Las 5 negativas de Hermione Granger - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Negativa #1:

No te vuelvas a acercar a mi, hurón estúpido

... oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo ...


Si, lo admito. Mi mayor problema desde que entré a Hogwarts ha sido mi obsesión por cierta ratoncita de biblioteca, pero es algo que no he podido evitar; más allá de la voluntad, irrevocablemente termino sumergido en su mirada altiva y cautivado por esos pequeños y rosados labios que me invitan sin saberlo a perderme entre evocaciones que parecen imposibles.

Al principio lo manejé como cualquier niño pasando por la caótica etapa púber: molestándola por cualquier cosa y haciéndole la vida imposible a la menor oportunidad. Luego intenté pasar a la indiferencia, y posteriormente al espionaje. Pero el asunto ha ido creciendo.

 

Ahora, cada vez que la miro me siento impelido por su fuerza gravitacional, y yo estoy dispuesto a mandar al carajo 17 años de educación y creencias, sólo por intentar acercarme a ella.

Porque no importa cuantas veces tenga que intentarlo; Hermione Granger, será mía, como que mi nombre es Draco Malfoy

... oOo . oOo . oOo ...

La tenía en la mira.

Estaba ahí, como siempre, completamente sola en la biblioteca, sumergida entre libros absurdamente gruesos y de apariencia complicada.

Después de pensarlo muchas veces, decidió que el primer paso coherente sería acercarse a ella e intentar mantenerse cerca sin que surgiera algún tipo de agresión, tanto verbal por parte de él como física por parte de ella.

Nunca podría olvidar el cachetadón que recibió al finalizar el tercer año
Su mejilla quedó marcada con los dedos de la muchacha por más de 8 días; eso sin considerar su apreciado ego, ése quedo con secuelas palpables que lo torturaron hasta dos meses después del suceso.

Pero no valía la pena ponerse a pensar tan negativamente, ahora eran personas maduras y centradas
seguramente Hermione podría tolerar sin problemas su presencia, y él se comportaría como todo un caballero. Definitivo.

Así que sin previo aviso caminó directamente hacia su mesa y, tras apartar la silla que se encontraba justo frente a su sitio, se sentó con lentitud y se apoyó en la mesa. Estuvo mirando fijamente la portada del libro que servía de barrera entre ambos, seguro de que la chica estaba ignorándolo deliberadamente. Pero fue paciente, y tras unos minutos el libro bajó bruscamente para dar paso a un par de orbes color miel que centellaban con furia.

Sus miradas permanecieron fijas una sobre la otra, hasta que la castaña decidió poner fin al incómodo silencio que comenzaba a invadirlos.

¿Qué se te ofrece Malfoy? preguntó la chica, con un leve rechinido de dientes.

Nada, Granger
sólo pasaba por aquí y decidí observarte un rato.

¿Tan patéticamente aburrida se ha vuelto tu vida que lo mejor que puedes hacer es contemplarme leer un libro sobre runas antiguas?

Podría decirse que sí
Draco realizó un carismático encogimiento de hombros y se dispuso a cerrar la boca para contemplarla fijamente.

Hermione no agregó nada más, se limitó a volver a abrir su libro por la página donde se encontraba hasta que el maldito Malfoy había decidido estropearle el día y se dispuso a ignorarlo olímpicamente. No duraría ni 5 minutos antes de aburrirse y entonces se largaría.

 

Media hora después levantó su vista, y contempló azorada que el rubio continuaba ahí, mirándola. Sin decir nada, sin hacer nada
sólo ahí, estático, con su mirada atravesándola como una cuchilla de plata.

Sus dedos comenzaron a tamborilear ansiosos sobre la mesa, puesto que la incomodidad que sentía al tener al chico mirándola como si se tratara de lo más interesante que había visto en su vida estaba empezando a evidenciarse a través de un ligero tono rojizo en sus mejillas.

Malfoy...

Dime Granger.

Si lo que querías era conseguir que me estresara la chica llevó ambos dedos hacia sus sienes, masajeándolas suavemente, déjame decirte que ya lo lograste. Felicidades. Ahora puedes largarte tranquilo.

¿Qué te hace pensar que eso es lo que quiero Granger? Draco empujó sutilmente su silla hacia adelante, y se inclinó sobre la mesa para acortar la distancia entre ambos. ¿No puedo simplemente estar aquí, observándote mientras estudias?

No, no puedes. Me molestas La chica se cruzó de brazos y giró su rostro, en un desesperado intento por dejar de sentirse desnudada por la mirada del chico.

Pero que delicada, si ni ruido estoy haciendo. Está bien, si tanto te molesta que te mire, entonces me pondré a hacer otra cosa.

Bien. Haz lo que quieras, pero déjame tranquila.

Draco solamente la miró con una media sonrisa en el rostro y se levantó de su asiento. Entonces Hermione suspiró aliviada y reacomodándose en su silla comenzó a leer de nuevo los últimos párrafos de su lectura, los cuales, por culpa del maldito Hurón, había tenido que leer tres veces sin entender una sola palabra de lo ahí escrito.

Pasaron aproximadamente cinco minutos cuando volvió a sentirse incómoda, así que levantó su vista y giró a su derecha, para casi brincar de la impresión al encontrar a Malfoy sentado a su lado, muy cerca
demasiado cerca.

El chico tenía un libro entre sus manos y estaba leyendo tranquilamente a su lado, aparentemente indiferente a la mirada de reproche de la castaña.

Malfoy, ¿qué pretendes?

El chico apartó su mirada del libro y la clavó en el rostro de Hermione, haciendo que a la chica involuntariamente le temblaran las rodillas bajo la mesa. Nunca había visto tan de cerca Malfoy, ni se había percatado de lo asombrosamente gris que era su mirada, casi como plata. Se reprendió mentalmente al pensar que eran los ojos más bonitos que había visto en su vida.

¿Qué pretendo de qué Granger? Solamente estoy leyendo... contestó el chico, regresando su mirada al libro.

¿Y por qué no lees en otra parte?

Porque quiero hacerlo aquí.

Hermione bufó molesta, totalmente segura de lo que pretendía el maldito Hurón. Quería sulfurarla hasta hacer que sus orejas comenzaran a echar humo, o tal vez hasta lograr una combustión espontánea producto de la ira que sentía en ese momento
, cualquier cosa era probable tratándose de él; pero seguramente su fin último era hacerla rendirse y largarse. Pero no lo conseguiría
ella era fuerte, y si el Hurón quería jugar, entonces ella también jugaría.

 

La chica giró su cuerpo un poco, para intentar apartarse de el chico y volvió a abrir su libro, por cuarta vez en el día, en la misma página. Comenzó a releer el párrafo, pero tras terminar la hoja comprobó que no había podido entender absolutamente nada.

Y todo porque cierto aroma se estaba colando sin su consentimiento por sus fosas nasales, haciendo que su respiración se tornara irregular y frenética. Ese maldito olor, endemoniadamente atractivo, era sin duda del tarado que estaba sentado a su lado.

Se encontró a si misma analizándolo, intentando determinar los componentes que hacían ese olor tan irresistible. Sin duda había un acento mentolado en él, pero poseía cierto olor a agua, a brisa
, algún tipo de esencia que la remontaba a una tarde de verano, con la sensación del pasto bajo sus pies y el fresco rocío de un río

Momentáneamente se sintió extasiada, rodeada por el aroma imaginario que evocaba su subconsciente al estar en contacto con la loción de Draco. Porque entre sus divagaciones olfativas comenzó a percibir uno de sus aromas favoritos, el pasto recién cortado, humedecido por el rocío matinal. Y ese aroma se entremezcló con el olor del libro que tenía entre sus manos y

Demonios.

Con un movimiento brusco aventó el libro hacia la mesa, y se giró para contemplar a Draco. Se llevó una sorpresa enorme al encontrarlo frente a su cara, a sólo unos centímetros de distancia, mirándola directamente a los ojos y sonriendo arrogantemente, con su característica mueca soberbia de medio lado.

