Las Andanzas de Canuto - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Strike Uno, Strike Dos, Strike Tres
¡¡Estás Fuera!!
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¡¡Qué molestas son las clases del último día!! A ver, ¿a quién se le ocurre dar clases precisamente hoy que todos tenemos la cabeza metida en las vacaciones? De cualquier forma, los ÉXTASIS no son tan importantes para mí
Para ser exactos, hay muchas otras cosas por encima de las clases en mi lista de prioridades.

Casi sin poder evitarlo mis ojos se fijaron en ella cuando tuve ese pensamiento. La dulce amiga de la dulce pelirrojita, que desde hacía mucho no era nada dulce conmigo.

-Canuto, ¿no te avergüenza que Lauren te vea babeando de esa forma?--me murmuró James por lo bajo.

-En serio, Sirius. Ya van 5 veces en el día que te quedas mirando a Payton con la boca abierta--susurró Remus con malicia. El muy traidor me las había contado todo el maldito día con la misma cara de sabandija.

¡Y yo que había pensado que al decirle la verdad a mis amigos todo sería más fácil! ¿En qué demonios estaba pensando?

-¡Púdranse!--les escupí a los tres, a pesar de que Colagusano se había mantenido callado en todo el día. Tomé mis cosas con furia y salí de allí tan rápido como pude. Me valí de todos los atajos que conocía y en un parpadeo estaba en las cocinas del Colegio.

-Señorito Black. ¡Cuánto gusto verlo hoy!--dijo un elfo, tocando el piso con su nariz particularmente larga cuando hizo una reverencia.

-Señor, Lampshop. Te he dicho que me digas Señor en todo caso, ya que no te gusta llamarme Sirius--le dije con impaciencia. Sólo Kreacher me decía así por órdenes de mi desagradable madre--Necesito que me surtas de una guarnición de todo lo que puedas.

Apenas terminé de dar la orden y ya los pequeños elfos empezaron a trabajar con rapidez. Tuve que pedirles que se detuvieran o no podría llevar toda esa comida por el castillo sin llamar la atención.

Fui directamente a mi habitación y no salí de allí hasta el día siguiente. No estaba de ánimos para festejar que ya no la vería hasta Enero o que tenía menos tiempo para entregarle el medallón.

Gracias a Merlín que mis amigos me entendieron y no insistieron mucho en que bajara. Claro que, como me imaginaba, eso no evitó que siguieran mofándose de mí. Pero extrañamente, no contraataqué. Habría sido muy fácil molestar a James con Lily y su noviecito Josh o a Remus con su adorada Chelsea, pero no lo hice. ¡Maldita depresión!

-Bueno Canuto, andando--me dijo James, caminando lentamente hacia el tren, mientras con su varita llevaba su baúl. Ya era el día de regresar a casa.

-Sí Cornamenta, andando--dije yo sin ánimo, haciendo otro tanto con mi baúl.

Remus se nos había adelantado porque debía cumplir sus deberes de prefecto. A Cornamenta casi le da un infarto cuando lo vio junto a la pelirroja. Parecía como si diez encantamientos aturdidores lo hubiesen alcanzado
Jeje, ¿es que acaso no entiende que el enemigo es Josh Waitt?

Para mi mala suerte, Lauren y Chelsea estaban frente a nosotros en la fila para subir a bordo del Expreso. Gracias a Merlín que no nos vieron, o aparentaron no vernos, porque me fijé en que Lauren cortó de inmediato la charla que tenían en ese momento.

Desafortunadamente, el destino simplemente quiso empeorar la situación (¡¡Maldito Destino, ya ajustaremos cuentas!!) y el único vagón disponible era el que ocupaban ellas dos.

-Hola James
Hola Sirius
Peter--nos saludó Chelsea con una sonrisa agradable.

-¿Qué tal?--respondió James con desgana, mientras acomodaba el equipaje.

-¡Hola Chelsea!--la saludé con la efusividad de siempre. Esa chica había salvado el trasero de los Merodeadores en más de una oportunidad. ¡Con razón Lunático puso sus ojos en ella!

Ella respondió a mi saludo con un abrazo y, al momento de sentarse, yo me di cuenta de que había quedado justo frente a Lauren
¡Maldición! ¿Ahora qué se supone que debo hacer? Cornamenta está mirando fijamente cada gesto que hago. Pero a ver, ¿desde cuándo no puedo hacer "mi magia" en público?

-Hola--dije doblándome por la cintura para poder encararla. Primer error, fue todo lo que pude pensar.

Por toda respuesta, la chica de mis sueños me lanzó una mirada marca "Avada Kedavra", al más puro estilo de las miradas asesinas que Lily utiliza con James.

Hice un gesto de desdén con la mano y me senté junto a mi amigo. Gusano seguía tratando de acomodar su equipaje. ¡Dios Santo, ¿es que acaso nadie le ha dicho que es un mago?!

-Sí, James
--dije, dejando de pensar en las tonterías de Peter--Como te decía esta mañana, hay gente simplemente sin una pizca de educación--Demonios, ¿por qué tengo esa pésima costumbre de decir lo primero que me pasa por la cabeza? Ya van 2 de 2 y contando.

Lauren decidió pasar por alto mi comentario y se sumió en una conversación con Chelsea. Y, como James no estaba de humor para un partido de Gobstones y jugar con Colagusano no sería nada divertido, tuve que conformarme con escuchar a las chicas disimuladamente.

