Mismanos están sudando y tiemblan, no dejo de mirar por la ventana, ella debe deestar a nada de llegar, se suponía que regresaría de la academia directo acasa, y después nos iríamos lo más lejos que fuera posible, pero no hayindicios de ella, y el reloj cada vez avanza más rápido, y por el camino no haynadie.
- Sophia - apenas si es un susurro, me giró y me encuentro con unos ojos grises,que parecen haberse ensombrecido - quemaron la academia.
Aquellastres palabras, han hecho que mis piernas pierdan la fuerza, el piso bajo de mí,parece temblar, y sin más termino en el suelo, tratando de procesar aquellaspalabras que acaban de salir de él.
- No - mi voz apenas es audible - no - es lo único que puedo decir.
Pareceque mis piernas de nuevo han tomado fuerza, necesito encontrarla, saber queella está bien, que todo esto solo es una broma, solo eso.
La academiaesta a unos quince minutos caminando, pero no tengo tiempo para caminar, asíque corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten, siento el viento fríogolpear mi rostro, pero no me interesa lo único que quiero saber es queKatherine esta bien.
Tropiezocon unas cuantas ramas y piedras, pero a pesar de los raspones y golpes, no medetengo. En cuanto llego al pueblo, debo detener el paso, pues mucha gente va yviene, algunas mujeres gritan, mientras escucho gemidos de dolor.
Micorazón parece haberse detenido, algo esta mal y lo sé, pero aun quiero creerque Kat esta bien, que seguramente se quedo ayudando, y tal vez tenga algunosrasguños, pero nada de lo que preocuparse, o al menos eso es lo que deseo confuerza, que mi hermanita este bien.
Llegoentre empujones y apretones hacia los restos de la academia, muy pocos niñosson los que están en la banqueta llorando, pero no hay rastro de su castañocabello, no lo hay, y eso comienza a angustiarme, observo cada rostro, pero enninguno están los ojos azules que siempre brillan al sonreír, en ninguno esta yeso comienza a estresarme.
- Kat - mi voz es ronca, pero ella debe responder, tiene que hacerlo -Katherine - repito, pero de nuevo no hay nada - Katherine - mientras corrohacia la academia, pero antes de que entré unas manos me retienen.
- Ella se ha ido - su voz apenas es audible.
- No - me niego a creerlo, eso es una mentira - ella esta bien. ¡Katherine! -no sé cuantas veces necesito gritar, y no recibir respuesta, para entender queella no vendrá.
- Sophie - su voz parece querer curarme las heridas del alma, pero ni por mássuave y comprensible que suene su voz, lo va a lograr.
- ¡No! - grito, mientras trato de alcanzar la academia, que poco a poco se vadesvaneciendo.
- Despierta - escucho,mientras poco a poco voy abriendo los ojos.
En vez de aquella academia hecha polvo, me encuentro enuna recamara, que es mucho más grande que en la casa en donde vivía con mihermana, las paredes beige apenas si se ven con el reflejo de la luna, queentra por la enorme ventana, mis manos tiemblan, y siento nauseas y laslágrimas salen como aquel día.
- Solo fue un sueño - sientosus brazos alrededor de mí - todo esta bien, Sophie.
- Nada esta bien, Ethan - mivoz es ronca - ella no está aquí, no lo esta.
- Lo sé - acaricia micabello, tratando de que con eso me tranquilice - es doloroso, despertar ysaber que todo lo que querías a desaparecido, pero yo sigo aquí.
No contesto, simplemente me aferro a él, que es lo únicoque queda que realmente me importe, sin él me habría dejado desde hace tanto,pero sus ojos grises son los que me dan fuerza, su cabello castaño, es lo quedeseo con tantas fuerzas acariciar, es su piel un tanto bronceada la que deseover al despertar, son aquellos brazos los únicos que logran desvanecer mismiedos.
Solo Ethan Rumsfeld, es mi calma, después de todo hemosvivido el mismo infierno, del mismo que hemos salido hace tiempo, al que nochetras noche viene en mis pesadillas, y el miedo aumenta cuando pienso que eseinfierno pueda regresar.
- Ellos no van a encontrarnos- besa mi frente, y me mira con tanta seguridad, que es imposible no creerle -estamos muy lejos, además deben creer que morimos, junto con el resto de lacomunidad.
- Tengo miedo, - mi voz estemblorosa - no quiero volver.
- Y no lo haremos, Sophie -su voz es tan firme, que logra tranquilizar mi alma - no dejaré que ellos tetoquen.
Suena tan real, que solo me acurruco contra él, tratandode que su calor calme el frío que hay dentro, un mechón de mi rubio cabello seenreda en su dedo, o mejor dicho él lo enreda, es su forma de distraerse jugarcon mi cabello.
Deja un beso en mi mejilla, mientras sigue con su juego,otra noche en la que no vamos a dormir, pues el miedo es tanto que no voy aconciliar el sueño, y él no dormirá por velar mi insomnio.
- Me gustan tus ojos - dicede pronto.
- ¿Por qué? - pregunto.
- Por ser tan azules como elcielo - es su sencilla respuesta.
- Los de ella eran más azules- susurro.
- Sophia Mendler, - es unreproche - debes dejar el pasado.
- Ella no merece que laolvide - su mano toma la mía y la entrelaza.
- Tal vez, - acepta - pero nosiempre que te diga un halago, debes tratar de hacerme ver que ella es mejor.
- Lo siento - es lo único quesale de mis labios.
- Sé que la extrañas - denuevo viene su voz comprensible - y yo también extraño a mi familia, perodebemos seguir Soph.
Odio que lo diga con tanta facilidad, de hecho que paraél lo sea. Aunque no sé si los haya dejado, o solo los haga de lado, paraayudarme a mí, porque Ethan es mi fuerza, él es quien le da estabilidad a mimiserable vida.
Nuestra poca tranquilidad, se ve destruida por unaintensa luz, que por unos segundos me deja cegada, mi corazón comienza a latirdemasiado rápido, al parecer nos han encontrado. Ethan es mucho más rápido queyo, se levanta de un brinco y me obliga a mí hacer lo mismo.
No ha soltado mi mano, cuando bajamos la escalera, sé quesi no fuera por su magnifico equilibrio, ambos estaríamos en el suelo, alllegar a la puerta, ya muchos están tratando de escapar, nuestro refugio hasido descubierto, y todos parecen aterrados, veo a varias mujeres gritarhistéricas, mientras Ethan y yo pasamos de largo la puerta.
- Ethan, Sophia - escucho,pero el cuerpo de mi acompañante me tapa la vista de enfrente.
- Andrew - es la respuesta deEthan - ¿y los demás?
- Abajo - en ese momento seescucha el ruido de un vidrio rompiéndose, supongo que es una ventana.
- ¡Vamos! - me urge,jalándome el brazo.
No sé a donde diablos vamos, pero no lo pregunto, solodejo que me arrastre, de nuevo otras escaleras, solo que estás son de madera, yuna que no ha sido muy pulida, pues mispies desnudos, pueden sentir algunas astillas incrustándose en ellos, pero nome quejo, escucho la puerta cerrarse tras de mí.
Giró ligeramente la cabeza y puedo ver el cuerpodesgarbado y alto de Andrew, su piel blanca apenas si es visible en laobscuridad de la habitación, su cabello negro esta revuelto, al igual que el detodos. Vuelvo mi vista, no sé que hacemos en el sótano.
Por fin nos detenemos, y puedo ver el rostro de dos personas más, uno de rasgos bastantetoscos, pero no por eso feo, los ojos verdes que me observan con ciertamolestia, le dan un toque un tantosalvaje, al igual que su negro cabello y bueno al caminar más hacia nosotros,pude ver su cuerpo musculoso.
Lo había visto algunas veces, durante la cena o lacomida, pero jamás había hablado con él, la verdad es que me daba un poco demiedo, por eso mantenía mi distancia con él.
- La quieren a ella - su vozes un tanto chillona, cosa que me haría gracia, sino estuviera en aquellasituación.
- Nos quieren a todos -replica Andrew - así que es mejor movernos, Tyler.
De nuevo me jala, llegamos a una compuerta cerca de unaventana, esta como a un metro y medio de altura, Tyler ocupa el lugar, ayudandoa la chica de cabello negro que reconozco como Marian, la chica arrogante quesuele hablar a mis espaldas, sus ojos miel se clavaban unos segundos en mí,antes de que el musculoso la tome en brazos y la suba, y él enseguida haga lomismo.
- Tu turno - sin previoaviso, las manos de Ethan están en mi cintura, y como si nada me levanta.
Quede boca abajo sobre la tierra, me levante lo más rápidoque pude, aunque no tengo mucho tiempo de ver a mi alrededor, pues de nuevo lamano de Ethan, me hace correr. Escucho gritos detrás de nosotros, pero sé queno debemos detenernos, pero hay algo en ellos, que hacen que me quede de pie,uno de aquellos gritos, es de ella.
- Kat - mi voz apenas si esaudible.
Necesito llegar a ella, saber porque grita, trato desoltarme, pero el agarre de Ethan es demasiado fuerte.
- Suéltame, - pido,retorciendo mi mano, para que él me deje - ella me necesita.
- No hay nadie en ese lugar,que te necesite - no lo escuchaba, porque ella en verdad me necesitaba - vamos,Sophia.
Trataba de alejarme de él, pero ni siquiera podíamoverlo, más bien él había hecho que diera unos cuantos pasos en su dirección,pero antes de que siguiera con eso sentí un golpe en la cabeza, que poco a pocohizo que todo se volviera negro.
- Marian - escuche un gruñido- no fue amable.
- Es mejor que la cargues ojamás saldremos de aquí.
Fue lo último que escuche, después de eso todo se volviósilencioso y negro.
Andrew
Espero que les guste el capitulo, y sino es así, también haganmelo saber, quiero saber que es lo que opinan del fic, si debo continuarlo o mejor lo quito.
Una luz que penetra mis parpados, es lo que hace quedespierte, el dolor de cabeza es terrible y aumenta cuando abro los ojos,aunque descubro que no estoy en la habitación, de techo tengo las copas de losárboles, y como cama el duro suelo, y no la cómoda cama del refugio.
Por unos segundos me desoriento, no recuerdo muy bien loque paso anoche, solo tengo algunos flashes de gritos, y después corriendo,pero solo eso. Me incorporo lentamente, tratando de no hacer ruido, para noalertar a nadie de que he despertado.
Al encontrarme sentada, hago un escaneo rápido con lamirada, al frente solo puedo ver los rastros de lo que parece una fogata,desvío la mirada a la derecha y encuentro como a tres metros de distancia doscuerpos, que al parecer duermen, y es confirmado con el fuerte ronquido queemitió el cuerpo más grande.
Me pongo en cuclillas, y mis pies desnudos sienten latierra, y me agrada sentirla, pero no es momento de disfrutar la Naturaleza, megiró lentamente, sé que si hubiera algún enemigo a mi espalda, ya me habríaatacado, pero no he podido quitarme la forma sigilosa de moverme, nuncahaciendo ruido.
Y al verlo recargado en el tronco del árbol, con sus piesa escasos centímetros de donde la almohada formada por su chamarra, descansabami cabeza hacía unos momentos. Tiene los ojos cerrados, pero no duerme, lo sépor sus músculos de sus brazos que están tensos, supongo que conteniendo lasganas de reír.
- No le veo la gracia -suelto sin más, haciendo que él enseguida se eché a reír.
- Eres un desastre - es loque suelta, cuando logra calmar su risa.
- Dormí en el suelo, - le doyla espalda, buscando algo con lo que peinar mi cabello o al menos ver, que tanmal me veo - después de ser noqueada, no esperes que amanezca espectacular.
- Siempre despiertas, con lamelena de un león - pongo los ojos en blanco - y el aliento de uno.
Decido ignorarlo, mientras paso las cenizas de la fogata,y observo a los dos cuerpos acurrucados, son los de Tyler y Marian, ahora recuerdoque anoche escapamos junto con ellos y
- ¿Dónde esta Andrew? -pregunto.
- Fue a buscar comida -responde con tranquilidad.
- Se supone que el cazadoreres tú - lo miro fijamente.
- Y tú eres quien da paz, -eleva los hombros - ninguno de los dos, hacemos bien nuestro trabajo.
- Es enserio, Ethan - mecruzo de brazos, mientras él sonríe.
- No confío en ellos, -susurra - y al no poder cazar contigo en brazos, decidí mentir un poco sobremis habilidades en el bosque.
- ¿O sea que tal vez vamos acomer, solo pasto porque decidiste cuidarme? - enarque una ceja.
- Lamento haberme preocupadopor ti, - su voz es ronca - la próxima vez, cada uno se hará responsable de simimo.
- No lo harás, - digo contranquilidad, y él se gira con el ceño fruncido - te importo demasiado.
Abre la boca un par de veces, pero no sale nada,ocasionando que sonría, sé que soy lo único que le queda, al igual que él a mí;y ninguno de los dos es capaz de separarse del otro, alejarse es imposible,nuestros ojos siempre tienen que vernos, saber lo que hacemos, y que no hayningún peligro. Tal vez es obsesivo, pero después de lo que hemos vivido, creoque es normal, querer a tu vista tu único deseo de vida.
Por fin se da por vencido y sigue su camino sin mirarme,odia que sepa cual es su debilidad, a pesar de que sea yo, no le gusta aceptarque tiene una, y no tener nada contra que le importo, lo hace sentir molesto. Sélo que siente, pues es irritante que haya alguien que sea más importante que túmismo, que le hayas dado el poder de ser tu vida, de que sea la razón por laque sigues de pie.
- Ethan, - susurro, sedetiene pero no me mira - yo tampoco te habría dejado.
Y ahora soy yo la que le da la espalda, me alejo un pocode donde se supone esta el campamento, observando mi alrededor, al parecer nohay agua cerca y tampoco una población cercana, suelto un suspiro, y ato micabello en una coleta, lo tengo que amarrar con el mismo.
- Ten - me extiende un par detenis - creo que es suficiente, de que andes descalza.
- Gracias - tomo los tenis -aunque odio, que no hagas ruido al caminar.
- Así fuimos entrenados - merecuerda.
- Lo sé, - acepto - pero aunasí lo odio.
Simplemente sonríe, escucho ruido por lo que supongo quenuestros acompañantes se han despertado, sin perder tiempo me pongo los zapatos,y caminamos al encuentro de los dos durmientes. La chica me mira con altivez,estoy acostumbrada a su mirada, es la que usa, creo que es una defensa quecoloca, para los que ella considera extraños.
- Espero ya no te duela elgolpe, - aunque su mirada dice otra cosa - pero era necesario, te habías puestomal.
- Pues he recibido másfuertes, - sonrió con amabilidad - y entiendo porque lo hiciste.
- ¿Por quién queríasregresar? - la penetrante mirada de Tyler, me asusta demasiado, pero trato deaparentar que ni la pregunta ni él me alteran.
- Alguien de mi pasado - esmi sencilla respuesta.
- ¿Qué tan importante fue? - meincomodan sus preguntas.
- En el refugio dijeron, queéramos libres de hablar - interviene Ethan, sabe que no me gusta hablar sobrenuestro pasado - y Sophia no va a responder.
- Somos un grupo, - la miradaazul, se dirigió a él - y estamos en nuestro derecho de conocer lasdebilidades, de nuestros compañeros - sé que él no pensó en eso, es demasiadoestúpido para haberlo hecho, pero Marian no lo es, por lo que supongo que ellaes quien lo maneja, para que haga las preguntas - y por lo que vi anoche, ellaes la que más tiene de los cinco.
- Lo que paso anoche, novolverá a suceder - aclaro - y si no hable frente al señor Gray sobre mipasado, no lo haré con ustedes.
Su mano toma mi brazo con demasiada fuerza, es como unanimal, no piensa solo deja que sus instintos hablen, tomo su brazo como apoyoy sin más lo pateo en el estómago, haciendo que me suelte al instante, me llevola mano derecha a la frente, para quitar un mechón de cabello que me cubre unpoco la vista, y la manga del suéter que use al dormir, se baja.
Rápidamente la acomodo, no deseo que nadie vea la marcaque me hace parte de un infierno, al parecer nadie la nota, pero veo que Tyleraun quiere conocer mi pasado, y es capaz de sacarlo por la fuerza.
- Vamos - gruñe Ethan,tomando mi mano - aquí nos separemos.
No contesto, simplemente me dejo guiar por él, al pasartoma una mochila y se la cuelga al hombro, no sé si detenerlo o dejar quesigamos. Para ser sincera deseo alejarme de esos dos, que no me agradan paranada, pero no quiero dejar a Andrew, que es el único desde que llegamos nos habrindado su apoyo.
- No hagan caso a Tyler, -dice Marian - es un poco bruto, pero sino quieren hablar sobre el pasado, novamos a obligarlos.
Se detiene y observa al hombre que se ha alejado, despuésme mira a mí, busca mi autorización, por lo que asiento levemente, es mejorestar en un grupo a ir solos, o al menos eso es lo que nos habían enseñado.Deja la mochila y suelta mi mano, eso quiere decir que nos vamos a quedar.
- Creo que necesitamos leña -comenta Marian - ¿Por qué no van tú y Tyler por un poco?
No parece muy seguro de querer alejarse, pero le sonrió,y él acepta irse. Los veo alejarse, mientras Marian se aleja un poco de mí,decido buscar un poco de frutos, mientras Andrew regresa con lo que haya cazado.No me he alejado demasiado, cuando escucho el grito de mi compañera.
No me agrada es cierto, pero tampoco puedo dejarla, porlo que corro hacia donde escucho su voz, pero al verla con una sonrisa, sé quehe sido demasiado estúpida y he caído en una trampa, y más cuando alguien meretiene los brazos por mi espalda.
- Lo lamento, - su sonrisa esarrogante - pero nos dieron inmunidad, por ustedes.
- Ethan - susurro.
- Y también Andrew, - elevalos hombros, pero lo que no espera es que le caiga una red encima - esto no eraparte del trato - chilla, mientras trata de quitársela de encima.
- Deberías saber, que ellosno hacen tratos con seres como nosotros - mi voz es seca - y no solo nosentregaste a Ethan, Andrew y a mí, sino también a ustedes, que pena.
Casi enseguida, estamos rodeadas de hombres vestidos decafé, con pasamontañas que nos impiden ver sus rostros, y ninguno de elloshabla, suelen decir que para ser parte del equipo de seguridad anti-fenómenos,es un requisito que te quiten el habla.
Toman a Marian y le atan las manos y las piernas, cosaque enseguida hacen conmigo, uno de ellos como si fuera un costal, me echasobre su hombro, no grito, no porque no quiera, sino porque si Ethan ha logradoescapar, no quiero que venga a mi rescate.
Uno de aquellos hombres se acerca al hombre que me llevaen brazos, y siento un piquete en el brazo, y después de nuevo caigo en lainconsciencia, creo que les ha gustado, eso de mantenerme dormida, pero nopuedo hacer nada, más que dejarme llevar por la obscuridad una vez más.
Tyler y Marian
Capitulo dedicado a:
Lila_C
- ¡Sophia! - escucho, aunquees demasiado lejano - ¡Sophia! - cada vez se escucha más cerca - ¿Dónde latienen? - conozco esa voz, y sé que está preocupado - ¡Sophia!
Esta vez lo escucho demasiado cerca, además de que ahorasé que está gritando, abro los ojos, tratando de identificar donde estoy, y meencuentro con una habitación con demasiada iluminación, y la mitad de lasparedes, son ventanas.
- ¡Sophia! - vuelve a gritar.
Trato de incorporarme, pero mis manos están atadas a lacamilla, al igual que mis pies, y por más que intento, las ataduras no seaflojan; eso me estresa, por lo que sin más levanto la cadera, sé que esinútil, pero la desesperación esta ganando, me contorsiono, esperando que elagarre se venza, aunque no sucede.
- ¡Maldita sea! - gruñe -respóndeme.
- Ethan - no sé si esaudible, pero puedo sentir que ha dejado de moverse.
- Soph - puedo notar ciertoalivio en su voz - háblame.
- Estoy bien - es lo únicoque se me ocurre decir.
- Lo lamento - aquello haceque mi corazón se encoja - se suponía, que debía evitarte todo esto, y tefalle.
- No es tu culpa, - comoquisiera verlo, y no solo escucharlo - has hecho un gran trabajo, manteniéndomea salvo.
- Somos prisioneros, - meespeta - eso no es un buen trabajo.
No puedo responder, porque en ese momento la puerta seabre, dirijo mi vista al lugar, que esta frente a mí, levanto la cabeza y veo auna mujer no muy mayor a mis diecinueve años, su cabello pelirrojo lo lleva enun moño, aunque caen algunos cabellos, sus ojos azules que son más obscuros quelos míos, me ven con nerviosismo, lo notó en sus manos que tiemblan sobre unacarpeta.
- Yo soy la que estoy atada, -mi voz es seca - así que estoy a tu completa disposición, por lo que yo deberíaser la nerviosa.
Da un pequeño brinquito al escucharme hablar, lo queocasiona que sonría, supongo que es nueva en esto, y por eso su reacción antemí, me mira fijamente sin moverse, le asusto cosa que es graciosa, ya que nopuedo hacerle nada, mis manos y pies están atadas. Cuando me siento, da unospasos hacia atrás, creo que teme que solo finja que estoy sujeta y vaya aabalanzarme sobre ella.
- Son muy resistentes -comento, mientras jalo mi mano para que vea, que no podré soltarme - ¿es laprimera vez que estás con alguien como yo?
- No, - le tiembla la voz -bueno es la primera vez que veo uno vivo.
- No somos muy diferentes austedes, - elevo los hombros - solo tenemos unas pequeñas mejoras, aunque veoque han logrado retenerlas - indico a lo que ahora me sujeta - ¿de que estánhechas?
- Una aleación, de variosmetales - es su respuesta - probaron con muchas, pero siempre lograbanromperlas, de hecho tu compañero logró romperlas.
- ¿Ethan? - creo que mi vozdenota demasiada ansiedad.
- ¿Tiene ojos grises? - asientosuavemente - ha estado, muy ansioso por verte.
- ¿Puedo hacerlo? - la mirofijamente - haré todo lo que me digas, si dejas que lo vea.
- Él ha prometido lo mismo -dice suavemente - bueno él dijo que haría lo que quisiéramos, si lo dejábamosen la misma habitación que a ti.
- Dejaré que me pongas todasesas agujas, sin decir nada ni oponer la mínima resistencia - casi suplico -pero sino lo haces, te haré imposible el trabajar conmigo.
No hay repuesta, simplemente se da la vuelta y sale de lahabitación, creo que no he usado el tono correcto, pero es que era mi únicaesperanza, para verlo y a pesar de estar encerrados, saber que él esta conmigo,y hacer que mi nuevo infierno sea más soportable.
Me recuesto de nuevo, tratando de ignorar lo frío dellugar, al igual que el ardor en mis muñecas, las cuales han sufrido un poco demi desesperación, por querer soltarme. Observo el techo de la habitación, estan perfectamente blanco que molesta, no hay ninguna mancha o insecto que lequite la perfección, por lo cual no hay nada con lo que distraerme, y eso mepone bastante irritable.
Cierro los ojos, intentando idear algo con que mantenermedistraída y no pensar ni en Ethan ni en mi pasado, poner la mente en blanco, esun consejo que me da muy seguido, pero no puedo hacerlo, por más que lo intentojamás queda sin ninguna idea, siempre estoy pensando en algo; y en estosmomentos lo odio, porque no puedo poner a mi mente a relajarse.
La puerta de nuevo se abre, levanto la vista y veo queviene una camilla, dos hombres de azul marino, la empujan. En cuanto veo elcabello castaño, mi corazón por fin puede tranquilizarse, cuando sus ojos seclavan en los míos, solo puedo sonreír.
- Bienvenido - susurro,ocasionando que su mirada sea fría.
- Llevo horas intentando queme dejen verte, - gruñe - y tú despiertas, y en unos minutos logras que nospongan en la misma habitación.
- Poder de convencimiento, -elevo los hombros - y deberías agradecerlo, y no reprochármelo.
Me ignora, mientras yo veo como lo dos hombres salen de ese lugar, y denuevo la puerta se cierra, nos hemos quedado solos, y al parecer no va adirigirme la palabra, pero yo no hice que lo pusieran conmigo, solo para estaren silencio.
- ¿Es cierto, que rompistetus ataduras? - aunque no evito echarme a reír.
- ¿Quién dijo esa estupidez?- sigue molesto.
- Creo que es parte de losmitos, que hacen para que nos teman más - comento con tranquilidad - de hechome enteré que es una aleación, pues ya muchos los han roto.
- Idiotas - dice secamente.
- Pero sería genial, tenersúper fuerza - opino sin más - al igual que súper velocidad, y tal vez quepudiéramos volar.
- ¿Si volarás, para quenecesitarías la velocidad? - sus ojos se fijan en los míos.
- No lo sé, no creo que teafectara tener los dos - digo con indiferencia.
De nuevo se hace el silencio entre nosotros. Al principiome molestaba que creyeran, que éramos personajes de comics, por los tantosmitos que se hicieron alrededor de los seres "dotados" como nos llamaba lamayoría, pues si tuviéramos todo lo que se decía, no seríamos esclavos, siempreal servicio del gobierno. Aunque después me causo gracia, pues todo aquello quecreía la gente "normal", hacia que se alejara de nosotros, y eso era mejor.
Es cierto que somos más fuertes que el resto de loshumanos, pero no a eso de cargar un camión o romper el acero, tenemos mejoroído, mejor visión, y somos más resistentes, somos lo mejor que el gobiernopodría pedir para guerras, además de que por la extraña mutación que hicieron,nos regeneramos de manera sorprendente, creo que eso es lo que nos hacediferente del resto.
- Hola - de nuevo la voz dela mujer - ya que están juntos, creo que pueden responderme algunas preguntas.
- Supongo - susurro, y élsolo gruñe como respuesta.
- Bueno noté que en susmuñecas tienen un tatuaje, aunque son diferentes - se recarga en la pared másalejada de nosotros - pero en la de los otros tres chicos no hay nada.
- Eso es fácil - mantiene suvista en el techo - Sophia, y yo somos de la misma comunidad, mientras que losotros vienen de una del sur y creo que del oeste.
- ¿Y ustedes a cualpertenecen? - pregunta suavemente.
- Hay cinco comunidades - noes muy interesante hablar de eso - la del norte, la del sur, la del este, ladel oeste, y la central; de esta última venimos, aunque ya fue destruida.
- ¿Por qué ustedes sonmarcados? - escucho la risa de Ethan.
- Porque nos ven comoanimales - coincido con él, pero ella no parece entender.
- La comunidad central es laprincipal - me siento, pues la espalda ya me duele - de ese lugar, salen lojefes del resto de las comunidades, al igual que los profesores que enseñarántodo lo que se debe saber como arma.
- Y el tatuaje, se supone quenos hace ser más importantes, - su voz es seca - pero solo es una molestia.
Sigue preguntando cosas que realmente se me hacenestúpidas, pero prometí cooperar, por lo que contesto sin ser grosera,esperando que este interrogatorio termine.
- Doctora Longoni, - seescucha por la habitación - queremos imágenes.
La voz es rasposa y demasiado baja, de hecho pareció másun susurro, la mujer nos observa con nerviosismo, pero deja sus notas en unamesa, no entiendo que va hacer.
- ¿Qué significo eso? - Ethanla mira fijamente.
- Nos meteremos en su inconsciente- responde sin mirarnos.
- ¿Y como harán eso? - su vozsigue arrogante.
- Los dormiremos, - apenas sies audible - y colocaremos algunos electrodos, y los conectaremos a unacomputadora, y así podremos ver sus recuerdos.
Eso me aterra, hace tres años que he decidido guardar misrecuerdos, y no dejarlos salir, son demasiados dolorosos; la garganta la sientoseca, y las manos comienzan a sudarme, no sé si esté lista para sacarlos.
- ¿Sentiremos algo? - saleronca mi pregunta.
- Todo - arrugo la nariz,pues no entiendo lo que quiere decir - es decir, será como si lo vivieran denuevo - siento como la sangre se aleja de mi rostro.
- Lo haré yo - dice alinstante - no es necesario, que se lo hagas a ella.
- Necesito los recuerdos deambos - parece sentirlo.
- Pero
- Lo haré - le aseguro - solonecesito, poder tomar su mano.
Me mira, y después continua con la preparación de laabstracción de nuestros recuerdos, no sé si me dejará entrelazar mi mano con lade Ethan, no estoy pidiendo mucho, solo sentir sus dedos sobre los míos. Caminahacia nosotros, y nos coloca los electrodos en la cabeza y frente, y despuéssuelta nuestras manos, y acerca más las camillas.
- Gracias, - dice Ethan,mientras toma mi mano y deja un beso en ella - estaremos juntos.
- Lo sé - susurro, aprieto sumano - espero que sigas sosteniendo mi mano, cuando despierte.
- Siempre - me sonríe delado.
Escucho un zumbidito, y poco a poco mi cuerpo comienza asentirse pesado, y los párpados se me cierran, y no puedo evitarlo, quieroseguir viendo sus ojos, pero no me obedecen.
- Soph - su voz se escuchalejana - aquí estaré.
- Lo sé - no sé si loescucho, es más no sé siquiera si pude decirlo, pues la inconciencia a llegado.
Dra. Longoni
Capitulo dedicado a:
Lila_C
- Sophia, es hora delevantarse - esa voz es realmente suave - vamos, cariño debes ir a clases.
Abro lentamente los ojos, la habitación es de color lila,solo esta la cama individual, un pequeño buro, y también hay un espejo decuerpo completo, por la ventana apenas si se ven los rayos del sol.
- No quiero - pido, mientrasescondo mi cabeza debajo de la almohada.
- Hoy es el primer día, -mamá parece emocionada - y conocerás a muchos niños como tú y podrás hacerte suamiga.
- No me agradan los niños -observo los ojos aceitunados de mi madre, que no heredé, y su cabello rubio másobscuro que el mío, su rostro mantiene una sonrisa, y deja un beso en mifrente.
- Estos van a agradarte -asegura.
- ¿No van a tratar depegarme? - pregunto en un susurro.
- Sé que el viaje que hicistecon papá, no fue bueno - acaricia mi cabello - pero ya te dije, que estos niñosson especiales al igual que tú.
- ¿Por qué especiales mamá? -la observo fijamente.
- Porque tienen habilidades,que el resto de los otros niños, ni siquiera imaginan - su voz tiene un toquemítico, que ocasiona que todo se escuche mejor, pero no dura mucho, porque seescucha el llanto de un bebé - bueno vístete, que iré a ver a Kat.
No contesto, la veo salir de mi habitación, es cierto mihermana acaba de nacer apenas cuatro meses atrás en el mes de Abril, con apenascinco años, bueno cuando ella nació tenía cuatro años, aunque en Julio cumplílos cinco, y ahora me dirigía a mi primer día de escuela, pero si como iba a micorta edad ya era hermana mayor, y se suponía que debía cuidar de Katherine.
Aunque mamá hace todo, suele dejar que la cuide, mientrasella se encarga de hacer de comer o los quehaceres de la casa, solo deboavisarle cuando comience a llorar, aunque ahora creo que ya no habrá demasiadotiempo para cuidarla, pues debo ir a la escuela, y según papá también debemoshacer tarea; no entiendo que signifique, pero por lo que él dijo, es que notendré mucho tiempo para jugar.
Mamá a dejado mi ropa sobre el buró, la cual consiste enun jumper de color gris, la falda casi me llega a los tobillos, pues soy máspequeña que el resto de las niñas de mi edad, la camisa blanca al menos es demi tamaño, y el suéter gris también, me colocó las calcetas blancas y loszapatos negros que mamá dejo.
Observo mi reflejo en el espejo, arrugo la nariz, pues nome agrada usar faldas y ahora llevo una, pero ese no es el problema, sino micabello que esta completamente alborotado. Escucho una risita, giró un poco elrostro, y los ojos azules de papá me ven con diversión, mientras su cabellonegro lo lleva perfectamente peinado hacia atrás.
- No es gracioso, papá - lomiro molesta.
- Lo siento - se disculpa,mientras se hinca para quedar a mi altura - pero creo, que un cepillo no tevendría mal - mientras pasa el peine por mi cabello, tratando de desenredarlo,me ata el cabello en una coleta, que es el único peinado que sabe hacer -mejor, ahora si se ve tu belleza.
Le sonrió como agradecimiento, él toma mi mano y ambossalimos de mi habitación, cuando llegamos al comedor, papá me ayuda a sentarmey después camina a la cocina, pues mamá sigue con Kat, así que ahora él meservirá el desayuno.
Regresa cinco minutos después con un plato con cereal, eslo único que desayuno y lo sabe, y me alegra que sea él quien me esté dando dedesayunar, pues mi madre me habría obligado a un plato de avena, y después unpoco de huevo, y mucho jugo; según ella para que me mantenga saludable, peroodio la avena y el huevo no me gusta en las mañanas, así que un poco de cereales el mejor desayuno para mí.
Cuando papá recoge su taza de café, junto con mi platofue que mamá apareció, con Kat en un brazo, y mi mochila en la otra, corrohacia ella para tomarla, la mirada aceitunada de mi madre es inquisidora,supongo que quiere saber si he desayunado bien, por lo que le sonrióabiertamente, y ella acomoda el cuello del suéter.
- Papá te llevará al colegio,- se inclina para besar mi frente - pero yo iré por ti, y por favor demuestralo encantadora que eres.
- Lo haré - sonrió levemente- nos vemos, mamá.
Papá ya esta en la puerta, en cuanto llego a su lado mequita la mochila, y toma mi mano, el nombre de mi padre es Jared Mendler, esalgo del servicio especial de la comunidad, siempre va muy bien arreglado,aunque no usa uno de esos trajes que usa el alcalde, más bien siempre llevaropa parecida a las personas que cuidan los límites de la comunidad, aunque sutraje es café en lugar de verde como los cuidadores.
He visto películas de hombres que llevan ropa demilitares, pero la de ellos no es así, por lo que no puedo decir que mi padrelo sea, su ropa consiste en un pantalón café que me gusta porque tiene muchasbolsitas, y parece holgado, lleva una playera negra y encima una chaqueta queparece ser calurosa, pero él jamás se la quita, por más calor que haga, y usabotas del mismo color que su uniforme.
Solo dos personas he visto que usen el mismo uniforme,una de ellas es un conocido de papá, Ralph Ludwig, un hombre más robusto quepapá, su cabello negro siempre lo trae revuelto, y sus ojos negros a pesar dequerer mostrar amabilidad, me causan miedo; aunque jamás lo he mencionado, pueses una falta de respeto.
Y el último es un hombre demasiado delgado, su cabellocastaño claro lo lleva un tanto largo, y sus ojos miel, parece siempre estarasustado, y lo conozco porque papá lo llevo a comer una vez a la casa, sunombre Drake Geller. Todos los demás o llevan el traje verde o uno blanco,según papá ha mencionado que los verdes son los de más bajo nivel, y despuésvienen los blancos, y por último los de café.
La verdad es que no entiendo muy bien la jerarquía de lacomunidad, pero papá dice que algún día lo entenderé, y que si todo va deacuerdo al plan, yo tomaré su lugar, aunque casi nunca he visto una mujer enese cargo, pero él no deja de emocionarse al planear cuando llegue a laacademia.
Después de un rato caminando, por fin veo un edificio queno es el más grande de todos, pero también puedo ver a muchos niños que sedespiden de sus padres, cuando llegamos a la entrada, papá acomoda la mochilasobre mis hombros, lleva un mechón de mi cabello que ha logrado zafarse de lacoleta, detrás de mi oreja y me dedica una radiante sonrisa.
- El conejito, ha llegado ala escuela - se inclina y me susurra al oído - demuestra lo inteligente que esuna Mendler.
Le sonrió como respuesta, mientras deja un beso en micabello, y me hace una seña para que camine hacia la puerta, en donde una mujermayor espera a que los niños entren, doy unos cuantos pasos y giro ligeramentela cabeza, él sigue ahí, por lo que sigo caminando. Cuando estoy dentro de laescuela, me giro completamente, y papá me esta sonriendo, levanto la mano enseñal de despedida, y la responde.
Estoy aterrada, pero no puedo mencionarlo, después detodo soy una Mendler y no puedo mostrar cobardía, desvió la vista de él y lafijo en un grupo de niños de mi edad, respiro profundo y me dirijo a ellos.
- Hola - saludo, como mamá meha enseñado.
Siento miradas sobre mí, lo primero que encuentro sonunos ojos avellana, que parecen curiosos, mientras los grises parecen quererdesaparecerme, el niño de ojos avellana, su piel es morena y su cabello negroesta un tanto despeinado, y el de los ojos grises su cabello es castaño y vieneperfectamente peinado, sus labios los tiene fruncidos, parece que no le caigobien, y eso hace que mi poco valor se vaya a la basura.
- Hola - responde el niñomoreno - soy Derek Collins y él es Ethan Rumsfeld.
- Sophia Mendler - susurro.
