En la torre de Astronomía una alumna de sexto año lloradesconsoladamente cuando una rubia de ojos grandes la sorprende desde atrás.
-¿Eres tu Hermione?
-Ah, eres tu Luna- Dijo la chica con voz temblorosa girándose hacia suamiga
-¿Qué sucede, te han hecho daño? ¿Por qué lloras?- Pregunto la rubiasentándose a su lado.
Luego de un momento desilencio, Hermione respondió con ojos llorosos:
-Luna, ¿alguna vez te han roto el corazón?
Después de pensárselo unos segundos, respondió sinceramente:
-No, no realmente
¿es por eso que lloras?
Hermione no contesto sino que se hundió en el pecho de su amigallorando a lágrima viva mientras Luna le daba suaves palmadas en la cabeza,intentando consolarla.
-Si quieres puedes confiar en mí, tal vez contármelo te haga sentirmejor
¿Es Ron quien te ha hecho daño?
A esto, Hermione pego un salto y dejo de llorar de repente.
-¿Cómo
como sabes que a mí me
quien te ha dicho eso?- Respondió lachica, tartamudeando nerviosa.
- Nadie me lo ha dicho- dijo Luna con una sonrisa en sus labios- perouna vez leí en una revista muggle un artículo sobre cómo darse cuenta sialguien está enamorado. Salió en la sección "cosas de muggles" delQuisquilloso.. ¿es que no la lees? Deberías haberlo leído, porque tu sin dudatienes todos los síntomas de estar sufriendo un enamoramiento, Hermione
además,cualquiera que prestara atención vería la forma en que miras a Ron.
- Oh, no
pensé que lo había ocultado bien. ¿Alguien más lo sabe?-Pregunto la chica asustada- ¡¡Por la barba de Merlín!! ¿Tú crees que él lo hayanotado?
- Sinceramente, creo que cualquiera que sea cercano a ti debe dehaberlo notado. Pero con respecto a Ron
no lo creo, a veces puede ser muylento.
Esto saco una pequeña risa de Hermione, porque nadie más que ella sabíalo lento que podía ser Ron a veces.
- ¿Te sientes mejor ahora?
- Si, gracias Luna. Eres una buena amiga.
- ¿Quieres contarme lo que paso?
Hermione asintió con la cabeza y comenzó a relatar lo sucedido.
-Lo que paso fue que vi a Ron
bueno, yo lo vi
lo vi besando aLavender Brown. Y yo sé que él y yo nunca tuvimos nada, pero pensé que tal vez
pensé que tal vez yo le gustara como el a mí. Pero fui una completa estúpida-Confeso Hermione, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salirnuevamente.
- No, no eres estúpida, Hermione ¡Y ya no vuelvas a decir esaestupidez!
Hermione sonrió y abrazo a su amiga.
-Gracias por esto, me has hecho sentir mucho mejor. Iré a labiblioteca un rato hasta que todo se tranquilice en la sala común ¡Adiós Luna!
-Adiós. -Contesto la rubia observando a su amiga mientras se alejaba.Ella le había dicho que estaba mejor, pero Luna no era tonta. Solo podíaesperar que Hermione no hiciera ninguna tontería.
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A altas horas de la noche en la biblioteca todo estaba extremadamentecalmo y en silencio. Pero no era un silencio placentero, sino uno misterioso,contenido, como si en el aire se contuviera el grito de que algo malo iba asuceder.
En la sección prohibida, Hermione leía cubierta por la capa invisiblede Harry mientras algunas lágrimas se escapaban de sus ojos.
Le había dicho a Luna que estaba mejor y lo estaba, por un momento.Luego de despedirse de su amiga se dirigió a la biblioteca y al pasar por unaula vacía escucho las risas de Ron y Lavender e inmediatamente imagino lomucho que le gustaría ser ella quien hiciera reír al pelirrojo, ser ella a lacual su amigo abrazara por detrás, ser ella la que pudiera besarle cuantoquisiera
Todo esto era demasiado. Decidió que no iba a poder dormir esa nocheasí que volvió corriendo a la sala común de Gryffindor, "tomo prestada" la capade invisibilidad de su mejor amigo sin que este lo notara y volvió a labiblioteca tomando otro camino.
Allí sentada, completamentesola, pensó en que es lo que habría hecho mal para que Ron eligiera a otra.Aunque claro, ella nunca le dio la opción de elegirla a ella. Nunca tuvo elsuficiente valor para confesarle al chico que sus sentimientos iban más allá deuna simple amistad. Ahora ya era demasiado tarde, el la veía como a unahermana. Nunca podría amarla de la forma en que ella deseaba.
Si solo tuviera otra oportunidad, si pudiera conseguir más tiempo
De repente un fuerte ruido, como el de algo que comienza a vibrar,rompió el silencio.
Después de un momento el ruido volvió a repetirse y Hermione, que eramuy valiente cuando no se trataba de amor, siguió el sonido para saber que loproducía.
El sonido provenía de uno de los últimos pasillos, allí donde estabanlos libros de la parte más oscura, horrible y peligrosa de la magia. Hermionese dirigió hacia allí con cautela intentando distinguir que era lo que podríaproducir ese sonido.
Encontró el pasillo en donde más fuerte sonaba el ruido y descubrióque era lo que lo producía.
Era un libro, un sucio y antiguo libro que vibraba en la estantería.La chica se acercó despacio y lo tomo entre sus manos con sumo cuidado,observándolo atentamente.
Pero no había nada que observar, el libro estaba en blanco. En sus páginasno había ni una gota de tinta y en su torso ninguna inscripción señalaba queclase de libro era. Al instante, Hermione recordó el diario de Riddle que Harryencontró en su segundo año de Hogwarts y supo que aquel libro contenía unamagia muy oscura. Así como supo eso, entendió que debía dejar ese libro en suestante y salir corriendo. O tal vez llevárselo al profesor Dumbledore.
Pero no podía.
El objeto se aferraba a sus manos como si fuera parte de su piel. Peroeso no era así en realidad
era Hermione la que no podía dejarlo ir, el librole hacia sentir mejor de lo que nunca se había sentido; le provocaba esperanzay felicidad y lo único que quería hacer era abrazarlo y no dejarlo ir,necesitaba sentir su contacto, impregnarse de su olor
En un impulso por saciar su necesidad de este extraño objeto, la chicaabrió el libro, lo llevo hacia su nariz y olfateo con todas sus fuerzas.Entonces algo paso
Palabras de tinta negra comenzaron a aparecer por todo el libro ysímbolos e inscripciones se dibujaron en su portada.
Hermione leyó atentamente las palabras que aparecían en la tapadelantera del objeto:
"Si lo que buscas es arreglar aquellas cosas que mal están, laspalabras de este libro tus preguntas responderán"
Inmediatamente, la chica abrió el libro y comenzó a leer los títulosde cada página. Hermione paso página por página y título por título pero noencontró nada que sirviera para ella. "Pociones para la belleza eterna"; "Hechizospara una muerte dolorosa" ; "Conjuros para olvidar" , y así seguían muchostítulos más sobre hechizos, pociones y conjuros que Hermione no estaba muysegura de creer que en realidad funcionaran.
Entonces uno llamo su atención.
"Conjuro para viajar en el tiempo"
¿En realidad funcionaria? ¿Podría tener otra oportunidad? ¿Conseguirmas tiempo para enamorar a su amigo?
Hermione decidió intentarlo.
-No tengo nada que perder
Y las palabras cortaron el silencio como el sonido de un cuchilloatravesando el aire.
Hermione no sabía todo lo que podría perder
Después de asegurarse en el mapa del merodeador (que, por cierto, también había "tomado prestado" del baúl de Harry) que ningún profesor rondaba por ahí, Hermione pronuncio, en un tono algo tembloroso, las palabras del hechizo:
"Quaeris tempus tempus vel emendandis male dicendo et quid tu concedere"
Entonces, al pronunciar la ultima palabra el libro quedo en blanco otra vez, como si nunca hubiera estado escrito. Hermione espero unos segundos, pero lo único que había cambiado es que el libro ya no se sentía bien en sus manos. Se sentía frió y pesado y producía en ella una sensación de malestar que no le gusto nada. Volvió a dejar el libro en su estante y observo a su alrededor.
Nada.
Ese libro era una farsa.
Todo estaba exactamente igual que antes de pronunciar el conjuro.
Pero
No, no es así - pensó Hermione-hay algo distinto
El sol. La luz del sol entraba por las ventanas iluminando la antigua biblioteca.
Sera que ya ha amanecido - pensó la chica- estaba tan concentrada en el libro que no lo he notado. Pero no pensó mucho en esto porque de repente una voz la sorprendió desde atrás.-¡Hermione! Aquí estas niña tonta, ¿porque no fuiste al banquete de bienvenida? -La chica se dio la vuelta asustada y se encontró con unos grandes ojos verdes que la miraban con preocupación.-¿Quién eres tu?- Hermione observo a la chica: morocha, pelo largo y lacio hasta las caderas, alta, delgada y vestida con el uniforme de Slytherin. Nunca la había visto en su vida.- ¿Cómo que quien soy? No estoy para bromas Hermione -contesto seria la morocha- Te has perdido la selección del sombrero, tenemos tres chicas y dos chicos nuevos. Una de las chicas es la hermana de Rosalie Fray, era de esperarse que estuviera en nuestra casa, es idéntica a Ross y la sigue a todas partes como una fan enloquecida.La morocha soltó una risita y tomo la mano de Hermione. -Vamos, tenemos mucho de que hablar. Prometiste que me contarías sobre ese lindo muggle que se mudo frente a tu casa- susurro la chica con emoción, arrastrando a Hermione hacia la salida.Hermione no entendía que estaba pasando, nunca había visto a esa chica en su vida y ahora esta la arrastraba por los fríos pasillos de las mazmorras de Hogwarts, hablándole sin parar como si la conociera desde siempre. -Oye, espera un momento - interrumpió Hermione a la morocha -No quiero ser grosera pero no se quien eres, ni siquiera estoy segura de haberte visto alguna vez. Estoy cansada y me gustaría ir a dormir por un momento si no te importa.La chica la miro con extrañeza.-¿Estas bien Hermione? ¡Son las cinco de la tarde y me prometiste que aprovecharíamos el tiempo juntas antes de que comiencen las clases! Pero
si estas tan cansada
esta bien, lo entiendo. Ve si quieres- soltó la morocha con un suspiro- Aunque eso de que no sabes quien soy ya me esta cansando, ¿sabes? Ya deja de hacerlo. No es gracioso.¿Las cinco de la tarde?¡Pero si eran las tres de la mañana cuando estaba en la biblioteca!De repente se le ocurrió una idea
¿Que tal si el hechizo había funcionado?Una oleada de esperanza recorrió el cuerpo de la chica de punta a punta. ¿ Podría ser? ¿ Había vuelto en el tiempo? ¡Pero si eso era imposible! ¿Habría ella descubierto una nueva magia tan poderosa como para llevar a una persona a viajar por su pasado?Pero eso no explicaba lo de la chica. Tal vez era una estudiante perdida que había tomado alguna poción rara
Aun así, Hermione pensó que debía preguntarle lo que rondaba por su cabeza. -Oye, ¿tu sabes en que año estoy? Quiero decir del colegio.-Ya me estas asustando chica. ¿Si te sigo el juego dejaras de molestarme? Pues bien, estas en cuarto año del colegio Hogwarts, eres una bruja, inteligente, aplicada y por si también se te olvido, tu nombre es Hermione Jeane Granger. Y yo soy Lucinda Pervenci, tu mejor amiga, aunque todos me llaman Lucy. Oh
Y estas en Slytherin, por si no lo recuerdas. ¿Podemos irnos ahora?
En la torre de Astronomía una alumna de sexto año
-No, lo siento. Unaalumna de cuarto año- llora desconsoladamente, aunque esta vez nadie acude aconsolarla
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Unas horas antes...
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¡Allí estaban!
Una sensación de profundo alivio se apodero de Hermione cuando vio aHarry y Ron, sus dos mejores amigos, saliendo de la sala común de Gryffindor.
La chica había estado buscándolos desde el momento en que asimilo lo queesa extraña chica le había dicho.
¿Una Slytherin? ¿Ella?
Eso era ridículo, impensable
ella era una leona.
Esa chica estaba loca.
Ahora que había encontrado a sus amigos iría a contarles todo -bueno,todo excepto el "por que" de estar en la biblioteca a esas horas y "la razón"de pronunciar el hechizo pero ya se inventaría algo que no pusiera en evidencialo que sentía por Ron- y esperaba que ellos le dijeran que estaba todo bien;que estaban en sexto año; que lo que había hecho era una verdadera tontería yque le avisarían al profesor Dumbledore de la chica loca que anda por lospasillos intentando confundir a los estudiantes.
- Así que aquí estaban, los he buscado todo el día - dijo, abrazando asus amigos- A que no saben lo que me ha pasado. Fue todo tan extraño
Hermione se detuvo de repente ante la caras de confusión de susamigos.
- ¿Qué pasa?
- Perdón pero creo que nos has confundido -le respondió Harry,incomodo.
-Si, bueno. No se a ti Harry pero
a mi puedes confundirme cuandoquieras -agrego Ron, mirándola de una manera que hizo que hasta los cabellos deHermione se pusieran rojos.
- ¡Ron! No seas pervertido -lo reto Harry, codeando a su amigo.
-Chicos, ¿de que hablan? Soy yo, Hermione. ¿Es que ustedes también sehan cruzado con la loca? No dejéis que los confunda, a mi casi me hace creerque soy una Slytherin. ¿Pueden creerlo?
Hermione soltó una risita pero los chicos la miraban ahora masconfundidos que antes.
-Lo siento, no se de quien hablas - respondió Harry amablemente.
-Tal vez habla de ella -le susurro Ron a Harry, aunque un poco fuerteporque la chica lo escucho perfectamente.
- ¡No estoy loca Ron!
- Oye, lo siento pero no sabemos de que hablas y pensábamos ir un ratoa jugar al Quidditch antes de que oscurezca
-dijo Ron, señalando su escoba-Así que si no te importa
Los chicos comenzaron a alejarse de ella.
Hermione espero a que se dieran la vuelta y le dijeran que todo era unamala broma.
Pero no lo hicieron
Mas confundida que antes y mas asustada de lo que nunca había estadoen su vida, Hermione se acerco al retrato de la Dama Gorda. Tal vez en la salacomún encontrara a Ginny y podría preguntarle que le pasaba a los chicos y si aella también le habían hecho esa estúpida broma.
Porque tenia que ser una broma.
Hermione se paro frente al retrato y pronuncio la contraseña:
-Unicornio mágico -dijo con seguridad a la Señora Gorda.
- Lo siento chica, esa no es la contraseña. Ademas, aunque lo fuera nodebo dejar pasar a estudiantes de otras casas.
- Pero yo soy de esta casa. Y la contraseña es la correcta, o por lomenos lo era ayer y nadie me ha avisado que hubiera un cambio.
- Tu no eres de esta casa, no soy tonta niña. Si quieres colarte encasas ajenas procura ser un poco mas disimulada y por lo menos cámbiate eluniforme.
- No traía uniforme cuando salí ni lo traigo ahora, esta en mi cuarto.Que, por cierto, se encuentra dentro del salón al cual usted no quiere dejarmepasar.
- ¡Pero si lo traes puesto!
- ¿Qué? ¡Esta loca! Si no me deja pasar iré con el profesor Dumbledorey le diré que
- ¡Loca estará usted niñita! - Interrumpió la dama, furiosa- ¡UnaSlytherin tenia que ser! Ya le dije yo al profesor Dumbledore que no era unabuena idea ponerme aquí, este trabajo es estresante ¡Si pudiera tomarme undescanso! Tal vez podría sugerirle que
Pero Hermione ya no la escuchaba.
Había bajado la vista hacia lo que traía puesto esperando ver lospantalones y la chaqueta rosa que llevaba cuando fue a la biblioteca.
Pero lo que vio la dejo atónita.
Allí en su cuello colgaba una corbata de colores verde y plata.
La corbata de Slytherin
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-¡Luna! -Dijo Hermione, acercándose a su amiga.
-Hola ¿Quién eres? -Le dijo la rubia, tan directa como siempre.
-¿Tu tampoco sabes quien soy? -pregunto Hermione desesperada, mientrasintentaba contener las lagrimas.
-No, lo siento. ¿Cómo te llamas?
- Soy Hermione -contesto con una sonrisa forzada- Discúlpame, teconfundí con alguien mas.
-¡Pero si me has llamado por mi nombre!
-Si, es que
a quien buscaba también se llama así - mintió Hermione.
- ¡Nunca conocí a nadie que se llame igual que yo! ¿Podríaspresentarme a tu amiga? -pregunto Luna,con ojos soñadores.
-Claro, pero ahora no. Mejor otro día ¡ Adiós Luna!
-Adiós.
Ya estaba oscureciendo y Hermione empezaba a asustarse de que todosparecieran estar jugandole la misma broma.
Salio corriendo del gran comedor hacia la torre de Astronomía,mientras las lagrimas amenazaban con escaparse de sus ojos.
En el camino oyó que una voz conocida le gritaba desde atrás.
-¡Oye, tu!
Hermione se giro y se encontró con una linda pelirroja.
-¡Ginny!- Grito la morena, feliz de que alguien no bromeara con ella.Corrió hacia su amiga y la abrazo con todas sus fuerzas- No te das una idea delo mal que la he pasado hoy, parece que todos se han puesto a jugar conmigo yya estaba a punto de creer que
-Espera, ¿Quién eres tu?
- ¿Qué? ¿Tu también? Pero si me has llamado recién y creí que
-Lo siento, no se quien eres
yo solo quería decirte que tienes unpapel pegado a la espalda.
-Oh, claro, lo siento. Pero enserio que
Pero la pelirroja ya se alejaba por el pasillo, sin mirar atrás.
Hermione se despego el trozo de papel de su espalda. En el medio de lahoja había una palabra escrita en grande que ella conocía muy bien:
SANGRESUCIA
Y justo abajo, en letras mas pequeñas, el nombre de alguien que muyseguido la llamaba así:
Con desprecio,
Draco.
Bueno, al menos alguien me recuerda- pensó Hermione.
Y se dirigió hacia la torre de Astronomía, dejando que las lagrimascayeran libremente.
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En la torre de Astronomía
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Y ahora se encontraba allí sola, llorando desconsoladamente. Y por finentendía todo.
El hechizo había funcionado
pero no como ella quería.
Lo había entendido desde que sus mejores amigos no la reconocieron,pero no quería aceptarlo
Ahora era una Slytherin.
Y no solo había perdido a Ron.
Había perdido a todos sus amigos
Lo había perdido todo por culpa de ese tonto libro y, lo mas difícilde admitir, por culpa de su estúpido error.
Dos días mas tarde, Hermione se dirigía resignada a la clase deTransformaciones con la profesora McGonagall
y con los demás alumnos deSlytherin.
A su lado, Lucy parloteaba sin parar.
- Luke Darrigan con Sophie Pince! ¿Puedes creerlo? -le decía indignadasu nueva mejor amiga- Porque de Sophie ya me lo esperaba porque, bueno, Lukees
¡Es Luke! Todas están locas por el. Lo que no puedo creerme es que el hallaengañado a Johanna con Sophie, porqueJohanna es muy linda y Sophie
bueno, ¡Es Sophie! ¿Tu por que crees que lohizo?
-No lo se, Lucy. Tal vez el esta enamorado de ti y quiere darte celos- mintió Hermione. La verdad es que ya la tenia un poco cansada con tantoparloteo.
-¡Wow! No lo había pensado, ¿tu enserio crees que el pueda enamorarsede mi?- Pregunto emocionada la morocha.
-Claro, ¿por que no? Tu eres mucho mas bonita que Johanna- RespondióHermione con seguridad, mientras ambas entraban al salón de clases.
La verdad es que no tenia ni la mas mínima idea de quien era ese talLuke o porque había engañado a su novia, y tampoco sabia si Lucy era mas bonitaque alguna de las dos chicas. Ella nunca se interesó en esas cosas y nuncahabía mirado a ningún otro chico de la manera en que miraba a Ron.
Solo fingía que sabia lo que su amiga le decía porque había entendido que si ibas por el colegioabrazando a personas que ni siquiera saben tu nombre y afirmando no conocer apersonas que son tus mejores amigos, la gente podría pensar que estasvolviéndote chiflada.
-Saquen sus varitas -Ordeno la profesora McGonagall mientras sedirigía hacia su escritorio.
-Que lastima que este año no tenemos con los de Gryffindor -dijo Lucy,sentándose a su lado- Porque ese Harry Potter en serio se a puesto guapo en elultimo año ¿No crees?
-Siempre ha sido guapo- Dijo Hermione sin pensar.
Bueno, era la verdad. Harry siempre había sido lindo, solo que paraella era como admitir frente a tus amigas que tu hermano no es tan feo. Ellanunca pensó en el de la manera en que Lucy se refería, ella lo amaba como seama a la familia.
-Si, tienes razón
¡Y ademas es tan valiente! -Dijo su amiga, con carasoñadora.
Hermione se preguntaba si habría algún chico en la escuela del que suamiga no estuviera enamorada.
-¡Silencio todos! -Ordeno la profesora McGonagall- Hoy aprenderemos latransformación de un objeto a un ser vivo. En su escritorio se encuentra unvaso común y corriente. Ahora, esto les va a parecer muy fácil a algunos pero alos que no les salga a la primera no quiero que se asusten, para darle vida aun objeto se necesita de mucha concentración. Ahora quiero que os concentréisen el vaso, y en lo queréis que se convierta, y penséis en esos momentos en queos sentisteis mas vivos. Luego, con claridad, deben pronunciar las palabras"Quod tibi non vita"-La profesora apunto el vaso y al pronunciar las palabras,este se convirtió en una hermosa margarita- Empezaremos convirtiendo los vasosen flores. Quiero que los que no lo logréis hoy lo intentéis en su tiempo librehasta que les salga. La próxima clase debéis poder hacerlo rápido y perfectoporque empezaremos a convertir objetos en animales, lo que ya es mucho mascomplejo. Ahora inténtenlo ustedes.
La clase se lleno de gritos de euforia y suspiros de decepción.Algunos vasos se convertían al primer intento en hermosas margaritas, claveleso rosas. A otros solo le salia algún que otro pétalo o espina.
-¡Quod tibi non vita!- Dijo Hermione, apuntando al vaso frente a ella.Pero lo único que logro fue que un pétalo saliera por un lado.
- Debe concentrarse mas, señorita Granger- Le reprendió McGonagall quehabía estado observándola.
Hermione miro a los ojos a la jefa de Gryffindor y buscodesesperadamente alguna señal de reconocimiento. Pero no había nada.
