Quién se creía para pedir eso? Élera el menos indicado, pues cada día estaba con una chica diferente.

Caminaba tranquilamente, ya está cerca de la cabaña, cuando escuchóunos pasos detrás de ella.

- Malfoy, noestoy para bromas - dijo sin mucho humor - ¿malfoy?

- CRUCIO - seescuchó fuertemente.

Hermione cayó al piso y comenzó a retorcerse de dolor. Sentía que cadaparte de su cuerpo se rasgaba, como si le estuvieran arrancando la piel.También sentía que sus órganos se quemaban. Gritaba, gritaba y gritaba, peronadie la ayudaba. Y lo peor era que ni siquiera sabía quién le había lanzado elmaleficio.

Entonces se oyó una voz a lo lejos. La castaña la identificó, eraDraco. En ese momento el dolor paró, aunque su cuerpo le dolía muchísimo, y lapersona que lo había provocado desapareció.

- ¡Granger! -escuchó como gritaba Malfoy. Después lo vio arrodillado ante ella.

- Mal
Mal
foy - articuló. No tenía fuerzas para nada, se sentía muy débil.

- Te llevarea la enfermería - le dijo el rubio, se notaba que estaba preocupado.

- No qui
eromo
rir - supliqué entre susurros. Él la tomó en sus brazos y comenzó acaminar.

- Descuida,no te pasará nada - la tranquilizó. Y fue lo último que escuchó antes dedesmayarse.

*Draco Malfoy*

Entre corriendo a la enfermería, con Hermione en mis brazos.

Un momento ¿desde cuándo la llamaba Hermione? Bueno, eso ahora noimportaba. Ella se estaba muriendo y yo no podía pensar en esas cosas en estemomento. Aunque siempre me había parecido lindo su nombre, a pesar de ser unomuggle.

- ¿Qué leocurrió? - pregunto madame pomfey, ayudándome a llevar a Granger a una camilla.

- No lo sé,la encontré así en el bosque - le conté, sin saber porque, comencé a derramaralgunas lagrimas.

- Creo que lehan lanzado un maleficio - comunicó un poco preocupada - debo examinarla, porfavor sal de aquí y llama a la directora - me pidió y yo así lo hice.

Llegué corriendo aldespacho de McGonagall, y hasta entre sin tocar, lo que la disgustó mucho. Perono dijo nada al ver mi aspecto.

- ¿qué estápasando señor Malfoy? - preguntó con mucha preocupación.

- Hermionegranger está muy grave, se encuentra en la enfermería, le han mandado unmaleficio - le expliqué, y juntos salimos rápidamente de allí.

Estaba furioso, porque al llegar había entrado la directora, pero a míno me habían permitido pasar a ver a mi Hermione. Un momento
¿mi hermione? ¿Desdecuándo? Esto me estaba volviendo loco.

 

Estuve sentado afuera por una hora. Una larga, desesperante ypreocupante hora, en la que, sin saber porque, no había dejado de derramarlágrimas.

Entonces vi como sus amigos, Potter, los hermanos Weasley y Lovegood seacercaban preocupados.

- ¿Qué hacesaquí Malfoy? - preguntó la comadreja, al verme.

- Yo traje aGranger hasta aquí - les comuniqué, tratando de ocultar mis lagrimas.

- Apuesto aque fuiste tú quien le hizo esto - me acusó el estúpido de Potter.

- ¿yo? ¡Claroque no! ¡Yo estaba en la cabaña! - me defendí - Además, yo no le haría eso.

- ¿Por quéhabríamos de creerte? Y si serias capaz, después de todo tu la odias - me dijo,muy seguro de sí mismo.

- ¿y quesabes tu sobre lo que yo siento por ella? - exclamé enfadado, sin pensar queestaba hablando más de la cuenta. El bufó.

- Sé que laodias - replicó Potter. Yo estaba arto de discutir, asique me fui de allí.

Esa noche no pude pegar un ojo, pensando en cómo estaría Hermione. Yahí estaba, de nuevo la llamaba por su nombre. ¿Qué me ocurría?

Y al día siguiente, me fue peor. No presté atención en ninguna clase,de verdad que estaba preocupado. Yo nunca me había preocupado así por nadie, nisiquiera con mi madre. Pero
¿Por qué con ella sí? No sabía que estaba pasando,pero me estaba dando cuenta de que tal vez ella si me importaba, me importabamás que lo que yo creía o de lo que me gustaría.

Quería verla, no soportaba más sin saber sobre ella. Potter y Weasleytenían práctica de Quidditch, asique no me lo pensé dos veces y fui corriendohasta la enfermería.

Madame pomfey me permitió pasar, y yo me senté al lado de su camilla, aobservarla. Se veía igual de hermosa que siempre, solo que ahora estaba pálida.Sus mejillas ya no eran tan rosadas como antes y su rostro había perdido elbrillo.

Una semana más había transcurrido, y Granger aun no despertaba. Mi preocupación crecía cada vez más. Nopodía dormir, mis dedos estaban por quedarse sin uñas y mis ojos estabanhinchados de tanto llorar.

Iba a visitarla todas las tardes, cuando sus amigos no estabandisponibles para verla. A veces hasta le hablaba, la insultaba, con laesperanza de que ella se despertara y respondiera a mis insultos, con esa rabiay esos gestos que tanto me gustaban.

Estaba tan sumido en mis pensamientos, en mis palabras y en mislágrimas, que no me había dado cuenta de que McGonagall estaba sentadaobservándome.

- ¿Qué haceaquí? - pregunte curioso y a la vez avergonzado por lo que hubiera podidoescuchar.

- He estadoaquí todos los días, escuchando lo que dices, observándote - me dijo, yo meruborice - sabe señor Malfoy, no soy experta en los adolescentes, pero
yodiría que usted la quiere.

- ¿de verdad?- pregunté, porque ni yo sabía cómo me sentía respecto a ella.

- Así es -confirmó- la forma en que le hablas, la forma en que la cuida, la forma en laque te preocupas por ella
perdone si me equivoco, pero estoy segura de queusted la ama.

En ese momento algo hizo "click" dentro de mí. Ahora lo comprendíatodo. Ahora sabía porque pensaba siempre en Hermione, ahora sabia porque sentíacelos, ahora comprendía porque la quería solo para mí, ahora entendía todo loque ocurría. Yo la amaba, la amaba más de lo que creía y a la vez más de lo queme gustaría.

 

- Si
la amo- confesé, muy seguro de mis palabras y mis sentimientos.

- ¿y porqueha esperado a que ella esté en este estado para admitirlo? - me preguntó, concuriosidad y mirándome perspicazmente.

- Porque
elorgullo me impidió darme cuenta de lo que sentía por ella - le expliqué,Minerva solo asintió y luego se levantó, dispuesta a marcharse - por favor, nose lo diga a nadie - le pedí.

- Descuide,su secreto está a salvo conmigo - me tranquilizó. Y luego se marcho, dejándomesolo con Hermione.

Tomé su mano, puse mis labios en sus oídos y susurre: "te amo".Esperando que ella pudiera oírlo y así despertara.



NO OLVIDEN COMENTAR (:

Es fácil sentir queestas completamente solo. Sentir que nadie sabe, lo bueno que eres. El bienestá dentro de ti, está tratando fuertemente de salir a la luz. Tal vez es tutiempo de levantarte y volar, no lo sabrás si no lo intentas. Estaré contigotodo el camino, estarás bien. No dejes que nadie te diga que no eres losuficientemente fuerte, no te rindas, no hay nada malo en ser tú mismo. Quieresser conocido, quieres ser escuchado, sabes que eres hermoso, tienes mucho paradar. Quieres vivir algunos cambios, asique grítalo y muéstrate, tienes undiamante dentro de tu corazón, una luz que brilla como las estrellas, no tengasmiedo de ser todo lo que eres, estarás bien. No te puedes sentar y ver el mundocambiar, lo que tu tengas que decir también importa, no hay nadie más que puedaocupar tu lugar, asique vamos, nunca es muy tarde. Tal vez es tiempo delevantarte y volar, no lo sabrás si no lo intentas.

*Hermione Granger*

Me encontraba en un sitio vació. Todo era blanco y no había nada a míalrededor. Trataba de moverme, pero era como si mis pies estuvieran clavados aun suelo que no existía. También intentaba hablar, pero de mi boca no salíanpalabras.

¿Dónde me encontraba? ¿Qué me había ocurrido? ¿Por qué estaba en aquelsitio? ¿Y Malfoy? Un momento ¿Qué tenía que ver malfoy en esto? Y ¿Por quéestaba pensando en él? Definitivamente esto no era normal.

El tiempo allí se me hizo eterno, no tenía idea de que hora era ni quedía, tal vez llevaba años en ese lugar. Me sentía como si estuvierainconsciente.

Entonces, comencé a escuchar como alguien a mí alrededor murmurabapalabras. Pero
¿Quién era? En ese lugar no había nadie más, solo me encontrabayo.

- ¡Eres unaestúpida! ¡Sangre sucia! ¡te odio! - me gritaban, pero yo no sabía quién era.Miraba hacia todos lados buscando al dueño de esa voz, pero estaba sola. -Vamos Granger, ¡despierta! ¡insúltame! - imploraba. Entonces lo reconocí, eramalfoy, solo él me llamaba así.

Intenté hablar, que él me escuchara, aunque sea quería insultarlo comoél me pedía, pero nada. Estaba sola y muda, las palabras se quedaban atoradasen mis labios.

Entonces escuché otras voces. Las reconocí al instante: Harry, Ron,Ginny, luna y la directora McGonagall.

¿En donde se encontraban? Quería ir con ellos, pero a pesar de no podermoverme, no los veía por ningún lado.

El tiempo continuaba transcurriendo, yo no sabía si eran días, semanas,meses o años, pero cada vez me desesperaba más. Lo único que siempre me hacíasentir más tranquila, era cuando escuchaba los insultos u otras palabras de Malfoy, me hacía sentirque todavía estaba en casa.

 

El tiempo en este lugar me había servido para reflexionar algunas cosas.Necesitaba saber que era lo que me pasaba y necesitaba aclarar mi mente y missentimientos.

Hasta que al fin lo descubrí. Me costaba admitirlo, pero ya se estabavolviendo demasiado obvio y no podía continuar escondiéndolo. Tal vez engañaraa los otros, pero a mí misma no. Y con todo mi pesar, descubrí porque ya noquería a Ron, es decir, lo quería pero solo como amigo. También descubrí porquesiempre discutía con Malfoy y a la vez porque me encantaban sus besos, porque siempre quería escucharlo, aunque seacuando me insultaba y porque no dejaba de pensar en él, porque
lo amaba.

Sí, me constaba admitirlo pero era cierto, estaba enamorada y no decualquier persona, estaba enamorada de mi enemigo, del chico al que habíaodiado por muchísimos años, pero que tan solo en un día me había conquistado.

En ese momento todo comenzó a desvanecerse. El lugar blancodesapareció, y yo volví a sentir, sentía mi cuerpo, me sentía capaz de movermey capaz de hablar, pero a la vez también me sentía muy débil.

Pude notar como alguien tomaba mi mano. Sentí una sensación de alivio,estaba viva y tenía el control de mi cuerpo.

En unos pocos segundos pude descubrir quien sostenía mi mano. Solo unapersona tenía la piel tan fría, solo una persona me tomaba así, solo unapersona causaba esas sensaciones en mí: Draco Malfoy.

Sentí un cosquilleo en mi oreja, al parecer sus labios se encontrabanallí. Entonces lo escuché susurrarme algo que hizo que mi corazón diera unvuelco y comenzara a latir velozmente.

- Te amo - mesusurró muy sinceramente. Yo no podía creerlo, Malfoy me amaba.

En ese momento me sentí segura de mi misma. Abrí mis ojos y lo vi. Tanhermoso, con su cabello rubio despeinado, con sus hermosos labios, unos ojosllorosos pero a la vez de un color gris que me hacia perderme en ellos.

- Yo tambiénte amo - le dije con dificultad, ya que aún estaba débil. Él me miró sorprendidoy luego sonrió.

- Hermione -me sonrojé al escucharlo llamarme por mi nombre - ¡Despertaste!

- ¿Qué meocurrió? - pregunté, intentando moverme - ¡AY! - grité, me dolía todo.

- Alguien telanzó un cruccio en el bosque, estas muy lastimada - me explicó un pocoenfadado con aquella persona - Yo te traje hasta aquí.

- Gracias porsalvarme.

- No fuenada, no podía dejar que algo te pasara, no sé qué sería de mi sin ti - hablabade una forma tan tierna, no podía creer que fuera Malfoy.

- ¿de verdadme amas? - le pregunté un poco sonrojada.

- Si Hermione- respondió sinceramente - ¿y tú?

- Aunque mecueste admitirlo, si - dije muy segura y a la vez un poco avergonzada - ¡medijiste Hermione!

- Si quiereste digo Granger - bromeó, tomando mi mano y mirándome con esos ojos grises queme volvían loca.

- No Draco,Hermione está bien - le dije irónicamente, el me besó la frente.

- Sé que noes el mejor momento - comenzó - pero
Hermione Jean Granger ¿quieres ser minovia? - me preguntó, arrodillado ante mi camilla. Yo reí y me puse roja.

- Claro quesí, Draco Lucius Malfoy - contesté con una sonrisa. Después, el se acercó a míy me besó. No podía estar más feliz.

 

Hazme un favor, dime que es lo que piensas sobre mí, dime como quieresque sea esto. Sal de tu mundo y solo, sueña. Pinta un cuadro, elije los coloresmás sabios, especialmente los que te gustaría colocar en mi mente. Imagínate loque sería tocar el cielo
Tú tienes mi cabeza en las nubes, tú me haces pensaren voz alta. Dime tu mayor sueño sobre mí, y lo que yo más creo, que nada estáfuera de nuestro alcance. Asique sueña, sueña y sueña. Tú me estás dando lafuerza para intentarlo, ¿sabes qué? Creo que hay felicidad en nuestras vidas.

*Hermione Granger*

Al día siguiente, Ron y Harry vinieron a buscarme a la enfermería. Porfin me habían dado el alta, aun sentía dolor en mi cuerpo, pero no era tangrave, podría controlarlo.

Ronald, al verme de pie, se acercó y me besó. De nuevo esos besos a losque respondía como un robot, y cada vez que el me besaba yo solo pensaba enDraco.

Decidí que no podía continuar jugando a dos puntas. Yo estaba segura deque amaba a Draco, ese atractivo rubio de ojos grises, asique hoy mismoterminaría con Ron. Además, mi nuevo novio era muy celoso, y no quería que seenfadara por verme con el pelirrojo.

Los tres nos dirigimos al Gran Comedor, era la hora del desayuno.

Disfruté mucho las tostadas con huevos y el jugo de calabaza, ya quehabía pasado mucho tiempo inconsciente y sin comer, eso me había dejadohambrienta.

Se senté del lado opuesto de la mesa, de modo que podía echar unvistazo hacia Slytherin, y así ver como mi rubio me sonreía y no paraba demirarme. Eso hizo que me sonrojara, al parecer Draco lo notó y comenzó a reírse.

Al terminar el desayuno, tenía un periodo libre antes de mi clase deAdivinación, asique decidí hablar con Ronald, por mucho que le fuera a dolertenía que terminar nuestra relación.

- Ron ¿puedohablar contigo? - le pregunté, un poco temerosa.

- Sí, claroHermione - respondió él. Lo tomé de la mano y caminamos hasta una ventana,donde nos sentamos y él me miró, esperando a que yo hablara. Busqué laspalabras adecuadas y luego me dispuse a hablar.

- Ronald yo
quiero terminar nuestra relación - le dije sincera y directamente, el me miróatónito.

- ¿quieresterminar? - estaba triste, sus ojos estaban llorosos, en cualquier momentosoltaría una lagrima - ¿Por qué? - Tenía que contestarle con la verdad, elnecesitaba saberlo.

- Yo
yo meenamoré de alguien más
- confesé un poco apenada. Le estaba causando muchodaño a mi amigo. El se quedó callado por unos minutos.

- Comprendo -dijo al fin - Supongo que no puedes decirme quien es - yo asentí - Quien quieraque sea es muy afortunado.

- GraciasRon, pero
¿podemos seguir siendo amigos?

- ClaroHermione, - me dijo tranquilamente - Nos vemos después - finalizó. Y se fue,caminando cabizbajo.

Me sentía una mala persona. Pero peor hubiera sido no decirle nada, noquería lastimarlo, asique era mejor decirle la verdad. Después de todo,podíamos seguir siendo amigos. Eso me ponía feliz.

Tomé mis libros y me dirigí a la clase de adivinación, pensando en queestaría haciendo Draco en ese momento, y ansiosa por contarle que ahora solo lepertenecía a él.

*Draco Malfoy*

El profesor de Filosofía se había tomado el día libre, ya que teníaunos asuntos que atender. Por lo tanto, tenía una hora libre.

 

Pensé en buscar a Hermione, pero seguramente ella si estaba en clases.Asique me dirigí a la sala común de Slytherin con mi mejor amigo Blaise.

Cuando llegamos, nos sentamos frente al fuego, listos para conversar.

- Bueno,cuéntame - me instó el, yo no sabía si decirle o no.

- Júrame queno dirás nada - le dije, el asintió, entonces yo le conté todo lo ocurrido conhermione y lo mucho que la amaba. Al finalizar la historia, el se quedóimpresionado.

- Vaya, nuncate he visto así por ninguna chica - confesó impresionado - si que te tieneloco. ¿de verdad la amas?

- Más que ami propia vida - le dije, sin dudarlo. El suspiró.

- Bueno, deboirme - me dijo, yo no sabía que traía entre manos.

- ¿A dónde? -pregunté con curiosidad. El se puso un abrigo y luego me miró.

- Iré aLondres Muggle, estoy aburrido asique haré mi pasatiempo - me explicó. Yo mequedé helado, el pasatiempo de Blaise era lastimar y/o torturar muggles.

- Blaise, noestoy de acuerdo con eso - le reproché, el me miró con las cejas fruncidas.

- ¿acasoGranger te convirtió en un bobo? - me preguntó, yo me enfadé.

- No, túsabes que eso nunca me pareció correcto - me defendí - y ahora que mi padreestá en azcaván, he decidido cambiar.

- Comoquieras Draco, yo me voy - se despidió. Se paró frente a la chimenea con unpolvo Flú, murmuró "Londres Muggle" y luego desapareció. Yo suspiré.

