La Paz De Tus Ojos - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

La Paz De Tus Ojos

Respiro profundamente, llenando mis pulmones de oxigeno, pero aun así, aun así el aire fresco y natural no me llena, aun así siento cómo mi pecho sigue oprimido, sin dejarme respirar, sin dejarme desahogarme, sin dejarme vivir.

No he podido esta vez.

Vuelvo a no ser, vuelvo a caer.

No importa nada si yo,

No se reír, no se sentir.

Miro sentada hacia el lago, donde solíamos reunirnos él y yo, a contemplar el hermoso paisaje que nos regalaba Hogwarts. Mientras sonrió amargamente una lágrima pequeña se derrama de mis ojos castaños y cae lentamente por mis mejillas pálidas y sin vida.

 

Me encuentro sola, sin nadie, sin nada, sin él. Sigo mirando el lago, y como si fuera posible, en la superficie del lago pude vislumbrarlo de nuevo, como si fuera una película, pude ver su hermoso rostro sonriendo, sus ojos tan intensos y profundos con esa tonalidad verde y su cabello tan revoltoso que bailaba con el viento. Mis labios se tuercen en una mueca que creí era una sonrisa, y entonces
desaparece.

Quiero oírte llorar y que me parta el corazón,

Quiero darte un beso sin pensar,

Quiero sentir miedo cuando me digas adiós,

Yo quiero que me enseñes a jugar.

Siento cómo el vacio se apodera de mí, cómo el dolor vuelve siempre que él se va de mi cabeza, siento cómo crecía ese agujero en mi pecho donde alguna vez existió mi corazón que hace un año dejó de latir. Hace un año, cuando creímos él y yo que podríamos ser felices, hace un año cuando todo terminó, para el mundo mágico y muggle, y para mí. Cuando mi vida, mi alma, mi ser, mi esencia, mi amor, cuando todo me dejó, me quedé vacía por dentro. Cuando me convertí en un ser sin vida, cuando me convertí en un zombi, en una muñeca de trapo.

Sé que me vuelto a perder

Que vuelto a desenterrar todo aquello que pasé

Que no sé ni cómo explicar

Que sólo puedo llorar

Y entonces, después de pensar en él, después de verle en mi cabeza llegan esos recuerdos que he intentado enterrar con todas mis fuerzas, esos recuerdos que me desgarran el pecho y me dejan así, abierta, desangrándome. Cierro los ojos con fuerza, coloco la cabeza entra las piernas y enredo mis dedos en mi enmarañada cabeza, luchando contra esas imágenes que todas las noches me provocan pesadillas, pero una vez más me ganan y entonces veo en mi cabeza todo aquello que he querido olvidar

Voldemort, de pie, en medio de del Gran Salón, en sus ojos rojos se reflejaba el odio, el odio que le dirigía a él, mi amor, al igual que su varita de cola de fénix, y mi amor con su varita señalaba el corazón (si es que tenia uno) de Voldemort

Que necesito la paz que se esconde en tus ojos,

Que se anuncia en tu boca,

Que te da la razón,

Ven cuéntame aquella historia de princesas y amores que un día te conté yo.

-Hermione- interrumpe mis recuerdos dolorosos una voz familiar, pero tímida y preocupada. Abro los ojos y a penas y puedo ver el rostro pecoso que me miraba con ojos llenos de lástima, casi no distingo esos ojos azules porque mis ojos estaban inundados de lagrimas que no me había dado cuenta que estaba derramando.

 

-Ron- responde una voz débil, queda, inexpresiva, sin vida. Mi voz.

-¿Estás bien?- noto el tono de su voz alarmado y entonces me doy cuenta de mi posición. Ya no estoy con mi cabeza entre las piernas, sino que estoy totalmente botada en el césped verde y húmedo, en posición fetal, sujetando con fuerza mis piernas con mis brazos. Avergonzada, me levanto, pero me tambaleo, Ron pronto me atrapa antes de que mi cabeza diera contra el suelo.

-No puedes seguir así, mírate, estas
- se detuvo al ver mi expresión llena de dolor -Por favor, sólo inténtalo- me rogó. Negué con la cabeza, tapándome los oídos con las manos, como una niña pequeña que no quiere escuchar los regaños de sus padres.

-¡Deja de hablar! ¡No te quiero escuchar! ¡No quiero, no quiero!- sigo gritando como histérica y salgo corriendo, dejando a mi amigo pelirrojo parado, mirando cómo sale corriendo su amiga ahora loca.

