La cuna de los Herederos - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Chap I- Conociendo al enemigo.

-¡Estoy harto de ella! -El grito retumba en el comedor y durante un segundo, todos dejan sus platos quietos y miran a Draco Malfoy, un chico atractivo y enigmático
pero no demasiado simpático

Su mejor amigo, Harry Potter intenta controlar su arrebato de furia con una mirada tranquilizadora y a la vez amenazante.

-Ya Draco, no montes un espectáculo.

-¿Espectáculo? ¿Yo? Un espectáculo es lo que monta ella cada noche al tratarnos como basura.

Draco sigue nervioso y su voz vuelve a oírse por encima de los cuchicheos de la gente.

Draco se levanta de su silla y contempla a todos los alumnos de Hogwarts, sentados y observándole.

 

-¿Qué estáis mirando? Yo no soy el culpable aquí. No me juzguéis a mí.

Baja la cabeza, molesto, y su mirada plateada se adivina herida.

-Os espero fuera. -Draco mira una última vez a Harry y a Luna y abandona la sala dejando un millón de murmullos tras de sí.

-Tiene razón, Harry. -La vocecita de Luna parece algo nerviosa. -No sé por qué, pero incluso creo que a él lo trata peor que a los demás.

-¿Peor? Vamos Luna, aunque eso fuera cierto
¿Desde cuándo le importa a Draco lo que digan o piensen de él? Especialmente si el pensamiento viene de un Slytherin

-Es Draco. -Ron Weasley coge un pedazo de pan y se lo mete a la boca mientras escucha lo que dicen sus dos compañeros. -Fimplemente ef raro

Hay que reconocer que el pelirrojo y el rubio no se llevan demasiado bien, pero de haber estado allí Draco, Ron ni hubiera imaginado dirigir un insulto por nimio que fuese, a su persona.


-Por favor Blaise, vas a descoyuntarte si sigues mirando a Potter con tanto interés. ¿No te has dado cuenta de que no tienes antenas parabólicas?

-Ya lo sé, pero están hablando de por qué se ha ido Malfoy
y me parece que has tenido algo que ver en ello.

Una sonrisa se extiende lentamente por el rostro de la chica, ha conseguido molestarlo.

-Déjalo. Lo prefiero así.

-¿Y si hace algo?

La chica mira ofendida a su amigo.

-Zabinni
creía que eras más inteligente. Si hace algo simplemente me da igual. Si quiere pelea, tendrá pelea.

El chico frunce el ceño. Odia que lo traten como a un idiota, pero debe guardar silencio e intentar mirar a otra parte.

El espectáculo estará servido. Seguro.

Menuda arpía


Luna entra corriendo a la sala común, donde Draco está sentado en un sofá con el ceño fruncido.

-Has tardado exactamente veintisiete minutos y cuarenta segundos más en venir de lo que esperaba.

Luna se relaja. Al menos no parece enfadado con ella.

-Deberías no ser tan egoísta, Draco. Por tu culpa el aire se llena de Crookers.

Ignorando la tontería de su amiga, Draco se levanta.

-¿Y Harry?

-Ah
es verdad
Draco tienes que bajar y ver esto. Todos se han agrupado y están
-Luna baja la voz y se acerca un poco más a su amigo. -Están haciendo apuestas

Draco se sobresalta.

-¿Apuestas? ¿Para qué?

-Creen que va a haber una pelea
entre tú
y bueno, ella

Draco clava sus ojos plateados en los azul pálido de su amiga y Luna se sorprende al ver que en el rostro de Malfoy aparece una sonrisa.

 

Al instante se da cuenta de que no debería haberle dicho nada. Si alguien es más propenso a crear y entrar en peleas con cualquiera en todo el mundo mágico, sí señor, ese es Draco Malfoy.

-Vamos abajo, Luna.

Luna Lovegood es agarrada suavemente por la mano de Draco Malfoy y se sonroja cuando éste la conduce hasta el piso de abajo. Donde ya comienza a oírse el bullicio de la multitud sedienta de sangre.

Draco tiembla de emoción mientras Luna teme la bronca que le echará Harry al darse cuenta de que en vez de haber distraído a Draco, lo había llevado hasta el corazón mismo del bullicio.

Toda la gente aplaude a Draco en cuanto aparece de la mano de Lunática Lovegood. Bueno, todos menos los alumnos de Slytherin, que lo miran con cierto
¿Asco?

Estúpidos racistas y asquerosas serpientes
Draco los mira con desprecio y espera que no tarden mucho en reunirse todos y comenzar la pelea.

Arriba, en el segundo piso, una impaciente Ginny Weasley vigila que no se acerque ningún profesor a la vez que hace conjuros para insonorizar el gran barullo de la sala.

Draco se coloca en el medio de toda esa locura y con una mano retiene bien sujeta su varita. La necesitará para acabar con esa loca
y ya de paso hará lo propio con algunas serpientes más.

No puede esperar el momento.

-¡Draco! -Harry intenta esquivar a la gente para acercarse a su amigo, pero no lo consigue. Tras unos empujones y unas cuantas patadas recibidas en lugares débiles para los hombres, Harry acaba siendo aplastado contra Draco.

-Potter, suéltame de una vez

-No es mi culpa, me están empujando

La gente sigue haciendo espacio unos segundos más, hasta que Draco advierte que quienes están empujando son los alumnos de Slytherin, que se están agrupando.

Al mismo tiempo, la casa de Gryffindor se acerca a ellos dos, protectores.

Harry examina la expresión ansiosa y excitada de Draco y no puede evitar sentir un nudo en el estómago. Harry está acostumbrado a luchar contra el mal desde hace siete años, pero aun así no se puede explicar por qué siente la misma sensación cuando su amigo se va a enfrentar a la Slytherin.

No es lo mismo. Bueno, no exactamente, por supuesto.

-Draco, no hagas más tonterías
Sabes que incluso yo puedo participar alguna vez en una pelea, pero esto va más allá de algo tan simple
queréis haceros daño de verdad.

-¿Y qué hay de malo en querer que alguien pague por realizar una tortura día tras día tras día?

-Draco, yo tampoco la aprecio, pero no es razón para

-Harry. -Lo interrumpe. -Déjame tener mi lucha al igual que tú has tenido las tuyas. ¿Vale?

Harry tiene que bajar la cabeza, decepcionado por la cabezonería del que para él es como su hermano y se aparta del círculo perfecto que ya se ha formado ante Draco.

Toda la fila de Slytherin se encuentra ordenada, en cambio los leones de Gryffindor están cada uno en un sitio, sin orden ni concierto pero con un propósito final. Ganar.

Draco traga saliva y durante unos segundos espera ansioso la entrada de ella. Se imagina cómo será: Su andar relajado y ligero, su túnica verde moldeándola completamente, su sonrisa sardónica dibujada en su bello rostro

Sí, una perfecta Slytherin a la que él, particularmente no soporta.

 

Carraspea rozando con sus dedos la varita, aunque aún no debe usarla y contempla algo nervioso pero aun así sorprendido, cómo la fila de Slytherin se rompe y de detrás del todo aparece la imagen exactamente como se la ha imaginado.

Incluso su sonrisa es exactamente igual a la que él esperaba de la Princesa de Slytherin: Hermione Granger.


Gracias por leerme :)

II-Hechizos y miradas.

-¿Algún problema, Malfoy? Te veo alterado
-Una sonrisita se forma lentamente en el rostro de Granger y Draco rechina los dientes.

-El problema debes de tenerlo tú, sólo así se puede explicar tu comportamiento.

Hermione pasea lentamente por la sala. No se oye ni una mosca y todos se dedican a observar a los dos jóvenes, que parecen hechos de hielo
pero a la vez también parecen arder llamas en su interior

Hermione se aclara la garganta.

-¿Y qué me sugieres tú, Draco Malfoy?

Draco sonríe sarcásticamente.

-Granger, déjate de jueguecitos
nos conocemos muy bien

-Créeme, Malfoy. Yo no juego, y menos con un sangresucia

La palabra sale de sus labios destilando veneno.

Hermione siente una extraña sensación al advertir la expresión de Malfoy cuando se lo dice. Normalmente, él se muestra ciertamente dolido aunque no lo reconozca
pero ahora
la expresión que tiene es tan fría que es cómo si las palabras rebotaran sobre su grueso caparazón.

De pronto, Hermione no quiere pelear
Pero no puede dejarlo
Todos están allí para algo ¿No?

La princesa de Slytherin no puede decepcionar a su casa y es cierto que no le desagrada humillar a un hijo de muggles de vez en cuando, pero esta vez la pinta que tiene Draco no es recomendable

Hermione lo contempla todo, parece como si el tiempo se hubiese parado. Cierra los ojos un segundo y cuando los abre, algo en su cabeza le vuelve a repetir que se vaya, que abandone esa tortura a la que sabe que está sometiendo al chico
Suelta la varita y mueve una de sus piernas para retirarse. ¿Lo está haciendo conscientemente? No lo sabe.

Ha desviado la vista del Gryffindor de ojos plateados, pero las palabras llegan de golpe a sus oídos. El mundo se reanuda aún más rápido que antes en cuanto él pronuncia la frase con odio.

-Mis padres son muggles, pero al menos no son un grupo de sucios y asquerosos asesinos corruptos.

Hermione agarra su varita y antes de que todos puedan pestañear apunta a Draco.

-¡Expulso!

Draco cae hacia atrás llevado por una gran fuerza y se golpea contra la pared. Al instante, Luna aparece junto a él y le acaricia la cara dulcemente.

-Déjalo, Draco
por favor, podemos irnos aún

La furia posee al chico y sin hacer caso a Luna, se levanta y saca su varita.

-¡Glacius!

Hermione observa asustada cómo una capa de hielo la recubre lentamente hasta que se queda completamente quieta.

Draco sonríe satisfecho. No cree que Hermione Granger quiera seguir luchando después de eso.

Tras unos segundos de ciega lucha por parte de Hermione, congelada, el hielo desaparece lentamente y ella puede comprobar cómo recupera la movilidad de las articulaciones.

Observa con odio a Draco, que está sonriendo.

 

¿Acaso se piensa que ha ganado? Esto acaba de empezar, leoncito

Aprovechando que Malfoy se encuentra aún distraído, Granger se acerca elegantemente y con un nuevo golpe de varita, contraataca.

-¡Levi-Corpus!

El hechizo llega al rubio que de pronto se ve elevado en los aires. Hermione lo controla, haciéndole dar piruetas extrañas a unos metros del suelo.

Hermione está tan concentrada en hacer sufrir a Draco que no se da cuenta de que una chica rubia y de saltones ojos azules está al borde de las lágrimas.

-¡Libercorpus! -Grita Luna, liberando así a Draco y haciendo que éste caiga al suelo estrepitosamente.

Draco ahoga una mueca de dolor al caer al suelo y entonces su atención se centra en la enfadada Granger, que ahora está apuntando a Luna.

-¡Tragabab
!

-¡Expelliarmus!

Draco ha conseguido levantarse y tras desarmar a la Slytherin ahora la está apuntando
Hermione siente su respiración terriblemente fuerte en sus pulmones, observa su varita que ha salido volando hacia una esquina de la sala y se da la vuelta para encontrarse directamente con esos ojos orgullosos clavándose en ella.

No se lo puede creer
él ha ganado

A pesar de la vergüenza, Hermione no retira la vista de él, de esos ojos que desprenden un odio casi corrosivo hacia ella.

¿Tan mal lo ha hecho?

Durante un instante, los ojos de Hermione revelan una inseguridad que siente en lo más profundo de sí misma y que no sacaba desde hacía mucho, pero su rostro vuelve a recomponerse y orgullosa, levanta la cabeza.

-Bravo, Malfoy. ¿Te has entrenado?

Malfoy hace oídos sordos a su comentario y sigue apuntándola amenazadoramente.

-¿Por qué no atacas de nuevo? -Hermione, con la agilidad de una pantera, se acerca despacio hasta dónde está el rubio. Tan sólo está a unos centímetros de la varita del chico y no parece que vaya a separarse ni a pedir perdón. -Vamos
atácame
Draco.

La forma en la que dice su nombre hace que por el cuerpo del chico cruce un escalofrío. Se le había olvidado lo persuasiva que podía ser ella y cuando lo miraba de esa forma
No sabía qué hacer.

Hermione espera por lo menos un ligero temblor por parte de él, pero no ocurre nada. Sigue en la misma posición y la única indicación de que sigue vivo es la lucha de sus ojos. Lucha que ella puede percibir.

Sonríe.

-Lo sabía. Eres un Gryffindor, no puedes hacer daño a nadie sin sentirte un cabronazo luego. Típico de Draco Malfoy.

Por la cabeza de Draco pasan un millón de imágenes, un millón de humillaciones, un millón de insultos, un millón de miradas, un millón de

-Sectum

Sus ojos se cruzan otra vez y Draco percibe claramente, por primera vez, el pánico en los ojos de Hermione y aún así continúa lanzando el hechizo. ¿Por placer? ¿Por orgullo? ¿Por venganza?

-¡Expelliarmus! -Una voz fría entra en contacto con todos. Hermione, incrédula se examina sin creerse que no esté cubierta de cortes y sangre.

Snape entra a la sala y todos observan cómo Ginny tiembla de miedo junto a la puerta.

-¿Qué está pasando aquí, Malfoy?

Draco recoge su varita del suelo y la guarda en su bolsillo. Sabe que Snape no espera respuesta de por qué estaba a punto de casi matar a su protegida.

 

-Si quería una pelea, se me ocurrían más formas de tenerla
Haciendo una excursión con su amigo Potter, por ejemplo
¿Usted también estaba lanzando hechizos a todas partes demostrando su supremacía, Potter?

Harry mira al suelo, siente la adrenalina en su interior y un desprecio intenso hacia Severus.

-No. -Declara secamente, sabiendo que dará lo mismo lo que diga. -No tengo nada que ver.

Severus espera unos segundos, saboreando las palabras y finalmente fija sus ojillos en ellos dos.

-Vengan conmigo.

Draco y Harry comienzan a seguir al hombre, indignados completamente por el claro favoritismo hacia Hermione.

Se acercan a la puerta y Snape se gira una vez más, para posar su mirada en la princesa de Slytherin.

-Los tres. -Su voz carente de expresión no dice nada, pero sus ojos expresan una gran decepción hacia la joven, que lo lee de inmediato, antes de caminar tras Harry y Draco.

Ellos dos van juntos y al menos pueden apoyarse, pero ella no puede más que dirigir una mirada a Cho Chang, probablemente lo más parecido a una amiga que tiene (Sí habéis leído bien, Cho Chang) y esperar que sus padres no sean informados del incidente.

Mientras caminan hacia el despacho de Severus, una duda acude a la mente de la Slytherin inexplicablemente.

¿Hubiera sido Draco capaz de terminar el hechizo?



Gracias por esos coments que me suben el ánimo ^^Y aquí vengo de nuevo :)

III- Laccio

La mirada inquisidora de Severus Snape se desliza por losjóvenes rostros de Hermione Granger, Harry Potter y Draco Malfoy.

Tras el escritorio se encuentra sentado el profesor y en elotro lado se aprecia un gran espacio entre Hermione Granger y Harry Potter.

-Creo que empezaré por
Potter
-La mirada se dirige hacialos ojos verdes de Harry y éste siente de pronto una presión en la garganta.

Draco por su parte se encuentra como de costumbre,totalmente indiferente. En su interior siente preocupación por su amigo, queestá ahí sin haber estado involucrado en todo eso, pero no puede mostrarlo.Snape lo notaría y todo acabaría mucho peor.

Por eso decide callarse y observar a Granger silenciosa ydetenidamente.

Ésta parece algo más nerviosa que él, se está mordiendo ellabio, pero aun así, su porte regio y su mirada desafiante parecen gritar: ¡Yohe sido la culpable pero me salvaré, para algo soy una Granger!

-¿Ha empezado usted la pelea, señor Potter?

Harry siente que un temblor recorre sus piernas.

-No
no ha sido una pelea, fue un duelo
Draco

-¿Draco? ¿Quiere decir que la pelea la inició el señoritoMalfoy?

-No, no. No es decir, Malfoy y también Granger

Snape levanta una ceja indagadora.

-Entonces el "duelo" como usted ha dicho, fue entre ellos.

-Sí. -Harry lo dice y un segundo después rectifica, se hadado cuenta de que acaba de tirar a Draco a los leones. -No, pero Draco

-¿El duelo fue entre Granger y Malfoy y fue Draco quien loinició?

-¡No! -Harry está cansado de que Snape manipule todas sus respuestasa su favor.

-¿Participó usted en el duelo, Potter? -El arrastre de laspalabras vuelve a la forma de hablar del profesor.

-No, yo

 

-Entonces no entiendo por qué ha venido. Fuera de mi vistaahora mismo y cinco puntos menos para Gryffindor por hacerme perder el tiempo.

Harry mira a Snape con odio y se levanta de la silla, paraabandonar la sala.

Antes de cruzar la puerta mira a Draco, infundiéndoletranquilidad y tal vez algo de suerte. Justo cuando abre la puerta se cruza conMinerva McGonagall, que se dispone a entrar al despacho.

Está azorada y sofocada. En la mano lleva un pergaminodorado y brillante que parece importante.
Harry intuye que procede de Dumbledore, que a esas alturas seguramente se haenterado de todo.

-Potter. -Saluda rápidamente, antes de entrar a la sala yacercarse al escritorio. -Profesor Snape, el profesor Dumbledore se ha enteradodel
incidente causado por estos dos alumnos y envía esta misiva.

McGonagall le tiende el manuscrito a Snape, que lo lee envoz baja y rápidamente.

Una mueca de estupefacción se extiende en su rostro.

-¿Qué quiere que usemos qué?

La falta de delicadeza del profesor alarman a Draco y aHermione, que por primera vez se miran con un sentimiento común: desconfianza.

¿Qué van a usar con ellos?

-Sí, como lo ha leído. En fin
puesto que los dos alumnospertenecen a nuestras respectivas casas, Albus quiere que nosotros decidamos siaprobamos la decisión.

-¿No le parece un poco excesivo?

-Sí, lo es pero
no deberíamos contrariar su decisión y
bueno, puede que el problema se resuelva.

-¿Se resuelva? ¿Cómo? ¡Sólo lo empeoraría!

McGonagall suspira y mira de nuevo a los dos alumnos, que noentienden nada.

Draco resopla y alza la voz.

-Disculpen, pero no me gusta que hablen de mí como si yo noestuviera presente y puesto que este tema parece incumbirnos, deberíamosenterarnos.

Hermione asiente con la cabeza.

Ambos profesores intercambian una mirada y finalmente Snapecede.

-Está bien, daré mi consentimiento
Pero dudo que esta clasede relaciones traiga nada bueno. Hace varios siglos que Laccio no es usado ypuede que no supiéramos todos sus efectos.

Laccio.

Hermione piensa la palabra. Le suena mucho, seguramente haleído sobre ese hechizo, pero no lo recuerda.

-En todo caso, es lo que Dumbledore ha recomendado yseguramente tendrá su razón de ser.

Draco sigue sin entender nada y mira expectante. Sinnecesidad de continuar rogando una explicación, McGonagall comienza a hacer unintento de ésta.

-Laccio es un hechizo
bueno, antiguo, histórico, sí,realmente histórico y
consiste en

Las pausas de la mujer se hacen eternas. Draco la miradeseando que lo suelte de una vez mientras la mente de Hermione trabaja a todapastilla.

Laccio. Laccio. Laccio

-Bueno, el conjuro puede generar que dos personas mejoressus relaciones por medio de
por medio de

-¡Una unión irrompible! -Hermione lo suelta de repente,acaba de recordarlo todo sobre el hechizo y ahora lo recita más para sí mismaque para Draco, que ha esbozado una mueca extraña al oír la palabra "unión" yotra aún peor al ir acompañada de "irrompible". -Las personas quedan unidasirrevocablemente durante un tiempo determinado y no pueden separarse hasta quesus relaciones hayan mejorado.

-¿Mejorado cómo? -El rostro de Draco comienza a parecer unapelícula, está atónito. -¿Y qué quieres decir con unidos?

 

-Unidos, Malfoy. ¿No entiendes lo que significa?

-Lo entendería mejor si tú supieras explicarte, Granger.

Los dos chicos comienzan a gritarse de nuevo, bajo la miradaatónita de McGonagall y Snape.

-Eres tú el que tiene el cerebro y las entendederasatrofiadas, rubito. Tal vez el tiempo que pasemos juntos te sirva de excusapara aprender algo.

-¿Aprender de ti? Entonces sí que tendría un problema muygrave, serpiente.

Hermione muestra una expresión falsamente ofendida.

-Creía que agradecerías que te haya dado escarmientos desdehace siete años.

-¿Escarmientos? Creo que comienzas a confundir términos,Granger, en este caso escarmientos con asco.

Hermione abre la boca para contraatacar y el sonido de unapluma rasgando un papel hace que salga del trance de la discusión y de nuevomire a los profesores. Snape está firmando el papel que Dumbledore les haenviado tan rápidamente que casi no se aprecia la pluma.

-Ojalá se callen con el hechizo. Pensándolo bien ojalá salgamal y desaparezcan. -Murmura.

McGonagall por su parte, continúa atónita con la pelea.

-Vamos Severus. Lo necesitan ya mismo.

El profesor se levanta de la silla tras firmar y comentarpor todas partes la hoja y se acerca a ellos, varita en mano.

-¿Unas últimas palabras antes de sacrificar su libertad,jóvenes?

-Las posibilidades de que esto salga como Dumbledore desea
son nulas. -Comenta secamente la castaña.

-¿Por qué con Granger? -Se queja Draco resoplando al suelo.

Hermione lo mira a los ojos sarcásticamente durante unossegundos. Draco también la mira y ambos sienten una especie de energía que tirade ellos hacia el lado contrario en el que se encuentra el otro. Como si algointentara separarlos. Como si algo intentara detener lo que va a ocurrir.

Con un simple movimiento de muñeca, Snape pronuncia lapalabra "Laccio" y los cuatro presentes observan el repentino rayo de luz quecuelga de los cuerpos de ambos, uniéndolos y desapareciendo tras unos segundos.

Sus miradas se cruzan de nuevo y ninguno de los dospiensa nada malo. Simplemente que tal vez no sea tan mala idea estar enlazados.

Gracias por la lectura y comentad por mi bien! :)

IV- ¿Hufflepuff?

-Aparta de mí, sangre sucia.

-Tú eres la que no deja de acercarse como si buscarascariño, Granger.

Hermione clava sus ojos con odio y se resigna a mirar alsuelo mientras está literalmente pegada a Draco.

Tienen que esperar a que los dos profesores tomen unadecisión sobre cuál será su destino ahora.

-Es por el laccio. No podremos liberarnos.

Está realmente fastidiada y Draco no se queda atrás.

-¿Y qué es lo que podemos hacer?

-Nada. Simplemente nada.

Draco, desanimado, vuelve a soltar una maldición entredientes. La culpa era suya por haber respondido a Granger en sus provocaciones.¿Por qué lo hizo?

-¿Y cómo se supone que vamos a dormir?

-No lo sé, Malfoy.

Draco ahoga una risita.

-Qué novedad. Hermione Granger no sabe algo. Debes de sentirteparticularmente ignorante hoy.

-Pues no. La verdad, me consuela saber que conozco variosmillones más de cosas que tú, por lo que nunca me siento ignorante.

 

-Hermione Granger y su modestia. -Mumura Malfoy mirando alsuelo.

Para su sorpresa, Hermione se ríe y su risa no suena falsani forzada. Draco se descubre intentando entablar un contacto visual y Hermionese sorprende al darse cuenta de que los ojos de él son del color exacto de laplata líquida.

Un pinchazo de envidia la recorre porque a pesar de que suspadres son rubios y de ojos claros, ella tiene el cabello castaño y también losojos.
Ella parecería una Granger si tuviera los ojos de Draco.

Molesta, gira la cabeza.

¿Para qué quiere ellatener los ojos de un sangre sucia?

La puerta de la sala se abre y de ella salen McGonagall ySnape, que al parecer ya han tomado la decisión y les miran extrañados de queen ese momento no estén discutiendo.


Neville Longbotton camina decididamente por los pasillos quellevan hasta su sala común.

Una vez dentro, observa como la tranquilidad tan patente ytan constante en esa sala está alterada. Falta algo.

-Chicos, escuchadme. -Intenta hacer que le escuchen, pero todosen esa sala está pensando en otras cosas.

Con una mueca de disgusto, Neville agarra un candelabro quealumbra la sala común y apagando las velas, lo estampa contra la pared.

El estruendo es tal que toda la casa de Slytherin lo mira,estupefacta.

-Bien. -Hace una pequeña pausa. -Como vosotros ya sabéis,Hermione Granger ha sido castigada severamente y
es probable que no volvamos averla por aquí en bastante tiempo

Slytherin comienza a murmurar hasta que el carraspeo de Nevillelos silencia de nuevo.

-Eso quiere decir que
a partir de ahora, todas las cuentasse me rinden a mí, Neville Longbotton. ¿Estáis de acuerdo?

Todos murmuran de nuevo, pero nadie se atreve a discutir ymucho menos a mostrar desacuerdo. Todos saben que Neville Longbotton es uno delos magos más poderosos y sobretodo más crueles de Hogwarts.

-¿Y quién te ha dado ese derecho, Longbotton?

Una voz entre las sombras retumba en la sala común y alinstante, Blaise Zabini y Pansy Parkinson aparecen en el claro iluminado de lasala común de Slytherin.

-¿Acaso te piensas merecedor del puesto, Blaise?

-Pues seguramente podría llevar esta casa mucho mejor quetú.

-Yo soy prefecto, no lo olvides. -En la mirada de Neville seadivina el desafío.

-Eso no te convierte en menos estúpido.

Las miradas de ambos se cruzan y las manos se posan en lasvaritas.

Blaise sonríe de medio lado, provocando a Neville y eso esmás de lo que él puede soportar. Neville agarra la varita y apunta a Zabini.

-¡Repite eso, sucio squib!

Al oír el insulto también Zabini apunta a Longbotton, ambosdispuestos a soltar una maldición imperdonable.

Pero entonces, en medio del silencio que se ha formado en lasala, unos pasos se oyen y una figura femenina y sensual se adivina entre lassombras.

Poco a poco, la muchacha es iluminada, dejando ver unosrasgos exóticos y una larga y lisa cabellera negra que le cae sobre la espalda.

-Relajaos, chicos
No deberíais discutir

La chica se coloca en medio del círculo, sin darleimportancia a que Blaise Zabini y Neville Longbotton la apuntan con sus varitas.

