- ¡Y Slytherin falla otro tanto! ¡La magnifica Claire está inspirada!
Claire estaba apostada en su escoba frente a los aros donde se marca gol. Hacía ya un año que era capitana del equipo de Quidditch, y más de dos guardiana de Griffindor. El cansacio comenzaba a rodearla. El buscador de Slytherin había sido golpeado por una bludger y ahora mismo estaría insconciente en la enfermería. Que acabará ese partido dependía de Gofrey, su buscador. Claire se atusó la larga trenza marrón de su pelo, y observó atentamente a Goffrey a través de sus ojos azules. Más que buscar la snitch, buscaba que alguna chica del público le tirara sus bragas. Hacía ya tiempo que Claire había asumido que Goffrey era un seductor, y le daba igual tener novia. él seguía lanzando besos y pavoneandose delante de sus admiradoras, que odiaban profundamente a Claire, la novia de siempre de Goffrey. Dos horas después y 50 intentos de gol por parte de Slytherin acabaron con la paciencia de la capitana. Por señas llamó a la melena rubia platina que volaba vestida de rojo. Sabrina Davinson, su mejor amiga, se la acercó, mientras dejaba la quaffle en manos de David, el guapisimo medio-elfo.
-¡Que cansada estoy!- pronunció Sabrina a su amiga, nada más verla- Te pasa algo- afimó al ver su cara de cabreo
-Mírale,- dijo señalando a Goffrey- en vez buscar la snitch y que esto se acabé de una vez, está luchiendo su maravillosa dentadura...- le miró melancólica.- Lo tengo muy, muy claro, Sabri. Este es su último partido.
-Y el nuestro de esta temporada, te recuerdo que es el último partido del curso, nos jugamos la Copa.
-Y no la vamos a ganar..- respondió Claire con resignación.
-Eso no lo sabes
- Y Goffrey Patterson atrapa la snith!! Mala suerte, si la hubiera atrapado media hora antes quizá Griffindor hubiera sido el vencedor. ¡Slytherin GaNa!!-proclamó el comentarista
-Decidido. La carrera del señor Patterson se acabó aquí.- refunfuñó Claire.
-¡Has visto! ¡Has visto! ¡Que tirabuzón de doble cinta!- se pavoneaba delante de Claire, sin ver que su novia estaba a punto de estallar.
-Goffrey ¡estoy harta! ¿¡Cuantas infidelidades te he perdonado ya!?-le gritó medio llorando
-¿Yoooo!??
-POr favor si le tiraste los tejos a SABRINA, ¡A SABRINA! Y para colmo, ¿sabes lo que significa ser buscador?- Goffrey puso cara de no saber de que estaba hablando- ENCONTRAR LA SNITCH, MALDITA SEA. ¿Eso haces túU? NO.
-¿Qu...? ¿Que?-tartamudeo Goffrey. Su novia tenia razón.
-Cara dura. Se acabó...
-no...- pronunció él.
- Se acabó. Se acabó.Estas fuera del equipo
-¿CÓMO? ¿PORQUE? Haber...
-¡Hemos perdido por tu culpa!
-¿Por mi culpa? Yo he cogido la snich. No habiamos marcado los suficientes puntos.
-Goffrey, mientras tu enseñabas tu sonrisa Colgate, Sabrina, David y Allan han marcado muchísimos puntos. Por el amor de Dios, hemos ido ganando el partido todo el rato. Sólo por un gol, ¿Te das cuenta? Si hubieras cogido la snich antes del gol ahora estariamos bañandonos en cerveza de mantequilla.
-Haberlo parado.- contestó como si nada
-¡se acabó! ¡Fuera del equipo!
-¡No!
-La capitana soy yo, y ¡digo que FUERA!
Goffrey infló el pecho antes de irse, se dio la vuelta y añadió:
- Que conste que lo nuestro ha acabado.
Claire respiró profundamente. Sin querer pensó: LIBERACIÓN.
Claire se quitó los guantes de Guardián. Y así, vestida aún de Quidditch y con la escoba al hombro, se fue derecha al despacho de McGonagall. Llamó repetidamente.Y nada.
-¡Oh, por dios! hoy no estoy para esto..- dijo desesperada.
-La profesora esta reunida con Dumbledore- oyó detrás. Ella se volteó y vio al bajito profesor de Encantamientos.- Por cierto, hermosura, cualquier día te invito a una cerveza de Mantequilla.
Claire le miró horrorizada y sonriendo timidamente, se fue corriendo a la estatua que daba acceso al despacho del director. Cuando llegó, se quedó plantada delante de la gárgola.
-Y como se irá al despacho?- se preguntó, tanteando la estatua. Se subió a ella, buscando alguna trampilla y no vio nada. Al fin se bajó. Dejó la escoba en el suelo y posó sus manos en las caderas.
-Cerveza de mantequilla... uhhhhhh.-dijo con un escalofrío al recordar la insinuación del profesor. De pronto, la estauta comenzó a moverse dejando ver una escalera.Sorprendia Claire recogió su scoba y subio por ella. Vio una puerta al final y entro por ella. Dumbledore y Mc Gonagall estaban sentados en la mesa.
-¡ah señorita Debon! Pase. Lástima ese partido-propuso el director.
-Vengo ha hablar con usted, profesora... Goffrey esta fuera del equipo. Le he echado.
-Ya era hora!- exclamó la profesora.- ¡era malisimo!- se cayó al ver la cara de Claire, ya sabía a que había venido- Mira, Claire, querida, yo ahora estoy muy ocupada Cuando volvamos de vacaciones tendras que encontar buscador tú solita, yo no puedo ayudarte.
-¿Cómo lo haré?-preguntó la chica
-Patterson fuera, si era tu novio, ¿verdad?- interrumpió Dumbledore. Claire afirmó con la cabeza. - en ese caso,ahora deberás seguir a tu corazón.-Antes de que Claire pudiera decir algo, Dumbledore añadió.- y si nos disculpas querida, tenemos que hablar sobre la Copa de la Casa.