Hoy he dejado de hablar,

Quiero callar, disimular.

Sólo me queda esperar,

Verte pasar, reinventar.

Después de ese día me decido y con todas mis fuerzas intento fingir que todo ha mejorado, que todo va bien. Cada vez que veo a Ron disimulo mi dolor y lo cubro con una máscara de falsa alegría, intentado evitar sus regaños o sus sermones. Vaya, quien hubiera imaginado que sería Ron el que me sermoneara. Estaba segura que mi Harry se estaría carcajeando con su dulce tono de voz, con lagrimas en sus ojos verdes por la risa, y estaba segura de que si hubiera estado haciendo eso yo me hubiera unido a sus risas y estaba segura de que si él estuviera yo tendría corazón, el cual se aceleraría al oír su tierna risa que me parecía como una melodía de cuna. Cuando pensé en eso sentí como mi pecho se cerraba, impidiéndome respirar y por un momento creí que me haría pedazos ahí mismo, frente a Ron. Él notó mi cambio de expresión, pero no dijo nada, cosa que agradecí.

Quiero sentir algo y no sé por dónde empezar

Yo quiero que mi mundo deje de girar

Quiero que mis manos tengan fuerza para dar

Yo quiero asustarme si no estas

***Inicia Flash Back***

De nuevo, tengo total certeza de que me encuentro dormida, y, sin embargo no puedo evitar sentir ese temor, ese miedo que me consume día con día. El Gran Comedor esta en completo silencio, todos paralizados observando con atención el centro del circulo de personas, observando a Voldemort y a mi Harry, ambos de pie, mirándose con odio, apuntándose con las varitas y hablando de que sería el fin de alguno de los dos. Y entonces, todo sucede en una fracción de segundo, los ojos rojos que miraban unas esmeraldas verdes ahora miran unos ojos color miel llenos de horror. En ese momento (aun sabiendo que era un sueño) supe (mi yo del sueño) que esos ojos rojos serian los últimos que vería antes de morir. Harry se dio cuenta de los planes de Voldemort, y antes de que éste pudiera terminar de conjurar el peor de los maleficios, Harry se encontraba frente a mí, oponiéndose entre el rayo verde y yo. El rayo verde espectral cayó directo en el corazón de Harry y luego rebotó y se penetró en el pecho del gran Lord Voldemort tirándolo al suelo, duro y frio, como la piel de Harry, que yacía en mis brazos, con sus hermosos ojos verdes esmeraldas totalmente cerrados y en su boca que tantas veces probé, había una pequeña sonrisa de paz

 

*** Termina Flash Back***

-¡HARRY! ¡HARRY! ¡NO!- gritamos a la vez, mi yo de la pesadilla y la que se encontraba recostada en la cama del cuarto de chicas de Gryffindor.

Sé que me vuelto a perder

Que vuelto a desenterrar todo aquello que pasé

Que no sé ni cómo explicar

Que sólo puedo llorar

De nuevo siento como el dolor se extiende desde las raíces de mi cabello castaño hasta las puntas de las uñas de mis dedos de los pies. Me quedo sin respirar por unos instantes, porque no tengo la suficiente fuerza para poder inhalar aire, porque mi garganta y mi pecho son aplastados por un enorme vacío que se extiende como el agua derramada de un vaso, mojando todo a su paso, empapándolo y llenándolo de su líquido frio. Siento el mareo de siempre y el asco que me producen esas pesadillas, me recuesto de nuevo, boca arriba, intentando inspirar aire, oxigeno, o de lo contrario me ahogaría ahí mismo. Escucho un sonido estridente, un chirrido realmente molesto, intento distraerme y buscar el origen del sonido, hasta que me doy cuenta de que son mis dientes que castañean debido a mi sudor ahora congelado, que se encontraba en mi frente y nuca. No podía seguir así, no debía. ¿Qué caso tenia? ¿Acaso eso era vivir? No, yo sabía que eso ya no era vida, sabía que la única vida que había tenido ya se había terminado hace un año, sabía perfectamente que ahora tan solo era una cascara vacía, era como aquella cascara de fruta que ha sido botada en la basura, sin ningún fruto, porque ha sido ya robado de su hogar. Quizá era como aquella flor marchita que sigue de pie en aquel florero frente a esa fotografía vieja que mostraba a un joven hermoso de ojos verdes. Era como si los dementores me hubieran aplicado su beso de la muerte, ahora no había alma en mi ser

