El brillo de sus ojos
¿Por qué?, sí, ¿Por qué?, digo, ¿De verdad le habrá dolido lo que le dije?, sí, he de admitir que me pasé, pero siempre lo insulto y nada cambia en él, ¿Qué hay de diferente esta vez?, sus ojos nunca han perdido el brillo hasta hace una pocas horas, justo después de dejarle claro que no saldría con él, que primero me caso con el calamar gigante, que lo odio, que me dejara en paz y que no lo soporto, ¿Pero qué cambió esta vez?, siempre le dijo lo mismo y al día siguiente me vuelve a preguntar lo mismo, como si nada hubiera ocurrido, como si nunca le hubiera dicho nada, entonces ¿Por qué? ¿Por qué esta vez ese brillo que tanto me gusta desapareció? ¿Por qué? Yo por más que le dijera lo que le dijera yo nunca he querido eso, no, yo nunca he querido que ese brillo salga de sus hermosos ojos chocolates. Lo peor es que claramente es por mi culpa, y es que ahora que recuerdo nunca le había dicho tan directamente que lo odiaba, que quería que se alejara de mi, que lo único que hace es estorbar, que no lo soporto, que es un ególatra, un arrogante, un presumido, que nunca saldría con una persona tan despreciable como él, no, nunca se lo había dicho tan directamente, siempre se lo había dicho de manera indirecta, pero estaba sobreentendido que así era, entonces ¿Será eso? ¿Será que mis palabras le dolieron? ¿Pero por qué? Sí al fin y al cabo yo soy solo un capricho, un trofeo, algo que le interesa por qué no ha podido obtener, soy como una meta para él. Entonces, ¿Por qué? ¿Por qué el brillo desapareció justo después de que le dije lo que le dije? ¿Por qué? ¡NO! ¡Yo no quiero que ese brillo desaparezca! Me gusta, me gusta que sus ojos posean ese brillo, no quiero que desaparezca, no.
Tengo que hablar con él, sí, eso es lo que debo hacer.
Pero hay un problema, y es que son las 2 de la mañana, supongo que está dormido, y tampoco quiero despertarlo, pero necesito hablar con él, sí, es una necesidad.
Entonces, ya abajo, en la Sala Común, me acuerdo que es viernes, sí, viernes, Black nunca está en su habitación un viernes, siempre se va con una chica a hacer quién sabe qué cosa, y a Remus, Peter y James, les gusta pasar los viernes en la Casa de los Gritos, entonces con un poco de suerte Remus y Peter estarán en la casa de los gritos, y James, James estará solo en su habitación, así que, podré hablar con él.
Subí las escaleras hacia su habitación, al encontrarme con su habitación abrí la puerta, y lo vi, lo vi, durmiendo, solo, tan
tan dulce, tan tierno ¡Lily estamos hablando del ególatra de Potter!. Volviendo a mi realidad, él se encontraba durmiendo plácidamente solo en la habitación, así que decidí acercarme.
Poco a poco fui acercándome a su cama, y al estar a escasos centímetros de él, no puede evitar notar la sonrisa que se formó en mi rostro.
Por primera vez pude ver a James, no a Potter, no a ese niño que siempre quiere ser el centro de atención, que sale con la primera chica que pasa al frente suyo, no, a James, simplemente a James, ese que no he tenido la oportunidad de conocer.
-James -Le llamé, para ver si podíamos hablar, pues teníamos que hacerlo.
-Lily
-Murmuró todavía en sus sueños.
¿A caso James estaba soñando conmigo? Sin saber exactamente por qué, otra sonrisa tímida se formo en mi rostro.
Me acerque más, y más, hasta estar a solo unos escasos milímetros de sus labios, entonces le susurré:
-James, despierta -Le dije dulcemente.
El susodicho abrió sus ojos poco a poco, sonrió, sonrió al verme ahí, tan cerca de él, pero como dicen que todo lo bueno tiene que terminar, el salió de su "trance" por así llamarlo.
-¿Lily? ¿Qué...? ¿Qué haces aquí? -Me preguntó confundido, y obviamente nos separamos, ya no estábamos tan cerca. Cosa que me desagradó
-James
Yo
tenemos que hablar -Tartamudeé.
Pude notar la sonrisa que se formó en sus labios al oír que lo llamaba por su nombre y no por su apellido, cómo también pude notar que ese brillo había vuelto, y no quería que volviera a desaparecer haría lo que fuera para que éste permaneciera siempre ahí, es sus hermosos ojos chocolate.
-¿Ah sí? ¿Y de qué? -Me preguntó.
-De lo que pasó hace un rato
-No pude terminar, ya que él me interrumpió.
-Tranquila, Evans, yo
-Pude notar cómo claramente la sonrisa que había aparecido en sus labios, se fue desvaneciendo, al igual que el brillo de sus ojos, y eso no me gustó, no, y lo que más me dolió es que claramente yo soy la culpable de que ese brillo que tanto lo caracteriza haya desaparecido, y eso no me agradaba, no, más bien me dolía. -Yo ya entendí que me odias, que yo para ti soy un estorbo, que nunca me darás una oportunidad -Noté como agarraba fuerza, cómo la voz se le quebraba, pero lo que más me dolió fue saber que las palabras que me dijo a continuación le causaron tanto daño- Yo te voy a dejar en paz, yo no te voy a molestar más, Evans, yo me voy a olvidar de ti, ya que tú, así lo prefieres.
Tenía un hueco en el corazón que cada vez se hacía más grande, cada vez dolía más, y lo peor es que era por él, James, James me hacía daño al él estar mal.
-James, yo
-De nuevo me interrumpió, y no pude terminar.
-Lily, yo te voy a dejar en paz, pero sólo necesito una cosa antes de hacerlo -Me dijo mirándome a los ojos- Dime que me odias, pero dímelo mirándome a los ojos, y te juro, que después de esto, no volverás a saber nada más de mi, te dejaré en paz para siempre, pero solo mírame a los ojos y dímelo.
-James yo
-Hice lo que me pidió, lo miré, miré esos ojos que nunca admití que me gustaban, pero que en el fondo me encantaban, el brillo había vuelto, el brillo reflejaba esperanza, él tenía esperanza en lo que podía decirle, que podía cambiar de opinión, y decirle todo aquello que él ha esperado hace 6 años. Entonces, lo entendí, nunca lo odié, jamás lo hice, ni podré hacerlo. Poco a poco fuimos acercándonos, hasta fundirnos en un beso, uno tierno y a la vez apasionado, uno que nos demostraba cuánto nos necesitabas, cuánto nos amábamos, uno mágico. Al separarnos, por falta de aire, ninguno abrió los ojos, todo parecía un sueño, uno del que ambos no queríamos despertar, entonces pegó su frente a la mía, agarrándome el rostro, para que no me fuera, para que no me separara de su lado. Pero tenía que terminar de decirle lo que le iba a decir así que continué- James, yo
Yo te amo.
Pude notar cómo poco a poco una sonrisa verdadera se apoderaba de su rostro, y al abrir sus ojos, lo vi, vi el brillo de sus ojos, ese que tanto me gustaba, él estaba feliz, y eso me gustaba.
-Yo también te amo, pelirroja, siempre lo he hecho y nunca dejaré de hacerlo. -Me dijo con su peculiar brillo, ese que tanto me gustaba.- Espero que tú tampoco dejes de hacerlo.
-No, James, jamás lo dejaré de hacer -Y sin más, nos fundimos en un beso, uno de mucho que estaban por venir.
Y sin más terminé "durmiendo" con él.
Entonces, entendí algo, que siempre me había negado a admitir, yo estaba perdidamente enamorada de James Potter, y lo descubrí gracias al brillo de sus ojos, ese brillo mágico, ese que te alegra el día, ese brillo que sólo tiene para mí, ese brillo que si desaparece tu vida pierde sentido, ese brillo, el brillo de sus ojos.
"Mi héroe, Cornamenta"
-¡Alice! -Le grité- ¡¿estás loca?! ¡¿Dónde pretendes que dormiré, entonces?! -La fulminé con la mirada, mientras le gritaba aquello.
Alice definitivamente estaba loca, pretendía pasar la noche con Frank en NUESTRA habitación ¡¿dónde iba a dormir yo?!
-Vamos, Lils -Mi dijo suplicante- Gabriela y Bella se fueron a dormir a otra parte -Ella eran mis otras compañeras de cuarto- ¿por qué tú no? ¡Por favor, Lily! Es sólo una noche. -Me miró con súplica en sus ojos.
Alice raras veces me pedía favores, era muy amiga mía, y la quería muchísimo, así que ¿por qué no?, total sólo es una noche, ya me las arreglaría.
-Está bien, Alice. -Le dije, ésta me sonrió inmensamente al escuchar que había cedido.
-¡Gracias, Lily!
Guardé las cosas necesarias para pasar la noche en yo-no-sé-dónde, y unos cuantos libros en un bolsito que hechicé para que cupieran todas esas cosas.
Antes de irme me volteé una última vez para ver a Alice, ésta tenía una sonrisa de oreja a oreja, y se encontraba acomodando las cosas para ordenar un poco la habitación.
-¿Alice? -La llamé.
-¿Sí?
-Yo lo siento, cuando quieras puedes volver a hacer esto, pero sólo avísame con más tiempo, y no treinta minutos antes de que Frank venga. -Sentía que realmente estuvo muy mal de mi parte no haber querido irme antes, por eso me disculpé.
-Tranquila, Lils -Sonrío ésta- y gracias, lo tomaré en cuenta, lo que pasa es que esta vez se me pasó decirte, y pensaba que Bella o Gabriela te lo habrían dicho. Si hay próxima vez, serás avisada con mucho tiempo de anticipación. -Me sonrío.
Terminé de salir, ya que, en diez minutos iba a ir Frank para allá. Bajé a la Sala Común, eran las diez de la noche, por eso ésta se encontraba vacía, y es que los alumnos acostumbraban subir a sus respectivas habitaciones a las nueve y media, por eso casi nunca a una hora como esta se encontraban alumnos en ella, y esta ocasión no era la excepción.
Me senté en un cómodo sofá frente a la chimenea, supongo que tendré que dormir en la Sala Común, ya que, no se me ocurría otro lugar mejor, así que me acomodé y empecé a leer un poco.
Pasé un buen rato leyendo, pero no quería seguir haciéndolo, así que, cerré el libro, y me recosté en el sofá. No tenía sueño, ni un poquito, por lo tanto me paré y salí de la Sala Común, salí a caminar un rato. No sé cómo salí del Castillo, pero me encontraba en los terrenos de éste. Seguí caminando.
Estaba a punto de entrar al Bosque Prohibido, cuando, algo en éste me llamó la atención, por lo que decidí entrar, estaba oscuro, no podía distinguir bien qué era lo que llamó mi atención, estaba lejos de mí, y yo cada vez me acercaba más y más, sin hacer ruido, no quería espantarlo ni que se diere cuenta de que yo estaba ahí, observándolo. Entendí que se trataba de un animal, pero quise acercarme más para saber de cuál animal se trataba, total, ya estaba ahí y no tenía nada mejor que hacer.
Me acerqué más y más, hasta que pude distinguir que se trataba de un ciervo, pero no cualquiera, no, era hermoso, era magnífico, nunca había visto un ciervo cómo aquél, era magistral, inspiraba respeto, era estupendo, era especial, sí, era distinto. Decidí contemplarlo más de cerca por lo que intenté acercarme más, y así lo hice, el ciervo se encontraba tomando agua, sin haberse percatado de mi presencia, yo quise acercarme aún más, pero fue un error, ya que pisé una rama e hice ruido al hacerlo, el ciervo inmediatamente volteó.
Me maldije por ser tan estúpida.
El ciervo me miró y yo a él, conocía esa mirada, la conocía, estaba segura, no sé de dónde, pero la conocía, se me hacía muy familiar, extremadamente familiar, yo sabía que la había visto en algún lado, no estaba segura en cuál, pero si la había visto.
De repente el ciervo quito sus ojos de mí y los posó en algo que tenía muy cerca, estuve a punto de voltear cuando escuché un aullido, uno extremadamente cerca, no quise voltear sabía que era, y estaba demasiado cerca de mí.
"¡Mierda! ¡Hoy hay luna llena! ¡Remus!, ¡Joder! ¡Remus!" Eso fue lo único que me vino a la mente en ese momento. Y de repente sentí una respiración en mi oído, no era una respiración humana, no, era la de un lobo, un hombre-lobo, uno que conocía.
Sentí como me daban con algo muy duro en la espalda lo que hiso que me callera boca arriba y tuviera encima al lobo, sentía su respiración sobre mí, su aliento, su baba me caía en la cara, y su cuerpo me tenía apresada entre él y el suelo, me arañaba con sus garras, tenía ya el cuello y los brazos con fuertes cortes debido a sus garras. De repente miró al cielo y aulló, luego de eso bajó su mirada y me miró fijamente, sabía lo que venía, sabía que me mordería, sabía que después de hoy, todas las noches de luna llena yo sería otra, sería una de ellos.
Pero no, estaba equivocada, justo en ese momento en el que cerré los ojos porque sabía lo que venía a continuación, el ciervo se le tiró encima al lobo, quitándolo de encima de mí, estaban peleando, vi cómo el ciervo le daba al lobo con sus magistrales cornamentas tratándolo de alejar de mí, vi cómo se batían en un duelo, vi cómo el lobo lo arañaba, vi cómo el ciervo se defendía, y también vi cómo el lobo mordía una de sus patas delanteras haciendo chillar al ciervo de dolor y que callera al suelo, el lobo al ver esto, se dirigió hacia mí con las misma intenciones de antes, morderme. Estuvo a punto de hacerlo, pero de nuevo el ciervo me salvó, le dio con sus cornamentas en todo el estómago, para empujarlo, y así fue, el lobo fue a parar a unos tres metros de distancia de nosotros.
El ciervo se puso delante de mí, vi cómo estaba de herido, vi cómo tenía la pata sangrando y cojeando, estaba realmente mal, muy mal, y aún seguía peleando, si seguía así lo más probable era que lo matara, pero ¿por qué lo hacía? ¿Me estaba defendiendo? Es que eso parecía, sé que es algo totalmente ilógico que un animal arriesgue su vida por mí, y menos cuando no me conoce. Volví a la realidad y vi cómo el lobo se volvía a acercar para matar al ciervo y éste dispuesto a pelear otra vez, pero yo sabía que no resistiría estaba muy herido y era grave, si volvía a pelear lo matarían.
Cuando el lobo estuvo a punto de atacar, saltó un enorme perro negro y mordió al lobo, lo que el lobo también hiso con éste, estaban peleando no había duda.
Yo me encontraba herida, estaba sangrando por todas partes gracias a los arañazos del lobo, tenía que ir a la enfermería y lo más importante salir de ahí. Pero no podía sentía los huesos dolerme, y bueno era compresible, ya que, la fuerza del lobo era bastante, y cuando me tumbo y se puso encima de mío no es que fuera tan liviano y débil.
Yo me encontraba débil, incapaz de pararme.
Y sin darme cuenta de cómo lo hiso, el ciervo me montó en su lomo, y me estaba sacando del bosque.
Sentía cómo cojeaba, él estaba más débil que yo, y seguía siendo más fuerte que yo, era algo irónico. Al salir del bosque se dirigió al castillo, no sé cómo lo conocía, pero se dirigió hacia éste.
Me llevó a la enfermería y me recostó en una camilla. Luego de eso no recuerdo más nada, será porque me dormí.
