La Historia entre Ron y Hermione - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

El funeral

Era una tarde fría y lluviosa, el tiempo aún no había cambiado. Era como si el cielo quisiera acompañar en el dolor a todas esas personas que habían perdido a alguien en la gran batalla.

Habían asistido ya a varios funerales ese día, pero este sin duda era el más doloroso, el funeral de Fred.

Hermione estaba allí frente al ataúd, en un rincón. Veía allí a su amigo especial, no sabía como definirlo todo había sido tan repentino, Ron y a su mejor amiga, la hermana de este, Ginny desolados junto al resto de su familia.

A su lado estaba Harry, quien cuando bajaron el ataúd abrazó a Hermione. Ella seguía pensado que todo era una pesadilla y que dentro de nada se despertaría en su cama de la torre Gryffindor y se daría cuenta de que mañana tenía que presentarse al EXTASIS de pociones. Eso hubiera querido ella, pero era real muy real.

 

No soportaba tanto sufrimiento, tanta desolación y le comía por dentro un sentimiento que hasta ahora nunca había experimentado de esa manera. ¿Era culpa?, ¿era ira?, ¿era dolor?, ¿era sufrimiento?

Si eso es, pensó la castaña, estoy sufriendo al ver una familia destrozada, pero hay algo más. Pero me da vergüenza hasta pensarlo, como puedo sentir a la vez tanto dolor y un poco de alegría al saber que por fin me he lanzado a dar el paso, soy una egoísta.

Ante este pensamiento sus ojos se llenaron de lágrimas aún más, se sentía fatal por estar pensando en sus sentimientos hacia Ron en un momento así. Pero por más que lo intentaba cada vez que veía sus ojos azules, le venía a la cabeza su primer y único beso. Nunca un momento fue más inapropiado para enamorarse que este.

Sumergida en esos pensamientos tan confusos, le daba la sensación de que explotaría. Al pensar esto no pudo evitar sonreír para ella misma al recordar que una vez Ron dijo que una persona (en ese caso Cho) no era capaz de sentir tantas cosas porque explotaría.

Poco a poco la gente se fue marchando del cementerio y allí quedaron sólo los Weasley, Harry y Hermione.

Cuando regresaban a la Madriguera, Hermione no sabía que hacer estaba allí deseando abrazar a Ron, pero a la vez sabía que no era el momento. Lo único que ella pensaba que él necesitaba era que lo dejaran en paz. En ese momento se acercó Ginny y abrazó a su mejor amiga.

Pasó todo el camino de regreso consolando a su mejor amiga.

todos los personajes de este fic fueron credaos por J.K Rowling

Inoportuno

Al llegar a la Madriguera todo parecía diferente a como lo recordaba en la boda de Bill y Fleur.

Todos se fueron a sus cuartos y en comedor solamente quedaron Harry y Hermione. Los dos se sentían fuera de lugar, como un pez fuera del agua. Ambos se sentaron en el sofá en silencio, hasta que Harry lo rompió.

¿Porqué no vas a arriba con Ron? Él te necesita.

¿Y porqué no vas arriba con Ginny? Ella también te necesita -respondió la castaña-

¿Cómo me iba a necesitar? Yo soy el culpable de la muerte de su hermano, no la culparía si no me quisiera volver a ver.

Eso no es así, nadie de los que están en esta casa tuvo la culpa de lo que pasó. ¿Que te parece si esta noche yo me quedo con Ginny y tu con Ron?

No, tú deberías ir con Ron.

¿Por qué?

Pues, porque no se tienes que ir con él, ¡te necesita!

No se Harry, es un momento muy duro y
.

 

Pues por eso te necesita.

Si yo voy con Ron tú debes ir con Ginny, ella también te necesita. Voy a ver si Ron necesita algo.

La castaña subió la escalera y llamó ala puerta del cuarto de Ron:

¿Si?

Ron, soy yo Hermione. ¿puedo pasar?

Pasa

Hermione entró en la habitación y dijo:

Sólo quería saber si necesitabas algo.

No, gracias. -respondió él-

Bueno pues, para lo que necesites
estoy abajo.

Espera un momento -dijo el pelirrojo-

Dime

Quédate un momento.

¿Estas seguro?

Sí, por favor. Siéntate un poco a mi lado.

¿Quieres hablar?

No, solo necesito que te quedes a mi lado.

¿Porqué? (no pudo evitar preguntarlo, ya que su corazón latía cada vez más deprisa. Sabía que no era el momento, pero necesitaba respuestas. Tenía un mar de dudas en su cabeza. Y ella desde la noche de la Batalla era experta en momentos inoportunos)

Pues porque necesito que me hagas compañía.

Claro, en estos momentos necesitas el apoyo de una amiga. - dijo ella-

No necesito el apoyo de una amiga, sino el apoyo de una chica especial que me gusta y me besó en la Batalla. ¿Crees a caso que podía olvidarlo? Ese beso es una de las pocas cosas que salió de bueno de esa noche y me han ayudado a seguir cuerdo.

Mira, Ron no hace falta que hablemos de eso a hora si no quieres

¿Eso que significa? -la interrumpió él-

Pues no se
que con todo lo que ha pasado no estas en condiciones de darme una respuesta y yo me marcho en menos de una semana a Australia a buscar a mis padres. Si necesitas tiempo para pensar lo entiendo, no me gustaría que te precipitaras.

No me estoy precipitando, eres en este momento lo mejor que hay en mi vida y durante mucho tiempo tú me has gustado mucho.

Entonces estas seguro de lo que estas haciendo, porque si no es así espera un poco para aclararte, yo lo entiendo.

No insistas más, ¿o eres tú la que no está segura?

No, yo estoy muy segura de lo que siento. Pero no necesito una respuesta ahora mismo.

El pelirrojo se acercó y la besó dulcemente en los labios, como nunca había besado antes a una chica. No era como los besos que le había dado a Lavender llenos ganas de aprender y muchos de ellos llenos de celos hacia Krum, sino que daba igual que lo hiciera bien o mal ya aprenderían juntos lo que a cada uno le gustaba, solo quería que supiera que él la quería.

¿Te parece suficiente respuesta?

Sí, - respondió ella entrecortadamente, ya que su corazón latía muy deprisa-.

Lo que si que te pido, es que esperemos un tiempo para decirlo, mi familia lo está pasando muy mal- dijo Ron con lágrimas en los ojos-

Como tú quieras. - dijo Hermione mientras se volvía a acercar a él para besarle-

Después del beso, se quedó toda la habitación en silencio y ella al ver sus ojos azules llorosos lo abrazó y le acarició el pelo, hasta que se quedó profundamente dormido.

Otra vez sentía una mezcla de sentimientos pero, esta vez uno de ellos era la alegría por el amor tan anhelado, una vez más tan inoportuno y a la vez tan disfrutado.

Era ya tarde, cuando Harry apareció en la habitación de Ron.

Hermione lo saludó:

Hola Harry.

Esto
Hermione ¿interrumpo algo?

No, Ron hace como una hora que se ha dormido.

 

Ahhh, bueno
yo venía a por mi pijama si quieres esta noche duermo en el sofá.

No hace falta - respondió la castaña- Me voy a la habitación de Ginny a dormir.

La castaña se levantó con mucho cuidado para no despertar a Ron. Le besó dulcemente en la frente y lo tapó.

Buenas noches Harry, intenta dormir un poco.

Buenas noches, Hermione.

Hermione bajó las escaleras y fue al cuarto de Ginny. Su amiga estaba tumbada en la cama con los ojos bien abiertos.

Hola, Ginny.

Hola, Hermione.

¿Estás bien? -preguntó Hermione-

Todo lo bien que se puede estar cuando has perdido a tu hermano.

Lo siento, ha sido una metedura de pata.

No tranquila, esta noche estoy despierta porque necesito pensar en otra cosa que no sea Fred. Así que cariño, sintiéndolo mucho por ti, voy a interrogarte.

¿Eso que significa?

Significa que debería darte vergüenza no haberle contado a tu mejor amiga que te has besado con su hermano, ¿no te perece?

Harry te lo ha contado.

Sí, me lo ha contado todo.

¿Cuándo habéis hablado?

Ese otro tema del que hablaremos más tarde. Así que cuéntame que pasó.

Primero de todo ¿que te ha contado Harry?

Pues, me ha contado que estabais en medio de la Batalla cuando a alguien y no miro a nadie, se le cayeron unos colmillos de basilisco y besó a mi hermano

Vamos, que te lo ha contado todo.

Eso no es todo. ¿Cómo te atreviste a besar a mi hermano, con lo paradita que tú eres? Si llevas años detrás de él y nunca habías reaccionado
.

Bueno la verdad es que es muy raro que yo haga eso, lanzarme, pero una voz en mi cabeza (que se parecía bastante a la tuya) me dijo ¡bésale te mueres de ganas! ahora o nunca dentro de cinco minutos podrías estar los dos muertos. Y lo hice.

Bueno la cuestión es saber ¿él te devolvió el beso?

Sí.

Cuanto duró

Exactamente no lo sé, pudo durar minutos y a mí parecerme segundos- respondió Hermione poniéndose colorada-

Y luego ¿en su cuarto que ha pasado?

La verdad es que sólo entraba para saber si necesitaba algo, pero Ron me pidió que me quedara

¿Y?

Bueno, pues
. Aclaramos las cosas.

¿Y?

Pues eso estuvimos hablando

Para que me lo cuentes ¿te voy a tener que hacer un conjuro para que se te suelte la lengua?

Bueno, está bien. Yo le dije que si no estaba seguro que lo entendía y él como respuesta me besó. Eso sí Ginny ni una palabra, tu hermano de momento no quiere que digamos nada.

Vale, no diré nada.

Ahora cariño, empieza tu interrogatorio. ¿Habéis hablado Harry y tú?

Sí.

¿Y qué ha pasado?

Bueno, entró en mi habitación para ver si necesitaba algo. Parece que esa es la excusa de hoy. Y estuvimos hablando

¿Y?

¿A que jode, que le tengas que sacar a una amiga las palabras con sacacorchos? - respondió la pelirroja- Bueno pues también nos besamos y volvemos a estar juntos.

¡Cuanto me alegro por ti! - dijo Hermione-

Bueno pero lo nuestro también de momento es secreto no se lo digas a nadie, ya sabes lo mal que lo estamos pasando todos creo que no sería justo para la memoria de Fred que el mismo día de su entierro cuatro personas dijeran a los cuatro vientos lo enamorados que están.

Tienes razón. ¿Quieres hablar de algo más?

 

Esta noche no, mañana ya pensaremos en como volver a empezar.

Sí, tienes razón. Buenas noches Ginny. Cualquier cosa que necesites estoy en la cama de al lado, si necesitas hablar despiértame.

Buenas, noches Hermione.

Ron tenía muchas ganas de volver a verla, no había podido dejar de pensar en ella desde que se marchó a buscar a sus padres. Se habían escrito cada día, pero no era lo mismo.

Aún tenía en la mano su última carta, nunca pensó que leería la carta de una chica una y otra vez. Si con doce o trece años le hubieran dicho que leería esa carta tantas veces y que además quien la mandaba era Hermione, no se lo hubiera creído se habría reído de quien se lo hubiera dicho.

La carta decía así:

Querido Ron:

Como te dije en la carta anterior, ya he encontrado a mis padres. Aunque el conjuro para confundirlos fue tan potente que nos está costando arreglarlo. Aunque ya me reconocen, quieren quedarse en Australia, aún piensan que vivir allí era su mayor sueño. No sé cuanto tardaré en arreglarlo todo y que vuelvan conmigo, hasta que no sea así no volveré.

Bueno, basta de hablar de mí. Tú ¿Cómo estas? ¿Qué tal tu familia? ¿Sigue Harry en la Madriguera? Te estoy agobiando con tantas preguntas.

Bueno solo una pregunta más ¿me echas de menos?

Yo a ti sí, me marché cuando las cosas aún estaban revueltas, así que necesito saber que estas bien.

Bueno te tengo que dejar, un beso para todos y un millón de besos para ti.

HERMIONE

Cada vez la leía se sentía más cerca de ella, él ya le había contestado y estaba esperando su respuesta. Claro que la echaba de menos.

Cuando estaba desayunando, llegó el correo. ¡Había una carta para él! Por fin.

Cogió su correo y pudo ver la cuidada caligrafía de Hermione.

Querido Ron:

Vuelvo dentro de dos días, en cuanto deje a mis padres instalados iré a verte, tengo tantas ganas de volver.

No tengo mucho tiempo para escribir estoy muy ocupada con losm prepartivos para volver, así que te dejo. Sólo quería que supieras la fecha.

Te echo de menos.

Un beso.

HERMIONE

Tal como prometió Hermione regresó al cabo de dos días de escribir la carta.

Ya había instalando a sus padres y no podía remediarlo estaba muy nerviosa. Se estaba preparando para ir a ver a Ron. Encima de su cama había más ropa de la que ella pensaba que tenía.

¿Cómo puedo tener tanta ropa y que nada me quede bien? Pensó Hermione. Nunca habías estado tan nerviosa y menos por un chico. Se miró al espejo definitivamente se pondría los jeans de color azul oscuro con la camiseta de tirantes rosa y sus sandalias de tacón de aguja. Sí esa camiseta tenía un escote que le favorecía y los tacones la harían parecer más alta.

Era la primera vez que tardaba tanto en arreglarse sin que hubiera una fiesta, tardó media hora en arreglarse el pelo y otra media hora en maquillarse.

Papá, mamá no volveré tarde si se me hace tarde llevo mi móvil. - dijo mientras se despedía y cogía su bolso-

Bueno Hermione no te pongas nerviosa -pensó ella- y se desapareció rumbo a la Madriguera.

Cuando se apareció en la entrada de la Madriguera se tomó un minuto para respirar hondo. Sentía mariposas en el estómago. Por fin llamó a la puerta. La señora Weasley abrió.

 

¡Hermione! ¿Qué tal todo? ¿tus padres están bien?

Sí, gracias por preguntar ya están instalados en casa. -respondió la castaña-

Bueno pasa, todos te están esperando. - Y Ron en especial, pensó la señora Weasley-

Hermione pasó al salón. Allí estaba él pero tenía que disimular como habían acordado. Estuvieron allí un buen rato todos juntos Harry, Ginny, George, Ron y ella. Al cabo de más o menos media hora, a Hermione le parecieron siglos Ginny se las arregló para llevarse a George al pueblo con Harry y ella, con la excusa que tenía que comprar algo. Hermione la verdad es que no se enteró muy bien. Al fin solos.

Esto
Ron. ¿Quieres que demos un paseo por el jardín?

Sí, claro. - respondió el pelirrojo-

Ambos salieron al jardín. Una vez salieron al jardín los dos tenían intimidad, pero Hermione no sabía que decir ni como comportarse (lo que era muy raro, normalmente ella sabía que decir)

Bueno
¿Qué tal están tus padres? - dijo Ron-

Bien. Ya los he dejado instalados. ¿Qué tal está todo por aquí?

Bueno, hemos tenido épocas mejores, pero saldremos adelante.

Y tú ¿Qué tal lo estas llevando?- se preocupó la castaña-

Intento salir adelante, aunque sin ti se me ha hecho más difícil.

Yo también te he echado de menos. -dijo la castaña acercándose un poco a él-

Por cierto, hoy estás muy guapa.

¿En serio?, pues yo me veo cómo siempre, no me he hecho nada especial (mintió descaradamente)

Pues estás preciosa - dijo Ron acercándose lentamente para besarla-

Gracias -respondió ella, devolviéndole el beso-

Pasaron unos minutos sin decir nada ya no había cabida para las palabras los besos hablaban por ellos.

Eres tonta, tan nerviosa que estabas y todo es perfecto -pensó Hermione-

Al cabo de poco, o eso les pareció a ambos se separaron.

Esto
Hermione, tenemos que hablar - dijo Ron-

¿Qué pasa?

No pasa nada, pero quería preguntarte algo

¿Qué me quieres preguntar?

Bueno, es que cuando te fuiste todo estaba revuelto y no se me ocurrió hacerte una pregunta.

Ron, me estas poniendo nerviosa. ¿Qué quieres preguntarme?

Bueno
quería preguntarte
- Ron se miró un momento las manos sin que Hermione se diera cuenta, le sudaban. Estaba tan nervioso como en la final de quidditch- Quería preguntarte si quieres salir conmigo, como mi novia ya sabes

Sí, claro que quiero salir contigo- dijo Hermione, acercándose y besándole dulcemente- Pero, ¿esto significa que no tenemos que disimular que tú y yo estamos juntos?

No hace falta que disimulemos, Harry y Ginny ya han dicho que han vuelto a estar juntos. Así que no tenemos porqué escondernos al fin y al cabo es algo bueno.

Claro, que es algo bueno Ron.

Pasaron toda la tarde juntos, besándose y abrazándose a cada instante.

Por fin es oportuno estar enamorada- pensó Hermione- y espero que jamás se me pase esta sensación de estar en una nube.

Era un día caluroso de agosto. Cuando aparecieron tres lechuzas del ministerio, una para Harry, otra para Ron y otra para Hermione. En las tres cartas ponía exactamente lo mismo con diferente nombre, la de Ron decía así:

Estimado señor Weasley:

Debido a su extraordinaria actuación en la Gran Batalla tenemos el placer de ofrecerle una plaza para que complete su formación para poder ejercer como auror. Dicha formación durará dos años.

 

Para poder realizar esta carrera, debido a su situación especial no es necesario que complete su formación en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Atentamente y esperando su respuesta.

El departamento de aurores.

Al leer esta carta Harry y Ron no tuvieron ninguna duda completarían su formación para ser aurores en un futuro.

Sin embargo Hermione no iba a aceptar, le tenía que dar la noticia a Ron. Ella había decidido volver al colegio y terminar sus estudios. No sabía qué quería hacer, aún no lo tenía muy claro estaba decidiendo si se especializaría en algo relacionado con el PEDDO o porqué no incluso convertirse en sanadora. Después de todo lo que había visto lo único que quería era ayudar y haciendo cualquiera de esas dos cosas lo conseguiría.

Bueno ¿Qué pensáis hacer?- preguntó la castaña-

Aceptar, claro. - dijo Harry entusiasmado-

¡Pues, claro que vamos a aceptar!- dijo Ron- ¿Quién rechazaría esa oferta?

Pues
Harry, ¿nos puedes dejar un momento a solas? - dijo Hermione-

Sí, claro - contestó su amigo, levantándose y dejándolos a los dos solos en el cuarto de Ron-

Mira Ron, yo no voy a aceptar esa oferta. Lo he estado pensado mucho y yo no quiero ser auror.

Entonces ¿qué vas a hacer?- preguntó el pelirrojo-

He pensado volver a Hogwarts. No hay nada seguro por eso no te he dicho nada. Quiero acabar mis estudios.

Pero, como auror también acabarías tus estudios.

Ron, yo no quiero luchar más. Sólo quiero ayudar.

Pero, eso significa que tú estarás en el colegio y yo aquí. Hermione, yo no quiero romper contigo.

¿Quién te ha dicho que vayamos a romper?

Bueno, está claro ¿no? Tú estarás en el colegio y yo aquí. Estaremos separados.

Sí, pero sólo serán unos meses. Además nos escribiremos todos los días, nos veremos en vacaciones y también cuando hagamos excursiones a Hogsmeade.

Sí, pero no será lo mismo.

Ya lo sé Ron. No me lo pongas más difícil. Necesito saber que me apoyas.

Claro que te apoyo, pero eso no quita que te vaya a echar de menos.

Yo también te echaré de menos. Pero realmente es lo que quiero hacer con mi vida y esa vida siempre te incluirá a ti.

Entonces, si de verdad es lo que quieres hacer adelante, pero prométeme una cosa.

Lo que quieras.

Prométeme que no te olvidarás de mi - dijo él mirándola a los ojos-

No me voy a olvidar de ti. Además piensa que Harry y Ginny van a pasar por lo mismo y tampoco se van a separar.

Tienes razón.

Como siempre - se burló ella-

Muy graciosa.

Al cabo de unas semanas, Hermione estaba en el andén nueve y tres cuartos, preparada para subir al tren con Ginny.

Hermione se despidió de sus padres, de los Weasley y de Harry. Había dejado la despedida de Ron para el final, se fueron a un lugar un poco apartado para tener un poco de intimidad.

Bueno, ya es casi la hora. Me tengo que marchar. - dijo Hermione-

Lo sé. Te voy a echar mucho de menos.

Yo también a ti. - dijo, dándole un beso después- Me escribirás todos los días ¿verdad?

Sí.

En cuanto sepa cuando iremos a Hogsmeade, te enviaré una lechuza.

 

Sí.

Ron, por favor deja de contestarme con monosílabos esto es muy difícil para mí.

Lo se, pero no puedo evitar pensar que no te voy a ver durante semanas.

Ya lo se, y te voy a echar mucho de menos.

De repente la locomotora pitó como último aviso a los rezagados. Tenía menos de cinco minutos para subir al tren.

Bueno, ahora sí que me tengo que marchar - dijo Hermione dándole a Ron un largo beso de despedida, puesto que tardaría un tiempo en volver a hacerlo-

Lo se, te voy a echar mucho de menos. Adiós. - dijo Ron besando a su novia-

Hermione, se dio la vuelta para dirigirse al tren.

Hermione, espera.- dijo Ron- Te quiero.

Hermione al oír estas palabras se emocionó, era la primera vez que Ron le decía te quiero. Se giró para abrazarse a él y besarle.

Yo también te quiero - respondió ella.

Hermione subió al tren. Se acomodó en un compartimiento donde estaban Neville (éste también volvía al colegio a terminar sus estudios), Luna y Ginny. La locomotora escarlata expulsó vapor y el tren se puso en marcha. Poco a poco Ron se alejaba, que extraño era volver a Hogwarts sin él.

Hermione no pudo evitar que las lágrimas le resbalaran por las mejillas, cuando se giró Ginny estaba llorando también. Se abrazó a su mejor amiga. Luna se sumó a ese abrazo para consolarlas. A Hermione le consoló saber que pasara lo que pasara Ginny y Luna estarían allí.

El reencuentro

El día de Halloween irían de excursión a Hogsmade. Por fin había llegado ese día.

Hermione y Ginny se encontraban en el baño junto a Luna muy nerviosas. Ambas se estaban arreglando. Como cualquier chica habían estado decidiendo que ponerse durante horas. Finalmente, lo habían decidido.

En ese instante se estaban retocando el maquillaje después del desayuno.

¿Qué te parece?- preguntó Ginny, mirando en el espejo cómo le quedaba su vestido verde-

Estás muy guapa- contestó Hermione- Siempre has tenido un tipazo.

Gracias cariño, tu también estás muy guapa -respondió la pelirroja- Que te parece si te pintas los labios y nos vamos. Neville debe estar esperando.

Vale.

Poco después se encontraron con Neville en el vestíbulo. Los cuatro se dirigieron a Hogsmade.

Una vez en el pueblo Hermione y Ginny se dirigieron al punto donde habían quedado con los chicos. Aún no habían llegado, eso puso aún más ansiosas a las dos chicas. No tuvieron que esperar mucho rato. Al poco de llegar ellas dos aparecieron Harry y Ron. Ninguna de las dos pudo evitar correr hacia su novio.

Hermione olvidándose de todo lo demás. Besó a Ron con pasión y él le devolvió sus besos con tanta pasión que la levantó del suelo.

Poco a poco el añoro se fue calmando y fueron consciente de que había más personas a su alrededor. Aunque Harry y Ginny parecían, al igual que ellos, acabar de darse cuenta que no estaban solos.

Hola cielo - dijo Hermione-

Hola princesa.

¿Que tal todo?

Bien, muy bien ahora que estoy contigo - respondió Ron, dándole un tierno beso apenas rozándole los labios, con lo que Hermione sintió como un escalofrío recorría su espalda- y ¿tu que tal todo?

Bien, muy bien cielo. Te he echado tanto de menos.

Y yo a ti, preciosa.

De repente una voz los interrumpió:

Hola Hermione.

¡Harry! Hola - dijo la castaña- ¿Que tal?

 

Todo muy bien, me alegro de verte.

Yo también me alegro de verte.

¿Cuidas bien de niña? - preguntó Harry-

Sí, nos cuidamos las dos mutuamente.

Mientras Hermione estaba saludando a Harry, Ron estaba abrazando a su hermana.

Las dos parejas se separaron para estar un rato a solas. Quedaron en las Tres escobas para tomar una cerveza de mantequilla en tres horas, allí se reunirían con Neville y Luna. Tenían tres horas por delante para demostrarse todo el amor acumulado durante tiempo.

Esas tres horas con Ron a Hermione le parecieron muy cortas, como si alguien hubiera utilizado un hechizo para acelerar el tiempo. Pronto se cumplieron las tres horas entre besos, abrazos y mimos. Le encantaba que Ron la mimara y la rodeara con sus brazos, ya que la hacía amada.

Hermione y Ron entraron en las Tres escobas, ya estaban todos allí (la señorita puntualidad se había retrasado). Se sentaron en la mesa con los demás. Ron recibió una calurosa bienvenida de Luna y Neville.

Pidieron sus bebidas a Madame Rosmerta. Cuando la dueña de las Tres escobas se dirigió a la barra Ron la siguió con la mirada (la verdad era que él la encontraba atractiva, aunque no se podía comparar con su novia) lo hacía más que nada porque ya lo tenía por costumbre desde hace muchos años.

Hermione al ver a Ron hacer esto sintió una punzada de celos, no tan fuertes como las que había experimentado cuando Ron estaba saliendo con Lavender, pero sí eran celos, ya que a Ron, Madame Rosmerta siempre le había perecido guapa.

Pero ¿por qué estás celosa? No puedes tener celos de cada mujer que mire Ron a ti también te parecen atractivos algunos chicos y jamás tendrías nada con ellos- pensó la castaña-

El tiempo que pasaron en las Tres escobas todos juntos fue muy agradable, como si estuvieran todos allí siempre, como si Lord Voldemort nunca hubiera existido y Ron no estuviera formándose para ser auror lejos de ella. Todos estaban allí juntos como si no hubiese pasado el tiempo.

Aunque ninguno de los dos lo deseaba llegó el momento de la despedida.

Creo que es hora de despedirse - dijo Ron-

Sí, creo que sí

Estas horas contigo se me han pasado volando

Lo se a mí también. Ron prométeme que tendrás cuidado cuando hagas las prácticas de auror, no quiero que te hagas daño.

