De una boda sale otra ¿no? - Potterfics, tu versión de la historia

 

 

 

El señor Blaise Zabini y la señorita AstoriaGreengrass

tienen el placer de invitar al señor

Draco Malfoy

a su enlace matrimonial

fijado para el día 3 de Septiembre de 1999.

Esperamos su lechuza para confirmar la invitación.

Draco miró de nuevo la invitación de la boda de su amigo deHogwarts, Blaise, y se pasó la mano por los ojos. Hacía dos años que habíaacabado la Guerra Mágica contra Voldemort. Dos años de juicios y visitas aAzkaban para ver a su padre, Lucius Malfoy, uno de los mortífagos másconocidos. Había pasado un mes desde que se les notificó la sentenciadefinitiva, según la cual, habían sido considerados inocentes él y su madre. Supadre, en cambio, fue condenado a pasar cinco meses en Azkaban y luego pasar unaño haciendo "servicios comunitarios en contacto con muggles", tal y comodescribió el juez.

 

A pesar de ello, podían considerarse afortunados con lasentencia, ya que podía haber sido mucho peor si Potter, Weasley y Granger nolos hubieran ayudado. Los tres amigos habían acudido al juicio contra losMalfoy y habían testificado a su favor, diciéndole al juez que tanto Draco comoNarcissa habían mentido a los mortífagos con intención de salvar a Potter, "Elniño que vivió". Además, la sangre suc
Hermione Granger estaba estudiandoLeyes Mágicas en el Ministerio (cómo no) y les había dado consejos jurídicos, aél y a su abogado. La verdad es que les estaba
agradecido por su ayuda.

¿Quién lo iba a decir? En el colegio siempre estabacriticándolos, viendo como podía fastidiarles, y ahora estaba agradecido. Delocos.

Draco sacudió la cabeza e intentó concentrarse en la boda deBlaise y Astoria. La verdad, le sorprendió cuando Blaise le escribió desdeHogwarts, a donde había vuelto para cursar su ultimo año, y le dijo que habíaempezado a salir con Astoria, ya que nunca habían hablado entre ellos ni nada.Pero se alegraba por ellos.

Se levantó de la mesa del apartamento de apenas 180 metroscuadrados donde vivía desde hacía tres meses y se dirigió a su habitación.Abrió el armario y observó con ceño el interior. Maldita sea, no tenía túnicade gala. Se le rompió día del baile de navidad, en su cuarto curso, y no habíavuelto a comprar ninguna. Bueno, con su sueldo de funcionario del departamentode seguridad mágica podía permitirse una.

-En fin, necesitaré una túnica de gala nueva- dijo.

D&H

El señor Blaise Zabini y la señorita AstoriaGreengrass

tienen el placer de invitar a la señorita

Hermione Granger

a su enlace matrimonial

fijado para el día 3 de Septiembre de 1999.

Esperamos su lechuza para confirmar la invitación.

-No puedo creerlo, al final se casan- dijo Hermione, muysorprendida.

-No sé de qué te extrañas, Hermione, si en el último año enHogwarts estaban como dos tortolitos- dijo Ginny, muy animada.

-Pobre Astoria. Menudo elemento con el que se casa- dijoHermione- Menos mal que el año que viene me graduo y ya le puedo llevar eldivorcio. Le voy a sacar hasta los higadillos.

-Lo que sigo sin explicarme es cómo una chica como pudohacerse amiga de Astoria Greengrass.

-Tenemos más cosas en común de las que creí- dijo ella,encogiéndose de hombros.

-Claro- dijo Ginny girando los ojos- y os disteis cuentacharlando en la biblioteca ¿no?

-Exactamente. No sé de qué te extrañas.

 

Las dos amigas rieron, muy animadas. Su amistad habíapermanecido inmaculada después de la Guerra y había sobrevivido a muchosbaches
como la huida cobarde de Ron. Ron y Hermione llevaban saliendo un año ymedio y eran la pareja perfecta, junto con Harry y Ginny. Todo eraprácticamente perfecto: los días de diario ella estudiaba por la mañana LeyesMágicas y por la tarde trabajaba tres horas en un despacho del Ministerio y Rontrabajaba en la tienda de Sortilegios Weasley, junto con George. Los fines desemana y festivos salían, se divertían
en fín, que eran una pareja normal ycorriente, hasta que llegó la castrofe. Un día, en una reunión con sus antiguoscompañeros de Gryffindor, estaban charlando de los viejos tiempos cuando DeanThomas dijo:

-Ay que ver. Lo que nunca hubiera pensado es que vosotrosdos acabarais juntos, Ron y Hermione- dijo.

-No lo hubieras creido tú- dijo Seamus- Yo sí sabia que ibana acabar juntos.

-¿Sí?- se sorprendió Ron.

-Por supuesto- dijo Seamus- Se nota que estais muyenamorados y desde hace años.

-Bueno- dijo Dean- ¿y para cuando los niños?

-¿Niños?- preguntó Ron enrojeciendo intensamente.

-Sí, Ron- dijo Hermione con dulzura- Humanos en miniatura.

-¿Te cuento como se hacen, Ron?- preguntó, pícaro Seamus.

-Calla, Seamus- dijo Ron, completamente rojo.

-Antes tendréis que casaros, dijo yo- dijo Harry, decachondeo- Mi sobrinito tiene que nacer en un hogar asentado.

-¿Casarnos?- dijo Ron, en estado de shock

-¿Vas a repetir todo lo que digamos dijo Seamus, riendo.

Al día siguiente Ron la dejó. Dijo que no estaba preparadopara tener una relación seria, que no creía que fuera a salir bien, que laquería demasiado como para arriesgarse a perderla
desde entonces lo habíavisto algunas veces, de pasada. De eso hacía medio año ya.

Hermione lo paso muy mal, como es lógico, pero con la ayudade Harry y sobre todo de Ginny lo superó muy pronto y ahora estaba con ganas dedivertirse. Eso sí, sin descuidar sus estudios de abogada.

En ese momento Hermione y Ginny vivian juntas en un pequeñoapartamento en Picaddilly Street. Ginny acababa de empezar a trabajar en elProfeta, el periódico mágico, como reportera y su relación con Harry iba vientoen popa.

-Bueno, pues me parece que voy a tener que ir de compras.

D&H

Draco se apareció en el Callejón Diagon y se encaminó a latienda de Madame Malkin, para tomarse medidas para una túnica de gala nueva. Decamino se fijó en que muchas personas se le quedaban mirando ocn recelo, peroera algo habitual desde hacia dos años, así que alzó la cabeza y continuóandando.

Al llegar a la tienda abrió la puerta y entró. Al parecerMadame Malkin estaba en el interior de la tienda con otra persona, porque laoía hablar.

-¿Así que tienes una boda dentro de poco, no querida?

-Así es- dijo otra voz. Femenina también. Se le hacíaconocida esa voz.

-Me alegra mucho que sea así. A tu edad hay que divertirse,echar una cana al aire

-Canas las de usted,señora- pensó Draco.

-Tranquila, eso haré- dijo la otra voz, divertida.

-Y tú has estado tan triste, niña
- dijo Madame Malkin-Bueno, esto ya está. Lo tendrás dentro de una semana, Hermione.

-¿Hermione?- exclamó Draco.

 

No puede ser. Pasó al otro lado del mostrador y entró en elcuarto de costura. Allí, subida en un taburete, estaba Hermione sangre suciaGranger. Llevaba puesta una túnica de gala de color azul marino y madame Malkinestaba arrodillada a su lado cogiéndole el dobladillo de la túnica conalfileres. Hermione se giró hacia él

-¿Qué haces aquí, Malfoy?

-No puedo creerlo. ¿Qué demonios haces aquí, Granger?

-Que yo sepa no tienes el uso exclusivo de esta tienda-contestó ella a la vez que se volvía para contemplarse en el espejo.

La verdad es que estaba guapa la sangre sucia. Habíacambiado mucho desde que Voldemort murió. Ahora Hermione Granger era unaestudiante de Derecho mágico con un gran futuro profesional ante ella. Ademásque su cuerpo había cambiado: nunca fue gorda, pero ahora estaba más voluptuosaque antes, tenía más curvas y su pelo, la comidilla de las chicas Slytherin,estaba liso y brillante y le caía hasta la mitad de la espalda. Ya no parecíauna come-libros.

-Vaya, Granger, la ruptura con Weasley te ha sentado muybien- pensó Draco.

-¿Y bien? ¿Te ha comido la lengua el gato, Malfoy?- preguntóla morena.

-No, Granger, simplemente estaba pensando

-¿Pensando? ¿Una nueva habilidad?

-Callate, Granger.

-No me mandes callar, Malfoy.

-No lo haría si no fueras una sabelotodo.

-Piérdete.

