POV Bonnie
- ¿Estas segura de que lo querés hacer, Aimeé? -le pregunté por enésima vez a mi amiga.
- ¡Claro! -respondió, pero se notaba lo nerviosa que estaba.
- ¡Vamos chicas! ¡Que se va el avión! -nos gritó Martín, mi padre, desde la puerta de vidrio que nos llevaba al avión. Le hice señas para que supiera que ya íbamos y le hablé a mi amiga:
- ¡Vamos Aimeé! Ya has viajado un montón de veces en avión. Yo debería de estar nerviosa, no tú.
- Sí, eso es verdad, pero nunca viajé fuera del continente.
Suspiré derrotada y me encaminé hasta donde estaba Martín.
Nos encontrábamos en el aeropuerto listas ya para viajar a Italia, Volterra, de intercambio escolar. Nosotras éramos las más listas del colegio, y por eso íbamos a viajar.
Pero se preguntarán
¿Cómo es que unas chicas tan activas, que van a todas las fiestas y boliches del lugar, tienen buenas calificaciones? Fácil. Hace un tiempo, Aimeé salía con Agustín, mi hermano. Pero un día, Agustín encontró al amor de su vida, una chica muy buena y dulce, y dejó sola a Aimeé. Desde ese día, ella se encerró en la biblioteca, leyendo y leyendo. Yo cada tanto la acompañaba, y leía con ella, y es así como las dos terminamos sabiendo lo que los chicos de quinto año verían, antes que todos.
Sonaba como si fuéramos "nerds", pero la verdad es que a mí no me importaba. Gracias a todo eso, Aimeé y yo viajaremos a Italia.
Llegué a su lado y lo primero que hice fue abrazarlo con solo un brazo, ya que con el otro agarraba mi equipaje, y darle un beso en la mejilla. Él me devolvió el abrazo, apretándome fuerte. Cuando me despedí de Agustín, no sentí más el piso. Me había levantado.
- ¡Suéltame Agus!
- ¡No me llames así, engendro! Parece de mujer -dicho eso me bajó. Sabía que no le gustaba que le llamaran "Agus", para él, ese sobrenombre era de mujer.
Al darme vuelta, vi a Aimeé despidiéndose de su familia y darle un beso en el cachete a Agustín. Eso me gustó, ya que dice que no está enojada con él.
- ¡Adiós chicas! Que la pasen bien -dijo la mamá de Aimeé
- Claro, adiós. ¡Los queremos!
Fuimos donde estaba el avión y le dimos nuestro equipaje a un señor. Subimos al avión y, gracias a que era mi primer viaje en este vehículo, me senté del lado de la ventana. Era de noche, y seguro que al volar, vería las pequeñas luces de los edificios y calles y sería un paisaje hermoso.
Como era de esperar, la azafata del avión empezó a explicar las cosas que tendríamos que hacer en caso de emergencia en tres idiomas, español, ingles e italiano, y luego se fue. Nos abrochamos los cinturones y el avión empezó a avanzar, hasta elevarse.
UN ENCUENTRO INESPERADO
(POV AIMEÉ)
Me sentía muy deprimida.
No quería confesarle a Bonnie lo que ocurría, porque durante mucho tiempo estuve esquivándola de responderle la pregunta que me ha hecho durante mucho tiempo: ¿Estas enojada con Agustín? Yo no quería decirle que si, puesto que es su hermano y nosotras somos las mejores amigas. Al final, no pude evitar contestarle, y le dije que no. Claro que no estaba enojada con el, estaba triste, sentida, destrozada, así que no le dije mentiras
Todos esos sentimientos se apoderaban de mi en cuanto lo veía, pensaba en el
Pero ahora tenía que darme un respiro, bien dicen "ojos que no ven, corazón que no siente". Creo que si no veo a Agustín por mucho tiempo, yo no sentiré nada por el.
Estábamos sentadas en silencio, pude ver a mi amiga mirar el paisaje por la ventana con admiración. No quise distraerla, de todos modos, necesitaba pensar.
Me quedé pensando en Agustín, en que si podría olvidarlo algún dia
No tenía respuesta para ello.
Bueno, me tendría que dormir, mañana llegaríamos temprano a Volterra.
AL LLEGAR A VOLTERRA, ITALIA.
Al llegar, los ojos de Bonnie se iluminaron, al igual que los míos.
Nunca habia visto una ciudad tan hermosa.
Parecía algo mágico, algo
No podía expresarlo con palabras, el paisaje era hermoso, las personas tenían caras amables. Era como un lugar en donde solo aparece descrito en los cuentos de hadas. Bueno, nuestro cuento de hadas estaba a punto de comenzar.
Teníamos todo para nosotras, el paisaje, el ambiente, nuestro buen humor (algo raro en mí desde
bueno, desde hace mucho tiempo.)
Estábamos tan encantadas con el lugar, que en vez de ir a la casa que nos habia rentado la escuela para nosotras en taxi, decidimos ir caminando, con el equipaje y todo, no creíamos que en una ciudad así hubiera personas malas
Veíamos el paisaje con mucha admiración, estábamos en eso, cuando
Vimos dos figuras encapuchadas, que caminaban, bueno, trotaban, porque era algo más rápido que una caminada, pero no estaban corriendo.
Al parecer estaban discutiendo, Bonnie y yo solo estábamos viéndolos embobadas.
Al final, como se alejaban, yo me fui, siguiéndolos.
- ¡Espera! - gritó Bonnie, siempre pensando en los problemas en los que podríamos meternos, yo era mas relajada, no me importaba meterme en muchos problemas, y desde que Bonnie y yo nos hicimos amigas, ella siempre se preocupaba por mi, casi senté cabeza por completo, pero esto era algo diferente....
- ¿Porque? - pregunté sin entender.
- Aimeé, no los conocemos
- Si, pero se están yendo, a parte, no me digas que tampoco sientes curiosidad acerca de ellos.
- Bueno, tienes razón
- Vamos
Perseguimos a los encapuchados, que se internaron en un bosque cerca de ahí, ellos no hacían nada, simplemente volteaban atrás, como para asegurase de que nadie los seguía.
Ellos al final, se pararon en seco y miraron hacia atrás, como nosotras creíamos que seguirían trotando, así que seguimos caminando, y ellos nos descubrieron.
- Muy bien. Nos tendremos que deshacer de esto de una buena vez. - dijo una voz que provenía de la persona encapuchada que estaba a la derecha.
Esa voz sonaba amenazadora, pero también sonaba como campanas
Ellos se quitaron las capuchas.
Yo solo veía al de la derecha.
Era hermoso, tenía el pelo de color café, sus facciones eran perfectas y era muy guapo
Lo único que me daba terror en él eran sus ojos.
Eran de un color burdeo
Estaba aterrorizada. ¿Cómo una criatura en el mundo entero puede tener los ojos de color rojo, fuera el tono que fuera?
Sin embargo me atraía
Era algo así como un imán que se que me controlaría y me llevaría a su lado por siempre.
Por una vez en la vida olvidé a Agustín, me olvidé de todo, incluso de Bonnie (si, se que me dirás que soy una mala amiga) Sin embargo, no podía dejar de mirarlo. Se que daría todo por el, mi vida, mi alma, mi sangre.
Él, ahora, era lo único que me importaba en el mundo
No habia nadie mas que el y yo
El también me veía, como si no comprendiera una cosa
Vi de nuevo sus ojos, y ahora me parecieron lo mas extraordinario del mundo
Y todo esto, era algo que yo no podía comprender
POV Bonnie
El paisaje era hermoso, más que eso, pero no encontraba la palabra justa.
Caminamos envés de usar el taxi que nos vino a buscar para llevarnos al hotel. Era todo bellísimo, la ropa, accesorios, monumentos que cada tanto veíamos, las plazas
¡El acento de los italianos, era lo mejor que había escuchado! Amaba este idioma.
En un momento del trayecto, nos encontramos con dos personas con capas negras. Aimeé, tan curiosa, decidió seguirlos. Yo intenté retenerla, pero como siempre, ella ganó.
Los seguimos hasta el bosque, cada tanto ellos giraban la cabeza para ver si alguien los seguía, pero nosotras nos escondíamos. En un momento ellos se pararon en seco y se dieron vuelta. El de la derecha habló con voz amenazante, pero cantinaria a la vez:
- Muy bien. Nos tendremos que deshacer de esto de una buena vez.
Empecé a temblar, no sabía con que nos encontraríamos. Tenía miedo
Se sacaron las capuchas, y pude ver al chico más hermoso que vi en mi vida. Tenía pelo castaño, peinado para el costado. Su cara era de facciones finas, pero igual se veía muy
masculino, supongo. Y sus ojos eran
¿¡Rojos?! Dios mío. Eso me hacía recordar a algo que leí, pero no estoy segura.
Por lo poco que pude observar, estaban los dos vestidos de negro, o colores oscuros.
- ¿Qué es lo que su curiosidad quiere saber? -preguntó el que había hablado antes.
- Emm
Lo que pasa es que
No sabemos
Eh
-tartamudeó Aimeé -. Bonnie, ayúdame
-suplicó.
- Lo que pasa, es que nos perdimos, y los vimos a ustedes aquí y
pensamos que nos podrían ayudar
a volver
-dije muy nerviosa.
- ¿Saben para donde queda la ciudad? -preguntó mi amiga un poco más segura.
- ¿Y ustedes qué hacen aquí? ¿No saben lo peligroso que puede ser estar acá? ¿No saben las cosas que pueden encontrar? -preguntó el de la izquierda. Su voz era
era
No encontraba palabra para demostrar lo hermosa que era.
La verdad es que no lo entendía ni medio.
- ¿Qué? -preguntamos las dos a la vez.
En ese momento me di cuenta que el de la izquierda me miraba fijamente. En sus rojos ojos pude identificar confusión, furia y
¿Tal vez sea deseo? No tenía ni idea.
- Chicas, deberían irse -dijo un poco nervioso. Ya me estaba hartando esa manera de hablarnos, como si no fuéramos nadie para ellos, como un ser débil al lado de uno fuerte.
- ¿Y cómo querés que volvamos si ni siquiera sé donde estoy? -dije molesta, o creo que le grite, no se. Un brillo apareció en sus ojos, que no pude identificar. Esto me estaba volviendo loca. El corazón me latió muy fuerte en ese momento.
El de la derecha suspiró.
- Está bien, las acompañaremos a salir de aquí, pero no vuelvan a entrar, nunca -esa última palabra me hizo estremecerme del miedo.
- Lo siento
-dijo Aimeé, esperando que el de la derecha entienda lo que quería que haga. Efectivamente, lo entendió.
- Demetri, me llamo Demetri Vulturi. Y el es mi
hermano Alec.
- Hola Alec, Demetri
-dije amablemente.
Alec
ese hermoso chico se llamaba Alec
- Hola -dijo Aimeé con una sonrisa.
- Bueno, vamos -dijo Alec, poniéndose a mi lado.
- Está bien -dije intentando de que el nerviosismo no se notara en mi voz.
Demetri iba alado de Aimeé. No me sorprendía que ella intentara entablar una conversación con Demetri, pero no lograba que él hablara mucho.
En cambio, Alec y yo íbamos cayados. Ninguno se hablaba. Cada tanto lo miraba de soslayo, pero apartaba la vista de inmediato cuando él me devolvía la mirada. Esos ojos rojos me seguían asustando.
- Y
¿Les gusta usar capas? -dije, pero de inmediato me arrepentí, al ver que estúpida era la pregunta. Alec rió. Era como escuchar campanas, o ángeles, era hermosa su risa
- No es que no nos guste, pero a nuestro
padre no le gustan los colores claros. Además hay mucho sol.
"Hay mucho sol
" Esa frase retumbaba en mi cabeza, intentando buscarle un significado.
- Ah
Claro. Por tener una piel tan blanca. El sol hace mal, puede dar cáncer de piel -la verdad, es que no sé por qué dije eso.
- No, a nosotros nos pasan
otras cosas -dijo serio. Me di cuenta de que en toda la conversación, no me dirigió ninguna mirada. Y a mí ya me dolía el cuello de tener que alzarlo para verlo a la cara.
- Mírame -le ordené.
Él clavó sus ojos en los míos. Reprimí el escalofrío al ver el color de su iris. Entrecerré los ojos involuntariamente para ver si en realidad ese era el color de sus ojos, y no descubrí ninguna pista de lentes de contacto.
- ¿Por qué tienes los ojos de ese color? -susurré.
Él apartó la mirada y siguió caminando. No me había dado cuenta de que nos detuvimos.
- ¡Hey! Contéstame -esta vez subí un poco el tono de voz. Odiaba que me ignoren.
- ¿Puedes dejar de preguntar, y de preguntar? La curiosidad mata -dijo enojado, viéndome con ojos que no supe descifrar. Había muchas emociones en ellos. Se dio vuelta y siguió caminando, de nuevo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas de tristeza. No podía creer lo que me acabó de decir. Estaba paralizada. Seguro que parezco exagerada, pero cuando te dicen algo así es
horrible. Igual que el dicho "La curiosidad mata". Me estremecí.
Me quedé viendo como los chicos se alejaban, hasta que vi como Alec volteaba la cabeza para verme. Aparté la mirada y avancé hasta donde se encontraban. Tan nublada estaba mi vista que no vi que la raíz de un árbol sobresalía del suelo, y tropecé. Esperé el golpe paciente, mi mejor día ya estaba arruinado. Una caída no le haría nada. Pero no sentí nada más que unos fríos brazos rodeándome la cintura. Abrí los ojos lentamente y volteé la cabeza para ver quién me había agarrado, y me llevé un susto.
La cara de Alec estaba a unos centímetros de la mía, pero algo extraño había en él. Sus ojos
eran negros. Y tenía tensa la mandíbula.
- ¡Bonnie! ¡Dios mío, estas sangrando! -gritó Aimeé, desesperada.
Oh no
Por favor, todo menos sangrar. Miré mi pié, que de ahí un dolor punzante me atormentaba, y encontré lo que menos me esperaba.
Tenía un gran tajo, y salía mucha sangre. Miré a Alec, en busca de ayuda, y vi que tenía una expresión dolida, y deseaba algo. Demetri estaba igual, pero él parecía más tranquilo.
Recordé la frase que siempre me decía mi padre "Si estás en problemas, solo tranquilízate y resuélvelo". Primero debería tranquilizar a mi amiga.
- Aimeé, tranquila, es solo sangre
- ¡¿Qué me tranquilice?! ¡¿Cómo quieres que haga eso?! ¡Estas
Luego no pude ni escuchar ni sentir nada. Solo veía negro. No sentía dolor, no olía nada, no veía nada Tampoco parecía estar en un lugar plano. No sabía que pasaba, y desmayada no estaba, eso lo sabía.
ESTO NO ES LO QUE HABRÍA IMAGINADO ENCONTRARME EN OTRO CONTINENTE
(POV AIMEÉ)
¿Qué le habia ocurrido a Bonnie?
¿Por qué su cara esta tan tranquila, como si no le doliera el corte?
¿Acaso ella estaba
?
No, no podía permitirme ese pensamiento.
Pero tenia que averiguar lo que le ocurría a mi amiga. No podía dejar esto así.
- ¿¡Qué le ocurre!? - pregunte gritándole a Demetri.
- Relájate Aimeé - ¿Cómo es que pretendía ayudar a mi amiga si el ángel me miraba de esa forma tan cálida? Y mi nombre sonaba mejor cuando el lo pronunciaba
No. Aimeé. Concéntrate, pronto pensaras en él, pero por ahora piensa en Bonnie.
- ¿Cómo quieres que me relaje? - dije mientras Alec llevaba a Bonnie en brazos y comenzaba a caminar.
Demetri y yo lo seguimos.
- No lo se.
- Mira, se que hay algo raro con ustedes.
- Yo - parecía un poco
preocupado. - no se de que me hablas. Me quedé callada, pero ellos no me hacían tonta, sabia que ellos tenían algo. Lo habia leído en un libro
de vampiros.
Tengo la sospecha de que eran vampiros, ya que tenían las características.
Recuerdo lo que decia aquel libro, y tenia que comprobarlo.
"Los vampiros tienen características muy visibles. Se puede saber, incluso, si una "persona" es vampiro con solo mirarlo. Lo primero que tienes que ver es su belleza sobrehumana. Eso los ayuda a "cazar" a su presa: los humanos".
Se que me creerás loca. Pero ellos eran las personas mas hermosas que hayas visto en el planeta tierra, ellos eran como ángeles, incluso me atrevía a decir que todas las personas que los hubieran mirado no merecían verlos. Era una belleza, que podría dejar cegado a cualquier cosa, persona, incluso podría derretir un objeto.
Ahora, el siguiente punto.
"Lo segundo que tienes que notar en un vampiro que se esta haciendo pasar por un humano son los ojos: los tienen de un color rojo, pero cuando en algún momento, los tienen negros como el carbón. Este proceso de rojo-negro es cuando tienen sed. Comúnmente es cuando ven, huelen, o incluso piensan en sangre."
Bien, eso es lo que había pasado cuando Bonnie se había cortado, sus ojos, de un color burdeo, se habían vuelto negros cuando empezó a sangrar.
- ¿Y que hay con tus ojos? - dije un poco jadeante, ya que al parecer Alec se estaba desesperando y empezo a trotar. ¿Cómo es que podía hacer eso con una muchacha de unos 50 kilos en sus brazos?
- ¿De que hablas? - me pregunto Demetri inocentemente.
- Pues
hace un poco estaban rojos, ahora están negros.
- Es tu imaginación, Aimeé, siempre los he tenido negros - dijo, mintiéndome con picardía. Se que algunas personas no detectarían la mentira en su voz, ni en sus ojos, simplemente la dejarían pasar de largo, pero yo no era así, yo sabia que los habia tenido rojos hacia unos instantes. Y yo era muy terca.
Aun así, me convenía no decirle nada por el momento, hacerme la tonta.
- Oh. -solté una pequeña, tonta y fingida risa - creo que necesito lentes.
Bien, ahora tenía que pasar al siguiente punto.
"En tercer lugar, los vampiros tienen rapidez y fuerza sobrehumanos. Probablemente nunca harán nada que asombre mucho, ni que llame la atención, simplemente por eso: algunos no desean llamar la atención. La razón es la siguiente: los vampiros que no pasan desapercibidos, quedarían expuestos, y sus "presas" huirían como ratas, alejándose de el lo mas pronto posible. Y, aunque podrían hacerlo, incluso arrasar con una ciudad entera en menos de un dia, le temen a una "familia" antigua de vampiros que viven en Italia, el nombre es desconocido por los humanos, pero los vampiros saben, y temen a esa familia, se podría decir que son de la "realeza". Sin embargo, algunas veces, los vampiros, pueden olvidar que están con humanos, y pueden hacer alguna cosa extraordinaria, sin embargo, pocos son los que hacen eso, solo en momentos de desesperación, aunque si vez que hacen algo así, probablemente sea lo último que hagas."
Bien, Alec estaba demostrando que esta en un momento de desesperación, ya que estaba trotando, y con Bonnie encima, así que
El punto, no era darle mi sangre a un vampiro, el punto era a que vampiro.
No me molestaría en absoluto, darle mi sangre a Demetri.
Incluso moriría feliz con sus labios sobre mi cuello, sus dientes perforando mi piel, succionando mi sangre para satisfacer sus necesidades
Dios, ¿Qué es lo que estaba pensando?
Bueno. El siguiente punto
"Por último, quiero decirles que los vampiros nunca salen al sol, no vayas a pensar que ellos se empiezan a quemar, ellos, su piel, brilla como si tuvieran diamantes incrustados."
Cuando Alec y Bonnie estaban hablando, y Demetri casi sin hacerme caso, escuche que había dicho algo de sus capas y del sol. ¿Acaso eso era lo que en realidad decia? Bueno, no me imagino a ningún vampiro diciéndole a una humana "Es por el sol. Brillamos como si tuviéramos diamantes". Bien, esa era una mentira razonable, ¿Qué chico quería tener diamantes incrustados? Bueno, eso me parecía muy
femenino, pero creo que si veo a Demetri como con diamantes incrustados se vería
muy bien.
Bueno, tendré que dejar de hacerme la tonta y pensar en mi amiga.
Me fije mejor donde estábamos.
Era el bosque, eso lo se, pero en frente había una entrada, parecía una entrada a una cueva, era subterránea.
Y observe que Alec llevaba a Bonnie por ahí.
- ¿A dónde la lleva? - le pregunte a Demetri, con los ojos llenos de confusión.
- Aimeé - me miró como si estuviera preocupado por mi - ella estará bien, te lo prometo, y tu igual. Mira, te juro que no te ocurrirá nada.
Yo solo lo miré y asentí.
Bueno, encontrarme con vampiros era la última cosa que habría pensado para mi primer viaje a otro continente.
POV Bonnie
Seguía viendo negro, puro negro. Pareciera que ese era el color de la vida: Negro. No soportaba más, si estaba muerta, no se qué haría con mi familia. Por lo menos me despedí de ellos de una manera razonable, pero
¿Y Aimeé? Lo último que le dije fue un "Bueno, tienes razón
" y eso no es una despedida.
¿Y mis otros amigos? No sé. No tengo ni idea de qué voy a hacer. Hasta mis pensamientos se estaban volviendo incoherentes.
Estuve así un largo rato, hasta que pude sentir algo. Estaba en una cama, tapada con sábanas de una tela muy suave. Era cómodo. Me dolía el pié, pero era algo que podía ignorarlo. Empecé a escuchar cosas
- Alec, cuida tú de ella, eres más confiable. Tienes que limpiarle la herida, y si no puedes, llévala a un médico, o llámame. Si tiene dolores fuertes, cosa que dudo, dale las pastillas que te di antes. Ah, y no la dejes caminar sola. Por su forma de dormir y por lo que me contaste del accidente, parece ser una chica muy torpe. Nada más -dijo una voz masculina que no reconocí.
Lo de torpe me ofendió, pero era verdad. Yo era así.
- Está bien. Te llamaré. Gracias Carlisle, te comportas bastante bien aunque sea un Vulturi.
- Recuerda que yo fui uno antes.
- Claro, cómo olvidarlo.
- Bueno, me voy. Saluda a Bonnie de mi parte cuando despierte.
- OK. Adiós.
Escuché el ruido de la puerta cerrarse y pasos acercándose a mí. Intenté abrir los ojos, con la esperanza de estar viva. Y por suerte, mi "sueño" se cumplió.
Estaba acostada para un costado, de espaldas a la puerta de la habitación. Era grande, en ella había dos puertas. En una de ellas alcancé a ver un cartel que decía "Baño" y en la otra, decía "Armario". ¿Dónde me encontraba? Tal vez
- Al fin despiertas -escuché una voz hermosa, que me sacó del hilo de mis pensamientos. Me senté rápido, y eso me hizo marear. Ignoré eso y miré al lugar de donde provenía esa voz, y me encontré con un ángel
- ¡Alec! -grité sorprendida. Mi corazón latió muy rápido, y empecé a hiperventilar.
- Tranquila Bonnie -se acercó y se sentó a mi lado. ¿Cómo me iba a tranquilizar teniéndolo tan cerca?
- ¿Dónde estoy?
- En mi
casa.
- ¿Esto es tu casa? -no podía creer que una de las habitaciones de su casa sea así de grandes.
- Sí
-dijo un poco dudoso. Luego, recordé algo.
- ¿Dónde está Aimeé? -le pregunté mirándolo a los ojos. Él color bordo de sus ojos era más oscuro que antes, y eso me asustó.
- Tranquila, Bonnie -me tranquilizó frustrado -. Ella está con Demetri y otros
familiares.
Moví mi pié izquierdo para estar más cómoda y sentí un dolor punzante. Gemí.
- Uh, Bonnie, ten cuidado con tu pié. Te cortaste ahí y te pusieron puntos.
- ¿Cuándo me
-empecé, pero unos recuerdos vinieron a mí. Yo en el piso, Aimeé gritándome, todo negro
-. Ahí dios
-susurré. Alec parecía tenso a mi lado.
- ¿Tienes hambre? -preguntó, pero parecía que quería cambiar de tema.
- La verdad, es que sí -contesté parándome con cuidado. Alec posó una mano en mi pecho, empujándome levemente hacia la cama de vuelta. Mi corazón latió muy rápido.
- Yo te traigo comida, no te levantes.
- Pero quiero caminar
-protesté poniendo mi mejor puchero. Alec me miró por un tiempo, con una expresión que no supe descifrar. ¿Por qué me costará tanto leerle los ojos? Quería gritar de frustración, pero me contuve.
- Está bien, pero deja que te ayude.
- No, yo puedo sola. No soy un bebé.
- Lo pareces -re rió. No le presté atención a su pequeña broma, muchos me decían bebé por mis cachetes. Solo pude escuchar su risa. Era hermosa, como las campanas. La segunda vez que la escucho, pero esta parecía más real que la anterior.
Sacudí mi cabeza, totalmente deslumbrada, e intenté pararme. Alec puso una mano en mi cintura, y mi corazón latió alocado de nuevo. Di un paso con mi pié izquierdo, que estaba vendado. Me dolía el talón, así que decidí caminar en puntitas. A pesar te todo, no podía superar la altura de Alec. Puse una mano en so hombro, para tener apoyo. Todo esto me parecía muy exagerado, pero me gustaba que él me tocara.
- Sabes que esto no es necesario -protesté.
- Perdón, pero el Dr. Cullen me dio órdenes de cuidarte, ya que eres muy torpe -se rió otra vez, de mí. Le dediqué una mueca -. Ah, te envía saludos.
- ¿Carlisle? -pregunté, pero me arrepentí.
- ¿Cómo sabes su nombre? -me miró confundido.
- Es que
desperté antes de que se valla, y lo escuché. Descuida, yo puedo limpiarme la herida. No te atormentes.
Alec sonrió. No me di cuenta de que ya habíamos llegado a un living, si eso era, muy grande. Tres hombres estaban sentados en tronos. El del medio habló.
- Hola Alec, que sorpresa verte aquí con ella -dijo con una voz igual de cantinaria, pero su aspecto daba miedo. El pelo era negro, al igual que si vestimenta, y sus ojos rojos.
- Maestro, solo pasaba a darle algo de comer.
- Pequeña, ¿Cómo te sientes?
- Disculpe, ¿Cómo se llama?
- Oh, lo siento. Yo soy Aro, el es Marco -señaló a un rubio con cara de aburrido y ojos de igual color que Aro, Alec y Demetri. Estaba sentado a su derecha -, y el es Cayo -señaló al de su izquierda. Éste tenía pelo castaño, y me miraba de una forma furtiva. Me estremecí, y Alec lo notó, pero no dijo nada. Solo me pasó la mano por la espalda. ¡Dios, era hermoso! -. Ahora, ¿Cómo estas? -preguntó con amabilidad.
- Bien Aro. Tengo hambre, señor.
- Bueno, ve a la cocina. Allí está tu amiga -sonreí alegremente al saber que ella estaba bien.
- Gracias, señor. Vamos Alec.
- Con su permiso -le dijo a Aro.
- Ve Alec.
Él empezó a avanzar, casi me arrastraba. Yo me había quedado mirando fijamente a Cayo, que pareciera que sin ni siquiera conocerme me odiaba ya. Lo seguí dando saltitos con el pié derecho, para forzar el izquierdo, y cuando estuvimos lo bastante lejos para que no escucharan, le pregunté:
- ¿Por qué lo tratas de ese modo?
Alec me miró confuso.
- ¿Cómo?
- Claro, de forma tan respetuosa. Parecen viejos, esos que si no respetabas al rey morías -Alec rió ante mi comentario, pero noté lo nervioso que estaba. En ese momento recordé algo -. Oh, lo siento. "La curiosidad mata".
Alec paró de reír, y habló muy serio.
- Bonnie, déjame disculparme por el comportamiento de ayer. Estaba enfadado de antes, y su repentina aparición me puso peor.
- Perón. Para, para. ¿Dijiste ayer?
- Sí, ayer te caíste. Estuviste toda la noche dormida.
- ¡Hay no! ¡Alec, deberíamos estar ya en la escuela!
- Tranquila, llamamos ayer para avisar que tuvieron un accidente menor. Dijeron que estaba todo bien, querían verlas, pero dijimos que era mejor que no.
- Ah, bueno.
En eso escuché una voz, que me llenó de alegría.
- ¿De enserio? No tenía ni idea
- ¡Aimeé! -grité. Me solté de Alec y corrí como pude hacia una puerta, de donde provenía la voz. La abrí, y me encontré a Aimeé con Demetri y una chica con cabellos color caoba. Sus ojos eran violetas. ¿Es que acá tener los ojos violetas o rojos era normal?
- Hola, tu eres
-le dije a la chica de cabellos rubios.
- Heidi, Heidi Vulturi. Un gusto. Tú eres Bonnie ¿Cierto?
- Sí
- Hola Alec, no te había visto.
- Pero me sentiste.
- Obvio -dijo encogiéndose de hombros y sonriendo.
- Ven Bonnie, siéntate aquí -Aimeé me ofreció un lugar alado suyo. Me dirigí hacia allí y Alec se sentó alado mío.
Hablamos de un montón de cosas, Heidi era igual a mí. Le gustaban las compras, cada tanto se reía de las desgracias ajenas, entre otras cosas.
Aimeé también se llevaba muy bien con Heidi, iban a ser muy grandes amigas.
En un momento de la conversación, me enteré que Alec tenía una hermana gemela. No dejé de insistirle que quería conocerla.
Saqué el tema del color de ojos, y en eso Aimeé me miró preocupada. Sabía que ocultaba algo, así que me disculpé para ir al baño y le hice señas a mi amiga para que me siguiera. Ya estando en un lugar alejado, me di vuelta.
- ¿Qué ocultas Aimeé?
- Bonnie
Si te lo cuento, no me creerás.
- Si te creeré. Dale, cuenta.
- Bueno
LA REALIDAD, LA CRUEL REALIDAD
(POV AIMEÉ)
No sabía si podía contarle esto a Bonnie, probablemente no me creería. Pero tenia que hacerlo, es algo que necesitaba decirle.
Al parecer, por lo menos, no nos matarán, por ahora.
El tipo de pelo blanco, Cayo, me lanzaba muchas miradas asesinas. Parecía que me odiaba.
Pero, vamos, si ni me conocia, ¿Cómo es que me iba a odiar?
Bien, era momento de decirle a Bonnie.
Bonnie se disculpo para ir al baño, y me hizo señas para que la siguiera. Era momento de decirle todo.
Ya estando en un poco lejos, ella se volteó.
- ¿Qué ocultas Aimeé?
- Bonnie
Si te lo cuento, no me creerás.
- Si te creeré. Dale, cuenta.
- Bueno
- ¿Si? ¡Dímelo Aimeé!
- Esta bien. - no sabía porque. Intentaba hacer esta conversación mas difícil, para que mi amiga se preparara, pero no sabia porque, pero le tenía que decir. Era algo involuntario. - Ellos son vampiros - hasta yo me sorprendí con mi respuesta tan directa.
- ¿Qué? - Preguntó - ¿Vampiros? ¡Debes estar bromeando!
- Bueno, es algo que no podía ocultar.
- Pero
¿Cómo te enteraste? ¿Acaso ellos te lo dijeron?
- No, ¿Recuerdas aquel libro que leímos acerca de vampiros?
- Aimeé, ¡hemos leído cientos de libros! ¿A cual te refieres?
- Recuerdas
aquel, el primero que leímos juntas.
- El de ¿"Criaturas Mitológicas"?
- Ese.
- Pero
Aimeé, ¿Nunca leíste lo que le ocurrió al autor?
- Si, lo se. Murió de una causa muy extraña.
- Exacto. Lo mas seguro es que el fuera un loco que se asesino solo, haciéndolo un poco extraño, solo para llamar la atención.
- ¿A, si? ¿Y si hubieran sido vampiros los que acabaron con el?
- Vimos una foto que habían subido al Internet de ese tipo cuando lo encontraron muerto. No habia cortes, ni nada por el estilo. ¡Eso no fue cosa de vampiros!
- Si, Pero ¿Cómo sabemos que no se murió del susto, cuando alguna criatura mitológica lo visito?
- Eso no tiene sentido Aimeé.
- Claro que lo tiene, ¿O no te acuerdas de las características que mencionan en el libro?
- Si me acuerdo.
- Bien, haz un recuento
- Lo primero, es la belleza sobrehumana.
- Si, ¿No viste a todos? Demetri, Alec, Heidi
Todos ellos son hermosos. Casi parecen ángeles. Tanta belleza en un solo lugar no es coincidencia.
- Bueno, te doy ese punto a favor
Lo segundo son los ojos. Los tienen rojos, pero cuando ven, piensan o huelen la sangre se les ponen negros.
- Al principio los tenían rojos, y no me digas que no te diste cuenta que cuando te cortaste, que Alec y Demetri tenían los ojos de color negro.
- Bien, te doy otro punto. Lo tercero es
Rapidez y fuerza sobrehumana.
- Si, Alec te estaba cargando y estaba trotando contigo, no me digas que muchos muchachos, por muy fuertes que parezcan pueden hacer eso, porque no pueden, y aparte, decia algo sobre una familia italiana, parecida a la realeza.
- Un momento
¿Estas insinuando que ellos
?
- ¿
Son esa familia? - terminé la pregunta por mi amiga. Y si, estaba casi segura de que ellos pertenecían a esa familia que hablaba el autor del libro.
- ¿Estas loca? Bueno, llevamos tres puntos, pero falta el último. Ellos no brillan.
- No los hemos visto bajo el sol.
- Un momento
"Hay mucho sol"
- ¿Que? - dije sin comprender.
- Bueno, ayer que estábamos hablando, le pregunté a Alec acerca de si les gustaba usar capas, el me dijo
Que a su padre no le gustaban los colores claros, y que había mucho sol.
- ¿Lo vez? ¡Ellos son vampiros! No pueden ir a lugares soleados porque los descubrirían.
- Quizá tengas razón, pero ellos no son malos.
- Eso no lo sabemos.
- Bueno, me han curado y
Alec no parece malo.
- Demetri tampoco, pero recuerda: "Las apariencias engañan".
- Entonces
¿Qué hacemos?
- ¿Perdidas? - preguntó una voz detrás de nosotros. Era una voz femenina, sin embargo, como todos en éste castillo (Excepto nosotras) Su voz sonaba como campanas, pero en el habia un atisbo de desconfianza.
- Nosotras
- comenzó Bonnie
-
Ya saben la verdad. Creo que en ese libro debieron decir algo acerca de nuestros desarrollados sentidos del olfato, vista, tacto, oído y gusto. - dijo mirando a Bonnie con sus ojos
negros.
Ella se veía como una niña, sin embargo, podría jurar que tenía la misma edad que Alec. Incluso
Podría hacerse pasar por la hermana gemela de él. Las únicas diferencias que le notaba a ella de el eran sus labios, ella los tenia mas carnosos que el. Y su cabello, ella lo tenia casi rubio, y Alec lo tenía mas oscuro, como café.
¿Acaso era ella la hermana gemela de Alec?
- ¿Porqué me vez así? - preguntó mi amiga, temerosa.
- Nosotros somos esa familia - admitió sonriendo - y, como a toda realeza, no nos llaman así solo por que queramos. Nosotros
Solo tenemos una ley: Guarda el secreto. ¿Por qué crees que el autor de ese libro murió? Algunos vampiros se mostraron, ellos no guardaron el secreto, el no guardo el secreto. Ahora todos ellos están muertos.
Yo estaba temblando, y con seguridad, sin ver a mi amiga ni nada, ella también estaba temblando.
- ¿Qué nos vas a hacer? - pregunté
- ¿Qué otra cosa? Ustedes saben todo acerca de nosotros. No pueden seguir viviendo.
Yo ya estaba esperando a que se abalanzara hacia nosotras y que nos matara de una buena vez.
Recordé a mi familia, a mis amigos, pensé que hubiera sido mejor que no le hubiera dicho a Bonnie que siguiéramos a esos desconocidos.
Pero de pronto, supe que no era verdad.
Habia conocido a Demetri. Que era lo único que importaba ahora. Recordé su cara, sus ojos, aunque solo lo hubiera conocido hacía un dia, me parecía que podía morir tranquila, ya que había conocido a la persona por la que hubiera dado la vida.
Y ahí estábamos las dos, muertas de miedo, esperando la muerte.
Tenía los ojos cerrados, pero podría apostar a que ella tenía todavía la sonrisa en su boca.
- ¡Jane! - gritó una voz masculina que no reconocí.
- Félix - saludó Jane.
- ¿Qué crees que haces? ¿Acaso no son ellas las invitadas de Alec y Demetri?
- Saben del secreto
- ¿Quién les dijo?
- Al parecer leyeron el libro de una persona de la que nos encargamos hace poco.
¿Hace poco? Que yo supiera, ese autor habia muerto hace unos 100 años.
- ¿A, si?
- Si. Pero, para que veas que soy buena, te daré a una. ¿Cuál quieres?
- La de la derecha.
Bueno, yo era la de la derecha.
Espero morir rápido, sin ninguna clase de juegos.
- ¿Comenzamos?
- Primero las damas.
- ¡Que amable Félix!
Miré por el rabillo del ojo a Félix.
Era de complexión fuerte, parecía de esos deportistas que levantan pesas y que se ven muy fuertes.
En eso, el tal Félix, y Jane nos aventaron hacia la pared.
Ambas gritamos. Pero eso no era lo que me preocupaba, me preocupaba por Bonnie, ella acababa de recuperarse, no del todo, pero estaba en proceso de recuperación. Bueno, si nos van a matar, no creo que nos tengamos que preocupar por las heridas, pero creía que era culpable de todo lo que estaba pasando porque yo fui la que le dijo que persiguiéramos a Alec y Demetri. Así que yo era la culpable de todo, culpable de que los siguiéramos, culpable de que en este mismo instante nos estuvieran a punto de matar.
Cerré mis ojos, para no ver lo que se avecinaba.
Otra vez me empujo el tal Félix, y sentí un agudo dolor en mi brazo. Seguramente me había cortado con un vidrio.
¡Pero si estaba sangrando! ¡Y a chorros!
Sentí que alguien empezó a succionar mi sangre y volví a abrir mis ojos.
Era Félix quien me estaba succionando la sangre.
Sentía cada vez que mi sangre se estaba agotando, lentamente. No sentía mucho dolor, solo el corte que me habia hecho Félix al empujarme. Vi hacia un lado, y vi que Jane estaba "jugando con la comida". Por lo mientras, Bonnie estaba a salvo, pero cuando la vi, ella me estaba mirando con los ojos fuera de orbita.
La miré y le sonreí. No quería que se preocupara por mí.
Estaba a punto de respirar por última vez, cuando
- ¡JANE! - gritó Alec
- ¡FÉLIX! - gritó Demetri
- ¿Qué ocurre? - Preguntó Félix, alejándose de mi herida y de mi sangre - ¿Las quieren compartir?
- ¡Pero que cosas se te ocurren! No, claro que no - volví a abrir los ojos y vi a la perfección hecha humano a unos pasos de mí.
- ¿Por qué están a punto de matarlas? - pregunto Alec.
- ¡Aimeé! - gritó Demetri.
Él empujó a Félix y se puso junto a mí.
- ¿Te mordió? - me preguntó muy preocupado
Yo negué con la cabeza. No me quedaban fuerzas para más.
- ¡Demetri! - Gritó Alec - si quieres que viva la tenemos que llevar al hospital, ya no esta Carlisle, ¿O si?
- Yo
no se que hacer - dijo Demetri desesperado.
- ¿Por qué las protegen? - Preguntó Jane - ¡Saben el secreto!
- ¡Jane! - la regañó su hermano. - ¿Cómo puedes ser así?
- Alec. - dijo Demetri - ¡Ayúdame!
Vi a Alec, que me miró fijamente.
Después de medio minuto, no sentí nada, simplemente veía todo negro, no sentía el dolor de mi brazo. No sentía nada.
Sin embargo, sabía que no estaba muerta. Ni desmayada. Sabia que estaba viva.
Pero
¿Como?
POV Bonnie
Dios mío, Dios mío, esto no puede estar pasando
Aimeé, tirada en el piso, tan
tranquila. Felix, ese fue el que le hizo eso. Y Jane, que creía reconocer como la hermana de Alec, me iba a matar a mí
- ¡Aimeé! -grité -. No, no. ¿Está bien? -y luego empecé a murmurar cosas sinsentido, que ni siquiera yo entendía.
- Tranquila Bonnie, ella va a estar bien -me tranquilizó Alec -. Demetri, llevémosla ya al hospital.
Demetri la levantó y empezó a correr. Para, ¿Dije correr? No, no estaba corriendo. Estaba volando casi. Me parece que Demetri no tiene intenciones de ocultar su verdadera identidad. Y yo no tenía ni idea de cómo seguirle.
- Bonnie, súbete a mi espalda -dijo Alec como si me hubiera leído la mente.
- ¿Qué?
- Que te subas a mi espalda. Dale, hazlo -repitió dándose vuelta.
Yo le hice caso, pero estaba temblando, y no me pude sostener bien. Él me agarró las piernas para que no me caiga y yo enrosqué mis brazos alrededor de su cuello. Si hubiera sido humano lo hubiera ahorcado. Luego, empezó a correr muy rápido. Estábamos viajando a velocidad vampírica, podría decir.
- ¿Alec? -lo llamé.
- ¿Sí?
- Tú eres
un
¿Vampiro?
Alec suspiró.
- Al parecer, no tienes tanto miedo como aparentas. Si no, ahora estarías huyendo de mí, y no encima mío.
- ¿Me matarás luego?
Alec dio vuelta la cabeza, y me miró de soslayo. En ese momento ya estábamos en el bosque, y yo tenía miedo de que chocáramos contra un árbol.
- ¿Por qué haría eso?
- Por que sé el secreto. Mira
lo siento. No era mi intención causarles tantos problemas. Primero, yo y mis torpes pies. Después, ese tal Felix y la tal Jane nos quieren matar. ¿Qué más? Ah si, por poco me olvido. Nos dedicamos a ser espías, y al final estábamos siguiendo a la realeza.
Alec rió por la última oración.
- Yo también me tengo que disculpar. Pero no ahora. Ya estamos en la cuidad. Bájate.
Alec empezó a disminuir la velocidad y cuando al fin se detuvo, me bajé. En ese momento recordé por qué estábamos acá. Por Aimeé.
Desesperada por la salud de mi amiga agarré la mano de Alec y lo empecé a jalar.
- Tranquila Bonnie. El hospital no está muy lejos de aquí. Demetri ya habrá llegado.
- Pero Alec, necesito verla. Saber cómo está. ¿La mordió?
- No.
- Vamos. ¿Dónde queda el hospital?
No me había dado cuenta que le había soltado la mano, pero el me la volvió a agarrar. Ahí fue cuando sentí lo frío que estaba. Él empezó a caminar por la calle. Era tarde, el sol ya se había ocultado.
- Alec, estas frío -él rió -. ¿Y por qué no pueden salir al sol? ¿Por el brillo, tal vez?
- Sí.
- ¿Podes ser un poco más comunicativo?
Él bajó la cabeza para mirarme a los ojos, que nuevamente estaban negros. Antes de que pueda decir algo yo le volví a hablar:
- ¿Jane es tu hermana?
- Sabes, no sé cómo quieres que te hable si lo único que haces es preguntar y preguntar -sonrió, pero luego se puso serio -. Sí, ella es mi hermana. ¿Ahora entiendes por qué no quise presentarte con ella? -asentí con la cabeza -. Bueno, solo tú puedes encontrarte con ella en un lugar tan grande -se rió.
- ¿Es que no hay una persona en este mundo que no se reía de mi mala suerte?
Rió aún más. Le pegué en el hombro, y como si fuera inevitable, me tropecé con una baldosa floja. Él me sostuvo, pero empecé a sentir dolor en el pié.
- ¿No ves? No puedes ni caminar una cuadra que ya te estás cayendo. Ahí está el hospital -señaló un gran edificio blanco con puertas de vidrio. Cruzamos la calle y entramos, con varias miradas de chicas puestas en Alec. Gruñí, no quería que lo miraran, y no sabía por qué. Alec se dio cuenta y rió, pero no dijo ningún comentario. No estaba preocupado, ¿Por qué? Por que recién me acabo de dar cuenta de que estábamos agarrados de la mano, y parecíamos una pareja.
Alec no parecía dudar de dónde estábamos yendo, pero después de subir unos cuantos pisos encontramos a Demetri sentado en una de las sillas que habían. Nos acercamos a él y yo hablé primero, dejando a Alec con las palabras en la boca.
- ¿Está bien Aimeé?
Demetri me miró con la preocupación marcada en sus ojos.
- Lo único que me dijeron es que no estaba muy grave, que seguro que hoy o mañana se va. Pero por lo que escucho, le están haciendo una transfusión de sangre. Alec -dijo dirigiéndole una mirada -, debo salir de acá.
- Yo también.
- Alec
-dije asustada. No quería alejarme de él, pero si lo acompañaba afuera, dejaríamos a Aimeé sola acá. Mi voz temblaba.
Él me miró dolido. ¿Le daría pena? Tal vez.
- Demetri, me quedo -dijo decidido.
- ¿Vas a poder
?
- Sí, puedo.
- Bueno, espero noticias. Cuídala -le dijo a Alec señalándome.
- Claro -sonrió. Luego, Demetri desapareció por la puerta -. Siéntate -me ordenó Alec. Le hice caso.
Alec se sentó en la silla que estaba alado mío. Yo me estaba abrazando a mi misma, tenía frío. Solo tenía puesto un fino sweater azul oscuro y unas bermudas de jeans. Sentí algo pesado en mi espalda, pero estaba frío. Temblé un poco, hasta que me acostumbré. ¿Quién me había puesto eso? Di vuelta la cabeza y vi que Alec ya no llevaba puesto su tapado negro, y lo tenía yo. Él vestía una camisa bordo y unos pantalones negros. Le quedaba lindo, muy lindo.
Alec me devolvió la mirada, y esta vez lo que vi en sus ojos fueron sentimientos hermosos. Había amor, cariño y alegría mezclada con tristeza. En un gesto inesperado, empezó a acariciarme el pelo, sin quitar sus ojos de los míos. Tan cómoda me sentía que cerré mis ojos de placer, y de cansancio
Hasta que a mi estómago se le ocurrió molestar.
- No comiste nada en la cocina, ¿No? -preguntó Alec.
- No -respondí mientras abría mis ojos.
- Te voy a buscar algo de comida. Tú te quedas aquí y no te muevas. Si hay problemas, solo grita y si hay noticias, llámame.
- Pareces mi madre -bromeé mientras me reía. Se carcajeó.
- Bueno, a ti hay que cuidarte mucho -y dicho eso se levantó y se fue.
Lo observé alejarse, con su gracia al andar. No, el no podía ser un vampiro, un ser tan bueno como el, no. Sin su compañía no había nada que me distrajera de recordar lo sucedido. Recordar, recordar a Felix cortándole la muñeca a Aimeé, y ver su sangre brotar. Recordar a Felix succionándole la sangre. Y recordar a Jane, jugando conmigo como yo jugaba con la comida cuando era chica. Todo eso sumado era igual a una Bonnie atemorizada, punto de tener un problema psicológico. No me di cuenta de que temblaba, hasta que escuché mis dientes chocar.
