El mundo se paró. Todo había quedado estático, todo menosaquel lugar.
Él no podía creer que aquella diosa de la naturaleza lehubiera cogido de la mano. Ella no podía creer que fuese a hacer aquello,solamente por una tonta apuesta.
Nadie reparaba demasiado en ellos, cada uno estabapreocupado por sus propios asuntos. Quizá alguno de sus amigos sí hubierannotado ese detalle. Para los amigos de él, todo un acontecimiento. Para los deella, algo previsible si se tenía en cuenta su juego.
Las luces del local giraban rápidas a su alrededor, el humode los cigarrillos creaba una especie de densa niebla que enturbiabadañinamente el entorno y la música, junto a los gritos de la gente, hacían queestuvieran como en un mundo a parte, ajenos a todo. Al menos para él, ella tansolo deseaba terminar con esa pantomima lo más rápido posible. Quería olvidarque era una maldita perra, que haría todo cuanto fuera necesario por dinero.
Se sentaron, algo apartados del bullicio del bar ycomenzaron a hablar. Conversaciones estúpidas que no les llevaban a ningúnlado, banalidades estentóreas que alimentaban las ansias carnales de él yhacían que ella se olvidase de su propia naturaleza, de su propio ser mezquino. Todo sobre videojuegos
El torrente de besos hizo acto de presencia. No sabían deque hablar y juntar sus bocas para callarlas era una salida demasiado tentadoracomo para no aprovecharla. Tampoco tardó en llegar el deseo de algo más,incluso por parte de esa fémina caprichosa. Las manos de él recorrían todo elcuerpo de la chica, pidiendo otros lugares que explorar, mientras que laspiernas de ella clamaban por ser abiertas.
Terminaron en una pensión de mala muerte, tan modesta comoél, tan sucia como ella. El chico no podía creer en su suerte, le habíadesvirgado la mujer más bella que había conocido. Al terminar suplicó más de loimpensable por su teléfono, por una segunda cita, por volver a verla. Pero ellano cedió, su misión había concluido, había ganado la apuesta y la sola visiónde ese chico hacía que sus tripas se removieran.
Se fue, dejándole a él tirado en la cama, con pena en losojos y con el corazón vacío.
Él y ella - Fanfics de Harry Potter
Él no podía creer que aquella diosa de la naturaleza lehubiera cogido de la mano. Ella no podía creer que fuese a hacer aquello,solamente por una tonta apue
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2024-11-19
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