Destinados - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Un pequeño Harry de unos 10 años entraba a clase, solitario y aguantando las burlas de su primo Dudley y de los idiotas de sus amigos.

Cuando ya todos los alumnos estaban sentados, la profesora Munich entró al aula seguida de una niña con el pelo negro, liso y a la altura del hombro que iba vestida con uan camiseta verde y unos vaqueros.

- Ella es Helena, es decir Lena- la presentó con su horrible voz de vieja cotilla- dinos Lena, ¿ De qué parte de España eres?- le preguntó con su horrible voz de vieja cotilla.

Lena tenía la vista clavada en el suelo, jugueteaba con sus zapatillas, nerviosa.

- De Canarias- murmuró con la vista clavada en el suelo- ¿ Puedo sentarme ya?

- Por supuesto- le dijo con una falsa sonrisa- al lado de Potter, el chico de las lentes y pelo negro- le indicó.

 

Lena lo encontró facilmente, pues Harry estaba sentado sólo y era el único que llevaba lentes de la clase.

Las mejillas del pequeño Harry se encendieron, pues no estaba acostumbrado a tratar con gente, y menos con chicas. Dudley lo miró y murmuró algo a sus amigos, que rieron malevolamente. Lena pasó al lado de ellos y estos se la quedaron mirando con cara de idiotas que nunca han visto una chica.

Harry la miraba intentando parecer inexpresivo.

Lena suspiró mientras sacaba sus cosas de la maleta, estaba algo sonrojada, pues consideraba que Harry era muy guapo y atractivo.

Harry la miraba sonrojado, al contrario que las demás, su estuche era normal, sin esas mariconadas que tanto les gustaban a las chicas de su edad y su mochila igual, tanto el estuche como la mochila eran originales, pero a su manera.

De repente, ella se giró hacia él.

-¿ Cómo te llamas?- le preguntó a Harry

- Harry, Harry Potter- le respondió él medio titubeando.

-¿ No tienes amigos?- le preguntó ella mirándolo muy fijamente a los ojos.

- No-respondió él con el ceño fruncido fingiendo mirar la pizarra- ¿ Y tú?- le preguntó volviendo a mirarla.

- Tampoco- respondió ella con una triste sonrisa- me consideran rara-¿ Y tú?- le preguntó con chispas en los ojos.

- Tampoco- le respondió él.

- ¿ Por qué?- le preguntó ella mirándolo a la vez que jugueteaba con su boli.

- Me consideran raro- respondió con una sonrisa.

Lena le devolvió la sonrisa.

Harry la miró a los ojos y descubrió que eran de dos colores: oro viejo y verde, como entremezclados.

-¿ Qué pasa?- le preguntó Lena alzando una ceja.

- Tus ojos...- le respondió Harry mirándola como hipnotizado.

- Ya, son algo peculiares- le respondió Lena encogiéndose de hombros.

-¡ Potter, Batista!- les gritó con su horrible voz la Urraca, perdón, la "bella y sexy" señora Munich- Batista, la raíz de 121.

- 11- le respondió sin vacilar Lena.

- Potter la raíz de menos 81.

- No tiene raíz por ser negativo- le respondió Harry como un autómata.

Pasó la mañana y tocó el timbre anunciando el regreso a casa. Cuando salían Harry y Lena, Dudley y sus amigos los rodearon.

- No te juntes con éste- le dijo Dudley en tono despectivo- eres demasiado guapa para él.

Lena suspiró y puso los ojos en blanco mientras se aguantaba las ganas de darle una hostia a Dudley.

- No eres quien para decirme lo que debo hacer- le dijo Lena cortante.

Harry vio pasar su vida por delante de sus ojos al ver que Dudley preparaba su puño para atizarle un buen puñetazo.

 

-¡ Déjalo en paz cara cerdo!- le gritó con furia Lena a Dudley, interponiéndose entre él y Harry.

Dudley abrió la boca para reprochar algo, pero lo único que salió de su garganta fueron un par de gritos de cerdo.

Harry miró a Lena, ella era como él, ya no era el único.

- Ya no estás solo- le dijo Lena a Harry guiñándole un ojo.

Pasó el tiempo y cuando Harry se enteró de que era mago, corrió a decirselo a Lena.

-¡ Lena soy un mago!- le dijo emocionado, cegado de alegría-¡ Voy a estudiar en Hogwarts!

- Harry...Yo también soy maga y...-le dijo ella con pesadumbre. En su rostro se notaba que había llorado y su voz estaba algo quebrada- Voy a estudiar en Beauxbeatons.

A Harry se le fue el alma a los pies, todos sus sueños no se harían realidad, serían solo eso, sueños...nada más que absurdos sueños...

Lena estalló en lagrimas y le abrazó.

- ¡ No quiero perderte!- le dijo entre sollozos.

- Yo tampoco- le respondió Harry apretándola con fuerza contra su cuerpo.- ¿ Cuándo te vas?- le susurró al oído con voz triste.

- Dentro de dos días- le respondió Lena entre sollozos- y...Harry, te quiero- le confesó separándose de él.

Harry se quedó mirándola unos instantes, sentía tantas cosas por dentro: amor, impotencia, rabia, dolor, felicidad... Harry acercó su cara a la de Lena y se quedó mirandola a los ojos a menos de dos centimetros de su cara. Lena esbozó una sonrisa tímida y Harry la besó en los labios. La besó dulce, triste y apasionadamente, tratándo de decirle como se sentía sin palabras.

Pasaron los años, y mientras Harry hacia su vida social y se enfrentaba a Voldemort y sus aliados, Lena no hablaba con nadie y además, se enfrentaba a Voldemor y a sus aliados, al igual que Harry, pero ella incluso había llegado a matar a algunos mortífagos que pretendían matarla a ella o a Harry.

Lena era muy solitaria y reservada, vivía sumida en un pasado que le parecía un sueño, y sus labios no habían vuelto a besar a nadie más. Estaba comenzando el cuarto curso, cuando Madame Maxime ( la directora), las reunió a todas y les anunció:

- Señoritas, se va a celebrar el Torneo de los Tres Magos, y por esa razón iremos a competir en Hogwarts.- hizo una pausa- el torneo durará casi todo el curso, y sólo se podrán presentar las de séptimo curso.

Muchas de las alumnas suspiraron de alivio y otras bufaron y protestaron en voz baja.

- Partiremos el mes que viene, pero- hizo una larga pausa- solo podrán ir aquellas alumnas que tengan buenas notas y muestren su madurez, la señorita Batista entre ellas- dijo mirando a Lena con una radiante sonrisa.- Las que queráis participar, echaréis un papel con vuestro nombre en el Cáliz de Fuego que encontraréis en el Gran Comedor de Hogwarts.

UN MES DESPUÉS,

Por fin llegó la hora de partir. Lena era una de las pocas que iban, pues las alumnas de Beauxbeatons se preocupaban más por estar guapas que por sus notas.

Nada más llegar a Hogwarts, tuvieron que desfilar. Lena iba la última y se desvió del grupo para internarse en el Bosque Prohibido para no tener que desfilar con ese ridículo y provocativo uniforme azul.

Harry, Ron y Hermione charlaban animadamente, cuando de pronto, el director anunció la llegada de las alumnas de Beauxbeatons , que desfilaron elegantemente. Harry las miró , no veía a la chica que buscaba...¿ Dónde demonios estaría, que habría sido de ella, sería tan guapa como las otras, lo sería más, o menos...?

 

Lena estaba desorientada y perdida, aquel lugar era muy tenebroso, y además, oía voces que traía el viento, oía crujir algunas ramas del suelo y pasos... Asustada como estaba corrió todo lo que pudo con el corazón en la boca. Algo la agarró del pie, ella cayó de narices al suelo y trató de agarrarse desesperadamente a algo, cosa que no consiguió. Gritó hasta quedarse casi afónica, pataleando inutilmente, llorando a lagrima viva y con algunos cortes y magulladuras en todo el cuerpo. " No puedo acabar así..." se dijo " siendo el aperitivo de vete tú a saber que bicho"...Lena buscó su varita mientras el "bicho" la seguía arrastrando y medio levántandola del suelo para volverla a tirar.

Lena cogió su varita, apuntó al bicho y gritó:

- ¡ Incendio!

Una gran llamarada salió de su varita, provocando que el la cosa esa se chamuscara, emitiera una especie de gritito y la soltara, y según le pareció a ella, lo hizo como quejándose. Lena se levantó con gran esfuerzo.

- Mierda- murmuró al notar que no podía mover el brazo izquierdo.

De pronto oyó el sonido de unos cascos en el suelo, pero no se movió. Se quedó allí quieta, con los ojos llenos de lagrimas, a causa del dolor de su brazo y del miedo que le provocaba ese lugar. De repente, un centauro salió de la nada, apuntándole con una flecha. De repente, el centauro bajó el arco y retiró la flecha.

- Debes de ser la chica de Beauxbeatons.- hizo una pausa- Hagrid te está buscando.

Lena no sabía quien era Hagrid, estaba asustada y hambrienta, pero tenía el consuelo de que el centauro no le haría daño.

-¡ Hagrid está aquí!

Un hombre semigigante surgió de la maleza con una lúgubre lámpara para iluminar el camino.

- Pobre...-musitó- Vamos al Gran Comedor.- Le dijo poniéndole una manta algo vieja pero calentita- gracias- le dijo al centauro con respeto.

El centaura no respondió, pero hizo un ademán con la cabeza.

En la mesa de los profesores, pasaba algo, Madame Maxime parecía preocupada y Dumblendore tenía un aire pensativo. Harry miró a las chicas de Beauxbetons, estaban alteradas y un poco preocupadas, pero no entendía los que decían porque hablaban en francés. De repente, la puerta del Gran Comedor se abrió. Hagird entró acompañado por una chica de Beauxbeatons que parecía que se había perdido. A Harry se le aceleró el corazón, era ella, tenía que serlo.

Lena todavía lloraba, le dolía intensamente el brazo izquierdo. Miró a todos lados en busca de alguien, de los ojos verdes que algún dia, hace cinco años había mirado y que habían habitado en sus sueños durante esos cinco años, y los encontró.

Ambos se miraron durante un buen rato, incluso Lena llegó a pararse, provocando las risas pícaras entre sus compañeras, los bufidos entre las seguidoras de Harry y risas maliciosas entre los de Slytherin.

Madame Maxime corrió a abrazar a Lena, que emitió un gritito de dolor y le dijo algo en perfecto francés a la elegante giganta, que luego se dirigió hacia Dumblendore y más tarde hacia una de sus alumnas, cuyo nombre se rumoreaba que era Fleur Delacour.

 

Harry observó como Fleur llevaba a Lena fuera del Gran Comedor.

Lena no habló con Fleur durante el trayecto hacia la enfermería. Ultimamente estaba rara y tenía menos ganas que de costumbre de hablar con gente.

Cuando llegaron a la enfermería, la señora Pomfrey le hizo un hechizo que le curó el brazo y le alivió el dolor. Ya podía mover de nuevo el brazo.

Harry se preguntaba que le habría pasado a Lena...¿ Adónde la habría llevado Fleur? Ahora no podía levantarse porque Dumbledore estaba en medio de uno de sus discursos, y no le hizo falta, de repente se volvió a abrir la puerta y entraron Fleur y Lena. Ésta última ya no tenía tanta cara de dolor y se había peinado un poco y lavado la cara. Ésta vez al pasar delante de él, ella lo miró, pero no se paró y apartó la mirada con rapidez.

Cuando llegó con sus compañeras, todas la miraron, lo que hizo que se sintiera algo incómoda.

Cuando hubieron acabado de cenar y Dumbledore hubo acabado su discurso, les dejaron hablar y conocerse entre ellos. Lena salió del Gran Comedor y se fue a las escaleras del Vestíbulo, donde se sentó y se puso a dibujar. A penas había garabateado unos trazos, cuando notó la presencia de alguien delante de ella.

- Hola- le saludó una voz que reconocería en cualquier lugar a pesar de los años que habían pasado.

- ¿ Harry?- preguntó levantándo la vista y percatándose de los cambios del muchacho.

Lena sintió que su corazón le latía más rápido de lo normal y se levantó con rapidez, ignorando que sus lápices y su bloc habían caído al suelo estrepitosamente. Lena se quedó tiesa delante de Harry, pero él, la ver la duda reflejada en los ojos de la muchacha la abrazó.

El corazón de Harry iba a mil, se habían reencontrado después de casi cinco años y aún se amaban. Después de que Dumblendore les comunicara que iban a ir las estudiantes de Beauxbeatons, Harry había dejado hacer menos caso que el que les hacía a las chicas pues, en su mente y en su corazón sólo existía una persona: Lena.

Ese momento mágico fue roto por la metomentodo gatuna de Hogwarts, la Temida Señora Norris( canción de psicosis, escena de la ducha, es broma xD) y por los gritos de Peeves en el segundo piso.

- Vámonos- le dijo Harry a Lena.

- Sólo es una gata- dijo Lena mirando a la Señora Norris con cierto desdén- y muy fea por cierto...

- No creo que quieras conocer a Filch y a Peeves el primer día- dijo Harry exasperado.

Lena enarcó una ceja en señal de duda.

- Ven te presentaré a Ron y Hermione- dijo Harry agarrándola de la mano y arratrándola hacia el Gran Comedor.

- No me gusta conocer gente...- le dijo Lena con una sonrisa tímida.

- Venga,- insistió él- os llevaréis bien.

- Si insistes...- accedió Lena esbozando una sonrisa.

Harry la condujo hasta Ron y Hermione.

- Chicos, os presento a Lena- anunció Harry.

- Je m'appelle Hermione, et lui c'est Ron- dijo Hermione pensando que Lena no hablaba el inglés.

- Sé hablar inglés- le dijo Lena con suavidad mientras le tendía la mano a Hermione en señal de amistad.

Cuando Hermione le hubo dado el apretón, hizo lo mismo con Ron.

-¿ De qué os conocéis?- preguntó Hermione.

- Ella fue la primera maga que conocí y la primera amiga que tuve.- contestó Harry sonriendo de oreja a oreja y sin soltar la mano de Lena.

 

-¿ Lena es un diminutivo?- preguntó Ron.

Hermione puso los ojos en blanco y le respondió con voz neutra:

- Es el diminutivo de Helena.

Los cuatro pasaron el resto del tiempo hablando y Harry no soltó la mano de Lena ni un sólo instante. De pronto, Dumblendore carraspeó y todos centraron su atención en él.

- Los candidatos tenéis hasta el próximo sábado para presentaros al Torneo, y ahora, aunque mañana sea domingo, a dormir.- anunció.

Lena, con mucho esfuerzo soltó la mano de Harry y se despidió de Ron y Hermione, con los cuales había congeniado perfectamente y se fue a la fila de las alumnas de Beauxbeatons...

Aquella noche Lena no podía dormir, así que cogió su Nimbus 2000 y fue a dar una vuelta, lo necesitaba.

Mientras volaba, no pudo evitar pensar en el partido que tendría lugar en Hogwarts dentro de unos meses, en el que se enfrentarían Beauxbeatons y Dumstrang, y el ganador se enfrentaría contra Hogwarts.

Lena frunció el ceño de pensar que la gente la subestimaba y decían que jamás ganaría a Krum, todos lo apoyaban menos las chicas del equipo de Beauxbeatons, que la habían visto jugar y sabían que Lena estaba a la misma altura que Krum.

Lena hizo un giro y aterrizó en el jardín de Hogwarts, debían de ser las siete de la mañana, así que entró.

Mientras deambulaba por los pasillos de Hogwarts, ella y Ginny se encontraron de frente y se miraron de manera desafíante.

- Desmayus!- gritó Ginny.

Lena sonrió malevólamente y se dio la vuelta quedando cara a cara a Ginny mientras de su varita había salido un escudo protector que hizo que el hechizo de Ginny rebotara y le diera a una estudiante que resultó ser Cho Chang, de Ravenclav.

- ¡ Jamás ganarás a Krum!- la provocó Ginny.

- ¿Quieres probar?- la desafió Lena.

- Vamos- aceptó Ginny.

Ambas se colocaron paralelas la una de la otra extendieron los brazos y Ginny gritó:

- Accio escoba!

Mientras que Lena lo hizo son decirlo. Las escobas de ambas fueron hacia sus respectivas dueñas, y éstas se colocaron en posición y dieron una patada al suelo, elevándose y saliéndo por la ventana.

Lena sentía la adrenalina a tope, y el viento azontando su cara y revolviendo sus cabellos la reconfortaba.

Ginny no sentía adrenalina, si no rabia al pensar que Harry quería a Lena en vez de a ella .

De repente, mientras ambas sobrevolaban el lago, ambas sintieron mucho frío, demasiado quizás. Lena miró hacia detrás y vio que estaba rodeada de dementores, que lo rodearon. Ella , antes de que se avalanzaran sobre ella, inclinó la escoba, haciéndo que cayera en picado, y cuando estaba a un palmo del lago, hizo una maniobra y evitó el baño en el agua del lago, logrando despistar a los dementores. Pero oyó unos gritos, era Ginny. Los dementores estaban absorviendo sus recuerdos. Lena dio la vuelta y mientras avanzaba invocó a su patronus. Un elegante feix plateado salió de su varita, asustando a los dementores. Ginny cayó de su escoba sin sentido, como una muñeca de trapo. Lena se puso en pie sobre su escoba y agarró a Ginny en plena caída evitando que se cayera al agua helada. De repente oyó aplausos y vítores. Lena miró a la orilla y vio a alumnos de todas las escuelas vitoreandola. Había procurado no esforzarse demasiado para impresionar más en el partido. Cuando llegó a la orilla, depositó a Ginny en el suelo y todos se avalanzaron sobre ella.

 

Ron se abrió paso entre el gentío y abrazó a Lena m agradeciéndole el haber salvado a su hermana.

- El haberla salvado no quita que se ande con cuidado- le advirtió a Ron- a la próxima no seré tan buena y la dejaré a merced de los dementores.

Todos la miraron sorprendidos, no estaban acostumbrados a ese comportamiento de salvo a alguien pero no lo volveré a hacer otra vez....

Ginny abrió los ojos y vio a Lena hablando con Harry, y eso le produjo mucha furia, con lo cual le lanzó una maldición a Lena por lo bajini y por la espalda.

Lena empezó a asfixiarse, sentía que la estuvieran estrangulando, entonces intentando buscar aire, se volvió hacia Ginny y le lanzó la madición Cruciatus.

Ginny se elevó por los aires y se retorció sobre ella misma...¿ Qué clase de maldición era esa? Jamás en su vida había experimentado un dolor así de grande.

Lena cayó al suelo, estando cada vez más y más pálida.... " No, no puedo acabar así, no....puedo" Se repetía a sí misma en el interior de su cabeza mientras buscaba desesperadamente aire, aire , respirar lo necesitaba, porque, cada vez oía más lejos los gritos de los alumnos horrizados y los jadeos de Ginny, a la cual ya le había cesado la maldición debido a la falta de energía de Lena.

De repente, notó una mano sobre sus cabellos y pudo ver al profesor Snape y a la profesora Mac Gonagall arrodillados delante de ella.

- ¡ Rápido Severus!- oyó que le decía Mac Gonagall a Snape.

Snape estaba concentrado en recordar cual era el contrahechizo de esa maldición. Hasta que por fin apuntó a Lena con su varita y murmuró unas palabras.

Lena sintió de nuevo el oxígeno en sus pulmones.

Lena miró a Ginny que la miraba burlona.

- Maldita ....zorra- murmuró Lena- no.....ssé...co-mo...puedess es-tar...e..n Griffindor...

Los alumnos de Slitherin miraron a Ginny y a Lena y comenzaron a reir por lo bajini. Todos menos uno, que miraba la escena concentrado, sin decir palabra... Pero...en realidad lo que tanto miraba con ese interés era una persona...Una chica.

-¿ Cuánto apuestas a que se carga a Weasly, eh Draco?- le dijo Crabe dándole un codazo.

- Tsss- respondió encogiéndose de hombros y esbozando una sonrisa- nos libraría de esa niñata...- añadió.

Lena notaba la rabia recorriendo todo su cuerpo, apartó la mirada de Ginny, pues su rostro triunfante aún le estaba grabado en la cabeza. Sus manos agarraron la hierbba con fuerza que llegó a arrancar de cuajo con sus largas uñas.

- Esta me la pagas....- le dijo volviéndola a mirar.

Lena se levantó de la hierba ante la mirada de todos, que esperaban su reacción.

Tenía la cabeza agachada para tratar de ocultar las lagrimas de rabia. Apuntó a Ginny con la varita y le lanzó el hechizo impedimenta.

Ginny voló por los aires y cayó sobre la hierba.

Mac Gonagall y Snape se miraron al ver que Lena avanzaba hacia Ginny.

- Mira pequeña serpiente- le dijo apúntandola- sé los hechizos más dolorosos y retorcidos que te puedas imaginar, así que, me vuelves a atacar con juego sucio, y yo jugaré aún más sucio, Weasly.

Ginny la miró aterrorizada, enfadada daba miedo...

 

- Las amenazas no son tipícas en mí Weasly, pero tu ya te has pasado, a ver cuando te vas a dar cuenta de que Harry no te quiere ni querrá nunca, niñata.

Ginny la miró de reojo y se levantó intentando conservar la poca dignidad que le quedaba, pues la mayoría de los estudiantes la abucheaban.

- Muy bien señoritas- dijo Mac Gonagall acercándose a ellas- Weasly, cien puntos menos para Griffyndor, en cuanto a usted- dijo añadió mirando a Lena- Madame Maxime se ocupará de usted.

En ese momento apareció Madame Maxime, con el rostro ensombrecido.

- Lo siento Lena, pero estás castigada- hizo una pausa- limpiarás el aula de pociones.

- Y usted Weasly, limpiará los baños- hizo una pausa y añadió- mañana comenzaréis a limpiar.

- On se trouvera devant de mon bureau en cinq minutes.- ( nos encontraremos delante de mi despacho dentro de cinco minutos).

- D'accord Madame- respondió Lena agachando la cabeza.

Lena pasó delante de los alumnos que la miraban con interés, pero al pasar delante de los de Slitheryn, se chocó con Malfoy, y ambos intercambiaron su primera mirada.

Lena entró en el despacho de Madame Maxime y se sentó en una confortable silla de cuero azul.

- ¿ Pog qué Lena?, tú no eges así...- le dijo Madame Maxime en inglés.

- No lo sé... Me descontrolé...- contestó bajando la mirada.

- ¿ Pego pog qué te descontgolaste Lena?- indagó

- No lo sé....- hizo una pausa mientras sus manos arrugaban la minifalda de su uniforme al pensar en Ginny.

- Hagy....Hagy Potteg...- prosiguió Madame Maxime- Oh Lena... Celos de Ginny...- soltó entornando los ojos la directora de Beauxbeatons.

- Yo no tengo celos de esa...esa...- Lena se calló la lengua, pues a pesar de todo era la hermana de Ron- no tengo celos solo quiero demostrarle a ella y a todos que puedo ganar a Krum y demostrarle a Ginny que Harry me ama a mí y no a ella....

