LA CRIATURA - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Harry iba caminando por los solitarios pasillos del colegio. Halloween, gran día para quedarse a hacer los deberes de pociones, pero no tenía otra opción, Snape dijo que quería esos deberes para mañana y Harry no quería darle a ese murciélago la satisfacción de burlarse de él por no llevarlos. Aunque, si lo pensaba bien, seguramente se burlaría de él aunque los llevara bien hechos.

Total, ya los había hecho, así que no había nada que hacer. A pesar de todo, estaba feliz. Era Halloween, y eso significaba un banquete enorme y charlas entre amigos que se extenderían por mucho tiempo.

Harry llegó, por fin, a las puertas del gran comedor pero, al asomarse adentro, se quedó pasmado cuando vio que no había una sola alma en el enorme recinto. ¿qué pasa? ¿A dónde fue todo el mundo? De pronto vio a alguien, aunque no precisamente alguien a quien quisiera ver, que se dirigía corriendo hacia donde él estaba.

 

-Potter- dijo Draco cuando llego a su lado.

-Malfoy ¿Quién viene persiguiéndote?- pregunto Harry con sorna.

-muy gracioso cuatro-ojos ¿qué está pasando aquí?

-nada, estoy solo ¿no lo ves?

-ese es precisamente el punto tarado- contestó el rubio malhumorado- no hay nadie en el castillo, cuando llegue al gran comedor vi que este estaba vacío y me fui a buscar a otras personas, pero no hay nadie, ni siquiera están los profesores. El castillo está completamente vacío.

-no exageres Malfoy, Hogwarts es lo suficientemente grande como para que tu solo pudieras recorrerlo completo en unas cuantas horas.

-bueno, he ido a los jardines, al bosque prohibido, lo cual no lo recomiendo, a los despachos de los profesores, a las mazmorras, a la sala de maestros, al despachos del director, a los salones de clases. No están en ningún sitio y no se me ocurre en que otro lado buscar.

Harry se quedó pensativo, eso era extraño. Decididamente se podría decir que las palabras de Draco habían hecho meya en su interior y se estaba empezando a preocupar por el paradero de sus amigos.

-tal vez estén en alguna sala común- aventuró tratando de recobrar la calma.

-en la de Slytherin no están, yo vengo de ahí. ¿En la tuya había alguien?

-no- se obligo a decir Harry- tal vez en las otras.

-aun en el dado caso de que así sea ¿con qué propósito? ¿Para qué demonios se iban a esconder?

Harry tuvo que reconocer que no tenía argumentos contra eso. Le habría gustado tenerlos, pero no. Así que lo único que hizo fue fruncir el seño y tratar de pensar en alguna respuesta.

-¿y si los secuestraron?- dijo aunque sabía que era absurdo.

- ¿A todo el colegio? Por favor Potter ¿podrías ser un poco más imaginativo?

- por lo menos estoy aportando ideas, no como tú que lo único que estás haciendo es criticar todo lo que sale de mi boca.

-eso es porque tu boca no dice más que

Harry interrumpió la frase del rubio poniéndole un dedo sobre los labios. Draco estaba a punto de protestar cuando de pronto escucho el sonido que, con toda seguridad, era la causa por la que Harry le había callado. Era un sonido raro, uno que los dos supieron identificar rápidamente, aunque nunca lo hubieran escuchado en su vida. Era una especie de gemido hueco que, aunque fuerte, denotaba que venía de alguien que estaba vacío por dentro, flato de vida, falto de alma.

Seguidos por un impulso, que sería imposible describir sin caer en eufemismos, ambos magos se voltearon al origen del sonido al mismo tiempo, y los dos quisieron jamás haberlo hecho.

