Era de noche en el bosque.
Ron acababa de volver de su precipitada huida y el guardapelo estaba destruido, eso les había subido un poco la moral, pero solo un poco.
Ron se quedó esa noche a hacer la guardia. Todo estaba tranquilo.
De repente, de entre la espesura de árboles apareció una luz blanca.
A causa de la distancia no pudo distinguir de qué se trataba, conforme se acercaba se dio cuenta de que era un Patronus, ¿pero de quién? No lo había visto nunca. Estaba difuso, como si quien lo hubiese convocado estuviese débil. En ocasiones su forma era nítida, pero en otras se desvanecía en humo, aunque siempre volvía a aparecer.
Obviamente quería decirles algo, pero no podía pasar a través de los hechizos que habían convocado. ¿Cómo era posible que a pesar de no poder verlos supiese que estaban allí?
-¡Harry, Hermione!- gritó el pelirrojo, ellos salieron lo más rápido que pudieron. Se quedaron tan extrañados como él al ver el patronus.
-¿De quién es?- susurró la chica.
-No tengo ni idea.- respondió Harry.
-¿Qué hacemos?- intervino Ron.
-Parece que su dueño necesita ayuda.- Hermione comenzaba a preocuparse.
-¿Y si es una trampa?- el pelirrojo desconfiaba.
-¿Y si es uno de los nuestros, lo dejamos morir? Sea de quien sea le queda poco tiempo, no puede hacernos mucho daño moribundo.
-Pero
-Ron, no somos asesinos.
-Hermione tiene razón.- Harry se dispuso a salir del hechizo y quedar expuesto, Hermione, decidida lo siguió, y Ron a regañadientes.
El patronus, contento, los guió a través de los árboles hasta no muy lejos de donde se encontraban.
Los tres contuvieron la respiración cuando el patronus desapareció.
Ante ellos estaba el cuerpo desangrándose de un joven al que los tres conocían muy bien.
-¿Qué significa esto?- susurró Ron.
El chico tendido en el suelo, y con un rastro de sangre a su alrededor cerró los ojos, abatido.
-Vamos a llevarlo a la tienda.
-Harry, ¿estás loco?
-No podemos dejarlo morir, Ron. No parece que nos vaya a tender una trampa.- Hermione intentó hacerlo entrar en razón, pero el pelirrojo no estaba para nada convencido, aunque ayudó a su amigoa acarrear el frágil cuerpo.
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ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE PRIMER CAP, SUPONGO QUE HABER VISTO LA PELICULA ME HA LLEVADO A ESTO XDD
ACEPTO CUALQUIER COMENTARIO :)
ESTE PRIMER CAP ES MUY CORTO, PERO SOLO ES PARA VER QUÉ TAL VA :)
UN BESO!
Ron caminaba nervioso de arriba abajo por la tienda, Hermione cuidaba con cuidado las heridas del chico, quien yacía inconsciente en la cama y Harry hacia guardia, aunque estaba más pendiente de lo que ocurría dentro de la estancia que fuera.
Cuando por fin la chica se apartó del pálido cuerpo, el moreno se lanzó sobre ella.
-¿Crees que se recuperará?- nunca le había caído muy bien, pero tampoco quería el mal para nadie, además, si había acudido a ellos y no a otras personas sería por algo.
-Harry, es Malfoy, no nos libraremos de ese maldito hurón tan fácilmente.- ella acarició la mejilla a su amigo.
Sabía que estaba harto de que la gente sufriera por una causa que tan solo era suya y de Voldemort, nadie más.
-Él no haría lo mismo por nosotros, nos hubiese entregado a sus amiguitos sin dudarlo.- A Ron no le hacía ninguna gracia, había vuelto con la idea de seguirlo allá donde ellos dijesen sin rechistar, pero aquello lo superaba.
-Ya lo sé, Ron. Pero dime, ¿tú serías capaz de dejarlo morir, que se desangrase delante de ti sin hacer nada?- no le alzó la voz y sus caras estaban a escasos centímetros, más bien le habló con paciencia, como haciéndole volver a la razón.
-Supongo que no.- reconoció finalmente abatido. Ella le abrazó dulcemente.
-Ya lo sabía.- le susurró al oído antes de separarse.
-Emmm
chicos
siento interrumpir pero
- Harry, que en los últimos instantes había permanecido callado, intervino. Los otros dos miraron en la dirección que sus ojos indicaban.
Draco comenzaba abrir los ojos, pero pesadamente, y los párpados se le cerraban al poco tiempo, parecía totalmente desubicado.
Ninguno se atrevió a acercarse a él. Pero finalmente Hermione avanzó, titubeante.
-Malfoy
- susurró con cuidado.
-¿Qué
?
-Encontramos tu Patronus y lo seguimos, temíamos que fuese una trampa ya que no conocíamos de quién era
¿Qué te ha pasado?
-Es
una larga
historia
- hablaba con dificultad y la boca pastosa. Hermione alcanzó un poco de agua y se la vertió con cuidado en los labios, él lo agradeció.
-No hace falta que nos lo cuentes ahora. Descansa.
-Pero te juro por lo más sagrado que como sea una traición
- Ron lo señalaba acusadoramente con el dedo.
-¡Ron!- aunque no pudo reprimir una sonrisa, Hermione lo cortó para que no continuase hablando.
Malfoy no hizo comentarios al respecto, más bien se resignó y, sin poder aguantar más, cayó en un sueño reparador...
-No parece muy peligroso.- Harry se sentó en el suelo.
-Yo no me acabo de fiar
- El pelirrojo no podía evitarlo.- pero si vosotros lo decís
Le daremos una oportunidad a esa maldita serpiente.
Hermione, contenta con lo que acababa de oír volvió a abrazarlo, Ron disfrutó de ese momento, Harry sintió nostalgia
ojalá Ginny estuviese allí
-Está amaneciendo.- observó el pelirrojo.
-Ahora ya no corremos tanto peligro.
-Pero aún así deberíamos hacer una guardia. No os preocupéis, la haré yo.
-¿Estás seguro de que no quieres descansar?- preguntó Hermione.
-No.- le sonrió.
En cuanto el pelirrojo hubo desaparecido, Harry se giró hacia Hermione.
-No parece muy arisco.- intentaba poner una mota de humor en el momento tan terrible en el que se encontraban.
-No, no sé qué le habrán hecho, pero lo han cambiado.
-Tal vez ha madurado.
-¿Qué otro remedio le quedaba después de lo que le ha pasado en los últimos dos años?
-En realidad me apiado de él. Es una víctima que no tiene nada que ver, al margen de lo que haya pasado entre nosotros durante la infancia.
-Lo sé, y me apena. Por eso, Harry, debes librarnos a todos de este mal llamado Voldemort. Puedes hacerlo, aunque a veces te niegues a creerlo.
-Gracias, Hermione.- siempre era un apoyo importante.
-Sabes que no lo digo por obligación sino que es toda la verdad.
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MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTS DEL CAP ANTERIOR, DE VERDAD, NO SABÉIS LO QUE ME HA ANIMADO SABER QUE ESTA NUEVA HISTORIA ES LEÍDA POR ALGUIEN :)
ESPERO QUE ESTE CAP TAMBIÉN OS HAYA GUSTADO ^^
UN BESO!!!
Harry volvía a hacer guardia esa misma noche, Ron dormía y Hermione se despertó sobresaltada.
Se giró hacia Draco, estaba de espaldas, y temblaba ligeramente.
La castaña se acercó a él poco a poco, sin hacer mucho ruido y se sentó en el borde de la cama. El chico se percató de su presencia, pero no podía moverse a penas.
Los cortes que su tía le había hecho con esa maldita daga y con algunos hechizos de ardían en la piel como quemaduras. La mezcla de locura con alcohol no era buena, él lo acababa de experimentar.
Mientras le hacían daño algunos mortífagos hicieron un corro a su alrededor y observaron excitados. Llegó Voldemort y se convirtió en un show, al ver que su señor se divertía, Lucius, no hizo nada por rescatar a su hijo de las garras de su tía y calló a Narcisa con un simple grito.
La única que lloraba histérica era su madre. Tan solo ella lo quería y lo protegería siempre.
Al recordarlo no pudo evitar soltar algunas lágrimas, sin importarle que Granger lo viese en ese estado.
De repente sintió una mano posarse con delicadeza sobre su hombro, a pesar de darle la espalda, ella había podido sentir que el chico no se encontraba del todo bien.
-Malfoy
¿Estás bien?
-No
- susurró débilmente.
-Te duele, ¿verdad? Lo mejor será un hechizo refrigerante, tienes la fiebre demasiado alta y mañana no tendremos más remedio que movernos de aquí, no es seguro quedarnos en el mismo sitio más de dos días.
La castaña, mientras hablaba, alcanzó su varita y la colocó con cuidado sobre la pálida piel del chico.
Murmuró unas palabras y, al poco tiempo, una sensación de frío inundó al piel de Draco.
No sabía si la sensación era agradable o desagradable, por una parte le gustaba porque las heridas dolían menos, pero le disgustaba a causa de que en el exterior estaban a menos cero grados.
A los dos minutos Hermione apartó la varita y arropó con la dulzura de una madre al chico. En el fondo le daba muchísima pena.
-¿Mejor?- preguntó dulcemente.
Él asintió simplemente, agradecido.
-Mañana ellos exigirán saber qué es lo que te ha pasado.- la castaña señaló a sus dos amigos con la cabeza.
-Es
demasiado per
sonal
-¿Quién te ha hecho esto?- cuestionó mientras le depositaba una suave caricia de apoyo en el cuello.
-Mi
tía.- reconoció al fin. A la castaña se le escapó una silenciosa lágrima. ¿Era capaz un solo ser humano de tener tanta maldad y locura dentro sin explotar?
-Es horrible
- más lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
Sin poder evitarlo se dejó caer suavemente sobre su cuerpo, casi como en un abrazo, pero mucho más suave, para no dañarle.
Draco no opuso ninguna resistencia, al contrario, intentó corresponderlo.
Hermione lo ayudó a ponerse boca arriba en la cama, para que no cargase todo el peso de su dolido cuerpo en el mismo lugar.
En aquellos momentos duros no importaba quien te dotase de demostraciones afectivas, ya que eran demasiado escasas como para denegarlas.
-¡Si no quieres que te dejemos tirado aquí mismo HABLA!- Ron, tal y como Hermione esperaba, no se tomó nada bien que Draco se negase a contarla verdad sobre lo que le había pasado.- ¡no puedes darnos nada a cambio de nuestra protección, como mínimo di qué narices te ha llevado a esta situación!
Draco estaba sentado en la cama, Hermione lo había ayudado de mañana a ponerse en pie, pero fue casi imposible.
-Te equivocas
Weasley
yo sí puedo daron información acerca de los horrocruxes
-¿Cómo sabes que es lo que estamos buscando?- Harry se quedó extrañado.
-Oh, vamos, no creo que hayáis empezado
este viaje solo para
hacer turismo
-¿Y qué es lo que sabes a cerca de ellos?- Harry se acercó a él.
-La diadema de Ravenclaw
-Pero lleva perdida siglos
- terció Hermione.
-El que no debe ser nombrado tiene fuentes, está escondida en Hogwarts
y Naguini, su serpiente, también es uno de ellos, pero te aseguro que, después del mismísimo Señor Tenebroso, es el más difícil de destruir.
-¿Y sabes algo más?- Harry hablaba suavemente.
-No
lo siento. Bueno, está buscando las Reliquias, concretamente una
-¿Las Reliquias?- Hermione nunca había oído hablar de ello.
-La leyenda se cuenta en el libro de cuentos de Bleede el Bardo
muchos piensan que es una simple
leyenda
un cuento
para niños.- cada vez le costaba más hablar.- Pero es cierto
quiere la varita para
matarte.
-¿Has dicho que está en el libro de cuentos?- Hermione ya lo tenía en su mano.
-Así es
-¿Sabes en qué página exactamente?
-No
pero sé más o menos dónde se encuentra
Hermione se sentó a su lado y le depositó con cuidado el libro en las manos.
A causa de su debilidad casi se le resbala de las manos, pero ella, con dulzura, lo ayudó a sostenerlo mientras buscaba la página indicada.
Después de unos segundos de búsqueda la encontró y se lo entregó por completo a la chica.
Ella comenzó a leer en voz alta.
Todos las escuchaban expectantes, nadie habló mientras ella relataba.
Al acabar cayó sobre ellos un tenso silencio.
-¿Y dónde está la varita de Sauco?- preguntó burlón Ron.
-Enterrada
con Dumbledore.- lo calló Draco.- Pero
a estas alturas
es muy difícil que
la podáis
robar
os interesan más
los horrocruxes
al fin y al cabo
esa varita
no es invencible
y sin embargo
si no destruyes los horrocruxes
no podrás vencer
-Tienes razón, en cuanto te recuperes buscaremos los horrocruxes.- terció Harry
-¿Y cómo sabemos que no es una trampa?- Ron seguía sin fiarse.
-Ron, no es el momento, yo te aseguro que no lo es.- Hermione le habló con tranquilidad. Draco la miró agradecida.
-¿A ti te lo ha contado?- preguntó entre extrañado y enfadado el pelirrojo.
-Sí, y ahora tenemos que marcharnos si no queremos que todo se vaya al traste.- finalizó la castaña.
IMPORTANTE:
El orden cronológico de las cosas no sucenden en el mismo que en el libro, es necesario para llevar a buen puerto el destino del fic.
Aún así espero que os guste :)
UN BESO!! :)
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Llegaron a un nuevo emplazamiento que poco se diferenciaba del anterior: era un simple bosque nevado, en el que el frío había alejado todo rastro de vida.
Allí estarían hasta que Draco se hubiese recuperado del todo y pudiesen emprender la marcha.
Era de noche y Harry evaluaba lo que acababa de pasar durante el día.
Para empezar, Draco había recordado otro Horrocrux, la copa de Helga Hufflepuff, escondida en la cámara de Gringotts de su propia tía.
El guardapelo, la copa, la diadema, el diario, Naguini, el anillo
¡Faltaba uno! ¿cuál era el maldito Horrocrux que faltaba? Por más que el rubio intentaba recordarlo no lo conseguía
Al menos ya sabían a cerca de la mayoría, si los conseguían destruir casi todos estarían casi ganando y luego
Se asentaron y Harry decidió ayudar a Ron con la guardia.
Estaban sentados en el exterior, dentro de un hechizo protector que los ayudaba a alejarse de aquel maldito frío
-¿De verdad crees que no sabe cuál es el séptimo?- preguntó Ron.
-Estoy seguro.
-¿Cómo vamos a entrar a la maldita cámara?
-Lo pensaremos, no te preocupes.
-¿Y si es una trampa?
-¡Ron, ya!- explotó Harry.- No hay trampa, ¿qué te cuesta aceptar que está de nuestro lado? ¿ a ti se te hubiese ocurrido que una copa era un Horrocrux?
-Supongo que no, pero
-Ron, son celos, ¿verdad?- adivinó su amigo.
-¿De Malfoy? Ni loco.
-Hermione pasa muchísimo más tiempo con él que con nosotros, a mí no me importa, pero después de lo que nos mostró el Horrcrux
-Puede que un poco, pero entre ellos no hay nada.- sonrió.- es imposible.
-Si tú lo crees
-¿Crees que puede haber algo?- borró su sonrisa y puso cara de preocupación.
-No lo creo, pero
-Lo mato, como la toque, lo mato.
Harry sonrió ante los celos de su amigo, y se preguntó por qué no se aseguraba que Hermione fuese suya diciéndole la verdad, en vez de jugársela a que otro hombre la cogiese.
Mientras tanto, dentro de la tienda, la chica cuidaba de Draco.
Lo había ayudado a quitarse la camiseta, para que no le rozase con los cortes ya cicatrizando y lo arropó con cuidado en la cama.
-¿Estás bien?- le preguntó sentándose en el borde de la cama.
-Sí
Quiero darte las gracias
por no haberles contado nada
- La chica le sonrió.
-No te preocupes, Harry cada vez está más convencido, no é que hubiésemos hecho sin tu ayuda
-Ahora lo único que quiero es verlo muerto
y a mi padre en
la cárcel
- se le escapó una lágrima de impotencia.
Hermione, sin pensárselo se la secó con un dedo, se le revolvía el estómago al pensar en lo mal que debería estarlo pasando
Lo que no sabían es que unos ojos azules los miraban desde la puerta con un destello de rabia.
Cada vez Draco estaba mejor, las profundas heridas ya no eran más que pequeños cortes que pronto acabarían por desaparecer completamente de su impolutamente pálida piel.
Hermione siempre estaba a su lado y hacía caso omiso a las continuas quejas y acusaciones de Ron.
"No ha cambiado."
"Es una trampa
"
"Sigue teniendo la Marca Tenebrosa."
"Va a entregarnos."
"Él mismo dejó que lo hiriesen para dar más pena
"
Y así durante todo el día.
Al principio Hermione se había molestado muchísimo con él por ese tipo de cosas, pero ahora ya lo ignoraba, y ese cambio se remontaba a hacía dos noches, cuando Draco dejó que utilizase la Legeremancia con él para que comprobase que no les mentía.
El rubio jamás se había imaginado que le dejaría a alguien penetrar en su mente, dejando a su merced todos sus recuerdos y pensamientos, pero aquellos eran tiempos terribles, y no podía permitirse el lujo de que su única salvación lo tuviese bajo sospecha.
La chica únicamente espió los recuerdos de la noche de la tortura y los que sucedieron después, en los que se mostraba que todo lo que decía era cierto, absolutamente todo. Es cierto que tuvo la horrible tentación de continuar vagando por sus recuerdos, hasta llegar a los relacionados con ella, le mordía la curiosidad de saber qué era lo que pasaba por su cabeza cuando se metía con ella durante los años de colegio, pero finalmente consiguió resistirse, ya que pensó que a ella no le gustaría que penetrasen en el único lugar que los seres vivos tenían para ellos mismos: el templo de su mente.
Después de ese momento su relación se estrechó un poco más, incluso Draco pidió perdón de corazón por todo lo que había hecho, desde las tontas peleas de niños hasta la muerte de Dumbledore. No lo había matado él, pero aun así se sentía terriblemente culpable.
Harry disfrutaba con ver que Hermione había hecho un buen amigo que pudiese dedicarle más tiempo que él o Ron, ya que ambos estaban demasiado inmersos en sus propias preocupaciones y pensamientos como pararse a escuchar más de una hora lo que ella tuviese que decirles.
Únicamente hablaban largo y tendido si el tema de conversación eran los Horrocruxes, y si no cada uno se dedicaba a los suyo.
Ninguno de los dos chicos permitió que Hermione hiciese más guardias frente a la puerta, ya que cuidar de Draco era lo suficientemente agotador como para cargarla con más tareas que no fuesen la misma y cocinar.
Cierta noche, mientras todos dormían y Ron hacía guardia en la puerta, Hermione se despertó sobresaltada, presa de una horrible pesadilla.
Quiso volver a dormirse, pero viéndose incapaz de ello salió con su amigo pelirrojo, bien abrigada.
-Hola.- le saludó sencillamente mientras se sentaba al lado de la hoguera.
-Buenas noches.- respondió él algo sorprendido.- ¿No deberías descansar?
-Es que he tenido una horrible pesadilla y no puedo volver a dormirme
Así que he pensado venir un rato contigo, como hace mucho que no hablamos
-Es que estás muy ocupada con el Hurón.
-Ron
te ruego que no empieces
- Él relajó su expresión.
-Está bien, lo siento, pero es que esta situación me supera, yo no quiero haceros sentir mal, pero no lo soporto y la única idea de que pueda haceros daño
-Sé que te preocupas por nosotros.- se acercó a él buscando el calor de su abrazo.- Pero debes entender que él ya no está con ellos, sino con nosotros, y es la única esperanza que tenemos si queremos encontrar los demás Horrocruxes.
Ron guardó silencio y apretó más fuerte a Hermione contra él.
-¿Y cómo vamos a entrar a la bóveda de los Lestrange? Más bien. ¿Cómo vamos a entrar en Gringotts y en una cámara que no es nuestra?- se tensó Ron.
-Sea como sea si queremos la copa hay que hacerlo.- Harry trató de apaciguarlo.