-Cho, apártate para que pueda acabar con este imbécil. -DiceNeville sin quitar la vista del otro Slytherin.

 

En los labios de Cho Chang se dibuja una sonrisa inocenteque ella tiene muy ensayada.

-Claro, perdonad
pero
ahora que lo pienso... ¿Estáis discutiendopor el puesto de Granger, no?

No espera respuesta, pero aun así mira a los chicos.

-Que yo sepa ella no le ha dejado su lugar a nadie y
noquiero desanimaros, pero si ve que alguien ha intentado remplazarla
Bueno,simplemente os matará.

Los dos chicos parecen reconsiderar la idea, pero aun así nobajan las varitas puesto que la ofensa ya ha sido realizada.

-Parece que no os importa. Entonces supongo que tampoco lohará que le cuente la pelea que habéis montado aquí. A lo mejor quiere venir yobservar
tal vez incluso participar. Ya sabéis cómo es Hermione, siempre demaldición imperdonable en maldición imperdonable, un mortífago por aquí, otropor allá

La expresión inocente vuelve a su rostro y lentamente ycontrolando el bamboleo de sus caderas para que todos los chicos se fijenexactamente en ese punto de su anatomía, Cho se aparta del círculo de gente queobserva la pelea.

-¡Cuidaos, chicos!

Se da la vuelta y camina hasta la puerta con una sonrisatriunfal en la cara. Sabe sin haber mirado lo que han hecho Neville y Blaise:ambos han cruzado una mirada de odio, han guardado las varitas y se han dado lavuelta, olvidándose de reemplazar a Granger. Ambos la temen la respetan yseguramente la odian por igual.

También ella la respeta y la odia, pero no la teme. Eso no.
Desde siempre han sido "amigas" y es cierto que no le disgusta pasar algo detiempo con Granger y así, ya de paso mejorar la reputación de su familia, peroCho sabe que no hay que fiarse de nadie al igual que ella tampoco es de fiar.


La puerta se abre y ambos contemplan la habitación que seles ha sido asignada.

-Malfoy será mejor que te tranquilices, porque no tengoninguna gana de dormir contigo esta noche.

-¿No, Granger? Pensaba que ya tenías preparada tu ropita mássexy
para una vez que consigues que un hombre entre a tu habitación

Hermione lo mira y siente cómo, curiosamente, sus mejillasse encienden. Desvía la mirada de la de Draco para no mostrarle que eso le hadolido.

-Eres valiente si te consideras un hombre. -Murmura mientrasmira a otra parte.

Ahora han conseguido al menos separarse unos metros, peroHermione teme que alguno de los dos vuelva a la carga y acaben durmiendoabrazaditos.

El rubor vuelve a sus mejillas al imaginarse a ella mismadurmiendo junto a Malfoy, envuelta en sus brazos

-¡Qué asco! -Piensa.

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Quince minutos atrás

La puerta de la salase abre y de ella salen McGonagall y Snape, que al parecer ya han tomado ladecisión y les miran extrañados de que en ese momento no estén discutiendo.

-Jóvenes. -McGonagallparece la encargada de transmitirlo todo. -Ya hemos solucionado todo sobre elhechizo que los unirá hasta que ambos se reconcilien o al menos dejen deorganizar peleas en cada aula del colegio. Supongo que saben cómo funciona elhechizo Laccio

Hermione asienteenérgicamente con la cabeza, pero Draco niega quedamente.

-Es francamentesencillo: Consiste en mejorar sus relaciones sociales por medio de lasrelaciones físicas. Cuando sintáis que os odiáis profundamente o un arrebato deodio ocasional, se forzará el contacto físico, por lo que quedaréis "pegados".Cuando ambos os encontréis tranquilos y no alberguéis ningún sentimientorencoroso hacia el otro, podréis estar separados. Todo depende de cuales seanvuestros pensamientos y sentimientos hacia la otra persona.

 

-¿Y qué ocurre si sólouno de nosotros está enfadado mientras el otro no siente nada malo? -Draco aúnse encuentra algo confuso.

McGonagall sonríecálidamente.

-Tendrán quedescubrirlo ustedes, jóvenes. Son las primeras personas que conozco que estánencantadas con este hechizo, así que no muchos magos pueden ver algo así.

-¿Somos un experimentoo algo así? -Hermione resopla fastidiada y cruza una mirada de pesar con Snape.

-Hemos decidido queambos compartan habitación en un área que no les sea familiar a ninguno, por loque dicha habitación se encontrara en el área de Hufflepuff.

Draco se pregunta porqué Hufflepuff cuando de pronto algo que dice Hermione le llega al cerebro encuanto lo pronuncia y una carcajada imparable se adueña de su garganta.

-¿Dormir juntos? ¿Y sime hace algo de noche? -Es la pregunta formulada por la Slytherin.

-Dirás más bien si tumente necesitada de un macho te hace violarme, Granger.

-Créeme, si necesitara un macho podríaencontrar niños de primer curso más hombres que tú.

Malfoy la mira,ofendido. Eso ha dolido.

-Igualmente, no meacercaría a ti de noche ni con un palo.

Hermione siente lafuria subir por su cuello.

-Si quieres ofender,ofendemos los dos, guapito. -Dice su mente, algo fatigada por el ritmofrenético que lleva cada vez que tiene que hablar con el rubio.

-Draco
-Su voz suenaindiferente, distraída. -Lo que me parece es que tienes complejo de abuelita enla cama, así que pensándolo mejor harían falta mil litros de pociónrevitalizadora para
para que hicieras algo más que dormir, así que la verdades que sí, es ridículo pensar que puedas suponer ningún peligro después de lasdiez de la noche. -Una sonrisita se extiende por su cara.

Tocado y hundido.-Malfoy se traga su indignación y de nuevo vuelve a mirar a los profes, que losmiran aún más estupefactos que antes.

Pasan unos segundoshasta que alguno de los presentes se atreve a hacer algo y es Minerva, que aúncon cara de haber visto al mismísimo Señor Tenebroso se aleja de ellos hacia lasala común de Gryffindor.

-Merlín. ¿Qué demoniosles pasa a los jóvenes de este colegio? -Murmulla mientras su ritmo no seralentiza hasta que no ha cruzado la primera esquina.

Snape tiene cara depóquer, como de costumbre.

-He-hemos adaptado suhorario al de Hufflepuff. Así que a partir de ahora compartirán todas lasclases con ellos, pero sepan que eso no lo convierte Hufflepuffs. Siguen siendouna gran Slytherin y un
Gryffindor. -El adjetivo sale de su boca como si fueraun gran insulto.

Draco lo mira enfadado,todavía recuerda cómo ha embaucado a su amigo hace un rato.

 

El hombre no dice másy se da la vuelta balanceando su pelo grasiento alrededor de su cabeza mientrasse pierde en el corredor.

-Ojalá no se maten.-Se le oye susurrar.

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Son las dos de la madrugada y Hermione aún sigue despierta.

Hace ya un rato que Draco se ha dormido. No se han dirigidola palabra y siente un ligero cosquilleo en el estómago. Está nerviosa y noentiende el por qué.

Se da la vuelta y a unos metros, en la otra cama, observa aDraco dormido.

Su rigidez natural se ha esfumado y parece bastante tierno

¿Tierno? ¿Malfoy? Como una piraña carnívora

Molesta consigo misma por haberse girado a comprobar si élseguía ahí y no era producto de su imaginación, suspira.

Hermione vuelve adarse la vuelta y por enésima vez en lo que lleva de noche vuelve a ordenarse aella misma que se duerma y deje de pensar en Malfoy.

Draco vuelve a cerrar los ojos y por enésima vez en lo quelleva de noche vuelve a ordenarse a él mismo que consiga dormirse y aparte suspensamientos de la figura que yace a dos metros de él.


Gracias mil por los comentarios :)


V- ¿Te estás ablandando, Granger?

La clase de runas mágicas es un peñazo.

Justo al final de la clase, en dos mesas aparte seencuentran sentados y visiblemente incómodos, Draco Malfoy y Hermione Granger.

Ambos escriben distraídamente en su cuaderno. Ni siquierasaben lo que están poniendo.

Solo un par de minutos más
un par de minutos más y ya podrádejar de vivir esa doble tortura de aguantar Hermione Granger mientras está enla clase más aburrida y estúpida de todo Hogwarts.

A su lado, Hermione no deja de moverse de un lado a otro enla silla. Draco comienza a darse cuenta de que su presencia la pone nerviosa yeso le hace gracia. Podría tener algunas ventajas poseer ese pequeño podersobre ella

La Princesa de Slytherin, por su parte, contempla de reojoal rubio Malfoy, que esa mañana está particularmente "mirón". Tras todo el díacargando con él, se encuentran en laúltima clase, de la cual sólo quedan un par de minutos.

Hermione mira alrededor, Hufflepuff escucha atentamente alprofesor y por primera vez ella está a punto de quedarse dormida. Debe de serla falta de Blaise para darle conversación.

Mira de nuevo a Draco.

Él tiene el talento conversador de una piedra.

Aunque tiene que reconocer que discutiendo no es tan malo.No tan malo para ser un sangre sucia, quiere decir.

Desde el principio, si hubo algo que la llevó a meterseespecialmente con Draco Malfoy fueron los humos que lucía a pesar de ser hijode muggles.

Hermione no puede imaginarse cómo sería Draco si fuese unsangre pura. Seguramente tendría a todo Hogwarts esclavizado.

La clase acaba y Hermione se levanta de la silla, perosiente claramente cómo no puede separarse completamente de Malfoy. Hay algo quela obliga a quedarse donde está o a acercarse más a él, es la fuerza que generael Laccio

Está segura de que él también lo siente, puesto que su muecade disgusto es la misma que la que seguramente tendrá ella.

 

Se fija en sus ojos. Tiene ojeras
como si no hubieradormido nada esa noche
seguramente está algo agobiado por todo eso que hapasado.

Hermione está acostumbrada a llevar tanto peso sobre sushombros que dormir es algo que no suele hacer en demasiada cuantía.

Un chasquido de lengua la saca de su ensoñación.

-¿Te mueves, Granger, o acampamos aquí?

Hermione pone un ligero puchero y antes de pensar en qué lepuede contestar, ya se está moviendo.

En la puerta del aula, una hufflepuff de quinto, cuyasonrisa a Hermione se le antoja demasiado falsa, se acerca a ellos y con unarisita nerviosa le da un papel a Draco, que lo acepta sonriente. Sin cruzarninguna palabra, la chica sale corriendo hacia otro corro con aún másadolescentes que no quitan la vista de Draco.

Maldito ligónoxigenado

-¿Qué es? -Pregunta la Slytherin con aparente indiferencia.

Draco, tras mirarlo unos segundos se lo pasa a ella. El rocede sus manos al cogerlo es cálido e incluso placentero, pero Hermione se frotala mano tras el contacto del chico.

Draco ignora el gesto. No sabe por qué le molesta que laracista de Hermione esté asqueada de tocar a un sangre sucia.

El gesto debía haber sido suyo por tocar a alguien comoella.

Parque mágico en Hogmeade.
Increíbles atracciones flotantes, carreras de escobas e importante
exposición de utensilios de cocina muggles.

Todo un espectáculo para los sentidos.

-¿Utensilios muggles? ¿Para qué se necesitan utensilios decocina poseyendo una varita? -Murmura mientras tira el folleto a la basura.

-Esa es la diferencia entre magos y muggles, Hermione. Parece mentira que no lo sepas, pídele a tufamilia que te lo explique.

Hermione encaja su mirada en la plateada de él, cínicamente.

-¿Vas a ir?

-Depende
¿Tú quieres ir?

Hermione se carcajea.

-Ni loca.

-Entonces iremos. -La sonrisa de Draco aflora en su rostro,enfadando aún más a Hermione.

Ambos sienten una especie de tirón y se acercan de golpehasta casi chocar.

Draco sonríe de nuevo, esta vez interiormente, porque sabeque la ha molestado.

En el comedor, Harry y Luna esperan impacientes a Draco.

Están furiosos porque ya no pueden comer junto a él, pero almenos pueden hablar un poco e infundirle ánimos.

Luna lleva todo el día casi sollozando en cuanto piensa enlo que debe estar sufriendo Draco. Cuando éste entra en el comedor junto aGranger, Luna vuelve a ahogar un gemido y Harry la tiene que abrazar.

-Mírale, Luna. Parece que no lo lleva tan mal
-intentaanimarla.

-¡Es una bruuuuuuujaaaaaa! -El sollozo se prolonga y Harrymira a los alumnos que se han quedado mirándo a Luna extrañados. -Mugglementehablando, quiero decir

Harry vuelve a acariciar el cabello dorado de su amiga hastaque alza la cabeza y encuentra a Draco, intentando llegar hasta la mesa deGryffindor mientras empuja a Hermione.

-Sólo será un segundo, Granger. ¡Muévete! -Grita Draco sinconseguir acercarse.

-¡Quiero ir a Slytherin!

-Pues espera, vamos a Gryffindor y luego a Slytherin.

Hermione parece estar en medio de una pataleta infantilporque no deja de tirar de Draco.

-¡Quiero ir ahora!

Draco mira a Harry, casi desesperado y Harry decide soltar aLuna y acercarse a hablar con él.

 

Puesto que acaban de discutir de nuevo, Draco y Hermioneestán pegados otra vez, por lo que Harry se siente incómodo.

-¿Cómo estás? -Le pregunta a su amigo mientras ignora a lafuriosa Slytherin que está junto a él.

-Maravillosamente. -Responde Draco, sarcástico.

Desde la mesa, Luna se acerca frotándose los ojos con lasmanos y por primera vez en el día, esboza una sonrisa cuando llega a Draco.

-¿Vendrás a la feria de Hogsmeade? -La dulce voz de Lunatranquilizan a Draco y siente cómo la presión del Laccio se afloja un poco,dejándole unos centímetros libres.

Draco mira a Hermione, que frunce el ceño.

-No, no creo que vayamos.

-Ah
-Luna mira al suelo, decepcionada y a la vez algofuriosa con esa estúpida Granger. -No será lo mismo sin ti
-El susurro es unpoco más apagado y Harry intuye que los sollozos podrían volver a comenzar en breve.

-Vamos, Luna. -Draco intenta sonreír para animar a su amiga.-Quiero que os lo paséis bien precisamente porque yo no puedo ir. -Le agarra labarbilla con los dedos para que ella le mire y Luna lo mira casi con adoración.

Hermione frunce aún más el ceño. Acaba de comprender que laLunática está enamorada de Draco Malfoy
pero
¿Y él de ella?

Hermione sigue contemplando la escena un par de segundos másy al final, cegada por la ira decide hacer lo que se espera de la Princesa deSlytherin.

-Vamos sangre sucia, el romanticismo es tan empalagoso quese me pega en los dientes. -Con un tirón furioso y seco, Hermione arrastra aDraco hasta la mesa de Slytherin, rompiendo el contacto que había con Luna.

-¿Romanticismo?

-Sí, bueno
Supongo que está tan loca que es fácilbeneficiarse a Lunática Lovegood. -Sus palabras son casi corrosivas, pero Dracoes consciente del deje de celos que se aprecia en su voz.

-Somos amigos. -Dice fríamente. No quiere tener que darleexplicaciones y mucho menos a ella.

Un silencio incómodo se adueña de la situación hasta queambos ven a la mesa de Slytherin girarse para fijar la mirada en Draco.

Las serpientes racistas lo miran con desprecio y Dracosonríe de medio lado.

¡Cómo si le importara lo que dijeran de él!

Fastidiado, mira hacia otra parte mientras observa cómoHermione se reencuentra con sus amigos y algunos hacen bromas respecto al"paquete" que tiene que soportar.
Draco hace oídos sordos a los comentarios de Slytherin, pero aun así le parecever algo parecido a la disculpa en esos ojos castaños que se posan en él cadapoco tiempo, pensando que no han sido descubiertos.


-¡Suéltame, Malfoy!

-No te estoy agarrando.

Draco continúa caminando hacia la calle, arrastrando tras desí debido al hechizo a una muy furiosa Hermione que no cesa de gritar.

-¡No me obligues a lanzarte un imperius!

El rubio no se para, sino que incluso camina más rápido.Haciendo oídos sordos a la Slytherin, cuyo rostro está completamenteruborizado.

-Sólo intento poner algo de emoción en tu vida, deberíasdarme las gracias. -Murmura el rubio, se siente especialmente optimista consigomismo al saber que la está molestando.

-¡Malfoy! -El grito hace que Draco, por primera vez se giréy fije su mirada en ella, que tan orgullosamente como puede se arregla el peloy la túnica. -No quiero ir a Hogsmeade. No puedes obligarme.

 

-Pero yo sí que quiero ir, así que si expones tu plan depasarte toda la tarde estudiando contra el mío de ir a la feria de Hogsmeade,lo siento, pero gano yo.

-Pues si yo expongo mi plan de llevarte hasta la más altatorre de Hogwarts y tirarte por la ventana, puesto que es más interesante quela feria
¿También gano yo?

Draco la mira divertido.

-Mira, tal vez así sí que lográramos separarnos

Hermione hace un puchero y Draco no puede evitar sonreírinteriormente. Nunca se hubiera imaginado que la Hermione Granger que lo habíamaltratado durante siete largos años pudiera ser tan niña para algunosaspectos.

-No pienso moverme ni un paso más, así que tú verás cómo mearrastras hasta Hogsmeade.

En los ojos de Draco brilla el desafío que acaba debrindarle Hermione y sin pensárselo dos veces, agarra a la castaña y la cargacomo si de un saco de patatas se tratara.

Draco Malfoy da lavuelta de nuevo y entre los gritos y patadas de Hermione Granger, teniéndola entresus brazos, pone rumbo hacia Hogsmeade.


Gracias a todos por los comentarios, seguidme porque todavía hay mucho mucho que contar :)

Sois mi motor para seguir con esta historia ^^


VI- La feria de Hogsmeade

La feria de Hogsemeade está repleta de magos, brujas, niñosy
gente, que en general está disfrutando del día.

Draco y Hermione se han cruzado ya con muchos alumnos deHogwarts que pasean subiéndose en las atracciones y comiendo algodón de nubes.

Hermione aún continúa enfada porque Draco la ha llevado porlos aires hasta allí, y esa precisamente es la razón por la que en ese momentono puede separarse de él.

Mientras, siguen caminando lentamente entre la multitud,Hermione mira al negro cielo.

Hace una noche clara y tranquila, lo único que se consigueoír son los juegos y grititos infantiles que pasean a su alrededor. En cambio,el cielo

A lo lejos se oye una voz masculina claramente amplificada yque da comienzo a la carrera de escobas.

Draco ve las saetas de fuego cruzar el cielo y de repentequiere subir y participar. Pero no puede con Granger ahí
Bastante ha tenidodejando el equipo de quidditch de Gryffindor.

Mira con reproche a Hermione, pero se encuentra con queésta, contempla el cielo con admiración y los ojos tan brillantes

-Hacía años que no venía a la feria. -Las palabras son comouna condena a la que corre riesgo a exponerse y de pronto cambia su expresiónpor la de Hermione-Granger-te-hará-sufrir. -Sigue siendo la misma mierda.

Draco se sorprende por el cambio de postura de Hermione.

-Pues no lo entiendo, tiene todo lo que una Grangernecesita: Atracciones para pasárselo bien, carreras para demostrar susuperioridad, cosas muggles expuestas directamente para reírse y ni uno solo deellos por aquí. ¿Cuál es la parte que es una mierda? -Las palabras han sidoclaramente un reproche, así que a Draco no le sorprende la mirada de odio queHermione le dirige.

-¿Sabes qué, Malfoy? Qué mi vida no es solo eso

Indignada, Hermione camina rápidamente hacia delante,olvidándose del Laccio. Cuando por fin se da cuenta, Draco ya se ha acercadoinvoluntariamente al igual que ella, como si fuera un muelle y se encuentrancerca
peligrosamente cerca.

 

El rubor tiñe las mejillas de Hermione al encontrarseinesperadamente tan cerca de él. Draco siente su propia respiración agitada yambos inspiran hondamente, relajándose y consiguiendo así separarse aunque seaunos centímetros para que la humillación no sea mayor.

Pasan varios minutos y ninguno de ellos dice nada, hastaque, de pronto se produce una lluvia de luces y colores en el cielo.

-Fuegos artificiales
-Murmura Hermione, casi conadmiración.

-¿Sabes que son un invento muggle?

Hermione lo mira extrañada. ¿En serio los muggles puedenhacer algo tan
tan bello?

Baja la mirada, no piensa admirar a nadie y mucho menos aunos muggles.

-No lo sabía. -Comenta secamente.

Los fuegos siguen volando por el cielo. Rojo, rosa, morado,azul

Hermione intenta no mirar, pero el reflejo de las luces en el río hace quequiera observarlas por muy muggles que sean.

¿Qué haces Hermione? ¿Dónde está el carácter de la Slyhterinque eres? ¿Por qué de pronto estás relacionándote con muggles o al menos conese Draco Malfoy
?

-Vámonos. -Dice de pronto. -Me aburro.

Draco, aún sorprendido por el arrebato de su compañera, seve arrastrado tras la chica y su disgusto con ella aumenta, volviendo a juntarlos.

-Hagamos algo interesante
-Hermione tantea susposibilidades y de pronto ve la gran noria que se encuentra justo en el centro.Mide unos cien o doscientos metros y consiste en varias cabinas flotantes queson controladas por un mago feriante con no muy buena pinta. El hombre mueve suvarita cada poco tiempo mientras ojea una revista. -Vamos allí.

Hermione siente que la emoción se apodera de ella. ¿Quépasaría si tira a Draco desde arriba? Algo parecido pasa por la mente de Draco,pues entusiasmado asiente con la cabeza y ambos se acercan al feriante, quesale de su caseta.

-Queremos subir. -La voz de Granger, autoritaria, parecedecir que se subirá a la atracción con o sin el consentimiento del hombre.

El feriante la reconoce e incluso hace una especie dereverencia.

-Suba Granger, sí suba y también su amigo, por supuestoinvita la casa. -El mago saca la varita de su túnica raída y abre la puertapara que ambos entren. Cuando los dos están dentro, la varita vuelve a moversey cierra la portezuela. -Tengan cuidado distribuyendo el peso o podríavolcarse.

La cabina inicia su movimiento lentamente hacia arriba.

Draco observa a la princesa detenidamente, mientras ellamira por la ventana.
Cansada del escrutinio de Malfoy, Hermione acaba girándose, molesta.

-¿Quieres una foto con un autógrafo, rubito?

El Gryffindor pasa olímpicamente de su comentario e inclusoesboza una especie de sonrisa a lo Malfoy.

-¿Cómo aguantas eso?

-¿El qué? -Granger comienza a mostrarse cuidadosa, estáentrando en terreno fangoso y lo sabe.

-Que todos te traten así, como ese hombre

-Se llama importancia, Malfoy, entiendo que nunca lo hayasexperimentado pero

-Te tenía miedo, Hermione. -Reflexiona durante un par desegundos. -No sé qué le habréis hecho tú o tu familia

-¿Quieres dejar de involucrar a mi familia en todo? Mifamilia no le ha hecho nada a nadie así que métete con la tuya. Pero claro
lafamilia de Draco Malfoy es perfecta, todos son felices menos por un pequeñodetalle
¡Son muggles!

 

Hermione lo ha dicho con intención de hacer daño y sabe quelo ha hecho, pero curiosamente, eso no la satisface. Al ver que el silencio deMalfoy se está extendiendo más de lo que esperaba, mira por la ventana. Estáncasi arriba del todo. El suelo se ve completamente negro menos por el pueblecitolleno de luces que tienen debajo. A lo lejos se aprecian los picos de Hogwarts.

-¿Sabes qué, Granger? Me hubiera gustado que tus padresfueran muggles para comprobar dónde quedaba toda tu superioridad y riquezaentonces. ¿Para qué te sirve ser una Granger ahora mismo? ¿Para comprar amigosy buenas notas? ¿Para que la gente se muestre temerosa de hablar contigo? ¿Paraser completamente odiada por todos? Asúmelo ya. ¿Para qué
?

-Cállate, idiota. -Lo interrumpe, y por primera vez en suvida se dispone a abrirse, y justamente a ese perfefcto idiota. -También mesirve para tener un padre que me odia por ser mujer y "una blanda", tambiénpara tener que pasar más tiempo con ya-sabes-quién que el mismísimo HarryPotter, qué coño, incluso me sirve para tener esto. -Hermione se levanta lamanga de la túnica y le muestra a Draco una marca negra que ambos saben lo quesimbolizará, pero al menos no está completa, aún no significa nada.

Hermione se da cuenta de lo que acaba de hacer, pero laverdad es que no se arrepiente. Aunque la vergüenza puede con ella yprácticamente siente ganas de llorar por la humillación a la que ella mismaacaba de someterse.

Por primera vez en su vida, Draco Malfoy se ha quedado sinpalabras y se encuentra confuso a la hora de responder a esa figura temblorosay casi llorosa que se encuentra frente a él mirando hacia abajo y mordiéndoseel labio en un intento de contener las lágrimas.

Hermione Granger lleva casi siete años jodiéndole laexistencia y él, en cuanto le dice tres cosas ya siente que es un cerdo.

Pero Draco sabe que a Hermione le han dolido más sus propiaspalabras que las que él le ha dirigido, y si se lo ha dicho a él, siendo uno desus peores enemigos, quiere decir que ella necesitaba desahogarse desde hacíamucho, mucho tiempo.

-No sientas lástima por mí. -Hermione lo mira de pronto,sacándole de sus pensamientos. -Sigo siendo más guapa, inteligente y popularque tú.

Draco, lentamente sonríe y se alegra al ver una pizca dehumor entre los ojos empañados de Hermione.

Se queda mirando esos ojos hasta que la humedad parece haberremitido y por primera vez se percata de lo que quieren transmitir algo: Undesafío, pero no un desafío violento ni desagradable, sino un desafío distinto

Ella ve en los ojos grises de él una llama brillando. Esosiempre le ha inspirado curiosidad sobre él. A veces es tan frío que inclusoella le ha temido más de una vez, pero en otros momentos como cuando estaba conPotter o con Lovegood, sus ojos y su sonrisa decían algo más. Algo que ella nohubiera soñado que se le fuera a dirigir a ella por parte de nadie, pero que enese momento está sucediendo con él

Con un lento y cuidadoso movimiento, Draco acaricia sumentón y Hermione cierra los ojos, deseando creer que no es una imaginación.