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Ya en verano, Claire esperaba en su casa a sus amigas. Sabrina, la guapisima rubia platino por la que todos los chicos suspiraban, Alice, la exótica chica de procedencia árabe dos años menor que ella y de Ravenclaw;y la intelectual pelirroja de Sophie, que compartía casa y edad con Alice. Claire buscaba en su baúl la foto que se había hecho todo su curso. Al fin la encontró. Con cuidado la colgó en el corcho de su habitación. Se la quedó mirando durante un rato. Vio que Bill Weasley, el prefecto de la casa, estaba solo en un lado de la foto. Claire estuvo mirando embobada aquella pose del chico. De pronto se abrió la puerta y por ella aparecieron sus amigas.
-¿Qué miras con tanto interés?-cuestionó Sophie escrutando la foto
- A David...- dejó escapar Sabrina en un suspiro
Claire arqueó una ceja. No estaba segura de si debía confesar.
-¿Os habeís fijado que guapo se ha puesto Bill?-dijo Claire, conteniendo casi la respiración
Sabrina salió de su ensoñación
-¿Bill? ¿Bill Weasley?-preguntó incrédula
-¿Quién?- añadió Alice- ¿Vuestro prefecto?
-Sí, mirarlo en la foto.- señaló Claire
-No, si es guapo sí.- comentó Sabrina
Las demás la dieron la razón. Claire se tumbó en su cama y miró el techo embobada.
-¿Porque se fija esta ahora en Bill? Es más bien un chico solitario.
-Mira como mira la pared... Uppss, Claire..., creo que... te has enamorado.
Sabrina no podía abrir más la boca. Alice se había sentado al lado de Claire mientras Sophie seguía mirando la foto.
-Sigue a tu corazón- susurró Clarie. Pasado el verano, Claire se dio cuenta de que realmente estaba muy enamorada de Bill Weasley. Y nunca se había dado cuenta. Volvió a Hogwarts, a su vida normal en el colegio. A las dos semanas de comenzar, Claire anunció que haría pruebas para encontrar a su nuevo jugador. A las pruebas se presentaron cuarto personas. Todo un record, vamos. Claire se enfureció al ver que Goffrey se había presentado, le echó de allí, y continuó probando a los otros tres. Maggie Clock realizó una estupenda exhibición, pero no logró mejorar el tiempo que Goffrey hizo cuando fue seleccionado. El hermano del Alan, el cazador, también se presentó, aunque no había heredado la facilidad para volar que tenía su hermano. La actuación del otro chico, Joseph, mejor amigo de Goffrey, tampoco fue estelar. Todas las papeletas estaban en manos de Maggie. Claire anunció que dos semanas diría quien había conseguido el puesto.
A la semana siguiente, Claire anotaba en un pergamino los pros y los contras de cada uno de los aspirantes. El día anterior había ido a la sala de trofeos con Sophie, quien la informó que ningún buscador tenía hijos de su edad en Hogwarts. Una vez más, y como iba siendo habitual en esos tiempos, Claire miró de reojo a Bill. De pronto recordó las palabras de Dumbledore:
-Sigue a tu corazón
¡Sabrina! ¿Y si él fuera la respuesta?-dijo de pronto sin dejar de mirar al chico pelirrojo
-¿La respuesta a qué?- preguntó ella extrañada, girando la cabeza para mirar a Bill.
-A lo del buscador. Cuando pregunté como debía buscar al nuevo jugador, Dumbledore me preguntó si había dejado a Goffrey, y entonces me recomendó que siguiera a mi corazón.
-¡Claro! Para encontrar nuevo novio
-No
ya sabes como es
creo que se refería al asunto del buscador.
-Pues, si tan segura estas, acércate y dile: Hola Bill, ¿Cómo te va? ¿Sabes jugar al Quidditch? ¿Serás mejor novio que Goffrey?-ironizó Sabrina
-Por intentarlo- culminó Claire
La chica se levantó y sin pensarlo, se vio sentada en la mesa de Bill. Algunos chicos, entre ellos David, la miraron extrañados. Él prefecto no se había dado cuenta de su presencia.
-¿Bill?- el chico alzó la cabeza y se sorprendió al ver a Claire- Tengo que hablar contigo.
-Tú dirás- dijo entrecortadamente
-Verás
como sabrás estoy buscando
-Un buscador, sí, lo sé. Yo no soy tu hombre- acabó Bill dando el tema por zanjado
-¿No? Bueno, esperaba que, como eres prefecto y se supone que nos conoces a todos bastante bien, me pudieras decir quien valdría para el puesto.
-Estoy sentado solo Claire. ¿Qué te ha hecho pensar que yo conozco a todo el mundo?
-¿De verdad no me puedes ayudar?- preguntó Claire una vez más, pensando en decirle todo lo que sentía por el para que el chico por lo menos se sintiera especial
-
mi hermano es buen buscador. A veces juega con mis otros hermanos y él siempre se coloca en esa posición. Es un simple aficionado. ¿Te sirve?
Claire pensó Lo sabía. Sabía que conocía a alguien Claire le pidió referencias sobre su hermano y citó a Charlie Weasley para una prueba.
-Le vas a coger- afirmó Alice el día de la prueba, una hora antes, cuando las chicas se habían reunido en el lago.
-¿Cómo estas tan segura? Todo depende de cómo lo haga.-se defendió Claire
-Es el hermano del chico que te gusta, ¡te va a dar igual como lo haga! Lo vas a coger por el simple hecho de que es el hermano de Bill.
Claire se levantó.
-No puedo ser objetiva, ¿eso pensáis?... Esta bien. Hacedle la prueba vosotras. Los criterios son que mejore el tiempo de Goffrey y que, por supuesto, vuele como Dios manda. Anotad aquí todo lo que veáis.-añadió tendiendo un cuaderno a Sophie- si preguntan por mí, estoy en la enfermería.
Y se fue. Dos horas después, se reunió con ellas en el Hall.
-Ha sido impresionante. Ha mejorado en un segundo el tiempo de tu ex. ¡Y vuela genial!
-¿Le cojo?
-Claro.
Al final de esa semana, Claire bajó de su habitación con un anuncio bajo el brazo. La sala común estaba bastante vacía, y en una mesa encontró a Bill. Claire le dio la primicia:
-He elegido a tu hermano. - le sonrió al chico.
-Estupendo- contestó él feliz.
-Te debo una. Charlie es un magnifico jugador.
Claire fue al tablón y colgó el anuncio, mientras luchaba por que sus piernas no la fallaran, pues estaba como un flan.