Que necesito la paz que se esconde en tus ojos,

Que se anuncia en tu boca, Juguetes educativos

Que te da la razón,

Ven cuéntame aquella historia de princesas y amores que un día te conté yo

Necesitaba realmente a Harry, a mi Harry. Necesitaba tenerlo a mi lado, escuchar su dulce y tierna voz llamándome impaciente porque me necesitaba, quería sentir sus brazos a mi alrededor de nuevo apretándome a su cuerpo por temor a soltarme y que pudiera escapar, quería que sus muñecas encadenaran las mías alrededor de su cuello, quería sentir el fresco aroma de su cabello negro azabache, quería tocar su suave cabello y despeinarlo aun mas, quería sentir su dulce aliento en mi rostro, quería sentir sus suaves labios sobre los míos y que ambos se movieran en perfecta sincronía; y por ultimo y lo que deseaba con todo mi ser o al menos lo que quedaba de él, deseaba con todas las fuerzas que aun tenia, lo que necesitaba casi como respirar o como el agua, lo que realmente extrañaba, lo que realmente me hacía sentir este dolor devastador, era el deseo inmenso como el universo de ver sus ojos hermosos mirándome. Extrañaba esos mares esmeraldas taladrarme con la mirada, como cuando me comportaba de manera extraña o como cuando examinaba mi rostro y mis reacciones ante sus comentarios. Extrañaba esos ojos verdes que se derretían al verme llorar, que se estremecían con mis besos, que se tornaban rojizos cuando lo míos lo estaban, que siempre me tranquilizaban cuando mis nervios estaban en su límite. Necesitaba la paz de sus ojos, una paz que sólo en ellos podía encontrar, una paz que me permitía inhalar y exhalar sin ninguna dificultad. Necesitaba la paz que se escondía en sus dulces ojos esmeraldas intensos.

 

Sé que me vuelto a perder,

Que vuelto a desenterrar

Que no sé ni cómo explicar,

Que solo puedo llorar.

Y cuando me di cuenta de cuánto me hacía falta fue cuando me decidí. Como si fuera una estrella fugaz en la oscura noche que cruzaba el cielo con su luna nueva, fue cuando cruzó esa idea por mi cabeza y me di cuenta de que todo este tiempo había sido una gran estúpida.

Me levanté de la cama con sumo cuidado, procurando no despertar a mis compañeras. Entonces se me vino a la mente una persona. Ron tenía que saberlo, entender, por lo que me apresuré para dejar todo arreglado y en orden. Una vez que mis deberes fueron cumplidos salí del castillo corriendo con toda la velocidad que mis torpes piernas me dejaron. Sentí el aire frío cortarme el rostro y alborotar mi cabello, además, pude sentir unas gotitas delgadas recorrer mi rostro. Por un pequeño instante creí que estaba lloviendo, pero en realidad eran mis lágrimas, sin embargo no eran lágrimas de la más cruel de las tristezas, sino de felicidad. Corrí por los alrededores de Hogwarts, buscando un punto en específico, buscando un punto que determinaría todo.

Mis piernas estaban agotadas, mi respiración era cada vez más irregular y sentí cómo poco a poco se me iba terminando el oxigeno de mis pulmones. Pero no me iba a rendir, ya todo estaba decidido y en orden, sólo era cuestión de que llegara a ese lugar que en una sola ocasión había visto. Esa pequeña colina que daba al lago, esos riscos que rodeaban el castillo enorme que se asomaba por mi espalda. Cada paso que daba parecía alejarme más de mi destino, pero por nada del mundo permitiría que así fuera, iba a llegar aunque fuera lo último que hiciera

Que necesito la paz que se esconde en tus ojos,

Que se anuncia en tu boca,

Que te da la razón,

Ven cuéntame aquella historia de princesas y amores que un día te conté yo.

Fue entonces cuando apareció a mis ojos cafés lo que estaba buscando. Ese lago que de día era verde claro como esos ojos que amaba, pero de noche era igual o más negro que mi mismo vacio. Y después de mucho tiempo sonreí, y sonreí de verdad, no mas mascaras falsas, no mas fingimientos, no mas mentiras, esta vez era una sonrisa llena de la más pura y plena felicidad. Ya eran pocos los metros que me separaban de aquello que solucionaría todo. Aunque ya no tuviera más fuerzas para correr, aunque estuviera exhausta aumenté la velocidad hasta que por fin llegué. Me detuve justo antes de caer por el risco que terminaba en el lago. Estaba en el punto más alto de la colina, me detuve y cerré los ojos, respirando profundo para poder inhalar la frescura del lago y pude también percibir el olor primaveral de los arboles que se encontraban a mi alrededor, ese olor a pino y fresno que ahora llenaba mis pulmones. Ahora no sentía nada en mi pecho, ninguna opresión que me impidiera respirar la noche fría. Abrí los ojos, alcé la mirada y en el cielo, como por arte magia o quizá era el destino, la luna nueva se hizo llena, no era luna nueva, era un eclipse que acababa de terminar. Y vi cómo la luna iba apareciendo en el cielo, y con sus delicados rayos de luz plateada iluminó mi rostro. Sonreí plenamente. Cerré de nuevo los ojos, extendí mis brazos como abrazando el viento que llegaba desde el lago, suspiré profundo disfrutando del olor de la naturaleza, y en mi cabeza visualicé esos ojos verdes que tanto extrañaba, pero que pronto volvería a ver

