GraduacióN
Ya era la esperada noche del baile de graduación de la academia de aurores y Hermione ya estaba completamente preparada. Llevaba su vestido largo hasta abajo, rojo como la sangre y su pelo estaba simplemente liso y brillante y le caía por la espalda, mas o menos por la mitad de ella
Esperaba un poco impaciente a que llegara su amigo, pero cuando miró el reloj que había sobre la chimenea se dió cuenta de que aún faltaban 10 minutos para que fuese la hora en la que había quedado con el chico.
Pasaron los 10 angustiosos minutos y el timbre avisó de que alguien había tras la puerta. Veloz como el rayo abrió la puerta y se encontró con la sonrisa de el. Esa sonrisa que la derretía por dentro, la que hacía que se sintiera la mujer mas feliz del mundo por haberlo conocido
- Buenas noches
¿estas lista?
- ¿tu que crees? - dijo saliendo de detrás de la puerta, ya que para abrir solamente había asomado la cabeza por el marco de la puerta.
Harry se quedó embobado, viendo su hermosa figura, fijándose en cada una de las curvas que lo dejaban sin poder dormir todas las noches. De aquellos ojos dorados y color miel que el consideraba que eran los mas hermosos que había visto en su vida, mientras otros los tacharían por unos ojos normales y corrientes. Y su pelo brillante y sedoso, que invitaba a acariciarlo y oler aquel aroma a canela y vainilla tan característico en ella
Estaba completamente enamorado de ella
se fijó en su rostro, levemente sonrosado por su mirada penetrante, sus labios
parecían tan suaves
cuanto deseaba probarlos aunque solo fuese un segundo de su vida
- Ya veo que si
- dijo tragando saliva ruidosamente y haciendo que la chica se sonrosara un poco más.
- Pues entonces vamos - sugirió Hermione, cerrando la puerta con un hechizo y cogiendo la mano del oji-verde. Pero como fue un acto reflejo, enseguida soltó la mano del chico y se sonrojó aún más.
Salieron del departamento de ella y como siempre se dirigieron a un callejón desierto para poder aparecerse en la academia. El chico cogió las temblorosas manos de la chica y en un segundo estaban en la academia.
En letras grandes y decoradas había puesta en un pancarta la palabra Graduación como bienvenida. Todo estaba espectacular, habían montado un escenario (que ahora estaba vacio) habia mesas para dos (redondas) por todos lados. A ambos lados había barras para pedir refrescos y todo estaba levemente iluminado para darle un toque más romántico al baile.
Harry y Hermione se sentaron en una mesa apartada de los demás (porque harry lo quiso así) y poco a poco fueron llegando todos los demás estudiantes hasta que casi todas las mesas se llenaron. La cena estuvo muy bien, fue una cena normal y corriente, sin mucha comida rara y poco conocida. Los chicos cenaron sin conversación, la chica esperaba impaciente a que Harry le dijera algo y este estaba nervioso porque no sabía que decirle
Un grupo de música se subió al escenario y empezó a tocar melodías suaves y lentas. Harry levantó rápidamente la mirada y miró a los ojos de la chica preguntándole con la mirada si quería bailar con él. La chica asintió rápidamente y un brillo muy especial apareció en su miel mirada.
- ¿Bai....?
- ¡Si! - contestó la chica con una gran sonrisa antes de que el moreno pudiera terminar la pregunta.
El solo sonrió y agarrándola de la mano la condujo hasta la pista de baile, muchas parejas bailaban pegados al compás de la música, lo que hizo que Harry se pusiera nervioso al pensar que tendría que bailar así con Hermione. Se pusieron a bailar aquella canción que sonaba. La melodía era muy lenta y eso quería decir que tendrían que bailar pegados, tal y como supuso Harry. Hermione fue la que se fue acercando hasta que apoyó suavemente su cabeza en el hombro del chico y rodeó con sus manos el cuello de él.
El se puso muy nervioso y poco a poco fue acercando sus manos hasta la cintura de la chica. Cuando sus manos la tocaron sintió como la chica se estremecía y eso provocó que el también se estremeciese.
- Yo no sé bailar, a sí que en esto tu eres la maestra... - aclaró el chico cuando al fin rodeó con sus manos la cintura de la chica.