La chica sintió que su corazón se paraba una fracción de segundo, para después comenzar a latir desaforadamente, llevando más sangre de la necesaria hacia su cabeza y coloreando sus mejillas del más vivido tono de rojo.

Estaba cerca, muy cerca
peligrosamente cerca. Y su aroma estaba volviéndola loca.

¿Algún problema Granger? preguntó. ¿Cómo pudo haberte ofendido el libro para que lo aventaras de esa manera?

El aliento de Draco la golpeó directamente, dejando a su paso un hueco en el estómago similar al que se siente cuando el aire te abandona de golpe.

Hermione se levantó de su asiento, y mirándolo con rabia no disimulada, le espetó entre dientes:

No te vuelvas a acercar a mi, Hurón estúpido. Mantente a una distancia prudente, o sabrás lo que mi varita puede hacerle a tu aristocrático trasero.

Y sin esperar una sola contestación del rubio, recogió sus cosas de la mesa y salio casi corriendo de la biblioteca.

... oOo . oOo . oOo ...

Tengo un grave problema. Uno verdaderamente gordo
y ese problema tiene nombre y apellido.

Y aunque intento no pensar en el revoloteo que me causó el tenerlo tan descaradamente cerca, no puedo sacarme de la cabeza sus malditos ojos taladrándome, ni su maldito olor

Porque precisamente tenía que acercarse a mí en la biblioteca, donde el olor a libros y pergamino imperan sobre cualquier otro. Porque precisamente tenía que usar una loción que me llevara a pensar en verano y pasto recién cortado. Y porque para mi mayor desgracia, el olor a menta terminó de formar un cuadro olfativo muy particular

Y bajo ningún concepto voy a permitir que el maldito Hurón Botador complete mi maldita Amortentia

 

Y no, no quiero a Draco Malfoy cerca de mí. Tan segura estoy de eso como que mi nombre es Hermione Granger

Negativa #2:

Vuelve a tocarme, y desearás no haber nacido

... oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo

De acuerdo, al principio las cosas en verdad se complicaron
la pequeña Gryffindor es más escurridiza y difícil de encontrar que un pelo de unicornio. Pero yo tengo mis métodos, y algo tan insignificante como el que pretenda evitarme no se interpondrá entre mis planes. No señor.

A pesar de todos sus intentos he logrado escabullirme algunas veces más, y aunque hubo ocasiones en las que puedo apostar que estuvo a punto de lanzarme una maldición, terminó por acostumbrarse a mi cercanía.

Ahora sólo se comporta indiferente, como si no estuviera ahí.

Pero al menos me tolera, incluso hasta hemos cruzado un par de palabras que no son propiamente agresivas. Eso es más de lo que había esperado. Ahora es tiempo de pasar al siguiente nivel.

Porque tarde o temprano, sin importar sus reticencias, Hermione Granger será mía, como que mi nombre es Draco Malfoy

... oOo . oOo . oOo

La tenía en la mira.

Estaba sentada en medio del par de monigotes sobre protectores que tenía por amigos, en el invernadero 5. Disfrutando de una más de las maravillosas clases de Herbología que los dejaban, como mínimo, repletos de tierra y olor a excremento de dragón
, claro, siempre podía ser peor.

Y ahí estaba él, elucubrando un brillante plan para acercarse a ella y comenzar con la segunda parte de su plan de conquista. Tan ensimismado estaba en sus posibles alternativas que no escuchó las indicaciones de la profesora para ponerse en parejas. Cuando reaccionó se dio cuenta que era el único imbécil sin pareja en todo Slytherin

Entonces una luz de esperanza brilló frente a él, puesto que aparentemente los de Gryffindor también estaban agrupados por pares, todos a excepción del magnífico Trío Dorado

La profesora les indicó que uno de ellos tendría que hacer pareja con Malfoy, y Draco cruzó los dedos para que la chica, tan servicial y presta a quedar bien con los profesores como siempre, se decidiera a librar a sus amigos del martirio de su compañía y se ofreciera a ser ella quien lo acompañara durante la hora completa.

Aparentemente la conocía a la perfección, pues Hermione, después de echar una ojeada a sus amigos, le dijo a la profesora que ella se ofrecía a ser su pareja.

Bingo.

No pudo resultar mejor de haberlo planeado.

¿Tus amigos te enviaron al matadero Granger?

Ay, Malfoy
¿Es mucho pedir un poco de madurez de tu parte? Evidentemente ninguno de los dos hubiera accedido a trabajar contigo; y en caso de hacerlo, seguramente hubiera terminado todo en una detención y montones de puntos menos para mi casa. Eso es algo que no iba a permitir bajo ningún concepto.

¿Y desinteresadamente te ofreciste a acompañarme? Admítelo Granger
morías por trabajar junto a mí, no es necesario negarlo.

 

La chica rodó los ojos y comenzó a revisar con lentitud las indicaciones de cuidado de la planta en la que trabajarían, ignorando olímpicamente el descarado intento de Draco por sacarla de sus casillas.

Si ya tengo que soportarte en tu nueva faceta de acosador, que mas da soportarte un poco más en clases

La tarea consistía en extraer la savia de una Asphodelasea Rubentis; una linda planta similar a la sábila, pero con tallos más largos y estilizados, y de un intenso color rojo. El inconveniente era que a la plantita le gustaban los mimos, y para poder extraer un poco del líquido que inundaba sus abultadas hojas escarlata era necesario que uno acariciara en la base de la hoja mientras el otro exprimía con suavidad el extremo.

Si la tarea no se hacía correctamente, la Asphodelasea se indignaba y retraía sus hojitas hasta volverse un bulbo cerrado y hermético, del cual no se podría extraer una sola gota de savia.

Hermione decidió unilateralmente que ella se ocuparía de acariciar a la plantita mientras Draco extraía el líquido. El rubio, a pesar de detestar que la gente le impusiera lo que debía hacer, decidió no protestar con tal de no contrariar a la chica. Pudo contemplarla a cabalidad mientras realizaba la sencilla tarea y pudo comprobar que se veía bastante tranquila prodigándole mimos, así que continuó realizando su tarea minuciosamente, tratando de causar una buena impresión en ella.

Así que
, Granger, ¿tienes hermanos?

¿Intentas mantener una conversación civilizada conmigo Malfoy?

Es lo que he intentado hacer en estas semanas, por si no lo habías notado
, pero te has dedicado a ignorarme magistralmente.

No.

¿No? Claro que me has ignorado

No Malfoy, me refería a que no tengo hermanos. Soy hija única.

Ah
Bien.

Hermione intentaba tolerar la situación, aunque seguía pareciéndole absurdo que de buenas a primeras Malfoy intentara ser amable con ella. El problema era que 6 años de insultos y humillaciones no se olvidaban tan fácilmente, y por más que ella no fuera rencorosa había cosas que no se perdonaban así porque sí, solo porque alguien llegara con una sonrisa radiante e intentara conocer un poco más acerca de tu vida
, o porque produjera revoloteos involuntarios en tu estómago y ocasionara uno que otro sofoco por el aroma que despedía

No, no se lo perdonaría tan fácilmente.

Además ya casi era inmune a su olor, ya solamente lo recordaba unas cinco veces al día. Y prácticamente no pensaba en él
No, era insignificante. Si, bueno
, cada vez que se encontraba sola se preguntaba si llegaría a importunarla con su fastidiosa presencia, pero eso era solamente porque quería asegurarse de que no la desconcentrarían en lo que fuera que estuviera haciendo.

Tampoco tenía nada que ver que repentinamente decidiera que su lugar favorito para estudiar era la mesa más cercana a la ventana occidental de la biblioteca, por donde podía ver sin problema quién entraba o salía del lugar; ni el hecho de que involuntariamente levantara la mirada al percibir de reojo algún destello dorado procedente de la cabellera de alguien.

No, Malfoy no importaba en lo absoluto.