-Si, lo siento profesora. Hoy no puedo concentrarme bien.
-Recuerda que tienes que lograrlo para la próxima clase, practica unpoco mas en tu tiempo libre.
-Claro profesora.
¿Pero como podía concentrarse con todo lo que le estaba pasando? Comopoder concentrarse cuando al mirar la silla a su lado no era Ron, ni Harry,sino Lucy la que la ocupaba. Como poder hacerlo cuando al entrar en la salacomún no se encontraba en la cálida y acogedora sala de Gryffindor, sino en lafría mazmorra de Slytherin y como no deprimirse cuando al mirar en los sillonesde la esa horrible sala no eran Ginny, ni Harry, ni Ron quienes se acomodabanjunto al fuego, sino Draco y sus amigos que no dejaban de molestarla.
Y todo era su culpa.
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-¡Hey Granger! ¿Por qué tienes lo dientes tan feos? Creí que tuspadres eran dentistas, ¿No es eso lo que hacen los dentistas? ¿Arreglar losdientes de los feos como tu para que crean que así se ven un poco mejor? Pareceque ellos creen que tu no tienes arreglo.
- ¡Ya cierra tu asquerosa boca, Malfoy! -Le grito Lucy mientras esteentraba al aula de Historia de la Magia con sus amigotes siguiéndolo de atrás.
A Hermione se le ocurrió una tonta pregunta.
-¿Tu porque crees que me odia tanto? Quiero decir que todos somos dela misma casa, ¿no deberíamos llevarnos mejor?
Su amiga soltó una risotada.
-¿Tu y Draco? ¿Qué tu y Draco os llevéis bien? Eso es imposible. Desdeel preciso momento en el que el sombrero seleccionador te puso en Slytherin elcomenzó a odiarte. No creo que sea posible que le caigas bien. O por lo menos,el no admitiría eso ni en un millón de años .
-¿Pero porque?
Su amiga la miro como si temiera por su salud mental.
-Tu ya sabes porque. No me gusta recordártelo, pero tu eres una "hijade muggles" y son muy pocos los descendientes de no-magos que han entrado enSlytherin. Los Malfoy son una familia de sangre pura y parece que el padre deDraco le ha metido en la cabeza a su hijo que "las personas como tu" no debenmezclarse con "personas como ellos". Lo que, obviamente, es una muy grandeestupidez. Pero ya sabes lo mucho que Draco cree en su papi.
Ambas chicas entraron en el salón y se sentaron en uno de los lugaresmas al fondo.
El profesor Binns entro al aula atravesando la pizarra, como decostumbre, mientras empezaba su aburrida clase.
Noventa minutos después todos los alumnos que dormían sobre sus librosreaccionaron al oír la campana.
-Antes de que os retiréis a su próxima clase voy a encargaros unatarea -Anuncio el fantasma, haciendo caso omiso de los gemidos de protesta delos alumnos- Para la próxima clase quiero que traigáis un informe sobre laultima guerra de los gigantes y sus causas y consecuencias. Pero esta vez seraun trabajo en grupo.
-¿Podemos elegir nuestras parejas? -Pregunto una alumna de Hufflepuff.
-No señorita Brecks, las elegiré yo al azar. - Respondió el profesor,tomando la lista de alumnos. -Vamos a ver, Señorita Brecks usted estará con elseñor Rennie.
Señorita Pervency
-¿Si?- Dijo Lucy, emocionada.
-Usted trabajara con el señor Gregory.
- ¿Qué? ¡No!-Exclamaron Lucy y Goyle a la vez.
-Lo siento, no hay cambios.
El profesor siguió nombrando las parejas hasta que
-¿Señorita Granger?- Llamo el profesor a Hermione, que otra vez estabaperdida en sus pensamientos- ¡Señorita Granger!
Lucy codeo a Hermione, haciéndola reaccionar.
-¿Si?
-Usted estará con el señor Malfoy.
Genial. Y yo que pensé queesto no podría ponerse peor ...-Mañana a las ocho en la biblioteca, Granger. Terminemos con esto lo mas pronto posible-Le susurro el rubio mientras salían enojados de su clase de Historia de la Magia.-¿A las ocho?¿Por qué tan tarde?-No lo se, ¿tal ves porque no quiero que me vean contigo? Vamos, ya deja de quejarte, Granger. Agradece que no hable con el profesor para que nos cambie, porque sabes muy bien que podría hacer que lo haga.-¿Y por que no lo hiciste, Malfoy? Ni que yo estuviera contenta con esto. El chico no contesto al instante, mas bien parecía que no se le ocurría la respuesta a esa pregunta.-Bueno
no lo hice porque
Porque al menos se que tu harás el trabajo. Prefiero hacer esta tarea contigo que trabajar con Goyle porque el estúpido ni siquiera puede entender una oración que lleve mas de dos palabras. ¡Eso es! Por eso no le dije al profesor- Respondió Draco, contento de que se le hubiera ocurrido una respuesta lógica para la incomoda pregunta de la chica. -Esta bien, terminaremos con esto pronto. Esta noche en la biblioteca entonces. Adiós Draco. Pero el chico no respondió al saludo y se alejo rápidamente por el pasillo.
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En la silenciosa biblioteca de Hogwarts una alumna de cuarto año sacaba y acomodaba viejos y polvorientos libros sobre una mesa desde la cual un chico la observaba con cansancio.-¿Y que tal si seguimos mañana?- pregunto el rubio bostezando.-¡Pero si recién vamos unos centímetros de pergamino!-Respondió indignada Hermione, mientras se sentaba en la silla frente al chico y tomaba su pluma.-Pues con todos estos libros parece que piensas escribir unos cuantos metros mas. -Bien, nos iremos mas rápido si me ayudas un poco. Tu busca en los libros que traje.-¿En cual de ellos? -En estos- respondió la chica, señalando dos grandes libros del montón- Anota todo lo que encuentres importante sobre la ultima guerra de los Gigantes. Luego puedes irte, yo me quedare terminando lo que falta. -¿Y que harás ahora? -pregunto Draco mirando como la castaña sacaba un vaso de su bolso. -Lo siento pero tengo que practicar el hechizo que nos encargo la profesora McGonagall- respondió Hermione, suspirando cansadamente- Mañana tenemos Transformaciones y aun no logro convertir este maldito vaso en una flor. La bruja tomo su varita y apunto al vaso intentando concentrarse. Pronuncio las palabras y movió su varita pero el vaso seguía igual que antes. Genial, ahora ni siquiera puedo hacer que salga un tonto pétalo- pensó frustrada Hermione.-Así no es Granger, eres una inútil- Dijo el chico sonriendo malvadamente ante el fallido intento de la chica.-Cierra el pico Malfoy, apuesto a que a ti tampoco te sale- respondió enojada Hermione, si había algo de lo que estaba orgullosa era de sus notas y su inteligencia. De hecho, muchos le habían comentado que era la mejor bruja de su edad. Solo que no podía concentrarse, no con todo lo que sentía
no lograba dejar de pensar en Ron, en Harry, Ginny, Luna, Neville
¡Hagrid! Ni siquiera había intentado ir con el, sabia que ella no lo hubiera conocido de no ser porque era amiga de Harry. Y no creía poder soportar ver como otra persona importante para ella ni siquiera sabia su nombre.Lo intento otra vez pero lo único que logro es que el vaso se pusiera rojo y le saliera un solo pétalo por el costado. -Deja que un buen mago te enseñe como se hace, torpe- Dijo el rubio levantándose de su asiento y acercándose a Hermione por detrás.Entonces se inclinó hacia ella y poso su mano suavemente sobre la de la chica, que a su vez sostenía la varita. Con un complicado movimiento y con las palabras correctas, el vaso se convirtió en una hermosa rosa roja.Hermione giro la cabeza hacia la del chico, sorprendida, y se encontró con la cara de este a centímetros de la suya.Unos segundos pasaron, muchos mas de los que ellos quisieran admitir, y el chico se alejo de ella aclarándose la garganta ruidosamente. Su cara reflejaba sorpresa y dejaba ver claramente que no entendía lo que había pasado ni porque lo había hecho. Pero Hermione no noto esto, estaba sorprendida por el intenso cosquilleo que había recorrido su cuerpo cuando la piel del chico toco su mano.Nunca había sentido lo suave que era su piel, ni se había percatado de la blancura y la perfección de esta. Aunque sus manos se sentían frías, Hermione pensó que era un frió agradable, como la sensación del agua fría corriendo sobre tu piel en un día muy caluroso.¿Qué es lo que estaba pensando? Era Malfoy, ella no podía pensar en Malfoy de esa manera. No. Claro que no.Ella no pensaba en Draco Malfoy de ninguna manera.No podía permitírselo.No debía permitirse pensar en esos profundos ojos grises que escondían oscuros secretos, o en lo suave que debía de sentirse pasar las manos por entre su fino cabello o en la forma en que su tacto le hizo sentir o en
-¡Granger! -Grito de repente Malfoy, devolviendo a la chica a la realidad- ¿Qué?-¿Has escuchado algo de lo que te dije? -No, lo siento. Estoy un poco distraída.-¿Distraída con mi presencia? Si, suele pasar.- No, de hecho me distraje con tu cabello. Me preguntaba si lo teñiste tan claro a propósito o si tumbaste por accidente una botella de agua oxigenada en tu cabeza. Hermione no era de contestar, de hecho pensaba que lo mejor era ignorar los insultos del chico. Pero hoy estaba molesta, no con él sino con ella misma por no dejar de sentir ese estúpido cosquilleo en donde el la había tocado.-No sé qué sea eso de aguaoxiloquesea pero seguro es algo de muggles y sangresucias como tú. Además, no eres la única que esta distraída ¿Cómo quiere alguien que me concentre con esa fea cara tuya enfrente?-Cállate, Malfoy-Y además ese cabello- Siguió el chico, mirándola con asco- Te ríes del mío pero al menos yo puedo peinarme en la mañana sin romper el peine.Eso era demasiado, estaba sacándola de quicio.-¿Y para quien te peinas tanto Malfoy? ¿Para el profesor Snape? El chico se ruborizo de rabia.- Pagaras esa Granger - Respondió en un tono amenazador. Se levanto furioso y salio con paso rápido de la biblioteca.Genial. Ahora tengo que terminar el trabajo yo sola. Bien hecho, Hermione, cada día usas mas tu cabeza.-pensó sarcásticamente.
Después de unas horas de buscar en libros y escribir varios centímetros mas de lo necesario-por si acaso no era suficiente-, la chica volvió a concentrarse en el nuevo vaso que tenia frente a ella. Se suponía que a esas horas de la noche debía estar en su cuarto pero no se iría de allí hasta que lograra el conjuro. Ademas, prefería estar sola en la silenciosa pero cálida biblioteca que en la fría sala común de Slytherin.
Hermione, concéntrate. -pensaba para si misma-Deja todo lo que esta pasando a un lado y concéntrate. Has de cuenta que nada a cambiado, estas en sexto año y debes lograr el hechizo que McGonagall te ordeno. Luego iras a la sala común de Gryffindor y mañana al despertar tus amigos estarán esperándote en el Gran Salón. Nada a cambiado.
Hermione miro el vaso y apunto el objeto con la varita, concentrándose con todas sus fuerzas.
"Piensen en los momentos en que se sintieron mas vivos" había dicho la profesora.
Los momentos en que me he sentido mas viva- pensó Hermione, buscando en su memoria.
Al instante, montones de imágenes inundaron su mente.
Una niña de once años, sentada en un taburete en medio de un gran salón, gritaba de alegría al oír el grito de un sombrero que decía: ¡Gryffindor!La imagen se apagaba y ahora la niña, un año mas grande, se encontraba corriendo con alegría por entre las mesas del mismo salón para abrazar con fuerza a un niño de ojos verdes con una cicatriz en forma de rayo marcada en su frente y le gritaba ¡Lo lograste! ¡Lo lograste!La niña riendo con sus amigos en el vagón de un tren, abrazando a un sorprendido pelirrojo, hablando alegremente con una rubia de ojos grandes... Una niña que ya casi era una mujer bailando con Krum en el baile de cuarto año, riendo con sus amigos junto al fuego de la cabaña de Hagrid, jugando un partido de Quidditch en los jardines de La Madriguera, caminando por la nieve en las calles de Hogsmeade con sus dos mejores amigos junto a ella
Y así pasaban las imágenes
Y con cada una de ella, una lagrima caía por su mejilla al recordar todo lo que había perdido para siempre.
Cuando de repente, tal como había sucedido la ultima vez, un ruido rompió el silencio.
Hermione se puso de pie de un salto. Ese sonido
Era exactamente igual al que había oído la ultima vez, esa noche en la que toda su vida cambio para mal. La chica no dudo un segundo, aguzo el oído y siguió el ruido. Llego al pasillo donde se escuchaba con mas claridad, se acerco lentamente a la estantería
y allí estaba. ¡Allí estaba! Allí, sobre la polvorienta estantería se encontraba ese maldito libro que arruino toda su vida para siempre. Pero antes no estaba exactamente allí, Hermione estaba segura de eso. La ultima vez el libro se encontraba al otro lado de la Biblioteca. Las dudas y la curiosidad por desvelarlas asaltaron la mente de la chica.Que extraño
alguien lo habrá movido de lugar.-pensó extrañada- Pero mas extraño es porque siempre vibra cuando estoy sola. Como si quisiera que lo encontrara.
Lo que Hermione no había notado es que, luego de volver en el tiempo, nunca se le había ocurrido volver a buscar el libro. La ultima sensación que le produjo el objeto en sus manos fue tan horrible que la mente de la chica rechazo automáticamente la posibilidad de que en el libro existiera un contra hechizo. Sí había pensado en ir a pedir ayuda al profesor Dumbledore, pero no tenia ninguna prueba de que lo que decía era cierto y sospecho que no siendo amiga de Harry tal vez el director no confiara tanto en sus palabras y lo mas probable era que la creyera completamente loca.
Lentamente, Hermione tomo el libro de su estantería y lo abrió. Estaba en blanco, como se lo esperaba. Recordando lo sucedido la ultima vez, acerco el libro a su nariz e inspiro profundamente. Pero a diferencia de la primera vez que hizo esto, el olor de las paginas ya no era como un exquisito perfume sino mas bien como oler algo podrido.La chica se alejo con cara de asco pero supo que había hecho lo correcto, las paginas se llenaron inmediatamente de palabras y mas palabras. Hermione observo la portada:
"Parece que te arrepentiste. Si es así, este libro te ha servido para aprender que a veces las cosas no suceden justo como quieres"
Hermione quedo estupefacta.
Así que te crees muy sabio - pensó furiosa- ¡Estúpido libro!
La chica busco desesperada la pagina en donde ponía "conjuro para viajar en el tiempo" yla encontró al instante, aunque ahora se leía "Hechizo para viajar en el tiempo de vuelta a donde estabas".Abajo decía lo siguiente:
"Si para recuperar una vida el hechizo has utilizado, su lugar debes de haber ocupado. Para resolver este gran problema, deberás buscar entre los arboles la perdida diadema.
Si para el bien de otros lo has conjurado, no te preocupes porque realmente nada ha cambiado. Tarde o temprano, cuando menos lo esperes, volverás a ser justo como eres.
Si por accidente el conjuro has pronunciado, veras claramente que nada ha pasado; mas si por propios intereses lo has utilizado, aquello que mas temes se vera realizado. En caso de que esto ultimo suceda, solo la demostración de amor mas sincera hará que todo vuelva a ser como era".
Hermione miro fijamente las palabras y una oleada de esperanza inundo su cuerpo, la esperanza de que todo volviera a ser como era. Era obvio que en su caso, había utilizado voluntariamente el hechizo para sus propios intereses y por lo que decía el libro estaba claro que es lo que tenia que hacer.
Debía cumplir aquello por lo que había usado el conjuro en un principio.
Era la única solución.
Debía enamorar al pelirrojo.
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Hermione salia silenciosamente de la biblioteca para intentar dirigirse a la sala de Slytherin sin que algún profesor la viera en los pasillos a estas horas. No estaba segura de lograrlo pero ya no le importaba que la castigaran o bajaran sus notas. ¿Porque iba a importarle cuando acababa de descubrir que teniala posibilidad de volver a su antigua vida? Nada podría detenerla ahora de enamorar a su amigo, ademas el le había dicho que podía "molestarlo" cuando quisiera. Eso le hizo darse cuenta de una de las cosas que debía cambiar en ella para atraer al chico: a veces podía ser muy pesada con respecto a las buenas notas y molestaba siempre a los chicos para que hicieran la tarea. Recordaba perfectamente que al principio Ron no la soportaba por ser toda una mandona sabelotodo. Ahora ya no seria mas así. Cambiarían muchas cosas en ella a partir de ahora. Tal vez podría pedirle a Lucy que me ayudara con mi aspecto
Hermione pensaba en todo esto mientras caminaba, cuando al doblar una esquina choco contra algo y cayo al frío suelo. Algo había caído sobre ella. -¡Ay! -¿Granger?-¡Que salgas de arriba mio Malfoy!-¡Auch! ¡Mi nariz! Espera un momento
¡Ay! ¡Ya deja de moverte!La chica se quedo quieta y observo al chico que tenia sobre ella, con su corazón acelerado por la repentina aparición del muchacho.
O tal vez era solo el muchacho
y su cara a centímetros de la suya.
Draco se puso de pie y le tendió la mano, pero al instante se dio cuenta de lo que estaba haciendo y la escondió en el bolsillo de su campera.-¿Qué haces por aquí todavía? -Pregunto la chica, curiosa.- Llegue tarde y la entrada a la sala común estaba bloqueada. No iba a quedarme allí sentado para que un profesor me encontrara. ¿Tu que haces aquí?-Bueno, intentaba volver a la sala común. Pensé que era mejor intentar entrar allí de alguna manera que quedarme recorriendo los pasillos hasta que un profesor me encontrara.Hermione apenas había terminado de hablar cuando unos pasos de alguien que se acercaba resonaron al fondo del pasillo. -¡Oh, no! Ahora nos encontraran y nos castigaran y
-Se lamentaba desesperada la morena, olvidando completamente que ya no le importaban los castigos. -¡Cálmate o nos escucharan! Tampoco quiero que me castiguen, debemos escondernos
pero ¿En donde? -Susurro el chico, buscando rápidamente con la mirada algún lugar en el que no los pudieran ver. Los pasos cada vez se oían mas cerca.-¡Allí! -Dijo el rubio arrastrando de la mano a Hermione hacia una vieja puerta de madera en un rincón.-¡Pero eso es un armario de escobas!-Solo unos minutos hasta que el profesor se largue
Ambos chicos abrieron apresuradamente la pequeña puerta y se metieron dentro, girando una antigua llave que había puesta en la cerradura por si acaso. Adentro todo estaba completamente oscuro, sin que ni la mas mínima luz se colara por algún orificio. El calor era sofocante y el espacio era tan reducido que, si se paraban uno enfrente del otro, las narices de los chicos chocarían.-¡Auch! ¡Me pisaste torpe!- Lo siento, es que no logro ver nada
- ¡Eres una bruja! Usa tu varita. Y habla despacio que nos escucharan.- ¡No la encuentro! Pero si la tenia en
¡Oh, no! Esta en mi bolso -Susurro la chica, preocupada.- ¿Y no lo traes contigo?- ¡No! Salí apresurada y lo olvide en la biblioteca
¡Auch! ¡Me pisaste a propósito, Malfoy!- No, no lo hice ¡Ya deja de quejarte Granger!- ¿Y tu varita?- No la lleve a la biblioteca, esta en mi habitación. - ¿Crees que ya se aya ido? Aquí si que hace calor
Ambos escucharon atentamente. Afuera no se oía ni el mas mínimo sonido. - Si, creo que podemos salir- Dijo Draco, acercándose a la puerta y girando la llave. Y entonces
¡Crack! Un sonido de algo duro que se quebraba a la mitad. - ¡Oh, por Merlín! - ¿Qué pasa? ¿Por qué no abres?-La llave
se quebró.- ¿¿¿¿QUÉ????- Que la llave se
- Si, ya te oí, tonto. Pero ¿Qué hacemos ahora? - No lo se
¿esperar a mañana y entonces, no lo se
gritar por ayuda?- ¿Hasta mañana? Olvídalo, si gritaremos por ayuda mejor hagamos lo ahora. - ¿Qué, a estas horas? Si, seguro alguien nos escuchara y -en el caso de que alguien lo haga- seguramente seria un profesor. ¿Qué crees que pensaran al encontrarnos en un oscuro armario a mitad de la noche cuando, se supone, deberíamos estar durmiendo?La chica se ruborizo violentamente ante las palabras del muchacho. - ¿Y si nos inventamos alguna excusa? -Intento Hermione, desesperada. - ¿Y que vas a decirle? ¿Que jugábamos a las escondidas muggle con la profesora McGonagall y nos quedamos encerrados?Hermione soltó una risa ante la ridícula idea de la seria profesora jugando a un juego de niños. - ¿Escondidas Muggle? ¿Quién eres y que hiciste con Draco Malfoy?Aunque no podía ver absolutamente nada, de alguna forma Hermione sintió como los labios del rubio se curvaban en una tímida sonrisa. - Entonces parece que nos quedaremos aquí toda la noche
solos. - Eso parece
-Contesto la chica, bostezando.- Bien, creo que deberíamos dormir - sugirió Draco, sentándose en el suelo.- Si, claro. No podría pasar una hora mas en pie -Acepto la morena, acurrucándose en el suelo incómodamente con su espalda apoyada sobre la pared opuesta a la del lado del muchacho - Buenas noches, Draco.
Unos segundos de calmo silencio pasaron y cuando las garras del sueño la arrastraban hacia la oscuridad, Hermione oyó débilmente las palabras que el chico le susurraba en la oscuridad.
-Buenas noches, Hermione.
Antes de dormirse completamente, la boca de la chica se curvo en una involuntaria sonrisa al oír que Draco Malfoy la llamaba por su nombre.
Hermione se despertó con la sensación de algo rosando su mejilla.
Al abrir los ojos le pareció ver como una blanca mano se alejaba rápidamentede su rostro.
- ¿Draco?
- ¿Si, Granger?
- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?
- Bueno, amaneció hace unas dos horas. ¿Te encuentras bien? Estas unpoco pálida.
- No lo sé
es solo que no hay mucho aire aquí -respondió la chica convoz temblorosa.
- ¿Qué tal si gritamos? Ya lo intente pero no vino nadie. Intentareotra vez, a lo mejor esa amiga tuya te está buscando y nos escucha.
- Si, está bien.
El chico comenzó a gritar por ayuda mientras Hermione se ponía de pie apoyándoseen la pared.
Lo logro, pero al hacerlo elpiso comenzó a moverse como si se tratara de un fuerte terremoto y el mundoquedo de cabeza.