- No me vale como explicación a la pelea que tuvistéis ayeg- Madame Maxime hizo una pausa mientras miraba a Lena fijamente a los ojos- ¿ Podgía pasag otga vez Lena?- le preguntó.

Lena agachó la mirada y apretó los puños con tanta fuerza que se clavó las uñas y se hizo un poco de sangre.

- No lo sé- murmuró- de veras que no lo sé....

- Puedes igte- la informó Madame Maxime- demain comenzagá tu punition ( mañana comenzará tu castigo).

- D'accord Madame- respondió Lena abriendo la puerta del despacho.

Al día siguiente las alumnas de Beauxbeatons se dedicaron a ensayar para el partido de quiditch. Lena se concentraba y se entregaba al máximo, debían de ganar, debían de hacerlo....debían ganar a Krum.

Cuando el entrenamiento hubo finalizado, Lena fue a cambiarse para iniciar su castigo.

- Por lo menos me ha tocado el aula de pociones y no los baños...- murmuró.

- Hola- la saludó Harry por sorpresa.

Lena dio un brinco y se giró asustada.

- Harry- murmuró algo aliviada- ¿ Qué haces aquí?- le preguntó sonriendo.

- Verte...- se encogió de hombros y sonrió, pero su sonrisa desapareció cuando carraspeó y..- Lena, lo de ayer....

- No lo comencé yo...- hizo una pausa- fue esa...esa serpiente....- dijo bajando la mirada.

- Ya, me lo imagino- continuó Harry recordando el primer día en el que él y Ginny se habían conocido...- pero ¿ Por qué Lena...? Es la hermana de Ron

 

Lena ladeó la cabeza y continuó caminando, pero se volvió hacia él y le dijo con los ojos algo empañados...

- Por que te quiero...y no voy a permitir que ella lo estropee.

Lena continuó caminando, con su escoba en la mano.

Harry se quedó allí plantado...Había sonado tan sincero y profundo que lo había dejado sin palabras...

Lena se ató los tenis, ya tenía que ir a cumplir su castigo. Bajó de la carroza y entró en el Vestíbulo. No se había fijado en lo grande que era. Pero...¿ Dónde estaba el aula de pociones?

- Está en las mazmorras. - le dijo un chico rubio y alto de Slitherin

Lena se volvió hacia él. Era la segunda vez que le hacían eso en menos de dos horas.

- Me llamo Draco Malfoy- dijo él esbozando una sonrisa que desconcertó a Lena.

- Lena Batista...- respondió ella- gracias...

Lena se puso en marcha, imaginaba donde podían estar las mazmorras, y no tuvo problemas....

Snape le explicó donde tenía que poner las cosas y que tuviera cuidado con los calderos y esas cosas.

Aproximadamente a eso de las seis, Lena acabó su castigo así que salió de las mazmorras, encontrándose con Hermione.

- ¡ Vamos al Gran Comedor, van a decir los elegidos!

- Pero...

- Ni pero ni nada- insistió Hermione cogiéndola por la muñeca y arrastrándola hacia dentro.

Ambas se sentaron con Harry y Ron, pues estaban todos los alumnos de Dumstrang y Beauxbeatons entremezclados con los de diferentes casas de Hogwarts.

Dumblendore terminó su perorata sobre el valor y esas cosas y se dirigió hacia el Cáliz de Fuego.

- De Beauxbeatons irá- anunció abriendo una papeleta algo quemada que el Cáliz, había " escupido"- Fleur Delacour.

Todos aplaudieron a Fleur.

- Se lo merece...- murmuró Lena sonriendo- le hacía mucha ilusión- añadió sin dejar de sonreir.

- De Dumstrang....¡ Victor Krum!- volvió a anunciar Dumbledore.

Todos aplaudieron a Krum, y Hermione la que más. Lena la miró enarcando una ceja.

- Y de Hogwarts...¡ Cedric Diggory!- anunció de nuevo Dumbledore.

Dumbledore iba a seguir hablando para apoyar a los elegidos cuando de pronto... El Cáliz volvió a escupir otro papel.

- Harry...eres tú- le dijo Lena preocupada.

- Harry Potter...- leyó Dumbledore.- ¡ HARRY POTTER!- rugió.

Harry no se levantó, estaba atónito. Todos lo miraban. Lena le dio la mano y la apretó en señal de apoyo.

Harry le sonrió amargamente, pero su sonrisa se borró y se sustituyó por una expresión seria y preocupada.

Dumbledore y otros profesores lo sacaron de la sala y lo llevaron al despacho de Dumbledore.

- ¿ Estás loco?- comenzaron- ¡ Es peligroso!

- ¡ Pero yo no he sido!- se defendió Harry- ¡ Yo no quería participar!.

- Siempre tú Potter, eres como tu padre- lo riñó Snape- No soportas no ser el centro de todo¿ Verdad Potter?.

- Yo no he sido...- volvió a decir Harry.

- ¿ Y entonces quién ha sido Harry, eh quien?- estalló Mac Gonagall.

- Al chico le han tendido una trampa- intervino Moody.

- ¿ Pero quién?- preguntó Mac Gonagall.

- No lo sabemos pero no hay vuelta atrás- dijo Dumbledore mirando a Harry.- no hay elección Harry...- le dijo con gravedad.

- Volvamos- dijo Mac Gonagall.

Todos volvieron al Gran Comedor y los alumnos abuchearon a Harry.

 

- ¿ Por qué no me lo dijiste Harry?- le dijo Ron

- ¡ Fue una trampa, yo no hice nada Ron!- le contestó Harry.

- Ya...- dijo Ron con cara de decepción- estoy harto Harry...harto de que siempre quieras destacar tú, tú y solo tú.

- Ron...- lo llamó Hermione corriendo tras él al ver que se iba.

- Harry...- le dijo Lena a Harry apoyando su mano en el hombro del muchacho.

- La prueba es en menos de dos semanas Lena.- le dijo con la voz quebrada.- ahora todos me odian- añadió.

- Todos no...- le dijo ella- aún te quedamos Hermione y yo...- le recordó.

- Pero Ron es...era... mi mejor amigo- le dijo a Lena.

- Mira Harry no sé lo que es tener un mejor amigo y gracias a tí aprendí que es el amor y la amistad...pero supongo que un mejor amigo siempre te apoya, así que...no creo que Ron dure mucho sin hablarte...- le dijo Lena mirándolo a los ojos seriamente.

Harry sonrió ligeramente a Lena y le dio un beso en la mejilla.

- Merci- le dijo Harry . ( Gracias)

- Pas de quoi- le contestó Lena. ( No hay de qué)

Lena salió de Hogwarts y se dirigió al Lago, estaba segura de que no la echarían en falta... " No sé lo que es un mejor amigo..." recordó que le había dicho a Harry... " Pero no paro de preguntarme como será tener a alguien en quien confiar...sin ser la persona a la que amas...a veces me pregunto...que se sentirá al contarle a alguien las cosas bonitas que te dice tu pareja, tus preocupaciones....tus inquietudes....y no ceso de pensar....como será tener a alguien que te apoye cuando le necesitas....alguien...que no ames...." pensó Lena tumbándose en la hierba bajo la luz de la Luna.

" Qué difícil se me está haciendo soportar este maldito don...."- pensó para sí misma otra vez- " sabia que algo iba a pasar....y aún tengo un mal presentimiento y la palabra retorno sale en mis sueños desde hace dos semanas....". Lena cerró los ojos, suspiró, se levantó miró al horizonte oscuro y se fue a dormir.

Era el día...La primera prueba sería dentro de dos horas. Lena, Harry, Ron y Hermione sabían a que se iba a enfrentar Harry, además, él y Ron ya se habían reconciliado. De repente Lena se desmayó, " Retorno....." se repetía en su cabeza, pero además, oía el griterío de la gente, rugidos de un dragón....Más tarde pudo ver algo borroso... Y a pesar de como se veía, sabía que dragón era. El Colacuerno...

Lena volvió en sí y se levantó. Tenía suerte de tener una habitación para ella sola dentro del carruaje de Beauxbeatons. Se miró en el espejo. Tenía que llevar el uniforme y el pelo atado en un coleta, pero a pesar de eso, no se podía recoger varios mechones de pelo que le caían enmarcando su cara pálida, haciendo destacar sus ojos bicolor y sus labios algo rojizos por el tiempo.

Lena suspiró y se fue. Parecía una muñeca, una pija...no le gustaba para nada...llevaba desde los once años apróximadamente con ese uniforme y ya lo aborrecía, sobre todo el sombrero, era incómodo y se caía con facilidad.

Hermione la estaba esperando en la entrada de la especie de estadio al aire libre que habían montado para celebrar la primera prueba.

La prueba era sencilla de comprender. Los jugadores debían coger un huevo que se hallaba en el centro de la pista rocosa, pero debían evitar al dragón, que intentará evitar que cojan el huevo y que los jugadores elegirán a suerte mediante unas figuritas en miniatura.

 

Hermione la cogió de la mano mientras repetía cosas sin sentido. Ambas entraron a la tienda donde se hallaban los concursantes, entre ellos, Harry.

Hermione se avalanzó sobre Harry, mientras Lena los miraba. Harry correspondió al abrazo de Hermione y le hizo una seña a Lena para que se uniera al abrazo.

Lena dudó, pero finalmente, se acercó a Harry y lo abrazó. Hermione se apartó y los dejó estar a solas un momento.

- Ten cuidado- le dijo Lena a Harry.

- Lo tendré- le contestó Harry- te lo prometo.

Ambos se abrazaron con más fuerza, era una prueba peligrosa en la que había muerto más gente anteriormente.

Dumbledore entró en la cabaña, Lena sacó su capa de invisibilidad del bolso y se la echó por encima.

- Aquí tengo las figuritas- dijo mostrando una bolsa- primera le tocará a Victor, después a Fleur, a Cedric y por último a ti Harry.- hizo una pausa y reparó en Hermione- señorita Granger no puede estar aquí- Hermione salió de la tienda y Dumbledore prosiguió- Ahora por el orden en el que saldréis id metiendo la mano en la bolsa y cogiendo un dragón, cuidado que algunos muerden- advirtió.

Los concursantes lo hicieron tal y como lo había dicho Dumbledore, y a Harry le tocó el Colacuerno, como Lena había previsto. Cuando ya no hubieron más profesores en la tienda, Lena se quitó la capa.

- No deberías estar aquí- le dijo Harry.

- Tú lo has dicho, no debería, pero sí quiero estar contigo antes de que salgas- le dijo mirándolo con firmeza.

- Yo también quiero que estés conmigo antes de salir.- le confesó Harry- si te digo la verdad estoy algo asustado...- le dijo a Lena sonrojando.

Lena le sonrió y le agarró la mano como hacía cada vez que quería animarlo.

- Va a salir bien- le dijo Lena sonriendo.

Harry la miró a los ojos y le dedicó una de esas sonrisas dulces de agradecimiento.

- ¡ Y ahora Harry Potter!- anunció Dumbledore.

- te toca- murmuró Lena- antes de salir...toma esto- le dijo dándole un anillo- te dará suerte.

- Gracias....- hizo una pausa mientras se levantaba- por si no....eso...quiero que sepas que te quiero...- Harry enrojeció y salió al exterior.

Lena enrojeció y se echó la capa de invisibilidad por encima para que nadie la descubriera dentro de la tienda.

Harry no sabía como coger el huevo...el dragón era realmente fiero cesaba de lanzarle llamaradas y de gruñir. Se escondió tras una roca y gritó:

- Accio Nimbus 2000!

Su Nimbus obedeció y en menos de cinco minutos Harry ya estaba volando sobre su escoba. Intentó coger el huevo, pero el dragón tiró con fuerza de las cadenas y se soltó. Harry miró al colacuerno con horror.

- Mierda- murmuró.

Harry dio la vuelta y empezó a volar más alto, huyendo de aquel terrorífico dragón.

La persecución parecía no acabarse nunca, hasta que el colacuerno lanzó a Harry contra una de las torres de Hogwarts, haciendo que él cayera en el tejado y su escoba en el alféizar de una ventana. Tenía que bajar y recuperarla. Con gran esfuerzo logró recuperar su Nimbus y justo cuando ya estaba en posición, apareció el colacuerno otra vez.

Lena tenía el corazón tan acelerado que por un momento pensó que le iba a dar un infarto de los nervios.

 

- ¿ Qué pasa dónde están?- preguntaba el publico sin cesar.

- Tienes que superar la prueba, tienes que hacerlo- repetía sin parar Lena en voz baja, casi en susurros.

Harry logró salir de la torre con algo de esfuerzo pues el colacuerno no había cesado de molestarlo. Ahora se dirigían al estadio, Harry le llevaba ventaja y por fin, descendió en picado, recibiendo aplausos y vítores y cogió el huevo. Miró su mano, el anillo que le había prestado Lena la había dado suerte, y a decir verdad, algo de fuerzas.

Lena suspiró y se tapó aún más con la túnica, intentando evitar el frío, cosa imposible a principios en Hogwarts. Dentro de unos días sería el baile de Navidad y no tenía vestido...además ...Harry aún no le había pedido ir al baile con él....y aunque no lo hiciera...ella iría, aunque fuera sola... En ese momento aparecieron Harry y Ron. Ron se reía y Harry estaba tan rojo que parecía no sentir el frío.

- Hola- la saludó esbozando una sonrisa.

- Hola Harry- le respondió Lena con el corazón a mil.

- Estooo... quería...- Harry carraspeó- ¿ Quieres venir al baile conmigo?- le largó sintiendo como su corazón se aceleraba.

Lena sonrió y le dio un beso en la mejilla.

- Me encantaría -le respondió

- Bueno...pues....- Harry no sabía que decir, estaba tan guapa que no le salían las palabras- tengo que irme....deberes...pero te prometo que te veré esta noche- le prometió a Lena sonriendole.

- Esta bien...yo tengo que hacer unas cosas....- dijo ella mirando al cielo.

Harry le dio un beso en la mejilla en señal de despedida, y Ron le hizo un gesto con la mano a la que ella respondió alzando la suya. Lena miró como se iban Ron y Harry y sonrió.

- ¿ Dónde está Hermione?- se preguntó arqueando una ceja- debería estar aquí ya.

En ese momento llegó Hermione corriendo como una loca y con su pelo más alborotado de lo normal.

-¡ Perdona, lo siento!- se disculpó.

- Vamos...Hagrid nos espera a la entrada...- dijo Lena agarrándola de la mano.

- Parece increíble que nos hayan dejado ir de compras- dijo Hermione sonriendo.

- Es urgente- le contestó Lena sonriendo- no tenemos nada para el baile y es dentro de dos días.

Ambas llegaron a la puerta de Hogwarts, donde Hagrid las esperaba impaciente con un zapato viejo y desgastado en la mano.

- El transportador- les dijo a las chicas cuando ellas estuvieron a su lado- ¿ Adónde?

Las chicas se miraron con complicidad y pusieron las manos en el zapato viejo.

- Callejón Deagon!- gritaron las dos a la vez.

Los tres se separaron del suelo y sintieron algo tirando de ellos, pero por fin...sintieron suelo bajo sus pies y oyeron a gente pasar, hablando animadamente . Lena abrió los ojos, si, estaban en el callejón Deagon. Hermione sonrió y la cogió de la mano para arrastrarla hasta una tienda de vestidos ante la mirada atenta de Hagrid y de sorpresa de algunos transeúntes.

Hermione y Lena entraron en una especie de probador y empezaron a probarse vestidos y a decirse como les quedaba meintras Hagrid esperaba fuera.

Harry arqueó una ceja miró la hora.

- Hace una hora que Hermione se fue ....¿ Sabes adónde fue Ron?- preguntó Harry apoyando su cabeza en la mesa.

- No sé...estará con Lena en la biblioteca- puso los ojos en blanco- o haciendo cosas de chicas.

 

Harry suspiró y se fue al dormitorio.

Lena se miró en el espejo.

- Este es el bueno - se dijo.- Hermione ya lo tengo!- le gritó contenta a Hermione.

- Yo también!- le contestó la muchacha.

Ambas salieron del vestidor y ambas se miraron con la boca abierta.

- Pareces una princesa!- le dijo Lena a Hermione.

- Y tu....tu....no sé pareces una femme fatale!- le dijo- Harry se va a quedar de piedra.

Lena sonrió malevolamente y s e miró en el espejo. El vestido era ajustado, tenía un escote redondeado del que salían las asillas; tenía como purpurina de color negra por todo el vestido que brillaban y se veían de diferentes colores con la luz. El vestido llegaba hasta los pies y tenía una raja que iba desde el pie hasta la altura del muslo, sin que se llegara a ver la ropa interior.

El de Hermione era largo, muy lindo, de color rosa( cosa que a Lena no le gustaba mucho), hasta los pies y de seda.

Las chicas salieron de la tienda de vestidos y fueron a otra de zapatos, en la cual ambas se compraron unos tacones que parecían hechos a medida con los vestidos, pues los de Hermione eran del mismo rosa y con un tacón de aguja muy elegante, y los de Lena eran como bailarinas hechas del mismo material y del mismo color que su vestido y con un tacón no extremadamente alto ni tampoco muy bajo, en la altura perfecta y muy cómodos.

Hermione y Lena llegaron a Hogwarts otra después, justo a tiempo para la hora de la cena.

Harry y Ron bajaron a cenar. Harry no podía evitar preguntarse como iría Lena al baile, sabía que no era una chica muy normal...dentro de lo cabe la palabra en el mundo de los magos. Se le aceleró el corazón a ver a Hermione y a Lena hablando animadamente en la mesa de Griffindor.

- Hola- las saludó.

Las chicas se volvieron hacia ellos y los invitaron a sentarse.

- ¿ Dónde habéis estado?- preguntó Ron.

- Haciendo cosas de chicas- le respondió Hermione encogiéndose de hombros.

- Te lo dije- murmuró Ron en el oído de Harry.

- ¿Ya te ha llegado la túnica Ron?- preguntó Hermione.

Ron se encogió de hombros...

- Ya llegará- dijo con la boca llena.

- ¿ Y qué os váis a poner vosotras para el baile?

- Vestidos...- dijo Lena encogiéndose de hombros

Cuando cada uno hubo terminado de comer se fueron a sus habitaciones a dormir...

Lena se puso el vestido y los zapatos, mientras pensaba en como peinarse.

- Mierda- murmuró al no ocurriserle nada ni para el maquillaje ni para el peinado.

Lena se puso una túnica que le tapaba todo el vestido y entró a Hogwarts en busca de Hermione, que seguramente estaría en la habitación de chicas de Griffindor de cuarto año. Cuando llegó al cuadro de la Señora Gorda tuvo que explicarle que era de otro colegio y que iba a buscar a Hermione Granger para un problema que tenía con el baile, y finalmente, la dejó pasar. Lena se sorprendió de ver a tanta gente ya vestida, entre ellas Ginny. Ambas se dedicaron una mirada asesina, pero ninguna hizo nada y Lena entró a la habitación de las chicas de cuarto año. Hermione estaba poniéndose los zapatos y se sobresaltó cuando Lena la saludó.

- ¿Qué haces aquí?- le preguntó levantándose y poniéndose frente a ella.

- No sé como peinarme y no sé maquillarme- confesó Lena bajando la mirada.

 

- ¿ Cómo?- preguntó Hermione sin terminar de creerse que una chica no se supiera pintar- debes de ser la única.

- Es que no me gusta mucho pintarme...- confesó ella.

- Bueno, no pasa nada- dijo Hermione- sé como solucionar tus problemas- le dijo sonriendo pícaramente.

- Gracias- le dijo Lena arqueando una ceja.

Hermione maquilló a Lena primero y más tarde se maquilló ella misma, usando maquillaje poco cantoso pero acorde con el vestuario de cada una.

- A ver que puedo hacer con esto...- se dijo a sí misma al ver el pelo de Lena atado en una coleta- suéltatelo- le ordenó frunciendo el ceño.

Lena bufó y se soltó el pelo dejando caer su larga melena ondulada y leonina, que le daba un toque salvaje a su cara pálida.

- Mejor- murmuró Hermione- pero te voy a hacer un peinado que parezca casual para que no pierdas toda tu personalidad- le informó a Lena meintras sacaba su varita y murmuraba un conjuro.

El peinado de Lena era sencillo, era una especie de moño, a la altura del cuello que dejaba varios mechones sueltos de su pelo negro( algunos le llegaban a rozar el hombro) y que además parecía casual porque el moño estaba trabado con varias orquillas que dejaban varios mechones sueltos dando ese toque salvaje y elegante.

- Ya está- dijo Hermione mientras se alisaba el pelo con un conjuro.

- Hermione - dijo Lena mirándola con los ojos muy abiertos- ¿ Esta soy yo?

Hermione rió y asintió con la cabeza mientras se hacía su moño.

- Krum se va a quedar de piedra cuando te vea- le dijo Lena guiñándole un ojo.

- ¿ Cómo sabes que voy con Krum?- preguntó Hermione mientras se miraba en el espejo

Lena no respondió y se limitó a encogerse de hombros.

- Vamonos ya- dijo Hermione- creo que solo faltamos nosotras.

Lena asintió mientras sentía como su corazón se aceleraba locamente al pensar en que iba al baile con Harry.

Harry suspiró mientras escuchaba a Ron quejarse por su túnica.

- Pobre Hermione- dijo Ron- seguro que está llorando porque nadie la ha invitado al baile y Lena estará con ella...

Harry puso los ojos en blanco, aunque Ron era su mejor amigo no soportaba que subestimara tanto a Hermione, ella era una chica muy atractiva y estaba seguro que alguien la habría invitado, y en cuanto a Lena...No sabía que pensar, quizás estuviese con Hermione o no tendría que ponerse.

- Puede que a lo mejor estén llorando las dos- Ron soltó una carcajada- una por lo que te dije antes y la otra porque no tiene que ponerse.

- Deja a Lena tranquila- le dijo Harry bebiendo un poco de ponche.

De pronto, poco a poco las cabezas de todos empezaron a girarse hacia las escaleras y Harry pudo escuchar como las hermanas Patel decían:

- ¿ Esa es Granger, y quién es la otra?

- La otra es la que se peleó con Ginny, de Beauxxbeatons.

Harry se giró y cuando vio a Lena, se atragantó con el ponche.

- Guao- oyó que murmuró Ron a su lado- tío vas a estar acompañado por un pibón...- le dijo dándole un codazo.

Harry no sabía que decir, no le salían las palabras sencillamente, y no podía apartar la mirada de Lena, no parecía ella.

Lena y Hermione se miraron mientras bajaban las escaleras juntas, ante la mirada de todos los allí presentes. Lena pudo divisar a Ron y Harry. Ron estaba con la boca abierta y los ojos casi se le salían de las órbitas, meintras Harry tosía, pero no cesaba de mirarla. También vio a Ginny que las miraba con una mezcla de odio, envidia y sorpresa. Lena sonrió malevolamente, haciendo más sensuales sus labios pintados de rojo por Hermione. Miró de nuevo a Harry y su corazón se aceleró de tal manera que ya no oía los cuchicheos de la gente, si no su propia respiración y los latidos desenfrenados de su corazón.