 

Repentinamente sintió dos cosas a la vez: una suave caricia que descendió desde su muñeca hasta la punta de sus dedos, casi efímera, prácticamente inexistente; y una corriente eléctrica que recorrió su espina dorsal vértebra por vértebra, haciéndola sentir un agradable escalofrío.

Levantó la mirada y encontró el rostro de Draco, aparentemente concentrado en la extracción de la savia de Asphodelasea, pero con una sonrisa torcida muy propia de él. El chico se sintió observado y dirigió su mirada para encontrarse con la de la chica.

Cuando sus mirada chocaron, el rostro de Hermione se tornó tan rojo como la planta que estaba acariciando y no pudo evitar desviar su mirada para situarla en un punto alejado de esos orbes grises que la miraban expectantes.

Volvió a concentrarse en su tarea tratando de ignorar a Malfoy, y lo estaba logrando hasta que nuevamente sintió que sus manos se encontraban. Esta vez reaccionó más rápido y lo contempló mientras sus dedos aún rozaban su mano. Nuevamente se sonrojó.

Draco, que no perdía detalle de ese hecho, no pudo evitar hacer uno de sus atinados comentarios.

Mira Granger, pareces otra Asphodelasea Rubentis
, ¿querrás acaso que te acaricie?

Mientras terminaba de hablar, con el dorso de su mano derecha rozó suavemente la mejilla de Hermione, cuidando de hacerlo delicadamente, y disfrutando cada segundo del ínfimo contacto.

Hermione quedó petrificada un par de segundos, con sus ojos abiertos más de lo normal y su respiración momentáneamente extinta.

En ese momento sonó la campana que indicaba el final de la clase y el revoloteo de estudiantes dirigiéndose al castillo para comer comenzó a inundar el invernadero. Pero a pesar del ruido y el movimiento circundantes, el contacto visual entre Draco y Hermione no se perdió.

Ambos alcanzaron a escuchar la voz de Harry preguntándole a la chica si iba con ellos y Hermione fue apenas conciente al contestarle que los alcanzaría afuera, en cuanto recogiera sus pertenencias.

El invernadero se vació y entonces la chica se acercó a Draco.

Y Draco tembló casi imperceptiblemente al sentir que ella se acercaba por propia voluntad. Cerca, muy cerca
, peligrosamente cerca.

Cuando el rostro de Hermione estuvo a sólo un par de centímetros del de Draco, el chico solamente pudo tragar saliva, haciendo que su esófago subiera y bajara visiblemente, pero no cerró los ojos ni para parpadear. No creía lo que estaba viendo, ¿acaso iba a
, besarlo?

El aliento de la chica golpeó su rostro, aturdiéndolo momentáneamente; sus palabras sin embargo las comprendió después, al sentir algo frío recorrer su columna vertebral de arriba abajo

Vuelve a tocarme sin mi consentimiento Draco Malfoy, y desearás no haber nacido

Y entonces lo comprendió. Toda la savia que había logrado extraer de la planta, ahora estaba chorreando sobre su cabello, descendiendo lentamente por su espalda, hombros y rostro, manchando todo a su paso de un vívido tono carmín y un aroma fétido y empalagoso que tardaría al menos dos baños en desaparecer por completo.

El tono rojo en el cabello, sin embargo, desaparecería más lentamente, pasando del intenso color fuego -Que para su molestia lo hacía parecer uno más de los hermanos comadreja- al rosa intenso, rosa chicle y posteriormente un suave y favorecedor rosa pastel.

 

... oOo . oOo . oOo

Ese rubio problemita sigue sin desaparecer, a pesar de haberlo dejado tan llamativo como un algodón de azúcar, sigue intentando acercarse a mí.

Y por si lidiar con su aroma no fuera suficiente, ahora tengo que soportar el recuerdo de su tacto sobre mi piel, confortablemente fresco y suave, y las sensaciones que despertó tan simple caricia en mí.

Y definitivamente no pienso tolerar ni un solo segundo el escandaloso revoloteo de las "Mariposas Malfoy" en mi estómago, no señor. No completará mi Amortentia ni hará revolotear mariposas con su apellido en mi vientre

Lo repito, no. No quiero a Draco Malfoy rondándome ni toqueteándome. Tan segura estoy de eso como que mi nombre es Hermione Granger


Negativa #3:

Mantén tu boca alejada si sabes lo que te conviene

... oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo

Bien, si no estuviera tan seguro de mi masculinidad lo másprobable es que me hubiera encerrado en mi cuarto hasta que el malditocolor rosita desapareciera de mi hermosa y perfecta cabellera. Pero no lo hice, porque algo tan trivial como un cabello ridículo no me hará retirarme de la lucha.

Esmás, me favorece
, si claro, no es ningún tipo de truco para sentirmeseguro de mi mismo al mirarme frente al espejo; claro que no, el rosame favorece
Mis ojos se ven más claros y combina muy bien con elnegro; y yo me veo fenomenal de negro.
Si, de acuerdo, tal vez me extralimité, pero al menos no puedo dar todo por perdido en lo concerniente a ella.

Después de un par de días en los queprácticamente corría al verme en su camino -y no es tampoco que fueramuy difícil de ubicar un punto rosa en medio del pasillo- nuevamentese había rendido, y tras un suspiro resignado volvió a tolerarme a sulado. Al poco tiempo, y gracias a que soy absolutamente irresistible,estaba hablándome; ahora si puede decirse que mantenemos unaconversación en forma. Creo que una vez logré sacarle una sonrisa
,corta, pequeña, opacada en el segundo que comprendió que era yo quienla hacía sonreír; pero estuvo ahí el tiempo suficiente para que yo laviera.

Según mis planes todo marcha a la perfección, lo sédesde el día que acaricié su mano -total y absolutamente de maneraaccidental- mientras le entregaba un libro, y no recibí una amenaza demuerte como respuesta. Incluso hasta puedo jurar que dejó su mano ahí apropósito. Que más da, eso para mí es señal suficiente para pasar alsiguiente nivel.

Porque muy pronto, y sin importar su afán de negarlo, Hermione Granger será mía, como que mi nombre es Draco Malfoy


... oOo . oOo . oOo


La tenía en la mira.

 

Ahíestaba ella, como siempre, con Potter y Weasley. Se encontraban frenteal aparador de la tienda de artículos deportivos en Hogsmade. El par deimbéciles no le quitaban la vista de encima a las escobas y ni siquieranotaban lo aburrida que ella se encontraba. Y él, desde la distancia,no podía apartar sus ojos de ella
, sólo esperando una oportunidad paraacercarse de nuevo y tal vez, solo tal vez, hacerla sonreír.

Depronto la vio separarse de sus amigos y no pensó dos veces paracomenzar a seguirla
Si su corazonada era acertada, sabía exactamente adonde iría en esos momentos.

Y claro que fue acertada.

Cincominutos de caminata después la vio entrar a la librería del pueblo. Asíque dándole un par de segundos de ventaja, se dispuso a entrar también,y para no levantar sospechas se dirigió al pasillo contiguo al que lachica transitaba. Podía mirarla a través de los huecos que dejaban loslibros menos altos, caminando a su mismo ritmo, buscando encontrarla alfinal del pasillo.

Mientras tanto Hermione estaba ensimismada,como siempre que se encontraba rodeada de libros. Por fortuna susamigos se habían quedado en la tienda de escobas, puesto que era rarocuando podía disfrutar de su estadía en la librería sin que Ron laapurara o Harry resoplara en silencio con fastidio.

Se preguntabadonde estaría Draco
, sólo por curiosidad. Puesto que tampoco leinteresaba mucho. Si de acuerdo, últimamente no se la pasaba tan malestando con él, y debía admitir, aunque le costara, que sus comentariosgeneralmente eran ingeniosos y la instaban a generar conversacionesinteresantes. Pero sólo era eso
, el tener alguien con quien compartirtemas de conversación estimulantes y que retaban su intelecto; no esque disfrutara que fuera él precisamente.

