Era sábado. Un sábado en la mañana caluroso como solían serlo los sábados en junio. Pero este día tenía algo especial: era el cumpleaños #5 de Hugo Weasley, el hijo menor del matrimonio de Ron y Hermione. Para esta ocasión, Molly y Arthur Weasley invitaron a toda la familia a La Madriguera. La casa estaba decorada con grandes globos, muñecos flotantes, una linda piñata, mesas en el patio llenas de la comida favorita de Hugo y un gran pastel, suficiente para que cada invitado probara por lo menos dos bocados.
Para el mediodía empezaron a llegar los invitados: George y Angelina, con Fred y Roxanne, sus hijos; Percy con su esposa Audrey, y las pequeñas Molly y Lucy; Bill y su esposa Fleur, con sus hijos Victoire, Dominique y Louis. Por supuesto, Ron y Hermione, acompañados de Rose, su hija mayor, y el pequeño Hugo, el motivo de la reunión. A los pocos minutos llegaron Harry y Ginny Potter, con sus hijos James, Albus y Lilly; y con los Potter un joven destacaba: Teddy Lupin.
Teddy era muy querido en la gran familia Weasley. Y es que, si bien no era familiar directo de ellos, lo querían como tal. Los pequeños de la familia lo adoraban, ya que para ellos era como un hermano mayor al que admiraban; él jugaba con ellos, los hacía reír con sus transformaciones gracias a su capacidad de metamorfomago y siempre los aconsejaba cuando lo necesitaban. Le tenían mucha confianza. Los grandes también lo querían, no solo por ser tan especial con sus hijos, o por ser el ahijado de Harry, sino porque, además de ser hijo de dos personas a las que quisieron y admiraron mucho, Teddy era un chico supremamente inteligente, talentoso, carismático, valiente, alegre, tierno, sencillo y noble. Claramente, había mucho de sus padres en él.
Teddy llegó de la mano de James y Lilly, uno a cada lado, mientras Albus iba con su padre. Apenas los vieron, el resto de los pequeños primos Weasley se abalanzaron hacía él, botándolo al suelo y riendo.
-¡¡Teeeddy!!
-¡¡Teeeeed!!
-¡¡Teddy!! ¡Te estábamos esperando! - dijo Victoire. Teddy se sonrojó, su cabello se puso de color rojo pálido; intento responder pero ninguna palabra llegó a su boca, así que respondió con una tímida sonrisa.
-Gracias, Victoire. A mi también me alegra verte - refunfuñó James, mientras miraba sospechoso a Teddy. Éste noto como Victoire se sonrojaba y evitaba la mirada de sus pequeños primos. A Ted, Victoire siempre la había parecido una chica muy especial, quizá por ser ascendente Veela, o quizá porque por ser la mayor de los primos Weasley, siempre se había llevado muy bien con ella.
Después del incómodo momento, los chicos se pusieron a jugar, reír, hacer guerras de pasto, correr, y botarse al suelo a buscarle figuras a las nubes; mientras, los más grandes se dedicaban a hablar, reír, recordar historias o contarse las buenas nuevas. A lo lejos, Ted vio a Ron hablar con Bill y Percy; estaba seguro de que estaría contando de nuevo la historia de como destruyó un horrocrux, o como abrió la Cámara de los Secretos. Teddy se apresuró por alejarse un poco más. No quería escuchar esa historia de nuevo.
Teddy se levantó del suelo procurando no hacer ruido,mientras los chicos seguían mirando al cielo y haciendo bromas; se alejórápidamente y se sentó bajo un gran árbol que daba una tranquila sombra. Queríadescansar al menos 5 minutos. Él sabía que quería mucho a los pequeños, peroapenas eran las 4 de la tarde y él ya estaba agotado; además, quería estar unrato con su apariencia normal y no con el cabello de colores, nariz de elefante ypico de pato para complacer a los niños. Mientras lanzaba la cabeza hacíaatrás, cerraba los ojos y su cabello se ponía de un lindo azul turquesa, Teddypensó en la verdadera razón por la que se había alejado. A él le encantaba oírlas historias sobre las aventuras de Harry y sus amigos, sabía mucho sobre loque fue Lord Voldemort, y gracias a las clases de "Historia de la Magia" y alos relatos de los más grandes, también conocía muy bien lo que fue La Batallade Hogwarts unos 15 años atrás.
Pero había una historia algo relacionada sobre la que él noconocía, y no era porque nadie supiera nada al respecto o porque no quisierancontarla
era porque él nunca había querido oírla. >>Cuando Teddy tenía 7 años lepidió a Andromeda, su abuela, y a Harry, su padrino, que no le contaran quehabía pasado con sus padres. Ninguno de los dos lo había entendido, especialmenteHarry; a él le encantaba cuando la gente hablaba de sus padres, y habría dadolo que fuera porque los Dursley hubieran sido sinceros con él cuando tenía laedad de Teddy. De hecho, Harry no pudo evitar sentir algo de enojo al escucharlo que Teddy dijo, le parecía injusto con Remus y Tonks; aun así, ambos aceptaron lo que el niño les pedía.<<
Ahora, Teddy se encontraba bajo el gran árbol, con 15 años yrecordando precisamente ese momento. Nunca conoció a sus padres, los amaba y porcómo la gente lo trataba cuando decía que era su hijo, deducía que habían sidobuenas personas. Entonces, ¿por qué no quería escuchar nada acerca de ellos? Locierto es que la verdad le aterraba. El hecho de saber cómo habían muerto, porqué no estaban junto a él el día que murieron, ¿qué estaban haciendo? ¿Qué podíaser más importante que su hijo recién nacido? Pensar en que él había sido un error en la vidade sus padres lo asustaba. Simplemente, siempre había pensado que no queríasaberlo, no había necesidad, pero hoy
- - ¿Por qué te nos escondes, Ted? - Teddy reconocióesa voz femenina al instante mientras despertaba de sus pensamientos.
- - ¡Hola Victoire! Yo solo estaba
descansando unpoco. Ustedes sí que saben sacarme el jugo - respondió.
- -¡Hey! Ya era hora de que hicieras un poco más deejercicio que jugar quidditch. Además, algo me dice que en realidad estás preocupado,triste o afligido por algo - dijo Victoire con un dejo de preocupación.
- - ¿Qué? ¿Por qué lo dices? - respondió Teddy algoconsternado.
- - Bueno, tu cabello se puso café mientras "descansabas",y tu expresión no es precisamente la de alguien que "descansa" - le dijo lachica.
Teddy la miró desconfiado, no le creía. Él no solía llevarsu cabello café, no era muy de él. Victoire lo notó, y rápidamente sacó de unpequeño bolso que llevaba colgado, un espejo circular y le mostró a Teddy supropio reflejo. Era cierto. No sabía en qué momento su cabello había cambiadode un hermoso azul turquesa, a un café pálido. Y es que, ese color solo lohabía visto una vez: en una vieja fotografía que su abuela tenía en suhabitación, una fotografía de una boda, la de sus padres. En ese momento, lepareció ver en el reflejo del espejo a su mismo padre. Ahora entendía el cambiode su cabello.
- - ¿Y entonces? - dijo Victoire para romper lo quepareció ser un largo silencio - ¿Qué te pasa? ¿Es por qué entras a quinto año?Todos dicen que es muy difícil porque es el año de los TIMOS - No estaba muy segura al decirlo, pero fue lo primero que se le vino a la mente.
- -¡Oh, sí, claro! - mintió Teddy mientras le devolvía el espejo a Victoire. Lo de los TIMOSera una excusa perfecta, aunque él sabía que en realidad esa no era una preocupación para él - Es mucha presión, ¿sabes? No paran de decirme loimportantes que son y como influirán en mi futuro. Es aterrador.
Por alguna razón, parecía queVictoire no le creía. Ella suponía conocer al chico y no parecía seguro de loque le había contestado. Además, sabía que él era muy inteligente y losexámenes nunca lo habían preocupado lo suficiente; él sabía que teníapotencial. Ella lo miró desconfiada, pero prefirió no discutir con él. No erael momento; así que se levantó, le tendió la mano para ayudarlo a levantar yjuntos caminaron lentamente de vuelta. Mientras caminaban Teddy pensaba en suspadres, en su abuela, en Harry y sus amigos, pero el pensamiento que más lopreocupaba en ese momento, era el hecho de que Victoire lo conociera tan bien.Eso lo asustaba un poco a decir verdad. Cuando llegaron vieron que los pequeñosWeasley ahora estaban en una especie de montonera sobre James.
- ¡He e e y
Ted! ¡¡Ayú
da
me con
es
tooo!! - DijoJames a media voz y con mucho esfuerzo mientras todos sus primos (y Ron) seabalanzaban sobre él. Ted no pudo evitar reír, y notó que su cabello se tornabade un alegre y vivo naranja. Se abalanzó sobre los chicos, mientras hacíansufrir un poco a James, quien siempre los atormentaba con sus bromas. Ted logróque de su mente se alejaran todos esos pensamientos que surgieron cuandodescansaba bajo el árbol.
Eran alrededor de las 6:00 pm. A pesar de que los chicos habían jugado toda la tarde, no parecían tener ganas de descansar y volver a casa. Sin embargo, no eran ellos quienes decidían.
- ¡¡Ya es hora de entrar!! - gritó Molly Weasley para asegurarse de que todos la escuchaban.
- ¡¡¡NOOOOO!!! - se oyó al unísono.
- ¡¡Por favor, abuela!! - dijo el pequeño Fred.
- ¡Solo 5 minutos más! - rogó Rose.
- Ya fue suficiente por hoy, querida - respondió tranquilamente Molly.
- ¡¡No es justo!! - protestó James.
- ¡Vamos, mamá! Déjalos solo un rato más - intervino Ron. Molly lo fulminó con la mirada. A pesar de los años, Ron aún le temía a esa mirada. - Ehhhh... mejor obedezcan a su abuela, chicos, ella tiene razón. Ya es tarde.
Los chicos volvieron a refunfuñar.
- ¡Vamos! ¡Esta bien! Comeremos mucho pastel, tomaremos jugo de calabaza - se dirigió a Hugo - abriremos los regalos, y - bajó el tono de voz para asegurarse de que solo los pequeños lo escuchaban - jugaremos con los productos de Sortilegios Weasley. Traje algunos - les guiñó el ojo y esbozó una gran sonrisa.
- ¡¡Siiii!! - Gritaron y entraron corriendo a casa. Teddy sabía que eso los animaría ya que Molly les había prohibido usarlos, y solo Fred y Roxanne, los hijos de George, conocían a la perfección los sortilegios. Por otro lado, a Teddy nunca le habían prohibido tal cosa, así que también conocía muy bien los sortilegios, además de que eran muy famosos en Hogwarts.
Lilly se lanzó a la espalda de Teddy; él la sujetó por las piernas y entró a La Madriguera con ella cargada; ella jugaba con el cabello de él, mientras él lo hacía cambiar constantemente de varios colores.
- ¡Hey! ¡No! ¡Eso no está bien! ¡De regreso a casa me tendrás que llevar a mi! - dijo James entre celoso y emocionado.
Teddy le lanzó una tierna y grande sonrisa y despeinó su cabello.
Todos entraron a La Madriguera. En la mesa había un gran pastel en forma de H; la crema era de varios colores y tenía chispitas de chocolate en los bordes, y en el centro había una gran vela en forma de número 5. Los chicos se sentaron alrededor del pastel y empezaron a untarse los dedos de crema. Lilly bajó de la espalda de Teddy y se unió a sus primos. Ted se quedó con su padrino junto a la puerta mirando sonriente a los chicos.
- ¡¡No!! ¡¡No!! ¡Ya les he dicho cientos de veces que no hagan eso! ¡Arruinarán el pastel! - Dijo Molly mientras apartaba los dedos de los chicos del pastel. Luego se dirigió a los adultos - ¡Acérquense! ¡Cantaremos el cumpleaños!
Todos se reunieron alrededor de la mesa. George prendió la vela, y de ella salieron grandes chispas de fuegos artificiales, y formaron en el aire un "¡Feliz cumpleaños #5, Hugo!", cada letra de un color diferente y al rededor del mensaje se formaron cientos de figuras que encantaron a todos. La familia entonó el "Feliz cumpleaños" mientras Hugo emocionado miraba el pastel y pensaba en su deseo. Cuando terminaron de cantar, los fuegos artificiales desaparecieron y sobre el #5 se formó una pequeña llama de fuego. Hugo cerró los ojos, sonrió y apagó la vela soplando. Hermione lo abrazó y lo llenó de besos, Ron también lo abrazaba. Poco a poco todos fueron acercándose a él a felicitarlo, excepto una persona... Molly estaba del otro lado de la mesa, mirándolo con orgullo y alegría, mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
- ¿Qué pasa, mamá? - dijo Bill mientras se aceraba a Molly.
- Nada, nada... es solo que... - dijo Molly entre sollozos mientras se secaba las lágrimas - ¡Ah! ¡Es que es igual a Ronald cuando pequeño! ¡Me parece que fue ayer cuando era él a quien le cantábamos! - y se dirigió a Ron apretujándole las mejillas.
- Mamá... - dijo Ron entre avergonzado y enternecido.
Molly se acercó a Hugo, lo abrazó, lo llenó de besos. Lloraba otra vez. El pequeño se veía un poco incómodo por tanto amor. Parecía que se fuera a asfixiar.
-Mamá, ya déjalo o no llegará a los 6 - dijo George.
Poco a poco, Molly lo soltó y le sonrió. Sacó su varita hizo un par de movimientos con ella y de la cocina salieron unos cuchillos que partieron grandes trozos de pastel que se posaron sobre los platos. Al instante, estos se dirigieron a cada una de las personas que había en casa. Mientras todos comían, ella estaba rebuscando en un gran baúl que había en la sala. Al cabo de varios segundos sacó dos álbumes y se sentó en un sillón en medio de Ted y George. En la portada de cada uno de los álbumes había una letra grande; en uno una R, y en el otro una H. Abrió ambos álbumes al tiempo, y Teddy pudo ver en ambos la foto de un pequeño bebé con unos cabellos rojos y lleno de pecas. Por un momento, pensó que era el mismo niño.
- ¡Míralos! ¡Es que son idénticos! - Decía Molly con una gran sonrisa y lágrimas en los ojos de nuevo.
- Si, salvo que Hugo produce ternura, mientras que Ron me hace querer devolver este pastel - dijo George.
Ron quiso responder; su cara estaba tan roja como su cabello, pero Hermione lo sujetó por el brazo y le dio un tierno beso en la mejilla, y dijo - Yo creo que es muy dulce - Él se calmó y le devolvió una sonrisa. George hizo un gesto como de asco. Luego con una sonrisa cogió el álbum de Ron, pasó la página y la sonrisa de su cara desapareció. Parecía que lo hubieran petrificado. Quedó quieto, mudo, mirando la fotografía que había al otro lado de la página. Teddy se fijó rápidamente en la fotografía y lo entendió: En la foto estaba el mismo pequeño de la página anterior, pero esta vez parecía que estuviera a punto de llorar; el niño estaba en medio de otros dos pelirrojos. Los chicos eran iguales, y reían mientras le jalaban las orejas al pequeño del centro. Teddy lo reconoció. A pesar de que nunca lo conoció, sabía que George tuvo un gemelo llamado Fred, que había muerto hace ya 15 años en la Batalla de Hogwarts, que era la otra mitad de George y que él nunca había superado su partida. Teddy creyó entenderlo. Él no tenía hermanos, pero James, Albus y Lilly eran como sus hermanos; no se alcanzaba a imaginar como se sentiría si alguno de ellos... no... no podía ni imaginarlo. Aunque luego pensó >> Pero, ellos no son mis hermanos, en realidad. Siempre los Potter y los Weasley me han dicho que soy "como de la famiia", nunca que "soy de la familia" No, yo no podría entender a George, no <<.
Teddy se fijó en George, seguía mirando la foto petrificado. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero él las detuvo rápidamente. Molly lo miró con tristeza y le sujetó el brazo; también sus ojos estaban llenos de lágrimas.
- Yo... ehhh... voy al baño. Ya vuelvo - dijo George con mucho esfuerzo. Se levantó con brusquedad, dejó el álbum en una mesita y subió las escaleras rápidamente. Ted sabía que en realidad George no iba al baño, él sabía que George no dejaba que lo vieran llorar. Nunca.
Hubo un largo silencio en la habitación. A todos se les habían enrojecido los ojos. A Molly, Angelina, Hermione, Percy, Ron, y los pequeños Fred y Roxanne, las lágrimas les resbalaban por las mejillas. Nadie supo que decir. Después de varios y largos minutos, Arthur Weasley levantó su varita y más y más álbumes salieron del baúl del que Molly había sacado dos álbumes minutos antes, y se posaron en una mesa que había en medio de la sala. - ¡Vamos! ¡Cojan uno! Les aseguro que hay muy buenas fotografías - dijo el Sr. Weasley, aunque en su voz no pudo ocultar la nostalgia.
Con cierta timidez, y lentamente, cada uno fue cogiendo un álbum y viendo las fotografías que había dentro. Poco a poco el ánimo de la habitación fue subiendo, el ambiente se sentía más cómodo y se fueron escuchando risas y griticos de exclamación.
Teddy ya llevaba 3 álbumes. Le encantaba ver en esas fotos a los Weasley cuando eran pequeños, a Harry con su uniforme de quidditch de Gryffindor, o incluso a él mismo junto a todos los nuevos miembros de la familia Weasley que habían nacido en los últimos 15 años. Con una gran sonrisa fue por el cuarto álbum, pero cuando lo abrió y se fijó en la primera fotografía sintió como el corazón se le detenía. Parecía que el mundo se había detenido, en realidad no lo sabía, ni le importaba. Dejó de oír, no sabía donde estaba, ni con quien, no veía más allá de aquella fotografía.
En la fotografía habían 4 personas. En el lado izquierdo estaba la Sra. Weasley con un lindo y sencillo vestido azul claro, su cabello arreglado y una linda sonrisa. Muy distinta a como Ted solía verla. Al otro extremo, en el lado derecho estaba el Sr. Weasley con un traje elegante y sonriente a la cámara. Pero los que estaban en el medio eran los que interesaban a Teddy: una mujer con un hermoso pero sencillo vestido blanco que le llegaba a las rodillas, una sencilla corona hecha con flores, un cabello de color rosa chicle, grandes ojos que brillaban con luz propia y la sonrisa más grande que Teddy hubiera visto jamás. Ted nunca vio una mujer tan hermosa. Y junto a ella, un hombre más alto, con un traje muy elegante; tenía cicatrices en la cara, el cabello café y con varias canas, unos bellos ojos color miel; su sonrisa era más discreta, pero noble y sincera como ninguna. El hombre expresaba tanta tranquilidad que el chico sintió que podía seguir viendo esa fotografía por años.
Por supuesto que Teddy los reconoció: eran sus padres el día de su boda. Se amaban, de verdad sus padres se amaban. Él podía notarlo. En ese momento, volvieron las dudas que le habían llegado a la mente unas horas antes bajo el árbol, y que, en realidad, lo habían atormentado toda su vida. De hecho, esa fotografía le produjo aún más dudas de las que ya tenía. Entonces lo decidió, era el momento, no quería esperar ni un segundo más:
- Harry, ¿podrías contarme sobre mis padres?
- ¿Qué? - Harry no daba crédito a lo que oía.
- Quiero que me hables sobre mis padres - dijo de nuevo Ted.
- Emmm.... ehhhh... claro, claro - dijo Harry aún sorprendido - Cuando lleguemos a casa...
- No - lo interrumpió Ted - Ahora. Necesito saberlo - dijo con firmeza.
Harry se veía algo nervioso y confundido.
- ¿Puedo saber qué te hizo cambiar de opinión?
- No lo sé. Solo siento que necesito saberlo, y no quiero esperar más tiempo. Me lo he negado a mi mismo, a ti y a mi abuela por muchos años.
- Tu abuela... ella y yo acordamos que cuando quisieras escucharnos, te hablaríamos juntos y...
- Pero ella no esta aquí ahora - lo interrumpió Ted de nuevo. - Y yo necesito saberlo ya - habló con tanta firmeza que Harry no le replicó nada.
Había un silencio algo aterrador en La Madriguera. No se oía más que el viento que movía las hojas de los árboles de alrededor. Todos miraban a Ted y Harry; y estos dos se miraban como si solo estuvieran ellos 2 allí. Teddy lo miraba con súplica; Harry con seriedad, pero se notaba algo de nostalgia en sus ojos. Al cabo de un rato, Harry habló.
- Está bien. Tienes razón. Te contaré como fallecieron tus..
- No - lo interrumpió aún más serio Ted - Yo quiero saberlo todo. Todo. Cómo fue la vida de mamá, cómo fue la vida de papá, en qué casas de Hogwarts estuvieron, quiénes eran sus amigos, cómo te conocieron, cómo se conocieron ellos dos, cómo se enamoraron, cuándo se casaron, cómo estaban cuando se enteraron que yo llegaría a sus vidas, por qué me dejaron antes de cumplir un mes de vida, qué otra cosa era tan importante, me... - Teddy lo miró con una mezcla de súplica y tristeza que hizo que todos en la habitación se enternecieran - ¿me amaban?
Esta última pregunta fue como una bofetada para Harry. Su seriedad y nostalgia habían desaparecido y se habían convertido en enojo y confusión.
- ¿Qué si te amaban? ¡¡¿QUÉ SI TE AMABAN?!! ¡¿Cómo te atreves si quiera a dudarlo?! - gritó Harry poniéndose en pie.
- Harry... - dijo Ginny a su lado con un tono de súplica. Él no la oyó.
- Mira - siguió Harry enojado - yo más que nadie sé cómo es crecer sin padres y lleno de dudas acerca de ellos, pero hay algo que nunca dudé: ¡Yo los amaba, confiaba en ellos y sabía que me amaron y murieron por mi!
- ¡¡Pero YO - NO - LO - SÉ!! - dijo Teddy desafiante, poniéndose en pie también y acentuando cada palabra aún más. Todos en casa se sorprendieron, especialmente los chicos. Nunca lo habían visto así. Del tierno y gentil Teddy no se veía nada en ese momento.
- Eso es por qué tú no has querido saberlo - respondió Harry aún con enojo, pero se había sentado y bajaba la voz.
- ¡Porque me aterra pensar que no me querían, decidieron abandonarme y huir! ¡Me aterra pensar que no me querían en su vida! - gritó de nuevo Ted. Se sentó lentamente, puso su mirada en el suelo y lágrimas empezaron a caer de sus ojos. Bajando la voz, dijo - Yo no tenía ni un mes. No debía estar solo en casa con mi abuela. Ellos debían estar conmigo.
- Ted, ellos... tus padres... ellos... ¡¡Tus padres fueron unos héroes!! ¡¡Ellos SON unos héroes!! Ellos te dejaron con tanta protección que no podría pasarte nada esa noche. Nadie podría hacerte daño. Cuando salieron de casa, lo hicieron pensando en ti. En darte un mundo seguro para crecer, donde no te preocuparas si tus bisabuelos fueron muggles, tu esposa una mestiza o... o si tu mejor amigo era, no sé, un hombre lobo.
Estas 2 últimas palabras retumbaron en la cabeza de Ted. ¿Por qué su padrino hablaba de un hombre lobo? No lo entendía. Y es que no tenía por que hacerlo. A él nunca le habían dicho que su padre fue un hombre lobo.
- Entonces, - dijo por fin Teddy - ¿me vas a hablar de ellos? Si fueron unos héroes creo que me gustará lo que vaya a oír, y a ti te gustará contarlo. Creo que ya no me asusta oírlo.
Y era cierto. Lo que Harry había dicho, como lo había dicho, y como había reaccionado, a pesar de todo, lo había tranquilizado, y estaba más decidido que nunca a oír la historia.
- Vamos, Harry. Haz que me arrepienta de haber dudado de ellos - dijo Ted al ver que su padrino seguía mirándolo en silencio y sin siquiera parpadear.
- Lo harás. Te arrepentirás - respondió Harry con una débil sonrisa - Pero antes tienes que saber una cosa - siguió mucho más calmado - Tus padres eran mayores que yo, y no los conocí por mucho tiempo . A tu padre por 5 años, y a tu madre por 3. No sé muchas cosas sobre su vida antes de que ellos llegaran a la mía. Por lo menos no tantas como sé que te gustaría saber. Especialmente de tu madre. De tu padre... bueno, con él si tengo una especie de conexión desde mucho antes que yo naciera - dijo, esta vez sonriendo.
Teddy lo miró confuso, pero supuso que ya pronto lo entendería.
- Por eso quería que lo habláramos con tu abuela. Ella te puede decir todo acerca de tu madre, y ...
- No importa - lo volvió a interrumpir Ted, esta vez mucho más sereno - Puedo hablar con ella luego. Pero ahora, necesito escucharte.
- Esta bien, esta bien. Sé que Andromeda se molestará conmigo por no esperarla, pero esta bien. Te contaré. Salgamos al jardín; allí hablaremos tu y yo.
- ¡No! - esta vez no fue Ted quien lo interrumpió. Harry se fijó en que Ted se estaba poniendo en pie y también buscaba la voz que protestaba - Lo siento, pero creo que si a Ted no le importa, a mi también me gustaría escuchar - dijo James en tono de súplica mientras paseaba su mirada de Harry a Ted y viceversa.
- No creo que sea... - decía Harry cuando James lo interrumpió de nuevo.
- ¡Vamos, papá! Si es sobre los padres de Teddy, tus amigos y amigos de mis tíos, unos héroes como dices, debe ser una gran historia.
- Pero no es de tu incumbencia - respondió Harry.
- Que escuche. De hecho, cuéntamela aquí y que se queden si quieren oírla - dijo Teddy sonriente. Es más, me ayudaría tenerlos a mi lado.
Todos los chicos dieron un gritico de emoción y se amontonaron alrededor de Ted. La Sra. Weasley que estaba junto a él se levantó para darle más espacio a los chicos y se sentó en otra silla. Los chicos sonrieron, los adultos no se movieron, todos expectantes. Ted y Harry se veían nerviosos.
- ¿Seguro? - preguntó por última vez Harry.
- Seguro - respondió Ted con firmeza pero sonriendo.
- Esta bien... ehhhh - miro a todos en la habitación - ¡Oh! No sé por donde comenzar...
- Sencillo. Por el principio, papi - dijo una muy sonriente Lilly, que reposaba su cabeza en el hombro izquierdo de Ted. Del lado derecho de él, Victoire sujetaba con fuerza su mano.
- Tienes razón - respondió Harry sonriendo y mirándola con ternura.
Era una escena curiosa. 24 personas alrededor de Harry mirándolo expectantes por lo que iba a decir. Se sentía de nuevo en una de las reuniones del Ejército de Dumbledore, pero quizá más nervioso.
- El principio... - comenzó Harry - el principio creo que es Lord Voldemort.