Al terminar todas mis clases, me dirigí a la cabaña. Cuando entré ellaya estaba allí, tan hermosa y como siempre leyendo un libro, que soltó al vermeentrar.

Se acercó a mi muy contenta y me dio un pequeño beso en los labios.

- Te tengouna noticia - me informó con una sonrisa pícara, esa sonrisa que me volvíaloco.

- ¿Cuál? -pregunté muy intrigado.

- Terminé conRonald - me conto. Yo la tome de la cintura y la alcé en el aire, eso queríadecir que ahora ella solo me pertenecía a mí.

- Entonceshay que celebrarlo - dije muy contento.

Levanté mi varita e hice aparecer una mesa, con dos sillas, comida ybebidas deliciosas frente a nosotros.

- Seranuestra primera cita - anuncié. La tomé de la mano y la llevé hasta su silla,Hermione se sentó y yo, como todo un caballero, la acerqué a la mesa y luego mesenté frente a ella.

Comenzamos a comer. Charlábamos y reíamos por las cosas que noscontábamos. La amaba tanto, ella era perfecta, era tierna, dulce, inteligente yhermosa, todo lo que un chico buscaba. Yo tenía mucha suerte, y me arrepentíade no haberme dado cuenta antes.

Ahora éramos novios oficialmente. Hermione había terminado con Weasley,y ahora estaba comenzando conmigo.

Después de eso, Hermione y Draco no desperdiciaban su tiempo juntos.Les quedaba solo una semana más en la cabaña, asique lo aprovechaban al máximo.

Cuando estaban en periodos libres, se juntaban en la torre deAstronomía, el lugar favorito del rubio, para pasar el tiempo juntos. Cuandocenaban en el gran comedor, no se quitaban los ojos de encima. Y a la noche,dormían los dos juntos y abrasados en la cama.

Todos necesitaninspiración, todos necesitan un alma. Una hermosa melodía, cuando la noche estátan sola. Porque no hay ninguna garantía, de que esta vida es fácil. Cuando mi mundo se está desmoronando, cuandono hay luz para cubrir la oscuridad, es cuando yo te miro a ti. Cuando las olasinundan la costa y yo no puedo encontrar mi camino a casa, te miro. Cuando temiro, veo el perdón, veo la verdad. Tú me amas por lo que soy, como lasestrellas mantienen a la luna. Justo allí es adonde pertenezco y se, que noestoy sola. Tu pareces un sueño para mí, al igual que un caleidoscopio decolores me cubre, eres todo lo que necesito, cada aliento que respiro. ¿No losabes? ¡Eres hermoso! Cuando las olas inundan la costa, y yo no puedo encontrarel camino a casa, entonces es cuando te miro.

 

Hermione se despertó al sentir los rayos de sol penetrando su piel.Observó por unos minutos a Draco, durmiendo plácidamente a su lado. Parecía unángel, aun no podía creer que ese hermoso chico le perteneciera a ella y quecorrespondiera a su amor.

Se vistió, aun era muy temprano, pero se dirigió al gran comedor paradesayunar.

Era una de las primeras en la mesa de Gryffindor. Permaneció allí,leyendo "el profeta", hasta que mas alumnos comenzaron a llegar y el desayunoestuvo sobre servido.

Ginny, Ron, Harry y Luna charlaban animadamente, pero ella solo leprestaba atención a un rubio, que la miraba con sus ojos grises desde la mesade Slytherin.

El ruido de las aves trayendo el correo la saco de su ensimismamiento.Un montón de lechuzas comenzaron a volar, entregando paquetes a todos losalumnos presentes. Hasta una carta calló en las manos de la castaña. La abriómuy curiosa y comenzó a leer:

Hermione:

Me he comprado una lechuza, ya que tengo que darteuna noticia muy importante y triste a la vez. Tu padre está internado en elhospital, su estado es muy grave. No sabemos que le pasó, lo encontraron así enmedio de un callejón. Esto ocurrió hace unos días, lamento no habértelo contadoantes, es que no tenía con que mandártelo. No te preocupes, los médicos estánhaciendo lo posible por ayudarlo. Cuídate, te quiero.

Tu madre, Jean Granger.

Hermione soltó bruscamente la carta. No podía creer las palabras de sumadre. Unas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

- Hermione¿te encuentras bien? - le preguntó Ginny, tomando su mano.

- No -masculló. Se levantó bruscamente de la mesa y salió corriendo del gran comedor.

Desde la otra punta del salón, Draco observó como su novia se iba conunas cuantas lagrimas en su rostro. Esto hizo que se preocupara. Sin pensarlo dos veces, el también se levantó ycorrió tras Hermione.

La encontró en el fondo de un pasillo oscuro, sentada en la ventana,llorando desconsoladamente y con una carta en sus manos.

Se acercó a ella, se sentó a su lado y la abrazó fuertemente.

- ¿Qué ocurremi amor? - le preguntó con preocupación, secándole algunas de sus lagrimas.

- Mi
mipadre
- titubeó la castaña - mi padre
está a punto de morir

- ¿Qué? ¿Porqué? ¿Qué le pasó? - el rubio no soportaba verla en ese estado.

- No losaben, lo encontraron así en un callejón - le contó, Draco enmudeció - ¿Draco?

- S-si estoybien - le dijo, volviendo en sí - descuida, él se recuperará.

- No, estámuy grave, no creo que se recupere - sollozaba Hermione, estaba muy triste.

- Hermione,mírame
- le pidió el rubio, la castaña levantó la cabeza y se quedó perdida enesos hermosos ojos grises. - Tu padre se repondrá, estoy seguro - latranquilizó.

 

- ¿Tú crees?- le preguntó con desconfianza.

- No tengodudas - le dijo Draco, sinceramente, mientras le limpiaba sus lágrimas.

- Te quiero
- le susurró Hermione, un poco más calmada, besando los labios del rubio.

- Yo te amo -murmuró él, correspondiendo al beso. La castaña no pudo evitar sonreír.

- Tengo queir a clases ¿me acompañas?

- Ahora no -le dijo Draco - Debo ir a ver a Blaise - se despidió con un beso y luego semarchó.

Llegó a la sala común de Slytherin, Blaise estabaallí, sentado frente al fuego tomando un café.

- ¡Blaise! -le grito draco enfurecido, el morocho lo miró.

- ¿Quéquieres Draco? - preguntó, mientras tomaba otro sorbo de su bebida.

- Heriste alpadre de Hermione con tu tonto pasatiempo - lo acusó, apuntándole con su dedo.

- ¿Al padrede Granger? - el rubio asintió - Yo no sé a quién lastimé, solamente dejé a unhombre tirado en un callejón - Draco se llevó sus manos a la cabeza.

- ¡Es el! ¡Esel padre de Hermione! - exclamó, mirando a su amigo con mucho odio.

- Oh - sepuso a pensar - No debes decir nada Draco.

- ¿Qué? Debodecirle, ella merece saberlo - protesto Malfoy, Blaise se paró en frente de él.

- Si le dicesa alguien, me llevaran a Azkaban - le explicó, con un poco de preocupación.

- Lo mereces, no deberías hacer eso.

- No te hagasel santo conmigo Malfoy, tú eras así antes - acusó al rubio, que cada vez seenfadaba mas.

- Pero cambié- se defendió - Y hermione es mi novia, debo decirle la verdad. Merece saberlo.

- Dime algoDraco ¿hace cuanto estas con ella? - el rubio enmudeció - así es, solo unasemana. A mí me conoces desde los once años. Además, si tú dices algo yocontaré que sales con la sangre sucia - lo amenazó.

- ¡no lallames así! - exclamó furioso y luego se quedó pensativo - Está bien, no dirénada.

- ¿lo juraspor tu vida?

- Lo juro -prometió, aunque no quería ocultarle esto a hermione.

- Así megusta - concluyó y luego se marchó.

Draco se tiró en el sillón. Hermione era lista, tendría que pensar comoocultárselo. Pero draco no soportaba ver a su novia en este estado, ellamerecía ser feliz y conocer la verdad. Pero Blaise era su mejor amigo, no podíacondenarlo a Azkaban, aunque se lo merecía. Y no podía arriesgarse a que elcontara lo suyo con hermione. Estaba entre la espada y la pared.

J Ponte tu vestido más fresco, y tu más caluroso par de zapatos.Entra en mi coche, enciende la radio en un volumen muy alto, dije alto. Nadanos va a detener ahora, déjame que te lleve. ¿Estás lista? Déjame que te lleve.

*Draco Malfoy*

Hermione estaba muy triste, toda la semana se la había pasado llorando.Yo no podía ayudarla mucho, ya que ahora cada uno vivía en su torre. Pero senotaba que se había descuidado, estaba pálida, en los almuerzos no comía nada,no prestaba atención en clases, y sus ojos estaban rojos e hinchados de lomucho que lloraba.

Me partía el alma verla así, sobre todo porque yo sabía quién era elculpable y se lo estaba ocultando. Sentía ganas de hablar, de estar junto aella, pero estaba muy deprimida y casi nunca salía de la torre Gryffindor, ylas pocas veces que lo hacía iba acompañada de sus odiosos amigos.

 

Por mi parte, yo rogaba que su padre se recuperara. No había tenidooportunidad de conocerlo, pero tal vez en un futuro deseara hacerlo ypresentarme formalmente como el novio de su hija. Eso ocurría en mis sueños máslocos.

Decidí que no podía ver más a Hermione en ese estado. Asique, durantela noche del sábado, le mande una carta a su habitación, donde le pedía que mebuscara en la torre de astronomía, nuestro sitio favorito.

Estaba sentado pensando y contemplando las estrellas, era una nocheverdaderamente hermosa. Cuando sentí el ruido de la puerta. Ella estaba allí,entrando.

Cuando me vio se acercó rápidamente a mí y me abrazó fuertemente. Yo latomé de la cintura, no quería soltarla. De repente, escuché como ella comenzó asollozar. Necesitaba distraerla, y tenía el plan perfecto.

- Hermione,tengo una propuesta que hacerte - le dije, rompiendo el silencio. Ella seseparó de mí y me miro. Sus ojos café eran hermosos.

- ¿Quépropuesta? - me preguntó con curiosidad, su voz sonaba triste, no era la mismaHermione.

- Quiero quemañana vengas conmigo a mi mansión, para que conozcas a mi familia.

- ¿a tufamilia? Pero
soy una impura ¿Qué tal si no me aceptan? - exclamó ella,preocupada. Al menos se había olvidado de su padre por un momento.

- Mi padreestá en Azkaban - le informé - y a mi madre no le interesa todo ese rollo de lasangre. Además, conocerás a mi abuela, es muy cariñosa. - ella no parecía muyconvencida - por favor, di que si - le puse carita de perrito triste. Ella nose resistía a mis pucheros.

- Mmm
estábien - aceptó, yo la tomé de la cintura y la besé, un beso tierno, pero a lavez apasionado. - ¿Cuándo? - preguntó cuando terminamos de besarnos.

- Mañana alamanecer, es domingo asique no habrá problemas.

- ¿A dóndenos vemos para partir? - preguntó ella, siempre pendiente de cada detalle.Amaba eso.

- En lacabaña, mi coche nos esperará allí - le dije, ella asintió - ahora ve a dormir.Te quiero - me despedí con un beso, y luego ambos partimos a nuestras torres.

A la mañana siguiente,los dos nos encontramos en un pasillo y nos dirigimos tomados de la mano hastanuestro punto de salida.

Uno de los autosvoladores de mi familia nos estaba esperando. Ayudé a Hermione a subir,ignorando las miradas que el chofer nos lanzaba.

Ya les había notificadoa mi madre y a mi abuela que iría a la mansión. Ellas estaban felices deconocer a mi nueva novia, pero claro que no sabían que era Hermione. Mealiviaba un poco saber que a mi madre no le interesaba nada del rollo de lasangre, y mi abuela solo quería herederos que continuaran con el apellidoMalfoy.

- Draco
estoy nerviosa - confesó hermione, mirando por la ventanilla y frotándose lasrodillas.

- No tepreocupes, nos irá estupendo - la tranquilicé, luego le di un beso en lafrente.

- ¿estás másaliviado ahora que tu padre está en Azkaban? - me preguntó con curiosidad, yome sorprendí.

- Si
almenos ya no tengo que ser su imagen y hacer todo lo que él me pide - respondícon sinceridad - el siempre quiso que yo tuviera su mismo trabajo, pero ahorapuedo tomar mis propias decisiones.

- Me alegropor ti - me dijo ella, depositando un tierno beso en mis labios.

- Ya llegamos- anuncié, señalando mi casa a través de la ventanilla. Mi novia suspiró. Al aterrizar, bajamos el coche y nos quedamosparados frente a la puerta. - ¿estás lista? - le pregunté tomando su mano.

 

- Si
-murmuró, no muy convencida.

Las puertas se abrieron y juntos entramos en mi mansión. Pude observarque mi casa no le traía tan buenos recuerdos, ya que aquí había sido maltratadapor mi difunta tía Bellatrix.

Llegamos al salón principal, donde mi madre y mi abuela materna estabanesperándonos. Se sorprendieron al ver a mi acompañante, pero cuando me mirarony yo la miré con amor, no dijeron nada.

- Madre,abuela, ella es Hermione granger - anuncié - hermione, ella es mi madre y miabuela Esther Hill.

- Hola
-saludó cortes pero tímidamente hermione.

- Querida¡Qué bonita eres! - le dijo cariñosamente mi abuela, tirándole sus cachetes.

- GraciasEsther - contestó ella. Yo sonreí.

- Hermione,se que nuestra relación no es la mejor - comenzó mi madre - pero, ahora queLucius no está ¿comenzamos de nuevo? - le pregunto amablemente, tendiéndole lamano.

- ClaroNarcisa - respondió mi novia, estrechando la mano de mi madre.

- Dime Cissy- le pidió, ella asintió.

*Hermione Granger*

Mientras Draco y Cissy preparaban la mesa, yo estaba sentada charlandocon Esther. La anciana era muy buena. Debía tener unos ochenta años, erabajita, de pelo blanco y enrulado, con unos penetrantes ojos celestes. Sindudas, Narcisa había heredado la hermosura de su madre.

- Cuéntamequerida ¿a que se dedican tus padres en el mundo muggle? - me preguntó,tomándome de la mano.

- Ellos sondentistas, se dedican a cuidar la salud dental de la gente - le expliqué, ellame miro fascinada.

- Ahora comprendopor qué tienes tan hermosa sonrisa - me alagó, yo me ruboricé. Esther era muytierna.

En ese momento, Draco y su madre aparecieron con los platos de comida.Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer. El platillo de hoy eran camaronescon salsa de verdura y carne a un lado, estaba delicioso.

Hablábamos entretenidamente sobre temas del mundo mágico y a la vez delmundo muggle, pero después, Cissy sacó a relucir un tema que a Draco no leagradó mucho.

- Tu padre hamandado otra carta, está arreglando desde Azkaban para que al graduarte puedasocupar su oficina - le informó Narcisa a su hijo, pero él no dijo nada, solo selimitó a comer.

Durante la tarde, mi novio y yo tomamos el té con su abuela. Que noscontaba millones de anécdotas de ella y sus novios, y otras cosas de su vidacuando aún era joven. Pero yo notaba que Draco estaba algo absorto, quizá erapor la noticia que le había dado su madre.

Decidí no tocar el tema, hasta que estuvimos de nuevo en el coche,viajando de regreso a Hogwarts.

- Draco ¿nodijiste que ya no tendrías que hacer lo que tu padre te pedía? - le preguntécon un tono acusador. El me miró con amargura.

- Escomplicado Hermione
- murmuró.

- Explícame -lo insté, el tomó mi mano buscando apoyo y se dispuso a hablar.

- Creí que notendría que preocuparme más por mi padre, pero ahora está haciendo trámitesdesde Azkaban y nadie puede contradecirlo. - me explicó, un poco indignado.

- Es tú vidadraco, haz lo que tú quieras - le aconsejé, aunque sabía que él estaba pasandopor una situación difícil.

 

- Ojalá fueraasí de fácil - susurró y después de eso nadie volvió a hablar.

Al llegar, me despedí de mi novio con un tierno beso y fui a la torreGryffindor.

Harry y Ginny estaban sentados frente al fuego, charlando.

- Hermione¿Dónde estuviste todo el día? - me interrogaron.

- EnHogsmeade - mentí - necesitaba estar sola. Me voy a dormir.

Entre a mi habitación y me recosté en mi cama. Ese día la había pasadoestupendamente, había conocido a la dulce abuela de Draco, y había comenzadodesde cero con Narcisa. Después de todo, mi relación con Malfoy estabaresultando de lo mejor, excepto por nuestra última conversación, pero eso noimportaba por el momento.

Entonces otras cosas invadieron mi mente. Mi padre, que se encontrabaen grave estado en un hospital, cerca de la muerte. Yo no podía hacer nada, yaun no habían descubierto quien le había causado todo eso. Las lágrimasinundaron mis ojos y de nuevo, comencé a llorar.

Pansy se encontraba en su habitación de la torre Slytherin. Eradomingo, por lo que se había levantado mucho mas tarde de lo habitual. Estabasola, vistiéndose, cuando entró su compañera Astoria Greengrass.

- ¿Qué tepasa Parkinson? - le preguntó mientras buscaba algo entre sus prendas de ropa -te noto
rara.

- Nada -mintió - es solo que
¿nunca te has sentido mal por algo que hiciste? -inquirió Pansy, con un remordimiento en su cuerpo.

- En realidadno, pero
eh oído que ese sentimiento se llama culpa - respondió - es cuandosientes pena por algo que le causaste a otra persona.

- Culpa
-repitió la pelinegra y luego suspiró - ¿de verdad nunca lo has sentido?

- No, queridayo no siento pena por nadie - le contó con un tono de voz superado - ahora dime¿Qué hiciste?

- Yo
yo mepuse celosa de Granger y Draco Malfoy, asique la torturé y la deje inconscientepor una semana - le contó un poco avergonzada. A Astoria se le abrieron losojos como platos.

- ¿¡Granger yDraco!? - exclamó sorprendida, y a la vez celosa.

- Si, losencontré besándose, pero quien sabe, tal vez sea uno de los juegos de Draco.

- Parkinsontienes que ayudarme a conquistar a draco - la urgió la rubia, pansy la mirósorprendida.

