Nadie como tú - Potterfics, tu versión de la historia

 

 

 

Acaban de cumplir 3 meses de matrimonio, todo le parecía un sueño, vivía en una casa hermosa que Sirius había mandado a decorar según sus gustos, tenía un trabajo que le encantaba y un marido encantador, no podía quejarse, pero las últimas semanas había tenido náuseas, dolor de cabeza y no tenía ganas de levantarse y había veces que por nada lloraba y eso sin contar el retraso de 5días que tenía. Esa mañana por fin era viernes, y eso quería decir que tendría sábado y domingo para dormir.

Sintió los labios de Sirius en su mejilla y luego en su nariz, abrió pesadamente los ojos y de pronto sintió náuseas, así que tuvo que levantarse de un brinco de la cama, para poder vomitar.

- ¿Estás bien? - pregunto Sirius que había abierto la puerta y había encontrado a Gab vomitando - ya llevas una semana así - repuso Sirius desde el marco de la puerta sin saber que hacer - creo que deberías ir a San Mungo.

 

- Está tarde iré - repuso Gab jalando del baño y quedándose sentada en el suelo con su espalda recargada en la tina.

- Cariño, no me gusta verte así - susurro sentándose a su lado y pasando su brazo por los hombros de su esposa.

Gab no contestó nada solo se acurruco en los brazos de su marido, dejando que su sola presencia la tranquilizará, después de un rato en el cual ninguno de los 2 había dicho algo, Gab sintió un hambre atroz y Sirius se dio cuenta por el sonido que el estomago de su castaña emitió, así que se levanto.

- Que te parece si tu te duchas y yo hago el desayuno - repuso Sirius con una débil sonrisa, mientras le tendía la mano para que se levantará.

- Está bien - contesto Gab acariciándole la mejilla.

Después de eso Sirius salió del baño dejando a Gab, para que se duchará, bajo a la cocina sin saber muy bien que hacer de desayuno, ¿Por qué no había contratado un elfo? Ni el mismo lo sabía, pero ya vería el modo de contratar un elfo, entró a la cocina aun sin saber muy bien que hacer, encontró fruta así que con su varita puso a cortar la fruta y cuando abrió la alacena vio que había harina para hacer waffles, así que preparó la mezcla.

Gab se veía en el espejo y se notaba algo pálida, algo estaba mal y lo sabía, ¿Pero que tan mal podía estar?, volvió a escuchar a su estomago exigirle comida, así que decidió bajar a ver que había hecho su querido esposo, cuando llegó al comedor vio un plato de frutas y un poco de jugo, en menos de 5minutos después de que se sentó ya no había nada, Sirius salió viendo que ya había acabado la fruta y le sirvió los waffles y un poco de café, al igual que la fruta los waffles se los devoró, dejando un tanto sorprendido a Sirius, ya que la castaña no era tan de buen apetito.

Después de desayunar, Sirius llevo a Gab hasta el Profeta, y después él se dirigió a Gringotts, cuando llegó James ya estaba en la pequeña oficina que compartían, el azabache estaba algo distraído, ya que para su boda faltaban 6 días, eso quería decir que estaban a 24 de diciembre y también que al otro día era navidad y por tanto James, Lily y Remus tenían una invitación a la casa de los padres de Gab para cenar.

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- Gabrielle - llamó una chica de cabello color caramelo y rizado y ojos miel desde fuera del baño donde la castaña se encontraba - ¿Estás bien?

Gab no contesto, solo se escucho las arqueadas de la chica, la ojimiel estaba preocupada, ya que nada más había llegado y había entrado al baño a vomitar, la chica se había vuelto muy amiga de la castaña, Amanda que era el nombre de la ojimiel, venía de Australia, se habían conocido en el profeta, era compañera de Gab, y ahora salía con Remus, al cual lo había conocido en una comida en casa de la castaña. Como 5 minutos después, salió Gab pálida y un tanto temblorosa, sin prestar atención a la chica que estaba junto a la puerta se dirigió al lavabo a enjugarse y lavarse los dientes, ya que quería quitarse el mal sabor de boca.

 

- Creo que debes ir a San Mungo - repuso la ojimiel - es más vamos ahora.

- Lo que digas - contesto Gab con un hilo de voz.

Amanda tomó a Gab del brazo y las 2 salieron con dirección a San Mungo, en cuanto llegaron la ojimiel la dejo sentada y ella se dirigió a la recepcionista, la bruja que estaba de recepcionista les dijo que esperaran, que en seguida un sanador las atendería, y así fue a los 10 minutos un sanador de edad avanzada y unos ojos negros y profundos, las hizo pasar a una pequeña habitación en la cual solo había una pequeña cama.

- ¿Qué es lo que tienen? - pregunto observando a las 2 chicas.

Gab le dijo lo de las náuseas, vómitos, algunos mareos y sus ganas de comerse todo lo que le ponían enfrente. Después de escuchar todos los síntomas de la chica, la hizo que se acostará en la pequeña cama y le paso la varita por el vientre, murmurando palabras que ni Gab ni Amanda entendieron.

- Lo que usted tiene es que va a ser mamá - repuso el sanador, haciéndole una seña con la mano para que se incorporara.

Gab se quedo callada, ya que esperaba cualquier cosa, menos eso de que estaba embarazada, no es que no estuviera dentro de sus planes, pero era un poco rápido, no llevaba ni medio año de casada y ya iba a ser mamá, escucho que Amanda le daba las gracias al sanador y después salía, tomándola del brazo. Amanda no dijo nada ni aun cuando llegaron a la oficina, cuando llegaron la pelirroja la esperaba algo enojada, ya que habían quedado de comer, para que ella la acompañara a San Mungo.

- Llevo más de 10 minutos esperándote - le espeto la pelirroja, la cual no obtuvo respuesta alguna de la castaña - Gabrielle di algo - le ordeno, pero la castaña seguía sin abrir la boca, giró a ver a Amanda, como exigiéndole una explicación.

- Esta embarazada - contesto Amanda en un susurro.

- ¡¡Oh!! - fue lo único que salió de sus labios.

- Gab - repuso Amanda tomándola de los hombros - un bebé no es nada malo, es una bendición.

- Lo se - contesto Gab con un hilo de voz y levantando la vista - lo único es que todavía no lo creo - después de decir esto sonrió.

- Ya me habías asustado - repuso Lily también sonriendo - pensé que te ibas a quedar en shock.

- Tampoco es algo tan impactante - replico Gab ya más tranquila y aun sonriendo.

Las 2 chicas decidieron que era mejor llevar a la próxima mamá a comer algo, para que el pequeño naciera saludable, la castaña después de que se le fue la impresión, comenzó a disfrutar la noticia de su embarazo.

Salió a las 5:00p.m y junto con Lily fue a hacer las últimas compras de navidad, después de que terminaron las compras, Gab llegó totalmente agotada, así que solo toco la cama y se quedo dormida, cuando Sirius llegó, la encontró acurrucada en la cama, con la ropa que se había llevado puesta y sin cobijarse, el ojigris sonrió y se acerco a cobijarla, la castaña al sentir el tacto de su marido se movió un poco, pero no despertó. La vio tan hermosa, esa paz le daba una nueva belleza que no recordaba haberle visto nunca, así que no resistió y se recostó a su lado y la abrazo, y poco tiempo después él también se quedo dormido sin saber muy bien en que momento fue.

 

Despertó con las ganas de vomitar, así que sin importarle que Sirius la mantuviera abrazada se levanto de manera brusca despertando al ojigris, pero cuando los ojos de este se acostumbraron a la luz a era un poco tarde ya que la castaña ya había cerrado la puerta del baño.

- Gab ¿Estas bien? - pregunto desde la cama.

No recibió respuesta, así que se levanto y se dirigió a la cocina por un poco de leche y algo de jugo para Gab, cuando regreso a la habitación escucho el agua de la ducha, así que supuso que se estaría bañando, y así fue 15 minutos después la castaña salió con una bata y una toalla enredada en su cabello.

- Me excita verte así - susurro Sirius acercándose a ella de manera sexy.

- Dúchate quieres - contesto Gab esquivando los brazos de Sirius y al ver el rostro de su marido - quiero darte tu regalo.

Sirius un tanto molesto por el rechazo entro al baño, no podía ser posible que lo tratará así, pero el agua caliente le comenzó a quitar lo enojado, así que cuando salió del baño solo tenía levemente el ceño fruncido, Gab no estaba en la recamara, pero en la cama que ya estaba tendida, había una nota y un pequeño paquete, así que se acerco con curiosidad, la nota solo decía:

Te Amo y espero que disfrutes de tu regalo

¿Disfrutes?, que no sería que te guste o algo parecido, pero decidió abrir el paquete, lo primero que vio fue unos calcetines de bebé y un mameluco, y otra nota que decía:

Estoy embarazada, Feliz Navidad

- ¿Embarazada? - repitió con cierto temblor en la voz.

"si idiota, eso quiere decir que vas a ser papá" le dijo una vocecita de su cabeza.

- ¿Papá? - dijo en voz baja, su cerebro aun no comprendía muy bien. Entonces todo se acomodó náuseas, vómitos, mareos y todo eso de comerse como loca todo lo que le ponían enfrente - Voy a tener un hijo - y una sonrisa estúpida se le dibujo en el rostro "vaya"susurro su vocecita.

Corrió escaleras abajo, donde encontró a Gab cortando algunas frutas, así que la tomó por la espalda y le beso la mejilla y después la giró para poder besarla, cuando se separaron por falta de oxígeno.

- Es el mejor regalo de Navidad - le susurro - inesperado, pero eso no le quita lo magnífico.

- Que bien que te gusto - repuso Gab abrazándolo - por que ahora tendremos que decírselo a la familia.

Sirius sonrió y la volvió a besar, mientras pensaba en como sería su vida con un hermoso bebé y de la mujer que más amaba. Así siguieron, Sirius no dejo que siguiera con el desayuno y la hizo que se sentará a esperar el desayuno y así lo hizo, en cuanto Sirius terminó el desayuno Gab se comió todo lo preparado en tiempo record.

Gab esperaba a Sirius en la sala, ya que el ojigris no había dejado que la chica subiera por una chamarra, 2 minutos después de que había subido, bajo con la chamarra de su esposa, y le dio un beso en la frente, antes de tomarla de la mano, para salir al jardín y poder de desaparecer. Cuando llegaron, los padres de Gab abrazaron a su pequeña y también a su yerno.

 

Dentro de la sala estaba Arthur, Jane, Mark, Marie y Albert, así que después de que saludaron a todos, tomaron asiento a esperar a Lily, James, Remus y Amanda; Gab estaba acurrucada en los brazos de Sirius, ya que con el embarazo, todo el día quería dormir. Pero antes de que sus ojos se cerrarán, llamaron a la puerta.

James, Lily, Remus y Amanda saludaron, así que se dirigieron al comedor, para cenar, Gab ayudo a su madre a servir, así que fue la última en sentarse, pero aun así fue la primera en terminar, Lyssandra se quedo un tanto sorprendida, de ver como su pequeña comía y Sirius notó aquello.

- Creo que es momento de que les digamos - le susurro, tomando su mano y ella asintió con una débil sonrisa - hmmjj - carraspeó y con esto hizo que todos los presentes girarán la vista - Gab y yo tenemos algo que decirles.

Gab apretó su mano y giro a verla con una débil sonrisa, mientras todos los miraban de forma expectante.

- ¿Qué pasa? - pregunto James que no era muy paciente.

- Lo que pasa es que vamos a ser papás - repuso Gab con una débil, pero hermosa sonrisa.

Hubo un silencio un tanto incomodo, mientras la pareja se tomaban de la mano y observaban con atención cada reacción, la primera en reaccionar fue Lyssandra que se levanto y sin decir nada abrazo a su hija y le beso la frente.

- Ahora entiendo tu forma de comer - susurro Lyssandra con una débil sonrisa.

Gab sonrió ante el comentario y Richard seguía viendo esa escena con la boca semiabierta por la impresión, mientras James estaba sin expresión alguna y Remus trataba de comprender todo aquello con el entrecejo fruncido y las 2 chicas sonreían, Mark y Jane se observaban confundidos y Marie también se acerco a abrazar a su sobrina y Albert estaba como Richard sin saber que pasaba.

- Voy a ser tío - por fin James abrió la boca y sonrió mientras se levantaba y le daba un golpe en la espalda a Sirius - Vamos lunático ven y felicita a canuto.

- Claro - repuso Remus sonriendo y acercándose a Sirius.

- Mi pequeña esta embarazada - susurro el padre de Gab, mientras se levantaba a matar literal a Sirius - Te mato, casarse es una cosa, pero que hayas embarazado a mi nena.

- Señor yo

- Richard - la voz de Arthur hizo que el señor Swan se detuviera - no puedes matarlo, por algo que tu también hiciste.

- Cariño - susurro Lyssandra acercándose a Richard y tomando sus manos - ve esto por el lado amble - al ver que iba replicar sonrío - vas a ser un abuelo muy joven.

Richard se dio la media vuelta y sin ver a Sirius.

- Solo espero que seas un buen padre y sepas a preciar a mi hija y a mi nieto - después de decir esto salió de la casa, Gab iba a salir detrás de él.

- Ya lo conoces - repuso Lyssandra tomándola del brazo - necesita estar solo y entender que va a ser abuelo.

- Bueno yo los felicito - comento Arthur sonriendo y abrazando a su nieta - y gracias por hacerme bisabuelo - le beso la frente.

- Gracias, abuelo - susurro Gab con una débil sonrisa.

Así recibió las felicitaciones del resto de la familia, en lo que quedo de la noche el señor Swan no regreso, eso estaba haciendo que las ganas de llorar de Gab fueran mayores, eso Sirius lo notó, así que se despidieron de la familia, argumentando que Gab debía descansar. Cuando llegaron a su casa, Sirius la abrazo por la espalda y le beso la mejilla.

 

- Tu padre lo va a entender - le susurro y Gab se acurruco en sus brazos y sollozo - no te preocupes, que le hace mal al bebé.

espero ke les guste y ke dejen comentarios, el capitulo va dedicado a:

Geli Black

roberta black

Gabriela Black

bonnie radcliffe

_grace_lovegood_

- Ya deja de preocuparte - repuso Gab al ver que Lily no dejaba de verse en el espejo y acomodarse el velo - te ves hermosa.

- Eso lo dices por que eres mi amiga - le espeto la pelirroja, la chica se veía bastante bien, su vestido era de manga corta, y le descubría los hombros, tenía un poco de vuelo, blanco, con un pequeño corazón al centro del busto, llevaba una media coleta y de ahí salía el velo, que cubría sus hombros.

- Cuando James te vea va a decir lo mismo - comento Gab con cierto fastidio, con el embarazo no tenía mucha paciencia.

Lily no contesto nada, ya que en esos momentos entendía a la castaña y el por que su miedo de no querer casarse, Gab al notar aquello la abrazo.

- Recuerda el te ama y por lo tanto estas haciendo lo correcto - le susurro la castaña, y luego sonrió - y si no estas haciendo lo correcto, disfrútalo de todas las formas posibles.

- Gracias Gab - contesto la pelirroja con un una débil sonrisa.

Después de esto apareció Remus, eso quería decir que el momento había llegado, así que Gab los dejo para ir a ver que tal estaba James, cuando llego a la habitación donde se encontraba el futuro marido, escucho como Sirius trataba de tranquilizarlo, así que se quedo con la mano en la perilla, mientras escuchaba aquella platica.

- ¿Cómo demonios no saliste corriendo? - pregunto James que se escuchaba sumamente nervioso.

- Sabía que la mujer de mi vida me estaría esperando - contesto Sirius y en ese momento Gab entre abrió la puerta para ver el rostro de su marido y vio que sonreía - y eso me hizo no correr.

Gab espero a que las ganas de llorar de felicidad pasarán para entrar, cuando lo hizo fue con una linda sonrisa de ternura y observando a James y sin esperar que dijera algo lo abrazo, el azabache le respondió el abrazo al instante, Sirius tenía razón, los dos eran hermanos y nadie podría hacer nada contra ello.

- Es la primera vez que te veo elegante - le susurro Gab que tenía escondido el rostro en el pecho de James.

- También el día de tu boda - susurro James que no quería separarse de aquel abrazo.

Gab se separó del azabache al oír que la puerta se abría, quien había abierto era Alice que solo venía a decirles que ya era momento de que saliera, y así lo hicieron Gab del brazo de Sirius, detrás de James....

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- ¿Dónde está? - pregunto Sirius.

- ¡¡Shh!! - susurro James - la vas a despertar.

- Pues si tu fueras amable de ir a despertarla y decirle

- Yo no voy a regresar - le espeto Gab que estaba al marco de la puerta, después de que el ojigris con semejantes gritos la despertara.

 

- Gab lo siento - susurro el ojigris.

- Crees que con un lo siento, todo se va a solucionar - le espeto Gab con cierta irritación.

- Ya se que no debí decirte que no comieras tanto chocolate - comento Sirius, haciendo que James girará a ver a Gab con confusión - pero escuchaste al sanador, no puedo dejar que comas lo que quieras.

- ¿Quién es la que tiene casi 9 meses de embarazo? - le pregunto Gab de forma sarcástica, al ver que no contestaba - te tengo una sorpresa, yo soy la que tiene los casi 9 meses y está en la última etapa, y ningún sanador o marido me va a decir que no puedo comer chocolate, cuando la que siente antojos soy yo.

- Muy bien - aceptó Sirius, que observaba a Gab con una débil sonrisa, cada día se veía más hermosa, y ahora más con el vientre abultado, era la mujer embarazada más hermosa que había visto - si regresas a casa te comprare todo el chocolate que quieras.

- No quiero nada de ti - le espeto.

- Vamos Gab - comento Lily, que estaba junto a su marido, observando aquella escena con una sonrisa - Sirius se nota que si siente todo lo que te hizo del chocolate.

- Además tengo sueño - replico James, recibiendo un codazo de parte de su esposa.

- Vamos cariño - susurro Sirius acercándose y abrazando a Gab - recuerda que Te Amo - le beso la mejilla - así que vamos a casa a que descanses y comas los chocolates que quieras.

Gab no contesto, solo lo abrazo y le beso la mejilla, así que Sirius supo que ya lo había perdonado, así que se despidieron de James y Lily y salieron de la casa, durante todo ese tiempo (de embarazo), Gab cada cinco minutos se estaba peleando con Sirius, o queriéndose comer lo que ponían al frente, el ojigris había soportado todo aquello, recordando que como ella le decía "todo eso era su culpa" y no todo era su culpa y él lo sabía, pero si había contribuido con que ella estuviera así, y esa era la razón por la cual era paciente con aquella situación, además de que Lyssandra le había dado algunos trucos para aceptar todos sus cambios de humor.

Además de los cambios de humor de Gab, habían pasado más cosas, como la boda de James y Lily, Vane había tenido una hermosa nenita que había nacido a finales de mayo, así que Samantha que era el nombre que le había puesto a la niña, estaba a punto de cumplir los dos meses, así que estaban a 24 de julio.

Cuando llegaron a su casa, Gab besó a Sirius antes de subir a dormir, ya que el ojigris tenía que quedarse en la sala a arreglar algunos papeles, así que en cuanto estuvo arriba, se dirigió al baño a lavarse las dientes y después se puso la pijama, después de hacer todo eso se metió bajo las sabanas y en poco tiempo se quedo dormida. Sirius subió media hora después que su esposa y la encontró profundamente dormida, le beso la frente y después se dirigió al baño a lavarse los dientes y después se puso la pijama y se recostó abrazando a Gab y a su futuro bebé. No llevaba mucho tiempo durmiendo, o al menos eso sintió ella, cuando sintió un pequeño cólico, así que se levanto para estirarse y que así se le pasará, vio el reloj y vio que eran las 3:30am, decidió bajar por un vaso de leche, pero cuando estaba a punto de llegar a la puerta, sintió un liquido descender por su entrepierna, así que sabiendo lo que eso significaba.

- Sirius - casi grito la castaña, moviendo a su marido.

 

- Hmmph - fue lo que recibió de respuesta.

- Creo que ya llego el momento - repuso y respiro profundo, ya que sintió un pequeña contracción.

- ¿Qué? - grito Sirius brincando de la cama y observando a Gab que estaba sentada en la cama, con ambas manos en su vientre, como intentando que su bebé no fuera a caer - ¿Estás segura?

- Si - repuso sonriendo ante aquella escena de un Sirius corriendo de un lado a otro, sin saber que hacer - sería una buena idea que me llevaras a San Mungo - repuso Gab.

- Si claro - contesto el ojigris tomándola de la cintura, para ayudarla a caminar.

Gab estaba bastante tranquila, ya que las contracciones eran nulas, pero sabía que si había roto aguas, era mejor estar con un sanador, así que se dirigieron a San Mungo, cuando llegaron Sirius la había dejado sentada en la sala de espera mientras él hablaba con la recepcionista, no sabía cuanto tiempo llevaba, pero ya se le había hecho muy largo y las contracciones comenzaban a ser mayores, así que se levantó y se dirigió a su marido que trataba de explicarle al sanador que estaba a punto de ser papá.

- Necesito una cama rápido - repuso Gab controlando su respiración.

- Claro - repuso una sanadora que la tomó de los hombros y la condujo hacia las habitaciones - usted tendrá que esperar aquí - comento al ver que Sirius caminaba detrás de ellas.

- Dile a mis padres - le susurro Gab que se había detenido a besar a su marido - y también a los padrinos.

- Lo haré - contesto Sirius besándole la frente.

Y después de decir esto la castaña y la sanadora desaparecieron, así que se alejo un poco de los magos y mandó 2 patronus, uno para sus suegros y otro para James, ya sabría que James y Lyssandra le diría al resto de las personas que faltaba por decirles que ya estaba a punto de nacer su primer hijo o hija. No sabía cuanto tiempo llevaba sentado.

- Familiares de Gabrielle Black - dijo una sanadora de edad avanzada, Sirius al escuchar aquello se acercó a la sanadora.

- Soy su esposo - repuso Sirius con cierta ansiedad.

- Sígame - le ordeno, el ojigris obedeció, la sanadora lo guió a una habitación en la cual había otras dos camas, aparte de la de Gab que era la que estaba frente a la puerta, pero solo otra estaba ocupada que era la que estaba junto a la de la castaña.

- ¡¡Aggh!! - gritaba la mujer rubia que compartía la habitación con Gab, parecía que la estaban matando.

- Sirius - dijo Gab con cierto nerviosismo y abrazando a su marido.

- Ya sáquelo - grito la embarazada de junto.

- Señora Roberts, aun le faltan 4 grados de dilatación - comento la sanadora con voz pasible - ¿Aun no le han dado poción, para tranquilizar sus contracciones? - le pregunto la sanadora que había guiado a Sirius a aquella habitación a otra más joven que era la que estaba a cargo de aquella habitación.

- Si - contesto la enfermera.

- Ya pronto va a pasar - le dijo la mujer de edad avanzada, después se dirigió a Gab, que no dejaban de temblarle las manos - Señora Black ¿Cómo vamos?

- Mejor que ella - susurro Gab, mientras Sirius le acariciaba el cabello.

- No se preocupe - comento la sanadora con una sonrisa tranquilizadora - muchas son un poco exageradas.

- Gracias - contesto Gab con una débil sonrisa.

- Bueno si necesita algo aquí esta Elisa - señalando a la enfermera que revisaba a la señora Roberts.

 

- Gracias - contestaron Gab y Sirius al unísono. Después de decir eso salió de la habitación.

- ¿Qué tal te sientes? - pregunto Sirius que ahora le acariciaba las manos.

- Normal - susurro Gab que apretó la mano de su marido, ya que había tenido una contracción más fuerte - ¿Ya llegaron mis padres?

- Cuando entre no - contesto Sirius besándole el cabello - pero tal vez ya estén allá fuera.

- Hmmph - contestó mientras veía como la mujer de a lado no dejaba de retorcerse en la cama.

Sirius notó aquello, así que comenzó a distraerla un poco con los nombres que le pondría a su hijo, aunque desde hacía al menos dos meses ya tenían el nombre, si era niño su nombre sería Owen después de una gran discusión, Sirius había ganado y si era niña, bueno en eso no tuvieron ni que discutir. Llevaba al menos una hora con ella, el ojigris ya no sentía la circulación de su mano. Ya eran las 5:30am, cuando se llevaron a la señora Roberts a la sala de expulsión (no se si exista, pero para mi si existe n.n), en ese lapso Gab jamás gritó como la rubia, y el ojigris ya estaba preparado, pero en cambio de que sus tímpanos fueran destrozados lo fue su mano, como a las 5:50 se acercaron a Gab a revisarla.

- Es momento - repuso Elisa que era la enfermera encargada - señor Black, es momento de que salga.

- Te Amo - le susurro Sirius antes de salir y besarle la frente.

Gab mantenía los ojos cerrados y trataba de controlar su respiración, así que solo asintió, después de despedirse de su esposa salió a la sala de espera, encontrándose a los señores Swan, a los Potter (Lily y James), Amanda, Remus y el abuelo de Gab.

- Acaba de entrar a la sala de expulsión - repuso Sirius, antes de que alguno de los presentes preguntará.

- ¿Y ya saben que va a ser? - pregunto James.

- No, pero estoy seguro que será niño - contesto Sirius con una débil sonrisa.

- No creo - contesto el señor Swan - yo creo que mi nieto será niña.

- Yo también lo creo - repuso James y Remus asintió.

- No es por que los desilusione, pero el primer Black-Swan será hombre - comento Arthur.

- Que tienen en contra de las niñas - les espeto Lily, ligeramente enojada.

- Nada - contestó Sirius con indiferencia - y no me molestaría que fuera niña, pero se que es niño.

Después de decir aquello, tanto Lyssandra, Lily y Amanda se pusieron a decir que sería niña, pero tanto Arthur como Sirius estaban renuentes a cambiar de opinión, harto el abuelo de Gab.

- Muy bien, yo estoy de acuerdo con Sirius de que mi bisnieto es niño, así que les parece si apostamos - todos asintieron.

- ¿Que ganarán los que le atinen al sexo? - pregunto Amanda.

- Ya sabemos que aquí solo dejan pasar a dos personas y no más de tres veces, así que - repuso Arthur - los que ganen podrán ver a Gab y al bebé y los que pierdan no los verán hasta que salgan de San Mungo.

Todos aceptaron, ya iban a ser las 7:00 y aun no recibían informes, pero ya cuando faltaban cinco minutos para las 7:00.

- Familiares de Gabrielle Black - Sirius volvió a levantarse, pero fue seguido por todos.

- Soy su esposo - repuso Sirius que era observado por la enfermera un tanto sorprendida por toda las personas que los rodeaban.

 

- ¿Qué fue? - pregunto James que recibió un codazo por parte de su esposa.

- Pueden pasar dos personas - murmuró la enfermera.

- Nos puede decir que fue - pidió Arthur, para saber si había ganado.

- Fue niño - contesto la enfermera con cierto fastidio - ¿ahora quienes entraran?

- Vamos Sirius - repuso Arthur tomando al ojigris de los hombros y luego giró a ver al resto - Arthur Swan nunca se equivoca.

Después de dejar al resto de la familia fuera, Arthur y Sirius siguieron a la sanadora a una habitación en la cual solo estaba Gab y un pequeño cunero en donde en esos momentos reposaba el pequeño Black.

- Hola - saludo su abuelo.

- Hola - contesto Gab que estaba sentada y observaba a su pequeño dormir.

- Gracias - le susurro Sirius acercándose a besarle la frente a su castaña.

- Así que ya sabes que Owen Sirius Black es el nuevo miembro - repuso Gab con una débil sonrisa.

- Si - contesto sonriendo y acercándose al cunero.

Arthur ya llevaba rato observando al pequeño, pero Sirius al ver aquella criatura tan pequeña, tan frágil y tan vulnerable, no pudo evitar derramar una lágrima, su cabello no era negro, más bien tenía el tono de su madre y eso lo hizo sonreír, le acarició el cabello.

- Bienvenido Owen - le susurro.

bueno espero ke les guste, pero de vdd les agradeceria ke pasaran x "La Paz de tus ojos"

se podría decir ke es la otra continuación de "Amor Verdadero" solo ke esta es muchos años después, bueno espero ke se pasen y kiero dedicar el capitulo a:

Chefi

amy_malfoy

Gabriela Black

Flash back

Eso era insoportable, no llevaba ni un mes en casa y no había noche que no dejará de llorar, y esa noche no era la excepción.

- Sirius - la voz de Gab se escuchaba agotada - ve.

- Me he levantado más veces - contesto controlando un bostezo.

- Pero yo me acabo de levantar - susurro girando para besarle la nariz y empujarlo fuera de la cama.

Así que el ojigris tuvo que levantarse a tratar de tranquilizar al pequeño, lo tomo en brazos y comenzó a arrullarlo, pero no dejaba de llorar, así que Gab tuvo que levantarse y tomar al pequeño en brazos y se sentó con él en la esquina de la cama, para darle de comer, así fue como el pequeño Owen dejo de llorar.

- Eres adorable - susurro Gab, acariciándole la carita al bebé.

- Aunque lloras demasiado - completo Sirius sentándose a su lado y observando aquel acto que ante sus ojos era tan tierno.

Gab sonrió y giro a besarle la mejilla a su marido y siguió alimentando a su bebé, mientras Owen disfrutaba del alimento y de los cálidos brazos de su madre.

Fin flash back

Ahora Owen estaba gateando y dando pequeños pasos por toda la sala, tenía un año 5meses, y era idéntico a Gab, el cabello castaño aunque quebrado, y los enormes ojos color avellana, y tal vez lo único que tenía de Sirius era su nariz y la forma de su cabello ya que lo demás era de Gab.

- No dejes que se meta nada a la boca - repuso Gab desde la cocina.

- Ya se - contesto Sirius un tanto molesto, ya que siempre le decía lo mismo - Owen no - al ver que el pequeño estaba a punto de meterse un pedazo de papel que alguien había dejado en la mesita, así que decidió levantarlo en brazos.

 

Se dirigió a la cocina donde Gab preparaba la cena para ellos y para James y Lily, el ojigris no entendía, por que sus amigos irían a cenar, pero decidió no preguntar, al menos no de nuevo, ya que ya conocía la respuesta "es un secreto".

- Sube a cambiarte - le ordeno Gab al verlo entrar a la cocina con el pants que traía desde la mañana - y es mejor que te des prisa, ya que no deben tardar en llegar.

- Aun no entiendo por que es la cena - repuso, mientras le entregaba a Owen.

- Ya te dije que es secreto, así que si quieres saberlo es mejor que ya te cambies - contesto Gab, que lo empujo escaleras arriba, para que se cambiará, mientras ella se dirigía a cambiar a Owen - te vas a portar bien - decía al pequeño, mientras le quitaba la ropita - tienes que demostrarle a James que ser papá no es tan difícil y enseñarle que un bebé es hermoso.

El pequeño balbució, como diciéndole que entendía, Gab sonrió y terminó de cambiarlo, después se dirigió a la sala en donde puso a Owen en el corral, para poder poner la mesa, mientras su marido terminaba de cambiarse y sus amigos llegaban. Estaba terminando de poner la mesa cuando se oyó el timbre, así que al ver que Sirius aun no terminaba decidió que era mejor abrir.

- Hola - saludo Lily besándole la mejilla.

- ¿Dónde esta mi ahijado? - pregunto James.

- Hola James - saludo Gab sonriendo - y Owen está en la sala.

- Hola - saludo Sirius desde las escaleras, James no hizo caso al saludo y Lily le hizo un movimiento con la cabeza.

- Quisieras ir con James - pidió Gab, mientras las 2 chicas se dirigían a la cocina.

- Hola cornamenta - saludó Sirius al llegar a la sala, donde se encontraba su amigo jugando con Owen a lo que se podría llamar luchas.

- Hola canuto - contesto James mientras trataba de quitarle los lentes al pequeño.

- Owen no - repuso Sirius que tuvo que ir a ayudar al azabache a que el pequeño le soltará el cabello - se que es un poco idiota, pero no por eso te tienes que pasar.

- Mejor no me ayudes - susurro James viéndolo con cierto odio.

Owen rió al igual que Sirius, el ojigris decidió quedarse con el pequeño en brazos que balbucea, parecía que platicaba con su padre y el ojigris le seguía, mientras James los veía con cierta confusión, no podía creer que su amigo el Don Juan del grupo en esos momentos fuera tan cariñoso con el pequeño, mejor dicho aun no podía creer que el casanova Sirius Black fuera padre.

- Ya esta la cena - les informó Lily.

Así que los 2 chicos se dirigieron al comedor, James se sentó junto a Lily y Sirius se sentó en la cabecera, pero antes sentó a Owen en la sillita que estaba en medio de él y Gab, el pequeño observaba a todos los presentes sonriendo, así comenzaron a cenar, la castaña estaba tan entretenida dándole de comer a su pequeño que se olvido que tenía que comenzar una platica, hasta que sintió la mirada de la pelirroja.

- Te gusta mucho estar con Owen ¿cierto? - pregunto Gab con una débil sonrisa.

- Si - contesto James.

- ¿No han pensado en tener hijos pronto? - pregunto de nuevo -como veo que te gusta estar tanto con Owen, por eso me preguntaba - se apresuro a decir cuando vio la cara de interrogación de James.

- Bueno una cosa es venir a jugar con Owen un rato - puso énfasis en la última palabra - y otra tener a un bebé todo el día - comento James sonriendo.

 

- Un bebé no es tan difícil de cuidar - repuso Gab.

- Si claro - le espeto sarcástico - ¿Qué no recuerdas cuando se enfermo?

- Bueno eso es algo que todo padre va a vivir - terció Sirius.

- Y es por eso que en estos momentos no estoy preparado para una responsabilidad así - contesto James con indiferencia - pero también le he dicho a Lily que compremos un perro, para comenzar a entrenar.

- Estás comparando a un bebé con un perro - le espeto Lily enojada.

- Bueno es casi lo mismo -dijo levantando los hombros - aun perro lo alimentas y le limpias y aun bebé lo mismo, solo que estos tienes que estarlos arrullando para que se duerman y si lloran no los puedes sacar como lo harías con un perro.

- Eres un insensible - gritó Lily, haciendo que Owen comenzará a llorar - como puedes preferir un perro que un hijo.

- Ya dije que es demasiada responsabilidad - contesto un tanto sorprendido por la reacción de su esposa - ve como Owen dejo a Sirius y a Gab durante tres meses, en los cuales apenas si pudieron dormir.

- Si pero ellos no se arrepienten de tener a Owen - contesto Lily que comenzaba a llorar - y Sirius tampoco dijo eso de que prefería un perro antes que un hijo.

- Es por Sirius que no quiero tener hijos en este momento - ahora James también comenzaba a gritar - de viste de verlo en los primeros tres meses de Owen, con trabajos sabía su nombre.

- Chicos - repuso Gab que los veía sorprendida - no tiene por que ser igual con ustedes.

- Y si fuera igual, yo no desearía tener un perro en vez de un hijo - contesto la pelirroja que había girado su vista a su amiga.

Así siguieron su pelea, mientras Sirius trataba que su pequeño dejara de llorar, pero con los gritos que deban sus amigos eso era imposible, así que desesperado.

- Quisieran callarse - grito Sirius observando a los 2 chicos con enojo - tal vez sea mejor tener un perro o tal vez no, en este momento me importa un bledo, ya que lo único que me importa es que se callen para que Owen deje de llorar.

Los 2 chicos se quedaron callados, mientras Gab veía el rostro de su marido y veía como su bebé observaba a su padre con los ojos abiertos desmesuradamente por la sorpresa y había dejado de llorar, pero al ver la cara de Sirius enojado comenzó a llorar de nuevo.

- No, no, no llores - susurro Sirius en forma tierna, mientras le acariciaba la espalda, para que se tranquilizará - papi no está enojado contigo.

- Ves lo que ocasionas - le espeto Lily - no se que va a pasar cuando nazca nuestro hijo.

- ¿Nazca nuestro hijo? - repitió James un tanto desconcertado.

- Si - contesto de forma agresiva - estoy embarazada.

James se quedo callado y Lily decidió que era mejor irse a casa, así que se despidió y se disculpo, mientras James seguía en el mismo lugar donde Lily lo había dejado, reaccionó hasta que vio que la pelirroja ya había salido y sin decir nada salió, Gab se acercó a Sirius que ahora mantenía a Owen dormido.

- ¿Crees que lo logre? - pregunto mientras observaba a sus dos hombres con ternura.

- ¿Creías en mí? - pregunto observando el rostro de paz que en esos momentos tenía su pequeño - ¿creías que sería un buen padre?

- Creí que entre los dos lo lograríamos - contesto en un susurro observando también a su pequeño.

 

- Entonces ellos también lo lograrán - repuso con una débil sonrisa aunque el sabía que tener un hijo no era tarea fácil, de hecho era la tarea más difícil que había hecho y que seguía haciendo.

espero ke no haya tardado tanto, y si fue así kiero pedir una disculpa, pero mi semana estuvo llena de examenes T_T

pero aki estoy renovada y feliz xq tendre 2 semanas de vacaciones, aunke seran de estudio ¬¬

bueno espero ke el cap sea de su agrado ^^

capitulo dedicado a:

amy_malfoy

Gabriela Black

bonnie radcliffe

Geli Black

En medio del bosque se veía caminar a un hombre alto, de pronto la luz de la luna lo ilumino, su larga barba y largo cabello blanco resaltaban ante esa pequeña luz y el reflejo que daba en sus lentes, no era más que Albus Dumbledore. Sabía que lo que buscaba estaba cerca y así fue no muy lejos de donde él estaba, pudo ver una pequeña cabaña con las luces encendidas, así que se acerco, cuando llego no tuvo necesidad de tocar, ya que una mujer mulata de unos ojos verdes deslumbrantes estaba frente a él.

- Mi querida Lubar - saludó Dumbledore con una sonrisa amistosa - tanto tiempo sin verte.

- Albus - contesto la mulata observando al anciano con una débil sonrisa - ¿a qué debo el honor de tu visita?

- Siendo la mejor adivina - repuso Dumbledore amablemente - ya debes saber a que vengo.

- Solo era una forma de ser amable -contesto Lubar dejando pasar al director a su humilde cabaña - ya los astros lo han dictado.

- Así que esa misteriosa niña si va a nacer - repuso Dumbledore de forma seria.

- De hecho ya debe de haber sido engendrada - comento Lubar que al igual que el director había cambiado su semblante - es más poderosa de lo que creí.

- ¿A qué te refieres?

- Que esa niña desde el vientre de su madre ya podrá usar magia - contesto en un susurro.

- Eso es imposible - comento Dumbledore con un dejo de sorpresa.

- Lo mismo creí al saber de su nacimiento - repuso la mulata - y esa niña nacerá en un día inesperado, su nacimiento traerá varios problemas al mundo mágico.

- ¿Ya conoces la fecha de nacimiento? - pregunto Dumbledore con seriedad tanto en su voz como en su rostro.

- Aun no está definido, pero creo que será un día que es importante para el mundo mágico - contesto seriamente.

- ¿Sabes algo más?

- Que si el señor Tenebroso la llega a tener de su lado - contesto en voz baja - la profecía de Trelawney jamás se cumplirá.

- ¿Debemos dejarla vivir?

- Si está bajo tu cuidado, sí - respondió girando su vista a la de él - pero si no va a hacer así, es mejor que la mates, mientras aun es bebé, por que entre más crezca, va a ir obteniendo poder.

- Trataré de que esté bajo mi cuidado - susurro - gracias Lubar, has sido de mucha ayuda.

- No me agradezcas - contesto Lubar - mejor concéntrate en saber quién es la niña.

[




]

Esto de volver a estar embarazada no era lo que planeaba, pero aun así ya amaba a ese ser que crecía de nuevo en su vientre, iba por el segundo mes y apenas si se notaba, Sirius la obligaba a comer, ya que casi nunca podía probar alimento, ya que casi nada se le apetecía, este embarazo era tan diferente al de Owen, en esté apenas si quería probar alimento y nada de nauseas o mareos, ahora solo sentía mucho sueño.

 

- Gab - llamó su marido desde la sala, así que con cierto pesar se tuvo que levantar.

Bajaba las escaleras casi con los ojos cerrados, así que no vía que pisaba, así que al pisar el primer escalón tropezó, cerró los ojos esperando el golpee, pero eso jamás paso, de hecho sintió como flotaba y era bajada de las escaleras, Sirius estaba tan atónito, que no había podido decir nada, ya que al igual que la castaña esperaban que rodara las escaleras, cuando por fin sus pies tocaron el suelo.

- Gracias - dijo con un hilo de voz - pensé que caería por las escaleras.

- Yo no hice nada - Sirius estaba pálido y apenas si su voz se escuchaba.

- Sirius - repuso Gab con cierta molestia - claro que fuiste tú.

- Enserio yo no lo hice, de hecho pensé que habías sido tú.

Esto no estaba muy bien, así que decidieron mejor dejar eso por la paz, ya que no sería muy bueno a hablar de aquello, o al menos eso creyeron.

[Dos meses después]

- De verdad lo siento - decía una y otra vez Gab a su jefe, el cual estaba completamente empapado y manchado de tinta - no sé qué paso.

- Claro que sabe lo que paso - le espeto el hombre, tratando de que con su varita su ropa se secará y las manchas de tinta se quitaran - no le pareció que le gritará y por eso me hizo esto.

- Señor Vanger - repuso Gab, tratando de que el florero no le fuera a caer en la cabeza a su jefe - de verdad que lo siento.

- Eso no me sirve - replico el hombre, mandándole una mirada asesina - está despedida - ante aquellas palabras el florero cayó en la cabeza calva del hombre, dejándolo inconsciente.

Gab decidió salir, antes de que el hombre despertara y le gritará más e hiciera que su pequeño se enfureciera y le hiciera más cosas, esto de que su bebé hiciera magia desde su vientre no era bueno, ya que nadie le creería que un feto pudiera hacer magia, de hecho ni ella misma lo creía, pero después de tener este tipos de problemas había decidido aceptarlo, en cuanto llego a casa lo único que hizo fue tirarse en la cama esperando a que su marido llegara y poder desahogarse con él.

[











]

Dumbledore, caminaba de un lado a otro en su despacho, Sirius no debía de tardar en llegar, debía de estar ya en camino, pero como iba a decirle que tendría que matar a su pequeño hijo, era algo que el ojigris no iba a aceptar, además ¿cómo estaba seguro que el hijo del moreno fuera el de la profecía?

- Dumbledore - llamo McGonagall - Sirius ya está aquí.

- Hazlo pasar Minerva - repuso el anciano, tomando asiento en su gran silla, Sirius entró como siempre que llegaba a su despacho por los castigos, llego con tal parsimonia que Dumbledore tuvo que evitar sonreír - Sirius por favor toma asiento.

- No entiendo a que he venido - comento, mientras se sentaba en la silla que estaba frente a su antiguo director.

- Esto es muy delicado - junto sus largos dedos y observo al ojigris seriamente - hace más de tres años, una de las mejores adivinas hizo una profecía - Sirius seguía sin entender - se trata de una niña que vendrá a traer la paz o la guerra - respiro profundo, y clavo su mirada azul en la gris - será la bruja más poderosa que el mundo mágico haya conocido, así que si esa niña cae en manos de Voldemort será nuestro fin. Y sería mejor que esa niña no existiera.

 

- ¿Está tratando de decirme, que vamos a tener que buscar a una niña y matarla? - esa idea le sonaba ilógica y despreciable.

- Buscarla ya no - contesto el anciano pasivamente - porque ya sé quién es la madre - desvió la mirada - la pequeña aun no nace, así que podemos hacer que la madre la pierda por un accidente.

- Es estúpido - replico Sirius irritado - podemos hacer que la niña esté bajo su cuidado y que Voldemort no la encuentre.

- Sirius esa niña es un peligro eminente para todo el mundo mágico - repuso el anciano levantándose - no debe nacer, lo entiendes ella no debe estar en este mundo.

- Es una idea horrible, parece que no tiene sentimientos - le costaba respirar - solo es una niña, de hecho todavía ni siquiera es un bebé, es un feto, no podemos matarla.

- Entonces dime que sentirá Gabrielle, cuando sepa que su hija es la causante de la desgracia del mundo mágico - replico algo molesto - no crees que pensará que hubiera sido mejor que no naciera.

- Es idiota pensar que una madre deseara que su hija no naciera - le espeto Sirius, después de que capto que había dicho el nombre de su esposa - ¿Por qué puso de ejemplo a Gabrielle?

- No es un ejemplo - contesto en voz baja - Gabrielle es la madre de la niña que vendrá a acabar con este mundo.

- ¿Cómo puede estar tan seguro?

- Sé que su feto hace magia - contesto Dumbledore aun viendo con enojo a Sirius - si Gabrielle se enoja, ella también lo hace y es por eso que muchas veces las cosas que están cerca explotan, o cuando está feliz todo se llena de flores.

- Rach no va a traer la destrucción - le espeto Sirius - lo entiendes, Rachel vendrá a esté mundo, le parezca a quien le parezca y si tengo que matar a quien se interponga a su nacimiento, créeme Dumbledore que lo haré sin importar quien sea.

- ¿También a Gabrielle?

- Ella no va a dejar que le metas esas locas ideas, Gab al igual que yo luchará por que Rach nazca - después de decir esto salió del despacho.

Sabía que Sirius tenía razón, Gab jamás dejaría que algo le pasara a su pequeña así tuviera que matar a quien se interpusiera a que ella naciera.

Era noche, Sirius y Gab dormían, después de estar toda la tarde consintiendo a Owen y cumpliendo todo capricho de su hijo de dos años, era impresionante cuanta energía podía tener un niño de esa edad, pero por fin estaban descansando y su pequeño hijo no los despertaría, ya que al igual que ellos había terminado agotado. Pero esa noche a finales de julio, para ser más específicos el 31, no sería una noche en la que se pudiera dormir y eso lo descubrieron, cuando un patronus en forma de ciervo entró a su recamara.

"Lily está en trabajo de parto y no tengo la menor idea de que hacer, así que les agradecería que vinieran a ayudarme"

Esa voz hizo que ambos se incorporaran de golpe, Gab en menos de cinco minutos ya estaba vestida y marcando el teléfono de su madre, para que viniera a cuidar a su pequeño Owen, al ver aquello logro asimilar lo que estaba pasando, pero cuando por fin logro comprender se levanto y se puso lo primero que encontró dentro del closet, mientras su esposa preparaba las cosas que su madre necesitaría por si su pequeño hijo despertaba. Después de que termino de vestirse bajo, y encontró a su esposa preparando la leche de Owen.