-No puedo. Semejante cuerpo no puede perderse, es Patrimoniode la Humanidad.

-Creído.

-Bueno, ya está. No se peleen- intervino Madame Malkin.

-Empezó ella- dijo Draco mientras Hermione le sacaba lalengua por detrás de Madame Malkin.

-No me importa quien empezó. A ver, ¿Qué necesita usted?

-Una túnica de gala.

-¿Color?

-Verde serpiente- dijo Hermione, sarcástica.

-Muy graciosa, Granger- sonrió Draco- Negro.

-Corazón negro
- dijo Hermione en un susurro audible.

-¿Dijiste algo?- preguntó Draco.

Hermione se volvió hacia él y le sonrió. Había visto esasonrisa en su cara miles de veces, pero nunca dirigida a él. Era una sonrisaespectacular, perfecta. Parecía que el sol hubiera salido cuando sonreía así.El corazón empezó a latirle con fuerza.

-No, nada- dijo ella.

Draco se la quedó mirando hasta que la dueña de la tienda ledijo que se subiera él en un taburete para tomarle medidas.

-Bueno, querida- dijo Madame Malkin mientras Draco se subíaal taburete- Lo tuyo ya está. Como te dije antes, te lo enviaré a tu casadentro de una semana.

-Muchas gracias.

-Deja que te ayude, querida.

-Hermione alzó los brazos para que la señora Malkin laayudara a quitarse la túnica sin que se soltara ningún alfiler. Debajo llevabapuestos unos vaqueros y una camiseta de tirantes color rosa. Draco se aclaró lagarganta (se le había secado de golpe) y dijo:

-Vaya, y a donde piensas ir tan gua
elegante- se cortójusto a tiempo. ¿Había estado a punto de decir que era guapa?

-No es de tu incumbencia, Malfoy- dijo ella mientas seacomodaba el pelo y cogía su bolso- Pero voy a una boda.

-Vaya, que casualidad, yo también tengo una boda.

-Que bien- dijo ella, indiferente.

Estaba a punto de salir por la puerta cuando Draco lepreguntó:

-¿Cuándo es la boda?

-Tres de Septiembre- contestó.

-¿Qué?- exclamó él.

Hermione dejó la mano sobre el pomo de la puerta y se giróhacia él.

 

-¿Qué ocurre, Malfoy?

-¿Vas a ir a la boda de Astoria y Blaise?

-¿Cómo sabes
?- comenzó a decir ella. De pronto seinterrumpió, abrió mucho los ojos y dijo- No me digas que tú también vas.

Draco asintió lentamente mientras Hermione se dejaba caer enuna silla con cara de consternación.

-Vaya, vaya. Esto va a ser interesante.

-¿Qué dices, interesante? Esto va a ser un desastre, Merlínbendito.

-¿Por qué dices eso?- preguntó con cara de inocencia elrubio.

-No me vengas con esas Malfoy. Tú y yo siempre estamos a lagresca y les vamos a estropear la boda. Si no fuera porque ya mandé laconfirmación de mi asistencia

-Habla por ti, Granger. Yo me voy a comportar como siempre,genial- dijo él mientras Hermione le fulminaba con la mirada.

-Bueno, querido, lo tuyo ya está también. En una semana telo mandaré a tu casa.

-Gracias, señora- dijo Draco, bajándose del taburete.

Draco se paró delante de Hermione, que aún parecía en estadode shock. Se puso de cuclillas para estar a su mismo nivel.

-Mira, Granger, tú y yo hemos tenido nuestras diferencias,ya lo sé, pero esta va a ser la boda de mis amigos y no pienso fastidiarla.Además, coincidirás conmigo en que desde sexto ya no te insulto ni nos llevamostan mal como en años anteriores.

-Eso es cierto- reconoció Hermione.

-Podemos hacer un pacto de no agresión- propuso Draco.

-Un ¿Qué?

-¿Y tú eres la abogada?- rió él.

-Sé lo que es- se defendió ella- lo que pasa es que no penséque fueses precisamente tú el que me lo propusieras.

-Muchas chicas se mueren por una proposición mía, así que
-dijo él.

-Venga ya- rió ella- De acuerdo.

Hermione extendió su mano a Draco y él se la estrechó. Erasuave y delgada.

Draco se puso en pie, aun sujetando la mano de Hermione, ytiró de ella hacia arriba para que se levantase.

-¿Amigos?- preguntó él.

-No corras tanto, hurón- dijo ella sin malicia- Conocidossolamente.

HOLA A TODOS.

ESTOY ASOMBRADA DE LA BUENA ACOGIDA QUE HA TENIDO ESTE, MI PRIMER DRAMIONE. MUCHAS GRACIAS A TODOS.

Rosy Malfoy: Muchas gracias. jejejeje. La verdad es que la pareja de Draco y Hermione es la que mas me gusta y me anima mucho escribir esta historia. Besos.

The Trinity: Aún queda un poco para la boda jejeje, pero aún así dentro de poco lo leeras. Besos


Quedaba un mes apenas para la boda de Astoria y Zabini yHermione ya tenía el vestido, los complementos, había ayudado a Astoria con elbanquete
pero le faltaba lo más importante: el regalo.

Blaise y Astoria habían adjuntado junto con la invitaciónuna lista de las cosas que ellos deseaban que se les regalase el día de laboda, ahorrando así a sus invitados las molestias de pensar ellos qué regalar yel momento incómodo en caso de que varios invitados les regalasen lo mismo.

El primer paso para poder comprarles el regalo era ir a latienda donde habían hecho esa lista, preguntar qué regalos estaban disponiblesy, de entre los que lo estaban, elegir uno y comprarlo.

-Espero que no queden solo los que son muy caros- murmuróHermione.

-¿Decias algo, Hermione?- preguntó Harry, que estaba echadoen el sofá de la casa de Hermione y Ginny viendo un poco de televisión.

 

-Nada, decía que espero que no queden solo los regalos máscaros de la lista de boda de Astoria y Zabini- contestó ella.

-Los más baratos son los que antes se acaban. Aquí y en elmundo muggle- dijo Harry.

-Ya. Me acercaré esta tarde a la tienda, ya que es sábado, aver qué regalos quedan por escoger- contestó ella.

-¿Quieres que te acompañemos?- preguntó Ginny mientras letendía un té helado a su novio.

-No, no hace falta, chicos, muchas gracias- contestóHermione, agradecida.

D&H

Esa misma tarde, en medio de un calor abrasador, Hermione seapareció en el Callejón Diagón. Algunas de las personas que estaban allí seacercaron de inmediato a saludarla y a darle la mano, ya que era una de las másconocidas heroínas de la Guerra Mágica contra Voldemort. Ella, que nunca habíasido especialmente conocida en el mundo mágico debido a su origen muggle, aúnse sentía un poco cohibida de que todo el mundo parecía conocerla.

-No sé cómo se las apaña Harry, la verdad- pensó Hermionemientras caminaba hacia la tienda de regalos de boda.

Abrió la puerta de la tienda y de inmediato se le acercó undependiente, muy amable por cierto, que le dijo:

-Buenas tardes, señorita. ¿En qué puedo ayudarle?

-Buenas tardes. Verá, unos amigos míos se van a casar ehicieron la lista de los regalos en esta tienda.

-¿Cuál es el nombre sus amigos?- preguntó el dependiente.

-Zabini y Greengrass- contestó Hermione.

-Ah, sí. Acompáñeme por favor, señorita

-Granger, pero llámeme Hermione, por favor- dijo ella,sonriente.

-¿Es usted Hermione Granger, la amiga de Harry Potter?- sesorprendió él.

-Si- sonrió ella.

-Vaya, mucho gusto en conocerla. Mi nombre es Ben Gellert-dijo el dependiente, ofreciéndole la mano.

-Encantada- dijo Hermione.

-Bueno, esta es la sala que hemos asignado para los regalosZabini-Greengrass- dijo Ben.

Era una sala grande donde los regalos estaban expuestos en mesas.Había cinco mesitas que estaban vacías. Pero aún así había un buen numero deregalos a elegir.

-¿Estos son los regalos que aún no han sido pagados?-preguntó Hermione.

-Exacto. Hay uno que ya está reservado, pero ahora mismo nosé cuál es. La venta la hizo mi compañera de la mañana y no me lo dijo- dijoBen, rascándose la cabeza.

-No hay problema- dijo Hermione- Estadísticamente laprobabilidad de que yo elija el regalo que ya está reservado es mínima-concluyó, sonriente.

Ben le sonrió y se apartó un poco para que Hermione pudierapasearse a gusto por la sala, viendo los objetos que estaban expuestos. Trasdar dos vueltas completas a la sala, Hermione ya estaba convencida de cual ibaa ser su regalo de boda: un escritorio de madera de aspecto muy antiguo.Astoria colecciona antigüedades, por lo que ese escritorio le pareció lo másadecuado para ella.