No tengas miedo por mí. Todo está muy controlado.

Claro que me preocupo por ti. Estas estudiando para ser auror y eso es arriesgado. Sólo dime que tendrás cuidado.

Tendré cuidado.

También prométeme otra cosa

¿Qué más quieres que te prometa princesa?

Pues
quiero que me prometas que me seguirás escribiendo. Así te siento un poco más cerca de mí.

Claro que te escribiré, preciosa.

Te voy a echar mucho de menos, estas horas a tu lado se me han hecho muy cortas. Ojala pudiéramos vernos más.

Lo sé, a mí también me gustaría. Yo también te voy a echar mucho de menos, pero pensemos que en navidad tendremos varios días para estar juntos.

Ya, es verdad hay que ser positivos.

Bueno, princesa me tengo que marchar.

Lo sé. Te quiero.- diciendo esto Hermione se acercó a Ron y le dio n beso de despedida- Adiós cielo.

Yo también te quiero.- dijo el pelirrojo devolviéndole el beso- Adiós Princesa.

Después de decir esto Ron se desapareció junto con Harry.

 

Hermione se acercó a Ginny y fueron en busca de Luna y Neville para volver al castillo.

Notas por debajo de la mesa

Hermione y Ginny terminaban hoy el trimestre. Mañana cogerían el tren para volver a casa. Ambas no prestaban atención en clase (cosa muy rara en Hermione) sino que se dedicaban a pasarse notitas por debajo de la mesa, como si tuvieran 15 años.

Ginny le pasó una nota que decía:

¿Sabes a que hora salimos? Sigue siendo a las 8 ¿verdad? No lo han cambiado. Tengo tantas ganas de ver a Harry
ni te lo imaginas se me ocurren muchas cosas que podemos hacer estos días

Cuando Hermione la leyó pensó que más o menos era la misma nota que ella le había pasado hacía diez minutos a su amiga. Escribió otra nota contestándole.

Ahora eres tú la que está preocupada por la hora de salida. Sí sigue siendo a las 8, así que no te retrases. ¿Ya tienes la maleta preparada? Recuerda que nos vamos para unos días no para toda la vida jajaja. Y además ¿Qué tipo de cosas piensas hacer con Harry estos días? ¿Es algo no apto para todos lo públicos?

Ginny al recibir esa nota se ruborizó tanto que no se distinguía el color su pelo del color su cara. Hermione al verla así no pudo evitar reírse por lo bajo.

En ese momento en la cabeza de Ginny había una gran confusión y Hermione lo sabía, luego hablarían. Era exactamente la misma confusión que ella tenía.

Entonces le llegó otra nota de Ginny:

Jajaja muy graciosa. Déjame atender en clase, estas frenando mi aprendizaje jajaja. Por cierto cuando terminemos la clase necesito hablar contigo. ¿Te parece mejor en el baño de las prefectas o en nuestra habitación?

Hermione respondió a esa nota:

Mejor en el baño de las prefectas es más privado. Yo también necesito hablar contigo. ¿Y que es eso de que freno tu aprendizaje? ¿Te parece bonito? ¡La que ha empezado con las notitas has sido tú!

Ninguna de las dos estuvo atenta a las explicaciones de encantamientos. Solamente apuntaron los deberes estaban demasiado ensimismadas en sus propios pensamientos. Un huracán de sentimientos y confusión estaba dentro de sus cabezas.

Al finalizar la última clase del trimestre las dos chicas fueron al baño de las prefectas, ambas podían pasar, ya que Hermione era prefecta y Ginny la capitana del equipo de Gryffindor. Una vez allí comprobaron que no hubiera nadie que pudiera escuchar su conversación.

¿De qué querías hablar? - preguntó Hermione-

Pues
es que desde hace unos días hay algo que está dando vueltas en mi cabeza. Antes de contártelo prométeme que no vas a hacer un drama o te vas a escandalizar por lo que te voy a decir.

Claro, que te lo prometo somos amigas. Te conozco muy bien no creas que me voy a escandalizar con facilidad.

Es que llevo unos días pensando en algo
Estoy pensando en llegar hasta el final con Harry. Venga va suéltalo, dime que es muy pronto, que somos muy jóvenes y todo eso.

No te voy a decir nada de eso, ya eres mayor para saber lo que quieres.

Eso es muy raro en ti. Que no me digas nada
un momento. Eso es de lo que tú también querías hablar ¿verdad?

Sí, lo he estado pensando últimamente y yo quiero a tu hermano y es algo que me he planteado hacer. Aunque, la verdad es que creo que para Ron y para mí aún es muy pronto. Sólo llevamos siete meses juntos y muchos de los cuales no nos hemos visto o nos hemos visto unas horas. La verdad es que tengo impulsos de hacerlo, pero hay algo que me frena. No se que hacer.

 

Ya te has contestado, a ti misma. No estás preparada si hay algo que te frena espera un poco hasta que nada te frene.

¿Tú no tienes nada que te frene? - preguntó la castaña-

Ahora no o eso creo, hace unos meses estuvimos a punto, antes de que yo me marchara, pero en ese momento sí que hubo algo que me frenó.

¿Por qué no me lo habías contado?

No se, la verdad, a ti te lo cuento todo, pero en aquel momento estaba tan confusa que preferí ordenar mis ideas.

Bueno, sea lo que sea lo decidas y lo que hagas te apoyo. Y cuéntamelo, me encanta saberlo todo de la vida de mi mejor amiga.

Y tú tómatelo con calma, mi hermano te quiere y eso es lo que importa.

Gracias Gin, eres la mejor. Siempre consigues que lo vea todo con perspectiva - dijo Hermione abrazando a su mejor amiga-

Para eso estamos las amigas.

Esa misma tarde terminaron de hacer las maletas. Hermione pasaría el día de navidad con sus padres y después se uniría a los demás en la Madriguera, poco antes de fin de año y allí se quedaría hasta que terminaran las vacaciones.

Una pequeña sorpresa

Al bajar del tren ni Ginny ni Hermione pudieron evitar correr hacia ellos. Hacía meses que no se veían.

Hermione se acercó a Ron, hacía ya mucho tiempo que no sentía el roce de sus labios, en su opinión una eternidad.

Hola Ron

Hola princesa.

Como te he echado de menos, ¿sabes lo mucho que te quiero?

Yo también te he echado de menos. Y sí se lo mucho que me quieres y lo mucho que yo te quiero.

Bueno, creo que he de saludar a los demás.

Sí, tus padres me están mirando mal porque te estoy acaparando.

Hermione se dirigió hacia sus padres.

Hola papá. Hola mamá.- dijo la castaña-

Hola cariño. ¿qué tal todo? - dijo su madre- Ya he visto que has saludado a Ron.

Es que mamá hace mucho tiempo que no le veía y

Lo comprendo cariño, yo también he tenido tu edad.

Gracias, mamá por entenderme. Os he echado de menos.

Anda hija vamos, que tu padre está cargando tu baúl en el coche.

Mamá, ¿puedo saludar a los demás? Ir vosotros con el coche y yo luego me apareceré en casa.

De acuerdo, pero te quiero a la hora de cenar en casa. Ve con tus amigos y con tu novio.

Gracias mamá, eres la mejor. -dijo Hermione dándole un beso en la mejilla a su madre-

Hermione se incorporó al resto del grupo, que la estaban esperando. Pasó una tarde muy agradable con Harry, Ginny y Ron. Al despedirse de Ron:

Hermione, ¿mañana por la noche podrás salir?

No se
- dijo con una sonrisa maliciosa- supongo, que te podré hacer un hueco

Eres muy mala- dijo el pelirrojo dándole un beso-

Vale
si me lo pides así te haré un hueco- dijo divertida devolviéndole el beso- ¿A dónde iremos?

Es una sorpresa.

Venga
dímelo.

No.

Dame una pista pequeñita - dijo besándole-

No, es una sorpresa. Tú ponte guapa e intenta estar preparada a las nueve.

Vale. Me tengo que ir. Buenas noches cielo.

Buenas noches.

 

Al día siguiente Ron se estaba preparando para la pequeña sorpresa que le iba a dar a su chica.

¿Dónde vas a llevar a Hermione? - preguntó Harry

Le voy a dar una sorpresa -respondió Ron- Vamos a ir a un restaurante a cenar a la luz de las velas. Y luego, como mañana no la voy a ver porque pasa el día de navidad con sus padres, le voy a dar su regalo.

¿Qué le has comprado? Yo le he comprado a Ginny una pulsera, Hermione me ayudó a elegirla. Bueno la verdad es que en la joyería me dieron varias opciones en un catálogo y ella me dijo cual le gustaría más a tu hermana.

Yo le he comprado unos pendientes, que me ha ayudado a escoger Ginny. Y me voy que le he insistido a Hermione en que estuviera lista a las nueve y seré yo el que llegue tarde.

Pásalo bien. - dijo Harry-

Gracias.

A las nueve en punto Ron estaba esperando en casa de Hermione. Ella bajó la escalera con un conjunto de pantalón blanco y jersey negro.

Princesa estas muy elegante- dijo el pelirrojo-

Gracias cielo, ¿Nos vamos?

Sí claro, ¿dónde está tu abrigo?

En el perchero de la entrada, ya voy yo. Que también tengo que coger mi bolso.

Hermione se aproximó al perchero y cogió sus cosas.

Adiós papá y mamá. Volveré tarde.

Adiós señor y señora Granger.

La pareja se desapareció hacia el restaurante. Una vez allí compartieron una cena romántica. En el momento de los postres:

Hermione, como mañana no te voy a ver te he traído un regalito.- dijo Ron-

La verdad es que yo también tengo algo para ti.

Bueno, tú primero.

Hermione sacó de su bolso un paquete.

Espero que te guste- exclamó ella-

Ron abrió el paquete y no podría haber encontrado nada mejor. Era precisamente lo que quería por navidad, pero no esperaba que nadie se lo comprara. Hermione le había comprado unos guantes de guardián de piel con su nombre bordado. Sus antiguos guantes estaban ya muy gastados y ahora que volvía a jugar en un equipo de aficionados le hacían falta, pero no esperaba unos guantes tan buenos.

Princesa no deberías haberte gastado tanto dinero en mí.

¿En quien mejor que tú me lo iba a gastar? Entonces ¿te gustan? - preguntó la castaña-

Sí claro que me gustan.

Sabía que te haría mucha ilusión.

Gracias Hermione. Ahora yo tengo un regalito para ti.

Ron sacó de su bolsillo una pequeña cajita de terciopelo negro. Hermione muy expectante, aunque sabía perfectamente que contenía una joya, abrió la cajita. En su interior se encontraba unos preciosos pendientes de plata con piedras violeta que simulaban unas hojitas, eran realmente preciosos.

Ron, son preciosos. - se acercó y le besó- muchas gracias, cielo. Te quiero

Entonces ¿he acertado?

Sí. Dale las gracias a Ginny por orientarte. No cabe duda de que los has escogido tú, pero seguro que Ginny te ha ayudado un poco.

¿Cómo la sabes?- preguntó el chico-

Lo sé, porque esos pendientes los vi con ella hace unos meses en una joyería y sabía que me encantaban estos pendientes. Además Harry me ha ayudado a escoger los guantes, yo no sabía cuales eran los mejores.

Es que lo tuyo nunca ha sido el deporte, princesa.

La verdad es que nunca ha sido lo mío.

Llegó la hora de marcharse a casa.

Bueno cielo, feliz navidad- dijo Hermione-

Feliz navidad. Te espero dentro de unos días en mi casa para pasar el fin de año.

Ya lo sé. Lo estoy deseando. Buenas noches, Ron.- la castaña le besó-

Buenas noches Hermione - dijo Ron devolviéndole el beso- Hasta dentro de unos días.

Hasta dentro de unos días.

Hermione subió las escaleras y entró en su casa. Dejó los pendientes encima de la mesa y se durmió pensando en los momentos que pasaría con Ron.

Hola! Me gustaría mucho agradecer tods los reviews que me están animando a que siga escribiendo. La verdad es que soy una chica de ciencias y pensaba que mi historia no os interesaría, ya que soy bastante dada a resumir todo. Muchas gracias me ha hecho mucha ilusión que os guste mi historia.

La primera fiesta juntos

Hermione llegó a la Madriguera el 27 de diciembre para pasar el fin de Año, ya que había pasado las navidades con sus padres. Tenía unas ganas locas de pasar unos días con Ron.

El 31 de diciembre Hermione se encontró con una pequeña crisis.

Ginny, ¿puedes venir un momento? - dijo la castaña desde la escalera-

Sí, claro. Ahora subo.

Te espero en al habitación.

Al fin llegó Ginny.

¿Qué te pasa?- preguntó la hermana de Ron-

Pues, que esta noche hay una fiesta y no tengo nada que ponerme. ¿me acompañas de compras?

Sí, claro. Coge tu bolso y nos vamos. Si quieres también podemos ir a la peluquería.

Por mí perfecto, esta noche quiero que sea especial. Es la primera fiesta que pasamos Ron y yo como pareja.

Las dos amigas cogieron sus cosas y se fueron de compras. Ya en la tienda Ginny aconsejó a Hermione sobre que vestido podía quedarle bien.

Ginny este vestido es ideal para ti, pero a mí me hace gorda. Es demasiado corto y ajustado.

Bueno, pues me lo probaré yo, aunque a ver si lo tiene en otro color el rojo no es mi color.

¿Tú también tienes que comprarte un vestido? pensaba que ya lo tenías.

No lo tengo, la verdad es que pensaba pedirte que me acompañaras hoy a comprarme algo. Entra al probador y mira a ver que tal te quedan estos vestidos- dijo la pelirroja poniendo en los brazos de Hermione un montón de vestidos-

Hermione se probó todos los vestidos que Ginny le dio. Había perdido ya la esperanza de encontrar un vestido que le quedara bien, todos eran demasiado cortos o demasiado ajustados, por tanto eran perfectos para Ginny pero no para ella.

En ese momento su mejor amiga le pasó un precioso vestido negro:

Si este vestido no te gusta yo no vuelvo de compras contigo, es ideal para ti. - dijo la pelirroja- Cumple todos los requisitos.

Hermione se probó el vestido. Sí, lo había encontrado era el vestido perfecto. Le quedaba como un guante. El vestido era de encaje negro, con unos tirantes muy finos y un precioso escote en V muy favorecedor pero si llegar a ser demasiado atrevido. Le quedaba justo por encima de la rodilla.

Ginny, creo que he encontrado el vestido perfecto.

Creo que yo también - dijo su mejor amiga desde el probador de al lado- ¿qué te parece si salimos a la de tres?

Vale, una, dos y tres.

Ambas descorrieron las cortinas del probador y salieron. Ginny estaba muy guapa ¿como le podía quedar tan bien un vestido tan ajustado?, en ningún momento parecía vulgar, simplemente estaba estupenda.

¡Te queda perfecto! No es justo que te queden tan bien los vestidos cortos- dijo la castaña-

 

Estas muy sexy, no es justo que te queden tan bien los escotes en V.

¿En serio, estoy sexy? ¿No será demasiado escote?

Si te parece te pones un vestido negro liso, de cuello alto y maga larga que te tape las piernas hasta los tobillos. En serio estás muy guapa. Ahora solo nos faltan los complementos y el pelo.

A las nueve cenarían, por tanto Ginny y ella se empezarían a arreglar a las siete.

Hermione y Ginny se estaban arreglando. No sabía como pero Ginny la había convencido para que se hiciera un pequeño cambio de look, ahora su pelo era más corto (llegaba hasta los hombros), con reflejos dorados y liso (no sabía cuanto tiempo podría conservarlo así, solía tener que aplicarse mucha poción alisadora para que le quedara perfecto). Ambas se estaban terminando de arreglar. Ginny estaba simplemente muy guapa llevaba un vestido corto azul noche sin hombros que resaltaba su esbelta figura, unos zapatos de tacón del mismo color. Llevaba también unos preciosos pendientes largos con una cuenta de color verde en forma de lágrima en la punta y el pelo suelto y ondulado.

Y bien ¿qué tal estoy? - preguntó la pelirroja dando una vuelta-

Muy guapa como siempre. Espera un momento, acércate.

¿Qué pasa?

Se te ha olvidado quitarle la etiqueta al vestido.

Ufff. Menos mal que estás tú aquí.- dijo Ginny riéndose- A ver date una vuelta.

Hermione dio una vuelta para que su amiga la viera. Llevaba el vestido negro que se había probado y comprado esa misma mañana, unas sandalias de tiras de tacón de aguja muy alto de color negro, con esto ganaba unos cuantos centímetros y no parecería tan bajita al lado de Ron. Sus joyas eran muy sencillas simplemente llevaba los pendientes largos de plata que le había regalado ron por navidad.

Estás fantástica, mi hermano se va a rendir a tus pies en cuanto te vea.

Gracias, Gin. Tú siempre consigues que esté segura de mi misma.

Ese es mi deber como mejor amiga, ¿No sabías que viene en el contrato? - bromeó la pelirroja y ambas rieron con ganas-

Bueno creo que ya es hora de bajar. Llegamos tarde.

La fiesta es en mi casa así que técnicamente ya hemos llegado.

Bueno, pero tendremos que bajar.

Sí, a ver si acaba pronto este asqueroso año.

Ya, aunque no todo ha sido malo, cariño. Intenta quedarte con las cosas buenas.

Bueno, no es momento de ponerse triste. Bajemos.

Los chicos llevaban esperando más de media hora abajo.

Ginny fue la primera en bajar y como siempre deslumbró a todos con su belleza. Hermione oyó como Harry le decía lo preciosa que estaba. Hermione esperaría un poco para, no sabía como se iba a tomar Ron que se hubiera cortado el pelo, aunque a ella le encantaba y no pensaba cambiar nada de su nuevo estilismo. Oyó a Ron preguntarle a su hermana cuando bajaría su novia, es decir ella, ya que llevaba más de media hora esperándola. Así que Hermione decidió bajar.

Hermione, estás preciosa - dijo Ron-

Gracias, tu también estas muy bien - dándole un beso-

Estás muy diferente.

A ver ¿en qué he cambiado? - preguntó con una sonrisa maliciosa-

Tu pelo está más corto y más liso.

Buen comienzo, también está más claro.

Pensaba que eso era porque estaba liso. Lo importante es que estás espectacular.

Gracias cielo.

Estas muy sexy con ese vestido.

 

¿En serio? Pensé que no te gustaban los encajes.

Sí, que me gustan pero en ti.

¿Entonces quieres que me ponga tu antigua túnica de gala?- dijo con una expresión muy divertida-

Es una pena porque estarías muy guapa, pero tiré esa túnica cuando mis hermanos me regalaron esta. Por cierto eres muy graciosa ¿has pensado en hacer una actuación en la noche de los monólogos cómicos de El Caldero Chorreante?

Tú si que eres gracioso, cielo. Entonces, ¿te gusta mi vestido?

Sí mucho, eres la más guapa de todas las presentes.

Adulador
- dijo la castaña sonriendo- ¿Vamos pasando al comedor?

Vale, princesa.

La cena transcurrió con alegría. Todos intentaban estar felices, aunque la muerte de Fred aún era un hecho muy reciente. Estaban deseando que terminara el año. Un año que para Hermione aunque había tenido cosas muy negativas también había tenido cosas muy positivas, por fin Ron y ella estaban juntos.

A medianoche, todo era alegría y realmente fue cuando empezó la fiesta.

Feliz año nuevo princesa - dijo Ron besándola apasionadamente como mandaba la traición-

Feliz año nuevo Ron, espero empezar muchos años contigo, así besándonos- dijo devolviéndole el beso-

Hermione bailó con Ron y cuando este no pudo más (al igual que Harry) Ginny y ella siguieron bailando las dos juntas. Al amanecer todos se fueron a la cama.

Al acostarse Hermione pensó, definitivamente este será un gran año. En ese mismo momento su novio, su mejor amiga y su mejor amigo estaban pensando exactamente lo mismo. Definitivamente ese año fue un gran, y por qué no decirlo el principio del resto de sus vidas.

Tarjetas de San Valentín y algo más.

Ya habían pasado casi dos meses desde que Ginny y Hermione salieron de la Madriguera para volver al colegio. En ese tiempo ninguna de las dos había visto a su novio. El 14 de febrero no pudieron reunirse con ellos (era la primera vez que a Hermione le importaba no estar acompañada ese día, siempre lo había odiado).

El martes 14 de febrero por la mañana recibió una lechuza, el viejo Errol, con una tarjeta con dos corazones entrelazados en la que decía: "Tú y Yo. Siempre". Al abrirla Hermione encontró no sólo una dedicatoria de su novio, sino un pergamino anexo con una carta.

La dedicatoria de la tarjeta decía así:

Feliz San Valentín Princesa!

Ya se que nunca te ha gustado este día, pero al estar lejos de ti he pensado que es una excusa perfecta para decirte lo mucho que te quiero.

Nunca he sido bueno para la poesía y esas cursilerías que tanto os gustan a las chicas. Así que lo único que puedo decirte es que te quiero y que espero que te guste mi regalo (intenta estar en tu habitación a las cinco que es cuando recibirás a Pig, te dejo todo el día pensando en que te he podido regalar).

Besos, te echo de menos

RON

Hermione cogió el pergamino que había dentro del mismo sobre. Era una carta de Ron:

Hola princesa.

Soy un roñoso, por enviarte una carta dentro del mismo sobre de tu felicitación de San Valentín. Pero tengo novedades que contarte. A partir del 16 de febrero Harry yo nos vamos dos meses de prácticas, nos han avisado hace unas dos horas. Eso significa que ya estamos preparados, bueno que ya no somos unos completos inútiles y nos sabemos defender. Estoy muy feliz con las prácticas aunque hay unas normas muy estrictas.

 

Esas normas incluyen muchas cosas que no me gustan. Te explico. No podemos salir del campamento, eso significa que el 1 de marzo no me podré reunir contigo en Hogsmade.

Tampoco puedo recibir carta, (se supone, según dice nuestro profesor, que si estamos en una misión ni nuestra madre ni nuestra novia nos podrán escribir, porque la carta puede ser interceptada o pueden seguir a las lechuzas y delatar nuestra posición).

Tampoco yo puedo enviar cartas ni patronus que hablen a nadie.

Esas son las normas que te afectan a ti. Se me va a hacer eterno estar dos meses sin saber nada de ti.

Para las vacaciones de Pascua regreso a casa y este año sé que os permiten volver a todos a casa. También sé que Ginny y tú teníais planeado quedaros en le colegio para prepararos para el EXTASIS. Haced lo que mejor os vaya, pero eso sí en cuanto llegue a casa te escribiré para que sepas que he llegado.

Besos. Te quiero.

RON

Hermione se giró para ver si Ginny había recibido la noticia, y por su cara que había palidecido supo que sí.

A las cinco de la tarde como le había dicho Ron, estaba en su cuarto. Aprovecharía que Pig le llevaraba su regalo para hacerle llegar a Ron una carta y algo más.

Pig apareció por la ventana, llevaba un ramo de rosas rosadas (que encanto se había acordado que eran sus favoritas), una caja de bombones y un oso de peluche de color blanco. Eran los típicos regalos de San Valentín que Hermione jamás había recibido y que en otro tiempo se había burlado con Ginny de las chicas que los habían recibido.

Hermione ató a la pata de Pig su encargo.

En la Madriguera, Ron estaba preparando todo lo necesario para marcharse. Era extraño que Pig tardara tanto, de vuelta no iba cargada así que él había calculado que en una hora y media estaría allí. Ya llevaba media hora de retraso.

Al cabo de unos minutos Pig entró en el cuarto de Ron. La lechuza empezó a ulular al ver que el pelirrojo no le hacía caso.

Vale, Pig. Ahora mismo te doy una chuchería. Lo has hecho muy bien.

La lechuza se puso delante de Ron y extendió la pata para que cogiera algo que le traía.

Ron no esperaba que Hermione le enviara nada ya había recibido su regalo de San Valentín. El pelirrojo cogió el sobre y sacó un pergamino. Había algo más que luego miraría.

Hola Ron:

Gracias por tu regalo de San Valentín, aún no lo he abierto pero estoy segura de que será perfecto.

Me alegro mucho de que podáis hacer prácticas. Las normas son duras, pero no te preocupes, las cumpliré. Me tengo que acostumbrar a ser la novia de un futuro auror.

Durante todo el tiempo que estés fuera te escribiré contándote todo, guardaré las cartas y cuando vuelvas te las daré. Si puedes haz tú lo mismo, aunque sé que te cuesta escribir, así luego no te olvidarás de las cosas que te han pasado y quieras contarme.

En vacaciones Ginny y yo hemos decidido ir a la Madriguera. Seguramente pasaré todo el tiempo allí, ya que mis padres esos días estarán en Edimburgo en un congreso para dentistas. Mi madre presentará una ponencia sobre los empastes (ya te expliqué lo que eran ¿te acuerdas?).

 

No quiero ser una de esas novias pesadas, pero tengo que decírtelo: ten cuidado. Llévate ropa de abrigo, no sé donde estaréis, pero hace frío (ahora parezco tu madre).

Bueno esta carta se está haciendo muy larga y seguramente tú tienes muchas cosas que preparar. Un último consejo intenta hacer una lista para que no se te olvide nada.

Por favor cuídate y ten mucho cuidado. En cuanto llegues a casa envíame una lechuza o lo que sea para saber que estás bien y que has llegado.

Una última recomendación no te olvides de que te quiero.

Muchos besos (que te tienen que durar). Te echaré de menos.

Te quiero.

HERMIONE

Ah se me olvidaba. Mira en el sobre, no se si te lo puedes llevar pero es para que te acuerdes de mí. Ahora si que me despido. Cuídate mucho por favor.

Te quiero

HERMIONE

Ron miró en el sobre y encontró una foto de los dos bailando en fin de año. Ella estaba preciosa. ¿Cómo no se iba a acordar de ella? La chica más dulce del universo. Cogió la foto y la miró otra vez. El pelirrojo hizo aparecer un marco para la foto y guardó la fotografía ya enmarcada en la maleta. Le esperaban casi dos meses muy duros.

Me gustaría agradeceros otra vez que sigáis leyendo. De verdad que me anima mucho saber que hay personas a las que les gusta lo que escribo. Siempre he pensado que carecía de la imaginación suficiente para que a alguien le gustara mi historia. Por favor seguid poniendo más reviews con vuestras opiniones.