Porque no lo hacía.Como tampoco pensaba a cada rato que no estaba a su lado dónde podíaestar
Ni recordaba a las mariposas bautizadas en su honor, que volvíana hacer estropicios en su interior cada vez que pensaba en su mirada, oen su olor
, o más recientemente en su sonrisa.

La última vez queplaticaron fue en la biblioteca; ya había olvidado sobre qué estabandiscutiendo aquella vez, pero no podía alejar de su mente el recuerdode su rostro sonriendo
Si, bien, era guapo, pero definitivamente noera su tipo. Era sólo que el hecho de verlo sonreír abiertamente,mostrando sus dientes -de los cuales sus padres seguramente estaríanorgullosos y si pudieran confeccionarían un altar en honor a ellos- lehacía ver tan, tan
, resplandeciente. Sí; condenadamente atractivo, paraque negarlo. No era común para nada verlo sonreír, pero podía apostarsu libro de Historia de Hogwarts a que si lo hiciera a diario, suséquito de féminas enardecidas aumentaría exponencialmente.

Seacercó al último estante del pasillo y tomó uno de los libros parahojearlo, pero al momento de sacarlo contempló a través del hueco libreun par de ojos grises que despertaron a sus mariposas. Como actoreflejo volvió a colocar presurosa el libro en su posición, pero ya eratarde; Draco caminaba hacia ella.

Al tenerlo cerca volvió apercibir su aroma -Del cual ya era casi, casi inmune en su totalidad-y escuchó su voz pronunciar a modo de saludo:

Vaya Granger, que sorpresa
Tú, en un lugar donde hay libros, ¿quién lo hubiera adivinado?

Sí, sí
, muy creativo con tus comentarios. ¿Y tu que haces aquí? ¡no me digas! ¡¡Aprendiste a leer!!

 

No, vengo a buscar un libro donde expliquen como hacerlo
contestó irónicamente. ¿Y dóndedejaste a tus amiguitos? Supongo que salieron corriendo cuandomencionaste que querías ver libros

Hermione no pudo evitarsonreír ante el comentario de Draco, y a cambio recibió una de esas deportada de revista por parte del rubio.

Algo así, le contestó,apartando su vista para intentar disimular el sonrojo que la invadió alvolver a comprobar que su sonrisa era increíble.

Bueno, menosmal que te libraste de ellos
Algún día lograrán entumir tu cerebro, yno podemos permitirnos vivir sin una chica cerebro, la vida no sería lomismo.

Hey, no sólo soy un cerebro Malfoy Replicó ofendida.Tal vez por el hecho de que mientras ella pensaba que él era atractivo,Draco sólo podía verla como un gran y viscoso cerebro con patas.

Pero por su puesto que no
, contestó Draco acortando la distanciaentre ambos y acercando su mano, tentando la situación, hasta acariciarsu cabello. Una vez comprobado que ella no se separó ni detuvo elcontacto se permitió agregar: No sólo tu cerebro es voluminoso
,también lo es tu cabello.

Así que entonces, soy un cerebro con cabello
Vaya; tu sí que sabes halagar Malfoy.

Elchico volvió a sonreír ante la clara mueca de tristeza que se dibujó enel semblante de Hermione y se permitió acariciarla nuevamente, ahora enel rostro. Hermione se crispó un poco, pero nuevamente se quedóestática.

No te veo así
Si quieres que sea totalmente honesto, me pareces una chica bastante linda.

Hermioneentonces volteó a verlo a los ojos, segura de que había entendido mal,porque era imposible que Malfoy la hubiera llamado linda
¿No?. Dracotrianguló su vista de sus ojos a su boca, y el hecho de que él mirarasus labios la empezó a poner nerviosa
¿No pretendería
? ¿No verdad?

Pero un movimiento lento del chico contestó su silenciosa pregunta, pues se acercaba a ella, aún mirando sus labios.

Estaba cerca, muy cerca
, peligrosamente cerca.

Yella estaba congelada, sintiendo su proximidad y sin poder moverse desu sitio. Entonces sintió que sus bocas se encontraban un segundo y ensu estómago comenzó una fiesta de mariposas, con todo y fuegosartificiales.

Draco se separó triunfante después de haber logradobesarla, y retrocedió un par de centímetros esperando la reacción de lachica.

Hermione aún tenía los ojos cerrados, intentando controlarlas emociones que se habían desencadenado en su interior ante aquelpequeño y efímero beso. Una vez que su corazón decidió que era tiempode calmarse, y su respiración secundó la moción, abrió sus ojos y losfijó en ese par de océanos grises que la miraban con expectación maldisimulada.

Se preguntaba por qué no se movía, por qué no se iba
Intentaba encontrar la razón por la cual no salía corriendo del lugarcomo toda una cobarde. También le intrigaba la actitud de Draco, puesestaba ahí, como si esperara un movimiento de su parte

El chico,al notar que ella no planeaba moverse de su posición, volvió a armarsede valor y comenzó un nuevo avance hacia sus labios. Si todo salíabien, Hermione Granger recibiría el mejor beso de su vida, patrocinadopor él, y después de eso ya todo sería pan comido.

 

Pero cuando seencontraba a tan solo unos milímetros de sus labios, y su piel podíapercibir el calido aliento que emanaba la chica, sintió un fuerte golpeen la cabeza, seguido de otro
, y otro.

Uno a uno, los libros dela estantería a su espalda comenzaron a atacarlo, con una puntería quecualquier cazador de Quidditch envidiaría, y lo golpeaban directamenteen la nuca.

Auch, ya. Para. Basta Hermione
¡Detente!

PeroHermione seguía convocando no verbalmente a cada uno de los libros paraque siguieran atacando al ex-cabeza de algodón de azúcar y le dieransu merecido.

Mantén tu boca alejada si sabes lo que te conviene,Draco Malfoy. Es mi última advertencia. La próxima vez no me limitaré ajugar y te enseñaré que tan bien puedo manejar las maldicionesimperdonables.

Y como remate a su comentario, un último libro, especialmente voluminoso, cayó sobre su cabeza y lo dejó semi aturdido.

Con un movimiento digno, Hermione se giró sobre sus talones y salió de la librería con paso decidido.


... oOo . oOo . oOo


Hay cosas que sencillamenteescapan de mi entendimiento, y una de ellas es lo magistralmente queese rubio obstinado puede dejar pasar mis amenazas.

Y paracolmo, no sólo me sigue persiguiendo a toda hora, sino que cada vez esmás frecuente que piense en él cuando no se encuentra a mi lado. Querememore su maldito olor a menta y brisa de verano, la condenadasuavidad de su piel al tocar la mía, las estúpidas maripositas Malfoy,su endemoniadamente atractiva sonrisa y sobre todo
, el beso robado

Estoha llegado a niveles alarmantes, puesto que incluso he dejado de sacar"supera las expectativas" en mis ensayos ¿Cómo pueden calificarme conun ridículo Aceptable? No, no
, el punto aquí es el Hurón besador.

Pero másvale que lo tenga claro, no permitiré que se cuele así en mispensamientos. No completará mi Amortentia, ni hará revolotear mariposasbailarinas en mi estómago, y definitivamente no me volverá a deslumbrarcon su sonrisa.

Lo repito: No. No quiero a DracoMalfoy rondándome, tocándome o besándome. Tan segura estoy de eso comoque mi nombre es Hermione Granger
Si, segura.

¿Segura?... Por Merlín, ¡claro que estoy segura! HERRETE | Descúbre su verdadero significado

¿O no?