-¡Pero nos reconocerán nada más entrar!
-Pero yo soy su sobrino.- habló por primera vez en bastante rato Draco.- Ellos no están al tanto de que he escapado, podría entrar y cogerla.
-¿Y qué haremos si te descubren?- Harry había acogido ya a Draco como a un compañero, y le preocupaba que pudiese pasarle algo.
-Sería mucho peor que entrases tú y te pasase algo.
-¡Pero pueden matarte!- Hermione se desesperó un poco.
-Es mejor que me maten a mí que a alguno de vosotros. Sobre todo a ti, Harry, que se supone que eres el único que puede acabar con Él.
-No voy a dejar que nadie sufra más por mí, entraremos los dos.
-Si mueres no sufriré solo yo, sufrirá todo el mundo mágico.- lo hizo razonar el rubio.- Entraré únicamente con la condición de que lo haré yo solo.
-¿Y si no aceptamos?- A Harry no le convencía en absoluto la idea y lucharía hasta salirse con la suya.
-Nos quedaremos sin un Horrocrux y eso no es bueno.- Draco tampoco pensaba dejar que le ganase.- Pensadlo bien, si entramos todos en tropel al banco nos descubrirán en un segundo, sin embargo, si entro yo solo y vestido de mortífago nadie se dará cuenta.
-Pero no llevas tu ropa de mortífago.- observó Hermione.
-Ella acude a mí cuando yo quiero que lo hago y desaparece cuando se lo pido. Eso nos ha librado de que nos pillen más de una vez.
-¿Y no se dará cuenta de que la invocas?
-No, eso no tiene nada que ver con Él.
-Está bien.- acabó accediendo el moreno.- pero si tienes algún problema, por mínimo que sea, no dudes en enviarnos tu patronus, nosotros esperaremos fuera bajo la capa de invisibilidad.
-¿Cuándo partimos?- preguntó demostrando que estaba de acuerdo.
-Mañana mismo nos apareceremos pronto de mañana en Gringotts. Aprovechando que a esa hora no habrá demasiada gente.
-Está bien.- con esas dos últimas palabras el chico se levantó de al lado del fuego y se fue al fondo de la tienda, a dormir.
El trio de siempre se quedó mirando las llamas que ardían en el centro un completo silencio, que tan solo se rompió cuando Harry anunció que haría la primera guardia de la noche, ya que el crepúsculo comenzaba a teñir el cielo de rojo.
-Yo me voy a dormir.- dijo al fin Ron.
-¿Estás bien?- Hermione lo retuvo un momento.
-¿Cómo voy a estar bien teniendo que soportar esto?
-Pero lo hacemos por el bien de todos.
-¿Y qué te hace pensar que no nos tenderá una trampa?
-¿Otra vez, Ron?
-Lo siento, Hermione.- al darse cuenta de cómo le había hablado relajó un poco el rostro.- pero estoy muy cansado, mejor que acuesto un rato. Mañana será un día largo.
-Buenas noches, Ron.
SIENTO MUCHO HASBER TARDADO EN ACTUALIZAR, PERO ES QUE LA INSPIRACIÓN SE ME FUE DE VACACIONES :S
AUN ASÍ ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO Y QUE SIGÁIS LEYÉNDOLA A PESAR DE LA DEMORA :)
UN BESOO Y FELIZ AÑO 2011
A pesar de saber que era Draco el que se ocultaba tras esa máscara y estar cien por cien seguros de que no les haría daño, los tres estaban terriblemente impactados de ver un mortífago ante ellos.
-Vamos.- dijo Harry tendiéndoles la mano para aparecerse.
Los cuatro se juntaron y el mundo comenzó a desaparecer ante ellos, para volverse cada vez más nítida la imagen de un estrecho callejón. La parte trasera de Gringotts.
-Habré salido en menos de media hora.- informó el rubio, con una voz que no era la suya, sino una tergiversada para que nadie pudiese reconocerle mediante ella. Como años atrás había sonado la de su padre en el Ministerio, la noche de la muerte de Sirius.
-Te esperaremos, pero ya sabes que si se complica no debes dudar en avisarnos.- el ojiverde estaba bastante preocupado, pero agradecía eternamente lo que su antiguo enemigo estaba haciendo por ellos.
-Lo haré.- respondió.
-Ten mucho cuidado.- Hermione se despidió de él dándole un pequeño apretón de ánimo en el brazo derecho, pero, por desgracia, jamás sabría la expresión que tenía la cara del chico en ese momento, ya que estaba oculta por la terrible máscara.
Draco se lanzó a la calle, sin miedo a que lo viesen vestido de lo que era, ya que ahora eran ellos quienes mandaban.
Entró como quien entra a su casa en el banco, dándose aires de grandeza, para que la gente pensase que ya era un hombre maduro, y no un joven, así sería más difícil que alguien pudiese reconocerle.
-Señor.- nada más verlo un gnomo le hizo una reverencia y se acercó a él para saber qué era lo que deseaba.- ¿Qué motivos le llevan a honrarnos con su presencia?
-Quiero visitar la cámara de los Lestrange, lo más rápido posible, tengo prisa.
-Como usted ordene.- la criatura no hizo en ningún momento ademán de dudar de si estaba autorizado a visitar dicha cámara, pero el miedo se apoderó de él y decidió no llevarle la contraria a un mortífago.
Él y otro gnomo llevaron a Draco hasta uno de los típicos trenecillos que llevaban hasta las cámaras y, cuando llegó el momento de pasar por el chorro de agua hechizada que delataba la identidad de quien pasaba por allí, el líquido rodó por la máscara, sin afectarle lo más mínimo.
-Ya hemos llegado, señor.
Draco bajó rápidamente de allí, queriendo acabar con ello lo antes posible.
La cámara estaba llena de oro, plata, monedas y objetos valiosos y carísimos, por lo que le costó muchísimo rato llegar hasta la copa. Había muchísimas en aquella habitación, pero Draco supo que esa era la indicada, ya que brillaba como ninguna, y algo en su esencia de mortífago le decía que allí escondido, en su interior, había algo de suma importancia, ya que la marca le cosquilleaba en el brazo.
La cogió con suma delicadeza y, al ver que no pasaba nada, la escondió bajo su capa. En cuanto hubo realizado este trabajo, volvió al lugar donde los gnomos lo esperaban conteniendo la respiración del susto que llevaban al tener un sirviente de Voldemort tan cerca.
-Ya está, señores.- informó con esa terrible voz.
Ellos, sin mediar palabra, condujeron el vagón hasta la entrada de nuevo, y Draco salió de allí, lo más rápido que pudo.
Llegó a la parte delantera del callejón con el miedo todavía metido en el cuerpo, y es que no sabía si estaba más asustado él de que pudiesen pillarlo, o los gnomos, de que pudiese hacerles algo.
-¿La tienes?- preguntó preocupado Harry. Draco se limitó a asentir con la cabeza.
-Deberíamos volver.- repuso Ron, también asustado.
Volvieron a repetir la operación de juntarse y desaparecerse.
Solo cuando estuvieron lejos, Draco se quitó la máscara, dejando ver un rostro perlado en sudor de los nervios y unos mechones rubios pegados a su frente.
-No sé dónde nos has traído.- dijo refiriéndose a Hermione.- pero más vale que sea lejos porque estoy seguro de que ya saben que alguien ha entrado en la bóveda de los Lestrange, y si se dan cuenta de la copa creo que deducirán fácilmente quién ha sido.
-Tranquilo, esto está muy alejado.- dijo tranquilamente.- voy a hacer los hechizos de protección.
Mientras la chica se alejaba, Draco sacó de debajo de la capa el tesoro que acababan de robar.
-Deberíamos destruirla cuanto antes. No sé qué tiene, pero desde que llevo encima la marca no para de cosquillearme, no debe ser una buena señal.- concluyó Draco.- Ha sido demasiado fácil robarla, pero no dbeemos confiarnos, no siempre correremos la misma suerte.
Los otros dos chicos asintieron.
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE CAP :)
Y QUIERO AGRADECEROS LOS COMENTARIOS QUE DEJÁIS EN LOS CAPS :)
UN BESO ENORMEEE
Harry sacó la espada de Gryffindor del bolso de Hermione y miró su brillo durante un instante.
Los cuatro se encontraban sentados en el exterior de la tienda, por si el poder del Horrocrux era demasiado fuerte y acababa con su única "morada". Se encontraban en un círculo perfecto, y en el centro de ellos estaban la copa y la espada.
-Toma.- Harry le tendió la espada a Draco.- Creo que es justo que lo destruyas tú, al fin y al cabo has sido el que se ha arriesgado en todo momento para robarla.
-Pero vosotros
-Por favor, hazlo.- insistió el azabache.- Haremos los mismo que con el Guardapelo, le hablaré en pársel para que se abra, pero ten en cuenta que el poder oscuro que alberga va a intentar por todos los medios confundirte y hacerte daño para que no destruyas. Sé más fuerte que él.
Draco, finalmente, cogió entre sus manos la espada, la cual sorprendentemente no lo agredió para que la soltase, a pesar de ser un Slitheryn, tal vez había visto en él que había cambiado, y que su espíritu ya no era el de la casa de las serpientes, sino el de la de los leones.
Con un susurro estrangulado, Harry ordenó al Horrocrux que mostrase su poder.
De repente, salió una especie de neblina negra que poco a poco iba tomando forma de Lucius Malfoy.
"Tú, me has traicionado, hijo." Hablaba el hombre con una voz que hacía estremecer. "Nunca te quise, nunca me sentí orgulloso de ti, no sabes agradecer lo que tu Señor te da, y eres un maldito cobarde, te tiembla la mano a la hora de matar, no eres nada, no eres digno de ser un Malfoy, desearía que otro ocupase tu lugar. Para mí, estás muerto."
Esas palabras dejaron paralizado a Draco, y no pudo moverse, no vio las fuerzas para actuar y acabar con ese malvado objeto.
Ahora Lucius había desaparecido, dejando paso a una chica, joven y bella, mucho más de lo que en realidad era, esa chica que Hermione Granger.
Y comenzó a hablar, con una voz casi igual de terrible que la de su padre:
"Malfoy, ¿cómo puedes ser tan ingenuo? ¿Cómo puedes pensar que puedo enamorarme de ti y corresponder tu sucio amor, teniendo a mi lado a los dos integrantes de Trío Dorado? Nunca serás nada para nadie, no mereces el amor, ni siquiera eres digno de pensar en mí, estoy muy por encima de ti, Draco, siempre me has insultado, siempre te has creído superior, pero ahora, el que está muy por debajo eres tú, el que no puede acceder a mí, eres tú, y el que es escoria, sigues siendo tú
" Aquella abominación quería continuar hablando, pero no pudo, ya que Draco, enfadado y lleno de rabia de que aquel horrible objeto hubiese desvelado el secreto ante ella, clavó la espada justo en el centro de la copa, destrozándola.
La neblina desapareció al instante, y el rubio quiso buscar con la vista a Hermione, para tratar de explicarse. Pero de pronto se vio agobiado por un efusivo abrazo. El aroma era inconfundiblemente el de la castaña, y Draco se sintió terriblemente desahogado cuando vio que ella no se había enfadado, ¿acaso sí que tenía oportunidades?
-¿Cómo puede ser eso posible?- preguntaba Ron entre susurros a Harry.
Ambos estaban dentro de la tienda, acostados, mientras Hermione dormía y Draco montaba guardia, desvelado a causa de lo que acababa de pasar esa misma tarde.
-No lo sé, la espada permitió que la cogiera a la primera, y lo que dijo el Guardapelo sobre tú y Hermione era cierto, es imposible que esa cosa mintiese de mala manera. Yo creo que de verdad siente algo por ella, lo que no sé es qué va a pasar a partir de ahora.
-¿Crees que me la quitará?- preguntó asustado.
-Si se lanza antes que tú puede que sí, ¿a qué estás esperando para declararte? Si se te adelanta puede que la hayas perdido para siempre, Ron, no puedes jugarte tu futuro por la vergüenza, y no voy a dejar que lo hagas. Mañana si no se lo has dicho tú lo haré yo, y reza para que mañana por la mañana no nos digan que están juntos.
-¿Crees que eso puedes pasar?- dijo Ron preocupado alzando el tono más de lo normal, luego se dio cuenta y volvió a bajarlo, para no llamar la atención de ninguno de los otros dos.- Quiero decir, que si él se habrá declarado sin que lo sepamos.
-No lo sé, Ron, pero no quiero que te caigas de cabeza, así que ya sabes, o tú o yo, si estuviese en tu lugar sabría lo que sería mejor, pero si te va a dar demasiada vergüenza
-Por favor Harry no me hagas esto.
-Lo hago por tu bien.- se dio la vuelta en las mantas, dándole la espalda a su amigo.
-Harry, Harry.- lo llamó desesperado Ron tratando de hacerlo cambiar de opinión, pero él lo ignoró por completo y el pelirrojo no tuvo más remedio que desistir, con el corazón latiéndole a cien de nerviosismo. Él quería decírselo, pero simplemente no hallaba el valor para ello, además, temía que si se declaraban él y Malfoy preferiría al chico rubio, alto, guapo y rico que al pobretón Weasley a su parecer feísimo, pues se autovaloraba poco.
Pasó horas y horas dando vueltas en la cama, hasta que vio clarear por el horizonte, y decidió que ya era hora de despertar a sus amigos para reiniciar la marcha.
Estaba a punto de hacerlo cuando Draco entró corriendo en la tienda.
-¡Están aquí!- gritó alarmándolos a todos.- Mi tía Bellatrix va a la cabeza, estamos perdidos.- sentenció con el miedo pintado en los ojos, pero hablando con gran determinación, como si no le diese la menor importancia al pánico que se apoderaba de él por momentos.
-La protección
- comenzó Harry saliendo al exterior.
-La protección vale para los mortífagos idiotizados, no para Bellatrix Lestrange, no tardará más de cinco minutos en notar la campana de protección, debemos estar preparados para atacar. Son siete, no podemos escapar.
-Tienes razón, lo mejor va a ser enfrentarnos.- apoyó Harry nervioso mientras sus otros dos amigos se unían a él.- No tenemos oportunidad de escapar.
Los cuatro juntos salieron al exterior de la tienda, y se formaron en un círculo dándose la espalda unos a otros, para mantener bien vigilados todos los ángulos.
Seis mortífagos iban ocultos tras una terrible máscara, menos Bellatrix, quien iba con la cara totalmente descubierta.
Anduvieron durante unos eternos minutos por las inmediaciones de la campana, hasta que ocurrió lo que más se temían: la mortífaga se paró en seco y comenzó a oler el aire, como si esperase encontrar algo desconocido hasta el momento para ella, y no se equivocaba. Con un ágil movimiento sacó la varita y, en un fuerte movimientos de muñeca la protección se deshizo en añicos, dejándolos desprotegidos.
-Fin del juego.- rió Bellatrix mirando directamente a los ojos a su sobrino. Esta vez, a pesar de los lamentos de su hermana, no pensaba dejar a ese inútil con vida, los otros se encargarían de Potter, Weasley y la Sangresucia, pero Draco era suyo, no estaba dentro de sus planes que escapara de nuevo delante de sus narices.
BUENO, AQUÍ ESTÁ EN CAP NÚMERO 10 :)
GRACIAS POR COMENTAR DURANTE TODOS ESTOS CAPS Y POR LEER :)
UN BESO ENORME Y GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTA LOCURA ^^
Los hechizos volaban, iban y venían por encima de sus cabezas, rozando sus cuerpos, impactado contra sus escudos. Todavía nadie había herido a nadie, ni ninguna maldición había hecho mella en alguno de ellos. En general los motífagos atacaban y el cuarteto se defendía, ya que no les quedaba tiempo para tratar de aturdir a sus oponentes. Los chicos tenían miedo, ya que sabían que aunque saliesen airosos de esa alguno saldría mal parado, y el dolor es un sentimiento demasiado fuerte como para no ser temido. Una herida en la piel asusta a cualquiera, y un momento de vacilación podría ser el fin, por eso debían mantenerse con la cabeza totalmente fría, haciendo que la valentía de su corazón fuese mucho más poderosa que el miedo.
De pronto, y mientras ambos retrocedían, las espaldas de Ron y Draco se chocaron, haciendo que al rubio le acudiese una genial idea a la cabeza.
-Weasley.- le dijo bajo para que nadie más que ellos se enterase y no pudiesen predecir sus movimientos.- Cúbreme.
-¿Qué?- la proposición de trabajo en equipo le pilló por sorpresa, pero entendió que no podía andarse con chiquilladas en un momento tan crítico como aquel.- Por supuesto.- zanjó al fin muy seguro de sí mismo.
En un único movimiento Ron se coló por delante de Draco para que el escudo los protegiese a ambos, dejando al rubio la oportunidad de atacar y dejar inconsciente a uno de los atacantes. Pero no contentos con eso se tomaron el relevo, es decir, el Slitheryn protegía y Ron acertó de nuevo en otro mortífago, el cual estaba demasiado ocupado conjurando la maldición crucciatus como para protegerse.
Ahora solo eran Bellatrix y otro mortífago contra los cuatro.
-Vaya, vaya. Los nenes saben luchar.- cuando habló todas las maldiciones cesaron, haciendo que pareciese como si el mundo hubiese dejado de moverse, expectante ante sus palabras.- Draco, tu señor está muy decepcionado contigo, ¿desde cuándo un mortífago ROMPE UN HORROCRUX?- gritó exasperada esas últimas palabras.
-No es mi señor.- le respondió.
-La Marca sigue gravada en tu brazo, y se mueve y te duele, como a todos nosotros, por mucho que intentes ocultar a tus nuevos amiguitos que todo está bien, NO ERES MÁS QUE UN MORTÍFAGO. Podrías haber llegado lejos, conseguir favores de nuestro señor... ¿Por qué lo has rechazado? ¿Por qué has echado a perder tu apellido? ¿por qué has mancillado a tu familia? No creas que esto va a acabar así
¡Cruccio!
Nadie se esperaba que fuese a torturarlo teniendo la varita guardada, lo peor de todo es que ninguno se dio cuenta de que la había sacado, ¿cómo podían ser tan descuidados? Draco se retorcía en el suelo mientras gritaba desesperadamente, mientras que el otro mortífago comenzó a atacarles con gran persistencia, y era bueno, terriblemente bueno. ¿Quién sería ese maldito enmascarado con el que entre los tres juntos no podían?
Hermione desesperaba por momentos, quería ayudar a Draco, pero si dejaba de atacar, podría poner en peligro a sus otros dos amigos y a ella misma, por eso continuó persistiendo en hacerle daño, para poder abandonar la batalla y salvar al chico.
Todo parecía perdido, Harry y Ron habían sido desarmados y sus varitas habían caído Dios sabe dónde, por suerte la de Harry era la del carroñero, de modo que no se lamentó por haber perdido la de pluma de fénix, la cual yacía rota en su bolsillo.
El mortífago rió fuertemente, y a pesar de tener la voz distorsionada, Draco, entre su sufrimiento supo perfectamente quién era, y se le rompió el corazón en mil pedazos. ¿Cómo podía haber sido capaz?
UUHHH ¿QUIÉN SERÁ EL MORTÍFAGO/A? ¿AL FINAL QUÉ PASARÁ CON ELLOS? ¿Y AL POBRE DRACO LA LOCA DE SU TÍA CONTINUARÁ TORTURÁNDOLO? MUAHAHAHAHA
TODAS LAS RESPUESTAS EN LOS SIGUIENTES CAPS ^^
UN BESOOO
Ese cabello extremadamente largo y rubio, esos ojos grises tan idénticos a los suyos
Draco reconoció de inmediato a su padre, de pie allí mismo, acosando a los que ahora podía considerar sus amigos. ¿Cómo no había podido reconocerlo antes? Sus gestos, sus movimientos
Aprovechando que Lucius se había desentendido un poco de su tarea para mirar a Draco fijamente y dibujar una sonrisa amarga en su rostro, Hermine, que era la única que tenía la varita en la mano la depositó disimuladamente en la de Harry.
-Eres nuestra única esperanza. Huye.- Le susurró al oído.