La noticia del nuevo fichaje creó polémica. A la mayoría de los Griffindor, incluida la profesora McGonagall, estaba de acuerdo con esta elección, pero Goffrey y sus secuaces no hacían más que molestar al pobre Charlie. Claire estaba segura de que el día del partido se darían con un canto en los dientes.
Y por fin llegó el tan ansiado partido. El primero de la temporada. Ravenclaw contra Griffindor. Sophie y Alice jugaban de golpeadoras, y aunque se llevaban magníficamente y eran las mejores amigas fuera, dentro del estadio de Quidditch eran las más competitivas. Claire estaba nerviosa. Presentía que Charlie lo iba a hacer bien, aunque sería, como había dicho Sophie, porque era el hermano del chico que le gustaba. Hoy probaría sus sospechas. Tenía la gran corazonada de todo iba a salir bien. Y comenzó el partido. Sabrina marcó cuatro tantos y justo después Charlie cogió la snich. Impresionante. Claire pudo comprobar que sus amigas no la mintieron, Charlie volaba realmente bien, a parte de ser un estupendo buscador. Después del partido, todo Griffindor fue a celebrar el trinfo a la sala común. Era primer partido del colegio que Bill veía.
El chico observaba como Claire le daba palmaditas a Charlie en la espalda. ¿Hacía cuanto que le gustaba? Por mucho que quisiera no podía recordarlo. Aunque nunca se había atrevido a decirla nada al respecto. Otros muchos chicos del colegio andaban detrás de ella. Claire ella una chica guapísima y no pasaba desapercibida. Muchos apoyaban al equipo de Griffindor solo porque estaba ella. Incluso sabía de buena tinta que David, el chico por el que todas suspiraban, también iba detrás de ella. Hacia mucho que Bill se había resignado a estar en un segundo plano
estar con ella era prácticamente
imposible. Y hablando de David, ahora mismo, el medio-elfo hablaba con Claire animada. Bill se marchó, ya había visto suficiente.
Él siempre había sido un poco solitario. Estaba un poco disgustado, por tener tantos hermanos, sus padres apenas tenían tiempo para él. Por lo que no pensaba preocuparles con sus triviales asuntos. Los demás nunca le aceptaron, ya que como apenas tenía dinero no podía comprar lo que estaba de moda, además de que Bill no era muy hablador. Era esa soledad la que le llevó a refugiarse en los estudios. Siempre respondía bien a las preguntas del profesor y sacaba las mejores notas. Por eso le hicieron prefecto. Pero, lejos de alegrarse, esto hizo que sus compañeros le rechazaran mucho más y Bill se sintió fatal por este rechazo. En un intento de llamar su atención, los fines de semana, él se despojaba de su uniforme y se vestía totalmente rockero, pero ni su pendiente de colmillo de dragón llamaba la atención. Aún así, él se sentía cómodo vistiendo así y además ya se había acostumbrado a estar solo. Las chicas no se solían fijar en él. Sentado en una esquina de la sala común, siempre enfrascado es sus libros, nunca hablando con nadie. No tenía amigos. Solo de vez en cuando cruzaba alguna palabra con algún Griffindor ó daba señales a algún novato. Estos eran, quizá, los únicos que le tenían un poco de respeto. Tenía la presión de ser un magnifico ejemplo para sus hermanos pequeños, quienes le consideraban un autentico Dios.
Claire. Sólo podría esperar un milagro.
_:_:_:_:_:_ Un mes después_:_:_:_:_:_:
-Y con motivo del cumpleaños de nuestro director, Dumbledore, realizaremos una fiesta en el Gran Comedor.
-¿Una fiesta?-se oyó que alguien decía en el aula entusiasmado
-¿Y habrá cerveza de mantequilla?
-¿Y música?
El murmullo fue subiendo.
-Chicos, chicos- regañó la profesora McGonagall a la clase- La fiesta será un baile.
Con esta aclaración no logró que los chicos se callarán, sino que todos se pusieron ha hablar a la vez y poco se pudo entender.
-¿¡Un baile!?
-Pero, ¡Habrá que ir con pareja!
-Oye, Pepito
¿quieres ir conmigo?
-¡Ya vale! ¡Chicos, ya vale!-al segundo intento ya todos se callaron. - Haber, sí, va a haber música, ¡Y por supuesto habrá que ir con pareja!- el murmullo comenzó otra vez. -¡Dejad las hormonas aparcadas mientras dure la clase!
La noticia del cumpleaños de Dumbledore causó conmoción. La gente asaltaba a la gente en mitad del pasillo para pedirla salir. Y eso que los demás no tenían ni idea del calvario de Claire. Por el pasillo los chicos abordaban a Sabrina con alguna absurda excusa. Y si eran rechazados, que pasaba siempre, se lo pedían a Claire. Hacía unos cuantos años que las dos chicas habían preparado un manual con excusas para no salir con alguien. Más de cincuenta excusas diferentes y se le empezaban a acabar. No es por ti, es por mi, Es que no creo que vaya a bajar al baile, Mi religión me prohíbe celebrar un cumpleaños mágico e incluso Dumbledore me cae como el culo así que me niego a ir a ese absurdo baile. Por descontado, los chicos cogían la indirecta a la primera y no volvían a molestarlas. Pero, una loca mañana ocurrió lo impensable:
-Bueno, ¿veis esta hoja?- dijo la profesora de Runas Antiguas repartiendo una horrible ficha llena de runas- Debéis traducírmela para mañana
Claire salió despavorida de la clase y se topó con Sabrina.
-¡Mira! ¡Toda esta hoja! ¡Para traducir! ¡Mañana!
-No haberte cogido Runas Antiguas
-Pufff
es que me gusta mucho. Tendré que apechugar. No queda otra. ¿Subimos a la sala para que haga esto
?
-Claro. Yo te haré la estrategia para el próximo partido de Quidditch.
-¡Oh, te adoro!
Ambas muchachas subieron a la sala de Griffindor. Nada más pasar el retrato, David las abordó:
-Claire, ¿vas a ir a la fiesta de Dumbledore?
-Claro- respondió ella sin más pasando junto con Sabrina toda la sala, hasta llegar a la única con vistas a la mesa de Bill. David las siguió.