 

Ahí, justo en el hueco que comunica el vestíbulo con la escalera que lleva a la cocina, estaba la figura, alta, pálida y fría, de Severus Snape. Pero algo andaba mal, algo estaba diferente en el semblante del profesor de pociones, parecía un tanto más pálido de lo habitual y en su mirada no se reflejara absolutamente nada, como si el profesor estuviera dando pasos sin saber en qué dirección los estaba dando o como si fuera un sonámbulo. Francamente he de decir que su aspecto era desagradable a la vista. Pero eso no fue lo que desconcertó a los dos jóvenes, ellos podían pasar por alto su visible atontamiento, su mirada perdida e incluso su palidez habitual, pero ninguno estaba preparado para lo que Snape hizo a continuación.

Así, sin decir agua va, y con una rapidez impresionante aun para alguien de su estatura, echó a correr hacia los estudiantes que miraban atónitos lo que su profesor estaba haciendo. Entonces el profesor abrió la boca y eso fue como un balde de agua helada tirado desde lo alto del balcón de la habitación de la chica a la que se le puede llevar serenata, en cada una de las encías de Snape, sustituyendo a todos los dientes, estaban una serie de colmillos que parecían muy afilados. Harry sacó a toda prisa su varita y con un rápido movimiento gritó:

-EBERTE STATIL

El cuerpo del profesor salió volando por todo lo ancho del vestíbulo y aterrizó con un golpe seco en la pared del otro lado, a escasos metros de distancia del hueco por el que la criatura había salido. Luego se puso se puso en pie y miró a Harry con un odio aun mayor que el que el mismo Voldemort le había dedicado.

-creo que no ha funcionado- dijo Draco con reproche- ¿tienes algún otro plan?

-no, pero ya que hablas de planes podrías echarme una mano.

-no hay tiempo- dijo Draco mirado a la criatura- ahí viene de nuevo.

Harry dirigió su mirada al monstruo y entonces grato:

-corre.

Ambos echaron a correr al mismo tiempo, sin importarles en lo más mínimo hacia donde, pero con la única intención de alejarse lo más posible de la criatura, pero esta acción no sirvió de nada porque, con la rapidez que había ganado el monstruo, les dio alcance sin mucho esfuerzo. Iban a morir, con toda certeza, estaban aniquilados, los dos chicos se voltearon a ver y se dieron cuenta de que eso sería lo último que verían en toda su vida. De pronto escucharon el grito de una mujer a sus espaldas y sintieron como renacían sus esperanzas. Tramites en Ecuador

-DESMAIUS- gritó la profesora McGonagall.

La criatura, que no se esperaba eso, no tuvo tiempo para sacar su varita y cayó hacia tras, de nuevo, por el impacto del encantamiento.

-chicos ¿están bien?

-sí- contestó Harry- ¿qué está pasando profesora?

-síganme, se los explicaremos todo en cuanto estemos reunidos.

Los muchachos guardaron silencio, consientes de que lo que estaba ocurriendo era algo demasiado grave como para ponerse a discutir, pronto se hizo evidente el lugar al que la profesora los estaba llevando: la sala de los menesteres.

Cuando entraron en ella pudieron darse cuenta de que ahora la sala se había transformado en un cuarto enorme en el que estaban la mayoría de los estudiantes de Hogwarts.

 

-Minerva, que bueno que los encontraste- dijo el profesor Dumbledore que estaba a muy pocos metros de la puerta de entrada a la sala.

-por poco y lo encuentro muertos profesor.

-¿Qué está pasando aquí?- preguntó Draco antes que se le adelantaran.

-verá señor Malfoy, temo que el profesor Snape fue víctima de un terrible accidente.

-¿Qué accidente?

-el ingirió, por error, poción de zombirismo mal añejada.

-¿Qué? Eso no es posible, Severus conoce los efectos de esa poción si no se deja añejar por 5 meses, es imposible que él haya cometido un error tan obvio.

-lo que pasa es que hace un tiempo un alumno, que entraba corriendo a su despacho, tropezó y tiro un frasco de magnolia venenosa en polvo, Snape entonces fue a la enfermería pero ya era tarde, los polvos han estado destrozando su memoria poco a poco desde hace 3 semanas.

-bueno ¿y por qué tomaría esa poción en primer lugar?

-eso es mi culpa, este año tenía planeado que todos los profesores hicieran una broma a los alumnos, y yo obligué a Severus a seguir con el juego, no le dije qué hacer, solo que tenia que hacer algo.