-Draco
-Llamo con voz débil.
El muchacho se giró justo al tiempo en que la morena caía en susbrazos, totalmente inconsciente.
-Oh, no. Por las barbas de Merlín ¡AYUDA! ¡Aquí, ESTAMOS ENCERRADOS! ¡¿¿Todoslos malditos profesores en esta escuela están sordos??! ¡AYUDA! -Draco gritabay gritaba pero nadie venía a socorrerlos.
Se sentó en el piso a esperar y acomodo la cabeza de la chica en suregazo.
Si mi padre se enterara de esto
-Pensó el chico- Encerrado en un sucio armario de escobas toda la maldita noche y, comosi fuera poco, con una sangresu
Pero no pudo terminar la palabra. Ya no podía llamarla así, nisiquiera podía pensar en esa palabra si era dirigida a ella. ¿Por qué no podíahacerlo? Es lo que ella era, era una sangresu
No, no podía porque sabía que llamarla así le causaba daño. Y el no queríalastimarla. El quería verla sonreír
¿Pero que estaba pensando? Era Hermione Granger, era una hija demuggles y las familias como la suya no se mezclaban con sangresu
con hijos demuggles.
Pero no era como su padre le había contado que "las personas comoella" eran
Estúpido. Estúpido.
¿Por qué no dejaba de pensar en ella?
¿Por qué no pudo dejar de mirarla toda la noche? Porque no podía dejarde pensar en lo mucho que le gustaría besarla
El nunca había besado a nadie.
No porque no pudiera encontrara alguien que quisiera besarlo, sino porque nunca había conocido a nadie que leprovocara ese deseo
Hasta ahora.
Draco se acercó al rostro de la inconsciente chica y apoyo su frentecontra la de ella, cerrando los ojos lentamente por su contacto.
-¿Qué me está sucediendo Hermione? -Susurro para si mismo.
En ese preciso momento la puerta se abrió de un golpe.
Del otro lado se encontraba el últimoalumno del colegio que Malfoy hubiera querido que lo encontrara en esa situación.
Weasley.
-¿¿¿Malfoy??? ¿Pero tú que
-Y entonces noto a la chica sobre suregazo.
Sus ojos se abrieron por la sorpresa y en su boca se formó una malvadasonrisa al sacar rápidas conclusiones.
-Me encargare de que todo el colegio se entere de esto aunque sea lo últimoque haga. Draco Malfoy tiene novia. Y es una hija de muggles, ¿verdad? Oh, tupapi debe estar muy contento, Malfoy. ¿A que si?
-Mi padre se llega a enterar de esto Weasley y te juro que teencerrare en este maldito armario por el resto de tu miserable vida ¿Entiendes?Ahora ayúdame tonto, hay que llevarla a la enfermería, se desmayó, creo que porla falta de aire.
-¿Qué, esta inconsciente? -Pregunto el pelirrojo, un poco culpable.
- Si, estúpido. Ayúdame.
Ron se acercó a la chica y la tomo en brazos.
-Vamos, la llevaremos con Madam Pomfrey.
-Sabes Weasley, creo que su espalda está más arriba que eso. Sube esamano o te la romperé contra tu dura cabeza.
El pelirrojo soltó una carcajada mientras ambos chicos se dirigían rápidamentea la enfermería.
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Hermione yacía inconsciente en una de las camas de la enfermería.
No había sido solo la falta de aire la que provoco que terminara enese estado, al encierro se sumó todo lo que había pasado: había perdido a todossus amigos, a aquellas personas que más le importaban en el mundo
y habíaperdido al amor de su vida.
Pero había encontrado una solución.
Las palabras escritas en el libro resonaban en su cabeza
"Si por propios intereses lo hasutilizado, aquello que más temes se verá realizado"
Y así fue. Lo que más temía Hermione en cualquiera de los mundos eraquedarse sola, completamente sola.
Lo que ella aun no entendía es que aquí no estaba sola. Había dospersonas a las que le importaba mucho, aunque una de las dos no quisieraadmitirlo.
Lucy
Y Draco Malfoy.
"Solo la demostración de amor mássincera hará que todo vuelva a ser como era"
La demostración de amor mássincera
Si lograra enamorar a Ron, y este le demostrara su amor
Pero si lograba enamorar a Ron
¿Querría volver a su antigua vida?¿Esa en la cual el solo la quería como amiga? ¿En la que él amaba a Lavender?
Sí.
Volvería
por Harry, por Ginny, por Hagrid
Ellos valían la pena.
Y Ron volvería a ser su amigo, solo su amigo. Pero al menos estaría allí.Era preferible tener a Ron a su lado como un amigo que no tenerlo en absoluto.
¿Y Draco? Volvería a odiarla, de eso no cabía duda.
Pero ella ya no podía odiarlo
¿Alguna vez lo había hecho realmente?
Era diferente ahora, algo había cambiado en él.
Entonces una voz comenzó a llamarla dentro de su mente:
¡Hermione! Hermione vuelve
teextraño.
Era la voz de Ron, y
le decía que la extrañaba.
Parecía tan real
Hermione vuelve, por favor
no meolvides.
No me abandones, vuelve por favor.
Te extraño.
Por favor, vuelve
Vuelve conmigo
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Fuera de la mente de Hermione, dos chicos se miraban con odio mientrasla enfermera revisaba el pulso de la chica.
Madam Pomfrey se giró hacia Draco.
-¿Tu eres su novio?
- ¿Qué? -Pregunto el chico, ruborizándose violentamente -No, yo no soysu
yo solo soy
yo
- Bien, entiendo. -Le interrumpió la enfermera, con una pícarasonrisa- No te preocupes, estoy segura de que ha sido la falta de aire. Ya se compondrá,por ahora déjenla dormir.
Madam Pomfrey se retiró cerrando la puerta suavemente detrás de ella.
Draco miro al pelirrojo.
-¿Y tú que haces aquí todavía, Weasley? Potter debe estar preocupadode no encontrar a su admirador número uno.
-Al menos él tiene alguien que lo admire. A ti todo el mundo tedesprecia. ¿Enserio crees que ella se enamoraría de ti, Malfoy? -preguntoseñalando a la chica que comenzaba a removerse inquieta en la cama- Esdemasiado linda para ti
- ¿Sabes algo? Por primera y única vez en tu vida, Weasley, tienestoda la razón.
Ron miro con sorpresa al chico que tenía a su lado y se sorprendió alver su rostro lleno de sufrimiento.
En su pecho comenzó a sentir algo parecido a la culpa.
¿Compasión? ¿Lastima?
Hermione comenzó a murmurar algo por lo bajo.
Ambos chicos se acercaron a cada lado de la cama para oír lo que decía.
-Rn
Nn te vays
vlvere
lo prometo
yo te
-¿Qué es lo que dice? -pregunto el pelirrojo.
La chica seguía murmurando con los ojos cerrados y ahora por susmejillas caían algunas lágrimas.
-Ron
Ron
te quiero Ron
volveré
lo prometo
lo prometo
Ambos chicos se miraronfijamente.
- Malfoy yo no
-Comenzó a decir Ron.
Pero se calló al instante al ver que el otro muchacho le lanzaba unamirada asesina y se alejaba cerrando la puerta fuertemente a sus espaldas.
El ruido hizo que la chica se despertara totalmente.
Al ver al chico abrió los ojos desmesuradamente.
-¿Qué haces tú aquí?
- Bueno, yo los encontré en el armario y ayude a Malfoy a traertehasta aquí. Oye, puedo preguntarte ¿conque estabas soñando?
- ¿Por qué esa pregunta?
- Es que tu
bueno, murmurabas en sueños.
- ¿Enserio? Oh, y ¿qué fue lo que dije? -pregunto asustada la chica.
- Bueno
tu dijiste
dijiste mi nombre.
Hermione se mordió el labio, nerviosa.
- ¿Malfoy y tu sois novios? -Pregunto de repente Ron.
- ¿Novios? No, claro que no.
- Ah. Y
¿qué dice tu verdadero novio sobre que te andes escabullendoen armarios a la mitad de la noche con otro chico?
- Primero: no estábamos escabulléndonos juntos, nos escondíamos de unprofesor y quedamos encerrados y sin varitas; Segundo: no tengo novio, niMalfoy ni nadie.
Hermione miro al pelirrojo y pensó en arriesgarse a decir algo más.
-¿Y tu novia que dice sobre que andes cuidando a chicas inconscientesen la enfermería? -Agrego rápidamente.
- Yo no tengo novia. Ni Malfoy ni nadie.
- Ya, muy gracioso.
Ambos se miraron sonriendo.
-¿Te sientes mejor? -Pregunto Ron.
- Si, mucho. Seguro fue la falta de aire en ese armario.
- Bueno, después de toda una noche encerrada tal vez te gustaría
nolo sé, ¿dar un paseo por los jardines?
- ¿Contigo?
- Seria todo un honor para mí acompañarte -Respondió el chicosonriendo y haciendo una tonta reverencia.
La chica soltó una risita nerviosa.
- No soy una reina, no tienes que alabarme así. Iré contigo.
- Bendita sea mi persona que tendrá el honor de caminar al lado de tanbella dama.
- ¡Ya deja de hablar de esa forma! Y no soy una "bella dama", no mellames así. -Respondió Hermione mientras se ponía de pie riendo.
- No, tiene toda la razón. Lo que usted posee es más que simplebelleza, usted carga con la hermosura de una diosa, una belleza tan poderosaque es capaz de hacer que un hombre como yo de su vida solo por el simple honorde acompañarla en un paseo por los jardines. -Siguió Ron, con un acento tan ridículoque la chica no sabía si reírse o sentir ternura.
- Ya vámonos.
Caminando junto a la chica por los pasillos de Hogwarts, mientras se dirigíana los jardines, Ron recordó la cara del rubio al escuchar los murmullos de lachica y se sintió culpable por lo que estaba haciendo.
Pero Malfoy se lo merecía. Se merecía esto y mucho más.
Además Hermione no lo amaba, ni siquiera eran amigos.
Pero parecía que el sí tenía alguna oportunidad. Y esa chica en seriole interesaba, mas allá de la venganza contra Malfoy, en serio nunca habíasentido interés en conocer a alguien como quería conocerla a ella.
Desde el primer momento en que la vio, aquel día en que se dirigía conHarry a jugar Quidditch, le pareció sentir como si algo se removiera dentro desu mente. Como cuando intentas atrapar en tu mente un recuerdo de cuando erasniño y cuando te parece que ya lo tienes, se escapa otra vez.
Sentía como si ya la hubiera visto antes, hace mucho tiempo, y alverla otra vez se diera cuenta de lo mucho que la extrañaba.
El sol bajaba lentamente del cielo dejando paso a la luna, en losjardines del castillo un pecoso chico de cabellos rojizos caminaba junto a unalinda castaña de rulos descontrolados.
-Entonces ¿en serio te has leído todo "Historia de Hogwarts"?
-Si, es uno de mis libros favoritos.
-Wow, se nota que te gusta mucho leer.
-Muchísimo.
-Es un gusto que no compartimos.
Ambos se sonrieron. La verdad es que habían pasado toda la tardepaseando en los jardines, ya que era Domingo y tenían el día libre. Hablaronsobre sus gustos e intereses y aun no encontraban una sola cosas en común,aunque eso no parecía importarles.
-¿Como es que has llegado a cuarto año sin
sin ayuda? -PreguntoHermione.
Había estado a punto de decir "sin mi ayuda".
-Bueno, me las he arreglado bastante bien. Aunque se puede decir quees por Harry que lo logré, es bastante mas responsable que yo y me obliga aconcentrarme en mis estudios. Siempre entrego la tarea a tiempo, aunque no locreas. Bueno
casi siempre.
La chica se dirigió a un banco y se sentó abrazándose a si misma.
-Creo que deberíamos ir dentro, se esta poniendo frió aquí.
El pelirrojo se saco la campera que llevaba puesta y cubrió conella los hombros de la temblorosa chica.
-¿Estas mejor así? -Pregunto sentándose a su lado.
- Si, es muy lindo de tu parte, pero ahora tu tendrás frió y yo mesentiré culpable.- Respondió Hermione reprimiendo una sonrisa.
-Si te sientes tan culpable podrías abrazarme , así entrareen calor.
Hermione lo miro sonriendo.
-Ni lo pienses.
El chico sonrió y se puso de pie, acercándose a un hermoso rosal quese encontraba al lado del banco.
Estiro la mano y arranco una delicada y bella rosa roja.
-Hermione, esto es para ti. -Dijo ofreciéndole una rosa a la muchacha.
De repente vino a la mente de la chica la imagen de Draco convirtiendouna taza en una hermosa rosa roja.
No le dio importancia.
-Ron
gracias, es muy bella -murmuro Hermione, tiñendo de rojo susmejillas.
-Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Si, dime.
-Bueno, sucede que
no se si habrás oído que el próximo Sábado en lanoche se organizara un baile por el aniversario de Hogwarts.
-Si, eso he oído -Dijo la muchacha, mientras su corazón seaceleraba al intuir cual eranlas intenciones del chico.
-Bueno, pues eso
yo me preguntaba, ya sabes, se que tal vez parezcaun poco apresurado, se que apenas nos conocemos
pero desde que te vi
y hoyhemos pasado un lindo día ¿verdad? Y yo, ya sabes, yo siento que te conozco
Ybueno, yo pensé que
Ron seguía murmurando por lo bajo con su cara tan roja como sucabello.
-¿Estas tratando de invitarme al baile?- Interrumpió Hermione, al verque se pasarían toda la noche allí si esperaba a que el chico terminara.
-Bueno
si. - Respondió acalorado el pelirrojo -¿Te
te gustaría ir albaile conmigo?
El corazón de la chica latía tan violentamente que Hermione temía queel chico pudiera oírlo.
-Si, me encantaría ir contigo Ron.
-Wow, gracias. Esto ha sido lo mas difícil que he hecho en mi vida, lojuro.
Hermione rió, poniéndose de pie.
-Creo que ya es tarde, deberíamos irnos
-Si, claro.
Pero no lo hicieron. Solo se quedaron parados allí, uno frente alotro, mirándose a los ojos como si así confesaran al otro todo aquello que nose animaban a poner en palabras.
Después de unos minutos que parecieron horas, Hermione desvió lamirada.
-Debo irme, Ron.
Y con un tímido beso en la mejilla, la chica se dirigió al interiordel castillo dejando atrás de si a un ruborizado pelirrojo.
Ron estaba paralizado por la emoción.
No podía creer lo que había pasado, había invitado a esa hermosachica al baile. ¡Y había dicho que si!
No la había invitado por venganza a Malfoy,como había ideado al principio, sino que después de esatarde se dio cuenta de que estaba loco por la castaña ...
Lo había estado desde el momento en que dijo su nombre enla enfermería...
Y ese beso
Si así se sentían los delicados labios de la muchacha en su mejilla, quese sentiría al unirlos con los suyos.
Enamorarse por primera vez ya de por si es hermoso, pero que ese primeramor sea correspondido era la mejor y mas maravillosa sensación quealguien podría tener.
El chico sonrió atontado, tocándose la mejilla.
Muy cerca de Ron, escondido entre las sombras, un triste rubio loobservaba con odio y tristeza, pensando en que no había nada peor queenamorarse por primera vez y saber que el corazón de esa persona -quearrebato el tuyo- le pertenecía a alguien mas.
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Cuando Ron llego a su habitación Harry ya estaba dormido.
Mejor así porque no se lo había cruzado en toda la tarde y no queríasu amigo lo asechara con preguntas sobre donde había estado.
Una vez en su cama, Ron revivió en su mente todo lo que habíapasado esa tarde.
La imagen de la tímida sonrisa de la chica le volvía a lamente una y otra vez.
Algo hacia cosquillas en un rincón de su memoria, como intentandollamar su atención.
De repente tuvo una extraña sensación, como si ya la hubieravisto sonreír muchas veces antes de ese día y nunca hubiera notado lohermosa que era.
El ultimo pensamiento que se formo en la mente del chico fue
>>No me ha devuelto la campera<<
Y luego se hundió en la oscuridad del sueño y, aunqueal día siguiente sus padres le dijeran que Malfoy era su hermano alque habían dado en adopción y teñido de rubio para disimular, nieso lograría borrar la enorme sonrisa de felicidad de surostro.
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A la mañana siguiente, Malfoy se despertó en la fría habitación de loschicos Slytherin.
Inmediatamente le vino a la mente todo lo que había presenciado eldía anterior.
Ese maldito traidor de Weasley -pensaba el rubio con odio- lo sabe, se que sabe quemegusta Hermione. ¿Por qué la invito al baile? ¿Por venganza? Pues la va apagar, ya lo creo. Que espere a que se me ocurra algo y vera.
Pero no estaba de humor para pensar.
Se vengaría de Weasley, si. Pero ¿Qué ganaría con eso?
Hermione no estaba enamorada de el ¿Cómo podría estarlo? Se habíaportado horriblecon ella desde
bueno, desde siempre.
Enojado consigo mismo, Malfoy se cambio y bajo a la sala comúnesperando no cruzarse con la castaña.
Ella no estaba allí así que el rubio se dirigió directo a su primeraclase del día.
Mas tarde, entrando a la clase de Flitwick con Crabbe y Goyle, elprofesor de Encantamientos lo aparto a un lado y le pidió que por favor fuera abuscar urgentemente al profesor Snape.
De todos modos no tenia ganas de seguir escuchando a Lucy parlotearemocionada con Hermione sobre sus parejas para el baile, así que sedirigió al despacho del profesor de Pociones.
-Pasa. -Le respondió el profesor, después de que Malfoy golpeara unascuantas veces a la puerta.
El chico entro, no por primera vez, a la fría mazmorra llena deestantes y calderos.
Detrás del escritorio se encontraba en su silla un montón de cabellonegro y grasiento con patas.
Ah, no. Era el profesor Snape.
-¿Qué quieres Draco?
-El profesor Flitwick le busca. Dijo que es urgente.
Dos negros y oscuros ojos se clavaron en los suyos.
-Espérame aquí, debo darte algo para tu padre. Y no toques nada.
La pálida y extremadamente larga nariz del profesor se alejo por lapuerta.
Como todos los jóvenes saben, cuando alguien te ordena que no toquesnada, es tu obligación como adolescente tocar todo lo que sea posible.
Malfoy se acerco a los estantes y comenzó a revolver entre losfrascos, leyendo las etiquetas con atención.
Tal vez encontrara allí alguna poción que hiciera que a Weasley lesalieran unos enormes granos rojos en toda la cara, o tal vez una que hicieraque su aliento oliera a sopa de cebollas con unos cuantos ajos.
El chico se dirigió a otro estante pasando por detrás del escritoriodel profesor y tropezó con algo en el camino.
Era una botellita como todas las ubicadas en los estantes, pero no eraeso lo que hizo que los ojos del rubio se abrieran de sorpresa.
La botella se encontraba sobre una vieja y mohosa trampilla.
Draco observo atentamente todo lo que se encontraba en la fríamazmorra y noto que el escritorio se encontraba algo mas delante de lo quesiempre estaba.
Atando cabos supuso que antes el pesado escritorio se encontraba sobrela trampilla del suelo y la ocultaba completamente de la vista.
¿Tal vez el profesor había salido tan apurado que no noto que lo habíacolocado mal?
No tenia tiempo para pensar en eso, antes de que Snape volviera abrióla trampilla, encendió su varita y bajo por las sucias y antiguas escaleras.
Al llegar abajo se encontró con algo que lo sorprendió.
No sabia bien que es lo que esperaba encontrar. Viniendo de Snape
talvez alguna cámara de tortura. O una sala de estar con unos cuantos dardosclavados en una foto de Potter y su padre y unos muñecos de ellos colgados deltecho con una soga al cuello. Cualquier cosa hubiera sido mas fácil de creerque lo que veían sus ojos.
Una habitación con un caldero en el centro y estantes con botellitasen todas las paredes.
¿Por qué se molestaría tanto el profesor en esconder una habitacióncon mas pociones en botellitas e ingredientes para crearlas?
El viejo estaba mas chiflado de lo que pensaba.
Draco se acerco a uno de los estantes y tomo una de las botellitas. Enla etiqueta había una sola palabra: Mutilar.
Las otras decían cosas como: Muerte, dolor, fama, mentiras.
Tal vez aquel sucio sótano era una clase de "laboratorio" dondeSnape experimentaba y creaba sus propias pociones.
En otro de los estantes había algunas que el chico reconociófácilmente: Amortentia, felix felicis, Veritaserum, entre muchasotras.
Esas eran pociones muy difíciles de preparar y algunas hastaestaban prohibidas, a no ser que se tratase de casos extremos.
Entonces una botellita en especial llamo su atención.
En su interior se revolvía un espeso liquido de apariencia horrible yen su etiqueta indicaba: " Poción Multijugos"
Draco Malfoy saco el pequeño recipiente del estante mientras unamisteriosa sonrisa se formaba en sus labios, y en sus mente comenzabaa formarse un malvado plan.
Al fin había encontrado la forma
Weasley pagaría lo que le había hecho.
Allí, entre sus propias y pálidas manos, sostenía la venganza.
-¿Qué dices de este?
-Mmmm, No. No me gusta, ese color no te queda.
Dos chicas revolvían ansiosas la tienda de ropa en Hogsmeade, intentando encontrar el vestido perfecto para el baile del día siguiente.
- Sabes que tendrás que dejar que te maquille esta vez, ¿cierto?
- No, claro que no. Ni lo pienses - Respondió Hermione alterada.
- ¡No puedes ir así! Quiero decir
eres muy linda, pero el maquillaje te haría ver mil veces mejor
Hermione odiaba el maquillaje mágico, tardaba días en salir. Ademas el maquillarse le hacia sentir que fingía ser alguien que no era, pero si quería enamorar a Ron tendría que arreglarse un poco.
-Bien - Respondió la chica, resignada- y por favor dime que puedes hacer algo con mi cabello.
-Cuando termine contigo no te reconocerás, lo prometo -dijo la morocha guiñándole un ojo a su amiga- Ahora busquemos ese vestido.
Lucy ya había encontrado lo que usaría para ir al baile con Luke Darrigan, el vestido era corto -demasiado corto para su gusto-, de un precioso azul caribe y con un bello y delicado colgante plateado del cual colgaba un dije con la palabra Magic en el.
Se vería muy preciosa, aunque lo que Hermione no había logrado era convencerla de que sus zapatillas Converse no irían muy bien con el atuendo.
A diferencia de Lucy, Hermione se había pasado toda la tarde probándose un vestido tras otro y aun no la convencía ninguno.
-¡Odio salir de compras! -Dijo entre dientes mientras descartaba otro vestido.
- Vamos, Hermi. No te desesperes, encontraremos algo.