-¿De verdad lo sabías?--preguntó Chelsea de repente, haciendo referencia a un chisme escolar sobre su amiga, y ésta se limitó a asentir con timidez. El hecho de que se tratase de una cita que tuvo con un imbécil de Ravenclaw me hizo hervir por dentro.

-Payton, las personas normales suelen hablar en una conversación civilizada para responder, en lugar de asentir como idiotas, ¿sabes?

Sentir su mano atravesándome el rostro de una cachetada me confirmó la ligera sospecha que tenía de que había cometido el tercer error del día
¡Genial! A este paso, nunca me aceptará el collar.
Entrega Especial
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Esa cachetada me dolió más que nada en el mundo, y no sólo porque mi bomboncito es muy fuerte para ser chica. La verdad lo que más me dolió fue ver en sus ojos el mismo desprecio que me ha mostrado Walburga desde que nací


Ya había pasado dos días enteros dándole vueltas al asunto más importante de mi vida: Lauren Payton. Sé que me comporté como un idiota con ella, ¿pero qué podía hacer? Si hubiese actuado de otra forma ella se habría dado cuenta y yo no estaba listo para hablar seriamente con ella, menos aún con James y Chelsea allí


Además, ¡¡¡¡ella había salido con ese imbécil Ravenclaw!!!! No había nada de irracional en mi conducta, ¡porque ella es mía! ¡¡Mía, Mía, MÍA!!

Pero bueno, ya volvamos de nuevo a la calma
A pesar de que estaba seguro de tener la razón y de haber actuado adecuadamente, no podía dejar de pensar en que quizás haya arruinado mi única oportunidad con ella. ¿Y si después de eso las cosas empeorarían entre nosotros? ¡Maldición!, me estaba volviendo loco de tanto pensar.

Mi único consuelo es que ya no estaba obligado a poner un pie en casa de mis padres desde que me desheredaron, y desde hace más de un año paso las vacaciones con James y sus padres, que me tratan como si también fueran los míos.

Ya es la mañana anterior a la Víspera de Navidad y yo estoy en la habitación que comparto con mi hermano, escuchando sus ronquidos y leyendo un libre bien interesante que me prestó el Sr. Potter.

No he pegado un ojo en toda la noche, pero no es precisamente a causa del libro que pretendo estar leyendo.

De repente me sobresalto al escuchar unos golpecitos en la ventana, y de un salto empuño mi varita. Pero me río al ver que se trata de una simple lechuza (tengo que dejar mis paranoias de lado).

-"De seguro Lunático la está pasando de maravilla y quiere restregárnoslo en la cara"--pensé mientras me dirigía a la ventana para dejar entrar al ave--No eres Cooper--le digo, viéndola detenidamente.

Y, en efecto, no se trataba de la lechuza parda de Lunático. Esta era negra y más pequeña que Cooper. Así que, mordido por la curiosidad, desaté el pergamino de su pata y la lechuza salió disparada de inmediato sin esperar mi respuesta.

-¿Qué quiere Lunático esta vez?--preguntó Cornamenta con pereza, despertándose a tiempo para ver a la lechuza salir de la habitación.

Pero no le respondí. Al abrir el pergamino reconocí la letra pulcra que sólo una chica era capaz de trazar. Mi corazón casi me da un vuelco, y toda mi atención se enfocó en la carta que tenía en las manos.

"Voy a gastar los pocos knuts que me sobran en ti. Es que estaba leyendo un hermoso cuento de hadas muggles y no pude evitar recordarte.

La verdad es que quería pedirte disculpas por haberte golpeado ese día en el tren. Te lo merecías (de eso que no te quede duda), pero creo que me ensañé un poco contigo por


En fin, sólo quería decirte eso, desearte una Feliz Navidad y
enviarte un beso con el viento.

Con Amor

Lauren".
Confrontando
*//*//*//*//*//*//*//*//*//*

Ya había amanecido y la Navidad había llegado junto con el sol. Me vi obligado a tomar una sencilla poción para dormir la noche anterior, de lo contrario habría pasado mi segunda noche en vela seguida.

Tomé una capa de viaje, me despedí de James y salí al patio. Desde allí vi James en la ventana de su habitación, haciéndome un gesto de que todo estaría bien.

Eso fue lo último que vi antes de aparecerme a una cuadra de la casa de Lauren. No me pregunten cómo sé su dirección, confórmense con saber que la amistad de Lunático con Chelsea nos benefició más de lo que podrían imaginar.

Empecé a caminar con dificultad sobre la capa de nieve que se había formado durante la noche. El frío empezaba a calarme hasta los huesos, pero no había nada que pudiese hacer. Si regresaba a casa de los Potter por ropa más abrigada, estoy seguro que dejaría olvidado todo el valor que había reunido.

Además, ya estaba frente a la casa de los Payton. Así que hice lo que cualquiera habría hecho en mi lugar: toqué el timbre y acerqué mi oreja a la puerta.

-¡Lauren
!--escuché una voz apagada al fondo.

-¡Sí, mamá, ya voy!--y, al menos que el frío estuviese haciendo mella en mí, ésa tenía que ser la voz de mi futura novia.

Abrió la puerta de golpe, dándome apenas unos segundos para disimular que había estado escuchando tras la puerta. Al verme, su rostro quedó petrificado en una mueca de sorpresa.

-¿Qué haces aquí?