 

Draco Malfoy hablaba con Crabe y Goyle, que no tenían pareja, mientras que él había ido acompañado de una chica de Slitherin, que debía de reconocer que no era gran cosa.

- Joder- oyó que murmuraron Crabe y Goyle al unísono.

- ¿ Qué pasa?- preguntó mirándo hacia las escaleras.

Draco sintió como su respiración se cortaba al ver a Lena con ese vestido y maquillada de esa manera.

- ¿ Esa es la de Beauxbeatons?- preguntó Crabe.

Draco la siguió con la mirada mientras bebía algo de ponche, no podía evitar snetir una enorme envidia de Harry.

- No es gran cosa- dijo su acompañante.

Draco la fulminó con la mirada.

- Tú a su lado eres la chica más fea que se haya visto nunca- se mofó Draco.

Crabe y Goyle rieron a carcajadas, mientras la chica se alejaba de ellos y se iba sola a un rincón.

- No pienso ir a pedirle perdón- murmuró Draco siguiendo a Lena con la mirada.

"No sé como puede ser tan guapa..." pensó " Potter no te merece, y juro que algún día caerás en mis brazos...lo juro"

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Lena llegó junto a Harry y le dedicó una sonrisa dulce, que hizo que a Harry se le acelerara mucho más el corazón y apenas pudiera respirar.

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- Estás preciosa- le dijo bajando la mirada.

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Lena no le respondió pero le cogió de la mano y le obligó a levantar la mirada, transmitiéndole así todo lo que sentía mediante una mirada.

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- Por favor los elegidos que vayan desfilando junto con sus parejas.

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Harry apartó la mirada de Lena y la cogió del brazo, mientras se dirigían adónde Mac Gonagall tenía ya a Diggory con Cho y a Fleur con un chico de Dumstrang. Harry, Lena, Krum y Hermione llegaron a la vez. Hermione y Lena se miraron y se sonrieron la una a la otra, dándose ánimos.

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- Los concursantes del torneo de los Tres Magos abrirán el baile que les tenemos preparados, disfrutad de la noche- anunció Dumbledore.

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Nada más terminar Dumbledore de hablar, ellos empezaron a avanzar hacia la pista de baile mientras todos los miraban y los aplaudían.

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Lena miró hacia el público, buscando a Ron, pero se encontró con unos ojos azules que la miraban con un amor tan intenso que la hizo estremecer y apartar la mirada.

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Cuando todos los participantes del torneo se hallaron en la pista, empezó a sonar una música muy romántica de Celestina Warbeck.

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Harry colocó su mano en la cintura de Lena mientras la otra agarraba la mano derecha de la chica. Lena lo miró a los ojos y Harry le sonrió.

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Ambos eran algo torpes, pues Harry llegó a pisarle los pies a Lena un par de veces.

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Poco a poco se fueron uniendo los demás, alumnos e incluso profesores, cada uno con su pareja.

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Harry se sintió el chico más afortunado del mundo al estar con Lena, y estaba seguro de que iba a recordar siempre ese día.

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- Estoy cansado¿ Nos vamos?- le susurró Harry a Lena al oído

 

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- Sí- le respondió ella en apenas un murmuro- me duele la cabeza.

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Lena le agarró la mano a Harry y éste la condujo al lago. Lena sintió como su corazón se aceleraba de una forma increíble, tanto que temió que le diera un infarto.

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- Que tranquila está la noche- dijo Harry rodeando a Lena con los brazos.

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- Sí- murmuró ella esbozando una sonrisa.

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Lena observó el cielo, estaba estrellado a pesar de estar en pleno invierno. Sopaba algo de viento y se oían los aullidos de Fag.

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- ¿ Qué está aullando de esa manera?- preguntó a Harry girando la cabeza hacia él.

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- Fag...- le contestó Harry casi en un susurro- el perro de Hagrid, tiene miedo a todo- soltó una pequeña carcajada.

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Lena se volvió hacia él y lo miró de esa manera en que lo hacía a veces, transmitiéndole todo lo que sentía en ese momento.

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Harry sonrió, sintiendo todo lo que Lena le había transmitido en esa intensa mirada a través de sus largas pestañas, más destacadas que de costumbre por el rimel.

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Lena pestañeó, y cuando abrió sus párpados se encontró la cara de Harry a apenas un centímetro de su cara. Su corazón se aceleró todavía más, provocándole temblores por los nervios.

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Harry se percató de que Lena no temblaba porque tuviera frío y sonrió un poco, pues ambos estaban muy, muy nerviosos, no habían estado así de acaramelados desde el primer beso.

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Lena sonrió un poco, sintiéndose algo torpe por no poder disimular los temblores, pero se sintió cómoda al sentir a Harry rojo como un tomate.

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Harry tomó esa sonrisa como una buena señal y posó sus labios sobre los de Lena como si fueran los de una muñeca de porcelana que pudieran romperse en cualquier momento.

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Lena respondió a aquel beso, sintiendo que ella y Harry se fundían el uno en el otro y podían sentir mejor que nunca y que con cualquier mirada lo que sentía el otro, y disfrutó de aquel beso mucho más que del primero, pues se sentía aún más segura y con más paz que aquel inocente beso de despedida que se habían dado a los diez años de edad.

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Harry también sintió esa sensación de fusión con Lena y se alegró de poder estar así con Lena...una vez más...

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EL BAILE parte 3. Hermione.

Lena suspiró mientras se rescotaba en el pecho de Harry, cubierto por la camiseta y la túnica de gala.

Harry acarició los cabellos de Lena mientras la observaba apoyada sobre su pecho.

- ¿ Entramos ya?- preguntó depositando un beso en los labios de Lena- Ron nos echará de menos- le dijo contemplando la cara media adormilada de la chica.

Lena asintió con la cabeza y con gran esfuerzo se levantó de la hierba y se estiró.

Harry sonrió al ver a Lena estirándose y conteniendo un bostezo.

- ¿ Estás cansada?- le preguntó.

- No- le respondió ella- solo me estaba dejando dormir- dijo ella poniéndose en marcha.

Cuando entraron en el Gran Comedor, casi todas las miradas se volvieron hacia ellos, Lena ya se había acostumbrado a eso aquella noche.

- ¿ Nos habrán visto?- preguntó Harry a Lena medio mosqueado.

- ¡Hola chicos! ¿ Dónde estabáis?- les sorprendió Ron antes de que Lena pudiera responder.

- Dando un paseo, me dolía la cabeza- respondió Lena.- ¿ Y Hermione?- preguntó.

 

- Con Krum- respondió Ron poniendo los ojos en blanco.

En ese momento Hermione se acercó a ellos ensimismada con Krum. Ron no paraba de quejarse y de decir groserías hasta que dijo una bien gorda que hizo que Hermione se enfadara y fuera a llorar a llorar a su habitación. Lena la miró como subía las escaleras, con su peinado medio desecho y llorando.

- Eres un capullo- le dijo a Ron- ella solo quería compartir con nosotros la mejor noche de su adolescencia y tú lo has jodido todo con tu idiotez- le soltó enfadada.

La música de Celestina Warbeck seguía sonando. Ron se fue para un lado y Lena enfadada para otro, y Harry no sabía que hacer, quería estar con Lena pero debía de tranquilizar a Ron y hacerlo entrar en razón, optó por ir tras Ron.

Lena se sentó en una esquina sola, aún enfadada con Ron, se había pasado y les había fastidiado la noche a todos, pues sabía mejor que nadie que Harry era el único que lo haría entrar en razón y que había ido tras él precisamente para eso, por lo que no estaba enfadada con él.

- ¿ Te apetece bailar?- le dijo una voz que le resultó familiar sacándola de sus pensamientos.

Lena alzó la vista y vio a Draco Malfoy tendiéndole la mano. Ambos se miraron a los ojos durante un minuto y Lena negó con la cabeza.

- Venga- insistió Malfoy sin retirar la mano- sé que quieres bailar con Potter, pero esto es mejor que nada ¿ No?- le dijo con una media sonrisa.

"Tiene razón" pensó Lena, "No me gustaría estar toda la noche aquí sentada sin hacer nada, porque sé que Harry no bailará más esta noche, y por culpa de ese idiota..." Lena cogió la mano de Malfoy y fue con él a bailar.

El corazón de Malfoy se aceleró de tal manera que pensó que Lena iba a sentirlo de un momento a otro. Draco miró a Lena que caminaba a su lado metida en su mundo.

" Que guapa es... Potter no la merece, y ella no merece a Potter, juro que algún día besaré sus labios y la tendré entre mis brazos" pensó Malfoy mirándola mientras se colocaban para bailar.

Colocó su mano izquierda en la cintura de la chica y con la otra le sujetaba la mano derecha a Lena.

- ¿Por qué te ha dejado Potter sola?- le preguntó con una media sonrisa dibujada en los labios.

- Nada, pero lo entiendo- se limitó a responder Lena.

- ¿ Y si un día te deja, lo vas a esperar como estabas haciéndo ahora?- le preguntó Draco frunciendo el ceño.

- No lo sé, no me gustan los cuentos de hadas en los que las princesas esperan a que las salve algún principe y que son aconsejadas por su hada madrina.

- ¿ Y entonces, que te gusta?- volvió a preguntarle Draco acercándose más a ella.

- No lo sé- dijo ella agachando la cabeza y con un reflejo de incertidumbre en la mirada.- de veras que no lo sé.

- A mí tampoco me gustan esos cuentos ¿ Sabes?- le dijo Draco sonriendo de manera pícara- yo no soy ese príncipe de los cuentos que va salvando a princesas idiotas de estúpidos dragones cuando lo pueden hacer ellas solas- hizo una pausa- yo soy más....de Slitherin- dijo encogiéndose de hombros- te puedes hacer una idea.

- Sí- respondió Lena levantando la mirada- me lo imagino.

Lena miró a Draco sorprendida ante la conversación que estaban teniendo. "Si no estuviese enamorada de Harry, probablemente me enamoraría de él..." pensó Lena y se sorprendió de pensar eso.

 

- Dime, ¿ A qué te gustaría dedicarte de mayor?- le preguntó Draco desviándola del tema de conversación del amor.

- No sé, a la música y al quidditch- dijo ella encogiéndose de hombros- soy la buscadora de Beauxbeatons- informó a Draco.

- Yo lo soy de Slitherin- dijo Draco sonriendo.- dentro de poco tendremos que hacer una competición entre todas las casas para ver quien compite contra el ganador, es decir o contra Beauxbeatons o contra Dumstrang.

Lena enarcó una ceja y agachó la cabeza, no quería competir contra Harry, no quería dejarlo en rídiculo y cargarle un peso absurdo.

- Me encantaría competir contra ti- le murmuró Draco al oído.

Lena no sabía que responderle.

- A mi también- le dijo con voz firme.

- Entonces, prometo conseguir luchar contra ti- le dijo Draco esbozando una sonrisa divertida.

Lena forzó una sonrisa que quedó en una especie de media sonrisa.

- Yo prometo ganar a Krum para poder jugar contra ti- le dijo a Draco con la firmeza de su voz.

- Te has pasado Ron- le dijo Harry a Ron ya harto- pídele perdón a Hermione.

- Tampoco es para ponerse así- le contestó Ron de mala gana.

- Hermione es una buena chica y no se merece lo que le has echo.

Harry se levantó de la silla y se fue, dejando que su amigo relfexiónara el solo. Se dirigió hacia donde se había ido Lena y la vio bailando con Malfoy. Algo se despertó en su interior, no pudo evitar sentirse celoso y fue a buscarla, con la cara inexpresiva, esquivando a todas las parejas que bailaban alrededor de él.

Lena miró hacia su izquierda y vio a Harry dirigiéndose hacia ellos. Su corazón se aceleró y no podía apartar la vista de él. Pero estaba molesto, lo notaba en su mirada.

Draco suspiró y sintió rabia mezclada con tristeza, pues le daba tristeza que Lena no le correspondiera y le daba rabia que Harry hubiera interrumpido aquel magnifico momento.

- Ve con él- le dijo soltándola y mirándola a los ojos un poco apenado.

Lena le sonrió y lo miró agradecida a los ojos.

Lena caminó hasta llegar con Harry, que la miró algo más tranquilo y la cogió de la mano, llevándola fuera de la pista de baile.

-¿ Por qué estabas bailando con Malfoy?- le preguntó intentando parecer tranquilo y optimista, aunque estaba alterado por lo de Ron y por verla bailando con Malfoy.

- Me vio aburrida y me invitó a bailar, y le dije que sí- explicó ella encogiéndose de hombros- y no estés celoso de Malfoy, no te dejaré por él ni por nadie y lo sabes.

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Harry le sonrió sintiéndose menos celoso y más tranquilo, aunque no podia evitar preguntarse que se traía Malfoy entre manos....

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Lena se abrazó a la almohada de la cama de Hermione, esta se había ido a pasar las vacaciones en casa de sus padres, como casi todos, y le había dejado su cama pues, los de Beauxbeatons y Dumstrang volvían a pasar las navidades en sus hogares, pero Lena no tenía familia ni nadie que se ocupara de ella, y por eso la habían dejado quedarse en Hogwarts.

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" ¿ Y si un día te deja lo esperarás como estabas haciendo ahora?"resonaban las palabras de Draco en su cabeza. Lena abrió los ojos, era de día y nevaba. Se levantó y se desperezó mientras bostezaba. Miró a su alrededor, toda la habitación para ella sola, no había ni una sola chica de esa habitación que se hubiera quedado en Hogwarts en Navidades.

 

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Lena se vistió con una camiseta y unos vaqueros, y sobre la camiseta una especie de chaqueta muy rara de color verde, ajustada y que le llegaba hasta el muslo, muy parecida a una gabardina pero sin llegar a serlo.

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Nada más salir de la habitación se encontró con Harry de frente,que tampoco se había ido a pasar las vacaciones fuera, este se asustó y la miró como si fuera un fantasma.

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-¿ Qué pasa?- le preguntó Lena enarcando una ceja.

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- Pensé que te habías ido con las demás.- respondió sonriendo- ¿Por qué te quedaste, y tu familia?- le preguntó Harry

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El semblante de Lena se ensombreció y sus ojos bicolores se aguaron.

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- Yo...- hizo una pausa mientras trataba de recuperar su voz- no tengo familia ni nadie que se encargue de mí- le dijo conteniendo las ganas de llorar al pensar en la muerte de sus padres y en que ella estaba aún más sola que Harry.

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- ¿Nadie, y las vacaciones donde las pasas?- le preguntó Harry pasándole el brazo a Lena por encima del hombro y atrayéndola hacia sí.

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- Las paso en Beauxbeatons, antes me cuidaba mi abuela, pero murió hace ya tres años.- dijo ella arrugando el entrecejo.- ¿ Y tú?- le preguntó a Harry.

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- O con los Weasly o con mis tios- contestó poniendo los ojos en blanco al pensar en sus tios.

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- No sabes la suerte que tienes- murmuró Lena- al menos los Weasly te aceptan como eres y tienes a tus tios, aunque no sean de lo mejor del mundo sino de lo peor.- dijo Lena conteniendo las ganas de llorar, como siempre que pensaba en esas cosas.

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- ¿Por qué no te aceptan como eres?- preguntó Harry- yo te acepto y te quiero así.- le dijo depositando un beso en la nuca de ella.

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- Quizá por ser distinta, no lo sé, yo siempre he sido un poco rara y a nadie le gusta eso de mí- dijo sin darle mucha importancia a esa parte.- pero no me importa- añadió en voz baja.

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- Te olvidas de mí, Ron y Hermione- le dijo Harry intentando animarla un poco

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Lena sonrió levemente y miró a Harry a los ojos. Ambos se acercaron más al uno al otro , pero el estomágo de Lena irrumpió ese momento anunciando que estaba muerto de hambre.

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- Vamos a comer algo- le dijo Harry a Lena cogiéndola de la mano.

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Lena asintió con la cabeza y dejó que Harry la cogiera de la mano. Cuando cruzaron el cuadro de la Señora Gorda se encontraron con Neville, que miró incrédulo las manos entrelazadas de los jóvenes. Lena rió por lo bajini al ver la cara de Neville.

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- ¿Draco te pasa algo?- le preguntó Narcisa a Draco Malfoy su hijo.

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Draco tenía la mirada perdida y clavada en el plato de comida que tenía delante.

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- Bah eso seguro que se habrá enamorado- soltó su tía Bellatrix, la cual iba siempre a cenar en Navidades.

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Draco volvió a la realidad y se dio cuenta de que era el centro de todas las miradas de los allí presente.

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- No, no nada- murmuró- anoche no dormí bien y punto- dijo defendiendose de la teoría de su tía Bellatrix.

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- Mentiroso- murmuró esta por lo bajini.- no nos mientas Draco, un aprendiz de mortifago no debe hablar así a los mortífagos de verdad- le riñó su tía.

 

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- Bella tiene razón- saltó su padre- dinos que te pasa Draco.

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- ¡ A MÍ NO ME PASA JODER!- estalló Draco ya harto de todas esas preguntas e insinuaciones- y además yo no quiero ser mortífago y lo sabéis, vosotros habéis elegido por mí- les dijo a los adultos yéndose para su cuarto.

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- ¡ Draco ven aquí ahora mismo o te quedarás sin cenar!- lo amenazó su padre.

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Draco no se giró, siguió el camino hacia su habitación ignorando las grandes risotadas de su tía Bellatrix.

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- Bruja loca de mierda- murmuró mientras cerraba la puerta de su habitación.

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Draco suspiró se acostó en su cama echo un ovillo, mientras por la ventana nevaba sin parar y en su mente habitaban unos ojos bicolores que lo miraban y estaban presentes en su cabeza las 24 horas del día. Draco se abrazó a su almohada y por un momento vio a Lena tumbada a su lado mirándolo de esa manera incredúla y misteriosa, pero en su imaginación, ella lo miraba con amor, de esa manera en que miraba a Harry.

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- Algún día caerás en mis brazos, algún día nuestros labios se encontrarán- murmuró.

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Draco se levantó y se sentó delante de la ventana, imaginándo a Lena en algún lugar mirando, al igual que él, la nieve caer.

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Lena miraba como los copos de nieve caían poco a poco y dejaban todo más blanco de lo que estaba. De repente, Harry la agarró de la mano y la arrastró hasta la nieve, donde empezaron a lanzarse bolas de nieves y a reirse como locos. A pesar de que hacía un frío que helaba, a ninguno le importaba y se habían olvidado del frío gracias a que estaban corriendo de un lado para otro y riendo sin parar.

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Lena le tiró una bola de nieve a Harry, que le dio en toda la cara, y éste se tiró a la nieve haciendose el muerto. Lena se acercó a él y se agachó siguiéndole el juego.

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Harry entreabrió un ojo y al ver a Lena tan cerca de él alzó los brazos, la cogió `por los hombros y la tiró a la nieve quedando ambos muy cerca.

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Lena no podía dejar de reir, sentía que volvía a ser aquella niña que un día se enamoró de aquel muchacho que tenía al lado riéndose al igual que ella. Ambos se miraron y se cogieron de las manos mientras Harry le pasaba el brazo que le quedaba libre por encima.

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Lena se quedó pensativa y arrugó el entrecejo, había una pregunta que revoloteaba en su cabeza y que no podía contener durante más tiempo.

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- Harry- le dijo apenas sin mover los labios.

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- Dime- le respondió éste.

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- ¿ Qué harías si me muriera mañana?- soltó sabiendo que era una pregunta muy fuerte y temiendo la respuesta.

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Harry se quedó pensativo un momento.

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- Si murieras mañana yo moriría contigo- le dijo muy seriamente mirándola a los ojos.

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- Pero Ginny...Cho..- insistió Lena.

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- Ninguna de ellas podría ocupar el hueco que tu dejarías vacante Lena, ni ellas ni nadie- le dijo Harry - mientras estés viva y seas feliz entonces yo también- hizo una pausa y continuó hablando al ver que Lena abría la boca para hablar- no dejame acabar y si te suicidaras, si fuera por mí me sentiría más que culpable y si fuera por otro no sé que haría pero no me quedaría con los brazos cruzados, te lo digo de corazón.

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Lena le sonrió ligeramente, ya estaba más tranquila y por fin esa pregunta se había esfumado tanto de su cabeza como de su corazón. De pronto en el cielo vio unos ojos azules que la miraban con una mezcla de resignación y de amor. Su corazón se encogió y por un momento no pudo apartar la mirada de esos ojos azules, pero poco a poco estos fueron desapareciendo.

 

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- Draco - murmuró Lena

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- ¿ Qué?- preguntó Harry.

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- Nada, nada- murmuró Lena- solo que me pareció ver sus ojos pero nada más, alucinaciones mías- contestó Lena sacudiendo la cabeza.

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- ¿ Sus ojos?- preguntó Harry.

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- Sí pero no es nada seguro que es un recuerdo que acabo de rememorizar o algo así- dijo Lena poniéndose en pie.

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- Ya a mi a veces me pasa- dijo Harry levantándose.

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Cuando ambos estuvieron en pie se miraron un instante y en menos de un minuto ya estaban fundidos en un intenso abrazo y entraron a Hogwarts cogidos de la mano cubriéndose la boca con la mano o con una bufanda dado que hacía más frío que antes.

Draco se durmió en la ventana, con lo cuál no oía los golpes que daban sus padres en la puerta y los gritos de su madre y su tía.

Draco caminaba por los pasillos solitarios de Hogwarts y se encontró a Lena apoyada en una esquina con su uniforme de Beauxbeatons, la mirada perdida y se notaba que había estado llorando. Ambos se miraron con una intensidad tan fuerte que Draco no pudo seguir caminando. Draco se acercó a ella y cuando estuvo lo suficientemente cerca le acarició la cara.

Draco sonrió de manera pícara y dulce a la vez y comenzó a besar a Lena con pasión y dulzura. Poco a poco, Lena se fue desvaneciendo y Draco se quedó a oscuras hasta que poco a poco se fueron dibujando formas a su alrededor. Draco miró a su alrededor, era el Gran Comedor, el día del baile, pues todos estaban muy bien engalanados y vio a Lena sentada en la esquina del otro día, sola tan hermosa con ese vestido, con su peinado, y con la mirada perdida. De repente, todo empezó a ir más rápido y cuando todo volvió a su ritmo normal él estaba bailando con Lena, estaba reviviendo aquel día de tal manera que hasta percibía el olor de ella. Todo se volvió a desvanecer y otra vez se empezaron a percibir formas. Era el lago de Hogwarts, Crabe y Goyle estaban a su lado riéndose de algo. Se oían gritos, vítores, abucheos y aplausos. Él alzó la cabeza y logró ver a Lena en el suelo con la mano en la garganta y más pálida que de costumbre. Todo volvió a ir extremadamente rápido y de pronto en vez de rápido, todo iba a cámara lenta. Lena pasó enfrente de él y ambos intercambiaron una mirada, la primera mirada. Todo volvió a oscurecerse, y cuando hubo claridad Draco se hallaba en el vestíbulo. Por la puerta entró Lena vestida con ropa vieja y su pelo castaño oscuro casi negro atado en una coleta que no lograba atarle varios mechones que caían alrededor de su cara enmarcándola. Todo se volvió negro, pero tan negro que Draco ni siquiera podía ver sus manos. En la oscuridad solo se podía ver una cosa: dos ojos bicolores.