- ¿Por quédebería ayudarte? - preguntó Pansy, quien ya no sentía nada por el rubio.

- ¿estásenamorada de Malfoy? - inquirió Astoria.

- No, ahorame gusta
alguien más - respondió.

- Entoncesayúdame, por favor Parkinson - pidió la rubia, mirando a Pansy con sussiniestros ojos celestes.

- No lo sé

- Ayúdame ole contaré a todos sobre lo que le hiciste a Granger - la amenazó, la pelinegrase puso nerviosa - Estoy segura de que McGonagall no tendrá piedad

- De acuerdoGreengrass, te ayudare - acepto pansy, un poco tensa - pero prométeme que no se lo dirás a nadie.

- Lo prometo- dijo Astoria, con una sonrisa pícara y cruzando los dedos detrás de sutúnica.

Pasaron toda la tarde juntas, planeando la conquista de Astoria.Parecían mejores amigas, sentadas frente al fuego con algunos bocadillos yconversando fluidamente. Pero eso era solo a simple vista, porque realmente,eran dos enemigas planeando algo perverso.

Ya era de noche y ellas continuaban allí sentadas, no habían llegado aun acuerdo. Entonces, por el retrato,apareció un rubio de ojos grises, lo que puso nervioso a Astoria.

 

- Hola Draco
- lo saludó coquetamente, jugando con el cuello de la camisa del rubio.

- Hola Astoria - saludó Draco, tratando de zafarsede la chica.

- Draco
necesito hablar contigo a solas
- le dijo la rubia.

- De
deacuerdo - aceptó no muy convencido - ¿A dónde?

- Vamos a lasala de menesteres.

Entraron allí, Draco estaba nervioso, no sabía qué era lo que se traíaAstoria entre manos.

- ¿y bien? -preguntó un poco tenso. Astoria se acercó hasta él y puso sus labios en laoreja del rubio.

- Te amoDraco - le susurro, y luego cuando el chico estaba desprevenido lo besó.

Draco trataba de zafarse de Astoria, pero por más que lo intentaba nolo conseguía. La chica tenía más fuera de la que imaginaba. Pero draco era unhombre, y no podía reprimir sus impulsos. Asique poco a poco y sin querer, sedejó llevar.

Draco la tomó por el talle y la pegó a su cuerpo,buscando su boca, el beso fue explosivo, fue urgente, imperioso, era un besototal y absolutamente descarado, parecía como si fueran una pareja de amantesque no se hubieran visto en mucho tiempo

Sus respiraciones estaban agitadas, sus pechos subíany bajaban con rapidez, mientras no dejaban de besarse, el la apretaba a sucuerpo con sus dos brazos, no la dejaría escapar y no es que ella quisierahacerlo en ese momento, cerraba los ojos y no quería pensar en quien la estababesuqueando de modo tan delicioso y caliente
.

Poco a poco los brazos de Draco la soltaron y letomaron el rostro con las manos, era como si quisiera comérsela entera, no se decíanpalabras, solo se escuchaba el sonido de los besos dados, el chasquido de loslengüetazos y los mordiscos, las manos de ella tímidamente se aferraban a lacamisa del rubio

Sin parar de besarse, el rubio apuntó con su varita yallí apareció una pequeña cama, el la colocó encima y mientras la besabadesesperada y apasionadamente, sin pedir permiso, le despojó de los jeans ytodo lo que estuviera a su paso
era
muy urgente
demasiado, porque el a duraspenas alcanzó a desabrocharse los pantalones y

Y Astoria abrió los ojos como platos cuando sintió lapenetración y emitió un jadeo
tanto ella como el, fue instantáneo cuando ellaarqueó la espalda al sentirlo dentro, pero es que era comprensible en ciertomodo, la necesidad entre los dos, el rubio no le dijo palabras de amor, bastabacon comenzar a mover las caderas, empujando sin detenerse.

Y continuaron así, hasta que llegaron al clímax. Serecostaron uno al lado del otro.

- Draco, quiero contarte un secreto - lesusurró Astoria.

- ¿Qué es? - preguntó intrigado y entrejadeos Draco.

- Pansy Parkinson fue quien le lanzó elmaleficio a Granger y la dejó inconsciente - le contó, entonces el rubio volvióen sí.

- ¿¡que!? - exclamó sorprendido. Selevantó rápidamente de la cama, se vistió y salió corriendo de la sala demenesteres.

No podía creer lo queacababa de pasar. Se había acostado con Astoria, aun cuando estaba de novio conHermione y la amaba con todo su corazón. Pensar que hace unas horas le habíapresentado a su familia, y ahora
esto.

Y lo de pansy
no podíacreer que fuera ella quien le había hecho tanto daño a la Castaña. Parkinson selas iba a pagar

 

Al parecer, enHogwarts, todas las mentiras se estaban develando.

*Hermione Granger*

Me levanté temprano,me vestí y bajé al gran comedor para desayunar. Tenía los ojos hinchados, losabía, ya que había llorado toda la noche. Y las noticias empeoraban, mi padreestaba cada vez peor.

Lo único que mepermitía seguir adelante, lo único que me permitía continuar, era saber queDraco estaba a mi lado. Que me amaba, y que estaba dispuesto a algo serioconmigo, por eso me había presentado a su familia.

Mi vida no era muyfeliz, ya que la situación de mi padre es crítica, pero al menos tiene algo dealegría, algo que me permite seguir luchando. Yo tengo fe en que mi padre serecupere.

Iba caminando por elpasillo del segundo piso, necesitaba caminar antes de desayunar, queríadespejar mi mente. Entonces escuché unos sollozos provenientes del baño deMyrtle la llorona.

Entré y lo vi, era miDraco. Estaba parado frente al espejo, mirándose a sí mismo con odio. Tenía todoel rostro empapado de agua, y la camisa desprendida.

Me acerqué y le toquéel hombro, él se sobresaltó. No dijo ni una palabra, es más, se mostrabadistante conmigo.

- ¿Qué pasa draco? - le preguntépreocupada, tocando su mejilla. Pero el quito mi mano.

- Hermione yo
yo
lo siento - susurroentre sollozos, se acercó a mí y me abrazó.

- ¿por qué te estás disculpando? -inquirí ahora separándome yo de él. Me estaba preocupando.

Se quedó pensativopor unos minutos, como si hubiera algo que quisiera decirme, pero no podía. Yosolo lo miraba, esperando su respuesta.

- Por nada, olvídalo - me dijo y salió rápidamente del baño. Yo metiré en el piso, estaba muy confundida.

- ¿preocupada? - me preguntó una vozllorosa, Myrtle.

- No sé qué le pasa a mi novio - murmuré- Si, es mi novio. Por favor no se lo digas a nadie - le pedí al fantasma. Ellase "sentó" a mi lado.

- Sabes
parece que este baño es unconfesionario. Todos vienen aquí a contar sus secretos, a develar sus mentiras- me contó como quien no quiere la cosa.

- Entonces supongo que no debesaburrirte
- contesté, sin muchas ganas. Aun seguía pensando en draco.

- Hermione, tu novio te miente - me dijodirectamente. Yo lo miré sorprendida.

- ¿Qué dices?

- Como te dije, todos vienen aquí acontar sus secretos - repitió - Y Astoria Greengrass no es la excepción.

- ¿Qué ocurre con Draco? ¿y qué pasa conAstoria? - inquirí, ahora más concentrada en la conversación.

- Ayer a la noche vino aquí con PansyParkinson - comenzó a contar - Y le dijo que ella se había acostado hacía unashoras con tu draco en la sala de menesteres.

- Es
es imposible
- murmuré, soltandoalgunas lagrimas.

- ¿Por qué crees que tu novio está tandistante y preocupado? - me dijo muy sinceramente - al parecer no satisfacessus necesidades

Yo no podía escucharmas, asique salí corriendo de allí inmediatamente. Draco y Astoria, esto eraimposible.

Me senté en unpasillo poco concurrido y comencé a llorar.

*Draco Malfoy*

Estaba muypreocupado. Quería contarle la verdad a hermione, pero no sabía cómo hacerlo.Además, si se lo decía ella iba a terminar conmigo, y no podía dejarla, ellaera todo para mí. Pero mi conciencia me torturaba, me decía que yo me habíaacostado con Astoria, y ahora tenía que enfrentar las consecuencias.

 

Pero el simple hechode pensar que iba a perder a mi hermione, me destrozaba. No podía vivir sinella, se había metido en mi corazón y ya nadie la podría sacar de allí, nisiquiera Astoria.

Por otro lado tambiénquería contarle lo de Blaise. Por lo que sabía, el estado de su padre empeorabacada día más, y yo estaba aquí, sentado guardándome la verdad.

Si no iba a contarlelo de Astoria, al menos le contaría lo de su padre. Ella merecía saberlo, eralo menos que podía hacer.

Durante el periodolibre decidí buscarla. No la encontraba por ningún lado, ni siquiera estaba enla biblioteca. Hasta la busqué en la sala de menesteres, que me traían muchosrecuerdos y remordimientos por lo ocurrido la noche anterior. Solo quedaba unlugar en el que no había buscado aun: la torre de astronomía.

Me dirigí rápidamentehasta allí. Abrí la puerta de madera y la encontré. Estaba sentada, con lacabeza apoyada en sus rodillas, llorando. Supuse que sería por el estado de supadre.

Al verme se levantó,y me lanzo una mirada fría, acusadora, cargada de odio que me asustó mucho. Esano era mi Hermione.

- ¿Qué quieres Draco? - preguntófríamente y de mala manera.

- Necesito decirte algo
- comenté, lode Blaise no le iba a caer muy bien.

- ¿Qué vas a decirme? ¿Qué te acostastecon Astoria? - inquirió, mirándome acusadoramente. Sus ojos estaban negros porel maquillaje corrido. Yo me quedé helado.

- ¿Cómo
como sabes eso? - pregunté, aunen estado de shock.

- ¿es cierto?

- Si
- admití con la cabeza gacha.Sabía que la estaba lastimando.

- ¡Eres un maldito hurón! - exclamóenfurecida y llorando - ¡Creí que me amabas!

- Yo te amo Hermione, te amo con todo micorazón - le dije, tratando de tomar sus manos. Pero ella no me dejaba tocarla.

- Cuando amas a alguien no te acuestascon otras - me acusó - ¡Lárgate de mi vida draco!

- Por favor no
te necesito mi Hermione- supliqué, ella me pegó una cachetada.

- ¡No soy tu Hermione! ¡Desde hoy soyGranger para ti! ¡Te odio! - me gritaba, yo estaba desesperado. Ya habíacomenzado a llorar.

- Espera
tengo que decirte algo más

- ¿Qué? - preguntó furiosa, a punto desalir por la puerta - ¿acaso te acostaste con alguien más?

- Tu padre
yo sé quien lo mató
lo sehace una semana - confesé, ella me miró sorprendida, mas lágrimas comenzaron asurcar su rostro - fue

- ¡Cállate! - exigió - ¡no puedocreerlo! ¿Qué más me ocultaste Malfoy? - escucharla llamarme por mi apellido medolió - Lloraba por mi padre en tus brazos todos los días, tu sabias quien erael culpable ¡y no me dijiste nada!

- Yo.... - ella me interrumpió.

- No me interesa saber quien fue, no meinteresa nada. No me interesas tú. ¡olvídame! - yo negaba con la cabeza -Olvida lo nuestro. No quiero verte nunca más en mi vida. ¡Adiós! - concluyó yse marcho, dando un portazo.

Yo me tiré en elpiso, desconsolado. Sus palabras me habían herido en lo más profundo de micorazón. Y pensar que todo había terminado, que nunca más la volvería a tener,que nunca volvería a sentir sus deliciosos labios, me dolía en el alma.

 

Esa noche, hice loque nunca creí que iba a hacer. Esa noche yo, Draco Malfoy, lloré por amor

Túsolías llamarme tu ángel, decías que me habían enviado desde el cielo, meabrazabas, amaba que te sintieras tan fuerte. Nunca quise que te fueras, yoquería que permanecieras aquí abrazándome. Tú solías llamarme tu soñadora, yahora estoy viviendo en un sueño. Oh como quisiera que vieras, todo lo que meestá pasando. Estoy pensando en volver al pasado, es cierto que el tiempo pasademasiado rápido. Sé que estas en un lugar mejor, pero quisiera ver tu rostro.Sé que estás donde tienes que estar, aunque no es aquí conmigo. Te extraño,extraño tu sonrisa, y yo aun derramo una lágrima de vez en cuando. Y aunquetodo es diferente ahora, estás aquí de alguna manera. Mi corazón no te dejaráir, y necesito que sepas que te extraño.

Hermione había tenidouna semana muy dolorosa. Había terminado con su novio, el chico que mas amabaen todo el mundo, se había enterado de muchos secretos y su padre estaba alborde de la muerte.

La castaña no hacíamás que llorar, se sentía decepcionada. Porque todos mentían, ya no existía unapersona sincera en este mundo y menos en Hogwarts. Mejores pianos digitales

Los últimos díasevitaba a draco constantemente. Durante la clase de pociones, no le dirigía lapalabra y en los almuerzos, desayunos y cenas, le daba la espalda, porque noquería ni verlo.

Sus amigos, Harry,Ginny y Ron, se daban cuenta de que Hermione estaba mal. Últimamente no comíanada, estaba más delgada, pálida, descuidada, no prestaba atención en clases ysus ojos estaban terriblemente hinchados.

Asique el viernesdespués de clases, sus amigos decidieron afrontarla. Le exigirían la verdad.

- ¿de qué querían hablar? - les preguntóla castaña sin mucho interés. Su voz era triste. Sus amigos se miraron.

- Hermione, somos tus mejores amigos,sabemos que nos ocultas algo
- la acusó Harry. Ron y Ginny solo observabandesde el respaldo del sillón del pelinegro, pero igual de acusadoramente.

- Chicos, no quiero hablar ahora - sedebió Hermione, tratando de levantarse. Pero Ginny la detuvo.

- ¡por Merlín Hermione Jean Granger! -exclamó sobresaltada - ¡No evites mas el tema! Sabemos que ocultas algo, y tepedimos, no
te ¡Exigimos! Que nos lo digas. - la castaña no aguantó más yexplotó en llantos.

- Hermione ¿Qué te está pasando? - lepreguntó Ronald, el más calmado de los tres.

- Yo
estoy harta de mi vida - murmuróHermione - ¡Harta de todo! ¡estoy por perder a mi padre, todo el mundo memiente y perdí al chico que amo! - explotó entre sollozos.

- ¿Quién es el chico? - inquirió Harry,más interesado que antes.

- No puedo decírselos

- Hermione, somos tus mejores amigos¡dinos! - exigió Ron, perdiendo la poca calma que le quedaba. La castaña dudópor un momento.

- Draco Malfoy
- admitió, los tres sequedaron viéndola.

- ¿Malfoy? ¿es el por quien me dejaste?- exclamó el pelirrojo, muy furioso.

- Lo lamento Ron
es solo que

- ¡No puedo creerlo Hermione! - gritó -cuando terminaste conmigo yo acepte porque pensé que tu chico era alguienbueno, que se preocuparía por ti y te haría feliz, pero
¿Malfoy?

- ¡El no es lo que tú crees! - lodefendió Hermione, aunque el rubio no se lo merecía - el ha cambiado.

 

- ¿ah sí? Entonces
si ha cambiado
¿Porqué ya no están juntos? - inquirió Ginny irónicamente, ahora el único sensatoera Harry.

- Me engañó con Astoria Greengrass - lesexplicó Hermione, los pelirrojos la miraron victoriosos.

- Al parecer no es tan bueno - exclamóGinny triunfante. Ron no aguantó más y salió de la torre, con mucho enfado ymás rojo que su cabello.

- ¡Déjame en paz Ginny! - le gritó acastaña, perdiendo la paciencia - ¡Yo no me meto en tu relación con Harry! -sus dos amigos la miraron sorprendidos - Así es, no soy la única con secretos.Se todo sobre ustedes - les dijo triunfante.

- ¡pero Harry es buena persona, no comoel estúpido y engreído de Malfoy! - protestó la pelirroja - ¿sabes qué? No teacerque más ni a mí ni a mi hermano hermione, si vas a defender al hurón, desdehoy te retiro mi amistad
- concluyó Ginny y luego se marchó al igual que Ron.

- Hermione yo
- Harry se quedo mudo -yo no te odio, pero por el momento no me hables
- le pidió y el también semarchó de la torre.

La castaña se tiró enel piso, destrozada. Nada peor podía ocurrirle. Había perdido a sus tresmejores amigos, había perdido al único chico que amaba
¿Qué mas faltaba?

Sintió los picoteosde una lechuza en su ventana, la reconoció al instante, era la lechuza de sumadre. Se acercó, la tomó, la puso en una jaula y luego retiró la carta queesta traía.

Hermione:

Te tengo una mala noticia: tu padre ha muerto. Nosabes lo triste que estoy, y a la vez enfadada por no saber quien fue elmaldito o maldita que nos lo arrebató. Ahora lo único que me queda eres tú. Tenecesito hija, necesito verte, saber que te encuentras bien. Por favor, pidepermiso y ven al funeral de tu padre; de paso quédate unos días conmigo, mesiento muy sola, estoy muy triste. Cuento contigo, y no te pongas mal. Sabesque tu padre te amaba, eras su tesoro y el estaba muy orgulloso de tener a unabruja en la familia. Como lo extraño

Te quiere, Jean Granger

Hermione soltó la carta. Esto era loúltimo que le faltaba. Ya lo había perdido todo, no le quedaba nada, solo sumadre. Tenía que aprovechar eso, tenía que proteger a la única persona que lequedaba.

Sabía que pronto todos se enterarían dela muerte del señor Granger, ya que en Hogwarts todas las mentiras sedevelaban.

Caminó hasta el despacho de la directoraMcGonagall. Le contó lo sucedido y le pidió un permiso.

- Señorita Granger, estamos finalizando el año,pronto va a graduarse - le dijo la directora - tiene que rendir los exámenesfinales.

- Que me los tomen la semana que viene, luego me iréy regresaré para la ceremonia de graduación - prometió Hermione. no fue fácil,pero Minerva aceptó.

Salí del despacho y se dirigió a sutorre. Estaba muy cansada y a la vez dolida. Lo había perdido todo.

Se recostó en su cama, esperandoconciliar el sueño, pero solo le llegaban imágenes de ella junto con las dospersonas más importantes de su vida: su padre y Draco. Los extrañaba mucho aambos.