-Creo que ya he elegido- dijo Hermione, llamando la atenciónde Ben.

-Dígame.

-El escritorio.

-Muy bien, voy a pedir ayuda a mi compañero y luego lecobro, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

Al cabo de cinco minutos Ben apareció en la sala con uncompañero.

-Ese escritorio de ahí, Charles- dijo Ben.

El tal Charles se quedó mirando el escritorio y dijo:

 

-Pero
este escritorio está reservado.

-¿Cómo?- exclamó Hermione.

-Esta mañana vino un caballero y pagó este escritorio. Dijoque por la tarde vendría a buscarlo.

Hermione abrió la boca para acordarse de toda la familia delque inventó la probabilidad, cuando volvió a abrirse la puerta que daba accesoa la sala de los regalos. Para su total sorpresa el que entraba era nada más ynada menos que Draco Malfoy. Vió como Draco Malfoy se la quedaba mirando concara de sorpresa e iba esbozando una lenta sonrisa en su cara.

-Genial- pensó Hermione- Ahora se burlará de mí por noencontrar un buen regalo.

-Vaya, vaya, Granger- dijo Malfoy- ¿Tú por aquí? ¿Me estássiguiendo?

-Creeme, Malfoy. Tengo cosas más importantes que hacer queseguirte a ti- contestó ella, cortante.

-¿Todo bien, Hermione?- preguntó Ben, mirando con ligeroenojo a Malfoy.

-Bien, pues elegiré otro regalo, no pasa nada- dijo ella.

-¿Has elegido ya el regalo, Granger?- preguntó Draco, muyamable.

-Aún no. Elegí uno, pero me parece que le voy a dar otravuelta- contestó ella.

-Bueno, yo he venido para llevarme mi regalo- le dijo Dracoa Ben.

-¿Tú has pagado el escritorio?- preguntó incrédula, Hermione¿Porqué él?

-Sí, ¿por qué?

-Ese escritorio se lo quería regalar yo a Astoria.

-Vaya, Granger, la verdad es que tienes buen gusto. Es unescritorio magnífico- dijo Draco, sonriendo.

-La verdad es que es precioso. Además, a Astoria le encantanlas antigüedades y ese escritorio le iba a encantar- dijo Hermione, pensativa.

Draco se quedó en silencio, mirando el escritorio. Bencarraspeó de forma intencionada y Draco le miró con el ceño fruncido.

-¿Le retiro ya el escritorio, señor?

-Sí, pero no me lo mande a mi casa, sino a la de la señoritaGranger.

-¿Qué?- dijo ella, saliendo de sus pensamientos- ¿Cómo que ami casa?

-Mira, Granger, yo escogí ese escritorio, no porque pensaraque fuera algo que les iba a gustar, sino que lo elegí al azar, por ser elregalo más grande

-Sabes que el tamaño no importa, ¿verdad, Malfoy?

-Cállate- dijo él con una pequeña sonrisa- el caso es que túconoces los gustos de Astoria y pensaste en ella a la hora de elegirlo. Piensoque lo más justo es que te quedes tú con el escritorio y yo elija otra cosa.

Hermione se le quedó mirando, alucinada. ¿Quién iba a decirque Draco Malfoy se iba a portar como un autentico caballero con ella?

-Vaya, Malfoy, me has dejado sin palabras- dijo Hermione yle dedicó una gran sonrisa- Muchas gracias. Pero me tienes que decir cuánto teha costado y que yo te lo pague.

Draco asintió, sonriente.

-Entonces ¿se lo mando a su casa, señorita?- preguntó Ben.Hermione se giró hacia él para mirarle y por ello no vió la cara de embobado deDraco cuando ella le sonrió.

-Si, gracias.

-¿Me acompaña afuera, me dice su dirección y yo se lomando?- preguntó Ben, mientras ayudaba a Charles a llevar el escritorio fuerade la sala.

-Sí, pero luego más tarde. Primero quiero ayudar a estehombre a elegir un regalo- contestó ella mirando a Draco.

-No hace falta, en serio- dijo Draco.

-No importa- sonrió ella y siguió mirando los objetos de lasala.

Llevaban dos minutos en silencio cuando Draco la llamó:

-Eh, Granger ¿Qué te parece esto?

 

Hermione se acercó a él y vió que le señalaba una vajilla.

-Es una opción, Malfoy, pero en mi opinión deberíamos buscarotra cosa- contestó Hermione.

-De acuerdo.

Hermione volvió a concentrarse en los otros regalos y susojos se fijaron en un reloj de cuco, bastante bonito y que hacía juego con elescritorio que tenía ella.

-Malfoy ¿Qué te parece esto?

-Sí, me gusta. Era mi segunda opción- dijo él- Me lollevaré.

-¿Tenías una segunda opción?- se sorprendió ella- Entonces,¿Por qué te has quedado para elegir otro regalo?

Draco la miró y le sonrió. Hermione notó como se ruborizaba.

-Voy a buscar al dependiente- dijo Draco y salió de la sala.

Hermione suspiró y ya había recuperado la compostura cuandoDraco volvió con Charles para buscar el reloj. Una vez hecho esto, Draco yHermione fueron a la entrada de la tienda a dejar sus direcciones para queenviaran los regalos a sus respectivos hogares.

Una vez salieron de la tienda, Hermione miró a Draco y dijo:

-Bueno, Malfoy, ya nos veremos en la boda, pues.

-Granger- dijo Draco, un poco nervioso- ¿te apetece tomaralgo en la Heladería?

-¿Qué?- no podía creer lo que escuchaban sus oídos.

-No me hagas repetirlo, Granger- dijo Malfoy sonriendo.

Hermione sonrió y asintió.

-Venga, vamos.

Buenas.

Como siempre, muchas gracias a todos los que leen este fic. Un saludo muy especial a natascha y a Rosy Malfoy por sus comentarios. Un beso a todos.


La heladería de Florean Fortescue era famosa en todo elCallejón Diagón por los helados tan deliciosos que allí se vendían. Hacia allíencaminaron sus pasos Draco Malfoy y Hermione Granger. Al principio iban algocallados, como es lógico, ya que durante toda su vida se habían llevado como elperro y el gato y sólo en los últimos días Draco había tenido detallespreciosos con ella, por lo que no sabían si seguían siendo enemigos, amigos oalgo más.

Hermione miraba el apuesto perfil de Draco Malfoy a su ladoy pensaba:

-Ay, Dios mío, me muero. ¿Por qué eres tan bueno conmigo,rubio? Como vuelvas a hacer algo semejante a lo que pasó en la tienda, te juroque te agarro y no te suelto
Pero bueno, Hermione, no te tienes que hacermuchas ilusiones con él. Es Malfoy. Durante toda tu vida te ha insultado,humillado
Ay, ¿Por qué tiene que ser tan guapo y tan amable conmigo? No meestas poniendo las cosas fáciles ¿eh?

-¿Granger, estás bien?- preguntó Malfoy.

-Sí, perfectamente- dijo ella, poniéndose digna.

-No, cómo me estabas mirando con una sonrisilla siniestra
-dijo él, sonriente.

-¿Yo?- se sorprendió Hermione- Para nada. Es que estabamirando
- detrás de Malfoy había una tienda donde vendían puros- que ahí hayuna tienda de puros- dijo tratando de evadirse.

-¿Y?- preguntó Malfoy, enarcando una ceja.

-Y
que, como mi padre fuma, había pensado en que deberíacomprarle un paquete- dijo Hermione.

-Embustera, embustera, cara de pera- pensó Hermione.

Draco la miró sorprendido.

-Pero
¿tu padre no es una especie de medimago, pero paramuggles?

-Más o menos ¿por?- contestó ella.

-¿Y por qué fuma? Si es malísimo- preguntó el rubio, un pocodesconcertado.

 

-Bueno, el es dentista. Se ocupa de los dientes solamente.Pero tienes razón, no debería fumar. Además, el tabaco mancha los dientes, nosé por qué lo hace.

-Que raros son los muggles
- murmuró Draco, negando con lacabeza.

-Como en todas partes, hay de todo- dijo ella.

-¿Vamos, pues?- dijo Draco, extendioendo el brazo para queHermione continue caminando.

-Sí

En ese momento unos veinte niños pasaron por su ladocorriendo en dirección a la Heladería de Florean, que estaba al otro lado de lacalle. Uno de los niños, al pasar, golpeó a Hermione en el costado, lo que hizoque la chica perdiera el equilibrio y se tambaleara a punto de caerse
hastaque unas manos muy suaves la cogieron de la cintura y la enderezaron. Hermionemiró hacia arriba, hacia su rescatador, que no era otro que Draco.

-Gracias- dijo ella, sin apartar la mirada de los ojosgrises de Malfoy.