- ¿ Lena?- preguntó Draco.

De la oscuridad salió la muchacha rodeada por una luz plateada muy parecida a la de los patronus y vestida con un largo vestido blanco que se le ajustaba al cuerpo.

Lena le sonrió y le tendió su mano. Draco la tocó y nada más hacerlo, apareció Harry Potter de la nada y Lena lo soltó mientras se abrazaba a él y lo miraba a través de sus ojos miel/ verdes. Draco la miró y una lagrima recorrió su mejilla. De la espalda de Lena salieron dos enormes alas blancas, mientras que los colmillos de Harry se afilaron y sus ojos verdes se volvieron rojizos.

 

- ¡Lena!- gritó Draco al ver a Harry acercar su boca a la de ella.

De repente Harry le clavó algo a Lena en el pecho y ésta cayó al suelo gritando y retorciéndose. Draco intentó ir a su lado, pero algo empezó a tirar de él mientras veía a Lena, a su ángel sangrando en medio de toda esa oscuridad, sola, mientras que de la maleza se oían risas estremecedoras.

Draco se despertó a eso de las doce de la noche empapado en sudor.

- Lena- murmuró aún con la imagen del ángel malherido tendiéndole la mano, rogándole que le ayudara.

Draco se levantó de la cama y se puso una bata verde de Slytherin. Dentro de unos días iba a ser Navidad y no podía evitar preguntarse como estaría Lena, aunque sabía de sobra que estaría con Harry. Una lagrima recorrió su mejilla.

- Te odio Potter, no sabes cuanto te odio- murmuró apretando los puños- pero algún día, cuando tu no estés, yo estaré con ella, lo prometo, y un Malfoy cumple siempre su promesa.- se juró en parte a sí mismo.

Draco salió de su habitación y fue a la cocina a coger algo de comer y se encontró con su madre, Narcisa en la cocina.

Draco la miró pero no la saludó a pesar de la preocupación que se reflejaba en el rostro de ella.

- Draco, mira yo - empezó su madre- te he visto muy raro y te he oído murmurar y gritar en sueños el nombre de una tal Lena.

Draco no respondió pero la miraba atentamente apoyado en el poyo de la cocina.

- Mira no sé quién es esa tal Lena, pero sólo te digo que si tanto la quieres como para soñar con ella de esa manera- hizo una pausa y se apartó un mechón de su pelo rubio que le caía delante de la cara- lucha por ella cueste lo que cueste- le largó dándose la vuelta y volviendo a su dormitorio.

- ¡ Narcisa!- la llamó Draco y cuando ella se volteó, Draco esbozó una sonrisa, que se convirtió en una especie de mueca.

- No se lo diré a nadie, te lo prometo- le prometió su madre subiendo las escaleras.

Draco vertió agua en un vaso de cristal y bebió, todavía sin terminar de creerse la breve conversación que había tenido con madre.

- Gracias- murmuró por lo bajini sonriendo agradecido por los ánimos que le había dado esa breve conversación.

Draco dejó su vaso en el poyo y volvió a su habitación. Miró a su escritorio, había un pergamino y una pluma mágica sobre él. Se dirigió hacia él , cogió la pluma y empezó a escribir un poema inspirado en su sueño.

" tus ojos son mi salvación,

Tu cuerpo mi deseo,

Y tú, mi única razón para vivir,

Mi única salvación en este infierno que estoy viviendo.

Para mí lo eres todo,

Pero ...

¿ Qué soy yo para tí?

Nadie lo sabe,

Quizá solo un amigo,

Quizá te seré indiferente.

Quién sabe.

No sabes lo que siento al verte en sus brazos,

No sabes la tristeza que se apodera de mi corazón

Al saber que tus labios llenos de luz se han posando en los de él.

 

Ni te imaginas el dolor que se siente

Al tenerte en mis brazos y verte desvanecer,

Como una luz que no pudo vencer una gran oscuridad.

Oh mi ángel,

No te dejaré sufrir,

No dejaré que esta oscuridad se apodere de ti,

Que te arranque las alas.

Oh mi ángel,

Luz que ilumina mi caminar,

Dame un poco de esa luz que poseen tus labios.

Esencia de paz,

Esencia angelical,

Comparte conmigo tu amor.

Dime a qué precio tengo que darte mi alma,

Y con tal de estar junto a tí,

Te daré hasta mi frívolo corazón.

Sin tí soy el príncipe de las penas,

El príncipe que no salva princesas,

Si no que las mete en problemas.

¡ Oh por favor ángel de mis dolores y penas,

Dejáme beber el agua bendita de tu boca,

Sacáme de este infierno!

Pues quizá lo merezco,

Por haberme enamorado de un reflejo,

De un ángel que no me salvará,

Y que tarde o temprano tendré que salvar,

Simplemente por eso,

Porque lo amo."

Draco leyó el poema para comprobar las faltas ortográficas y se sintió algo más aliviado. Escribir poemas se le daba bien, pero era algo que nadie sabía, pues era muy personal y no quería que lo tomaran por un sensiblero, y menos su tía, que ya bastante se reía de él como para encima decirle que escribía poemas.

Draco se levantó y miró por la ventana, no nevaba y la luna estaba llena. Suspiró y paseó en circulos por su habitación, no quería volver a cerrar los ojos y encontrarse con Lena en sus sueños. " lucha por ella cueste lo que cueste" sonaron en su mente las palabras de su madre.

- Pero ¿ Cómo lo hago si ella no me ama?- se preguntó Draco a sí mismo- Y además no soy de esos plastas que acosan a las chicas...

Draco se revolvió sus rubios cabellos con las manos y s e acostó boca arriba sobre la cama, sumido en sus pensamientos y luchando para no dejarse dormir, para no volver a sus pesadillas. Pero no lo logró y volvió a dormirse.

Al cabo de varias horas Draco despertó otra vez empapado en sudor.

- Joder- murmuró con rabia.

Draco se sentía frustrado, enfadado, pues otra vez había soñado con ella y otra vez ella se había desvanecido de sus brazos. Draco dio un puñetazo a su almohada y se levantó, sentándose otra vez delante de la ventana contemplando la Luna, que esa noche estaba llena. Draco cogió una manta que había en el suelo y se cubrió con ella mientras que por sus mejillas corrían varias lagrimas provocadas por el sufrimiento que le causaban esos sueños. Se aferró con una mano al guardapelo que llevaba al cuello de la casa de Slitherin, lo cual le hizo sentirse un poco mejor, pero no evitó que la lagrimas recorrieran lentamente, con delicadeza, sus mejillas pálidas y cayeran sobre su bata verde esmeralda.

- Te quiero- murmuró por lo bajo pensando en Lena.

Draco se adormeció ahí, acurrucado junto a la ventana esperando tener algún día a Lena entre sus brazos y que esta no se desvaneciera como un fantasma.

Lena cerró los ojos y se dejó dormir, a pesar de que no quería, ella tampoco pudo vencer la batalla contra el sueño.

 

" Todo estaba oscuro, pero en la oscuridad se veían dos ojos rojos muy finos, como dos finas rendijas que la miraban atentamente.

- Voldemort- murmuró .

"Retorno, retorno, retorno" decían varias voces al unísono.

-Lena, Lena- lograba oír la voz de Harry en la lejanía.

La voz de Harry cada vez se hacía más fuerte, hasta que todo desapareció."

Lena entreabrió los ojos, le dio la luz de frente y se tapó la cara con la almohada. Harry le quitó la almohada y la miró sonriente y despeinado, al parecer el se acaba de levantar, pues ni siquiera llevaba las lentes.

-¿Qué pasa Harry?- dijo ella incorporándose.

- Es Navidad- dijo él- es 24 de diciembre- le dijo él mirándola con chispas en los ojos.

Lena se frotó los ojos y se desperezó.

- No sabes lo lindo que ha sido verte dormir.- dijo Harry sonriendo.

- Pero no llevas las lentes- le dijo Lena media dormida.

- Ya, pero veo sin ellas, mucho peor pero veo algo- dijo él entre risas.

- ¿ Y por qué estás tan ilusionado con la Navidad?- le dijo ella sentándose al borde de la cama con él.

Harry sonrió y depositó un breve beso en los labios de Lena. Lena lo miró y sonrió comprendiendo el porqué.

- Porque estas serán nuestras primeras Navidades juntos- murmuró ella sonriendo.

- Nuestras mejores Navidades- dijo Harry pasándole el brazo por encima del hombro a Lena.

- ¿ Sabes?- murmuró ella.

- ¿Qué?- preguntó Harry.

- Estas serán las primeras Navidades que paso con alguien a quien quiero- le confesó ella.

- Y las mías- murmuró él.

- Dicen que en eso consiste la Navidad- razonó ella- en estar con los seres queridos.

- Pues creo que éstas serán nuestras primeras Navidades- dijo él sonriendo.

Harry carraspeó.

- Venga vístete y vamos a hacer algo- le dijo a Lena.

- Me da perezaa...- se quejó ella volviendo a tumbarse y a abrazarse a la almohada.

- No me hagas levantarte otra vez- la amenazó Harry

- ¿Me vas a lanzar un hechizo o una snicht?- dijo ella medio mofándose.

Harry sonrió de manera malevóla y se lanzó sobre Lena haciéndose cosquillas. Por el rostro de Lena se dibujó una expresión de horror al ver lo que pretendía Harry: cosquillas.

- ¡No, no por favooor, paraaaa, odio las cosquillas!- gritó Lena entre risas y retociéndose.

- Pues ya sabes lo que tienes que hacer- le dijo Harry con la sonrisa malvada dibujada en su cara.

- Eres sádico- le dijo Lena cogiendo su almohada.

Harry se limitó a encogerse de hombros, y recibió un almohadazo de Lena.

- ¡ Ey!- le reprochó- ¡ Basta, Lena!- gritó empezando a correr en busca de una almohada.

- ¿ A qué jode?- le preguntó ella siguiéndole dando almohadazos.

Harry cogió una almohada y empezó a darle a Lena, a quien se le cayó la almohada.

- ¡No, no!- gritaba cubriéndose la cara con las manos para evitar tragar plumas.

- ¿ Te rindes?- le preguntó Harry.

Lena en toda respuesta volvió a tumbarse en su cama sin la almohada, escondiéndose bajo las mantas. Harry la destapó y se acostó a su lado.

- ¿ Te rindes?- preguntó sin mucha esperanza.

- No hay nada que hacer- dijo Lena girándose hacia él- solo estamos Neville, tú y yo y Neville está todo el día en la biblioteca y yo en vacaciones no me apasiona mucho la biblio.- hizo una pausa- además no nos dejan salir por el mal tiempo y hace frío.

 

- Pues está bien, no hace falta que te vistas- accedió Harry entornando los ojos- pero yo quiero dormir contigo.- le suplicó.

Lena enrojeció de tal manera que Harry pudo adivinar lo que estaba pensando.

- Lena eres una mal pensada- dijo enrojeciendo el también- las camas no son solo para eso- dijo Harry sintiéndose abochornado- y todavía somos muy jóvenes- dijo él empezando a recuperar su tono de piel habitual.

- ¿Lo prometes?- le dijo Lena- te advierto que como intentes algo te dejo colgando por el tobillo en el aire- le advirtió frunciendo el ceño.

- Lo prometo- dijo Harry depositando un beso en la frente de Lena.

- Estás muy guapo sin las gafas- le confesó Lena

Harry enrojeció ligeramente .

- Gracias- murmuró sonriendo timidamente.

Lena se acurrucó contra Harry y éste le pasó la mano por encima del hombro que la chica no tenía apoyado en el colchón. Lena fue cerrando los ojos, siendo vencida por el sueño.

Harry observó como Lena iba cerrando poco a poco sus ojos bicolores y como su rostro y su cuerpo se iban relajando. Harry, a pesar de que no tenía las lentes puestas, pudo ver el rostro de Lena más angelical que de costumbre, y él también se dejó vencer por el sueño.

"Harry andaba por una especie de laberinto, todo eran plantas y arbustos. De repente vio una copa, la copa. Cedric apareció frente a él y ambos se miraron como retándose y corrieron hasta la copa. Ambos se quedaron parados a un metro de la copa.

- Cogásmola a la vez- sugirió Cedric

- De acuerdo- aceptó Harry.

Nada más tocar la copa, ambos se transportaron, y aparecieron en un cementerio plagado por mortífagos. Uno de ellos hizo el hechizo avada Kedavra, y Cedric cayó muerto al suelo. Harry gritó mientras lo apresaban y lo llevaban hasta una tumba. De repente de la nada apareció alguien encapuchado.

- Soltad al chico- dijo esa misteriosa persona.

- Mierda- murmuraron varios mortífagos.

- Siempre lo estropea todo- murmuró uno ya fuera de sí.

El misterioso personaje soltó una carcajada y los apuntó con su varita.

- ¡Quiero recuperar mi cuerpo!- gritó un bulto que Colagusano tenía en brazos.

- Vaya- murmuró el o la extraña- lo que queda de Lord Voldemort- se medio mofó.

Harry miró al extraño, su voz era extraña, como si se hiciera un conjuro para modificarla.

Un mortífago histérico, que Harry dedujo que sería Bellatrix Lestrange salió del círculo y apuntó al extraño con la varita.

- Avada Kedavra!- gritó con voz de desquiciada.

El extraño iba a sacar su varita cuando cuatro mortífagos lo sujetaron y el hechizo le dio en el pecho, provocándo que cayera al suelo, supuestamente, muerto o muerta."

Harry se despertó de súbito ante la pesadilla, sudando a mares y con la respiración entrecortada. Lena todavía dormía, exactamente en la misma posición en la que se había dormido. Al parecer el sueño de Lena era más tranquilo, pues en su cara relajada se había dibujado una leve sonrisa.

"Lena rememoraba todos los momentos pasados junto a Harry, lo que le hacía sentirse feliz. De pronto, todos sus recuerdos pararon y alrededor de ella empezó a aparecer un bosque maditerráneo, que giraba y giraba a una velocidad vertiginosa, pero Lena no se sentía ni agibiada ni mareada, en cierto modo, le gustaba. El bosque cesó de girar y Lena pudo examinarlo con más detenimiento.

 

De repente del bosque, empezaron a salir mortifagos que la rodeaban, por todas partes y no cesaban de repetir: Retorno, retorno, retorno...

Lena no podía ni moverse.

- Sabemos quien eres- le dijo una voz femenina muy fría, le recordó a la de alguien pero no lograba adivinar a quien.

Lena buscó su varita, no estaba.

- ¿Buscas esto?- le dijo otro moritfago mostrandole su varita.

Harry miró a Lena, que tenía la cara tensa y se mordía los labios como conteniendo las ganas de gritar, como si estuviera teniendo pesadillas.

"Lena miró al mortifago con los ojos muy abiertos y sin moverse ni un centímetro.

- Avada Kedavra!

Lena no gritó, no intentó huir, solamente cerró los ojos y suspiró cuando el rayo verde de su varita robada le dio en el pecho"

Lena abrió los ojos rápidamente, sudando a chorros y más pálida que la cera.

- Bienvenida- le dijo Harry sonriendo y acariciándole la cara con cariño.

Lena no respondió, esos sueños en ella solo significaban una cosa, que intentaban avisarle de algo que iba a pasar en un futuro no muy lejano.

- ¿Te encuentras bien?- le dijo Harry cogiéndola de la mano.

- Sí- murmuró ella- solo era una pesadilla.

- Vaya, pues ya somos dos- respondió Harry sonriendo.

Lena le devolvió y depositó un breve beso en los labios de Harry, quien, se llevó la mano al pecho suspiró, puso los ojos en blanco y fingió que se desmayaba, para hacer la gracia.

Lena puso los ojos en blanco y rió, Harry era un actor pésimo.

- Eres el peor actor que he visto nunca- le dijo entre un ataque de risas.

- Soy un pobre príncipe hechizado, por favor besáme y se irá el hechizo- dijo con imitando una especie de vocecilla.

Lena rompió en carcajadas.

- ¿Un príncipe hechizado, no serás un sapo?- dijo ella vacilándose de él.

- Un príncipe convertido en rana- dijo él entreabriendo un ojo.

- Lo siento me da asco besar ranas- dijo ella entre risas todavía.

- Eres sádica- le dijo Harry con cara de pena.

Lena entornó los ojos y acercó su cara a la de Harry, que se hacía el "príncipe" dormido. Lena lo miró apenas unos segundos, pues si continuaba mirando le iba a dar otro ataque de risa y posó sus labios sobre los de Harry.

Harry la abrazó y le dio un beso en el cachete.

- Pues..yo sigo sin ver el príncipe, yo veo la rana- dijo Lena alzando su cabeza haciendo que buscaba algo.

Harry entornó los ojos y lo dejó pasar, pues sabía que Lena lo estaba haciéndo de broma y se sentía muy cansado por las pesadillas.

Draco se puso la túnica de gala y bajó al salón, donde se reunirían varios mortifagos con sus hijos e hijas. El timbre sonó y empezaron a entrar los invitados.

Draco entornó los ojos, tendría que aguantar a varias de sus pretendientas babosas detrás de él toda la noche, él odiaba que las chicas fueran detrás suya, babeando por donde él ponía el pie, y una de las razones por las que Lena le gustaba era precisamente porque no estaba pegada a él como un chicle, era una chica independiente y misteriosa que casi siempre estaba en la biblioteca, a veces con Hermione y a veces sin ella. Draco suspiró, no podía dejar de pensar en ella, pero a pesar de que odiaba tener a las chicas detrás de él como perritos, en cierto modo le sacaba provecho, si la chica podía hacer algo que le interesara, él era capaz de enrollarse con ella sin problemas, es decir, la utilizaba, pero eso le venía de familia, y él ni se avergonzaba y además lo consideraba algo natural.

 

- ¡Draco baja y recibe a nuestras invitadas!

Draco soltó varios tacos por lo bajini y bajó a regañadientes al salón.

- ¡Draco!- gritaron como seis chicas al unísono, todas aprendizas a mortifagas.

Draco esbozó una sonrisa .

-¿ Qué he hecho para merecer esto?- murmuró medio gruñendo.

Las chicas se avalanzaron sobre él y empezaron a reirse como idiotas. Draco intentaba ir a su bola, pero las chicas lo seguían y algunas incluso le agarraban del brazo.

- ¡Draco, tu tía Bella te está llamando!- le dijo su madre intentando apróximarse hacia él entre la multitud.

Draco sonrió, no se había sentido tan feliz al oír que su tía lo llamaba desde...bueno desde nunca.

Draco se libró de las chicas y acudió a la llamada de su tía, que estaba junto a su padre y varios mortifagos que él no conocía.

- Mi Draco va a ser también un mortifago, pero será el predilecto de Quien- vosotros- sabéis- alardeaba ella.- no como vuestras hijas, solo van a hacer más del montón- su tía Bellatrix empezó a reirse con si risa histérica.- ¿Verdad que sí Draco?

- Claro, tía Bellatrix- dijo él esbozando una de esas sonrisas misteriosas tan caractéristicas en él.

- Puedes irte ya- le dijo su tía.

Draco entornó los ojos y fue a buscar a su madre.

- Narcisa- la llamó apoyando la mano en el hombro de ella.

- ¿ Qué pasa?- se giró ella haciendo ondear su elegantemente peinado pelo rubio.

- Me encuentro mal, me duele la cabeza a rabiar- dijo Draco fingiendo molestia.

Su madre supo enseguida que no era verdad, que solo estaba buscando una excusa para irse de esa horrible fiesta y lo entendía, tener a seis acosadoras detrás tuya toda la noche no era nada divertido.

- Pues vete a tu habitación- hizo una pequeña pausa y añadió al ver que su hijo iba a abrir la boca para hablar- no te preocupes, nadie te molestará.

- Gracias, mamá- le dijo Draco resaltadando la última palabra.

Narcisa sonrió, era una de las pocas veces que su hijo le decía "mamá", siempre la llamaba por su nombre o le decía "madre".

Draco subió a su habitación y se tumbó sobre su cama. De repente, se levantó, y miró bajo su cama, ahí, aparte de varias cosas más, encontró un colgante que su abuela le había regalado antes de morir para que se lo diera a la chica que amara de verdad, como era su caso ahora. Draco frunció el ceño y lo hizo balancearse delante de su cara, como si fuera a hipnotizarse.

- No, no es el momento- murmuró cogiendo el colgante y guardándolo en un cajón.- cuando salgamos juntos te lo daré, por esta noche tendrás que conformarte con esto- dijo con una media sonrisa pasando delante de su escritorio

Draco se sentó delante de la ventana cuando la puerta de su habitación se abrió.

 

- Draco- murmuraron dos de las chicas que lo habían acosado antes.

Draco las miró con desdén y ellas entraron.

- ¿Para quién es eso?- preguntó la otra reparando en lo que Draco tenía en su escritorio.

- No os importa- gruñó él.

Las chicas se pusieron a cuchichear cosas, y Draco sentía como su sangre fría iba congelándose cada vez más y se levantó mirando a las chicas con un odio y una frialdad tan grandes que las chicas se encogieron sobre ellas mismas. Draco estalló al ver que seguían cuchicheando y empujó a una contra la pared, apuntándole con la varita en la yugular.

- No me volváis a acosar más idiotas- les ordenó a las dos- porque a la próxima no seré tan bueno con vosotras y os convertiré en asquerosas ratas, aunque ya lo sois.- las amenazó.

Draco soltó a la chica que tenía acorralada, que salió corriendo con su amiga, y pudo ver varias lagrimas recorriendo las mejillas de las chicas.

- ¡Bravo sobrino, bravo!- le dijo su tía apareciendo ante él- lo he visto todo y, tienes todas las de ser un buen mortífago, sigue así y que ninguna chica te desvíe de tus objetivos.

Draco entornó los ojos mientras su tía se iba, seguramente a mofarse más de las chicas o de los padres de ellas.

- No dejaré de amar a Lena para cumplir unos objetivos que no son míos- se prometió a sí mismo.

Draco se durmió sobre su cama, aún vestido de gala.

" Draco abrió los ojos y se halló en un bosque, se oían gritos y voces, como de una batalla. Se levantó y avanzó. No tardó en hallarse en medio de una pelea, la Lucha Final, Voldemort contra Harry. Pero, ante Voldemort, se hallaban Lena y Harry.

Draco avanzó al ver que Voldemort apuntaba a la chica con la varita.

- Avada Kedavra!- oyó que decía a través de sus finisimos casi inexistentes labios.

Draco corrió al ver que Harry no reaccionaba y se tiró delante del hechizo justo a tiempo, provocando que cayera al suelo, muerto.