-No pienso
-Si te cogen y te matan nos condenarás a todos, eso ya lo sabes y no es la primera vez que te lo decimos. Por favor, hazme caso, te lo ruego
- calló cuando Lucius volvió a girar la cara hacia ellos. Su sonrisa se le borró del rostro cuando sus ojos acudieron al espectáculo de ver cómo Harry desaparecía. Sabía que su señor se enfadaría, que aunque le llevase a Weasley, Granger y al traidor de su hijo él se enfadaría, y mucho.
Bellatrix, por su lado se enfadó muchísimo y, en uno de sus ataques de ira volvió a torturar a Draco, para evadirse de la realidad y no pensar en lo que se le venía encima al no haber llevado a cabo la simple misión de atrapar a un niño.
Cada grito del rubio era una tortura interior para Hermione, la cual ya no prestaba atención al señor Malfoy ni nada por el estilo, solo acudía impotente al horrible espectáculo que tenía delante. Y eso fue un error por su parte, ya que un hechizo paralizador le acertó de pleno, la igual que a Ron. Ahora se los llevarían ante el Señor Tenebroso, y posiblemente hallarían una horrible muerte, pero al menos la única esperanza que tenían de devolver la luz al mundo se había puesto a salvo, y por ello bien merecía la pena morir cien veces.
Bellatrix se acercó a Ron y Hermione, quienes no podían hacer otra cosa que ver cómo se los llevaban sin poder hacer nada. Por su parte, Lucius se acercó a su hijo que, a pesar de no estar hechizado, apenas podía moverse y sudaba por todos los poros de su pálida piel. El Malfoy mayor se arrodilló junto a él y, de un tirón, le obligó a incorporarse un poco, luego le habló en un peligroso siseo al oído:
-¿Esto es lo que yo te he enseñado, hijo? ¿Para esto mancillas tu nombre y apellido? Tal vez pueda conseguir que nuestro señor perdone tu osadía, pero como vuelva a suceder, te juro que seré yo mismo quien acabe con tu vida. ¿Me has entendido? Es la última vez que te saco las castañas del fuego, me ha costado horrores persuadir a Bella para que no te matase aquí mismo.- acabada la frase lo cogió del brazo y tiró de él hasta conseguir que se pusiese torpemente en pie, pero el joven apenas pudo moverse, y no lo hubiese hecho de no ser porque su padre tiraba con ira de él.
Draco, a pesar de estar débil pudo ver los ojos de Hermione, quienes, a pesar de mirar al infinito, sabía que estaban conscientes, y que lo habían visto todo. En ese momento su corazón volvió a contraerse, haciendo que la amase un poco más de lo que había hecho ayer y deseó poder probar alguna vez un beso de esos labios. No le daban miedo las amenazas de su padre ni la muerte, solo le temía a una cosa: el rechazo de su amada.
HOLA :) BUENO, ¿ALGUIEN SE ESPERABA QUE FUESE LUCIUS? XD SUPONGO QUE SÍ ^^
EN FIN, QUE PENA EL POBRE DRACO, A VER SI AL FINAL OBTIENE EL PREMIO O POR EL CONTRARIO...
ME GUSTARÍA INVITAROS A UN NUEVO FIC QUE ACABO DE EMPEZAR Y QUE, BUENO, SERÍA IMPORTANTE PARA MÍ QUE ALGUIEN LO LEYESE :) SE LLAMA MÍRAME.
https://www.potterfics.com/historias/68414
UN BESO :)
Ron y Draco se fueron conducidos por la fuerza a un lugar que el rubio conocía muy bien: el sótano de su propia casa. En la sala superior en la que tanta gente había sido torturada y asesinada se había quedado Hermione, con Bellatrix, y eso no le gustaba, no le gustaba a ninguno de los dos, pero Draco no podía hacer nada, no podía tan siquiera moverse a causa de las secuelas que le había dejado el cruccio, de modo que no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar por el mortífago que tan bien conocía: Pettigrew. Detrás de él iba el pelirrojo, pataleando intensamente en un intento desesperado por salvarse y poder ir a rescatar a su amada, la cual comenzaba a emitir gritos de dolor: la tortura había empezado.
Cuando la verja se cerró tras ellos, una chica rubia y pálida salió de detrás de los pilares que soportaban la bóveda del techo, era indudablemente Luna Lovegood.
-¿Luna?- preguntó vacilante Ronald mientras, incapaz de ver a alguien sufrir, se arrodilló junto a Draco para ayudarlo a incorporarse un poco. Dicho gesto sorprendió al rubio, pero lo agradeció infinitamente.
-Soy yo, Ron, ¿cómo habéis llegado aquí?- los chicos se sorprendieron por la tranquilidad con la que hablaba en un momento como aquel, mientras ella también se situaba junto a Draco y, sin saber qué era lo que había pasado ni conocer la verdad sobre él, le pasó un brazo por el cuello, aguantándolo incorporado para que ron pudiese acercarse a la verja de nuevo e intentar algo, pero era imposible, y además los incesantes gritos de Hermione lo desesperaban y no lo dejaban pensar.
No habían pasado diez minutos cuando un suave "crack" resonó por la habitación, dejando a la vista un pequeño elfo doméstico, visiblemente desesperado.
-¡Señor Weasley!- se tiró hacia él abrazando su pierna con desesperación.- ¡El señor Harry Potter me manda a ponerlo a salvo a usted y sus amigos, yo lo llevaré junto a él, debemos huir!
-Dobby.- posó con cuidado la mano sobre su esquelético hombro.- Tienes que ayudarme, están haciendo daño a Hermione, y no podemos permitir eso, ¿tú puedes aparecerte fuera y dentro de esta habitación?
-Claro que puedo señor, soy un elfo.
-Entonces llévate a Draco y Luna con Harry, ¿está en un lugar seguro?
-Está en el doce.- susurró para que no lo escuchase nadie más que él, el pelirrojo entendió enseguida que se refería a Grimauld Place.
-En ese caso llévalos y vuelve rápidamente, ¿entendido?
-Ronald.- habló Draco tratando de reunir todas sus fuerzas, el pelirrojo atendió.- Por favor, salva a mi madre, tráela contigo, te lo ruego
- la desesperación era la que habla por él, no podía permitir que su madre pagara por él, pero tampoco estaba dispuesto a doblegarse a los mortífagos.
-Haré todo lo que esté en mi mano, lo juro, y salvaré a Hermione.- Dobby tomó esas palabras como despedida y se llevó a los dos jóvenes con él.
En no más de diez segundo volvió a aparecer, pero en lo alto de las escaleras, fuera de la prisión.
La asquerosa rata bajaba para llevarse consigo a Draco y presentarlo ante sus padres, pero su diminuto cerebro no alcanzó a procesar toda la información a tiempo, de modo que, cuando vio que faltaban dos prisioneros, simplemente se quedó mirando aterrado el lugar en el que debían estar. Ron aprovechó para propinarle un buen golpe que lo dejó inconsciente en el suelo.
-Dobby.- le ordenó al elfo.- Ven conmigo pero mantente oculto, si hay problemas no dudes en aparecer a mi lado, y si tienes la oportunidad, no dudes en llevarte contigo a Hermione o la señora Malfoy.
Siguió la dirección de los agónicos gritos de la mujer de sus sueños, de modo que no tardó en aparecer por la esquina del habitáculo en el que estaba siendo torturada, ahora ya no había vuelta atrás, era momento de atacar y tratar de salvar a las dos mujeres sin que sufriesen ningún daño.
Era cierto que odiaba a Malfoy, pero se ponía en su lugar y comprendía que si fuese Molly la que estuviese en peligro, él hubiese hecho todo lo posible por salvarla, por ponerla en un lugar en el que no pudiese sufrir daño, de modo que iba a hacer todo lo posible por llevarse de allí a Narcisa, aunque, obviamente, su prioridad era Hermione.
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE CAP, LA VERDAD ES QUE LO ENCUENTRO UN POCO RARO Y SIN MUCHA EMOCIÓN, PERO BUENO, EL PRÓXIMO SÍ QUE SERÁ UN POCO MÁS INTERESANTE XDD
¿CREÉIS QUE VA A PODER SALVARLAS A LAS DOS O NO? XDD
¿AL FINAL LE ASALTARÁ EL MIEDO O RON SE COMPORTARÁ COMO UN HOMBRE?^^
UN BESITO ENORME Y HASTA EL PRÓXIMO CAP :)
Respiró hondo dos veces, tratando de relajar los latidos de su corazón, el cual latía frenéticamente dentro de su pecho. Ron sabía que disponía de poco tiempo, el factor sorpresa estaba de su lado, pero eso no duraría más de diez segundos, ni mucho menos aseguraba la victoria. Cogió fuertemente la varita y, armándose de valor, salió de su escondite tras la esquina de la habitación.
Con gran rapidez ejecutó un hechizo paralizante, que dio de pleno a un mortífago, pero, para su sorpresa, ahora en la habitación ya no quedaban más que otros dos mortífagos, Bellatrix, Hermione, y muy cerca de él Narcisa, con los ojos llenos de lágrimas, seguro que estaba al corriente ya de que su hijo estaba o había estado en peligro. Eran pocos, pero aun así eran más que él y Dobby.
De pronto escuchó un ruido sordo contra el suelo, al mirar a su derecha vio que otro mortífago estaba tirado en el suelo, ya solo quedaba uno. También pudo ver como Bellatrix hacía una mueca de furia, buscando la fuente del hechizo que había acabado con sus dos mortífagos. Por desgracia para Ron fue demasiado rápida, y en menos de dos segundos un rayo de luz verde volaba contra él. Sin pensarlo se tiró al suelo, haciéndose daño, pero lo suficientemente deprisa como para ver que tras él, caía el último mortífago, acertado por una maldición asesina que no iba destinada a sentenciar su muerte, sino la de su enemigo.
-¡Maldito traidor!- escuchó como gritaba la bruja morena.
-¿Tanto miedo te doy?- la desafió, sacando valentía de dónde a penas quedaba. En realidad temblaba de miedo, pero ahora no había tiempo para ese sentimiento, para él únicamente debía existir la valentía de salvar al amor de su vida, que ahora yacía tumbada en el suelo, mirándolo fijamente pero sin fuerzas suficientes para algo que no fuese más que mirarlo de esa forma, deseando que no le pasase nada y preguntándose dónde estaba Draco.
-¡Morirás!- gritó con su aguda voz Bellatrix. De nuevo un rayo de luz verde salió por su varita hacia Ron, que acababa de levantarse de nuevo.
Al verse en peligro volvió a tirarse, pero esta vez tenía un plan. Se tiró encima de Narcisa, haciéndola caer a ella también y, aprovechando el momento de confusión susurró rápidamente en su oído.
-Te juro que te llevaré ante Draco, sé dónde está, solo tienes que ayudarme a salir de aquí.- La bruja se quedó perpleja, pero no rechistó, sino que esperó a que el pelirrojo se quitase de encima de ella. Cuando lo hizo sacó su varita y lo apuntó directamente a la cabeza.
-¡Mátalo Cissy!- esta vez la voz de la mortífaga que acababa de torturar a Hermione sonaba triunfal.
-Lo siento.- susurró Narcisa.- ¡Desmaius!- Ron esperó un momento a quedar inconsciente pero, al ver que ese momento no llegaba miró en dirección hacia Hermione y vio que a su lado, Bellatrix yacía inconsciente.- Por favor, llévame ante él.- habló Narcisa con la voz rota.
-¡Corre!- Ron le tendió la mano, y juntos corrieron hacia Hermione.- ¡Dobby!- llamó al elfo cuando estuvieron en disposición de partir.
El pequeño elfo apareció al segundo a su lado.
-¿Al doce?- preguntó antes de ponerlos a salvo.
-Al doce.- confirmó Ron. Y los cuatro desaparecieron de aquella horrible estancia, triunfantes.
HOLAAA :)
AHORA MISMO ME IBA A PASAR PARA MIRAR SI HABÍA ALGÚN COMENTARIO POR RESPONDER, SI LO HAY SIENTO MUCHO NO HABERLO HECHO ANTES, PERO VOY AHORA MISMO :)
UN BESITO ENORME Y GRACIAS POR LEER.
Cayeron los tres magos y el elfo con gran estrépito al suelo, justo enfrente de todos los que estaban en la casa. La señora Weasley corrió hacia su hijo y lo abrazó y besuqueo por un largo rato, luego reparó en Hermione y también comenzó a abrazarla. En cuanto se dio cuenta de su estado le ordenó a Ron que la cogiese en brazos y la subiese a alguna cama donde pudiese descansar más tranquilamente durante un tiempo. Harry y Ginny, mientras Ron cargaba con la chica, también se abalanzaron sobre ellos y se fundieron los cuatro en un alegre abrazo. Los demás observaban conmovidos la hermosa escena, algunos incluso con lágrimas en los ojos. Mientras tanto, sin que nadie se diese cuenta, Narcisa también corrió junto a su hijo, el cual descansaba agotado en el sofá y le dio un beso en la frente, para después estrecharlo entre sus brazos con dulzura. Nadie reparó en ellos hasta que Hermione y Ron no hubieron desaparecido por la puerta. Solo entonces Remus, el cual estaba también allí, corrió hacia la mujer y le apuntó con su varita, asustándola.
-¿Qué haces aquí y cómo has venido?- preguntó sin bajar la varita.
-La señora Malfoy nos sacó de allí, señor.- intervino por primera vez Dobby.- Ella solo quiere estar con su hijo y que no la persiga El Que no Debe Ser Nombrado.- Algo reacio el hombre-lobo bajó su varita, aunque la mueca de odio no se borró de su rostro.
-Gracias, Dobby.- intervino Narcisa.
-Dobby solo ha dicho la verdad.- concluyó el elfo con una reverencia. Desde que había sido liberado por Harry nunca había vuelto a postrarse ante ella.
-Por favor.- esta vez la mujer habló para todos.- No sé qué hacer, ni dónde ir. Para este momento ellos ya se habrán enterado de lo que ha pasado, estoy asustada.- reconoció.
Molly, con una sonrisa de comprensión se acercó a ella y le colocó una mano en el hombro.
-No te preocupes, a partir de ahora estarás aquí, en esta casa ellos no pueden entrar, nadie te hará daño. Draco, hijo, ahora que ya han llegado tú también debes descansar, si queréis ambos os podéis quedar en la habitación que hay en el tercer piso a la derecha.
-Muchas gracias señora Weasley.- agradeció la mujer rubia.
-Lámame solo Molly.
***
Ron se había girado para no ver el momento en el que Hermione se cambiaba la sucia ropa por un pijama. Estaba agotada y le dolía moverse, pero se obligó a sí misma a no acostarse con aquella ropa. Cuando hubo acabado se tiró en la cama, haciendo tanto ruido que Ron se giró, asustado por si le había pasado algo. Al ver que no era así sonrió y se acercó a ella.
-¿Cómo te encuentras?- le preguntó dulcemente mientras la arropaba con cuidado.
-Viva, gracias a ti.
-Sabes que yo nunca te abandonaría.
-¿Y Draco?- a Ron le sentó como un chorro de agua fría que ese momento quedase estropeado por la mención del rubio, pero luego comprendió su preocupación.
-Igual que tú, hemos conseguido traer a su madre, pero es una larga historia y ahora necesitas descansar, mañana te pondré al día de todo.
-Por favor no me dejes sola.- señaló con la cabeza la cama que había al otro lado de la habitación, cerca de la suya.
-No te preocupes, ceno algo rápidamente y vuelvo.- le dio un beso de despedida en la frente y salió por la puerta.
***
-Mamá, tranquila.- Draco, reuniendo todas las fuerzas que le quedaban acarició la cara de su madre.
-Hijo mío, ¿Cómo se te ocurrió hacer eso?- no había reproche en su voz, sino profundo dolor y preocupación.
-Debía hacerlo, madre, es la única manera de librarnos a todos.
-No quiero que te pase nada.- Ayudó a su hijo a tumbarse para luego taparlo con la sábanas, como hacía cuando era pequeño. Miles de recuerdos acudieron a la mente de ambos.
-Y no pasará, mamá. Tranquila.
-Te quiero hijo.- le acarició por última vez el pelo y decidió bajar a ver si la Señora Weasley necesitaba su ayuda.
Cuando Ron llegó de cenar se tumbó abatido en la cama que había al lado de Hermione. Ella dormía y profundamente y el pelirrojo pronto la imitaría. Sin duda aquel había sido un día de locos, habían amanecido en el bosque y ahora dormían a salvo en Grimmauld Place, teniendo por fin una noche de tranquilidad en la que uno no tuviese que desvelarse para proteger a los demás.
Ron deseó que esa situación no acabase nunca, pero sabía que dentro de dos o tres días aquello llegaría a su fin y no tendrían otro remedio que volver a buscar los Horrocruxes que aún faltaban.
Estuvo dando durante varias horas vueltas en la cama, estaba cansado, pero aun así le costaba dormirse. Pensó en él y en Hermione, y sonrió al recordar que le había implorado que se quedase junto a ella esa noche. Recordó también que la noche anterior, antes del ataque, Harry le había dicho que si él no le decía sus sentimientos lo haría él. No pensaba dejar que eso ocurriese. Si Hermione se tenía que enterar de sus sentimientos, sería desde su propia boca. Embelesado por todos esos pensamientos, Ron finalmente consiguió dormirse.
La casa estuvo en silencio sepulcral durante toda la noche. Todos habían caído rendido s en brazos de Morfeo y ninguno se había levantado durante las horas de oscuridad para nada. Al clarear, la primera en levantarse (como siempre) fue Molly, la cual no dudó en bajar a la cocina a preparar un buen desayuno para todos. Había estado sufriendo por su hijo, Harry y Hermione, y ahora que los tenía cerca quería disfrutar del poco tiempo que les quedaba con ellos.
Sus pensamientos también fueron desviados hacia los dos Malfoy que ahora también eran aliados. Sintió lástima por ellos, hasta el punto de ponerse en su lugar. Estaba pensando en Narcisa cuando, como si tuviera telepatía, la mujer apareció perfectamente vestida y peinada en la cocina, dispuesta a ayudarla.
-Buenos días, Molly.- dijo para captar su atención mientras se acercaba a ella.
-Hola, Narcisa.- llamarla por su nombre de pila fue un acto reflejo, y por un momento se preocupó por si la había molestado, ya que no estaba segura de si tenía permiso para hacerlo. Al ver que la mujer rubia sonreía se relajó bastante.
-¿Necesitas ayuda?
-Solo me queda servirlo en la mesa y esperar a que bajen. ¿Cómo está Draco?- al nombrarlo, Narcisa sonrió tiernamente.
-Mejor, ahora duerme. No sé si bajará a desayunar. No me esperaba que Ginny estuviese aquí, pensaba que estaría en Hogwarts.
-La saqué de allí por navidades y no dejé que volviese, supongo que estarás al tanto de la situación que hay allí en esos momentos.
-Lo mejor que pudiste hacer es eso, no dejar que volviese.
Mientras hablaban iban y venían a la mesa cogiendo y dejando platos llenos de apetecible comida.
La primera de los jóvenes en bajar fue Luna, la cual no parecía estar demasiado traumatizada por haber estado prisionera con los mortífagos.
-Buenos días.- saludó soñadoramente.
-Buenos días, Luna.- saludó la señora Weasley.- Ven, desayuna, hija, eres la única que se ha levantado.
La rubia comió bastante, disfrutado de la exquisita forma de cocinar de Molly. Al acabar, las mujeres le propusieron ir subiendo platos con el desayuno a los demás, para que Hermione y Draco, que eran los que peor estaban, no tuviesen que salir de la cama tan temprano. La chica aceptó gustosamente.
Primero subió a la habitación donde se encontraban Ron y Hermione. Casi se ríe a carcajadas a ver la postura de Ron: el pelirrojo estaba boca abajo, con las sábanas movidas por toda la cama, un brazo colgando hasta el suelo, la boca abierta, y roncaba sonoramente.
Por otro lado, Hermione no parecía haberse movido en toda la noche de su posición inicial y descansaba con las facciones relajas.
Luna dejó la comida en la mesilla de noche y se dispuso a despertarlos. Hermione abrió los ojos enseguida, mientras que Ron se mostró bastante más perezoso.