Entreabre los ojos y alcanza a ver cómo Draco se acerca,pero entonces

 

La cabina produce un fuerte crujido y parece volcarse haciael lado de Hermione, puesto que el peso ya no está nivelado.

Hermione ahoga un grito y saca su varita pero no sabe quéhacer. Desde abajo, la voz masculina del feriante interviene justo en elmomento exacto y lentamente, la cabina baja.

Draco está aún más pálido de lo que suele estar normalmente,ha visto pasar su vida en un segundo y curiosamente, lo que más tiempo hadurado en su mente es lo que acaba de ocurrir. O lo que casi ocurre.

Traga grueso al imaginarse lo que podría haber pasado.

Cuando sale de la cabina, observa cómo Hermione se acerca aél poco a poco, atraída por el Laccio, lo que no es buena señal. Al principioguarda silencio, pero en cuanto él la mira una vez más, Hermione sienteexplotar la cabeza y comienza a gritar.

-¡Casi nos matamos, Malfoy!

-¿Y por qué me lo dices así? No insinuarás que el culpablehe sido yo.

-No lo insinúo. ¡Lo digo! ¿Acaso no escuchaste lo que dijoel feriante?

-Yo lo escuche perfectamente, pero si tú no hubieras
¡Yasabes! ¡Yo no sabía lo que hacía!

La gente de la feria comienza a mirarles, pero ellos siguencaminando en dirección a la salida sin prestar atención a nadie.

-Yo sé muy bien lo que hacías, en el fondo quieres lo quequieren todos, asúmelo.

-Pues para obtener loque quiero no te necesito, Granger.

Hermione siente un atisbo de dolor. Lo había visto en susojos. ¡Iba a besarla y no lo iba a hacer obligado, no señor!

-Es verdad, para eso tienes a Lunática Lovegood.

-¿Y qué tiene que ver ella en todo esto? -La voz de Dracosale desesperada, Hermione sólo hace lo que a ella le conviene y por esotransversa tanto las cosas.

-Nada, Draco. Simplemente que es, aparte de tu madre, laúnica mujer que te aguanta. Y lo de tu madre simplemente lo supongo.

-¿Qué sabrás tú de mi madre?

Hermione grita con furia contenida.

-Malfoy, eres el ser más estúpido que he conocido.

-¡Y tú la persona más egocéntrica y mandona que ha pisadoHogwarts!

-Ejem
-Hermione y Draco se dan la vuelta a la vez yobservan a un divertido Harry Potter que lucha por contener la risa. -¿Qué talos va?

Draco resopla y Hermione mira a otra parte, fastidiada.

-Muy bien. Acabamos de vivir una bonita experiencia cercanaa la muerte, pero por lo demás

-¡Si casi morimos ha sido por ti y tus lujuriosasintenciones!

-¿Lujuriosas intenciones? Vamos, Granger
Antes que a ti,dirigiría mis "oscuridades y bajezas" a Harry. Sin ofender. -Draco se girahacia Harry al decir la última frase.

-No, no
Creo que mejor
-Intenta decir Harry.

-Pues mira -interrumpe la Princesa de Slytherin. -Seguro quesacarías una buena tajada del fenómeno "el niño que vivió". Adelante Draco,otra cosa es que tu amigo quiera hacerlo.

Draco siente la sangre bombear en su cabeza.

-¿Sabes qué, Granger? Me parece que tú necesitas a un hombremuy seriamente, ya que me parece que comienzas a interesarte demasiado en mivida amorosa.

-Y a mí me parece que tu vida amorosa es imaginaria.

Cruzan una mirada asesina.

-No entiendo cómo te puedes aguantar a ti misma.

-Lo que no entiendo es cómo además de aguantarme yo, puedoaguantarte a ti.

-Llevo contigo apenas dos días y ya estoy a punto desuicidarme. ¿A que sí, Potter?

 

Draco se gira para pedir el apoyo de su amigo, pero se dacuenta de que ya no está. Se ha ido hace sabe Merlín cuánto.

Cuando vuelve a mirar a Hermione, esta tiene el triunfopintado en la cara.

-Pues hazlo. -Tras ese susurró malintencionado, HermioneGranger camina hacia Hogwarts casi pegada a Draco.

Los dos acaban de darse cuenta de que es imposible que elhechizo funcione. Nunca se han aguantado, no se aguantan y seguramente tampocolo harán nunca.

Entonces
¿todo eso merece la pena?


Perdón por la tardanza, estoy de vacaciones, pero tenéis suerte porque llevo más de cinco capítulos más que subiré pronto :)!!

Un saludo a todos y gracias por los comments!!


VI- Mi trofeo

Hermione abre un poco los ojos pero los cierrainmediatamente al percibir la luz colándose entre ellos. Ha dormido tan bienque siente cómo una sonrisa se extiende por su cara, pero quiere dormir un pocomás

Con un gemido de apreciación, abraza un poco más la almohaday vuelve a relajarse. ¿Qué hora será? Tal vez debería levantarse ya

-Malfoy
-Logra murmurar.

-Qué
-La voz del chico suena extraña
demasiado alta

-¿Dónde estás
? -Hermione se paraliza y poco a poco abre losojos, confirmando sus sospechas.

Draco Malfoy no está hablando muy alto, sino que está muycerca

El grito de Hermione hace despertar a Draco de pronto, queasustado también la mira.

-¿Qué pa
?

El rubio también se da cuenta. No simplemente estáncerca. Están prácticamente el uno encimadel otro. Hermione había confundido al chico con su almohada y hasta hacía dossegundos lo abrazaba cariñosamente y él la tenía aprisionada por la cintura,acercándola más aún a él

Probablemente ha sido por el sueño en el que ella corría porgrandes pasillos persiguiendo a Malfoy con un mazo gigante
Seguro que en mitadde la noche, mientras se imaginaba matando al rubio león, el Laccio la ha acercadoa él hasta que han acabado en esa posición.

Hermione se tapa la boca con las manos, rehuyendo el contactocon Draco todo lo que puede
Hasta que de pronto se abalanza sobre él.

-Maldito bastardo
¡Me estabas tocando!

La chica comienza a lanzar manotazos, algunos más y otrosmenos acertados en el rostro de Draco, que finalmente consigue agarrar lasmanos de la chica y mantenerlas quietas.

-Ha sido un accidente. Además, tú también me has tocado amí

-¡Pero involuntariamente! -Hermione sigue alterada ygritando histérica.

-No creas que lo mío ha sido voluntario
-Con un movimientofirme, Draco se deshace del apretón de la serpiente y la deja caer en la cama.-Voy a ducharme, así que tranquilízate o acabaremos también juntos en la ducha
-Una sonrisa pícara se extiende por su rostro y Hermione, furiosa, agarra unzapato y lo lanza a la cara del Gryffindor
acertando de pleno en el ojo.

Draco lanza un berrido.

-¡Granger!

-No hagas bromitas si no quieres acabar con el otro zapatoincrustado en el culo.

El león gime de nuevo al imaginar la escena.

Se suelta el ojo yverifica que no le falta ninguna parte esencial. Respirando hondo, se lanza ala cama, encima de Granger y la sujeta como puede.

 

-Basta ya, Granger. Estoy empezando a hartarme de ti. -Sepone a horcajadas sobre ella, sujetando sus manos.

-Déjame en paz. ¡Yo no soy la que toquetea a los demás enmitad de la noche!

Hermione se retuerce bajo el peso del chico, intentandoliberarse, pero no lo consigue

Draco fija su mirada en la de ella y siente cómo se mueve bajo él
lo que leprovoca una sensación
extraña

Siente la sangre fluir por cada parte de su cuerpo, cadajodida parte de su cuerpo, y se obliga a recordarse que la chica que tienedebajo esta vez es Hermione Granger, su peor enemiga

-Suéltame, Draco
-El susurro sale de sus labios tansuavemente que él, durante un segundo, solo puede mirarla apretar los labiosdulcemente, sin moverse. -Por favor

Lentamente, él la suelta y se dirige a levantarse de encimade Hermione cuando

La muchacha agarra uno de sus brazos y lo pone por detrás desu espalda, colocándose sobre él y apretándolo contra la cama.

Tras unos segundos sin aflojar la presión, Hermione seacerca al oído de Draco por detrás de suespalda y le susurra:

-No entiendo cómo aún te fías de mí, Malfoy.

Un último apretón y Hermione se levanta con una sonrisamalvada y, agradecida, comprueba que él no está enfadado, puesto que llega albaño sin problemas. Cierra la puerta con el pestillo.

-¡Yo me iba a duchar antes! -Se oye al rubio gritar desdefuera.

Granger sonríe.

-No tardaré mucho. -Lo tranquiliza mientras abre el grifodel agua caliente, comienza a llenar la bañera y saca la revista corazón de bruja de un cajón.

Menos mal que la revista es larga, puesto que aún tiene másde una hora por delante para hacer sufrir a Malfoy.


Por primera vez en esos días, Harry observa a un solitarioDraco Malfoy acercándose a la mesa de Gryffindor. Sin perder el tiempo seabalanza sobre él y ambos se golpean cariñosamente.

-¿Cómo has conseguido venir sólo? -Pregunta Harry haciéndoleun hueco en la mesa.

-Parece que hoy ninguno de los dos está
especialmentepeleón, bueno, no ahora. -Draco coge un par de patatas fritas del plato de Lunay las come rápidamente. -Qué suerte tenéis, en Hufflepuff la comida dura tresminutos y normalmente, cuando Hermione y yo llegamos ya sólo queda pudin. Yodio el pudin.

-Cuando Granger y tú llegáis, quieres decir. -Ron le miradesde el otro lado de la mesa, fijamente.

-Sí, eso he dicho, comadreja.

-Has dicho Hermione y yo. -Apunta Luna.

Harry ve en los ojos de Draco la duda. ¿En serio ha dichoeso?

Decide ayudarlo.

-Es lo mismo. ¿Así se llama, no? -sonríe nerviosamente. -¿Ylas clases?

-Aún más aburridas que en Gryffindor, imagínate
El otrodía, Flitwick estuvo dos horas explicando la guerra de las ninfas aladas. ¡Comosi no hubiera tenido bastante cuando tuve que estudiarlas en Gryffindor!

-Bueno, así si te tropiezas alguna vez con una ninfa aladano olvidarás todo lo que sufrieron. -Luna sonríe inocentemente mientras apartapedazos de comida y los deja en la orilla del plato para alguna de suscriaturas "imaginarias".

Malfoy prefiere no comentar que las ninfas aladas se extinguieronprecisamente en esas guerras y desanimadamente recuerda que no puede estar allídurante las comidas.

 

-Tengo que ir a Hufflepuff
intentaré venir mañana también.

Sus amigos se despiden tristemente de él y Gryffindor vuelvea ser el de siempre
sin Draco Malfoy.

A unos metros, al ver que Draco se dirige a la otra mesa,Hermione también procede a despedirse.

-Tranquilos, lo tengo todo controlado. -Fingiendo una de susfamosas sonrisas, Granger se acerca a Hufflepuff y toma asiento junto a Draco.


Es tan bonita, tan maravillosa
¡Tan condenadamenteperfecta!

Draco la acaricia lentamente, disfrutando con su suavidad ydemorándose en sus curvas

Si al menos pudiera montarla una vez más

-¿Qué haces?

Draco cierra rápidamente el armario y se gira haciaHermione.

-Nada que pueda interesarte. -Le dice fríamente.

Hermione frunce los labios en una mueca de disgusto. No legusta que le oculten cosas.

-No me importa lo que quiera que tengas ahí, pero si esporno deberías decírmelo
No quiero saber que vivo con un depravado.

Draco alza la cabeza. Sabe que ella quiere averiguarlo y queno puede hacer mucho por impedírselo
Renegando de una nueva pelea, abre lapuerta del armario y deja ver a Hermione su Saeta plateada, la escoba de sussueños.

Hermione se acerca y la agarra sin pedir permiso. Esrealmente bonita, retocada con detalles negros y de plata por todas partes.Ligera como una pluma y brillante, sobre todo brillante.

-Siento que ya no puedas montar. -Draco la mira con la bocaabierta. ¿Hermione Granger se está disculpando por algo? ¡Diablos, tenía quehaberlo grabado! -Pero si te digo la verdad, siempre he odiado las escobas.

-¿Sí? Pero en quinto fuiste bateadora de Slytherin.

Hermione esboza una sonrisa, como si estuviera recordándolo.

-Dirás que fui la peor bateadora de la historia deSlytherin
Siempre me han dado un poco de miedo las alturas y
bueno, mi padredijo que sería bueno para nuestras relaciones que hiciera deporte
hasta querompí cuatro escobas de último modelo y mi padre se dio cuenta de que era unpeligro no sólo para los demás, sino para mí misma

Draco la mira en silencio y después vuelve a contemplar suSaeta
Sin ser realmente consciente, comienza a hablar.

-Demos una vuelta, Hermione. Monta conmigo.

-¿Qué? ¡No! ¡Es
es peligroso!

-Claro que no
venga, serán sólo diez minutos

-Malfoy, acabo de confesarte la verdad de por qué dejé elequipo, te he explicado que soy un peligro volante
¿Y aún quieres que me subaen ese trasto? No, no

-Vamos
¿En serio te da miedo una simple escoba?

Sus palabras son como una gran patada ofensiva para elorgullo Slytherin. ¿Qué acaba de decir?

-A mí no me da miedo nada. Cuida tus palabras Gryffindor

-¿Y si no tienes miedo, por qué no te atreves?

El desafío queda explícito una vez más en sus ojos yfinalmente, Hermione baja la cabeza, rehuyendo su mirada.

-Te vas a enterar
tal vez incluso pueda darte algunasclases de vuelo, Malfoy.

Draco sonríe pausadamente, disfrutando de su triunfo sobrela invencible joven.

-Sí, tal vez. -Murmura divertido mientras agarra su escoba yse dirige a la calle con Hermione.

 


Cho Chang es una alumna modélica. Lista, astuta, ágil,deportista, "simpática en los momentos oportunos", "generosa con los másnecesitados", completamente pura de sangre, guapa, brillante

Lo único que le falta son escrúpulos.

Cho se encuentra mirando por una ventana de uno de lospasillos vacíos de Hogwarts y algo acaba de llamar su atención. Un chicovestido de negro camina por los jardines de Hogwarts con una escoba plateada ybrillante en la mano.

Es Draco Malfoy.

A Cho se le acelera un poco el corazón, tiene que admitirque a pesar de ser un Gryffindor, Draco es realmente guapo y no demasiadoblandengue, como casi todos en la casa de los leones.

Cho observa sus movimientos, ágiles y también el débilbalanceo de su cabello plateado, enmarcando su rostro serio y perfecto.

Sí, la verdad es que no le importaría nada estar con eseGryffindor un par de días

Contempla exhaustivamente cómo la túnica negra y roha seciñe al cuerpo atlético de Malfoy y sus fantasías se disparan rápidamente. Unsinfín de imágenes pasa por su cabeza en cuanto decide que quiere a ese chicopara ella.

Nunca han hablado pero ella está segura de que podríaconquistarle con un solo batir de sus pestañas.

Cho se levanta del banco en el que está apoyada, pero en unaúltima mirada a su próxima presa, descubre que no está sólo, como al principioha pensado.

No, una chica camina unos metros tras él también enfundadaen un abrigo negro
pero un lazo verde metálico sale de debajo de su túnica

Un millón de pensamientos aún más interesantes se adueñan dela mente de Cho.

Hermione Granger también está persiguiendo su trofeo

La lucha parece cada vez más interesante.



Lo siento mucho por tardar tanto, pero me fui de vacaciones. Por cada comentario nuevo que me dejéis, una muerte lenta y dolorosa para Cho Chang ;)


VIII- Mi perdición

La oscuridad de la noche es solamente un aliado más.

Dos figuras vuelan rápidamente por el cielo oscuro yasombrosamente, ninguno de los dos está discutiendo, sino que están ensilencio.

Hermione se abraza fuertemente al cuerpo de Draco y escurioso, pero ninguno de los dos se siente incómodo
es más, se encuentran máscómodos de lo que han estado en años.

-Mira. -Susurra Draco mientras acelera un poco más,arrancando de la garganta de la Slytherin un pequeño gritito.

Cortan el aire mientras vuelan por todos los alrededores delcastillo y un escalofrío recorre a Malfoy cuando nota cómo los brazos de lachica que está tras él, aprietan un poco más el abrazo.

Por unos segundos todo se encuentra en calma. Como si todoestuviera como tiene que estar en realidad.

De pronto, la velocidad de la escoba se ralentiza y acabanparándose en un lugar, justo sobre el lago.

El castillo de Hogwarts se observa imponente está a un parde kilómetros, pero aun así es tan grande que corta la respiración. Algunasventanas con la luz encendida alumbran esa noche, aunque innecesariamente,puesto que las estrellas parecen más grandes y más brillantes desde esaposición.

Hermione contempla asombrada cómo dichas estrellas sereflejan en el lago, haciendo que una extraña sensación se instale en su pecho.

 

Draco la mira, esperando que diga algo, pero ella no lohace, está tan impresionada que tal vez ni siquiera se ha dado cuenta de que élestá allí.

-Vamos a descansar un momento.

Volviendo a sujetar la escoba fuertemente, Draco se dirige aun pequeño istmo que parece querer adentrarse en el lago y ahí se bajan de la SaetaPlateada.

Hermione se sienta en el suelo barroso, sin preocuparse desi se está manchando y Draco también toma asiento junto a ella.

-Gracias.

Esta vez es Hermione la que se sorprende. ¿Draco Malfoyagradeciendo algo? Imposible.

-Me las merezco.

Ambos se miran y se ríen a la vez.

-¿Pero por qué en esta ocasión?

-No sé
por haberme acompañado, pensé que no lo harías.

-No lo iba a hacer
pero bueno, Hermione Granger algún díatenía que superar su miedo a las escobas

-Pensé que no tenías miedo a nada. -Hermione se encuentramirando al suelo, pero en cuanto dirige su mirada a Draco de nuevo, éste laencuentra más brillante que nunca.

¿Por qué no tiene siempre los ojos así? ¿Por qué Hermione nose quita esa estúpida máscara nunca y sigue comportándose de esa manera? Dracosuspira, pero no aparta la mirada de ella. Sabe que él también tiene su propiamáscara.

-Ambos sabemos que hay tantos tipos de miedo
No es el mismoque tenemos cuando pasa algo malo
ese miedo que te estruja el alma y sientesque no puedes dar un paso más
el miedo que tienes por ejemplo cuando vas aperder a alguien
Prefiero mil veces vivir encima de una escoba que volver asentir ese miedo.

Draco mantiene el silencio un par de segundos, pero cuandova a hablar por fin para comunicarle que él también sabe mucho sobre el miedo,Hermione lo hace antes que él.

-Suena estúpido. ¿No? Llevo toda mi vida intentando arruinarla tuya y esta es la segunda vez que te digo algo que no le he dicho nunca anadie.

-Eso es porque incluso Hermione Granger necesita sentirserealmente bien alguna vez

-No necesito sentirme bien
creo que simplemente quierosentirme buena

De nuevo, sus miradas se entrelazan y Draco vuelve a sentirla misma imperiosa necesidad de poseerla. Pero esta vez es más fuerte,inexplicablemente quiere poseerla de verdad: sus labios, su cuerpo, su alma
¿Su corazón?

Con un ligero movimiento, posa sus labios sobre los de ellamientras la lluvia comienza a caer sobre sus cuerpos.


Harry contempla la lluvia caer desde una de las ventanas dela torre de Gryffindor.
No ha sido una imaginación. Hace unos minutos ha visto la escoba de su amigobrillar entre la oscuridad y sabe que él no puede haber salido volando sin ella

¿Qué pasa con Draco?

-¿Estás bien, Harry? -Luna se acerca a él y toma su mano,fría y algo sudorosa.

-¿Pasa algo afuera? -Anna, una de las chicas de sexto seacerca también a la ventana. - ¡Por Merlín! ¡Está cayendo un aguacero!

-Tranquila, Anna. Seguro que mañana hace un buen día. -Harrymira a Luna, que lo contempla preocupada y le quita importancia al tema. -No tepreocupes, Luna. Habrán sido imaginaciones mías.

Pero Luna no se queda tranquila y sabe que algo pasa.

-¿Qué tal le va a Draco? -Anna ha tomado asiento en unsillón junto a ellos y acaba de abrir un libro para ojearlo. -Me han dicho queestá empezando a acostumbrarse a Granger.

 

-Sí, está mejor. Todavía no se han hechizado el uno al otro,no mortalmente. -Luna mueve la cabeza asintiendo, mientras sus pendientes derábanos la secundan.

Una pequeña y suave carcajada sale naturalmente de lagarganta de Anna, que encantadoramente mira de nuevo hacia su libro.

Harry la observa desde la ventana un segundo más. ¿Ha sido suimaginación o ha visto algo más en el rostro de la chica? Y si lo ha visto
¿Qué era?

-Echo de menos a Draco. -Es el último susurro de Luna, antesde abandonar la sala.


Sangre sucia

¡Eres sólo un simpleGryffindor!

¡No me obligues alanzarte un imperius!

Malfoy, eres el sermás estúpido que he conocido.

No entiendo cómo aúnte fías de mí, Malfoy

La última frase que Draco aún recuerda retumbando en sucabeza una y otra vez, es la causante de que de pronto él se separe y finaliceel beso que ni siquiera sabe si se ha producido.

¿Su corazón? ¿Ha oído bien lo que su mente ha expuesto?

Lo sabe, lo sabía. El rubio sabe perfectamente quésignificaría besarla. Desde que Snape pronunció las palabras que los unirían,Draco supo que ella sería su perdición
pero aun así lo aceptó y ahora

Contempla a la chica, que aún espera que él reanude elcontacto.

Pero no lo hará. Y esarealidad la golpea de pronto. Poco a poco siente cómo el vacío se extiende porsu interior. Ha estado a punto de dejar que él la bese, que la acaricie
y asaber qué más
sólo por sentirse querida una vez en su vida, sin abrigar esaprofunda y oscura presión que la persigue día tras día y le impide respirarcorrectamente en los momentos importantes.

Momentos como ese.

Tras unos segundos de tenso silencio Hermione abre los ojospor fin y lo que Draco ve en ellos lo desmorona: Toda su furia ha vuelto másfuerte que nunca y ahora se dedica a atravesarle con la mirada.

Efectivamente y como él ha pensado, esa es la verdaderaHermione Granger. ¿Por qué él había pensado que ella ya no existía? Algo en sumente había intentado auto convencerle de que esa enemistad infantil habíaacabado

Sin darle tiempo a moverse, Hermione abofetea a Draco y oyeun gemido involuntario salir de su propia garganta, pero lo acalla como puede yrecompone su rostro de nuevo, a fin de que él no vea nada aparte de furia. Y loconsigue.

¿Por qué? ¿Por qué ella había pensado que él era diferente?Sin pensarlo había creído que podría haber sido capaz de perdonarle tantos añosque para ella también habían sido un infierno.

Para sorpresa de ambos, el Laccio no los atrae. Tal vezahora no hay cabida para el enfado en sus sentimientos. Tal vez ahora sólo hayconfusión y decepción en el corazón de ambos magos.

Draco mira a Hermione y durante un segundo, sólo durante unsegundo, se arrepiente de no haberla besado y se pregunta qué hubiera pasado silo hubiera hecho.

¿Realmente ella hubiese cambiado?

Pero una Slytherin siempre será una Slytherin y esa realidadno sorprende demasiado al rubio. Especialmente esa serpiente seguirá siendo lamisma, él no la cambiará de un día para otro, y él tampoco lo hará.

Pero al fin y al cabo, aunque Draco no lo sabe, Hermione noes como él piensa. No es la niña que todos creen y tampoco lo ha sido nunca.

 

El Gryffindor ve en silencio cómo ante sus propias narices,ella en una nueva demostración de querer aparentar ser quien no es, coge laSaeta Plateada del suelo y se dirige volando a trompicones hacia Hogwarts. Sola.

Y aunque se comporte como tal, Hermione nunca se ha sentidomenos Slytherin en su vida.



Nuevo capítulo. Espero que os guste :)


IX- Lo sabes

Pero Harry se ha equivocado con su predicción del tiempohacia Anna. Y no sólo el día siguiente comienza a nevar, sino que esta tormentade nieve se ha extendido y perdura con toda su dureza incluso ahora, doce díasdespués.

Todo Hogwarts está pendiente del tiempo.

Faltan apenas cinco días para la próxima salida a Hogsmeadey no parece que quiera dejar de nevar. Es como si el tiempo se hubieraparalizado y todos los días fueran iguales.

En la mesa de Slytherin, todos siguen como siempre.
Puede que ahora que han perdido la cabeza de la casa, los alumnos se muestrenaún más reacios y más crueles con los demás.

Gryffindor sigue de fiesta. Acaban de ganar el partido dequidditch contra Ravenclaw y la copa se insinúa realmente cercana este año.

Por su parte, la casa perdedora sigue intentando mejorar yno perder la esperanza.

Y Hufflepuff
Hufflepuff sigue cambiando día tras día, exceptopor dos de sus "alumnos" que parecen haberse quedado atascados en una etapa enla que no se soportan y ni siquiera intentan hacerlo.

Draco ha comenzado a mostrarse igual de salvaje en laspeleas con Hermione. Tal vez antes no lo hiciera porque se sentía culpable dehaber destrozado la relación que había empezado a surgir, pero precisamente poresa culpabilidad que Hermione ve en sus ojos cada vez que lo insulta o lomaltrata, dichos abusos se han intensificado.

Nadie sentirá compasión jamás de un Granger, por supuestoque no. Ni aunque esa Granger en particular haya comenzado a desarrollaratrayentes y confusos sentimientos hacia el sujeto

Y Draco nunca la volverá a tocar. Ella ya no bajará nuncamás la guardia frente a él ni le abrirá lo que hay en sus pensamientos.

¿Para qué? ¿Para qué se burle de ella y la trate como en esanoche
?

Hermione cruza una fría mirada con su compañero, que se ladevuelve. Draco se siente realmente mal, no sabe por qué, pero cada vez que lave flaquear siente ganas de ir y consolarla
o al menos intentarlo, puesto queella no le deja acercarse a menos de un par de metros.

El Laccio sigue actuando con naturalidad, pero los choquesya no son tan extremos e inesperados, sino que parece que el hechizo sedebilita poco a poco
¿Qué puede significar?

Ninguno lo sabe, pero no tardarán mucho en descubrirlo.