-¿pero hay una cura no?

- sí, y ya la hemos preparado pero no podemos dársela porque será muy peligroso, aun para alguno de los profesores, afortunadamente la criatura no ha matado a nadie, y planeo que eso siga así. Hay otro problema, aunque consiguiéramos darle la poción, Severus moriría porque en el momento en el que él la tomara recibiría el efecto de todas las maldiciones que se le han lanzado, ahora solo es lanzado hacia atrás, pero en el momento en que la poción deje de hacer efecto
bueno, el punto es que alguien, en su desesperación, le lanzó la maldición acecina.

Draco palideció visiblemente, no había nada que pudieran hacer para salvar al profesor.

-tenemos que darle esa poción- resolvió el rubio.

-acaso no escuchaste lo que dijo el profesor- dijo Harry.

-sí, lo escuche, pero no me importa, prefiero que mi padrino muera a que se quede convertido en esa cosa para siempre.

-¿tu padrino?

- ¿Qué es lo que tengo que hacer?- pregunto Draco sin contestar a la pregunta de Harry.

-no puedes hacer nada, si él te ve tratara de devorarte vivo.

Draco se quedó pensando, tenía razón, no podía acercarse a esa cosa y obligarlo a que tomara el antídoto. Entonces encontró la solución, miro al director de Hogwarts con un brillo en los ojos y le conto su plan.

X

Draco estaba en el vestíbulo, parado justo en el centro, mirando hacia todos lados en busca de la criatura. Sobre su mano izquierda, suspendido por su mano derecha, estaba una daga de plata con cuatro gemas en el mango. Entonces lo hoyó, ese inconfundible gemido hueco, se giró hacia la derecha y lo vio.

La criatura lo observaba con aire ausente, pero con su sentido del olfato muy alerta, quería carne, carne fresca, y esa estaba allí, invitándolo a que la tomara. Sin pensarlo demasiado, echó a correr hacia su primera cena de hoy,

Entonces Harry, que estaba escondido detrás de las puertas del gran comedor, salió de su escondite y lanzo a la criatura un fuerte desmaius. El monstruo salió despedido hacia atrás, restándole distancia de su objetico, entonces Draco, sin atreverse a mirar lo que estaba a punto de hacer, hizo presión con la daga sobre su mano izquierda que cayó al suelo con un golpe seco y chorreando sangre por todos lados. La criatura olio el liquido delicioso y el efecto de la maldición lo hizo a un lado, corrió de nuevo hacia Draco pero él ya estaba preparado, tomó la mano, que estaba empapada del antídoto, y se la lanzó ala criatura, está la atrapo y sin siquiera pensar en lo que estaba haciendo, le dio el primer mordisco. Los colmillos de la criatura eran bastante afilados porque desgarraban la carne con mucha facilidad, y así, poco a poco, la mamo de Draco desapareció.

Entonces la criatura miró a su alrededor y comprobó que su presa aun estaba ahí, pero no estaba solo, otras tres posibles víctimas lo acompañaban. La criatura sonrió, tenía mucha hambre, al ver lo que le esperaba al final del arcoíris, echó a correr y, metro a metro, le fue dando alcance, los tontos no siquiera corrían, pero, a escasos 5 metros de distancia de ellos, se detuvo.

La criatura se detuvo y se tomó el estomago entre sus manos, la poción le estaba haciendo efecto.

Draco miro a su padrino, que en ese momento levanto los ojos hacia su ahijado, y pudo comprobar que el vacio había desaparecido de su mirada, y entonces el entendimiento de lo que había pasado se le clavo en el alma. Quiso decir algo pero no pudo, entonces gritó, aun con las manos en su estomago, y cayó suelo, su cuerpo ya sin vida.

Draco miro el cadáver de su padrino y sonrió. Era lo mejor.

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Harry iba caminando por los solitarios pasillos del colegio. Halloween, gran día para quedarse a hacer los deberes de pociones, pero no tenía otra opción, S

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2023-02-27

 

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