¡QUÉ COSAS!
Umbridge/Snape
Estaba loca. Luego de encontrarla, al haber sido perseguida por los centauros. En su lugar feliz, rodeada de gatos y paredes rosas. Seguramente, tomaría años, devolverla a su estado natural.
Ya no se ocupaba de ninguno de los gatos. En realidad ni se preocupaba por si vivían o no. Simplemente gemía, se sentía perseguida y apenas dormía. Los sanadores estaban comenzando a creer que ella ya no tendría remedio.
Pero algo diferente, ocurrió. Dolores Umbridge, ya no se ocupaba de sus gatos, excepto de uno de ellos.
Era negro, con los ojos del mismo color. Extraño, puesto que todos sus gatos eran peludos como una mopa y blancos. Algunos marrones. Ese gato, tenía una pinta diferente, era imponente.
Distinto de sus contrapartes. Ella sonreía, mientras le acariciaba el pelaje fino, mientras miraba hacia sus oscuros ojos.
¿De dónde había salido ese gato? Por que, le habían rodeado con todos sus gatos adorados, pero ese jamás había entrado entre sus cosas.
¿Era callejero?
- Misteriosa loca se escapa- leyó Snape con un suspiro- algunos creen que se trata de Dolores Umbridge, la antigua activista del ministerio de magia y hechicería.
- Vaya, a lo mejor busca a uno de sus gatos- dijo Minerva con desdén- como ella que los adoraba tanto. Fulares Portabebes
Severus no le dio importancia y continuó hacia su despacho. Con un suspiro suave, se sentó en su escritorio y se dedicó a continuar con la corrección de sus ensayos. Al atardecer, se fue a cenar y luego, a la cama.
De todas formas, no había nada qué hacer.
Mientras dormía, tuvo un sueño muy extraño. Soñaba que se reducía su cuerpo y tenía cuatro patas. Que todo lo veía en blanco y negro. Que escupía pelo y se rascaba el cuerpo, se lamía las partes inferiores.
¿¡Por qué por amor a dios, soñaba algo así!? Escuchó pasos fuertes, que se acercaban y abrió los ojos. Todo estaba oscuro, gris.
- ¡Gatito mío!- escuchó y se soprendió.
¿Gatito?
- Te he buscado por todas partes...
- ¡Yo no soy un gato!
- Sí, miau para ti también- dijo una mujer, con aspecto de loca. Estaba llena de ramas.
- ¡Le estoy diciendo que no soy un gato!
Su varita se alzó en su contra y pronto, cayó al suelo como un saco de harina. Alzó la cabeza.
¿Por qué tenía una larga cola?
- Hola, Sr. Higgins....
¡Qué cosas! ¿No?
Gatos rosa, ojos negros - Fanfics de Harry Potter
Estaba loca. Luego de encontrarla, al haber sido perseguida por los centauros. En su lugar feliz, rodeada de gatos y paredes rosas. Seguramente, tomaría años
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2023-02-27
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