Estoy embarazada... - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Genial. Siento nauseas de nuevo
¿Por qué? Mi madre y Primdicen que estoy mal del estomago, que se me pasara, aunque, la verdad, yo nocreía eso.

Me levante y baje a tomar desayuno con mi familia. Tomamosdesayuno en silencio, concentrándonos en la comida, cuando terminamos ayude aPrim a levantar la mesa y de pronto sonó el timbre.

Prim fue a ver quién era mientras yo seguí levantando lamesa, pronto volvió con Peeta siguiéndole los pasos. Me emoción tanto verlo,aunque lo había visto ayer
me saludo con un tierno beso y me invito a dar unpaseo.

Salimos de mi casa y empezamos a caminar por todas las casasde la aldea de los vencedores, no hablamos, solo con tocarnos las manos nosdecíamos muchas cosas
esa era la razón por la que estaba tan enamorada dePeeta, las palabras no eran necesarias entre nosotros.

 

De pronto sentí un dolor muy fuerte en el vientre, meretorcí de dolor por unos 3 segundos, y al final sentí que algo se movía dentrode mi
eso me robo una sonrisa.

- Katniss ¿estas bien?

- Si, no te preocupes. Pero, si no te molesta megustaría irme a casa ya.

- Claro, anda. Yo también debo ir a la mía.

Me despedí de él con un beso y simule que me iba a mi casa.Cuando vi que Peeta entraba a la suya, empecé a correr hasta la casa deHaymitch. Cuando llegue, lo encontré tomando, como siempre, cogí una silla y mesenté enfrente de él.

- Tenemos que hablar, ahora.

- ¿Qué quieres?

- En primer lugar, ¿puedes dejar de tomar por unrato? Ya estas demasiado borracho.

- Si eso te hace feliz, ésta bien.

- Haymitch, creo que estoy
embarazada.

En ese momento vi como la borrachera se le pasaba de ungolpe, de pronto estaba normal y me sentí aliviada porque ahora podríamoshablar más tranquilamente.

- ¿Cómo es eso de que crees de que estasembarazada?

- Siento nauseas cada vez que veo comida, pero nopuedo evitar comerla
y hoy sentí que algo se movía dentro y
me hizo muyfeliz, la verdad.

- ¿Y qué pasa con eso de que los niños no estabanen tus planes?

- Es cierto no lo estaban
pero, ahora que loestarán, me siento feliz.

- ¿Cuánto tiempo tienes?

- No tengo ni la menor idea. Y lo peor de todo esque no sé quien

- Katniss, no sigas.

-
es el padre, si Gale o Peeta.

Sentí una respiración, sentí como de la emoción pasaba depronto a la tristeza y finalmente a la rabia. Voltee la cabeza y me encontrécara a cara con Peeta.

- Así que no sabes quién es el padre.

- Peeta, yo

- ¿Sabes qué? Seguro es Gale, siempre lopreferiste a él ¿no?

- No Peeta, por favor, escúchame

- Y una cosa más, no me vuelvas a buscar.

Salió muy molesto de la casa de Haymitch, y a pesar de quesu casa quedaba a cuatro de la de él, escuche como tiraba la puerta y despuéscomo la pateaba. Me entraron unas ganas tremendas de ponerme a llorar, Haymitchme abrazo por detrás y me dijo algo al oído, tan cerca que pude sentir sualiento, con olor a licor.

- Te recomiendo que se lo digas a Gale y despuésaverigües quien es el padre de ese bebe.

Lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza, despuésde eso empecé a correr, a la vez que lloraba hacia mi casa. Cuando llegue, cerréla puerta y me derrumbe ahí mismo, empezó a llorar descontroladamente
depronto sentí como unos brazos me acunaban y me consolaban suavemente, como sifuera un bebe.

 

- Katniss, calma, calma.

- Gale

- ¿Qué paso? Escuchamos un portazo, y después apareciste
¿estas bien?

- Físicamente, si
emocionalmente, no.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Podemos hablar a solas?

- Claro, salgamos.