 

Que un día te conté yo

Sentí de nuevo el viento que me seguía abrazando suavemente con sus brazos llenos de helado aire. Avancé un paso más, disfrutando de la excitación que me provocaba la adrenalina, y mientras los segundos transcurrían sentí cómo mi corazón se volvía a formar, naciendo de la nada, naciendo de las cenizas igual que los fénix. Sonreí de nuevo
La pareja del fénix, y así era, del fénix y aunque ahora hubieran cenizas pronto volveríamos a nacer.

Avancé un último paso y mientras mi cuerpo cortaba con gran velocidad la distancia entre el lago y yo grité. Grité, si, así fue. Pero no fue un grito desgarrador o lleno de pánico, tampoco fue por la adrenalina que experimentaba, en realidad en mi grito se encontraban tres palabras difuminadas por el sonido del viento. Pero yo las había escuchado, mis tres palabras favoritas: Harry te amo

Que un día te conté yo

***Ron***

Había sido un gran estúpido al haber creído que se estaba recuperando. No me di cuenta de la verdad hasta que leí esa pequeña nota que había dejado junto a mi mesa de noche, era pequeña, pero explicaba más que suficiente.

Querido Ron:

He encontrado la solución a todo este embrollo. No te preocupes, estaré bien, es decir, estaremos bien. Luna cuidara de ti, mientras que Harry y yo te estaremos vigilando desde muy lejos. Tranquilo, es lo que quería y me siento realmente feliz con mi decisión. Gracias por todo lo que me diste, a mí y a Harry. Nos volveremos a ver algún día, pero espero que no sea muy pronto.

Con cariño: Hermione J. Granger

PD: No estés triste, seremos felices.

Y eso fue lo único que me dejó mi mejor amiga, que había decidido irse con mi mejor amigo. Y ahora
ahora me había quedado solo.

Después de tres días, en una de las orillas, se encontró el cuerpo totalmente intacto. Ni el calamar gigante ni las rocas la habían tocado. Y hoy, hoy es el funeral. Al final, decidí que se hiciera lo mismo que con Harry, cremarla y juntar sus cenizas con las de él. Y estaba seguro de que de esas cenizas renacerían una vez mas y los volvería a ver, juntos y sonriéndome

Que un día te conté yo

***Hermione***

A pesar del dolor que le estaba causando a mis seres queridos, por ejemplo Ron, no me arrepentía de nada. Y la única razón por la cual no me arrepentía era porque ahora me encontraba en un bosque esplendoroso, viendo en un río a mi amigo el pelirrojo llorando encima de mis cenizas. Pero esa no era la razón exacta por la cual no me arrepentía, sino que la razón era la que me estaba rodeando con sus brazos, apretándome a su cuerpo, para que nunca fuéramos separados.

-No estuvo bien, amor- susurró en mi oído esa voz que había anhelado tanto.

-¿No deseabas que estuviera aquí?- le pregunté dolida.

-Por supuesto que sí, aunque
no quería que hicieras eso por mí- dijo con melancolía, dejé de ver mi funeral y me giré para besarlo y me sentí como si estuviera viva, bueno, en realidad lo estaba, porque estaba con mi Harry.

-Ahora estaremos juntos y para siempre- le susurré mientras me apretaba más a él.

-Por toda la eternidad- afirmó Harry uniendo sus labios con los míos de nuevo, y así se quedaron, unidos nuestros labios, como si fuéramos uno mismo.

Hasta que de nuestras cenizas renaciéramos

Que un día te conté yo

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Respiro profundamente, llenando mis pulmones de oxigeno, pero aun así, aun así el aire fresco y natural no me llena, aun así siento cómo mi pecho sigue opr

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2024-10-15

 

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