LABIOS COMPARTIDOS
Soy el otro. Desde el principio soy el segundo para ella. Al que acude al amparo de la noche, cuando nadie surca los pasillos. El secreto, el oculto, el otro. Puedo tener su piel, sus labios, su pasión durante unas horas, pero luego siempre se va. Ni siquiera me deja unas migajas de ese amor que le profesa a él. Pero, ¿hasta dónde llegan sus sentimientos? Eso nunca lo sabré. Ni una palabra de más, ni una caricia de sincera ternura. ¿Para qué hacerlo, si yo nunca se lo he reclamado?
Y ella sin saber la lucha interna que estoy viviendo. Me digo que esta será la última vez, la última noche, que ya no lo haré nunca más. Pienso que jamás volveré a someterme a ti, y otra vez mi boca insensata vuelve a caer
¡Y si supiera cuánto la odio! De poco sirvió que dejara de despreciarla, de insultarla y humillarla como tanto solía hacer, si ahora la amargura que siento es mucho mayor a la de antes. ¡Cómo no odiarla! Por ella dejé todo de lado, mi cómoda vida, mis amigos, y mis creencias, y ella ni siquiera parece notarlo.
Puede que todo empezara como un ardiente deseo, de esos que te queman las entrañas y llegan a marearte. No se puede explicar con palabras el calor que me invadió cuando te besé por primera vez. Sólo los que han vivido algo parecido podrán entenderlo. Mi mundo se vino abajo en ese mismo instante, aunque yo no me diera cuenta. Me ataste para siempre, a tus besos, a tu piel. ¡Y entonces que creía tener el control! Pensaba, iluso de mí, que yo era el que iba a marcar tu vida, el que iba a decidir cómo y cuándo, el que te haría esperar, el que te haría sufrir, el que te haría llorar
Probablemente no has derramado ni una sola lágrima por mí. ¿Y por qué ibas a hacerlo? ¿Cuándo te he hecho esperar un segundo? ¿Cuándo te he negado algo? Te he tratado mejor que a una reina, y yo sólo soy un perro a tus pies. La muestra está en que aquí estoy, a pesar de todo lo que pienso, casi contra mi voluntad, esperándote, siempre esperando paciente a que decidas aparecer
Lo peor es que ni siquiera la culpo. Todo el mundo me odia y procura estar lo más lejos posible de mí. Unos me detestan por lo que hice, y otros me desprecian por lo que no llegué a hacer. Soy un marginado y seguiré siéndolo toda mi vida. Mi cuerpo a duras penas sostiene mi conciencia, mi cabeza loca que no deja de dar vueltas, y en mi alma tengo un vacío que cada noche es llenado, durante unos minutos, por sus besos. Y luego se vuelve a vaciar
Cada noche, cada semana, y sin saber si mañana volverá a mí. Todo mi mundo ahora depende de unos instantes nocturnos, y vivo así, en frágil equilibrio, sosteniéndome a duras penas en un delgado hilo que no sé cuándo se romperá.
Nadie sabe cómo me siento. Cuando los veo aparecer, tomados de la mano y mis ojos se incendian de ira, todos piensan que es por él. Y en cierto modo lo es. Él es el que ella escogerá, el bueno, el conveniente, con el que forma la pareja perfecta. Y yo me tengo que conformar con lo que sobra, con el pedazo que me toca de ti. ¡Y no sé si podré resistirlo por más tiempo! Todo el odio que acumulé contra él en estos años, no es ni siquiera una mínima parte de lo que ahora inflama mi pecho. Un rencor que se expande por todo mi cuerpo como el peor de los venenos, cuando lo veo a tu lado. Lo estrangularía con mis propias manos, apretando su cuello hasta ver la vida escaparse de esos ojos que tanto detesto y tú tanto admiras. Sería capaz de arrancarle el corazón para que entendiera cómo me siento cuando tú te vas de vuelta a él. Pero no, eso no es suficiente. Mi dolor no se puede comparar con algo físico. Ni cien cruciatus se me clavarían en el pecho como lo haces tú. Lo único que podría hacerle sentirse como yo es saber la verdad. Saber que comparte tus labios conmigo. Eso lo mataría por dentro como me mata a mí. Pero no se lo diré. Aunque suene estúpido, lo compadezco. Al menos yo sé lo que está ocurriendo. Es mi decisión, estoy aquí porque así lo he elegido, dispuesto a compartir tus labios otra vez más, dispuesto a acariciar esa piel que él también toca, aunque me quiera morir, aunque desee igual que siempre cortarme las venas cuando te alejas de mí. No, no le diré nada. Ya sufro yo bastante por los tres. Confesarle la verdad sólo serviría para alejarte de mí. Él no te dejará, porque no podrá hacerlo, no querrá hacerlo. Sé que está tan atado a ti como lo estoy yo, y al fin y al cabo, él es el bueno, él es el que te merece.