- Prepararemos la cena. ¿Te quedas Gale?

- Si, gracias.

Salimos y me quede mirándolo, sus ojos, iguales a los míos yno sé porque, me imagine a nuestro bebe
igual a él. Al siguiente segundo mesentí avergonzada de mi misma por pensar en eso, porque la verdad no era segurade que este bebe fuera suyo.

- Gale, tengo algo que decirte y es muyimportante.

- Te escucho.

- Te acuerdas de esa vez, en que te habían dado delatigazos, después en la noche yo estaba velando por ti y "eso" paso.

- La mejor noche de mi vida.

- Bueno ese no es lo que quería decirteespecíficamente.

- ¿Entonces?

- Solo espero que no te molestes.

- Me estas asustando.

- Gale
estoy embarazada, y la verdad no estoysegura de quien es el bebe, cabe la posibilidad de que sea de Peeta.

- Katniss, ¿qué?... no
no
¡no me importa! Esposible que sea padre, y encima con la chica que amo.

- ¿Pero
no estás molesto?
quiero decir, también estála posibilidad de que sea de Peeta.

- Tengo la corazonada de que ese bebe es mío,nuestro.

Me sentía alegre por lo que dijo, pero a la vez culpable,¿qué se sentiría vivir el resto de mi vida con Gale? ¿Qué sería de Peeta sieste bebe fuera de Gale? O viceversa
tenía muchas más preguntas sin respuestaque rondaban por mi cabeza, me empezó a doler terriblemente.

- ¿Katniss estas bien?

- Si, si, es solo que me duele mucho la cabeza.

- Debe ser un síntoma del embarazo. Vamos a tucasa.

- Claro, y hazme un favor, no le digas a mi madre,solo nosotros tres y Haymitch lo sabemos. Ya veré yo cuando sea el momentoadecuado para decírselo. ¿Ya?

- No te preocupes, mi boca permanecerá sellada.

Los siguientes días Gale cuido de mí como si fuera un bebe,mi madre y mi hermana preguntaron a cada rato la razón por la cual Gale mecuidaba a cada rato, lo único que les decía era que estaba compensando por sertan hostil por todo el asunto con Peeta. Ellas aceptaron, aunque no las notabamuy convencidas, pero después de muchos días de preguntas no volvieron apreguntar y se quedaron con esa respuesta, en paz.

Después de una semana decidí que ya era hora de saber cuántotiempo tenia de embarazo, y así poder saber de una vez por todas quien era elpadre de mi bebé.

Esa mañana salí de mi casa con la excusa de ir a cazar, peroen vez de eso me dirigí hacia el hospital para saber cómo estaba mi embarazo.

- Srta. Everdeen entonces ¿17 años y un embarazo?

- Déjeme decirle algo, deje de meterse en mi vidapersonal y dígame si mi bebe está bien.

- Claro, y disculpe por la intromisión.

- Gracias.

- Bueno ¿y cuanto tiempo tiene?

- La verdad no lo sé doctor, es mi primerarevisión.

- Bueno, échese en la camilla.

Me eche y él me empezó a pasar una maquina por mi vientre, yen su pantalla salió una pequeña cosita que era mi bebé. El doctor se pasoexaminando mi vientre como por diez minutos más.

 

- Bueno, Srta. Everdeen, en primer lugar déjemedecirle que su bebé se encuentra en perfecto estado, según mis sospechas serániño y usted tiene dos meses de embarazo.

- Muchísimasgracias.

Salí corriendo del hospital, pensando en mi bebé, así que teníados meses, debía ir a decírselo inmediatamente a Gale
cuando pensé en él me dicuenta de que lo nuestro había pasado hace como tres semanas
en cambio conPeeta había estado hace dos meses aproximadamente.

¡Peeta! Él era el padre de mi bebe, era nuestro bebe, teníaque buscarlo y darle la noticia cuanto antes, le iría a preguntar a Haymitchdonde podría estar

Entre corriendo en su casa y lo encontré almorzando, con unabotella de licor a su lado, mirando a la nada.