Ya no tenía sueño, no quería cerrar mis párpados por el miedo de tener pesadillas. Necesitaba a Alec. ¿Dónde estará? A si, él está buscando comida para mí. ¿Por qué el era tan bueno conmigo? ¿Al igual que Demetri con Aimeé? Como pensé antes, tal vez le daremos pena. Dos chicas de intercambio persiguen a dos vampiros de quien sabe cuantos años. Éstos las llevan a su castillo, por la torpeza de una de las chicas. La hermana de un vampiro y su amigo nos quieren matar por saber un secreto
Ni yo me lo creo. Ya nos hubieran matado, pero no lo hicieron. Todo al contrario, nos ayudaron.
Pero ahora
¿Qué pasará con la esuela? Faltamos el primer día, eso da una mala impresión. ¿Qué pasa si no nos aceptan? Nos tendremos que ir, volver a la vida normal, o casi normal desde ahora. No creo que pueda regresar y ser como antes sabiendo que dos vampiros sádicos pueden matarnos por saber su secreto. Eso nos lleva de vuelta a Alec, y Demetri.
Si no hubiéramos sido tan ingenuas, no estaríamos acá. Como había dicho Alec, la curiosidad mata. Me parece que esa frase la voy a tener en mi mente por toda mi vida.
De repente, siento dos brazos fríos rodearme por la espalda, y supe rápidamente que era Alec.
- Tranquila Bonnie. Todo está bien -me susurraba. Mi única reacción fueron mis latidos, que se aceleraron con solo pensar lo cerca que Alec estaba de mí.
- Disculpe, ¿Ustedes son la familia de la señorita Aimeé? -dijo una voz masculina. Supe que era un médico con solo mirar la bata blanca que tenía puesta. Era viejo, tal vez de sesenta años.
- No, somos amigos -respondió Alec.
- ¿Y sabe donde está la familia?
Esta vez fui yo la que respondió:
- Yo estoy con ella. Somos alumnas de intercambio.
- ¡Ah! -dijo sonriendo. No lo entendía -. Ustedes son las famosas chicas de intercambio. Las que recién llegaron y ya tuvieron un accidente.
Alec rió ante tal comentario. Yo le mandé una mirada furibunda.
- Si, somos ellas.
- Bueno, Aimeé está bien. Tal vez mañana se puedan ir, ella está durmiendo, cosa que parece que ustedes también tendrán que hacer.
- Si, bueno. Gracias -le sonreí.
- De nada y buenas noches.
El médico se alejó, y yo lo único que pude hacer fue recostarme en el hombro de Alec y cerrar los ojos. Estaba tan cansada que con solo hacer eso ya me sumí en un profundo sueño
LA VOTACIÓN + LOS DONES = SALVADAS
(POV AIMEÉ)
Desperté sobresaltada.
Miré las ventanas y vi la oscuridad.
Recordé todo de un golpe.
Demetri. Era el nombre de mi salvador.
Volví a dormir, lo soñé.
- Demetri - dije sonriente entre sueños.
Escuche una risa que sonaba detrás de mí. Me volteé y vi la figura que estaba ahí.
Mire a Demetri, y pensé que mis sueños no le hacían justicia. El era muy hermoso.
Un ángel.
Mi ángel.
- ¿Qué es tan gracioso? - dije haciendo una mueca por el dolor que tenia en mi brazo.
- Nada Aimeé. Duérmete.
- ¿Cómo quieres que duerma mientras un vampiro me esta observando? A parte, es muy tarde, deberías dormir.
- Yo
no duermo.
- Oh. - tenia muchas preguntas que hacerle.
- Se lo que piensas - dijo sonriente - te contestaré todo lo que quieras, solo descansa un poco. Mañana te diré todo.
- Que ¿Lees mentes? - dije bromeando
- No, puedo hacer otra cosa. Pero conozco a dos personas que si.
- ¿A si? ¿Qué puedes hacer tú?
- Puedo
Encontrar a cualquier persona en cualquier lugar. No quiero presumir, pero podemos decir que soy el mejor rastreador del mundo.
- ¿Si? - dije sorprendida
- Si, pero ya fue suficiente por hoy. Mañana te contesto todas las dudas que tengas.
- Pero mañana tengo escuela.
- Si, dicen que estarás bien para mañana. Creo que tendrás que ir.
- ¿Me prometes que no te desaparecerás?
- Te prometo
que estaré junto a ti hasta cuando tú quieras.
Sonreí y estuve a punto de dormir, cuando recordé algo.
- ¿Me podrías contestar una última pregunta?
- Claro
- ¿Te quedaras aquí toda la noche?
- Si es lo que tú quieres
- Si. Quédate.
- Bueno, haré un esfuerzo - dijo. Sabía que estaba bromeando, pero me gustaría saber porque.
- ¿Por qué lo dices?
- Es que te hicieron una transfusión. He de decir que antes olías delicioso, pero ahora
Espero que cambie el olor después de unos dias. No aguanto un olor así.
- Lo siento - sabia que eso no era simplemente por mi transfusión, era por mi torpeza, mi curiosidad
Todo.
El se sentó en la cama.
- No tienes que lamentar nada
Aimeé
Yo
- ¿Si?
- Nada, no me hagas mucho caso.
Sonreí
Nos miramos a los ojos hasta que el cansancio me hizo dormirme.
(EL SIGUIENTE DÍA)
Este dia fue algo
normal.
No sentía que pudiera encajar en una vida tan cotidiana como siempre. Simplemente no podía. Tal vez, después de todo me acostumbraría a lo sobrenatural, pero no podía acostumbrarme a lo normal.
Bonnie me dijo que Alec le había indicado que nos viéramos en el mismo lugar donde los perseguimos, solo que no nos internáramos en el bosque, porque podríamos perdernos.
- Creo que ya tienen la impresión de que somos torpes - dijo Bonnie, poniendo los ojos en blanco.
- ¿Y no lo somos? - le contesté sonriente
- Vale, si lo somos. Pero no me gusta que el me trate como una bebe.
- Bueno, a mi Demetri me trata igual, y no me quejo.
- Y
¿Ayer de que hablaron?
- ¿Cómo
?
- Alec me dijo que Demetri pasaría la noche contigo, cuidándote.
- ¿Por qué? ¿Pensabas en quedarte a dormir en el hospital?
- La verdad es que si, incluso ya estaba dormida, pero Alec me despertó y dijo eso y me llevo a la casa que la escuela rentó para nosotras.
- Si, lo bueno es que no se enojaron con nosotras por ello.
- Si
¿Te sigue doliendo el brazo?
- No mucho, lo que me da mas es comezón, otra cosa buena es que me pusieron yeso.
- Si. Y a mi las muletas. Solo son por unos dias, pero me hartan un poco. Pero es para algo bueno, así que
No pudo terminar la frase, ya que teníamos que entrar a clases.
Al llegar al bosque estábamos más animadas. ¡Veríamos a Demetri y a Alec!
Ambos estaban ahí, como dioses griegos, parados y esperándonos
Estaban un poco serios. ¿Por qué será?
- Aro
Quiere hablar con ustedes - dijo Demetri con un poco de odio en la voz.
- ¿Por qué? - pregunté asustada. No me había espantado por Aro, si no por su tono de voz.
- Lo siento, no estoy enojado contigo, si no con Félix
-
Y Aftón - dijo Alec enojado.
- ¿Aftón? - pregunto Bonnie
- Es el amigo de Alec - explicó Demetri - pero hay algunos
digamos que han puesto su
- Nuestro
- dijimos al unísono Bonnie y yo.
- Su vida y su inmortalidad - dijo Alec. - ¿si saben que los vampiros son inmortales?
- Lo sospechábamos - dijo Bonnie. Eso lo habíamos discutido en la escuela.
- Bien. ¿Qué les parece si les explicamos mientras vamos hacia allá? No te preocupes - dijo Alec sonriéndole a Bonnie - yo te sujetare, no te vayas a caer
Otra vez.
Ella le hizo su mejor puchero, con lo que Alec empezo a reír.
- Bien, explícate - le dije impaciente a Demetri.
- Aro, Marco y Cayo han hecho una reunión hoy, para hacer una votación para convertirlas.
- ¿Convertirnos? - dijo Bonnie sin entender
- En vampiros. Un vampiro puede convertir a un humano en su semejante
Mordiéndolo.
- ¿Por eso era que estabas preocupado por si Félix me mordió?
Demetri asintió.
- Nosotros tenemos ponzoña, o sea veneno. Si nosotros mordemos a una persona, el veneno se expande por todo el cuerpo hasta llegar al corazón. Pero, claro, es un proceso doloroso para ambas partes.
- ¿Cómo es eso? - pregunté
- Los vampiros - dijo Alec - porque parar de beber la sangre humana es casi imposible, así que si esa persona le importa mucho al vampiro. Y termina por matarle
- Es horrible, pero no entiendo porque también para el humano.
- Es que cuando la ponzoña se expande, es como si un millón de carbones estuvieran encendidos debajo de ti, y lo sientes durante tres dias, pero el proceso se hace cada vez más doloroso.
- ¿Y Que decidieron? - preguntó Bonnie
- No lo hemos decidido, les pedimos
esperar hasta que ustedes estuvieran ahí.
- Y ¿Por qué están enojados con Félix y con Aftón? - pregunte
- Es que ellos
Creen que ustedes nos harán perder el tiempo, desconfían de ustedes. Eso llego a una enorme discusión. En la que nadie salió ganando.
- Oh
El resto del viaje lo hicimos en silencio, ellos tal vez por su enojo, pero nosotras porque estábamos nerviosas. Si que la curiosidad mata. Estaban a punto de decidir si nos convertíamos en algo sobrenatural.
Bueno, eso significaría tener a Demetri por toda la eternidad, ¿No?
De cualquier manera estaba muy nerviosa.
Al llegar al túnel subterráneo, Demetri me cargó. Alec hizo lo mismo con Bonnie.
Nos dejaron en el suelo al pasar esa cueva y dejarnos en la sala donde estaban Aro, Marco y Cayo.
- Bien, ahora haremos la votación. Demetri, Alec ¿Les contaron a nuestras invitadas lo que ocurrirá?
- Si maestro - contesto Demetri
Bonnie y yo vimos hacia donde se habían ido ellos, ya que nos dejaron solas, en medio de la sala.
Observamos que Alec estaba junto a su hermana. Esta le sonrió a Bonnie con cara de culpabilidad.
Vi hacia el otro lado, y vi a Félix y a un muchacho de la edad de Demetri, mas o menos. Yo lo reconocí como Aftón.
- Primero, tenemos que ver en que condiciones se enteraron. ¿Aimeé? Tengo entendido que eres la primera que se enteró.
- Si señor.
- ¿Me podrías decir como?
- Yo
Recordé lo que decia un libro que habia leído hace tiempo, recordé las características que decia acerca de los vampiros y vi en Demetri y Alec esas características.
- Bien, bien. ¿Bonnie?
- Yo
- me miró un poco inquieta. - Aimeé. - me pidió ayuda. Y yo sabía porque. Si las miradas fueran puñales, ahora estaríamos mas que muertas. El tal Cayo nos miraba con ojos asesinos.
- Yo se lo conté.
- ¿Se lo contaste? ¿Lo hiciste directamente?
- Si, pero yo habia pensado en decírselo mas preparada. Hasta yo me sorprendí con mi respuesta tan directa - comencé a hablar mas para mi misma - pero fue como si Bonnie me lo hubiera ordenado. Como si yo no la pudiera dejar de desobedecer. Fue algo muy extraño.
- mmm
Creo que eso podría ser
No terminó la frase. No se que ocurrió.
Pero después ya no recordé nada.
Desperté (o eso parecía) y miré hacia Demetri.
Esté me miraba atónito, junto con los otros.
Bonnie me miraba muy preocupada.
- ¿Qué ocurrió? - pregunté confundida
- ¿No lo recuerdas? - preguntó Demetri
- No.
- Me parece Aimeé, que tu y Bonnie tienen dones. Solo que los suyos están muy desarrollados.
- ¿Don? - Pregunté - pero ¡Si no he hecho nada!
- Bueno, lo que ocurre es que te quedaste pasmada, tus ojos se pusieron nublados, casi blancos. Después dibujaste eso - dijo Demetri mostrándome lo que habia hecho yo.
- Bien, no necesitamos de ninguna votación, todo está decidido, las convertiremos, - dijo Aro, dando una palmada como si se hubiera resuelto algo - ¿Dónde creen que sea mejor Alec, Demetri? Porque supongo que ustedes van a ser lo que las conviertan
- NO - gritaron Alec y Demetri al unísono
- Pero
¿Porque?
- No crees que
¿están demasiado pequeñas? - dijo Demetri
- Bueno, quizás tengas razón - dirigiéndose a nosotras - ¿Cuántos años tienen?
- Quince - dijimos al unísono.
No sabía porque, pero era mucho mejor ver en cualquier dirección, excepto en la pintura que realice. ¿Con que la habré hecho?
Creo que una pregunta más adecuada es: ¿Cómo la habré hecho?
- Si, están pequeñas, quizás en un par de años.
¡Pero si esto del intercambio era de un año!
¿Qué haríamos?
¿Esperarnos aquí un año?
Recordé a mis padres, a mis hermanos latosos, que siempre me hacían la vida imposible, mis amigos.
Y sin comprender mucho, pensé en Agustín.
E hice una comparación.
Agustín era todo lo que una muchacha de mi edad hubiera deseado. Era atento, caballeroso, simpático
Hubiéramos acabado bien juntos, y todo eso lo habría hecho, sin tener que despedirme de mis padres, mis amigos, mis hermanos, de todos. Incluso hubiéramos llegado a viejitos juntos, toda una vida junto a el.
Demetri es vampiro, es hermoso, sin embargo, no lo conozco muy bien, y si estoy con el, tendría que despedirme de mi mortalidad, de mis padres, mis hermanos, mis amigos, toda mi familia. Nunca llegaríamos a un punto en el que ambos estuviéramos rodeados de nuestros nietos, no sería una vida juntos, sería una eternidad, aun así, esta eternidad tenía sus sacrificios.
Pero
Me arriesgaría.
Daría todo por Demetri.
Y
no me tendría que preocupar por ello
Por ahora.
De lo único que tendría que preocuparme es de mi escuela y de él.
Por ahora estábamos salvadas.
Por curiosidad miré el cuadro que había pintado
Y me sorprendí mucho.
POV Alec
No, no, no. No voy a dejar que conviertan a Bonnie en un monstruo.
- Emm, señor
No creo que puedan esperar. Nosotras estamos aquí solo un año -dijo Bonnie preocupada.
¡¿Qué?! ¡¿Solo un año?! En un año se iría, a otro país, a otro continente
- Eso adelanta la fecha de transformación -dijo Aro tranquilamente.
- ¡NO! ¡NO LAS TRANSFORMARAN! -gritamos Demetri y yo a la vez.
- ¡Paren! -gritó Aimeé -. ¿Qué significa esto? -dijo señalando el dibujo que había pintado hace unos instantes.
- Parecen ser dos hombres a punto de matar a dos chicas -dijo Demetri.
- Yo me parezco a esa -dijo Bonnie señalando una chica de pelo negro, ojos verdes y piel blanca. Si
eran muy parecidas.
- Y yo a esta -afirmó Aimeé. La del dibujo tenía pelo color café y ondulado, igual que Bonnie. También ojos azules.
- Espera, dos hombres
a punto de matar a dos chicas
-dijo Demetri preocupado. Se notaba su miedo.
- ¡A no, chicas! Ustedes no se alejan de acá -dije decidido.
- Alec -me dijo Aro -, acá están en peligro también. Y luego de lo sucedido -dijo mirando especialmente a Jane y Felix -. Eso me recuerda que les deben una disculpa.
Jane y Felix se acercaron a las chicas con cara de disculpa. Mi hermana habló primero:
- Bonnie, Aimeé, lo siento. No sabía que Alec y Demetri las querían.
- Yo digo lo mismo -declaró Felix. Pero algo que dijo Jane le llamó la atención a Bonnie.
- ¿Nos querían? -me dijo mirándome con cara asustada. Yo no sabía qué decir
- Bonnie, querida. ¿Vienes un momentito? -pidió Aro.
- Claro -dijo y sin dudarlo me acercó.
- ¿Me das tu mano? -preguntó gentilmente tendiéndole la suya.
- ¿Para
?
- Solo dámela.
Bonnie le extendió su mano derecha a Aro, quien la tocó y cerró los ojos. Estuvo así unos diez segundos hasta que sonrió, abrió sus ojos rojos y le soltó la mano. Sabía que le había leído la mente.
- Interesante -murmuró -. Aimeé, ven.
Volvió a su lugar de antes, y vi que su amiga estaba muy preocupada con su dibujo. Demetri ya empujó levemente y ella, desconcentrada, fue hacia Aro. Él le pidió su mano, como hizo con Bonnie, y sonrió cálidamente luego de soltarla.
- Demetri, Alec, llévenlas a su nuevo cuarto.
- ¡¿Qué?! -exclamó Bonnie. ¿Qué le preocuparía?
- Se quedarán acá, chicas. Es preferible que estén con toda la guardia antes que estar desprotegidas.
- Ah -dijo Aimeé -. Pero tenemos una casa que rentó la escuela. Se van a dar cuenta de que no estamos allí. Además, debemos ir a la escuela.
- Eso no hay problema. Los chicos la llevan -dijo señalando a todos los vampiros que estaban allí.
- Bueno, vamos -dije encogiéndome de hombros.
- Esperen -dijo Marco. Me sorprendí de que hablara, nunca lo hacía.
Marco miraba a Aimeé y Bonnie con los ojos abiertos como platos. Nunca lo vi así.
- Chicas, ¿De dónde vienen? -preguntó. Vi que Aro y Cayo estaban igual de sorprendidos.
- De Estados Unidos - respondió Aimeé.
- Son unas chicas muy valientes. Luego quiero hablar con ustedes.
Miré a Bonnie, que miraba a Marco con cara de "este viejo está más loco que yo". Me reí y me puse a su lado en velocidad vampírica. Eso la asustó un poco, eh hizo que me riera aún más. Empecé a caminar hacia su nueva habitación, sin ver si Demetri llevaba a Aimeé allí también.
- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó Bonnie con cara enfadada. Me encantaba verla así, necesitaba tocarla. ¿Y eso? Yo nunca deseé eso, debo de estar loco.
- Tu cara -le dije en broma. Ella puso un puchero. ¡Hay! ¡Esta chica va a matarme!
- ¿Es que soy tan fea? -preguntó teatralmente alargando la palabra "tan". No supe qué contestar a eso. Si le decía que era hermosa, seguro que no se va a querer acercar más a mí. Y si le decía que no era linda, menos.
- Pero si sos linda -no me pude contener.
Bonnie me miró con esos grandes ojos verdes que tanto me gustaban
Me dieron ganas de acercarme y besarla, pero sabía que no lo podía hacer por dos razones: una, soy un vampiro, y si pierdo mi autocontrol, la mato. Y dos, se ella no siente lo mismo por mí, me rechazará.
Pasamos por el pasillo más poblado de antigüedades, y gracias a dios, ella desvió la mirada hacia tales. Miraba mucho las pinturas, se ve que le gustaba pintar.
- ¿Quién lo pintó? -preguntó mirando un cuadro grande. En el, había un hombre rubio, que reconocí como Carlisle.
- Según me dijeron, lo pintó Carlisle. Hace muchos años él formaba parte de nuestro aquelarre, pero se fue diciendo que estaba mal matar humanos y por eso ellos se alimentan de animales -tenía miedo de contarle la historia. ¿Qué pasaba si ella pensaba lo mismo que Carlisle y me llamaba asesino? No podía permanecer lejos de ella, ya no.
- Me parece que piensa mal ese tal Carlisle -eso si me sorprendió -. Si la sangre humana es su alimento, no la va a sustituir por sangre animal por no querer matarnos -me di cuenta que ella se incluyó en los humanos, en la comida
Sería como si yo no quisiera comer vacas por que no las quiero matar. Pero
si no las matamos ¿De qué nos alimentamos? No se puede vivir a vegetal, aunque a mi me gustaría ser vegetariana -continuó.
- ¿De enserio piensas eso? Mira que tú eres una humana, y yo un vampiro -le dije juguetonamente.
- Humm
¿Y qué pasa si la humana le gana al vampiro? -me gustó que siga el juego.
- No creo que pueda -le respondí acorralándola en la pared. La miré intensamente a los ojos. Oh no, me estaba dejando llevar. Si seguía así
- ¿Y por qué dices eso? -preguntó. Se estaba poniendo roja, al ver la cercanía de nuestros rostros. Cada vez era más linda.
Me acerqué a su oído. Mi frío aliento hizo que se estremeciera.
- Dime si puedes contra esto -susurré. Y efectivamente, ella no pudo más y sus rodillas se doblaron. Me encantaba causarle ese efecto en ella. Me reí.
- Vamos, no te querrás desmayar acá -le dije tendiéndole la mano mientras me seguía riendo. Como ella no daba respuesta alguna, solo me miraba fijo, la cargué.
- ¡No! ¡Suéltame! -dijo mientras reía ella también y me daba débiles golpecitos en el hombro. Supe que estaba usando su mayor fuerza -. Bájame, se caminar.
- No creo que puedas después de lo de recién.
Ella dejó de patalear y su rostro quedó rojo como el tomate. Me reí de ella, de nuevo.
La siguiente parte del trayecto fue en silencio, y pude sentir la mirada de Bonnie puesta en mi cara. Cuando llegamos a su nuevo cuarto, ella pensó que la bajaría, y se revolvió un poco, pero no la dejé. Me dedicó un precioso mohín, pero no lo mire por mucho tiempo. Abrí la puerta de su habitación y me dirigí a la cama. La bajé y me senté a su lado. Ella estaba recostada.
- No soy una indiscapacitada -me dijo enfadada. Sonreí.
- Pero ya es una costumbre cargarte.
El corazón de Bonnie, que antes ya latía muy rápido, llegó a caso quinientos latidos por minuto, o tal vez más. Me dio miedo de que sufra un ataque cardíaco. Me reí internamente ante eso.
- Alec -me llamó. Me encantaba como sonaba mi nombre en su voz -, ¿Me ayudarías en hacer la tarea?
Levanté una ceja de pura incredulidad. ¿Es que ella no era una de las más listas?
- Ya sé lo que estarás pensando, pero hacer Matemáticas en italiano es bastante complicado -se notaba que mentía. Tal vez aya engañado a un humano, pero a mi no. Igualmente yo le seguí la corriente, con tal de estar con ella
- Claro -le sonreí, y ella pareció dejar de respirar. Me levanté en busca de su mochila y la llevé a la cama. Ella la abrió y sacó sus carpetas.
- ¿Por qué todo bordó, morado y negro? -pregunté al ver que casi todas sus cosas eran de ese color.
- Me encantan esos colores -me sonrió. Dios, si no la besaba ahora tendría que hacer una fiesta.
En un intento de calmarme le devolví la sonrisa.
- Bien, no entiendo este tema -dijo mirando la carpeta y señalando unas cuantas operaciones.
- Es fácil -claro que era fácil, yo las estudié hace tiempo, pero no me las e olvidado. Le empecé a explicar entre risas y comentarios de Bonnie y míos cada tanto. La verdad, nos la pasamos muy bien, hasta que se hizo muy tarde.
- Debería dejarte dormir -le dije guardando sus cosas. Ella tenía los ojos medio cerrados.
- ¿Y tú no duermes? -dijo entre un bostezo.
- No -le sonreí. Ella abrió los ojos más de lo que los tenía antes.
- ¿Y qué haces entonces? -preguntó con picardía. Sabía que estaba pensando.
- Nada, hasta ahora.
- ¿Y que
? -empezó a preguntar pero yo la interrumpí.
- No preguntes -me reí -. Vamos, ve y cámbiate, yo me voy si quieres.
- ¡No! -dijo rápidamente. Sonreí al ver como se ruborizaba.
- Está bien, te espero acá.
Ella se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Escuché con habría la ducha y se metía. Mejor no pensemos como es desnuda, si no
- ¿Alec? -escuché como me llamaba mi hermana. Me di vuelta.
- ¿Si, Jane?
- Aro quiere hablar con vos.
- ¿Habló también con Demetri?
- Sí.
- Bueno, ahora voy. Espera.
Me acerquen a la puerta del baño.
- ¡Bonnie, me voy un rato y vuelvo después!
- Bueno -pude sentir su vergüenza. Jane rió.
- ¿Ya se volvieron inseparables?
- Cállate Jane -dije y corrí a velocidad vampírica hacia donde estaba Aro.
- ¿Me llamaba maestro?
- Sí, mi querido Alec. Te llamaba para hablar sobre Bonnie.
- ¿Qué quiere decir, señor? -esto me estaba asustando.
- Ven, Alec. Dame tu mano.
- Maestro, usted ya me leyó la mente. Sabe que siento por ella.
- Tú ven.
Le hice caso. Tenía miedo de que echara a las chicas por lo que le hice a Bonnie en el pasillo, pero al ver esa parte Aro sonrió. Luego de un tiempo, me soltó la mano.
- Ya han hecho lazos -me dijo.
- A mí no me gustaría llamarlo de esa forma, maestro.
- ¿Y cómo lo llamarías?
- Amistad, solo amistad. Ella no siente lo mismo por mí.
- ¿Estas seguro?
Tardé un poco en responder.
- Ahora que hace esa pregunta, no tanto.
- Eh escuchado algo que tu amiga dijo. A ella no le molesta nuestra dieta.
- Al parecer, no.
- Piensa como una verdadera cazadora.
- No me gustaría que la llamara así, señor.
- Es su espíritu, Alec. Ella es igual a tu hermana. No le agradan las personas débiles, pero las respeta igual. También es temeraria, si lo podemos llamar así. Ah venido acá, hablado con nosotros, unos de los vampiros más temidos, y lo ah echo bien. Ella tiene nuestro espíritu. Por eso hay que transformarla.
- No es cierto, tu solo quieres su don.
Aro se enojó por eso, pero se calmó.
- Querido Alec, tú me conoces bastante bien, y sabes que no te voy a negar eso -dijo en tono sombrío -, pero imagínate a alguien con ese espíritu en nuestra guardia. Además, podrás estar con ella toda la eternidad.
Excelente, yo lo conocía bien, pero él a mí más. Me atacó en mi punto débil.
- Yo no quiero a ese engendro acá -replicó Cayo. Yo estaba a punto de pegar, estampar contra la pared y cortarlo en pedacitos. No le podía llamar "engendro" a MI Bonnie. Sí, a mí Bonnie. No me había dado cuenta de que Félix me sostenía para no saltar sobre Cayo. Le mostré los dientes gruñéndoles.
- Alec, no hagas algo de lo que después te arrepentirás -dijo Aro intentando tranquilizarme.
- No vuelvas a llamarla así, nunca -dije en tono amenazador. Cayo sonrió.
- Ve Alec, ve con Bonnie. Luego seguiremos -dijo Aro, que parecía un poco desesperado y enojado. Intenté relajarme, aunque no pude por completo, y me dirigí a la habitación de Bonnie. Ella estaba dormida, y Jane la miraba de una forma especial, diría yo. Mi hermana se dio vuelta y me miró con una sonrisa.
- Escúchala -susurró y luego se fue. ¿Qué la escuche? No la entendía.
- Alec -murmuró Bonnie. Oh no, se había despertado. Cuando la vi, ella tenía los ojos cerrados. Estaba hablando en sueños. Sonrió y luego dijo algo que llegó hasta mi frío corazón
- Te quiero
NUNCA CREI AYUDARLE A ALGUIEN QUE INTENTO MATARME
(POV AIMEÉ)
Me dormí, esperando a que Demetri se quedara toda la noche junto a mí, como la otra vez.
Soñé con él. Con su hermoso rostro, con sus ojos tan
hermosos si, se que son rojos, pero no por eso dejan de ser los ojos mas hermosos que haya visto en toda mi vida, incluyen los ojos de Agustín, que aunque tenían un hermoso color azul cielo, no era lo mismo, y no solo por el color, si no, por lo que expresaban.
Al despertar, vi a Demetri, que me miraba fijamente.
- ¿Qué ocurre? - pregunté adormilada.
- Nada
- ¿Nada? ¿Por qué me miras así?
- Yo
¿Tienes hambre? - mmm no me parecía que me ocultara algo. ¿Por qué me miraba tan fijamente?
- solo un poco.
Pensaba en las posibles respuestas cuando me fui a cambiar. Todo esto era muy raro
Salí y Demetri me miraba con
¿Adoración? No lo se. Pero me veía de una manera muy extraña.
Ambos fuimos hacia la cocina.
Estaba Bonnie, Alec y Jane.
- Hola - les saludé a todos.
- Hola - dijeron los tres al unísono.
Comenzamos a platicar de diferentes cosas. Bonnie, Jane y yo platicábamos acerca de música mientras comíamos, los chicos, en cambio, permanecían callados, solo mirándonos. ¿Porque?
En esos momentos me disculpe para ir al baño.
- ¿Quieres que te escolte? - preguntó Demetri, sonriéndome.
- No, gracias, creo que ningún otro vampiro sádico quiere matarme. Con excepción de Cayo, pero creo que no lo hará.
- Cuídate, cualquier cosa gritas. Iremos en cualquier segundo. - no parecía que le hubiera hecho gracia lo de Cayo
- Esta bien.
Me marche hacia donde me habían dicho que estaban los sanitarios. De regreso escuche una voz muy profunda que reconocí como la de Félix, el estaba recitando un poema, intenté no hacer ni un ruido para escuchar mejor.
"Mas hermosa que los mismos ángeles,
Tus ojos violetas no me ayudan en nada,
Eres caprichosa y nos haces responsables
De la desgracia que te sucede, más no sirve de nada.
Siempre te amé
Nunca te lo diré, pues es mi secreto mas preciado
Detestaría un rechazó proveniente de ti, así que nunca lo haré
Con locura te he amado".
Sabía que eso era para Heidi. ¿Qué otra vampiro tiene los ojos violetas?
Estaba esperando la siguiente estrofa, pero sin querer me recargué en un muro de hierro, así que hice un poco de ruido. Félix me descubrió.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó en un tono fiero
- Yo solo
iba al sanitario, y al volver, te escuche. Lo siento
- ¿Por qué no te vas a otro lugar?
Sus ojos destilaban odio y mucho coraje, así que le hice caso y me marché.
Se que me dirás que estoy loca, pero creo que en el fondo
Esta bien, muy, muy, muy en el fondo, Félix es una persona muy comprensible y muy amigable.
Sería bueno ayudarlo si Heidi tambien esta enamorada de el.
Al llegar a la cocina, Demetri, muy preocupado, me preguntó que me habia pasado, que porque habia tardado un poco.
Yo le contesté que porque había caminado un poco despacio, y que los sanitarios estaban un poco lejos.
Esa respuesta no convenció mucho a Demetri.
- ¿Dónde esta Heidi? - pregunté al terminar mi desayuno.
- Esta en su cuarto. ¿Porque?
- Bueno, La considero mi amiga, y no me despedí la última vez que hablamos, ni le he hablado desde que llegue aquí.
- Parecen buenas razones. Ven, te acompaño.
Demetri me acompañó, mirándome con ojos interrogativos, seguramente sabía que algo tramaba.
Lo mire sonriente hasta llegar a la habitación de Heidi.
- Heidi - dijo, tocando la puerta
Ella salió de su habitación, y al verme, sonrió.
- ¡Aimeé! - Dijo sonriente - pasa, tengo que decirte una cosa muy importante.
- ¿La cuidarías un rato? - preguntó Demetri.
Yo me enoje un poco. No era ninguna bebe para que alguien me cuidara.
- Claro, pasa Aimeé.
Entré a su cuarto, y la primera impresión que me dio, fue que estaba en una pasarela, donde se mostraban las nuevas tendencias en ropa y zapatos.
Cuando Heidi decía que le encantaban las compras lo decía enserio.
- ¿De que querías hablarme Heidi?
- No se si decírtelo. Es que
no lo se.
- Mira, tú puedes confiar en mí.
- Lo se, pero
- Se que no me tienes ninguna confianza, pero si es algo de lo que debas hablar con alguien, te sugiero que se lo digas a Jane, o a
- No, no, es que ellas no me entienden. Bueno. Creo
¡Que estoy enamorada de Félix! Pero no sabía si decírtelo, por
bueno.
- No te preocupes por eso - dije al entender que se refería a que casi me mata - "Borrón y cuenta nueva"
- Si. ¿Qué querías decirme tú?
- ¿Yo?
- Vamos, de otra forma no te hubieras despegado de Demetri, se que es algo grande
- Bueno, te lo diré - dije, pensando en una excelente idea que se me vino a la cabeza. - Es que. ¡Félix me dijo que te dijera que fueran al jardín un rato! Es que el pobre tiene mucha pena en decírtelo, así que
Me envió a mí.
- Pero. ¡Creí que no te querrías acercar a el!
- Lo se, pero ambos nos disculpamos, el por casi matarme, y yo por mi torpeza. Así que ahora somos amigos. - Me preguntaba donde estaba un director de película cuando se necesitaba. Engañar a una vampiro (por muy buenas causas que fueran) merecía más que un Oscar. No era nada fácil.
- ¡Dime que es broma! - dijo Heidi muy sonriente - ¿Como? ¿Cuando? ¿Donde?
- A las 7 en el jardín, le iré a decir que aceptaste.
- Si, claro que si. ¡¿Que me pondré?!
Mientras caminaba hacía donde había escuchado la voz de Félix, me sentí muy contenta, por lo menos Heidi lo amaba tambien.
A lo mejor Félix dejaba de odiarme.
Seguí caminando muy sonriente. Llegué hacia el lugar y descubrí muy aliviada, que ahí seguía.
- ¿Qué quieres escuincla? - me preguntó hostilmente.
- Bueno, Heidi me manda para acá.
Sus ojos brillaron de felicidad por unos segundos.
- ¿Y que te dice?
- Dice que si quieres ir al jardín a las 7.
- Yo
¿Por qué te envió a ti?
- Porque tiene mucha pena. Vamos ¡Eso es por obviedad! - dije al ver que no comprendía
- ¿Que?
- Bueno, digamos que las mujeres somos un poco penosas en ese aspecto. No importa si somos humanas o somos vampiras. Eso nunca cambia. Bueno, solo en muy escasas ocasiones.
- Ah. Bueno.
Cuando miré su cara supe que estaba haciendo algo bueno, el estaba feliz, ella estaba feliz. ¿Qué otra cosa podría hacer?
(POV FÉLIX)
Tal vez
Aimeé era una muchacha encantadora después de todo. Me ayudó, aun cuando yo la odiaba.
Ya eran las 6:45. No quería llegar tarde.
Corrí hasta llegar al jardín, y ella ya estaba ahí, muy sonriente y feliz.
- Heidi - dije sonriéndole
- Félix - su voz solo irradiaba felicidad.
Comenzamos a platicar.
Y nos dimos cuenta que Aimeé nos habia hecho una mentira piadosa.
Aimeé. No puedo creer que cuando yo di señales de enamoramiento ella me ayudo con eso, justo después de que intenté asesinarla, justo después de que me porte tan hostil con ella, ella me ayudaba.
Me haría el mejor amigo y protector de Aimeé.
(POV AIMEÉ)
Lo había hecho.
Estaba sonriente y mirando hacia el jardín.
- ¿Por qué tan sonriente? - me preguntó Demetri con una amplia sonrisa.
Yo solo apunté en dirección a la pareja y el sonrió.
- ¿Era eso lo que no me querías decir? ¿Lo que tramabas?
Yo asentí.
- ¿Sabes? Eres la persona con el corazón más bondadoso que haya conocido - ¿Por qué me seguía mirando con esa mirada de adoración?
- ¿Por qué lo dices? - pregunté un poco confundida.
- Porque lo tienes, el te intentó matar, y después dio señales que te odiaba.
- ¿Y? - dije todavía sin comprender.
- Mira Aimeé. Soy el mejor amigo de Félix, desde hace siglos, Heidi se unió a nosotros hace apenas como unos cuatro siglos, el ha estado enamorado de ella durante todo ese tiempo. Y tu, en menos de una hora has conseguido que los dos se den cuenta que se aman. Para Félix fue una larga espera, y creo que para Heidi igual.
- No es para tan
- no pude decir nada mas, ya que el me puso uno de sus fríos dedos en mi boca.
- Si lo es - dijo sonriente.
Y no tenia ganas de llevarle la contra, así que me callé y lo seguí mirando a los ojos.
POV Bonnie
Caminaba tranquila por el pasillo del gran castillo, escoltada por Alec, que me miraba fijamente. No sabía por qué lo hacía, pero me estaba poniendo nerviosa, me sentía cohibida.
- Alec -llamó una voz enojada, me di vuelta y encontré a un chico, o eso creía antes de ver sus rojos ojos, rubio, y con la típica belleza de los vampiros, que no se comparaba con la de Alec -. ¿Quieres venir? -dijo mirándome con odio.
- Bonnie, ¿Te puedes quedar sola por un momento? -dijo mirándome.
- Deja a ese engendro tranquilo, que si sobrevivió al ataque de tu hermana no creo que le pase nada -me estremecí ante sus palabras. Alec se dio cuenta y puso su mano atrás de mi cuello, sabiendo que eso me relajaba.
- Vamos Alec -dijo el rubio tirando de mi vampiro. ¡Ja! Ya lo ponía como propiedad mía, estoy loca, de verdad.
- ¡Espera Aftón! -Dijo con un poco de cansancio -. Bonnie, no te alejes de acá ¿Si?
- Claro -y luego Alec y Aftón desaparecieron. Me sentía sola sin la compañía del hermano de Jane, así que decidí buscar a Aimeé. Caminé por los pasillos, revisando cada lugar libre que encontraba, pero luego llegué a la conclusión de que ella estaría con Demetri, y paré de caminar. Luego, pensé en Heidi, pero tampoco la encontré por ningún lado. Y si bien estoy informada, Jane se fue a hacer una misión que le ordenó Aro.
Caminé sin rumbo fijo por el castillo, observando cada pintura que había, hasta que escuché un ruido. Parecían ser sollozos, seguí el sonido y me encontré con una chica sentada en el piso. Tenía la cara tapada, y su pelo era rubio ceniza. Ella se percató de mi presencia y pude observar unos ojos rojos cuando levantó la cara. Si hubiera sido humana, tendría lágrimas en los ojos.
- Lo siento
No quería interrumpirte
-empecé, pero ella me cortó.
- Oye
¿Tú eres Bonnie no? La compañera de Alec.
- Sí, soy Bonnie. Pero no soy compañera de Alec, no salimos -sabía que para los vampiros, "compañera" sería igual a "novios".
- Oh, yo no pienso eso -dijo con una sonrisa.
- Oye pero, eso no viene al caso. ¿Por qué llorabas? -al ver que su rostro se entristeció, me sentí una metiche -. Emm
no quiero ser una entrometida
- No pasa nada, ven te cuento -me senté alado suyo y la miré curiosa -. Para empezar, yo me llamo Chelsea. Yo soy, o era, la novia de Aftón. Pero desde que llegaron ustedes, el estuvo muy enojado. Me evitaba y lo escuché pelear mucho con Alec.
- Oye, lo siento. Yo no quería hacer mucho problema acá
- Tranquila, que no te culpo. Es más, me siento feliz por que por fin Alec encontró a su alma gemela. Ha pasado siglos solo.
- ¿De que hablas?
- Nada, nada.
- ¿Dices que Alec ya tiene novia? -pregunté decepcionada.
- No, pero la tendrá -me sonrió. Yo no entendía nada, pero decidí cambiar de tema.
- Chelsea, te ayudaré a recuperar a Aftón.
- ¿Cómo lo harás? Él te odia.
- Tengo un don. Puedo hacer que las personas o vampiros o cualquier ser hagan lo que yo quiera. Bueno, eso pensamos Alec, Demetri, Aimeé y yo.
- No tienes que ayudarme
Tal vez yo no sea su alma gemela
- Yo te ayudo
Por que eres mi amiga -le sonreí sinceramente.
- Gracias
Amiga -me devolvió la sonrisa. Me paré, y busqué a Alec con la mirada.
Me alejé mucho de Chelsea, y ahora me sentía sola.
- ¿Alec? -susurré.
- Acá estoy, pequeña -me susurró en el oído mientras unas manos frías agarraban mi cintura. Me estremecí cuando su aliento frío rozó mi cuello. Mi corazón latía desbocado. Sentí sus labios en esa zona, y por poco creí que me iba a matar, pero luego no lo sentí más. Me di vuelta y lo vi bastante lejos de mí, y me miraba de forma muy especial. Sus ojos estaban más oscuros que antes.
- Ahora entiendo lo que me dijo Chelsea -susurré para mi misma. Luego comprendí que eso fue un error, Alec me había escuchado.
- ¿Chelsea? ¿Hablaste con ella? -preguntó frunciendo el ceño. "Tontito vampiro sobre protector
" pensé sonriendo para adentro.
- Emm
Alec, ¿Sabes dónde está Aftón?
- ¿Para qué quieres hablar con él? -preguntó desconfiado. Me miraba fijamente.
- Emm, quería arreglar las cosas con él. Parece enojado conmigo
- Bonnie, eso lo arreglo yo. No te preocupes - ¡Dios! Él era más testarudo que yo. No pensaba usar mi don contra él.
- Por favor
-susurré poniendo mi mejor puchero. Su cara se hizo más tierna, y me miraba con amor. Suspiró.
- No se si esto es obra de tu nuevo don o no se
Pero está bien, Aftón esta afuera, en el patio. Ven, te llevo.
No me dio tiempo para contestar que ya me había subido a si espalda y corrió hacia fuera. Me dejó en el piso, y luego se fue, sin que yo se lo pida. Miré hacia un costado y vi a Aftón caminando por el patio, tenía una cara escalofriante. Lo ignoré y caminé hacia él.
- ¿Aftón? -lo llamé. Él se volvió hacia mí y me miró con un odio profundo.
- ¿Qué quieres engendro?
- Solo quiero arreglar las cosas entre nosotros
Y arreglar las cosas entre tú y Chelsea
-susurré mirando hacia el piso.
- No te metas entre ella y yo -dijo amenazante.
- ¿Y en nosotros? No quiero que nadie me odie sin razón. Por lo menos explícame por qué me tratas así -le dije, aunque sabía el por qué. Solo quería ver si por lo menos confiaba un poquito en mí.
- Desde que llegaste, Alec no se separa de ti. Ahora ya casi ni me habla, y nosotros éramos los mejores amigos. Todas las noches se la pasa viéndote dormir, y escuchándote decir "Alec, te quiero
" -me citó con mi misma voz. ¡Dios! ¿Yo digo eso dormida? Oh, por favor que esté mintiendo.
- Sí, eso no lo discuto. Pero que estés enojado conmigo y Alec no significa que dejes a Chelsea de lado. Ve y habla con ella, te quiere mucho y tú solo la ignoras -pude ver como los músculos de Aftón se tensaron, listos para atacar.
- Yo también la quiero, y no voy a hablar con ella pro que tú me lo dices.
- ¿Solo por que yo lo digo? -levanté la voz, ya me estaba hartando -. Si yo me peleara con Alec, y tu vienes y me dices que hable con él, yo lo voy a hacer sin importarme que tú me lo digas, por que lo quiero. Pero parece que tú no la quieres a ella, ya que la dejas llorando en el medio del pasillo, mientras discutes con Alec sobre temas estúpidos -sabía que había dicho de más, pero era la única forma de hacerlo entrar en razón.
- ¡NO DIGAS ESO, YO LA QUIERO! -gritó y luego saltó hacia mí.
- ¡ALÉJATE! -le dije, y luego él chocó contra una "pared invisible" y calló. Me miró furioso, luego de haber pensado el por qué de lo que pasó.
- Tú y tu estúpido don -suspiró trastornado. Eso sí que me enojó.
- ¡AHORA VAS Y LE DICES QUE LA QUIERES, QUE LA AMAS, QUE NO QUERÍAS DEJARLA DE LADO! ¡QUE TE DEJASTE LLEVAR POR COSAS ESTÚPIDAS! ¡Y ME DEJAS DE TRATAR ASÍ O JURO QUE TE ARREPENTIRÁS! -exploté. Mágicamente, él hizo lo que le mandé, dejándome sola en el jardín. Era casi de noche, y estaba empezando a tener frío. Entré al castillo y me senté en uno de los bancos que había allí.
No sé por qué, pero ese lugar me hacía recordar una canción que cantamos en ingles, de John Denver. Sabía que la letra no tenía mucho que ver con el paisaje, pero me dieron ganas de cantarla.
- So kiss me and smile for me.
Tell me that you'll wait for me.
Hold me like you'll never let me go.
I'm leaving on a jet plane,
Don't know when I'll be back again.
Oh babe, I hate to go
- Que lindo que cantas
-dijo una voz familiar.
- ¡Alec! -exclamé abriendo los ojos de golpe.
- ¿Si? -sonrió. Al ver que yo no contestaba, continuó -. Así que eso era lo que me ocultabas
-susurró con los ojos entrecerrados. Tenía los brazos cruzados en su pecho. Caminando lentamente, sin apartar sus ojos de los míos, se sentó alado mío. Mi corazón latió desbocado.
- ¿Yo? -dije nerviosa -. Yo no te oculte nada
No se de que me hablas
-dije, pero puso su frío dedo en mis labios.
- Calla. ¿Vos crees que te dejaría sola con Aftón? ¿Me crees capaz? -susurró. ¡Dios, que hermoso que es! Me quedé tildada mirando sus ojos color bordó, sin la más mínima necesidad de responder.
- Eres buena
comprensiva
Ayudaste a Aftón aunque él te odiara. Tienes un corazón muy grande. Eres un ángel
-me estremecí ante sus palabras. Eran demasiado buenas para escucharlas de un vampiro que no siente nada por mí. Bostecé sin querer hacerlo. En estos momentos, odiaba mis necesidades humanas, siempre arruinaban los mejores momentos.
- Será mejor que valla a dormir -dije zafándome de su mano, que de mis labios fueron hacia mi pelo. Caminé hacia la derecha, que según recordaba, por allí estaban las habitaciones. Sentí como Alec me seguía en silencio.
POV Chelsea
No lo podía creer. Aftón había venido corriendo hacia mí, me había abrazado ¡Y me dijo que me amaba! No podía creer que Bonnie, la chica que mi novio odiaba, lo haya hecho entrar en razón. Se ve que de verdad tiene un don. Debo buscarla, necesitaba agradecerle. Demetri
Corrí donde el olor a Demetri era más fuerte, y lo encontré con Aimeé. No me extraña
- Demetri, ¿Puedes decirme dónde está Bonnie? -le pregunté. No conocía el olor a ella, y hacía no la podría buscar. Demetri asintió con la cabeza y cerró los ojos. Aimeé lo miraba con adoración, si es que no me confundía. Luego, Demetri abrió los ojos y me dijo:
- Está con Alec, en el cuarto de ella -Aimeé, él y yo sonreímos ante eso. Gracias a mi don, no solo puedo unir o romper lazos, si no detectarlos. Y entre ellos había una conexión muy fuerte, al igual que Demetri y Aimeé, aunque nadie lo sepa.