Solo recibo una sonrisa, que hace que mi alma descanse,al parecer he hecho un amigo, aunque su acompañante, quiera matarme. Una mujerde cabello rizado y negro, camina hacia nosotros y con una media sonrisa, haceque hagamos una fila, no soy la más pequeña, pero tampoco soy la más alta, porlo que soy la tercera en la fila, detrás de mí hay una niña de cabello castañorojizo, siento su mirada verde esta clavada en mí.
Aun la siento a pesar de que ya hemos entrado al salón,es muy pequeño, y hay muy pocos alumnos, la profesora nos acomoda, quedosentada delante de la niña que no ha dejado de mirarme y sinceramente me ponenerviosa.
- Mi nombre es VanessaColeman y seré su profesora este curso - sonríe con ternura - quisieraconocerlos, y saber si tienen una habilidad especial - nos observa esperando aque alguno se anime - sí - la niña detrás de mí se levanta de un brinco.
- Mi nombre es Megan Jerins,- su voz es más aguda que la del resto que he escuchado - y mi habilidad esescalar árboles y saltar.
- Gracias Megan - le sonríe -¿Quién quiere seguir? - alguien del fondo levanta la mano - ¿sí?
- Soy Derek Collins - es elmismo niño que me ha sonreído momentos atrás - y mi habilidad es que mi vistaes nocturna.
- Interesante - la mujerparece más animada - adelante.
- Me llamo Ethan Rumsfeld, -su rostro es serio - y lo mío es el camuflaje.
Varios niños siguen hablando, diciendo cuales son sushabilidades, todas parecen sorprendentes, y no sé si la mía pueda impresionar ala mujer, después de todo, aquellos niños hacen cosas maravillosas con sucuerpo y yo
- Solo faltas tú, querida -tengo toda la atención del lugar, eso hace que la garganta se me seque.
- Y-yo - tartamudeo,ocasionando varias risas - soy Sophia Mendler - el rostro de la mujer muestrasorpresa - y mi habilidad es hacer levitar cosas.
Se escuchan murmullos, al parecer piensan que miento, dehecho la misma profesora lo piensa, puedo verlo en su rostro. Dirijo mi vistaal cuaderno de una niña que está del lado derecho, me cuesta trabajo pero lologró, haciendo que todos lancen grititos de sorpresa, pero al escuchar elgolpe frente a mí, la dejo caer y la mirada café me observa con molestia.
- Deberás encontrar otrahabilidad, - su voz es ronca - jamás volverás a hacer eso.
Siento un nudo en la garganta, y los ojos me pican, perono me permito llorar, solo asiento levemente, y la mujer comienza con la clase.Todos me miran no entiendo que tiene de malo, pero me he prometido no decírseloa nadie, y no volver a realizarlo, como ella lo pidió, nunca nadie más verá esahabilidad.
Los señores Mendler
Capitulo dedicado a:
Lila_C
ana_de_cullen22
las trillizas cullen
Me siento en la jardinera de siempre, a esperar a que Meganllegue y ambas entrar a clase, es nuestra costumbre desde que nos hicimosamigas, que fue una semana después de que entramos al colegio, siempre nosquedamos de ver en las jardineras frente a la escuela, la que llegue primerodebe esperar a la otra; papá lo ha entendido, por lo que siempre se sienta a milado a esperar a que aparezca Meg y así poder ir a clase.
Es cierto que hablo con varios compañeros, pero Megan esmi mejor amiga, llevamos cinco años de amistad, y estamos a nada de terminar laescuela, e ingresar a la academia, a ninguna de las dos nos emociona, creo queeso es lo que nos une, ambas odiamos el sistema que nos rige, pero tenemos queseguirlo.
- Lo siento - la escuchojadear - el despertador no sonó.
- ¿De nuevo? - la miro conuna ceja elevada.
- Hola señor Mendler - saludaa mi padre, ignorando mi comentario.
- Hola, Meg - responde papá -es mejor que entren, o llegaran tarde.
- Nos vemos - me despido depapá, con un beso en la mejilla.
Y tomo la mano de Meg, y la hago correr al salón, queahora esta en la cuarta planta que es la última del edificio, subo lasescaleras de dos en dos, y ella trate de seguirme, aunque dice que soy rápida,es una habilidad que he tratado de fortalecer, al igual que he tratado deescalar árboles, cosa en la que he mejorado, pero jamás podré igualarme conMegan, de hecho ella parece ser un mono con la facilidad que trepa.
Pero me reconforta, que ella tampoco podrá igualar mivelocidad, sin embargo nos ayudamos para mejorar, cada sábado vamos al bosque yrealizamos varios ejercicios físicos, tratando de superar nuestros propioslímites.
Al llegar a la puerta del salón, Rumsfeld se encuentra enel marco de la puerta, con esa mirada fría que siempre me dedica, pero hacemucho que ha dejado de causar efecto en mí; pero esta vez esta cubriendo lapuerta, tiene mi estatura, aunque Meg nos pasa a ambos al menos unos cincocentímetros, aunque no sirve de nada porque mi amiga se pone nerviosa ante él.
- Quiero pasar - le espeto, ya él no parece importarle pues no se mueve.
- No has dicho la palabramágica, Mendler - sonríe de lado.
- Quítate - mi voz sale baja,pero con una nota amenazante en ella.
- Sigue sin ser la correcta -le encanta molestarme.
- Por favor - susurra Meg.
- Deberías ser más comoMegan, - se hace a un lado dejándola pasar - te serviría un poco de modales.
Le mando una mirada asesina, antes de entrar al salón,tomo mi lugar detrás de Megan, que a pegado su rostro al cuaderno, supongo quedebe estar sonrojada, por lo que Ethan acaba de decirle, y yo no puedo más querodar los ojos, no puedo creer que con diez años, bueno ella once le guste esetarado, que siempre esta molestándome, además ni siquiera es guapo.
Derek entra al salón y se sienta detrás de mí, mientrasel irritante se sienta a mi lado, solo le sonrió al primero e ignoro alsegundo, aunque Ethan no tiene tiempo de decir nada, pues el profesor haentrado al lugar, cosa que en verdad agradezco. La clase pasa sin muchointerés, solo se la paso haciendo un repaso de lo que debemos aprender para elexamen, es la historia sobre la comunidad, y algunos cálculos, y también sobrealgunas hierbas curativas.
Todo lo practico lo aprenderemos en la academia, ellossolo nos enseñan la teoría o lo básico, porque también nos enseñaran más cosasel próximo año, todos parecen emocionados de llegar a la práctica, pero laverdad a mi me da nauseas de solo imaginar lo que nos harán hacer.
El profesor hace anotaciones en la pizarra y todostomamos notas, aunque nadie pone realmente atención en lo que escribe, solo talvez Megan y Derek, creo que de nuevo tendrá que explicarme la lección. Haypequeños murmullos como siempre, pero nunca le hace caso, solo sigue anotando,dándonos la espalda.
- Aburrido - susurra Ethan,antes de recostarse en la silla, y comenzar a garabatear en su cuaderno.
Algo me dice que Derek le ha mandado una mirada seria,pero no parece importarle, ya que se gira a mí y me sonríe, ocasionando que yohaga una mueca de repulsión, que hace mayor su sonrisa, pongo los ojos enblanco y decido fijar mi vista en el cuaderno.
El profesor sigue anotando, sin darse cuenta que lamayoría de los alumnos, han decidido ignorarlo, de hecho yo misma he dejado deponerle atención, miro por la ventana, veo pasar a varios pájaros, en esemomento los envidio, pues ellos ahora son libres de escuchar la aburrida clasedel señor Robinson.
Pero la tranquilidad del salón se ve interrumpida por unaenorme explosión, algunas niñas gritan, de hecho también niños, sin embargo yosiento un nudo en la garganta que me impide hacer cualquier ruido, el señor Robinsonintenta restablecer la tranquilidad, pero otra explosión hace que sus pocosavances desaparezcan.
El caos ha invadido el salón, varios niños gritan ylloran, de hecho creo que los únicos que no hacemos nada somos cuatro, que esMegan, Derek, Ethan y yo. La voz de la directora se escucha un tanto chillona,pero se mantiene firme.
- Es necesario que losalumnos salgan al patio - varios se lanzan a la puerta, pero el señor Robinson,se coloca frente - mantengan la calma.
- Ya oyeron - su voz esronca, y parece hacer que haya un poco de calma - hagan una fila, y saldrán contranquilidad.
Veo a todos hacer lo que les dice el profesor, pero mispiernas parecen haberse congelado, siento que alguien toma mi brazo y me jalahacia la puerta.
- Ni creas que te quedarás -escucho gruñir a Ethan, pero no puedo pensar.
Todo me da vueltas, y siento nauseas, de hecho elestómago se me encoge al llegar al patio, el enorme edificio de justicia hadesaparecido, solo hay mucho humo en su lugar, el aire comienza a hacermefalta, siento una opresión en el pecho demasiado dolorosa, mis piernas parecengelatina, sin embargo el brazo de Ethan es el que me mantiene de pie.
- Él esta bien - me digo a mimisma - papá esta bien.
Pero no importa las veces que lo diga, no puedo creerlo,quiero echar a correr y ver que él esta bien, que él no estaba en ese lugar,cuando hubo la explosión. En menos de cinco minutos madres y padres comienzan allegar por sus hijos, es hasta que aparece su padre que Ethan me suelta, no medice nada solo se aleja, mientras siento mi mundo temblar.
La mayoría de mis compañeros se han ido, pero mamá no haaparecido, solo quedamos unos cinco, Meg se ha ido hace un rato, y casienseguida se fue Derek, no he dejado de moverme, siento que si lo hago mispiernas, no van a responderme y no podre caminar, así que lo mejor queencuentro es tenerlas en movimiento.
- Sophia - esa voz no es demi madre, me giro y me encuentro con una mujer de cabello negro, su rostro semuestra el pánico que tiene, al igual que sus ojos miel están cristalino, hayalgo mal.
- Rachel - es la amiga demamá la que suele cuidar a Kat, cuando ella decide llevar de comer a papá -¿dónde esta mamá?
- Es mejor ir a casa - es loque recibo por respuesta.
Eso esta mal, pero no lo menciono, simplemente camino a sulado, en cuanto llegamos noto que la casa en donde vivimos es más grande que ladel resto, en ese momento he descubierto que la zona en donde se localiza es lamejor que donde voy a la escuela, de hecho solo hay cuatro casas más, todasenormes y perfectamente arregladas.
He ido a casa de Megan, y es la tercera parte de lanuestra, hecha de madera y bastante vieja, y todas las casas del pueblo sonsimilares, en lo único que difieren es en el arreglo exterior, pero todas sonpequeñas. Soy la hija del jefe de seguridad de todas las comunidades, supongoque por eso todos me han visto mal, por ser la niña mimada de alguien tanimportante.
Al entrar a la casa al primer lugar a donde me dirijo esa la habitación de Kat, mi hermana pequeña en ese momento duerme, yo quisierahacer lo mismo pero no puedo, al igual que mis lágrimas no fluyen, sé lo que hapasado, aunque nadie lo haya dicho lo sé. Y me duele demasiado, y aun así nopuedo llorar, la miro fijamente se parece a mamá, y la tranquilidad con queduerme, desearía que siempre estuviera.
- Kat - acaricio su mejilla,ella ni siquiera se inmuta - te quiero, sé que jamás te lo he dicho, pero tequiero, después de todo eres mi hermana.
Me recuesto a su lado y cierro los ojos, esperando quesolo sea una pesadilla que en cualquier momento, vendrá mamá a despertarme,pero eso no sucede, en su lugar me quedo dormida, con imágenes de cosas enllamas, a mamá y a papá caminando hacia el fuego.
Me levanto sobresaltada, y lo primero con lo que meencuentro es la mirada azul de Kat, le sonrió levemente, tratando detranquilizarla.
- ¿Dónde están mamá y papá? -pregunta en voz baja.
No sé que responder, por lo que lo único que hago esabrazarla, y ella parece entender al igual que yo, que nuestros padres no van aregresar, se aferra con fuerza a mí y llora, me alegra que ella si pueda sacarsu dolor, acaricio su cabello tratando de reconfortarla.
Pasamos un largo rato así, de hecho hasta que suslágrimas se han agotado y solo queda un ligero hipido, me separo suavemente deella.
- Iré por un poco de comida,no te muevas - ella solo asiente.
Me levanto de la cama, y estoy dispuesta a bajar lasescaleras, pero escucho voces, por lo que me detengo para saber de que hablan,además sé que si bajara se abstendrían de hablar, y yo necesito saber si mipresentimiento es real.
- ¿Qué va a pasar con ellas?- pregunta Rachel.
- Les daremos otra casa - esaronca voz la reconozco como la de Ralph Ludwig.
- Ellas están acostumbradas alos lujos, - replica - no puedes mandarlas a una pocilga en la que vivimos elresto, además son Mendler son bisnietas del hombre que nos dio salvación, nopuedes tratarlas como al resto.
- Cada uno rasca con suspropias uña, - parece molesto - jamáshemos dado preferencia a nadie, y esas niñas no van a ser la excepción, sidespués logran recolocarse, no se los quitare.
- Sophia solo tiene diezaños, apenas va a entrar a la academia - gruñe Rachel - y Kat apenas va aentrar a la escuela ¿de que se van a mantener?
- No serán las primerashuérfanas, ya encontraran la forma - lo dice como si fuera lo más común delmundo - nosotros ya hacemos mucho, con darles un techo.
- Jared dio demasiado por lacomunidad, - le reprocha - y ustedes van a dejar sin nada a sus hijas, esinjusto.
- Así es la vida, Rachel -comienza a exasperarse.
- Entonces deja que las llevea la comunidad del sur - casi esta suplicando.
- Son estudiantes, y como talno saldrán de aquí - no esta dando muchas opciones.
- Entonces me quedo - y ellano parece querer dejarnos solas.
- Es imposible, - replica -se te necesita allá y te irás a menos que quieras la muerte como castigo de tudesobediencia.
No hay respuesta, así que no solo debo preocuparme de quemis padres han muerto, sino que debo mantener a mi hermana de cinco años, sinayuda de nadie, porque la mejor amiga de mi madre tendrá que irse, porque sidecide quedarse la matarán, dejándonos igual completamente solas.
Escucho un ligero sollozo, se de quien es, por lo que melevanto y la abrazo con fuerza, quiero llorar pero tengo que tragarlas, mihermana me necesita fuerte.
- Yo voy a protegerte, - leaseguro - te prometo que no dejare que nada te falte.
Acaricio su cabello, tratando de tranquilizarla, aunqueen ese momento mi mundo ya de por sí destruido, se hizo polvo lo único quequedaba de las ruinas, pero sé que debo ser fuerte por mi hermanita, solo porKat debía mantenerme en pie.
Ralph Ludwig
Capitulo dedicado a:
Lila_C
ana_de_cullen22
Los primeros tres años, nos mantuvimos de la beneficenciade Rachel y un poco de los padres tanto de Derek como de Megan, pero poco apoco ha ido escaseando la comida, por lo que su precio ha aumentado, y solo nosdeja con el poco dinero que Rach nos manda. Y durante dos años, tuve queingeniármelas para conseguir alimento.
De hecho en la academia me han ayudado bastante, sobretodo el profesor Brown, he aprendido a coser, para arreglar ropa, he cuidadolos hijos de los más importantes que tienen por padre a Ralph Ludwig, paga unamiseria, pero al menos me ha dejado cuidarlos, supongo que recuerda quien fuemi padre.
Al ver esos niños de más o menos seis y siete años, queni siquiera los han inscrito en la escuela, son enseñados en casa, y no vennada de lo que los otros niños, y por lo que he visto tampoco irán a laacademia, eso solo es para los hijos de los obreros y guardias, pero los hijosde un líder y jefe de seguridad, no tienen la necesidad de convertirse enesclavos.
Ellos serán líderes, y sonrió al recordar eso de quenadie tiene privilegios, pero al parecer se le ha olvidado eso en cinco años,él los ve ordenando en el mundo de las personas normales, detrás de un eleganteescritorio de mármol, con muchas personas alabándolos.
Sin embargo recuerdo al abuelo, que siempre dijo que los"normales" no nos quieren, les damos miedo, y siempre nos trataran como susesclavos, nunca nos darán un papel importante en su sociedad, y me pregunto sieso lo sabe Ralph, saber que sus pequeños capullos, solo obedecerán jamás daránordenes.
Veo a los dos niños jugar, no sé sus nombres siempre lesdigo por su apellido, es la única forma en que me obedecen, y sinceramente no meapetece hacer un lazo con ellos, solo soy su niñera los fines de semana, cuandosus padres deben ir a una cena importante, pero si soy sincera me caen mal.Ambos son pretensiosos y maleducados, siempre haciendo lo que se les da lagana, haciendo que yo limpiara todos sus destrozos.
Solo seguía con ese trabajo porque en verdad necesitabael dinero, sino hace mucho que los habría dejado, no los soporto, sin embargodebo fingir que hasta me agradan. Pero al fin he dejado a esos dos, y me dirijoa casa contando el dinero que me ha pagado, al menos esta vez dejo más, portener que pasar la noche fuera de casa, solo espero que Kat no haya salido.
- ¿Qué tal tu trabajocuidando a esos malcriados? - me sobresalte al verlo bajar del árbol de unsalto elegante.
- ¿Por qué siempre tienes queasustarme? - le reprocho, mientras paso por su lado.
- Es divertido ver tu rostro,aunque sea solo unos segundos con pánico - camina a mi lado, parece que denuevo va a acompañarme a casa.
- ¿No hay nadie a quien másmolestar, Ethan? - pregunto con tranquilidad.
- A decir verdad, vengo aofrecerte mi ayuda - ante aquello clavo mi mirada en él.
- ¿En qué? - lo observofijamente.
- Ven - y sin más me toma dela mano.
Comenzamos a caminar hacia el bosque, jamás lo he dichopero me agrada, a pesar de que siga con sus bromas tontas, me he encariñado conél, además de que sin importar que sus padres me odien, él ha decido seguirsiendo mi amigo, si es que se le puede llamar amistad a lo que tenemos. Perocomo sea Ethan Rumsfeld siempre esta ahí para mí, aunque en ocasiones quieragolpearlo.
Por fin nos hemos detenido, solo estamos rodeados porárboles, y no sé escucha más que el viento mover las hojas, y uno que otropájaro cantar, no sé que hacemos aquí, a menos que quiera que practiquemos parael examen final de la academia que será en mes y medio, y cuando eso suceda nosmarcarán para hacernos parte de un grupo.
- No tengo ganas de practicar- susurro - no he dormido mucho, cuidando a los mocosos Ludwig.
- ¿Quién ha hablado depracticar? - me mira con altivez.
- Sino es eso ¿para quéestamos aquí? - no tengo ganas de discutir.
- Te voy a enseñar aalimentarte - lo dice como si fuera obvio.
Lo miro sin saber bien, que es lo que quiere decir, loveo caminar hacia un árbol y sin mucho esfuerzo se sube en el, cuando llega auna rama como a unos tres metros del suelo, me hace una seña para que suba.Estoy demasiada cansada como para escalar el árbol, pero dudo que acepte un nopor respuesta.
Me abrazo al enorme tronco, para comenzar a escalar, resbaloun par de veces, pero logro llegar a la rama en donde él me observa con unasonrisa.
- Peor de lo que imaginaba -le enseño la lengua, un tanto molesta - y también infantil.
- Yo no pedí venir, - gruño -así que si solo vas a ofender mi forma de subir, lo mejor es que me vaya acasa.
- Lo lamento - lo miroincrédula, es la primera vez que se disculpa.
- ¿Lo dices enserio? - mi vozsale un poco ronca, por la sorpresa.
- Ven aquí, - es lo único quedice, me extiende su brazo - dudo que tengas mucho equilibrio.
Ruedo los ojos antes de aceptar su mano, ya se me hacíararo que se fuera a portar con amabilidad, cuando llego a su lado me señala unarama que esta como a unos dos metros de nosotros, se inclina y sin más brinca,quedando colgado y sus piernas quedan más cerca de mí.
- Toma mis piernas y úsalascomo una cuerda - me ordena.
Hago lo mismo que él, solo que con menos fuerza, mismanos se enredan un poco debajo de su cintura, ocasionando que mi rostro arda,pero no se lo hago notar, a pesar de que escucho una risita burlona por suparte, y sin más comienzo a subir cuando llego a la rama, de manera conscientele piso una mano.
- ¡Cuidado! - replica, aunqueya me he puesto de pie, recargada en el tronco.
Él se sienta en la rama revisando su mano, cosa que mehace sonreír, me manda una mirada fría, que hace que la risa salga.
- Yo trato de ayudarte, y túsimplemente me lastimas, además te ríes - su ceño fruncido, me hace aun másgracia, pero trato de controlar la risa.
- Lo siento - aunque no suenamuy convincente, pues trato de ahogar las risas.
- Sino fuera por Katherine,dejaría que murieras de hambre - su voz es baja, pero sé que lo hace para quelo escuche.
- Mi hermana estará encantadade saber, que el chico lindo se preocupa por ella - me tapo la boca enseguidade que termino de decir la frase, pues se suponía que era un secreto, y ahorase lo he revelado.
- Así que le resulto lindo, -sonríe de manera ladina - eso es nuevo.
- Por favor - de nuevo saleinconsciente - hay demasiadas chicas detrás de ti, creo que te siguen más a ti,que a Derek.
- ¿Es una declaración,Mendler? - me mira fijamente.
- No - y es la verdad, no esmi tipo.
Hay un silencio, que se hace cada segundo más pesado, talvez se sienta ofendido, de que no lo vea guapo, pero no puedo verlo más hayaque un amigo, al igual que a Derek, de hecho en ese momento lo único que tengoen mente, es seguir manteniendo a Kat, ella es lo que me importa en ese momentoy creo que por mucho tiempo más.
- ¿Vas a enseñarme a lo quevenimos? - pregunto, después de lo que parecen horas sin habla.
- Desesperada - me reprocha,mientras saca una pequeña resortera.
Y me le enseña, como si fuera el arma más mortal quehubiera, respiro profundo para no mandarlo al diablo, después de que no me hadejado regresar a casa, por un estúpido juego de niños, además Kat debe estarhambrienta y desesperada, y yo aquí perdiendo el tiempo con él.
- Me voy - es lo único quedigo, antes de deslizarme por el tronco.
En cuanto mis pies tocan el piso, echo a correr pues noquiero que mi hermana se quede más tiempo sola del que ya lleva, la casa queocupamos desde hace cinco años, es una de las que más alejadas se encuentrandel centro de la comunidad, de hecho solo hay cuatro casas más, las cualesestán ocupadas por ancianos.
Abro la puerta de la casa, en donde puedo ver a mihermana, sentada en la única silla que hay en la pequeña mesa, tiene una manoen la barbilla, parece pensativa y algo en mi interior se desmorona, pues suparecido con mamá es mayor en ese momento.
- Hola - saludo tratando demostrarme tranquila.
- ¿Dónde has estado? - selevanta enojada, aunque sus quince centímetros menos, no deja que me asustedemasiado.
- Lo siento, - me disculpo -pero me entretuve con Ethan.
- ¡Oh! - eso parecetranquilizarla - ¿y él te acompaño?
- Lo deje en el bosque - respondocon tranquilidad.
Me mira de arriba abajo, y yo sigo su mirada y sé porquesu nariz arrugada, pues estoy llena de tierra, y supongo que mi rostro tambiéndebe estar sucio, y ella suelta un suspiro.
- Dame eso - me extiende lamano, para que le de mi ropa.
Enserio se comporta como mi madre, por lo que con unasonrisa me desvisto, y le entrego mi ropa llena de tierra, aunque le entrego eldinero aparte, lo toma y lo guarda en la bolsa de su vestido.
- Lo mejor es que subas adarte una ducha, mientras yo preparo el almuerzo - dice con tranquilidad.
- Muy bien, mamá - le hagoburla, mientras ella rueda los ojos.
- Vete ya - me empuja haciael pequeño baño.
Sonrió levemente, es normal en mi vida que mi hermana dediez años se comporte como mi madre, pero así es Kat se ocupa del arreglo de lacasa, mientras yo intento conseguir el dinero para alimentarnos, de hecho mihermanita a logrado ahorrar un poco de dinero, según ella para cuando venganmalos tiempos.
Entro a la ducha y dejo que el agua fría se lleve un pocomi cansancio, hace frío es cierto, pero no tenemos el privilegio de aguacaliente, por lo que no nos queda más que ducharnos con el agua fría, que enestos momentos cala mis huesos. No tardo demasiado, por lo que salgo solo conuna toalla anudada a mi cuerpo, y me dirijo a la recamara que esta enseguidadel baño.
Solo hay una cama individual, que debemos compartir Kat yyo, lo cual aun no es un problema, pues es pequeña y cabemos bien, solo esperoque cuando ella crezca, haya logrado al menos comprar otra cama. Abro elpequeño mueble, que no puedo llamar closet, porque es demasiado pequeño, sacoel pants que uso de pijama, una playera sin mangas y una sudadera que me quedaenorme, pero es una de las pocas cosas que aun me quedan de papá.
Cuando termino de vestirme y cepillar mi cabello, merecuesto en la cama, solo por unos cinco minutos, pero el sueño me gana y mequedo dormida.
No sé cuanto tiempo ha pasado, cuando vuelvo a abrir losojos, pero me desperezo y camino hacia lo que se podría llamar comedor, la casaes tan pequeña que con un solo paso has llegado a donde quieras, me siento enla silla, viendo a Kat moverse en la cocina, con tanta agilidad, que parecehecha para eso.
- En un momento, - dice - mecomí tu almuerzo, pero espero que esta comida-cena lo recompense.
No contesto, pues no puedo molestarme porque ella coma,es más le daría mi comida, si con eso ella estuviera bien. Sale unos cincominutos después con una sopa, que tiene un extraño color verde, pero nopregunto, confío en ella y sé que no me daría nada que me hiciera daño, al darla primera cucharada, me doy cuenta de lo hambrienta que estoy, así que sininteresarme el aspecto, me la termino demasiado rápido.
- Vas mejorando - lafelicito, y ella me sonríe con entusiasmo.
Siento sus manos peinar mi cabello, ocasionando que elsueño que pensé haber dejado, regrese y más fuerte; son tan suaves susmovimientos, que a cualquiera podría relajar. Sin embargo no dura mucho, puesel sonido de la puerta hace que me levante, maldiciendo a la persona que seencuentra del otro lado.
Al abrir la puerta, me encuentro con Ethan, que alparecer esta molesto, y bueno creo que tiene razón, después de todo lo deje enmedio del bosque, después de haberlo pisado, pero yo también estoy molesta, porhacerme perder el tiempo con tonterías.
- ¿Qué quieres? - digosecamente.
- Ten - me extiende dospalomas, y también una bolsa de verduras, junto con un poco de dinero.
No sé que decir, ahora enserio me siento culpable, ademásde que no puedo aceptarlo, seguramente seha pasado largo rato en el bosque cazando, y yo no puedo quitarle eso.
- No es correcto que loacepte - susurro.
- Iba a enseñarte a cazar -no veo su sonrisa, y eso en cierta forma me duele - pero ya que te fuiste,decidí darte unas cuantas cosas, para que tú y Kat tengan comida.
- Gracias - mi hermana es másrápida y toma las cosas - ¿ya comiste?
- Sí - aunque el gruñido desu estómago lo desmiente.
- Entra - la sonrisa de Kates radiante - te voy a dar un poco de sopa, no es mucho, pero es una forma dedarte las gracias.
- Vamos - tomo su brazo, paraobligar a que entre - es buena cocinando.
No hay respuesta, simplemente se deja llevar a la silla,lo hago sentarse, mientras las dos lo atendemos, después de lo que ha hecho pornosotras es lo mínimo que merece. De hecho Kat lo obliga a aceptar lainvitación de mañana para la comida, de las palomas que ha llevado.
Sus ojos grises se clavaron en los míos, muchas veces lohabían hecho era cierto, pero en ese momento fue diferente, pues Ethan Rumsfeldhabía dejado de ser un simple amigo, se había convertido en la segunda personamás importante en mi vida, y más cuando lo escuche reír con mi personafavorita. Frente a mí tenía a dos de las tres únicas personas por las que sinduda daría mi vida.
Katherine Mendler
Capitulo dedicado a:
Lila_C
ana_de_cullen22
Hoy por fin hemos terminado, y ahora esperamos para hacerel examen y que decidan en que grupo vamos a estar, o si tenemos que repetir elúltimo curso, hay varios padres observando a sus hijos desde fuera de laacademia, mientras los de último año, que somos no más de treinta y cinco ydebo decir que somos una de las generaciones más grandes.
Mis manos tiemblan, pues como nos marquen aquí, dependerálo que seamos el resto de nuestras vidas, hay cinco grupos, cada uno lleva unamarca en la muñeca, el primero suelen llevar como una luna, que significa queserán los vigías nocturnos, la mayoría no pasa de ser cuidadores de los límitesde la comunidad y los primeros que mandan a la guerra, después siguen los quellevan un trigo, esos se encargarán de recolectar los frutos, no difiere muchode los nocturnos, pero se les tiene más respeto, porque de ellos nosalimentamos.
Después siguen los que les marcan un ojo, esos serán losúnicos que podrán ser profesores y si además se les agrega una línea es quepodrán ser transferidos a otros lugares, después viene algo que pareceherradura, esos serán los cazadores, son uno de los más respetados, pues ellospueden llegar a hacer nuestros jefes de seguridad, aunque esos también sonmarcados, pues no cualquiera puede llegar a ser parte de eso, los que podríanser candidatos, además de la herradura, colocan una raya por debajo y cuatroestrellas.
Así sabríamos a quien tenerle más respeto, pues tal vezen algún momento podría ser jefe de seguridad, ese tatuaje lo tengo más enmente, porque mi padre lo llevaba, aunque jamás pareció muy orgulloso detenerlo. Pero eso ahora no importa, porque falta el último que son unas alas,son muy pocos los que son marcados con ellos, pues se supone que quien son marcadoscon ellas, son algo así como los enviados a la guerra, para traer paz.
Que te toque esa marca, es saber que no vas a llegar aanciano, pues eres al que mandan solo, para que entre al territorio enemigo, ypueda derrumbar sus planes o algo así, la verdad no lo entiendo bien, lo únicoque sé es que a pesar de que muchos creerían que las alas son libertad, aquí esla sentencia a la muerte por esclavitud.
Los de menor riesgo, son los recolectores y profesores,pues ellos jamás serán enviados a guerras. En cambio los vigías son los quemueren en la guerra, y los cazadores van a las guerras, pero ellos mandan desdesu tienda de campaña, y los ángeles como llaman a los de las alas, debeninfiltrarse y usar sus artimañas para hacer que el enemigo se haga débil.
Espero con ansias, que me toque o el de recolector oprofesor, así podría seguir cuidando de Kat, sé que el de cazador no es paramí, es cierto que se usar armas, pero no de la forma en que lo hacen otroschicos de mi edad.
- Tranquila, - toma mi mano -vas a ser una excelente profesora.
- Gracias - le sonriólevemente.
No hay respuesta por parte de Derek, pero a pesar de esono suelta mi mano y se lo agradezco, porque así puedo alejar un poco mi mentede lo que tendremos que hacer dentro, además de que me siento más confiada,poco a poco comienzan a nombrar a nuestros compañeros.
- Collins Derek- esa es lavoz del profesor Brown.
- Es mi turno - sonríe comosi nada, y suelta mi mano.
- Suerte - le digo en vozbaja.
Lo veo adentrarse al auditorio, de nuevo mis miedosvuelven a aparecer, no puedo ir a ninguna guerra, Kat me necesita en casa, porlo que prefiero ser recolectora, es más aceptaría ser nocturna, si me aseguraránno enviarme a guerras, hasta que ella haya terminado la academia. Después deeso yo misma me enlistaría, pero durante cinco años más quería estar con mihermana.
- Todo estará bien, - ahoraes Meg la que intenta, mantenerme tranquila - trata de no esforzarte mucho.
No sé si eso sea lo mejor, pero no se lo hago saber,simplemente le sonrió como agradecimiento, sé que ella en verdad estapreocupada por mí.
- Basta, Sophia - no hacefalta que levante la vista, para saber quien es - Kat quiere que hagas lomejor, y sea lo que sea en lo que te elijan, ella estará orgullosa, pero sihacen que repitas el curso, dudo que ella se sienta feliz.
La voz de Ethan es firme, y no me esta consolando, meesta haciendo ver, que para mi hermana lo único que le importa es que de lomejor de mí, sin importar en que quede, solo que demuestre que soy una Mendler.
- Jerins Megan - de nuevo lavoz del profesor Brown.
Se levanta con nerviosismo, y veo a Ethan revolverle elcabello, creo que eso es mejor a cualquier palabra que yo pueda darle, llevaenamorada de él desde que tenemos nueve, así que supongo que sus ánimos lesientan mejor que los míos. La veo entrar como hace una hora vi entrar a Derek.
- Lo vas a hacer bien, - sesienta a mi lado - siempre lo haces.
- Estoy aterrada - mi voz esbaja - si estuviera sola, no me importaría en que me quedará, pero Katherinedepende de mí, no puedo irme a una guerra o ser trasladada a otra comunidad,tengo que quedarme aquí.
- Encontrare la forma, -sonríe de lado - después de todo yo soy el cerebro de esta relación.
- Creí que eras los músculos- solté una ligera risita.
- Eres una pésima amiga - mereprocha.
No contesto simplemente observo al resto pasar, cada unode los participantes no dura más de veinte minutos dentro, han pasado dos más,ambos hombres, en cuanto veo al profesor salir, sé que es mi turno.
- Mendler Sophia - siento queel tiempo se congela.
Respiro profundo antes de levantarme, giro levemente yveo la sonrisa de Ethan, sé que él confía que haga mi mejor esfuerzo, que no mepreocupe por donde me voy a quedar, por lo que he decido que haré lo mismo,haré lo mejor que pueda, sin importarme las marcas, solo demostrar de que estoyhecha.
- Suerte - me susurra elprofesor.
Al entrar al auditorio, debía decir que no había nada delo que yo recordaba, ahora parecía más un campo de batalla que el lugar endonde nos daban pláticas sobre nuestros futuros. Solo había tierra, un enormeárbol, una montaña y una mochila que me resultaba demasiado lejana.
Pero no había nadie, o al menos eso creí, porque solohabía dado un paso, y un enmascarado apareció delante de mí, con un cuchillo,apenas si tuve tiempo de retroceder, antes de que llegara a cortarme.
No era buena en lucha cuerpo a cuerpo, eso era de Derek,sin embargo use mis manos como sostén, e hice que se cayera, tome el cuchillo ydespués de dejarlo noqueado corro hacia la mochila, escucho explosiones detrásde mí, y varias flechas pasan por mi lado, me concentro en escuchar de dondeprovienen, y es así como logro esquivarlas.
Estoy a nada de tomar la mochila, pero algo me toma delos pies, haciendo que caiga y me golpe la barbilla, y enseguida aparece elcaracterístico sabor metálico de la sangre en mi boca, como puedo me doy lavuelta y una enorme raíz que parece tener vida, se ha enrollado en mis pies yme jala hacia lo que parece un agujero, con el cuchillo que le he quitado alenmascarado, cortó la raíz.
Intento levantarme, pero las piernas me duelen demasiado,es como si hubiera corrido durante horas, además de que parecen no responderme,pero algo me dice que en cuanto llegue a la mochila esto terminara, me forzó aponerme de pie, cierro los ojos tratando de acostumbrarme a la horriblesensación de mis piernas.
Doy un paso, haciendo que todos mis músculos duelan, perono me interesa sigo caminando, tratando de ignorar el dolor, hay una explosiónque me ensordece por unos segundos, desvió la vista hacia la derecha y veo quese dirige hacia mí, un enorme pájaro.
Sin importar el dolor de las piernas, echo a corrercubriéndome la cabeza con las manos, al sentir los picotazos de la estúpida ave,al ver la mochila, me abalanzo sobre ella, como si mi vida dependiera de ello.Y como supuse en cuanto la tuve en brazo, todo desapareció, dejándome en elsalón con los jefes de la comunidad, al igual que el alcalde.
- Muy bien, señorita Mendler- dice el alcalde un hombre de unos cuarenta y tanto años, el cabello castañorizado lo tiene perfectamente peinado - la primera de su clase, que ha tomadola mochila, sin prestar atención a las distracciones.
No hablo, pues la verdad no había visto ningunadistracción, escucho un carraspeo dirijo mi vista a la persona que se encuentradel lado derecho del alcalde, siento un nudo en el estómago, pues ese sería ellugar que mi padre debería ocupar, pero ahí esta Ralph, que no parece muy felizde lo que he hecho, sin embargo mantengo mi mirada en alto.
- Es un placer informarle -ahora es Ralph quien habla, ahora sonríe - que después de más de veinte años,por fin tenemos un ángel.
Mis neuronas tratan de entender aquellas palabras, perono puedo, aunque no lo hago notar en mi rostro, sigo con mi vista fija en él,que me hace una seña y camino hacia él, en ningún momento demuestro mi miedo, ysé que eso le frustra, por lo que me siento orgullosa, de hacer algo que lemoleste.
- Pasa a que te hagan partede los ángeles - me señala una mujer que tiene aspecto nervioso.