- ¡Haymitch! Tengo dos meses.

- ¿Excelente noticia?

- ¿Es que no lo entiendes? Yo estuve con Peetahace como dos meses, lo mío y de Gale fue hace tres semanas, no hay forma deque sea su bebé.

- ¡Ay no! Esto no está bien.

- ¿Qué quieres decir? Todo está bien, tendré unbebé con Peeta.

- No entiendes, no aguanto más estar sin ti,creyendo que tendrías un hijo de Gale, ahora se está dirigiendo al bosque y nopiensa pasar por debajo de la alambrada.

- ¿Cómo no va a pasar por debajo de la alambrada?Ahora esta electrificada todo el día, está loco

- ¿Lo entiendes ahora?

- Tengo que detenerlo
no, no puede morir ¡no!

- Katniss, deja de gritar y anda a detenerlo.

Ni siquiera le respondí, salí corriendo de su casa a buscara Peeta, tuve la corazonada de que sucedería por la Pradera, corrí lo másrápido que pude, el lugar estaba al otro lado de la Aldea de los Vencedores.Cuando llegue a la Pradera lo vi parado a unos cuantos metros de la alambrada,tomo una gran bocanada de aire y empezó a avanzar hacia ella.

- ¡Peeta, por favor no lo hagas!

Cuando estaba a unos cuantos pasos de la alambrada, escuchomi grito de suplica, volteo a mirarme y se detuvo al darse cuenta lo mucho quehabía corrido solo para protegerlo.

- Katniss, déjame.

- No, no lo hare. No te dejare. Por favor, solo tepido que me escuches, cuando acabe te dejare el camino libre para que hagas loque quieras.

- Está bien. Habla.

- Hoy fui al hospital para ver cómo estaba mibebé, el doctor me dijo que estaba muy bien, y que sospechaba que es un niño.También me dijo que tengo dos meses.

- Bien por ti. Tienes que ir a decírselo a Gale¿verdad? Querrá saber cómo esta su hijo.

- Es que Peeta, no lo entiendes. Yo he estado conGale hace tres semanas, y no estoy orgullosa de eso; y Peeta hemos estadojuntos hace como dos meses ¿no te das cuenta? El bebé es tuyo.

- ¿Qué?

- Pero, no te preocupes, ya no importa
ya te dijelo que tenía que decirte, ahora puedes hacer lo que quieras.

Le di la espalda y empecé a caminar hacia cualquier lugar,ya no importaba la verdad. De pronto sentí que alguien corría detrás de mí, mecogía por la cintura, me volteaba y me daba un tierno y muy dulce beso en loslabios.

- Lo siento tanto Katniss, fui un estúpido, nodebí actuar así cuando estabas hablando con Haymitch, lo siento tanto.

- Si, es cierto fuiste un estúpido, pero esimposible no perdonarte.

- Gracias
así que ¿tendremos un bebé?

 

- Sí, pero hay un pequeño problema.

- ¿Cuál?

- Gale. Es que esta tan ilusionado con tener unbebé
bueno no exactamente un bebé, sino uno nuestro, y no quiero ver sureacción al enterarse de que es nuestro.

- Tienes razón. ¿Vamos a decírselo?

- No, primero a mi madre. Tiene que saberlo de unavez por todas.

- Está bien, vamos.

Caminamos cogidos de la mano, hablando sobre nombres, Peetaestaba ansioso por que ya naciera. Cuando llegamos a mi casa los nerviosempezaron a brotar rápidamente.

- Calma, todo saldrá bien.

Sus palabras me reconfortaron bastante, saber que siempreestaría a mi lado apoyándome, me ayudo un montón. Entramos en mi casa y nosencontramos con mi madre y Prim, preparando la cena.

- Mamá ¿podemos hablar?

- Claro, hija dime.

Pero Peeta me interrumpió, se acerco a mi madre y le dijoalgo al oído, a ella se le salió una lágrima y le asintió a Peeta. El Portal de los Acrósticos imaginativos

- Peeta ¿qué
?

- Katniss, lo único que he hecho es pedirlepermiso a tu madre.

