La amaba - Fanfics de Harry Potter
No la conocía, no tenía ni la más mínima idea de quién era. Simplemente llegó, sacudió su vida como un torbellino. Como un remolino de sensaciones. Ella era inteligente, muy madura para su edad. Un largo y liso cabello, con unos ojos seductores y rasgos tan adultos a la vez.
La amaba, aunque poco la conocía.
Llegó de la nada, caminó a su alrededor y lo miró con una mirada inquisitiva. Sus fuertes rasgos le hicieron desear saber qué escondía esa delicada piel. Esos delicados pero angulares brazos. Era mucho más de lo que solía ver o conocer.
No supo por qué, pero con el tiempo llegó a gustarle. Llegó a encantarle de una forma u otra. Parecía que su misión era esa. Solamente ir y encantarle. Ir y hacer que perdiera la noción del tiempo, en cualquier momento.
Era diferente, casi tan atrayente como mirar a alguna criatura y perder la vista en sus ojos. Hasta donde la mirada alcanzara.
Extraño, no se sentía así a diario. Había algo que estaba mal. Algo que no podía pensar. ¿Quién era ella, que no podía dejar de mirar?
Caminaba con gracia, esmero por presentarse como una joven educada y poco habladora. Su voz lo embelezaba. Lo transportaba a un momento diferente. Su voz era con lo que soñaba. Lo que solía oír en su pensamiento.
No podía dejar de ver su imagen en su mente, por más que quería. Era de Slytherin, pero tenía más que una serpiente en su cuerpo o en sus costumbres.
Ignoraba la casa a la que perteneciera y ella correspondía a sus sentimientos. Quería ser su amiga, quería estar con él. Muchas veces se sintió identificada. Una gran amistad podría surgir en cualquier momento.
Lo esperaba, en realidad.
Y se conocieron más y más. Aunque le daba mala espina a quiénes le rodeaban, se conocieron más y más. No importaba mucho, lo que sintieran era suficiente. Con una sonrisa a medias, ella estaba besando sus labios. Los de ella eran fuertes, secos. Un placer indescriptible, en la boca de su estómago.
Una cosa derivando en la otra, las leyes naturales. Con un suspiro suave, Harry Potter se encontró en la cama, abrazándose de algo que desconocía, pero que le atraía. La amaba y no podía dejarla. Hacer el amor con ella, fue extraño. Distinto...Pero valía la pena.
La amaba...
Y justo cuando comenzaba a justificar lo que esperaba, simplemente desapareció. Simplemente jugó y desapareció. Parecía ser una leve brisa, que pasó por su ventana. O tal vez más que eso. El hecho era, que desapareció sin dejar rastro alguno.
- ¿Cumpliste con tu misión? ¿Bellatrix Lestrange?
- Sí, mi señor. La cumplí y ¡cómo la disfruté! Mi señor.
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