- Gracias -dije y salí corriendo hacia donde me indicaron. Toqué la puerta, y me abrió Alec.
- Hola Chelsea -dijo con una sonrisa.
- ¡Chelsea! -gritó Bonnie y vino corriendo hacia mí -. ¿Cómo fue todo? -preguntó. Supe de inmediato que Alec ya sabía todo esto.
- ¡Excelente! Fue el mejor momento de mi vida -dije y la abracé con fuerza, tal vez demasiada
- No
puedo
respirar
-se quejó y yo la solté. Nos miramos y nos empezamos a reír. Alec nos miraba como si estuviéramos locas, tal vez lo estemos.
- Estoy muy feliz por ti, amiga -dijo Bonnie.
- ¡Gracias! No sé como agradecerles.
En ese momento Alec me agarró y me llevó lejos. Habló muy rápido.
- Chelsea, necesito que hagas algo con nosotros -supe que se refería a el y Bonnie.
- Alec, ustedes tiene una conexión muy grande. La puedo detectar desde muy lejos -vi que iba a replicar algo, pero le corté -. Deja que las cosas pasen a su debido tiempo
Y dicho eso, Alec sonrió y volvió con Bonnie. Supe que ellos serían inseparables, al igual que Demetri y Aimeé.
(POV AIMEÉ)
Bonnie y yo estábamos desayunando, cuando
- Bonnie, Aimeé - escuchamos que nos llamaba Heidi y Félix al unísono.
- ¿Qué ocurre? - pregunté en cuanto traspasaron la puerta de la cocina, agarrados de las manos. Eso me hizo sentir muy feliz.
- Marco las quiere ver.
- Bien - dijimos las dos y nos paramos inmediatamente.
- No, no, desayunen bien. Después irán con el. Ha practicado por mucho tiempo la paciencia. Las puede esperar un rato.
Terminamos un poco impacientes el almuerzo, ya que lo mas seguro es que nos tengan que decir algo sumamente importante.
Caminamos un poco apresuradas.
- Calma chicas - Dijo Félix sonriendo - no se van a marchar.
Después de eso comenzamos a caminar despacio. Digo, si un vampiro sabe que vamos un poco apresuradas, significa que estábamos corriendo o algo por el estilo.
Llegamos a la sala donde estaban los tres vampiros.
- Ah. Bonnie, Aimeé - dijo Marco sonriente - muy bien. Tenemos que hablar, ya les había dicho eso antes.
- Si, claro - dijo Bonnie, sonriente.
- Pasearemos un poco - les dijo a sus hermanos, que miraban atónitos a Marco
Me pregunto porque.
Bueno, cualquier cosa que fuera no cambia las cosas. Cayo nos seguía mirando como si nos odiara profundamente, y yo sabía que no había motivo alguno para todo ello.
Marco y nosotras caminamos en silencio hasta llegar al jardín. Me pregunto que nos preguntará
- Es un lindo dia, ¿no? - nos dijo con una enorme sonrisa.
Creo que Marco era el que me caía mejor de los tres. Cayo, estoy segura de que no nos quiere, nos odia. ¿Cómo me podía caer mejor? Si, creo que hasta el Cayo de los pies me cae mucho mejor que este Cayo, y no es que Aro fuera malo o grosero o cualquier cosa que me hubiera hecho odiarlo, ni nada por el estilo, pero creía que Marco era el mas simple de los tres, el mas
el mas
No lo podía explicar, simplemente sabía que había algo especial en el, algo que me hacía sentir en casa.
Claro, Demetri, Alec, Jane, Félix, Heidi, Chelsea, Aftón y todos los demás intentaban hacer que nosotros nos sintiéramos como en casa, pero creo que este momento fue el más familiar que he tenido jamás. Como si Bonnie y yo fuéramos hermanas, y Marco fuera nuestro padre.
Se que Bonnie sentía lo mismo, porque casi las únicas veces que la veo es con Alec, y se ve que ella esta muy nerviosa cuando esta a su lado, ahora se vaya mas tranquila de lo que hacía hace mucho tiempo.
Un tiempo en el que su hermano y su mejor amiga eran novios, un tiempo en el que no pasábamos todo el dia en la biblioteca, un tiempo en el que las cosas eran más simples.
Pero estaba segura que ninguna de las dos cambiaria lo que estamos viviendo por nada del mundo.
Al fin, después de contemplar el hermoso jardín, Marco comenzó a hablar:
- Sé que se van a convertir, y su familia morirá en unas décadas. Eso ya lo saben. De igual manera, creo que todos en la guardia han tenido como imagen paterna a Aro, sobre todo Alec y Jane, que son los que a más temprana edad se convirtieron. Y me preguntaba una cosa, que no me ha dejado de retumbar en mi cabeza desde que las conocí.
- ¿Cuál es esa pregunta? - pregunte yo, muy curiosa como siempre. Se ve que no aprendo la lección.
- ¿Ustedes quieren ser mis hijas en ese sentido?
Yo miré a Bonnie, sonriente, ella me miraba de igual manera.
- Claro - dijimos las dos muy emocionadas y al unísono.
El nos sonrió
- Eso me hace muy feliz chicas, siempre he querido tener hijas. Bien, creo que es tiempo de que se preparen para ir a la escuela, tengo entendido que este dia entran un poco tarde. ¡El saber las espera!
- ¡Papá! - le dijimos las dos con todo de reproche.
El solo rió.
- Bien, Acompáñenme a darle las buenas a mis hermanos, sus tíos. Creo que tambien podríamos decírselo en estos momentos a Athenadora y Suplicia.
Los tres caminamos de regreso hacía la sala donde se encontraban nuestros tíos.
- Hermanos - dijo Mar
papá muy animado - ¡He adoptado a Bonnie y Aimeé!
- ¡¡¡QUEE!!! ¡¡¡TENER A ESOS ENGENDROS COMO SOBRINAS!!!
Se que nos odia
Pero nos dijo engendros. Eso si que es imperdonable.
Al parecer Bonnie pensaba lo mismo, pues noté que se ponía roja, no roja de vergüenza, si no roja de tratar de no decirle de cosas a Cayo. Se que ella no se desquitaría, así que comencé los gritos:
- ¡¿POR QUÉ NOS ODIAS?! ¿QUE MAL TE HEMOS HECHO NOSOTRAS? LO ÚNICO QUE HEMOS HECHO AL VENIR AQUÍ ES TRATAR DE ENCAJAR.
- SI, DIMELO, DIMELO, DI PORQUE NOS ODIAS TANTO, DI PORQUE TE RESULTAMOS TAN INSOPORTABLES, DILO, DILO, DILO - Bonnie respiraba jadeantemente, como si hubiera expulsado lo que quería decir hacía dias.
Bonnie es especial. Cayo intentó oponerse a decir algo, pero no lo consiguió, pudo más el don de Bonnie. Y como dicen: "Soltó toda la sopa".
- ¡ES QUE USTEDES SE HAN LLEVADO A TODA MI GUARDIA, LA HAN HIPNOTIZADO, PERO NO SE CONFOIRMAN CON LA GUARDIA! ¡¡¡NO!!! ¡TIENEN QUE TENER HIPNOTIZADOS HASTA A MARCO Y ARO, ES EL COLMO! ¡Y EN ESPECIAL A MARCO! ¡EL SIEMPRE HA SIDO ASI DE ABURRIDO, COMO SI NADA LE IMPORTARA, LLEGAN USTEDES Y ES COMO SI HUBIERAN ACCIONADO UN BOTON DE PRENDIDO A MARCO! ¡TODO EL DIA SE ANDA PREOCUPANDO DE USTEDES! ¡ME TIENEN HARTO! ¡INCLUSO LA GUARDIA! ¡SOBRE TODO ALEC Y DEMETRI, ES HORRIBLE OIRLOS DECIR: BONNIE ESTO, BONNIE LO OTRO, AIMEÉ ESTO, AIMEÉ LO OTRO! ¡ES INSOPORTABLE! ¡¿Y TODO PARA QUE, PARA DOS SIMPLES HUMANAS QUE SON TAN FRÁGILES!? - terminó igual que Bonnie, como si hubiera expulsado todo lo que habría querido hacia dias.
Entonces, Bonnie me miró como si pensara lo mismo que yo. Asentí y ella sonrió.
- ¡YA NOS ESTAS HARTANDO! ¡QUE NO VEZ QUE TE TENEMOS QUE SOPORTAR HASTA EN LOS PIES! ¡NO ES FÁCIL TENERTE TODO EL DIA AHÍ. PROVOCANDONOS DOLOR A CADA PASO QUE DAMOS! ¡Y ENCIMA TU ERES EL QUE NOS REPROCHA!
Marco y Aro no aguantaron la risa y se estaban carcajeando. En eso me pregunte: ¿Un vampiro puede morirse de la risa? Porque parecía que ellos estaban a punto de hacerlo.
- ¡SON UNOS ENGENDROS MALCRIADOS! ¡¿ACASO NO LES HAN DICHO QUE TIENEN QUE RESPETAR A SUS MAYORES?! ¡¿SABEN CUANTOS AÑOS TENGO?! ¡TENGO 3 MIL AÑOS BIEN CUMPLIDOS!
Yo sonreí.
- Lo debiste haber dicho antes
- Mas que antes - coincidió Bonnie
- ¿Por qué? - preguntó Cayo, muy sorprendido y confuso.
- Bueno, no es que estés muy joven
- comenzó Bonnie
-
Pero como que ya rondas para la tercera edad de los vampiros, ¿No? - Concluí muy sonriente - Y los viejitos
-
Chochean
Ambas nos sonreímos
- ¡ENGENDROS DEL DEMONIO!
Al parecer eso es lo que hartó a Bonnie:
- ¡ENGENDRO SOLO ME LLAMA MI HERMANO AGUSTÍN!
¡Que directa!
Eso fue como echarle sal a la herida.
Sentí como mi corazón se encogía a la mención de la palabra, e impresionantemente y asombrosamente, recordé su profunda mirada, con esos ojos azules que tanto me fascinaban.
Era como si tuviera un enorme hueco en mi corazón.
Entonces no recordé nada más.
Desperté con una brocha en la mano ¿Por qué tenia una brocha? ¿De donde la habría sacado?
- Me olvidé de decirte que mandé a que te compraran eso por si algún dia tenias otra visión - dijo Aro sin darle mucha importancia, mirando mas a la pintura que a mi misma. - Es este tu hermano, ¿Cierto, Bonnie? - pregunto.
- Si tío - dijo mirando el cuadro que había pintado yo y confirmándolo, aunque un poco confundida. ¿Cómo lo habría descubierto?
Oh no. ¿Pinté a Agustín?
Miré el cuadro.
Si, ahí estaba, con un teléfono celular a la mano.
Tan guapo como siempre.
¡Dios mió! Si me dieran a elegir entre Demetri y Agustín, estoy segura de que no sabría que responder.
Los dos eran tan guapos.
¿A quien le estaría llamando?
De seguro a Katherine, su nueva novia.
Se veía un poco angustiado. ¿Por qué será?
- Es interesante lo que pintas. ¿Acaso estabas pensando en el? - vi a mi alrededor, estaban todos los vampiros que Vivian ahí. Incluidas un par de mujeres que no había visto antes, debían de ser las esposas de Aro y Cayo. Miré con más detenimiento, y vi a Demetri con la cara atormentada, un poco angustiado, y con dolor.
Si, había dolor en su cara. ¿Por qué?
- Yo
Claro que estaba pensando en el - dije, pero me apresure a explicarme bien, ya que Demetri tenia la cara llena de dolor, y eso hacía que me doliera a mi también - lo recordé porque Bonnie lo menciono. No es más que el hermano de mi mejor amiga.
Pero Bonnie me miró muy dubitativa, y supe que ella sabía que era mentira.
Y eso hizo que los vampiros supieran que no era verdad lo que les había dicho.
Demetri estaba serio. Detestaba verlo así.
- ¿¡YA VEN!? ¡SOLO SE PREOCUPAN POR ESE PAR
!
Eso hartó más a Bonnie, que se que estaba muy confundida y triste conmigo: creía que Agustín se habia marchado de mis pensamientos, y supe que estaba enojada con el, por causarme mucho dolor en mi corazón.
- ¡CREO QUE TUS RAZONES PARA ODIARNOS SON PATETICAS! ¡Y AHORA MISMO NOS DEJAS DE ODIAR, QUE NO TE HEMOS HECHO NADA MALO! ¡NO ERES MAS QUE UN CAYO QUE HA HECHO QUE NUESTRA PECIENCIA SE HAGA TRIZAS! ¡DEJA DE ODIARNOS, INSULTARNOS Y DE PENSAR QUE QUEREMOS HIPNOTIZAR A TU GUARDIA PORQUE NO LO ESTAMOS HACIENDO! ¡NI SIQUIERA HABÍAMOS PENSADO JAMAS EN ENCONTRARNOS CON VAMPIROS EN TODA NUESTRA VIDA! ¡¿CREES QUE ES MUY FÁCIL PARA NOSOTROS DEJAR TODA UNA VIDA NORMAL PARA UUNIRNOS CON UN CLAN DE VAMPIROS?! ¡AH! ¡Y NO NOS DIGAS ENGENDROS, DINOS SOBRINAS! - terminó de ordenarle una furiosa Bonnie.
- Chicas - dijo Heidi, casi sin hacer caso de eso, y un poco preocupada por Demetri, que estaba hecho trizas. ¿Por qué tenia que arruinar todo yo?
- ¿Si Heidi? - dije tristemente
- Si quieres Félix y yo las llevamos a la escuela.
- Si - dijimos las dos un poco confundidas - claro.
No me pude concentrar en la escuela. ¿Quién podía con muchos vampiros (y un humano) en mi cabeza?
¡Era muy obvio que estaba a punto de explotar!
Estaba esperando a ver a Heidi y Félix (y tal vez Alec) en el principio del bosque.
Pero ocurrió un milagro.
Estaba Demetri, tan perfecto como siempre, al lado de Alec.
- Hola - dije tímidamente
Demetri se acerco a mí, y me beso la frente.
- Hola - dijo, mientras Bonnie y Alec se metían a su burbuja personal, sin hacernos mucho caso.
- ¿Vamos al castillo? - pregunté al ver que caminábamos a otra dirección. Lo bueno es que el dia estaba nublado.
- No, vamos a ir a la casa que les rentó su escuela. - dijo mientras Bonnie y Alec nos seguían.
- ¿Por qué? - ¿Qué habrá ocurrido?
- Es que Heidi, después de dejarlas en la escuela, ha ido por
nuestro "alimento" - terminó, mirándome de soslayo.
- Oh - ¿Qué otra respuesta le podría decir? Un momento - ¿Ustedes no van a "comer"?
- No - dijo riendo, yo solo mire con un poco de temor sus hermosos ojos
negros.
- Pero
- Descuida, nosotros "comeremos" mas tarde
- Si es así
- dije más animada. Sabía que tenía que encontrar un tema que no llevara la palabra: Agustín.
Llegando a la casa, sorprendentemente había comida. Según Demetri, no había nada más que hacer, así que fueron a comprarnos algo de comida, ya que habíamos dicho que notarían que la casa estaba desocupada.
Estábamos a mitad de la plática, cuando escuche el teléfono sonar. De seguro eran mis hermanos, o mis padres, o la familia de Bonnie.
- ¿Hola? - pregunté sonriente
- ¿Aimeé? ¡Que bueno que eres tú! ¡Necesitaba hablar contigo! - esa voz
No, no. ¿Y Demetri? ¿Para que necesitaba hablar conmigo?
Para esa pregunta no tenía respuesta.
POV Alec
Nunca pensé que Bonnie tenía ese carácter. Cuando fuimos al bosque a encontrarnos con ellas, por poco pensé que me gritaría, así que fui cuidadoso con ella.
- Hola mi pequeña histérica -OK, no me pude contener a decirle "histérica", creo que se me armó
Ella solo levantó una ceja, me miró furiosa, y luego en un gesto muy inesperado, me tomó la mano.
- Dime histérica, pero yo te digo celoso -dijo con una sonrisa. Yo levanté una ceja, intentando ocultar mi nerviosismo.
- Si Alec, vi tu cara cuando nombró a Agustín. Es mi hermano, tranquilo. Es Demetri quien se debe de preocupar, antes Aimeé era novia de él. Y para serte sincera, él sigue teniendo ese brillo peculiar cuando hablo de ella, piensa o la ve. Pero no sos el único celoso, mi hermano ya alejó a tres chicos que me pidieron ser la novia -con esa última frase, la agarré del brazo y la llevé de vuelta a la ciudad.
- ¿Dónde vamos, señor celoso? -preguntó con una sonrisa pícara.
- Bonnie -dije tratando de calmarme más mi mismo que a ella -, vamos a la casa que les rentaron.
- ¿Por qué? ¿Lo de Cayo hizo que no nos quieran más? -me reí ante su comentario.
- Bonnie, ustedes fueron las únicas personas que le gritaron de esa forma. Y vamos allá por que Heidi, luego de llevarlas al colegio, fue a buscar
nuestro alimento.
- ¿Turistas? -que astuta que era esta chica. No necesitó que le respondiera, mi silencio lo hacía por mí -. ¿Cómo los comen? ¿Podré verlo alguna vez?
- ¡NO! No, eso si que no -dije firme. Del solo pensar estar cazando con ella ahí
No, nunca la dejaría presenciar ese momento.
- ¿Por qué? -preguntó, peor al ver mi cara supo que no le respondería -. Por lo menos dime cómo lo hacen
-
Y te lo digo para que luego salgas huyendo de mí, como lo deberías haber hecho cuando te atacaron -continué la frase de ella, recordando lo mal que me sentía, lo preocupado que estaba por haberla dejado ir sola por el castillo, sabiendo que nadie la conocía y todos la consideraban como comida. No pude evitar el estremecimiento al recordar tal momento.
- No, yo no voy a huir de ti. ¿Por qué lo haría? Además, me encantaría ser como tú.
- No Bonnie, no, no, no, no y más no. Nunca te convertiría en un monstruo como yo.
- ¿Es qué no me querés? -hizo un puchero de lo más hermoso. Me dieron ganas de besar esos labios que ahora estaban haciendo una mueca, pero sabía que eso era muy apresurado. Además, no sabía que era lo que en realidad sentía por ella. Por una parte, la quería proteger de todo, hasta de si misma, es muy torpe. Pero por otra parte, podemos decir que la necesito. Todo era confuso.
- ¿Cómo no quererte? -susurré muy bajo, pensando que ella no me escucharía. Pero me equivoqué, lo escuchó, me di cuenta de eso. Pero no hizo ningún comentario ante eso.
Entramos a la casa y nos sentamos a comer, luego de comprar varias cosas. En un momento, el teléfono sonó y Aimeé atendió.
- ¿Hola? -preguntó sonriendo, seguro por estar hablando con Demetri. Él se veía radiante, hasta que escuchó la voz que hablaba detrás del teléfono.
- Aimeé? ¡Que bueno que eres tú! ¡Necesitaba hablar contigo! -dijo una voz masculina. A Aimeé se le borró la sonrisa, pero un brillo apareció en sus ojos. ¿Qué le pasará?
- Ah, hola Agustín. ¿Qué quieres decirme? -dijo nerviosa. Miré a Bonnie, que estaba concentrada en poder escuchar algo de la conversación, y se notaba preocupada. Se inclinó hacia el costado, hasta tocar la oreja con el teléfono, pero al parecer no escuchó nada y volvió a su sitio. Yo la miraba divertido, y ella enrojeció. Que linda que era
- Quería
emm
Pedirte algo más que decirte -dijo Agustín nervioso.
- ¿Qué quieres?
- Emm
quería saber
si
quisieras
volver conmigo -en ese momento mi mirada voló hacia Demetri, que parecía muy dolido. No lo reconocía, para ser sincero. Aimeé lo miró, y luego a Bonnie.
- Agustín, no creo que sea algo
conveniente. Estoy en otro continente.
- ¡Las voy a visitar! De paso veo a mi queridita hermanita.
- Querrás decir engendro -dijo divertida. Bonnie al escuchar eso miró enojada a Aimeé.
- Si, si, claro -dijo Agustín riéndose. Luego, se puso serio -. Aimeé, pensalo.
- Pero
y
¿Qué pasó con Katherine? -dijo buscando alguna excusa.
- Ella se tuvo que ir a otro país a buscar universidad, dice que es mejor esa carrera en Canadá. Y no creo que eso fuera bueno para nosotros. Pero eso no viene al caso. Aimeé, ¿Quieres o no volver conmigo?
- Emm
mira, ahora no lo sé.
- Seguro que conociste a alguien ¿No? Dímelo, a mí no me va a hacer nada -dijo Agustín triste. Aimeé instantáneamente miró a Demetri. Tardó en contestar. En sus ojos había dolor.
- No exactamente
-luego sonrió -. Pero creo que tu hermana tiene muchas cosas que contarte. Ella si
- ¡AIMEÉ, CERRÁS ESA BOCOTA O JURO QUE TERMINARÁS EN EL MEDIO DE LA CALLE TODA ATROPELLADA POR LOS AUTOS! -dijo parándose de golpe y golpeándose la rodilla con la mesa. No pude evitar reírme -. Alec, te callás -nuevamente Bonnie hizo uso de su don y los dos hicimos lo que nos ordenó. Demetri miró esperanzado a Bonnie. Ella entendió el mensaje que le enviaba, pero respondió con un simple movimiento de mano diciendo que lo hablarían más tarde. Demetri quería que Bonnie usara su don con Aimeé, y le dijera que no a Agustín. Pobre él, Demetri ama a Aimeé. Deberíamos hablar luego.
- Aimeé, ¿Está Bonnie ahí cerca? Así me dice a quién le tengo que dar una patada -al escuchar eso supe a qué se refería a Bonnie con lo de los novios.
- Ahora te paso -dijo sonriente -. ¿Bonnie? -dijo entregándole el teléfono ella.
- ¿Hola? -preguntó temerosa.
- Cómo se llama.
- ¡Para! No tengo novio Agus -se rió.
- Escuchame engendro, me llegas a decir así de vuelta, y jugo que al primer chico que vea que te toca, o dice algo, lo mato.
Bonnie me miró sonriente y luego dirigió su mirada a la mesa.
- Inténtalo -le retó.
- No me amenaces, hermanita. Con esa simple palabra has sacado mi lado sobre protector. Iré a verlas cuando tenga vacaciones en la universidad -mientras hablaba, la sonrisa de Bonnie fue desapareciendo -. Y olvídate de tener un amigo hombre. Morirá.
- ¡Ahh, claro! Tú puedes tener cuantas amigas quieras y yo no puedo tener un simple amigo -protestó Bonnie. Se veía tan tierna de ese modo
- Te advierto, aléjate de los que quieres
- Yo no me voy a alejar de Ale
-empezó, pero luego se detuvo, dándose cuenta de su error. Si hubiera completado la oración, sería "Yo no me voy a alejar de Alec".Pude ver que se estaba agarrando el cuello muy fuerte, y tuve miedo que sangrara. Pero eso no era muy importante ahora. Sonreí ampliamente mientras veía como me miraba se soslayo.
- Así que así se llama ese
Alejandro
-empezó a tirar ejemplos, pero Bonnie lo calló.
- Cállate, se llama Alejandra -mintió. Seguro que ni ella se lo creía.
- Vamos, estamos hablando de tu amigO, no amigA -dijo remarcando las letras "o" y "a".
- Callate
- ¡Ya se como se llama ese enano! Alec, si, ese nombre. Alec.
Bonnie se notaba muy nerviosa. Su corazón latía muy fuerte. Seguro que ella lo escuchaba.
- Chau -dijo finalmente.
- No, engendro, no me cortes
-pero no pude seguir, ella ya había cortado la línea. Nos miró a los tres, que la observábamos divertidos -. ¿Qué miran? ¡Dense vuelta! -gritó e instantáneamente lo hicimos.
- Bonnie, después hablaremos
-dije en tono divertido.
- Alec, no hablarás conmigo
- Si no que conmigo -dijo Demetri decidido. Lo miré y se notaba la confusión en sus ojos. Miré a Bonnie, que tenía una sonrisa perversa.
- Bonnie, vamos al cuarto. Estoy cansada -dijo Aimeé parándose - Adiós, Demetri. Hasta luego Alec -nos saludó. Bonnie dio la vuelta a la mesa para darme un beso en la mejilla, que sorprendentemente la sentí arder. Luego, se despidió de Demetri y se fueron para arriba. Cuando ya habíamos salido de la casa, caminamos normalmente hacia el bosque.
- Demetri, ¿Qué piensas de lo sucedido?
- No se. Por una parte, quiero matar a ese Agustín. Pero
quiero que Aimeé sea feliz, pero soy egoísta, y quiero que lo sea conmigo.
- No es nada grave
- Si es grave -me interrumpió -. Tú no tienes que lidiar con esto. Ella no tuvo ex-novios.
- Eso pensas vos. Pero este no es el tema. Dime, ¿Tú quieres a Aimeé?
- Claro.
- Entonces intenta hacer algo con ella
- No te entiendo.
- Te lo digo en una manera vulgar: gánatela.
- Alec
- Hazlo, y luego dime.
- Está bien, confiaré en vos.
Lo vi a la cara y pude observar que seguía indeciso. ¿Es que no entiende que si no hace algo ahora la va a perder?
- Demetri, dime la verdad. No intentarás lo que te dije ¿Cierto?
- No -dijo todavía sin mirarme.
- ¿Qué más te pasa con ella?
- La Tua Cantante
-replicó con un suspiro.
- Claro, como no
- Tú también.
- Ahora estamos hablando de ti.
- Pero luego hablaremos de vos -dijo mirándome al fin, pero deseé que no lo hubiera echo. Si las miradas matasen
Ya estábamos en el bosque, así que fuimos a velocidad vampírica hacia el castillo. Recién habíamos llegamos que ya Marco nos preguntó sobre las chicas. Le dijimos lo sucedido y se quedó medio preocupado, pero supo que eso pasaría en mucho tiempo y se tranquilizó. Demetri se fue a su cuarto y no salió más. Sólo Jane pudo sacarlo de allí para que valla a alimentarse, claro, usando su don. No podía verlo más así a Demetri. Él era mi amigo, desde hace siglos
Pero todo depende de Aimeé, de su decisión. Y para que ella tome la decisión correcta, tendría que hablar con Bonnie
Y para que Bonnie le diga que debería estar con Demetri, yo le tendría que mostrar lo bueno que es él. Y para que yo pudiera hacer eso, debería enseñarle qué hacer a Demetri, para que no haga el ridículo, ya que él nunca sintió nada parecido a lo que ahora siente por Aimeé. Todo da vueltas entre nosotros cuatro, como un círculo vicioso
(POV AIMEÉ)
No sabía que hacer.
Demetri o Agustín.
No lo se.
- Aimeé, haré de almorzar si quieres - me dijo Bonnie con una cara de preocupación cuando ya estábamos casi listas para la escuela.
- Claro
Ella se marchó. Era momento de sacar mi cámara.
Se que no es sano, pero en esa cámara tenía prácticamente toda mi historia con Agustín.
Estaban unos videos en los que nos besábamos y abrazábamos, solo porque gastábamos demaciado en fotos y si las cambiábamos rápidamente parecía un video.
Recordé viejos tiempos
En los que solo había felicidad, sin nada sobrenatural que estuviera en medio de nosotros. ¡Que tiempos aquellos!
- Aimeé - gritó Bonnie. ¿Acaso ya estaba el almuerzo? ¿Cuánto tiempo había estado viendo la cámara?
- ¡Ya voy! - le contesté. Para no volver a dar dos vueltas, dejé la cámara en la cama. ¿Quién la agarraría? Después agarré mi mochila y rápidamente bajé las escaleras.
- Todavía no llegan los chicos - dijo Bonnie, porque Demetri y Alec nos habían dicho que nos iban a llevar a la escuela ese día.
Sabía perfectamente porque me decía eso. Ella quería hablarme de lo que había pasado ayer.
- ¿Qué le vas a decir? - dijo Bonnie, seguramente igual de preocupada que yo por Demetri.
- No lo se - le respondí sinceramente. Y era la verdad. No sabía si Demetri o Agustín. ¿A quien elegir? - Lo único que se es que Agustín es y siempre será mi primer amor. Pero creo que Demetri es el amor de mi existencia. No lo se. Cada vez que pienso en uno de los dos
Tocaron el timbre. Lo mas seguro es que fueran Alec y Demetri.
Y así era, Bonnie fue a abrir y ellos entraron.
Nos llevaron a la escuela, y nos dijeron que iban a ver que era lo que faltaba en la casa para que se viera que estuviera habitada, porque, los dias que no "comieran", nosotras nos íbamos a quedar en el castillo, y no querían que nos enviaran a América antes de tiempo.
Pero en eso si íbamos a tener un pequeño problema.
En un mes salíamos de vacaciones, y nuestros padres nos habían comprado boletos para ir a visitar a nuestra familia.
En el aeropuerto vería a Agustín, de eso estaba segura.
Y eso era lo peor. No creo que nuestro padre nos deje ir solas. Y lo mas seguro es que nos manden con Demetri y Alec. ¿Qué ocurriría si nos vemos otra vez? Pero
Demetri y yo no éramos nada. ¿Qué me podía reclamar? O
¿Cómo me podría zafar de con el?
Bueno, no debía pensar en ello
otra vez. Es cierto, no dormí muy bien.
Pero tenía que olvidarme de todo por un momento y pensar solamente en las clases.
(POV DEMETRI)
Se que tendría que hablar con Aimeé acerca de lo que yo siento por ella, pero eso sería después de sus clases.
Claro, le pedí permiso a Marco, pues ya es un poco celoso con sus dos hijas.
Reí para mis adentros. ¿A que padre le puede gustar que sus hijas de 15 años tengan una "amistad" con vampiros de varios siglos de vida?
Fui muy alegremente al cuarto de Aimeé, quizás pueda ver algo acerca de sus gustos y tal vez le regale algo, no se, un detalle.
Tengo ganas de comprarle unas flores. Lo haré de camino a la escuela de ellas, de todos modos, es como si ella y yo estuviéramos solos, ya que Bonnie y Alec siempre en su burbujita
Tal vez le comprara unos girasoles, o unas rosas
No lo se. Tendría que ver cuales eran las más hermosas, como ella.
Aunque nunca la podrían eclipsar.
Llegando al cuarto de Aimeé vi una cámara. ¿Sería de ella? ¿Tendría fotos de su familia, sus amigos? Tal vez si.
Pero era malo ver sus cosas, ¿cierto?
Pero
¿Quién se enteraría? ¿Qué daño podría causar? Alec no me delataría si me viera, el sabe que no lo hago por maldad, solo lo hago por
curiosidad.
Bueno, la curiosidad mató al gato, pero yo me considero algo así como un tigre. No creo que puedan matar tan fácilmente a los tigres como a los gatos
Agarre su cámara verde, y comencé a ver las fotos.
Todas eran de ella y de Agustín, ya sea abrazados, o besándose. Y si las pasabas rápidamente, parecía que fuera un video. Esto me dolía mucho, solo había una foto en la que aparecía Bonnie con Agustín, el apretándole los cachetes. Pero solo eso.
Vi los videos que tenía la cámara.
Y fue peor.
¡Como desearía que el muchacho que Aimeé estuviera besando y sonriéndole en ese video fuera yo!
No.
No.
No podía dejar que me la quitaran. ¡Y menos un débil humano como el!
Simplemente no podía.
Tenía que hablar con Bonnie en este mismo instante, no podía dejar que cuando el llegara a visitarlas, ella le dijera que si.
Si verlos besarse en videos me hacía mucho daño, no me imagino si los tuviera enfrente, en mis propias narices. ¡Como lo odiaba! ¡Lo odiaba tanto que podría beber su sangre sin piedad! Matarlo de una manera muy lenta y cruel, que le doliera tanto como a mí me duele verlo con ella.
Con la única persona que me importa en estos momentos.
¡No podía permitir que alguien se le acercara!
Sin embargo, se que si le toco un pelo, ella me odiaría, no, no lo mataría, y solo por ella, aunque me gustaría cortarle el cuello y beber toda la sangre que tiene, asegurarme de que Aimeé solo fuera mía.
Pero no lo haría, no solo por Aimeé, se que eso le dolería mucho a Bonnie, y no solo ellas dos me odiarían, me odiaría tambien Alec, y Marco, el no quiere verlas sufrir por ningún motivo.
Tendría que hablar con Bonnie en estos instantes, no me importa que este en clase, seguramente le preocupará que Aimeé tenga esas fotos y videos, seguramente (por la cara de preocupación que puso ayer) ella tampoco espera que Aimeé tenga todo esto.
Y sería para el bien de Aimeé, ¿Cierto?
El le hizo mucho daño, y Bonnie lo sabe.
Corrí en forma vampírica hasta que llegué a la puerta principal de la casa. Seguramente Alec me seguiría, pero tendría que correr en forma "humana" para que no me alcance cuando se lo pida a Bonnie, el la defendería y se enojaría conmigo, siempre y cuando ella diga que no, si ella dice que si
Bueno, no creo que a Alec le moleste eso.
- ¡Demetri! - gritó Alec mientras ambos estábamos corriendo en forma humana (yo con la cámara todavía en la mano).
No contesté.
Lo único bueno, es que en velocidad humana, yo le llevaba ventaja, me habían convertido a los veinte años, y era muy alto, en cambio Alec, con cuatro años menos era un poco mas bajo que yo, el punto es que mis piernas eran mas largas que las de Alec, y le estaba llevando mucho espacio de ventaja, y mas.
Llegue a la escuela, con Alec a un kilómetro de distancia, tendría que hacer todo esto rápidamente.
- Disculpe - dije a la directora cuando entre a la brava a la escuela
- ¿Si? - dijo un poco anonada por la belleza vampírica que me caracterizaba.
- ¿Podría dejar salir a Bonnie Brusic? - dije, pensando en que no tenía un apellido normal, como Vulturi.
- Ah. ¿La chica de intercambio? - preguntó rápidamente
- Si, ella.
- En unos momentos - dijo, seguramente haría todo lo que le pidiera. Reí de nuevo para mis adentros.
Pero de pronto, como si fuera una imagen que me cruzó por la cabeza, recordé todo lo que había visto en la cámara de Aimeé y sentí un enorme dolor en el lugar donde se supone que tengo el corazón.
Ella llegó, un poco confundida, Alec no debía tardar, así que la lleve a un lugar donde nadie nos pueda oír y fui directamente al grano.
- Bonnie, necesito que me hagas un favor.
- Claro, lo que tú quieras.
- ¿Podrías ordenarle a Aimeé que me diga que si?
- ¿Qué te diga que si a que?
- A ser mi novia. Se lo voy a pedir hoy.
- Pero
- Mira - dije tendiéndole la cámara, de seguro viendo las fotos ella iba a contestarme con una afirmativa respuesta
Ella tomo la cámara y comenzó a ver las fotos.
- Oh no. Aimeé me dijo que lo borraría. Supongo que cruzó los dedos detrás de la espalda cuando me lo dijo.
- Bonnie - le supliqué. No me importaba cuan dolorosa resultaba mi voz en esos momentos, necesitaba a Aimeé. Pero nunca podría estar con ella si no olvidaba al hermano de su mejor amiga, lo más probable es que haya sido su primer novio. No creo que lo vaya a olvidar pronto, no a menos de que Bonnie actúe.
- Yo
no
- dijo mirando hacia otro punto.
Vi ese punto.
Era Alec. Lo mas seguro que haya escuchado toda la conversación, no me importa. Estaba muy lejos, pero puede escuchar nuestra conversación. Pero
¿Qué secreto le podía ocultar? El mas que nadie sabe lo que siento por Aimeé. Mi Aimeé.
- No puedo Demetri, lo siento. - dijo firmemente
- ¿Porque? - dije con mas dolor
- PORQUE ESO SOLO LO PUEDE DECIDIR ELLA. NO PUEDO OBLIGAR A MI MEJOR AMIGA A QUE LE DIGA QUE SI A ALGUIEN. NO IMPORTA A QUIEN DEMETRI. ¿CREES QUE LA TRAICIONARIA DE ESA MANERA? ¿OBLIGANDOLA A ESTAR CON ALGUIEN? ¿CREES QUE A ELLA LE GUSTA ELEGIR ENTRE SU PRIMER AMOR Y
? - se detuvo.
- ¿Y? - pregunte, casi gritándole, un poco impaciente por que ella continuara.
- ¿Y SI ELLA NO ES FELIZ CONTIGO? ¿Y SI NO ES FELIZ EN ESTOS MOMENTOS?
Eso me enfureció. Ella tenía que ser feliz
Bueno, yo estaría para toda la eternidad, tratando de que ella fuera feliz. ¿Cómo podría ser infeliz de alguna manera?
- ¿NO ES FELIZ CONMIGO? - dije casi furioso. Los dos hermanos se apoyaban - NO CREO QUE FUERAN MUY FELICES SUS DIAS QUE PASABA EN LA BIBLIOTECA CONTIGO A CAUSA DE TU HERMANO ¡EL LA HA DESTROZADO MAS QUE YO A ELLA! Y ELLA SIGUE AMANDOLO ¿QUIERES ACASO QUE SUFRA MAS?
- ¡NO! - Dijo, muy indignada - ¡YO SOLO QUIERO QUE ELLA TENGA SU PROPIA DECISIÓN! SI ELLA SUFRE POR AGUSTÍN, QUE SEA SU PROBLEMA, SOY SU AMIGA, PERO CREO QUE TODO YA LO TIENE DECIDIDO, ELLA MISMA HA DICHO QUE TU
¿SABES QUE? ¡ME VOY A CLASES! CREO QUE ESO SERÍA MEJOR A ESTAR TRAMANDO QUE MI MEJOR AMIGA SEA SOLO UNA MUÑECA DE TRAPO QUE SEA "FELIZ" - dijo enfatizando esa palabra como si fuera lo contrario - CONTIGO. SI ELLA DECIDE DECIRTE QUE SI, ESO SOLO SERÁ PORQUE ELLA QUIERA, NO PORQUE LA OBLIGE YO.
Me quedé muy adolorido. ¿Cómo ella puede ser infeliz conmigo? Yo la amaba tanto
- Mira - dijo mas clamada, mirando a Alec - yo
Se que eres un buen
vampiro, quieres ayudar a Aimeé a que olvide a Agustín, pero esa decisión la tiene que tomar ella, no importa si ella sufre, ella lo ama, y el a ella, y si tu la amas
- La amo más que a mi propia vida - le afirmé
- Creo que deberías
Aceptar su decisión. Si ella es feliz con el
Lo que quiero decir es que si en realidad la amas, la dejarás ir, para que ella sea feliz
¿O no quieres eso?
- Claro que si, pero ella nunca podría ser feliz con el.
- ¿Porque?
- Porque ella se va a convertir en una vampiro en dos años. El no puede estar con ella después de eso.
- ¿Y si ella lo transforma? - preguntó, mirando a Alec de soslayo, el tenía la cara inexpresiva, pero estoy seguro de que me veía a mi así, tal vez por el dolor que reflejaba mi rostro.
- Yo
No - dije. La sola idea de estar con ellos dos a mi lado, por toda la eternidad, me causaba tal dolor
Tenerla cerca, pero nunca poder ser algo mas que amigos
No
Ni siquiera me resultaba buena la idea que Aimeé convierta a alguien.
Que su ponzoña se extienda por el cuerpo de Agustín
No
no era ni agradable de pensar.
Y si Bonnie no quería ayudarme, creo que tenía que hacer alguna otra cosa que me funcionara para que Aimeé se enamore de mí, y que ella olvide por completo a Agustín.
Y que todos seamos felices de una buena vez por todas.
¿QUÉ DIGO?
POV Bonnie
No podía creer lo que Demetri me había pedido. Era imposible que le haga eso a Aimeé. ¿Y si la separación con mi hermano le hace mal? ¿Aún si Demetri la hace feliz? Esto me está afectando tanto a mí como a ella.
- Demetri
-lo llamé mirando de reojo a Alec, que se encontraba en la sombra de un árbol.
- ¿Sí?
- Sabes quienes nos escucharon, ¿No?
- Sí, Alec -dijo medio desconcertado por mi plural.
- Además de él.
- ¿Quiénes? -preguntó frunciendo el ceño.
Instantáneamente miré hacia arriba, donde la ventana de mi aula estaba abierta.
- ¿Escucharon? -preguntó.
- Gritamos Demetri. Y encima teníamos Historia. ¿Pensas que no nos van a escuchar? -en ese momento sonó el timbre de salida de clases -. Me voy con Alec. Adiós Demetri, suerte. Habla con Aimeé -dicho eso me alejé. Caminé hacia Alec, que miraba a Demetri enojado, pero vi dolor en sus ojos. Éstos los tenía de un rojo muy intenso.
- Alec, te olvidaste los lentes de contacto -dije divertida. Él me miró y su mirada se suavizó. Sonrió.
- Bonnie
-susurró acariciando mi mejilla. Miles de corrientes eléctricas recorrieron ese costado de mi cara mientras mi corazón latía desbocado -. ¿Cómo fue tu día?
Iba a abrir la boca para decir "Bien, hasta que Demetri llegó" pero alguien me ganó.
- ¡Bonnie! ¡Bonnie! ¿Dove Bonnie?
- ¡Pietro! -grité dándome vuelta. Él me localizó con la mirada y vino corriendo hacia mí.
- Dove eri? Ti ho portato i compiti dafare. (¿Dónde estabas? Te traje la tarea) -me dijo un poco agitado por andar corriendo por todo el patio buscándome.
- Hugg, Attività (Tarea) -repliqué agarrando las fotocopias de Historia. Esa era la materia que ni Aimeé ni yo sabíamos. Ellos estudian la historia de Italia, y nosotras no sabemos casi nada de eso. Miré a Pietro y le sonreí -. Grazie. (Gracias)
Pietro no me contestó. Solo se quedó mirando de forma hostil a Alec, pero luego su mirada cambió a miedo.
- Vamos Bonnie -dijo Alec con voz fría mientras me empujaba levemente con una mano en mi espalda. Empecé a caminar mientras sentía una mirada clavada en nosotros.
- ¿Ojos rojos?... -alcancé oír a Pietro decir. Dijo algo más, pero no escuché.
Frené de golpe y agarré la mano de Alec. Me giré hacia el y le apreté un poco la mano, ya que no me miraba.
- ¿Alec? ¿Qué pasa? -pregunté muy bajito. Ni yo misma me escuché. Por fin Alec se decidió a mirarme.
- Bonnie
perdón. Yo no quiero que estés bajo este tipo de presión. Tú deberías tener una vida normal, como todos los de acá. No tener que vivir en un castillo subterráneo por que tu amiga vio el futuro y las vio muertas -pude ver el dolor en sus ojos cuando dijo "muertas" -. Tampoco deberían preocuparse por no ser atacadas por vampiros. Ni siquiera tendrían que haber juntado a Heidi con Félix y Chelsea con Aftón; no lo deberían de haber echo por que ustedes no deberían de haber estado allí. Y lo peor de todo, es que ahora tenes que estar sufriendo por que un vampiro se enamoró de tu amiga y como vos tenés el don de hacer que las personas hagan lo que tu quieres te dicen y dicen que le digas a Aimeé que le diga que no a tu hermano para poder estar con Demetri.
Las lágrimas ya se encontraban en mis ojos, solo faltaba que caigan para parecer una tonta. No podía creer que me haya dicho eso, no, no quería creerlo. Era como si me dijera que se arrepintió de haberme salvado cuando me tropecé en el bosque; que si no hubiera hecho eso se despidieran y no nos hablarían más. Como si solo nos siguen la corriente por que sabemos su secreto y tenemos dones.
- Oh, por favor, no llores. Te pido por favor que no llores Bonnie. Si lo haces
juro que no podré soportar -dijo suplicante, pero tarde. Sentí las lágrimas caer por mis mejillas.
Sin previo aviso una mano de Alec se posó en mi cintura, acercándome más a él. La otra, limpió mis lágrimas. Sus ojos no se separaron de los míos. Pude ver en ellos dolor, y mucho amor. Seguro que tenía un rostro demacrado, cada vez que lloraba se formaban grandes ojeras en mis ojos. Llorar me da sueño.
Lentamente Alec acercó su rostro al mío. Estábamos a milímetros de distancia, y mi corazón latía muy rápido. Nuestros cuerpos casi se tocaban. Cerré mis ojos en modo de reflejo, nunca había besado a alguien. Mis labios estaban entreabiertos.
De improviso, Alec me soltó y se alejó, mirando por detrás de mi hombro. Yo estaba paralizada. ¿Qué habré hecho para que él se aleje de manera tan brusca? Seguro que fue debilidad hacia los seres menos importantes que él, y en realidad Alec no siente nada por mí. Solo sentía pena.
- ¡Bonnie! ¡Alec! -escuché a Aimeé gritar. Salté del susto y limpié rápido mis mejillas para que no notara que había llorado. Cuando me di vuelta para encararlos, vi la mirada fija de Aimeé en mí. Se había dado cuenta, pero en vez de pena en su rostro apareció una sonrisa. ¿Y ahora por qué hacia eso? Dios, estoy loca, muy loca.
- Hola Bonnie. Alec -dijo Demetri serio. No me atreví a ver a Alec, me sentía avergonzada, por pensar precipitadamente en un nuevo amor. Rápidamente me puse alado de Aimeé, y empezamos a caminar rumbo al castillo. Esta vez yo estaba en una punta y Alec en otra, separados por mi amiga y Demetri. Aimeé me miró curiosa.
- ¿Qué pasó? Pensé haber visto que Alec
- Calla Aimeé. Te cuento en casa.
Ella solo se encogió de hombros y siguió caminando, de vez en cuando habló con Demetri. Me pregunto si hablaron y qué abra pasado. Cuando lleguemos al castillo ella también va a tener que contar.
- ¿Cómo les fue en el colegio chicas? -nos preguntó Marc
digo papá cuando llegamos.
- Bien -respondió Aimeé. Yo solo le sonreí, no estaba de humor para hablar, y sabía que si lo hacía, se iba a dar cuenta del dolor que mi voz refleja.
- ¿Bonnie? ¿Y esas ojeras? ¿Has dormido bien? No
a vos te conozco. Sí, has dormido bien. Pero lloraste -dijo preocupado. Suspiré.
- Sí papá. Lo hice. Pero lloré solo por que extraño a mi familia -le mentí. No le iba a decir la verdad, sabía que si lo hacía, mataría a Alec. Y no lo digo hipotéticamente, lo haría en verdad.
- Bueno, es normal eso. Ahora a hacer la tarea -sonrió, pero supe que no me había creído del todo. Tal vez por que es la primera vez que ni Demetri ni Alec estaban con nosotras recién legamos al castillo.