Muchas gracias a todas/os.

Durante dos meses

A Hermione y a Ginny les resultaba muy difícil no saber nada de ellos.

Hermione tenía los nervios a flor de piel y eso hacía que lo pagara con quien menos culpa tenía. Cuando se paraba a pensar en las veces que había gritado a Neville sin razón se daba cuenta de lo mal que se estaba portando con su amigo, eso la hacía sentir culpable, él no tenía la culpa. Neville, que siempre había sido un sol, lo comprendía e incluso cuando la veía a punto de estallar la abrazaba. La verdad es que Neville y Luna se habían convertido en un gran apoyo para Ginny y para ella.

Ginny por su parte intentaba no pensar, eso hacía que se hubieran intensificado las sesiones de entrenamiento del equipo de Gryffindor. Seguro que con lo que estaban entrenando ganarían el siguiente partido.

Estaban siendo realmente dos meses muy duros, por las noches Hermione tenía pesadillas en las cuales había herido a Ron o lo habían capturado. No eso no, no puede pasar está de prácticas, todo está controlado. Aún así sus pesadillas continuaban. Ella sabía que eran irracionales.

Tanto Hermione como Ginny contaban los días que quedaban para saber de sus chicos, tenían un calendario encima de la mesa para ver cuantos días quedaban para el 6 de abril.

El 31 de marzo de marzo por la noche Hermione sintió una punzada muy extraña justo debajo del pecho y una sensación de opresión como si un elefante se le hubiera sentado encima del pecho que hacía que le costara trabajo respirar. Le dolía muchísimo y sus amigos decidieron llevarla a la enfermería.

 

¿Ha estado sometida a más presión de lo habitual? -preguntó la señora Pomfey-

No, en los estudios no me presionan más de lo habitual- contestó Hermione-

¿Ha estado sometida a estrés emocional?

Sí.

¿Qué clase de estrés?

Mi novio está haciendo prácticas de auror y hace casi dos meses que no se nada de él. -contestó la castaña-

Eso lo explica todo, lo que tuene usted señorita Granger es un ataque de ansiedad producido por estrés emocional. Le daré un tónico para los nervios y pasará la noche aquí, ya que le voy a dar también una poción para no soñar, porque me imagino que tiene pesadillas también.

Hermione pasó toda la noche en la enfermería a la mañana siguiente le dieron el alta con el tiempo justo para desayunar algo e ir a clase.

En clase de Defensa contra las artes oscuras Hermione estaba dispersa no se podía concentrar. No sabía que le pasaba.

Debe ser por la medicación que me ha dado la señora Pomfey- pensó la castaña- Pero tengo la sensación de que algo va mal. Seguro que es la poción que me han dado para los nervios.

A mitad de clase apareció la directora del colegio, la profesora McGonagall.

Disculpe, profesor Keyes. ¿Podría salir la señorita Weasley un momento?

Sí, por supuesto. Señora directora.

También me gustaría que saliera la señorita Granger. Necesito hablar con ambas.

Sí, como no. Señorita Granger, señorita Weasley acompañen a la directora.

Hermione y Ginny se quedaron muy extrañadas. Era imposible que la profesora McGonagall supiera que el otro día habían estado fuera de la cama a deshora, ya que habían utilizado el mapa del merodeador y ella en esos momentos estaba en su despacho.

Ambas chicas se miraron con curiosidad y también seguras de que se había enterado de su incursión nocturna al baño de las prefectas para hablar con calma sin que nadie se enterara de sus vidas, porque compartir habitación con una Patil era garantía segura de que todo el colegio lo sabría a la mañana siguiente lo que habían hablado. Pero era raro no le hubiera dicho nada a Luna, ya que ella también estaba allí.

La directora las condujo hacia su despacho. Una vez allí.

- Por favor siéntense -dijo la profesora McGonagall-

Las dos chicas se sentaron.

No se como empezar- dijo la profesora McGonagall- Ha habido una emboscada de antiguos mortífagos en el bosque de Kent.

Disculpe profesora pero no la entiendo- dijo Ginny-

Espere ahora lo entenderá. En ese bosque se estaban realizando unas prácticas de los estudiantes que se preparan para ser auror.

Ambas chicas palidecieron al instante.

¿Ha habido heridos? - Preguntó Hermione-

Si.- contestó la directora-

¿Le ha pasado algo a Harry o a mi hermano? - dijo Ginny con tono suplicante, deseaba con todas sus fuerzas que dijera que estaban bien y que sólo era para que no se asustaran-

El señor Potter está bien. - contestó la profesora-

¿Está bien Ron? - dijo Hermione con los ojos empañados-

Lo siento, el señor Weasley está herido. Ahora mismo está siendo trasladado al hospital.

¿Cómo está?- preguntó Hermione-

Su estado es bastante grave.

En ese momento a Hermione se le vino el mundo encima. No era ansiedad lo que había sentido, era su corazón que le avisaba que algo iba mal. Nunca había creído en esas cosas y más tarde cuando Luna se lo insinuara ella lo negaría. Ginny y la directora seguían hablando intentado decidir que harían. A ella le daba igual, se marchaba. Necesitaba verle y estar con él. Nadie se lo impediría.

 

Señorita Granger, ya se que está en shock, pero he acordado con la señorita Weasley que cojan las cosas que van a necesitar y se vayan al hospital. Tómense el tiempo que necesiten, no se preocupen por las clases.

Hermione y Ginny se levantaron y se apresuraron a hacer el equipaje con lo indispensable en diez minutos ya estaban listas para utilizar la red flu. En cuarto de hora desde que recibieron la noticia estaban en el hospital. Al llegar:

Perdón, ¿la habitación de Ronald Weasley? -preguntó Ginny a la recepcionista-

¿Es usted familiar?

Sí, soy su hermana.

Está en la planta 6 en la habitación 768. Sigan la línea azul que hay en el suelo.

Gracias.

Las dos chicas empezaron a correr hasta que encontraron a Harry.

Harry, ¿Cómo está? - preguntó Ginny, ya que Hermione no había dicho una palabra desde que le dieron la noticia, no conseguía hablar, todo era como en sus pesadillas-

No lo se, tus padres están dentro y el resto de tus hermanos están en camino. Sois las primeras en llegar. Al no ser familiar no me han dicho nada. Y Hermione ¿Cómo está?

No se, creo que en shock. No ha dicho una palabra desde que se enteró.

Al cabo de pocos minutos salieron los padres de Ron.

¿Qué tal está? - esta vez era Hermione la que hablaba-

Mal, Hermione. Está en coma.- dijo el señor Weasley- Pensábamos que no te iban a dejar salir del colegio.

Que me lo hubieran intentado impedir. ¿Se sabe cuando se va a despertar? O ¿que le pasa? No sé
¡algo! - dijo Hermione desesperada-

Lo único que nos han dicho es que esperemos.

¿Puedo pasar a verle?

Ahora mismo sólo permiten la entrada a familiares. Lo siento mucho.

No pasa nada esperaré a que me dejen verlo.

Poco a poco fueron llegando el resto de los componentes de la familia Weasley. Al llegar la noche todos, menos la señora Weasley que pasaría la noche con Ron, se preparaban para marcharse a la Madriguera.

Hermione no se iba a marchar se quedaría allí hasta que Ron se despertara, poco importaba que no le dejaran verle. Ella tenía que estar a su lado.

Hermione, nos vamos a mi casa.-dijo Ginny- Dormirás en mi cuarto.

No, Ginny.

Bueno, si quieres estar sola te puedo preparar el cuarto de George.

No, Ginny. Me quedo aquí a pasar la noche.

Hermione, cariño. Tú aquí no puedes hacer nada, es mejor que descanses y mañana vienes y será otro día.

No, yo me quedo aquí. Me da igual pasarme la noche sentada en una silla en el pasillo del hospital. No pienso moverme.

No estás siendo razonable.-dijo la pelirroja-

Ginny, ¿si fuera Harry el que estuviera en coma tú te moverías del hospital?

Hermione, es mi hermano y estoy muy preocupada por él.

Pero no eres su novia, a la que no han dejado entrar a la habitación. Yo me quedo aquí, tu hermano me necesita.

Si tú te quedas aquí, yo también. Pasaremos la noche las dos juntas.

No hace falta. - dijo Hermione-

Tampoco hace falta que te quedes y te vas a quedar ¿no?

 

No es lo mismo.

Yo también quiero a Ron, aunque a veces me saque de quicio. No se hable más nos quedamos las dos.

Gracias, eres la mejor amiga del mundo.

Ambas chicas pese a las protestas de la señora Weasley, que opinaba que no hacían nada allí esperando en el pasillo, pasaron la noche allí y como esa dos noches más en las que Ron no reaccionaba.

Sin mejora

Al cabo de tres días sin que Ron mejorara el sanador que lo trataba pidió hablar con el señor y la señora Weasley en privado.

No hace falta que sea en privado, todos los que están aquí se preocupan por mi hijo y le quieren. Puede hablar con total libertad.- dijo la señora Weasley, consciente de que Hermione había dormido tres noches seguidas en las sillas de la sala de espera y que sólo había abandonado el hospital para darse una ducha-

De acuerdo. Ronald tiene un gran traumatismo craneal, esto hace que su presión intracraneal sea más elevada de lo normal.

No le entiendo- dijo la señora Weasley-

Esto quiere decir que si Ronald no se despierta en veinticuatro horas, podría presentar secuelas o algo peor. Les pido por favor que consideren la posibilidad de la donación de órganos. Lo siento mucho.

Pero pensemos que es un chico muy joven y fuerte y que tiene capacidad para salir de esta. -añadió al enfermera al ver a todos destrozados-

Aquellas palabras del sanador hicieron que todos se derrumbaran.

Las horas iban trascurriendo y Ron, al que Hermione no había podido ver, no mejoraba. A las dos del mediodía la señora Weasley salió de la habitación y se acercó al sanador.

Se que lo que le voy a pedir va en contra de las reglas, doctor. -dijo la señora Weasley-

Dígame.

A mi hijo Ron, estoy segura que le gustaría ver a su mejor amigo y sobretodo a su novia.

Ya. Su novia es la chica que lleva tres días en la sala de espera ¿verdad? -preguntó el sanador-

Sí. Como puede ver se quieren mucho.

Intentaré moverlo todo para que puedan entrar a verlo.

Muchas gracias doctor.

No le prometo nada.

El sanador apareció al poco rato de hablar con la señora Weasley. Se acercó a Harry y a Hermione.

Tengo que comunicarles algo. Como una excepción ustedes dos podrán pasar a ver a Ronald. Primero pasará el señor Potter y luego pasará usted señorita. -dijo el sanador -

Muchas gracias. -dijeron los dos al unísono-

Solo con una condición, usted señorita cuando lo haya visto se irá un rato a descansar. Lleva tres noches que apenas duerme, no se crea que no sé que las ha pasado en la sala de espera. Piense que si hay algo importante aún no se habrán ido el resto y usted necesita descansar.

Muchas gracias doctor, si esas son las condiciones las cumpliré.

Bien señor Potter, pase a ver al paciente. Tiene un cuarto de hora.

Usted señorita, tiene media hora.

El primero en pasar fue Harry. Al cabo de un cuarto de hora una enfermera entró a la habitación para que Harry saliera y dejara pasar a Hermione.

Harry salió conmocionado con los ojos rojos. Al salir abrazó a Hermione, que se disponía a entrar.

Hermione, giró el pomo de la puerta. Al entrar vio a Ron como dormido con un tubo en la boca, que supuso que le hacía respirar. Se sentó en la silla estaba al lado de la cama.

Hola Ron.

 

Hubo una pausa.

No sé como empezar. Me estás asustando. ¿sabes?

Otra pausa.

No me han dejado pasar hasta ahora, pero quiero que sepas que siempre he estado a tu lado, no te he abandonado. Sabes una cosa que me parece, no sé graciosa o paradójica. No te mataron en la guerra y tienes que hacerte matar ahora. ¿No es gracioso?

La castaña notó como las lágrimas caían por sus mejillas.

Ahora que por fin hay paz y que tú y yo estamos juntos, has decidido que me dejas sola. No es suficiente con que quieras ser auror y yo tenga durante todas las prácticas el alma en vilo ¿verdad? Tenías que hacerte matar. Sabes otra cosa, lo más gracioso, que no estoy dispuesta a rendirme, aunque tú si. Sabes, te quiero.

Hermione sentía como si todos los reproches que le estaba haciendo a Ron la liberaran de esos días de presión.

Otra cosa que no sabes es que no tienes permiso para morirte, nadie te ha dado permiso. No me vas dejar sola, llevo colada por ti desde los trece años y ahora que estamos juntos te marchas, pues no pienso permitírtelo Ronald Weasley. No puedes hacerme esto. No te doy permiso. Te quiero demasiado para dejarte marchar.

Tomó aire y siguió reprochándole. Estaba enfadada con él por ser tan cabezota como para no retirarse a tiempo en una emboscada y dejar actuar a sus profesores.

Esto no te lo perdonaré en la vida, ¿me oyes? Si te mueres no te lo voy a perdonar nunca. ¡Lucha! Se que eres fuerte ¡joder!. No te mueras, por favor.

Hermione después de hacerle todos sus reproches se derrumbó, ya no caían algunas lágrimas por sus mejillas ahora su llanto era incontrolado. El resto del tiempo se pasó susurrando entre sollozos:

Te quiero. Por favor no te mueras. No me dejes sola.

Al cabo de un rato entró la enfermera para decirle que se había acabado el tiempo de visita, al verla allí tan desconsolada, ésta le dio un abrazó e intentó que se tranquilizara.

Antes de irme, ¿le puedo dar un beso?- preguntó Hermione- Soy su novia.

Si, claro. En dos minutos volveré con la medicación. Os dejo solos. - respondió la enfermera amablemente-

Hermione se aproximo a la cama y besó a Ron en la mejilla.

Te quiero.

La enfermera volvió con la medicación y Hermione tuvo que marcharse.

Al salir se abrazó a Harry.

Todo saldrá bien. Ya verás como sale de esta. -dijo Harry-

Gracias, pero yo no estoy tan segura.

Ginny se acercó.

Ahora lo ves todo muy gris, pero has de ser fuerte por él. -dijo Ginny

Eso intento, pero no puedo más.

Sí que puedes. Ahora mismo te vas a descansar a mi casa un rato. Duermes un poco te duchas y volvemos. Eso le prometiste al sanador.

Se que lo debo hacer sino no me van a dejar entrar otra vez.

Ginny obligó a Hermione a irse a descansar un rato. Hermione durmió mal unas cuatro horas, se levantó se duchó, comió algo que le había preparado Ginny y volvió al hospital.

Una vez allí se disponía a pasar otra noche larga sentada en la silla de la sala de espera. Cuando de la habitación de Ron empezaron a sonar alarmas. A Hermione durante unos instantes sintió como si se le hubiese parado el corazón.

El sanador salió fuera donde estaban toda la familia Weasley (ya que habían hecho salir a la señora Weasley), Harry y Hermione.

¿Cómo está? -preguntaron varias voces preocupadas a la vez-

 

Se ha despertado. Y parece que no tiene secuelas. Ahora pueden pasar sus padres. El paciente no deja de preguntar por Hermione y supongo que es usted señorita, así que después de que lo vean sus padres considero que debe ser la siguiente en pasar a ver a Ronald. Las visitas se harán de dos en dos.

Los señores Weasley pasaron a la habitación. Las caras de alivio se reflejaban en todos los presentes. Ginny estaba abrazada a Harry y todos estaban muy felices.

Cuando los señores Weasley salieron de la habitación, todos los presentes decidieron que era mejor que Hermione entrara sola.

Hola cielo ¿Cómo estás?

Como nuevo después de esta siesta- bromeó Ron-

Muy gracioso, ya veo que tu peculiar sentido del humor no está afectado. Nos has tenido muy preocupados.

Bueno, un susto sin importancia.

Más bien un buen susto. ¿Te he dicho lo mucho que te quiero? -dijo Hermione-

Yo también te quiero, pero también me lo podrías demostrar ¿no hay un beso para un enfermito?

Eres incorregible, Ronald - le regañó la castaña sonriendo, se acercó y lo besó dulcemente en los labios- Me has dado un buen susto, pensaba que no salías de ésta.

Sí que he salido - dijo Ron- Al fin y al cabo no tenía permiso para morirme ¿no?

Hermione se sorprendió, no podía ser que la hubiera oído. En ese momento entró el sanador y dijo que debía salir que le resto de su familia y Harry quería ver a Ron.

Cuando salió sonrió, sabía que Ron nunca la dejaría de esa manera.

Recuperándose

Aún faltaban varios días para volver a las clases y Hermione pensaba aprovecharlos al máximo.

Hacía dos días que Ron había salido del hospital. Ahora era el momento de mimarle porque en nada volvería al colegio y ya no podría hacerlo.

Ron era un mal enfermo no dejaba de quejarse en todo el día porque se sentía un inútil, ya que nadie le dejaba hacer nada. Estaba sacando de quicio a Hermione. Ésta tenía que hacer un gran esfuerzo para no dejarse llevar por su temperamento.

Ron, cielo ¿Qué tal estas? - dijo Hermione cuando entré en la habitación de su novio-

Bien, aunque quiero levantarme, por Merlín se me esta quedando el trasero como una galleta.

Ron

¿Qué?- dijo Ron-

No me lo estas poniendo fácil, tienes que hacer reposo.

Es que me aburro.

Vamos a ver
Ron no está contento ¿Qué podemos hacer? - dijo la castaña mientras se sentaba en la cama de Ron-

No se

¿seguro que no tienes ninguna idea?- dijo la chica con una sonrisa pícara- A mi se me ocurren varias cosas
- no terminó la frase, ya que Ron la besó en los labios apasionadamente, tumbándola en la cama-

En ese momento alguien entró en la habitación.

Ups perdón. El amor está en el aire- dijo Ginny-

Lárgate- contestó Ron-

Ya, pero mamá me ha mandado a ver si necesitabas algo. Aunque ya veo que tienes a tu enfermera particular.

Lárgate Ginny.

Bueno no os molesto más tenéis diez minutos para seguir s, porque mamá subirá con el desayuno. Yo sólo os aviso.

Gracias, pero lárgate ya.

Espero que mamá no os pille en la rampa de lanzamiento. - dijo su hermana- Por cierto Hermione cariño, cuando puedas pásate por mi habitación necesito hablar contigo- diciendo esto la pelirroja se marchó cerrando la puerta-

 

Hermione se levantó y se sentó en la silla pensando que le pasaba a su mejor amiga,

veía en sus ojos una chispa de emoción que no había visto antes, pero se imaginaba por dónde iba la cosa. Sacudió la cabeza para olvidarse de Ginny durante diez minutos y volver a centrarse en Ron. Ni siquiera tuvieron diez minutos, parecía que la señora Weasley tenía un radar para saber cuando Ron y Hermione se estaban enrollando. La madre de Ron llegó con el desayuno a los dos minutos de que Ginny se hubiera marchado.

Hermione se marchó a la habitación de Ginny, sabía que iban a tener la conversación.

La conversación

Hermione bajó las escaleras. Respiró hondo, ya que sabía perfectamente que había pasado.

Bueno para ser exactos no sabes que ha pasado- dijo una vocecilla en su interior-. Aunque claro te lo imaginas
ufff. Sabías que tarde o temprano tendríais esta conversación. Bueno, no puede ser para tanto, ya habéis hablado de esto antes

Hermione giró el pomo de la puerta. Su mejor amiga estaba allí sentada en su cama. Ella se acercó a la cama y se unió a Ginny.

Bueno, Ginny
¿Querías hablar conmigo? -dijo la castaña-

Sí, cariño. Pero ¿que te parece si te sientas?

Vale.

Ya he usado el muffiato, porque no quiero que nadie nos escuche. No se por dónde empezar

Hermione confirmó todas sus sospechas, ya sabía que tendrían la conversación.

Empieza por el principio. Dime lo que se te pasa por la cabeza, somos amigas y no te juzgo ni te censuro. -dijo la castaña a su amiga-

Bueno, vale. Ahí va. Me he acostado con Harry.

Era lo que sospechaba.

Bueno, necesito contártelo. - dijo Ginny-

No te preocupes, suéltalo.

Bueno, esta noche has dormido en el cuarto de George.

Si, sabes que quería estar cerca de Ron por si necesitaba algo.

Ya lo se. Bueno, sigo. Pues Harry vino a verme por la noche después de cenar. Empezamos como siempre a besarnos, ya sabes

Si - respondió Hermione, aunque no era una pregunta, necesitaba tiempo para ir poniéndolo todo en orden, era la primera vez que su lógica se veía embotada sin que Ron estuviera de por medio. Era demasiado fuerte, no sabía que decir-

Bueno, el caso es que estábamos en plena rampa de lanzamiento, como vosotros esta mañana. Normalmente siempre le pido que pare ahí, pero esta vez no. Había algo que me decía que siguiera adelante. - Ginny tomó aire y continuó- No sé en que momento me quedé sin blusa, te juro que no se cuando. Sabes aquello que dices
¿Cuándo me la he quitado?

No lo se cielo, aún no he pasado por eso -contestó Hermione-

Bueno, poco a poco todo fue subiendo de tono y acabamos haciéndolo.

Bueno Ginny te lo tengo que preguntar ¿se portó bien contigo? Ya sabes a lo que me refiero-

Fue todo dulzura - contestó la pelirroja- Estuvo besándome y acariciándome a cada momento.

¿Tomasteis
ya sabes
precauciones?

Sí, claro. No soy tan idiota- contestó Ginny-

Eso es bueno. Ahora te voy hacer la pregunta del millón. ¿Estuvo bien? Vamos
¿que si te gusto?

Sí, aunque la verdad es que yo me esperaba más. Debe ser que no le tenemos cogido aún el tranquillo- dijo la peliroja y ambas amigas se rieron-

 

Bueno, aunque nunca jamás se lo diré a otra persona a ti te lo puedo decir.

¿El qué?

Bueno
que ya sabes cual es la solución ¿no? - dijo Hermione sonrojándose-

¿Cúal? - preguntó Ginny sonriendo-

Practicar

Ambas amigas se rieron.

Me alegro de que tu primera vez haya sido especial, cariño.- Dijo la castaña abrazando a su amiga-

Gracias, cariño. Espero que la tuya también sea tan maravillosa cuando llegue el momento

Para eso aún queda

Pero si ya estáis en la rampa de lanzamiento! No creo que os quede tanto.

Tu hermano está, convaleciente.

¿Y? - preguntó Ginny, esperando alguna broma de su amiga-

Que no está para emociones fuertes.- Las dos amigas se volvieron a reír-

La verdad es que creo que tienes razón- dijo Ginny entrecortadamente entre risas- No creo que esté en este momento para muchos trotes.

Las dos amigas se volvieron a reír. Ginny sabía que en poco tiempo tendrían esta conversación al revés, sería ella la que escucharía a su mejor amiga. No sabía cunado, pero no faltaba tanto como Hermione pensaba.

La magia de una noche de verano

Tras tres meses absolutamente estresantes, ya era junio. ¡Por fin vacaciones!

Estos últimos meses habían sido muy duros en muchos sentidos.

Ron se había recuperado bien, pero tenía que volver aponerse en forma para continuar su formación de auror.

Harry había ayudado y soportado, en muchos casos, a Ron para que pudiera volver a incorporase en el curso sin que estuviera retrasado.

Hermione y Ginny habían pasado una época muy estresante, aunque había dado sus frutos, ambas habían aprobado el éxtasis con muy buena nota.

Su último día en colegio las entristeció pero a la vez les daba una gran alegría, ya que se les abría un mundo nuevo lleno de posibilidades y todo absolutamente todo parecía estar a sus pies.

Hermione iba a pasar la primera quincena de julio en Francia con su familia, siempre había querido conocer París pero cuando estuvo allí sin Ron se sintió apenada. No era lo mismo subir al mirador de la torre Eiffel sin Ron, de vez en cuando se le escapaba un suspiro al pensar en él. Sin duda le encantaba la idea que habían tenido sus padres, pero estaba deseando que llegara la otra de mitad de julio para marcharse de viaje con Harry. Ginny, Ron y el resto de los Weasley.

La tía Muriel tenía una casa en la playa, que ya no usaba desde que no podía andar por la arena a causa de su edad.

Por fin llegó la última quincena de julio y allí estaban en la playa.

-Haber chicos vamos a repartir las habitaciones- dijo la señora Weasley- las he enumerado para que nadie me diga que las reparto de manera rara, no quiero quejas así que
Lee y George dormireis juntos. A ver George di un número del uno al cinco.

-El cuatro- dijo George-

-La cuatro, es esa allí- dijo la madre de los Weasley señalando la habitación de la izquierda- Harry y Ron dormiréis juntos. Decidme un número que no sea el cuatro.

-El dos - dijo Ron.

-Bien tenéis que ir a la buhardilla- dijo la señora Weasley, pensando en su fuero interno que las chicas no escogieran la cinco ya que era la habitación contigua y no quería cambios de habitación a media noche. Las había enumerado de manera desordenada para ver si picaban y los tenían más controlados.- Charlie escoge un número, tú dormirás con Percy.

 

-El uno- dijo Charlie

-De acuerdo, chicas queda poco donde escoger queréis la tres o la cinco.

-La cinco mamá- dijo Ginny, sabía perfectamente lo que su madre pretendía así que puso su cara más inocente antes de decirlo, para que pareciera que no sabía nada.

-Bien la cinco, es la otra habitación de la buhardilla- que suerte habían tenido,¿o no? Se preguntó la señora Weasley. No obstante estará vigilando que no haya cambios de habitación.

Las chicas subieron a instalarse.

Pasaron unos días muy agradables en los cuales se dedicaban a tomar el sol, a jugar en el agua y en el caso de Ron y Hermione a pasear por la playa al atardecer. Esto le encantaba a Hermione y además no se encontraba en la incomoda situación de tener que mirar con cautela por si Harry y Ginny estaban juntos en la habitación, ya que Ron y ella llegaban bien entrada la noche a la casa.

Una de esas noches Hermione se sentía sorprendentemente cómoda y sexy con un vestido que le había regalado Ginny. Era extraño, aún no sabía porque se lo había puesto, era muy bonito, pero pensaba que jamás se atrevería a llevar semejante escote, parecía Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, incluso el vestido era blanco, aunque claro había que salvar las diferencias, ya que Marilyn era un icono sexual y ella no.