Negativa #4:

Una sola palabra, y serás el último Malfoy sobre la Tierra

... oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo


Comienzo a pensar que esa mujer tiene serios problemas
, sí; y no me refiero a problemas vanales como: "
ay,la pobre chica tuvo un accidente y está en el hospital" o, "esa mujerestá en problemas, la encontraron importando huevos de dragón al país yserá condenada en Azkaban
" No; no. Hablo de problemas realmenteserios. ¿Qué clase de enfermedad mental puede hacerla tancondenadamente reacia? Tal vez se cayó de su cuna de chiquita y elgolpe dejo secuelas irreparables que no se habían presentando hastaahora

 

Y es que realmente me encuentro sorprendido; y nogratamente si es necesario aclarar. Si de algo he gozado desde quellegué a la tierna edad de 13 años es la habilidad para tratar a lasmujeres. Que va, tratarlas un cuerno; para hacer que caigan postradas amis pies tras la primera insinuación. Y ahora ¿qué? ¿Perdí el toque...?Lo dudo mucho; definitivamente el problema lo tiene ella, no yo.

Además,casi ni me dolieron los 27 chichones repartidos en 23 lugaresdiferentes de mi cráneo
No. Mi cabeza sigue siendo igual de perfectaaún deformada por las abolladura. El orgullo es lo que me dejóadolorido. Dos semanas después, las cosas ya estaban prácticamente igualque antes del "Ataque de los libros voladores". A la tercera semanaincluso volvió a permitirme que me acercara a 1 metro de distancia

Deacuerdo, sinceramente comenzaba a darme por vencido
, incluso llegué apensar en un par de nombres alternativos por aquello de las dudas, peroentonces sucedió. Y doy gracias a Merlín por ello, porque si tuvieraque cambiar mi nombre no podría volver a mirarme en un espejo.

Haceexactamente 5 días nos encontramos casualmente en la biblioteca. No esque estuviera siguiendola
, bueno, sí, la seguía; lo importante en lacuestión es que estuvimos trabajando juntos en un ensayo de pociones,donde pude mostrarle mi faceta intelectual por completo; cuando nospercatamos de la hora ya pasaba la medianoche. Decidí poner en prácticaalgunas de mis técnicas especiales de cortejo y me ofrecí a acompañarlaa la entrada de su torre
, y accedió.

Creo que al fin hice algo bien, ya que cuando el retratode la mujer obesa se abrió, ella titubeó un par de segundos antes dedespedirse de mí, y de manera un tanto temblorosa me dio un beso en lamejilla antes de salir corriendo y desaparecer tras el agujero delretrato. Y lo hizo por propia voluntad. Entonces me pregunto: ¿eso no esuna señal de avance? Así que me contesto: ¡claro que lo es! Un beso enla mejilla, muy cercano a la comisura de mis labios, es la señalperfecta para avanzar al siguiente nivel. Oh, sí.

Porque en menos de lo que canta un hipogrifo, Hermione Granger será mía, como que mi nombre es Draco Malfoy

Pero sólo por si acaso, Hyperion siempre me ha gustado


... oOo . oOo . oOo


La tenía en la mira.

Y cualquier persona que transitara por los desiertos pasillos a esa hora podría haberlo corroborado
, Malfoy tramaba algo.

Estabaparadojusto en la esquina de los corredores aledaños al aula deTransformaciones, observando con atención a la prefecta que realizabasu ronda nocturna por el pasillo. Si había algo por lo cual debíasentirse agradecido en esos momentos era la escases de materia grisentre los compañeros de Slytherin pertenecientes a su generación.Claro, había algunos cerebritos como Nott, pero el chico pasaba tandesapercibido que incluso los profesores lo habían pasado por alto a lahora de seleccionar a los prefectos ese año. Por lo cual ahora élestaba ahí, como felino al acecho de su presa; fingiendo casi a laperfección que realizaba su "ronda nocturna".

 

Como cosa hechaadrede y el soborno emocional a su padrino no había tenido nada quever en eso, esa noche compartía el turno de vigilancia con Hermione. Yera notable lo minuciosamente que la chica realizaba su labor, habíaque reconocérselo. Pues a pesar de ser casi la media noche, la chicaaún patrullaba los corredores; y por lo que podía notarse, tenía unlargo camino por recorrer antes de terminarla.

Draco habíaestudiado a conciencia su siguiente movimiento, pues había sido másdifícil acercarse a ella nuevamente después del incidente literario.Sabía que el momento no podía ser más oportuno que ese, así quearmándose de valor respiró profundamente, reajustó su corbata,reacomodó su hermoso cabello nuevamente rubio y deslumbrante, yverificó con el hueco de su mano que su aliento fuera agradable Cenarhígado encebollado no era buena idea cuando pretendías conquistar a unachica, por suerte pociones era su materia fuerte. Una vez satisfechocon su apariencia, se irguió en toda su altura y comenzó a caminar conpaso decidido hacia la distraída chica, que por ir abriendo puertas adiestra y siniestra no reparó en la proximidad del rubio a tiempo.


Todoestaba en calma, gracias a Merlín. Reinaba la paz y tranquilidad quesólo la noche podía conferirle al alborotado castillo de Hogwarts.

Aúnse preguntaba por qué tenía que realizar esos cansados patrullajes,siendo ella consiente por conocimiento de causa que cuando un alumnoquería saltarse las reglas y vagar por el castillo en la noche, nohabía autoridad suficiente para descubrirlo. Pero ella era prefecta, ycomo tal era su obligación acatar las órdenes de sus profesores. Y silas órdenes eran patrullar los pasillos, ella los patrullaría, aunquesus pies se quejaran abiertamente.

Si sus cálculos erancorrectos, solamente le faltaban dos pisos para concluir con su laborpor esa noche. Se había enterado por la mañana que ese día compartiríasu tarea nocturna con Malfoy "el magnífico hurón besador" y habíaestado rehuyendo de un posible encuentro por los pasillos. Por fortunala media noche se acercaba, y ella podía apostar a que el rubio habíaterminado al menos hacía media hora.

Por su cabeza seguía dandovueltas el nuevo apelativo de Draco, y había llegado a la conclusión deque era absurdamente impreciso pues, definitivamente lo de "magnífico"no era por su manera de besar, no, ¡claro que no! Porque ella ya casi nirecordaba ese incidente.

Claro, como es lógico, sus condenadasmaripositas lo recordaban de vez en cuando, ocasionando una sensaciónincómoda en su vientre y haciéndola sonreír como estúpida. Pero eso noera gran cosa, vaya, no al menos como para considerar una mención enparticular. Además, eso de andar recordándolo se había reducidonotablemente en la última semana, ya solamente ocurría de tres a cuatroveces
, por hora.

No, de magnífico no tenía nada. ¡Nada! N-A-D-A.Sus ojos no eran magníficos, tenían un tono gris bastante mediocre adecir verdad. Además, ¿a quién le gusta el gris? Es un colorcilloincierto que ni siquiera tiene la decencia de definirse. Por másgrandes, brillantes o astutos que fueran, no eran magníficos.

No
,ni su sonrisa lo era. Porque es más, eso ni siquiera podía catalogarsecomo una sonrisa. Era una media mueca burlona y nada atractiva. Tal vezsi decidiera sonreír completamente podría ser moderadamente magníficatuvo que darse un par de golpes en la mejilla al recordar la sonrisa"oda a los dientes perfectos" que dejaba mostrar cada cierto tiempo.

 

Y su olor tampoco lo era

Comenzabaa quedarse sin escusas mientras pensaba en la curiosa mezcla de oloresque convergían en el rubio cuando sintió como una esencia a brisa deverano y menta se adueñaba de sus fosas nasales. Instintivamente sequedó paralizada, con el pomo de la puerta del aula que revisabaapresado entre sus dedos y sintiendo el despertar de un revoloteoimprudente en su interior. "Malditos bichos delatores y malagradecidos, por algo se apellidan Malfoy las condenadas
"

Sintióque los vellos de su nuca se erizaban cuando un aliento tibio yreconfortante se instaló muy cerca de su oreja. Cerró sus ojos y llamoa gritos a su cordura atontada para ponerse en alerta. Dosrespiraciones entrecortadas después, volteó para toparse de lleno conun par de nada magníficos ojos grises que la observabanarrolladoramente.