- No te preocupes... yo te enseño... - dijo bajito y pegado a la oreja del oji-verde lo que provocó que el se sonrojara, pero como estaban bailando pegados, la chica no lo notó.
Siguieron bailando y dejándose llevar por la melodía. Harry temblaba un poco y cada vez era más patoso.
- No quieres bailar, ¿verdad? - preguntó la chica con tristeza en los ojos
- Si te soy sincero no.
- ¿Por qué no?
- Porque me da vergüenza... yo no sé bailar... y tu...
- ¿Tan fea soy? - preguntó ella con angustia. Harry se rió ante la pregunta y eso hizo que la chica lo tomara como un si.
Levantó su vestido un poco y se fué dejándolo sorprendido. Una lágrima solitaria recorrió su bello rostro, pero fué limpiada de su cara con la suave brisa de la noche, en su huída había ido a parar a una pequeña terraza abandona, en la que estaba prohibida el paso, pero que ella había escogido como refugio para que él no la encontrara, ya que si ponía que no se podía pasar, ella pensaba que no la buscaría ahí.
Lágrimas recorrían su rostro ¿que podía hacer para que se diera cuenta de sus sentimientos? era tan ciego... pero no por sus ahora lentillas, si no que tenía ciego el corazón, como era tan ciego para no ver que ella le amaba ¿es que no daba muestras de ello? ¡si pasaba todo el dia a su lado, abrazándolo y dándole todo el cariño que nadie le dió nunca!
- Mierda, mierda, mierda... - susurraba el oji-verde mientras recorrí la academia de arriba a abajo, sin dejar excepción de ninguna habitación, pasillo, terraza, aula o cualquier otra cosa... - ¿Dónde estás?
Se sentía fatal, ¡pero si se había reído de la absurda pregunta, no porque ella era fea! - ¡como son las mujeres! ¿quién las entiende? ¡deberían escribir un libro para explicar como tratarlas! - bufó molesto pegando una patada en el objeto más cercano a él: una papelera.
Y entonces la vió, al reflejo de la luna, enfrente de aquella ventana estaba ella. Su amor imposible, su sueño, su deseo, su vida. Los reflejos de la luna le daban un toque de hermosura indescriptible parecía tan hermosa... Pero las silenciosas lágrimas de su rostro eran para él como puñales en el corazón ¿la había hecho llorar? ¡maldito seas Harry Potter!
Sin perder tiempo, corrió hasta la terraza e ignorando el cartel de 'prohibido pasar' se metió entre las maderas que tapaban la vieja puerta y entró en la terraza.
Ella no se dió cuenta, porque él no hizo ruido, a si que aprovechó para acercarse silenciosamente por detrás y rodearla por la cintura apoyando su cabeza en el hombro de ella.
- Herm... yo no me reí porque seas fea, me reí porque esa pregunta es absurda... eres la mujer más hermosa que mis ojos han mirado... - la chica sonrió y se dió la vuelta mirándolo directamente a los ojos - dije que me daba vergüenza bailar contigo porque tu bailas como los ángeles y yo sin embargo soy un patoso que no sabe siquiera un paso.
Con su pulgar limpió con ternura las lágrimas que recorrían el rostro de su mejor amiga y le sonrió con la sonrisa mas linda que el tenía, mirándola con amor, descubriendo sus sentimientos, ya nada importaba, esa noche, bajo aquel cielo estrellado, en aquel mismo momento, él le confesaría lo que sentía por ella porque ya su corazón no aguantaba, porque si no lo hacía explotaría por dentro y moriría.
Pensaba en todo lo que había vivido con ella, todos lo que había compartido con ella, los momentos buenos en los que reían y jugaban
los momentos malos en los que uno necesitaba cariño y comprensión y el otro se lo daba y no lo dejaba nunca solo en los momentos difíciles. Recordó los siete maravillosos años que había pasado junto a ella en Hogwarts y todas las aventuras que su memoria le permitía recordar. Recordó cuando la conoció, cuando entró por casualidad buscando un sapo con su pelo revuelto y enmarañado.