Luna mira nostálgica hacia Hufflepuff. Se siente francamentemal al observar a Draco triste y desanimado
y más aún cuando contempla la caraque pone al observar cómo Granger le hace todos esos desplantes

Para Luna está claro que el rostro de Draco ya no expresamás desprecio, pero tampoco expresa nada bueno
Igual que el de Granger.

Es como si encubrieran algo. Exacto.

Toma un bocado más de su pastel de trufas y continúa mirando.

 

Draco es tan especial para ella

Anna observa en silencio la escena desarrollada en la mesa.Nadie habla demasiado entre ellos, mientras que los demás miembros de la casaplanean una nueva fiesta esa noche.

Harry suspira. Falta algo para que su gozo sea completo y yano es sólo Draco. Sino la alegría que él llevaba a la casa sin darse cuenta ysiendo realmente desagradable con algunas personas.

-¿Quieres ir a ver a Hagrid, Luna?

-Claro
después de adivinación me parece bien.

El chico de ojos verdes observa la expresión desanimada desu amiga y sigue su mirada hasta la mesa de Hufflepuff, dónde siempre reposa.

En silencio traza en su mente una verdadera sorpresa para suamiga.


En Slytherin, la mayoría de las personas se encuentra en supropio mundo, pero Cho, ella especialmente, está viviendo una de las aventurasmás excitantes de su vida mientras planea cómo conquistará al apuestoGryffindor
¡Estando pegado a la Princesa de Slytherin!

Cho siente cómo su piel se pone de gallina cada vez que seimagina la cara que pondría Granger ¡Al encontrársela a ella, su mejor amiga,con él!

No tiene nada especialmente excitante que su adversaria seaella, pero es divertido, y pensándolo mejor
no podría haber encontrado unaadversaria más fuerte que esa.

Mientras continúa mirando a la parejita que come lentamenteen la mesa de los tejones, Mc Gonagall se acerca a ellos precisamente, y conunas concisas palabras los conducen fuera del Gran Comedor.


-Se preguntarán el motivo de por qué están aquí. -McGonagall los ha hecho sentarse en el despacho, pero esta vez ¡En el despachodel mismísimo Dumbledore!

-Sí, claro
Eso nos preguntamos la última vez, y ya ve cómoacabamos
-Hermione arrastra las palabras mientras intenta esquivar la miradade Draco, que la observa contestar de esa manera a la profesora.

McGonagall hace oídos sordos, seguramente pensando queGranger ha tenido un mal día
o un mal mes junto a Malfoy.

-Yo de momento no les puedo adelantar nada porque será elpropio Dumbledore el que les explique todo en cuanto regrese de su reunión conel ministerio. -Se levanta de la silla con un ágil movimiento y se acerca a lapuerta, directa a abandonar la sala. -Espero que todo salga bien de todocorazón. Malfoy y Granger.

Ambos sienten un extraño escalofrío al oír cómo la profesorapronuncia sus respectivos apellidos
tan juntos
Cómo si de algún modo, éstosno pudieran ir separados sin cometer una seria falta gramatical.

Acto seguido, abandona la sala, dejándolos sumidos en untenso silencio que se pega a sus pieles y a sus ropas cómo una capa de aceite.

-Hermione, quería decirte que

-No Malfoy. No quiero escuchar nada que quieras decirme. -Lecorta ella, tajante.

-¿Por qué estás así? ¿Por qué te comportas cómo si lo quepasó esa noche
te importara? Aunque
después de ver tu reacción
empiezo apensar que lo hizo.

-¿Y tú qué sabes? ¿Qué sabes lo que me importa o me deja deimportar? ¿Crees que de verdad podría destrozarme solo porque un simple sangresucia tiene demasiado miedo de sí mismo como para intentar algo conmigo? Porqueestás muy equivocado. Para mí no significas nada, Draco Malfoy, y mucho menostus estúpidas caricias de principiante.

 

Las palabras han ido con la clara intención de ofender yhacer daño y Draco lo ha sabido desde que ha abierto la boca, por lo que hapreparado su defensa muy hábilmente y además
esa contradicción por su parteacaba de darle la pista exacta. Sí, le importa. Y mucho.

Unos pasos se oyen subiendo la escalera. Dumbledore está apunto de llegar.

-Lo que ambos sabemos perfectamente
-Se inclina hacia ellay sin volver a dudar se levanta de la silla, poniendo la mano sobre la nuca dela chica con un rápido movimiento. -es que para ti no soy un simple sangresucia. -Y renegando de todo lo que ha soñado con hacer para separarse de unavez por todas de Hermione, se acerca más que nunca. Más de lo que inclusohubiera soñado él mismo.

Sus labios la poseen, ansiosos, y Hermione, antes de poderapartarse, se encuentra respondiendo al beso frenéticamente.

El tiempo se para y solamente se encuentran ellos dos, en eldespacho, sintiendo cómo se aprietan el uno al otro cada vez más, notando cadaligero y pequeño detalle de la persona que les hace perder la razón en eseinstante.

El movimiento de la lengua de Draco sobre la de Hermione leprovoca escalofríos en cada rincón de su cuerpo y cuando esa lengua se dirige asu cuello para dejar una marca que demuestre que es
¿Suya?

Hermione lo separa con un fuerte empujón al tiempo que lapuerta se abre y Dumbledore entra.



¿Qué os parece? Espero ansiosa vuestras respuestas. :)

Muchas gracias a aquellas que me comentan y a Sol Meyer por seguir mi historia tan atentamente, aunque eso no quiere decir que el saludo no vaya también para todas las demás!!

Suerte y hasta el próximo capítulo: ¿Y si el tiempo...?


X- ¿Y si el tiempo
?

Unos pasos resuenan en la vacía sala común de la casa de lasSerpientes. Cho camina lentamente junto a Blaise Zabinni, hijo de uno de losmagos más célebres en el mundo mágico.
El fuego crepita en la chimenea y ellos dos se sientan enfrente.

-A ver. Vamos a volver a repasarlo todo porque no loentiendo. ¿Te gusta un sangre sucia?

-No me gusta Blaise
simplemente me inspira curiosidad.

-Pero te lo quieres tirar.

Cho chasquea la lengua, censurándolo.

-No deberías usar palabras tan vulgares.

-Si designo un acto vulgar con una persona vulgar, puedodecir todas las cosas vulgares que quiera.

La chica lo mira con suspicacia y deja pasar un densosilencio durante unos segundos.

-Bueno. ¿Vas a ayudarme o no?

-¿Y qué se supone que quieres que haga? -Blaise se recuestaen el sillón y estira los pies hacia el fuego mientras bosteza. Está cansado deque todo sea realmente estúpido y absurdo desde que Hermione se ha ido.

-Ya sabes
información, búsqueda
nada serio.

Zabinni suelta una carcajada cruel.

-¿Y qué me vas a dar a cambio de que te consiga alGryffindor? ¿A ti misma? Gracias pero no

Chang, ofendida en su ego más interno, tuerce la boca. Nonecesita rogarle a nadie para conseguir nada. Hay millones de personas quepueden ayudarla mucho mejor que él.

-Sabes Blaise
Sabía que no ibas a querer salir de tuestúpida ensoñación de que Hermione algún día reparará en tu presencia y dejaráde tratarte como un esbirro para convertirte en su mago ideal.

 

Inconscientemente el chico aprieta los dientes. Ciertamente,él no espera nada de Granger y le da completamente lo mismo cómo le trate.

-Si estás insinuando que estoy enamorado de Granger, déjamedecirte que te equivocas.

-¿Seguro?

La pregunta queda en el aire y poco a poco se vainmiscuyendo en la cabeza de Zabinni, sembrando una posible pero invisibleduda.

Chang se levanta de la silla y camina hasta su habitación,pero antes de abandonar completamente la sala, vuelve a dirigirse a él:

-Sólo te digo que desde que Granger está con Malfoy, él yano es el mismo. Lo ha convertido en una especie de sombra del verdaderocarácter áspero y brusco de lo que era antes. Y no te diré que eso no meconviene. Pero además sé de muy buena mano que también ella ha cambiado, y noprecisamente para mal.

Con otro suave taconeo, abandona la sala, dejando a Zabinniconfuso. Muy confuso.


El director es un mago alto y transmite confianza. PeroDraco y Hermione no están precisamente confiados en ese momento.

Ambos se han sentado y casi están rezando porque el viejoAlbus los deje irse de una vez y olvidar el momento que ha precedido a sullegada. Pero como ambos saben, lo hecho está hecho y no es fácil olvidar algode esa magnitud. Es más, es probable que se pasen el resto de la semana sinpoder pensar en nada que no sea

El beso

Dumbledore se sienta. No parece que haya visto nada, perotal vez ese brillo en su mirada quiera decir algo más

-Siento el retraso
Espero que no os hayáis aburrido mientrasllegaba.

Hermione siente ganas de suicidarse al escuchar esaspalabras. Lo ha visto.

Ese viejo loco ha visto cómo el inmundo sangre sucia labesaba, y lo peor.
¡Ese viejo loco ha podido observar cómo ella respondía al beso cómo si la vidale fuera en ello!

-Bien. Jóvenes, llevan más de medio mes portando el lastreque sin duda significa el Laccio
y lo verdaderamente curioso es que susrelaciones no han mejorado -carraspea levemente. -Supongo que son conscientesde que no faltan muchas semanas para el final del curso y que una vez suestancia en Hogwarts haya acabado también lo harán sus interacciones, a no serque decidan vivir una vida similar, lo que sería complicado. Por eso es devital importancia que los dos intenten mejorar ya mismo sus relaciones otendrán que cargar el uno con el otro una vez su formación académica hayaacabado.

Los dos chicos se miran a los ojos por primera vez desde queel discurso ha empezado. Ninguno de los dos se había planteado la idea de queel tiempo estuviera limitado
y ahora que lo piensan, apenas tienen cincosemanas para redimir siete años
¿Es justo?

-No quiero decir que ya esté todo arreglado pero
bueno, yohe notado que últimamente el Laccio está un poco
no sé, no es tan tirante.¿Podría significar algo?

Hermione mira a Draco. No sabía que él también lo habíasentido
Eso quiere decir que realmente el Laccio está desapareciendo
peroellos no han mejorado su relación

¿Se ha rendido? Hermione suspira. Menuda estupidez. Loshechizos no se rinden, son sólo hechizos. Algo más tiene que suceder y no sabepor qué, pero la verdad es que le da un poco de miedo averiguarlo.

 

-Sí, claro
podría significar muchas cosas. -El ancianoreflexiona un instante. -Pero lo mejor es que lo averigüéis vosotros dos,juntos.

Con una enigmática sonrisa, el director se levanta y sedirige a hurgar en sus cajones en busca de a saber qué, dando por finalizada suentrevista.


Luna y Harry se dedican a pasear arriba y abajo por lospasillos de Hufflepuff, esperando a su amigo que al parecer no llega. Hace unbuen rato que ha ido al despacho.

Tras algo más de veinte minutos, al final del pasillo se vea dos figuras que caminan separadas y sin cruzar palabra
pero aun así hay algoque parece unirlos. Cómo una especie de halo.

Harry lo nota e inmediatamente examina el rostro de Lunapara averiguar si ella también ve esa especie de atracción que hay entreHermione y Draco
pero no logra averiguar si lo hace. ¿Es el conjuro al queestán sometidos
o no?

-¿Para qué hemos venido a buscar a Draco? -pregunta la rubianuevamente en un susurro.

-Ya verás. -Expone.

El chico de ojos verdes adelanta un par de pasos paraalcanzar a su amigo y a la chica que está a su lado, a la cual como decostumbre, ignora prácticamente.

Hermione nunca se ensañó especialmente con Harry, no así aDraco le amargó la existencia y a Luna la insultó hasta rabiar, con Harry semoderó un poco. Lo que no quiere decir que se llevaran bien o nunca hubieransucumbido a la tentación de lanzarse un pequeño insulto por los pasillos cuandoestaban en el ciclo joven.

-Draco, ya casi nos íbamos. Te estábamos esperando.

Él sólo saluda con un gesto de cabeza, lo que preocupa a la jovenrubia.

-Queríamos que vinieras a la caseta de Hagrid. Así éldejaría de preocuparse por
por tu situación.

El rubio cruza una débil mirada con Harry, pero éste señalasuavemente a Luna y finalmente Draco acaba sonriendo falsamente. Luna parecemás apagada desde que él se fue.
Loa sentimientos de la chica nunca han sido precisamente un secreto para ellos,pero Draco siempre esperó que ella se olvidara de él pronto. No le convenía.

-Vale, está bien. -Asiente aún con esa sonrisa.

Hermione mira al suelo, completamente incómoda. ¿Acaban dehacer un plan dejándola al margen? Obviamente no tiene ningún interés en ir conaquellos traidores a la sangre a ninguna parte, pero pensaba que la tendrían enconsideración teniendo en cuenta que está pegada al Gryffindor

Le gustaría irse, huir, encerrarse en su verdadero cuartoentre las sábanas de una cama que no fuese la de esa habitación que compartecon él

Levanta la vista hasta Malfoy y observa detenidamente surostro. La sonrisa tirante y forzada, el cabello flotando suelto, los ojoschispeantes dirigiéndose hacia ella justo en ese momento

Aparta la mirada sintiendo sonrojarse estúpidamente. ¿Quédiablos le está pasando con él? ¿Por qué justo ahora?

-Granger, voy a ir con ellos así que

-Así que tengo que seguiros. ¿Verdad? -la voz sarcásticapero a la vez amarga hace que la incomodidad se traspase hacia Luna y Harrytambién, pero Draco la observa durante unos segundos antes de volver aarremeter.

-Pues sí, la verdad es que es lo que deberías hacer.

-Me da igual Malfoy, no pienso hacer más obras benéficas porhoy.

 

-¿Obras benéficas? Fíjate, a lo mejor si te ven con nosotrospor Hogwarts los demás piensan que tienes amigos.

Ha sido un golpe bajo y Draco lo sabe. Pero está cansado.Aburrido de todo. ¿Por qué ese círculo vicioso con ella? ¿Por qué sólo discuteny discuten y luego alguno de los dos hace algo por lo que vuelven a discutir? Yluego él hace una locura
Como besarla, sí como besarla. Cuando Draco la besópensó que solamente se estaba demostrando a sí mismo que él tenía el control,pero una vez más ella había ganado y sabía que el recuerdo que revivía una yotra vez de sus labios tan dóciles bajo los suyos no eran nada bueno para él.

-Si mis amigos fueran como tú, Malfoy, creo que preferiríaun exilio voluntario a algún lugar muggle.

-¿Sabes Hermione? Tienes un problema, un gran problema ydeberías buscar ayuda.

-¿Ah sí? ¿Y me lo dices tú Draco-soy-mejor-que-todos-Malfoy?

-No hablemos ahora de engreídos y ególatras porque tú tellevas el premio a la mejor además de la más repulsiva. -Draco comienza asentir cómo su cabeza da vueltas. Noquiere decir todo eso, pero lo dice. Necesita alejarla sólo unos segundos,necesita ni sentir sus manos acariciando sus hombros mientras deja que la bese.

-¿Repulsiva? Pues no parecía que pensaras eso hace cincominutos, mientras
-Hermione siente un picor en la garganta extraño y sabe quelo que ha dicho él lo decía realmente. -Mientras
-Toma aire un segundo. -Teodio, Malfoy.

La castaña se da la vuelta y comienza a caminar en direccióncontraria y a pesar de sentir el Laccio con toda su fuerza atravesándola yacercándola a él. Gracias a los astros, su férrea voluntad hace que consiga abandonarla sala.




Otro capítulo más que espero que disfrutéis! ;)


XI- Debilidades

La visita a Hagrid no ha sido tan interesante como decostumbre. En varias ocasiones Harry y Luna han observado a Draco y él estabacallado y absorto en sus pensamientos. ¿Pero cuáles eran?

Harry no puede evitar pensar que sus sospechas sobre larelación de su amigo y la Slytherin son ciertas. ¿Cómo ha podido suceder?

Cuando se despiden del medio gigante, ambos amigos seofrecen a acompañar a Draco hasta su habitación en Hufflepuff, pero éste seniega y sonriendo a duras penas les contesta con evasivas y con un frágil: Chicos,tengo que pensar.

Se separan. Harry y Luna miran a Draco alejarse. Estácambiado, está distinto. ¿Dónde está su carácter tan ofensivo y salvaje?

-También ella estáasí de extraña. ¿No te has dado cuenta, Harry?

El chico se sobresalta. Estaba casi seguro de que Luna nodiría nada sobre la relación que parecer ser ha florecido entre los dosjóvenes. Y Harry sabe que a ella le duele pensarlo.

El silencio se extiende y los ojos azules celestes de Lunase clavan en los verdes del chico. Parece que le está suplicando que la mienta.¿Lo está haciendo realmente?

Harry opta por sonreír y darse la vuelta, arrastrandotambién a Luna.

-Ese Laccio debe volverlos muylocos.


El rubio se para frente a la puerta sin atreverse a entrar.
Tras unos segundos dudando, da unos pasos dentro de la sala. Ella no está allíy eso no lo tranquiliza.

Draco se sienta en su cama y por fin se siente libre. Bajala cabeza hasta casi ponerla sobre sus rodillas y por primera vez desde queempezó toda esa locura, respira hondamente.

 

-¿Qué estás haciendo, Draco
? -Se susurra a sí mismomientras no deja de recordar una y otra vez los momentos que ha vivido conella. Nunca se había sentido así con ninguna chica, pero Draco no es tonto ysabe lo que está pasando, aunque no lo quiere aceptar. Ya hace un par de díasque en su cabeza se ha empezado a formar la idea de que tal vez lo que sientepor Hermione no son sólo ganas de poseerla y así someterla a su voluntad, cosaque no ha conseguido

Un ruido tras él lo alerta y ve cómo la chica en la quejustamente está pensando se levanta. Estaba tirada detrás de la cama.

Ninguno de los dos se atreve a hacer ni decir nada. Se mirandurante unos segundos y finalmente Hermione se tumba en su lecho. Está optandopor ignorar al chico pero ella sabe mejor que nadie que no puede hacerlo. Nosabe cómo, pero entre ellos han empezado a surgir demasiadas cosas y eso laasusta terriblemente.

La Slytherin siente la sangre fluir por su cabeza dolorida.Nunca lo admitirá, pero esos ojos rojos y algo hinchados que está luciendi enese momento no son alergia ni furia contenida.

Por su parte, el chico no se mueve. Intenta no mirarla, perono es posible. ¿Qué estudiante de Hogwarts, sea de la casa que sea, se resistea sucumbir a la tentación de mirar y admirar a la Princesa de Slytherin? Ningúnchico que él conozca no ha mencionado alguna vez la sensualidad de su cuerpo ola modesta pero impactante belleza de su rostro.

Las ganas de comprobar si realmente sus labios son tanperfectos como recuerda en su mente lo vencen y termina por posar su miradaplateada en su cuerpo, sencilla y accidentalmente apoyado en su cama.

-Draco, Draco
contrólate
-Su propia voz resuena en sumente. -¿Qué me está haciendo?

Traga saliva, sintiendo la boca mortalmente seca. Es por laincomodidad del momento, nada tiene que ver que la falda de la chica se hayalevantado unos pocos centímetros más

El aire se vuelve denso, turbando al joven platino. Unaextraña corriente eléctrica lo conecta de pronto con Hermione.

Ella se sobresalta y tras unos segundos manteniendo lapresión, se levanta de la cama, quedando frente a Draco.

No necesitan decir nada. Hermione siente cómo la presióncomienza a hacerse patente en su garganta y antes de darse cuenta, dos gruesoslagrimones caen por sus ojos.

-¿Qué está pasando, Malfoy
? -Su voz se quiebra y Draco sepone de pie junto a ella. Por unos segundos levanta las manos, como si quisieraabrazarla, pero de nuevo los junta a su torso, evitando hacer más complicada lasituación. -¿Qué nos ocurre si tú y yo
?

-¿Nos odiamos?

La voz de Draco suena muy baja, como si estuvierasusurrándose a sí mismo. Pero no, una parte de su mente advierte perfectamentela presencia de Hermione.

Hermione se seca los ojos con la túnica, pero no se apartade él. Una nueva llama se enciende en sus ojos y tras suspirar una última vezHermione traza un camino con el dedo desde la sien de Draco hasta su nuca.Lentamente

-Sí, nos odiamos
-La voz suena débil, un simple hilo, peroDraco no lo advierte. En ese momento sólo es capaz de ver los ojos de ellaacercándose aún más, su piel suave y fría frotándose contra su mejilla y porúltimo de nuevo sus labios entreabiertos.

 

Draco se tensa en una posición defensiva, pero Hermioneprolonga aún más el contacto, haciendo que se relaje y que todo lo que tiene enla cabeza se esfume.

Pronto, también los labios de la chica se acercan al rostrode él y tras unos instantes manteniéndose a una distancia prudente, se apoyanen la comisura de sus labios.

-Así es cómo debe ser
¿Verdad? -Esta vez, la joven suenamás clara y con un extraño tono seductor
Las anteriores palabras delGryffindor queman su mente y en ese momento está más asustada que nunca, aunqueno lo pueda parecer.

Sus labios se deslizan por los de él. Draco abre la boca deella con la suya propia e intenta poseerla un poco más

Hermione se aparta y de nuevo acaricia su cabello antes devolver a acercarse a él. Presionando su pecho con la otra mano, lo apoya sobrela cama y se apoya a horcajadas sobre él.

Draco acaricia sus piernas desnudas mientras una parte de sumente intenta resistirse y no cesa de avisarle. Pero lo que su mente diga no esimportante.

En ese momento solo existe lo que ambos estén sintiendo.Solo importan sus cuerpos entrelazándose.

El sabor de los besos de Hermione.

El sabor de los besos de Draco.

Malfoy logra arrancar un gemido de la garganta de laSlytherin y una nueva oleada de sangre baja hasta esa parte del cuerpo de élque parece estar despertando de repente.

Roza de nuevo el muslo de Hermione y ésta aparta sus labiosde su boca para dirigirlos a su cuello.

Draco se olvida de todo. Solo quiere tenerla completamenteen la cama, bajo él, haciéndola sentirse suya realmente
Porque eso es lo quequiere y por fin puede admitirlo.

Quiere hacerla suya.

La respiración agitada de Hermione lo hace detenerse, ellatambién lo ha hecho.

-¿Qué
? -Es lo que alcanza a susurrar antes de advertir elmovimiento bajo la túnica de ella, que está sacando su varita.

Y una vez más, La Princesa de Slytherin logra poseer aHermione Granger.

-¡Cruccio!


-Habla. No tengo todo el día. -Chang mira de un lado a otrodel pasillo, buscando posibles testigos. Menos mal que no hay nadie.

La figura nerviosa frente a ella se mueve casi estúpidamentemientras Cho se disculpa a sí misma mentalmente. Se está repitiendo que nohabía nadie mejor y que esa era la única opción.

-¿Quieres que te hable de su relación?

-Sí, niña. ¿Qué relación tienen Draco Malfoy y HermioneGranger?

La Gryffindor se ajusta la capucha, escondiendo su largacabellera rubia.

-Pues
se llevan muy mal, pero últimamente
ambos parecenextraños.

-¿Extraños de qué manera? -Cho se apoya en la pared. Estáimpaciente y no es para menos, si alguien las descubre a esas horas por lospasillos de Hogwarts

-Draco está distraído
Parece un poco
lento, últimamente.

-¿Y qué más ocurre? ¿Cuál es la reacción de Potter?

-Harry está esperanzado
Piensa que no le ocurrirá nada yconfía mucho en él

La Slytherin acaricia su cabellera negra y lisa mientrasesboza algo parecido a una sonrisa debido al tonto tono de la chica. El caso esque aunque la figura encapuchada frente a ella haga parecer que es una niñabuena, no lo es ni por asomo
sino
¿Qué clase de Gryffindor traicionaría a supropia casa por puro egoísmo y afán de protagonismo?

 

-Escúchame bien. Quiero que lo apuntes todo, quiero quesepas absolutamente todo lo que pasa con Draco. Quiero que lo vigiles noche ydía, lo cual no te supondrá ningún problema especial, según me he enterado

Los ojos de la Gryffindor brillan de forma especial, casiamenazantes.

-No insinúes nada parecido, jamás he sentido nada por nadieen esa casa.

El tono también parece peligroso, lo que resulta cómicodebido al aspecto de la joven leona.

-Y mejor para ti, guapita. -Levantando altivamente lacabeza, Cho se va hacia las mazmorras lentamente, actuando como siempre.Exactamente como si no hubiese nadie más en el mundo.

Por su parte, la chica encapuchada también se dirige a sucasa.



Uyy!! La historia está interesante!! ;)

Muchas gracias por leerme, un gran saludo!

XII- Esto no es un juego

El tiempo se para en cuanto ella lanza la maldición. Dracose aparta, como repelido por un imán y cierra los ojos esperando al intensodolor que llegará de un momento a otro
Pero que no llega

Tras unos segundos, el rubio Gryffindor abre los ojos denuevo y contempla a Hermione que seguramente esboza la misma expresión confusaque él mismo.

Ella lo mira con la boca abierta.

-¡¿Por qué no ha ocurrido nada?! -Piensa mientras laconfusión comienza a dar paso a la comprensión y lejanamente se atisba lahumillación.

No ha funcionado porque en realidad no quería hacerle daño.¿Y por qué no quiere hacerle daño? Un mazo de conocimiento golpea la cabeza dela castaña empujándola a que ella misma lo asuma.

-Creo que te gusta, Hermione
quizás
quizás incluso algomás
-Su propio juicio, siempre tan atento, le escupe esas palabras, y ella,una vez más se niega a creerlas. Blog sobre productos para la limpieza del hogar

Pero esta vez es distinto. Es incluso estúpido porque eso loexplica todo: La extraña desaparición del Laccio, su celos irracionales, sudepresión y confusión constantes y ahora esto, no puede hacerle dañointencionadamente

Alarmada, tras haber concluido la fase de comprensión a lavez que Draco, observa cómo el chico va a comenzar con la última fase de esedesagradable acto: Humillación.

Draco traza una sonrisa casi macabra en su rostro. Estáenfadado, claro que sí. ¡Pretendía torturarlo! Aunque al final no lo hayaconseguido, la intención es lo que cuenta. En ese momento no sabe cómoreaccionar ante los sentimientos que al parecer alberga Hermione, porque sabeque los tiene
Ninguna chica a la que hubiera besado antes se había entregado aél con esa suavidad ni esa confianza que lo hacía actuar tan irracionalmentecuando la tocaba.
¡Por Merlín que lo iba a volver realmente loco!