En la sala se oyeron algunos griticos de horror. Harry no les hizo caso, pero tuvo que admitir que aún le molestaba que después de tanto tiempo, siguieran temiendo a un nombre. - ¿Voldemort? - dijo Teddy preocupado - ¿Qué tiene que ver Voldemort con mis padres? No me digas que ellos fueron... - No, no, claro que no - respondió Harry apresuradamente - Pero lo que los unió en un principio, fue luchar contra él. - No entiendo, ¿quién es Voldemort? - dijo el pequeño Louis. - Voldemort fue el mago más tenebroso de todos los tiempos - respondió Harry - Él pensaba que los magos debíamos tener poder sobre los muggles, bueno, en realidad, sobre toda otra criatura mágica. - ¡Eso no esta bien! - dijo Lilly indignada. - Claro que no - respondió Harry - Pero eso no era lo único. Él también creía en la "pureza de la sangre", es decir, que los únicos magos dignos eran aquellos que provenían de familias de solo magos - añadió al ver la cara de confusión de algunos de los más pequeños. - Harry, no sé si debas incluir esta parte de la historia - dijo Hermione algo enojada y mirando a los chicos. - Algún día lo sabrán, ¿no? - respondió Harry. Hermione no cambió su expresión - Ahora, sí me permiten, seguiré: Voldemort quería llegar al poder, ser inmortal. Y estaba reclutando muchos magos y brujas que pensaban como él. Estaba consiguiendo lo que quería. Afortunadamente, aún habían muchos magos y brujas que no lo seguían, que pensaban que todos éramos iguales; pero sabían que si querían detenerlo, debían hacerlo ellos mismos y crearon "La Orden del Fénix", liderada por Albus Dumbledore. - El mago más grande que ha existido - dijo Albus Potter sonriente, y como si aquel fuera su lema de vida. - Exacto - respondió Harry - A la primera Orden del Fénix se unieron muchos de los magos más talentosos y exitosos aurores. Entre ellos - y dijo con orgullo - mis padres, James y Lilly Potter, Sirius Black, Alastor Moody, Alice y Frank Longbottom, y ... Remus, Remus Lupin - Teddy sonrió. - O sea que, ¿así se conoció con tus padres? - preguntó Ted. - No. Remus, Sirius y mi padre se conocían desde que tenían 11 años y estaban en Hogwarts en la casa de Gryffindor. Mi madre también estaba en casa de Gryffindor, pero no fue sino hasta séptimo año que empezó a salir con mi padre, así que ahí fue cuando también se hizo amiga de Remus y Sirius. Antes, digamos que no se llevaba muy bien con ellos... por lo menos no con Sirius y mi padre - dijo sonriendo. - No entiendo, ¿por qué no se llevaban bien? - preguntó James. - Bueno, mi padre y Sirius eran muy bromistas en el colegio. Ella era más seria. Y, no puedo asegurarlo, pero sé que Remus fue prefecto así que seguramente con él se llevaba mejor de antes. - ¿Prefecto? ¡Woow! - dijo Ted con orgullo. - Si - respondió Harry sonriendo - Bueno, déjenme seguir... Cuando salieron de Hogwarts, tuvieron la edad necesaria y Dumbledore lo permitió, los 4 se unieron a la Orden del Fénix. Eso solo puede significar que eran magos muy valientes y talentosos, aunque aún eran muy jóvenes todos. Pero... un día... yo ya había nacido, tenía poco más de un año. Voldemort me buscaba a mi y a mis padres. Quería acabar con nosotros, así que fue a buscar a quien le dijera donde estábamos... Pettigrew. - ¿Pettigrew? ¿Quién era y por qué sabía donde estaban ustedes? - preguntó Victoire. - Si, y ¿por qué los buscaba especialmente a ustedes? - preguntó Rose. - Bueno, él nos buscaba porque - Harry miro a sus amigos que le lanzaron una mirada como diciendo "no lo hagas". Harry lo entendió y estuvo de acuerdo - porque eran buenos magos, miembros de la Orden y mamá era una nacida muggle - mintió Harry - Y Pettigrew... bueno, olvidé decirles que en el grupo de amigos de papá había un cuarto miembro: Peter Pettigrew - Harry sacó su billetera, y de ella salió una foto en la que se veía a 4 muchachos con el uniforme de Hogwarts y sonriendo a la cámara. La misma foto que había visto en la habitación de Sirius en el 12 de Grimmauld Place y que después de varios años logró despegar de la pared. A Ted se le paró el corazón; allí estaba su padre, maso menos de la misma edad que él tenía, aunque se veía algo mayor, tenía una mirada cansada para ser tan joven, tenía las mismas cicatrices que él había visto en la foto del día que se había casado, aunque menos pronunciadas. Y aún así, se veía feliz.- Pettigrew traicionó a mis padres, y a Sirius. Él nos entregó a Voldemort, e hizo creer que Sirius había sido el traidor y que él había muerto. Esa noche mis padres murieron - para la gravedad de las cosas que decía, Harry se veía muy tranquilo. Las chicas pequeñas lloraban, él trato de tranquilizarlas con una sonrisa. - No importa, eso pasó hace mucho tiempo. En fin, todo esto logró que Remus se quedará solo. Tres de sus amigos muertos, y otro en Azkabán. Sus padres ya habían muerto y a él no le quedaba nadie más. No se como fue su vida después, pero estoy seguro de que no debió ser nada fácil. - Pero... ¿no conocía a nadie más? Si era buena persona, debía tener muchos amigos ¿no? - pregunto Teddy preocupado, como sí quisiera volver el tiempo y acompañarlo. Lo que acababa de oír lo atormentaba. No conocía a Pettigrew, y hacía apenas un minuto que sabía de su existencia, pero ya sentía que lo odiaba. - Bueno, no necesariamente. Supongo que ellos 4 sintieron que no necesitaban de nadie más. Además, perder a las personas más importantes en su vida no debió ser fácil. Se debió sentir más solo que nadie - respondió Harry no muy seguro. En realidad no lo sabía. - Pasaron... no sé ¿doce años? - siguió Harry - No sé bien, pero maso menos... si, maso menos doce años hasta que, estoy seguro volvió a sentirse feliz. Fue cuando yo tenía 13. Estábamos en tercer año en Hogwarts. A Remus lo nombraron Profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. - ¿Cómo sabes que era feliz? - preguntó James. - Bueno... ¿quién no es feliz en Hogwarts? - dijo George. Todos giraron la cabeza sorprendidos. Ya se veía mejor, aunque sus ojos aún se veían un poco rojos. Era obvio que había llorado - Claro, si quitamos las clases, los exámenes y los castigos si evades lo anterior, es un gran lugar. ¿Me puedo quedar, Ted? - Claro - sonrió él. George se sentó en el piso. Roxanne, su pequeña hija, se sentó en sus piernas. George la abrazó con una ternura inusual en él. Esa que solo salía a flote cuando estaba con sus hijos. - Bueno, cómo decía... - siguió Harry - volvió a ser feliz. En Hogwarts estaba tranquilo y protegido. - ¿Protegido de qué? - preguntó Ted. - Bueno... emmm... cuando fuiste miembro de la Orden del Fénix, nunca te sientes seguro - mintió Harry. Ted no parecía seguro, aún así no dijo nada - Bueno, te decía... fue nuestro profesor de Defensa contra Artes Oscuras en tercer año y... - Fue el mejor profesor que tuvimos. Era la única clase a la que me gustaba ir. Claro que después de los dos anteriores profesores que tuvimos que eran unos petar... - ¡¡RONALD!! - le repicó Hermione. - Si me dejan seguir... - Harry se estaba empezando a enojar. No paraban de interrumpirlo - La verdad es que Ron tiene razón: fue el mejor profesor que tuvimos. Desde la primera clase, todos estaban encantados con él. Fue un gran año, de hecho. Para él y para mi - sonrió - ese año ambos descubrimos la verdad y él tuvo a su amigo de nuevo en su vida, y yo conocí a mi padrino - su sonrisa creció un poco más. - O sea, como quien dice, Remus volvió a ser feliz - dijo muy sonriente Lilly, mientras todos los chicos sonreían. - Bueno, no exactamente - dijo Harry - Al final del año escolar, tuvo que salir de Hogwarts - su sonrisa desapareció.- ¿Qué? - dijo Lilly.- ¿Por qué? - preguntó Victoire.- Pero, si dices que era el mejor... - decía Albus.- Lo era - dijo Harry - pero él decidió renunciar. - No lo entiendo, Harry. No tiene mucho sentido - dijo Ted.- Cuando te diga por qué lo hizo, lo entenderás... o, eso se supone. Yo aún no lo entiendo del todo, a pesar de que sé el por qué.- Entonces, dímelo - replicó algo desafiante Ted.- Aún no... más adelante - sonrió Harry. Teddy se molestó un poco, pero decidió no decir nada. - En fin, no sé exactamente que pasó el siguiente año con él, pero supongo estuvo con Sirius. Pasaron 12 años sin verse, así que creo que tenían mucho de que hablar. Aunque, sé que pronto, para bien o para mal, tuvo algo que hacer. Voldemort había regresado y la Orden del Fénix tuvo que volver a reunirse. Y fue ahí, en esa segunda Orden donde conoció a Nymphadora Tonks. - No la llames Nymphadora - dijo Ginny y todos los adultos en la habitación rieron. Los pequeños no lo entendieron.- Tienes razón. A Tonks, allí conoció a Tonks - dijo Harry sonriendo. - ¿Por qué Tonks y no Nymphadora? - preguntó Teddy confundido.- Bueno, ella decía que su nombre era horrible, y que no sabía en que estaba pensando su madre cuando decidió llamarla Nymphadora. Siempre nos pedía que la llamaramos por su apellido: Tonks. Aunque sus padres y Remus la llamaban Dora - respondió Hermione.- A mi me parece un lindo nombre - dijo Lilly.- Lo es - dijo Ted sonriendo.- Bueno, yo la verdad no sé como se conocieron, ni sé mucho de su historia. Conocí a Tonks cuando fue junto a Remus, Moddy, Kingsley y Shacklebolt a llevarme de casa de mis tíos a la casa de Sirius, el #12 de Grimmauld Place, el cuartel general de la Orden. Sirius me dijo que ella era su prima, y recuerdo que ella me comentó que era orgullosa integrante de Hufflepuff. Pero de ella y Remus, bueno, creo que no sé exactamente...- Nosotras sabemos algo - lo interrumpió Ginny mientras se señalaba a si misma y a Hermione. - ¿Cómo? - preguntó confuso Harry mirándolas a ambas.- Bueno, Ginny y yo nos llevamos muy bien con ella siempre. Mientras tú hablabas con Remus y Sirius sobre Voldemort, ella y yo hablábamos sobre... - Ginny negó con la cabeza - bueno, sobre otras cosas. Tú sabes... de nosotras - terminó Hermione algo nerviosa. - Entonces... ¿sabes qué pasó entre ellos? - preguntó ansioso Ted.- Algo... no teníamos mucho tiempo, y era ella quien nos aconsejaba siempre acerca de... bueno, eso no tienen por qué saberlo - respondió Ginny.- ¡Cuéntennos! - dijo Victoire.- Bueno, Tonks era auror, una gran auror, de hecho... algo torpe, pero - Hermione notó la cara de molestia de Ted al usar la palabra "torpe" para referirse a su madre - no, no, tu madre era increíble, no me mal interpretes, es solo que sí era un poco torpe. Y era algo que incluso ella siempre decía. Solía tropezarse con todo y en el momento menos oportuno- Recuerdo que una vez nos dijo que no sabía como había aprobado Sigilo y Rastreo en su curso de auror porque ella era increíblemente torpe - dijo Ron con una sonrisa para ayudar a Hermione.- Si, creo que nunca le molesto que se refirieran a ella con esa palabra ya que ella misma se llamaba así. Pero los que la conocíamos, sabíamos que era una gran bruja y una persona increíble, así que un poco de torpeza era permitida - siguió Harry también sonriendo.- Como iba diciendo, era auror, una gran auror, y era la protegida de Moody, como ya dijo Harry, uno de los mejores aurores que han habido - Continuó Hermione - Y fue precisamente gracias a él que llegó a la Orden. Moody fue parte de la Orden del Fénix original, así que cuando la Orden volvió a reunirse él no dudo en unirse de nuevo; y por supuesto, su protegida fue con él. Ella nos contó como la invitó a unirse: - Hey, Nymphadora, te...- ¡Ya te he dicho que no me llames Nymphadora! - Te tengo una misión especial, pero esta vez puedes elegir si la tomas o no.- ¿Qué? Nunca me dejas elegir, yo solo cumplo.- Esta vez es diferente. Debes estar dispuesta a dejar tu vida por esta misión y por la persona a quien protegemos. - No te entiendo, eso hago ahora.- Esta misión es mucho más riesgosa.- Bueno, ¿vas a decirme qué es o no? - La Orden del Fénix. Dumbledore me dio su consentimiento para invitarte a hacer parte de nosotros, pero es tu decisión.- ¡¿La Orden del Fénix?! ¿Y pensaste en mi para unirme? ¿Y Dumbledore aceptó? - ¿Qué te acabo de decir, Nymphadora? - ¡Claro que acepto! ¡Es un sueño! ¡Y todo un honor! ¡Claro que haré parte de la Orden!- ¿Eres consiente de ...- Si, si lo soy, por supuesto. - Esta bien. Partiremos de una vez a la primera reunión. - ¿Qué? ¿De una vez? - Si, ¿tienes algún problema con eso? - Ehhh no, claro que no, solo no estaba preparada.- Nos preparamos para una guerra, no para un concurso de belleza, Nymphadora.- Ya, ya... - Ah, cabe aclarar que la casa a donde vamos es un poco vieja y débil, por favor no la vayas a destrozar con tu torpeza.- Lo intentaré, pero no prometo nada.
- ¿Cómo haces para recordar todo eso? - preguntó Ron.- No olvidas las grandes historias - sonrió Hermione.- Moody no parecía una persona muy agradable, ¿verdad? - preguntó Teddy.- Ted, Moody era buena persona, un gran mago, excelente auror. Era algo aterrador y obsesivo. Quizá si estaba medio loco, pero tenía el respeto y admiración de todos. Nos ayudó siempre - respondió Bill. Su respuesta en realidad no había calmado mucho a los chicos.- Bueno, si, genial, pero ¿cuándo se conocieron? ¿cómo? - preguntó ansiosa Victoire. Harry suponía que habían llegado a la parte "romántica"; la que más interesaría a las chicas, así que dejo que su esposa y su mejor amiga siguieran con la historia.- Eso también nos lo contó - dijo Ginny y empezó a relatar...
Llegamos aquí, a Grimmauld Place. Yo estaba super nerviosa, pero más emocionada que nunca en mi vida. Ya saben lo importante que es la Orden del Fénix: de pequeña, soñaba con unirme y Moody acababa de invitarme. En fin, entramos y... ¡ese estúpido paraguero! Ya han notado que soy algo torpe, y en mi llegada a la primera reunión con la Orden del Fénix lo demostré. Me tropecé con el maldito paraguero, pero no alcancé a caer al piso. Antes de que llegara al suelo, noté que alguien me sujetaba. - ¡Ya te dije que ibas a acabar con la casa! Pero esperaba que tardarás un poco más de 1 minuto.- Lo siento, Moody. Afortunadamente aquí estaba emmm... el chico de cabello café para ayudarme. Hola, soy Tonks, disculpa, y gracias por no dejarme caer, querido extraño.- No te preocupes, solo ten más cuidado. Ah, y soy Remus Lupin, encantado. - Igualmente, y gracias de nuevo.- No digas tonterías. Hey, que curioso nombre... Tonks.- En realidad, es mi querida prima Nymphadora, ¡que bueno volver a verte!- ¡No me digas Nymphadora! Y me alegra volver a verte de nuevo. Más aún si es en la Orden.- Me enorgullece que estés aquí. - Oye... Tonks... ¿qué pasó con tu cabello? Estaba rosa y ahora... ¿rojo? - Tonks, uno de mis mejores amigos del colegio: Remus. Y Remus, mi querida prima, Tonks, una metamorfomaga. Si te gusta rojo, hazla enojar y listo. Ella es de los pocos miembros de mi familia que quiero. - Wow, que afortunada soy. Y ya nos conocimos, Sirius. Me ayudó cuando iba a caer por culpa de ese estúpido paraguero. - Sigues igual de torpe... y Remus, que caballero siempre, pero no olvides que es mi prima.- No seas idiota, Sirius. Nos vemos en la reunión, Tonks. Un placer conocerte.- Igualmente, Remus. Hey, Sirius, nos reencontramos luego de 14 años y¿ya estas emparejandome con tu mejor amigo?- Solo bromeaba, sé que él...- No dije que me disgustara. Vamos o Moody me matará.
- Ok, ok ... ya va - dijo Ron - Dos cosas: primero es imposible que recuerden todo eso; y segundo, es aún más imposible que Tonks te haya contado todo eso en Grimmauld Place. Hermione, recuerda que tú, Harry y yo pensábamos que el cambio de Tonks cuando estábamos en sexto año se debía a... bueno, tú sabes lo que pensamos. A menos que ya lo supieras y no nos lo hubieras contado - terminó Ron claramente confundido.
- ¿El cambio de Tonks? - preguntó Ted antes de que Hermione pudiera responder.
- Ya lo sabrás... - respondió Ginny con naturalidad y sonriendo - Y Ron, no es imposible que recordemos todo esto. A diferencia tuya, a Hermione y a mi nos encanta escuchar; y más si son tan lindas historias como esta.
- Y tienes razón: Tonks no nos contó esto en Grimmauld Place... o bueno, técnicamente si - añadió pensativa Hermione - ella nos contó muchas cosas, pero siempre omitía las partes de Remus. Supongo que no quería que dos niñas de 14 y 15 años supieran lo que sentía. Creo que ella pensó que no lo entenderíamos.
- Entonces, ¿cómo lo ... - preguntaba Ron.
- Fue después de que se casaron. Cuando estábamos planeando la salida de Harry de Privet Drive con lo de los 7 Potters...
- ¿Los siete Pot... - preguntaba James confundido, pero Hermione siguió.
- Ella, y en general toda la Orden pasaban mucho tiempo aquí, en La Madriguera, así que cuando salíamos de las reuniones y nos preparábamos para cenar, o mientras esperábamos que todos llegaran, Tonks pasaba el rato con nosotras. No nos queríamos quedar con la duda de como había pasado todo entre ella y Remus, así que le preguntamos, y ella siempre, muy feliz, accedía a contarnos.
- ¿Por qué nunca nos contaste? - preguntó Harry.
- Bueno, estábamos en tiempos de guerra... supongo que pensé que ya habría tiempo para eso. Luego, no sé... jamás lo hablamos.
- Pero, ¿eso quiere decir que saben más? - preguntó Ted ansioso pasando su mirada de Hermione a Ginny y viceversa. Ellas se miraron con complicidad y sonriendo, asintieron - ¡Bueno! ¡Entonces sigan!
- Calma, Teddy... ¿a ver? ¿dónde nos quedamos? Ah, si... - y Hermione siguió:
Terminamos la primera reunión de la Orden del Fénix y yo estaba tan emocionada de estar allí. ¡Estar rodeada de magos y brujas tan talentosos! Incluso Snape; era un idiota y nunca me agradó ni un poco, pero había que aceptarlo: es un gran mago. En fin, Molly nos había invitado a quedarnos a cenar. No todos se quedaron, pero, yo había estado en el mismo curso de Hogwarts con Charlie Weasley y a pesar de que éramos de casas distintas, compartíamos varias clases y éramos buenos amigos; él me había dicho que la comida de su madre era incluso mejor que la de Hogwarts. Para esos días yo estaba viviendo sola, y soy un desastre cocinando, así que feliz acepté a quedarme y probar las maravillas de las que Charlie me había contado. Ya iba entrando a la cocina cuando Sirius me llamó.
- Hey, Tonks. Ven, por favor. Necesito hablar contigo a solas.
- Oye, si es lo que paso hace poco con tu amigo...
- Si, es exactamente sobre eso.
- Ya te dije que esta bien.
- Si, y también dijiste que no te disgustaba.
- ¿Y?
- Mira, Remus es una gran persona, lo conozco de hace muchos años, y actualmente es mi mejor amigo, pero él... solo no te ilusiones con él. Nunca va a pasar.
- ¿Qué? ¿Por qué lo dices? No es que me interese, ni nada, pero por curiosidad...
- Remus tiene su carácter. Él piensa que no merece ser feliz y que es mejor mantener distancia con las personas. No imaginas lo difícil que fue para James y para mi convencerlo de que se uniera a nosotros.
- Pero lo lograron.
- Bueno, si pero es diferente, muy diferente si de una mujer se trata.
- ¿Por qué?
- Porque... bueno, supongo que no lo sabes. Él es un..
- Hombre lobo. Si, lo sé. Gran problema el que hubo en el Ministerio cuando todos se enteraron que Dumbledore había contratado un hombre lobo como profesor... ¡que idiotas!
Los chicos abrieron los ojos cuando Hermione dijo "hombre lobo". Incluso se escucharon algunos griticos. Ted tragó saliva y no parpadeaba. ¿Hombre lobo? ¿Su padre era un hombre lobo? No, Hermione no debía estar bien... Ella no les prestó atención y siguió:
- Bueno, son esos idiotas los que hacen sentir a Remus como un monstruo. Creo que él se ha terminado por convencer a si mismo de que eso es él. Por eso suele alejar a las personas que le importan. Siempre dice que teme hacerles daño; que es diferente.
- A ti nunca te ha hecho daño... y yo soy diferente.
- Tú no pierdes los sentidos cada luna llena. Y bueno, nosotros teníamos nuestros métodos especiales para evitar que eso pasara.
- Bueno, pero...
- Créeme. Simplemente no te hagas ninguna idea con él.
- No me he hecho ninguna idea. Él solo me ayudó. Creo que es agradable y... bueno, tiene lindos ojos.
- ¿Ah si? Y déjame adivinar: también piensas que ¡di-vi-no!
- No seas tonto. Créeme. Es agradable y me ayudó; eso no significa que ya me imagino casada con él, con mil hijos y cantando y bailando por un gran jardín lleno de rosas. No soy de ese tipo.
- Perfecto, porque él es un terrible bailarín. Y aunque sigo creyendo que nunca lograrás nada con él...
- ¿Por qué insistes con eso? No quiero nada...
- Oye, pude haber pasado 12 años en Azkabán pero sé de estos temas. Yo sé de mujeres, y sé aún más de Remus. Noté como te miraba. Pero da igual, porque si logras tener algo con él debes asegurarte de que te nombren Primer Ministro o algo así.
- Exageras.
- No. Insisto. Conozco a mi amigo. Nada pasará... aunque, bueno, te echaré una mano de vez en cuando con él.
- ¡SIRIUS! ¡YA TE DIJE QUE...!
- Lalalalalala
- ¡Así que por eso renunció a Hogwarts! - dijo Victoire - No se sentía capaz.
- No exactamente - dijo Bill - Él sabía que era capaz, pero ya dijo Hermione lo que Sirius sabía que Remus pensaba: él creía que no merecía ser feliz. Dedujo que todos los padres presionarían a Dumbledore para que lo despidieran, así que decidió renunciar antes de que eso sucediera. Aunque, siendo sincero, lamentablemente eso es exactamente lo que habría pasado.
- Pero, ¿y si era peligroso...? - decía Fred.
- Él no era peligroso, Freddy. De hecho, creo es más peligroso papá con uno de esos artefactos muggles que tanto le gustan y no tiene idea de como usar, que lo que podía llegar a ser Remus - respondió Bill - pero cuando todos te tratan como si fueras un peligro, supongo que así te empiezas a sentir.
- ¿Todos? - preguntó algo indignado James.
- Bueno, no todos. En la Orden siempre fue bien recibido, por ejemplo. Nosotros lo queríamos y admirábamos mucho. Era un mago talentoso, y una persona increíblemente noble. Pero, bueno, no todos eran como nosotros. Ya sabes lo prejuiciosa que puede llegar a ser la gente. Simplemente, si sabían de su condición, se alejaban.
- Por eso se sintió tan solo luego de que murieron mis abuelos, y Sirius fue a Azkabán... - razonó James.
- Exacto - respondió Bill.
- Un hombre lobo... - dijo por fin Teddy - hombre lobo.
- No tienes de que preocuparte, cariño - dijo Hermione.
- No me preocupa. Es solo que... bueno... hombre lobo - siguió Ted como explicándose algo a sí mismo - Es que... eso quiere decir que es por eso que... - Ted miró a Harry, que le sonreía.
- Si, Ted, es por eso - dijo su padrino - Esa es la razón de que cada luna te sientas mal...
- ¿Mal? - preguntó apresuradamente Bill.
- Bueno, Ted claramente no es hombre lobo, ni tiene ninguna característica de ellos, pero bueno, la luna llena era un momento difícil para Remus y supongo que...
- Y para Tonks - lo interrumpió Ginny. Hary la miró confundido - Remus sufría mucho con sus transformaciones. Tonks lo sabía; por eso para ella siempre era difícil pensar como la estaría pasando él. Creo que ese sentimiento te lo paso a ti... quizá cuando estaba embarazada de ti. Cada luna llena tú te sientes como ella lo hacía: solo, triste, preocupado, confundido.
- Oh... - Ted se veía atónito - ¿Y dices, Hermione, que Sirius decía que papá se alejaba de quienes le importaban?
- Bueno, es que tu padre era...
- Muy injusto consigo mismo - la interrumpió Ted - Él... él solo... él solo tenía un problema - Todos los adultos en la habitación soltaron una pequeña risa que molestó bastante a Ted; ¿acaso se reían de lo que le pasaba a su padre? - ¡No! ¿Por qué se ríen? ¿Acaso no dicen ustedes mismos que él era una gran persona y que sufría mucho...
- Nos malentiendes, Ted - dijo Harry sonriente - cuando Remus me habló de lo mal que la pasaba por ser hombre lobo, yo le dije que era injusto, que él "solo tenía un problema". Y mi padre, solía decirle "su pequeño problema peludo" cuando estaban en Hogwarts. Estoy seguro de que a él también le habría causado un poco de gracia y curiosidad el hecho de que su hijo se refiriera a su condición justo como su mejor amigo y como yo.
Teddy se avergonzó y miró a todos con una tímida sonrisa como disculpándose por casi haberles gritado.
- Bueno - dijo Harry - Hermione, Ginny, sigan con la historia. Creo que saben cosas que ni yo supondría. Jamás pensé que Sirius hubiera bromeado desde tan pronto acerca de ellos dos...
- Harry, querido, Sirius hizo mucho más que solo bromear - dijo Ginny muy sonriente.
- No sé, pero creo que me gustará que me empiecen a llamar por mi segundo nombre: Sirius - dijo James muy sonriente - Vaya, que me empieza a caer cada vez mejor.
- A mi me gustará lo que sigue en la historia - dijo un poco más serio Ted - Por favor.
- Ustedes son quienes nos interrumpen - dijo Hermione - Bueno... Ginny, ¿quieres hacer el honor de seguir?
- Por supuesto - respondió ella feliz
La verdad es que en ese momento todo era muy confuso para mi. Digo, yo la verdad no había pensado en Remus de esa manera cuando lo conocí o cuando bromeaba con Sirius; pero después de esa última conversación... creo que solo fue necesario que me dijeran que no podía estar con él para que la idea se empezara a formar en mi cabeza. Me atrae lo difícil. Además, aquel hombre misterioso que decidió no ser feliz... tenía algo. Y yo sabía que sí merecía ser feliz. No sabía si conmigo lo sería, pero estaba segura de que lo merecía, con alguien, con quien él quisiera. Esa noche en la cena lo miraba cada vez que sentía que nadie lo notaba, y puedo jurar que él hacía lo mismo. Pero claro que había alguien que lo notaba. El mismo que notó lo que ni Remus ni yo notamos la primera vez.
En fin, después de comprobar que lo que había dicho Charlie sobre la comida de su madre era cierto, me despedí de todos, y cuando llegué a Sirius, él no pudo evitar una sonrisa burlona y por lo bajo me dijo "Menos mal me dijiste que no te interesaba... pero recuerda lo que te dije". Decidí simplemente no hacerle caso, lo que yo sentía era curiosidad, así que me fui a casa, y soy sincera, Remus no pasó por mi mente esa noche, yo solo pensaba en todo lo que me esperaba con la Orden.
Las tres semanas siguientes estuvimos pensando en cual sería la mejor forma de recoger a Harry. Yo cenaba todas las noches en Grimmauld Place. La comida de Molly de verdad que es deliciosa. Siempre eramos los mismos: Los Weasley, Sirius, Kingsley, Remus y yo. No había vuelto a hablar con Sirius sobre Remus, pero él seguía lanzándome risas burlonas, o miradas serias negando con la cabeza. Si que era difícil entender que quería. Y no sé por qué, pero estoy casi segura de que Sirius sí había hablado con Remus de mi... no es por nada, pero estoy casi segura. Hasta hoy, no le he preguntado a Remus sobre eso; sé que aún le duele hablar de Sirius, aunque aparente lo contrario.
En fin, días antes de ir por Harry, descubrí que alguien más pensaba igual que Sirius acerca de Remus y yo:
- ¡Nymphadora!
- ¡TE HE DICHO CIENTOS DE VECES QUE NO...
- Si, si, ya superalo. Eres una adulta.
- ¡Odio ese nombre!
- No me importa. Mira, quería hablarte de algo...
- ¿Ajá?
- Tú sabes la verdadera razón por la que formamos la Orden, ¿verdad?
- Claro, para acabar con Tú-sabes-quien, y ahora protegemos a Harry.
- Dile Voldemort, por favor. A diferencia tuya, a él si le gusta su nombre. Y si, tienes razón, esa es nuestra misión... y ahora, te pido que cuando nos reunamos con la Orden te enfoques en eso.
- ¿A qué te refieres? ¡Esa es mi prioridad al igual que la de todos ustedes!
- ¡ENTONCES DEJA DE MIRAR A REMUS CADA DOS SEGUNDOS Y ESCUCHA LO QUE DECIMOS!
- ¿Q....qué? ¿De qué hablas, Moody?
- Sabes a lo que me refiero. Mira, si él es tan importante dale un pedazo de carne cruda y te lo ganas, pero concéntrate en tu trabajo.
- Yo... ehhhh... ¡Wow! Yo no sé... ¿cómo? ¡Wow!