Toda la noche soñé con ese ciervo, en la manera en que me salvó, era un héroe, era mi héroe, no parecía un animal, más bien parecía una persona, yo sabía que era especial, desde que lo vi lo supe, y no me equivoqué.
Al despertar me percaté de que me encontraba en la enfermería, y Potter estaba sentado junto a mi camilla, acariciándome el cabello muy dulcemente, y entonces recordé todo lo que había pasado.
-¿Qué haces aquí? -Le pregunté a Potter.
-¡Lily! -Él no se había percatado de que estaba desierta hasta que le hice la pregunta- ¡Me alegro que hayas despertado! -Dijo con una sonrisa.
En ese momento me fijé en lo mucho que estaba herido Potter, y que tenía un yeso en la mano derecha.
-¡¿Qué te pasó?! ¡¿Quién te hiso eso?! -Le pregunté alarmada ¡ESTABA MUY MAL HERIDO!
-Nada, Lily, tranquila, es mejor que descanses -Me dijo con una sonrisa y volviéndome a acariciar el cabello, mirándome fijamente.
Fue ahí, justo en ese momento que lo entendí, ¡ESA MIRADA ERA LA DEL CIERVO! Por eso yo al conocía, todo cuadra si Remus es hombre-lobo y los merodeadores siempre están con él en las lunas llenas y nunca salen heridos, es porque son animagos ¡JAMES ES EL CIERVO! ¡JAMES ME SALVÓ!
-Gracias, James -Le dije mirándolo a los ojos y sonriéndole, él me devolvió el gesto.
Entonces pensé, James es mi héroe, mi héroe, él me salvó, arriesgó su vida por mí, casi lo matan por sólo defenderme, es un héroe, es mi héroe. Mi héroe, Cornamenta.
Después de todo, no fue el peor día de mi vida
Misamigas y yo nos dirigíamos al lago, después de haber presentado el TIMO deDefensas Contra las Artes Oscuras. Una vez en éste, mis amigas y yo metimos lospies en el Lago. Se sentía tan bien.
-¡Oh!Definitivamente esto me hacía falta -Dijo Alice, después de haber metido suspies en el agua del Lago.
-NOShacía falta -Dijo Bella, remarcando la primera palabra.
Nosquedamos varios minutos con los ojos cerrados, disfrutando de ese momento, deverdad nos hacía falta relajarnos, esta semana había sido terrible, teníamosmucho estrés acumulado por los TIMOS de las distintas materias.
-¿Oye,Lily? -Llamó mi atención Gabriela.
-¿Mmm?-Respondí, ninguna de nosotras había abierto los ojos.
-¿Cómocrees que te fue en el TIMO?
-Bien,muy bien.
-¿Tesabías todas las preguntas?
-Sí,todas. ¿Y tú? ¿Cómo crees que te fue?
-Bien,supongo.
-¿Tela sabías todas?
-No,pero si la mayoría.
-Esoes buena señal. -Ella asintió- ¿Y a ustedes, chicas? ¿Cómo les fue? -Lespregunté a las otras dos.
-Bien.
-Nome quejo. -Reímos ante la respuesta de Bella.
-¿Quéhabrá pasado allá? -Preguntó Alice señalando al montón de gente que estaba unoscuantos metros atrás de nosotras.
Todasvolteamos, y vimos una figura en el aire, pero ninguna pudo distinguir quiénera. Se podía ver que era de Slytherin por su uniforme, luego me fijé lo másque pude, era bastante pálido, y tenía el pelo de un negro brillante, era hastagrasoso -"¡Joder!" Pensé- Ya sabíaquién era, era Sev. Tenía que ir a ayudarlo.
Saquémis pies del agua, y me dirigí al lugar donde estaba la multitud, ignorando losllamados de mis amigas, preguntándome a dónde iba.
Conformeme iba acercando distinguí a dos siluetas que reconocería dónde fuese, erannada menos y nada más que Black y Potter, las dos personas más insoportables ami parecer.
-¡DÉJENLOEN PAZ! -Le espeté a Potter.
Pottery Black giraron sus cabezas. El primero inmediatamente se llevó la mano quetenía libre a la cabeza y se revolvió el cabello. Era estresante.
-¿Quétal, Evans? -Me saludó Potter.
-Déjenloen paz -Le repetí a Potter, mirándolo con antipatía- ¿Qué les ha hecho?
-Bueno-Respondió Potter e hizo como si reflexionara acerca de la pregunta- , essimplemente que existe, no sé si me explico
Muchosde los alumnos presentes rieron, incluidos Black y Pettigrew, pero Remus no,que seguía concentrado en su libro, y tampoco yo.
-Tecrees muy gracioso -Le afirmé con frialdad-, pero no eres más que unsinvergüenza, arrogante y brabucón, Potter. Déjalo en paz.
-Lodejaré en paz si sales conmigo, Evans -Me replicó rápidamente- Vamos, salconmigo y no volveré a apuntar a Quejicus con mi varita.
Alas espaldas de Potter, el efecto del embrujo paralizante estaba remitiendo ySeverus se arrastraba con lentitud hacia su varita, escupiendo espuma de jabón.
-Nosaldría contigo ni aunque tuviera que elegir entre tú y el calamar gigante -Leaseguré.
-Malasuerte, Cornamenta -Exclamó Black con viveza y se volvió a Severus -¡Eh!
Demasiadotarde: Severus apuntaba con su varita a Potter; se produjo un destello de luz,un tajo apareció en la cara de Potter y la túnica se le manchó de sangre.Potter giró rápidamente sobre sí mismo: hubo otro destello, y Severus quedócolgado por los pies en el aire; la túnica le tapó la cabeza y dejó aldescubierto unas delgadas y pálidas piernas y unos calzoncillos grisáceos.
Muchosde los curiosos vitorearon a Potter; Black, Potter y Pettigrew rieron acarcajadas.
Miexpresión de rabia había vacilado un poco, ya que, me dio un poco de gracia vera Severus así, pero grité:
-¡Bájenlo!
-Comoquieras -Convino Potter, y apuntó hacia arriba con su varita.
Severuscayó al suelo como un montón de ropa arrugada. Se desenredó la túnica y se pusorápidamente de pie, con la varita en la mano, pero Black exclamó -¡Petrificustotalus!- y Severus volvió a caer de bruces, rígido como una tabla.
-¡DÉJENLOEN PAZ! -Les grité, y ahora también enarbolaba mi varita. Potter y Black memiraron con cautela.
-Porfavor, Evans, no me obligues a echarte un maleficio -Protestó Potter conseriedad.
-¡Puesretírale la maldición!
Potterexhaló un hondo suspiro, se volvió hacia Severus y pronunció lacontramaldición.
-Yaestá -Dijo Potter mientras Severus se ponía trabajosamente de pie- Has tenidosuerte de que Evans estuviera aquí, Quejicus
-¡Nonecesito la ayuda de una asquerosa sangre sucia como ella! -Exclamó Snape.
Sentícomo algo en mí se partía, pero no lo demostraría, así que, parpadeé y,fríamente le dije:
-Bien,la próxima vez no me meteré donde no me llaman. Y por cierto -Añadí- , yo quetú me lavaría los calzoncillos, Quejicus.
-¡Pídeledisculpas a Evans! -Le gritó Potter a Snape, apuntándolo amenazadoramente conla varita.
-Noquiero que lo obligues a pedirme disculpas -Le grité- Tú eres tan detestablecomo él.
-¿Qué?-Gritó Potter- ¡Yo jamás te llamaría
eso que tú sabes!
-Siempreestás desordenándote el pelo porque crees que queda bien que parezca que acabasde bajarte de la escoba, vas presumiendo por ahí con esa estúpida snitch, tepavoneas y echas maleficios a la gente por cualquier tontería
Me sorprende quetu escoba pueda levantarse del suelo, con lo que debe pesar tu enorme cabeza.¡Me das ASCO! -Exclamé y me di media vuelta, y me marché de ahí a un buen paso.
-¡Evans! -Me gritóPotter- ¡Eh, EVANS!
Perono volteé.
Teníalágrimas ahogadas. ¿Por qué me dijo eso? ¿Qué le hice? Él sabía perfectamente cómome afectaba esa palabra, y es que, toda la vida me han venido juzgando por serhija de Muggles, claro que no todos, pero si me juzgan por eso, por ser unamaldita hija de Muggles, una maldita "sangre sucia", tal como me lo dijo él.
Teníainmensas ganas de largarme a llorar, a gritar, dónde no pudiera ser vista oescuchada, y es que me da una impotencia no poder sacar aquel día de mi mente,cuando él me dijo, que ser hija de Muggles no tenía importancia.
FLAHSBACK
Nos encontrábamos en unbosquecillo. Entre los troncos veía fluir el río bañado por el sol y losárboles proporcionaban una sombra fresca y verdosa. Ahí nos encontrábamos Sev yyo de pequeños, estábamos sentados en el suelo con las piernas cruzadas, unoenfrente del otro.
-Va en serio, ¿verdad? No esninguna broma, ¿eh? Petunia dice que mientes porque Hogwarts no existe. Pero esreal, ¿verdad? -Le pregunté a Sev.
-Es real para nosotros. Paraella, no. Pero tú y yo recibiremos una carta -Me aseguró Severus.
-¿Seguro? -Dudé
-Segurísimo -Me confirmó Sev.
-¿Y nos la traerá unalechuza? -Pregunté en voz baja.
-Normalmente llega así. Perotú eres hija de Muggles, de modo que alguien del colegio tendrá que ir a explicárseloa tus padres.
-¿Tienemucha importancia que seas hijo de Muggles?
-No-Respondió Sev- No tiene importancia.
-¡Ah,bueno! -Suspiré más tranquila, era evidente que estaba preocupada.
FINFLASH BACK
Cómodolía acordarse de ese momento, cuánto dolía.
Estabatan sumida en mis pensamientos, que hasta ahorita fue que me di cuenta de queme encontraba en la torre de astronomía, completamente sola.
Aveces es mejor estar así, sola, así nada ni nadie te puede lastimar. Y erajusto así que me sentía en ese momento, sola, completamente sola.
"¡JODER! ¡¿POR QUÉ DUELETANTO?!" Pensé.
Yobviamente sabía la respuesta, y es que, yo a Sev, lo quería mucho, él era unapersona sumamente importante para mí, había sido un amigo genial, desde que loconocí siempre estuvo ahí, pero cuando a mí me pusieron en Gryffindor y a él enSlytherin, todo poco a poco fue cambiando, él se convertía en otro, no era elmismo Sev que conocía, que apreciaba. Pero ya todo cambió, me negué a aceptaralgo que estaba clarísimo, él había cambiado totalmente, él había elegido sucamino, uno muy distinto al mío, él había tomado su decisión y yo la mía, nopodíamos seguir siendo amigos, y lo hubiera seguido negando, pero él mismo meabrió los ojos al decirme "sangre sucia", él fue el que nos separó.
Grité.Grité como nunca antes lo había hecho, había descargado toda mi impotencia enese grito. Pero me seguía sintiendo horrible por dentro, horrible, devastador,era algo inexplicable aquel dolor, pero quizás era
¿Decepción?
Nolo sé, tal vez.
Merecosté de la pared, y fui deslizándome por ella, hasta caer en el suelo, yabrazar mis rodillas para llorar. Odiaba llorar, sabía que no solucionaba nada,pero es que era peor ese nudo que tenía en la garganta, quizás era que llevabademasiado tiempo sin llorar, demasiado tiempo siendo fuerte.
Llorécomo si jamás lo hubiera hecho, tenía que desquitarme, sacar aquel dolor dealguna manera, no podía seguir ahí, hundiéndome con él.
Séque llevaba mucho tiempo llorando, realmente ya había oscurecido, no sabíaexactamente cuánto tiempo, estuve ahí llorando, pero sabía que todavía queríaseguir haciéndolo. Todavía me dolía.
Definitivamenteera el peor día de mi vida, el peor de toda mi existencia.
Yjusto cuando pensé que este día no podía ser peor, escuché un ruido y me giréhacia la puerta, de donde el ruido había salido, y ahí mis ojos esmeraldas seclavaron en unos chocolates, en los ojos de Potter. -¡Genial! ¡Si que podía empeorar! Pensé-
-Vete,Potter, quiero estar sola -Le dije volteándome de nuevo para no mirarlo, ysacándome las lágrimas, no quería que nadie me viera llorar, y menos Potter.
Escuchécómo la puerta se cerraba, suponía que Potter se había ido, pero me equivoque,luego de unos segundo, vi cómo alguiense sentaba junto a mí.
-Noquiero tu lástima, Potter, te dije que te fueras. -Le dije fríamente, sinmirarlo a los ojos.
-Noes precisamente lástima lo que siento en este momento. -Contestó simplemente.
-Entonces,¿qué es? -Le volví a preguntar sin mirarlo a los ojos.
-Impotencia,eso es lo que siento.
-¿Impotenciade qué, Potter? -Pregunté confundida, pero aún así fría.
-Impotenciade qué no pueda hacer nada para que no sufras, impotencia de que estés aquísola llorando por ese imbécil, impotencia de que le permitas hacerte daño, impotenciade que todavía no crees que es verdad lo que pasó, sino una pesadilla,impotencia de que derrames lágrimas, impotencia de que estés destrozada,impotencia de que sufras, pero sobretodo impotencia de que permitas que laspalabras de ese infeliz te afecten. -Dijo apretando el puño, no me miraba,miraba al frente, pero yo si a él, veía su perfecto perfil.
-Claroque no, yo no estoy así por él. -Mentí descaradamente, secándome las lágrimas.
Nosmiramos por primera vez.
-¡PorMerlín, Evans! ¡Deja de hacerte la fuerte! ¡No eres de piedra! ¡Séperfectamente que sus palabras te afectaron! -Me exclamó.
Yono aguanté más y me acerqué a él, recostando mi cabeza sobre su pecho y comencéa llorar. Él inmediatamente me abrazó, y con una de sus manos me acariciaba elcabello, de vez en cuando me daba pequeños besos en el pelo y me susurrabafrases como "Tranquila, ya verás que mañana será otro día" "El tiempo lo curatodo" "No vale la pena" "Es mejor que haya pasado" "Aquí estoy, contigo, no meiré" "Ya pasó", entre otras.
Despuésde un rato, cuando ya me había calmado me separé de él.
-Gracias,James. -Dije frotándome los ojos.
-Hey,pelirroja, mírame -Dijo agarrándome por la barbilla, obligándome a verlo- Él nomerece tus lágrimas, es más, nadie lo merece, pero menos él, no permitas quevuelva a hacerte llorar -Yo le sonreí y asentí- Eres una persona maravillosa,gentil, amable, generosa, hermosa, inteligente, en fin, eres perfecta, eres unángel, NADIE merece tus lágrimas, NADIE, no lo olvides, y si acaso aquel quelas mereciera, jamás te haría llorar -Sólo él sabía cómo sacarme una sonrisa enestos momentos- Yo por ejemplo, prefería morirme, antes que por mi culpa, esosojitos de angelito que tú tienes, derramaran una sola lágrima. No me gusta quesufras, porque tu dolor es dos veces más intenso en mí. Te amo, Lily, daría loque fuera por no verte así, incluso mi vida. -Esto último fue en susurro, peroles aseguro que fue mucho mejor, que si lo hubiera gritado.