La castaña suspiro, encerrándose nuevamente en el probador.
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La noche del baile, en la habitación de los chicos Gryffindor, un nervioso pelirrojo se mira al espejo mientras le repite desesperadamente a su amigo:
-Pero Harry ¡yo no se bailar! ¿Tu sabes hacerlo? ¿Puedes enseñarme?
-Yo nunca baile en mi vida, Ron. ¡Y no pienso experimentarlo contigo!
- ¿Y si le piso un pie?
- Se pondrá furiosa, las chicas odian eso.
-¡No me ayudas, Harry!
El chico soltó una carcajada.
-Ya tranquilízate, Ron. No es para tanto
solo es un baile.
-Claro, el niño que vivió se ha enfrentado a cosas mucho peores que un simple y tonto baile- Dijo sarcásticamente el pelirrojo.
Harry iría con Valerie Ross, la buscadora de Hufflepuff.
-Se nos hace tarde, debo encontrarme con Valerie frente a la entrada de la sala común de Hufflepuff. ¿Cómo quedaron con Hermione?
-Ella debe estar esperándome aquí fuera, acordamos que viniera ella porque no quería cercarme a la mazmorras y tropezarme con el inbecil de Malfoy y su "pareja".
-¿La hiciste venir por ti? No tienes caso, Ron.
Ron le lanzo una mirada asesina a su amigo.
-¿Sabes quien es la pareja de Malfoy?
-Escuche a Pansy Parkinson asegurando que Draco la invitaría esa noche, luego Seamus me dijo que había oído a un chico Slytherin diciendo que Malfoy no iría, que estaba muy actuando muy extraño estos días. Y creo que es cierto, ¿Has notado que en las ultimas semana no nos ha molestado o insultado? ¿Tu sabes que le pasa?
Ron bajo la mirada, intentando que su amigo no notara la culpa en sus ojos.
Claro que sabia que le pasaba, el maldito hurón estaba enamorado de Hermione.
Seguramente la hubiera invitado al baile si yo no lo hubiera hecho antes - pensó el pelirrojo- Se lo merece, se merece sufrir un poco.
-Ni idea, pero espero que siga así. Ya vayámonos.
Ambos chicos bajaron apresuradamente a la sala común y se dirigieron a la salida.
Detrás del retrato Hermione esperaba nerviosa a su pareja.
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En la habitación de los chicos Slytherin, Draco Malfoy terminaba con los últimos preparativos para su malvado plan.
Si no puede ser mía, tampoco sera tuya Weasley - Pensó furioso el rubio mientras agregaba un pelirrojo cabello a la asquerosa sustancia de la Poción Multijugos.
Normalmente esta poción tardaba meses en prepararse, pero Malfoy había sacado una botellita de la habitación secreta de Snape con la poción ya preparada.
Lo único que faltaba era un cabello de la persona en que uno quería convertirse. Así que tuvo que conseguir un cabello de la hueca cabeza de Weasley.
En realidad no fue tan difícil, solo le pidió a Crabbe que se lo consiguiera, no sabia como se las había ingeniado el tonto para conseguirlo pero lo había hecho. Ahora solo debía confiar en que en realidad era un cabello del muchacho y no algún pelo de gato u otra cosa peor.
Cerrando los ojos fuertemente y tapando su nariz, tomo la poción de un solo trago.
Después de unas cuantas arcadas -el gusto era aun peor que el olor-, Draco se puso su traje de gala y bajo por las escaleras a la sala común mientras sentía como lo poción comenzaba a hacer efecto.
Media hora después se encontraba escondido en un aula vacía, cerca del Gran Salón donde los chicos y chicas disfrutaban de su baile.
-Donde esta ese maldito tonto - Maldecía Draco en voz baja mientras esperaba impacientemente.
Al bajar de su habitación, su "amigo" Goyle lo esperaba en la sala común.
El plan era el siguiente: Malfoy tomaría la poción Multijugos, se escondería en una vieja aula en desuso cerca del baile y esperaría a que Goyle fuera a asegurarse de alejar a Ron por un largo rato del baile.
Entonces, Draco -O mas bien, Ron- entraría en acción.
Pero media hora había pasado y el aun seguía esperando que el tonto de su amigote viniera a avisarle que podía salir.
La poción solo tenia efecto de una hora, si Goyle no llegaba pronto su plan se arruinaría por completo.
Como si hubiera encendido un interruptor, las puertas del aula se abrieron ruidosamente.
Por ellas asomo la enorme cabezota de Gregory Goyle.
-¿A dónde estabas estúpido? ¡El efecto de la poción se esta agotando! Apenas me quedan menos de treinta minutos
-Es que no estaban en ninguna parte
los he buscado por todo el salón -Dijo adentrándose con miedo en el vació salón.
-¿Y los encontraste?
-Si, estaban en el jardín de la fuente - Respondió el chico, explicándole al rubio como llegar al lugar.
-¿Estas seguro de que Weasley se marcho lejos del castillo?
-Si, estoy seguro.
El rubio se alejo rápidamente hacia la puerta, pero antes de salir se volteo hacia su amigo y, en un extraño impulso, le dijo algo que nunca había pensado que llegara a decir:
-Gracias, Goyle.
Y salio apresuradamente hacia el lugar donde debía de estar Hermione.
Genial. Granger ya esta haciendo que sea mejor persona
-Pensó al darse cuenta de lo que había hecho- Si no controlo lo que sale de mi boca, terminare diciéndole a mi padre que lo quiero o algo por el estilo
eso si me haría ganar una buena patada en el
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Mientras todo esto sucedía, la música sonaba en el Gran Salón y las parejas bailaban al compás de una lenta canción de amor.
-¡Auch! Me pisaste, Ron.
-Lo siento.
Era aproximadamente la cuarta vez que Ron pisaba a la chica, pero hasta ahora esta no se había quejado.
-Lo siento, en serio soy malo bailando lento -Dijo avergonzado.
-¿Que tal si damos un paseo? Tal vez podríamos bailar luego, se rumoreaba que vendría a tocar "Las Brujas de Macbeth".
-Genial, me encanta esa banda.
Ambos se dirigieron hacia la salida mientras Ron le contaba a la chica sobre su familia.
Hermione ya sabia todo sobre los Weasley, pero dejo que el chico hablara mientras lo observaba atentamente.
No recordaba lo largo que tenia el cabello en cuarto año - Pensó Hermione con una sonrisa -La verdad es que ha cambiado mucho en solo dos años. Ahora
Quiero decir, en sexto esta mucho mas alto y mas musculoso. Y definitivamente me gusta mas cuando se peina
a diferencia de Draco que el estar despeinado le sienta bien.
Como aquel día en el armario de escobas, al levantarse su cabello estaba hecho un desastre y los mechones que caían sobre su rostro lo hacían ver mas hermoso que nunca, de una forma muy delicada pero despreocupada a la vez y
¿Por qué estaba comparando a Ron con Malfoy?
Se sentía extraño el solo pensarlo, pero sinceramente Draco era tan lindo como Ron, de una forma mucho mas
. Angelical.
Angelical.
"Malfoy" y "Angelical" son dos palabras que no pueden ir juntas de ninguna forma-Pensó la castaña, reprimiendo una sonrisa.
De pronto se dio cuenta de que ya no estaban dentro del castillo, sino que se habían dirigido a un pequeño jardín. En el centro se encontraba una hermosa fuente de piedra donde el agua caía en ruidosas cascadas.
Hermione noto que su pareja de baile la miraba fijamente, esperando una respuesta.
-Lo siento, ¿Qué has dicho?
-He dicho
que te ves muy hermosa - Repitió Ron mientras su cara se teñía de rojo.
-Ohh
yo, emm
Gracias. -Dijo la castaña, ruborizándose violentamente.
El vestido que había elegido con Lucy era simple pero bello, la tela -de un suave color rosa pastel- cruzaba solo un hombro dejando al descubierto el otro, ajustaba en el pecho y caía suavemente hasta sus rodillas.
Había logrado que Lucy se conformara con ponerle un poco de brillo en los labios y una suave sombra de ojos.
Su pelo, por otro lado, había sufrido un asqueroso baño en una repugnante poción alisadora que lo dejo lacio arriba y con rulos bien formados en las puntas.
Ron la miro a los ojos y luego dejo caer su mirada hacia la blanca mano de la chica, acerco su mano a la de ella y la acaricio tímidamente, como pidiendo permiso para entrelazarla con la suya.
Hermione acerco su mano a la del pelirrojo y entrelazo sus dedos con los suyos.
El chico sonrió, mirándola nuevamente a los ojos.
-Hermione
Yo
¿Yo te gusto?
-¿Yo te gusto a ti?
-No puedes responder con otra pregunta, yo pregunte primero.
Todos estos años, nunca había juntado el coraje suficiente para decirle a Ron lo que sentía. Y por culpa de su cobardía se encontraba en esta nueva vida.
Ahora tenia la oportunidad que quería, la única razón por la que había usado ese hechizo que cambio todo.
Juntando todo el valor que pudo, respondió a la pregunta.
-Si, si me gustas.
Y esta vez, la mirada del chico cayo sobre sus labios mientras se acercaban uno al otro, acortando cada vez mas la poca distancia que los separaba.
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¡Hola a todos! Quería comentar algo... estoy observando que las lecturas suben y suben pero los comentarios solo bajan. Eso me deprime y hace que cada vez me sea mas difícil subir los capítulos...
Solo doce personas, a las que les agradezco profundamente, me tienen en favoritos. Entre ellas una de mis mejores amigas, a la que le estoy infinitamente agradecida por leer y ayudarme con esta historia.
Si tienen quejas, dudas, opiniones, sugerencias o lo que sea... no duden en comentar. Cualquier comentario lo contestare, ya sea una mala o bueno critica de mi historia.
Quiero aclarar algo:
1) El fic es DRAMIONE y ROMIONE, ambos. Tendrá un poco de cada pareja y aun no se como va a terminar todo.
2) En el cuarto año, como todos sabemos, se organizo el Torneo de los Tres -en ese caso, cuatro- Magos. Pero lo dejare excluido de esta historia para no complicar las cosas. (Se entiende también que personajes como Krum o Fleur Delacour tampoco estarán presentes)
Nada mas que comentar, por ahora.
*Saludos*
#Jeypiem
Sus labios estaban a milímetros, sus manos seguían entrelazadas y su respiración, acelerada.
El rostro de Ron estaban tan cerca que Hermione podía contar cada una de sus pecas.
Y entonces todo espacio entre ellos dejo de existir y sus bocas seunieron en un tierno beso.
Hermione estaba en el mismo cielo, ese momento tan esperado al fin había llegado.
Aquel lejano día de primer año en que ella, junto con sus dos mejoresamigos, arriesgaban el destino de su mundo en una partida de ajedrez mágico gigante,Hermione se enamoro de Ron.
No lo sabia muy bien en ese momento, pero ahora, al pensar en todo elamor que le sentía recordaba aquel día en el que el pelirrojo había arriesgadosu vida para que Harry y Hermione siguieran el resto del camino. Había sido tanvaliente, tan leal, que ella siempre recordaba ese momento con un profundosentimiento de admiración.
Pensó que con los años esos sentimientos desaparecerían, pero lo único que habían hecho era crecer y crecer hasta invadir su mente y su corazón.
Y ahora estaba allí, viviendo lo que incontables veces había imaginado.
Todo era perfecto.
Pero el momento no duro mucho, pues una voz interrumpió ese preciadoprimer beso.
-¡Weasley!
Ron y Hermione se separaron sorprendidos.
-¿Goyle? ¿Que haces tu aquí?
-Yo... emm, yo... -Balbuceaba el chico, incomodo ante lo que había presenciado -Tu amigote el guardabosques te anda buscando, dice que es urgenteque vayas a su cabaña.
-¿Tiene que ser justo ahora?
-Dijo que era sobre tu-sabes-quien y que tu y Potter debían ir ahoramismo. Él acaba de salir corriendo para allá -Respondió Goyle, tal como Malfoyle había indicado palabra por palabra.
Ron miro a Hermione disculpándose.
-Lo siento, no quiero ir pero si es una emergencia...
-No te preocupes, ve. -Hermione lo despidió con un suave beso en lamejilla y el pelirrojo salio apresurado.
Goyle lanzo una ultima mirada incomoda a Hermione y se retiro de allí.
Pocos minutos mas tarde, mientras Hermione se preguntaba que querría Hagrid, Ron volvió a entrar en el jardín apresuradamente.
-Hermione, yo...
-¿Que sucede? ¿No irías con Hagrid? No puedes haberlo hecho tan rápido,en serio ve... no hay problema Ron. Puedo acompañarte si quieres.
El pelirrojo parecía incomodo.
-No, yo... antes de ir quería
Quería decirte algo.
-Dime, entonces.
-La cuestión es que...Hermione, tu no sabes lo mal que me siento portener que confesarte esto. En serio no quiero herirte. Bueno, al principio nome importaba pero me caes bien y pensé que entenderías
No iba a decírtelo,pero tu eres tan agradable conmigo y me siento culpable por lo que he hecho
-¿De que hablas?
El pelirrojo la miro a los ojos y Hermione noto que su color no era azul,como siempre había pensado, sino mas bien un... gris azulado.
-Yo te use, Hermione. Quería venir al baile con otra chica pero ella merechazo, entonces quise ponerla celosa y bueno... te invite a ti.
-¿Tu... tu solo me invitaste... para poner celosa a otra chica?
La castaña lo miraba sin poder creer lo que salia de su boca.
La había usado. La había invitado al baile, le había dicho que se veía hermosa, la había besado...
¿Solo para darle celos a otra chica?
¿Pero porque la había besado allí, mientras estaban solos? ¿Porque no la hizo en el salón, donde "la otra chica" podría verlos?
Nada tenia sentido, y aun así Hermione estaba tan dolida que no nototodas estas contradicciones.
Ni siquiera se le ocurrió preguntarle quien era esa chica, estaba ciegapor el dolor de haber sido usada de esa manera.
Las lagrimas amenazaron con salir.
-¡Eres un estúpido, Ron!
Hermione levanto la mano derecha y la golpeo contra la mejilla del chico,dejando su cara marcada de rojo por la cachetada.
-¡Ay!
El chico se llevo la mano a la cara, mirándola con culpa en sus ojos.
De repente comenzó a palidecer, como si su piel se aclarara dos tonos masblanca.
Ron la miro nervioso.
-Lo siento, Hermione, de verdad lo siento.
Y se fue corriendo de allí, dejando a la chica sola en el bello jardín.
Hermione se sentó en el piso, apoyándose en la fuente y mirando sureflejo en el agua, mientras las lagrimas caían por sus mejillas.
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Draco Malfoy entro apresurado al baño de los chicos y se miro en elespejo.
El efecto de la poción se estaba yendo con rapidez.
Solo quedaban en su cabeza algunos cabellos pelirrojos que se aclaraban rápidamente.
Sus ojos grises aun tenia un poco de azul, haciendo que se vieran de unextraño tono gris azulado.
Esperaba que Hermione no lo hubiera notado.
Su mejilla seguía roja por el golpe la castaña le había dado.
Al principio el plan parecía perfecto, pero ahora que vio lo malque había reaccionado Hermione
La había lastimado tanto
La chica estaba mas enamorada del estúpido de Weasley de lo que pensó.
Y cuando vio en sus ojos el dolor que le había causado
Era una persona horrible.
¿Cómo podría llegar a esperar que aHermione le gustase semejante estúpido como el?
Ahora era tarde para arrepentirse.
Draco salio del baño y volvió por donde había llegado. En el jardín,Hermione lloraba sentada contra la fuente.
-Hermione
La chica levanto la vista hacia el.
-Ya vete, Malfoy
Pero el rubio no lo hizo, se acerco hacia la fuente y se sentó en ella,acariciando suavemente los rulos de la chica que estaban empezando adescontrolarse otra vez.
Hermione dejo de llorar de repente, sorprendida.
Luego de unos minutos en completo silencio, levanto la vista hacia él nuevamente.
-¿Con quien viniste al baile?
-Con nadie, solo daba una vuelta por aquí y te escuche llorar.
Draco se sentía horrible por seguir mintiéndole, pero si le confesaba loque había hecho
ella jamas se lo perdonaría.
Lo odiaría para siempre.
Si lo amaba o no, ya no importaba, el solo quería tenerla a su lado
aunque fuera como a una amiga.
-¿Quieres contarme lo que paso?
La castaña negó con la cabeza, poniéndose de pie y limpiando las lagrimasde su rostro.
-¿Estas bien? ¿Quieres que te acompañe a tu habitación? Si necesitasalgo, cualquier cosa
dime Hermione.
La chica lo miro con una forzada sonrisa.
-Gracias Draco, eres
eres muy amable.
Y entonces, Hermione hizo algo que ninguno de sus amigos -si es que aun los tuviera- hubiera perdonadonunca.
Se acerco a Draco y lo rodeo con sus brazos, comenzando a sollozarnuevamente.
El chico puso sus brazos alrededor del tembloroso cuerpo de la chica, acercándola mas a el.
Estuvieron así por minutos que parecieron días, abrazados en silenciomientras Draco acariciaba el enredado cabello de la chica y esta sollozabasobre su hombro.
Al fin se separaron sin decir ni una palabra.
Draco limpio suavemente una lagrima que caía por la mejilla de la castaña.
Ella sonrió y bajo la mirada, avergonzada por lo que había hecho.
-Lo siento, no quería quebrarme así
Que vergüenza, debo parecer unatonta.
-Tranquila, yo necesitaba ese abrazo tanto como tu.
A lo lejos, aun se oía la música que sonaba en el baile dentro delcastillo.
-¿Quieres entrar?
Hermione asintió y ambos se dirigieron al Gran Salón.
Una vez allí, Draco le ofreció bailar y ella acepto.
Como podría no haberlo hecho, él se estaba portando tan lindo con ella
Nuevamente sonaba una lenta canción de amor, Draco se acerco a ella yposo ambas manos delicadamente en su cadera.
Hermione rodeo el cuello del chico con sus brazos y comenzaron a moverseal compás de la melodía.
A diferencia de Ron, que era torpe y bruto para bailar, el rubio se movía con una delicadeza digna de un excelente bailarín.
Mis pies agradecen a gritosno recibir otro pisotón - Pensó sonriendo.
-¿Por qué sonríes?
-Es que esto es extraño
Solo que hace unos días atrás no podíamos mirarnos a la cara sin sentir repulsión. Pero eso ya no es así ¿Verdad?
El chico le devolvió la sonrisa.
-No, no lo es. Y con respecto a eso
lo siento, en serio siento habertetratado tan mal Mione
-¿Mione? (N/A: Por si no lo saben, se lee "máioni")
-¿Puedo decirte así?
La sonrisa de la chica se hizo aun mas grande.
Tal vez Malfoy enserio había cambiado
Se sentía bien tener a alguien que la consolara y se preocupara por ella.
Tener nuevamente a un amigo
Aunque fuera alguien que nunca había imaginado llegar a querer
-Gracias por todo, Draco. En serio me has hecho sentir mejor.
En ese preciso momento, los ojos de Hermione se cruzaron con los de Ron,que los miraba con una mezcla de dolor y odio.
-¿Qué haces tu aquí? -Le pregunto enojada Hermione.
-¿Yo? ¿Qué haces tu con este? ¿Me fui por poco mas de diez minutos y yaencontraste otra pareja de baile?
La chica estaba estupefacta, ¿Se atrevía a reclamarle algo así después delo que había hecho? ¿Qué creyó que haría, que iría corriendo tras de el adecirle que no le importaba que la usara?
Hermione estaba roja de furia.
-¡Eres un imbécil, Ron! Te atreves a venir aquí como si nada hubierapasado
porque mejor no te vas a buscar a otra chica que quiera ser tunoviecita por esta noche ¿Eh? Quien te crees que eres, maldito
- Hermione, para.. ya para
Si Draco no hubiera sujetado a la chica por detrás, esta se hubiera abalanzado sobre el pelirrojo sin dudarlo.
- ¿Quieres que pare? ¿Tu sabes lo que hizo? Me dijo que me había usado
¡Para poner celosa a otra chica! ¿Y tu quieres que pare? Blog sobre música Rock
-¿De que hablas? - Interrumpió Ron, cada vez mas confundido.
-Weasley, no empeores las cosas
Solo, solo vete.
El chico le lanzo una ultima mirada a ambos y se perdió entre los demás estudiantes.
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Ron Weasley entro furioso en la habitación de los chicos Gryffindor y setiro en su cama, molesto, dolido y sobre todo confundido por lo que acababa depasar esa noche.
Hasta el momento en que Goyle apareció, todo era perfecto.
Cuando creyó que Hermione no podría gustarle mas, se besaron. Y supo que jamas olvidaría ese momento.
Pero después había aparecido el tonto de Goyle y había tenido que correra la cabaña de Hagrid dejando sola a Hermione.
Cuando llego al hogar del guardabosques, este no estaba en casa. Ron se preocupo el doble de lo que ya estaba y comenzó a buscarlo por todoslados.
En eso se choco con Harry.
-¡Harry! ¿Estas bien? ¿Qué quería Hagrid?
-¿De que hablas?
-Goyle me ha dicho que Hagrid nos buscaba, que se trataba sobretu-sabes-quien y que habías salido corriendo a buscarlo. Pero fui a la cabaña y no estabais ninguno de los dos.
Su amigo lo miro confundido.
-No se de que hablas, Ron. Yo estuve todo el tiempo aquí, la ultima vezque vi a Hagrid fue ayer por la tarde.
-¿Tu crees que en serio sepa algo de tu-sabes-quien?
-Tal vez
en todo caso, debería estar en su cabaña. Esto me suena raro,vayamos a buscarlo.
Entonces buscaron al guardabosques por cada rincón del castillo, cuandolo encontraron estaba yendo hacia su casa junto al bosque prohibido.
-¡Hagrid!- Gritaron los dos al mismo tiempo que corrían hacia el.
-¿Qué hacen ustedes aquí? Deberían estar en el baile con
-Hagrid
- Lo interrumpió Harry -Tu estabas buscándonos.
-¿Qué? ¡Yo no los estaba buscando!
Ambos chicos se miraron confusos.
-Pero si Goyle dijo
Los ojos del pelirrojo se abrieron desmesuradamente.
-Esto me suena a cosa de Malfoy
Ese maldito
seguro que quería alejarmede ella para poder
-Ron, ¿De que hablas?
-Debo irme, ahora.
Y con esto se fue corriendo hacia el castillo, al lugar donde había dejado a Hermione.
Pero el Jardín de la Fuente estaba vació
Se dirigió al Gran Salón y allí, entre las parejas que bailaban al compás de la música, los vio.
