Sus ojos azules me perdían, no lo podía evitar, al igual que hacía ya dos años, seguía dejándome llevar por ellos cada vez que estos se cruzaban, sus ojos y los míos, era como si él me quisiera hipnotizar... no lo puedo contener, no puedo... no quiero, quiero acercarme a él, abrazarlo, acariciarlo, besarlo... creo que no puedo contenerme, o es que tal vez no quiera desaprovechar una oportunidad a su lado, de nuevo, al igual que antes... sentir su aliento sobre mí, como los dos corazones laten a la vez, como me acariciaba de esa forma que tan sólo él sabía, o tal vez, podía, porque con nadie conseguiría sentir nada como cuando sentía con él, tal vez por él, tal vez por mí, porque quizá yo no quisiera que mis sentimientos cambiaran, pero el sólo imaginarme de nuevo a su lado, con su mirada penetrante, sus besos dulces y apasionados a la vez, que con cada uno de ellos, con cada mirada, con cada caricia... no hacía falta hablar más, las palabras estaban de sobra, solos los dos, él y yo, y dónde mejor nos conseguíamos entender era en silencio, cuanto menos habláramos, más nos conocíamos, porque sólo tenía que mirarlo a los ojos para saber lo que me quería decir, lo que me quería transmitir, y yo tan sólo tenía que hacer lo mismo, era una de las mejores sensaciones que se podía tener, sentirme a su lado, protegida, mimada, querida...
Recuerdo perfectamente como lo conocí, realmente no lo había visto nunca, pero él y yo ya nos conocíamos, no éramos unos extraños, ni yo para él, ni él para mi, éramos más familiares realmente de lo que nosotros pensábamos gracias a su hermana, quien era, es, y siempre será mi mejor amiga. Hacía un año que la conocía más o menos, y se había convertido para mi como una hermana, como a la hermana que nunca tuve, y que siempre había querido tener, confiaba en ella como nunca confiara en nadie, y me sentía completamente a gusto con ella, en ese tiempo, nos habíamos vuelto inseparables, pero uno de los temas más habituales era él de su hermano, Ronald Weasley, con él que yo todavía no había tenido el gusto de tratar, aunque he de reconocer que en ese momento no es que tuviera muchas ganas de hacerlo, y pronto cambiaría de opinión, el día que lo conocí y que experimente la sensación que sigo sintiendo 2 años después, cuando nuestras miradas se cruzaron, y se mantuvieron durante más de un minuto, en ese momento, me di cuenta de que me había enamorado a primera vista, algo que no me pasara nunca, pero su forma de mirar, de hablar, de caminar... me parecían tan diferentes a la del resto de las personas, que no pude evitar que miles de mariposas me recorrieran el estómago de arriba abajo sin parar, al igual que no podía dejar de mirarlo, de escucharlo... no le podía prestar atención a otra cosa que no fuera a él, y parecía que a él le pasara lo mismo, porque me mantenía las miradas y me sonreía de vez en cuando, lo que me hacía ponerme todavía más nerviosa, y a la vez estar más segura y más convencida de mi misma, pero él tenía novia, lo sabía, su hermana me lo había dicho, una chica muy guapa y con la que suponía que mantenía una relación importante, pero una gran sorpresa me inundó cuando Ginny, su hermana, me confesó que la había dejado hacía unas semanas atrás, y que estaba completamente segura de que yo le había impactado, sobre todo por su mirada, igual que yo, ella también se había dado cuenta de lo que pasara entre él y yo, un auténtico flechazo, aunque yo no se lo quería reconocer, ella tenía totalmente toda la razón, lo que me había pasado con el pelirrojo, no me había pasado nunca antes, era una sensación tan diferente, tan especial tan...
Fueron pasando los días, y cada vez que lo veía, esa sensación iba creciendo poco a poco en mí, el corazón me iba a doscientas pulsaciones por minuto, su mirada me atraía, su sonrisa me provocaba, sus gestos me cautivaban, todo él me capturaba, la forma de sus labios, sus manos, sus brazos, su todo, todo él, él él él y sólo él era de lo único que estaba pendiente todo el día, no salía de mi cabeza, nunca lo hacía, era en lo único que podía pensar, era algo que no se podía expresar, una sentido completamente diferente, algo que no experimentara nunca, nunca me había sentido tan atraída por nadie, y no sabía muy bien como reaccionar.