- Emm
Nos dieron tarea de Historia, y no sabemos nada de eso -dijo Aimeé. Nuestro "padre" rió.
- ¿Historia italiana? -preguntó -. En eso que les ayude Cayo, él estuvo en esa época. Lo recuerda mejor que yo.
Aimeé y yo nos miramos asustadas, Uh, Cayo.
- Está bien. Nos vemos luego -dijo Aimeé. Nos despedimos y buscamos a Cayo por todo el castillo, pero cuando pensamos que lo encontramos, nos llevamos la sorpresa de que era Aro.
- Hola chicas -dijo sonriente -. ¿Es que no van a saludar?
- Hola tío Aro -dijimos al unisonido.
- ¿Qué buscan?
- A Cayo.
- ¿Puedo preguntar para qué? -preguntó divertido, seguro recordando lo de los pies.
- Tenemos tarea de Historia y Marc
papá nos dijo que él nos puede ayudar -dijo Aimeé.
- Yo las llevo -dijo tendiéndonos la mano. La agarramos y caminamos una a cada lado de Aro. No sé por qué, pero él tenía una tendencia a tocarte la mano. Era como si necesitara del contacto físico para hacer algo. En un momento, gruñó y nos soltó de improviso.
- Chicas, debo hablar con unos de la guardia. Saben dónde está el cuarto de Cayo ¿No?
- Sí -respondió Aimeé.
- Bueno. Adiós -dijo con una sonrisa forzada.
- Chau.
Caminamos en silencio hacia e cuarto de Cayo y tocamos la puerta. Comúnmente no se encontraba allí, pero pude escuchar una blasfemia y luego ver la puerta abrirse.
- Hola
sobrinas -dijo enojado. Sonreí.
- Hola, ¿Nos podrías ayudar a hacer la tarea de Historia? -preguntó Aimeé. Miré fijo a Cayo.
- Sí -dijo haciendo lo que le ordené. Me miró mal.
- Grazie -dijimos a la vez. Entramos a la habitación, que tenía un aspecto viejo, horrendo. Como el de un cuarto de tres mil años de edad. Me reí bajito, sabiendo que Cayo me escucharía.
- Bien ¿Qué tienen que hacer? -dijo nuestro "tío". Le dijimos y empezó a explicarnos. Luego de unas cuantas de horas terminamos todo, luego de discusiones por que Cayo decía una cosa y el libro otra. Le terminamos creyendo a Cayo. Luego tendríamos problemas con la maestra, pero todo lo que tenemos está bien igual. Por fin le encuentro algo bueno a tener tíos de mas de cinco mil años de edad.
Luego de agradecer a Cayo por su "amabilidad" nos dirigimos al cuarto de Aimeé y nos sentamos en la cama. Era extraño no estar acompañada de Alec, me sentía vacía.
- Bien, ahora confírmame lo que vi en el colegio -dijo Aimeé. Le conté todo lo que pasó, y ella se sorprendió al escuchar de qué hablé con Demetri. No le dije de qué tema, pero ella tampoco preguntó.
- Bien, ahora tú -no sé cómo hice pero no lloré en ningún momento.
- Bueno
hablamos sobre la vida. Me trajo flores, las tengo en la mochila, y fue muy bueno conmigo.
Sonreí. Me hacía feliz que ellos estén bien. Bostecé involuntariamente.
- Vamos a dormir, es tarde -dijo Aimeé recostándose a mi lado.
- Aimeé, ¿Puedo dormir contigo?
- ¿Cómo hacíamos de chiquitas? -preguntó sonriendo.
- Sí.
- Bueno, pero no hables dormida ¿Si?
- Bueno .dije poniendo los ojos en blanco. Me recosté a su lado y rápidamente nos sumimos en un profundo sueño.
2 MESES DESPUÉS
(POV AIMEÉ)
Casi todo se había solucionado por aquí. Bueno, Bonnie seguía un poco resentida con Alec, pero se le pasará.
Demetri y yo hemos estado saliendo solos durante este tiempo. ¡Y no he pensado tanto como yo creía en Agustín durante este tiempo!
Papá es muy celoso, casi siempre salimos cuando no tenemos que pedirle permiso, pues se enoja un poco con Demetri. Tío Aro es igual que el.
Cayo
bueno, el por lo menos ya no nos trataba mal. Demasiado amable quizás, pero Bonnie no podía hacer nada mas por el.
Todos eran muy amables y amigables con nosotras, Heidi, Jane, Aftón, Félix
todos ellos nos hacían sentir como si fuéramos una enorme familia feliz.
¡Que hermosa familia tenía!
Este día estábamos leyendo un poco acerca de un tema que teníamos un poco de duda en cálculo. Nuestro tío Aro nos estaba ayudando.
Cuando escuche el timbre de mi celular.
Lo agarré y vi el número.
Agustín.
- ¿Agustín? - pregunté con un poco de confusión al contestar el celular. ¿Por qué me quiere hablar?
Vi a Bonnie y ella me miró con mucho dolor. Seguramente ella tampoco se lo esperaba. Intenté no ver a Demetri, seguramente verlo me partiría el alma en varias partes, que seguramente no podría juntar después.
- ¡Aimeé! - gritó de sorpresa
- Emmm
¿Si?
- Yo
Te tengo una sorpresa, también al engendro ese.
- ¿Bonnie? - pregunté divertida, viendo como Alec empezaba a gruñir
- Si, ella
- Y
¿Que es?
- Vengan al aeropuerto
- ¡¿Estas en Volterra?! - Si, grité, pero es que
Era casi imposible, y eso era horrible
¿Qué haría?
- Claro que si cariño. He venido a recuperar a mi novia.
- ¡No soy tu novia!
- Pero lo serás
De nuevo - dijo divertido, como si la idea de que no volviera junto a el fuera ridícula.
Demetri, papá y tío Aro gruñeron.
- Te paso al engendro
digo, a Bonnie - corregí de inmediato al ver la mirada asesina que me mandaba mi amiga.
- No Aimeé
Pero fue tarde, puesto que le pasé el celular a Bonnie.
- Agustín - saludó ella, un poco molesta - ¿Qué quieres? ¿Vigilarnos?
Ella solo se quedó, asintiendo para ella misma
- Mira, iremos por ti, pero no te prometo nada.
Colgó muy enojada y me miró.
- ¡Vamos por el bobo de Agustín!
- ¡Ya que! - contesté, con un poco de malhumor
Cuando nuestro padre nos dio permiso, Demetri (muy enojado y contrariado) y Alec nos llevaron al aeropuerto en el carro de Alec.
Cuando llegamos, vimos la figura de Agustín.
¿Cómo es posible que tenga que elegir entre ellos dos?
Agustín era muy guapo. Podría hacerse pasar por un vampiro, y créeme que lo haría bien.
El, al vernos, soltó la sonrisa más angelical que haya visto en toda mi vida. Pero esta reemplazo a una mueca de dolor, seguramente al ver a nuestros acompañantes.
- Aimeé - dijo, y, sin importarle nada, se acercó y me besó.
Estaba golpeándolo, pero no podía moverlo ni un solo centímetro.
Recordé momentos antiguos, en los que ambos éramos novios, y muy felices.
Me deje llevar, hasta que recordé a Demetri
Oh no.
¿Por qué siempre tenía que arruinar todo?
Mi vida era un desastre.
Me aparté de Agustín, y solo vi a Demetri muy enojado, corriendo hacia la salida del aeropuerto.
Le pegué tremenda cachetada a Agustín.
Nunca había pretendido lastimar a Demetri
Era una mala persona.
Y ahí supe quien de los dos me importaba más
Demetri.
Lo amaba mas que nada en el mundo, aunque se que lo mas seguro es que el no sienta lo mismo por mi
Pero
si no lo siente, ¿Por qué se fue muy enojado al ver a Agustín besarme? Quiero decir, solamente es mi amigo. Por lo menos hasta ahora, no se que pudo hacer ocurrido para que Demetri reaccionara de esa manera, quiero decir, no tengo nada de especial para que un vampiro se fije en mi
Simplemente no. Solo era una muchacha normal de quince años que intentaba vivir normalmente con una familia de vampiros. Si, bueno, lo normal para vivir con una familia tan especial como la que ahora tenía. No había nada extraordinario en mi (excepto tal vez mi don) como para que el se fijara en mi. Simplemente no habia nada.
Demetri.
(POV DEMETRI)
Después de observar esa escena por unos instantes sentí que me estaba ahogando, se que los vampiros no se pueden ahogar, pero era exactamente como me sentía en esos momentos.
El beso
No podía hacer nada contra eso, porque ella lo aceptaba porque quería.
Me tenía que ir. No se adonde, pero me tenía que marchar a algún sitio.
No me gustaría ir al castillo y que todos me preguntaran acerca de esto
No tenía muchas ganas de dar alguna explicación.
Pero
No podía hacer otra cosa, ni tenía otro lugar al cual ir, así que me marche derecho al castillo.
- ¿Y las chicas? - preguntó muy preocupado Aro
Si que les había agarrado cariño, creo que todos les hemos agarrado cariño. Tengo la sospecha de que Cayo ya les empezó a caer bien, y eso era algo. Íbamos a vivir toda la eternidad juntos, así que no podemos vivir con rencores ni podemos odiarnos los unos a los otros. Se supone que esto era una familia, ¿No?
Para contestar la pregunta de Aro, yo solo le tendí mi mano. El me la tocó y gruñó.
- Ese es un grave problema que tenemos que solucionar. No podemos dejar que la vuelva a lastimar.
- ¿Qué ocurre? - preguntó muy molesto Marco, seguramente notó la voz enojada de Aro, y el pensó que le ocurría algo a las chicas.
- Lo que ocurre, es que el hermano de Bonnie
Podría lastimar más a la pobre de Aimeé.
Marco se puso de pie y se marchó corriendo.
- Demetri ¿Podrías ir con Marco para que no haga alguna cosa que nos pueda poner en peligro a todos?
- Claro maestro
Fui persiguiendo a Marco, que estaba corriendo muy rápido, se que a ninguno de los dos nos cae bien Agustín, pero creo que el todavía no se da cuenta de que si lo mata, ellas no van a estar muy felices que digamos
Eso no estaría bien, el también se odiaría a si mismo si las lastimara de alguna forma.
- Marco - grité cuando lo pude ver
El se detuvo secamente
- ¿Qué quieres Demetri? ¿Matarlo personalmente tú? Estaría bien, yo superviso y tú matas.
- Marco, no podemos hacer eso
- ¿Por qué no? - Preguntó como si me hubiera vuelto loco - ¡El las va a hacer sufrir mas a las dos! ¿Qué acaso no te importa Aimeé? ¿Quieres que ellas sufran?
- Claro que no, pero lo que digo es que si nosotros le hacemos cualquier daño al tal Agustín, ellas nunca nos lo perdonarían, sin importar que daño les va a hacer el.
- ¿Por qué lo dices? - Dijo desesperado
- Porque es el hermano de Bonnie, lo mas seguro es que ella lo adore, no importa que le llame engendro, son hermanos y han pasado toda su vida juntos. No importa que el le haya hecho algún daño a Aimeé. Ellos son hermanos y no solo los une un lazo de sangre. Ya has oído como ella habla de su hermano cuando Aimeé no puede oír. Habla maravillas de él, y es natural, son hermanos
- ¿Y Aimeé? - Preguntó, casi como si ambos supiéramos que Marco había dado en el blanco
- Ella lo ama - Contesté
- ¿Eso no te hace odiarlo mas?
- Claro que si, pero yo
Nunca lastimaría a Aimeé. Nunca destruiría algo que ella amara, por mucho odio que le tenga. Ella es lo mas importante para mi, y si ella cree que el es lo mejor para ella
- Lo se, pero me pregunto ¿Podrías vivir con los dos cerca si al final ella decide que el es lo mejor para ella y lo convierte en uno de nosotros?
- Probablemente me alejaría lo más posible de todos, pero creo
Que podré soportarlo, siempre y cuando
Ella sea feliz. Marco
eso es lo único que me importa, que ella sea feliz. Sé que fui muy egoísta al pedirle a Bonnie que le ordenara a Aimeé que estuviera conmigo, pero es algo que yo no pude evitar, la amo demasiado como para dejarla ir, pero si ella es infeliz conmigo
Podré sobrevivir si se que ella es feliz, pero siempre estaré ahí para ella, no importa que haya pasado o que es lo que pasará. Eso es lo más importante para mí ahora.
- Lo se, pero eso todavía me convence. ¿Cómo puedo dejar a mis hijas con alguien que lastimara más a una de ellas? Simplemente no puedo pensar en algún padre que deje a sus pequeñas con alguien que solo las va a lastimar.
- Piensa que si le haces algún daño a ese tipo las vas a lastimar mas de lo que el las va a lastimar
- Lo se
Pero simplemente no puedo
- Creo
- Comencé, pero en eso escuche pasos, cerré los ojos y pensé en Alec. Si, como lo había imaginado, el es el que esta corriendo.
Y si, al pasar unos segundos, el llegó hacia donde nosotros estábamos
- ¿Por qué las dejaste solas? - Pregunté preocupado. Había dejado a mi Aimeé con ese tipo odioso.
- Porque Bonnie me lo ordeno - contestó Alec un poco molesto
- ¿Por qué? - preguntó ahora Marco, mas preocupado que antes.
- Digamos que
Cuando te fuiste - me señaló - Aimeé le dio una tremenda cachetada a Agustín, tan fuerte, que hasta a mi me dolió - dijo sonriente
- No estoy de humor para tus bromas Alec - dije un poco malhumorado
- Bueno, después de eso, los llevé a la casa que rentó la escuela de las chicas, y ahí comenzaron a discutir los tres, Aimeé y Agustín porque el la besó, y Bonnie y Agustín por
mí, digamos que el es un hermano muy celoso, así que comenzaron a discutir los tres, incluso Bonnie y Aimeé se estaban diciendo algo así como: "Dijiste que no lo habías olvidado" "Lo siento, pero creo que lo he hecho, y creo que"
- me miró un poco sonriente
- ¿Qué es lo que Aimeé cree? - Pregunté desesperado
- Lo siento, Bonnie me dijo también que no te dijera nada de lo que acabó de decir Aimeé
- Bueno, pero
¿Qué pasó después? - intervino Marco cuando vio venir una enorme discusión.
- Digamos que la cosa no iba muy bien, así que Bonnie me dijo: "Lo siento mucho que tuviste que ver esto Alec, creo que esto todavía no ha acabado, creo que deberías irte con Demetri, es lo mejor
Para todos". Así que me vine.
- ¿Aimeé esta enojada con el? - Pregunté esperanzado
- Eso me parece.
Sonreí. Se que esto dañaba un poco a Aimeé, pero no pude evitar sentirme contento ante la idea de que Aimeé se hubiera enojado con Agustín.
(POV AIMEÉ)
Esta discusión parecía no tener fin.
Le había dicho a Agustín y a Bonnie: Lo siento, pero creo que lo he hecho, y creo que
Estoy perdidamente enamorada de Demetri
¿Por qué había dicho eso? Alec estaba presente, estoy segura de que se lo habría dicho, pero Bonnie rápidamente le ordenó que no se lo dijera a Demetri
Espero que Bonnie no siga enojada conmigo por lo ocurrido
Todo esto es tan confuso que me dolía la cabeza de solo pensarlo, no quiero ni imaginar que es lo que diría nuestro padre si estuviera aquí
Se que los había visto a todos hacía menos de unas horas, pero ya los extrañaba a todos
Y mucho
Incluso extrañaba a Cayo
¿Por qué todo esto me ocurría a mí? Era feliz con Agustín
Llega la tal Katherine, y me lo roba
Llegamos a Volterra, nos encontramos con vampiros, dos de ellos nos quieren asesinar
No pasamos ni una semana en Volterra y Bonnie y yo estábamos con cortes en la pierna y brazo respectivamente, después de dos meses, cuando yo salía con un vampiro que en realidad me gusta mucho, llega mi ex-novio para decirme que quiere volver conmigo y me besa delante del vampiro con el que he salido estos dos meses. Después, el se marcha, y quizá la próxima vez que lo vea va a estar muy enojado porque el no vio cuando le di una tremenda cachetada al bobo de mi ex-novio. Por si fuera poco, creo que mi mejor amiga esta un poco enojada conmigo
¿Qué acaso tenía tan mala suerte? ¿Esta suerte podría ser un arma de destrucción mundial si se embotellara? ¿Quizá un arma más fuerte que la misma bomba atómica? ¿La causa de mi mala suerte será por mi enorme curiosidad? ¿O solo por mi torpeza? No lo se
lo único que se es que mi vida acabaría si no arreglaba las cosas con la persona que en realidad amaba
Mas que nada ni nadie en el mundo
Mas que mi propia vida incluso
Demetri
Tenía que solucionar todo con el
Pero antes, tendría que terminar de discutir con mi ex-novio y su hermana: mi mejor amiga
- ¿Por qué me tienes que arruinar toda mi vida? - Le reclamé a Agustín. Era cierto, eso de mi mala suerte comenzaba con el. El hizo que me encerrara con Bonnie en una biblioteca, e izo que nos fuéramos a Volterra de intercambio por ser las mejores alumnas, y después
Bueno, tal vez lo de después si fuera mi culpa
La enorme culpa de mi gran curiosidad y torpeza
La historia de mi
existencia
- Yo no te arruino la vida Aimeé, intento mejorarla
- ¿Mejorarla? ¿Qué crees? ¿Qué vivo infeliz?
- Claro que si
mira, si hubieras estado conmigo desde un principio, no te hubieras enamorado del tal Demetri, o eso es lo que dijiste hace unos momentos.
- ¿Si hubiera estado contigo? ¿Disculpa? ¿Quién fue el primero que me rompió el corazón? ¿Quién fue el primero que quiso que ya no siguiéramos juntos?
- Yo
No se que dices. Yo siempre
- No Agustín, tu nunca has hecho nada por mi, ni lo harás. Lo único que me has hecho es sentir dolor. Lo que me has hecho es romperme el corazón, hacerme sentir que no valgo la pena, hacerme sentir
- Aimeé - Intervino Bonnie - Creo que ya entendimos muy bien de que se trata
- Tu no digas nada engendro - dijo Agustín, furioso - ¡Todavía falta que me digas que es exactamente ese tipo de ti!
- ¿Y si fuera mi novio? ¿Qué me harías?
- ¿Con que es tu novio?
- Si, ¿Y? - dijo Bonnie furiosa, ambas sabíamos que no había pasado nada entre ella y Alec, pero lo mas seguro es que quiera hacer eso solo para molestar a Agustín.
- Créeme que le dolerá
Bueno, solo se necesitaba jalarle la cuerda a Bonnie para que comenzara a gritar como loca
Y Agustín la había jalado demasiado. Esta era una maña adquirida desde que supo de su don
- ¡¡¡Agustín!!! ¡YA NO SOY UNA NIÑA PEQUEÑA! ¡DEJA DE MOLESTARME CON ESO! ¡DEJA A ALEC EN PAZ! ¡EL SOLO ES MI AMIGO! ¡NO LO AMENAZES MAS! ¿CREES QUE NO TENEMOS SUFICIENTE CON LA ESCUELA Y CONOCER ESTOS MAGNIFICOS LUGARES? ¡Y NO SOLO A MI ME ARRUINAS TODO ESTO! ¡TAMBIEN SE LO ARRUINAS A AIMEÉ! ¡ERES UN IDIOTA!
- Yo
- Dijo Agustín, sorprendido por la reacción de Bonnie
- Agustín - Dije - Déjalo ya
Como lo he dicho antes, amo a una persona, y esa persona no eres tú
- No
No Aimeé, no me puedes decir eso - Su cara de dolor me perforaba toda mi alma, y mi corazón. ¿Cómo pude romperle el corazón?
- Agustín
- Aimeé
No me dejes
No sabes como han sido todos mis dias desde que te fuiste de Estados Unidos
- Yo
- Solo dame una oportunidad Aimeé. Te juro que no te vuelvo a romperte el corazón
Te amo.
- No, no
Tu
Me arruinaste mi vida desde que te apareciste en Volterra, no, desde que me llamaste por celular
Ya te había olvidado, casi por completo
Pero llegaste y me arruinaste todo
Lo siento Agustín.
Me acerqué a el, le di un beso en la mejilla, y me marché
Se que Bonnie esta enojada conmigo
Le rompí el corazón de una manera muy cruel a su hermano, pero
¿Qué otra cosa podía hacer? Demetri era todo lo que quería en estos momentos
Tenía que buscarlo, encontrarlo y decirle lo que sentía por el
Aunque se que ambos tenemos muchas diferencias (El es perfecto
yo solo soy una simple humana que se enamoró de un perfecto vampiro) se lo tenía que decir
No me podía quedar callada ante esto
Descubrí que estaba enamorada de el, y que siempre lo estaré
Lo único que queda es saber lo que el siente por mi
Pero
se que no soportaré que el me diga que no
Se que eso me dolería mas que cuando Agustín me dejo
Y sabía muy bien el porque
Simple y sencillamente porque Demetri es el amor de mi existencia
Agustín solo fue mi primer novio
Cosa de adolescentes
Si, se que todavía soy una, pero me siento mas madura al estar con el
Quizá porque tiene mas de quinientos años de vida, quizás porque últimamente he estado con personas de mas de un siglo de edad
No lo se, solo se que el es lo que realmente quiero para toda mi
eternidad.
No soportaría un rechazo de él
Pero tampoco podría soportar quedarme callada ante una revelación que estoy segura que en el fondo de mi cabeza y mi corazón, yo ya sabía, desde hace mucho tiempo
Y era algo que
yo no podía evitar
Era algo muy parecido a los lazos que tenían Chelsea y Aftón, Félix y Heidi
Y estoy muy segura de que Alec y Bonnie también tenían esos lazos tan profundos
Demetri
¿Qué es lo que sentirá por mí?
Tal vez solo me vea como a una pequeña niña
Una cosa insignificante. Tal vez tenga un poco de sentido protector conmigo, pero eso no lo sabía
Tal vez solo fuera lastima que todavía sea de la especie débil
Quizás cuando me transformen no será lo mismo
No
Eso solo hacía que mi dolor incrementara demasiado
Pero no debía pensar en ello
Todavía
Tendré que hablar cuanto antes con Demetri
Decirle que lo amo
y esperar su respuesta
Mi Demetri
¿CUÁNTAS VECES GRITÉ HOY?
POV Bonnie
¡Dios! Nunca creí que la llegada de mi hermano me pondría de tal humor. Recién llega, y se atreve a besar a Aimeé. ¡Encima enfrente de Demetri! El pobre tenía una cara demacrada y enojada y se fue sin más decir. Y Dios, ¿Por qué mi hermano tiene que ser tan celoso? Haber, parece que no entendió que Alec y yo no somos NADA, aunque me gustaría que no fuera así.
- Ahora mismo, llamo a Alec y le pedís perdón. ¿Entendiste? -le dije enojada. Él solo me miró con dolor en los ojos y asintió con la cabeza. Si no hubiera estado tan enojada en ese instante, lo hubiera consolado. Tomé el celular y marqué el número de Alec.
- ¿Qué pasa Bonnie? -respondió al primer llamado.
- Necesito que vengas YA -le ordené un poco más calmada. Su voz hacía ese efecto en mí.
- Ya estoy yendo. Oye, ¿Qué pasó al final con Aimeé?
- Se fue no se donde luego de que le diga unas cositas a mi hermano.
- ¿Y para qué querés que vaya?
- Uno, para que Agustín se disculpe. Dos, para llevarme al castillo y
buscar a Aimeé. Supongo que se fue al bosque.
- ¿Para que se disculpe?
- ¡Por ser tan grosero con vos! ¿Vos pensas que dejaría que te traten de esa maner
-paré de hablar, había cometido otro error
- Bueno
Oye, tienes suerte de que Demetri sepa como calmar a las personas. Por que si no tu hermano estaría muerto ya.
- ¡¿Qué?! -mi hermano... ¿Muerto?
- Marco se enteró de lo sucedido y se fue rumbo a la casa. Demetri lo paró, pero se veía muy enojado.
- ¿Está él con vos?
- Sí
y también Demetri.
- Oh, bueno. Pasame con Marco -hubo un momento de silencio y luego escuché su voz.
- ¡Hija! Me tenían preocupado. ¿Qué pasó? ¿Por qué han peleado? ¿Dónde se fue Aimeé? ¿Están bien las dos? ¿Necesitas que me encargue de ese tal Agustín? ¿Les ha hecho mucho daño? ¿Por qué me has llamado Marco?
- Tranquilo
. Eso te lo explico después. Te llamé así por que no quiero dar explicaciones. No, no le hagas nada por favor -me reí.
- Ya estamos en tu puerta, ábrenos -y cortó. Fui a abrir la puerta y ahí estaban. ¡Dios, que rápidos!
- Hola hija -dijo mi padre revolviéndome los cabellos.
- Hola pequeña -saludó Alec dándome un beso en la mejilla. Pero no fue un simple toque de cachetes, más bien agarró mi mandíbula y estampó su boca en mi cara. No se porqué, pero esa sensación me agradó mucho.
- Hola Bonnie -dijo Demetri con dolor. No pude evitar consolarlo.
- Demetri, no pasa nada. Ella te quiere. Tendrías que haber visto como le gritó -él sonrió, perro fue una sonrisa triste.
Todos entraron y yo cerré la puerta. Miré a Agustín, quien observaba a mi padre temeroso. Marco lo veía con odio.
- Agustín. ¿Qué debes decir? -pregunté cruzada de brazos y moviendo mi talón arriba y abajo.
- Yo
- Bonnie, no es necesario. Es normal eso en un hermano -dijo Alec. Lo miré enojada.
- Cállate -le sonreí malignamente. Él hizo lo que le dije, claro, no sin poner una cara de enojado. Eso me hizo reír.
- Lo siento Alec. Es verdad, Bonnie ya no es más una chica chiquitita. Pero la verdad, es que no confío en vos -dijo Agustín de una forma tan
casual. No, eso si que no.
- ¡AGUSTÍN! ¡¿CÓMO PODES DECIR ESO?! ¡¿ES QUE SOS IDIOTA?! ¡LO LLAMO PARA QUE TE DISCULPES, Y LO ÚNICO QUE HACES ES ARRUIINARLO TODAVÍA MÁS. ¡SALÍ YA DE MI CASA ANTES DE QUE TE MATE! -le grité. Él solo me miró sorprendido y sin decir palabra se fue de la casa. Murmuré un montón de blasfemias antes de acordarme que mi padre, Demetri y Alec se encontraban allí mirándome divertidos.
- No sabía que lo querías tanto
-dijo mi padre aguantándose la risa. Noté el doble sentido.
- ¿QUÉ LES PARECE SI VAMOS A BUSCAR A AIMEÉ ENVEZ DE REIRSE DE MI A MIS ESPALDAS? -pregunté gritando. En ese instante, Alec apareció detrás de mí y me pasó una mano en mi cuello, haciendo que ronroneé. Cerré los ojos de puro placer. Me sentía más calmada.
- Alec, ya basta. Está calmada -dijo mi padre seriamente. Me reí.
- Tengo que soportar a mi hermano, a Aro ¿Y ahora a vos?
- ¡Alec! -dijo Marco ignorándome.
- Perdón, perdón -se disculpó Alec sacando la mano de mi barbilla. Me encantaba la sensación, ahora me sentía vacía. Luego abrí los ojos de golpe.
- ¡Aimeé! ¿Dónde está?
- Demetri, rastréala -dijo mi padre.
- ¿Rastrearla? -pregunté.
- Sí. Él tiene el don de rastrear.
- ¿Alguien tiene un don acá? -dije enojada por que no me lo contaran. Alec y mi padre levantaron la mano. Los miré interrogantes.
- Yo puedo ver los lazos de las personas -dijo Marco.
- Y yo puedo dejar "inconciente" a alguien. Ósea, lo privo de todos los sentidos: el tacto, la vista, el olfato, y de sentir.
- Lo usaste contra mí y Aimeé ¿No?
- Sí -dijo apenado.
- Bueno, mientras hablaban estuve rastreando, pero no la encontré. Es como si hubiera desaparecido -dijo Demetri asustado. Nunca lo vi así.
- ¡Tengo una idea! Nos separamos y la buscamos por el bosque -dije esperanzada.
- Buena idea. Yo voy con vos
-dijo mi padre, pero Alec lo cortó.
- Voy con Bonnie.
Marco lo miró enojado, pero asintió con la cabeza. Alec sonrió, me tomó de la mano y salimos de la casa. Intenté deshacerme de la mano de Alec, pero el solo apretaba más su agarre. Desistí y seguí caminando. Ya íbamos a entrar en el bosque, y poco a poco sentí que su mano se trasladaba a mi cintura, hasta quedar pegada a su costado. ¿Qué le pasaba a Alec? No sé, pero lo único que tengo bien clarito es que no quiero que él me suelte. Algo estaba planeando
- ¿Alec? -pregunté en un susurro.
- ¿Sí, Bonnie? -respondió volteando la cabeza, de tal forma que quedamos a centímetros de distancia. Mi corazón latió fuerte y él sonrió.
- ¿Qué planeas? -pregunté con picardía. Él frunció el ceño.
- Yo no planeo nada -exageró mucho la voz de inocente, y eso lo delataba.
- Oh, dale. ¿Y ese beso en casa? ¿Y esta forma de agarrarme? -pregunté.
- Es una simple demostración de que somos amigos.
- Mejor dicho una simple demostración que somos más que amigos
-otra vez metí la pata -. ¡Hay! Sigamos buscando a Aimeé.
- No, no. Has tentado al demonio, Bonnie. Ahora sufrirás las consecuencias -dijo de forma seductora mientras agarraba el otro lado de mi cintura y me pegaba más a él. Me acarició la mejilla con su mano y luego empezó a acortar la distancia entre nuestros rostros, que para ser sincera no era mucha. Yo cerré los ojos, quería que ya me besara. ¿Por qué lo hacía más tortuoso?
Sentí su frío aliento en mi boca, hasta que sentí sus labios rozar con los míos. El corazón me latía a mil por hora y las mariposas en mi estómago me estaban comiendo por dentro.
- ¡Ahí está la otra Vulturi! -escuché el grito de una voz masculina. Sentí como Alec se tensaba, y se apartó de mí, sin soltarme. Lo vi concentrarse en un lugar fijo. Frunció el ceño.
Luego todo fue muy rápido. Sentí un golpe fuerte en mi espalda, y cuando quise darme cuenta, estaba estampada contra un árbol, mientras veía a dos hombres luchar contra Alec. Mi vista estaba nublada, y estaba mareada, pero eso no impedía que sintiera dolor al ver todo esto.
- ¡NO! ¡DÉJENLO! -sollocé. Los dos hombres me miraron, y pude observar sus ojos rojos.
- ¡Hay! ¡Tu compañerita te protege! No puedo creer que te enamoraras de una simple humana -dijo uno de los vampiros, quien agarraba a Alec del brazo. Éste me miraba triste -. Valentín, ocúpate de la niña.
- ¡NO! A ella no le hagan nada, por favor -suplicó Alec.
- Amigo, me parece que me tendrás que seguir. No creo que ellos me dejen de atacar.
- ¿Ah? -dije confusa.
- Pequeña, oblíganos a hacer algo -dijo uno de ellos.
- Déjanos libres -les dije mirándolos fijos. Mi voz era de lo más fría y careciente de emoción. Ellos se quedaron donde estaban, ni se inmutaron de mi orden. Me enojé mucho.
- ¡Muévanse, idiotas!
Pero ellos solo sonrieron. Y yo lo único que pude hacer es gritar. Fue un grito agudo, lleno de frustración. Luego recordé que Demetri y mi padre nos pueden oír. Sonreí. Seguro fue una sonrisa atemorizante, por que los tres pusieron cara de terror. Luego, Alec comprendió por qué sonreía y él hizo lo mismo. Tomé una bocanada grande de aire, y cuando iba a pegar el grito una mano me tapó la boca.
- ¡Estúpida! Ahora el líder Vulturi y su guardián vienen.
En ese momento Alec quedó paralizado, mirando al vacío; como se ponía Aimeé cada vez que tenía una visión y la dibujaba.
- ¿Qué le hicieron a Alec? -pregunté con temor. No me respondieron, si no que el que se hacía llamar Valentín me agarró en brazos como un bebé y empezó a caminar a no se dónde del bosque -. ¡¿Qué haces?! ¡Bájame! -pataleé.
- ¿Puedes dejarte de mover? -me miró fijo y en ese momento vi todo negro. Me sentía poseída, pero podía sentir como alguien me llevaba en brazos, sentía el frío, el viento correr por mi cara revolviéndome los cabellos. Y olía una fragancia dulce, pero para nada comparada como el olor de los Vulturi. Era obvio que no estaba bajo el don de Alec, esto era otra cosa. Me puse a pensar en una posible explicación a lo que me estaba pasando, pero en un momento el sueño me dominó y caí rendida.
Soñé un recuerdo, la vez en la que me agarraró la locura de comprar ropa italiana, y como el día estaba nublado, decidí llamar a Alec.
- ¡Alec! -grite. Había sacado la cabeza a través de la puerta entreabierta para que me escuchen mejor, aunque no era necesario. En unos segundos Alec estaba alado mío.
- ¿Pasa algo Bonnie? -preguntó preocupado, seguro que por el grito que pegué. Le sonreí.
- Nada, solo quería salir a comprar.
- ¿A comprar? -parecía confuso.
- ¡Sí, a comprar ropa! -dije emocionada.
- ¿Para qué? Tienes mucha acá... -dijo viendo el enorme armario que gentilmente Jane, Heidi y Chelsea me llenaron de ropa.
- Sí, pero quiero salir un poco del castillo. Además, quiero comprar ropa a mi estilo -ya, se va a dar cuenta que lo único que quiero (Además del hermoso pañuelo amarillo que vi en un negocio) es estar con él, a solas.
- Bueno... Primero le avisamos a Marco y vamos.
-Bueno.
Caminamos en silencio hasta donde se encontraban mi padre y tíos y nos paramos en frente.
- ¿Pasa algo Alec? -preguntó Aro. Contesté por él.
- Queríamos pedir permiso para ir a comprar ropa.
Mi padre me miró incrédulo, luego, miró a Alec receloso.
- ¿Con él? -preguntó.
- Sí papá -dije con una sonrisa.
-¿Y no puedes ir con Jane o Heidi?
- No.
- ¿Por qué? -rayos, ¿Ahora qué le decía?
- Ve, Bonnie. Seguro que estar acá encerrada todo el tiempo es aburrido. Ve y diviértete gastando -dijo Aro al notar lo nerviosa que estaba. Él era celoso, pero Marco era peor.
- ¡Grazie Aro! -dije dando un saltito. Agarré la mano de Alec y lo llevé a la salida. Saludé a la recepcionista, que nunca me pude acordar del nombre, y salimos. Alec aprovechó mi torpeza y agarró mi cintura, apretándome más de lo necesario a su cuerpo.
Ya habíamos comprado más de cinco conjuntos de ropa, dos para él y tres para mí, cuando vi el pañuelo que tanto deseé cuando lo vi. Podía escuchar como me llamaba, "Bonnie, Bonnie, ven conmigo. Cómprame. Déjame cubrir tu cuello...". Sin poder resistirme, entré al negocio seguida de Alec, quien parecía desconcertado. Como en todos los lugares, mi vampiro, (si, MI vampiro) recibió varias miradas de chicas adolescentes, y otras bastante viejas. Tal vez sean jóvenes para la edad de Alec... aunque nunca le pregunté los años a él.
- Hola, ¿Necesita algo? -preguntó en italiano la vendedora, a Alec, para ser exactos. Carraspeé.
- Emm.... Hola ¿No? -la vendedora me miró mal. No me importó -. ¿Me podrías traer el pañuelo amarillo de la vidriera? -dije señalándolo.
- Claro -dijo descortésmente y se fue.
- ¿Y ese trato? -preguntó Alec conteniendo la risa.
- ¿Es que no vez como me trató? Era como si no existiera. Nunca volveré a este lugar.
- No creo que lo logres -dijo soltando una risita. Lo miré envenenada.
- Acá está el pañuelo chica. Por allí hay un espejo -señaló una pared donde se encontraba un gran espejo.
Yo asentí con la cabeza y agarré el pañuelo de la mano de la vendedora. Me dirigí al espejo y me lo puse. Me quedaba hermoso. Aunque pareciera imposible, el amarillo resaltaba mi pelo. Antes de darme vuelta me eché una miradita más, cuando pude ver por el reflejo a la vendedora besar a Alec. Estaba a punto de llora, sentía como si todo el mundo se me cayera encima cuando vi que Alec no se movía, no la separaba. Cerré mis ojos, no quería ver como una chica besaba a Alec. Le quería pegar, y no sabía por qué. Yo no era nada de él, así que no me tenía que importar, pero algo me hacía resistirme a esa idea. Contenía las lágrimas, no quería que viera lo débil que soy, pero no pude contener el sollozo. Fue algo casi inaudible, pero Alec lo escuchó. Lo pude sentir.
En ese momento escuché un gemido de fastidio y luego unas manos frías en mis hombros.
- Bonnie, abre los ojos por favor -dijo en un susurró. ¡Hay! Cómo resistirse a eso...
- Bonnie, ábrelos -dijo con voz más alta. Estaba respirando con dificultad, el ya se abría dado cuenta de que estaba apunto de llorar. Le hice caso.
Mi vista estaba nublada a causa de las lágrimas, pero pude ver la cara de Alec, que demostraba irritación y dolor. Me miraba con ternura.
- Háblame Bonnie, por favor. Me matas -suplicó Alec. Yo solo negué con la cabeza y me lancé a sus brazos. Me devolvió el abrazo acariciándome la espalda mientras besaba mi frente. Me sentía muy bien en sus brazos, en ese momento no lo sentía frío. Si no que estaba hirviendo, pero era un calor cómodo.
- ¿Te llevarás el pañuelo?-preguntó Alec en un intento de cambiar de tema. Le sonreí.
- Sí -dije en un susurro.
- ¿M dirás por qué llorabas?
- No.
Él solo sonrió y se fue a la caja. Compró el pañuelo y nos fuimos al castillo.
Ese sueño me hizo darme cuenta de muchas cosas. Primero: amo a Alec. Segundo: si no lo tengo a él, muero. Tercero: el me quiere, o tal vez me ama, y me lo ha demostrado muchas veces, solo que yo lo ignoré.
Soy una tonta, le debería haber dicho lo que sentía antes. Ahora no estaría con este peso encima. Debería liberarme, ir con él, decirle lo mucho que lo quiero, lo mucho que lo amo. Pero si no era correspondida
Eso me mataría. Pero la manera en la que me trata muestra lo contrario. Aunque
si tú amas, pero él o ella no te corresponde, significa que no es tu alma gemela, que tu no estas predestinado a estar con el/ella. Pero si sos correspondido, debes de apurarte, y decirle a esa persona tus sentimientos. Si no, lo pierdes.
Estar enamorada es difícil, debes o quieres hacer cosas contra tu voluntad, o dejar de hacer cosas que han sido parte de tu vida por años. Y yo este tiempo he cambiado. Nunca me maquillé mucho en mi vida, nunca me gustó pintarme los ojos. Ahora uso rimel, y todo para parecer más "linda". Esa es una cosa entre muchas otras. Y no puedo creer, que haya tardado tanto en darme cuenta que me había enamorado de Alec. Justo cuando estoy lejos de él, cuando me doy cuenta que lo necesito conmigo, y que no puedo vivir sin él, me entero que estoy enamorada.
¡Dios! ¡No puedo más! Lo necesito, quiero que él me salve, que me quiera. Alec, dónde estas que no me salvas. Alec, ven por favor. Ven, que necesito decirte que te amo
(POV AIMEÉ)
No sabía por donde iba, pero tenía mucho miedo
Estaba perdida, de eso no había ninguna duda, pero
me deben de escuchar, a menos que estén en el castillo o la casa rentada
.
- Demetri - grité, quizá me escuche, de todos modos, no quería que nadie mas viniera, eso lo esperaba de todos
No, habían pasado muchas horas, en las que parecía que caminaba por el limbo, pues lo único que veía eran los enormes árboles verdes que cada vez me asfixiaban más
- ¡¡¡DEMETRI!!! - Sollocé
se que era una tonta al hacerlo, puesto que no éramos nada y lo llamaba como si eso fuera lo que mas necesitara, mas que nada, mas que nadie
Quería decirle que no había querido que Agustín me besara, que lo golpee y que le rompí el corazón de una manera tan dura que incluso me dolió a mi misma.
Estaba segura de que alguien me perseguía, lo podía sentir
Pero ¿Quien?
Volteé con el miedo reflejado en mis ojos, mi corazón latiendo a mil por hora, y la pequeña ilusión de encontrarme con Demetri.
Pero no era el.
Sin embargo, era un vampiro, el más hermoso (a parte de Demetri) que había visto en el mundo
Era más guapo que Agustín, supongo que con eso digo todo
El me sonrió de forma maliciosa.
- ¿Así que tu eres una de las humanas que protegen los Vulturi?
- ¿Quién eres tu? - Pregunté con desconfianza ¿Acaso era un vampiro bueno o era uno de los malos? No lo sabía, pero sus ojos rojos no me daban la confianza que tenía cuando veía los ojos de algún miembro de mi familia vampiro. Eran diferentes, los ojos de los Vulturi (Quizá exceptuando a Cayo) me inspiraban tanta confianza, que sentía como si fueran humanos, no del todo claro esta, pero al parecer no todos los vampiros tenían ese encanto en sus ojos, esa naturaleza que parecía como si no hubiera otro color mas
. ¿Amable, quizá? De ojos
Se que es una tontería, pero yo lo veía de esa manera
Veía a mi familia como humanos, solo que mas
especiales.
- Disculpa, olvide mis modales
Mi nombre es Erik
- ¿Solo Erik? - Si, no quería iniciar una enorme conversación con un vampiro sádico, pero alguien me tuvo que haber escuchado bramar el nombre de Demetri, ¿No? Tendrían que llegar muy pronto
A menos que hayan ido a la casa rentada
Lo mas seguro es que Bonnie les hubiera hablado, y Demetri hubiera ido con ella, a lo mejor me buscaban en esos momentos, a lo mejor Demetri le estaba partiendo el cuello a Agustín. No sabía porque, pero sonreí a tal pensamiento.
- Si, soy del clan de Filadelfia
- Nunca habia escuchado algo así - ¿Clan? ¿Existen los clanes de Vampiros? Yo solo creí que había familias. Al parecer Erik lo pensó también, pues dijo
- Si, clanes
Supongo que los Vulturi te dieron la impresión de ser una "enorme familia feliz" - Dijo, lo último con sarcasmo. No podía creer que alguien pudiera odiar a mi nueva familia
Si, tal vez sean unos vampiros que beben sangre humana pero no creo que haya algo malo en ellos
a parte de eso, claro
- Yo
- ¡¡ERIK!! ¡¿QUE PARTE DE NO CONVERSES CON ELLAS NO HAS ENTENDIDO?! - Llegó un hombre, parecía igual de anciano que mis tíos y mi padre
¿Cuántos años tendría? Yo creo que ronda como para la edad de Cayo, pero, inevitablemente, al igual que los vampiros normales, era realmente hermoso, no
era igual que ellos, tenía solo las facciones perfectas, me pregunto porque los vampiros ancianos se le ven solo las facciones perfectas, digo, no puedes distinguir si son hermosos o no, solo lo sabes por las facciones
Me pregunto como lucirá Demetri a esa edad
Seguramente igual de guapo que siempre, o quizás aun mas que de costumbre
No lo se
Y si ellos me matan, creo que menos sabré
- Lo siento maestro - Bueno, si los Vulturi eran una familia, pero ellos también le decían maestros a mi padre y a mis tíos
Solo cuando ellos los podían oír
Nunca cuando ellos estaban con nosotras le decían por su nombre
Si, algunas veces se les pasaba, pero mi padre y mis tíos no le daban mucha importancia, pero se lo decían en muy pocas ocasiones. Casi nunca.
El tal Erik habló, pero no entendí lo que pronunciaba. Quizá lo hacia de forma casi inaudible, solo para que yo no lo escuchara.
¡Como desearía ser vampiro! Quizás no me tuvieran que cuidar, quizá solo me habían visto y me hubieran dejado en paz solo por ser un vampiro, no una frágil humana que estaba expuesta a todo tipo de cosas. Incluso hubiera estado mucho mejor que un oso me hubiera encontrado, quizá los vampiros me maten lentamente, pero el oso me hubiera matado tan rápidamente que ni lo hubiera sentido.
El que parecía el jefe sonrió en mi dirección y asintió al tal Erik.
Oh no
¡Demetri! ¿Qué estarás haciendo en estos momentos?
Entonces, no recordé nada
Desperté al lado de los dos vampiros
Miré hacia en frente, donde habia un enorme árbol, unto a una navaja clavada y un dibujo hecho por la navaja
Mas bien por mi, ¿Cómo lo había hecho? ¿De donde había sacado la navaja?
Miré detenidamente al dibujo.
Mi papá y Alec alzaban la mano, mientras que Bonnie parecía un poco
Como si hubiera gritado hacia unos minutos, Demetri estaba al lado, con cara preocupada.
- ¡HEY! - Grité cuando me di cuenta de que Erik me cargaba, y tomaba mi mano
- Lo siento, pero no puedo dejar que el - Dijo señalando a Demetri - Te pueda encontrar
¿Tu don es de pintar el futuro, cierto?
- Si, pero como
- ¿
voy a hacer que Demetri no te encuentre con su don? Muy fácil, yo soy inmune a los dones mentales, y puedo compartir eso con otra persona, solo se necesita un pequeño contacto físico, casi nada - Dijo levantando la mano con la que sujetaba fuertemente la mía.
- ¡SUELTAME!
- No, lo siento, tú y ella - Ahora señaló a Bonnie - Van a unirse a nuestros clanes
- NO
- Claro que lo harán
Me quedé un rato, sin saber que mas decir
¿Por qué tenían que llevarse también a Bonnie? ¿Qué daño le estábamos haciendo nosotras para que nos alejaran de nuestra familia? ¿Por qué me alejaban de Demetri?
Después de mucho tiempo, Erik habló
- Creo que Valentín necesita
ayuda. La otra tiene el don de ordenar a las personas que hacer
supongo que ella lo va a hacer con el, así que
¿Nos vemos en el aeropuerto?
No quería ver a nadie, así que me quedé con la vista fija en el suelo mientras el jefe me llevaba a un lugar, no sabía a donde
¿Hace cuanto no había dormido bien? ¿El dia antes de que nos marcháramos a Volterra? Porque aquí habia varias cosas que hacer en vez de dormir
Si me llegan a transformar, no creo que extrañe las horas de sueño
Son muy tediosas, en vez de hacer cosas de provecho (Como ver a Demetri un millón de veces) tienes que estar con los ojos cerrados
Al final, si sueñas con alguien de tu familia vampiro, despiertas y te das cuenta de que no le hiciste justicia: son mas hermosos que en los pensamientos
El tipo me llevaba cargada, y no sentí nada, solo llevaba los ojos cerrados, pensando en Demetri
solo eso
Y ahí quedé por un buen tiempo
Quizás hayan pasado horas, dias, meses
No lo se
Me desperté sobresaltada. ¿Qué había ocurrido?