La sonrisa persiste en su rostro. Ese es el momento que élnecesita para mostrarse a sí mismo que en realidad ella no es nada másimportante que cualquier lío que haya tenido en Hogwarts. Y probablemente seráel único momento en el que ella esté lo suficientemente débil como para nopoder hacer nada
así que Draco va a aprovecharlo, por supuesto que sí

-¿Te ocurre algo, Hermione? -Pregunta con retórico sarcasmo.-Porque me parece que un Cruciatus
ya sabes
debería sentirse.

 

Una carcajada sale naturalmente de su garganta y un nuevorecuerdo llega a su mente. Como cuando hace unos años se peleaban por lospasillos varias veces al día lanzándose pullas e insultos denigrantes

Si lo piensan bien, ambos saben que han vivido muchas máscosas juntos de las que ninguno de ellos se acuerda y de las que se deberíanvivir con tu "peor enemigo".

Hermione se siente impotente. Ahora le toca a él ser letal yella está atada de pies y manos. Furiosa, tira la varita contra la pared eintenta dar un paso hacia la puerta, pero él la sujeta.

-¿No contestas? A lo mejor tu hechizo ha fallado porque noeres tan buena bruja cómo crees
-Draco decide usar el mismo jueguecito deseducción que ella misma ha utilizado hace sólo unos minutos. Se acerca a ella,aspirando el aroma dulce de su cabello. -O lo que no es cómo crees es lo quepiensas de mí

Hermione no se libera del agarre del chico, siente la furiacorrer por su cuerpo y la ligera duda de si sabe algo se está volviendodemasiado pesada como para ser soportable en ese momento. Tiene que escapar comosea y ya mismo.

-Malfoy, creo que te lo estás tomando demasiado en serio.

-¿Tú crees? ¡Has estado a punto de torturarme y yo me loestoy tomando demasiado en serio! -Sin pensarlo aprieta un poco más su agarrehasta que ella hace una pequeña mueca de dolor, pero no dice nada ni produceningún sonido. Draco la suelta de inmediato. Sabe que la ira se está apoderandode él y eso no es bueno. Nunca sale bien.

-¿Cuál es tu problema Malfoy? ¿Por qué esa reacción? ¿No eseso lo que tú y yo hacemos? Es sólo un juego y tú y yo jugamos

-Entonces esto es un juego
¿Y si mañana se te ocurre volvera llevarme a la cama y ponerte de nuevo sobre mí como
-Un escalofrío losrecorre a ambos al recordar el momento. -Como hace un momento y a mí me apetecelanzarte un Avada Kedavra tampocoimportará porque sólo es un juego
¿No? Creo que lo entiendo

Hermione frunce los labios y mira al suelo. La estátorturando y seguramente está disfrutando con ello, porque seguro que sabe queeso no es un juego. En absoluto.

-¿Y entonces por qué no ha funcionado? ¿Por qué no hemospodido seguir jugando, Granger?

Hermione no sube la mirada. Esa es justo la pregunta que noquería oír y que obviamente no piensa responder, pero no importa, porque Dracono pensaba dejarla hacerlo.

-Te lo voy a decir. Porque en el fondo sabes que no estásjugando. Sabes que sólo es una tonta excusa para obtener lo que quieres y sabes que lo que quieres soy yo.

Draco alza el rostro de Hermione, intentando mantenercontacto visual y cuando lo consigue la sonrisa sardónica de ella son el primeratisbo de frío en su cuerpo. Pero no va a dejar que lo convenza. Ahora estácompletamente seguro de que ella busca y espera algo más que simples besos aescondidas.

-¿Insinúas que me gustas? -La chica siente su interiortemblando cómo una hoja de papel, pero lo que Draco ve es a la misma Slytherinde siempre que de nuevo lo mira cómo si sólo fuese porquería. -Porque me parecela mayor tontería que has dicho en bastante tiempo, y créeme, dices muchastonterías.

-No lo insinúo. Lo sé.

Hermione da un paso atrás. Con él tan cerca no puede pensar,pero mientras ella retrocede, él da dos pasos hacia ella. De nuevo están tanjuntos que Hermione siente que no puede respirar normalmente.

 

-¿Porque te hebesado? Entonces también estoy enamorada de un millón de chicos más.

La imagen de Hermione besando a alguien, cualquier personaque no sea él mismo comienza a molestar a Draco sobremanera. ¿Quién se creepara alardear así? Luce a los chicos como si fueran trofeos

El Gryffindor se acerca una última vez a ella y presionasuavemente sus labios en la oreja de la chica.

-Porque estoy seguro de que con ninguno de esos chicos tehas olvidado de todo con sólo un par de besos, incluso de su sangre.

Él abandona la sala, dejando a Hermione con la piel degallina y sin moverse durante un par de minutos. Finalmente se arroja sobre lachimenea y estrella contra el suelo todo lo que se encuentra encima de ésta.

Esta vez ha ganado él, pero no será igual la próxima.


-¿No deberías desayunar en Hufflepuff? -Harry contempla a suamigo con el ceño fruncido y sentándose en la mesa de Gryffindor. -¿Qué ocurre?

-Nos hemos peleado otra vez. Y me da lo mismo lo que me digaDumbledore, McGonagall o Snape
no pienso volver a esa mesa nunca.

Luna mira extrañada a su amigo y observa que Hermione nisiquiera ha bajado a desayunar. Baja la cabeza de nuevo hacia su pequeñocuaderno de notas y sigue escribiendo en él.

-¿Qué está haciendo? -Pregunta Draco a Harry en un susurro.

Potter gira los ojos hacia su amiga, que está muyconcentrada.

-Ah
eso
Dice que es un dibujo. Da lo mismo, no deja quenadie lo vea. ¿Y qué ha pasado esta vez para que discutierais?

-El mismo rollo de siempre, añadiendo que ahora Grangertambién parece tener un problema grave de ludopatía

Su amigo abre los ojos verdes sin llegar a pronunciarninguna palabra. La verdad es que prefiere no saber nada sobre los problemaspersonales de la Slytherin.

Draco está visiblemente irritado y tras observar la miradade Dumbledore clavada en él, agarra un par de cerezas y se las come ignorandoal director.

-¡Hola Draco! -Dos chicas se encuentran ante él. Una es AnnaVilder y la otra debe ser nueva, o simplemente una de esas chicas por las quenunca se ha interesado.

-Hola. -Pronuncia sin ganas. Mira hacia atrás como actoreflejo y en la mesa de Slytherin encuentra algo que hace que un escalofrío lorecorra. Es una de esas chicas estiradas de Slytherin
Cho Chang lo estámirando y bastante exhaustivamente.

-Alguien ha colado la noticia de que Hermione y tú prontovolveréis a vuestras respectivas casas. ¿Es verdad? -Draco se sorprende cuandove que las chicas aún siguen ahí y observa a Anna, que sigue parloteando aunqueél ya no la escuche.

-No sé
-Su Draco más desagradable vuelve a prevalecer, perocuriosamente lo hace al pensar en sí mismo separándose de Hermione y volviendoa su antigua cama. -No me he enterado.

Vuelve a mirar atrás y se encuentra con que Cho se acaba delevantar y se está acercando.
Harry la mira; tal vez crea que es guapa, pero seguramente no saldría con ella.

-¿Podemos hablar, Draco?

La chica se dirige a él como si le conociera y esto extrañaal chico, que al darse cuenta de que no hay más opción, se levanta y la siguehasta una de las columnas de la puerta que lleva al gran comedor, dónde nadiepueda oírlos.

 

-¿Y tú eras
?

-Cho Chang. Soy amiga de Hermione.

El chico cambia su expresión indiferente a una de disgusto.¿Por qué quiere una amiga de ella hablar con él?

Cho advierte el cambio en el rostro de él y suelta unarisita casi infantil, como si quisiera dejar patente su inocencia.
Draco no puede evitar acentuar la expresión. La mayoría de Hogwarts sabe queesa chica no es precisamente una niña pura y dulce. Sólo hay alguien que puedaalcanzar su vida amorosa, y esa es La Princesa de Slytherin
claro que ella lohace todo con mucha más elegancia y en Hermione no es como si fuera un actosucio

¿Por qué está defendiendo a Granger?

-No te preocupes, no soy tan
ya sabes, mi carácter no escómo el de Hermione. Y yo tampoco comparto sus ideas respecto a
hijos de muggles, ya sabes.

-Ah. -Musita él.

Seguramente Cho no lo sabe, pero un cincuenta por ciento delas causas de por qué no le gusta Hermione es porque es una Slytherin. Así queCho no tiene ninguna posibilidad de significar algo para él. Igual queHermione
No, sobretodo Hermione.

-Sólo quería desearte ánimo y decirte que no todos losSlytherins somos iguales.

-Si tú lo dices
-Normalmente no es tan desagradable congente que no conoce y parece querer trabar amistad con él, pero tras ladiscusión con Hermione la noche anterior, todo lo que tenga que ver con ella loirrita.

Cho no pierde los ánimos y en un último arrebato de aparentejovialidad, se acerca a él y lo besa en la mejilla. ¿Demasiado cerca de laboca?

Acto seguido se dirige a su mesa con una sonrisa de triunfoen la cara. Ha sido realmente excitante y va a conseguir que él, que ahora casiactúa como si no la conociera, acabe rogando por ella. ¿Se ha creído que estonta? ¿Piensa que no sabe que ha estado toda la mañana mirando a su mesa paraencontrarse con ella?
Sólo de imaginarse a ella misma hablando con él hacía que pequeños pinchazosrecorrieran lentamente cada parte de su cuerpo.

Finalmente se sienta y el cosquilleo de sus labios por elbeso la acompaña el resto del día.

Draco, aún confuso, decide no volver a sentarse, sino quesale del Gran Comedor.
Quizás está nervioso porque no ha vuelto a hablar con Hermione, quizás por elbeso de aquella extraña o quizás simplemente está turbado porque la imagen de su castaña ha aparecido ensu mente cuando Cho se ha acercado.

¿Ha pensado "Su"?




Muchas muchas gracias por leer, espero vuestros comentarios (:


XIII- ¿Separados?

Es sábado por la mañana y todos los alumnos se encuentrandormidos en Hogwarts. Todos menos dos jóvenes de séptimo curso y sombríocarácter. Se hallan en el despacho de la profesora McGonagall, para desagradode Hermione, y junto a la mujer están esperando a Snape.

Tras apenas un par de minutos, en la puerta se adivina lafigura de Snape. Camina descoordinado, medio dormido, y no se ha peinado, porlo que el cabello grasiento se encuentra demasiado "punk" para un profesor comoél.

-Ahora que estamos aquí
Vamos a proceder a darles lanoticia que ambos, estoy segura, esperaban con ansiedad.

Minerva sonríe casi absurdamente mientras mira atentamente alos ojos aún adormilados de los dos chicos, que aún siguen en pijama.

 

-El profesor Dumbledore me ha informado esta madrugada deque por fin el hechizo Laccio que se les fue impuesto ha desaparecido, lo quesignifica que
-Se calla un segundo, como intentando prolongar el momento detensión. Infructuosamente, por supuesto. -¡Ya pueden volver a su vida normal!

Los segundos pasan y nadie pronuncia una sola palabra.Incluso se escuchan algunos grillos acentuando el silencio.

Hermione no hace ningún gesto, pero siente su corazón latira mil por hora y sus ojos despejándose completamente. A su derecha alcanza aver a Snape echando una cabezadita sobre la pared del despacho.

-¿Habéis oído, jóvenes? ¡Ya podéis separaros!

El silencio vuelve a extenderse durante una docena más desegundos, hasta que Draco, al atisbar una llama de desilusión en el rostro dela jefa de su casa, decide solidarizarse y esbozar una especie de sonrisarígida y forzada.

-Qué alegría

Eso es lo que McGonagall quería oír, porque se levanta y seacerca a Snape, golpeando suavemente su espalda en señal de camaradería y porconsiguiente, despertando al hombre que ya se había abstraído.

-Ve, Severus. Le dije que dos alumnos de nuestras casaspodían dejar de odiarse para comenzar una bonita y duradera amistad.

-No recuerdo que nunca dijera
-Severus se calla al ver quela profesora no cejará en su ánimo. ¡Les ha despertado a las cinco de la mañanapara decirles algo que seguramente los chicos se imaginaban!

Hermione y Draco dirigen lentamente su mirada el uno haciael otro, y sin saber cómo deberían reaccionar en ese momento, Draco esboza unapequeña sonrisa que a Hermione se le antoja asombrosamente tierna.

¿Puede él ser tierno?

Baja la cabeza, evitándole. ¿Desde cuándo un sangre suciacruza esa clase de mirada con alguien superior
? Incluso aunque por fin hayanlogrado salirse con la suya librándose del Laccio

Porque sus relaciones no han mejorado desde que estánjuntos, es más, si cabe han empeorado, si ahora están separados es porque amboshan comenzado a sentir

Hermione tose ligeramente antes de recordar de nuevo por quéya no están unidos y sin hacer ruido se levanta.

-Iré a empaquetar. -Se disculpa y después sale de la sala.

Draco se queda quieto un segundo más que ella. El aroma de lajoven aún ha quedado impregnado en el aire y se detiene para poder apreciarlomejor
es una mezcla entre una fruta dulce y algún tipo de helado
Es muycaracterístico, sólo puede pertenecerle a ella

Tras darse cuenta de lo que está haciendo, musita otradisculpa y sale de la sala a la carrera, sólo le queda una hora aproximadamentecon ella y piensa aprovecharla. Quiere que en ese último momento, ella recuerdequién manda.


-Draco
-Harry cuadra los hombros y clava los ojos en suamigo, intentando transmitir confianza. -No hace falta que lo niegues más
Sélo tuyo con Hermione y
-Carraspea. -Lo acepto y quiero que sepas que te apoyoy te apoyaré
¡Mierda! ¡No! ¡No! ¡No!

Baja la cabeza, derrotado. Lleva casi quince minutos en lascocinas de Hogwarts intentando decirlo y de ninguna manera suena convincente.Parece que en el fondo estuviera diciendo: "Draco, sé lo tuyo con Hermione y mehas traicionado. A partir de ahora aléjate."

 

Suelta el poco aire de sus pulmones y vuelve a respirarprofundamente.

-Draco
Te apoyo, soy tu amigo y
Joder

Se para de nuevo y repite de nuevo el ritual de respiración.Una vez más, mira con suspicacia a la cara de su amigo y vuelve a empezar.

-Somos amigos desde hace mucho
Draco, sólo quería decirteque tienes todo mi apoyo y

-¿Harry?. -Luna provoca un bote del cuerpo de Harry, que segira y practica una sonrisa. -¿Qué haces?

-Ya sabes Luna
a veces me gusta
-Mira a su alrededor, buscandoalgo para paliar su excusa perfectamente. A su derecha encuentra un pollo asadoque parece haber sobrado de la cena y rápidamente coge un grasiento muslo en lamano. -A veces me gusta comer pollo
Es muy bueno para los huesos.

Luna lo mira extrañada y la verdad es que es muy difícildesconcertarla a ella.

-¿A las seis de la mañana? Yo
fui a buscarte a tuhabitación, pero me dijeron que habías bajado a la cocina y me preguntaba siquerías desayunar ya.

Harry deja el pollo en la bandeja tras haberle dado un parde mordiscos y se aparta de su posición para buscar una servilleta y limpiar lagrasa de su mano y camisa. A su espalda queda descubierta una graciosa visión.

-Harry
¿estabas jugando con ese coco?

-¿Qué co
? -Mira de reojo y de pronto vuelve a colocarsefrente al coco que había simulado a Draco todo ese tiempo. -Sí, sí
Cuando bajotambién suelo
hacerles peinados a los cocos
Es divertido -Retira rápidamentelos espaguetis colocados a modo de cabello y con toda la rapidez que le esposible vuelve a acercarse a Luna y a agarrarla del hombro, escoltándola hastael Gran Comedor.


-¿Sigues enfadada, Granger?

La voz de Draco rompe el silencio y Hermione deja de sacarlas blusas del armario para girarse hasta él.

-Eso depende
¿tú sigues sin superarlo?

El cuerpo de Draco se tensa casi involuntariamente, esaconversación comienza ya como una trampa.

-¿Superar el qué? -Pregunta con desconfianza.

-Que no esté enamorada de ti
y por supuesto que bese a máspersonas que tú
Bueno, teniendo en cuenta quién eres
puedo decir simplementeque bese a personas.

-¿Tenías que sacar el tema? Ahora me pasaré todo el díallorando
-Comienza el muchacho cínicamente mientras la mira con una mueca quesólo puede pertenecer a un Draco frsutrado.

-Pues espero que te sea leve, rubito.

Hermione se gira y vuelve a la tarea de sacar la ropa delarmario, pero la presencia de él parado tras ella vuelve a hacerla girar.

-¿Recuerdas que dijiste que todo esto era simplemente unjuego? -Hermione retrocede
no le gusta esa voz. -Entonces, ¿por qué nosimplemente seguimos jugando? A ambos nos gusta, no puedes negármelo. Seríasimplemente satisfacernos mutuamente, sin ningún compromiso.

No está seguro de si lo que dice lo dice en serio. Se suponeque lo que estaba pretendiendo era tener él mismo el control de la situación,pero por lo que sus propios labios han propuesto
Eso se le puede ir de lasmanos en cualquier momento. Pero aun así no retrocede. Que ambos se atraen noes ningún secreto. ¿Por qué no aprovecharlo? No puede haber riesgo de que esaatracción llegue a algo más
¿Verdad?

 

Draco se acerca lentamente hasta tener el rostro de Hermionea un par de centímetros. Ella sonríe mientras se acerca lentamente a su oído.

-¿Pretendes tenerme a tu disposición cuando quieras, Malfoy
?Porque no lo haría con el único propósito de "satisfacernos mutuamente" ni enun millón de años. -Casi le escupe la respuesta y se intenta apartar otra vez,pero Malfoy ya la tiene calada. Sabe que si hay algo a lo que ella no puederesistirse es a tenerlo cerca, especialmente ahora que se encuentra tan confusaen lo referente a lo que siente por él.

El rubio simplemente sonríe, sin rastro de sarcasmo niironía, sin ningún otro sentimiento oculto
Sólo sonríe.

-¿Eso quiere decir que sí lo harías con otro propósito?

La desconfianza crece en los ojos de ella.

-¿A qué te refieres? ¿A amor?

-Lo estás diciendo tú, Granger, si de veras sientes algo pormí no deberías avergonzarte, es natural.

Una mueca de fastidio se instala en Hermione. Menudo egotiene ese chico. ¿Desde cuándo los roles se han comenzado a intercambiar?

-Puedo chasquear los dedos y un millón de chicos vendrían ahacer lo que yo quisiera, así que bájate de la nube, Malfoy.

Draco se aparta y camina hacia su lado de la habitación,sopesando lo que ella acaba de decir.

-Pero aunque apareciera ese millón de chicos, tú seguiríasprefiriéndome, Hermione. El Laccio no ha desaparecido sólo y ambos sabemos porqué lo ha hecho, recuérdalo.

El rubor comienza a escalar por el cuerpo de la Slytherin yse instala en sus mejillas. Ella baja la cabeza para evitar que Malfoy puedaverlo y una nueva inseguridad intenta hacerse hueco en ella. La inseguridad dehaber sido descubierta.

-Si lo que quieres es besarme sólo dilo. No tienes quemontar la pataleta de que te quiero porque, buenas noticias, Malfoy, yo noquiero a nadie.

-Pues sí, ahora mismo tengo muchísimas ganas de besarte y yade paso, lograr que te calles. ¿Te parece bien? Al menos yo admito lo quepienso y no me ando con rodeos. Te toca a ti hacerlo también. -Draco se gira ysus ojos rozan los de Hermione. Se encuentran a unos dos o tres metros, pero lamisma corriente eléctrica que había aparecido ya en una ocasión, los atormentaahora.

Ella baja la mirada, terminando el contacto e intentandohacer su expresión inescrutable para la mentira que va a decir.

-Pues yo no quiero besarte Draco, ni ahora ni nunca.

Y tras musitar débilmente las palabras, agarra la bolsa queya ha terminado de llenar y sin apenas una última mirada a la que ha sido suhabitación durante casi el último mes, Hermione Granger vuelve a su cómoda pero solitaria cama de Slytherin.

XIV- ¿Qué siento?

Sólo ha pasado una noche en Gryffindor, pero Draco tiene quereconocer que ha sido la noche más larga de su vida.
Ya se había acostumbrado a conciliar el sueño con el único sonido de la suaverespiración de Granger.
Ya se había acostumbrado a las noches en vela que sabía que compartían aunqueno hablaran

La verdad es que se había acostumbrado a ella y su repentinodesaire lo ha desanimado más de lo que estaría dispuesto a admitir.

-¡Eh, Malfoy! -Uno de los alumnos de sexto, Tommy Beatle, seacerca a Draco en el comedor y se sienta un momento junto a él. -Ahora que hasvuelto, nos contarás qué se siente al dormir con Granger ¿no?

 

El rubio mira al otro con frialdad, advirtiéndole que nosiga por ese camino, pero el aludido ni siquiera se percata y procede a llamara los otros para comenzar la ronda de cuestiones embarazosas. Draco loscontempla a todos como si fueran un grupo de hienas hambrientas y malolientes.

-¿Es verdad que se pasea desnuda por la habitación?-Pregunta uno de los alumnos que acaban de acoplarse al corrillo por detrás.

Un montón de risas masculinas lo secundan mientras algunoshacen comentarios obscenos sobre la imagen.

-Sí, sí. ¿Y que no consigue dormir si no tiene a un chico allado?

-¿Y que sus tet
? -La pregunta queda suspendida en la bocade Beatle, puesto que un puño impacta de pronto en su mandíbula con muchafuerza. Tal vez demasiada.

El chico cae hacia atrás y es sujetado por unos cuantosGryffindors que observan a Draco con la boca abierta. Éste mantiene el rostroconfuso. ¿Qué acaba de hacer y
por qué?
Busca la respuesta y su mente simplemente le dice que no está bien que hablenasí de una chica que no está presente en ese momento
Pero no solamente hapensado que era indebido, sino que al comenzar la conversación, simplemente elimaginarse cómo esos chicos pensaban en ella
Lo han vuelto loco

-Oye, ¿pero a ti qué te pasa?

Sí, está celoso. ¿Y qué?

Malfoy hace oídos sordos a Seamus Finnigan y tras observarla escena unos segundos más, se aleja del comedor, pero no sin antes girar lavista hacia Slytherin sin encontrarla ahí.

-¡Harry! ¡Al fin te encuentro! Me han dicho que Draco hapodido dormir esta noche ya en Gryffindor y que ayer fue su último día comoHufflepuff.

Potter mira a su amiga con una sonrisa en el rostro. Estámuy contento por tenerle de nuevo con él. Echaba de menos hablar con alguiencon la misma confianza que alberga en su amigo.

-Sí, es genial. Por cierto ¿Le has visto hoy? Hace un ratoque ando buscándole

Al final del pasillo, Anna se acerca corriendo y parecenerviosa. Los chicos intuyen que tiene una noticia que contarles y que llevatoda la mañana diciéndoselo a todo el mundo.

La chica aligera el paso al llegar hasta ellos y sacude sumelena rubia.

-Andaba buscándoos por todas partes. ¿Sabéis lo que acaba deocurrir en Gryffindor?

Los dos niegan con la cabeza y miran a la muchachanerviosos. Están seguros de que tiene algo que ver con Draco y también estánseguros de que no es nada bueno.

-Me han dicho que ha pegado a Beatle antes incluso dedesayunar.

-¿Qué? ¡¿Por qué?! -Luna se pone nerviosa enseguida, comosiempre, y Harry pone sus manos sobre sus hombros para tranquilizarla.-¡Nuckles marinos! ¿No puede estar dos minutos sin nosotros?

-Por lo que yo sé
Tommy dijo algo sobre Granger y eso hizoenfurecer a Draco.

El rostro de Harry es épico: Una mezcla de nerviosismo, conpreocupación y
¿Orgullo?


Hace unos minutos que ha recibido la noticia.
Una joven Gryffindor se dirige rápidamente al baño de chicas que se encuentraen la tercera planta. Allí, Cho Chang ya la está esperando.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué todos están tan alterados?

La chica rubia procede a contarle lo que sabe, añadiendo laobservación de que Hermione y Granger tal vez tuvieron más que palabras paralibrarse del hechizo al que ambos estaban sometidos.
Cho se retrae involuntariamente. No creía que esas insinuaciones fueranciertas, pero tras escuchar a la chica ya no hay duda. Con una sonrisa desatisfacción recuerda lo fácil que fue besar a Draco. Sí fácil y agradable.Podría repetirse en cualquier momento.

 

-Pero desde que se separaron nadie les ha visto volver ahablar
Tal vez estén peleados.

-¿Podrías preguntárselo a Draco? -Cho cruza los brazospensativamente. Le dirige una mirada a la chica repentinamente suspicaz. -Oespera, prefiero preguntárselo yo

Hermione se dispone a lavarse las manos después de por fin haberterminado de ordenar su armario, pero al escuchar el nombre de él, se quedaparada un par de segundos más de lo que sería correcto. Antes de percatarse delo que hace, Hermione está escuchando la conversación entre Cho Chang y otrachica que a Hermione le resulta familiar pero a la que no llega a ver completamente.

-¿Vas a ir tú misma?

-Sí, ¿por qué no? Ha llegado el momento de acercarme un pocoa Malfoy
o mucho. ¿Quién sabe? El encaprichamiento no va a durarme eternamentey no me gustaría haberme quedado sin
catarlo

Hermione ahoga una especie de nausea y se sienterepentinamente furiosa. ¿Con qué Cho va detrás de Draco? Pues ni loca va adejar que se acerque a él en la vida. El rubio está marcado cómo de SUpropiedad y no se va a enredar con la primera chica de cascos ligeros queencuentre.

La Slytherin se sorprende a sí misma con la determinacióncon la que su mente ha manejado la idea de que esa chica pudiera llegar a teneralgo con Draco, pero la verdad es que le da lo mismo lo que su mente haga odeje de pensar, porque en ese momento la rabia está en cada poro de su piel. Chono conseguirá arrebatárselo, por supuesto que no. Además, considerando queHermione es más bella, rica, inteligente
etc
¿Por qué iba a preferir a Chang?Una voz en la cabeza de Hermione vuelve a repetirle todas sus cualidades, peroaun así, una especie de temor a perderle se asienta en su estómago.

¿Significa eso que admite quererle?
-Bueno, no tan rápido. -Se dice ella misma.