-¿Y quieres venir conmigo?-preguntó el chico, provocando que Sabrina abriera la boca y mirara incrédula a su amiga.
-Verás
es que
- titubeo Claire. Quizá un año antes se habría tirado al cuello de David, pero con quien ella quería ir era con cierto pelirrojo. Esta tardanza en contestar y el hecho de que Claire evitara mirar a David a los ojos, hacía presagiar a Sabrina que algo no iba a salir bien-
ya tengo pareja.
Sabrina arqueó las cejas violentamente. David la miró como si nada y miró a Sabrina:
-¿Y tu?- preguntó con una gran sonrisa
-¡No soy tu segundo plato! ¡Largo!- le gritó Sabrina al muchacho.
David, muy sorprendido se fue mientras las seguía mirando de reojo. Las dos amigas se sentaron.
-¿Estás loca o qué? ¿Por qué le has soltado a DAVID la excusa número 49?
-¿Loca yo? ¿Y tú qué? Le has chillado ¡que no eres su segundo plato!
-¿Lo has olvidado?, el otro día le dije que no a Matt, y cuando se volvió y te lo preguntó a ti también le canté las 40
no me gusta que hagan eso
¡no somos un cromo de Quidditch que puedan ir cambiando a su gusto! ¡Somos personas!
-Totalmente de acuerdo. - razonó ella, aliviada porque su amiga se hubiera dado cuenta de lo que ella pasaba a diario.
-¿Pero le has dicho que no a DAVID? Y encima le has mentido ¿Por qué?
-Sabri, yo no quiero ir con David al baile
yo quiero ir con
-Sí, ya se con quien
no esta bien que digas su nombre tan alegremente. Tenemos que plantearnos ponerle un sobrenombre porque si no, algún día la gente se va a dar cuenta ¡y todo se estropeara!
-Vale, vale. Pues
umm
-dijo ella moviendo la cabeza en busca de inspiración- quiero ir al baile con ¿el lobo solitario?
-Demasiado obvio
verás, Claire, ¿el-que-cautiva-tu-corazón? no tiene ni idea de lo que sientes por él. Así que no te va a pedir una cita.
-Sabri, yo le pediré que vaya conmigo al baile
-¿Te vas a arriesgar?- Claire asintió con determinación- ¿entonces, el-que-cautiva-tu-corazón?
-Buen sobrenombre!
Claire respiró hondo y se levantó. Puso rumbo a la mesa de Bill y se sentó. Temblaba como un flan. El chico levantó la cabeza y el corazón de Claire dio un vuelco
-¡Hola! Ya es la segunda vez que te sientas aquí. ¿Qué te trae esta vez?
-En
u...a
ema...a
a
-¿Qué?-preguntó Bill, que apenas entendió nada.
-Digo que en una semana es el cumpleaños de de Dumbledore
-logró pronunciar claramente. Claire se sorprendió a si misma, lo había dicho de un tirón, pero el chico la interrumpió.
-¡Ah! Sí, menudo bodrio. Una excusa más para crear tensiones entre nosotros y dejarnos
en fin
solos.- el chico miró los ojos azul cielo de Claire y se estremeció por dentro. Sintió una punzada en el corazón - ¿con quién vas a ir tú? He visto que David ha estado hablando contigo. ¿Vas a ir con él?
En ese momento, Bill bajó la cabeza para que la chica no viera sus ojos plagados de lágrimas.
-Le he dicho que no- la imagen de la palabra esperanza inundó la cabeza de Bill, que comenzó a secarse las lágrimas disimuladamente.- Es que no quiero ir, mira he pensado que podríamos ir tú y yo. ¿Te parece?
El chico miró a Claire que tenía una cara rara.
-Sería todo un placer.
Claire se alegró, tanto que deseó saltar de alegría por toda la sala común y, haciendo como si nada, concertó una cita con Bill.
ESTE ES EL DÍA MÁS FELIZ DE MI VIDA.
Después de dos días, Alice, Sophie y Sabrina estaban en Hosmeade comprándole algo a Claire, que se había quedado tirada en la cama boca arriba totalmente pasmada. Sus amigas le buscaban un vestido. Y se habían decidido por uno negro con vuelo.
Claire se levantó, decidió estirar un poco las piernas por el castillo. Salió al jardín y se encontró con Goffrey que estaba recogiendo hojas de los árboles, como castigo. El chico la fulminó con la mirada y la siguió.
-No, déjame.
-No quiero. Tenemos que hablar. Vas a venir al baile conmigo
-¿Voy? ¿Eso es una orden?
-Sí
-Que cara tienes. No soy tu monigote, antes era muy tonta y hacía todo lo que buscabas
y no se porque, ni siquiera te quería.
-¡Claro que no! Ja, ¡tú siempre serás mía! ¡Y de nadie más!
-Se acabó- Claire sacó la varita y apuntó al chico a la cara
-¡Señorita Debon! ¡Paré! - oyó que decía la profesora Sprout- ¿¡No le da vergüenza!? Queda castigada, no irá a la fiesta del director.
-¡NO!... ¡No por favor! - imploró la muchacha, mientras Goffrey se partía de risa
-Usted, quiero esas hojas antes de que anochezca! - ordenó a Goffrey, quien dejo de reírse.
-Profesora, tiene que dejarme ir
-suplicó Claire siguiendo a la profesora a través del jardín- ¡por favor!..es la única manera de que
-Señorita Debon, la idea de celebrar así la fiesta del director es estupenda, pero el día después tenemos un examen de Botánica y no me gustaría que lo suspendierais
ninguno
-Es muy importante ir para mi
-No lo dudo, pero creo que es más importante tú carrera, ¿no?
-Profesora
La señora Sprout se marchó. Claire se quedó pasmada en mitad del pasillo, con las lágrimas recorriéndole las mejillas. No iba a desperdiciar la ÚNICA oportunidad que tenía de intentar algo con Bill. Salió corriendo detrás de la profesora y le propuso:
-¿¡Que puedo hacer para que me deje ir!? Haré lo que sea, lo que sea.
-Por las barbas de Merlín, Claire es solo un baile
-Para mi no lo es profesora
es mucho más
la única manera de que
-Claire paró, no iba a contarle eso a una profesora- bueno
de que
-Ya. ¿Qué serías capaz de hacer?
