Creo que lo primero que piensoes en mi nombre, Florencia Antonia y como llegué a estar aquí, en una clínica, encoma, intentando recordar el principio de todo.
Comienzo a pensar, cuando termine mienseñanza media, toda la emoción de la despedida en la licenciatura. Al messiguiente, me conecté nerviosa a internet, intentando pensar en que rendí unaexcelente PSU, al mirar mi puntaje de setecientos noventa y cinco, me relajé ysabía que me alcanzaría para postular a la carrera de medicina en laUniversidad de Concepción o en la Universidad de la Frontera.
Llamé a Diego, mi pololo, parasaber que puntaje tenía en su prueba, porque él también había terminado cuartomedio y me dijo -Tranquila bebé, me fue bien, voy a estudiar lo que quiero-. Élquería estudiar odontología y aunque sentíamos tantas cosas uno por el otro,jamás pensé en lo que ocurriría el día de nuestro segundo aniversario.
En la madrugada del 20 de enero,fuimos a la discotheque a bailar y vimos a algunos compañeros, pero ellos no sedieron cuenta porque estaban bebiendo alcohol, cosa que a mí y a Diego nosllamaba la atención, porque ninguno de los dos tenía esa costumbre.
Casi al término de la fiesta,Diego me propuso celebrar de otra forma nuestra relación; y yo muy nerviosa, mequede mirándolo durante un momento, cerré los ojos, le di un beso y le dije quesí; él, sonrió y me dijo -Vámonos a casa, durmamos y mañana nos vamos a micabaña de Pucón por unos días.
Al día siguiente, Diego, pasó abuscarme como las seis de la tarde y emprendimos rumbo hacia Temuco, paracomprar algunas cosas y después, viajar la ruta que quedaba para llegar a lacabaña.
Después de haber pasado alsupermercado a comprar, nos subimos a su auto -un precioso Peugeot 307- paracontinuar el camino. Me quedé dormida poco después de haber salido de Temuco ydesperté al llegar a Pucón, Diego, me miró tiernamente, como diciéndome faltapoco para llegar, pero a mí, solo me importaba su compañía.
Al llegar a la cabaña a eso delas once de la noche, le ayudé a Diego a bajar las cosas y empecé a preparar lacena, posteriormente, Diego me dijo si quería salir al casino y accedí, pero sería yo quienconduciría.
Llegamos de vuelta a la cabañaalrededor de las dos de la madrugada y yo me dirigí a mi habitación a ponermepijama, en mi bolso traía la camisola roja que Diego me había regalado paranavidad y me la coloqué. Al salir de la pieza a lavarme los Dientes, Meencontré con mi pololo, que por cierto, dijo que me veía muy guapa y me fui adormir.
De vuelta en nuestra ciudad, nospreparamos para ir a Concepción a dejar algunas cosas en el camión de mi padre,al Departamento en que viviríamos, porque los dos quedamos en universidades deesa ciudad.
Nos fuimos muy temprano y alllegar a Concepción, pasamos a buscar a mis tíos y primos para que ayudaran adescargar. Al tener todo arreglado, acudí donde mi tía paterna a almorzar, alver que ella tenía una bolsa en sus manos, le pregunté que era y me entregó miregalo navideño, de inmediato, la abracé.
Semanas más tarde, ambosentramos a la universidad, pero no fue como yo esperaba, mis compañeros decarrera me discriminaron y se alejaron de mí, solo por el hecho de ser muymorena, intenté ser razonable, pero llegó el mes de noviembre y la situación nocambió; fue entonces, cuando empecé a entrar en una inevitable depresión sindarme cuenta. Recetas de Postres peruanos
Un día de diciembre, por elhecho de estar rindiendo los últimos exámenes, salí cuarenta y cinco minutostarde de la universidad y me apuré en llegar al departamento, para no preocupara Diego, que a todo esto no me había llamado en toda la tarde.
Al estar ya en el Departamento,me di cuenta que Diego, no había llegado, pese a que hoy salía temprano, measusté, pensé lo peor, pero tomé valor y lo llamé a su celular. Cuando mecontestó, me relajé y recuerdo que dijo que venía muy cerca.
Por la depresión que sufría yque me negué a reconocer, fui entrando en otra enfermedad, fui haciéndomeenemiga de mi espejo, me convertí en una desagradable bulímica, hasta que undía de mayo del año siguiente, cuando no pude seguir ocultando mi extremadelgadez, Diego me dijo -¿Cuándo vas a dejar de hacerte daño? -. Fue entoncescuando reaccioné y lo único que hacía era llorar.
Tres años después, con un largoy duro tratamiento, además de no dejar de lado mi carrera, me recuperé. Duranteun instante, pensé en esas personas que me hicieron daño, que ahora no estabanconmigo, porque aprobé todos los ramos y ellos se quedaron con algunos.
En la última semana de clases,conversé con Diego para ver qué haríamos para celebrar nuestro sextoaniversario de pololeo en enero y nospusimos de acuerdo para ir a la cabaña de mi familia en Quidico.
El día que llegamos a Quidico,fuimos a la playa, a ver un show de una banda de rock de Argentina.
Pero en ese instante, jamáspensé lo que iba a pasar en la noche. Recuerdo que fue algo mágico, me entreguéa él, la persona que más amaba, la que me acompañó en los momentos másterribles de mi vida.
Fue el veintitrés de febrero, lorecuerdo bien, miré mi calendario personal y me di cuenta que tenía cinco díasde atraso, compré un test y salió positivo, me embargó una emoción al contarlea Diego que estaba embarazada, que me fue imposible no botar algunas lágrimas,porque además los fantasmas de mi enfermedad, eran solo malos recuerdos yporque en ese instante, él me pidió matrimonio.
Cuando íbamos en la rutaConcepción - Santa Juana, en pleno agosto y con siete meses de embarazo,viajamos a ver a nuestras familias, aprovechando el fin de semana largo, depronto, apareció una camioneta que al adelantar, nos chocó frontalmente connosotros; y sólo me acuerdo que Diego me dijo -Te amo y por favor cuida al bebé-.
Ahora sólo quiero despertar deeste coma, necesito saber si mi bebé y Diego están bien
Desperté solo hace unos segundos,lo primero que hice fue ver si tenía a mi bebé en mi vientre y al sentir queestaba ahí me emocioné. Se acercó mi madre y me dijo -Estuviste inconsciente,creí que no te despertarías para darte esta lamentable noticia-.
Quiero saber de qué se trata,pero tengo miedo, no sé que responder, pero trataré de no alterarme -Dime dequé se trata, por favor-.
-Hija, Diego al protegertefalleció y te conseguí un permiso para llevarte mañana a los funerales-
-Solo me queda resignarme, peroeste hijo me lo hará recordar siempre-
Destrucción inesperada de un amor - Fanfics de Harry Potter
Creo que lo primero que piensoes en mi nombre, Florencia Antonia y como llegué a estar aquí, en una clínica, encoma, intentando recordar el principio de tod
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2024-11-06
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