Draco se sumió en una negrura total, ya no oía las voces ni el desconsolado llanto de Lena a su lado. Abrió los ojos y una luz cegadora apareció ante él cobrando forma, una forma femenina humana que reconoció al instante. Una sonrisa se dibujó ante él cuando la chica, vestida como en casi todos sus sueños, con un largo vestido blanco, se acercó a él con una sonrisa y varias chispas en los ojos. Draco sintió como se le cortaba la respiración, pues Lena además estaba iluminada por una especie de luz. Lena lo cogió de la mano y lo guió entre la inmensa oscuridad. Draco sintió el tacto de la mano de Lena y podía percibir el olor de vainilla que emanaba del cuerpo de ella. De repente, Lena, se volvió hacia él, le rodeó el cuello con los brazos y acercó su cara a la de Draco. Draco la miró con esa picardía tan tipíca de su mirada y ella le respondió con una sonrisa. Draco la besó en los labios sintiendo como la luz que poseía Lena lo invadía por dentro, sintiendo la más absoluta felicidad. Lena apartó sus labios de él y Draco se miró las manos, las tenía iluminadas, como las de Lena. Viajes y turismo

- Por favor no dejes que me pase lo mismo que a Lily Evans- le suplicó ella.- no me hagas lo mismo que Snape le hizo a ella.- le rogó abrazándolo muy fuertemente.

- No, no haré lo que hizo Snape- le prometió.

 

Lena se separó de él y le sonrió con su luz más que cegadora para los ojos de Draco. De pronto, Draco sintió que unas manos lo cogían, arrebatándole toda la luz que Lena le había dado, pero esta vez estaba harto, no iba a permitir que su sueño se transformara en pesadilla, otra vez no, necesitaba dormir más que nadie en su casa, pues a causa de las pesadillas había pasado cerca de tres días sin dormir. Draco buscó desesperadamente algo, no supo el qué hasta que notó el mango de una espada, que desenvainó sin pensarlo cortando las manos que lo agarraban, y para su sorpresa, estas no sangraron, sino que se oyó un grito desgarrador y sobrecogedor, y en cuanto a las manos, se desintegraron, dejándolo libre de nuevo. Lena le sonrió y le tendió la mano. Draco le devolvió la sonrisa y se la cogió con cariño, como si ella fuera una delicada muñeca de porcelana que pudiera romperse en cualquier momento. Lena lo cogió de la otra mano y miró las cuatro manos entrelazadas justo a la altura del pecho de Draco y lo besó en los labios otra vez, pero con dulzura, transmitiéndole un poco de luz a la oscuridad en la que Draco se hallaba sumido.

Draco sintió como sus pies se alzaban del suelo, como iba ascendiendo entre toda esa niebla, pero no se separó de Lena, no quería, no quería despertar jamás, quería permanecer con esa sensación de paz en su corazón para siempre, no quería despertar y volver a la cruel realidad. Lena separó sus labios de los de Draco y le sonrió mirando otra vez las manos entrelazadas de ambos. Draco la miró ensimismado, le parecía lo más hermoso existente en ambos mundos, en el muggle y en el mágico. Lena alzó la vista hacia el cielo, estaba nevando y bajo ellos podía verse una especie de niebla. Draco miró hacia abajo y una mueca se dibujó por sus perfectas facciones, todavía con algún rastro de aquel Draco de once años que había entrado a Hogwarts.

- No nos alcanzará- le susurró Lena con voz tranquila.

Draco la creyó y la miró a los ojos, a esos ojos bicolores que jamás olvidaría.

- Draco, Draco- murmuraba una voz femenina a los oídos de Draco.

"La imagen de Lena empezó a desaparecer y Draco empezó a abrir los ojos, saliendo con mucho esfuerzo del fantástico sueño que había tenido"

Draco abrió los ojos y vio a su madre con cara de preocupación, aún se oía un gran estruendo en el salón.

- Sé lo que pasó con las hermanas Phonks.- dijo su madre con preocupación.

- ¿ Son hermanas?- dijo Draco enarcando una ceja.

Su madre entornó los ojos y suspiró.

- Sí, lo son- hizo una pausa- mira sé que es difícil soportar a pretendientes y pretendientas, pero no puedes salirte de tus papeles así como así, somos Malfoy Draco, y los Malfoy nunca perdemos el control ante nada.

- Pues yo no quiero ser un Malfoy- dijo Draco medio gruñendo- por lo menos si tengo que ser mortífago y si mi padre y mi tía deciden lo que tengo que hacer, si no tengo libertad para pensar y actúar como quiera, entonces no quiero ser un Malfoy- dijo un poco abatido sabiendo que lo que acababa de decir era fuerte.

- Mira Draco- le dijo su madre irguiéndose- desde hace varios meses estás muy raro, y no debes renunciar a ser un Malfoy, no debes avergonzarte, lo peor sería ser un Weasly- dijo su madre con una mueca de asco.

 

Otra mueca de asco se dibujó por el rostro de Draco.

- Ya, - admitió- pero por lo menos Ron y sus hermanos no pueden ser mortífagos, en eso los envidio- reconoció.

- ¿Los envidias? Si eres mucho más guapo, apuesto, más, Malfoy- dijo su madre irguiéndose más y sacudiendo ligeramente su hermosa cabellera rubia.

- Ya lo sé- admitió otra vez- pero no quiero ser mortífago, no quiero- dijo con una mirada de hielo.

- Ya hablaremos de eso con tu padre- dijo Narcisa Malfoy levantándose con elegancia mientras se sacudía el vestido de seda azul que llevaba puesto. - vamos a cenar, ¿ Te apuntas?

- No, no tengo ganas de ver a esas niñatas- dijo con odio puro en sus ojos azules.

- Por cierto, feliz Navidad- le dijo su madre.

- Igualmente ,Narcisa- le dijo Draco con la mirada triste.

Draco se quedó de pie durante veinte minutos después de que su madre hubiera cerrado la puerta su cuarto. Draco miró las paredes de su cuarto, eran verdes y en una estaba el signo de Slytherin dibujado por quien sabe quien.

- Feliz Navidad, Lena- dijo con la mirada perdida mientras miraba a la mesa, justo donde tenía algunos regalos.

Draco apenas oía nada, estaba como congelado, estaba soñando despierto que era él quien estaba con Lena en ese instante, en vez de Potter, que era Potter el que debía de ser mortífago y él, Draco Malfoy, era el elegido para enfrentarse a Voldemort. Pero como todos los demás, solo eran sueños, simples reflejos que jamás podrían hacerse realidad.

antes que nada, decir que siento mucho la brevedad del cap, apenas he tenido tiempo de realizarlo, pero espero que les guste! Nana

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UNA ROSA Y UNA CARTA.

Lena se despertó temprano la mañana del 25 de diciembre. Cuando fue a la sala común de Gryffindor encontró a Harry sentado en un sillón y cuando la vio le sonrió de manera dulce.

- Te estaba esperando para abrir los regalos.- le dijo sin cesar de sonreir.

Lena enarcó una ceja.

- ¿ Quién me va a hacer un regalo a mí si jamás he recibido regalos por Navidad?- preguntó Lena extrañada.

- Ron, Hermione y yo- le dijo sonriendo.

Lena le sonrió y Harry se levantó cogiéndola de la mano y llevándola hasta el árbol de Navidad que Minerva había montado en la sala común.

Lena miró los regalos que habían debajo del árbol, también habían varios para ella. Lena se fijó en un regalo que se encontraba justo delante de ella. Cuando lo abrió, sus ojos bicolores se abrieron como plato, había una pequeña nota y un anillo muy lindo, de plata y con varios pequeños diamantes que hacían que el anillo brillara de manera especial.

- " Eres más hermosa y brillante que cualquier diamante, eres la estrella que ilumina mis noches. Te quiero. Harry".

Lena se puso el anillo, le iba perfecto, cuando se hubo recuperado del impacto del anillo, miró a Harry.

- Harry seguro que te ha costado un pastón- dijo ella con la voz quebrada por la emoción.

- No importa- dijo encogiéndose de hombros- porque te quiero.

Lena le sonrió agradecida y depositó un beso en la mejilla de Harry.

Harry se fijó en un regalo que iba envuelto en una bolsita de terciopelo violeta, y cuando lo abrió, vio el anillo de la suerte de Lena colgando de una cadena de plata.

 

- Lena- dijo él impactado- es tu anillo, era de tu madre.

- Lo sé- dijo ella- pero tango más cosas de ella, no te preocupes, tengo más anillos, collares y vestidos que lograron salvar antes de que incendiaran la casa Madame Maxime y algunas personas más- dijo encogiéndose de hombros.

Ambos siguieron abriendo regalos, Harry recibió de Los Weasley, de Ron, de Hagrid, de Hermione y Sirius. Lena, para su sorpresa, recibió regalos de Ron, Hermione y una Nimbus con una carta de Dumbledore diciéndole que desearía hablar con ella esa tarde. Tras conversar animadamente y enseñarse los regalos, Lena se dirigió a su habitación para cambiarse. Iba a quitarse la camiseta, cuando una lechuza empezó a picotear el cristal de la ventana. Lena la abrió y la lechuza le dejó un paquete. Lena lo abrió, dentro iban muy bien acolchados, una rosa y un pergamino. Lena miró la rosa y la olió, tenía una fragancia única. Tras colocar la rosa en un vaso con agua, Lena desenrolló el pergamino, era una carta.

" Querida Lena:

Espero que recibas esta carta, aunque no sabrás quien soy hasta dentro de quien sabe cuanto tiempo. Verás Lena, sé que pensarás que estoy loco, que soy un psicópata ,quizá hasta romperás esta carta ahora, no lo sé, pero es que, ¿ No te ha pasado alguna vez, eso de que amas a alguien pero no te corresponde? Pues bien, eso me pasa a mí contigo, te amo más que a mi propia vida y me estoy volviendo completamente loco, pues todas las noches, todas sin excepción apareces tú en mis sueños, iluminando la oscuridad en la que me hallo sumido. Pero no es todo, cuando te tengo en mis brazos, cuando te tengo junto a mí, te desvaneces como un reflejo, o a veces me desvanezco yo, es muy frustrante, incluso a veces en algunos de mis sueños, he llegado a morir por ti, es frustrante. Además, todas las noches antes de dormir no puedo evitar mirar el cielo e imaginarte a ti sola, mirando el cielo también a través de la ventana de la habitación de las chicas de Gryffindor.

Te juro que ni puedes imaginarte lo que daría por ser Harry Potter, para estar a tu lado, siempre, para tenerte en mis brazos sin que te desvanezcas, mataría por eso.

Espero que te guste la rosa, me ha costado encontrar una fresca con el frío del triste invierno, pero la encontré y le efectué un hechizo antimarchitante, para que no tengas que preocuparte por ella, nunca se marchitará, tanto como si la mimas como si no. Sé que es poca cosa y que te mereces algo mejor, pero estoy harto de cosas superficiales y no quería hacerte un regalo sin ningún significado, me parece absurdo. Verás Lena, sé que ahora mismo seguramente estarás pensando que soy un pirado o algo así, y no te lo discuto, estoy locamente enamorado de ti, y lo reconozco, pero no puedo decirlo, aunque me amaras no podría decirlo a nadie, en mi mundo nadie es de fiar.

Sé que soy un cursi, quizá en extremo, pero es que cuando miro el cielo, siempre se me aparecen esos ojos bicolores llenos de estrellitas y de luz que iluminan mis sueños y que por la noche, aunque sea por un breve momento, siempre me hacen olvidarme de mis problemas, de todo, menos de ti claro está.

Te vi cuando te enfrentaste a Weasley. Estoy más que seguro de que ganarás a Krum y al que se presente como buscador en Hogwarts ( Potter incluido), y quiero que sepas que eres mucho más guapa que Weasley, también sé que el enfrentamiento fue por Harry, pues no te preocupes por nada, Weasley aparte de en mi opinión ser fea ( nunca me han gustado las pelirrojas) es tonta, así que, si Harry alguna vez llega a dejarte por ella ( cosa que dudo), es que es más idiota de lo que creía y no te merece. Créeme Lena, eres la única chica que ha logrado enamorarme de verdad, pero lo peor es que estoy más que seguro de que lo hiciste sin querer, pero lo lograste, ahora te tengo que dejar por varias razones: primera, no aburrirte demasiado y segunda, tengo que prepararme para la absurda fiesta que mis padres están preparando, otra vez tengo que ponerme una máscara y fingir que soy un súper man.

 

Anónimo.

PS: Cuando te caigas, cuando te hagan daño y te sientas sola, yo estaré ahí para ayudarte a levantarte, para curar tus heridas y hacerlo pagar a quien te ha hecho ese daño y para hacerte compañía, para demostrarte que no estás sola aunque no quieras reconocerlo, porque te quiero."

Por la mejilla de Lena bajó cuidadosamente, una lagrima, ¿Por qué lloraba?, simplemente por el impacto de esa carta, por el calor que le había transmitido con su apoyo, sus ánimos y sus halagos. Compadecía al pobre chico que la había escrito, se notaba que estaba sufriendo y Lena se imaginaba que incluso el desdichado muchacho que le había escrito esa hermosa carta con una caligrafía elegante y cuidada había llorado, no sabía porqué pero lo imaginaba.

- No sé quien eres, pero, ¿ Cómo puede ser que ambos miremos el cielo antes de dormir y solos?- preguntó Lena por lo bajini enrollando el pergamino.

Lena guardó el pergamino y la rosa dentro de una caja, al lado de la nota de Harry y le hizo sentirse un poco mejor saber que ese chico estaría con ella si Harry le fallaba.

*******************************************************************

Draco abrió sus regalos, todos eran superficiales y relacionados con su futura carrera de mortífago. Tras abrirlos y fingir que le encantaban, se fue a su habitación, preguntándose varias cosas: ¿ Habría recibido Lena la carta y la rosa? Y si así era, ¿ La habría roto y quemado?, pero sobre todo, tenía en la cabeza esa pregunta que le rondaba desde hacía meses: ¿ Podría tenerla entre sus brazos algún día, besar sus labios, tocar su pelo sin que desvanezca?

No lo sabía, y eso le causaba una fuerte congoja y frustración. Él, Draco Malfoy estaba sufriendo por amor cuando era él que casi siempre hacía sufrir a las chicas, que ironía....

Aquella tarde, Lena acudió a la llamada de Dumbledore.

- Piña Confitada- dijo Lena a la gárgola, que asintió y la dejó pasar.

Lena asomó su cabeza en el despacho de Dumbledore, y éste, desde su escritorio, le hizo un ademán con la mano indicándole que entrara.

- Hola Helena- le dijo Dumbledore sonriendo.

- Buenas tardes, señor- hizo una pausa- señor, si no le es mucha molestia, prefiero que me llamen Lena- dijo Lena cerrando la puerta.

- Se me había olvidado, perdona, perdona- se excusó Dumbledore sin perder la compostura.

Lena entró y miró a Fawkes, que la miró y emitió una especie de sonido.

- ¿ Qué quería señor?- dijo Lena sentándose en la silla.

- Lena, sé todo lo de tu pasado- dijo mirándola a través de sus gafas en forma de media luna. - He oído la verdadera profecía.

 

- Yo también- asintió Lena algo incómoda.

- Verás, Madame Maxime, Sirius Black, Hagrid y yo te recogimos en lo quedó de tu casa- hizo una pausa- Madame Maxime decidió matricularte en Beauxbeatons para que en Hogwarts no se complicaran mucho las cosas.

Lena sintió como en su corazón el odio hacia Voldemort aumentaba y se mordió los labios para reprimir un grito de rabia.

- Pues Lena- hizo una pausa- quería decirte que cuentas con todo mi apoyo y protección y por eso, pasarás parte de tus veranos con los Weasley, que han accedido encantados en acogerte en su casa.

Los ojos de Lena se abrieron como platos.

- Tenía entendido que el señor Ronal Weasley y usted sois muy amigos, aparte de su amistad con Hermione Granger y su..amistad con Harry Potter- agachó la cabeza y enarcó una ceja- ¿ Me equivoco?

- No, para nada señor- Lena se quitó un mechón que le caía delante del ojo- es que la señorita Weasley y yo no, no cuajamos- dijo Lena .

Dumbledore la miró.

- ¿ Por qué no intentan ser amigas?- le aconsejó Dumbledore.

- No sé- dijo Lena enarcando una ceja- me da mala espina, como si...no estoy segura, pero hay algo en ella que no me gusta- dijo Lena pensativa.

- ¿ Qué es lo que no te gusta de ella, Lena?- insistió Dumbledore.

- No lo sé- dijo ella.- es una mala sensación, y no son celos ni nada así...no sé explicarlo- dijo ella mordiéndose el labio inferior.

- Pero, preferirás estar con los Weasley un mes del verano antes que vagar por esas ciudades muggle sola, ¿ no?- preguntó a Lena enarcando una ceja.

- Bueno sí, lo reconozco- Lena bufó- los muggles son unos creídos, se creen tan poderosos, tan...superiores los unos de los otros- dijo Lena rememorando malas experiencias.

- Lo entiendo mejor de lo que crees- dijo Dumbledore sonriendo- pero Lena, sé lo de tus poderes.- dijo Dumbledore- y que eres una experta en legeremancia y oclumancia - dijo Dumbledore con picardía.

- Sí- afirmó ella- puedo saber si alguien me miente o no y ocultar mis pensamientos a los demás, Voldemort incluido.- dijo Lena sonriendo de manera malévola.

- Bien, por ahora Voldemort no sabe que sigues viva, ni él ni los mortífagos, no sospechan nada de ti- dijo Dumbledore- y eso te da ventaja, intenta no salir mucho en periódicos ni protagonizar escándalos- le recomendó Dumbledore- ahora puedes irte- le dijo el director sonriendo.

- Señor, ¿ Podré quedarme en Hogwarts el próximo año?- preguntó Lena antes de salir.

- Por supuesto que sí - dijo Dumbledore con cierto júbilo- pero, ¿ Por qué quieres quedarte aquí?

- Estaré mejor que en Beauxbeatons y podré vigilar más de cerca a Voldemort y los suyos- respondió Lena sonriendo.

- Por mí, tienes la plaza, te daré la matricula a final de curso- hizo una pausa- ¿ Vas a regresar a Francia, por cierto?

- No lo creo- Lena hizo una pausa- nada me retiene allí- dijo ella con decisión.

- Hasta otra Lena- se despidió Dumbledore.

- Hasta otra señor, y estaré encantada de conocer a la familia de Ron- dijo Lena cerrando la puerta tras sí.

VARIAS SEMANAS DESPUÉS

Harry se preparaba para la segunda prueba, había logrado descifrar el secreto del huevo gracias a Cedric Diggory, y apenas tenía tiempo para estar con Lena, pues ella tenía que entrenar a tope para ganar a Dumstrang, pues el partido era dentro de apenas cuatro días.

 

Harry apenas prestaba atención a la clase de Transformaciones y la profesora lee llamó la atención varias veces seguidas. Harry vio por el rabillo del ojo a Malfoy, que jugueteaba con su pluma sin prestar caso a la señora Mac Gonagall.

Harry se sentía algo enfadado, dado que apenas veía a Lena y tenía que aguantar las dichosas chapas de Potter apesta, y varios chicos le habían insultado ya.

Al salir de clase, Harry, seguido de Hermione y Ron se dirigió al patio para coger un poco el aire cuando se encontró con Malfoy de frente que llevaba una de las dichosas chapas.

- Vaya Potter - dijo él sonriendo de manera malevola- a ver si te ahogas en esta prueba- dijo mofándose mientras Crabe y Goyle se desternillaban.- aposté que durarías cinco minutos, Potter, fui demasiado generoso, nadie apostaba más de uno y medio.

Harry sacó su varita, al igual que Malfoy, y justo en ese momento llegó Lena , con el pelo alborotado y vestida con el chándal de Beauxbeatons, que era de color azul claro . Los pantalones del chándal era ajustados, pero permitían una máxima movilidad y la parte de arriba, era una especie de top azul claro con la insignia del colegio.

Harry y Malfoy miraron a Lena durante unos instantes, la chica iba hacia ellos con paso decidido y con la varita en la mano.

- Vaya Potter, necesitas que tu novia te defienda- dijo Draco intentando disimular lo que sentía por Lena.

De pronto, alguien lanzó un maleficio y convirtió a Draco en una comadreja blanca.

Todos los alumnos comenzaron a reírse, todos menos Lena, que veía el espectáculo con horror, sobre todo cuando Moody empezó a golpear al pobre Draco contra el suelo, mientras éste, en su forma de comadreja emitía sonidos parecidos a chillidos.

- ¡ BASTA!- gritó Lena sin soportar más que torturasen al pobre chico delante de ella.

Lena vio que Moody paraba, y la comadreja huyó, intentando esconderse, Lena se acercó a la comadreja y la cogió en su regazo, no sabía como convertirlo de nuevo en un muchacho, el muchacho arrogante y mimado que aparentaba ser.

Lena le rascó la nuca a Malfoy, mientras veía como la profesora Mac Gonagall se dirigía hacia allí con paso decidido.

- Tranquilo- murmuró a Draco- Mac Gonagall se encargará de volverte a tu forma natural- lo tranquilizó.

La comadreja la miró, y Lena le siguió rascando la nuca con cariño.

- ¿ Qué ha pasado aquí?- gritó Mac Gonagall histérica. - ¿ Dónde está Malfoy?

- Está aquí- dijo Lena mostrándole la comadreja que medio dormía en su regazo.

- ¡ Profesor Moody, está prohibido hacer eso a los alumnos!- Minerva Mac Gonagall le tiró una buena bronca al profesor Moody.

- No amenaces con que te chivarás a tu padre- le pidió Lena- Moody no es él, lo presiento, no sé si está bajo una maldición o qué, pero el verdadero no haría eso a un alumno- dijo ella sin parar de rascarle la nuca a Malfoy.

Draco la miró, según pudo detectar Lena, interrogante.

- He conocido al verdadero Moody y no actuaría así, te lo juro- le murmuró Lena a Draco.

- ¡ Señorita Batista, aparte la cara!- le advirtió Mac Gonagall.

Minerva hizo un hechizo y Draco volvió a la normalidad, provocando que Lena cayera al suelo con él en brazos, pesaba demasiado para ella y había perdido el equilibrio.

 

- ¿ Por qué me cogiste en brazos?- preguntó Draco fingiendo malhumor.- no me hacía falta tu ayuda.

- A mí no me hables así Malfoy- dijo ella en el mismo tono que él.

- Deberías darle las gracias- saltó Harry.

Varios estudiantes apoyaron a Harry en que Draco había sido muy desagradecido con Lena.

- Gracias- murmuró Draco de manera que solo pudiera oírle Lena.

Lena miró en la dirección en la que Draco se había ido en compañía de Crabe y Goyle.

- ¿ Por qué lo hiciste?- le preguntó Harry con curiosidad.

- No soporto las torturas, me recuerdan a las que utilizaban los mortífagos para torturar, sobre todo esa- dijo Lena pensativa.

- ¿ Y tuviste que cogerlo en brazos?- reprochó él.

- Bien hecho Lena- dijo Ron partiéndose- lo has hecho parecer más idiota de lo que es.

Lena le sonrió a Ron, Draco tendría que haber estado un poco rídiculo en el regazo de ella como una mascota, como un fiel animal de compañía.

- En eso tienes razón Ron- asintió Harry partiéndose de risa.

Hermione puso los ojos en blanco.

- Podría haberlo matado si no llega a ser por Lena- dijo Hermione seriamente.