Quedé como atontada ¿cómo es que ellos supieran que él me interesaba cuando ni yo lo sabía? Digo... yo en realidad no notaba que lo miraba tan seguido. Ahí fue cuando empecé a sentir esas cosas raras en el estómago de las que hablan los muggles. En la noche, me daban vueltas en la cabeza las palabras de Moody y Sirius. No me parecía real. En fin, los siguientes días fui aún más torpe que de costumbre, especialmente si Remus estaba en la misma habitación: me caía, botaba las cosas, me trababa al hablar... un desastre total. No había posibilidad alguna de que yo le interesara a Remus. Luego fuimos a recoger a Harry y ya saben que pasó... por poco y acabo con la cocina de esos muggles. Los meses siguientes fueron básicamente iguales. Nos reuníamos en la noche en Grimmauld Place, cada uno decía lo que sabía, escuchábamos a Dumbledore, cenábamos allí y luego cada uno iba a casa. De vez en cuando hablaba con Remus; casi siempre de Harry o de su trabajo como profesor en Hogwarts. A él también le gustaba escucharme... era feliz cuando le hablaba de mi trabajo de auror. Aunque notaba algo de nostalgia en sus ojos; poco después de conocernos me contó que quiso ser auror pero no lo aceptaron por su licantropía, a pesar de que tenía el perfil perfecto para auror. Sirius no paraba de mirarnos y sonreír cuando nos veía hablando. De hecho, en más de una ocasión, no sé como lo hacía, pero lograba que todos salieran del habitación y nos dejaran solos. Incluso, una vez hizo aparecer dos copas de vino en la mesa... esa noche hablamos esta la madrugada. Pero luego Sirius volvía a decirme "jamás pasará"....Si creía que no iba a pasar, no sé por qué se esforzaba tanto porque pasara. Y bueno, así fue la mayor parte de nuestra relación por 1 año. Algo cambió cuando... bueno, días antes de que Sirius muriera llegué a Grimmauld Place. Milagrosamente ese día no me tropecé con el estúpido paraguero, así que no notaron que yo había llegado. Me acerqué a la cocina y escuché dos voces masculinas que yo conocía muy bien, así que me escondí tras la puerta que estaba medio abierta:
- ¡Vamos! Es linda, ¿verdad?
- Sirius...
- No te comprometes a nada, hey.
- Bueno, si, es una chica muy linda.
- Y es inteligente, ¡es una auror!
- Si, si, la chica es una gran bruja...
- Bueno, algo torpe, pero...
- Encantadoramente torpe.
¡Yo no lo podía creer! Ser torpe no es nada bueno, pero para él era algo encantador... ¡y lo dijo con una sonrisa tan... ! ¡No sé ni como describirla! No quería perder detalle así que seguí espiando:
- ¡AJÁAA! "Encantadoramente"... ¡Vamos, lunático! ¡Acepta que estás loco por ella!
- Tienes un gran poder para exagerar las cosas.
- No, no... digo lo que veo desde el primer día. Ustedes se verían muy bien juntos.
- Sabes que no... conmigo nadie se vería bien.
- Ya empiezas otra vez con lo mismo...
- Mira, sé que no estoy "loco por ella" como dices, porque fue algo que me prohibí. No pienso hacerle daño, ni a ella ni a ninguna otra chica.
- Eres un idiota. Sabes que eres al único al que le importa tu condición...
- No, no soy el único. A la mayoría del mundo mágico le importa. Yo no voy a dejar que alguien desperdicie su tiempo en mi. Los de mi especie no salen con chicas, ni nada de eso. Nosotros debemos estar solos.
- Ay, hermano... ya sabía yo que eras imposible.
Justo en ese momento apareció Molly y yo tuve que fingir que recién llegaba. Cuando entré a la habitación, ambos me miraron sorprendidos pero yo fingí no haber escuchado nada. Actué normal. Sirius me hizo de nuevo ese gesto de negación. No sabía por qué me dolía tanto fingir que estaba bien. En realidad, sentía que me quemaba por dentro.
Ted la miró extrañado. La historia de sus padres se estaba tornando triste y supuso que lo que seguía sería peor; aún así no quería dejar de escuchar.- Por favor, sigan. Quiero llegar a la parte "linda" rápido - dijo Ted esperanzado.
Habían pasado ya unos días desde la conversación que escuché entre Remus y Sirius, y sentía que tenía que hablar de lo que sentía con alguien y las únicas dos personas que sabían lo que sentía por Remus eran Sirius y Moody... yo sé, las opciones no era muy alentadoras sí de temas de amor se trataba, pero eran las únicas que tenía; así que acudí a Sirius... él era la mejor opción. La noche antes de su muerte decidí ir a su casa.
- Prima, querida, ¡que alegría verte fuera de las reuniones de la Orden!
- ¡Hola Sirius!
- Aunque siento decepcionarte. Los Weasley ya no están y no habrá una de esas cenas de Molly.
- Lo sé, y no te preocupes. Traje pizza.
- ¿Pizza? ¿Qué es eso?
- Comida muggle. Rica, rápida y nada saludable.
- ¡Bienvenida sea la pizza!
Nos sentamos a comer hablando de la Orden y de Harry. A Sirius le encantó la pizza. Cuando íbamos terminando, decidí cambiar de tema.
- Sirius, en realidad yo vine porque necesito confesarte algo.
- ¿Que hiciste?
- Lo que me dijiste que no debía. Me enamoré de Remus.
Sirius casi se ahoga con el un pedazo de pizza.
- ¿Qué? Tonks...
- Pero eso no es lo único...
- No me digas que te embarazaste de él...
- ¡¡No seas idiota, Sirius!! ¡Nunca ha pasado nada entre nosotros!
- Lo siento, es que...
- Lo otro que te iba a decir es que... te escuché hablando con él el otro día.
- Oh... Tonks, lo siento. No debiste escucharlo.
- No te preocupes, esta bien. Yo... yo quiero hablar con él y contarle lo que siento.
- ¡¿Qué?! ¿Estás loca? ¿Acaso no escuchaste lo mismo que yo aquella noche?
- Si, que él debe estar solo y todas esas idioteces...
- ¿Entonces?
- Quizá puedo hacerlo cambiar de opinión.
- Tonks, como te dije hace casi un año, yo he tratado de ayudar, pero he tenido tanta suerte con eso como demostrando mi inocencia. Remus es increíblemente terco y obstinado. Y si yo no he podido...
- Bueno, tú dijiste que él merece ser feliz ¿no?
- ¡Claro! ¡Y lo sigo pensando! Es solo que él...
- ¿Y no quieres que yo sea feliz?
- Por supuesto, Tonks, pero es que él...
- Entonces deja el negativismo y dame algo de buena energía, ¿si?
- Ustedes de verdad me encantarían juntos, pero... no sé si logres convencerlo.
- Puede pasar. Correré el riesgo.
- No estoy muy seguro de que tan bueno sea eso, pero supongo que tienes razón. Empezaré a pensar que puedes lograrlo. Sin embargo, ten un plan B... ese chico Bill me agrada.
- Yo quiero a Remus.
- Esta bien, esta bien. Habla con él. Él vendrá mañana en la noche. Puedes venir cuando salgas del Ministerio y traer más de esta cosa deliciosa.
- ¡Seguro! Aquí estaré.
- Adiós, Sirius. Y gracias.
- No hay de qué... ¡ah! y, últimamente traes tu cabello púrpura...
- Si, ¿y?
- A Remus se le escapó el otro día que lo prefería rosa.
- Oh...
Llegué a casa esa noche decidida a hablar con Remus. No pude dormir; sentía que la pizza se me iba a salir. Al día siguiente, me alisté con lo mejor que encontré, puse mi cabello rosa como sugirió Sirius, aunque costaba mucho mantenerlo así porque estaba tan nerviosa que cambiaba de colores cada 2 segundos. En fin, me fui a trabajar, y ese día especialmente se me hizo increíblemente largo. Cuando por fin pude salir, compré suficiente pizza, y me dirigía a Grimmauld Place cuando recibí un mensaje. La Orden me necesitaba en el Departamento de Misterios. Harry estaba en peligro. Dejé caer la pizza al suelo y me dirigí allí lo más rápido que pude. Remus se escapó de mi mente. Mi deber era primero y debíamos proteger a Harry.
Cuando llegué allí... bueno, saben todo lo que pasó. Bellatrix estuvo cerca de matarme, pero no lo logró. Aunque, no se fue con las manos vacías. Lo vi todo. Vi como lanzaba un hechizo que llegaba a Sirius, vi a Sirius caer... tan fuerte siempre, el que había estado conmigo 24 horas antes, caía. Vi a Harry tratar de atraparlo, él no entendía bien lo que pasaba aún, vi a Remus sujetarlo con las fuerzas que le quedaban: lo había perdido; su último amigo, el que había recuperado hace tan poco, se había ido. Esta vez para siempre. Trataba de explicárselo a Harry pero noté como cada palabra le dolía aún más...
Para mi fue muy difícil la muerte de Sirius. Decidí irme unos días con mis padres; no me sentía bien. Había pospuesto mi charla con Remus para después... no era el mejor momento. Él acababa de perder a su amigo. Luego lo pensé *¡Él acaba de perder a su amigo! ¡Debe sentirse más solo que nunca!* Aún no puedo creer lo egoísta que fui. Debía hablar con Remus... Habían pasado dos semanas desde la muerte de Sirius y estaba decidida a hablar con Remus. Era el momento. Pero ahora tenía un problema. No sabía donde localizarlo. Y solo había una persona que podía ayudarme:
- Hey, Moody, querido...
- Agggg, ¿ahora que necesitas, Nymphadora?
- Es algo simple, muy sencillo.
- Wow, debe ser importante si no me gritaste por llamarte Nymphadora.
- Mira, necesito hablar con Remus, ¿dónde puedo localizarlo?
- ¿Con Remus? ¿Para qué?
- Eso no te importa. Es personal.
- Ah, con que al fin te decidiste a contarle que te enamoraste de él como una tonta adolescente.
- ¡Moody! ¿Cómo...
- Te conozco, Nymphadora. Mira, detrás de la puerta hay un pergamino. Ahí encontrarás la ubicación de todos los miembros de la Orden.
- ¿De todos? Vaya, Moody...
- ¡Vamos a iniciar una guerra, Nymphadora, debemos estar preparados!
- Ok, ya ya. ¡Muchas gracias!
- Esta bien. Nadie más te podría decir donde encontrar a...
- No, no por eso.
- ¿Y entonces?
- Por invitarme a la Orden, y así, traerlo a mi vida.
- Que cursi te has vuelto, Nymphadora.
Salí de allí a buscar la casa de Remus. No fue muy difícil. Era una cabaña vieja y gris. Se veía algo dejada. Toqué la puerta y:
- ¡Tonks! ¡Hola! ¡Que sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?
- Moody...
- Oh, claro...
- ¿Puedo pasar?
- Si, claro, claro. Pasa.
- Creo que nunca te dí el pésame por Sirius. Lo siento mucho.
- Gracias, yo también lo siento. Entonces, ¿pasó algo con la Orden?
- No, no... yo vine porque tengo algo que decirte.
- ¿Ah si? Dime...
- Remus, es que yo... yo...
- ¿Qué pasa? Me estás asustando.
- Yo estoy enamorada de ti.
Remus no me dijo nada, tampoco se movía. Luego, fue a la ventana y sin mirarme, dijo
- Eso es imposible.
- ¿Qué? ¿Por qué lo dices?
- Nadie podría enamorarse de mi. ¿Quién en su sano juicio se enamoraría de un hombre lobo?
- ¡Pues yo!
- Entonces eres más torpe de lo que pensé.
- Tal vez. Pero ahora quiero saber si tú...
- Tonks, nunca nada va a pasar entre tú y yo.
- Pero... ¿qué dices? ¿por qué? Yo pensé que quizá...
- Porque no soy bueno para ti. Soy demasiado viejo, demasiado pobre y demasiado peligroso para estar contigo.
- Que razones tan estúpidas...
- ¡¿Estúpidas?! ¡¿ESTÚPIDAS DICES?! ¡¿Te parece estúpido el hecho de que yo sea 13 años mayor que tú? ¿Te parece estúpido el hecho de que sí te casas conmigo vivirías en esta pocilga y con un desempleado que no tiene dinero? O peor, ¡¿te parece estúpido el hecho de que yo podría matarte?!
- ¡A MI NADA DE ESO ME IMPORTA! ¡No te preocupes por mantenerme! ¡No soy ese tipo de mujer! ¡Y mucho menos por matarme! ¡Yo me alejaría en luna llena y...
- ¡No lo entiendes! ¡Yo podría hacerte mucho daño!
- ¡NO ME IMPORTA!
- ¡PUES A MI SÍ ME IMPORTA! ¡Jamás me perdonaría si llegara a hacerte daño! No... yo no podría vivir con eso.
- No me harás daño, Remus, yo lo sé, yo confío en ti.
- Yo no. Debes alejarte de mi.
- ¡No es tan fácil! Remus, yo te amo, y no me importa nada de...
- ¡Deja de decir eso! ¡Ahora, por favor vete de mi casa!
- Remus, por favor.
- No llores, no lo soporto.
- Entonces no me hagas llorar; no hagas que me vaya.
- Vete. Quiero que te alejes.
- Remus...
- Vete.
Creo que fue el peor día de mi vida. Me fui echa un mar de lágrimas a casa. No lo entendía. Aún no lo entiendo. Siento que perdimos mucho tiempo.
-Wooow.... - dijeron los chicos al unísono.
Todos en la habitación estaban atónitos. Ted tenía razón. Esta parte de la historia era mucho peor. Había llorado escuchando como Ginny relataba el hecho de que su madre le había dicho a su padre que estaba enamorada de él, y él la había rechazado, la había gritado. No podía creerlo. ¿Cómo fue capaz de hablarle así? ¡Que injusto era! Aunque, él lo pensaba y se repetía a si mismo: "Jamás me perdonaría si llegara a hacerte daño. No podría vivir con eso". En cierto modo, podía entender a su padre, pero no, no por completo. Esa no había sido la forma de decirlo.
-Supongo que lo que viene es peor, ¿no? - dijo Teddy sujetando con tanta fuerza como pudo la mano de Victoire. Nadie respondió, pero por la triste mirada que le lanzaron Harry, Ron, Hermione, Ginny y Molly supuso que sí - Bueno... será mejor escucharlo de una vez.
- Bueno, Teddy, la verdad es que lo que pasódespués no lo sabemos muy bien - dijo Hermione.
- ¿Pero qué dices? Tú dijiste que Tonks te contó todo esto cuando ya sehabían casado, así que... - replicó Ron.
- Si, así fue. Pero claramente era algo que a ella aún le dolía aunqueya estaba con él - le respondió ella.
- Recuerdo que ella nos dijo >>Creo que ustedes notaron lo quepasó conmigo ese año. Básicamente él y yo no tuvimos ningún avance por meses. Esaúltima discusión la repetimos decenas de veces. Él me decía lo mismo siempre,yo le decía que no me importaba, él terminaba enojado y yo llorando... siemprela misma historia <<
- "¿Lo que pasó conmigo ese año?" - preguntó confuso Ted.
- Si, bueno... mira Ted... la última vez que nosotros - dijo Harry y seseñaló a él mismo, a Ron, Hermione y Ginny - habíamos visto a tu madre, fue lanoche que murió Sirius. En el Ministerio. Ese día llevaba su cabello rosa muybrillante, y aunque la conocía hacía hace apenas un año, el recuerdo que teníade ella era de siempre tener buen ánimo y estar optimista. Cuando la volví aver... maso menos 1 mes después, quizá más, la vi... bueno, diferente.
- ¿Diferente? ¿Diferente cómo? - preguntó Ted.
- Bueno... su cabello estaba más corto, era de un café opaco con el quenunca la había visto. Definitivamente estaba más delgada. Tenía ojeras, y ya noexpresaba su recurrente felicidad. Así la vi... por un año. Cada vez, creo queun poco peor.
- Y todo eso... ¿todo eso por culpa de Remus? - dijo con enfado Ted.
- TU PADRE - contestó con firmeza Harry.
- Pero es que... no lo puedo... ¿cómo podía seguir tratándola así? ¿esque acaso no tenía sentimientos? ¡Era un egoísta!
- ¡Ted! - gritó Harry.
- ¡No, Harry, no! Mientras ella sufría por él, seguramente él andabafeliz por la vida siendo libre e ilusionando más chicas....
- ¿Feliz? ¿Libre? No, querido, no - dijo con dulzura Molly.
- Tu padre nunca se sintió libre - añadió Arthur Weasley - él se sentíapresa de si mismo.
- Y feliz... no fue sino hasta que estuvo con tu madre y contigo que sesintió feliz; y lamentablemente, eso fueron unos pocos meses - dijo Bill.
- Yo sé que debes estar enfadado y no debes entenderlo; la mayoría no loentiende - siguió Molly.
- ¿Entenderlo? ¿Eso de qué no quería hacerle daño? ¡Pero si eso es loque estaba haciendo! ¡Tú misma lo dijiste! - Ted seguía enfadado.
- Lo sé, lo sé, hijo. Es que... nosotros no lo entendemos a él, y él nonos entendía a nosotros -interrumpió Arthur.
- ¿Qué? Pero... ¿ah?
- Tu padre hablaba poco de Tonks en ese momento, pero recuerdo en particular unaconversación que tuve con él sobre ella:
- Se le pasará.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque estoy haciendo todo lo que puedo para alejarla de mi.
- Tratándola...
- De una manera que ella entienda que yo no soy para ella.
- La haces sufrir.
- Ya te dije: se le pasará.
- ¿Y a ti cuándo se te pasara?
- ¿A qué te refieres?
- A ti también te duele.
- Bueno... claro. No me gusta ser así con ella. Se que no deberíahacerlo. Odio verla así, pero es la única manera de que se aleje.
- Vamos, Remus, tú no la quieres lejos...
- Claro que si. Yo a ella la quiero... la quiero viva, sana, feliz. Yono le puedo asegurar nada de eso.
- ¿Acaso la ves sana y feliz? A duras penas vive...
- No exageres, Arthur.
- No estoy jugando, Remus. Moody me dijo que nunca la había visto así, yque estaba preocupado. Y créeme, que Alastor diga que esta preocupado poralguien, ya es mucho decir.
- Mira, ella encontrará alguien más, y esa persona le dará todo lo queyo no puedo. En ese momento, ella me lo agradecerá, ella será feliz. Estoyseguro.
- ¿Y tú? ¿Cuándo serás feliz?
- Cuando ella lo sea. Yo la veré hacer su vida, y será feliz con alguienmás, y estaré tranquilo. Eso haces cuando te importa alguien. No lo atas a lamuerte contigo... lo dejas ser libre.
- Ella no lo quiere así.
- Ella lo tendrá que entender. No la merezco. Es demasiado buena parami.
- Eres imposible... parece que jamás lo entenderás.
- Tú no sabes lo que es vivir con esto. Ninguno de ustedes lo sabe, poreso no espero que entiendan lo que hago.
- Yo... - Ted estaba claramente confundido aunque el enojo aún se veíaen sus ojos - Yo... creo que él tenía razón. Nadie lo entendería. Nadieentiende por qué se comportaba como un verdadero idiota.
- ¡¡TED LUPIN!! - lo gritó Harry.
- ¡Lo siento, Harry! Pero, ¡vamos! ¿Tú estas de acuerdo con él? - dijoTed aún más enfadado.
- Yo sé lo que es sentir que eres un peligro para los demás. Así que,sí, lo entiendo. No comparto la manera en que lo hacía, pero claramente puedover por qué lo hacía... - dijo un poco más tranquilo Harry.
- ¡Pero mamá estaba sufriendo! - el cabello de Ted estaba cada vez másrojo.
- ¡Remus también, Ted, Remus también! ¡Tú no sabes la soledad...
- ¡¿Qué no sé?! ¡¿Crees que no sé?! ¡He lidiado con eso toda mi vida!
- ¡Ahhhh! - todos los chicos lo miraron afligidos.
- ¡¿Cómo te atreves a decir eso, Ted?! ¡Siempre hemos estado contigo! -le replicó Harry.
- ¡Por favor! ¡Sé sincero! ¡Yo no soy parte de esta familia!
Ted notó que ya nadie sujetaba su mano derecha, y que nadie se reposabaen su brazo izquierdo. Lilly se había levantado y había corrido llorando a losbrazos de su madre. Victoire lo miró tan enojada como él nunca la había visto.Lágrimas cayeron de sus ojos. Se levantó y dejó la habitación. James miraba aTed enojado mientras sujetaba a Albus que había bajado la mirada y lloraba. Elresto de chicos se habían levantado de su lado y se habían sentado junto a suspadres; todos extrañados y nostálgicos. Todos en la habitación lo mirabanrecelosos. Ted se sintió más culpable que nunca. Sabía que lo que había dichoestaba mal. Aunque en verdad él no se sentía parte de la familia, allí siempre había sido bien recibido.
- Yo... lo siento, es que me enojé y ... - dijo Ted claramenteafectado.
- No puedo creer que seas tan desagradecido - dijo Harry enojado.
- Harry... - lo sujetó Ginny.
- No, Ginny. Nosotros siempre lo hemos apoyado, lo hemos cuidado, lohemos querido.
- Harry, eso es algo que no debamos echarle en cara.
- Lo sé, lo sé. Mira Ted, yo no he hecho todo esto por que tenga quehacerlo por ser tu padrino. Lo que yo he hecho por ti no lo he hecho como unaobligación. Lo que yo he hecho, lo he hecho porque tú eres como mi hijo. Sé queno lo eres, pero así lo he sentido desde que tengo 17 años - dijo un muy nostálgico Harry.
- Yo
-Siento si los has sentido diferente. De verdad, siento mucho si no tehe hecho sentir como miembro de la familia, a pesar de que todos te queremoscomo tal - terminó Harry muy decepcionado. Se levantó y se dirigía hacia lapuerta cuando oyó a Ted decir:
- Creo que no tengo derecho a juzgar a mi padre. Mi abuela tiene razóncuando dice que hay mucho de él en mi
al igual que él, puedo ser un verdaderoidiota cuando me lo propongo.
Harry se había detenido aunque seguía mirando a la puerta. Ted seguía solo en el sillón y todas las miradas enojadas y tristes seguían en él.
- Harry, Ginny... todos ustedes - y miró a todos en la habitación - De verdad siento mucho lo que dije. Ustedes son las mejores personas que mis padres pudieron dejarme. De verdad lo siento mucho. No quise decir eso, es solo que me enfadé y...
- Pero si lo dijiste es porque ya hace un tiempo que vienes pensando eso - lo interrumpió James que seguía mirándolo con enojo. Ted se sintió peor. James nunca lo había mirado así. Como Ted no habló, James siguió - No entiendo por qué.
- No lo sé, es que... James, lo siento, tu creciste con tus padres y tus hermanos. Puedes decir que ellos son tu familia, porque lo son. Compartes genes con ellos. Yo... yo no.
- Pero, Ted, tu familia es quien te quiere y te apoya, quien esta contigo cuando lo necesitas, no quien lleva tu sangre. Nosotros hemos estado contigo, y tú con nosotros. Por eso tío Ron y papá no son amigos, son hermanos. Por eso tú no eres el ahijado de mi papá... eres... mi hermano... o bueno, eso creí yo - dijo Albus entre lágrimas.
- Al, yo.. - Ted no pudo evitar llorar. No podía creer que un niño de 8 años le estuviera enseñando tanto - Yo... yo lo siento mucho, de verdad.
- No importa lo que digas. Ya quedó claro que no somos importantes para ti... - James seguía enfadado y estaba evitando no llorar. Era demasiado orgulloso para eso.
- James, no digas eso - a Ted cada vez le dolía más hablar - Miren, todos, de verdad lo siento mucho. Soy un verdadero idiota. Al menos Remus...
- ¡TU PADRE! -volvió a gritar Harry aún sin mirarlo.
- Si, si.. mi... padre - Ted seguía enfadado por pensar en lo que había hecho su padre - lo hacía pensando en mamá. Yo... yo ni siquiera pensé. Lo dije... supongo que por envidia.
- Por idiota - lo corrigió James. Ted sonrió.
- ¡JAMES! - lo gritó Ginny.
- No, no, tiene razón. De verdad, espero me disculpen - Ted se levantó y caminó hacia su padrino - Harry, yo...
- Creo que lo mejor será tomar un descanso - lo interrumpió fríamente Harry.
- ¿Aún quieres seguir? Creí que...
- Debes saberlo. Solo... compórtate - lo volvió a interrumpir Harry,
- Si, si. Lo prometo - se apresuró a decir Ted.
- No será fácil lo que te queda por oír.
- Esta bien. Ya me hice a la idea.
- Volveré en un rato - dijo Harry y salió de La Madriguera. Ted notó que Ginny iba a salir pero Ron la detuvo. Él conocía a su mejor amigo y sabía que prefería estar solo por un tiempo.
- Yo... lo siento mucho - dijo Ted una vez más - En serio. Pero, ahora tengo que hacer una cosa - Ted se giró rápido para evitar las miradas y seguir sintiéndose culpable. Subió las escaleras, entró a la que era la habitación de Bill y justo como lo había pensado, allí estaba ella.
- Sabía que estarías aquí.
- Vete. E.. eres el ú..último con quien qui... quiero hablar - Victoire seguía llorando. Estaba mirando por la ventana, y no se había girado a ver a Ted.
- Vic, yo lo siento mucho, de verdad. Por favor, disculpa - dijo en tono de súplica y muy afligido Ted.
- No.. no te creo.
- Es cierto, Vic, por favor discúlpame.
- ¡No! ¡Eres un idiota! ¡Que bueno descubrir que no significamos nada para ti! - Victoire se giró hacia Ted. Sus ojos seguían llenos de lágrimas pero ella se negó a dejar que salieran. Ted la vio aún más enojada que en la sala.
- Vic, por favor no digas eso. Eso no es cierto.
- ¡No nos consideras tu familia! ¡Y si no somos tu familia, entonces, ¿qué somos?!
- Yo me equivoqué. He estado equivocado todo éste tiempo. Ustedes... claro que ustedes son mi familia - admitió por primera vez Ted.
- ¡Vaya! ¡Y te tomó 15 años notarlo! Con razón no has notado... - Victoire abrió los ojos como arrepintiéndose. Se giró hacia la ventana de nuevo - Vete, tonto.
- ¿No he notado qué? - preguntó Ted, aunque él... él pensaba que tal vez sabía a que se refería Victoire.
- ¡Que eres un idiota! ¡Eso!
- No, no... tú no te referías a eso. Además, eso lo noté abajo en la sala después de la estupidez que dije... - Victoire no respondió. Ted camino lentamente hacia ella. La abrazó por detrás y le dio un tierno beso en la mejilla. Victoire enrojeció como un tomate. Ella entendió que él sí sabía a lo que ella se refería.
Ted quiso besarla. ¡Se veía aún más linda cuando estaba enojada! Pero... no. Ella aún era pequeña y no podía saber exactamente lo que quería. En ese momento, lo más importante era tranquilizarla y que ella lo perdonara. Victoire no se movió, aunque poco poco dejó que su cabeza se apoyara en el pecho de Ted. Él solo la miraba. Ella miraba hacia la ventana. Después de un rato, ella por fin dijo:
- También lastimaste bastante a tu padrino, eh Ted.
- Si, lo sé - Ted quitó por primera vez su mirada de Victoire y la puso en la ventana. Allá estaba su padrino sobre una piedra sentado, solo - Yo... no debí...
- No, no debiste. Harry te ama.
- Él me quiere, pero...
- No, Ted, tu padrino te ama, en serio. Tanto como a James, Albus y Lilly. De eso estoy segura.
- Yo...
- ¿No los amas tú a ellos también?
- Claro, han estado siempre.
- Entonces, ¿por qué te es tan difícil que pensar que ellos sienten lo mismo por ti?
- Bueno, no es eso...
- ¿O no somos nosotros importantes para ti?
- ¡Claro que sí!
- ¿Y por qué no confías en que tú también lo eres para nosotros?
Ted no respondió. Luego de un rato, la soltó y dijo
- Tú y Albus son más inteligentes de lo que pensé, y definitivamente, mucho más que yo.
- No lo dudes. Definitivamente, eres un tonto.
Ted sonrió.
- Ven, bajemos. Harry dijo que me seguiría contando y... bueno, supongo que quieres escuchar. Además... me gustaría que me acompañaras.
Aunque Victoire no pareció dudarlo, le dijo
- Solo si prometes no seguir pensando mal de tu padre.
- ¿Qué? ¿Eso que tiene que...
- Él lo último que necesita es que su hijo también piense que él era despreciable.
- Yo no pienso...
- Ted...
- Esta bien. Seré más cuidadoso respecto a él. Ahora, acompáñame - Ted extendió su mano, ella la sujetó de nuevo con firmeza. Bajaron las escaleras hasta la sala. El ambiente seguía tenso cuando llegaron.
Ted tragó saliva, sujetó con fuerza la mano de Victoire y con todas las fuerzas que pudo dijo:
- Espero que algún día puedan perdonarme. En serio. Albus tiene razón: ustedes son mi familia; siempre se han portado como tal. Siento mucho haberlo dudado.
- Ted, hijo, no hay nada que perdonar - dijo Arthur con una sonrisa.
- ¡Claro que lo hay! ¡Ted...