Observo el cabello rojizo de la mujer que me sonríe,tratando de mostrarse tranquila, pero noto que esta aterrada, hago una leveinclinación con la cabeza a modo de saludo, ella me extiende la mano, la cualtomo notando que le tiemblan, pero no digo nada solo dejo que me guíe.
Entramos a una sala, en donde solo esta un hombre que esdemasiado alto, y a la vez tiene demasiada masa muscular, su rostro tiene varias cicatrices que se lo deforman,pero a pesar de eso puedo notar una sonrisa, el miedo ha aumentado, pero se laregreso lo mejor que puedo.
- Nuestro primer pequeñoángel, después de más de dos décadas - me señala la silla, para que me siente.
Y así lo hago, me sube la manga del suéter de mi brazoderecho, sus manos frías parecen delimitar la zona, en la que va a trabajar,fijo mi vista en el techo, no quiero observar la forma en que me marcará.
Derek Collins
Capitulo dedicado a:
Lila_C
ana_de_cullen22
Me muerdo el labio, al comenzar a sentir, como comienza acortarme la piel, para que quede la marca, es doloroso pero no para nosoportarlo, despego la vista y lo miro, esta tan concentrado, se le forman unaspequeñas arrugas en medio de la nariz, y sus manos apenas si se mueven sobre mipiel.
- Pensé que ya venían,diseñadas solo para colocarlas - susurro.
- Para el resto, así es -responde la mujer - pues son muchos, pero para el ángel y el futuro líder deseguridad de todas las comunidades, se hace manualmente.
- ¡Oh! - es lo único que seme ocurre decir.
De nuevo se forma el silencio en el lugar, la mujer no haapartado la vista de mí, de hecho siento que parece compadecerse de mí. Odioque sientan eso, pero no lo digo, pues mi voz no parece querer salir, vuelvo afijar mi vista en la pared, no quiero hablar, solo quiero que esto termine yabrazar a mi hermana.
- ¿Cuántos años tienes? -pregunta la mujer.
- Cumpliré dieciséis en Julio- mi voz sale ronca.
- Casi una niña - se lamenta- no entiendo, que hayas hecho para que te eligieran como ángel.
- Ni yo - admito.
- Eres tan joven - enserioeso no me ayuda - y pensar, que en cuanto te envíen a una guerra, no vas aregresar.
- No la asustes Natasha, - lereprocha el hombre - no es tanto así - me dice con una sonrisa - bueno tal vezsi no regreses, pero hace tanto que no se ha tenido un ángel, y lo han hechotan bien, que no creo que pongan en peligro a su arma mortal, en una batallapequeña.
- Es cierto, - concuerda lamujer - ahora solo han tenido pequeños enfrentamientos, tal vez ya hayasvivido, cuando sea tu turno de ir o tal vez ya hayan elegido a alguien másjoven y hermosa que tú.
- ¿Siempre son mujeres? -pregunto, sin mirarlos.
- Siempre, - responde el queme hace la marca - pues se supone que deben engatusar al enemigo, un hombresuele ser más tosco, para eso de la amabilidad y la mentira, en cambio unamujer suele causar ternura y eso hace más sencillo que acabe con sus barreras.
- ¿Se debe coquetear? - clavomi vista en él.
- Es uno de los puntosimportantes en el ángel, - sigue con su vista fija en mi muñeca - además de lavelocidad, y ser resbaladiza para no ser atrapada.
- Yo no se hacer nada de eso- mi voz sale angustiada.
- Estoy segura que velocidadla tienes, - replica la mujer - y también lo de evitar los problemas - la miro,sin decir nada - lo demás te enseñarán, ya tienes un rostro hermoso e inocente,solo falta que te enseñen a usarlos.
- Nat tiene razón - comentael hombre - eres hermosa, además todos ustedes seguirán siendo entrenados parahacer un mejor trabajo.
- ¿Quién nos va a enseñar? -creo que eso me ha dado un poco de esperanza.
- Uno de su grupo - dice contranquilidad - pues solo ellos pueden enseñarles, las habilidades que debendesarrollar más.
- ¿Aun hay personas de migrupo? - mi boca esta seca.
- No - apenas si es audible.
El poco alivio que había logrado, se desvaneció en unpestañeo, así que no tengo nada con lo que poder ser mejor, y así evitar lamuerte en la guerra, pues al parecer todos los de este grupo han muerto.
- ¿Alguna ha sobrevivido? -suena un tonto temblorosa, pero ellos no parecen darse cuenta.
- Pues
- titubea - sisobrevivió a la guerra.
- ¿Enserio? - eso de nuevohace revivir mi esperanza.
- Así es - sonríe el hombre -y si quieres saber cual fue su secreto, pues fue enamorar a un cazador, queademás era candidato a líder.
- ¿Y ahora donde está? - talvez esa no sea la verdadera razón del porque sobrevivió.
- Muerta - responde Natasha.
- Pero
- No murió en la guerra, escierto - confirma - pero pues todos tenemos un período y el de ella ya fuecumplido.
- ¿Cuál fue su nombre? -siento curiosidad.
- Dominique Crown - anteaquel nombre, agradecí estar sentada, porque si no seguramente habría terminadoen el suelo - ¿te sientes bien?
- Sí - aunque no sonó muycreíble.
- Fue el último ángel que seeligió antes de ti - el hombre ni siquiera parecía haber notado mi reacción.
Mi madre había sido parte del grupo, que parecía extinto,hasta hoy en donde había sido elegida, para que de nuevo se volviera a abrir,un grupo que sin duda me iba a llevar a la muerte, pues no había nadie quepudiera a ayudarme en superar mis límites, mientras el resto de mis compañerostendrían consejeros que los ayudarían, y yo estaba sola. Era como si la vida seburlara de mí, después de todo cuando mis padres habían muerto, había quedadosola, sin nadie que me enseñará, y ahora en mi grupo estaba igual.
- Aunque debes alegrarte -dijo de la nada la mujer, primero se lamentaba por mi destino, y ahora me decíaaquello - después de todo, te trataran como un líder, te pagarán muy bien, ytal vez se tarden mucho en llamarte a batalla, y así podrás disfrutar deldinero que te den.
Aquello sonaba bien, pues si me iban a pagar como a unlíder, podía dejarle bastante dinero a Kat, para cuando yo faltara, tal vez noviviría para siempre de ello, pero al menos le serviría de algo.
- ¿También me darán casa? -fijo mi vista en ella.
- Por supuesto, - su voz fueindiferente - y tal vez un grupo de seguridad, para mantenerte a salvo, hastaque sea el momento para que mueras.
Eso sonó tan cruel, pero no me intereso, pues le podríadar una mejor vida a Kat, aunque fuera por muy poco tiempo, y trataría deahorrar lo más que se pudiera, por si tenía que irme antes de que ella pudieramantenerse por si sola. Suelto un suspiro, porque a pesar de que le dejedinero, se quedará sola y eso me duele.
Mi mente es un enredo, pues tengo tantos pensamientos ysentimientos, que me duele la cabeza, y a pesar de que no han dicho una palabrapor largo rato, estoy cansada de ellos, y quisiera que ya terminara, para poderirme y poder disfrutar el poco tiempo que me queda con mi hermana.
Aunque tal vez este exagerando, ellos podrían tener razóny no enviarme a la guerra, en muchos años, y si mi suerte es buena ya hayaalguien que ocupe mi lugar, pero no sé si sería capaz de dejar que fuera unachica de quince años, yo siendo ya mucho mayor.
- Listo - la voz del hombreme saca de mis pensamientos.
Observo mi muñeca, que esta roja e inflamada, pero puedover dos alas, que me marcan como parte del grupo de ángel, que solo tiene unmiembro y ese soy yo, cuando estoy dispuesta a salir de aquel lugar, la mujerme detiene.
- Aun no puedes salir - es loúnico que me dice, antes de obligarme a sentarme de nuevo.
- ¿Por qué? - mi voz es untanto ronca.
- Porque no es el momento -es su contestación.
- Serán presentados a lacomunidad, grupo por grupo - me explica el hombre, el cual aun no tiene unnombre.
- Disculpa - digo en voz baja- ¿Cuál es tu nombre?
- Lance - sonríe, haciendoque se deforme más su rostro.
- Gracias, Lance - leextiendo la mano, y él la toma dudoso - por tan buen trabajo - y muevo mimuñeca que está adolorida.
- Tenía un buen lugar dondetrabajar - dice como si nada.
Solo sonrió, y me quedo sentada esperando que el tiempopase, para poder salir de ese lugar, ir a casa y llorar por mi futuro, que yaesta marcado para morir, entiendo que todos moriremos, pero en mi caso esdiferente, porque cuando muera será por defender algo que odio, y eso suena tanestúpido y cruel, que me duele.
Los dos hablan entre ellos, me ignoran por completo y logradezco, pues no tengo ganas de hablar, solo quiero irme y olvidar por un ratomi destino, tal vez observar a Kat preparar la cena, o mejor comer lo que hapreparado, y después dormir con ella cantando esa canción que papá nos enseño.
Me pregunto, ¿si todos han tenido una habitación paracada uno? Pero lo dudo, no creo que tuvieran treinta y tantas habitaciones,algo me dice que es una por grupo, y bueno al yo ser la única, es normal que meencuentre sola en aquella habitación, que en ese momento me parece obscura yfría.
Observo las botas que ya están bastante desgatadas, peroes lo único que queda de mi madre, y debía usarlas en un momento especial,llevo el uniforme de la academia, que consiste un pantalón negro que va pordentro de las botas, una playera blanca sin mangas que debe ir fajada, uncinturón que tiene una hebilla de pájaro como de unos cinco centímetrosplateada, y una chamarra igual negra.
- ¡Cierto! - escuche laexclamación de la mujer - debes quitarte esa ropa, y ponerte la vestimentaadecuada para un ángel.
No me moví, no sabía si sería buena idea de cambiarme,pero a ella no le importo, pues me quito las botas, no dije nada, estabademasiado sorprendida para hacerlo, cuando me quito el pantalón, fue cuando mepuse de pie de un brinco.
- No me voy a desvestir conLance aquí - mi voz apenas si es audible, y trato de cubrir mis piernas.
- Nena, me gustan las mujeres- no sé si ofenderme o sentirme aliviada.
- Sal - le ordena Natasha.
Él sale riendo, pero lo hace, antes de que se escuche lapuerta cerrándose, Natasha ya me esta quitando la chamarra y la blusa, y quedosolo en ropa interior frente a aquella mujer, que camina hacia un estante, dedonde saca la ropa totalmente negra, me entrega un traje que es completo, y es completamentepegado a mi piel, pero no es molesto, de hecho pareciera que no llevo nadaencima, soy totalmente libre de moverme y veo que no es completamente negro,pues al frente tiene dos líneas rojas de cada lado.
No sé si me veo bien o no, pero al ver la miradasatisfecha de Natasha, supongo que no estoy tan mal, me obliga a sentarme y meata el cabello que antes había estado en un moño, lo deja en una coleta alta,se agacha y me pone las botas que hace unos momentos me había quitado.
- Perfecta - dice con unasonrisa.
No puedo contradecirla, pues no sé como me veo, camina denuevo al estante y regresa con una chamarra blanca que parece de piel, y veoque del lado derecho en negro hay dos alas, hace que me la ponga y me sube elcierre.
- Jamás te quites lachamarra, - susurra - mantiene la temperatura que necesite tu cuerpo, no vas atener calor, y tampoco frío.
- Es hora - Lance solo asomala cabeza - vamos, es momento de que te vean.
Tomo la mano que me extiende, en ese momento las piernasme tiemblan supongo que no he caído por el sostén que Lance me da, caminamospor un largo pasillo, que no esta bien iluminado, pero al menos puedo ver elcamino, poco a poco la luz se va haciendo más brillante, y cuando estoy a nadade salir.
- Te toca ir sola, - me diceen un susurro - pero hasta que digan tu nombre debes salir.
- ¡No! - exclamo, sin soltarsu brazo - no quiero esperar sola.
Me sonríe y me toma la mano, eso quiere decir que sequedara y enserio se lo agradezco, pues en ese momento siento nauseas y mismanos tiemblan al igual que mis piernas, no entiendo porque este más nerviosa,después de todo lo malo ya ha pasado, pero presentarme ante toda la comunidad,me parece peor que el examen.
- Sophia Mendler - ante lavoz del alcalde, siento mis pies demasiado pesados para moverlos.
- Es tu turno - me dice aloído - deslúmbralos, nena.
Me obligo a caminar, cuando salgo, puedo ver que haycinco pasillos más, hay un grupo de doce en donde esta Derek, otro de diez en donde reconozco el cabello de Meg, otro desiete, y el último de cuatro, en donde mis ojos encuentran enseguida a Ethan.
- Por primera vez en dosdécadas, tenemos un ángel - el alcalde se escucha feliz, mientras me hace unaseña para que me acerque - nuestra querida Sophia, es nuestro primer ángel enaños.
Observo a toda la gente, la mayoría me miran con lastima,y eso me angustia, pues no puede ser tan malo o al menos eso espero.
- Y bueno como todos saben,la guerra del sur esta siendo muy grande - mi corazón bombea con fuerza, algome dice que eche a correr, pero mis piernas no responden - y nuestro ejercitose ha ido reduciendo, así que si no hacemos algo pronto la perderemos y con esopodrán suprimir nuestras fuerza y obligarnos a obedecerlos - eso no va por buencamino - pero ahora que tenemos un ángel será enviada en dos meses.
¿Dos meses? Sabía que no iba a vivir demasiado tiempo,pero siempre creí que sería más de ese poco tiempo que me estaban dando, demanera inconsciente busque el cabello castaño y lo encontré enseguida, susenormes ojos azules se habían cristalizado, le sonrió tratando de darle un pocode tranquilidad, aunque ni yo misma la tenga, pero necesito que ella este bien.
Ahora entiendo la mirada de todos, al igual que la deNatasha, soy la carnada y moriré en dos meses, ya esta escrito.
Derek Collins
Lamento actualizar después de casi un mes, pero mi cerebro parece haberse secado con ideas, pero intentare actualizar más rápido esta vez, espero que aun haya interesados para este fic
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
Me parecen horas lo que llevo parada frente aquellaspersonas, que siguen sin reaccionar, pero al fondo alguien aplaude y todos loimitan, no sé porque miró hacia atrás, y me encuentro con la mirada verde cristalina,eso no me esta ayudando para nada.
Siento como alguien entrelaza su mano conmigo, giro lacabeza y me encuentro con un Ethan con la cabeza en alto, y sostiene mi mano confuerza, ante eso los aplausos se extinguen en un abrir y cerrar de ojos, todaslas miradas están centradas en nosotros.
No dice una palabra, pero el agarre de su mano me hacever que no estoy sola, que él esta conmigo a pesar de que todo parecederrumbarse, él se quedará a mi lado, y enseguida siento una mano en mi hombroy cuando giro la cabeza me encuentro con Derek, que mira con determinación queda miedo a la gente y cuando vuelvo mi vista a Ethan, me encuentro con Meg, quetrata de retener las lágrimas.
Y sin más la gente aplaude con más fuerza que antes, peroa mí no me interesa, pues con el apoyo que me han demostrado esos tres, el pesoque acaba de caer sobre mis hombros, se ha vuelto ligero y sé que es porqueellos han decidido a ayudarme a cargarlo. Sé que no pueden ir conmigo a laguerra, ni morir por mí, pero sé que ellos se harán cargo de Kat, sin que selos pidiera y eso me hace sentir extremadamente aliviada.
No sé como, pero por fin hemos bajado de aquel escenario,la gente se ha ido esparciendo, cada uno a retomado sus actividades, ya muypocas personas cuchichean por las calles. Nos han dejado libres y yo busco a lapersona por la que no solo daría mi vida, también mataría a quien amenazara sutranquilidad.
Parece que se ha ido, por lo que decido caminar hacia lacasa, esperando que ella se encuentre ahí, sé que los tres que han decididoconvertirse en mi sombra me siguen, no hablan y la verdad yo no sé que decir, yes por eso que caminamos en silencio, ninguno se ha decidido a caminar a milado, los tres van por detrás de mí.
No hacen ruido al caminar, tampoco sus respiraciones,pero los puedo sentir, y no es necesario que me gire, pues puedo ver sussiluetas en el suelo, noto que tienen tensos los hombros, mientras mi caminares realmente relajado, ya lo que me estresaba a sido solucionado.
- ¡Sophia! - escucho allevantar la vista, mi hermanita corre hacia mí.
Varias lágrimas recorren sus mejillas, sus ojos estánrojos e hinchados, y al abrazarla su cuerpo tiembla, esta aterrada lo sé,siempre ha sido la más frágil de las dos, y me duele que deba madurar tanrápido.
- Pensé que me felicitarías,- le reprocho - después de todo, he sido seleccionada para un grupo inexistenteque es muy poderoso.
- No quiero que mueras, -aquello ha hecho que me quede inmóvil, ella lo sabe al igual que todos que noregresare - no lo quiero.
- Ella no va a morir - dicela ronca voz de Ethan.
Mi hermana se separa y lo mira fijamente, cosa que yoimito en segundos, y la misma firmeza que hay en su rostro, está en los otrosdos.
- Exacto - corrobora Derek.
- Nosotros vamos a vigilarla- repone Megan.
- No quiero hablar sobre mifutura muerte - digo con indiferencia - mejor díganme, en que grupo se suponeque quedaron.
- Soy un vigía - Derek es elprimero en hablar, mostrando el tatuaje de luna que ahora adorna su muñeca.
- Serás el mejor - le asegurocon una media sonrisa, tratando de que todos olviden el tema de mi prontamuerte - ¿Megan?
- Una estúpida recolectora -se baja la manga furiosa.
- Es un gran trabajo, - digocon tranquilidad - vas a alimentarnos.
- Había estado feliz, - meespeta - pero ahora me siento una inútil, porque no voy a poder a ayudar a mimejor amiga.
- Me ayudas demasiado así, -le sonrió levemente - porque así tendré la tranquilidad, que estarás a salvo ypodrás cuidar a Kat.
- No hables como si fueras amorir, - me reprocha Ethan - porque yo no voy a dejar que eso suceda.
- ¿Y qué se supone que haráun profes
- No soy un profesor - meinterrumpe, bajándose la mano de su chaqueta que al igual que la mía es depiel, solo que la de él es marrón.
En su muñeca esta la marca de cazador, pero eso no estodo, pues además de eso lleva lo que marca como un futuro líder de lacomunidad, sé me seca la garganta, pues si alguien puede evitar que muera es élsin duda.
Sin importar que apenas hayan sido marcados, a loscazadores futuros lideres, no se les niega nada, pues no todas las generacionesse tiene uno, de hecho pueden pasar años, antes de que salga uno, como porejemplo Ethan, han pasado casi siete años sin que alguien haya sido marcado. Yseguramente será tratado como un capitán de tropa, lo conozco y por eso sé quesuele dejarse llevar por sus impulsos.
- No, - mi voz es seca - túte quedarás aquí.
- El único que puede haceralgo, para mantenerte a salvo soy yo - me mira de forma fría - y como tal loharé.
- ¡No! - le espeto - noquiero que nadie se meta en esto, es mi problema y yo vo
- No es solo tu problema, -me espeta Megan - todos aquí te queremos, y no creas que vas a librarte de todoesto, antes que nosotros.
- Regresaras de esa estúpidaguerra, - Derek es el más tranquilo - y cuidarás a Kat.
Eso no era bueno, yo no quería que ninguno se metiera, ymenos ahora que sabía que el único que podría hacerlo era Ethan, me dio unvuelco el corazón, no podía imaginar mi vida sin él, sin sus bromas tontas, sinmirar sus ojos
- ¡No! - esta vez lo grite,haciendo que los cuatro pares de ojos, se clavaran en mí - no vas a ir.
- No puedes ordenarme -replica secamente - y da por hecho, que seré tu sombra en la guerra, si tengoque morir lo ha
- ¡Cállate! - siento el nudoen mi garganta apretarse - no quiero que nadie muera, así que si tengo quematarme antes de ser enviada a la guerra, para mantenerlos a salvo lo haré.
Sin más echo a correr, adentrándome en el bosque, era enlo único que soy mejor que ellos, no van a alcanzarme, soy la más rápida de loscinco, aunque mi hermana aun no haya desarrollado sus habilidades. Necesitoalejarme de todo, poder llorar como he deseado desde el momento en que me hanelegido como ángel, dejar que todo el dolor por fin se haga presente.
No sé cuanto llevo corriendo, pero nadie viene detrás demí, por lo que me doy el privilegio de detenerme, y escalar un enorme árbol, nosoy muy buena con ello, pero al menos ya lo hago más rápido, y también conmenos tropiezos, me siento en una rama que aun sigue siendo gruesa, recargo miespalda en el tronco, esperando que todo eso no fuera más que una pesadilla.
Pero en el fondo sabía que todo aquello era real, queestaba a dos meses, de ir a una muerte inminente, y una de las personas másimportantes quería morir por mí, y eso no lo iba a permitir, ni en un millón deaños, dejaría que Ethan lo hiciera. No me creo capaz de vivir sin él, en esemomento he descubierto lo importante que es para mí, mantengo los ojosfuertemente cerrados, no puedo creer que en verdad lo ame.
- Por fin - abro los ojos degolpe, quedando con Ethan frente a mí - has mejorado, con eso de esconderte.
- No me escondía - mi voz esseca.
El silencio se forma entre nosotros, desvió la mirada, mequeman sus ojos, por más que intento saber en que momento dejo de ser el idiotaque me hacía reír, al hombre del que me he enamorado.
- Sabes que no voy a cambiarde idea ¿verdad? - no sé cuanto tiempo llevamos en silencio, pero él lo haroto.
- Y tú sabes que cuando dijeque me suicidaría antes de que esa guerra fuera, iba enserio - le digo confirmeza.
- Te vigilare noche y día -es su sencilla contestación.
- Siempre encuentro la formade hacer lo que quiero, - le espeto - así que ve dándote por vencido.
- ¿Por qué no quieres volvercon Kat? - parece enojado.
- Lo que no quiero, es quevayas a morir, para que yo regresé - ni siquiera lo miro - no creas que mealegra, saber que estás dispuesto a morir por mí.
- ¿Quién dijo que lo hago porti? - ante eso, mi vista se fija en él, pero sus ojos ven hacia otro lado.
- Menos aun, - replico - noquiero regresar con tu muerte sobre mis hombros, y tampoco odiar a la personapor lo que estás haciendo esto.
Sigo sentada, y él sigue de pie frente a mí, no memolesta pensar que hay alguien más, de hecho me alegra porque él tendrá aalguien con quien consolarse cuando no regrese, de hecho espero que no le duela,y sí soy una cobarde, egoísta, que prefiere morir, a vivir con el corazón hechopedazos, y sobre todo a vivir un mundo sin él.
- ¿Por qué quieres dejar a tuhermana? - me toma de los brazos y me obliga a ponerme de pie.
- Ella tendrá a Meg, tal vezno sea lo mismo, - susurro - pero al menos habrá alguien que este a su lado, -lo miro - y sé que tú también la cuidarás.
- Jamás será lo mismo, - estafrustrado, su voz lo dice - deja que yo te traiga de regreso, sana y salva.
- ¿A costa de tu propia vida?- asiente - no lo quiero.
- ¿Por qué no? - gruñe, yaprieta mis muñecas, aunque sin causarme algún daño.
- No merezco que des tu vida,para protegerme - no puedo decirle que lo amo, algo que recién he descubierto,pero no por eso lo hace menos real.
- Yo decido eso - sus ojos memiran con enojo.
- ¿Por qué tanto afán conprotegerme? - mi voz es ronca.
- ¿No lo imaginas? - su vozahora apenas es audible, y mi espalda de nuevo hace contacto con el tronco,mientras se inclina y une su frente con la mía, mi corazón late de prisa,parece que quiere salirse.
Siento miles de mariposas en el estómago, es la primeravez que tengo esa sensación, he escuchado a Meg y a otras compañeras hablarsobre ella, pero es la primera vez que lo siento, y la verdad es que también esla primera de que alguien del sexo opuesto esta tan cerca de mí, pero sé quesolo Ethan podría haber despertado aquello.
- Me enamore de ti - esascuatro palabras, han hecho que el corazón brinque, y al mismo tiempo duela.
Son sentimientos tan contradictorios, porque estoy felizde que sienta lo mismo por mí, pero me da miedo que por aquello puedaperderlo. Las lágrimas han salido, aligual que una risita, duele y a la vez es tan placentero, saber que me quiere.
- Y yo por lo mismo, nodejaré que mueras por mí - apenas si son comprensibles mis palabras, pero no meimporta.
Porque en ese momento me paro de puntitas, y cortó elespacio entre nuestros labios, es mi primer beso, y sé que siempre leperteneció a él, desde la primera vez que lo vi, debí de haberme dado cuenta,que él sería el dueño de mi primer beso, al igual que el título de mi primeramor.
Megan Jerins
Lamento la tardanza, pero espero que el capitulo valga la pena
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
Lila_C
- Te amo - susurra, cuandorompemos el beso - y no quiero una vida sin ti.
- Yo tampoco quiero una vidasin ti - sus manos limpian, el rastro de lágrimas de mis mejillas.
- Entonces iremos a esaguerra, y los dos vamos a regresar a salvo - me mira fijamente - lo prometo.
- Ya sé que no voy a hacerque cambies de idea, - mi seriedad sigue - pero no me prometas cosas que losdos sabemos que son imposibles.
- Regresaremos vivos, - dicecon tranquilidad - pero para eso, necesito que dejes que tu don fluya.
- ¿El de correr? - pregunto,él niega mientras toma mis manos.
- El de levitación - su vozes tranquila.
- Hace años que no loutilizo, ni siquiera sé si aun funcione - no lo miró, pues no quiero ver ladecepción en sus ojos.
- Soph, nacemos con esashabilidades - siento su mano en mi mejilla - y no se irán, hasta que nos lleguela muerte - posa sus labios en mi frente - por lo que ese don, sigue en ti,solo tienes que dejarlo salir.
- Pensé que era malo - sigueen la misma posición, mis manos se aferran a su chaqueta.
- Solo es malo, porque esdiferente - me asegura, se separa un poco de mí y acaricia mi nariz - eresespecial Soph, todos los que están a tu alrededor lo han notado.
¿Especial? Dudo que lo sea, solo soy una adolescente decasi dieciséis años, que tiene su sentencia de muerte en dos meses, no hay nadaque pueda resultar interesante en eso, ni siquiera la perdida de mis padres,solo soy alguien que ha tenido mala suerte, pero nada del otro mundo.
- No lo soy - lo contradigo,sin separarme de él.
- Nadie puede hacer levitarcosas, - susurra a mi oído - además de que eres la persona con más fortalezaque he conocido, por eso me enamore de ti, desde la primera vez que te vi.
- Es mentira - replico, y meseparo de él para verlo directamente a los ojos - me odiabas, te pasaste sieteaños haciéndome la vida imposible.
- Cuando nos vimos el primerdía de clases, puede que si me cayeras mal - acepta con tranquilidad - despuésde todo, mi familia hablaba pestes de la tuya.
- ¿Por qué? - ahora mi ceñose frunce.
- Nadie quiere a los líderes- acaricia mi mejilla - ellos solo ordenan, mientras los vigías y los cazadoresson los que mueren, bueno más los vigías, pero los líderes ordenan desde casa,y siempre se creen superiores al resto.
- Mi padre no era así - mecruzo de brazos.
- Lo sé, - suelta un ligerosuspiro - pero el apellido Mendler no solo viene con ser líder, tu padre erauna persona increíble, pero lo que hicieron tus antepasados, siempre cae sobretus hombros.
- ¿Y que se supone quehicieron mis antepasados? - mi voz es ronca.
- No hay que hablar sobre eso- me pide, mientras me extiende la mano - lo importante ahora, es que debemosregresar con vida de la guerra.
- ¿En verdad me amas? - no séporque lo pregunto, después de todo acaba de confesármelo.
- Desde que tengo diez años -dice suavemente.
- Megan te ama - no entiendoporque lo digo.
- ¿Por qué me lo dices? - meobserva con la nariz arrugada.
- No lo sé, - confieso - comotampoco entiendo, porque mi habilidad es mala.
- Ya te dije que no es mala,- se esta enojando - solo que letuvieron miedo, porque es diferente a lo que el resto esta acostumbrado - mejala hacia él, y me besa castamente - si yo hubiera demostrado mi habilidad,también me habrían dicho que me olvidara de ella.
- ¿De qué hablas? - lo miro fijamente.
- Cuando dije que soy buenoen el camuflaje es cierto, - no soltó mi mano - pero no de la forma que elloscreen, que sé esconderme - coloca la mano con la que no me sostiene sobre eltronco, y en segundos a desaparecido - si ellos hubieran visto esto, al igualque a ti, me habrían hecho que lo dejara - su mano vuelve a aparecer y lacoloca en mi mejilla - tu y yo somos diferentes al resto, y es por eso quevamos a regresar, pero solo lo haremos, si tu aprendes a usar tu habilidad, -eso no me agrada - nuestras vidas dependen de ti.
- No quiero, - bajo la mirada- que tu vida dependa de mí.
- No dejaría mi vida en manosde nadie más, - eso no me reconforta - confío ciegamente en ti, sé que lo vas alograr.
- ¿Y si fallo? - eso enverdad me aterra.
- Entonces no volverás a vera Kat, - en ocasiones odio, que parezca tan insensible - pero al menos noviviré un mundo sin ti.
- No se suponía que tú meayudarías a volver, - le espeto - y ahora resulta, que todo depende de mí, - ledoy un golpe en el pecho - entonces no sirve de nada que vayas conmigo.
- Solo para recordarte que sino regresas, yo tampoco - sonríe de lado, ocasionando que me cruce de brazos -que son dos vidas, las que dependen de ti.
- Idiota - le doy la espalda,no entiendo para que quiere ir, si la que hará todo soy yo.
- Era una broma, - lo sientodemasiado cerca - por supuesto que no depende de ti, trabajaremos juntos.
No contesto, solo siento como sus brazos se enrollan enmi cintura, mientras coloca su cabeza en mi hombro, y deja un beso en mimejilla.
- Pero si desarrollas esahabilidad, será más sencillo regresar con vida - su aliento me hace cosquillasen el cuello - pero, aunque no lo hagas, te voy a regresar con vida.
- Cállate - me separo de él,aunque de no haber sido por su agarre en mi brazo habría caído - no quiero queme des tu vida, no la quiero.
- Lamento lo que dije, -suelta un suspiro - los dos vamos a regresar, pero necesito tu ayuda.
- No trates de lavarme elcerebro, - mi garganta esta seca, pues he entendido todo lo que intenta hacer -es imposible que los dos regresemos, si tenemos suerte solo uno lo hará, y vasa hacer que sea yo.
No hay respuesta, siento mis ojos picar, porque es ciertono podemos regresar los dos, y soy tan estúpida que hasta ahora lo hecomprendido, él solo irá para mantenerme con vida, ha aceptado su muerte,simplemente por salvarme.
- No lo quiero - apenas si esaudible mi voz - no vas a mo
- ¡Maldita sea! - a elevadola voz haciendo que cierre la boca - deja de pensar en ti, por un malditosegundo deja de ser egoísta - doy un paso hacia atrás, en esos momentos heolvidado que seguimos en la rama - entiende esto Sophia, Kat depende de ti, demi no hay nadie que necesite, pero tu hermana no puede crecer sola, ya perdió asus padres, no hay nadie para ella, tiene solo diez años, no puedes hacer queella pase lo mismo que tú.
Bajo la mirada, pues tiene razón, solo estoy pensando enque no quiero volver a sentir el dolor de la perdida de nadie, sin pensar enKat, en que ella me necesita, que es mucho más fácil dejarse vencer, a saliradelante; que si muero para mí todo termina, mientras ella tendrá quelevantarse sola y no puedo hacerlo.
Desde que supe de la guerra, lo único que he pensado esen mí, en que si muero será mejor, pero no me ha cruzado por la cabeza, lo quemi hermana tendrá que vivir sin mí, y ahora entiendo que dejarme morir seríasencillo, lo complicado es regresar con la muerte de Ethan en mis hombros, yseguir por mi hermana.
Tengo una lucha, pues no quiero que Ethan muera, pero nodeseo que Kat sufra, hay de dos, dejar que él me acompañe, sabiendo que elfinal será que regrese sola, o hacer que él se quede y dejar que mi hermanaenfrente el dolor de perderme.
- Muy bien - mi voz es ronca,pues he decidido quien es más importante - hagámoslo, tal vez en un golpe desuerte regresemos los dos.
- Así que la has elegido - noparece molesto, de hecho me sonríe.
- Tú lo has dicho, ella menecesita - me muerdo el labio - y yo te necesito a ti, pero creo que podrémedio vivir sin ti.
No dice nada, solo me abraza mientras dejo que laslágrimas salgan, pues he tomado una de las decisiones más complicadas en mivida, he decidido que voy a aceptar perderlo, por volver con mi hermana. Talvez se escuche cruel, pero será mucho peor regresar sin él, y seguir con eso.
- ¿Qué lugar de importanciatengo en tu vida? - pregunta en un susurro.
- Ethan, por favor - pido -no quiero hablar de eso.
- Porque tú eres el primerlugar - el corazón se me encoge, porque me siento mal, de que no seaequivalente.
- ¿Y tú familia? - suena casia chillido.
- Tú y Kat son mi familia -el pecho se me oprime ante eso - mis padres y hermanos, los quiero es cierto,pero es sin ti y sin Kat por quienes ya no podría seguir.
Me abrazo más a él, su madre parece estar en otro mundo,mientras su padre se ha ido de su casa hace cuatro años, por lo que vive consus abuelos, pues su madre no puede hacerse cargo de nada, sus abuelos sonpersonas de mente demasiado cerrada o al menos eso me ha dicho él, es el menorde tres hermanos, sus dos hermanos mayores todos son vigías, es el primercazador en su familia y sobre todo será un líder.
Estamos sentados, él con su espalda recargada en eltronco y yo en su pecho, su mano derecha está entrelazada con la mía, acariciosu muñeca en donde esta su tatuaje.
- ¿Qué dirá tu familia,cuando sepan que eres un cazador? - pregunto, tratando de olvidar lo anterior.
- Seguramente, se emocionarán- su barbilla esta recargada en mi coronilla - después de todo, irán a vivir auna casa mucho más grande.
- Pensé que odiaban a loslíderes - susurro.
- Mis abuelos son como avesde rapiña, - me separo de él, y lo miro seriamente - no me veas así, losquiero, pero no les molestará saber que ahora vivirán en una casa lujosa, soninteresados.
- ¿No tienen ideales sólidos?- enarco una ceja.
- No, - quita un mechón que acubierto mis ojos - ellos serán felices con la comodidad, jamás se meterían enuna rebelión, para ellos eso es cansado, y si el alcalde cambia alguna cosa,ellos siempre estarán con él.
- Apoyarían cualquier cosa, -lo miro fijamente - excepto a mí.
- Es un odio estúpido, quetienen - al parecer no me dirá que es.
- Estúpido o no, jamás van aaceptarme - digo con cierta frustración.
Él no contesta, por lo que entiendo que es cierto, y meodiarán más si él no vuelve con vida, es más creo que su odio aumentara cuandoles diga que se irá a la guerra por mí. Aunque no entiendo su odio, es ciertoque muchas personas nos ven mal a Kat y a mí, pero no como la familia de Ethan,y no entiendo porque es, y al parecer él no va a decirme nada.
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
Real_Me
Llevamos una semana viviendo, en esa casa que es tangrande que en ocasiones se siente tan sola, mi hermana se va en las mañanas ala escuela, así que estoy completamente sola, a esa hora de la mañana, y noevito sentir la desesperación de volver, deseo regresar a la pequeña casa cercade la montaña, al menos en ese lugar, estaría segura que no tengo menos de dosmeses para ponerme en forma para irme a la guerra, estoy aterrada las lágrimassalen, es el único momento del día que dejo que fluyan, pues no esta Kat y nodebo de dar explicaciones.
En menos de dos meses, tendré que enfrentarme a unaguerra de la cual ni siquiera estoy lista, ni física, ni emocionalmente, muchomenos porque sé que tal vez pierda a Ethan, ante ese pensamiento las lágrimasaumentan, me muerdo el labio, tratando de evitar soltar algún gemido o sollozo.No quiero perderlo y sin embargo debo hacerlo, tengo que aceptar que él no va aregresar.
El sonido de la puerta me sobresalta, me limpio el rastrode lágrimas, pero mis ojos están rojos e hinchados, no voy a poder engañar anadie, por lo que decido que lo mejor es ignorar el llamado, no quiero ver anadie. De hecho desde hace una semana no le abro la puerta a nadie y tal vezeso traiga consecuencias, pero no me interesa, necesito que mi alma sedesahogue, que llore todo lo que deba llorar, para parecer fuerte frente a Katy Ethan.
- Sophia - es la ronca voz deRalph, y al parece ha entrado a la casa - sé que estás aquí.
Me observo una vez más en el espejo, y sigo luciendopatética y débil, y de todos los que pudieran verme así, es a quien más odio.Suelto un suspiro antes de salir de mi habitación, bajo las escaleras con pasolento, no quiero verlo, pero tampoco voy a demostrarle que estoy aterrada y meescondo de lo que estoy segura, él cree mi fin y eso seguramente le divierte.