-Lo que usted quiera. Lo daría todo por él.
-Si que tienes ganas, sí.- comentó la profesora, creyendo que ese él se refería al baile- ¿Me trasplantarías las mandrágoras?
-Eso está hecho.
-Mañana por la tarde pues.
Al día siguiente, allí estaba Claire, trasplantado unas 20 mandrágoras, con el riego de morir, perdiéndose un valioso entrenamiento de Quidditch. Aquello no le importaba. No le importaba estar llena de tierra y con las manos doloridas. Todo eso lo hacía por tener una oportunidad con él.
-¿Y con quién vas al baile Claire?-le preguntó David, después, ya en la sala común.
-Con Bill. - contestó ella alegremente
-¿Bill?... ¿Bill Straveski, de Ravenclaw?
-No, con Bill Weasley
-¡Venga!... me tomas el pelo- contestó él. Pero Claire le miraba raro, así se creyó que, efectivamente, Claire iba a ir con ese fracasado.
Ese mismo día, Sabrina y Alan (el otro cazador de Griffindor) concertaron una cita. Por su parte, Sophie fue invitada por Derek, un chico de Ravenclaw y Alice se llevó la palma, bueno, al elfo, ya que David la invitó, ante la gran sorpresa de todos.
-Eres de lo peor- oyó que decía Alice.
-¿Cómo dices?-la respondió Claire
-Eres de lo peor porque vas con lo peor de todo Hogwarts
-¿¡De qué vas!? ¿Alice, estás bien?
-Perfectamente y mejor que ninguno de estos porque soy la única de decirte las cosas a la cara. Weasley no vale nada.
-Una persona que dice eso si que no vale nada, debería darte vergüenza. ¿Qué te ha pasado? Tú antes no eras así. Desde que David te lo ha pedido parece que eres de otro planeta. Te recuerdo que yo también fui invitada por él.
-¡Caya! ¡EL me eligió a mí! ¡Anda y aguantate con el Weasley! pero si se te pega algo... conmigo no vuelvas a hablar
-No te preocupes, no creo que lo haga.
Poco después Claire se reunió con Sabrina y Sophie. Esta última tenía que aguantar a Alice en todas las clases, en la sala común, en el dormitorio... Sophie era la mejor amiga de Alice, y la conocía mejor que nadie:
-Se le ha subido- reconoció- Me duele verla así, yo sé que no es ella. Claire, no te preocupes, ella no piensa así de Bill, en realidad habla por David. En cuanto el elfo la deje tirada nuestra Alice volverá a ser como siempre.
-¿Podrás perdonarla? -preguntó Sabrina a Claire
-Yo ya la he perdonado. Me duele que hable así de el-que-cautiva-mi-corazón, claro, pero... ¿Y si tiene razón?
-No digas chorradas. ¡Tú le quieres!
-No sé... no sé.... me pongo a pensarlo, y me digo ¿Porqué le quieres? No encuentro ni una sola razón
-Es totalmente irracional. Si fuera minimamente razonal, no se llamaría amor, sino lógica.
-Por favor, Claire ¡yo no hubiera trasplantado mandragoras por nadie!-añadió Sophie
-...- suspiró Claire- Teneís razón.
-En fin, mientras esperamos a que Alice vuelva, tendremos que empezar a preparar el Gran Baile.
Claire bajó las escaleras. Con el vestido que sus amigas la habían regalado. Y miró al frente. Al fondo de la sala estaba Bill, vestido de esmoquin y con su pelo recogido en una coleta. Las piernas de Claire empezaron a temblar. Ella entera se empezaba a morir de nervios. En el otro lado de la sala común, Sabrina, con vestido rojo, largo y con una raja en la parte izquierda, saludaba a Alan, que llevaba un traje azul marino.
Desde su posición no podía observar más que a ella. A un recatado escote palabra de honor. A sus brazos al descubierto, su cintura marcada, su falda de vuelo. Todo, toda ella. Perfecta, y se dirigía hacia él. Aquella noche prometía ser única inolvidable, mi noche, su noche, la de ellos. La noche de Claire y Bill.
Al salir de la sala, ambos estaban rojos como tomates. Por el camino se encontraron con la casa Ravenclaw. Alice lucía de verde, un vestido cosido en tela que simulaba la seda, moño y una gran sonrisa. David, de esmoquin, como casi todos los chicos del castillo. Pero, en opinión de Claire, Bill lucía mucho mejor el esmoquin que David. Suspiró. Estaba contenta de que al fin hubiera podido ir juntos. Con ningún otro iba a estar mejor.
El salón estaba lleno, y la música ya había tiempo que sonaba. Aún así, muy poca gente bailaba. Dumbledore y McGonagall no se despegaban desde hacía tres canciones. Unos chicos de Hufflepuff se besaban en mitad del abarrotado salón, unos cuantos de Slytherin bailaban haciendo como que sabían hacerlo y unos pobres de primero discutían con Hagrid, que no les dejaba beber Cerveza de Mantequilla. El resto de la gente se juntaba en corrillos y hablaba. Y nadie, excepto Dumbledore y McGonagall, bailaba. Con este panorama muy poco se podía hacer, ó eso pensaba Claire. En un principio, formaron un corrillo, que formaban Sabrina, Sophie, Alan, Bill, David y Claire. Derek se había fugado, palabras textuales de la pobre Sophie, que se encontraba más bien solitaria. Estuvieron hablando del horror tan horroroso que era estudiar, discutieron sobre si un fantasma podría volverse corpóreo, pusieron verde al profesor Snape (sobre todo por su manera tan disimulada de dejar caer su grasa del pelo en algunas de las pociones con desastroso resultado
), se quejaron de la estupidez de celebrar un baile si nadie bailaba y acto seguido, cada uno se fue con su pareja a bailar, a intentar animar la fiesta. Todos menos Sophie, que veía los toros desde la barrera. Derek estaba en una esquina, pálido y con mala cara. La chica fue a ayudarle, y descubrió que aquella noche había tomado no-se-qué poción para resultar más atractivo y encima que no había funcionado, le había sentado mal.
-Esta va a ser una noche, muuuuy larga- suspiró Sophie, sentando a Derek en una silla.