Él conmigo también iba cambiando poco a poco. Lo primero que hizo, fue decirle a su hermana lo que había sentido por mi tan pronto me vio, aquella noche, le dijo que yo le había impresionado muchísimo, y ella no hizo otra cosa más que contármelo según él se lo dijo... tal vez, ese fue uno de los principales motivos por los que yo, con el paso del tiempo, me fui prendando más y más a él, a su mirada, sin la cual no podía vivir, sin sus palabras... pero aún así, nunca lo confesé, tarde mucho más de lo que debía en cortárselo a mi amiga, me daba vergüenza enamorarme de su hermano, temía su reacción, aunque estaba segura de que sería buena, estaba deseosa, me intentaba convencer, me decía que él sería el adecuado para mí, pero yo lo negaba, aunque sé que ella podía ver un brillo en mis ojos que nunca me confesó, quizá para dejarme a mí ir a mi ritmo, de la forma que yo deseaba, pero sabía que mis sentimientos estaban completamente ya con su hermano, no hacía otra cosa más que preguntarme, y yo también lo hacía, constantemente, a mi misma, me preguntaba si estaba segura de lo que sentía por él, no quería dar un paso en falso y por eso, cuando me decidí a contárselo, no fui capaz de hacerlo directamente, si no que se lo confesé por escrito, en una carta. Nunca me había costado tanto confesarle algo, confiaba plenamente en ella, era como mi otra yo, como mi alma gemela, a la que le podía decir todo, contarle mis sentimientos, mis miedos, mis alegrías... sabía que ella, cuando yo estaba bien, feliz, ella lo estaba todavía más que yo y, al contrario, cuando estaba mal, triste, ella estaba conmigo, siempre en todo, y yo igual, ella siempre contara conmigo para lo que le hiciera falta, y cada vez que lo necesitaba, me llamaba, y así, con el paso del tiempo, conseguimos ser las amigas consolidadas que somos ahora, pero esa vez, no fui capaz de contárselo, me eché para atrás, me daba miedo, temor, vergüenza... tal vez desconfiara de mis propios sentimientos, no quería hacerle daño a nadie, ni a él, ni a Ginny, ni a mi misma, a lo mejor él no estaba sintiendo por mí como ella creía, y como me contara, no sé porque, pero me costó mucho confesárselo, pero en cuanto lo hice, a parte de decirme que ya lo sabía de sobra, me ayudó en todo lo que pudo, sobre todo a aclararme, y a él no le dijo nada, como una buena amiga, como si él no se tratase de su hermano, si no de un desconocido más, cada vez que alguien bromeaba con el tema de "Ron - Hermione" ella me defendía, decía que él a mi no me gustaba, y pasó de intentar convencerme, a echarme miraditas cómplices cuando alguien lo comentaba así de pasada. Siempre supe que podía confiar plenamente en ella, pero en ese momento, me lo demostró completamente. Cambiar bañera por plato de ducha | Mamparas - Bricoducha
Cuando vio que yo me aclarara, se lo comentó, le dijo de pasada que a mi el también "me gustaba", aunque no le dijo como era realmente la situación, entonces él empezó a acercarse a mi de diferente manera, de una forma mucho más especial, que consiguió que, poco a poco, mi amor por el creciera, y pensaba que eso era imposible, creía que no podría quererlo más, que no podría querer más de lo que lo quería a alguien, me sentía impotente, no sabía que hacer, cuando lo tenía cerca, me costaba hablar, moverme, decidir las cosas, no tenía la mente clara, más bien todo lo contrario, no era capaz de hacer nada ni de decir tampoco. Hasta que un día, no sé bien como, pasó. Estábamos hablando como muchas otras veces, tranquilamente, yo lo escuchaba con admiración, y él también me miraba a mi, con sus preciosos ojos azules, esa mirada que me penetra y que nunca lograré olvidar y, de repente, me besó. No se muy bien que ocurrió en esos minutos, sólo sé que, cuando me di cuenta, estábamos a menos de un milímetro de distancia, y en nada, sentí su aliento sobre mí, una de sus manos sobre mi mejilla, y la otra sobre mi cintura, presionándome sobre él, y agarrándome con fuerza, como si no me quisiera dejar escapar. Esperara tanto ese momento, que cuando llegó, no sabía ni que hacer, ni como reaccionar, sólo correspondí a ese beso, pero sin moverme, sin inmutarme, me había quedado sin fuerzas, no podía hacer nada, no fui capaz de responderle.
Ahora, después de dos años, y que todo ese amor se rompiera, yo continuaba sintiendo lo mismo por él, no podía evitar enloquecerme cada vez que lo veía, que mis pupilas se dilatasen cada vez que lo presenciaba, e incluso cuando pensaba en él, en lo mucho que sintiera, y en lo mucho que sentía también, porque, a pensar del paso del tiempo, no podía olvidar todo lo que pasara entre nosotros, no podía evitar acordarme de todos esos días que pasara a su lado, tantas conversaciones, tantos besos, tanto como yo lo quería, y tanto como creo que él me quería a mí, pero nada dura eternamente, ni siquiera el amor, por muy duradero que creas que puede llegar a ser, no puede atravesar todas las barreras, no es posible. Por eso, ese día, cuando lo vi, cuando me di cuenta de que no había cambiado nada, me sentí débil, como la última vez que lo viera, como cuando me pasaba horas a su lado, abrazándolo, besándolo, compartiendo miles de cosas juntos, hablando de todo con él, y tanto como lo echara de menos... y su mirada, como me miraba, no me quería equivocar. La primera vez que lo hiciera de esa manera, esa noche, había sido de una forma completamente sincera, y yo no había malinterpretado esas miradas, esas sonrisas, pero esta vez... no estaba lo suficientemente segura de que eso volviera a ser, que él todavía sintiera lo mismo por mí, así que, como pude, bajé la mirada, rompiendo la línea mágica que las unía, le sonreí, y proseguí mi camino.
destinada a amarte - Fanfics de Harry Potter
Sus ojos azules me perdían, no lo podía evitar, al igual que hacía ya dos años, seguía dejándome llevar por ellos cada vez que estos se cruzaban, sus ojo
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2024-10-12
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