-De nada, Granger- dijo Draco, con la voz un poco ronca ysin soltarle la cintura.

Se quedaron así unos segundos, mirándose, cuando oyeron unavoz.

-¿Eh, señorita?- dijo el niño que la había empujado. Tendríaunos ocho años.

-Deberías andar con más cuidado- dijo Draco, en su mejortono Malfoy- Casi la tiras al suelo.

-Lo siento mucho, no fue mi intención. Vine a comprobar queestaba bien- dijo el chico, completamente compungido.

-Bueno- dijo Malfoy un poco más relajado- No pasó nada. Porsuerte.

Hermione miró a Draco y luego al niño. Se enderezó y leapartó la mano de su cintura.

-No te preocupes, no pasó nada- dijo Hermione y le sonrió alniño- la próxima vez vé con más cuidado.

El niño asintió, les sonrió y se fue con sus amigos.

-Vamos, Malfoy- dijo Hermione mientras caminaba hacia laheladería, con Malfoy a la zaga.

D&H

La verdad es que el servicio que se daba en la Heladería deFlorean Fortescue seguía siendo tan bueno como antes de que el dueño, FloreanFortescue, fuera secuestrado y luego asesinado por Voldemort. Nada más llegar,el empleado les llevó a una mesa situada en la terraza del piso superior y lestomó nota: helado de limón para Hermione y de vainilla para él.

-Qué clásica eres, Granger- dijo Draco en tono amistoso- Delimón

-Pues anda que tú- dijo ella en tono divertido- que loelegiste de vainilla

-La vainilla es muy sofisticada.

-Cómo no. A ti todo lo sofisticado te gusta.

-En eso tienes razón, porque me gustas tú- dijo él, dejandoa Hermione con la boca abierta.

Hubo unos minutos de silencio en los cuales Draco sereprendió mentalmente:

-Estúpido, cabeza de chorlito, vergueza de tu familia,alocado, animal

-Venga ya, Malfoy. No conocía esa faceta tuya de bromista.

-Granger, yo

En ese momento apareció una camarera con los helados.Depositó la bandeja encima de la mesa y se marchó, no sin antes guiñarle un ojoa Draco.

-Ves, esa si es más tu estilo- gruñó Hermione.

Draco la miró con detenimiento. Parecía enfadada. Habíacruzado las piernas por debajo de la mesa y le daba vueltas a su copa de heladocon el ceño fruncido.

-Ese tipo de chicas no me van, Granger. No sé porqué tepones así.

-Tienes razón. No sé porque me meto. Es tu vida y tú sabrascon quién andas- dijo ella.

-No me lo puedo creer. ¿Estás celosa, Granger?

 

-¿Qué dices, tu estás loco? Por supuesto que no- dijo ella,roja como un tomate.

-Ah, vaya. Creía que sí.

-Pues no.

-Pues vale.

-Pues bien.

-Pues genial.

Hermione suspiró, cada vez más enojada.

-jajajajajaja- pensó Draco- Te pille, Granger. Estás celosay lo sabes. Se pone aún mas guapa cuando está celosa. Me la comía

-Ejem- dijo una voz, interrupiendo los pensamientos deDraco.

-¿Sí?- dijo Hermione, un poco altiva ya que se trataba de lacamarera de antes.

-Perdonen, pero ha llegado una lechuza a su nombre, señorMalfoy- dijo ella sonriendo seductoramente.

-Ah, muchas gracias- dijo Draco sin apenas mirarla.

Querido Draco:

Perdona que te mandeuna lechuza a estas horas, pero es urgente. El padre de Astoria, que iba a serel padrino, se ha fracturado la rodilla y no puede estar de pié. Sé que es unpoco precipitado, pero ¿Quieres ser el padrino? Por favor, no tengo a nadie másde confianza para pedírselo, ya que mi padre no puede ser debido a que se fugócon su amante el verano pasado. Por favor, contéstame lo más pronto que puedas.

Un abrazo.

Blaise

Draco miró la carta y suspiró.

-¿Malas noticias?- preguntó Hermione.

-No, en absoluto- respondió Draco, atacando el helado- Elpadre de Astoria se ha lesionado y no puede ser el padrino.

Hermione se atragantó y le miró como si estuviera loco.

-¿Y dices que no son malas noticias?- dijo incrédula.

-No, porque ya hay sustituto.

-¿Quién?- inquirió ella.

-Yo.

-¿Tú? Pero
¿estás seguro?- preguntó Hermione.

-Claro. Además no es tan difícil. Sólo hay que acompañar ala novia hasta el altar y hacer un discurso y creo que puedo caminar y hablar- dijo Draco en tono bromista.

-Y bailar el vals- añadió ella.

-¿Qué?- dijo Draco. Con eso no contó.

-El padrino tiene que bailar con la madrina en el primerbaile y luego con la novia y las damas de honor- explicó Hermione.

-Ay, Merlín- dijo él, desolado.

-¿Qué pasa?- preguntó Hermione.

-Me repatea que te enteres de esto, pero no sé bailar vals.

-Me iba a enterar de todas formas, dado que yo soy una delas damas de honor.

-Anda, que bien- sonrió Draco- ¿Y ahora que hago yo?

Hermione le miró y le dijo

-Mira, te voy a devolver el favor por el escritorio,invitarme al helado y salvarme de que me cayera en el suelo: te enseñaré abailar- dijo ella, rotunda.

-¿Qué? ¿Tú sabes bailar el vals?

-Por supuesto. Y no te quepa duda que tendrás a la mejormaestra- dijo ella, sonriendo.

-De eso estoy seguro- sentenció él.

Hola. Lo primero de todo, dar las gracias a todos vosotros por seguirme este fic. Quiero deciros que me voy a ir de vacaciones en unos días, pero creo que me dará tiempo a concluir este fic.

Un beso para todos y en especial a natascha y TheVeroniik.


Draco estaba nervioso. Muy nervioso. Tanto que no podía concentrarsecorrectamente en el informe sobre las alfombras mágicas ilegales que llegaron aInglaterra desde Australia el pasado mes. Y todo porque al día siguiente iba a ver aHermione Granger.

Llevaba así desde que, a los tres días, cinco horas ytreinta y siete minutos después de haber visto a Hermione Granger, recibió unalechuza. Y no una lechuza cualquiera. Una lechuza DE ELLA. Despues de debatirinternamente los pros y los contras de abrir la carta, haciendo sospechar a suelfo doméstico de su buena salud mental, desgarró el sobre y leyó:

 

Malfoy:

Te escribo paradecirte que esta semana la tengo complicadísima: tengo tres juicios y unexamen, así que no vamos a poder quedar para que te dé clases hasta el sábadopor la mañana, si te viene bien. Por favor, reenvíame esta lechuza diciéndome aque hora que viene bien.

Hermione Granger.

Desde que contestó a esa carta llevaba alborotado como unnovio en su primera cita. ¿Por qué narices se ponía así? Era verdad queHermione Granger es una chica ingeniosa, guapísima, inteligente, divertida
todo lo que él siempre apreció en una mujer, pero una relación entre ellos dosno iba a funcionar. Ella era una heroína de guerra y él un exmortífago, pensabaapesadumbrado.

-Malfoy- lo llamaron.

Draco alzó los ojos y vió que el jefe del Departamento deSeguridad Mágica avanzaba hacia él.

-¿Sí, señor?

-Recuerda que para la semana que viene hay que entregar elinforme sobre las alfombras.

-Sí, lo sé. Este fin de semana lo termino- dijo Malfoy.

-Me alegro- contestó él- Que pase un buen fin de semana,entonces- le deseó.

-Igualmente, señor- contestó Draco.

Draco empezó a recoger sus papeles en su maletín mientrasmeditaba en lo que iba a hacer esa noche. Consciente de que necesitabadesahogarse, había quedado con su mejor amiga. Pansy Parkinson. Pansy y élhabían empezado a salir en cuarto curso, pero cortaron en sexto en buenostérminos y siempre habían sido amigos. Pansy, a pesar de tener muy mala fama entodo Hogwarts, era muy leal con sus amigos y sabía guardar un secreto, así quesería una buena compañía esa noche.

A eso de las diez de la tarde se presentó en el restaurantedonde había quedado con Pansy. Ella ya lo estaba esperando y se levantó encuanto lo vio llegar.

-¡Draco!- exclamó mientras lo abrazaba- Cuanto tiempo

-Sí, Pansy- sonrió él- Tú sigues como siempre.

-Sí, ya sabes- contestó ella- Pero ando últimamente muyocupada.

-¿Y eso?- preguntó Draco.

Pansy, en respuesta, le sonrió y alzó su mano derecha, dondelucía un anillo con un diamante tan grande como una fresa.Te recomendamos Aparatos de masajes

-¿No me digas que David se te ha declarado?- dijo Draco,sorprendido.