- Ted ha pasado momentos difíciles, querido. Escuchar lo que ha escuchado no ha sido sencillo - dijo Molly acercándose a Ted. Ella le esbozó una gran sonrisa y lo abrazó fuerte. Ted tuvo que admitir que esto lo tranquilizó - Siempre nos tendrás a tu lado para pasar estos momentos. Y deja de preocuparte: tus padres se amaron y te amaron, solo tuvieron una historia difícil.
- Yo... muchas gracias, Molly - dijo Ted - Y... ¿ustedes...?
- No te pgeocupes, Ted. Nosotgos te entendemos - dijo con dulzura Fleur.
- ¿Seguro? ¿No me odian? Yo sé que..
- Jamás podríamos odiarte, Teddy - se apresuró a decir Hermione.
- Puedes pelear con tu familia, pero no llegas a odiarla... por lo menos las cosas no son así en esta familia - dijo Percy y miró con complicidad a George y a sus padres.
- ¡Exacto! Al fin y al cabo, somos los que siempre vamos a estar, ¿no? - dijo Lilly mucho más calmada. Ted soltó la mano de Victoire, se agachó, abrió los brazos tímidamente y dijo:
- ¿Aún soy tu hermano favorito?
Lilly lo dudo, miró a su madre, miró a Ted, esbozó una sonrisa y se lanzó corriendo hacia él. Él la abrazó y entendió perfectamente lo que había hablado con Victoire minutos antes. ¡Claro que amaba a esa pequeña! ¡Claro que ella era su familia!
- ¿Y ustedes? - miró esperanzado a Albus y James. Albus se dirigía a Ted, pero James lo sujetó por el brazo.
- Ya veremos - dijo James desafiante y con una sonrisa. Ted sonrió, pero entendió que lo que había dicho le iba a salir caro. Bajó a Lilly y volvió a decir:
- Gracias, a todos. Gracias. Son increíbles - Las miradas de todos eran mucho más tranquilizadoras, aunque él no podía dejar de sentirse culpable - Ahora, si me disculpan...
Ted salió de casa. Se dirigía a hablar con su padrino. Era quizá a quien le debía la mayor disculpa.
Ted salió de casa y caminó hacia su padrino. Estaba sentado de espaldas mirando a la nada.
- Harry, yo lo... - empezó Ted. Parece que a Harry no le hubiera sorprendido en lo más mínimo escuchar llegar a Ted.
- Está bien, Ted. Yo también lo siento - lo interrumpió Harry.
- ¿Qué? Pero, ¿por...
- Creo que tú y yo somos más parecidos de los que creí. Ven, siéntate aquí - dijo Harry señalando a su lado. Ted se sentó.
- ¿A qué te refieres? Bueno, pues ambos crecimos sin...
- Es más que eso, Ted. ¿Te confieso algo?
- Si... supongo.
- Yo... yo también dudé de mi papá en algún momento.
- Oh... ¿Por... por qué?
- Bueno, yo tenía tu edad, de hecho. Siempre estuve muy orgulloso de él aunque nunca lo conocí, pero a tu edad... bueno, vi algo que me hizo pensar que él no era lo que yo pensaba.
- ¿Viste? ¿Cómo "viste"?
- Tú has ido ya un par de veces al despacho de la Directora McGonagall, ¿no?
- Si... a ella no le gustan mucho los productos de Sortilegios Weasley...
- Bueno, supongo has visto una pileta de piedra poco profunda...
- Si, el pensadero.
- ¿Có.. cómo lo conoces?
- Soy curioso.
Harry rió.
- Bueno... gracias a ese pensadero pude ver como eran papá, Sirius, Remus, Pettigrew, y mamá cuando estaban en Hogwarts.
- ¡Woow! ¿En serio? ¡Pero si eso es genial! ¿Por qué eso te decepcionaría? ¿Era malo?
- No, malo no. Yo ya sabía que papá y Sirius eran bastante bromistas, solo que... no sabía hasta que punto podían serlo, y hasta que punto les podía parecer gracioso burlarse o humillar a alguien...
- ¿Có...? ¿Qu...? ¿Ah?
- Bueno, vi como papá y Sirius usaron magia para humillar a otro chico, solo porque Sirius dijo que estaba aburrido. Yo... bueno, no me gustó. No era la imagen que tenía de mi padre, pero...
- Espera, espera... ¿qué hay de Re... papá? ¿Él...
- Bueno, él no hizo nada en contra del chico, pero... tampoco detuvo a Sirius y papá.
- Oh...
- Luces decepcionado.
- Bueno, él no parecía ser muy divertido, ¿eh?
- Parece que olvidas lo difícil que fue su vida desde muy chico; además, eso no me pareció divertido.
- Claro...
- En fin, te decía, entendí que papá era mucho más que la imagen de él molestando a ese chico. Entendí que por encima de todo era una gran persona, que luchaba por el bien, y que al final, murió por protegerme. Justo igual que tu padre.
- Pero supongo que tu padre no fue un... no fue tan duro con tu madre como papá con la mía.
- Tú padre y el mio tuvieron vidas muy diferentes, Ted.
- Ya vas con la misma excusa que él.
- Eres terco como él... y como yo - sonrió Harry - Espero que al igual que yo, termines por entenderlo tú solo.
- Créeme: yo también quiero entenderlo.
Se quedaron un rato en silencio, hasta que Ted se volvió a atrever a hablar.
- Harry, quiero disculparme por lo que dije hace un rato en la casa.
- No te preocupes. Yo lo entiendo.
- ¿Lo entiendes?
- Si, como te dije, tú y yo somos más parecidos de lo que pensé. Pero, Ted, tú nos a tienes a nosotros... yo, bueno yo también tenía a los Weasley, pero no era igual. Vivía con mis tíos y a decir verdad, yo.. yo no les agradaba nada.
- Lo sé, y por eso siento tanto lo que dije.
- Esta bien. Vamos adentro, Teddy. Si queremos terminar esta historia hoy, será mejor que sigamos de una vez.
- Claro.
Harry y Ted se levantaron y caminaron en silencio de vuelta a La Madriguera. Justo antes de entrar, Ted se detuvo.
- Hey, Harry, espera.
- ¿Qué pasa?
- Creo que nunca te he agradecido por haber estado a mi lado todo este tiempo. No pude tener un mejor padrino.
Harry le lanzó una sincera sonrisa que a Ted le bastó para saber que su padrino lo había perdonado. Entraron a La Madriguera y...
- ¡Por fin! Creímos que ibas a terminar la historia sin decirnos, aunque Victoire seguía insistiendo en que volverías - les reclamó James.
- Íbamos a ir a buscarlos, pero mamá dijo que dejáramos de ser entrometidos - añadió Albus mirando receloso a su madre.
- Tranquilos, ya continuamos.
- ¡Esperen! Creo que es hora de una merienda, hace ya tiempo que...
- ¡Abueeela! - dijeron al unísono todos los pequeños Weasley.
- ¡Esta bien! ¡Esta bien! - dijo claramente enojada Molly.
- ¿ Y quién va a seguir? - dijo emocionada Rose.
- Bueno... ¿dónde nos quedamos? - dijo Hermione mirando a Harry y Ginny.
- Ustedes dijeron que Tonks no les contó más sobre lo que pasó ese año así que supongo que nos saltaríamos hasta la Batalla de la Torre de Astronomía, ¿no? - dijo Ron pensativo. Ted estaba seguro de que Ron quería hablar. Le encantaba contar historias... a su manera. De algún modo, en las historias que contaba, él siempre resultaba ser el gran héroe. Ted no estaba muy seguro de querer escuchar su versión.
- Si, supongo... - decía Hermione cuando la interrumpieron.
- Bueno, yo sé algo... no mucho, pero sé algo - decía Molly Weasley.
- ¡Pero claro! - dijo Harry - Cuando Dumbledore me trajo antes del inicio de clases... ella estaba aquí y...
- ¡Por supuesto! Ella venía aquí en las noches... - recordó Ron.
- Y recuerdo que en Navidad dijiste que... - decía pensativa Ginny.
- ¡¿Será que alguno puede terminar sus frases?! - gritó Ted.
- Lo siento, lo siento, Ted - dijo Harry.
- Mamá, entonces cuéntanos lo que sabes antes de que a Ted le de un infarto - dijo Ron.
- Claro, claro. Pero, Teddy, querido, tienes que saber que...
- No será fácil lo que voy a oír, lo sé - la interrumpió Ted.
- Bueno, si, eso también. Lo que quería decir es que a pesar de que hablábamos casi todas las noches, nuestras conversaciones... bueno, no variaban mucho.
- No importa, cuéntalo solo una vez - rogó Ted.
- Claro, hijo - respondió con dulzura Molly - A ver, supongo que podemos empezar por... oh, si si claro... ya sé.
- Molly, siento venir de nuevo y más a esta hora, pero es que...
- ¡No, no, Tonks, querida! ¡Tranquila! ¡Pasa! ¡Pasa!
- Gracias, Molly. Es que... tú sabes que no sé con quien más hablar.
- No te preocupes, hija. Pero, ¿y entonces? ¿Qué pasó? Creí que no habías vuelto a verlo.
- Bueno, es que nunca estaba en casa cuando iba a buscarlo, así que desistí, pero hoy...
- Volviste...
- Yo... ¡Ay, Molly! ¡No sé por qué sigo creyendo que lo haré cambiar de opinión!
- No, no llores, querida, no llores.
- ¡Es que soy una idiota!
- Claro que no, Tonks, querida. Solo estás enamorada.
- ¿Cuál es la diferencia?
- Hija, solo debes darle tiempo.
- ¿Tiempo? ¿Para que se llene de más razones para alejarse de mi?
- No... para que lo piense... para que sepa como es no tenerte cerca.
- ¡Pero si eso es lo que él quiere! Al menos cuando voy... al menos lo veo y le hago entender que lo que siento es de verdad y que no me importa nada de lo que dice.
- Y también logras hacerte más daño...
- Ya te dije... de algún modo, verlo me calma.
- Eso no es lo que parece. Hija, cada vez estás más delgada y tu aspecto... ¡Ay! ¿cómo no te he preparado nada aún? Te haré...
- No, no, no. Gracias, Molly. En serio. Pero, no tengo hambre.
- Tonks...
- Sabes que me encanta tu comida, pero no tengo hambre, en serio.
- Comerás.
- Molly...
- Tonks no puedes seguir así. Tienes que recomponer tu vida como era justo antes de que él llegara.
- Yo lo he intentado, Molly, lo juro. El problema es que ya no recuerdo mi vida antes de él. Ya nada tiene suficiente sentido para mi.
- Pues intenta con más ganas. No puedes seguir así. Él siguió con su vida.
- Pero no por que quiera alejarse de mi...
- ¿A qué te refieres?
- Él... yo... esa es la otra cosa que me tiene mal. Ya sé por qué nunca estaba en casa.
- Oh...
- Y por lo visto, tú también sabías...
- Lo siento, querida. Dumbledore nos pidió que no dijéramos nada. A nadie.
- Pero tú sabías lo que yo...
- Son órdenes de Dumbledore. ¿Acaso tú lo desobedeces?
- No, no, claro que no. Pero...
- Mira, él es el único adecuado para esa misión.
- ¡Podría morir, Molly! ¿Sabes lo que le haría Greyback si descubre...
- Yo lo sé. Dumbledore lo sabe... Remus lo sabe.
- ¿Entonces por qué lo envía con los hombres lobo si sabe lo que puede pasar?
- Estamos entrando en guerra, Tonks. Muy pronto nadie estará seguro. Además, cuando entramos a la Orden aceptamos el doble de riesgos. Tú lo sabes.
- Lo sé, es solo que... no sé si soportaría que algo le pasara. Él no lo merece... no merece nada de las horribles cosas por las que le ha tocado pasar.
- Todos sabemos que no es justo, pero es algo con lo que debe lidiar. Tú debes entenderlo.
- Yo lo entiendo, y quiero ayudarlo.
- Eso no es lo que él quiere, querida.
- Es lo que él quiere creer... que no quiere. Pero... yo... lo sé... noto que es más la tristeza que el enojo en sus ojos cuando me dice que no debemos estar juntos. Noto que le duele decirme que se aleje. Noto... lo he escuchado llorar después de cerrar la puerta, Molly. No sé por qué insiste en hacernos sufrir, a ambos.
- Bueno... él siempre ha sido muy duro consigo mismo. Él se terminó por creer lo que los demás le dijeron: que su vida debe ser miserable.
- Pero... no debe ser así. No tiene por qué ser así. Yo se lo demostraré.
- Tonks, no sé si debas seguir insistiendo...
- Lo haré.
- Seguirás sufriendo.
- Tal vez así por fin se dé cuenta de que él sí vale la pena, que es más que unos colmillos y fuerte carácter en luna llena.
Ted no sabía que sentir. Lo destrozaba el solo hecho de pensar en su madre llorando a medianoche en la misma sala en la que él se encontraba ahora. Estaba enojado con Remus... seguía sin entenderlo... ¡quería asesinarlo! Hasta que... hasta que Molly dijo >> Lo he escuchado llorar después de cerrar la puerta... << No sabía exactamente por qué, pero eso lo tranquilizaba. Si eso era cierto, si su padre también sufría, si él de verdad amaba a su madre pero sentía que no la merecía, si él... si él estaba arriesgando su vida al estar con los hombres lobo por una misión de Dumbledore... bueno, él no podía ser tan malo después de todo. Pero lo seguía confirmando... él era un idiota decidido a ser infeliz.
- ¿Y eso era... todas las noches? - le preguntó Ted a Molly.
- Bueno, como escuchaste, él estaba en una misión especial así que Tonks no lo veía todas las noches - respondió Molly - Pero ella si solía venir, y debo decir que aunque parezca difícil de creer, se le veía peor cuando no venía de hablar con él.
- Pero si él era muy duro con ella...
- Pero ella decía que ver que a él mismo le dolía decir lo que decía le daba una esperanza. Además, después de que supo de la misión que Dumbledore le había encomendado le alegraba al menos verlo con vida.
- ¿Y ella como se enteró de la misión en la que él estaba, abuela? - preguntó Albus.
- El mismo Remus se lo dijo - contestó ella - Ese fue un argumento aún más fuerte para alejarse de ella.
- ¿Nada le pasó nunca por estar en esa misión? - preguntó algo preocupada Victoire.
- Se veía más cansado y enfermo de lo normal, pero aparte de eso... bueno, él era fuerte - respondió Arthur.
- ¿Y él estuvo... estuvo todo un año en esa misión, abuelo? - preguntó Louis.
- Unos 9 meses aproximadamente. Una vez más nos demostró lo valiente y leal que podía llegar a ser - respondió él.
- ¿Valiente? - vaciló Ted - Valiente hubiera sido arriesgarse a estar con mamá a pesar de lo que el resto del mundo pensara.
- No es por lo que el resto del mundo pensara, hijo, es por lo que él pensaba - respondió tranquilo Arthur - Además, no sé porque te sigues mortificando si al fin y al cabo, ellos terminaron juntos.
- Si, después de hacerla sufrir...
- No olvides lo que Tonks decía... ella sabía que a él también le dolía.
- Bueno, si... pero, ¿cómo lo convenció mamá? ¿Usó alguna poción o lo llevó atado al altar?
Algunos rieron, aunque Ted no lo había dicho en broma.
- Es que, resulta que tu madre era perseverante - sonrió Ginny.
- ¿Perse...? ¿Qué? - preguntó Lilly.
- Perseverante. Que no se rinde - respondió Ginny.
- Eso, y que nosotros terminamos lo que Sirius empezó... - sonrió Ron - ... le echamos una mano.
- ¿Por fin llegamos a la parte buena? - dijo emocionada Roxanne.
- Buena si nos referimos a Remus y Tonks... pero, bueno... ¡vaya si fue un día difícil! - dijo Harry.
- ¿Día difícil? - preguntó Ted.
- Verás, ese día... ese fue el día que murió Dumbledore - respondió Harry.
Se sintió un frío en la habitación. A pesar de que la mitad de los que habían allí no conocieron a Dumbledore, habían escuchado maravillosas historias sobre él y sabían que había sido el mago más grande de todos los tiempos.
- Fue exactamente el 30 de junio de 1997. Supongo que Ted y Victoire ya han escuchado algo sobre la Batalla de la Torre de Astronomía en alguna de sus clases de Historia de la Magia.
- Bueeeeno - dijeron los chicos al unísono mientras se miraban avergonzados.
- ¿No? - dijo algo confundido Harry.
- Es que... digamos que no es la mejor clase que puedes tener en Hogwarts - dijo algo avergonzada Victoire.
- ¡Vamos, Harry! ¡Ya sabes como es el profesor Binns! Puedes escucharlo máximo 30 minutos. Luego su voz se encarga de dormirte - dijo Ted.
Harry y Ron se miraron y sonrieron. Harry sabía cuan aburrida podía llegar a ser esa clase y no tenía nada que recriminarle a su ahijado ya que para él esa clase también era perfecta para una siesta.
- ¡Pero sí es una materia importantísima! - replicó Hermione. Todos en la habitación la miraron pensando que bromeaba. Nadie aparte de ella la consideraba importante.
- Si, claro, Hermione... En fin, ese día yo estaba en una misión especial con Dumbledore. Estábamos buscando uno de los horrocruxes...
- Pero era falso... yo destruí el verdadero - dijo orgulloso Ron.
- Si, si, pero esa es otra historia...
- ¡Y es más interesante! - Harry lo fulminó con la mirada - Bueno... claro que no para ti, Ted... ehhhh, sigue Harry.
- Te decía... yo llegué con Dumbledore y bueno... vi como murió - Harry hizo una pausa y bajó la cabeza. Nadie lo interrumpió - Cuando bajé vi a tus padres, Ted, a Ginny, Ron, Hermione, Luna, Bill, la profesora McGonagall, Neville, el profesor Slughorn, Kingsley, Moody, entre otos estudiantes de ese momento y miembros de la Orden peleando contra varios mortífagos. Ese día, aparte de la muerte de Dumbledore, bueno, ninguno de los nuestros murió. Aunque...
- Ahí fue cuando técnicamente yo "le eché una mano" a Tonks - lo interrumpió Bill - Ese día, Greyback, el mismo hombre lobo que mordió a Remus, me hizo estas cicatrices.
A Dominique, que estaba sentada en las piernas de su padre, se le aguaron los ojos y empezó a acariciar las cicatrices de Bill. Él sonreía tiernamente.
- Nunca nos has contado como fue, papá - dijo Victoire también con los ojos aguados.
- Esa también es una historia para otro día - contestó él sonriendo - hoy hablamos de Remus y Tonks.
- Creo que Remus fue el más preocupado por Bill en ese momento. Fue él quien lo llevó a la enfermería y ... - decía Ginny.
- Espera, un momento... ¿qué hacían mamá y Re... papá en Hogwarts? - preguntó confuso Ted.
- Para Dumbledore, la seguridad de los estudiantes de Hogwarts era lo más importante y como esa noche él no iba a estar, llamó a algunos miembros de la Orden para vigilar el castillo - respondió Arthur.
- Ted, creo que a ti lo que realmente te interesa escuchar es lo que pasó luego... en la enfermería - dijo Harry,
- ¿En... en la enfermería? - preguntó Ted.
- Si, luego de que los mortífagos se fueron del castillo, Remus llevó a Bill a la enfermería. Tonks, Ginny, Hermione y yo lo seguimos - dijo Ron - Luego llegaron Harry y la Profesora McGonagall, y después mis padres, Fleur, George y ... Fred - A Ron le costó recordar éste último nombre.
Hubo un corto silencio que Ted interrumpió.
- Bueno... Bill, ¿qué hiciste para ayudar a mi madre?
- ¿Yo?
- Dijiste que le echaste una mano...
- Bueno, mi parte fue dejar que me atacara Greyback. Creo que Fleur se encargó de lo más importante, y bueno... los demás hicieron lo que debían.
- No entiendo nada - dijo confuso Ted. Bill rió.
- Llegó la hora - dijo Harry - ¿Listo, Ted?
- Listo - Respondió él algo nervioso.
Y Harry empezó:
- Molly... Arthur... - dijo la profesora McGonagall - Lo siento tanto...
- Bill - susurró Molly - ¡Oh, Bill!
- ¿Dices que lo atacó Fenrir Greyback? ¿Pero no se había transformado? ¿Y entonces? ¿Qué le va a ocurrir a Bill? - le preguntó Arthur a McGonagall.
- Todavía no lo sabemos - respondió ella y miró a Remus.
- Seguramente tendrá alguna secuela, Arthur - dijo Remus - Es un caso muy raro, posiblemente el único... No sabemos como se comportará cuando se despierte...
- Ya sé que no importa el aspecto que tenga.. Eso no es... lo más... importante... Pero era un chico tan guapo. ¡Mira que pasarle esto precisamente ahora que iba a casarse!
- ¿Se puede sabeg que significa eso? - saltó Fleur - ¿Qué quiegue decig "iba" a casagse?
- Pues... nada, que...
- ¿Cree que Bill ya no quegá casagse conmigo? ¿Piensa que pog culpa de esas mogdedugas dejagá de amagme?
- No, yo no he dicho eso...
- ¡Pues se equivoca! ¡Paga que Bill no me quisiega haguía falta algo más que un hombgue lobo!
- Si, claro que si, pero pensé que quizá... dado el estado en que... en que...
- ¿Creyó que no queguía casagme con él? ¿O quizá confiaba que no quisiega casagme con él? ¿Qué mas da el aspecto que tenga? ¡Me paguece que tenemos de sobgra con mi belleza! Lo único que demuestgan esas cicatguices es la gan valentía de mi futugo maguido!
- ¿Lo ves? ¡Fleur sigue queriendo casarse con él, aunque lo hayan mordido! ¡A ella no le importa! - gritó Tonks mientras fulminaba con la mirada a Remus.
- Es diferente - dijo Remus - Bill no será un hombre lobo completo. Son dos casos totalmente...
- ¡Pero a mi tampoco me importa! ¡No me importa! Te lo he dicho un millón de veces...
- Y yo te he dicho un millón de veces - replicó Remus sin poder mirarla a los ojos - que soy demasiado viejo, demasiado pobre, demasiado peligroso...
- Siempre he mantenido que has mantenido una postura ridícula respecto a ese tema, Remus - intervino Molly.
- No he tomado ninguna postura ridícula - se defendió Remus - Tonks merece a alguien joven y sano.
- Pero ella te quiere a ti - terció Arthur - Y al fin y al cabo, Remus, los jóvenes sanos no siempre se mantienen así.
- Ahora no es momento para hablar de esto - dijo Remus - Dumbledore ha muerto...
- Dumbledore se habría alegrado más que nadie de que hubiera un poco más de amor en el mundo - dijo la profesora McGonagall.
- Luego... bueno, llegó a Hagrid, y la profesora McGonagall y yo salimos con él - dijo Harry - No sé que pasó luego... ¿Hermione?
- Encantada - respondió orgullosa ella, e inició - cuando ellos 3 salieron de la enfermería, bueno... hubo un largo silencio. Tonks miraba algo enojada a Remus. La mirada de él seguía fija en Bill. Tonks al ver que él no decía nada dijo
- Yo... es mejor que me vaya. Bill estará bien... estará mejor si te tiene a su lado, Fleur. Nos vemos... luego - Y salió tan rápido como pudo de la enfermería. Cuando salió...
- ¿Por qué sigues aquí, Remus? - preguntó Fred.
- Eh... ¿Prefieren estar solos? - dijo él.
- ¡Ve a buscarla, idiota! - dijo George.
- ¡GEORGE! - gritó Molly.
- ¿Acaso no piensas lo mismo, mamá?
- Bueno, si... pero no es la manera de decirlo - respondió ella.
- Ustedes no lo entienden. Yo quiero protegerla y... - decía Remus
- ¡No te decimos que te cases con ella! - dijo Fred - Solo... ¡búscala! Apuesto a que no le has dicho jamás lo mucho que la quieres.
- O lo linda que es - siguió George.
- Era... - dijo Fred.
- ¿Era? - preguntó Remus algo ofendido.
- Bueno... ¡mira como la tienes! Tiene más carne Nick Casi Decapitado que ella... - dijo George.
- Y sonríe mas McGonagall - terminó Fred.
- Porfesor Lupin, yo no soy experto en esos temas, ni nada - dijo Ron - Pero creo que lo peor que puedes hacer como hombre, es hacer que una chica llore por ti.
- Ya te he dicho que ya no soy tu profesor. Puedes llamarme Remus - dijo él - y créeme, yo podría hacerle cosas peores.
- Si, si te metes con ella en el Bosque Prohibido en luna llena - intervino Hermione - pero ella no es tan idiota como nosotros.
- No es solo eso... es que...
- ¡Remus, por favor! ¡Ella es inteligente! ¡Sabe lo que quiere! - se exaltó Ginny.
- No, yo...
- ¡Remus, que vayas a buscarla, maldita sea! - gritó Fred.
- Si no vas tú, iré yo y le daré una poción de amor tan fuerte que ni siquiera se volverá a fijar en tu presencia - dijo George.
- No, es que yo... - decía Remus.
- ¡¡¡QUE VAYAS!!! - lo gritaron Fred, George, Hermione y Ginny.
- Yo...
- Y Remus salió corriendo de la habitación, como si de pronto hubiera tenido un arrebato de amor.
- Esperen... ¿o sea que no saben como él y mamá... - dijo apresurado Ted.
- Claro que si, Teddy - dijo Ginny con dulzura - Ya te dijimos que Tonks nos contó...
- ¡Entonces, sigan!
- Esta bien, esta bien... A ver...
- Espera... lo siento - la interrumpió Ted - Olvidé... gracias... a todos.
- ¿Por qué? - dijo Ron.
- Por hacerlo entrar en razón. Lo lograron - dijo Ted con una tímida sonrisa.
- Un placer - dijo George orgulloso.
- Bueno, supongo que Remus tuvo bastante suerte. Tonks ya hacía rato que había salido de la enfermería cuando él decidió ir a buscarla. Pero, ella no había ido muy lejos... - comenzó Ginny - estaba sentada en unas escaleras que daban vista a las afueras del castillo. No lloraba... solo miraba al exterior.
- ¡Tonks! ¡Que bueno que no te has ido!
- ¡Remus! ¿Qué haces aquí?
- Yo... Tonks, yo... yo he sido un idiota todo este tiempo.
- ¡Vaya, sorpresa!
- Lo siento, de verdad. Siento mucho como te he hablado y como te he hecho sentir. Es solo que quiero que entiendas que tú eres mucho más de lo que yo merezco.
- Ay, Remus... ¿por qué insistes con eso?
- Porque es cierto. Yo... en realidad creo que nunca te lo he dicho, por miedo, supongo, pero... Tonks, yo a ti...
- ...¿Si?...
- Yo a ti te amo.
- ¡Oh, Remus!
- Pero, precisamente por eso te pido que te alejes. Eres demasiado importante para mi como para atarte a una vida como la mía; aunque digas que no te importa, a mi sí me importa y sé que te arrepentirás.
- ¡Yo jamás podría arrepentirme! Remus, ¿por qué no lo entiendes? Estar contigo es lo que más deseo.
- Pero yo puedo herirte, y jamás me...
- Pero si todo el daño que me podías hacer, ya lo hiciste, Remus. No creo que puedas hacer nada peor que esto. Mírame... el verdadero daño que me puedes hacerme es estar lejos de mí.
- Tonks, yo... no lo sé.
- Entonces, ¿por qué viniste a buscarme?
- Porque no quiero hacerte sufrir más.
- Entonces ya sabes que tienes que hacer...
- ¿Y si mejor te olvidas de mi?
- Esa no es opción. Tal vez tú puedas olvidarme, pero...
- No, lo que yo siento por ti es algo que me prohibí sentir. Tú pasaste los límites, Tonks. Jamás podría olvidarte.
- Me estás dando la razón, Remus...
...
- Mira, yo nunca he hecho esto, así que lo siento sí no es como lo esperas.
- ¿De qué hablas?
Remus se aseguró de que Tonks estuviera justo en frente suyo, y a una corta pero justa distancia; sujetó con dulzura la mano de Tonks y...
- Yo... tú... bueno...
- ¿Remus?
- ¿Te... bueno, ¿te gustaría salir conmigo?
- ¡Hasta el fin del mundo, y en luna llena!
Ella se lanzó hacia él y le dio un gran beso en la bo...
- Ehhh... creo que podemos evitar esa parte - dijo Ted sonriendo.
- ¡Nooo! ¡Pero si llegamos a la mejor parte! - protestó Victoire.
- Yo también digo que nos saltemos la parte del beso apasionado - dijo James con cara de asco.
Los adultos rieron.
- Esta bien - dijo Ginny sonriendo - luego del beso...
- ¿Estás segura de que esto es lo que quieres?
- ¿Aún lo dudas, Remus? ¿En serio?
- Bueno, es que... tienes que saber que esto es nuevo para mi.
- Tranquilo, te prometo que estaré aquí... siempre... ¡Hey! ¡Esto es serio! ¿Por qué sonríes así?
- Tu cabello... lo extrañaba así.
- ¿A qué te refieres?