 

- Gab - la llamo en un susurro, la castaña giró a verlo - es mejor que te quedes.

- Lily es casi mi hermana, no voy a dejar que pase esto ella sola - le espeto, antes de terminar de preparar los biberones para su pequeño - así que en cuanto llegué mi madre nos vamos.

Sirius sabía que sería inútil tratar de que cambiara de idea, y menos con lo del embarazo el cual ni siquiera se le notaba cumpliría 6 meses a principios de Agosto, así que era mejor que se quedara callado y esperar a su suegra, para que fueran a San Mungo y ayudaran a tranquilizar a James, que suponía y debía de estar como él, el día que Owen había nacido. Lyssandra llego cinco minutos después, así que en cuanto llego, Gab solo le dijo lo que tenía que hacer y que si tenía problemas le llevara el pequeño a San Mungo.

- Gab - repuso su madre tomándola de los hombros - te críe a ti y a Daniel - sonrió - no creo que me sea muy difícil cuidar a Owen un par de horas - le besó la frente - así que ve sin preocupaciones.

- Gracias - suspiro, antes de entrar a la chimenea y pronunciar el nombre del hospital mágico.

Sirius llego dos segundos después que ella y la tomo de la mano, para buscar a James que debía estar en la sala de espera, muriéndose de nervios, Gab de solo imaginárselo no pudo evitar sonreír.

- No vayas a ser cruel - repuso el ojigris al ver la sonrisa de su castaña - recuerda que él también sufre, y lo digo por experiencia.

- No iba a decir ni a hacer nada - sonrió aun más - pero de solo imaginarme a James como antes de los partidos de quidditch no puedo evitar que me divierta.

Sirius negó con la cabeza, antes de seguir caminando tratando de encontrar a James, al cual encontraron sentado en una silla en el rincón, sus manos sobre su rostro, Sirius entendía como se sentía su amigo, así que en cuanto llego a su lado le palmeo la espalda.

- Todo va a estar bien - repuso Sirius.

- No sé cómo pudiste soportar - comento aun sin levantar la mirada y sus manos aun sobre su rostro - esta espera me está matando y la angustia de no saber qué es lo que pasa hace mi muerte aun más lenta y dolorosa.

- Lily va a estar bien y también el bebé - dijo Gab sentándose a su lado y pasándole el brazo por los hombros - solo respira y cuenta hasta diez y verás que esta espera se hace más corta.

James no pudo contestar, ya que una enfermera llamaba a los familiares de Lilian Potter, así que de un brinco se puso de pie y después corrió hacia ella.

- ¿Cómo esta mi esposa? - pregunto con la voz temblorosa.

- Ella y el bebé están en perfecto estado - contesto la enfermera sonriendo - ¿supongo que quiera verla? - James asintió - ¿alguien más va a pasar con usted?

- Gab - llamo el azabache - Lily estuvo casi todas sus contracciones pidiendo a su hermana, así que creo que estará feliz de verte.

Sirius le dio un pequeño empujón, ya que la vio un tanto indecisa, a la castaña no le quedo de otra más que seguir a su amigo y a la enfermera, cuando llegaron a una pequeña habitación donde solo estaba una pequeña cama individual y un cunero al lado de la cama, su amiga se notaba agotada, pero aun así una sonrisa de felicidad se dibujaba en su rostro.

 

- James - susurró Lily observando hacia el cunero y observando al pequeño bulto que estaba allí - es hermoso.

El azabache camino hacia el cunero y observo algo hipnotizado a aquel bulto, era increíble como ese pequeño ser había venido a cambiar su vida.

- Gab - llamó la pelirroja al ver a su amiga de pie en el marco de la puerta, la castaña se acerco a ella - no sabes cómo me alegra que estés aquí.

- ¿Crees que me perdería ser la primera, claro después de James de conocer a mi sobrino?

Lily sonrió y James se hizo a un lado, para que la castaña pudiera ver al pequeño, cuando estuvo frente al cunero, pudo ver que había sacado el cabello negro azabache de James, se veía realmente tranquilo, dormía sin pensar en que pasaría mañana o qué pasaría si no había dinero, él solo dormía sin importarle el mañana, era por eso que a Gab le gustaban los niños, ya que ellos no tenían problemas.

Lily y James estaban abrazados y observando con amor el pequeño cunero, de pronto la puerta se abrió dejando ver a un Sirius un tanto pálido y Albus Dumbledore con su presencia imponente como siempre.

- Dumbledore - susurró Lily viendo a su antiguo director con cierto miedo.

- Lamento venir sin avisar - repuso Dumbledore con voz pasible, aunque se notaba algo nervioso - saben que ustedes son valiosos miembros de la orden.

- ¿Qué pasa? - cuestiono James observando al anciano con cierto miedo y curiosidad.

- Voldemort - James y Lily se estremecieron un poco al escuchar el nombre - quiere a Harry.

- No es cierto - le espeto Lily negando con la cabeza - es mentira.

- Es lo que quisiera decirte - repuso Dumbledore, su mirada se había ensombrecido - pero hay una profecía en la que él confía ciegamente y ve en el pequeño un peligro eminente.

- Pero es un niño - terció Gab que al igual que sus amigos no podía concebir la idea de que el mago tenebroso más poderoso de esos últimos tiempos lo deseará - ¿Qué mal podría hacerle?

- Quisiera que él pensará como tú - comento tranquilamente - pero no es así - observo a los cuatro - así que he pensado en que es mejor mantenerlos escondidos.

- Encantamiento Fidelius - murmuro Lily, que trataba de que las lágrimas no la traicionaran.

- Es la mejor opción que veo - contesto Dumbledore seriamente - de hecho yo me ofrezco como el guardián.

- No quiero que se moleste - repuso James secamente - pero me gustaría más que fuera Sirius.

- Por mi está bien - contesto el anciano con una débil sonrisa - en cuanto salgan de San Mungo, la casa estará lista.

- Gracias - contestaron los cuatro al unísono.

- Ahora me retiro - hizo una leve inclinación - tengo que arreglar todo, para que su casa esté lista.

Bueno el fic comienza a estar un tanto más rapido, ya ke incluire algunas ideas de Gabriela Black y esto necesita ke todos sean mayores, espero ke no les moleste ^^

capitulo dedicado a :

Gabriela Black

Brisa

Era 31 de Octubre, era bastante temprano, cuando Gab se levanto por cierto cólico, su vientre estaba bastante abultado, se suponía que su pequeña, ya que Sirius estaba seguro de que sería niña, nacía a principios de Diciembre, así que ese pequeño malestar, no tenía nada que ver con que fuera a dar a luz en ese momento.

 

Se levanto, tratando de que su marido no despertara, ya que debían de ser como las 6:00am y no veía la necesidad de que su marido se levantara, bajo a la cocina a prepararse un poco de café, aunque si Sirius la veía haciendo eso, era seguro que iba recibir un regaño.

[










]

- Gab es enserio debes comer - repuso Sirius al ver como su esposa había dejado su plato intacto.

- Sirius - susurro cerrando los ojos ya que había tenido una pequeña contracción.

- ¿Qué pasa? - pregunto con voz temblorosa y acercándose a la castaña.

- Nada - contesto en un susurro tratando de enfocar la mirada de su marido - ¿serías capaz de traicionar a James y a Lily?

- No - contesto un tanto sorprendido - sabes que no sería capaz de traicionar a mis amigos.

- Traicionar no es el simple hecho de que tú los entregues - murmuro abrazándolo como si jamás lo fuera a volver a ver - si no ser el causante de que otro los entregue.

Sirius no entendía porque demonios le estaba diciendo aquello, Gab creía que él era el guardián y así sería hasta que su pequeña naciera, pero le estaba diciendo como si supiera que le había dejado ese papel a Peter, pero dejo de pensar en eso al sentir como su agarre se hacía más fuerte.

- ¿Te sientes bien?

- Creo que ya quiere nacer - contesto con un hilo de voz.

- Solo respira y en un momento estaremos en San Mungo - repuso levantándose y corriendo hacia su recamara para arreglar todas las cosas que tenía que llevar su esposa.

Subió lo más rápido que sus piernas fueron capaces y después de tomar una pequeña maleta y meter lo que creyó necesario de ropa para Gab y luego fue a la habitación que estaba destinada para el nuevo bebé y vio que Owen de nuevo se había quedado dormido en una esquina de esa habitación con un perro de peluche abrazado.

- Ya va a nacer tu hermanita - le susurro mientras lo tomaba en brazos y lo llevaba hacia su cama.

- Gab quiere que vayas al bautizo de Harry - dijo una voz a su espalda, así que se giró y vio que estaba Remus con su mirada siempre tan tranquila.

- Pero tengo que llevarla a San Mungo - repuso, mientras caminaba con Owen hacia la recamara del pequeño.

- Para eso estoy yo aquí - contesto con una débil sonrisa - solo vas a bautizar al pequeño y luego podrás ir a San Mungo.

Sirius soltó un suspiro cansado y decidió que lo mejor era no hacer enojar a su esposa y menos con esto de que estaba a punto de dar a luz. Así que bajo y encontró a su castaña sentada en un sillón con sus manos sobre su abultado vientre, era una imagen bastante tierna, así que se tomo unos minutos para observar a Gab, siempre le había parecido hermosa, pero ahora ese brillo la hacía ver más tierna y más llena de vida. Después de grabar esa imagen se acerco a ella y le beso el cabello.

- Tratare de no tardar - repuso acariciando su abultado vientre - no hagas sufrir mucho a tu mami - Gab soltó una débil risita - recuerda que Te Amo.

- Y yo a ti - contesto en un susurro - solo quiero que cumplas el compromiso que ellos te dieron.

 

- Si lo entiendo - repuso besándole de nuevo el cabello - bueno es mejor que me vaya, si quiero estar allí para cuando Rach nazca.

Gab vio el reloj y vio que marcaban las 4:50pm, si todo iba bien, su marido debía llegar a San Mungo más tardar a las 7:00pm, solo esperaba que está vez su pequeña le diera la oportunidad a su padre de estar en su nacimiento.

[1 de noviembre 7:00 am Un año después]

- Gab por favor tienes que tranquilizarte - repuso Remus que sostenía a una pequeña niña de un año con el cabello negro azulado - aunque no lo creas Rach siente la tensión.

- Pero como quieres que me tranquilice si mi marido no ha venido a al cumpleaños de su hija - le espeto Gab, llevaba desde las 11:45pm llorando.

Remus no pudo contestar nada, ya que la puerta de la casa se abrió dejando ver aun Dumbledore bastante tenso.

- Los Potter han muerto - dijo en voz baja antes de que alguno de los presentes preguntara - Voldemort anoche entró a su casa
.

- Eso no es cierto - interrumpió Gab con las lágrimas luchando por salir - él no pudo haber entrado, ya que solo el guardián puede decirle donde se escondían y Sirius jamás lo haría.

- Gabrielle esto lo siento, pero Sirius acaba de ser detenido por matar a Peter Pettigrew y solo él pudo haber entregado a James y a Lily - repuso Dumbledore tratando de sonar tranquilo.

- Eso es mentira - dijo en voz baja - ES UNA MALDITA MENTIRA - gritó, haciendo que Rach comenzara a llorar y ella hizo lo mismo - es mentira, Sirius jamás traicionaría a James y a Lily, no sería capaz, siempre fueron sus amigos - levanto su mirada avellana hacia la miel de Remus que tampoco podría creer posible aquello - por favor dime que es una mentira.

- Gab - susurro Remus abrazando a su amiga con un brazo, ya que con el otro sostenía a Rach - no quiero mentirte, y tu y yo sabemos que Sirius era el guardián de James, sabemos que James confiaba ciegamente en él y solo él pudo haberlo entregado.

La castaña se cubrió el rostro con ambas manos y comenzó a sacar todo el dolor que esa noticia le estaba causando, se había enamorado de un traidor que no le importaba más que el poder.

espero ke les guste y en estás vaccaciones actualizare diario o cada tercer día aun no lo se, pero espero sus comentarios ^^

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

- Rachel es la última vez que te lo digo - Gab estaba irritada ante la terquedad de su hija de 13 años - no me importa si quieres o no, iras a Hogwarts.

- Pero yo no tengo porque ir, en Astrom este año entraba a cuarto y aquí solo pudieron aceptarme en tercero, no quiero y no vas a obligarme a ir - contesto Rachel, Gab no podía negar el parecido con Sirius era impresionante, sus ojos grises resplandecían del enojo que tenía y su cabello negro azulado caía sobre su rostro haciendo que su aspecto se viera un poco más siniestro.

- Rach - llamo Remus tranquilamente - hagamos algo, si no te gusta Hogwarts yo mismo hare tu cambio de nuevo a Astrom y si sientes que el nivel está un poco debajo de tus capacidades yo te daré clases.

- ¿Enserio? - sus ojos grises se dirigieron a Remus, y lo observo tratando de identificar cualquier cosa que le dijera que le mentía.

 

- ¿Rach alguna vez te he fallado?

- No - contesto corriendo a abrazarlo - es por eso que te quiero.

- Ve y discúlpate con tu madre - le susurró mientras le besaba el cabello, la pequeña caminó hacia su madre y la abrazó.

- No quise gritar - le susurro, mientras Gab le acariciaba el cabello - lo siento mamá.

- Lo sé cariño - una débil sonrisa se le formó - pero ahora ve y duerme y dile a tu hermano que es mejor que cuando suba ya esté acostado.

- Si - contesto sonriendo, haciendo que esa altivez que caracterizaba a los Black se viera reflejada en esa pálida piel, era una niña hermosa y Gab sabía que con el paso del tiempo se volvería aun más hermosa - hasta mañana - se despidió antes de subir las escaleras.

- Es igual a él - susurró Remus caminando hacia su amiga y le puso la mano sobre el hombro - demasiado impulsiva, pero también demasiado noble.

- Pero ella jamás traicionara a sus amigos - contesto Gab secamente.

- ¿Se los dirás? - pregunto en voz baja.

- ¿Decirles que su supuesto padre se ha fugado de Azkaban? - sonrió de manera amarga - conociendo a Owen lo odiara y Rach tratara de encontrarlo, así que no pienso mencionar que su padre sigue vivo.

- Es tu decisión - comento seriamente - ¿quieres té? - pregunto después de unos segundos de silencio.

- Por favor - contesto Gab sonriendo - ¿Cómo crees que sea?

- Debe ser igual a James - contesto caminando hacia la cocina - solo que con los ojos de Lily.

- Eso lo sabemos por las fotografías que tenemos de él, pero como será en su carácter.

- Eso lo vamos a ver pronto - comento Remus tranquilamente.

[Horas después (2:00am)]

- Mi madre te castigará si ve que aun sigues mandándole cartas a Samantha - le reprocho Rach a un chico como de 1.78 cabello castaño y quebrado y unos enormes ojos avellana.

- Mamá no tiene porque saberlo - repuso el chico que debía tener 15 años recién cumplidos el 24 de julio - a menos de que cierta personita vaya y se lo diga.

- Sabes que no soy una chismosa - le espeto Rach tajantemente, giró la vista y vio al pequeño perro de peluche que estaba encima de un libro en la recamara de su hermano - ¿Qué hace aquí mi siri?

- Antes era mío - replico Owen de manera distraída - pero supongo que lo dejaste por ahí tirado y yo lo encontré.

- Ven pequeño - susurro Rach tomando al pequeño perro negro cuidadosamente como si se tratara de su mayor tesoro.

- ¿Por qué quieres tanto a ese perro? - pregunto al ver como lo abrazaba.

- Porque cuando me lo diste cuando tenía tres años me dijiste, "esté perro papá me lo dio, pero antes de eso ese perro le perteneció a él".

- Rach de verdad que no puedo creer que aun recuerdes eso - comento Owen sorprendido.

- Eso es algo que jamás voy a olvidar, como jamás voy a perder a este perro - repuso besando al perro, ya que al tener al perro era como si tuviera una parte de su padre con ella.

- Enana es mejor que duermas ya que mañana será un día bastante ajetreado - sonrió débilmente.

- ¿Ya le dijiste a Samy que no iras a Astrom este año? - pregunto desde el marco de la puerta.

- Si en la última carta se lo dije - contesto con la mirada baja.

- Si te quiere como tú a ella, sabrá esperarte y si no es así, se perderá de un gran chico - y le regalo una de sus tantas sonrisas tiernas, aun no podía creer como su hermana de casi 13 años hablara a veces de forma tan madura.

 

POV Gab

¿Por qué no podían dormirse de una vez? Claro tenía que tener unos hijos con rasgos vampíricos, me levante para mandarlos directamente a dormir, pero antes de salir, sentí una respiración a mi espalda, así que con un ligero movimiento me giré y pude ver una sombra.

- No te muevas - ordene tratando de encontrar mi varita.

- Gab - aquella voz, sentí como mis piernas se convertían en gelatina.

- ¿Qué demonios haces aquí? - pregunte de manera acida - ¿no deberías estar pagando tu condena en Azkaban?

- Gab déjame explicarte.

- Explicarme que traicionaste a nuestros amigos, sin importarte nada - replique sintiendo como el enojo comenzaba a crecer.

- Eso no fue lo que paso - su voz tembló, haciendo que mi voluntad de hacer que se largara también lo hiciera, vi que tomó la fotografía de mis hijos encendí la varita para verlo mejor, su cabello ahora estaba opaco al igual que su mirada su rostro no era como yo lo recordaba, estaba demasiado delgado y demacrado - ¿son ellos? - al preguntar aquello su mirada tomó un brillo especial, no pude más que asentir - Owen se parece tanto a ti.

- En cambio Rach es tu reflejo - conteste serenamente.

- Siempre soñé en cómo eran - repuso fijando su vista en mí - y por una extraña razón son igual a como los soñé siempre, aunque ella es más hermosa y él más imponente.

Su mirada como siempre me atrapo y no supe que hacer o que decir, así que me quede estática observando como él se acercaba a mí, sentí sus labios sobre los míos y ni aun así pude hacer que mi cerebro reaccionara y lo separara de mí.

- Te Amo - me susurro al separarse de mí - como el primer día y te amaré hasta que muera.

- Es mejor que te vayas, antes de que decida hablar con el ministerio y haga que vengan por ti - le espete separándome lo más posible de él.

- ¿Lo harías?

- Que seas el padre de mis hijos no quiere decir que no pueda entregarte a los dementores - conteste tranquilamente.

Ante aquellas palabras, él solo rozo mi mejilla con la yema de sus dedos.

- Jamás olvides que Te Amo y que junto con mis hijos eres lo más importante que tengo.

Cuando iba a replicar aquello no pude, ya que se había ido, me había dejado de nuevo lo amaba a pesar del tiempo aun lo seguía amando, pero él era un traidor que me había quitado a mi mejor amiga y a mi hermano, eso eran cosas que jamás iba a olvidar.

[Tres meses después]

POV Rach

- Quita a tu gato de mi vista - le espete a Hermione era una chica de cabello castaño y enmarañado y ojos marrón.

- Eres una maleducada - me espeto mientras quitaba a su bola de pelos.

- Rach - susurró Ginny, era mi mejor amiga era pelirroja y al igual que la castaña tenía ojos marrón - no digas nada.

Así que con cierto malestar tuve que morderme la lengua para no contestarle lo que se merecía, esto de que tu madre fuera la maestra sustito de Remus en DCAO no era bueno, ya que por lo regular la llorona de Hermione iba y me acusaba con mi madre y siempre estaba castigada.

- Chicas - llamo Samantha si era la novia de mi hermano e hija de la pareja actual de mi querido padrino Vanesa, era rubia y el cabello en perfectos bucles y ojos aceitunados, era bueno tenerla de cuñada, aunque había sido una sorpresa encontrarla en el andén el día que veníamos a Hogwarts, estaba pegada a la ventana - díganme si no es una hermosa luna.

 

- Esto es tan romántico - susurro una chica de nombre Lavander o al menos eso era lo que recordaba.

- Esta luna es la peor para los licántropos - repuso Ginny, ante eso recordé a mi pobre padrino en esos momentos sufriendo su transformación.

Me sentía un poco estresada al saber que Remus sufría, por esa estúpida luna, así que decidí que era mejor dar un paseo para sacarme este sentimiento de frustración, así que salí sin prestar atención a que Ginny o Samantha me llamaran. Cuando estaba a punto de llegar a las cocinas choque contra algo, que por poco casi caigo de espaldas, pero unas manos evitaron que cayera.

- ¿Estás bien? - sentí que mis piernas fallarían al escuchar aquella voz y más cuando levante la mirada y vi unos hermosos ojos verdes observándome con una débil sonrisa, su cabello rubio cobrizo algo despeinado.

- Si - conteste con un hilo de voz.

- Vamos Cedric - llamo uno de sus amigos, si él era Cedric Diggory el chico más guapo de Hogwarts y mi amor platónico.

- ¿Segura que estás bien?

- Completamente - conteste tratando de que mi voz regresara.

- Entonces es mejor que vayas a dormir, antes de que Filch te encuentre y te castiguen - repuso aun sonriendo.

- Si eso haré - mis labios se curvaron en una media sonrisa.

- Buenas Noches - se despidió antes de seguir su camino hacia su sala común, yo solo hice un movimiento con la cabeza como despedida.

Después de eso seguí con mi camino hacia fuera del castillo, sabía que si alguien me encontraba estaría castigada, esa fue la razón del porque tuve que agudizar todos mis sentidos, cuando estaba a punto de llegar a la puerta principal escuche un maullido y pensando que era la gata de Filch, tuve que quedarme de pie tratando de hacer el menor ruido, para que la estúpida gata no llegara a mí, ya que no había encontrado un lugar en donde esconderme, pero de pronto sentí como algo se restregaba en mis piernas, así que baje la mirada para encontrarme una bola de pelos color canela.

- Crookshanks quítate - le ordene al maldito gato que solo siguió restregándose en mis piernas - si tu ama te ve conmigo creerá que te estoy secuestrando - maulló como contestando que no importaba, así que solté un largo suspiro - muy bien pero no hagas ruido.

No se escucho nada, así que con sumo cuidado abrí la puerta sintiendo como Crookshanks iba a mis talones, cuando llegamos a los jardines el gato comenzó a caminar hacia los invernaderos.

- Espera - esto de hablar con animales no era bueno - Crookshanks, espérame - al escuchar aquello se detuvo y giró a verme, su cara aplastada me daba un poco de miedo, cuando llegue a su lado - gracias - el levanto la cola y siguió su camino - ¿A dónde vamos? - ya sé que fue una pregunta estúpida, ya que un gato jamás me iba a responder.

El camino fue un poco más largo de lo que creí, pero a lo lejos vi un perro gigante, al ver aquello trate de tomar a Crookshanks en mis brazos para que no fuera atacado por ese gigantesco perro, pero él siguió caminando como si no fuera capaz de ver el peligro.

 

- Crookshanks ven - le llame, pero él siguió caminando - ese perro puede hacerte algo.

Cuando llego con el perro note como el perro jugaba con él, eran como buenos amigos, esto era un tanto extraño, sin ser consciente comencé a acercarme a aquel enorme perro, al sentir que me acercaba se alejo de Crookshanks y clavo sus profundos ojos perla en los míos.

POV Sirius

Era ella, era mi pequeña la que tenía frente a mí, sus enormes y hermosos ojos grises me observaban como tratando de analizar cada detalle de mí, era realmente hermosa, la altivez de los Black en ella era perturbadora, me pregunte si tendría mi carácter o el de su madre, pero estar a estas horas de la noche fuera del castillo, debía ser más como yo.

- Hola - su voz era como la Gab a su edad tan tierna y a la vez tan amenazante, me regalo una media sonrisa - ¿de dónde saliste? - mientras se acercaba más a mí - debes estar perdido.

Ladre como respuesta y ella se detuvo, me observo como tratando de reconocerme, al ver que ella no se acercaba yo di unos cuantos pasos hacia ella.

- Si Hagrid te ve - susurro acariciándome la cabeza - querrá adoptarte - sonrió mientras yo movía la cola para que me siguiera acariciando - eres uno de los perros más grandes que he visto - de nuevo clavo sus ojos en los míos - ya sé a quién te pareces - repuso mientras su sonrisa se ensanchaba, yo levante el hocico, para que ella continuara - te pareces a Siri - ¿Quién demonios era Siri? - mi perro de peluche, eres negro como él y además tienes sus mismas orejas puntiagudas.

Creo que era el perro que entre James y Remus me habían dado como broma el día de mi cumpleaños, el mismo que le había dado a Owen cuando cumplía tres años.

- Así que te llamare Siri - me acarició las orejas - claro mientras encuentre a tu dueño - me pare en cuatro patas como un tipo abrazo perruno, pero jamás imaginé que fuera tan pequeña y menuda, así que cayó al suelo y en vez de gritar o hacer algo solo empezó a reír - si mi madre me viera con semejante perro ya le habría dado un ataque.

Tenía razón Gabrielle, era igual a mí, solo que tenía esa paz e inocencia que su madre desprendía, deje que me siguiera acariciando, hasta que escuche a alguien acercándose, ella se levanto de golpe y me empujo haciendo que corriera hacia el bosque, pero a ella no le dio tiempo a nada, así que frente a ella apareció Dumbledore y la observo como si tratara de detectar algo.

- Señorita Black - repuso con la voz serena, mientras Rach trataba de que su mirada se mantuviera firme - ¿no cree que es un poco tarde para estar dando un paso?

- Me quede dormida - contesto con una débil sonrisa de inocencia, pero sabía que Dumbledore a pesar del tiempo la seguía viendo como un peligro - y hasta que Crookshanks vino fue como desperté - el gato comenzó a ronronear a sus pies - de hecho ya iba al castillo, antes de que alguien se diera cuenta, que me había dormido en los jardines.

- Debería bajarle 10 puntos - repuso y vi que aparecía una ligera sonrisa en su rostro - pero solo por esta vez la dejare ir sin un castigo.

- Gracias profesor - contesto Rach haciendo una leve reverencia - ahora si no le molesta me retiro.

- Adelante - respondió con una sonrisa más grande, vi como comenzaba a caminar hacia el castillo y Dumbledore se quedo de pie.

 

- ¿La sigue considerando un peligro? - pregunto una voz a su espalda, así que giré mi vista y estaba el idiota de Quejicus.

- ¿Severus tú que es lo que ves en la pequeña?

- Veo a Black en ella - contesto de manera acida - una niña demasiado caprichosa, engreída, que se la vive rompiendo las reglas.

- Vamos Severus dime que es lo que en verdad ves en ella y no solo lo que deseas ver solo porque es hija de Sirius Black.

- Debo decir que es la niña más inteligente que he visto, cabe decir que es más lista que Granger, demasiado noble igual a Gabrielle, es demasiado astuta, llevaba más de tres noches que sale del castillo sin ser descubierta por nadie.

- Solo por ti - replico Dumbledore serenamente - creo que comienzas a sentir cariño por esa niña.

- Es la hija de mi mejor amiga - contesto simplemente - y dudo que sea capaz de unirse al Señor Tenebroso, si es que en algún momento vuelve a resurgir.

- Es lo mismo que yo creo - comento Dumbledore tranquilamente - pero no me gusta esa enemistad que tiene contra la señorita Granger.

- Granger es demasiado presumida y Rachel no soporta que alguien se crea mejor que ella, la inmadurez de Black resalta aquí - repuso el imbécil de Snape.

- Si creo que ellas dos jamás se llevaran bien - susurro Dumbledore comenzando a caminar - tal vez sea también que es hija de muggles.

- Lo dudo - contesto Snape de manera tajante - se lleva perfecto con Thomas.

Después de esto los dos siguieron su camino hacia el castillo, esperaba que en verdad Dumbledore dejara de creer que ella era un peligro, al ver sus ojos sabía que no estaba esa maldad que es digno de un Black, tal vez al igual que yo se había librado de ese maldito linaje.

bueno espero ke les guste el cap ^^ y creo ke Rach comienza a sentir algo x alguien n.n espero ke les guste las parejas

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

- Feliz Cumpleaños - escuche demasiado lejos, así que con cierto pesar abrí los ojos y vi que Ginny y Samantha me sonreían, mientras ambas me enseñaban unas enormes cajas de regalo.

- Tu hermano te espera abajo con su regalo - comento Samantha sonriendo y entregándome ella primero su regalo, lo abrí y vi que había una bufanda de colores - espero que te guste.

- Sabes que me encanta - conteste tomando la bufanda con una media sonrisa - Gracias.

- Bueno sabes que es con todo mi cariño - comento Ginny entregándome un paquete más pequeño que el de Samantha, así que lo abrí y venía una caja de chocolates y una pulsera.

- Ginny gracias - comente, mientras le pedía que me la pusiera - es hermosa y amo los chocolates.

Ginny sonrió y yo le devolví la sonrisa, después de eso me levante a ducharme y bajar a desayunar.

Cuando termine de cambiarme baje a la sala común donde estaba mi hermano con un paquete más grande que todos los que había visto, ya que si no había dicho, mi madre me había dado un suéter, Remus un libro sobre los misterios de la Luna Llena y mis amigos de Astrom más cajas de dulces.

- Feliz cumpleaños enana - repuso abrazándome y entregándome el paquete.

- Gracias - conteste separándome de él y comenzando a abrir el paquete dentro venía una colección de fotos de mamá y de sus amigos.

 

- Pensé que te gustaría, ya que tal vez papá sea alguno de ellos - me susurro mientras me besaba la frente.

- Te quiero - murmure mientras lo abrazaba y escondía mi rostro en su pecho.

POV Sirius

Debía de acercarse la medianoche, pero ya todo el castillo dormía, así que gracias a los secretos de los merodeadores podía verla dormir tan plácidamente que parecía un ángel, me recordaba a la época en qué yo era estudiante y subía a esa misma habitación, pero solo era para ver dormir a Gabrielle que al igual que Rach emanaba una paz que me llenaba y me gustaba observar, vi el reloj que estaba sobre su mesita de noche marcaba las 23:45 así que con sumo cuidado me quite una cadena de oro blanco que tenía un perro y una estrella.

- Espero que te guste princesa - le susurre mientras lo ponía sobre su almohada - y que recuerdes que a pesar de no estar a tu lado siempre te he amado y siempre serás una de las razones que aun me mantiene con vida.

Después de dejar la cadena besé su frente y ante eso ella solo arrugo un poco la nariz y después volvió a relajarlo y volvió a tener la misma expresión relajada, ahora había llegado mi trabajo.

POV Rach

Sentí que algo había rozado mi frente, pero pensé que había sido parte de mi sueño, pero como a los cinco minutos de aquello escuche ruidos en la habitación, así que con cierta molestia abrí los ojos y pude ver que algo se movía con dirección a los baños, así que con varita en mano me levante y me dirigí al baño a ver quién demonios se había metido allí.

Tratando de hacer el menor ruido entre al baño, tratando de que ninguna de mis compañeras se levantara, abrí la puerta con la varita frente a mí, para alumbrar el baño, en el fondo de este vi una sombra como 10cm más alto que mi hermano.

- ¿Quién eres? - pregunte en un susurro cerrando la puerta tras de mí, esto del miedo jamás había sido lo mío y con aquella sombra menos sentía miedo.

- ¿No crees que es un poco arriesgado que te encierres con un hombre al cual no conoces? - su voz se escuchaba ronca y un tanto divertida.

- El razonamiento jamás ha sido lo mío - conteste con sinceridad.

- Actúas por impulso al igual que tu padre - susurro, ante aquellas palabras levante la varita y vi su rostro demacrado y sus ojos grises que eran parecidos a los míos sin brillo alguno.

- ¿Conociste a mi padre? - pregunte acercándome más a él, vi su traje de Azkaban - es por ti que todo el castillo está lleno de dementores.

- Vaya veo que eres bastante observadora - contesto con una media sonrisa.

- ¿Cómo entraste?

- ¿No sería mejor que llamaras a los dementores? - parecía demasiado sorprendido por mi reacción.

- Los odio - susurre mientras levantaba los hombros - y no tienes el rostro de haber hecho cosas malas. ¿Por qué te buscan?

- No todas las cosas son como parecen - me contesto, mientras acortaba el espacio que había entre nosotros - puedo ser un asesino.

- Ya me hubieras matado - repuse de manera indiferente.

- Rach - susurro acariciando mi mejilla - ¿Qué pasaría si yo fuera el asesino de tu padre?

- Ni siquiera sé si papá murió o solo nos abandono - sus ojos me hacían sentir tranquila.

 

- ¿Y si tu padre estuviera en Azkaban? - su voz tembló ante aquella pregunta.

- Sería mi padre - conteste firmemente - así que no veo cual sea la diferencia de que este fuera o dentro de Azkaban, al menos si estuviera dentro sabría que está vivo.

- Rach - escuche que me llamaba Ginny y Samantha.

- Es mejor que salgas - repuso sonriéndome como si me conociera de toda la vida - y por favor no menciones que estuve aquí.

- Tratare de no mencionarlo - conteste sonriendo y caminando hacia la puerta - pero ¿Qué hacías aquí? - al preguntar aquello me giré, pero él ya no estaba.

- ¿Qué demonios hacías ahí dentro? - Samantha estaba realmente alterada.

- Me estaba lavando los dientes - conteste con inocencia - pero ¿Qué pasa?

- A Ron casi lo mata Sirius Black - respondió Ginny que estaba a punto de las lágrimas.

Solo la abrace y supe que quien estaba dentro era el asesino Sirius Black, aunque debía suponerlo, ya que quien estaría a esa hora en el baño de chicas y sobre todo porque iba a estar en el baño, Samantha dijo algo de que debíamos bajar a la sala común, así que solo me acerque a mi cama a ponerme las pantuflas y así bajar a la sala común, pero antes de ponérmelas vi que algo brillaba en mi almohada, así que me acerque y vi que era una cadena, lo tome y vi que era un perro y una estrella, era realmente hermosa, con una media sonrisa me la puse.

POV Gab

- Remus ¿Qué demonios pasa? - pregunte al ver que solo daba vueltas en todo el despacho.

- ¿Recuerdas esto? - mientras ponía en la mesa un pergamino.

- No me digas que
- vi su rostro y supe que si era - pensé que lo habían quemado al salir de Hogwarts.

- James y Sirius se rehusaron, así que decidimos esconderlo en el despacho de Filch, por generaciones futuras - contesto de manera avergonzada.

- Jamás dejaron de ser unos irresponsables ¿Cómo demonios se les ocurrió dejar semejante cosa para otras generaciones? - mi voz cada vez se elevaba más.

- Gab respira - me pidió aun sin verme a los ojos - después me dices que somos unos irresponsables, ahora escucha lo que tengo que decir - asentí levemente - aquí dice el nombre de Peter Pettigrew.

- ¿Qué? - fue lo único que salió de mis labios.

- Lo que escuchas el mapa muestra a Peter - contesto en voz baja.

- Eso no puede ser - susurre, sentí como mis manos temblaban, no podía ser posible que Pettigrew estuviera con vida - debe de haber un error.

- ¿Tratas de decir que el mapa no sirve? - su voz se escuchaba un tanto molesta - tu misma nos ayudaste a hacerlo de forma que sirviera.

- Pero siempre cabe la posibilidad de que mienta - repuse, sabía que eso era mentira, ya que me había pasado más de dos noches enteras sin dormir, junto con Remus, James y Sirius, tratando de que ese mapa mostrara a todo ser que estuviera en Hogwarts; pero eso era más fácil que pensar que Peter de verdad estaba vivo.

- Gabrielle sabes mejor que yo que mientes - me espeto, no podía pensar que había culpado a mi marido de ser un asesino cuando él simplemente no había hecho nada.

- Remus no puedo aceptar que él esté vivo - conteste, sintiendo un nudo en mi garganta - porque si lo acepto, me sentiré culpable por darle la espalda durante 12 años a Sirius.

- Pero ¿qué pasa con la traición a James y a Lily? - su voz tembló ante aquella pregunta - nadie nos dice que no haya traicionado a James y a Lily.

 

Me quede callada, ya que sabía que él al igual que yo comenzaba a dudar sobre la culpabilidad de Sirius.

POV Rach

- Crookshanks - susurré, mientras llegaba a la planta alta de la casa de los gritos - vamos lindo gatito, ven a mí hermosa bola de pelos - el desgraciado se había metido a través del sauce boxeador, y ahora tenía que buscarlo si no quería problemas con su dueña.

Escuche una suave nota, parecía de piano, así que tratando de hacer el menor ruido abrí la única puerta que estaba, eche una mirada rápida, antes de entrar completamente a la habitación, era una habitación bastante amplia, había una cama al fondo y un pequeño sillón a un lado y un piano frente a esta, vi que alguien tocaba, abrí lentamente la puerta para ver de quien se trataba. Era él y la maldita bola de pelos estaba a sus pies muy cómodamente.

- ¿Por qué aun sigues en el castillo? - pregunte, mientras caminaba hacia él, cualquier persona normal hubiera salido huyendo, pero jamás había sido normal.

- Tengo un trabajo pendiente - contesto sin apartar la vista del piano.

- ¿Piensas matar a Harry? - pregunte en un susurro.

- ¿Cuántos años se supone que tienes?

- 13, pero eso no contesta mi pregunta - le espete, él sonrió débilmente.

- Pues para tener 13 eres demasiado curiosa - repuso acercándose a mí - y ¿Qué pasaría si te dijera que si vengo a matar a Harry?

- No te dejaría salir - conteste de manera firme.

POV Sirius

Vaya tenía bastante carácter eso lo había sacado de Gabrielle, no pude más que reír.

- ¿Qué harías en contra de un asesino? - pregunte con diversión.

- Nadie conoce de lo que soy capaz - susurro seriamente.

- No me das miedo - conteste de manera altiva, escuche como Crookshanks soltaba un pequeño gruñido, debí saber que ese era el momento en que yo debía tranquilizarla, pero quería saber de que era capaz - ¿Qué podría hacerme una niña de 13 años?

No debí de haber dicho aquello, ya que en menos de que lo pensé, ya había sido lanzado hacia una de las paredes de la casa, me levante con cierto trabajo y sintiendo como comenzaba a faltarme el aire.

- Rach - llame en un susurro y con la voz entrecortada - sabes que no debes matarme - vi como su mirada flaqueaba y con esto el aire comenzaba a llegar más a mí - dime ¿crees que le haría daño a Harry?

- No lo sé - contesto secamente.

- Vamos Rach, sabes que no lo haré - su mirada se clavo en la mía y pude ver algo que no me gustaba, parecía que se le estaba acabando la vida - deja de tratar de matarme - no sé si mi voz se escucho igual de desesperada como me sentía.

- Solo eres un asesino - su voz comenzaba a sonar débil - ¿Por qué no debería matarte?

- Porque parece que lo que haces te quita vitalidad - conteste tratando de no sonar tan desesperado - por favor deja de hacerlo.

Después de esto note como el aire volvía a entrar regularmente a mis pulmones, mientras mi respiración se regulaba giré mi vista hacia ella y vi como se desvanecía, corrí hacia ella y alcance a detenerla.

- Rach - llame, mientras la movía, tratando de que despertara - vamos Rach despierta.

 

Pero no reaccionó, así que con delicadeza la levante, era demasiado liviana eso facilito las cosas, la coloque en una pequeña habitación de la planta baja, la recosté en la pequeña cama que había improvisado para mí, tenía que esperar a que despertara y se fuera, pero si lo hacía esa maldita rata iba a desaparecer, besé su frente antes de salir de la casa.

POV Remus

- ¿Qué pasa? - pregunto Gab, que me observa con cierta preocupación.

- Harry, Ron y Hermione van hacia el sauce boxeador - conteste tratando de sonar tranquilo y también omití el detalle en que Sirius también se dirigía al mismo lugar.

- ¿Harry no pudo parecer más a su madre? - dijo de manera irónica, mientras se levantaba y se dirigía a la puerta, yo seguía sin moverme - ¿vas a dejar que esos niños se mueran por culpa del sauce?

No conteste solo camine tras ella, esto iba a ser un poco fuerte para Gab, no quería ver la reacción de mi mejor amiga al ver a su marido en la casa de los gritos.

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Me sentía un tanto mareada, me senté en lo que se podría llamar cama, la cabeza me daba un poco de vueltas.

- EL MATO A MIS PADRES - esa voz yo la conocía, con cierta dificultad me puse de pie y camine hacia la planta alta, de donde provenía ese grito.

Cuando llegue pude ver que Harry estaba sobre Sirius Black, de repente todo vino a mí, sus ojos, su apellido, si lo veía más joven se parecía a mí mejor dicho yo a él, la pregunta de qué pensarías si tu padre estuviera en Azkaban. Sentí como aparecía un nudo en mi garganta eso debía ser mentira, pero para descubrirlo lo necesitaba vivo.

- No - susurró - he esperado demasiado tiempo.

Vi como Hermione se acercaba a él y le daba una patada y Ron se lanzaba por las varitas, esto era un juego disparejo, Harry se lanzo por su varita, pero esa linda bola de pelos no dejo que la tomara, pero al sentir las garras de Crookshanks le dio un puntapié que lo mando a volar, tomó su varita.

- Háganse a un lado - les ordeno a Hermione y a Ron.

- ¿Vas a matarme Harry? - pregunto Sirius como si le estuviera dando los buenos días, pude ver que sangraba del ojo derecho.

- Mataste a mis padres - le espeto, mientras lo seguía apuntando con la varita.

- Baja la varita Potter - mi voz se escuchaba más ronca de lo que esperaba - no escuchaste Potter baja la varita.

- Rachel si no lo recuerdas tenemos mejores notas - como siempre la idiota de Granger tenía que abrir su estúpida boca solo para decir estupideces - nosotros podemos hacerte más daño.

- Cuando pida que hablas lo haces, pero ahora me importa un sorbete lo que deseas decir - y con un movimiento de la varita la deje sin voz - mucho mejor. Ahora como te dije Harry baja la varita.

- Él es un asesino - no quitaba la vista de Sirius - mató a mis padres, no voy a dejar que se vaya así, lo matare con mis propias manos.

- No - negó Sirius observándome seriamente - Rach esto es algo entre Harry y yo.

- Si mis sospechas son ciertas también me incumbe a mí - conteste tratando de sonar tranquila - eres el hombre de quien siempre mi madre habla y muchas noches a llorado.

- ¿De qué hablas? - Harry había bajado la varita.

 

- Mi madre siempre dijo que en el Colegio se había enamorado de un hombre, el cual fue a Azkaban por traicionar a sus mejores amigos y que desde ese día siempre se arrepintió de haber amado a un hombre así, pero siempre tuve curiosidad porque de mi padre no hablaba, y si soy tan lista como siempre me lo han hecho ver tu eres ese hombre y además de ser un asesino eres

- Rach no - contesto Sirius si ni siquiera darme la oportunidad de terminar mi frase - jamás voy a contestar eso y ahora te quiero lejos de aquí - Harry volvió a apuntarlo, pero Crookshanks saltó sobre su pecho - vete - le ordeno al gato - los quiero a ambos fuera de esto.

POV Gab

- ESTAMOS AQUÍ ARRIBA - esa voz era de Hermione Granger - ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!

- Gab quédate aquí - me ordeno, mientras el subía las escaleras, pero claro que no me iba a quedar allí, habían dicho que Sirius Black estaba en ese lugar, así que yo también subí - Expelliarmus - dijo Remus haciendo que la varita de Harry saliera volando.

Rach estaba de pie frente a Sirius, ¿Qué demonios hacia mi hija aquí? Sentí como mis piernas temblaban, mi pequeña no debía saber que su padre era un asesino.

- ¿Dónde está, Sirius? - pregunto Remus con voz seria, señalo a Ron.

Por unos segundos se quedaron en silencio, de hecho ni Rach que era como Sirius que odiaba los silencios por muy cortos que fueran dijo algo. Como cuando eran jóvenes Remus sabía lo que Black pensaba sin muchas palabras, ya que muchas veces dijo que leer mis pensamientos era como leer los de Sirius ambos eran fáciles, así que se acerco a él y solo le tendió la mano para que se levantara y en cuanto estuvo incorporado lo abrazo como lo que siempre habían sido hermanos.

- NO LO PUEDO CREER - gritó Hermione.

Tanto Remus como Sirius se separaron al instante y mi amigo giró a ver a Hermione, que tenía los ojos abiertos de manera desmesurada.

- Hermione

- Yo confié en usted y no le dije a nadie - su voz comenzaba a flaquear - y usted siempre ha sido su amigo - Rach giró ver a Remus tratando de entender de que hablaba Hermione - usted lo ayudo a entrar al castillo - giro a ver a Harry - Harry, él quiere matarte, es un hombre lobo.

Hubo un silencio bastante tenso, Rach la observo con el odio que siempre le había tenido a Hermione y sin ser consciente de lo que haría le soltó un puñetazo a la castaña.

- Rach - repuso Remus mientras la tomaba para que no golpeara a Hermione - no te puedes rebajar.

- ¿Cómo pueden decir que eres la bruja más inteligente? - Rach estaba furiosa - eras la persona más idiota que conozco, que sea un licántropo no quiere decir que haya ayudado a Black a entrar el castillo.

- Estoy harta de que me trates como idiota, cuando la idiota aquí eres tú - sabía que había sido un grave error llamar así a Rach - si no te has dado cuenta son amigos, así que no le costaría nada haberlo ayudado.

- Estás muerta Granger - susurro Rach de manera amenazadora - soy mejor bruja de lo que tú llegaras a ser.

- Ron ¿estás bien? - pregunto Remus tratando de que así Rach dejara de discutir con Hermione, hizo el intento de acercarse.

- Aléjate de mi licántropo - rugió Ron.

Remus apretó mas el agarre a Rach, ya que estaba a punto de atacar a Ron, se giró de manera lenta hacia Hermione.

 

- ¿Desde hace cuánto sabes eso?

- Desde que el profesor Snape nos dejo hacer el trabajo sobre los licántropos - maldita había sido la hora en que me había enfermado ese día y no había podido ir a dar esa clase.

- Vaya de verdad que estará encantado - comento con una débil sonrisa - les puso el trabajo para que alguno de ustedes se percataran de mis síntomas. ¿Comprobaste el mapa lunar y te diste cuenta de que yo siempre estaba enfermo en luna llena? ¿Te diste cuenta de que el boggart se transformaba en luna al verme?

- Las dos cosas - respondió Hermione en voz baja.