Esta era su oportunidad, no creía que hubiera más. Rodeo a Bill con sus brazos, mientras él rodeaba con los suyos la cintura de la chica. Ella apoyó su cabeza en el hombro de Bill, a fin de que el chico no se diera cuenta de lo roja que se había vuelto su cara. Y sin atreverse a hacer nada más, así estuvo toda la canción. Cada vez que le olía
una oleada de amor la invadía. Reaccionó. No había llegado hasta aquí para ahora quedarse pasmada. Dejó de apoyarse en el hombro del chico y miró a Bill a los ojos. Acercó cautelosa su cara. Paró a una distancia de seguridad (4 dedos) y no dejó de mirar sus preciosos ojos. Vio que el chico reaccionaba y empezaba a acercarse a ella. Claire también se acercó
-A mí no me convence, que comentarios más triviales, ¿verdad?
-La verdad que sí, no le pone emoción
Sabrina y Alan ponían verde al comentarista de los partidos de Quidditch mientras bailaban.
-No he venido aquí para bailar contigo-
Alice miraba horrorizada a David.
-M
me
me pediste que viniera contigo ¡eso significa algo!
-Por lo visto no- discutió David- Claire invita al pasmado de Bill, Alan a Sabrina
¡no creo que ninguna de esas dos parejas busque un rollo esta noche!
-No
-pensó Alice sabiendo lo que sentía su amiga hacia Bill- ¿Tú que sabes? Hacen buena pareja
-Creo que Alan pega más con Derek-dejó caer
-¿Cómo?-preguntó ella
-Me largo
eres
estúpida.
-¿Qué? ¿Por qué?
-¿No pillas las cosas a la primera?
Estaba claro que no, ¿Por qué la habría invitado David al baile? ¿Y que era eso de que Alan pega con Derek?¡¿Qué habría querido decir!?- se cuestionaba Alice levantando una ceja mientras observaba los movimientos de su pareja.
Vio que el chico reaccionaba y empezaba a acercarse a ella. Claire también se acercó
-¡Cambio de pareja!
Alguien la tiró hacia atrás. De pronto se vio totalmente separada de Bill. Tardó un poco en reaccionar
¡lo había perdido! ¿Quién había sido? ¡Lo mataría! Miró a su derecha y vio a David sonriendo, satisfecho. Claire le miró con odio. Él avanzó y agarró a Claire por la cintura. Intentando apartarle, la chica buscó a su amado con la mirada. No le encontró
¿¡donde se había metido!? David comenzó a moverse. ¿Desde cuando tenía tanta fuerza? Él la obligaba a bailar. Mientras, ella movía la cabeza, desesperada por encontrar a Bill. Por más que hacía no lograba verle. Creyó ver una melena roja a su izquierda. Se desilusionó al descubrir que se trataba de Charlie. Volvió a girar otra vez la cabeza, ansiosa y se topó con la cara de David ¿¡de donde había salido
!? No tuvo tiempo de reaccionar, David la besaba. Rápidamente, Claire empujó al muchacho. ¿¡Y Bill!? ¿¡Donde estaba!? Y entonces le encontró. Horrorizado, mirándola con dolor desde el otro lado del salón. Una sala abarrotada les separaba, llena de gente, que bailaba, reía, parloteaba, cantaba, chillaba a Hagrid. El sonido pasó un segundo plano. Y todo el bullicio dejó de oírse. Por un momento todo se paró. Menos ellos. Él era todo lo que ella quería sentir. Vio que la sonreía, y que con la mano le decía que se marchaba.
-¡No
!- susurró ella.
Una gran cabezota negra interfirió en su visión. De pronto todo volvió a ser como antes. Unos silbaban a los profesores, que parecía que estaban muy inmersos el uno en otro; Derek volvió a inclinarse con ganas de vomitar, mientras Sophie le ayudaba en todo lo que podía; Sabrina miraba a Alan con cara de sorpresa y le decía que ella le apoyaría en todo lo que quiera; David intentaba agarrar a Claire de la espalda, pero no podía ya que Alice le había pegado una patada
ahí, los de primero intentaban hipnotizar al pobre de Hagrid, los de Hufflepuff iban ya por su quinto lengüetazo, David se retorcía de dolor en el suelo, la música estridente volvía a llenar sus oídos y las carcajadas de los chicos de Ravenclaw sonaban alejadas. Y todos volvían a bailar. La gran cabeza se apartó para que Claire viera como Bill salía del salón. La muchacha cayó al suelo. Estaba todo perdido. Él ahora la vería como una ¿amiga?... ni siquiera como eso. Claire comenzó a llorar.
-No merece la pena que ensucie ese vestido tan bonito.
Claire alzó la cabeza, la profesora Sprout la miraba con su cara rechoncha.
-Levántese-añadió
La chica lo hizo.
-¿Qué hace usted aquí?-preguntó Claire
-Aburrirme, supongo. No tengo otros profesores con los que hablar- sonrió mientras miraba a Dumbledore y McGonagall, que estaban muy a lo suyo
- ¿estabas llorando?
-No señora- respondió Claire como un resorte.
-¡Ah! ¡Ya decía yo! Una chica tan fuerte como tú nunca llora. Me impresionó mucho que trasplantaras tu sola tantas mandrágoras en tan poco tiempo. Sé ve que luchas por lo que quieres
-
no estaría yo tan segura
- susurró Claire
-Haz que este segura.
La profesora la había oído. Y la sonreía. ¡Maldita sea! ¡Todavía no estaba perdido! Se encaminó hacía el hall de la escuela, atravesando el salón abarrotado a base de codazos a todo el mundo. Tardó varios minutos en hacer esto. Se paró en la puerta del Gran Comedor. Ya no alcanzaría a Bill andando.
-¿Tantos años jugando al Quidditch habrán servido?
Puso a prueba su velocidad. Se quitó los zapatos y se agachó para recoger la falda de su vestido. Y echó a correr. Sus pies sentían el frío mármol y alguna que otra sustancia pegajosa. Y corrió y corrió, haciendo caso omiso a varios cuadros que la decían que estaba loca, que eso las mujeres no deberían hacerlo; mientras que otros que la alentaban a seguir. Las palabras de estos últimos y la recomendación de la profesora resonaban en su cabeza. Al fin llegó a la sala común. Jadeando dijo la contraseña y la Señora Gorda la dejó pasar.