Jamásnadie me había dicho algo así, yo pensé que yo sólo era una más para James,pero no era así, y sí, es verdad, pudo mentir en todo lo que me dijo, pero ensus ojos se hallaba la respuesta, todo era completamente cierto, incluso cuandodijo lo último se le aguaron los ojos, y salió de éstos una pequeña lágrima,una que me dijo todo.
Ylo que antes fue centímetros de separación, ya no eran nada, nos encontrábamosbesándonos, sin querer separarnos el uno del otro, yo lo amaba, él me amaba¿para qué seguir fingiendo odio, sin en verdad yo me moría por James?, éramosél y yo, nadie más, ya no había dolor, ni sufrimiento, sólo amor.
Alsepararnos por la falta de oxígeno, ambos nos miramos para comprobar si eraverdad, ambos sonreímos al darnos cuenta de que así era. Yo volví a poner micabeza en su pecho, pero esta vez con una sonrisa en el rostro, y él volvió aabrazarme, estuvimos así por unos cuantos minutos, hasta que yo interrumpí esesilencio.
-Teamo, James.
Ésteme apretó aún más en sus brazos, y me besó el cabello, para luego susurrar:
-Yosiempre lo he hecho, y nunca dejaré de hacerlo, incluso después de muerto. Teamo, Lily Evans.
Sonreíaún más si es que era posible.
Después de todo, no fue elpeor día de mi vida, sinotodo lo contrario.
Así inició un James yLily
Duele.
Dueleque me haya cambiado por una mini-falda.
Dueleque me haya dejado por un par de piernas.
Dueleque me haya cambiado por una camisa transparente.
Duele.Claro que duele.
Dolor,dolor y más dolor es lo que siento, mientras gruesas lágrimas recorren mismejillas para morir en mis labios rosados. Horas y horas he permanecido aquí,llorando como una estúpida en vez de ir a la fiesta de mi mejor amigo, RemusLupin. Pero no, mientras todos están en su fiesta, disfrutando, yo sigo aquíencerrada en mi cuarto, llorando, ahogándome en mi miseria, porque lo extraño,lo quiero.
CarolineWyck. Una muchacha del mismo curso que yo, pero una Hufflepuff, alta, rubianatural, de unos perfectos e hipnotizantes ojos azules como el mar, con uncuerpo muy bien proporcionado, y de eso se aprovechaba, lo exhibía, lo exhibíatodo el tiempo, siempre que tenía la oportunidad, le demostraba al mundo locuán perfecta era, tenía a muchos hombre a sus pies, pero no, ella no seconformaba con eso, no, ella quería a mi novio, ella quería a Amos, unHufflepuff también, que era mi novio desde hace 2 años, sí, era, ya no lo es, ytodo por culpa de ella, Caroline Wyck.
Unapequeña lágrima sale de mi ojo verde esmeralda, y me sorprende, me sorprendecómo en algo tan pequeño puede caber un sentimiento tan grande como el dolor yla tristeza. Es sorprendente.
Entoncescierro los ojos, me trato de tragar todo el dolor, lo trato de olvidar todo,todo lo que paso hoy, todo el daño que me causo Amos, y todo por culpa de esa
infeliz.
Perocomo si fuera una película, al momento que cierro los ojos, el momento, elrecuerdo llega a mí, lo veo, lo recuerdo, y duele, duele el doble.
FlashBack.
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS, REMUS!-Le grito a mi mejor amigo en el oído, éste se sobresalta, pero luego de vermese para de la mesa del Gran Comedor y me abraza.
Yo le entrego su regalo, ynuevamente le doy un beso en la mejilla, y él nuevamente me abraza.
-Gracias, no debistemolestarte. -Me dice sonriendo.
-No fue ninguna molestia, Remus.-Le sonrío.
-¿Vas a la fiesta, no? Es enla Sala de Menesteres. -Me dijo.
No le entendí nada, no lepresté atención, no pude, y es que, en ese preciso momento, mi novio Amos,entraba al Gran Comedor agarrado de la mano de Caroline Wyck. ¿Qué hacía ellaagarrada de la mano de MI novio Amos?
-Sí, claro -Le respondí aRemus, sin saber de lo que hablaba.- No vemos después, tengo que ir a resolveruna cosa. -Le dije y salí disparada hacia la mesa de Hufflepuff.
Una vez que llegué a ella, medirigí adonde Amos estaba sentado con Wyck.
-Hola, mi amor. -le dije aAmos, éste se puso pálido.
-¡¿"Mi amor"?! -Dijo Wyck.-Pensé que había terminado con ella. -Me dijo mirándome con desprecio.
-Sí, bebé, es que ayer no lavi, por eso no pude. -Dijo Amos apuradamente.
¿Bebé? ¿BEBÉ? ¡¿BEBÉ?!¡¿TERMINARÍA CONMIGO?!
¡¿QUÉ ES LO QUE ESTABAPASANDO?!
-¿Ibas a terminar conmigo?-No aguanté y se lo pregunté a Amos con los ojos aguados.
-Emm
-Dijo, y miró a Wyck yesta le arqueó una ceja- Sí, Lily, iba a terminar contigo - ¡Genial! yalágrimas recorrían mi rostro-Es que ahora me gusta Caroline, y estoy con ella,por eso tú y yo no podemos seguir juntos.
Salí corriendo, no quería queme viera llorar, no quería que nadie me viera llorar.
FinFlash Back
Dolíarecordar eso. Dolía un montón.
Yde repente, como si la vida se me iluminara, vi la falda. Vi esa falda.
Sia Amos le gustaban las chicas que usaban esasfaldas, y esas camisas transparentes donde se veía todo, TO.DO, bueno, entoncesyo me convertiría en una de ellas.
Sí,no pienso perderlo sin ni si quiera haber dado la batalla.
Élestaría en esa fiesta, él y todo el mundo en realidad.
Mesequé las lágrimas, y fui al baño a limpiarme la cara, una vez que mi caraquedó como si no hubiera llorado me maquillé, nunca me había maquillado,siempre me había dejado al natural, la verdad es que nunca me había gustado,pero a Amos, al parecer, si le gustaban ése tipo de chicas, así que, si a él legustaba, yo sería una de ellas. Después de terminar de maquillarme, hechicé lafalda, para que fuera mucho más corta, MUCHO. Y también hechicé una blusa, paraque fuera transparente.
Memiré en el espejo, no me gustaba como me veía, pero a Amos seguramente sí, yeso era lo que importaba.
Salíde mi habitación, y cuando bajé a la Sala Común, ésta se encontraba totalmentesola. ¿Pero quién iba a estar ahí?Todos estaban en la gran fiesta que organizaron los Merodeadores.
Pasépor varios pasillos, y en algunos me encontraba a uno que otro chico, y todosse volteaban a verme. Parece que si funcionaba.
Lleguéal lugar donde estaba la Sala de Menesteres, y entré en ella. Estaba totalmentellena de gente, gente con vasos en las manos, grupitos formados, y en el centroun grupo de gente bailando, al final había un bar, y alrededor había sillas ymesas, por el otro lado había una fuente de chocolate, y había una mesa concomida, muchas luces rodeaban el lugar, luces fosforescentes, era como se puededecir, la fiesta perfecta.
Muchasmiradas se concentraron en mí, pero yo sólo quería la de Amos.
-Hola,preciosa. -Me dijo alguien que había visto una que otra vez, pero no reconocíasu nombre.
Varioschicos me dijeron lo mismo, pero yo no estaba pendiente de eso. Yo estabapendiente de Amos. Lo vi, lo vi en el bar. Me acerqué, estaba rodeado deamigos, ellos estaban en una mesa, no había ninguna chica. Eso me alegró.
-Hola,¿puedo sentarme con ustedes? -La bebida que estaba tomando Amos se le derramó.Él y todos lo demás posaron sus ojos en mí.
-Cla-claro-Balbuceó Amos.
-Amigo,creo que cometiste un error al terminarle -Dijo un chico a su lado recorriendomi cuerpo con su mirada. El muy imbécil se mordió el labio.
-Oye,Lils -Dijo Amos- Ven, siéntate aquí. -Dijo señalando sus piernas.
Yoencantada me senté.
Élme susurró al oído.
-Perdón,creo que no debí terminar contigo -Dicho esto, sus manos recorrieron mispiernas, y él me empezó a besar el cuello.
Medejé, aunque no me gustase, me dejé.
-Toma,preciosa. Bebe. -Me dijo dándome una botella con alcohol.
Nuncame ha gustado el alcohol, siempre lo he detestado con toda mi alma, pero si élquería que tomara yo tomaría.
Estabaa punto de tomarlo, cuando vi a Potter con cara de pocos amigos.
-¿Quécoño estás haciendo, Lily? -Me dijo, veía en sus ojos lo molesto que estaba.
Yodi un salto, y me paré de las piernas de Amos, él cual bufó.
-¡PorMerlín, Potter! Deja que beba -Dijo el estúpido que me había recorrido con lamirada.
-Sí,creo que ya está lo suficientemente grande. -Apoyó otro.
-Déjala,y vete, que ella no es asunto tuyo -Dijo Amos parándose, y tocándome laspiernas.
Pottervio como Amos me tocó, vi claramente como cerró la mano, y formó un puño.
-¿Porqué lo dejas? ¿Por qué estás vestida así? ¿Por qué ibas a tomar alcohol? ¡Túodias el alcohol! -Dijo Potter mirándome. Estaba muy molesto.
-Cállatede una buena
-Dijo Amos, pero no pudo terminar porque Potter le dio un puño entoda la cara y lo tiró al piso.
Meagarró de la mano, y me llevó lejos de ahí, me puso su chaqueta encima, laverdad eso me cubría más que lo que llevaba puesto, y de paso tenía un aroma aél, y me gustaba ese aroma.
Salimosde la fiesta, no sé adónde íbamos, pero tampoco quería preguntarle, estaba muymolesto. Por fin, pude ver que llegamos al lago.
Yome senté debajo de un árbol, mientras Potter caminaba de un lado a otro, estabamolesto, muy molesto, se podía notar a simple vista.
-¿Porqué estás así vestida? -Me preguntó sentándose a mi lado.
-Yo
No
-Me acababa de dar cuenta de lo que hice por estar con Amos. Y no era muybonito que digamos.- Supongo que lo hice por él, por Amos.
Suspiró.
-Entonces,te vestiste como te vestiste por Amos, te dejaste tocar, aunque no te gustasesólo porque él quería, estuviste a punto de tomar alcohol, algo que siempre hasaborrecido, sólo porque él te lo dijo.-No era una pregunta era una afirmación.
Esodolió el triple de lo que Amos me había hecho. Sonaba tan feo como lo dijo. Nopude, juró que traté, pero no pude evitar que las lágrimas escapasen de misojos.
Potterse dio cuenta de que estaba llorando y me abrazó, y yo lloré en su pecho. Dolíalo que había hecho, sólo por recuperar a Amos, yo no era así, yo nunca penséque fuese a hacer algo como eso. No. Eso estaba en contra de mis principios.
-Princesa-Me dijo con voz entrecortada y ronca, se notaba que estaba llorando.- Jamásvuelvas a hacer algo así. Jamás. Tú no eres así, tú no te vistes así, no tetienes que rebajas tanto por conseguir a alguien, y menos por alguien que no temerece. Lily, Amos no te merece, es un -Paró por un momento, sabía que élestaba a punto de insultarlo con millones de groserías, pero se tranquilizó,por mí, él sabía que no me gustaba que la gente se expresara de semejantemanera- Imbécil, por no decir otra cosa. Mírame -Me dijo, y yo desenterré micabeza de su pecho, para mirarlo, él y yo estábamos con los ojos rojos, llenosde lágrimas.- Eres PER.FEC.TA no necesitas cambiar por nadie, si él, o cualquierotro, no te quiere tal cual como eres, no te merecen, y además seguro tienen unproblema mental -Lo admito, me sacó una sonrisa- tienes a millones de chicos atus pies, lo cual no me gusta para nada -Otra sonrisa, él sí que me sabía sacaruna sonrisa en los peores momentos-, y si el imbécil ese no te quiere, tienesotros que morirían por ti, tienes muchos de dónde elegir, altos, chicos,flacos, gorditos, catires, castaños, morochos, de ojos azules, de ojos verdes,de ojos marrones, de ojos negros, y tienes a un idiota, que desde la primeravez que te vio, se enamoró de ti, dijo que tú sería su esposa, que te ama tantoque el infinito se queda corto, que no te cambiaría por nada ni por nadie, quete convertiste en lo más importante de su vida, en lo mejor de su vida, en suvida, que moriría por ti, que daría todo por ti, que le encantas tal cual cómoeres, con tus virtudes y defectos, aunque sé que para él tú no tienes ningún defecto,para él tú eres perfecta. Pero es un idiota -Dijo y vi como sus lágrimasbajaban con mucha más rapidez-, es un idiota porque se ganó el odio de la mujerque ama.
Enmi vida, nunca me habían dicho una cosa tan bella. Nunca.
Amosno valía la pena, pero el chico de cabellos desordenados, de gafas y ojoschocolates, que estaba frente a mí, él sí, él sí valía la pena.
Meacerqué y acorté la distancia que había entre James y yo. Fue un besomaravilloso, la verdad nunca había sentido tanto amor por alguien en un beso.Lo amaba, lo amaba como a nunca nadie he amado.
Primerofue un simple roce, pero después se convirtió en un beso mucho más profundo,ambos movíamos los labios con una sorprendente sincronización, como siestuvieran hechos el uno para el otro, y así era.
Perotodo lo buena se tiene que acabar en algún momento, así que el oxígeno se noshizo necesario, y tuvimos que separarnos.
Estábamosfrente con frente, sin abrir los ojos, parecía un sueño, uno que anhelábamosdesde hace mucho tiempo, del cual no queríamos despertar nunca, el me agarrabade la nunca, sin la intención de separarse de mí, la cual yo tampoco tenía,mientras que con su pulgar me acariciaba la mejilla.
-Siquieres mi opinión, no creo que sea un idiota, y tampoco creo que se haya ganadoel odio de ella. -Le dije, él sonrió, todavía sin abrir los ojos, y me volvió abesar.
Yse podría decir que así, inició nuestra historia, así inició un James y Lily. Uno que ni si quiera la muerte podráseparar.
Me esperaban los mejores años de mi vida
Eranlas cinco de la tarde de un 31 de diciembre, todos los alumnos de séptimo cursose quedaron esas vacaciones en Hogwarts, fue un acuerdo, por ser su último añoen el maravilloso castillo.
Todosse encontraban muy felices, todos menos yo, sí, y todo porque otra vez me peleécon Severus, no puedo creer que me encuentre de mal humor en este día.
-Creoque mejor volvemos al castillo, ¿no creen, chicas? -Dijo Alice, una de misamigas.
Lastres asentimos, y nos pusimos en marcha para el castillo, ya que, este día noshabían dado permiso para ir a Hogsmeade a pasar el día.
-Bueno,ya tenemos todo listo, los vestidos, los antifaces, el maquillaje, todo listo,sólo hay que esperar a que llegue la fiesta. -Dijo Bella, otra de mis amigas,emocionada.
Hoy,por cortesía de los Merodeadores, todo séptimo curso celebraría la llegada deun nuevo año, en una fiesta que se llevaría a cabo en el Gran Comedor, era unafiesta donde todos tenían que llevar antifaces, esa era la única regla.
-¡Sí!¡Esta tiene que ser la mejor fiesta, es la última que celebraremos en Hogwarts!Bueno, aunque creo que va a ser más que inolvidable, ya que, los Merodeadoresson los organizadores -Todas rieron, excepto yo, como dije antes, estaba de muymal humor.