- Ya lo sé- respondió Lena con la mirada perdida- pero me gustaba más como comadreja- dijo ella sonriendo otra vez.

Lena sonrió, había hecho una buena acción, y además se había dado cuenta de que Draco no era tan capullo como aparentaba ser, pues las miradas que le dirigió él mientras estaba en su regazo habían sido tristes, tan tristes que Lena tuvo que contener las ganas de llorar.

Draco se miró en el espejo del baño. Estaba solo, mejor, así nadie se reiría de él ni lo fastidiaría, así podría asumir lo que le acababa de pasar. Draco se mojó la cara con agua, todavía sentía la mano de Lena rascándole la nuca con cuidado, y aún oía sus palabras de consuelo, con su voz melodiosa y dulce, a la vez cargada de misterio. Aún su corazón estaba latiendo de tal manera que creía que le iba a dar un infarto.

Además recordaba como ambos se habían mirado cuando Moody lo había comenzado a torturar, había visto el horror, el miedo, la tristeza, como si le recordara a algo en los ojos bicolores de Lena, mientras él le pedía silenciosamente pero a gritos que lo salvara y le protegiera, y así hizo ella, pero ¿ Por qué? A ella todavía él no le gustaba, le había hablado con cariño y complicidad, como a un amigo, pero no como a Harry, ni siquiera lo había mirado como a él. Pero, aunque sabía que ella no lo amaba todavía, ese momento que estuvo entre los brazos de ella lo acompañaba. Se sentía estúpido por haber fingido y no haberla besado ahí mismo, delante de Potter...de todos, pero debía controlarse y mantener su reputación, pues en eso consistía ser un Malfoy, y aunque a él no le gustara serlo, lo era y punto, debía de aceptarlo. Pero, también estaba seguro de que Lena se había dado cuenta de que había hecho lo que ella le pidió, no amenazar a Moody. Aún se le cortaba la respiración cuando recordaba el momento de la caída, ella había caído sobre él y sus caras habían quedado a apenas cinco centímetros o menos durante dos fracciones de segundo...pero él y sus obligaciones como un Malfoy que era, lo habían arruinado todo....pero debía esperar, debía de controlarse para encontrar el momento adecuado...

 

Era el gran día, Harry no sabía que hacer para poder aguantar bajo el agua durante una hora, y apenas faltaban unas horas para la prueba. De pronto, Moody apareció de entre las estanterias de la biblioteca.

- Si necesitas ayuda, la persona más indicada para ayudarte es Longbothon. - le dijo llamando a Neville- Neville, Potter necesita ayuda con plantas que le ayuden a aguantar una hora bajo el agua.

Neville asintió con la cabeza y le dijo a Harry el nombre de una planta rarisima.

- ¿ Podrás conseguirla?- le preguntó Harry.

- Sí, ahora mismo voy a buscarla Harry- dijo Neville con una sonrisa mientras salía de la biblioteca.

Harry suspiró, pero todavía no sabía que diablos debía de buscar, algo que valoraba mucho, pero, ¿ El qué?

Lena se dirigía hacia el entrenamiento de quiditch cuando, de pronto, notó una presencia tras de ella. Se giró y vio a Severus Snape, al que no había visto en su vida.

Snape la apuntó con la varita y Lena intentó leerle la mente, no podía, era como intentar forzar una puerta cerrada con candado. De pronto, salió un rayo de la varita de Snape, que le dio a Lena en el pecho, haciendo que del impulso cayera varios metros atrás, inconsciente.

Horas más tarde, Harry estaba en el lago, preparado para tirarse al lago. Se había metido la planta que le había dado Neville a toda prisa en la boca y había tragado demasiado rápido, con lo cual, se atragantó, y tuvieron que empujarlo cuando Dumbledore dio la señal.

Harry pudo tragar la planta y notó como le salían agallas, como sus dedos qudaban unidos mediante una cosa fibrosa muy fina. Harry miró para la superficie y saltó con sus nuevas aletas, dando señales de vida.

Harry se percató de una cosa mientras buceaba, buscando no sabía qué, Lena no había estado animándolo ni la había visto con Ron y Hermione, era muy raro, pero se percató de que Hermione tampoco estaba, que raro. Al lado de él pasó Krum, lanzado como una flacha y con cara de tiburón. Harry dio un pequeño brinco al verlo, pues asustaba un poco. Al lado suyo oyó burbujeos se giró y vio a Fleur Delacour apenas a unos metros de él cuando algo la atacó por sorpresa y la lesionó un poco, haciendo que la chica intentara librarse de esa cosa. Harry la ayudó y observó como una sirena llevaba a Fleur a la superficie.

Harry continuó su camino y se topó con una especie de ciudad submarina , y en medio, sujetados por los tobillos con unas especies de algas, estaban Hermione, Cho, una chica rubia que supuso que sería la hermana de Fleur por su parecido y Lena. Harry observó a Lena, más pálida que de costumbre, y bajo el agua, sus labios un poco rojizos por la temperatura, se veían de un color rojo intenso, el pelo de ella flotaba, libre de un lado hacia otro, y bajo el agua, parecía una ahogada. Harry miró a los demás, debería de liberarlos.

- Sólo a la tuya- le dijo una sirena con voz siniestra.

- No puedo dejar que se ahoguen- replicó Harry

- Sólo uno.

Harry no hizo caso a la sirena e intentó liberar a la hermana de Fleur. En ese momento, llegó Krum lanzado, liberando a Hermione. Harry esperó a Cedric, que al cabo de unos minutos apreció liberando a Cho, y mostrándole a Harry una piedra parecida a un cuchillo por su filo cortante y se la dio. Harry liberó a Lena e intentó liberar a la hermana de Fleur, pero las sirenas se avalanzaron sobre él mientras la hermana de Fleur y Lena flotaban ya libres, pero sin llegar a la superficie y sin ser liberadas del hechizo. Harry logró, con mucho esfuerzo, liberarse de las sirenas y ascender con Lena y la hermana de Fleur mediante un hechizo.

 

Cuando los tres alcanzaron la superficie, Harry vio como Lena abría los ojos sorprendida y miraba hacia todos lados aturdida, al igual que la hermana de Fleur, que ya se dirigía hacia la costa a nado, donde su hermana la esperaba con los brazos abiertos.

Harry ayudó a Lena a acceder a la costa, pues ella, aún estaba algo aturdida debido al hechizo de Snape. A ambos los recibieron con aplausos y vítores, y Fleur se avalanzó sobre Harry dándole las gracias por haber salvado a su hermana.

- Toi( tú)- le dijo a Lena- tu l'as aidé! Je t'en prie beaucoup Lena ! merci, merci pour sauver a ma petite soeur Gabrielle( lo ayudaste !, te aprecio mucho Lena-le agradeció a Lena.

- Moi aussi( yo también)- le respondió Lena- et pas de quoi (y no hay de qué).

Lena y Fleur se abrazaron, y Fleur se fue con Gabrielle a secarse. Ron se acercó a Harry y Lena y les pasó los brazos por encima de los hombros.

- Guao Harry has estado genial- le dijo Ron fascinado- y Lena ha sido muy graciosa tu manera de reaccionar- dijo Ron sonriendo- ha sido casi la misma que Hermione- ahí Ron se desternilló de risa al recordar las caras de susto de Lena y Hermione.

- Muy gracioso Ron- le dijo Lena secándose el pelo con la toalla.

Mientras se secaba el pelo, Lena pudo ver a un muchacho rubio de ojos azules y muy pálido que la miraba desde las sombras. Lena le dedicó una sonrisa y continuó secándose el pelo.

Ella estaba nerviosa, apenas faltaban dos días para el partido contra Dumstrang y un mes y medio para el partido contra Hogwarts.

Lena aún estaba algo aturdida porque no recordaba casi nada, solo que un profesor la había echo el hechizo desmayus, y que cuando abrió los ojos estaba en el agua, con Harry a su lado y un montón de gente aplaudiendo. Pero si se acordaba de algo, las voces de las sirenas y la de Harry, pero no sabía con exactitud lo que habían dicho.

Lena vio a Ron y Hermione, Hermione se mostraba algo molesta ante las burlas de Ron y éste se disculpaba con la excusa de que había sido muy graciosa la cara que había puesto al salir del agua.

Harry se acercó a ella y le puso la mano encima del hombro. Lena lo miró.

- ¿ Cómo estás?- le preguntó Harry, que estaba empapado, al igual que ella.

- Confusa, nerviosa y...- Lena hizo una pausa y se llevó el dedo al labio en señal de duda- algo tranquila la verdad.

Harry rió y la miró con esa dulzura propia de él. Lena le devolvió la mirada.

- Confusa por lo de la prueba, abrir los ojos y no saber donde estás, nerviosa por el partido y algo tranquilo porque estás a salvo y ...¿ Porque yo estoy contigo?- preguntó él.

- Sí - respondió ella mirándolo con sus ojos bicolores en los cuales brillaban unas pequeñas chispas que les daban luz.

- Guao - murmuró Harry- tienes los ojos más lindos que haya visto nunca- murmuró él sin dejar de mirarla a los ojos.

 

Cuando Harry se fue, junto con los otros participantes a saber el resultado de la prueba, Lena notó que alguien la miraba, bueno en realidad llevaba notando esa mirada desde que Harry fue a hablarle. Lena se giró, y vio a Malfoy apoyado en un árbol, hablando con Pansy Parkinson. Lena entornó los ojos, y se dio cuenta de que Malfoy la miró, provocando que Pansy se volviera a buscar a ver que miraba Draco con tanto interés. Lena desvió la mirada, pero continuó mirándolos por el rabillo del ojo, sin que Pansy se diera cuenta de que los estaba observando.

DOS DÍAS DESPUÉS.

Lena se calzó las botas y cogió su Nimbus. Estaba lista, era la capitana del equipo de quiddicht y no iba a fallar a su equipo. Ella, Lena Batista, era la buscadora y la capitana del equipo del único equipo femenino adolescente. Lena suspiró y se dirigió al campo de juego, que era como una especie de estadio, repleto de alumnos de todos los colegios.

Lena se reunió con todo su equipo. Fleur no estaba en él, según ella, el quiddicht era para chicos. Sus golpeadoras eran chicas corpulentas, capaces de mandar la quaffle a más de un kilómetro de distancia.

- ánimo chicas- dijo en francés- no vamos a perder este partido, hace sol y tenemos a las mejores- las animó, también en francés, dado que sus compañeras no hablaban muy bien el inglés.

Las chicas sonrieron y se abrazaron unas a otras y gritaron el nombre de su capitana en señal de respeto y confianza hacia Lena.

Lena salió al campo, seguida de sus compañeras. Delante de ellas estaban los alumnos de Dumstrang, corpulentos y fornidos, no como ellas, aparentemente simples muchachitas delgadas y debiluchas.

- Que los capitanes se den la mano- dijo una profesora de Hogwarts, que Lena creía que se llamaba Sprout o algo así.

Krum y Lena dieron un paso al frente y se dieron la mano. Krum intentó apretarle la mano a Lena demasiado fuerte, pero fue ella la que torturó la mano de él y lo miró con furia en sus ojos bicolores, lo que hizo estremecer a Krum.

- ¡A sus escobas!- gritó Sprout.

Lena y todos los demás se colocaron en posición, y cuando oyeron: arriba!, dieron una patada al suelo, elevándose por el aire todos los jugadores sobre sus escobas.

Lena empezó a dar vueltas por el campo, mientras esquivaba con increíble elegancia y facilidad las quaffles . De pronto, oyó una especie de silbido tras ella, uno de Dumstrang le había lanzado la bludger, que iba tras ella, intentando alcanzarla. Lena pasó muy cerca del estrado del comentarista, intentando despistar la bludger, que no pararía hasta darle. Lena ascendió, y a un metro de ella, la bludger fue golpeada por una de sus compañeras, y la dichosa bludger la dejó en paz. Lena suspiró y siguió dando vueltas y mirando a todos lados. Lena observó como una de sus golpeadoras golpeaba a un jugador de Dumstrang con una quaffle.

- ¡ Bien hecho Lorreine!- le gritó desde arriba.

Lorreine le sonrió un segundo y volvió a la carga. Lena miró el marcador, ellas tenían 120 puntos mientras que los de Dumstrang tenían 90, pero si Krum encontraba la snicht ganarían. Lena se quedó quieta, observando todo el campo, cuando vio una pequeña pelota alada dorada. Lena se lanzó hacia ella, esquivando a los jugadores y las quaffles con gracia, elegancia, como si fuera un pájaro. Lena estiró el brazo intentando coger la snicht, tras ella iba Krum, que tenía cara de malas pulgas. Krum llegó hasta ella, y por poco coge la snicht, pero Lena lo logró distraer diciendo con maldad:

 

- Me parece que tu novia no ha venido a verte.

Krum por alguna razón se distrajo y miró al publico buscando a Hermione, pero después volvió a la carga. A Lena le latía el corazón de tal manera que no oía otra cosa que sus latidos y el viento silbándole en los oídos. No se daba cuenta de nada, ni de los comentarios del comentarista, ni de los vítores y abucheos, ni de los ooh, emitidos por el publico ante las virguerías que hacía Lena para esquivar, nada de nada, ni siquiera el provocamiento de Krum, pues de todo lo que dijo, solo entendió algo de Potter, pero no le prestó atención. Lo único que tenía en mente era ganar. La snicht descendió en picado, y Lena fue tras ella con una maniobra. Era un acto suicida, su escoba y ella caían en picado, solo la separaban del suelo dos metros, y cuando quedaban apenas menos de un metro, Lena hizo una complicada maniobra y se colocó en pie sobre su escoba, alzando la mano para coger la snicht. Lena hizo que su escoba acelerara al ver a Krum enfrente de ella y sus dedos atraparon la snicht. Lena hizo un giro con la escoba permaneciendo en pie para esquivar a Krum y mostrar que había cogido la dichosa snicht. Había ganado. Beauxbeatons había ganado por segunda vez a Dumstrang, que parecía que por una vez no habían hecho trampas.

- ¡ Beauxbeatons gana a Dumstrang con 130 a 100!- gritó el comentarista.

Todos le aplaudían, incluso alumnos de Slytherin.

Cuando Lena se hubo cambiado y salió en busca de Harry, Hermione y Ron, una avalancha de alumnos fue hacia ella. Lena no podía respirar, los alumnos la primían y la bombardeaban a preguntas que Lena no respondía. Ella, cansada se abría paso entre todos ellos, no le gustaba la fama por eso, por esa razón no había desvelado su secreto a nadie, pero solo lo sabía Dumbledore, y ella no le había dicho nada.

- ¡ Lena, Lena, eres la mejor buscadora que existe!- le gritaban algunos alumnos.

- ¡ Ni Potter es tan bueno como tú!- le gritaban

Para Lena eso era una pesadilla, sobre todo porque varios chicos Dumstrang se acercaban para ligar con ella, y ella pasaba, buscaba a sus amigos desesperadamente. De pronto, Lena notó un fuerte dolor en la cabeza y cayó al suelo inconciente.

Cuando Lena abrió los ojos, vio un techo blanco y a una señora algo mayor, de cabellos blancos delante de ella. Lena dio un grito ante el susto e hizo que la señora Pomfrey diera un brinco, entonces, oyó una risa que le era familiar y a alguien regañándole. Lena miró hacia su derecha y vio a Harry, Ron y Hermione a su lado.

- Hola- murmuró Harry esbozando una sonrisa timida- ¿ Cómo te encuentras?

- Me duele la cabeza- murmuró ella.

- No me extraña- dijo Ron- te golpearon muy fuerte en la cabeza, fue de Dumstrang, como no.-continuó Ron entornando los ojos.

- Krum- gruñó Lena.

- ¡ Estuviste genial Lena, nunca había visto unas piruetas y unas maniobras como esas!- exclamó Ron con la mirada encendida por la emoción- Y la caída, parecía que te ibas a estrellar, y después tenías a Krum delante, parecía que os ibáis a embestir y lo esquivaste de pie en la escoba...

 

- Ya sabe lo que hizo Ron- lo cortó Hermione.

- Jugaste muy bien, nadie para de hablar de ti, es alucinante Lena- dijo Harry sonriendo- incluso han llegado a decir que juegas mejor que yo.

Lena sonrió.

Pasaron las horas y llegó la noche, la señora Pomfrey echó a Ron , Harry y Hermione a las diez, y eran las once. Lena dormía profundamente a pesar de su dolor de cabeza y no oyó que alguien abría la puerta y se acercaba a ella. Lena no notó una respiración entrecortada al lado de ella y como alguien se sentaba sobre su cama, estaba tan dormida y tan cansada que seguramente no oiría una explosión al lado de ella.

Draco Malfoy entró en la enfermería, era muy fácil, con un simple alohomora bastaba. Draco se acercó a la cama en la que yacía Lena profundamente dormida y la observó dormir. "Aquí pareces tan frágil, vendada, durmiendo profundamente pareces tan inocente, tan indefensa" pensó Draco que llevaba un pergamino en la mano. Draco depositó el sobre en la mesilla de noche que había al lado de la cama y acarició la cara de Lena con delicadeza, sabiendo que ella no despertaría. Draco observó sus ojos cerrados y su corazón se aceleró. Draco deslizó sus dedos sobre los labios de ella, y después por los cabellos de ella, que yacían esparcidos por la almohada y no tenía ninguno delante de la cara debido a la venda que cubría su cráneo.

- Me vengaré de Krum- le susurró al oído.

Lena suspiró en sueños y esbozó una sonrisa, mientras murmuraba : no estaré sola. Draco sonrió, era lo que le había escrito en su anterior carta. Él la siguió mirando con dulzura, se inclinó sobre ella y murmuró:

- No estarás sola.

Dicho esto, depositó un breve beso en los labios de la chica, que no se despertó, ni pareció darse cuenta siquiera.

- Mejor así - murmuró Draco levantándose.

Draco arropó a Lena y salió de la enfermería, sonriendo, por fin había besado los labios de la chica que amaba de verdad, pero ella no lo sabía, aunque, en parte mejor así, de esa manera ella no gritaría, no suplicaría, ni gemiría como si le estuviera lastimando, no nada de dolor, nada de frustración, aunque ahora tenía un pequeño trabajo que hacer, vengarse de Krum por haber pegado a Lena, que había jugado increíblemente bien, y de la que él, Draco, se había enamorado y a la cuál había hecho una promesa, y un Malfoy siempre cumple una promesa, siempre, y él no era la excepción, aunque se avergonzara de ser un Malfoy.

" Corre, lucha, aunque será inútil, ya está todo planeado, muerte, sangre, miedo...

Lena alzó la cabeza, ¿ de dónde venía ese canto tan terrorífico y sádico?, no lo sabía, por eso, echó a correr por los pasillos de cristal de ese laberinto. Lena divisó una puerta también de cristal, intentó abrirla, pero no podía. Suspiró retrocedió unos pasos y embistió contra el cristal, rompiéndolo en mil pedazos mientras se protegía la cara con las manos de los pequeños fragmentos de cristales que pasaban rozándola, provocándole pequeñas heridas de las que salía sangre. Lena rodó por el suelo entre los trozos de cristales, y ante ella, había algo parecido a un pensadero, se asomó y su corazón se encogió ante el dolor y la rabia que le causó esa imagen, pero de repente, ella notó algo, una presencia, y una voz murmuró: " no estarás sola". Lena sintió unos labios sobre los suyos, aunque no sabía si era en el mundo onírico o en el real, optó por creer la primera opción. Una lagrima salió de los ojos entrecerrados de la chica y recorrió la mejilla de Lena con cuidado y suavemente, como una caricia.

 

- ¿ Vas a continuar?- preguntó una voz que Lena reconocería en cualquier lugar, Lord Voldemort.

Lena se giró y vio a Voldemort con sus mortifagos y la dura imagen que había visto en esa especie de pensadero volvió a su mente con claridad. Lena abrió los ojos aguados miró a Voldemort inexpresivamente , después se giró sobre misma y se acerco una especie de acantilado que había. Miró hacia abajo , todo era oscuridad, ni un rastro de luz, ni un rastro de amor. Lena cogió aire avanzó unos pasos y cuando iba a saltar, volvió a oir una voz, pero esta vez, pudo ver a una especie de fantasma delante de ella, era Draco : " no estarás sola", le murmuró a Lena tendiéndole la mano. Lena lo miró y sintió una paz increíble dentro de ella, y, casi sin darse cuenta, rozó la mano espectral de Draco, y...en ese momento, todo se esfumó y una luz blanca la deslumbró."

Lena abrió los ojos poco a poco, algo molesta por la luz, eran las seis de la mañana, y no había nadie al lado de ella. Lena se incorporó y se dio cuenta de que estaba arropada, muy bien arropada. Lena se tocó la frente vendada con la mano y emitió un pequeño quejido al notar una punzada. Lena buscó la poción que le daba la señora Pomfrey para aliviar los dolores de cabeza y en vez de la asquerosa pócima, encontró un sobre, una carta. Lena miró el sobre extrañada, no ponía de quien era, pero si ponía bien clarito su nombre y sus apellidos: Helena Alexandra Batista. Lena abrió el sobre y se encontró una carta escrita con la misma letra de la carta que había recibido en Navidad.

Querida Lena:

Seguro que pensarás que soy un chalado que quiere acosarte o molestarte, no sé...pero quiero que sepas que no es así. Todo lo que voy a decirte en esta estúpida carta es real, es lo que siento de verdad, pero como ves, soy demasiado cobarde para decirte quien soy, que irónico. Estoy seguro de que ya sabes esto de sobre, pero quiero repetirtelo, te quiero, te quiero, te quiero,... No he dejado de pensar en ti desde que te vi peleando contra la idiota de Weasley.

Me da rabia ver que Potter puede hacer todo lo que yo deseo: besarte, abrazarte, etc, pero hay una cosa que no puede hacer, protegerte, sí Lena, Harry no puede protegerte, ¿ Por qué? Está demasiado ocupado con el tornedo de los tres magos como para protegerte, y sé mejor que nadie que te las puedes arreglar sin él, tú sabes protegerte sola y, además, tienes que protegerlo a él, que irónico...

No sabes el odio que siento hacia Potter, no lo sabes...cada día que pasa y os veo juntos, aumenta mi amor por ti y mi odio por él, como te haga daño, una sola lagrima, un solo intento de suicidio por tu parte, y te juro, te juro por mi alma que Potter no saldrá ileso. No quiero que pienses que estoy loco, bueno debo reconocer que estoy loco por ti, pero no es el tipo de locura que quiero que pienses. A veces miro al cielo, y no puedo evitar ver tus ojos bicolores, y tampoco puedo evitar que una pequeña lagrima recorra mi mejilla. No te compadezcas de mí, por favor no lo hagas, no pienses: " pobrecito, como sufre, me da pena". No, ni se te pase por la mente, yo elegí esto, te elegí a ti Lena, mi luz, mi ángel, aunque sin saberlo, así que debo afrontar las consecuencias, pero quiero que sepas que te esperaré, siempre, siempre, hasta la muerte, hasta la locura, siempre estaré ahí para ayudarte a levantarte cuando te caigas, siempre Lena.