Estaban sentados mirando como se ponía el sol, cuando de Ron la besó. Le encantaba cuando la besaba de improviso se le erizaba el vello y un escalofrío recorría su espalda. Esta noche todo parecía igual que siempre Ron la tumbó sobre la arena y como siempre le puso una mano en la rodilla e iba subiendo por su pierna.

En un momento determinado Ron se paró.

-¿Porqué te paras?- preguntó Hermione-

-Hombre
porque ya te he subido la falda y normalmente aquí es donde me pides que me esté quieto.

- ¿Qué te parece si nos vamos a tu casa? A la Madriguera, estará vacía y estaremos más tranquilos.

- ¿Estas segura de lo que estás diciendo?-dijo Ron muy sorprendido-

-Estoy totalmente segura- dijo Hermione. En ese momento no pensaba, sólo quería estar con él, estar muy cerca de él. Su tórax ardía, parecía como si alguien le hubiera prendido fuego. Su respiración era cada vez más rápida y su corazón martilleaba en su pecho.

Hermione y Ron se desaparecieron y aparecieron en la habitación de Ron en la Madriguera.

Ron había pensado miles de veces en ese momento esperaba poder poner la música de piano del compositor japonés que tanto gustaba a Hermione y poder llenarlo todo de pétalos rosa para que ella se sintiera más cómoda, pero hoy no había nada de eso en su habitación.

Hermione estaba muy nerviosa pero realmente quería hacerlo. Sus ropas fueron cayendo lentamente, dio gracias de llevar un conjunto de ropa interior de encaje blanco, era como si el destino hubiera jugado con ellos.

Ron tumbó a Hermione sobre su cama con firmeza y pasión, aunque a la vez tubo cuidado. Hermione le deseaba, toda ella ardía, lo único que quería era que la abrazara más fuerte y lo sintió dentro de ella. No era como había esperado, era mejor. Ron estaba en ella y además sabía perfectamente dónde debía acariciar, para hacerle olvidar todo lo que no fuera ellos dos en ese preciso momento. Un gemido con su nombre la hizo reaccionar y al poco rato sintió una gran explosión en su interior, no pudo evitar gritar, ella ignoraba que su garganta pudiera producir ese sonido.

 

Poco a poco su respiración se fue acompasando y sintió como Ron la abrazaba y la besaba dulcemente hasta que finalmente se quedó dormida entre sus brazos.

Despertarse

Esa mañana Ron se despertó pronto, más bien se podría decir que apenas había dormido. No se podía creer que tuviera allí a Hermione dormida sobre su pecho, no quería despertarla, pero tenía que avisar a Harry para que les cubriera. Aprovechó que ella se movió para desaparecerse.

-Esto
hola, ¿interrumpo algo o puedo pasar? -preguntó Ron cuando se apareció en la habitación que compartía con Harry en la casa de la playa-

-Puedes pasar Ginny no duerme aquí vaya a ser que nos pillen y al parecer tú esta noche tampoco has dormido aquí. -contestó su mejor amigo- ¿Has pasado la noche con Hermione verdad? Y necesitas que te cubra.

-Si, gracias te debo una muy gorda.

-Si, porque el pequeño Ronnie se ha hecho un hombre- dijo Harry soltando una risotada- Lo siento tío- se disculpó al ver la cara molesta del pelirrojo- pero te la debía. Tú me dijiste exactamente lo mismo después de decirme que era un cabrón que no respetaba a su hermana y que me ibas a matar ¿te acuerdas?

- Si que me acuerdo. Ya hablaremos intenta que Ginny cubra a Hermione, por favor. Me voy antes de que Hermione se despierte.

-Vale, porque se puede cabrear si no te ve.

-Pues no me gustaría cabrearla. Adiós.

Ron se desapareció y dio gracias de que Hermione aún estuviera dormida. Estaba preciosa. Parecía un ángel, bueno eso es lo que era para él, un ángel, su princesa. Se acercó poco a poco para no despertarla e intentó no hacer ruido, lo que le fue del todo imposible a causa del chirrido que hacían los muelles de su cama.

Hermione se despertó.

-Buenos días princesa- dijo Ron-.

-Buenos días cielo. -Hermione se acercó y le besó-

-¿Qué tal has dormido?

-Pues muy bien. Espera un momento
dios mío tenemos que vestirnos y marcharnos antes de que tu madre vea que no estamos. -dijo Hermione preocupada-

-Eso está solucionado, esta mañana me he aparecido en la casa de la playa y Harry y mi hermana nos cubrirán.

-Entonces, ellos ya se figuran que ha pasado aquí- dijo la castaña ruborizándose-

-Si, se lo figuran. ¿Es que te arrepientes de lo que ha pasado entre nosotros?- preguntó Ron-

-No me arrepiento, ¿De qué tendría que arrepentirme? ¿Qué te hace pensar eso? ¿Es que tú te arrepientes de lo que ha pasado?

- Claro que no me arrepiento, llevo soñando con este momento desde antes de que empezáramos a salir. Lo que pasa es que aún no me creo que tú quieras estar conmigo, cada mañana cuando me despierto, he de recordar que todo esto es verdad, que estamos juntos.

-No digas tonterías, claro que estamos juntos, porque nos queremos.

- Si, no sé si te lo digo muy a menudo, pero te quiero.

- Yo también te quiero -contestó Hermione- Y ahora me vas a explicar qué es eso de que llevas soñando con este momento desde antes de salir juntos. ¿Has tenido sueños eróticos conmigo?- dijo la castaña con una sonrisa pícara-

 

-Soy un caballero y no hablo de mis intimidades.-contestó Ron con una sonrisa traviesa.

-Pero ¿crees que podrás hacerme una demostración sobre de que van esas fantasías?

-Creo que podré hacerlo- dijo el pelirrojo besando a su novia.

Dicho esto Ron la tumbó sobre la cama y no paró de besarla y le hizo una pequeña demostración sobre sus fantasías, aunque tendrían mucho tiempo para dar rienda suelta a todas sus pasiones.

Si no estás

Hermione estaba tirada en su cama, llevaba así sin poder parar de llorar y sin querer levantarse de la cama tres días, habían protagonizado otra de las peleas patentadas Granger- Weasley, pero esta vez se les había ido de las manos.

Todo había empezado por una tontería o al menos eso le parecía ahora, aunque en realidad había tenido un buen motivo para enfadarse con él, Ron había llegado tres horas tarde a una cita por ir a ver un partido, pero poco a poco se habían cabreado más y más. Se dijeron cosas horribles. Ella le contestaba a cada cosa que él le espetaba, hasta que al final sólo querían hacerse daño, jamás habían llegado tan lejos.

El destino siempre se empeñaba en romper la felicidad, hacía escasamente seis meses Ron y ella habían llegado hasta el final.

Haría unos cinco meses le habían ofrecido un puesto de ayudante en ele ministerio en el departamento de Relaciones Muggles. Todo era perfecto y ahora allí estaba ella hecha polvo. ¿Por qué tenía que estropearlo todo? No era justo.

Las palabras de Ron resonaron en su cabeza y se le clavaron otra vez más en lo más profundo se su ser haciéndole aún más daño si eso era posible:

-Flash back-

-Eres una insufrible sabelotodo- dijo Ron-

- ¿Ah si? Pues tú eres un irresponsable y un capullo. Es como estar saliendo con un niño pequeño y te recuerdo que no soy tu madre. No estoy dispuesta a convertirme en tu madre ¿sabes Ronald?- le espetó Hermione-

-¿Y tú eres doña perfecta, verdad? Pues sí la he cagado, no hace falta que me lo reproches. Estoy harto de estas broncas, si fuera una olimpiada ya hubiéramos roto todos los records.- respondió Ron a los reproches de Hermione- No se porqué seguimos juntos.

-Pues eso dímelo tú. -dijo la castaña-

-Pues no se por mi parte lo único que nos une ahora mismo es el sexo- le gritó Ron, quería hacerle daño tanto daño como ella le intentaba hacer a él- Ya no te quiero.- Tan pronto como dijo esas palabras se dio cuenta de lo que había hecho. Había sobrepasado la delgada línea que existe entre una discusión muy fuerte de las que estás varios días sin dirigirle la palabra al otro y la ruptura. No era verdad que no la quisiera, pero ya lo había dicho y las palabras no se podían borrar, sabía perfectamente que se arrepentiría de haber dicho semejante mentira sólo para poder decir la última palabra y ganar esta discusión.-

- Eso lo cambia todo -le dijo Hermione llorando- Eres el mayor hijo de puta que ha dado la historia. No quiero volver en verte en mi vida.

Dicho esto Hermione se marchó corriendo, no podía permanecer allí más tiempo. Cómo dolía un corazón roto.

-fin del flashback-

Allí estaba hecha polvo. Ginny se presentó en su casa con una caja de bombones y recogió los pedazos de su mejor amiga, siempre que se estrellaba podía contar con ella, pero esta vez se la había pegado con todo el equipo y veía la manera de volver a levantarse.

 

Pasó un mes y Hermione no levantaba cabeza, era como un robot. Acudía al trabajo y volvía a su casa después de la jornada laboral. Ya no salía, ni siquiera los sábados por la mañana cuando quedaba con las chicas para desayunar.

Daba gracias al universo de que no se hubiera encontrado con Ron, realmente le dolía no verle pero no sabía cuanto le podía doler el verle. Algunas noches el subconsciente le traicionaba y se descubría de repente nombrándole en sueños, se sentía pequeña y tan perdida.

Los días pasaban lentos, no era fácil olvidarle, se sorprendía a sí misma acariciando su recuerdo. Suponía que los días le harían mucho más fuerte y encontraría motivos para continuar. Otra parte de ella deseaba que el destino lo volviera a traer con ella y no se volviera a marchar. Le seguía queriendo a pesar de lo que había dicho, pero le había hecho tanto daño.

Realmente ojala pudiese odiarte, ojala fuera más fácil olvidarte, Ron- pensó Hermione.

Bueno muchas gracias todos los que me habéis añadido a vuestra lista de favoritos. Espero los reviews de todos.

Siento haber tardado tanto en publicar, pero mi ordenador se rompió y luego me fui de vacaciones.

Espero que me haya salido bien es la primera vez que utilizo una canción para inspirarme, pero es que me encanta esta canción. Si no os ha gustado decídmelo y no vuelvo a intentar adaptar una canción al fic, pero no he podido resistir la tentación.

Buscando consejo

Ron estaba hecho polvo. No quería ni recordar lo que había pasado. Durante una semana no pudo ir ni siquiera a trabajar, no podía creer lo que había hecho. A la semana siguiente decidió que era hora de pedirle perdón a Hermione, no la iba a recuperar lamentándose en su habitación.

Lo primero que intentó fue mandarle flores a su casa e incluso fue personalmente a entregárselas, pero nadie le abría la puerta de la casa de Hermione. Después de una semana decidió que lo mejor sería enviar las flores al despacho de Hermione en el ministerio, éstas eran devueltas el mismo día que las enviaba.

Un día, pasado un mes y medio de la gran pelea, Ron estaba pensando en cuál era su última baza para recuperar a Hermione. Cogió una bolsa y metió algo de ropa en ella. Necesitaba consejo.

No sabía si ir a casa de Harry, de George, de Bill o de Neville.

A casa de Harry no. Quiere mucho a Hermione y no tengo excusa para lo que hice.- pensó Ron- En casa de Neville pasa lo mismo, también la quiere mucho. Supongo que lo mejor será ir a casa de Bill y Fleur, él ya me dio su apoyo una vez sin juzgarme y sé que lo volverá a hacer.

Ron cogió la bolsa y se apareció en casa de Bill. Llamó a la puerta.

-Hola, Bill. ¿Puedo pasar? -dijo Ron con la voz áspera-

-Si, claro. Pasa.

Los dos se encaminaron al salón y una vez allí se sentaron.

-¿Está Fleur en casa?- preguntó Ron a su hermano.

-No, ha salido hace un rato. ¿Por qué? ¿Qué te pasa?

-Necesitaba hablar con alguien. Hermione y yo lo hemos dejado.

-Si, George me había comentado algo de esto, pero ¿cómo pasó?- preguntó el mayor de los Weasley-

-Pues discutimos y lo hemos dejado.

-Esas cosas se dicen en caliente, luego todo se arregla.-dijo Bill intentando dar ánimos a su hermano- ya verás en nada estáis otra vez igual que siempre, simplemente Hermione te está castigando, las mujeres suelen hacerlo cuando los hombres hacemos algo mal. Además, si siempre estáis a la que salta, sino no seriáis vosotros.

 

-No esta vez no ha sido como otras veces que hemos discutido y te aseguro que no me está castigando. Me he pasado muchísimo. Me he comportado como un idiota. Además dijo que no quería volver a verme en la vida. Además ya hace un mes y medio que pasó esto. No quiere las flores que le envío, siempre me las devuelve-

-Pero, ¿que ha pasado exactamente? Tranquilo no te juzgo, todos hemos metido la pata con las chicas en algún momento.-dijo mayor de los Weasley-

-No Bill, me he portado cómo un cabrón.- dijo Ron con los ojos llorosos, no quería llorar delante de su hermano pero estaba a punto de hacerlo-

-Desahógate. Cuéntame exactamente que ha pasado.

-Flash back-

-Eres una insufrible sabelotodo- dijo Ron-

- ¿Ah si? Pues tú eres un irresponsable y un capullo. Es como estar saliendo con un niño pequeño y te recuerdo que no soy tu madre. No estoy dispuesta a convertirme en tu madre ¿sabes Ronald?- le espetó Hermione-

-¿Y tú eres doña perfecta, verdad? Pues sí la he cagado, no hace falta que me lo reproches. Estoy harto de estas broncas, si fuera una olimpiada ya hubiéramos roto todos los records.- respondió Ron a los reproches de Hermione- No se porqué seguimos juntos.

-Pues eso dímelo tú. - dijo la castaña-

-Pues no se por mi parte lo único que nos une ahora mismo es el sexo- le gritó Ron, quería hacerle daño tanto daño como ella le intentaba hacer a él- Ya no te quiero.- Tan pronto como dijo esas palabras se dio cuenta de lo que había hecho. Había sobrepasado la delgada línea que existe entre una discusión muy fuerte de las que estás varios días sin dirigirle la palabra al otro y la ruptura. No era verdad que no la quisiera, pero ya lo había dicho y las palabras no se podían borrar, sabía perfectamente que se arrepentiría de haber dicho semejante mentira sólo para poder decir la última palabra y ganar esta discusión.-

- Eso lo cambia todo -le dijo Hermione llorando- Eres el mayor hijo de puta que ha dado la historia. No quiero volver en verte en mi vida.

Dicho esto Hermione se marchó corriendo.

-fin del flashback-

-Y eso fue lo que pasó-dijo Ron- En ese momento te juro que no pensaba lo que decía.

-Bueno, Ron no te voy a mentir, te has pasado mucho con ella. Esto no va a ser fácil de solucionar. Seguramente Hermione debe estar muy dolida y ahora no van a valer sólo unas disculpas para conseguir que te perdone. La pregunta del millón es: ¿Aún la quieres?

-Pues claro que la quiero. -dijo el pequeño de los Weasley-

-Entonces necesitas un plan de acción, pero no te voy a engañar es posible que la hayas perdido para siempre.

-Haré lo que haga falta para volver a estar con ella. Nunca he querido a nadie como la quiero a ella.

-Bueno, para empezar ¿Estás seguro que ha sido ella en persona quien te ha devuelto las flores? -preguntó Bill-

-No te sigo.

-Pues que lo mismo dio orden, en su momento, de que no quería saber nada de ti y que pusieran todo lo que enviabas fuera de su vista, ya que estaba muy dolida. Es posible que ni siquiera sepa que le has enviado flores.

 

-Pues no se, en su casa nadie me abría y decidí enviarle las flores a su despacho. Espera. A lo mejor Maggie, ya sabes su secretaria, me ha devuelto las flores.

-Entonces
como veo que lo de enviarle cosas no funciona, ya que es posible que hayan sido interceptadas, creo que tendrás que verla en persona y decirle lo que sientes cara a cara. Eso sí, te arriesgas a que te de una bofetada.

-No se dónde puedo verla. Nunca me cruzo con ella en los pasillos del Ministerio y mira que ido de veces a ver a papá para ver si la veía. Creo que ha conectado la red flu a su despacho. -dijo Ron-

-Pues vas a tener que buscar otra manera de encontrarte con Hermione.

-No se
Bill. No se me ocurre nada. Además Ginny no me va ayudar en esto, Hermione es su mejor amiga. Tendrías que ver las miradas de reproche que me lanza en la cocina cuando cenamos. Y no la culpo soy un miserable.

-Piensa en algún sitio dónde te la puedas encontrar e incluso hablar con ella. Ya sabes alguna reunión, una cafetería dónde le guste ir ¿no era una adicta al café?- observó Bill-

-Ya no va a desayunar con las chicas los sábados

-Bueno piensa en algo, si de verdad quieres recuperarla tienes que encontrar la manera de abordarla.

-Bueno ahora que lo dices en dos semanas es el cumpleaños de Luna y hará una fiesta. No pensaba ir pero
hay muchas posibilidades de encontrarme con ella allí.

-Pues eso es lo que tienes que hacer, ir a la fiesta de Luna y pensar que tendrás que usar la dosis de suerte que tenías destinada para una década sólo para que te escuche y no se largue de la fiesta nada más verte.

-Eso intentaré. Gracias. ¿Por cierto te importa que pase unos días aquí? No aguanto más las miradas de Ginny que me recuerdan todo lo que he hecho mal y como me he comportado.

-Claro, Ron quédate el tiempo que necesites- respondió Bill- Iré a preparar el cuarto de invitados.

Volver a empezar

Habían pasado dos meses desde gran pelea y Hermione necesitaba volver a empezar. El momento ideal para empezar de nuevo era la fiesta de cumpleaños de Luna, pero necesitaba hacer cambios en su vida. Hacer algo drástico.

Lo necesitaba, necesitaba volver a sentirse a gusto consigo misma. Para conseguirlo decidió ir a la peluquería el mismo día de la fiesta. Lo había decidido, se iba a cortar el pelo y se lo iba teñir de un color más oscuro. No sabía porqué, pero esa idea le parecía muy liberadora.

A las seis había quedado con Ginny y Luna para ayudar con los preparativos de la fiesta. Ginny estaba muy rara, una hora antes le había enviado a Dawn, su lechuza, para pedirle que no fuera a la fiesta. Hermione no entendía nada, era ella la que le había dicho que tenía que salir, no pensaba escuchar ninguna de sus razones para que no asistiera a la fiesta. Necesitaba salir, además sus amigas aún no habían visto su nuevo look.

-¡Hermione!-dijeron sus dos amigas a la vez.

-Estás estupenda, nunca creí que fueras capaz de hacer algo tan drástico- dijo Luna-

-Estás perfecta y ese mini-vestido morado es ideal, no creí que te lo pusieras nunca. Siempre pensé que te dio uno de esos impulsos que tenemos todas en rebajas.-dijo Ginny-

-Gracias, chicas. Necesitaba volver a empezar y volver a sentirme guapa y segura de mí misma. Tengo que escapar de mis lamentos y volver a vivir. Necesito volver a enfrentarme a la vida, he vivido dos meses como si fuera un fantasma y estoy harta.

 

-Me parece estupendo, pero
no creo que hoy sea el día, cariño. Has dado un gran paso y necesitas tiempo para seguir. -dijo Ginny-

-No, Ginny me quedo.

-No es buena idea, cariño- dijo Luna-

-Chicas, se que intentáis protegerme, pero no me digáis nada que me pueda echar hacia atrás en mi decisión. Se acabaron los no puedo. No quiero escucharos. Así que me voy y vuelvo para la fiesta y no intentéis detenerme.-dijo la, ahora, castaña oscura, a decir verdad llevaba el pelo marrón chocolate-

-Cariño, márchate a casa y mañana hablamos. Haznos caso, por favor.- dijo la pelirroja, no se atrevía pronunciar el nombre de su hermano, entre ellas se había convertido en el que no debe ser nombrado, para no herir a su amiga.-

-Vuelvo en un rato.-dijo la castaña-

-Hermione, cariño de verdad que no es buena idea- dijo Ginny desesperada, aunque ella no se imaginaba que su hermano tuviera intención de recuperarla.

-Os quiero- dijo Hermione, un segundo antes de desaparecerse.

Las dos chicas se quedaron a solas.

-Tenemos que evitar que Hermione y tu hermano se vean- dijo Luna- Ahora que parece que ella está dispuesta a levantar cabeza después del gran batacazo.

-Lo intentaremos, pero creo que va a ser bastante difícil- dijo Ginny- No sé si podremos evitarlo. Harry está intentando que Ron no venga a la fiesta, pero es tan cabezota como Hermione y se le ha metido entre ceja y ceja venir a tu cumpleaños. Así que creo que tendremos que prepararnos para capear el temporal.

-Espero que no se hagan más daño del que ya se han hecho.-dijo la rubia-

-Eso espero yo también.

A las nueve comenzó la fiesta, que había sido preparada con tantos meses de antelación.

Había mucha gente. Hermione se sintió abrumada, nunca le habían gustado las multitudes, prefería una reunión tranquila entre amigos a un fiestón. Pero Luna era así de estrambótica y esa era, precisamente, una de las cosas que la hacían tan especial y hacía que fuera una de sus mejores amigas.

A la vez que Hermione pensaba en esto, Ron la buscaba con la mirada desesperadamente. Nadie excepto Bill sabía que pretendía. No la encontraba por ninguna parte. Cada vez que veía una melena de color castaño claro su corazón se aceleraba.

-Esa no es ella.- le dijo George-

-No sé a lo que te refieres- dijo Ron-

-Me refiero que esa que está de espaldas del vestido negro no es Hermione.

-No se que decirte, no la estoy buscando- mintió el menor de los Weasley.

-Bueno, pues la persona a quien no estás buscando se ha teñido y cortado el pelo. Yo de tí buscaría a una chica con el pelo justo por encima de los hombros con las puntas levantadas y de color marrón chocolate. Además, la chica a quien no estas buscando lleva un mini-vestido morado con la espalda descubierta hasta la mitad -dijo Angelina, la novia desde hacía cuatro meses de George-

-Gracias- dijo Ron-

Ron siguió desesperadamente con su búsqueda. Hasta que la vio. Hermione estaba con el resto de sus amigos conversando animadamente y tal cómo le había dicho Angelina se había teñido. ¿Cómo podía ser tan guapa? Tenía el encanto de lo que su hermana llamaba la guapa-fea, es decir la chica que es guapa pero no sabe que lo es. Se dirigió hacia ella. Se armó de todo el valor que podía reunir, él al igual que Harry prefería enfrentarse a un dragón en vez de enfrentarse a una chica, bueno a una chica no a esta chica en concreto.

 

-Hola- dijo Ron a todos-

-Hola- contestaron varias personas, pero no Hermione.

Hermione al oír ese "hola" se había quedado helada. De repente lo entendió todo, esa era la razón por la que Luna y Ginny no querían que estuviera en la fiesta. Esa era también la razón por la que cuando empezaron a conversar la pusieron de espaldas al resto de la fiesta.

La castaña no sabía que hacer. Tenía que decir algo, pero ¿el qué? Como había supuesto hacía dos meses era mejor no verle, que encontrarse con él.

-Hola- dijo Hermione-

-Esto
Hermione ¿podríamos hablar un momento? -dijo Ron-

-¿Me disculpas un minuto?

-Si, claro-contestó el pelirrojo algo desconcertado-

-¿Chicas, me acompañáis al lavabo?-le dijo Hermione a Luna y Ginny-

Dicho esto Hermione y sus dos amigas entraron en el cuarto de baño.

-Esto no me está pasando- dijo Hermione- no me puede estar pasando.

-Hermione, cariño tranquilízate- dijo Ginny-

-¿Qué demonios le pasa a tu hermano?- gritó la castaña-

- Hermione, no tengo ni idea de verdad-

-Pues yo me hago una ligera idea de lo que quiere- dijo Luna-

-¿Que le devuelva sus cosas? -preguntó Hermione al borde de un ataque de llanto- Aún no estoy preparada para todo eso, no soy tan adulta.

-Es una posibilidad, pero creo que realmente quiere hablar de lo que hay entre vosotros dos- dijo la cumpleañera-

-No se
Luna, si hubiera querido arreglar las cosas, me habría escrito o me habría enviado flores o algo y en dos meses y tres días no ha dado señales de vida. Así que supongo que querrá su camiseta del equipo y esas cosas que aún tengo guardadas.

-Bueno, sea lo que sea te tienes que enfrentar a ello, cariño. No vas a pasarte toda la fiesta encerrada en el baño.-dijo Ginny-

-Tiene razón, en algún momento tendrás que salir.-dijo Luna-

- Ya lo sé. Siento mucho que tengas que aguantar este drama en tu fiesta de cumpleaños. De verdad que no me lo esperaba, la protagonista deberías ser tú y no yo.-dijo Hermione-

-No pasa nada. Ginny y tú siempre habéis sido mis amigas y ahora eso no va a cambiar. Ve a hablar con él. Te estaremos esperando para lo que sea que haya pasado, no te preocupes por mí cariño. -contestó Luna a su amiga-

-Tiene razón estaremos allí para apoyarte.-observó la pelirroja-

-Entonces creo que no me queda más remedio que salir y enfrentarme a la situación como la mujer adulta que soy ¿verdad?

-Tienes que hacerlo- dijeron las dos mejores amigas de la castaña-

-Allá voy-

Hermione cogió aire y se dirigió hacia donde estaba Ron. No sabía lo que Ron le iba a decir, pero para asegurase de no salir muy herida decidió darle un máximo tiempo, el suficiente para que se explicara y pero no el bastante cómo para que él pudiera herirla más de lo necesario.

-Está bien. Hablemos.- dijo Hermione-

-Gracias. ¿Qué te parece si vamos al jardín?- preguntó Ron-

-Por mí vale.

Ambos se dirigieron al jardín antes de que Ron pudiera emitir ningún sonido, Hermione le dijo:

-Tienes diez minutos.

 

-Vale. No se por dónde empezar.