-Os he traído el desayuno.- informó amablemente.- Lo ha hecho tu madre, supongo que ya teníais ganas de comer algo decente.
-Pues
- pero Luna, sin dejar ver que los escuchaba los interrumpió.
-Ahora debo seguir repartiendo el desayuno, os dejo solos y así tenéis más intimidad.- los dos se sonrojaron ante el disparo inesperado de Luna.
Luna, con una nueva bandeja de comida en las manos, se dispuso a entrar a otra habitación. Esta vez la de Draco. Iba un poco azorada porque apenas lo conocía y tenía miedo de decir algo que estuviese fuera de lugar o que no le agradase.
Finalmente llegó a la puerta y dio dos ligeros golpes. Al ver que nadie le contestaba supuso que el chico que estaba en su interior dormía, de modo que entró no sin antes asomar la cabeza tímidamente por una pequeña rendija que había abierto antes. No se equivocaba, Draco dormía profundamente, tapado con las sábanas hasta poco antes de los ojos, se notaba que su madre lo había arropado antes de salir.
Luna se acercó a él y se sentó en el borde de la cama con el fin de poder despertarlo más suavemente y no sobresaltarlo. Primero le sacudió ligeramente el brazo, pero él únicamente se removió en sueños, dejando ahora la cara completamente fuera de las sábanas. Había sido una mala noche, en las que las pesadillas no habían parado de acosarlo. En todas aparecía Hermione. En unas era torturada, en otras asesinada, y en las demás aparecía de la mano de Ron.
La chica volvió a intentar despertarlo, esta vez susurrando su nombre. Draco abrió los ojos un tanto desubicado al verla allí.
-Vengo a traerte el desayuno.- ahora ya sabía toda la historia de lo que había pasado y no le tenía ningún miedo a Malfoy, aunque tampoco demostró tenerlo en el sótano de su casa, cuando no aún no sabía toda la verdad.- Lo ha hecho la señora Weasley con la ayuda de tu madre, seguro que está bueno.
-Seguro que sí.- él se incorporó un poco, sintiendo como el calor de las sábanas lo abandonaba un poco, pero estaba hambriento. Se sentía un poco débil, pero muchísimo mejor que el día anterior. Su primer pensamiento del día fue dedicado, como no, a Hermione. Luego le lanzó una sonrisa agradecida a la chica rubia que todavía no se había levantado de su lado.
-¿Cómo te sientes hoy?- le preguntó mientras ponía una mano sobre su frente, como cuando se comprueba la fiebre. Él no se resistió y dejó que hiciese lo que quisiese.
-Mucho mejor, gracias.- comenzó a sorber el zumo que había dentro del vaso.
-Harry me ha contado muchas cosas de vuestro viaje, ¿sabes? No todo el mundo tiene la valentía de hacerlo.
-Bueno, supongo que ellos tienen todo el mérito, al fin y al cabo han sido los encargados de empezar todo esto.
-Pero tú huiste de ellos, ¿no pasaste miedo?
-Un poco.- reconoció al fin.
-No debes avergonzarte de ello, todos sentimos miedo alguna vez en nuestra vida. Es algo natural tenerlo dentro, lo realmente valiente y difícil es conseguir callarlo y hacer cosas grandes, como buscar y destruir un Horrocrux. Fue toda una sorpresa que la espada no te rechazase, eso puede querer decir muchas cosas, y todas buenas.- Draco se quedó un poco sin saber qué decir, pero Luna no pareció molestarse en absoluto.
El chico comió el desayuno mientras escuchaba algunas cosas que iban diciendo la rubia sobre criaturas extrañas. La verdad es que había pasado tanto tiempo encerrada y sin poder hablar con nadie que el hecho de que ahora alguien la escuchase sin mirarla raro le parecía como ascender al cielo.
-¿Has acabado?- se interrumpió a sí misma cuando vio que Draco dejaba su bandeja sobre la mesilla de noche.
-Sí, ha estado genial.
-En ese caso me lo llevaré de vuelta a la cocina.- se levantó y lo cogió todo.- Descansa hoy, y mañana ya se verá lo que pasa.
El merecido día de descanso pasó rápido, tal vez demasiado como para de verdad poder recuperarse, pero no podían desistir en su faena, por muy horrible que fuese, por muy pesada que se hiciese la misión. Si el mal no descansaba ellos que hacían el bien tampoco podían hacerlo, se lo debían al mundo, y el mundo debía sonreírles para poder salir adelante.
El amanecer del día de la partida fue más soleado que nunca, incluso el frío no azotaba tan fuerte como antes. Todo parecía incitar a que saliesen de nuevo en busca de los Horrocruxes.
La señora Mafloy por una vez en su vida dejó de lado la frivolidad y abrazó y besó a su hijo casi con desesperación, en un último intento por hacerlo recapacitar y se quedara, aunque Draco lo tenía todo demasiado claro, no le tenía miedo a sufrir ni a la muerte, y mucho menos pensaba dejar sola a Hermione. Durante el día anterior no paró de pensar en el día en el cual él y Ron acabaron con los mortífagos gracias a que se compenetraron, dejando de lado sus diferencias, y estaba seguro de que ese gesto le había gustado a la chica, aunque tampoco equilibraba la balanza hacia él, ya que el pelirrojo también tenía gran parte del mérito de la hazaña.
La señora Weasley también se despidió de todos y cada uno de ellos, metiendo grandes cantidades de comida hechizada en el bolsito de cuentas de Hermione, para que solo tuviesen que encender un fuego y hacerla y no buscarla en cualquier lugar o arriesgarse para conseguirla.
Despedirse fue difícil, pero trataron de hacerlo lo más rápidamente posible, al fin y al cabo había que hacerlo sí o sí, así que mejor hacerlo rápido y no sufrir tanto.
Aparecieron como siempre en algún bosque escondido y olvidado, montaron en silencio la tienda y Harry, que era el que más descansado estaba se quedó haciendo la guardia fuera, preocupado por si después de lo ocurrido la vigilancia mortífaga se había estrechado todavía más. En realidad no le tenía miedo a los dichosos encapuchados, solo se lo tenía a no poder matar a Vodemort y condenar a todos y cada uno de los magos a una época oscura y tenebrosa de sufrimiento.
Mientras Harry se ensimismaba en sus propios pensamientos, en el interior de la tienda Hermione comenzaba a preparar algo de comer, a la vez que Ron dormitaba por alguna esquina tratando de tener las fuerzas necesarias para emprender de nuevo el viaje en búsqueda de los Horrocruxes.
La chica estaba ensimismada en su tarea, de modo que no notó que Draco se le acercaba por detrás hasta que su voz no sonó cerca de ella.
-¿Necesitas ayuda?
-Pues
Puedes ir preparando algunos platos, si no te importa.- le respondió algo sorprendida de que le ofreciese su ayuda.
-Como digas.- y dicho esto comenzó a hacer lo que Hermione la había mandado.
Estuvieron un rato en silencio, hasta que la chica no pudo más y le dirigió una mirada furtiva al rubio, ruborizándose un poco al ver que se había dado cuenta y le dirigía una radiante sonrisa que hizo que el corazón le diese un vuelco inesperado. ¿Tal vez comenzaba a sentir algo hacia él o solo había sido una mala pasada de su mente?
Tenía que reconocer que desde que se había enterado de sus sentimientos por ella su cabeza había comenzado a maquinar ideas, incluso algo la llevó en cierta ocasión a comparar. Ella pensaba que estaba loca y perdidamente enamorada de Ron, desde hacía tiempo, pero ahora no sabía el motivo, o tal vez sí, pero comenzaba a dudar. Había detalles de Ron que la volvían loca, ¿pero qué había de Draco? Él también tenía una buena lista de encantos que durante un tiempo se había empeñado en ocultar pero que ahora salían a la luz, reluciendo más que nunca
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Ummm... Me da la sensación de que este cap es un poco soso, pero bueno, es un poco de transición de estar en Grimauld Place a volver a la búsqueda. Intentaré que el siguiente sea un poco más entretenido que este xdd
¿Qué os parece Hermione? ¿Le tira más Ron o Draco? Todas las respuestas... Dentro de mucho tiempo T_T xdd es broma :)
Un besito !!
Después de la cena Draco decidió hacer la primera guardia en el exterior de la cabaña, dejando que sus otros tres compañeros, exhaustos, se fuesen a dormir. El primero en caer en brazos de Morfeo fue Ron, seguido muy de cerca por Hermione y posteriormente por Harry.
La chica no supo cuánto tiempo había pasado desde que se durmió hasta que las pesadillas comenzaron a acechar su mente: se veía a sí misma corriendo por los bosques, seguida muy de cerca por sus tres compañeros y un auténtico ejército de mortífagos. Corrían con todas sus fuerzas, pero aun así sabían que no era suficiente y que pronto alguno de los cuatro sucumbiría ante los encantamientos que no cesaban de pasar rozando por ambos lados.
Se pronto escuchó como algo pesado caía al suelo y, al girar la cabeza vio como Draco quedaba atrás, capturado por los mortífagos. No paró de gritar y de luchar contra sí misma con todas sus fuerzas, pero por alguna extraña razón no podía parar de correr, había algo que le impedía rescatarlo y eso era una gran espina clavada en el alma que le hacía sangrar constantemente.
De pronto la escena cambió radicalmente, ahora el bosque era la sala de la mansión Malfoy donde ella misma había sido torturada. Pero ahora el que estaba sufriendo no era ella, sino de nuevo Draco Malfoy. Estaba retorciéndose bajo la maldición Crucciatus y ella observaba el espectáculo sin poder moverse, trató de patalear y gritar con todas sus fuerzas, pero de nuevo no pudo, y tuvo que continuar quieta e imperturbable.
De nuevo un cambio de lugar y de atmósfera la hicieron estremecerse de terror, sabía lo que se iba a encontrar por tercera vez y no quería volver a ser testigo del sufrimiento de Draco. Sería demasiado para ella tener que presenciarlo tres veces. Aun así en contra de su voluntad volvió a verlo. Esta vez se encontraban en las mazmorras de Hogwarts, en los que parecía una auténtica batalla campal. Había miembros de la Orden y mortífagos por todos lados. Buscó desesperada con la mirada al chico, temiendo que volviese a pasar y volvió a verlo. Estaba lejos, luchaba a muerte con su propia tía, lanzando maldiciones imperdonables, pero al final Bellatrix fue más fuerte, y por mucho que Hermione corrió tratando de salvarlo, nunca llegaba, nunca conseguía acabar con la distancia que los separaba, era como si cada paso que diera la pareja que luchaba también se alejase de ella.
La escena volvió a cambiar, pero antes de que de nuevo se volviese nítida, Hermione despertó de un salto y pudo observar que se encontraba dentro de la tienda, tal y como se había dormido, solo que esta vez completamente empapada en sudor y lágrimas que había estado guardando cuando tenía los ojos cerrados.
Sin importarle su aspecto sintió el repentino impulso de correr hasta el exterior y ver por sus propios ojos que Draco estaba bien. Salió con tanta fuerza y armando tanto ruido tras de sí que el chico, al verla, se asustó.
-¿Estás bien?- preguntó mirándola de arriba abajo un poco perplejo. Por respuesta ella se tiró a sus brazos en un abrazo. Al principio se sintió un poco extraña, pero luego reconfortada. Jamás se hubiese imaginado a ambos en esa situación.
Fue un abrazo silencioso, pero no hicieron falta las palabras para transmitir lo que sentían. Se separaron lentamente, hasta que sus frentes quedaron pegadas la una a la otra, creando una conexión casi magnética que hizo que ambos se estremecieran un momento. Sus bocas estaban a escasos milímetros y sus alientos se entrelazaban
Hola!!! :)
Bueno, sé que he tardado más de un mes entero en actualizar y lo siento mucho, de verdad, tenía en la cabeza el cap desde hacía tiempo, pero nunca sacaba un solo segundo para escribirlo T_T lo siento mucho, intentaré que ahora que vienen Pascuas y vacaciones actualizar otra vez :)
Un beso enorme
Draco por un momento dudó, pero decidió que si no era en ese momento no sería nunca, de modo que salvó la distancia que los separaba y juntó sus labios con los de Hermione, ofreciéndole un cálido beso. El chico había dudado el hecho de que lo rechazase en el último momento, pero comenzó a sentirse mejor cuando vio que lo correspondía totalmente. Después de unos intensos segundos separaron sus labios y la tensión entre ambos comenzó a hacerse evidente hasta que, confundida, Hermione se levantó del suelo y en voz baja pronunció:
-Buenas noches.- para luego meterse sin hacer el menor ruido de nuevo en la tienda. Mientras caminaba hasta su cama observó un momento a Ron y se sintió confundida, incluso mareada. Al tumbarse en la cama comenzó a pensar: por un lado había adorado el beso de Draco, pero por el otro no sabía si de verdad lo había hecho por amor o mera atracción. De lo que estaba segura era de que no quería herir a nadie, por lo que no sabía si lo que había hecho de verdad había sido lo correcto.
Antes de volver a dormirse tuvo el impulso de levantar la cabeza un instante y observar por última vez a Draco desde lo que se transparentaba en las sábanas. Vio que se frotaba la cabeza, como si estuviese pensando en algo importante. Era una escena un tanto sensual y fogosa, ya que el fuego de la hoguera recortaba su imagen ofreciendo una sombra a todo detalle estampándose en la tela de la puerta
Hermione tuvo que sacudir su cabeza para serenarse, aunque sabía que era inútil, ya que no iba a conseguir dormirse después de las pesadillas y el beso. El beso. No se podía creer que hubiese pasado. Tantos años de odio y de encontronazos, de ser enemigos y de odiarse mutuamente y ahora, por culpa de que un grupo de magos psicópatas los perseguían, habían llegado al punto de atraerse lo suficiente como para hacerlo. ¿Qué pasaría al día siguiente?
-Hermione, ¿pasa algo?- se escuchó la voz de Harry a espaldas de la chica.
-¿Qué haces despierto?
-Me he desvelado y no me podía dormir. Pero eso no responde a mi pregunta.- se sentó a su lado junto a las mantas que conformaban su cama.
-Ha pasado algo, Harry. Pero no sé si es correcto que te lo cuente.
-¿Desde cuándo con confías en mí?- alzó una ceja.
-No es que no confíe en ti, es que no sé qué pensarás de ello.
-Hermione, ya estás desembuchando.
-Me acabo de besar con Mafoy.- pronunció atro pelladamente y en voz baja por el miedo a que el rubio la escuchase desde fuera. Luego recapacitó y se dio cuenta de que no había utilizado su nombre, sino su apellido, y se sintió confundida.
-Eso
Supongo que está bien, ¿no?- Harry se quedó sin palabras. No sabía qué decir exactamente: si felicitarla o preguntarle un millón de cosas que se le ocurrían.
-No. No está bien.
-¿Entonces está mal?
-¡No! Tampoco está mal.
-¿Entonces?- preguntó confundido.
-No lo sé.
Lo que ninguno de los dos sabía en ese exacto momento era que una tercera persona desde su "cama" escuchaba atentamente su conversación prestando atención al más mínimo detalle. Estaba también confundido. Malfoy se le había adelantado, pero eso no quería decir que no fuese a seguir luchando por ella. ¿Pero cómo? Si no era capaz de decirle lo que de verdad sentía
BUFF ME HA SALIDO DE CARRERILLA EL CAP ^^
BUENO, ¿QUÉ OS HA PARECIDO QUE SE BESEN? ¿BIEN? ¿MAL? ¿TENDRÍA QUE HABER OCUPADO RON EL PUESTO DE DRACO? ¿HARRY ES UN TARUGO EN ASUNTOS AMOROSOS?
UN BESITO ENORME :)
POR CIERTO, YA LLEVAMOS 20 CAPS JUNTOS :D
Harry se sentó bajo el cielo estrellado de la noche y comenzó a pensar en miles de cosas, las cuales se encontraban todas en un mismo punto: los Horrocruxes.
Habían destruido la copa, el diario, el guardapelo y el anillo, el cual ya había sido destruido por Dumbledore. Quedaban tres, la dichosa diadema de la que había hablado Draco hacía mucho tiempo, Naguini y un tercer Horrocrux que nadie sabía qué era. Era difícil la situación en la que se encontraban, primero porque no sabía dónde estaba la diadema de Ravenclaw, segundo porque el basilisco siempre iba detrás de Voldemort allá donde fuese, y para matarla a ella había que enfrentarse directamente al Señor Tenebroso y finalmente, porque no tenía ni idea del que quedaba y, por lo visto podría ser cualquier objeto.
Pensándolo mejor, Voldemort no era demasiado inteligente. Si lo hubiese sido, no hubiese sido tan predecible como para convertir en Horrocruxes objetos importantes en su vida, sino que habría cavilado mucho más las posibilidades, hasta llegar a la conclusión de que es mejor hacer un Horrocrux con cualquier tontería, incluso una pluma de escribir, o una baúl de ropa
De seguro que si hubiese escondido en objetos como ese su alma, sería mil veces más difícil encontrarlo. Por otra parte, el Señor de las Tinieblas, si te fijabas bien, tenía mente de niño pequeño. Por ejemplo, cuando un niño va al parque y se cae de un tobogán por primera vez, la próxima va con mucho más cuidado. Voldemort es igual: prueba cosas, y si le salen mal, las suprime. Si de verdad fuese tan inteligente como en su día lo fue Dumbledore, pensaría primero en todas las posibilidades antes de actuar, y haría la que más conveniente pareciese. En realidad, los movimientos de Voldemort, eran también predecibles. Harry apostaba lo que fuese que, teniendo un grupo de mortífagos en Hogwarts que lo cubriesen, y siendo un lugar tan extenso y enigmático, Voldemort iría allí antes o después. Bien cuando el agua le llegase al cuello, o bien para plantar cara desde allí.
Un sonido de una rama rompiéndose lo sacó de sus pensamientos, aunque se relajó cuando vio que era Draco quien se acercaba a él como el que acaba de descubrir un gran enigma.
-Sé dónde puede estar la diadema de Ravenclaw.- informó rápidamente.- Acabo de recordar que escuché que la recuperaron hace unos cuantos años. ¿Y en qué lugar crees que esconderían una reliquia como esa? ¡Del mismo sitio de donde salió, Hogwarts!
Ahora todo encajaba más que antes incluso, no solo estaría en el Colegio por lo que él ya se había figurado, sino que si quería seguir con vida y sentía cada vez que rompían un Horrocrux, estaría dispuesto a robar la diadema sí o sí.
-Solo hay un problema.- informó Draco casi leyéndole los pensamientos.- Si no llegamos antes que él, y la diadema cae en su poder
Estamos perdidos, ya será imposible destruirla
-Entonces, si sabemos dónde buscarla y tenemos tanta prisa por encontrarla
¿Qué hacemos aquí todavía?
Ambos chicos se levantaron del suelo a la velocidad de un rayo y entraron en la tienda dando gritos para despertar a sus dos compañeros, los cuales todavía seguían durmiendo y despertaron sobresaltados ante tanto alboroto.
AHORA SÍ QUE ESTÁ TODA LA CARNE EN EL ASADOR... MUAHAHAHAHA NO SABÉIS LA DE COSAS QUE LES TENGO PLANEADAS A ESTOS POBRECILLOS EN LA VIDA... EN FIN, SUPONGO QUE SOY DEMASIADO MALIGNA XDD ^^
UN BESITO ENORME Y MIL GRACIAS POR HABER COMENTADO TANTO HASTA AHORA :D SE OS AGRADECE UN MONTÓN.
Hola J
Primero que nada siento haber tardado tanto en subir cap pero entrelos exámenes y la falta repentina de inspiración me quedé un poco atrancada,pero ahora ya está y espero que os guste. Lo he hecho un poco más lago de lo normalpara compensar, y al final del cap hay una sorpresita que a algunas gustará y aalgunas desagradará muahahahaha.
En fin, que lo que venía a decir es que esta historia nosigue la línea del libro, lo vuelvo a decir para que lo recordéis. Volver a reescribir ellibro sería una tontería ¿no? ;)
En fin, disfrutadlo :D
Comenzaba a clarear por el horizonte, ya estaba todopreparado para marchar y, tras mucho darle vueltas al asunto decidieron que lomejor sería aparecerse en las afueras del castillo y a partir de ahí entrar enél a lo muggle. Sin truco. Simplemente tendrían sus varitas en caso de quehiciesen falta. Draco aseguraba saber más de lo que ellos pensaban sobre elmodo de defensa de los mortífagos, en el hipotético caso de que ellos yaestuviesen allí cuando llegasen.