- ¿Para qué?

- Para hacer esto.

Peeta se arrodillo frente a mí, saco un hermoso anillo de subolsillo y yo solo podía pensar en lo increíble que era Peeta y en lo mucho quelo amaba. También me alegro que tuviera el balo para pedirle permiso a mi madreenfrente de mí.

- Katniss Everdeen, con el permiso de tu madre,¿te casarías conmigo?

- Si.

- Gracias.

Se paro y me beso, yo le rodee el cuello y le devolví elbeso con mucho entusiasmo, sin siquiera importarnos que mi madre y mi hermanaestuvieran viéndonos.

Cuando nos separamos, me di cuenta de que tenía que decirlede mi embarazo a mi madre, así que me volví a armar de valor.

- Mamá
gracias por darle permiso.

- No hay problema, el es un excelente muchacho.

- Bueno
ahora lo que te quería decir
veras, esque

- Esta embarazada, lo sé.

- ¿Cómo lo sabes?

- Por todos los cuidados que Gale te daba, lasnauseas, al principio creí que de verdad estabas mal del estomago, pero luegome di cuenta que no era eso.

- ¿Y no estás molesta?

- Katniss, no, al contrario me alegro. Tambiénsupongo que el padre de ese bebé es Peeta ¿verdad?

- Sí, pero no sé como decírselo a Gale, esta tanilusionado.

- Cariño, tienes que decírselo, ahora que sabesque Peeta es el padre, esas ilusiones están mal.

En eso sentimos que abrían la puerta, solo podía ser Gale,mi madre le había dado una llave para que entrara, esta vez los nervios casihacían que me desmayara. Cuando Gale entro a la cocina se quedo perplejo al verque Peeta estaba ahí.

- ¿Qué hace él aquí?

- Yo lo traje.

- ¿Por qué? Solo conseguirás que sufra más.

- Gale, solo hay una persona que sufrirá aquí
yeres tú.

- ¿Qué quieres decir?

- Hoy fui al doctor a ver como estaba mi bebé, medijo que muy bien y que tenía solo dos meses
nosotros hemos estado juntos hacetres semanas, lo siento pero no hay forma de que sea tu bebé.

Lo que paso a continuación fue que Gale se puso rojo derabia, mi madre y Prim se asustaron mucho, sentí un dolor agudo en mi vientre, mepuse la mano ahí, cuando el saque estaba completamente roja, después todo sepuso negro.

Cuando desperté me encontré con Prim, poniéndome unashierbas en el vientre, seguro estaba asegurándose para que no le pase nada maloal bebé. Peeta estaba mirándome, con los ojos rojos, aunque no podía saber siestaban así porque no había dormido o porque había estado llorando.

 

- ¿Qué ha pasado?

- Mejor yo los dejo.

Prim se fue a su cuarto llorando, por alguna razón verlallorar me dieron ganas a mi también de hacerlo, pero no porque ella loestuviera haciendo, sino porque la razón por la que ella lloraba le daban ganasa ella también, aunque no sabía cuál era esa razón.

- Has estado inconsciente por tres días.

- No me acuerdo muy bien que ha pasado.

- Gale
te dio un golpe de rabia en el vientre alenterarse de que no era su bebé, yo fui tras él, pero depuse de un rato lo perdíde vista
cuando regrese estabas inconsciente.

- ¿Y mi bebé? Está bien ¿verdad?

- Katniss, el golpe fue demasiado fuerte
tu madretrato de salvarlo, trajimos al doctor que te vio, pero nos dijo que ya era
demasiado tarde.

- No, no ¡NO! ¡Eso no es posible! ¡No!

- Katniss ¿crees que yo no me siento así? Acabamosde perder a nuestro bebé, por culpa de Gale.

- Le odio, ¡le odio!... tengo que ir a matarlo.

- Eso ya no es necesario. Tu madre está en suvelorio

- ¿Qué?

- Cuando lo perdí de vista, se desapareció, nadiesupo de él por dos días y al tercero
bueno lo encontraron colgando de unacuerda en una casa abandonada, pero no era la tuya.