No pude evitar bufar una risa y echarme el cabello hacia atrás. No quería admitirlo, pero yo también quedé paralizado de sorpresa. Lo que menos esperaba era encontrarla así: con el cabello trenzado en dos colas, un largo camisón azul y descalza. ¡Pero si parecía una niña! ¿Ahora cómo iba a hacer para darle al collar con ella vestida así?

-Pregunté qué haces aquí, pero si no quieres responderme
--e hizo ademán de cerrar la puerta, pero yo la detuve con facilidad.

-¿Qué pasó, Payton? ¿Qué hay con el espíritu navideño?--ella abrió la puerta con exasperación--Sólo vine a desearte una Feliz Navidad


-¡Feliz Navidad entonces! Y adiós, Black--y volvió a intentar cerrar la puerta, pero yo la detuve con mayor facilidad y resolución.

-No me voy todavía, Payton. ¡Qué ganas de echarme tienes!--y un atisbo de sonrisa apareció en mi rostro.

-No debería sorprenderte después de todo, Black.

-Pues hoy es diferente
Verás, es que vine por un pequeño asunto.

-¿Qué demonios podía traerte hasta mi casa?

-Umh
no lo sé--y para disimular mis propios nervios, torcí el gesto como si estuviese tratando de recordar algo--La carta, quizás


-¿L-la carta?--palideció.

-Sí, la carta. ¿Te suena familiar?

No recuerdo haber visto a Lauren más incómoda en toda su vida que en ese momento. Tenía que hacer algo para continuar o yo terminaría peor que ella.

-Entonces, la carta
--respondí, empleando mi voz seductora patentada.

-¡Lo siento! Sé que puedo ser muy cursi a veces
--su reacción me sorprendió. Lo que menos esperaba era que empezara a disculparse por el gesto.

-No te disculpes--le interrumpí--Yo


-¿Qué estarás pensando de mí después de leer eso?--yo ya me estaba cansando de las interrupciones. Tenía que hacer algo--Yo


-¡Me encantó
!--me apresuré a decir, adoptando una pose sexy. Luego agregué con lentitud--Me encantó que quisieras gastar tus pocos knuts en mí. Que, leyendo algo hermoso como tú, te acordaras de mí. Que quisieras desearme una Feliz Navidad. Me gustó todo. O bueno, casi todo
El beso que me enviaste
--ahora Lauren palideció aún más, lo cuál me sorprendió--¿No sabes que los besos se dan siempre en persona?

Si minutos antes había palidecido, mi preciosa castaña ahora estaba tan o más roja que el cabello de su amiga Lily.

La miré detenidamente, y creo que algo en mi tono de voz o en esa sonrisa triunfadora que apareció inevitablemente en mi rostro hizo que ella recuperara su color de piel normal.

-Lo tendré en cuenta para la próxima vez
--farfulló, con un tono de voz que casi logró convencerme. Pero recuerden de quién estamos hablando. Después de todo, nadie engaña al Gran Sirius Orión Black.

-¿Y qué tal ahora?--le pregunté con el tono de grave que solía enloquecer a las chicas del colegio. Cada vez estaba más peligrosamente cerca de ella.

-¿¡Vas a besarme!?--preguntó alarmada, logrando así que me detuviera de repente a escasos centímetros de ella.

-No lo sé. ¿Quieres que te bese?--no dijo nada. De seguro no quería y yo terminaría en San Mungo por culpa de mi gran bocota. Lo mejor en este caso sería una retirada digna--Veo que dudas
Eso significa que no


-Sí quiero--y sentí su mano tomando mi brazo para detenerme--Pero quería decirlo
y no solo asentir como idiota.

Yo me sonrojé al oírle decir esto último. Tenía que hacer algo para enmendar ese gran error que cometí en el tren. Tenía que cambiar la situación.

-Pero me es muy difícil hablar frente a ti, ¿sabes?--completó ella un poco sonrojada.

-Entonces no hablemos.
Un Recuerdo Doloroso
*//*//*//*//*//*//*//*//*//*

Estábamos muy cerca, tan cerca que el corazón empezaba a dolerme.

-Sirius
--Merlín, cómo me encantaba oírle decir mi nombre. Hacía mucho que no me llamaba así--Sirius, ¿por qué ahora?

Yo sonreí de forma triste.

-Eso debería preguntártelo yo a ti, Payton. ¿Por qué me enviaste esa nota justo ahora?

-Porque es Navidad, Black--yo enarqué una ceja--Déjame que te explique porqué me gusta tanto la navidad
Siempre he creído en la magia


-Claro. Eres una bruja procedente de una familia mágica importante.

-No. No tiene nada que ver con eso. Creía en la magia antes de saber todo eso
Y entonces mis poderes aparecieron. Sí, fue en Navidad, como lo debes haber adivinado
Y entonces la Navidad es especialmente mágica para mí. Si iba a hacer algo así, tenía que ser en Navidad.

¡Merlín, Lauren es mucho más linda de lo que imaginaba! Acerqué nuevamente mi rostro al suyo, ya que nos habíamos separado un poco durante la conversación. Pero nuevamente ella me congeló.

-Sirius, es en serio. Aún no logro comprenderlo. ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora, después de todo este tiempo? ¿Por qué, después de
?

No tuvo que terminar la pregunta. Yo sabía perfectamente de qué hablaba. Sí, era algo que Lauren y yo recordábamos muy bien


&˜FLASH BLACK˜&

Yo iba caminando rápidamente por los pasillos del colegio ese viernes. ¿Mi objetivo? Tenía una cita junto al lago con mi novia de turno. ¿Por qué la prisa? Porque tenía que aprovechar esa hora libre que teníamos antes de Historia de la Magia para verla o cometería el peor error de mi vida.