Miré a mí alrededor. Estaba en una habitación enorme, lujosa y muy
moderna, todo lejos de las habitaciones con decorado muy antiguo que tenían los Vulturi.
Miré a la cama de al lado y visualice a Bonnie, que me veía muy preocupada.
- ¡Aimeé! ¡Ya despertaste! Yo desperté hace un par de horas
- ¿Como? ¿Hace un par de horas?
- Si, creo que hemos estado hipnotizadas hace un par de dias
lo se porque "él" me lo dijo
- ¿El?
- Valentín
el
-
otro vampiro, lo se
- ¿Ah, si?
- Si, escuche que el tal Erik iba a ayudar al tal Valentín
No lo se
- Ah si
Emmm
- ¿Emm que?
- Yo
¡Te va a pedir que te cases con el!
- ¿Que?
- Si, el tal Valentín me lo pidió, yo le sonsaqué algo, y me dijo que Erik te lo iba a pedir cuando te despertaras, es que Valentín dice que nos hipnotizo y que como no sabe que medida de hipnotización se necesita para los humanos
- Si que te has hecho amiga de el
- ¿Crees que quiero estar con el? ¿Crees que prefiero estar con el que con Alec? A parte esta horrible
- Si yo no dije eso
lo que digo es que ya le has hecho plática
Yo le había dado la ley del hielo
O le hubiera ordenado que se marchara o nos dejara libres - Dije mirándola de manera muy significativa
- Lo habría intentado, pero el tal Erik estaba ahí
- No me tenías que decir más
Lo comprendo, el me dijo su poder
- Si, es horrible y desesperante que los demás no hagan lo que tu quieras
- Bueno, es la frustración de todo humano
- De seguro el te agarro la mano, ¿No?
- Si
- Lo sabía, Demetri te estaba rastreando, pero dijo que no te encontraba, seguramente pensó que tu
- Emmm ¿Dónde estamos?
- Me parece que en Estados Unidos
Ellos no me han revelado exactamente donde estamos, pero me han dado un par de pistas
- Oh
En eso, entraron dos personas, Erik y otro que no había visto
lo mas seguro es que el fuera Valentín
bueno, de feo no tenía nada
- Ya despertaste - Me dijo Erik con la voz mas tierna que pudo
Eso me dolió. Demetri hacía su voz exactamente igual de tierna
incluso más.
- Si
- ¿Cómo te sientes?
- Mejor, gracias
- Eso esta bien.
- Lo se.
- ¿Necesitas algo?
- No
El solo rió
- ¿Cuál dices que es tu nombre?
- Aimeé
- Aimeé ¿Que?
- Aimeé Brooks
- Aimeé ¿Qué he hecho yo para que me trates de esa manera?
- ¿De que manera?
- ¿Acaso así eres de seca?
- Si - Bueno, no es que fuera la mejor de las mentirosas, ni siquiera sabía mentir bien, pero hice lo mejor que pude solo para que me dejara en paz
Extrañaba tanto a Demetri
- Eso no me lo creo
El se quedó mirándome, haciendo que me pusiera muy incómoda
- Veníamos a pedirles algo, yo a Bonnie y Erik a ti - Me dijo el tal Valentín
- ¿Ah, si? ¿Y que es?
- Que si se casan con nosotros
- ¡¡¡NO!!! - Saltamos las dos de inmediato
- Sabía que dirían eso
No queríamos hacer esto, pero no nos dejan más alternativas
¡¡¡Maestro!!!
El que parecía ser el líder de ese clan se apareció por la habitación, ¿Por qué lo habrán llamado?
- ¿Quieren que lo haga ahora?
- ¡¿HACER QUE?! - Gritamos las dos espantadas ¿Qué nos haría ese tipo?
- Quitarles los sentimientos
Oh no
Se que el no mentía, puesto que habia aprendido incluso como un vampiro mentía, y el no lo hacía
No
No
¿Perder todo sentimiento?
No sentir lo que siento por Demetri
Nunca mas volver a sentir aquel revoloteo de mariposas en mi estomago cuando lo veo.
¿Nunca mas volver a sentir que ya no puedo respirar cuando el me sonríe? ¿No volver a sentir amistad hacia Bonnie, Félix, Chelsea, Heidi, etc.? ¿No volver a sentir el cariño que le siento a mi padre?
¿No volver a sentir absolutamente nada?
- ¡NO!
El líder sacó dos cajas, no tenían ningún tipo de adorno, eran negras en su totalidad.
El se acerco a Bonnie, que intentó retroceder, pero el tal Valentín la sujetaba, y en unos segundos, también sentí que Erik me apretaba las muñecas
El tipo toco la cabeza de Bonnie, y algo de color Rojo, parecía algo como
un vapor de ese color
No podría decir con exactitud que era, solo lo que parecía
Mientras eso se juntaba, el tipo abrió la caja, y con las manos, pero sin tocar el vapor la metió en la caja, eso si, con mucha delicadeza, que parecía que fuera un alma en vez de sentimientos.
Bonnie cerró los ojos y los abrió de repente, parecía
aburrida, si, no hay ningún otro adjetivo que ponerle
El tipo cerró rápidamente la caja, esta, se cambió de color, a un color rojo y el tipo agarró un pequeño pincel y lo remojo en un tintero, escribió en una orilla de la caja: Bonnie Brusic
¿Eso era todo?
¿En unos cuantos segundos ya no sentiría nada por nadie?
¿Qué pensará Bonnie en estos momentos?
No tuve tiempo para preguntarme mas cosas, puesto que el tipo ese puso la caja en la mesa de noche que había al lado de la enorme cama en la que había despertado hacía unos minutos
Todo estaba ocurriendo demasiado rápido
El líder se acercó a mi e izo lo mismo, la única diferencia fue que mi vapor de sentimientos no era del mismo color que Bonnie, si no lila. Significado de refranes
Cuando el tipo ese cerró mi caja, ya no sentí nada. Lo último que sentí fue el amor que le tenía a Demetri
Pero
si antes no quería sentir nada por lo de Agustín, ahora me arrepiento
No sentía absolutamente nada, sabía que esto era horrible, pero lo peor era que no sentía ninguna aversión hacía este estado
Simplemente nada
¡Como desearía poder sentir!
En estos momentos creo que aunque se que sentiría dolor, quiero volver a ser la de antes, quiero sentir.
Sobre todo por Demetri, aunque ahora no se porque me preocupaba por el antes
no sabía porque
y tal vez eso fuera lo peor
- ¿Se casaran ahora con nosotros? - Preguntó Erik y Valentín
- Si - Dijimos Bonnie y yo sin darle importancia ¿Qué tenía que nos casáramos?
¿Eso en qué nos afectaba a nosotras?
¿ECHADOS? PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
POV Alec
Volví a casa con el alma en los pies. Luego de que me quedara ciego, los vampiros y Bonnie habían desaparecido y su rastro igual. Estaba destrozado, ¿Qué me diría Marco cuando sepa que no pude salvar a Bonnie? ¿Qué se la raptaron en frente de mis narices? ¿O que no pude encontrar a Aimeé? ¿Qué le dirá a Demetri? Todo esto me esta matando, ¿Y si no vuelvo a ver a Bonnie nunca más? ¿Y si no vuelvo a escuchar su risa, su voz, o ver su sonrisa? Sus hermosos ojos verdes me cautivaron desde la primera vez que a vi, en el bosque. Su pelo negro, ondulado en las puntas, era tan sedoso como su voz mientras hablaba dormida. La necesitaba para vivir. Y me estoy dando cuenta que esta situación es el ejemplo perfecto a la frase "No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes". Cuidado, que eso no quiere decir que no valoraba a Bonnie, si no que antes no sabía que la necesitaba tanto, que estaba tan enamorado de ella.
Legué al castillo rogando de que por lo menos hubieran encontrado a Aimeé, al menos Demetri es feliz. Pero me encontré con una cosa bien diferente.
Marco y Aro miraban asesinos a Demetri, quien se revolcaba en el piso con cara de dolor. Jane... pensé.
- Jane, para ya -dije enojado. Se ve que nadie había notado mi presencia ya que todos me miraron sorprendidos. Luego, Marco me fulminó con la mirada, mientras decía:
- Jane, vamos. Hazlo
Yo estaba más confundido que nunca. En ese momento Demetri dejó de revolcarse y Jane mi miró triste.
- Lo siento hermano.
Luego, me miró fijo un dolor punzante me empezó a recorrer el cuerpo. No entendía por qué nos trataban así, y tampoco podía pensar con claridad con este dolor insoportable. Juro, que nunca sufrí tanto en mi vida como en ese momento. ¿Es que no le alcanzaba ya que este dolido por dentro, que me tiene que lastimar por fuera? No sé cuántos minutos, horas, pasaron, pero el dolor desapareció. Abrí los ojos lentamente. Me encontraba en le piso, agarrándome a mi mismo, como estaba Demetri hace unos momentos. Miré a Jane decepcionado. Ella había prometido nunca hacerme daño, y ahora rompió su promesa. Ella miraba hacia otro lado, cerrando los ojos con fuerza.
- Lo siento Marco, no puedo hacerle esto a mi hermano -dijo con voz dolida. Me rompió lo último que quedaba de mi muerto corazón.
- Bueno
por lo menos recibieron su castigo -dijo Aro mirándonos detenidamente. ¿Castigo?
- ¿Castigo? ¿De qué
? -preguntó Demetri aún más confundido que yo.
- A ver
¿Quiénes fueron los idiotas que perdieron a los seres más valiosos de mi vida? -preguntó Marco enojado -. O mejor dicho EL idota que perdió a una de mis hijas, y EL otro idiota que no se esfuerza en encontrar a mi otra hija -dijo remarcando bien el "el".
Ahora entendía
Entendía todo
- Maestro, yo me esfuerzo lo más posible. ¿No ve lo débil que estoy? Además, ¿Cómo no me voy a esforzar cuando tengo que buscar a la razón de mi existencia? -dijo Demetri. Parecía cansado, muy debilitado.
- ¡Mentira! Tú ni siquiera te molestas en usar tu don ahora -instantáneamente Demetri cerró sus ojos, pero luego parecía
muerto. Creo que esta durmiendo, aunque no pueda, creo que él llegó a un extremo de cansancio, e hizo algo imposible para un vampiro. Luego, Marco me miró con desprecio.
- Tu, sabandija inútil ¿Cómo es que no pudiste salvar a Bonnie? Ahora está en manos de sádicos vampiros "finlandeses", al igual que Aimeé. Dime, ¿Y tú no pudiste usar tu don? -si las miradas matasen, ya estaría en mi tumba
- Maestro -dije intentando parecer firme -, ni mi don ni el de Bonnie -mi voz de cortó en su nombre, todavía me dolía saber que no está conmigo - sirvieron para parar a esos vampiros. Algo los bloqueaba.
- Los Cullen
-dijo Cayo, apareciendo en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja y con andar lento, pausado, como el de alguien que está a punto de ganar algo más valioso que cualquier objeto caro. Claro, él está feliz de que Aimeé y Bonnie desaparecieran
como no
- Esa es una opción. Tal vez Bella Cullen -Aro, que comúnmente estaba feliz cuando los Cullen venías, dijo el nombre de Bella con desprecio - esté usando su peculiar don con Bonnie y Aimeé.
- Creo que deberían ir
Y les temo decir que no volverán a pisar Italia hasta que las encuentren -nos dijo Marco un poco mas sosegado, pero en su voz se notaba la desilusión.
- ¡¿Qué?! -dijimos Demetri y yo al unisonido. ¡¿Nos estaba echando?! ¿Habré escuchado mal tal vez?
- Los estamos echando chicos
hasta que las encuentren. Ahora vallan con los Cullen -dijo Aro.
- Oh, vamos Aro, tú más que nadie debe de saber que yo amo a Aimeé. Me leíste la mente, ¡y la de ella! -suplicó Demetri. Debe de estar muy desesperado para llamarlo "Aro".
- Lo siento Demetri, pero tu poca disposición a buscarla me hizo pensar lo contrario.
- ¡PERO LA RE PU
! -supe que si decía esa palabrota no solo no lo dejarían pisar Italia, si no que ni lo dejarán estar en Europa, así que rápidamente me acerqué a él y le tapé la boca. Él pareció comprender mi comportamiento y se disculpó. Luego, algo enfadado, continuó -. Con sus años, Maestros, deberían saber cuando un vampiro está bien o mal.
- Ya dejen de perder tiempo y busquen a las engendros -dijo Cayo aburrido. Se empezaba a parecer a Marco antes de que la chicas vinieran
me reí por dentro ante ese pensamiento.
No presté atención al comentario de Cayo, simplemente me dirigí hacia Jane y la abracé fuerte. Ella me correspondió, y luego nos soltamos. Sin decir palabra, Demetri y yo nos encaminamos hacia la gran ciudad, ya anochecida.
Caminamos asta el aeropuerto, que por suerte agarramos un avión que salía justo en unos minutos. Nos sentamos en las sillas viendo como toda la gente se nos ponía a observar. Comúnmente no me molestaban esas cosas, pero ahora, era todo un estorbo. Estaba cien por ciento seguro de que mi mirada podría matar si me lo proponía. Tal vez por eso dejaron de mirarme tanto. No solo estaba molesto con mi familia, si se podía llamar así, si no que el dolor emocional que tenía era insoportable. Sentía como si me faltara parte de mí, como su tuviera un hueco en mi cuerpo.
La verdad es que Cayo nos envió para acá para librarnos de nosotros, unos seres "débiles" como nos llamaba por habernos enamorado de unas humanas. Era totalmente obvio que las chicas no estaban con los Cullen, ellos no nos harían eso, después de que Carlisle curara a Bonnie del tobillo y ver lo tanto que las queríamos no dejaría a sus hijos hacer algo por el estilo. Pero claro, Ellos nunca está a disposición de escucharnos. Nosotros nos tenemos que vancar todas sus idioteces.
Una chica desde el alta voz avisó nuestro vuelo, y nosotros a pasos apesadumbrados y lentos caminamos hasta le gran avión. Entramos sin importar el delicioso olor a sangre humana que nos llegaba. Luego de estar viviendo con dos humanas ya nos acostumbramos más a aquel delicioso olor.
El viaje fue de yo que sé cuantas horas, ni me importaba contarlas. Todo fue en silencio, sin contar a unas cuantas chicas atrevidas que nos llamaban "bombones" o "dioses griegos", hasta que Demetri habló con voz dura, fría y cansada.
- Deberíamos haber avisado que íbamos.
Buen punto
- No hacía falta, Alice ya nos habrá visto.
En ese momento ya estábamos saliendo del aeropuerto. Por fin
pensé. De repente, sentí un olor digno de un vampiro vegetariano
Los Cullen. Miré hacia la calle de enfrente, allí se encontraban Edward y Carlisle. Intenté sonreírles como un saludo, pero lo único que pude hacer fue una simple mueca que demostraba lo destruido que estaba.
- Hola Alec, Demetri -dijo Carlisle cuando ya estábamos en el Volvo de Edward. Whau, el tiempo pasaba muy rápido, ya ni puedo controlar mis movimientos, es un reflejo.
- Hola -dijo Demetri n un susurro. Yo no hablé, solo me quería morir. ¿Pasaría algo si me suicidaba en el acantilado que hay en La Push? ¿Me matará mi familia si rompo alguna regla? Puedo salir de este horrendo auto y empezar a matar a muchas personas
- Alec, ya vasta. No vas a hacer nada, ni te vas a suicidar -dijo Edward muy serio. Claro, se me olvidó que lee mentes -. Y vos Demetri, deja de echarte toda la culpa. Quien sabe si alguien pueda tener el don de Bella, solo que con una leve diferencia.
- ¡Es que lo tienen! -grité. Mi voz salió ronca, y la tristeza dominaba sobre todo sentimiento que se pudiera encontrar.
- Tranquilo Alec, la encontraremos -me tranquilizó Carlisle.
- Lo siento es que
la desconfianza de mi familia me exaspera y la desaparición de Bonnie me pone
ansioso. Mal, triste. ¿Cómo pude dejar que esto pasara? Claro, esos vampiros eran neófitos, no deberán de tener más de un mes, o dos. Su fuerza por poco me mata, pero
¿Por qué no perder la vida por la única razón por la que estoy acá?
- No Alec, si tú te matas, ella lo haría. Es una situación muy similar a mi historia -dijo Edward. Claro, ¿Cómo olvidar el día en el que se presentó pidiendo que lo mataran? -. Exacto -dijo asintiendo.
- Carlisle, Edward
Ustedes sabrán la razón por la que estamos aquí -dijo Demetri con un hilo de voz. Pude notar algo de vergüenza en su voz.
- Chicos, eso lo hablamos en la casa. Sabemos que ustedes no desconfían de nosotros -dijo Carlisle sonriéndonos. En ese momento el auto paró, estábamos en frente de la gran mansión Cullen. Grande y pintada de blanco, con aspecto contemporáneo y de siglos pasados. Era hermosa a ojos humanos, y una casa normal a ojos de vampiros. Pero he de admitir que Esme sabe decorar hogares.
De repente una chica con aspecto de duendecillo abrió la puerta y salto a saludar a Demetri, quien le correspondió con un gruñido, y luego a mí, que solo estaba en estado de shock, sin poder decir palabra.
- Demetri, Alec, los esperábamos. ¿Cayo los mandó para aquí cierto? -preguntó Alice, si no me equivoco.
- Sí, es Alice, Alec -respondió Edward a mis pensamientos. ¡YA, DEJA DE METERTE EN MIS PENSAMIENTOS IDIOTA!, le grité mentalmente. Este era peor que Aro. Él solo me miró de mala manera. No estaba de humos para chismosos.
- Demetri, llegas a hacer eso y te echamos de toda América -dijeron Alice y Edward de repente. ¿Qué habrá pensado Demetri?
- Pensó en
- ¡Cállate! -le grité a Edward. De la nada una pequeña niña con cabellos cobrizos y ojos marrones de más o menos tres años, o eso aparentaba, corrió hacia mí y con un salto, tocó mi cara. Yo la agarré, para que no se cayera. Sus palabras cruzaron mi mente, ¿Tú eres un Vulturi? ¿Para qué viene acá? ¿Me quieren matar? ¿Buscan a alguien? ¿Tú eres el gemelo de Jane, Alec, cierto?
- Vine para buscar a alguien que obviamente no está acá. No, pequeña Renesmee, no te quiero matar. Sí soy Alec Vulturi y sí, Jane es mi hermana -respondí lo más amable posible. Esta chica me hacía recordar a Bonnie, en lo rápido que confía en personas que antes la quisieron matar. Y en su bondad.
Renesmee solo sonrió y volvió a colocar su cálida mano en mi mejilla. ¿Y a quién buscas?
- A la persona que me cambió la vida. Al amor de mi vida -respondí tristemente. Renesmee, sorpresivamente, me abrazó por le cuello asiéndome sentir como si Bonnie lo estuviera haciendo.
- ¡RENESMEE! ¡SUELTA A ESE DEMONIO! -gritó una mujer. Supuse que era Bella. Levanté la vista y vi a la madre de la pequeña. Tenía cara de espanto, horror y por último, ternura. Miró a Edward desconcertada y luego a mí. De repente su rostro se serenó, supuse, nuevamente, que estaría sacando su don para que Edward le leyera la mente.
- Querida, ella solo lo compadece. Los dos pasan por un mal tiempo.
Me sorprendió oír tan tranquilo a Edward, sabiendo que su hija me estaba abrazando. Pero mi escaso buen humor desapareció cuando en el aire pude oler la fragancia más horrenda que el olor a comida humana.
- ¡SUELTA A NESSIE ASQUEROSO CHUPASANGRE! -gritó un tipo fornido, de piel morena, ojos y pelos negros como la noche. Licántropo asqueroso pensé. Renesmee tocó mi cara con cara asustada. No le hagan nada por favor...
Pero ya era demasiado tarde. Demetri se había tirado encima del licántropo. Pude observar sus colmillos a milímetros del cuello del lobo. Renesmee lloró. Bella arrancó a la pequeña de mis brazos y la consoló, diciéndole que solo jugaban, pero la niña era demasiado inteligente para creerle. Ya la había visto haciéndole lo mismo.
Dejé de prestar atención a su conversación y me dediqué a usar mi don contra Demetri y el lobo. Instantáneamente los dos se inmovilizaron. Me acerqué y sostuve a Demetri lejos del licántropo. La pérdida de Aimeé le hizo mal, la pelea más aún, y encontrarse con un metamorfo colmó su paciencia. No me preocupé por el lobo, no me importaba. Escuchaba muchos murmullos de parte de los Cullen cuando dejé al licántropo libre de mi don. El estaba más que enloquecido, pero Renesmee le decía que no nos haga nada. Miré a Demetri que estaba en la misma posición de antes. Quité mi don.
- ¿Alec? -preguntó ladeando la cabeza -. ¿Qué hiciste? ¿No ves que es un licántropo?
- Pero la pequeña lo quiere. Si le hacemos algo, guerra. ¿Quieres eso? -ya estaba harto hasta de mí mismo.
Él solo suspiró resignado.
- ¡Hey, chicos! -gritó Alice. Pude ver como Bella se llevaba lejos al lobo. Lentamente nos acercamos a Alice.
- Estuvimos pensando de que tal vez sea bueno que alguno de nosotros los acompañe en la búsqueda de Bonnie y Aimeé -dijo Carlisle -, y decidimos que Edward y Alice irán -uh no, por favor que el idiota no venga. Cullen me miró con mala cara, de nuevo. Los dos aceptamos la propuesta. Si teníamos a Alice, podríamos ver el futuro de las chicas, si es que podía.
- Por eso mismo vamos nosotros dos -dijo Edward con voz cortante.
- Cállate Cullen.
En eso, Renesmee se acercó a su padre y se despidió con lágrimas en los ojos. Luego, se me acercó a mí, para disgusto de Cullen.
- Alec, espero que puedas encontrar a Bo
Bon
¡Bonnie! ¿No? -dijo con una tierna voz. Todos la miraron sorprendidos, parece que casi nunca habla. Sonreí.
- Sí, es Bonnie. Y gracias Renesmee.
- Dime Nessie
- No me gusta, prefiero Renesmee. Nessie queda como El Monstruo del Lago Ness -dije sinceramente.
- Mi mami piensa lo mismo -dijo sonriendo. No me di cuenta que se estaba agarrando de mi pantalón mientras intentaba mantenerse de puntitas para mirarme. La alcé de forma instintiva.
- Pequeña, cuida de tu lobo, que está en peligro con Demetri allí -bromeé. No se qué, pero algo en ella me hacía sentir mejor.
- Renesmee te recuerda a Bonnie. Además, sabes que si ella estuviera acá la estaría pasando bien con Nessie. Todo lo que a ella le hace feliz, a ti también -dijo Edward. Tampoco sé por qué, pero lo que me dijo no me enojó ni nada. Lo tomé como una simple verdad, por que lo era. La pequeña me sonrió y sorpresivamente besó mi mejilla. Luego, se sonrojó.
- Oh, vamos Alec. No quiero que te vuelvas un débil -dijo Demetri visiblemente molesto. Luego, Renesmee se bajó de mis brazos y corrió hacia Demetri. Saltó deliberadamente y le tocó la mano en su mejilla. Mi compañero no se movió ni un centímetro. Pude ver como Renesmee se sujetaba de su cuello para no caerse, luego, Edward la alzó, llevándosela lejos. Escuché una risita. Era Alice.
- Creo que le caíste bien a Nessie -dijo dirigiéndose a mí. Miré a Demetri, que estaba en la misma posición que antes.
- ¿Qué te dijo? -le pregunté. Ni me miró cuando me respondió.
- Que encuentre a Aimeé, que aunque parezca malo sabe que hay algo bueno en mí -replicó en un susurro.
- Bueno, vámonos -dijo Cullen.
Alice ya se había despedido de su pareja, Jasper, y triste aunque feliz a la vez nos siguió hacia el Volvo. Demetri y yo íbamos en los asientos traseros mientras Cullen manejaba. No sabía donde nos dirigíamos, pero el viaje fue algo largo, así que e dio tiempo a pensar.
Lo primero que se me vino a la cabeza fue la familia Cullen. Tengo entendido que son nueve: Carlisle y Esme, Edward y Bella, Renesmee, Alice y Jasper y Rosalie y Emmett. Pero allí solo había siete. Faltaban la rubia y el fortachón.
- Se fueron de caza -contestó Cullen. Lo ignoré, no estaba de humor para hablarle.
Luego, lo que pensé fueron en los momento con Bonnie. La vez que salimos a comprar ropa (que para ser sinceros tengo puesto el conjunto que ella me eligió) y terminó el día llorando quien sabe por que, aunque yo tengo una idea. O la vez que la ayudé en la tarea. Bonnie ni me prestaba atención, pero era lindo estar solo con ella. O cuando paseábamos solos por el patio de primaria en su escuela. El lugar estaba tan desierto que podías hacer cualquier cosa sin preocuparte de que te vieran
- ¡Alec! Vamos a la calesita -dijo apuntando con su fino y delicado dedo un círculo azul pequeño solo para que entren cinco personas. Tendrían que hacer mucha fuerza para hacerla girar, si es así.
- Bueno -la seguiría hasta al espacio si ella quisiera.
Ella corrió hacia allí e intentó hacer girar la calesita con la manijita blanca que había en le medio. Vio que podía hacerla girar con su peso y me pidió que yo me suba. Obviamente lo hice. Ella empezó a hacer girar la calesita, pero con mi peso adicional le costaba mucho y rápidamente se cansó.
- ¿Necesitas ayuda? -le pregunté sonriendo. Ella dejó de respirar por un momento y su corazón se aceleró. Luego, en un susurro, me contestó:
- ¿Crees que yo no puedo? -preguntó haciéndose la ofendida.
- Sí -bromear con ella era de lo mejor.
- Bueno -dijo encogiéndose de hombros y con tono desinteresado - si te crees Superman, inténtalo.
Sonreí al escucharla y rápidamente me bajé de la calesita.
- ¡¿Qué haces?! -preguntó, o más bien gritó. Sonreí.
- Voy a girar la calesita -dicho eso empujé un lado del objeto y éste empezó a girar muy rápidamente. Creo que me pasé de la fuerza, pero parece que Bonnie la esta pasando bien. Ella gritaba y reía. Tenía los ojos cerrados y la mirada al cielo. Se agarraba de los costados de la calesita para no caerse.
- ¡Es
muy
lento
Alec! -intentó gritar. Me reí.
- ¿Lento? -pregunté burlón y empujé de vuelta la calesita. La verdad es que tuve miedo de que se salga de su lugar, y lentamente paré la calesita. Cuando al fin se detuvo, Bonnie me miró de mala manera. Yo me reí de su expresión. Sus ojos, cada tanto, se iban de lugar y su cuerpo se tambaleaba un poco. La ayudé a salir y ella por poco se cae. La sostuve de la cintura, y en ese momento se formó una batalla en mi interior de si besarla sería lo bueno. Decidí no hacerlo, quizás a ella le molestara.
- ¡Alec! El mundo da vueltas -dijo asustada mientras agarraba fuerte mi camisa. No era le mundo el que daba vueltas, era ella. No pude evitar reírme.
- Bonnie, eres tú -dije enderezándola.
Pude notar la sonrisa de Cullen al ver mis pensamientos, pero nuevamente la ignoré. El lector de mentes estacionó el auto en el
¿Aeropuerto?
- ¿Qué hacemos acá, psíquico? -preguntó Demetri con voz fría.
- Vamos a seguir el rastro que dejaron los secuestradores, rastreador -contestó con voz idéntica a la de Demetri. Luego, lo miró envenenado -. ¿No se supone que tú ya deberías saber dónde están?
- Un de los vampiros tiene el don de Bella, solo que él necesita contacto físico -respondí reteniendo a Demetri por los brazos. Si no fuera por que yo estuviera acá para pararlo, ya estaría muerto. Nosotros tenemos maneras distintas de "ponernos tristes". Él se tira más por la violencia. Se vuelve histérico, para decirlo en unas palabras, al contrario de yo, que solo digo insultos (aprovecho para decir que hoy fue el día en el que más insultos dije en mi existencia).
- A, bueno -dijo Edward con desinterés.
- Hay un problema, Cullen -dije. Él me miró interrogante -. No podemos pisar Italia hasta que encontremos a las chicas.
- ¿Y eso por qué? -preguntó alzando con incredulidad. Yo solo pensé en lo sucedido. No le iba a dar explicaciones a ese idiota. Luego, pude observas como apretaba los labios, en un intento de no reírse. Harto de su comportamiento, lo cegué con mi don. ¡Mierda! ¿Por qué no tengo el don de Jane?, maldije.
- Alec, déjalo -escuché a Alice decir. La miré de mala manera, pero le hice caso. Edward parecía apunto de echarse encima mío, pero se controló.
Luego de ahí la conversación fue casi nula. Me preguntaron cómo eran los vampiros y si pude reconocer sus olores. Para poder entrara a Italia le pedimos permiso a Aro, quién aceptó al saber que íbamos a buscarlas desde donde se perdieron. No tuve oportunidad de ver a mi hermana, y eso me desilusionó. Luego me enteré que mientras nosotros estuviéramos acá no iban a dejar a nadie salir del castillo.
Cada tanto encontrábamos un rastro de ellas, pero era demasiado débil y se desvanecía. En muchos momentos del viaje Alice tuvo alguna que otra visión donde según ella y Cullen estaban Bonnie y Aimeé, pero dijo que eran borrosas y que lo único que veía era a las dos chicas con un vestido blanco en las manos y dos cajas con algo escrito. Aunque no sabía si se le podía creer sabiendo que no veía bien las visiones. Se concentraba demasiado, hasta parecía dormida si eso podía ser cierto.
- Creo que Alice tiene una visión. Pero no se concentro, fue espontánea -dijo el psíquico algo confundido. Luego, su rostro parecía ir de la incredulidad a la desesperación y otras emociones que si el pobre de Jasper estuviera acá ya se hubiera vuelto loco.
Mientras tanto dirigí una mirada a Demetri, que observaba el bello paisaje de la ciudad de Filadelfia. No estaba prestando atención a lo ocurrido recién.
- ¡NOOO! -escuché gritar a "futurama", como llamo a Alice.
- ¿Qué viste futurama? -le pregunté.
- Primero en principal enano a mi no me llamas "futurama", me llamo Alice Cullen. Segundo o me tratas bien o no te digo la visión. Los estamos ayudando por que le tomamos cariño a las chicas, no para que nos molestes.
- Como si ustedes no lo hicieran -dijo Demetri. Alice parecía que estaba apunto de explotar.
- ¡¿Saben qué?! ¡Les digo la visión así nos dejan de joder y nos vamos de acá, que tenemos cosas mejores que hacer! -dicho eso, se fue. Miré al idiota.
- Fue una visión clara, demasiado por decir que ella no está en conexión con Bonnie y Aimeé. Ellas estaban vestidas de blanco, con un vestido de bodas si no me equivoco. A su lado estaban dos vampiros similares a tus descripciones -dijo señalándome -. En la visión, las dos dijeron "sí, acepto". Según el lugar, pienso que deben de estar a unos kilómetros de nuestra casa. No se dieron cuenta que hay más vampiros por la zona -dicho eso, se fue.
Los dos caímos en la cuenta de que ellas se estaban casando con esos vampiros. Pero
¿Por qué? ¿Qué les habrán echo? ¿Por qué se casaran con unos vampiros que la secuestraron?
Se ve que Demetri y yo estábamos pensando lo mismo, ya que los dos salimos corriendo a una velocidad vertiginosa hasta la costa de Filadelfia y empezamos a nadar rumbo a Norteamérica. No sé cuanto tiempo estuvimos hasta llegar a las playas de La Push, lo único que sé es que cuando nos pusimos a nadar era mediodía, y ahora el sol se estaba ocultando. Mojados, corrimos hasta la casa a de los Cullen y sin avisar, pasamos de largo hasta donde nos dijo el psíquico. Sus olores eran fuertes ya. Los de las chicas y el de los vampiros. Pude divisar una pequeña cabaña, y en el patio trasero, flores rosas y blancas. Un pequeño altar y un vampiro -según veo por sus ojos rojos. Ahora solo falta esperar que las chicas no hayan cumplido la visión de futurama.
CASI TODOS QUEDAMOS SANOS Y SALVOS
CASI TODOS
(POV AIMEÉ)
Sabía que no estaba muerta
Pero tampoco estaba viva
eso no era vivir, si ponemos que no puedo sentir absolutamente nada
Creo que esto es algo tan
aburrido.
Mi vestido blanco. No tenía palabras para describirlo, no era nada
interesante.
Me vi en el espejo, y pensé, casi sin ningún sentimiento a Agustín, cuando éramos novios, y tenía la pequeña ilusión de hacer mi vida con el, casarme con el.
Se supone que eso me debería doler
Pero no sentí absolutamente nada
- ¿Preparadas? - Nos preguntó Lucifer que era el "jefe" por así llamarlo de este clan.
- Claro - Dijimos Bonnie y yo a la vez. Era algo que solíamos hacer siempre, pero siempre reíamos, algo que no hicimos en esta ocasión.
Bueno, solo se puede casar una vez en la vida, ¿No? Bueno, claro, a menos que te divorcies
Pero aún así, no sentía nervios si me caía, si me sonrojaba, si me quedaba dormida
nada.
- ¿Dejaste las cajas en el cuarto? - Pregunto Erik, indiscretamente a Lucifer
- Claro - Le contestó el
Parecía como si estuvieran seguros de que nosotras no íbamos a tomar esas cajas para tomar de nuevo nuestros sentimientos, y la verdad era que no me llamaba la atención ir y tomar esas cajas
¿Qué sentido tenía?
Bueno, como quiera, no llevaban las tradiciones, quiero decir
Valentín y Erik estaban con nosotras, eso significa que les importa un bledo eso de no ver a la novia antes de la ceremonia
Eso me habría molestado un poco
Soy muy tradicionalista
Tampoco me habría gustado casarme en una boda doble, ni con mi mejor amiga, ya que sería MI día especial con esa persona
Digo, pero ahora no me importa nada, podrían hervir cachorros vivos y dárnoslos de comer y no le daríamos ni la más mínima importancia
- Vámonos - Ordenó Lucifer
Nosotras solo le seguimos el paso a los tres.
(POV DEMETRI)
Si que era agresivo cuando no veía a Aimeé.
Y de pilón
Nuestros maestros son tan duros con nosotros
¡Y la ceguera! ¿Cómo quieren que las busque si estoy buscando un punto muerto?
¡Y esos Cullen!
Como quería matarlos a todos
No me importaba como, pero quería matar a todos
Y sin embargo, sabía que yo tenía la culpa de todo, de dejar a Aimeé sola en el aeropuerto, solo con Alec y Bonnie cuidándola. ¿Cómo iba a saber que se perdería en el bosque?
Y después Alec
¡Eso si que debe doler!
¡La perdió! ¡Y en sus propias narices!
Y después vino Jane, que nos castigó todo lo que merecíamos, solo por perder a los seres más valiosos que pudieron haber existido en el planeta tierra.
¡Lo peor fue cuando la Cullen nos dijo que tenían vestidos blancos!
¿Con quien se casaría Aimeé?
No sabía porque, pero me sentía tan celoso
¿Estaré loco?
Nunca había pensado en nada sobre bodas
Bueno, algún día tenia que sentar cabeza
aunque sea cuando cumpliera 500 años. Algo es algo.
Lo que mas me intrigó, fue lo de la caja, ¿Qué se supone que haríamos con eso? Digo, ¿Qué tal si era un punto vital, la última pieza para armar el rompecabezas?
Pero
¡Había cientos de casas en el mundo!
¿Dónde se supone que encontraríamos esa caja?
Bueno, no lo sabía, pero el olor a vampiro se hacía cada vez más fuerte, y yo, estaba a punto de matar a todos ellos, entrar al lugar donde las tienen, y después de asegurarme de que Aimeé este bien
Mataría a todos los demás, no importa nada más que la venganza
Aunque claro, eso no sería una muy bonita
escena, así que tendríamos que alejar a las chicas lo mas rápido posible, y después vengarnos por todo el dolor causado hacia todos nosotros.
El olor comenzó a hacerse tan profundo cuando llegamos en frente de una casa de aspecto lujoso, que Alec y yo no teníamos más dudas: Esa era la casa donde las tenían.
Y si, ese olor a vampiro se mezclaba con el olor de Aimeé. El olor de su dulce y apetitosa sangre
Bueno, por lo menos estaba bien, ¿No?
Porque si la hubieran mordido, o una de dos: O huele a vampiro porque llegaron a transformarla, o no olería a nada, porque su sangre
esta en ese horripilante vampiro, o sea, que ella estaría
No, no debería de pensar en ello, su olor estaba ahí, así que no tenía de que preocuparme, solo por ahora.
Entramos sin mucho esfuerzo a la casa, solo tuvimos que quitar la chapa.
Eso si, todo lo que estábamos haciendo, lo estábamos haciendo en silencio, no habíamos hablado mucho, creo que solo hablamos cuando estaban los Cullen. Pero de ahí en fuera
Ni una sola palabra nos dirigimos.
Bueno, pero cuando esta en riesgo la persona que más te importa en el mundo
Creo que es
comprensible
Si, quizá Alec este mas
tranquilo, puesto que sabe que Bonnie se defendería, tiene un carácter duro
En cambio Aimeé
Cuando la conocí, se me izo una persona bastante dura, pero con un rostro angelical que te podría mentir, pero cuando la conocí perfectamente
era muy, muy dócil. Como un cachorro.
Por eso me preocupaba más Aimeé.
Pero claro, se veía que Alec estaba pensando mucho en algo
Y el no me hacia tonto, seguramente algo pasó entre ellos antes de que secuestraran a Bonnie, pues se veía muy preocupado, pero tranquilo, como si ya le hubiera dicho a Bonnie lo que sentía
Pero Alec no era tan directo, con mucho podría asegurar que el muy tímido solo le intentó dar un beso para que
Bueno, digamos que un acto vale más que mil palabras, si, no va así, pero en este caso es lo más correcto
Bueno, no se ni siquiera porque estoy pensando en eso, quizá solo porque estoy mas calmado ahora que se que Aimeé esta viva y que no había pasado gran cosa
claro, a menos que cuentes que se va a casar con un vampiro
Pero
¡Vamos! Si lo nuestro funcionara
Digamos que no cambiaría mucho la cosa, que digamos.
Bueno, tenía que pensar muy bien.
Al oler la casa al entrar, descubrimos que nuestras sospechas eran ciertas: Aquí estaban ellos.
- A buscar las cajas, ¿No? - Le pregunté a Alec
- ¿Estas loco? - Me preguntó - ¡Vamos a buscarlas a ellas, no a unas malditas cajas!
- ¿No lo comprendes, Alec? - Le pregunté, casi como si fuera lo más obvio del mundo
- ¿Qué cosa? - Dijo deteniéndose un momento
- Bueno, que si la Cullen dijo que pensó en el futuro de las chicas y vio unas cajas
lo más seguro es que tuviera alguna relación con ellas
¿No crees?
- Yo
no lo se
- Vamos
hay que buscarlas, de paso y encontramos algo para buscar donde se van a casar.
- Esta bien - Dijo, no muy convencido que digamos.
- Bien, tu busca abajo, yo arriba.
- Claro
Me fui al piso de arriba, buscando una caja.
Entre a varios cuartos, pero no había en ninguno.
Hasta que al fin, encontré algo, en el último cuarto.
Era
Una caja negra, solo que en tinta verde obscura decia:
MARCO VULTURI
¿Qué se supone que era eso?
Bueno, agarré la caja y la metí en mi bolsillo, después seguí buscando, hasta que encontré una caja de color rojo un poco claro que decía con letras de un rojo muy intenso y muy llamativo, a decir verdad:
Bonnie brusic
Parecía que la misma persona hubiera escrito las dos cajas.
Seguí buscando, con la esperanza de encontrar una caja que dijera el nombre de Aimeé
Ya tenía guardadas las cajas de Bonnie y Marco, solo me faltaba la de Aimeé.
Y si, la encontré
Era la caja de un color morado, muy bonita. Y esta decía:
AIMEÉ BROOKS
¡Que hermosa me parecía aquella pequeña caja que estaba en mis manos!
Era como tener algo muy preciado en mis manos
Algo tan hermoso como su alma
sus sentimientos
todo lo que normalmente no se puede apreciar a una persona a simple vista, sin embargo, era lo que más quería de Aimeé.
Casi me olvido de Alec, pero por suerte me acorde y le grité desde la planta alta:
- ¡Ya tengo algo! - ¿Dije algo? ¡Querré decir todo!
- Demetri - Dijo atravesando la puerta, con una tarjeta que parecía de invitación en la mano - Yo también tengo algo, y créeme que no te va a gustar.
- ¿Qué es? - Pregunté
- ¿Qué tal si primero me muestras lo tuyo
? Esto
te va a sacar de quicio
- Claro
mira. - Le dije tendiéndole la caja de Bonnie y Marco, y mostrándole de lejos la de Aimeé.
- Es hermosa - Dijo haciéndole caso omiso a la de Marco y cargando con sumo cuidado la caja de Bonnie.
- Lo se - Dije mirando la de Aimeé y sonriendo, casi era como si todo estuviera bien de nuevo.
Como si Aimeé estuviera de nuevo conmigo.
Después, Alec se sobresaltó.
- ¿Qué ocurre? - Le pregunté, un poco distraído y un poco molesto por haberme distraído de ver la caja de Aimeé.
- ¡Lo que quería decirte era que encontré la invitación para la boda de Aimeé y Bonnie! - Dijo, pero de pronto sonó enojado - Mira que distraernos en estos momentos
- ¿Qué no comprendes? - Le pregunte - ¡Esas cajas pueden ser todas nuestras explicaciones! ¡¿Y si le hablamos a Marco?!
- ¿Para que?
- Pues
para decirle que el tipo ese se llama
- Recordé el nombre, que venía en algo que no le presté mucha atención - Lucifer
- Vaya, hasta el nombre le queda
Lo mas seguro.
- Si, lo creo - Dije
- ¿Quieres ver la
? - Dijo Alec con cara de dolor
- No
¿Dónde es? - Si, no necesitaba algo como una invitación de boda
No sería lo más
prudente en estos momentos.
- Es un lugar algo lejano, como en unas seis calles, pero esta por el centro de la ciudad, no podemos correr, y hoy hay poco sol, tenemos que irnos por la sombra
- Claro - Le respondí algo desesperado - ¿Qué tal si le hablamos a Marco de camino?
- Me parece muy buena idea
Comenzamos a salir de la casa
Nos tardaríamos nuestros veinte minutos (si no mas) caminando.
Bueno, agarré mi celular y marqué (cruzando los dedos para que Marco no nos gritara) al celular de mi casi suegro.
- Marco - Saludé cuando el me respondió con un gruñido - Alice
las vio con un vestido blanco y diciendo Si, acepto
- ¿Eso significa
?
- ¿
que se van a casar con ellos? Si, me temo que si
- ¿Y PORQUE ME ESTAN HABLANDO EN VEZ DE IR CON ELLAS A DETENERLOS?
- Primera, hay mucho sol y estamos en una ciudad, tenemos que aprovechar cada instante de las sombras, y no podemos correr a nuestra velocidad porque la ciudad está llena de gente.
- ¿Y PORQUE SE DISTRAEN HALBANDOME?
- Marco, tú sabes que no nos distraemos
Lo que quería decirte es otra cosa
Alice vio también unas cajas
Nosotros fuimos hacia donde el olor nos indicaba que vivían vampiros por ahí. Entonces
Alec descubrió una invitación de boda, por la cual estamos en camino ahora
Yo descubrí
tres cajas
- ¿Y? - Dijo preguntándome - ¿Por qué ANDAN DISTRAYENDOSE CON CAJAS EN VEZ DE BUSCAR A MIS HIJAS?
- Yo creo
que son algo importantes Marco.
- ¿QUE UNAS CAJAS SON MAS IMPORTANTES QUE MIS HIJAS?
- Yo nunca dije eso
- PERO LO INSINUASTE
¿COMO ES POSIBLE QUE DEJE A MIS HIJAS EN MANOS DE DOS ESCUINCLES MOCOSOS?
- Marco
¡ESCUCHAME ANTES DE JUZGAR!
El se quedó callado
¡Por fin!
- Bien, había una caja, de color negro, que decía con letra verde claro: Marco Vulturi
(POV MARCO)
¿Acaso eso era posible?
¿Él seguía vivo?
- Marco
¿Estas bien? - Me preguntó Demetri, pero no, claro que no estaba bien
ni me acercaba a ello.
- No
- Entonces
¿La caja significa algo?
- Yo
¿Encontraste otras cajas? - Le pregunté algo esperanzado, ya que entendería la razón por la cual mis hijas aceptaran casarse con alguien que no fuera Demetri y Alec
Digo, sé que les grite y todo, pero no había nadie mejor para Aimeé y Bonnie, respectivamente.
- Si, había una roja y una morada
la roja decía Bonnie Brusic y la morada decía Aimeé Brooks
¿Qué significa todo eso, Marco?
- Es que creo
Demetri
antes de salvar a las chicas
¿Tienen tiempo para oír una historia?
- Claro, deja le digo a Alec
Espere, a que ellos se arreglaran, mientras pensaba en como comenzar mi historia
- Estamos aquí
¿Qué querías decirnos? - Dijo Alec, algo
deprimido, casi o igual que Demetri.
- Miren
El jefe de ellos se llama
- Lucifer, lo sabemos - dijeron al unísono, un poco impacientes.
- Si, bueno, yo lo conocí
¿Saben la historia de Dídime?
- Tu
¿Esposa? - Dijo Demetri, dubitativo
- Digamos que es mí
Esposa muerta
si, esa historia
- No, nadie nos la ha contado - Bueno, eso si les creía, yo ordené a los que vivieron para ver todo eso, que no hablaran de ella, nunca más
- Bueno, ella era la hermana de Aro, tenía un don como el, era irradiar o contagiar la felicidad a todas las personas a su alrededor
eso izo que varios hombres, me incluyo en ellos, se enamoraron de ella, pero yo tuve la suerte de que ella se enamorara de mí
Bueno, después de eso, Dídime y yo nos casamos, y planeamos irnos de con los Vulturi, no nos gustaba estar mucho encerrados
El mismo día que lo planeamos
la asesinaron
Desde ese entonces sentí un dolor tan agudo
que me marche por un año de Volterra, me fui a América.