- Sigo odiándolo
quiero sentir pena, pero nopuedo
me quito a mi bebé.

En ese momento me eche a llorar desconsoladamente, Peetatardo como una hora en tratar de calmarme, cuando llego mi madre volví a llorarde nuevo, ninguno podía consolarme por tan gran pérdida
al cabo de un ratoPeeta también se puso a llorar, aunque no tanto como yo, trataba de ser fuerte,por mí, pero no era tan fácil saber que acabas de perder a un hijo.

Después de ese día Peeta prácticamente se mudo con nosotras,dormía conmigo porque todas las noches tenia pesadillas con el bebé, pesadillassobre diferentes muertes, la peor fue cuando soñé que yo misma me clavaba uncuchillo en el vientre y no sentía el mas mínimo remordimiento por haberlohecho. Peeta no se molestaba en tener que despertarse para calmarme, lo únicoque quería era que estuviera bien
había noches en las que velaba mi sueño,toda la noche despierto, por mi.

Después de estar en ese plan por dos meses, decidí que nopodía estar así para toda la vida, le dije a Peeta que quería ir a dar un paseoy el acepto de inmediato, alegre de que al menos estuviera tratando de superarmi dolor.

- ¿Te sientes mejor?

- Mucho la verdad, gracias a ti.

- Te amo Katniss, tenía que protegerte, no dejarque te derrumbaras.

- Lo sé, tal vez es por eso que yo también te amo,siempre estás ahí para mí, cualquiera sea la razón.

Sin darnos cuenta habíamos llegado hasta La Veta, Peetanunca había estado allí, yo sonríe por su cara de curiosidad de ver todas esascasas.

- No entiendo por qué tanta curiosidad, todas lascasas son las mismas.

- Siento curiosidad porque quiero saber cuál es tucasa.

- Es aquella.

Le señale mi casa, se veía tan solitaria, extrañaba muchoese lugar, ahí es donde yo crecí, a veces me gusta caminar hasta aquí, sentarmeen el suelo de mi casa y solo pensar.

 

- Vamos.

Peeta me arrastro hasta adentro, había traído una bolsa conté, una tetera y unas tasas, preparo el té y solo nos miramos a los ojosmientras lo tomábamos, se sentía tan relajante hacer eso.

Cuando terminamos seguíamos mirándonos, la verdad no se quéplaneábamos hacer haciendo solo eso, pero me gustaba

Al siguiente minuto nos estábamos besando, me sentía feliz,no me importaban las consecuencias de lo que estábamos haciendo, yo queríaempezar de nuevo, tratar de poder sanar mis heridas emocionales y compensar misperdidas.

Cuando me desperté estaba echada en suelo de mi casa de laVeta, Peeta estaba viéndome con una enorme sonrisa en la boca, era la primeravez que dormía en paz, sin ninguna pesadilla.

- Sera mejor que nos vayamos, tu madre estarápreocupada, acaba de amanecer.

- No creo que este preocupada, total sabe que estásconmigo.

- Por eso es que debe estar preocupada, porque estásconmigo.

- Ahhh, claro ya entiendo. Vamos.

Salimos de mi casa y nos dirigimos a la Aldea de losVencedores, no hablamos mucho, solo estábamos cogidos de la mano.

En el camino pasamos por la panadería de la familia dePeeta, cuando olí el pan recién hecho se me hizo agua la boca, pero cuando nosalejamos del olor me entraron muchas nauseas.

Al entrar mi madre y Prim seguían durmiendo así que Peetaempezó a preparar el desayuno. Cuando bajaron no hicieron ninguna pregunta de dóndehabíamos estado, que mi madre no dijera nada me hizo pensar que con todo lo quehabía pasado, ya no necesitaba su permiso, que ya estaba lo suficientementemadura para hacer mi vida, o sea, tener una familia.

Peeta decidió mudarse con nosotras, a mi madre le parecióuna buena idea, total según ella ya había madurado ¿no? Traer sus cosas fuetrabajo fácil, constaban más que nada de su ropa. Me dijo que cuando tuviéramosuna familia nos mudaríamos a su casa, así poder tener más privacidad.