- Te extraño papá - susurro en la oscuridad - Ya nome queda nada
Y sobre todo
te extraño Draco.

Aquí estamos ahora,todo está a punto de cambiar. Nos enfrentamos al mañana, mientras le decimosadiós al ayer. Un capitulo acaba pero la historia apenas está por comenzar, laspaginas pasan para todo el mundo. Es hora de enseñarle al mundo que tengo algo quedecir, una canción para cantar en vos alta y que nunca se desvanecerá. Sé quete extrañare, pero algún día nos volveremos a encontrar. Nunca nosdesvaneceremos. Asique sigo adelante, dejándolo ir, aferrándome al mañana.Siempre llevaré esos hermosos recuerdos, mientras descubro quien debo ser.Puede que estemos separados, pero quiero que sepas que siempre estarás conmigo,a donde quiera que yo valla.

 

Hermione se encontraba en la torre de Gryffindor, en su cuarto,terminando de preparar sus maletas.

Había rendido los exámenes finales una semana antes, y por suerte eltiempo estudiado rindió frutos, ya que logro aprobarlo todo.

Pero claro
¿Qué más podía hacer si no estudiar? Ya no tenía amigos.Ron no se hablaba con nadie, y en el almuerzo se sentaba apartado de todo elmundo. Ginny la odiaba, la tenía como su enemiga y arrastraba a Harry con ella.Todo esto había ocurrido porque un día la castaña se había enamorado de DracoMalfoy, un nombre que ahora le dolía pronunciar.

En la torre de Slytherin, Draco estaba sentado frente a la chimenea.Mirando hacia el infinito, sus ojos estaban llorosos, su piel más pálida de lonormal y su cuerpo demasiado delgado. En pocas palabras, estaba destruido.

- Draco, nopuedo verte así - le dijo Blaise, tomándolo del brazo y obligándolo alevantarse.

- ¡Déjame enpaz! - exigió el rubio, empujando a su amigo.

- Tienes quehablar con Granger - le aconsejó - estas
muerto en vida.

- Así es comome siento Blaise, muerto en vida - repitió, suspiró y se dejó caer de nuevo enel sofá.

- Tienes quebuscar a la sangre sucia - Draco lo miró enfadado cuando dijo esas palabras -decirle cuanto la amas y admitir que cometiste un error. Eso siempre funciona.

- Es que nocometí un error, cometí un grave error - corrigió la frase - me acosté conAstoria cuando le profanaba amor a Hermione.

- Y mírate -señalo el cuerpo del platinado - de verdad estás arrepentido. Habla con ella -lo instó.

- Blaise, nopuedo

- Sabes, meenteré de que su padre murió
-comentó, Draco pegó un brinco en el sillón.

- Debe estar
destrozada - dijo tristemente, imaginándose a la castaña - Debo hablar conella.

- Así megusta -concluyó el moreno, viendo como su amigo salía por el retrato.

Hermione caminaba por los pasillos, últimamente hacía eso continuamentepara poder pensar. Sin saber porque, tal vez fuera el karma, se encontró a unospasos del retrato de la torre de Slytherin.

Su corazón se aceleró al ver salir de allí a un muchacho alto, de tezmuy blanca y con cabello rubio platinado.

Comenzó a caminar para alejarse de allí, pero solo pudo dar unos pasos.Ya que escuchó que alguien pronunciaba su nombre.

- Dra
draco -saludó tímidamente, luego agachó la mirada.

- Yo
meenteré de lo de tu padre - comentó, el rostro de Hermione se volvió triste - Losiento mucho.

- Gracias
-respondió ella, se dispuso a marcharse, pero el rubio la detuvo tomándola del brazo.

- ¿A dónde vas?¿Por qué llevas esas maletas? - preguntó un poco nervioso. Temiendo que lacastaña fuera a dejarlo.

 

- Malfoy, mevoy - le dijo en un susurro.

- No
nopuedes - titubeó, las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos grises - ¡Nopuedes abandonarme Hermione!

- Mi madreestá sola, me necesita. Es el funeral de mi papá - le explicó - Además, no creoque me necesites, estarás con Astoria - murmuró como quien no quiere la cosa.

- Greengrassno es nada para mí, lo ocurrido fue solo un error, yo
- trató de defenderse,pero la castaña lo detuvo.

- No quieroescuchar las mismas excusas - le reprochó - Adiós

Después de decir esto desapareció entre los pasillos. Draco se tiró enel piso y comenzó a llorar. Si ella no estaba aquí en el colegio, el ya notenía nada. Su vida a partir de ahora no tenía sentido, a decir verdad, habíadejado de tener sentido hace una semana, cuando Hermione se había alejado de sulado.

¡Maldita sea! - pensaba el rubio, que deseaba que lo ocurrido con Astoriajamás hubiera pasado.

Hermione estaba en la estación de trenes de Hogsmeade, a punto de tomarel tren. Había prometido volver para la graduación, pero ya no estaba segura. Despuésde todo ¿para qué volver a Hogwarts si ya no le quedaba nada?

Las sirenas le indicaron que era hora de subirse al tren, ya estaba porpartir.

Volteó su cabeza y pensó en la escuela, en sus antiguos mejores amigos
en Draco. Era hora de dejar todo eso en el pasado.

Por un segundo, su mente se preguntó si estaba haciendo lo correcto.Pero
por primera vez, Hermione Granger decidió hacer lo incorrecto.

Suspiró. Subió al tren, se sentó en un compartimiento vacío ysolitario. En unos minutos el tren partió, y ella observó a través de la ventanatodo lo que a partir de este momento dejaría en el pasado


NO OLVIDEN COMENTAR. BESOS, AGOS.

Puedo decirte honestamente que estuviste en mi mente desde quedesperté. Miro tu fotografía todo el tiempo, esos recuerdos vuelven a vivir yno me importa. Me levanté esta mañana y puse tu canción favorita, a través demis lágrimas la cantaba. Recogí mi pluma y un papel, pero luego la dejé, porquesé que estoy perdiendo mi tiempo aunque no me importa. Recuerdo cuando nosbesamos, lo sigo sintiendo en mis labios. El tiempo que bailaste conmigo,cuando no sonaba la música. Recuerdo las simples cosas, las recuerdo y todavíalloro. Pero la única cosa que deseo olvidar, la única cosa que quiero olvidar,es el adiós.

*Draco Malfoy*

Me desperté con unas enormes ojeras. No había podido dormir en toda lanoche. Me la pasé pensando en Hermione
en ella y en su adiós. Sentía mis ojoshinchados, seguramente era de tanto llorar.

Me dirigí a mis clases y me dispuse a prestar atención, así al menos nopensaría en ella. Pero me fue imposible. Cada vez que el profesor decía algo yome la imaginaba, levantando su mano derecha para dar respuestas y opiniones atodos, como siempre lo hacía.

La extrañaba. La extrañaba demasiado y no solo eso, también lanecesitaba.

Durante el almuerzo no probé bocado, estaba demasiado deprimido. Ahoraque Hermione ya no estaba, yo permanecía muerto en vida y la comida habíadejado de ser un sustento para mí.

- Draco,¿podemos hablar? - me dijo Blaise. Yo asentí y juntos salimos al pasillo, queestaba vacío ya que todos estaban comiendo.

 

- ¿Qué pasa?-pregunté sin mucho interés.

- ¡Estoyarto! - exclamó, yo lo miré confuso - Todo lo que quiero es que vuelvas a serel antiguo Draco.

- Yo estoytriste Blaise - le expliqué, el negó con la cabeza.

- ¡Despiertade una buena vez! ¡por Merlín! - me grito tomando mi cabeza - ¡Granger se fue!¡Déjala ir y diviértete!

Las palabras de mi mejor amigo me hicieron recapacitar. Tal vez eltenía razón. ¿Por qué sufrir por Hermione si ella se había marchado sinpreocuparse por mí? ¡Soy Draco Malfoy! Y desde ese momento, me propuseolvidar a Her
Granger y continuar conmi vida.

- Está bien,lo haré - respondí luego de unos minutos.

- ¿lo juraspor nuestra amistad? - me preguntó, extendiendo su meñique como solíamos jurarnosotros.

- Prometo quela olvidaré - le dije estrechando nuestros meñiques, el sonrió.

Durante la tarde, iba caminando por los pasillos, con dirección a miclase de Defensa contra las artes oscuras. Pero me cruce con el idiota dePotter en el camino.

- Malfoy - mellamó, yo me voltee bruscamente.

- ¿Quéquieres Potter? - pregunté fríamente.

- ¿Has vistoa Hermione? - inquirió, al escuchar su nombre mi corazón comenzó a doler.¡Basta draco! Prometiste olvidarla.

- La vida deGranger no me interesa - le dije cortante, el se dio vuelta pero yo lo detuve -Se
se fue de Hogwarts.

- ¿¡que!? -exclamó sorprendido, al parecer él no sabía nada.

- Su padremurió hace una semana - le conté, el agachó la cabeza - dijo que iría a su casapara el funeral y que no volvería mas.

- De acuerdo
gracias Malfoy - concluyó, aun atónito por mi noticia. Yo lo ignoré y continuécaminando.

*Harry Potter*

Estaba atónito.¡Hermione se había marchado de Hogwarts! Esto era increíble y a la vezimposible.

También me sorprendióescuchar que su padre había muerto. Entonces me puse a recapacitar en lo malque me había portado con mi mejor amiga. Ella estaba pasando por momentosdifíciles y Ginny, Ron y yo solamente lo empeoramos y no estuvimos paraapoyarla.

Aunque
Ronald nisiquiera me hablaba a mí. Al parecer, la noticia del antiguo noviazgo deHermione y Malfoy no le había caído muy bien, de hecho lo tomó peor que suhermana y que yo.

Me dirigí rápidamente ala Torre Gryffindor, atravesé el cuadro de la dama gorda y al entrar busquérápidamente papel y una pluma. Me senté en la mesa y comencé a escribir.

Hermione:

Me enteré de la muerte de tu padre. Losiento mucho, y más porque no estuve para apoyarte. No debí tratarte como lohice, eres mi hermana y tú nunca me juzgaste. De verdad lo lamento, espero quepuedas perdonarme. Estaré esperando tu carta. Te quiere:

HarryPotter.

Tomé mi lechuza,deposité la carta en ella y vi como comenzó a volar, hasta que desapareció.

Me giré y me sobresaltéal ver a Ginny parada allí, mirándome asesina y acusadoramente con sus ojosverdes azulados.

- ¿Para quiénes esa carta Harry? - me preguntó con voz acusadora, yo tragué salivafuertemente.

- Para
ParaHermione
- contesté un poco temeroso y agachando la mirada.

- ¡Te dije queno le hablaras más! - me reprochó - ¡lo que hizo no tiene perdón!

 

- Ginny, escomo mi hermana - la defendí - y simplemente se enamoró de la personaequivocada, como tú cuando salías con Dean Thomas - ella se quedó callada - tuy Ron están exagerando todo esto.

- ¡claro queno Harry! - me grito - tendrás que elegir. ¿Quién es más importante para ti,ella o yo? - me quedé callado, no sabía que responder. Pero Ginny interpretó misilencio como un "ella" - eso es todo - murmuro y luego subió las escalerasenfurecida, entró a su habitación y cerró con un portazo.

Yo suspiré y me senté frente a la chimenea, esperando que Hermionerespondiera mis cartas y me disculpara.

Séque esto no es lo que quería. Nunca creí que esto llegaría tan lejos. Solopensando en volver a lo que empezamos y como perdimos todo lo que somos. Estoyparada en la lluvia, necesito saber si se acabó, porque yo te dejare solo
Comolo hice antes de la tormenta. Ninguna palabra se deja de lado, como el truenoempieza a hacer ruido. Tal vez yo debería renunciar. Y ahora estamos parados enla lluvia, sabiendo que realmente se acabó. Por favor no me dejes solo,inundados con todo este dolor. Sabiendo que nunca te tendré como lo hice antesde la tormenta.

*Hermione Granger*

- ¡Hermione, el desayuno ya está listo! - me gritómi madre desde la cocina, ubicada en el primer piso.

- ¡Enseguida bajo! - respondí. Me levanté de micama y coloqué mis pies en las pantuflas color verde manzana.

Miré por última vez la fotografía que sosteníaentre mis manos, en ella aparecíamos Draco y yo, abrazados fuertemente mientrasel depositaba un dulce beso en mi mejilla, la había tomado su abuela Esther eldía en que visité su mansión.

Suspiré. Extrañaba ese día, pero más que nada loextrañaba a él. También tenía una foto con mis tres mejores amigos, Harry, Rony Ginny, a quienes también extrañaba muchísimo, pero ellos ya no querían sabernada de mí y eso me lastimaba.

Guardé la foto con Draco en la mesita de luz queestaba al costado de mi cama y bajé las escaleras directo a la cocina.

Mi madre me había preparado tortitas de manzana.Estaban riquísimas, las comí gustosa, pero casi no les sentí el sabor, ya queestaba ocupada en mis pensamientos.

- ¿tienespreparada tu ropa para el funeral? - me preguntó, mientras ponía su plato en lamesa y se sentaba.

- Si madre, lotengo todo controlado - la tranquilicé y luego bebí un poco de café.

- ¿de verdad? -inquirió en tono preocupado - te noto
triste hija ¿te encuentras bien querida?

- Si mama -respondí, odiaba mentirle pero no quedaba de otra - Si me disculpas, voy acambiarme.

Me levanté bruscamente de la mesa, dejando mi platoa medio comer. La verdad era que no tenía hambre, no hacía más que llorar desdeque mi padre y mi rubio me habían abandonado.

Algunas veces me preguntaba si yo debería perdonara Draco, si había hecho lo correcto en contarles a mis amigos y en escapar deHogwarts, pero nunca hallaba las respuestas. Al parecer mi cabeza estabademasiado traumada y confundida en estos momentos. Pero las dudas eraninevitables.

Me coloqué un vestido de encaje negro, en el cuellotenía detalles de flores y me llegaba un poco más arriba de las rodillas.Después me maquillé, no mucho, solo me puse un poco de base natural y rímel enlas pestañas. Me pinté los labios de un rosa apagado.

 

Cuando terminé busqué algo en que ocuparme,normalmente hacia eso para evitar pensar en
Draco. Pero no se me ocurría nada,asique simplemente me senté en mi cama. Los recuerdos estaban a punto deinvadirme, pero fueron interrumpidos por un sonido de piqueteo en mi ventana.

Me acerqué a observar, esa era la lechuza de
Harry. Pero
¿el no estaba enfadado conmigo? Decidí romper con la curiosidad yla abrí.

Hermione:

Me enteré de la muerte de tu padre. Losiento mucho, y más porque no estuve para apoyarte. No debí tratarte como lohice, eres mi hermana y tú nunca me juzgaste. De verdad lo lamento, espero quepuedas perdonarme. Estaré esperando tu carta. Te quiere:

La carta me dejó impresionada. Harry estabapidiéndome disculpas, esto sí que era una sorpresa. Algunas lágrimas salieronde mis ojos cafés.

Busque rápidamente una pluma y un papel einmediatamente me puse a escribir.

Harry:

Te perdono. Túeres mi hermano pase lo que pase, y eres la única persona que supo poyarme yentenderme completamente. Sé que esto te debe haber traído problemas con Ginny,asique te agradezco por arriesgarte e igualmente mandarme esta carta. Estoy apunto de irme al funeral de mi padre, espero que todo salga bien. Te quiere:

HermioneGranger.

Dejé que la lechuza hiciera lo suyo y después bajéa la sala principal, donde mi madre me esperaba para dirigirnos a la ceremonia.

La carta de Harry me había puesto de mejor humor, ypor unos minutos pude olvidarme completamente de
Draco. ¡Genial! Ahora elvolvía a estar en mi mente.

Me apoye contra la ventanilla y observe elexterior, pensando en que estaría haciendo ese rubio platinado y de ojos grisesen este momento.

*Draco Malfoy*

Estaba sentado en frente de una de las grandesventanas de la torre Slytherin, pensando.

Le había prometido a Blaise volver a ser el deantes, pero no podía. Simplemente me aterraba volver a ser la imagen de mipadre, y me asustaba pensar en todos esos años de temor, cuando Voldemortfrecuentaba nuestra mansión.

También había jurado nunca más volver a pensar en
Hermione Granger. Pero era imposible para mí, era como pedirle a Romeo queolvidara a Julieta, era algo que nunca ocurriría.

Tenía una foto que habíamos tomado en ese viaje ami mansión, nos veíamos tan felices. Decidí conservarla, para así poderrecordar esos momentos alegres.

Entonces se me ocurrió una idea. Necesitaba verlaaunque sea una sola vez más. Necesitaba saber si estaba bien, necesitaba saberde ella. No iba a preguntarle si aun sentía algo por mí, porque era obvio queya me había olvidado.

Tenía que llegar rápido, asique decidí usar la redFlú. Hermione iba a tener un funeral lleno de sorpresas.

*Hermione Granger*

El cura estuvo hablando media hora. Yo derramabamuchas lágrimas, pero no sabía si eran por mi padre o por
Draco. Aunqueintentaba no podía olvidarlo, y su recuerdo me estaba matando.

Finalmente, era mi turno de decir el discursofinal. Había preparado algunas hojas, pero no era tan impresionante como lo queyo solía escribir.

Me paré en el taburete y comencé a leer mispalabras:

Mi padre fue

 

Pero en ese momento me quedé congelada al ver unafigura alta, de tez blanca, cabelloplatinado y unos ojos grises observándome. Draco
¿Qué estaba haciendo en elfuneral de mi padre?

Pero me ayudó a sentirme inspirada. Dejé que lashojas cayeran al césped, y esta vez dije lo que mi corazón sentía:

Mi padre fue un gran hombre, uno como los que hoyen día ya no hay. Su partida me duele, y más porque su vida fue arrebatada.Pero yo sé, que él siempre estará acompañándome desde donde quiera que esté, elme ayudará. Porque aunque una persona se aleje, los recuerdos siempre quedaranen su corazón. Siempre te querré papá

Después de eso, comenzaron a sumergir el cajón enla tierra. Mi madre y yo tirábamos pequeños quilos de tierra, como solíahacerse tradicionalmente.

Después de esto, todos los presentes se reunieroncon sus familias, y comenzaron a hablar de otros temas.