- Siempre creí que la única persona más inteligente era Rachel, pero veo que tú también eres bastante inteligente - soltó una risa bastante forzada.

- No demasiado ya que si lo hubiera sido le habría informado a todo el mundo - susurro.

- ¿De verdad es inteligente? - cuestionó Rach girando a ver a Crookshanks que bufaba mirando algo que Ron tenía en los brazos.

- No todos piensan como tú - contesto Remus tranquilamente y sonriendo débilmente - no todos creen que tener a un licántropo de padrino es divertido.

- Pero solo se lo podrías decir a los alumnos, ya que todos los profesores lo saben - le espeto Rach, que aun no quitaba la mirada de lo que Ron tenía en brazos.

- ¿Lo contrato sabiendo que era un licántropo? - Ron pareció frustrado - ¿está completamente loco?

- Muchas personas lo creen - contesto Remus pasivamente - pero el confió en mí.

- Y se equivoco - grito Harry - ya que todo este tiempo lo ha estado ayudando.

Rach se soltó del agarre de Remus y camino hacia Ron y el pelirrojo la observo con cierto miedo, se encogió más en el pequeño sofá donde estaba.

- Quiero a la rata - su voz sonó a una orden, el resto giró a verla.

- No - contesto escondiéndola entre sus brazos.

- No me hagas que te la quite a la fuerza - le espeto Rach que sacaba la varita.

- Dale a la rata - susurro Sirius seriamente.

- La va a lastimar - mientras escondía más a la rata en sus brazos.

- Con un demonio dale a la rata - bufo Sirius, mandándole una mirada asesina.

- Dásela - repuso Harry, Ron giró a verlo - dale a Sacbbers.

Con un movimiento receloso le entrego a la rata a Rach, al tenerla en sus brazos comenzó a chillar horriblemente y a moverse en sus manos, tratando de escapar de ese agarre.

- ¿Esto era lo que buscabas? - pregunto Rach observando a la rata con cierto asco.

- ¿Cómo sabes eso? - pregunto Sirius realmente sorprendido.

- Crookshanks - contesto simplemente.

- Es demasiado inteligente - murmuro Remus al ver el rostro de Sirius - supongo que saco el cerebro de ambos y al fusionarse nació Rach.

- No entiendo - susurro Hermione.

- Tu gato por si no lo sabes reconoce a los magos tenebrosos o no tan tenebrosos - contesto Rach que seguía con cara de asco reteniendo a la rata - Crookshanks odia a está rata.

- Los gatos odian a las ratas - le espeto Ron - no se supone que tú eres la lista.

- Ya entiendo porque no lo comprendes - repuso ácidamente mandándole una mirada asesina - si te rodeas de gente ignorante.

- Cállate Ron - dijo Hermione al ver que iba a hablar - algo tiene Scabbers, ya que solo con ella se altera tanto.

 

- Muy bien - susurro Rach con una débil sonrisa - y ahora ve, con Sirius no ha hecho nada, más que tratar de protegerlo, si eres tan inteligente como dicen lo entenderás.

- Harry deja que nos explique - comento Hermione, ya había entendido todo.

- Muy bien - acepto Harry con cierto enfado.

- Empiece por explicar si no lo está ayudando ¿cómo supo que estábamos aquí? - le espeto Hermione, a esta chica no se le iba una.

- Por el mapa - contesto simplemente, cuando esto se terminara alguien tendría que darme una explicación de porque ese mapa seguía en Hogwarts.

Remus les explico todo lo que tenía que ver con el mapa y lo de la capa de James, mejor dicho en cómo había conocido a Sirius y a todos los merodeadores y que alguien los acompañaba, cuando escuche el nombre, sentí que mis piernas estaban a punto de fallar.

- El mapa mintió -repuso Harry irritado.

- El mapa jamás miente - siseo Sirius, me recordó como cuando Pettigrew también desconfió del mapa "Lo hizo Swan, así que funciona" desde ese momento me di cuenta que me gustaba y ahora de nuevo confiaba en mí ciegamente.

- Pero ese no es el punto, vi que Sirius se acercaba a ustedes y luego que arrastraba a dos de ustedes - Me impresionaba como podía hablar tan tranquilamente.

- Solo fue uno - lo contradijo Ron molesto.

- No Ron - dijo pasivamente - ¿puedo tomarla? - le pidió amablemente a Ron, aunque la rata la tenía Rach.

- Será un placer - contesto Rach que estaba a punto de entregársela, pero la rata se aferro de la mano de mi hija - me está mordiendo - se quejo mientras hacía muecas de dolor - no la toques.

Así que Remus se quedo de pie observando como Rach trataba de que la asquerosa rata dejara de morderla.

- ¿Qué quieren demostrar con una rata? - pregunto Harry que sabía que estaba luchando contra ir y quitarle la rata a Rach y seguir como si no le importara nada.

- No es una rata - Sirius observaba como Rach comenzaba a sangrar por la rata, caminó hacia ella, pero antes de que dijera algo.

- Le dije a Dumbledore que estabas ayudando a un viejo amigo - ¿en qué momento había llegado Snape? Remus ya no tenía varita - y aquí está la prueba, ni siquiera creí que tuvieran el valor de escoger este escondrijo.

- Espera aun no has escuchado todo - si esto no se acaba pronto tendría que entrar.

- Dos más a Azkaban está noche - susurro con una sonrisa burlona.

- Idiota - Remus se notaba algo molesto - de que sirve que envíes a un hombre inocente a Azkaban por una pelea tonta de estudiantes - pero de la varita de Snape salieron unas cuerdas que se enredaron en Remus haciendo que cayera, Sirius se abalanzo sobre él, pero Snape lo apunto en medio de los ojos con la varita.

- Dame un motivo y te juro que lo hare - susurro, esto ya pasaba más de lo que podía soportar.

- Por una vez en tu vida escucha algo más que no sean tus estúpidas conclusiones - dije apuntándolo con la varita.

- ¿Vas a volver a creer en él? - su sonrisa burlona hizo que mi decisión flaqueara un poco - ¿vas a dejar que te vuelva a llenar de ilusiones y que te deje otro hijo antes de que vuelva a estar encerrado en Azkaban?

- No te metas en esto Gabrielle - Sirius observaba con odio a Snape - sabes que jamás va a dejar de odiarme.

- Y menos después de que por ti vi llorar a una de las personas más importantes en mi vida, la vi morirse poco a poco por la culpa de un asesino que la dejo con dos hijos - Rach levanto su mirada y la clavo en Sirius y luego en mí.

 

- Cállate Snape - mi voz temblaba - deja de hablar de él.

Pero antes de que contestara vi que 3 destellos pasaban rozándome y daban directo en el pecho de Snape haciendo que volara y chocara contra la pared y luego cayera.

- Atacamos a un profesor - susurro Hermione que parecía que estaba a punto de desmayarse. Las cuerdas de Remus se soltaron y se levanto de golpe.

- Muy bien - susurre observando a Sirius y a Remus - pero les juro que si esto es una broma yo misma los entrego a los dementores.

- Está bien - contesto Sirius que observo a Rach que aun sostenía a la rata - necesito que la pongas en el suelo.

- Espero que no tenga rabia o algo peor - susurro mi pequeña mientras bajaba a la rata al suelo, en cuanto sintió el suelo comenzó a correr como si su vida dependiera de ello.

- Vamos Pete - Sirius le tapo la salida del lado derecho - deja de esconderte, solo somos tus amigos que te quieren saludar.

- Si Peter - Remus tapo su salida del lado izquierdo - solo queremos verte viejo amigo - Harry tapo la última salida y cuando iba a salir por un pequeño agujero de la pared se transformo en un hombre demasiado bajo, tenía el pelo ralo y descolorido, con calva en la coronilla y esos malditos y pequeños ojos negros - hola Peter - saludo amablemente - cuanto tiempo sin vernos.

- Remus, Sirius mis queridos amigos - su voz era chillona como la recordaba - Gabrielle

Sirius levanto la mano donde tenía la varita que le acababa de robar a Snape, pero Remus lo detuvo y le mando una mirada de advertencia. Le mande una mirada asesina antes de caminar hacia mi hija y revisar sus heridas, escuche como Remus hablaba con él y Rach solo veía a Sirius como tratando de comprender todo.

- Quiero saber cómo era papá - me susurro, mientras Remus y Sirius seguían la discusión con Pettigrew.

- Lily y James te nombraron guardián secreto sólo porque yo se lo recomendé - susurró Sirius con tanto odio que hizo que Pettigrew retrocediera - pensé que era una idea perfecta

- ¿Y por que jamás me lo dijiste? - pregunte de manera agresiva y levantándome y viéndolo directamente - ¿no era digna de que confiarás en mí?

- Después hablamos esto - susurro Sirius que aun no quitaba la mirada de Pettigrew.

[












]

POV Sirius

- Eres una de las chicas más inteligentes que conozco de tu edad - dije abrazando a Hermione - gracias por la ayuda.

- Quiero ir con ustedes - pidió Harry.

- No puedes - contesto Gab abrazándolo y besándole la frente - recuerda que ahora somos prófugos.

- Es mejor que se vayan - por más que tratara de hacerse la fuerte no lo lograba, eso también lo había sacado de su madre, aunque su mirada era fría sus manos temblaban.

- Mi bebé - susurro Gab que corrió a abrazarla mientras algunas lágrimas salían - te prometo que todo estará bien.

- Nada va a estar bien - replico Rach que ya no pudo más que llorar también - Owen esta odiando a Sirius y a ti y yo no te veré, nada está bien.

- Rach - susurre besándole el cabello - recuerda sobre todo que te amamos al igual que a tu hermano.

 

- Papá - dijo antes de abrazarme y tratar de controlar el llanto - no quiero que se vayan, no quiero.

La abrace como siempre desee hacerlo, fue en ese momento que descubrí que aunque a veces pareciera demasiado madura, aun era una niña a la cual le faltaba mucho por crecer, bese su cabello y luego su frente, tratando de que así se controlara más rápido.

- Te prometo que nos veremos pronto - bese de nuevo su frente y sus mejillas - todo estará bien lo prometo.

- Confiare en ti - susurro besando mi mejilla y luego corriendo a los brazos de Harry que la esperaba tratando de sonreír.

Ayude a Gab a que se subiera a Buckbeak y luego yo hice lo mismo, sabía que esto era más difícil para ella que para mí, ambos dejábamos a nuestros hijos, pero Gab pensaba tanto en que Rach la necesitaba sin darse cuenta que tal vez la que la necesitara era ella, porque yo sentía algo parecido, sentía que Rach me necesitaba o tal vez yo necesitaba verla dormir y así saber que mi pequeña dormía tranquila. Pero ahora eso no podía ser, así que le besé la mejilla y la abrace.

- Ella va a estar bien - dije en un murmullo, mientras la sentía estremecer por tratar de ocultar los sollozos - Rach es demasiado fuerte.

- Sabes que no es así - replico con voz temblorosa - ella necesita que las personas que la quieren estén a su lado.

- Si tiene mi carácter como tanto dices, ella sabrá valerse por sí misma - pareció tranquilizarse - aunque si tiene un poco del tuyo, olvida la preocupación.

- Gracias - susurro y supuse que sonreía.

espero ke les guste n.n

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

- ¿Quiero saber quién es y cómo era mi padre? - sus ojos grises brillaban debido a las lágrimas.

- Rach - susurre, mientras me acercaba a ella y a Gab que no sabía que responderle - tu madre era muy joven cuando se enamoro de una persona que le hizo mucho daño
.

- Y que me dejo a los dos seres más hermosos y valiosos que cualquier persona desearía tener - término de decir Gab mientras la abrazaba - y él no fue el que me hizo daño, ya que de todo lo que lo culpaban era mentira.

- Así que después de todo, se quien es - susurro observándome con los ojos cristalinos.

- Si - contesto Gab separándose de nuestra pequeña - él es tu padre.

Rach caminó hacia mí con la mirada firme y sin darme tiempo a nada me abrazo y yo solo pude regresarle el abrazo, todo parecía un sueño, lo que siempre me imagine dentro de Azkaban, solo que faltaba Owen para que estuviera completa mi felicidad, pero sabía que para que mi hijo aceptara tan bien como Rach el hecho de que su padre era un fugitivo tendría que no tener el carácter de su abuelo y tener menos el rencor de los Black.

- Te Amo - le susurre, mientras le besaba el cabello.

- Siempre desee conocerte - su voz era amortiguada por mi pecho - desee poder estar así - levanto su mirada gris que era igual a la mía - Te quiero papá - aquellas tres palabras me hizo comprender que todo lo que había vivido ahora no tenía la menor importancia, tenía a mi pequeña en mis brazos y me había dicho que me quería ¿Qué más podía pedir?

- Sirius - escuche esa voz que muchas veces soñé en Azkaban - vamos es mejor que te levantes o enviare la carta sin que le pongas nada a Rach.

 

- Ya voy - susurre incorporándome aun con los ojos cerrados, abrí poco a poco los ojos, para que estos se acostumbraran a la luz.

[















]

POV Rach

- Rach - esa voz era de mi abuela, después de que mis padres se fueron de Hogwarts tuvimos que vivir con mis abuelos - es hora de que te levantes si quieres ir al quidditch - ¿Por qué debía despertarme a las 3:30 de la mañana para ir a un estúpido partido de quidditch?

- Cedric - susurre antes de levantarme, solo por verlo era capaz de levantarme temprano e ir a ver un deporte que ni siquiera me gustaba - ya estoy despierta - dije cuando escuche que mi abuela golpeaba de nuevo la puerta.

Me puse lo primero que encontré en mi armario y después de que mi imagen parecía bastante decente baje a la cocina donde mi hermano y mi abuelo ya desayunaban.

- ¿A quién vas a ver? - pregunto mi hermano que me observaba detalladamente.

- A nadie - conteste, tratando de que no se notara mi sonrojo - además no veo porque la pregunta.

- Bueno parece que vas ir a ver a un chico - comento mi abuelo seriamente.

- ¿Por qué? - pregunte, no veía porque mi vestuario dijera que iba a ver a un chico.

- Vamos - repuso mi abuela tomándome de los hombros - es una Swan y por tal siempre debe ir bien arreglada a cualquier lado.

- Pero me puse lo primero que encontré en mi armario - comente un tanto irritada - no veo porque me dicen que voy arreglada.

- ¿Te viste al espejo? - me pregunto mi hermano, mientras me llevaba al espejo de cuerpo completo que estaba en la sala, mi abuela era un tanto vanidosa.

Cuando estuve frente al espejo no vi nada que diera a entender que quería llamar la atención de cierto chico, llevaba un pantalón de mezclilla un tanto ajustado y una blusa café de manga corta que combinaba perfecto con mis zapatos deportivos y en mi brazo derecho llevaba un abrigo del mismo color y mi cabello estaba en una coleta y mi flequillo caía sobre mis ojos, no entendía porque decían que estaba arreglada.

- Sigo sin entender - dije en voz baja.

- Owen ya deja que desayune - repuso mi abuela con una sonrisa.

Mi hermano con cierta molestia me soltó y dejo que fuera a desayunar, tome el vaso de leche y los waffles que mi abuela puso frente a mí.

- Esto va a ser muy emocionante - repuso mi hermano sonriendo - veremos a los Irlandeses darles con todo a los búlgaros.

- Es mejor que nos vayamos - repuso mi abuelo, levantándose de la mesa - si no queremos que tanto Arthur como Amos nos dejen.

Me levante con cierta pereza y seguí a Owen y a mi abuelo, cuando llegamos fuera de la casa desee tanto regresar a la cama, pero esa idea se fue a los pocos minutos al verlo de pie frente a un enorme árbol.

- Buenos días Amos - saludó mi abuelo con una media sonrisa.

- Hola Richard - contesto el señor Diggory sonriendo - Owen, Cedric ha estado esperándote largo rato - quiero decir que a pesar de ir en diferentes casas mi hermano y mi amor platónico eran muy buenos amigos - Rach - clavo su mirada en mí - déjame decirte que luces muy bien está mañana ¿Quién es el afortunado a quien deseas conquistar? - y dale con el querer conquistar - Cedric está disponible por si te interesa.

 

- Papá - dijo Cedric que ni siquiera pude ver, ya que mi rostro ardía y no deseaba que alguien lo notará - hola Rach - me saludo con una débil sonrisa - ¿Cómo han estado tus vacaciones?

- Soportando a Owen - conteste con una media sonrisa.

POV Cedric

Por favor Cedric deja de pensar eso, es la hermana menor de uno de tus amigos, pero como no voy a pensar ese tipo de cosas si se viste así, ¿Qué cosa mala hice, para que me castigues de esta manera?

- Vamos enana - repuso Owen empujando a su hermana hacia donde tanto su abuelo como mi padre habían desaparecido.

Llegamos al lugar, donde esperaríamos a los Weasley, y aun no podía quitar mi mirada de ella, es que simplemente era perfecta, sus ojos grises y su boca, sus labios.

- Espero que no estés viendo a mi hermana con esa mirada - me espeto Owen que se sentó a mi lado.

- Sabes que no - si supiera que su hermana se estaba convirtiendo en mi pequeña obsesión - pensaba en una chica que tal vez la invite a salir esté año - claro si no es que alguien la invita a salir antes.

- ¿Puedo saber quién es? - pregunto, mientras observaba a Rach que trataba de no quedarse dormida. No le podía decir que su hermana, al menos no si quería seguir con vida, así que trate de pensar en alguien.

- Cho - fue la primera que se me vino a la mente ya que a finales había tenido un partido de quidditch contra Ravenclaw.

- Linda - contesto observando cómo los gemelos llegaban a sentarse a cada lado de su hermana - jamás pensé que iba a crecer tan rápido e iba a llamar la atención de tantos hombres - me susurró, mientras trataba de no matar a los gemelos, de hecho yo estaba en las mismas.

- Rach - esa voz yo la conocía y así fue en menos de dos segundo Harry Potter abrazaba a la ojigris - espero que tus vacaciones hayan sido buenas.

- Pues no me quejo - contesto golpeando el brazo de Harry cariñosamente - y ¿Qué tal las tuyas?

- Han comenzado a ser vacaciones desde que llegue a La Madriguera - repuso sonriéndole.

Se acerco un poco más a él para susurrarle, escuche un bufido y desee por todo que no hubiera sido mío, pero para asegurarme giré a ver a Owen que estaba furioso, así que ese bufido había sido de él.

POV Rach

- Vamos chicos - repuso el señor Weasley comenzando a caminar, giro a vernos a Harry, Ron, Hermione, Ginny y a mí - de verdad que si no se apresuran perderemos el traslador.

- Si ya vamos - contesto Ginny que comenzó a caminar y yo hice lo mismo, pero los 5 nos fuimos retrasando, para que nadie escuchara lo que tenía que decirles.

- Ayer antes de que me quedara dormida, me llego una carta - comente sonriendo débilmente - y me dicen que están en perfecto estado, que los extrañan a todos y que desean que nos veamos pronto.

- Chicos - llamo mi abuelo, haciendo que los cinco brincáramos debido a la sorpresa - vengan ya.

Todos nos acercamos a aquella vieja bota, sentí una mirada, así que levante la vista y allí estaba observándome tan profundamente que pensé que caería debido al temblor de mis piernas, pero en cuanto nuestras miradas entraron en contacto aparto la suya.

[





















]

 

POV Cedric

- No estuvo mal el partido - comento Owen sentándose en uno de los sillones de la carpa - aunque parece que a Rach no le pareció muy interesante - estaba recostada en otro sofá se había quedado dormida en cuanto habíamos llegado del partido.

- Pues yo la vi bastante divertida - dije con una media sonrisa, viendo su rostro totalmente relajado.

- Chicos van a hacer las 2 de la mañana - repuso mi padre que salía de la cocina - así que es mejor que se vayan a dormir.

- Amos tiene razón, pero antes lleven a Rach a su habitación - expreso el señor Swan con una débil sonrisa al ver a su nieta durmiendo en uno de los sillones.

- Pero me duele el brazo - replico Owen, señalando su brazo izquierdo que se había lastimado al estar jugando con los gemelos.

- Cedric ¿te molestaría llevarla a su cama? - giró su vista a mí, de verdad que el destino me odiaba, tendría que cargar a mi pequeña tortura hacia su cama.

- Por supuesto que no - conteste caminando hacia ella, pero antes de que la tocara, se escucharon explosiones y gritos, haciendo que Rach abriera los ojos.

- ¿Qué pasa? - pregunto poniéndose de pie de golpe.

- Son mortífagos - susurro mi padre y sin decir nada me arrojo una mochila - tienen que ir a un lugar seguro.

- Rach está a su cargo - repuso el señor Swan empujándonos fuera de la carpa - por nada del mundo se separen y menos de ella - eso lo dijo en un susurro que solo yo escuche.

- Toma mi mano - le dije en voz baja y ella asintió débilmente y tomo la mano que le ofrecía- por nada te sueltes.

- Rach pase lo que pase no te detengas - le susurro su hermano que se puso detrás de nosotros - Cedric nos vemos en la salida - repuso después de un largo rato de caminar, cuando iba a preguntar el porque ya no estaba.

Así que seguí caminando hacia donde toda la gente iba, pero de pronto deje de ver a las personas y deje de sentir la presión, giré a ver si seguía junto a mí. Se había quedado de pie observando el cielo yo hice lo mismo y vi lo que veía allí estaba su marca.

- Vamos Rach - le susurre, mientras la jalaba del brazo para que continuara caminando.

- ¡Oh! mi pequeña presa - escuche una ronca voz, frente a nosotros un hombre de cabello negro nos observaba con una mirada un tanto maniaca - el señor tenebroso te ha esperado por tanto tiempo.

- No te acerques - mi voz se escucho un tanto baja, pero al menos era firme.

- Ven mi pequeña obscuridad - Rach lo observo detenidamente - y tu idiota vete, antes de que decida matarte.

- Yo te conozco - susurro Rach dando un paso hacia él.

- Rach - la tomé del brazo para que no diera otro paso hacia él - no vayas.

- Suéltala - me ordeno, mientras dirigía su varita a mí.

- No - conteste de manera tajante jalándola hacia mí y tratando de cubrirla con mi cuerpo.

- Estúpido - dijo de manera ronca - ¡Avada Kedavra!

- No - esa voz fue de Rach que en menos de un segundo estaba delante de mí, la maldición asesina reboto y dio contra una roca destruyéndola - vuelve a tratar de tocarlo y te matare.

- Vaya la pequeña está enamorada - susurro con una media sonrisa - pero veo que no mintieron sobre tu poder.

 

- Vete - le ordeno, mientras su cuerpo comenzaba a perder fuerza.

- Nos veremos - le susurro aquel hombre sonriendo y después de esto desapareció.

- ¿Estás bien? - pregunto girando a mí, aunque su piel se notaba un tanto pálida.

- Si - conteste tomándola de la cintura, ya que parecía que en cualquier momento se iba a desmayar - no me gusta tu aspecto - le susurre.

- Al menos tú estás bien - sonrió débilmente.

- Rach no digas tonterías - le reproche, mientras la llevaba casi arrastras hacia un lugar más seguro que aquel - no sabes lo que sentiría si algo te pasará.

- ¿Te importó? - pregunto clavando sus ojos grises en los míos.

- Más de lo que imaginas - conteste sentándola en un tronco que estaba un tanto escondido.

- ¿Hablas enserio?

- Rach - susurre besándole la frente - eres demasiado importante en mi vida.

- Y tú para mí - dijo antes de cerrar los ojos y desmayarse.

- Quisiera demostrarte lo mucho que me importas, pero Owen no lo aceptaría - dije besándole la nariz y luego a penas si roce sus labios.

espero ke haya sido de su agrado y ke les guste la pareja ^^

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Hoy era la noche en que seleccionarían a los tres campeones, sentía tanto miedo de que Cedric resultara electo que no había podido dormir esa noche, en ese momento estaba sentada junto a Ginny y Harry, mis manos no dejaban de temblar.

- Todo va a estar bien - me susurro Ginny, que era la única que sabía el porqué de mi nerviosismo - si sale elegido es porque está apto para esto.

- Espero que mejor no sea elegido - conteste observándolo, él sonreía tranquilamente, mientras yo moría de nervios.

- Buenas Noches - dijo Dumbledore con voz serena - hoy es la noche en que los tres campeones serán elegidos, pero quiero decirles que los que sean elegidos deben saber que desde este momento estarán solos.

Después de decir aquello se acerco al cáliz y con una gran llama arrojo el primer nombre.

- La campeona de Beauxbatons es Fleur Delacour - una chica rubia de ojos azules y con la expresión arrogante se levanto, mientras los demás aplaudían, el cáliz volvió a arrojar otro nombre - el campeón de Durmstrang es Viktor Krum - un chico alto, bastante corpulento y las cejas demasiado pobladas que hacían que sus ojos negros se vieran más sombríos camino hacia el lugar que Dumbledore le indico con un brazo, cuando el cáliz arrojo el último nombre, mis manos temblaron aun más - y el campeón de Hogwarts es Cedric Diggory - sentí como toda la fuerza se iba de mi cuerpo, se levanto tan tranquilamente y con una media sonrisa, mientras yo sentía que iba a morir, después de que entro a la habitación que estaba destinada para los campeones, Dumbledore continuó con su discurso - ahora que los tres campeones han sido elegidos

Se quedo callado ya que el cáliz comenzó a sacar más llamas y de pronto saco un nombre que dejo mudo a todo el Gran Comedor, de hecho Dumbledore parecía sorprendido.

- Harry Potter - el murmullo apenas si fue audible, ante aquello tome el brazo de Harry - Harry Potter - dijo en voz alta.

 

- Ve Harry - susurro Hermione empujándolo.

- No te preocupes - dije en voz baja que solo él escucho - todo estará bien.

Lo vi caminar hacia Dumbledore, mientras todo el Gran Comedor se escuchaban murmullos de que él no tenía 17 y cosas como tramposo, sabía que estaba tan desconcertado como el resto.

[






















]

- Están locos - Harry caminaba de un lado a otro frente al lago - ¿Cómo quieren que me enfrente a dragones?

- Harry tranquilo - susurro Hermione - solo hay que encontrar la manera de

- ¿Cuándo fue la última vez que te enfrentaste a un dragón? - pregunto observándola con irritación.

- Ponerte así no ayudara - replique, mientras trataba de encontrar un hechizo con que se pudiera enfrentar a un dragón.

- Harry - llamó una voz que yo conocía perfecto, así que no levante la mirada - el profesor Moody quiere verte.

- Gracias Cedric - contesto Harry - nos vemos - se despidió de nosotras, en cuanto Harry se fue Hermione hizo lo mismo, ya que a pesar de estar del mismo lado nunca nos íbamos a llevar bien.

- Perece que no encuentras la forma de ayudar a Potter - susurro sentándose a mi lado.

- ¿Qué vas a usar en contra del dragón? - pregunte girando a verlo.

- Es un secreto - contesto con su mirada en el lago.

- Eso no me ayuda - susurre bajando la mirada al césped.

- Rach no te agobies - dijo acariciándome el cabello - sé que encontraras la manera de ayudarlo.

- ¿Y si no lo hago? - levante mi mirada para observarlo.

- Lo harás - contesto con una débil sonrisa.

- Lo dudo - dije en voz baja y bajando de nuevo la mirada.

- Dime ¿Qué hago para que confíes en ti?

- ¿Por qué te importa tanto que confíe en mí? - pregunte levantando de nuevo mi vista hacia él, algo que fue un grave error, ya que por unos instantes me perdí en sus ojos verdes.

- Porque me importas - susurro inclinándose un poco más sobre mi rostro, su aliento se mezclo con el mío, haciendo que mi respiración se entrecortara - me importas más de lo que desearía - y al decir esto sus labios se posaron sobre los míos.

Sus labios eran la gloria, pero no duro mucho ya que se separo de mí y sin decir nada se levanto y me dejo sin comprender nada.

[
















]

- ¿Sabes hacer el encantamiento invocación? - pregunte cuando nos habíamos quedado solos en la sala común.

- Pues

- Tendremos que practicar - suspire con resignación - y mucho.

- No creo que sea tan difícil - repuso sentándose en el suelo.

- Se supone que ya deberías hacerlo - le reproche, mientras me recostaba en el sofá - pero espero que en dos semanas estés listo para ganarle a ese dragón.

Sabía que iba a replicar, pero un ruido proveniente de la chimenea hizo que se callara y que yo me incorporará para ver de quien se trataba.

- ¿Harry eres tú? - esa voz sino me equivocaba era de Sirius.

- Si - contesto Harry que se inclinó sobre la chimenea.

- ¿Qué habría pasado si la respuesta hubiera sido negativa? - pregunte colocándome a un costado de Harry.

 

- No lo creí posible - contesto con una media sonrisa - ya que las únicas personas despiertas a esta hora serían ustedes - su sonrisa se ensancho - bueno pero no tengo mucho tiempo, así que seré rápido ¿Harry fuiste tú el que puso tu nombre en el cáliz?

- No - contesto Harry un tanto irritado - porque nadie me cree.

- Bueno solo era para estar seguro - contesto seriamente - pero dime ¿Cómo estás?

Trato de decir que bien, pero era mentira, así que le dijo como se sentía, como nadie le creía y que todo mundo le había dado la espalda, le hablo sobre la prueba de los dragones.

- Bueno con los dragones Rach y Hermione encontraran la manera de ayudarte - repuso mi padre serenamente - ahora quiero advertirte o mejor dicho advertirlos de otras cosas como que tienes que cuidarte de Karkarov, ya que fue un mortífago.

Nos explico el porqué Dumbledore había llevado a Moody para mantener vigilado a Karkarov y que debíamos mantener nuestra distancia con ese hombre, y dijo que tal vez Voldemort estaba dentro de esto.

- Alguien viene - susurro - así que váyanse - después de decir esto desapareció dejándonos a los dos sin palabras.

- ¿Qué hacen aquí? - pregunto un somnoliento Neville.

- Terminábamos el trabajo de herbología - conteste con una débil sonrisa - pero ya nos íbamos a dormir, así que buenas noches.

[






















]

- Harry respira y tranquilízate - repuse, mientras caminábamos hacia la carpa donde deberían de estar todos los campeones.

- Solo tienes que hacer bien el encantamiento - susurro Hermione que parecía más nerviosa que Harry.

- Te prometo que si veo que el dragón desea quemarte te ayudare - dije en voz baja, para que solo él escuchara, pero además de sabelotodo tenía buen oído.

- Eso sería ir en contra de las reglas - me reprendió Hermione.

- Entonces dejaré que el dragón te queme - conteste, haciendo que Harry sonriera - y después te coma.

- Si ves que de verdad me va a quemar no importa si va contra las reglas no dejes que me queme - comento Harry cuando llegábamos a la carpa.

- Lo prometo - conteste en un susurro - pero ahora solo tranquilízate y cuando salgas demuéstrales quien es Harry Potter y porque fuiste elegido.

- Rach si solo tuviera a Hermione, creo que ya me habría dado algo - me susurro fingiendo que me abrazaba.

Solo sonreí ante tal comentario y besé su mejilla, así tratando de darle un poco de valor, después de eso fuimos a las gradas donde Ginny nos esperaba, esto de ver a dos personas importantes pelear contra dragones no iba a ser nada fácil.

- Ellos van a estar bien - me susurro Ginny.

Solo pude asentir, trate de que mis manos dejaran de temblar, pero no iba a ser tan fácil. Estaba logrando que mis nervios se fueran.

- El primero en salir es Cedric Diggory - al escuchar eso sentí como de nuevo mis manos temblaban.

"Todo va a estar bien" me repetí una y otra vez, mientras Cedric trataba de quitarle el huevo al maldito dragón, la técnica del labrador fue buena, pero el grito de una chica de Ravenclaw me hizo ver que no había sido tan buena, ya que el dragón decidió atacarlo a él.

 

- Eso debe doler - repuso el comentarista o como se llame.

Sentí como mis piernas fallaban, pero Ginny me tomo del brazo para que no cayera, después de eso estuve a punto de llorar.

- Él está bien - dijo Ginny ayudándome a sentar - pero si quieres podemos ir a verlo.

- Por favor - conteste con un hilo de voz, así que me ayudo a levantarme y ambas caminamos hacia la tienda de primeros auxilios.

Cuando llegamos a la tienda, Madame Pomfrey le estaba poniendo una pasta espesa y de color naranja.

- Señorita Black - esa voz sonaba a reprimenda - debería estar viendo a los demás participantes.

- ¿Es necesario? - pregunte con inocencia, antes de que ella dijera algo - pero es que me siento mareada, de hecho Ginny tuvo que ayudarme a caminar, porque de verdad me siento mal.

- Es cierto - repuso Madame Pomfrey llevándome a una silla - está muy pálida, es mejor que repose un poco.

- Gracias - conteste en un susurro, porque de pronto comencé a sentir como todo me daba vueltas.

- Lo nuestro no va a funcionar - susurro Cedric que lo sentí caminar hacia mí, pero tenía los ojos cerrados, tratando de que así pasara el mareo.

- ¿Por qué? - pregunte sin abrir los ojos.

- Porque eres la hermana menor de uno de mis amigos - contesto seriamente.

- Creo que voy a vomitar - susurre levantándome, pero al hacerlo perdí el equilibrio, pero antes de que cayera los brazos de Cedric me tomaron de la cintura evitando así que cayera.

- No te muevas - me ordeno, mientras me ayudaba a sentarme de nuevo.

- De verdad voy a vomitar - dije con un hilo de voz.

- Ten - mientras ponía en mis manos un balde.

No pude contestar ya que comencé a vomitar, sentí demasiados escalofríos, y comencé a sentir como comenzaba a sudar frío.

[


















]

POV Gab

- ¿Qué clase de persona hace que chicos de 17 años se enfrenten a dragones? - eso me estresaba, ya que Harry de 14 iba a burlar a un dragón, espera dragones - ¿todos los alumnos ven ese evento?

- Supongo - contesto Sirius sin comprender porque la importancia.

- ¿En todos los alumnos esta Rach?

- Si - contesto con la nariz ligeramente arrugada - Gab no entiendo ¿Por qué las preguntas?

- Rach es alérgica - conteste con un hilo de voz.

- ¿Alérgica a qué?

- Pues a que va a ser a los dragones - conteste como si fuera lo más obvio.

- Eso es imposible - repuso arrugando más la nariz - ninguna persona normal es alérgica a los dragones.

- Pues tu hija lo es - le espete con irritación.

- ¿Y cómo lo sabes? - parecía que estaba a punto de reírse - ya que encontrar dragones no es muy fácil.

- ¿Recuerdas a Amanda? - él asintió - bueno después de que termino con Remus comenzó a salir con un criador de dragones y le pareció divertido llevar a Rach de casi tres años y a Owen de cinco a conocer a los dragones - suspiré - mi pequeña comenzó a sudar frío y a vomitar, bueno esos fueron los primeros síntomas, ya que después comenzó a no poder respirar y a lagrimearle los ojos y a hincharse - lo observe con preocupación - estuvo una semana en San Mungo.

 

- Pero pudo ser por otra cosa - repuso tratando de tranquilizarse, de que su hija iba a estar cerca de dragones.

- El sanador que la atendió, me dijo que a pesar de parecer imposible Rach era alérgica a los dragones - conteste con cierto pesar.

- Porque no pudo ser alérgica a los hipogrifos - comento de manera desesperada.

- Hubiera muerto el año pasado - susurre al ver como Buckbeak jugaba en el agua del lago en donde en esos momentos descansábamos.

- Dime ¿Qué Owen lo sabe? - su voz suplicaba.

[




















]

POV Owen

Busque con la mirada a Rach, pero no la vi por ningún lado, pero no le di importancia, hasta que vi de nuevo al galés verde el cual era tratado de ser encantado o algo por el estilo por Fleur.

- DRAGONES - grité haciendo que todos giraran a verme, Rach era alérgica a los dragones, si ya sé que mal hermano soy, sin importar que todos me veían como diciendo que idiota apenas se acaba de dar cuenta que son dragones.

Y la verdad si era idiota, como para no recordar que mi única hermana era alérgica a los dragones, baje lo más rápido de lo que fui capaz tratando de encontrar a Rach, pero lo que encontré fue a Madame Pomfrey hablando con el profesor Snape.

- La pequeña cada vez está peor - escuche susurrar a Madame Pomfrey.

- ¿Cree que alguien la haya envenenado? - pregunto Snape con cierta preocupación.

- Es lo que más parece - contesto Madame Pomfrey - por eso necesito su ayuda, ya que tal vez sea necesario que hablemos con sus abuelos para que la lleven a San Mungo.

- Lamento interrumpir - dije lo más educado posible - pero ¿no han visto a Rach?

- Está en la tienda de primeros auxilios - contesto Madame Pomfrey seriamente - creemos que alguien la enveneno, ya que no encuentro explicación para su estado.

- ¿Está vomitando, sudando frío y además los ojos los tiene rojos y le lloran? - Madame Pomfrey giró a verme con la nariz levemente arrugada y asintió - está teniendo una reacción alérgica.

- ¿Reacción alérgica? - repitió Snape - a que es alérgica.

- A los dragones - conteste tan rápido que mis palabras sonaron atropelladas.

- Es una broma de muy mal gusto - me reprocho Madame Pomfrey.

- Es verdad - replique seriamente - si no hacen algo ya, comenzara a no poder respirar.

- Solo una vez escuche a una persona ser alérgica a los dragones - susurro Snape entrando a la tienda y buscando unas cuantas hierbas - y es increíble que sean de la misma familia.

Decidí no preguntar, ya que en ese momento escuche la voz de Cedric.

- Rach respira - su voz sonaba realmente preocupada - todo va a estar bien.

Camine hacia la voz de Cedric y lo que encontré no era muy bonito, mi hermana estaba hincada con la cabeza dentro de un balde y Cedric estaba igual hincado y sosteniendo el cabello de mi hermana para que no se manchara y de vez en cuando le daba palmaditas en la espalada.

- ¿Cómo te sientes? - si se que era una estúpida pregunta.

- Horrible - contesto con un hilo de voz.

Cedric no se separo de mi hermana un instante, pero suponía que era porque se llevaban muy bien, además sabía que Diggory deseaba tener una cita con Cho, esa era la razón de porque no desconfiaba de él, Rach siguió tratando de vomitar, pero ya había vomitado todo, así que ahora solo se arqueaba. Llevábamos como cuarenta minutos así, hasta que Snape entro con un vaso lleno de una mezcla de un color verde bastante asquerosa.

 

- Necesito que lo tomes - le dijo a Rach que estaba más blanca que una hoja de papel - hará que se corte la reacción alérgica.

Rach tomo el vaso con manos temblorosas y con ayuda de Cedric se lo llevo a los labios y de un solo trago se tomo todo, a los pocos minutos volvía a tener el mismo color de siempre.

- ¿Mejor? - pregunto Snape, ella solo asintió levemente - será mejor que la próxima vez te mantengas alejada de los dragones.

- Lo tendré en mente - contesto en voz baja.

Después de aquello Harry entraba con el hombro quemado y Madame Pomfrey corrió a él al igual que lo hizo mi hermana.

- Quisiera decirte estuviste increíble - susurro Rach con una débil sonrisa.

- ¿Rach te sientes bien? - pregunto Harry que la tomo de los brazos, ya que aun seguía pálida y un tanto sudorosa.

- Pues mejor que hace rato - contesto sonriendo - pero eso ahora no importa, lograste obtener el huevo.

Harry sonrió y la abrazo, mientras Ron y Hermione entraban a felicitarlo, vi que Ron por fin aceptaba que él no había sido el que había puesto su nombre, pero como comenzaron a susurrar ya no escuche de lo que hablaban, cuando le dieron las calificaciones el primero fue un 8, 9, 9, 10 y 4, no estaban tan mal, Rach lo abrazo y Hermione también.

bueno espero ke les guste el capitulo ^^

si creen ke le falta algo haganmelo saber n.n

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Después de la clase de McGonagall, Harry estaba un tanto desconcertado, tanto Ron como Hermione iban discutiendo como siempre, así que un tanto preocupada me acerqué a él.

- ¿Puedo preguntar que tienes?

- ¿Cómo voy a invitar a una chica al baile? - susurro observándome con miedo.

- Piensa que somos Hermione o yo - conteste con una débil sonrisa.

- Si como si fuera tan fácil - me espeto con irritación.

- Eres un campeón, créeme que cualquier chica deseara salir contigo, porque eres famoso - repuse golpeándole el brazo - además si no encuentras pareja siempre estaré como opción.

- ¿Enserio?

- No la verdad no - conteste con una media sonrisa - pasare Navidad en casa a menos que de verdad no encuentras pareja.

- Gracias - dijo sonriéndome.

[


















]

POV Cedric

¿Cómo demonios la iba invitar al baile? Si su hermano era tan celoso, y yo demasiado cobarde como para invitarla, pero ¿si no la invitaba a ella a quien? "Ya sé a la primera chica que me salude la invitare"

- Hola - saludo la voz de una chica, sin importarme quien fuera.

- ¿Quieres ir al baile conmigo? - pregunte, viendo que era Cho Chang.

- Claro - contesto con una media sonrisa.

 

- Ok - repuse sonriendo y viendo como se alejaba con sus amigas, suponía que el destino tampoco deseaba que fuera con ella.

- Hola - su voz, giré a verla y allí estaba con una media sonrisa, ¿Por qué no dije mejor la segunda? Pero ya había invitado a otra persona.

- Hola - conteste tratando de sonreír.

- Owen te busca - repuso antes de continuar su camino con Harry y el resto de sus amigos.

Suspiré con resignación pensando que eso estaba mejor, ya que Owen le hubiera dado un ataque si hubiera invitado a su hermana, decidí mejor ir a buscar a la razón de porque no había invitado a la chica de mis sueños. Camine hacia los jardines donde lo encontré con Samantha, así que tratando de sonreír me acerque a la pareja de tortolos.

- Ced - repuso Owen con una media sonrisa.

- Rach me dijo que querías hablar conmigo - comente observando a Cho sonreír y verme de reojo.

- Rach no quiere pasar Navidad en el colegio - explico, mientras mi mirada se dirigía a la de él - supongo que porque cree que nadie la invitara - ¿Quién estaba ciego él o ella? Si no la invitaban al baile eran unos idiotas - y yo sé que si la invitaran, pero preferiría que fuera con una persona de mi confianza y también sé que tu desearías ir con Cho, pero tú eres la persona en quien más confío y me gustaría si no es mucha molestia que tú la invitaras - casi me comienzo a golpear con el árbol, me estaba dando paso libre para que invitara a Rach, pero claro tenía que ser desesperado e invitar a Cho (T_T)

- A cabo de pedirle a Cho que vaya conmigo al baile - conteste tratando de sonar a disculpa y no a desilusión.

- No te preocupes - dijo Owen quitándole importancia con la mano - le diré a uno de los gemelos que la inviten.

[Tres noches antes del baile]

POV Rach

- ¿Ya encontraron pareja? - pregunte al ver que mis dos amigos estaban totalmente abatidos en el sillón.

- No - contesto Harry en un susurro.

- Hermione - llamo Ron observando a la castaña que leía un libro - tu eres una chica.

- Que observador - dijo ácidamente.

- ¡Bueno entonces puedes ir con uno de nosotros!

- No, lo siento - espetó Hermione.

- ¡Oh, vamos! - insistió Ron - necesitamos una pareja: vamos a hacer el ridículo si no llevamos a alguien. Todo el mundo tiene ya pareja

- No puedo ir con ustedes - repuso Hermione ruborizándose - porque ya tengo pareja - después de decir esto cerro su libro y se levanto del sillón.

- Es mentira - afirmó Ron, viéndola irse.

- No, no lo es - dijo Ginny en voz baja y él giró a verme como tratando de que le dijera que era mentira así que asentí levemente dándole la razón a Ginny.

- ¿Entonces con quién va? - pregunto.

- Es cosa de ella - repuso Ginny y yo solo sonreí y abrí el libro de pociones.

- Bueno Ginny tú puedes ir con Harry y yo

- Voy con Neville - contesto con cierto pesar - pensé que no podría ir así que acepté - suspiro - bueno ahora bajare a cenar.

Escuche como caminaba hacia el hueco, sonreí aun más, como era posible que aun no tuvieran pareja.

- Rach - llamo en un susurro Harry y yo levante la mirada divertida - ¿quieres ir al baile conmigo? - había prometido negarme a todos los que me propusieran ir al baile, pero recordé que Harry necesitaba más pareja que cualquiera.

 

- Muy bien - acepté con una débil sonrisa - pero me debes una malteada.

- Ok - contesto sonriendo con alivio.

- Ahora solo falta pareja para mí - de verdad esto que tuviera corazón de pollo no me era de ayuda.

- Como sabía que no conseguirían pareja - suspire - le dije a Parvati que fuera contigo y aceptó.

- Eres un ángel - repuso Ron sonriendo.

- Lo sé - conteste con una sonrisa de lado - pero ahora vamos a cenar que muero de hambre.

[
















]

POV Harry

Llevaba media hora esperándola, pero según lo que todos los chicos me habían dicho que una chica siempre que debe lucir espectacular se tarda años, así que me tiré en el sillón a esperar a que Rach terminara de arreglarse, Ron estaba a mi lado con su traje de gala que era horrible, pero no se lo podía decir, me senté a su lado tratando de no verlo, ya que si lo hacía no podría parar de reír.

- Hola - al escuchar aquella voz giré mi vista.

Estaba realmente hermosa, su cabello negro en un perfecto moño que la hacía lucir espectacular, llevaba un vestido plata strappless, que combinaba perfecto con sus ojos, lucía hermosa no podía decir más que eso.

- Te ves bellísima - le dije sonriendo y ofreciéndole mí brazo para caminar hacia el Gran Comedor.

- Harry harás que me sonroje - comento sonriendo débilmente - pero debo decirte que tú también luces guapísimo - giró a ver a Ron - luces muy elegante - aunque le costó un poco decir la última palabra.

Ron solo bajo la mirada, decidí que era mejor bajar al Gran Comedor, mientras bajábamos pude notar que varios chicos observaban a mi pareja de baile y como no lo iban a hacer si lucía espectacular, ni siquiera Fleur iba a opacar a mi acompañante.

- ¿Puedo preguntar algo? - le susurre cuando llegábamos al Gran Comedor donde ya varios alumnos estaban y Rach era el centro de la mayoría de las miradas.

- Lo que sea - contesto sonriendo y observándome atentamente.

