Me llamo Regulus, no Reggie - Fanfics de Harry Potter

Hacía dos semanas que todos hablaban de la hermana menor de la mujer de Arthur Weasley. Margareth Prewett, se llamaba esta. Él, Regulus Black, estaría orgulloso de decir que no la conocía. En cualquier caso, de haberlo dicho, sabría que mentía.

Esa era una de las cosas que más odiaba Regulus: Mentir.

Así que suspiraba pesadamente y asentía diciendo "Sí, la conozco. Sé quien es."

Margareth nunca había sido un tema de conversación, era una chica común. Gryffindor, de su mismo grado. Algo rebelde, y para nada coqueta. Amiga de su hermano mayor, Sirius y de los otros tres desechos, también llamados Merodeadores. De cualquier manera, no era una chica precisamente atractiva. Sí, Regulus admitía que era bastante mona, incluso diría que guapa, pero nunca diría que 'estaba buena', porque era mentira. Ausencia de curvas y pecas excesivas. ¡Además, pelirroja!

Si bien el sabía que, Margareth no era ninguna santa. Que cuando su hermano y los otros tres aún estudiaban, los ayudaba a preparar las bromas y los incubría. Y que por supuesto, era mala. Mala de verdad. Sabía como cabrearle, y no dudaba en hacerlo. En mirarlo fijamente y reírse con sarcasmo al girarse.

En cambio, en aquellas dos semanas no la había visto. Había oído hablar de ella, todo el rato, pero no estaba muy seguro de porque. Ni tan solo, asistía a clases, o al menos no a las que compartía con el. Tampoco la había visto en el comedor.

¡Y no la espiaba, eso hay que dejarlo claro! O al menos, eso decía.

Así que aquella mañana, a la hora de Pociones -clase que compartían-, cuando la vio entrar por la puerta del aula, bastante cambiada, casi se le cae el libro de las manos.

El cabello rojo fuego, brillante, largo y sedoso, ahora estaba recogido en una coleta alta bastante despeinada, sus ojos azules brillantes estaban resaltados gracias al delineador. Aquello no era raro, la había visto cientos de veces así, desde cuarto curso.

Pero su uniforme estaba distinto. Ya no era una camisa blanca desaliñada mal colocada, con una falda negra torcida y unos zapatos con los calcetines de cualquier manera. En su lugar había una camisa corta, adornada con un chaleco negro con el emblema de Gryffindor, una falda negra, a tablas y ligeramente más corta de lo que el recordaba y los zapatos con los calcetines blancos perfectamente subidos.

Tragó saliva.

Margareth Prewett le parecía sexy, mucho además. Si su hermano le escuchara eso, le mataría. Y contaría con la ayuda de los otros tres desechos y los hermanos mayores de Margareth, los gemelos Prewett. Y eran aurores, según recordaba.

El profesor de Pociones -que en esos momentos odió, y a la vez adoró-, mandó a Margareth sentarse a su lado.

Hola, Reggie. Ella le sonrió, mostrando sus dientes blancos.H..Hola, Prewett.Comenzó el entre tartamudeos, y ella arqueó una ceja.Reggie, pásame eso.Dijo ella, mientras practicaban la poción, señalando a la gran cuchara que utilizaban para remover. Mi nombre no es Reggie, ¡Es Regulus! ¡Y para ti, soy Black!

La clase estaba por terminar para ellos, puesto que habían acabado, por fin, su poción. Regulus se había levantado, cuando Margareth lo alcanzó.

¿Seguro que prefieres que te llame Black, Reggie?Le dijo al oído, una vez habían salido. El la agarró la mano y la llevó al invernadero, donde ya otras veces, se habían encontrado. Eso creí.

Ella le mordió el labio y el rió, en voz baja.

Era Gryffindor. Una traidora a la sangre. Estúpida, rebelde, complicada, malvada, coqueta y algo bruja. Pero en fin, la quería, y a fin de cuentas, ella era suya.

Al menos, por ahora..