Yo caminé nerviosa, buscando a mi rubio, aunque yano era mío pero me daba igual.

- Hola - susurróuna vos a mi espalda. Me giré y allí estaba, parado frente a mí.

Lucía un traje elegante color negro, color que lequedaba muy bien con su tono de piel y hacia resaltar mucho sus hermosos yprofundos ojos.

- Hola - le dijetímidamente, el me ponía nerviosa - ¿Qué haces aquí?

- Yo
solo queríaver si te encontrabas bien - respondió, pasándose el brazo por el cuello -Lamento lo de tu padre.

- Ya lo dijiste -le recordé, el sonrió. Yo comencé a caminar.

- ¡EsperaHermione! - me gritó desde atrás, yo me giré.

- ¿Qué quieresDraco? - le pregunté fríamente.

- Quiero quevuelvas a Hogwarts. Yo
yo te extraño y te necesito - me dijo sinceramente, sumirada era profunda.

- ¿¡que!? ¡Yo novoy a volver Draco! - le aclaré, su rostro se volvió triste.

- ¿Por qué? -inquirió, me tomo de la mano pero yo la quité rápidamente.

- ¿para quéquieres que vuelva? ¿para ver cómo te sigues acostando con Astoria? - exclamé,el negó con la cabeza y se mordió el labio inferior.

- ¡Ya te dije queeso solo fue un error! - se defendió - ¡Yo te amo a ti! - sus palabras meparalizaron, pero yo no iba a caer en sujuego tan fácilmente.

- ¡pues yo no! -le mentí, no podía dejarme engañar por él - ¡Vete Malfoy! - le grité - ¡Vetecon tu magnifica y rica familia! ¡Ve y haz todo lo que tu padre te pide! Porque¿sabes qué? ¡Eres un cobarde que no sabe tomar decisiones por si mismo! -escupí las palabras en su cara, era todo lo que tenía guardado.

- ¡Te odio! ¡Nuncadebí enamorarme de ti sangre sucia! ¡Tú no entiendes nada! - me restregó, suspalabras me dolieron tanto como yo suponía que las mías le habían dolido a él.- ¡Hasta nunca! - gritó, y luego desapareció frente a mis ojos.

Yo me tumbé en el césped y comencé a llorar. Mimadre se acercó a mí y me palmeó la espalda.

- No llores por tupadre, estará bien - me tranquilizó Jean. Yo solo asentí, si ella supiera porquien estaba llorando. Este sí que había sido un funeral inusual y lleno desorpresas.

holaaaaaa. ¿como estan? yo super bien (: que genial ! argentina sub-20 a cuartos de final, wiii. jajaja.amo mi pais :$ subo ahora porque me voy a continuar escribiendo. no tendre clases por muchos dias asique podre estar aqui continuamente. por cierto, me hice una pag. en el facebook donde subire novedades, novelas, entre otras cosas. si les interesan entren y ¿like? :

 

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en fin, me voy a continuar escribiendo. no olviden comentar. besos, agos.



*Draco Malfoy*

Cerréla puerta de madera con más fuerza de la necesaria. Me senté en el frio suelo ycontemple las brillantes y pequeñas estrellas. Necesitaba estar solo, y latorre de Astronomía era el sitio perfecto.

Laspalabras de Hermione me habían dolido muchísimo. Después de todo lo quehabíamos pasado juntos, ella ya no sentía nada por mí. Me había olvidado. Yointenté lo mismo pero no podía, cada vez que lo intentaba sentía un dolor en micorazón, mucho más grande del que sentía cuando la recordaba.

Enese momento unos recuerdos vinieron a mi mente, comenzaron a pasar comoimágenes, mientras que unas lágrimas caían por mis blancas mejillas.

- ¡Nohagas eso! - exclamó, sacudiendo la cabeza.

- ¿hacer qué? - pregunté, haciéndome el desentendido.

- Esa
mirada. Miras a las chicas
así y esperas que se enamoren de ti. Pues nofunciona conmigo. - le dijo muy segura.

- ¿Tienes frióGranger? - le pregunté, observándola tiritar.

- Un
un poco
- tartamudeó. Me acerque a ella y la abrase. - ¿Qué haces?-pregunto Hermione, zafándose de mis brazos..

- Intento mantenerte caliente
También soy humano Granger - le dije. La castañasonrió y puso su cabeza en mi pecho.

- Buenas noches
- le dijo la castaña, bostezó y de inmediato se quedó dormida.

- Dulces sueños granger - le acaricie el cabello y luego también merendí en los brazos de Morfeo.

- Si
la amo - confesé, muy seguro de mis palabras y mis sentimientos.

- ¿de verdad me amas? - me preguntó un pocosonrojada.

- Si Hermione - respondí sinceramente - ¿y tú?

- Aunque me cueste admitirlo, si - dijo muy segura y a la vez un poco avergonzada- ¡me dijiste Hermione!

- Si quieres te digo Granger - bromee, la tomé de la mano y la miré fijamente- No Draco, Hermione está bien - le dije irónicamente, el me besó lafrente.

- Sé que no es el mejor momento - comencé - pero
Hermione Jean Granger ¿quieresser mi novia? - le pregunté, arrodillado ante su camilla. Ella rió y se pusoroja.

- Claro que sí, Draco Lucius Malfoy - contestó con una sonrisa. Después, el seacercó a mí y me besó. No podía estar más feliz.

- Sera nuestra primera cita - anuncié. La tomé de la mano y la llevé hasta susilla, Hermione se sentó y yo, como todo un caballero, la acerqué a la mesa yluego me senté frente a ella.

Comenzamos a comer. Charlábamos yreíamos por las cosas que nos contábamos. La amaba tanto, ella era perfecta,era tierna, dulce, inteligente y hermosa, todo lo que un chico buscaba. Yotenía mucha suerte, y me arrepentía de no haberme dado cuenta antes.

 

Ahora éramos novios oficialmente.Hermione había terminado con Weasley, y ahora estaba comenzando conmigo.

Despuésde eso no pude evitar soltar unas lagrimas, me dolía recordarla, pero estabaseguro de que mucho más me dolía olvidarla. Ella era única, y siempre sería ladueña de mi frio corazón.

Miréel reloj que descansaba en mi muñeca. Ya era muy tarde, si Flitch o algúnmaestro llegaba a encontrarme en los pasillos me darían un buen castigo que notenía ánimos para afrontar, asique decidí volver a l torre Slytherin y meditarallí.

Ibasubiendo una de las escaleras cuando vi una figura sentada en el últimoescalón. Era un muchacho de pelo azabache y piel castaña.

- Potter ¿Qué haces aquí? - pregunté,sentándome a su lado. ¿Qué estaba haciendo? El era mi enemigo.

- Nada
yo solo
nada - mintió. Corrísu mano y pude ver un papel escrito. En el primer renglón decía "Querida Hermione", yo tragué salivafuertemente.

- ¿Cómo está ella? - inquirípreocupado. Había prometido olvidarla, pero recordarla me dolía menos.

- Si te soy sincero, te extraña - medijo seriamente. Yo negué con la cabeza, eso era imposible, ella ya no meamaba.

- Eso no es verdad - diferí, Potter memiró confundido - no le digas a nadie, pero fui al funeral de su padre.

- ¿¡que!? - exclamó sorprendido, yotapé su boca con mi mano. Se suponía que éramos enemigos, pero aquí estábamos,contándonos secretos como si fuéramos los mejores amigos.

- Es que
necesitaba verla - leexpliqué - y ella me dijo que ya no me amaba
- las imágenes y recuerdos deesta mañana invadieron mi cabeza.

- Sabes, no me caes bien - comenzó, yosolté unas risas - pero
si de algo estoy seguro es que tú y Hermione debenestar juntos.

- ¿desde cuándo crees eso Potter? ¿tegolpeaste la cabeza? - le pregunté irónicamente, ahora fuel él quien rió.

- Es que
cuando Hermione estaba juntoa ti era mucho más feliz, vivía contenta y con una sonrisa en su cara- me dijosinceramente - y ahora que no están juntos, ella está deprimida.

- Yo la amo como jamás ame a nadie -confesé un poco avergonzado - pero
ella a mí ya no.

- Mmm
no estoy tan seguro - exclamóguiñándome un ojo - pero si tu lo dices Malfoy

- Bueno, ya es muy tarde. Adiós Potter- me despedí, y luego me dirigí hasta mi habitación para descansar.

*Hermione Granger*

Estabarecostada en mi cama, pensando

Todoel día había estado recordando mi pasado, aquellos momentos en los que era tanfeliz con mis mejores amigos y Draco. Por suerte Harry pudo perdonarme.

Queríaolvidarlos, pero eso me dolía demasiado. En realidad, recordarlos tambiéndolía, pero olvidarlos mucho más. Ellos habían sido las personas másimportantes en mi vida, y los momentos vividos con ellos fueron los másalegres.

Yopensaba que al regresar a mi casa me sentiría mejor, olvidaría todo mi pasado,dejaría atrás todo lo vivido y losdolores que Hogwarts me había producido, pero eso jamás ocurrió.

Mimadre prometió ayudarme a superar la muerte de mi padre, pero era ella quienaun no lograba dejarlo ir. Últimamente estaba muy abstraída de todo, y ya notenía tiempo para mí. Me ignoraba, fingía que yo no estaba, ya ni la comida mepreparaba.

 

Mesentía sola, pero por suerte Harry me mandaba cartas todos los días, y de vezen cuando hablaba por teléfono con Nathaniel.

Natetambién era un mago. El tomaba clases en el instituto Dungstram, pero habíaabandonado ya que no se sentía a gusto allí y su familia estaba en una época decrisis, por lo que necesitaban de su ayuda.

Ala mañana siguiente, me desperté al escuchar un golpe de la puerta de ihabitación. Pensé que era mi madre, asique me di vuelta y pretendí seguirdurmiendo, pero una voz masculina me despertó nuevamente.

- ¿Nate? - pregunté medio dormida. Elasintió. - ¿Qué haces aquí?

- Tu madre va a salir todo el día,asique me pidió que te haga compañía - me respondió. Yo me levanté, me puse laspantuflas y juntos bajamos a desayunar.

Comoen los últimos días, mi madre se olvidaba de que tenía una hija a quienalimentar. Asique tuve que prepararme yo misma el desayuno. Nate no quería yaque había desayunado en su casa.

Élera alto, musculoso, de tez bronceada. Su cabello era marrón claro con algunosdestellos castaños, y tenía unos hermosos ojos color verde azulado apagado. Esel tipo de chico por el que cualquier niña mataría. Parecía un modelo derevistas.

Desayunéun cuenco de cereales frutales, mientras él me contaba cómo le estaba yendo suvida. Al parecer sentía ganas de regresar a la escuela, pero no quería volver aDungstram.

Yono lo había pensado y me costaba admitirlo, pero también deseaba volver aHogwarts. Necesitaba ver a Harry, y quería aprender todo lo posible para luegopoder estudiar en las universidades mágicas.

Entoncesse me ocurrió una magnífica idea.

- ¡Lo tengo! - exclamé chasqueando misdedos, el me miró confundido - Ven a Hogwarts conmigo.

- ¿Qué? Hermione
no podría - me dijoun poco avergonzado, pero yo decidí insistir.

- ¡por favor! ¡por mi! - le supliquécon cara de perrito triste.

- Creí que no querías volver
- esa noera la respuesta que quería escuchar, ni siquiera era una respuesta.

- Quiero ver a mi amigo, y aquí mesiento muy sola, mi madre me tiene abandonada - le explique un poco triste -¿por favor? - el suspiró.

- De acuerdo - aceptó, yo me levantérápidamente y lo abracé muy fuerte.

- ¡Gracias, gracias, gracias! -exclamé, el se carcajeaba.

Pasamosel resto de la tarde juntos. Hasta que se hizo de noche y él tuvo que irse.Tenía que comunicarle a su padre que mañana mismo partiría a Hogwarts conmigo.

Yoestaba nerviosa, pero a la vez contenta porque vería a Harry y podría pasar mástiempo con Nate.

Subía mi cuarto y me puse a preparar mis maletas. Después me coloqué mi pijama y meacosté muy emocionada.

Pero
¿en dónde estaba mi madre? Eran las doce y media y ella aun no había llegado ami casa. Eso me ponía inquieto. Decidí no darle muchas vueltas, de todas formasella era adulta y sabía lo que hacía ¿verdad? Asique me cubrí con mis sabanas yme dormí.


*Espero que les guste, es corto porque no he tenido tiempo de escribir. No olviden visitar mi pag. en facebook: https://www.facebook.com/pages/TheTwilight-PotterFics/130748583686102 y tambien mi nuevo fic dramione (es un poco mas dramatico) https://www.potterfics.com/historias/84278 . no olviden comentar. besos, agos.

 



*Hermione Granger*

Ala mañana siguiente, Nathaniel me pasó a buscar por mi casa para irnos a tomarel expreso a Hogwarts.

Mesorprendí al ver llegar a mi madre a las seis de la mañana. ¿Por qué llegaba aesta hora? Además, estaba borracha y eso me preocupó, podría haber tenido unaccidente. No podía perderla a ella también.

Caminamospor la estación de tren con nuestros baúles cargados de cosas de magos, élllevaba su lechuza y yo a mi gato. La gente nos miraba como bichos raros."muggles" pensé. Después me sorprendí: ese era el estilo de cosas que pensaba
draco Malfoy.

Eraincreíble que hubiera pasado un mes y yo no pudiera dejar de quererlo. Estabasegura de que cada vez lo amaba más, y no sabía por qué. Pero si de algo estabasegura era que vivir con su recuerdo, con las imágenes de aquellos momentosfelices que pasamos juntos, no era suficiente para mi corazón ni para mí.

- Hermione ¿te encuentras bien? - mepreguntó Nate. Entonces caí en la cuenta de que ya estábamos arriba del expresoa Hogwarts. Mis pensamientos me distrajeron de la realidad.

- Si, no te preocupes - respondí. Meapoye contra la ventana e intenté relajarme, mientras más cerca estábamos delcastillo más nerviosa me ponía.

Alllegar a Hogwarts, lo primero que hice fue acompañar a mi amigo al despacho deMcGonagall. El era nuevo por lo tanto tenía que pasar por la ceremonia deelección de casas. Yo esperaba que le tocara Gryffindor, así estaríamos juntos.

Cuandola directora nos autorizó, entramos a su despacho. Ella sonrió al vernos y susojos se iluminaron.

- Señorita Granger, que felicidadtenerla de vuelta - me dijo cariñosamente mientras estrechaba mi mano, despuésmiró a Nate - Tu debes ser Nathaniel Archibald - el asintió- bienvenido aHogwarts.

- Gracias - respondió mi amigo,mientras estrechaba la mano de Minerva.Yo permanecía callada a su lado.

- Muy bien, es hora de la selección -anunció. Se subió a una escalera y del estante más alto de una de lasbibliotecas sacó al sombrero seleccionador.

Acontinuación le hizo una seña a Nate de que tomara asiento en la silla. Elobedeció, y después McGonagall le colocó el sombrero sobre su cabeza. Yocruzaba los dedos atrás de mi espalda. "Gryffindor" "Gryffindor por favor"rogaba en mi mente.

- ¡Slytherin! - gritó el sombrero consu tono de voz serena. Yo quedé boquiabierta, Nathaniel solo sonrió.

Estoera
inusual. Era imposible que una persona como Nate fuera una serpiente.¡Genial! Ahora si se había arruinado todo. Seguramente los otros Slytherin loconvencerían de no hablar más con "la sangre sucia".

Salimosdel despacho y yo todavía continuaba sorprendida. Tenía esperanzas de que élestuviera en mi casa, así podríamos pasar más tiempo juntos. Pero,evidentemente, las cosas no salieron como yo esperaba.

- Bueno, creo que debería irme adormir - me dijo despidiéndose. Pero yo lo tomé de la mano.

- Espera Nate - él se detuvo y me miró- Prométeme que pase lo que pase nunca dejaremos de ser amigos.

- ¿Por qué dices estas cosas? - mepreguntó preocupado, ubicando sus manos en mis mejillas.

- Porque
veras hay una rivalidad entre Slytherin yGryffindor - le expliqué - y no quiero que dejes de ser mi amigo por cosastontas que los de tu casa te digan.

 

- Descuida - me tranquilizó - Yo nuncadejaré de ser tu amigo. Te prometo que siempre estaré a tu lado Hermione - mejuró. Yo sonreí y lo abracé fuertemente.

*Draco Malfoy*

-Adiós Draco - se despidió Astoria, usando un tono sensual. Luego me besó. Yosolo asentí y salí de la sala de menesteres.

AhoraGreengrass era mi novia. Sabía que hermione jamás volvería, asique hoy a lamañana había comenzado una relación formal con Astoria.

Claroque yo no la amaba, la única habitante de mi corazón era esa hermosa, loca,confusa y a veces incomprensible leona de Gryffindor. Era increíble que en todoeste tiempo no pudiera dejar de quererla, y vivir solo con su recuerdo no erasuficiente para mí. Quería olvidarla, y Astoria era la respuesta, o esoesperaba.

Medirigía a la torre de Slytherin, pero escuché unas voces provenientes delcorredor.

Meacerqué para ver quiénes eran y así acusarlos con McGonagall, amaba cuando otraspersonas se metían en problemas, pero me llevé una gran sorpresa al ver aHermione abrazando a un muchacho.

¿Quéhacia Hermione en Hogwarts? ¿ella no estaba en su casa junto con su madre? Y¿Quién era ese chico que la abrazaba tan fuertemente? Los celos se apoderaronde mí y me quedé allí observando por unos minutos, hasta que él se marchó.

- ¿Qué haces aquí? - le preguntésaliendo de entre las sombras. Ella se sobresaltó al verme.

- He vuelto
- respondió. Después sepuso roja, amaba eso, me encantaba verla ponerse nerviosa.

- ¿Quién es ese muchacho? - inquirí,preguntándome si mis celos eran tan evidentes. Mi castaña enarcó una ceja.

- ¿Por qué te importa? - me desafió -¡No te metas en mi vida Malfoy! - exclamó y luego se marchó enfurecida.

Yome quedé parado en medio del corredor. No comprendía nada. ¿Por qué ella seportaba tan agresiva conmigo? ¿No me había extrañado siquiera un poco? ¿Nohabía recordado nuestros momentos juntos? Al parecer no me amaba tanto como yoa ella. Seguramente todo era culpa de ese misterioso chico, que estaba tratandode arrebatarme a mi Hermione. Pero nadie la alejaría de mi lado, quiera o no,ella me pertenece solo a mí.