 

Creo que me estoy pasando de cursi, pero es que no puedo evitar olvidarme de todo cada vez que pasas por mi lado o cuando simplemente, reparas en mí. Por favor te pido que no intentes averiguar quien soy, pues me arruinarías la sorpresa, algún día, yo mismo, en persona, te iré a buscar, te miraré a esos ojos bicolores tan llenos de luz que tienes y te diré, con firmeza, de verdad, sin dudar ni un instante, que...te quiero. Después, si tu me amas en ese momento, te besaré con la mayor dulzura que me sea posible, después me despertaré y me sentiré frustrado, fracasado, triste, de todo un poco, pero eso no importa, bueno, solo quería decirte que jamás estarás sola y que yo siempre estaré junto a ti, lo prometo, recuérdalo siempre, aunque no sepas quien soy, yo siempre estaré contigo, por eso, por lo que te he dicho en incontables veces, te quiero Lena, te quiero como jamás había querido a nadie, y espero que te restablezcas, pronto para volver a ver tu larga melena ondeando por los tristes viejos pasillos de este meláncolico colegio de magia.

Con todo mi amor: anónimo.

PS: Lucha siempre, aunque ya no encuentres causas para seguir luchando, siempre hay causas para vencer una batalla, por muy dura que sea."

Lena miró hacia los lados, ¿ Quién demonios le había enviado esa carta? Pero lo importante era, ¿ Cómo? Lena miró a la puerta.

- Alohomora- murmuró comprendiendo.

Lena no pudo dejar de mirar a la puerta, con la esperanza de que su admirador secreto entrara y le dijera que era él su admirador, aunque, ella no podía imaginar quien podría ser el muchacho que está locamente enamorada de ella y que odia tanto a Harry. De pronto, Lena oyó unas risas provenientes del pasillo y las reconoció, eran Ron, Hermione y Harry. Los ojos bicolores de Lena se abrieron como platos, y ella, dobló la carta con rapidez, la metió en el sobre y lo escondió bajo su almohada, a salvo, decidió que eso sería su secreto, el secreto de Lena Batista.

Harry, Hermione y Ron llegaron junto a Lena, que los recibió con una sonrisa.

- ¿ Cómo te encuentras?- le preguntó Harry sentándose a su lado.

- Bien- respondió Lena encogiéndose de hombros.- ¿ Y vosotros, alguna novedad?

- Sí- respondió Hermione precipitadamente- verás...

- Krum es el alumno más odiado de todos los colegios- se adelantó Ron a Hermione- y hoy se lo han encontrado KAO en el vestíbulo...

- Nadie sabe quien fue- interrumpió Hermione- Peeves solo vio a una persona encapuchada haciéndole una maldición rarísima a Krum

Lena los miró con los ojos abiertos como platos, había sido su admirador, estaba segura, más que segura. Pero...no podía evitar preguntarse, si algún día lo conocería y si se enamoraría de él.

- ¿ Qué me deparará el destino?.

Draco cogió su escoba y se dirigió hacia las pruebas de quidditch para ver quien sería el buscador del equipo que representaría a Hogwarts en el partido contra Beauxbeatons que tendría lugar dentro de un mes, en junio. "Sólo me queda un mes ...después te irás a Beauxbeatons y no volverás jamas..." pensó Draco.

 

Draco iba sumido en su mundo cuando chocó contra alguien y ambos cayeron al suelo.

- ¡ Mira por donde vas!- gritó Draco frotándose la nariz, pero cuando vio que era Lena la chica con la que se había chocado desvió la mirada.

- Mira tu también por donde vas- le dijo Lena con el ceño fruncido.

Lena recogió sus cosas y se iba a levantar para irse.

- Lena espera- dijo Draco- ¿ Vas a volver a Francia?- preguntó Draco con el corazón en el pecho.

La mirada de Lena se ensombreció un instante, ya nada la retenía en Francia, no tenía familia ni amigos allí.

- No, no volveré a pisar las calles de París- murmuró ella pensativa.

Draco no respondió, y se resistió al impulso de besarla.

- ¿Por qué lo preguntas?- dijo Lena frunciendo el ceño.

- Curiosidad- dijo Draco.

A Lena se le volvieron a caer sus cosas, que se entremezclaron con las de Draco.

- ¡ Draco!- gritó Pansy Parkinson corriendo hacia donde estaban él y Lena.

Pansy miró a Lena mal y pisó sus cosas.

- ¿ Eres gilipollas o qué?- le dijo Lena poniéndose en pie y mirándola con rabia.

- Soy de Slytherin, idiota, y aparte de idiota, zorra.- dijo Parkinson sonriendo malevolamente.

Draco recogió sus cosas y se apartó de las dos muchachas.

- ¿ Zorra yo?- dijo Lena sintiendo rabia.

- Impedimenta!- gritó Pansy.

Lena sonrió, que idiota era Pansy por pensar que podría dañarla. "tuberculus!" pensó Lena sonriendo malevolamente. Los rayos de las varitas de las chicas se encontraron, pero el de Pansy no resistió al potente rayo de Lena y le dio de lleno a Pansy, provocando que su cara se llenara de tubérculos.

- ¡ Mi cara, mi cara!- gritaba Pansy enloquecida.

Lena recogió sus cosas mientras Pansy se marchaba a la enfermería y Lena pudo escuchar como le suplicaba a Malfoy que la acompañara y éste se negaba con la excusa del quidditch.

- ¡ Eres mi novio!- le gritó Pansy,

- Yo no soy tu novio, ni con mil pócimas de amor, jamás- le dijo él con rudeza.

Pansy lanzó un grito desquiciado y se marchó sola a la enfermería.

Draco miró a Lena y ella lo miró también.

- He de cumplir mi promesa- le dijo Draco ayudando a Lena a recoger una poción que había rodado hasta sus pies.

- Gracias- le dijo Lena.

"¿ Promesa?" pensó Lena algo confusa, y entonces, como por arte de magia, recordó la noche del baile de Navidad: " Prometo que jugaré contra ti en el partido" le había dicho Draco mientras ambos bailaban una canción lenta.

- Yo ya cumplí mi parte- le dijo Lena cuando Draco se estaba yendo.

Draco la miró, le sonrió y continuó caminando.

Lena se quedó mirando el camino por el que Draco se había ido, no era un chico desagradable, al menos cuando no se ponía la máscara de niñato mimado.

Draco sonrió para sí, se sentía contento. Miró a sus oponentes, eran muy poca cosa, Cho Chang, Ginny Weasley y una chica de Hufflepuf.

- Primero haremos una prueba de velocidad- dijo la profesora Sprout- daréis una vuelta completa al campo y solo quedarán los que tengan los dos mejores resultados.- hizo una pausa-a vuestras escobas, preparados, listos,¡ ya!.

 

Draco sentía el viento silbándole en los oídos y pudo ver que había sido el primero el dar la vuelta completa al campo, y tras él, llegó Ginny Weasley.

- Bien. Malfoy y Weasley os quedáis el resto fuera- dijo la profesora Sprout- bien, la siguiente prueba, es decir la última, consiste en atrapar la snicht antes que el oponente.

Ginny asintió y Draco sonrió de manera burlona, ya tenía la prueba más que ganada.

- A vuestras escobas, listos...¡ ya!.

Draco y Ginny se elevaron en el aire buscando la snitch. Draco vio una pequeña chispa plateada en la parte baja del campo y descendió en picado, y tras él iba Ginny que lo seguía aún sin haber visto la snicht.

- ¡ Dejálo Malfoy, lo tuyo no es el quidditch!- le gritó Ginny.

- ¡ Cállate y no te atrevas a hablarme traidora a la sangre!- le gritó Malfoy con odio.

Draco pensó el Lena y aceleró extendiendo el brazo para atrapar la dichosa snitch, y por fin, sus dedos se cerraron alrededor de la pelota alada.

- ¡Malfoy se queda de buscador!- anunció la profesora Sprout.

Draco se sintió henchido de orgullo y felicidad mientras veía a la idiota de Ginny yéndose murmurando palabrotas.

- He cumplido mi promesa- murmuró pensando en Lena.

Harry estaba inquieto, dentro de unos días le tocaba la tercera prueba, la última de todas, y presentía que algo malo iba a ocurrir, y a veces, le dolía la cicatriz.

En ese momento entró Ginny en la sala común muy enfadada.

- ¿ Quién va a ocupar el puesto de buscador?- le preguntó Harry con indeferencia.

- El idiota de Malfoy- respondió ella con la cara más roja que su cabellera.

- ¿ Malfoy?- preguntó Ron.

- Sí Malfoy, ¿ No lo entiendes?- le respondió Ginny a Ron de mal humor.

- Es buscador de Slytherin, ¿ Recuerdas?- le recordó Harry a Ron.

- Es verdad- murmuró Draco- pero no vencerá a Lena, te lo aseguro esa chica es imparable.

- Es perfecta- murmuró Harry con la mirada perdida.

- ¡ ESTOY HARTA!- gritó Ginny- ¡LENA ESTO, LENA LO OTRO,ESTOY HARTAA!

En ese momento Lena entró en la sala, iba pensativa, sumida en sus cosas y no vio que Ginny embestía contra ella, entonces, Lena cayó y rodó por las escaleras de la torre de Gryffindor. Harry miró a Ginny con odio, no iba a dejar que hiciera daño a Lena, pero ni Harry ni Lena sabían que Harry no iba a ser el único en hacer pagar a Ginny lo que le había hecho a Lena, que yacía al lado del último escalón inconsciente.

Lena oía voces conocidas, pero las oía como si ella estuviera lejos, muy lejos, y por su mente, se repetía la caída una y otra, y otra vez.

Ella iba caminando tan tranquila, pensando en la conversación que había tenido con Malfoy. De repente, notó como alguien la empujaba y ella gritó mientras intentaba evitar la caída apoyándose en la pared, pero era inútil, perdió el equilibrio y rodó por las escaleras. Lena intentó cubrirse la cabeza con las manos, pero era inútil, pues se dio contra el borde de un escalón y se desmayó.

Harry corrió escaleras abajo y se arrodilló al lado del cuerpo inconsciente de Lena.

- ¡Busca a la señora Pomfrey o a quien sea!- le ordenó a Ron.

Ron asintió con la cabeza y corrió en busca de ayuda acompañado por diez alumnos más, entre ellos una chica llamada Luna Lovegood de Hufflepuff y Hermione. Por el camino se encontraron a varios alumnos y los alumnos que habían presenciado el incidente no tan incidente, lo iban diciendo a todo alumno que pasaba o que preguntaba.

 

Draco estaba en un rincón con varios amigos suyos, que se quedaron mirando extrañados al gran revoloteo de alumnos que iban de un lado para otro. Draco frunció el ceño, algo le había pasado a Lena, lo intuía.

- ¿ Qué está pasando?- preguntó Zabini.

Uno de los alumnos que acompañaban a Ron se acercó a ellos y les contó lo sucedido.

- Esa traidora a la sangre no sabe reconocer que la chica es mejor que ella en todos los sentidos- dijo Zabini burlón.

Draco sintió una especie de bomba de cólera estallando e inundando su corazón,. Weasley había dañado a Lena, y eso no lo iba a permitir, esa zorra no iba a salir ilesa, cuando Lena no hace mucho que había salido de la enfermería por recibir un golpe en la cabeza.

Harry miró a Ginny con odio, ira, Lena hace no mucho había recibido un golpe en la cabeza, y éste podría haberla matado. Ginny apretó los puños y se mordió los labios.

Harry se puso en pie y se puso frente a Ginny.

- Te odio - le dijo.

Ginny no le respondió.

- ¡ Casi la matas!- le gritó Harry- ¡¿ Eres idiota o qué?!- dijo Harry fuera de sí.

- No soy idiota, y se lo merece- dijo Ginny con una sonrisa de satisfacción al ver a Lena sangrando, pues tenía un corte en la frente, le sangraba la nariz y por su boca salía un hilillo de sangre.

- ¡ ¿Qué se lo merece?!- gritó Harry sacando su varita.

Ginny sacó la suya y apuntó a Harry.

- Endoloris!- gritó Harry más rápido que Ginny.

Un rayo azul salió de la varita de Harry y dio a Ginny de lleno, que empezó a chillar y a retorcerse sobre ella misma, sufriendo como nunca.

Lena lo oía todo, los gritos de Ginny, el conjuro que le había lanzado Harry, e incluso sentía un leve dolor en la nariz y varios hilillos de sangre recorriéndole la cara. Lena abrió los ojos, ahora notaba el dolor de la nariz con más intensidad, aparte de un dolor palpitante en su frente. Lena intentó levantarse, pero no podía, todo le daba vueltas y sus articulaciones no respondían. Lena no se alteró, le había pasado antes, necesitaba reposar, eso era todo. De pronto, la puerta de la Sala Común se abrió y entró la profesora Mac Gonagall seguida del profesor Snape, que llevaba varias botellitas con pociones en las manos.

- ¿Cómo te encuentras?- le preguntó el profesor de pelo negro y piel cetrina.

- Me duele la nariz y la frente y no me siento las articulaciones- dijo Lena con un hilo de voz.

El profesor sacó su varita y le reparó la nariz a Lena, que hizo un breve crak, con otra sacudida de la varita le curó las heridas de la cara y le hizo beber una poción para que Lena volviera a sentir su cuerpo sin necesidad de reposar durante días.

Lena se levantó poco a poco, aún le dolía la cabeza y se sentía algo mareada.

Harry miró hacia abajo, nadie se había dado cuenta de su disputa con Ginny, todos estaban alrededor de Lena y Snape, y de pronto, Lena se puso en pie, aunque no parecía la misma, se tambaleaba y se tenía que apoyar en Ron para no caerse, como si estuviera mareada.

- Nunca te perdonaré esto Weasley- le dijo Harry a Ginny con rabia mientras bajaba corriendo a abrazar a Lena.

 

Ginny se levantó del suelo y miró hacia abajo. Harry, Ron y Hermione abrazaban a Lena mientras miles de chicos pululaban alrededor de la chica preguntándole todo tipo de cosas. Ginny emitió algo parecido a un gruñido, estaba que se moría de celos y rabia. Lena le había quitado a Harry y su futura popularidad de chica guapa, y encima iba a tener que convivir con ella parte de las vacaciones. Ginny no soportó más la escena y se fue, mientras varios alumnos la abucheaban y la llamaban de todo.

Ginny atravesó el retrato de la Señora Gorda, que al verla, le hizo una mueca de despreció y negó con la cabeza en señal de desaprobación. Ginny soltó una palabrota y deambuló por pasillos solitarios, hasta que, de pronto, se encontró a alguien encapuchado. Ginny se asustó e intentó huir, pero el extraño le lanzó un conjuro que la hizo tropezar.

- Tú - le dijo el encapuchado con rabia- maldita traidora a la sangre- hizo una pausa en la que se pudo oír la respiración acelerada del extraño- casi la matas....

- ¡ No por favor, ya me han lanzado una maldición, no por favor!- suplicó Ginny.

El extraño rió entre dientes y la apuntó con su varita.

- Potter- murmuró- pero yo no soy como él, yo te lo haré pagar caro, muy caro- le dijo con voz burlona y furiosa al mismo tiempo.- porque Potter seguro que te lanzó una pequeña maldición, pero yo te someteré a una maldición imperdonable, ¿ Sabes lo que son?

Ginny negó con la cabeza. El extraño rió entre dientes.

- Son las maldiciones que utilizan los mortífagos para torturar, es más una de esas maldiciones hizo enloquecer a los " papis" de Neville Longbotton.

- ¡ Yo no quiero acabar loca!- gritó Ginny.

- Oh no querida, no quiero que acabes loca, porque si no, no recordarías el dolor que vas a sufrir, más que con la maldición de Potter- hizo una pausa - y quiero verte en San Mungo, para que así ni se te ocurra tocar a Lena, porque a la próxima, te mataré.

- ¡ No!- gritó Ginny.

El extraño rió de manera sádica.

- Cruccio!- gritó.

Ginny se elevó en el aire y su cuerpo empezó a retorcerse. Ginny gritaba de dolor, le dolía todo el cuerpo, todo su ser le dolía, sus móleculas, su sangre, sus venas, sus huesos, que sentía como se rompían e incluso llegaba a oir los craks que hacían al partirse. Ginny no podía dejar de gritar, le dolía todo, pero todo, el dolor que había sentido con el maleficio de Harry no era nada comparado con este, este era, anormal, inhumano, además no solo eso, si no que, además, la maldición le transmitía a Ginny como se sentía el que la estaba torturando, y esos sentimientos eran amor, rabia, ira, furia, dolor y felicidad, sí, el extraño se sentía feliz al torturarla, pues Ginny no percibió ni una pizca de culpabilidad.

- Con esto bastará- dijo el extraño haciendo que el hechizo cesara y dejando a Ginny con todo el cuerpo magullado y lleno de heridas en medio del pasillo.

Draco se quitó la capa antes de llegar al vestíbulo, borró sus huellas con un hechizo que le había enseñado su tía Bellatrix y lanzó la capa al suelo, ahora debía de buscar a Crabe, que estaría con Zabini bajo su aspecto, es decir, Draco le había dado la poción multijugos a Crabe para que no sospecharan. Draco sacó una moneda y le envió un mensaje a Crabe diciendo que se verían en el baño de chicos.

 

Draco se dirigió al baño por varios pasillos que solo conocían varias personas, con lo cual no lo descubrieron. Draco entró en el baño y vio a Crabe, que ya se le estaba yendo el efecto de la poción, con lo cual, era como ver a Draco con unos kilos de más.

- ¿ Qué hiciste Draco?- le preguntó ya con la voz de gorila que tenía.

- No te importa -le soltó Draco.

Crabe no preguntó más y al cabo de unos minutos, volvió a ser el mismo Crabe de siempre.

- ¿ Ha sospechado algo Zabini?- preguntó Draco peinándose el pelo con agua.

- No- respondió Crabe encogiéndose de hombros.

- Bien-murmuró Malfoy con una sonrisa en los labios.

Draco se sentía terriblemente satisfecho por haberle hecho pagar a Weasley el daño que le había hecho a Lena, y se sintió mejor, cuando una hora después, tras haberla examinado la señora Pomfrey, la mandaron a San Mungo.

- Así estará fuera de juego un tiempo y no podrá dañar a Lena- murmuró sonriendo.

Lena no tardó en enterarse de lo que le ocurrió a Ginny, pero ni ella ni nadie sentía ni una pizca de pena, Ginny se había pasado tirando a Lena por las escaleras, cuando ésta, tiempo atrás, la había salvado de varios dementores. Pero, a pesar de que no le daba pena Ginny, Lena se sentía algo culpable, pues el que lo había hecho no podía haber sido otro que su admirador secreto, y ella no pensaba decírselo a nadie, no pensaba delatar a la única persona que le decía que iba a estar con ella siempre, y por raro que pareciera, Lena sabía que sus palabras eran sinceras.

Tanto Lena como Harry estaban nerviosos y algo alterados, Harry tenía la tercera prueba dentro de unos días, y Lena tenía el partido un día antes que Harry la tercera prueba y además, notaba el peligro cada vez más cerca y eso la alteraba y la dejaba en vela durante las noches.

Lena no había pegado ojo en toda la noche, pero por raro que pareciera no se sentía cansada, y su rendimiento era el mismo, aunque estaba como ausente, menos en los entrenamientos de quidditch, que lo daba todo para ganar la copa.

Lena se sentó bajo un árbol y abrió un cuaderno, donde se puso garabatear para pasar el rato, y los simples garabatos y trazos sueltos se convirtieron en un dibujo al que Lena empezó a añadir detalles y a sombrear.

- Hola- la saludó Harry sentándose al lado de ella.

Lena no oyó el saludo de Harry, pero lo sintió y sintió como el muchacho se sentaba al lado de ella.

- Hola- dijo Lena.

Lena arrancó la hoja del cuaderno y miró su dibujo. Su dibujo era producto de su subconsciente y representaba una sombra entre niebla y con unos ojos como dos finas rendijas observando a la sombra, que era una sombra humana, y al lado de la sombra, habían más sombras, pero no sombras humanas, si no de lápidas, era algo siniestro, pero era una especie de representación de sus inquietantes sueños.

- Vaya- murmuró Harry- ¿Lo has hecho tú?

Lena lo miró y levantó una ceja, como diciéndole que era obvio que lo había hecho ella.

- ¿ Y qué quiere decir?- preguntó Harry mirando el dibujo por encima.

- Míralo- le dijo Lena dándole el dibujo.

Lena observó como Harry miraba el dibujo.

- Está bien hecho, las sombras, todo- dijo Harry

Lena puso los ojos en blanco y le volvió a dar el dibujo.

 

- No lo mires analizándolo si está bien hecho o no- le dijo media exasperada- éste dibujo trasmite sensaciones, pero sólo si lo miras con el corazón no pensando que lo hice yo.

Lena observó otra vez como Harry observaba el dibujo, aunque esta vez de manera diferente.

Harry miró el dibujo de Lena otra vez, pero esta vez como ella le había dicho, centrándose en las sensaciones, en lo que transmitía. Harry notó varias punzadas en la frente al mirar a los finos ojos que observaban a la sombra humana, y por fin, percibió con total claridad las sensaciones del dibujo de Lena. Harry notó como su corazón se encogía, percibía confusión, miedo, angustia, desamparo,...

Lena miró a Harry seriamente a través de sus pupilas bicolores.

- Lo has notado, has percibido lo que hay en mi subconsciente cada vez que sueño eso.

- Si, lo he notado- dijo Harry medio aturdido, como si acabara de salir de una hipnosis. - guao, ¿ Todos los dibujos transmiten sentimientos?- preguntó Harry colocándose las gafas.

Lena miró al cielo y le contestó sin apartar la vista del cielo azul.

- Verás Harry,- hizo una breve pausa y suspiró- en el mundo de la pintura hay dos tipos de pintores: los artistas, que son aquellos que hacen buenos cuadros, que logran plasmar sensaciones en sus pinturas que solo poca gente suele percibir, y los que hacen pinturas lindas, que son esas que las ves y dices: "¡ Qué dibujo más bonito!"- Lena hizo otra pausa y frunció el ceño- Pues bien, los artistas no son siempre reconocidos, y a veces ni ellos mismos saben que son artistas, pues la sociedad es ignorante y no comprende el arte, y consideran artistas a aquellos que hacen dibujos lindos, pero que sin embargo están vacíos, no transmiten sensaciones, pero como los dibujos y los cuadros lindos suelen transmitir cosas que la sociedad comprende y tolera, pues los consideran artistas, es decir los hacen creer que son algo que no son, mientras que a los artistas, no los reconocen, los marginan y a veces, incluso llegan a hundirlos en inmensa depresión, que a veces, puede acabar en suicidio. - Lena hizo otra pausa- así que, creo que he respondido claramente a tu pregunta.

Lena bajó la vista y miró a Harry, que la miraba asombrado, fascinado, como un niño que acababa de oir un cuento fascinante.

- Sí, has respondido claramente a mi pregunta- logró decir Harry sin parpadear. - y gracias a tu explicación, no hundiré a nadie en una depresión- dijo sonriendo con dulzura.

Lena le devolvió la sonrisa.