Malfoy, me asustaste. ¿Acabaste ya tu ronda?

Dracose regaló una felicitación interna al comprobar que su cercanía habíaconseguido un bonito sonrojo en el rostro de la castaña, y que esaproximidad no le había causado ningún tipo de daño físico opsicológico; así que con una discreta sonrisa apoyó su brazo en lapared, acercándose a la chica y acorralándola entre el muro y su cuerpo.

Yo ya terminé hace un rato Granger dijo, arrastrando las palabras como un ronrroneo. Ahora dispongo de tiempo suficientepara hacerte compañía
, por aquello de los enormes riesgos que implicaque una joven indefensa deambule a estas horas de la noche por uncorredor vacío, en un edificio encantado y potencialmente peligroso.

Hermionelidiaba con una metamorfosis interna, pues los bichos voladores seestaban convirtiendo en Colacuernos en ese momento. Ya casi no cabíanen su vientre y la hacían temblar de manera nada sutil. A eso había queañadirle la cercanía de Draco, que no ayudaba en lo absoluto, puesestaba segura que de un momento a otro se percataría del ruidoso latirde su desbocado corazón.

Armándose de coraje posicionó una manoen el pecho del chico para apartarlo con un fuerte empujón y decirleque se apartara de ella si quería conservar su cabeza "ex algodón deazúcar" unida la resto de su cuerpo; pero se detuvo en seco y laspalabras se atragantaron en su garganta al sentir la firmeza de suspectorales bajo el tacto de su mano. Una corriente eléctrica larecorrió de arriba abajo, provocando bochornos en partes del cuerpodonde juraría era imposible sentirlos, y retiró su mano impelida porlos pensamiento nada santos que cruzaron por su mente.

Draco notóla vacilación de la chica y se anotó un punto más a su favor. Se acercóhasta reducir la distancia entre ambos a centímetros y empleando todoel poder seductor de su aliento mentolado le susurró sin vergüenza:

Si ese rubor es sólo por tocarme por encima de la ropa Granger, noquiero pensar el color que adoptarías al verme sin ella
Pero siquieres podríamos experimentar, siempre he pensado que el rojo te quedade maravilla.

¿Cómo diantres podía susurrar con voz tanseductora? ¿acaso había ido a una escuela donde lo enseñaran a ser tanjodidamente sexy? ¡Por Merlín! Todo tenía un límite, y en esos momentosla línea que mantenía a raya sus instintos se estaba desvaneciendovertiginosamente.

 

Y es que todo estaba en su contra, dispuestoestratégicamente para hacer flaquear sus defensas: El condenadamenteirresistible aroma del chico, sus ojos plateados y alucinantementebrillantes fijos en los suyos, su maldita sonrisa de comercial dedentífrico exponiéndose en toda su gloria, su aliento acariciando supiel y haciendo templar sus rodillas como gelatina
, y la estúpidasensación palpitante de la firmeza de su cuerpo aún latente en su manoderecha. Eso claro sin contar los otros factores internos como lapermutación de las mariposas Malfoy en artrópodos prehistóricos, ellatido compulsivo de su corazón, el calor agolpándose en sus mejillas yla carencia de oxígeno en sus pulmones.

Y ahí estaba él. El muy descarado se iba acercando con precisión milimétrica a su rostro.

Dracose sentía seguro, confiado en que esta vez sería la definitiva. Así quepara no estropear el terreno ganado y permitirle a Hermione tomar unadecisión, se acercó a ella hasta detenerse a un par de milímetros desus labios, y se quedó ahí, estático, esperando por ella para continuar.

Estaba cerca, muy cerca
, peligrosa e infaliblemente cerca. Y eso fue el acabose para Hermione.

Sucuerpo la traicionó por completo, y recorrió la distancia faltante,hasta que su labios se encontraron. Lo besó con timidez, apenas rozandosus labios sutilmente. Pero al momento en que los labios del chico seentreabrieron, una fuerza indomable la empujó hasta fundir su cuerpocon el del rubio. Su boca comenzó a danzar sin control con la de Draco,regodeándose con su sabor y contextura. Sintió que perdía por completoel piso cuando su hábil lengua se abrió paso entre su boca y seencontró con la suya.

No pudo resistirlo y lo abrazó con ansia, pasando sus brazos por sobre sus hombros y apoyando sus manos en la nuca de Draco.

Elchico la empujó suavemente hasta recargarla en la pared y comenzó aacariciar con delicadeza sus mejillas, bajando por su cuello yterminando firmemente situadas en su cintura.

Entonces los oídosde la chica entraron en el juego en su contra, pues comenzaron apercibir entonaciones similares a campanitas que resonaban de manerasimilar a un aleluya en sus tímpanos. Ese sonido, ese maldito soniditocelestial hizo su efecto de manera retardada en la castaña, atrayéndolade nuevo a la realidad: Ella estaba besando apasionada ydesenfrenadamente a Draco Malfoy, en medio de un pasillo desierto,durante su turno de vigilancia, en un horario nada decoroso yexponiéndose a ser vista por cualquier infractor a las reglas queanduviera merodeando por el castillo y ella conocía al menos a un parde esos.

Con un movimiento frenético se separó del chico y le diola espalda para intentar tomar un poco del aliento perdido. No pudoevitarlo y comenzó a alejarse del causante de sus desventuras.

¡Hey! Hermione, no huyas. Apenas estábamos comenzando

La chica se petrificó ante el descarado comentario de Draco y lo encaró con furia.

Una sola palabra
, una sola mención adicional a este hecho Malfoy, y yomisma me encargaré de convertirte en el último descendiente de laDinastía Malfoy ¿Está claro?

Volvió a girar sobre sus talones yse alejó de Draco a paso decidido; y así iba, con la frente en alto y elcabello ondeando tras de sí cuando escuchó de nuevo al maldito Hurón,con su voz más provocativa, comentarle:

 

Sabes Granger, comienzaa gustarme mucho tu espalda
, tal vez hasta me vuelva adicto a ella, y atodas esas partes de tu anatomía que dejas a la vista al alejarte de mí

Lachica detuvo su andar y sin voltear siquiera a verlo empuño su varita,al tiempo que murmuraba un hechizo silencioso. Entonces Draco sintió degolpe una cascada de agua helada caer con fuerza sobre él, bañándolopor completo y haciéndolo tiritar automáticamente.

Te hacíafalta Malfoy, a ver si así regulas tu termostato,dijo la chica con undejo de rencor en la voz, mientras retomaba su camino hacia cualquierlugar que la alejara del rubio.

¡De cualquier manera planeabahacerlo al llegar a mi habitación! le contestó a viva voz un ofendidoy semi-congelado rubio en medio de un charco de agua.


... oOo . oOo . oOo


¡El colmo! Esto ha sido el colmo. No quiero enfrentarme de nuevo a una situación similar. Además, odio bañarme en la madrugada ¡ymás aún con agua helada! Si no me saco de encima a ese rubio engendrodel Demonio, invocado en la tierra para causar mi perdición, terminaréal menos con una neumonía.

Más vale ir clarificando lasituación antes de que se me escape de las manos. Lo quiero fuera de micabeza, de mi olfato y de mi estómago, y no quiero volver a evocar suestúpida sonrisita nunca más en la vida. No lo quiero rondándome. No loquiero acariciándome y ¡por Merlín no quiero que me bese de nuevo!. Tanno es así, que dejaré de llamarme Hermione Granger si
, bla, bla, bla.

¿Y a quien engaño...? Últimamente ni a mi misma me puedo convencer de ello

Estoy en problemas.


Negativa #5:

Vuelve a hacerlo Malfoy, y atentente a las consecuencias

... oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo . oOo


"Y al final, el amor que tomas es igual al amor que haces
"

Si, ¡si!, lo dijo un muggle, y lo estoy citando. ¡Coño, y como no hacerlo!