*HermioneGranger*

Habíapasado ya una semana desde mi regreso a Hogwarts.

Alprincipio fui el objeto de las miradas, los cotilleos y algunas burlas, porquela "sangre sucia" había regresado al colegio. Pero después de unos días lascosas volvieron a la normalidad en mi vida.

Eneste momento me encontraba almorzando en el gran comedor. Estaba sentada juntoa Harry quien, además de Nathaniel, era mi único amigo en este momento.

Meenteré de que tuvo una discusión con Ginny al defenderme y que ya no hablaban.Ahora ella se sentaba junto con Ronald en una esquina alejada de la mesa y nosmiraban asesinamente. Eso me dolía, pensar que habíamos sido los mejoresamigos.

Natese integró rápidamente con las Serpientes. Quizá no lo había notado, pero tal vez el siempreestuvo destinado a Slytherin, y el sombrero seleccionador no había cometido unerror como yo creía.

Aunasí, el mantenía su promesa de continuar siendo mi amigo, y no se dejaba llevarpor los comentarios de sus compañeros de casa. Además, todas las chicas estabancoladas por él, al parecer se volvió rompecorazones, e incluso había roto elrecord de Draco Malfoy.

 

Pero,hasta donde yo sabía, a Nate no le interesaba ninguna de esas chicas. Pero hacedos días estaba muy extraño, y había un aire de enamorado en él, se notaba ensus ojos. Y también parecía que su "amor secreto" no le daba ni la hora, porqueestaba medio triste.

Asiqueesa noche, cuando estábamos sentados en la biblioteca conversando, decidí sacarel tema a relucir ya que la curiosidad me embargaba.

- Nate
- comencé, el me miró con susojos verdes azulados - ¿a ti te gusta alguien? - le pregunté, se tensó.

- ¿po
porque pre
preguntas esoHermione? - tartamudeó, mientras llevaba que con su brazo derecho tocaba sucuello.

- Vamos, te acabo de preguntar y tepones nervioso - le dije, el suspiró - dime.

- De acuerdo - acepto - me
me gusta
Astoria Greengrass - confesó un poco apenado, mis ojos se abrieron como platos.

- ¿¡Greengrass!? - exclamésorprendida, el se sobresaltó ante mi tono de voz y luego asintió - ¡Ella esuna perra!

- ¡No la llames así hermione! - megritó, pero claro, el no sabía la clase de persona que podía ser esa rubiamalcriada.

- Tengo mis motivos para llamarla así- le aclaré, después me tranquilicé - además ella está saliendo con
Dracomalfoy - me dolía pronunciar su nombre, ya que ahora no éramos nada,peleábamos, nos insultábamos continuamente, y él me restregaba su relación conGreengrass en la cara.

- Pues bien por ella
- contestó condesdén. Suspiró - ya es tarde, creo que iré a dormir - se despidió, se levantóde su silla y se marchó.

Almirar mi reloj, me di cuenta de que era demasiado tarde. Quizá también era horade que yo me fuera a la cama, asique levanté mis libros y salí de labiblioteca.

Caminépor el pasillo en dirección a la torre Gryffindor, cuando escuché unos ruidosque me asustaron un poco.

Measomé en una esquina para ver de qué se trataba, pero me arrepentí al instante:Draco y Astoria estaban muy acaramelados, besuqueándose y toqueteándose mutuamente.Me dio un poco de asco, pero sobre todo me dolió. Pensar que esa podría ser yo
¡Basta Hermione!

Dimedia vuelta y seguí caminando hasta que por fin encontré el retrato de la damagorda. Pronuncié la contraseña y cuando estuve adentro me dirigí sin escrúpulosa mi habitación.

Estabatan cansada que, cuando apoye mi cabeza en la almohada, al instante me quedéprofundamente dormida.

Yaera la mañana del día viernes. Caminaba por los pasillos dirigiéndome a miprimera clase de ese caluroso y ventoso día, cuando alguien me tomó del brazo yme aprisionó en una esquina.

- ¿Qué quieres? - pregunté furiosa - ¡suéltamemalfoy! - le exigí, pero él me sostuvo con más fuerza.

- ¿asique ahora soy Malfoy? - inquirióirónicamente, haciendo énfasis en su apellido.

- ¿Cuál es tu problema?

- ¡eres tu Granger! - me gritó - yo
yo nunca he podido olvidarte, te
te amo - confesó. Yo me quede atónita. ¿el meamaba? ¿Qué estaba ocurriendo?

Acercósus labios a los míos y comenzó a besarme lentamente. Al principio yo estabacongelada, pero poco a poco comencé a responder el beso. Extrañaba suscaricias, y cuando me besaba me sentía tan
bien. Realmente él era bueno eneso.

 

Pocoa poco nuestros besos comenzaron a ser más intensos, más apasionados.

Elcomenzó a deslizar sus manos por mi espalda, metiendo sus manos por debajo de miblusa. Podía sentir su frio tacto. Yo hice lo mismo, metí las manos debajo desu camisa y comencé a dibujar figuras en su espalda, de verdad que el quidditchhabía dado sus frutos, su espalda era muy musculosa.

Meacercó más a su cuerpo, mientras que un escalofrío me recorría de los pies a lacabeza. Por instinto levanté mis piernas y rodeé su cuerpo con ellas. El mealzó y me apoyo aun más contra la pared, para que el peso no fuera un problema.

Estavez habíamos llegados más lejos que cualquier otra, y era mucho más excitanteal saber que era algo prohibido, ya que él estaba con Astoria. Me prometí noarruinar este momento pensando en ella.

Comenzóa desabotonar mi blusa, mientras que yo le quité su camisa. Esto cada vez sehizo más intenso.

Estábamosen el segundo piso, asique me tomó de la mano y juntos entramos en el baño de Myrtlela llorona. Mientras que yo rogaba que ella no estuviera espiándonos, el yaestaba quitándome el pantalón. Yo hice lo mismo, y me detuve un minuto paraobservarlo. Llevaba unos bóxers negros que le quedaban de maravilla. No pudeevitar morderme el labio inferior. Intenté acercarme a él para continuar besándolo,pero él me tomó de la barbilla, y me contempló por unos segundos.

- Sé que no puedes dejar de pensar en mí
- susurró con una sonrisa altanera. Y después de eso, desperté sobresaltada demi sueño



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Era la mañana del día viernes. NateArchibald caminaba tranquilamente por los pasillos de Hogwarts cuando, en elcamino, se encontró con una rubia de ojos celestes que lo traía loco.

Allíestaba ella, Astoria Greengrass, parada frente a él con su enrulado cabelloamarillo, sus brillantes ojos celestes, su pálida piel y esa nariz respingadaque causaba un poco de risa.

- Hola
- saludó tímidamente Nate, ella lo miró de pies a cabeza.

- ¿Quiéneres? - le pregunto con indiferencia y un poco de repugnancia.

- NateArchibald - Astoria lo miró sin reconocerlo - Estoy en Slytherin y en todas tusclases - le informó, entonces algo hizo clic en la rubia.

- Creoque ya sé quién eres
yo soy

- Unahermosura - la cortejó. Astoria solo sonrió, pero detrás de ella apareció unrubio de ojos grises y piel muy pálida con un aspecto enfurecido.

- ¿estásseduciendo a mi novia? - le preguntó irónicamente Draco, pero en realidad ella nole importaba para nada, la única en quien pensaba era una castaña que lecausaba dolor de solo pronunciar su nombre, aun así el no quería humillaciónpor parte de Nate. ¿no le bastaba con
ella ahora también quería a Astoria?

- Losiento
no sabía que era tuya - se disculpó con un bufido. El rubio no losoportó mas y se abalanzó sobre Nate.

LosSlytherin presenciaban la pelea, al igual que Astoria Greengrass a quien leencantaba que se estuvieran enfrentando por su amor. Aunque ella no sabía queDraco lo hacía más por orgullo, ya que la muchacha no le interesaba en lo másmínimo.

 

Perounos minutos después, alguien interrumpió su pelea y los separó con muchoesfuerzo. Astoria rodó los ojos y puso cara de asco.

- Nate¿estás bien? ¿Qué es esto? ¿acaso estás loco? - lo regaño Hermione,acomodándole su camisa y tocándole sus pequeñas heridas sangrantes. A Malfoy ledolió que se preocupara más por su amigo que por él.

Nateescupió en los pies de Draco, provocándolo. Pero antes de que pudieran volver agolpearse la castaña se alejó con su amigo. No estaba de humor para peleas ymenos para ver a Draco Malfoy.

- ¿Quéfue eso? - le preguntó cuando llegaron aun pasillo vacío. Nate simplemente suspiró mientras que la castaña le curabasus heridas con magia. Si McGonagall se enteraba lo expulsaría.

- Solo
creo que se enojó porque estaba cortejando con su novia - le explicó elmuchacho, restándole importancia. A Hermione le dolió que se ambos sepreocuparan tanto por Astoria, en especial
Draco.

- ¡Estano es la manera de llamar su atención! - exclamó enfurecida. No sabía porque,pero en ese momento sintió deseos de separar a los dos rubios de Slytherin - Yote ayudaré, tengo un plan. - le dijo. Nate sonrió y juntos se sentaron aplanear lo que harían.

Mientrasqué, en uno de los pasillos del segundo piso, los Slytherin estaban reunidoscomo siempre lo hacían entre clases. Habían elegido ese lugar porque no era muyfrecuentado por alumnos de otras casas, aunque de vez en cuando alguno pasabapor allí y todos se le burlaban.

Natesabía que ese era el lugar de reunión y aunque no se había integrado en lasserpientes, el también tenía derecho a frecuentarlo.

Asiquese apegó al plan. Tomó a Hermione de la mano y juntos se dirigieron hasta allí.Se pararon en un rincón frente a las serpientes, fingiendo que no los habíanvisto aunque sabían que todos los observaban y comenzaron a actuar como novios.

Perounos minutos después notaron que el plan no estaba dando mucho resultado, yaque Astoria los miraba con cara de asco. Pero lo que no sabían, era que otrapersona estaba explotando de los celos. Si, Draco Malfoy, quien observaba laescena con los puños apretados y rostro enfurecido.

- Estono va a funcionar - se lamentó Nate, mirando disimuladamente la expresión deAstoria. Intentó alejarse pero Hermione lo frenó.

- No terindas, tengo una mejor idea - le dijo con una sonrisa maligna.

Entonces,se percató de que justo en ese momento todos los miraban, inclusive Draco. Erael momento perfecto, el que ella había estado esperando por mucho tiempo. Seabalanzó sobre Nate y comenzó a besarlo intensamente, como lo harían dospersonas enamoradas. Pero no pudo dejar de imaginar que era malfoy a quien ellabesaba.

Porsu parte, Nate se olvidó de todo en ese instante. Era como si todo a sualrededor hubiera dejado de existir, las serpientes ya no estaban, solo seencontraban él y la castaña besándose apasionadamente, algo que le gustó mucho.

Sedetuvieron cuando escucharon un sonido proveniente de la garganta de alguien.Hermione miró hacia su costado y allí estaba él, Draco la miraba enfurecido y ala vez indignado. Ella solo lo miró desafiante. Nate se percató de eso, pero hizo caso omiso ya regañadientes se fue a donde estaba Astoria, mientras que se preguntaba ¿Porqué no quería alejarse de Hermione? ¿Por qué de repente ya no sentía nada porGreengrass? Y lo más importante ¿Qué había entre su amiga y ese rubio?

 

Hermionele dio la espalda a Draco, fingiendo que nada de eso había ocurrido y comenzó acaminar por el pasillo del segundo piso. Poco después, escuchó unas pisadas ysintió una presencia detrás de ella. Intentó hacer como que no escuchó nada,pero sintió unas manos frías en su brazo que a jalaron y la introdujeron albaño de Myrtle "la llorona".

- ¿Qué quieres?- preguntó furiosa, aunque le encantaba ver al rubio celoso. El continuaba mirándolaenfurecido, pero tomó un poco de aire para tranquilizarse.

- ¿porquéestas con él? - inquirió muy interesado. Hermione lo miró sorprendida y lanzouna pequeña risita.

- ¿Porqué te importa? - lo tergiversó, el chico solo la miró, ella suspiró - Natequería darle celos a Astoria - le explicó.

- ¿ayudasa ese bobo a robarme a mi novia? - exclamó perdiendo la paciencia, pero lo que másle había molestado era ese salvaje beso.

- Noparecía que ella te importara mucho - le dijo con una mirada de venganza. Dracola miró extrañado, esa chica que tenía en frente ya no era su Hermione. Estabacambiada ¿desde cuándo ella quería venganza? ¿desde cuando miraba a una personatan fríamente y con una sonrisa maligna?

- ¿Qué teocurrió Hermione? - le preguntó - Cambiaste
- la castaña solo agachó lamirada. Tal vez si había cambiado, pero todo esto lo había hecho por el
porques suponía que este tipo de mujer eran las que le gustaban - mi hermione nunca besaría a un muchacho porvenganza, y nunca aprobaría los métodos de celos.

- ¿Qué sabestú sobre mí? - le grito enfurecida y dolida - ¡Y no me llames tu Hermione! ¡Yodejé de ser tuya hace mucho tiempo! No
no puedes venir aquí y solo juzgarme,tu eres el principal que debería
- pero no la dejó terminar. Ya que no aguantó mássus impulsos, se abalanzó sobre ella y la besó.

Alprincipio Hermione estuvo rígida, pero poco a poco comenzó a corresponder losbesos del rubio. Las manos de la castaña hicieron un recorrido hasta el cuellode Draco, mientras que el ponía sus manos en la cintura de Hermione. El besoera tierno y demostraba lo mucho que se amaban y se necesitaban. Ese beso lesrecordó su pasado, cuando de un día para el otro ambos se enamoraron y vivieronlos días más felices de su vida.

- Te amoHermione - le susurró el rubio en la oreja de la muchacha - Te amo, tenecesito, te extraño
no soy nada sin ti - Ella no pudo contener las lagrimas.Lo abrazó tiernamente y luego volvió a besar esos labios que la volvían loca.Tal vez su amor no era posible, pero ella solo quería disfrutar este momento.Pero lo que ambos enamorados no sabían, era que un chico castaño de ojos verdes- azulados los observaba desde la puerta, con una ligera pizca de celos.


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AQUI LES DEJO UNA FOTO DE NATE POR SI LA QUIEREN VER: https://2.bp.blogspot.com/_eQ9zQhX-0S4/STbR4kmjkLI/AAAAAAAAAJg/N2-6zaSe43Q/s320/10p.jpg . NO OLVIDEN COMENTAR. BESOS, AGOS.


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*Hermione Granger*

Regreséa la torre Gryffindor con una enorme sonrisa en mi rostro. Mi cerebro aun noasimilaba lo ocurrido minutos antes en el baño del segundo piso. Draco me besó.Fue un beso tan tierno, eso me hizo recordar lo mucho que lo amaba ynecesitaba. Mi vida sin ese atractivo y codiciado rubio de ojos grises no erala misma.

Atraveséel retrato de la dama gorda con una cara de felicidad, que se borró en cuantovi a Nate sentado esperándome con una mirada enfurecida y la expresióndesilusionada.

- ¿Qué pasó? - pregunté conpreocupación. Me paré frente a él y tome su mano - ¿acaso el plan no funcionó?¿Astoria sigue distante? Espera
- lo interrumpí cuando estaba por hablar,reaccionando - ¿Cómo entraste a la torre Gryffindor?

- Tu amigo Harry me permitió pasar,porque dijo que a esta hora no había casi nadie - me explicó, yo solo asentípara que pudiera continuar hablan - Y el plan funcionó, Astoria está loca pormí.

- ¡Nate eso es genial! - exclaméintentando abrazarlo, pero él me rechazó. Al parecer había algo mas escondido.

- Seria genial si Greengrass meinteresara.

- Espera, me perdí. ¿no estabasenamorado de la arpía? - inquirí. Ya no entendía nada. ¿Qué mosca le picó aNate? Se suponía que todo ese rollo había sido para que Astoria se fijara enél. ¿y ahora ya no le interesaba en lo mas mínimo?

- Como tú lo dijiste, Estaba - medijo, recalcando la última palabra. Esto me estaba asustando. El tomó mi manocon ternura y me miró fijamente con sus ojos verdes azulados - Hermione
desdeese beso no pude dejar de pensar en ti. Cuando te besé todo mi mundo, la gentea mi alrededor desaparecieron y solo importabas tú.

- ¡por favor no! - grité desesperada,pero luego me arrepentí al ver la expresión triste de mi amigo - Nate yo
yo note correspondo. Lo siento, yo estoy enamorada de alguien más, alguien cuyonombre no puedo mencionar - le confesé apenada. Me partía el alma ver laexpresión de su cara.

- Lo sé - susurró - Tu amas a eserubio llamado Malfoy. - en ese momento sentí un balde de agua fría caermeencima.

- ¿com
como lo sabes?

- Los vi besándose en el baño delsegundo piso - me informó con despreocupación. Eso me molestó un poco. ¿Por quéél tenía que espiarme y vigilarme?

- Nate yo
necesito pensar - murmuré ysalí de la torre a toda prisa.

Medirigí al único lugar tranquilo que conocía: La torre de Astronomía. En eselugar podría acomodar mis ideas tranquilamente, ya que Nathaniel no lo conocíay no se atrevería a espiarme. Entré silenciosamente, para mi fortuna no habíanadie allí. Me senté en el frío suelo y comencé a contemplar el atardecer, esome ayudaría a despejar mi mente.

¿Quéhabía ocurrido con mi vida? Un día era Hermione Granger, la chupamedias, laaburrida, la mejor amiga del "niño que vivió", la que era detestada por todosen Hogwarts. Y de un día para el otro, me enamoré de mi peor enemigo, perdí ados de mis mejores amigos (sin contar a Luna), y tenía a varios chicos atrásmío. Siempre había deseado lo último mencionado, pero ahora que me tocabavivirlo no era tan bueno. Me sentía entre la espada y la pared.Definitivamente, ser la "sabelotodo" Granger (apodo que me puso mi amado Draco)era mucho mejor que estar atorada en esta situación.