-Por el principio siempre es una buena idea.-dijo la castaña todo lo fríamente que pudo-

-Está, bien. Hace dos meses tú y yo tuvimos una pelea muy fuerte.

-Sí, esa parte la recuerdo bastante bien. No hace falta que vuelvas tan al principio.

-Bueno, el caso es que estos dos meses sin ti han sido una verdadera tortura.

-No creo que haya sido para tanto.

-Hermione, por favor déjame hablar. Estás consumiendo parte de mis diez minutos y esto ya es bastante complicado.-dijo el menor de los Weasley-

-Está bien te escucho. Mejores Alfombras de Hidromasajes

- Voy a ir directo, no me va a quedar tiempo. Quiero pedirte perdón.

-No hay nada que perdonar, tú ya no me querías y lo dijiste de la manera más inoportuna, pero bueno asumámoslo nunca hemos sabido ser oportunos, así que eso entraba dentro de nuestra costumbre.

-No me refiero a que me perdones solamente por lo que te dije. Me refiero a que me perdones por haberte mentido, por haberte dejado.- dijo Ron-

-No te sigo. ¿Qué eso de que te perdone por haberme mentido?

-Bueno, cuando te dije que no te quería era mentira, estaba enfadado y ya sabes que siempre me gusta tener la última palabra. Quiero pedirte que me perdones y que lo volvamos a intentar.

-Ron, no has dado señales de vida en dos meses. Ni siquiera una nota.

-Te envié flores durante semanas a tu casa y al trabajo, pero siempre me las devolvías.

-No, tú nunca me has enviado flores, a excepción de las que me enviaste por San Valentín hace un año y pico. No es posible, me habría enterado. -dijo Hermione muy desconcertada-

-Creo que tienes personas a tu alrededor que te quieren y te protegen más de lo que yo he sabido quererte y protegerte. Hermione se me está acabando el tiempo, así que ¿crees que puedes volver a confiar en mí? ¿Podemos volver a intentarlo?

-Ron

-Escucha. Hermione siempre te he querido y siempre te querré. Tú y yo somos una persona, nos complementamos el uno al otro. Yo sin ti soy un desastre con patas. No puedo hacer nada derechas, todo me sale mal, porque siempre estoy pensando en ti. Te quiero. Por favor dame otra oportunidad. Te ruego. Haré lo que quieras. Te lo suplico. Yo sin ti no soy nada. He pasado los dos peores meses de mi vida. Te quiero y te pediré que me perdones de rodillas si así consigo que me des una oportunidad. Te necesito. Perdóname, por favor.

-Ron coge aire, te vas a ahogar.

-Me quedan aún dos minutos, para seguir diciendo lo miserable que he sido, que me des otra oportunidad y que perdones.

-Ron, no sigas. Ahora me toca hablar a mí. Estoy dispuesta a darnos otra oportunidad. Pero tengo mis propias condiciones.

-Sea lo que sea, acepto. -dijo Ron-

- La primera, no podemos retomarlo dónde lo dejamos. Tenemos que volver a empezar.

-Vale.

-La segunda, ambos tenemos que aprender a frenarnos cuando discutimos, porque lo de no discutir en nosotros es imposible.

-Lo acepto.

-Cómo vamos a volver a empezar, significa que volvemos al principio.-dijo Hermione-

-Hasta ahí había llegado, Hermione. Pero no consigo saber por donde vas.

-Lo que intento decir, y esa es una de mis condiciones, es que no va a haber sexo en varios meses.

-Hermione.

- Es una condición. Como mínimo vas a estar entre tres y seis meses sin sexo. Necesito saber que estás conmigo porque me quieres y no porque hayas estado sin sexo durante dos meses.

 

-Hermione, no estás siendo razonable. -dijo el pelirrojo-

-Sabes que estoy siendo razonable. Y no cuentan los meses que no hemos estado juntos, esto se empieza a contabilizar desde ahora.

-Es que entonces van a ser ocho meses sin

-Lo tomas o lo dejas. Es así de fácil, Ronald. -le interrumpió la castaña-

-Lo acepto, es mejor eso que estar sin ti. Acepto mi castigo, porque sabes que lo que estás haciendo es castigarme.

-Puede que te esté castigando un poco. Y mi última condición

-¡Más condiciones!- dijo Ron deseperado- Creo que ya es pasarse. ¿Que más puedo darte?

- Mi última condición es que me beses ahora mismo.

-Eso creo que lo puedo cumplir con gusto.

Ron se acercó a Hermione y la besó. Por fin todo volvía a estar en su lugar.

Ven

Ya habían pasado casi ocho meses desde la Gran Pelea. Todo iba bien entre Ron y Hermione. Seguían discutiendo, por supuesto.

Dicen que después de la tempestad siempre llega la calma, pero en el caso de ellos dos, si de vez en cuando no llovía no eran ellos mismos. Aunque tanto Ron como Hermione habían aprendido una gran lección: para antes de que te arrepientas de lo que has dicho.

En esos cinco meses y tres semanas y media que llevaban desde su reconciliación habían vuelto a empezar y quererse como siempre se habían querido. Hermione seguía empeñada en que Ron cumpliera su castigo, aunque había veces que le costaba muchísimo no ceder a las peticiones de su novio y otras veces consideraba alargar el castigo sólo por chinchar a su novio, aunque realmente no le apetecía ni tenía intención prolongar su abstinencia.

Ron estaba muy pesado e incluso algunas veces insoportable. Lo había intentado todo para que su chica rebajara su "condena" y por el momento no lo había conseguido, y pensaba ya no lo iba a conseguir, le quedaban tres días de castigo.

Ese día estaban en la Madriguera con Ginny y Harry, viéndo una película en el ordenador portátil de Hermione, los hermanos Weasley no sabían nada de tecnología muggle, pero hay que ver que rápido se habían acostumbrado a algunas de sus comodidades. Los señores Weasley se habían ido a ver a Charlie a Rumania, donde seguía trabajando con los dragones y la casa estaba a cargo de Bill, por tanto si no montaban follón, podían hacer lo que les diera la gana.

A mitad de película una cara apareció en la chimenea del cuarto de estar, era el jefe de Ginny que le decía que fuera inmediatamente a la redacción, la pequeña de los Weasley era redactora en El Profeta desde hacía más o menos un año. Ginny se marchó a toda prisa y les pidió por favor que pararan la película, ya que quería saber cómo acababa. Harry aprovechó la ausencia de su novia para ir a entrenar, ya que según él estaba perdiendo la forma física.

Hermione se levantó del sofá y apagó el portátil. Se dispuso a recoger todo lo que habían ensuciado. Cuando estaba en la cocina dejando los platos en el fregadero, sintió como los brazos de Ron rodeaban su cintura. Él empezó a besar el cuello de la chica. Hermione no se pudo resistir y se giró para besarle en los labios. Ron recorrió con sus besos el cuello de la castaña hasta llegar a su clavícula. Las manos de ella se habían enredado en el pelo de él y el pequeño de los Weasley, a su vez, había bajado las manos de la cintura de su novia hacia el final de la espalda de la chica. Sin que apenas ninguno de los dos se diera cuenta, se habían dejado llevar y Hermione estaba sentada en el mármol de la cocina con las piernas rodeando la cintura del pelirrojo.

 

La mente y el cuerpo de Hermione ya no seguían el mismo camino.

Su mente le decía: "Faltan tres días para que termine su castigo. Aguanta un poco más, sólo tres días más
Sigue castigado"

Su cuerpo por otro lado le exigía que siguiera: "Déjate llevar, te mueres de ganas llevas exactamente el mismo tiempo que él sin sexo. Le deseas, te desea y estáis solos. ¡Oh, vamos que importa!"

-Ron
sigues castigado- dijo la castaña con muy poca convicción-

-Cariño, te quiero y te he demostrado que no estoy contigo por el sexo- dicho esto el pelirrojo siguió dándole besos en le cuello, cosa que hacía que Hermione se derritiera cada vez más- Por lo menos no te retires mientras te beso.

-Ron, esa manera de besar sólo puede llevar a una parte.- esta vez no se retiró y dejó que su chico siguiera besándola-

- Hermione, te deseo y ya casi ha acabado el castigo, no podrías rebajármelo. ¿Cuándo tenemos oportunidad de estar solos?- dijo Ron antes de continuar besándola-

-Quieres que me deje llevar. - dijo Hermione intentado reprimir inútilmente un gemido que luchaba por salir de su garganta-

- Hermione, en mí puedes confiar. No te voy a fallar. Y ahora ven- dijo bajándola de la cocina, cogiéndola de la mano y guiándola hacia las escaleras- déjate llevar.

- Perdamos el norte.- dijo Hermione con la respiración entrecortada, sabía perfectamente que ya había sucumbido.

-Olvida todo lo demás. Sólo estamos tú y yo. No lo dudes más y lánzate al vacío.- le dijo el pelirrojo.- No hay nada que perder sigue tus latidos.

-Sigo mis latidos- dijo Hermione, ya estaban entrando en le cuarto de Ron-

Ron la tumbó sobre la cama y siguió besándola. Ambos estaban muy excitados.

El top negro de Hermione y sus jeans estorbaban, una vez se había desprendido de ellos dejó ver un conjunto de encaje negro. Ante esa visión Ron la empezó a besar con más intensidad, ahora no era deseo lo que sentían, era necesidad el uno del otro. El instinto de Hermione rompió en erupción, ya que deseaba tanto a Ron como él la deseaba a ella. La ropa de Ron también había dejado de ser un impedimento entre sus cuerpos.

La lluvia caía sensual repiqueteando en el cristal de la ventana. Hermione se deshacía a cada caricia y beso de Ron. Resbalaba el sudor de su pasión, por sus cuerpos. Ambos se querían ahogar el uno en el otro, bebiéndose así sus ganas infinitas de estar juntos. Cuando las manos de Ron acariciaron a Hermione deshojándola en su parte más íntima y la castaña lo sintió en su interior conoció la libertad y el éxtasis al igual que el Ron.

Todo había sucedido sin sentido y sin razón y allí estaban ellos dos haciendo el amor.

Algo digno de Holly Golightly

Habían pasado casi seis años de su gran pelea y su reconciliación. Esa mañana Ron, un pelirrojo de veintiséis años, no sabía el porqué el día en que iba ha hacer una de las compras más importantes de su vida había pensado en esa época donde lo había pasado tan mal y había estado a punto de perder a la persona que más quería en el mundo, a la mujer de su vida, a su princesa.

 

-Las diez, ya llego tarde
Me va a matar cómo la haga esperar mucho más- se dijo Ron a sí mismo mientras se apresuraba en llegar a Mayfair, uno de los distritos más lujosos de Londres-

Cuando llegó una mujer pelirroja visiblemente embarazada le esperaba delante de un escaparate.

-Llegas tarde- le dijo Ginny- Llevó aquí un buen rato y se me están empezando a hinchar los tobillos.

-Lo siento, no pensé que se me hiciera tan tarde- dijo el pelirrojo excusándose a su hermana- Te pido disculpas a ti y a mi sobrinito.

-Si me lo dices así vale
Te perdono- dijo la hermana del pelirrojo- También te perdono porque mira que te ha costado decidirte.

-Es ella la que parece que le va a salir un sarpullido cuando hablo de boda.- espetó Ron-

-Es normal, ha sido educada para ser una mujer independiente. Pero en el fondo quiere casarse para pasar el resto de su vida contigo. -Le contestó Ginny- Y tú tampoco es que estuvieras muy dispuesto a casarte
Cuando Harry y yo anunciamos que nos casábamos dijiste que éramos muy jóvenes. Y de eso hace dos años y sólo hace un año que estamos casados.

- Es que no estaba preparado aún
para dar ese paso.- Se defendió Ron- No sé después de la boda vienen los niños
Harry y tú sois la prueba de que esto va así. A los cuatro meses de haberos casado tú te quedaste embarazada y la verdad es que para mí era ir muy rápido.

-¿Y que ha cambiado?

-¿Qué?

-Que ¿Qué ha cambiado? No me contestes si no quieres pero ya sabes que soy muy cotilla- dijo la pequeña de los hermanos Weasley-

-Por eso eres periodista.- dijo el pelirrojo-

-Muy gracioso.

- Lo que ha cambiado es que me he hecho mayor. He crecido soy un adulto y quiero pasar el resto de mi vida a su lado. Y cómo lo de vivir juntos

-No es una opción si no quieres que mamá os mate a los dos- le interrumpió su hermana.-

- Exactamente, hermanita, has dado en el clavo.

Los dos hermanos se echaron a reír ante esa perspectiva.

-Y dime
¿porqué me has quedado conmigo en un barrio muggle? Podríamos haberlo comprado en el Callejón Diagon.- preguntó Ron-

- Con lo bien que la conoces y las cosas que se te escapan
hombres
- le contestó su hermana-

- Es que no sé que hago aquí.

-Dime
¿Quién es la actriz favorita de Hermione? -preguntó Ginny con un tono de voz bastante petulante-

-Audrey Hepburn.

- Muy bien. ¿Y su película favorita?

- Desayuno con diamantes.- respondió Ron- no se cuantas veces me habrá obligado a verla

- Podrías leer el cartel
y sacarías tus propias conclusiones de porqué te he traído aquí. Me dijiste que no importaba el precio, sólo que todo fuera perfecto.
A ver ¿dónde estamos?

- Estamos en Tiffany's. -observó el pelirrojo-

-Creo que un anillo de compromiso digno de Holly Golightly sería perfecto.

- Eres la mejor. Has pensado en todo. Y el dinero no es problema. El sueldo de auror es esplendido y tengo bastante dinero ahorrado para un anillo y gran parte de la casa.

Los dos hermanos entraron en la joyería. Tardaron un buen rato en encontrar lo que buscaban pero al fin lo vieron.

 

-Anillo de platino. Con un diamante talla Lucida y dos diamantes más en talla triangular. -dijo el dependiente-

- Es perfecto- dijo Ginny- realmente es precioso.

-He encontrado el anillo ideal.

-¿Digno de Audrey Hepburn interpretando a Holly Golightly?- preguntó la pelirroja-

-No digno de Hermione Granger. Futura señora Weasley si me dice que si. - dijo Ron.

La petición

Ron había citado a Hermione a las nueve y media para cenar. Le había dicho que se arreglara y en ello estaba. La verdad es que la castaña no entendía nada, estos últimos días había estado tan raro

Se puso delante del armario y decidió ponerse un vestido turquesa de Dolce and Gabbana con unas sandalias de tiras de color turquesa también, ya que le había dicho que era una ocasión especial. No tenía ni idea de qué podía ser

A las nueve y media Ron estaba allí para recogerla. Al bajar las escaleras la castaña se extrañó muchísimo, ya que su chico también se había arreglado mucho.

-Hola, cielo- dijo Hermione- ¿Vamos a algún acto o fiesta? Nunca te arreglas tanto si no es para algo oficial o para una fiesta.

-Lo primero que vamos a hacer es ir a cenar, princesa. Y no te pienso decir lo que vamos a hacer luego- le contestó el pelirrojo- Y no empieces a interrogarme porque no te pienso dar ni una sola pista

- Ni una pequeñita

- No, mis labios están sellados

-Bueno
Al menos dime si mi vestido es adecuado. Por favor.

-Estás preciosa y me encanta como te queda ese vestido- dijo Ron-

-Gracias, es de firma.

-Sabes que nunca he sabido distinguir esas cosas
pero estás realmente increíble con ese vestido. ¿Nos vamos? Tengo una reserva a las diez menos cuarto y ya llegamos tarde.

- Una chica necesita su tiempo para arreglarse- contestó la castaña con una sonrisa pícara-

Cenaron en un precioso y romántico restaurante de Londres aunque lo mejor estaba por llegar después de la cena. Ron decidió que para que la sorpresa fuera aún mayor era necesario que realizaran una aparición conjunta. Se aparecieron en una playa.

-Ron, creo que te has equivocado al aparecernos.- observó Hermione-

-No, no me he equivocado cariño.

-Entonces
¿Me puedes explicar que hacemos aquí? No entiendo nada...¿Qué hacemos en una playa?

- Intenta hacer memoria
- dijo el pelirrojo-

-Me suena, aunque
no caigo.

-Piénsalo.- dijo Ron misterioso

- La luna llena está preciosa.

-No tanto como tú. Hermione te he traído a esta playa para preguntarte algo.

-¿Y para eso te tenías que ir tan lejos? De verdad que no entiendo nada, Ron.

- Hermione te quiero y eres lo más importante que hay en el mundo, o por lo menos en mi mundo. Y me gustaría estar contigo para siempre. Si pudiera volver a nacer estaría contigo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida
y por eso te quiero preguntar una cosa. - el pelirrojo se arrodilló y sacó del bolsillo de su chaqueta el anillo que había comprado con Ginny- Hermione Jean Granger ¿Te quieres casar conmigo?

-Si, claro que quiero casarme contigo. Te quiero, Ron.

-Yo también te quiero.

El pelirrojo se levantó y deslizó el anillo en el dedo de su, ahora, prometida.

 

-Es precioso- dijo Hermione.

- Es de Tiffany's.

- Cómo en Desayuno con diamantes. Eres único, por acordarte de ese detalle.-Te quiero.- la castaña se aproximó y besó a su prometido-

-Ahora dime. ¿En serio no caes en que es esta playa?

- Ya te he dicho que me suena, pero así de noche. No se
- dijo Hermione-

- Una pista: hace unos seis años tú y yo estuvimos aquí.

-Es nuestra playa
donde tú y yo

-Exacto, me hubiera gustado pedírtelo dónde nos dimos nuestro primer beso, pero ha sido imposible.

-Es absolutamente perfecto, Ron. - dijo la castaña mientras se aproximaba para besar a Ron- Ahora tenemos que pensar en mil cosas.

-Si, aunque creo que la organización te la dejo a ti. A no ser que te quieras casar en un campo de quidditch.

-Eso no tiene gracia, Ron.

-Había pensado que nos podíamos casar a principios de septiembre, aún hace buen tiempo, pero no hace un calor infernal.

- Es una idea, estupenda. ¿Oh, dios mio!.- dijo Hermione-

- Cariño, ¿que te pasa? ¿Estás bien?

-Estoy perfectamente, pero tenemos sólo cinco meses para preparar una boda y encontrar una casa.

-Respecto a la casa, he visto una casa preciosa con jardín cerca de donde viven Harry y Ginny, que creo que te va a encantar. Mañana tenemos cita para verla.

Preparativos

Al día siguiente de la petición Ron y Hermione visitaron la casa que estab muy cerca de donde vivían Harry y Ginny.

-Ya han visto la casa.-dijo el agente inmobiliario- Les dejo unos minutos a solas para que puedan hablar.

Dicho esto el vendedor se marchó.

-Es perfecta Ron- dijo Hermione muy emocionada-

-Lo sé.

-Y que tenga biblioteca
Es absolutamente perfecta- respondió la castaña- Puedo ver nuestro futuro aquí-

-Pensaba que no creías en la adivinación
- dijo Ron-

-Muy gracioso
Sabes perfectamente a que me refiero. Tiene cinco habitaciones, una cocina muy espaciosa y dos baños. Es perfecta.

-Lo sé. Yo también veo nuestro futuro aquí. ¿Qué te parece si hacemos una oferta en firme? - preguntó el pelirrojo a su prometida-

-Ron deberíamos mirar otras casas
Es muy impulsivo quedarnos con la primera que vemos
- dijo Hermione-

-No es la primera casa que he visto
Hace ya algún tiempo que estoy mirando casas y

- ¿Estabas tú muy seguro que te diría que sí? Debería habértelo puesto más difícil
No sé
Aunque te lo hubiera puesto difícil hubiera acabado diciendo sí. - Interrumpió Hermione a Ron-

- Estaba seguro de que me quieres. Volviendo a la casa. Esta es la mejor casa que he visto en los últimos seis meses, había otra ideal, pero
ya está vendida. Piénsalo, está cerca de donde viven Harry y Ginny, así que Ginny y tú podréis estar de una casa a la otra todo el día- dijo Ron-

-¡Ni que cotillearamos como abuelas!- dijo la castaña con falsa indignación-

- No es eso, pero dentro de nada Ginny va a dar a luz y sé que es importante para las dos estar juntas y que tú la puedas ayudar
Además tiene un buen jardín donde podrá corretera el bebé de Harry y Ginny y más adelante lo harán nuestros hijos.

- No sé, Ron
Es un poco cara. Tenemos dinero suficiente para la casa y lo sabes. ¿Qué le ves de malo?

 

-Absolutamente nada. Nos la quedamos.

Unos meses después de la petición. Hermione estaba en casa de Ginny

-Ginny llegamos tarde. Vera Wang no espera a nadie.- dijo la castaña.

- Ya voy. Sólo quiero asegurarme que James está dormido y nos vamos.

- Date prisa. Tú también te tienes que probar tu vestido de dama de honor y aún ni siquiera la has visto.

-Sea como sea seguro que es perfecto
- contestó su mejor amiga desde lo alto de la escalera de su casa-

-Si en cuanto lo vi supe que era para ti. Es naranja con un estampado monísimo de flores verdes, lilas y amarillas, con unos lazos rosas adorables y unas mangas de farol que son ideales. - dijo la castaña con malicia- Lo vi y pensé esta es Ginny en estado puro.

-¡¿qué? - exclamó la pelirroja- ni de coña

-Ya está encargado. Sólo necesitas que te cojan los bajos
- la castaña se echó a reir- Ahora en serio necesito que te cojas los bajos del vestido.

-No pienso ponerme eso.- dijo Ginny exaltada-

-Era una broma- dijo Hermione- ¿Dónde está tu sentido del humor?

-En el mismo sitio que mi capacidad para reaccionar, olvidado a causa de la falta de sueño. Hace cinco meses que no duermo toda una noche entera.¿ Ahora en serio cómo es mi vestido?

- Tú vestido es
un vestido largo de talla sirena, en color champán y con la espalda descubierta. Tenía otra opción preparada por si no recurabas la figura después del embarazo pero la verdad es que estás estupenda y además tienes más pecho. No es justo- dijo la futura novia-

- Y
¿Cómo es el vestido de Luna? No iremos iguales ¿verdad? -dijo Ginny-

-El vestido de Luna es también de color champán, pero de talle imperio. Es muy bonito la verdad, pensaba que me tendría que pelear con ella para que llevara algo discreto, pero no ha hecho falta.

-Ron ven aquí. ¿Donde hemos dejado la caja las cazuelas? - preguntó Hermione- No la veo por ninguna parte.

- Pues no sé
¿Has mirado en la cocina?- dijo el pelirrojo-

-No Ron, estaba mirando en el baño. ¿A ti que te parece?- contestó la castaña en tono sarcástico-

- Voy

El pelirrojo se dirigió a la cocina.

-¿Has mirado en la caja que está detrás de la puerta?- observó Ron-

-No allí no he mirado
- contestó la castaña agachándose, dejando entrever una porción de encaje negro de su ropa interior-

El pelirrojo no lo pudo resistir y abrazó a su prometida lleno de pasión.

-Ron
ahora no es el momento- dijo Hermione con muy poca convicción-

-Déjate llevar y disfruta. Vamos a estrenar la casa- dijo el pelirrojo-

Ambos estaban muy excitados cuando llegaron a la que iba a ser su habitación. Hicieron el amor por toda la casa estrenado cada rincón de su futuro hogar.

El día de

El novio se estaba preparando en su cuarto, donde había dormido los últimos veintisiete años.

-No sé porqué estoy tan nervioso- dijo Ron- Ni que no quisiera casarme.

-Es totalmente normal que estés nervioso, se acabaron tus días de libertad- dijo Harry-

-Ya he tenido suficientes días de libertad, además no soy libre desde que tenía dieciocho años
Así que se puede decir que ya estoy atado y muy feliz de estar así de atado a una mujer como Hermione.

 

-Bueno
pero ahora será oficial- respondió el padrino-

-Eso espero, aunque la novia no vaya vestida de novia.- repuso Ron enfurruñado-

-¿Qué quieres decir con eso?

-Pues que Hermione se ha empeñado en no ir vestida de novia, llevará un traje pantalón en color crudo.

-Ahora en serio, Ron.

-Si lo peor es que lo digo en serio. Dice que ella ya no es una niña y que se ve ridícula con un vestido de novia.- dijo el pelirrojo- Pero yo tengo que llevar esta túnica de gala. Podría casarme en jeans ya que ella no va vestida como una novia.

-Bueno, lo importante es os vais a casar- dijo Harry tratando de apaciguar al nervioso novio- Además Hermione te mataría si no te pusieras lo que ella ha elegido para ti, se convertiría en viuda antes de casarse.

-Lo sé, pero
me hacía ilusión ver a Hermione vestida de novia. Sé que es una tontería, pero hasta las damas de honor van a ir más arregladas que ella.- refunfuñó el pelirrojo-

-Bueno, piensa dentro de poco menos de una hora estarás casado.- dijo Harry- Voy a ver qué tal van las chicas. Tú no puedes ver a la novia, pero yo sí.

-Pues dile que la quiero mucho y que la espero en el altar y que cómo me deje plantado la perseguiré hasta que se case conmigo- dijo Ron apresuradamente sin apenas coger aire.-

-Se lo diré de tu parte. Y tú haz el favor de tranquilizarte, no te va a plantar en el altar.- le contestó el padrino-

Dicho esto Harry se marchó.

En otra habitación de La Madriguera la novia se estaba preparando. Sus damas de honor le estaban poniendo al tiara sobre el recogido con tirabuzones.

-Bueno ahora sólo falta la mantilla. ¿Estás segura que no quieres que te la ponga a modo de velo?-preguntó Luna-

-No quiero llevar la cara tapada la mitad de mi boda. Además, el velo simboliza la virginidad y yo la perdí hace ya bastante tiempo. -dijo la novia ruborizándose-

-Bueno por lo menos vas vestida de novia. Mira que decirle a mi hermano que ibas a llevar un traje pantalón
Eres mala.- dijo Ginny-

La cara de Hermione palideció. Se apretó fuertemente la boca y salió corriendo al baño.

-Lo siento mucho- dijo la novia- Me voy a lavar los dientes.

Hermione salió del baño.