Finalmente, la joven castaña baja las escaleras intentandocontrolar su creciente ira y dispuesta a vigilar muy de cerca a Cho a partir deentonces. Tras unos minutos, también Luna Lovegood camina por esos pasillos.


Zabinni no cesa de dar vueltas por su habitación. No sabeexactamente el por qué, pero desde que habló con Cho sobre lo que él mismosentía por Hermione
Algo no deja de rondarle permanentemente la cabeza, yBlaise se teme que no quiera desaparecer.
Tras varios minutos más de reflexión y conversaciones con él mismo, el morenose decide a hablar con ella. ¿Qué puede perder?

En ese preciso instante, Granger aparece. Cruza lahabitación cómo una exalación, ignorándole olímpicamente.

Blaise se muerde los labios nerviosamente antes de girarsehacia ella, que está casi en la puerta del otro pasillo.

-Hermione.

-Ahora no, Zabinni. -Ella ni siquiera se molesta en mirarle.

-Tengo que hablar contigo, es impor

El portazo lo deja traspuesto e impotente. El caso es que seda cuenta de que no siente nada por ella, al menos nada que pueda derivar enromanticismo o entrega, pero aun así ha sentido algo cuando ha aparecido. A lomejor simplemente la ve como una hermana
Una hermana insoportable, eso sí.

 

-¡Zorra! -Grita con el sonido de la puerta aún retumbando ensus oídos.

-¡Sigo aquí, estúpido!

La voz llega un poco lejana y Blaise se sienta en el sofá.Mañana hablará con ella.




La historia ha sido ya concluída con un total de 19 capítulos que intentaré subir cuanto antes ^^

Gracias.


XV- Besos

¿Cómo puede ser? ¿Cómo diablos es posible?
Draco sonríe cínicamente para sí mismo. Echa de menos a la prepotente deHermione y no sabe realmente la razón, pero el sentimiento de que algo le estáfaltando se hace patente prácticamente cada mañana de los cuatro días que hanpasado ya desde que se separaron. Suspira derrotado. Quiere hablar con ella,pero duda de que Hermione quiera hacerlo, ahora ella ha vuelto a su vidagrandiosa en Slytherin y seguramente ni siquiera recuerde qué era estar con él,sus peleas
sus besos

Coge sus libros de pociones y sale de la habitación mientrasintenta auto convencerse de que conseguirá hablar con ella.

-¿Qué piensas decirle, Draco? ¿Hermione vuelve, te echo demenos
? -Le aguijonea cruelmente su propia conciencia.

No, no puede decirle eso. Gira un par de pasillos mientrasbaja de la torre de Gryffindor. Luna lo está esperando en la puerta de la salacomún.

Se saludan y enseguida Lovegood guarda silencio cuandosiente que Draco está pensando en sus cosas.

La verdad es que no debería decirle nada. Podría no hablarcon ella directamente y así quizás en un tiempo, su extraña obsesión porHermione desaparecería.
Draco sonríe triunfal, sí, eso es lo que hará. ¿Cómo no había pensado antes enignorarla? ¿Acaso era tan difícil de concebir? ¿No es lo que ella misma estáhaciendo también desde que se separaron?

Desde que se separaron
Buah, suena como si alguna vezhubieran estado juntos, saliendo
Mira al frente apretando un poco el rostro yendureciéndolo.

-¿Ya has terminado de pensar?

Draco baja la cabeza hacia Luna y sonríe, intentandoreconfortarla y cambiar ese extraño mohín que se ha asentado en su boca.

-Estás pensando en ella. -Sentencia la rubia.

Draco da un respingo.

-¿En quién? -Responde con indiferencia.

Por extraño que parezca y seguramente por primera vez en suvida, Luna ríe amargamente.

-¿Crees que no nos hemos dado cuenta de cómo miras a
Granger?

Pronuncia su nombre con antipatía y Draco siente uninesperado pinchazo de disgusto. No le gusta que Luna la desprecie y esextraño, puesto que él hace algo más de un mes también sentía lo mismo. Sabeque el que ha cambiado ha sido él, pero porque ha tenido la oportunidad deconocerla. En eso consistía el Laccio ¿No? En conocerla y descubrir esospequeños detalles que hacen que la chica no sea realmente deplorable, sino sólouna especie de máscara. Recuerda las primeras discusiones, realmente furiosas,y las pequeñas peleas en las que sólo quedaba patente una gran lucha de egos.Cuando en la feria ella le expuso las desventajas de ser Hermione Granger ycuando creyó que iba a morir si no la besaba en el lago, pero finalmente no lohizo al creer que si lo hacía acabaría sintiendo algo más por ella
Menudaironía. Acabó poseyendo sus labios igualmente y aunque quizás ella no lo habíanotado, también se había llevado algo más de ella aparte de unos cuantos besos
Termina respolando. ¿Estará ella pensando también en él?

 

-Draco. ¿Estás bien?

El rubio mira a su alrededor y descubre que está dentro delaula de pociones. Ni siquiera se ha dado cuenta del montón de escaleras que handebido bajar.

En el aula Harry, Anna y Ron les esperan. Draco mira haciaatrás, hacia Hermione, pero ella está hablando con Zabini.

No. Definitivamente ella no está pensando en él.


-¿Y dices que golpeó al otro chico?

-Sí, todos lo vieron. -Blaise examina unos segundos elhermoso rostro de la joven. -¿Qué es eso que veo, Granger? ¿Estás contenta poralgo? -En su tono se adivina la mofa.

Hermione corta al chico con una mirada fingidamentemalévola.

-Estoy acostumbrada a que los chicos se peguen por mí, asíque no me pone demasiado contenta que dos infelices lo hagan intentando llamarmi atención.

El brillo de la astucia se adivina en los ojos del chico.Que lanza una mirada a Slughorn, comprobando que no les está observandomientras hablan.

-¿Infeliz? ¿Así es cómo llamas ahora a Malfoy?

Hermione frunce el ceño y abre la boca para comenzar arebatirle, pero una chica se acerca a ellos mientras finge que coge algúningrediente prestado de la mesa de Zabinni.

-¿Alguien habla de Malfoy por aquí? -Pregunta Cho con unavoz tan dulce que resulta empalagosa.

-Sólo comentábamos que últimamente se enreda con cualquiera.-Hermione está molesta por lo que oyó hace unos días, pero no cree que Cho hayaadelantado mucho con su estúpido intento de conquista.

Chang la observa durante unos segundos con una sonrisa casileonina en los labios y finalmente coge unas hebras de cabello de ratón voladorde los materiales de Blaise.

-Estoy completamente de acuerdo. -Comenta con media sonrisa.

La clase ha acabado hace apenas unos momentos y Hermioneprocede a guardar sus cosas refunfuñando. ¿Qué se ha creído esa estúpida parahablarle así?
Ha quedado muy muy claro lo que en realidad estaba insinuando, pero si Hermionehubiera dicho algo habría sido como descubrirse a sí misma. ¿Pero por qué derepente Cho se ha encaprichado con Malfoy? ¿Qué es lo que ve en él? ¿Acaso creeconocerlo?
Porque eso sí que no. Hermione es la única que sabe cómo es, cómo puedereaccionar según lo que digas y la única que puede picarle y molestarle hastala saciedad sin que él se enfade realmente con ella.

Si al menos pudiera hablar con él

-Hermione. Tenía que hablar contigo sobre lo de ayer
-Zabinni se ha acercado a ella y la castaña finge escucharle mientras con elrabillo del ojo observa a Draco reírse de algo que Potter acaba de decir.

-Sí, dime. -Musitan sus labios.

-La verdad es que prefiero que vayamos a otra parte, porqueen realidad quiero pedirte un favor

Draco levanta la cabeza al oír que alguien le llamasuavemente. Por un segundo, Hermione piensa que ha sido ella, pero luego se dacuenta de que están demasiado lejos. Se imagina cómo sería si se acercara y ledijera que quiere hablar con él
Seguramente se reiría, o la ignoraría. Y lopeor es que la culpa es suya. Fue ella la que finalizó su "¿relación?" cuandono quiso besarle.
Quiso decirlo. En el momento en el que lo rechazó quiso gritarle a la cara queella no era la putita de nadie y cuando él mencionó el amor también quisoarrojarle sus estúpidas ideas a la cara y besarlo hasta que acabara el mundo.Pero no lo hizo. Contra todo pronótico sólo tuvo tiempo de levantar la cabeza yabandonar la sala sabiendo que quizás jamás volverían.

 

Observa lentamente cómo la persona que le ha llamado no esotra que Cho Chang y una estampida de enfado lucha en su estómago por salir.

El chico no parece exactamente receptivo cuando ella seacerca tanto que cualquier chica podría oler sus intenciones con Draco, pero élno lo hace.

-¿Se puede ser más tonto? -Murmura.

-¿Qué? -Blaise abre los ojos ante el insulto y luego observaque Hermione ni siquiera le estaba escuchando. Está mirando cómo Cho se lleva aDraco casi de la mano. Todo Slytherin conoce esa treta. La joven asiática seacerca a sus conquistas y las convence de ir a "hablar". Al final todo acabacomo acaba y a juzgar por la cara de disgusto que tiene Hermione, Blaise acabade ver cumplidas todas sus sospechas sobre la relación que Hermione ha tenidocon el sangre sucia. Blaise siente algo extraño al comprender que a laSlytherin le pueda gustar ese chico.

¿Acaso está celoso? ¡Joder, no lo sabe! Eso es lo peor detodo.

-Vale, ya lo cojo Granger. No hace falta que vengas.

Hermione frunce los labios con fastidio al ver desaparecer aambos fuera de la sala y por un segundo, realmente enfadada, coge a Zabinni deun brazo y también lo empuja fuera.
Caminan juntos hasta un extraño pasadizo donde no hay nadie y en ese momento,Hermione chasquea la lengua, molesta.

-¿Qué pasa, Blaise? ¿Por qué me persigues diciéndome quequieres hablar conmigo y luego nunca me dices nada?

-Eso es porque siempre encuentras algo mejor en lo quefijarte. -Le contesta el joven con visible fastidio. Hermione Granger siemprele echará la culpa a otra persona y él ya lleva varios años aguantando esasituación, así que no hace ningún sonido más.

-Habla.

Blaise respira lentamente y finalmente contempla de nuevosus ojos marrones mirándole con algo muy parecido al aburrimiento.

-Voy a ser claro, Granger. Hace unas semanas no sé por quécomencé a dudar sobre lo que pensaba de ti. Necesito que nos besemos paracomprobar si de verdad siento algo o sólo son imaginaciones mías.

Hermione le mira seriamente durante cerca de veinte segundosy finalmente explota y comienza a reírse.

-Venga ya, Blaise
-Suelta una nueva carcajada. -¿Me estásvacilando?

Blaise aprieta el rostro.

-No te estoy vacilando. No creas que me gustaría sentir algopor ti, Granger.

-¿Cómo quieres que te bese? Yo sí que tengo claro que nosiento nada por ti
¿Quieres que pase cómo cuando teníamos once años?

Blaise recuerda fugazmente cuando en primer curso Hermione yél decidieron experimentar su primer beso juntos para así estar preparadoscuando llegara ese alguien especial. La situación era un poco estúpida peroBlaise era inocente y ella, aunque ya se comportara con la misma dureza que laposee ahora, también lo era. Sus corazones aún no habían sido corrompidos porel espíritu de los Slytherins y aún ni entendían lo que significaba pertenecera esa noble casa.

 

Ese beso había sido el típico primer beso: húmedo yrealmente asqueroso y aunque ninguno había vuelto a hacer alusión a él desdeesa mañana de la que hacían ya más de seis años, los dos lo habían guardado ensu recuerdo.

-Hermione, yo te besé en ese momento cuando me lo pediste, ycréeme, NO quería hacerlo. Te agradecería que ahora también me ayudaras a mí.

Hermione lo miró con duda en el rostro.

-¿Y qué pasaría después? ¿Si descubres que en realidad síque te has enamorado estúpidamente de mí? ¿Vas a perseguirme por todos lospasillos de Hogwarts pidiéndome matrimonio? -Las palabras sardónicas hacenmella en la armadura de Zabinni, la misma armadura que necesitas tener siquieres entrar en Hogwarts.

-Venga Hermione, joder. Cuando antes lo hagamos antesterminaremos. ¿ O acaso estás pensando en
?

-¡Cállate, Blaise! -Le responde automáticamente Hermionemientras une su boca con la del chico.

-Te pido disculpas en el nombre de Hermione
Si hubiera sidoyo la que compartía vida contigo jamás me hubiera enfadado contigo.

-Son cosas que pasan
-Malfoy mira hacia el jardín conindiferencia.

Esa chica lo ha llevado hasta una especie de balcón cubiertodesde el que se puede observar las montañas. Un sitio perfecto para acosarle.
El caso es que siente que algo se le está escapando. Está seguro de que Cho noes tan tonta como parece y que está fingiendo tanta amistad y simpatía paraconseguir algo y lejos de querer aumentar su propio ego, ya de por sí bastantegrande, lo que quiere conseguir es a él.

-Pero será mejor que no hablemos más de Granger. Me gustaríaque hablásemos de nosotros y de nuestra
amistad.

Cho pone la mano en el pecho de Draco y éste la mira concautela en los ojos, pero sin apartarse. No es que no le parezca guapa y puedeque en su interior incluso simpática, pero que básicamente se regale casi lemolesta. A él le gusta tener que trabajarse a las chicas, tener que insistir yluego sí, disfrutar. Justo como pasó con Hermione.

¿Por qué la imagen de la castaña Slytherin se asienta en sumente justo cuando los labios de Cho Chang se posan sobre los suyos?
Tras unos segundos de confusión, Draco abre los ojos de nuevo y la imagen deHermione vuelve a aparecer. En su mente ella no sale sonriendo, sino seria,casi enfadada. Exactamente como es Hermione y exactamente como él quiere quesea.

Aparta a Cho con las manos y tal vez con demasiadabrusquedad se aleja de ella.

-Lo siento, Cho, pero no me gustas. -Murmura sin pretenderhacer daño a la muchacha.

Se da la vuelta y comienza a andar por el pasillo pero unamano lo retiene y al girarse, el hermoso rostro de la chica está contraído enuna mueca de furia.

-¿Cómo te atreves asqueroso sangre sucia? ¿Cómo te atreves adespreciar a alguien como yo?

Por un segundo el chico se extraña al oír la forma de hablarde la chica, menudo cambio, pero luego recapacita. ¿De qué se extraña? Lacareta era obvia y él consigue enfurecer aún más a la chica al mostrar susonrisa más sardónica.

-¿Vas a reunirte con ella, no? Me rechazas a mí y vas aarrastrarte por la frígida de Granger

Draco siente un impulso de carcajearse al escuchar elapelativo "frígida" dirigido a Hermione. La verdad es que ha podido parecerlecualquier cosa, pero la manera con la que respondía a sus besos e incluso pedíamás no eran propios de una frígida, en absoluto.

 

-La verdad, Chang
Sí. Voy a buscar a Hermione y a besarla,como debería estar haciendo ahora mismo en vez de estar aquí. Si me permites
-El rubio vuelve a girarse y esta vez no se da la vuelta ante la repentinaestampida de insultos dirigidos a ella, Hermione e incluso Harry y Luna.

Otra serpiente chiflada. Draco empieza a dudar de que esesea uno más de los requisitos para lograr entrar en Slytherin. Ahora se leplantea un nuevo problema. ¿Dónde puede estar Granger? Aún no tiene preparadolo que le dirá y la verdad es que no piensa hacerlo, dejará que sus palabrasfluyan solas y si ella le rechaza no podrá ser porque él no lo haya intentado.

Es probable que no se haya alejado mucho aún del aula depociones así que procede a comenzar su búsqueda.

¿Estará el estúpido de Malfoy con la zorra de Chang? Sí,seguramente. Son tal para cual.

Hermione se encuentra pensando en eso mientras siente cómoel cuerpo de Zabinni se tensa contra el suyo mientras sus labios se acarician.No es desagradable, pero la verdad, ni siquiera se asemeja al puro fuego quesiente cuando besa a Draco. Con él todo es extremo, salvaje
Justo lo que ellanecesita. Nunca podría salir con Blaise y la verdad, cree que él también seacabará dando cuenta tarde o temprano.

Durante unos segundos más siente los labios del chico contralos suyos, pero finalmente se apartan y los dos se miran.

-¿Y bien? -Pregunta la Slytherin alzando las cejas.

Zabinni se queda pensando unos momentos mientras su mentetrabaja a toda velocidad. ¿Es eso lo que tenía que sentir o no era esoexactamente? La última vez que había besado a alguien de quien estuvieraenamorado
¿Había sido así?

-Pues
no, la verdad es que
nada

Hermione lo mira sarcásticamente.

-¿Debería sentirme ofendida?

Ambos acaban riéndose. Ahora Zabinni piensa que ha sido unatontería y que con ese beso no ha logrado nada, pero el brillo que ve en losojos de Hermione al observar cómo un chico rubio platino acaba de entrar por elpasillo y se dirige hacia ellos lo hace cambiar de opinión.

Sí, a ella sí que le ha servido para algo.



Gracias por los comentarios. Un gran abrazo :)


XVI- Dulcereencuentro.

-¿Buscas a alguien, Malfoy? Pareces desorientado.

Blaise acaba de abandonar el oscuro pasillo dejándolos asolas y Hermione se encuentra nerviosa. Esa debe de ser la principal razón porla que su subconsciente decide actuar mezquinamente, para variar.

-Estaba buscando a Zabini
pero al parecer él hacía cosasmás
interesantes
-responde él casi con pereza, lentamente.

Hermione tuerce la mueca con disgusto

-Con que a Zabini
¿En serio? -Su respiración se detieneautomáticamente mientras espera la respuesta de labios del rubio.

-No, la verdad es que ni siquiera lo conozco. -En su voz seadivina la mofa y finalmente Hermione chasquea la lengua.

-¿Has venido a reírte de mí? Porque para eso podías habertequedado encariñándote con la regalada de

-¿Celos, Granger? -Malfoy recupera de pronto su actitudseria.

 

Hermione suelta el aire que ha cogido con anterioridad y comienzaa caminar lentamente hacia el final del pasillo, dejando claro así que quiereque él la siga. ¿A dónde van? Ni ella misma lo sabe.

-No son celos, no me hagas reír. -Finge una pequeñacarcajada que tal vez suene más histérica de lo que ella realmente pretende.-Se llama tener un poco de
clase. -Arrastra la palabra para poder paladearla ydejarle claro a Draco que Cho y ella son MUY diferentes. ¿En qué momento pudoconsiderarla su
"amiga"?

Draco acelera un poco el paso hasta alcanzar a la chica.

-¿Se llama clase a darse el lote con un compañero de casa enmedio de los pasillos del colegio?

Hermione lo taladra con la mirada.

-¿Celos, Malfoy?

Draco mira al suelo y de pronto corresponde la mirada. Undeje de enfado se adivina en sus ojos, pero tal vez sólo sea frustración

-¿Sabes qué es lo peor? -Entrecierra los ojos y de prontotoma conciencia de dónde están. Acaban de entrar en Hufflepuff y no sabe si hasido deliberado por alguno de los dos, pero ahí están. -Lo peor es que venía ahablar contigo. No sé por qué, en algún rincón de mi mente se me había antojadoque quizás el tiempo que habíamos estado juntos había podido cambiar algo.Menos mal que no lo había dicho en voz alta con anterioridad, porque suenaestúpido.

Osea que es verdad. Sus sospechas acaban de confirmarse y laSlytherin se siente
¿Cómo se siente? ¿Acaso está contenta porque él ha ido abuscarla? ¿Enfadada porque la ha juzgado por besar a Blaise? ¿Triste porqueella misma no ha tenido las suficientes agallas para ir y hacer lo propio conél?

-¿Sabes cuál es tu problema, Draco? -Baja un poco la voz alver a una alumna de cuarto observándoles al final del pasillo. -¿Sabes cuál estu problema? -Frunce el ceño mientras casi con furia recorre los metros quefaltan para llegar a la que en algún tiempo fue su habitación y entra en ella con convicción. -Lo que te pasa esque siempre lo haces todo tarde. Has tenido cuatro días si de veras queríashablar conmigo, ahora no tienes por qué exigirme nada si lo que has visto no teha gustado.

Draco cierra la puerta tras de sí y observa cómo lahabitación permanece exactamente igual a cómo la dejaron. Como si en realidadnada hubiese cambiado y aún fuera su dormitorio compartido.

-¿Yo hago las cosas tarde? Pues tú, señora perfecta, haceslas cosas mal. ¿Me rechazas, luego me esperas y luego besas a Zabinni para depronto volver a esperarme? ¿Qué diablos tienes en la cabeza, Hermione? -Dracode pronto siente un mazazo de incertidumbre al darse cuenta de que quizás hasido demasiado claro al referirse al tema hasta entonces tabú.

-No tengo que dar explicaciones.

Hace años que no hacía eso, pero finalmente, la chicalevanta la nariz, enfurruñada y se sienta en el sofá de la habitación.

Draco la mira con esceptismo. ¿Se puede saber por qué esachica es tan cambiante? ¿Por qué nopuede mantener una pose aunque sea una hora sin volverse contra él?

-¿No? Yo creo que sí. Al menos me gustaría saber por qué noaccediste conmigo a lo que accediste con Zabinni

Ni siquiera le da tiempo a apartarse antes de sentir elgolpe en la cara que la chica le propina.

Hermione toma aire un par de veces, dudando cómo formular lafrase, pero finalmente consigue comenzarla algo sofocada.

 

-¿Acceder? ¿Acceder? ¿Qué coño te has creído, Malfoy? ¿Quésoy una especie de aparcamento para que accedan los jodidos trastos de hierroque tenéis los muggles?

-Aparcamiento. -Corrige Draco sin pensarlo mientras aún sefrota la mejilla con la mano.

-¡Da igual! ¿Te parezco uno de esos? -El rubor ha ascendidoa sus mejillas y un zumbido sordo está rondando sus oídos. -No soy un juguete,Malfoy. No puedes elegir qué días puedes usarme y qué días guardarme en tuestúpido cajón ni tampoco puedes decidir cuándo dejo de "satisfacerte". -Sientelos ojos ligeramente húmedos y no sabe por qué, pero no intenta detener esosríos que se forman en sus ojos. -Y tampoco me enredo con cualquiera. ¿Sabes? Yotambién tengo sentimientos, aunque no sean las típicas cursilerías ygilipolleces que se supone que tienen las chicas. Y si eso no te parece bien,entonces no sé qué diablos haces aquí reclamándome nada. Y si lo que quieres esbesarme, sólo dilo. Y no actúes como si lo que ha pasado en ese pasillo haceunos minutos fuera el fin del mundo, porque tú sabes incluso mejor que yo lopoco que ha significado.

Una lágrima intenta rodar por su mejilla, pero ella laaparta furiosamente.

En esa pequeña neblina que su propia vista ha creado,Hermione observa a Draco acercarse aún más a ella, hasta estar a escasoscentímetros. Su voz es un susurro.

-Sí, quiero besarte. ¿Vas a dejarme?

-No, ahora no.

Una sonrisa extraña y torcida se asienta en el apuestorostro de Draco, haciéndolo parecer increíblemente sexy a los ojos de laSlytherin.

-Justo ahora. -Murmura mientras antes de que Hermione logrecerrar los ojos, los cálidos labios de Draco ya la están besando y acallando sus estúpidasprotestas.

Es un beso claramente posesivo aunque quizás comience comoun dulce reencuentro. La ansiedad de Draco consigue vencer las escasas yenclenques barreras de Hermione, que tras unos segundos ya se abraza a éldesesperadamente, a la vez que mueve sus labios suavemente. La lengua de élacaricia su labio inferior y como una esperada llegada, sus lenguas seencuentran, haciendo que una especie de electricidad estática los una.

Draco acaricia su nuca suavemente, en total contraste con lapotencia del beso y la fuerza con la que está intentando poseerla. Lo estáintentando y lo está consiguiendo.

La chica siente la mente como en una nube, pero finalmenteconsigue la fuerza para apartarlo unos centímetros y mover los labios. Solonecesita saberlo. Solo quiere saber que no ha sido nada.

-Draco
-El chico intenta acariciar el mentón de la jovenSlytherin, pero ésta lo mantiene bien alejado a pesar de seguir apretándose aél con sus caderas.

-¿Um? -Responde él vagamente, aún acariciando su espalda.

-Cho
¿Qué ha
? -El beso de él la interrumpe.

-Nada. Amablemente ha entendido que yo no sentía nada porella y se ha ido. Te manda saludos.

Hermione lo observa intensamente con sus grandes ojosmarrones.

-No ¿verdad?

Draco sonríe y la empuja cuidadosamente al sofá, en el quetambién se recuesta él. Abrazándola con un brazo mientras con el otro acariciasu rostro con lentos movimientos.

-¿A quién le importa? Ella no significa nada.

-¿Sabes? Todo fue una conspiración creada por ella y su"brillante y proporcionada" mente
Estaba preparando lo de esta tarde desdehacía bastante.

 

Siente cómo el rubio se tensa a su alrededor y la mira conun pequeño reflejo de cautela.

-¿Lo sabías?

-No, no. Oí decírselo a alguien hace unos días.

-¿A alguien? ¿Con quién estaba hablando?

La chica duda un instante. ¿Debería traspasarle sussospechas?

-Es
No sé
No pude verle la cara, así que no estoy segura
pero creo que era

Guarda silencio un instante más. ¿Debería hacerlo? Esopodría destruir cruelmente una relación y en cierto modo es lo que se esperaríade ella
pero no quiere dañar a Draco. Ahora no.

Con un leve movimiento, siente sus fríos labios posarse ensu mejilla y recorrer todo el camino hasta su sien.

-¿Era? -La insta.

Hermione cierra los ojos y pronuncia el nombre mientrassiente que él parece alejarse, no físicamente, pero su mente viaja hacia otrolugar de Hogwarts. Otro lugar en el que está

-Era Luna Lovegood.



Muchas muchas gracias por leer. Ya faltan sólo 4 caps para el final. ^^ Un gran saludo!


XVII- El dolor deldeber.


-Draco
¿Te ocurre algo
conmigo? -La suave voz de la jovenLovegood rompe el tenso silencio que se había formado entre Harry, Draco y Lunaen la sala común.

Draco gira la cabeza. Acaba de llegar al salón de Gryffindory ha notado claramente cómo sus amigos se callaban en cuanto ha entrado. ¿AcasoHarry también lo sabía?