Hice una pausa, en lo que recordaba todos y cada uno de los momentos que había pasado en América, ese triste y oscuro año, que me parecía tan interminable
- Después, encontré ese clan de Filadelfia, el tal Lucifer estaba tan
digamos que creía que era un dios. Lo mejor de lo mejor. Cuando estuve un tiempo con el, Lucifer me ofreció quitarme todo el dolor que la pérdida de Dídime me había hecho sufrir, yo sentía un enorme agujero en mi pecho, así que acepte ese trato
Todo sin saber porque, lo acepté tan ingenuamente
Creo que no me entenderían si les dijera lo que sentí cuando la perdí a ella
- Lo entendemos - Dijo Demetri, seguramente pensando en Aimeé
- No, no lo entienden, por lo menos ustedes sabían que ellas estaban vivas
No me imagino que les hubiera hecho yo de no saber eso
De no estar seguro de esta corazonada que siento cuando sé que ellas están vivas
Las adoro tanto
¡Como las habría adorado Dídime! Ella adoraba a los niños
Me di cuenta de que esta conversación se estaba volviendo un poco incómoda para los chicos, así que volví a la historia.
- Después, el agarró una caja completamente negra, tocó mi cabeza y salió algo parecido a un vapor espeso, Lucifer rápidamente lo metió en la caja negra, que inmediatamente se volvió de una tonalidad verde claro
Lucifer le puso con color verde oscuro mi nombre: Marco Vulturi
- ¿Y que te pasó a ti?
- No sentí absolutamente nada después de eso
- ¿Nada
de nada?
- Nada
Y eso es de lo que mas me he arrepentido en mí
existencia
- ¿Porque? - Preguntó Demetri, un poco curioso
- Porque eso fue casi como si Dídime no hubiera existido, fue como si hubiera sido una cosa, la cosa más hermosa, la que más me importaba
y de buenas a primeras
Nada, no sentía ese agujero negro que tanto me dolía desde la pérdida de Dídime, no sentía cariño por ella, no sentía nada
- Espera
- No, no
Sé lo que me vas a preguntar
Si, parecía un vegetal cuando estaba normalmente con ustedes, pero desde la llegada de las chicas
No, no lo se, ellas probablemente hicieron que mi corazón volviera a sentir el cariño que les siento a ellas
Ellas fueron como mis salvadoras de esa vida de oscuridad, todo eso era como estar en la nada, no tener nadie por el cual luchar, por el cual vivir
Ellas llegan y
Lo mas seguro es que desde el primer instante en que las vi sentí otra vez
Me sentí más vivo que nunca
Quizá sea porque ellas estaban destinadas a ser mis hijas, no lo se
- Pero
¿Cómo así?
- Si, desde que las vi, fue como si todos mis sentimientos chocaran, claro, no saben muy bien, porque estaban preocupados por ellas
Si, primero vi a Aimeé, esa chiquilla que temblaba de miedo, supongo que porque es muy lista, y ya había averiguado lo de nosotros
Ella temblaba detrás de ti, y le asustó mucho vernos a todos, ver nuestros ojos y todo eso, sentí mucha ternura por aquella niña de aspecto dulce que se acercaba temblorosa a nosotros
Después vi a Bonnie, a la cual tenías en brazos, Alec
Estaba tan malherida, que me dolió a mí el mismo dolor que sentiría si Alec no hubiera puesto su don en ella
"Es una suerte tenerlo a él" Pensé inconscientemente cuando la vi, que estaba sangrando mucho
Yo mismo le pedí a Carlisle que la atendiera
Después de eso, supe que tenía que adoptarlas, no importaba si tenían un don o algo parecido, era algo que no tomaba en cuanta, solo me importaba la vida de las chicas, no permitiría que se murieran
las chicas que ahora tienen que salvar de casarse con unos sádicos vampiros que solo buscan el poder
- Tengo una duda - Dijo Alec - ¿De que depende el color? Digo, porque no creo que sea de especie, las de Bonnie y Aimeé son colores tan distintos
- Lucifer me dijo que depende de la personalidad
- Hug, parece que Bonnie es un poco explosiva
- ¿Un poco? - Dije casi riéndome. Esa chica siempre estaba a punto de explotar.
- ¿Entonces Aimeé es muy
?
- ¿
Dulce? Si, creo que si - Dije riendo - Bueno, mas que Bonnie
creo que si
- Tienes dos hijas con diferente personalidad.
- Y son embargo son las mejores amigas
- Eso es
- ¿
raro?
- Bueno, cabe decir que los polos opuestos se atraen
- Chicos, basta
¿Van a seguir hablando de la personalidad, de los polos opuestos y todo eso sin ir por mis hijas?
- Claro que no - Dijeron los dos al unísono
- Bueno
¿Alguna otra duda?
- Emmm
si, ¿Cómo hacer que Bonnie y Aimeé sientan de nuevo?
- Me parece que
¿Por qué no intentan abrir las cajas? probablemente eso hará que los sentimientos vayan hacia la persona indicada.
- ¿Ahora? - Dijo Demetri, seguramente con la caja en la mano
- No, ¿Qué tal si no saben donde están ellas? ¿Por qué no lo hacen al entrar a la iglesia?
- Claro
Adiós, entonces
(POV DEMETRI)
Hablar con Marco me ha tranquilizado un poco
No sabía que tenía una historia así
Ni quiero imaginarme que es lo que haría si Aimeé no esta conmigo nunca mas
No, ni pensarlo
- Llegamos - Dijo Alec, señalando algo parecido a una casa, una iglesia, no se que era
- Chicos - Se escuchó la voz de Edward Cullen
- ¿Edward? - Preguntó Alec
- Los seguí, lo siento
Pero me parece que si interrumpen eso
Les va a costar una batalla, son tres vampiros, no sería justo dejarlos imparejos.
- Gracias - Dije por primera vez a un Cullen
- Alec, Demetri, no los quiero asustar, pero creo que lo de Alice se va a hacer realidad, mas vale que vayamos antes de que digan el acepto
Corrimos, casi de forma inhumana y ahí estaban
Eran como Marco cuando no las había visto a ellas, aún.
Aimeé se veía preciosa, ese vestido blanco era
De pronto, corrió en mí una imagen que nunca había pasado en mi cabeza
Aimeé, que seguía siendo humana, estaba en un lugar, vestida de blanco y con un vestido más hermoso que el que llevaba puesto en esos momentos
Marco caminaba con Aimeé, que tenía un ramo de flores en sus manos
Ella me sonreía
Y yo sentía como, a cada paso, se hacia mi sonrisa mas amplia.
No tenía la menor idea si había otras personas ahí, no me importaba
Solo estábamos Aimeé y yo
Ella sería mi esposa
Después, otra imagen se me vino a la cabeza.
Aimeé embarazada, pero no como se supone que se pueden embarazar de vampiro, no, ella estaba radiante, acariciando su vientre, en el que estaba el bebe de Aimeé
Después, vi otro, de una niña, con rizos y ojos azules que me miraba fijamente
Era ella, era Aimeé, solo que después me sobresalte, ya que alguien había abierto la puerta sin mucho ruido, vi a esa persona, y me encontré con Aimeé
Ella me sonreía mientras cargaba a la pequeña niña de ojos azules, parecida a su madre
Si, supe que Aimeé era la madre desde que le vi los hermosos ojos azules, y su nariz, igual que la de ella.
Solo en mis sueños
Y lo digo técnicamente, ya que no puedo dormir para soñar
Si Aro, el tío sobre protector no me mata, seguro que se lo cuenta a Marco y el si lo hace
Bueno, pero no me tendría que preocupar por ellos, no por ahora
Ellas estaban ahí, y alguien le dio la palabra a Aimeé.
Reaccione por instinto
Abrí la hermosa caja que tenía el nombre de Aimeé. Un vapor de color morado salió, y se encontró con Aimeé que tenía la boca abierta para hablar, así que el vapor entró por ahí.
Ella miro confundida hacia todas las direcciones, y se encontró con mi mirada cuando se volteó.
Y sonrió.
¡Como había extrañado esa sonrisa!
(POV AIMEÉ)
El vapor entró por mi boca
Si. Seguramente sentiré algo
Miré con un poco de confusión a todas partes, hasta que me encontré con la mirada de Demetri, que estaba con Alec y con
otro vampiro, de pelo cobrizo.
Le sonreí a Demetri. ¡Como lo había extrañado!
El me devolvió la sonrisa al mismo tiempo que Alec abría la caja de Bonnie.
Todos estaban esperando mi respuesta, así que me volví, mientras veía, por el rabillo del ojo, que un vapor rojo llegaba hacia Bonnie.
- No, no acepto
- Yo tampoco - Dijo Bonnie sonriéndome
Ambas nos tomamos del brazo para no caernos y nos fuimos a fuera de la iglesia, donde los invitados se quedaban perplejos.
- Demetri
- Aimeé
- Alec
- Bonnie
Los cuatro nos miramos, mientras el otro vampiro miraba con desconfianza hacia atrás.
- ¡El amor! - Dijo Lucifer - ¿Por qué no arreglamos esto en un lugar
privado?
Los chicos nos agarraron
- ¿Por qué no se van a
?
- No, las chicas no van a ningún lado
- Claro que si - Dijo Demetri, poniéndose junto a Lucifer, pero en esos momentos llegaron Erik y Valentín, por poco se abalanzan sobre Demetri
- Vamos - Dijo el vampiro que no conocía su nombre
- Edward - Dijo mirándome
- Diría que es un gusto conocerte, pero
- Si, se que dadas las circunstancias
- Lees mentes - Le pregunté
- Si
- Oh
- Basta de charlas - Dijo mirándome a mi.
Los vampiros caminaron en silencio, mientras que Demetri me abrazaba a mi, y Alec a Bonnie.
Cuando nos alejamos de todo, en un callejón sin salida, los vampiros se volvieron
- Saben que no hay opción, lucharemos
Nuestros vampiros se pusieron en modo de ataque y atacaron. Edward estaba peleando con Lucifer, mientras que Alec inmovilizó a Erik y lo estaba haciendo pedazos, mientras prendía una fogata. Demetri peleaba con Valentín, que les igualaba.
Cuando Alec quemó los restos de Erik, y se hubo asegurado de que no había nada, ni un cacho mas, supongo que pensó que lo mejor sería ayudarle a Edward con Lucifer, pues el es mas grande, y supongo que el que mas sabe de esto de peleas, aún así me enoje con él
¿Cómo dejo solo a MI Demetri?
Bueno, Demetri estaba en pocos apuros, le faltaba un cacho de oreja, de eso me di cuenta.
Pero Alec y Edward ya habían acabado de quemar a Erik
Solo faltaba Valentín
El miraba la hoguera que quemaba a su familia
Miró a Bonnie, e izo lo mas desesperado que una persona puede hacer
El se acercó a ella y la mordió.
Fue tan rápido, que ni siquiera yo lo vi venir
Creo que ni siquiera Edward, con su don de leer mentes pudo haberlo hecho.
Sentí como Bonnie gritaba de dolor, un dolor profundo que hacía que todos mis huesos temblaran de miedo.
Los chicos reaccionaron rápidamente y lo agarraron, mientras Alec solo veía a mi amiga
El se veía demacrado, como si no le gustara que Valentín hubiera mordido a Bonnie, me distraje un poco, viendo a Demetri y Edward, que ahora quemaban a Valentín en la misma hoguera
El fuego quemaba sus cuerpos, los hacía carbón
Ceniza
Vi una vez mas a mi amiga, que seguía gritando de dolor mientras se retorcía, le dolía mucho.
Cuando Edward y Demetri acabaron con el, Demetri me vio, y parecía asustado
Bueno, quizá estaba en shock y mi cara seguramente parecía muy
rara
Bueno, pero no debía pensar en ello, mi amiga estaba a punto de transformarse
Demetri me abrazó con fuerza.
Nadie podía pronunciar ninguna palabra.
Pero de pronto, me puse feliz.
Eso era lo que ella quería, según me había dicho antes, ella quería convertirse, para así estar con Alec durante toda la eternidad.
Ella sería feliz con Alec, sin importar el precio que tendría que pagar
POV Alec
Por favor, que esto sea mentira. Estoy soñando despierto, si, una pesadilla. Pero por favor, todo menos que ese estúpido vampiro mordió al amor de mi vida, a MI Bonnie. Miré hacia otro lado intentando sacarme esa imagen de mi cerebro, peor lo único que vi es a Demetri abrazando a su querida Aimeé, y yo no puedo ni decirle un "te extrañé" a Bonnie.
- ¡Alec! Ven -gritó Edward. Sí, ahora le digo Edward.
Sin pensarlo dos veces, me fui alado de mi Bonnie, que se estaba agonizando en el piso. Me dolía mucho verla así, hasta me hizo recordar momentos de mi vida que creí haberlos olvidado, como mi transformación.
- ¿No podemos hacer nada para que esto no
suceda? -dije asustado. No quería que un angelito como ella, tan linda, preciosa, y con ese carácter que no se encuentra en cualquiera, se transforme en un monstruo como yo.
- Ya es tarde.
Esa noticia me cayó en el hígado, aunque no me funcione más.
- ¿Cómo que no se puede hacer nada? -ya me estaba desesperando.
- Ya está en proceso de transformación.
- No, no, no, no, no, ¡NO! Ella no se puede transformar
No quiero, no quiero que mate gente. Y lo peor es que ella no está en contra de nuestra dieta. No quiero perder esos lindos ojitos verdes, ni ese rubor. No, que esto sea una pesadilla, por favor.
- Lamento decirte que esto es verdad. Y lamento decirte también que te estás pareciendo a mí cuando encontré a Bella tirada en le piso -con toda mi concentración, y un poco de suerte, pude notar un estremecimiento suyo, y mío.
De repente escuché un sollozo, seguramente de Aimeé. La miré y tenía lágrimas en los ojos. Se veía triste, pero sonreía. ¿Por qué?
- Aimeé, prefiero que le expliques vos a Alec por qué sonríes. Pero ahora llevemos a Bonnie a mi casa -dijo Edward, seguramente viendo mi desconcierto.
Agarré a Bonnie en mis brazos, como un bebé. Ella se retorcía, pero no gritaba. Tenía los labios apretados con fuerza. Daría todo por poder escucharla de nuevo, ver esa sonrisa que me regaló al verla en la iglesia. Quiero besarla
, mis pensamientos se volvieron incoherentes a medida que llegábamos a la mansión Cullen.
Al llegar, no quise soltarla, y la apreté más a mi cuerpo. Su cálido tacto se sentía muy bien donde antes estuvo mi corazón y ahora hay un agujero negro dispuesto a matarme hasta que Bonnie no esté bien. La amaba tanto y no podía decírselo, demostrárselo. Tampoco tenía el derecho de hacerlo, de seguro debe de estar un poco enojada conmigo por haber dejado que la rapten en mis propias narices. Yo no la culparía, pero ya había recibido mi castigo y no estaba dispuesto a ser un ente, al igual que Marco antes de que Aimeé y Bonnie aparezcan.
Como envidio a Demetri. Ahora él está abrazando a Aimeé. La tiene sentada arriba suyo mientras la consuela. Eso me recuerda a la repentina sonrisa de ella
- Aimeé -la llamé. Ella entendió enseguida para qué la solicité y se levantó.
- ¿Quieres acá o en otro lugar?
Miré a Bonnie, quien estaba quieta en le sillón del living de los Cullen. Ella seguía apretando los labios, y cada tanto se encorvaba, pero no gritaba. Bueno, un minuto alejado de ella no creo que me haga mucho.
- Afuera.
Demetri me miró como si fuera una amenaza.
- Tranquilo, ya aprendí la lección -dije con voz fría y apenada.
Cada paso que daba con Aimeé hacia fuera de la casa me dolía más, al saber que me separaba de Bonnie. La amaba tanto
- Bien -dijo Aimeé sentándose. Ya se había cambiado el vestido blanco. Alice gentilmente hizo lo mismo con Bonnie y le puso ropa cómoda y muy linda -. Escúchame.
- Dale.
- Como amiga, ella me dijo que siempre quería convertirse en vampiro. Nunca me dijo el por qué, solo me decía, repetía y repetía "Sería divertido correr rápido, tener fuerza y todo eso. Ser igual a Alec". Pero yo nunca le creía. Mi única razón por la que Bonnie me decía eso era solo para estar con vos. A ella se le iluminan los ojos cada vez que está con vos o hablamos de ti. Se ve feliz y suspira, y no olvidemos que se sonroja. Chelsea desde el principio supo que había un lazo entre ustedes dos. Ahora
no se si soy la indicada para decírtelo, pero ella te quiere. Te ama. Y hay que ser un ciego para no darse cuenta que estas loco por ella -Aimeé rió, aunque estaba triste.
- Te hace mal hablar de Bonnie cuando ella está en esa condición ¿Cierto?
- La quiero -simplemente dijo ella.
- Bueno, volvamos -dije. Ya quería estar de vuelta con Bonnie. No la dejaría ni un segundo más luego de lo ocurrido. Nos levantamos y empezamos a caminar de vuelta hacia la mansión. Yo estaba eufórico pero la noticia, pero seguía con miedo a que me rechace. Pero, como dije antes, no la iba a culpar. Si me quería fuera de su vida, con un dolor tremendo en mi interior, me alejaría para que ella sea feliz. La esperaría todo el tiempo que sea posible hasta que ella me quiera en su vida, como amigo, compañero, novio, cualquier cosa. Hasta de mascota, pero estaría con ella.
- ¡Hey Alec! Baja el ritmo -se quejó Aimeé jadeante. No me di cuenta que había empezado a caminar muy rápido, y ella corría detrás mío. Alenté el paso.
- Lo siento -me disculpé. Ella solo rió. Llegamos por fin
Corrí donde estaba Bonnie, pero me llevé una sorpresa: allí, alado de mi Bonnie, estaba Renesmee acariciándole la mejilla y murmurando cosas muy lindas. Por un momento pensé ver que Bonnie estaba sonriendo. Supe que eso era imposible. Renesmee me vio y corrió a abrasarme las piernas.
- ¿Ella es Bonnie? Es muy linda -dijo sonriendo.
- Sí, es mi Bonnie. Es más que linda. Es hermosa -le corregí con una sonrisa un poco forzada, aunque genuina.
- ¿Por qué esta así? No me respondió cuando le hablé de nosotros y de todo lo que hiciste para encontrarla.
- No puede responderte
Pero si te escuchó -luego me quedé pensativo pro un momento -. ¿Te contaron tus padres como se transforma un vampiro?
- Sí.
- Bueno
A ella la mordieron y bueno
se está transformando.
- ¡Va a estar con vos toda la eternidad! -gritó todavía sin soltarse de mis piernas.
- ¿Quién es Alec? -preguntó Aimeé, quien se había sentado alado de Demetri.
- Soy Renesmee Carlie Cullen, hija de Edward y Bella -se presentó soltándose de mis piernas. Aimeé sonrió y la alzó. Demetri los veía como
¿Un padre? Las veía con cariño
Como si algo de eso estuviera por pasar
¿Y yo qué hago pensando en eso?
De repente, una rubia y un fortachón entraron por la puerta trasera de la casa y nos miraron con
caras distintas, creo.
- ¡¿Qué hacen acá estos?! -gritó la rubia. Esme, que no la había saludado antes, se acercó.
- ¡Oh! Alec, Demetri. No los escuché venir. Estaba haciendo la comida para Nessie. ¿Y estas chicas quienes son?
- Yo soy Aimeé Brooks y ella es Bonnie Brusic -dijo señalando a mi amor.
- ¿Y qué son ustedes de los Vulturi? -preguntó con extrema amabilidad.
- Yo
no estoy segura. Somos algo raro. Nos adoptó Marco.
- ¿Los adoptó Marco? -preguntó Carlisle, que parece que acaba de llegar del hospital -. Eso si es raro.
- Lo que pasa es que nos las encontramos en el bosque, o mejor dicho nos siguieron -empecé a contar -, y después de varios sucesos nos dimos cuenta que tienen dones y que Marco se encariñó con ellas.
- Me contó algo por el estilo Edward. ¿Y cómo se encuentran? -preguntó. Se parecía mucho a un médico en ese momento.
- Aimeé está bien -dijo Demetri -. Y Bonnie se sigue transformando.
- ¡¿Transformando?! -gritaron Esme y Rosalie a la vez. Luego, la rubia siguió sola -. ¿Qué hace una simple humana transformándose acá? -preguntó enojada. La miré envenenado ¿Le dijo "simple"?
- Alec -dijo Edward -, me encargo yo. Ven Rose.
Rosalie se fue mirándome igual o pero que yo. Edward le siguió, al igual que Emmett, que no dijo ni una palabra desde que llegó.
- Alec, tranquilo, ella va a estar bien -me dijo Esme en tono maternal -. Voy a hacer más comida para ti Aimeé.
- Gracias señora Cullen.
- Oh, llámame Esme
- OK -le sonrió Aimeé. Luego, Esme se dirigió a la cocina.
Miré a Bonnie y otra vez me sorprendí de ver a Renesmee con su mano en la mejilla de ella. ¿Qué le estará diciendo?
- Nessie, ve con tu mamá que está arriba y déjame ver si Bonnie va bien con todo -le dijo Carlisle.
- Claro abuelito -dicho eso salió corriendo hacia arriba. Carlisle le revisó el cuello, y yo inmediatamente aparté la mirada. No quería ver la mordida.
- Pero Carlisle, ¿Para qué la revisa si la ponzoña curará todo?
- Es necesario -dijo encogiéndose de hombros y yéndose a su despacho.
- Vamos a visitar al abuelito Charlie -dijo otra voz. Bella seguro.
- Claro mami. Espera que me despida de mis amiguitos.
Al escuchar eso levanté la vista de mi Bonnie para ver a una madre confundida. Yo le sonreí.
- Hija, ellos son Vulturi y sus
amigas.
- ¡Pero son buenitos! -soltó la mano de Bella y se acercó a nosotros -. ¡Adiós! No se vayan hasta que vuelva.
Los tres nos reímos y asentimos con la cabeza.
- Claro Renesmee -dijo Aimeé.
- Chau -dijo Bella confundida y se fueron.
- Nos quedamos solos -comentó Aimeé.
- Hey, ¿Quieres ir a dar un paseo conmigo? -le preguntó Demetri.
- Bueno -Aimeé se encogió de hombros.
- Nos vemos luego Alec -dijo Demetri -. Cuídala.
- Con mi vida -dije con un suspiro.
Luego de que se fueran todo pasó muy rápido. Yo me había quedado alado de Bonnie viéndola y escuchando sus rápidos latidos de corazón, similares al de Renesmee.
Casi ni cruzaba palabra con Rosalie ni Emmett, aunque el último me veía burlón. Con Esme solo hablamos de cómo es la vida con ellas y con Carlisle de mis maestros. Renesmee y Bella sintieron curiosidad de cómo pasó toda la historia, y yo aburrido se las conté con ayuda de Aimeé y Demetri.
- Creo que Aimeé se va a tener que ir -dijo Carlisle al tercer día de la transformación de Bonnie.
- ¿Por qué? -preguntó.
- Bonnie va a ser una neófita. Va a querer sangre y no creo que sea conveniente que estés aquí.
- Ah.
En ese momento los latidos de Bonnie aumentaron.
- Vamos Aimeé -dijo Demetri agarrándola.
- ¿No le puedo dejar una carta por lo menos? -preguntó triste. Pareciera a punto de llorar.
- Escríbela rápido -dijo Carlisle.
Aimeé rápidamente agarró una hoja y lapicera y escribió. Seguro no debe de ser lindo tener que alejarse de tu mejor amiga por que hay riesgo de que te mate.
- Renesmee, tu también fuera -dijo Bella.
- Pero quiero ver a la amiga de Alec
- Nada de eso. Tu corazón late. Ahora acompaña a Demetri y Aimeé -lo bueno de esto es que Bella ya le tomó confianza a Aimeé. No tanto a Demetri, pero por lo menos sabe dejarla con ellos solos.
Renesmee, Aimeé y Demetri salieron hacia le bosque mientras toda la familia Cullen se reunía en el living.
- Deberíamos haber llamado a Marco -dijo Esme.
- Voy yo ahora -Carlisle se fue a la cocina y marcó el número. No le presté atención a su conversación, solo podía ver a Bonnie.
Tres latidos
Dos latidos
Un latido
Silencio. En ese momento, mi pequeño angelito abrió los ojos
(POV AIMEÉ)
No me gustó quedarme sin ver una vez más a Bonnie, mi mejor amiga
Bueno, tampoco era muy bonito saber que tu mejor amiga te podía matar en cualquier momento
No me quería preocupar de ello mientras estaba con la pequeña Renesmee y Demetri
¡Como nos miraba Demetri cuando me ponía a jugar con la pequeña!
Era algo inexplicable
No sé porque, ni quiero hacerme ilusiones, pero nos miraba como un padre
De pronto, sonó el celular de Demetri.
- ¿Qué ocurre? - Le pregunté - ¿Quién es?
- Es Edward.
Demetri contestó la llamada, y comenzó a decir algunos "Si" y uno que otro "Claro"
- ¿Qué pasó Demetri? - Pregunté mientras Renesmee me abrazaba.
- Edward dice que nos vayamos, que Bonnie y Alec se irán a Volterra cuando Bonnie tenga el suficiente autocontrol, Carlisle y Alec le ayudarán a eso
- ¿Y Renesmee? - Pregunté.
- Dice que si queremos, que la llevemos a la frontera de La Push, que le habló hace unos minutos a Jacob, el hombre lobo que se improntó de ella
- Demasiada
información
¿Hombres lobo? ¿Existen? ¿Improntación? ¿La Push? ¿Jacob?
El solo rió
- Solo te contestaré algunas preguntas, las más simples
Si, existen los hombres lobo, incluso, Cayo intentó extinguirlos, pero no este tipo de lobos, si no los que se convierten en luna llena
Pero en una batalla, casi pierde la vida, esa es la razón por la cual casi nunca habla de ellos.
- Y el porqué de su amargura
- Dije entre dientes, mientras Demetri y Renesmee reían.
- Bueno, La Push, es una reserva, pero los lobos de ahí, que son protectores la cuidan de vampiros, por eso tenemos una frontera. Bueno, lo hicieron con los Cullen, pero Edward me encargó que no la pasáramos
La Improntación
Es algo parecido a lo que yo
digo, a lo que Alec siente por Bonnie. Y Renesmee es el objeto de Improntación de Jacob.
- Me contestaste todas - Dije sorprendida
- Lo siento, es que
Contigo se me hace más fácil hablar
Se me olvida el tiempo.
- Oh - Dije, sintiendo como el calor inundaba mis mejillas.
- ¿Vamos a ver a Jacob? - Preguntó entusiasmada Renesmee
- Claro - Contestamos los dos al unísono
Caminamos hacia La Push, en silencio.
Un hermoso silencio.
Casi al llegar (Según Demetri) estaba un muchacho muy alto, tenía la piel moren, y el pelo negro y largo
Al verse, los dos corrieron, Jacob abrazó y cargó a Renesmee, mientras que la niña le tocaba la cara y sonreía con afecto a Jacob.
Esa escena
me conmovió.
Yo vi a Renesmee por última vez, ella me veía, agitaba la mano y sonreía muy feliz.
- ¿Vamos? - Me preguntó Demetri
- Claro - Contesté muy entusiasmada
Cuando estábamos en el avión, pensé en algo que no había pensado antes
- Demetri - Dije en la voz más baja que pude, puesto que las personas se quedaban viendo embobados a Demetri
- ¿Qué ocurre, Aimeé? - Me contesto, de igual manera con voz baja
- Yo
¿Qué haremos con Bonnie?
- Creo
que tenemos que decir que
murió
- ¿QUE? - Si, grité, pero
¿Qué otra cosa podría decir?
Al parecer, a algunas chicas les pareció que rompíamos, o algo parecido, así que se alegraron, mientras yo me enojé. De todos modos, no me gustaba nada no volverla a ver hasta mucho tiempo
Solo le deje una carta hecha para que ella no se preocupara por mí
- Aimeé
Ella no podrá volver a su vida normal - Me dijo, mientras se me llenaban los ojos de lagrimas
- Yo
yo
¿Y Agustín? - Recordé de repente. ¿Cómo era posible de que lo hayamos dejado en Volterra, mientras casi nos casábamos?
- Tú... ¿Sigues pensando en él?
- Claro, digo, el es el hermano de mi mejor amiga
- Sí, claro
Creo
que deberíamos ir con él en cuanto llegamos, solo para decirle
La muerte de Bonnie - Dijo, mientras mi cuerpo se tensaba
- Claro - Acepté como algo que no se podía evitar
¿Qué cosa les tendría que decir a sus padres? ¿A Agustín? Estaba claro que no pasaría más tiempo en Volterra.
- Aimeé - Dijo, después de ver mi cara de sorprendida - ¿Qué ocurre?
- Yo
Creo
que después de esto
No creo que tenga mucho tiempo en Volterra.
El se quedó muy pensativo, como si la mínima idea de irme a América, y lo más seguro que con Agustín, no le hacían ni una pizca de gracia.
Todo el viaje la pasamos en silencio, el en sus pensamientos, y yo en los míos.
¿Qué actitud debería de hacer con Agustín y los demás familiares de Bonnie? Cuando se presentaran en el funeral.
Cuando salimos de ahí, de ese aeropuerto que me estaba asfixiando.
Al caminar hacia la casa rentada por la escuela, vi un enorme fallo ante el plan de que Bonnie estaba muerta.
- ¿Cómo es que digamos que Bonnie este muerta, mientras no tenemos un cuerpo?
- Mmm
Creo que podríamos
Hablar primero con Aro y Marco, seguro que ellos encuentran una salida, seguro tienen un cuerpo quemado completamente, que no se reconozca nada, tienen uno para alguna emergencia
Nuca se sabe.
Así que así iba a quedar el funeral de mi amiga: Su nombre en una cripta y el cadáver de otro dentro el ataúd sobre el que su familia lloraría, mientras yo intentaría consolarlos
- Claro
Vamos
Ir con ellos no fue de gran ayuda, digo, mi padre se puso triste ante la noticia de que lo más seguro era que no me volverían a ver hasta dentro de dos años
Bueno, uno y algo más de tiempo
Pero el irme de aquí
Fue casi como si me hubieran echado una cubeta con agua helada.
De todos modos, al final, tendríamos que hacer la farsa de que una parte del bosque se quemó y que Alec y Bonnie estaban ahí
Tenían dos cuerpos bien preparados para cuando terminara el "incendio" pondrían los cadáveres.
- Yo
- Dije mirando a Demetri.
- ¿Si Aimeé? - Pregunto él, mirándome con esos hermosos ojos rojos.
- Yo
- Estas lista - Dijo, adivinando mis pensamientos
- ¿Seguro? - Pregunté
- Claro que si
Al llegar a la casa, vimos a Agustín que estaba en frente de la puerta, con aspecto cansado.
- Aimeé - Dijo corriendo y abrazándome
- Agustín yo
- Dije llorando
Lo lastimaría - Bonnie está muerta
Agustín no me contestó. Solo se separó de mí y me miro fijamente
- Dime que bromeas
- ¿Te bromearía con algo parecido? - Dije mirándolo a los ojos
- ¿Cómo ocurrió? - Dijo con sus ojos llenos de lágrimas
- Ella y Alec estaban hablando en el bosque
No sé muy bien lo que ocurrió
Pero sucedió un incendio
No hay probabilidades de que hayan quedado vivos.
Abracé a Agustín, llorando, por el dolor que le causaba.
- Yo
Tenemos que hablarle a nuestros padres - Dijo cuando ambos nos calmamos.
Solo asentí, esperando que lo mejor para todos sea que me vaya de Volterra, aunque aun no quito de mi pensamiento aquella cosa
Aquella cosa que le podría pedir a Demetri
La cosa que yo haría solo por el
Pero no sé si el acepte
2 DIAS DESPUES
Estos días no han sido nada alegres, puesto que Demetri se tuvo que ir, y estuve toda la noche platicando con mi ex-novio.
Al final, nos trajeron el cuerpo de Bonnie, las noticias habían parado hasta en la televisión.
El cuerpo de "Bonnie" estaba en su cuarto, las personas quisieron llevarlo ahí para velarlo en cuanto su madre y su demás familia llegaran.
El velorio no fue nada agradable
Saber que ella estaba viva, y ver a su familia, con mi familia llorando por ello, era algo horrible.
Miré hacia la ventana, y me llevé una gran sorpresa: Estaba Demetri
Salí con una excusa, y me acerque a él, casi yéndome hacia el bosque, que quedaba un poco cerca de la casa.
- Yo
quería despedirme de ti
Se van mañana, ¿Cierto?
- Si, hoy fue el velorio, y mañana enterraremos el cuerpo
Nos quedamos callados un rato
Era ahora o nunca
- Demetri
- ¿Sí? - Dijo mirándome a los ojos
- Yo
Conviérteme
- ¿Qué? - Parecía muy
sorprendido
- Si, hazlo ahora
Por favor
- No Aimeé, eso
Lo haré en dos años
Lo miré como si no le creyera
- Yo
Sé que tu cumpleaños es en una semana - Dijo el
- Si
- Te tengo un regalo - Dijo tendiéndome una pequeña caja, que cabría en mi bolsillo y no se notaría que lo tengo
- Gracias - Dije tomando la cajita, pero sin abrirla
- Es
un collar
- Si, gracias
- Espero que te haga
recordarme
- Yo
siempre te recordaré. No me imagino que este par de años la pase sin pensar si quiera en ti.
El me sonrió
- Yo
me tengo
que ir
- Demetri, espera.
- ¿Sí?
- Te quiero
- Yo
- ¿También me quieres?
- No, no te quiero
Eso fue como un golpe duro
- Yo
- Aimeé
haz tu vida, no quiero arruinártela
(POV DEMETRI)
Ella me ama
Es lo mejor que me pasó en toda mi vida
Sin embargo, (Y a consecuencia de ello, que Aro y Marco casi me matarían, no, no me matarían, mi poder es demasiado como para no matarme, lo más seguro es que solo ordenen que Jane use su don contra mí, durante estos dos largos años, que pasaré viendo a Alec y Bonnie juntos, puesto que eso de que no quieran dejarla ir es solo para que no le entre ganas ni a una amiga ni a la otra para que se vean, eso sería mortal para Aimeé)
Eso fue lo peor que le hice, pero creo que ella se merece vivir una vida humana normal, no quiero que sea como Bonnie: Ella no vivió todas sus experiencias humanas que estoy seguro que Aimeé hará
Luego
Ya habría tiempo de aclararle todo aquello, pero no podría arrodillarme y decirle que la amo. Eso haría que ella no quiera irse de aquí, con su familia.
Y lo peor de todo era que se iba con Agustín, pero creo (Y estoy muy convencido de ello) Que el sería mucho mejor que yo.
Y una de las muchas cosas que no viviría Aimeé es aquella pequeña ilusión que tengo acerca de Aimeé embarazada. Ella era muy pequeña para eso
Bueno, quizá no tanto, en una semana cumpliría 16, una edad perfecta para eso si suponemos que sería inmortal para siempre y es ahora o nunca
Ella me miró muy triste
Y se marcho sin decir más palabra.
Verla me dolió más que lo que estoy seguro que me dolerá durante estos años
Me dolió tanto
POV Bonnie
Una muerta viva, una muerta viva
repetía mi subconsciente. Pero esa era la verdad. Estaba muerta, ya que mi corazón no late, pero acá estoy, en una mansión en el mismo país que mi familia. Pero para ellos estoy muerta, claro.
- ¡Vasta Bonnie de pensar en eso! ¿Por qué no está Alec cuando se lo necesita? -se quejó Edward, luego de leerme la mente.
- Ignórame.
- ¿Qué pasa? -preguntó una suave voz masculina.
- ¡Alec! -corrí a abrazarlo. Se había ido de caza por dos días. ¡Dos días! Demasiado para mí. Él me devolvió el abrazo agarrándome de la cintura mientras se reía.
- Debo reconocer que aunque no estés cuando te necesitamos, apareces en los mejores momentos -le dijo Edward burlón.
- ¿Y eso por qué? -preguntó Alec.
- Antes de que llegaras no paraba de pensar "Una muerta viva".
- Cállate Edward. Ya te dije que me ignoraras.
Pude ver como ponía los ojos en blanco.
- Bonnie -suspiró Alec. Enterré mi rostro en su pecho -. Ya te dije que estas viva. Mírate. -dijo acariciándome el pelo.
- Antes tú no parabas de decir que eras un cuerpo sin alma, ni vida.
- Antes de que llegaras.
En ese momento sonó el celular de Alec. Él, a regañadientes, lo agarró y contestó.
- Maestro.
- Alec, creo que Bonnie ya puede venir para acá. Ya me contaron que pudo estar con la pequeña Renesmee sin problemas. ¿Te parece si el avión privado los pasa a buscar mañana a primera hora? -dijo Aro.
- Claro, como no.
- Todos queremos verla.
- ¿Cayo? -preguntó Alec riéndose entre dientes.
- En el fondo las extrañan -bromeó Aro. Desde el otro lado de la línea se escuchó un "¡Deja de mentir, hermano". Seguro proveniente de Cayo. Me reí.
- Bueno, los esperamos -dijo Alec y cortó.
- ¿Nos vamos? -dije entusiasmada. Quería volver a ver a mis amigas.
- Sí -dijo Alec. En ese momento me di cuenta de que él nunca me soltó. Tenía una mano en mi cintura y en la otra le celular.
- ¿Ya se van? ¿Tan pronto? ¡Pero si ni siquiera pudimos ir al shopping! -chilló Alice.
- Tal vez en otro momento Alice -dije entre risas.
- No vale -dijo con un puchero. Luego, puso cara
malévola. Daba miedo -. ¡Déjame por lo menos prepararte el bolso!
- ¿Y para qué?
- ¡Un recuerdo! -dicho eso se fue hacia arriba a "empacar".
- Parece que se van -dijo Carlisle. A su lado estaban Esme, Rosalie y Emmett.
- Hey Alec, si no la sueltas no podremos saludarla -bromeó Emmett. Alec instantáneamente retiró su mano de mi cintura y se alejó un poquito. Si hubiera sido humana, me hubiera sonrojado a más no poder. Emmett se estaba riendo de una forma poco sutil.
- Ya, Emy -le dijo Rosalie. Para, para
¿Le dijo Emy? ¡JA! Me empecé a reír mucho, demasiado, para el bien de un vampiro.
- ¡EMY! ¡ADIÓS EMY, TE VOY A EXTRAÑAR! -reí. Emmett paró y se quedó serio.
- Bonnie, si te quedaras más tiempo podríamos darle a EMY un merecido -bromeó Rosalie resaltando "Emy". Pude ver como Carlisle y Esme trataban de no reírse, o lo hacían discretamente.
- Los vamos a extrañar -dijo una voz suave, femenina. Bella.
Me di vuelta y allí se encontraban ella, Edward y un chico de piel morena y ojos y pelo negro sosteniendo a la pequeña Renesmee. Junto a él, un olor asqueroso a perro mojado me llegó. Arrugué la nariz.
- Tú crees que huelo mal, pero esta casa apesta -dijo ese chico
emm
¿Edward?
- Es Jacob Black. Un metamorfo de La Push.
- ¿Metamorfo? ¿Un licántropo? ¿Y qué hace este perro acá? -pregunté enfadada.
- Ese perro tiene nombre -dijo Jacob.
- ¿Oloroso tal vez? -Rosalie rió por mi comentario. Y Black solo gruñó.
- Es que está imprimado de Renesmee.
- ¿Imprimado? ¡OMG!
- Él es mi lobito -dijo Renesmee. Yo solo sonreí y me acerqué al oloroso para agarrar a mi hija. Para, para, ¿Hija? Oh, por Dios, me estoy volviendo loca. Jacob se apartó.
- ¡Quiero saludarla perro!
- Déjame despedirme -dijo Renesmee. Jacob, poniendo los ojos en blanco, le dio a la pequeña. Su piel ardía, me quemé.
- ¡Bonnie! -exclamó la pequeña abrasándome el cuello -. Te voy a extrañar.
- Yo también peque.
- ¡Ah! Por poco me olvido. Aimeé te dejó una carta -dijo dándome un sobre color lila de su pequeño bolso.
- Bueno, gracias. Lo leeré después.
- ¡Ya tengo tus bolsos! -dijo Alice bajando con tres maletas. Esperen ¡¿Tres?!
- Alice, es mucho
-me quejé.
- No importa -dijo mirando el reloj -. ¡Uh! En treinta segundos llega el avión.
¿Qué? ¿Tan rápido pasó le tiempo? Los segundos pasaron hasta que escuché el sonido del avión aterrizar.
- Bueno. ¡Adiós! -dijo Alec.
- Saluda a Aro de mi parte -pidió Carlisle.
- Claro -dije.
Luego, salimos hacia fuera y subimos al avión. Un olor familiar me llegó a la nariz. Luego, seis brazos me abrazaban con fuerza.
- ¡Heidi! ¡Jane! ¡Chelsea! -exclamé feliz. Las abracé igual o más fuerte que ellas.
- ¡Hay, estas hermosa Bonnie! -dijo Heidi.
- Te extrañamos un montón -comentó Chelsea.
- Faltaban gritos en le castillo. Todo estaba silencioso -bromeó Jane. Las cuatro reímos. Luego, nos fuimos a sentar y charlamos sobre todo lo que pasó en mi ausencia. La verdad era todo pura tristeza, pero ahora todos están felices. Mas tarde llegamos a Italia. Bajamos del avión y caminamos rumbo al castillo.
- Qué lindo que es volver a pisar este país -comentó Alec. Lo miré extraña. El solo rió.
- Es una historia larga.
Al llegar al castillo y todos, absolutamente todos, me vinieron y saludaron, abrasaron, besaron (junto a algunos gruñidos provenientes de Alec) y
estrangularon. Me mataron, en una palabra.
- ¡Hija! -exclamó Marco cuando me vio.
- ¡Papá!
Él saltó de su gran trono y me abrazó bien fuerte. Luego, vino Aro y me tocó la mano en señal de bienvenida.
- Bienvenida de vuelta al castillo, querida Bonnie -dijo sonriéndome. Luego miré a Cayo, quien solo me saludó con un seco "Hola". Yo me encogí de hombros y caminé a mi cuarto. Aro le contará todo a mi padre.
Entré a mi pieza y dejé la puerta abierta, sabiendo que Alec me seguía. El mismo cerró la puerta y sorprendentemente me abrazó por detrás. Sentí su dulce aliento en mi cuello, luego, en mi oreja.
- ¿No abrirás la carta de Aimeé? -susurró causándome un estremecimiento.
¡Huy! Por poco me olvido de esa carta. Intenté apartar los brazos de Alec de mi cintura así iba a buscarla en mi bolso, pero él solo gruñó, apretando más su agarre.
- Vamos Alec, tienes que soltarme. Tengo que ir a buscar la carta que está en el bolso. Además, este no es comportamiento de un buen amigo -bromeé.
- ¿Y si no quiero ser tu amigo? ¿Y si quiero ser algo más? -susurró contra mi cuello. Luego, se acercó a mi oreja y mordió mi óvulo. Me estremecí.
- Deja de hablar torneras. Vamos, suéltame -le dije, pero era obvio que no quería que lo haga, ya que ni mi don hizo que se separara de mí. Él besó mi cuello.
- Te voy a dejar, pero que te quede claro que no es algo que yo, ahora, quiera hacer.
Dicho eso se fue a sentar en la cama. Yo, aturdida, fui a buscar la carta que Renesmee me había dado antes de irme. La tomé y la leí:
Mi queridísima amiga Bonnie:
Lo siento mucho por no poder estar contigo cuando despertaste, pero para serte sincera, no me dejaron. Yo confío en que vos no me ibas a hacer nada, pero ya viste como son los Cullen y si le sumamos la preocupación de Demetri creo que me hubieran sacado del continente.
Bueno, la verdad es que esto lo escribo rápido y si me olvido de algo puede que sea por que ni tiempo me dieron de despedirme. Yo solo te quiero decir que todos te vamos a extrañar. No creo, según con lo que me dijeron, que nos podamos ver en unos meses, o tal vez años. Yo no estoy de acuerdo con eso, ya que significa que no voy a poder verte por mucho tiempo ni a vos ni a las chicas. Ni a Demetri. Pero ese es otro tema
También te digo que seas feliz, con tu nueva familia y especialmente con Alec. Él te quiere mucho, no lo rechaces. Cuando te estabas transformando, el no se separaba de vos ni un segundo. Y con Renesmee, una niña que conocerás luego, hablaba maravillas de vos.
¿Sabes? No se qué voy a decirles a tu familia. Me dijeron que hay que hacerte pasar por muerta, y eso me dolió hasta a mí, que se que estas viva.
Bueno, ya me están regañando con que me tengo que ir. Como dije, se feliz y manda saludos míos a Marco, Aro y
Cayo. También a su guardia.
¡Te extrañaremos!
Con cariño, Aimeé.
Si pudiera llorar, ya lo estaría haciendo. Me picaban los ojos. Lo único que pude hacer fue sollozar, sin lágrimas. Alec me abrazó y acarició el pelo de forma dulce, mientras murmuraba cosas para calmarme.
- Shh, calma Bonnie. Estoy aquí con vos. Dime, ¿Qué decía la carta?
Yo, sin decir nada, se la di. Él la leyó, luego, la dejó a un lado y me abrazó con fuerza. Cada tanto sentía algo en mi nuca. Luego, caí en la cuenta de que Alec me daba besos allí. Él era tan bueno conmigo, y yo lo único que hacía era rechazarlo. Física, menta y emocionalmente.
- Alec -susurré -. ¿Por qué eres tan bueno conmigo?
Él se quedó quieto por un momento. Luego, levantó mi barbilla para poder mirarme a los ojos.
- Bonnie, tu te mereces más de lo que yo te puedo dar. Te merecías vivir una vida normal, fuera de lo sobrenatural. Y mírate ahora, te condené a una vida asesina -dijo acariciando mi mejilla.
- Vos no hiciste nada malo. Yo te dije que no me importaba matar a nadie. Solo me importa estar con vos -susurré. Él, lentamente, fue acortando la distancia y, finalmente, nuestros labios se tocaron, en un beso tierno, dulce, pero lleno de significado. Yo llevé mis brazos hacia su cuello, mientras él con una mano sostenía mi cintura y con la otra mi nuca. Pidió permiso a profundizar el beso y yo, gustosa, le lo di. Tenía suerte de que al ser vampiro no se necesita respirar, ya que así estuvimos (según mi cuenta, ya que con Alec besándome no podía pensar con claridad) un minuto y medio, hasta que él decidió parar. Yo seguía con los ojos cerrados.
- Bonnie
-susurró -. Desde la primera vez que te vi supe que no te podía dejar ir. Que haría todo lo que esté a mi alcance por volverte a ver. Tus ojos
eran lo más hermoso que vi en mi existencia. Y cuando te lastimaste, no dudé en ayudarte, y no comerte -dijo con un poco de dolor en la voz -. Cuando esos vampiros te llevaron lejos de mi lado, me di cuenta de lo mucho que me hacías falta. De lo mucho que te quería, adoraba y especialmente amaba. Bonnie yo te amo más que a mi vida. No sé qué haría sin vos -dijo acariciando mi mejilla.
