Muerte en el Baile de disfraces.
El Otoño ya se hacía notar entre los pasillos del colegio de magia y hechicería; y los anuncios para el misterioso baile circulaban de boca en boca.
Tan solo faltaban dos semanas para Halloween y todos esperaban ansiosos nuevas noticias acerca del evento a realizar.
Se decía en Slytherin que se celebraría preparando una lujosa cena; en Hufflepuff se daba a conocer entre susurros que el 31 de Octubre se haría un baile formal y, en las demás casas, tan sólo rondaban vagos rumores acerca del evento enigmático que encerraba Halloween.
Cuando, dos semanas antes del gran evento, Albus Dombuldore comunicó a todos los presentes acerca de la fiesta a realizarse aquel día, casi todos estaban sudando de nerviosismo.
No se conoce su monólogo exacto, ya que muchos de los presentes aquel día prefirieron olvidar las palabras que conllevaron a la dramática tragedia; aunque muchos otros decidieron dar a conocer esas palabras del director de Hogwarts.
Lo que es seguro, es que el director anunció que el día de Halloween se realizaría un baile de disfraces, bajo una condición inquebrantable que debía ser cumplida por todo aquel que participara del evento.
Durante todo el baile se debía llevar puesta una máscara o un antifaz; para mantener secreta la identidad de su portador se ordenó a los alumnos no distribuir los datos de su vestimenta y se les aconsejó comenzar a organizar el disfraz que se llevaría aquel día, dado que el baile se aproximaba con cada día que pasaba.
Durante los días que siguieron al anuncio, las lechuzas que sobrevolaban el comedor del castillo traían exclusivamente la máscara o el disfraz de su portador, por ello se decretó que ninguno podía abrir el envío en el Comedor y que debía hacerlo en su correspondiente sala común.
Aún se dice que los gemelos Weasley deseaban vestir igual, ya que después de todo nadie notaría la diferencia, al igual que las hermanas Patil, recibieron sus galas al mismo tiempo.
Seis días después del anuncio de Dombuldore, tres chicos descansaban perezosamente frente al lago; sin saber aún que vestir.
Tal era su aburrimiento que comenzaron a pelear, aunque de una manera muy extraña por así decirlo.
- Harry
Tengo hambre
-se quejaba pesadamente Ronald Weasley sin despegarse del suelo cubierto por césped.
- Ya cállate, Ron. Estoy pensando que usar en el baile ¿Ustedes ya tiene disfraz?-preguntó Hermione abanicándose con su mano derecha.
- No
Aún no
-comenzó Harry, pero se vio interrumpido por un ruido extraño
- ¿Qué ha sido eso?-preguntó la castaña de ojos miel al tiempo que giraba la cabeza analizando el panorama.
- Lo siento chicos, han sido mis tripas. ¡Es que me muero de hambre!-volvió a gemir el pelirrojo con pesadumbre.
- Pues ve a comer
-contestó Harry comenzando a hartarse por la actitud de su amigo.
- Es que ese mismo es el problema
¡Tengo hambre, pero no tengo ganas para levantarme!-protestó Ron mientras se frotaba el estómago.
Cuatro excusas de Ron más tarde
Los tres amigos se pusieron de pie,dos de ellos no muy dispuestos a acompañar a Ronald al Gran Comedor.
Mientras caminaban de vuelta al castillo, oyeron como Draco Malfoy discutía con Pansy Parkinson.
- Es que no lo entiendes
Esto está mal, no podemos dejar que pase
-balbuceaba Pansy con cara horrorizada.
- Escúchame bien-dijo Draco tomando aire amenazador- No pienso ponerme en su contra, has lo que quieras pero no me involucres.
Los tres amigos se escabulleron tomando otro camino, incapaces de olvidar aquella conversación.
Aún como si su cerebro fuera una cueva, las palabras de Pansy Parkinson seguían rondándole en la cabeza a Harry Potter cuando se acostó a dormir cuatro horas más tarde.
Aunque ninguno de los integrantes del trío dorado mencionaba el diálogo que habían presenciado, ninguno de los tres podía despegarse de la amenaza de Malfoy; ni de la cara horrorizada de Parkinson.
Sabiendo que la fecha se acercaba, Hermione consiguió rápidamente un vestido largo; color carmesí. Algunos dicen que era tan rojo, que aquel día se confundió con la sangre
Ronald Weasley, como de costumbre, consiguió disfraz un día antes del baile; dejando todo para último momento, mientras que Harry planificó cada aspecto de su traje y lo consiguió el día después de hablar con sus dos amigos frente al pequeño lago.
Cuando la fecha señalada en las mentes de todos los alumnos y profesores llegó, cada quién estaba demasiado impaciente como para reparar en los pequeños detalles que hicieron a la desgracia una invitada de lo más prestigiosa aquel día.
Fue decorado el Gran Comedor, salas y casas enteras
estaban de los colores negro y naranja. Cada rincón adornado con colores llamativos y característicos de Halloween. Filtros de Agua
El baile, como la tradición indicaba, comenzaba a las diez en punto; ni un minuto más, ni un minuto menos.