Después de dos semanas de su mudanza, empezó a sospechar,que estaba embarazada de nuevo, mi madre también lo sospecho, pero le dije queno le dijéramos nada a Peeta, hasta estar completamente seguras.

Esta vez ella me acompaño al doctor, me dijo que si queestaba embarazada, tenía un mes, esta vez me dijo que según sus sospechas serianiña, me emocione bastante, era lo mejor que me estaba pasando, sobre tododespués de haber perdido a mi bebé anterior, ahora no había nada ni nadie queme hicieran perder a este. Cuando llegamos a mi casa estaba saltando, me lancea los brazos de Peeta y él me respondió al abrazo, aunque con mucha curiosidadpor mi actitud.

- Katniss ¿Por qué actúas tan raro?

- Porque estoy muy feliz, por eso.

- ¿Y a qué viene tanta felicidad?

- A que seremos papás y esta vez nada lo impedirá.

- ¿De qué hablas?

- Hablo de que tengo un mes de embarazo, de esohablo.

En ese momento me cargo, yo me empezó a reír, al igual quemi madre y Prim, me encantaba verlo tan feliz.

Los nueve meses,tengo que admitirlo, tuve miedo, esto de los niños no estaban en mis planes,sentía terror por si sería una buena madre o no; por otro lado, había días enlos que Peeta se sentía feliz, otros nervioso y me cuidaba mucho junto con mimadre y Prim.

Un día estábamos cenando, todos en la mesa, cuando derepente empecé a sentir contracciones muy fuertes, eso solo quería decir unacosa: mi bebé ya estaba en camino.

Peeta me llevo hasta la mesa donde mi madre curaba a suspacientes, me echo y pusieron no se que para calmar el dolor, ella y Prim mehicieron dar a luz, mientras Peeta trataba de calmarme, pero alguien también teníaque calmarlo a él, los nervios no estaban de su parte esta vez.

Tras 4 horas de estar echada en esa incomoda mesa, nació mibebé, el doctor tuvo razón, fue niña. Mi madre se la llevo para limpiarla yponerle ropa, mientras que Prim ayudo a Peeta a calmarse, después me ayudo a mía cambiarme, me sentó en el sofá, limpio todo y de ahí solo nos sentamos aesperar a que mi madre trajera de vuelta a mi bebé.

Cuando regreso, me sentía feliz y nerviosa a la misma vez,me puso a mi bebé en brazos, Peeta lo único que hizo fue darle un beso en lafrente, luego uno a mí y después se quedo contemplándola. Yo sentí que elterror de ser madre de pronto se esfumaba.

- ¿Cómo la van a llamar?

- Prim, la verdad, ni idea. Tú qué opinas, Peeta

- ¿Qué te parece Rose?

- Me gusta Rose. Hola mi pequeña bebé, mi pequeñaRose.

Mi madre y Prim nos dejaron a los tres solos, les pareció lomás apropiado.

- ¿Cómo te sientes?

- Cansada, adolorida, pero demasiado feliz.

- Vas a ser una gran madre.

- Y tu un gran padre.

Me beso en la frente de nuevo, nos quedamos en silenciocontemplando su hermosa carita, tenía el cabello oscuro, como yo, aun nosabíamos de qué color serian sus ojos, pero querían que fuesen celestes comolos de Peeta.

Ahora nos mudaríamos a la casa de Peeta, para estar a solas,tener más privacidad para poder criar a nuestra bebé, nuestra hija. Pensandomejor, me di cuenta de que quería tener otro bebé, pero esta vez un niño, peroya habría tiempo para eso, ahora solo teníamos que poner nuestra atención eneste bebé, ya habría tiempo para otro más adelante.

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Genial. Siento nauseas de nuevo ¿Por qué? Mi madre y Primdicen que estoy mal del estomago, que se me pasara, aunque, la verdad, yo nocreía eso.

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2024-05-08

 

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