-Llevo unos días con el estómago fatal. El otro día Ron insistió en que me viera un médico
Me dijo que deben ser los nervios de la boda y que todo pasaría cuando estuviera casada. ¿Me he manchado el vestido?- preguntó Hermione con preocupación girando para que sus damas de honor pudieran ver el vestido-

-No está perfecto. Ni una sola mancha-contestó Ginny-

-No se te ha movido ni un pelo. Estás perfecta- dijo Luna-

-Cambiando de tema ¿Algún consejo?-preguntó la castaña con una sonrisa dirigiéndose a sus damas de honor-

-No sé
-dijo Luna-

-¿Sexo seguro?-contestó Ginny de forma sarcástica comenzando a reír-

-No, si sexo
seguro que habrá- dijo la novia y las tres empezaron a reír-

Alguien picó a la puerta.

-¿Si?- preguntó la pelirroja-

-Soy yo, Harry. ¿Puedo pasar?-

-Sí, entra- contestó la novia.

-Hermione ¡Eres una novia!- Harry miró asombrado a Hermione- Levántate para que pueda verte.

Hermione se levantó y giró sobre sí misma, para que Harry pudiera ver el vestido de novia blanco de inspiración griega.

 

-Pareces recién salida de una leyenda griega -observó el padrino-

-Esa era la idea- contestó la castaña- está inspirado en la vestimenta de la diosa griega de la inteligencia, Atenea. Aunque claro.. este vestido lleva cola.

-Estás preciosa. Ron me ha dicho no le dejes plantado en el altar.

-Gracias por el mensaje y por el cumplido. No le digas a Ron que voy vestida de novia, es una sorpresa. -dijo Hermione-

-Me voy antes de que se ponga más nervioso de lo que está ya. Os veo luego. Estáis todas preciosas.

La boda

El novio estaba en el altar. Estaba cada vez más nervioso. Se miró las manos que estaban sudadas a causa de los nervios.

-Harry. Se retrasa-dijo Ron a su padrino-

-No te preocupes-contestó el moreno-

-Y si
se lo ha pensado mejor.-dijo el pelirrojo con inseguridad-

-No se lo ha pensado mejor. Me recuerda al día de mi boda. ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando tu hermana se retrasaba?

-La verdad es que ahora mismo no recuerdo nada de nada, sólo puedo pensar en que se ha arrepentido.-contestó el novio-

-Bueno te voy a refrescar la memoria. Me dijiste que es totalmente normal que la novia se retrase.

-Pero es que Hermione es siempre tan puntual
-contestó Ron-

-Una novia jamás es puntual, siempre hacen esperar al novio. Has estado en unas cuantas bodas antes de casarte. ¿No has aprendido nada de ver a todos tus hermanos y amigos esperando a que apareciera la novia? Si te hacía mucha gracia ver al novio atacado en el altar.

-No tiene tanta gracia cuando el que está a atacado soy yo-observó Ron-

En ese momento empezó a sonar la música y aparecieron las damas de honor. Ambas iban vestidas de color champán. Ginny llevaba un vestido con un escote en pico muy favorecedor y Luna llevaba un vestido con escote cuadrado. Después de las damas de honor llegó el gran momento la novia hizo su aparición cómo una visión recién salida de la Grecia Antigua junto a su padre.

El corazón de Ron se paró en el mismo momento que la vio vestida de novia.

-Está preciosa. Es la novia más bonita que he visto en mi vida. ¿Cómo he podido ser tan necio para pensar que no iba a casarse vestida de novia? Y pensar que he estado enfadado desde el momento en que se le escapó que llevaría un pantalón
Es la mujer más bonita que hay sobre la tierra y dentro de nada será mi esposa.-
pensó Ron a medida que Hermione se iba aproximando al altar-

Al fin llegó el momento, el padre de la novia puso la mano de su hija sobre la mano de Ron.

-Hoy nos hemos reunido aquí para celebrar el amor y la unión de dos personas, Ronald y Hermione.-dijo la persona que oficiaba la ceremonia- Ahora los novios pasarán a decir sus votos. ¿Ronald quieres declararle algo a Hermione?

-Sí. Hermione eres muy aficionada a la literatura y te voy a contar un una historia, seguramente no acabará escrita en ningún libro pero creo que merece la pena contarla. Hace unos quince años había un niño pelirrojo que se encontraba en un tren con el que luego se convertiría en su mejor amigo intentando impresionarlo con su dominio de la magia. Cuando de repente entró en el compartimento una niña con el pelo enmarañado, diciendo que un chico llamado Neville había perdido su sapo y dijo que la magia que estaba intentando no era muy efectiva y mostrándome lo que ella sabía hacer, cuando salió me dijo que tenía la nariz manchada. No podía soportar a esa niña tan sabelotodo y un día hice un cometario que la hirió y se fue a llorar al lavabo. Un trol gigante que andaba suelto y se metió y no voy a decir como
en el baño de las chicas- dijo Ron-

 

Ante este comentario Hermione y Harry no pudieron evitar sonreír.

-El trol intentó hacerle daño a la niña, que seguía en el lavabo y el niño y su mejor amigo intentaron librarla de ese trol. Cuando aparecieron los profesores ella nos cubrió y desde entonces fuimos amigos. Poco a poco todos crecimos y esa niña se convirtió en una adolescente que acudió al baile de navidad con un famoso deportista y en aquel momento me enfadé mucho y no sabía por qué, no podía aceptar que mi mejor amiga me gustaba. -dijo el novio mientras secaba las lágrimas de Hermione-

-Pasaron los años y por despecho acabé saliendo con otra persona, pero había algo que no funcionaba aunque yo me negaba a ver qué era. Me costó tiempo llegar a la conclusión de que lo que fallaba es que estaba enamorado de otra. Al fin acepté lo que pasaba pero no me atrevía a decirle a mi amiga que estaba enamorado de ella, hasta que en medio de la Gran Batalla esa chica me besó y todo se paró a mi alrededor se paró, ya no había caos, ni sufrimiento sólo estábamos nosotros dos. Después de esto hemos tenido nuestros más y nuestros y una gran crisis pero hemos sabido solucionarlo. Lo único que puedo decir es que doy gracias a ese trol que casi nos mata por ponerte en mi vida, si no hubiéramos acabado juntos estoy seguro que estaría peor ya que yo sin ti soy un desastre con patas. No puedo vivir sin ti, en resumen lo que quiero decir
es que te quiero-continuó Ron-

-Ahora Hermione es el momento en que le declaras lo que quieras a Ronald- dijo el hombre que oficiaba la ceremonia-

Hermione estaba llorando ante las palabras de Ron.

-Por esto la novia debería pronunciar sus votos primero- dijo la novia ante las lágrimas que no podía controlar- Yo también doy gracias de que ese trol te pusiera en mi vida, ya que yo tampoco puedo vivir sin ti. A mí también me costó mucho reconocer que yo estaba enamorada de ti. Recuerdo como si fuera ayer nuestro primer beso y también recuerdo cada beso, cada abrazo, cada roce, cada caricia y cada te quiero que hemos compartido. No puedo evitar pensar que soy la mujer más afortunada del mundo ya que aquel niño terco, irritable, irascible y falto de tacto que me eligió se ha convertido en el este hombre cabezota, irritante, dulce, maravilloso, valiente y exageradamente sobreprotector que tengo ante mí. Creo que ya está todo dicho, lo único que puedo decirte es que te quiero, te he querido y siempre te querré.

-Después de esta declaración- Ronald Billius ¿quieres tomar a Hermione Jean como esposa y prometes serle fiel en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, para así amarla y respetarla todos los días de tu vida?

-Sí quiero.- dijo Ron-

-Y tú Hermione Jean ¿quieres tomar a Ronald Billius como esposo y prometes serle fiel en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, para así amarle y respetarle todos los días de tu vida?

-Sí quiero- dijo Hermione-

 

-Yo os declaro unidos de por vida. Ronald puedes besar a la novia.

Ron y Hermione se fundieron en un tierno beso.

Todo el mundo se acercó a felicitar a los que ya eran marido y mujer.

Llegó el momento del baile inicial y sonó una canción que Ron le había dedicado a Hermione. La canción era Adoro de Armando Manzanero y decía así:

Adoro la calle en que nos vimos

La noche cuando nos conocimos

Adoro las cosas que me dices

Nuestros ratos felices

Los adoro, vida mía.

Adoro la forma en que sonríes

El modo en que a veces me riñes

Adoro la seda de tus manos

Los besos que nos damos

Los adoro, vida mía.

Y me muero por tenerte junto a mi

Cerca muy cerca de mi

No separarme de ti

Y es que eres mi existencia

Mi sentir, eres mi luna y mi sol

Eres mi noche de amor, mi noche de amor.

Adoro el brillo de tus ojos

Lo dulce que hay en tus labios rojos

Adoro la forma en que suspiras

Y hasta cuando caminas

Yo te adoro vida mía.

Y me muero por tenerte junto a mi

Cerca muy cerca de mi

No separarme de ti

Y es que eres mi existencia

Mi sentir, eres mi luna, mi sol

Eres mi noche de amor.

Yo te adoro, vida mía

Yo te adoro, vida mía

Te adoro, vida mía

Yo te adoro

Vida mia, yo te adoro

Yo te adoro

Yo te adoro

Yo te adoro

Yo te adoro

Yo te adoro

Vida mía

Yo te adoro.

-Espero que te haya gustado, yo no domino muy bien el español, pero sé que tú sí y Angelina habla español y me la ha traducido y me pareció que hablaba de nosotros. -dijo el pelirrojo-

-Es perfecta. No podrías haber escogido una canción más bonita.

Al cabo de un rato la novia fue a por una de sus damas de honor.

-Ginny, cariño lo siento, pero me tienes que hacer un favor.-dijo Hermione-

-¿Qué pasa?-preguntó su cuñada-

-Es que
Necesito ir al baño y con este vestido yo sola no puedo.-dijo la novia ruborizándose-

-No hay problema, vamos.

Cuando Hermione se estaba colocando el vestido bien apareció una lechuza en la ventana.

-Hermione, hay una lechuza en la ventana- dijo Ginny-

-¿Qué será?- la castaña se acercó y recogió la carta que portaba la lechuza- Es del hospital, deben ser los resultados de las pruebas que me hicieron el otro día
Ya lo abriré más tarde.

-Hermione, ábrelo ahora si no vas a estar con la curiosidad toda la fiesta, que nos conocemos
y hoy es tu día.-dijo su mejor amiga-

-Tienes razón, total me van a confirmar que los vómitos son nervios
- Hermione abrió la carta y se cayó hasta quedar sentada en el baño.-Oh dios mío.

-Hermione ¿Qué pasa? -preguntó Ginny

Algo inesperado

-Hermione, ábrelo ahora si no vas a estar con la curiosidad toda la fiesta, que nos conocemos
y hoy es tu día.-dijo su mejor amiga-

-Tienes razón, total me van a confirmar que los vómitos son nervios
- Hermione abrió la carta y se cayó hasta quedar sentada en el baño.-Oh dios mío.

-Hermione ¿Qué pasa? -preguntó Ginny

La castaña se había quedado petrificada.

-¡HERMIONE!-dijo Ginny zarandeando a la novia-¿Qué pasa?

Hermione no reaccionaba a nada, estaba totalmente helada.

 

-Hermione, cielo me estás asustando-dijo la pelirroja con mucha preocupación-¿Qué pasa? Sea lo que sea no puede ser tan grave.

Las lágrimas resbalaban por la cara de la castaña que aún no había podido articular palabra.

-¡HERMIONE! ¿Estás enferma?-dijo la dama de honor con preocuapación- Dime algo

-Necesito ver a Ron- consiguió decir la castaña-

-Ahora mismo Hermione pero
dime que pasa-dijo Ginny-

-Necesito hablar con tu hermano- dijo la novia-

-Estás pálida como una sábana- contestó su cuñada-¿Pasa algo grave?

-No es grave. Es sólo que
que
que
no lo esperaba.

-Pero es algo del hospital. Los médicos nunca dicen nada bueno.

-No pasa nada pero primero quiero hablar con tu hermano.-dijo Hermione-

-No te sigo
cariño- contestó la pelirroja-

Las dos mujeres se dirigieron a la zona del banquete.

-Hermione. Ron te está buscando el fotógrafo quiere sacar unas fotos de vosotros dos en el campo
y también quiere fotos con el padrino y las damas de honor.-dijo Luna-

-Vale, ahora mismo voy.

Las tres chicas se encaminaron a dónde estaba el novio, el padrino y el fotógrafo.

-Hermione, ¿dónde te habías metido? Te necesitamos para las fotos-dijo Ron-

-Antes de nada
¿podemos hablar tú y yo a solas?-dijo la novia-

-Vale. Chicos
¿Nos podéis dejar solos?-dijo el novia al resto-

El fotógrafo, el padrino y las damas de honor se retiraron para dejar intimidad a la pareja. Ambos se sentaron en un banco que había muy cerca de donde estaban.

-Hermione ¿Qué pasa?-dijo Ron muy desconcertado- Nos están esperando para hacer las fotos.

-Que esperen tenemos que hablar Ron- dijo la novia-

-Hermione estás muy pálida y te brillan los ojos como si quisieras llorar. Me estás preocupando.

-Ron, acabo de recibir una carta del hospital y

-¿Estás enferma?- la interrumpió Ron antes de que pudiera acabar la frase- Sea lo que sea
lo pasaremos juntos. Te quiero y no me separaré de ti.

-Eso espero.- dijo la castaña-

-¿Qué te pasa?- dijo Ron realmente preocupado-

-Cariño, no seas tan alarmista. Lo que me pasa, desaparecerá en siete meses y medio.- dijo Hermione a su marido-

-Bueno si eso es lo que dura el tratamiento
-dijo Ron con cara de preocuapción- Ya verás como estarás bien.

-No es exactamente un tratamiento y por supuesto que estaremos bien- dijo la novia sin poder contener la emoción-

-Hermione. No te preocupes por mí.-dijo el novio- Lo importante es saber qué te pasa.

-Ya te he dicho que estaremos y estamos bien. Ron lo que me pasa no es una enfermedad, simplemente

-Hermione, sea lo que sea dímelo- dijo ron muy preocupado-

-¡Me quieres dejar terminar! Lo que me pasa es que estoy embarazada de seis semanas- dijo Hermione sin poder contener las lágrimas-

-¿Qué? -dijo Ron- ¡Estás embarazada! Pero
¿cómo?

-Si quieres te hago un dibujo. ¿ A ti que te parece?- dijo Hermione que empezaba a notar cómo le cambiaba el humor ante la reacción de su ahora marido- Bueno ¿qué opinas?

-Hermione, me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo- dijo el pelirrojo besando a su esposa- Es inesperado, pero maravilloso. Sólo tú puedes convertir el día más feliz de mi vida en un día aún más especial. ¡Vamos a ser padres!

 

-Sí, vamos a ser padres- dijo Hermione muy emocionada mientras Ron ponía la mano en su vientre-

Ya se habían olvidado de todo el mundo cuando el padrino y las damas de honor aparecieron con cara de preocupación, ya que la menor de los hermanos Weasley les había puesto al día de lo sucedido en el cuarto de baño. Ginny se adelantó.

-Hermione, nos estás volviendo locos. ¿Nos vas a decir qué te pasa?-dijo la pelirroja- De verdad que estamos muy preocupados

-Tranquilizaros, no es nada malo.-dijo la castaña-

-¡Hermione está embarazada!-dijo Ron sin poder contener la alegría-

-¿Qué?- dijeron los tres recién llegados a la vez-

-Pues eso
que estoy embarazada- dijo Hermione-

-Enhorabuena- dijo Ginny abrazando a su cuñada-

-¿De cuánto estás?-dijo Luna abrazando a la futura madre-

-Estoy de muy poquito
de seis semanas. Así que de momento no vamos a decir nada.

-Es mejor que lo digamos cuando Hermione esté de tres meses
-dijo Ron-

-Enhorabuena, chicos. Pero
-dijo Harry-

-Pero ¿qué?-dijo Ron desconcertado-

-¿Es que no podéis hacer nada de manera convencional? Primero es la chica la que besa al chico primero, luego es la chica la que parece que le va a salir un sarpullido con la mención de la palabra matrimonio y ahora esto.-dijo el padrino riendo-

-La verdad es que creo que nunca seremos convencionales.-dijo Hermione-

-Eso me parece- dijo Ron besando a su esposa-

El fotógrafo llegó y todos se hicieron fotos con los novios, haciendo bromas sobre bebés y lo poco convencionales que eran los novios.

La sesión de fotos acabó y los novios se quedaron solos:

-Hermione, gracias.- dijo Ron-

-¿Gracias? ¿Porqué?

-Por hacerme el hombre más feliz del mundo. Te quiero. Mejor dicho os quiero.

-Yo también te quiero.-dijo Hermione besando a su marido-

Bueno feliz años nuevo.

Noche de bodas

La fiesta de bodas seguía su curso. Ginny demostrando una gran habilidad en hechizos para camuflar cambió la copa de champán de Hermione por una copa de zumo de manzana sin que nadie reparara en qué la novia no estaba bebiendo alcohol. Después de los brindis Hermione lanzó el ramo de novia.

Llegó la hora de marcharse y Hermione no había conseguido sacarle a Ron nada sobre su viaje.

-Bueno, creo que es hora de marcharnos al aeropuerto, he tenido que hacer un repentino cambio de planes, ya que en tu estado no te puedes aparecer. Así que en poco tiempo sabrás dónde vamos de viaje. Mira que has dado la lata para saberlo
-dijo Ron a su esposa-

-Es que no soporto no tenerlo todo controlado, lo único que sé es que debe ser un sitio dónde hacer calor, pero
me has dicho que no metiera el bikini en la maleta
- contestó la castaña- Así que no vamos a pasarnos el día en la playa. Debe ser un sitio turístico

-Y pensar lo que se ha perdido la unidad de criminología del Ministerio contigo, eres toda una
¿Cómo se llama esa escritora muggle de novela negra que tato te gusta? ¿Kristie no sé qué más?

-Agatha Christie- aclaró Hermione con una sonrisa- Y sí las he leído todas, pero aún así no sé dónde vamos.

-Ahora lo descubrirás-dijo Ron besando a su mujer- eso sí cariño
puedes cómo se dice
facturar tú. Es que yo no me apaño con esas cosas.

 

-Claro, cariño.

Avanzaron por la terminal del aeropuerto de Londres hasta quedar delante del mostrador dónde facturarían el equipaje.

-Ron, dame los billetes que no puedo facturar sin ellos.- dijo la castaña alargando una mano. Miró el destino- ¡Nos vamos a Roma! Ron es fantástico.

La castaña facturó el equipaje de ambos en el mostrador de la compañía aérea.

-No sólo vamos a Roma, también veremos Florencia, el resto de la Toscana, Venecia, Verona y Milán para que hagas compras.

- Eso es
Cariño no tengo palabras- dijo Hermione muy emocionada-

-Sólo dime que te gusta la idea.

-Me encanta- le contestó su mujer emocionada-

-Eso es lo importante. Tendremos que volar ya sé que no te gusta mucho la idea pero

-No me gusta volar con escoba, pero no me importa volar en avión. No es ni parecido a volar en escoba, aquí no veo lo que hay abajo, ya sabes que tengo vértigo.- ante la mirada suspicaz de su marido rectificó- Bueno no es vértigo es que le tengo un miedo espantoso a esos chismes.

-Esa es mi chica.

-Te quiero. Eres el mejor marido que una mujer puede tener.

-Yo también te quiero. Bueno yo también os quiero. Ahora no eres la persona que más quiero en el mundo, eres las dos personas que más quiero en el mundo.

La pareja embarcó rumbo a Roma. Era poco más de las once la noche cuando llegaron al hotel situado muy cerca de la estación de tren Termini.

La suite nupcial les estaba esperando. Hermione pasó al cuarto de baño para "refrescarse" después del viaje o al menos eso le dijo a Ron.

La verdad es que en su equipaje de mano había un precioso negligée de encaje y seda de color blanco que dejaba muy poco a la imaginación, que quería ponerse en su noche de bodas. Le había costado mucho dar con la prenda y con la ropa interior que haría juego. Se soltó el pelo y se lo cepilló después de ponerse la prenda de encaje. Se miró al espejo muy satisfecha del aspecto que le mostraba el reflejo.

Abrió la puerta y se encontró con su marido acostado con un pijama puesto.

-Eso no era lo que esperabas Hermione- pensó la castaña- más bien pensabas que te estaría esperando desnudo en la cama. No que te estaría esperando como si realmente quisiera dormir. Eso sí que no te lo esperabas

Hermione se acercó a la cama y dijo:

-¿Te gusta?-

-Es muy bonito- dijo Ron-

-Bueno esa no era reacción que pretendía provocar
-dijo Hermione con cara de cabreo-

-Es que Hermione, no creo que debas ponerte esas cosas. Es muy difícil para mí controlarme si estás tan sexy- le contestó su marido-

-Es que no pretendo que te controles precisamente. Este camisón está diseñado precisamente para que te lo vean y te lo arranquen.-dijo Hermione dejando muy claro su mal humor-

-Pero
yo no puedo arrancártelo- contestó él-

-¿Es que no te gusta? ¿no me deseas? Había oído que en muchos matrimonios la pasión y el fuego acaba enfriándose pero no esperaba que fuera tan pronto, se suele aguantar por lo menos la luna de miel.-dijo Hermione muy molesta- ¿Qué mosca te ha picado?

-No es que no te desee. Es que Hermione, estás embarazada y durante el embarazo no se puede
ya sabes
-le explicó el pelirrojo-

 

-Esa es la mayor tontería que he oído en mucho tiempo. ¿piensas que las parejas dejan de tener sexo sólo porque ella esté embarazada?

-Eso he oído. Percy no tocó a Audrey durante todo el embarazo.

-Eso explica muchas cosas
- se burló Hermione- sobre todo su cara de mala leche. Eso es una tontería. Sí que es verdad que hay mujeres que en cierta etapa de su embarazo no quieren hacer el amor, pero ¡por Merlín Ronald estoy de seis semanas! Y a mí me apetece hacer el amor con mi marido en mi noche de bodas.

-Pero
¿y si le hago daño al bebé?- preguntó Ron preocupado- Tú y le bebé sois lo más importante en mi vida y no quiero haceros daño.

-Es imposible que le hagas daño, tiene el tamaño de una chincheta. Una chincheta adorable, pero aún es muy pequeño y aunque fuera más grande es imposible que le hagas daño.

-Pero no sé

-Mira la única que corre peligro aquí soy yo
peligro de morir de un calentón. ¿A caso la semana pasada no lo hicimos? ¿Y no estaba igual de embarazada que ahora?- preguntó Hermione intentando hacer entrar en razón a su marido-

-Ya pero

-Nada de peros. ¡Ronald Weasley me vas hacer el amor!

Hermione empezó a besarlo para que no pudiera replicarle y comenzó a desnudar a su marido, sabía perfectamente que en ese plan no tardaría mucho en ceder. Como así pasó realmente.


N/A: (soy yo yanikua y no la autora)

Necesito que me digan si voy demasiado rápido con los capítulos, esperaré al proxímo comentario para poder saber sus opiniones.

La noticia

El viaje había sido maravilloso. Habían visitado Roma, Florencia, Siena, Pisa, Volterra y Milán.

Ron y Hermione ya estaban de vuelta. Se encontraban en Londres, en las escaleras de la casa de los padres de Hermione.

-Bueno, ya estamos aquí- dijo Ron-

-Sí ya estamos aquí. Creo que es hora de llamar a la puerta. Mamá ha hecho su pollo con salsa de limón- dijo Hermione-

-Hermione, se lo tenemos que decir con delicadeza. No voy a ser la persona favorita de tu padre.

-¿A qué viene eso?- preguntó la castaña-

-Pues que
su adorada niña, su princesita, está embarazada y yo
soy el responsable. Es decir el padre del bebé.- le contestó su marido-

-Ron
si no recuerdo mal cuando me quedé embarazada yo también estaba allí. No pasa nada, es normal he crecido y ahora voy a ser madre. No hay nada malo en eso.

-No es que haya nada malo, soy el hombre más feliz del mundo, es sólo que a tu padre no le va a hacer ninguna gracia que te hayas quedado embarazada antes de casarnos.

-Bueno, aún así te voy hacer entrar conmigo. Ya no somos unos niños.

-Tienes razón- dijo Ron-

-Como siempre- contestó Hermione, volviendo a sacar a relucir su broma privada de tantos años.-

-Vamos a entrar, anda.

La pareja llamó a la puerta y la señora Granger los recibía. Ya en la mesa, durante los postres.

-Estaba todo buenísimo- dijo Ron a su suegra-

-Muchas gracias Ron. Bueno ¿cómo lo habéis pasado?-preguntó la señora Granger-

-Muy bien mamá. Hemos estado viajando por toda Italia del norte. Siena es un pueblo precioso su plaza en forma de abanico es preciosa.

 

-Vi la plaza en un documental y pareció una monada-

-Además hay un convento con unos frescos

-Y bueno, en Milán lo habrás pasado de maravilla, con lo que te gustan a ti las compras- dijo la señora Granger-

-La verdad es que he comprado un montón de zapatos y bolsos, mamá-

-¿Sólo has comprado zapatos y bolsos?-preguntó su madre sorprendida, conocía perfectamente a su hija y sabía que tenía debilidad por la ropa-

-Sí, bueno he comprado otras cosas
-dijo Hermione, no había planeado decírselo así a sus padres-

-Señor y señora Granger. Hermione y yo tenemos que decirles algo- dijo Ron-

-Cuanto formalismos. Pensaba que ya habíamos pasado esa etapa-

-Mamá, Papá estoy embarazada- dijo Hermione a sus padres-

-Pero cariño, eso es maravilloso.- dijo la señora Granger- ¿De cuánto estás?

- Estoy de diez semanas.

-Enhorabuena, cielo-dijo la señora Granger-

-Voy por café.- dijo el señor Granger muy serio-

-Hermione, ya te dije que esto iba a pasar- le susurró Ron a su esposa-

La señora Granger se levantaba a buscar a su marido.

-Espera mamá, ya voy yo. No está en la cocina.- dijo Hermione-

La castaña fue a la biblioteca donde encontró a su padre sentado en un sillón.

-Papá, ¿no vas a decir nada?-dijo Hermione-

-Cariño, soy muy feliz, pero es todo tan repentino. Podríais haber esperado un poco para hacerme abuelo.

-Papá, me enteré de que estaba embarazada el mismo día de la boda . -Dijo Hermione sentándose en la rodillas de su padre- Dime qué te pasa por la cabeza, jamás ha habido que ocultar lo que sentíamos en esta casa.