A medida que me acercaba a la roca que nos servía de escondite, pude divisarla. Tan linda como siempre
No, más linda de lo que jamás la había visto en los 4 años que llevaba conociéndola. Todavía me costaba creer que ese bomboncito (no malinterpreten. Le decía así por su adicción a los bombones muggles) hubiese aceptado cuando le pedí ser mi novia.

-Hola, cariño--me dijo con alegría, aunque nos habíamos visto hace sólo 10 minutos atrás.

Hizo además de besarme, pero yo la aparté disimuladamente al abrazarla. Ese era yo: el Rey de las Evasivas.

-Hola, bomboncito--jamás creí que esa palabra me lastimaría tanto, pero así fue. Me costó tanto pronunciarla, que desde entonces dejé de hacerlo.

Ella se separó de mí y me miró fijamente. Tenía en los ojos un gesto marcado de miedo, seguramente a causa del tono de voz que utilicé. ¡Ah, ésa era mi chica! Nunca se le escapaba nada.

-Sirius, ¿qué
?

-Necesitamos hablar, Lauren--ella se asustó aún más--Esto no está funcionando.

-¿Esto no está funcionando?--repitió lentamente--¿A qué te refieres con "esto"? ¿De qué estás hablando?

-Esto, tú y yo, nosotros. No está funcionando y lo mejor es que terminemos.

Ella me miró más penetrante y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero mi dulce chica guerrera no dejó que ninguna se escapara. Simplemente asintió. A mí me partió el alma verla así. Quería abrazarla, pero sabía que no podía hacerlo.

-¿Por qué?

¡Merlín! ¿Qué decirle para matar definitivamente sus esperanzas? ¿Y cómo hacerlo si lo que menos deseaba era seguir lastimándola? La cabeza me daba vueltas entre tantas dudas.

-Porque no quiero arriesgar mi libertad por este
compromiso.

-¿Dices que no vale la pena comprometerte conmigo?--yo no respondí. No me salían las palabras, en realidad. Y creo que ella aplicó el dicho de que "el que calla, otorga"--Pero
Pero yo te a
--no sonó a súplica, y sin embargo ella no pudo terminarlo. Prefirió callarse. Esa era la dulce chica guerrera que me había conquistado, siempre luchando hasta el final para no lucir como una débil. ¿Qué no sabía que eso me hacía quererla más?

Me di la vuelta y caminé lejos de ella, incapaz de virarme por miedo a mandar todo esto al diablo y entregarle mi corazón en bandeja de plata.

Pero no se lo entregué. No regresé a ella. Ni siquiera me viré. Actué como un maldito cobarde, incapaz de mirarla a los ojos y decirle toda la verdad.

Y desde entonces cambió todo entre los dos


&˜FIN DEL FLASH BACK˜&

-¿Por qué justo ahora, después de haberte desechado de esa forma?--pregunté con voz temblorosa y ella asintió--Porque eso que tanto intenté evitar ocurrió en todos estos años
¿Quieres saber por qué terminé contigo?--ella volvió a asentir--Porque tú, entre todas las chicas de Hogwarts, estabas conquistando mi corazón. Me estaba enamorando de ti, Lauren.

-¿Y eso qué tiene de malo?

-Nada, si se tratase de alguien más
Excepto que se trata de mí
Yo, que me prometí a mí mismo que nunca permitiría que eso ocurriera--era obvio que ella no comprendía mis razones--¡Entiéndeme, por favor! Mi mamá me rompió el corazón desde que nací, con todo su rechazo
No quería darle la oportunidad a una chica para que hiciera lo mismo.

-¿Tenías miedo de
mí?--ahora fui yo quien asintió, sin decir nada más.

-Y también, te quería. No podía negarlo. Así que te dejé ir porque eras especial para mí. No podía permitir que te convirtieras en una más del montón.

-Pero Sirius
¡Al terminar conmigo eso fue precisamente lo que hiciste!

-¡Lo sé! Ahora me doy cuenta de eso. Pero es que sólo tenía 14 años, Lauren. ¿Qué podía saber de la vida?--ella sonrió un poco, especialmente porque puse mi cara de cachorrito regañado--¿No sabrías perdonar a este tonto enamorado?

-Claro que te perdono, Sirius. ¿Cómo no hacerlo?--y me sonrió. Juro que es la sonrisa más hermosa que jamás haya visto en mi vida.
El Momento De La Verdad
*//*//*//*//*//*//*//*//*//*

No podía estar más feliz. Todas las dudas se habían aclarado y las máscaras se habían caído. Ahora podría disfrutar de ella como tantas veces había soñado. Ya no había motivos para reprimir todo lo que sentía. El miedo se había ido.

Volví a acercarme a ella. Pasé mis dedos por sus mejillas sonrosadas y los posé en su barbilla. La atraje lentamente hacia mí, disfrutando cada milímetro zanjado. La detuve justo en el momento en que nuestras narices chocaron, cuando nuestros labios estaban a una pulgada de encontrarse. Quería disfrutarla cabalmente, disfrutar con ella incluso ese cosquilleo que se antepone a un beso.

-¿Sabes?--susurró Lauren, con los ojos entreabiertos y esbozando una tímida sonrisa--Me encantaría eternizar este momento bajo la nieve
Podría quedarme así de por vida, sólo para lograrlo.