Poraquellos días mantenía la esperanza, una fe ciega en mismo que meinstaba a intentar, a continuar... Pero esa mujer, tan terca como unamula, se empeño en negarse a cada uno de mis intentos. Una, y otra, yotra vez

Hoy sin embargo, vuelvo a sentirme orgulloso demí. Tan orgulloso como hacía 4 años, 7 meses, 3 días y 21 horas no mesentía. Orgulloso mientras contemplo frente a mi al nuevo Malfoy, quiénme devuelve con mirada brillante y suspicaz de ojos color acero todas ycada una de las razones por las cuales me empeñé en no dejarme vencer.

Así es la vida. Uno intenta, y a veces tropieza.

Pero aprende de sus errores -por más rosas, fríos o dolorosos que sean- y mira hacia delante con la frente en alto.

Digno, orgulloso.

Porque, al final, las únicas apuestas que vale la pena perder, son las que se hacen con uno mismo.

 

¿No es así Hyperion?


.... oOo . oOo . oOo


La tenia en la mira

Despuésde mucho meditar el siguiente y último paso en su elaborado plan deconquista, había decidido que seria necesario, por no decir imperioso,llevar a cabo un par de tácticas adicionales post-congelamiento.

Pueshabía sacado una sola cosa en claro. El terreno estaba ganado, o almenos en su mayoría. Y lo demás, lo decidiría el tiempo.

Faltandoescasos 5 días para las vacaciones de navidad, se esmeró en encontrarseen cada recoveco del tiempo libre de Hermione. Tarea nada fácil, cabíaaclarar, pues el horario de la chica era tan apretado como el pasillodel expreso de Hogwarts a la hora que pasaba el carrito de lasgolosinas.

Sin embargo, y como era de esperarse, lo logró satisfactoriamente.

SiHermione salía a visitar a Hagrid, encontraba a Draco en el camino a lacabaña. Si asistía a la enfermería para ayudar a Madame Pomfrey con elcuidado de los enfermos, Draco aparecía con algún hematoma, queinvariablemente aseguraba una revisión a su -nada magnífico- abdomenescultural y perfectamente formado. Si Hermione decidía ir a lalechucería para enviar una carta, Draco ya estaba ahí, enviando algúndocumento impregnado con su loción, que por azares del destinoterminaba pasando por debajo de sus fosas nasales y colándose hasta lomás profundo de su ser.

Y así fueron esos 5 días.

Dracoaquí, Draco allá
, abdomen, ojos, loción, sonrisa, pectorales, destellosrubios, dientes perfectos, bíceps, sonrisa, abdomen, ojos, loción,loción, abdomen
Gracias al cielo Madame Pomfrey le había permitidoausentarse cuando Draco llegó a la enfermería alegando un dolorintermitente producto de una caída de escoba. Por su puesto, estábamoshablando de la parte más prominente de su anatomía trasera.

Sucorazón definitivamente no lo hubiera tolerado, el pobrecillo aún dababrincos erráticos cuando tenía que palpar alguna de sus "inflamacionesgástricas"

¿Era posible tener un abdomen tan jodidamenteescultural siendo un snob, hijo de papi, sin más que hacer que montarsesobre un palito volador a fingir que perseguía una pelotita dorada?

Por Merlín que no lo entendía, pero al menos ya se había acostumbrado.

Entoncesllegó el esperado día de inicio de vacaciones. Casi podía ponerse abrincar de la emoción que sentía al no tener que volver a toparse conla despampanante sonrisa del rubio, que invariablemente la hacía perderel piso y salir volando a la par del aleteo de sus mariposas. Laperspectiva de dos semanas sin el rubio merodeando a sus alrededores lahizo sonreír todo el camino de regreso a Londres.

Bajó del trenexplorando el andén con la mirada. Claro, sin buscar entre cada uno delos estudiantes a cierto rubio que había brillado por su ausencia-Gracias a Cirse- durante todo el trayecto.

Mientras el andén seiba vaciando, sus condenadas Mariposas Malfoy revoloteaban conexpectación. Al menos podía comprenderlas, pobrecillas
, no tendríannada que hacer en dos largas semanas. Así que las dejo danzar a placeren su vientre.

Pero Malfoy no apareció

Ni siquiera cuandoHarry y Ron la apresuraron para marcharse a la Madriguera. Ni siquieracuando les pidió que salieran sin ella y que en un minuto losalcanzaría. Ni siquiera cuando, presa de una extraña opresión en elpecho, decidió recorrer el tren vacío nuevamente, para verificar que noestuviera por ahí.

 

No apareció

No tuvo ni la decencia de decirle adiós


Lanavidad en la Madriguera, como siempre, fue maravillosa. Paseó con susamigos por todo Ottery St. Catchpole y hasta visitó a Luna en unaocasión. Pero el recuerdo del rubio seguía ahí, pegado a susubconsciente como un molesto chicle que se pega a la suela de tuzapato.

Todo le recordaba a Malfoy, principalmente cuando poralguna razón cruzaba frente a cualquier libro medianamente pesado, o alver cualquier cosa de color rosa

Entonces se descubría a simisma sonriendo. Si, así
, con esa misma sonrisa boba, con ojosvidriosos y enlelados, perdidos entre evocaciones de brisa de verano ymenta.

Fue así como supo que ya no tenía escapatoria, que por fin, el Hurón besador había conseguido su propósito.

Deseócon todas sus fuerzas que los siguientes ocho días pasaran rápidamente,para volver a la misma rutina preestablecida de encuentros casuales,sonrisas, ojos, aromas, y porque no
uno que otro besillo tal vez.

Eldía que abordó el tren de regreso al castillo se le antojó maravilloso.Subió al expreso luciendo su más linda blusa -en un bonito y llamativocolor rosa chicle- y se dedicó a transitar, como no queriendo la cosa,por cada uno de los compartimentos del vehiculo.

Pero, para su gran desgracia, no encontró al rubio por ninguna parte.

Nunca,jamás, había sentido esa sensación de vacío que se instaló en su pecho.Casi se encontraba gritándole internamente a los bichitos voladores quedespertaran sólo para no sentirse tan hueca.

Llegó a Hogwarts unsábado por la tarde, y decidió que le importaba un cuerno que Malfoy noapareciera; total, a ella ni le importaba ese güerejo desabrido enultimadas cuentas.

Se puso al día con sus deberes, asistió a laenfermería, al gran Comedor, a la biblioteca, a la lechucería. Y siguiósin importarle un carajo que el maldito oxigenado malagradecido deldemonio no apareciera ni para desearle feliz año nuevo

Eldomingo, sin más, decidió hacer plantón frente a la entrada de lasmazmorras. Total, era perfectamente lógico que ella se encontrara ahí.Claro, ¿oor qué tenían que verla raro? A ella le encantaban lasmazmorras, ¡amaba las mazmorras! ¡Podría vivir eternamente en lasmazmorras! Y no había absolutamente nada anormal o fuera de contexto enque se encontrara ahí sentada en las escaleras frente a la entrada dela Sala Común de Slytherin. Sola, con gesto malhumorado y observandofijamente y con odio contenido a cualquier persona que decidiera entraro salir por el hueco entre las antorchas de serpiente.

¿Dónde se había metido el magnífico Hurón, bueno para nada, cabeza de algodón de azúcar, sonrisa de pasarela Malfoy?

¡¿Quién se creía que era?!

Alas once de la noche, un molesto y malhumorado conserje tuvo labrillante idea de importunar a una castaña que echaba chispas por losojos, y exigirle que se retirara a su Sala Común si no quería recibiruna amonestación.

Esa juventud era cada vez más irrespetuosa. Además, su gata decididamente no cabía por esa parte de su reumática anatomía

 


Ellunes, a las ocho de la mañana bajó a desayunar. Su último intentoestaba en marcha, y si sus instintos no le fallaban, una pesada miradaclavada en su nuca de manera permanente le decía que todo iba a laperfección.