¡Ella estaba bailando con Malfoy! Se había alejado veinte minutos de su lado y ahora ese tonto rubio le sonreía enamorado
yella le devolvía la sonrisa.
Su corazón dolió de una forma que no creía posible, y el odio invadió sumente.
Luego Hermione lo acuso de haberla usado y no se que otra tontería mas.
Y ahora estaba allí, tumbado solo en su habitación mientras elladisfrutaba de su baile con alguien mas.
Rabia, odio, celos, enojo, dolor, confusión
eran tantos los sentimientosque se mezclaban en su mente que si no dejaba de pensar en eso, su cabeza explotaría.
O su corazón
Harry entro en la habitación enojado y se tumbo en su cama.
Después de unos segundos, al ver que su amigo no decía nada, Ron rompió el silencio.
-¿Y a ti que te pasa?
El chico de ojos verdes suspiro cansado.
-Le ofrecí ponche a Valerie y le cayo mal
lo devolvió todo. Y lo peor esque me acusa de querer envenenarla para que este incapacitada en el próximo partido de Quidditch con Hufflepuff, así no tendrían buscador y Gryffindor ganaría.
-¿Y quisiste envenenarla? -Pregunto Ron, comenzando a reír a carcajadas.
-No, pero ahora mismo lo haría
Después de pasarme toda el baile en la enfermería acompañándola porque no quería quedarse sola ¿Sabes que me dijo? Quesolo había aceptado ir conmigo al baile porque le daba lastima que nadie mas mehubiera invitado.
Ambos chicos comenzaron a reír tontamente.
-¿Y a ti que te sucede? Parece que te hubieran dicho que Malfoy es tumedio hermano.
Ron le contó a Harry lo que había pasado esa noche.
-Ella no te merece. Si prefiere a ese imbécil antes que a ti, o esta loca o esuna mortifaga oculta.
Ron sonrió, agradecido de que su amigo lo apoyara.
-Parece que ninguno de los dos la paso muy bien esta noche.
-Eso parece
Y con una ultima palabra que sonó como >>¡Mujeres!<< amboschicos cerraron los ojos y cayeron dormidos.
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Hola a todos!
Se que mis capítulos son algo cortos, pero no se que me pasa... simplemente no me salen mas largos. Trato de actualizar lo mas seguido que puedo pero el colegio me esta volviendo loca y ocupa todo mi tiempo.
Gracias por leer!
*Saludos*
#Jeypiem
PD: Perdonen si hay errores de algún tipo, el capitulo fue bastante improvisado.
-Pov Lucy-
En cuanto traspaso la puerta, me abalance sobre ella y la tome de los hombros, sacudiéndola levemente... Bueno, tal vez un poquito fuerte.- ¿Y? ¿Qué sucedió¿ ¿ Bailaron? ¡Le gustas! Te confeso que le gustas ¡¿Verdad?!¡¡¿¿SE BESARON??!! Y te pidió que seas su novia
¡¿No es así?! ¡Ya cuéntame, Hermione!-¡¡¡¡Te contare si dejas de hablar por un minuto!!!! -Me grito desesperada por zafarse de mi.Me calle y la tome de los brazos, llevándola hasta su cama y sentándola frente a mi.-Ya estoy calmada, ahora cuéntame -Le insistí.-En realidad
bueno, no salio como yo esperaba
-Parecía que no estaba muy segura de confiar en mi. Últimamente dudaba de todo, a decir verdad. Desde el primer día de este nuevo año en Hogwarts, mi amiga se había comportado muy extraño.Desde el momento en que me vio fingió no conocerme y no saber ni siquiera en que año cursábamos, las noches que siguieron lloraba desconsoladamente en su cama y no había quien la consolara. Una vez hasta me insistió en que Harry Potter era su mejor amigo, que ella era una Gryffindor y que cursaba el sexto año. ¿Pueden creerlo? Que ridículo
Hermione y yo hemos sido amigas desde el primer año y nunca hemos cruzado palabra alguna con el niño que vivió, aunque la verdad no me molestaría si el me hablara
¡Por Merlín, Lucy! ¡ Contrólate! Otra vez esa estúpida voz en mi cabeza.¡Tu cállate!No se asusten, no estoy loca
solo que a veces me agarra algo así como una doble personalidad. Bueno, tal vez si estoy un poco chiflada.O mi cara demostró alguna señal de mi locura interna y Hermi sintió pena por mi y decidió contarme, o finalmente recordó que era su mejor amiga y sabia cada detalle de su vida como para no querer enterarme de este; porque de pronto comenzó a relatar lo sucedido. La chillona voz interna de mi cabeza, que sonaba extrañamente a la de mi madrastra, me dijo que no interrumpiera.Como siempre no le hice caso.-¡Sabia que tu le gustabas! Y te beso
¡Te beso! ¿Cómo fue? ¡Dime! ¿Qué sentiste? -La interrumpí emocionada y feliz porque mi amiga al fin hubiera conseguido su primer beso.Por cierto, Luke también me había besado, pero no era mi primer beso así que lo deje pasar pensando en que ya se lo contaría luego.-Fue maravilloso
-Dijo con cara soñadora- Pero espera que hay mas
Al llegar a la parte en que Ron le decía que solo la había usado, los ojos de Hermione se llenaron de lagrimas. ¡No puedo creerlo! Maldito Weasley, cabeza de zanahoria, estúpido traidor
-Tranquila, Hermi
llora todo lo que quieras, estoy aquí para ti
sabes que puedes confiar en mi
-Me acerque a ella y la abrace fuertemente, acariciando su enredado cabello.Luego de unos segundos se separo suavemente de mi, limpiando las lagrimas de su rostro.-De todos modos al final no la pase tan mal
- ¿No? Tengo el presentimiento de que no te agradara mucho lo que sigue a continuación-Insinuó la estúpida vocesita.No le hice caso y puse atención a mi amiga.-No, bueno
después de que Ron me dejara allí sola en el Jardín, alguien vino y me invito a bailar
y bailamos, charlamos y nos divertimos. En realidad me alegro un poco esta horrible noche -Comento Hermione con una sonrisa.-Pues ese chico es infinitamente mejor persona que el estúpido de Weasley
¿Y quién es el caballero? -La mire emocionada, esperando su respuesta.-Emm
El es
es Malfoy.Te lo dije- Susurro la voz con malicia.¡Cállate! -Le grite enojada.Hermione me miro confundida.-¿Qué me calle?Al parecer lo había gritado en voz alta.A pesar de mis inútiles esfuerzos por no llorar, no pude evitar que mis ojos se llenaran de lagrimas.- ¡¿Malfoy?! ¡No debes meterte con Malfoy, Hermione! Seguro pretende algo, esa maldita serpiente
Me pregunto que querrá ese estúpido contigo, estoy segura que se trae algo oscuro entre manos
Ella no podría
era mi amiga, no quería que le hicieran daño o que sufriera como yo sufrí.-¿Lucy
que
La tome de los hombros con fuerza y clave mis ojos en los suyos. -Por favor, Hermi. Ya hablamos de esto. Prometiste que no cometerías el mismo error que yo- Las lagrimas corrían libremente por mis mejillas -No lo hagas, no caigas en la trampa
no podría soportar que sufras como lo hice yo
Hermione estaba estupefacta.-¿Lucy de que hablas? Otra vez con eso
como si no supiera de que le hablo, como si no hubiera sido ella la que me consoló cuando no quería salir de mi habitación.-Sabes de que hablo, Hermi. De Draco, hablo de el y sus estúpidos coqueteos y sus lindos
sus lindos ojos grises que te atrapan y
¡Ya sabes de que te hablo! No te metas con el, Hermi. Por tu bien, no lo hagas.Me puse de pie temblorosamente y me dirigí a mi cama, ignorando la cara de confusión de mi amiga.
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Esa noche, los recuerdos que tantas veces había intentado olvidar, invadieron mi cabeza.
En el aula de pociones, una delgada y alta niña de primer año, con su negro cabello hasta la cintura, se sentaba rígidamente en su silla, al lado de un castaña de cabellos enredados. -Hoy aprenderán a prepararan la Poción del Olvido, tienen la lista de ingredientes en la pagina setecientos catorce de su libro- El profesor Snape se paseaba por el aula, mirando con odio a los alumnos de Gryffindor, con quienes compartíamos Pociones ese año- Sera un trabajo en grupo
y los grupos los designare yo, por supuesto. Snape se dirigió hacia su escritorio y tomo la lista de alumnos, comenzando a nombrar las parejas. -Potter, estarás con Longbottom; Kingly con McDarren; Malfoy con Pervenci; Weasley con Crabbe; Granger con Goyle
-Y así siguió nombrando las parejas, aunque yo no lo escuche. ¿Malfoy y Pervenci?¿Significaba eso que yo debía pasar una hora al lado de esa maldita serpiente? En realidad, el nunca me había hecho nada malo, pero su padre había arruinado mi vida. Yo soy sangre pura, por supuesto, pero a mi familia se la considera como traidores de la sangre. Mi padre es un hechicero muy poderoso al que el Señor Tenebroso quería reclutar, el se negó y, al tenerme a mi, los dos junto con mi madre escapamos a las afueras del país intentando escondernos de los mortífagos que nos perseguían. Sobrevivimos así por algunas semanas, tal vez un mes. Hasta que un día atraparon a mi madre al intentar aparecerse en la casa de sus padres, y fue torturada y asesinada a manos de Lucius Malfoy por negarse rotundamente a revelar nuestra ubicación. Todo esto lo sabia por mi padre, quien de pequeña me había relatado esa horrible época y me había enseñado a dar gracias por haber tenido una madre tan valiente que se sacrifico para salvarnos. De ahí mi odio hacia el delgado chico de pelo rubio que se dirigía con paso altanero hacia mi.-Hola, soy Draco -Me tendió la mano con una sonrisa. ¿Era posible que no supiera quien era yo? Tal vez sabia pero no le importaba en lo mas mínimo. Pensé en otra de las famosas frases de mi padre: "No juzgues a quien no conoces"Así que decidí ser agradable, después de todo el no tenia la culpa de los errores que su padre había cometido. -Soy Lucy- Le salude amablemente, estrechando su mano.Después de ese día, Draco se convirtió en mi amigo. Nos sentábamos juntos en las clases, molestábamos a los Gryffindor y a los sangre impura; sobre todo a esa extraña niña llamada Hermione, a la que Draco odiaba mas que a nadie en el mundo.En ese momento, yo no me daba cuenta de lo que estaba haciendo, ya que estaba perdidamente enamorada de mi amigo y hacia y decía todo lo que el me ordenara.Si, estaba enamorada de Draco Malfoy
Lo amaba, por alguna extraña razón, a la manera en que una niña de once años puede amar
soñando con sus ojos y dibujando su nombre en mi cuaderno, rodeado de corazoncitos. El también decía que yo le gustaba, me regalaba ranas de chocolate y me susurraba lo linda y especial que era. Eso fue aproximadamente por un mes, hasta que un día, tuve la mala idea de escribirle una carta de amor. Todos lo alumnos almorzaban y charlaban en el Gran Salón, cuando una lechuza entro con un sobre rojo en las manos y se poso en la mesa de Slytherin, dejando caer la carta sobre el regazo del rubio. Pensaran que soy una tonta por entregar una carta de amor a la hora del almuerzo donde todos la escucharan. Si, dije "escucharan" porque no solo era una carta común, sino una hechizada que lanzaba corazones rosas cuando la abrías y entonaba un cursi poema de amor que yo misma había escrito. Así que si me creían una tonta, estaban en lo cierto.Draco tomo la carta y la abrió allí, saltando de su silla en el momento en que la carta comenzó a cantar y lanzar cientos y cientos de corazones que quedaron flotando encima de su cabeza.Todos los alumnos de la mesa de Slytherin estallaron en carcajadas al ver la cara totalmente roja del chico, que intentaba espantar los corazones cual si fueran moscas. Las risas de las serpientes llamaron la atención del resto del salón, que observaron la escena con diversión. -¿De quien es la carta Malfoy, de tu mami? -Grito Fred Weasley, mientras todos los alumnos de Gryffindor se partían de la risa. -¡No se de quien es Weasley! ¡Pero al menos tengo admiradoras secretas que se mueren por mi, cosa que a ti nunca te sucederá cabeza de zanahoria! -Le respondió Malfoy furioso. -¡ Léela! ¡ Léela! -gritaron los Hufflepuff divertidos.Desde mi lugar en la mesa, donde había estado mirando al piso con vergüenza y maldiciéndome por mi estupidez, observe como una malvada sonrisa se extendía por la ruborizada cara del chico. Draco se paro en su silla, abrió la carta y comenzó a leer en voz alta. No les relatare toda la carta, aunque aun no puedo sacar de mi cabeza la voz del rubio gritando a todo el salón lo mucho que amaba su cabello y lo enamorada que estaba de sus ojos.Al decir mi nombre al final, todo el Salón clavo sus ojos en mi y comenzaron a reír a carcajadas. Yo me levante avergonzada y salí corriendo de allí con lagrimas en los ojos. Detrás de mi salio Hermione a consolarme. Desde ese día se convirtió en mi mejor amiga, me ayudo a ignorar las constantes burlas que los alumnos me dirigían en los pasillos y, juntas, juramos odiar a Draco Malfoy por el resto de nuestras vidas. Ahora ya nadie recordaba aquel incidente, aunque aun había algunas niñas de Slytherin que me miraban con interés cada vez que el nombre de Draco salia en alguna conversación, como esperando ver mi reacción.
Volviendo al presente, la razón por la que no le había dirigido la palabra a Hermione en los últimos tres días, no era debido a que estaba celosa o algo por el estilo, sino que aun no podía comprender como osaba ser amiga de ese chico que tanto me había hecho sufrir, y al que juró odiar por siempre. Simplemente no entendía como no se daba cuenta de lo estúpida que estaba siendo al dejarse llevar por sus palabras tiernas, sus lindos ojos grises y su repentina amabilidad, después de tantos años de soportar sus horribles insultos en los pasillos.Yo sabia perfectamente como se sentía
Hermione se estaba enamorando de Draco, aunque ella no quisiera admitirlo. Pero como estaba completamente segura de que eso estaba sucediendo, también lo estaba sobre que esa serpiente rubia se traía algo maligno entre manos. Y yo no permitiría que hiciera sufrir a mi mejor amiga
Debía hacer algo, lo que sea, para descubrir sus intenciones
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Sinceramente, no estaba de humor para actualizar... Pero hoy desperté, entre a Internet y descubrí que... ¡¡¡¡Salio el trailer de En Llamas!!!! No se si ya lo saben, pero soy Tributo y esa noticia me alegro el día.Tanto que decidí actualizar... Se que este capitulo es muuuuy corto, pero fue algo improvisado y ademas es algo especial ya que lo cuenta Lucy, la mejor amiga de Hermione en esta realidad alterna. Para tristeza mía, mi historia no tiene muchos comentarios, no se si vale la pena seguir subiéndola a la pagina.
Gracias a los que me leen y a los que me tienen en favoritos :)
*Abrazo virtual*
#Jeypiem
-POV. DRACO-
Era tan linda. Simplemente era hermosa. No podía dejar de observar susojos recorriendo las palabras, sus delicadas manos sosteniendo el viejo libroque leía o sus indomables rizos sobre sus hombros. Un mechón de cabello haciacosquillas en su mejilla, involuntariamente levante mi mano y lo acomode suavemente detrás de su oreja.
Ella me miro sorprendida por unos minutos y luego corrió su silla unos centímetros mas lejos de la mía.
¿Qué me pasaba? ¿Cómo podía ser tan idiota? No podría soportarlo muchomas tiempo, había fingido que no quería con ella nada mas que una bonitaamistad, pero era imposible
Quería besarla, abrazarla, acariciarla
Mierda, la quería y punto.
-Lo siento, Mione
-Susurre.
-No, no lo sientes-Me interrumpió en voz baja para no llamar la atención de la profesora McGonagall- ¡Y ya no me llames así!
Se puso de pie, tomo sus cosas y fue a sentarse en el otro extremos delsalon, al lado de una chica de Ravenclaw.
Genial, tendría que haber cerrado el pico. Ahora si que se había cabreado.
Hacia unos minutos, cuando la profesora salio apresuradamente del salón,se había volteado hacia mi y había insistido en que le contara porque Lucy meodiaba. Yo no quería contárselo, pensaría que soy una persona horrible por loque le hice a su amiga
Bueno, la verdad es que si fue cruel. ¡Pero es que laniña no me dejaba en paz! Ademas tenia once años, a penas era consciente deldaño que le cause.
Finalmente, mire a sus ojos y no pude decirle que no, le relate todo losucedido. Creo que me hubiera dejado un ojo morado ahí mismo si McGonagall nohubiera vuelto en ese preciso momento. Pero ante la precencia de la profesora,escogio una nueva estrategia que me dolio mas que mil puñetazos a la vez: me ignoro completamente.
-¿Por qué tenia que ser tancondenadamente idiota? La he arruinado por completo.-Me maldije a mi mismo con palabras que ni el propio Voldemort se atrevería a repetir.
Por la tarde me encontraba recostado en el sofá de la sala común deSlytherin, cuando Hermione entro, tomada del brazo de Lucy y sonriendo ledivertida.
Las ignore, me puse de pie y me dirigí a mi habitación mas enojadoconmigo mismo que con alguna de ellas.
El asunto continuo así hasta aquella noche. Me dirigía a la bibliotecapor los fríos y vacíos pasillos de Hogwarts cuando una voz me llamo desdeatrás.
-¡Malfoy!
Maldije internamente. Sabia que tarde o temprano vendría a por mi.
-¿Qué quieres, Pervenci?-Le dije furioso girándome hacia ella.
-Quiero saber que tramas, Draqui -Me respondió, imitando perfectamente ala tonta de Pansy.
-¿Qué tramo? -Le pregunte, fingiendo que no sabia de lo que me hablaba.Claro que entendía a que había venido, ella pensaba que quería lastimar a Hermionecomo la lastime a ella.
Lo que si me tomo por sorpresa es que me tirara contra la pared y pusierasu varita en mi cuello.
-Dime que es lo que pretendes con mi amiga, asquerosa serpiente, o tejuro que dejare tu rostro mas horrible que el de tu maldito padre. ¿Oíste?
No pude evitar soltar una carcajada. Ya, es que se veía tan linda así defuriosa. Pero eso yo nunca lo admitiría en voz alta ni en un millón de años.
No era hermosa de la manera en que Hermione lo era. Lucy era consiente desu belleza, aunque no le importaba. En cambio Granger
bueno, ella no sabia queera hermosa y eso la hacia aun mas irresistible.
-¿Celosa, mi querida Lucinda? -La mire con mi irresistible sonrisa. Lose, soy bueno con las chicas. Deberíais aprender de mi.
Ella se sonrojo notablemente y casi baja la varita, pero se dio cuenta demis intenciones mas rápido de lo que esperaba y la furia volvió a sus ojos. Sentí como la varita se apretaba aun mas contra mi garganta.
-No caeré otra vez, idiota. Dime ya que quieres de Hermione.
-¿Enserio quieres saber que quiero de ella, preciosa? Lo mismo quequieres de mi, aunque tu no lo admitas.
Esta vez me había pasado, mi mejilla recibió un fuerte impacto. Antes de quepudiera maldecir a Pervenci, ésta levanto su varita y me apunto directo alpecho.
-Petrificus Totalum.
Minutos después me encontraba en un aula vacía, a mitad de la noche,desarmado y atado fuertemente a una silla. Delante de mi una chica me mirabaamenazadora, mientras sacaba del bolsillo de su túnica una pequeña botella conun liquido transparente.
Quería decirle que si hacia algo, mi padre se enteraría. Espera unmomento, ¿Por qué siempre ando diciendo eso? Como si a mi padre le importaraque una alumna quisiera envenenarme o algo por el estilo.
En fin, de todos modos Lucy me había lanzado un hechizo que me dejo mudo.Temporalmente, por desgracia, según dijo ella.
-Lamentablemente, esto no es exactamente un veneno -Me dijo, acercándome la botella a la boca y obligándome a beberla- Es Verisaterum, recién salido deldespacho del profesor Snape. Ahora veremos que es lo que realmente planeas,rubio.
Yo temblaba de miedo. Y no, no estoy siendo sarcástico. ¿Qué tal si mepreguntaba sobre si mi padre era un mortifago o algo así? ¿Y si me preguntabaalgo vergonzoso? No se podía engañar a una poción como esta.
Por suerte, parecía que a Lucy lo único que le preocupaba eran mis intenciones para con su amiga. Enese caso, estaba siendo un poco extremista con todo esto del Verisaterum.
Retiro de mi el encantamiento enmudecedor.
-¿Cómo te llamas?
-Draco Bartolo Malfoy.
Lucy me abrió los ojos bien grandes y segundos despues solto unaescandalosa carcajada.
-¿Bartolo? ¡¿¿Bartolo??!
-Si, mi madre quiso ponerme Bartolo en honor a su tío abuelo. Mis padresy yo somos los únicos que los sabemos y les hice jurar que nunca lo revelarían.Nadie respeta a alguien llamado Draco Bartolo.
La chica rió aun mas fuerte, luego pareció darse cuenta de que estábamosen un aula vacía a mitad de la noche y que se supone que eso esta prohibido, así que bajo la voz y miro hacia la puerta, como esperando que aparecieraDumbledore en pantuflas y nos diera un castigo.
-Bien. Dime, querido Bartolo
¿Qué intenciones tienes
No, espera. Mejorcambio la pregunta, podría no querer oir esa respuesta. ¿Planeas lastimar aHermione de alguna forma?
-No, lo hacia antes, ahora ya no.
-¿Por qué?
Mire a otro lado, sin poder evitar el sonrojarme. No quería que ella losupiera, pero los efectos de la poción me obligaban a decirlo.
-Porque la quiero -Solté a regañadientes.
Lucinda parecía sorprendida.
-¿Con que no te esperabas eso? Pues ve sabiendo que mi corazón lepertenece a otra, querida Lucinda. Ya no tienes oportunidades conmigo.
Pensé que eso la molestaría, pero no dio signos de enojo. En realidad nodio ni signos de vida, mas bien parecía paralizada.
-¿Tu
tu estas
estas enamorado de ella?
-Si, lo estoy. -Clave mis ojos en los suyos, como invitándola a que seria. Pero no lo hizo, sino que se llevo la mano a la boca, en un exageradogesto de sorpresa.
-En realidad no puedo creerlo
-Suspiro frustrada- A ella también legustas, la miserable se enamoro de ti.
Mi corazón dio un salto tan brusco que temí que saliera por mi garganta.
-¿En serio ella
-Si, pero no le digas que te dije. Ademas, aun no se da cuenta. Solo que
bueno, si tu estas enamorado de ella y ella te corresponde por dentro
no veo razón alguna para impedir que estáis juntos. ¿Piensas decírselo pronto?