Los ojos del rubio examinan atentamente los de Luna Lovegoodcon un aire distante. No ha estado realmente seguro de si lo que dijo Hermionees cierto pero
¿A quién debe creer?

Ha pasado casi una semana y desde entonces no ha discutidocon Hermione. Claro que cuando estaban juntos, sus bocas estaban ocupadas enotra cosa en lugar de hablar y reprocharse

-Luna
-comienza mientras una nube de confusión planea sobresu plateada cabeza. -Tengo que irme.

Al final siente otra vez esa cobardía que lo ha abordadocada vez que en esos días Luna se le ha acercado y él cruelmente la haignorado.

Cuando da los primeros pasos hacia las escaleras siente elfirme brazo de Harry asiéndolo y tras un vistazo a la llorosa Luna que seacurruca junto a su amigo, se deshace de la sujeción y se encamina hasta eldormitorio.


Siente sus labios acariciar lentamente su cuello y le deja.Tras unos instantes de sentirse en las nubes, Hermione acaba atrayendo elrostro de Draco hasta ella y se besan perezosamente sobre la cama.

-¿Te encuentras bien?

Draco se tiende junto a Hermione y la mira a los ojos. ¿Cómoha podido vivir sin esos ojos todos los días de su vida?

-Sí, es
no es nada.

Baja la cabeza y se tumba completamente, escondiendo elrostro de ella para evitar que pueda adivinar algo más y sus ojos vuelven aencontrarse.

-Es por lo de Lunátic
es por Lovegood. ¿Verdad? Sé quepiensas que no me interesa lo más mínimo, pero me gustaría ayudarte. No megusta ver cómo cada día
Puedo ayudarte ¿vale?

Esas palabras logran conmover un poco a Draco y como ya hahecho infinidad de veces esa semana y experimentando la misma sensación deinfinita felicidad, acaricia el mentón de la chica para terminar posando suslabios en los de ella.

 

-¿Sabes que me gustas mucho, Hermione Granger?

Ella siente una pequeña llama que se enciende en su interiory no puede evitar devolverle el beso con la misma pasión que él pero a la vezun vacío sordo controla su corazón.

¿Gustar?

Se separa un segundo de Draco para poder despejarse delpensamiento que la está atacando. Y a la vez se ríe por su ingenuidad. Suestúpida mente había esperado que el mensaje hubiera sido. "¿Sabes que tequiero, Hermione Granger?


-Draco. Draco ven aquí.

Malfoy se despide de Hermione con un sobrio "adiós" en mitadde los pasillos que conducen al gran comedor. Su relación no es pública, perotampoco se esconden para pasear juntos de vez en cuando y los besos
los besospueden esperar hasta llegar a su habitación en Hufflepuff.

-Hola Harry.

Los ojos verdes de Potter relucen con
¿Furia?
Draco se extraña de ver al jovial Harry enfadado si no ha habido ningúnproblema con
el Señor Tenebroso
¿O sí?

-¿Ocurre algo, Harry? ¿Has tenido alguna visión o
?

-No, Draco, pero me hubiera gustado que lo que he vistoestos días sólo hubiera sido una visión. ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Por quédemonios has comenzado a tratar así a Luna? No tienes ningún derecho a

-No tampoco tienes ningún derecho a venir a replicarme comosi fuera un niño.

-Entonces no te comportes como tal.

El rubio chasquea la lengua, molesto.

-¿Has terminado el sermón ya, Potter?

-¿Qué ocurre? -Harry lo mira fijamente, intentandoenterderlo. -¿Por qué te comportas así? No quiero meterme en lo que no meimporta, pero desde que estás con Granger te comportas

-Si de verdad no quieres meterte dónde no te llaman. -escupeDraco realmente enfadado. -Simplemente no lo hagas.

Y empujando ligeramente a Harry se encamina hasta la mesa deGryffindor rumiando aún su furia.


-Es lo que he oído. Seguro que ahora están enfadados.

Hermione frunce el ceño. ¿Y si es verdad? ¿Y si realmenteahora Harry y Draco se han enfadado por su culpa? ¿Y si ella lo está cambiando,lo está volviendo
Slytherin?

No, no puede ser. Draco es una buena persona, no podríaconvertirse en aprendiz de Salazar ni en mil años. Puede que tenga algo más decarácter que la mayoría de Gryffindor, pero aun así sigue siendo justo y fiel a sus amigos
aunque no estén en el mejor momento posible.

-¿Preocupada, Granger?

-Métete en tu vida, Zabinni. En vez de cotillear a Potter ya Dra
Malfoy, podías invertir tu tiempo en olvidarme y desenamorarte de mí.

Una risa socarrona se escapa de los labios de Blaise.

-Vas a torturarme con eso todo el resto de mi vida. ¿Verdad?

-Por supuesto. Se lo contaré a tus hijos como historia deNavidad.

Blaise se ríe ante los comentarios de la chica Hermione haceun pequeño esfuerzo por hacer lo mismo, pero el resultado no es el esperado porninguno y al final la chica acaba mirando al suelo cabizbajamente.

Unos segundos dolorosamente pesados pasan sobre los dosSlytherins.

-Te has enamorado
¿Verdad? -Lo dice en un susurro. Como siel chico supiera que es lo que debería preguntar a su amiga, pero aun así no seatreviera.

Hermione imaginaba que él podría decirle algo así perodefinitivamente no está preparada para oírlo. Toma aire pesadamente y tras unpar de intentos infructuosos por decir algo que desmienta lo que Zabinni haafirmado más que preguntado, termina por irse de la sala.

 

¿Se ha enamorado? ¿Es eso cierto? A Hermione le gustabamucho más cómo sonaba cuando no intentaba ponerle nombre a sus sentimientos porDraco y cuando ni siquiera soñaba con que unas miserables palabras pronunciadaspor él y supuestamente agradables podían hacer daño.

La Gran Princesa de Slytherin en ese momento siente una granopresión en el pecho. Comienza a pensar que Draco no puede ver en ella nadaaparte de una cara y un cuerpo. Comienza a hacerse a la idea de que trashaberle maltratado a él y a todos los demás hijos de muggles de Hogwarts, semerece un trato así por parte de él. ¿Y si ella ya ha perdido su oportunidad deser feliz al haber hecho todo lo incorrecto que puede hacerse en diecisieteaños?

Se lleva la mano al cabello y por el camino encuentra algodemasiado húmedo en su rostro. Así que finalmente incluso su cuerpo se harendido ante su corazón

Comienza a caminar lentamente hasta su habitación mientrasen su mente intenta hallar una solución para ser feliz
y curiosamente lafelicidad de Draco se encuentra completamente dentro de su propia felicidad.

Algo en la ventana capta su atención. Una figura negra.
Sin pensarlo dos veces se gira empuñando su varita y un suspiro de alivio salepor sus labios. Es la lechuza de su padre: Más grande que ninguna que puedahaber en Hogwarts, con unas suaves plumas negras salpicadas de motitas rojas ylo más curioso, adornada con unos increíbles ojos grises.

Como siempre, un escalofrío atraviesa el cuerpo de la jovenmientras se acerca al animal y recoge la carta que éste lleva colgada.Rápidamente se aparta, evitando la picadura inminente que por poco se produce.

En cuanto sus dedos rozan el papel siente un cosquilleo enel antebrazo
poco a poco el cosquilleo se convierte en un escozor quelentamente aumenta ahí donde ella tiene su marca

Abre la carta mientras vigila que nadie la vea.

Él te requiere. Ahora.

Tras otro doloroso vistazo a la nota en la que la delicada ycuidada letra de su padre le envía ese mensaje que ella esperaba no recibir
nunca.

Tras despejar completamente sus mejillas de ese asquerososíntoma muggle llamado lágrimas, Hermione guarda la carta en su túnica y comola Granger que es, finge que nada ha sucedido.



Hola a todooos! ¿Qué os parece? Está la cosa seria ehh T_T Bueno, quería deciros que en el anterior capítulo dije que faltaban 4 caps y me equivoqué, tengo problemas para aprobat matemáticas xD. Faltan dos capítulos más. ¿Qué ocurrirá a partir de ahora?

Seguid leyendo y lo veréis :)

XVIII- Confía en mí.

El chico de los grandes y expresivos ojos verdes se acerca aHermione en el pasillo. Mira hacia atrás desconfiadamente y de nuevo vuelve aposar su mirada en su altivo rostro.

-¿Podemos hablar, Granger?

Con un lento asentimiento de cabeza, ambos se ocultan trasuna de las estatuas que adornan el ala sur del castillo de Hogwarts.

-Sé de lo que vas a hablarme, Potter y yo
-La chica detienesus palabras. ¿Ha sido su imaginación o ha estado a punto de emitir algoparecido a una disculpa?

 

-¿Y tú? ¿Tú qué? ¿Vas a decirme que no has tenido nada quever, no?

Hermione niega con la cabeza vehemente, le sorprendebastante ya que siempre había considerado que su relación con Harry era simpley llanamente fría, casi inexistente. ¿A qué viene ese puñado de resentimientopor parte del chico? ¿Acaso hay algo que Hermione no esté captando en esemomento?

-No voy a negar mi culpa porque es evidente, pero quierodejar claro que en ningún momento quise romper vuestra relación, yo no queríahacer daño a Draco, ni siquiera lo pensé.

-Pues sí. Estás haciéndole daño, cada momento lo embaucas ylo alejas del camino correcto. ¿Cómo logras dormir sabiendo lo que le haces?

Hermione cambia de postura y ofendida alza la barbilla.

-No te atrevas a insinuar que fue deliberado.

Por supuesto que ella no había querido decirle nada sobreLuna y no lo habría hecho si hubiera sabido todo lo que causaría. Sabe Merlínque se lo hubiera callado hasta la tumba pero él
merecía saber quién era ellaen realidad.

-¿Deliberado? Por supuesto que lo fue. Lo usaste desde elprincipio. Ahora entiendo todos sus cambios de humor, su frustración
No sécómo pude estar de tu parte y no de la de Luna

-¿Usarlo? Jamás lo he usado yo
-Traga saliva haciendo unapequeña pausa y cuando posa de nuevo los ojos en Harry, éste ve la verdad en surostro. -Yo
le
Nunca le haría daño intencionadamente. -Termina con aplomo.

-¡Lo estás haciendo, Granger! A cada momento que pasas conél lo haces.

-No, no. Claro que no. Él no ha querido decirme nada sobreese tema y yo no he insistido, así que por mí, todo puede olvidarse. Puedearreglarse

Un rastro de confusión se adivina en Harry.

-Granger
-Comienza tras mirar unos segundos al sueloseriamente. -¿De qué me estás hablando?

-De
lo que vi en los baños de la tercera planta
¿No?

-No
-Harry guarda una pequeña pausa. -Yo hablaba delcomportamiento de Draco desde que
desde que vosotros
-A Hermione le sorprendeque tras la larga charla que han tenido hasta entonces, el chico puedaenrojecer al hacer alusión a su relación con el Gryffindor. -Desde que estáisjuntos.

Una reproducción de la discusión que acaba de tener con elchico de la cicatriz acude de nuevo a su mente y siente cómo su respiración secorta repentinamente.

-Pi-pi
-se regaña a sí misma por mostrar una pizca dedebilidad en ese momento y ante él. -¿Piensas que simplemente estoy usando aDraco, Potter? -El desprecio con el que es capaz de adornar las palabras nodeja de sorprender a Harry. -¿Realmente piensas que estoy con él
por el merohecho de querer hacer daño?

Harry traga saliva. No pensaba que ella podría negarlo y unapunzada de remordimientos lo atraviesa. Desde un principio él había decididoapoyar a su amigo, estaba decidido a no hacer que se sintiera solo pero no hasido fácil. Desde que Draco no habla a Luna, él no ha podido sentirse cómodocon ninguno de los dos y de pronto, Harry cae en la cuenta de que Hermione sabepor qué su amigo se comporta así.

-¿Qué viste en los baños de la tercera planta?

Hermione lo mira, aturdida durante unos instantes por elbrusco giro de la conversación.

 

-¿No
no lo sabes?

Harry niega con la cabeza como si eso fuera obvio y Hermionevuelve a recriminarse a sí misma por dejarse llevar demasiado. Eso no es propiode ella pero sí de sus recién descubiertos y estrenados sentimientos.

-No sé si soy la indicada para contártelo. A lo mejor Dracoprefiere hacerlo él mismo.

-Casi no me habla.

Un silencio incómodo se establece entre ellos y rápidamente,cuidando sus palabras y evitando añadir detalles al relato, Hermione le cuentaa Harry Potter lo sucedido con Luna Lovegood.

-Luna no es capaz de eso. Tú no la conoces.

-Lo sé, lo sé. Ya te he dicho que no estoy segura. ¿Vale?

-Estoy convencido, Luna jamás haría eso, Luna quiere a Dra
-al darse cuenta de lo que acaba de decir, observa con los ojos como platos aHermione, que por un segundo muestra un rostro descompuesto por lo certero delgolpe. -Co

En cuanto el joven parpadea vuelve a encontrarse con el fríoy arrogante rostro de Granger, como si lo anterior hubiera sido completamenteproducto de su imaginación.

-Es decir, lo quiere al igual que

-Lo sé, Potter. ¿Acaso crees que no tengo ojos en la cara?Lunática está enamorada de Draco. ¿Y qué? -Compone una mueca casi mezquina. -Élestá conmigo.

Harry la observa con cautela, buscando algún nuevo signo de dolor en ella, pero noencuentra nada más. La Slytherin ha regresado.

En ese instante, Draco Malfoy gira la esquina y se encuentraa su mejor amigo y su novia combatiendo en una intensa lucha de miradas.

-¿Ocurre algo? -Pregunta con ese tono pensativo que loacompaña en los últimos días.

-No.

-Sí. -Responde Harry a la vez que Hermione. -La verdad esque ya que estamos todos al corriente propongo que hablemos de ello. ¿Nadamejor para solucionar los problemas que conversar, no? -Recita cínicamente.

Draco frunce el ceño, pero no presta oposición a su amigoque lo conduce como atado por un cordel invisible al aula de Pociones.


En la sala se encuentran ya casi todos los alumnos de ambascasas, Slytherin y Gryffindor, pero Slughorn todavía no ha llegado. Losexámenes están a la vuelta de la esquina así que no es de extrañar que seretrase diez o quince minutos.

Cuando los tres alumnos entran juntos, levantando, cómo no,las miradas curiosas de los demás compañeros, se hace una especie de silencio.

Cho observa la forma con la que Draco abraza a Hermione,cálida y protectoramente y una nube de celos se alza hasta sus ojos rasgados,impidiéndole completamente la visión. Tras unos segundos más de contemplar laescena, la joven Chang camina sinuosamente por delante de la pareja y Hermione,realmente furiosa al darse cuenta de la actitud de su compañera de casa, porfin explota:

-Chang, si yo fuera tú me subiría un poco la falda; no seaprecia bien todo lo que pretendes enseñar.

Draco alza las cejas y dirige su mirada a Hermione, quecontinúa clavando sus ojos marrones en la escandalizada chica.

-¿Qué
? -Intenta replicar.

-Que desaparezcas, Cho. Yo, y doy por sentado que los demástambién, agradeceríamos que relevaras tus paseos y juegos personales para otrositio.

Una furia ciega recorre a Hermione.

-¿Estás celosa, Granger? Eres una envidiosa porque a tu noviose le van los ojos cada vez que me cruzo por su lado. -Cho señala a Draco conla cabeza y esboza una ligera sonrisa al contemplar el rubor acudiendo alrostro de la otra joven.

 

Draco abre la boca para hablar y negarlo, pero finalmente,la Slytherin se separa de él y se acerca aún más a su compañera, que la miracon el desafío inscrito en el rostro.

-No sé cómo podría tener envidia de alguien que paraconseguir añadir un chico a su laaaaaarga colección necesita trazar un estúpidoplan de seducción.

Ese es un golpe que Cho no espera, pues su rubor acaba dedesembocar en un tono amoratado y definitivamente poco saludable.

Finalmente, la chica alza su capa intentando dar a la escenaun toque relativamente dramático y se da la vuelta para abandonar la sala, pero una voz fría hace que sedetenga.

-No vas a ninguna parte, Chang. ¿No piensas responder a laprovocación de Granger? -Un chico moreno y con expresión definitivamente cruelsale de las filas de Slytherin: Neville Longbotton que no ha podido resistirsea pasar un rato de diversión en una clase extremadamente aburrida.

Para sorpresa de todos, por primera vez en mucho tiempo, unSlytherin y un Gryffindor están de acuerdo en algo, pues Harry también adelantaun paso.

-Eso me preguntaba. ¿Por qué te quedas callada? O quizá essimplemente que necesitas a alguien para poder dar explicaciones. -Un respingorecorre a las chicas de Gryffindor cuando Harry las mira y finalmente posa susojos en Luna, instándola a acercarse. -Será mejor que aclaremos esto cuantoantes.

-No hay necesidad de hacerlo delante de todos, Harry, noquiero
-Comienza Draco interviniendo por primera vez.

-Lo prefiero. -Dice fría y altivamente la chica que minutosantes se mostraba cálida y cercana en sus brazos.

-¿Qué está ocurriendo? -Pregunta Luna con su dulce voz ymostrando la confusión en sus ojos azules.

-Como si no lo supieras ya. -Draco pone los ojos en blancocon fastidio. Ha intentado ignorar a Luna para así no recriminarle nada, peroen ese momento todos se encuentran demasiado tensos y Draco puede explotar sinprevio aviso.

Luna dirige sus nítidos ojos al chico con una calma queninguno de los demás tienen.

-¿A qué te refieres?

-Te vi con Chang, tramando el maldito plan para separarlo demí. ¿Tanto te molestaba que Draco estuviera conmigo que preferías que antesfuera de otra? -Hermione la contempla algo alejada. Su voz suena histérica peroen ese momento no quiere sacar las cosas de quicio con Luna, eso podríamolestar a Draco.

-Tranquila, Granger. No tienes ninguna prueba ni ningúnderecho a

-Tú y tus derechos, Harry. Te lo acaba de decir. ¡Las vio!-Explota Draco.

Luna continúa en silencio, contemplando la escena sinseparar los labios para nada en una muestra de
¿Culpabilidad o inocencia?

-¿Para qué voy a tramar nada con la Lunática esa? Todossaben que está enamorada de Malfoy desde primero. -Cho se cruza de brazos y sesienta en una mesa cruzando las piernas. Su vergüenza parece haberse relevadotambién por el nuevo tema de si Luna es o no es una traidora a sus propiosamigos y a su propia casa.

-Pues las razones son múltiples: Pertenece a Gryffindor, porlo que puede observar todo mucho mejor, parece bastante inocente
¿Quién sospecharía de ella? Y por último
la másimportante y obvia: Es la mejor amiga de Draco. ¿Quién mejor?

 

Para sorpresa de todos, en el denso silencio de la sala depronto se oyen las carcajadas de Cho. Todos la miran de nuevo y ésta,convencida de haber atraído la atención de todos, decide prolongar el momentotodo lo posible.

-Brillante, brillante
Todo es perfecto
menos porque hasfallado en lo más importante. ¿Quién es? La verdad es que nunca me he fijadodemasiado, pero por lo que he visto y oído, Lovegood nunca fallaría a HarryPotter ni a su amiguito y amor secreto, Draco Malfoy.
¿Por qué si no son los Gryffindor más famosos de toda la historia de Hogwarts?

Al reaccionar, todos en la casa de Gryffindor comienzan amirarse desconfiadamente, el traidor podría ser cualquiera. Los chicoscomienzan a dirigirse a Draco.

-Draco, somos amigos desde hace más de cinco años
-Le diceuna chica pelirroja muy encarecidamente.

-Yo siempre os he apoyado con todo lo que tuviera que vercon ya-sabéis-quién.

-Draco, yo nunca
-Una muchacha rubia mira ambos lados y alcomprobar que todas las chicas demuestran su amistad al grupo, también ella lohace
sintiendo que la seguridad llegará pronto, en cuanto esa discusión hayaterminado
Pero la mirada de Granger clavada en la suya al escuchar su vozrompe completamente su oasis de futura felicidad.

-¿Qué has dicho? -Le reclama en voz baja Hermione con laintención de escuchar su voz de nuevo.

-Que
nunca
-Se queda completamente clavada en el sitio,incapaz de terminar la frase y con el odio hacia esa bastarda de Grangerpintado en la cara.

-Draco, ella
-Comienza a decir Hermione.

-Lo siento chicos, he tenido una reunión importante con losdemás profesores. Comenzaremos en la página ciento noventa y ocho: Brebajes dela vieja bruja.

Y Slughorn, sin darse cuenta, aplaza la conversación.


La clase se demora algo más de dos horas, por lo que apenastienen cinco minutos hasta llegar a la siguiente. Los alumnos salen del aulaatropelladamente, especialmente una joven rubia de Gryffindor: Anna.

-Vilder, ven un momento, por favor. -Llama educadamenteHarry, que ha observado cómo Hermione la reconocía.

-Era ella
era ella
-Repite Hermione mientras su cabezabombea rápidamente al darse cuenta de la falsa acusación que ha levantado ysostenido hacia Luna.

El rostro agradable de Anna Vilder se disipa, dejando lugara una furia ciega que casi parece rozar la locura. Todos están de acuerdo sinhaberlo dicho de que sólo una persona ha logrado mantener ese rostro deprofundo recelo y egoísmo: Bellatrix Lestrange, y Hermione entiende muy bien elcomportamiento de su tía.

¿Cómo ha podido la chica cambiar tanto en apenas unas horas?La respuesta sólo la conoce Harry, quien ya se ha fijado en su interés excesivopor Draco, su egoísmo oculto, su afán por los cotilleos
Harry nunca se hafiado de ella y le sorprende realmente que sus amigos no se dieran cuenta de suimperfecta careta, en especial Luna que es muy observadora.

Se mantienen en silencio durante unos segundos más, oyendocada uno sus propios corazones latiendo desbocados hasta que la sonrisa casidiabólica de Anna les llega a los cuatro chicos.

-¿Por qué? -Se oye y es curioso que la pregunta surge de loslabios de Luna. -¿Por qué has decidido traicionar a tu casa y a tus amigos?

 

-Vosotros no sois mis amigos. Los tres en vuestro grupitovais siempre juntos, como si los demás no importaran. Aunque os comportéis cómosi siempre apoyáis a todos en la casa, en el fondo sólo os entendéis entrevosotros y en cuanto alguien ajeno a vuestro circulito se acerca, comienzan lossecretos que alguien como yo no puede oír. -Hermione entiende lo que dice lachica porque es exactamente lo que ella pensaba antes de verse envuelta en esalocura. -Luna, yo me preguntaría más por qué tus amigos te han hecho eso. TodoGryffindor ha desconfiado de ti hace unas horas y aunque el santito de Potterno haya dicho nada, también lo ha hecho
¿De qué puede servir tener unos amigosa los que siempre apoyas si luego ellos no hacen lo mismo por ti? ¿De qué tesirven si a la mínima te dejarán plantada incluso por una Slyhterin?

La expresión de Luna no se ve alterada por los comentariosde Anna. Sabe perfectamente lo que Anna siente.

-Debe ser muy triste no confiar en nadie. -Musita la risueñavoz de Lovegood. -Ni siquiera los torposoplos caminan solos por lospensamientos

Anna la observa unos segundos antes de dictaminar que Lunaestá completamente loca y antes de darse la vuelta recita unas palabras queparece llevar rumiando semanas, imprimiéndolas de odio y desprecio.

-Si yo fuera vosotros me cuidaría especialmente de Granger.Ya se sabe, uno no es Slytherin por nada y si en tan sólo unas semanas ya haconseguido separar al trío de la amistad, no creo que tarde mucho en arrastrartambién a Draco a su propia oscuridad.

Hermione se abalanza sobre ella en un último intento de hacerlapagar, pero Draco la ase firmemente por los hombros y finalmente ambos seabrazan una vez más, pero Hermione sabe que él ha escuchado todo lo que Anna hadicho y en ese momento está dudando. ¿Es por eso que no la acerca ansiosamentea su corazón al igual que hace siempre? ¿Es por eso que no ha posado sus labiosen su frente haciéndola sentir segura por fin?

-No merece la pena
-Comenta el chico.

La mirada de Draco aún permanece en la puerta por la queAnna acaba de salir y vuelve su rubia cabeza hacia sus amigos, pero ambosobservan el suelo con desconfianza en los ojos.

-Al menos se ha aclarado. -Comenta dulcemente Luna y todosalcanzan a ver una pequeña lágrima deslizándose por su mejilla.

-Luna
-Comienza el rubio, pero no es capaz de terminar. Lachica acaba de recoger sus cosas y abandonar la sala dando pequeños saltitos,cómo si realmente todo eso no hubiera ocurrido. Tras una severa mirada deHarry, éste también abandona la sala siguiendo a su amiga y Draco y Hermionequedan solos por primera vez. Están entrelazados, pero no se están abrazando.Finalmente Hermione se separa de él y lo mira a los ojos.

-Te juro que no lo sabía
te dije que no estaba segura,creía que era Luna. De verdad.

En su mirada se entrevé una súplica silenciosa y Draco laobserva sin saber qué hacer. ¿A quién debe elegir?

-Por favor, dime que me crees. -Murmura Hermione cerrando losojos para evitar llorar. Su voz se quiebra en cuanto intenta hablar y nopretende de ninguna manera convencerle de nada a base de lágrimas. Tal vez enalgún momento de su vida pudo utilizar esas artes para conseguir cosas, pero noen ese momento, no ahí. No con él. ¿Cómo puede demostrarle que ella ya no es lamisma? ¿Cómo enseñarle que ha cambiado?

 

Draco se debate realmente. Sus amigos deberían entenderlo.Él no puede vivir sin ella. No puede dejarla. No puede hacer como si en esemomento ella no le estuviera pidiendo que la crea, que deje opinar y juzgar asu corazón.

Tras unos segundos más de reflexión, Hermione baja la cabezay camina hacia la puerta lentamente, sintiendo cómo a cada paso que da, sucorazón se rompe un poco más.

La mente de Malfoy reacciona de pronto. Ella se va. Se estáyendo delante de sus narices y él es tan estúpido de no moverse. ¿Va aperderla?

No.

-Te creo. -Esas dos palabras son capaces de detener aHermione y en menos de dos segundos, ambos están abrazándose.

Draco busca sus labios desesperadamente y los besa tanansioso como la primera vez. Su lengua juguetea primero con la de la chica yluego se entrelaza con ella, como si estuvieran bailando siguiendo una estrictacoreografía marcada por ellos.