Cuando se hicieron amigos en Halloween, cuando se despidió de ella en el anden nueve y tres cuartos tras su séptimo año en hogwarts sin saber que más tarde estudiarían de nuevo juntos
Y estaban ellos, ahora con 20 años, con sus carreras de auror con una nota excelente y con un puesto de trabajo en el ministerio
Todo era perfecto para él, todo lo que se propuso conseguir lo había hecho, todo menos una cosa que ansiaba tener hacia ya casi un año y medio: el amor imposible de la castaña. Y digo imposible porque él pensaba que nunca lo querría, que sólo lo miraba como a su mejor amigo
Y ahí estaban de nuevo, compartiendo otro de sus muchos hermosos momentos... pero este era especial...
- Perdóname Harry, soy una llorona, debí dejar que me explicaras...
- Primero... no eres una llorona, simplemente... lloraste porque el significado incorrecto de mi respuesta te dolió... segundo... es la primera vez que escucho de tus labios que no entiendes algo - esto último lo dijo con un tono bromista - y tercero... no tomes lo de "primera vez que no entiendes algo" como una burla para decirte sabelotodo, empollona, n.e.r.d o cosas así porque nunca he pensado eso de ti ni nunca lo pensaré y si alguien te dice eso, te juro que le daré una paliza tan grande que ni su propia madre le reconocerá.
- No hace falta que me protejas tanto, Harry - la chica le mostró su sonrisa mas dulce, a la que Harry tuvo impulsos de taparla con un beso.
- Eres mi mejor amiga, tengo que protegerte de todo tipo de peligros...
- Ay, ¿cuándo cambiaras?
- Cuando las ranas críen pelos
- jajajajajaja - de la boca de Hermione salieron grandes carcajadas que contagiaron a Harry, y a sí los dos se pusieron a reír alocadamente.
Minutos después ***Silencio***
- Harry, yo...
¿Si? - ¡¡¡Eso sonaba a declaración!!!
- Emmm... quería darte las gracias por todo lo que hacer por mi...
- De nada, siempre me vas a tener aquí para defenderte y ayudarte en todo lo que pueda
- Gracias de nuevo
- De nada de nuevo
De nuevo los dos se quedaron en silencio, sin saber que hacer y Hermione se acercó hasta Harry y lo abrazó fuertemente... sintiendo el calor de su cuerpo... aspirando su aroma masculino... y apoyó su cabeza en el pecho del chico, se agachó un poco y la puso justo donde su corazón y se sorprendió mucho al notar que el corazón del chico latía a mil por hora y que al apoyar su cabeza ahí el ritmo había aumentado mucho mas.
Levantó su cabeza y lo miró a los ojos, intentando descubrir algún brillo especial, algún gesto que le contara porque ese latir cuando estaba con ella. Pero eso no se quedaba así, estaba dispuesta a descubrir el por qué.
- ¿Estás nervioso?
- Un poco
- ¿Tienes que contarme algo importante?
- Si
- ¿Es algo que tenga que ver con que quieres un consejo? ¿Quieres desahogarte? ¿Me tienes que pedir un favor?
- No, simplemente tengo que contarte algo importante... quiero hacerlo esta noche, aquí mismo... Pero no tengo el valor suficiente para hacerlo... - agachó la mirada, no aguantaba el combate entre sus miradas, porque sabía que él perdería.
- ¿De qué se trata? ¿Tan importante es que no tienes valor para decírmelo?
- Pone nuestra amistad en secreto, porque es un secreto que ni siquiera Ron lo sabe, aunque el no estudie con nosotros, yo a él le cuento todo, todo y todo. Y bueno... el me aconsejó que te dijera, y mira pues que estoy apunto.
- ¿Nuestra amistad? Nuestra amistad es indestructible, aunque me dijeras que me amabas y yo no correspondiera, ni siquiera con esa barrera dejaríamos de ser amigos, así que suéltalo ya, no te preocupes.
El oji-verde tragó ruidosamente, cosa que notó Hermione y que le hizo comprender lo que su amigo le quería decir.
- ¿Te sentirías mejor si no tuvieras que mirarme a los ojos?
- Si, te lo agradecería en el fondo del alma
- Está bien
Se acercó a él y lo volvió a abrazar, comprobando como de nuevo los latidos de su mejor amiga se volvían a acelerar hasta tal punto que ella cría que le daría un ataque al corazón.