-No
no puedo- Dije, suspirando frustrado- No se como hacerlo, soy uncobarde. Ademas esta cabreada porque le conté nuestro "problemita" del pasado.
Me miro con lastima en sus ojos.
-Ya, no te preocupes. Yo me haré cargo de eso.
-¿En serio piensas ayudarme?
-Mi trabajo es que mi amiga sea feliz, si tu puedes hacer que eso paseestando con ella
entonces, si. No dejare que siga llorando por ese tonto de Weasley.Hablando de eso
¿Tu no tuviste nada que ver, verdad? Solo es una tontasospecha que tuve cuando Mione me contó que fue Goyle quien aviso a Ron queHagrid lo llamaba.
Mierda, parecía que esta chica tenia una gran puntería para hacermequedar como un malvado tonto.
La poción aun hacia su efecto
No quedaba escapatoria, tendría quecontestar con la verdad.
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Si, he vuelto. Lamento si había alguien que leía esta historia, me averguenza admitir que la abandone por unos meses.
En realidad, no pensaba actualizar... pero este capitulo va paraLuna-Suny, que me pidió que actualizara. Por ti, tratare de terminar esta historia... pero tendrás que tenerme paciencia con las actualizaciones, ya que estoy escribiendo otro Fic.
Muchos besos.
JeyJey
-Si. -La palabra se escapó de mis labios culpa de los efectos del Verisaterum.-¿Qué? -Preguntó Lucy, incredula- ¿Como que si tuviste algo que ver en eso? ¿Acaso amenazaste al pelirrojo para que le dijera eso a Mione o ...-No, yo... -Pude sentir como los ultimos efectos de la pocion se alejaban de mi, de repente volvi a tener total control de las palabras que salian por mis labios. Ahora podría arreglar esto, podía mentir a Lucy, inventar una excusa que me sacara de este aprieto. Per estaba ya harto de mentir, de ocultar, de engañar. Sorprendido de mi mismo, le conté voluntariamente toda la verdad.Comencé con mi relato, sin mirar en ningún momento a los ojos de la chica. Cuando acabé, levanté la vista hacia el rostro de Lucy y, para mi sorpresa, ella estaba sonriendo. -¿Por qué sonries? Estoy diciendote que engañe a tu amiga para apartar a Weasley de mi camino, haciendole quedar como un traidor... ¿Y tu sonries? ¡Por la barba de Merlín! ¿Por qué tienen las mujeres que ser tan indescifrables? -Pregunté confundido. -¿Tu hiciste todo eso porque estabas celoso? -Su tono sono mas como afirmación que como pregunta.Hice una mueca de disgusto. -Yo no estaría celoso de un Weasley, jamás. Él no tenía oportunidad, no con una chica como Hermione, solo... aligeré las cosas. La sonrisa de la chica flaqueó. -Ahora que lo pienso bien... tal vez Ron si que está enamorado de Hermione, y ella afirma estar enamorada de él... ¿Te das cuenta de que no puedo dejar que ella siga creyéndole un traidor? Sería muy injusto para los dos. -¡No! No puedes decirle ¡Ella me odiará!-Si le explicas bien tus razones, si le dices que lo hiciste por celos...-¡Que no son celos! -Interrumpí enfadado.-¡Ya, no grites que nos descubriran! Bien, bien, que no son celos, entendido. Entonces, si le dices que lo hiciste por amor...-Me miró con cautela, viendo mi reacción hacia esa palabra- Mione es una persona razonable, ella seguro lo entendería y te perdonaría, sobretodo porque estoy completamente segura de que está enamorada de ti. Pero la muy terca no lo admitirá si tu no lo haces primero. -Pero y si ella... ¿Si ella siente también algo por Weasley?-¿Acaso no dijiste que el pelirrojo no tenía ninguna oportunidad? -Una sonrisa pícara bailó en sus labios. -Vete al diablo...-Murmuré, fingiendo furia, aunque una sonrisa traicionera se asomó en mi boca ante mi propia estupidés.-Oye, lo siento, pero si no se lo dices tu, lo haré yo. No sería justo para ella vivir creyendo que Ron es un maldito patán. Yo te sugeriría que dejaras tu inchado orgullo a un lado solo por unos minutos, y le contaras toda la verdad. Sería mil veces mejor si tu se lo cuentas, sonaría más creíble. Yo me encargaré de hablar con Weasley. ¿Aceptas?Dudé unos instantes, pensando en lo mucho que me dolería si Hermione no me perdonaba. Al final, entendí que era preferible que supiera la verdad por mi, y no por alguien más. -Acepto.
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POV. Narrador. (3º persona)
Sus ojos recorrían los estantes con mirada estructuradora. Con su mano derecha tomó cuidadosamente un libro de entre los miles que allí reposaban, miró la portada por un segundo para luego fruncir el seño y volver a colocarlo en su lugar con un poco de brusquedad. Repitió el mismo proceso dos veces mas, con otros dos libros. -Señorita Granger. -La voz resonó por los pasillos de la biblioteca y el viejo director se adentro en el pasillo de la sección prohibida en que se encontraba la chica. Hermione soltó un pequeño grito de sorpresa.-Yo... yo no...-No debería estar aquí, la sección prohibida está... bueno, prohibida. Excepto para casos especiales, y solo si Madame Pince lo autoriza. Y estoy seguro de que no lo hizo, ya que son las cuatro de la madrugada y la señora debe de estar durmiendo en su habitación, como se supone debería estarlo usted también señorita.-Inquirió Dubledore. -Profesor, yo no... Usted no... -Y rompió a llorar. Era la primera vez que el viejo director se veía ligeramente sorprendido. Sin decir una palabra, se acercó a la estudiante, la tomó de los hombros y le ayudó a sentarse en una silla, a la vez que él tomaba asiento en una igual frente a ésta. -Señorita Hermione, si quiere usted hablarme de su problema -sea cual sea-, estoy dispuesto a escucharle. Aunque mi relación con usted no sea mas cercana que la de un profesor a su alumna -y mas allá de que con algunos niños posea mas relación que con otros- le aseguro que me interesan cada uno de los problemas y preocupaciones que ustedes puedan tener. Soy todo ohídos, tal vez hablarme le sentaría bien.-Profesor Dumbledore, usted no... no me creería.-Dijo la chica entre sollozos. -Oh, querida. Mis ohídos han escuchado cosas que tu jamás podrías creer, te aseguro que si me das tu palabra de que estas siendo sincera, te creeré y no te juzgaré mal por nada de lo que puedas contarme. Pareció dudar un instante, pero luego miro hacia abajo, jugando nerviosamente con sus manos y comenzó a hablar. -Es dificil de creer, pero yo... yo vengo del futuro. Iba al sexto año, era la mejor amiga de dos chicos que usted conoce muy bien: Harry Potter y Ron Weasley. -Al decir esto ultimo, las lagrimas comenzaron a caer nuevamente por sus mejillas- Yo... yo estaba enojada con Ron, y triste, sobretodo. Como siempre que siento ganas de llorar, vine a la biblioteca. Era de noche, estaba sola y de repente oí un ruido... un sonido parecido al de algo vibrando. Lo seguí y llegué hasta la sección prohibida, donde encontré la fuente de aquel extraño sonido: un libro. La curiosidad ganó, tomé el libro y lo abrí, pero estaba completamente en blanco. Entonces tuve una sensación extraña, como si no quisiera volver a soltar el objeto jamás, como si quisiera abrazarlo y tenerlo lo mas cerca posible...Controlada por un extraño impulso, acerqué el rostro a sus páginas y...-Y lo olfateaste. -Interrumpió el anciano- Y de seguro las hojas se llenaron de palabras, asi como la portada. -¿Como...como sabe usted eso? -Preguntó la niña, confundida. -Por que conozco el libro. Es realmente una especie muy extraña, es único, y peligroso... extremadamente peligroso. -Pero si es tan peligroso ¿Como es que no lo han destruído, o al menos quitado de aquí para que los estudiantes no puedan toparse con él? -Porque no es posible. No se puede quitar el libro de la biblioteca. Lo he intentado millones de veces, e incluso los mismísimos fundadores no han podido deshacerse de él. Es llamado El libro de Otidlam y contiene hechizos inimaginablemente poderosos. No se lo puede esconder, ni retirar de aquí, y nadie supo jamás como es que apareció en esta biblioteca. Lo particular y mas misterioso de este extraño objeto, es que jamás aparece si se lo busca intencionalmente, así como nunca se deja ver frente a quien conoce de su existencia. Hacía años que no escuchaba de alguien que se hubiera topado con él. Ahora, si eres tan amable, me gustaría oír toda la historia.-Ah, si, claro. Pues cuando el libro se lleno de palabras, leí los hechizos que contenía, hasta que encontré uno que hablaba sobre viajar en el tiempo. Creí que era una farsa, no pensé que funcionara, y lo pronuncié. Cuando desperté, había vuelto al cuarto año, pero con algunas diferencias.Ya no estaba en Gryffindor como antes, sino que ahora me encontraba en Slytherin; y mis amigos ya no me reconocen... -Las lágrimas acudieron nuevamente a sus ojos y una mueca de profundo dolor se asomó en su expresión- Ellos ni siquiera sabían mi nombre, mi vida había cambiado completamente... Y entonces, el libro volvió a presentarse ante mi, y encontré la indicación acerca de como deshacer el hechizo. -¿Y que decía? -Preguntó Albus Dumbledore, con renovado interes. -Decía... bueno, decía...-Las mejillas de la niña se tornaron de un tierno color rosa- "Si por propios intereses lo has utilizado, lo que mas temes se verá realizado. En caso de que esto suceda, solo la demostración de amor mas sincera hará que todo vuelva a ser como era" -Relató la chica.-¿Y tu lo has usado por propios intereses?-Si. -Hermione pareció reacia a revelar esos intereses al profesor, pero este no preguntó más.-Claramente lo que mas temes si se ha realizado: has perdido a tus amigos. La chica asintió mientras limpiaba sus mejillas mojadas de tanto llorar. -Entonces, solo la demostración de amor mas sincera puede arreglar todo. ¿Sabes a quien puede referirse el libro? El primer nombre que cruzo la mente de Hermione fue el de su pelirrojo amigo, mas la imagen que se formo en su cabeza era claramente la de otro chico: un muchacho de cabellos rubios extremadamente claros, y de unos profundos ojos grises de impactante belleza.-Señor, el libro no especifica que la demostración de amor deba de ser hacia mi. -Señaló la estudiante, un poco vergonzosa ante el tema que estaba tratando con su director- ¿Podría ser posible que fuera mia la demostración de amor?El profesor lo pensó unos instantes, luego asintió con seguridad.-Si, yo creo que funcionaría, puesto que en ningun momento especifica que deba de ser "hacia" ti o "desde" ti. Si estas segura de amar a alguien sinceramente, entonces te recomiendo se lo demuestres, tal vez así puedas regresar a tu vida anterior. No pierdes nada en intentarlo. La niña asintió, le dio las gracias al profesor y se dirigió a la salida. Antes de salir para dirigirse a su habitación, se dio la vuelta de repente.-Profesor, en el futuro... bueno, ya le he hablado de que Harry Potter era mi mejor amigo... en el quinto año, sucede algo espantoso... Tal vez usted pueda evitar que...-No. -Le interrumpió el anciano- No me digas nada. Sea lo que sea, lo lamento mucho, pero no puedo cambiar el futuro, si siquiera me dijeras lo que pasará, podrías traer consecuecias horrorosas.Hermione lo entendió, se despidió del profesor y se dirigió a su habitación.
Esa noche se durmió con una mirada de esperanza en sus ojos y con una clara frase presente en su cabeza: al día siguiente comprobaría si su amor por Ron Weasley era tan sincero como para devolverla a su antigua vida. La imagen de Draco se cruzó nuevamente en sus pensamientos y la chica los apartó molesta.
Perrrrrrrrrrrrrrdon. Lo siento muchísimo. Cada vez que veo esta historia me invade un horrible sentimiento de decepción hacia mi misma; detesto cuando los escritores abandonan un Fic que me gusta y eso es justamente lo que yo estoy haciendo. Para quien lea esta historia, lo lamento muchísimo y JURO SOLEMNEMENTE que terminaré esta historia, pase lo que pase, aunque no tenga ni un solo comentario. Solo les pido paciencia, la historia esta llegando a su fin. Repito: prometo terminarla. No la he abandonado porque no me guste, realmente me gusta mucho como queda, sobretodo siendo mi primer Fic.
Gracias a UNICORNIO_MÁGICO, porque esta historia habría muerto en una simple ilusión si tu no me hubieras alentado como siempre lo has hecho.
Gracias a LUNA-SUNY, por darme nuevas fuerzas para seguir escribiendo este FF.
Gracias a CLARY (Alias LARISSABELL) por sorprenderme con su comentario y darme el ultimo empujoncito que necesitaba para volver a enamorarme de mi historia.
Y gracias a cualquiera que lea esta historia y no se anime o no quiera comentar, espero les guste este nuevo capitulo y.... ¡¡ESTAMOS CERCA DEL FINAL!! ¿Será el amor de Hermione a Ron lo suficientemente puro y sincero para devolver a nuestra chica a su antigua vida? ¿Podrá nuestro sexy Draco ganarse el corazón de Mione? CHAN CHAN CHAN... Prometo no tardar tanto en actualizar.
Nuevamente, LO SIENTO. Muchos besos!
JEY
PD: Si estáis aburridos y no sabéis que leer, los invito a pasarse por mi Original: "LA REALIDAD TE MIENTE" me gustaría mucho resivir opiniones de ustedes:)
(POV.Lucy)
Frotó sus manos repetidamente contra los costados de sus pantalones, mientras caminaba nerviosamente alrededor del sillón de cuero negro de la sala común de Slytherin, donde me encontraba sentada. Yo seguía su nervioso caminar, girando la cabeza de una forma que comenzaba a marearme. Suspiró, se sentó con brusquedad en la otra punta del sillón y llevó ambas manos a su rostro. -¿Vas a decirme que te sucede? -le pregunté cansadamente. Era, aproximadamente, la quinta vez que lo hacía en una hora. -No es nada -murmuró entre sus dedos. -Claro que no. -Bufé exasperada, poniendo los ojos en blanco- solo hace una hora que estas allí caminando en círculos, suspirando, sudando, temblando y murmurando "Puedes hacerlo Hermione, tu puedes hacerlo". Eso es completamente normal, por supuesto, de lo más común -dije, con un claro tono sarcástico.-En serio, solo... -me miró a los ojos fijamente unos segundos- ¿Puedo confiar en ti, Lucinda? Le sonreí sinceramente. -Puedes hacerlo. ¿Sabes que más puedes hacer? No llamarme por mi nombre completo, lo detesto. Ella me sonrió de vuelta, pero la sonrisa no llegó a su mirada. Apartó sus ojos café de los míos, sonrojándose violentamente. -Voy a confersarle mi amor a Ron. -Soltó las palabras de un tirón y en un bajo murmullo, apenas si pude comprenderle. Y no me gustó lo que entendí.-¿¡Que vas a hacer qué!? -le grité, poniendome de pie. -Voy a decirle a Ronald que me gusta... -Hizo un gesto con la mano, como queriendo quitarle importancia al asunto. Seguía evitando mi mirada. -¡No puedes hacer eso, Mione! -le dije, sentándome junto a ella nuevamente y tomando sus manos en las mas. Le tomé suavemente la mejilla y giré su rostro hacia mi, obligándole a mirarme a los ojos. -¿Tu, sinceramente, realmente, amas a ese chico Hermione? Los minutos que pasaron antes de su respuesta parecieron extenderse una eternidad, cuando abrió su boca para contestar a mi pregunta, pude ver en su mirada que le dolía profundamente pronunciar la palabra que jugaba en sus labios queriendo salir. -No -susurró- Antes si, sinceramente, pero algo... algo cambió. Otra vez apartó la mirada, pero yo estaba satisfecha, porque había visto en sus ojos que estaba diciendo la pura verdad. -¿Y ese algo tiene nombre? -pregunté con cautela. Ella mordió su labio con fuerza, jugueteando con sus manos en su regazo. Al fin, suspiró, cerrando los ojos.-No me hagas decirlo, por favor -pidió con tono de súplica. -¿Pero por qué? ¡Eso es lo que no entiendo! -Tomé sus manos nuevamente y las apreté con suavidad.- ¿Por qué no quieres admitirlo? ¿Qué tiene de malo estar enamorada de él? Créeme, yo te entiendo. -Espera. -Me miró a los ojos con el entrecejo fruncido- ¿Por qué le defiendes? Ayer le odiabas, hoy me dices que no hay nada malo en estar... ya sabes, de él. ¿Qué sucedió? Ups. Me encerré yo misma. -Yo, pues... él...-comencé a titubear, buscando una salida- él me pidió perdón.Hermione abrió los ojos sorprendida. -¿En serio? -Así es, entiendo que es difícil de creer, yo no lo hubiera hecho si el caso fuera al revés. -Le dije riendo ante su expresión de completa incredulidad. -Él no es el mismo, Mione. Ha cambiado mucho, créeme. No puedes decirle a Ron que le amas, no cuando claramente amas a Dra...-¡No digas su nombre! -me gritó, haciendo que me sobresaltase- Si lo haces tendré que admitirme a mi misma de quién estamos hablando y no quiero hacerlo, no puedo hacerlo, Lucy. -¿Por qué? -Pregunté otra vez- Realmente no entiendo que es lo horroroso de estar enamorada de él. Si, se que es un idiota a veces, pero todos tenemos algo de luz en nuestro interior. Tu has hecho que esa parte buena de él salga a la superficie, no entiendo lo malo de todo esto. -Siento que... que es como prohibido amarle. Si Ron y Ha... -se calló de repente, como si hubiera estado a punto de revelar algo involuntariamente. Le miré con sospecha, esta niña me ocultaba algo, y yo no dejaría que siguiera haciéndolo. -¿Que es lo que... -Pero algo, o mejor dicho alguien, me interrumpió. Draco ingresó a la sala común, su cabello estaba despeinado como nunca y unas horribles bolsas oscuras se observaban bajo sus bellos ojos. Su mirada se clavó en nosotras y tragó con fuerza. Estaba a punto de decir esas palabras que siempre había querido pronunciar: "Les dejaré a solas", cuando mi amiga se puso de pie bruscamente. -Debo ir a la biblioteca... -dijo, para luego dirigirse rapidamente hacia la salida, ignorando a Draco por completo. En cuanto es resonar de los pasos de la chica se perdió en los pasillos, el chico dirigió hacia mi una mirada desesperada. -Me volverá loco -dijo rotundamente, a lo que solté una pequeña risa. Pero luego una idea horrible pasó por mi mente y le miré asustada.-Tienes que detenerla -le grité con desesperación. Bueno, tal vez estaba siendo un poco, solo un poco, exagerada. -¡Ella irá a confesarle su amor a Weasley! Los hombros de Draco parecieron caer hasta el piso ante mis palabras. -¿Su amor? ¿Entonces ella si ama a ese tonto de Weasley? -preguntó desanimado. Parecía a punto de ponerse a llorar como un niño al que le quitan su juguete preferido. -¡No! Ella... -patié el suelo exasperada- ¡Ella acaba de confesarme que está enamorada de ti! Yo lo sabía, pero ella me lo confirmó ahora, pero por alguna estúpida razón quiere decirle a Ron que lo ama, aunque me dijo que eso ya no era cierto. -¿Y entonces por qué...-comenzó el rubio. -¡No lo sé, maldición! No sé por qué, pero estoy segura de que en este momento está buscando al pelirrojo, así que mejor dejas de hacer preguntas y vas tras ella. -Respiré agitadamente después de soltar todo ese torrente de palabras.- Y si la próxima vez que te vea, no has logrado ni besarle, ¡te mataré con mis propias manos, Draco Malfoy!-Yo... -el Slytherin habría y cerraba la boca sin habla, como un pez fuera del agua. -¡Que vayas! -le grité incrédula.El chico salió corriendo hacia la salida, pero justo antes de salir se giró hacia mi, regalándome una sonrisa algo tímida. -Gracias, Lucy, por todo... -Carraspeó sonoramente- si dices que dije eso, lo negaré a toda costa.-¡Solo vete! -le dije sonriendo. Si Hermione Granger lograba tan enorme cambio en ese chico sin hacer nada para lograrlo, no podía ni imaginar lo que sería de él si ella al fin le correspondiera.
(POV. Hermione)
Mis pasos resonaban en el pasillo, era día de visita a Hogsmeade, así que la mayor parte del alumnado estaba ausente, exceptuando algunos de primer año que correteaban de aquí para allá practicando movimientos de varita o cargando un montón de libros. Las lágrimas se acumularon en mis ojos al ver grupos de niños riendo, niñas cotillando y chicos jugando.Quería que Ginny estuviera aquí, quería abrazarle y contarle todo para que pudiera consolarme. Deseaba que Luna dijera algo extraño para reír ante sus locuras. Quería ver los ojos esmeralda de Harry clavándose en los mios con ternura ¡cómo me gustaría sentir sus brazos a mi alrededor, confortándome! Incluso las torpezas de Neville hacían notar su ausencia. Pero no había otra cosa que necesitara con tanta urgencia como la voz de Ron, discutiendo conmigo por alguna tontería. No pasaba por mi mente otra urgencia que la de captar un destello de pelo rojizo, de una cara blanca con tiernas pecas, de una risa burlona. Sentir el calor de sus ojos grises, quemando mi piel con el solo contacto de su mirada enredada en mis cabellos... Espera, ¿grises? -¡Auch! -Un cuerpo chocó contra mi y casi pierdo el equilibrio. Una mano me tomó del brazo, evitando que cayera hacia atrás por el repentino impacto. Cuando volví a estar estable, descubrí la hilera de dientes blancos que me sonreía bajo unos grandes ojos azules. -¿Estás bien? Creo que no, pareces muy triste ¿has estado llorando? -La voz de la chica frente a mi soltó el torrente de palabras sin siquiera pestañear, o dejar de sonreír, lo que para algunos podía resultar algo... terrorífico. Mas yo estaba acostumbrada a esas expresiones. -Hola, Luna -saludé a mi antigua amiga, limpiando con la parte trasera de mi manga las lágrimas de mis mejillas, e intentando evitar que más caigan de mis ojos. Carraspeé sonoramente, notando el nudo que presionaba en mi garganta.-Estoy bien, no te preocupes. -¿Tu eres Hermione, verdad? ¿La chica que me confundió la otra vez? -Esa misma, perdón por eso, por cierto, ese fue un mal día -le contesté. -¿Por qué llorabas? -me preguntó, ladeando la cabeza a un lado como un perro. De repente se cubrió la boca con una mano y soltó una risa tímida.-¿Qué pasa? -le dije, temiendo la respuesta.-¡Creo que tienes un Drinnymoy en tu cabello! -contestó, esta vez soltando una fuerte carcajada. -Oh, claro, yo le dije que podía quedarse allí... -inventé, evitando preguntar que rayos era eso. -Tonta, los Drinnymoy no hablan el lenguaje humano sino el Closhire, que se compone de una serie de chasquidos y...-Si, claro, tonta de mi -le interrumpí. Pasé una mano por mi cabello, suspirando cansadamente. -Puedes contarme lo que te sucede -me dijo con ternura. Algo en sus ojos me decía que ella podría ayudarme. -Tengo un problema... la cosa es que, creo que amo a dos chicos. Pero no estoy segura de amar a los dos... -Gruñí exasperada por ser incapaz de expresarme.- Debo confesarle mi amor a uno de estos dos chicos, pero no estoy segura de que realmente se trate de amor. La rubia me miró unos segundos con el ceño fruncido, mordiendo su labio. Al fin, sonrió.-Hay muchas personas que no logran comprender que hay distintas formas de amar. -Me rodeó y sin volver a mirarme una última vez, se perdió por el pasillo.