 

Unruido proveniente de la puerta me sacó de mis locos pensamientos. Por favor que no sea Nate, por favor,pensé. Me giré con cara de abrumada, pero de inmediato esbocé una enormesonrisa al ver a Draco parado frente a mí. Me sonrió y se sentó mi lado tomándome de la mano.

- ¿en qué pensabas? - me preguntó concuriosidad. Yo simplemente disidí mentir, no le agradaría escuchar lo de Nate.

- En nada solo
contemplaba lasestrellas - le mentí. Para mi suerte estaba oscureciendo y algunasconstelaciones ya se encontraban en el oscuro cielo.

- Son hermosas
pero no más que tú -me alagó. En ese momento sentí mis mejillas ardes, seguramente me habíaruborizado. El sonrió ante mi expresión. - Ven
- me dijo tomándome de la mano y llevándome por los pasillos deHogwarts, hasta que llegamos a la sala de menesteres.

*Fin del POV Hermione*

Entonces,al entrar, Draco cerró la puerta y tomó a hermione de la cintura. Unos segundosdespués comenzó a besarla apasionadamente. Ella se dejó llevar y tambiéncomenzó a besarlo.

Pocodespués sus ropas comenzaron a sobrar, y una por una las prendas fueron cayendoen el piso, hasta que ambos quedaron solamente en ropa interior.

El se quedó a sus espaldas, besandosu cuello, de nuevo la línea de su columna, hasta llegar a la línea de cóccix
respetó las bragas y volvió a subir usando esa lengua viperina
ellajadeó con más fuerza, suspirando profundamente por lo que él le hacía sentir.

-Te necesito - Suspiró elrubio a sus oídos y ella sintió que había una gran necesidad en él, temblandoante esas palabras tan masculinas y sensuales.

Ella se volvió de repente y se colgóen su cuello buscando ansiosamente sus labios, el la ofreció y se envolvieronen un beso apasionado, intenso, sus lenguas se entrelazaron al instante,comenzaron a comerse sus labios, los sonidos de los chasquidos, tronidos ysucción fue intensificándose

El la sostuvo fuerte por su cinturapegándola a su cuerpo, ella sintió su excitación, se aparto un poco y entre quechupó y lamió su cuello, saboreó la manzana de Adán, siguió por su pechodejando el rastro escueto del carmín, besando y mordisqueando la piel de suabdomen.

Finalmente, Draco despojó de su ropainterior y ella hizo lo mismo con los bóxers del chico. Y, unos minutosdespués, el rubio ya había penetrado en la castaña, que gemía constantemente.

Llegaronal clímax juntos. Y ambos se recostaron a sus costados. Se miraron por unosminutos y luego se sonrieron.

- Te amo tanto hermione - le susurróDraco con ternura. Ella derramó una lagrima, el era tan perfecto.

- Yo mucho mas Draco - contestó ella.El rubio depositó un suave beso en los labios de la castaña y media horadespués se quedó dormido.

Lacastaña lo contempló con una sonrisa. Se veía tan hermoso, tan lindo, tanangelical cuando dormía profundamente. Sin embargo, sus debates mentales nodejaban que ella conciliara el sueño al igual que su rubio.

Perosi de algo estaba segura después de lo ocurrido, fue que Draco era su único yverdadero amor. Ella no sentía nada por Nate, a partir de esta noche solo teníaojos para Malfoy.

Selevantó sigilosamente de la cama para no despertarlo y luego depositó una notaal costado del chico que decía:

 

Mefui a arreglar unos asuntos. Te amo con todo mi corazón. Hermione.

Despuésde esto camino por los pasillos tratando de encontrar a Nate, deseando por unlado ser la antigua sabelotodo que todo el mundo odiaba, con tal de no romperel corazón de su mejor amigo.

lo terminé y decidí subirlo cuanto antes. espero que les guste. xoxoxo, agos.


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Hermione buscaba a Nate portodos los pasillos pero no lograba encontrarlo. Lo más probable era queestuviera en la torre Slytherin, lo que solo le dejó una opción: regresó a lasala de Menesteres, necesitaba la ayuda de Draco.

Lo vio durmiendo en la camaplácidamente y no pudo evitar sonreír. También se sonrojó un poco al recordarlo ocurrido hace unas horas, esta sería una noche mágica de no ser por unpequeño problema con su amigo.

La castaña no queríadespertarlo ya que se veía tan tierno durmiendo, pero tenía un deber y paracumplirlo necesitaba la ayuda de su rubio.

- Draco
Draco
- trató de despertarlodándole pequeños toquecitos en el hombro del chico. Al ver que no respondía ledio un pequeño beso.

- ¿Qué
que pasa mi amor? - preguntóél aun dormido. Luego de unos segundos abrió sus ojos y su mirada gris seencontró con la de Hermione.

- Necesito tu ayuda - le explicó lacastaña - quiero que busques a Nate en tu sala común.

- ¿Por qué quieres ver a ese idiota? -inquirió el rubio, un poco celoso del amigo de Hermione. Ella era solo suya.

- Porque
el está enamorado de mi
-confesó Granger. Los ojos de Draco se abrieron como platos y fue como si unbalde de agua fría le cayera encima.

- ¿¡que!? - exclamó furioso, mirando asu castaña que no sabía que responder en ese momento.

- El me confesó hace unas horas que meamaba - le explicó, el rubio se cruzó de brazos - pero yo no quiero estar conél, yo te amo a ti - se acercó y le dio un pequeño beso - Y necesito decírselo.

- De acuerdo - accedió de mala manera- ven, vamos a buscarlo.

Caminaron hasta la torreSlytherin tomados de la mano. Al llegar allí draco entró a buscar a Nate yhermione se quedó afuera esperándolos.

El rubio se sorprendió alver al chico sentado frente a la chimenea a estas horas de la noche. Nate lomiró inexpresivamente y luego volteó su cabeza en dirección al fuego.

- Hermione Granger está afuera esperándotepara hablar - le comunicó. El simplemente se levantó, rozó su hombro con el dedraco y luego salió a buscar a su amiga.

El rubio pretendía salir aespiar, pero una silueta parada en la escalera de mármol lo detuvo. Blaise lomiraba con aspecto enfurecido. Lentamente bajó los escalones hasta quedar enfrente de Draco.

- Creí que no volverías a ver aGranger - le dijo en tono decepcionado. El rubio solo lo miró.

- Lo siento Blaise, no puedo
la amodemasiado - confesó aun sorprendido por sus palabras, el moreno entrecerró susojos chocolate.

- ¡Me prometiste que nunca másvolverías a estar con ella! ¡Me prometiste volver a ser el mismo de antes!¡volver a ser mi mejor amigo! - le reprendió levantando la voz. El rubio nocontestó, era la primera vez que peleaba de esta forma con su mejor amigo y noquería continuar, además, sentía deseos de saber lo que hablaban su castaña yese amigo.

 

- Blaise, entiende
Yo la amo

- La amas ¿y qué? ¿crees que todoahora será normal? ¡No te das cuenta! Tú no puedes darle lo mismo queArchibald
nunca será así - le mintió para que entrara en razón. Esas palabrasresonaron en la mente del rubio y le dolieron en lo profundo de su corazón.

Fingióno escuchar a su amigo y se encaminó a la salida, pero Blaise lo tomó del brazoy lo giró bruscamente.

- Draco Lucius Malfoy, si pones un piefuera de esta torre nunca más volveré a ser tu mejor amigo, ni siquiera seré tuamigo - le advirtió. El rubio casi derramaba una lágrima, pero se contuvo. Enestos momentos, Hermione era sin quien no podía vivir.

Salióal pasillo dejando atrás a Blaise con las palabras en la boca. Pero searrepintió en cuanto vio tal escena: Hermione y Nate se estaban besando

*HermioneGranger*

Esperésentada fuera de la torre Slytherin hasta que por fin Nate apareció. Me mirócon aire entristecido y además sus ojos verdes azulados estaban llorosos.

- ¿Qué quieres Hermione? - me preguntófríamente, lo que causó que yo me estremeciera.

- Necesito hablar contigo - le dijesin rodeos, el solo asintió levemente en señal de que prosiguiera - Yo
losiento mucho Nate pero
Yo
Yo amo a Draco

- ¿Por qué? - inquirió irónica yenfurecida mente - ¿que tiene el que yo no tenga? ¿Qué es lo que te da y yo no?¿Por qué Hermione?

- No se trata de porque, simplementeocurrió. Tal vez no sea la mejor persona, pero él lo es todo para mí. Meenamoré de él, y con solo estar a mi lado el me da todo - le expliqué con laspalabras más sinceras que salieron de mi corazón. Luego suspiré, hacía muchotiempo que tenía guardados esos sentimientos y se sentía bien poder dejarlossalir.

- Supongo que eso es todo
adiós
-murmuró mirando para otro lado, pero yo lo detuve rápidamente.

- Nate
me prometiste que pasara loque pasara nunca me dejarías, que nunca abandonarías nuestra amistad- lerecordé sus palabras, mientras una pequeña lágrima resbalaba por mi mejilladerecha.

- Lo recuerdo
pero esto ya no esbueno para mí
- susurró tristemente. - pero
solo te pido una cosa
- iba apreguntarle que quería, pero se abalanzó sobre mí y me beso a la fuerza. Yointentaba alejarlo pero me era imposible, el no me soltaba.

Sealejó de mí unos segundos después, pero no me sentí aliviada ya que Draco habíacontemplado nuestra escena y estaba pensando lo equivocado.

Comenzóa caminar rápidamente. Yo miré a Nate decepcionada y enfurecida y luego meencaminé a buscar a mi rubio.

Busquépor todo el castillo, hasta que lo encontré. Estaba en su lugar preferido, esedonde solía pensar todas las noches, el más tranquilo de todos: la torre deastronomía.

- Draco
no es lo que crees
- medefendí. El me miró fríamente, sus hermosos ojos grises estaban bañados enlágrimas.

- Ya no se qué creer Hermione
-susurró apagadamente, alejándose unos pasos de mi como si yo fuera un monstruo- Blaise tenía razón

- ¡El me beso! ¡Yo no quise! ¡Estasequivocado! - exclamé, pero Draco me calló al instante.

- Tal vez esto sea cosa del destino
Blaise tenía razón
No soy bueno para ti - pronunció esas palabras con muchadificultad, en ese instante mi corazón se quebró - No puedo darte lo quenecesitas
Mereces algo mejor hermione Granger

 

Intentéacercarme a él pero ya era muy tarde, había desaparecido.

Laslágrimas cayeron fuertemente de mis ojos, y los sollozos comenzaron y cada vezse hacían más intensos. Mi Draco
¿Por qué se había ido? ¿A qué se referíaconque no era lo que yo necesitaba? ¿Merecer algo mejor? El era lo único que yoquería
¿Dónde estaba mi rubio?

Unmes había transcurrido ya en Hogwarts. Para muchos alumnos eso era emocionante(ya que significaba el término de las clases y para los de último año lagraduación) Y para otros como Hermione era triste y a la vez lento.

Faltabansolo dos días para su graduación, la mayoría estaban emocionados pero ese noera el caso de la castaña.

Habíapasado el peor mes de su vida. Intentó buscar a Draco por todos lados, inclusoles pregunto a las serpientes (quienes no la trataron muy bien) pero ningunosabía nada. Según Blaise, su amistad con el rubio ya no existía, y a ciertocastaño no le podía preguntar ya que otra amistad más había desaparecido

Asíes, hacia ya un mes desde que Hermione y Nate habían concluido su amistad, unmes de miradas frías, ignorancias, insultos y algunas peleas tontas. Pero lacastaña se consolaba pensando que al menos tenía a Harry, su hermano del almaque nunca la abandonó y estaba dispuesto a apoyarla en las buenas y malas.

Inclusoel ahora estaba feliz, ya que en tan solo un mes su relación con Ginny habíaprogresado. Ya no fingían no conocerse ni actuaban con indiferencia, alcontrario, ahora estaban mucho más cercanos.

Yrespecto a Ron
bueno esté mes el había estado igual. Continuaba sentándose enel lugar más apartado y alejado de Hermione en la mesa. Cuando se veían en lasala común de Gryffindor apenas cruzaban miradas y las del pelirrojo eran muyfrías.

Ahora,Hermione se encontraba sentada en el gran comedor. Observando cómo las chicashablaban de los vestidos para la graduación, los chicos hablaban de a quienllevarían y los profesores estaban ocupados con las decoraciones.

¿Quémás había pasado en este último mes? Ah sí, ella había descubierto un secretode su madre que nunca debió saber.

Unosdías atrás, recibió una llamada de Howie Archibald, el padre de su antiguoamigo Nate, quien le comunicó que su madre había sido arrestada ya que laencontraron alcoholizada y además en el último mes se volvió drogadicta.

Esanoticia le cayó como un balde de agua fría. Su madre drogadicta, fumabacocaína. Y todo esto había ocurrido por la muerte de su padre, de seguro Jeanhacía estas cosas para poder olvidarlo y no cargar con la presión, pero habíatomado métodos muy malos. Así que, desde ese día, la castaña se consideróhuérfana, prefería eso antes que tener una madre que no se interesaba en ella ypara aliviar sus penas elegía hacer cosas que su padre odiaría si estuvieravivo.

Eneste momento ella atravesaba una profunda tristeza, ya no tenía a nadie. Elúnico que le quedaba era Harry, y ahora ella comprendía por lo que su amigohabía pasado al morir sus padres. Porque para ella, una chica respetable ycumplidora de la ley, por las cosas que había hecho su madre, Jean estabamuerta.

 

Tambiénen este último mes había sufrido cambios extraños. Últimamente estaba mucho mashambrienta de lo habitual y casi todo lo que comía luego lo vomitaba, ya quealgo la hacía vivir mal del estómago. Acaso
¿acaso ella estaba
? No, eso eraimposible. Ella no podía estar
embarazada. ¿o si?

Mientrasque al otro lado del mundo (en Argentina) se encontraba Draco Malfoy, ahogandosus penas en licor que ofrecía el bar del hotel en el que se hospedaba.

Esteúltimo mes fue una tortura para el rubio, quien no dejaba de pensar enHermione, en sus palabras, en el besocon el estúpido de Nate, en esa noche, la mejor de su vida, en esos ojos cafés,en todo de ella.

¡BastaDraco, prometiste olvidarla! Pensaba una y otra vez el muchacho, pero por másque intentara era imposible ya que todo a su alrededor le recordaba a ella.Como ser las flores de su habitación con el olor a miel de su perfume, el cafécomo el color de sus ojos que tomaba en el desayuno, las paredes de suhabitación pintadas con el mismo color del cabello de Hermione, la suavidad delas sabanas igual a la piel de la muchacha, todo le recordaba a ella. Nolograba sacarla de su mente, porque ella había ganado su corazón

Unasbailarinas con poca ropa del bar lo sacaron de sus pensamientos. Con unaspalabras las sedujo (era imposible no querer estar con ese rubio) y las llevó asu habitación.

Estabaa punto de hacer lo que hacía todas las noches en este último mes (aunquesiempre imaginaba que era Hermione con quien estaba) pero un ruido en lachimenea lo distrajo.

Lasmuchachas se marcharon y él se encaminó hacia el fuego, cruzando los sillonescolor beige y la mesa llena de revistas viejas, para ver de quien se trataba.Era su abuela Esther.

- ¡Draco Lucius Malfoy! ¿todavíasigues en argentina? - le preguntó su anciana abuela, ella era la única quesabía de los problemas con Hermione y el paradero del rubio.

- Si abuela
¿Por qué? - inquirió elrubio, haciéndose el desentendido. Pudo ver a través de las llamas la malaexpresión de Esther.

- ¡Eres igual de cobarde que tu padre!- lo reprendió - el también huyó un mes al tener problemas con tu madre. ¿Porqué tienes que ser igual a él?

- Yo no soy como él - exclamó elrubio, en el último mes había odiado esa frase más de lo usual - ¿Qué debohacer abuela? Estoy confundido

- ¿la amas?

- Más que a mi propia vida - confesóDraco, las palabras salieron directamente de su corazón. Ahora su abuelasonreía.

- ¡Entonces lucha por ella! - exclamóEsther, mientras que algunas chispas brotaban de las llamas.

- Gracias abuela
Nos veremos pronto -se despidió el rubio, pero su abuela le pidió un segundo más.

- Por cierto
me gusta el nombreScorpius - murmuró alzando una ceja, el rubio la miró sin entender.

- ¿por qué me dices esto abuela? -inquirió confundido. Esther esbozó una sonrisa misteriosa.

- Cuando veas a la dulce Hermione,pregúntale sobre los sucesos de este último mes
- susurró. Draco estaba porpreguntarle cuales sucesos, pero a silueta de su abuela desapareció después desu misteriosa frase.

Elrubio no lo pensó dos veces y comenzó a armar su maleta. Era hora de volver aHogwarts y que mejor momento que este, después de todo, faltaban solo dos díaspara la graduación.

 

Eraviernes, el último día de clases en la semana y además el ultimo día enHogwarts para los de último curso.

Lamayoría estaban emocionados porque solo faltaba un día para las vacaciones,mientras que otros estaban preocupados y a la vez emocionados por lagraduación.

Ciertacastaña también estaba que rebosaba de preocupación, se había comido todas lasuñas hasta la cutícula y cuando ya no le quedaba nada que morder, comenzó amover su pierna derecha compulsivamente. Después le agarró esa ola de hambreque tanto la atormentaba este último mes, y luego esas infalibles ganas devomitar todo lo ingerido.

Nopodía continuar mas así. Ella tenía que hacerse la prueba de embarazo. Pero ledaba tanto miedo. ¿Qué tal si salía positiva? ¡El bebe era de Draco! ¿Cómo selo diría? Y además ¿Qué dirían sus padres y
Harry?

Estabadebatiendo todo esto mirando a través del balcón de la torre de Astronomíacuando sintió unas manos frías rodeándole la cintura. Sabía bien de quien setrababa pero
¿no estaba en otro lugar?

Segiró bruscamente y sonrió al verlo. Ahí estaba Draco Malfoy, parado en frentede ella con una sonrisa traviesa que derretiría a cualquiera, con su cabellorubio platinado despeinado por el viento y con esa mirada proveniente de esosojos grises que tanto la hipnotizaban.

- ¿Me extrañaste? - susurró divertido.Hermione sonrió y luego lo miró directamente a los ojos.

- Se supone que estas enfadado - ledijo y luego de la nada le dio un codazo en el estómago - eso es pordesaparecer y dejarme preocupada.