-Nenita, lo que pasa es que te has hecho mayor y ni siquiera me he dado cuenta. El tiempo ha pasado demasiado deprisa. Parece que fue ayer cuando te sentabas en mis rodillas y me pedías que te leyera una y otra vez el cuento de la Bella Durmiente, en esta misma biblioteca. ¿Te acuerdas?- dijo el señor Granger-

-Claro que me acuerdo. Pero ahora podrás leerle cuentos a tu nieto o nieta.

-Pero princesita, ya no eres una niña. Te has casado y ahora vas a ser madre y no vas a volver a ser mi princesita. Ahora eres la princesa que ha encontrado a su propio príncipe.

-Papá yo siempre seré tu princesita. Aunque a lo mejor quieres cambiar lo de princesita por princesota cuando esté como una foca.- dijo Hermione y abrazó a su padre-

-Nenita, me has hecho un abuelito muy feliz.


Esa misma noche iban a dar la gran noticia a la familia Weasley. Estaban todos los hermanos Weasley, con sus parejas y sus hijos. La pareja decidió decirlo en los postres cómo habían hecho con los padres de Hermione.

-Bueno familia Hermione y yo queremos deciros algo.- D¡ijo Ron, todas las miradas estaban puestas en ellos- Hermione y yo vamos a ser padres.-

-Enhorabuena- dijo la señora Weasley- Pero ¿de cuánto estas?

-Estoy embarazada de diez semanas. Aún no se me nota la tripa
pero creo que ya es hora de decirlo.

-Pero
si estás de diez semanas
eso quiere decir que
- dijo la señora Weasley haciendo cálculos mentales-

-Que Hermione ya estaba embarazada cuando nos casamos- contestó el pelirrojo a su madre-

-Ronald es muy poco caballeroso por tu parte, haber tenido relaciones antes de casarse. Eres un hombre y sé que tienes tus necesidades pero no te eduqué para que hicieras esas cosas-

 

-Mamá por favor
No vuelvas a decirme esas cosas-

-Molly, Ron ha sido un perfecto caballero en todo momento, lo que pasa es que nos queremos mucho y no esperamos a estar casados para demostrárnoslo. Si había y hay algo de lo que estoy segura en esta vida es de que Ron y yo nos queremos.

-Ya pero, eso no es lo habitual.

-¿Qué más da que no sea lo habitual? Este bebé va a llegar a una casa donde su padre y su madre se quieren y lo van a querer a él o a ella incondicionalmente.-contestó la castaña a su suegra-

-En eso tienes toda la razón. Vas a tener que tener mucho cuidado va a ser el bebé más malcriado del mundo si eso depende de su padre.

-En eso creo que vas a tener razón- suegra y nuera empezaron a reírse-

Todo fueron felicitaciones para los futuros padres en La Madriguera.

Un pequeño regalito

Hermione estaba ya de cinco meses. La tripita de embarazada se le empezaba a notar. Ya no sentía las molestias de los primeros meses de gestación. Las nauseas ya habían pasado, bueno no del todo, pero ya no eran como al principio cunado vomitaba día sí día también.

Hacía tan sólo un mes que se habían enterado de la noticia de que Ginny estaba de nuevo embarazada. El bebé de Harry y Ginny nacería más o menos dos meses después de que naciera el bebé de Ron y Hermione.

Lo que sí habían hecho su aparición, tal cómo Ginny avisó a su mejor amiga, fueron los ascos a algunas comidas, no sabía porqué pero cosas que le encantaban ahora le daban mucho asco y otras que jamás le habían gustado ahora le encantaban.

Su única preocupación era que en teoría ya debería sentir las pataditas del bebé, la verdad es que empezaba a sentir miedo. Estaba tumbada en el sofá de su casa pensando en todo esto y su preocupación iba en aumento.

-Ron
- llamó Hermione a su marido-

-Dime, preciosa.

-Estoy un poco, preocupada.-

-¿Qué te pasa?- dijo ron preocupado-

-Es que
sé que te va a parecer una tontería

-Tú dímelo. No te habré dicho yo de veces tonterías
Además tú nunca dices tonterías, princesa.

-Es que
-dudó Hermione-

-Al final me va a parecer que lo que pasa es muy grave. Suéltalo.

-Me preocupa que el bebé se tendría que empezar a mover y no lo hace. Es que me lo han dicho mi madre, tu madre , Angelina, Fleur, Ginny

-No te preocupes- dijo el pelirrojo intentando tranquilizar a su esposa-

-Es que me preocupo. Debería moverse. Y si..

-Nada de y si
Lo que pasa es que el bebé ha salido a su padre y no le apetece hacer nada- dijo Ron para tranquilizar a Hermione, aunque su preocupación iba en aumento- ¿Sabes lo que vamos a hacer?

-No- dijo la castaña que no estaba para jueguecitos-

-Mañana por la mañana vamos a ir al hospital y así te quedas más tranquila cuando te digan que el bebé está bien- dijo Ron intentando zanjar el asunto-

-Y si
pasa algo.

-Hermione, cariño. Lo único que pasa es que te has preocupado más de la cuenta, ya sabes que a veces te pasa, mi amor. Seguro que no es nada y el bebé está perfectamente. -dijo el pelirrojo. Lo que vas a hacer ahora es darte un baño que te voy a preparar y relajarte. Después cenas y te acuestas. Intenta dormir que seguro que hace días que le estás dando vueltas antes de decirme nada. ¿Me equivoco?

 

-Me conoces demasiado.- le contestó su mujer-

-Sí, te conozco mejor de lo que tú te crees- le contestó él mientras besaba a su esposa- Ahora sube a por tu albornoz mientras yo voy a prepararte un baño.

Después de cenar, el matrimonio Weasley estaba en la cama. Hermione estaba leyendo una novela de vampiros y Ron estaba mirando en El Profeta los resultados de la liga. Ambos estaban muy preocupados. Hermione sabía que su marido estaba tan preocupado como ella, aunque intentaba ocultarlo ante ella. Ella estaba perdida en sus propios pensamientos, de repente sintió lo que llevaba esperando desde hacía meses, su bebé se movió y sintió una patadita.

-¡Ay! Ron-

-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- dijo el pelirrojo asustado-

-¡Se ha movido!

-¿Qué se ha movido? No te entiendo- le contestó su marido-

-Tu hijo o hija se ha movido. Acabo de sentirlo- contestó Hermione-

-¿En serio?. Dijo Ron mientras apoyaba su mano en el vientre de la castaña- Es verdad, se ha vuelto a mover.

-Es algo mágico- dijo Hermione utilizando una expresión muggle-

-No, es mágico. Es algo milagroso. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo. - dijo Ron besándo a Hermione apasionadamente-

-Tú sí que eres un milagro, mi milagro personal.

El armario

Hoy era el día, todos volverían al colegio por dos días. Volverían a la torre donde todo había empezado, su felicidad y el resto de vida. La reunión de antiguos alumnos. La verdad es que hacía mucho tiempo que Hermione no sabía de algunos de sus compañeros.

Ahora la castaña se encontraba mirando la ropa de su armario. Nada le quedaba bien ya se le notaba mucho el embarazo y no le gustaba cómo le quedaba la ropa.

-Ron, lo he decidido.- le dijo la castaña a su marido-

-¿Qué has decidido?

-Pues
que no voy a ir a la reunión de antiguos alumnos.

-¿Cómo que no vas? ¿No te encuentras bien?-le preguntó su marido preocupado- Porque podemos estar en el hospital en cinco minutos.

-No
no es eso.-contestó Hermione insegura-

-¿Entonces?

-Lo que pasa es.. es que
es que no quiero ir.

-¿Porqué no quieres ir?- le preguntó el pelirrojo-

-Es que no me gusta la idea.. dijo Hermione como si eso zanjara la cuestión-

-Esa no es una respuesta y lo sabes. - el pelirrojo se sentó en la cama- No pienso moverme de aquí hasta que no me des una respuesta como dios manada.

La castaña lo miró enfurruñada, sabía perfectamente que estaba a punto de perder la batalla en ese asunto.

-Hermione tengo todo el tiempo del mundo, pero sinceramente prefería saber que pasa por esa cabecita.- dijo ron sabiendo perfectamente lo mucho que le molestaba a su esposa que usara la palabra cabecita cuando se refería a ella-

-No vuelvas a decir lo de cabecita. La próxima vez que lo digas me veré obligada a mandarte a un sitio- dijo Hermione molesta-

-Está bien, pero si me cuentas porqué no quieres ir te dejaré en paz y sabes que no pararé hasta que me lo digas. Me conoces suficientemente bien para saber que es así.

-Lo que pasa es que
- dijo la castaña sabiendo que su marido había ganado esta vez- Es que van a estar todos y yo
y yo- Hermione empezó a sollozar, últimante no podía controlar las lágrimas y éstas aparecían en los momentos menos esperados-

 

-Y tú ¿Qué? Cielo. - dijo Ron sin entender nada, aunque ya empezaba a no extrañarse de los cambios de humor de la castaña-

-Pues que yo estoy fea y gorda y el resto estarán estupendas y todos dirán mira dónde va esa foca. - le respondió sin dejar de sollozar-

-Eso no es verdad, estás preciosa.

-¿Quién miente ahora? Ron tú no eres imparcial- dijo Hermione-

-Hermione, tú no estás gorda- le contestó-Estás embarazada de seis meses, que es muy diferente, cariño. Nunca has estado tan guapa como lo estás ahora. Si era todo tu problema es bastante infantil por tu parte.

-Ya lo sé pero

-No hay peros, vamos a ir a esa reunión.- dijo Ron en tono tajante-

-Aunque me hubieras convencido, no tengo nada que ponerme para la cena

-¿Seguro?- le preguntó su marido divertido a la castaña-

-Hombre los vestidos de fiesta que tengo son de cuando no estaba embarazada.

-Pues yo creo que no has mirado bien.

-Pues yo creo que sólo pretendes enfadarme. Conozco muy bien mi vestuario. ¿Te crees que soy tonta?- le dijo Hermione irritada haciendo gala de otro de sus cambios de humor- ¡Pues claro que he mirado!

-Nunca creí que me atrevería a decirte que no tienes razón, pero esta vez si que em atrevo. No has mirado bien, cielo.

-¡Que si que he mirado bien! No me hagas perder la poca paciencia que me queda Ronald.

-Hacía mucho que no te irritaba tanto como para que me llamaras por mi nombre completo- dijo el pelirrojo sonriendo- Yo sólo te digo que vuelvas a mirar en tu armario.

-Yo lo vuelvo a mirar, pero no sé qué esperas que encuentre y que me valga.- dijo Hermione refunfuñando. Su marido la estaba poniendo de muy mal humor-

La castaña se volvió hacia el armario y volvió a mirar.

-Aquí no hay nada que me sirva, ya te lo he dicho- dijo Hermione perdiendo del todo la paciencia-

-¿Has mirado bien?

-Sí, ya te lo dije antes.

-Vuelve a mirar a la izquierda, donde están los vestidos que no son premamá. -le dijo Ron con una sonrisa, ya la había irritado suficiente-

-Ron
no tengo ganas de discutir. En esa zona no hay nada.

-Dame ese gusto, cariño. Así me quedaré más tranquilo. Si no tienes nada que ponerte no iremos y ya está. Ahora no hay tiempo de ir a ninguna tienda.-dijo el pelirrojo-

-¿Lo prometes?

-Claro, pero tú me has de prometer que si encuentras algo iremos a la reunión de antiguos alumnos.

-Está bien, como no tengo nada que ponerme
habré ganado.-dijo Hermione con una sonrisa de suficiencia muy petulante.

-Mira a la izquierda haz el favor.

-No sé qué esperas que encuentre que me quepa
- en ese momento un gritito se le escapó a Hermione- ¿Qué es esto?- preguntó la castaña mientras sacaba del armario una caja grande blanca con un lazo rosa-

-Creo que es la prueba de que me he salido con la mía y que vas a ir a esa reunión. Ábrelo princesa.

Cuando Hermione lo abrió encontró un precioso vestido de color rosa palo en talle imperio. El vestido era vaporosa y con escote como a ella siempre le habían gustado. Además en el lote venían incluidos unos preciosos zapatos de raso en rosa palo y un clutch negro a juego con la cinta que llevaba el vestido justo debajo del pecho.

 

-Ron, es precioso. Muchas gracias.- dijo la castaña a su marido-

-Lo mejor y más para mi princesa. Espero que te haya hecho feliz.

-Siempre soy feliz mientras estés a mi lado, Ron. Te quiero.

-¿Lo prometes?- le contestó su marido citándola a ella hacía escasos minutos-

-Lo prometo- Hermione se acercó y besó a su marido. Sin poder evitar pensar en lo afortunada que era-

La reunión

Ahí estaban ellos en el Andén nueve y tres cuartos, hacía ya bastante tiempo que no pisaban ese lugar. Concretamente desde que Ginny y Hermione habían acabado sus estudios en el colegio.

Ron y Hermione estaban esperando al resto de sus amigos. Harry y Ginny también irían en tren, ya que no era nada recomendable que las embarazadas se aparecieran. Además Luna y su marido, Rolf, también irían en tren, porque a Luna le apetecía mucho ir con sus amigos en el tren, ya que existía la posibilidad de aparecerse en Hodsmade y caminar hasta Hogwarts.

Los seis estaban en el tren que los llevaría a la reunión de antiguos alumnos, a decir verdad, el tren estaba muy poco concurrido, la gente había preferido aparecerse. Hermione se encontraba leyendo La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larson, Harry y Ron estaban jugando una partida con los naipes explosivos, mientras Ginny, Luna y Rolf conversaban animadamente.

-Hermione, ¿quieres dejar ya el libro?- le reprochó la señora Potter-

-Es que.. está muy interesante. Quiero saber que pasa- le contestó Hermione a su cuñada-

En ese momento el castillo que estaban levantando Harry y Ron se cayó, produciendo una pequeña explosión.

-Mira que sois críos- dijeron Hermione y Ginny a la vez.

-Dejad eso- dijo Hermione.

-Sí, dejad eso de una vez, ni que tuvierais quince años.- dijo al pelirroja-

En ese momento Ron empezó a reírse. Los demás lo miraron como si estuviera loco.

-¿Se pude saber de qué te ríes Ron?- le preguntó la castaña-

-De nada
de nada- dijo entre carcajadas-

-Pues yo diría que más bien te estás riendo de algo- le dijo Harry- Cuéntanoslo y así nos reímos todos.

-La verdad es que no tiene mucha gracia que digamos
- contestó el pelirrojo- Es una tontería.

-Pues si nos la dices, nos reímos todos- dijo Hermione algo molesta, haciendo otra vez gala de sus cambios bruscos de humor-

-Está bien. Estaba pensando que aunque ahora todos somos adultos responsables, las cosas no han cambiado tanto.

-No te sigo- le contestó Luna.

-Mira, es fácil. Hermione estaba leyendo un libro, como ha hecho siempre, mientras que tú y mi hermana queríais cotillear con ella. Ella os dice que está muy interesante, aunque ahora ya no usa súper como sinónimo de muy. Y en ese momento se nos cae el castillo a Harry y a mí, haciendo que Hermione y Ginny se molesten. Es como volver a tener dieciséis o dieciocho años.

Todos empezaron a reír, ya que estaban recordando esa etapa de sus vidas. Empezaron a asaltarles los recuerdos a todos de una de las épocas más dolorosas de sus vidas, pero visto con la perspectiva que dan los años se daban cuenta que si no hubieran pasado por eso seguramente no serían los que estaban en ese momento en ese tren.

 


En la entrada del colegio Ginny y Hermione esperaban a que llegara el resto del grupo, que se estaba ocupando del equipaje. Un hombre se acercó por la espalda a ellas y las cogió por la cintura a modo de abrazo.

-¿Cómo están dos de mis chicas favoritas?- dijo el hombre a las dos cuñadas-

-¡Neville!- dijeron las dos al unísono

Hermione y Ginny se giraron para abrazar a su amigo.

-Estáis preciosas. A ver Hermione ponte de perfil
- dijo Neville sonriendo a la castaña-

-Neville, eres perverso. Estoy enorme, no hace falta que me veas de perfil- dijo Hermione aunque se puso de perfil para que su amigo pudiera ver lo que había crecido su vientre-

-Estás preciosa y no estás enorme. Ginny a ti aún no te digo que te pongas de perfil porque sé que es pronto para que se te note.

-La verdad es que ya se me empieza a notar lo que pasa es que parece que haya engorado, no parece que esté embarazada.- dijo Ginny sonriendo a su amigo-

-Me falta otra de mis chicas favoritas. ¿qué habéis hecho con Luna? Y ¿qué habéis hecho con vuestros maridos?- preguntó Neville con fingida preocupación, ya que sabía perfectamente donde estaban el resto de sus amigos-

-Sabes que pasa, que nos hemos cansado de ellos y hemos decidido acapararte para nosotras solas.- dijo Ginny risueña-

-Sí, porque así tendremos para nosotras solas a todo un profesor de herbología.- añadió la castaña sumándose a las risas-

-Eso ni hablar, yo también quiero mi parte de mi profesor favorito- añadió una voz-

En esos momentos acudían al encuentro de los tres amigos el resto del grupo.

-¡Luna! La tercera de mis chicas se ha dignado a aparecer- bromeó Neville mientras abrazaba a su amiga- Estás muy guapa.

-Gracias. Tú también estás muy bien. El ser profesor te ha sentado de fabula.

-Bueno
bueno
Estás acaparando a las chicas- bromeó Harry-

-Te devolveré a tu mujer cuando acabe el fin de semana- le contestó Neville riendo- Y lo mismo os digo a vosotros dos.

Neville se acercó y saludó a sus amigos.


Era la hora de la cena y en Hogwarts se había preparado una gran cena de gala, donde se reencontrarían todos los ex-alumnos.

El grupo de amigos había quedado en vestíbulo, ya que Luna no pertenecía a la misma casa que le resto.

Los hombres iban ataviados con túnicas de gala y afortunadamente ninguna tenía volantes ni encajes.

Ginny llevaba un vestido en color verde, aún no se le notaba demasiado el embarazo así que había decido lucir ese vestido antes de no poder volver a ponérselo en bastante tiempo. Hermione llevaba el precioso vestido rosa que su marido le había regalado. Luna, que con el paso del tiempo se había vuelto más conservadora en su vestuario llevaba un vestido negro, aunque quedaba aún rastro de la Luna de quince años que llevaba unos pendientes con forma de rábano en sus complementos de color amarillo.

El Gran comedor estaba adornado como siempre con miles de velas flotando, aún no había mesas, ya que primero se haría un cocktail.

Los antiguos compañeros y amigos empezaron a llegar y el grupo de amigos se fue dispersando.

Hermione se encontraba con Luna y Ginny, cuando la persona que menos le apetecía ver apareció detrás de ella para saludarla.

 

-Hola, cuánto tiempo.- dijo la mujer con un tono hipócrita.-

-Hola- contestaron Luna y Ginny-

-Hola, Lavender- contestó Hermione en tono cortante-

-Bueno, cuánto tiempo y pensar que hace unos diez años que tú y yo no hablamos.

-Sí, la verdad es que hacía ya mucho tiempo ¿Qué fue de tu vida?- le preguntó Hermione para ser educada, no tenía nada de ganas de seguir con la conversación-

-Pues me casé, hará unos tres años.- le contestó-

-Enhorabuena- le contestó Hermione como si eso zanjara la conversación-

-Chicas, no es por nada pero creo que Hannah os está llamando a las dos, yo me quedo un ratito con Hermioen no os preocupéis.- dijo Lavender-

-Bueno, si eso ahora vamos todas juntas- le contestó Ginny-

-Id, tirando en seguida os alcanza Hermione- insistió Lavender-

-No os preocupéis, ahora os alcanzo.- dijo Hermione que quería acabar con ese mal trago cuanto antes-

-¿Estás segura?- le preguntó Luna-

-Sí tranquilas- no quería mostrar debilidad ante esa mujer-

-Bueno
¿por dónde íbamos? Ah, sí. Me casé y al año siguiente me divorcié. No era el hombre de mi vida- prosiguió Lavender-

-Cuanto lo siento.- dijo Hermione-

-No lo sientas. Lo he superado. Sabes una cosa
me he enterado que te casaste con Ron.

-Sí, nos casamos hace unos meses- contestó Hermione, más relajada parecía que Lavender venía en son de paz-

-Enhorabuena. Disfruta de él cuanto puedas- dijo Lavender-

-Gracias- le contestó Hermione, ya podía bajar la guardia, simplemente habían crecido y ya no había esa absurda rivalidad entre ellas dos, pensó-

-Corrijo, disfruta de él mientras puedas- dijo Lavender-

-Perdona, no te sigo- dijo Hermione fríamente mientras recomponía su escudo-

-Pues eso. He venido aquí para reclamar lo que es mío. Ya sabes el primer amor nunca se olvida.

-Es cierto el primer amor nunca se olvida, pero el que cuenta es el amor verdadero- le contestó la castaña-

-Puede, pero si me permites citar una canción El amor verdadero es tan solo el primero
los demás son sólo para olvidar
. Y yo fui el primer amor de tu marido, también fui su primer beso y muchas más primeras veces que no te voy a contar soy toda una señora
ya me entiendes. Y claro hay cosas inolvidables que hemos compartido y que son imposibles de olvidar. Yo no olvido su mancha de nacimiento en la cadera. Supongo que cuando yo le dejé se refugió en un lugar seguro, ya que siempre te tuvo segura. Sinceramente creo que yo le puedo dar cosas que tú no le puedes dar, salta a la vista que tu figura nunca volverá a ser la misma, has engordado cariño y a los hombres se les conquista por el físico. Permíteme un consejo de amiga retirarte él jamás me ha olvidado, querida.

-Sí, me disculpas creo que me está llamando mi marido- le contestó Hermione enfatizando la palabra marido. Después de esto necesitaba marcharse de allí y se volvió a sentir como la adolescente que se escondía en baño a llorar por un chico, las cosas no habían cambiado mucho. Seguía llorando por el mismo hombre.


-Ginny, ¿has visto a Hermione?- preguntó Ron a su hermana-

-Desde hace unos diez minutos no. Estaba hablando con Lavender y nos pidió a Luna y a mí que las dejáramos a solas- contestó la pelirroja-

 

-Creo que eso no ha sido buena idea. Hermione está muy sensible
por el embarazo. Voy a ver si la encuentro.

Pasados unos diez minutos Ron regresó al Gran comedor.

-Harry, Ginny. No la encuentro. ¿Sabéis dónde podría estar?- preguntó Ron-

-No estoy seguro
aunque siempre que estaba disgustada
cuando Lavender y tú estabais juntos se marchaba a llorar al baño, pero no recuerdo en qué planta estaba
- dijo Harry-

-El baño de las chicas de la tercera planta. Siempre que estaba disgustada estaba allí, la de veces que habré ido yo a consolarla o ella a consolarme a mí. Era nuestro refugio para llorar por vostros- dijo Ginny- Te acompañamos. Puede que me necesites para que entre en razón.

Los tres amigos se dirigieron a la salida del comedor. Ginny divisó a Luna y la arrastró del brazo.

-¿Se puede saber
?- empezó a preguntar Luna-

-Hermione.- fue la única respuesta que le dio la pelirroja. Luna lo entendió todo al instante-

-¿Baño del tercer piso?-preguntó Luna mientras avanzaban hacia allí-

-Exacto.- dijo Ginny-

-Pues
debe estar bastante mal.-observó Luna-

Ron entró en el baño y el resto se quedó fuera. Este pudo escuchar los sollozos de su esposa.

-Hermione.- dijo Ron-

La castaña no contestó a su marido.

-Hermione, sé que estás ahí. Abre la puerta.

-Márchate- le contestó su esposa.

-No me voy a mover de aquí. Mira o abres la puerta o la abro yo. Tú eliges. Tenemos que hablar.

La puerta se abrió. Ron vio a su esposa sentada con todo el maquillaje corrido de llorar.

-Hermione ¿Qué ha pasado?

-Pues que yo estaba hablando con Lavender y
y
- no podía continuar debido a los sollozos- y
y me dijo cosas horribles. Me dijo que tú jamás la habías olvidado. Que ella había sido la primera en todo y que un hombre tiene sus necesidades y que como las iba a satisfacer una gorda como yo.

-Hermione. Eso es una tontería. Estás preciosa.

-Eres un mentiroso.

-¿Porqué? Estás más bonita que nunca.

-En eso eres un mentiroso, pero me has mentido en más cosas. Siempre pensé que tu primera vez había sido conmigo y Lavender dice que fue ella. Claro que es comprensible ella fue tu primer amor y yo no soy más que la chica segura. La que se coló por ti a los catorce y sigue rematadamente enamorada de ti. Soy tan estúpida.- dijo Hermione estaba rayando lo irracional desde hacía ya un buen rato-

-Cariño . Lavender y yo no llegamos a acostarnos nunca. Y ella jamás fue mi primer amor. Siempre estuve enamorado de ti, jamás la quise. Fui cruel por dejarme querer por ella, pero tú no me hacías caso y estaba muy confuso, dolido y no quería aceptar que me había enamorado de ti. No es que justifique lo que hice pero
hice lo que hice y no puedo borrarlo. Pero jamás me acosté con ella- le contestó el pelirrojo-

-Sigues mintiéndome.

-No te miento. ¿Quieres que tome veritaserum para salir de dudas?

-Entonces ¿cómo explicas que ella sepa lo de tu mancha en la cadera?- dijo Hermione con voz chillona. Ya no estaba triste sino cabreada-

-Hermione, no llegué a acostarme con ella. Sí que es verdad que bueno
me ha visto en ropa interior
pero te juro que no me acosté con ella.

 

-Ron no me mientas, esa mancha sólo es visible si no llevas ropa. Llevo unos cuantos años viéndola.-dijo Hermione muy enfadada-

-¿Me dejas que me explique? ¿O ya estoy condenado?-dijo Ron-

-Dime la verdad, aunque me duela dímela.