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Las palabras de Luna Lovegood resonaban en mi cabeza, una y otra vez. Yo seguía caminando hacia dónde sabía perfectamente que se encontraba la entrada a la sala de Gryffindor, con la esperanza de encontrar allí a Ron y poder terminar con toda esta duda de una buena vez. Nadie más merodeaba por aquel frío corredor, y el silencio no hacía más que dejar entrada libre a mis pensamientos. "Hay muchas personas que no logran comprender que..." Emergí nuevamente a la realidad con brusquedad cuando dos manos se posaron en mi rostro: una de ellas cubriendo mis ojos y la otra, mi boca. Quien quiera que sea tiró de mi hacia el costado, arrastrandome hacia la derecha. Por su fuerza, claramente se trataba de un chico. Sentí como el aire cambiaba al ingresar en otra habitación, el intruso soltó mis ojos, pero la mano en mi boca seguía presionando firmemente. Todo estaba completamente oscuro. Forcejié con todas mis fuerzas cuando su otra mano se perdió en el bolsillo de mi chaqueta, donde sabía que estaría mi varita. Estaba a punto de intentar morder su mano o hacer una super-patada-mortal, cuando me empujó suavemente al interior, soltándome al fin. Inteligente, no veía absolutamente nada y no tenía mi varita. Me acerqué hacia adelante cautelosamente.
La luz se encendió de repente.
Sé que he tardado muchísimo en actualizar, y sé que no es un capítulo muy extenso, pero quería escribir algo aunque solo sea para no sentirme tan avergonzada al ver esta historia en mi perfil. Os juro que es más que decepcionante para mi el no ser capaz de terminar una historia, por eso me he prometido solemnemente que terminaría esta cueste lo que me cueste, solo que voy ... a mi ritmo lento jajaja ¡Estamos cerca del final! chan, chan, chan:)
Lo siento mucho a quien me lea, sinceramente. Saludos de este desastre de escritora.
Jey
POV. Lucy
-¿Por qué siempre yo debo encarar a los chicos? -murmuré con enfado, mientras mis pies resonaban en el frío suelo. Me paré frente al retrato de la Dama Gorda, que, tal como me habían indicado, era la puerta de la sala de Gryffindor. -¿Y ahora qué? -me dije- ¡Señora! Disculpe, ¿Señora?-¿Y tu que quieres? Parpadé indignada. -Vaya, que amable -susurré- estoy buscando a un chico, Weasley. -¿Y? -¿Podría ayudarme? -pregunté, ya un poco molesta. -Tal vez... -Mire, señora, yo... -comencé furiosa. En ese instante el retrato se abrió y una niña pelirroja salió del hueco. -¿Que haces tu aquí? -preguntó. -Busco a un chico, Ron Weasley, ¿podrías llamarlo? La chica me sonrió y desapareció dentro. Al minuto, un pelirrojo pecoso me miraba extrañado. -¿Me buscabas? -indagó, mirándome confundido. Le tomé del brazo y tiré de él, arrastrándole por el pasillo. Después de unos tres minutos, entramos en un pasillo completamente vacío y me detuve repentinamente. -¿Qué...? -comenzó él. Le callé con un movimiento de la mano. -Ronald Weasley, tenemos que hablar. Los siguientes quince minutos se llenaron de gritos y explicaciones, de mi voz intentando explicar pacientemente lo que Draco había hecho en el baile con la poción multijugos, del chico gritando todo tipo de groserías relacionadas con Draco y un hechizo de tintura para el cabello mal hecho. Le hablé sobre mi historia con el rubio y mi plan para averiguar sus sentimientos por Hermione, le dije del verisaterum y de que el chico estaba enamorado completamente de mi amiga. -Tienes que entenderlo, él... está enamorado, Ron, la ama. -¿Y qué si yo también la amo? -me preguntó de repente. Me quedé sin palabras. -Bueno, en... en ese caso... supongo que... -tartamudeé. Inspiré con calma, organizando un poco mis ideas. -Ronald Weasley, dime, sinceramente ¿amas a Hermione? Dudó unos segundos antes de contestar. -No, pero me gusta mucho. Y no voy a darle el gusto a ese estúpido. Al fin puedo ganarle en algo, no dejaré que tenga lo que quiere -sentenció con tono severo. Susupiré cansada, precionando el espacio entre mis cejas. -Ron, por favor, por favor no arruines esto. -¿Y tu que te metes? -dijo.- No lo entiendo. -¿No lo entiendes? -le sonreí- Ella es mi mejor amiga, por supuesto que voy a meterme. ¿Que harías si ves que tu mejor amigo sufre? ¿Te quedarías simplemente viéndole padecer ese dolor, sabiendo que podrías hacer algo para ayudarle? Quiero verla feliz, y si puedo ayudar a que eso sea así, ¿por qué no hacerlo? -El por qué aquí es cómo diablos terminaste en Slytherin -rió. -¿Entonces...? -comencé triunfante. Susupiró, poniendo los ojos en blanco. -Lo pensaré -dijo- Pero quiero hablar con Hermione.-¿Tu quieres hablar con ella? -abrí los ojos con sorpresa. Bien, no esperaba eso. Crucé los brazos, mordiendo mi labio nerviosamente. -Si. -Vale. -Lucy...-¿Si? -preguntñe, mirando a cualquier lado, pensando en cómo arreglar esto.-¿Dónde está ella? -me preguntó ansioso. -Pues... -comencé. Piensa, Lucinda, piensa. -Ella...Que genial soy en ésto, dénme un premio. Ron abrió los ojos como platos. -¿Ella está con Draco ahora, no? -murmuró entre dientes. -No. -¿Y dónde está entonces? -Fue a... pasear. ¿Pasear? ¿En serio? -¿Pasear?-Si, a los Jardines. Se sentía algo mal y quería tomar algo. De seguro está cerca del lago, sola. Completamente sola. Me miró entrecerrando los ojos. -Vale... -dudó- Iré a buscarla. -Vale. -Vale. Adiós. -Adiós -me despedí. Él se giró y salió caminando por el lado contrario. -Eso a estado cerca... -murmuré. Solo esperaba que no se encontrara a Hermione y Draco en el camino hacia los jardines.
-¿Draco? -murmuré confundida. Cuando la luz se encendió, realmente no sé quien esperaba ver frente a mi, pero definitivamente no a este chico: con sus cabellos rubios despeinados como nunca, bolsas oscuras bajo sus ojos y hombros caídos. Él, que siempre alardeaba de su belleza, que caminaba con el pecho inflado y erguido, con orgullo; él, con sus ojos grises rebosantes de oscuros secretos, en los que ahora solo se observaba tristeza. -¡¿Estás loco!? -le grité, acercándome a él y empujándole. Su espalda golpéo la pared con un ruido sordo, ni siquiera intentó defenderse. Le lanzé una mirada furiosa. -¿Cómo se te ocurre hacer algo así? ¡Casi me matas del susto!-Quería hablar contigo... -murmuró cuando paré de gritarle. -¿No podías pedirlo como una persona normal? -volví a gritarle. -Has estado evitándome, sabes muy bien que si te pedía hablar no me harías caso -se defendió, acercándose unos pasos a mi. Mi respiración se aceleró notablemente y me maldije a mi misma, intentando calmarme. -Pues ya estamos aquí, ¿de que quieres hablar? -pregunté en un murmullo, mirando a cualquier lugar excepto a sus ojos. Sentí como su mano tomaba la mía y tragué con fuerza. -De nosotros... -susurró en mi oído. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración sobre mi cuello, inspiré por la nariz y el aroma de su cuerpo me inundó. Olía a hombre, delicioso, masculinidad pura; me encontré deseando que se olor se apegara a mi ropa, a mi cabello, a mi piel... quería oler a él. -No entiendo a... a qué te-te refieres -tartamudié. -Vamos, Mione. Eres la bruja más brillante de tu edad, tienes que deducir a que me refiero. -Su voz seguía hablando en mi oído, su cuerpo estaba tan próximo que su pecho respiraba agitadamente contra el mío. Sentí la imperiosa necesidad de abrazarle, de sentir sus brazos a mi alrededor. Como leyéndome el pensamiento, sentí su cuerpo pegarse completamente al mío y sus brazos rodeando mi cintura. Su cara se enterró en mi cuello y mi rostro se acomodó en su pecho, mientras que mis brazos también le rodeaban a él. La sensación era simplemente maravillosa. Nuestros cuerpos se acoplaban como dos mitades de un mismo todo, y allí, en sus brazos, cualquier rastro de tristeza desapareció; me sentía protegida, refugiada de la tormenta constante que se sucedía a mi alrededor. -¿Que estás haciendo conmigo, Granger? -dijo. Su aliento acarició mi cuello y cerré los ojos. No quería contestar, no podía. Su mano acarició mi cabello, jugueteando con mis ondas. -Creo... creo que estoy enamorado de ti.Mi corazón dejó de latir, para un segundo después acelerar su ritmo hasta límites inhumanos. Intenté convenser a mis oídos de que habían escuchado mal.-No, no digas eso -susurré. Una lágrima cayó por mi mejilla y sollozé, apretándome más contra el chico.-¿Por qué? -Su cara salió de mi cuello, para quedar frente a la mía, mas sus brazos aún rodeaban mi cintura. Me tomó de la barbilla y me obligó a mirarle a los ojos. -¿Por qué no? Sé que tu también lo sientes, ¿que hay de malo en eso? Negué con la cabeza, incapaz de contestar. Su mano limpió una de las lágrimas que resbalaban por mi rostro y el solo contacto de nuestras pieles al tocarce me hizo estremecer. Mis ojos se desviaron involuntariamente a su boca, que a cada segundo parecía acercarse más a la mía. Tres centímetros, dos, uno. Sus labios al hablar rozaron los míos.-No he logrado pegar un ojo en toda la noche, cada cosa que veo, cada palabra que escucho, la relaciono contigo. Cada cabello enmarañado, cada par de ojos cafés, cada mención de tu nombre me hace estremecer. Quiero que cada capítulo de mi vida tenga tu nombre en él. También siento que algo entre nosotros es prohíbido; pero no me importa, destruiría a quien sea o a lo que sea con tal de vivir más momentos como éste. Si eso no es amor, Hermione, no sé lo que sea. Entonces le besé. Si, yo le besé, porque la necesidad dentro de mí era tan fuerte que mi boca dolía por sentir la suya. Pareció sorprendido al principio, pero solo fue un segundo y luego correspondió el beso con ansiedad. Sus labios sabían extrañamente a fresa. Sus manos rodearon mi cuello y yo mantuve las mías en su cintura. No quería que aquello parara nunca. Al diablo, al diablo con lo prohibido, al diablo con ese estúpido libro, al diablo con todo. Nos separamos, pero no había tiempo para respirar, su boca volvió a chocar con furia en la mía y así le correspondí, mientras mis manos acariciaban su espalda con torpesa. Sus dedos volvieron a jugar con mi cabello, descendieron por mi espalda en tortuosa lentitud. Él se separó un centímetro y me miró, ambos respirabamos agitadamente. Apoyó su frente en la mía. -Dimelo, por favor dime que también quieres esto -me susurró. -Yo... ¿Por qué, para qué mentir? Pero en ese momento caí en la cuenta de algo: él se había confesado, me había dicho que estaba enamorado de mi. Recordé las palabras del libro de Otidlam "Solo la demostración de amor mas sincera hará que todo vuelva a ser como era". Entonces... ¿Draco no estaba siendo sincero? Se alejó un paso de él. Su cabeza parecía a punto de explotar, buscando una solución coherente para todo esto. Ella sí estaba siendo sincera, ella en realidad estaba -para que negarlo más- enamorada del chico frente a ella, que ahora le miraba extrañado. Cerró los ojos con fuerza, esperando que al abrirlos, todo fuerza otra vez como lo era antes, pero solo pudo observar a Draco mirándola confundido. -Hermione, ¿qué... -comenzó él. Le calló con un movimiento de la mano. ¿Ahora qué? Entonces tenía que ser Ron quien... Su corazón cayó hasta el suelo de un golpe bruto cuando la realidad se hizo visible frente a ella, pegándole como una bofetada: ya había besado a Ron. Ella misma le había dicho a él que le gustaba, en el Jardín de la Fuente, en el baile. ¿No era eso una demostración de amor? ¡¿Que rayos quería ese maldito libro!?Sin volver a mirarle una vez más, salí corriendo de allí, solo queriendo alejarme de él, deseando olvidarme de la sensación de sus labios en los mios, acallando el recuerdo de sus palabras falsas. Corrí, y él me siguió. Podía sentirlo tras de mi, estaba alcanzándome. Doblé en un pasillo, corrí hasta que mis pies dolían, mis piernas ardían, pero él estaba alcanzándome y gritándome que parase. Pero no lo hice. Quería estar sola, ya no podía soportar pensar más en todo este embrollo de sentimientos y años y tiempos. Quería que todo fuera normal otra vez, quería a Hagrid, a Ginny, a Harry, a Luna. Quería a mi Ron, al de siempre, no al pelirrojo que coqueteaba conmigo y me besaba en un baile. Quería al chico torpe que me gritaba cuando le enojaban mis exigencias, al niño tonto que me hacia cara de cachorrito para que le hiciera sus tareas, sabiendo perfectamente que no podía resistirme a ello. Quería mi vida.Bajé por una escalera a todo velocidad. Me frené en cuanto toqué el suelo una vez más. Suficiente, ya no podía seguir. Miré hacia atrás, Draco bajaba a toda prisa hacia mi. Pero no llegó. Cuando estaba en mitad de los escalones, la tramposa escalera comenzó a moverse, y por mucho que el rubio aceleró su paso, se vió obligado a parar. No esperé un segundo más, me giré y seguí corriendo. Quería estar sola, pero ¿a dónde? La biblioteca fue lo primero que se me vino a la mente, pero no podía ir allí, sería demaciado predecible viniendo de mi..."El lago negro" -susurró una voz en mi cabeza. Y por esta vez, decidí hacer caso a mis instintos.
Estamos taaaaan cerca del final. Se que es super corto, pero el internet no me funciona bien y hoy que si, quise aprovechar para subir algo. Esto es todo lo que tengo por ahora, conformaros jaja
No prometo ninguna fecha de actualizacion, despues me siento mal por no cumplir.
Graaaacias a todas las que me comentais. Gracias por tener fe en mi y en esta historia.
Muchos bss.
JEY
Pd: Por si no lo notasteis, PORTADA NUEVA! :D Creada por mi (me costó dos horas y cuatro minutos) Ya se que la historia ya termina, pero se ve bonita -para ser mi primera imagen de portada-. Besos.
El sol bajaba acercándose al horizonte, con sus últimos rayos aferrandose al cielo cual brazos de un amante a su amada, negándose a dejarle ir. Mis piernas dolían por la caminata de hace unos minutos, pero aún así reuní fuerzas para dirigir mis pasos hacia las afueras de Hogwarts. El viento era algo frío y abrazé mi cuerpo, maldiciendome por no traer algo más de abrigo. Llegué al fin a las orillas del lago, aquella superficie de agua plana que escondía quien sabe qué secretos, que reguardaba quien sabe cuántos mundos junto a las criaturas que en ellos habitaban. Era hermoso. La vista del atardecer, la inmensa variedad de colores que pintaban el cielo en ese punto culminante: violeta, naranja, amarillo, rojo, rosa. Era un desborde de color y matices, de capas, la mezcla de la luz con la oscuridad intentando filtrarse en ella; las nubes retorciéndose al ver que el manto oscuro de la noche se aproxima, haciéndolas casi invisibles a los ojos mortales. El manto infinito recibiendo a las estrellas con alegría, aquellas nocturnas visitantes que eran sus puntos de luz durante la oscuridad. Era impresionante. Infinito. En ese momento noté que era la primera vez que precensiaba un atardecer, y me pregunté cuántas personas no abrían visto aún este asombroso tipo de magia. Este instante eterno, donde la naturaleza deja a la vista de quien sea lo suficientemente inteligente para notarlo otro trozo de su sorprendente belleza. Todas las personas deberían tomarse unos minutos para ver algo como esto.Me acerqué a un arbol cerca de la orilla, ansiando descansar unos segundos después de tan extensa caminata. Apoyé mi espalda contra el tronco y me dejé resvalar por él, doblando mis rodillas y disfrutando el placer del silencio. -¿Qué...? -comencé sorprendida. Me había sentado sobre algo en el cesped. Me hice a un lado y tomé el libro del suelo. La respiración se me agitó y acaricié la portada de aquel viejo libro con algo de repulsión, deseando solo arrancarle las hojas una por una. Ese estúpido objeto que había iniciado todo este lío, que se había llevado mi vida culpa de una tentadora promesa. Pero la curiosidad me caracterizaba, y me ví controlada por ella cuando lo abrí en una página cualquiera y, con algo de asco, acerqué mi nariz y olfatié con fuerza. Asqueroso. Recordé que la primera vez que aquella cosa cayó en mis manos, el olor que desprendía era inmensamente tentador y delicioso, que el tacto de sus páginas era suave y seductor. Ahora, solo quería quemarlo. Y que yo quiera quemar un libro, es cosa seria. Tanto la página como la portada, observé una vez más, se llenaron de manchas negras; al principio inconclusas, solo míseras formas indefinidas que bailaban en el amarillento papel. Luego se definieron, se juntaron y se separaron en pequeños trazos separados, formando una frase justo en medio de las dos páginas que abría en mi regazo. Leí las palabras en un susurro.-"Buen intento, preciosa"-¿Quién eres, Sirius? -dije de forma sarcástica, lo que solo me recordó que Sirius seguramente no sabía de mi existencia. Seguí leyendo en un bajo murmullo, aunque noté que la voz me temblaba un poco. -"Has hecho dos intentos, y en ambos has fallado. Uno solo te ama, y el otros antes te ha amado." -carraspié sonoramente, mordiendo mi labio con nerviosismo-. "Mas no has comprendido bien mi petición, pues no me refiero a esa clase de relación"-¡¿Pero qué mierd...?! -empecé a gritar furiosa. Una larga oración de insultos y maldiciones se escapó de mis labios, palabras que harían temblar al mismísimo Lord Voldemort. Me puse de pié y me acercé con paso fuerte a la orilla del lago, abrí el libro con una mano y comencé a arrancar con brusquedad las hojas, una por una, y a tirarlas al agua, viendo con una sonrisa macabra como se hundían en el agua oscura. Tomé lo que quedaba del objeto y lo arrojé lo más lejos que me fue posible. Me quedé allí, respirando agitadamente. Sonreí. Algo cayó con un fuerte golpe sobre mi cabeza, haciendo que me tambaleace.-¡Ay! -mascullé. Miré hacia abajo y ¡oh, sorpresa! allí estaba el maldito libro, burlándose de mi en el suelo y complétamente ileso. Lo levanté y lo arrojé contra el árbol. Cayó con lentitud, flotando como una pluma y se posó exactamente en el mismo lugar en que lo encontré minutos antes. Un sollozo se me escapó y me derrumbé en el suelo, escondiendo la cabeza entre mis piernas. No se cuanto tiempo estuve allí, llorando, cuando sentí que una mano golpeaba suavemente en mi hombro. -Oye, ¿estás bien? Reconocí su voz al instante. Esa voz que no era de un adulto, pero tampoco era ya la de un niño; esa voz que tantas veces me defendió y me dijo que todo estaría bien. Esa voz que pertenecía a ese chico de ojos esmeralda, esos ojos en los cuales tantas veces encontré consuelo; la de ese niño cuyos brazos me rodearon cuando sentí que ya no podía sostenerme en pie. Esa voz. Su voz, la de un hermano, pero aún más que eso. Pero que ahora no era nada, nada más que la sombra de quien alguna vez llamé amigo. Me giré, secando el agua de mis mejillas con el dorso de mi mano, para encontrarme mirando directo a un rostro preocupado con una extraña, pero famosísima, cicatriz en forma de rayo. Forcé una sonrisa. -Estoy... a quien le miento, me siento pésimo -balbuceé, riendo con ironía. Le miré unos segundos, su sola precencia me producía una mezcla extraña de sentimientos. Me sentía triste porque verle me recordaba lo que había perdido, pero, a su vez, me sentía cómoda, protegida, como siempre había sido cuando él estaba a mi lado- Sé que apenas si nos concemos, pero... ¿querrías quedarte un rato? Me dedicó una media sonrisa algo tímida, de esas que tanto lo caracterizaban, y sus mejillas se colorearon de rosa. -Vale -dijo, y se sentó a mi lado en el césped. Suspiré, sin sabes que decir para romper el silencio incómodo que reinó en aquel instante. -¿Tu eres... Hermione... ya sabes, tu... de Ron? -murmuró. Solté una risa ante su nerviosismo. -Si. -Ya. ¿Y que pasa con eso? -No te ofendas pero no quiero hablar de eso -susurré. -Vale.-¿Harry? -pregunté. -¿Si? Tomé aire con fuerzas, preparándome mentalmente para seguir adelante con la decisión que tomé en ese segundo. -Yo vengo del futuro -solté. -¿Qué? -me miró con el ceño fruncido. -Que vengo del futuro -ma pasé el dorso de la mano por la frente, estaba comenzando a sudar. Sabía perfectamente que estaba actuando como una lunática. -Si, claro -dijo lentamente cada sílaba, como hablando con una loca. -¡Harry! Hablo en serio. Mira, te contaré, pero es una larga historia.... -comencé, girándome hacia él. Le conté todo, y me refiero a absolutamente todo desde que esto empezó. Le hablé sobre que estábamos en sexto año, que yo era de Gryffindor y que él, junto con Ron, eran mis mejores amigos. Le dije de mis sentimientos por Ronald y de mi reacción ante su relación con Lavender, lo que me había llevado a la biblioteca esa noche. Por supuesto, procuré no revelar nada acerca de Ginny y él, o de Sirius; me sentí tentada de soltar lo último, la posibilidad de evitar una muerte era seductora, pero recordé lo que el director había dicho y entendí que eso sería extremadamente peligroso. Le hablé sobre mi llegada a Slytherin, sobre el perderlos a ellos, sobre lo que el libro pedía y sobre lo que Dumbledore dijo de eso. Le conté, algo avergonzada, mi beso con Ron y el reciente encuentro con Draco; así como las últimas palabras del libro de Otidlam, mi descarga de furia con éste, y su molesta reaparición. Le conté absolutamente todo. -Pero... ¿hablas en serio? -preguntó cuando terminé mi extenso relato. -¡Que sí, Harry! ¡Por Merlín, eras mi mejor amigo! Tiene que haber algo que lo demuestre... ¡Tu capa! Sé sobre tu capa de invisibilidad. -Eso puede habertelo dicho Ron...