- ¿Cuántas personas te invitaron al baile?

- Contigo - parecía que hacía cuentas - uno - soltó una débil risita.

- Es enserio - dije seriamente.

- Como 10 - contesto con indiferencia - pero como sabía que no encontrarías pareja decidí esperar por ti.

- No te invito quien deseabas - la corregí y ella sonrió corroborando mi afirmación - ¿puedo saber quién es?

- Es secreto - contesto abrazándome - pero está noche no me dejes llorar.

Solo correspondí su abrazo sin saber que decir o que hacer ¿Quién era el imbécil que no le hacía caso a Rach? Tome su mano para así darle valor y observé que delante de nosotros estaba Cedric y Cho, solo era una chica, en estos momentos llevaba a la chica más hermosa de todo Hogwarts y sería la envidia de todos.

- ¡Los campeones por aquí, por favor!

Tomé la mano de Rach y le sonreí para animarla, caminamos tras Cedric y Cho, vi también a Fleur que se coloco junto a la puerta, y después vi a Krum y a su pareja que era una chica bastante guapa, pero cuando me fije bien en ella era

- Hermione - susurre y Rach sonrió.

- Se ve muy bien ¿no lo crees? - mientras la saludaba.

 

- Sin duda - conteste aun sin poder creerlo.

- Luces muy bien - Cedric había girado a vernos.

- Gracias - contesto Rach de manera cortante - conseguiste una linda pareja - le susurro ácidamente que solo yo y Cedric alcanzamos a oír.

- Tienen que entrar - susurro McGonagall, así que Cedric no le pudo decir nada.

Al entrar la música ya estaba y había un espacio al centro del Gran Comedor, vi como Fleur y Davis comenzaban a bailar, entre en pánico y Rach al notarlo sonrió.

- No va a pasar nada - me susurro rodeando mi cuello con sus brazos - esto es más fácil que derrotar a un dragón - al ver que no sabía qué hacer con mis manos - ponlas en mi cintura.

- Enserio no sé bailar - susurre poniendo las manos en donde me había dicho.

- Ya somos dos - mientras sonreía y comenzaba a moverse de un lado a otro - pero no te preocupes si nos caemos seremos los dos.

Sonreí y comencé a dejar que mi cuerpo siguiera el ritmo, en pocos segundos ya estábamos rodeados de personas, sentí como Rach se aferraba un poco más a mí, pero no entendí la razón.

POV Rach

Esto de bailar no era tan difícil, y menos si tenías de compañía a Harry, seguí bailando sintiendo como mi pareja de baile, también comenzaba a sentir confianza sonreí ante aquello, pero no duro mucho ya que frente a mí estaba Cedric y Cho y no simplemente bailando; me aferre con más fuerza a Harry tratando de no llorar.

- ¿Pasa algo? - me pregunto separándome un poco de él.

- Nada - mentí sintiendo como las lagrimas comenzaban a ganar - voy a tomar un poco de aire - y después de decir esto lo deje en el centro de la pista.

Salí a los jardines y trate de dejar de pensar que él y yo jamás íbamos a tener nada por más que lo deseara, siempre me vería como la hermanita de uno de sus amigos, llegue cerca del lago y por más que desee no llorar, mis lágrimas no aceptaron y comenzaron a caer por mis mejillas.

- ¿Cuántas personas rechazaste? - pregunto una voz a mi espalada.

- No sé a qué te refieres - conteste limpiando las lágrimas que aun salían.

- ¿Cuántas personas te invitaron al baile?

- Solo Harry - vi su sombra sentarse a mi lado - pero ¿no deberías estar con tu pareja?

- Mi pareja coquetea con la tuya - respondió serenamente - pero eso no fue lo que escuche.

- ¿De qué hablas? - pregunte observando el lago.

- Hablo de que al menos la mitad de Hogwarts te invito al baile, aparte de los de Durmstrang - repuso en voz baja - ¿Por qué no fuiste con otro?

- Porque Harry me lo pidió antes.

- Mientes - dijo tranquilamente - porque Harry se lo pidió a mi pareja antes.

- ¿Qué quieres decirme? - me levante y lo mire furiosa - ¿Qué Cho es mejor que yo? ¿y qué llevaste a la chica que todo Hogwarts deseaba?

- Yo no lleve a la chica que todo Hogwarts deseaba - me observaba atentamente - Harry lo hizo.

- ¿Qué quieres Cedric? - estaba harta de tanto juego, lo que deseaba en ese momento era llorar.

- Te dije que lo nuestro no podía ser - repuso levantándose y tomándome de los brazos - pero simplemente me es imposible.

- No entiendo - dije en voz baja.

- Me vuelves loco, simplemente eres perfecta para mí, quisiera gritarlo a los cuatro vientos, pero no puedo - sus ojos verdes me gritaban que todo era cierto.

 

- ¿Por eso le pediste a Cho que viniera al baile contigo? - mi voz temblaba.

- Deseaba pedírtelo a ti, pero soy demasiado cobarde y no pude y ahora estoy aquí diciéndote todo esto y me siento idiota, porque Te Amo y no puedo estar contigo.

- Bésame - le susurre y él se quedo en shock - solo hazlo.

Se inclinó y sus labios rozaron los míos, eran tan perfectos, tan suaves y a la vez tan salvajes, mi corazón se acelero un tanto y mi respiración igual.

- No puedo - susurro separándose un poco de mí - lo siento.

Y después de decir esto se fue y yo me quede de pie sintiendo como de nuevo mis lágrimas comenzaban a salir.

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Hoy se conocería al ganador del torneo, Fleur ya había sido descalificada y ahora solo quedaba esperar para saber quién sería el ganador, Hermione, Ginny y Ron esperaban con ansias que fuera Harry el ganador y yo misma lo deseaba, pero también quería que ganara Cedric. Así que sin poder soportar más el nerviosismo me levante y baje las gradas, allí nadie me vería y así podría tranquilizarme.

- Lo amas no es así - susurro una voz a mi espalda - no deseas que nada malo le pase - iba a girar, pero su mano se fue a mi cuello evitando así que girara - cualquiera de ellos puede morir.

- ¿De qué habla? - mi voz a penas fue audible.

- ¿Quieres que Cedric viva?

- ¿Dónde está? - mientras trataba que me soltara.

- Te llevare a él, solo si te comportas - ante aquellas palabras me deje de mover y me dio una lata - todo estará bien primor - y en cuanto termino de decir eso me soltó.

Trate de girar, pero todo comenzó a dar vueltas, me había dado un traslador, en pocos segundos caí de golpe en lo que parecía un cementerio, me levante un tanto adolorida y mareada, comencé a recorrer aquel extraño lugar.

- Bienvenida - escuche un siseo, así que giré a ver de dónde provenía y frente a mí estaba Colagusano - no sabes cuánto tiempo he esperado conocerte.

- ¿Voldemort? - susurre mientras trataba de encontrar a la persona que le pertenecía esa voz.

- Vaya veo que me conoces - parecía que sonreía - pero parece que no te enseñaron a temer mi nombre.

Escuche un golpe y busque de donde provenía y aun costado estaban Cedric y Harry con la copa, todo esto era una trampa y la copa era un traslador.

- ¿Dónde estamos? - preguntó Harry.

Vi como Cedric sacudía la cabeza y se ponía de pie y le daba la mano para que Harry hiciera lo mismo, los dos observaron todo el cementerio.

- ¿Alguien te dijo que la copa era un traslador? - preguntó Cedric.

- No nadie - contesto Harry.

- Es una trampa - ambos giraron hacia mí - tomen la copa de nuevo.

- ¿Trampa? - repitió Cedric con la nariz ligeramente arrugada.

Harry soltó un grito y se agarro la cabeza como si le fuera a explotar, ante aquello corrí hacia él.

- Harry veme - le suplique, mientras él seguía jadeando - todo va a estar bien.

- Es igual que mi sueño - susurro, los pasos de Colagusano no se hicieron esperar - toma la copa y váyanse.

- Mata al otro Colagusano .

- ¡Avada Kedavra! - apenas si tuve tiempo para poner un escudo que lo protegió.

- Crees que sería tan fácil - le espete - no te estás enfrentando a cualquiera.

 

- Vaya Rach - susurro Voldemort - veo que no mintieron sobre ti y sobre tú poder.

- No te muevas - dije al ver como Cedric iba a girar.

- Pero parece que aun no los controlas perfectamente - susurro con cierta burla - me pregunto qué pasaría si te atacara a ti. Colagusano.

- Crucio - gimió mandando la maldición hacia mí.

- Rach - escuche el grito de Harry y Cedric al unísono.

Mordí tan fuerte mi labio inferior para no gritar que sentí el sabor de la sangre en mi boca y luego en mi garganta. Cuando caí al suelo Harry ya estaba atado a una tumba.

- Rach - susurro Cedric a mi lado, que aun tenía el escudo - ¿estás bien?

- Si - conteste con un hilo de voz y tratando de incorporarme, pero cuando lo hice, mis piernas se doblaron haciendo que volviera a caer.

- Ahora es tu turno primor - susurro Colagusano levantándome, si hubiera tenido fuerza lo habría golpeado.

- Suéltala - grito Cedric.

- Por nada te muevas - repuse, sin hacer el menor esfuerzo para que me soltara.

Sentí el frío cemento en mi espalda y luego las cuerdas enredarse en mí, me sentía realmente débil y con nauseas, pero debía buscar la manera de salir de ahí y sacar a Harry y a Cedric, con una sonrisa de lado me amordazo y yo solo le envié una mirada asesina.

Después escuche los pasos de Colagusano alejarse y luego de algunos minutos escuche su respiración agitada y entrecortada, como si cargara algo pesado, cuando entro a mi campo de visión vi que traía un enorme caldero que coloco justo junto a la lápida donde estaba Harry.

El contenido parecía que se calentaba demasiado rápido, ya que lanzaba chispas abrasadoras, como si estuviera ardiendo. El vapor se espesaba haciendo borrosa la imagen de Colagusano, que atendía el fuego.

- Date prisa - se escucho de nuevo la fría y aguda voz.

- Ya está listo, amo.

- Ahora
- dijo la fría voz.

Colagusano abrió un pequeño bulto que hasta ese momento repare en el, era algo horrendo y viscoso
pero era cien veces peor de lo que pueda decir. Parecía un niño agachado, aunque no tenía pelo, y su piel era de aspecto escamoso, de un negro rojizo obscuro, como carne viva; los brazos y piernas eran delgadas y débiles, la cara no podía vérsela.

Parecía incapaz de valerse por sí mismo: levanto los brazos, se los echó al cuello a Colagusano, y esté lo levanto y lo llevo hasta el borde del caldero y escuche el golpe sordo.

- ¡Hueso del padre, otorgado sin saberlo, renovarás a tu hijo!

Solo vi como un fino chorro de polvo salía de los pies de Harry y luego como caía suavemente al caldero y este arrojo chispas en todas direcciones. Escuche un pequeño gemido, mientras sacaba de su capa una daga. La voz se le quebró entre sollozos.

- ¡Carne
del vasallo
voluntariamente ofrecida
revivirás a tú señor!

Extendió su mano derecha, ante aquello cerré los ojos para no ver lo que iba a hacer, pero no sirvió de mucho, ya que escuché su gritó. Y luego el golpe en el suelo, los jadeos de angustia y luego una salpicadura, eso me hizo entender que ya había caído en el caldero.

Con el miedo en mi garganta abrí los ojos y vi como se ponía delante de Harry.

- Sa
sangre del enemigo
tomada por la fuerza
resucitará al que odias.

 

No vi donde corto, solo vi cuando Colagusano ya llevaba la daga con la sangre de Harry, mi respiración en el momento en que se dejo caer se agitó.

El caldero hervía a borbotones, salpicando por todos los lados chispas de un brillo tan cegador que todo lo demás parecía de una negrura aterciopelada.

De pronto se extinguieron las chispas y una enorme cantidad de vapor blanco surgió formando nubes espesas y lo envolvió todo, así que no pude ver nada, más que el vapor.

Escuche la respiración agitada de Cedric y los sollozos de Colagusano, sentí un hueco en el estomago y todo comenzó a darme vueltas y lo que vi, casi me deja sin respiración, a través de la neblina, vi que del caldero se levantaba lentamente una silueta de un hombre alto y delgado.

- Vísteme - ordeno con la fría y aguda voz.

Supuse que Colagusano lo hacía, ya que lo único que veía eran siluetas, cuando por fin toda la neblina se disperso, pude ver que llevaba una túnica negra, pero no veía su rostro, ya que se encontraba mirando a Harry.

Pero enseguida bajo su mirada examinándose así mismo, sus manos eran como grandes arañas blancas, de pronto giró su rostro hacía mí, sus ojos de un rojo amoratado y la nariz tan aplastada como la de una serpiente, con pequeñas rajas en vez de orificios, sus delgados labios se curvaron en una mueca que helo mi sangre.

- Levanta el brazo - ordeno Voldemort con desgana.

- ¡Ah, señor
gracias, señor
! - alargó el muñón ensangrentado y él solo rió.

- ¡El otro brazo, Colagusano!

- Amo, por favor
por favor

Ante aquello se inclinó hacia él y tiró de su brazo izquierdo, le retiró la manga por encima del codo, no veía que era lo que tenía el brazo, pero me imaginaba que era.

- Ha retornado - dijo con voz suave - todos se habrán dado cuenta
y ahora veremos
ahora sabremos

Apretó con su largo dedo índice el brazo de Colagusano. Con una expresión de cruel satisfacción soltó el brazo y se irguió, echó atrás la cabeza y contemplo el oscuro cementerio.

- ¿Cuántos tendrán el valor de regresar? -susurró fijando su vista en las estrellas - ¿Y cuántos serán lo bastante locos para no hacerlo?

Recorrió el cementerio con la vista y se fijo en Cedric y luego en mí y una cruel sonrisa torció su rostro de serpiente.

- Vaya la pequeña obscuridad tiene bastante poder - susurro acercándose a mí, mis ojos se clavaron en los rojos de él - desde antes de tu nacimiento te deseaba - uno de sus largos dedos acarició mi mejilla - y vete ahora eres toda una bruja que está echando a perder su poder por el estúpido amor - de su túnica saco una pequeña daga que acercó a mi rostro - eres hermosa - susurro pasando la daga sobre mi mejilla - me pregunto si él te seguirá amando aun teniendo el rostro marcado.

- No la toques - su voz se escuchaba tan firme que me sorprendió.

- Aun no entienden que el amor es para idiotas - susurro levantando su varita y apuntando hacia Cedric - veamos si es tan fuerte tu escudo ¡Crucio!

Cerré los ojos ya que parecía que la maldición había sido a mí, mi respiración era entrecortada y mi corazón latía muy rápido.

- Parece ser que has superado la primera prueba - dijo con una sonrisa cruel, con un movimiento de la varita me desato - ahora veamos si puedes estar dentro de los mortífagos.

 

- ¿Crees que quisiera entrar a tu grupo de idiotas? - pregunte con una sonrisa burlona.

- Tienes carácter - su mirada me intimido un poco, pero él no fue capaz de notarlo - pero no me canses, porque si no terminaras muerta.

- Claro mi lord - hice una reverencia con desprecio.

- ¡Crucio! - gritó haciendo que me elevara y de nuevo mordiera mi labio para no gritar - vamos levántate - me ordeno, me levante con cierta dificultad y con la sangre escurriendo por mi barbilla - soy más fuerte que tú - se burlo.

- Sorprendente - dije de manera irónica - superas a una chica de 14 años, debes estar orgulloso - sentí un corte en mi brazo, esto superaba mi tolerancia levante el brazo y como si lo estuviera ahorcando cerré mi puño - podría matarte.

- No
l-lo ha-harás - dijo de manera entrecortada, dirigiendo su varita hacía Cedric - a-al me
menos n-no si lo quieres vi
vivo ¡Avada Kedavra!

El escudo estuvo a penas a tiempo, pero para eso tuve que soltar a Voldemort, el cual rió al estar en el suelo.

- Dejaste vivir al mago que le puede hacer más daño al mundo por salvar a la persona que amas - sonrió de manera irónica - si Dumbledore viera esto, sabría que el amor te hace débil - tenía tantas nauseas y me sentía tan mareada que solo pude observar cómo se acercaba a mí - veamos si él te ama tanto como tú a él.

Mis piernas temblaban y así que deje que me arrastrara hacia donde estaba Cedric me empujo haciendo que cayera de rodillas, me tomo del cuello estaba tan mareada que solo cerré los ojos.

- ¿La mató a ella o te mato a ti? - pregunto.

- ¿Qué hago? - pregunto Cedric sin poner ninguna resistencia.

- Solo camina unos cuantos pasos - contesto Voldemort soltándome.

No tenía ni la fuerza para abrir los ojos, pero escuche los pasos de Cedric alejarse de mí, con un esfuerzo sobrehumano abrí los ojos y lo vi justo a unos cuatro metros de mí.

- Eres demasiado débil - me espeto Voldemort - tu escudo solo sirve si se estás en un lugar sin moverte - fije mi vista en Cedric y vi la magia que guardaba y luego la hice una esfera que se puso en la palma de mi mano y luego como si fuera una canica la cerré, dejándola totalmente protegida al menos mientras estuviera con vida Cedric estaría protegido, era la primera vez que lo hacía, ya que según Remus aun no estaba lista, pero si no era ahora Cedric moriría - Avada Kedavra - y como supuse el hechizo revoto.

- Parece que no es tan débil como parece - le espeto Cedric.

- Jamás podrás matarlo - susurre poniéndome de pie con cierta dificultad.

- Para matarlo tengo que matarte a ti - repuso acercándose con una media sonrisa.

Estaba demasiado mareada como para moverme, así que solo fije mi vista en la de él, pero antes de que llegara se detuvo como a unos tres pasos de mí. Se comenzó a escuchar el ruido de capas y así fue en menos de cinco segundos estábamos rodeados de mortífagos. Uno de ellos se dejo caer de rodillas y se arrastro hasta Voldemort y beso el bajo de su túnica.

- Señor
señor - susurró

Después de esto todos los que estaban detrás de él hicieron lo mismo, me tomo del brazo y me llevo hacia donde estaba Harry y los mortífagos al ver esto formaron un círculo dejándonos al centro a Voldemort, a Harry, a Colagusano y a mí.

 

- Bienvenidos mortífagos - dijo en voz baja - trece años
trece años han pasado desde la última vez que nos encontramos. Pero siguen acudiendo a mi llamado como si fuera ayer
¡Eso quiere decir que seguimos unidos por la Marca Tenebrosa!, ¿no es así?

Apenas si escuchaba lo que decía, de verdad no iba a soportar mucho tiempo así, a lo lejos vi como alguien caminaba hacia mí y me tomaba en brazos.

- Narcisa estará feliz de cuidar a nuestra sobrina - escuche un débil susurro - y más si para mi señor es importante.

- Deja que descanse y le das de comer, pero si no se comporta unos cuantos cruciatus no le harán mal - siseo Voldemort.

- Bájame - mi voz apenas si fue audible.

- Hazlo - ordeno Voldemort - si la señorita quiere caminar que lo haga.

Mis piernas temblaron al sentir el suelo, pero aquel hombre me dejo recargada en una de las lapidas y volvió a su posición, los mareos, las nauseas y además el dolor de cabeza insoportable que nublaba mi vista, no iba a tardar en desmayarme.

- Rach - su voz estaba realmente preocupada - tienes un aspecto horrible.

- Eso jamás ha sido un buen halago para una mujer - susurre tratando de abrir los ojos pero al hacerlo sentí como si mi cabeza fuera explotar, así que volví a cerrarlos de golpe.

- Tenemos que llevarte a Hogwarts - repuso tomándome en brazos.

- No vas a dejar a Harry - dije con un hilo de voz.

- No lo pensaba dejar - se defendió, ante eso sonreí débilmente.

- Te Amo - después de aquello sentí como mi cuerpo comenzaba a perder más fuerza.

- Y yo a ti - contesto dejando un beso en mi frente.

Sentí como se sentaba y colocaba mi cabeza en sus piernas, escuche murmullos de sorpresa, mientras Cedric acariciaba mi cabello, con cierta dificultad abrí los ojos y vi como las varitas de Harry y Voldemort se habían conectado.

- No hagan nada - gritó Voldemort.

- Vamos Harry - susurre y no sé si fue mi imaginación pero varios como espectros salían de la varita de Voldemort - esto me matara - dije en voz baja y saque mi varita.

- No lo hagas - me suplico Cedric, levante mí vista a él.

- Si muero - dije con una débil sonrisa - recuerda que Te Amo - y antes de que dijera algo dirigí mi varita hacia Harry - aprori trans megum resist.

Solo vi como un rayo dorado le daba a Harry haciendo que los espectros lo rodearan y después todo se volvió negro.

POV Harry

Corrí lo más rápido que mis piernas fueron capaces, cuando llegue junto a Cedric, tenía a Rach en brazos y algunas lágrimas rodaban por sus mejillas.

- ¿La copa? - pregunte, mientras él negaba con la cabeza y abrazaba con más fuerza a Rach - dime donde está, sino no podremos llevar a que la atiendan.

- No respira - dijo con hilo de voz, ante aquello sentí una opresión en el pecho.

- Te equivocas - le espete, mientras tomaba la mano de Rach, para que me viera y me dijera que todo iba a estar bien - ella solo esta desmayada y necesita atención - ante esta perspectiva - ¡Accio Copa!

Tome el hombro de Cedric y antes de que los mortífagos llegaran la copa llego a mí y en menos de dos segundos ya estábamos en Hogwarts, gire a ver como Cedric seguía abrazando el cuerpo de Rach como si su vida dependiera de ello.

 

- No puedes dejarme - le susurraba una y otra vez - no ahora que si pienso luchar por ti.

- ¡Harry! ¡Harry!

Sin importarme nada tome el brazo de Rach con fuerza, ella tenía que despertar y sonreír y decirme lo bien que lo había hecho, no sé en qué momento comencé a llorar, pero mis lágrimas caían sobre su muñeca, escuche pasos acercarse a mí, sin soltar el brazo de Rach tome la muñeca del que supe que era Dumbledore por la sombra.

- Ha retornado - dije sintiendo como las lágrimas seguían saliendo - Voldemort ha regresado.

- Dios, Dios mío Black - exclamo Fudge - está muerta, Dumbledore la chica está muerta.

- NO - grite, mientras todos se acercaban a nosotros - Ella no está muerta solo está desmayada.

Vi como Dumbledore se agachaba y tomaba el pulso de Rach, ante lo que a mi me pareció siglos.

- Necesito que la lleven a San Mungo - repuso Dumbledore, aliviando un poco la opresión de mi pecho.

POV Sirius

La carta de Dumbledore me tenía un tanto alterado y mejor ni hablar de Gab, que con demasiados esfuerzos la había podido dejar cerca de una cueva con Buckbeak, ahora esperaba que Dumbledore me dijera que era lo que pasaba, llevaba como 15 minutos dando vueltas en el despacho del director.

Escuche la puerta abrirse y frente a mí estaba Harry en dos zancadas llegué a él.

- ¿Cómo estás Harry? - sabía que Voldemort había retornado era todo lo que sabía - sabía que algo así pasaría, pero dime que paso.

Dumbledore me contó todo de lo que Barty Crouch le había dicho, Harry parecía un tanto ausente, sabía que estaba agotado, pero al menos estaba bien. La puerta se abrió de golpe y pude ver a Owen que se notaba sumamente preocupado.

- ¿Qué paso con mi hermana? - su voz se escuchaba entrecortada, gire mi rostro a Dumbledore que su semblante era de preocupación.

- Entiendo que esté preocupado por el estado de salud de la señorita Black, pero no me parece que entre así a mi despacho - comento Dumbledore serenamente.

- ¿Qué tiene Rach? - pregunte con la voz un tanto temblorosa.

- Según los datos que me han mandado de San Mungo, ella está estable - contesto viéndome directamente a los ojos - aunque no saben cuando despertara.

- Estaba a tu cuidado - le espete ácidamente - se suponía que tú tenías que cuidarla.

- Harry - susurro Dumbledore pasivamente -y Owen vayan a su sala a descansar.

- De quien van a hablar es mi hermana y tengo más derecho que él a saber qué le pasa - repuso Owen secamente mandándome una mirada asesina.

- Les he dado una orden - comento Dumbledore de manera autoritaria, y ante aquella voz no podías hacer nada más, más que acatarla, Harry fue el primero en salir y enseguida Owen.

Dumbledore espero hasta que escucho como los pasos de los dos chicos se alejaban, pero antes de que comenzara a hablar, la puerta del despecho se volvió a abrir.

- Owen va furioso - repuso Remus.

- Cosas de familia - conteste ácidamente.

- Igual que el carácter - observo a Dumbledore - ¿para qué me mando a llamar?

- Es sobre Rach - contesto en voz baja - tú llevabas el entrenamiento sobre sus poderes, y por esa razón tú conoces cuáles son sus debilidades.

- ¿Qué tiene? - pregunto con un leve tono de angustia.

- Está en San Mungo - su vista estaba en la ventana - ninguno de los sanadores entiende que es lo que pasa, sus signos vitales al llegar apenas si eran visibles y ahora están sobre lo normal, y no entienden porque aun no despierta.

 

- ¿Estuvo con Harry? - pregunte observando la reacción de Dumbledore.

- Si - contesto en un susurro - Barty la separo del resto de los alumnos y al igual que con Harry le dio un traslador, según lo que he me han dicho Harry y Cedric, Voldemort le hizo dos Crucios y varios cortes.

- ¿Y su escudo? - pregunto Remus con la nariz ligeramente arrugada.

- Estaba puesto en Cedric - ¿Quién demonios era Cedric? - es por eso que ese chico sigue vivo.

- Poner un escudo sobre ella gasta energía, pero ponerlo en otro le gasta el doble - razono Remus - además de que si recibió dos crucios eso baja su energía aun más

- Pero eso no es todo, hizo un encantamiento que ella misma dijo que iba a morir - comento Dumbledore girando a ver a Remus.

- Aprori trans megum resist - susurro Remus.

- ¿Qué significa eso? - pregunte con el entrecejo fruncido.

- Que le paso todas sus fuerzas a una persona - contesto con una débil sonrisa ¿Qué tenía de gracia que mi hija se estuviera muriendo por pasarle la energía a otra persona? Notó esa pregunta que estaba dibujada en mi rostro

- Ella no murió -comento una voz de mujer, gire a ver a quién le pertenecía esa voz y frente a mí estaba una mujer rubia y ojos aceitunados - eso quiere decir que la persona a quien le dio su energía ella es parte importante en su vida y ahora solo tiene que besarla

- ¿Qué? - fue lo único que salió de mis labios.

- Que ya tienes yerno - contesto con una media sonrisa, espera mi hija tenía 14 años, aun nadie se le podía acercar.

- Vane - reprendió Remus tranquilamente - lo que eso quiere decir, es que Rach solo tiene que descansar y recuperar toda su energía, lo cual si conocemos toda su energía serán al menos dos semanas.

- Lo del beso es mentira ¿verdad?

- Eso haría que su recuperación fuera más rápida - comento Vane sonriendo de lado.

- Nadie va a besar a mi hija - replique con la nariz arrugada - al menos no mientras yo viva.

- Pobre de Rach - susurro Vane moviendo la cabeza negativamente.

- Pero dijo que nadie iba a poder besar a su hija, no que su hija no iba a poder besar - esa voz, ¿Qué no podía soportar en la cueva?

Todos rieron, hasta Dumbledore, mientras yo trataba de no matar a alguien, pero al menos sabía que mi hija iba a estar bien.

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

POV Gab

Hoy por fin saldría mi pequeña de San Mungo, después de un mes y medio dentro, había despertado a mitad de la quinta semana, pero deseaban vigilarla una semana más, para verificar que todo estuviera en orden.

Tenía que arreglar toda la casa, debo decir que ahora vivía en la Ancestral casa Black con Sirius y con todos los Weasley, además de Vanesa y Remus y Samantha ya que Dumbledore había aceptado la oferta de mi marido de ocupar la casa como cuartel para la orden.

- Gab - llamo Sirius desde la planta alta.

- ¿Qué pasa? - pregunte subiendo las escaleras, para ver que problema tenían.

- Esto de pintar la recamara de Rach - suspiro Remus todo lleno de pintura - no es muy fácil.

 

- ¿Quién dijo que pintaran la recamara? - pregunte arrugando un tanto la nariz.

- Tía es que no me gusta el color gris que tiene la pared - repuso Samantha en voz baja.

Remus le mando una mirada acida a Samantha la cual solo sonrió con cierta culpabilidad. Yo solo negué con la cabeza y baje a revisar que la comida estuviera lista, Molly que era un amor y además preparaba la mejor comida me ayudaba a preparar la comida favorita de Rach, mejor dicho el postre favorito que era tarta de melaza que era el mismo que el de Sirius.

[
















]

POV Rach

Hoy por fin saldría de aquí, no sabían como le agradecía a la vida de que ese día fuera el último en ese lugar, de hecho hasta las enfermeras agradecían que ya me fuera, me sentía un tanto culpable por maltratarlas, pero con alguien tenía que desquitar mi desesperación.

- Buenos Días - su voz como siempre me iluminaba el día.

- Hola - conteste con una media sonrisa.

- Parece que hoy estás feliz - susurro inclinándose y dejándome un beso en la nariz y luego uno corto en los labios.

- Por fin saldré de aquí - repuse observando su hermosa sonrisa - además de que tengo al chico de mis sueños.

- Rach - murmuro inclinándose de nuevo y haciendo que nuestras narices rozaran - no hagas que pierda mi poca voluntad.

- Si eso es lo que quiero - mi respiración se había agitado y ahora mis labios rozaban los suyos.

- Owen acepto que saliéramos, pero si nos ve así - su respiración también era agitada - no dejara que me vuelva a acercar a ti.

- Por Dios Cedric, ya no tengo cuatro años y no necesito que mi hermano acepte a mis novios - y después de decir esto lo bese y él lo correspondió casi al instante.

Esto era realmente adictivo y no me importaba volverme una adicta a sus labios a su lengua, porque ahora podría zacear mi necesidad cuando lo deseara. Escuche un carraspeo que hizo que me separara de esa deliciosa adicción.

- Veo que ya se encuentra mejor - repuso el sanador con una débil sonrisa.

- Desde hace una semana - conteste tranquilamente y un tanto sonrojada por ser descubierta en pleno beso - pero hoy por fin me dejaran libre.

- Solo espero que siga la dieta, ya que a pesar de que diga que está bien, aun está débil y el brazo aun sigue sin querer sanar del todo - replico el sanador - recuerde que nada de dulces.

- Si lo sé - conteste secamente.

Después de decirme, mejor dicho de repetirme lo que podía y no podía comer, salió para que pudiera cambiarme y Cedric hizo lo mismo, me puse unos pants y una sudadera que suponía era de Owen, el cual seguramente había olvidado traerme una ¬¬

Estaba terminando de ponerme la sudadera negra que me quedaba enorme, cuando mi abuela entro con una débil sonrisa.

- Tu madre estará feliz de verte - repuso acercándose a besarme la mejilla y abrazarme.

- ¿Está en casa? - pregunte emocionada, ya que tenía más de un año que no la veía.

- No exactamente - contesto en voz baja y besándome el cabello - pero ahora vivirás con ella.

- ¿En dónde? - pregunte separándome de ella.

- Ya lo veras - me besó la frente antes de abrazarme por los hombros y salir las dos.

 

En la sala de espera estaba mi abuelo, el idiota de mi hermano que como imaginaba había olvidado mi sudadera y me había dado la de él, y mi bellísimo novio. Mi abuelo al verme me sonrió y tomo el lugar de mi abuela, creo que todo mundo me veía como una muñeca de porcelana que se podía romper hasta porque el aire le diera.

Salimos de San Mungo y un carro del ministerio nos esperaba fuera, mi abuelo como si fuera una persona inútil me abrió la puerta del auto y luego me ayudo a sentarme, esto de haber estado casi dos meses en el hospital era sinónimo de que eras inútil y necesitabas ayuda de todos.

Decidí no quejarme, porque sabía que esto lo hacían porque me querían y era importante en sus vidas (súper humilde ¬¬) el viaje se me hizo bastante corto, y supe la razón al ver que estábamos en el centro de Londres en donde era un lugar de mansiones.

Baje del auto antes de que alguien me abriera la puerta o me diera la mano para bajar, observe la numeración de las casas y vi que del 11 se saltaba al 13 ¿Y dónde demonios estaba el 12?

- Ten - me susurro mi abuelo entregándome una pedazo de hoja - léelo rápido y memorízalo.

El cuartel general de la Orden del Fénix está ubicada en el número 12 de Grimmauld Place, en Londres

¿Qué era la Orden del Fénix? Pero cuando iba a preguntar mi abuelo me arrebato el pedazo de papel y con voz autoritaria.

- Solo piensa en lo que acabas de memorizar.

Ante aquello pensé lo que acaba de leer al venir a mi mente el número 12 de Grimmauld Place, entre el 11 y 13 apareció una puerta maltrecha y de inmediato aparecieron unas paredes sucias y unas mugrientas ventanas.

- Vamos - repuso mi abuelo empujándome dentro de la recién aparecida casa.

- ¿Dónde dem

- Por lo que más quieras no hagas ruido - la voz de mi hermano suplicaba, solo asentí y decidí dejar mi pregunta para después.

El vestíbulo estaba bastante obscuro y olí a polvo y algo podrido y dulzón; la casa tenía toda la pinta de estar abandonada. Me pregunte si alguien vivía allí y ante aquello escuche pequeños pasos acercarse hacia nosotros.

- Rach - frente a mí estaba Samantha sonriéndome débilmente, después de haber salido de una puerta al fondo - no sabes cómo te extrañe.

- Es mejor que después se saluden - susurro mi hermano empujándome.

Se llevó un dedo a los labios y camino de puntillas; pasando por delante de un par de largas y apolilladas cortinas, donde supuse debía haber otra puerta, y tras esquivar un gran paragüero que parecía hecho con la pierna cortada de un trol, comenzamos a subir las escaleras, giré mi vista y vi que mis abuelos ya no nos seguían, solo iban Samantha y Cedric.

- ¿Y los abuelos? - pregunte en voz baja.

- No les gusta estar aquí con
- se quedo callado y tomo mi muñeca - no importa Rach, ahora será mejor que descanses.

Decidí no protestar, seguimos subiendo escaleras, pasamos junto a una hilera reducidas montadas en placas, colgadas en la pared, al verlas de cerca me di cuenta que eran cabezas de elfos domésticos. Está casa debía ser de un mago de sangre limpia y de ideas negras, pero decidí no preguntar, no creía que mi propio hermano me llevara a manos de un mago tenebroso.

- Rach - escuche, levante mi mirada y frente a mí estaba mi padrino.

 

- Remus - susurre antes de soltarme del agarre de mi hermano y correr hacia él - no sabes cómo te extrañe - mientras lo abrazaba - debería reclamar la poca atención que le prestas a tu ahijada, pero mis abuelos me explicaron que estabas trabajando.

- Estaba arreglando tu habitación - contesto sonriendo y tomándome del brazo y haciendo que subiera el último tramo de escaleras - y preparando una pequeña sorpresa.

- Rach - escuche a mi espalda, giré y vi a mi madre con una sonrisa tierna - no sabes lo preocupada que estuve al imaginar que algo malo te pudiera pasar.

- MAMÁ - grite, mientras corría a abrazarla y sentía como mis lágrimas salían - estás aquí.

- Si nena - susurro acariciándome el cabello - aquí estoy y esta vez no te voy a dejar.

La abrace con fuerza, esperando que no fuera un sueño y que está vez no se iba a ir y que estaría conmigo, escuche como mi madre también comenzaba a llorar y me besa el cabello.

- Mi bebé - susurro - No sabes cuánto te extrañe y cuantas noches soñé con estar así y hoy por fin te tengo de nuevo en mis brazos.

- La princesa ya está fuera de peligro - al escuchar aquella voz me separe de mi madre y gire y allí estaba sonriéndome, me quede de pie tratando de pensar que esto no era un sueño - ¿no piensas a abrazar a tu padre? - escuche el bufido de Owen, pero allí estaba papá.

Sonreí y lo abrace como la última vez, me sentía tan protegida en sus brazos que solo deseaba estar así por un largo rato, me acarició el cabello y me separo de él y beso mi frente.

- Por un momento creí que perdería a mi muñeca - susurro acariciando mi mejilla - y es lo peor que se puede sentir, así que si quieres un poco a tu anciano padre, no le vuelvas a dar un susto como este.

- Espero que lo de anciano sea solo por ti - comento mi madre - ya que yo estoy en la plena flor de mi juventud.

- Estoy con Gab - repuso Remus sonriendo.

- Creo que exagere - comento mi padre con una débil sonrisa - entonces tengo que rectificar, Rach si quieres un poco a tu apuesto y joven padre no le vulvas a dar un susto como este.

Reí mientras lo abrazaba de nuevo y veía la cara de Remus y de mamá (U¬¬) sería fácil acostumbrarme a una familia así.

- Lo prometo - susurre mientras sentía el besó de papá en mi cabello.

- Muy bien muñeca - mientras me besaba de nuevo la frente - pero creo que querrás descansar - y luego en un susurro - yo sé que no deseas descansar, pero conoces a tu madre - sonreí ante aquel comentario - así que te dejaremos para que duermas un poco.

- Gracias - conteste observando como los tres adultos bajaban.

- Bueno yo te traeré un poco de comida - repuso Samantha y tomo la mano de mi hermano.

- Pero yo quiero pasar un tiempo con Rach - replico Owen, claro ahora le salía lo cariñoso.

- Vamos Owen - susurro Samantha e hizo un puchero - tú conoces mejor a Rach y sabrás que le gusta.

Soltó un largo suspiro y después de verme y darme a entender que sabría lo que haría se dejo llevar por Samantha, ante aquello gire para entrar a mi habitación, pero antes de entrar sentí sus manos rodearme la cintura.

- ¿Crees que tarden mucho? - pregunto en un susurro y besando el lóbulo de mi oreja.

- Samantha hará que esa comida se haga cena - conteste en el mismo tono.

 

- Te Amo - me giro y pude ver sus hermosos ojos y perderme en ellos - eres todo para mí.

Sonreí y rodee su cuello con mis brazos y lo bese tratando de así poder transmitirle todo el amor que sentía.

[














]

POV Cedric

Después de besarnos, decidí que era mejor hacer otra cosa, porque no deseaba que alguien me viera besando a la menor de los Black, y le propuse jugar ajedrez, al escuchar aquello levanto una ceja y dijo "Jamás he jugado ajedrez y cuando Ron quiso enseñarme me quede dormida" reí ante aquel comentario y me propuse enseñarle.

Llevábamos más de media hora y para ser su primera vez lo hacía muy bien, de hecho descubrí que cuando pensaba demasiado las cosas, se mordía el labio inferior y de manera inconsciente se rascaba la nariz, era demasiado perfecta, si tengo que aceptar que en vez de ver el juego, me la pase observándola y fue esa la razón de porque había descubierto su pequeña manía de poner su cabello detrás de su oreja.

- Creo que gane - susurro con una media sonrisa, mientras levantaba sus hermosos ojos grises y los clavaba en mí, baje la mirada al tablero y vi como mi rey moría entre las manos de su reina.

- Vaya eres buena - comente sonriendo.

- Rach - giré hacia la puerta y Owen estaba en el marco de la puerta - Black quiere que bajes.

- Es papá - dijo en voz baja observando a su hermano - no veo porque no lla

- Él jamás fue un padre para mí - le espeto secamente - y tampoco lo fue para ti, él no es más que un asesino.

- Sabes que no es cierto - replico Rach observando a Owen con irritación - Sirius es inocen

- Como sea - repuso molesto - no estuvo con nosotros, y sea o no un asesino, nosotros ante el mundo mágico somos hijos del asesino Sirius Black que se escapo hace dos años, y si tú te sientes orgullosa de ser hija de un prófugo yo no.

- Es bueno saberlo - su voz sonó pasible, pero su rostro no demostraba lo mismo.

- Qué bien que ya lo entendiste - contesto ácidamente - tal vez así dejes de tratar de ser el padre que nunca fuiste y que jamás llegaras a ser.

- No le hables así - replico Gabrielle - recuerda que es tú padre.

- Qué gran padre me diste - ironizo - un asesino, alcohólico que se la pasa encerrado hablando con un hipogrifo - y después de decir esto salió de la habitación.

- Dale tiempo - le susurro Gabrielle - lo va a entender.

- Eso espero - contesto Sirius, levantando la mirada y sonriendo a Rach - bueno ¿vienen a comer?

- No tengo hambre - comento Rach dejándose caer en la cama.

- Yo tampoco - repuse amablemente - pero gracias.

- Muy bien cuando tengan hambre pueden llamar a Krancher - señalo Sirius mientras se giraba para salir.

- Esperen - llamo Rach en voz baja, sus padres giraron a verla - puedo saber ¿Qué es la Orden del Fénix?

- En cuanto llegue Harry se los explicamos a los dos - contesto Gabrielle sonriéndole maternalmente - en cuanto tengan hambre pídanle a Krancher un poco - los dos asentimos levemente, cuando iba a cerrar la puerta.

- Y mantengan la puerta abierta - ordeno Sirius viéndome con cara de si tocas a mi hija mueres - y las manos quietas también.

 

- Sirius - lo reprendió su esposa - ¿crees que todos los chicos son como tú?

Escuche como siguieron discutiendo, giré mi vista hacia mi novia que tenía ligeramente la nariz arrugada.

- ¿Pasa algo? - pregunte con cierta preocupación.

- Dime si la Orden es contra Voldemort - era demasiado perceptiva, solo asentí levemente - Fudge ha enviado a los mejores aurores ¿cierto?

¿Cómo decirle que el ministerio creía loco y viejo a Dumbledore y a Harry creían que era un rebelde que solo deseaba llamar la atención?

- Eso te lo dirán cuando llegue Harry - susurre besando su frente - así que ahora no pienses en eso.

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

POV Rach

Ahora el Ministerio estaba en contra de Dumbledore y de Harry, esto era realmente grandioso, el idiota de Cornelius no aceptaba que Voldemort hubiera regresado.

- Rach - escuche un susurro, todo era obscuro, me incorpore un poco para ver de quien se trataba - ¿puedo pasar?

- Solo no hagas ruido - susurre al ver que mi compañera de habitación dormía, sus ojos verdes se clavaron en los míos - ¿Qué pasa?

- ¿Creerías en mí, aunque tú no lo hubieras visto regresar?

- Por supuesto - conteste sonriendo y despeinándolo un poco - Harry confió en ti, tan ciegamente como confió en Cedric - escuche una pequeña risita - ¿Qué es lo gracioso?

- Que tú confías en todos - contesto golpeando mi brazo suavemente - pero no es fácil encontrar personas como tú.

- Todo mundo aceptara que dices la verdad - le susurre abrazándolo - solo es cuestión de tiempo.

- ¿Sabes? eres como la hermana que nunca tuve - dijo en voz baja respondiendo mi abrazo.

- El sentimiento es mutuo - escuche o mejor dicho escuchamos como algo en la planta baja se caía y luego comenzaban a arrastrarlo - ¿Lo escuchaste?

Asintió levemente, me separe de él y me incorpore, ambos bajamos tratando de hacer el menor ruido, cuando llegamos a la cocina, estaba Cedric, los gemelos y Ron observando algo detalladamente.

- ¿Qué pasa? - pregunto Harry en un susurro haciendo que Ron saltará debido a la sorpresa.

- Krancher está tratando de hacer un regalo - susurro Fred girando a verme - ¿siempre duermes así?

- ¿Qué tiene de malo? - pregunte observando mi pijama, llevaba un pants viejo que me quedaba enorme, mi abuela había olvidado traerme mi pijama y ahora usaba unos pants de Owen y una blusa sin mangas.

- Mi madre duerme mejor vestida que tú - susurro George sonriendo débilmente - pero debo decir que aun cuando uses esa pijama tan mata pasiones no dejas de ser sexy - escuche como alguien le golpeaba la cabeza.

- Estás hablando de mi novia - replico Cedric, mandándole una mirada asesina - así que cuida tus palabras.

- Espera ¿es tu novia? - Fred estaba realmente sorprendido - ¿y que pasó con Cho?

- ¿Y con Owen? - repuso George sobándose la cabeza.

- Si es mi novia - contesto Cedric secamente y tomándome de la mano - y es lo único que diré.

- Dijeron que Krancher estaba haciendo un regalo - susurre soltándome suavemente del agarre de Cedric y tratando de ver que era lo que hacía el pequeño elfo - ¿Para quién es?

- No creemos que sea para Sirius - contesto Fred colocándose a mi lado.

 

- Debe ser para alguien que quiere mucho - susurro George al ver como Krancher metía al horno lo que por el olor parecía tarta de melaza - ya que le ha puesto de lo mejor que ha encontrado en la alacena, además de que ha tenido esa sonrisa todo el tiempo - vi que en el rostro del elfo había una sonrisa llena de ilusión.

- ¡Shh! - susurro Harry llevándose un dedo a los labios para que dejáramos de hablar.

Giré mí vista hacia Krancher y vi que preparaba un poco de malteada de ¡Oh! De fresa, sonreí de manera tonta al imaginar tomado esa deliciosa malteada. Escuche pasos detrás de nosotros.

- ¿Qué hacen tan temprano despiertos? - pregunto un Sirius tratando de ocultar un bostezo.

- ¡Shh! - repitió Harry y Fred corroboro, ambos estaban atentos a lo que Krancher hacia.

- ¿A quien le prepara el desayuno? - pregunto mi padre en un susurro.

- Es lo que deseamos saber - contesto George.

- ¿Y porque no se lo preguntan? - cuestiono Sirius serenamente.

- Nos odia - repuso Ron serenamente - y si preguntamos, en el desayuno es capaz de envenenarnos.

- Además de que no nos contestara - concordó Fred

- No creo que sea tan grosero - repuse observando al pequeño elfo que terminaba de adornar la charola donde llevaría el desayuno.

- Inténtalo y lo verás - repuso sonriendo Fred.

POV Cedric

- Eso es lo que voy a hacer - le espeto y entro con esa altivez que solo a su padre le había visto.

- Sabes que no le dirá nada - susurro Harry observando como Rach se acercaba al elfo.

- Si golpea a Krancher será su culpa - comento Sirius que sonreía débilmente.

- Fue por eso que le pedí que ella preguntara - comento Fred que al igual que el resto sonreía al pensar como Rach golpearía al elfo.

- Hola Krancher - saludó Rach alegremente - que rico desayuno.

- ¿Le parece a la señorita? - pregunto haciendo una reverencia en la cual su nariz pego al suelo - la señorita es lo único que vale la pena en esta casa.

- Muchas gracias - comento con una débil sonrisa - ¿puedo preguntar para quien es?

- Krancher hizo el desayuno para la señorita Rachel -contesto realmente feliz.

- ¿Enserio? - parecía tan sorprendida como nosotros.

- Pero si la señorita Rachel no quiere el desayuno, Krancher pue

- No Krancher - lo interrumpió al ver el rostro triste del elfo - claro que quiero el desayuno, eres muy amable muchas gracias.

- Krancher está aquí para servir a los Black y a la señorita - después de hacer otra reverencia salió de la cocina sin hacer caso de nosotros.

Los cinco entramos observando como Rach ya se había sentado a desayunar la tarta de melaza, la fruta y la malteada que Krancher le había preparado, sonrió al vernos sentarnos en la mesa.

- Es un elfo muy lindo - contesto mientras daba un sorbo a su malteada.

- Rach solo contigo es lindo -repuso Sirius observando como su hija comía la tarta tan tranquilamente.

- ¿Enserio? - pregunto levantando una ceja, todos asentimos - pues aun me sigue pareciendo lindo.

[





















]

- Todo va ir bien Harry - le susurro Rach mientras besaba su mejilla - nadie te va a culpar por lo de los dementores.

 

- Espero que tengas razón - mientras la abrazaba un poco más fuerte.

- Después de esto festejaremos que estés libre de cargos - repuse golpeando su hombro.

- Gracias Cedric - me sonrió y beso a Rach en la frente antes de salir con el señor Weasley.

En cuanto salió Rach soltó un largo suspiro y me abrazo, acaricie su cabello y deje un beso en él.

- Todo va a salir bien - le susurre - tú misma se lo dijiste.

- ¿Pero y si no es así?

- Así será - conteste besando su frente - mejor desayunemos, y deja de preocuparte.

Después de que desayunamos, estábamos en el salón tratando de limpiar un poco, llevábamos como dos horas cuando Harry entro, Hermione, Ron y Rach lo miraron pidiendo explicaciones.

- Absuelto de todos los cargos - mientras sonreía.

- Lo sabía - dijo Hermione corriendo a abrazarlo - sabía que no te culparían.

- Eso es increíble hermano - repuso Ron mientras le palmeaba el hombro.

- Gracias - mientras observaba a Rach que estaba con un trapo y con los ojos brillando - ¿no me vas a felicitar? Claro si a Cedric no le importa.

- Claro que no - conteste, mientras Rach corría hacia él.

- Me alegra tanto - mientras saltaba de alegría colgada a su cuello - aunque te lo dije, te dije que todo saldría bien.

Él sonrió y beso la frente de Rach y después de que yo le tomara el brazo se separaron, sabía que saldría bien librado de ese asunto de los dementores.

[

















]

- Este va a hacer un año horrible - comento Fred subiendo al tren.

- Pero estaremos juntos - me susurro Rach tomando mi mano, a lo lejos vi como el enorme perro que nos había acompañado enseñaba los colmillos.

- Por siempre - conteste en el mismo tono y trate de no ver al enorme perro, pero cuando vi su sonrisa todo miedo se fue.

- Odio tanta miel - repuso George con cara de asco y empujándonos para pasar antes.

Rach sonrió y yo también lo hice, ella entro primero al tren, mientras yo subía su baúl y el mío, camino delante de mi buscando un compartimiento con un poco de privacidad, al final del tren encontramos lo que requeríamos, subí ambos baúles y después me senté a su lado escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello.

- Me encanta como hueles - le susurre, su olor era una mezcla de fresa y sandía, suponía debía ser el perfume que usaba, rodee su cintura con mis brazos.

- Esas manos - dijo Fred, si no quería matarlo era mejor que me quedara como estaba, ya que solo su olor era el único capaz de hacer que me tranquilizara.

- ¿Conoces el término privacidad? - pregunte, mientras el cabello de Rach ocultaba mi rostro.

- No hay más lugar en el tren - contesto Harry y pude ver que se sentaba frente a nosotros y Ginny hacia lo mismo.

- No les molesta ¿cierto? - pregunto Ginny observando como una chica rubia y de ojos azules y saltones entraba seguida de un chico de cara redonda y cabellos y ojos negros.

- Por supuesto que no - contesto Rach y supuse que sonreía - Hola Luna, Neville ¿Qué tal las vacaciones?

- No han estado mal - contesto la chica rubia que supuse era Luna y se sentó junto a Ginny.

 

- Nada del otro mundo - contesto el chico de cara redonda y sentó junto a la rubia, dejándonos solos a nosotros en el otro asiento.

- Cedric parece que apestas - susurro Fred, cuando deje de aspirar el aroma de Rach y levante mi mirada para matarlo salió corriendo.

- No le hagas caso - me susurro Rach besando el lóbulo de mi oreja - mira mejor te presento - no podía negarle nada a aquella sonrisa - ella es Luna Luvegood de Revanclaw y él es Neville Logbottomm de Gryffindor.

- Hola - salude con una débil sonrisa.

- Luna, Neville, él es Cedric Digorry de Hufflepuff - los dos chicos sonrieron.

- Harry debió ganar la copa - comento Luna de manera soñadora.

- Cedric también lo hizo bien - repuso Harry un tanto avergonzado.

- Además la copa fue de los dos, se considero un empate - argumento Rach, tratando de no reír por el comentario.

- Pues Harry tenía todo mi apoyo - contesto la rubia sin importar que yo estuviera frente a ella.

- Así es ella - me susurro, mientras sonreía - no lo tomes a mal.

- No lo hago - conteste sonriendo por lo que decía la chica - es bueno saber que apoyaban a Harry.

- Y te creo también sobre lo del-que-no-debe-ser-nombrado - dijo observando a Harry fijamente con sus enormes ojos azules.

- Yo también Harry - comento el chico de cara redonda.

- Todos los de este compartimiento creemos en él - repuso Ginny cambiando de lugar al lado de mí, ya que en el otro si iban un tanto apretados.

Después de un rato de estar hablando sobre cosas sin importancia, sus labios cada vez me eran más necesarios, pero no podía besarla así nada más frente a dos personas completamente desconocidas para mí, ya que Harry y Ginny nos habían visto besarnos muchas veces.

- Si logras dejarme solo con Rach durante cinco minutos o más, te daré lo que quieras - le susurre a Ginny, mientras mi novia hablaba muy animadamente con Luna.

- Si lo que quieres es besarla hazlo - me espetó serenamente - créeme que ninguno de los que estamos aquí nos vamos a espantar.

- Eres una mala amiga - le reproche.

- Cedric - suspiro - pero me deberás una muy grande.

- Eres la mejor - mientras sonreía a manera de triunfo.

- Tengo Hambre - repuso la pelirroja llamando la atención del resto - ¿creen que podrían acompañarme por un poco de comida?

- Hola - sentí como Rach se tensaba ante aquella voz - ¿Cedric podemos hablar?

- Claro - conteste soltando la cintura de Rach - no tardo - le susurre dándole un casto beso en los labios.

POV Ginny

La mirada de Cho se ensombreció un poco al ver aquella escena, pero la de Rach se mostró tristeza y tratando de aparentar que nada pasaba sonrió de manera falsa, sabía que Cedric amaba a Rach, lo descubrí el día que el-que-no-debe-ser-nombrado había regresado, ya que desde ese día no hubo día que no estuviera en San Mungo esperando a que ella despertara.

- ¿Aun tienes hambre? - pregunto Rach aun con su sonrisa falsa.

- Si - conteste, se levanto y ambas salimos, cuando estuvimos solas - él te ama, así que ni tienes porque preocuparte.

Ella solo sonrió débilmente, pero cuando estábamos a punto de llegar a la señora del carrito, lo que menos pensé ver, Cedric y Cho se estaban besando, aunque mi parecer era ella quien lo besaba, cuando giré a ver a Rach ya no estaba, antes de correr hacia Rach escuche un "Yo no Te Amo, amo a Rach" pero tal vez todo era parte de que al igual que Rach deseaba que eso fuera cierto.

 

Cuando llegue al compartimiento Harry la abrazaba sin entender muy bien porque las lágrimas de Rach, tanto Luna como Nevielle veían la escena sin preguntar nada, pero los dos se habían sentado en el otro asiento dejando a los dos en el otro, me senté al otro lado de mi amiga.

- Todo debe tener una explicación - le susurre, mientras ella se abrazaba con más fuerza a Harry.

- ¿Qué paso? - pregunto Harry, mientras le acariciaba el cabello.

- Ahora no - se escucho que pedía, suspire y le di pequeñas palmadas en la espalda tratando de que así su dolor fuera menos.

- Rach - susurro Cedric hincándose al lado de nosotros - ¿Qué pasa bonita?

- Lárgate - fue lo único que recibió de los labios de Rach - no te quiero ver lárgate.

- ¿Qué pasa? - pregunto de nuevo Cedric.

- Quiero que te vayas y me dejes en paz - contesto Rach que aun seguía con su rostro escondido en el pecho de Harry.

- Es mejor que te vayas - le dije secamente - cuando este más tranquila hablas con ella.

Harry de manera instintiva abrazo con más fuerza a Rach, mientras le mandaba una mirada asesina a Cedric, el cual soltó un largo suspiró y después de susurrar "Te Amo" salió del compartimiento, el viaje fue más largo de lo que esperaba.

bueno aki es el uktimo cap diario u.u ya ke de nuevo estoy en la uni y ahora solo seran dos el fin de semana o uno, todo depende de ke tanta inspiracion tenga n.n

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Harry

Además de soportar al sapo de Umbridge tenía que soportar la tristeza de Rach, la cual desde que habíamos llegado al colegio apenas si comía, estaba más pálida de lo normal y ojerosa, de hecho parecía más delgada, Cedric trato de hablar con ella, pero simplemente no deseaba escucharlo.

Cuando llegue al Gran Comedor junto con Ron, allí estaba sentada en el centro jugando de nuevo con la comida, me senté a su lado y la abrace por los hombros, ella me sonrió débilmente tratando de darme a entender que estaba bien, pero eso era mentira.

- Dale la oportunidad de que te explique que fue lo que paso - susurre besando su mejilla.

- No - contesto levantándose y dirigiendo una mirada asesina a la mesa de Revanclaw.

- Esto de haber terminado con Cedric la tiene peor que a Hermione - comento Ron en un susurro cuando Rach ya había salido del Gran Comedor.

Solté un suspiro ya que este sería un mes muy largo, de un lado Umbridge y por el otro el carácter de Rach, apenas si probé el desayuno, después de que vi el reloj decidí que era mejor ir a clase que para mi desgracia era del sapo.

Ron camino junto conmigo al aula de Defensa cuando llegamos Rach ya estaba sentada, mire a mi amigo y con una seña le dije que me sentaría con ella, el asintió y tomó un lugar frente a nosotros, ella al ver que me sentaba a su lado sonrió.

Los demás alumnos comenzaron a llegar, cuando llego el sapo solté un leve bufido que hizo que Rach volviera a sonreír, eso hizo que yo hiciera lo mismo, después de anotar los objetivos de la clase, hizo que sacáramos el libro y leyéramos el primer capítulo, Hermione levanto la mano, pero pareció ignorarla, tanto Rach como yo veíamos cual sería la reacción del sapo.

 

- No creo que le haga caso - susurro Rach y ante aquello palmeo el hombro de Hermione que estaba a su lado, giró su vista hacia la gris - ¿Qué quieres preguntar?

- ¿Ya leíste los objetivos? - Rach levanto la mirada y ante aquello.

- Disculpe y ¿la práctica de los hechizos? - pregunto sin levantar la mano.

- No tiene la mano levantada - fue lo único que contesto y se fijo en Hermione - su nombre.

- Hermione Granger - contesto mi amiga.

- Todo está dicho en los objetivos señorita Granger - repuso con una sonrisa infantil.

- Pues no me parece - me sorprendió la forma en que se lo dijo - ahí no habla nada sobre la práctica de hechizos defensivos.

Se formó un silencio, mientras Rach sonreía de manera altiva y muchos alumnos giraron a ver la pizarra con el entrecejo fruncido.

- ¿La práctica de hechizos defensivos? - repitió Umbridge con una risita - verá señorita Granger, no me imagino que mi aula pueda surgir ninguna situación que requiera la práctica de un hechizo defensivo por parte de los alumnos. Supongo que no espera ser atacada durante la clase ¿verdad?

- ¿Entonces no vamos a usar la magia? - exclamó Ron en voz alta.

- Por favor, levante la mano si quiere hacer algún comentario en mi clase, señor

- Weasley - dijo Ron y levantó la mano.

Se dio la vuelta con una sonrisa en los labios ante aquello, Hermione, Rach y yo levantamos las manos. Giró un momento y me observó y luego a Rach.

- ¿Sí, señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?

- Si - contesto - es evidente que el único propósito de la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras es practicar los hechizos defensivos ¿no es así?

- ¿Acaso es usted una experta docente preparada en el Ministerio, señorita Granger? - pregunto Umbridge con aquella voz falsamente infantil.

- No pero

- Pues entonces me temo que no está calificada para decidir cuál es el "único propósito" de la asignatura que imparto. Magos mucho mayores y más inteligente que

- Usted y el ministro - repuso Rach viéndola de manera retante - eso nos queda claro, pero eso de que nos va a servir.

- La mano señorita Black - le espeto Umbridge sonriendo - y no creo que sea usted la indicada para saber quien es más inteligente cuando no tiene ni siquiera el intelecto de la señorita Granger - golpe bajo y lo supe al ver la mirada de Rach.

- Bueno ya que usted es mucho más lista que yo - su voz apenas fue audible, ya que apretaba los dientes - quisiera explicarme de que nos va a servir aprenderlos de manera teórica.

- Estoy de acuerdo de que nos servirá - inquirí en voz alta - si nos atacan no será de forma

- La mano señor Potter - repuso volviendo a darnos la espalda en cuanto la levantamos.

- Pero en los TIMOS tendremos que hacer prácticos los hechizos - repuso Parvati.

- Si entienden bien la teoría no tienen de que

- ¿Y eso de que nos servirá en la vida real? - volví a preguntar, mientras Rach trataba de no gritarle - ¿Qué pasara si tenemos a Voldemort frente a nosotros?

- Fácil - contesto Rach que sonreía - le aventaremos un libro ya que eso fue lo único que aprendimos en Defensa.

Sonreí y lo mismo hizo Ron y la mayoría de la clase, mientras Umbridge nos mandaba una mirada asesina.

 

- Diez puntos menos a Gryffindor por cada uno - en ese momento se quedo callado el salón y Umbridge seguía viéndonos - le han dicho que cierto mago tenebroso resucito

- Nadie puede resucitar - le espeto Rach, a lo que Umbridge dirigió su mirada a ella, pensando en que por fin le iba a dar la razón - y Voldemort como no estaba muerto solo regreso.

- ¿Quiere que su casa pierda más puntos? - se quedo callada, mientras yo trataba de no comenzar a gritar - bueno como iba diciendo les han dicho que cierto mago ha vuelto a estar suelto pues es mentira.

- No es mentira - replico Rach y yo al unísono.

- Pelee contra él yo lo vi.

- Suficiente - contesto de manera cortante - señor Potter y señorita Black están castigados y ahora fuera de mi clase.

Rach tomo su mochila y yo hice lo mismo no antes de mandarle una mirada asesina.

- Mañana a las cinco en mi despacho - nos dijo antes de cerrar la puerta.

[




















]

Después de comer me levante junto con Rach y caminamos hacia nuestro castigo, esto iba a ser una tortura muy larga y dura, antes de abrir la puerta de la que sabíamos iba a ser nuestra condena tomamos todo el aire que nuestros pulmones fueron capaces de retener. Abrí la puerta lo más lentamente de lo que fui capaz.

- Buenas Tardes jóvenes - nos saludo cuando ambos estuvimos dentro.

Ninguno de los dos contesto, aquel lugar me daba cierto escalofrío ya que todo era rosa y lleno de pequeños gatos, iba a ser un castigo bastante largo.

- Siéntense - ambos nos íbamos a sentar en una pequeña mesa que tenía dos sillas - Señor Potter usted en la otra mesa - que estaba en la otra esquina, después de ver a Rach caminé hacia la otra mesa, cuando ambos estuvimos sentados giramos a verla - su castigo es copiar un poco - ambos nos inclinamos a nuestras mochilas - pero no con sus plumas, copiarán con unas plumas especiales que tengo yo - nos entrego a cada uno, una larga, delgada y negra pluma con la plumilla extraordinariamente afilada - Quiero que escriban <>

- ¿Cuántas veces? - pregunte, mientras veía como Rach observaba la pluma detalladamente.

- Ah, no sé, las veces que hagan falta para que se les quede grabado el mensaje - contestó con una falsa ternura que hizo que Rach arrugara el entrecejo - ya pueden empezar.

- Pero no nos ha dado tinta - repuse al ver como Rach ya se había girado para comenzar con el trabajo.

- Sí, es que no la necesitan - contestó, pero pude percibir una pequeña risita.

Me dispuse a escribir y cuando lo hice, sentí como algo cortaba el dorso de mi mano y en el papel se escribían las letras con tinta roja y pude ver como también se habían escrito en mi piel, pero al instante cicatrizo y se dejo de ver, giré a verla y ella me observaba con una estirada sonrisa.

- ¿Pasa algo? - pregunto.

- Nada - conteste observando por algunos segundos a Rach, la cual no había girado y no había soltado ni un pequeño gritó.

Seguí escribiendo y pude ver por la ventana que ya había obscurecido, pero no iba a preguntar, sabía que me observaba más a mí que a Rach, y no pensaba demostrarle debilidad, aunque tuviera que pasar toda la noche cortándome la mano con esa maldita plumilla.

 

- Vengan aquí - nos ordeno ante lo que a mí me parecieron horas.

Me levante y vi como Rach caminaba hacia ella, me dolía la mano y a pesar de que había cicatrizado tenía la piel muy tierna y suponía que a ella también aunque parecía sumamente aburrida.

- La mano - pidió y Rach se la tendió y yo hice lo mismo.

En ese momento pude ver que la mano de Rach estaba aun más roja que la mía y sin ningún miramiento se la apretó no hizo nada ni un gemido o una mueca nada y luego hizo lo mismo conmigo, a pesar de dolerme no hice ninguna mueca.

- Veo que no he logrado ninguna impresión en ustedes - repuso con su horrible sonrisa infantil - bueno tendremos que intentarlo mañana - Rach le sonrió de manera inocente - ¿me quiere pedir algo señorita Black?

- Nada - contesto aun con su sonrisa inocente - solo quería decirle que es un método con el cual el ministro estaría encantado - ante aquello Umbridge sonrió - por lo horrible y enfermizo que es - ante aquellas palabras desee tanto que tuviera un poco más el carácter de Gabrielle y no el de Sirius.

- Señorita Black - susurro apretando la mano de Rach con rudeza - creo que necesitaremos que se quede un poco más y que cambiamos con un <>

- Como usted lo crea conveniente - repuso Rach tratando de ser amable.

- Si lo creo conveniente - contesto dirigiendo su vista a mí - señor Potter puede retirarse, la señorita Black se quedara un poco más.

- ¿Me puedo llevar la mochila de Rach? - pregunte mientras tomaba la mía.

- Sí - contesto Umbridge dándole otra pluma que era mucha más larga que la otra y la plumilla aun más afilada si eso era posible - Buenas Noches señor Potter.

- Buenas Noches profesora - conteste saliendo del despacho.

No podía dejarla sola, agradecí haber metido mi capa dentro de la mochila, ya que así podría esperarla sin que nadie me viera me senté aun lado de la puerta donde escuchaba todo lo que decían.

- Se cree más lista que el ministro - su asquerosa voz ya no trataba de ser amable - señorita Black siempre hubo algo que nunca me gusto y es que personas como usted que tienen padres asesinos tengan educación, cuando no se la dieron en casa.

- ¿Y a usted sí? - tenía que pedirle a Hermione que la enseñara a quedarse callada - porque una persona que
- escuche un golpe.

- Imbécil - algo que hizo hirviera mi sangre - no me vas a hablar como si fuéramos iguales.

Escuche que Rach trato de decir algo, pero de nuevo otro golpe, trate de respirar y no entrar y matarla, varias maldiciones, cerré los ojos si entraba solo nos iría mal a los dos, además se suponía que yo ya me había ido, además de que algo no me dejaba moverme de mi lugar. Después de lo que a mí me parecieron horas, por fin Rach abrió la puerta del despacho, por fin pude moverme después de todo el tiempo que estuve allí, con la pequeña luz del despacho vi que en su labio inferior y en su barbilla había rastros de sangre.

- Recuerde mañana con Potter - susurro, a lo que ella solo asintió levemente.

La vi alejarse y después yo hice lo mismo, ese era el peor lugar para todos, llegué a su lado.

 

- Esto queda entre nosotros - susurro, antes de que yo pudiera decir algo.

- Rach ¿Qué demonios te hizo? - pregunte quitándome la capa y tomando su brazo para que no siguiera caminando, soltó un leve gemido - lo siento.

- No es tu culpa - contesto con una media sonrisa - te parece si vamos a la sala común, que solo nos quedaran como tres horas para dormir.

No conteste nada, solo seguimos el camino hacia la sala común, cuando llegamos frente al cuadro de la Señora Gorda dormía plácidamente.

- Sorbete de limón - dije en voz baja.

- ¿Jóvenes que hora es está de llegar? - pregunto de manera enojada.

- Estábamos cumpliendo un castigo - contesto Rach simplemente.

- ¿Qué clase de profesor los tendría hasta est

- No es que sea grosera - la interrumpió Rach con inocencia - pero muero de sueño, así que por favor déjenos entrar.

La Señora Gorda sonrió de manera maternal nos dejo pasar, era increíble como todo mundo la quería excepto el sapo, entre detrás de ella, aun había algunas antorchas que brillaban, casi me da un ataque cuando vi su rostro tenía hinchado el labio, el pómulo izquierdo también estaba inflamado y supuse que en la mañana lo tendría de un color morado y del lado derecho tenía un corte que parecía profundo.

- ¡Dios! - fue lo único que pude decir al ver su rostro - te juro que la mato mañana que la vea la mato.

- Harry - llamo en un susurro - este es mi problema, es por eso que no quiero que te metas.

- No has visto como tienes el rostro - le espete, era increíble que creyera que no me iba a meter, de hecho en cuanto Ron, Ginny y Hermione le vieran el rostro iban a querer quemar al sapo - no me pidas que no me meta.

- Tengo miedo - susurro abrazándome - es la primera vez que tengo tanto miedo y no puedo permitir que te pase algo a ti o cualquiera de los que están cerca de mí.

- No entiendo - repuse mientras respondía su abrazo - ¿Qué te da miedo?

- A perderte o perder a cualquiera de las personas que quiero - dijo con un hilo de voz tenía ganas de llorar lo sabía - Harry jamás me dejes.

- No lo haré - conteste en voz baja y besando su cabello.

Era como una pequeña tan frágil que sabía que a pesar de hacerse la fuerte necesitaba proteger y eso era lo que iba a hacer, así tuviera que pelear con todo el mundo nadie la iba a lastimar, o a tocar no de nuevo.

Hare una aclaración Cedric es dos años mas grande ke Rach al igual ke su hermano y los gemelos, así ke este es su ultimo año en Hogwarts, espero ke se haya notado ke Rach va con Harry y Luna y Ginny van un año abajo n.n

bueno subire un capitulo hoy, mañana y el domingo, es ke estoy de buenas xq me fue super en el examen de anfi.

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

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POV Cedric

¿Cómo darle una explicación si no quería escucharla? Esto me estaba matando la necesitaba y ella simplemente no deseaba verme ni siquiera saber de mí. Y tampoco me gusta en la forma en que Harry y Rach comenzaban a acercarse me daba un poco de miedo que al final terminara enamorándose de él.

- Hola Cedric - me saludo Ginny con una leve sonrisa, mientras Rach camina un poco más rápido cubriéndose el rostro - ¿podemos hablar?

 

- Claro - conteste, mientras veía como Rach era alcanzada por Harry y Hermione.

- Sabes que el cumpleaños de Rach es el próximo mes - repuso serenamente.

- Sí, 31 de Octubre - comente de manera automática.

- Exacto - su sonrisa se ensancho - es por eso que haremos una fiesta y ustedes separados nada más no funcionan, he pensado que en esa fiesta sería perfecto que ustedes hablaran.

- ¿Crees que quiera escucharme? - pregunte un poco nervioso.

- Es por eso que será de disfraces y deberás usar un antifaz para que baile contigo - después de decir esto se fue.

Esperaba que esto funcionará, sino iba a morir solo y sin ella, solté un leve suspiro, antes de caminar a mi clase, esperaba de verdad que ella me siguiera amando como solo deseaba que me amara la tercera parte de lo que yo la amaba.

POV Harry

Rach parecía un poco más tranquila al menos ya no hablaba de más cuando estábamos con Umbridge eso debía ser una bendición, ya que ahora solamente yo estaba castigado, aunque aun me esperaba después de mis castigos y me ayudaba con la mano gracias a la ayuda de Hermione, claro que mi castaña amiga no sabía para que usábamos el murtlap.

Hermione y Rach hablaban en un susurros, algo que no me gusto, las observe por un rato y hasta que la ojigris sintió la mirada dejaron de hablar y giro a verme con una débil sonrisa.

- Creo que es mejor que lo sepa - dijo en voz baja y Hermione asintió, pero ninguna dijo nada - es tu plan, así que tú díselo.

- Ahora si es mi plan - le espeto, mientras giraba a verme con una leve sonrisa - Harry, Rach, Ron y yo hemos estado pensando que debemos aprender hacer los hechizos nosotros.

- ¿Y? - eso no me sonaba mal, no entendía porque no me lo quiso decir Rach.

- Bueno para eso necesitamos un profesor - repuso Ron un tanto nervioso - uno muy bueno.

- Remus no puede - conteste pasivamente.

- No pensábamos en Remus - comento Hermione que soltó una risita nerviosa - pensábamos en alguien que está un poco más cerca.

- Porque le dan tantas vueltas - replico un tanto fastidiada Rach y sonrió con inocencia, mientras me observaba - queremos que ese profesor seas tú.

- ¿Qué?

- Si - repuso Hermione sonriendo - eres perfecto para enseñarnos a hacer los hechizos y todo eso.

- Pero

- Pero nada Harry - me interrumpió Rach - esto no es por ti, es para que nosotros estemos preparados para enfrentar a Voldemort.

- Muy bien - conteste con desgana - pero solo son ustedes - al ver la sonrisa de culpabilidad de Hermione y Ron - ¿cierto?

- Bueno no me pareció justo que solo nosotros lo supiéramos, así que les dije a unos cuantos - susurro Hermione que apenas si fue audible su voz.

Decidí no decir nada, ya que Rach soltó una débil risita, hacia al menos un mes que no la escuchaba reír, y esto era un pago perfecto por aceptar ser profesor solo por eso lo haría solo si volvía a escuchar su risa y que esa sonrisa que tenía ahora no se borrara. Además de que necesitaba hacer algo en contra de la Suma Inquisidora.

[













]

Mañana era el cumpleaños de Rach, y hoy iríamos a Hogsmade en donde podría comprar su regalo, aunque primero teníamos que ir a una reunión que Hermione me había dicho era en donde todos los interesado por las clases de Defensa irían.

 

Cuando llegue al Gran Comedor, Rach, Hermione y Ginny desayunaban hablando realmente animadas, bueno solo dos de ellas, ya que la ojigris seguía con la mirada ausente y ya casi no sonreía esto me dolía más de lo que podía imaginar.

Giré mi vista hacia la mesa de Hufflepuff donde Cedric tenía la misma expresión, solo que él no despegaba la mirada de Rach, aunque ella parecía no notarlo, por el bien de ambos esperaba que el plan de Ginny funcionara y esos dos terminaran de nuevo juntos, ya que cada uno por su lado no funcionaban de la misma manera, de hecho parecían zombis.

Como siempre que nos sentamos a desayunar, Rach solo jugaba con la comida y sonreía claro que lo hacía, pero apenas si eran notables, no estaba esa sonrisa que siempre iluminaba todo el Gran Comedor, pero al menos eran sinceras eso me alegraba un poco.

Después de que terminamos de desayunar, Ginny se levanto antes que todos y camino hacia los jardines, Ron y yo no entendimos nada, pero Rach y Hermione sonrieron, pero no contestaron a nuestra pregunta, pero los dos decidimos no seguir preguntando. Cuando estábamos a punto de llegar a Hogsmade, nos paso Malfoy y sus estúpidos amigos, pero lo que no me agrado mucho fue que se le quedo viendo a mi casi hermana, esperaba por su bien que pusiera sus ojos en otra persona o terminaría muerto.

- ¿A dónde vamos? - pregunto Ron - ¿A las tres escobas? - eso fue lo que me hizo salir de mis pensamientos de cómo matar a Draco si se acercaba a Rach.

- No, no - contesto Hermione - no, siempre está muy abarrotado y hay mucho ruido. He quedado con los otros en Cabeza de Puerco, es otro pub, ya lo conocen, el que no está en la calle principal. Me parece que no es
muy recomendable, pero los alumnos de Hogwarts no suelen ir allí, así que no creo que nos oiga nadie.

Rach ni siquiera escucho, ya que cerca de nosotros estaba Malfoy, el cual seguía viéndola con demasiado interés para mi gusto, pero mi ojigris amiga no veía a la estúpida serpiente, no ella veía que en el escaparate frente a nosotros había una hermosa lechuza de color negro y las alas blancas, era realmente hermosa. Sin hacer caso a las palabras de Hermione se acerco al escaparate.

- ¿Te gusta? - le pregunto Malfoy con indiferencia.

- Es hermosa - contesto con una leve sonrisa - pero jamás hemos hablado - mientras giraba a verlo - eres Dra

- Draco Malfoy - la interrumpió, mientras extendía su mano y tomaba la de ella - y tú debes ser Rachel Black.

- Si - contesto aun sonriendo y un tanto confundida por el acto de la asquerosa serpiente que dejo un beso en el dorso de su mano - es un placer conocerte.

- El placer es mío - le susurro aun con su mano entre las suyas.

- Es mejor que me vaya - su voz fue suave al igual que la forma en soltarse del agarre de Malfoy - pero espero que después podamos hablar.

Malfoy se quedo un tanto atontado, mientras Rach corría hacia nosotros, antes de seguir mi camino le mande una mirada asesina, era mejor que se mantuviera lo más alejado posible de ella, porque si no iba a terminar en la enfermería con varios huesos rotos.

No sé cuanto tiempo estuve pensando en la forma de hacer sufrir a Draco si se acercaba de nuevo a mi morena amiga, pero cuando sentí la mano de Rach sobre la mía y la vi con su mirada un tanto preocupada.

 

- ¿Ocurre algo? - pregunto y fue en ese momento que me di cuenta que ya estábamos en el pub, un lugar bastante descuidado y al cual no vendría al menos no de nuevo.

- Nada - conteste sonriendo levemente.

Me puso una mano en la frente asegurándose que no tuviera fiebre, desde que había terminado con Ced se había vuelto un tanto aprensiva conmigo, quería verme siempre en perfecto estado y más con lo de Umbridge, después como si fuera un niño pequeño dejo un beso en mi frente y sonrió de forma angelical.

- Hola - saludó Cedric con un tono un tanto ronco.

Rach ni siquiera giro a verlo, pero su sonrisa se esfumo al escuchar su voz, hacían tan bonita pareja que no entendía porque habían terminado, pero al pensar aquello por la puerta entro Cho y una chica de cabello castaño y rizado que era la primera vez que veía, sentí la tensión entre los tres, mientras Rach le mandaba una mirada asesina a Hermione y ella levanto los hombros dando como respuesta que ella no la había invitado.

- Te he dicho que a pesar de ser amigas aun te odio - le susurro Rach, mientras trataba de controlar su rostro y sonreír.

- No fue mi culpa que estuviera escuchando cuando se lo decía a Hannah y a Nevielle - se notaba que de verdad lo sentía - además si ellos estuvieran juntos, habrían llegado tomados de las manos y al mismo tiempo.

Rach soltó un leve bufido y se sentó a mi lado sin observar a nadie, de hecho se recargo en mi hombro.

- Te leeré la mano mientras llega el resto - repuso tomando mi mano.

- Eso es mentira - replico Hermione secamente.

- Ya sé que es mentira, pero estoy aburrida - contesto trazando una línea con su dedo índice - está es la línea de la vida, la cual dice que vivirás muchos años y morirás en un momento en el que ya no tendrás preocupaciones y serás completamente feliz - levanto la mirada hacía mí y sonrió - te casaras entre los 22-26 años con una mujer de
- giro a verme con una sonrisa aun más grande - si esto es enserio estaré feliz - Cedric se apretó el arco de la nariz - pero mejor no te lo diré y si se hace realidad el día de tu boda te lo diré, pero sigamos con tu futuro - en ese momento que vi sus ojos grises entendí el porqué el enojo de Cedric, pero también entendí que ella y yo siempre seríamos hermanos.

Siguió diciéndome no se que tantas cosas, hasta que por fin Hermione se incorporo y pude ver que eran 30 personas y sin contar nosotros, miré a Rach que al igual que yo parecía sorprendida. Pero ni Ron ni Hermione lo parecían.

Después de una larga explicación, todos estuvieron de acuerdo en que yo estuviera como profesor, aunque algunos estaban de mala gana, pero todos habían aceptado.

- Muy bien, ahora que todos han aceptado, necesito que firmen esto - repuso Hermione pasando el pergamino, pero todos se observaron sin querer firmar.

- ¿Cómo sabemos que esto no es una trampa? - pregunto un chico al cual reconocí como Zacharias Smith - ¿y que entregaran este pergamino a Umbridge?

- Dame - le espeto Cedric, tomo la pluma, pero antes de que firmara, Rach se la quito de las manos.

- Esto es fácil - replico Rach tranquilamente - como Hermione dijo, nadie les va a obligar a estar aquí, y si crees que esto es una trampa, podemos firmar los cuatro antes que ustedes si eso te tranquiliza.

 

- Ya confió - susurro, contra Rach no te podías negar.

- ¿Me permites? - le pidió Cedric y Rach sin decir nada sin ni siquiera mirarlo le entrego la hoja, en seguida se anotó George y Fred, después Ginny y Luna, pasaron la hoja por el resto de alumnos y al final firmaron Ron, Hermione, Rach y yo, para que todos quedaran tranquilos.

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Otra vez las mañanitas, en esos momentos no estaba de humor para que me despertaran con las mañanitas, pero decidí tratar de aparentar que todo estaba bien, ya que tanto Hermione como Ginny y Samy lo hacían con todo su cariño.

- Gracias chicas - susurre tallándome los ojos.

Las tres me dieron sus regalos, Samy como siempre una bufanda que todos los años era de colores diferentes, Ginny un chivatoscopio y muchos chocolates los cuales eran mi perdición y Hermione un libro de Hechizos defensivos, después de agradecerles me levante y entre al baño a ducharme, cuando salí ya no estaba ninguna de mis compañeras, supuse que todas habrían bajado a desayunar, camine hacía mi cama y lo primero que vi fue la hermosa lechuza de la cual me había enamorado el día anterior y arriba había una pequeña tarjeta.

"Feliz Cumpleaños, espero que sea de tu agrado, porque es con todo mi cariño, por cierto es hembra y su nombre es Mozzi"

Pero no decía de quien era, me acerque a la hermosa lechuza.

- ¿Me dirás quien te envió? - pregunte acariciando su hermoso plumaje - supongo que eres de Harry o del idiota de mi hermano - ella giró a verme, como tratando de negar aquello - bueno Mozzi es un placer conocerte.

Después de vestirme y dejar a Mozzi sobre la mesita de noche baje corriendo y al primero que vi fue a Harry y antes de que él pudiera verme me abalance sobre él.

- Gracias - le dije, mientras el giraba para abrazarme.

- Pero aun no te doy tu regalo - repuso sonriendo y besando mi cabello.

- ¿La lechuza no fue tu regalo?

- No - contesto con el entrecejo ligeramente arrugado - pero tu regalo será hasta después de la comida.

- Como digas - conteste siendo llevada por mi casi hermano para desayunar.

Después de recibir la mayoría de mis regalos en los jardines, Luna me había dado un collar de corchos, los gemelos algunos artículos de broma que ellos mismos habían hecho, Nevielle una planta un tanto extraña y me dio un poco de miedo sus picos, pero él parecía sumamente feliz por su regalo así que sonreí agradeciéndole el detalle, mis padres me habían enviado nueva ropa, Remus y Vane una hermosa pulsera y mi hermano una estrella de cojín. Lo que me tenía un tanto frustrada era el saber quien me había dado a Mozzi.

Pero mi mente no llego a pensar en más, porque todos los chicos de pronto les comenzó a entrar la preocupación por el tiempo, Harry y Ron dijeron que era tiempo de que viera mi regalo. Sin entender a que se referían me guiaron a la sala común de Gryffindor y luego hacia las habitaciones de los chicos, en la cama de Harry había una caja bastante grande y de color blanca con un listón azul cielo.

- Es de los dos - repuso Harry - pero entre Hermione y Ginny lo eligieron.

 

Sin decir nada camine hacia la cama y abrí la caja, había un hermoso vestido pero demasiado antiguo, era dorado y con muchos encajes, no pensaban que yo me iba a poner esto, a un lado de la caja estaba un estuche con una pequeña tiara y un antifaz del mismo color que el vestido (lo sé soy muy mala para esto de las descripciones de vestidos u.u) giré a verlos sin entender para que era el vestido.

- Te servirá para esta noche - comento Harry tranquilamente, mientras Ron asentía - te lo prometo.

Esto era realmente extraño pero les agradecí a ambos, vi que eran las 4:00p.m pero antes de preguntar el porqué todos estaban tan estresados por el tiempo, Ginny entro a la habitación junto con Samy y sin darme tiempo a nada me sacaron de la habitación.

Hicieron que me volviera a duchar, en cuanto salí, Samantha me obligo a ponerme el vestido, el cual como suponía era bastante ampón y me hacia sentir un tanto incomoda, pero sin aceptar mis quejas, me sentaron en una silla que tenían lista, después de cómo una hora por fin me dejaron en paz.

- Luces hermosa - susurro Ginny mostrándome un enorme espejo, el vestido hacía que se notara mas mi cintura y mis senos tenía una abertura en uve que dejaba ver un tanto mis encantos, con el cual también hacía lucir el collar que papá me había dado hacía dos años, la mitad de mi cabello estaba en media coleta y el resto caía en perfectos rizos.

De nuevo no me dejaron preguntar nada, ya que ellas corrieron de un lado a otro buscando no se que cosas, después de lo que a mi me parecieron años dejaron de moverse y se fijaron de su reflejo en un enorme espejo que Hermione hizo aparecer, Ginny llevaba un vestido totalmente pegado de color negro y su cabello pelirrojo totalmente lacio, Samy llevaba un traje de mariposa, realmente lucía muy bien, y Hermione supuse que era un hada por el vestido verde que terminaba en picos y sus alas.

- Las tres lucen muy bien, pero ¿para que disfrazarnos? - pregunte un tanto desconcertada.

- Porque debemos cumplir una apuesta - contesto Ginny demasiado segura de sí misma y las otras dos chicas asintieron.

- ¿Qué apuesta?

- Una con Harry y Ron - contesto Samantha realmente tranquila - y tú estas dentro, porque no creo que quisieras dejar a tus amigas solas.

Pero antes de que pudiera contestar, Hermione me tomo del brazo y me saco de la habitación, cuando llegamos a la sala común, estaba un hombre como de 1.90 el cabello rubio cobrizo despeinado, llevaba un pantalón negro y una camisa blanca, supuse que era un príncipe y el antifaz que combinaba con mi vestido y con mi propio antifaz, pero aun con el antifaz sabia de quien se trataba.

- ¿Crees que soy estúpida? - le espete a Hermione - ¿Qué por un antifaz no lo iba a reconocer?

- Rach solo déjalo hablar - me pidió - si después de lo que te diga, no quieres volver a verlo, te prometo que nadie dejara que se te vuelva a acercar.

Solté un ligero suspiro y camine hacia mi tortura, sus ojos verdes se clavaron en los míos, mi respiración ante tal acto se acelero, pero pude controlar el pequeño temblor de mis manos ¿Cómo iba a hablar con él si con solo verlo me volvía vulnerable?

- ¿Te parece si damos un paseo? - me pregunto sonriendo con esa sonrisa que solo era mía.

- Como quieras - conteste con la voz firme, le agradecí al cielo que se hubiera escuchado así.

 

Me ofreció su brazo, pero lo ignore y pase a su lado y escuche como soltaba un largo suspiro antes de salir detrás de mí, caminamos por un largo rato en silencio, mi mano ardía por querer tomar la suya, pero no iba a caer al menos no tan rápido.

- Rach - llamo en un susurro, me detuve y gire a verlo - si no es por Ginny, ni siquiera sabría qué he hecho mal.

- Ya se te quito la duda - conteste girando para seguir caminando, pero tomo mi brazo.

- Sí, acepto que tuve la culpa por haberla dejado besarme, pero me tomó por sorpresa, te vi salir del compartimiento y como idiota gire a verte, fue ese momento en el que ella aprovecho para besarme - mis lagrimas luchaban por salir - pero en cuanto sentí sus labios, la separe de mí y le dije que no la amaba, que te amaba a ti.

- Es mentira - susurre con mi mirada en el suelo - tú siempre la has amado a ell

- Desde que llegaste a mi vida, nunca ha habido otra chica que no seas tú, desde que te vi ese día en la biblioteca, con todos esos libros apilados, para que nadie se diera cuenta que no hacías los deberes, que en vez de eso veías el álbum de fotos de los ex-alumnos, cuando tu mirada se clavo en la mía, desde ese momento no hubo otra chica que no fuera la chica de los hermosos ojos, no sabía tu nombre lo reconozco, pero desde ese día en la segunda semana de clases te volviste mi universo - recordaba la primera vez que me había visto, pensé que solo yo lo recordaba - ni siquiera sabía de qué casa eras, pero desde ese día fui a la biblioteca, tal vez de nuevo podría verte.

<< Un día antes de ir a Hogsmade por primera vez te vi con tu amiga pelirroja, tu sonrisa parecía alumbrar todo Hogwarts, entonces por primera vez escuche tu nombre "Rachel" hasta tu nombre era perfecto. Eras de Gryffindor y no soportabas a la "sabelotodo Granger" como tú le llamabas. Te volviste mi pequeña obsesión, investigue un poco más sobre ti, tu madre era la profesora sustituto de DCAO, pero había un problema quién demonios era tu padre. Sabía que deseabas saberlo, fue por eso que comencé a investigar y después yo mismo decirte quien era tu padre, cuando vi esa fotografía en El Profeta, eras idéntica a ese hombre. No me costó mucho saber que tu padre era Sirius Black, pero como demonios decirte que tu padre era un asesino, decidí callar, para que nadie supiera que eras su hija y así evitarte dolor. Después antes del 14 de febrero estaba decidido a invitarte a Hogsmade, pero entonces descubrí que eras la hermana pequeña de uno de mis mejores amigos, en ese momento quise borrar el día en que tu mirada se cruzo con la mía - me quede callada - Rachel solo ese nombre existe en mi mente, cuando quiero que se alegre mi día solo tengo que pensar en tu sonrisa, así que si aun crees que podría amar a otra persona que no seas tú, entonces él que no

Mis brazos obligaron a que se inclinara y me tuve que parar de puntitas para poder besarlo, eso era todo lo que tenía que saber, me amaba y eso era lo que importaba, sus brazos rodearon mi cintura con propiedad, mientras nuestros labios se acoplaban tan perfectamente, que parecía que habíamos nacido el uno para el otro.

Como había podido estar un mes sin él, si claro el orgullo Black no podía ser pisoteado, pero eso ahora no me importaba, sus brazos se apretaron un poco más a mi cintura.

 

- Te Amo - me susurro, mientras besaba mi nariz - pensé que iba a morir sin ti.

- Promete que a pesar de no querer escucharte, me obligaras a hacerlo - le dije en voz baja - y no esperaras hasta que yo quiera escucharte.

- Lo prometo - contesto dejando un beso en mi frente.

POV Cedric

La bese y después de que termine de degustar sus hermosos y adictivos labios la tome de la mano y la guie hacia la sala de Menesteres, cuando llegamos estaba Harry que sonrió al vernos llegar tomados de las manos.

- Comenzaba a pensar que habían tenido problemas - susurro sonriendo y acercándose a Rach - pero ahora que estás aquí - Rach lo vio sin entender nada - debes cerrar los ojos.

- Solo hazlo - le susurre y ella giro a verme aun sin entender.

Pero antes de que dijera algo le cubrí los ojos con mis manos, protesto algo que no entendí, pero que me hizo sonreír, sin aceptar sus quejas caminamos hacia una puerta que estaba junto a un cuadro de trolls, todo se escuchaba en silencio, aunque el lugar parecía un gran salón con una gran pista de baile.

- ¿Ya puedes quitarme las manos? - pregunto al ver que no nos movíamos.

- Feliz Cumpleaños - le susurre besando su mejilla.

Quite mi mano de sus ojos y se quedo en silencio observando todo el salón, en pocos segundos se escucho un "FELIZ CUMPLEAÑOS" giro a verme y también a Harry.

- No sé que decir - dijo en voz baja, mientras todos se acercaban a abrazarla.

- Un gracias, sería perfecto - contesto Harry.

Solo sonrió y comenzó a recibir los abrazos de todos los de Gryffindor bueno desde tercer año, algunos de Ravenclaw y todos los de quinto hasta séptimo de Hufflepuff. La mayoría de mis amigos la aceptaban y la hacían reír con sus tonterías, tal vez se debía a que era hermana de Owen y era por eso que ellos la aceptaban dentro del círculo al igual que sus amigos me aceptaban a mí.

- Los TIMOS son bastante sencillos - repuso Thomas al cual consideraba mi mejor amigo, era unos cuatro centímetros debajo de mi estatura, cabello negro y quebrado y ojos azules - además de que según Ced y Owen eres muy inteligente.

- ¿Eso dijeron? - mi novia sonrió débilmente - bueno suelen exagerar un poco.

Vi que algo le susurraba, mientras ella solo se sonrojaba, esto era un poco más de lo que podía soportar, sabía que era mi mejor amigo, pero era algo que no podía controlar, solo con ella experimentaba esto.

- ¿Te la puedo robar? - pregunte tomando a mi novia por la cintura.

- Claro - contesto sonriendo, mientras mi novia le regresaba la sonrisa.

Después de alejarme de Thomas, me sonrió de esa forma tierna que me mataba, besé su frente más tranquilo y saque una pequeña caja que traía en el pantalón.

- Feliz Cumpleaños - le dije colocando una pequeña cadena de oro blanco alrededor de su hermoso cuello de una snitch - espero que te guste.

- Sabes que todo lo que viene de ti, es simplemente perfecto - contesto besando mi barbilla.

- Te Amo - le susurre dejando un casto beso en sus labios - ¿Me permite está pieza señorita?

Asintió levemente y tomo la mano que le ofrecía, puse mi mano derecha en su cintura y ella puso su mano en mi hombro, era simplemente perfecto su cuerpo se acoplaba al mío como si hubieran nacido para esto.

[



















]

 

POV Rach

Después de estar bailando, decidí que era mejor irme y escaparme de un Fred un tanto ebrio que cada vez que se acercaba solo me decía lo buena amiga que era y que Cedric era un desgraciado por tenerme como novia, mientras Harry, Ron y George trataban de callarlo, decidí escabullirme de la fiesta que era mía, pero que simplemente ya me había cansado.

- ¿Quieres que te acompañe? - me pregunto Ced alcanzándome en la puerta.

- Creo que es mejor que los ayude - conteste observando como trataban que Fred ya no tomara más, después gire a verlo - de verdad ellos te necesitan más, yo estaré bien.

- ¿Segura? - mientras me tomaba de la cintura.

- Completamente - repuse besando su barbilla - nos vemos mañana.

- Ok - rozo sus labios con los míos - Te Amo - y después de eso me beso.

Después de que termino de besarme me beso la frente y espero a que yo me perdiera en las escaleras, para que él volviera a entrar, camine en silencio, para que Filch y su asquerosa gata no me encontraran, estaba dando la vuelta para seguir subiendo, cuando sentí como una mano me jalaba.

- Tranquila - esa voz no la recordaba, pero a pesar de eso no me sentí en peligro - soy Draco Malfoy.

- No creo que sea muy buena hora para hablar - repuse pero aun así le sonreí.

- Tienes una hermosa sonrisa - me susurro, haciendo que mis mejillas ardieran - bueno toda tu lo eres.

- Tengo novio - dije con un hilo de voz - es mejor que me va

- No importa - su sonrisa de lado por un momento me dejo sin respiración - Diggory no es competencia contra mí.

- Malfoy tengo que ir a dor

- Solo dame la oportunidad de ser amigos - este chico estaba loco primero trataba de ligarme y ahora solo amigos.

- ¿Amigos? - repetí confundida.

- En cuanto comiences a tratarme sabrás que soy mejor que Diggory o Potter - y antes de que hiciera algo rozo sus fríos labios con los míos, me quede atontada - piénsalo y platícaselo a Mozzi ella te dará una buena respuesta.

Vi como se alejaba y yo seguía como idiota observando como se iba Draco Malfoy, cuando lo vi desaparecer me lleve el dedo índice y el pulgar y toque mis labios, ¿Qué era esto? Sentí un hueco en el estomago y una punzada en el corazón al pensar en Ced, esto no entraba en la palabra infidelidad ¿cierto?

espero ke les guste, kiero decirles ke mañana, el miércoles, viernes y domingo subire un capitulo, asi ke espero sus comentarios ^^

y espero ke les haya gustado el nombre de la lechuza, pero se me vino a la mente xq asi me dicen n.n

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Sirius

Sentí los rayos del sol sobre mi rostro y con cierta pereza me incorpore y observe a la hermosa mujer que dormía a mi lado, era simplemente perfecta, su cabello castaño estaba desordenado y algunos mechones caían sobre su rostro. Me levante sin hacer ruido y baje a la cocina, Krancher parecía triste y supe que la razón tenía nombre y era mi pequeña Rachel, aun no entendía porque sentía tanto cariño por ella.

 

Sin ni siquiera hablarme paso por mi lado para subir a la habitación de mi hija, solté un suspiro antes de servirme un poco de café y esperar a que el resto despertara.

Cuando me senté a la mesa vi una pequeña hoja con un dibujo que debía ser de un niño pequeño por lo mal que estaba, pero pude ver que era un perro.

- Lo hizo Rach cuando tenía tres años - susurro la voz de Gab a mi espalda y tomando el dibujo - pensé que lo había tirado después de que Owen se burlo de el.

- Pensé que seguías dormida - repuse observando cómo su mirada se enternecía al tener el dibujo en su mano.

- Ella siempre quiso que le comprara un perro - sin hacer caso a mi comentario, la tome de la cintura y la senté en mis piernas - pero desde que nací prometí no hacer nada, para que se pareciera a ti, pensé que el perro que siempre iba a tener a mi lado iba a ser mi hermoso Canuto - bese su mejilla y ella sonrió - ¿recuerdas cuando ella nació?

- Jamás lo voy a olvidar - conteste con una débil sonrisa.

Flash Back

La ceremonia, se le estaba haciendo eterna, su mente no estaba allí, claro que no lo estaba, en ese momento estaba en lo que estaría pasando con su esposa y su próximo hijo.

En cuanto termino la ceremonia, solo dijo adiós a sus amigos y desapareció para llegar a San Mungo, cuando llego solo los padres de Gab eran los que estaban en la sala de espera.

- Gab no ha dejado de preguntar por ti - repuso Richard observando a su yerno con una débil sonrisa.

- ¿Dónde está? - pregunto un tanto exaltado.

- Esta en este pasillo al fondo - repuso Lyssandra.

Sirius corrió lo más rápido que sus piernas fueron capaces, abrió la puerta de golpe, y lo primero que vio fue a Remus abrazando a su esposa, mientras ella trataba de contralar su respiración y así controlar un poco sus contracciones.

- Gab respira profundo - susurro Remus tratando de no hacer muecas de dolor por que su mejor amiga estaba rompiéndole los huesos de la mano.

- Quiero a Sirius - dijo con los dientes apretados para evitar gritar - lo quiero ya.

- Preciosa - repuso el ojigris caminando hacia la cama de su esposa - ya estoy aquí.

- Este será nuestro último hijo - dijo con un hilo de voz y con los ojos fuertemente apretados - prométeme Sirius que este será nuestro último hijo.

- Te lo prometo - contesto el ojigris tomando el lugar de su amigo - ahora respira como lo hemos practicado.

Gab comenzó a hacer los ejercicios de respiración que su madre le había enseñado, pero ni eso ni nada le iba a quitar el dolor que en ese momento sentía, escucho como alguien entraba, pero no deseaba abrir los ojos ya que sentía que si lo hacía su dolor seria mayor.

- Es hora - fue lo único que escucho antes de sentir como se la llevaban a la sala de partos.

Sirius no soltó su mano en ningún momento, de hecho esa vez lo dejaron entrar con su esposa a la sala, claro con el vestuario adecuado, sentía sus manos temblar, bueno al menos la izquierda aun la sentía, porque la derecha desde hacía rato que no la sentía.

- Cuando yo le diga quiero que puje - ordeno la sanadora colocándose en posición para recibir al pequeño bebé - vamos ahora - escucho el gemido de Gab - uno más - sintió como tronaron sus huesos - otro y ya - todo fue demasiado rápido.

Escucho la cosa más hermosa que jamás había escuchado, el hermoso llanto de su hija, de su muñeca, comenzó a sentir como de nuevo volvía a circular la sangre por su mano.

 

Vio como las enfermeras la limpiaban y luego a lo que él le parecieron años, una de ellas le extendió un bulto que a su parecer era demasiado pequeño y con manos temblorosas lo tomo, los enormes ojos color perla lo veían con interés.

- Es una hermosa niña - repuso la enfermera.

Era su muñeca, ahora estaba en sus brazos, como durante siete meses había soñado, su cabello se vio azulado ante la luz de la sala, era hermosa, beso la pequeña frente de su hija y se inclinó para que Gab la viera.

- Se parece a ti - dijo con un hilo de voz - es toda una Black.

- Lo sé - contesto con una débil sonrisa - bienvenida Rachel.

- No olvides el Lyssandra, porque sino mi madre no me lo perdonara - comento observando a la pequeña con una sonrisa llena de amor y ternura.

- Hola, Rachel Lyssandra Black - repitió Sirius incluyendo el otro nombre de la pequeña - siempre serás la muñeca de papá.

Fin Flash Back

- Creo que eres un papá un tanto celoso - repuso besando mi frente.

- No lo soy - replique haciendo un poco más fuerte mi agarre - solo soy protector.

- Querrás decir sobre protector - comento sonriendo y desordenando mí cabello.

No pude replicar, ya que frente a nosotros apareció el fénix de Dumbledore, llevaba una carta, la cual Gab se levanto y comenzó a leer, mientras yo esperaba nervioso saber que era lo que decía.

- Dumbledore quiere darle clases a Rach - repuso un tanto confundida - para que controle por completo su poder.

No dije nada, sabía que ahora Rach era el arma más poderosa que teníamos y con la cual podíamos vencer a Voldemort, aunque no me gustaba ver a mi muñeca como un objeto, pero sabía que Dumbledore le enseñaría bien y si ella se volvía fuerte era perfecto.

[



















]

POV Cedric

Rach estaba un tanto rara al día siguiente de su cumpleaños, estaba algo distante, apenas si desayuno, además de que su mirada parecía ausente, pero decidí no preguntar, sabía que cuando ella estuviera lista para decírmelo, me lo diría sin que yo preguntara.

- Buenos días Diggory, Black - saludo la asquerosa serpiente de Malfoy con una media sonrisa.

Solo le mande una mirada asesina, y pase por su lado aun tomado de la mano de Rach, la cual solo arrugo un poco el entrecejo, pero no dijo nada, esto de verdad me estaba preocupando y mucho, pero todo era por su bien y por su independencia, cuando ella quisiera decírmelo yo la iba a escuchar. Caminamos hacia las mazmorras donde era su clase, pero antes de que entrara bese su frente y su nariz.

- Soporta al sapo - le susurre, era su siguiente clase y como yo tenía clase no podía ir por ella - no importa que diga, no digas nada promételo.

- Lo prometo - repuso con una sonrisa de lado - nos vemos después.

POV Rach

¿Por qué seguía en mi mente la pequeña conversación con Draco Malfoy? Debía darle o no una oportunidad ¿Por qué todo esto era tan difícil? Pero a pesar de eso estaba ganando la parte de ser su amiga. Mi mente seguía peleando por si ser o no su amiga, cuando se dio por finalizada la clase, pero como estaba con la mente en otro lado, no había metido mis cosas a la mochila.

 

- Ahora los alcanzo - dije al ver a Hermione, Ron y a Harry en la puerta.

- Pero apresúrate - repuso Hermione tranquilamente.

Vi como salían, mientras yo terminaba de guardar mis cosas, el profesor Snape me observaba, lo sabía, pero ¿Por qué lo hacía?

- Mañana la quiero en el despacho del profesor Dumbledore a las 5:00 - repuso secamente, gire a verlo tratando de saber él porque - mañana lo sabrá, ahora váyase o llegara tarde a su clase.

No conteste solo salí del aula sin saber porque tenía que ir al otro día, pero era mejor darme prisa o el maldito sapo no me dejaría entrar, estaba a punto de salir de las mazmorras.

- ¿Qué has decidido? - giré a verlo y sus ojos grises se clavaron en los míos - Mozzi debió de haberte dado una buena respuesta.

- Tú me enviaste a Mozzi ¿cierto? - soltó una débil risita.

- Pensé que eras más lista y te habrías dado cuenta desde anoche que la lechuza fue mi regalo - contesto tomándome del brazo y guiándome hacia los jardines.

- Tengo clase - pero él pareció no importarle mi comentario - no puedo estar ahora con

- La sabelotodo de Granger te pasara lo que vean en clase - repuso sin soltarme del brazo - tenemos muchas cosas de que hablar y tal vez así te des cuenta que debemos ser amigos.

- Estás loco - dije ya sin tratar de soltarme.

Solo sonrió y me guió hacia el lago, había muy pocos alumnos, suponía que todos debían estar en clase, pero a él no pareció importarle e hizo que me sentara.

- De verdad quiero ser tu amigo - repuso después de varios minutos en silencio - quiero saber más de ti y que tú sepas más de mí.

- Mi novio y mi mejor amigo te odian - conteste observando el lago - mis padres odian a tu familia, todo nos aleja, no sé porque tu insistencia de ser amigos.

- Es algo extraño - comento después de cómo dos minutos en silencio - pero desde que te vi la primera vez, algo dentro de mí quiso estar cerca de ti y esa vez en Hogsmade que dijiste que te gustaba la lechuza y sin pensarlo dos veces después de que te fuiste la compre y sabiendo que al día siguiente era tu cumpleaños, pensé que ella podría hacer que nos uniéramos un poco más.

- Eres extraño - susurre - pero tal vez pueda estar esa amistad que tanto deseas, solamente si me prometes que no molestaras al resto de mis amigos.

- Tratare de no hacerlo - contesto con una sonrisa ladina - pero no prometo nada.

bueno aki esta como lo prometí, el miércoles subire el otro ^^

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

POV Harry

Ya iba a ser Navidad, de hecho esta era la última clase del ED (Ejercito de Dumbledore), le habíamos puesto así después de que Hermione lo decidió y el resto estuvo de acuerdo, como siempre llegue antes que el resto y allí estaba Rach observando con una débil sonrisa la decoración de Dobby.

- Hola - salude y ella giro hacia mí - pensé que estarías con Cedric hasta que comenzara la clase.

- Sabes que jamás he venido - eso era cierto, la razón era que Dumbledore y Snape le daban clases de algo que no quería decirme - pero por lo que he escuchado eres un gran profesor.

 

- Cedric no te lo dijo - comente sentándome a su lado - ya que él tampoco viene.

- Está un tanto estresado por los EXTASIS - contesto serenamente - además de que algo me esconde.

- Rach no empecemos con paranoias - replique un tanto irritado - Cedric no te esconde nada.

- Si tú lo dices - aunque se notaba algo ansiosa por la hora, cuando vio la hora en su reloj se levanto de golpe - bueno nos vemos en la sala común y ya has algo con Chang, porque aun sigue sobre mi novio.

Antes de que pudiera contestar ya se había ido, pero como hablar con ella si se la pasaba llorando cada vez que veía juntos a Rach y a Cedric, esto de las mujeres era un poco complicado, no quería estar como Ced u Owen, tratando de que sus dos chicas estuvieran felices todo el tiempo, eso era muy problemático.

POV Rach

Tenía que verlo antes de que comenzaran mis clases con Dumbledore como se lo había prometido, jamás había roto una promesa y esta no iba a ser la excepción.

- Pensé que no ibas a llegar - su voz como siempre me hizo sonreír.

- Te lo prometí Malfoy - fue lo único que dije observando como su cabello rubio era despeinado por él y sus ojos grises se clavaban en los míos.

- Es bueno que un Black cumpla sus promesas - repuso sonriendo de lado, nos quedamos en silencio - Diggory aun no sabe que me ves a escondidas ¿verdad?

- Te odia - conteste simplemente - si sabe que soy amiga de uno de sus enemigos no quiero ni pensar y menos en la reacción de Harry.

- Vaya me resultaste un tanto cobarde - repuso acariciando mi cabello.

- Tal vez - concedí - pero no podre dejar a alguno.

- Es por eso que no te lo pediré - susurro besando mi frente - yo se lo importante que es Diggory y Potter en tu vida, es por eso que he aceptado que seamos amigos a escondidas.

- Gracias - besando su mejilla y soltándome de su agarre - nos vemos después.

¿Cómo había terminado siendo su amiga? Ni yo misma lo sabía, pero esa noche después de mi cumpleaños observe a Mozzi y supe que algo dentro de mí necesitaba a Draco Malfoy, no sabía que pero necesitaba su voz, su sonrisa y sus frases que me hacían sonreír, solo esperaba que tanto mi novio y mi amigo pudieran aceptarlo.

[





















]

Mis ojos estaban a punto de cerrarse, Dumbledore quería que aprendiera a controlar mi escudo y me estaba enseñando a formar nuevos escudos sin quitar el mío, pero era agotador, además de que debían de ser casi las 2:00am y yo apenas regresaba a la sala común. Pero algo estaba mal, la señora gorda estaba despierta, eso no era común en ella, al entrar escuche la voz de Harry.

- ¿Qué pasa, Potter? ¿Te duele algo? - sin importar quien estuviera subí a la habitación de los chicos.

McGonagall observaba a Harry que era sostenido por Ron, estaba demasiado pálido y sudoroso.

- Es el padre de Ron - afirmó soltándose de Ron y caminando hacia McGonagall - lo ha atacado una serpiente y está grave. Lo he visto todo.

- ¿Qué quiere decir con que lo ha visto todo? - pregunto McGonagall.

 

- No lo sé
Estaba durmiendo y de pronto estaba allí

- ¿Quieres decir que lo has soñado?

- ¡No! - gritó Harry, enojado - al principio estaba soñando, pero era un sueño completamente diferente, una tontería
Y de pronto esa imagen la ha interrumpido. El señor Weasley estaba dormido en el suelo y lo atacaba una serpiente inmensa, había mucha sangre, se desmayaba, alguien tiene que averiguar dónde está
- supuse que la profesora McGonagall lo veía raro - ¡Ni estoy mintiendo ni me he vuelto loco! - insistió a voz a cuello - ¡Le digo que lo he visto todo!

- Te creo, Potter - lo corto la profesora - ponte la bata, vamos a ver al director - giró y yo estaba en la puerta - señorita Black, busque a la señorita Weasley y no se separé de ella hasta que yo le de otra orden.

- Claro - conteste saliendo de la habitación de los chicos y subí a la habitación de las chicas de cuarto.

No sabía si despertarla, o esperar a que regresara McGonagall y me dijera que tenía que hacer, decidí que la segunda opción era mejor, me senté al pie de la cama, tratando de pensar que el señor Weasley iba a estar bien y además tenía que hablar con Harry sobre su extraño sueño o como se llamara lo que había tenido esa noche.

Después de lo que a mí me parecieron horas, escuche como alguien entraba a la habitación, pero como era demasiado obscuro entrecerré los ojos para ver si lograba ver quién era.

- Levante a la señorita Weasley y bajen a la sala común - dijo de forma severa McGonagall, escuche como de nuevo salía y me incorporé.

- Gin - llame mientras la movía - tienes que despertar.

- Cinco minutos más.

- Nada de cinco minutos más - le espete quitándole las sabanas - McGonagall nos espera en la sala común.

Con cierta molestia se levanto de la cama y se puso la bata y ambas bajamos a la sala común, donde los gemelos y la profesora McGonagall esperaban, sin decir nada salimos de la sala común, la profesora se notaba algo nerviosa, y comenzó a explicarles lo que Harry había visto; llegamos al despacho de Dumbledore y entramos Ginny era la más nerviosa.

- ¿Qué pasa, Harry? - preguntó Ginny que parecía muerta de miedo - la profesora McGonagall dice que has visto como atacaban a papá

- Su padre ha tenido un accidente mientras trabajaba para la Orden del Fénix - explico Dumbledore antes de que Harry pudiera hablar - lo han llevado a San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Los voy a enviar a casa de Sirius, que está mucho más cerca que La Madriguera. Allí se reunirán con su madre.

- ¿Cómo vamos a ir? - pregunto Fred muy afectado - ¿Con polvos flu?

- No - respondió Dumbledore - ahora los polvos flu no son seguros, la Red está vigilada. Utilizarán un traslador - señalo una vieja tetera que había dejado encima de la mesa.

- Profesor - llame en voz baja, él dirigió su mirada a mí - supongo que esto es solamente de los Weasley y tal vez de Harry, pero no entiendo que tenga que estar haciendo yo aquí.

- Señorita Black - sonrió mientras ponía toda su atención en mí - no creo que su padre quiera que se quede aquí, después de lo que paso, además de que tanto el señor Potter como el resto de los Weasley la necesitan y la consideran como de la familia.

- Eres una Weasley más - me susurro George con una débil sonrisa - además necesito un abrazo - ante aquello me acerque a él y lo abrace y bese su frente como si de un niño pequeño se tratase.

 

Después me separe de él y camine hacia mi mejor amiga y pase mi brazo por sus hombros, por fin apareció Phineas Black.

- Dice que será un placer - afirmó con voz aburrida - mi tataranieto siempre ha tenido un gusto muy extraño para los huéspedes.

- Entonces, venir aquí - nos dijo Dumbledore - y rápido antes de que llegue alguien más.

Todos nos agrupamos alrededor de la mesa.

- ¿Todos han ya utilizado un traslador? - asentimos y estiramos una mano para tocar la ennegrecida tetera - muy bien. Entonces cuando cuente tres, uno
, dos
, tres

En menos de lo que imagine, todo comenzaba a tomar formar de la casa de Grimmauld Place, mis pies chocaron contra el suelo y caí de rodillas, mientras escuchaba una voz cercana:

- Ya están aquí esos mocosos traidores a la sangre. ¿Es verdad que su padre está muriéndose?

- FUERA - gritó otra voz.

Mi padre corrió hacia nosotros, estaba sin afeitar y llevaba ropa de calle aun, además de que despedía un olorcillo a alcohol, cosa que a mi madre no le gustaba mucho.

- ¿Qué ha pasado? - pregunto ayudándonos a mí y a Ginny a ponernos de pie - Phineas Nigellus me ha dicho que Arthur está gravemente herido.

- Pregúntaselo a Harry - sugirió Fred.

- Sí, yo también quiero enterarme - dijo George.

Les contó todo, aunque a mí me pareció que ocultaba algo, en cuanto termino de contarlo, todos se observaron, ante aquello tome a Harry del brazo y lo lleve a la cocina.

- ¿Qué ocultas? - pregunte en cuanto supe que ya no nos escuchaban.

- Yo era la serpiente - dijo en un susurro - Rach yo atacaba al señor Weasley, que clase de

- No pasa nada Harry - repuse mientras lo abrazaba - esto debe tener una explicación lógica que Dumbledore tendrá que darte, pero no pienses nada sobre que eras tú, ya que como siempre dice Hermione nadie puede salir de Hogwarts, ni siquiera Voldemort tiene el poder de sacarte del castillo.

Escuche como mi padre peleaba con los gemelos, pero eso ahora no me importaba, me importaba que Harry estuviera tranquilo y no se culpara por lo de el señor Weasley, la puerta de la cocina se abrió y allí estaba mi tía Vane con una media sonrisa.

- Hola chicos - nos saludo, mientras nos abrazaba - tu madre arregla sus habitaciones, pero supongo que tienen hambre.

- Un poco - conteste con una débil sonrisa, mientras Harry asentía, iba a salir a decirles que si querían algo.

- Es mejor que no salgas - repuso mi tía serenamente - los gemelos están furiosos y no querrás ver lo que tu padre les puede hacer si lo sacan de quicio.

[























]

Estaba agotada, así que en cuanto llegamos de San Mungo me quede dormida, Cedric, Hermione, Samantha y Owen habían llegado dos días después que nosotros, así que ahora estaban hablando con el resto, mientras yo trataba que se fuera el dolor de cabeza, sabía que Ced me escondía algo, pero suponía que aun no estaba listo para decírmelo, pero esperaba que fuera pronto.

 

- Rach - esa voz era de mi padre - vamos muñeca tienes que despertar.

- ¿Qué pasa? - pregunte mientras me estiraba y abría los ojos.

- Tenemos que hablar contigo - dijo mi madre secamente, siempre que escuchaba eso era un mal presagio.

- ¿Sobre qué?

- Dumbledore nos ha hablado de tus castigos nocturnos con Umbridge - repuso mi padre seriamente, eso era un secreto, que se suponía solo Snape sabía, tomó mi brazo sin previo aviso, haciendo que hiciera una mueca debido al dolor.

- Esa perra - mi madre apretó los dientes, mientras revisaba mi brazo que estaba vendado debido a los tantos cortes que me había hecho - pero en cuanto la vea la voy a despedazar.

- Gab - mi padre estaba un poco más tranquilo, mi madre dejo de despotricar en contra del sapo de Umbridge por la mirada de mi padre, la cual regreso a mí con culpabilidad - lo siento muñeca.

- No es tú culpa - conteste sonriendo débilmente.

- Claro que lo es - replico y antes de que pudiera decir algo - Dumbledore sugirió que te cambiáramos de Colegio, porque Umbridge ha tomado como su pasatiempo favorito estarte castigando por cualquier cosa.

- ¿Es broma? - mi voz tembló ante la posibilidad de separarme de Cedric y de mis amigos.

- No - dijo de forma tajante mi madre - regresaras a Astrom.

- Pero yo no quiero - esto era ilógico - no quiero ir a Astrom.

- Esto no entra en discusión - Sirius besó mi cabello - es por tú bien, así que después de navidad tomarás el avión hacia Australia y es mi última palabra.

- Esto no es por mi bien - le espete levantándome de la cama de golpe - esto es simplemente porque me quieren lejos.

- No digas tonterías - mi madre se acerco a abrazarme pero con un brusco movimiento de la mano la aparte - solo queremos lo mejor para ti.

- Váyanse - dije tratando de no gritar.

- Somos tus pad

- No lo son - mis ojos brillaban por las lágrimas que querían salir - Owen siempre tuvo razón, tú no fuiste más que un asesino que paso toda mi infancia en Azkaban y tú solo te la pasabas llorando por él, así que ninguno de ustedes fueron mis padres - vi que mi madre estaba a punto de llorar - y creo que ir a Australia será una bendición, para no tener que volver a verlos.

- Rac..

- No quiero escuchar nada - replique sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas -y tampoco quiero verlos.

Después de esto cerré la puerta y me tiré en la cama como cuando era niña y mi madre no quería hablar sobre Sirius comencé a llorar como nunca lo hice, ahora les nacía el amor por mí, debía ir a Astrom de nuevo y dejar a mis amigos y a mi novio atrás.

No sé cuanto tiempo había pasado, pero escuche que alguien llamaba a la puerta, no quería ver a nadie, así que no conteste, esperando que así se largara quien estuviera tocando.

- Vamos Rach - era Owen - tenemos que hablar.

Con cierto disgusto, me levante y abrí la puerta, sin decir nada me senté en la cama y él después de cerrar la puerta se sentó en la cama frente a mí.

- Papá me dijo sobre lo de Astrom - ahora ya era papá, pensé que se uniría a mí, pero simplemente ahora ya lo aceptaba - y no veo el problema, siempre quisiste ese colegio, de hecho fue por ti que decidí escogerlo, para estar contigo - me quede callada, era cierto desde que tenía uso de razón ese fue el colegio de magia que yo había escogido - hace dos años cuando te dijo mi madre que irías a Hogwarts le hiciste un berrinche y ahora que puedes regresar no quieres.

 

- No quiero dejarlos solos - susurre, tenía miedo a que cuando regresara ellos ya no estuvieran o me hubieran olvidado.

- ¿Eso quiere decir que si quieres ir, pero no quieres alejarte de tus amigos? - asentí levemente y él beso mi frente - ellos van a estar bien, no les va a pasar nada durante los siete meses que dejaras de verlos.

- Ellos me necesitan.

- Rach no eres su madre o algo parecido - replico severamente - ellos estarán tristes sí, pero si ellos saben que tu eres feliz, les será más fácil superarlo.

Eso esperaba, porque la decisión estaba tomada, en vez de regresar a Hogwarts regresaría a Astrom.

[



















]

- ¿Rach de que quieres hablar? - pregunto Harry, mientras yo caminaba de un lado a otro de la habitación.

- Comienzas a asustarme - repuso Ginny.

Hermione me observaba atentamente al igual que Cedric, no era momento de que me entrara miedo de decirles que iba a cambiar de escuela, pero simplemente los veía y las palabras no salían, si era una cobarde y lo sabía, pero simplemente mi voz no salía.

- Rach parece que nos vas a abandonar - comento Ron con una media sonrisa.

- Eso jamás -conteste con una débil sonrisa.

- ¿Entonces? - Hermione se levanto y fijo su vista en mí.

- Cosas sin importancia - comente sonriendo - sabes que luego pienso cosas estúpidas, pero mejor vayamos a comer.

Después de decir esto salí, era la persona más cobarde que conocía, pero simplemente no pude decirles, esa noche en cuanto ellos estuvieran dormidos yo me iba, así lo había decidido, era mejor no palabras no un adiós que sabía me iba a doler.

estoy feliz y no se la razón, pero subire mañana, el viernes, el sabado y el domingo n.n asi ke espero sus comentarios.

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

_grace_lovegood_

Querida Rach:

Estos cinco meses han sido tan problemáticos sin ti, el no escuchar tu voz me hace mal, simplemente me enamore de ti y ahora te has ido sin darme la oportunidad de hacerte entender que soy mejor que Diggory, aunque esto me hace un poco más alegre el día, él no deja de pensar en ti, ni siquiera la descerebrada de Chang puede acercarse a él.

Se ha vuelto un muerto en vida, solo come, estudia y duerme, ni siquiera el quidditch hace que salga de su depresión por tu despedida, se que te ama, es por eso que solo ante él puedo aceptar mi derrota de que tu lo ames, porque sé que te ama más de lo que tú lo haces.

El sapo de Umbridge descubrió la ED, quisiera decir que no ayude, pero sabes que no soporto a Potter y a Weasley así que simplemente mi cuerpo actuó por sí solo y los entregue sin pensar en lo que estaba haciendo, ahora están castigados y si hubieras estado aquí lo mismo hubiera hecho contigo, pero no sabes como agradecí que te hubieran cambiado. También despidieron a Dumbledore y ahora la bruja se hace cargo, aunque no puede entrar al despacho del director, fue demasiado divertido verla intentando entrar.

 

De verdad te extraño, a pesar de amarte, eres la única persona con la cual puedo ser yo mismo sin que me vean como el raro, aunque tú me llames así ¬¬ Weasley y Lovegood buscan una manera de poder mandar una carta sin que la Suma Inquisidora la revise, sabes que a mí no me la revisan por estar dentro de los favoritos del sapo.

Potter trata de hacerse el fuerte, pero te extraña más de lo que su noviecita asiática soporta, es por eso que terminaron, además de que vio solo a Diggory y trato de consolarlo, pero como dije al principio, ese Hufflepuff solo tiene ojos, oídos y labios para ti, ha escrito como 300 cartas, ¿Qué como lo sé? Bueno se la pasa escribiendo en todos lados y una vez se le cayó una y no es porque sea chismoso, pero la leí por simple curiosidad, fue ese día que descubrí que jamás podría competir contra él.

Jamás pensé extrañar tanto a una chica, hasta que llegaste tú a mi vida y ahora solo espero que lo que falta de escuela se pase rápido, porque de verdad muero por ver tus ojos, escuchar tu débil risita y ver como tu hermosa sonrisa alumbra todo Hogwarts. Me he vuelto un tanto cursi, pero lo bueno de esto que la única que lo sabe está a miles de kilómetros de distancia y no puede burlarse de mí, aunque puedo imaginar, que mientras lees está parte no puedes parar de reír, pero al menos no es en mi cara.

Espera aun no te he dicho lo mejor, los gemelos han escapado de Hogwarts, con una salida espectacular, llenaron todos los pasillos con fuegos artificiales, haciendo que se suspendieran los TIMOS, debiste de haber estado y ver como Umbridge y Filch se estresaban, mientras los profesores solo los veían sin levantar un dedo por ayudarlos.

Creo que es lo más esencial que ha pasado en Hogwarts, además de que ya me canse de escribir, solo quiero volver a decirte que Te Amo, aunque tu ames a Diggory y él te ame más de lo que alguien podrá hacerlo.

Con cariño

Draco

Mis lágrimas cayeron sobre la carta de Draco, no era la primera que recibía, pero como me dolía tener que saber que Ced sufría por mi culpa y él también, los extrañaba más de lo que deseaba y más de lo que pensé.

- Rach tenemos que desayunar - una compañera de habitación me llamaba - si quieres llegar a tiempo a Pociones.

- Voy - mientras me limpiaba las lágrimas que habían logrado salir.

Guarde la carta bajo mi almohada, cuando regresara de clases la guardaría con el resto que había recibido de él. Astrom era diferente a Hogwarts, porque aquí no había casas, estabas dividido según tu intelecto y por género, es decir, las mujeres estaban en el extremo este, mientras los hombres estaban en el oeste, aquí en vez de ser por un sombrero, era un examen el cual te decía que nivel de cualquier materia deberías estar, volvieron hacerme el examen y entre en sexto, había conservado mi nivel, eso era bueno.

Eran muy pocas personas que estaban en sexto con 15 años de edad, de hecho en mi curso solo éramos tres, el resto eran un año o dos mayores que yo. Las clases eran iguales a las de Hogwarts, solo que no estaban mis amigos ni siquiera Cedric estaba aquí.

- Rach - giré a ver de quien pertenecía la voz, era un chico de cabello negro y quebrado piel apiñonada y ojos miel - ¿te pasa algo?

- Nada, Ryan - conteste con una débil sonrisa, era uno de mis amigos, de hecho antes de conocer a Harry él era mi mejor amigo.

 

- ¿Enserio? - creo que siempre he sido un libro abierto para él - porque estás un tanto pálida y pareces en otro mundo.

- Un poco estresada por los exámenes - conteste serenamente - pero nada del otro mundo.

- Lo extrañas - eso no me pareció una pregunta, más bien lo afirmó - supongo que debe ser alguien increíble para que estés así.

- Ryan hablemos de otra cosa - no quería pensar en él ni en nada que me hiciera recordarlo.

Me pasó el brazo por los hombros y comenzó a hablarme sobre quidditch y de los exámenes, solo asentía cuando él dirigía su mirada hacia mí. El día no estuvo mal, aunque a pesar de eso la snitch que me había dado en mi cumpleaños hacía que pensara en él.

Pero al menos otro día más que se iba y que era menos doloroso sin él y sin mis amigos, entré a la habitación que tenía que compartir con cinco chicas más, mi cama era la que estaba en la esquina derecha junto a una ventana, donde se veía la poca vegetación del país, también odiaba el calor, pero Astrom era la mejor escuela de Magia y Hechicería que existía, fue por eso que la elegí. Todos sobre el antiguo egipto

Pero en ese momento quería estar en Hogwarts, abrazada a Cedric, sintiendo sus manos acariciarme el cabello y sus labios sobre los míos, porque lo amaba tanto, solté un largo suspiro antes de meterme bajo las sábanas y dormir.

Pero vi como una lechuza se posaba en mi ventana con cierta flojera me levante a abrir la ventana y dejar que el ave entrara, desate la carta que llevaba enredada en la pata y comencé a leerla.

[
























]

POV Cedric

Esperaba que el plan de Thomas funcionara, sino lo iba a matar, prometía que lo mataría sino la veía, sabía que haya debían de ser al menos las 2:00 am pero necesitaba verla y gracias a Thomas podría hacerlo, ya que había conseguido la dirección del Colegio, pero tenía que salir del castillo y pedirle al dueño de cabeza de puerco que me dejara usar su chimenea, ya que todas las del Colegio estaban vigiladas, excepto la del despacho del sapo.

Pero era más fácil salir del Colegio y pedir cualquier otra chimenea que usar la de Umbridge, después de que salí del castillo sin que nadie se diera cuenta, vi como la sombra de lo que a mí me pareció una mujer se acercaba a mí.

- Esto debe ser una broma - esa voz hace que por poco y me olvidara de respirar - primero hacen que me vaya y de la noche a la mañana me mandan una carta y Remus solo me saca de Astrom y me trae aquí, esto debe ser una broma de mal gusto.

- Rach - mi voz apenas si fue audible, pero ella se detuvo como a dos metros de mí y giro a verme.

- Cedric - antes de que pudiera hacer algo ya estaba sobre mí abrazándome como si su vida dependiera de ello - te extrañe tanto.

- Igual a ti preciosa - susurre besando su cabello.

No sé cuanto tiempo pasamos así, pero me pareció tan corto, como la había extrañado, su olor seguía intacto y sus hermosos ojos seguían siendo mi debilidad.

- ¿Dónde está Harry? - pregunto seriamente.

- Supongo que en la sala común de Gryffindor - conteste sin entender porque su cambio de ánimo.

 

Sin decir nada me tomó de la mano y camino hacia el castillo, ¿Qué demonios era lo que pasaba? Pero decidí no preguntar, esperaba que todo estuviera bien y que ella se quedara, eso era lo único que me importaba. Cuando llegamos a los límites de Hogwarts estaba Snape de pie con su actitud arrogante como siempre.

- Lupin dijo que llegabas hace cinco minutos - le reprocho.

- Lo siento - contesto serenamente - ¿Dónde está Harry?

- Tuvo algo así como una visión en donde Black era torturado - la mano de Rach tembló - pero no te preocupes está bien, solo que como es tan impulsivo se ha ido al Ministerio.

- ¿Y yo que tengo que ver en esto? - pregunto con una ceja levantada.

- El señor Diggory y usted son los miembros de la Orden más cercanos - contesto Snape tranquilamente.

- Yo no soy miembro de la Orden - repuso Rach con la nariz ligeramente arrugada - y Cedr

- El señor Diggory está dentro de la Orden desde hace casi ocho meses - repuso Snape tranquilamente - pero eso después hablamos, ahora eres parte de la Orden y como tal tu deber es ir a salvar a Potter y a los demás.

- ¿Y cómo demonios salimos? - pregunte tomando con más fuerza su mano.

- Umbridge está amarrada en su oficina, así que vayan a Hogsmade y desaparezcan -después de decir esto entro de nuevo al castillo.

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

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POV Cedric

En cuanto llegamos al Ministerio me soltó y entro a la cabina telefónica sin ni siquiera decirme algo, sabía que estaba enojada, pero no entendía el porqué, decidí no preguntarlo, así que entramos en silencio.

- ¿Sabes qué número tenemos que marcar? - pregunto con indiferencia.

- Seis, dos, cuatro, cuatro, dos - conteste en voz baja.

Sin decir nada marco los números y cuando el disco recuperó la posición inicial, una fría voz femenina resonó dentro de la cabina.

- Bienvenidos al Ministerio de Magia. Por favor, diga su nombre y el motivo de su visita.

- Cedric Diggory y Rachel Black
Hemos venido a ayudar a unos magos - repuso serenamente.

- Gracias - replico la voz - visitantes, recojan las identificaciones y pónganlas en un lugar visible de la ropa.

Las dos identificaciones salieron por donde normalmente debían caer las monedas devueltas o al menos eso mi padre decía, tome la mía y le di la suya a Rach, leí la mía <>

El suelo de la cabina telefónica se estremeció y la acera empezó a ascender detrás de las ventanas de cristal; la cabina quedo completamente obscura y, con un chirrido sordo, empezó a hundirse en las profundidades del Ministerio de Magia. Una franja de débil luz dorada nos iluminó los pies y, tras ensancharse fue subiendo por nuestros cuerpos.

- El Ministerio de Magia les desea buenas noches - dijo la voz de mujer.

La puerta de la cabina se abrió y yo fui el primero en salir; lo único que se oía en el Atrio era el ininterrumpido susurro del agua de la fuente dorada, donde los chorros que salían de las varitas del mago y de la bruja, del extremo de la flecha del centauro, de la punta del sombrero el duende y de las orejas de le elfo doméstico seguían cayendo en el estanque que rodeaba las estatuas.

 

Rach se detuvo y saco su varita y murmuro algo lo cual no entendí, pero de su varita salió un rayo azul y a los pocos segundos regreso y ante aquello mi ojigris camino junto a la mesa donde suponía debería de estar un mago que debería estar al cuidado de la seguridad. A ella no pareció sorprenderle que no hubiera nadie; cruzamos las verjas doradas que conducían al vestíbulo de los ascensores.

Rach presionó el botón y un ascensor apareció tintineando ante ellos casi de inmediato. La reja dorada se abrió produciendo un fuerte ruido metálico, entramos y presionó el número nueve. Estaba harto del silencio y más por lo ruidoso que era el ascensor.

- ¿Qué pasa? - pregunte mientras el ascensor seguía bajando.

- ¿Cuándo me ibas a decir que estabas dentro de la orden? - me espeto con la voz ronca.

- Fue algo que no creí necesario - grave error y lo supe al ver su mirada.

- Así que no soy importante, como para saber que mi novio está dentro de lago que le puede costar la vida - su voz estaba llena de irritación.

- No podía decírtelo, porque solo a mí siendo aun estudiante me dejaron pertenecer - me dio la espalda - le suplique a Dumbledore, a Lupin y fue tu padre el que acepto que estuviera dentro.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué? - repetí - Rach hace casi un año estuve a punto de perderte por Voldemort - jamás lo había llamado por su nombre hasta ese momento, ahora entendía que no tenía porque tenerle miedo al nombre - no podía quedarme de brazos cruzados esperando a que sucediera de nuevo - silencio de nuevo, por eso decidí continuar - sé que no necesitas que te proteja, pero ese día en el cementerio me sentí la persona más inútil viendo cómo te lastimaba y yo sin hacer nada, fue por eso que cuando estuviste en el hospital prometí que tal vez yo no te protegería, pero al menos podría defenderme a mi mismo y tú no tendrías porque preocuparte por mí.

Giro a verme y antes de que pudiera hacer algo rodeo mi cuello con sus brazos e hizo que me inclinara y me beso, sentí como sus lágrimas chocaban con mis mejillas y se colaban en nuestro beso haciéndolo un tanto salado.

- Te Amo - susurre limpiando las pequeñas gotas con pequeños besos.

- Y yo a ti - contesto con una débil sonrisa.

- Departamento de Misterios - la reja se abrió, me separe de ella y la tome de la mano.

Salimos a un pasillo, donde solo vi moverse las antorchas más cercanas, cuyas llamas vacilaban movidas por las corrientes de aire provocada por el ascensor. Se volvió hacia una puerta negra.

- Vamos - susurro y me guió por el pasillo y abrió la puerta, su mano me apretó con más fuerza.

Entramos a una gran sala circular. Todo era de color negro incluido el suelo y el techo; alrededor de la negra y curva pared había una serie de puertas negras idénticas, sin picaporte, situadas a intervalos regulares e intercaladas entre ellas candelabros con velas de llama azul. Dos de ellas tenían dos grandes X en rojo, sin cerrar la puerta se dirigió a la que tenía a la izquierda y también la X.

Era una habitación grande, rectangular y débilmente iluminada, cuyo centro estaba hundido y formaba un enorme foso de piedra de unos seis metros de profundidad. Estábamos en el banco más alto de lo que parecían unas gradas de piedra que discurrían alrededor de la sala y descendían como en un anfiteatro. En el centro del foso, había una tarima de piedra, que parecía tan antiguo y resquebrajado. El arco, que no se apoyaba en nada, tenía colgada una andrajosa cortina; era una especie de velo negro que, pese a la quietud del ambiente ondeaba un poco, como si acabaran de tocarlo.

 

Iba a preguntar qué hacíamos ahí, cuando vi como Harry, Nevielle que llevaba a Hermione en la espalda, Luna que ayudaba a Ginny y Ron que era halado por el azabache y otros mortífagos salían de una puerta de bajo de donde nosotros estábamos.

- Esto es fácil Potter - siseo una de aquellos mortífagos - solo tienes que darme esa profecía y los dejaremos libres.

- ¿No los vamos a matar? - tuvo una nota de locura esa voz.

- Malfoy - repuso Rach bajando lentamente las gradas, sin perder la elegancia - veo que aun no comprendes como tratar a las personas.

POV Harry

De verdad que bajo con suma elegancia que parecía que volaba, cuando llego a unos tres metros de distancia de Lucius, sonrió como si fuera una reunión de amigos, Cedric llego a su lado con el rostro serio.

- Rachel - repuso Lucius tratando de sonreír.

- No me digas que es Rachel, la hija de la traidora a la sangre y la deshonra Black - por fin pude ver el rostro de la mujer que hasta en su voz se notaba la locura, su cabello negro al igual que sus ojos, sus parpados caídos, ni siquiera sus ojos tenían belleza, pero algo te decía que en algún momento fue hermosa.

- Si te refieres a que si mis padres son Sirius Black y Gabrielle Swan la respuesta es sí - contesto Rach con una sonrisa ladina.

- Eres una Black en toda la palabra - siseo un hombre un poco más bajo que Rach.

- Esta escoria no merece llevar el apellido Black al igual que su despreciable padre - al decir aquello - Crucio - pero Rach solo sonrió de manera retante, mientras el hechizo revotaba.

- La vejez te hace lenta - se burló, mientras sacaba su varita y mandaba una maldición que Bellatrix esquivo.

- Bellatrix Lestrange jamás podrá ser vencida por una niña engreída - susurro mandando otra maldición que estuvo a punto de dar a otro mortífago.

- Malfoy - repuso Cedric apuntando a Lucius con una sonrisa de lado - hay tanto que tengo que cobrarte.

- Ahora no tengo tiempo para ti - al decir aquello recibió una maldición que le dio directo en el brazo - estás muerto.

Había mejorado muchísimo, se podría decir que estaba casi al nivel de un auror, sabía que esos dos eran los mortífagos más fuertes y ahora eran distraídos por la pareja.

- Salgan ahora - gritó Rach que apenas si había logrado esquivar el hechizo de Bellatrix.

- ¿Qué esperan? - gritó Cedric, mientras mandaba otra maldición a Lucius - Petrificus Totalus - apuntando a un mortífago que se acercaba a Ron.

- No te hagas el valiente - me espetó Rach que había dejado a Bellatrix como en una burbuja - no eres un héroe y te quiero vivo y lejos de aquí.

- No podrán solos ustedes con todos ellos - replique, pero ella beso mi frente.

- Ustedes ya hicieron suficiente y ahora les toca a la Orden acabar con ellos - fije mi vista en ella - solo los distraeremos un poco mientras ellos llegan y en cuanto ellos lleguen yo los alcanzare.

- Crucio - gritó Bellatrix, pero antes de que diera en Rach, alguien lo desvió.

 

- No te desconcentres - le reprocho Cedric que había sido herido por defenderla.

No contesto nada solo se alejo de mí y camino hacia Bellatrix y de nuevo comenzó su batalla, esto era complicado, quedarme y ayudar o irme como cobarde y dejar que ellos dos se hicieran cargo de todo, pero la respuesta vino a mí cuando vi que un mago se acercaba a Rach y sin importar nada me lance contra él.

- RACH - gritó Cedric, mi amiga había caído inconsciente a unos centímetros del velo - estás muerta - rugió.

Escuche la risa maniática de Bellatrix, y Cedric la alejo unos dos metros para que yo pudiera ir por Rach, la tome con sumo esfuerzo y gracias al cielo era menuda, porque sino simplemente no hubiera podido con ella. La lleve a una de las gradas, decidí no separarme de ella, mientras el resto de mis amigos se acercaban a mí.

Como cinco minutos después Rach comenzaba a despertar y en ese momento el resto de la Orden entro, Sirius iba hasta delante y luego Remus, antes de que su padre llegara a nosotros se incorporo y trato de enfocar a Cedric que seguía peleando contra Bellatrix.

- Te dije que te fueras - me espetó, mientras trataba de ponerse en pie.

- Pero yo te

- Lo has hecho muy bien - repuso Sirius con una media sonrisa - pero ahora es nuestro turno.

- Pero

- Nada, es mejor que se vayan - comento serenamente Remus, tomé del brazo a Rach - ¿cuentas con quien? - pegunto, antes de que caminara.

- Bellatrix - contesto simplemente.

- Es toda tuya - dijo tranquilamente observándola con una mirada paternal - pensé que les había dicho que se fueran - comento al ver que no nos movíamos.

Antes de que pudiera negarme los dos habían ido a atacar a otro mortífago, ¿Por qué Rach si podía quedarse y yo no? Pero antes de que pudiera moverme, uno de los mortífagos nos atacaba, cosa que Remus detuvo.

No sé cuanto tiempo llevaba solo escuchando y viendo maldiciones, pero Remus al ver que no podríamos salir, llamó a Rach que era la más cercana, mi amiga después de petrificar a un mortífago camino a Remus.

- Que salgan ilesos es tú deber - ordenó - un rasguño y sobre ti.

- Solo cuídalo - susurro desviando su mirada hacia Cedric.

- Él va a estar bi

- Avada Kadavra - ante aquellas palabras gire a ver que lo que estaba pensando no fuera cierto. Pero el rayo verde dio directo en el pecho de Cedric haciendo que cayera en el velo.

- CEDRIC - ese gritó desgarro toda la sala - NO, VAMOS CEDRIC - Remus tuvo que sostenerla, antes de que corría hacia el velo y tratara de sacarlo - CEDRIC POR FAVOR - comenzó a sollozar, mientras Bellatrix reía como loca.

POV Sirius

Giré a ver a mi hija que era retenida por Remus y sus gritos aun retumbaban por toda la sala, y la sonrisa de Bellatrix retumbaba también, estaba a punto de encarar a la perra Lestrange, pero en ese momento vi como Dumbledore descendía y como Bellatrix salía huyendo.

- Rach - escuche el susurro de Remus - él se ha ido.

- NO - fue en ese momento que mis ganas de seguirla se fueron, mi hija me necesitaba más - ÉL NO ESTÁ MUERTO, CEDRIC POR FAVOR.

- No Harry - escuche que decía Remus, pero como sostenía a Rach no pudo detenerlo y lo vi bajar las escaleras siguiendo a Bellatrix, lo iba a seguir, pero Dumbledore lo hizo.

 

- Rach - llame en un susurro, ella levanto su mirada gris que estaba roja y cristalina - muñeca.

- Papá - se abalanzo sobre mí - dime que está bien, por favor dime que está bien.

- Tienes que ser fuerte - mientras besaba su cabello.

- NO - volvió a gritar golpeando mi pecho - CEDRIC - vi como alguien se acercaba a nosotros - CEDRIC.

- Te dolerá un poco - levante mi vista y vi al idiota de Quejicus con una cosa que parecía puntiaguda - pero se irá el dolor.

- ¿Qué es eso? - pregunte con recelo.

- Una poción para dormir - contesto mientras incrustaba ese objeto extraño en el brazo de mi hija - sin que tenga sueños.

- Cedric - fue el último susurro antes de caer en la inconsciencia.

- ¿Cuánto tiempo dormirá? - pregunto Remus incorporándose, mientras yo la tomaba en brazos.

- Doce horas - contesto secamente - no creo que sea suficiente, pero es lo más que puedo hacer, mientras Dumbledore decide que es lo que le dirá.

- ¿Cómo lo tomara Amos? - pregunto Arthur que llegaba a nuestro lado - era su único hijo.

- Dumbledore tendrá que informárselo está noche - repuse caminando con mi muñeca, esto le complicaría las cosas.

- Me preocupa más la reacción de Rach - comento Remus, después de que el idiota de Quejicus se quedo hablando con Tonks - es capaz de pasar toda su vida tras Bellatrix, hasta que logre matarla.

- SIRIUS - al escuchar ese gritó gire a ver a Gab que se notaba pálida y nerviosa - ¿Qué tiene? - mientras corría hacía mí y revisaba a Rach de pies a cabeza.

- Solo está dormida - conteste con una débil sonrisa.

- ¿Qué paso? - pregunto mi rubia amiga que se notaba agitada por la carrera suponía.

- Cedric murió - susurro Remus agachando la mirada.

- ¿Cómo lo tomo Rach? - pregunto con un hilo de voz Gab que trataba de no llorar.

- Es por eso que está dormida - jamás pensé que ese tal Cedric sería tan importante para mi hija, pero parecía que todo mundo lo sabía menos yo.

- Tal vez cuando despierte tenga un ataque de ansiedad - repuso Remus con cierta preocupación.

Por favor no me odien u.u pero un poco de dolor para Rach no le hace mal o eso espero U^^ bueno espero ke de vdd no me odien y dejen comentarios xfavor ó.ò

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

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POV Rach

Me dolía la cabeza, mejor dicho todo el cuerpo, me sentía realmente agotada, los parpados me pesaban demasiado, escuchaba voces a mí alrededor, pero eran un tanto difusas. Llevaba dos noches en San Mungo de nuevo, parecía que a mí me gustaba terminar allí cada fin de año escolar, la noche anterior fue Dumbledore a hablar conmigo, esto iba a ser difícil pero era por el bien de todos. Poco a poco las voces se fueron haciendo más entendibles.

- ¿Cómo le diremos que Cedric si murió? - esa voz era de mi tía Vane - no podemos decirle que el chico se fue sin dejar una explicación.

- Eso le dolería menos - repuso Samantha un tanto ansiosa - a saber que está muerto.

De pronto todo llego a mí de golpe, Ministerio, Bellatrix, Cedric, no había sido un sueño, él en verdad había muerto, se había ido, sentí como las lágrimas se juntaban en mis ojos aun cerrados.

 

- Cedric - susurre, sintiendo como las lágrimas rodaban por mis mejillas - ¿Por qué?

- Él tenía que irse - contesto mi madre besando mi frente - pero él se fue feliz.

- No digas tonterías - replique incorporándome - él se fue por

- ¿Por qué Bellatrix lo mato? - murmuro Samantha.

- No - mientras negaba con la cabeza y mis lágrimas rodaban por mis mejillas - ella estaba contra mí - mi cabeza parecía estallar, pero iba a decir lo que paso, quien era él que lo había matado - pero el idiota de Potter tenía que sentirse el héroe y tratar de salvarme de un mortífago que ya había visto, haciendo que perdiera la concentración por tratar de salvarlo.

- Harry no es cul

- Claro que lo es - interrumpí a mi madre secando mis lágrimas y obligándome a no llorar - si él no se hubiera entrometido, Bellatrix ahora estaría de nuevo en Azkaban y Cedric estaría aquí.

- Ves todo esto así, porque necesitas culpar a alguien y así tu dolor sea menor - dijo Vanessa, esto de estar con Remus le había pegado su estúpido razonamiento.

- NO ES POR ESO - grite con enojo - EL IMBÉCIL DE POTTER ME QUITO TODO.

- Rach - mi madre me tomó de los brazos y me obligo a que la viera - Harry no tiene la culpa de nada, ¿lo entiendes? Él no tiene la culpa de la muerte de Cedric.

- CLARO QUE SI - nadie me iba a quitar esa idea de la cabeza.

- Salgan de aquí - ordeno un sanador, que llevaba una pequeña ampolleta, con un movimiento de varita, hizo que me quedara inmóvil, vi como se acercaba e hizo que me tomara la poción - te tranquilizara.

De nuevo sentí mi cuerpo pesado y a los pocos minutos todo se volvió negro y deje de escuchar voces.

POV Gab

Jamás imagine que mi hija lo fuera a tomar de esa manera, sabía que Cedric era importante en su vida, pero no para culpar a Harry por su muerte, pero la que había despertado, no era la chica que yo conocía.

- Ella va a estar bien - me susurro Sirius abrazándome, por fin habían aceptado que no tenía nada que ver ni con la muerte de Pettigrew ni con Voldemort, así que ahora los dos éramos libres - solo tiene que descansar al igual que tú.

- No estoy cansada - repuse, aunque de verdad mi cuerpo me pedía a gritos que descansara.

- Gabrielle - llamo Vane serenamente - si te deja más tranquila puedo quedarme yo, mientras tú te vas a descansar.

- ¿Segura? - de verdad no quería separarme de mi hija.

- Completamente - sonriendo débilmente - ahora vayan a dormir y mañana vienen a ver qué tal sigue la princesa.

No muy convencida salí de San Mungo con Sirius, esperaba que de verdad todo esto tuviera bien, cuando llegamos a la casa Owen estaba sentado en las escaleras, la sonrisa que siempre te contagiaba no estaba, y como iba a estar si uno de sus mejores amigos había muerto hacía dos noches.

- Owen - llamo Sirius caminando hacía nuestro hijo, él cual levanto la mirada y ni siquiera una fingida sonrisa se mostraba.

- ¿Cómo está Rach? - pregunto seriamente.

- Mal - conteste sintiendo un nudo en la garganta - no acepta que Cedric se haya ido.

- Los señores Diggory, dicen que quisieran hablar con ella - me acerque a besarle la frente - pero les he dicho que ha estado mal.

- Culpa a Harry - le susurre al ver que Sirius había entrado a la cocina - no quiere verlo.

 

- No sé qué decir - repuso con la voz temblorosa - tal vez no debí dejar que Cedric se acercara a ella como algo más que amigos - me abrazo, cabe decir que le llegaba al hombro - que Rach sufra es mi culpa.

- No lo es - sentí las pequeñas gotas caer en mi hombro - conoces a Rach y de una forma u otra hubiera salido con Cedric y que mejor que lo supiéramos.

- Era casi mi hermano - mientras sacaba todo el dolor que llevaba guardando dos noches.

- Todo va a estar bien - repuse acariciando su castaño cabello.

- No lo entiendes - replico con la voz entrecortada - fue el primero que no me vio como el raro, fue el que me saludo cuando llegue a Hogwarts, él que me dio su amistad y después a pesar de sufrir por querer estar con Rach no lo hizo por considerarme su amigo y ahora está muerto.

- Sé que fue tu amigo, pero ahora debes ser fuerte por Rach, que para ella fue su primer amor - lo separe de mí y le bese la mejilla y limpie sus lágrimas - es mejor que duermas.

Mi hijo asintió, mientras se quitaba el rastro de lágrimas que aun quedaban en sus mejillas, bese su frente y camine hacia la cocina donde mi marido estaba sentado con el rostro escondido entre sus manos y el plato de comida frente a él, lo abrace y recargue mi cabeza en la suya, sabía cómo se sentía, pero no podíamos más que esperar a que mi pequeña aceptara que Cedric se había ido y que no era culpa de nadie.

- Se ha ido - susurro, mientras me entregaba un trozo de pergamino.

No dije nada, solo tome el pergamino con manos temblorosas, la letra era de Vane, y un escalofrío me recorrió.

Gab, no sé qué decir, tú dejaste a Rach creyendo que yo la iba a cuidar y de hecho eso estaba haciendo, pero pensé en ir por algo de comer a la cafetería, solo llevaba cinco minutos fuera de su habitación, cuando se comenzó a escuchar un gran alboroto, regresé a su habitación y varios sanadores estaban allí, de verdad lo lamento, pero no hay rastro de ella.

POV de escritora

Caminaba por las obscuras calles de Londres, aun llevaba pijama, ya que con eso de las prisas no pudo cambiarse, su cabello era movido por el aire de la noche, por sus ojos grises salían lágrimas, que cada vez le dolían más.

Necesitaba alejarse de todos aquellos que creían que solo pasaba por una crisis nerviosa y en la cual creían a Harry inocente, cuando ella sabía que si la persona que más amaba no estuviera con ella era por Potter, pero ¿Dónde demonios iría con lo débil que se sentía y el dolor de cabeza?

Las calles estaban solas, la luna alumbro su reflejo frente a un escaparate, su cabello largo ondeaba, cerró los ojos tratando de no pensar en él, pero simplemente todo se lo recordaba "Le gustan las chicas con el cabello largo" había escuchado decir a Chang cada vez que le restregaba su enorme cabellera negra, era por eso que la asiática se lo había dejado crecer y se lo había cuidado, como si de un hijo se tratase.

- ¿De verdad te gustaban las chicas con cabello largo? - pregunto al aire con un hilo de voz - porque si es así - saco su varita - no quiero tenerlo largo - salió un destello dorado y su cabello que antes le llegaba a la mitad de la espalda ahora le llegaba a la barbilla.

Se dejo caer a la mitad de la acera, le dolía más de lo que alguien pudiera imaginar, soltó su cabello que quedo esparcido en sus piernas, mientras el resto caía de manera irregular sobre su rostro, sentía nauseas y que todo le daba vueltas.

 

- Rach - susurro una voz ronca que se hinco para quedar a su altura - tu madre debe estar a punto de morir de un ataque por no encontrarte - la tomó en brazos como si de una niña pequeña se tratase.

- No quiero ir con mis padres - susurro tratando de que la soltara.

- Muy bien - acepto serenamente - pero no creas que te voy a dejar aquí.

Ni siquiera supo quién era, pero cuando lo iba a preguntar sus parpados pesaron, impidiendo que abriera los ojos y en menos de lo que pensó había caído en la inconsciencia de nuevo.

- Espero que esto sea lo correcto - murmuro el hombre con cierta preocupación - y no sufras más de lo que ya lo haces.

De verdad no me odien, solo es un poco de drama, en verdad espero ke no me kiten de sus favoritos, prometo ke al final sera feliz y x eso dejare dos caps para tratar de compensarlos por lo ke hice u.u

Capitulo dedicado a:

Brisa

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Gabriela Black

POV Rach

- Esto es serio - le espete arrugando un poco la nariz.

- No te enojes - me susurro tomándome de la cintura - aunque te ves hermosa enojada - beso el lóbulo de mi oreja - de hecho me pregunto si habrá una forma en que no luzcas preciosa.

- Haces que me sonroje - replique con una débil sonrisa.

- Sabes que Te Amo - beso mi mejilla y luego mi nariz - y cada cosa que hagas me encanta.

- ¿Por qué? - me miró extrañado - ¿Por qué enfrentarte a Bellatrix?

- Mi respuesta no ha cambiado - contesto sentándose en un tronco y sentándome en sus piernas, mis ojos pidieron una explicación - esto es simple y lo será siempre, el solo pensar perderte me llena de miedo que nadie que no ame como yo lo hago contigo puede entender. Prefiero mil veces la muerte que el dolor de perderte, el no poder escuchar tu sonrisa es algo que simplemente no podría soportar.

- ¿Y crees que yo sí? - pregunte observándolo con el entrecejo fruncido.

- Tú eres más valiente, tienes más fortaleza, tienes a muchos amigos que no te dejarían caer, además simplemente al pensar en lo que diría yo, aceptarías seguir viviendo - rozo sus labios con los míos.

- No soy nada sin ti - susurre escondiendo mi rostro entre su cuello y su clavícula - no sé que es la vida si no estás a mi lado.

- Aprenderás a descubrir a disfrutar la vida sin mí - hizo más fuerte su agarre, al ver que iba a replicar - ¿Ya te dije que te ves hermosa con el cabello corto?

- Pensé que te gustaban con el cabello largo - repuse besando su cuello.

- Para ser franco me gustan las que son diferentes y si lo tuvieras largo, diré que me gustan con cabello largo, pero ahora que lo tienes corto, me gustan con cabello corto - beso mi cabello.

- Te Amo - susurre - Cedric eres el amor de mi vida.

- Rach tu eres mi vida - levanto mi rostro y me beso, me parecía tan real, que lo tome de la nuca para profundizar más el beso.

- Vamos Black - esa voz no era de Cedric - tienes que levantarte.

Abrí los ojos regresando a mi realidad a una muy cruda, cuando mis ojos se acostumbraron a la pequeña luz que entraba a la habitación, era gris y tenía libros por todos lados, parecía una celda, pero no me podía quejar, aunque hasta en Grimmauld Place estaba más higiénico que aquí, pero como dije no podía quejarme, al menos tenía un techo donde dormir.

 

De manera instintiva me rasque el brazo izquierdo y pude ver la marca que me hacía parte de él, su maldita calavera con la serpiente enroscándose en ella, tenía un mes que me había unido a Voldemort.

- Colagusano debe de estar preparando el desayuno - repuso mientras abría una vieja cortina grisácea y vieja, para que entrara más luz, de una ventana que mediría 30cmX40cm, pero al menos era una ventana - te espero abajo.

- Gracias - conteste incorporándome y buscando un poco de ropa, toda me quedaba grande y además era de hombre, me puse unos jeans que la buena de Bellatrix había aceptado darme, que era lo único que me quedaba bien, una sudadera negra y desgastada que me quedaba enorme, de hecho podría caber otra yo.

Me mire en el pequeño espejo que había colocado el dueño de la casa, mi piel estaba pálida y estaba sumamente ojerosa y mi cabello corto hacía que luciera aun más pálida, mis labios les faltaba color, metí mi cabello detrás de mis orejas, dejándolas al descubierto, solté un suspiro, si alguien me veía así en la calle de seguro se alejaban de mí pensando que era una vagabunda. Sonreí ante ese pensamiento y baje al pequeño comedor que solo constaba de una mesa con cuatro sillas, y las paredes era de un blanco sucio, muy sucio diría yo, la mesa era de madera pintada de negro.

Solo había dos platos con fruta en la mesa y dos jugos de naranja, uno frente a Severus que leía el Profeta y otro a su lado, me senté sin hacer ruido, de solo ver la fruta me dieron nauseas, desde que había llegado jamás tenía hambre, así que simplemente observe el plato de fruta.

- Tienes que comer - repuso Severus serenamente cerrando el Profeta y clavando su mirada negra en mí - estar débil no le sirve al señor Tenebroso.

- No es eso - susurre sin quitar mi mirada de la fruta.

- ¿Quieres otra cosa? - era demasiado amable conmigo, de hecho desde Hogwarts era respetuoso y amable conmigo - porque si es así pídeselo a Colagusano.

- No soy tu criado - chillo, evitando mirarlo a los ojos.

- No tengo hambre - dije antes de que pudiera replicar.

- Rach - era la primera vez que me llamaba así - esto es serio, - sus ojos negros denotaban un tono de angustia - estás demasiado pálida y estás más delgada, si sigues así el Señor Tenebroso decidirá que fue mala idea reclutarte a los mortífagos.

- Muy bien - acepte con desgana y tome el tenedor y comencé a comer.

Se le formo una muy sutil sonrisa y luego él mismo comenzó a comer, mientras Colagusano comía en la cocina que si el comedor era horrible, la cocina lo era aun más, era demasiado pequeña solo cabía una persona y las paredes estaban llenas de aceite. Di un sorbo a mi jugo cuando termine la fruta, Severus parecía feliz de que yo volviera a comer.

- En un mes regreso a Hogwarts - repuso mientras seguía comiendo - ¿quiero saber si vas a regresar?

- Demasiado complicado - conteste pasivamente - si regreso tendría que estar con Potter y mis padres sabrían donde estoy.

- Siendo así mañana irás a vivir a la Mansión Malfoy - su mirada se quedo en el Profeta.

 

- ¿Qué? - eso no podía ser cierto, no podía ir a vivir con la loca de Bellatrix.

- Es lo mejor - comento tranquilamente - ellos te darán a lo que estás acostumbrada a tener.

- No quiero - conteste de manera tajante.

- Narcisa está feliz de tener a una verdadera Black en su casa - replico con sutileza - Lucius simplemente estará orgulloso de mantener al nuevo trofeo del Señor Tenebroso.

- Solo se te olvida la loca de Lestrange - le espete - que simplemente me odia.

- No te hará nada - clavo su mirada en la mía - para el Señor Tenebroso eres muy importante y por tal Bellatrix tiene que tratarte como la Black que eres.

- Pero yo me siento cómoda aquí - al menos la compañía de él me tranquilizaba un poco.

- Hagamos algo - comento serenamente - cuando yo tenga que regresar a Hogwarts tú te cambiarás con los Malfoy.

- Muy bien - acepté con desgana - pero hasta que tú te hayas ido.

- Severus Snape jamás rompe sus promesas - sonreí débilmente.

POV Gab

¿Dónde estaba mi pequeña? Era la pregunta que siempre me hacía al entrar a la recamara de la casa que por tanto tiempo fue suya, estaba su cama en medio, un espejo de lado derecho junto al ventanal que daba al balcón, donde se veía el jardín y el mar, me senté en la cama y vi que en su buro estaba la fotografía de ella y Ryan.

¿Estaba bien? ¿Tenía que comer, donde vivir? Tantas cosas pasaban por mi cabeza, las lágrimas de nuevo volvían a ganar, tenía tanto miedo que algo malo le hubiera pasado. El nuevo ministro Scrimgeour, había dicho que en todo lo posible ayudaría en la búsqueda de Rach, en esos momentos agradecía que mi padre fuera su amigo.

Pero no era el único que buscaba a Rach, ya que tanto Sirius, Remus, Arthur, bueno todos los de la orden, hasta Moody ayudaba, si no aparecía pronto iba a morir de la desesperación. Tomé la fotografía de los dos, me di cuenta que ese amigo suyo la miraba de otra forma, aun a pesar de que en ese entonces ella tenía 12 y él 13, se veía un brillo especial en su mirada, aunque para ella solo estaba la mirada que le otorgaba a Harry y Owen una llena de cariño, pero simplemente como hermanos.

Me levante y salí al balcón, algo que fue un grave error, mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar.

Flash Back

Mi pequeño jugaba en el jardín, mientras Remus lo observaba y lo ayudaba a armar una casa de campaña, Rach en mis brazos se retorcía por querer ir a jugar con su hermano y su padrino, sus ojos grises brillaban esperando para poder correr y ayudarlos con la casa, parecía que el dolor del raspón ya había pasado, así que la baje y como supuse corrió hacia ellos.

- Rach - repuso Remus recibiéndola con un abrazo - veo que el dolor ya paso.

- Shi - contesto rodeando el cuello de Remus con sus pequeños brazos - ¿me complalias un pelito?

- Si compren un perro - grito Owen emocionado, mientras corría a abrazar a Remus, tratando de convencerlo.

- Ustedes y una mascota no se llevan - comente caminando hacia ellos.

- Mami pol favol - esa mirada que era igual a la de Sirius, simplemente me mataba - y tal vesh ashí mi papi leglese.

Ante aquel inocente comentario, me tense al igual que lo hizo Remus, ¿Por qué decía que si teníamos un perro su padre iba a regresar? La observe, mientras sus pequeños ojos grises se llenaban de lágrimas y en pocos segundos sus lágrimas rodaban de manera silenciosa sobre sus mejillas.

 

- ¿Por qué lloras? - primero estaba feliz y de repente comenzaba a llorar.

- Pol que tal vesh mi papi she fue pol que no quelia eshtal conmigo - su mirada bajo, mientras yo no sabía que contestar.

- Claro que no enana - replico Owen de manera irritada, Rach levanto su mirada gris hacia su hermano - nadie que te conozca, puede no quererte - susurro, mientras mi pequeña soltaba a Remus y corría a abrazar a su hermano.

- Te quielo - mientras abrazaba con fuerza a Owen.

Simplemente era perfecto, mis dos hijos se apoyaban y se querían, pero ahora estaba el problema de su padre, no estaba segura de si decirles la verdad o dejar que ellos hicieran sus propias conclusiones. Fui sacada de mis pensamientos por los brazos de mis dos pequeños.

- ¿Remus se puede quedar? - pregunto Owen, mientras Rach asentía con la cabeza y su mirada me suplicaba a que lo aceptara.

- Si él quiere, por mi no hay ningún problema - conteste, a lo que los dos se fueron ahora sobre Remus.

- ¿Veldad que te vash a quedal?

- Muy bien - contesto mi amigo, mientras dejaba un beso en la frente de ambos - pero ¿Qué les parece si entran y buscan una película para ver? - mis dos pequeños corrieron hacia la casa.

- Rem - llame, él se detuvo y giro a verme - ellos te quieren mucho y pensé que tal vez podrías venir a vivir aquí, al fin hay una habitación disponible que siempre tuvo tu nombre.

- ¿Crees que sea conveniente? - otra vez su estúpido miedo.

- Por favor Lupin, no comencemos con miedos estúpidos - le espete - y esto ya está decidido vendrás a vivir aquí y me ayudaras con ellos.

Fin Flash Back

Ese día Remus había dejado su soltería y se había dedicado a mis hijos y más en Rach que desde ese día se dedicado a ayudarla a controlar su poder.

- Ama - susurro Krancher, gire a verlo - la señora Lupin la busca.

- Gracias - repuse bajando las escaleras seguida por él - hola - salude al llegar a la sala y encontrar a mi amiga con una débil sonrisa - ¿Cómo están Remus y Sammy?

- Todos preocupados por Rach - contesto sinceramente - Remus llega pasando de la medianoche y luego se va antes de que amanezca.

- Lo siento - susurre, sabía que debería de querer estar con su marido, ya que si no dije se casaron en Diciembre, mientras Remus era profesor en Hogwarts.

- No te preocupes - comento con una débil sonrisa - de hecho yo desearía poder hacer algo por encontrar a Rach, pero simplemente el trabajo no me lo permite, pero a pesar de eso trato de averiguar un poco.

- Gracias - conteste sinceramente.

- Para eso somos las amigas - comento palmeándome la espalda - ¿Cómo han estado?

- Ya te lo puedes imaginar - respondí en voz baja - Owen ha estado tratando de averiguar un poco con los padres de Cedric, Sirius y yo no podemos creer que Rach haya desaparecido así, además no me deja salir de casa, por si regresa y al igual que Remus solo llega a dormir y antes de que amanezca sale de la casa.

- ¿Dumbledore ha dicho algo?

- Solo que debemos ser pacientes y esperar - suspire - pero como voy a tener paciencia si se trata del bienestar de mi hija.

bueno de vdd espero ke comenten n.n

 

POV Rach

- Muy bien - repuso Severus tranquilamente, mientras llegábamos frente a una enorme mansión - recuerda que tienes que comportarte y no dar problemas.

- No tengo cuatro años - susurre, sentí un escalofrío recorrer mi columna - ¿pasarás navidad conmigo?

- Tengo que pasarla en Hogwarts - contesto serenamente - pero estoy seguro que tendrás una magnífica Navidad.

Solté un pequeño bufido, ya que no creía que mi Navidad fuera a ser muy agradable si estaba con Bellatrix, pero decidí no responder, él llamo a la puerta y en pocos minutos un elfo abrió la puerta e hizo una pronunciada reverencia.

- Mi ama los espera - repuso sin vernos a los ojos.

- Vamos - dijo mientras entraba con mi pequeña valija.

El lugar era un tanto escalofriante, después de caminar por un largo pasillo, por fin llegamos a un peño vestíbulo el cual daba con cuatro puertas y otro pasillo, el elfo nos guió por la primera puerta que estaba del lado derecho, nos guió a la sala donde estaba una chimenea y con un sillón largo de piel, parecía de una película muggle que Ginny me había obligado a ver, no recordaba el nombre, pero era de un millonario que era asesino.

El pequeño elfo nos dijo que en un momento su ama nos atendería, revise la sala, en la cual había varias pinturas y un piano, hacía años que no veía uno, mi abuela me había obligado a aprender, ya que el tarado de mi hermano no había querido, pero no me gustaba demasiado tocarlo, aunque algunas veces me relajaba, toda la sala era realmente elegante, debían de tener mucho dinero.

- Buenos días - saludo la voz de un hombre.

- Rodolphus - respondió Severus pasivamente.

- Rach querida - esa voz era nueva para mí, giré a ver de quien se trataba y vi a una mujer de cutis demasiado pálido, el cabello largo y rubio y ojos azules.

- Hola - conteste un tanto confundida ya que a ninguno de los dos conocía, el hombre que era de la estatura de Severus, delgado, piel apiñonada y ojos miel y su cabello negro y quebrado.

- Ellos son tus tíos - repuso tranquilamente - Rodolphus Lestrange y Narcisa Malfoy.

- Un placer - hice una leve reverencia.

- Eres igual a Walburga - dijo Rodolphus con una media sonrisa.

- Estás demasiado pálida y delgada - comento Narcisa caminando hacia mí - debiste estar con nosotros desde que te uniste al Señor Tenebroso.

- Mira que ropa traes - parecía que le daba asco la ropa que llevaba - pero que podíamos pedir con el sueldo de un profesor - levante mi mirada y encontré una mujer de edad avanzada, piel blanca y unos enormes ojos azules, su cabello estaba en un hermoso moño alto.

- Rosalie - murmuro Severus con cierta repulsión - le di lo mejor de lo que fui capaz.

- Pues no fue demasiado - le espeto, mientras caminaba hacia mí con su rostro altivo, me recordaba a alguien - no sacaste nada de los Prewett.

- No es porque sea grosera - comente tratando de sonar amable - pero ¿Quién es usted?

- ¿Tu madre jamás te hablo de Rosalie Prewett o tu abuela? - no recordaba que la hubieran mencionada, negué con la cabeza - parece que trataron de olvidar sus orígenes -seguía sin entender quien era - soy tu bisabuela.

- ¿Bisabuela? - repetí aun sin comprender.

- Lyssandra es mi hija, así que si eres tan lista como todos dicen

 

- Te pareces a ellas - susurre al recordar a mi madre y a mi abuela, eran muy parecidas a esa mujer.

- ¿No te han enseñado modales? - me espeto, baje la mirada avergonzada - cuando hablas con una persona mayor siempre se le habla de usted.

- Lo siento.

- Bueno teniendo como padres a Sirius Black y a Gabrielle Swan, no me sorprende tu falta de educación - esta mujer era una verdadera bruja, entendía porque nadie hablaba de ella - ¿Qué no se piensa ir? - levante mi mirada y vi que Severus seguía de pie observando mi reacción.

- Ya me iba - su voz sonaba que trataba de no insultarla.

- No me dejes aquí - le susurre, mientras lo abrazaba.

- Estarás mejor aquí - se separo de mí y como si fuera mi padre beso mi frente - al menos tendrás mejor ropa y mejor alimentación - su sonrisa apenas si se noto, pero al menos era dedicada a mí - cuídate y no dejes que Rosalie te pisotee - solo yo lo escuche.

Esto no era lo que esperaba, giré a ver a Rosalie que tenía una mirada severa hacia mi reacción con Severus, estos serían los meses más largos de toda mi vida.

- Winky - llamo Rosalie de manera prepotente.

- ¿Qué se le ofrece? - pregunto una pequeña elfina.

- Llévate esa maleta y quémala - ordeno señalando la valija que Severus había dejado en medio de la sala.

- Pero son mis cos
- no pude terminar, ya que me había abofeteado.

- Jamás debes replicar a una orden dada de un adulto - sentí la sangre en mi labio inferior - ¿lo entendiste?

- Si - sentí su mirada fría.

- De ahora en adelante cuando me hables será con abuela, porque bisabuela no suena muy bien - estaba más loca de lo que pensé en un principio - ¿lo has entendido?

- Si
abuela

- Muy bien - vi la mirada de Narcisa un tanto sorprendida - Narcisa muéstrale su recamara y después dale algo más decente que esos andrajos que lleva puestos.

- Claro Rosalie - contesto Narcisa caminando hacía mí.

Me tomó de los hombros y me guió escaleras arriba, de verdad esto iba a ser más duro de lo que imaginaba, pensé que solo iba a recibir órdenes de Voldemort, pero ahora resultaba que salía una anciana loca que resultaba ser mi bisabuela y que además me quería tener bien presentable.

- ¿Por qué Ro
mi abuela está dentro de esto? - pregunte de manera educada.

- Rosalie tiene mucho poder en el Ministerio, el Señor Tenebroso puede tener fuerza, pero necesita seguidores y porque no también dinero, es aquí donde necesita de tu abuela, ella le ofrece los dos - contesto serenamente - además de que la casa es de ella.

- Severus dijo que vendríamos a la mansión Malfoy.

- Mi marido está en Azkaban y ahora se podría decir que estamos en la quiebra, es por eso que vivimos con Rosalie - a ella tampoco le gustaba vivir en esa casa - está es tu recamara.

Era la habitación más grande que había visto en mi vida, la cama con dosel estaba al centro de la enorme habitación, un pequeño sillón en una esquina, un espejo de cuerpo completo a un costado de la cama y un escritorio junto a la enorme ventana.

- Aquí hay un poco de ropa para que te cambies - repuso abriendo el enorme closet, el cual estaba repleto de ropa - te espero abajo.

- Gracias - dije con una débil sonrisa.

Cuando me quede sola en la habitación observe toda la ropa que había en el closet, toda era demasiado formal, pantalones de vestir, faldas, vestidos, blusas de colores negro, blanco y una que otra azul cielo, esto era horrible, donde estaban los jeans, las playeras, las chamaras de mezclilla, los tenis; pero parecía que mi tiempo de vestirme como persona normal habían terminado, solté un suspiro y tome un pantalón de pana negro y me puse una blusa blanca y luego busque los zapatos con menos tacón que hubieran. Después de que encontré unos decentes me acerque al tocador que estaba frente a la cama, había un enorme estuche de maquillaje, en mi vida me había maquillado, solamente me ponía rímel y me enchinaba las pestañas, pero solo eso, esto era demasiado para mi, ¿Qué debía hacer con eso?

 

- Señorita - baje mi mirada y me encontré a la elfina que Rosalie había mandado a quemar la valija - me tome el atrevimiento de no quemar esto - me dio el único retrato en donde estaba con Cedric que Severus había robado de casa de mis abuelos.

- Muchas gracias - tome el retrato con manos temblorosas, en esa foto ni siquiera éramos novios, solo era el amigo de mi hermano, ambos estábamos sentados cerca del lago, aun recordaba ese día "Vamos Cedric, mi hermana no muerde" comento mi hermano al ver que no se me acercaba "Solo quiero una fotografía de las dos personas que me entienden en Hogwarts"

- ¿Necesita algo? - pregunto con timidez.

- No se usar esto - repuse enseñando el estuche de maquillaje - ¿podrías ayudarme?

- Claro - contesto la elfina con una ligera sonrisa - aunque la señorita no lo necesita.

- Eres muy amable - mientras me sentaba para que ella pudiera hacer algo conmigo.

- Solo le pondré un poco de rubor, que es lo único que necesita para verse hermosa - sentí como ponía un poco de rubor en mis mejillas - y un poco de sombra - cerré los ojos y deje que me pusiera la sombra y luego enchinara mis pestañas.

Observe mi reflejo en el espejo, al menos ya no estaba tan pálida y eso debía ser una ventaja, las ojeras apenas si se notaban, mi cabello estaba lacio y mi flequillo que antes cubría mis ojos ahora estaba perfecto.

- Gracias - ella salió de la habitación y después de tomar todo el aire que mis pulmones fueron capaces de soportar baje.

Esto debía ser lo peor que me había pasado en la vida, jamás había vestido así, siempre me vestía con pantalón de mezclilla y tenis, solo en el baile de cuarto había usado tacones y al otro día ni siquiera puede caminar, llegue a la sala donde pude distinguir a Rosalie sentada en un pequeño sillón frente al grande de piel, vi el cabello rubio de Narcisa y otro que supuse era de hombre por la estatura.

- Espero no interrumpir - repuse con voz suave observando como el hombre de cabello rubio se ponía en pie. Camine hacía mi abuela y frente a mí estaba Draco Malfoy.

- Él es Draco, Draco Malfoy - me presento mi abuela.

- Hola - dije sonriendo con cierto alivio, Draco estaba aquí, pero recibí un pellizco por parte de Rosalie - lo siento - mientas bajaba la mirada - es un placer volver a verte.

- El placer es mío - repuso Draco tomando mi mano y como la primera vez dejando un beso en ella.

- Así que ya se conocen - comento Rosalie tranquilamente.

- Íbamos a Hogwarts - contesto sonriéndome de manera amable, haciendo que me sintiera mejor

- Es bueno saberlo - susurro Rosalie dándome un pequeño empujón - ya que Draco te enseñara a ser una dama.

 

- ¿Y eso me sirve para ser una mortífaga? - pregunte con la nariz ligeramente arrugada.

- No me contradigas - de nuevo me bofeteo - ¿lo has entendido?

- Si abuela - conteste limpiándome el hilo de sangre que había salido de mi labio.

- Y el Señor Tenebroso desea una dama en toda la palabra, para que pueda entrar a las reuniones sociales sin ser descubierta - esto era estúpido, pero en verdad no deseaba otra bofetada, así que baje la mirada aparentando de que en verdad me sentía mal - ahora ve con Draco que te ayudara.

Hice una leve reverencia y salí tras Draco, caminamos hasta que llegamos el jardín, era realmente hermoso, había varias flores y una fuente al centro y un árbol en una esquina, era bellísimo solo eso podía decir.

- Pensé que estaría en unas felices vacaciones con tu novio - ante aquellas palabras mordí mi labio tratando de no llorar, pero no lo logre, ya que las lágrimas rodaban por mis mejillas, al notar aquello camino hacía mi y con una de sus frías manos levanto mi rostro y limpió mis lágrimas - ¿dije algo malo?

- Pensé que ya todos sabrían que Cedric - mi voz se entrecorto y sin pensar en nada, solo el poder quitarme el dolor me abalance sobre él y escondí mi rostro en su pecho.

- ¿Te dejo? - pregunto con enojo y acariciando mi cabello, de hecho eso me habría dolido menos, ya que al menos aun podría verlo - que tiene ese imbécil en la cab

- Él está muerto - dije con un hilo de voz, mis lágrimas salieron con más desesperación al decir eso - Dra-Draco e-él m-mu
murió, t-tratando de d-defenderme y a-aho
ra no está.

Solo me abrazo con más fuerza, mientras yo dejaba que el dolor que había guardado durante mes y medio ahora saliera, él se había ido y ahora yo tenía que enfrentar ese mundo sola.

Espero ke de vdd les guste, prometo ke el dolor de Rach ya esta a punto de pasar o bueno al menos el de Cedric n.n

xfavor comenten, xfavor, xfavor ó.ò

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

_grace_lovegood_

subire mañana y el martes, así ke si no me odian aun pasen n.n

POV Draco

Había llegado para pasar vacaciones en casa con Rach, esperaba que ella fuera a recogerme a la estación, pero quien fue como siempre mi madre, solté un suspiro antes de caminar hacia ella, mi madre me recibió con una débil sonrisa, suponía que le preocupaba que no pudiera cumplir mi misión para el Señor Tenebroso, pero que poca confianza depositaba en mí.

- ¿Cómo estuvo Hogwarts? - me pregunto, mientras me acariciaba el rostro.

- Como siempre aburrido - conteste comenzando a caminar.

- Hoy habrá una fiesta - susurro mi madre, haciendo que me detuviera.

- El Señor Tenebroso no soporta las fiestas - comente girando a ver a mi madre.

- Quiere que Rach conquiste al hijo de Scrimgeour - contesto simplemente.

- ¿Qué? - eso no podía ser posible.

- El Señor Tenebroso cree que si tiene al hijo del Ministro en sus manos le será sumamente fácil volver a manejar el Ministerio - respondió pasivamente.

- Estás queriendo decir que Rach tiene que actuar como
- ni siquiera era capaz de decirle la palabra.

 

- De hecho Rosalie tiene planeado casarla con él y hacer que el joven mago se una a los mortífagos - esto era imposible, la iban a casar con un hombre simplemente para que el Señor Tenebroso mantuviera en control el Ministerio - pero tal vez Rosalie o el Señor Tenebroso decidan que es mejor que se case con otro de los tantos que van a ir está noche.

- ¿Y ella que dice? - mi voz tembló un poco y mi madre lo notó.

- Rach no es la chica que conociste - repuso con cierto angustia - ella es más como tu tía Bellatrix.

Perfecto ahora la chica que amaba estaba igual de loca que mi tía que lo único que le importaba era la pureza de la sangre y servir al Señor Tenebroso, debía ser una broma. No pregunte más, así que el camino a la Mansión Pewett fue en un rotundo silencio; en cuanto llegamos camine hacia su recamara, pero antes de llegar escuche su voz.

- Es muy amable - estaba en la sala sentada en el banco del piano y un hombre como de 24 años sonreía como idiota, su cabello castaño rojizo y alborotado y los ojos miel que se tragaban con la mirada a Rach y note el porqué, llevaba un vestido blanco que dejaba ver la naciente de sus pechos y un lunar del lado derecho en su seno.

- Solo digo la verdad - comento con una media sonrisa - tocas muy bien.

- Rach - llame y ella giró de manera elegante hacia mí, esos meses que la había dejado de verla había cambiado bastante, su cabello seguía corto, pero su palidez y sus ojeras en vez de ser menores eran mayores, pero eran escondidas detrás del maquillaje, su mirada ya no tenía ese brillo que me alegraba el día y no estaba esa sonrisa que iluminaba a todo aquel que la viera, ahora mostraba una fría y falsa sonrisa.

- Bienvenido Draco - contesto poniéndose de pie y haciendo una leve reverencia - espero que su estancia en Hogwarts y su viaje hasta aquí hayan sido agradables - se incorporo y con una débil sonrisa - él es Herbert Scrimgeour y él es Draco Malfoy.

- Un placer - repuse con frialdad.

- Igualmente - contesto haciendo una leve inclinación - bueno me despido - tomo la mano de Rach y la beso y ella simplemente sonrió con inocencia pero era una sonrisa fingida - fue un placer estar con usted - soltó su mano con delicadeza y giro a verme - espero verlo pronto.

Después de esto salió de la sala sin que ninguno de nosotros dijera algo, observe el pecho de Rach y note que no llevaba el perro que desde que la había conocido siempre traía puesto, ni tampoco la sntich que Cedric le había regalado, en cambio de eso llevaba una gargantilla en forma de serpiente y una pulsera que hacía juego con ella.

- Si no le molesta iré al jardín - esto de que me hablara de usted era realmente extraño.

- ¿Desde cuando deje de ser el raro? - pregunte tomandola del brazo, antes de que caminara.

- Draco aquí no - se soltó suavemente de mi agarre y camino al jardín.

Necesitaba una explicación, fue por eso que la seguí al jardín, cuando llegamos ella camino hacía el árbol y con una mano sobre su pecho y la otra sobre el árbol trato de tranquilizarse.

- ¿Qué pasa? - pregunte acercándome a ella - ¿Qué ha pasado contigo?

- Pasa que Rach murió junto con Cedric, ahora tienes frente a ti a Rachel Lyssandra Black - contesto irguiéndose en toda su altura.

- La chica fría que no le importa que la vayan a casar - complete de manera acida.

 

- Esto es simple - susurro observándome directamente a los ojos - Cedric fue todo para mí, no creo que lo entiendas - sonrió de manera amarga - pero eso ahora no importa, si ellos desean a una persona que no piense ni actué por si misma eso van a tener.

- ¿Qué crees que pensaría Diggory de esto? - cerro los ojos ante aquello - vamos dime ¿Qué crees que pensaría si te viera haciendo lo que los demás quieren de ti?

- Que importa, él no está aquí - susurro aun sin abrir sus ojos.

- Pero yo sí - tome su rostro con sumo cuidado - yo Te Amo y sé que si Diggory pudiera ver esto estaría decepcionado y realmente dolido.

- Dra

No la deje continuar, selle sus labios con los míos, sentí sus lágrimas rodar por sus mejillas, me separe suavemente de ella y limpie las pequeñas gotas con la yema de mis dedos.

- No puedo - susurro con la voz entrecortada - él siempre estará aquí - se apretó el pecho con fuerza - jamás por más que lo intente el jamás se irá.

- Déjame intentarlo - pedí, mientras más lágrimas salían por esas hermosas lunas que tenía por ojos.

- No - mientras besaba mi nariz con ternura - no puedo hacer que tengas el mismo dolor que yo, tú debes encontrar a alguien que verdaderamente te ame y se juegue todo por ti.

Después de decir esto entro a la casa, me había rechazado y yo no podía hacer más que tratar de que ella olvidara al Diggory y comenzara una nueva vida, en la cual yo pudiera estar.

[



























]

POV Rach

- Ced - mi voz temblaba debido al frío.

- ¿Qué pasa preciosa? - pregunto, mientras caminaba hacía mi con una enorme capa.

- Pensé que no ibas a venir - susurre mientras me aferraba a él como si mi vida dependiera de ello.

- Siempre que pueda estar a tu lado lo hare - beso mi cabello y me puso la capa encima y me rodeo con sus brazos, haciéndome sentir protegida.

- Me encanta tu barba - repuse acariciando su pequeña barba de candado - luces aun más sexy.

- Ahora tu me harás sonrojar - comento besando mi frente - te extraño tanto - cerré los ojos y me acurruque en su pecho - simplemente no puedo estar sin ti.

- Lo mismo me pasa a mí - susurre estrujando su camisa - mi vida no es vida sin ti.

- Quiero que hagas algo - me pidió con una débil sonrisa, yo solo asentí levemente - no dejes que nadie decida por ti, haz lo que tu creas conveniente, aunque no le parezca a nadie, nunca cambies, haz lo que te dicte el corazón, que si lo haces yo estaré orgulloso.

- No puedo - murmure y él me apretó más contra su pecho - la Rach que conociste murió, ahora solo queda la que hará todo para matar a quien te alejo de mi lado.