Se cogieron fuertemente de las manos. Había llegado elmomento de aparecerse por las lindes del bosque prohibido. Todos tenían miedo,por lo que apretaron sus manos entre sí buscando un calor que tenían miedo deperder esa mismísima noche.
-Vamos.- susurró Harry, incitando a Draco que lostransportase a todos. El rubio obedeció cerrando los ojos y concentrándose. Eraahora o nunca, sabía qué era lo que tenía que hacer y, no, no era todo lo que aellos les había contado. Sabía que solo tendría una oportunidad de hacerlocuando llegase el momento, y probablemente después de ello ya nada volvería aser como antes. Pero era el único que tenía esa oportunidad a parte deVoldemort.
Apretó los párpados y se concentró, para luego sentircomo el suelo se hacía un remolino bajo sus pies, que pronto dejaron de sentirsuelo firme sobre ellos para volar. Dos segundos de levitación y de pronto ungolpe seco contra un suelo de hierba. Habían llegado a su destino sin ningúnpercance por el momento. No les habían atacado todavía, además, donde estabanera casi imposible que hubiesen sentido que llegaban, no estaban tan cerca delas verjas de Hogwarts.
¿Estarían allí ya los mortífagos? Movimientos entre losmatorrales altos, los cuales dejaban entrever una capa negra, decían que sí.Era de esperar y estaban preparados. Solo era uno de modo que prefirieron nollama la atención y tratar de acercarse más a algún lugar por el que poderpasar a los terrenos. ¿Pero y los hechizos? ¿De verdad sería Voldemort tantonto como para no imponer ningún maleficio sobre aquel desconocido que pisaselos terrenos? Ellos ya predecían que no. Por eso deberían poner en marcha algúnplan, algo que le permitiese entrar y conseguir los pocos Horrocruxes quequedaban por así decirlo vivos.
Que hubiesen mortífagos no aseguraba la presencia delSeñor Tenebroso allí, ni mucho menos, pero quien no arriesga no gana, de modoque deberían dejarse ver, deberían dejar que uno fuese apresado para quecorriese la alarma y el Señor de la Tinieblas acudiese al lugar, de nada lesserviría estar allí si no conseguían acabar con él. Con el margen de tiempo quele darían desde la destrucción del último Horrocrux hasta su propia muerte podríadarle tiempo a construir otro y no. Por ahí no pasaban, arriesgarían su vidapor impedirlo.
Sabiendo donde estaban todos los Horrocruxes menos uno,el cual desconocían, era mucho más fácil de destruirlo. Tal vez si lo matabansu cuerpo luego sería más fácil encontrar ese último Horrocrux.
Antes de acercarse más Ron rompió el silencio, diciendoen voz alta lo que ya muchos habían pensado.
-Dejaré que me cojan a mí.- A Hermione automáticamente sele escaparon dos gruesas lágrimas, pero era lógico: Harry no podía ser apresadobajo ningún concepto o sería el fin. Solo Draco sabía llegar hasta la diadema ytal vez hasta Naguinni, Hermione era sangre-sucia y no dudarían en matarla encuanto la tuviesen delante, pero un sangre-limpia era otra historia, aunquefuese un traidor, en todo caso podría convencerlos de que se doblegaba. Inclusodarles alguna pista crucial sobre lo que tenían planeado para ganarse suconfianza. Era un plan descabellado, ya que si la información llegaba aVoldemort antes de que ellos pudiesen destruir el Horrocrux no serviría de nadatodo lo que habían hecho. Pero no era momento de pensar algo menos arriesgado.
Era eso lo que había, o no hacerlo nunca y dejar lascosas como estaban. El que no arriesga no gana y todos lo sabían.
-Por favor, ten mucho cuidado.- sollozó la castaña.Automáticamente Draco y Harry se miraron y asintieron, decidiendo dejarlossolos un instante, como despedida. A Draco le dolió tener que hacerlo, ya quesabía lo que podría pasar entre ellos. Pero no era momento de niñeces, ellatenía derecho a despedirse de Ron, por mucho que a él le doliese que pudiese darsecuenta de que lo quiere más a él.
Era un poco paranoica aquella situación, pero realista,no había nada fuera de contexto en todas las ideas dolorosas que cruzaban sumente momento sí momento también.
Cuando se hubieron quedado solos, Hermione se lanzó abrazos de Ron, sintiendo el calor de sus brazos, de su cuerpo pegado al suyo y,sin poder remediarlo escondió su cara entre sus crecidos mechones pelirrojos y despeinados.Ron frotó delicadamente su espalda, también con lágrimas en los ojos. Teníamiedo por sí mismo, sí, porque nada leaseguraba que pudiesen perdonarle la vida así como así. Pero también lo teníapor ella, por todos, incluso un poco por Draco.
-Prométeme que tendrás cuidado y que harás lo que seanecesario para salvarte.- susurró el chico mientras besaba la frente de Hermioney se separaba un poco para poder observarla a los ojos. Pegando sus frentes.
-Promete que nos volveremos a ver.- Mientras decía esolas puntas de sus narices se rozaron suavemente.
-Solo pudo prometer que haré lo posible. Pero nada más.-Finalmente se armó de todo ese valor que hasta ese momento le había faltado yla besó desenfrenadamente, desesperadamente. Temiendo que fuera el primero y elúltimo.
Hermione corría como una loca tras las huellas que dejabaDraco a uno escasos centímetros por delante de ella. Estaban asustados y teníanmucho miedo de que un mortífago los encontrase, pero lo que tenían que hacerera muy importante, podía significar un Horrocrux menos y por ello de verdadmerecía la pena morir. Harry, si todo había salido bien, ya los estaríaesperando en los baños de Myrtle.
Hermione, en un momento de lucidez había recordado queHarry, años atrás, había destruido el diario con un colmillo de basilisco, loque quería decir que la copa también podría ser destruida por uno de ellos.Hermione la llevaba en su bolso, del cual no se separaba un segundo. Llevarlaallí la hacía sentiré insegura, por algún motivo.
Ambos jóvenes suspiraron mucho más que aliviados al veral joven moreno junto a los grifos corroídos por el musgo, la suciedad y elóxido.
-Rápido, no hay mucho tiempo.- Apremió Harry, el cualacto seguido hizo unos ruidos estrangulados con la garganta.
Sin tener que esperar mucho más tiempo los grifoscomenzaron a separase y a dejar una entrada a algún lugar desconocido ytenebroso tanto para Hermione como para Draco. Pero no hicieron ningúncomentario al respecto.
-Aquí os debo de dejar solos. Ahí abajo ya no hay ningúnpeligro, y si lo hubiera confío plenamente en vosotros para poder afrontarlo.Pero el tiempo es oro, y yo pienso ir a buscar la maldita diadema. Dijiste quecreías que estaba escondida en el castillo ¿no, Draco?
-Así es.- suspiró el rubio.- Yo te recomendaría empezarpor la Sala de los Menesteres. ¿Qué mejor lugar que ese para ocultar unareliquia de semejante poder?
-Pero Harry, ¿vas a ir solo?- Se incorporó Hermione a laconversación, visiblemente preocupada.
-No es momento para preocupaciones, Hermione. Además laSala de los Menesteres me parece un lugar bastante más acogedor que la Cámarade los Secretos.
Y sin una palabra más salió corriendo salió corriendo delos baños, para que Hermione no pudiera impedirle nada ya a esas alturas.
Los dos jóvenes que quedaban se miraron a la cara por uninstante, los ojos de Draco irradiaban amor y preocupación, tanto que aHermione se le retorcieron las tripas por la culpa. En realidad también sentíaalgo por él, y se moría por besarle, pero se contuvo. Acababa de hacerlo conRon y pensaba que no era del todo justo. En ese momento e sentía mala persona.
-Voy a bajar yo antes, Hermione, y si veo que no hayningún peligro entonces te gritaré y bajarás tú, ¿entendido?
-No voy a dejar que
Pero ya fue tarde, porque Draco ya se había lanzado haciael interior del negro abismo. Hermione se enfadó con él por un instante, peroluego se sintió terriblemente preocupada.
Los segundos pasaron, hasta que la tranquilizadora voz deDraco le indicó que ya podía bajar también.
***
Harry corría apresuradamente por los desiertos pasillos, nose podía creer que hubiese tanta tranquilidad allí y eso lo único que hacía eraponerlo más nervioso y paranoico, hasta el punto de mirar antes de cruzar cadaesquina para asegurarse de que no había ningún mortífago cerca.
Pr suerte o por desgracia para él, en el siguiente pio yahabía más movimiento y, sí, algunas de las personas que allí había parecíanpatrullar nerviosamente, y sus capas negras las catalogaban como seguidores delSeñor Tenebroso.
Harry tuvo que poner en práctica toda la astucia de laque fue capaz. Pero finalmente consiguió esquivara todos esos idiotas. Sin dudaestaban bastante confiados como para tratarse de la noche más importante de susvidas, tal vez.
Mientras se agazapaba tras una armadura una voz femeninalo sobresaltó. La conocía demasiado bien.
Al mirar a su derecha descubrió los rasgos asiáticos deCho Chang, la cual estaba metida en un pequeño agujero en la pared. Cuanto máslo miraba más raro se le hacía a Harry. Sentía un poco de desconfianza haciaella pero a la vez encontrar a alguien conocido allí lo hacía sentirse muchomás seguro
-Sígueme.- susurró ella. Harry miró hacia el pasillo, yse dio cuenta de que, efectivamente, la salida que Cho le proponía era la únicaque tenía para escapar de allí.
BUENOS DÍAS :)
SIENTO LA TARDANZA A LA HORA DE ACTUALIZAR PERO BUENO, ESTOY DE VACACIONES EN MI PUEBLO Y EN MI CASA NO HAY INTERNET, ASÍ QUE ME TENGO QUE TRAGAR SENTARME EN LA PUERTA DE LA BIBLIOTECA CADA VEZ QUE TENGO QUE CONECTARME -.-'
PERO BUENO, HACE UNOS SEGUNDOS ME HA LLEGADO LA INPIRACIÓN Y ALA, ME HE PUESTOA ESCRIBIR :)
COMO YA AVISÉ ALGUNAS COSAS SERÁN COMO EN EL LIBRO, OTRAS ME LAS INVENTARÉ YO Y LAS DEMÁS SERÁN COMO EN EL LIBRO PERO TERGIVERSADAS POR MÍ XDD :)
UN BESO ENORME Y ESPERO QUE HASTA PRONTO :)
-¿Dónde vamos?- susurró Harry mientras gateaba en pos deCho por el estrecho conducto en el que se encontraban ambos jóvenes encerrados.
-A reunirte con los demás, tienes suerte de que lasbuenas noticias corran como la pólvora entre nosotros.
-¿Cómo sabéis que estamos aquí?
-Han cogido a Ron y ninguno es tan simple de pensar quehaya podido venir solo. Estamos realmente preocupados por él. No sabemos dóndeestá ni qué le están haciendo, pero los que se ocupan de buscarlo saben dóndebuscar. No debes preocuparte.
-¿Me estás pidiendo que me relaje, sabiendo que mi amigopuede estar siendo torturado en este mismo instante o algo peor?- pronuncióHarry con un nudo en el estómago.
-Ya hemos llegado.- cambió radicalmente de tema Cho. Noquería entrar demasiado en detalle.
Los ladrillos de la pared comenzaron a desplazarse comosi nada, de una forma que a Harry le recordó la entrada al Callejón Diagon. Encuanto el hueco de la puerta se abrió, el chico pudo observar claramente a unmontón de gente que miraba expectante hacia donde él estaba.
Distinguió los rasgos de los gemelos Weasley, de LunaLovegood, de Neville Longbottom, de un montón de chicos de Gryffindor, algunosde Hufflepuf y otros pocos de Ravenclaw, pero de pronto, toda su atención defijó en la única cabellera pelirroja femenina que había allí. Era lainconfundible Ginny, quien corrió a sus brazos con desesperación.
-Estaba preocupadísima por ti.- sollozó en su oído.- Noencuentran a Ron, por favor, si sabes algo dínoslo.
-Me gustaría saber algo a mí también. Pero no, desde quedesapareció de nuestro lado no he vuelto a saber de él.- respondió Harrymientras se separaba un poco de ella.
-¿Lo habéis perdido?- preguntó la voz de George en tonomolesto.
-En realidad fue él quien decidió perderse.- suspiródesesperado el Niño que Vivió.
-¿Cómo?- apremió la voz de Ginny para saber qué era loque había pasado con su hermano.
-No teníamos ninguna forma de entrar sin ser vistos. Demodo que él decidió entrar primero, llamando la atención de los mortífagos quepatrullaban los bosques, para dejar el camino libre. Desde entonces no hevuelto a saber de él. Pero Cho me ha dicho que sabíais donde buscar. ¿No?
-El caso es que lo sabíamos. Pero no está en el GranComedor, ni en el despacho de Snape, ni en el de los hermanos Carrow, ni en lasmazmorras
En resumen, que no tenemos una sola pista de él.- intervino Fred.
-¿Por qué estáis todos aquí reunidos?- preguntó Harry,con el nudo de su estómago cada vez más apretado y molesto.
-Somos los pocos que seguimos creyendo en ti, Harry.-habló de nuevo Cho.- Los que no aceptamos que Él ni sus secuaces nos obliguen adoblegarnos a su voluntad. Es duro. Nos maltratan, nos torturan, nos apartan
Los únicos que de verdad están a salvo son los Slytherin y con suerte losHufflepuf y Ravenclaw que se someten a ellos. Pero todos los Gryffindor estáisperdidos. Ha sido el año más duro de nuestras vidas. Por eso manteníamos laesperanza de que vinieras, y nos ayudaras. Eres el único que puede liberarnos,a nosotros y al mundo mágico en general.
-No es tan fácil como parece.- habló Harry en alto, estavez dirigido a todos los que se encontraban en la estancia.- Antes de acabarcon él debemos acabar con los Horrocruxes.
-¿Qué narices es eso?- preguntó un chaval que no llegaríaa los quince años. El color rojo en su capa indicaba que era Gryffindor.
-Son fragmentos del alma de Quien No Debe Ser Nombrado.Están escondidos en determinados objetos y hay siete en total. Algunos estándestruidos, otros los tenemos localizados. Pero nos falta uno, y no sabemoscuál es, ni dónde hallarlo. Si no conseguimos destruirlos antes de enfrentarnosa Él, no vamos a conseguir matarlo. Por eso es tan importante. Me apuesto loque sea a que los mortífagos que hay aquí, al atrapar a Ron, habrán advertidode nuestra presencia y lo habrán llamado.
-¿Qué quieres decir con eso?- susurró asustada Ginny.
-Que la batalla en inminente.
Uhhhh esta vez parece que me he portado un poco mejor a la hora de actualizar ¿no? xddd. Siempre tardo demasiado tiempo, lo siento mucho T_T
Espero que os haya gustado y hasta la próxima ^^.
PD: no sé exactamente cuántos caps quedan, pero lo mas seguro es que ronde por los 7 u 8 como mucho.
-Hazlo tú.- susurró Draco mientras le entregaba el enormecolmillo de basilisco a Hermione, invitándola a que fuese ella quien acabasecon el Horrocrux que tenía entre las manos. Cada vez estaban más cerca de lacima, aunque ésta parecía hacerse másalta en algunas ocasiones.
-No puedo.
-¿Qué es lo que no puedes?- preguntó tanteando el terrenoDraco. Sabía que esa frase tenía un doble sentido. No era tonto para ese tipode cosas y sabía que Hermione era perfectamente capaz de acabar con unHorrocrux. Pondría la mano en el fuego por que no era eso lo que quería decir.
-Muchas cosas, Draco. Demasiadas.
-Empieza por las importantes, en ese caso.- dijo al fin,se estaba temiendo lo peor, y él siempre había sido demasiado avispado paraesas cosas. Lo que tenía que decirle Hermione no le iba a gustar del todo. Algose lo decía dentro.
-No puedo estar entre dos aguas.
-Es Ronald. ¿Verdad?- Draco sonrió tristemente. Nada enél transmitía ningún tipo de alegría, a pesar de la sonrisa que se dibujaba ensu rostro. Draco en ese momento se sentía como el preso que va a un juicio,sabiendo que la sentencia va a ser la muerte antes de haber atravesado laspuertas del juzgado, incluso.
-No puedo pensar en que él pueda estar sufriendo en estemomento. Sé que me ama.
-Y tú lo amas a él.- le facilitó las cosas. ¿Para quéesperar a que lo dijera ella si podría ahorrarles a ambos un sufrimientoactuando de esa forma?
-Lo siento.
-Siempre lo presentí.- sonrió, esta vez tratando deparecer más sincero para no forzar la situación; aunque en el fondo debía dereconocer que sí que le dolía un poco en su orgullo que hubiese preferido aWeasley que a él, ¿pero qué le iba a hacer? La decisión era de Hermione y siella no quería estar a su lado no iba a hacer nada por presionarla. Siemprecabía la posibilidad de encontrar a otra chica
O no.- No te preocupes.-concluyó finalmente.
-Sí que me preocupa.- Draco la miró con dulzura (gestopoco típico de él).
-Lo que más debería preocuparte en este mismo instante eseso.- y señaló con la cabeza el colmillo de basilisco, muy próximo a la malditacopa que tantas angustias podría traer y había traído. En realidad era elHorrocrux más difícil de destruir para Draco. Él había sido quien le habíarevelado a Hermione lo que sentía por ella. El culpable de que ella le diera unbeso. Por eso no quería destruirlo él mismo y prefería que fuese la mano deHermione la que acabase con él, al igual que acababa de ser ella la que acababacon la posible relación que podrían haber tenido.
Finalmente la chica suspiró y arremetió con fuerza contraaquel pedazo de alma de Voldemort.
La destrucción del Horrocrux provocó un fuerte rayo deluz que casi los cegó, mientras que sin tiempo para reaccionar, una enorme olade agua congelada los empapó de arriba abajo. Luego se hizo el silencio. Todoestaba tranquilo. Ambos jóvenes intercambiaron una mirada.
-Deberíamos salir ya.- sentenció cabizbajo Draco. Noquería pasar en aquel lugar un solo segundo más, y por alguna razón estar asolas con Hermione, después de lo que acababa de ocurrir, le incomodaba más delo que se hubiese podido imaginar.
-Sí, deberíamos buscar a los demás.- Y encontrar prontode Ron, añadió ella para sus adentros.
BUENAS TARDES :)
BUENO, YA SABEMOS QUE EL AMOR DE HERMIONE ES DE RON, LO QUE NO SABEMOS ES DÓNDE ESTÁ, NI SIQUERA SI ESTÁ VIVO T.T
¿PENSÁIS QUE HERMIONES QUEDABA MEJOR CON DRACO? TENGO MIS MOTIVOS PARA HABER HECHO ESTO, Y LOS VERÉIS EN PRÓXIMOS CAPS, PERO ME GUSTARÍA SABER VUESTRA OPINIÓN :)
BESOS
Ron se encontraba inmovilizado en el suelo de lo queparecía un embarcadero. El cielo nublado de la noche daba un aspecto desoladora todo lo que había a su alrededor, y tenía miedo. Mucho miedo.
Miedo porque una serpiente rectaba a su alrededor yparecía hambrienta. Miedo porque por más que luchaba no era capaz de mover unsolo músculo. Terror porque no sabía nada de sus hermanos, de Hermione, deHarry, ni siquiera de Draco. No sabía nada de nadie, y dudaba que nadie supieranada de él.
Escuchaba a dos personas susurrar cerca de él. Una eraVoldemort y la otra Snape. Aquel maldito y sucio traidor
No entendía del todobien qué era lo que estaban diciendo, pero debería ser algo importante, porquela voz de ambos estaba teñida de algo que parecía preocupación. Pero poco apoco, Ron se percató que la voz de Snape se iba tiñendo de terror hasta que,asustado, escuchó que decía claramente:
-No
Señor, no puede hacer eso.