-Oye, Lily, ¿qué te pasa? -Dijo Alice, notandomi ausencia en la conversación.
-Nada-Dije de mala gana. De repente me choqué con alguien, verdaderamente estabamirando al suelo, y no estaba pendiente de quien se podía cruzar en mi camino,y al chocar me tumbó todas las bolsas que tenía en la mano. -¡Fíjate por dóndevas! -Dije sin ver quién era con el que me choqué, sé que no tenía la culpa,pero tenía un humor de perros.
-Losiento, yo no te vi, disculpa de verdad. -Me dijo recogiendo las bolsas, yentregándomelas.
Cuandole vi la cara, y supe quién era, mi mal humor empeoró.
-¡POTTER!¡¿POR QUÉ SIEMPRE ESTÁS DONDE YO ESTOY?! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE ME TIENES QUEARRUINAR EL DÍA APARECIENDO EN FRENTE DE MÍ?! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE POR CASUALIDADDE LA VIDA TE "TROPIEZAS" CONMIGO?! ¡¡TE VEO HASTA EN EL JUGO DE CALABAZA!!¡¡TU HORRIBLE CARA ME ARRUINA LA VIDA!! ¡¡VERTE ME PONE DE MAL HUMOR!! ¡¡DESDEQUE TE CONOZCO NO HE TENIDO UN DÍA DE FELICIDAD, YA QUE SIEMPRE TE VEO!!¡¡JODER!! ¡¿QUÉ NO VES QUE TE ODIO?! ¡¡ERES LA PERSONA MÁS DETESTABLE QUE HECONOCIDO!! ¡¡ERES UN ARROGANTE DE MIERDA!! ¡¡ME DAS ASCO!! ¡¡TU SOLA PRESENCIAME ASQUEA!! ¡¡TE CREES LA GRAN COSA, PERO NO ERES NADA!! ¡¡ERES UNA BASURA!!¡¡¡¡¡UNA BA.SU.RA!!!!! ¡¡¿POR QUÉ COÑO TENÍAS QUE EXISTIR?!! ¡¡LE HARÍAS UNAGRAN FAVOR AL MUNDO SI DESAPARECIERAS DE LA FAZ DE LA TIERRA!! ¡¡TE ODIO!!-Exploté.
Vicomo una solitaria lágrima salía de los ojos chocolates de Potter, nunca lohabía visto llorar, y vi como soltó un largo suspiro y cabizbajo se marchó.
Todosestaban perplejos por mi reacción, y me di cuenta de mi error, él no tenía laculpa de nada, no debí tratarlo así, es más, él había cambiado, era otrapersona, y yo la cagué diciéndole eso.
-Potteryo
-Intenté disculparme, aunque era inútil, él ya estaba muy lejos de ahí, nome iba a escuchar.
-Eresun monstro, Evans. ¡¿Cómo le vas a decir eso?! ¡¿Crees que es de piedra?!¡Evans, él se muere por ti! ¡Y tú lo único que haces es causarle daño! ¡Élcambió por ti, porque se dio cuenta de que así tú nunca le ibas a creer que élte amaba de verdad! ¡La única basura aquí eres tú! -Me dijo Sirius muy molesto,y salió corriendo detrás de él.
Medolió lo que me dijo, pero sí, me lo merecía, la única basura era yo, ¿cómo lepude decir eso a James?, una pequeña lágrima cargada de dolor recorrió mimejilla para morir en mis labios.
-Creoque esta vez te excediste. -Me dijo Remus, y como Sirius, se fue tras James,con Pettigrew siguiéndolo.
-Lily
-ComenzóBella, pero no la dejé terminar.
-Noquiero hablar más del tema, por favor. -Dije, seria.
Dichoesto, no hablamos más en todo el camino. Llegamos bastante rápido a la SalaComún, y una vez ahí, nos dispusimos a subir para arreglarnos.
Mevestí con un vestido verde que me llegaba por encima de las rodillas, dejé mipelo suelto, y me maquillé muy poco, me puse unas zapatillas blancas, y terminécolocándome un antifaz del mismo color que las zapatillas, blanco. Mis ojosverde esmeralda resaltaban con el antifaz blanco, y mis labios iban pintadoscon un brillo rosado. Realmente me gustaba como me veía.
-Estáshermosa, Lily. -Me dijo Bella.
-Tútambién, Bella. -Sus ojos azules resaltaban con su antifaz rojo, y su vestidodel mismo color que éste, al igual que sus zapatos de tacón.
-Seven preciosas, chicas, pero tenemos que ir bajando. -Nos dijo Alice, asentimosy bajamos a la fiesta.
Cuandoentramos al Gran Comedor nos sorprendimos, los Merodeadores sí que sabían haceruna fiesta, las luces de neón brillaban por todos lados, había una bandacantando en un escenario, pero también había otro espacio donde ponían músicaque no era de la banda que se encontraba cantando, a lo lejos se veía unabarra, donde pedías lo que quisieras, bien sea comida o bebida, habían cientosde mesas, pero la mayoría se encontraban vacías porque todos estaban en lapista de baile, al final había montones de cajas, supongo que eran fuegosartificiales, claro que con un toque a lo Merodeador, de eso estaba segura. Enfin, era una fiesta soñada.
Noreconocía a nadie, todos llevaban antifaces puestos.
Necesitabaencontrar a James, y pedirle una disculpa, pero era casi imposible si no podíareconocer a nadie en ese lugar.
Dejéesa tarea para más tarde, y empecé a divertirme. Bailé como loca, me dolían lospies, había tomado varios vasos de cerveza de mantequilla, y me divertí muchocon mis amigas, y otros chicos que, al parecer, eran de Ravenclaw.
Decidísentarme, ya que, no aguantaba más el dolor en mis pies. Vi mi reloj y eran uncuarto para las doce.
"¡JODER! ¡JAMES! ¡NECESITABAENCONTRARLO!" Pensé inmediatamente.
Via Remus, que se encontraba unas cuantas mesas más atrás que la mía, y fuidirecto hacia él, para preguntarle por James.
-Remus,¿dónde está James? -Le pregunté, éste se sobresaltó, no se había percatado demi presencia hasta ese instante.
Dioun largo suspiro y me respondió:
-Élno vino a la fiesta. -Dijo simplemente.
-¡Remus!¡Necesito hablar con él! -Le dije, estaba perdiendo tiempo.
-Esmejor que lo dejes solo, después de lo que le dijiste en Hogsmeade, no creo quesea conveniente que vuelvas a pelear con él
-Dijo, pero le corté.
-Remus,¿dónde está? -Dije despacio cada palabra.
Élvolvió a suspirar, para finalmente decirme:
-Enel lago.
Ledi la espalda, dispuesta a irme a buscar a James, pero su brazo me detuvo.
-Nole hagas más daño, Lily. -Me dijo con súplica en sus ojos miel.
Asentí,y salí corriendo en busca de James.
Corrílo más rápido que mis pies me permitieron, y al llegar al lago, bajé lavelocidad.
Lovi, estaba vestido de gala, pero ¿no había ido a la fiesta?, y se encontrabatirando piedritas al logo.
Meacerqué silenciosamente, para que no notara mi presencia.
Estabatan cerca de él, y él todavía no había notado mi presencia. En su oído lesusurré:
-¿James?- Dio un pequeño brinco al oír mi voz, y se volteó rápidamente. Tenía los ojosrojos e hinchados, había estado llorando, y todo por mi maldita culpa.
-¡Lily!No sabía que estabas aquí, pensaba que estabas en la fiesta, por eso no fui, noquería arruinarte un día como este -Dijo lo último cabizbajo y en susurro.- Yo
ya me voy, no quiero arruinarte el día. -Dijoy se marchó, pero yo le agarré un brazo y lo atraje hacia mí, quedando aescasos centímetros.
-Esmentira todo lo que te dije, eres la persona más maravillosa que he conocido,yo soy la única basura, no debí tratarte así, exploté contigo y tú no te lomerecías, había tenido un mal día, y la terminé pagando con una persona que meimporta muchísimo, perdóname James, por favor. No te odio, ¿cómo se podríaodiar a la persona que siempre ha estado ahí, que siempre te ha apoyado, quenunca te ha dejado sola, aunque se lo haya pedido, que a pesar de lo mal que lotrates te sigue queriendo, que ha puesto su vida en riesgo por salvarme, que tesigue amando a pesar de sus incontables rechazos, que sigue intentando que ledé una oportunidad, que sigue luchando por mí, después de siete años, que apesar de que le haga un inmenso daño me sigue queriendo? ¿Cómo? ¿Cómo se puedeodiar a la persona en la que no dejas de pensar, a la que extrañas cada segundodel día, a la que miras siempre, a la que admiras, a la persona que te alegrala vida, que cuando sonríe, tú sonríes, y que cuando llora, darías lo que fuerapor hacerla sonreír, a la que al nacer, tú vida tomó sentido, a la que sinella, serías completamente infeliz, a la que con verla, un brillo aparece entus ojos, a la que darías tu vida para que nunca le pasara nada, a la que sinque nadie se dé cuenta, te ha ido robando el corazón poco a poco? En fin, ¿cómopuedes odiar a la persona que amas? ¿Cómo, James? -Y sin más, acabé con esadistancia que separaba nuestros labios, éstos tenían una sorprendentesincronía. No sé por cuánto tiempo nos estuvimos besando, pero el oxígeno senos hizo necesario, cuando los fuegos artificiales fueron explotados, tenía laforma de un león, de una serpiente, de un tejón y de un águila, claro está elleón era el más grande, y el que más se destacaba, se movían y hacían unespectáculo, pero no les presté atención, estaba ocupada en otra cosa. -Te amo,James. -Le dije contra sus labios.
Mevolvió a besar, y cuando nos volvimos a separar, me susurró:
-Felizaño nuevo, pelirroja.
-Felizaño nuevo, James.
Definitivamente,me esperaban los mejores años de mi vida,y solamente porque James estaría a mi lado.
Inalcanzable
Laamaba, la necesitaba, la quería, la adoraba, la extrañaba, la soñaba, lapensaba, la ansiaba, la anhelaba, le gustaba, le encantaba, le fascinaba, ellalo volvía completamente loco, no pensaba en otra cosa que no fuera ella, legustaba todo de ella, le encantaba cada pequita que tenía en su perfectocuerpo, le fascinaba esos ojos verde esmeralda y ese pelo pelirrojo como elfuego, su forma de ser le encantaba, cómo trataba a los demás, cómo losayudaba, lo gentil que era con todos, y lo valiente que era. Ella eradiferente, era especial, ella para él, era simplemente perfecta. Pero ya estabacansado de sus constantes rechazos, la amaba, sí, estaba enamorado de ella, sí,pero le dolían sus rechazos, sus insultos. Él había cambiado, él había cambiadopor ella, todo por ella, para que, por fin, le diera una oportunidad. Durantelas vacaciones del curso pasado sus padres habían muerto, lo que ayudó tambiéna un cambio drástico e inesperado en su comportamiento y madurez. Sus padreshabían muerto y lo único que realmente le importaba era ella, siempre ella, lanecesitaba más que nunca, estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviera a sualcance para tenerla, para que fuera de él y de nadie más, quería compartir elresto de su vida con ella, nunca estuvo más seguro de algo, la amaba y laquería a su lado para el resto de su vida, de eso ya no tenía ninguna duda.Había cambiado, claro que había cambiado, ya no hacía bromas, lo cual le costóuna discusión con su hermano del alma, con Sirius, pero no le importó, ¿porqué? Porque lo hacía por ella; dejó de salir con la primera chica que se lepasara por el frente, ¿para qué? Para que viera que la única a la que queríaera a ella; no la había invitado a salir en lo que iba de año, aunque la lenguase le hinchara de tanto que se la mordía cuando la tenía cerca para no hacerlo,¿para qué? Para que no pensara que era sólo un capricho, y que cuando lovolviera a hacer, se diera cuenta de que había cambiado, y le dijera el tanansiado "Sí"; se había esforzado en su comportamiento, para que viera que ya noera el mismo niño arrogante, engreído, ególatra y malcriado que ella conocía -perolo que ella nunca supo es que todo esto lo hacía para llamar su atención-,tanto así que consiguió ser Premio Anual con ella, ¿por qué? Porque quería queella se diera cuenta de que ya no era la misma persona, que había madurado, pordecirlo así. Había hecho tantas cosas por ella, para que le diera unaoportunidad, siempre por ella, siempre por Lily Evans.
Te siento tan distante y tan cerca a la vez,
Descifrando, tu silencio...
Y entonces me imagino dentro de tu piel,
Pero pierdo, en el intento
Peroya era suficiente, lo había hecho todo, no haría más, si ella no le daba unaoportunidad, no la volvería a molestar se olvidaría de ella para siempre; yahabía hablado de eso con Canuto, él le dijo que si ella no se daba cuenta de loque él, James Potter, era capaz de hacer por ella, no lo merecía, que era mejorque se olvidara de ella, que no valía la pena; y aunque le doliera, sabía queCanuto tenía razón, si esta vez le decía que no, este sería el último intento,si le decía que no, la olvidaría -o por lo menos eso trataría-, ésta sería laúltima vez que le pediría que saliera con él.
Y por más que busco darte amor,
Nunca te fijas en mí,
Si supieras que puedo morir por ti,
Por ti
Porotro lado, ella, Lily Evans, se negaba a creer que él había cambiado, serepetía a ella misma que sólo era un juego, para que ella aceptase salir conél, y después de esto romperle el corazón, como lo había hecho con tantaschicas, y volver a ser el mismo James Potter de antes. Lily sabía que estabasintiendo cosas por James que no debía, pero se negaba rotundamente a darle unaoportunidad, porque ella aseguraba que ella sólo era un capricho, y que Jamesjugaría con ella, dejándola destrozada.
Inalcanzable como estrella,
Tan distante
Un amor que es imposible
Debía aceptar que se había sorprendido mucho por laactitud de James, demasiado quizás, no podía creer que lo hubieran nombradoPremio Anual junto con ella, siendo él el autor de las más pesadas bromas quese han hecho en este castillo. Realmente no sabía cómo tomar la actitud deJames, a veces parecía tan real, pero ella se repetía que era sólo un disfraz,que no podía caer en su trampa; pero ella tenía un problemita, ella ya habíacaído, ella ya se había enamorado de James Potter.
En otro orden de ideas, James se preparabapsicológicamente, mañana sería el día, mañana sería su última oportunidad, sifallaba, lo haría para siempre. Estaba triste, sí, porque cabía la posibilidadde que ella le dijera que "No" y la perdería para siempre, aunque nunca la hatenido, muy a su pesar.
Los dos no podían conciliar el sueño, no podíancaer en brazos de Morfeo, por eso ambos, sin planearlo, bajaron a la SalaComún.
Eres tan inalcanzable,
Tan sublime como un ángel,
Un amor que es imposible,
Como un fuego que no arde,
Te me has vuelto inalcanzable,
Inalcanzable...
Ellaya estaba muy cómoda, sentada en un sillón frente al fuego, cuando él vio sucabellara pelirroja, esa que era inconfundible para él, ya que la dueña de éstale había robado el sueño hace mucho tiempo; él sonrió hacia sus adentros.
-¿Nopuedes dormir? -Dijo sentándose a su lado; su voz sobresaltó a la pelirroja,ella no podía creer que había bajado porque no podía dormir, ya que, no dejabade pensar en él, y justo él, también baja a la Sala Común.