- ¿ Y a ti te ha pasado lo que me acabas de contar, es decir, han pensado que un dibujo lindo es mejor que una obra de arte tuya?

Lena notó como sus mejillas se sonrojaban ante el cumplido de Harry, pero su mirada de se nubló ligeramente mientras apoyaba su rostro sobre sus rodillas.

- Sí- murmuró Lena con odio- en Beauxbeatons, en mi curso hay otra chica que dibuja, sus dibujos no son gran cosa, son siempre flores, animales, dragones y a veces algunos retratos, pero no transmiten nada, pues bien, la gente la halaga, le dice que buena es dibujando, que dibujos más buenos, ¿ Y yo qué?- se auto preguntó- pues a mi nadie me dice nada, salvo Madame Maxime, que desde que vio mis dibujos me dijo que yo soy una artista y me explicó lo que te acabo de decir.

- ¿Madame Maxime ha visto tus dibujos?- preguntó Harry dándole la mano a Lena.

 

- Sí, una vez esa chica y yo nos peleamos y nos enviaron a dirección- hizo una pausa- Madame Maxime, tras habernos asignado un castigo a cada una, me dijo que quería hablar conmigo y me pidió que le ensañara algunos de mis dibujos y así lo hice, ella se quedó mirándolos atentamente y me dijo que de las dos yo era la artista y que la otra chica era la que hacía dibujos lindos, y que no debía de hacer caso a los demás porque simplemente, no comprenden mis dibujos, y como no los comprenden, pues...

- Entiendo- dijo Harry.

Lena dejó el dibujo junto con varios más que acababa de arrancar del cuaderno y los dejó en el suelo, pero una ráfaga de viento hizo levantar los dibujos. Lena logró alcanzar dos, el que acababa de hacer y otro, mientras el tercero salía volando, y ella, no intentó cogerlo, dejó que se lo llevara el viento.

Draco estaba asomado en la torre de astronomía, hacía viento y de repente, vio un papel volando a tres metros de él.

- Accio hoja de papel que lleva el viento!- dijo Draco sacudiendo ligeramente su varita.

La hoja de papel que volaba por el cielo sucumbió al encantamiento de Draco y voló hacia las manos blancas del chico. El corazón de Draco se aceleró, era un dibujo. En el dibujo había representado una silueta femenina acuclillada mirando a otra silueta, pero ésta era masculina y le daba la espalda mientras se dirigía a una especie de rayos, que Draco dedujo que serían de luz, pues el artista no los había pintado, si no que los había sombreado ligeramente. Tras la figura femenina, había otra figura masculina, que no era tan oscura como las otras, era como si fuera un fantasma que abrazaba a la chica, y ésta parecía no darse cuenta. Draco miró el dibujo e ignoró los demás detalles, pues había empezado a notar las sensaciones que transmitía el dibujo: confusión, desamor, dolor y...amor. Draco parpadeó, como si acabara de salir de una maldición imperius y buscó la firma del autor, y la encontró: Lena Alexandra Batista.

Draco sonrió ligeramente y se guardó el dibujo, pues eso quería decir que Lena confiaba en él, confiaba él fuera sincero y estuviera junto a ella si Harry le fallaba. Draco miró el borde izquierdo de la hoja, había algo escrito, y con mucho esfuerzo, logró descifrar la ilegible caligrafía con la que la había escrito Lena: " Seas quien seas y estés donde estés, quiero que sepas que esperaré".

- ¿ Qué esperará?- murmuró Draco- ¿ A qué?

Draco se comió la cabeza durante unos instantes y logró descubrir a que esperaría Lena.

- Que esperará a ver que pasa con su amor por Harry y que me esperará, tiene doble sentido- murmuró Draco.- yo también esperaré.-murmuró mirando el cielo azul de Mayo desde la torre de astronomía, viendo en él, esos ojos bicolores que en ese preciso instante miraba al cielo, justo al mismo punto que Draco sin darse cuenta.

Lena se calzó las botas de quiddtich y se ató el pelo en una coleta, para que no le estorbase en el partido contra Hogwarts. Su corazón latía a una velocidad vertiginosa por los nervios, pues cada minuto que pasaba, Lena presentía que el desastre estaba cada vez más y más cerca, acechando. Lena suspiró y se miró en el espejo. Estaba seria, y su boca, por fin, había recuperado su color original, pues al no hacer frío, los labios no se le cortaban. Lena cogió su escoba y se dirigió al campo de juego. Hacía sol, y había algo de viento, pero no estorbaría a la hora de volar.

 

Lena miró a sus compañeras, que la miraban con seriedad.

- Vamos a ganar- les dijo antes de salir al campo- tenemos que hacerlo- dijo Lena muy seriamente.

Sus compañeras asintieron y vitorearon durante unos minutos. Lena y las demás salieron al campo, bajo los aplausos de sus compañeras y de alguna gente de Hogwarts.

- Que los capitanes se den la mano- anunció la profesora Sprout.

Lena dio dos pasos al frente, y para su sorpresa, Draco Malfoy también. Lena lo miró con los ojos muy abiertos, sorprendida, no esperaba que Draco fuera el capitán.

Draco le tendió la mano a Lena y ésta, la estrechó sin dejar de mirar esos tristes ojos azules. Lena le soltó la mano a Draco y se colocó en posición de volar.

- ¡ preparados, listos, ya!- gritó la profesora Sprout.

Lena fue la primera en reaccionar, y cuando todos estaban elevándose, ella ya estaba vigilando. Draco Malfoy se situó a varios metros de ella y ambos intercambiaron varias miradas.

- ¡ 100 puntos para Beauxbeatons y 95 para Hogwarts, quien atrape a la snicht, gana!- dijo el comentarista.

Lena comenzó a dar vueltas por el campo, y de repente, vio una pelota dorada y alada volando a unos metros de ella. Lena no lo dudó ni un segundo y empezó la persecución. Draco se dio cuenta de lo que pasaba y la siguió. La snich ascendía, y ascendía, y por fin Lena, tras varias maniobras, logró atrapar a la snicht con sus largos y finos dedos. Pero, en ese momento, Lena oyó un ruido a apenas unos metros de ella y vio a Draco cayendo desde una altura vertiginosa y mortal. Lena no dudó ni un minuto y fue tras Draco. Lena aceleró, apenas estaba a varios metros del duro suelo y por fin cogió a Draco, en cuya nuca había recibido un golpe y yacía inconsciente en su regazo.

Todos aplaudieron y la profesora Sprout se apresuró a ver como se encontraba Draco.

- Tiene suerte de que lo recogieras a tiempo Lena, esa caída podría haber sido mortal- dijo la profesora mirando a Lena.

Lena miró a Draco, ahora en el suelo con los ojos cerrados e inconsciente.

Todas sus compañeras corrieron a abrazarla, sacándola de sus pensamientos.

Harry corrió hacia Lena apartando a sus compañeras para darle un abrazo y felicitarla. Lena lo miró y corrió a abrazarlo. Harry notó el corazón acelerado de la chica, y estaba seguro de que ella notaba los acelerados latidos del suyo.

- Felicidades- le dijo- todas habéis jugado muy bien- les dijo a las demás separándose de Lena.

- Il dit que toutes avons joué génial- tradujo Lena.

- Merci !- respondieron las compañeras de Lena.

De pronto aparecieron Ron y Hermione, que también querían felicitar a Lena y la acompañaron al carruaje de Beauxbeatons, pues al día siguiente, sus compañeras partirían y ella se quedaría en Hogwarts un día e iría con ellos a Londres en el expreso Hogwarts.

Lena se despidió de sus amigos y comenzó a hacer la maleta, pero no podía dejar de pensar en Draco, había recibido un buen golpe, pero, no podía quitarse de la cabeza la triste mirada que él le había dedicado sin darse cuenta antes de que comenzara el partido.

Llegó la noche, Lena no podía pegar ojo, le intrigaba saber como se encontraba Draco y decidió ir a verlo, así que se puso unos vaqueros y una camiseta y fue a la enfermería. Cuando llegó s e dio cuenta de que la puerta estaba cerrada, era fácil abrirla, así que Lena hizo sin hablar el alohomora y la puerta se abrió al instante. Lena entró con sigilo, para no despertar a nadie y buscó al muchacho de cabellos rubios y ojos azules como el cielo al que había salvado de una muerte segura.

 

A Lena se le cortaba la respiración de pensar en que podría aparecer en cualquier momento esa odiosa gata y delatarla, pero por fin, halló iluminado por varios rayos de Luna a Draco, que yacía con los ojos abiertos y la mirada perdida. Al verla él giró levemente la cabeza, vendada, y de la venda le salían algunos mechones rubios, de los cuales salía una especie de luz plateada causada por los rayos de la Luna.

- Hola- lo saludó Lena sin expresión en el rostro.

Draco miró a su derecha, había oído un ruido, como de una puerta abriéndose y vio a una figura avanzando hacia él, y a medida que se iba acercándo, Draco pudo ir distinguiendo una figura femenina, después, por fin, pudo distinguir a Lena, que lo miraba sin expresión en el rostro. Su corazón se aceleró desenfrenadamente, más cuando ella, se situó al lado de su cama y lo saludó con un tímido "hola".

- Hola- le respondió Draco sin expresión, conteniendo la respiración.- ¿ A qué has venido?- le preguntó intentando parecer ese chico arrogante al que todos odiaban.

Lena lo miró.

- No finjas, no eres así Malfoy- le dijo Lena en tono cortante- he venido para ver como estabas, pero ya veo que estás bien, así que me voy- añadió Lena dándose la vuelta para irse.

Draco no quería que ella se fuera, no quería, así que, le cogió de la mano y la miró a los ojos cuando ella se giró bruscamente.

Ambos se miraron a los ojos y Lena sintió algo en su interior, pero no pudo saber que era, aunque se lo imaginaba, así que, soltó la mano de Malfoy y salió corriendo sin mirar atrás, arrepintiéndose de haberlo ido a ver.

Draco miró como sus manos se separaban y miró a Lena marchar, sin mirar atrás. Estaba asustada, lo había percibido en su mirada. Draco murmuró un par de improperios y miró a la Luna, que estaba llena.

- Habrá sido por la Luna-se dijo Draco a sí mismo, recordando que las lunas afectaban mucho a las chicas, y él lo sabía, dado que vivía con dos mujeres, su madre y su tía, que muy a menudo se quedaba a dormir.

Pero a pesar de que el breve encuentro con Lena lo había alegrado un poco, no pudo evitar sentirse infeliz.

Lena no paraba de repetirse a sí misma "amo a Harry, amo a Harry, cada vez que estoy con él me siento feliz, cada vez que él está junto a mí se me acelera el corazón y se me corta la respiración, lo que me ha pasado con Malfoy ha sido por la luna, ha sido la luna. Acuérdate de como te afectan las lunas llenas...si habrá sido la luna".

Pero a pesar de estar inmersa en repetirse eso, Lena no podía dejar de sentir el peligro más y más cerca, acechándola.

Harry estaba nervioso, se hallaba ante la entrada al laberinto, y el discurso de Dumbledore se le hizo largo e inquietante. Por fin, el director acabó de hablar y los concursantes del torneo entraron en el laberinto.

Harry se sentía confuso, y estaba en alerta permanente, al mínimo ruido, él se giraba con la varita en ristre, aún sabiendo que no habían criaturas mágicas.

 

Lena estaba más inquieta que nunca, se hallaba en la torre de Gryffindor, donde dormiría el último día de clase, pues no pensaba volver a Francia con las demás. Miró por la ventana, desde allí se veía el laberinto perfectamente, y se imaginaba a Harry, confuso y perdido, pero por ahora no estaba en peligro, lo presentía, o más bien, lo sentía. Lena salió de la torre y se a esperar a Harry con los demás. No se sentó se quedó de pie apoyada en las especies de gradas de madera. Lena sentía su corazón latiéndole, tenía que hacer algo, pues presentía cada vez de manera más potente el peligro.

Harry oyó un grito femenino, había sido Fleur. Harry corrió y cuando encontró a Fleur, la halló tirada en el suelo y con un montón de plantas zarandeándola, como intentando llevársela.

- Incendio!- gritó Harry, haciendo que las plantas, a regañadientes, se retiraran y dejaran a Fleur, que estaba asustada y sollozaba.

- Ha sido Kgum- dijo ella asustada- está loco, poseído pog algo.

Harry apuntó al cielo con su varita, y de la punta salieron chispas rojas, que indicaban que Fleur necesitaba ayuda. Al cabo de un segundo, Fleur desapareció.

Harry buscó a Krum, y no tardó en hallarlo. El chico tenía los ojos rojos, y se disponía a atacar a Harry, pero éste lo desarmó.

Lena no se contuvo más y corrió hacia el laberinto, varias personas intentaron imperdirselo, pero no lo lograron, ella era demasiado hábil con la varita. Lena entró en el laberinto, no sabía como, pero sabía que tenía que encontrar la copa al mismo tiempo que Harry o Cedric o Krum. Lena se aplicó un hechizo que la volvió invisible y buscó a Harry. Tras varios minutos de búsqueda, lo encontró gracias a que el muchacho hizo el encantamiento de las chispas rojas, haciendo desaparecer a Krum. Lena vio que Harry se levantaba y corría hacia el frente, había visto la copa. En frente de él estaba Cedric y Lena vio como los dos chicos se miraban desafiándose, pero cuando llegaron a la copa, decidieron cogerla entre ambos.

Lena tocó la copa al mismo tiempo que los dos chicos, y mientras se desaparecían, ella hizo un hechizo que cubrió su ropa con una capa negra que le tapaba la cara, si iba a enfrentarse a algo, prefería que no la descubrieran.

Por fin, los pies de los tres chicos pisaron tierra. Pero no aparecieron en Hogwarts, como Lena suponía, si no en un cementerio, repleto de mortífagos. Harry y Cedric los apuntaron con sus varitas, pero uno de ellos lanzó un hechizo asesino que le dio a Cedric, haciendo que cayera muerto al suelo. Lena se llevó la mano a la boca, tenía que actuar, seguía siendo invisible y eso era una ventaja. De pronto, se fijó en Colagusano, que llevaba un bulto entre los brazos. Lena abrió sus ojos bicolores, ese bulto, no era precisamente un bebé, era Lord Voldemort.

- Voldemort- murmuró Lena con odio, esa era la criatura que le había arruinado toda su vida, le había quitado a sus padres, a sus tíos y tías, a casi todos sus abuelos...

Lena salió de entre tanta gente y se escondió en un rincón. Vio como los mortífagos atrapaban a Harry y lo colgaban en la estatua del padre de Voldemort, Tom Riddle Senior. Lena se quitó el encantamiento de invisbilidad y salió a luchar, como siempre.

Harry estaba algo asustado, tenía su varita, pero no llegaba, no podía sacarla del bolsillo. Colagusano se acercó a él con un cuchillo en la mano y le sangre cortándolo con el afilado filo. De pronto, varios mortífagos empezaron a gritar, y se oía a alguien echando maldiciones ( imperdonables incluidas) a los mortífagos, que caían al suelo inconscientes o muertos o se retorcían aullando de dolor.

 

- Ya es demasiado tarde- le dijo Colagusano- ya no has podido arruinar nuestros planes.

Harry miró al caldero donde Colagusano había depositado el bulto. Del caldero salía humo y de repente, un figura humana, pero más pálida, sin pelo, con los ojos tan finos que parecían rendijas, con dos finos orificios como nariz y una boca fina, muy fina, tan fina que podría decirse que no tenía labios, parecía una serpiente humana, y Harry lo reconoció al instante, Lord Voldemort.

Voldemort se acercó a él y gritó:

- ¡Harry Potter, el niño que sobrevivió!- hizo una pausa y lo miró con odio- por fin vas a morir, puedo tocarte, tenemos la misma sangre, y ya no me afecta el sacrificio de Lily- Voldemort rió y tocó el brazo de Harry.

Voldemort se giró hacia Colagusano, que se había cortado una mano para devolver a Voldemort a "la vida" y éste le dio una mano, que más bien parecía un guante, plateada.

- Ahora, me toca matarte Potter- dijo Voldemort.

- ¡Deja al chico, cara serpiente!- gritó el extraño encapuchado, que Harry creyó haber visto en sueños.

Lena miró desafiante a Voldemort, que por primera vez, reparaba en ella. Voldemort se acercó a ella y la apuntó con la varita. Lena sintió como Voldemort intentaba leerle la mente, pero ella era experta en Oclumancia y en la Legeremancia, y los profesores habían llegado a compararla con Voldemort y Dumbledore.

- ¿ Cómo es que no puedo leerte le mente?- medió siseó Voldemort.

Lena no le respondió.

- Avada Kedavra! - gritó Voldemort

Lena hizo un escudo protector de manera no verbal, así que, la maldición asesina rebotó y le dio a un mortífago.

- Vaya, vaya- dijo Voldemort- él es bueno Potter, él si da la talla, no como tú..- hizo una pausa y lo miró con desdén- solo eres un crío que ha tenido suerte, pero eso se va a acabar.

Lena miró a Voldemort, le daba rabia que él se dirigiera a ella como si fuera un chico, pero no debía rebelar ni su sexo, eso podría dejarla al descubierto.

- En cuanto a tí- dijo mirando a Lena con interés- únete a los mortífagos, serías muy buen mortífago.

- Jamás- murmuró Lena.

Voldemort la miró a través de las rendijas que tenía por ojos y le hizo un hechizo no verbal a Lena, que no pudo reaccionar a tiempo y cayó al suelo desmayada debido al hechizo desmayus.

Voldemort soltó a Harry y lo retó a luchar. Harry notó la rabia recorriéndolo por dentro, Voldemort había matado a sus padres, pero algo le decía que si el desconocido no lo había intentado matar, lo más sensato sería no hacer lo contrario.

- Avada kedavra!- gritó Voldemort.

- Expelliarmus!- gritó Harry,

Los dos hechizos chocaron y del extremo de la varita de Voldemort empezaron a salir los fantasmas, por así decirlo, de las personas a las que había matado. Los fantasmas de los padres de Harry, acompañados de otros dos fantasmas, una pareja, de más o menos la edad de Lily y James se acercaron a Harry. Harry observó a la pareja desconocida, y pudo averiguar que eran los padres de Lena, pues Harry se dio cuenta de que Lena era igual que su madre.

 

- Harry- le dijo Lily, su madre- no podremos contener este hechizo durante mucho tiempo, aprovecha y huye.

- Dile a nuestra hija- dijo la madre de Lena, que tenía la voz suave y dulce- que nunca la dejamos desamparada, que en Gringotts le hemos dejado algo de dinero, y que la queremos.

- Se lo diré- prometió Harry.

Lena se despertó y buscó el trasladador , lo encontró a varios metros de ella, lo cogió, pero no se trasladó, no iba a dejar a Harry solo, que no sabía ni aparecerse.

Lena vio a todos los fantasmas de las personas que había matado Voldemort alrededor de éste y Harry huía. Lena le hizo señas, se encontraba al lado del cádaver de Cedric, pues estaba segura de que Harry no lo iba a dejar a merced de los mortífagos. Harry corrió hacia ella, tenían suerte, pues los mortífagos estaban ocupados intentando ayudar a Voldemort cuando ellos se desaparecieron.

Mientras los dos se aparecían, Lena se hizo el encantamiento de invisibilidad, y cuando aparecieron, solo vieron a Harry, aunque Lena pudo ver que Dumbledore la miraba y le sonreía ligeramente, como diciendo que había evitado que Harry muriera.

Lena se escondió y volvió a aparentar ser la simple colegiala misteriosa que estaba enamorada de Harry.

Harry lloraba abrazado al cadáver de Cedric, pues, a pesar de todo, él había sido su compañero y había estado dispuesto a luchar contra los mortífagos. Harry devió la mirada del cadáver de Cedric al notar una presencia a su lado. Era Lena, que lo abrazó y dejó que llorara en su hombro. Harry agradecía que Lena permaneciera a su lado y le diera un poco de luz en la oscuridad que sentía.

- Voldemort a vuelto- murmuró.

- Lo sé- dijo Lena abrazándolo.

Dumbledore se aproximó hacia ellos.

- ¿ Qué ha pasado?

- Voldemort a vuelto- le dijo Lena a Dumbledore, sabiendo que Harry apenas era capaz de articular palabra.

- Tengo que hacer una cosa- dijo Harry.

- Yo otra- dijo Lena- profesor Dumbledore, le necesito para hacer ésta tarea.

Dumbledore asintió y la siguió.

Lena sabía muy bien quien había sido el causante de todo esto, y no iba a dejar que fuera de rositas, cuando él mismo había asesinado a su padre en Hogwarts, varias semanas antes de que se realizara la segunda prueba, pero ese asesinato había sido algo secreto, que muy poca gente sabía todavía.

Lena entró sin llamar al despacho de Ojoloco seguida de Dumbledore y ambos pudieron ver como Ojoloco perdía masa corporal, se le ponía el pelo castaño, en definitiva, vieron en primera persona como Barty Crouch Junior dejaba de ser Ojoloco Moody.

- Expelliarmus!- gritó Lena desarmándolo.

- Yo me encargaré de él, enviaré una carta a Azkaban para que vengan a buscarlo- dijo Dumbledore haciendo un hechizo inmovilizador a Barty Crouch Junior.

"Hominem revelio!" pensó Lena.

- Moody está ahí dentro- dijo Lena señalando una caja.

Dumbledore abrió la caja y encontró al verdadero Ojoloco encogido. Dumbledore lo devolvió a su tamaño real y le devolvió su ojo mágico.

HORAS MÁS TARDE.

Lena y los demás estudiantes bajaron al Gran Comedor. Dumbledore pidió un minuto de silencio por la muerte de Cedric Diggory y después, pronunció un discurso sobre los tiempos oscuros que se avecinaban.

Lena le agarró la mano a Harry, pero no para coquetear, ni para llamar su atención, sino para trasmitirle fuerza, pues sabía que estaba muy afectado por la muerte de Cedric.

Harry le sonrió levemente y Lena le devolvió la sonrisa.

Al día, siguiente, los alumnos regresaban a sus casas en el expreso Hogwarts. Tnato como Harry como Lena sabían que nada volvería a ser como antes, solo ellos sabían de verdad que Voldemort había vuelto, y solo Lena sabía toda la verdad.

Lena salió del compartimento y mientras andaba por los estrechos pasillos, se encontró a Draco de frente, ambos se miraron un breve instante, pero ambos apartaron la vista y continuaron su camino, pero ninguno de los dos podía dejar de preguntarse que pasaría el próximo año, que Lena estaría en Hogwarts...Eso para ambos era una incógnita y a los dos les perseguían los ojos del otro.

Continuará.

Hola queridos lectores, espero que hayáis disfrutado de la historia, pero quería deciros que no acaba aquí, hay una continuación que empezaré lo antes posible, el nombre es el siguiente: entre la serpiente y la pared. Espero encontraos en la continuación. Besotes. Nana

Destinados - Fanfics de Harry Potter

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Un pequeño Harry de unos 10 años entraba a clase, solitario y aguantando las burlas de su primo Dudley y de los idiotas de sus amigos.

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2024-10-15

 

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