-Sí, podrías
Pero yo no.

Y zanjé esa última pulgada que me mantenía alejado de sus labios. Fue un simple roce, pero logró estremecerme. Ese sabor dulce de sus labios que tanto añoraba me estaba tentando a buscar más allá de sus labios, pero me contuve. Ya tendría tiempo para llegar allí
Caso raro en mí: quería disfrutarla suavemente, con lentitud.

Poco a poco, intenté profundizar el beso un poco más, e introduje mi lengua en su boca. No hubo resistencia por su parte, sino todo lo contrario. Su lengua jugueteaba con la mía de una forma inexplicable
mágica. Así que poco a poco el beso se fue tornando más apasionado

Nuestros labios parecían haber estado entrelazados durante horas. Al final tuvimos que separarnos en busca de aire. Nos mantuvimos abrazados, con las frentes juntas y los ojos cerrados, sin decir una palabra más. Y es que, ¿qué se puede decir después de un beso así?

De repente, empecé a tiritar un poco. El fría volvía a hacer mella en mí y la capa no me abrigaba lo suficiente. Ella enseguida lo notó y me dijo:

-¿Por qué no entramos?

Yo abrí los ojos y miré fijamente los suyos por un instante.

-Porque allá dentro no podría seguir besándote--dije con una sonrisa. Luego la abracé con más fuerza y la besé. La verdad es que más me hacía más daño no besarla que el terrible frío del invierno.

-¿El Gran Sirius Black le teme a mi papá?--dijo cuando el beso terminó.

-Discúlpame por pretender mantenerme con vida por los próximos diez años--y ella rió por el comentario. De verdad que no podría encontrar un sonido más hermoso que esa risa--Está bien, entraremos.

La observé de tal forma que ella comprendió exactamente lo que pensaba: entre los dos, ella necesitaba entrar con más urgencia que yo, pues aún estaba en pijamas. Así que Lauren se viró rápidamente, pero no lo suficiente como para evitar que yo pudiera detenerla.

-Antes tenemos que finiquitar otro asunto.

-¿F-finiquitar? ¿Qué asunto?--de repente pareció asustarse.

-Este asunto
--y no sé cómo demonios logré sacar el medallón de mi bolsillo, porque estaba temblado de nervios como nunca había temblado antes--Se supone que esto lo utilizaría mi novia


-¿Tradición familiar?--me miró con suspicacia, pues ella conocía perfectamente cómo era mi familia.

-Sí, pero no es lo que tú crees
James, Remus y Peter, ellos son mi verdadera familia
Juramos entregarles estos colgantes a nuestras novias--le expliqué con cariño--James pretende dárselo a Lily, y Remus
bueno, él todavía no sabe si dárselo a la chica que quiere


-¿Y tú?

-¿Yo?--me emocioné de repente. Este era el momento que tanto había visto en sueños--Yo esperaba que tú quisieras aceptarlo.

Ella se sonrojó y se dio la vuelta por toda repuesta. Logré colocarle el colgante con un poco de dificultad debido a mis temblores, que parecían haber empeorado por la emoción de tenerla nuevamente entre mis brazos. La abracé en esa posición y le besé el cuello.

-Lauren, ¿de verdad quieres ser mi novia? ¿Sin importar todo lo que
?--pregunté con un dejo de temor en mi voz. Pero ella ni siquiera me permitió terminar mi pregunta.

-Sin importar el pasado, Sirius
Sí, quiero ser tu novia.La Familia de la Novia
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AGatas
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Tes e infusiones

 

Graciasa Merlín que la señora Payton estaba presente, de lo contrario la mesa sehabría convertido en un verdadero campo de batallas entre su esposo y yo.Gracias a ella, y solamente a ella, pude solventar un poco los dos primerostropiezos del día.

Despuésde la cena pasamos a la sala de estar. La señora Payton encendió la radiomágica y empezamos a tomar ponche mientras escuchábamos algunos villancicosnavideños. Reímos y hablamos muchísimo, con la voz de Angélica Hudson de fondo.

Yoestaba tan feliz que pude haber llorado en ese mismo instante, de no ser porquese trataba de mí, por supuesto. Es que no sólo era novio de la chica a la queamaba, sino que estaba pasando la mejor Navidad de mi vida
Los mejoresrecuerdos que tenía de esa fecha en casa de mis padres, eran aquellos donde meencerraba en mi habitación todo el día.

-¡Anthony,mira nada más la hora que es!--exclamó sorprendida mi suegra--Sirius, cariño,ya deberías irte o Dorea me acusará de querer secuestrarte.

Yo lesonreí con cariño y me puse de pie. Lauren me imitó, pero con más ímpetu.

 

-Sirius,sabes que no puedes irte--yo la miré alarmado, indicándole que no dijera nada.Ella bien sabía que yo encontraría cualquier sitio para pasar la noche--¡Mamá,papá, Sirius no puede irse! Los Potter no estarán en su casa esta noche.

-¿Eseso cierto, Sirius?--me preguntó la señora con dulzura.

-Sí,señora--respondí apenado--Los señores Potter pasarán la noche visitando a sufamilia en el norte.

-Enese caso, no pienso dejar que pases la noche en una casa vacía.

-¿Ypor qué no?--preguntó el señor Payton sin poder contenerse.