-Necesito la varita.- Ron sintió arcadas ante la voz queVoldemort arrastraba, haciendo que pareciese casi el siseo de una serpientefuriosa. Después, escuchó como el Señor de las Tinieblas, susurraba algo enparsel y, el basilisco que hasta hacía dos segundos rodaba por su alrededor, acudíaa su llamada y obedecía.
Escuchó un golpe seco contra las paredes del embarcaderoy el grito de agónico dolor de Severus Snape. Había llegado su final pero, porsi cabía alguna duda de que eso fuese así, un hilo de sangre que no era suyacorrió hasta delante de sus ojos, como una pequeña serpiente roja y siniestraadvirtiendo de que algo malo iba a pasar.
El corazón de Ron comenzó a latir de nuevo mucho másrápido, pero estaba inmovilizado y tumbado boca abajo en el suelo. No podíahacer otra cosa que esperar su fatídico final.
***
Hermione y Harry corrían desesperado hacia el embarcaderodel lago, Harry había tenido una visión mientras corría hacia la Sala de losMenesteres con respecto a Ron y no era nada alentadora. Entonces había idocorriendo hacia el exterior del castillo, y de camino se encontró con Draco yHermione.
No había podido ir en busca de la maldita diadema, perosu amigo era mucho más importante que aquel maldito Horrocrux. Tenía que lucharpor ello, pero las personas a las que amaba eran mucho más importantes para élque todo aquello, por eso no dudó en dejar de lado sus obligaciones.
Por otra parte, Hermione corría con lágrimas en los ojos¿y si habían llegado demasiado tarde? ¿Y si ya había sucedido lo peor? Se leencogía el corazón solo de pensarlo, y el frío de la muerte la atacaba con unlátigo feroz en el alma. Aquello era terrible, horrible, una auténticapesadilla.
***
Draco llegó a la Sala de los Menesteres. Estaba llena detrastos y trastos. Sería difícil encontrar la diadema, pero no imposible.
No le había dado tiempo a avisar a Harry que si él iba arescatar a Ron, él iría a intentar destruir el maldito Horrocrux. Pero dabaigual, Draco sabía que Harry sentiría algo cuando esta estuviese rota. Teníanque ganar espacio al tiempo que amenazaba con hundirlos.
Draco comenzó a caminar por entre los montones de trastosraros e inútiles en su mayoría. Definitivamente, no sabía por dónde naricesempezar a buscarla.
Estaba caminando tranquilo cuando, de repente, escuchóque un montón de trastos se caían a sus espaldas, seguidos de un quejido de vozmasculina que conocía perfectamente. Se giró con la varita en alto dispuesto adefenderse.
Tal y como había predicho, dos gordos muy conocidos paraél doblaron una esquina y lo miraron con una sonrisa es la cara. Estúpidos.Después de tanto tiempo aún no habían escarmentado en que él era mil veces máspoderoso que ellos dos juntos. Con lo que tenía que tener cuidado era con queno le lanzasen ninguna maldición imperdonable.
-¿Qué buscas aquí?- escupió Crabbe.
-Quién sabe. Lo que yo tendría seguro si fuese tú es queno puedes impedirme que lo coja.
-Eso ya lo veremos. ¡Cruccio!
Draco no se había equivocado. Ambos eran sumamentetontos. No necesitó moverse para que la maldición pasase a más de un metro a suderecha, destrozando una repisa llena de objetos de metal mohoso y corroído.
-¡Desmaius!- gritó Draco, acertando directamente sobre elpecho del gordinflón, que cayó con un ruido sordo al suelo, justo al lado deGoyle, quien lo miró asustado. Draco, que lo conocía bien, sabía perfectamenteque ahora que se veía solo contra él, estaba asustado, pero eso no era bueno.Podía llevarlo a aluna tontería, y ambos podrían salir malparados de ella.
Draco buscó una salida de allí mirando a su alrededor y,como si la suerte por una vez se hubiese puesto de su lado, vio una coronapuesta sobre un busto de porcelana, perfecto, precioso, con los rasgos deRowena Ravenclaw. ¿Quién fue tan tonto de dejar la corona tan a la vista? Talvez en el pasado aquello había estado expuesto en algún sitio
Goyle también se dio cuenta de que la diadema estabaallí, y no hacía falta ser un lince para saber que alguien lo habían mandado apor ella, para que no la destruyesen.
Fuera como fuese, tenía que conseguirla antes que elinútil de Goyle o sí que estarían perdidos. Pero no iba a ser fácil.
Ambos chicos corrieron hasta el busto, pero Draco era másdelgado y más atlético, por lo que corría bastante más rápido que Goyle, quien,además de estar a más distancia, parecía ahogarse por el esfuerzo. Pero Dracosabía que aquello no acababa ahí, por lo que se preparó para cualquier ataque.
Con la fría diadema en la mano, colocó la varita justodelante de su cuerpo, dispuesto a defenderse de cualquier ataque, pero sindecidirse a atacar él primero. No quería encender la mecha.
Goyle lanzó un hechizo, y Draco, en un acto reflejo,colocó delante de sí un escudo protector. Pero la maldición no llegó nunca aél, porque no iba dirigida a él, sino al montón de papeles y madera que estabana su derecha. De pronto todo empezó a arder, y Draco supo que si no salía deallí pronto, los tres morirían carbonizados.
Ambos chicos comenzaron a correr asustados, Draco porqueaquello le había pillado por sorpresa, y Goyle porque no se esperaba que elfuego fuese a propagarse de semejante manera. Era un completo inútil.
Corriendo a través de toda la Sala, a veces Draco sepercataba de que se estaba alejando de la entrada, por lo que tenía queredireccionar su trayectoria, pero era difícil, porque muchos de los caminosque llegaban a la entrada ya eran pasto de las llamas.
Draco encontró más allá un par de escobas voladoras, eincapaz de dejar al que había sido su amigo allí, le lanzó una a él. Ambossubieron a ellas y comenzaron a volar por el techo de la sala, buscando unlugar por el que salir.
Mientras sobrevolaban todo, Draco se dio cuenta de que enese momento solo había una manera de destruir el puñetero Horrocrux, de modoque lo lanzó sin pensárselo dos veces a las llamas que ya habían devorado másde media sala.
Con lo que no contaba, era que en cuanto la lanzase y sedestruyese, llamas que parecían vivas, y con los preocupantes rasgos deVoldemort, iban a expandirse por todos lados.
Draco sentía el calor abrasador sobre su espalda, y lasgotas de sudor recorriendo todo su cuerpo, estaba demasiado cerca de la muertecuando, no muy lejos, divisó un boquete en la pared: la salida. Sin pensárselo,aceleró lo máximo que pudo hacia ella y Goyle, que lo seguía desde cerca, loimitó.
Draco salió limpiamente por la puerta, que se cerró trasellos, que Goyle se dio con la parte trasera de la escoba contra el borde de lamisma, haciendo que la escoba se le escapase y él cayese dolorosamente al suelodesde una altura de unos dos metros. Pero al menos estaban vivos.
Vivos. De repente un chorro de agua fría atravesó a Dracode cabeza a pies. Crabbe se había quedado dentro.
Goyle y él se miraron, ahora ya no tenían nada por lo queluchar entre ellos, más bien había algo que los unía: la muerte de su amigo.
Goyle corrió hacia la puerta de la Sala de losMenesteres, o al menos hasta el fragmento de pared donde debería estar ycomenzó a aporrearla, pero nada. La Sala estaba destruida, no volvería aabrirse nunca y, lo peor, se había tragado a una persona.
Draco bajó la cabeza abatido, mientras los gritos dedesesperación de Goyle y los fuertes porrazos que le daba a la pared mostrabanla gran desesperación a la que todos estaban sometidos aquella noche.
La batalla había comenzado, y esa, esperaba Draco, quefuese la única muerte inocente de alguien cercano a él.
HOLA :)
¿QUÉ OS HA PARECIDO LA MUERTE DE CRABBE? ¿TRÁGICA? ¿ABURRIDA? A MÍ ME HA DADO BASTANTE PENA, PERO BUENO, EN EL FONDO SABÍAMOS QUE ELLOS DOS NO ERAN NINGÚN RIVAL PARA DRACO. Y ¿QUÉ PENSÁIS SOBRE RON? ¿CRÉEIS QUE LLEGARÁN A TIEMPO DE SALVARLO? ¿SI? ¿NO? LA RESPUESTA A TODO ESTA EN EL PRÓXIMO CAP ^^
BESOS.
Harry se paró en seco a mitad del camino, cuando se veíacerca aquel misterioso embarcadero, recortando la silueta de la media Luna quecrecía en el cielo y se duplicaba en las tranquilas aguas del Lago Negro.Hermione lo miró, con la preocupación pintada en forma de lágrimas en los ojos.
El Niño Que Vivió sentía algo en su interior, algoparecido a la ira, a la furia, al asco, a la desesperación. De repente sedesplomó sobre el suelo, con la vista fija en la nada, y sus ojos dejaron dever los matojos del camino, para encontrarse justo dentro del embarcadero,mirando con furia a un pelirrojo conocido boca abajo e inmóvil en el suelo, yno muy lejos de él, un charco de sangre emanando del cuerpo de Snape. Harrysintió asco y furia al verlos, el asco y la furia que Voldemort sentía, porqueen ese momento era él. Quería matar a Ron, pero la preocupación por otroHorrocrux destruido lo acabó distrayendo, obligándolo a ir a esconderse entresus filas de mortífagos. Sentía que cada vez quedaba menos para el final, y unatisbo de miedo
Las sacudidas enfurecidas y desesperadas de Hermionedespertaron a Harry y lo devolvieron a la realidad. Harry podía suponerperfectamente quién era el destructor del Horrocrux, pero no sabía ni siquieracuál de todos había sido. Quedaba menos, pero no se iba a quedar tranquilohasta que no llegase hasta donde Ron. Aunque deberían tener cuidado, porqueVoldemort andaba cerca, y todavía no era el momento, aún quedaban Horrocruxes
Cogió a Hermione y le puso la mano en la bocafuertemente, mientras la tumbaba a su lado en el suelo, donde las hierbas altaslos camuflaban perfectamente. Ella no opuso resistencia, supuso que tendría susmotivos, pero se podía oler su miedo, estaba huyendo de algo que no sabía dóndeestaba, y tenía que confiar en Harry, que tampoco lo tenía al cien por cienclaro.
Esperaron en completo silencio, hasta que una columna dehumo negra y veloz cruzó el cielo, un poco más allá. Habían estado tan cerca deVoldemort que, aun cuando ya se había marchado, siguieron manteniendo larespiración, sin moverse, sin estar vivos. Se miraron al cabo de un minuto alos ojos, y luego al cielo, donde ya no quedaban restos de Él.
Se levantaron corriendo y se dirigieron al maldito embarcadero.Ron continuaba sin moverse de la posición de la visión en el suelo, y Snaperespiraba todavía con dificultad, cada vez más empapado en propia sangre.Viendo que Hermione ya se ocupaba de Ron, y no daba muestras de que algoestuviese mal, sino más bien de todo lo contrario, Harry se acercó a Snape. Viocomo de sus ojos, de sus oídos, comenzaban a salir hilillos de líquido blanquecinotransparente, Harry los reconoció enseguida como recuerdos, necesitabacogerlos.
-Cógelos.- ordenó entrecortadamente el Profesor.
Hermione hizo aparecer con su varita un frasquito pequeñoy transparente, suficiente para ponerlos dentro. Harry se alegró al ver comoRon se levantaba entumecido. Se preguntó por qué Voldemort no lo había matadoen ese mismo instante, aunque prefirió no seguir preguntándoselo, y soloalegrarse por que fuese así.
Comenzó a meter ese líquido espeso dentro del envase decristal, justo cuando acabó, Severus cogió a Harry con las pocas fuerzas que lequedaban del cuello de la camisa, y le suplicó que le mirase. Harry sabía el porqué se lo pedía, y no pudo negarse a hacerlo. Y justo cuando se encontró conaquellas dos esferas negras, éstas brillaron un instante, para finalmenteperder el leve aliento de vida que les quedaban después del ataque de unbasilisco.
HOLA :) SIENTO MUCHÍSIMO LA TARDANZA (OTRA VEZ) PERO YA SABÉIS LO DURO QUE ES ESTO DEL COLEGIO, Y MÁS EN ÉPOCA DE EXÁMENES, ASÍ QUE NO HE PODIDO SUBIR NADA ANTES, VUELVO A PEDIR PERDÓN, Y BUENO, ME TENGO QUE IR YA MISMO A INGLÉS QUE LLEGO TARDE, PERO NO ME PODÍA RESISTIR A SUBIR CAP ANTES DE IRME.
MIL GRACIAS :D
Harry corría solo hacia el despacho de Dumbledore, o deSnape, o de quien fuese después de la muerte de ambos directores. Necesitaba elpensadero, rápido. Sabía que recuerdo útiles estaban dentro de ese frasco, nosabía si eran importantes de cara a la inminente batalla, o de cara a su vidapersonal. Fuera como fuese no pensaba morir sin descubrirlo. Confiaría en ladefensa de su bando y los dejaría luchar solos, aunque solo fuera por unosminutos o una hora.
Por su parte, Hermione se había reunido con los Weasleyen el Gran Comedor, se estaban preparando concienzudamente. En ese momentohabía una pequeña tregua y no sufrían ningún ataque. Pero solo era la calmaantes de la tormenta. A lo mejor, incluso antes de lo que se pudiesen esperar.Voldemort se cansaba de esperar a Harry y atacaba.
Hermione no entendía cómo podía creer Voldemort que leiban a entregar a su amigo. Cómo pensaba que se iban a rendir después de haberluchado tanto. Cómo era posible que aún no se hubiese resignado a ver que entreellos había amor. De todos los tipos posibles, y que nada los haría cambiar deopinión. Porque el miedo que sentían no era ni una milésima parte del amor queles invadía. De los recuerdos que acechaban sus mentes. Desde que eran niños.Tampoco entendía cómo creía que los padres de familia iban a someter la vida desus hijos a una vida oscura sin luchar. Al poder de un loco que debería habermuerto hace mucho.
El miedo y la tensión eran palpables, y sin disimular,Hermione andaba por la sala en busca de Draco. No lo había visto todavía. Yaunque hubiese roto el Horrocurx, podría perfectamente haber muerto en elintento. Su pista se perdía ahí, y no estaba dispuesta a resignarse. Si hacíafalta saldría de la sala, aunque se expusiese a ataques de mortífagos, elcastillo era un hervidero de gente que no tenía rumbo. Unos buscaban refugio,otros pelea, y otros simplemente corrían por no estarse quietos esperando a lamuerte.
La impotencia comenzaba a apoderarse de Hermione, cuandode repente, entre montones de cabezas oscuras, vio relucir una melena rubioplatino. No cabía duda de que era Draco. Sin pensárselo corrió hacia él y loabrazó por la espalda. Al principio se sobresaltó, pero luego dedujo que solo podíaser ella, así que permitió que lo abrazara, aunque la sensación, después de loque había pasado le incomodaba un poco. Se resignó a esperar a que se separarapara poder girarse y hablar con ella. Era consciente de que los ojos azules deRon lo observaban allá a lo lejos, y no estaba seguro de que Hermione estuvieseenterada de ello.
-¿Fuiste tú?- preguntó Hermione con una sonrisa, librepor fin de la carga que había transportado hasta hacía unos segundos.
-Sí- respondió él, también tratando de dibujar unasonrisa. Pensó en contarle todo lo que había pasado, pero luego recapacitó, yse dio cuenta de que eso la pondría histérica, y no había motivo para ponerlamás nerviosa de lo que podía estar ante la inminente batalla- ¿estáis todosbien?- sabía que Ron estaba allí sano y salvo, pero preguntó por él, haciendogala de una cortesía que le costaba un poco fingir, pero que era necesaria.
-Sí, llegamos a tiempo- la expresión de Hermione se apenóun poco- pero a Severus no pudimos salvarlo- bajó la voz para añadir- pero leentregó a Harry recuerdos. No sabemos de qué se trata, pero él ha ido aldespacho del director, para poder verlos en el pensadero, tal vez nos seanútiles.
-Estoy seguro de que si se los dio, es por algo- añadiósimplemente. Más allá también estaba su madre, en compañía de Molly Weasley. Sela veía más tranquila ahora que lo había visto, pero había sido cauta, y al verque se encontraba en compañía de Hermione, decidió no acercarse. Había tantascosas que la mujer ignoraba en ese momento
Los gemelos Weasley parecían estar haciendo deguardaespaldas para Ginny, quien se veía realmente molesta, pero no podía hacernada por evitar que sus dos hermanos mayores la escoltasen donde fuera.
La tensión era palpable en el ambiente. Ya habían algunosheridos, y también unas cuantas bajas. Y la noche ni siquiera había comenzado
SÍ, LO SÉ, HE TARDADO DEMASIADO... OTRA VEZ. Y LA EXCUSA E SLA DE SIEMPRE: EXÁMENES Y VIDA MUGGLE :( EN FIN, ME HE PUESTO CON EL CAP LO MÁS PRONTO QUE HE PODIDO, Y VOY AVISANDO DE QUE EL FINAL SE ACERCA POCO A POCO... MUAHAHAHAHA
HASTA PRONTO :)
El plazo de tiempo se acababa. Voldemort hacía unosminutos que había dejado bien claras sus intenciones de atacar Hogwarts si nole entregaban a Harry.
El chico estaba asustado y confuso. No quería entregarsea Voldemort, pero lo haría, lo haría si con ello salvaba todas las vidas que enese momento peligraban. Por otra parte, los recuerdos del pensadero lo habíandejado sin palabras; tanto que casi se odiaba a sí mismo por haber sido taninjusto con Snape.
Sabía perfectamente que su padre, su padrino y Remus, lahabían estado haciendo la vida imposible en Hogwarts, pero lo que nunca sehubiese llegado a imaginar era que aquel hombre, con su aspecto intimidante ysu fachada de hombre duro y malvado, había sido capaz de amar tanto a su madrecomo para dar la vida por ella. Como para jugárselo todo.
Tampoco podía creerse del todo que Dumbledoremenospreciase su vida, tal vez solo lo mostraba así ante Snape para que no lecogiese tanto cariño, además, sabía que el anciano había hecho todo lo posiblepor salvarle, de una manera o de otra, con un fin o con otro, pero si estabavivo era gracias a él, y si con ello iba a salvar vidas, se lo agradecía.
Ahora entendía el por qué le había pedido que lo mirase alos ojos antes de morir, y se apiadó de él. Solo era u hombre enamorado, quehabía roto todas las barreras posibles por alguien que nunca le correspondió, yeso lo convertía en un hombre grande, digno de ser reconocido para siempre. Aunquesi él moría, todos esos recuerdos morirían con él, y nadie se enteraría nuncade la verdad. De todas formas, dudaba que Snape quisiese que todo el mundomágico se enterase de que era un héroe, creía adivinar que lo único que a él leimportaba era que, estuviera donde estuviese Lily, lo viese y se loagradeciese.
Suspiró. Estaba solo en el vestíbulo del castillo,necesitaba estarlo. Eran los últimos minutos de su vida, porque había decididoentregarse, había decidido sacrificarse a sí mismo. No había otra alternativa,porque dejar que todos murieran por él, no lo era. Además, si quería destruir aVoldemort, tenía que destruirse a sí mismo. "Ninguno de los dos podrá vivirmientras el otro siga con vida". La profecía era clara. Su misión había acabadoen ese mismo instante. Ahora solo quedaba esperar a la muerte y confiar en queotro sería capaz de acabar con Voldemort por él.
Se levantó decidido, entre las ruinas y los escombros delo que algún día fue su hogar, pero justo cuando iba a dar el primer paso, sintiódos presencias en forma de agitada respiración a sus espaldas. No le hacíafalta girarse para saber que eran Ron y Hermione. En el fondo agradecía eltener la oportunidad de despedirse de ellos.
-¿Te vas?- se escuchó la apenada voz de Hermione.
-No tengo otro remedio- respondió Harry, sintiéndose sinfuerzas todavía para girare y mirarlos a la cara directamente.