Las escaleras estaban atestadas de personas disfrazadas, con los antifaces obligatorios adheridos a los ojos, sin hacer ni un sonido que pudiera revelar su identidad.
Cuando por fin la fiesta hubo comenzado, las parejas salieron a la pista de baile para despejarse un poco y divertirse en aquel evento.
Nadie conocía la identidad de nadie, o eso es lo que todos creían.
En aquellos momentos, todos eran extraños entre sí.
Un joven pelirrojo, delatado por sus ojos azules, entró a la sala de la mano de una castaña con el pelo recogido y sombra natural en los ojos; ocultando así el color de estos.
Otro joven buscaba con la mirada a una "extraña" porque quería bailar con ella.
Cuando por fin una chica se le acercó por detrás, él ya había perdido todas las esperanzas para la noche. Y sonrió complacido cuando la tomó por la cintura y se bailaron juntos toda la noche.
Se podría decir que todo era felicidad en aquel baile y que la despreocupación de muchos se derrochaba en vano y sin sentido en aquella noche que pronto se arruinaría, teniendo un final trágico para todo el que estuviera presente.
Todos dejaron de bailar cuando solo faltaban unos minutos para medianoche, observando ansiosos un reloj colocado y decorado para la ocasión.
El ruido de las agujas del reloj aún resuena en los oídos de muchos, en señal de presagio inevitable
De imprudencia
Las parejas se separaron, tomando todas cierta distancia para poder observar mejor el majestuoso reloj.
La habitación era un mar de gente, y las cabezas de los estudiantes se mezclaban y perdían nitidez.
Todo Hogwarts quedó en silencio, durante los cinco segundos que conllevaron a la finalización del baile y a la muerte del tiempo.
1,2,3,4
En el último segundo, se oyó un gritó agudo de dolor, seguido por una multitud confundida y miradas horrorizadas, personas que se arrmolinaban para identificar al portador o portadora de aquel grito desgarrador.
Muchos dicen que por orden de los maestros,aquellos que habían dicho que nadie debía revelar su identidad,nadie pudo identificar al supuesto autor del crimen.
Los siguientes sucesos fueron confusos para muchos y demasiado dolorosos para otros.
Una joven pelirroja, fue apuñalada justo en el estómago, con una especie de daga envenenada, muy rara; y es todavía hoy que circulan rumores de que esta poseía veneno de serpiente; pero nadie lo ha comprobado. Y por el momento, nadie lo hará.
Nada se pudo hacer, dado que el veneno era demasiado rápido y se propagó por todo su sistema sanguíneo, llegando rápidamente a su corazón
Cuando su cuerpo inerte cayó al suelo, una pequeña notita doblada en cuatro partes cayó del cielo
como por arte de magia, reluciente y sin una sola arruga o mancha de sangre.
Harry Potter se quitó el antifaz y corrió hasta ver lo que pasaba.
Hermione Granger se arrodilló junto a su amiga, manchando su vestido de sangre roja y espesa; del mismo color que su vestido de noche.
Ronald Weasley balbuceó palabras incomprensibles, derramando lágrimas a borbotones y sintiendo como el corazón le era pisoteado.
Y la pequeña Ginny Weasley, cayó al suelo a un lado de la nota blanca.
Sin fuerzas, Harry Potter estiró la mano y cogió la carta; apenas podía leer con las lágrimas que le nublaban la visión.
Leyó en el dorso de esta su propio nombre y la desdobló sin el más mínimo cuidado, a tal punto de casi romper el papel.
Nos volveremos a ver, Potter. Y te juro que la próxima vez serás tú.
Aunque nunca hubo pruebas, el chico de pelo azabache siempre supo quién había cometido ese crimen y también supo, que dos de sus compañeros sabían de aquel suceso y cualquiera de los dos era igual de culpable.
Pero él nunca lo dijo... Años despuès se le encontró muerto en un motel muggle, muchos dicen que se suicidó por culpa y soledad, mientras que muchos otros dicen que, Harry Potter, fue asesinado por la misma persona que le había arrebatado a su novia de las manos.
Dicen que volvió por él, justo como había prometido en aquel baile de disfraces.
Entre todo el revuelo, el asesino se esfumó, como si no hubiera estado allí, como si nunca hubiese pisado ése salón.
Pero lo hizo; y eso es lo que le hace helar la sangre a todo el que escucha este relato.
Sin una respuesta de cómo entró, quién era
Y si podría volver a hacerlo.
Porque la vida es como una fiesta de disfraces, nunca sabes quien es el otro totalmente;y cuando menos te lo esperas la muerte hace su triunfal aparición; como un espectáculo de lo más morboso.
Y a veces, los mortales somos los espectadores.
Muerte en el baile de disfraces - Fanfics de Harry Potter
El Otoño ya se hacía notar entre los pasillos del colegio de magia y hechicería; y los anuncios para el misterioso baile circulaban de boca en boca.
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2024-11-28
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