- ¿Qué pasa? - digo contranquilidad.
- ¿La niña de nuevo ha estadollorando? - la nota de burla, hace que mis puños se cierren.
- Es algo que no te importa -la contestación es involuntaria.
- Serás muy ángel querida,pero sigo siendo tu superior - me mira de forma ácida - y quiero que me hablescon respeto.
- Te hablare con respeto,cuando te lo hayas ganado - no aparto la mirada de él, lo veo caminar furiosohacia mí - no creo que al alcalde, le agrade que lastimes a su mayor tesoro,Ralph.
- Eres una chiquillaestúpida, que se cree superior, por pertenecer a un grupo que solo sirve decarnada - su voz es ronca.
- Tal vez - elevo los hombros- pero si regreso con vida de esa guerra, seré mucho más importante que tú ocualquier otro líder, de hecho tendrás que seguir mis órdenes.
- ¿Enserio crees queregresarás con vida? - se dibuja una sonrisa altiva, en su horrible rostro, norespondo - eres más ingenua de lo que creí, mi pequeña Sophia.
- Sé que piensas que moriréen esa guerra, pero si me eligieron es porque vier
La carcajada que suelta, me interrumpe al parecer seburla de mí, y eso me frustra, tengo ganas de soltarle un puñetazo, pero nodebo hacerlo, después de todo es el jefe de seguridad.
- Lo siento, - dice cuando larisa parece finalizar - pero pensé que eras más inteligente - arrugo la nariz,no entiendo - cuando se elige un ángel, no es porque sea ágil o fuerte, solo seeligen a las mujeres que la comunidad desea deshacerse.
En cierta forma no me sorprende, ya lo había imaginadoaunque a nadie se lo había dicho, aunque lo que no entiendo, es porque deseandesaparecerme.
- Pero diré que quienes sonángeles, suelen ser un riesgo para la comunidad - sonríe de lado - como tú,querida Sophia - le sostengo la mirada con firmeza - tal vez si aquel día en laescuela, no hubieras demostrado esa rara habilidad, ahora serías unarecolectora más.
- ¿Qué tiene de malo hacerlevitar cosas? - mi voz es ronca.
- Nada - eleva los hombros -bueno eso no, pero la mutación que has hecho, es la que hace peligrar a lacomunidad, porque eres una nueva raza, y como lo veo no solo yo, sino tambiénel alcalde y el gobierno, es que si te dejamos con vida, tu mutación genéticapodría llamar la atención de otros lados y poder ser destruidos.
- ¿Por qué? - sigo sinentender.
- Por miedo, - dice consimpleza - los humanos le temen a lo desconocido, y tu querida Sophia eres unfenómeno, dentro de los fenómenos. Lo que te hace ser un peligro.
- ¿Y creen que matándome, nohabrá más mutaciones parecidas? - eso suena estúpido.
- Dudo que los haya - sonríede lado - después de todo, nadie más ha deseado seguir los pasos de tu abuelo,todos temen que las mutaciones mejoren, porque si eso sucede, entonces los queno las tengan, tendrán que desaparecer, pues no serán humanos comunes, perotampoco podrán ser las mutaciones que los cuiden, así que se desharán denosotros.
- ¿Así que debo morir, por sumiedo a ser remplazados? - él solo asiente - si entiendo, ¿todo aquel que seamejor a ustedes lo matarán?
- Entiendes rápido - dice concalma - y creo que ya debes saber, quien seguirá tus pasos, de ser nuestrosiguiente ángel.
Sabía a quien se refería, por supuesto que lo sabía,después de todo recordaba vagamente algunos estudios que mi abuelo le hacía ami madre, durante su embarazo de Kat, y lo que ellos deseaban era deshacerse dela descendencia Mendler, por los cambios genéticos que habíamos tenido.
- Mataré a todo aquel que seatreva a acercarse a ella - mi voz es ronca.
- La pequeña Katherinequedará desamparada, cuando su hermana mayor, no regrese de esa guerra - muerdola parte interna del labio inferior, para no maldecir - así que no tienes muchode que preocuparte, tu hermanita muy pronto te alcanzará.
- ¿Por qué estás tan seguroque no regresare? - mi voz sale ronca - después de todo si mi madre regreso,¿por qué yo no?
- Por la sencilla razón, deque no hay un Jared idiotizado, que sea capaz de dar la vida por ti - sonríecon cierta malicia - así que, mejor vete despidiendo de lo poco que te queda eneste lugar, porque no vas a volver.
- Ya lo veremos - susurro -pero si es todo lo que tienes que decir, lo mejor es que te vayas.
Me sonríe una vez más antes de caminar hacia la puerta,sé que si regreso de esa guerra, lo primero que haré es hacerle la vidaimposible a ese hombre, y si se atreve a acercarse a mi hermana lo matare sinningún miramiento, porque Kat no tendrá que pasar por lo que yo.
Y si quiero que Kat este bien, debo practicar, y dejarlas lágrimas que no sirven para absolutamente nada, no volveré a llorar, porquesi temen por mí, les haré ver que tienen razón que una Mendler no se debe tomara la ligera, y voy a salvar a las dos personas que más amo, no voy a permitirque me separen de Katherine y de Ethan.
Esa decisión la he tomado hace una semana, y mis logrosson tan pocos, no puedo hacer que nada levite, creo que el tiempo que deje deusarlo fue demasiado, y este dejo de funcionar, aunque Ethan piense locontrario, solo dice que tengo miedo, y eso lo que no deja que salga.
- ¿Otra vez entrenando? - megiro, pues no puedo responder, mi respiración es entrecortada después de cuatrohoras de correr, brincar y escalar creo que es normal.
Me encuentro con el rostro de Lance que sonríe y meobserva desde la rama de un árbol, donde se ha sentado a observarme, desde hacemedia hora, lo he sentido, pero no he dicho nada. Nuestra relación es extraña,pues desde que he comenzado a entrenar él siempre esta ahí, aunque muy pocasveces habla, solo me observa y en ocasiones me lanza cosas, supongo que paraver que tal están mis reflejos.
- Te ves cansada - dice,mientras salta y queda a un metro de mí - creo que te vendría bien, undescanso.
- El tiempo se acorta - es mirespuesta.
- Cinco minutos que te tomes,para recuperar el aliento no te vendría mal - sonríe como siempre, deformandosu rostro.
No respondo, solo me dejo caer la verdad es que estoyagotada, no sé como hare para que no maten ni a Ethan ni a Kat, soy tan débilque no entiendo porque me ven como una amenaza, enserio no lo entiendo. Meacuesto, pues todos los músculos me duelen, de hecho siento que la cabeza encualquier momento puede explotarme, por lo que cierro los ojos intentando quese pase el malestar.
- He visto entrenar a tunovio - dice suavemente.
- No es mi novio - digo sininmutarme.
- Ayer no parecía eso, - algome dice que sonríe, pero no tengo ni ganas ni fuerza para verlo - se veíanbastante acaramelados.
No respondo, lo cierto es que todas las tardes, vamos allago y tratamos de olvidar un poco nuestro futuro, simplemente vivimos elpresente, reímos y contamos sueños que tal vez no podamos cumplir, y de vez encuando nuestros labios se encuentran, es una forma de que nuestro panorama nose vea tan negro.
- Tengo miedo - sale demanera inconsciente.
- Es normal, - su voz a pesarde ser ronca, tiene un efecto tranquilizante en mí - si no lo tuvieras, mepreocuparías; después de todo en unas semanas estarás en camino hacia tumuerte.
- No me preocupa morir - meincorporo y lo miro fijamente - lo que me angustia, es dejar a Kat y saber quesi no regreso, ella no tardara en seguir mis pasos.
- Dominique era huérfana -susurra - no tenía por quien regresar, y sin embargo lo hizo - sus ojos parecenquerer traspasarme - así que tu, mi querido angelito, tienes que volver, notienes opción más que regresar con vida a la comunidad.
- Suena tan fácil, y esdemasiado complicado - mi voz sale ronca.
- La vida no es sencilla, -eleva los hombros - pero tengo todas mis esperanzas puestas en ti, después detodo traes en la sangre el ser un ángel, y además tu madre regreso, y yo estoyseguro de que tú también lo harás.
Simplemente sonrió, porque eso necesito que alguien fuerade mis amigos, confíe que voy a regresar y sabiendo que Lance confía en quevolveré, me es más sencillo creerlo, tal vez suene estúpido, pero él me ha dadofuerzas, para seguir entrenando, no importa que tanto duela, debo regresar convida, solo por mi Kat, solo por ella haré lo imposible por regresar.
Ella no va a pasar lo mismo que yo, no dejare que sufuturo sea similar al mío, no lo voy a permitir, ella no será condenada a serun ángel.
Lance
Lamento haber tardado tanto en actualizar, pero como ya regrese a la Universidad, apenas tengo tiempo para comer, pero espero que les guste el capitulo y tratare de actualizar cada sábado o domingo, depende de como vaya el capitulo ^^U
Capitulo dedicado a:
Real_Me
ana_de_cullen22
andrelara
La fecha de la guerra cada vez se iba acercando más ymás, Kat era quien lo sentía más, pues su carácter antes risueño, ahora cadavez era más callada, apenas si comía, ya no se paraba en la cocina, y si lohacía, ya no se le escuchaba cantar como antes, y eso enserio me preocupa.
No quiero que ella pierda la esperanza, ella es tan soñadora,que me angustia que este así, porque esta aceptando mi muerte, y eso esta mal,porque la conozco y sé que cuando yo me vaya, ella hará lo posible, para noseguir con vida, es por eso que no debo dejar que pierda la esperanza de queregresare.
La observo ir a la escuela, no ha dicho una palabra, y nisiquiera se despidió, desde hace un mes y medio que no lo hace, supongo que esuna de las barreras que pone, para que sea menos complicado cuando deje la casa.
- Kat, - llamo cuando estapor cerrar la puerta, no dice una palabra, pero se detiene - cuando te dije queyo estaría contigo era cierto, - ni siquiera me mira - no voy a dejarte.
- Quiero creerlo, - su vozapenas es audible - enserio lo intento - suena temblorosa - pero no puedo.
Y sin más salió de la casa, suelto un suspiro, pues mihermana no cree que regresaré, y necesito que ella lo crea, que ella confíe enque volveré, porque lo haré, no hay otra opción para mí, más que el volver.
- Kat, entenderá que vas avolver - no me extraña escucharlo, después de todo desde hace un mes, que entraa la casa por la ventana.
- ¿No vas a entender, que esode que no uses la puerta, no me gusta? - me giro hacia él, pero no hayrespuesta, pues ha entrado a la cocina - enserio Ethan, debes respetar miprivacidad.
- Hermosa, entre tu y yo nova haber privacidad, cuando vayamos a la guerra, así que acostúmbrate - es susencilla respuesta, que es la misma de todos los días.
No digo nada, pues nunca gano cuando se trata de discutircon él, además es la única persona que me hace compañía desde hace un mes, elúnico que me anima, pues tanto Megan como Derek están demasiado ocupados, consus nuevos puestos, y no tienen tiempo para venir.
- Derek vino anoche a verme -dice después de servirse un poco de jugo.
- Así que se tomo un momento,para ver a su mejor amigo - elevo los hombros, con indiferencia.
- Vino por ti - susurra.
- ¿Por mí? - enarco una ceja.
- Vino a pedirme que no tedeje morir - aprieta los puños con fuerza, haciendo que los nudillos se lepongan blancos.
- No vas a dejarme morir -digo con naturalidad.
- Obviamente no lo haré - meda la espalda - pero no evito sentir molestia, al saber que le preocupas.
- Soy una de sus amigas - noentiendo porque le molesta - es lógico que
- ¡Sophia! - me interrumpe,su voz es ronca y su tono un tanto elevado - cásate conmigo, antes de quevayamos a la guerra.
Me ha dejado en completo shock, pues nunca he pensado encasarme y menos con quince años, es cierto que mi vida parece estar a punto determinar, pero no estoy segura de tener la madurez para casarme con Ethan, loamo es cierto, sin embargo la palabra matrimonio es demasiado para mí.
- Sé que piensas que somosmuy jóvenes, - ha tomado mis manos - pero si lo piensas, iremos a una guerra,hemos tenido que madurar con demasiada rapidez, te amo, me amas; no es unalocura.
- Tenemos quince años - mivoz es un tanto ronca.
- Tengo dieciséis, - mecorrige - y tú los cumplirás en unos días.
- ¡Que gran diferencia! - esinevitable el sarcasmo.
- Yo no voy a regresar de esaguerra, Sophia - eso hace que mi corazón se encoja, porque no me lo estáechando en cara, lo acepta como cualquier cosa - y quiero que al menos lospocos días que me quedan, pueda decir que eres mi esposa.
En cierta forma se lo debo, él dará su vida por mí, creoque puedo aceptar casarme con él, pero creo que sería más complicado aceptar sumuerte.
- Me dolería más - tomo surostro con suavidad - mejor hagamos esto, vuelve conmigo, y me caso contigo.
- Sabes como hacer quetrabaje el doble, por volver con vida - sonríe de lado.
- No quiero volver sola -susurro.
No responde, simplemente me abraza es todo lo quenecesito, siempre sus abrazos son los que me ayudan a superar un poco todoesto, además de que su esencia es como una droga, olvido todo cuando su olorinunda mi nariz no me importa nada, podría acabarse el mundo, y para mi nohabría mayor problema, estando así.
- Soph - me dice al oído,ocasionando cosquillas, pero no se lo hago notar - ellos quieren que me case.
- ¿Ellos? - mi cerebro no entiende,que es lo que trata de decir - ¿casarte?
Esas dos palabras no tienen sentido en mi mente,adormilada y enamorada, enserio no lo tiene, trato de que mis neuronas trabajencon mayor rapidez, pero no hay nada, y él parece notarlo porque se separa demí.
- Mis abuelos quieren que mecase - me ha dado la espalda.
Eso me suena más ilógico, es cierto que en la comunidad,es común que los jóvenes después de ser seleccionados se casen, bueno losrecolectores y vigías lo es, pero para los cazadores se casan mucho más grandesy más si eres elegido como líder, los maestros tienen prohibido el matrimonio ybueno los ángeles supongo que no se casan porque mueren en guerra.
Es por eso que no puedo entender que sus abuelos quieranque se case, es un futuro líder, deberían de esperar que no se case, puescuando lo haga, tendrán que dejar la nueva casa.
- Quieren que sea Mara -sigue sin mirarme.
Busco un rostro para el nombre de Mara, y casi enseguidame llega la imagen de una chica cuatro años mayor a nosotros, es la hija deRalph, su primogénita, que es cazadora, pero se dedica a ser archivadora. No esfea, su cabello negro le llega a la mitad de la espalda, ojos cafés como los desu padre y arrogante como él.
- ¿Por qué me lo dices? -digo al fin.
- Solo quiero que estés altanto, de lo que les pasa por la mente a mis abuelos - responde contranquilidad.
- ¿Ya les dijiste que iras ala guerra? - lo tomo del brazo, para que me vea.
Rehúye a mi mirada, por lo que he obtenido la respuesta,suelto un suspiro, pues no me agrada la idea de que su familia no este enteradade que ira a una guerra de la cual puede no regresar.
- Ellos harían lo imposiblepor evitar que fuera, - su voz es baja - por lo que lo mantendré en secreto,hasta que ya no puedan hacer nada para evitarlo.
- ¿Se los dirás cuando yatengamos que irnos? - pregunto con sarcasmo.
- Tal vez - en ocasiones odioque para él todo sea tan sencillo.
- Está mal - le espeto -ellos deberían saberlo.
Lo único que hizo, fue dejar un beso en mi frente y salirde la casa, enserio que esto solo me iba a traer problemas, pero no podía hacernada, más que preocuparme por mi, esa era la única forma en que yo regresara allado de mi hermana, eso era lo único que debía importarme, regresar por Kat,solo ella debía ser mi prioridad.
Los días cada vez iban siendo menos, y los nervios y elmiedo aumentaban, Ethan había dejado de venir cosa que me ponía peor, perodebía mantenerme tranquila, yo iba a regresar, no tenía opción ese era mi únicoobjetivo volver con Kat.
Hoy era mi última noche a salvo, mañana en la mañanatomaría el tren a una guerra en donde todos esperaban que muriera, de hechocreo que eso era lo conveniente para la comunidad, pero no iba a dejar mihermana sola, sin importar como regresara, iba a volver viva, solo parademostrarle a Ralph que con una Mendler no se jugaba.
Observo la mochila que Natasha me había dado, solo hanentrado tres cambios de ropa, una daga, varios cuchillos en los cuales podíadecir que me defendía, una linterna, un termo, un botiquín de primerosauxilios, y muchos sobres de carne deshidratada y gotas para desinfectar agua,también alcohol, fósforos y una soga.
Sigo sin estar lista para ir a una guerra, pero ya no hayvuelta atrás, solo queda dar lo mejor de mí. Me siento en la cama, durante dosmeses me he mantenido fuerte, sin derramar una lágrima, tratando de demostrarlea Kat que todo va a estar bien, pero en realidad por dentro mi corazón sedesgarra cada vez que el día esta más cerca.
- Sophia - escucho la suavevoz de mi hermana, levanto la vista y esta recargada en la puerta.
- ¿Qué pasa? - pregunto en unsusurro.
Camina con paso lento hacia mí, no aparto la vista deella, cuando está a centímetros de mí, se abalanza sobre mí y comienza llorar,lo único que hago es acariciar su cabello.
- Todo estará bien, -susurro, mientras ella suelta un sollozo - volveré por ti, Katty.
- Odio que me digas así - mereprocha, pero no se separa de mí.
- Lo siento, Katty - rio,haciendo que esta vez se separe de mí, y me vea de mala manera, pero enseguidame vuelve a abrazar.
- Vámonos - me pide - podemoshuir ahora.
La separo suavemente de mí, pues con once años no creíescucharla hablar así, sus ojos a pesar de estar cristalinos, muestranseguridad y en cierta forma me dan miedo.
- Kat
- Ellos te quieren muerta -su voz suena desesperada - por favor, Sophy vámonos.
- ¿A dónde iríamos? - tratode que vea que esto es una locura.
- Podemos ir con Rachel -dice desesperada.
- Nos encontraran Kat y nosmataran - limpio sus mejillas - voy a regresar.
- Ellos no dejaran queregreses - su voz es ronca.
- ¿Cómo sabes eso? - la mirofijamente.
Me extiende una nota, la miro fijamente esa letra es de Lance,su letra es fea, pero esta vez apenas si se entiende, parece que la ha hechocon demasiada prisa.
- Lo acaban de dejar debajode la puerta - susurra.
Pequeñoángel, ellos te quieren muerta, están planeando hacer estallar el tren, ydespués asesinar a tu hermana, lo mejor es que huyas. No hay una guerra todofue planeado para matarte, escapa.
Soy una estúpida, no hay otra palabra que puedadescribirme, por eso Ralph estaba tan seguro que no iba a regresar, todo habíasido un plan, ellos querían que muriera, pero ¿Cómo diablos íbamos a escapar deahí?
Nadie ha logrado escapar de la comunidad, siempre los vigíaslos detienen, no hay como salir de ahí, somos prisioneros. Además si logramosescapar, ellos van a buscarnos y van a matarnos. No encuentro una salida aesto, porque mi cerebro no puede asimilar, que por asesinarme a mí, quieranmatar a más personas.
- Ethan - sale de la nada.
Sin esperar nada salgo de la casa, necesito explicarletodo esto, pero cuando llego a la puerta, alguien me detiene del brazo, al girarme quedo enfrente de Ethan,pero no es el único que esta ahí, también esta Lance y Derek.
- Es una trampa - digo demanera atropellada.
- Lo sé - su voz estranquila.
- Quieren matarnos y ¿tu tantranquilo? - le espeto.
- Debemos mantener la cabezafría - odio que suene tan indiferente.
- ¡Ethan! - elevo la voz - suplan es ase
- Tiene razón, - intervineLance - debes mantener la cabeza fría.
¿Cómo voy a mantener la cabeza fría, si la vida de mihermana esta en peligro? Pero no se los hago saber, me muerdo la lengua para nohablar.
- Tenemos un plan - comentaDerek.
- ¿Cuál es? - sale másagresivo de lo que deseo.
- Quemaremos la casa -responde Lance como si nada - diremos que murieron en el.
- El fuego no hace que loscuerpos se desintegren - me cruzo de brazos, y los miro de manera desafiante.
- Tenemos tres cuerpos -Ethan como siempre sereno y odio eso.
- ¿De donde los sacaron? -pregunto secamente.
- Eso es un secreto -interviene Derek.
No sé si dejarlo por la paz, pues no entiendo de dondediablos sacaron a los cuerpos, estoy indecisa y él parece notarlo.
- Del cementerio - parececulpable - son cuerpos recién enterrados, así que no pasara nada.
- Sophia - gruñe Ethan, alver que voy a replicar - enserio, no creo que les importe que los usemos paraescapar y salvar nuestras vidas.
- Cierto - corrobora Lance.
- Muy bien - acepto - perodijeron que son 3 cuerpos, ¿irás con nosotras?
- No, - su voz es baja -Lance escapara con ustedes.
- ¿Y tú? - el tono dedesesperación es inevitable.
- Yo me quedaré aquí a cuidarsus espaldas - sonríe de lado.
Sin evitarlo las lágrimas han salido, pues me iré sin él,aunque es mejor saber que esta bien, aunque no esté conmigo, a pesar de que eneste momento el corazón este hecho pedazos.
- Estaremos a fuera - anunciaLance.
Escucho la puerta cerrarse, así que sin más lo beso confuerza, con dolor; pues ambos sabemos que es el beso de despedida, que lo másprobable es que no nos volvamos a ver el resto de nuestras vidas, y enserio queduele.
Mis lágrimas se cuelan en el haciéndolo un tanto salado,se ríe mientras nuestros labios siguen hundidos y yo hago lo mismo, no es unarisa de felicidad, es melancólica, es triste y es mucho peor que el llanto,duele más, mucho más.
- Prométeme que serás feliz,- acaricia mi mejilla - que me olvidarás, que no seré nada para ti.
- ¡No! - exclamo - eres muchopara mí, ¿cómo olvido eso?
- Solo promete, que no meextrañaras, que serás muy feliz - me sonríe levemente.
- No puedo prometerlo -replico.
- Bueno solo promete que nolloraras por mi ausencia, y que intentaras no pensar en mí - toma mi rostro consuavidad - promete que me olvidarás.
- Con una condición, -susurro, me mira fijamente - que no te casaras con nadie a quien no ames, quevolverás a enamorarte y tú también serás feliz.
- Lo prometo - deja un besoen mi frente - te amo Soph.
- Te amo, Ethan.
Lo beso por última vez, antes de salir de la casa, endonde están Lance, Derek y mi hermana, en cuanto estoy fuera, entre los treshombres, meten los tres cuerpos, y en un instante veo esa enorme casaconsumirse por el fuego.
Esa noche con ayuda de Derek, salimos de la comunidad,solo con una mochila, y a mi hermana de la mano, dejando atrás tantas cosas,que no me atreví a mirar, pues estaba dejando mi corazón en aquel lugar, dejabaa Ethan Rumsfeld, al igual que a mis mejores amigos, pero todo valía la penapara salvar a Katherine.
Capitulo dedicado a:
Real_Me
ana_de_cullen22
Mis piernas duelen y estoy completamente sucia, conalgunos rasguños, el brazo izquierdo roto al caer por una zanja, y al evitarque Kat se hiciera daño, mi brazo termino fracturado. Eso hace dos días, Lancehizo un cabestrillo, para mantenerlo inmóvil, claro después de que lo acomodo,cosa que dolió un infierno.
Aun duele, pero no tenemos analgésicos, por lo que tengoque soportarlo, pero creo que el dolor ya se ha hecho algo común en los últimosdías. De hecho he perdido la noción de lo que llevamos caminando, no estoysegura podrían ser solo quince o veinte, aunque a mí me hayan parecido cientos.
- Ya no puedo - escucho elsusurro de Kat, que se ha dejado caer de rodillas.
- Aun somos presa fácil -repone Lance, sin detenerse.
- Ya estamos a cientos dekilómetros de la comunidad, descansar un poco no nos vendrá mal - digo con unhilo de voz, pues yo también estoy agotada.
Observa todo a nuestro alrededor, antes de gruñir ysentarse debajo de un árbol, mientras yo me acuesto en el suelo, no es cómodo,de hecho mi espalda no parece gustarle la idea, pero sinceramente no meinteresa. El tiempo que llevamos caminando, apenas si hemos dormido, puescaminamos hasta ya muy entrada la noche, y cuando Lance nos vuelve a levantarapenas esta amaneciendo.
- ¿Y a donde vamos? -pregunta Kat.
- Estamos en búsqueda de unpueblo de personas normales - responde con tranquilidad.
- ¿Personas normales? - mihermana parece temerosa.
- Pasaremos desapercibidos -asegura - solo no tienen que mostrar sus dones, señoritas.
- No lo haremos - respondopor ambas.
Cierro los ojos esperando que todo el dolor de mi cuerpodesaparezca, pero eso parece imposible, no sé cuanto tiempo llevamos, peroescucho a Lance ponerse de pie, por lo que yo hago lo mismo.
Otro día caminando, creo que han pasado un mes, en quesolo hemos caminado y mal comido, hemos bajado de peso, al que menos se le notaes a Lance; pues sigue igual de imponente de cuando escapamos de la comunidad,aunque está pálido y ojeroso. Los tres tenemos un aspecto horrible, yanecesitamos al menos poder dormir seis horas seguidas y tener aunque sea unabuena comida y una ducha decente, no solo sumergirnos en algún río queencontremos por el camino.
- Casas - la voz de Kat,apenas es audible, levanto la vista, y la veo señalar hacia abajo de la colinaen donde estamos.
- Por fin - susurra Lance.
No digo nada, pues tengo la boca tan seca, que mi lenguase pega a mi paladar y me cuesta trabajo, por lo que opto quedarme en silencio,caminamos en completo silencio, mis dos acompañantes no dejan de sonreír, puesal parecer hemos encontrado un nuevo hogar, aunque no sé como haremos para queesas personas nos vean bien, y nos tengan confianza.
Pero eso no parece importarle a mis compañeros, porque nodejan de sonreír, de hecho Kat retiene sus ganas de echar a correr, porque lemando una mala mirada, para que no lo haga, así que solo camina lentamente,aunque su sonrisa sigue en su rostro, al igual que Lance.
Poco a poco las casas van siendo de mayor tamaño, y si hede ser sincera no son mejor que las de la comunidad, pero al menos no hayvigilantes alrededor del pequeño pueblo. Hemos llegado a la calle principal, endonde hay gente vendiendo, otra cosa que la diferencia de mi antiguo hogar, losniños corren y ríen, cosa que también es diferente.
Las personas en ese lugar ni siquiera nos miran, estántan metidos en sus asuntos, que pasamos desapercibidos; el olor de pan reciénhecho inunda mi nariz, haciendo que mi estomago gruña, tengo demasiada hambre,y al ver el rostro de Kat a ella también le pasa lo mismo, pero no tenemosdinero para comprar y Lance se ha alejado bastante.
Así que tomo la mano de Kat y echo a correr hacia él,para no perderlo. Poco a poco las casas van siendo menores, nos estamosalejando del pueblo, y creo que piensa que nos adentremos al bosque, en donde las casas van siendo menores.
- Lance - llamo.
- Ya casi llegamos - es loque recibo por respuesta.
- ¿A dond
Sin dejarme terminar señala al frente, y veo una casa dedos pisos, no es muy grande, pero se ve bastante acogedora, no conocemos anadie y dudo que las personas de aquel lugar nos vayan a recibir con los brazosabiertos, pero él se ve tan seguro que no digo nada.
Cuando estamos a diez metros de aquella casa, me detengoy hago que Kat haga lo mismo, Lance ni siquiera lo nota. Toca la puerta sinmás, estoy alerta, por si tenemos que salir huyendo.
Escucho la puerta abrirse y de manera instintiva, mecoloque delante de mi hermana, sin embargo al ver aquel rostro ligeramentediferente, pues los años en ella también habían pasado, su cabello negro lolleva en una trenza.
- Pensé que no lo habíanlogrado - fija su vista en él, pero enseguida nos busco a nosotras - ¡Oh Dios!- exclama antes de correr hacia nosotras - están enormes.
Kat se encoge detrás de mí, pues seguramente no larecuerda, pues era muy pequeña cuando ella dejo la comunidad, han pasado seisaños de eso, y su rostro lo muestra, pues ya tiene algunas líneas de expresiónalrededor de los ojos.
- Rachel - por fin digo,después de al menos diez minutos en silencio, pero es todo, la boca la tengoseca, de hecho siento un nudo en la garganta que no me permite el habla.
Cuando la vi subir al tren seis años atrás pensé quejamás la volvería a ver, y sin embargo ahora la tengo frente a mí, con los ojoscristalinos, pero una sonrisa sincera y de alivio. Y no entiendo absolutamentenada de lo que esta pasando, mi cerebro no procesa que Lance nos haya llevadocon Rachel, y que ella no esta en la comunidad del sur, como se suponía era sudeber.
- Supongo que tendrás muchaspreguntas - me dice con tranquilidad.
No digo ni hago nada, pues mi cerebro parece habersedesconectado, no sé ni que pensar sobre esta situación, pero ella me pasa elbrazo por los hombros y me hace caminar, al igual que a Kat.
- Deben estar hambrientos ycansados - parece como si no nos hubiéramos dejado de ver seis años.
Al estar delante de ella, mi cerebro parecía no querertrabajar, se había quedado congelado, la lengua la tengo seca, que sé me pegacontra el paladar, además de que el nudo en la garganta me esta avisando queestoy a nada de ponerme a llorar, pero no puedo hacerlo, se supone que de lasdos yo soy la fuerte, la que debe mantenerse serena por el bien de Kat.
Entramos a la casa, que no es muy grande, pero estalimpia y tiene una calidez, que la casa de la comunidad, no tenía. Es extraño,pero me siento en casa, aunque ella no haya dicho que podamos quedarnos ahí.
Lance ya esta sentado en la pequeña mesa, que solo tienecuatro sillas, Kat observa todo a su alrededor con demasiada sorpresa, y Rachelme mira fijamente, no sé si enfrentar su mirada o seguir con la vista puesta enel suelo.
- No pensé que Ralph, seatreviera a elegirte como ángel - su voz es baja, pero escucho el tono deirritación.
- Sophia, tiene talentos queningún otro de la comunidad, llegaría a soñar tener - responde Lance.
- Tal vez, - acepta - peroeso no le da derecho, a querer deshacerse de ella, solo es una niña.
- Ya conoces el lema delalcalde - eleva los hombros - "si alguien es diferente, lo mejor es deshacer deél" y en este caso Sophia es la diferente.
- Sigo aquí - replico, al verque parecen olvidarse de que tanto Kat como yo, seguimos escuchando suconversación.
- Lo siento - se disculpaRachel, me sonríe - ¿Cómo te sientes?
- Estoy confundida - confieso- y aterrada.
- Es natural - dice Lance contranquilidad - si no lo estuvieras, entonces me preocuparía, pues tu vida y lade tu hermana siguen en riesgo.
- ¡Lance! - reprende - solotiene quince años, no puedes decirle ese tipo de cosas, tan de golpe.
- ¡Vamos, Rach! - suelta unsuspiro - Sophia, es lo suficiente inteligente y madura, para entender todoesto, además no podemos ocultarle, que a pesar de que hayan escapado de lacomunidad, aun siguen en peligro, porque los dos conocemos a Ralph, él no setragara tan fácil que murieron.
- Entonces, ¿en estosmomentos él nos esta buscando? - no estoy sorprendida, eso también lo temíadesde que huimos de la comunidad.
- Es lo más seguro, - Lanceparece tan sereno, que me molesta un poco - Ralph no tiene un pelo de tonto, elalcalde seguramente estará aliviado de haberse deshecho de ustedes, pero porsupuesto que nuestro querido jefe de seguridad, no pensará lo mismo.
No digo nada, pues sabía que esto de huir no iba a sertan sencillo, Ralph iba a querer encontrarnos, porque como Lance había dicho,no era ningún idiota, y era más que obvio que sospecharía de que habíamoshuido, pues un día antes de ir a la guerra, la casa se incendiaba, eso era unhecho que él no dejaría pasar, y sabía que si él se proponía encontrarnos, nose detendría hasta que él mismo enterrara nuestros cuerpos.
Rachel
Capitulo dedicado a:
Real_Me
Observoel pastel frente a mí, con dieciocho velas todas encendidas, mi hermana diceque es la felicidad brillante de que cumplo años, sin embargo yo no lo sientoasí, pues hace dos años es que dejamos la comunidad, dos años que no sé qué hapasado con mis amigos, ni con Ethan.
Dosaños en que a pesar de haber prometido que lo olvidaría es una mentira, puessigue en mi mente como siempre. Y bueno tener que estar cambiando de ciudadcada cuatro o cinco meses, tampoco hace que esos dos años hayan sido lo mejor,sin embargo aquí estoy, sentada frente a un pastel que Kat ha hechoespecialmente para mi cumpleaños, en donde Rach se ha esmerado en decorar elpequeño apartamento que rentamos.
Endonde Lance pellizca el pastel sin que Rach se dé cuenta, pero no soy feliz, apesar de que a los tres que tengo delante de mí con una sonrisa radiante son mifamilia, me falta algo, mejor dicho alguien y no evito pensar en que será de suvida, que es lo que habrá hecho, si aún me recuerda o él si cumplió su promesa y me ha olvidado.
- Pideun deseo y apaga las velas - me dice animada Kat.
Cierrolos ojos, y lo primero que aparece es su rostro, y lo cierto es que lo que másdeseo es volver a verlo, aunque solo sea un momento, saber que está bien no meimporta si me ha olvidado, solo quiero saber que está vivo; con ese deseo en lamente soplo con fuerza, haciendo que todas las velas se apaguen.
- ¿Quépediste? - pregunta mi hermana.
- Losdeseos no se cuentan o no se cumplen - interviene Rach.
Simplementesonrió ante el puchero que hace Kat, enserio ellos hacen que mi vida no sea tannegra, ellos le dan un poco de color a la obscuridad que me rodea, sino lostuviera seguramente o habría perdido la razón o habría muerto ya. Pero sigo enpie por esas tres personas que ahora comen pastel y hablan animadamente de sudía.
Todolo que viví en la comunidad, parece tan lejano, muchas veces tengo querecordarme que es real, que ninguno de nosotros es como los demás pobladores delas ciudades o pueblos a donde llegamos, que somos diferentes aunque ellos nolo noten.
Séque si ellos descubrieran que no somos como ellos, nos temerían porque así sonnuestra especie, ya que a pesar de que nos han hecho mejorías a nosotrosseguimos siendo seres humanos, y como tal nos da miedo lo desconocido, por loque preferimos terminar con lo que no entendemos, ese es nuestro mecanismo desupervivencia terminar con aquello que creemos que nos hará daño.
Yen este caso quien más daño podemos hacer, por ser diferentes a los fenómenossomos Kat y yo, porque nuestra mutación ha ido más allá de lo que considerannormal. Es por eso que Ralph nos quiere muertas, para mantener la tranquilidad,y si lo piensas con la cabeza fría, lo hace por el bien de la comunidad, por loque no puedo considerarlo un monstruo como antes.
Simplementeestá haciendo lo que él considera mejor para nuestra especie, y tal vez loapoyaría si no fuera mi vida y la de mi hermana la que está en riesgo.
- ¿Enqué piensas? - ante la voz de Rach salí de mis pensamientos.
- Nada- sonrió, para que crea que no le oculto nada.
- Hasestado muy extraña últimamente - repone con cierta molestia.
- ¿Enserio?- enarco una ceja - creo que tú eres la que ha tenido muchas presiones, y poreso crees que yo he actuado extraño, pero no es así.
- Dejaa Sophia, - intervino Lance - que al menos alguno de sus pensamientos seanprivados.
Loque obtuvo fue una mirada asesina, pero también me dejo, le sonreí comoagradecimiento y él me hizo una seña, por lo que me levante y salí deldepartamento, sabía que él no tardaría en seguirme y así fue cinco minutosdespués se colocó a mi lado.
- Debemosirnos - repone en cuanto comenzamos a caminar - Ralph, de nuevo ya nos encontró.
- ¿Cuántotiempo tenemos? - pregunto sin apartar la vista del camino.
- Mañanatenemos que salir - dice tranquilamente.
- ¿Porqué me lo dices hasta ahora? - le reprocho, mientras me cruzó de brazos ydetengo mi andar.
- Yaconoces a Rachel, - eleva los hombros - dijo que no teníamos que preocuparte,con tu cumpleaños tan cerca.
- Ypor hacerle caso, tenemos a Ralph casi encima - mi voz suena más elevada yronca - ¿Hasta cuándo dejarán de tratarme como a una niña?
Nohay respuesta, lo que me molesta más, pues eso quiere decir que jamás dejará deverme como una niña, que a pesar de todo lo que haga, para ellos siempre seréuna chiquilla a la que no le cuentan los problemas para que no se preocupe decosas que no puede solucionar.