-Está bien. Mira no me he acostado jamás con Lavender, pero sí que hicimos otras cosas. Una noche nos estábamos besando y la cosa subió de tono y
bueno sí que es verdad que empezamos a desnudarnos pero cuando íbamos a hacerlo me di cuenta de una cosa. Había cerrado los ojos y no estaba allí con ella. Si no contigo que estaba contigo en tu habitación, siempre eras tú la que estaba en mi mente. No estaba acariciando a Lavander te estaba acariciando a ti en mi mente. Así que decidí no seguir adelante y bueno ella lo tomó como que quería ir más despacio, pero a partir de ese momento supe que eras tú la elegida y que no podría estar con otra mujer. Así que ya lo sabes, jamás me acosté con ella. Si no me crees hazme beber la poción y te diré lo mismo palabra por palabra. Nunca he querido a otra mujer que no seas tú y jamás podré querer a otra.

-¿Lo prometes?-le preguntó la castaña-

-Te lo prometo y ahora deja de llorar. Mi primer y único amor.-dijo Ron mientras besaba a su esposa- Arréglate e intenta disfrutar de lo que queda de fiesta. Te quiero.

-Yo también te quiero.


Hermione se arregló el maquillaje y salió para volver al Gran comedor. Había tomado una decisión, iba a poner de una vez por todas todos los puntos sobre las íes.

-Dejadme sola. Puedo con ella. Ya es hora de que escuche lo que yo le tengo que decir.- les dijo a su marido y a sus amigos.

Al ver la mirada de Hermione decidieron que lo mejor era hacer lo que ella decía, pocas veces la habían visto así.

-Hola, Lavender. Siento haber dejado a medias nuestra conversación.-dijo la castaña con fiereza- Ahora tengo un ratito si quieres la terminamos.

-Está bien.- dijo Lavender preparándose para el siguiente asalto-

-Mira querida. Te voy a dar unos cuantos consejos de amiga, como el que tú me has dado hace un rato. El primero no está bien coquetear con hombres casados, la gente podría empezar a pensar mal de ti. Segundo ninguna zorra de tres al cuarto me va a quitar a mi marido y tú estás incluida en esa categoría por si no te había quedado lo suficientemente claro. Tercero jamás te acostaste con mi marido, así que no digas mentiras, ya que te las puedes acabar creyendo y eso no es bueno para tu salud mental, las ilusiones vanas no llevan a ninguna parte, cariño. Cuarto consejo, yo soy su esposa y la futura madre de su hijo, si es verdad que estoy gorda, porque estoy embarazada. Así que yo sí que me he acostado con él, puedes soñar con eso si lo deseas. Y quinto y último y esto grábatelo en tu cabecita llena de serrín, nunca te quiso y nunca te querrá. Si te vuelves a acercar a él no sé lo que soy capaz de hacerte, pero te aseguro una cosa te dolerá y te recuerdo que por mi posición en el Ministerio tengo inmunidad diplomática. Así que querida ahora doy por zanjada nuestra pequeña conversación. Disfruta de la fiesta, yo pienso hacerlo junto a mi marido. Pásalo bien.- Hermione se giró y fue al encuentro de su marido-

Dicho esto Hermione supo que no volvería a ver fantasmas en Lavender, ya la había puesto en su sitio para siempre.

Viéndola dormir

 

Ron estaba en la cama, miró el reloj que marcaba las tres de la madrugada. El pelirrojo estaba viendo dormir a su esposa, que dormía profundamente como hacía semanas que no dormía. El bebé estaba alterando el sueño de la castaña, que no conseguía dormir una noche seguida a causa de las pataditas. Esta noche era diferente, la señora Weasley, aún le costaba a Ron identificar a Hermione por ese nombre, estaba sumida en un sueño profundo.

-Se lo tengo que decir- pensó Ron, mientras Herrmione suspiraba en sueños- Ya lo he retrasado demasiado. Al final Harry o Ginny se lo dirán y me la armará bien grande, últimamente está muy sensible. Sólo falta una semana y hace ya dos que lo sabes. No lo puedes retrasar más.

El pelirrojo suspiró y acarició los cabellos de su esposa.

-Está tan tranquila
no la voy a despertar ahora y menos para eso. Se merece dormir bien una noche.-
se dijo a sí mismo- Quizás esta mañana después de que nos digan el sexo del bebé
Ella estará más relajada y así se lo tomará mejor.

Esa era una buena idea después de la ecografía se lo diría. En la ecografía anterior no habían podido saber si su bebé sería un niño o una niña, ya que este había decidido mostrarles el trasero. A Hermione esto la desquició y dijo cuando ya estaba más calmada dijo que el bebé era igual que su padre que hacía todo esto para fastidiarla.

Estaba decidido, se lo diría a Hermione después de la visita.


A la salida del hospital.

-¡No, lo puedo creer es una niña!- dijo la futura madre muy emocionada aún con lágrimas en sus ojos-

-Será, una preciosidad igual que su madre- dijo Ron que no cabía en sí de alegría-

-Espero que tenga los ojos de su padre. Ese precioso océano azul que me enamoró y que aún me pierdo en él cuando te miro a los ojos.- la castaña se acercó y besó a su marido-

-Mientras tenga la inteligencia de su madre, todo le irá bien. Vamos a casa, princesa.

Al llegar a su casa.

-Hermione, siéntate tenemos que hablar.- dijo Ron intentando poner su mejor cara-

-¿Por fin me vas a decir qué es lo que lleva rondándote por la cabeza desde hace dos semanas?- preguntó la castaña-

-¿Alguien te ha dicho algo?

-No, pero no hace falta. Siempre has sido muy fácil de leer, cielo, por lo menos para mí.- le contestó su mujer-

-Me conoces demasiado bien.

-Llevamos juntos unos cuantos años y antes que tu esposa fui tu novia, y antes que tu novia fui tu amiga. Así que te conozco mejor de lo que me conozco a mí misma.

-Bueno
Hermione. Ante todo quiero decirte que esto no ha sido idea mía.- le dijo Ron a su esposa-

-Ron, me estás empezando a asustar.

-Bueno
Hermione no hay de qué asustarse, pero
-

-¡Ron suéltalo ya, por el amor de dios!- le dijo Hermione que realmente empezaba a estar preocupada-

-Lo que pasa es que en una semana me tengo que ir a una misión. Es algo rutinario
es una misión de reconocimiento. He intentado no ir
pero
va todo el departamento y
no he podido decir que no voy. Lo he intentado, pero ha sido imposible
te prometo que estaré en casa antes de que nazca la niña
- dijo Ron titubeando, a la vez que intentaba tranquilizar a su esposa-

 

-Ron, pensaba que ya habías dejado atrás las misiones. Yo no puedo soportar la incertidumbre. Pensaba que ahora que estamos casados y vamos a ser padres no irías más a esas estúpidas misiones que tanto odio.

-Hermione, soy auror. Aunque dejé la primera línea de combate cuando nos casamos, debes comprender que hay cosas que son parte de mi trabajo y ésta es una de ellas.

-Lo sé, pero eso no impide que me preocupe y si valoras mi salud mental no me vuelvas a decir que es algo rutinario.- le contestó Hermione intentado no demostrar su grado de histerismo que había alcanzado el nivel más alto en su escala-

-Te prometo que estaré bien.

-Ron
yo no quiero que te vayas. -dijo la castaña reprimiendo sus lágrimas de manera inútil-

-Estaré bien, princesa. Harry cuidará de mí y yo cuidaré de él. Así ni Ginny ni tú tendréis de qué preocuparos.- le dijo Ron-

-Estaré preocupada cada segundo que estés fuera.

-Pues no debes estarlo, eso no os va hacer bien ni a ti ni a la peque- la regañó Ron-


Había llegado el momento de la partida. Hermione pasaría el tiempo que Ron estuviera en la misión en casa de sus padres, a pesar de las insistencias de su marido para que fuera a La Madriguera junto con Ginny. Hermione veía del todo innecesario irse de su casa y no quería molestar en La Madriguera que ya tendrían suficiente con Ginny y el pequeño James. Así que habían llegado a un acuerdo, ella se quedaría en casa de sus padres y si pasara cualquier cosa se pondría de inmediato en contacto con Ginny o con La Madriguera.

Habían llegado ya a la casa de los Granger, ya que Ron no había querido que Hermione fuera a despedirlo al Ministerio, serían demasiadas emociones para ella y no quería recordarla el tiempo que durara la misión llorando mientras se despedía de él en el Ministerio.

-Mamá, papá. Ya hemos llegado. - anunció la castaña en cuanto sacó las llaves de la cerradura-

-Cariño, ya estáis aquí. Hola princesa, hola Ronald- dijo el señor Granger-

La señora Granger se acercó y abrazó a su hija y a su yerno.

-Hermione, cielo. Vamos a tu habitación a dejar tu equipaje.- dijo la señora Granger-

En el salón se quedaron los dos hombres de pié.

-Esto
me gustaría comentarte unas cosillas.- dijo Ron a su suegro-

-Dime.

-He traído algunas cosas de Hermione y te las doy a ti.- el pelirrojo sacó de su maleta un neceser verde claro- Aquí hay algunas cosas que Hermione se tiene que tomar y no sé si las habrá metido en su maleta. ¿Podría asegurarse de que se las toma?

-Sí, claro. Aunque mi hija, es muy responsable.- le contestó el señor Granger con una expresión incrédula-

-Normalmente, es así pero
el embarazo la ha trastornado un poco en ese sentido. Mire, este bote de aquí contiene una poción con vitaminas y hierro - dijo Ron enseñándole un bote de color marrón- Hermione detesta su sabor así que siempre que puede no se lo toma. Ha de tomar dos gotitas antes del desayuno y no hay excusas, se inventará miles de cosas como que sólo se las ha de tomar una vez por semana y cosas así
No es verdad se las ha de tomar cada día antes del desayuno.

-Bien, me encargaré de que se las tome- dijo el señor Granger-

-También ha de tomar una pastilla diaria de estas- el pelirrojo sacó un bote de pastillas de color blanco- Es ácido fólico, normalmente éstas se las toma sin ningún problema y creo que las ha metido en su maleta. Yo traigo éstas por si se le acaban. Sólo una cosa más, aquí dejo una lista de cosas que su hija ya no come, es por los ascos aún no los ha superado y en cuanto huele, ve o prueba alguna de estas cosas lo vomita todo. Si hubiera algo más que le diera asco a Hermione no dude en ponerlo en la lista.

 

-Ron, nunca pensé que lo tuvieras todo tan controlado. Realmente amas muchísimo a mi hija.- reconoció el señor Granger-

-La quiero más que a ninguna otra persona en el mundo, incluso la quiero más que a mí mismo.- le contestó Ron-

En ese momento apareció Hermione en el salón y miró mal a su marido al darse cuenta de lo que contenía el neceser verde.

-Bueno, nosotros dos nos vamos. Que tengas buen viaje Ron- dijo la señora Granger abrazando a su yerno-

-Que tengas buen viaje.- le deseó también el señor Granger-

-Gracias.- contestó el pelirrojo-

Los señores Granger dejaron un poco de intimidad a la pareja para que se despidieran.

-Bueno, princesa me tengo que ir.- dijo Ron- Cuídate mucho.

-El que se ha de cuidar eres tú.

-Volveré tan pronto que ni siquiera te va a dar tiempo a echarme de menos.

La castaña no podía contener las lágrimas.

-Prométeme que volverás, para ver nacer a tu hija. Yo no puedo hacer esto sola.- dijo Hermione sollozando.

-Te prometo, que estaré aquí para verla nacer. No hay nada en el mundo que pueda impedirme ver nacer a mi hija. Te lo prometo.

-Recuerda que tienes que volver. No te hagas el héroe, que nos conocemos. Antes no tenías a nadie por quién volver, ahora tienes a tu hija. -le suplicó la castaña-

-En eso te equivocas, en toda mi carrera siempre he tenido a alguien por quien volver, ese alguien siempre has sido tú. Ahora no sólo eres el amor de mi vida por el que tengo que volver, ahora además eres la madre de mi hija a la que llevas en tu interior. Volveré, no te preocupes por mí. Nada de hacerme el héroe, te lo prometo. Ahora me tengo que marchar, mi amor.

-Cuídate mucho. - le pidió otra vez la castaña, mientras se acercaba a besar a su marido-

-Cuídate.

-Te quiero.- dijo Hermione-

Ron se inclinó y besó el vientre de Hermione y después la besó a ella.

-Yo también os quiero a las dos. Adiós.- dijo Ron-

-Adiós. Te quiero. -se despidió Hermione-

Haciendo preguntas

Los días pasaban lentamente para Hermione. No soportaba no saber qué había sido de su marido, si estaba bien o si estaba herido. El no saber siempre la había incomodado y preocupado. En esta ocasión la ignorancia no la incomodaba ni la fastidiaba en exceso, lo que la castaña llevaba peor era la incertidumbre.

Se pasaba horas y horas sentada en la terraza de su antiguo cuarto de casa de sus padres intentando no pensar y sobretodo no ponerse en lo peor. Pero esto se había acabado llevaba dos semanas sin saber nada de Ron y eso no iba a continuar igual. Ginny y ella acordaron la tarde anterior que intentarían averiguar qué era lo que había apartado a sus respectivos maridos de su lado.

Hermione se disponía a traspasar la puerta del despacho del señor Ministro de Magia. La secretaria de Kingsley la estaba esperando.

 

-Buenos días, señora Weasley.- saludó la secretaria de unos cincuenta años a Hermione-

-Buenos días, Emma. ¿Qué tal se encuentra hoy?-le preguntó la castaña-

-Me encuentro muy bien, gracias. ¿Qué tal están usted y la pequeña?-

-Estamos muy bien, aunque me empiezo a encontrar un poco pesada.

-Es normal, yo he tenido siete hijos y siempre es lo mismo, los últimos meses una se encuentra muy pesada y con ganas de verle la carita.-dijo la secretaria sonriendo amablemente- Pase, el señor Ministro la está esperando.

Hermione entró en el despacho. Kingsley la estaba esperando.

-Buenos días.-dijo Hermione-

-Buenos días. ¿Qué te trae por aquí?- le preguntó el ministro de magia-

-Bueno quería tratar unos asuntos
y me preguntaba si
me los podría resolver-

-¿De qué se trata?

-La cuestión, es que sería muy importante que supiera en qué se está trabajando en cada sección del Ministerio. El departamento de Leyes mágicas tiene nueva junta directiva y ya sabe yo soy la nueva directora. Y sería de vital importancia que conociera cómo funcionan el resto de departamentos, ya que las leyes en las que estamos trabajando tratan de modernizar el mundo mágico y no me gustaría dejarme por desconocimiento alguna cosa sin contemplar- respondió Hermione, tal y cómo había planeado para sacarle la información que necesitaba al Ministro-

-Bien, supongo que es muy coherente por tu parte. ¿Por dónde quieres que empecemos? -le preguntó Kingsley-

-No se
por cualquiera. ¿ por el departamento de aurores?- dijo la castaña con un tomo que pretendía ser casual-

- A lo que se está dedicando este departamento en estos momentos, no te lo podemos comunicar, pero te puedo comunicar lo que hacen el resto de departamentos en estos momentos.-le respondió él-

-Me interesa en especial ese departamento, es el que está trayendo más de cabeza a mi departamento. Me interesaría mucho saber sus actividades recientes y las actuales.

El Ministro de Magia se dio cuenta de lo que pretendía Hermione.

-¿Me lo estás pidiendo como la señora Hermione Jean Weasley, directora del departamento de Leyes Mágicas, que solicita un informe al señor Ministro de Magia , o como Hermione, esposa de un auror, que le pide ayuda a su buen amigo Kingsley?- le preguntó Kingsley con suspicacia-

-Te lo pido como Hermione.- se sinceró la castaña-

-Está bien, como amigo te voy a decir cosas que son alto secreto y que no deben salir de este despacho o bueno han de quedar entre tú, yo y Ginny, que curiosamente me quiere entrevistar esta tarde para un artículo. Harry y Ron me van a matar por esto, pero creo que tenéis derecho a saberlo. Así que voy hacer llamar a Ginny a mi despacho para hablar con las dos.

A la media hora Ginny Potter se encontraba sentada en el despacho de Kingsley.

-Está bien, no sé por dónde empezar.- dijo el ministro- Escuchad, tened muy claro que lo que voy a deciros va en contra de todas las reglas, no deberíais saber nada de esto y es posible que os vaya a preocupar más de la cuenta, pero por la amistad que nos une os lo voy a contar. Harry y Ron así como todo el departamento de aurores no han ido a una misión de reconocimiento rutinario, como vuestros maridos os han hecho creer. Es más siendo, dos brujas tan inteligentes, no os han dado ni una buena excusa y eso ha hecho que saltaran todas vuestras alarmas. No sé exactamente dónde están y mis últimas informaciones, y ante todo que os quede bien grabado, son de que todo el mundo está perfectamente.

 

-Pero, ¿nos vas a decir qué es lo que están haciendo nuestros maridos? por favor- dijo Ginny muy nerviosa-

-Harry y Ron me van a matar por decíroslo. No querían que os enterarais de nada, estáis embarazadas y

-Que estemos embarazadas no quiere decir que seamos tontas- le interrumpió la castaña de los nervios-

-Ellos no querían que os disgustarais, pero al verdad es que están en una misión de captura no de reconocimiento y no os puedo decir nada más. Sólo os puedo decir que ayer por la tarde recibí un patronus de Harry diciendo que todos estaban bien y que no había habido heridos. Es posible que en una semana estén ya de vuelta.


Las palabras de Kingsley no habían tranquilizado lo más mínimo a Hermione, es más era la primera vez en su vida que hubiera vivido mejor en la ignorancia más profunda. La castaña llevaba varios días con pesadillas y esto le hacía revivir lo que sintió cuando tenía 19 años y Ron acabó en el hospital muy grave.

Se dispuso a acostarse tratando de no pensar en la bomba que el ministro de soltar, tenía que cuidarse por su hija y eso era lo que se disponía a hacer. Había cenado sin hambre, sólo porque tenía que comer, su madre ya se encargaba de recordarle que ahora ella también era madre y se debía cuidar por la criatura que crecía en su interior.

Aunque ya estaba acostada no podía conciliar el sueño, no podía dejar de pensar que era muy posible que su hija no conociera a su padre. Su vena más melodramática había salido a la luz. Al final, el cansancio la venció y se quedó dormida.

-Hermione, cariño despierta- le dijo una voz masculina-

La castaña abrió los ojos y allí estaba su marido. Seguramente seguía dormida y soñando, pensó.

-Hermione, ¿estás bien?- le preguntó el pelirrojo preocupado-

La castaña no le pudo contestar simplemente se abrazó a él entre lágrimas para convencerse de que era real, su marido estaba allí y había vuelto sano y salvo.

-Hermione, simplemente era una pesadilla. Estoy aquí todo, va bien, no quería despertarte pero estabas tan agitada

-Si tú estás aquí todo va bien.-dijo Hermione-

El pelirrojo se acercó y besó a su esposa.

Irreversible

Era una lluviosa noche de abril. A Hermione le estaba poniendo nerviosa tanta lluvia, llevaba tres días lloviendo sin parar. Al no poder salir su mente no dejaba de dar vueltas a muchas cosas mientras miraba por la ventana del salón de su casa. Las preguntas y el temor se estaban apoderando de ella.

"¿Seré una buena madre? ¿Conseguiré compaginarlo todo?" se preguntaba un y otra vez. Nunca había sido una persona segura de sí misma por mucho que se esforzara siempre en aparentar seguridad.

Al menos sabía en lo que no quería convertirse, que siempre es un buen comienzo, pero no estaba segura de cómo afrontar su futura maternidad. Había leído infinidad de libros sobre el embarazo y la maternidad, pero ninguno decía cómo ser una buena madre.

-Hermione, cariño estás muy pensativa. ¿En qué piensas?- preguntó Ron-

-En nada en concreto y en todo a la vez- le contestó la castaña-

 

-Mira que eso es difícil
-bromeó él-

-No sé, ahora que se acerca el momento del parto me hago muchas preguntas y me acuerdo de muchas cosas-

.¿Cómo qué?

-Pienso en lo repentino de mi embarazo, en si estaba preparada para ser madre.- dijo Hermione-

-Serás una buena madre mi amor- le contestó su marido- De eso estoy completamente seguro.

-Gracias, cielo. Pero también pensaba en nosotros y en lo irreversible que es el paso del tiempo. No he podido evitar recordar la primera vez que te vi, nuestra primera pelea como amigos, nuestra primera reconciliación, nuestro primer tonteo, nuestro primer beso, nuestra primera vez, nuestra boda. Y me he dado cuenta de que no voy a poder volver a vivir esos momentos que fueron tan especiales.

-Viviremos, otros momentos especiales, pero el paso del tiempo es inevitable, princesa.- observó el pelirrojo- Todo es irreversible, por eso todo es único.

-Me gustaría poder volver a vivir todos esos momentos.

-Eso no es posible, simplemente como tú has dicho es irreversible. Es como dar un salto al vacío o robar un pétalo a una flor.

-Como hablar rompiendo un secreto o escribir mi firma en un papel.

-Exactamente, preciosa. Como ver que vuelve a ser invierno y que los niños ya me tratan de usted- bromeó el pelirrojo-

-Todo es irreversible.- dijo la castaña- Como abrir mi hucha de primero.

- O decidir ser tres en vez de dos. Que es lo que estamos viviendo ahora. Mi corazón se ha vuelto irreversible desde el momento en que el destino lo marcó, y mi destino siempre has sido tú, Hermione, desde el primer momento cuando te vi en el tren por primera vez, aunque yo en ese momento no lo supiera.- le dijo Ron a su esposa-

-Yo siento lo mismo. No puedo evitar recordar El baile de Navidad y lo furiosa que me puse porque no me pidieras ir contigo. Ahora te voy a contar algo que nunca te he contado algo. Después del baile y nuestra discusión, soñé contigo y que me besabas. Aquella noche soñé lo que luego escuché y desde entonces ya sé que yo quiero contigo. Desde entonces se que tú eres mi verdadero amor.

Después de esta declaración mutua de amor se quedaron mirando como la lluvia caía por la ventana. Viendo llover se quedaron dormidos en el sofá.

La llegada al mundo de Rosie

Ron y Hermione estaban en la cama después de pasar una agradable tarde de abril.

El pelirrojo estaba durmiendo plácidamente, mientras que Hermione no podía dormir. Empezaba a tener molestias, parecía que la niña estaba muy movida esa noche y la iba a dejar dormir.

-Bueno en una semana salgo de cuentas, así que es normal que la peque esté tan revoltosa, aunque jamás me había dolido tanto como ahora. Debe ser que ya es muy grande.-pensó Hermione a la vez que se volvía a poner de lado en la cama para intentar conciliar el sueño.

El dolor cada vez era más fuerte y ya no pudo pensar nada más, de repente sintió un dolor muy fuerte y las sábanas quedaron mojadas por un líquido transparente, sin duda líquido amniótico.

-¡Ron, despierta!- le vociferó Hermione a su marido a la vez que lo sacudía para despertarlo- Creo que he roto aguas.

-Pues coge otro vaso, ya lo recogeremos mañana- le dijo el pelirrojo medio dormido-

 

-Ron, no se me ha roto un vaso. He roto aguas- dijo Hermione- Despierta.

-Pues trae más agua- dijo Ron dormido-

-Ron levántate de una vez, he roto aguas, es decir que estoy de parto, tu hija va a nacer. ¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!- bramó Hermione cuando le vino una contracción.

-¿Qué estas de parto?-dijo Ron mientras se ponía de pie de un salto y se ponía los pantalones- No te preocupes cariño ahora mismo vamos al hospital en diez minutos estaremos allí, todo va a salir bien.

En la sala de partos del hospital.

-Princesa, ya hemos llegado no te preocupes, ya estamos aquí. ¿cómo estás?- le pregunto Ron a su esposa-

-Duele.- le respondió la castaña entre gemidos de dolor-

-He avisado a tus padres y a los míos. Además he avisado a Ginny.- le explicó el pelirrojo-

En ese momento se abrió la puerta de la sala.

-Buenas noches, señora Weasley. Soy la doctora Meyer. La voy a atender durante el parto y ella es la señorita York, su comadrona. El parto es igual para las brujas y para las muggles. No existe ningún conjuro que lo acelere, lo que sí le podemos ofrecer es la epidural cuando haya dilatado cinco centímetros. -les explicó la doctora- Como es usted primeriza su hija tardará un poquito en nacer. No se preocupe todo va perfecto y en nada la podrán anestesiar, solo ha de aguantar un poquito más. Cualquier cosa que necesiten nos avisan. Iremos pasando a verla.

La doctora salió.

-¿Lo ves? en nada dejará de dolerte cariño, todo va a salir bien- dijo Ron mientras acariciaba la cara de la castaña- Aguanta un poquito más.

-Tú te callas, la culpa es tuya.- le gritó Hermione, ya que volvía a tener una contracción y cada vez eran más seguidas- Haz que pare por favor.

9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9¡9

-Muy bien señora Weasley empuje.- le indicaba la doctora a Hermione- Un empujón más y todo habrá terminado. Un último esfuerzo.

-No puedo más- gimió Hermione, que llevaba diez horas de parto-

-Un último esfuerzo, empuje con rabia. Le prometo que ya se acaba.- la animó la comadrona- Podrá verle la carita a Rose.

Hermione empujó con todas sus fuerzas, a su lado estaba Ron que no le había soltado la mano en ningún momento.

-Aquí está la pequeña Rose.-dijo la doctora a la vez que la ponía a la pequeña sobre el pecho de su madre-

Hermione lloraba a causa de la emoción. Ron se acercó a besar a su esposa también muy emocionado por el nacimiento de su hija.

-Es preciosa.-dijo Hermione-

-Gracias.-le dijo el pelirrojo a su mujer- Es perfecta. Solo tú podrías darme un milagro como ella. Te quiero. Os quiero a las dos.

-Yo también te quiero.-le contestó Hermione, besándole.-


Y hasta aquí llegó amigos, la autora Summerbreeze2

Hasta ahi termina, más sinembargo decidí yo hacer la segunda parte...


Y os agradezco aqui en la leyó y ahun mas a estos usuarios que la agregaron a sus favoritos y a los que dejaron comentarios...





















agushh
























Alexa longbottom
























Aracelipotter
























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La Historia entre Ron y Hermione - Fanfics de Harry Potter

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Era una tarde fría y lluviosa, el tiempo aún no había cambiado. Era como si el cielo quisiera acompañar en el dolor a todas esas personas que habían perdi

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2024-11-22

 

La Historia entre Ron y Hermione - Fanfics de Harry Potter
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