-¡Bill!- chilló la chica, subiendo sin ningún reparo por la escalera del dormitorio de los chicos.- ¡Bill!
Terminó de subir y vio que él estaba parado enfrente de la puerta de su dormitorio, que estaba abierta. Justo a tiempo. La había oído y la esperaba sorpendido. Claire se acercó a él con la respiración entrecortada de tanto correr.
-¿Vienes corriendo?- preguntó sorprendido al ver como ella respiraba y sobre todo al ver que volvía a colocarse los zapatos- ¿Por qué?
-Es que se me ha olvidado decirte una cosa muy importante.
Sin pensarlo, sin recapacitarlo, ni nada de nada; Claire besó a Bill en los labios.
-¡Bill!- chilló la chica, subiendo sin ningún reparo por la escalera del dormitorio de los chicos.- ¡Bill!
Terminó de subir y vio que él estaba parado enfrente de la puerta de su dormitorio. La esperaba. Claire se acercó a él con la respiración entrecortada de tanto correr.
-¿Vienes corriendo?- preguntó sorprendido al ver como ella respiraba y sobre todo al ver que volvía a colocarse los zapatos- ¿Por qué?
-Es que se me ha olvidado decirte una cosa muy importante.
Sin pensarlo, sin recapacitarlo, ni nada de nada; Claire besó a su Bill en los labios.
¿Y quien les pudo separar? Nadie. A pesar de las críticas y cuchicheos, la alianza entre David y Geoffrey. Ellos se querían, sabían lo que había entre ellos y eso bastó para que vivieran juntos y queriéndose cada día como al principio, igual que aquel Baile.
-No tendrías que haber ido con David al baile y lo sabes- decía Sophie a Alice en la sala común de Ravenclaw
-¿Cómo decirle que no di me dijo que
que
?- balbuceó Alice
-¿Qué te dijo qué?
-Que
que me quería.
-Ese a la única cosa en el mundo que quiere es a su gomina.
-¿Soy tan poca cosa? ¿Me dejo llevar tan fácilmente que he sido capaz de salir con ESA COSA?
-Pero, lo más importante es que ahora lo sabes y ya no volverás a caer tan fácilmente.- Sophie en ese mismo momento se arrepintió de haber dicho eso, después que lo que le había contado Sabrina.
-Les tengo miedo Sophie.
-¿A qué?
-A los hombres, a que me vuelvan a hacer daño de esta manera
-Dios santo, ¡que te ha hecho ese estúpido!
Poco después, Sophie relataba a Claire y Sabrina lo que Alice la había confesado:
-¡Pues estamos buenos!- comentó la rubia
(_(_(_(_(__(_ Flash Back )_)_)_)_)_)_)
-Es Alice. Yo creo que siento algo especial por ella.- Confesaba Allan a Sabrina mientras bailaban
-¿¡En serio!? Increíble
. Ja
que felicidad. Haber si devuelves a su sitio, que desde que esta con David esta fatal la pobre
-Espero que esto no de más vueltas
-Yo te apoyo y te ayudaré en todo lo que pueda. Palabra
(_(_(_(_(_(_(_ Fin del Flash Back _)_)_)_)_)
-Esto no puede quedar así- sentenció Claire
-¿Qué tienes en mente?
Querido Señor Goen:
Su Belleza me cautiva. Quizá observó que el señor director y yo tuvimos un affaire en el baile. Era solo por llamar su atención, querido David. Se lo pido, reúnase conmigo en la sala común de Griffindor a las 6 de la tarde. Estará solitaria, se lo aseguro.
Saludos:
Minerva McGonagall
P.D: No se traiga mucha ropa.
Pero hay algo que no entiendo Claire, ¿Por qué va David ha aceptar la propuesta de la profesora Esta muy claro, el colmo de un guaperas es sentirse deseado por alguien que considera superior, la profesora Decían las chicas mientras invitaban a todo el colegio, al que habían reunido en el comedor, a ir a la sala de Griffindor. Todos, contrariados, incluidos los Slytherin les siguieron. Cuando se acercaban a su destino, la profesora Mcgonagall le paró y les regañó.
-Espérese profesora. Venga y verá lo que vamos a hacer.
Una vez que llegaron, colocaron a todo el colegio enfrente de la entrada a la sala común.
-¿Profesora, me hace un favor?
-Espero una explicación
-Sí, ahora la tendrá. ¿Quiere decir David cariño sal un momentito?
La profesora miró contrariada a Claire y pronunció:
-David cariño sal un momentito
-Ahora mismo voy- contestó el chico con voz cantarina desde dentro de la sala.
De pronto el hueco se abrió y David apareció completamente desnudo provocando un estallido de risa por parte de todos y cada uno de los presentes.
-DAVID! ¡DEGENERADO! ¡VENGA A MI DESPACHO!
El chico bajó la cabeza y se apresuró a seguirla.
-PERO VISTASE ANTES
-Si fue usted la que me dijo que me pusiera así- balbuceó el muchacho provocando más risa entre los presentes.
Claire sonreía satisfecha, al igual que Sophie y Sabrina. Alice por su parte también se rió. Pero aún no se había curado.
La pobre chica ya no sabía que hacer. Veía con envidia como Claire y Bill se besaban en el jardín de Hogwarts ó como Sophie pisaba fuerte por el pasillo e incluso le apenaba ver como Sabrina y Charlie hablaban sobre los partidos de Quidditch. Sabiendo que todo eso ella no lo podría hacer, ya que, después de David, ella no se sentina bien, ni querida ni realizada, ni persona. Y no era capaz de ver lo que Alan hacía por ella y no reaccionaba. No se podía imaginar que alguien la pudiera amar.
Y así, pasaron los años. Hasta que llegó ese día. El día en el que todo cambió.
Test de vocación profesional:
Enhorabuena. Su estudio en el área de Runas Antiguas ha sido fantástico. Le proponemos un nuevo reto: pinturas rupestres y su influencia mágica. Un estudio magnifico que solo podrá hacer en España. Todos los gastos pagados.
Pocos consiguen pertenecer a la elite de nuestro banco. Usted ha sido seleccionado. Al culminar el presente curso, viajará a Egipto donde podrá trabajar con nosotros. Impacientemente le esperamos.