- Mequiere a mí y a Kat, - le espeto - es por eso que tengo derecho a saber, si élestá cerca o no. Para saber cómo protegerme y proteger a mi hermana.
- Losé, - dice al fin - pero no podemos verte de otra forma, Rachel y yo te vimosdesde que eres una bebé, no nos pidas que te dejemos de ver como una niña. Ademásde que siempre seremos más de veinte años más grandes que tú, y lamentoinformarte que a pesar de que te desagrade tenemos mucha más experiencia entodo esto.
Abrola boca un par de veces, pero no sale nada pues es cierto, ellos en experienciame llevan demasiado, y me molesta que tenga razón y que no pueda contradecirlo,enserio eso me enoja, sin embargo no lo digo, solo me quedo callada y desvió lamirada, pues no deseo pelear, lo mejor es planear nuestra huida.
Respirovarias veces tratando de alejar mi malestar y poder hablar sin gritar, necesitotener la cabeza fría para pensar mejor, y para saber qué es lo que debemoshacer, y dar ideas a lo que ellos ya hayan decidido que haremos.
- ¡Abajo!- y antes de que lo haga, Lance me ha obligado a hacerlo.
Yen menos de dos segundos escucho una explosión, que por el escombro que hallegado a nosotros no está a más de cien metros, y ante eso siento como lasangre abandona mi rostro, pues sé lo que eso significa, la tranquilidad quehabíamos tenido durante dos años, al parecer ha terminado hoy. Otra explosiónque es más fuerte. Guia y trucos de Tiktok
- ¡Lance!- mi voz suena más aguda de lo normal - ellos
- Sí- es lo que recibo por respuesta - ellos ya están aquí.
Losabía, pero que él me lo diga hace que el miedo crezca de manera considerable,sé que es momento de salir lo más rápido de esté lugar, ambos lo sabemos aligual que es muy poco probable que salgamos los cuatro con vida.
- Sophia- su voz ronca, hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo - vas a ir porKatherine, tomaras la mochila que te de Rachel y saldrán corriendo sin miraratrás.
- Pero
- Nadade peros Sophia, - me reprocha - querías que te tratara como adulta, entoncesactúa como una - ante aquello me muerdo la lengua para no decir nada - al próximopoblado que llegues, no vas a quedarte más de una semana, solo compren loindispensable y sal lo más rápido que te sea posible; y en el camino nodescansen mucho, Ralph para ese entonces ya estará seguro que ustedes nomurieron.
Esel adiós los dos lo sabemos pero no hay tiempo para una despedida adecuada, porlo que sin que él diga una palabra más me levanto de un brinco y hago lo que séhacer mejor y es correr, en menos de lo que imagino, ya estoy frente aledificio y Rachel y Kat ya me esperan afuera, la primera me da la mochila queme cuelgo al hombro y ella sale corriendo hacia donde esta Lance.
- Soph
- Nohay tiempo - digo, y le tomo la mano antes de echar a correr.
Nollevamos mucho cuando disparos se escuchan, ellos han muerto lo sé y cuandoescucho el sollozo de Kat, entiendo que ella también lo sabe. Pero no haymomento para lágrimas si no salimos nosotras rápido de aquel lugar, seremos lassiguientes muertas del lugar.
Yno voy a dejar que el sacrificio de ellos sea en vano, no voy a dejar que Ralphnos encuentre, voy a mantener a Kat a salvo aunque me cueste la vida, no dejaréque la toque, no mientras yo pueda defenderla.
Lamento haber tardo tanto en actualizar, pero la compu en donde tengo los capitulos se descompuso el cargador y bueno aun no he podido llevarlo a componer, ya que apenas si tengo tiempo, pero ya tratare de que el proximo no me tarde tanto
Capitulo dedicado a:
PaulaMakesSmile
ana_de_cullen22
Real_me
Nonos hemos alejado demasiado, él sigue demasiado cerca, a pesar de que hemos dejadola ciudad hace varios días, Ralph sigue pisándonos los talones; aun en lasnoches escucho explosiones, es por lo cual apenas hemos dormido, porque siempreque escucho algo, me levanto de un brinco y hago que Kat se levante.
Enocasiones creo que es simplemente paranoia mía, que las explosiones son partede mi imaginación, pero conozco a Ralph y sé que ahora más que nunca nos quiereencontrar, porque ahora ya tiene la certeza de que seguimos con vida, ya no esuna simple sospecha, él está consciente que el peligro está vivo. Y no va adescansar hasta vernos muertas, es por eso que sé que las explosiones no soncreadas por mi mente, él sigue nuestros pasos y si no pienso en algo, va aterminar encontrándonos en poco tiempo.
Yes por eso que ahora estoy despierta, que no puedo dormir, porque no tengo ideaalguna de que hacer, sencillamente nada viene a mi mente. Y eso me frustra,porque no puedo mantener a salvo a la persona más importante en mi vida,aquella chiquilla de trece años que en estos momentos duerme, sin darse cuentaque su hermana mayor muere de nervios y de angustia, de pensar que ellos puedanencontrarlas en cualquier momento.
Ysé que daría mi vida sin pensarlo, si ellos llegarán a parecer en este momento,pero también sé que si yo llego a morir, la atraparían enseguida. Es una niña ycreo que no la he dejado ser independiente, siempre tratando de defenderla detodo, y ahora me doy cuenta que hice un daño en vez de un beneficio, pues yo asu edad podría haber huido sin necesidad de nadie.
Dehecho en estos momentos me doy cuenta que sin Kat, los habría dejado atrás,pero ella no resiste el hambre y el cansancio, no puede dejar de dormir un día,necesita al menos dos horas de sueño para al menos caminar a mi paso, pero sicorro ella se queda atrás, por lo que solo hemos caminado, haciendo que nuestrorecorrido sea bastante lento.
Escuchouna rama romperse, he agudizo mis sentidos lo más que he podido, pues cualquiercosa que denote peligro como aquello, hace que salga huyendo, pero al pareceresta vez lo he escuchado más tarde, porque es demasiado cerca, me pongo de piey observo todo a mi alrededor, esperando que solo haya sido algún animal, perofue demasiado fuerte para ser un animal, al menos uno pequeño no fue.
Yno sé si me gustaría encontrarme con algún animal grande, pero creo que todo esmejor que encontrarme cara a cara con Ralph. Otro ruido, bueno de hecho fuerondos juntos, por lo que mi corazón a comenzado a latir mucho más rápido, puesson dos o tal vez son más, no puedo estar segura; lo único que sé es quealguien nos está vigilando.
Sinhacer ruido me coloco al frente de donde duerme Kat, tengo miedo dedespertarla, porque ella no será silenciosa y mucho menos precavida, por lo queme debato entre despertarla o dejar que siga durmiendo, ya que tal vez aldespertarla haga que se decidan a atacarnos.
Antesde que decida, a dos metros veo como poco a poco se acerca alguien, desde esadistancia sé que es mucho más alto que yo, y bueno tampoco soy lo más alto deeste mundo, pero por su complexión sé que es un hombre. No aparto la vista deél, espero el momento adecuado para atacar.
Cuandopor fin queda bajo el rayo de luz que nos brinda la luna, me quedo congelada,pues ese rostro lo he soñado varias noches, claro que está mucho más cansado yademás tiene varias cicatrices que lo deforman, aquel rostro que antes mostrabaalegría, esta vez solo muestra odio.
Meda un vuelco el corazón, pues aquellos cálidos ojos ahora se muestran fríos ypresiento que aquel chico que conocí ya no existe, pateo suavemente las piernasde Kat, necesito que se levante y esta vez corra lo más rápido que sus piernasse lo permitan. Ya que a pesar de conocer a quien tengo enfrente sé que él nova a tener piedad, que nos va a matar sin pensarlo.
Laescucho gruñir, no a parto la mirada del enemigo, ya que ahora no puedollamarlo amigo, él ha dejado de serlo, ahora nosotras somos lo que deseaeliminar.
- Levántate- mi voz sale ronca y baja, la veo ponerse de pie a regañadientes, no ha notadoa nuestro acompañante - ¡Corre!
- ¡¿Qué?!- pregunta un tanto adormilada.
- ¡Quécorras! - le ordeno.
Memira sin entender, mi mirada es fría lo sé y ella jamás la ha visto así, estásorprendida, pero al parecer entiende que no es momento de preguntas, que debehacer lo que le digo, y sin decir una palabra corre hacia el lado opuesto endonde esta nuestra visita.
- Comosiempre tan predecible, Sophia - escucho cierta burla en su voz - igual decursi, pensé que el tiempo te lo quitaría.
- Alparecer mis principios son mucho más fuertes que los tuyos - es mi simplerespuesta.
- ¿Principios?- suelta una carcajada que da miedo, pero no se lo demuestro - ¡Ay Sophia! -sus ojos se ensombrecen - ya todos hemos perdido lo que nos hacía tenerprincipios, solo tenemos el instinto de vivir, ya no interesa para que, solo elmantener nuestras vidas aunque no valgan para nada.
- ¿Paraqué vivir una vida vacía, Derek? - pregunto con suavidad.
- Esuna buena pregunta - sonríe de lado - a la cual no tengo respuesta, solo sé quecuando pierdes todo, y solo te queda la vida al principio parece que lo mejores morir, pero poco a poco dejas de hacerlo y te aferras a vivir, después detodo es lo único que te queda, no puedes dejar que eso también se te vaya delas manos.
Norespondo, simplemente lo miro sin poder creer que ese chico sea el mismo que yodeje dos años atrás, aquel que siempre me decía que todo estaba bien, elrisueño del grupo, no podía ser aquel que ahora me hablaba de esa forma tanfría, me rehusaba a creerlo.
- Latengo - ante aquella voz, mi corazón ya tranquilo, regreso con los latidosrápidos, después de todo, aquella voz no había dejado mis sueños un día.
Sinpensar que le estaba dando la espalda a alguien que era mi enemigo, me girepara encontrarme con él, aquel que a pesar de que tenía una herida reciente enla frente que aún le sangraba, no evite verlo mucho más guapo que dos añosatrás. Aunque todo aquel encanto se fue, cuando vi que llevaba como costal depapas a mi hermana inconsciente.
- ¿Quédiablos le hiciste? - mi voz sale más aguda de lo que debería, haciendo queparezca un chillido.
- Ellame hizo lo de la frente, - dice con soltura - además se estaba poniendo muy difícilpara traerla, solo hice más sencillo mi trabajo.
Estoydispuesta a golpearlo, después de todo aquel no es Ethan, ya ninguno de los doslos conozco han dejado de ser las personas que yo consideraba mis amigos, peroantes de que dé un paso siento un golpe entre mi cuello y mi espalda, y apenassi es perceptible, pero siento como mis piernas pierden fuerza y todo se vuelvenegro. De nuevo Ethan y Kat han sido mi debilidad y aquí están lasconsecuencias de ello, estoy cayendo en la inconsciencia, y ahora sí no habrá nadieque me ayude.
Capitulo dedicado a:
Real_Me
ana_de_cullen22
Eldolor de cabeza va en aumento, creo que es lo que me lleva a la conciencia,siento que me va a estallar, abro los ojos, pero enseguida los vuelvo a cerrar,ya que el dolor es peor, pero necesito saber en dónde diablos estoy, por lo queaprieto los dientes para no dejar escapar ningún sonido.
Cuandomis ojos se acostumbran a la penumbra, no hay muchas cosas que ver, solo sé queestamos en una cueva por la humedad y el olor que a tierra mojada que desprendeel lugar. Hago un recuento rápido de lo que paso, pero nada me viene. Solo séque estuve inconsciente, pero no sé necesita ser un experto para saber eso, porlo que no tengo nada.
- Labella durmiente, por fin ha despertado - esa voz la conozco a la perfección, ymás por el toque de burla que hay en ella.
Yentonces, por fin mis recuerdos vienen y sin importarme que ahora ellos son misenemigos y el dolor horrible de cabeza, me pongo de pie de un brinco y loencaro, aunque mi visión es mala, noalcanzo a ver sus ojos, solo veo su sombra.
- ¿Dóndeestá Kat? - sale entre gruñido y quejido.
- Creoque debes descansar más - dice con tranquilidad, veo como mueve su mano, y demanera inconsciente bloqueo su mano y la tuerzo haciendo que se hinque y suelteun gruñido - ¡suéltame!
- ¿Dóndeestá mi hermana? - pregunto de nuevo.
Loescucho gruñir, pero no hay respuesta por lo que tuerzo más su brazo, para queobtenga una respuesta, esta vez se queja. Creo que eso es lo que ha llamado laatención del resto, pues mis manos ahora están en mi espalda, sostenidas no condemasiada fuerza, solo la necesaria para mantenerme inmóvil.
- ¿Unachica Ethan? - esa voz no es conocida para mí - enserio, te gano una chica.
Odioque me menosprecien, solo por ser una chica, por lo que me inclino haciaadelante lo que lo toma desprevenido, haciendo que me suelte, lo que sirve paraque use mis manos como sostén, mientras mis pies golpean con fuerza en suabdomen, esto ocasiona que se doble pues le he sacado el aire y así es mássencillo tirarlo, lo que logro enseguida. Él sigue quejándose en el suelo, megiró hacia Ethan, no lo he olvidado.
- ¿Dóndeestá
- Sophia- esa voz es de Kat, pero eso es lo de menos, sino que siento sus brazosalrededor de mi cintura - ellos son nuestros amigos.
- ¡¿Qué?!- mi voz sale más alto de lo que deseo - ellos nos secuestraron, Katherine, ¿cómovan a ser nuestros amigos?
- Sino lo fuéramos, ya las habríamos atacado - esa voz es del mismo hombre que medetuvo, solo que esta vez esta jadeante.
Nosé si tiene lógica o no, pero desde hace dos años vivo en completadesconfianza, no confió en nada ni nadie, todo aquello que se mueve y nopertenece a lo que he intentado proteger todo este tiempo no es bueno ni realpara mí, es la mejor forma que he encontrado para mantenernos a salvo, noconfiar es la enseñanza que Lance me ha dejado.
- Séque es complicado confiar - lo poco que veo de Ethan es que parece sobarse elbrazo, pero no estoy segura, si fuera Kat podría verlo con claridad, porque esoes lo que ella hace ver en la obscuridad perfectamente - pero no te queda deotra, si sales de aquí, Ralph no tardará en encontrarlas y dudo que desees quetu hermana pase por lo que hemos pasado nosotros.
- Hayaafuera no hay nada, - esa voz es de Derek - más que la muerte para las dos.
- Debesconfiar - me susurra Kat.
Pasomi mano por el cabello de mi hermana, no estoy segura de nada, pero creo que esmejor quedarme en ese lugar, hasta que mi cabeza este lo suficientementedespejada para pensar cual sería mi siguiente paso.
- ¿Yadespertó? - esa voz es de mujer, y la conozco pero no sé si emocionarme opreocuparme más - la comida ya está lista.
- Yavamos - responde Ethan.
- Notarden - es lo último que dice, escucho los pasos alejarse.
Katse separa de mí y camina hacia donde vino la voz de Megan, el hombre que alparecer ya ha regresado su respiración a la normalidad también sale del lugar,y yo intento hacer lo mismo, pero su mano me detiene.
- Soph- dice con suavidad, y me abraza con fuerza - pensé que habían muerto.
- Paramantener a Kat con vida, necesito yo estarlo, por lo que no será tan sencilloasesinarme - no respondo a su abrazo.
Nome dice nada, simplemente sigue abrazándome y mi corazón late con rapidez, ysiento miles de mariposas en el estómago, pero no sé cómo reaccionar tengotantas emociones, que no sé si llorar o ponerme a reír, o golpearlo por habermedado un susto así. Mis brazos parecen no importarle la lucha de mi cerebro porsaber cómo reaccionar, porque se elevan como si tuvieran vida propia y seenredan en su cuello.
Ylas lágrimas se hacen presentes, me siento débil ante él, se supondría que yono debería sentir nada por él, y sin embargo aquí estoy abrazada a Ethan,llorando como una niña, por las noches que he soñado con él, por los días quehe sentido que el mundo se me viene encima porque no está.
Todasesas noches de insomnio en este momento se me hacen tan lejanas, pero a la vezson más dolorosas. Mi vida ha dado un giro pues ahora ya no cuento con Lance yRachel, ante el recuerdo de ellos, mis lágrimas salen con más fuerza y meabrazo con más fuerza a lo único que en este momento siento que es mi barca, loque me mantendrá a flote.
- Todoestá bien - surra - yo estoy aquí.
Norespondo la voz no sale, porque las lágrimas es lo único que mi cuerpo deseadejar salir, y creo que él lo entiende, pues sencillamente deja que llore sobresu hombro, mientras acaricia mi cabello y dice una y otra vez que todo estábien, porque él está ahí. Y aunque parezca absurdo, esas simples palabras,hacen que aparezca el alivio.
Eltiempo estando a su lado se detiene, no tengo idea de cuánto ha pasado desdeque he comenzado a llorar, las lágrimas han dejado de salir, pero aun así no meseparo de él. Lo he extrañado tanto que temo que si me separo de él, se esfumecomo humo; suena absurdo pero eso es lo que temo, que en cuanto lo suelte sedesvanezca como en la mayoría de mis sueños.
Éltampoco hace intento de separarse de mí, sé que ambos nos extrañamos, lo hesentido en su abrazo, en sus manos acariciando mi cabello. A pesar de escucharpasos, no nos separamos es como si lo demás no importara, solo nosotros.
- Déjalos- escucho - tienen mucho que hablar.
- Pero¿y la comida? - esa voz es de Megan.
- Yatendrán tiempo para eso - responde Derek - démosle privacidad.
Ahoralos pasos se alejan, así que sé que nos han dejado solos, pero lo cierto es queno sé cómo actuar, no sé qué decir, son dos años que no he sabido nada de él, yahora lo tengo frente a mí, me está abrazando y no salen las palabras,sencillamente quiero quedarme así.
- ¿Cumplistetu promesa? - susurra.
Meseparo de él, y lo miro sin entender, ¿de qué promesa me habla? No recuerdoninguna, y él lo ve en mi mirada, porque me acaricia la mejilla y poco a pocose acerca a mí, sé lo que quiere hacer y puedo alejarme, pero a pesar de queson dos años de que hemos estado lejos, mis sentimientos siguen siendo losmismos, sigo amándolo, por lo que al sentir su nariz pegar con la mía,sencillamente cierro los ojos, sus labios se unen a los míos, no es como la últimavez esta vez es mucho más suave y a la vez hay más sentimientos mezclados, peroprincipalmente está el alivio.
- Debistehaberme olvidado - su frente y la mía están unidas.
- Solohan pasado dos años, - digo aun con los ojos cerrados, y aun disfrutando de lasensación - debiste darme al menos cinco.
Sueltauna carcajada, que tranquiliza a mi alma, porque él está ahí sin importar loque haya pasado antes, estamos juntos y el tiempo no importo, los sentimientossiguen intactos, él me ama y yo lo amo, aunque ninguno de los dos haya dichouna palabra.
- Elamor solo complica las cosas - dice sin miramientos, haciendo que mi burbuja sehaga pedazos.
- ¿Y?- me separo de él, no sé si de nuevo llorar o esta vez sí golpearlo.
- Amartees lo que más ha complicado mi vida, - no se mueve, estoy a punto de soltarleun puñetazo - pero también ha sido lo que me ha dado la fuerza para luchar, nosolo por ti, sino también por mí, porque si yo muero ¿quién va a protegerte?
Estavez soy yo quien lo besa, no he tenido demasiada práctica en ese ámbito delamor, pero eso que me ha dicho a derrumbado por completo mis barreras, de nuevocomprendo porque me he enamorado de él, que sencillamente Ethan Rumsfeld habíanacido para mí. Tal vez es tonto, pero en ese momento supe que mi vida sería asu lado, ¿cómo? No lo sabía, pero sí sabía que a donde yo fuera él me seguiría,o si él cambiaba de rumbo, entonces yo lo seguiría, porque simplemente nos pertenecíamos.
Capitulo dedicado a:
Real_Me
PaulaMakesSmile
ana_de_cullen22
Mivista recorre a las personas que están sentadas, platican entre ellas, como sifuera una reunión de amigos, observo a Kat que habla animadamente con Megan mimejor amiga no deja de sonreír y de tocar su vientre, aquel que apenas se veabultado. No puedo creer que a pesar de que eso es un infierno, no solo paramí, sino para todos los que estamos en esto aquella cueva, pero Megan hadecidido traer otro ser como nosotros a ese mundo.
- ¿Quiénes el padre? - aquello sale apenas siendo consciente.
Lamirada antes llena de felicidad, se ha ensombrecido, eso me hace ver que hecometido un error al preguntar, pero ya lo he hecho no puedo regresar eltiempo, aunque lo deseará con todas las fuerzas.
- Lacomunidad fue destruida, - responde Derek - muy pocos fuimos los que logramossalir de ahí.
Esono responde nada, pero prefiero mantener la boca cerrada, creo que ya he hechosuficiente daño con lo que he dicho, pero como siempre Ethan vio la confusiónen mi rostro.
- Meganse casó hace menos de ocho meses, ¿recuerdas a Richard? - me vino a la imagenun chico de cabello negro y ojos aceitunados, así que asentí - bueno ellos dosse casaron, antes de que todo se fuera a la basura. Derek y yo sabíamos que notardaba en que Ralph, se echara encima de enemigos a los humanos; - soltó unsuspiro - tres meses después de su boda, la guerra comenzó, al principiologramos mantenerlos en los límites, no permitiéndoles que llegarán a laciudad.
< - Sinembargo para Ralph, lo que menos le importaba era la guerra - intervino Derek -él a quien realmente quería, mejor dicho sigue queriendo, son ustedes - nosseñala a Kat y a mí - de hecho ustedes son las causantes de la guerra. - Esono es así - replica Megan. - ¿Ustedesson las hermanas Mendler? - por primera vez, observo al chico de cabello rubiobastante corto, piel ligeramente bronceada y ojos azules. Nolo reconozco de la comunidad, y no es que sea muy grande donde habíamos vivido,todos se conocen entre sí, pero la verdad es que ese rostro no me es familiar ybueno si fuera de la comunidad, él sabría perfectamente que soy Sophia Mendler,después de todo un ángel era una noticia. - Roger-la voz de Ethan suena un poco amenazante - ¿no creerás todo lo que se han dichode ellas? - No- dice con tranquilidad - pero lo cierto es, que tienes más fuerza de la quehan mencionado. - Gracias- aunque no sé si es un halago. - Esde la comunidad del norte - me susurra Ethan. - Ralphha hecho que todas las comunidades estén al pendiente de ti, - comenta Rogercon indiferencia - es por eso que muchos decidieron atacar a la central, puesles tienen miedo a las mejoras, y bueno tú y tu hermana lo son, y creen quepueden acabar con toda la dictadura que tienen. - ¿Quépaso con la comunidad? - observo a Derek. - Yano hay nada - su voz es ronca - mi familia, la familia de Megan, la de Ethan - Lamía si siguió los ideales de Ralph, - repone Ethan - solo que yo no lo hice, ycreyó que eso me daría una lección - su sonrisa me congela la sangre - peronunca supo que mi verdadera familia, estaba muy lejos de ese lugar - toma mimano - ahora están aquí. Esuna mentira, a pesar de todo, él amaba a su familia, pero no quise mencionarlosolo apreté su mano, haciéndole sentir que ahí estaría para él. Veo que Katcomienza a cabecear, para ella está plática no tiene ningún interés, siguesiendo una niña y eso me alegra pues su mundo aún no ha sido manchado, como elnuestro. - Ven,Kat - dice Megan dulcemente - es mejor que tú y yo vayamos a dormir. Mihermana no se queja, simplemente se deja llevar por Megan, las veo desaparecerpor un hoyo, porque no puedo llamarle puerta, aunque al parecer han tratado dehacer que ese lugar se sienta acogedor. - ¿Cuántotiempo llevan escondiéndose aquí? - pregunto con suavidad. - Másde tres meses - responde Roger. - Estéha sido nuestro refugio desde que escapamos - completa Derek. - ¿Porqué no han cambiado de lugar? - eso suena absurdo, en cualquier momento puedenencontrarlos. - Meganno está en condiciones de andar corriendo y escondiéndose, - es la secarespuesta de Derek - y no podemos dejarla, después de todo ahora ella y esebebé es mi familia, junto con ellos - señala a Roger y a Ethan. - Esoes cierto - es la voz de Roger - somos una nueva familia, y si quierespertenecer a ella, debes cuidar de cada uno de los integrantes - Ethan mantienela vista fija en el suelo. - Yono puedo quedarme aquí - digo con suavidad. - ¿Porqué no? - Ethan es quien replica. - Porqueentre más seamos, mayor es el riesgo de que nos encuentren - mi voz es bastantetranquila - además si Kat y yo nos quedamos, no tardaran en encontrarnos, ybueno Megan necesita la mayor protección que se pueda. - ¿Yno has pensado, que unidos podemos darle mayor protección a Megan y aKatherine? - la voz de Roger es bastante serena - ¿eso no te lo enseñaron? - Esoes cierto, - Derek sigue con su mirada fría - y además, siempre han pertenecidoa esta familia - aquello es sincero. - Estandojuntos, somos más fuertes que separados - aquellos ojos grises, son miperdición, al igual que los azules de Kat. - Seremospresa fácil - susurro - pero supongo, que seremos una presa fácil con másfuerza de lo que ellos imaginan. Ethanme sonríe, y yo no puedo más que creer que es la mejor decisión que he tomadoen los últimos días. - Esmejor que vayas a dormir - comenta Derek con indiferencia. Nome opongo, solo dejo que Ethan me guie hacia el lugar donde debo dormir, encuanto damos vuelta, veo que solo consiste en dos literas, en una observo aMegan y a Kat que duermen plácidamente, mi acompañante me guía a la que estáfrente a la de ellas y me hace acostarme en la que está en la parte de abajo. - Tendremosque compartir cama - dice con suavidad. Soloasiento, y me acuesto dándole la espalda, hace mucho que no duermo en algo tancómodo que casi enseguida me quedo dormida, solo esperando que todo mejoremañana o sino mejora que al menos siga como hoy. Roger Lamento la tardanza, se que no hay excusa que valga, pero espero que les guste el capitulo. Capitulo dedicado a: Real_Me ana_de_cullen22 No sé cuánto tiempo ha pasado, la cueva para estosmomentos ya me es tan familiar, a pesar de que solo vaya a dormir, pues lamayoría del tiempo me la paso afuera consiguiendo alimento, las únicas queestán en la cueva son Kat y Megan ya que esta última no tarda en dar a luz,está en días de que llegue un nuevo miembro, y eso en cierta forma me da miedo,pues si de por si somos vulnerables sin un bebé, cuando llegué seremos eldoble. Pero intento no preocuparme tanto por eso, porque pensaren ese punto, hace que mi angustia crezca, porque a pesar de que intente formarparte de su familia, lo cierto es que para mí lo principal sigue siendo elbienestar de Kat y me siento culpable, porque ellos han hecho todo lo posiblepara que ambas nos sintamos como en casa, pero no puedo sacarme de la mente,que mi prioridad es mi hermanita. - Esa mirada, demuestraculpabilidad - susurra alguien a mi espalda, no respondo, ni siquiera lo miró -Ethan, estará decepcionado si decides dejarnos. - ¿Por qué piensas que losquiero abandonar? - sigo sin mirarlo. - Conozco esa mirada, Sophia- dice como si nada - muchos de los que creía mis amigos, la tuvieron antes deabandonar al grupo. - odio que en tan poco tiempo sepa lo que pienso - Solo unacosa - se detiene frente a mí, aunque no me mira - todos terminaron muertos, ysi yo no los hubiera encontrado, seguramente estaría muerto. - Pronto lo estaremos - salede manera natural - lo sabes, Ethan también, Derek igual - mi voz se mantienetranquila - creo que las únicas que no lo saben es Megan y Kat. No responde, pero sé que todos sabemos que solo escuestión de tiempo para que estemos muertos, pues no solo Ralph nos busca,también los humanos están tras nosotros, por lo que no tardaremos en morir, nohay un lugar en donde podamos estar seguros. - En ocasiones vivir en unapequeña burbuja, - comenta después de unos minutos en completo silencio - sueleayudar a no perder la esperanza, y no perderla te da fuerza para luchar - porprimera vez en todo ese rato, clava su mirada en mí - y eso es lo que te falta,tener un poco de fe en que todo mejorará. - Estamos en tiempo de guerra- no aparto la mirada - la esperanza y la fe, no pueden estar en nuestrosvocabularios, lo único que debe haber es el deseo de sobrevivir, es lo únicoque sirve en esto. - ¡Cierto! - concuerda y sonríe- pero sin fe y esperanza, no tardaras en llegar a ser una más de los cadáveres- se inclina, haciendo que nuestras narices se rocen - y sería un desperdicioque murieras tan pronto, sin haber demostrado tu verdadero potencial. Puedo contar las pecas que tiene en su nariz y mejillas,no tiene muchas, pero son la primera vez que le pongo atención a eso, al igualque el hecho que tiene pequeñas cicatrices en todo el rostro, que parecen sercomo arañazos, solo hay una bastante grande que esta desde la mitad de sucuello y va por detrás de su oreja, impidiendo que vea en donde realmentetermina. Cualquiera que nos viera, seguramente pensaría queestamos a punto de besarnos, pero lo cierto es que ni yo le gusto, ni él a mí,simplemente intenta intimidarme, pero la verdad es que de todos los de lacueva, él único que lo logra es sin duda Ethan, siempre ha tenido eltemperamento más fuerte que he conocido. - No moriré, - le aseguro -no mientras Kat necesite de mí, pueden destrozar cada parte de mi cuerpo, peromientras ella me necesite, yo seguiré poniéndome de pie, para defenderla. - Suenas como toda unaheroína, - su sonrisa me molesta, pues se está burlando - pero sin personas quete cuiden la espalda no vas a llegar lejos, y menos con tu carácter egocéntrico. - ¿Me estás diciendo quecuidarías mi espalda? - elevo una ceja. - Eres importante para Megan,Kat, Ethan y Derek- responde con naturalidad - y aunque yo no te soporte,cuidaré tu espalda porque ellos son importantes para mí. De pronto el ambiente se ha vuelto más silencioso,observo a mi alrededor, pero no veo nada fuera de lo normal, Roger supongo queespera una respuesta, sin embargo algo hay en ese lugar que no me deja estartranquila, y de pronto en la rama de una árbol como a unos 10 metros denosotros, veo salir una flecha. - ¡Abajo! - grito antes deobligarlo agacharse. En segundos de donde vino la primera, comienzan a salirdecenas de ellas, no sé cómo pudo ser que haya perdido la concentración de loque me rodea, sin poder evitar esto que parece una emboscada. - ¡Maldición! - escuchogruñir a Roger. - ¿Qué pasa? - pregunto,intentando enfocar mi vista en él, pero es un poco complicado estando bocaabajo. - Me han dado - veo queseñala algo, pero no veo. - ¿Qué tan grave es? - alparecer ha acabado el ataque con flechas. - Creo que solo fue un roce -aunque aprieta los dientes. - ¿Puedes ir pecho tierra? -giró ligeramente la cabeza. Lo veo asentir, por lo que comienzo arrastrarme, paratratar que la hierba nos oculte, pero espero que no haya más quien intenteatacarnos, pues no tengo gran cosa con que defenderme y supongo que Rogertampoco, por lo que tenemos que lograr escondernos, porque tampoco podemos ir ala cueva, sería una imprudencia. No hemos recorrido gran camino, cuando escucho un grito,es una mujer de eso estoy segura, pero no parece ser ni de Kat ni de Megan,ante el grito deje de moverme y Roger tuvo que hacer lo mismo. No sabía siseguir o mejor esperar ahí, un rato, esperando que todo terminara o ir haciadónde provenía él grito. Observe a mí alrededor como unas veinte vece, antes deponerme boca arriba y revisar las copas de los árboles, al parecer no hay nadaque temer, por lo que me pongo en cuclillas y me giró hacia mi acompañante queen ese momento es cuando veo que de su brazo izquierdo sale bastante sangre. - Dijiste que solo era unrosón - le reprocho, mientras de su propia camisa arranco un poco de tela, paraintentar controlar el sangrado. - No es nada - aunque me dejacontinuar con mi trabajo. No lo contradigo, simplemente le hago un nudo con la telapor arriba de la herida que parece ser profunda, aunque no es muy grande, creoque eso es un consuelo, no tardo mucho, y parece que funciona. Sonrióagradecida de que haya servido, lo hago recostarse, pues creo que la pérdida desangre si lo ha debilitado; de la botella de agua que suelo cargar, antes dedarle un sorbo se la ofrezco a él. - En realidad si eres un ángel- susurra, mientras me quita lo botella. - ¿Por ofrecerte agua? -arrugo la nariz, sin entender que quiso decir con eso. - Aunque te hagas la que solose preocupa por su hermana y por ella, - sonríe de manera arrogante - lo ciertoes que, eres noble y te preocupas por todo aquel que te necesite. - Algo malo de los Mendler -elevo los hombros. - Es una virtud, Sophia - suvoz se ha vuelto más seria - no lo olvides. No respondo, simplemente acepto la botella y doy un largosorbo, pues estoy más sedienta de lo que pensaba, pero resisto a beberla toda,pues no tengo idea de cuánto tiempo estaremos ahí, y no recuerdo haber vistoalgún río cerca, por lo que debo mantener agua para más al rato. Aunque creoque es una estupidez que nos quedemos ahí, lo más conveniente es ir a la cuevay movernos de ahí. Dejo que descanse unos treinta minutos, antes deacercarme a él y notar que tiene los ojos cerrados, aunque sé que no duermepues su respiración no ha disminuido, sigue con la misma intensidad de siempre. - ¿Listo para continuar? -pregunto. - Muero de hambre - es lo querecibo por respuesta, y de un brinco se pone de pie. - Muy bien - lo imito. Él se coloca delante de mí, y yo no hago la menorintención de quitar su liderazgo, lo dejo que me guíe. El camino hacia la cuevaes bastante largo, además de que cada dos minutos, nos detenemos paraasegurarnos de que nadie nos sigue, y sin hacer esas paradas es un camino deunos cuarenta minutos, ahora llevamos los cuarenta minutos y la cueva no sé vemuy cerca. Sin embargo, cuando nos faltan unos 800 metros, observohuellas que no puede ser de ninguno, pues siempre las borramos, ante aquellosiento un escalofrío recorrerme toda la columna. Mis pierna tiemblan y micerebro pide que eche a correr. Pero antes de que lo haga, Roger coloca su brazo delantede mí, impidiéndome el paso, y ante su mirada entiendo que lo mejor es mantenerla calma y continuar con la discreción y si hay alguien no anticipar nuestrallegada. Aunque cuando pude divisar la cueva y noto manchas desangre, mi cerebro dejo de pensar y solo hice caso a mis impulsos, antes de queRoger pudiera detenerme ya había echado a correr, llegando en segundos a laentrada de la cueva, en donde todo estaba destrozado y había un par de hombresmuertos, pero ninguno era de los que yo conocía. No me detuve, corrí hacia la habitación, lo que fue unerror, pues en ese lugar si estaban mis heridos y eso no era lo peor, sino queahí estaba ese asqueroso ser que había hecho mi vida un infierno, al igual que detodas las personas que quería. Ralphestaba sentado sobre la cama, a sus pies estaba el cuerpo de Derek que sinningún miramiento pateo. La rabia me cegó, sin pensarlo me lancé contra él, perofue una estupidez ya que antes de llegar a él, alguien me retuvo de los brazos,y ese asqueroso se levantó con una tranquilidad que daban ganas deestrangularlo, camino con una lentitud hacía mí, que hacía que mi sangrehirviera y a pesar de mis esfuerzos de liberarme era imposible. - Hola, Sophia - saludo comosi fuéramos viejos amigos - tanto tiempo sin vernos, - sus ojos cafés seclavaron en los míos y sonrió de manera burlona - ¿creíste que no lasencontraría? - Pensé que morirías, antesde encontrarnos, - confesé de manera fría - pero veo que las cerdas víboras nomueren. - Sigues igual de insolente -siguió con su sonrisa. - Y tú sigues siendoasqueroso y vil, - escupí - y siendo un inútil que necesita de otros, parahacer su trabajo. - ¿Eso crees? - esta vez susonrisa desapareció, no conteste simplemente no aparte mi mirada de él -suéltala y sal de aquí. - ¡Señor, no cre - He dicho que salgas de aquí- esta vez su voz, fue mucho más autoritaria. Me soltó, gire ligeramente la cabeza para verlo, era unhombre casi de dos metros, con bastante musculatura, ahora entendía porque lehabía sido tan fácil someterme. Después de esa rápida visión, volví mi vista aRalph; él volvió a mirarme cuando el hombre salió del lugar. - ¿Crees que puedes ganarme?- su voz fue como de compresión - sigues siendo tan inocente. - Mataste esa inocencia,cuando mataste a mis padres - le espete. - Pues no notó que hayasdejado la inocencia, - su voz fue tan amable que me hizo apretar los puños -¿aun crees que puedes escapar de mí? - no respondí. - Mira a tu alrededor, -eso hice y sentí una opresión en el pecho al ver en el otro extremo de lahabitación el cuerpo de Megan - tu insolencia, los ha matado. - ¿Mi insolencia? - salió demanera inconsciente. - Si tú te hubieses quedadoen la comunidad, y hubieras ido a esa guerra como se esperaba de ti, - camino porla habitación, parecía que me reprendía por haber roto algo - haber muerto ydejado que todo siguiera su curso, ellos estarían vivos, Lance, Rachel y talvez tu hermana. - ¿Dónde está? - mi voz sonó máselevada de lo deseado. - No aquí - elevo los hombroscon indiferencia. No lo pensé mucho, solo corrí hacia él, y mientras lohacía de debajo del pantalón saque un pequeño cuchillo que era lo único quetenía para defenderme, Ralph trato de detenerme, pero sosteniéndome de su brazodi un giro en el aire y me coloque detrás de él, sin decir una palabra corte sucuello de extremo a extremo. Al sentir la sangre caliente tocar mis manos, lo solté.Lo vi caer, mientras trataba inútilmente detener la sangre con sus manos, tratode gritar pero nada salió de sus labios. Mis piernas se quedaron sin fuerza y caí de rodillas,observando como aquel hombre que tanto había odiado poco a poco iba perdiendola vida; mi pecho dolía por lo que me lleve las manos, oprimiéndolo para queaquel horrible dolor se fuera, la garganta la sentía seca y los labios parecíatenerlos pegados, al igual que sentía un frío que no me calaba los huesos, eraun frío mucho más profundo. Me lleve las manos a la cara, sentía unadesesperación que me asfixiaba, intente cubrirme los ojos para no ver aquellaimagen; pero era inútil porque lo seguía viendo. - Lo mate - susurre, anteaquella afirmación, me sentí la persona más sucia de este mundo. Jamás había matado a nadie, y ahora tenía las manosllenas de sangre de un hombre vil, pero a pesar de eso, no dejaba de causarmesufrimiento y sentirme culpable, sentí las lágrima bajar por mis mejillas. - ¡Sophia! - los brazos deRoger me rodearon. - Lo mate, - repetí - lomate, lo mate. - Todo está bien, - mesusurro, mientras me acurrucaba en su pecho, como si fuera una niña - todotermino. Ante esas palabras el llanto se hizo intenso, y sinimportarme que no fuera la persona que más me agradaba, me abrace a él confuerza, intentando que aquel sentimiento de culpabilidad se fuera. Lamento la tardanza, espero que les guste el capitulo Capitulo dedicado a: ana_de_cullen22 Real_Me
-hace un silencio, que me hace estremecer - murieron, al igual que la de todosaquellos que no quisieron seguir a Ralph.