-No,¿y tú? -Dijo, por fin.
Pervivo en la vereda de tu soledad,
Cuando alguien, te lástima,
Que ganas de decirte que no hay nadie más
Que te ame, sin medida
-No,no puedo dejar de pensar. -Dijo mirando al fuego. Cómo Hacer Jabón Casero, Metodos y Recetas 2023
-¿Yen qué no puedes dejar de pensar? -Preguntó la pelirroja con curiosidad.
-Enuna persona. -Respondió simplemente.
Esarespuesta despertó algo en la pelirroja, no sabía qué era, nunca había sentidoalgo parecido, pero no le había gustado la respuesta del azabache para nada,ella quería ser la única en la vida de éste, ella quería que James fuera nadamás de ella, y ella de él, pero por más que quisiera, no podía porque le dabamiedo, miedo a intentarlo.
Como duele verte suspirar,
Porque no te hace feliz,
Si supieras que puedo morir por ti,
Por ti
-¿Ytú? ¿Por qué no podía dormir? -Dijo después de unos minutos de silencio.
-Tampocopodía dejar de pensar.
-¿Enqué? -Preguntó, esta vez, el azabache con curiosidad.
-Tambiénen una persona.
-¡¿Quién?!-Preguntó rápidamente el morocho.
Jamesno podía creer que su pelirroja pensara en alguien más, él tenía que ser elque le robe el sueño y no la deje dormir, no otro imbécil, cuando se entere dequién es, estaba dispuesto a estrangularlo para que no se volviera a acercar aSU pelirroja, era suya, suya y nada más de él.
Peropor otro lado estaba triste, no podía dejar de pensar que todo lo que habíahecho, lo había hecho en vano, su pelirroja se fijó en alguien más, y no habíanotado todo lo que él era capaz de hacer por ella. Le dolía, le dolía verladesvelarse pensando en alguien que no era él.
Inalcanzable como estrella,
Tan distante
Un amor que es imposible,
Invisible como el aire,
Eres tan inalcanzable
-Alguien.-Dijo con una sonrisa traviesa la pelirroja, James frunció el seño, ella soltóuna risita, y le propuso.- Yo te digo quién es la persona en la que estabapensando, si tú me dices en quién es la que estabas pensando tú, ¿vale?
-Vale.-Dijo con una sonrisa, sabía que era el momento perfecto para intentarlo, sabíaque no era mañana o pasado, era hoy y ahora.- Bueno, la persona en la queestaba pensando, es la misma que me roba el sueño desde tercer año, la mismaque me gustó cuando la vi en el tren por primera vez en nuestro primer curso,la misma que dije que sería mi esposa, la misma de la que estoy perdida eirrevocablemente enamorado, aquélla que me hace falta para poder respirar,aquélla que dijo que prefería al calamar gigante antes que a mí, aquélla por laque daría mi vida, aquélla que lo es todo para mí, aquélla que provoca unasonrisa de veinticuatro horas si está sólo cinco segundos conmigo, aquélla queamo, aquélla que necesito, aquélla que quiero, aquélla por la que cambié,aquélla por la que sería capaz de hacer cualquier cosa, aquélla que es la únicaque me ha dicho que no, aquélla por la que dejé las bromas a un lado, aquéllapor la que dejé de desordenarme el cabello, o por lo menos eso intento, porquea ella no le gusta, aquélla que quiero que sea la madre de mis hijos, aquéllacon la que quiero compartir el resto de mi vida, aquélla con la que quieromorir a su lado, aquélla que amo más que a mi propia vida, aquélla por la cualsoy capaz de dejarlo todo, aquélla que me trae loco desde tercero, aquélla porla que me he peleado con Canuto, aquélla prefecta perfecta, aquélla que siempreresponde las preguntas en clases, aquélla pelirroja de ojos verdes, aquellapersona perfecta que se llama Lily Evans. -Suspiró.- Aquella persona que se meha vuelto inalcanzable.
Lilyse quedó muda, no sabía qué decirle, no sabía si salir corriendo o besarlo, nosabía cómo reaccionar, no sabía qué debía decir, ella también lo amaba, tambiénlo quería, también estaba enamorada de él, ¿pero él realmente cambió?¿Realmente estaba tan enamorado de ella como decía?
Tan sublime como un ángel,
Un amor que es imposible,
Como un fuego que no arde,
Te me has vuelto inalcanzable,
Inalcanzable...
-Yo
yono sé qué decir, James. -Dijo después de unos minutos que se le hicieroninterminables a James.
Éstesuspiró.
-Sólodame una oportunidad, Lily, déjame demostrarte que te amo, por favor. -Dijocasi en susurro.
Semiraron por largos minutos, queriendo encontrar la verdad en sus ojos; Lilyveía esos ojos chocolates y le decían que todo era verdad, que sí la amaba, quesi estaba enamorado de ella, y por su parte James veía que también la pelirrojalo quería, pero dominaba una inseguridad en sus ojos, y esto al azabache no legustó para nada.
Inalcanzable como estrella,
Tan distante
Un amor que es imposible,
Invisible como el aire
-Esla última vez que te lo pregunto, Lily, esta es la última vez. -Siguió, ya quela pelirroja no se dignaba a decir ni una palabra.- ¿Quieres ser mi novia?
Viola duda en sus ojos, por primera vez los ojos esmeraldas de Lily Evans dudaron;Lily pensó por primera vez en su vida en decirle que "Sí", quiso deshacerse detodo el miedo, quiso entregarse a James, quiso besarlo, quiso abrazarlo, quisogritarle que también lo amaba, quiso decirle que lo necesita, quiso decirle queella bajó porque no podía dejar de pensar en él, quiso informarle que se habíaenamorado de él, quiso decirle que le encantaba el nuevo James, quiso decirleque siempre había hallado esa forma de despeinarse el cabello, que él tenía,era extremadamente sexy, y la volvía loca, quiso decirle que ella quería que élfuera el padre de sus hijos, quiso decirle que ella también quería que él fuerasu esposo, quiso decirle que ella era de él, que siempre lo fue, y que él erade ella, quiso gritarle al mundo que lo amaba, que amaba al chico que se juróodiar por siempre, pero sobretodo, quiso deshacerse de ese maldito miedo quetenía a salir lastimada y decirle a James que sí, que sí quería ser su novia.
Perosu miedo y orgullo pudieron más que ella.
-No,James. -Dijo y salió corriendo.
Semarchó a llorar, sabía que había cometido el peor error de su vida, sabía quelo había perdido, sabía que James no jugaba cuando le dijo que sería la últimavez que se lo pediría, maldijo su orgullo y miedo por horas hasta quedarsedormida, con la almohada increíblemente mojada por sus lágrimas.
Porotro lado, James estaba destrozado, él también lloraba, se había prometido a élmismo que sería la última vez, y se cumpliría esa promesa, no le iba a volver apedir a Lily que saliera con él, o que fuera su novia, hizo todo lo que pudo,falló, sí, pero lo intentó, hizo todo lo que estuvo a su alcance, así que serindió con la cabeza en alto, aunque destrozado, ella era todo para él, nohabía mentido en todo lo que dijo, no había dicho algo más verdadero en suvida, si ella no le creía, era su problema.
<
Eres tan inalcanzable,
Tan sublime como un ángel,
Un amor que es imposible,
Como un fuego que no arde,
Te me has vuelto inalcanzable,
Inalcanzable...
Inalcanzable...
Inalcanzable...
Inalcanzable
Perolo que ninguno de los dos sabía, ni nadie se esperaba, ni si quiera la mismaLily, era que ella, dentro de dos meses, se había cansado de que James no levolviera a invitar a salir, ella estaba dispuesta a decirle que sí, estabadispuesta a arriesgarse, pero ella sabía que James no le volvería a pedir nada,y no lo culpaba, había sido su error, ella era la que la había cagado, noJames; por ello, ella misma, una tarde fue en busca de James Potter, parapedirle perdón, y para decirle que fue una tonta, y que se había enamorado deél, que lo amaba muchísimo, y que si quería ser su novio; el susodicho feliz,la tomó de la cintura y le plantó un enorme beso.
Alparecer no era tan inalcanzable comoparecía.
Canción: Inalcanzable.
Autor: RBD.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=QCjb4W3XpEw
Y así fue como terminé pidiéndole una oportunidad James Potter
Soyuna tonta, una idiota, una completa imbécil. ¡Me muero por James! ¡¿Y qué fuelo qué hice cuando me preguntó por última vez si quería ser su novia?! Le dijeque no, por imbécil, por miedosa. Había perdido mi última oportunidad con Jamespor miedosa, por terca, por no creer que había cambiado, ¿cuáles fueron lasconsecuencias? Yo maldiciéndome a toda hora por haber sido tan imbécil.
Loamo, claro que lo amo, pero lo perdí por un estúpido miedo, perdí laoportunidad de tenerlo a mi lado, perdí la oportunidad de tener a James, perdíla oportunidad de ser feliz, perdí la oportunidad de callarle la boca a todoslos que decían que yo sólo era un capricho para James. Perdí la última oportunidadque me quedaba con James.
¿Cómopude decirle que no? si él estan dulce, tan tierno, tiene una sonrisa perfecta, unos ojos hermosos, unosdeliciosos labios que moriría por probar, un carisma inigualable, unapersonalidad asombrosa, un cuerpo para el delito, un corazón grandísimo, estádispuesto a luchar por lo que le importa, él haría todo por aquellas personasimportantes para él, como Sirius, le sobra valentía, es inteligente, leal,confiable, honesto, gracioso, carismático, respetuoso, gentil, amable, en pocaspalabras es, sencillamente perfecto.
Jameses ese hombre con el que siempre soñé, y aunque nunca lo admití, ni si quiera amí misma, yo estoy tan enamorada del nuevo James, como del anterior. Pero soyuna cobarde, con ninguno de los dos quise enfrentarme a un futuro juntos, a un nosotros por miedo a salir lastimada, yal final, lo único que logré fue salir lastimada y sufrir por James.
<
Yano sé qué hacer, daría lo que fuera porque James me volviera a perseguir, quevolviera a gritar a los cuatro vientos que me amaba, que volviera a pedirme quesaliera con él, que volviera a declararme su locura por mí de las maneras másingeniosas, que volviera a pedirme que me casara con él, o que, por lo menos,me volviera a mirar, sólo eso, que me mirara, que me observara, y que esebrillo volviera a aparecer cuando lo hacía, tan sólo eso.
<
¿Quéhago para recuperarlo? ¿Qué hago? Lo necesito, lo necesito aquí, conmigo.
¿Porqué nunca le creí? ¿Por qué nunca le di una oportunidad? ¿Por qué nunca fuicapaz de darme cuenta de que lo que sentía hacia mí era rea, no era un juego?¿Por qué?
<
¿Porqué lo tengo que perder para darme cuenta de que lo necesito? ¿Por qué?
Nosé qué hacer para recuperarlo, sólo se me ocurre algo, pero es algo
¿descabellado?
No,eso no puede ser, tiene que ser otra cosa, no puedo hacer semejante barbaridad.
<
-¡Hey!¿Cómo está la pelirroja más guapa -y la única que hay- de todo Hogwarts?-Preguntó cantarinamente mi amiga Alice entrando a la habitación.
-Mal-Dije simplemente.
-¿Porqué? -Dijo prestándome atención.
-Esque
¿sabes lo de James, no?
-Si,que tú estás enamorada de él, pero por estúpida la dijiste que no, y esa era laúltima vez que te lo pedía, y ahora estás desesperada para que te lo vuelva apedir para que le puedas decir que si, y bla, bla, bla. -Dijo Alice rodando losojos.
Omitíeso.
-Bueno,entonces no sé qué hacer para recuperarlo, pero lo único que se me ocurre es
de locos.
-¿Quése te ocurre?
Bufé.
-Pues,pedirleaJamesquemedeunaoportunidad. -Dije rápidamente, quizás mucho.
-¡¿QUÉ?!-Frunció el entrecejo Alice.
-¡Ay!Pedirle a James que
me dé una oportunidad. -Dije cabizbaja.
-Noes tan mala idea. -Dijo simplemente.
-¡¿Quéno es tan mala idea?! ¡¿Estás loca?! ¡ES UNA BARBARIDAD! ¡ESO ES DE LOCOS!¡¿Cómo le voy a pedir a James que me dé una oportunidad?! -Grité.
-Dela misma manera que él te lo pidió a ti todos estos años. -Respondió.
Ay,si, como si fuera tan simple.
-¿Yqué quieres que haga? ¿Qué llegue y le diga: "Hola, James, em, bueno, sé mi novio, que estoy loca por ti, y fui unaestúpida en decirte que no, estoy súper enamorada de ti, así que, seamosnovios"?
-Tampocotan directa, Lily. -Rió mi amiga Alice.
-Ja-ja-já.-Reí sarcásticamente.- No, en serio, ¿qué hago, Alice?
-¡Eso!¡Has eso! No es mala idea, sabes perfectamente que James ya no te volverá apedir nada más nunca, debes hacerlo tú si quieres recuperarlo.
Teníarazón. Maldita sea, me tendré que tragar todo mi maldito orgullo para ir ahablar con él.
<
Melevanté decidida, yo lo perdí y tenía que recuperarlo, no importa si era unabarbaridad.
-¿Adóndevas? -Preguntó Alice una vez que estaba en la puerta.
-¿Adóndemás? ¡A recuperar a James! -Dije como si fuera la cosa más obvia del mundo.
-¿Quiénlo diría? Después de que James te rogara tanto, terminaste, tú, rogándole a él.-Me dijo con una sonrisa ladeada.
Omitíolímpicamente el comentario de Alice, y fui en busca de James.
Corrícomo una loca por todo el castillo, ¿dónde puede estar James?
<< ¡Ya sé!, debe deestar en el lago con el resto de los Merodeadores >> Después de haber sacado cierta conclusión,caminé -porque ya no podía correr más, ya que, no soy buena para los deportes,y no tengo mucha resistencia física que digamos- lo que me quedaba del camino.
Alllegar, como era de predecirse, estaba James y el resto de los Merodeadores,bajo la sombra de un árbol, mirando al lago.
-¿Puedohablar contigo un momento, James? -Dije parándome en frente de ellos.
Loscuatro extrañados por mi reacción se miraron entre sí, para que luego, Jamesasintiera con la cabeza y se parara.
Comencéa caminar, con James atrás siguiéndome. Una vez lo suficientemente alejados detodo el mundo, me volteé para poder mirarlo.
-Eresun imbécil, ¿sabías? -Le pregunté.
Elsusodicho frunció el ceño en señal de no entender el por qué le decía aquello.
-¿Yahora qué hice? Te he dejado en paz, como siempre me pediste, no entiendo quéhice ahora.
-Esoes lo que hiciste. -Dije acercándome más a él.- Me dejaste en paz.
-¿Noera eso lo que querías? -Dijo sin moverse ni un centímetro, desfrutando de micercanía.
-¿Yano me amas? -Le pregunté acercándome aún más.
Jamesse pasó la lengua por el labio, mojándoselo, sin moverse ni un milímetro de suposición.
-¿Yano me amas, James? -Volví a repetir.- ¿Ya no te importo? ¿Tan rápido me olvidaste?-A estas alturas nuestros labios ya se rozaban.
-¿Yse supone que si dejé o no de amarte, te debería importar? -Dijo, aún sinmoverse.