Le había costado, vaya que sí. Mantenerse alejado deHermione Granger había resultado toda una odisea. Bendito fuera SalazarSlytherin al haber creado un pasaje adicional para ingresar a lascocinas, o de lo contrario habría perecido de hambre.

Y es quesabía que era posible que funcionara, pero ¿instalarse afuera de suSala Común? Por fortuna existía la rivalidad entre sus casas, pues deno ser así, podría jurar que la chica habría entrado a sacarlo de lasorejas de su encierro voluntario.

Eso sin contar, claro está, los molestos aguijonazos de su subconsciente, que le pedían a gritos salir y encontrarse con ella.

Pero,a pesar de que tuvo que auto-petrificarse en dos ocasiones, habíasalido airoso de la situación. Con la clase y refinamiento que sólo unMalfoy podía tener al encontrarse tirado en el piso de su habitación,sometido a las patadas de sus insensibles compañeros que, como cosahecha adrede, omitían fijarse en él al pasar por encima.

Ahorainiciaba la cuenta regresiva hacia el desenlace. Momento cumbre en quese alzaría como campeón indiscutible en la contienda contra elraciocinio de la chica más racional de todo el colegio


O donde terminaría cambiando su nombre a Hyperion Malfoy y evitaría a toda costa cualquier rincón con un espejo.


No me importa, no me importa, no me importa.

Lunes,pasó junto a mí y no volteo a verme siquiera
, su insoportable aroma seinstaló en mi olfato y no salió de ahí hasta pasada la media noche
deldía siguiente.

Martes. Tuve que reprimir las ganas de estrangulara cierta pelinegra insípida que tuvo la osadía de recibir una sonrisaque no le pertenecía. Pero no me importó, a fin de cuentas tampoco eramía, por más que mi corazón bombeara como enardecido.

Miércoles.En el invernadero 5. Casi dejo sin un ojo a Harry al darme cuenta queaquel remedo de rubio desabrido se había juntado con Parvaty paraextraer savia de Asphodelasea Rubentis. Nota mental: nunca exprimir elcapullo cuando la plantita no esta recibiendo un mimo, porque escupesavia a los ojos

Jueves. Entrenamiento de Quidditch del equipode Slytherin. ¿Desde cuando juegan sin camisa en pleno invierno? Casime caigo de las gradas al ver a cierto animalejo rastrero hacer fintasque invariablemente dejaban al descubierto sus malditos músculosabdominales. Por fortuna Ginny me acompañaba, o habría tenido queasistir a la enfermería con una contusión cerebral y mariposasdanzarinas saliendo de mi boca.

Viernes. No se como llegué alviernes. Por alguna razón el día decidió ponerse en mi contra ymantenerse permanentemente gris, así que a donde quiera que volteara meatacaba el recuerdo de ciertos ojos que últimamente no osaban dirigirsea mi persona.

Intolerable.

No puedo más.

Ese maldito rubio se las verá conmigo
en cuanto pueda articular una palabra frente a él.


Sábado.Sobreviví apenas. Si creí que había sido difícil mantenerme duromientras me escondía de ella, no tenía una idea de lo que me esperabaal intentar ignorarla mientras se hacía presente a cada segundo.

 

Pero al fin era sábado. El plazo había concluido.

Semiró al espejo, en lo que posiblemente sería la última vez que lo haríadignamente, y salió de su habitación ondeando su túnica tras de sí.

Un último esfuerzo, era lo único que se pedía. Una sola vez más y por todas.


"Torre de astronomía, 11 p.m. D.M."

Lachica salió casi corriendo; bien
literalmente volando, hacia el lugarmencionado. Era su oportunidad de demostrarle a ese imbécil engreído lopoquito que le importaba su indiferencia.

Pero entonces se paró en seco.

Estaba ahí, junto al gran ventanal de la torre, dándole la espalda y luciendo arrebatadoramente irresistible.

Y no pudo evitarlo. Se acercó a él con paso rápido y ligeramente tembloroso, instalándose a su lado.

¿Querías verme?

No se Granger
¿Quería?

Si no querías verme ¿para que coños me enviaste esa nota
?

Sólo quería comprobar una cosa le dijo mientras se aproximaba a ella.La chica permaneció estática mientras Draco estaba cada vez más cerca,demaciado cerca
inevitablemente cerca.

Y sin previo aviso labesó. La besó sin pudor, atrayéndola a su cuerpo hasta fundirla entresus brazos. La besó mordiendo sus labios y acariciando su cabello. Labesó mientras exploraba cada recoveco de su anatomía con las manos, conla lengua, con los labios.

Y ella lo besó. Lo beso absorbiendo suaroma embriagante, que era en definitiva el olor más maravilloso quehabía llegado a su olfato. Lo beso intoxicándose con el brillo de susojos atragantado en su esófago. Lo besó mientras acariciaba con deseoaquellos músculos que tornaban su piel color granate.

Y después se alejó.

Y lo cacheteó.

Perosólo estuvo lejos de él dos segundos, sólo el tiempo que le tomó alrubio volver su mirada hacia el rostro de la castaña y regalarle unasonrisa radiante, exclusivamente para ella. Entonces la chica, jalándolo por elcabello, lo atrajo hacia ella para comenzar a besarlo de nuevo.

Ysiguieron besándose bajo las estrellas, hasta que sus cuerpos nosoportaron y comenzaron a buscarse enfebrecidos. Mientras la temperatura elevándose y la ropa escaseando. Mientras se reconocían por primeravez en la penumbra de una torre desierta, pasada ya la media noche

Eltiempo paso sin prisa, hasta que el silencio los embargó. Agotados yplenos, abrazados bajo la luz de la luna. Y en el silencio,solo dos voces se hicieron resonar.

Sabes Granger, creo que tendré que alejarme de ti más seguido.

Vuelve a hacerlo Malfoy, y atente a las consecuencias


... oOo . oOo . oOo


De acuerdo, sí
, debo aceptarlo. Al fin encontré la razón de su apelativo. El Magnífico hurón besador se lo ha ganado a pulso.

Ahora,no me queda más remedio que aceptar que aprendí a convivir con esosbichitos revoltosos de mi vientre. Y que aún cuatro años después,continúan atacándome cada vez que él se acerca a mí.


,al fin entendí que Draco no completaba mi amortentia por casualidad,sino que esa poción me había avisado quién era la pieza faltante en mifelicidad, y yo no lo había querido ver.

Mis padresdecidieron que estaban de acuerdo con mi relación cuando vieron susonrisa. Gracias a Merlín no construyeron el altar, aunque se que ganasno les faltaron.

Al final, perdí una apuesta contra mimisma. Razón por la cual a partir de mañana y fiel a mi palabra, minombre será otro. Ya no seré Hermione Granger, ahora me conocerán comola flamante esposa de Draco Malfoy.

Hermione Malfoy

Peroeso sí. Por más afrenta personal que tenga Draco consigo mismo, elpequeño que crece en mi vientre no se llamará Hyperion. Eso jamás.

Su nombre será Frank, como mi padre.

Eso claro, si gano la apuesta. Si el niño nace con los ojos grises se llamará Hyperion, si nace con los ojos castaños, Frank.

Sólo espero que ese maldito empecinamiento Malfoy no venga desde los genes

...Por favor.


... oOo . FIN . oOo ...

Bueno, jeje... hola =)

Hago mi intromisión final para agradecerles a todos por sus comentarios, por haber seguido la historia, por agregarla a favoritos, y por llegar hasta aqui.

Quiero hacer notar, porque tal vez no a todos les quede claro, que el pequeño se llamará Hyperion..., la primera parte del capitulo lo confirma XD

Nuevamente muchas gracias por leer, me encantaría saber cual fue su impesión final, aun y cuando no hayan comentado antes.

Un gran Abrazo!
Irene

Las 5 negativas de Hermione Granger - Fanfics de Harry Potter

Las 5 negativas de Hermione Granger - Fanfics de Harry Potter

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2023-02-27

 

Las 5 negativas de Hermione Granger - Fanfics de Harry Potter
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