El pecho me dolía de tanto llorar, pero las lágrimas aunno dejaban de salir, me sentía la persona más sucia de este mundo, mis manos yano estaban limpias, ahora estaban manchadas de la sangre de Ralph y a pesar deque había prometido matarlo, no sentía la paz que creía que iba a tener, mesentía demasiado culpable.
- Mírame Sophia, - susurraRoger, y hago lo que me pide - era una asquerosa rata - ante aquello, sientoque el nudo en la garganta se aprieta - observa a tu alrededor.
Me obliga a ponerme de pie, y me hace observar todo a míalrededor, aquel lugar que hace tan solo unas horas había estado llena de sonrisasy pláticas y uno que otro disgusto, pero ahora estaba en completo silencio, apesar de que estábamos en verano, sentí un frío que me caló los huesos.
- Él te ha quitado de nuevo atus seres queridos, - y es tan cierto, pues los cuerpos de Megan y Derek siguenahí - hiciste lo que tenías que hacer, te ha quitado lo que más amas, Sophia.
- Kate - mi voz saletemblorosa.
- ¡Sophia! - al escucharaquella voz, me separo de Roger y sin ver el camino, solo sigo el sonido de suvoz.
Siento tanto alivio, cuando llego a la entrada de lacueva y ahí está de pie, más pálida y asustada que nunca, pero está viva, sinimportar nada corro hacia ella y la abrazo con fuerza, después de hacer eso lareviso de pies a cabeza, sin encontrar un solo rasguño, cosa que me tranquilizaaún más.
- ¿Dónde están los demás? -susurra Ethan, que eso también ha hecho que mi corazón sienta alivio.
- Solo estamos nosotros -responde Roger.
Veo a Ethan entrar a la habitación, mientras yo sigoabrazando a Kate, es la mejor forma que tengo de sentir la tranquilidad detenerla viva y a mi lado, eso es lo único que me interesa, sentir el cuerpopequeño de mi hermana, aunque esté temblorosa.
- ¡Vámonos! - escucho la vozansiosa de Ethan.
- ¿Qué pasa? - preguntaRoger.
- Ralph, no viene solo y nodeben tardar en encontrarnos - me tomo del brazo, obligando a separarme de mihermana - es hora de salir.
Solo alcanzo a tomar la mano de Kat, antes de salir de lacueva, sé que Roger nos sigue, porque escucho sus pasos. Dejo que Ethan marqueel paso, porque si lo hiciera yo, ninguno podría seguírmelo. No nos hemosalejado demasiado de la cueva cuando a lo lejos se ve un grupo de gente correrhacia nosotros y en menos de un minuto estamos rodeados de esas personas quevienen vestidas de negro.
Una de esas personas que no parece muy alta, además deque se ve bastante delgado, pero no puedo saber si es mujer u hombre, pues traela cara cubierta por un pasamontañas, se coloca frente a mí y noto que solo esunos dos centímetros más alta que yo; sin previo aviso siento su bofetada, veoa Kat intentar responderle golpe, pero Roger ha logrado detenerla.
Se ha quitado el pasamontañas y el largo cabello negrocae sobre su espalda, y esos ojos cafés que son iguales a los que hace unosmomentos el brillo de vida los ha abandonado y esa arrogancia sigue en ellos,sé quién es y sé porque me ha abofeteado, he matado a su padre.
- Mara - susurra Ethan,reteniendo la mano con la que pensaba abofetearme de nuevo.
- ¡Te mataré! - gruñe,mientras intenta zafarse de su agarre.
- Eso no lo traerá de vuelta -le espeta Ethan - además vale más viva.
- ¡Nos traicionaste! - gruñeRoger.
Pero esa palabra para mí no tiene sentido, Ethan no seríacapaz de hacernos eso, sin embargo me toma las manos y las ata tras mi espalda,estoy tan sorprendida, que no hago el menor intento de resistencia. Me girahacia él y ni siquiera me mira, pero esto no puede ser real, él no pudo habernos traicionado, la voz de Roger esáspera, sin embargo no tengo idea de que dice, pues en ese momento no puedosacarme de la cabeza, la palabra traidor.
Mi cerebro está procesando todo lo que acaba de ocurrir,es tan sencillo y a la vez quiere complicarlo demasiado, para no ver que Ethannos ha traicionado. Siento como poco a poco el enojo va creciendo, me sientotonta, pues si había alguien en que yo confiaba era en él, y en esos momentosera prisionera de su grupo, y no solo yo sino Roger y Kat también. Y no solo eraeso, Megan y Derek estaban muertos.
Él había colaborado con esos hechos, y ahora estábamossiendo arrastrados por ellos, por aquellos que nos querían muertos. Escuchabalos sollozos de Kat y de vez en cuando las maldiciones de Roger, pero yo no hedicho una palabra, simplemente camino detrás de Ethan que es quien tiene en supoder la cuerda que me mantiene sujeta.
- Ten - se acerca Mara,después de un rato de estar caminando y coloca en su chamarra una bolsa queestoy segura que contiene dinero - lo hiciste bien - y deja un casto beso ensus labios.
- Nos vendiste - mi voz nomuestra ninguna emoción.
No obtengo respuesta, simplemente sigue con su camino,siento una opresión en el pecho y sé que es más por el beso, que por el hecho deque nos ha traicionado, y no puedo creer que siga esperando a que algo suceda yeso resulte ser una mentira, sin embargo los cuentos de hadas jamás hanexistido en nuestros medios.
He dejado de pensar, creo que es lo mejor de nada mesirve, mi cerebro no funciona y menos enamorado de Ethan. El tiempo quellevamos caminando no lo sé, al igual que no tengo idea de donde estamos, lo únicoque notó es que el cielo esta obscuro y hemos parado a descansar, de hecho lafogata que han encendido, ya está casi extinta. Creo que si he desconectadodemasiado mi cerebro, pues estoy atada a un árbol y frente a mí esta Kat que denuevo solloza.
Quisiera decirle que todo va a estar bien, pero creo quesería una mentira, pues somos prisioneras, y no tengo idea de cómo salir detodo aquello.
- Están dormidos, - susurraEthan, que comienza a desatarme - es momento de huir, pero debes ser lo mássilenciosa posible.
- Kat - susurro.
- Roger nos alcanzara conella - dice, mientras me toma la mano.
- ¡No me iré, sin ella! - leespeto, mientras me suelto de su agarre.
- No es momento de caprichos- su voz es amenazante.
Y sin previo aviso me tomo que si fuera un costal y meecho a su espalda, cuando intente patearlo, recordé que estábamos en el lugardel enemigo y que no sería bueno que los despertara, no era tanto por nuestroescape, sino por el de Roger y el de Kat, solo deje que echara a correr,esperando que pronto pudiera ver a mi hermana.
Mara Ludwig
Lamento haber tardado tanto en actualizar, pero no llegaba la inspiración y creo que el capitulo tampoco fue lo mejor, pero espero que les guste.
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
Nos hemos alejado lo suficiente de los que ahora deboconsiderar mis enemigos, creí que con Ralph fuera de esto, nuestra vida seríamás sencilla, pero creo que me equivoque, me coloco en el suelo, después de quetodo el rato no me había bajado, en cuanto mis pies estuvieron en el suelo lomire, se notaba agitado y suponía que era porque llevaba una hora corriendoconmigo sobre su espalda.
- Desde aquí iras sola - noentiendo, de que habla, pero me ha dado la espalda y ha comenzado a caminar.
- ¿A dónde vas? - pregunto,sin moverme donde él me ha dejado.
- Regreso - fue su sencillarespuesta.
- ¡¿Qué?! - en verdad micerebro no puede comprender eso - ¿Por qué? - estoy segura de que se escuchóestúpido.
- En cuanto ellos se dencuenta de que han escapado, vendrán a buscarlos - responde - yo debo regresar,para poder protegerlos.
- ¿Qué pasa si ellosdescubren que tú nos has ayudado? - necesito retenerlo.
- Mara no dejará que melastimen - susurra - ella me ama, y creerá lo que le diga.
- ¿Y tú la amas? - mi vozsale un tanto ronca.
- Soph - está a centímetrosde mí, no recuerdo si él camino o yo lo hice, aunque seguramente fuimos los dos- jamás has salido de mi mente, ese día que huiste con Kat de la comunidad, tellevaste mi corazón, te amo y te amare solo a ti - tomo mi rostro entre susmanos - solo Sophia Mendler es dueña de mi corazón, solo tú.
- Entonces ven conmigo, -susurro - ya perdí a Derek y Megan, hace unas horas no quiero perderte a titambién.
- Yo voy a estar bien -sonríe de lado.
- Quiero verlo por mí misma -me aferro a su mano.
- Si no regreso, nosencontraran - aunque no hace el menor intento de soltarse.
- Pero nos encontraran juntos- respondo con simpleza.
No dice nada, solo termina con el espacio de nuestros labios,es un beso muy corto, pues no hay tiempo para esas muestras, aunque creo que esEthan el único que piensa en eso, pues si por mi hubiera sido, no lo habríaterminado, pero me toma la mano y echa a correr, no es complicado seguirle elpaso.
Pasamos los árboles, aunque no se distinguen bien, puesla oscuridad es bastante densa, de hecho solo por su visión, sé que no noshemos estrellado contra nada, pero comienzo a sentirme más segura, entre mayores la distancia entre los que hemos huido, aunque no sé en qué momento volveréa ver mi hermana.
No sé cuánto tiempo llevamos corriendo, pero las piernasya comienzan a dolerme y el sudor ya recorre todo mi cuerpo, de hecho hesoltado la mano de Ethan, pues el sudor ya ha llegado hasta ellas, y ha hechocomplicado y extraño que sigamos tomados de las manos.
La boca la siento seca, y no tenemos agua, así que elcamino tendrá que ser sin una gota de ella; aunque aún no sé a dónde vamos solocorro detrás de él, no tengo idea de si falte mucho o ya estemos por llegar, ytengo tan seca la boca, que no puedo preguntarle.
Sin embargo a lo lejos veo que sale humo, supongo que nosestamos acercando a un poblado, y eso espero, porque muero de sed y las piernascomienzan a dolerme de manera horrible, y si yo estoy así, no quiero pensar encómo esta Kat. Y espero que ya no esté tan lejos de verla, porque comienza aestresarme el hecho de no saber cómo está.
Poco a poco los árboles son reemplazados por casas, todasmuy coloridas, hemos dejado de correr, aunque nuestra imagen no sea la mejor,pues estamos sudorosos y llenos de tierra, pero aún es muy temprano, no haynadie por las calles. Hemos dado varias vueltas, de hecho parece un laberinto,no vamos hacia las orillas, vamos hacia el centro de la ciudad.
Eso me causa cierta angustia, pues siempre me hemantenido alejada de las personas, jamás he estado cerca de ellas, y ahoraparece que tendré que aparentar ser como ellas, aunque creo que estoy haciendodemasiado conjeturas muy pronto pues, Ethan no ha dicho nada, y sigo sin sabersi ya estamos por llegar o solo será un descanso.
El sol comienza a iluminar el cielo, por fin nos hemosdetenido en un edificio de seis pisos, está algo viejo, pero eso no pareceimportarle a Ethan por que ha entrado y yo detrás de él, un señor de cabellocompletamente blanco se encuentra detrás de una mesa, parece dormido.
- Buenos días - saluda Ethan.
- Buenos días - responde untanto adormilado el hombre.
- Mi esposa y yo queremos unahabitación - dice con amabilidad.
- ¡Claro! - responde con unasonrisa, tomando unas llaves detrás de él - es la del fondo en el tercer piso,- mientras le entrega una llave - habitación 310, el elevador estádescompuesto, pero está tarde vendrán arreglarlo.
- Gracias - es lo único queresponde, toma las llaves y después me toma la mano.
Subimos los tres pisos, en cuanto llegamos al pasillo, parecíaque no había un alma en ese lugar, y aun no sabía si eso debía aliviarme opreocuparme, pero creo que tanto silencio no es bueno, aunque casi siempre quehay ataques son bastante ruidosos, así que intento tranquilizarme, después detodo no creo que alguien nos intente atacar en este momento.
Cuando llegamos frente a la puerta, la abrió y me dejopasar, en cuanto estuvimos dentro, cerró la puerta con seguro y coloco todo loque pudo detrás de la puerta, se notaba que éramos prófugos, en ese momentotemíamos hasta de nuestras sombras y no era para menos, ahora no solo Mara nos seguía sino también los humanos, o mejor dicho los no mutantes,también nos seguían.
- ¿Cuándo llegaran Roger y Kat?- pregunto, cuando por fin se ha recargado en la pared que está a un lado de lapuerta.
- Ellos están el cuarto de alado - responde sin mirarme.
- Quiero verla - repongo,antes de intentar quitar las cosas para abrir la puerta.
- No - me toma ambas manos -es peligroso, debemos ser más precavidos que antes.
- ¿Cómo sé que ella está enla otra habitación? - le espeto.
- ¿Confías en mí? - preguntacon suavidad.
- En este momento no confíoni en mi sombra - respondo sin más.
- Pues tienes que confiar -su voz es ronca - si sales de esta habitación, podríamos ser emboscados en lanoche.
- Podríamos ser emboscados detodas formas - trato de soltarme de su agarre, pero presiona más mis muñecas,aunque intenta no lastimarme - por lo que me has dicho, no estamos seguros enningún lado.
- Es cierto - me da la razón- pero estamos más seguros, si ellos piensan que ustedes están separadas.
- Eso es estúpido - jalo mismanos intentando que me suelte - estamos en el mismo lugar, separadas solo poruna pared.
No hay respuesta, pero tampoco me suelta, simplemente mebesa, pero ahora eso no puede sacarme de la cabeza mi hermana, siempre será másimportante Kat que cualquier otra persona.
- Quiero verla - gruño,intentando alejarlo de mí.
- No puedes - susurra - aunno.
- Quiero verla - insisto - esmi hermana y tengo derecho a saber que ella está bien.
- No - su voz es firme, y sumirada seria.
- ¿Por qué no? - aprieto losdientes para no gritar.
- Porque no - arrugo lanariz.
- Esa no es una razón -aprieto las manos con fuerza, estoy enojada y cada vez el enojo va en aumento.
Me mira fijamente, toma mis dos manos con una sola,aunque ya no estoy intentando luchar, creo que lo mejor es mantenerme tranquila,tal vez con eso él me deje verla, su otra mano acaricia mi mejilla.
- Muy bien - susurra -ayúdame entonces.
Sonrió, pues por fin veré a Kat de nuevo, le doy laespalda, dispuesta a comenzar a quitar las cosas para poder salir de ahí, sinembargo, antes de siquiera quitar el sofá, siento como me toma el cuello ydespués todo es negro.
Ya ni para que pedir disculpas, no se ni con que excusarme, bueno solo espero que les guste el capitulo
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
- Debemos seguir - esa vozparece tan lejana.
- Debemos buscar un médico, -replica alguien - Sophia no ha despertado en tres días.
- Se te paso la mano Ethan -escucho cierta burla.
- Qué tal si la lastimaste -le espeta, la que creo que es Kat - tienen que revisarla.
- Tú sigues aquí - le dice.
- ¡¿Y?! - Kat parece molesta.
- Ella no va a morir, ni anecesitar a un médico, mientras tu sigas en peligro - responde con la vozronca.
Las voces se van haciendo de nuevo más lejanas, lospárpados cada vez son más pesados, y sin más de nuevo dejo de escuchar palabraalguna, estoy tan cansada, que mi cuerpo no responde, por lo que caigo de nuevoen la inconsciencia.
Siento algo húmedo y frío en mi frente, eso se sientebastante bien, aunque el dolor horrible de cabeza, va en aumento, aunque esasensación, lo hace un poco más tolerable, aunque no sé que parte de mi cuerpome duela más. Además de que me siento débil y mi estómago gruñe, haciéndome verque también tengo hambre.
Abro los ojos, me arden demasiado, pero no los cierro, meencuentro con el cielo estrellado y unas manos pequeñas y blancas, queenseguida se acompaña del cuerpo de mi hermana sobre mí.
- ¡Oh, Soph! - dice aliviada,aunque no evito quejarme, mi cuerpo no está deseoso de ese tipo dedemostraciones - ¿te lastime? - pregunta preocupada y alejándose de mí.
- Estoy bien - aunque ladebilidad de mi voz no lo hace muy creíble.
- Hasta que despiertas -observo a Roger, aunque no lo veo muy bien en la oscuridad.
- ¿Tienes hambre? - preguntaKat, sin poner atención a nuestro acompañante.
Solo asintió, la veo alejarse, me siento, aunque eso haceque el dolor de cabeza aumente, pero no le tomo importancia, veo a Katacercarse a una pequeña fogata, en donde veo a Ethan sentado.
- Pasaste casi 4 días inconsciente;- me informa Roger - comenzaba a preocuparme.
- ¿Qué paso? - mi voz sale unpoco ronca.
- Te pusiste un pocoirritable, Ethan tuvo que dormirte - responde con un ligero levantamiento dehombros.
Mi hermana regresa con lo que parece caldo, lo tomo sinprestar atención a lo que es, mi estómago en ese momento no le interesa que eslo que sea, solo sabe que necesita alimento, sin importar lo que sea.
Al sentir el líquido caliente en mi boca, el hambre sehace más atroz y en menos de lo que imagino mi plato está vacío, Kat lo nota,por lo que me quita el plato y me sirve más, después de un tercer plato por finmi hambre se ha ido, le entrego el plato y Kat y le sonrió dándole las gracias.
- Descansen, - gruñe Ethan -nos iremos en unas horas - no entiendo porque no me ha dirigido la palabra - yoharé a primera guardia.
Nadie se niega, veo a Kat y a Roger recostarse cerca dela fogata, pero yo en estos momentos ya no tengo sueño, después de todo hedormido casi cuatro días. Por lo que obligo a mis piernas a levantarse, cuandolo hago, debo apretar los dientes, pues siento como si miles de agujas se clavaran en ellas.
Camino con lentitud hacia él, cada paso que doy duele undemonio, pero intento que mi rostro no lo haga notar, al igual que prohíbo a mivoz soltar cualquier tipo de quejido de dolor. Ethan ni siquiera me mira, siguecon su vista puesta frente a él, no le tomo importancia y me siento a su lado,aunque eso duele más que haber caminado, me muerdo con fuerza el labio para noquejarme.
Pero él sigue sin mirarme, y bueno ahora que estoy a sulado me siento un poco tonta, y también molesta, porque si me hubiera quedadodonde estaba, no me dolería tanto el cuerpo. Sin embargo regresar a mi lugar,sin decir nada, sería un insulto para mis músculos.
- Gracias - no sé porque lodigo, pero ya está.
- ¿Por qué? - pregunta, suvoz suena lejana.
- Por no traicionarnos -suena estúpido, pero es lo más sincero que he dicho en mucho tiempo - y pormantenernos vivos.
No responde, tampoco me mira por lo que supongo quequiere estar solo, suspiro antes de ponerme en pie, cuando lo hago mis piernasgritan de nuevo, sé que no debería moverme mucho, pero no quiero incomodarlo,después de todo además de amarlo, estoy en deuda con él, ha salvado a mi hermana, eso es algoque jamás podré pagarlo.
- Gracias a ti - susurra,antes de que me mueva, y en un segundo estoy entre sus brazos - por despertar.
No sé que responder, por lo que sencillamente rodeo sucuello y oculto mi rostro en su pecho, sus brazos se aferran a mí, es como sitemiera que en cualquier momento fuera a desaparecer.
- No me iré - le aseguro.
- Lo siento, - me toma elrostro con suavidad - no pensé que hubiera sido tan fuerte - sus ojos buscanlos míos - eres lo que más amo, y te deje inconsciente por días.
- No pasa nada - le digo consuavidad, acariciando su mejilla - lo hiciste por nuestro bien.
Une sus labios con los míos con suavidad, acaricia mirostro y luego juega con mi cabello, mis piernas siguen doliendo horrible, perointento que eso no impida mi momento con Ethan, sin embargo no soy yo quienrompe el beso, y estoy a punto de volver a besarlo, pero es cuando escuchopasos.
Sin pensar en el dolor, le doy la espalda y comienzo acaminar hacia donde se ha escuchado el ruido, siento a Ethan caminar detrás demí, está demasiado cerca, supongo que es por si me encuentro en peligro, élpueda intervenir. En ese momento el temor de que la vida de Kat pueda estar enpeligro, ha hecho que el dolor apenas sea perceptible.
Los pasos cada vez son más cercanos, y al buscar en mibota la navaja que siempre guardo en ella, me hayo con las manos vacías, puesno está en su lugar; antes de que pueda girarme, Ethan se coloca delante de mí,sin embargo no es necesario el uso de violencia, pues a nuestros pies se hadesplomado la persona que oímos caminar.
Tiene varias heridas, y supongo que ha vagado por muchotiempo, pues está extremadamente sucio y su ropa esta vieja y rota, se ve bastantedelgado y su cabello negro está demasiado alborotado.
- Se desmayó - susurra Ethan,al comprobar su pulso.
- Se ve bastante mal, -comento, mientras me hincó para verlo más de cerca, su piel se ve cetrina -dame agua - le digo a mi compañero.
- Podría ser un enemigo - meespeta.
- No podemos dejarlo morir -clavo mi mirada en Ethan.
Gruñe, pero camina hacia lo que le pedí, me siento a sulado, pue en este momento las piernas están doliendo de nuevo un infierno,vuelvo a fijar mi mirada en el hombre tirado boca abajo frente a mí, y es enese momento que sus ojos café se clavan en mí.
- Estás a salvo - le digo sinpensar, y acaricio su cabello, para que confíe.
- Gracias - su voz apenas esaudible y después de nuevo cae en la inconsciencia.
No sé ni como decir que lamento, este largo tiempo sin actualizar, espero que todavía haya alguien que lo lea, no pondré excusas, porque creo que ninguna vale de que no haya subido nada, enserio lo lamento, espero que les guste el capitulo
Capitulo dedicado a:
ana_de_cullen22
Ni Ethan ni yo hemos dormido, vigilando al hombreque la noche anterior apareció en nuestro campamento. El pobre ha salido solo 2veces de la inconsciencia y solo ha pedido agua, y posteriormente de nuevo caeen la inconsciencia. Mientras Roger y Kat siguen dormidos.
Comienza a preocuparme que Roger no despierte, en mi hermana es normal, pero noen el ojiazul.
- Ethan - susurro, pues se encuentra a un lado de mi- creo que deberíamos despertar a Roger, no es normal que este durmiendo tanto.
- Solo es cansancio - responde como si nada - llevadías sin dormir, deja que recupere sus energías.
Lo cierto es que no creo que sea normal, pues talvez él no sea como nosotros, para soportar hambres y días de no dormir, pero séque unos pocos días no pueden ocasionar que él duerma tanto tiempo. Me debatoentre dejarlo dormir o acercarme y despertarlo, gana la segunda parte, por loque me levanto ya con las piernas menos a doloridas, pero aun así siguendoliendo como si me estuvieran quemando, Ethan no intenta detenerme.
Cuando estoy a su lado, observó que tiembla y mantiene los ojos fuertementecerrados, así que sé que no está durmiendo, me hinco a su lado y coloco mi manoen su frente y me doy cuenta que su piel quema, está demasiado caliente.
- Roger - llamo, ni siquiera me mira, continuatemblando - ¿qué tienes? - sé que fue estúpida la pregunta pues se lo quetiene.
Sigo sin obtener respuesta, tiene fiebre y pareceque es demasiada, y no tengo idea de que la esté provocando, lo coloco bocaarriba y sin más le desabrocho la camisa, con esfuerzo se la quitó y en subrazo izquierdo veo que tiene una venda sucia y recuerdo que hace días lehirieron cuando intentábamos escapar.
- Roger - llame de nuevo - Ethan - le quite la venda- dame agua.
No obtuve contestación, de su herida los bordes seveían negros y un horrible olor desprendía la herida, salía pus, estaba mal, laherida estaba infectada. Ethan me entrego el agua, trate de lavar su herida lomejor que pude, exprimí lo mejor que pude, eso ocasionó que el gruñera, pero nohizo el intento de quitarme.
- Debemos buscar un médico - repuse - necesita que lorevisen.
- No - fue su respuesta- lo dejaremos aquí, nosotrostenemos que seguir.
- No podemos abandonarlo a su suerte - replique.
- Solo nos quitara el tiempo - gruño - sé que élestaría de acuerdo - no puedo creer lo que está diciendo - así que levanta aKate que nos vamos.
No me muevo de mi lugar, es horrible lo que piensa,no puedo discutir, pues siento la garganta seca, y no encuentro mi voz. Por loque me levanto y camino hacia la mochila, siento a Ethan caminar detrás de mí,me la echo al hombro y me acerco de nuevo a Roger.
- ¿Qué haces? - gruñe, mientras intenta quitarme lamochila.
- Ayudar - le espeto.
- Mara nos pisa los talones - me toma del brazo, paraobligarme a ponerme de pie - tenemos que dejarlos - jalo mi brazo, para que mesuelte - ¿no se supone que lo más importante que tienes es a Katherine? - norespondo, pues he comenzado a vendar su brazo - por eso abandonaste la comunidad,para salvar a tu hermana - no me giro, continuó con mi trabajo - ¿dónde quedoesa Sophia?
- En el mismo lugar donde quedo el Ethan humano -respondo.
- Solo busco mantenerlas vivas, - se escucha furioso- pero parece que tú has olvidado eso - intento ignorarlo - ¡maldición, Sophia!Cualquiera de ell...
- ¡Basta! - interrumpe Kat, que después de tantosgritos, ha despertado - ustedes no deben pelear, nunca lo han hecho.
Ninguno responde, sé que hace unos meses habríadejado sin importarme a Roger, pero ahora no puedo, mi hermana escapo con él,la mantuvo a salvo, tal vez solo fueron unas horas, pero no la abandono, y yo nopuedo dejarlo, no lo merece.
- Hay un pueblo a unos 8 kilómetros de aquí - anteaquella voz, observó al chico, que por fin ha recuperado el conocimiento -podemos llevarlo ahí.
- Ni siquiera sabemos tu nombre - le espeta Ethan.
- ¡Cierto! - se rasca la nuca avergonzado - soyAndrew.
- No importan las presentaciones - replicó, al verque Roger sigue temblando - hacia donde queda ese pueblo.
- Por aquí - se acerca a nosotros, e intenta levantara Roger, pero no puede, está demasiado débil.
- Ethan - llama mi hermana - por favor.
Sencillamente gruñe antes de hincarse y tomar suspiernas, le ayudo a colocarlo en su espalda.
Andrew toma el liderazgo y nos guía colina abajo, recojo todas las cosas eintento cubrir lo mejor que puedo nuestro rastro. No tardó demasiado, pues nodebo perderlos de vista.
Son 10 minutos los que ocupo, antes de seguir su rastro y no tardó mucho en encontrarlos,veo a Ethan al final de la fila, me coloco detrás de él e intento borrar nuestrashuellas.
Caminamos como 40 minutos antes de ver el pequeño pueblo, que si he de sersincera está demasiado escondido, dudo que alguien pueda llegar a ese lugar demanera sencilla, pues tendrías que casi pararse a la orilla del cerro parapoder verla, se encuentra escondida por varios cerros.
Y para entrar es aún más complicado, pues está demasiado empinado el camino ylleno de rocas, Andrew y Kat bajan casi sentados, mientras Ethan debe llevar acuestas a Roger.
- ¿Te ayudo? - pregunto, temiendo que pueda perder elequilibrio, lo que obtengo es silencio.
Lo sigo de cerca, por temor a que pueda caer, peroparece que olvido que Ethan el equilibrio es otra de sus habilidades, por loque termina de bajar de manera elegante.
Caminamos cerca de otros 10 minutos antes de ver un edificio gris de 2 plantasy que no es muy grande, pero aun costado dice "HOSPITAL" entramos aaquel lugar.
Esta casi desierto de no ser por la recepcionista, Andrew es quien camina a lamujer de unos cuarenta y tantos años, tez morena.
- Buenos días - saluda - mi compañero, parece teneruna herida infectada.
- ¡Oh! - exclama antes de levantarse de un brinco desu asiento y hacernos una seña para que la sigamos - por aquí.
La seguimos pasando una puerta de cristal, y porlos pasillos blancos apenas si se ven unas cuantas personas con bata blancacaminar por ahí. Después de pasar 8 puertas, abre una que se encuentra del ladoderecho y nos deja pasar.
Es una habitación no muy grande, se encuentra una cama al centro de lahabitación, en donde Ethan dejo a Roger.
- En un momento el médico estará con ustedes - nos informóla mujer antes de irse.
- Sophia - susurro Roger, ante eso me acerque a él.
- Aquí estoy - coloque mi mano en su frente.
- Tonta - me sonrió, ante aquello arrugue la nariz -fue un desperdicio de tiempo, que obligaras a Ethan que me trajera - sentí aEthan a mi lado - y tu debiste seguir nuestra promesa - le reprocho - ellas 2son quienes deben sobrevivir.
- No pensaba dejarte morir - le espete.
- La vida de Kat es más importante que la decualquier otro, - no ha quitado su sonrisa - nunca olvides eso, ángel, debescuidar a nuestra luz.
- No soy una niña - gruñe Kat.
- Debes dejarme - toma mi mano - y dejar a todo aquelque te detenga.
- Tú me dijiste que yo sola no iba a poder, - lereproche - que necesitaba de compañeros, de amigos.
- Estaba equivocado - confiesa - sigue con el mismopensamiento que tenías, así te mantendrás viva y mantendrás viva a Katherine -no sabía que contestar - seguirás a Ethan lejos de aquí, lo más rápido quepuedan.
- Roger - llamo Kat.
- Pequeño remolino - mi hermana se colocó a su lado -no mires atrás, sigue a tu hermana, ella sabe lo que es mejor para ti.
Sentí la mano de Ethan en mi hombro, era la hora dedejar ese lugar, de dejar a Roger. Trague el nudo de mi garganta y tome la manode mi hermana.
- La cuidare - le asegure.
- Lo sé - sonrío.
Ante eso salimos del lugar, escuche los sollozos deKat, pero no gire a verla, no podíamos quedarnos a platicar, tenía que alejarlade ese lugar lo más rápido posible.
- Esperen - ante eso Ethan gruño, pero se detuvo - yoconozco un lugar, en donde estarán seguros.
- ¿Por qué habría de confiar en ti? - le espetó.
- Ustedes me salvaron la vida - comento sin más -solo es pago por ello.
Era complicado confiar en alguien a quienacabábamos de conocer, pero no se veía la clase de chico que traicionaría,además no tendría por qué hacerlo, apenas nos conocía, aunque viéndolo fríamenteeso tampoco debería darnos confianza, no sabíamos nada de él.
- ¿Sophia? - me extendió su mano - confía en mí, teayudare a salvar a tu hermana.
Y ante eso, le di la mano, en este momento en loque iba a confiar era en mi instinto, y este me decía que podía confiar en él,sabía que a Ethan no le iba a gustar la idea pero era por mi hermana.
Andrew
Bueno no sé si aún alguien continúa leyendo esto, pero ya es más reto personal el terminarlo, espero que les guste, a pesar de los años que me tarde en actualizarlo.
No sé cuánto hemos caminado, llevamos días apenasdurmiendo, Andrew apenas si nos deja descansar y bueno Ethan no me habla,entiendo que está molesto, pues deje nuestras vidas en manos de un desconocido,y eso no está permitido entre nosotros, pero no puedo hacer más, necesitomantener viva a Kate y tal vez este cometiendo una locura, pero no creo queAndrew sea capaz de traicionarnos y menos cada vez que paso más tiempo con él.
- ¿Falta mucho? - pregunta Kat, cuando Andrew hadecidido descansar un poco.
- Unos 3 o 4 días más - responde con una sonrisa.
- ¿Enserio? - mi hermana, muestra cierta decepción.
- Ya es casi nada - comento, sentándome a su lado -lo has hecho bien - le aseguro.
- Estoy agotada - susurra, acostándose a mi lado -mis piernas ya no soportan, caminar más.
- Solo un poco más - acaricio su cabello.
No obtengo respuesta, y sé que se ha quedadodormida, pues su respiración se ha hecho fuerte, y sus facciones se hanrelajado.
- ¿Cómo lo haces? - ante la pregunta, arrugo la narizpues no entiendo - apenas si duermes, la vigilas todas las noches, comes lamitad de tu porción y la otra mitad se la das a Kat, y a pesar de eso aúntienes energía para caminar todo el día.
- Katherine es mi fuerza - respondo sin más - ellasiempre, será mi prioridad, mientras ella me necesite, haré lo que seanecesario para que ella esté bien.
- Eres sorprendente - me sonríe - Kat es afortunadade que seas su hermana.
- Basta de charla - gruñe Ethan - descansen que aúnnos falta camino.
No respondo, solo me recuesto junto a mi hermana yAndrew hace lo mismo, solo que a unos 3 metros de nosotras, sé que Ethanvigilará, lleva días sin dormir y me preocupa, pues se ve agotado, pero sé queno confía en Andrew ni en nada, así que dejara que yo duerma y él vigilará misueño, aunque no creo que sea justo, pues él lleva días sin dormir.
Me levanto y camino hacia él que se encuentradándome la espalda, hace días que no lo he tocado, es más que ni siquiera hepodido hablar con él, mis manos cosquillean, por sentir su piel, no sé si debatocarlo, no sé si él acepte el contacto. Sin mucho pensar, me arrodillo detrásde él y coloco mis manos en su espalda, él no se mueve.
- Duerme un poco - le susurro - yo vigilaré estanoche.
- No creo que estés lo necesariamente capacitada parahacerlo - su voz es seca.
- Sé que estás molesto por haber aceptado la ayuda deAndrew, - no despego mis manos de él - pero no había más.
- Estaba yo - estaba vez se levanta, haciendo que mismanos se queden con nada.
- Quería un poco de paz - me hace sentir pequeña yculpable.
- ¿Y crees que yo no podía dártela? - no grita, perono es necesario que lo haga - desde que te encontré lo único que he hecho estratar de darte paz - no me he movido de mi lugar - y tú lo primero que hacesde buenas a primeras, es confiar en un desconocido.
- Ethan - mi voz es apenas audible - yo no
- Confías más en él que en mí - no está enojado, estádecepcionado.
- No - esta vez me levanto e intento tomar su mano,pero él se aleja - no es así.
- ¿Entonces cómo es? - me mira secamente.
- Confiaría mi vida a ti sin pensarlo - le asegure -pero
- Pero no la de Katherine - termino.