-SIIIIIIIIIII- dijo ella, feliz.

-Vaya, pues felicidades, no sabes como me alegro por ti-dijo Draco.

-Gracias. Estas desde ya invitado- dijo ella.

Draco sonrió y encargó los platos de la carta que deseabancomer.

-Bueno- dijo Pansy, mientras esperaban- ¿Qué tal llevas lode ser el padrino de la boda de Blaise?

-Puff- dijo Draco- Muy estresante. Ya tengo los anillos y lasemana que bien tengo el ensayo general de la boda. Además, ya estoy redactandoel discurso

-No- dijo Pansy, negando con la cabeza- Me refiero a lo delbaile.

-¿A qué te refieres?- dijo él

-A que no sabes bailar. ¿Cómo vas a hcer para bailar si no sabes?

-No te preocupes por eso- dijo Draco, esbozando una pequeñasonrisa- Tengo una profesora que me dá clases.

-Uyuyuyuyuyuy- dijo Pansy, sonriendo- Me dá a mí que esaprofesora es algo más que una profesora.

-Que vá, Pansy- dijo Draco- Es solo una amiga.

-Bueno, ha pasado de ser una profesora a ser una amiga- dijoPansy. La verdad es que es perspicaz la chica.

-Es Hermione Granger- confesó él.

Pansy se quedó boquiabierta.

-¿Hermione come libros Granger?

Draco suspiró y bajó la cabeza.

-Draco- susurró Pansy- a mi puedes contarme lo que pasa.

-Lo sé- sonrió Draco- Lo que pasa es que ni yo mismo sé loque me pasa.

-Pues cuéntamelo desde el principio- dijo Pansy.

Draco tomó aire y empezó a hablar. Habló y habló durante unahora entera. Le contó todos los acontecimientos que habían ocurrido en lasultimas semanas, lo que sentía cuando estaba cerca de Hermione , oliendo superfume de vainilla
cuando acabó Pansy lo miró, le apoyó una mano sobre lasuya y le dijo, mirándole a los ojos.

-Draco, cariño- dijo ella- a ti lo que te pasa es que te hasenamorado de ella. Sabía que esto iba a acabar pasando- dijo ella.

-¿Qué quieres decir?- preguntó Draco.

-Vamos a ver. Siempre estabas metiéndote con ella, todo elrato estabas pendiente de con quien iba, con quien estaba, que hacía
etcétera.Decias que eso lo hacias porque era muy predecible y que siempre hacía lomismo, pero a ella siempre le prestabas más atención que a mí- explicó Pansy.

-Pansy, yo no quería
- dijo Draco, un poco arrependido.

-No importa, Draco- dijo ella, encogiéndose de hombros- Lonuestro no tenía que durar.

-Ni lo mío con Hermione- dijo, bajando la vista al vaso devino que estaba bebiendo.

-Escucha, Draco- dijo Pansy- Lo que diga la gente no tieneque importaros ni a ti ni a Hermione. Lo que tú necesitas para ser feliz es aHermione y eso es lo que cuenta, porque la gente no tiene porque opinar con loque a ti te haga feliz.

Draco la miró, agradecido.

-Y dime- dijo ella como quien no quiere la cosa- ¿Cuándo hasquedado con Hermione Granger?

-Qu ecotilla eres, Pansy- dijo Draco riendo- Pero tecontestaré: mañana.

-Muy bien, Draco- dijo ella con rintintín- Bueno, yo metengo que ir ya- dijo levantándose- Buena suerte, Draco.

-Gracias, por todo- dijo Draco.

D&H

A las once de la mañana Draco estaba frente a la puerta deapartamento de Hermione.

-Vamos, Draco- pensó- Valor. Un sentimiento muy Gryffindor.

Sonrió para sí y llamó a la puerta. Pasaron unos segundos yoyó pasos detrás de la puerta antes de que se abriera. Hermione estaba al otrolado de la puerta, sonriéndole. Llevaba puesta una camiseta negra y una faldaazul que le llegaba hasta los pies. Draco le sonrió también, aliviado dehaberse puesto unos pantalones informales de color negro y una camisa de colorverde claro, ya que creía que se había vestido demasiado elegante para la ocasión.

-Hola, Granger- dijo él esbozando una sonrisa.

-Hola, pasa- dijo ella haciéndose a un lado.

Draco pasó al interior del piso. El salón tenia mucha luz yla sala, compuesta por colores claros, era muy armoniosa.

-Que bonita tu casa- comentó.

-Gracias. La decoramos entre Ginny y yo- dijo ella- Harryayudó muy poco. O nada- dijo ella sonriendo.

-¿Dónde está Weas
Ginny?

-Está en casa de Harry, pasando el día- dijo ella,despreocupada.

Draco tragó saliva. Estaban solos.

 

-Bueno, ¿vamos a ello?- le preguntó Hermione.

-Sí.

Hermione alzó la varita y con unmovimiento apartó los muebles del salón. Se puso en medio de la sala y tiró dela manga de Draco para que se situara frente a ella.

-El vals es un baile que es muyrápido y muy exigente físicamente- explicó Hermione- El ritmo viene definidopor una pulsación fuerte de la música, que marca el comienzo del paso, seguidode dos pulsaciones débiles. El conteo es 1-2-3 y los tres pasos tienen la mismaduración.

-Entiendo- dijo Draco.

-Consiste en dar vueltas dentrode un cuadrado en sentido contrario a las agujas del reloj. Mira como lo hagoyo- añadió viendo la cara de Draco cuando ella se lo explicaba.

Hermione empezó a bailar conmucha gracia, trazando un cuadrado con sus giros.

-Mira, lo voy a hacer másdespacio- dijo ella y empezó a mover los pies más despacio para que él vierasus movimentos- Ven, baila conmigo- dijo ella, tendiéndole la mano.

Draco le tomó de la mano eintentó seguir los pasos de Hermione. Ella estaba situada a su lado e ibahaciendo los pasos que Draco tenía que repetir. Estuvieron de esa guisa hastaque Draco pudo realizar los pasos sin trabarse.

-Muy bien, Malfoy- lo felicitóella- Aprendes rápido.

-Gracias- dijo él.

-Ahora, vamos a hacer una cosa. Vamosa bailar pero tú me vas a llevar.

-De acuerdo- dijo Draco- ¿Quién dijomiedo?

Hermione se situó frente a él yle puso su mano derecha sobre su hombro. A continuación tomó la mano izquierda deDraco y la puso en su cintura. Luego unió su mano izquierda con la derecha deDraco y lo miró.

Draco se quedó sin respiraciónmientras Hermione le hacía ponerse en la posición de baile. Tomó aire confuerza y la miró a los ojos. Nunca se había fijado, pero Hermione tenía losojos de color marrón chocolate.

-Vaya, tienes unos ojos preciosos-murmuró Draco.

Hermione le miro muy seria, pero despuésesbozó esa sonrisa que hacía que su corazón latiera más rápido.

-Gracias.

Draco empezó a mover los pies,repitiendo los pasos que Hermione le enseñó, sin apartar los ojos de los suyos.Hermione también le miraba muy sonriente. No supo cuanto tiempo llevabanbailando, pero Hermione se apartó de él y le dijo:

-Bueno, creo que ya tienes losconceptos básicos- dijo ella, apartando la vista.

-Sí, creo que lo mejor es que mevaya- dijo Draco-¿Nos veremos la semana que viene en la boda?

-Claro.

Acompañó a Draco hasta la puertay cuando Draco iba a ir al ascensor oyó:

-Espera.

Se volvió y vio a Hermione, en elquicio de la puerta. Ella se adelanto unos pasos, le agarró del cuello de lacamisa y lo besó. Draco se sorprendió alprincipio, pero no tardó en devolverle el beso. Era un beso dulce, apasionado,perfecto. Para Draco solo pasaron unos segundos cuando Hermione le separó. Se rióde la cara de Draco y le dijo:

-¿Nos vemos mejor mañana?

-Mejor.

Hermione le sonrió y cerró lapuerta de su casa. Draco se giró hacia el ascensor con una sonrisa enorme defelicidad en la cara.

Aun no podía creerse que tuviera el coraje de lanzarse abesar a Draco Malfoy después de su clase de baile. Ella no era de las queactuaban por impulso, pero aun así no se arrepentía.

No se arrepentía de las tardes enteras que pasabancharlando, ni de las cenas tan amenas a las que él se empeñó en invitarla, nilas noches que pasaron juntos en el apartamento de él, aprendiéndose de memorianoche tras noche.

 

No pudo evitar la ilusión que le hizo verle esperándola alas seis en punto de la tarde a la salida de la sala de juicios para invitarlaa tomar algo, ni pudo evitar los estremecimientos que le causaba sentir su manoen la de ella ni las mariposas en el estómago cada vez que la besaba.