-porqueno, Anthony. ¿Qué desalmado podría abandonar a este niño en Navidad?--Siriuslos miraba a todos con expresión angelical. Y a pesar de ello, al señor Paytonse le ocurrían un par de nombres para esa pregunta.

Sinembargo, ese fue el punto final de la discusión. La señora Amy le envió unacarta a los Potter con su elfo doméstico, explicándoles que yo pasaría la nochecon ellos y que no deberían preocuparse.

Elelfo regresó en menos de 20 minutos con una nota de la señora Doreaagradeciéndoles a los Payton por todo y una curiosa postdata de James que mehizo sonreír.

Merecosté en el sofá que la señora Amy acomodó para mí y me dispuse a dormir.Pero lo único que podía hacer era pensar lo que había ocurrido desde que recibíla carta de Lauren y en lo mucho que empezaba a gustarme la Navidad. Merlín,la amaba tanto que el pecho me iba a explotar.

-"Dios,debo estar realmente loco"--pensé de repente sonriendo, sintiendo uncambio en la atmósfera--"Ya hasta siento su perfume en todaspartes".

-Hola,amor--me susurró Lauren al oído. Yo abrí los ojos de par en par y sentí cómo sumano cubría mi boca--No hagas ruido, por favor.

Luegodescubrió mi boca y se sentó a mi lado en el sofá. Estaba preciosa en un pijamarosa muy cortito y su cabello suelto. Yo me había quitado la camisa para poderdormir y ella no dejaba de mirarme.

-¿Quéhaces aquí?--pregunté con una sonrisa por su reacción ante mi torso desnudo.

-Quisehacerte compañía
¿Qué clase de desalmado te dejaría solo en Navidad?

-Notú--dije sonriendo.

Ellase acercó a mí y me besó con tal suavidad que yo creí subir directamente alparaíso. Lauren agarró mi rostro entre sus delicadas manos y tomó todo elcontrol de la situación. Estaba logrando volverme loco y cuando Sirius Black sevuelve loco

-Lauren
--dije,haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad y apartándola de mí--Lauren, no

-Sirius,no me rechaces. ¡Por favor
! Llevas rechazándome por 3 años--sus ojos sehumedecieron de pronto--¿Qué no entiendes que no puedo soportar un rechazo másde ti?

-Noquiero, amor, de verdad que no quiero hacerlo. ¿Cómo crees que yo quierorechazarte?--y la abracé con fuerza. No permitiría que ella derramase ni unasola lágrima por mí--¿Cómo se te ocurre eso? ¡Pero si lo que más deseo en estemundo es tenerte entre mis brazos y amarte!, darte todo este cariño que no pudedarte en todo este tiempo

-¿Entonces
?

-Estamosen casa de tus padres, Lauren. No sería apropiado--le dijo como si fuera unregaño, pero con mucha dulzura.

-¿SiriusBlack hablando sobre no hacer cosas inapropiadas?--y enarcó su ceja, mirándomecon un brillo de suspicacia.

 

-Eresmi novia, Lauren. No pretenderás que siga siendo el mismo patán de siempre, ¿osí?

-No.Yo
Sólo quiero que me ames, Sirius.

Y volvióa besarme como sólo ella sabe hacerlo y a mí no que quedó más remedio queobedecerla. Y la amé
La amé con todo mi corazón de Merodeador
Y ella tambiénme amó, de la forma más pura, más angelical y maravillosa

Cadavez más profundo, más pasional
Pronto me di cuenta de que yo sería el primerhombre en la vida de Lauren y eso me puso nervioso.

-Lauren
--dije,pero enseguida me convencí de que no era buena idea decírselo en ese momento.Probablemente ella estaría más nerviosa que yo--Lauren, yo te amo.

Ellame sonrió con dulzura.

-Y yote amo a ti, Sirius.

Esanoche colmé todo su cuerpo de caricias y besos, le susurré al oído todas laspromesas de amor que me dictaba el corazón y la amé como jamás me habíapermitido amar a nadie más. Como jamás llegaría amar a nadie más.

Todaesa noche giraba en torno a ella. Porque era su primera vez y yo sólo deseabaque ella guardara ese momento en su mente de una forma mágica, comparable a esesentimiento que la unía a la Navidad.

Yjuntos llegamos al paraíso por al puerta grande, amándonos como si no existieranada más. Como sólo saben amarse aquellos que se habían negado al amor.

La Gran Noticia
*//*//*//*//*//*//*//*//*//*

Desperté abrazado fuertemente a Lauren,como si no quisiera alejarme de ella ni entre sueños
Pero yo sabía que ya seacercaba el momento de la despedida.

Me vestí rápidamente y en silencio,procurando que mis suegros no se les ocurriese bajar a la sala de estar. Tomépergamino y pluma, y escribí 3 rápidas notas. Las hice llegar a susdestinatarios con un simple hechizo que aprendí en quinto.

Luego la observé. Lucía incluso másangelical durmiendo, y yo no lograba entender cómo es podía ser posible. Mearrodillé junto al sofá y besé su frente. Enseguida despertó.

-Buenos días, amor. ¿Cómo te sientes?

-Feliz
como no lo había estado enmucho tiempo, amor. Aunque
--y se calló de inmediato. Lucía apenada.

-¿Qué ocurre, cariño?

-Es que
Me duele--terminó, agachandola cabeza. Yo sonreí sin poder evitarlo, porque realmente me había preocupado.No me hacía nada de gracia que estuviera dolorida por mi culpa, pero es que nodejaba de pensar: ¿cómo era posible que alguien fuera tan dulce?