- Quiero algo más para ella, - está a menos de 30centímetros de mí - no quiero que siempre esté escondiéndose, quiero que almenos por unos meses podamos estar en un lugar estable - elevo mi mano, parapoder tocarlo, pero da un paso atrás, por lo que la bajo de nuevo - y eso mepareció que Andrew ofrecía, por eso lo elegí.
- Bien - su voz es seca - entonces, yo no tengo nadaque hacer aquí.
Lo veo comenzar a caminar, quiero tranquilidad paraKat, pero también lo quiero a él, siento como el nudo en mi garganta seaprieta, estoy a nada de llorar, pero no debo hacerlo, yo busque esto, yoconfíe en alguien más, antes que en él. Y sé que fue un error, pero no puedoecharme para atrás.
- Tu trabajo es cuidarnos, - ante aquella voz, ambosgiramos la vista y Kat está de pie - se supone que por eso estás aquí, paramantenernos a salvo.
- Enana, esto no es tú asunto - le espeta.
- Nos estás abandonando a las dos - le dice concierta ironía.
- Tú hermana ya tomo su decisión - dice, dándonos denuevo la espalda.
- Sophia - me mira, pidiéndome que haga algo -¡detenlo!
No contesto, es lo que yo quisiera poder detenerlo,pero no tengo nada, él ya me ha hecho a un lado, no quiere estar aquí, ytampoco puedo detenerlo, aunque sienta mi corazón hacerse pedazos, cada vez lo veomás lejos y mi llanto es cada vez está más cerca de salir.
- Iremos contigo - veo a Kat correr hacia él.
- Kat - llamo - regresa.
- No - es su respuesta.
- ¡Katherine! - mientras comienzo a caminar haciaella - da la vuelta y regresa.
- Me iré con Ethan - es su respuesta.
- ¡Basta los dos! - gruño - estoy cansada - veo queambos se detienen - si ambos quieren largarse, háganlo - estoy furiosa - loúnico que he hecho, es intentar buscar el bienestar de ustedes, pero a los dosparece importarles un carajo, así que los dos se pueden ir al diablo - veo a mihermana caminar hacia mí, pero el enojo ha aumentado.
- Soph - susurra.
- Soph nada - le espeto - si crees que con Ethanestarás mejor, largo, ya no pienso malgastar mi tiempo con ustedes, así que losdos se pueden ir y olvidarse de mí - siento la boca seca y un cosquilleo en lamandíbula, hacia tanto que no me sentía tan enojada como en ese momento.
- Es tu hermana, de quién hablas - siento la mano deEthan detenerme - no puedes darle la espalda.
- Yo no, se la di - jalo mi brazo para soltarlo - fueella quien ha decidido que tú eres mejor - siento un nudo en la garganta, peroahora no es por tristeza, ahora es por el enojo - yo deje todo por ella, todolo que he hecho es pensando en ella, pero para Katherine tú eres mejor, así quecuídala.
- Sophia - gruñe, cuando le doy la espalda - ustedesno deben separarse - continuo sin mirarlo y caminando hacia donde se encuentraAndrew - Kat y yo iremos contigo.
No digo nada, estoy demasiada enojada, como parahacerlo, Andrew observa la escena con sorpresa, le sonrió con esfuerzo y merecuesto sin verlos, odio que hagan eso conmigo, que mi hermana lo hubierapreferido a él, ya que yo he dejado todo con tal de mantenerla viva y ella debuenas a primeras ha decidido que Ethan puede cuidarla mejor, pues entonces quese quede con él si siente que él puede mantenerla a salvo mejor que yo.
Cierro los ojos esperando que el sueño llegue, enese momento no me interesa mantener a salvo a nadie, he decidido que es mejordescansar y eso es lo que hago, siento que alguien se recuesta a mi lado, perono abro los ojos, ni siquiera me volteo, es casi inmediato como caigo en lainconsciencia.
No sé cuánto tiempo pasa, antes de que la luz delsol me despierte, la espalda me duele, mi cuerpo necesita descansar en unacama, hace ya mucho que no lo hace, pero aún no se acostumbra a dormir en elsuelo, abro los ojos y me encuentro con Kat a un costado de mí, le acaricio elcabello, amo a esa niña más que a nada.
- Lloro toda la noche - me susurra Andrew.
- Le hiciste daño - me reprocha Ethan.
Sé que la lastime, pero en ese momento estabafuriosa, no podía aceptar que ella había preferido a Ethan antes que a mí quesoy su hermana. Le debo una disculpa, por lo que me incorporo y continúo acariciandosu cabello.
- Kat - llamo, ella se remueve incomoda - vamos eshora de levantarse - abre los ojos con cierta pereza, observo que los tienerojos - lo siento - le sonrió levemente, mientras la abrazo - me sentí mal alcreer que preferías a Ethan antes que a mí.
- Soph - susurra - jamás voy a preferir a nadie antesque a ti - me asegura - pero sé lo importante que es él para ti, solo intentabaevitar que él se fuera - ante aquello, me siento peor - tal vez no fue la mejormanera, pero al menos sirvió.
- Te amo - le beso la cabeza - y no me importa siEthan se va, lo único que me importa es mantenerte a salvo.
- Para mí es igual - coloca su mano en mi mejilla - ysé que Ethan es necesario para mantenerte a salvo, o al menos para verte feliz.
Simplemente la vuelvo a abrazar, no puedo creer queesa niña sea tan madura, creo que en verdad no quiero ver que ya creció, que yano es la niña que saque de la comunidad, que ya no necesita tanta proteccióncomo creo, pero sigue siendo mi hermanita.
Espero que les guste el capitulo
Katherine Mendler
Después de tanto, por fin hemos llegado aún pequeñopoblado, que se encuentra cercado, no me agrada demasiado, pues me recuerda ala comunidad, siento un hueco en el estómago, pues creo que me he equivocado,pero creo que es demasiado tarde para echarme para atrás.
Veo a Andrew caminar hacia una enorme puerta, endonde se encuentra un hombre con un pantalón verde militar y una playera negray encima de esta lleva un chaleco antibalas y un casco, a su espalda lleva unametralleta, siento nauseas, pero las tolero, mientras me coloco delante de Katy le hago una seña para que se quede quieta, observo a Ethan que entiendeperfecto, y se coloca delante de ella, sabe que si algo llega a ponerse mal, éldebe huir con ella.
- Hola - saludo Andrew al que supuse era el guardia -vengo con más de nosotros.
- Sus nombres - nos observa.
- Sophia Mendler - susurro - mi hermana KatherineMendler y Ethan Rumsfeld.
- ¿De qué comunidad? - se quita el casco, quedandocon un hombre de tez morena, cabello rapado y unos ojos negros intimidantes.
- De la central - mi voz suena un poco más fuerte.
- ¿Solo ustedes salieron de ahí? - pregunta,observándonos a los tres.
- Hay más - contesta Ethan - pero la mayoría de losque sobreviven, trabajan para los normales que nos quieren exterminar.
No hay respuesta por parte del guardia,sencillamente abre la enorme puerta y Andrew nos hace una seña para queentremos, no creo que sea tan sencillo poder pasar, pero antes de que pase, metoma del brazo derecho, y sin más sube la chamarra dejando al descubierto mitatuaje de alas.
- ¿Qué haces? - gruñe Ethan que a sujetado su mano.
- Solo verifico lo que me han dicho - le espeta,mientras es a él al que ahora le gira el brazo y se encuentra con la herraduray las estrellas.
- Ella no lo tiene - susurro cuando lo veo acercarsea mi hermana.
- ¿Por qué no? - nos mira a ambos.
- Pensé que si sabías que teníamos tatuajes, tambiénsabrías que es hasta los 16 años que nos marcan - dice Ethan, mientras se cubreel brazo - y ella apenas tiene 13.
- Peter, son de los nuestros - le asegura Andrew -son de confianza.
El hombre gruñe, pero nos deja entrar, tomo a Katde los hombros y la mantengo lo más cerca que es posible, observo a Ethan quese ha colocado detrás de mí. Seguimos a Andrew pero intentando dejar el menorespacio que se pueda entre nosotros.
- Lamento lo de Peter - nos sonríe - pero no puededejar pasar a cualquiera, aunque el lugar está diseñado para que solo personascomo nosotros puedan ingresar, los humanos morirían antes de llegar.
- ¿Y si usarán aviones? - pregunta Ethan.
- Hay demasiados árboles para que la vean confacilidad, deberían de tener idea de que se encuentra por aquí, para poderverla - contesta con seguridad.
- No creí que fuera tan sencillo pasar - susurro.
- Y no lo es - dice Andrew - pero vienen conmigo.
- ¿Eso que tiene que ver? - replica mi acompañante.
- Mi madre es quien encontró esté lugar - respondecon indiferencia - así que a mi familia, le tienen cierta preferencia.
- ¿Por qué si tenías este lugar, estabas vagando? -cuestiono con cierta desconfianza.
- Sabía que había más de nosotros allá afuera - noentiendo, porque quiso arriesgar su vida por eso - y bueno los encontré austedes. Esa de ahí es la academia - nos señala un edificio de 3 pisos - ahípuede seguir estudiando Kat.
- ¿Qué enseñan ahí? - es Ethan él que de nuevopregunta.
- Cosas para sobrevivir y lo que le enseñan acualquier otro - eleva los hombros - y esto de aquí es el cuartel, aquí te irabien Ethan, necesitan personas como tú, para cuidar la comunidad.
- Solo las cuido a ellas - es su seca respuesta.
- Sabía que dirías eso - no se escucha molesto, másbien parece divertido - Sophia - clava su mirada en mi un segundo, antes degirar otra vez al frente - ¿a qué grupo pertenecías en tu comunidad?
- Ángel - susurro.
- Mmm - dice pensativo - no había escuchado hablar deese grupo.
- Arma secreta - comento - por eso nadie sabe de laexistencia.
- Además de ser un grupo de un integrante y que casies inexistente - interviene Kat.
- Suena más como persona que interfiere con lasreglas y desean deshacerse de ellos - repone.
- Así es - mi voz es baja.
No hay más preguntas, por lo que continuamoscaminando, por largo rato, pasamos casas, pequeñas tiendas, pero no veo queAndrew se detenga en ninguna, las casas han terminado hace unos 5 minutos, y élpor fin se ha detenido, frente a una pequeña casa, que está alejada del resto yse ve mucho más modesta que las otras.
- Sé que no es muy grande - parece disculparse - perosupuse, que les gustaría que estuviera alejada del resto - abre la puerta y meencuentro con una mesa para 4 personas, casi enseguida esta la cocina y aunlado están las escaleras en donde se ven 3 puertas - 2 recamaras y un baño -nos señala las puertas - en cada una hay una cama, espero poder conseguirlesuna más, para que estén más cómodos.
- Gracias - le sonríe Kat.
- No te preocupes, estaremos bien - le aseguro.
- Bueno, iré a buscarles un poco de comida - nos diceantes de salir de la casa.
- Iré a darme un baño - comenta Kat antes de subirlas escaleras y dejarnos solos.
En cuento Kat entra al baño, el silencio entrenosotros se hace tenso, pero no pienso romperlo yo, sé que está furioso y lomejor es dejar que se le pase o será una discusión segura.
Camino hacia la cocina, en donde no hay gran cosa, soloesta una estufa, un mueble y una alacena en donde descubro unos cuantos platosy vasos que están limpios, parece que han acabado de acomodarlos, todo seencuentra limpio, paso mis manos por el mueble y veo que no hay polvo, que mismanos son las sucias.
- ¿Aprendiste a cocinar? -escucho su pregunta en mi oído.
- Un ángel no necesita cocinar- contesto con suavidad.
- Eso es un no - siento sucalor a escasos centímetros de mí.
- Pero aprendí a cazar - megiró y lo encuentro inclinado hacia mí - eso debe valer.
- Yo también sé cazar y créametengo mucha más experiencia - me muestra una sonrisa ladina - debe ofrecer más.
- Mmm - coloco mi mano en mibarbilla - sirve ¿que ame al cazador experimentado?
Lo veo meditar, no puedo creer lo tanto que amo a esehombre, me parece sencillamente hermoso, y le agradezco a Kat que lo haya hechoquedarse, porque habría sido horrible volver a dejarlo.
- Suena tentador - acepta.
- ¿Solo tentador? - frunzo elceño - pensé que con eso ganaba la estancia en este lugar.
- Señorita Mendler - coloca sunariz en mi cuello y aspira mi aroma - debe ofrecer algo más.
- Le ofrezco a la cocinera - mesiento en una nube con su olor, que no es el mejor, pero aun así me encanta -si yo me voy, ella se irá conmigo.
- Al igual que el cazador -susurra - me tienes hecho un idiota.
- Te amo - tomo su rostro en mis manos - no intentesvolver a dejarme.
- Tú no vuelvas a tomardecisiones sin consultármelo - esta vez se muestra serio.
- Jamás - le prometo.
- No volveré a intentar dejarte- su aliento choca contra mis labios - te amo mi pequeño ángel.
Y sin más por fin termina con el espacio de nuestroslabios, me encantan sus besos, me encanta él, me encanta todo lo que seaproveniente de Ethan, sencillamente estoy atada a él.
Observe a Kat reír con Andrew, que sencillamente casitodos los días se la pasaba en la casa, y no me molestaba, pues mi hermanaparecía encantada con su presencia, y lo cierto es que para mí ya era un granamigo, aunque a Ethan aún no le agradaba demasiado la idea.
- Saldré con Andrew - meanuncia mi hermana, antes de salir de la casa.
No tarda mucho en sonar de nuevo la puerta, me encuentrolavando los trastes, escucho el gruñido de Ethan, lo que me hace sonreír, puessé que sigue celoso, no entiendo porque, pero en cierta forma me divierte, meseco las manos y camino hacia la mesa en donde lo veo con las nariz arrugada.
- ¿Cómo te fue en la caza? -pregunto con una sonrisa.
- ¿Cuándo se cansará Andrew debuscarte? - es lo que obtengo de respuesta.
- ¿Buscarme? - elevo una ceja,a lo que él me manda una mirada seca.
- Se le nota a kilómetros quele gustas - me dice con la voz seca.
- Pues si le gusto y quiereconquistarme, lo está haciendo fatal - me mira con el ceño fruncido - no meveas así - le reprocho - Andrew, viene y habla con Kat y a mí apenas si mesaluda y después de desayunar, la acompaña al instituto y después en la tardela trae de regreso, comen y salen a pasear - sigue sin cambiar su expresión -creo que voy a matarlo, porque creo que le gusta mi hermanita.
- ¿Estás segura? - dice concierta desconfianza.
- Le lleva 7 años - lereprocho.
- Él no la tocara ahora - me asegura,tomándome de la mano y haciendo que me siente en su regazo - tal vez en unfuturo, cuando su diferencia de edad, se vea menor, él intente algo.
- A Kat si le gusta - comento,mientras acaricio sus hombros - me habla maravillas de él.
No obtengo respuesta, pues ha dejado un beso en mihombro, sé que Andrew siente algo por mi pequeña hermana, pero también sé queno hará nada, pues él tiene 21 años y ella apenas cumplirá 14, sigue siendo unaniña.
- Eres una celosa - susurrasobre mi hombro que ha descubierto.
- Lo aprendí de ti - tomo surostro en mis manos - pero te amo, mi cazador celoso.
- No más que yo - me asegura,besando mis labios.
Acaricia mi labio inferior, pidiendo permiso el que ledoy sin mayor problema, amo sus besos, aunque lo cierto es que amo todo él, nohay nada que pueda decir que me desagrada de él. Siento como se pone de pie, yme toma del trasero, lo que ocasiona que enrede mis piernas alrededor de sucintura.
Deja mis labios y comienza a dejar pequeños besos en mibarbilla y después pasa a mi cuello, comienza a caminar hacia su habitación, locierto es que en ese momento mi raciocinio esta nublado, lo único que quiero esa Ethan, no me interesa si alguien llegara en ese momento, lo único quenecesito es sentirlo más cerca de mí.
En cuanto llegamos a su habitación, escucho que cierra lapuerta, sin dejar su agarre, me coloca sobre la cama y él se coloca sobre mí,sus ojos grises me ven con deseo, eso hace que mis mejillas se sonrojen, mesiento un poco avergonzada por aquella mirada.
- ¿Estás segura? - pregunta conla voz ronca.
- Soy tuya - es mi respuesta -solo te quiero a ti en mi vida.
- Yo soy tuyo - dice antes devolver a besarme.
Poco a poco la ropa fue sobrando, ese día fue la primeravez que me entregue por completo a él, sin importarme el mañana, solo el ahora,y lo cierto es que me encantaba estar con él. Lo amaba más de lo que creíaapenas unas horas antes.
- Te amo - susurra, besando micabello, mientras yo me acomodo en su pecho.
- Te amo - respondo,recargándome en mis antebrazos para poder besarlo.
- Eres hermosa - acaricia mimejilla - me encantas.
- Me vas hacer sonrojar - lereprocho.
- Me encanta cuando te sonrojas- besa mi frente y luego mi nariz - lo cierto es que me encanta todas tusfases, todos tu momentos, todas tus caras.
No pude más que sonreír, y volver a acurrucarme a en supecho, poco a poco el cansancio se fue apoderando de mí, estar así hacia que nohubiera pesadillas.
- Soph - lo escucho, siento queapenas si he dormido - creo que Kat ha llegado.
Me tallo los ojos, observando que el sol se ha ido, melevanto, buscando mi ropa, la cual encuentro casi enseguida, me visto casi aciegas. Lo siento moverse del otro lado de la cama, por lo que estamos vestidosminutos después. Antes de bajar deja un casto beso en mis labios.
En cuanto llegamos a la parte de abajo veo a Kat llorar,y Andrew parece bastante ansioso, eso no es normal.
- ¿Qué pasa? - pregunto.
- Esté lugar ya no es seguro -es lo que responde Andrew.
- ¿Por qué? - Ethan lo mirafijamente.
- Han visto más como nosotrosen la cercanía, - responde - y no parecen amigables, y también dicen que estántrabajando con los humanos.
- ¿Cuánto tiempo tenemos parasalir? - le pregunto con urgencia.
- No están seguros - susurra,arrugo la nariz - pero no más de dos semanas.
- Debemos irnos - es lo quedice Ethan y no puedo estar más de acuerdo.
- ¿Ya? - pregunta Kat.
- Es peligroso salir a estáahora, además causarán muchas confusiones si salen ahora - comenta Andrew.
- No me interesa - gruñe Ethan- solo me interesa su seguridad.
Observo a Kat que esta llorosa y su mano está unida a lade Andrew, sé que mi hermana no querrá irse sin él, y en cierta forma medesespera, pero la comprendo, está enamorada de él.
- Esperen hasta mañana, - fijasu vista en mí - solo déjenme preparar todo, y nos iremos en la tarde.
- No - mi voz sonó ronca - nosiremos hoy.
- Solo serán unas horas - Katcamino hacia mí y me tomo las manos - finjamos unas cuantas horas más, porfavor.
Observe sus ojos azules, ¿Cómo negarle algo? Despuésobserve a Ethan que no parecía muy seguro, pero no creía que unas horashicieran la diferencia.
- Mañana después de que lleguesdel instituto, nos iremos - acepto.
- Todo estará listo para esahora - asegura Andrew con una media sonrisa - ahora me voy, que tengo quepreparar todo.
Lo veo salir de la casa, mientras mi hermana sube lasescaleras, no tengo idea de si fue una buena idea, o debí seguir mi instinto,pero sé que si la hubiera sacado esa noche, ella me habría odiado. Observo suhabitación, la cual compartimos, la escucho cantar y me doy cuenta que no fuetan mala idea esperar un poco.
- Esa niña es tu debilidad -susurra Ethan a mi oído, mientras me abraza de la cintura.
- Lo sé - suelto un suspiro -pero tú también eres mi debilidad.
- Tú eres mi fortaleza - megira hacia él. Y deja un beso en mi frente - no sabes cuánto te amo SophiaMendler.
- Si se parece a lo que sientopor ti - enrolle mis brazos en su cuello - creo que tengo una idea.
Solo sonríe antes de besarme, después de lo que a mí meparecieron segundos, por fin nos separamos y me obligo a subir a preparar todopara el día siguiente, esperaba que todo saliera bien.
Espero que les guste el capitulo.
Capitulo dedicado a:
Oliiii
Acure
Les deseo también una:
FelizNavidad
Esa mañana desperté con cierta angustia, sabía que ese día nos iríamos de aquel lugar, que seguiríamos con nuestro camino, pero no podía quitar esa sensación de inquietud, y más cuando vi a Kat salir con Andrew ambos sonriendo felices, y asegurándome que llegarían temprano.Los veo salir de la casa, siento a Ethan caminar por la cocina, hacemos lo de siempre, desayunamos en silencio, antes de salir de la casa, deja un beso en mis labios y otro en mi frente.
- Todo estará bien - me asegura - prepara todo, en unas horas estaremos lejos de aquí.
- Te amo - es mi respuesta.
- Yo más - me regala una sonrisa enorme.
Lo veo alejarse por el bosque, entro de nuevo a la casa, subo a las recamaras y reviso unas veinte veces que todo este, tomo las tres mochilas que llevaremos y las dejo en la sala. Después de eso, salgo de la casa, y hago lo de siempre, camino hacia el palacio de justicia.
- Hola Soph - me saluda la recepcionista - parece que hoy no hay nada para ti.
- ¿Segura? - pregunto con una leve sonrisa.
- Andrew no dejo que se te asignara nada hoy, dice que debemos darte un descanso - me sonríe animada.
- Muy bien - contesto con tranquilidad - iré a comprar algunas cosas, entonces.
- Descansa - la escucho decir antes de salir.
En aquella comunidad, me dedique hacer pequeñas misiones, como servir de guardia a personas para llegar a una comunidad, ayudar a recolectar verduras, cortar ramas, ya que Ethan se rehusó a trabajar para ellos, así que si queríamos vivir ahí, teníamos que ayudar, así que yo tome el lugar de trabajar, mientras Kat acudía a la academia, y el hombre de la casa se dedicaba a cazar.
Compre unos cuantos víveres en el mercado, varias personas me saludaban, haciéndome sentir un poco mal de que estaba abandonando ese lugar, sin advertirles que estaban quedándose en una trampa. No me puse a platicar con nadie, sencillamente respondía sus saludos y después casi corrí a la casa, para ponerme a hacer algo en casa.
En cuanto llego a la casa, meto en mi mochila los víveres, después de eso camino a la cocina y limpio todo. En cuanto termino con la cocina, subo a las recamaras, tal vez se me vaya más rápido el tiempo si tomó una siesta, pero en cuanto tocó la cama lo único que hago es dar vueltas en ella, sin lograr conciliar el sueño.
Después de un rato, me doy por vencida y me levanto, observo el reloj y veo que solo falta una hora para que ellos regresen, para poder tomar un camino fuera de ese lugar, sé que en cuanto esté fuera de ese lugar todo mejorara, que se ira esa opresión en el pecho, se irán los nervios, en cuanto sienta que Kat esté segura.
No sé qué hacer, para dejar de sentir la angustia, necesito tener mi mente ocupada en otra cosa, pero no encuentro en que, camino de un lado a otro, sintiendo como el tiempo parece detenerse, necesito pensar en otra cosa, en lo que sea, despejar mi mente, pero cada vez que cierro los ojos lo único que viene es muerte.
Odio no tener nada que hacer, pues mis recuerdos me atormentan, desearía poder ocupar mi mente al máximo, para que ellos no vengan, pero sé que eso no es posible, al menos no hoy, que no tengo nada que hacer más que esperar, cosa que no es mi fuerte, tal vez debí haber ido con Ethan y cazar con él.
Observo de nuevo el reloj faltan 40 minutos, parece que se está burlando de mí, tomo la escoba que se encuentra en la parte trasera de la casa, y sin más comienzo a barrer, no me agrada que la casa sea tan pequeña, pero no dejo un solo rincón, tal vez si Ethan me viera me diría que es una estupidez, después de todos nos iremos en menos de una hora, pero no lo hago para mantenerla limpia, sino para despejar mi mente, cuando termino la parte de abajo faltan quince minutos, a pesar de que no ha sido un ejercicio extenuante, estoy sudando, por lo que decido darme una ducha.
Dejo que el agua, me tranquilice un poco, no tardo mucho, pues ya casi no falta nada para que tengamos que irnos, así que me cambio, me coloco un pantalón negro las botas de siempre y me coloco la chamarra que me dieron hace casi cuatro años, a pesar del tiempo, sigue pareciendo nueva.
En cuanto toca mis brazos siento la frescura de la tela, e instantáneamente tomo la temperatura adecuada, me coloco las botas y ato mi cabello en una coleta, en cuanto termino, cierro la chamarra y bajo de nuevo viendo que han pasado cinco minutos desde la hora en que ellos deberían haber llegado.
Ellos ya deberían estar aquí, eso comienza hacer que el sentimiento de angustia crezca, la opresión en el pecho aumenta, comienzo a sentir nauseas, pues ni Kat, ni Ethan ni Andrew han llegado, se supone que no habría retrasos, ellos debían llegar a las 2 para poder irnos.
Mis manos están sudando y tiemblan, no dejo de mirar por la ventana, ella debe de estar a nada de llegar, se suponía que regresaría de la academia directo a casa, y después nos iríamos lo más lejos que fuera posible, pero no hay indicios de ella, y el reloj cada vez avanza más rápido, y por el camino no hay nadie.
- Sophia - apenas si es un susurro, me giró y me encuentro con unos ojos grises, que parecen haberse ensombrecido - quemaron la academia.
Aquellas tres palabras, han hecho que mis piernas pierdan la fuerza, el piso bajo de mí, parece temblar, y sin más termino en el suelo, tratando de procesar aquellas palabras que acaban de salir de él.
- No - mi voz apenas es audible - no - es lo único que puedo decir.
Parece que mis piernas de nuevo han tomado fuerza, necesito encontrarla, saber que ella está bien, que todo esto solo es una broma, solo eso.
La academia está a unos quince minutos caminando, pero no tengo tiempo para caminar, así que corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten, siento el viento frío golpear mi rostro, pero no me interesa lo único que quiero saber es que Katherine está bien.
Tropiezo con unas cuantas ramas y piedras, pero a pesar de los raspones y golpes, no me detengo. En cuanto llego al pueblo, debo detener el paso, pues mucha gente va y viene, algunas mujeres gritan, mientras escucho gemidos de dolor.
Mi corazón parece haberse detenido, algo está mal y lo sé, pero aun quiero creer que Kat está bien, que seguramente se quedó ayudando, y tal vez tenga algunos rasguños, pero nada de lo que preocuparse, o al menos eso es lo que deseo con fuerza, que mi hermanita este bien.
Llego entre empujones y apretones hacia los restos de la academia, muy pocos niños son los que están en la banqueta llorando, pero no hay rastro de su castaño cabello, no lo hay, y eso comienza a angustiarme, observo cada rostro, pero en ninguno están los ojos azules que siempre brillan al sonreír, en ninguno esta y eso comienza a estresarme.
- Kat - mi voz es ronca, pero ella debe responder, tiene que hacerlo - Katherine - repito, pero de nuevo no hay nada - Katherine - mientras corro hacia la academia, pero antes de que entré unas manos me retienen.
- Ella se ha ido - su voz apenas es audible.
- No - me niego a creerlo, eso es una mentira - ella está bien. ¡Katherine! - no sé cuántas veces necesito gritar, y no recibir respuesta, para entender que ella no vendrá.
- Sophie - su voz parece querer curarme las heridas del alma, pero ni por más suave y comprensible que suene su voz, lo va a lograr.
- ¡No! - grito, mientras trato de alcanzar la academia, las llamas están absorbiendo todo - ¡Katherine! - siento mi garganta desgarrarse, pero no me importa - ¡Katherine!
Cuando estoy por alcanzar las puertas del lugar, veo a varias personas tratar de apagar el fuego, las llamas salen por las puertas del lugar, no me interesa, solo necesito encontrarla, estoy a punto de entrar a ellas, pero siento unos brazos detenerme, poco a poco me aleja de aquellas puertas.
- ¡No! - grito, mientras pataleo e intento que me suelte - ella está ahí - araño las manos no me interesa quien sea, necesito entrar - me necesita, debe estar asustada.
- Ella no está ahí - susurra Ethan - se ha ido, Kat se ha ido.
- No, - eso debe ser mentira - ella está bien - las lágrimas comienzan a nublar mi vista - por favor - suplico y clavo mi vista en él - dime que ella está bien, que ella está a salvo.
Pero no hay respuesta, porque se comienza a escuchar disparos, escucho a la gente gritar otra vez, y veo a la gente correr.
- Van a bombardearnos - escucho la voz de Andrew - tenemos que irnos.
Quiero golpearlo, quiero matarlo con mis manos, pero no puedo hacer ninguna, pues Ethan aún me sostiene, se ha puesto en movimiento y por tal me ha obligado a mí hacer lo mismo, después de unos diez pasos comienza a correr, llevándome a rastras, pero yo no pienso dejarla, me rehusó a abandonarla, me resisto y él lo nota, por lo que me mira con seriedad.
- ¡Basta! - gruñe - ella está muerta - esas palabras hacen que mi sangre se congele - lo único que harás si vuelves ahí, es que te maten, y de nada serviría su muerte ni la tuya - me toma de los hombros - madura, Sophia, Katherine murió y tú vas a salir de aquí y saldremos adelante, vivirás por tu hermana, sabes que ella querría eso.
Quiero morir, eso es lo único que deseo en ese momento, pero sé que él tiene razón, que Kat desearía que yo siguiera, como si hubiera sido al revés, sin decir una palabra ni tomar nada corro hacia el bosque, es hacia el único lugar que sé estaré segura, pues al menos tendré donde esconderme, no me interesa quien me siga. La única persona que me interesaría sería ella, pero se ha ido, ante eso las lágrimas vuelven a salir, pero no me detengo, solo quiero alejarme de ahí, alejarme del dolor.
Espero que les guste el capitulo
Capitulo dedicado a:
AcureOliiii
Saber cuánto tiempo llevo corriendo, no es fácil de decidir, mis piernas duelen, claro que no es nada comparado con el dolor interno que tengo, dudo que un dolor físico pueda opacar el dolor que llevo a cuestas. Observo a mí alrededor, hace un rato que he dejado de ver personas correr, supongo que ya las pase a todas.
A obscurecido, la poca luz de luna, alumbra muy poco mi camino, tal vez debería detenerme, debería descansar un rato, pero lo cierto es que en cuanto eche a correr, no pase a casa por ninguna mochila, solo corrí, queriendo alejarme, de ese dolor que parece quemar mi interior, me está destruyendo sin miramientos.
Hace horas que las lágrimas se han detenido, aunque eso no quiere decir que haya dejado de doler, de hecho creo que cada hora que pasa el dolor es peor, cada vez que pienso en ella, siento como la herida se hace más profunda, no volveré a verla, no volveré a escucharla reír, no volveré a abrazarme a ella, no volveré a consolarla, no tendré nunca más a mi hermana.
Ante ese pensamiento, mis piernas fallan y caigo de rodillas, de nuevo las lágrimas se hacen presentes, es la única manera que encuentro para intentar sanar un poco el dolor, aunque por más que llore, no deja de doler.
- Soph - escucho su voz, pero no es la que quiero escuchar.
Lo siento tomarme de los brazos, no evito que me abrace, de hecho en este momento podrían atacarme y no haría el menor intento de defenderme, estoy indefensa, estoy débil, la he perdido. Está noche ya no puedo perder más, dudo que en algún momento de lo que me quede de vida, tenga algo más que perder, ya no hay nada que me interese.
- Yo estoy aquí - susurra, besando mi cabeza.
- Yo la quiero a ella - suena cruel, pero es la verdad.
- Lo sé - me acurruca en sus brazos, intentando disminuir mi dolor.
Ninguna muerte de las muchas por las que he estado rodeada, ha hecho algo en mí, excepto la de Katherine, la de ella me ha dejado vacía, me ha dejado sin nada. Ya no existe Sophia Mendler, ya no tengo nada porque seguir luchando, ella está muerta, soy horrible, pero habría preferido mil veces que quién muriera es quien me está abrazando, o yo misma debería de estar muerta.
- Ella no debía morir, - mi voz suena temblorosa - hice un pésimo trabajo.
No hay respuesta, él sabe como yo, que mi único objetivo se ha ido a la basura, mi único trabajo no lo he hecho absolutamente nada bien, he fracasado estrepitosamente y ese no es el problema sino que en mi fracaso, me lleve entre los pies a lo único bueno y puro que tenía, a mi pequeña niña, a mi hermanita.
- Chicos - ante esa voz.
Me separo de Ethan, y sin ver bien a la persona, comienzo a golpearlo, si él no hubiera llegado a nuestras vidas, mi hermana aún estaría con vida, todo es su culpa, cada golpe que le doy, no hace que me sienta mejor, no hay alivio.
- ¡Basta! - gruñe Ethan, mientras me separa de él, y me retiene de la cintura, alejándome de Andrew.
- Por tu culpa, ella está muerta - gritó.
- No - lo escucho apenas si es audible - yo también la quería, a mí también me duele, pero yo no tuve la culpa.
- Si la hubieras dejado partir ayer, nada de esto habría pasado - le espeto, mientras sigo luchando con Ethan para que me suelte.
- No fue culpa de nadie, - la voz de Ethan es fuerte y un tanto intimidante - Andrew no tenía idea de que esto pasaría, si lo hubiera sabido, no nos habría detenido, sabemos que Kat era importante para los tres - en ese momento he dejado de forcejear - y Kat nos quería a los tres, así que mantengamos juntos y sin discusiones por ella.
Por fin me suelta y sin más me alejo de los dos, no voy a huir de ellos, simplemente quiero mi espacio, quiero llorar la muerte de mi hermana.
Me recuesto un tanto alejados de ellos, los escucho entablar una conversación, y es extraño, que haya tenido que pasar esto, para que ellos comiencen a tratarse. No quiero poner atención a nada de lo que hay a mí alrededor, por lo que sin más me recuesto en el césped, mi cabeza queda cerca de un tronco, cierro los ojos esperando que la inconsciencia llegue, y es casi inmediata.
Sangre, cadáveres, fuego, es lo que se repite en mi inconsciente, la veo a ella, caminar hacías las llamas, por más que le grito ella no se detienen.
- Sophia - escucho a lo lejos, mientras siento que alguien me sacude de los brazos - Sophia - se escucha más cerca - despierta.
Ante eso, mis ojos comienzan a abrirse y me encuentro en la obscuridad, es Ethan quien me ha despertado, mi corazón late con demasiada prisa, parece querer salírseme del pecho, mi respiración es un jadeo, y siento como las lágrimas ruedan por mis mejillas, sus manos las limpian.
- Solo fue un sueño - me consuela.
Me acurruco en sus brazos, dejo que intente consolarme, nada puede mejorar mi estado de ánimo, pero no se lo digo, dejo que me abrace y me acaricie el cabello, mientras me susurra que todo estará bien, pero lo cierto es que nada está bien, al menos no para mí.
¿Qué día es? ¿Lunes? No tengo idea de que día es, ni cuánto tiempo ha pasado desde que ella se ha ido, solo camino porque Ethan me arrastra, apenas si como porque él me obliga, casi no duermo, las pesadillas me atormentan, así que solo dormito, lo que ha dejado huella, pues mis ojeras cada día van en aumento.
Mi aspecto no se compara con lo horrible que me encuentro interiormente, aunque Ethan siempre me observa con preocupación, mientras Andrew apenas si me dirige la palabra, y lo cierto es que no me interesa, ya nada puede interesarme. Estoy muerta, mi cuerpo sigue sobreviviendo, pero mi espíritu se fue con ella, debo mantener con vida mi cuerpo, porque eso es lo que Kat desearía o al menos eso es lo que siempre repite Ethan.
Nos hemos detenido de nuevo, y él ha ido a cazar, mientras Andrew a recolectado madera, para la fogata. Mientras yo me he dejado caer a unos metros de él, lo veo caminar de un lado a otro, mientras toma una roca y un palo bastante gordo, que comienza a hacer rodar con la roca.
- No prenderá - susurro.
- Al menos hago el intento de hacer algo - es lo que obtengo de respuesta.
- ¿Qué dijiste? - finjo no haber escuchado.
- Lo escuchaste, perfectamente - me manda una mirada ácida, por lo que frunzo el ceño - enserio ¿crees que eso es lo que quería Katherine?
- No te atrevas a mencionarla - gruño.
- Eres un despilfarro - me espeta - mírate, - me señala con cierta desilusión - no eres nada - no puedo decir nada, siento la boca seca - Kat te tenía en un altar, creía que eras valiente, que eras una guerrera, pero lo cierto es que se equivocó - camino hacía su mochila de donde saco un cuchillo, se giró hacia mí - hagámosle un favor - lo veo caminar, y no hago nada - quitarte del camino, matar tu cuerpo.
- ¡Andrew! - escucho gruñir a Ethan.
- No te metas - esa es mi voz.
Él no se detiene, y lo cierto es que no quiero que se detenga, pero antes de que llegue a mí, Ethan lo tira al suelo, veo el cuchillo salir de su mano, y sin más lo atraigo hacia mí, con el poder que creí muerto, escucho gritar a los dos, no entiendo que dicen. Lo siento clavarse en mi pierna, gruño, pues esa no era mi intensión, quiero matar al asesino de mi hermana.