- Esta rosa, de nuevo.
- ¿Ves? Llevas 2 minutos abrazándome y ya estas arreglando mi vida.
Él la volvió a besar, mientras la sujetaba por la cin...
- ¡¡GINNY!! - protestó Teddy - ya te pedí que evitaras esas partes. Es de mis padres de quienes hablas. No es lindo escucharlo.
Los adultos volvieron a reír.
- Bueno, Teddy, es que luego no pasó nada más - dijo sonriente Ginny - Ellos salieron juntos del Castillo, ambos se quedaron en Hogsmeade. Ahí empezó todo para ellos. Los vimos juntos por primera vez en el funeral de Dumbledore. Iban tomados de la mano.
Hubo otro silencio.
- Bueno... ¿y qué piensas, eh Teddy? - dijo Ron.
- ¿Por qué... por qué Re... papá los escuchó a ustedes y no a mamá? - preguntó confuso Ted.
- Ted, tienes que saber que tu padre moría de amor por tu madre, pero necesitaba un empujonsito... en cierto modo, creo que buscaba nuestra aprobación - respondió Arthur.
Ted no lucía muy convencido.
- Creo que era cuestión de tiempo para que él acabará buscándola - siguió - Se demoró más de lo que debía, pero lo hizo.
- Además, no olvides que para él el hecho de salir con alguien era algo totalmente nuevo a pesar de que... bueno, era mayor que Tonks - dijo Molly.
- ¡Vamos, Ted! ¿Qué piensas? - preguntó Harry.
Ted se demoró en contestar...
- Al final fue él quien la buscó y bueno... si ella lo entendió, supongo que yo también.
Harry sonrió y dijo - ¿Feliz?
- ¿A qué te refieres? - preguntó confuso Ted.
- Bueno.. ya sabes... ¡la historia! ¡Por fin la sabes!
- ¡Pero si no hemos terminado! ¿Qué hay de la boda, mi nacimiento, la guerra, su muerte?
- Oh, Ted...
- Lo sabía.
- ¿De qué hablas?
- Las cosas no fueron del todo felices... algo más pasó, ¿verdad?
- Pero no es tan impor...
- Sigamos. Aún falta bastante. Aparatos de masajes
- ¿Harry? - Ted despertó a Harry de sus pensamientos - ¿Qué pasa? Vamos, sigue...- Yo... Ted, no sé si...- Vamos por partes, Harry - le susurró Hermione asegurándose de que ninguno de los chicos no pudiera oírla - aún falta para ese momento al que sé que te asusta llegar. - Si, bueno... si - dijo Harry aún dudando - el problema es que yo los vi en el funeral de Dumbledore y luego... bueno, cuando los volví a ver ya se habían casado, así que no sé como pasó.- ¿Cómo así? ¿Por qué no estuviste en la boda de mis padres? - preguntó extrañado Ted.- Ya la guerra estaba iniciando, Ted. Yo era menor de edad, vivía aún con mis tíos y Voldemort me estaba siguiendo. Los mortífagos seguían a la Orden y ellos no podían descuidarse, en especial Tonks; así que, como lo ves... no era muy apropiado hacer una gran fiesta, y menos tenerme de invitado. - ¿Por qué "en especial Tonks"? - preguntó Ted.- ¿Tu abuela no te ha hablado de su familia? ¿De sus hermanas? - Le devolvió la pregunta Harry.- No. Alguna vez se lo pregunté pero me dijo que su familia fue mi abuelo y mamá. Aunque... - contestó Ted y se quedó pensativo.- ¿Si?- Bueno, el día que le pregunté fue cuando la escuché discutir con otra mujer en la entrada de la casa. Ella le decía que eran hermanas y tenía que perdonarla; que estaba arrepentida. Mi abuela no la dejó siquiera entrar. Lloró como por una semana - recordó Ted.- Bueno... esa es una parte importante en la historia de tu madre. Pero la sabrás un poco más adelante. No te preocupes... no demorará mucho en llegar - se apresuró a decir Harry al notar que Ted se molestaba. - Como digas - contestó Ted de mala gana - Entonces, ¿nadie sabe de la boda? ¿Solo mi abuela?- Claro que no, querido - intervino Molly - Estábamos en guerra, pero a quien debíamos proteger era a Harry. Nosotros podíamos correr el riesgo. Fue una boda sencilla, con muy pocos invitados, pero encantadora.- Entonces, ¿podrías...- ¡Claro! Aunque, debes entender que mi memoria no es tan buena como la de Harry, Ginny o Hermione.- No importa. Algo es algo - dijo Ted resignado.- Bueno... - empezó Molly - Fue Tonks quien vino a informarme...
- ¡Repórtate! - Aggg... odio tener que repetir esto: Ny... Nymphadora Tonks, metamorfomaga, hija de Ted y Andrómeda Tonks y ... ¡y futura esposa de Remus Lupin!- ¿Quéeee? ¿Estas jugando conmigo? ¡Pasa!- ¿Lo puedes creer? Hace 2 meses se negaba a estar conmigo y ¡hace una semana me propuso matrimonio! - Oh, Tonks, ¡felicitaciones! Pero... ¿cómo fue? ¿Por qué hasta ahora me avisas? ¿Y por qué no vino él también?- Lo siento, ya sabes como han estado las cosas en el Ministerio últimamente. Yo vengo del allá, y él ahora esta con Kingsley. Y ¿cómo fue? Bueno... tan simple como encantador. - Dora, yo... yo lo he pensado y... - No me digas que vas a empezar de nuevo con... - No, no es nada eso. Al contrario. - ¿Ah? - Tú y yo llevamos juntos 1 mes, y, si debo decirlo... ha sido el mejor mes de mi vida. Dora, no sé como lo haces, pero lo logras: logras hacerme feliz. Y si me dejas, me gustaría hacer lo mismo. - Lo haces desde aquella noche en Hogwarts. - Me gustaría hacer algo más. - ¿A qué te refieres? - Quiero que me dejes cuidarte y acompañarte por lo que nos quede de vida. Quiero estar a tu lado y que luchemos juntos. - Oh.... - Dora, ¿te gustaría casarte conmigo? - ¡Oh, Remus! ¡Por supuesto! ¡NADA ME HARÍA TAN FELIZ! - Sé que éste no es el mejor anillo, ni es como seguramente alguna vez lo soñaste, pero... - Es el más hermoso que he visto en mi vida. - Creo que es lo más tierno que jamás dirá.- Lo sé, Molly. Fue tan inesperado. Jamás creí que lo preguntaría.- Y bueno, ¿cuándo será la boda? ¡Hay tanto que planear!- ¡Eso es lo mejor! ¡Será la próxima semana! Remus dice que me estoy apresurando mucho pero es que no quiero esperar un segundo más.- ¡Ay, Tonks! ¡Nunca cambias! - Bueno, bueno... Precisamente por eso vine. Será en casa de mis padres el próximo viernes a las 2 de la tarde y... bueno, nos gustaría... nos gustaría que Arthur y tú fueran los padrinos, ¿qué dices?- ¿Bromeas? ¡Sería un honor! Y sé que Arthur también aceptará encantado. Pero...- ¿Hay algún problema? - Aún no me has contado como lo tomaron tus padres. Andromeda es una Black a pesar de todo.- Bueno... no están muy felices; especialmente mamá: no me habló por 2 días. Papá ha sido un poco más comprensivo, pero no deja de preguntarme si estoy segura. - ¿Y Remus lo sabe?- Claro. Les dijimos juntos. Se sintió bastante mal cuando mamá se levantó de la mesa dejándolo con la palabra en la boca y se encerró en su habitación. Pero, ellos ya hablaron y mamá poco a poco lo va entendiendo; aunque al principio hizo dudar a Remus y eso me asustó.- Imagino discutiste con ella...- Si... gran discusión, pero papá intercedió. Le dijo que si prefería verme tan mal como había estado durante tantos meses por el resto de mi vida a verme casada con Remus, y le dijo que si acaso ella no se había alejado de su familia por sus prejuicios tontos... que ahora actuaba como su madre cuando ella quiso casarse con él...esto último la molestó bastante... gran lío. - Pero, al menos así logró hacerla entrar en razón, ¿no?- Bueno... por así decirlo. Accedió a que la boda fuera en su casa. Pero eso no importa, cuento con ustedes, ¿verdad? - Siempre, querida. - Entonces allá los esperamos, Molly. Ahora, me tengo que ir. No es seguro llegar tan tarde a casa en estos tiempos.
- ¿Mi abuela no estaba de acuerdo? ¿No... no confiaba en él? - preguntó Ted esperanzado pensando que no fuera él el único que pensara mal de su padre.- No por lo que crees, Ted - dijo Arthur. Sabía lo que el chico pensaba - Ella siempre había admirado mucho a Remus, pero no se imaginaba a su única hija casada con un hombre lobo 13 años mayor que ella.- Oh... bueno, entonces... ¿la boda? - siguió Ted.- Oh, si, si... - dijo Molly - Yo no volví a ver a Tonks hasta el día de la boda. Arthur y yo decidimos ir temprano para ayudarlos. Fui a la habitación de ella y su madre ya la estaba maquillando. En su cara había una sonrisa pintada y sus ojos brillaban más que nunca. Andromeda... bueno, ella no se veía tan feliz, pero sonreía de vez en cuando al ver lo hermosa que estaba quedando su hija. Tonks no solía arreglarse más de lo necesario, así que verla tan elegante era gratificante. - Remus estaba en la habitación de sus suegros - siguió Arthur - tu abuelo lo acompañaba. Lo ayudaba a ponerse un traje que estoy seguro es el más elegante que Remus usó jamás. Se veía nervioso, pero dejaba escapar tímidas sonrisas cuando veía una foto de Tonks que había en la habitación del día de su grado de auror . - La boda fue en el jardín de tu casa, Ted - empezó Molly - Había un pequeño camino de flores. Había una decoración sencilla, y a un lado del jardín había una mesa con un pastel mediano de cubierta blanca. Éramos muy pocos: tus abuelos, Moody, Kingsley y Arthur y yo. - Remus caminó por el camino, se paró junto al altar y pude ver cierta tristeza al ver a los invitados... - relató Arthur:- Siento que seamos tan pocos, Remus...- No, están los necesarios, es solo que... hoy más que nunca extraño a Sirius y James... prometimos que pasaríamos por esto juntos. - Estoy seguro de que están aquí.
- Para Remus fue difícil que ninguno de sus mejores amigos estuviera vivo para ver lo que siempre habían querido para él: casarse y ser feliz. El único que seguía vivo había dejado de ser su amigo hace tiempo y Remus esperaba algún día encontrarse con él de nuevo para vengar lo que le hizo a James, Sirius y Lilly - terminó Arthur.
Ted volvió a sentir pena por su padre, y volvió a sentir ese odio al pensar en Pettigrew. Su padrino tenía razón: Remus no tuvo una vida fácil. Era terco e idiota, pero había pasado por muchas cosas así que, bueno...
- Tonks entró por el camino de flores del brazo de tu abuelo - siguió Molly - Estaba radiante. La sonrisa de tu padre al verla entrar fue la segunda más grande que le he visto...
- ¿La segunda? - preguntó Ted - ¿Qué puede ser mejor que casarte con quien dices amar?
- Hay algo un poco mejor, Ted - respondió Harry - te lo aseguro.
- Ya lo sabrás, hijo. Tranquilo - dijo Arthur - sigue Molly.
- Tu abuelo le entregó a Tonks al final del camino. Un par de lágrimas salieron de sus ojos aunque sonreía. Le dijo algo al oído a Remus. Remus sonrió y le respondió cordialmente.
- ¡¿Qué era?! - preguntó emocionada Lilly.
- No sabemos, hija - dijo Arthur - Nadie lo escuchó.
- Oh... - Todos los chicos lucían decepcionados.
- La boda inició. Ambos se veían nerviosos aunque felices. Se sujetaban las manos con firmeza. Y el momento de los votos...
- Nym...
- ¡Ni se te ocurra llamarme así hoy, Remus!
- Pero... esta bien... Dora Tonks...
- Mejor.
- Prometo estar a tu lado, cuidarte, protegerte, ayudarte y hacer todo lo que pueda por hacerte feliz. Prometo amarte cada día más.
- Remus Jhon Lupin, prometo estar contigo cada noche y ayudarte a levantar cada mañana. No te dejaré solo. Lucharemos juntos y, venceremos juntos o mor...
- Venceremos juntos.
- ¡Me encanta que ellos hayan escrito sus propios votos! Muy original y fuera de lo normal... ¡como ellos! - dijo emocionada Victoire.
- Exacto, mi niña - dijo Molly - fue hermoso. Muy tierno. Bueno, y la parte definitiva...
- Nym...
- ¡Que no me llamen así hoy!
- Lo siento, querida. Es el protocolo.
- ¡Aggg!
- Nymphadora Tonks, ¿aceptas por esposo a Remus Jhon Lupin?
- ¡Pero, claro! ¡Para eso estamos aquí!
- Remus Jhon Lupin, ¿aceptas por esposa a Nymphadora Tonks?
- Por supuesto.
- Entonces los declaro marido y mujer. Remus, puedes besar a la novia.
- Fue un beso tierno; él la sujetó por...
- Molly... por favor - suplicó Ted.
- Esta bien, esta bien... - dijo ella.
- Eres un amargado, Teddy, ¡te saltas las mejores partes! - le dijo Victore.
- Sé lo que es un beso... no necesito cada detalle de como se besaban mis padres. No es lindo - dijo él sonrojado.
- Chicos... - dijo Victoire resignada.
- La recepción fue sencilla - siguió Molly - en el mismo jardín. Con la música favorita de Tonks que salía de un aparato muggle que tu abuelo tenía. Ella bailó con Remus, con tu abuelo, con Arthur, con Kingsley, y después de mucho insistir, logró que Moody diera unos pasos junto a ella. Remus solo nos tenía a Andromeda y a mi. Para ese momento, tu abuela ya se veía mas tranquila respecto a la boda, así que con el gesto más cordial que pudo, bailó con tu padre.
- Luego Remus y Tonks bailaron por largo rato. Hablaban y reían solos - dijo Arthur - hasta que Molly los interrumpió...
- ¡Había que tomar las fotos y cortar el pastel! - protestó ella.
- Si, si, querida. Yo no pienso lo contrario - dijo Arthur - Si sigues mirando ese álbum que hay en la mesita, encontrarás las fotos... ¡anda!
Ted lentamente agarró el álbum. Ya había visto la primera foto: sus padres con Arthur y Molly. Pasó la página y efectivamente, habían más fotos de aquel día. Sus padres solos, luego con sus abuelos, luego con Kinsgley, luego con Moody, de quien debía admitir era algo aterrador y no se veía muy dispuesto para las fotos. Siguió pasando. Más y más fotos. Sus padres bailando y riendo como lo había dicho Arthur. Cortando el pastel y comiendo juntos. Pero hubo una... ¡era la mejor! Eran solo las caras de sus padres: estaban mirándose a los ojos. Ella y su hermoso cabello rosa chicle. Él con unas cicatrices y algunas canas que Ted pudo apreciar mejor. Ambos reían. Se veían tan felices, tan tranquilos.
- ¿Puedo.... - dijo Ted nervioso - Bueno, si se puede...
- ¿Si, hijo? - dijo sonriente Arthur.
- ¿Puedo quedarme con esta foto? Claro... si no... si no les molesta.
Arthur y Molly se miraron. Ambos lo dudaron. Ted ya estaba bajando su cabeza...
- Es tuya - dijo por fin Arthur.
- ¡¿En serio?! - replicó emocionado Ted.
- Bueno... son tus padres. La foto estará mejor contigo que guardada en un álbum.
- ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡Prometo que la cuidaré con mi vida! - dijo Ted emocionado. Iba a quitarla pero estaba nervioso. No quería romperla, ni rasgarla.
- Déjame hacerlo - dijo Victoire, y con toda la delicadeza del mundo, retiró la foto - Toma - extendió su mano y se la dio sonriente.
- ¡Gra...gracias! - Ted la tomó como si fuera el objeto más valioso y delicado del mundo. Miraba la foto sonriendo. Claro que su padre amaba a su madre. No había duda de ello. Sacó su billetera del pantalón y con mucho cuidado la guardó - Gracias, de verdad.
- No te preocupes, hijo.
- Ahora... ¿que sigue? - preguntó tranquilo.
- Bueno, como te hemos dicho estábamos entrando en guerra así que lo que siguieron fueron reuniones y preparaciones para esta - dijo Arthur un poco más serio.
- En ese momento nuestra misión era sacar a salvo a Harry de Privet Drive así que la atención de todos estaba en eso - dijo Bill.
- Yo creo que lo que sigue en la historia de tus padres es... es cuando Tonks se enteró cuando estaba embarazada de ti - dijo Molly.
A Ted le dio un vuelco el corazón. Era el momento que estaba esperando.
- No, no - se apresuró a decir Harry - yo creo que lo que sigue es lo de los 7 Potters...
- Pero eso no fue tan relevante para ellos... - decía Ron.
- Es... por Bellatrix. Es el momento de decirlo - dijo Harry nervioso. Todos los adultos en la habitación lo entendieron. Sabían que cuando llegaran a la noticia del nacimiento las cosas se iban a tornar difíciles para Ted.
- Me gustaría escuchar primero lo de mi nac... - decía Ted.
- No - lo interrumpió Harry - esto pasó primero y es importante que lo sepas - Harry no sabía en realidad que tan cierto era, y sabía que también iba a ser difícil para Ted entender lo que pasaba entre Bellatrix, y Andromeda y Tonks, pero era algo más sencillo que lo otro.
- Entonces... los 7 Potters... si, también es buena historia - dijo Ron. Estaba emocionado. Él iba con Tonks aquel día así que probablemente por fin sería él quien contará una parte de la historia.
- Todo esta muy lindo, Molly. Felicitaciones. - Gracias, querida. Debieron tener una igual.- No, no... nuestra boda fue perfecta. No habría soportado algo tan elegante como esto. Además... bueno... pronto tendremos una verdadera ocasión para hacer una gran fiesta. - ¿A... a qué te refieres?- Molly... ¡¡estoy embarazada!!- ¡Oh por Dios, Tonks! ¡FELICITACIONES! ¡Que alegría! - ¡Gracias, Molly! ¡Estoy feliz!- ¡Pero, claro! Te aseguro, lo amarás como a nadie.- Ya lo hago, Molly. Y ni lo conozco...- ¿Y Remus? ¿Cómo lo tomó?- Bueno, él esta nervioso porque estamos en tiempos de guerra y sabe que, bueno, yo estoy en constante exposición en el Ministerio y además, con la Orden y todo esto...- Oh no, dejarás de trabajar en la Orden, por supuesto.- ¡Claro que no! Estoy embarazada, no enferma. Yo seguiré trabajando. Pero, te cuento una cosa... se que hay algo más que lo preocupa.- ¿Qué?- Su licantropía. Sé que teme que el pequeño nazca con eso. - Oh... claro...- Si te soy sincera, yo también lo he pensado, pero bueno, no importaría si así fuera.- ¡Claro que no! Lo querremos igual, y nos tendrá para que no pase por lo mismo que Remus si así fuera.- Lo sé, Molly. Por eso no me importaría tanto...- Pero, ¡dime! ¿Cómo lo supiste? - Fue hace apenas unos 3 días. Después de sacar a Harry de Privet Drive, llegué a casa y me sentí mal. Empecé a vomitar. Remus llegó y me vio pálida. Me hizo una especie de remedio que terminé vomitando también. Luego me desmayé... estuve mal toda la noche. Él estaba muy preocupado. Yo empecé a sospechar, así que me levanté más temprano y fui a casa de mis padres antes de ir al Ministerio. Le dije a mi mamá y me dijo que a ella le había pasado exactamente lo mismo cuando tenía unas pocas semanas de embarazo. Aún así, y volvió con unas cosas muggles para comprobarlo. Desagradables, en realidad. En fin, salieron positivas. Ella dice que esas cosas son efectivas y... bueno ¡yo lo siento! Mamá lloró de la felicidad. Hizo un gran escándalo. Fue a contarle a papá y también lloró. Están felices con la idea de ser abuelos. Mamá ya casi termina por aceptar del todo a Remus gracias a eso.- ¡Me alegra, Tonks, me alegra mucho! En especial eso último.- Lo sé, a mi también. Era algo que aún me tenía preocupada. Aún así, volvió a preguntarme si no me arrepentía y demás. Ya lo superará cuando conozca a su nieto. - ¿Y ellos no han pensado en la posibilidad de...- Bueno, en ese momento, no. Yo tuve que salir pronto porque debía ir al Ministerio. No los he vuelto a ver estos 3 últimos días así que no sé si ya lo pensaron.- Claro, claro... ¿Y Remus? ¿Cómo se lo dijiste? - Bueno, con él debía ser cuidadosa... nunca hablamos de hijos. Se lo conté ese día en la noche: - ¿Cómo sigues, Dora? Te traje un par de cosas para que te mejores... - No te preocupes. No estoy enferma. - ¿Ah, no? Pero, ¿y lo de anoche? Dora, debes cuidarte. - Ya te dije que no estoy enferma. Esta mañana lo comprobé. - ¿Qué... qué dices? - Ven, siéntate. - ¿Qué pasa, Dora? - Sé que nunca lo hablamos, pero, bueno... ya pasó. Es lo que se supone pasaría. - Sigo sin entenderte... - Remus, vamos a ser papás.
- Se quedó mudo varios minutos. Su expresión seguía sería.
- ¿Y... ? Dora, tú sabes por lo que estamos pasando en el mundo. Nos tienen acorralados. Y si Bellatrix se entera, querrá... - Ni lo digas, por favor. - Pero, lo sabes, ¿verdad? - Si... pero no hay nada que pueda hacer ahora. Además, me hace feliz que seas tú el padre de mi hijo... ¿qué te pasa? - No me tomes a mal, pero me preocupa. Me preocupa mucho lo que pueda pasar contigo y el bebé. No es un mundo seguro para un recién nacido. - Lo sé, pero ese pequeño nos dará una razón para seguir luchando juntos, ¿no te parece? - Si, pero... bueno, creo que será mejor que empieces a cuidarte mucho más. No quiero que les pase nada. - Remus... no dejaré luchar. - Debes ser más prudente. Mira, lo que pasó con James y Lilly; y ya hay alguien que te sigue. Por favor, cuídate. - Que paranoico, Remus... - Por favor, Dora. - Esta bien, te lo prometo. Pero no dejaré de luchar; eso debes saberlo. - Y dices que el terco soy yo...
- Él sigue preocupado por eso. Hasta pensó en que no viniéramos, pero... sabíamos que debíamos venir. Ustedes nos han ayudado mucho. - Y te lo agradezco... creo que los habría asesinado si no hubieran venido.- Eso le dije. Era más inseguro quedarnos en casa. - Pero bueno, vinieron y... ¡Oh, Remus! Tonks ya me contó ¡Felicitaciones!- Gracias, Molly.- ¡Serás, padre!- Si, quien lo iba a pensar....
- En ese momento nos interrumpió el patronus de Kingsley. Fue cuando el caos se desató y los mortífagos llegaron al lugar. Afortunadamente, todos logramos huir. Remus y Tonks aturdieron a un par de mortífagos y luego escaparon. Nosotros también. No pude volver a hablar con ellos por un tiempo. Todos estábamos escondidos. Vo.... Voldemort se había tomado el Ministerio. Nos vigilaban. - ¿Y...? - Ted parecía algo enojado otra vez - Él no parecía muy feliz, ¿no? - Tu padre - recalcó Harry por tercera vez esa noche. Ted estaba volviendo a enojarse con Remus y Harry temía lo que seguía.- Bueno, no es que no estuviera feliz - intervino Molly - eran tiempos difíciles, muy difíciles. Especialmente si eras miembro de la Orden del Fénix y eras objetivo de una de las mortífagas más peligrosas. Tu padre estaba muy preocupado por lo que le podría pasar a tu madre y a ti. No tenía muy buenos recuerdos de lo que pasó con James, Lilly y Harry. - Y le asustaba que yo fuera como él - siguió Ted como si no hubiera escuchado esto último - Generalmente los padres quieren que sus hijos se parezcan a ellos ¿no? - Ted - dijo Harry - parece que aún no entiendes por lo que pasaba tu padre cada luna llena. Y por lo que tuvo que pasar en el mundo a causa de eso. Si, uno quiere que sus hijos se parezcan a uno, pero en realidad, lo único que nos importa, es que vivan bien. Que no pasen las dificultades por las que nosotros tuvimos que pasar. - Bueno, pero... - Ted seguía dudando - una pizca de alegría no estaba mal. - Él estaba feliz, solo... muy preocupado - mintió Harry. Él sabía, que al principio Remus no estaba nada feliz con la idea de tener un hijo y que Ted pronto lo descubriría. - Como digas... - dijo Ted sin darle mucha importancia a lo que Harry había dicho. Él esperaba de su padre abrazos y gritos de alegría. Justo como cuando Harry se enteró que iba a ser papá por primera, segunda, tercera vez... Además, a su madre parecía que seguía importándole más aquella guerra. Sabía lo que podía pasarle a ella y a su hijo pero estaba decidida a seguir peleando. No era muy tranquilizante pensar que pudo haber muerto sin haber nacido por la imprudencia de su madre - entonces, ¿qué pasó? - dijo sin mucho interés. Todos los adultos fijaron las miradas en Harry, Ron y Hermione, excepto Molly. Antes de que Harry empezara siquiera a pensar en como iniciaría, Molly habló:
- Ted, yo... yo sí vi a tu madre poco tiempo después. Creí que Harry no te contaría lo que te va a contar, así que... te hablaré sobre aquella vez. No hablamos mucho, en realidad. Fue poco después de la boda de Bill y Fleur. Quería verla y saber como iba su embarazo....
- ¡Molly! ¡Que sorpresa!- ¿Acaso olvidaste las reglas de seguridad de la Orden? - Oh si, si... ya que más da. Por como huele esa comida, sé que eres tú, Molly. Sigue.- Gracias. Fui a buscarte primero con Remus pero nadie abrió la puerta... ¿ya no viven allá?- No... ehhh .... no. Remus sugirió que estuviéramos aquí. Es mejor estar juntos. Además, así mamá puede ayudarme con el embarazo y todo esto.- Oh, si... claro.- ¿Dónde está?- ... En una misión...- ¿Una misión? No hay misio...- En una misión, Molly. - Esta bien. Tonks, ¿cómo estás? - Genial, Molly, ¿por qué preguntas?- Bueno... tu cabello es castaño, y te ves... diferente. - ¿Diferente? No sé de que hablas... Lo del cabello, bueno... estos síntomas de embarazo no son los mejores.- Claro, claro...Sabes que puedes confiar en mi, ¿verdad? - Por supuesto, Molly. Te digo que todo está bien. - Esta bien, te creo. Bueno... te traje varios de tus pasteles favoritos. Recuerda que debes comer bien.- Si, muchas gracias, Molly. De verdad.- ¿Sigues yendo al Ministerio? - Claro. No debo darles una razón más para que me investiguen. Pero debo confesar que trato de pasar el menor tiempo allí. Las cosas han cambiado mucho...- Lo sé... Arthur dice lo mismo. Creo que llegará el momento en que no deban ir... cada vez las cosas son más difíciles.- Si, supongo que tienes razón...