-Es normal, princesa--y deposité unsuave beso en sus labios--Pronto te acostumbrarás
Con un poco de tiempo.

-¿Piensas dejarme tan pronto?--preguntóde repente, fijándose en mi ropa.

-Dejarte nunca, Lauren. Pero ya deboirme--ella hizo un puchero. Yo volví a sonreír y la vestí mágicamente--Ya estáslista, preciosa. Nos veremos pronto, de eso no tengas la menor duda.

-¿Te despides sin un beso?--se puso depie, junto a mí.

Yo preferí responder esa pregunta conun beso suave, con sabor a amor eterno. Merlín, ¿de verdad era posible tantoamor?

-Te amo, bomboncito.

-¡Lo recordaste!--fue lo último que leescuché decirme, antes de besarla nuevamente y desaparecer de allí. Ése era yo,un experto en salidas dramáticas

Aparecí a unos metros de la casa de losPotter y me arreglé la ropa un poco. Apresuré el paso y enseguida entré.

 

Ni bien puse un pie dentro de la casacuando una mata de desordenado pelo negro se me abalanzó encima y me golpeófuertemente en la nuca. Y sólo había una persona en toda la faz de la tierracapaz de golpearme de esa forma.

-¡Auch, Cornamenta!

-¿Dónde demonios estuviste? ¡Eres unmaldito desconsiderado! ¿Lo sabías? Estabas al tanto de que íbamos a pasar lanochebuena en la casa de mi tía Margaret
¿Por qué no me contaste tus planes depasar la noche fuera? ¿Sabes lo preocupado que
?

-¡Ya cálmate, Mamá Ganso! Tengo unanoticia que darte--y me senté cómodamente sobre un sillón.

-¿Y bien
? ¿Qué noticia es esa,Hocicos?

-Debes de estar muy enojado parallamarme de esa forma--susurré por lo bajo, con una sonrisa de lado--Todavía nopuedo. Tendrás que esperar a q

Pero me vi interrumpido ante la entradade un torbellino. El Torbellino Lunático, para ser específico
Remus habíatirado la puerta con fuerza y avanzó con paso decidido hasta la sala, dondeJames y yo estábamos.

-¿Cuál es la urgencia?--preguntó,blandiendo un pergamino ante mi rostro.

Yo solté una risotada que habríadespertado a cualquier persona a dos metros a la redonda.

-¿Qué ocurre?--preguntó James.

-El imbécil éste me mandó un pergaminodiciendo que era urgente que viniera hoy aquí--yo seguía riendo confuerza--¡Tomé el Autobús Noctámbulo para venir aquí! ¿Sabes cuánto odio esemaldito transporte?

-Es tu problema por tomarte las cosastan al pie de la letra.

Cornamenta intervino antes de que elpequeño lobito se pusiera salvaje y decidiera comer hígado de perro asado dedesayuno.

-¿Qué era lo que querías contarnos?

-Pensaba que debíamos esperar aColagusano

-¡Habla o púdrete, Sirius!--explotóRemus.

-Está bien, como quieran--dije,recostándome más perezosamente sobre el sillón--Quería decirles que más lesvale mover sus peludos traseros con este último reto
porque yo ya lo cumplí--yse señalé con el pulgar derecho.

-¿Quieres decir
?

-Sip. Ya conseguí darle mi medallón aLauren

-¿Y cómo demonios lograste que loaceptara?--preguntó Lunático con el mismo tono escéptico que usó la vez que ledije que me había acostado con 5 chicas en un día.

-Fácil, en realidad. Le pedí que fuerami novia,
--dije con calma, como si fuera lo más obvio--y ella aceptó.

Ellos intercambiaron una mirada que meresultó realmente sospechosa y, al tiempo, prorrumpieron en sonoras carcajadas.O debo decir, en molestas carcajadas. La verdad es que no entiendo el chiste. Omenos aún porqué todavía no me creen. ¿Acaso no saben que para el Gran SiriusBlack no hay nada imposible?

El Que Ríe Al Último Ríe Mejor(Más Aún Si Eres Canuto)
*//*//*//*//*//*//*//*//*//*

Decidí soportar sus burlas insolentespor lo que restaba de vacaciones. Después de todo, habría sido muy fácil llevara Lauren donde los Potter, y nunca me han gustado las cosas fáciles. Además,¿qué diversión habría en eso?

Aunque debo decir que aguantar sus estúpidasbromas estaba empezando a fastidiarme. ¡Hasta Gusano se metía conmigo
! Uhmmm,¿qué diría James si lo molestara con Evans? ¿Y Remus? ¿Le gustaría acaso queMills escuchara todo lo que el pequeño lobito decía sobre ella? ¿A Peter leencantaría escuchar un recuento de sus fracasos amorosos?

 

Pero claro, qué sencillo soportar lasestupideces de mis amigos siempre que lograra encontrarme cada día con mipequeño bombón.

-¿De qué te ríes, Pulgoso?--me preguntóJames cuando llegamos a King's Cross.

-Jaimy-Poo, ¿qué manera de hablarle atu amigo es esa?--le regañó la Sra. Potter.

-Es cierto, Jaimy-Poo. ¿Acaso no te hanenseñado modales?

Cornamenta refunfuñó por o bajó y pasóel resto del recorrido molesto. De entre todos los "nombrescariñosos" que le decía su madre, ése era el que más detestaba.