- ¡Tú me tienes preocupado a mí! -exclamó frotándose el lugar que su castaña había golpeado - ¿estás embarazadahermione? - preguntó sin rodeos, la castaña se quedó muda.

- La verdad es que no tengo idea -contestó luego de unos minutos - Me he sentido rara este último mes pero
aunno me hice la prueba.

- ¿Por qué? - inquirió el rubiopreocupado, mientras acariciaba la mejilla de Hermione.

- Es que
¡Me da tanto miedo! - estallóella, luego abrazó a Draco con todas sus fuerzas y derramo algunas lagrimas.Después de unos segundos se separaron y él le limpió las mejillas - ¿Qué diránlos demás?

- ¿acaso importa? Lo único que meinteresa es que nosotros seamos felices. Y si estas embarazada cuidaré anuestro hijo, porque tú eres lo más importante que tengo - después de escucharesto la castaña no aguanto más y lo besó. Sus palabras eran tan tiernas.

- Entonces supongo que

- Es hora de averiguarlo
- continuóla frase Draco. Tomó de la mano a Hermione y juntos caminaron a la enfermería. Porsuerte no había nadie en los pasillos, ya que todos estaban ocupados armandosus valijas y terminando sus atuendos para la graduación de mañana.

Alllegar, la parejita le contó todo lo ocurrido a madame Pomfey, ella losentendió y juró no decir ni una palabra de lo sucedido, al menos hasta queellos estuvieran listos.

Lacastaña se recostó en la camilla y Draco a su lado sostenía la mano de ella. Laenfermera realizó un hechizo que Hermione conocía, pero en este momento ellaestaba muy nerviosa y solo quería saber los resultados.

- ¿y bien? - preguntó desesperada lacastaña. El rubio la acarició en señal de que se tranquilizara.

 

- Señorita Granger
usted estáembaraza - anunció la enfermera. Hermione suspiró y miró a Draco para ver su reacción,pero él estaba en estado de shock.

- ¡por Merlín! - exclamó y luego sedesmayo cayendo al piso inconsciente. La castaña lo miró sorprendida y a la vezpreocupada.

- Suele pasar
- la tranquilizó madamePomfey. Con su varita hizo aparecer un vaso con agua y se lo lanzó en la caraal muchacho tendido en el suelo, logrando que este despertara agitadamente.

- Draco
seremos padres - informó lacastaña un poco nerviosa pero a la vez sentía una alegría dentro de ella. El bebeera de su único amor, y con eso ella estaba feliz. La enfermera decidióretirarse para que ellos pudieran hablar tranquilamente.

- Supongo que

- Es hora de decirle lo nuestro almundo - completó la castaña, como hace un rato lo hizo el rubio. Draco asintióy luego le dedico a su novia una cálida sonrisa. Ella, se abalanzó sobre él yle dio un tierno beso.

Salieronde la enfermería tomados de la mano. Los pocos estudiantes que caminaban porlos pasillos miraban atónitos y cotilleaban con sus amigos. Era sabido que elrumor se extendería por todo el colegio en menos de una hora. "La sangre suciasaliendo con el príncipe de Slytherin" Sin dudas serían el centro de las habladurías.Pero mientras estuvieran juntos todo estaría bien para ellos.

- Por cierto
- comenzó Draco, parándoseen medio del pasillo e ignorando la mirada de tres chicos de Ravenclaw - ¿lecontaste a mi abuela sobre tus síntomas?

- ¿A Esther? ¡Claro que no! ¿Por qué lodices? - preguntó Hermione extrañada y muy curiosa.

- Porque
me llamo y
- pero no pudoterminar la explicación, porque en ese momento fueron interrumpidos por unmuchacho.

- Nate
- susurró la castaña agachandola mirada, mientras que Draco solo bufó en señal de desaprobación.

- Al final
¿estás embarazada? -inquirió. La castaña y el rubio se miraron sin entender. ¿Cómo sabía Nathanieltodas estas cosas?

- Co
¿Cómo sabes tú eso Nathaniel? Nadielo
- Hermione puso su dedo en los labios de Draco, mientras que miraba alcastaño perspicazmente.

- ¿Esther? ¿¡Esta loca!? - exclamó concara de pocos amigos. El rubio miraba sin entender, mientras que una sonrisapicara se asomaba por el rostro de "Nate". Después de esto el pasillo fueiluminado por una luz blanca y brillante. Cuando desapareció ya no había uncastaño parado frente a la pareja, sino que en su lugar estaba una anciana decabello platinado y enmarañado que usaba un vestido de flores y unos altostacos.

- ¡POR MERLIN! - gritó Draco, luego(como hace unos minutos) volvió a caer inconsciente en el suelo de piedra. Laseñora Hill se acercó a Hermione y laabrazó fuertemente, pero la castaña aun no reaccionaba. ¡Esto era un viernes delocos!

- ¿por
porque se hizo pasar por unmuchacho? ¡No lo entiendo! - dijo Hermione, llevándose las manos a la cabeza y mordiéndoseel labio. Esto era demasiado para ella.

- Necesitaba demostrarles a mi nieto ya ti que son el uno para el otro. Y Nate si existe, yo solo tomé prestada sufigura - explicó con mucha tranquilidad, ignorando el seño fruncido de lacastaña - Tu eres la única que quiero para él. Te volviste muy importante paranuestra familia pequeña niña y también para el corazón de Draco.

 

- ¡Casi mata a su nieto! - le reprochóella mirando a su novio tirado en el piso. Siguió el ejemplo de Madame pomfey(apareció un vaso de agua con su varita) y luego despertó al rubio. Este selevantó furioso y se marchó sin decirle ni una palaba a su abuela.

- Se le pasará
- la tranquilizóHermione - ¿quiere ir a Hogsmeade? - le preguntó. La anciana asintió y tomó lamano de la muchacha. Juntas salieron del castillo y se dirigieron a las TresEscobas a tomar una cerveza de mantequilla y a conversar. Mientras que un rubioestaba al borde de un paro cardiaco. Este había sido el vienes más loco de suvida. Simplemente
¡Un viernes de locos!

Hermioney Draco caminaban por los pasillos de Hogwarts con sus manos entrelazadas. Másde uno los miraba y cotilleaban sobre su relación, pero ellos le restabanimportancia ya que eran felices estando juntos.

Mientrasrecorrían el castillo visualizaban todo lo que se encontraba a su alrededor.Definitivamente iban a extrañar este lugar, después de todo era su segundohogar.

Sepodían sentir los nervios y la ansiedad por la graduación que se llevaría acabo esta tarde. Las chicas hablaban sobre sus atuendos, el maquillaje y supareja, mientras que los muchachos estaban sentados imaginándose lo aburridaque sería la ceremonia. ¡Típico de loshombres! Pensó la castaña, aunque ella tampoco le daba mucha importancia alasunto.

Entoncesen ese momento, ambos se pusieron a pensar en todas las cosas que extrañarían.Como ser los deliciosos banquetes que se servían en el gran comedor, las bromaslocas de Peeves que volvían loco a Flich, las caras de sus amigos presentestodos los días, la desesperación al sentir que no aprobarías los exámenesfinales, a los profesores porque si bien algunos eran malvados igualmente sehabían hecho querer, entre muchas cosas.

Los recuerdos se vieroninterrumpidos por dos figuras que llamaban a Hermione. Harry y
¿Ginny? Lacastaña miró extrañada a Draco. Éste decidió que tenía que dejar sola a sunovia para que pudiera charlar tranquilamente con sus amigos. Asique le dio undulce beso en la mejilla y luego se marcho hacia la torre de Slytherin.

- ¡Hermione! - le gritó Harryacercándose más a ella y llevando a Ginny tras de sí - ella
ella quiere hablarcontigo - le comunicó mirando seriamente a las dos chicas. La castaña asintió yel pelinegro, al igual que Draco, se marchó dejando sola a las dos chicas.

- Hermione yo
yo quiero disculparme -titubeó la pelirroja, mirando fijamente sus manos para evitar la mirada de lacastaña - Se
sé que no me porté bien contigo y que no supe respetar tussentimientos pero
pero me gustaría intentarlo de nuevo
tu
¿tú podríasperdonarme? - preguntó levantando al fin la cabeza y encontrándose con los ojosde Hermione. Esta se lo pensó por unos cortos minutos.

- Pues
supongo que todo el mundomerece una segunda oportunidad - dedujo mientras una sonrisa se extendía por surostro - Asique si
considera tus disculpas aceptadas - le dijo. Ginny brincóde felicidad y abrazó fuertemente a su amiga. La castaña se sentía feliz,después de todo la pelirroja era muy importante para ella - Y
¿y tú hermano? -inquirió con un poco de preocupación, pero se arrepintió al ver la expresión enel rostro de Ginny.

 

- No lo sé
ayer encontramos una notaen su cama informándonos que se marchaba a otro país pero no nos dijo adonde -contestó soltando un par de sollozos. La castaña se acercó y la abrazó. Sabíaque en parte esto era su culpa - ¡mira la hora, se nos hace tarde para lagraduación! - exclamó Ginny, tomando a Hermione de la mano y arrastrándola a latorre Gryffindor.

Unavez allí, Hermione se dio un baño relajante de burbujas y al salir comenzó avestirse. Llevaba un vestido hasta las rodillas color bordó opacado que estabadecorado con flores beige encima, y en las mangas con forma de tiras teníacolocado un moño, mientras que en la cintura llevaba una faja color beige ybrillante. El cabello se lo alisó y lo tiró hacia un costado. De verdad que seveía hermosa, como toda una leona.

Semaquilló con rímel y delineador negro en los ojos, mientras que n la cara sepuso base color natural y un poco de rubor color rosa claro. El maquillaje nole atraía demasiado a la castaña.

Unosminutos después, ella y Ginny caminaban hacia uno de los patios traseros delcastillo. Habían elegido el más floreado, verde y vivo para celebrar lagraduación. Entonces, Hermione se detuvo en seco y la pelirroja la mirópreocupada.

- Debo ir a un lugar antes. Te alcanzodespués - le dijo caminando en dirección contraria a la de hace un momento.Ginny solo asintió y luego se marchó a buscar a Harry.

Eraimposible no despedirse de aquel lugar. Ese que había sido su refugio por sieteaños, ese que le brindó muchísima información y a la vez entretenimiento, esecon el que enriqueció su cerebro, ese que era su sitio favorito en todo elcastillo: La biblioteca.

Acariciólas solapas de los libros acomodados en los polvosos estantes, memorizando cadatítulo y recordando las horas que se pasó leyéndolos. De verdad que extrañaríamucho este lugar ¿ahora en donde encontraría entretenimiento? Porque, pese aestar segura de que había leído todos los libros (menos los de la secciónprohibida) lo mismo los extrañaría, y echaría de menos leerlos una y otra vezen los momentos de soledad, tristeza o simplemente aburrimiento.

Cuandoestuvo convencida de que había recorrido todo el inmenso lugar, por fin semarchó hacia el patio lateral del castillo.

Alllegar contempló todo el lugar. El césped estaba recién regado por lo que lucíamuy verde, también habían colocado flores color rosa, blanco y amarillo quedesprendían un dulce aroma. En dos filas (una a la izquierda y otra a laderecha) se encontraban muchas sillas decoradas con mantas blancas y en elmedio una alfombra roja que era sostenida por unos setos con más flores. Adelante,había un escenario pequeño cubierto también de blanco y allí se encontraba unpupitre con un micrófono encima.

- ¡Hermione! - le gritaron. Divisó aDraco caminando hacia ella. Lucía un esmoquin elegante de color negro con unacamisa blanca abajo y un moño azul en el cuello. Su cabello rubio platinadoestaba despeinado. Realmente él era el mago más hermoso del planeta, Hermionese había sacado la lotería. - ¡Estas hermosa mi amor! - la aduló mientras sedaban un dulce y cálido beso.

- ¡Tú no te quedas atrás! - lecontestó la castaña. El rubio sonrió y volvió a besarla. Después oyeron la vozde McGonagall en el micrófono llamando a tomar asiento a todos los graduados yfamiliares. Y ellos así lo hicieron.

 

- Ahora
debo pedirle al joven DracoMalfoy que se acerque a este pupitre a dar el discurso para todos los graduados- el rubio camino sonriente y se paró en frente de todos tomando sus papeles ylisto para decir sus palabras.

- Un nuevo año ha terminado - comenzómirando fijamente al publico - para algunos es solo un año más, pero para mí ytodos mis compañeros presentes aquí al frente - hizo una seña hacia los otrosestudiantes ubicados en las dos primeras filas - es el final de nuestros añosde estudiantes en Hogwarts y el comienzo de una vida de adultos. Si mepreguntan qué es lo que más voy a extrañar no sabría que decirles en concreto,pero estoy seguro de que la respuesta correcta sería "todo". Porque Hogwarts esun segundo hogar, uno en el que aprendemos a lo largo de los años aconvertirnos en magos en el que también hacemos amistades duraderas y enalgunos casos
algo mas - miró a Hermione con una gran sonrisa, ella seruborizó pero a la vez también sonrió - Asique cuando a lo largo de mi vida mepregunten "¿Qué es lo que más extrañas?"o "¿Cuáles fueron los momentos másfelices de tu vida" sin dudas contestaré "Hogwarts" porque en este lugarconstruí gran parte de mi vida. Gracias a todos - concluyó. Segundos después latribuna estalló en aplausos. Y finalmente, los estudiantes lanzaron sus gorros(con los colores de sus casas) al cielo. Ya se habían graduado.

Unahora después, la música resonaba en el patio del castillo. La mayoría de losestudiantes bailaban, otros bebían ponche y algunos charlaban con susfamiliares o con sus parejas.

- Entonces
¿te gusto mi discurso? -le preguntó Draco a Hermione mientras que bailaban en el centro de la pista.Ella sonrió.

- Me encantó.

- La verdad es que omití todas laspartes locas de mi vida aquí - admitió entre algunas risitas - ¡tantas locuras!

- ¿tus locuras? - inquirióirónicamente la castaña - ¡Yo bese a la abuela de mi novio! - exclamó un pocoapenada. Draco estalló en risas.

- ¿Qué tal besa?

- ¡No mejor que tú! - le dijo en suoído. Entonces el rubio la tomó por la cintura y la besó dulcemente por unosminutos. ¡Este chico sí que besa bien!Pensaba Hermione.

- Hablando del rey de roma
- susurróDraco. La castaña volteó y vio a la loca Esther caminando hacia ellos junto conNarcisa. Cissy ya estaba al tanto del embarazo, ya que "el rey de roma" lehabía contado todo ayer.

- ¡Mis graduados! - gritó Esther,abrazando a su nieto y a la novia. Ellos sonrieron, pero en realidad lesfaltaba el aire de tan fuerte que losapretaba. Al soltarlos Narcisa abrazó fuertemente a su hijo.

- Yo los apoyaré en todo - les dijo mirándolosa ambos - Solo que
¿Por qué me hacen abuela siendo yo tan joven? - los cuatrose rieron. Ya eran una familia feliz. Después, Cissy y Esther se marcharon poralgo de ponche.

- Ah, me olvidaba de decirte algo - lecomentó Draco a su novia - He decidido tener un futuro distinto al de mi padre.

- ¿¡enserio!? - exclamó ellasorprendida y feliz.

- Si
gracias a una castaña sabelotodoque me llamó "cobarde" - Hermione agachó la cabeza apenada, pero el rubio latomo de la barbilla obligándola a mirarlo directo a sus ojos grises - pero esome ayudó a recapacitar. - Hermione no aguantó más y lo abrazó fuertemente.

- Ahora solo falta una cosa
- Dracola miró con curiosidad - ¿Qué nombre le pondremos al niño?

- ¿Cómo sabes que será niño? -preguntó Draco con una mirada picara, que seguramente derretiría a cualquiermujer.

- Lo presiento - se limitó a contestarella - será tan hermoso como su papa.

- En ese caso
creo que se que nombreponerle - su novia lo miró esperando una respuesta. Pero el fijó su mirada grisen la mesa de aperitivos, donde su abuela sonreía y charlaba animadamente consu madre y Minerva McGonagall - Scorpius

- ¡me encanta! - exclamó Hermione. Despuésde esto se acercó a Draco y le dio un tierno pero apasionado beso.

Suvida ahora era perfecta. Claro, había algunos cabos sueltos como RonaldWeasley, pero dentro de todo ella estaba feliz. Se reconcilió con su mejoramiga, tenía a su hermano del alma que la apoyaba en todas las circunstancias,una suegra y una abuela política que eran como su familia, un bebé que en ochomeses nacería y la haría la mujer más feliz del mundo y sobre todas las cosas,estaba con el hombre que mas amaba en el mundo: Draco Malfoy. Ese que fue suenemigo por seis años seguidos, ese al que odió por mil actos pero con tan solouno se ganó su corazón. Ese con el que tuvo su primera vez, ese que fue elcausante de sus lagrimas y largas noches de insomnio, pero también ese que lahacía la mujer más feliz del mundo, ese que le arrancaba un millón de suspiros,ese que la amaba como nadie lo hizo, ese que siempre le alegraba el día, y eseque siempre estaría a su lado sin importar lo que pasara, porque e definitiva,este amor era para siempre.

THE END.



Bueno, este fic llego a su fin. MUCHISIMAS GRACIAS A LOS 250 USUARIOS QUE AGREGARON ESTA HISTORIA A SUS FAVORITOS. Y TAMBIEN A LOS QUE DEDICARON TIEMPO EN LEERLA Y COMENTAR. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, PERDON SI COMETÍ ALGUN ERROR, PERO NO SOY BUENA ESCRIBIENDO. EN FIN, ESTE FIC FUE EL MAS LARGO QUE ESCRIBI Y ME DUELE DESPEDIRLO, PORQUE DE TODOS FUE AL QUE MAS TIEMPO LE DEDIQUE.MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS DE NUEVO. Y NOS SEGUIREMOS LEYENDO SI PASAN POR MI OTRO FIC "THE WAY I LOVED YOU". BESOS, AGOS.

¿Cual es tu problema Malfoy? ¡Eres tú Granger! - Fanfics de Harry Potter

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El trío dorado se encontraba en el expreso a hogwarts. Listos pararnrecuperar el año perdido enfrentando a Lord Voldemort.

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2023-02-27

 

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¿Cual es tu problema Malfoy? ¡Eres tú Granger! - Fanfics de Harry Potter

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