Teacomodas en la silla, sabes lo que vendrá, siempre lo supiste. Respiras hondo ymiras el reloj, cinco minutos, tan solo cinco minutos para que el partidocomience.
Observascon infinito amor a tu pequeño hijo que acurrucado en el sillón y envueltoentre bandera y camiseta permanece abatido por el sueño, a pesar de haberpasado todo el día hablando del partido al final el sueño lo venció; aunquesabes que probablemente tus estrepitosos gritos lo harán despertar.
Tumirada va inconscientemente hacia el cuadro colgado en la pared, ese en el queuna foto de tu viejo permanece, lesonríes, agradecido de haberte inculcado esa pasión desenfrenada. Esa pasiónque le transmites a tu hijo y que él lo hará con los suyos.
Lasvoces de los comentaristas se escuchan a través del deteriorado televisor, losobservas expectantes, como lo has hecho tantas otras veces.
Esperasla entrada de los jugadores, esos a los que gritas sin parar, esos a los que aveces desearías abrazar. Y sonríes, sonríes al ver la fiesta que se forma enese mágico estadio, sonríes al ver a todos esos manyas que comparten tu desenfrenada pasión, sonríes al ver a esamultitud alentando con tanto esmero.
Lossaludos proceden, te acomodas en tu sitio, esperando pacientemente, sabes queno será fácil, pero también sabes que no será imposible, porque nada es imposible para tu Peñarol.
Tu niñoabre los ojos y te observa, lleno de admiración, deseando ser algún día comotú.
-¿Yaempezó?-Pregunta con su voz infantil, restregándose los ojos con cansancio, lesonríes con ternura, con esa sonrisa que solo tienes para él. Asienteslentamente y lo dejas tomar asiento en tus piernas, ambos abrazados, ambos conla camiseta de ese cuadro que tanto amas, ambos soñando con gritar de alegría esanoche.
Elpartido transcurre con lentitud, sabes que los jugadores lo están dando todopero no puedes evitar que de tus labios salga algún que otro insulto, algunaprotesta y porque no algunos halagos. Pero sabes que a pesar de todo losquieres, sabes que ellos de alguna forma son parte de tu familia, de tu vida,porque ellos son parte de Peñarol.
Losminutos transcurren, el marcador mantiene su igualdad, observas con frustraciónese cero a cero, miras al cielo y pides a los dioses, a tus antepasados, atodos los manyas que los ayuden, quehagan ese milagro.Te recomendamos Dioses y mitos
Cincominutos, el tiempo pasa y el gol no llega, los colombianos se dan porganadores, te agarras la cabeza, tu hijo te observa sin llegar a comprender deltodo la situación pero sabiendo que nada bueno esta pasando.
Imitándote,mira al cielo y con sus ojos llenos de esperanza pide ayuda.
-Abuelito,ayudanos-Dice con su vocecita, con sus tan solo tres años, le sonríes y unarebelde lágrima recorre tus mejillas. Nunca lloras, pero la situación tedesborda.
Sabesque nada termina hasta el último pitazo pero no puedes evitar sentir esaopresión, no puedes evitar comprimirte de dolor al ver todas esas caras largasen el estadio Nacional de Santiago.
Yde pronto, el milagro ocurre, una pelota puesta en el último minuto delpartido, te agazapas en tu lugar, abrazado a tu hijo. Y gritas, gritas confuerza, elevando al cielo tu emoción, agradeciendo ese milagro. Ese gol deDiego Aguirre en el último instante.¡Hola!Bueno, ¿Que dicen?¡Me intriga saber si hay otra/o manya en Potterfics!El texto salió de mi loca cabezita hace unos días, me desperté con la canción que aparece en portada en la cabeza y salió esto...El hombre que aparece es un poco genérico, expresando lo que todos los hinchas sienten, y un poco mi abuelo.Si, mi abuelo al igual que mi padre son muy hinchas de Peñarol, ¡Y así salió la nena! xDYaaa, esta dedicado a él, falleció hace más de un año y cada vez que juega Peñarol pienso en él, cada vez que vamos perdiendo le pido que nos ayude :)Me estoy extendiendo mucho...Soy hincha de Peñarol a muerte y les pido que si sienten lo mismo me dejen un comentario, aunque sea diciendo: ¡Yo también soy manya!
Besos, Paz
P.D: Si les gusta el fútbol, tengo otro texto, es del partido de Uruguay-Ghana aunque es muy diferente a este. Les dejo el link : https://potterfics.com/historias/103625
Cuanto te quiero, Peñarol, cuanto te quiero - Fanfics de Harry Potter
Teacomodas en la silla, sabes lo que vendrá, siempre lo supiste. Respiras hondo ymiras el reloj, cinco minutos, tan solo cinco minutos para que el partidocomi
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2024-05-18

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