-Te vamos a echar de menos- se escuchó también laafligida voz de Ron- Sin saber muy bien cómo, Harry acabó preso entre un tripleabrazo. Siempre habían sido tres, siempre lo había hecho todo juntos, y ahora,separarse de ellos para enfrentarse solo a su destino, le daba miedo. Peroaquella tarea la iba a emprender solo, porque era como debía de ser, comoestaba escrito, y no podía hacer nada por cambiarlo, simplemente tenía quehacerlo, aunque le disgustase o le aterrase.
Harry caminó entre las raíces del bosque prohibido. Teníamiedo y, estando solo, no tenía el por qué ocultarlo. Ahora sí que estabaasustado. Estaba a punto de dar su vida, estaba a punto de sacrificarse, y loque más miedo le daba es que después de hacerlo nadie pudiese acabar conVoldemort. En ese caso su sacrificio no solo hubiese sido en vano, sino queademás habría condenado a la humanidad.
¿Dolería la muerte? ¿Cómo sería? ¿Se acabaría ahí todo?¿Podría ver qué pasaba entre los vivos? ¿Se reuniría con sus padres? ¿Existíaalgo más allá de verdad? Y en caso de que existiese algo ¿qué sería? ¿un cielo?¿un infierno? ¿un túnel con luz al final? Pronto respondería a todas esas preguntas,pero por desgracia, jamás llegaría a compartir la respuesta con ninguno de susfieles amigos.
***
Narcisa le dio un beso en la frente a su hijo. Estabasentados apartados de todo, en una esquina del comedor, donde estaban lamayoría atrincherados y asustados: los Weasley lloraban la reciente muerte deFred, uno de los gemelos, Hermione los acompañaba, Harry había ido aencontrarse con la muerte, y Lucius Merlín sabía dónde estaba.
Draco acababa de hacerle un resumen a su madre de todo loque había pasado mientras ella estaba en Grimmauld Place; lo de Hermione, losHorrocruxes, cómo habían llegado allí y por qué. Narcisa lo escuchóatentamente, sin despegar los labios, y esperó a que acabase para hablar ella.
-¿Cómo estás?- preguntó al fin. Él fingió una tristesonrisa y encogió sus hombros, entumecidos por el cansancio y tensos por losnervios de lo que pudiese pasar en ese momento.
-Tengo que estar- respondió simplemente- ¿Y tú? ¿Te hantratado bien los Weasley? ¿Ha pasado algo importante?
-Me han tratado como si fuese de la familia, y en cuantoa lo segundo, no. Solo muertes día a día. Desapariciones de muggles y sangressucias o mestizos. Pero eso tú ya lo sabes.
-¿Qué pasará si esto sale mal?
-¿Qué pasará si esto sale bien?
-Que habrá que tapar muchos agujeros, pero aun así loprefiero mil veces- respondió al fin el hijo, no dando detalles de lo que averdaderamente se refería con esa frase. Se preguntó si su madre lo habría captado,pero ella no dijo nada al respecto, así que no puedo adivinarlo.
Se preguntó qué haría después de toda aquella aventura.¿Volvería todo a la normalidad? ¿Querrían los Weasley seguir teniendo contactocon ellos o aquello solo había sido la necesidad del momento? ¿Soportaría estarjunto a Hermione y no pensar en lo que podría haber sido y no fue? ¿Encontraríaa su padre? ¿Sería capaz de perdonarlo? ¿De verdad deseaba tanto como alprincipio su muerte o en el fondo no quería perderlo? ¿En qué posición quedaríaahora su familia? ¿Y su madre, Narcisa? ¿Qué era lo que opinaba y pensaba ellacon respecto al futuro?
Todavía era de noche. Pero estaba a punto de amanecer, losabía porque la oscuridad era más intensa en esa hora que en toda la noche.Pensó en Harry. ¿Todavía estaría vivo o ya l habían arrebatado la vida? Soloquedaba esperar a que Voldemort hiciese el siguiente movimiento y los ánimos,con las muertes que ya se había cobrado aquello antes de empezar, estabanbajos.
-¿Crees que tenemos posibilidades, madre?- preguntóDraco. Tal vez si su madre se lo decía, sus ánimos se calmaban un poco, aunqueen el fondo sabía que ella estaba igualmente confundida.
-Siempre hay posibilidades, tenemos que plantarle cara,que aunque no ganemos, se sepa que hemos luchado, y hagámosle el máximo dañoque podamos.
-¿Y de qué nos servirá luchar si al final perderemos?
-Si luchamos podemos ganar o perder- Narcisa cogió la manode su hijo- no perdemos rendirnos ahora, no después de todo lo que hemossufrido y luchado, ¿o has olvidado lo que Voldemort te hizo?
-Nunca lo olvidaré, madre.
-Pues eso, hijo, lucha por venganza si ese sentimiento esel que te va a llevar a la victoria, pero lucha, por lo que sea, da igual quesea algo heroico o no tanto, pero me importa bien poco, nadie tiene el por quésaberlo nunca. Te conozco, y tienes sed de venganza.
-Sí, pero no sé muy bien contra quien.
-Ya tendrás toda una vida para reprochárselo a tu padre, ahorala prioridad es Voldemort.
-¿Y cómo vamos a hacerlo?
-Todo se verá. Tiempo al tiempo, no podemos hacer planesque no sabemos si pueden funcionar, es mejor así.
***
Hola, espero que os haya gustado el cap.
A partir de ahora los matices que le daré al fic será una mezcla entre la película y el libro, no será fiel ni a una cosa ni a la otra, será más o menos una mezcla :) Lo aviso para no crear confusiones ^-^
Muchos besos y hasta pronto
Los cristales de los ventanales del Gran Comedor bañabanel suelo embaldosado; el barullo se hizo en un momento ensordecedor por partede algunos, mientras que otros se quedaron parados, sin respiración alguna, sinsaber si lo que acababa de pasar era producto de su imaginación o la propiarealidad.
Hacía solo media hora que habían dado a Harry por muerto,solo media hora, y ahora los papeles estaban extrañamente invertidos. En ese momento era Voldemort el que acababade caer. Para siempre. El desconcierto era normal, al igual que ladesconfianza. ¿De verdad se había acabado todo? ¿De verdad aquello era un"vivieron felices y comieron perdices"?
Para muchos la victoria era agridulce. Se habían libradodel gran peso de la maldad, pero el precio que habían pagado era el de la vidade un familiar, el de la de un amigo
Draco jugaba nerviosamente con su varita en la mano. Unacapa de lágrimas de impedía ver con claridad las cosas y las formas sedistorsionaban, alargándose a causa de la humedad. Los párpados le pesaban acausa del cansancio y el llanto. Solo quería salir de allí.
Su memoria reprodujo por enésima vez la imagen de aquelhaz de luz verde cruzando el comedor, perdido, que no iba hacia ningún lugar enconcreto
Hasta que encontró el pecho de su madre.
Se encontraba arrodillado frente a su cadáver, al cual nose había podido acercar hasta que no acabó el duelo entre Voldemort y Harry.Con sumo cariño le cerró los párpados, para ocultar sus ojos carentes de vida.Suspiró y sollozó, ignorando el dolor que le causaban algunos cristalesclavados en su ya magullada piel. Lloraba como un niño pequeño cuando una manogrande y fría se posó sobre su hombro. A Draco no le hizo falta girarse parasaber quién era. El odio lo invadió y se puso de pie de un salto, dándole unfuerte puñetazo a la cara de su padre, quien perdió el equilibrio, desprevenidoante tal ataque. Sin embargo, no hizo nada por defenderse, sino que LuciusMalfoy observó a su hijo, con una mezcla de sentimientos pintados en la cara.
Fruto de la desesperación, o no sabía exactamente de qué.Draco comenzó a gritarle con todo el odio del que fue capaz a ese hombre, sinimportarle que pudiesen escucharle y tomarlo por loco. Le gritó todo lo quesentía en su interior, todo lo que se había estado callando desde hacía muchotiempo.
-¡Esto es culpa tuya! ¡Todas nuestras desgracias,absolutamente todas han sido provocadas por tu avaricia, por tu idiotez! ¡Solotenías una labor, solo una, que era protegernos y ni siquiera fuiste capaz deeso! ¡Ella y yo- gritó señalando el cuerpo sin vida de Narcissa a sus pies-hemos sufrido por tu culpa! ¡Hemos hecho cosas que odiamos porque tú nosmetiste en ello!- dejó de gritar para pronunciar con un peligroso susurro laúltima frase- Tú la has llevado a la muerte y deberías ser tú el que ocupase sulugar.
El hombre bajó la cabeza ante su hijo. Draco jamás lohabía visto tan desliñado ni tan débil. Presentaba un aspecto frágil, como sise fuese a romper en cualquier momento. Su larga melena rubia, ahora másblanquecina estaba llena de nudos y despeinada. Una barba de varios díaspoblaba su rostro, envejeciéndolo, las ojeras casi invadían sus mejillas, unade ellas con un corte en plena emanación de sangre. Pero no le importaba, enese momento, a Draco no le importaba nada de lo que le pudiese pasar a aquélmalnacido, solo quería llevarse de allí a su madre, hacerle un entierro digno yrecordarla todos los días de su vida como la heroína que para él había sido.
Recordaría su última conversación para siempre.Recordaría sus palabras de fuerza, de ánimo, de sabiduría. Recordaría su miradallena de amor, recordaría cada detalle de su rostro, cada sonrisa.
Cuando dejó de gritar, Draco sintió la respiraciónacelerada, pero se sintió bien, se sintió sumamente bien cuando vio a Luciusdar la vuelta y marcharse, solo, como siempre debería haber estado. Lo odiaba,y le deseaba cualquier mal en ese mismo instante. Lo consideraba el culpable detodo. Más culpable incluso que al propio Voldemort.
De pronto, Draco se sintió derrotado, sin fuerzas paraseguir moviéndose o hablar, de modo que volvió a dejarse caer en el suelo, derodillas y a espaldas de su madre. No sabía si podía volver a mirarla, no sabíasi soportaría ver su rostro sin vida de nuevo. Las lágrimas todavía seguíancorriendo por su rostro de forma descontrolada. Y allí, en el suelo del GranComedor, o de lo que quedaba de él, no pudo hacer más que resoplar, suspirar,llorar y lamentarse por la enorme pérdida que acababa de sufrir.
Si todo hubiese sido diferente, si Narcissa solo hubieseestado dos metros más allá del rumbo de aquel maleficio
Ella todavía seguiríaallí.
***
Sí, me he puesto melancólica con este capítulo, pero no he podido evitarlo U.u' También sé que he tardado mucho en actualizar (como siempre) pero bueno, hoy por fin lo he hecho y espero como mínimo volver a hacerlo en Pascuas. A ver si acabo en poco tiempo el fic, que ya le quedan muy poquitos caps :)
Muchos besos y hasta la próxima.
Los entierros de Narcissa, Fred, Remus y Tonks secelebraron juntos. Toda la familia y los amigos acudieron al último adiós delos cuatro héroes. A cada uno se le recordaría de una manera distinta o pordiferentes obras a lo largo de su vida, pero de que lo que todos podían estarcompletamente seguros era que los iban a echar de menos hasta el fin de susdías.
George lloraba la pérdida de su hermano gemelo sobre elhombro de su madre, también ojerosa y con los ojos anegados en lágrimas. Arthurparecía estar a punto de derrumbarse, pero sin embargo, hasta el momento,conseguía guardar la compostura, aunque su cara se descomponía por momentos enuna mueca de incredulidad y a la vez lástima.
Ginny tenía en sus brazos al pequeño Ted, que habíaperdido a sus padres antes de tener el conocimiento suficiente como pararecordarles. Harry sintió que debía proteger a ese niño, ya que sabía lo duraque podía ser la infancia de un niño huérfano. A él no le faltaría de nada, sihacía falta, estaba incluso dispuesto a cuidar del pequeño como si fuese suverdadero padre, hasta que tuviese la edad suficiente como para entender quesus padres perdieron la vida para salvar al resto del mundo mágico e inclusoparte del muggle. Tenía muy claro que crearía la imagen de héroes en su mente,y haría que se sintiese orgulloso de llevar el apellido Lupin. El Niño queVivió recordó la fatídica noche en la que se enteró de lo que eraverdaderamente Remus y todas las clases que le impartió el que por aquelentonces era profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras para defenderse delos dementores.
Finalmente, Draco era el que más alejado se encontrabadel pelotón de amigos. Estaba con la cabeza gacha, la manos en los bolsillos ycon aire distante, como si en ese momento no estuviese sobre la Tierra. Su caraestaba pálida por la falta de sueño y el cansancio, y el cabello rubiodesgreñado. Había tratado en vano recomponerse de la pérdida de su madre, peroahora se arrepentía de no haber pasado el suficiente tiempo con ella mientrastenía tiempo, porque ahora ya era demasiado tarde para replanteárselo. Sabíaque la herida tardaría tiempo en sanar.
Era media tarde, y los rayos de sol veraniegos calentabane iluminaban entre los cipreses del cementerio en el que se encontraban. Era undía cálido propio del estío, de no haber sido por las circunstancias, hasta selo podría haber llamado un día alegre.
La familia Weasley e incluso Harry y Hermione habíandedicado tiernas palabras a los fallecidos antes de ser enterrados. Habíanpreparado discursos emotivos, siendo ellos la voz de los que todavía no sesentían con fuerzas para hablar. Solo fueron Draco, George y el pequeño Ted,que evidentemente no podía hablar, los que permanecieron callados durante laceremonia.
Finalmente la familia Weasley al completo comenzó adisolverse, hasta que solo quedaron ante los restos Ron, Hermione y George.Hermione, en un gesto de compasión y dulzura, decidió acercarse en ese momentoa Draco. Ya le había dado el pésame infinidad de ocasiones e incluso le habíapropuesto hablar cuando lo necesitase, pero en ese momento, lo último quehabría necesitado era abrir una yaga más, de modo que aceptó cortésmente, perono llegó nunca a acercarse a ella para contarle lo que de verdad estabasintiendo.
Al acercarse la castaña le dio un abrazo sin mediar unasola palabra. Draco disfrutó los escasos segundos que duró de la calidez de sucuerpo. Finalmente se separaron y Ron le dio un apretón de manos en signo derespeto por el reciente fallecimiento. Al acabar, Hermione comunicó que tantoellos dos como George habían decidido marcharse ya, pero Draco, por su parte,prefirió quedarse unos minutos más a solas y volver a casa paseando. La parejase despidió de él y se marchó.
Al quedarse a solas, Draco levantó la cabeza y sacó porfin la mano derecha del bolsillo para apartarse el pelo de la cara.
Miró la tumba de su madre, a la cual habían enterradocerca del mausoleo donde se encontraba toda la familia Black distribuida entumbas individuales excepto algunas excepciones, en las cuales habían enterradojuntos a matrimonios o familias enteras. Draco decidió por ella (y estabaseguro de que no se equivocaba) que su madre prefería descansar junto con sufamilia biológica, y no en el espacio dedicado a la familia Malfoy.
Respiró hondo un momento, y disfrutó tanto del calor comodel silencio, interrumpido únicamente por el canto de algún pájaro lejano. Elcementerio, o al menos su zona, se había quedado totalmente vacío a esa hora,aunque por la mañana había sido (por desgracia) un bullicio de gente que iba aenterrar a los seres queridos que habían caído en la batalla.
Miró alrededor un instante cuando se dio cuenta de que nomuy lejos de allí había una chaqueta tirada en el suelo. Reconocía haberlavisto esa mañana entre las personas que lo habían acompañado, de modo que seacercó a ella y la recogió, ya que sabía que podría devolvérsela a su dueña encuanto volviese a casa.
Se trataba de una chaqueta de punto negra, un colorinusual para Luna Lovegood. Draco casi se había quedado pasmado de que la chicacontase con ropa tan discreta en su armario, pero no había dicho nada. Ellasimplemente se había limitado a ir entierro tras entierro junto a ellos, y sucabellera rubia se había fundido con la marea de cabelleras pelirrojas quehabían predominado. Ella, las pocas veces que había mirado a su alrededorDraco, siempre la había visto también en su propio mundo.
Se quedó delante de Narcissa unos minutos más, hasta quesintió una presencia detrás de él, pero no se giró, puesto que no esperaba anadie.
-Pensaba que se me había caído aquí- la voz ligera yaguda de Luna resonó a sus espaldas, mientras la chica ponía toda su atenciónen el suelo por donde pisaba y de donde Draco acababa de recoger su chaqueta.
-¿Es esto lo que buscas?- habló él también en voz másbien baja y con tono cansado. Ella, al mirarlo, simplemente asintió y se acercóa cogerla de sus manos con delicadeza. Se quedó un rato quieta a su lado hastaque habló.
-¿Puedo hacerte compañía?- Draco simplemente asintió,tratando de ser cortés, y así se quedaron ambos antes Narcissa, quietos y en unabsoluto silencio.
DE NUEVO (Y COMO SIEMPRE) PERDÓN POR HABER DEMORADO TANTO Y, COMO LLEVO YA UNOS CAPS DICIENDO, A ESTE FIC YA APENAS LE QUEDAN CAPS, ASÍ QUE ESPERO QUE DISFRUTÉIS LO POCO QUE QUEDA POR ESCRIBIR Y POR LEER :)
MUCHOS BESOS Y HASTA PRONTO.
Cuando comenzó a anochecer, Draco ofreció a Lunamarcharse. Decidieron hacerlo caminando, para que Draco pudiese despejarse detodo lo que llevaba en ese momento cargado a sus hombros. Luna, de forma muyextraña, respetó el silencio que sobre ellos se cernía cuando se dieron lavuelta para marcharse. No hizo ninguno de sus comentarios fuera de lugar ni secomportó de manera extraña. Por una sola vez parecía una persona de lo másnormal. Insólitamente.
Caminaron entre cipreses en silencio y casi oscuridadhasta salir a las calles. Atestadas por muggles que salían a disfrutar del buentiempo, ajenos a lo que podrían haber perdido si la guerra mágica no se hubiesedecantado a su favor. Draco los miró largo rato. Algunos eran callados ytranquilos. Otros gritaban o jugaban. El Mafoy más joven suspiró, pensando entodo lo que acababa de perder.
De pronto, la mano de Luna se posó sobre su hombro yapretó intentado animarlo, aunque sabía que era prácticamente inútil, pero almenos tenía que intentarlo, sino su presencia allí era totalmente inútil. Ellale sonrió y siguió la marcha. Draco trató de esbozar una sonrisa, pero no debiósalirle demasiado bien, porque Luna hizo una mueca extraña.
Continuaron caminando en silencio y mirando a sualrededor la gente que no paraba de pasar por ambos lados. De pronto, y sin queLuna se lo esperase, Draco habló con voz ronca y algo rota.
-Gracias- dijo sin más. Ella no se hubiese esperado queun Malfoy le agradeciese nada, y mucho menos de aquella forma tan casual. Sepreguntó si lo haría por compromiso, porque era un momento de debilidad oporque de verdad se sentía agradecido por no haberlo dejado solo.
-Los amigos se apoyan entre ellos- respondió ellasimplemente- y ahora tú eres nuestro amigo. No tienes nada que agradecer, soloesperar apoyo de nosotros, al igual que nosotros recibimos el tuyo- Luna,mientras hablaba, no lo miraba a él, sino que tenía los ojos perdidos entorno alo que le rodeaba, taciturnamente, como si sus pensamientos y sus palabras nofuesen por el mismo camino.
-Ya, pero gracias de todos modos- insistió él, algoextrañado e incómodo por la afirmación que acababa de hacerle. No se esperabaque de pronto le fuesen a nombrar "amigo" aunque en el fondo ya lo sabía. Habíaapoyado a Harry, Ron y Hermione lo mejor que pudo, eso si no en un amigo, almenos sí lo convertía en persona de confianza o grata.
Continuaron caminando en silencio. El camino hastaGrimmauld Place era bastante largo andando y algo pesado, pero a Draco le sirvióde infinita ayuda para despejarse de todo el embotamiento que había sufrido sumente en el corto lapso de tiempo de aquellos días que habían transcurrido.
Cuando habían pasado varios minutos más, Luna volvió aromper el hielo.
-¿Vas a quedarte con nosotros en el 12?