Ella se dirige a la pared y él sonríe con picardía mientrasasí profundiza el beso. Es como si tuviera que hacerlo a cada momento. Como sicada segundo que no la besara fueran horas sin respirar. La necesitacompletamente.

Se separa apenas unos milímetros y sus ojos se encuentran.Los de Hermione color avellana, los de Draco color hielo. No son iguales perolo que transmiten es lo mismo, y allí, juntos, mirándose a los ojos, Draco searma de valor y por primera vez en su vida lo dice:

-Te quiero.




Ya casi estamos terminando, un capítulo más y ya :,(

Bueno, muchas muchas gracias por los comentarios y espero que os haya gustado este nuevo capítulo que nos acerca cada vez más al final.

XIX- Juntos.

No saben cómo, pero ambos han acabado en su habitación deHufflepuff y en este momento, lo único que pueden hacer es besarse sin pensaren nada más.

¿Acaso hay algo más en lo que centrar sus pensamientos?

Draco recibe ansioso las caricias de Hermione y ésta a lavez cuenta cada uno de los besos que él deposita en sus labios tanplacenteramente.

Sus labios vuelven a encontrarse y un torbellino de imágenesy sentimientos se agrupan en los corazones de los dos chicos. ¿Quién podíadecir que acabarían así, juntos?

Después de todas esas discusiones, todas las peleas todasesas miradas de odio
que poco a poco se convirtieron en miradas apasionadas yahora
enamoradas.
Tras todo eso ahora sólo existen ellos.

Hermione se siente ir lentamente. Se ha abandonado a losbesos y las caricias de Draco y nunca se ha sentido tan viva ni tan feliz.

Los labios del rubio resbalan por su cuello, dejandopequeñas marquitas dónde antes estuvieron sus dientes y provocando pequeñosescalofríos en la joven.

Tras un par de minutos sin haber variado la posición ysintiendo aún su propia piel de gallina al notar al chico junto a ella, unanueva idea se forma en su mente.

Draco no ha mencionado nada pero
por cómo se estácomportando en ese momento parece que no busca sus besos
no solamente, quieredecir.

La idea de algo más en ese momento la paraliza un segundo yla sensación de la mano de Draco traspasando por primera vez la barrera de suropa la tensan completamente.

Tras respirar un segundo y haciendo acopio de toda suvoluntad para separar sus propios labios de los de él, la Slytherin consigueapartarse.

 

Draco la mira con confusión. ¿Ocurre algo? Una extrañasonrisa de disculpa se forma en el bello rostro de la joven y dicha sonrisarecorre a Draco como una cálida llama. ¡Joder, está enamorado de verdad! Sóloestando enamorado podría sentirse así con si quiera tenerla cerca.

-Es tarde, Draco.

La respuesta de la chica lo deja anonadado durante unosinstantes. ¿Ya? Apenas hace unos minutos que han entrado en la habitación.

-¿Ocurre algo?

-No, no
es sólo
estoy cansada, habrá que ir a cenar en unrato y quiero repasar un poco, los exámenes están

No termina la frase, se miran a los ojos de nuevo.

-¿Estás bien, Hermione? Si ocurre algo puedes

La chica chasquea la lengua, molesta ante la insistencia delchico.

-Déjalo, tengo que irme. ¿Vale?

-¿Llegas tarde a alguna cita? -Pregunta bromeando, pero hayalgo en sus ojos que parece pedir que desmienta esa idea enseguida.

-No quiero hacer esperar a Zabinni. ¿Lo entiendes, no? -Eltono que utiliza es algo más duro del que pretendía y obviamente mucho mástosco del esperado por Draco.

La chica se levanta de la cama y Draco también, mirándolairasciblemente. Sólo hacen unos segundos desde que ha pensado que la queríapara él y para siempre.
¿Ha ocurrido algo en esos momentos que él se halla perdido?

-Es verdad. Cho Changme estará esperando en el baño. -Replica con sorna a Hermione, que le da laespalda.

-¡Eso es un golpe bajo! -Exclama a la vez que se da lavuelta y clava sus ojos en su rubio.

-No creo que tan bajo como el tuyo
Y te recuerdo que aún nosé qué demonios fue lo que sucedió entre vosotros

-Vamos, Malfoy. -interrumpe. -no me irás a representar unaescenita sólo porque ahora no me apetece
-esconde la cabeza en un intento deque él no observe el cambio de tonalidad de su rostro. -En fin, porque no quierohacerlo.

Draco intuye un extraño temblor en la voz de ella y a pesardel tono cortante de su pausada voz, se acerca a ella y toma su rostro entresus manos haciendo caso omiso a su resistencia.

-¿Y bien? ¿Qué ocurrió? -Le pregunta curiosamente y sin ningúntono de reproche en su voz, ignorando responder al comentario anterior.

Hermione enrojece aún más violentamente y esta vez nointenta ocultarlo, pero sigue mostrando ese orgullo de Slytherin que lacaracteriza.

-A veces
los amigos tienen que saber ayudarse. -Le contestallanamente mientras mira al suelo, como si estuviera distraída.

Para sorpresa de Hermione, Draco no hace ningún comentarioen alusión a su escueta respuesta y con un último gesto, aún con sus mejillasrozando sus dedos; Draco se aproxima y deposita un casto beso en la comisura desus labios antes de separarse del todo.

-Vayamos a cenar.


La cena ha sido definitivamente incómoda para Draco Malfoy.Ninguno de sus amigos le ha dirigido la palabra y se ha sentido distraído todala hora, por lo que casi no ha tocado la comida, pero a pesar de su aparentedistracción, ha observado claramente cómo Anna Vilder ha cenado sola, apartadade todo Gryffindor que no dejaban de lanzarle miradas recelosas y hacer sagacescomentarios sobre ella.

En Gryffindor no se perdona a un traidor.

¿Es esa la razón por la que todos están tan fríos con él?¿Lo consideran un traidor?

 

Seguramente no más de lo que él mismo se siente uno. Dracodaría lo que fuera en ese instante para cambiar todos esos días de duda e ignoranciaa Luna. Lo daría todo menos una cosa.

Sabe que si unas horas antes hubiera elegido a sus amigos envez de a Hermione, ellos y todos lo apoyarían en ese momento.

¿Pero cómo? ¿De qué manera podría abandonar su felicidad?

Ellos son sus amigos. ¡Deberían entenderlo! Harry y Luna selevantan de sus sillas y Draco reacciona, yendo tras ellos.

-¡Harry! ¡Luna!

Harry ni se inmuta, orgulloso, pero Luna vacila y finalmentese gira y observa a Draco. Ante lamirada severa del niño que sobrevivió, Luna termina decantándose por volversobre sus pasos y quedarse frente al rubio.

-¿Merece la pena? -Si no fuera por la voz suave y dulce quepronuncia las palabras, Draco ni siquiera sabría que han salido de los labiosde su amiga. Se tensa al escuchar las palabras, pero al observar unos segundosa la chica y comprender que la frase no tiene ningún tono de despecho ni maldadacaba asintiendo con la cabeza.

-Es una chica afortunada. -La rubia se gira pero Draco ladetiene de nuevo.

-Si la conocierais, si de verdad supierais cómo es.

Harry aprieta la mandíbula a unos metros de él.

-Sabes que lo intenté, Draco. Quise confiar por primera vez
pero no ha salido bien y no quiero volver a intentarlo.

Luna se queda callada, pero el rubio está seguro de quecomparte la misma opinión de Harry.

-No necesitas nuestra aprobación para seguir haciendo lo quehaces.

-No, no la necesito. -Interrumpe Draco. -Pero la quiero. Nosoporto que me odiéis simplemente por el hecho de estar con alguien que no osagrada. Sólo ha sido un malentendido.

Harry va a hablar, pero Luna extiende la mano en señal deinterrupción y mira a los ojos a Draco muy
¿Sinceramente?

-No te odiamos. Sabes que no estamos de acuerdo pero nuncate vamos a odiar, Draco. Eres nuestro amigo y queremos lo mejor para ti.

-Lo mejor para mi es estar junto a ella. -Dictaminasobriamente.

-Entonces no hay más que decir.

Los dos amigos abandonan la sala dejando injustamente solo aDraco, que siente cómo una gran piedra baja por su garganta y se asienta en suestómago. Siente una rabia irracional hacia sus amigos. Si alguno de ellosestuviera saliendo con alguien, él lo apoyaría.

¿No apoyó a Harry cuando dijo haberse enamorado de una delas chicas del equipo de Ravenclaw? ¿No le ayudó en todo momento cuandorompieron?

No es justo.

Cabizbajo, el joven Malfoy abandona el comedor ignorando queHermione lo sigue con los ojos tristes y tremendamente vacíos.


La Slytherin aprieta los dientes para soportar el dolor enel antebrazo. Sólo faltan unos pasos para poder entrar al baño.
Pesadamente empuja la puerta e irrumpe en el lavabo respirandoentrecortadamente. Está vacío, afortunadamente.

Con el terror dibujado en el rostro, se levanta la manga dela túnica lentamente.

Sabe lo que encontrará debajo, pero aun así no deja desorprenderse al comprobar la oscura marca con forma de calavera que yace en subrazo.

Respira de nuevo intentando mantener la calma y cuando denuevo vuelve a contemplar la marca, esta parece más tenue
menos oscura y porsuerte
menos dolorosa.

Ya ha pasado. Al menos el dolor físico, pero en su mente lasimágenes se agolpan.

 

Debería huir ahora que puede. ¿Pero sería eso justo paraella misma? ¿Y Draco?

La puerta se abre con un estruendo y Cho Chang entra en lasala. Al reconocer a Hermione se queda quieta un momento, dudando si entrar ovolver a irse.
Finalmente vuelve a avanzar hacia delante y se acerca un poco más a Hermioneque la contempla con expresión arrogante.

-¿Qué tal, Granger? ¿Has superado la ruptura ya? ¿Quién serátu próxima víctima?

Desconfiadamente, Hermione mantiene su mirada.

-¿De qué hablas, Cho? Me parece que el rechazo te sientamal
comienzas a desvariar

-El sangre sucia
¿No ha escogido finalmente a sus amigosantes que a su nueva novia?

No pasan tres segundos hasta que Cho está siendo apuntadacon la varita de Hermione, de la cual comienzan a salir chispas al igual que desus ojos.

-Si vuelves a llamarle eso te juro que

-¿Sangre sucia? Qué raro, Hermioni
-comenta Chang con vozempalagosa. -Creía que antes era tu adjetivo favorito
Especialmente a la horade referirte a él.

Hermione se tiene que tragar sus palabras y tras bajar lacabeza y guardar la varita, finalmente una débil risa escapa de su garganta.

Cho la mira desconcertada hasta que finalmente Granger alzala cabeza y sus ojos destellan odio. Un odio que sólo puede ser sentido por unSlytherin.

-Harías bien buscando a alguien que te aguante ahora que almenos eres
agraciada, o si no, nopasaran muchos años hasta que todos se den cuenta de que estás podrida pordentro.

Cuando Hermione se retira ante la mirada atónita de Cho nopuede evitar sentir una corriente de satisfacción, pero ésta se ve ensombrecidacuando ya en la puerta, su antigua amiga se dirige a ella:

-¿Es eso lo que has hecho tú? Él también se dará cuentapronto de que no eres ninguna santa.


Las horas han pasado muertas sobre Hermione desde laconversación con Cho y por fin, por fin va a encontrarse con la única personacon la que desea estar en ese momento.

La joven se encuentra sentada en uno de los mullidos sofásde la habitación de Hufflepuff y mientras espera a que esa puerta se abra y élentre por ella no cesa de experimentar imágenes en su mente. El tiempo hapasado muy rápido, no se ha dado cuenta de todo lo que ha vivido hasta que yaera tarde. El pesimismo flota en su corazón, pero finalmente y para ella misma,sonríe.

Ha hecho la elección correcta.

Él es la elección correcta.

La puerta se abre y un chico rubio y alto entra en la sala.Mira a la joven, la cual ya le está esperando y un nerviosismo increíble seadueña de su corazón. De sus corazones.

Hermione recuerda cada palabra, cada gesto que él le hadedicado. Y eso hace que lentamente sonría y se dirija hacia él paraentrelazarse en sus brazos.

Lo siente tan cercano y a la vez, no sabe por qué es como siya no estuvieran juntos.

-¿Estás bien? -pregunta Draco al observar que Hermione seaferra a él tan fuertemente y cuando la mira hubiera jurado ver unas pequeñaslágrimas resbalando por sus mejillas. Pero tras un nuevo vistazo, ya no haynada.

Ella guarda silencio y tras unos instantes lo besa. El chicole devuelve el beso, confuso.

-¿Qué ocurre, Hermione? -Le pregunta tras conseguirsepararse un poco de ella.

 

-Bésame. -le suplica volviendo a unirse a él con tantafuerza que caen en la cama.

Draco no vuelve a intentar preguntar nada, sino que sigue laorden de la chica y se dedica a disfrutar de los pocos momentos que le quedancon ella. Falta muy poco para que su estancia en Hogwarts acabe y entonces

-Hermione.

La chica abandona el cuello del chico para mirarlo. Noquiere hablar. Sólo quiere sentirlo ahí.

-¿Quéee
? -Murmura.

-¿Qué va a pasar cuando acabemos el curso? ¿Qué vas a hacer?

-No sé
supongo que me da igual.

Draco se incorpora un poco y la mira a los ojos.

-¿Y si nos escapamos? Tú y yo, juntos para siempre.

-Estás loco. -Comenta Hermione sonriendo al imaginarse laescena. Él no sabe todo lo que daría por irse con él. Pero no es tan fácil.

-¿No quieres?

-Claro que sí. Pero
¿Para siempre? ¿Te parece que nosaguantaríamos tanto el uno al otro? -Apoya su mano en el pecho del chico, sindejar relucir que el tema la está afectando.

-Siempre que sintamos que no nos soportamos, podemos dejarde hablar y pasar a la práctica.

Sonriendo pícaramente, el chico se apoya sobre la chica ylos besos comienzan otra vez, pero esta vez más intensamente. Esta vez con unnuevo propósito.

Hermione siente los suaves dedos de Draco deslizarse por sucamiseta, pero esta vez no opone resistencia y sigue besándolo con pasión.

Dios
se siente tan bien estar con él. Cómo si todo se relevaraa un segundo plano, cómo si no hubiera nadie más en Hogwarts, en el mundo queno fuera ellos. ¿Alguna vez había sentido eso por alguien?

Draco la acaricia frenéticamente. Es curioso pero a pesar detenerla en esos momentos entre sus brazos, no puede deshacerse del pensamientode que ella va a desaparecer en cualquier segundo. Sus abrazos intentanretenerla a su lado. Le parece tan estúpidamente etérea en ese momento

Pero ella no se irá. ¿No? -Sus ojos chocolate no revelan ningunaemoción, como de costumbre. La fija solidez de sus ojos parece especialmenteimpuesta para que él no pueda leer nada. Pero su corazón latiendo ante lacercanía del chico lo tranquilizan. ¿No esperaría transformar a la granPrincesa de Slytherin en un osito de peluche tan fácilmente, no?

De momento se conforma con tenerla para él y poder saboreartodas esas exquisitas sensaciones que ella le provoca y que realmente acaba dedescubrir.

El chico se deja llevar una vez más y saborea sus labios ala vez que introduce su mano derecha en la camiseta de Hermione. Toca susujetador y se dispone a desabrocharlo por fin cuando
de pronto siente que ellase ha quedado quieta.
Sobresaltado, el chico se aparta de pronto. ¿Qué ha hecho ahora?

-¿Qué pasa? -le pregunta con voz ronca.

-Nada. -Niega Hermione, pero se aparta de Draco y se quedasentada en la cama, mirando al lado opuesto a donde él se encuentra.

-¿Qué he hecho?

-Nada. No has hecho nada
pero sé por dónde ibas

-¿Por dónde iba de qué? -Hermione enrojece violentamente yDraco sonríe al observar su cara de enfado. -Ah
Bueno
no creo que tenga nadade malo, nos queremos
¿No es natural?

Nos queremos
Hermione no puede evitar devolverle la sonrisaa pesar de seguir aparentemente enfada. Es verdad. Ella lo ama por encima detodo lo racional e irracional y por increíble que parezca después de tantosaños de dolor, él también a ella.

 

-Es que
-sus mejillas arden cuando alza la cabeza con gestode superioridad, como toda una Granger. -Ahora no me apetece. No es el momento.

Draco entorna los ojos, extrañado.

-Anda dime
¿Qué pasa?

Draco se propone averiguar el porqué de la negativa de lachica, ahora más por diversión que por otro motivo y la curiosidad le pica enla nariz.

Granger rehúye su mirada todo lo posible. Está siendohumillante y lo peor es que sabe que no tardará en llegar a la conclusióncorrecta.

-¿Por qué tanto misterio? Vamos ni que fueras
-La frase sequeda congelada en su boca antes de poder terminar la frase. Así que eso es loque pasa. Esa es la verdadera razón por la que la chica se pone rígida cada vezque siente que él quiere algo más que besos.

-¿Te sorprendes de algo, Malfoy? -Hermione rompe el silenciocon una pregunta cínica. Se siente realmente estúpida al tener que admitir suvirginidad. Normalmente es un tema que decide evitar, que cada uno piense loque quiera sobre ella.

-Pensaba que tú

-Ya sé, querías que ambos fuéramos desvirgados a la vezahora mismo. ¿No?

Draco contiene una sonrisa. Está enfadada y es la primeravez que aprecia cuánto le gusta ella en ese estado.

-Tienes razón, es justo lo que pretendía. -Se acerca a ellay observa sus ojos infundiéndole sus pensamientos. -Me encanta cuando tecomportas como una niña

Ella frunce el ceño ante el comentario y empuja a Dracohasta tumbarlo de nuevo.

-¿Insinúas que hay alguna relación entre mi comportamiento ymi virginidad? Perdona por no haberla regalado al primer chico que pasaba y porser, al parecer, bastante más madura y responsable de lo que tú piensas
Perola verdad es que ahora que lo dices, seguro que si voy a mi sala común algúnchico me ayuda a perder

No logra terminar la frase porque los labios de Draco yaestán ahí, besándola con fiereza.

-Los chicos que no sean yo, tienen prohibida la mirada a mi territorio personal.

-¿Territorio? -Se separa de él, habiéndose disipado suenfado. -Relájate. Si yo soy tu territorio eso quiere decir que admites ser demi propiedad.

-Completamente.

Un nuevo beso y ambos se tumban de nuevo.

-Por cierto
¿A cuántas chicas tendré que
aleccionar
por haber abusado de mispréstamos?

La sonrisa pícara vuelve a aparecer tan naturalmente en loslabios de Draco que Hermione siente que su pecho se expande para poder guardardebidamente tanta felicidad repentina provocada por él. Por su mera existenciaya se siente afortunada.

-A
StephanieJohnson
a Niruna Gonder
a

-A Harry Potter. -Le interrumpe ella acariciando su cabello.

-Harry nunca quiso nada serio, no merece la pena. Estáolvidado.

Ambos se ríen a lavez.

-Estoy segura de que te estás inventando a esas chicas. O almenos lo espero por su bien.

-¿De qué manera vas a aleccionarlas?

Hermione se queda en silencio mirando a los ojos de Draco ycuando éste se dispone a repetirle la pregunta para sacarla de su ensoñación,ni siquiera le da tiempo a pronunciar la primera palabra porque ella ya estáexponiendo las suyas:

 

-Te amo, Draco.

La respiración del chico comienza a hacerse algo más pesaday siente la magia fluir por su interior, como si quisiera hacer corazoncitosflotantes para celebrar las palabras de ella, lo cual resultaría seriamentecursi.

-Ya lo sabía.

Ante la mueca de disgusto de la chica, él sólo puede fundirsus labios con los de ella y desear que con sólo eso, la muchacha pueda olvidartodo lo malo que le ha pasado en la vida, y ser feliz. Ser feliz con él, durelo que dure y pase lo que pase. Pero siempre y cuando continúen juntos.

-No hace falta que hagamos nada. Dormiré igual de bien sólocon saber que tú estás aquí conmigo. Juntos.

Hermione se acomoda junto a él.

-Espero que eso no se lo digas a todas las chicas.

-Tú eres especial, Hermione.

-Ey, eso es lo que les digo yo y siempre se lo creen. Tútambién eres especial, Draco.

Unas simples carcajadas y Hermione aprieta su pequeño cuerpoal de Draco, deseando poder sentirse segura hasta dentro de unas horas almenos. Olvidando todo, su familia, sus "amigos", la marca punzando en suantebrazo. Olvidándolo todo menos a él y queriéndole, queriéndole como nunca haquerido a nadie.

-Juntos. -Piensan los dos a la vez.


El apuesto Slytherin recuerda la conversación que unas horasantes ha tenido con ella y le da una patada a la madera de su cama, sinimportarle despertar a los demás inútiles de su habitación.

Hermione siempre ha sido especialmente cabezota, pero desdeque se enamoró del sangre sucia Malfoy esa cabezonería ha aumentado hastaanteponer a todo su mundo la felicidad de Draco.

Lo han discutido durante casi una hora. ¿Qué debería hacerHermione? ¿Irse? ¿Quedarse?
¿Seguir amando a Draco? Pero finalmente la solución ha surgido para pesar deambos.

Eso no lo puede cambiar nadie aunque ese momento Blaise lodaría todo por hacerlo. Por quedarse con ella.

Siente las sienes palpitar de dolor. Ha bebido demasiado yel hidromiel comienza incluso a hacer estragos en su conciencia,alterándola. ¿Pero cómo si no soportarlo?

Hermione daba demasiadas razones para irse y él las dabapara que se quedara.

Hermione decía que el señor tenebroso la necesitaba, que nopodía decepcionar a su familia y lo que en el fondo estaba queriendo decir eraque no quería joderle más la vida a Malfoy. Bastante había tenido ya conquitarle a sus amigos y estaba convencida de que cuando ella se fuera, ellosvolverían con él.

Pues menudos amigos de mierda, eso es lo que opinaba Blaise.

Ante todas esas razones, él respondía que faltaba poco parael fin del curso y que si se enteraban de lo que pretendía al escaparse yponerse a las órdenes de Voldemort, acabaría sus días en Azkaban. ¡Inclusohabía argumentado que le jodería el corazón a Malfoy! Cuando en realidad queríadecir que se lo jodería a él

¿Había hecho bien negando sus sentimientos ese día? ¿Habíahecho bien entregándole a Malfoy, la chica en bandeja? ¿Estaba haciendo bien?

Es increíble pero él, Blaise Zabinni, un Slytherin dediecisiete años y con aptitudes para futuro mortífago
está casi orgulloso dever a Hermione feliz con Draco Malfoy.

¡La chica a la que quiere con un maldito sangre sucia!

Pero es lo que ella quiere, así que

Blaise respira y se acerca a la ventana. Son las cinco de lamañana y en su interior desea con todas sus fuerzas que no lo haga, que sequede con su sangre sucia y no se exponga al peligro
que se mantenga a salvo.

 

Pero tras distinguir una figura plateada surcando la noche,sabe que sus ruegos son en vano.


Apenas unos minutos antes, Hermione se deshace del fuerteabrazo de Draco y su corazón se fisura al observar cómo él se aferra a ella.

Por un segundo decide echarse atrás, pero no, esa no es lasolución. Afrontará sus problemas como la adulta que ya es.

No sucumbe a tocar por última vez el rostro de Draco, perosí a observarlo de nuevo. Grabando su rostro en su conciencia y rezando porquevuelvan a encontrarse cuanto antes.

-Volveremos a vernos, te lo juro. -Susurra demasiado bajopara oírse ella misma.

Las lágrimas bajan por sus mejillas y su corazón se fisuraun poco más cuando con un papel, escribe a vuela pluma:

Ha sido divertido,Malfoy.
Hasta pronto.

Sí. Es lo mejor, que él piense que todo fue un divertimientode instituto. ¿Quién sabe cuándo volverá a verlo? Podrán pasar incluso años. Esmejor que él no piense en ella en ese tiempo, pero ojalá que no la olvide. PorMerlín
¡No me olvides, Draco! Es lo que grita su corazón.

Como último detalle para al menos asegurarse que lo verá denuevo, Hermione abre el famoso armario y saca la Saeta Plateada de él.

El mayor tesoro de Draco Malfoy, robado por una Slytherin.Sí, eso le enfadará muchísimo, pero le dará al menos una excusa ya que en algúnmomento tendrá que devolvérsela. Las escobas pertenecen a sus magos, algoparecido a las varitas pero con más hostilidad por parte de la escoba alcambiar de dueño.

Acaricia la bonita Saeta recordando los tiernos y a la vezincómodos momentos que vivió con él volando
¿Acaso va a pasarse cada minutoque no esté con Draco pensando en él?

Abre la puertecita del balcón y silenciosamente dirige sumás sentida mirada al chico que aún duerme en la cama. En su cama. Recorre susrasgos angulosos y adultos, sus ojoscerrados suavemente, su cabello extendido en la almohada, rodeando el óvalo desu pálido rostro
Los labios oscuros y finos. Su pecho subiendo y bajandodebido a sus tranquilas respiraciones mientras piensa que ella continúa junto aél

Aparta la mirada sin poder soportarlo un segundo más. Está asólo un segundo de volver y acurrucarse junto a él, pero no puede hacerlo.

Se sube en la escoba y con el corazón definitivamente rotocomienza a volar.

La Princesa de Slytherin se pierde en la noche con la firmepromesa de volver. De volver a él.


Trágico final
Bueno, pues así ha acabado mi historia. Espero que oshaya gustado y emocionado al igual que me ha pasado a mí mientras la escribía.
Muchas muchísimas gracias a todas y todos aquellos que me habéis seguido, decerca, de lejos
Un gran saludo a todos y como he ido prometiendo una sorpresa,aquí os la dejo:

Es muy muy muy probable que haga una segunda parte, por lo que estahistoria no acaba así y estos dos personajes a los que ya supongo que todoshemos cogido cariño, volverán a encontrarse en una nueva historia que aún notiene fecha de publicación
no me atrevo a establecer ningún período de tiempoasí que tendréis que seguirme un poquito la pista ^^

Muchas gracias a todos los que me habéis seguido desde el principio y a los que se han unido por el camino.

Nos vemos pronto. Un besazo!

La cuna de los Herederos - Fanfics de Harry Potter

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-¡Estoy harto de ella! -El grito retumba en el comedor y durante un segundo, todos dejan sus platos quietos y miran a Draco Malfoy, un chico atractivo y enigm

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2023-02-27

 

La cuna de los Herederos - Fanfics de Harry Potter
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