- Hablamos un rato más... nada importante - siguió Molly - Pero, yo la conocía. Sabía que no todo estaba bien.- ¿A qué te refieres? ¿Al ministerio? Quizá estaba preocupada por la misión de Re... papá - dijo Ted.- Bueno... no exactamente - dijo algo nerviosa Molly mirando a Harry.- Harry, no hay vuelta atrás - le dijo Ron.- ¿De qué hablan? ¿Qué pasó? - Ted lucía confundido, Harry sabía que su ahijado sabía que algo no andaba bien.- ¡Anda, Harry! Estamos aquí - le dijo Ron dándole una palmada en el hombro.Harry dudo y empezó:- Ted, sabes lo mucho que te quiero, y lo que sigue creo que es lo más difícil que haya tenido que contar jamás. Tendrás que mantener la calma y dejarme hablar hasta el final. Recuerda que pasaron muchas cosas pero tu padre te amó como a nadie...- ¿De qué hablas, Harry? - preguntó Ted aún más confundido.- Ron, Hermione y yo nos ocultamos en Grimmauld Place después de la boda de Bill y Fleur. No teníamos noticias de nadie. Unos días después recibimos una visita inesperada: Remus. Él nos contó todo lo que estaba pasando afuera, nos llevó El Profeta y tomamos cervezas de mantequilla. Todo parecía normal hasta que... bueno... esta bien.. esto fue lo que pasó:
- Si no puedes confirmármelo, Harry, lo entenderé, pero la Orden tiene la impresión de que la Orden te encomendó una misión. - Es verdad. Ron y Hermione también están implicados y me acompañarán.- ¿Puedes decirme en qué consiste esa misión?- No, Remus, lo siento. Si no te lo contó Dumbledore, creo que yo tampoco debo hacerlo. - Ya me esperaba esa respuesta. Pero yo podría serte útil. Ya sabes lo que soy, y lo que puedo hacer, de manera que sería una gran ventaja que los acompañara y les proporcionara protección, aunque no haría falta que me contaran que se traen entre manos.- Pero... ¿y Tonks?- ¿Qué quieres decir, Hermione? - Bueno... ¡están casados! ¿Qué opina ella de que colabores con nosotros? - Tonks no correrá ningún peligro; se quedará en casa de sus padres.- ¿Va todo bien, Remus? Ya me entiendes, entre tú y... - Va todo muy bien, gracias.... ...Tonks va a tener un hijo.- ¡Oh! ¡Que bien!- ¡Si, que alegría!- ¡Enhorabuena!- Entonces... ¿Aceptan mi oferta? ¿Iremos lo cuatro juntos? Estoy seguro de que Dumbledore lo habría aprobado; a fin de cuentas, me nombró su profesor de Defensa Contras las Artes Oscuras. Y quiero advertirles que creo que nos enfrentamos a una magia con la que ninguno de nosotros jamás nos hemos topado ni llegado a imaginar. - A ver si lo he entendido bien: ¿quieres dejar a Tonks con sus padres y venir con nosotros?- Allí no corre ningún peligro. Sus padres cuidarán de ella. Estoy seguro de que a James le habría gustado que me quedara contigo, Harry.- Pero yo no. Yo estoy seguro de que a mi padre le habría gustado saber por qué no te quedas con tu hijo.- Veo que no lo entiendes.- Pues explícamelo.- Cometí un grave error al casarme con Tonks. Lo hice contra lo que indica mi instinto, y desde entonces me he arrepentido mucho.- Si... Y por eso vas a dejarlos colgados a ella y al niño y vas a acompañarnos a nosotros, ¿no?
El rostro de Ted estaba rojo de ira. Su cabello aún más rojo. Harry vio como al chico los ojos se le llenaban de lágrimas. Le dolía seguir hablando, pero ya había iniciado. Tragó saliva y siguió...
- ¿No entiendes lo que les he hecho a mi esposa y a ese futuro hijo? ¡Nunca debí casarme con ella! ¡La he convertido en una marginada! ¡Tú solo me has visto en la Orden, o en Hogwarts, bajo la protección de Dumbledore! ¡Pero no sabes lo que piensa la mayoría del mundo mágico de las criaturas como yo! ¡Los que conocen mi condición apenas me dirigen la palabra! ¿No te das cuenta de lo que he hecho? Hasta la familia de Tonks esta molesta por nuestra boda. ¿A qué padres les gustaría que su única hija se casara con un hombre lobo? Y el niño... el niño... ¡Los de mi especie no suelen reproducirse! Ese niño será como yo, estoy seguro. ¿Cómo puedo perdonarme si me arriesgué a transmitirle mi condición a un niño inocente, a sabiendas de lo que hacía? ¡Y si, por obra de algún milagro, el niño no es como yo, estará mucho mejor sin un padre del que se avergonzará toda la vida!
- ¡¡¡¡¿QUÉ DIABLOS ESTÁS DICIENDO?!!!! - Ted no aguantó más. Se puso en pie. No quería oír ni una palabra de aquel que decía ser su padre pero quiso abandonarlo. - Ted, te dije que esperaras... - intentó calmarlo Harry.- ¡¡¡NO!!! ¡¡NO MÁS!! ¡¡¡NO NECESITO OÍR MÁS!!! ¡¡YO TENÍA RAZÓN!! ¡¡ÉL NO ME QUERÍA!! ¡¡NO ME QUERÍA EN SU VIDA!! - Las lágrimas caían por su cara y su cabello se tornaba pálido.- Teddy, por favor... - intentó decir Harry con la voz entrecortada. La mayoría en la habitación también tenía los ojos llenos de lágrimas.- ¡¡NO INTENTES EXPLICÁRMELO!! ¡¡NO USES COMO EXCUSA ESO DE QUE ERA UN HOMBRE LOBO Y QUERÍA PROTEGERME!! ¡¡YO LO NECESITABA EN MI VIDA!! ¡¡¡NO ME IMPORTARÍA QUE ERA!!! ¡EL SOLO.... EL SOLO HECHO DE TENERLO CERCA! ¡¡VAMOS, HARRY!! ¡¡NO QUIERAS CALMARME!! ¡¡TÚ TAMBIÉN TE ENOJASTE!!- Si, Ted... - Ted tenía razón. Harry se había enojado mucho aquel día con Remus y por eso no juzgaba la reacción de Ted. Era maso menos la que esperaba... - Mira, yo te entiendo, pero...- ¡¡¡NO!!! ¡¡ESTO NO LO ENTIENDES!! ¡¡NADIE AQUÍ PUEDE ENTENDERLO!! ¡¡¡NO SÉ COMO TODOS USTEDES SE ATREVEN A TRATARLO DE HÉROE!!! - La voz de Ted cada vez era más difícil de entender. Su voz cada vez sonaba más quebrada.- Mira, Teddy, si me dejas terminar... - volvió a intentar Harry.- ¡¡TAL VEZ POR TI HIZO MUCHO, PERO A MI ME ABANDONÓ, HARRY!! ¡LO ÚNICO QUE LOGRÓ FUE HACER SUFRIR A MI MADRE! ¡¡¡VAYA, IMBÉCIL!!! - Ted salió corriendo de la habitación.
Victoire y James que también lloraban intentaron ir tras él. Harry los detuvo y salió de La Madriguera tras Ted. Lo buscó con la mirada; segundos después lo vio salir con una escoba del depósito de los Weasley. - ¡Teeeed! ¡Ni lo intentes! - gritó Hary mientras corría hacia él. Ted ni lo miró y se echó a volar en la escoba tan rápido como pudo - ¡Teeeed!Harry se apresuró y fue por una escoba también. Escucho que la familia salía de la casa - ¡NO NOS SIGAN! - Les gritó mientras también salía a volar en la escoba.
Ted no sabía a donde se dirigía. Solo quería huir de aquellos quienes le dijeron que su padre era una gran persona... ¡Bah! ¡Imbécil! ¡Lo abandonó! ¡El muy idiota! Siempre con la misma excusa... Y su madre... ella sabía que él no estaba en ninguna misión; ella sabía que él había huido. ¿Por qué permitía que la tratara así? ¿Cómo podía ser tan inocente? Ella no lo merecía, pero se dejaba manipular de él... De verdad que era inteligente el imbécil ése.
Parecía que las lágrimas de Ted nunca acabarían. Ya no podía si quiera ver a donde se dirigía así que empezó a descender. Harry iba tras él, esta vez sin gritarlo, ni intentar detenerlo. Ted aterrizó en la cima de una montaña. Casi cae al bajar de su escoba... cuando tuvo los pies en tierra, la alejó con fuerza de él. Estaba enojado. Nunca imaginó que podría llegar a sentir tanta ira. Ted se sentó en el piso. Apoyaba sus manos contra su cabeza y miraba el paisaje. Las lágrimas no paraban de caer. El viento movía su cabello que se había vuelto de un gris muy pálido. Harry se quedó atrás de él sin decir nada. Hacía frío... ya la noche estaba cayendo, pero parecía que ninguno podía sentirlo.
Por fin, Harry puso su mano en el hombro de Ted.
- Aléjate - le dijo Ted con aspereza.- Lo siento, Ted, pero no me iré hasta que me escuches. - No quiero escucharte. Quiero estar solo. Vete.- Estás loco si crees que voy a dejarte aquí solo. - Esta bien, ¿quieres hablar? ¡Hablemos! - Ted se giró hacía él desafiante. Seguía llorando - A ver, cuéntame, Harry: ¿Por qué Remus no me quería? ¿Por qué prefería arriesgar su vida con el hijo de su mejor amigo que estar junto al que sí era suyo? ¿Por qué abandonó a mamá cuando prometió cuidarla y protegerla siempre? ¿Por qué ella dejaba que él la tratara así? Y ¿cómo... cómo es que te atreves a decir que me amaba cuando quería alejarse de mi? - Ted ya no tenía ánimo de gritar. La voz simplemente no le salía.- Ted, yo sé que lo que escuchaste es difícil de entender y que puedes pensar que en realidad él no te quería, pero, ya te lo dije... él te amó como a nadie. - ¿Y por qué nos abandonó a mamá y a mi? - Él volvió.- Por obligación, claro...- No. Porque los amaba.- No dejas a quien amas, Harry...- Él estaba asustado, estaba preocupado... decía que si acaso tú eras un hombre lobo como él...- Lo habría necesitado aún más, de hecho.... ¿Qué no pensó en eso?- Supongo que no... él creía que lo odiarías si eso hubiera pasado.- Pero.. ¿cómo podría yo...- Ya te dije lo difícil que es para los hombres lobo sobrevivir como magos comunes. - Deja de intentar justificarlo.- Yo no lo justifico, Ted. Ese día tuve una gran pelea con él. Yo tampoco lo entendí. Pero, bueno... él se dio cuenta que de cualquier modo Tonks y tú lo necesitaban y volvió por ti. - ¿Por qué todos lo dejaban comportarse así? Él podía equivocarse de cualquier modo y era como si nada hubiera pasado.- Porque entendíamos... bueno, no... De hecho era porque nosotros no podíamos entender todo por lo que él pasaba.- Lo sigues justificando con la misma excusa estúpida. - Ted, tu padre no era mala persona. Al contrario.- ¿Acaso una buena persona abandona a su esposa y a su hijo no nacido? ¡Por favor!- Una buena persona se arrepiente y pide perdón. Una buena persona lucha por los derechos de quien los merece. Una buena persona es noble, sincera, amigable... tu padre era todo eso y más. Solo cometió errores como todos. - Lo que digas... - Sé que te tomará un tiempo entenderlo, pero lo harás. Estoy seguro. - Créeme, Harry, yo trato de entenderlo, pero no... no puedo. No se comportó como un padre... como el padre que siempre soñé que fue.- Él...- Calla, Harry, por favor. No quiero escuchar más de él.
Harry dejó de insistir. Sabía que Ted necesitaba tiempo. Se sentaron juntos, Harry lo abrazó. Él lloró aún más fuerte. A Harry le dolía verlo así, y le dolía aún más el hecho de haber logrado que Ted odiara a su padre. No entendía como pudo hacerle eso a Remus. Harry también dejó caer unas lágrimas, mientras abrazaba a su ahijado. Ted poco a poco se fue calmando.
No sabían cuanto tiempo había pasado... parecieron años. - Te llevaré a casa con nosotros - dijo Harry.- No, ... qui.. quiero ir a... a... mi ca... casa, co... con mi a... abue...la - respondió Ted entre sollozos mientras se secaba las lágrimas con las manos.-No sé si sea conveniente que ella te vea así. - No quiero que sean James, Albus y Lilly los que me vean así... además, necesito estar solo. Por favor, Harry.Harry lo dudo, pero no quería que Ted la siguiera pasando mal.- Esta bien, vamos.Harry recogió ambas escobas y le dio una a su ahijado. Ted se veía bastante mal.- Ven conmigo. Lleva esa escoba en la mano. Yo te llevaré - Ted no protestó. Con la mirada abajo fue y se posó tras su padrino. Lo abrazó y cerró los ojos. Harry no podía sentirse peor. Le dolía ver a Ted así. Se levantó junto a él en la escoba y echaron a volar. Tardó un rato en reconocer donde se encontraban exactamente y tras casi una hora de volar por el aire, por fin divisó la casa de Andromeda Tonks. Aterrizó con suavidad y se dirigió a la puerta.
- ¡Vaya! ¡No los esperaba esta noche! Creí que Teddy se quedaría en tu ca... ¡¡Oh!! ¡¡¿QUÉ TE PASA, QUERIDO?!! ¡¡Harry, por Dios, ¿qué pasó?!! - Andromeda se veía bastante preocupada.- Hola, abuela - Ted entró a casa, pero su abuela lo sujetó.- ¡Vamos, Ted Lupin! ¡¿Qué pasó?!- No me llames por ese apellido... ese maldito apellido - a Ted un par de lágrimas le resbalaron y dejó ver una cara de enojo inusual en él. - ¡TED! ¡¿Pero, qué estás diciendo?! ¡¿Harry, podrías explicarme?! - Andromeda estaba enojada. - Yo.. ehhh... - Harry no sabía como decírselo...- Pero, ¿por qué te enojas? Tú tampoco lo querías... no querías que mamá se casara con él. Y si que tenías razón... fue un gran error de ella - Ted dijo esto con frialdad, se soltó de su abuela y subió lentamente las escaleras hacia su habitación. Andromeda esperó a oír la puerta cerrarse.- ¿Qué hiciste, Harry? ¿Qué hiciste? - Andromeda lucía afligida.- Yo... Andromeda... lo siento... - vaciló Harry - Estábamos en La Madriguera viendo algunas fotos familiares y... bueno, él vio una de Remus y Tonks, y él quiso saber...- No, Harry, no... - Andromeda se veía bastante mal - Dijimos que le hablaríamos juntos. - Lo sé, pero él no quiso esperar y... - ¿Y supongo que... le contaste lo que pasó con Remus? - Andromeda estaba nerviosa.- Bueno, si...- ¡Harry, ¿por qué?! - Bueno, él merece saberlo, ¿no?- No, Harry, no... Tú y yo lo conocimos y sabemos lo que pasó, pero Ted... él... ¡y ahora piensa que yo también lo odiaba! - Andromeda, lo siento, de verdad. Sé que no debí...- ¡No, Harry, no debiste! ¿No te das cuenta de lo que hiciste? - Mira, él lo entenderá... - No podemos saberlo, Harry. - Yo, lo siento... pero él debía saberlo.- No, Harry... un hijo debe sentirse orgulloso de su padre, no... no como él se esta sintiendo ahora.- Lo sé... pero...- ¿Le contaste todo?- Él no me dejo terminar. Cuando le dije que Remus intentó abandonarlo, se puso como loco...- ¡Lo sabía! Mira, lo siento, Harry, pero cometiste un grave error. - Yo... - Harry se sintió aún más culpable - Lo siento. Lo arreglaré.- No. Ya hablaste tú... es mi turno. - Yo...- Ya veré que hago. - Lo... lo siento. Pero sigo pensando que él debía saberlo. Vendré mañana.- Esta bien, Harry. Sabes que puedes venir cuando lo desees.- Nos vemos mañana, buenas noches. Y de nuevo, lo siento mucho. - Yo también, Harry.
Andromeda cerró la puerta. Subió las escaleras y entró a la habitación de su nieto. Estaba acostado en su cama sobre las cobijas, aún con la ropa y zapatos puestos. Tenía los ojos cerrados, pero se notaba que había llorado. Había lágrimas secas en sus mejillas. Y en sus manos... sujetaba una hermosa foto de Remus y Tonks que, Andromeda supuso, la sacó del álbum de los Weasley.
Esta escena le rompió el corazón a Andromeda... así vio a su hija tantas noches... Andromeda usó su varita y posó una cobija sobre su nieto, luego ella misma lo arropó con ternura y le dio un dulce beso en la frente.
Luego se dirigió a su habitación y sacó las fotos que ella tenía de la boda de su hija, y del nacimiento de su nieto. No fue Tonks quien se equivocó con Remus, fue ella, Andromeda. Lo juzgó mal. Y es que ella... ella también tenía culpa de que su nieto se sintiera como se sentía. Ella fue la que... Pero no, lo iba arreglar. Lo tenía que arreglar.Andromeda se levantó temprano la siguiente mañana. No durmió bien la noche anterior, pero ella sentía que debía terminar lo que Harry empezó, lo más pronto posible.Bajó a la cocina y preparó el desayuno favorito de Ted. Alistó un par de álbumes que incluían fotos, notas y cartas. Se repitió lo que debía decir tantas veces como pudo. No quería olvidar nada. Andrómeda esperó hasta las 9, las 10, las 11, las 12 m... Teddy no bajó.Ella subió y entró a su habitación. Él seguía tal como lo había dejado la noche anterior. Teddy no solía dormir hasta tan tarde...
Andromeda esperó hasta las 4 de la tarde, cuando por fin Teddy bajó.- Buenos días, abuela - Ted seguía con la ropa del día anterior y tenía el aspecto de alguien que ha estado varios días enfermo.- Buenas tardes, hijo.- Ohhh - Teddy se fijó en el reloj - Lo siento... ayer fue un largo día.- Lo sé, querido - dijo dulcemente Andromeda mientras le servía un desayuno que pasaba mejor por almuerzo - por eso no te molesté. - Lo siento, no tengo hambre. Gracias.- Actúas igual que Dora. Y yo lo siento, pero tendrás que comer.
Ted accedió, pero sintió que era lo peor que había comido nunca. Su abuela cocinaba bien, pero ya sabía a que se refería ella con "actúas igual que Dora". Teddy terminó de comer sin mediar palabra con su abuela; ella solo lo miraba.
- Gracias... emmm ahora, si no te molesta, creo que quiero subir a ... - No, Ted, lo siento. - Abuela, yo quiero...- Pensar y estar solo, lo sé, lo entiendo. Pero será mejor que terminemos con esto pronto.- ¿A... a qué te refieres? - Ted no quería terminar de escuchar lo que Harry había iniciado el día anterior.- Creo que ya lo sabes - contestó ella con una sonrisa - A lo que pasó entre tus padres.- Remus... él no es mi padre - dijo fríamente Ted.- Teddy, no sé como fueron las cosas ayer, pero aquí conmigo, a él lo llamas por lo que es: TU PADRE. Le debes respeto...- ¡No le debo nada! - Ted estaba empezando a enojarse de nuevo.- ¡CLARO QUE SI! ¡LO RESPETAS A ÉL Y ME RESPETAS A MI! ¡Lo siento, Ted, pero a mi no puedes levantarme la voz! - Andromeda empezaba a enseriarse - Sabes que yo no soy tu padrino, ni sus amigos que te aceptan todo. Te vas a calmar, te vas a sentar conmigo y me vas a escuchar.
Ted estaba molesto, pero sabía que debía obedecer a su abuela o estaría castigado de por vida.
- Esta bien. Escucharé lo que tengas que decir, pero no creo que me hagas cambiar mi idea sobre... - Lo que yo quiero es que lo sepas todo. Ya tú decidirás que pensar o no.
Ted tenía su mirada fija en el suelo y las manos entrelazadas.
- Creo que ya sabes que Remus estuvo con Tonks unos días aquí y luego...- La dejó sola y huyó como una ra...- ¡¡TED REMUS LUPIN!! ¡¡YA TE LO ADVERTÍ!!- Ya, ya... esta bien...- ¡No, no esta bien! ¡Vuelves a referirte así a tu padre y no sales nunca más de esa habitación! - Lo... lo siento. No volverá a pasar.- Más te vale, Ted. En fin, te decía... sí el huyo, pero, creo que hay algo que Harry no sabía y seguramente no te contó...
Ted la miró sospechoso.
- Remus salió una mañana, no volvió ese día... no sospeché nada. Pasaron dos y tres noches más y bueno, era evidente. Había huido... en parte, por mi culpa.- Abuela, no lo justifiques...- No, no, es cierto. La noche antes de que él saliera... yo estaba hablando con tu abuelo en esta sala...
- ¿Qué te pasa, querida? Has estado rara todo el día.- Ted, cariño, tú y yo hemos estado tan emocionados con el hecho de ser abuelos que... que olvidamos la posibilidad de que...- ¿De qué el chico sea hombre lobo? - ¿Qué? ¿Si lo has pensa...- ¡Por supuesto! Las cicatrices de Remus son difíciles de ignorar, así que, bueno... si se me ha ocurrido , pero, ¿y qué si eso pasa? ¿Lo querríamos menos?- ¡Claro que no! Solo que no es el estilo de vida que me gustaría para él. Es lo mismo que Remus... él es un gran hombre y un excelente mago, pero ¿qué ha logrado? ¿De qué le sirve? Las personas se alejan de él. Mira de todo lo que se ha privado a sí mismo. Yo... yo no quiero que eso pase con mi nieto. - Si, bueno... claro que sería difícil, pero...- ¡Y tener que verlo sufrir! ¡No sé si pueda soportarlo!- Cariño, te estás adelantando a los hechos. Puede que el niño nazca sano. Aferrémonos a esa posibilidad. - Claro, claro... pero...- ¿Cuál sería el problema? - Tonks no debió casarse con él. Remus no le puede dar la vida que ese niño merece.- Andromeda, por favor...- Imagina cuando lo lleve a Hogwarts y todos lo vean... sabrán lo que es y, pobre mi niño...- ¿De qué estás hablando? - No finjas que no me entiendes... ¿Te gustaría decir que tu padre se convierte en un animal cada luna llena, que por eso no consigue empleo y su madre los mantiene? - ¡Andromeda!- Lo siento, pero sabes que es cierto.- Deja de molestar a ese hombre. Es el esposo de nuestra hija y el padre de nuestro nieto. Ella lo eligió. Y tú misma lo dijiste: Es un buen hombre.- Ted, sé sincero, si fueras tú quien tuviera que elegir al esposo de Nymphadora, ¿lo elegirías a él?- No es mi decisión...- Ted...- No, no lo elegiría; y es una lástima porque es una gran persona, pero... bueno... - Entonces sabes a lo que me refiero. Mi nieto va a sufrir sea lo que sea... Lo mejor será que se queden aquí y los ayudemos. No quiero que por Remus lo tenga que pasar difícil...ohhh!
- Ahí noté que Remus estaba en la cocina y había escuchado todo. Tu abuelo estaba rojo y tu padre... bueno, vi un par de lágrimas caer de sus ojos antes de que saliera de la cocina y subiera a la habitación - Andromeda tenía un aspecto realmente triste - Lo siento, Ted. Creo que yo le metí algunas de esas ideas tontas...
Ted estaba pálido mirando a su abuela. Quería hablar, de verdad lo quería pero no encontraba las palabras. Seguía enojado con Remus, pero ahora su abuela entraba en el mapa. A Remus no se le ocurrió todo eso que dijo en Grimmauld Place porque sí... su abuela sí había tenido que ver.
Cuando por fin encontró voz en su garganta, habló:- Y... ¿y esto... esto se lo contaste a mamá? - Si, cuando noté que Remus definitivamente se había ido y que ella ya lo sabía decidí contárselo. Claro, se molestó conmigo, no me volvió a hablar sino hasta que Remus volvió y yo me disculpe con él.- ¿Ustedes... él se fue y fuiste tú la que se disculpó? - Ted volvía a enojarse con Remus. - Bueno, después de que habló y se disculpó con tu madre, claro - aclaró ella - Dora la había pasado bastante mal y era obvio que él también. Cuando volvió, tu abuelo y yo decidimos dejar todo prejuicio y dejarlos tranquilos. De verdad se necesitaban. Solo se veían bien si estaban juntos.
A Ted le pasaban mil cosas por la cabeza. Su padre no era tan malo... o bueno, si. Pero es que su abuela lo hizo pensar que... pero no, eso no es razón. Desde antes él no estaba bien con su nacimiento. No toda la culpa era de su abuela.
- ¿Cuándo volvió? ¿Cómo se disculpó? - preguntó por fin Ted. Andromeda dio un gran suspiro y dijo- Bueno, creo que ya sabes que en el tiempo que estuvo fuera quiso...- Convencer a Harry, Ron y Hermione de ir con ellos... si, pero Harry y él tuvieron una gran pelea. Harry sí sabe lo que es ser un padre.- ¡TED, ¿QUÉ TE DIJE?! - No he dicho nada malo - Ted hablaba con una frialdad increíble.- ¡Compórtate! - Si...si.- En fin - Andromeda seguía enojada - Después de salir de Grimmauld Place, tu padre... bueno, él no hizo gran cosa. Quería ir donde nadie que lo conociera, así que se escondió en un bosque a repasar todo lo que Harry le había dicho y en lo que yo había dicho. Supongo que.. entendió que Harry había hablado con mucha más inteligencia que yo. Después de 3 largas semanas volvió...
- ¡Remus!- Andromeda, siento lo que hice, pero necesito hablar con Dora ya mis... ¡Dora! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡En verdad, lo siento tan...- ¡Sabía que volverías! ¡Lo sabía!- ¡Dora, de verdad yo lo siento tanto! ¡Me porté como un idiota! ¡Como un cobarde! - No, no, solo estabas preocupado por el niño...- Con mayor razón debí quedarme. Yo lo siento tanto...- Remus, lo importante es que volviste.- Si, y ya no me iré nunca. No volveré a actuar como un idiota. No otra vez. - Remus...- No te lo prometo, te lo juro. Yo sé que ya me he equivocado mucho antes, pero... es en serio. Esta vez lo es. - Te creo, Remus.- Lo siento tanto...- ¡Ya deja de disculparte, tonto! ¡Te digo que todo esta bien! Lo que me importa es que estás aquí y estás a salvo. - Dora, yo tenía razón... definitivamente tú eres demasiado buena para mi. - No digas tonterías. - Andromeda, Ted, quiero disculparme también con ustedes. Fui un idiota. Jamás debí irme. Me casé con Dora; prometí acompañarla y estar con ella. Lo siento tanto. - Remus, yo... yo soy quien debe disculparse. Lo que escuchaste aquella noche... yo no quise...- Claro que quisiste decirlo. Y esta bien, yo lo entiendo, tienes razón. Pero, y siento mucho hablarte así, aunque no lo quieras soy yo el padre de ese niño y estaré con él aunque no les guste.- No te disculpes. Me alegra que así sea, Remus. - Y gracias, gracias por cuidarla mientras no estuve...- Tus hijos pueden tener 15, 30 o 50 años, pero jamás dejan de ser tus hijos. No hay que agradecer. Pero, me alegra que hayas vuelto. Tonks te necesita más a ti.- Gracias, Ted, ahora... bueno, como les dije, gracias por todo, pero creo que lo mejor es que nos vayamos a ca...- ¡Ni pensarlo! ¡Se quedarán acá!- ¡Mamá...! - ¡Estamos en guerra! Será mucho más seguro para todos si permanecemos u...- Dales su espacio, Andromeda.- Pero...- Andromeda, estaremos bien. Te lo aseguro. - Yo... ehhh ¡esta bien! Pero... prometan que al menos se quedaran con nosotros en el último mes de embarazo de Dora.- Ay, mamá...- Así será. No me mires así, Dora. Será mejor para todos.- Esta bien... esta bien.
- Tus padres volvieron a casa esa misma noche. Remus no hizo más que disculparse mientras ayudaba a Dora a empacar. Ella se estaba empezando a molestar, pero bueno... él de verdad lucía arrepentido. Cuando vio a Dora y la abrazó había podido evitar llorar. - Yo, ehhh - Ted intentó hablar lo más tranquilo posible para no molestar a su abuela - No entiendo... no entiendo por qué... digo es que él... él hacía lo que quería y parece que a nadie le importa. - No, Ted, no es que...- Se fue, dejó a mamá con ustedes y no se quería ocupar de mi... ¿me puedes explicar cómo es que eso no te molestó? - Ted hablaba pausado, pero su cabello estaba rojo y sus puños se cerraban con fuerza.- Porque sabía que no lo hizo por ser un irresponsable que se quería aprovechar de tu madre, ni nada de eso. Sabía que lo hizo por miedo. Y sabía que nadie haría tan feliz a tu madre...- En un año la había hecho sufrir como nadie...Andromeda iba a responder pero sonó la puerta.
- Oh, hola Harry. Creí que ya no vendrías...- Lo siento, pero tardé mucho en explicarles a mis hijos por qué no podían venir...- Esta bien. Sigue, por favor.- ¿Ya hablaste con él?- En eso estoy, querido.- ¿Cómo sigue? - No mucho mejor... - Oh... ¡hola Ted! ¿Cómo estás? - Hola, Harry - Ted por primera vez en su vida no quería ver a su padrino. - Quería saber como estabas y...- Estoy bien. Gracias. - Tengo entendido que sigues hablando con tu abuela sobre lo que tú y yo hablamos ayer...- Si. - ¿Y qué pien...- Él se fue. Nada cambiará eso. - Volvió.- ¡Pero antes se fue! ¡Huyó!
Harry y Andromeda se miraron con nostalgia. No importa que le dijeran a Ted, él estaba decidido a pensar que su padre no lo había querido y que todos habían sido muy flexibles al aceptar su comportamiento. Él no lo entendía... Hubo un largo silencio.