-La capa pertenecía a tu padre, James Potter. Y tienes el Mapa del Merodeador, que también pertenecía a él, te lo entregaron los mellizos Weasley el pasado año, si recuerdo bien. -Bien, pero eso puede que...-Al abrir el mapa -le interrumpí- tienes que murmurar las palabras "Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas"; entonces aparecen unos nombres... Lunático, Colagusando, Canuto y Cornamenta... aunque no sé si ese sea el orden. El mapa muestra a todos los estudiantes y profesores de Hogwarts y lo que estan haciendo y dónde están en ese precismo momento. Para cerrarlo y que nadie más lo vea, tienes que decir "Travesura Realizada". -Si, pero... -parecía un poco más convencido, pero aún algo dudoso. -Tu padre era Cornamenta, era animago ilegal y se convertía en un ciervo, de ahí tu patronus. Remus es lunático, el hombre lobo; y Sirius es Canuto, porque es un animago también y se convierte en perro. Colagusano es Pettigrew, el que traicionó a tus padres y a sus amigos uniéndose a Voldemort, se convierte en rata -un animal que a mi gusto, le queda perfecto- y... tu ayudaste a escapar a Sirius (aunque fue conmigo que lo ayudamos a huír, no sé como será en esta realidad alternativa) y él no es el asesino de tus padres, es inocente, y tu te mantienes en contacto con él, que es tu padrino, casi olvido eso. -Esto asusta...-Si quieres otros datos más personales: tu boggart es un dementor, cuando uno se te acercaba (antes de aprender el expecto patronus, que Remus te enseñó) te desmayabas; y justo antes de hacerlo oías un grito, de una mujer... tu madre, Lily, justo antes de ser asesinada. Y si quieres algo aún más personal, aquella vez en que te dormiste en el expresso, murmuraste que no podías dejar de fantasear con ver a Cho con un...-¡Ya! -me interrumpió. -Vale, esto me aterra. Yo... Hizo el intento de ponerse de pié y se tambaleó, su rostro tornándose pálido de repente. Si no fuera porque me puse de pié al mismo tiempo y le sostuve, hubiera caído de frente al suelo. -¿Harry? -pregunté, asustada. Él no contestó, se pasó una mano por la cabeza, mantenía la vista fija en el suelo y se apoyaba sobre mi brazo para no caerse.- ¿Harry, estás bien? Vamos a la enfermería, tal vez solo...Se giró repentinamente y clavó sus ojos en los mios. Me miró por unos segundos, fijamente, sin pronunciar palabra. -Hermione -su voz en un susurro cortó el silencio-. ¡Hermione! -sonrió, sacudiéndome de forma brusca por los hombros-. ¡Te recuerdo! Yo... las imágenes... lo recuerdo todo, tu, Ron y yo... El troll en las mazmorras, La casa de los gritos... ¡Ah!Volvió a tambalearse y llevó dos dedos a su cién, haciendo una mueca de dolor. -Son... demaciadas cosas... -masculló entre dientes. Le ayudé a sentarse otra vez. -Pero... ¿cómo... tu-tu me recuerdas? -pregunté entrecortadamente, arrodillándome frente a él.- ¡No me lo creo! ¿Hablas en serio? -Muy en serio. No puedo... Pero es imposible... no sabía que se podía viajar en el tiempo. Bueno, exceptuando tu giratiempos pero se lo devolviste a la profesora McGonagall a finales de tercero -abrió los ojos como platos- ¡Espera! ¿De dónde ha salido eso? ¡Auch! Reí, con lágrimas en los ojos. Pero, por primera vez desde que estaba en esta nueva realidad, éstas eran lágrimas de felicidad. ¡Me recordaba! ¡Mi amigo me recordaba! Me abalancé sobre él en un abrazo, sin poder dejar de sonreír. -¡Oh, Harry, te he extrañado tanto! -sollocé- A todos vosotros, a Ginny y Hagrid, a Remus... a Sirius, a todos, no te das una idea de cuanto os he extrañado. Él me separó un poco, mirándome con el entrecejo fruncido. Eso me asustó, ¿acaso ya se había olvidado de todo? -¿Que... que sucede? -¡No puedo creer que te hayas enamorado de Malfoy! Ese maldito hurón... ¡Jamás lo creería de ti, Hermione! ¡Y le besaste! ¡Asqueroso! Ese idiota... Si Ron supiera... -comenzó a gritarme, señalándome con un dedo acusadoramente. Pero yo no me sentí culpable, solo reí, porque el nudo que hace semanas aprisionaba mi garganta se había disuelto al fin. -¿Hermione? -preguntó, mientras me acomodaba a su lado- ¿Que es lo que harás ahora? La sonrisa se borró. Entonces me dí cuenta de que no todo estaba perfecto. Mi mejor amigo me recordaba, si, pero yo aún era una serpiente y dudaba que mis otros amigos pudieran recordarme aunque les dijese todo. -¿Para volver? No lo sé, no entiendo lo que el libro pide -respondí-. Yo... estoy agradecida de que me recuerdes, pero aún quiero mi vida, si pudiera saber... Quiero a mis otros amigos, volver a ser una leona, tener nuevamente al viejo Ron.-Eso significaría perder a Draco -murmuró.- ¿Le amas? -Si, si le amo -solté suspirando- No tengo idea de en que momento ocurrió eso, pero... se siente tan bien, Harry, y él también me quiere. Y ya no es el mismo, ha cambiado, creo que yo lo he cambiado. Pero aún así, aún con Lucy que es la persona más amable y divertida del mundo, aún con Draco... -la voz se me quebró- Me siento tan sola, Harry, me he sentido tan sola estos días y es horrible, sé que no estoy sola pero así me siento.Comencé a sollozar de nuevo, cosa que se me estaba haciendo costumbe, y sentí como unos brazos me rodeaban. Me abracé a Harry como si me fuera la vida en ello. -Estoy mojando toda tu camiseta -reí debilmente. Él acariciaba mi cabello con ternura, haciendome sentir protegida como solo él lo lograba. Me separé un poco y le miré, con una sonrisa triste en los labios. Se inclinó y depositó un suave beso en mi frente. -Tranquila, todo estará bien. No estarás sola, yo estoy aquí -susurró. Apoyé la cabeza en su hombro, agradecida. Repentinamente, Harry se sobresaltó a mi lado. -Hermione... Me erguí de un salto cuando observé el motivo de su repentino sobresalto: el libro de Otidlam, antes tirado junto al árbol, flotaba en el aire hacia nosotros, como si un "accio" lo atrayera.-¿Qué...? -comencé. El libro llegó a mis manos y en cuanto lo tomé, se abrió bruscamente, pasando las hojas a una velocidad de vértigo, hasta quedarse quieto en una cierta página. Esta vez no hizo falta que olfatease, porque las letras negras ya estaban allí. Harry comenzó a leer en voz alta a mi lado.-"Al fin has comprendido y tu lección has aprendido. Es a ese amor al que me refería, no al que tu creías. Ahora que lo has logrado, pide tu deseo y se verá al instante realizado."Mis ojos se abrían cada vez más a medida que mi mente procesaba las palabras. Entonces, en ese segundo comprendí todo. Entendí porque la confesión de Ron no había funcionado y por qué tampoco la de Draco. Comprendí por qué Harry me recordó y a lo que el libro se refería. ¡Que tonta había sido!-¿Eso quiere decir...? -Harry me sonrió de oreja a oreja- ¡Lo has logrado, Hermione! ¿Pero cómo... quién...?-¡Tu, Harry! -grité emocionada-. Tu lo has logrado, gracias a ti podré volver. -¿Yo? -parecía confundido-. ¡Pero si yo no te amo! Es decir, lo hago, pero como a una hermana... -¡Exacto! -chillé- Hoy me he encontrado a Luna en el pasillo, le he contado que creía estar enamorada de dos chicos, pero que no estaba segura de que en realidad fuera amor ¡¿Y sabes que me dijo?!-¿Que los Dinnymoys estaban jugando con tus hormonas? -sugirió. -Bueno, mencionó a los Dinnymoys...-Hace semanas que la tiene con eso... -puso los ojos en blanco. -¡Harry! -Si, si, lo siento, ¿que te dijo? -preguntó.-Dijo: "Hay muchas personas que no logran comprender que hay distintas formas de amar." -relaté- Y luego el libro, hace un rato, dijo "No has comprendido bien mi petición, pues no me refiero a esa clase de relación" ¡¿Entiendes?!-Eso creo... Entonces el libro no se refería a un amor romántico -propuso. -¡Pues claro! Se refería a otro tipo de amor, al amor que va mas allá de lo romántico -le sonreí con ternura, tomándole de la mano-, al amor de amigos, al de dos hermanos. No es que Ron o Draco no me amen sinceramente, es que me aman diferente a la forma de amor que tu me tienes. Cuando me recordaste, y me consolaste y me dijiste que estabas aquí, que todo iría bien... demostraste que me amas y que es un amor sincero más fuerte que el tiempo y que cualquier estúpido hechizo. Eso es lo que hacía falta. -Lo hemos logrado, todo volverá a la normalidad -la sonrisa desapareció de sus labios- ¿Lo hará, verdad, Hermione? ¿Pedirás el deseo, cierto? -Yo... -comencé.-¡Hermione! -un grito rasgó el aire. Tanto Harry como yo nos volteamos al lugar de donde provenía el sonido. Arriba, a unos cuantos metros, Draco y Ron corrían hacia aquí, mientras se empujaban el uno al otro. -¡Idiota, tu no la amas, ella es mía! -gritó Draco, propinándole un empujón al pelirrojo que hizo que éste cayera de espaldas al suelo. El Weasley sacó su varita. -¡Petrificus totalum! -gritó. El rubio se tumbó en el suelo para esquivar el hechizo. Ron se puso de pié y, tambaléandose, siguió corriendo colina abajo. Draco se incorporó y sacó también su varita, apuntando al chico con ella. La pelea seguía, y quien sabe cuánto más duraría hasta que los gritos despertaran a algún profesor. Los chicos bajaban a paso de tortuga al ser derribados por el otro. Me giré hacia Harry, que me miraba fijamente. -Hazo ahora -dijo. -Pero... -Hermione, yo también quiero que sea todo como lo era antes. Ahora que te he recordado, no soportaría que todo siguiera igual. Además, ¡tengo dos años más de educación en mi cabeza! ¿En serio quieres que haga dos años más de escuela, sabiendo que podríamos estar en sexto? Y Ginny... Hermione, ¡no besaré a Cho el año que viene cuando mis sentimientos por Ginny han vuelto! Por favor, por favor... Espera... Sirius... ¡Sirius! ¡Ah! Harry se inclinó, llevándo otra vez los dedos a su cien. Soltó un quejido de dolor. -¡Hermione! Parecía que los chicos al fin se habían rendido y habían entendido que era mejor correr lo más rápido posible hacia la chica que tumbarse el uno al otro. Draco iba en la delantera, y ambos estaban a unos pasos de llegar. Abrí el libro en mis manos y tomé aire, preparándome para hablar. -No, Hermione, Sirius... -masculló Harry entre gemidos de dolor. -Perdón, Harry, también le extraño... pero las cosas ya no pueden cambiar más -murmuré. Inspiré hondo-. Deseo que todo vuelva a ser como era -susurré, con la voz algo entrecortada. Un viento fuerte azotó mi rostro y todo comenzó a enborronarse a mi alrededor. Sentí una mano posarse en mi hombro y cuando con dificultad me giré hacia allí, unos ojos plateados me miraban con preocupación. -¿Hermione? -su voz retumbó en las paredes de mi cabeza. Se arrodilló frente a mi y me tomó la mano; podía ver a Ron parado atrás, forcejeando con Harry, que le tenía agarrado como podía, aunque parecía algo pálido. Clavé mis ojos en los del rubio frente a mi. Un viento fuerte como un tornado envolvió mi cuerpo y me alzó en los aires, pero yo aún seguía aferrada a la mano de Draco. -¡Hermione! -gritó desesperado, intentando acercarme a él con todas su fuerzas. -Lo siento... -susurré, sintiendo una lágrima resvalar por mi mejilla. Con un último esfuerzo, dejé de presionar su mano y sentí mis dedos resbalarse lentamente entre los suyos. Luego el tornado me expulsó al cielo y todo se volvió oscuro.
EPÍLOGO
Abrí los ojos con lentitud, algo asustada por lo que podría ver ante mi. Pero cuando lo hice, un suspiro de alivio se escapó de mis labios. Miré a mi alrededor, la biblioteca seguía tan igual como siempre. Observé que, tal como antes de que todo cambiara, era de noche. Me puse de pié lentamente y me quedé quieta en el lugar, conteniendo la respiración unos segundos. Nada, ningún sonido extraño rompía el silencio. Quise sonreír, debía hacerlo, porque parecía que todo era normal una vez más. Pero la imagen de unos ojos color gris plata aún estaba clara en mi mente. Salí de la biblioteca corriendo, sin molestarme por no hacer ruido. Si querían castigarme, ¡que lo hicieran! ¡al diablo con eso! Debía llegar a la Sala Común de Gryffindor cuanto antes, tenía que comprobar que no hubiera caído en tercer año y ahora fuera una Hufflepuff o algo así. Mis piernas ardían cuando llegué al séptimo piso y frené frente al retrato de la Señora Gorda. -Caramelos de calabaza -dije, respirando agitadamente. -Estas no son horas de venir, señorita -me retó la señora del retrato, pero se hizo a un lado y entré en la Sala Común. Todo estaba como lo recordaba. En ese momento sí sonreí, porque me sentía en casa y era una sensación maravillosa. Corrí escaleras arriba y, sin golpear, entré en la habitación de Ginny. Me dirigí a su cama y la sacudí de los hombros. -¡Ginny! ¡Ginny, despierta! -susurré en su oído. -¿Hermione? -balbuceó- ¿Que mier...? ¡No molestes! Se giró con la intención de continuar durmiendo. La abracé y le planté un sonoro beso en la mejilla. Había dicho mi nombre, eso era suficiente para saber que me recordaba a la perfección. Se quejó y la dejé tranquila, salí de la habitación y bajé las escaleras. Me paré frente a la que llevaba a las habitaciones de los chicos.No debería. No está permitido. Al diablo. Subí las escaleras saltando los escalones de dos en dos. Llegué frente a la puerta donde sabía que mis amigos se encontraban durmiendo tranquilamente en sus camas, ignorantes a todo lo que sucedía dentro de mi cabeza y mi corazón, indiferentes al gran cambio que se había producido dentro de mí. ¿Recordaría Harry lo que sucedió? Lo dudaba. Vacilé unos segundos pero al fin decidí esperar hasta el día siguiente. Si entraba en el cuarto de los chicos en medio de la noche para abalanzarme sobre Harry y Ron llorando como una niña sin que éstos entendieran que rayos sucedía... No, mejor esperaría a mañana. Volví a mi cuarto y me recosté en mi cama. Esa noche me dormí con una sonrisa, sintiendo como un enorme sentimiento de tranquilidad me invadía. Aún así, cuando cerré los ojos, aún podía sentir una conocida voz masculina llamarme a gritos desesperados por mi nombre. Y no importaba cuánto lo intentara, ya no podía responderle.
-¿Mione? ¡Hermione! -alguien gritó en mi oído. -Ya déjame, Lucy, no molestes... -murmuré, reacia a despegarme de la almohada. -¿Quién es Lucy? -preguntó la voz, que en ese momento reconocí como la de Ginny. Me senté en la cama de un salto y observé a la pelirroja, que me miraba con una sonrisa. Me puse de pié y la estreché entre mis brazos. -¿Que haces? -dijo, riendo.-Nada, solo que... -le miré a los ojos- nada, solo que me alegra tenerte como amiga. -Bien... -me miró entrecerrando los ojos.- ¿Vienes a desayunar? -¡Ron! ¡Harry! -chillé emocionada. Bajé las escaleras, esa noche me había dormido con la ropa puesta así que ni me molesté en cambiarme. Algo asqueroso, lo sé, pero nada más me importaba en ese momento. Practicamente salté sobre Harry cuando ví que éste terminaba de bajar las escaleras. -¡Por Merlín, Hermione! ¿Qué...? -masculló mi amigo, intentando safarse de mi. Me alejé un paso, los labios me dolían de tanto sonreír. -¿No lo ves, Harry? ¡Al fin admitirá que te ama! -dijo Ron. Jamás, pero jamás, me había alegrado tanto de escuchar la voz de Ronald. Me abalancé sobre él, conteniéndome para no llorar. -¿Qué...? -le callé cuando planté un sonoro beso en su mejilla. El muy bobo se quedó mirándome con la boca abierta mientras se tocaba la mejilla como en un sueño. Solté una carcajada, aunque algo extraño se revolvió en mi estómago.-¿Vamos a desayunar? ¡A la mesa de Gryffindor! -chillé como una loca. No podía evitarlo, sabía que estaba actuando como lunática. Salí trotando de allí y corrí entre los estudiantes que se dirigían hacia el Gran Salón por su desayuno. En el camino me crucé a Neville, que se convirtió en otra pobre víctima de mis abrazos asfixiantes. También me topé con Luna, que me saludó alegremente. -Hola, Hermione -dijo. Le dediqué una sonrisa radiante. -¡Luna! Oye, estaba pensando... De vez en cuando, recuérdame que te escuche un poco más, ¿si? A veces olvido que eres una Ravenclaw, más inteligente de lo que pareces. -Vale -respondió felizmente. Comenzó a alejarse de mi. -Y, ¿Luna? -le llamé.-¿Si?-Tienes un Dinnymoy en tu cabello -le grité.-¡Oh!Seguí caminando por el pasillo mientras los pocos estudiantes terminaban de dispersarse y desaparecer a mi alrededor. Mis piernas solo seguían su camino, pero ahora a un ritmo lento, mientras yo cerraba los ojos y alzaba la cabeza al techo. ¿Conocéis ese sentimiento, cuando uno se siente apresado, invadido, sofocado, y entonces sales fuera y una brisa se levanta pegando de lleno en tu rostro, acariciando tus cabellos? ¿Ese revoltijo de sentimientos, cuando sabes que no todo está justamente como lo quieres, pero sabes que todo es imperfectamente perfecto tal cuál es? ¿Esa sensación de al fin estar en casa después de un largo y agotador viaje? ¿Ese dolor que se instala en el pecho, y que sabes que tardará mucho en desaparecer, pero que aprenderás a vivir con él como un compañero indeseable con el que te ves obligado a trabajar? Sentía todas estas cosas al mismo tiempo, mientras caminaba por los pasillos que, aunque seguían siendo los mismos de siempre, se sentían diferentes para mi. -¡Hey, ratoncito! ¿Que es lo que haces? -una voz de tono jocoso interrumpió mis pensamientos.El corazón se me detuvo y volvió a acelerar su ritmo. ¿Cómo podía una sola persona, sin siquiera tener la intención de hacerlo, causar tan inmediata reacción en mi cuerpo? Me giré hacia él, inspirando con fuerzas, mientras una sonrisa de reciente confianza se apoderaba de mis labios. Al fin mis ojos se clavaron en los suyos y pude ver con placer como se estremecía ante la intencidad de mi mirada. No flaquié, no respiré, solo me quedé mirándole y sonriéndole como si supiera algo que él ignoraba. Y lo sabía. Estaba solo, hoy sus amigotes no le acompañaban, y de veras me alegré de ello, puesto que no hubiera tenido el valor suficiente de hacer lo que hice a continuación. -¿Acaso fantaseas con no s-ser más la sangre sucia tra-traga libros que eres? -tardamudéo, moviendose incómodo ante mis postura de determinación pura. Las personas no saben lo fácil que es intimidar a quienes se creen superiores cuando se tiene completa confianza en uno mismo. Le regalé la sonrisa más radiante y seductora de la que fuí capaz. -De hecho, Draco, estaba pensando en ti -dije con decisión. Giré sobre mis pies y, sin darle tiempo a reaccionar, seguí mi camino hacia el Gran Salón. Tenía demaciados amigos con los que recuperar el tiempo perdido. Tenía demaciadas taread que hacer para el día siguiente. Tenía demaciadas cosas en las que pensar. Tenía demaciada alegría para sentirme de otra forma que no fuera feliz. Tenía una amorosa chica de Slytherin con la que quería entablar una amistad. Tenía un chico que conquistar, uno que justo ahora, me miraba sorprendido alejándome de él. Tenía una boca que volver a conquistar, tenía un cabello que deseaba volver a tocar, tenía un nombre que estaba ansiosa por volver a pronunciar.
Tenía unos ojos gris plata de los que volverme a apropiar.
Y sí, esta historia ha terminado. Para las que querías que Hermione se quedara con Draco, pues lo lamento, pero ella no podía quedarse en Slytherin y abandonar a sus amigos. No, siempre supe que volvería a la normalidad si tuviera lo oportunidad de hacerlo. No se ha quedado con Ron, tampoco con Draco, aunque es obvio de quién se ha enamorado. Espero que al leer este fic se os haya escapado alguna sonrisa, espero haberos hecho pasar un buen rato. Gracias por los comentarios, por leer, por apoyarme. Siempre, pero siempre, infinitas gracias a mi Unicornio Mágico preferido, sin quien esta historia (y probablemente todas mis otras historias) hubieran quedado en el olvido, en un intento fallido. Gracias por tanto, a todos. Espero no haberos decepcionado.
Saludos, y hasta siempre...
JEYPIEM
Lo que el tiempo se llevó� ¿Lo traerá de vuelta? - Potterfics, tu versión de la historia
En la torre de Astronomía una alumna de sexto año lloradesconsoladamente cuando una rubia de ojos grandes la sorprende desde atrás.
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2024-09-14
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