Y en ese momento descubro que soy yo, que fui yo quien decidió esperar las horas, que soy yo la que fui débil con ella, la que acepto su capricho, que por mi culpa ella está muerta, por mi debilidad ante ella. Levanto de nuevo el cuchillo, está vez no voy a fallar, un golpe certero en el corazón y será una muerte rápida.
Cierro los ojos esperando esa puñalada, pero lo que obtengo es un gruñido, en cuanto abro los ojos, veo a Ethan caer ante mí, mi corazón se acelera a límites insospechados, mi respiración se detiene al ver que se cubre el costado y veo que sus manos se llenan de sangre.
- Ethan - sale en un susurro, mientras me arrastro a él.
- Ella debía morir - le espeta Andrew y es cierto.
- Siempre voy a protegerte, - me sonríe, mientras lo hago recostarse y coloco su cabeza en mi regazo - aún de ti misma.
- Eres un idiota - le espeto, mientras siento como mis ojos empiezan a picar.
- Bueno ahora será más fácil que te mates - la voz de Andrew es ronca - ya no habrá nadie que te detenga, y tampoco tendrás a nadie por quien vivir.
Y en ese momento entiendo, que a pesar de creer que perdí todo con Kat es una mentira, pues en ese momento que Ethan está entre mis brazos con una herida que puede ser mortal, me doy cuenta que aún lo tengo a él.
- Perdóname - susurro, mientras beso su frente - no me dejes - le suplico - eres lo único que tengo, eres mi vida.
- Tú eres la mía - a pesar de la herida sigue sonriendo.
- ¿Qué tan lejos queda el poblado más cercano? - le pregunto a Andrew.
- No lo sé - me espeta - jamás he estado por aquí.
- Tranquila, ángel - mientras me enseña la mano, que es la que sangra.
Ante eso, me abrazo a él con fuerza, pues no se ha herido el abdomen, solo ha sido su mano, al intentar detener el cuchillo, sé que debería estar furiosa por engañarme, pero no puedo, siento tanto alivio que esté bien, que no me importa que me haya manipulado, en ese momento solo me interesa que él está bien.
- No vuelvas a hacer algo así - replica Andrew, mientras lo patea - casi, me da un ataque.
- Lo siento, - susurra, aunque sé que no es para él, es para mí - pero ya no sabía qué hacer.
- Gracias - ante eso me separa de él, y me mira con una ceja elevada - por no dejarme caer, por obligarme a salir de mi inmundicia, por hacerme ver que aún me quedas tú, y que no vas a dejarme.
- Soph - me mira fijamente - siempre voy a estar para ti.
Me vuelvo a abrazar a él, no me importa nada, más que el hecho de que él sigue vivo, que estará conmigo. Y entiendo lo que me dijo Andrew, a Kat no le serviría de nada que siguiera con vida, siendo un bulto, siendo una carga, eso no puede continuar, se los debo a ella y a Ethan, es por eso que ya basta de culpas y de tenerme lastima. Es momento de seguir con mi vida.
Espero que les guste el capitulo
Capitulo dedicado a:
Oliiii
Abro los ojos y me encuentro en una habitación con ventanas, siento mis manos atadas, y veo una de mis manos sujeta a la que reconozco enseguida como la de Ethan, aún siento el dolor de mi pierna, pero esa herida hace meses que sucedió, veo que mi compañero no abre los ojos, los mantiene fuertemente cerrados.
- Ethan - llamo, pero él no parece reaccionar - Ethan.
- Tranquila - escucho una voz a mi espalda y recuerdo a la doctora que nos metió en todo esto - él ya no tarda en despertar, fue más complicado entrar a sus recuerdos, así que tardará unos minutos más inconsciente.
- ¿Estará bien? - la veo asentir - ¿puedes desatarme? - me mira con cierta duda - quiero acariciar su cabello.
Camina hacia mí, y desata mi mano, me siento en la camilla y comienzo a acariciar su cabello, veo como frunce el ceño, no sé que recuerdo esté viviendo, de hecho no entiendo porque estoy despierta, si faltan unos meses de recuerdos, veo a la doctora caminar hacia los vidrios polarizados, en donde supongo están los demás sujetos que están viendo nuestros recuerdos.
- Sophia - llama después de unos momentos fuera, giró mi vista a ella - saliste antes de que yo te despertara de tus recuerdos - enarco una ceja - apenas si he podido mantenerte dormida, pero lo cierto es que con los recuerdos de Ethan van a ser suficientes en los últimos meses.
No digo nada, pues lo cierto es que no hice nada para salir antes de los recuerdos, lo cierto es que han sido dolorosos cada uno de ellos, y de hecho sentir tan fuerte de nuevo la muerte de mi hermana, hace que las ganas de llorar de nuevo aparezcan, pero sencillamente me las trago, mientras veo a Ethan hacer muecas, necesito ya verme en sus ojos, necesito abrazarlo.
Pasan como veinte minutos, en los cuales se acerca la mujer y comienza a desconectar los electrodos que había puesto en nuestras cabezas, se aleja de nosotros, mientras observo como poco a poco sus ojos grises se abren, y se clavan en los míos.
- Hola - saludo con una media sonrisa - ¿cómo estás?
- Un tanto confundido y mareado - contesta con sinceridad - ¿y tú?
- Bien - respondo con tranquilidad.
- Ya tenemos lo que necesitamos - comenta la doctora - en un momento vendrá alguien a llevarlos a sus habitaciones.
- ¿Habitaciones? - repite Ethan - ¿estaremos separados?
- Lo siento - se disculpa con una leve sonrisa - a su habitación.
Eso parece tranquilizarlo, aunque me sorprende un poco que en ese lugar haya habitaciones para nosotros, pero no lo hago notar. Dos minutos después de eso, veo aparecer a un hombre bastante alto como unos dos metros, viene todo de negro y con pasamontañas, por lo que solo logro ver sus ojos negros, que nos ve sin emoción alguna.
- A la zona 47, habitación C-512 - repone con suavidad - mañana les enseñare un poco el lugar.
- Gracias - le dedico una media sonrisa, mientras veo al hombre esposar nuestras manos.
No me quejo, pues en cierta forma los entiendo nos temen y estoy segura que si yo estuviera en su lugar haría lo mismo, pues somos desconocidos para ellos, cuando salimos de la habitación, observamos a otro hombre él más alto se coloca delante de nosotros y el otro se coloca detrás.
Comenzamos a caminar, cuando salimos de aquello que parece ser el laboratorio, pasamos por pasillos de metal, en donde no hay ventanas y no se puede ver el exterior, así que no sé si es de día o de noche, aunque lo cierto es que eso no tiene mucha importancia. Caminamos cerca de 15 minutos, antes de que se detengan en una puerta, veo al hombre teclear una clave, para posteriormente la puerta abrirse, en cuánto salimos del lugar, observo que el cielo estrellado es lo que alumbra.
Me emociono al sentir el aire golpear mi rostro y darme cuenta que estamos al aire libre, veo varios árboles rodear el camino, al igual que algunas farolas, hacia unos enormes edificios, pasamos entre varios edificios, veo un parque en medio de todos los edificios, aunque a esa hora ya no hay nadie.
Pasamos unos 10 edificios, antes de que el hombre comienza a subir las escaleras de uno, que lo cierto es que ni siquiera lo identifico, a mi todos me parecen tan iguales, que sencillamente sigo al hombre. Subimos cinco pisos, que es el último piso, el hombre se dirige hacia la izquierdo en donde veo solo 3 puertas, él se dirige a la última en donde veo la C-512 que ha sido nuestra habitación asignada.
De nuevo lo veo teclear algo, y la puerta se abre, nos hace una seña para que entremos, en cuanto estamos dentro, se acerca y nos quita las esposas. Lo veo salir, mientras masajeo mis muñecas. En cuanto estamos solos, observo el lugar, lo cierto es que no es una habitación, es un pequeño departamento, en donde puedo observar la sala y la cocina y un pequeño comedor, observo una puerta al fondo, a la cual me dirijo sin prestar atención a mi acompañante.
En cuanto abro la puerta me encuentro con la recamara que solo consiste en una cama matrimonial, un pequeño tocador, dos buro y una puerta que supongo es el baño, pero lo cierto es que no me quedo con la curiosidad y abro la puerta en donde me encuentro con un baño sencillo, no me quejo, es más de lo que teníamos hacía unos días.
- ¿Por qué pareces acoplarte tan bien a esto? - pregunta Ethan a mi espalda.
- ¿Qué debo hacer? - lo observo sin expresión alguna - desperté antes de que vieran mis últimos meses, y si tengo que besar el piso por donde caminan lo haré.
- ¿Dónde quedo la Sophia valiente, que no se deja humillar por nadie? - su mirada es fría.
- Observar esté lugar, me hace ver que tal vez si haya un mejor futuro - susurro.
- Ellos nos odian - su voz salió elevada.
- No, no nos odian - digo con tranquilidad - solo nos tienen miedo, y tenemos que hacerles ver que no somos peligrosos.
- Ahora hablas como si fuéramos animales - está furioso lo puedo notar - ¿qué diablos te pasa?
- Estoy embarazada - suelto sin más - hace unas semanas lo descubrí, pensé que lo mejor era abortarlo - me dolía decir aquello - no quería que mi hijo viviera lo mismo que nosotros, no quería que toda su vida se la pasará escondiéndose.
- ¿Y creíste que yo no merecía saberlo? - su mirada de decepción me dolió.
- Lo hable con Andrew - ahora su mirada es de furia.
- ¿Andrew? - repitió con asco - ¿acaso me perdí de algo entre ustedes? ¿él es el padre?
- Ethan - susurro - sabes perfectamente, que el padre eres tú - estoy a nada de ponerme a llorar - y también sé que debí decírtelo a ti, pero Andrew vio la prueba, así que tuve que decírselo no porque quisiera - camino hacia él, que sigue furioso - lamento habértelo ocultado, - mientras tomo sus manos - pero estoy aterrada, cuando lo supe quise abortarlo, pero basto un minuto de pensar en su hermoso cabello castaño y sus pequeños ojos grises, en darme cuenta que ya lo amaba - las lágrimas ya salen - tengo miedo de no poder defender lo, de no poder salvarlo como con Kat - su rostro poco a poco se va relajando - soy un fracaso cuidando lo que amo, no quiero perder lo, si algo llega a pasarle, no podré superarlo, esta vez no.
- No estás sola - me toma el rostro con suavidad - es nuestro, y como tal lo vamos a cuidar, nada va a pasarle, no dejaré que nadie los toque.
Sé que no fue la mejor manera de decirle sobre el embarazo, pero lo necesito para protegerlo o protegerla, porque ese pequeño ser que crece dentro de mí es de los dos, y si tengo que humillarme lo haré con tal de mantenerlo a salvo, porque a pesar de aún no tenerlo en mis brazos ya es lo que más amo, porque es algo de los dos, aunque suene estúpido es muestra de nuestro amor.
Bueno espero que les guste el capitulo, ya está por terminar, solo quedan a lo mucho tres capítulos más.
Capitulo dedicado a:Oliiii
Apenas si hemos dormido, él como siempre vigilando mi insomnio, y yo con las pesadillas, acaricia mi cabello, mientras me acurruca en sus brazos.
- ¿Alguna molestia? - pregunta, posando su mano en mi vientre plano.
- Solo un poco de nauseas - susurro - pero nada que no se pueda controlar.
- Vamos a estar bien - me asegura.
- Lo sé - sonrió de lado.
Sé que estaremos bien, me siento segura con él, siempre ha sido y siempre será así, porque sencillamente Ethan Rumsfeld es mi ángel, aunque ese haya sido mi papel en la comunidad, sé que le queda mejor a él el nombre, porque desde que tengo memoria ha sido mi ángel guardián. No sé en que momento comenzó a enamorarse de mí, pero lo agradezco.
No sé que hora es, y lo cierto es que no me interesa, hace una hora ambos hemos tomado una ducha, pues el sueño no llego. Escucho la puerta abrirse, pero ni siquiera hago el intento de levantarme y él tampoco, así que seguimos acostados, pero no se tardan mucho en abrir la puerta de la recamara, en donde nos observa la doctora Longoni si no mal recuerdo, y otra mujer mucho mayor que la doctora, su cabello castaño muestra ya bastantes canas y los ojos azules nos miran fijamente.
- ¿Es ella? - su voz suena un tanto ronca, veo que la doctora asiente - Sophia.
- ¿Quién es usted? - pregunto, poniéndome de pie.
- Soy Helen Crown - al escuchar el apellido, creo que abrí la boca - tu abuela.
Eso debía ser una broma, se suponía que mi madre era huerfana, así que no tenía padres, así que esa mujer que tenía frente a mí no podía ser mi abuela, además como podía llegar a decirme eso, como si fuera cualquier cosa.
- Dijo que hoy nos mostraría el lugar - fue lo primero que se me vino a la cabeza, intentando alejarme de esa mujer.
- ¡Oh, si claro! - contesto la pelirroja un tanto contrariada por mi reacción.
Ninguna de las dos quiso seguir con el tema, así que salimos del departamento, mientras la doctora nos explicaba los distintos edificios, lo cierto es que en ese momento mi cerebro no prestaba atención, ya que aún seguían retumbando las palabras de la mujer mayor.
No sé cuanto tiempo caminamos, pero habíamos llegado al pequeño parque que había visto la noche anterior, sin mirar a ninguno de los presentes, me aleje del lugar y observe a unos cuantos pequeños subir a las resbaladillas y columpiarse, sonreí y sin ser consciente lleve mi mano a mi vientre.
- Mendler - escuche que me llamo una voz ácida, giré un poco la cabeza y la vi, delgada como siempre y unos centímetros más alta, su cabello negro caía sobre sus hombros - pensé que habías muerto.
- Yo pensé lo mismo de ti Ludwig - mi voz fue tranquila.
- ¿Te gusto lo que le hice al colegio de tu último escondite? - observo su sonrisa burlona.
Abro los ojos, siento como el odio que creí haber controlado se hace presente, como sube por mi estómago hasta mi garganta quemando cada parte de ella, sin ser consciente mis manos se elevan a su cuello, ella no lo espera, por lo que es tan sencillo comenzar a apretarlo, en cuanto lo siente toma mis manos y comienza a arañarlas, tratando de que me detenga.
Escucho gritos, pero en ese momento no me interesa, necesito desquitar todo el dolor que siento, y más ahora que sé que ella es la causante de la muerte de mi hermana.
Eres tan despreciable como tu padre - mi voz sale como un gruñido - creí que eras una idiota, de la que no debía preocuparme, ese fue mi error.
- ¡Sophia! - esa voz la conozco, sus manos abren con fuerza las mías, ocasionando dolor, pero no me importa - ¡Basta!
- Ella la mato - replico, mientras intento que me suelte - ella es la asesina de Katherine.
- Yo... n-no... q-quería... ma-matar... a... t-tu... her...ma...na - le cuesta trabajo hablar - t-te... que-quería... matar... a... ti.
- ¿Creíste que estaría en una academia? - sigo forcejeando con Ethan - deberías estar muerta, igual que tu padre, la basura debería irse junta.
Sus ojos negros me ven con enojo, pero no me interesa, quiero matarla en ese momento deseo poder desaparecer la de mi vida, que deje de existir, como ella hizo que dejara de existir mi hermana.
- ¿Qué pasa aquí? - pregunta la doctora un tanto asustada.
- ¿A quién más ha salvado? - le escupo.
- Todo aquel que llega aquí, está a salvo - contesta con nerviosismo.
- Quiero que la saque - siento las lágrimas luchar por salir - ella no merece ser salvada, ella debería morir.
- ¿Al igual que tu hermanita? - escucho cierta burla.
Forcejo con mayor fuerza, pero Ethan me pega más a él, no importa cuanto patalee, sé que él no va a soltarme.
- Mara, ve a tu sección - escucho que ordena la tal Helen - después iré a verte.
- Intento matarme, - gruñe - ella es quien debería irse a encerrar.
- Te he dado una orden - y ante eso la veo alejarse del lugar.
He dejado de forcejear, pero Ethan no me suelta, las lágrimas ya recorren mis mejillas, las dos mujeres me observan, una con temor y la otra con enojo.
- ¿Qué fue eso? - me ordena a contestar.
- Ella mato a mi hermana - respondo con cierto temblor.
- ¿Ella? - escucho su voz flaquear.
- Acaba de decírmelo - aprieto los puños.
- No volverás a verla - me asegura Helen - pero tienes que tranquilizarte, no le hace bien al bebé.
Eso ha hecho que las lágrimas se detengan de golpe, y siento a Ethan estremecerse detrás de mí, siento como la nausea aparece, no puedo creer que ellos ya sepan sobre mi embarazo.
- Se les hicieron exámenes - nos explica la doctora - y bueno así supimos que estabas embarazada.
No sé preocupen, ese bebé estará más que protegido - me sonríe amablemente Helen - lleva la sangre Crown en él, y nadie va a tocarlos, además yo fui quien construyo todo esto.
- ¿Usted? - elevo una ceja confundida.
- Sí, junto con Richard tu abuelo - no quita su sonrisa.
¿Mi abuelo? ¿Por qué pondría algo así? Si él había sido él que había intentado hacer mejoras a los ya no normales. Eso no tenía lógica para mí, al igual que esa mujer fuera la madre de mi madre, ante eso me llego una duda ¿ella también sería un fenómeno como nosotros? Mi cabeza dolía ante tantos pensamientos revueltos en mi cabeza, así que sin decir nada, decidí que lo mejor era regresar al departamento y descansar, para ver si con eso podía aclarar algo.
Helen CrownYa esta por terminar el fic, estamos en los últimos capitulos
Capitulo dedicado a:
OliiiEstoy recostada en la cama, abrazo mis piernas, es como si quisiera proteger al pequeño ser que crece dentro de mí, no tengo idea de como mantenerlo a salvo y ahora menos que sé que mi secreto no es tan secreto como había imaginado. Sigo sintiendo ganas de llorar, pero hacerlo no va a resolver nada, ahora tengo que mantenerme tranquila para saber que es lo que tengo que hacer.
Escucho la puerta abrirse, pero lo cierto es que no me muevo, sé quien es y lo cierto es que no tengo ganas de escuchar sus reproches, estoy demasiado cansada para escucharlo, por lo que cierro los ojos, esperando que crea que estoy dormida.
- Sé que no duermes, - su voz se escucha ronca, no me muevo - fue una estupidez lo que hiciste - no conteste - Sophia, deja de comportarte como una niña.
No quiero pelear, lo único que quiero hacer en ese momento es olvidarme del horrible momento que acabo de vivir, pero parece que Ethan no entiende, lo que me pasa, sé que no fue su hermana la que murió en aquel lugar, pero al menos espero que entienda que no quiero hablar.
- Estoy cansada, - susurro - por favor.
- Soph, - lo siento acostarse en la cama y abrazarme - entiendo que lo que te dijo Mara te afectara, pero tienes que pensar en nuestro bebé.
- No entiendes, lo que significo para mí - me giro hacia él, para verlo directamente a los ojos - que tuviera el cinismo de decirme que había sido ella, y que además se burlara del dolor que sentí.
- Tal vez no lo entiendo, - acepta - pero tienes que hacer un esfuerzo de estar tranquila, tus sentimientos le afectan - llevo su mano a mi vientre - no quiero que les pase nada a ninguno, y puedo protegerte del resto, pero no puedo protegerlos de ti.
Me mira fijamente y me siento culpable, sé que fui impulsiva y que debo pensar en el bebé antes que en cualquier otra cosa, que debe ser mi prioridad, y lo es, pero en ese momento el enojo me cego, solo quería vengarme. Suelto un suspiro, mientras me acurruco en él.
- No volverá a pasar, - le aseguro - pero por favor no permitas, que la vuelva a tener frente a mí.
- Lo prometo - deja un beso en mi coronilla.
- Arruyame - le pido, pegándome más a él.
Comienza a tararear una canción, que lo cierto es que no conozco y no recuerdo, pero su voz siempre ha logrado que me tranquilice, y ese olor que me hipnotiza, ocasiona que el sueño poco a poco vaya llegando, en poco tiempo he caído en la inconsciencia, mi cuerpo lo necesita, después de lo sucedido me siento agotada.
No sé cuanto tiempo ha pasado, cuando escucho que alguien llama a la puerta, no quiero levantarme, es más mis ojos no quieren abrirse, pero el toquido es cada vez más fuerte e insistente, por lo que por fin mis ojos se abren y veo a Ethan sentado en la cama, y casi enseguida se levanta para abrir.
Me acomodo nuevamente para seguir durmiendo, pero escucho la voz de Helen, así con cierto pesar me pongo de pie, camino descalza hacia la sala en donde observo a la mujer, que en cuanto me ve, me sonríe como si nos conociéramos de toda la vida.
- Lamento despertarte, - en verdad parece apenada - pero pensé que tendrías dudas.
- Y las tengo - contesto con la voz un tanto adormilada.
- Creo que lo mejor será que venga otro día - su sonrisa no deja su rostro.
- ¡No! - suena más elevada de lo que deseo - tengo que entender todo esto.
No obtengo respuesta, solo la veo caminar hacia la pequeña mesa, observo a Ethan que sencillamente me sonríe y me toma de los hombros para guiarme a una silla al lado de la mujer.
- Iré a preparar algo de comer - comenta Ethan.
- No es necesario, - repone con tranquilidad Helen - sé que Sophia te dice todo.
- No lo hago por no escuchar, - su voz suena indiferente - lo hago porque tiene que comer.
Y sin más lo veo desaparecer por la pequeña cocina.
- Ethan te adora - es lo primero que dice cuando nos quedamos solas.
- Y yo a él - respondo con suavidad.
- Ya he visto todo lo que ha hecho por ti, - toma mi mano que he dejado sobre la mesa - es un gran hombre.
- Lo sé, - susurro - pero no estamos aquí para hablar lo buen hombre que es y de cuanto me ama - aparto mi mano de ella - quiero saber ¿cómo usted siendo madre de la mía, la dejo a la deriva?
- No la deje a la deriva. - mantiene su vista sobre mí - Conocí a tu abuelo cuando fue a ver al presidente de los "normales" - dibujo las comillas - yo trabajaba en ese entonces en los laboratorios, para intentar detener las mejoras, ya comenzaban a asustarnos, bueno no a mí, pero si al resto y yo estaba demasiado preocupada, pues mi pequeña niña de dos años cargaba cosas que triplicaban su peso, y eso no era bien visto. Estaba aterrada que alguien la viera, y quisieran mandarla a esas comunidades.
<< Al saber que tu abuelo vendría, no evite emocionarme, pues él continuaba con lo que había dejado su padre, él debía saber como parar todo eso - suelta un suspiro - cuando hable con él, me di cuenta que estaba trabajando no para mejorar a la raza humana, sino para detener los cambios, en ese momento experimentaba con su pequeño hijo y con otros pequeños de la comunidad - sonríe de manera amarga - comenzamos a trabajar juntos, el presidente lo acepto pues quería que todo eso se detuviera - la veo apretar los puños - nuestra única equivocación, fue confiar en un joven.
- Ralph Ludwig - comento con cierto malestar.
- Creímos que él estaba de nuestro lado, - se lleva la mano al cabello - un error que me costó separarme de mi hija, pues cuando descubrieron su don, la alejaron de mí - sus ojos están cristalinos - tu abuelo prometió protegerla, pero cuando llego a su comunidad, ya Ralph los había puesto en su contra, así que no era más que un chiflado - una lágrima rodó por su mejilla - él siguió con sus experimentos, mientras yo seguía con esto que habíamos empezado los dos.
- ¿Lograron detener las mejoras? - pregunto.
- Tu abuelo, pensó que si no podía detener las mejoras, tenía que mejorarlas, para acabar con Ralph - su voz suena un poco temblorosa - claro solo practico contigo, tu hermana y Ethan.
- ¿Cómo lo permitieron sus padres? - enarco una ceja.
- Su madre creía en tu abuelo, así que ella dejo que experimentara con ella, primero embarazada y luego con él - trata de sonreír pero no lo logra.
- Por eso fuimos una amenaza para ellos, - mi voz sale un tanto ronca - por ustedes.
- Tu abuelo, deseaba que ustedes con mejoras, fueran elegidos como líderes - explica con suavidad - jamás imagino que Ralph, volviera a meterle miedo al ministro y decidiera deshacerse de ustedes.
No contesto, sé que su intención no fue que toda la comunidad intentara matarnos, mi abuelo nos amaba, eso lo sabía. Mi mirada de nuevo se dirige a la mujer frente a mí.
- ¿Y qué hacen aquí? - esa no es mi voz, sino la de Ethan.
Pues les enseñamos a comportarse como personas y no como armas - contesta - y como tal no tenemos algo para quitar las mejoras, pero les enseñamos a ocultarlas, para evitar el miedo.
- ¿Y nosotros? - mi ceño está fruncido - nosotros no somos como ellos, nuestras mejoras son mayores.
- No puedo quitártelas, - dice con honestidad - pero puedo enseñarte a vivir con ellas, sin que las veas como una carga.
- ¿Y el bebé?
- Será un bebé normal, que nacerá en un mundo en donde no tendrá que ser seleccionado para nada - se levanta y camina hacia mí - será un bebé feliz, lleno de amor - y sin más me abraza.
No respondo y tampoco evito el abrazo, solo espero que lo que me está diciendo sea cierto que mi bebé, nazca en un mundo lejos de todo lo que a mí y a su padre nos hizo daño, que tenga una infancia feliz, que nunca sepa que es el miedo de ser mandado a la guerra o el malestar que deja matar a alguien, no quiero que vea la sangre.
Ya solo queda un capitulo más y un epilogo, espero que les guste
Capitulo dedicado a:OliiiiLo siento moverse, hace semanas que el hecho de que estire mi piel, golpee mis órganos se ha hecho costumbre, mi vientre es enorme, apenas si puedo ver mis pies, todo movimiento me hace sentirme exhausta, sé que no falta mucho para por fin tenerlo entre mis brazos, porque según el doctor que me ha visto es niño.
Y me alegra, hace mucho que no soy feliz como ahora, a pesar de que es lo más incomodo y duele cada vez que se mueve, no evito que mi corazón se ensanche, pues es mi hijo y está a nada de salir al mundo. Tengo miedo, pues en estos momentos que lo tengo dentro de mí he podido cuidarlo, no de la mejor manera, pero he podido mantenerlo vivo, pero cuando ya lo tenga en brazos, temo no poder hacerlo.
Acaricio mi vientre, y lo que recibo como siempre es un golpe que me saca un poco el aire, y que hace que sienta como si me fuera a romper, pero se siente bien, porque eso me dice que él está vivo.
- Soph - ante la voz de Ethan, me levanto del sillón, para caminar hacia la sala - ¿cómo están?
- Mejor ahora - le sonrió levemente.
- ¿Me extrañaron? - susurra, acercándose a mí.
- Demasiado - me acerco a él y rodeo su cuello con mis brazos, aunque no es muy sencillo con la enorme panza que tengo - no vuelvas a irte por más de unas horas, estos 3 días han sido horribles.
- Solo estaba viendo que todo, en nuestro nuevo hogar estuviera perfecto, para ustedes - deja un beso en mi frente.
- Te amo, Ethan - llevo mi mano a su mejilla - gracias por todo.
- Yo te amo más Mendler - sonríe mientras se inclina y deja unidas nuestras frentes - y no hay nada que agradecer.
Pero antes de que pueda besarme, se escucha una explosión, es demasiado fuerte, pues ambos terminamos en el suelo y unos metros alejados del lugar donde estábamos, de hecho sentí como mi espalda daba contra la mesa de centro de la sala, y por supuesto algunos vidrios incrustados en ella, Ethan a penas si ha podido evitar caer sobre mí, sus manos quedan a los lados de mi cabeza.
- ¿Estás bien? - sus ojos buscan con cierta desesperación los míos.
- Sí - mi voz apenas es audible - ¿y tú?
- Nada de que preocuparse - me asegura.
Lo veo levantarse y sus manos sangran, eso en cierta forma me angustia, pero no se lo hago notar, con su ayuda me pongo de pie, la espalda me arde, pero sé que son por los pequeños vidrios, pero no hay demasiada molestia.
- Quédate aquí - me ordena.
Lo veo caminar hacia la puerta, no me muevo de donde él me ha dejado, en ese momento en lo único que pienso es en mi bebé, se suponía que esté tipo de cosas ya no deberían de pasar, deberíamos de estar libres de está clase de ataques, porque no creo que haya sido accidental.
De pronto siento una punzada en el vientre, me hace doblarme de lo fuerte que fue, trato de respirar y ver si así el dolor disminuye, pero no pasa nada, de hecho cada vez es más fuerte, no puedo ni siquiera gritar, pues el dolor me ha dejado sin voz.
- Hay que irnos - escucho, pero lo cierto es que no puedo moverme - el edificio está en llamas - y sé que debo moverme, pero no puedo - Soph.
Lo veo caminar hacia mí, no sé como mis piernas aún pueden sostenerme, creo que ve en mi rostro el dolor porque me toma en brazos, el dolor no se va y eso comienza a angustiarme, me aferro a su cuello, cuando comienza a bajar las escaleras lo más rápido que le es posible.
Escucho gritos, pero no son entendibles, en ese momento el dolor va en aumento, y siento como todo me comienza a dar vueltas, sé lo que va a pasar, pero no quiero desmayarme, por lo que luchó contra eso, tengo miedo de que si pierdo el conocimiento, algo le pase.
- Sophia, Ethan - escucho a los lejos - ¿están bien?
- Creo que tiene dolor - la voz de mi acompañante se escucha temblorosa.
- Sophia - observo los ojos azules de mi abuela - ¿qué tienes?
- Mi bebé - es lo único que puedo decir.
- Rápido, hay que llevarla al hospital - la voz de Helen cada vez se va escuchando más lejana - aguanta, cariño.
Por más que intento que mis ojos se mantengan abiertos no puedo, por lo que por fin caigo en la inconsciencia, no sé cuánto tiempo todo es negro.
- Tendremos que realizar cesárea - escucho - tuvo un desprendimiento de placenta y hay que sacar a ese bebé de ahí ya.
- Tiene 34 semanas - esa voz es de Helen - es demasiado pequeño.
- Si lo dejamos ahí, se va a morir - la voz del hombre se escucha ronca - así que preparen el quirófano.
Veo demasiado movimiento, dos mujeres se acercan a mí y comienzan a quitarme la ropa y me colocan una bata, un gorro y vendas en mis piernas, veo pasar muchas luces y sé que la camilla está en movimiento, entramos a un lugar que no parece muy grande, pero todos visten de azul y parecen demasiado apurados, me ayudan a pasarme a la cama.
- Sophia - escucho y observo a una mujer no muy joven o al menos eso es lo que me deja ver el cubrebocas - te dormiremos, cuando despiertes tu bebé ya estará afuera ¿de acuerdo?
- De acuerdo - susurro.
Veo que me ponen una mascarilla, lo escucho decir que cuente del 1 al 10, y me quedo dormida en el 3. No sueño es algo que agradezco, es un sueño demasiado profundo, jamás he sentido algo así.
- Sophie - la voz se escucha demasiado alejada - abre los ojos - mis ojos pesan demasiado, los abro, pero no logro mantenerlos abiertos - ángel, necesito que despiertes.
- Ethan - mi voz es pastosa, apenas si puedo reconocerla, me duele la garganta - ¿Qué paso?
- Una fuga de gas, - susurra - pero parece que no hay nada que lamentar.
- Mi bebé ¿cómo está? - cuando siento el vacío, que me recuerda que él ya no es parte de mí.
- Bien - por fin mis ojos se abren, veo un poco borroso, pero logro distinguir su sonrisa - es un hermoso varón.
- ¿Dónde está? - me siento demasiado cansada.
- Tiene que permanecer unos días en cuneros, pues está muy pequeño, pero está sano - me asegura - en cuánto recuperes fuerzas, podrás ir a verlo.
- ¿Seguro? - se inclina y deja un beso en mi frente.
- Su madre es una luchadora, él no podría ser diferente - no aparta su sonrisa.
Así que debo creerle, Ethan no me mentiría, sin importar mi estado, además no lo creo capaz de sonreír de esa manera, nunca ha podido fingir su sonrisa, por lo que le creo. Mis ojos de nuevo se cierran, por lo que de nuevo caigo en los brazos de Morfeo, cuando vuelvo a despertar, la luz ya no entra por la ventana.
Veo a Ethan dormir en un pequeño sofá que se encuentra en la habitación, supongo que ya es demasiado tarde y ya no podré ver a mi bebé, las manos me comienzan a cosquillear, necesito ver a mi pequeño y saber que está en perfecto estado.
El tiempo me parece que pasa tan lentamente, pero ya no puedo dormir, veo a Ethan removerse incomodo, pero no despierta. En verdad no sé como logró mantenerme quieta, por fin una joven que supongo es enfermera entra.
- Buenos días - saluda, al verme despierta - ¿cómo se siente?
- Ansiosa - digo con sinceridad - quiero ver a mi bebé.
- Le termino de tomar signos y pediré una silla, para que vaya a verlo - me dedica una débil sonrisa.
- Gracias - es el que más he sentido.
Después de diez minutos que me ha dicho eso y que me ha tomado todo y lo ha anotado en una tabla, regresa con un hombre como de unos 50 años, que lleva empujando una silla, me ayuda a ponerme de pie y a sentarme en la silla. Veo que Ethan por fin a despertado, pero no a dicho una palabra.
Salimos de mi habitación y veo que varios pacientes caminan por los pasillos, doblamos a la derecha en donde observo a un par de enfermeras saludarse, después de eso nos detenemos frente a unas puertas de cristal, en donde en la parte superior puedo leer UTIN.
- Es unidad intermedia de neonatos - repone la enfermera con suavidad.
La veo entrar por las puertas y después de dos minutos sale con otra enfermera, está es mucho mayor, su rostro no se muestra amable como la de la primera, y tiene el doble de masa corporal.
- ¿Sophia Mendler? - me pregunta la nueva enfermera, solo logro asentir - ¿puede caminar?
- Sí - mi voz a penas si es audible.
Me levanto de la silla y veo a la mujer entrar por las puertas, por lo que yo hago lo mismo, en cuanto doy el primer paso, siento la herida estirarse, pero no hago ningún gesto ni me detengo, temo que si ven alguna mueca no me dejen verlo, por lo que finjo no sentir nada. Cuando estamos dentro, observo un lavamanos y después otras puertas de cristal, en donde veo las incubadoras.
- Se va a colocar esa bata, gorro y cubrebocas y después se lavara las manos - me señala el estante en donde se encuentra todo lo que me ha dicho - después de eso, le mostraré a su bebé.
Hago lo que me pide, me lavo las manos unas cuatro veces, para asegurarme que se encuentren completamente limpias. Por fin entro a aquel lugar y la enfermera me guía a una incubadora en la esquina en donde tiene mi apellido y mi nombre. Aunque no es necesario que me diga que es él, pues su poco cabello es rubio y algo me dice que sus ojos son grises.
- Puede acariciarlo - repone, abriendo una pequeña compuerta de la incubadora.
- Hola - saludo, acariciando su pequeño brazo - soy tu mamá - se mueve un poco y veo que abre sus pequeños ojos y como supongo son grises - igual a los de tu padre - no llora, por lo que sigo acariciándolo - eres muy fuerte Jared - sonrió - ese es tu nombre Jared Ethan Rumsfeld.
Es el bebé más hermoso que he visto, y tal vez es porque sea su madre, pero no puedo verlo de otra forma, es igual a su padre y amo que se parezca a él. Siento a alguien detrás de mí.
- Es un guerrero - esa voz es de Ethan - y bueno tuvo de quién heredarlo .
- Es igual a ti - le aseguro - así que será un ángel.
- El ángel eras tú - susurra.
- Siempre me salvaste, - repongo con suavidad - así que el título es tuyo y te agradezco que siempre hayas estado ahí, que jamás me hayas dejado caer.
- Desde el primer momento en que te vi en la academia, me enamore de ti - siento su beso en mi cabello o mejor dicho en el gorro - no pensaba dejarte caer, siempre has sido lo más importante que he tenido, y ahora me has dado el mejor regalo.
Nuestras manos, toman la de nuestro pequeño, y después de tanto dolor, ese pequeño es lo mejor que me ha pasado y sé que no podría tenerlo, sino hubiera sido por mi caballero sin armadura. Ethan Rumsfeld había sido mi todo, y lo amaba y sabía que él me amaba y ahora teníamos a un pequeño que mostraba que nuestro amor era verdadero y que no tendría fin.
Esté sería el final, espero que les guste.
Marcas en el corazón - Potterfics, tu versión de la historia
Mismanos están sudando y tiemblan, no dejo de mirar por la ventana, ella debe deestar a nada de llegar, se suponía que regresaría de la academia directo aca
potterfics
es
https://potterfics.es/static/images/potterfics-marcas-en-el-corazon-potterfics-1442-0.jpg
2024-05-18
El contenido original se encuentra en https://potterfics.com/historias/107589
Todos los derechos reservados para el autor del contenido original (en el enlace de la linea superior)
Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente