Observó de un lado al otro, esperando que nadie lo viera. Y salió rápidamente de la Sala de Menesteres, pensando en lo que acababa de ver.
Había visto a Longbottom entrar varias veces allí para hacer sabrá que cosa, y un día, el idiota dejó la puerta entreabierta y él aprovechó para seguir al Gryffindor. Sintió unas grandes ganas de reírse de él, al ver como se paraba en frente de un espejo, donde su reflejo le revelaba que Longbottom se encontraba llorando. Obviamente el aprovechó para salir de su escondite (que era detrás de un viejo armario), y burlarse de él. No iba a perder una buena oportunidad como esa de hacer que él se sintiera inferior.
Después de que Longbottom se había largado llorando, como un obeso niño llorón que era, Draco aprovechó para observarse un momento en ese espejo que parecía tener miles de años. Cualquiera que lo viera pensaría que sin duda él era el más atractivo de esa escoria de Hogwarts, no ese cara rajada de Potter.
Dió unos pasos atrás al ver lo que el espejo le mostraba, ¿qué clase de estúpida broma era esa?
Él estaba con una sonrisa... una que no había tenido en años, que decía que se sentía completamente feliz. Su cabello se veía mucho más brillante de lo normal, y su piel no se veía tan pálida como lo estaba en ese instante. Pero eso no era lo que más le sorprendía, sino la castaña que tomaba su mano y le sonreía con felicidad. Su cabello se encontraba tan incontrolable como siempre, pero le daba un toque infantil que le hizo dar ganas de sonreír, sus ojos marrones tenían un brillo diferente al que tenían cuando lo veían. Sus ojos siempre lo solían ver con rabia, ira... como si lo que menos quisiera en ese momento fuera verlo a él. Pero, el reflejo de su espejo le daba una mirada diferente a la que le daba todos los días; lo miraba con aprecio, cariño... ¿amor?
Negó repetidamente con su cabeza, y miró a su lado, esperando ver a la Granger junto a él, y poder gritarle, insultarla, y preguntarle qué demonios hacía ella allí. Pero no se encontraba a su lado, más bien; ni siquiera se encontraba en la Sala de Menesteres. Volvió su vista al espejo, donde Hermione lo acompañaba. Pero ahora, ambos se miraban con cariño, amor, deseo y se dieron un pequeño beso. Dulce, apasionado... un beso que parecía que ambos habían estado esperando desde la primera vez que se habían visto.
Y Draco, apesar de no ser él quien la estaba besando, pudo disfrutar un poco aquel beso. La escena cambió a una donde ambos se encontraban desnudos desde la cintura hacia arriba, y los envolvía un humos rosado pálido que cubría sus partes bajas. Su beso había subido varios tonos, y las manos de él se encontrabn en su cintura, apretandola a él. Ella gimió en sus labios y Draco no pudo evitar bajar la mirada a los senos de Granger, que se encontraban contra su pecho; debía admitir que ella estaba bien dotada.
Draco parpadeó y ahora era sólo él en el espejo, observándo su reflejo, se sorprendió al ver que estaba llorando, ¿cuán habían empezado las lágrimas a descender por sus mejillas? Aunque la pregunta correcta sería: ¿por qué mierda estaba él llorando?
Salió rápidamente de la Sala de Menesteres, y cerró la puerta detrás de él después de asegurarse que no había nadie en ese pasillo. Fue directamente al baño de los prefectos y se lavó la cara y volvió a observarse en el espejo, teniendo una vaga esperanza de que la imágen del espejo de la Sala de Menesteres volviera a mostrarse ante él. Pero sólo era él.Escuchó un sonido de agua moverse detrás de él y volvió rápidamente su cuerpo para ver quién era la persona que lo acababa de descubrir en tan penoso momento.
Joder, ese no era su día.
Hermione Granger se encontraba detrás de él con nada más que una fina toalla con el signo de Gryffindor que se acoplaba a su cuerpo. Nunca había notado el buen cuerpo que la leona tenía, claro, no era un cuerpo como el de Pansy Parkinson (que se basaba en unos senos gigantes y un trasero exagerado), pero la chica tenía su encanto.
Ella simplemente se limitó a lanzarle una mirada, y Draco entendió que ella quería que se largará. Extrañamente él hizó caso, no tenía ganas de insultarla o... bueno, no tenía ganas de nada.
Se dirigió a sus sala común esperando que estuviera completamente vacía, se sentía muy raro. Como un peso en su pecho.
Su corazón se había acelerado cuando vió a Granger cubierta sólo con esa toalla que por un momento hizo que quisiera quitarsela y hacer de todo y a la vez nada con ella. Su 'amiguito' se había descontrolado.
Entonces pensó.
¿Por qué ese espejo le mostró eso? ¿Acaso te mostraba el futuro? ¿Acaso él y Granger iban a tener un futuro juntos? Dentro de él deseaba que fuera así, deseaba que Hermione lo quisiera como él la quería a ella.
Espera, ¿qué?
¿Acababa de admitir que él gustaba de Granger? No había manera en el infierno de que él sintiera algo por esa... sangre sucia. Esa sangre sucia de la cuál no había parado de tener sueños desde ese día.
Desde entonces empezó a observarla con más frecuencia, y la analizaba. Notó que tenía unas cuantas pecas que salpicaban con gracia su respingona nariz. Eran once en total. Notó que cada vez que estaba con Weasley se ponía nerviosa y sus ojos lo miraban de una manera muy diferente a la manera en que veía a San Potter. Cómo deseaba que ella lo mirará a él de esa manera.
Cada noche se preguntaba si ella alguna vez llegaría a sentir lo mismo que él siente por ella, y si lo iba a hacer, cuánto iba a tardar en hacerlo. Porque él, por más que le costará admitirlo, necesitaba estar con Hermione; a veces se imaginaba que era él a quien ella miraba con amor, y no a la comadreja. Quería que ella lo amará, quería tener una relación más que la suya de sangre sucia-sangre pura. Quería tenerla.
Observarla cada día se le estaba haciendo un hábito, que ninguno de sus "amigos" habían parecido notar. Era como su pasatiempo favorito. Y ella nunca lo había atrapado viéndola, estaba demasiado ocupada para notarlo hablando con Weasley y Potter; y en cierta parte lo agradeció.
Draco se preguntaba que tenía esa sangre sucia que tanto le llamaba la atención, porque no podía ser como el resto de chicas, más... ocupadas en llamar su atención u odiarlo, que en salvar el mundo junto a sus tontos amigos.
Un día, ella se le acercó, con las chispas de enojo saliendo de esos hermosos ojos marrones que no hacían nada más que robarle el sueño a nuestra querida serpiente rastrera.
"Mira, Malfoy. Si crees que no he notado las veces que me has mirado estás muy equivocado. Así que o paras de hacerlo, o te haré parar. No se me es agradable que una sucia serpiente como tú; tienes suerte de que no le haya dicho ni a Harry ni a Ron, porque ellos se hubieran encargado de ti. Aunque no los hubiera necesitado, yo misma te hubiera roto la nariz; no se me haría difícil hacerlo otra vez. Aléjate."
Sucia serpiente.
¿Así era como ella lo veía a él? ¿Una sucia serpiente? ¿En serio le daba tanto asco como él creía que le daba? No hizo nada cuando se le acercó y le dijo todas aquellas palabras que no hacían más que repetirse una y otra vez en su cabeza, tampoco intentó en explicarle a sus amigos de que hablaba aquella chica. Claro, como todo en Hogwarts, su conversación con la leona se había propagado por todo el colegio tan rápido como su escoba de quidditch.
"Seguro que Granger se enamoró de él y Draco le rompió el corazón."
"Pobre sangre sucia, cree que tendrá una oportunidad con él."
"Qué idiota."
"Lo más probable es que Malfoy se haya acostado con ella y Granger malpensó las cosas. Tonta."
Draco escuchaba ese tipo de estúpidas suposiciones (y otras peores) y sólo le provocaban unas inmensas ganas de reír. ¿Qué él le rompió el corazón a ella? Ojalá. Porque en ese instante, el único que tenía el corazón roto de los dos, era él.
Y entonces lo supo, lo supo cuando la veía riendo agraciadamente con Weasley; cuando alzaba la mano como si quisiera tocar el techo cuando hacían una pregunta en clase; cuando la veía tan ansiosamente insistir en que deberían respetar los derechos de los elfos domésticos, usando ese ridículo sello con las iniciales P.E.D.D.O.; cuando defendía a un niño menor siendo molestado por, usualmente, su grupo de amigos; cuando se la pasaba horas y horas encerrada en la biblioteca para tener un poco de "lectura ligera"...
Así fue como lo supo, así supo que Hermione Granger nunca lo vería nada más que como una sucia serpiente, y peormente sentiría algo por él con tanta fuerza como él sentía eso (aún no le podía dar un nombre) por ella. O nunca sentiría algo por él, aparte de un gran odio.
Draco Malfoy estaba enamorado.
Pero ella nunca sería de él.
[---]
Hello! Bueno, esta historia me ha estado rondando en la cabeza hace mucho, y creanme, mucho tiempo. Pero sólo tenía una vaga idea, no sabía como podía empezarla, no sabía si le iba a poner un final "feliz" (aunque los finales felices no existen, así como tampoco existen los finales), o algo más parecido a la realidad. Siempre me ha parecido que Draco sentía algo más hacia Hermione, y soy una fiel seguidora de Dramione (de eso y el Harmony, Romione no me gusta mucho :c pero admito que se ven muy lindos juntos), así que me dije ¿por qué no? Y ahora me di cuenta de porque no, no sé si me explico. Draco y Herms nunca tendrán un futuro juntos donde podrían ser felices, no en todo el sentido de la palabra, para empezar, Ron es el mejor amigo de Hermione (sin mencionar que la ama muy ron-maticamente, ¿vieron lo que hice? ¿eh? bueno sigo) y dudo que algún día el llegue aprobar su relación con Draco, ni siquiera un poco (aunque nunca se sabe), pero creo que Herms no tendría una vida completamente feliz sin tener a uno de sus mejores amigos apoyándola en sus decisiones. Así como no creo que ella llegué a sentir algo por él (no me maten >.<). Bueno! Espero y les haya gustado este pequeño corto que he escrito con mucho cariño (tres tazas de café fuerte, leer diez cortos de Dramione sin lindos finales para darme una idea más grande, excavar muy profundo en mi imaginación, un par de sonrojos de mi parte al escribir algo hot ggg). Besos :3
P.D: Lamento si hay algún tipo de falta ortográfica, Microsoft Word no sirve en mi computadora por lo cual escribo en Word Pad que no me dice mis faltas.
Espejo de Oesed - Potterfics, tu versión de la historia
Observó de un lado al otro, esperando que nadie lo viera. Y salió rápidamente de la Sala de Menesteres, pensando en lo que acababa de ver. Había visto a Lo
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2024-09-21

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