-Supongo que sí- admitió con voz cansada- no quierovolver a casa, temo que mi padre esté allí y es a la última persona a la quequerría ver en este mismo instante. Además, supongo que la compañía de gente mevendrá bien. Y también quiero ayudaros a lo que sea necesario. También habéissufrido pérdidas importantes.
-Haremos piña y lo superaremos todos juntos- Luna frotócon su mano el brazo de Draco. Mientras hablaban se habían parado de nuevo enmedio de la acera.
-Eso espero. Después de todo lo que ha pasado, merecemosser felices. Espero que algún día todo vuelva a ser como antes- suspiró él.
-Sucederá, solo necesitamos tiempo para sanar. Pero aligual que todo llega, todo pasa. Saldrá el sol.
Siguieron caminando en silencio hasta que finalmentellegaron a Grimmauld Place. Ron, Hermione y George se encontraban en la cocina,recogiendo algunos platos que habían utilizado para cenar. Por una vez, nohabía cenado toda la familia junta. Hermione abrazó a Draco tratando deinfundirle ánimos y él verdaderamente lo agradeció. Ron se despidióeducadamente de él y todos subieron las escaleras a las habitaciones.
Luna le preparó leche con galletas a Draco y ella se sirvióalgo de té. Se sentaron uno enfrente del otro y Luna habló:
-Sé que es difícil para ti. Pero debes olvidarla. Es unmal momento para despedirte de dos mujeres a las que tanto querías, pero asísolo acabarás haciéndote daño, Draco.
-Lo sé- admitió él sin saber del todo por qué- lo sé.Pero no es fácil, por un momento pensé que estaba tan cerca
Pero supongo quees mejor así. Tendré que hacerme a la idea- se quedó un buen rato pensativo ypreguntó- ¿Cómo lo has sabido?
-No soy tan idiota como todos piensan- se encogió dehombros y pegó otro sorbo a su taza de té.
-Yo no he dicho que seas idiota
-Pero lo has pensado. Como todos. No te preocupes. Nuncame ha molestado que sea así. A veces es mucho mejor parecer tonto, las cosasson mucho más fáciles- Draco se quedó perplejo, pero prefirió no seguirpreguntando nada. Notó algo extraño en Luna. En su forma de expresarse, o en sumirar, o en sus actos, pero no era la misma Luna de siempre, o al menos no erala misma Luna que él había conocido en Hogwarts. Había algo más maduro que decostumbre en ella.
-¿Necesitas algo más, Draco?- preguntó ella levantándose.
-No. Muchas gracias, estaba desmayado- Luna fregó ambosvasos con rapidez mientras Draco limpiaba lo mejor que le fue posible la mesa.
-Ya es tarde, vayamos a dormir y mañana nos encontraremosmejor- Luna se acercó a Draco- buenas noches.
En forma de despedida, Luna le dio un abrazo a Draco y semarchó. Él se quedó sin pensar nada un rato en la cocina. No pensaba nada,porque no sabía qué pensar.
Mil perdones por haber tardado tanto en actualizar. Solo queda un capítulo más y un epílogo tipo 19 años después como el de JK Rowling. Espero que os haya gustado el capítulo y el fic en general. Estoy algo nerviosa por el final, pero bueno, en algún momento tenía que llegar. Gracias por el apoyo y muchos besos.
-Sabes que nosotros estaremos aquí, y si decides que ya no quieres estar más solo, únicamente tienes que buscarnos- Hermione le colocó la mano en el hombro. Se hallaban en la habitación de él en Grimmauld Place, donde había pasado las dos últimas semanas. Entre ellos dos habían hablado en algunas ocasiones y, aunque no habían nombrado el tema en absoluto, lo que había pasado entre ellos provocaba tensión en el ambiente cuando estaban juntos. A Draco tal vez no le hubiese gustado dejar ese cabo suelto y habría agradecido poder hablarlo largo y tendido con ella, pero en vistas de que Hermione prefería no sacar el tema, lo dejó pasar. De todas formas, y en vistas de que al día siguiente se iría para mucho tiempo de su lado, aún mantenía la esperanza de que Hermione decidiese solucionarlo en ese momento.
-Lo sé- asintió Draco, aunque no estaba absolutamente de seguro de volver algún día. A veces la distancia era el mejor remedio para el dolor. Y ahora que su cometido junto al Trío Dorado ya estaba cumplido, nada lo mantenía unido a sus vidas. Y Hermione conocía ese hecho aunque le costase aceptarlo. No querer nada con Draco no significaba que no le fuese a doler su marcha, y mucho menos sin saber cuándo iba a volver a verlo.
-Draco- empezó Hermione, y por algún motivo Draco supo que la corazonada que había tenido no le fallaría. Hermione por fin parecía estar dispuesta a hablar del tema- ya te dije que lo sentía, pero aun así creo que la forma en que lo hablamos la última vez no fue suficiente. Teníamos otros problemas más importantes y la idea creo que te cogió un poco por sorpresa. Así que es ahora o nunca.
Hermione hizo una pausa para que Draco pudiese hablar y decir lo que pensaba, pero él no sabía qué decir, de modo que simplemente le dio pie a que continuase hablando.
-¿Y bien?- Hermione lo miró un momento. Luego comenzó a hablar.
-Sé que puedes pensar que he jugado contigo, y lo siento. Hubo un tiempo en el que creí que me gustabas y de verdad sentí algo por ti- tomó aliento con aire trágico y continuó hablando- pero Ron siempre estuvo ahí, de una manera u otra. Aunque pensase que nunca iba a suceder o creyese que él no estaba hecho para mí. Al final, todo lo que durante estos años habíamos estado reprimiendo y ninguno de los dos llegamos a saber por qué, explotó. De verdad, me siento fatal contigo y creo que ya lo sabes pero si me necesitas para algo, me tienes.
Draco apartó la vista y la dirigió hacia el suelo. No le había dicho nada que ya no supiera, de modo que tenía la sensación de que aquello que tanto había estado esperando no aportaba nada nuevo. No sabía el por qué había llegado a sentir algo por él, ni cuánto había llegado a sentir, ni si en algún momento había pensado en él como el chico de su vida o había sido algo pasajero desde el principio. Ni sabía nada de lo que deseaba saber, en resumen. De todas formas intentó agradecer que, por poco que hubiese hecho, había tenido la valentía de dar el paso.
-No pienso que hayas jugado conmigo- mintió. No iba a conseguir nada haciendo que se sintiese mal, así que pensó que era mejor mentir y dejar correr ese tema que tanto le dolía. Era paradójica la situación. Años de odio, días de amor y finalmente indiferencia para curar la sensación que tenía en ese momento de angustia- es mejor que lo dejemos pasar y lo olvidemos. De verdad.
-Lo siento mucho- se reiteró ella, afligida y sabiendo que el bienestar de Draco solo era una fachada.
-No importa. En el amor estas cosas pasan. No te preocupes- Draco se levantó lentamente de la cama y apretó con cuidado el hombro de Hermione a modo de despedida. Sabía que si no salía de la habitación en ese mismo momento, acabaría por derrumbarse a causa de la presión.
Draco cogió la bolsa de mano que tenía con las pocas pertenencias que tenía es ese momento y salió por la puerta de madera. Bajó las escaleras lentamente y se despidió de la señora Weasley y Harry, los únicos que andaban por la cocina en esos momentos.
Pensaba que ya estaba todo hecho cuando, al salir al exterior con el sol del mediodía, encontró a Luna esperándolo.
-Creía que te ibas a despedir de mí- comentó ligeramente afligida.
-No te he visto en toda la mañana- se excusó Draco- de haberlo sabido te hubiese buscado. Creía que no estabas.
-¿Dónde iba a estar sino?
-Pues no sé...- Draco se sintió algo incómodo por la situación, pero Luna no se mostró mucho más molesta y le dio un abrazo de despedida. Él se lo devolvió, agradecido, aunque con la conversación de Hermione todavía taladrando su mente. No sabía por qué, pero parecía que Luna sabía cuando le hacían daño y estaba en el lugar y momento indicados para consolarlo.
-Que tengas suerte- deseó ella al separarse- Vuelve algún día.
-Lo haré- prometió. Antes había pensado en que tal vez no volvería nunca, sin embargo en ese momento supo que sí que iba a hacerlo, y tal vez no tan tarde como había planeado minutos atrás.
Draco respiró hondo y se desapareció.
Pronto sus pies tocaron hierba blanda y recién regada, la cual sentía aplastarse bajo sus zapatos. Había llegado el momento de hacerlo. De enfrentarse a todos esos fantasmas a los que había temido durante casi un año entero.
La Mansión Malfoy se alzaba más clara que nunca hacia el cielo azul de verano. Las plantaciones que su madre solía cuidar con esmero abrían un sinfín de perfectas flores al calor del verano, otorgando al paisaje un ambiente colorido y alegre. Los árboles lucían sus mejores trajes de hojas verdes, cada cual de un tono diferente.
Draco avanzó por el camino de piedras hasta llegar al timbre. Lo tocó al modo muggle, esperando que algún elfo doméstico abriese. Grande fue su sorpresa cuando la puerta se abrió sola.
La casa, aunque por fuera parecía un paraíso, por dentro prestaba una imagen desoladora. Una fina capa de polvo lo cubría todo y hacía que brillase de forma sucia bajo la luz del día. No había un solo elfo, de modo que pensó que habían huido o que durante la guerra se había deshecho de ellos. Avanzó por el vestíbulo y se paró justo en el umbral de la puerta que daba al salón, donde su padre se hallaba sentado en el sofá.
Lucius llevaba el pelo muy largo, y algunas canas comenzaban a hacerse de notar entre el rubio platino. La barba le había crecido y a Draco se le antojó que parecía un indigente de no ser por la carísima capa verde esmeralda que lucía. El bastón donde solía guardar la varita estaba tirado por el suelo, pero la cabeza de serpiente plateada no se encontraba en ningún lugar. Lucius estaba por primera vez en presencia de Draco sin varita y totalmente indefenso.
-Pensaba que no ibas a volver jamás- habló Lucius sin mirarlo, con los ojos grises y cansados aún perdidos en el suelo. Su voz había sonado ronca, como si se hallase en una especie de resaca o algo por el estilo.
- Tenía que volver- habló Draco duramente- a no ser que te hayas deshecho de todo, aquí están todas mis pertenencias. Puede que las necesite ahora que ya se ha calmado todo.
-Nunca vas a perdonarme.
-Ya te respondí a esa pregunta en su momento- lo interrumpió- por si te interesa saberlo, la tumba de Narcissa es...
-Sé cuál es. Yo también he ido a visitarla- Lucius miró a su hijo, quien parecía una estatua de hielo en el umbral de la puerta. Solo hablaba, pero no mostraba a la luz ningún tipo de sentimiento- ¿Vas a quedarte?
-Solo mientras no tenga adónde ir.
-No hay elfos- puntualizó Lucius tristemente.
-Lo he notado. Pero tranquilo, puedo valerme por mí mismo.
Draco en ese momento se dio la vuelta y subió las enormes escalinatas de mármol hasta su habitación. Todo estaba tal y como lo había dejado, solo que más sucio. La cama estaba perfectamente hecha aún con ropa de invierno. Las estanterías se encontraban llenas de pergaminos y libros como la última vez, y los ventanas estaban cerradas, haciendo que el ambiente fuese espeso. Draco las abrió de par en par, dejando que el ambiente estival bañase la estancia.
Derrotado, y sin saber muy bien qué hacer o por qué había ido allí y no a cualquier otro sitio, se sentó en la cama y se llevó las manos a la cabeza.
Allí pasó el resto de la tarde, tumbado y pensando en qué había hecho o debería hacer a partir de ese momento en su vida. Irse de Grimmauld Place había marcado un antes y un después en su trayectoria, y por eso tenía que pensar en lo que debía venir después de eso. Ya se había lamido las heridas bastante, ahora el pasado era pasado y nada podía cambiarlo, de modo que tenía que echar miradas al futuro y ver qué debía hacer a partir de ese momento.
Al caer la noche sintió que el hambre comenzaba a hacer mella en él, de modo que se acercó a la cocina y vio qué quedaba por allí.
Únicamente encontró algunas patatas que todavía estaban comestibles y algunas cortadas de baicon congelado.
Se puso patosamente manos a al obra y finalmente consiguió componer una cena decente. Con un suspiro y pensando si debería hacerlo o no, distribuyó la comida equitativamente en dos platos.
Comenzó a comerse uno de ellos sobre el mismísimo banco de la cocina. No era la comida de la señora Weasley, pero ya estaba acostumbrado a no comer delicadezas debido al viaje que había emprendido. Disfrutó de la comida en soledad y se sintió algo más reconfortado, aunque no supo describir exactamente el motivo. Después, tragándose todo el orgullo que lo caracterizaba, cogió el segundo plato y subió al salón de nuevo, donde su padre se hallaba exactamente igual que esa tarde. Draco no pudo evitar preguntarse cuántos días llevaba en esa situación.
Dejó con cuidado el plato de la cena sobre la mesita auxiliar en silencio. Como único contacto, padre e hijo se miraron un instante a los ojos. Draco sintió lástima por Lucius, pero aun así el orgullo le jugó una mala pasada y se marchó sin decir nada de nuevo a su habitación.
-Gracias- escuchó de boca de su padre mientras se alejaba de nuevo. No era ni de lejos un buen comienzo para una nueva vida. Pero era un comienzo, al fin y al cabo.
Espero de verdad que os haya gustado este capítulo. Es el último antes del epílogo y me ha salido más largo de lo normal, pero habían demasiadas cosas que decir y muy poco espacio para ello.
Gracias por haber llegado hasta aquí.Muchos besos19 AÑOS DESPUÉS.
James y Albus discutían en los asientos traseros del coche, mientras un agobiado Harry conducía hacia la estación y Ginny tiraba la toalla en sus intentos por poner paz entre ellos. Parecía ser que James encontraba especialmente divertido molestar a Albus con respecto a la casa que le sería asignada.
Llegaron a la abarrotada estación en quince eternos minutos. Esperando dentro del andén se encontraban Ron y Hermione acompañados de Rose y Hugo. Animados, Hugo y Lily hablaban de cómo sería Hogwarts y conjeturaban acerca de a qué casa serían seleccionados cuando por fin les llegase el momento. Por su lado, James ya se había escabullido hacia el tren para dejar todas sus pertenencias y buscar a algún amigo, tal vez. Albus por fin disfrutaba de la liberación de su hermano y sus charlas sobre Slytherin mientras que a su lado, Harry, Ron y Hermione hablaban sobre el examen de conducción muggle de Ron.
Juntos esperaban a los que faltaban, mientras James, que acababa de llegar, gritaba a los cuatro vientos que había pillado a Victorie y Teddy juntos en el tren. No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que Luna entró en el andén, cogiendo de la mano a la pequeña Narcissa, la cual contaba sólo con cinco años. A su lado, Scorpius tiraba de su carrito, entusiasmado ante su primer año en Hogwarts. Nada más verlo llegar, James comenzó a hacer sus habituales bromas sobre Slytherin, provocando que Albus se pusiera más tenso, mientras que Luna excusaba a Draco, quien no encontraba lugar para aparcar.
El niño rubio miró un momento al mayor de los Potter y, seguro de sí mismo, dijo.
Puede que también vaya a Ravenclaw. Por si no lo habías notado, en Hogwarts hay más de dos casas todos sonrieron, puesto que aquel niño recordaba a Draco mucho más de lo que él mismo se podía imaginar. Con once años ya poseía su carácter altivo, aunque también manifestaba la tranquilidad y parsimonia de su madre.
Y qué James no se dio por vencido y contraatacó Albus y tú iréis cogiditos de la mano por la sala común de Slytherin...
¿Qué pasa con Slytherin? sin que nadie se diese cuenta, Draco acababa de hacer acto de presencia y miraba con aire divertido la situación. Conocía las bromas de James acerca de su casa, pero nunca se había atrevido a manifestarlas en su presencia, hecho que hacía más graciosa la situación.
Oh, Dracohabló Harry, con la clara intención de molestar a su hijo y devolverle el sufrimiento que les había hecho pasar a él y Ginny toda esa semana parece que James tiene prejuicios acerca de Slytherin.
Salvado por la campana. Antes de que pudiese James hablar, el primer aviso para que las alumnos subiesen al tren inundó todo el andén, de modo que James aprovechó, le dio un beso a sus padres y a su hermana y salió lo más rápido posible de allí, arrancando algunas carcajadas entre los adultos.
Luna y Draco se alejaron un poco para despedirse de su hijo, y lo mismo hicieron Ron y Hermione para despedirse de Rose. Harry y Albus se quedaron un momento solos.
No quiero ir a Slytherinse quejó el niño.
¿Estás plenamente seguro de ello? hizo una pausa llevas el nombre de dos grandes directores de Hogwarts, uno de ellos era Slytherin y fue probablemente el hombre más valiente que he conocido nunca. Pero por si eso no te convence, mira a Draco, él también fue Slytherin y todo hubiese sido más difícil sin su ayuda, además, a pesar de todo, yo no creo que sea una mala personamiró a su hijo a los ojos y compuso una sonrisa de todas formas, si estás seguro de que quieres ir a Gryffindor... El sombrero atiende tus peticiones. Conmigo lo hizo.
¿En serio? preguntó el niño, incrédulo. Harry sonrió y revolvió su pelo en silencio a modo de despedida.
¿Me escribiréis? preguntó a sus padres.
Todos los díasprometió Ginny.
No, todos los días no. James dice que los alumnos sólo reciben cartas de casa una vez al mes.
No creas todo lo que James te diga. A él le escribimos todas las semanas.
Albus esperó pacientemente a Rose, quien todavía hablaba con su padre.
... Quiero que lo superes en todo. Gracias a Merlín has heredado la inteligencia de tu madre le decía totalmente convencido Ron a su hija.
¡Ron! No los enemistes antes de entrar al colegiose quejaba Hermione a sus espaldas.
¡No los enemisto! Solo le digo lo que debe hacer. No quiero que te juntes con él más de lo necesario ¡Tu abuelo no te perdonaría que te casases con un sangre limpia!
Hermione gruñó y apartó de un empujón a Ron de enfrente de Rose.
No le hagas caso a tu padre. Júntate con quien quieras y ten muchos amigosle decía mientras arreglaba por última vez el cabello pelirrojo de Rosiequiero que apruebes todos los exámenes. Disfruta de Hogwarts le dio un beso en la frente y dejó que se reuniese con Hugo y Scorpius, quienes la esperaban para subir al tren.
¡Que no se te olvide dar de comer a los Thestrals los fines de semana!gritó Luna a su hijo. Scorpius parecía algo abochornado, ya que resultaba ridículo que su madre quisiese que diera de comer a seres que no podía ni ver, pero le prometió que lo haría, de modo que asintió débilmente y subió de forma rápida al tren.
Harry siguió la estela el expreso mientras se despedía con la mano en alto de Albus. Cuando no pudo continuar andando por el andén y vio como el tren se alejaba por la esquina hacia su destino, Harry se dio la vuelta para encontrarse con Ginny. Al bajar la mano, se tocó casi sin darse cuenta la cicatriz.
Estará bien prometió ella.
Lo sé.La cicatriz no le había dolido a Harry en diecinueve años. Todo iba bien.rn
Quiero agradecer, en este último capítulo, a todas las personas que han ido comentando y leyendo esta historia desde el principio. Hace más de un año que llevo escribiéndola y, puede que a muchos les parezca una tontería, pero para mí es muy importante ponerle fin a una historia que ha llevado tanto trabajo.
Sobretodo en fics que llevan tanto tiempo siendo escritos, se puede apreciar el progreso que se hace en la forma de escribir y, aunque sé que el principio y los primeros capítulos distan mucho de ser aceptables, les tengo un cariño especial, porque son mis principios en la escritura. Sean mejores o peores ahí están.
Muchas gracias por todo y espero que os haya gustado esta historia.
PD: aún no está seguro, pero en vistas de que no he aclarado la situación de la familia Malfoy, puede que haga un capítulo extra, aunque solo si os interesa leerlo, o sino dejo así la historia puesto que este en realidad iba a ser el final, pero he pensado un poco tarde eso de los Malfoy.
En fin, ya se verá lo que se hace.Muchos besos.
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2024-12-01
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