-¡Wau! ¡Bill! Me mandan a España, al solecito, a estudiar las pinturas de la prehistoria (y que mi profesor de historia me perdone)
-Eso no supera las pirámides de Egipto, Gringotts
-Que
-pronunció Claire despacio
-Por Merlín, eso significa que
Claire- dijo el chico abrazando a su novia- yo no podría
Se separaron para agarrarse de la mano y quedarse llorando delante del fuego.
-Yo quiero cuidar dragones- chillaba Charlie
-¡Venga!- decía Sabrina a su buen amigo Charlie
-Te lo digo en serio. A mi esos bichos me gustan- afirmaba el muchacho
-Estas loco.- culminó ella mirando al chico a la cara y acercándose lentamente para terminar dándose un beso.
por todas sus calificaciones la invitamos a ser la ayudante de Mafalda Hopkirk en el Departamento contra el uso indebido de la magia. Atte: El ministerio de Magia
Realizada había triunfado. ¡Si señor Sophie así se hace!
Un beso rozó sus labios, no estando preparada para ello.
-No, no puedo- titubeó
-¿Es por mí?
-No, no
yo es que no
No puedo Alan. Lo siento.
Ya claro. De poco le había servido la carta del ministerio con una recomendación para ser Auror. Que subidon cuando la recibió, la seguridad le invadió y decidió tomar la iniciativa con Alice. ¿Y ahora? ¿Qué sería de ella después de Hogwarts?
Bienvenida a Honeydukes!!! En nuestra plantilla recuperaras las ganas de estar, despachando en nuestra divertida tienda. Pasarás tus mejores ratos rodeado de chucherías!
Hoy es nuestro último día. Juntos.
-Una vez al año nos tenemos que ver. Vienes tu a Egipto un año, al siguente voy yo a España.
Y cuando me dices eso, sé que no nos vamos a volver a ver. Un dolor inmenso me mata por dentro. Pero eso tú no lo puedes saber. Mejor será que me recuerdes feliz, enamorada de tí. Eres lo mejor que me ha pasado nunca. Te quiero. Y siempre lo haré. Y espero que tu nunca me olvides. Como yo no haré contigo. Bésame una vez más. Lo vuelvo a sentir. Como aquella vez en el baile. Que fue única. Te abrazo. Te aprisiono contra mí. No te vayas. No me dejes. Detengamos el tiempo por siempre aquí para sí no tener que separarnos.
-Huyamos ahora, agarrame de la mano y vamos a desaparecer, nosotros podemos ¡somos magos!
Me sonries y me dices que estoy loca. Me juras que nos volveremos a ver. Que tenemos responsabilidades con la gente con la que ahora trabajamos. ¡No te quiero dejar! ¿No lo entiendes? Sabrina llora también abrazada a Charlie. Lo suyo fue un lio, quizá un error, una confusión de sentimientos. Pero tú y yo, enamorados desde que tengo memoria, desde el primer momento en que nos vimos, tú sentado enfrente de mi en la mesa de Griffindor pidiendome el zumo de calabaza. Tan pequeño, tan mono, no te pareces en nada ahora. Pero sigues siendo mi pequeño amor.
-Para que siempre este contigo, te doy esto
Coges medio llorando el pendiente de dragón que te doy.
Y suena el pitido. Te tienes que ir. Te abrazo una vez más.
-Despierta Claire, esto es solo una pesadilla.-me digo fuertemetne
Tiran de ti y te metes en el tren. Te veo partir. Y la pena me vence. Me caigo al suelo llorando sin parar y sin consuelo. Charlie me toca la espalda y me dice que no me preocupe. El amor todo lo puede. La distancia, el olvido, el tiempo.
Y aquí y ahora, después de tanto tiempo vuelvo a saber de tí. ¡Y de que manera! Te casas. Con una francesa sin madurar. Y veo que te acuerdas de mi porque me has invitado. ¿No sabes si me duele? ¿O si me molesta? No querido, no te preocupes todo aquello ya pasó. Tanto tiempo y tanta distancia han hecho mella en mi, curando la gran herida que había en mí. Ahora mi compañero de trabajo, Erik, y yo somos felices. No se parece en nada a ti. Y, desde luego, Fleur tampoco nada a mi. Pero la gente cambia. Que Nos volveríamos a ver. Yo sabía que no. Ni una sola vez más que aquella despedida en la estación. Y creo que es mejor así. Ahora que estamos comprometidos, con una vida hecha cada uno por nuestro lado, mejor no vernos por lo que pueda pasar. Veo al lado de la invitación una foto tuya en el periódico con tu familia. Y tienes el pendiente. Que mayores estan los niños: Ron, Ginny, Fred, George, Percy. Charlie ha cumplido su sueño y ha cambiado mucho. ¡Si lo viera Sabrina! Y ahora veo a Harry Potter como triunfa en Quidditch y me acuerdo de él. Del empujón que nos dió.
Oportunidades he tenido de estar junto a ti. Cuando Dumbledore me pidió que entrara en la Orden. Yo sabía que estabas tú. Bill, por entonces Erik era ya importante pra amí. No podía arriesgarme a perderle a él y toda mi vida aquí, que tanto trabajo me ha costado alcanzar. Y de ella poco puedo decir. David la decepcionó y Alice no volverá a ser igual para ella. Vaga por ahí ayudando a los demás y dando todo el amor que lleva dentro y que nunca, por miedo, podrá usar de igual manera.
Suspiro dejandome llevar por los recuerdos. Rebusco en el baúl. Aún conservo el vestido desastrado y un tacón roto que relatan la noche en la que luché por ti. Por nosotros. Y no me arrepiento.Ninguno de los dos podrá olvidar que durante unos años fuimos Bill y Claire, tú y yo. Por siempre. Pero es tiempo de dejar el pasado atrás.
La brisa de Cantabria me revuelve el pelo. Y mirando al mar dejo caer la invitación:
Que seas feliz Bill.
Historias sobre Bill Weasley - Fanfics de Harry Potter
- ¡Y Slytherin falla otro tanto! ¡La magnifica Claire está inspirada! Claire estaba apostada en su escoba frente a los aros donde se marca gol. Hacía ya un
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2024-09-26
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