La deseaba... - Fanfics de Harry Potter

No podía dejar de imaginarlo. Todos los días veía su cuerpo, a través del desván. ¿Cómo serían sus manos? ¿Cómo sería su sedoso cabello, de tenerlo enredado entre sus dedos? Era un hombre desesperado, que sus curvas lo sumían en el más exquisito estupor! Aquella sensación de no pensar, de imaginar cada dedo. Cada botón de su camisa, que se deshace lentamente. Una película en cámara lenta. Aquella fina tela, que ondea a la cálida brisa de la tarde. Todos los días, ella está en la ventana. Esperando refrescarse.

La imagina, sus graciosas pecas y entonces, no lo resiste. Ha cometido ese pecado, tantas veces, pero debe hacerlo. Quiere sentir placer y desgraciadamente, solo puede imaginársela. Allí, sentada en su cama, jugueteando con los cordeles y botones de aquella camisa casi traslúcida. Con una sonrisa suave, con los labios enrojecidos en un labial añejo ya. Dibuja letras en sus paredes con el. Le dice que le ama, cruza su ventana y juega a las escondidas con él. Es hermosa, es una princesa. La diosa de sus sueños y realidades.

No puede evitar acometerlo, pero se siente tan bien. Sentir los placeres de su cuerpo, acariciarse de nada más pensar en ella. Mirar a sus ojos, azules como el ancho mar. Ese rebelde cabello negro que lo cobija. Solo por eso, sus manos trabajan con más fineza sobre su cuerpo. Imaginársela allí, sin ninguna atadura, sin ser el amor de alguien. Sonriendo, con su cuerpo desnudo e invitándole a dormir un rato con ella. No puede más, tiene que sentirlo aunque sea pecado. Aunque en la hoguera muera, por actos indecorosos.

Sus pecas, las puede contar. Sus manos que descienden mientras las imagina, mientras se imagina contándolas. Es una grácil figura, una mujer fatal en la que no deja de pensar. Día y noche. El placer de saber que aún puede conquistarla, que no tiene dueño y que tiene oportunidad. Un día, saltará a su cama y simplemente...

Su mano no se detiene, se siente muy bien. Es como si ella le hablara, como si le susurrara "Eres mío y de nadie más", por más que lo intenta, no puede evitar tener pensamientos impuros con ella. Pero eso, eso es su placer...Solo imaginarla moviendo los pies en la cama, bailando con las sábanas. Mordiendo la almohada. Sus largos cabellos negros, danzando con ella. ¡Dios santo! ¡Ese placer iba a matarlo!

Suspiraba, cuando llegaba al momento álgido. Ella con sus tacones de diseñador, lo empujaba en la cama. Con ese vestido blanco que tanto ayudaba a su imaginación. Su mano iba más rápido, cuando escuchaba su voz en su oído. "Esta noche, tú y yo"

Sus manos no se detienen, van cada vez más rápido en sus caricias. De solo pensar en lo que le podía hacer sentir y en lo que él sentiría, enloquecía. Estaba desesperado. El placer lo ponía ansioso. Era ella, ella estaba con él. Estaban haciendo el amor. Estaban juntos.

- Liliane...- soltó un último aliento y se quedó en la cama. No podía pensar, solo sonreía ante la vergüenza que sentía por lo que había hecho. Ella era su vecina, quizá su compañera en el ascensor. Si ella lo supiera...Seguramente lo creería loco.

Pero estaba bien soñar un poco. Y a él, si se trataba de un sueño donde la incluyera a ella. A su musa. A su amada Liliane, la chica del piso superior. La ventana del frente.