Lo estaba esperando. Lo había olvidado. Se le había olvidado que ese día era san Valentín y no había comprado algo, para regalarle. Él siempre se acordaba de ella y siempre le entregaba detalles, aunque fuesen muy pequeños. Eran detalles.
No quería fallarle, pero ya nada podía hacer. ¿Qué podía regalarle a su marido, en ese día? No podía regalarle flores y las tiendas, estaban por cerrar.
Bien, era su culpa. Él lo iba a entender, aunque seguro se decepcionaría ligeramente.
Estando en ello, Molly Weasley, miraba los platillos que estaba cocinando. Debía ser algo más, que una simple cena. Su esposo era maravilloso y era por él, que tenía todos esos preciosos hijos, a los que ahora podía besar. Una lástima que lo hubiese olvidado, aunque dudaba encontrar algo lo suficientemente bueno para que recompensara, lo que él había hecho por ella.
Suspiró una vez más y se secó las manos con el delantal. Bueno, era mejor servir la cena y simplemente esperarlo. Mirarlo llegar con algún regalo en especial, que la hiciera suspirar y sentir que el amor no se acababa nunca.
Así le hacía sentir.
Se detuvo junto a los enseres con los que cocinaba y con una sonrisa a medias, continuó cortando los vegetales, mágicamente. Miraba la tabla, mientras los tomates y coles, se cortaban limpiamente y se enjuagaban solos.
La cena de siempre, con el mismo calor de familia. Las sonrisas y una que otra pelea, entre sus hijos. Una fortuna, ser una Weasley.
Mientras lo pensaba, la mujer sintió una curiosa sensación en su vientre. Una especie de vacío incómodo, una sensación de ardor. Náuseas. Se sostuvo de la mesa del comedor y miró a su alrededor. ¿Qué era esa extraña sensación, que estaba ocurriendo en su interior? Sintió unas terribles arcadas y se cubrió la boca con las manos, abriendo la llave del lavabo, en el baño. ¿Qué habría comido? ¿Estaba enferma?
Pues no lo supo, pero tenía un presentimiento. Se sintió igual, que las seis veces pasadas. ¿Podía ser eso que estaba pensando?
Tenía que confirmarlo...
Y llegó la noche. Su esposo regresó temprano, silbando. Tenía entre sus manos, un par de rosas y entraba con una enorme sonrisa.
- ¡Hola familia!
- Hola cariño- sonrió Molly Weasley y él, le dio un beso suave. Su esposa sonrió, mirándolo con felicidad.
- Te traje un regalo- suspiró y le mostró las rosas- Creo que te gustarán.
- ¡Son hermosas!- sonrió Molly- Siempre me sorprendes, Arthur. Pero yo olvidé el día y no te he comprado nada.
- No tiene importancia, los regalos no son tan importantes como pasar el día, juntos.
- Aunque tengo algo, que no sé si suplantará eso y será mejor- mencionó la mujer, mientras era abrazada por su esposo.
- ¿Qué es?
- Bueno, parece, he sentido...Que quizá esté una vez más, embarazada, Arthur. ¿Qué te parece? ¿Te sirve?
El hombre miró su regalo y lo echó a un lado, en la mesa. Sonrió y le abrazó con fuerza, mientras Molly suspiraba, llena de felicidad.
- Pues tu regalo, ha superado al mío- dijo, antes de besarla suavemente...
Más que Weasleys - Fanfics de Harry Potter
Lo estaba esperando. Lo había olvidado. Se le había olvidado que ese día era san Valentín y no había comprado algo, para regalarle. Él siempre se acordab
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2024-11-08
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