-Puessi, y mucho. Responde.
-¿Quéquieres que te diga? ¿Qué aún me muero por ti? ¿Qué te observo cuando no te dascuenta? ¿Qué te sigo amando? ¿Qué no puedo olvidarte? ¿Qué no dejo de pensar enti? ¿Qué me importas más que cualquier otra cosa? Pues si, yo sigo siendo elmismo imbécil que está enamorado de ti.
Ledi un corto beso en los labios, para después alejarme sólo un poquito, él teníalos ojos cerrados.
-¿Medas un oportunidad? ¿Quisieras ser mi novio, James?
Élinstintivamente abrió los ojos.
-¿Esuna broma? Porque si lo es, déjame decirte que es de muy mal gus
-No lo dejéconcluir, mis labios capturaron los suyos.
Tardocerca de cinco segundos en reaccionar, inmediatamente después que lo hizo conuna mano me sujetó de la cintura y con la otra me sujetó de la nuca, apegándomecada vez más a él. Sus labios devoraban los míos, como si él estuviera en un desiertoy mi boca fuera el oasis que lo saciara, su lengua recorría mi bocaconociéndola, deleitándome y deleitándolo, de vez en cuenta me soltaba una queotra mordida en el labio lo que hacía que sintiera un placer inmenso.
Perotodo lo bueno tiene que acabarse.
-Teamo. -Susurro contra mis labios, con su frente apoyada en la mía, y ambas manossujetándome de la nuca.
-Entonces,¿me das una oportunidad, James?
-Todaslas que tú quieras, pelirroja. -Y tan pronto como lo dijo sus labios volvierona capturar los míos, llevándome a otro planeta.
Y así fue como terminépidiéndole una oportunidad a James Potter.
Eres mío, Potter.
Élhabía cambiado, claro que había cambiado, y todo para que yo le diese unaoportunidad, y se la daría, la próxima vez que me lo pidiera, se la daría,claro que lo haría.
Hacetres meses que éramos amigos, a petición mía, ya que, no confiaba mucho en surepentino cambio y decidí ser su amiga para conocer al nuevo James, del cual meenamoré.
Elnuevo James era dulce, tierno, atento, maduro, divertido, sonriente, gentil,valiente, ya no jugaba con las chicas, no cambiaba de novia cada semana, dejósu ego y muchas otras cosas buenas, había dejado de ser el Potter que yoconocía, que detestaba. Cambió totalmente, y me gusta ese cambio, me enamoré deese cambio.
Atodas estas, yo iba caminando hacia la biblioteca a devolver un libro que habíatomado prestado y pensando en el nuevo James; cuando algo que vi me dejóhelada.
James,le daba un beso en la mejilla a otra que no era YO, y oí como, claramente ledijo: ¿A las cuatro en Hogsmeade, no?Y la muy
imbécil asintió y abrazó a MI James.
Ellaera Sophia Klieck, una Ravenclaw muy inteligente y bella, era castaña, peloliso, con unos ojos grises como las tinieblas y un cuerpo bien proporcionado.Era una mujer muy bella, realmente bonita.
<< ¡PERO ESO NO LE DADERECHO A QUITARME A JAMES! >> Pensé,para luego preguntarme: << ¿Mepuede quitar algo que nunca ha sido mío? >> Negué con la cabeza parasacarme esa pregunta, James FUE, ES Y SERÁ MÍO SIEMPRE. Yo soy suya y él esmío, así de simple, ninguna perra vendrá a quitármelo.
Ignoréque algo dentro de mí se hacía pedacitos, y que, a la misma vez, algo dentro demí crecía, y aquello no era más que ira, mi rostro estaba compitiendo con micabello a ver cuál de los dos era más rojo; también ignoré que, se supone queme tenía que invitar a MÍ a Hogsmeade y yo le diría que sí ¡¿por qué no meinvitó a mí?! ¡¿Por qué invitó a esa perra?! ¡¡AHG!! Odio a Sophia Klieck, ¡laodio!
<< Ese no es lo másimportante ahorita, tengo que hacer, sea como sea, que James, MI James, no vayaa esa cita por nada del mundo. Así que, concéntrate y cálmate, Lily. >> Me dije a mí misma.
Yaambos -Entiéndase la perra y mi James- se fueron de ahí, y yo todavía seguíaahí, con ganas de matar a Sophia y a James también por imbécil.
Eranlas tres y cuarto, supongo que James se estaría bañando o alistándose para sucita, y no sé que estaría haciendo la perra esa, y tampoco me importaba, loúnico que me importaba en ese momento era que James no se encontrara con ellade ningún modo.
Salídisparada hacia la Sala Común de Gryffindor, ya se me ocurriría algo, nodisponía de mucho tiempo que digamos, para tener el lujo de ponerme a idear elplan perfecto; fuese lo que fuese, lo inventaría en el momento.
Corrícomo loca hacia la Sala Común y me paré frente al retrato de la Dama Gorda, locual aproveché para tomar aire y poder respirar <
Entréy no había casi nadie, era de esperarse, la mayoría estaría en el encantadorpueblito.
Mesenté a esperarlo, eran las tres y media cuando lo hice.
Esperéy esperé, nada. Pasaba el tiempo y nada que bajaba ¿dónde se habrá metido?
Yaeran las cuatro y quince, me estaba empezando a preocupar, ¿habría
? No, nopuede ser cierto.
-¡Remus!-Mi salvación, el sabría dónde estaba James.
-¿Lily?¿Qué haces aquí? -Se extrañó mi amigo.
-Largahistoria, ¿dónde está James? Necesito decirle una cosa. -Mentí para no parecertan obvia.
-¿James?¡Ah! Él está en Hogsmeade, con Sophia.
Sentícomo lo que me quedaba de esperanza se iba desvaneciendo, y como en mi rostrose notaba la tristeza y decepción.
Remuslo notó.
-¿Algúnproblema, Lily? ¿Estás bien? -Preguntó mi lobuno amigo.
-Sí,perfectamente. -Volví a mentir.
-Bueno,me tengo que ir a Hogsmeade, nos vemos luego, Lily. -Dijo y me dio un beso enla mejilla para luego marcharse.
Yano había nadie en la Sala Común, de seguro todos estaban en el pequeño pueblodivirtiéndose, sin notar que yo estaba aquí, muriéndome.
Sentíque el mundo se me vino abajo, que cada parte de mi corazón que pertenecía aJames estaba siendo partida en pequeños pedazos, sentí como la tristeza meconsumía, ahogándome en mi propia miseria.
<< ¡Maldita sea! ¡¿Porqué me hace esto?! ¡¿No ve que lo amo?!>> Pensé, enojada y con lágrimas recorriendomi rostro.
<< ¿Acaso esto era unavenganza? ¿Acaso lo hizo a propósito para que yo sintiera lo que él sientecuando lo rechazo? >> No,negué rápidamente con mi cabeza, si me quería tanto como él decía, no sería capaz de hacerme semejante cosa,bueno, aunque pensándolo bien, si era capaz de romperme el corazón yéndose conotra a Hogsmeade en vez de conmigo, dándole un beso en la mejilla a otra que nosoy yo, ¿entonces, lo habrá hecho a propósito? Lo dudo, James no es así.
<< ¡Genial! Todos estándivirtiéndose en Hogsmeade, disfrutando y yo aquí llorando como una imbécil porPotter, por alguien que estuvo detrás de mí seis años y la mitad de este, y yolo rechazaba, ahora ¿cuándo se invirtieron lo roles? >> Me preguntaba.
Tantosaños que lo rechacé, para después llorar por él, porque él me rechaza.
<
Llorécomo media hora más y me quedé dormida.
Estabasoñando con él, con que nunca fue a esa estúpida cita con Klieck y se quedabaconmigo a ver el atardecer, sólo éramos él y yo, y claro el atardecer. Seestaba acercando, mucho, sabía que venía ese momento tan esperado, lo sentía,lo sabía, cerré mis ojos, pero James desapareció.
-¡Lily!,¡Lily! ¡Despierta! -Sentía como me sacudían para despertarme, era su voz.
Abrílos ojos pesada y lentamente; lo vi, ahí zarandeándome, pidiéndome quedespertara.
Me senté, ya que, estaba acostada en el sofá.
Medolía la cabeza, seguro por haber llorado tanto. Me froté los ojos, noté quelos tenía hinchados y seguramente rojos.
-¿Estuvistellorando, Lily? -Me preguntó tomándome por la barbilla y examinándome.
Mesolté de sus agarre de mala gana, ya que, recordé el por qué lloré.
-¿Quéte importa? -Dije levantándome del sofá.
Élme agarró de la muñeca deteniéndome, y acercándome a él.
-¡Claroque me importa! ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloraste? -Dijo posando su mano en mimejilla y acariciándola con su pulgar.
-¡¿Quéqué me pasa?! -Grité soltándome de su agarre.- ¡Me pasa que te estuve esperandopor horas! ¡Que quería ir contigo a Hogsmeade! ¡Pero tú te fuiste con esa perrade Klieck! ¡¡DEJÁNDOME A MÍ, AQUÍ, SO-LA! ¡Te vi besándola! ¡Se supone que metienes que besar a mí y no a esa perra! ¡Escuché que se iban a ver en Hogsmeadey salí corriendo a la Sala Común, en tu búsqueda, para que no te fueras con esaperra, sino que te quedaras conmigo! ¡ESO ME PASA!
Elmuy imbécil sonrió.
-Estás
celosa. -No era una pregunta, era una afirmación.
-¡Puessí! ¡ESTOY CELOSÍSIMA! ¡¿Y sabes por qué?! ¡PORQUE ERES MÍO, POTTER! -Dije dejándoselo bien claro.- Así que no tequiero volver a ver cerca de otra chica que no sea yo. -Suspiré- Espero que tehaya quedado claro, Potter.
Sinmás me fui a mi habitación, dejando a un James muy sonriente.
<
No hay, ni habrá nunca otra mujer
¿Tanmal me veo?
Sí,digo, sé que la muerte de mis padres me afectó muchísimo, y ya no soy el mismo,y bueno, también me cansé de rogarle a Evans que me diera una oportunidad, asíque ya no lo hago. Sí, es cierto, ¿pero me veo tan mal así?
Osea, que Canuto, mi mejor amigo, me quiera buscar una novia para que me anime,es raro, y
grave.
-¡Cornamenta!¡Amigo del alma! ¿Cómo estás? ¿Estás listo para conseguir a la chica perfecta? -Dijoanimadamente mi mejor amigo, sentándose en mi cama y pasándome un brazo por elcuello.
Neguécon la cabeza, sonriendo y volteando lo ojos.
Élno cambiaba, cuando tenía algo entre ceja y ceja, no paraba hasta conseguirlo.Así era Canuto, y así lo quería.
-Nocreo que sea buena idea, Canuto, si Cornamenta quisiera estar con alguien ¿nocrees qué ya lo hubiera hecho? -Dijo mi sabio amigo, Lunático, levantando lamirada del libro que estaba leyendo.
Lesonreí a Lunático, él siempre con esos comentarios, él tampoco cambiaba.
Canutochasqueó la lengua y negó con la cabeza.
-Lunático,Lunático, ¿crees qué eres el único inteligente aquí? ¡No! -Dijo como si fueralo más obvio del mundo.- Yo también soy súper inteligente -Remus y yo rodamoslos ojos.-, y, además de eso, tengo un sexto sentido, y ese sentido me dice queJames necesita desesperadamente a una mujer. -Dijo levantando las cejas repetitivamente.
-Sieso es lo que te dice tu "sexto sentido" -Dije, haciendo un ademán con losdedos, para unas claras comillas.-, entonces mejor quédate con tus cincosentidos.
Todosreímos, y Canuto rodó los ojos.
-Cambiandode tema, ¿y Colagusano? -Seguí.
Lunáticosuspiró.
-Sigueen la enfermería. -Respondió éste.
-¿Todavía?-Respondí asombrado.
-Sí,parece que lo que le hicieron las serpientes asquerosas esas, fue grave.-Respondió Canuto.
-Esasmalditas serpientes. -Agregué.
-Sí,pero no me cambies de tema, Potter. -Me dijo Canuto.- Necesitas una chica. -Mepicó el ojo.
-Joder,Canuto, ¿de dónde sacas eso? -Rodé los ojos.
-Misexto sentido, mi sexto sentido. -Me volvió a picar el ojo.- Además, tú, miquerido amigo, no te tienes que preocupar de nada, yo soy el que te encontraráa la chica perfecta, y que, de una te voy diciendo, no te voy a traer a Evans,vete olvidando de ella.
Comosi no lo hubiera intentado, ¡joder! llevo siete años tratando de olvidarla, yno puedo, ella es perfecta, no quiero a otra, la quiero a ella, a mi pelirroja.
-Anda,Cornamenta, ¿no crees qué ya va siendo hora de que la olvides?
Teníarazón, en eso no podía discutirle, ella me odiaba, y, por mucho que yo la amasey le repitiera que ella no es un capricho, ella seguía haciéndolo, nadacambiaba. Nada.
-Estábien, Canuto. -Accedí.
-¡Genial!,ya mismo salgo a conseguírtela. -Dijo y salió disparado hacia no-sé-dónde.
Neguécon la cabeza y me tumbé en la cama boca arriba. Hasta que la voz de Lunáticome sobresaltó.
-¿Siguesqueriendo a Lily?
-Elproblema es que nunca he dejado de hacerlo, Lunático. Nunca.
Élse volvió a sumergir en su libro, y yo cerré los ojos, hace tiempo que me hacíafalta descansar, desde la muerte de mis padres, he estado en un constanteinsomnio.
Ella corría por los pasillos,incitándome a que la persiguiera, y así lo hice, no quería que desapareciera demi vista, de alguna manera u otra sentía que la perdería. Sólo veía su hermosacabellera roja, esa cabellera de la que estoy enamorado. Pasillos y máspasillos, seguía recorriendo uno tras otro en busca de mi pelirroja. Hasta que,de repente, no hay más pasillos, sólo se encuentra el final de uno de éstos.Llegué al final, y empecé a caminar por el patio, cuando, de repente, alguiensalta sobre mí, rodeándome con sus brazos, el cuello.
-¡Buu! -Me dice.- Te extrañé.-Dijo depositando un beso detrás de mi oreja.
Adoraba que hiciera eso, queELLA hiciera eso, me encantaba todo de ella. Ella me encantaba.
-Yo mucho, pero muchísimomás, pelirroja. -Le dije.
-Claro que no. -Dijosimplemente.
-¡Sí! ¿Por qué dices que no?-Le dije con puchero.
-Fácil, porque eso es,simplemente imposible. -Dijo mi hermosa pelirroja.
-Joder, Lily, ¿qué no ves queyo por ti hago lo imposible?
Ella soltó una risita y sebajó de mi espalda, colocándose enfrente de mí. Era hermosa.
Colocó sus brazos rodeando micuello, y yo coloqué los míos rodeando su cintura.
-Te amo, Potter.
-Y yo a ti, Evans.
Ella sonrió. Yo sonreí. Ellame besó. Yo la besé.
-Cornamenta,Cornamenta
-Me zarandeaba Lunático.
-¿Mmm?...¿Lily?
¡LILY! -Desperté sobresaltado.
-Cálmate,James, sólo quería despertarte para bajar a comer. ¿Otra vez soñando con lapelirroja?
Medesordené el cabello, no podía evitarlo, era una costumbre, ni si quiera medaba cuenta cuando lo hacía.
-Sí,otra vez, es que, desde su muerte, ya sabes, la de mis padres, siento que lanecesito más, que la necesito a mi lado, que ella es lo que logra ponerme depie, y bueno, no dejo de soñar con ella desde que pasó eso.
Lunáticosolamente soltó una risita.
-¿Qué?¿De qué te ríes? -Le pregunté.
-Estásenamorado, y Canuto no entiende eso.
-Losé, Lunático, lo sé.
-Bueno,¿vamos?
-Vamos.
Salimosal Gran Comedor. Cenamos, y nos devolvimos a la Sala Común, era viernes y notenía que hacer ningún deber, ya todos los había hecho.
Justocuando llegamos a la Sala Común, Canuto me llamó.
-¡Cornamenta!
Meacerqué a él.
-Tepresento a Alexandra Kyech. -Dijo mostrándome a la chica que estaba junto a él.
Eracastaña clara tirándole a rubia, con unos hermosos ojos grises con un toque deazul, una bonita sonrisa, y un buen cuerpo. Realmente nunca la había visto, yeso que era de Gryffindor, supongo que es, o porque he estado demasiadopendiente de la pelirroja o, porque siempre me han gustado más las rubias. Nosé, simplemente no la había viso en otra ocasión.
Porlo menos, no parecía una barbie condos neuronas dispuesta a hacer todo para engatusarme. Íbamos bien, hasta ahora.
-Hola.-Dije regalándole una sonrisa.
-Hola.-Respondió de la misma manera.
-Bueno,los dejo solitos, tortolitos. -Rodé los ojos, de verdad que sus comentarios eranfuera de lugar.
Almomento en que se fue, él y Lunático, me senté al lado de ella.
-Nosé qué te habrá dicho Sirius, igual no importa, no le hagas caso, siempre estádiciendo disparates. Pero bueno, creo que deberíamos empezar por presentarnos,James Potter, un gusto. -Dije extendiéndole la mano, la cual tomó rápidamente.
-AlexandraKyech, igualmente. Realmente no le paré a lo que dijo Sirius, pero cuandomencionó tu nombre le presté atención, siempre he querido conocerte. -Dijoruborizándose.
<< ¡Ay, no! Otra de mislocas fans. >> Pensé
-Bueno,aquí me tienes. -Le piqué el ojo.
Ellasoltó una risita.
-Noes por lo que crees -Rió.-, mis amigas y amigos siempre hablan de ti, muy biende hecho, y por eso es que siempre he querido conocerte. Además, quédate tranquilo,generalmente no me gusta nadie que no haya conocido.
Mecaía bien, esta chica me caía estupendo.
-Mealegro que pienses así, porque aquí entre nos -Dije acercándome a su oído.-, nome gustan esas chicas locas que están enamoradas de mí.
Ambosreímos.
-Sí,debe de ser molesto.
-Nique lo digas. -Respondí.
Volvimosa reír.
-¿Realmentequieres a la chica ésta, la pelirroja, no?
-Laamo. -Dije.
-Senota, ¿y ella? ¿Por qué te odia?
-Digamosque he sido un poco
intenso, todos estos años, y bueno, me he ganado que meodie, realmente yo también me odiara. Pero bueno, a parte ella piensa que ellaes un juego para mí, y no sabe lo cuán equivocada está.
-¿Ypor qué no se lo dices? -La miré confundido, ¿acaso creía que jamás le habíadicho lo que siento por ella?- O sea, me explico, díselo cuando estén solos,díselo realmente, sólo tú y ella, así ella verá que no le mientes, díselo aella, sólo a ella, sin montarte en la torre de Astronomía y gritarlo, sin confesárselohaciendo explotar un motón de fuegos artificiales, no, realmente díselo.
Pareceilógico que se me hayan ocurrido ideas tan ingeniosas, y que no haya sido capazde pensar o considerar nunca aquella idea.
-Tienesrazón, nunca lo he pensado, tal vez y funcione.
Ellame sonrió y se despidió de mí, tenía sueño y la verdad yo también. Al entrar enmi cuarto, Lunático y Canuto estaban durmiendo, al parecer, Peter todavíaestaba en la enfermería. Pobre Colagusano.
Medormí pensando en lo que me dijo Alexandra. Es verdad, capaz y por eso nuncaentendió lo que ella significaba para mí, porque realmente pareciera que lohubiese hecho en broma, pero no, era totalmente en serio. Pero, si esta vez selo digo mirándola a los ojos, diciéndole todo lo que nunca me creyó, capaz yella entienda que para mí, Lily Evans nunca fue un juego, que Lily Evans es lamujer de mi vida.
Yasí, sin darme cuenta, y otra vez pensando en mi pelirroja, caí en los brazosde Morfeo, soñando, de nuevo, con ella.
Allevantarme, era tarde, se nos había hecho tarde. Nos vestimos apurados, y paraser sincero, como mamarrachos, y así, salimos de la habitación para ir a comerlo más rápido que se pueda, en el camino al Gran Comedor, Canuto sacó el temade las chicas.
-¿Y?¿Cómo te fue? ¿Qué tal besa Alexandra?
-Bien,no lo sé, no la besé.
-¡¿QUÉ?!
-Queno la besé, Canuto, ella no me gusta, entiéndelo.
-Bueno,no es que ella sea la única mujer que queda, no
-Dijo, no tengo idea de lo quehablaba, ya que, al entrar al Gran Comedor vi a mi pelirroja, y, por primeravez en mi vida, me sonrió, su sonrisa fue dirigida hacia mí, sólo hacia mí,como en mis sueños.-
, hay otras mujeres en el mundo, demasiadas diría yo.
Lepasé un brazo por los hombros a Canuto.
-Canuto,entiéndelo, no quiero a nadie que no sea Lily.
Élsuspiró, pero se puede decir que desde ese momento entendió, que, aunque éldiga que haya muchas otras mujeres en el mundo, simplemente, en mi vida no hay, ni habrá nunca otra mujer que nosea Lily Evans
Necesidad
Lluvia.
Lluviaera lo que veía. Gruesas gotas caían desde el cielo, al igual que las que caíande mis ojos. Lluvia era lo que sentía.
Gruesas,pequeñas y dolorosas gotas de agua se deslizaban por el vidrio de la ventana demi casa, al igual que por mis mejillas.
Lesfallé, lo sabía. Nos estuve aquí para protegerlos de los malditos mortífagos.Les fallé. Nunca me lo perdonaré, ni hoy ni nunca. Les fallé, los dejé morir.Dejé morir a mis padres sin hacer nada.
Noera su guerra, ellos no pertenecían a ese mundo, ¿por qué tuvieron que pagarpor los errores del mundo mágico? ¿Por qué?
Nopude hacer nada cuando más me necesitaban, ¿por qué no llegué a tiempo?
<<¡¿POR QUÉ?! ¡MALDITASEA!>> Comencé allorar con más fuerza.
Frío,lluvia, gris. Así se tornaba mi mundo, gris, oscuro, solo, desamparado, frío,solo
vacío.
Queríaque volvieran, quería poder abrazarlos una vez más, decirles cuántos losquiero, que fueron los mejores padres del mundo
sólo
poder despedirme
verlosuna vez más
pero no podía.
Perolo que más me dolía, lo que más me afectaba, lo que más me hacía falta
era unabrazo suyo, que él no estaba
por lo menos no conmigo.
Loamaba
todavía lo hago, en realidad nunca dejé de hacerlo, siempre lo he amado.Y ahora más que nunca lo necesito.
Lonecesito.
Lonecesito aquí conmigo, a mi lado, apoyándome, abrazándome, besándome
yolvidándonos de todo lo que ocurrió en el pasado. Sabía que era imposible, queeso jamás lo olvidaría, jamás olvidaría cuando lo vi besándose con una rubia,jamás olvidaría el dolor que sentí, jamás olvidaría a mis piernas flaqueando, apunto de derrumbarse, al igual que el resto de mi cuerpo, jamás olvidaría queme sentí como si muriera
pero era mil veces peor, jamás olvidaría elcataclismo que sentí dentro de mí, jamás olvidaría cada lágrima que boté porél, jamás olvidaría cuando salí corriendo, tratando de huir de eso, tratando dedespertar de esa pesadilla. Jamás olvidaría a él rogándome que le creyera, queella se le encimó justo cuando llegué, que fue una trampa, que él sólo me amabaa mí, que él sería incapaz de lastimarme o traicionarme, que él no tuvo nadaque ver.
Jamásolvidaría tal dolor.
Jamásolvidaría a James Potter.
Peroaún así, después de todo lo que pasó, y aunque nos hallamos separado
él me loprometió, me prometió que jamás me dejaría sola, y aún tengo la esperanza deque cumpla su palabra
Pero aquí estoy
sola.
-Vámonos,Lily. -Me sacó Petunia de mis pensamientos, con una voz fría y seca.
Bajelas escaleras hasta el último piso de la casa, salí de ésta y me monté en lataxi que nos llevaría, a Petunia y a mí, a decirles el último adiós a nuestrospadres, a enterrarlos.
Yopasé todo el viaje viendo por la ventana, y por fin entendiendo a las nubes.Cada gota de agua que cae de la nubes tiene un por qué, y la respuesta de éstees que simplemente no aguantan más, sienten que van a explotar, demasiada aguatienen acumulada, es hora de soltarla
es hora de que salga.
Asíme sentía yo, como una nube. Una que lleva mucho tiempo tragándose el dolor,lleva demasiado dolor acumulado, y necesita desahogarse
necesita soltarlo
quesalga
que se aleje
que desaparezca.
Esoera lo que mis lágrimas significaban, dolor, demasiado dolor acumulado,decidido a salir
necesitado a salir.
Desdehace tres meses atrás, desde que lo perdí, yo me había convertido en unatormenta por dentro. Llena de dolor con la necesidad salir.
Mehabía alejado de mi mundo, del mundo al que pertenecía, del mundo mágico, paraver si así lo olvidaba, para ver si así se me calmaba el dolor
estaba huyendode ellos, pero por más que lo hacía, por más lejos que corriese, ellossimplemente no desaparecían.
Sindarme cuenta, llegamos al lugar, a ese lugar tétrico, oscuro, gris, triste ylluvioso. Petunia y yo nos bajamos. Recorrimos el cementerio, hasta llegar allugar donde velaríamos a nuestros padres. A nuestros difuntos padres.
Noquería decirles adiós, no, nunca lo he querido hacer, ni yo ni nadie estápreparado para esto, y por más que digan que estarán mejor allá arriba que aquíabajo, no queremos que se vayan, no queremos que nos dejen, que nos abandonen,no, porque los queremos, los necesitamos. Los necesitamos vivos, a nuestrolado.
Alllegar al lugar habían alrededor de doscientas personas, divisé a mi tía entrela gente y la abracé, los ojos de mí tía también eran nubes grises, tambiéneran nubes derramando lluvia. La entendía y ella a mí, ahí en ese lugar era, aparte de Petunia, la persona más cercana a mi madre que conocía.
Variaspersonas se me acercaron a darme el pésame, yo me limitaba a asentir, meabrazaban para darme fuerzas, pero ninguno lo lograba conseguir. Yo sabía quesólo existía una persona en este mundo que lo lograría, e incluso, tambiénlograría sacarme una sonrisa.
Laceremonia duró bastante, y al terminar, me levanté rapidísimo, pretendiendohuir de todo esto, como hace tiempo que hacía. Pretendiendo que así, mis padresvolverían a la vida, que no estarían muertos.
Corríy corrí por el cementerio tratando de huir y de olvidarme de todo, al parar, medi cuenta de que no tenía idea dónde estaba, me había perdido entre los muertosy no estaba Petunia conmigo, sabía que no me esperaría ni tampoco me buscaría,ella me culpa de todo esto
y yo también lo hacía.
Sinsaberlo, sin percatarme poco a poco, todo mi mundo gris, fue recuperando suscolores, y todo comenzó cuando unos fuertes brazos me estrecharon contra sí.
Conocíaese aroma, conocía ese pectoral, conocía esos brazos, esa piel
lo conocíaperfectamente a él para distinguirlo entre todas las personas del mundo. Él eraúnico, era único, especial e inconfundible en mi vida.
EraJames.
Élera todo lo que necesitaba, todo lo que quería.
Loabracé fortísimo, temiendo a que desapareciera, a que sólo fuera un espejismo,una ilusión. Él me correspondió el abrazo de la misma manera, lo que hacía queme desesperara y tranquilizara en ciertos aspectos.
Nopude evitar volver a crear lluvia, no pude evitar volver a derramar gotas.
Mequedé así por un largo rato, entre los brazos de James, protegida e inmune aeste dolor. Quería permanecer así toda la vida, con él, en sus brazos,protegiéndome y cuidándome como su diamante, como su joya más preciada ydelicada.
Alcalmarme, y dejar de llorar, alcé la cabeza, separándome unos pocos centímetrosde él, para poder verlo a los ojos.
-¿Cómoestás? -Preguntó en susurro, acariciándome la mejilla.
Cerrélos ojos y le tomé la mano que tenía en mi mejilla.
-Mejor.
Élse acercó a mí y me dio un suave y prolongado beso en la frente, mientras yorodeaba con mis brazos su cintura.
-Teextrañé un mundo, pelirroja, no sabes cuántas veces me tuve que controlar porno ir a buscarte y explicarte todo -"Note hubieras contenido, tú eras lo que más necesitaba, lo que más necesito enestos momentos."-, desde que pasó
lo que pasó siento que me estoy muriendo,no puedo vivir sin ti. -"Yo tampoco."-Pero bueno, eso fue lo que me pediste, que me alejara de ti, y
lo estoycumpliendo -"No me hagas caso, digodemasiadas tonterías, estupideces e impulsos de los que siempre me arrepientodespués"-, y perdóname, pero es que hoy tenía que venir, tenía que verte,tenía que estar contigo -"No tengo nadaque perdonarte, es lo mejor que has hecho en tu vida, y doy gracias a que lohayas hecho."-, espero que no te molestes conmigo.
Melimité a negar con la cabeza, verlo allí, frente a mí, abrazándome, después detantos meses de llorarlo, de recordarlo, es simplemente irreal, es verlo y nocreerlo, no tengo palabras para decirle todo lo que le quisiera decir, porqueéstas se quedan en un nudo que desde hace tres meses tengo, y no me permitenhacerlo sabedor de todo lo que causa en mí.
-Lamentono haber podido llegar antes, me enteré hace algunos minutos e hice lo que pudepor venir, porque no te podía dejar sola, no debía dejarte sola
no queríadejarte sola. -Me dijo mirándome a los ojos.
Otravez me había quedado sin palabras, otra vez éstas se quedaban atrapadas en elenorme nudo de mi garganta, otra vez me las tragaba y no las dejaba salir, otravez me quedaba sin habla, otra vez que guardaba todo aquello que quería soltar.
Loabracé, lo abracé muy fuerte, tratando de demostrarle todo lo que no podíadecirle con palabras, que lo necesito, que lo extraño, que lo quiero, loquiero, lo quiero.
-Lily
-Dijo en un susurro.-, sé que no debería, pero quiero que pases esta noche enmi casa, conmigo. -Separé mi cara rápidamente de su pecho, eso sí que no me loesperaba. Al ver mi cara se corrigió rápidamente.- ¡No! No es lo que estáspensando, me explico, no me gustaría que te quedaras sola en tu casa, yprefiero cuidarte yo y estar pendiente de ti, no quiero dejarte sola ni unminuto, déjame estar contigo, por favor. -Me suplicó con sus ojitos chocolatesllenos de dulzura.
