Todo tenía un por qué, aunque ella no pudiera entendérselo a esa situación. Con una sonrisa sarcástica, recordaba los hechos, como si los hubiese tenido en la palma de su mano. Bola de cristal de Trelawney.
Era una tarde sombreada por las inmenzas nubes, que surcaban el sauce boxeador. Severus Snape, impartía su clase como siempre, regañando a cualquiera que osara llevar el estandarte Gryffindor. Ella, varios puestos adelante, miraba con suma concentración, lo que su profesor estaba anunciando.
Trabajar en parejas. Eso era tan estúpido, como Ron cuando recién se levantaba de la cama. Con una sonrisa a medias, Draco Malfoy escuchaba el nombre de su pareja. Suspirando y con mucha malicia, caminó hacia el pupitre y colocó el caldero a pocos metros del lugar.
- Hola Granger. Parece, que nos toca trabajar juntos. ¿Qué te parece?
Como diezmil basiliscos, con su mal aliento, tratando de comérsela.
- Pues, haz lo que quieras. Me da igual lo que pienses- su cabello rizado, se ondulaba ante sus expresiones. Pero Malfoy, él sonreía con mucha malicia.
El trabajo parecía ser pesado, pero trabajando juntos, las cosas mejoraban enormemente. Era estúpido pensarlo, pero Draco estaba trabajando con mucha calma. ¿Por qué? No se dedicó a pensar, su poción podía quemarse.
Mientras trabajaba, no presté atención a los cordeles de su zapato. Sosteniendo una gran cantidad de ingredientes y frascos, que debía devolver, decidí caerme en el peor momento. ¡Qué embarazoso! ¡Mi falda se había alzado y todos verían mi ropa interior! Me preparé para las risas en toda la tarde y la semana. Los alumnos voltearon a ver, cuando escucharon un razgado de vestiduras, inclusive Snape. Cuando alcé la vista, me di cuenta de que Draco había razgado su túnica y los miraba a todos fríamente. Yo me apresuré en levantarme con mucho cuidado, de que no me vieran.
- ¿Qué? ¿Es que no puede rompérseme algo?- exclamó y la clase, decidió no decir nada. Ese día, salí, colocándome el suéter en la parte trasera. No quería que me vieran. Sentía las mejillas sonrojadas y debía subir muchas escaleras. Aparatos de masajes
Draco salió a mi encuentro y con un suspiro de resignación, me miró. Yo quería entender de qué se trataba todo su juego. Ladeó la cabeza hacia mi cadera y yo, retrocedí con mucha rabia.
- ¿Estás bien?- me dijo y yo impactada, no pude hablar. Suspiré y asentí, con las mejillas encendidas- Se ha roto demasiado, lo pude oír, será mejor que te vayas.
Asentí en silencio y me disponía a irme, cuando recordé que mis trenzas estaban desatadas y si no quería caerme, debía atármelas de nuevo. Suspiré y traté de imaginar, cómo lo haría. La sonrisa de ironía de Draco, no tardó en aparecer.
Me sostuvo por la cadera, dándome la espalda. Lograba ocultarme perfectamente en un rincón, mientras yo me ataba los zapatos. Juro que ese contacto, iba a matarme. Con un suspiro, terminé de atarme las trenzas.
- Gracias- musité sonrojada y cuando me di la vuelta, nuestros cuerpos, quedaron a centímetros. Podía sentir su aliento sobre mi cuello. Draco, no se movió.
- No importa, Granger. Siempre que se te rompa la falda, yo puedo ayudarte. Pero la próxima vez, miro....
y Sin decirme más, su mano tapó aquel hoyo, pero de todas formas, se acercó a mí para plantar un beso sobre mis labios. Yo no hice nada, yo creo que correspondí y coloqué mi mano sobre el hoyo.
- Mi pago es ese.
Dios santo, juro que pude morir con eso. Me quedé pasmada, mientras él colocaba mi suéter en mi cadera y me dejaba ir. No sé qué sucedió. Tal vez una dimensión paralela. Una sala de menésteres. Ese día, no pude dejar de contárselo a Ginny.
- ¡Era mejor que te remendara la falda!
Y bueno, eso era cierto. Pero de todas formas, mi beso descosido, fue con él. ¡Mi peor vergüenza, se transformó en otra cosa! Con un suspiro, aún lo recordaba y no lo entendía.
- ¡Ay no! ¡Se me rompió la falda!- ssuspiraba una jovencita de quince años, en clase de pociones. Una jovencita de cabellos castaños.
- Descuida, yo puedo ayudarte- sonrió un chico de cabellos rubios, Scorpius, frente a Rose Weasley, de unos quince años también- Mi padre me dijo, cómo debo hacerlo.
Desahogo - Fanfics de Harry Potter
Todo tenía un por qué, aunque ella no pudiera entendérselo a esa situación. Con una sonrisa sarcástica, recordaba los hechos, como si los hubiese tenido e
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2024-10-30
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