Ya nada importaba, a sí que no tardó tiempo en pasar sus brazos sin dudar por la cintura de la chica y la abrazó pegándola a su cuerpo y sintiendo su suave y caliente aliento en su cuello. Aspiró su aroma a cerezas de su cabello antes de hablar y por fin se decidió.
- A ver Hermione... creo que ya sabes lo que te voy a decir, porque eres la mujer creo que mas inteligente que pisa el mundo mágico, pero aún a sí, seré un Gryffindor y te lo diré.
- Sé que me vas a decir, porque lo veo en tu mirada, lo noto en tus palabras y lo siento en tu desbocado corazón cuando me abrazas...
- Hermione yo... no sé como esto pudo pasar... simplemente algo en mí ha cambiado... porque sabes que he dejado de verte como mi mejor amiga, te veo como una mujer, y esa mujer es la mas hermosa que he podido conocer. Ella no es del montón, es totalmente diferente, es especial para mi...
Hermione lo abrazó más y hundió su cabeza en el cuello del joven, mientras empezaba a respirar más entrecortadamente.
- Eres dulce, simpática, cariñosa, buena amiga, solidaria, inteligente, hermosa, linda... si empezara a decir todos tus adjetivos jamás terminaría... Este sentimiento del que te hablo estaba en mi corazón aún antes de salir de Hogwarts, porque recuerdo que cuando estabas como ahora (abrazándolo) sentía en mi unas cosquillas en el estómago pero no entendí el significado hasta que en la batalla final apreció aquel escudo protector cuando nos volvimos a abrazar.
Dumbledore me dijo antes de morir que mi arma contra Voldemort era el amor, y entonces comprendí que ese escudo apareció cuando te tuve junto a mi, cuando abracé a la persona que yo mas quería, a la que yo más amaba.
- Por favor Harry, no sigas... no sigas... porque yo... yo también... ¡yo también te amo! - gritó abrazándolo aún más, como temiendo que saliera corriendo y la dejara para siempre.
- ¿Que... que di-dijiste?
- Que yo también... también te a-amo
Los dos soltaron del abrazo y se miraron profundamente a los ojos, esperando encontrar mentiras en el brillo del otro, pero ninguno de los dos encontró eso, si no que encontraron una mirada llena de amor, que sus miradas ya no podían ocultar.
- Yo también te amo - dijo como un verdadero Gryffindor, directo, sin trabarse y mirándola a los ojos, que poco a poco a su chica se le iban empañando con gotitas saladas.
Y ella no pudo evitar derramar una lágrima, que con la brisa nocturna se desvió de su recorrido y pasó por los labios de la castaña. Harry limpió la lágrima dando pequeños besos por su recorrido hasta que llegó a sus labios, la castaña lo miro de una forma especial y entonces él recorto la distancia que separaba sus bocas.
No fué un beso tímido, como suele ser el primero entre una pareja. Entre ellos fue apasionado y profundo, casi salvaje, ya que los dos habían deseado con todo su corazón que eso pasara... Harry la agarraba de la cintura mientras ella revolvía alocadamente la melena azabache, lo que hacía que Harry se volviera loco también.
Poco a poco sus lenguas se fueron entrelazando en un baile desesperado, como si de ello pretendiera la vida. Siguieron besándose con toda su pasión, como si aquel beso fuese el primero y el último, hasta que le aire se les hizo necesario y se separaron con suaves roces y caricias
Observó como la chica abría lentamente los ojos y lo miraba con una gran sonrisa, el movió los labios diciendo te amo y se abrazaron.
A partir de aquel día estuvieron juntos compartiendo todas sus sensaciones y experiencias, amándose intensamente como nunca.
Meses después se casaron y fruto de su amor nueve meses después nacieron dos criaturas: James y Lyly Potter, como siempre soñó Harry
y por siempre Vivieron felices y comieron perdices
FiN
Graduación - Fanfics de Harry Potter
GraduacióNYa era la esperada noche del baile de graduación de la academia de aurores y Hermione ya estaba completamente preparada. Llevaba su vestido largo h
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2024-10-01
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