Una de esas noches, mientras Draco dormía, ella se encontrópensando en que Draco no le gustaba simplemente, se había enamorado de élprofundamente. Y no le importaba las críticas que a lo mejor les llovierancuando se hiciera pública la noticia. Ella era feliz.

D&H

El sábado del siguiente fin de semana Hermione se despertócuando los rayos del sol le dieron en la cara. Era una manera muy placentera dedespertar. Cuando quiso levantarse para ir al baño notó que no podía. Cuando miróqué era lo que le impedía levantarse vió que era el brazo de Draco, que lerodeaba la cintura y la apretaba contra sí. Hermione sonrió y levantó despacitoel brazo de Draco para no despertarlo y consiguió escabullirse de la cama.

-Ay, Dios mío, me muero. Es tan guapo, me lo como- pensóella, con una sonrisa en la cara antes de meterse en el baño.

Una vez en el baño se dio una buena ducha (se había traídolas cosas de su casa en el bolso) y se vistió de manera informal. Ese sábadoera EL SABADO, el día de la boda de Blaise y Astoria. Un día de muchos nervios,seguro. Hermione iba a ir a la peluquería para que le hicieran un recogido porla mañana. Luego, después de comer, iría a la boda, que era por la tarde. CuandoHermione salió del baño vio que Draco aún seguía dormido.

-Ay que ver, que dormilón es este hombre. Hasta las nueve ymedia como muy tarde no se levanta- pensó Hermione.

Se dirigió al salón, donde había pluma y pergamino, y leescribió una nota a Draco.

Draco:

A las 9:40 tengo citaen la peluquería para que me peinen y me maquillen. Como sabes, estaré allíhasta las 12:00 más o menos, así que nos vemos directamente para comer en elrestaurante ese que tanto te gusta. Por cierto, sigues haciendo ese ruido tanraro, que según tú no es un ronquido, cuando te giras dormido, no me lo inventéjajajajaja.

Un beso, dormilón.

Hermione.

Entró de nuevo en la habitación y dejó la nota junto aDraco. Tomó el bolso y salió de la casa.

D&H

CUANDO Draco se despertó eran ya las diez de la mañana. Maldición,se había dormido. Miró a su lado, pero no vió a Hermione.

-¿Hermione?- preguntó Draco.

En ese momento vió la nota, la tomó y la leyó. Alzó una cejaante la insinuación de que el roncara. Nunca lo había hecho ni nunca lo haría. Conun suspiro se levantó de la cama y se metió en la ducha. Se puso un pantalón delino de color azul marino y una camisa blanca, ya que más tarde se pondría eltraje para la boda.

Se dirigió a la cocina para desayunar mientras meditaba enlo que iba a hacer hoy. Después de comer con Hermione había quedado en ir acasa de Blaise para comprobar que todo esté bien y luego a la de Astoria, encasa de la cual esperaría hasta que llegara la hora de la ceremonia. La boda secelebraría en el jardín de la casa de Astoria, que era impresionante, por deseoexpreso de la novia. Y lo que dijera la novia iba a misa. Se preguntaba siHermione se pondría tan exigente como Astoria el día en que se casaran

 

-Hey, ¿Qué fue eso?- exclamó Draco- Madre mía, esta boda meva a volver loco. Y luego encima tengo la de Pansy también. Ay dios míoooo.

D&H

Cuando Hermione salió de la peluquería a las doce en puntollevaba el pelo recogido en un moño muy sofisticado y elegante y llevaba unmaquillaje muy discreto, con las sombras de los ojos de color azul. Draco lamiró sonriente desde la acera.

-Vaya, que bien te han dejado- dijo él, haciéndola girarpara verle el peinado desde todos los ángulos.

-¿Verdad?- dijo ella- La verdad es que trabajan muy bien yno son muy caros.

-Oye, ¿a ti no te han dicho que es de mala educación ir másguapa que la novia?- dijo él.

-Idiota- sonrió ella- Astoria va air muchísimo más guapa queyo,

-Lo dudo mucho, cariño- contestó él.

Hermione le miró con los ojos como platos.

-¿Me has llamado
?

-¿No te gusta?- preguntó él un poco asustado.

Hermione le sonrió para tranquilizarlo.

-Me encanta, Draco. Solo que oírlo de ti me ha sorprendido.

Draco le sonrió y le tendió la mano para ir paseando hastallegar al restaurante donde tenían reserva. Cuando llegaron al restaurante elcamarero les acompañó hasta una mesa en un reservado. Allí pasaron un rato muydivertido mientras comían, ya que Hermione y Draco tenían la manía de "robar" del plato del otro aquellos ingredientesque más les gustaban. En un momento dado, Draco manchó sin querer la cara deHermione con la comida. Ella, en veganza, le manchó a él también y acabaron losdos desternillándose de la risa. Cuando salieron del restaurante ella le dijo:

-¿Sabes de qué me he dado cuenta?

-¿De qué?- se interesó Draco.

-Que te he visto reír más veces en la última semana que enlos diez años que hace que te conozco. Estás más guapo cuando sonríes ¿sabes?-dijo ella, acariciándole la cara cariñosamente.

-Cariño, yo no estoy guapo, soy guapo- dijo él, provocándolesotro ataque de risa.

-Bueno, ya me tengo que ir ya- dijo Draco- Tengo que ponermeel traje, ir a casa de Blaise y luego a la de Astoria.

-Vale- suspiró ella- Te veré en el altar más tarde.

Draco sonrió imaginándose la escena, pero en esa escenaellos eran los novios.

-Basta ya- dijo Draco, enfadado por esas visionesrecurrentes.

Hermione le miró, perpleja.

-¿Qué?- preguntó ella.

-Nada- dijo él, tratando de escapar- Basta ya
de postergarla despedida. Te veo luego, Hermione.

Se acercó a ella y la besó en los labios muy despacio, saboreándolos.Cuando se apartó le sonrió a Hermione y se desapareció.

D&H

Una vez que Draco se hubo ido, Hermione se desapareció también.

Ella, como dama de honor de Astoria, debía estar allí doshoras antes de la ceremonia para ver que todo estaba bien. Pero antes tenía quepasarse por su apartamento para recoger la túnica de gala y ponérselo allí, porlo que se desapareció y volvió a aparecer en su casa. Allí se encontró conGinny, que se estaba poniendo los zapatos.

-Hola, Hermione.

-Hola- dijo ella- ¿Dónde vas?

-Me han llamado que hay una noticia bomba en el periódico ytengo que cubrirla. Al parecer han acabado pillando a Walden Macnair, el últimomortífago conocido que seguía en busca y captura.

 

-Vaya- dijo Hermione- Bueno, que te sea leve.

-Gracias- contestó Ginny un poco apurada cogiendo el bolso-Y tú pásatelo bien en la boda de Greengrass con Draco- concluyó con unasonrisilla.

-Ginny- la reprendió ella, pero sonreía.

-Menudo bombón te has llevado, chica- dijo ella- Bueno, queme tengo que ir. Chao- dijo cerrando la puerta.

Hermione se dirigió a su habitación y cogió la túnica degala del armario. A continuación se fue a casa de Astoria. Cuando llegó vio quetodo el mundo estaba corriendo de aquí para allá en el jardín, colocandoflores, poniendo platos, sacando brillo a la cubertería
Hermione se encaminó ala mansión de Astoria. Cuando llegó a la puerta de su habitación llamó y laabrió la hermana mayor de Astoria.

-Hola Hermione- dijo.

-Hola- dijo Hermione. Ellas dos nunca se habían llevado bienen Hogwarts.

-¡Hermione!- gritó Astoria. Estaba espectacular, con elvestido de novia ya puesto y peinada.

Astoria se acercó deprisa hasta ella y la abrazó-

-Menos mal que has venido pronto, esto es un caos- le dijo.

-Bueno, tranquila, que ya estoy aquí- dijo ella.

-A ver ese peinado- dijo Astoria. La hizo dar una vueltapara verle el recogido- Está muy bien el peinado. Te felicito- sonrió.

-Gracias- dijo Hermione- Solo me queda ponerme el vestido.

-Vale, genial- dijo Astoria- ¿Te puedes creer que estoynerviosa?

-Es normal- le dijo Hermione.

-Me alegra que seas mi dama de honor ¿sabes?- le confesóAstoria.

-Yo también me alegro de estar aquí- dijo Hermione- graciasa esta boda he conocido al hombre más maravilloso del mundo.

-Ah, ¿sí?- dijo Astoria, con una sonrisa- Cuenta, cuenta.

-Me he estado viendo con Draco Malfoy- confesó ella- Y creoque me he enamorado de él.

-¿Con Draco?- exclamó Astoria- No me lo puedo creer. Me alegropor ti, Hermione. Es un buen chico.