- Ted, quiero que sepas que el verdadero momento en el que cambié de opinión sobre tu padre fue un par de semanas después de que él había vuelto. Fue cuando... - habían lágrimas en los ojos de Andromeda y su voz se había vuelto débil - Cuando tu abuelo tuvo que huir. Era hijo de muggles y corría peligro por no presentarse al Ministerio. Tuvo que esconderse. Los mortífagos lo seguían. Quise ir con él, pero me dijo que yo no tenía razón para ocultarme. No quería preocupar a Dora así que no le dije nada, pero ella trabajaba en el Ministerio y bueno, claro que se enteró. Ella y Remus decidieron venir a vivir conmigo para acompañarme. Él... se portó de maravilla.. y cumplió lo que prometió... no se volvió a ir. No nos dejó solas ni a tu madre, ni a mi... ni a ti, mi niño. - ¿Ah no? ¿Y dónde esta ahora? ¿Dónde ha estado los últimos 15 años? - Harry quiso responder, pero el tono de sarcasmo de Ted había hecho enojar a Andromeda.- ¡ESTÁBAMOS EN GUERRA, TED! ¡EN GUERRA! ¡¿POR QUÉ NO LO ENTIENDES?! - ¿La guerra era más importante que yo? - Ted hablaba sin levantar la mirada del suelo.- ¡PUDISTE HABER MUERTO! ¡TODOS PUDIMOS HABERLO HECHO, TED, POR FAVOR! - Andromeda lloraba. - Ted, te lo repetiré una vez más: Eran tiempos difíciles. Y tus padres fueron a luchar por ti. Por un mundo seguro para ti.
Ted no dijo nada. Seguía inmóvil.
- Si dudas que él te amaba, fíjate en esto - Andromeda abrió uno de los álbumes que había alistado y sacó una fotografía. Ted giró hacia la fotografía sin mucho ánimo y la vio: Un hombre de cabello café con muchas canas, y con cicatrices en la cara, pero con una gran sonrisa y lágrimas en los ojos. El hombre miraba con orgullo a un pequeño que cargaba con increíble ternura. El niño de cabello azul y piel blanca dormía tranquilamente en sus brazos. - Nadie puede mirar así si no ama hasta los huesos... - dijo Andromeda. Ted tragó saliva al ver esta fotografía. Él de verdad no quería volver a sentir compasión por su padre, pero esa imagen... Su abuela tenía razón. Había tanto amor en aquella imagen. No. No se permitiría sentir eso de nuevo. Su padre quiso abandonarlo y esa era la verdad.
- Veo que ahora lo entiendes - Andromeda sonreía.- ¿Qué? No, no... - Ted levantó la mirada hacia su abuela.- Tus ojos dicen otras cosa, mi niño.- ¿Qué? ¿A qué... - Ted no lo había notado. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Se negó a dejarlas caer, así que pasó sus manos por sus ojos y se esforzó por que no aparecieran más lágrimas.- ¿Por qué insistes en ser tan cruel con tu padre? - preguntó Harry.- Alguien tiene que hacerlo - dijo Ted poniendo la foto en una mesita, pero sin dejar de mirarla en realidad - Lo siento, no puedo ser tan comprensivo como ustedes.
Harry y Andromeda intercambiaron miradas.
- Ted, él volvió...- Para volver tuvo que haberse ido... - Es gracioso que odias lo que hizo, pero eres igual que él - sonrió Harry.- ¡Yo nunca aband....- No escuchas razón. No importa que te digamos, nada te hará cambiar de opinión. Crees que debes tener la razón.- Es diferente. No lo entiendes.- Hasta usas sus mismas excusas.
Ted sintió enojo. No podía ser así. Él no podía parecerse a Remus. Harry no sabía lo que decía. Él no lo entendía.
- En fin, Ted, sé que no quieres oírlo, pero debemos terminar lo que iniciamos así que te contaré lo siguiente que sé: el día de tu nacimiento.- No, Harry - lo interrumpió Andromeda - Sé que fuiste tú a quien Remus fue a ver ese día, pero yo estuve ahí. Yo hablaré primero.
Harry sonrió e hizo un gesto con la mano, indicándole que siguiera.
- Bueno, despu...- Pero Harry tiene razón - intervino Ted - Yo no quiero escuchar el resto. - No importa, Ted - dijo Andromeda - Ya lo iniciamos... - Además, recuerda que fue tu decisión - siguió Ted - Querías saberlo todo. Asume las consecuencias.- Pero es que yo no...- Después de que tu abuelo tuvo que huir - Andromeda comenzó a hablar sin importar lo que su nieto dijera - yo me quede sola. Remus y Dora vinieron a vivir conmigo. Los 3 intentábamos averiguar información sobre tu abuelo. Dora en el Ministerio, Remus viajaba a varios bosques y hablaba con otras criaturas mágicas, y yo con otros contactos muggles. Fue inútil. Remus y Dora sostenían reuniones con Kingsley y Arthur de vez en cuando. Y... bueno, a Remus lo invitaron un par de veces a... era un programa radial secreto... no recuerdo su nombre...- Pottervigilancia - dijo Harry - De hecho, la única vez que tuve la posibilidad de escucharlo, Remus estuvo allí.- Si, so, Pottervigilancia... Bueno, en ese programa fue donde recibieron el informe de Kingsley. Tu abuelo había muerto - la voz de Andromeda se había debilitado. Había lágrimas rodando por sus mejillas de nuevo. Ted la había escuchado hablar cientos de veces sobre su abuelo, pero nunca habló de su muerte - Lo mataron. Esos cobardes... - Andromeda dio un largo suspiro, se secó las lágrimas y siguió - Fue muy difícil afrontar la muerte de tu abuelo, pero tu llegada se acercaba y no podíamos dejarnos caer. Con la ayuda de Bill Weasley, Remus sacó todos sus ahorros de Gringotts; era muy poco, pero le alcanzó para comprar una hermosa cuna y tu primera muda de ropa. Claro, ya Dora y yo te habíamos comprado bastante, pero esa era especial, así que decidimos que sería la primera.
>> Tu padre estaba muy nervioso. No por que le preocupase que fueras a ser hombre lobo... o bueno, quizá si. Pero ahora lo que le preocupa era ser padre - Andromeda empezó a sonreír - Remus no hacía sino preguntarme como debía cargarte o cambiarte el pañal. Dora reía a carcajadas cuando lo veía pasearse por la casa alzando una almohada y cantándole canciones de cuna, practicando para tu llegada. También pasaba noches enteras tendiendo y destendiendo tu cuna. Quería asegurarse de que fuera perfecta. Era muy tierno. Y bueno... pocos días después el día llegó...
>> Era un jueves. Lo recuerdo bien. Tu madre estaba en la sala leyendo un libro y yo estaba con Remus en la cocina enseñándole a hacer un tetero cuando oímos un grito. Era tu madre. Remus salió corriendo con su varita en alto... "No me vas a matar antes de que tenga al niño ¿eh?... ¡Creo que llegó la hora!". Remus palideció. No podíamos llevarla a San Mungo porque para ese momento, los mortífagos ya se habían tomado hasta el Hospital y nos asustaba que Bellatrix llegara, y... bueno... Tu padre ya había hecho contacto con un médico muggle que vivía cerca. Salió corriendo por él y unos 15 minutos después volvió con el doctor. Fue gracioso porque Remus estaba más nervioso que Dora y resultamos calmándolo entre las dos. Estábamos en... en tu habitación... ahí solían dormir ellos. Al cabo de un par de horas, por fin naciste.
>> Remus fue el primero de nosotros en sujetarte. Lo hizo con tanta delicadeza que nunca adivinarías que debajo de él había un lobo que salía en luna llena. Te sujetó, te abrazó y llorando te dijo "Lo siento. Fui un tonto. Nunca más volveré a dejarte. Te lo prometo". Tu padre aún se arrepentía de haberse ido tiempo atrás. Te repitió eso por varios minutos. Dora empezó a llorar. El doctor tenía que verificar que estuvieras bien así que se tuvo que quedar un rato más. Remus tuvo que hacerle un encantamiento desmemorizador luego pues el muggle te había visto cambiar tu cabello de negro a rojo cando tenías apenas una hora de nacido. ¡Justo igual que tu madre cuando nació!
>> Cuando el muggle se hubo ido, tu madre te alzó. Apenas te vio le dijo a Remus "Es igual a ti" Tu padre se sentó junto a ella y la abrazó. Era una escena encantadora. De hecho, fue justo así... ¡no me resistí a tomar la foto! >>
Andromeda sacó otra fotografía del mismo álbum del que había sacado la anterior. Ted levantó la mirada sin mucho ánimo y la vio; otra hermosa imagen: Una mujer recostada en una cama, de cabello negro, sudaba y se veía cansada, aún así tenía una sonrisa gigante y lágrimas caían por sus mejillas. Junto a ella, un hombre la abrazaba. Se veía mayor; tenía cabello café, pero muchas canas. Las lágrimas casi que ocultaban unas cicatrices en su cara. Tenía una sonrisa hermosa y una mirada llena de orgullo. Uno de sus dedos era sujetado por una pequeñita mano blanca. Era la de un bebé de cabello rojo. Dormía tranquilamente.
A Ted esta vez no le importó dejar caer cientos de lágrimas. En ese momento se le pasaron cientos de pensamientos por su cabeza... ¿qué habría pasado si aquellas dos personas no hubieran muerto? Se los imaginó en cada uno de sus cumpleaños, jugando en casa junto a él, acompañándolo a comprar su varita y su bata en el Callejón Diagon, llevándolo de la mano a la Plataforma 9 3/4 por primera vez, recibiendo cartas suyas en Hogwarts, esperándolo para Navidad... ¡su vida habría sido tan diferente! ¿Por qué tuvieron que irse? Su lugar en el mundo era al lado suyo.
Ted no notó en que momento pasó, pero sintió un profundo amor por sus padres en ese momento. Si, por ambos. Aunque, sin sentido, también lo enojaba que no estuvieran allí. ¿Por qué? ¿Por qué justo él tuvo que perder a sus padres? Después de unos minutos que parecieron años, Andromeda habló.
- ¿Y ahora? ¿Ya lo entiendes? - No... él... se... fu... - decía Ted entre sollozos. Se negaba a aceptar que quizá... quizá su padre sí lo amaba.- ¡Vamos, Ted! ¡No te lo niegues más! ¡Es tu padre! ¡Cometió un error pero no por eso puedes condenarlo de por vida! - gritó exasperado Harry por la actitud de su ahijado.- Yo... - Ted sentía que tantos pensamientos bonitos que nunca sucedieron lo iban a matar. - Teddy - siguió Andromeda para tratar de bajar la tensión y convencer a su nieto de la verdad - Justo después de tomar esa foto fue cuando decidieron quien sería tu padrino - miró a Harry. Él se emocionó un poco. Jamás lo había escuchado - Y creo que hicieron la mejor elección - Y le esbozó una gran sonrisa...
- Dora, yo... yo lo he pensado mucho en las últimas semanas y creo... creo que si no te molesta... bueno, esta bien si dices que no...- ¿Qué pasa, Remus? ¿No pensarás de nuevo en...- No, no, por supuesto que no.. Yo me refería a... al padrino del pequeño. - ¡Oh, cielos! ¡No había pensado en eso! ¿En quién pensaste? - En... bueno, sabes que no tengo a mis dos mejores amigos ya, pero ellos me dejaron a alguien para ayudarme... para decir lo que ellos habrían dicho y hacer lo que ellos habrían hecho. - No entiendo...- Harry, Harry Potter. Me gustaría que él fuera el padrino del pequeño.- Oh... Harry...- Sé que es joven aún, pero, bueno él... si no hubiera sido por él no habría tenido las agallas de volver... Y dado todo lo que le ha pasado, y conociéndolo como lo creo conocer, creo que...- Jamás dejaría que el pequeño viviera lo que él vivió.- Exacto.- Además es tú única conexión con James y Sirius, ¿no? - Bueno... yo...- Me encanta. Creo que no hay nadie mejor.- ¿En serio?- ¡Claro! El chico es inteligente, valiente y... bueno, entre él y yo le enseñaremos a meterse en problemas en Hogwarts.- Ay, Dora... Gracias, gracias. Ahora, sé que es arriesgado, pero sé que esta con Bill en El Refugio y me gustaría ir a contárselo ya mismo.- Solo si prometes que no volverás a huir...- Nunca.- ¡Oh, Remus! ¡Olvidamos lo más importante!- ¿Qué?- ¡El nombre, bobito! - Oh, si, si, claro... ¿Has pensado en algo?- Bueno... solo en uno. No sé que te parezca. - Dime.- Yo... mis padres me hicieron ser quien soy, y bueno... creo que les salí bien... Yo... yo sólo espero hacer la mitad del buen trabajo que hicieron ellos... Me gustaría que se llamara como papá: Ted. El hombre a quien más admiré. - ¡Oh... Dora!- Estoy de acuerdo, Dora. Además, míralo... ¡definitivamente es Ted! - Gracias.- Entonces, Ted Lu...- ¡No! Ted Remus Lupin. - ¿Estás se.. segura? - ¡Por supuesto! - Ted Remus Lupin. Perfecto. Ahora si... Iré al Refugio a contarles que soy padre. Vuelvo pronto, pequeño. Te lo prometo.
- Te dio un beso en la frente, besó a tu madre y salió. Tardó poco más de 1 hora.Tengo entendido que también fue a casa de Tía Muriel a contarle a los Weasley... ¡Estaba tan orgulloso!
Ted no habló. Seguía sujetando la fotografía, pero miraba a su abuela.
- Creo que ahora sí sigue mi parte - habló Harry. Andromeda le sonrió - Yo estaba en El Refugio, la casa de Bill y Fleur, junto a Ron, Hermione, Luna, Dean, y Griphoock, un duende...- El que los llevó a Gringotts para recuperar un Horrocrux. Si, lo recuerdo - dijo Ted fríamente. A Harry lo seguía sorprendiendo que su ahijado de verdad hubiera escuchado todas las historias sobre sus aventuras sin perder detalle. - Bueno, si él... estábamos cenando cuando tocaron la puerta. Nos asustamos, pero Bill gritó primero...
- ¿Quién esta ahí? -¡Soy yo, Remus Jhon Lupin! ¡Soy un hombre lobo, estoy casado con Nymphadora Tonks, y tú, el Guardián Secreto del Refugio, me revelaste la dirección y me instaste a venir aquí en caso de emergencia! - Lupin...- ¡Es un niño! ¡Le hemos puesto Ted, como el padre de Dora!- ¿Qué? ¿Que Tonks... que Tonks ha tenido el bebé? - ¡Si, si! ¡Ha tenido el bebé!- ¡Enhorabuena!- ¡Vaya, un bebé! - SI, si... Es un niño... ¿Harry, querrás ser el padrino? - ¿Yo...?- Si, si, tú. Dora está de acuerdo, no se nos ocurre nadie mejor....- Pues, si... claro. Vaya...- No puedo quedarme mucho rato, tengo que regresar... Gracias, gracias, Bill. ¡Por Teddy Remus Lupin - brindó Remus - un gran mago en potencia! - ¿A quién se paguece? - Yo creo que se parece a Dora, pero ella dice que es igual que yo. No tiene mucho pelo; al nacer lo tenía negro, pero al cabo de una hora ya se le había vuelto pelirrojo. Seguramente, a estas alturas ya debe de tenerlo rubio. Andromeda dice que a Tonks le cambió el color de pelo el mismo día que nació... Va, solo una copa de trago más... No, no de verdad tengo que marcharme. Adiós, adiós. Volveré dentro de unos días e intentaré traerles fotografías. Todos se alegrarán cuando les diga que los he visto...
- Ese, ese fue el día que más feliz lo vi, Teddy - dijo Harry con una sonrisa como recordando aquel momento - Seguía teniendo canas y cicatrices, pero se veía rejuvenecido. Por primera vez lo vi como de su edad real. Además, tenía una sonrisa de oreja a oreja y mucho brillo en sus ojos... Teddy, tú le cambiaste la vida a Remus, y le diste la felicidad que toda su vida mereció, aunque haya durado unos pocos días...- Y fueron los mejores de su vida, te lo puedo asegurar - intervino Andromeda - Aprendió rápido a cambiar tu pañal y te vestía con tanta delicadeza. Te tomaba cientos de fotografías - le señaló el álbum del que había sacado las dos fotos que él ya había visto - Pasaba las noches caminando por la casa contigo en brazos. Se aseguraba de tenerte junto a su pecho para que te sintieras seguro. Y durante el día, se la pasaba con Dora intentando hacerte reír. Aunque, bueno... eras muy pequeño. Hasta que por fin lo lograron... la mañana del 2 de mayo de 1998.
Ted levantó la mirada. Por fin estaba en la parte feliz de la historia. Estaban los 3 juntos... eran una famila ¿por qué tenía que llegar esa noche? Y Harry... volvió a sentirse como 15 años atrás. Culpable de no haberse entregado antes. Quizá así Remus y Tonks estarían allí...
- La... la bata...lla de ... Ho...gwarts... - Teddy dijo esto con las pocas fuerzas que le quedaban para hablar. - Exacto - Andromeda se llenó de lágrimas de nuevo.
Ted sintió un escalofrío. Por finentendía a que se referían todos con lo de "Tus padres fueron unoshéroes". Ellos habían estado en la Batalla Mágica más grande que habíaexistido. Ellos dieron su vida por defender aquel castillo que se había convertidoen su segundo hogar desde que tenía 11 años.
- Esa mañana - empezó de nuevo Andromeda tratando de controlar el llanto- te despertaste muy temprano como cada día. Tu madre te alimentó y tu padre tebañó. Mientras él te vestía, tu madre cambiaba su apariencia a la de diferentesanimales y hacía sonidos graciosos para hacerte reír. Nada parecía funcionar. Hasta que tu madretratando de alcanzar un juguete cayó a la cama haciéndote rebotar.
- ¡Lo lograste, Dora! ¡Lo hiciste reír!
- ¡Ohhh! ¡Mamáaa! ¡Se está riendo! ¡Trae la cámara rápido!
- ¡Dime si no es lo más lindo que hayas visto jamás!
- ¡Es hermoso! Y vaya que sí es igual a ti... ¡Que difícil es!
- De verdad tenías una sonrisa hermosa... bueno, la misma que tienesahora. Es igual a la de Remus -dijo Andromeda con nostalgia; sacó otra foto delálbum y se la pasó a Ted.
El chico no supo si sobreviviría a otra fotografía, pero no aguantaba lacuriosidad, así que la miró: Los mismos 3 personajes de la fotografía anterior.Un pequeño de cabello azul turquesa recostado en la cama riendo mientrasrebotaba en una cama; un hombre de cabello café, canoso y con cicatrices en lacara reía mirando al pequeño mientras ponía sus brazos a los lados del niñopara evitar que cayera; y una mujer de un hermoso y brillante cabello rosachicle también reía mientras con las manos movía el colchón de la cama parahacer saltar al niño.
A pesar del dolor que le producía a Ted no haber vivido más escenas comoesa, o al menos recordarla, no pudo evitar soltar una gran sonrisa mientras ladetallaba al tiempo que un par de lágrimas caían de sus ojos. Harry y Andromedase miraron y sonrieron. Parece que Teddy por fin había decidido pasar por altolo que pasó con Remus meses antes de su nacimiento.
- Así se la pasaroncasi todo el día. Bueno, después de eso casi todo te hacía reír: lastransformaciones de tu madre, los gestos de tu padre, los sonidos graciosos queinventaban - siguió Andromeda un poco más tranquila - Cenamos como siempre alas 7 de la noche. Luego los 3 estuvimos alrededor de una hora jugando contigoaquí en la sala. Después yo subí a mi habitación y al cabo de un rato, ellos ala suya. Todo parecía normal
eran pasadas las 9 de la noche. Tú ya te habíasdormido y ellos estaban recostados hablando, cuando la radio de Remus sonó ybueno
era de Hogwarts. Harry había regresado a la escuela y se preparaban paraenfrentar a Voldemort. Ambos se levantaron al instante y empezaron a alistarse
yo los oí y:
- ¡Ni loco te permitiré que vayas!
- - ¡Esto no es que lo permitas o no! ¡Iré! ¡Soy de la Orden!
- Lo sé, pero no... no puedes ir.
- ¿Acaso crees que no soy capaz de pelear?
- Dora, te conozco. Claro que sé que puedes es solo que...
- ¿Qué? ¿Cómo eres hombre debes ir tú y yo como mujer debo quedarme en casa?
- No, no, claro que no...
- ¿Entonces qué es? ¡Dime!
- ¡ES PELIGROSO, DORA! ¡Y YO NO QUIERO PERDERTE! ¡NO LO SOPORTARÍA!
- - Remus... vivo con un hombre lobo. Creo que sé afrontar el peligro.
- Ay, Dora... Por favor.
- No esperes que me quede aquí sin saber que pasa contigo allí. Además, esta batalla también es mía.
- Dora, por favor... no lo hagas por mi. Hazlo por Teddy, por tu madre...
- Entonces tú también quédate por Teddy.
- Voy por él, Dora. Él no puede crecer en un mundo en guerra.
- Pensamos lo mismo. Lo siento, Remus, pero iré contigo.
- No, no, por favor, Dora. Te lo ruego. Teddy te necesita esta noche. Necesita que lo cuides.
- - Mamá puede...
- Él necesita a su madre.
- Y a su padre.
- Te prometo que volveré. Pero necesito saber que tú y Ted estarán bien.
- Remus...
- - Por favor, Dora. Por favor. Te lo ruego.
- Esta.... esta bien. Me quedaré. Pero, si no regresas, Remus Jhon Lupin...
- - Volveré. Volveré. Gracias, Dora. Me voy tranquilo si ustedes están seguros. Te amo. Y por favor, no vayas a hacer ninguna locura.
- Cuídate, por favor. Cuídate mucho. Te amo, y te necesitamos aquí. Ten mucho cuidado. Te lo suplico.
- Estaré bien. Y Teddy, mi pequeño, papá irá a luchar esta noche para darte un mundo seguro. Para que no crezcas como tuve que hacerlo yo. Tu mamá se quedará y te acompañará mientras yo no esté. Te prometo volver, hijo. Te amo. Gracias por cambiarme la vida.
- No te despidas, Remus, por favor. Dijiste que volverías.
- Y lo haré. Pero debes decir lo que sientes cada vez que tienes oportunidad, ¿no? Tú me enseñaste eso.
- Remus....
- ¡Oh, Andromeda! Harry volvió a Hogwarts y debo ir. Lucharemos contra Quien-Tú-Sabes.
- No, Remus, por favor, no te arriesgues....
- Lo siento, voy en camino. Ustedes están protegidos. Tranquilos, estarán bien.
- No me preocupo por nosotras, Remus.
- Tranquila, Andromeda. Estaré bien y volveré tan pronto todo esto termine. Por favor, tranquiliza a Dora mientras no estoy. Ahora, ¡debo irme!
- Y... - Andromeda sollozaba - bueno, fue la última vez que lo vi... con vida.
Estas dos últimas palabras retumbaron en la mente de Ted. La última vez que lo vio con vida... y él también, solo que para su desgracia, él no podía recordarlo. Pero, no entendía....
- Pero, ¿y mamá? Prometió que se quedaría... - lágrimas seguían rodando por las mejillas de Ted.
- Querido, ¿de verdad crees que aguantó? - Respondió Andromeda - Dora se quedó echa un mar de lágrimas. Caminaba por toda la habitación sujetándose la cabeza. Su cabello se había vuelto café. Me preguntaba la hora cada dos minutos hasta que ya no pudo más....
- Ya cálmate, por favor.
- No puedo, mamá, de verdad no puedo. Lo siento.
- ¿De qué estas hablando?
- Voy a Hogwarts.
- ¡¿QUÉ?! ¡NO! ¡NO PUEDES!
- Claro que puedo...
- Le prometiste a Remus que...
- Y también prometí acompañarlo cada noche, y a levantarse cada mañana, ¿lo recuerdas? No puedo dejarlo solo.
- ¿Y Ted? ¿Ya lo pensaste?
- Por supuesto. Mira, tú y él estarán bien. Aquí no les pasará absolutamente nada. Estarán a salvo mientras Remus y yo volvemos.
- Hija, pero... ¿y... y si... si no... vuelven?
- Lo haremos.
- - No, Dora, por favor...
- Lo siento, mamá, pero no aguanto estar acá esperando mientras allá se levanta una guerra y Remus esta en peligro.
- ¡Piensa en tu hijo, Dora!
- ¡Por él hacemos esto, mamá! ¿No lo ves? Yo tengo... tengo que asegurarme de que nunca nada le pasará...
- Entonces quédate con él esta noche.
- ¿Y el resto de su vida qué? No mamá.... Yo debo ir... debo acabar con esto. Bellatrix nunca nos dejará en paz. Tengo que saldar una deuda con ella y no permitiré que ella se acerque a ti o a Ted.
- Dora, por favor....
- Mamá, cuídalo mientras no estoy, por favor.
- Dora, no...
- Necesito que lo prometas, mamá.
- Ay, Dora, ¡pero claro que lo cuidaré! ¡Pero no para siempre, eh! ¡Necesitamos que vuelvan! Los... los necesitamos, Dora.
- Volveremos, mamá. Gracias, te amo. Cuídalo. Y Teddy, mi niño. Mami saldrá esta noche, pero recuerda que te ama y es por tu bienestar que saldrá a luchar. Irá a acompañar a papá. Tus padres estarán siempre juntos, siempre a tu lado, siempre dispuestos a protegerte. Cuida a tu abuela. Te amo, mi niño. Ya nos veremos de nuevo. Te lo prometo.
- Y esa... esa fue... la última vez... que la vi a ella - Andromeda rompió en llanto. Ted la miraba afligido y llorando. Harry pasó su brazo por su hombro, intentando contener las lágrimas. Después de varios minutos...
- Ninguno cumplió su promesa - Ted habló con más lágrimas aún y mirando la fotografía en la que reía junto a sus padres con apenas 17 días de nacido - No volvieron.
-
- Bueno - dijo Andromeda aún entre sollozos - No volvieron físicamente, pero siempre estarán...- No empieces con ese de que los tengo en mi corazón y todo eso. No están - Ted no quitaba la mirada de aquella fotografía. De nuevo, parecía que las lágrimas nunca iban a dejar de salir de sus ojos.Hubo uno más de esos largos silencios. Harry supuso que Andromeda no hablaría más, pues como dijo ella, esa fue la última vez que los vio con vida; así que decidió terminar el tema lo más pronto posible.
- Teddy, yo sí los vi una vez más - Ted lo miró emocionado - No, no me mires así. No tuve la oportunidad de hablar con ninguno de ellos como te hubiera gustado. A tu padre lo vi enseñando un par de fotos tuyas muy orgulloso. No pude hablar con él. A los pocos minutos la guerra empezó y todos nos dividimos. Al cabo de una hora maso menos, vi a tu madre. Estaba preocupadísima por Remus. Lo único que me dijo fue que estabas con tu abuela y que estarías bien. La vi salir corriendo a buscar a Remus. La siguiente vez que los vi... - a Harry se le partió la voz - ... estaban en el Gran Comedor junto al cadáver de Fred Weasley. Estaban juntos, parecía que estuvieran durmiendo. Tenían una expresión de profunda tranquilidad - Un par de lágrimas rodaron por las mejillas de Harry - Ellos ya... estaban... ya habían...- Muerto - terminó Teddy con profundo dolor mientras sujetaba aún más fuerte aquella fotografía llegando al punto de arrugarla y más lágrimas salían de sus ojos.
Harry dio un largo suspiro y dijo:
-No sé exactamente como murieron, y es que parece que nadie los vio. Pero, tengo entendido que Dolohov, uno de los seguidores más fieles de Voldemort, fue quien asesinó a tu padre. Él quedó en el suelo y... y minutos después Tonks lo encontró. Obviamente verlo así la destruyó. En ese momento, Bellatrix la encontró. Tu madre intentó defenderse y luchar, pero ella estaba demasiado débil y afligida por la muerte de Remus; era la ocasión perfecta para Bellatrix y ella no iba a desaprovecharla. Una maldición asesina alcanzó a Tonks y... bueno.
Más lágrimas inundaron la habitación. Ted sintió un profundo odio y una inmensa sensación de venganza hacia los dos asesinos que lo obligaron a crecer sin padres.