¿Y por qué yo no te merezco? Puede que nunca te lo haya dicho, igual que tú no me dedicas más palabras de las necesarias; pero en mis labios, en mis manos deposito cada gota del amor que siento por ti, con la esperanza de que un día llegues a notarlo. El odio, el dolor y la ira lo dejo para después, cuando tú ya no estás. Porque sí, aunque nadie pueda creerlo, es totalmente cierto: te amo con toda mi fe, sin medidas, te amo aunque estés compartida. Y es por eso que te espero y lo aguanto todo. Por eso soporto que hagas conmigo lo que quieras, que me tomes, me exprimas y luego me tires a un lado. Es por eso por lo que aún no he acabado con mi vida, como tantas veces me amenazo, como tantas veces juro que lo haré. Es sólo porque cada día me levanto con la esperanza de volverte a ver, de que mis dedos recorran ese cuerpo que tanto adoro, de llevarte a mi cielo, donde sólo estamos tú y yo.
Pero ya no más. No puedo resistirlo ni un segundo más. Ya no puedo compartir tus labios. No puedo compartir más este engaño. Tú le mientes a él, y yo te miento a ti, fingiendo que no me importa. Pero ya no más, se acabaron las mentiras. Que me parta un rayo, que me entierre el olvido, pero no puedo compartirte con nadie. Hoy, cuando llegues, te lo diré. Hoy tendrás que decidir: él o yo.
- ¿Qué haces?
- Nada, sólo escribía algo que me rondaba por la cabeza. Ya sabes, haciendo tiempo mientras venías. Te has retrasado
- Lo sé. Es que estaba hablando con Harry, y él no terminaba de irse a dormir. ¿Qué te ocurre, por qué pones esa cara?
- No lo menciones.
- Lo siento, no lo haré más. Y ahora, ¿por qué no me das un beso?
- Hermione, tenemos que hablar.
- ¡Qué serio te has puesto! Pareces preocupado, ¿puedo yo cambiar eso? Seguro que con mis métodos
- No te acerques más, por favor.
- ¿Qué te pasa, Draco? Estás muy raro hoy.
- ¡Tú me pasas, Hermione! ¿Acaso no lo ves?
- ¿Qué es lo que tengo que ver? ¿Ya no quieres estar conmigo? Si es eso no hace falta que hablemos, me iré y ya está.
- ¡No es eso! Por favor, Hermione, escúchame.
- ¡Draco, estoy muy cansada! Y de todos modos he venido a verte. ¿No podías tener un poco de consideración por mí? ¿Tan importante es lo que tienes que decirme que no puede esperar a mañana?
- Es importante.
- ¿No puede esperar siquiera un día?
- Supongo.
- Vale. Entonces, ¿me darás ese beso ahora?
- Claro, siempre lo hago, ¿no?
- Eso es lo que quería oír. Ya hablaremos en otro momento.
- Sí, mañana ya hablaremos
¿FIN?
Labios compartidos - Fanfics de Harry Potter
LABIOS COMPARTIDOSSoy el otro. Desde el principio soy el segundo para ella. Al que acude al amparo de la noche, cuando nadie surca los pasillos. El secreto, el
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2024-09-26
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