Pronto nos encontramos con Peter yRemus, y decidimos quedarnos fuera del tren hasta el último momento. Queríaesperar a Lauren porque no nos habíamos puesto de acuerdo para ese día sobre siestaríamos juntos o no.

Fue en ese momento que me di cuenta delprimer problema de nuestra relación: nuestros amigos.

Ninguno de los dos estaríamosdispuestos a alejarnos de nuestros amigos, pero estar todos juntos en el mismovagón iba a ser toda una hazaña imposible. OK, quizás eso no incluye a Remus yChelsea, que eran capaces de dialogar cómodamente con ambos bandos. Pero yosabía muy bien, y Lauren también, que James no podía evitar coquetearle a Evanssi la tenía cerca y ella no se lo permitiría.

Lo mejor sería estar con los chicoshasta que pudiera encontrarme "casualmente" con mi novia y esperarque ella me entendiera.

Como ya me estaba hartando de estar enel vagón con Colagusano y Cornamenta burlándose de mí y mi "supuestarelación con Payton" (así le decían), decidí ponerme en marcha. Era eso otener que practicar con ellos una serie de hechizos que estaba inventando paralos Slytherin.

Así que salí del compartimiento yempecé a buscar a Lauren por todo el tren. Tuve que irrumpir en varios vagones,atrayendo la atención de varias chicas, hasta que al fin vi a Lauren y aChelsea encerradas en un vagón con precoces niñas de Ravenclaw de cuarto(precoces porque ya había estado con casi todas ellas, a pesar de sus edades).

-Hola, Chelsea--saludé distraídamente,mirando siempre a Lauren--Amor, tenemos un problema.

-¿Cuál?--me preguntó visiblementepreocupada, poniéndose de pie. Todos los ojos estaban sobre nosotros en eseinstante.

-Los muchachos no creen que seas minovia.

Ella suspiró aliviada y sonrió. Me dijoque sus amigas le creyeron sólo porque se los juró varias veces.

-Sí, No fue fácil creerle eso de lacarta de Navidad--dijo Chelsea como si nada. Cuando todos se voltearon a verla,se encogió de hombros y simplemente agregó:--Tiende a exagerar sus pequeñosmilagros navideños.

Todos volvieron de inmediato a susasuntos.

-No te preocupes, amor. Yo misma se losdiré. ¿Vamos ahora mismo?

-No, Laur. Después tendrías querepetirlo todo cuando vuelva Remus
Mejor esperemos a que regresen losprefectos--le di un dulce beso y regresé al vagón dispuesto a seguir soportandolas estupideces de los chicos.

La espera me estaba volviendo loco.Sirius Black no es de los que suele quedarse de brazos cruzados esperando quelas cosas sucedieran.

De repente, la puerta corrediza seabrió y Remus entró sonriente.

-¿Qué te traes entre manos,Lunático?--ladré de inmediato, desconfiado.

-Sí, Remus--dijo Peter--¿A qué se debela sonrisa?

-Es que estoy a punto de hacermerico--respondió y se sentó, mientras todos lo interrogábamos con la mirada--Essimple, chicos. Cornamenta está a punto de pagarme la cantidad de Galeones queyo le pida.

-¿Y por qué habría de hacer talcosa?--cuestionó James con suspicacia, sonriendo por las ocurrencias dellobito.

-Porque tengo información Clase A (topsecret) sobre Lily Evans.

Cornamenta estaba a punto decontestarle, pero no lo dejaron. En ese momento aparecieron las tres chicas máshermosas de Hogwarts (no les digan a Lunático y Cornamenta que dije eso, ohabrá cachorrito frito para la cena).

Y, sin dar tiempo para los saludos ydemás formalidades, Lauren se acercó a mí y me plantó lo que muchoscatalogarían como "El Mejor Beso de la Historia de Hogwarts y susAlrededores". Luego se separó lentamente de mí y se dirigió a mis amigos quela miraban perplejos.

-Potter, Lupin, Pettigrew
Soy LaurenPayton, no estoy bajo la maldición imperius y soy la novia de Sirius Black--ysacó el colgante que le había dado, pues lo tenía debajo de la camisa.

-P-pero
¿Cómo
?--balbuceó Peter, conlos ojos fuera de sus órbitas. Yo sonreí triunfante, abrazando a mi novia.

-Es muy sencillo, Peter--esta vez quienhabló fue Chelsea--Estos dos están enamorados desde que fueron novios encuarto
Simplemente decidieron dejar de hacerse los tontos y estar juntos deuna vez. Personalmente, creo que algunos deberían seguir su ejemplo.

Lunático se sorprendió ante esasúltimas palabras, pero pudo disimular ante las chicas.

-Excelente resumen, Chels--dijo Lily,sentándose lo más alejada posible de James.

Estuvimos un largo rato charlando enpaz, hasta que escuchamos a la señora del carrito de dulces afuera delcompartimiento. Entonces James y yo decidimos salir a abastecernos, claro quemi amigo sacó casi a empujones a Lunático para que nos acompañara.

Apenas estuvimos afuera y cerramos lapuerta, Cornamenta lo acorraló y le dijo:

-Escupe la información
y a cambioprometo no matarte a golpes.

Lunático rió por lo bajo. Era obvio queno esperaba menos de James.

-Lily terminó con Josh hace una semana.

Las Andanzas de Canuto - Fanfics de Harry Potter

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2024-10-07

 

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