- ¿Y... esos... el tal Dolohov... y... Bella... - Ted luchaba para hablar.- Ambos murieron luego en la misma batalla, Ted - respondió rápidamente Harry. Él entendía lo que Ted sentía - A Dolohov lo mató el Profesor Flitwick y a Bellatrix... Molly. Molly Weasley.- ¿Mo.. Mo... Molly, dices? - Ted pareció olvidarse por un segundo de sus padres. No se imaginaba a la gentil Molly Weasley asesinando a alguien.- Si, Molly. Bellatrix luchaba con Ginny, Hermione y Luna. Molly intervino y no dejó que nadie la ayudara. Todos estaban pendientes de aquella batalla. Al final, Molly fue mejor bruja. - Oh... - Ted aún no se hacía a la idea. - Ted, pero éste no es el final. En realidad, en el Gran Comedor no fue la última vez que vi a Remus - dijo Harry.- Wo... oh... ¿qué? - Ted lucía confuso - Pero dices que él... ¿qué?- Si, Ted. Él murió aquella noche, pero... - Harry suspiró - Yo me entregué. Me entregué a Voldemort para que me matara. Tenía que adentrarme al Bosque Prohibido para encontrarlo. Justo allí, en una snitch que Dumbledore me había dejado, saqué la Piedra de la Resurrección.- ¡¿La qué?! - Ted parecía emocionado - ¡Pero sí eso es de un cuento! ¡Es fantasía!- No, Ted. La piedra de la Resurrección, la Varita de Saúco y la Capa de Invisibilidad existen. - ¡Wooow! ¿Y de verdad puedes revivir a ... - Ted sonreía. Se veía emocionado. Harry sabía la razón.- No. O si... bueno, técnicamente. Verás, una vez alguien muere, permanece para siempre al mundo de los muertos. No existe magia tan poderosa aún para revivir a alguien.- ¿Pero... - Ted lucía decepcionado de nuevo. - Te puedes comunicar con los muertos. Ellos se ven no tan transparentes como los fantasmas, pero no con tanto color como los vivos.- - Oh... - Ted parecía recuperar un poco el ánimo.- Aquella noche, usé la piedra para llamar a mis padres, a Sirius y a Remus. Yo... - A Harry se le cortó la voz - Yo les pedí perdón. Ellos habían muerto por mi culpa. Recuerdo pedirle especialmente perdón a tu padre. Tú acababas de nacer y él... bueno, lo último que me dijo fue "Yo también lo siento... Me apena pensar que nunca lo conoceré... Pero él sabrá por qué di la vida, y confío en que lo entienda. Yo intentaba construir un mundo donde él pudiera ser más feliz". Esa fue.. esa fue en realidad la última vez que...- ¡Pero pudiste hablar con él, Harry! ¿No te das cuenta lo que eso significa? - Ted estaba exaltado - Existe un objeto lo suficientemente mágico para comunicarte con...- Deja de hacerte ideas en la cabeza, Ted. La piedra esta escondida.- Tú sabes donde está, ¿verdad? - No - mintió Harry.- Oh... - Ted no parecía convencido - No importa. Ahora que sé que existe...- Ni lo pienses.- Pero...- Tú mundo es éste. No puedes refugiarte en otro. - No, no, pero yo solo quiero...- Lo sé, créeme. Pero esa piedra solo causa daño. Te aleja del mundo real.- No, no, pero...- Ted, no te armes ideas. No te conté esto para que vayas a buscar esa Piedra. Nadie sabe donde está y es por la misma razón que ya te di. - Harry - Ted habló en tono de súplica - Yo solo quiero conocer a mis padres.- Yo sé lo difícil de entender que puede llegar a ser esto, Ted, pero es por tu bien.
Ted lucía aún más decepcionado que antes.
- Igual, Ted, tú puedes visitar a tus padres cada vez que estás en Hogwarts - siguió Harry.- ¿Ah? - Supongo has visto un gran muro de mármol blanco que hay junto al lago negro. - El Monumento a los Caídos en la Batalla de Hogwa... ¡Oh!- Exacto. Allá están grabados los nombres de tus padres, y debo decir, tienen un lugar especial.
Ted lucía atónito. Había pasado ya 4 años en Hogwarts y nunca se le había ocurrido ir a aquel Monumento. Estaba siempre rodeado de flores así que no le parecía importante llevar unas más para los que hasta ahora, eran desconocidos para él.
- Yo... estoy cansado - dijo Ted. Quería estar solo y pensar todo lo que había oído - Gracias. Gracias por insistir - Ted se levantó, cogió los álbumes que su abuela había llevado y se dirigía hacía la escalera... - Y tienes razón, Harry. Me hiciste arrepentirme de todo lo malo que pude pensar sobre mis padres. Fueron unos héroes - Ambos sonrieron - Buenas noches, Harry. Buenas noches, abuela.
Ted se apresuró a subir antes de que su padrino o su abuela hablaran. Quería estar solo. Entró a su habitación, puso los álbumes en la cama y se sentó junto a ellos. Detalló cada foto. Eran fotos de la boda de sus padres, de su madre en embarazo y de sus primeros 17 días de vida. Por cada foto, salían unas diez lágrimas más. No podía creer que sus primeros días de vida hubieran sido los mejores días de su vida, y que ni siquiera pudiera recordarlos.
Se quedó dormido mientras a su mente legaban esos recuerdos que jamás iba a tener. Incrédulos recuerdos de una vida junto a sus padres.
Pero no durmió mucho. Lo supo porque cuando abrió los ojos seguía oscuro afuera; aún así ya no tenía sueño. Recordó los álbumes, y se dispuso a sacar todas las fotos. Eligió sus favoritas y las puso justo en la parte de arriba de su cama. De pronto, del fondo del último álbum, salió una foto que estaba suelta y en la que no se había fijado.
Era un hombre de cabello café canoso, tenía cicatrices en la cara, reía mientras evitaba mirar a la cámara alejándola con la mano. Al fondo se veía un espejo, y en el reflejo, una mujer de cabello rosa, de unos 6 meses de embarazo que carcajeaba mientras sujetaba la cámara.
>> Lo siento, papá. Me comporté como un... bueno, como tú, como un idiota. Y aún peor. No debí pensar tan mal de ti. Yo no puedo entenderte, no tengo derecho a juzgarte.... Y, ya... ya no pensaré en que te fuiste, pensaré en que volviste y en que me quisiste tanto como para dar tu vida solo por mi bienestar. Llevaré en alto el apellido Lupin, te lo juro. Y haré lo que sea para que desde donde sea que Harry o mi abuela dicen que estás, te sientas orgulloso de mi, papá. Yo sí cumpliré mi juramento <<
Un par de lágrimas cayeron de los ojos de Teddy a la fotografía, mientras él sonreía orgulloso. Después de varios minutos mirando la fotografía, la pegó arriba de su cama justo en el medio de las que ya había elegido.
Teddy no entendía en que momento había pasado. No supo en que momento pasó de sentir un terrible odio y rencor por su padre a amarlo como a nadie. No entendió como pasó de sentirlo su peor enemigo a ser su mayor orgullo y modelo a seguir.
- ¡Oh, Teddy! ¡Estás despierto!- ¿A... abuela? - Ted no lo había notado pero ya había amanecido.- Creí que dormirías hasta tarde como... ¿Qué hiciste con esas fotografías? - Lo...lo siento mucho. Es solo... bueno, no creí que te molestaría... Tomé las que más me gustaron. Es para... bueno, para sentirlos cerca. - Ay, mi niño... Esas fotografías son tuyas - Andromeda se fijó en las fotografías, y la sorprendió especialmente la de Remus - Pero, eso significa... ¿ya todo esta bien respecto a tu padre? - Si. Ustedes tenían razón. Creo... creo que yo me apresuré a las cosas. - Me alegra que así sea. - Pero, ¿sabes? Lo he pensado bien y creo que tú también debes escuchar y perdonar. - ¿Qué dices?- Me gustaría que hablaras con Narcisa, tu hermana. - ¿Qué? ¿Pero, qué... ? No, Ted. No. Tú no sabes... - Andromeda no daba crédito a lo que oía.- Si, si lo sé. - Entonces, ¿por qué quieres que hable con ella? No la necesito en mi vida.- Porque yo escuché la verdad aún cuando no quería. Yo mismo me sorprendí. Remus se arrepintió y volvió. - Narcisa...- Te escuché llorar el día que ella vino. Ella dijo que se arrepintió y Harry dice que ella y su hijo lo ayudaron...- ¡Pero para su propio beneficio!- Pero lo ayudaron. Abuela, me hiciste escuchar; ahora es tu turno. - Ay, Teddy...- Vamos, abuela. Yo te acompañaré - dijo Ted sujetándole la mano y sonriendo.- No lo sé, hijo...- Por mi, abuela. - ¿De verdad es tan importante para ti? - Más de lo que imaginas. Yo también quiero hablar con ella.- ... Esta bien. Por ti, iré a hablar con ella - le sonrió Andromeda.- Hoy.- ¿Qué? ¿Hoy? Pero... - El rostro de Andromeda volvió a cambiar. - Hoy - dijo Ted decidido.
Ted y Andromeda bajaron y desayunaron sin mediar palabra. Ambos estaban ansiosos por lo que pasaría. Ted sabía que para por fin cerrar la historia de sus padres necesitaba hablar con Narcisa. ¿Por qué? En realidad no sabía. Ni siquiera sabía por qué necesitaba tanto hablar con ella, solo sabía que tenía que hacerlo.
Ted volvió a subir a su habitación. Buscó unos vaqueros negros, una camiseta y una chaqueta liviana. Puso su cabello negro y bajó a la sala a esperar a su abuela. Casi media hora después su abuela bajó. Iba bien arreglada con un lindo traje blanco y el cabello recogido.
- ¡Por fin, abuela! ¿Lista para irnos?- Si, si... eso creo.
Andromeda se veía nerviosa, pero Ted estaba decidido. Y así salieron de casa, listos para hablar con quien los había alejado de su vida hacía más de 30 años... Después de poco más de una hora de viaje, Ted y Andromeda por fin llegaron a la casa de Narcisa en Wilthsire. Había un largo camino de arbustos, un hermoso jardín, una fuente, e incluso pavos reales; al fondo se veía una gran masión. Todo estaba rodeado por grandes barrotes de hierro, y en las puertas había una gran M dorada. Todo era muy pretencioso para el gusto de Ted. Andromeda tocó las puertas de hierro con extrema frialdad. A Ted le sorprendió ver que las puertas se transformaron y de ellas salió una voz:
- ¿Quién es y cuál es el motivo de su visita a la mansión Malfoy? - Andromeda TONKS - Andromeda se esforzó en vocalizar muy bien su apellido - Vengo a hablar con mi hermana: Narcissa Malfoy.
Las puertas volvieron a su forma original y después de poco más de 1 minuto, se abrieron. Ted y Andromeda caminaron por el largo camino hasta la mansión. Ted estaba nervioso, y notó que a su abuela le temblaba la mandíbula. Iban subiendo las escaleras de la mansión cuando las puertas se abrieron y salió una mujer con una gran sonrisa y los brazos abiertos. Ted vio a una mujer de cabello largo y rubio, cara pálida, elegante, con un largo vestido negro, a pesar de su edad; Ted tuvo que admitir que debió ser una mujer hermosa años antes.
- ¡Ohhh! ¡Andromeda! ¡Viniste! ¡Por fin! ¡No imaginas lo feliz que me hace verte aquí! - dijo Narcisa muy emocionada intentando abrazar a Andromeda. Esta dio unos pasos atrás para evitarla.- Si, si. Hola Narcissa - dijo Andromeda muy seria. - ¡Y vienes acompañada! ¿Quién es éste apuesto caballero? Me parece que lo he visto antes... - dijo Narcissa acercándose a Ted y detallando su cara. Él puso su cabello café. Narcissa abrió los ojos tanto como pudo.- Seguro conociste a mi padre, pero seguro nunca le dirigiste la palabra... ya sabes, por eso de que era un hombre lobo - dijo Ted con un tono algo sarcástico. El rostro de Narcissa había cambiado a uno de extrema confusión - Mucho gusto, Ted Remus Lupin. - Oh... - Narcissa bajó la mirada, como si ya no se sintiera capaz de ver a los ojos al chico - De verdad son muy parecidos...- Veo que sí recuerdas a mi yerno, Narcissa - interrumpió Andromeda - Él es mi nieto.
Narcissa no supo que decir. Por alguna razón, no lograba quitarle la mirada a Ted.
- ¿Por qué viniste, Andromeda? - dijo por fin la mujer de cabello rubio.- ¿No era eso lo que querías? ¿Qué habláramos? - contestó Andrómeda desafiante.- ¿Viniste a hacerme sentir mal? ¿A seguir juzgándome? ¿A recriminarme lo que le pasó a tu hija? ¿Por eso lo trajiste a él? - dijo Narcissa con los ojos aguados.- No, vinimos a escuchar lo que tienes que decir - intervino Ted y miró a su abuela - A hacer las pases si eres sincera con nosotros - Narcissa lo miró aún más sorprendida - Ah, y no olvides que la hija de mi abuela, mi madre, también era tu sobrina - terminó Ted.- Yo...- Era lo que ibas a hacer aquel día que fuiste a mi casa, ¿no? Querías hablar y disculparte. Bueno, aquí estamos - siguió Andromeda. - No creí que...- ¿Qué vendría con él? - Andromeda señaló a Ted - Fue él quien insistió en venir. Claro que yo entiendo si te sientes aún más culpable con él presente.
Narcissa no supo que responder.
- Yo... por favor, sigan - dijo por fin sin mirarlos a los ojos.
Andromeda y Ted se miraron y entraron a la mansión. Narcissa los siguió. A Ted seguía sorprendiéndole aquella casa. Había pinturas y esculturas preciosas y que se notaba eran de mucho valor. Pasaron a un salón con una gran chimenea de mármol y decorada con oro. Habían varios sillones, y unas finas mesitas. En ellas habían fotos de un pequeño niño rubio y pálido, como aquella mujer.
- Mi nieto - dijo Andromeda al ver que Ted se fijaba en las fotografías - Scorpius. Mi hijo y su esposa también viven con nosotros. Quizá los conozcan más tarde... ¿Quieren algo de tomar? ¿Ya desayunaron o les gustaría...- Té esta bien, gracias - dijo Andromeda. Narcissa miró a Ted y el chico asintió.
Narcissa fue por el té, y Andromeda supo que estaría pensando que iba a decirle a ella y a Ted, pues en la mansión habían suficientes elfos para traer el té. Al cabo de unos minutos, Narcissa volvió con una bandeja con tres tazas y un jarrón de té. Lo puso en la mesita del centro y lo sirvió.
- Y... ¿cómo han estado? - dijo Narcissa mientras les daba el té. - Muy bien, muchas gracias - se apresuró a decir Andromeda - Mira, no planeo quedarme mucho tiempo así que dí lo que tengas que decir rápido. - ... Está... bien... si... - Narcissa se veía nerviosa - Bueno, es que tú sabes lo que pasó Andromeda. Pero, yo en realidad nunca fui mortífaga...- Pero apoyabas sus ideales, y apoyabas a tu esposo; y tu hijo...- ¡Jamás quise que Draco lo fuera! ¡Tampoco él lo quería! ¡Pero de habernos negado él ahora estaría muerto! ¡Los tres nos arrepentimos tanto de haber seguido sus órdenes! - los ojos de Narcissa se llenaron de lágrimas - Andromeda, yo sé que me porté muy mal contigo, pero mira con quienes crecí y lo que me enseñaron...- No uses eso como excusa. Crecimos en la misma familia y yo jamás estuve de acuerdo con ustedes y su estúpida obsesión por la sangre limpia -Andromeda empezaba a enojarse.- Lo sé, lo sé... siempre fuiste mejor persona que todos nosotros.- Si, si... - dijo indiferente.
- Narcissa, ¿puedo preguntarte algo? - intervino Ted. - ... Cla... claro - respondió ella sin mirarlo a los ojos.- ¿Tú sabías que Bellatrix quería asesinar a mi madre?- .... bueno... - Narcissa lucía cada vez mas nerviosa y lágrimas empezaron a salir de sus ojos - Si, yo sabía. Lo siento tanto...- ¿Y tú también querías hacerlo? ¿Asesinarla?- No, no, jamás pensé en...- ¿Entonces por qué no hiciste nada para detenerla si dices que ya no estabas de acuerdo con ellos? - Porque... yo... querido... Mira, El Señor Tenebroso nos ordenó "limpiar" nuestras familias y Bellatrix... ella estaba feliz con esa orden. Debes saber que yo nunca intenté atentar contra Andromeda o Nymphadora...- Pero tampoco hiciste nada para detener a Bellatrix. Ah, y no la llames Nymphadora. - Yo...- ¿Crees que si hubieras hecho algo, mi madre seguiría con vida? - Ted, yo... yo no puedo saber eso... pero... tengo entendido que ella murió en la Batalla, ¿no?- Si, pero fue Bellatrix quien la mató. - Lo sé, pero estaban en batalla y... - Ted la miró con algo de enojo - Mira, pequeño, lo siento mucho. De verdad. Durante todos estos años me he arrepentido mucho de haber estado del lado del Señor Tenebroso. En serio. Pero ya no puedo hacer nada. Ahora vivo mi karma. Ahora a quien la gente juzga es a mi. Por eso necesito a mi familia lo más cerca posible; por eso quería decirles cuanto lo siento. Y creo que ustedes también lo necesitan. - Yo ya tengo a mi familia cerca. Fueron ellos quienes ayudaron a mis padres y me protegieron a mi. Pero, sé que mi abuela sí te necesita...
Andromeda miró a Ted enojada.
- ¡Yo no necesito a... - gritaba Andromeda a su nieto.- Andromeda, por favor. ¿Cuánto llevamos separadas? Ya es tiempo...- ¡¿No te das cuenta, Narcissa?! ¡Se te rompe el corazón solo de pensar que pudiste haber perdido a tu hijo hace 15 años! ¡Pues yo lo hice! ¡Yo sí perdí a mi hija! ¡Gracias a todos ustedes! - Andromeda rompió en llanto y Narcissa sin pensarlo corrió a abrazarla antes que Ted pudiera levantarse. - Yo de verdad lo siento mucho. De verdad - Narcissa también empezó a llorar mientras abrazaba a su hermana - Lo siento tanto. Ustedes tienen razón... yo no merezco su per...- No, no, espera. Por eso vinimos - la interrumpió Ted - Yo confío en que tus disculpas son sinceras. - Ohhh - Narcissa esbozó una gran sonrisa y por fin pudo fijarse en los ojos del chico.
Después de varios minutos Andromeda dejó de llorar. Levantó la cabeza y...
- ¡Ay, Narcissa! ¡Ted tiene razón! Yo sí necesito alguien... alguien como tú en mi vida. Y sí todo lo que dices es cierto...- ¡Es cierto, es verdad! ¡Te lo juro! ¡Yo de verdad estoy arrepentida!
Ted vio como las dos hermanas se sumían en un gran abrazo mientras lloraban. Sintió que debía darles un tiempo; habían pasado muchos años sin hablar. Se asomó por la ventana y vio a un pequeño de cabello rubio de unos 7 años reír mientras jugaba con el que debía ser su padre: Un hombre también de cabello rubio y piel pálida. Ted se fijó de nuevo en su abuela y en Narcissa y decidió salir al jardín.
- ¡Ho... hola! - dijo el hombre - ¿Quién eres? - Hola... soy Ted, Ted Lupin - respondió el chico. - ¿Lupin? - el hombre abrió los ojos - ¿Eres... eres hijo de Rem..., del profesor Lupin? - Si - dijo Teddy orgulloso.- Él... yo nunca lo admití pero... fue el mejor profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que tuvimos. - Lo sé - dijo Ted sonriendo. - Siento mucho lo que le pasó - dijo el hombre con nostalgia.- Esta bien. Es un luchador. - Lo es... Por cierto, mi nombre es Draco, Draco Malfoy, y... ehhh ¡Scorpius! ¡Ven aquí! - el pequeño se acercó - Mira, te presento a mi hijo Scorpius Malfoy. Scorpius, él es Ted Lupin. - Hola, Scorpius... linda pelota. - ¡Gracias!
La afinidad de Ted con los niños era increíble. Bastó un minuto para que el pequeño lo invitara a jugar con él.
Ted y Andromeda pasaron todo el día en la Mansión Malfoy. Andromeda parecía una persona nueva después de haber hablado con Narcissa. Ted se había ganado el cariño de Scorpius. Y Draco.. bueno, él era mucho más serio que Harry y Ron, por ejemplo, pero fue muy gentil con Ted y su abuela. También conoció a Astoria, la esposa de Draco: hermosa y muy amable. Y Lucius, el esposo de Andromeda... él sí fue mucho más distante con ellos. Apenas y le conoció la voz cuando lo saludó.
El ambiente allí era muy distinto a La Madriguera; todo era mucho más ordenado y elegante, pero a Ted lo tranquilizaba ver a su abuela feliz. Ella había hecho mucho por él y él quería retribuirle en algo. ¡¡GRACIAS!!
Antes de escribir el capítulo final, me gustaría agradecerles a todos ustedes por haber seguido esta historia. Me encanta escribir pero hace mucho deje de hacerlo. Esta idea siempre estuvo en mi cabeza, pero hasta hace poco me atreví a escribirla. Empezó como eso, como una idea y mientras escribía fue tomando vida propia. No sé que tal lo hice, pero me gustó como resultó. Traté de seguir la línea de J.K. Rowling, pero dándole mi propio toque a la historia y a los personajes.
Quiero agradecerles a ustedes por leer la historia, por añadirla a sus favoritos, por comentar. Fue leerlos lo que me inspiraba y me ayudaba a seguir escribiendo. Que lloraron o rieron mientras leían la historia o que querían que actualizara pronto. Eso me inspiraba. Por eso quiero pedirles que me dejen sus comentarios, reclamos, sugerencias, madrazos o lo que sea jaja De verdad me interesa leer lo que opinan ya que eso me ayudará en la carrera profesional que empezaré a estudiar en unos meses, y me ayudará a escribir mejor.
Quizá escriba una historia sobre Ted y Victoire. No sé. Quiero escribir algo que me guste para que así pueda gustarles a ustedes, y no escribir porque sí. Remus Lupin es mi personaje favorito, y la vida de Ted me intriga mucho. Al igual que la de George después de la muerte de Fred.
De nuevo, mil y mil gracias por leerme, ya siento que los quiero jaja Espero les haya gustado y les guste el final. Lo pensé mucho y no creo que mi historia con Ted tenga en realidad un final, así que... bueno. Y repito, sus comentarios me ayudarían muchísimo.
Gracias, de verdad.Sigan creyendo en la magia.
Ya habían pasado casi dos meses desde que Ted había terminado de escuchar la historia de sus padres. A pesar de lo dramática y corta que fue, estaba tranquilo. Se levantaba cada día, saludaba sus fotografías y sentía que estaba listo para cualquier cosa. Su padre lo llenaba de seguridad, y su madre, le transmitía toda la confianza que necesitaba.
Era domingo. Él y su abuela esperaban a los Potter para almorzar. Era agosto y esperaba la carta de Hogwarts con su lista de libros para quinto año.
Ted se puso unos jeans, una camiseta negra, unos tenis y puso su cabello verde. Lilly siempre le decía que era su favorito. Cuando Andromeda lo vio, insistió en que se pusiera algo un poco más elegante para recibir a su padrino, pero él no le prestó mucha atención. Los Potter lo conocían bien. Además, sabía que terminaría jugando con los niños en el patio y ensuciándose. Al rededor de las 2 de la tarde, alguien tocó la puerta. Teddy abrió.
- ¡¡Teeeed!! - Lilly se lanzó a los brazos de Ted - ¡Me encanta de verde! - ¡¡Teeeedy!! - lo abrazó Albus.- Hola, Teddy, ¿cómo estás querido? - lo saludó Ginny dulcemente dándole un beso en la mejilla.- ¡¡Ya tengo mi lista de Hogwarts!! ¡¡Ya tengo mi lista de Hogwarts!! - James estaba más emocionado que nunca y trató de separar a sus pequeños hermanos de Ted.- ¿Acabamos de llegar y ya están a punto de ahorcar a Teddy? - los reprendió Harry.- No, no esta bien - dijo contento Teddy - Por fin te podré vigilar de cerca, ¿eh James?- ¡Si! ¡Y vas a ver que voy a estar contigo en Gryffindor! - dijo él orgulloso.- Seguro que si - dijo Ted bajando a Lilly - ¿Sabes? Recuerdo como lloraste el día que fui por primera vez a Hogwarts - Ted sonrió.- ¡Eres un llorón, James!- ¡Cállate, Albus!
Los dos niños entraron corriendo a la casa y peleando.
- ¿Y tú, Ted? ¿Ya recibiste tu lista? - le preguntó Harry.- No, de hecho esperaba que llegara ayer o hoy. Normalmente llega por estos días. - Eso espero. James no para de decir que quiere que lo acompañes a comprar su lista. Así podríamos hacer un solo viaje al callejón Diagon. Si no te molesta, claro.- Oh, no, no. En absoluto. Me encantará acompañarlo. Es una experiencia importante.- Gracias, Ted. Sabía que contaba contigo.- ¡Heeeey! ¡Teeeeed! - James gritaba desde el patio.- Creo que me necesitan - dijo Ted sonriendo y salió corriendo al patio a jugar con los pequeños.
- ¡Chicos! ¡Vamos a almorzar! - gritó Ginny al cabo de unos 45 minutos después.
Los chicos entraron, se estaban sentando cuando una lechuza llamó a la ventana.
- ¡Es tu lista! - dijo James sonriente.
Harry que estaba más cerca, abrió la ventana y la lechuza entró botando una carta sobre las manos de Ted. Él le acarició la cabeza y la lechuza volvió a salir. Ted abrió la carta, se disponía a leer su contenido...
- ¿Qué es eso? - preguntó Lilly.- ¿Qué? - preguntó confuso Teddy.- Lo que cayó del sobre, tonto - dijo James.- ¿Lo qué...? - Ted se fijó que en sus piernas había una pequeña insignia con bordes dorados la letra P grabada en ella - ¿Qué?- ¡ERES PREFECTO, TEDDY! - gritó Andromeda mientras se acercaba y lo abrazaba. - ¡Ohhh! ¡Ted! ¡FELICITACIONES! - Le dijo emocionada Ginny.- ¡Wow! ¡Te felicito, Teddy! ¡Que gran noticia! - dijo Harry chocándole una mano. - ¿Ya ves, ma'? Con Ted como prefecto, no tendré tantos problemas en Hogwarts como pensaste - dijo sonriente James.
Todos estaban felices por el logro de Teddy, pero él no había dicho nada, aunque sonreía.
- ¡Teddy! ¡Vamos! ¡No has dicho nada aún! - le dijo Harry. - Co... co... ¡COMO PAPÁ! ¡PREFECTO EN GRYFFINDOR COMO PAPÁ! - dijo por fin Ted aún más sonriente.- Si, como tu padre - le sonrió muy orgulloso Harry.
Se sentaron a almorzar hablando de Ted como prefecto y del primer año de James en Hogwarts. Albus y Lilly no estaban muy felices ya que a ellos aún les faltaban unos años para ir a la mágica escuela. En medio de las voces, James que estaba sentado junto a Ted, le habló en voz baja...
- Teddy, te traje algo. - James, gracias pero no deb...- No te preocupes. Espero que te guste. Lo vi hace un par de semanas cuando acompañé a mamá al mercado. - Seguro me gustará, pero puedes dármelo luego.- No, no. Ya. Es que... de hecho, creo que quedará bien junto a tu insignia de Prefecto - y James sacó de su bolsillo una pequeña bolsita y se la entregó a Teddy.
Teddy cogió la bolsita con delicadeza, y dejó resbalar por sus manos un pequeño dije en forma de lobo.
- Puedes pegarlo a la ropa o colgártelo como una cadena. - Me... me encanta, James. Muchas gracias, en serio. Te debo una...- Me la pagas en Hogwarts... como Prefecto me serás de mucha ayuda - dijo James guiñándole el ojo. - No has llegado y ya planeas destruir el castillo, eh.
Teddy sacudió el cabello de James y guardó el dije en su bolsillo. James tenía razón: se vería genial junto a su insignia de Prefecto.
La tarde siguió sin mucha novedad. Almorzaron y jugaron hasta tarde. Ya Lilly se había dormido y parecía que Albus no aguantaría mucho más despierto.
- Gracias por todo, Andromeda - se despidió Ginny con Lilly dormida en brazos. - Siempre es un placer recibirlos, querida - le respondió ella con una sonrisa.- Bueno, Ted, vendré el miércoles temprano a buscarte para que vayamos a comprar todo lo de tu lista. - Si, Harry. Gracias de nuevo.- Y - Harry bajó la voz para asegurarse de que solo Ted lo escuchaba - iré a Hogwarts el primer domingo después de que lleguen.- ¿Alguna misión del Departamento o...?- No, no... Quiero acompañarte a visitar el Monumento de tus padres - Teddy sonrió - Promete que esperas a que yo llegue.- Si, seguro - dijo Ted - Gracias, Harry. Por todo.- Con gusto, Ted - respondió él sonriendo - ¡Ah! Y por favor no le vayas a decir nada a James... - Entendido.
Con los pequeños bostezando de sueño y Lilly ya dormida los Potter salieron. Ted ayudó a su abuela a arreglar la casa, aunque ella solo necesitaba un par de movimientos con su varita para que todo quedara en perfecto estado. Le dio las buenas noches a Andromeda, subió a su habitación y puso su insignia de Prefecto y el dije de lobo que le había regalado James en la foto de su padre.
>> ¿Lo ves? Dije que te haría sentir orgulloso <<
Estoy listo/ Ted Lupin - Potterfics, tu versión de la historia
Era sábado. Un sábado en la mañana caluroso como solían serlo los sábados en junio. Pero este día tenía algo especial: era el cumpleaños #5 de Hugo Wea
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2023-02-27
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