Yahí, frente a mí está James, ese que, otra vez, logra sacarme una sonrisa, eseque vuelve a enamorarme, ese que me vuelve a derretir. Esa luz que brilla enmedio de la oscuridad. Esa esperanza dentro del abismo. James Potter.
-Sí
-Fue lo único que logré auricular, apenas audible.
-Iremosa mi casa, ¿te parece? ¿Ó antes quieres tomarte algo? ¿Ó comer en algún sitio?-Preguntó muy contento al ver que lo dejaba estar conmigo, aunque él no era elúnico contento.
-No
sólo quiero descansar. -Dije muy bajito, negando con la cabeza.
-Entoncesvamos a mi casa ¿sí? -Preguntó acariciándome el cabello.
Yosólo asentí, con una media sonrisa.
Fueen cuestión de segundos, gracias a la aparición, que nos encontrábamos en lacasa de James. Eran alrededor de las siete de la noche, y yo lo único quequería hacer era dormir, recostarme en una cama a dormir, descansar y relajarme.
Jamesiba subiendo las escaleras conmigo detrás, iba directo a su habitación, porquesí, yo conocía a la perfección esa casa, esa habitación.
Alabrir la puerta de su habitación, me encontré de nuevo con su gigantesca cama,y claro, su cuarto de millones de galeones
-Dormirásaquí, en mi cama, es la más cómoda.
Asentíy me senté en su cama.
-¿Quieresotra cosa? -Preguntó sentándose a mi lado y colocando su mano sobre la mía.
Nopude evitar sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo cuando su manorozó la mía. Por reflejo, la quité rápidamente, de lo que, segundos después, mearrepentí inmensamente.
Él,inmediatamente, bajó la cabeza y me sentí pésimo.
-Bueno-Dijo parándose.-, buscaré algo de comer, ¿seguro que no tienes hambre?
Neguécon la cabeza. Él sólo asintió y se fue de la habitación hacia la cocina paracomer.
Yo,aproveché y me recosté en esa cama tan suave y relajante. Cuando ya tenía cerradoslos ojos, sentí unos labios en mi frente.
-Buenasnoches, princesa
Princesa
esa palabra me trae tantos recuerdos, tantos momentos, así era como me llamabacuando éramos novios y veo que el efecto de esa palabra en mí no ha cambiado,me sigo derritiendo cuando me llama así, sigo poniendo una sonrisa de bobacuando me lo dice.
Abrílos ojos y le sonreí, fue inevitable.
-¡Losiento! No quise despertarte. -Me dijo en susurro.
"Me encantó que medespertarás así" Eso fue otra de las cosas que quise decirle,pero, como siempre, no lo hice.
-Bueno,yo dormiré en el sofá de allá. Avísame si necesitas algo, cualquier cosa,princesa. -No pude evitar desilusionarme.
¿Enel sofá? ¿Tan lejos de mí? ¿No era suficiente esos tres meses que pasó lejos demí?
Antesde que se fuera lo agarré de la muñeca e hice que se volteara a verme.
-Duermeconmigo. -Me sorprendí a mí misma, nunca pensé que por fin diría lo quepensaba, lo que necesitaba decirle porque sí, era una necesidad que se quedaraconmigo.
Élabrió los ojos por la sorpresa, y un brillo apareció en ellos, yo me arriméhacia el otro lado de la cama, y él se recostó a mí lado, viéndome.
Yome acurruqué en su pecho y el pasó sus fuertes brazos sobre mí, sin dudarlo niun segundo, sin siquiera pensarlo.
Hacetanto tiempo que lo quería tener así, acurrucado conmigo, abrazándome,mimándome, protegiéndome, cuidándome.
Haceya tanto tiempo
-¿Jamesestás despierto?
-Lo llamé.
-Sí,princesa, ¿necesitas algo?
-Algoasí, ¿me podrías hacer un favor? -Dije sorprendiéndome a mí misma de que iba adecir eso.
-Claro,princesa, cualquiera. -Dijo acariciándome el cabello.
-¿Cualquiera?-Pregunté con una sonrisa pícara.
-Sí,cualquiera. -Afirmó.
Sonreí.
-Tengomucho calor, ¿puedes quitarme la camisa?, es que no tengo fuerzas, y dudo quelo pueda hacer sola. -No podía creer lo que acababa de pedirle.
-S-sí-Respondió con los ojos abiertos como platos, sorprendido por lo que le pedí.
Seseparó de mí, se puso encima de mí, y poco a poco comenzó a desabrocharme botónpor botón, al terminar me estaba quitando la camisa y yo me levanté de la camapara ayudarlo, quedando a escasos centímetros de él.
Nuestroslabios se rozaban y yo estaba sólo en sostenes, y la camisa a un costado de lacama, sin que nadie la necesitase.
-¿Nec-cesitasalg-go má-ás, prin-ncesa? -Me preguntó con los ojos cerrados y tartamudeando.
-Sí
-Dije en susurró.- Te necesito a ti, eso es lo único que necesito.
Y,sin dejarlo reaccionar o que su cerebro fuera capaz de procesar todo losucedido, lo besé.
Lobesé con desesperación, queriendo que nunca más se separara de mí, quepermaneciera así conmigo, piel con piel, cuerpo con cuerpo, boca con boca. Quenunca más se alejase de mí, que entendiera que lo necesito, que lo extraño, queme importa, que lo quiero
que lo amo.
Susmanos, que a principios estuvieron en mi cintura, iban ascendiendo cada vezmás, hasta que llegó al encaje del sostén. Sentía el fuego arder, con lanecesidad de que me lo quitase y poder sentirlo. Sentía a James desesperado porquitármelo y tocarme, pero él sabía que no era como las demás, sabía que yo eraespecial, por eso nunca me tocó sin mi consentimiento. Yo sabía que él estabaesperando mi permiso para poder quitármelo. Y eso, cosas como esas, son la queme hacen dudar si James realmente me engañó con esa rubia platinada.
Quería,deseaba y necesitaba que me quitara todo y me hiciera suya como tantas veces lohizo. Quiero olvidarme de todo, del "engaño", que ahora tengo mis dudas, detodos estos tres meses, de todo el sufrimiento
de todo. Sólo lo necesitaba aél.
-Quítalo
-No se lo pedí, no se lo pregunté, no lo dejé a su criterio, no se lo supliqué
se lo ordené.
Inmediatamenteparó de besarme y se alejó de mí.
¿Quépasa? ¿Por qué no sigue?
-¿Quépasa? -Le pregunté en susurro.
-No
no puedo, princesa, yo necesito explicarte lo que pasó ese día, no te quieroperder, necesito que me escuches
por favor
princesa. -Me miró suplicante.
Notenía salida, esta vez no podría huir, lo sabía. Había llegado el momento,después de tres meses de huir llegó el momento, no podía correr, no podíaescaparme, tengo que enfrentar mis miedos.
Miedos
miedos
por eso me alejé de James, por eso no quise escucharlo, porque temí quelo que tuviera que decirme no fuera lo que yo quería. Huí y huí, temiendo queme dijera que no le importaba, temiendo escucharlo, temiendo a que fuera unamás
temiendo a que él no me quisiera.
Temiéndoleal miedo.
Perosabía que no podría huir más de él, que llegó la hora de enfrentarlo, aunquelos resultados no fueran los que yo quisiese, tenía que enfrentarlo, ya nopodría huir
no otra vez.
Melimité a asentir y bajar la cabeza, de alguna u otra manera sentía que asíhuía.
Élme abrazó, rodeándome con esos brazos con los que soñé los últimos tres meses.
-Esedía -Comenzó diciéndome en mi oído.- yo te estaba esperando en la Sala Común,después de que fueras a la biblioteca, porque tenía unas ganas inmensas deabrazarte y decirte cuánto te amo -Sonreí, lo admito.-, entonces llegó la
-Semordió el labio tratando de contenerse, lo cual hizo que mi sonrisa se pusieramás grande.-, la muy perra, por no decir otra cosa, y me preguntó si yo tequería, y yo le respondí que no, que te amaba, que te amaba muchísimo, enexceso, entonces ella te empezó a insultar, y yo le dije que todo lo que dijolo era ella porque tú eras perfecta, y ella me dijo que no, y que me podíademostrar que yo la iba a amar mucho más que a ti, y entonces se me tiró encimabesándome, y cuando yo la aparté fue cuando vi las puntas de tus cabellospelirrojos en sentido hacia el bosque prohibido, y fui corriendo detrás de ti, porquesabía lo que pasaría, sabía que la había cagado, sabía que mi miedo se podíacumplir, sabía que había un gran posibilidad de que te perdiera, no me detuvenunca, no me rendí jamás, pero nunca me dejabas hablar, y eso me mataba, meechaba un crucio cada vez que esas palabras salían de tu boca, porque es que túno sabes qué es ser inmensamente feliz y que de repente sufras como si tu vidadependiera de ello, no sabes qué es sentirte completo y que de repente tedividan en dos, en tres, o en ciento diez mil millones, no tienes idea de quées que tu vida dependa de una persona y esa persona no quiera ni escucharte, nosabes qué es tocar el cielo, y que te manden al infierno
No tienes idea de quées tenerte, y luego perderte. -Sabía que estaba llorando, al igual que yo, denuevo había una tormenta dentro de mí. Lluvia.- Y necesitaba decírtelo,necesitaba que supieras que yo nunca te engañé, princesa, es más, casi la matodespués de lo que hizo, perderte fue lo peor que me ha pasado, me sientodestrozado, triste, gris, vacío
muerto. Te amo, princesa, nunca lo he dejadode hacer, no hay ni un solo día en el que no estés en mis pensamientos, porquetú eres todo para mí, eres mi mundo, mi vida, te amo, te amo muchísimo, y teextraño, te extraño demasiado, sin ti realmente no vivo, porque te necesito, princesa,te necesito.
Mealzó la cara con sus manos y pude ver sus ojos como nueves que desprendíangotas y más gotas, soltando todo aquello que han aguantado durante muchotiempo. Nunca lo había visto llorar, y quizás fue eso lo que me convenció, yaque, una de las cosas que creía imposible, era que James Potter llorará, si nisiquiera lloró con la muerte de sus padres, realmente pensé que no lloraría pornada en su vida si no lloró por eso, pero me equivoqué, ahora veo lo querealmente significo para él, él me lo dijo, y tenía que confiar en él, teníaque creerle o lo perdería para siempre, una de las dos. Tenía que elegir.
Peroel problema es, que no dudo ni un 0,000000000000000000000000000000000001%de que lo que me haya dicho sea verdad, porque le creo, porque me lo hademostrado, porque confío en él. El problema es que no existe segunda opción.
-Tecreo
-Le susurré antes de darle un suave, lento y corto beso en sus preciososlabios rojos.
Élsonrió inmensamente.
-¡¿Mecrees?! -Dijo con la sonrisa más grande que jamás le he visto.
-Sí,te creo, James. -Le sonreí de la misma manera.
Élme abrazó muy animada y fuertemente, y me dio unos cuantos besos en el cuello alo que yo solté risitas, siempre me ha hecho cosquillas cuando hace eso.
-Joder,que me haces cosquillas
-Le dije con mis dos manos en su pecho, alejándolo demí. Yo me encontraba recostada en la cama y él encima de mí.
-Esaes la idea. -Dijo pícaramente y antes de que pudiera pensar ya me habíasujetado las dos manos y me las apresó con sus manos, inmovilizándomelas,mientras me besaba el cuello descaradamente haciéndome cosquillas.
-No
¡Joder!... para... ¡PARA!... ¡James
!... ¡AH!... piedad
, por favor
¡BEBÉ!-Dije entre risas, suplicándole que me soltara.
Élse tumbó a mi lado en la cama, muerto de la risa, el muy condenado.
-Estrampa -Dije con un puchero, apoyada en su pecho.-, tú no tienes cosquillas, yoestoy en desventaja.
Élvolvió a soltar una risita y me besó mis hebras pelirrojas, luego se acercó ami oído y me susurró:
-Perotengo una gran debilidad. Tengo un talón de Aquiles.
-¡¿TÚ?!¡¿TÚ, JAMES POTTER?! ¡¿UNA DEBILIDAD?! ¡¡JÁ!! ¡No me hagas reír! Tú no tienesdebilidades.
-Claroque sí. -Me dijo mordiendo el lóbulo demi oreja, haciendo que mi cuerpo vibrara.
-¿Ah,sí? ¿Cuál? -Le pregunté.
-Tú.
Levantémi cabeza de su pecho y lo miré perpleja, no podía creer lo que me acababa dedecir. Él me miró y acarició mi mejilla.
-Túeres mi mayor y única debilidad, Lily. Tú eres mi talón de Aquiles. -Me dijomirándome a los ojos.
Mequedé sin palabras, más perpleja de lo que ya estaba. Mi cerebro no podía procesarlo que me dijo, no, no era mi cerebro, era aquello que se aceleraba cada vezque lo veía, aquello que pedía a gritos que besara a James, aquello que nuncase equivoca, aquello que aumentaba de ritmo cada vez que estaba con James
aquello que, por un momento, había dejado de latir por lo que me dijo James
micorazón.
Sentímis ojos aguarse y lo besé. Lo besé tratando de decirle todo aquello que seestancaba en mi garganta, tratando de demostrarle lo feliz que era con lo queme dijo, tratando de decirle que lo amo, que es lo más maravilloso que me hapasado
que me corazón dejó de latir por él. Que él, es la razón por la que micorazón late y sigue adelante.
-Cásateconmigo, princesa. -Susurró contra mis labios, una vez después de haberculminado el beso.
Sentíaque estallaría de felicidad, sentía a mi corazón latir a mil por hora,queriendo salir de mi pecho, sentí que por segunda vez mi corazón dejó de latirpara luego emprender un ritmo casi imposible de alcanzar
sentí
sentífelicidad
sentí un nuevo cielo azul, esa calma que viene después de latormenta
ese arcoíris.
-¿Quédices, princesa? ¿Te casarías conmigo? -No tenía el anillo, pero es que no lonecesitaba, no estaba pendiente de eso en ese preciso momento, me sabía amierda si tenía o no un anillo en mi poder, James me pidió ser su esposa, ypara mi vale más que no tenga el anillo, porque sé que le salióinesperadamente, improvisó, dijo lo que sentía, no tenía compromiso
simplemente lo dijo porque así lo quiere. Y eso, eso me derrite.
Mesequé las lágrimas y asentí efusivamente, a lo que sonreímos, él agarró mimejilla y me besó.
Nopuedo describir el beso y lo que sentí con él. Porque es, simplemente,inexplicable.
Sabíaque con James ya no habría más lluvia, ni más tormenta, porque James, James eraese arcoíris en medio de la lluvia, era esa luz en medio de la oscuridad, esaesperanza en medio del abismo
Era esa calma que viene después de la tormenta.
Eraesa calma que he necesitado, porque James es todo lo que necesito, porque loamo, él es todo para mí, sin él no soy nada, por eso James Potter es mi necesidad. Todo lo que necesito paraseguir viviendo y tener las ganas de seguir haciéndolo.
Los mejores momentos de James y Lily - Potterfics, tu versión de la historia
¿Por qué?, sí, ¿Por qué?, digo, ¿De verdad le habrá dolido lo que le dije?, sí, he de admitir que me pasé, pero siempre lo insulto y nada cambia en é
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2024-05-20
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