-Gracias. Ahora voy a vestirme- dijo ella sonriendo.

D&H

Llegó la hora. Draco estaba junto a Astoria en las puertasdel jardín. Astoria temblaba como una hoja, igual que Blaise cuando fue a verleun poco antes. Hermione se acercó a Astoria para decirle:

-Tranquila Astoria, todo saldrá bien. Primero vamosnosotras, ¿de acuerdo?

La verdad es que Hermione estaba fabulosa esa tarde. La túnicade gala color azul le hacía juego con la sombra de ojos y contrastaba con suspendientes de perlas blancas. Era la mujer mas hermosa del mundo.

Después de dirigirse a Astoria le miró y le sonrió. A continuaciónempezó a avanzar por la alfombra que llevaba hasta el altar seguida por lahermana de Astoria. Cuando llegó al altar (tardó un rato) empezó a sonar lamarcha nupcial. Draco le ofreció su brazo a Astoria y empezaron a caminar. La marchase le hizo lentísima, pero al final llegaron. Draco le entregó a Blaise la manode Astoria y fue a situarse junto a su amigo, justo enfrente de donde estabaparada Hermione.

La ceremonia se desarrolló según lo previsto y el momentocúlmen llegó cuando el sacerdote dijo:

-Yo os declaro marido y mujer.

En ese momento todos los invitados prorrumpieron enaplausos. Hermione avanzó hasta Draco y lo tomó de la mano. Draco la rodeó porlos hombros y se dirigieron hacia donde tenían montado el banquete y la pistade baile. Los novios estuvieron un buen rato saludando a los invitados ytomandose fotos con ellos. Luego se sentaron un rato a comer algo (no mucho,porque estaban muy nerviosos) y a continuación salieron a bailar. Draco selevantó también giñandole un ojo a Hermione.

 

-Te dedico ete baile, Hermione- dijo Draco.

-A ver de lo que eres capaz- sonrió Hermione.

Draco se acercó a la madre de Blaise, que era la madrina, yempezó a bailar con ella junto con los novios. Lo hizo de forma magnífica yelegante mirando de cuando en cuando a Hermione y sonriéndole. Cuando acabó eseprimer baile, Draco bailó con Astoria, mientras que Blaise bailó con su madre. Alacabar ese segundo baile, Draco se acercó aHermione y, ofreciedole su mano, ledijo:

-¿Me concedes este baile?

-Por supuesto- dijo ella riendo.

Empezaron a bailar una canción. Y luego otra, y otra y otra,hasta que acabaron agotados.

-Madre mía- dijo Draco- que aguante tienes.

-No deberías sorprenderte tanto- contestó ella sentándose-te lo demostré aquel día que salimos a la discoteca por la noche.

-Uy, si- dijo Draco, recordando- pero tengo muy malosrecuerdos de esa noche.

-¿Y eso?- se sorprendió ella.

-Había un monton de babosos mirándote y esperando que yo meseparara de ti siquiera un momento para bailar contigo.

-Venga, hombre- dijo Hermione- Yo no me iba a fijar enninguno de ellos teniendo a mi lado al rubio más guapo y cariñoso a mí lado.

-Eso es verdad- dijo él, dejándose mimar- Oye, Hermione ¿túhas estado antes en una boda mágica?

-Sí, en la Bill Weasley y Fleur- contestó ella.

-¿Son muy diferentes las bodas muggles de las mágicas?

-No mucho- contestó- pero si hay ciertas tradiciones queaquí creo que Astoria no siguió.

-¿Cómo cuales?- preguntó Draco.

-Pues
en las bodas muggles la novia debe llevar algo nuevo,algo viejo, algo prestado y algo azul para tener suerte en su matrimonio.

Draco estalló en carcajadas.

-No te rias tanto- dijo ella riendo también- mis padres lohicieron y les ha ido genial.

-Pero no crees que es una tontería pensar que por usar unasprendas vas a conseguir la felicidad? Eso se consigue con voluntad- dijo Draco.

-Soy de tu misma opinión, pero son tradiciones- dijo ella encogiéndosede hombros.

-Cuentame más.

-Pues
hay un tradición
es mas bien un dicho. Dicen quecuando vas a una boda, si te cae el ramo de la novia vas a ser la próxima encasarse. De ahí que digan que de una boda sale otra- explicó Hermione.

Draco abrió la boca para decir algo pero no pudo porqueAstoria se puso de pie y dijo:

-A ver. Las chicas solteras que se pongan ahí, que voy atirar el ramo- dijo Astoria. Al ver que Hermione se quedaba sentada junto aDraco gritó: Hermione, hasta que no estéis todas no lo tiro- amenazó.

-Vamos, cariño, ve- la animó Draco.

Hermione se puso en pié y se puso con las demás chicas.Astoria se giró y, de espaldas a ellas, lanzó el ramo. Hermione observó que lasotras chicas se lanzaban y se pegaban por conseguir el ramo. Lo perdió de vistapor un momento. ¿Quién lo habrá cogido? En ese momento notó que algo laimpactaba contra el hombro y se llevó una mano ahí.

-No lo puedo creer- dijo Hermione. Era el ramo.

Todas las chicas se acercaron para abrazarla y felicitar ala próxima novia. Ella sonrió y se encaminó hacia la mesa donde estaba sentadoDraco, que la miraba sonriente.

 

-Y eso que no ibas a cogerlo- dijo Draco.

-Ya ves.

Se quedaron en silencio unos segundos.

-Entonces
- comenzó Draco- ¿somos los siguientes?

-Eso parece- dijoella levantando la vista para mirarlo.

-Mira, Hermione, tengo que decirte algo- dijo él muy serio-esto de que por coger el ramo vayas a ser la próxima en casarte me parece unasuperstición un poco absurda. Yo no necesito que venga un ramo para saber quequiero una vida junto a ti, que quiero estar contigo toda la vida, aunque solollevemos una semana saliendo. Durante ese tiempo he sido el hombre mas felizdel mundo. Tú eres la persona que me complementas. Me haces reir y contigo cadadía es una aventura, como el día ese que me llevaste a jugar al paintball. No digoque vaya a ser ahora, pero yo sí me imagino una vida a tu lado, casados o no,me da igual, con niños o sin ellos pero contigo, siempre- dijo Draco.

Hermione le sonrió, se acercó a él y lo besó. Cuando el besotermino Draco le dijo:

-Deduzco que estas de acuerdo con mis palabras.

-Completamente de acuerdo- sonrió ella- Contigo me siento viva,completamente feliz. Esta semana fue maravillosa, la mejor de mi vida. Yo creoque eres mi media naranja- dijo riendo- Pero hay una cosa en la que no estoy deacuerdo.

-¿Cuál?- preguntó Draco asustado.

-Yo sí que quiero casarme y tener una familia contigo- dijo riéndose.

Draco rió también y la abrazó, alzándola del suelo mientrasdaban vueltas.

Es verdad que Blaise y Astoria fueron muy felices ese día,pero ese día empezó una nueva vida para Draco y Hermione.

FÍN

Atención: no se mealteren, que habrá un epílogo mañana. Un beso a todos, dramionic@s míos. Porcierto, muchas gracias a todos los que me leen y me han dejado comentarios. Osadoro.

Diez años después.

Draco estaba sentado en la mesa de roble de su despacho,revisando unos papeles relacionados con su trabajo. Últimamente tenía mástrabajo de la cuenta debido a que le habían hecho subdirector del departamentode Seguridad Mágica. Estaba muy contento con su trabajo, tenía másresponsabilidades y, lo más importante, le gustaba lo que hacía. Draco dejócaer la cabeza hacia atrás y cerró los ojos para relajarse un rato.

En ese momento oyó cómo se habría la puerta de su despacho yunos pasitos que se acercaban a su mesa. Draco abrió los ojos y pudo ver a laniña morena con rizos y ojos grises que se acercaba a él.

-Papa. ¿puedo hacerte una pregunta?

-Claro, chicos- contestó Draco tomando a la niña y sentándolasobre sus rodillas.

-Tú y mamá ¿Cómo os conocisteis?- preguntó la niña.

Draco se rió entre dientes un momento.

-¿Porqué preguntas eso, Rose?

-Ayer, cuando vinieron a casa los tíos y todos los niñossalimos al jardín, James nos estuvo contando que cuando erais más jóvenes, túodiabas a mamá, el tío Harry y el tío Ron, ¿es verdad?

- A ver, eso no es del todo verdad. Cuando íbamos a Hogwartsmamá, el tío Harry, Ron y yo estábamos en casas rivales, por eso nos teníamoscierta manía, pero eso no quiere decir que yo los odiara. Recuerda cuando osconté cual fue nuestro papel en la Guerra Mágica.

-Menos mal, me había asustado- confesó Rose.