Esperen
¡¿Me ama?! En ese momento todo mi mundo cobró sentido, me sentía viva, feliz.
- Alec
yo también te amo
Él volvió a besarme, pero nos tuvimos que separar cuando escuchamos como la puerta se abría.
- ¡¿Están juntos?! -gritó Jane sonriendo como nunca lo había hecho. Oh, oh
(POV AIMEÉ)
Al estar en el avión, mi familia creía que estaba algo traumada con eso de Bonnie. ¡Y quien no!
Todo eso
Mis vampiros me habían abandonado
Me tenía que ir y no regresar hasta dentro de poco menos de dos años, aunque a mí me siguiera pareciendo una eternidad.
Agustín y yo íbamos juntos, el a veces me recogía el pelo de la cara o me tomaba la mano. El era tan
dulce.
Quizá le debiera de dar una oportunidad
El me ha dado tanto
Sería un cadáver si él no estuviera a mi lado, sería lo peor que me hubiera pasado.
Además, Demetri me dijo que hiciera mi vida, que él no me quería
Miré a Agustín con una pequeña sonrisa
- ¿Qué ocurre? - Preguntó el sonriéndome de igual modo, espero que no le duela mucho la "muerte" de Bonnie
- Nada - Dije - Nunca pasó nada
(DIAS DESPUES)
Agustín asimilaba muy bien la muerte de su hermana, no se había puesto deprimido, y eso era algo bueno, contando que ella realmente no estaba muerta, si no que se había convertido en un
vampiro.
Ambos estábamos sentados en un parque, hablando, como solíamos hacerlo desde hace mucho tiempo atrás, cuando todo podía hacer sido perfecto para nosotros, cuando todavía no conocía a Demetri y no estaba enamorada de él.
Bromeábamos como siempre, la madre de Bonnie me dijo que era algo bueno tenerme de regreso después de lo de Bonnie, puesto que si hubiera sido algo diferente, el estuviera al borde de la muerte.
- Aimeé - Comenzó el, muy cerca de mí
- ¿Sí?
- Mira, no quiero decir nada, pero nuestros padres me han dicho que te pregunte si quieres una fiesta, ya sabes, mis padres te ven como una hija mas, y son tus 16 años, así que
- No Agustín, creo que dadas las circunstancias
No
Pero
podrías hacerme un pequeño regalo, solo si tu quieres
- Claro ¿Qué quieres?
No le respondí, y en vez de eso lo bese.
Fue como si el tiempo nunca hubiera pasado, sin embargo, tenía un leve rastro de culpabilidad, aunque sé que no debería tenerlo, puesto que Demetri me dijo que no me quería, y eso debería de ser suficiente como para no querer pensar si quiera en el.
Pero yo sabía la cruel realidad. Lo amaba a él, no a Agustín, y por mucho que hubiéramos estado enamorados hacia tiempo atrás, no era lo mismo. Simplemente porque mi corazón ya no se aceleraba cuando lo veía, o me sonrojaba cuando decía mi nombre.
Simplemente no era igual.
Pero el dijo que hiciera mi vida
Creo que esto es lo mejor que podría decidir
Si estoy intentando hacer una vida humana por menos de dos años, sería muy injusto no meter a Agustín en esto, puesto que él es la principal persona humana en mi lista (Porque Bonnie no es humana ahora).
Me separé, esperando que no se pusiera romántico, no estaba de muy buen humor para eso, que digamos.
- Aimeé
El solo sonrió y me volvió a besar
Si que era fácil complacer a Agustín.
(MAS DIAS DESPUES)
Agustín y yo nos habíamos hecho inseparables, justo como en los viejos tiempos.
Ahora, Bonnie era algo de lo que todos hablábamos no como si estuviera ahí, si no como un hermoso recuerdo
que yo vería en unos años, pero aún así, era muy doloroso.
Al final, decidieron hacer una fiesta, sin mi consentimiento, pero bueno
Algo se necesitaba para que subieran los ánimos en todos
El día de la fiesta, me decidí poner un vestido hermoso, que hacía juego perfectamente con el collar que me había regalado Demetri.
- Estas hermosa - Me dijo Agustín al oído, mientras bajábamos las escaleras de la casa, donde estaban todos nuestros amigos, que sonreían y reían, mientas yo (Como siempre, intentando no hacerlo, pero nunca consiguiéndolo) pensaba en Demetri y en la fiesta que me estaban organizando (antes de irme) mis amigas y padre vampiro
Me pregunto
¿Qué estarán haciendo ahora?
Pero
¡Aún tengo el número de celular de Bonnie, el de Demetri y el de Alec!
Creo que con eso tengo todo
Claro, no me acercaría ni por poquito al de Demetri, pero
Alec puede estar cerca de Bonnie siempre que ella no tenga su teléfono.
Pero claro, no le podría hablar ahora, tendría que ser en la noche, cuando todos estén dormidos, y en un lugar donde nadie me escuche, como mi armario
- ¿Me permites un momento? - Me dijo Agustín, a mitad de la fiesta, mientras yo planeaba que decirle exactamente a Bonnie
Creo que ella me mataría, puesto que Agustín sufriría un enorme dolor cuando me vaya a Volterra
a menos que
bueno, si lo transformo
pero no
Demetri
"Pero el dijo que no te quiere tonta" Dijo una malvada voz dentro de mi cabeza
- Claro - Dije ignorándola, creo que me tendré que poner a pensar en ello por este tiempo
Agustín me llevó al jardín, lejos del ruido de la música y todo eso
- Aimeé
Sé que esto te va a parecer una locura, pero
- Dijo arrodillándose ante mí y sacando una cajita
negra e terciopelo. Comencé a hiperventilar. - Aimeé Brooks ¿Querrías casarte conmigo?
- Yo
me gustaría - Mentí
Claro que me gustaría casarme
pero no con él.
- ¿Pero? - Dijo el sonriéndome, el me conocía más que nadie en el mundo, más que Demetri, mas que Bonnie.
- Yo
Es mi cumpleaños 16, no 18 - Dije sonriéndole, el solo rió
- Sé cuál es tu edad, pero ambos sabemos que con un permiso de tus padres
No creo que ellos se nieguen, no es por presumir, pero me quieren como a su hijo. A parte, los dos nos queremos
Creo que no hay motivo para esperar.
- Yo
- Entonces, una dulce voz me susurró al oído "Sé feliz, haz una vida normal".
- ¿Sí?
- Claro que sí, si acepto casarme contigo.
El me besó como nunca, mientras yo me sentía culpable de no quererlo de la misma manera que él a mí.
A pesar de no querer eso, cuando los invitados de la fiesta se marcharon, y nos quedamos solos, pasé la mejor noche desde antes de conocer a Demetri, cualquier cosa, aunque fuera la mejor de las cosas, no se compara con el momento en que lo conocí a él, aunque eso fue algo maravilloso, algo nunca planeado
Y nunca me imaginé hasta que punto iban a ser las consecuencias de esto.
Estaba pensando en mi torpeza mientras marcaba el número de Bonnie.
- ¿Bonnie? - Pregunté en cuanto escuche que alguien descolgaba el teléfono
- ¡Aimeé! - Gritó alto mi amiga
- Si
- ¡Felicidades! Es una lástima que seas mayor que yo, pero por lo menos el sueño de toda mujer es eso: Quedarse estancada en los 15 años
- ¿Me tienes algo que decir? - intuí por su emocionada voz
- Siii
Pero
¿Cómo supiste?
- Bueno, no es que tu voz suene emocionada
- Si
¡Alec y yo estamos juntos!
- Wow, eso es genial
Yo
- Por poco le digo que me voy a casar con su hermano, pero me detuve, seguro que él está escuchando
- Tu también me tienes algo que decir, ¿Cierto?
- Si
Pero no sé donde comenzar
- Vamos, cuéntamelo. Sé que es algo que no me va a agradar
Lo noto en tu voz
- Yo
¿Hay alguien que pueda escucharnos?
- Si, están todos, tío Aro, tío Cayo, papá, Alec, Demetri - Auch, eso dolió - Jane, Chelsea, Félix, Heidi, todos
¿Qué ocurre?
- Es que no se
como decírtelo
- ¿Quieres que me vaya a algún lugar donde nadie me escuche? O si quieres no me digas, está bien.
- No
De todos modos, se entrarán, bueno, solo tío Aro, pero bueno
Él le dirá a papá que seguro te dirá a ti, que seguro lo gritarás a los cuatro vientos y todos se enteraran
Sale lo mismo
- Entonces
Dímelo, nadie te morderá - Rió
- Probablemente papá lo haga
o tú
- Dímelo, no ocurrirá gran cosa
No te gritaré
- Bueno - Comencé con una voz tan temblorosa, que Bonnie intentó interrumpirme - No, es que
- Me estas preocupando
- Bien - Dije, y le solté todo - Me voy a casar con tu hermano y cabe la pequeña posibilidad de que este embarazada de el
- ¡¿QUE?! - Gritó Bonnie, alguna reacción que ya me esperaba
no sería la conversación que me imaginaba si Bonnie no gritaba
- ¡¿ESTAS LOCA?! ¡¿QUE ESTAS EMBARAZADA DE MI HERMANO?!
- No dije que estuviera, solo dije que había una pequeña posibilidad
- Pero
Pero
¡A PARTE TE VAS A CASAR CON EL! ¡SABES EL DAÑO QUE LE HARÁS! ¡¿EMBARAZADA?! ¡CREÍ QUE ESTABAS ENAMORADA DE DEMETRI!
- Tengo unas muy buenas respuestas para eso
primero, si, estaba enamorada de Demetri, pero él me dijo que hiciera mi vida, y que no me amaba, segundo
Creo que tu hermano se hubiera muerto o suicidado si no estuviera con él, el mismo lo ha dicho, si, le haré daño, pero no mucho
y
tu hermano me pidió matrimonio, no supe que ocurrió después
- Espera
¿Si ocurrió? ¿Es enserio?
- Si
Pero ambas sabemos que no quieres detalles, así que lo dejamos en que si ocurrió
- Pero
¡Tienes 16! ¿Cómo te vas a casar?
- Bueno, se supone que necesito el permiso de mis padres, y ellos
- Aceptarán, lo sé
- Si, así que ya no había excusas
- Pero lo dañarás
- Y no sabes cómo me pesa el anillo que llevo puesto en estos momentos
- Pero
- Dijo al borde del llanto - ¡SE SUPONE QUE SU HERMANA ACABA DE MORIR! ¿COMO ES QUE SE VA A CASAR TAN PRONTO?
- Bueno, el dijo que tu habrías querido que me casara con él, así que
- Pero
- Si, te extraña, te llama su engendrito
ya lo suavizo
- ¿Cómo están mis padres? - Preguntó Bonnie muy tranquila
- Bien, tratando de superarlo
- Entonces
¿Un sobrinito?
- Eso creo, no es seguro, pero es algo que probablemente pase
- Oh
Entonces
Vas a ser mi cuñada
- Si
Ambas nos quedamos calladas unos minutos
- Yo emmm
estoy
feliz por ustedes.
- Si, te invitaría a la boda, pero
- Si, lo sé
- Ammm
creo que me voy a dormir, mañana Agustín va a pedir mi mano
- Oh, sí, que te diviertas
- ¿Cómo están todos?
- La mayoría bien
- Qué bien
- Si, ¿Cómo están todos allá?
- Muy
bien
- Es como deben estar
- Claro
- Adiós, entonces
- Sí, nos hablamos luego.
En esos momentos, sentí que en mi relación con Bonnie había una fractura, casi nada, pero aún así, era algo que no cerraría muy fácilmente
En esos momentos, sonó el teléfono
- ¿Hola?
- Aimeé - ¿Bonnie? - ¡TE ODIO!
- ¿Porque? - Eso dolió
- PORQUE ERES MI MEJOR AMIGA Y NO PUEDO ODIARTE
- Ay, Bonnie - Dije riendo
- Bueno, solo quiero decirte que es genial todo eso
Ya sabes que siempre te apoyaré en todo
- Gracias
Te quiero amiga
- Yo igual
- Bueno, tengo que irme a dormir
- Claro, ya me dirás si tienes a mi pequeño sobrino
- Sí, claro
Sonreí para mis adentros
Bonnie era la mejor amiga que siempre tendré
Por toda la eternidad
POV Bonnie
- ¡AAAAAAHHHHH! -grité saltando de alegría. No podía creer que mi mejor amiga se vaya a casar ¡Y encima con mi hermanos! Y de seguro que tendrán un bebé
¡Cómo la envidio! Yo ya no puedo tener más bebés. Y cuando vi a Renesmee
La sentía como mi hija. Claro, no le confesé a nadie esta debilidad hacia los niños. Solo Aro sabía eso de mí y parece que cumplió con su palabra con no decirlo.
- ¿Tanta alegría por esa torna noticia? ¿No era que no querías que esté con tu hermano por que la había lastimado? -preguntó Demetri fulminándome con la mirada.
- Yo estoy feliz porque si Aimeé no puede estar con la persona que más ama en el mundo, el único en quien puedo confiar para cuidarla es Agustín. Si vos fuiste tan idiota como para mentirle de esa manera, fue tú culpa que ahora esté a punto de casarse y de ser madre -ouch, creo que fui muy dura con él -. Y yo estoy feliz
no solo por eso
¡Si no que como soy tía voy a poder comprarle juguetes, ropita, enseñarle cosas, jugar con él
¡SERÍA GENIAL! -dije dando saltitos. Pude ver como todos me miraban confundidos. Felix, me observaba burlón, Alec, más que confundido. Me miraba fijamente, como descubriendo algo que por mucho tiempo dudó. Aro no tenía ninguna expresión en el rostro, y mi padre
me miraba igual que Alec.
- ¿Podemos hablar un momentito, pequeña? -me preguntó Alec. Yo, estaba más nerviosa que nunca.
- Cl-claro -tartamudeé. Pude ver como Felix se aguantaba de la risa. Lo fulminé con la mirada, de un modo que hizo que su cara de humor cambiara a una de temor. Alec me agarró de la mano y me llevó a un lugar donde nadie nos podía escuchar.
- ¿Qué es lo que pasa? -preguntó Alec.
- Nada -respondí nerviosa.
- Sí pasa algo. Pasa algo desde que despertaste, o para ser más específicos, desde que conociste a Renesmee.
Oh, oh
- De
verdad. No me ocurre
nada.
- A mí no me mientes Bonnie. Te conozco mejor que nadie -dijo mirándome fijo a los ojos. Su expresión era seria.
- Eh
Alec, si te lo digo no me vas a querer ver nunca más.
- No creo que eso pase. Vamos, cuéntame.
- Bueno
todo comenzó cuando vi por primera vez a Renesmee. Esa pequeña niña, tan linda, tierna, dulce. Se parecía mucho a mí cuando era chica, solo que yo tenía ojos verdes. Bueno, sigamos. Cuando la vi yo pensaba que no tendría un autocontrol
bueno como para estar cerca de ella, pero fue todo lo contrario. Al verla sentí unas ganas inmensas de protegerla de todo, hasta de mí misma. Edward leyó eso de mi mente. ¿Es que pensabas que confiaría tan rápido en mí? -no esperé respuesta alguna de su parte, ya que se veía en estado de shock. Me aventuré a decirle más -. Cuando hablé con Bella sobre su tiempo de humana, o lo que recordaba, me dijo que no le importara el daño que ella tenía, solo quería que nazca el bebé. Entonces, comparé sus pensamientos con los míos, y me di cuenta de que veo a Renesmee como mi propia hija -terminé en un susurro.
Alec estaba en estado de shock, pero juro haber visto una chispa de comprensión en sus ojos. Luego, me sonrió levemente.
- Así que por eso no te alimentabas de madres o embarazadas -dijo -. Entiendo, ser madre es sueño de toda vampireza. Pero
¿No sos muy chiquita como para desear eso?
- Alec
yo no puedo tener hijos
y los quiero -bajé la mirada.
- Bonnie -dijo él levantándome la cara. Él me miró con ojos tiernos.
- ¿Un
un vampiro puede adoptar? -pregunté temerosa. En ese momento Alec se puso rígido.
- Bonnie
No se si sea conveniente. Crecerá y
- Pero
¿No lo podemos transformar a los quince o
no se
a tu edad? -pregunté esperanzada.
- No se Bonnie
no lo veo como una buena idea.
- Por favor, Alec
Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor
-dije poniendo mi mejor puchero. Él, instantáneamente, cerró los ojos.
- Bonnie
si sigues así sabes que ganarás esto. Pero debo decirte que un niño no estará feliz entre medio de vampiros.
- Yo lo cuidaría. No dejaría que nada ni nadie que lo pueda dañar se le acerque.
- No Bonnie -dijo abriendo los ojos. Mmm
Tengo que usar otro método. Lo agarré de los brazos y lo estampé contra la pared. Le mostré los dientes y lo miré fijo. Él ni se inmutó.
- Te ves bien así -dijo. Eso me dio otra idea. Aflojé mi agarré y le pasé los labios por toda la cara, rozando mi nariz hasta llegar al cuello. Allí, empecé a darle pequeños mordiscos. Sentí como se estremecía levemente.
- Intenta todos los métodos que quieras Bonnie, todos menos este. Sabes como terminará -susurró. Luego, quien sabe cómo, terminé yo contra la pared y acorralada en los brazos de Alec, quien me besó de una forma que nunca imaginé. Perdí todo rastro de pensamientos coherentes y, por poco, hasta pierdo el equilibrio. Luego, se separó.
- Hay visitas. Esto lo charlaremos en otro momento. Ahora nos llaman.
La verdad no sé como el puede estar pendiente de otras cosas mientras me besa de esa manera. Me agarró de la mano y fuimos hacia donde estaban ellos. Todos estaban formados
en posiciones.
- Qué bueno que llegan. Pónganse -dijo Aro. Alec me guió alado de su hermana. Ella me sonrió, y yo le devolví la sonrisa. Al ver a mi alrededor, pude notar que faltaban Felix y Demetri. Luego, los vi entrar con dos vampiros por la puerta. Uno de ellos tenía el pelo castaño, piel pálida ojos negros. Era casi tan alto como Felix. Y el otro era rubio, ojos y piel del mismo color. Su estatura superaba unos centímetros la de Alec. Ellos caminaban con la cabeza gacha, peor el rubio la levantó para encontrarse con mi mirada. Él me miró de una manera que me daba miedo. No era de malo, si no parecida a la manera en la que me ve Alec, solo que él no hacía el efecto que hace Alec en mí. Él sonrió, y pude notar como Alec gruñía. El rubio miró nuestras manos unidas y frunció el ceño.
- ¡Qué sorpresa tenerlos de nuevo aquí, chicos! Pensamos que querían ser
libres -dijo Aro levantándose de su trono. Sus manos estaban alzadas -. Hola, Santiago ¿Tu don sigue siendo tan poderoso como lo pudo haber sido en la lucha? -cuando dijo eso entendí que hablaba de la gran visita de los Vulturi a los Cullen cuando nació Renesmee.
- Sigo igual, Aro -dijo el morocho -. Y si, antes queríamos libertad. Ahora
Nos gustaría estar en compañía. ¿Nos darás un lugar aquí?
Aro los miró de hito en hito. Luego, asintió con la cabeza y estiró su mano.
- Dame tu mano, Santiago.
Este le obedeció. Aro estuvo unos segundos antes de soltarlo.
- Y tu, Corin. Como olvidarse de tus tan ágiles movimientos en las luchas. Bienvenido aquí -dijo Aro agarrando su mano. En un momento, abriendo sus cerrados ojos, me miró. Luego a Alec, pero esta vez de forma alarmada. Soltó la mano de Corin.
- Sean bienvenidos. Jane, Bonnie, muéstrenles sus nuevas habitaciones -nos dijo.
- Claro -respondió Jane, mirando encantada a Santiago. Éste la observaba de igual manera.
- Maestro, no puedes hacer eso
-se quejó Alec.
- Lo siento -se "lamentó" Aro.
Lentamente solté la mano de Alec y seguí a Jane y los chicos a los cuartos libres del castillo. En el camino mi cuñada y el rubio se pusieron a hablar de
de
algún tema no relevante para mí. Yo solo pensaba en la manera en la que me tendría que aguantar las poco disimuladas miradas de Corin.
- ¿Sabes lo hermosa que eres? -preguntó el pervertido. Yo solo lo miré fijo -. Oh, vamos. No seas tan fría conmigo -para ese momento ya lo estaba fulminando con la mirada -. Se que me prefieres a mí antes que ese enano -dijo con una sonrisa "sensual". Por suerte para él ya habíamos llegado a sus habitaciones.
- Entra y no molestes más -le dije lo más fría posible. Él solo me miró antes de entrar y cerrar su puerta de un portazo. Luego, sentí unos cálidos brazos abrazarme por atrás.
- ¿Te estaba molestando? -preguntó con su dulce voz.
- Sí
-dije con la mente en blanco. Sus carisias no me dejaban pensar. Rozó su nariz levemente con mi cuello subiendo hacia mi oreja.
- ¿Necesitas que le diga que eres mía y solo mía, de nadie más?
- No
eso ya lo tengo muy claro y de seguro que él lo tendrá también.
- Vamos -dijo Alec agarrándome de la cintura. Caminamos hacia su cuarto, ya me había hartado del mío, y nos sentamos juntos en el sillón.
- ¿Y me dejarás adoptar?
- No -dijo Alec en un suspiro.
- ¿Por qué? -le insistí.
- Por que es peligroso.
- ¿Por qué?
- Por que va a estar rodeado de vampiros.
- ¿Por qué?
- Por que lo somos -dijo un poco desesperado.
- ¿Por qué? -bien, eso lo dije de maldad.
- Bonnie -dijo conteniendo la histeria -. ¿Quieres dejar de preguntar?
- ¿Por qué? -dije riéndome.
- Por que te amo -dijo y me besó.
TRES MESES DESPUÉS
(POV AIMEÉ)
Si, no quería asegurarme antes, puesto que habría sido un poco
pronto.
Pero ahora, aunque no me había hecho ninguna prueba, ni nada por el estilo, sabía que estaba embarazada. En mi estómago se había juntado un pequeño bulto que era mi pequeño bebé.
De todas maneras, me acababa de hacer una prueba, no fuera siendo un embarazo psicológico.
Esperé pacientemente, hasta que ocurrió lo que tenía que ocurrir: Era positivo.
No recuerdo que fue exactamente lo que sentí en esos momentos.
Era una alegría tenerlo, pero sentía que hubiera sido mejor si
Tendría que contarle a Agustín
(MÁS TARDE)
- Agustín
- Me preocupas Aimeé
¿Qué es lo que ocurre? - Dijo en tono preocupado
- Yo
tengo que decirte algo muy importante
- Claro, soy todo oídos
Yo respire hondo varias veces
- Estoy
embarazada
- ¡¿QUE?!
Dicho esto, el pobre de Agustín se quedó parado, como en shock.
- ¿Agustín? - Pregunté preocupada por el pobre
Pero el solo se fue hacia atrás, desmayándose.
- Y eso que tu eres el hombre de la casa - Susurré para mis adentros mirando al "hombre" que se había desmayado
(UN POCO MAS TARDE)
Bien, ahora que le había dicho a Agustín, tenía que decirle a Bonnie, mi
cuñada.
Marqué los números despacio, no quería apresurarme en nada, si Bonnie quería saber las nuevas, tendría que atenerse a las consecuencias.
- ¿Bonnie? - Pregunté cuando alguien me contestó al primer timbre
- Si Aimeé, soy yo
- Yo
Tengo que decirte algo
- ¿Es acaso algo sobre
?
- ¿
Si estoy embarazada? Si, tiene que ver con eso
- ¿Y? - Pregunto
¿Esperanzada?
- Si, si lo estoy
- ¡SI! - Gritó de alegría - Ahora mismo se los digo a todos
- NO
- ¿Por qué?
- No estoy lista como para que todos sepan, y tomando en cuenta que tu hermano se desmayó al enterarse
- ¿Enserio? - Parecía más divertida que preocupada
- Si
Las dos nos quedamos calladas
- Entonces
¿Un sobrinito?
- Sí, bueno, no sé realmente si es él o si es ella
- Espero que sea niña
- ¿Por?
- Porque así le compraré cositas a la niña
- Bueno, pero también hay para niño
- Si si - dijo sin darme mucha importancia
Eso me hacía pensar que quizá le haya entrado el gusanito de la maternidad ahora que ella no va a poder tener hijos y que podría ser un peligro para un bebé
Oh, oh, no había dejado en claro eso, no podía transformarme en menos de un año, puesto que él/ella me necesitaría, no por otra cosa, si no por ello.
- Bonnie
- ¿Qué ocurre?
- Yo
creo que no me pueden transformar en ese lapso de tiempo
- ¿Por qué? - Preguntó extrañada
- Porque el bebé va a estar muy pequeño
necesita los cuidados de una madre que no quiera morderlo a cada cinco minutos
- Oh Aimeé, pero
Cuando pude estar con Renesmee, estuve con ella, y créeme que no me dieron ganas de atacarla. Estarás bien
- Yo
Está bien
- Mira, Alec se acerca, me tengo que ir.
- Oye, ¿Le podrías decir a nuestro padre las nuevas?
- Claro. Adiós.
Le habría dicho que me saludara a todos, pero no podía, eso habría dolido más de lo debido.
Estuve ahí, sentada en mi armario, acariciando a mi pequeño bulto, cuando sentí que hubo un ligero movimiento dentro de mí.
Comenzó a patear.
- Yo también lo - Me detuve, iba a decir "Yo también lo extraño" pero seguro que no tendría que decir ni una sola vez el nombre de Demetri, eso me dolería más de lo que ya me duele. Corregí a tiempo - Yo también los extraño
A todos ellos
A mi familia vampiro - Dije, (Y sin pensarlo) pensé en las hermosas caras que conformaban a mi nueva familia, pero cuando pensé en Bonnie, la pensé de forma humana, ya que no tenía ni la menor idea de cómo lucía de forma vampírica. De todas maneras, siendo vampira o no, ella siempre sería mi mejor amiga.
Sentí otra pequeña patadita
(POV DEMETRI)
Estaba paseando por el castillo, cuando escuche una conversación cuando estuve frente a la habitación de Bonnie
- Yo
Está bien
- Mira, Alec se acerca, me tengo que ir.
- Oye. ¿Le podrías decir a nuestro padre las nuevas?
- Claro. Adiós.
¿Bonnie había estado hablando con Aimeé?
¿Por qué no me habría dicho nada?
Seguí a Bonnie en cuanto salió de la puerta junto con Alec
Me pregunto que le dirá.
- ¿Le dirás a Marco? - Preguntó Alec
- Claro que sí, me lo pidió ella.
Ellos se marcharon hacía donde estaba Marco, yo los seguí sigilosamente, cuando Bonnie se volteó.
- Alec
Si no te molesta
Quisiera hablar a solas con mi padre, ya sabes, asunto de hija y padre
- Claro, no hay problema- Dijo, y le envidié, porque en esos momentos besó la frente de Bonnie y se marchó.
Ella se marchó hacia con Marco, y yo la seguí sigilosamente. Claro, el estaba con Aro y Cayo, pero Bonnie no les dijo que se fueran, como lo hizo con Alec, seguro que porque esos tres (Con el don de Aro) se cuentan todo
No había necesidad de esperar que reaccionaran de la misma manera que con Alec
- Papá - Saludó Bonnie
- ¿Qué ocurre, hija? Pareces muy emocionada. - Dijo con su nueva y radiante sonrisa.
- Es que
Aimeé me acaba de hablar - Dijo, ahora sin ocultar su emoción
- ¿Sí? ¿Y qué te ha dicho?
Bien, escucho lo que Aimeé le dijo a Bonnie, y después me largo de aquí, no vaya siendo que tenga la mala suerte de que me descubran, porque eso haría que tuviera un muy buen castigo, de parte de Jane.
- ¡Que si lo va a tener! ¿No es eso maravilloso?
Todos (Aro, Marco, Cayo y yo) nos quedamos en shock
¡Que! ¿Que si va a tener al engendro ese?
Traté de tragarme mis palabras para no gritar.
- ¿Qué les ocurre? - Preguntó Bonnie, mas para sus adentros que para alguien - Creí que les iba a alegrar
- Bonnie, yo
- Tendrías que estar feliz, vas a ser abuelo - Dijo Bonnie, mirándolo con los ojos llenos de sorpresa
- Con mis miles de años, ya me había atrasado - Dijo sonriéndole - Pero tienes que tener en cuenta de que ella todavía es muy pequeña, y el muy canalla se aprovechó de eso
Eso, eso, el muy canalla se aprovechó de ella
- Oye, el canalla es mi hermano
Tu hermano el canalla, Bonnie Brusic
- Pero déjame decirte que tengo sentimientos encontrados
- ¿Cómo?
- Bueno, a la vez estoy feliz por Aimeé, porque seguramente ella es feliz
- Si, lo es
Eso me dolió como una patada
¿Cómo podría estar feliz con el engendro de ese tipo?
- Después, estoy triste, porque voy a ser abuelo y ella se va a casar
Es como perderla antes de lo esperado Y créeme, con la persona que menos me imaginé. Siempre creí que iba a terminar con Demetri, y mira.
Otra patada
- Pero estoy enojado, con ese canalla, que si algún día están en la guardia - ¿Por qué todos me odian como para darme tantas patadas? - La pasará muy mal
- Es mi hermano - Solo consiguió decir Bonnie
- Sí, pero no es mi hijo - touché
Bonnie parecía enfadada, pero después recodó algo.
- Padre
Aimeé tiene dudas sobre el tiempo en que va a ser convertida
- ¿Sí? ¿Por qué?
- Bueno, ella cree que su hijo va a ser muy pequeño, y que necesitara cuidados - Sonrió - De una madre que no lo quiera morder a cada cinco minutos
¿Cómo? ¿Acaso eso significa que se va a quedar con el engendro ese? ¿Qué lo va a traer al castillo?
No me pude contener
- ¡QUE! - Salí de mi escondite y enfrenté a Bonnie, que estaba un poco sorprendida, quizá hubiera utilizado de otra manera sus palabras si hubiera sabido que yo estaba escuchando.
- Demetri - Dijo con cara de pena
- ¡NADA DE DEMETRI! ¿VA A TRAER AL ENGENDRO ESE ACÁ? ¿CREES QUE SOBREVIVIRA SI EL ENGENDRO ESE ESTA EN MI MISMA HABITACION?
Si, había comenzado, y tendría que pagar las consecuencias: Los gritos de Bonnie
- ¿QUE ES LO QUE TE PASA? ¿CREES QUE ESO HARA FELIZ A AIMEÉ? ELLA VA A QUERER A SU BEBE, Y SI TU LE TOCAS UN SOLO PELO, CREO QUE NO VA A QUERER ESTAR CONTIGO JAMAS
¡TE ODIARIA!
No, Aimeé no me puede odiar
no
¡Y menos por un engendro!
- ¿QUE CREES BONNIE? ¿QUE ESTOY FELIZ CON ESTA SITUACION?
- CLARO QUE NO, PERO TIENES QUE SABER QUE ELLA LO QUIERE, ASI QUE SI LE TOCAS UN SOLO PELO A MI PROXIMO SOBRINO, TE JURO QUE TE LAS VERAS CON AIMEÉ Y CONMIGO
¿Me estaba declarando la guerra?
- ¿Y SI LO HAGO QUE? ESE ENGENDRO MERECE MORIR
- ¿SOLO PORQUE FUISTE UN IDIOTA AL DECIRLE A AIMEÉ LA MENTIRA DE QUE NO LA AMABAS Y QUE HICIERA SU VIDA COMO ELLA QUISIERA PRETENDES MATAR A MI SOBRINO?
- DIJE QUE HICIERA SU VIDA, NO QUE TUVIERA UN BEBE DE ESE IDIOTA
- ESE IDIOTA ES MI HERMANO, POR SI NO LO SABÍAS, Y ODIO QUE TODOS OLVIDEN QUE ES MI HERMANO Y TODOS LO ODIEN
- ME PARECE QUE CON TODOS TE REFIERES A MARCO Y A MI
- PUES SI, ¿Y?
Bien, no debí de vigilarla, todos estaban ahora aquí, y Alec me miraba con ojos envenenados.
- PUES QUE MORIRA
- NO PUEDES MATARLO
- ¿PORQUE?
- PORQUE ES EL PADRE DEL HIJO QUE ESPERA MI MEJOR
MI CUÑADA
Eso me dolió más de lo que yo esperaba
¿Todos me odian? ¿Por qué todos me reprochaban lo que le dije a Aimeé? Yo solo lo hice para su bien
- ¡ME VOY!
- ¿A DONDE? - Preguntó sorprendida Bonnie
- A AMERICA - Solo contesté eso
Todos sabían que eso significaba: "Voy a matar el engendro que tiene Aimeé y de pasada al hermano de Bonnie"
- Sabes que si lo haces
matarás también a Aimeé, no digo que no lo puedas lograr, solo digo que
Al matarlo, la matarás también
Y no me refiero a Agustín.
- Esa cosa debe morir - Contesté
Si, le dolería a Aimeé, pero tenía que llevarla al castillo y convertirla ya
No podía esperar a que el engendro naciera, bastaba con un poco de ponzoña y esa cosa moriría, no se necesitaba más que eso, para que el bebé muriera. Pero
Yo había querido que eso fuera realidad
Yo quería que Aimeé tuviera un hijo
Pero no de él.
Sé que hubiera querido que fuera mío.
Aunque eso no es imposible, no quería que Aimeé sufriera por eso
No, no mataría al engendro, pero si a Agustín.
Pero no iría ahora, iría cuando estuviera más tranquilo
en un par de meses
Ahora solo me dirigí hacia mi habitación, esperando con ansias el momento indicado para matar.
POV Bonnie
¡¿Es que este tipo se volvió loco?! ¡¿Es que piensa matar a MI hermano y a MI sobrinita?! Lo mato, lo mato yo primero. Empecé a caminar el mismo camino que él había recorrido, pero los brazos de Alec me lo impidieron.
- Shh
Tranquila, Bonnie. No vale la pena hacerle nada -dijo usando su método para calmarme: acariciarme la parte de atrás del cuello. Los segundos pasaban
y yo estaba cada vez mas tranquila
hasta que me di vuelta. Todos me miraban extraño. A mí y a la puerta por donde Demetri había pasado antes. Sabía que ahora no iba a ir, seguro esperaría, pero juro que si lo pescaba yéndose a América, no creo que regrese al castillo con vida. Sin decir palabra, agarré la mano de Alec y lo jalé hacia mi cuarto. Al llegar, claro, esquivando la habitación del asesino (quedando muy claro que hablo de Demetri) me tiré en la cama. Si hubiera podido llorar, ahora lo estaría haciendo. Alec me abrazó.
- Shh Bonnie, linda, tranquila -me susurraba en le oído mientras volvía a utilizar su método.
- Alec
no sé que haría sin vos -le dije.
- No harías nada, ya que estarías en una habitación de dos por dos, con rejas de alta tención y un chaleco de fuerza -dijo burlón.
- ¿Me estas diciendo que estaría en un manicomio?
- No, claro que no pequeña -dijo divertido. Le seguí el chiste.
- Y tú estarías conmigo, por enamorarte de una loca como yo.
- Para mí no estas loca, solo sos una mujer se sabe hacerse valer -dijo y me besó.
POV Marco
Todavía estaba en estado de shock. No podía creer que ese degenerado se haya aprovechado de ella de esa manera. ¡Y la había dejado embarazada! Rápidamente ordené a toda la guardia que se fuera para poder hablar tranquilo con mis hermanos.
- Yo estoy feliz, contento, de no tener que aguantar a esa niña malcriada. Ya bastante es con esa Bonnie -dijo Cayo con una sonrisa. Le gruñí.
- Yo no sé qué pensar -declaré luego de mandar a Cayo cinco mil metro bajo tierra con la mirada -. Por una parte estoy feliz de que cumpla su deseo de ser mamá y esté con alguien a que quiere. Pero por otro lado yo esperaba que eso suceda con Demetri.
- Yo estoy igual que tú, hermano -dijo Aro. Cayo resopló.
- Dios hermanos, deben de estar felices. No la aguantaremos más -dijo como si fuera obvio.
- ¿Sabes Cayo? Con el tiempo vas a ver que las vas a extrañar -me burlé.
- ¿Yo? ¿A esas cosas? ¡GOT! ¡Los años te hicieron mal! -dijo fingiendo horror.
De repente se escucha un grito muy agudo, de seguro proveniente de Bonnie.
- Mejor mandamos a esa chica afuera, en alguna misión, no se, antes de que mate a Demetri -dijo Aro.
- ¡Qué lo mate! Él se lo ganó.
Aro y yo lo ignoramos.
- Felix -llamó él -. Separa a Demetri y Bonnie y tráela para acá.
Él solo nos miró divertidos pero nos obedeció.
POV Bonnie
Caminaba con Alec tranquila en el pasillo cuando me encontré a la persona menos indicada.
- Aléjate Brusic -escupió.
- Para tú información, soy Vulturi. Y no me dirijas la palabra hasta que cambies de opinión.
- A mí no me mandas bicho.
Paren
¡¿Se atrevió a llamarme bicho?!
- Moriste Demetri -dije antes de tirarme encima de él. Supongo que fui demasiado rápida para que Alec me atrapara, o tal vez él deseaba que haga eso. Yo me tiro más por la segunda opción.
En un momento, el muy descarado me mordió y solté un grito. Ya
Esto em está hartando. Le devolví la mordida con más fuerza de la que esperaba, pero no llegué a hacerle nada más, ya que me encontraba en el aire y unos fuertes brazos me agarraban.
- Bonnie, te llama Aro -me dijo Felix.
- Suéltame -le ordené. Él, obviamente, me hizo caso.
- Ven Bonnie, Aro quiere hablar con vos -me dijo ya cansado. Yo suspiré y caminé hacia el gran salón. Pude sentir los pasos de Alec y Feliz atrás mío. Cuando llegué, Cayo me mataba con la mirada, Marco me observaba preocupado y Aro
seguía con cara de pocker.
- Bonnie -empezó Aro -. Sabemos que todo esto del bebé de Aimeé y la amenaza de Demetri te tiene
exaltada, por eso te damos la oportunidad de irte del castillo por un tiempo. No lo decimos por que no te queremos -agregó rápidamente al ver mi expresión: a punto de gritar -, la cosa es que
casi todos los neófitos desean ser libres.
- ¿Eso significa que yo no quiero estar acá? -pregunté lo más calmada posible.
- No es eso lo que queríamos decir -saltó Marco -. Solo que salgas a tomar un poco de aire
- Está bien, me voy -escupí y corrí hacia el bosque.
- ¡Bonnie! -escuché a Alec gritar. Con todas mis fuerzas intenté ignorar su llamado.
Corrí por el bosque, hasta que me derrumbé en el húmedo pasto. Me agarré las rodillas con los brazos y empecé a sollozar en silencio y, obviamente, sin lágrimas. En algún momento, no sé cuándo ni me importa, Alec llegó a mi lado y me abrazó fuerte.
- Bonnie, linda, tranquila. No soporto verte así -repetía mientras me levantaba la cara y acariciaba el peo y las mejillas.
- No Alec, nadie me quiere. Primero que el estúpido de mi hermano le propone casamiento al poco tiempo de mi supuesta muerte. Después, el desprecio de Demetri. Y ahora esto. ¿Qué más?
- Oh, Bonnie. Acá todos te queremos. Lo que pasa es que Demetri está enojado consigo mismo por lo que hizo. Está celoso de que Aimeé tenga un hijo con Agustín y no con él. Vos solo ignóralo. Pero linda, todos te queremos. Te amamos.
- No. Nadie me quiere, nadie me ama -dije cerrando los ojos.
- Bonnie -dijo Alec abriéndome los ojos delicadamente. Me quedé hipnotizada con sus ojos rojos -. No sé de dónde sacas tantas tonterías. Yo te amo con toda mi alma, y todos te quieren. Te quieren como una hermana, hija, sobrina. Hasta Cayo te quiere.
Yo solo me dedique a mirarlo. Sabía que tenía razón, pero no quería aceptarlo. No quería aceptar que después de la cantidad de problemas que les causé me quieran en su familia, o clan, como quieran llamarlo. Pero
solo hay una persona que sé que me quiere y me querrá pase lo que pase.
- Llamaré a Aimeé -dije decidida. Me levanté y rápidamente busqué mi celular. Estaba punto de marcar el teléfono de Aimeé, pero la mano de Alec no me dejó.
- No la preocupes con este tema. Ella ahora esta
embarazada, y no será bueno para ella tener preocupaciones.
- Pero ella tiene el derecho de saber que alguien la quiere matar, a ella y a su esposo -dije con voz inhumanamente fría. Alec solo se calló y me soltó la muñeca.
Rápidamente marqué el número de mi amiga y esperé a que ella estuviera sola. En el cuarto sonidito ella atendió:
- ¿Bonnie? -susurró.
- ¡Aimeé! Dios, no aguanto más esto. Te lo tengo que decir -mi voz sonó desesperada.
- ¿Bonnie qué pasa? Dímelo rápido que estoy metida en el armario -susurró preocupada.
- Bueno
¿Viste que me habías pedido que le dé la noticia a nuestro padre?
- Sí, ¿Cómo se lo tomó?
- Ni él ni Aro sabían qué pensar. Pero ese no es el tema.
- Bueno, dale suéltalo. Me estas preocupando.
- Bueno
parece que el curioso de Demetri escuchó mi conversación con él y de repente saltó gritando incoherencias que eran bastante malas
- ¿Qué dijo? -susurró. Podía notar el dolor en su voz.
- Dijo que
tu bebé no merecía vivir. Que iba a matar a mi hermano por embarazarte
Que no iba permitir que entraras al castillo con el "engendro", como llamó al bebé, que antes lo iba a matar.
- ¡¿QUÉ?! -gritó ella. Luego, unos cuantos murmullos similares a "¿Qué pasa Aimeé?" se escucharon al otro lado de la línea. Después, una no muy creíble mentira de ella.
- Mira Bonnie, ya me descubrieron, mejor te corto y llamo luego, pero quiero que le des un mensaje a Demetri de mi parte. Decile que lo odio, que lo odio pro haber dicho eso. Y decile que si él se encuentra en el castillo no, no voy a entrar. También dile que no lo quiero ver más y que no se merece mi amor. Ah, y que si se arrepiente de lo que dijo que no venga a pedirme de rodillas una disculpa, no se la voy a aceptar -dijo con odio en la voz. Creo que este mensaje lo tendríamos que tomar muy en serio,
- Adiós amiga
- Adiós Bonnie. Todos te extrañamos
-dijo y luego colgó.
- ¿Sería buena idea decirle esto a Demetri?
- Pienso que sería mejor primero hablar con Aro y Marco. Tal vez ellos sepan qué hacer.
- Vamos -dije y emprendimos marcha al castillo.
QUE VALIENTES
(POV AIMEÉ)
Después de inventar una excusa a Agustín, me puse a pensar.
No entendía porque Demetri no quería a mi bebé, digo, no era un engendro.
¡Dios! ¿Era verdad todo aquello que me había dicho Bonnie? Claro, debería de confiar en ella, era mi mejor amiga.
Ahora, sabía que no podía vivir sin dos personas: mi bebé y Demetri, claro, que mi bebé estaba en primer lugar.
Pero también amaba a Demetri, y no quería que hubiera algo que lo insistiera en matar a mi pobre criatura. Porque si era de elección, no elegiría a Demetri, de eso estaba completamente segura.
¿Por qué?
Una patadita me golpeó.
- No, no nos hará daño - Le aseguré, pensando en que no era muy buena idea seguir siendo humana. Si algún día pasaba Demetri por aquí
No quería estar desprotegida porque no tuve la suficiente fuerza como para protegerlo, porque era humana, porque era débil.
Al final me levanté, teníamos que decirles a nuestros padres dos noticias, seguramente no les hará mucha gracia sobre el pequeño MD, pero estaría bien.
Al llegar a la casa de los padres de Agustín, mis manos sudaban, estaba muy nerviosa.
- Todo va a salir bien - Dijo Agustín, sonriéndome. En eso me gustaba Agustín, todo su alrededor estaba de color rosa, el mundo se veía así.
- Está bien - Dije, un poco más confiada.
Al entrar, nosotros nos miramos nerviosos
- ¿Qué ocurre? Nos están poniendo nerviosos
Agustín, habló
- Primero, queríamos pedirles permiso de
poder casarnos.
Como lo había imaginado, ellos aceptaron de inmediato.
- Pero - Dije un poco más nerviosa, agarrando la mano de Agustín - Estoy embarazada
Los padres de Agustín se desmayaron
- Entonces, eso del desmayo
¿Viene de familia?
- Es que somos unas personas de débil carácter
Bonnie nos quitó el fuerte carácter que teníamos
- Ahora parecía un poco triste
Bueno, eso explicaba muchas cosas.
5 MESES DESPUES
Si que este bebé pesaba
Estaba enorme de verdad.
Al final, todos habían aceptado eso, creían que solo era cuestión de tiempo.
Ahora, estábamos esperando el ultrasonido
En la pantalla, apareció una imagen en blanco y negro
- Estos son sus brazos
- Comenzó la doctora, señalando las partes que mencionaba
Pero no me importaba mucho, era tan hermoso. Y ahí me informaron que tendría a un pequeño niño.
Mi pequeño Marco Demetri
Al llegar a la casa, no me pude contener, aprovechando que mis padres no estaban, le tomé una foto al ultrasonido y se la envié a Bonnie con el mensaje: "Te llamo ahora mismo"
Me empecé a pasear con algo de nerviosismo
Después de unos segundos, esperando que ya le hubiera llegado el mensaje, marqué su número, y fue Bonnie, que me contestó, pero parecía que estaba regañando a alguien.
- ¡
Y POBRE DE TI QUE LA AMENACES! Ah, Hola Aimeé - Dijo con su voz normal
- ¿Te llegó el mensaje?
- Si, si, apenas lo estaba viendo cuando me llamaste
Espera. - Dijo, y pareció murmurar un "me mostro el ultrasonido del bebé" Supuse que era para todos los que estaban ahí. O sea. Todos. - Ya estoy
¡NO LO PUEDO CREER! ¡VAS A TENER A UN ADORABLE BEBE! ¿YA SABES SU SEXO? ¿QUE NOMBRE LE VAS A PONER? ¿PUEDO SER SU MADRINA? ¿NO ES MUY ADORABLE? ¿COMO ALGUIEN PUEDE QUERER HACERLE DAÑO AL PEQUEÑO BEBE? - Seguramente eso fue para Demetri, pero de todos modos me dolió.
