Miles de lucecitas le rodeaban, paseaba entre ellasmaravillado, llorando lagrimas saladas. Caricias de arena, la brisa marina abrazándole, Ninfas de orejas puntiagudas ybelleza innegable adornaban su cabellocon conchas y algas de seda. Sin embargo, el joven no estaba interesado enellas, estaba absorto con lo que veía a lo lejos. Al final de la playa, sobre el bravo mar, enel más puntiagudo de los acantilados, se atisbaba un castillo imponente, siendoadornando eternamente por inquietas Hadas poseedoras de pequeñas ytransparentes alas. Sonriendo ante el mágico paisaje, se dejo arrastrar por lossaltarines elfos, los cuales se habían asomado por esos lares, no sabría decir exactamentecuando, para tirotear curioso de suextraño pantalón. El muchacho, junto con sus enanos acompañantes, se dirigió ansiosohacia el camino de piedrecillas. Era una calzada mareantemente serpenteante, elojinegro tenía serias dificultades para mantenerse en pie, y, al parecer, encaminaba a hacia el barranco.
Después de infinitas curvas, árboles mágicos gruñones, caídasestrepitosas, tirones de pelo a causa de la desesperación (imagínense horas sinen la más absoluta oscuridad con unos duendes bromistas como guía), un baño enlos lagos ardientes (con los consecuentes gritos de sorpresa y dolor), bruscosempellones por parte de unos hiperactivos duendes; al fin podía atisbar unverdoso prado, el brillar del sol cegándole los ojos, con una sonrisa radiante pintada en su rostro gracias a la reciénrecuperada libertad.
Se despojo de cualquier atisbo de timidez que podría habertenido hasta ese momento, la cual, de hecho, poseía; corrió como si su vida deello entre los hierbajos, volando sin alas, acompañado por el pasto, con losgnomos siguiéndole cual corte. Llegaron sin aliento a una puerta de madera, coninscripciones talladas, el medio ahogado humano la rozo suavemente, de repente,se abrió. La brisa se llevó consigo asus locos amigos, dejándolo solo contemplando aquel mundo fantástico, miles depasillos se veían ante sí, todo tipo de seres paseaban entre ellos; sonreían,la felicidad bailaba en el ambiente. Trucos y guías de videojuegos
Un reflejo llamó su atención, dirigió la vista en esadirección, frunció el ceño medio curioso medio extrañado. Un conejo corríaapresurado, con un reloj en la mano, nervioso por el acelerado tic tac de este,el animalito no reparó en el joven que le miraba maravillado. Perseguido por élsalto a un agujero eterno, sin final aparente, guiándoles al brillante mar dePeter. Eterna niñez les fue otorgada al bañarse en esas aguas, el tiempo serompió en miles de añicos, perdidos entre los sueños de Nunca Jamás
Despertó. Y lo hice sobresaltado, menudo salto que dio,qué había sido todo eso. ¿Un sueño? tal vez, o quizás lo había vividorealmente. Quién sabe, algún día, puede, y solo puede, volverá a la mansión dela Fantasía, en sueños o realmente. Pero, qué más da eso, si la vida es unsueño, y los sueños, sueños son.
El cuento de la mansión de la Fantasía - Fanfics de Harry Potter
Miles de lucecitas le rodeaban, paseaba entre ellasmaravillado, llorando lagrimas saladas. Caricias de arena, la brisa marina abrazándole, Ninfas de orejas pu
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2023-02-27
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