-Ay, Rose, no tienes de qué preocuparte- sonrió Draco,besando a la niña en la cabeza.

 

Llamaron a la puerta en ese momento.

-Adelante- dijo Draco.

La puerta se abrió y apareció una cabecita rubia que era elvivo retrato de Draco cuando era joven.

-Dice mamá que vayamos ya a comer- dijo el niño.

-Ya vamos, Scorpius- contestó Draco.

Draco dejó a la niña en el suelo, le tomó de la mano y laacompañó al comedor.

La casa, una pequeña mansión, la compraron su esposa y élcuando se enteraron de que ya iban a llegar los niños. Era muy luminosa yventilada, algo que puso como condición su esposa. Tenía un jardín bastantegrande en el que habían plantado varios árboles frutales, rosales, hortensias
etc. Precismente era en el jardín donde se disponían a comer, debido a que eraun día bastante caluroso de verano. La mesa ya estaba dispuesta y su esposaestaba colocando sobre la mesa el bol con ensalada. Draco se acercó con sigiloa ella y la abrazó por detrás.

-Mmmmm, que bien huele- dijo Draco.

.Espero que sepa mejor- contestó Hermione, volviéndose haciaél con una sonrisa inmensa en el rostro-

A pesar de que habían transcurrido apenas nueve años desdeque se casaron, Hermione seguía exactamente igual. Las caderas se le habíanensanchado un poco debido a los embarazos, pero hacía mucho ejercicio, por loque su cuerpo se había mantenido bien. En cuanto a lo profesional, Hermioneahora era socia del bufete de abogados Williams&Granger, que había fundadojunto con una compañera de la carrera con mucho éxito. Tenían bastantes casos yempezaban a hacerse famosas en el mundo judicial mágico.

-Draco, ¿puedes traer a Will, por favor? Está en la cuna yyo aún tengo que calentarle el potito- le pidió Hermione.

-Claro.

Draco se dirigió al piso de arriba, donde estaban losdormitorios. Allí, al lado de la cama de matrimonio, estaba la cuna dondereposaba su hijito. Tenía apenas cinco meses, pero Draco estaba seguro de queel niño ya le reconocía, dijeran lo que dijeran las revistas esas de bebés queleía Hermione.

-Hola, peque- le dijo Draco al niño, que le sonrió- ¿Vamos acomer? ¿Tienes hambre? Pues vamos.

Draco tomó al niño de la cuna y lo llevó al jardín, donde lodepositó en la trona donde comía. Comieron entre charlas, bromas y risas. En unmomento dado, Hermione se levantó para ir a buscar el postre y Draco se quedócon los niños mientras les ayudaba a recoger los restos de la comida.

-Sorpresa- dijo Hermione. Estaba de pié y sostenía una tartaenorme entre las manos.

-Pero
¿y esto?- preguntó Draco sonriendo.

-Ya ves, que no podíamos esperar a la noche, ¿verdad?- dijoHermione sonriendo a sus hijos.

-Papi, papi- dijo Rose muy emocionada- Yo ayudé a mamá ahacer la tarta, yo le puse las cerecitas.

-Yo también ayudé, papa- dijo Scorpius.

-Muchas gracias, que sorpresa tan grande- dijo Draco.

-Feliz cumpleaños, papa- dijo Rose, dándole un beso.

-Feliz cumpleaños- dijo Scorpius, besándolo en la mejillacontraria a Rose.

Hermione soltó una risita y dejó la tarta sobre la mesa paraabrazar a su marido.

-Feliz cumpleaños- susurró.

-Gracias, por todo- dijo Draco.

Hermione, con un movimiento de varita, encendió las velas.Entonces, Hermione, Scorpius y Rose comenzaron a cantar:

-CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ, TE DESEAMOS TODOS,CUMPLEAÑOS FELIZ.

 

-Pide un deseo, papa- le recordó Scorpius.

Draco sopló las velas tras un momento de reflexión. Trastomar la tarta, que estaba deliciosa, por cierto, se quedaron un rato desobremesa, recordando momentos familiares, como cuando, en el anteriorcumpleaños de Hermione, fueron de viaje a Italia. Ese fue el primer viaje delos niños y fue algo maravilloso. En un momento dado, Rose dijo:

- Papa, cuéntanosotra vez como le pediste matrimonio a mamá.

- ¿Otra vez, Rose?- dijo Scorpius rodando los ojos.

-Me encanta esa historia- dijo ella encogiendo los hombros.

-Bueno, pues vamos a ver. Despues de la boda de Blaise yAstoria pasaron unos seis meses hasta que después de mucho insistir, insistir,insistir, le dije que sí a vuestra madre.

-¿Perdón?- dijo ella mientras le miraba divertida.

-Bueno, vale, yo te lo pedí a ti- dijo Draco tomandole lamano a Hermione.

-Además, fue precioso- dijo Hermione soñadora- Estabamos deviaje en Paris y fuimos a visitar la torre Eiffel. Cuando llegamos allí estabaanocheciendo ya y justo cuando llegamos justo debajo de la torre, Draco me hizoparar y me dijo: Hermione, he esperado mucho tiempo para decirte esto. Cada diaestoy mas convencido de que eres la mujer con la que quiero compartir mi vida.Así que te voy a hacer una pregunta: ¿Quieres casarte conmigo?

-Y tú dijiste sí por lo menos tres docenas de veces-continuo Draco muy sonriente.

Los dos niños rieron.

-Y después ¿Qué pasó?- preguntó el niño.

-Pues que se lo dijimos a nuestros padres- dijo Hermione.

-El abuelo Granger casi me clava el cuchillo en el corazóncuando se lo dijimos durante la cena- dijo Draco comicamente, haciendo reir atodos.

-Y la abuela Cissy casi me manda a la Antartida antes de quecasase con su hijo.

-¿Pero como es posible eso, si la abuela Cissy nos quieremucho a todos?- dijo Rose.

-Bueno, eso es porque cuando la abuela Cissy vió lo muchoque nos queríamos papá y yo, aceptó de inmediato nuestra relación- explicóHermione.

-¿Y como fue la boda?- preguntó Rose.

-Preciosa- dijo Hermione- Ya visteis las fotos y el video,ya lo sabes.

-Cierto, Rose, para ya- dijo Scorpius haciendo que Rose lesacara la lengua- Mejor contadnos donde fuisteis de viaje de novios.

-Fuimos de crucero por el mediterráneo- contestó Draco-Visitamos un monton de países pero el que más nos gustó fue Italia.

-Italia es divina- dijo Hermione-Y luego del viaje de noviospasaron unos tres meses hasta que supimos que estaba embarazada de Scorpius.

-Y cuando faltaban unos cinco meses para que nacieraScorpius compramos esta casa- dijo Draco.

-Y en ella naciste tú, Scorp- dijo Hermione

-Porque tu madre se puso de parto justo en la cena denochebuena y no se podía ir al hospital muggle que tu madre quería- dijo Dracosonriendo a Hermione.

-Y contigo, Rose, todo fue diferente. Tu si naciste en elhospital, pero Draco se desmayó al ver tanta sangre.

-Perdona- dijo Draco con sonsonete- Pero que yo recuerde tetuvieron que hacer cesarea.

-Cierto- dijo Hermione como si recordara algo.

-Pero con el pequeño Will todo fue muy bien- dijo Draco-Porque convencí a Hermione de que sehiciera cesarea desde el principio.

Los niños se rieron con sus padres con todas esas anécdotasmientras la tarde caía y el sol teñía de amarillo las hojas de los árboles.

D&H

Todos los días en la vida de Draco y Hermione fueron siempremaravillosos en compañía de sus hijos. El éxito les acompañaba tanto en loprofesional como en lo personal, al igual que la felicidad y la armonía.

Como ya se ha dicho la boda fue maravillosa. Tanto, que deella salió otra boda: la de Neville y Hannah. Neville no había hablado muchocon Hannah hasta ese día, pero cuando la vio en la boda no pudo parar demirarla ni de invitarla a bailar. ¿Cómo sé eso? Por yo estaba sentada a sulado, obviamente.

Draco y Hermione siempre fueron felices y se amaron parasiempre y nunca discutieron.

Con vuestro permiso voy a poner un poema de Amalia Bautistaque creo que va muy bien con la historia de esta hermosa pareja:

Cuéntamelo otra vez:es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte.
Que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y coloríncolorete, por la chimenea sale un cohete. Y colorín coloruchu, este cuento nosha gustado mucho.

Muchas gracias a todos por seguir esta historia. Os adoro.



De una boda sale otra ¿no? - Potterfics, tu versión de la historia

Draco Malfoy tienen el placer de invitar al señor tienen el placer de invitar al señor El señor Blaise Zabini y la señorita AstoriaGreengrass El señor

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2025-04-17

 

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