- Si, se su sexo, es niño
- AWWW UN ADORABLE NIÑO EL QUE SE VA A UNIR A LA FAMILIA
- Bonnie, no tienes porque gritar
- NO TE PREOCUPES AIMEÉ, ES MI VOZ NORMAL
- Está bien - Dije, no muy convencida de ello
- PORQUE NO PROSIGUES
- El nombre va a ser Marco D
Brusic - Dije, no podía decir que era Marco Demetri Brusic, porque no sería conveniente, que él lo supiera
No, no
- AWWW MARCO BRUSIC
¿QUE OPINAS? SI, ES MUY BONITO EL NOMBRE PERO
¿NINGUN SEGUNDO NOMBRE? TE PUEDO PROPONER UNO
QUE TAL
MARCO AGUSTIN BRUSIC
- Bonnie
¿Está Demetri por ahí?
- SI
- ¿Es por eso que gritas casi todo lo que digo?
- MMM
SI
- ¿Me podría escuchar si le gritara?
- SI
- Sigue así, amiga.
- SI, SABÍA QUE DIRIAS ESO
- LO SE - Dije, imitando su estilo - Y DILE, QUE LO ODIO, QUE NO QUIERO VOLVER A VERLO
Y PREGUNTALE QUE PORQUE ODIA A MI BEBE
- YA LA OISTE, DILE
- SI, SI, DIME PORQUE TE ES TAN DIFICIL COMPRENDER QUE TU ME DIJISTE QUE YA NO ME QUERÍAS, DIJISTE QUE HICIERA MI VIDA, QUE TE OLVIDARA
¿ACASO NO CREES QUE MI POBRE CRIATURA NO ESTA EN ESE TRATO? ¿QUE TE CREES COMO PARA MATAR A MI BEBE Y A MI PROXIMO ESPOSO? ¡ERES DE LO PEOR! NO TE QUIERO VOLVER A VER EN MI
ETERNIDAD
- ESO, ELLA NO TE QUIERE VOLVER A VER, Y SI ME DEJAS REPETIRTELO, SI TE METES CON AIMEE Y SU HIJO, TE ASEGURP QUE NO VIVIRAS PARA SIEMPRE
- NO ME UEDEN DECIR ESO - Gritó Demetri, furioso - YO LO IZE POR EL BIEN DE AIMEÉ, NO LO IZE POR OTRA COSA, CREI QUE ELLA NECESITARÍA TENER ECPERIENCIAS HUMANAS, LAS QUE TU NO TUVISTE, BONNIE
- PERO DEMETRI, SI QUERÍAS QUE ELLA TUVIERA EXPERIENCIAS HUMANAS, LAS QUE YO NO HABÍA TENÍDO NI TENDRE JAMAS
ESO IMPLICA ESTAR EMBARAZADA, DEMETRI
¿O NO QUERÍAS ESO?
- SI, SI QUERÍA ESO
- ¿ENTONCES? ¿POR QUE QUIERES MATAR A MI POBRE BEBE QUE NO TIENE LA CULPA DE ABSOLUTAMENTE NADA?
- PORQUE NO QUERÍA QUE TUVIERAS UN HIJO DE AGUSTÍN, ME HABRÍA GUSTADO QUE TUVIERAS UN HIJO MIO, NO DE EL
Eso dolió más de lo esperado
- ¿SABES QUE? CREO QUE LOS VAMPIROS NO NECESITAN SABER LA DISCUSIÓN QUE ESTAMOS TENIENDO AHORITA MISMO
- AIMEÉ - Gritó Aro - TODOS NOS ENTERAREMOS, YO PORQUE DEMETRI ALGUN DIA TENDRA QUE DARME LA MANO, DESPUES, LES DIRE A MIS HERMANOS, Y MARCO SE LO DIRA A BONNIE, QUE LO GRITARA A LOS CUATRO VIENTOS
NOS ENTERAREMOS DE TODAS MANERAS
- Está bien Tío - Dije - AHORA BIEN, ¿Cómo ES POSIBLE QUE ME HAYAS MENTIDO CON ESO? DIJISTE QUE NO ME AMABAS, AHORA QUE QUERIAS TENER UN HIJO NUESTRO
¿Qué TE OCURRE DEMETRI?
- LO QUE OCURRE ES QUE, COMO LO HE DICHO ANTES, NO QUERÍA QUE TE PRIVARAS DE LAS EXPERIENCIAS HUMANAS
- BIEN, PUES CREO QUE
-Dije, tratando de seguir discutiendo, pero algo me dolió en el estómago, sentí como algo se había roto dentro de mí. La fuente - ¡NOO!
- AIMEÉ, ¿QUE OCURRE? - decía Demetri, su voz parecía más cerca, supuse que le había quitado el teléfono a Bonnie
- Está a punto
de nacer - Logre murmurar, cuando se escuchó un coche. Mis padres
- AIMEÉ, CARIÑO, LO VAS A HACER BIEN.
- Me tengo que ir
Alguien viene - Dije, después de eso, grité de dolor, y más tarde colgué.
- AIMEÉ - Era Agustín
- Va a nacer - Le informe, y después, no supe nada más.
POV Bonnie
No podía creer que ya naciera ese niño
No podía faltar a su nacimiento, no sería lindo de mi parte pero
supuestamente yo estoy muerta
entonces, ¿Qué puedo hacer?
- Voy a América -declaró Demetri. Yo, instantáneamente, lo agarré del brazo.
- No, no vas. No te voy a dejar arruinar la oportunidad de Aimeé de ser madre. Tampoco voy a dejar que le hagas daño a nadie de mi familia -le dije lo más fría posible -. No voy a dejar que arruines mi oportunidad de poder cuidar a un bebé -terminé en un susurro. Demetri me miró con compasión, una mirada que hace tiempo no veía en él. Bajó la cabeza.
- Solo quiero ver si está bien -susurró.
- Yo también voy -declaré.
- Bonnie, tú no puedes ir -dijo Aro.
- Sí puedo ir, no me voy a perder el nacimiento del niño.
- No Bonnie, no tiene un autocontrol
- Tengo mejor autocontrol que vos -le interrumpí. Aro, quien me empezaba a tomarme como alguien más de la guarda (claro, sin dejar de quererme) me miró feo. Sabía que no le gustaba que lo interrumpieran.
- Supuestamente estas muerta.
- Me puedo esconder, y cuando esté sola la puedo visitar.
- Me parece una buena idea, Maestro -dijo Alec.
- Entonces
¿Me dejarás ir? -le pedí con un puchero. Aro se me quedó viendo por unos segundos y luego asintió.
- Ten mucho cuidado Bonnie.
Luego de decirme eso, de alguna manera, Demetri, Alec y yo salimos directo a América. Creo que el nerviosismo, la desesperación, hizo que llegáramos solo en unas pocas horas.
- Demetri, Alec y yo vamos a ir a ese árbol, que da a la ventana de Aimeé. Vamos a estar vigilando -dije.
- Claro.
Agarré la mano de Alec y con rapidez pasamos de árbol en árbol hasta llegar a nuestro destino. Debo de admitir que en el hospital había mucho olor a sangre y estuve a punto de saltar encima de un paciente, pero me contuve con ayuda de Alec, quien me miró preocupado.
- Estoy bien -le susurré para calmarlo. Él solo me miró no muy convencido.
Juntos buscamos la ventana que da a la habitación de Aimeé, y mi sobrinito, hasta que la encontramos. Por suerte ella estaba sola con el bebé en sus manos. ¿Por qué la habrán dejado sola? Mis pensamientos fueron interrumpidos por el suave murmullo de la voz de mi amiga.
- Hay, mi pequeño Marco Demetri, como me hubiera gustado que fueras hijo de tu segundo nombre -rió un poco entre dientes. Luego, suspiró -. Lamentablemente él te quiera matar -vi que estaba a punto de llorar, así que decidí que era el mejor momento para entrar.
- ¡Aimeé! -dije intentando no elevar mucho mi tono de voz.
- ¡Hay, Bonnie, amiga, querida, como te extrañé! -dijo mientras yo la abrazaba con mis brazos -. Oh, Bonnie, estas hermosa así. Ah, hola Alec -dijo. Wau, no sentí la presencia de él en el cuarto. Tal vez sea porque me había quedado viendo al pequeño bebé con los mismos ojos azules que Aimeé, el color de pelo de Agustín, y su misma nariz. Su pelo, aunque sea poco visible, tenía leves onditas parecidas a las mías. Tuve que hacer un gran esfuerzo por no gritar.
- Aimeé, ¿Me dejarías tenerlo? -dije mirando al bebé de una forma muy especial mientras interrumpía la conversación entre ella y Alec.
- Claro Bonnie -dijo dándomelo.
Yo, feliz, lo agarré con las dos manos mientras veía su linda carita. Al bebé parecía no molestarle mi temperatura. Lo mecí levemente, y el niño cerró los ojos.
- ¿Se llama Marco Demetri Brusic verdad? -le pregunté a Aimeé sin alzar la vista del bebé.
- Sí -por su tono de voz pude notar que estaba sonriendo. Alcé la vista de Marco. Vi como Alec me miraba
con ternura, y su común brillo en los ojos era aún más notable. Bajé nuevamente la mirada al bebé y le empecé a hacer cosquillas. MD empezó a reírse muy débilmente. Claro, él es prematuro.
- Es hermoso Aimeé.
- Pienso lo mismo.
- Qué lindo es verla sonreír de esa manera
y con el bebé -llegué escuchar a Alec susurrar. No pude evitar sonreír aún más.
- Te quiero peque, sabe que te cuidaré de todo -le susurré a MD mientras le acariciaba la mejilla. Luego, escuché a Agustín gritar:
- Veamos lo que dice Aimeé si tanto crees que te ama.
- ¡Alec, vámonos! -le dije. Lentamente le devolví el bebé a Aimeé, quien se despidió de mí con un abrazo. Luego, justo cuando Agustín abre la puerta, salté al árbol con Alec.
- Estuvo cerca -le susurré. Él solo me besó la mejilla. Apoyé mi cabeza en su hombro mientras intentaba analizar la escena: Agustín parecía
muy enojado. Por atrás aparecía Demetri con cara de que iba a matar a alguien. Oh, no
Si llegaba a hacerle algún daño a alguien, sin importar que me vean, lo mato yo primero. El bebé, quien en mis brazos de había dormido, empezó a moverse incómodo. Y Aimeé
estaba mirando a Demetri fijo.
- Aimeé, dime sin rodeos ni nada por el estilo, a quién de los dos quieres -escupió el tonto de mi hermano. ¿Cómo podía tratarla así después de haber tenido un bebé con ella? Gruñí. Demetri me miró por un instante, luego de fijar la vista en Aimeé. Como respuesta, ella se quedó mirando a Demetri, podría jurar que era como una reconciliación, pero al recordar las feas palabras que se dijeron era todo lo contrario.
- ¡Responde Aimeé! -le gritó Agustín. Aimeé fijó su mirada en él.
- Primero que todo no me grites, acá hay un bebé. Segundo, tratame como es debido, no voy a dejar que me pases por encima, y tercero, déjame decirte que todo el cariño que te tenía se fue en un segundo, cuando entraste gritándome.
- Eso qué significa Aimeé.
- Que no te amo, solo es amistad.
- Claro, por que vos amas a este idiota -dijo señalando a Demetri -. El que te dejó, te abandonó de la peor manera. Se nota que eres igual o peor que Bonnie -dijo mi nombre con normalidad, como si no estuviera "muerta" -. Siempre metiéndose con estúpidos.
Dios, eso sí que dolió, y me enojó. Tuve que hacer un gran esfuerzo por no tirarme encima, y creo que no lo logré. Alec me sostuvo por la cintura mientras yo gruñía.
- ¡¿Cómo puedes decirle eso?! ¡Desalmado! -gritó Demetri antes de darle un puñetazo en la cara a mi hermano. Luego le tengo que agradecer por darle su merecido.
- ¡Demetri! -gritó Aimeé. El bebé estaba a punto de ponerse a llorar.
- ¿Qué? ¿Vas a defender al idiota que te insultó? -le dijo Demetri antes de esquivar ágilmente el débil golpe de Agustín. Pude notar que sangraba, y ese olor
- Vamos Bonnie -me dijo Alec antes de alejarme de allí. Me llevó a un callejón abandonado, y nos aseguramos de que nadie nos vea.
- ¿Estás bien linda? -me preguntó preocupado. Yo no le pide responder, me sentía terrible conmigo misma. No había podido controlarme bien en esa situación y estuve a punto de matar a mi propio hermano. Bueno, no creo que con lo que escuché lo quiera como un hermano. Él ya se olvidó de mí.
- Bonnie, mírame -me ordenó levantándome la cara -. Sé que todo esto te
preocupa, pero debes ser fuerte, tu alma es fuerte, no la deseches. Él te quiere, solo que parece que esta medio
enojado, y no piensa con claridad.
- No Alec, el ya se olvidó de mí. Pero
yo no debo sufrir por un desalmado como él. Trató muy mal a Aimeé, él no entiende que ella está pasando por una situación difícil. Tiene al amor del presente y al amor del pasado frente suyo y el pasado la está haciendo elegir. Ella los quiere a los dos, es más, ella ama más a Demetri que a Agustín, pero con lo que él le dijo ella no sabe qué pensar. Digo, si se queda acá va a sufrir viendo al padre de su hijo tratándola como una chica normal, en vez de amarla. Pero si viene a Volterra
- Si viene a Volterra podrá arreglar las cosas con Demetri, y podrás estar juntos -continuó él.
- Pero todo depende de Demetri también. Debe aceptar al bebé, y lo debe cuidar -dije.
- No sé qué pensar.
Estuvimos un rato sin decir nada, hasta que s eme ocurrió una idea.
- ¿Podemos volver?
- Bonnie
puede que no sea una muy buena idea. Él puede seguir sangrando
- No, Agustín ya no está en el hospital. Lo huelo cerca de por acá. Volvamos por favor.
Alec asintió a mi petición y juntos fuimos nuevamente a la ventana. Al parecer estuvimos unas horas afuera, ya que me encontré a Aimeé parada yéndose al pasillo del hospital con cara de preocupación. Tenía le bebé en sus manos y Demetri miraba para otro lado.
- Papá, mamá, me voy a Volterra. -dijo.
(POV AIMEÉ)
No podía soportar que me hablaran o trataran así, mis padres me han dicho que una persona así no merece la pena, y todo el cariño que me quedaba por Agustín, se esfumó en unos cuantos segundos. Aunque fuera el padre de mi hijo.
Pero claro, me habría gustado que otro fuera el padre
Pero no
Después de ver a mi pequeño MD
Creo que no lo cambiaría por nada. Claro, me preocupe, pues mi pequeño Marco era prematuro, y respiraba con un poco de dificultad, además de que es más pequeño que los bebés normales.
La llegada de Bonnie a América, fue muy sorpresiva, y si a eso juntamos lo que Agustín me dijo, y como Demetri le propinó un golpe
Pero en verdad
¿Quién elegiría a Agustín, estando Demetri cerca de ahí?
Es el porqué ahora mismo estábamos con Bonnie y Alec en un aeropuerto. Mis padres no lo habían tomado bien, pero al ver la expresión de Demetri, al ver como con un solo golpe le había roto la nariz, como comenzaba a sangrar y como a Demetri ni siquiera se le ponían sus ojos color negro, algo habitual en él cuando estaba sediento.
Tendría que preguntarle más tarde.
Aunque claro, ahora se habían tenido que traer lentes de contacto, ya que, si íbamos corriendo, no creo que sea nada bueno para el bebé o para mí, puesto que yo me sentía un poco mal
¡Acababa de dar a luz!
Al subir al avión con mi bebé, Bonnie se tensó un poco, cuando Demetri se sentó a mi lado, pero no izo nada malo para ninguno de los dos, lo contrario, nos abrazó y me beso la coronilla.
- ¿Cómo están? - Preguntó el, a mi oído
- Creo que bien - Dije, cuando mi pequeño MD estaba bostezando con su hermosa y pequeña boquita. Sus bracitos se elevaron un poco, le puse un dedo junto a ellos, y él me lo sujeto.
- Escuché que tiene segundo nombre - Dijo acariciando la carita de mi pequeñín
- ¿En serio?
- Aimeé, creo que a veces olvidas que tenemos un gran sentido auditivo - Rió, mientras su boca se quedaba en mi coronilla.
- Claro - Dije, sonrojándome un poco.
- Te amo
- Yo más a ti
- Eso no lo creo
- Demetri
Esto lo hago por ti
Todo lo que hago es por ti.
El solo me sonrió.
Al llegar al castillo, mi padre se quedó sorprendido.
- ¿Es él? - Preguntó, acercándose a mi pequeño MD
- Si, es él - Dije mirando a MD con ternura.
El alargó los brazos, sonriéndole
- ¿Puedo?
- Claro que si - Dije entregándole con mucho cuidado a mi pequeñín
Lo meció con mucho cuidado, pero acabó por hacer que se despertara, sus hermosos ojos azules lo miraron, con una sonrisa extendida en sus pequeños labios.
- ¿Acaso no es hermoso? - Preguntó, mostrándoselo a sus hermanos
- Claro que lo es
Es más adorable incluso, que esos niños inmortales - Dijo Aro, acercándosele y acariciándole las mejillas
- ¿Qué opinas, Cayo? - Preguntó mi padre, cuando Cayo se acercó hacia mi pequeñín
(POV CAYO)
Aquel bebé de Aimeé, de ojos azules, me recordaba a aquellos niños inmortales
¡Hasta yo me había encariñado con ellos! Pero él era más especial, como el hijo que nunca había querido o nunca había tenido.
Aimeé, Aro
Todos se quedaron en shock cuando dije:
- ¿Podría cargarlo?
Marco vio con una mirada muy significativa a Aimeé, que, sorprendida, asintió
- Cla-Claro
Tomé en brazos al pequeño Marco. Claro, tenía en cuenta de que toda la guardia (Más Bonnie) Estaba muy alerta, como si pudiera tocarle un pequeño pelo al pequeño hijo de Aimeé
Para que nadie se preocupara, le tomé la mano a Aro, que cerró los ojos, y después de unos segundos asintió hacia todos, para que relajaran sus posiciones
Estuve un rato ahí, viendo como me miraba, atónito, justo como todos, supe que hacía la misma expresión de Aimeé cuando estaba sorprendida.
Al final, decidí devolvérselo a Aimeé, que, torpemente, lo recibió.
(POV AIMEÉ)
Wow
Creo que a Cayo le gusto mi pequeño MD
Aro, sin más, llegó hasta mí, y me tomó la mano
- Aimeé, creo que tú y tu pequeño Marco Demetri deben estar cansados
- Si, un poco - Admití
- Bien, Demetri, ¿Por qué no vas a acompañarlos a su cuarto?
- Claro que si - Dijo sonriéndome
- Pero
- Dije, pensando en que aquí no tenía una cuna
- No te preocupes - Aro todavía me agarraba la mano - Todo está en tu cuarto, pues Heidi y Jane se fueron de compras cuando se enteraron que el pequeño vendría para acá
Miré interrogativa a Bonnie
- Sí, yo les avisé
- Gracias - Les dije a las demás, mirando a mi pequeñín
Ahora bien, tenía que afrontarme a las consecuencias
Y Demetri también. Claro, le hará muy bien que MD esté en el cuarto, pues no podría gritarle tanto como quisiera.
Cuando llegamos a mi antiguo cuarto, bañé a mi pequeñín, y esto pareció hacer que se adormilara un poco, rápidamente lo envolví en una cobija y lo metí en la cuna que había comprado Jane y Heidi
Estaba hermosa, creo que debería decirles una vez más gracias a ellas.
- Entonces
- Comenzó Demetri, sonriéndome - Sigues soltera
- Ni creas que estoy muy feliz contigo.
- ¿Por?
- Bueno, no es porque quieres matar a mi MD
- ¿Qué ahora se llama MD?
- Sí, creo que si le decimos Marco nos confundiríamos como mi padre, y si le decimos
- Vacilé - Demetri
lo confundiríamos contigo
Pero aún no me has dicho e porqué de querer matar a mi pequeñín
- Aimeé
Yo
no lo haría, veo como lo quieres, y MD también te quiere
Yo nunca le haría daño a una cosa que te amara, ni a Agustín, solo lo hice porque te maltrató
- Lo sé, deje de tenerle el mínimo cariño cuando me empezó a decir eso
- Aimeé
Te amo
- Ya sabes que yo igual, pero no se
- ¿Por qué no nos casamos?
- Ese es el punto - Si, sé que ni yo me creía diciendo eso, era imposible - No puedo
MD es aún pequeño, necesita de todo mi cariño y atención, no puedo estar contigo mientras veo como tú lo odias, si, sé que no le harías daño, pero lo odias
Tal vez cuando este más grande y que sepa valerse por sí mismo
- Aimeé
Ya no lo odio
- Pero tu
- Si, sé que lo hice, sé que lo odie, más de lo que tú te podrías imaginar, pero desde que lo vi, con tus mismos ojos
No pude odiarlo, no es que no quiera, es que no puedo
- Yo
Oh, Demetri - Dije, y, para sorpresa de ambos, lo bese.
El me sonrió
- ¿No te pudiste aguantar, cierto?
- No - Admití un poco sonrojada
- ¿Crees que podrías aguantar algo de mí?
- Lo intentaré - Dije, siguiéndole el juego
Entonces, fue él el que me beso.
¡Podría quedarme ahí, besándolo, durante toda la eternidad!
Pero en esos momentos, escuché un llanto
- Creo que tiene hambre - Dijo él, sonriéndome
- Si, iré a darle
- Dirás
iremos
Lo miré con dulzura
Al terminar de atender a MD, me dormí, junto a Demetri, que me abrazaba.
- ¿Demetri?
- Si
- ¿Te he dicho que te amo?
- Si, lo has dicho un par de veces
- Bien, te lo repito
Te amo
- No más que yo - Dijo en un susurro, pero me ganó el sueño antes de poder decir algo más, y caí rendida en sus brazos, sabiendo que todo estaría bien si estoy con MI Demetri.
POV Bonnie
- Estoy feliz, feliz, feliz, feliz, feliz -canté mientras daba saltitos en mi cuarto. Alec me miraba divertido -¿Qué? -pregunté viéndolo.
- Nada, que te noto feliz, y es imposible no estarlo cuando tú lo estas -dijo abrazándome por la cintura y dándome pequeños besos en la cara.
- Alec
-dije rogando con que se de cuenta de qué estoy hablando.
- Bonnie
estuve pensando ese tema
y decidí acceder a tu petición.
- ¡SI! -grité.
- Pero
En ese momento mi cara se descompuso.
- ¿Pero qué?
- Primero con una condición.
- ¿Cuál?
- Te casas conmigo.
Me quedé en estado de shock. ¿Me había pedido que me casara con él? ¿Habré escuchado bien? Supongo que sí, así que una gran sonrisa apareció en mi rostro.
- Alec
- ¿Si?
- ¡Claro que me caso con vos! -dije. Él, sonriendo como nunca lo había hecho, me besó de una manera
que me hizo olvidarme hasta de mi propio nombre. Y así estuvimos
hasta que una voz nos interrumpió.
- ¡Felicidades! -gritó Aimeé. Atrás de ella estaba Demetri sosteniendo MD. Los dos tenían una sonrisa gigantesca.
- ¿Se casan? -preguntó Jane. Detrás de ella venía casi toda la guardia. Todos nos abrazaron y nos felicitaron, hasta que llegó el turno de Corin.
- Parece que mi lucha por enamorarte no ha funcionado, así que me rindo y les deseo felicidades -dijo mirándonos de hito en hito.
- ¡Les tiene que avisar a Marco, Aro y Cayo! .gritó Heidi.
- Ellos ya lo saben - dijo Alec con toda normalidad.
- ¿Qué? -pregunté.
- Ellos lo saben desde antes, ya que le pedí permiso a Marco. Él estuvo de acuerdo con que primero te cases conmigo y luego adoptes. Y bueno
Así fue todo.
Sin decir palabra, fui directamente donde estaba mi padre y mis tíos. Ellos me miraban sonrientes. Me sorprendió ver a Cayo sonreírme.
- ¿Se te ablandó el corazón? -pregunté incrédula. Él solo se encogió de hombros.
- Felicidades hija, se feliz -me dijo mi padre.
- Te deseo lo mismo Bonnie. Y tú Alec, cuídala.
- Claro -dijo él divertido. De seguro ya le dieron el discurso antes de que me pidiera casamiento.
Ya habíamos arreglado todo para la boda, iba a ser en unos meses. Aro se encargó de invitar a los Cullen y otros clanes aliados de nosotros (que tuve que admitir que eran más de lo que imaginaba).
- ¿Cómo está mi princesita? -preguntó Alec abrazándome por detrás y dándome pequeños besitos en el cuello.
- Mal, por que tengo que esperar mucho para adoptar a mi futura hija, que obviamente se va a llamar Hayley.
- ¿Y cómo sabes que se va a llamar así?
- Por que mientras tú no estabas aquí yo discretamente fui a un orfanato y me encontré con una muy linda, preciosa, y adorable criatura de un año de edad llamada Hayley.
- Eres un demonio. Parece que no te puedo dejar sola que ya te sales con la tuya -dijo dándome vuelta y enterrando su cara en mi cuello, mientras nuevamente lo llenaba de sus besos. Si seguía así, iba a empezar a decir incoherencias.
- Humm
-fue lo único que pude decir.
- ¿Alguna ve te dije lo hermosa que eres?
- Humm
-otra vez, fue lo único que salió de mi boca.
- ¿O de lo loco que me pones?
Obviamente, tuvo la misa contestación.
- ¿O de cuando te amo?
No tuve oportunidad de decir otra incoherencia, ya que él me estaba besando como nunca. Lentamente caímos en la cama, adelantando lo que íbamos a hacer en nuestra luna de miel
- ¡No lograrás atraparme! -le dije mientras esquivaba sus "ataques". Estábamos en el jardín entrenando. Como estaba harta de siempre quedarme en el castillo haciendo nada decidí que era hora de ir a las misiones con Alec (por que solo con él me dejan salir).
- ¿A que no? -Preguntó y de repente estaba encima de mí y yo me encontraba tirada en el pasto -. Te atrapé -dijo juguetón.
- Ah no
-dije antes de girar y terminar yo encima de él. De alguna forma terminé en una posición no apta para menores, y si hubiera sido humana me hubiera sonrojado.
- Si llegas a atacar a algún vampiro de esta forma vas a tener que sufrir las consecuencias -me amenazó divertido. Yo solo bufé.
- De seguro las consecuencias no serían nada grave.
- Eso piensas vos -dijo antes de besarme. Nunca me cansaría de sus caricias
Un día, un día
¡SOLO UN DÍA PARA QUE ME CASE! Los preparativos
¡¿Todos estaban listos?! ¡No lo sé! Por que mi queridita cuñada, amiga, hermana Jane no me había dejado entrar al salón grande por que quería que todo fuera sorpresa.
- Cálmate Bonnie -dijo Alec -. Deja de girar, me poner nervioso.
En verdad hasta yo estaba nerviosa de girar de un lado a otro, así que me fui a sentar a su lado. Lo miré con una cara que dejaba expresar bien lo que sentía.
- Se lo agradecerás -se limitó a decir con una sonrisa.
- Ah, bueno
Así que los gemelitos diabólicos se pusieron en mi contra para arreglar una boda que ni yo puedo verla, pero la persona con la que me caso si. ¡Ah! Por poco me olvido. Llamaron a los Cullen justo el día que empezaron a organizar todo y o casualidad que Bella protegía a todos de mi don. ¡Ah! Otra cosa más
Alice, Rosalie y Renesmee se unieron al club "yo-organizo-todo-a-espaldas-de-Bonnie" -dije con solo un aire. Alec se reía de mí -. Reite cuando quieras "amor" -dije mirándolo feo.
- Oh, vamos. ¿Qué prefieres? Seguir enojada conmigo y tener que probarte mil vestidos de boda que Jane, Alice, Rosalie, Heidi, Chelsea, Renata
Amm
Creo que no me olvido de ninguna chica, te compraron. O
Estar bien conmigo y pasarla excelente.
Iba a responder a la segunda opción. Su seductora sonrisa era inigualable. Pero Alguien interrumpió.
- ¡Nada de elecciones! Bonnie, ven, ¡Tu vestido está hecho! -dijo Heidi. Excelente... Pensé malhumorada. De mala gana me levanté y camina hacia la habitación de Jane, la más grande.
- ¡Perfecto! Este vestido te quedara ge-nial -dijo Alice separando las sílabas.
- Ah, que lindo -dije. En verdad era lindo.
Era strapless. La parte de arriba era ajustada, linda. Tenía pequeñas flores rosas por todo el bordado. La parte de abajo tenía caída de un vestido común, aunque tenía tutú. Éste también tenía flores. Era hermoso.
- Qué bueno que te guste. Ahora, ¡Ponételo! -me ordenó. Yo no pude hacer más que hacerle caso.
Tomé el vestido y me lo probé. Me quedaba perfecto. Me hacía ver flaca, linda, ¡Hasta alta! Yo, que mido 1,65. Pobre para mí.
- ¡Ahora los zapatos!
Eh de admitir que todas ellas juntas tienen buen estilo a la elección de zapatos para el vestido. Eran de taco, obvio. Pero
tenían una belleza que no podía explicar. De repente, sentí algo suave en mi cabeza y luego un flash.
- ¡Hermosa, hermosa, hermosa, HERMOSAAAA! -canturreaba Alice dando saltitos. Miré a Jane que tenía una cámara de fotos en la mano. Me miró disculpándose. Yo le sonreí.
- Mírate -me dijo dándome el espejo.
Claro, tenía el velo puesto. En verdad estaba hermosa. No es que sea creída, pero juraría que estaba mucho más bella que Rosalie y Heidi juntas. En eso entró Renesmee.
- ¡Qué linda estas! -dijo con un ramo de flores rosas en la mano.
- Ponlas por allí Nessie -le indicó Heidi. Desde que yo me llevó bien con ellos las chicas hablaron mucho con Renesmee y se amigaron.
Aproveché la distracción para cambiarme de ropa.
- Chicas, ¿Me puedo ir YA? -dije.
- Dale, dale. Así podemos terminar todo -dicho eso me sacaron a empujones del cuarto. Afuera pude sentir el olor a Alec muy concentrado. Lo seguí y él estaba en mi curto. Cuando entré se puso rígido.
- Ho-ola Bonnie -dijo nervioso.
- ¿Estuviste espiando, cierto? -pregunté sonriendo y alzando una ceja.
- ¡Pero no vi el vestido! -soltó. No pude hacer otra cosa más que sonreír.
Hoy, era el GRAN día. El cual sería legalmente una Vulturi, y estaría TODA mi existencia con Alec. Estaba nerviosa, muy nerviosa. El pobre Jasper, quien había acompañado a Alice a Volterra, parecía estar a punto de matarme por la cantidad de emociones que irradiaba.
- ¿Te puedes poner el vestido mientras yo me voy a arreglar? -me preguntó Alice. Ya me habían maquillado, peinado, ahora solo faltaba el vestido.
- Claro.
- Intenta no arruinar tu peinado -dijo y se fue. No tuve ni tiempo de agarrar el vestido que ya otra persona cruzó la puerta de mi habitación.
- ¡Bonnie! ¡No puedo creer que te vallas a casar! ¡Vas a ser mi cuñada y nueva hermana! -dijo Jane abrazándome -. Desde tu llegada Alec sido diferente, ahora es más bueno. No tan frío como antes. Me gustó mucho que te pidiera casamiento. ¡Se ven tan lindos juntos!
No pude evitar reírme.
- Gracias, Jane.
- ¿Te tienes que poner el vestido? ¡Te ayudo! -con mucho cuidado me lo puse, intentando no arruinar la obra de arte de Alice y Rosalie. Quería que estén acá Heidi y Chelsea, pero ellas están abajo en el salón principal arreglando lo último -. Te queda hermoso.
- Gracias -en ese momento me fijé en su vestimenta. Tenía puesto un hermoso vestido rojo que combinaba con sus ojos. Se veía hermosa -. Vos también estas muy linda.
- No tanto como tú.
En ese momento mi padre entró a la habitación.
- ¡Te ves bellísima Bonnie!
- Gracias. Tu también -él tenía puesto un traje que, sorprendentemente, se le veía bien. Marco rió.
- Culpa de Alice. Jane, creo que tiene que bajar.
- Claro. ¡Nos vemos abajo Bonnie! -dijo mientras a velocidad vampírica (ya que no había ningún humano aquí dentro mas que Aimeé y su hijo) bajaba hacia su lugar.
- ¿Ya?
- No estés nerviosa. Estas hermosa, y si no bajas ahora Alec me mata. Así que vamos si no te querés quedar sin padre -dijo con una sonrisa.
- Vamos.
Él me agarró del brazo y así bajamos las largas escaleras hasta llegar a la sala principal. Allí habían un montón de personas: toda la guardia Vulturi junto a Aro y Cayo (este último con cara de aburrimiento aunque puedo detectar un brillo en sus ojos). También estaba la guardia temporal. A un costado estaban todos los Cullen y para mi sorpresa también estaban otros clanes (la cual no reconocí). Me parece que Alice se pasó un poco al invitar a tantas personas. ¡No conozco a casi nadie!
La sala estaba decorada con flores rosas (como las de mi vestido) y tira blancas. No sabría describir lo hermoso que estaba el lugar, peor había algo que resaltaba. Al llevar a mi vista al altar, pude ver al ser más hermoso que vi en mi vida. Alec llevaba un traje negro (que le resaltaba la piel y lo hacía ver más bello que de costumbre). Su pelo
No pareciera tener algún arreglo, pero igual estaba bien peinado (sin perder el estilo, claro).
Sin darme cuenta, ya estábamos en el altar y mi padre soltaba mi mano para que sea sustituida por la de mi Alec. Nuevamente sentí las corrientes eléctricas en mi mano, pero decidí ignorarlas.
- Cuídala, o te descuartizo -dijo Marco. Por un momento me tomé eso por broma, pero al ver como miraba mi padre a Alec el humor se me fue en un segundo.
- Claro -dijo éste con un toque de temor en sus ojos. Sonreí.
Alec y yo nos sonreíamos. Sus ojos brillaban como nunca y había tanta felicidad en ellos que
- Estamos aquí para
-empezó a hablar el cura sacándome de mis pensamientos. El casamiento prosiguió normal, yo estaba tan nerviosa que estuve a punto de empezar a mover mis pies como una nenita que quiere su juguete. El momento de decir los votos fue el peor para mí. No podía hablar con claridad de la emoción. Si hubiera sido humana estaría llorando de la misma manera que lo está haciendo Aimeé en brazos de Demetri. Alec dijo su voto seguro de sí mismo. Me pregunto cómo lo hizo -
hasta que la muerte los separe -esa frase se me antojó extraña. ¿No estamos muertos ya? Tal vez debimos cambiarla. Pero fue.
En ese momento Alec me tomó desprevenida dándome un tierno beso. Yo, ignorando a las demás personas, enrollé mis brazos en su cuello.
- ¡No monopolices al novio Bonnie! -gritaron Félix y Emmett a la vez. Ellos se miraron y empezaron a reírse. Yo solo me moría de vergüenza. Pero el estar en brazos de Alec me tranquilizaba. Muchos aplausos empezaron a surgir y de repente estaba rodeada de un montó de vampiros (conocidos y no conocidos) abrazándome. Por mi parte yo no soltaba la mano de Alec.
- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Ya están juntooooooooooooooos! -gritó una vocecita fina desde abajo. Renesmee saltaba con los brazos tirados hacia arriba. Yo no pude hacer más que levantarla y darle un tierno beso en la mejilla. Luego la tuve que dejar para recibir más saludos.
- ¡PEQUEÑAAAAAAAAAAA! -gritó una voz gruesa detrás de mí. No pude mover un músculo que ya los brazos de Félix me tenían agarrada y dándome vueltas por los aires
- ¡Félix, déjala! -dijo Heidi divertida. Él me dejó en el piso mientras le pasaba un brazo con la cintura a mi amiga. Ella me abrazó y me deseó suerte.
La fiesta pasó rápida, ya que estuve bailando con todo le mundo. Y cuando al fin estuve en brazos de Alec me sentí más
segura.
- ¿Bailaste con Cayo? -me preguntó extrañado.
- Él vino -dije encogiéndome de hombros.
- Te amo señorita Vulturi .dijo chocando nuestras frentes.
- Y yo a ti señor Vulturi.
En verdad me divertí cuando vi el pastel de bodas. Todos miramos a Alice con cara de pura incredulidad. Ella solo se encogió de hombros.
Y la Luna de Miel
fue lo más hermoso que hice en mi vida. Sus besos y caricias acompañados por hermosos paisajes hicieron de esto algo tan especial
Conocerlo fue lo mejor que hice en mi vida. No me arrepiento de las cosas que hice para permanecer aquí, por que con solo estar con Alec toda la tristeza desaparece.
Y VIVIERON FELICES POR SIEMPRE
HASTA ESOS MOMENTOS
2 MESES DESPUÉS
(POV AIMEÉ)
Estos dos meses que habían pasado habían sido muy bonitos.
Ese día era el que me iba a convertir en una Vulturi. Demetri y yo no nos habíamos casado, pues ya parecíamos un matrimonio completo.
Bonnie había adoptado a una hermosa niña, de cabellos rubios y ojos chocolate. Ella, aunque tuviera un poco más de un año, amaba a MD. Todos lo amaban.
MD había crecido con sus rulos del mismo color que los de Agustín, también tenía su misma nariz, pero supe que aquello no me molestaba en lo más mínimo. También tenía mis mismos ojos. Supe por Heidi, que era la prima de Demetri, curiosamente, tenían una historia similar a la de Alec y Jane, supe por ella, que Demetri también tenía los ojos azules, del mismo tono que MD, pues había heredado la combinación de mis ojos con los de Agustín.
A mí me preocupo un poco, pues Demetri se había aguantado de matarlo porque tenía los ojos azules, exactamente del tono de mis ojos, y ahora no.
Pero el me aseguraba de que no le haría algún daño por ningún motivo, cuando le pregunté la razón, dijo que MD se había convertido en su hijo.
Hayley que era la hija de Bonnie adoraba a toda la familia, y eso era lo que le hacía muy especial.
Creo que Bonnie y Alec se veían más felices ahora que ella estaba para alegrar sus vidas.
En esos momentos, Demetri había encargado a MD con Cayo, que se había convertido en un muy atento tío abuelo. Adoraba a los dos niños, y ellos, al parecer, lo adoraban a él también.
Demetri se estaba acercando a mi cuello.
Me lo besó, y después sentí sus colmillos.
Ahí comenzó el dolor
Y mi nueva vida.
DIEZ AÑOS DESUÉS
Mi conversión había sido un éxito total. Ahora, solo me preocupaba de tener cuidado con mi MD, pues era muy frágil.
Él y Hayley se convirtieron en los mejores amigos. Los dos se adoraban, sentía como si ellos fueran el centro de nuestras vidas.
Aro y Cayo, nuestros adorados tíos, les encantaba pasear con nuestros niños, los sentían tan suyos como nuestros.
Marco se quedaba con ellos cuando salíamos a hacer nuestro deber. Alec y Bonnie eran muy importantes, por sus poderes, y Demetri tenía que ir a rastrear. Y si ellos iban
Claro que tenía que ir yo misma. No me gustaba dejar a mi MD ahí solo, con nuestro padre, pero no podía dejar a Demetri, pues sabía que MD estaba seguro, pero Demetri
Sí, era una razón por la cual no lo podía dejar.
En aquellos días, en los que solo estábamos los de la guardia, o simplemente los cuatro, eran tiempos de amigos. Los cuatro (A veces Jane también venía) Charlábamos, acerca de los niños o de cualquier otra cosa. Así había pasado hacía unos cuantos años.
Cuando llegábamos a casa, los niños corrían hacia nosotros. Eso nos llenaba de felicidad a Bonnie y a mí.
Agustín
Ese tipo había pasado de moda. Un día, cuando hablé con mis padres por última vez, me enteré que había vuelto con Katherine, y me sentí bien por él. A pesar de todo, se merecía ser feliz.
A mis padres los había dejado con Drake y Derek, mis molestos hermanos menores, que en esos momentos deberían de tener mi edad, bueno, la edad en la que me convirtieron
Los Cullen nos hacían visitas muy a menudo, ya que Nessie se había convertido en una gran amiga de todos. Adoraba a Md y Hayley, sentía un afecto especial por este par de niños.
Esos dos tenían un aura que rodeaba de felicidad a todos a su alrededor.
Papá decía constantemente que le recordaba a Dídima, nuestra madre difunta.
Pero al parecer, aunque él la recordaba con mucho cariño, decía que quería vivir en el presente, que necesitaba de disfrutar de sus nietos y de sus hijos.
Porque ahora consideraba a Demetri y Alec como sus hijos.
- Mamá - Me llamó MD, que era el apodo que se le había quedado. A veces le llamaba por su nombre completo: MARCO DEMETRI VULTURI, pero eso solo cuando hacía algunas travesuras, y no había otra opción más que regañarlo. Bonnie muy pocas veces regañaba a Hayley, cosa que a todos nos sorprendía, porque, aunque nadie lo admita, extrañábamos sus enormes gritos.
Pero eso sí. Tenía que regañarla, y cuando lo hacía
Digamos que me compadecía de Hayley.
- HAYLEY VULTURI ¿POR QUE ESTAS HACIENDO ESO? - La había encontrado con MD, prendiendo fuego a la capa de mi tío Cayo - ¿QUE NO VES QUE TE PUEDES HACER DAÑO? -Como en los viejos tiempos, cuando le gritamos a Cayo, la seguí
- MARCO DEMETRI VULTURI ¿ACASO TE ESTAS HACIENDO EL GRACIOSO? CREEME QUE TE HARÁ GRACIA CUANDO ESTES CASTIGADO EN TU HABITACIÓN
- ESO. HAYLEY, NO CREERAS QUE TE HAS LIBRADO DEL CASTIGO ESTA VEZ.
- LOS DOS ESTAN CASTIGADOS, Y SUS CASTIGOS SERÁN POR SEPARADO - Gritábamos las dos cuando los dos juntos hacían unas travesuras
Digamos que eran muy graves, como la que ya he dicho, prenderle fuego a la capa de tío Cayo
- Mamá - Decían los dos, tristes
- Nada de eso - Les advertíamos, mientras Demetri y Alec se acercaban a nosotras e intentaban calmarnos. Casi nunca lo lograban, pues Bonnie y yo sabíamos que era la única manera de hacerles entender que aquello no estaba bien.
Sus castigos, por lo general, no eran muchos, como podar el jardín, o limpiar los cuadros, pero cuando hacían alguna travesura juntos
Digamos que les iba muy mal, ya que tenían que hacer sus castigos al doble, y separados.
Pero de todas maneras, MD y Hayley entendían muy bien todo aquello. Eran tan tiernos e inocentes. Sabían que no éramos humanos, pero nosotros no le habíamos dicho a ninguno de los dos lo que éramos, pues eran muy pequeños, no queríamos que se asustaran, o algo así, pues eran muy pequeños, y, aunque tuviéramos los mejores conocimientos, eran niños humanos, que necesitaban estar en contacto con otros niños. No podíamos decirles nuestro secreto, pues los niños no eran tan discretos como para no decirles a los niños que su familia era una familia vampiro.
Eso lo sabrían a su tiempo.
Tampoco sabían que bebíamos sangre de humano, ya que los manteníamos ocupados en nuestra gran sala de cine, mientras nosotros tumbábamos nuestros alimentos.
MD y Hayley creían que eran anormales, pues eran los únicos que tenían colores de ojos distintos, todos los demás (Excepto Heidi) Teníamos los ojos rojos. Era algo que no se explicaban muy bien, y algo que hacía que nos sintiéramos aliviados de que no supieran lo que éramos, pues tendrían miedo de que nos bebiéramos su sangre. ¿Cierto?
De cualquier manera, lo sabrían tarde o temprano, aunque nosotros preferíamos que fuera más tarde que temprano, no nos sentíamos listos para darles aquella noticia.
Hayley, aunque era imposible, se parecía mucho a Bonnie y Alec, tenía unos rulos rubios preciosos, casi me recordaba el tono de pelo de Jane, los ojos eran chocolate, como según me enteré, eran del mismo tono que Alec. En la cara, aunque parecía increíble, tenía los rasgos de Bonnie, cuando todavía era humana. Esa niña estaba destinada a ser hija de ellos. No había otra razón.
MD, en cambio, lucía con rulos, como Bonnie, ojos azules, como Demetri, sonrisa igual que la mía, y, aunque me pesaba, la nariz de Agustín.
Esa era otra cosa que no le quería decir a MD. Había crecido llamando a Demetri: papá, y sí, él era su verdadero padre, pero biológicamente, era hijo de Agustín. No sabía qué era lo que le iba a afectar a él, pero sí que no le iba a decir nada de eso, hasta que estuviera listo. Hasta que pudiera entenderlo bien.
Sí, había tiempo para todo aquello, y, si toda mi familia, Demetri y MD estaban a mi lado, estaba segura de que todo vendría a su tiempo.
Sonreí para mis adentros, y me dirigí hacia el jardín, donde mi niño había organizado un picnic junto con Hayley. Ahí se encontraba también el resto de mi familia.
Disfrutaría esos días, tenía todo lo que necesitaba, y eso me hacía feliz.
AGRADECIMIENTOS
HOLA!!!!!
Aca toy yo
Churchy_Twilight =D
Quería agradecerles a tood@s los q leyeron esta historia, a los q comentaron, a los q no comentaron pero lo leyeron, y a los q nos agregaron en favoritoss
Espero q hayan disfrutado la lectura al igual q yo disfrute escribir esto junto a Destiny
Tambien les agradezco a las chicas q se rieron con los gritos de Bonnie, mi personaje, y a las q no perdieorn esperanzas en q Aimeé, el personaje de Destiny, se quedara con Demetri XD
No se ni porque lo digo, pero fue un impulso ajajaa
LES DESEO LO MEJORRR!!
*.*.*.*
¡Hola!
Acá, esta Destiny Cullen haha
Emm
solo quería decir que agradezco a todos los que nos leyeron, a todos, absolutamente ¡TODOS!
Sisi, estoy loca.
También quería decirles que gracias por estar con nosotras, al mismo tiempo que reímos, lloramos, sufrimos juntas (XD, yo si lloré en algunas ocasiones hahahhahaha :( hahahahahahahah NTC) sisi, sigo repitiéndolo: Estoy loca
Lo que más me ha gustado de escribir con Churchy, ha sido su gran sentido del humor, sus grandes escritos, sus gritos (A través del personaje de Bonnie) Y todo. Me gusta mucho escribir con ella, y espero que sigamos escribiendo juntas un poco más. (Si es que no se ha hartado de mi XD)
Lo único que me resta decir es (Otra vez) :
¡¡¡Gracias a Todos!!!
*.*.*.*
LOS QUE NOS AGREGARON A FAVORITOS:
123mhtl
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alice weir weasley
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Anna Vulturi
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Destiny Cullen (La otra escritora XD)
divina1670
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¡¡¡GRACIAS A TODOS!!!
La Vida De las Chicas Vulturi - Fanfics de Harry Potter
- ¿Estas segura de que lo querés hacer, Aimeé? -le pregunté por enésima vez a mi amiga. POV Bonnie POV Bonnie
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2023-02-27
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