- Tienes razón - su voz se oía distante y triste - esa Rach de la que yo me enamoré esta demasiado escondida - me separó de él - pero aun así Te Amo y te amaré por siempre - beso mi nariz - espero que pueda salir y mostrarle al mundo lo hermosa que es - rozo mis labios y con una débil sonrisa - es momento de que despiertes.

 

Y así fue mis ojos se abrieron encontrando la habitación fría que odiaba, pero en la cual tenía que vivir, sentí la opresión en mi pecho y las lágrimas de nuevo bajando por mis mejillas, baje mi mano a mi pecho tratando de que así pasara el dolor, pero simplemente era imposible, siempre que despertaba era lo mismo, las lágrimas ganaban, ¿Cómo iba a vivir sin él?

- Rach - aquella voz que en ese momento hizo que mi dolor fuera menor - ¿estás bien?

- Draco - susurre limpiando mis mejillas.

- Otra vez llorando - dijo con cierta desesperación y se acerco al pie de la cama - esto del matrimonio te está matando.

- No puedo olvidarlo - me abrace a él como lo había hecho con Cedric - por más que lo intento él simplemente viene a mí todas las noches y no me deja olvidarme de él.

- Tranquila - me susurro, mientras acariciaba mi cabello - todo va a estar bien.

- ¿No lo entiendes? - replique alejándome un poco de él - nada ha estado ni va a estar bien, no sin Cedric.

- Tienes que dejarlo ir - repuso seriamente besando mi frente - no te hace bien aferrarte a él.

¿Cómo demonios hacerlo? Si desde que él no estaba mi vida se había convertido en un asco, había hecho todo lo que siempre odie, me había convertido en una mortífaga que de hecho ni siquiera me trataban como tal, ante aquello vino un enojo que hizo que recordara él porque me había unido a Voldemort.

Bastaba de lágrimas, de la Rach que cumplía todo capricho, jamás había sido así y jamás lo sería, desde esa noche acaba la idiota sumisa de Rach y comenzaba la Black que siempre lleve en mí, se acababan las humillaciones de Rosalie, se acaba ese estúpido matrimonio arreglado con el imbécil de Herbert y principalmente se acaba la niña llorona que sufría por amor.

- No más - susurre y me separe de Draco.

- ¿Qué te pasa? - su confusión se noto en su voz.

- Pasa que hoy deja de existir la miedosa y estúpida niña que todos manejaban a su antojo - conteste con una sonrisa de ladina - nadie más me va a volver a poner un dedo encima, ni a sentirse superior a mí - vi la expresión de Draco de sorpresa - porque nadie es mejor que Rachel Black.

- Rach - susurro con la nariz ligeramente arrugada.

- ¿No te gusta? - pregunte de la forma más sexy que pude y acercándome a él de manera peligrosa - vamos Draco dime si no te gusta la nueva Rach - sentí su respiración agitarse y ante aquello sonreí de manera burlona - no te morías por besarme - clavo sus ojos grises en los míos, mientras su respiración se agitaba más - hazlo, vamos Draco bésame.

Me empujo y salió de mi habitación, sonreí con arrogancia, esto era bastante divertido. Parecía ser que esto era más fácil y mucho más divertido que parecer la pequeña desprotegida que hace lo que los demás les plazca. Observe el reloj eran las 4:30, "mi abuela" iría a despertarme en media hora.

Para que molestarla, ante aquel pensamiento entre al baño, deje que el agua de la ducha se templara, mientras yo me desvestía para ducharme. Después de una relajante ducha, salí con una sonrisa arrogante digna de un Black, busque un poco de ropa, de ahora en adelante mi color sería el negro y el blanco, ya que el negro solo no me gustaba mucho, me puse un pantalón corto negro y una blusa de tirantes blanca.

Me acerque al tocador me puse un poco de base, ese día sería la primera vez que de verdad me maquillaría, en cuanto termine de ponerme la base, me puse una sombra obscura y delinee mis ojos haciendo que su color se notara más, puse un poco de rubor sobre mis pálidas mejillas y un labial rojo sobre mis labios (no se mucho sobre esto de maquillaje, así que de verdad disculpen u.u, pero se supone que se ve como una mujer sensual XD) cuando mi reflejo me regreso esa sonrisa altiva salí de mi habitación y camine hacia el despacho de mi nueva casa, ahora si era mi casa. Toque solo una vez como respeto y luego sin ningún permiso la abrí de golpe.

 

- Buenos días - salude a Rosalie que estaba sentada frente a Voldemort y a Bellatrix que como buen perro faldero a un lado del Señor Tenebroso.

- Lárgate - me espeto Bellatrix.

- Sal de aquí antes de que te castigue - replico Rosalie observándome con repulsión - y quítate esa ropa - Voldemort me observaba atentamente.

- No estoy de humor para escuchar sus voces - conteste, mientras veía la mirada enfurecida de ambas mujeres - ¿puedo hablar contigo?

- Quien te crees para hablarle al Señor Tenebroso como tu igual -Bellatrix de verdad era demasiado escandalosa.

- Tu tono de verdad no me gusta - dije de manera amenazante, mientras observaba como Voldemort sonreía de manera cruel - y como dije quiero hablar con el Señor Tenebroso, no con su asquerosa perra.

- Maldita mocosa - y como supuse me envió un crucio que revoto contra un librero, haciendo que cayera.

- ¿Ya acabaste? - pregunte con cierto aburrimiento.

- Lárgate - detuve la mano de Rosalie antes de que me abofeteara.

- De verdad debes buscar otros métodos para "castigarme" - mientras apretaba su mano observando una pequeña mueca de dolor - porque este simplemente ya no te va a funcionar.

- Rach - el siseo de su voz, hizo que Bellatrix bajara la varita y que Rosalie bajara la mano - pensé que jamás ibas a salir de esa actuación.

- Bueno quería que se confiarán - conteste sonriendo de manera perversa.

- Ahora si te pareces a Walburga - comento haciendo una seña a las dos mujeres para que nos dejaran solos, escuche como cerraban las puertas - ya que has dejado tu juego

- Antes quiero decir que no me casare - lo interrumpí tratando de sonar educada.

- Lo entiendo y no lo harás - contesto haciéndome una seña para que me sentará y eso hice - ahora que te dejaste de jueguitos tontos, comienza tu verdadero trabajo como mortífago - sonreí esperando a saber cual sería mi trabajo - solo pocas personas saben de esto y tú serás una de ellas.

- Gracias.

- De ahora en adelante serás una de las personas de mayor confianza - baje la cabeza como agradecimiento - Draco tiene como misión matar a Dumbledore - aquellas palabras provocaron por unos instantes tensión que paso desapercibida por él - pero para ser sinceros solo le puse esa misión para que fracasara y hacer pagar a Lucius por su indolencia en el Ministerio - lo suponía, pero solo asentí levemente - así que tu trabajo será matarlo - supuse que mi rostro era de confusión, porque sonrió con cierta burla - dos días antes de que termine Hogwarts irás, porque me siento una persona bondadosa y dejare que Draco trate de matarlo todo este tiempo.

- Muy bien - conteste educadamente - ¿me puedo retirar? - él asintió, así que me levante y camine tranquilamente hacia la puerta.

 

- Rach - llamo cuando mi mano estaba en la perilla, gire levemente - jamás dejes ese altivez - solo asentí, cuando estaba a punto de salir escuche un susurro "Te hace muy parecida a ella"

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

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POV Rach

Esto era muy aburrido, tener que levantarme temprano para ir a Azkaban a rescatar a los idiotas que habían sido encerrados el día del Ministerio, eso sería al medio día, ya que Voldemort quería mostrar algo de lo cual no tenía ni la menor idea, para eso faltaban siete horas, pero por los sueños con Cedric desperté a las 4:30 como siempre, comenzaba a odiar el soñar con él, porque cada vez que despertaba el dolor era mayor, al saber que no estaba conmigo.

Toda la mansión estaba en silencio, eso era algo nuevo para mí, decidí revisar un poco de aquella mansión, recuerdo que Rosalie le decía a Voldemort que debía quemar todo lo que tenía que ver con su pasado, eso me lleno de curiosidad, fue por eso que subí al ático donde se supone guardaban todo, subí haciendo el menor ruido para que nadie despertara o se percatara hacia donde me dirigía.

Cuando llegue todo estaba lleno de polvo como buena película muggle donde la protagonista busca pistas, gracias al cielo ya no estaba cerca de Ginny, bueno aparte de que todo estaba lleno de polvo, había varias cajas, con ropa y otras con papeles, había una que tenía el nombre de Walburga Black. La abrí y el polvo que desprendió hizo que tosiera, lo primero que había era una fotografía blanco y negro, pero como todas las mágicas con movimiento.

Se encontraba una chica como de mi edad, su cabello era negro y quebrado, tenía la misma forma de la cara que yo, sus labios al igual que los míos eran carnosos pero pequeños, de hecho tenía la forma de corazón que siempre mi abuela me decía, la nariz era mucho más afilada que la mía y un poco más pequeña, sus pestañas eran mucho más largas que las mías si se lo note en la fotografía, no me imaginaba como las debió tener, sus pómulos eran más marcados que los míos, sus ojos no sabía bien de que color eran , pero algo me decía que eran iguales a los míos y como ahora estaba mi mirada triste, fría y la altivez de cualquier Black se marcaba en su rostro. Le di la vuelta y tenía una pequeña inscripción "Nunca dejes esa altivez que te hace única"

La puse a un lado y saque un libro que se notaba demasiado viejo, sople sobre la portada para que el exceso de polvo se quitara y me dejara ver el titulo. "Propiedad de Walburga Black"

Lo hojee y pude ver que tenía una caligrafía entendible y como decía la portada era de una chica, la primera parte relataba de su llegada a Hogwarts en 1938, había quedado en Slytherin junto a su primo Orión que era cinco años mayor.

La verdad la vida de Walburga era un poco aburrida, pase y pase las hojas hasta que llegue una en donde estaba un TMR, ante aquellas siglas comencé a leer.

Hoy después de la cena de nuevo Tom, volvió a pedirme que nos viéramos en el tercer piso, pero que aun no entiende que tiene sangre mestiza y siendo así yo no puedo tener algo con él, porque jamás pasara de ser un mago mediocre por no ser de sangre pura.

Eso fue lo que le dije está noche, su mirada por primera vez me mostró odio, y dijo que pasaría a la historia porque haría grandes cosas solamente para callarme, pero simplemente se que es imposible, es por eso que le doy esperanzas, pero pobre chico jamás podrá ser más que un ayudante de Ministro.

 

No entendí, así que pase como diez hojas y ahora había una serpiente.

Hoy mataron a una sangre sucia de Hufflepuff, no recuerdo su nombre, pero si esto sigue así van a tener que cerrar Hogwarts, Riddle esta un poco más exasperado que el resto, porque si de verdad cierran Hogwarts él regresara aun asqueroso orfanato con todos esos muggles que deben dar asco el solo verlos, pero a prometido como prefecto que les dará el culpable, aunque comienzo a tener sospechas de quien es.

Pero y si me equivoco y él no es, pero sus ojos castaños parecen que me gritan que es él y que todo lo hace para que yo cambie de opinión sobre él. Pero simplemente no siento nada y creo que jamás lo sentiré al menos por él.

Llegue al final del diario

Jamás perdió las esperanzas de que yo dirigiera mi mirada a él, pero hoy el día de mi boda vino a suplicarme que no me casará creo que soy la única que puede decir que Tom Riddle me rogó para que me escapara con él y tuve tantas ganas de aceptar y no es porque lo ame, porque en verdad jamás lo amaré como tampoco amaré a Orión pero así se hacen las cosas en mi familia.

Tal vez si hubiera sido Malfoy el que me lo hubiera pedido lo hubiera aceptado de inmediato, pero no siempre es lo que uno desea, fue eso lo que le dije a Tom antes de salir a mi nuevo futuro. Pero antes de dejarme salir me dijo que iba a pasar a la historia como el Mago más poderoso y que había llegado más haya de la muerte o algo parecido, solo sonreí y le dije el día que tú lo logres, ese día yo estaré dispuesta a aceptar que Te Amo.

Robo un beso de mis labios y me dijo eso es una promesa, el día que lo logré ese día serás mía.

Creo que ya entendía, Voldemort estuvo enamorado de Walburga, fue por eso que había hecho tantas cosas que

- Al principio lo hice por ella - mi cuerpo se tenso ante aquella voz - pero después me di cuenta que eso era lo que deseaba, y poco a poco mientras ganaba más poder, el amor que sentí por ella se iba a pagando, un día después de muchos años, creo que tu padre tendría como seis años ella vino a mi llorando y suplicando que la sacara del infierno que vivía con Orión - giré mi vista sonreía de manera vil - le dije lo mismo que ella una vez me dijo a mí, cuando tengas un futuro y un estatus regresas - clavo su roja mirada en la mía - y como te dije ese día en el cementerio el amor es para estúpidos y débiles, eso me lo dejo muy claro tu abuela, es por eso que esto sigue aquí, porque cada vez que lo veo sé que entre más poder tenga más valgo.

- El amor es lo peor que pueda existir - susurre secamente - solo trae dolor.

- Aprendes rápido - repuso con cierta burla - es mejor que bajes, todos están listos.

Me incorpore y solo hice una leve reverencia y salí del ático, en eso era en lo que me iba a convertir, en una persona sin sentimientos que siente placer al lastimar a las demás personas, una débil sonrisa amarga apareció en mi rostro.

Cuando llegue a la sala, Bellatrix, su marido Rodolphus, y otros tres magos a los cuales de verdad no conocía me esperaban en la sala y después sin decir nada Bella tomo el lugar como líder y salió de la mansión seguida por el resto, debíamos desaparecer y llegar a Azkaban que en esos momentos era el lugar más fácil para entrar.

 

Sabía que no era mayor de edad, pero Dumbledore en sus clases particulares me había enseñado a aparecerme, en cuanto vi desaparecer a Bellatrix yo hice lo mismo, cuando llegue tres magos estaban inconscientes, debo aceptar que Bella era buena para esto.

Camine tratando de encontrar la celda donde estaba Lucius, esto era asqueroso, era el lugar más sucio que hubiera visto, además de que estaba tan solo que si no comprendían porque habían escapado los mortífagos sería por estúpidos. Encontré unas escaleras las cuales subí, había varias celdas con hombres y mujeres que me daban miedo, su mirada demostraba locura.

POV Escritora

Su mirada busco en cada una de esas celdas a Lucius Malfoy, mientras en una celda al fondo de ese piso, junto a las escaleras para subir al siguiente piso, un preso no dejaba de dar vueltas ¿Por qué estaba tan ansioso? Era la pregunta que rondaba por su cabeza, que era lo que podría pasar esa tarde que lo tenía tan nervioso.

- ¿Dónde estás Malfoy? - escucho un pequeño susurro, era una voz que le recordaba a alguien, pero no sabía a quién.

Un olor que hizo que su estomago sintiera miles de mariposas, era una mezcla entre sandía y fresa, camino hacia la reja, para ver si veía a quien pertenecía ese adictivo olor, lo que vio le pareció un ángel, justo frente a su celda pasaba una chica como de 1.64, el cabello negro azulado a la barbilla y unos ojos grises hermosos. De tan solo verla se le formo una débil sonrisa, era realmente hermosa.

Sintió una mirada, así que giro buscando al dueño de la mirada, cuando giro hacia la celda, sintió su corazón detenerse, no podía ser cierto, eso debía ser una mala jugada de su cerebro y de su necesidad de verlo, tenía que serlo; sintió sus manos temblar al ver esos ojos verdes que siempre habían sido su condena.

- Cedric - sus labios se movieron por si solos, el hombre la observo sin entender, porque lo llama así y más aun como era que un ángel pudiera confundirlo, vio como cerraba sus hermosos ojos grises y luego poco a poco los volvía a abrir y fijaba de nuevo su vista en él - ¿en verdad eres tú? -su voz se quebró al acercarse al hombre que a pesar de la palidez de su rostro, las profundas ojeras debajo de sus bellos ojos verdes, su cabello rubio cobrizo más largo y más sucio y esa barba que no tenía la última vez que lo había visto.

- Me confundes - susurro el hombre, luchando contra todo su ser por no limpiarle las lágrimas que caían sobre su perfecto rostro.

- No lo creo - contesto con una débil sonrisa tomando una de las manos del chico - eres Cedric, mi Cedric.

- Mi nombre no es Cedric - replico, pero a pesar de eso no aparto su mano de la pequeña que le ofrecía Rach.

- Entonces ¿cuál es tu nombre? - no pensaba pelear con él, no ahora que estaba con ella.

- Daniel - contesto sin ninguna emoción.

Se sorprendió de la perfecta mentira que estaba diciendo, o tal vez no era mentira y él en verdad creía que ese era su nombre, Rach examino el rostro del chico, no había nada que le delatara que mentía, sonrió con inocencia una real, después de nueve meses por fin volvía una sonrisa sincera a su rostro.

 

- Muy bien Daniel - no le interesaba en ese momento pelear con él sobre si era su nombre o no lo era.

- ¿Rach? - no podía ser que ahora también vinieran ellos, la chica giro lentamente encarando a su padre - muñeca - susurro Sirius caminando con ella con una enorme sonrisa - he estado tan preocupado por ti.

- No des, un paso más - ordeno con la voz fría, tenía que morderse la lengua y obligar a su cuerpo a no correr hacia él y abrazarlo; Sirius se quedo estático al escuchar la voz de su hija tan fría - solo quiero que le digas a Dumbledore que esto es sencillo ahora yo soy a quien tiene que vencer no a Voldemort.

- Rach - no sabía que decir - ¿Qué pasa contigo?

- Es lo que menos importa, solo quiero que le digas que Voldemort no está solo y que si trata de hacer algo, yo estaré allí, así que a quien tiene que vencer soy yo.

- ¿Me estás diciendo que

- Si padre - contesto de manera acida - soy una mortífaga como todo Black debería ser - antes de que pudiera hacer algo saco su varita - dormus corporus (siempre tan original con los hechizos ¬¬) - susurro y Sirius cayó al suelo suavemente y completamente dormido - de verdad papá lo siento.

- Así que eres una de ese imbécil - la mirada de Cedric se había ensombrecido.

- Vámonos - contesto secamente mientras abría la celda.

- No voy a ningún lado.

- No te estoy preguntando - le espeto la chica, tomándolo del brazo y jalando de él - o te mueves o hago que te muevas.

- No voy a ir a ningún lado con alguien como tú - replico observándola con cierta irritación.

- Muy bien tú lo pediste.

Sin saber como con un jalón lo saco de la celda y con eso sus delgados brazos rodearon su cuello y con un leve esfuerzo hizo que se inclinará y lo beso, como desde hacía tanto tiempo deseaba, primero abrió los ojos debido a la sorpresa, pero a los pocos segundos los cerró disfrutando el dulce sabor de Rach y sus manos se colocaron en su cintura de manera posesiva, haciendo más profundo el beso, sintió como algo lo halaba hacia arriba, pero a pesar de eso no se separo de la chica.

Después de lo que a él le parecieron escasos segundos, Rach se separo de él lentamente y fue en ese momento que notó que no estaban en Azkaban, sino en un bosque.

- ¿Ves? te dije que te sacaría de ahí - susurro Rach con una media sonrisa.

- ¿Me quieres para ser uno de ellos? - pregunto de manera ácida.

- Dudo que te acepten y que me acepten a mí de regreso - contesto, mientras comenzaba a adentrarse en el bosque.

- ¿A dónde demonios vas? - pregunto exasperado.

- Voy a explorar un poco el lugar - contesto con indiferencia.

No iba a dejarla ir sola, soltó un bufido antes de seguirla, era hermosa, pero porque alguien como ella lo había sacado de Azkaban sino era para unirse a Voldemort. Esa pregunta llevaba dando vueltas en su cabeza. Hasta que por fin después de un rato en silencio lo dijo.

- ¿Por qué me sacaste? - Rach giró a velo con la nariz ligeramente arrugada - ni siquiera nos conocemos.

De verdad creía que no se conocían, decirle la verdad y que la creyera loca y se fuera o mentir y encontrar la forma en que todo volviera a la normalidad, porque eso de que era una persona igual al amor de su vida era una estupidez y ella lo sabía, eso solo pasaba en las telenovelas y siempre le pareció tan estúpido cuando las veía con Ginny.

 

- Es algo que no te incumbe - contesto siguiendo su camino, pero una mano la detuvo.

- Me incumbe, porque me sacaste de Azkaban y quiero saber él porque - debía encontrar una buena excusa pronto, pero no le era fácil si tenía que verlo a los ojos.

- Tu mirada me recuerda a alguien - contesto simplemente y se soltó del agarre de Cedric.

- ¿Ese tal Cedric? - que no iba a dejar de hacer preguntas - ¿Qué paso con él?

- No voy a hablar de eso - y después de esto camino más rápido.

espero ke les guste, aunke parezca telenovelezco y xfavor dejen comentarios n.n

POV Gab

Lo que Sirius decía tenía que ser una mentira, mi hija no podía estar con Voldemort, no podía; sentí las lágrimas ganar de nuevo, como iba a superar que ahora mi pequeña estuviera con la persona que más odiaba. La persona que me había quitado a mi mejor amiga y a mi pequeño ciervo idiota.

- ¿Eso quiere decir que Rach ahora está contra nosotros? - pregunto Tonks que observaba atentamente la reacción de mi marido.

- Eso es lo que parece - contesto Dumbledore tranquilamente - Harry sufrirá ante esta nueva acción de Rach.

- No es el único que sufre - replico Sirius que desde ese día en Azkaban su mirada se había tornado fría.

- Lo sé Sirius - concedió Dumbledore sin perder su tranquilidad - pero te lo advertí antes de que naciera.

- ¿Advertir qué? - pregunte con la nariz ligeramente arrugada.

- Rach es un peligro para el mundo mágico - sus ojos azules se clavaron en los míos - le dije a Sirius que una pequeña niña traería el terror al mundo.

- ¿Está hablando de que esa pequeña niña es Rach? - mi voz sonó un tanto temblorosa.

- ¿Cuántas mujeres embarazadas conociste que su feto hiciera magia? - eso era cierto, ninguna mujer que yo conociera su bebé hizo magia antes de nacer - y después cuando nació siendo una recién nacida hiciera que todas las luces de San Mungo se apagaran.

- Nadie - conteste en un susurro.

- Una de las mejores adivinas predijo su nacimiento, Voldemort la deseo desde antes de siquiera ser concebida, sabía que era un peligro, pero Sirius me hizo dudar y deje que siguiera creciendo y ahora aquí están las consecuencias de que ella naciera.

- ¿Pensaba matarla? - la voz de Remus se escucho ronca, un silencio respondió la pregunta.

- Es bajo - susurro Tonks - jamás pensé escuchar eso de alguien como usted.

- Me importaba el bienestar del mundo mágico - su voz seguía pasible - pero ahora no me importa más que el bienestar de Rach.

Mi hija era el nuevo trofeo de Voldemort, comenzaba a entender el miedo de Dumbledore, era mi hija y la amaba más que a nada en este mundo, pero si ella iba a ser la causante del dolor del resto del mundo, habría aceptado las medidas que Dumbledore hubiera creído convenientes.

- ¿Por qué jamás lo supe? - el nudo en mi garganta no me dejaba hablar - hubiéramos evitado todo esto, si yo hubiera sabido lo que ese pequeño ser traería.

- ¿Hubieras aceptado que muriera? - pregunto Sirius con la nariz arrugada.

- Si era para evitar esto
- en ese momento ya no pude evitar los sollozos.

- Pensé que una madre da todo por sus hijos - me espetó, su voz era fría.

 

- La amo más que a mi vida y daría todo por ella - conteste sintiendo la sequedad en mi garganta - pero esto no es solo por mí y mi sentimiento de madre, era por el bien del mundo mágico y por el de ella.

- Fui egoísta - levante mi mirada y allí estaba con algunas pequeñas gotas rodando por sus mejillas - pero no puedo evitarlo cuando se trata de mis hijos, no pude y nunca podre poner a todos antes que a Rach, simplemente me es imposible y ahora que está con Voldemort ese sentimiento es mayor.

- Ella va a estar bien - comento Dumbledore con una media sonrisa - tiene muy buenos valores y dudo que vaya contra ellos.

- ¿Y si no es así? - mi voz tembló.

- Entonces, Harry sabrá qué hacer -contesto simplemente - bueno ahora me retiro.

Después de eso se levanto con la elegancia característica de Dumbledore y despareció, observe al resto, Remus tenía el entrecejo fruncido, Tonks no sabía que decir o que mirar, Vanesa observaba a Remus y Sirius me abrazo por la espalda.

[
















]

POV Rach

- ¿De verdad vamos a vivir aquí? - pregunte en voz baja al ver un edificio demasiado viejo y que olía raro.

- Fue lo mejor que pude conseguir - su voz era indiferente como siempre, me comenzaba a acostumbrar al nuevo Cedric.

No dije nada, entre al edificio y él me guió escaleras arriba, cuando llegamos al tercer piso me guió hacia la derecha y pude ver una puerta sucia al igual que las paredes, esto iba a ser difícil muy difícil.

- Esto solo será por poco tiempo - repuso caminando detrás de mí.

- No está mal - conteste tratando de sonar convincente.

- Sé que la princesa desearía algo mejor - dijo de manera irónica - pero por ahora es lo único.

- Ya dije que no importa - le espete, antes de caminar y revisar todo el departamento.

No era muy grande, solo tenía una pequeña cocina y otra habitación que servía de sala y comedor, de hecho solo había un viejo sillón y una mesa vieja con dos sillas, un baño que tendría que compartir con él y dos habitaciones.

- Rach - llamo en un susurro, que pensé que lo había imaginado -te llego esto - mientras sentía su respiración en mi cuello y un pedazo de pergamino.

- Gracias - conteste tomando el pergamino.

Después de esto desapareció como si de un fantasma se tratase, tome el pergamino y vi que era la caligrafía de Dumbledore.

Querida Rach:

Necesito hablar contigo, nos vemos en Hogsmade a las 6:00pm y espero que recuerdes que nadie debe seguirte, creo que querrás saber que fue lo que realmente paso en el Ministerio y un poco más sobre el interés de Voldemort en ti.

El reloj marcaba las 3:30pm, faltaban dos horas y media, camine hacia las habitaciones y ver cuál sería la mía, abrí la puerta que estaba a mi izquierda. Y allí estaba mi tortura sin camisa, jamás lo había visto así, abdomen bien trabajado, al igual que sus brazos, me quede como idiota viendo su marcado abdomen.

- ¿Necesitas algo? - cuando escuche su voz, fue como deje de ver su marcado cuerpo.

- Solo venía a decirte que voy a salir - conteste tratando de sonar indiferente.

- ¿Puedo saber a donde vas?

- No creo que te importe - replique girando para salir de la habitación.

 

- Espera - me detuve y sentí como caminaba hacía mi y se detenía como a dos pasos de distancia - quiero saber quien es Cedric y que fue para ti - me ordeno, esto de que ahora fuera frío y arrogante lo odiaba - por favor - sonreí al escuchar esas últimas palabras, quería decir que muy en el fondo estaba el hombre del que me había enamorado.

- No es algo que te im

- Yo te diré si me importa o no - me giró y me acorralo contra la pared - dime que es para ti ese tal Cedric.

- Lo amo - susurre, mi cerebro no fue consciente de lo que dije - y sin temor a equivocarme te puedo decir que es el amor de mi vida.

- Quiero saber como se conocieron y porque terminaron - su mirada era tierna y su voz fue suave, al ver la duda en mi mirada - te ayudara a sanar un poco lo que llevas dentro.

- ¿Pero me puedes soltar? - le pedí en voz baja, soltó mis muñecas y camino hacia la pequeña ventana que había en la habitación - su nombre es Cedric Diggory, lo conocí hace tres años, cuando mi madre me cambio a Hogwarts, toda mi vida era perfecta en mi antiguo colegio, pero tenían que ofrecerle empleo de profesora - suspire - creí que mi vida sería un verdadero fastidio.

>>Me empeñe en ver todo lo malo de Hogwarts, pero esa misma noche que llegue conocí a Ginny Weasley, la cual se convirtió en mi mejor amiga, junto con Luna Lovegood; por esa razón yo conocí el significado de una biblioteca - sonreí, ya que antes de que las conociera, yo jamás había entrado en una biblioteca - una noche después de haber terminado mi trabajo, le pedí a la bibliotecaria que si me prestaba un anuario del año en que mis padres iban a Hogwarts, quería verlo sin que nadie me molestara y conociendo a mis dos amigas, al ver que no había libros, se iban a sentar conmigo.

>>Por esa razón coloque un muro de libros, para que creyeran que estudiaba, pero había tomado libros de Herbología de años superiores sin darme cuenta, bueno me senté y abrí el anuario, cuando alguien me dijo "¿Te molesta que me lleve este?" estaba apunto de gritarle que si estaba en mi mesa era porque lo necesitaba, cuando levante la mirada y vi los ojos verdes que me quitaron la respiración y lo único que pude fue asentir. Desde ese día no hubo día que no soñara con él o que la verlo no suspirara o mis piernas temblaran.

- ¿Y él que sentía por ti?

- A pesar de ser uno de los chicos más populares era tímido, siempre que me veía había una sonrisa tierna en sus labios - sonreí al recordar aquello - supuse que era porque era la hermana pequeña de uno de sus amigos, pero en cuarto, comenzó a confundirme, ya que cuando estábamos solos que fueron pocas, porque él evitaba a toda costa estar conmigo, bueno siempre que estábamos solos, terminaba besándome y diciéndome que lo nuestro no podía funcionar.

- ¿Jugaba contigo? - su voz parecía irritada.

- Lo mismo pensé yo, hasta el día del baile que me dijo que me amaba, pero que era demasiado cobarde como para gritarlo - él sonrió de manera amarga, pero no deje que dijera algo - después de eso no volvimos a estar solos. Pero cuando termino el curso, entre a San Mungo como estado grave y allí fue cuando él acepto y se lo dijo a todo mundo que me amaba.

- Vaya necesito sentirte perdida, para poder aceptarlo - comento de manera irónica - ¿Cómo puedes amarlo?

 

- Es el hombre que a pesar de saber que no iba a ganar, se enfrento para salvarme - conteste firmemente.

- ¿Murió? - que responderle que no y que estaba frente a mí sin saber quien era, mala idea y lo sabía, entonces decirle que sí.

- No lo sé - conteste, esto de que mi mente no pensara bien las respuestas era malo - al principio pensé que sí, pero ahora algo me hace creer que él sigue aquí.

- ¿Por qué lo crees? - no podía seguir contestando sus preguntas o iba a terminar diciéndole la verdad y aun no era momento.

- Dejemos esto - susurre, al ver que iba a replicar - yo no pregunto por tu vida y entiende que aunque no parezca me duele hablar de él.

- Muy bien - acepto de mala gana.

Salí de su habitación y entre a la que me había dejado, lo necesitaba más de lo que imaginaba y estando tan cerca, no sabía como podía soportar no correr a abrazarlo y besarlo. Suspiré tratando de pensar que iba hacer viviendo con él.

- ¿Tienes hambre? - me sorprendí, ya que no lo había escuchado entrar, al ver mi rostro de confusión - prometo que no serán ratas o algo parecido.

- Entonces acepto - conteste con una débil sonrisa y levantándome.

Sin decir nada camino hacia el comedor, en la mesa había una caja que sobre está decía pizza, me acerque como si fuera una trampa, él me vio como extraña, pero jamás había visto una caja así, en esta venía masa circular con queso, salsa de jitomate, jamón y pedazos de piña; tome un pedazo, ya que estaban cortadas, le di una mordida con cierta desconfianza, pero realmente estaba deliciosa.

Comimos en silencio, ya que el nuevo Cedric o mejor dicho Daniel le gustaba el silencio, lo observe de reojo y note como pasaba su mano por su barba, aun la tenía, según él porque así le gustaba, pero yo le había dicho que le sentaba muy bien.

Observe el reloj y ¿Cómo podía pasar el tiempo tan rápido cuando estaba con él? Me levante al ver que marcaba las 5:00pm, podría esperar hasta las 5:50pm, pero esperaba comprar un poco de comida y algunas cosas, para que ese departamento se viera con un poco más de vida.

- Nos vemos después - me despedí, mientras tomaba mi chamarra.

No contesto, pero supuse que si había escuchado, en cuanto salí del departamento desaparecí y llegue a Hogsmade, camine por las pequeñas calles, escuchaba pequeños murmullos, pero no preste atención, entre a una pequeña tienda y compre unas cuantas telas de colores un poco más vivos, que darían un poco de color al departamento. Después de eso camine hacia la casa de los gritos, recordé como había conocido a papá y como Hogwarts había cambiado mi vida, sentí un ardor en el brazo izquierdo, me levante un poco la manga y note que se tornaba negra.

- Está furioso - gire a ver de quien era aquella voz y frente a mi estaba Severus Snape.

- Lo suponía - conteste con indiferencia.

- Lo encontraste ¿cierto? - ¿Qué quería decir con que lo encontré?

- ¿A qué te refieres?

- Diste con el señor Diggory - contesto con simpleza.

- ¿Sabías que estaba vivo? - había confiado en él, le había tomado cariño y él todo ese tiempo había sabido que Cedric estaba vivo.

- No es culpa de Severus - detrás de él estaba Dumbledore - él simplemente cumplía órdenes.

- ¿Entonces esto fue tu idea?

- Antes de que te alteres - repuso tranquilamente - contéstame algo - lo observe sin entender - ¿hubieras aceptado ser mortífaga si no hubieras creído la muerte de Cedric?

 

- Lo dudo - conteste secamente.

- Rach - susurro con una débil sonrisa - sabía que si él no estaba de acuerdo en que te hicieras pasar por una mortífaga tú no lo ibas a aceptar - tal vez tenía razón.

- Muy bien - acepte con desgana - pero ¿tenías que mentirme de esa forma para que yo aceptara tu plan de entrar al estúpido grupo de Voldemort?

- El dolor de perderlo te dio más fuerza - contesto con una sonrisa, me volví un maldito zombi cuando él no estuvo a mi lado, pero no quise decírselo - mande a Cedric a Azkaban porque era el lugar en donde ningún mortífago o el mismo Voldemort lo encontrarían. Y le hice un pequeño hechizo a su memoria cambiando su nombre, y su pasado, pero a pesar de eso, no pude modificar su corazón y cuando supe que te habían enviado a Azkaban, supe que tu tiempo con los mortífagos se había acabado.

- No solo para eso me enviaste a hablar - replique y Dumbledore me miro atentamente - ¿Qué mas tengo que saber?

[






















]

POV Cedric

Ya había anochecido y ella aun no llegaba, esto me estaba preocupando, era algo que no entendía, pero sino estaba a mi lado, comenzaba a desesperarme por verla, ni siquiera sabía que significaba para mí, pero la necesitaba. El reloj estaba a punto de marcar las 10:00 y ella seguía sin llegar, le iba a dar quince minutos más sino saldría a buscarla.

Me senté en el único sillón de la sala a esperar a que llegara, el tiempo se me estaba haciendo eterno y mis manos no dejaban de temblar, iba a morir si esa puerta no se abría ya. Y como si el cielo hubiera escuchado mi suplica la puerta se abrió, pero lo que vi hizo que mi corazón se detuviera, venía con el cabello un tanto alborotado y a pesar de la oscuridad note que lloraba .

- ¿Estás bien? - pareció que apenas notaba mi presencia, ya que levanto la mirada y se limpió las lágrimas y trato de sonreír.

- Solo me duele la cabeza, me iré a la cama - contesto caminando hacia su habitación.

- Hablar te ayudara - jamás me había gustado escuchar a las personas, pero con ella era diferente.

- ¿De qué me sirve hablar con alguien que ni siquiera me conoce? - me espetó, me dolió pero ella tenía razón no la conocía.

No dije nada, observe como su mirada se volvía cristalina y a los pocos segundos la sala se lleno de sollozos, la necesidad de querer abrazarla le estaba ganando a mi raciocinio de que no éramos nada, ¿entrar a mi habitación y dejarla llorar o abrazarla y olvidarme de todo esto que no éramos nada? Maldita confusión, no sabía que hacer y ella seguía a la mitad de la sala tratando de controlar sus sollozos.

- Soy un monstruo - susurro, interviniendo en mi lucha interna.

- No lo eres - la contradije, pero sin moverme de mi lugar.

- Mi nacimiento no debió ocurrir - esto si era de preocuparse, ¿Cómo que no debió de haber nacido?

- No digas tonterías - le espete secamente.

- Soy un peligro - mientras se acercaba a mí, sentí una descarga recorrer mi columna, pero en vez de abrazarme se sentó en el sillón y se abrazo las rodillas - deberías alejarte de mí.

 

- Tú eres la que está conmigo - lo dije sin pensar.

- Lo siento - su voz era amortiguada por sus rodillas, porque había escondido su rostro entre ellas - pero pensé que junto a ti, iba a encontrar a Cedric.

Otra vez regresábamos con el ex, aun no lo conocía y ya lo odiaba, la hizo más infeliz que feliz, ¿Qué tenía ese tipo para que ella lo amara?

- Te pareces tanto a él - susurro, mientras me veía detalladamente - físicamente, porque en su forma de ser son un tanto opuestos.

- ¿Fue por eso que me sacaste de Azkaban?

- Te lo dije ese día - contesto con una débil sonrisa - tu mirada me recuerda a él.

- Estoy hastiado de que solo exista Cedric en tu vida - no iba a ocultar más esto que sentía por ella -y de que te la pases llorando por ese idiota, que te hizo sufrir.

- ¿Te importó? - esa pregunta no era la primera vez que me la hacía, pero ¿Cuándo fue la primera vez que me la hizo?

- Nadie dijo que
- me calle, ya que está noche si le diría lo que sentí por ella desde que la vi en Azkaban - no te voy a mentir, me importas más de lo que desearía.

- Entonces por favor recuérdame - me suplico, mientras se levantaba, tomó mis manos y las entrelazo con las mías - por favor Cedric, has un esfuerzo.

- Las lágrimas te afectan el cerebro - replique sin soltarme de sus manos - tal vez tenga un parecido con el imbécil ese, pero no soy él.

- Cierra los ojos - me pidió, la vi dudoso - solo hazlo.

- Muy bien - dije con cierta irritación y cerré los ojos.

- No pienses en nada, solo las personas que yo mencione - asentí levemente - Owen Black - ¿Quién demonios era ese tipo? Pero cuando escuche su nombre un chico de cabello castaño y quebrado y ojos avellana apareció en mi mente - los gemelos Weasley - dos chicos altos y de cabello pelirrojo y pecosos aparecieron ante mí, con una sonrisa tonta - Thomas - un chico de cabello negro y quebrado y ojos azules ocupo mi mente - Amos Diggory - un hombre de rostro rubicundo (como rojo) y barba escasa de color castaño al igual que sus ojos - Elladora Diggory - una mujer de cabello rubio y rizado y los ojos verdes como los míos me sonreía de manera maternal - Cho Chang - al mencionar aquello se sintió la tensión de su voz.

- No - conteste, ya que simplemente al escuchar ese nombre no venía nada a mi mente.

- Rachel Black - ante aquel nombre, los ojos grises que me quitaban el aliento, sus labios, sus manos; fueron como flashes sobre todas la veces que sus labios habían estado sobre los míos, las sonrisas que me dedicaba, las lágrimas con ese hermoso vestido plateado, su abrazos.

Me quede en silencio, lo recordaba todo, ella era Rachel Black, mi Rach, y ¿Cómo pude olvidarla? Abrí los ojos lentamente y allí estaba ella con una débil sonrisa y los ojos rojos e hinchados.

- Lo siento - susurre, mientras besaba sus mejillas para limpiar sus lágrimas.

- ¿Me recuerdas?

- Claro - conteste besando su nariz - recuerdo todo.

- Cedric - se abalanzo sobre mi y los dos terminamos en el piso - lo siento - trato de levantarse, pero la tomé de la cintura.

- Te Amo - susurre y levante un poco mi rostro para poder besarla.

espero ke sea de su agrado y ke xfavor comente ^^

 

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

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Este capitulo debía ser el día de las madres, pero la pagina no me dejo abrir, pero me gusto mucho, asi que se los dejo, espero que les guste n.n

POV Sirius

- Sirius - su angelical voz me llamaba - amor - me quito las sabanas para que me levantara, pero la cabeza me dolía.

- Me duele la cabeza - susurre, sin abrir los ojos porque en verdad era un dolor insoportable.

- Parece que te va a dar fiebre - comento después de posar su mano en mi frente - Sirius ¿con quien voy a dejar a los niños? - si hoy era mi día libre y cuidara a Rach y a Owen, mientras ella iba a arreglar algo de su trabajo, y Lyssandra no podría porque se iba a Australia a conocer a su nuevo nieto.

- Yo me puedo hacer cargo de mis hijos - conteste tratando de incorporarme, pero el dolor de cabeza hizo que me volviera a recostar.

- Ni siquiera te puedes mantener en pie - me espeto, mientras se levantaba y mandaba su patronus en forma de lobo - Rem sé que no debo molestarte, pero en verdad necesito que vengas a cuidar a Owen.

- Gab yo puedo hacerme cargo de Rach - comente tranquilamente.

- Es mejor que me la llave, para que tu descanses - contesto besando mi frente.

- En verdad yo puedo cuidarla, además de que estará Lunático por si necesito ayuda - repuse, mientras me incorporaba un poco para besarla.

- ¿Seguro? - pregunto no muy convencida.

- Completamente - conteste con una débil sonrisa.

Gab no estaba muy convencida, pero no pudo decir nada, ya que entro un patronus en forma de un lobo mucho más grande que el de mi esposa y un tanto más deforme, era algo así como un licántropo.

"Gab de verdad lo lamento, pero no puedo cuidar a Owen, en verdad espero que lo entiendas. Te prometo que en cuanto pueda te ayudare con él"

- Esto no puede ser - susurro con cierta frustración.

- Puedo cuidar de los dos - repuse observándola con una sonrisa ladina.

- Mejor lo hago desde casa - contesto con desgana.

- Gab - repuse serenamente - no va a pasar nada en unas cuantas horas.

- Si pasa algo solo habla y yo estaré aquí - no sabía porque seguía trabajando si cada vez que dejaba a los niños era una odisea, porque simplemente le era difícil dejar a los dos pequeños.

- Son mis hijos, no será difícil cuidar de ellos - me sonrió.

- Amor aun no conoces a tus hijos - susurro besando mi nariz - pero si puedes ve con Lily y James y ellos te ayudaran a cuidarlos - suspiro - al menos Lily.

- Se te hace tarde - comente al ver que el reloj marcaba las 8:50.

- Muy bien ya me voy - contesto derrotada y caminando hacia la sala - pero de verdad cualquier problema y yo estaré aquí.

- Si ya entendí - no creía que cuidar a una bebé de seis meses y medio, y a un niño de casi tres años fuera tarea tan difícil. Pero no pudo contestar, ya que el llanto de Rach se lo impidió.

- Tu trabajo de mamá o de niñero comienza - comento con una débil sonrisa - te dejare una lista en la cocina de que debes hacer - asentí, mientras me levantaba para atender a mi hija - nos vemos.

Aun con la cabeza punzándome camine hacia la recamara que estaba a un costado de la nuestra, el llanto de mi hija cada vez era mayor, entre a la recamara que era blanca con algunos detalles en dorado y algunos rojos, el imbécil de James dijo que al igual que Owen iba a ser toda una Gryffindor y era mejor que se acostumbrara a los colores que llevaría en Hogwarts.

 

- ¿Qué tienes muñeca? - pregunte, mientras la tomaba en brazos y ella abría sus ojos grises observándome atentamente y dejaba de llorar - eso está mejor, ahora veamos qué es lo que quieres.

- Tenglo hamble - escuche una pequeña voz a mi espalda, gire y me encontré a mi otro hijo con un mameluco rojo con algunas snitchs, regalo de James.

- Entonces vayamos a que desayunes - conteste tomando la pequeña mano de mi hijo, mientras con la otra sostenía a Rach - ¿Qué es lo que desayunas?

- Mi abu me dla shocoladte - sabía que era una mentira, porque para que Lyssandra le diera chocolate a un niño de dos años, debía odiarlo, porque según ella era el peor alimento.

- Owen sabes que tu abuela no te da chocolate como desayuno - comente, mientras ponía a Rach en su pequeña silla y Owen en la suya, vi la nota que me había dejado Gab.

1. Deje un poco de consomé de pollo para Owen y papilla para Rach que en cuanto despierten tienes que darles

La lista continuaba, pero eso era lo que más me importaba, así que me acerque a la estufa donde estaba el consomé de Owen y en un topear estaba la papilla de Rach.

- Come, mientras le doy a tu hermana - comente, mientras ponía el plato frente a Owen y me senté frente a Rach, para comenzar a darle la papilla - ahora abre la boca muñeca - mi hija me miro con asco - por favor Rach abre la boca.

Solo apretó más la boca y no la abrió por más que lo intente, suspire derrotado buscando algo que pudiera darle que le gustara, cuando vi a mi hijo, estaba lleno de comida de pies a cabeza, quise llorar, pero esto no m iba a detener, para demostrarle a Gabrielle que cuidar a dos niños no era tan difícil.

- Vamos a darte una ducha y a ti señorita ya veré que te daré de comer - me sonrió, parecía que me retaba haber si encontraba algo que pudiera comer - no creo que Harry sea tanto trabajo como tú - ella volvió a sonreír, mientras la tomaba en brazos.

Esperaba que después de ducharlo se tranquilizara un poco, deje a Rach en su cuna con varios muñecos en el cual destacaba un león que James le había dado y el perro de Owen. Entre con mi hijo de dos años al baño.

- Muy bien campeón - repuse, mientras lo metía en la tina - solo deja que papá te duche y salgamos ra

Antes de terminar de decir eso, Owen comenzó a brincar mojándome totalmente, porque me había dado un diablo en vez de un hijo, después de cómo media hora de estar luchando con él para poder ducharlo, escuche el llanto de Rach, así que totalmente mojado y con mi hijo ya limpio salí y corrí con él en brazos hacia la habitación de la princesa de la casa.

- Papá ya está aquí - comente, mientras me acercaba a sus ojos, pero simplemente no dejo de llorar - ¿Qué le pasa a la muñeca de papá?

- Hueye feyo - comento Owen arrugando su nariz - cleo que Lash ya no shilve.

- Por favor no - pero mis suplicas no sirvieron de mucho, ya que la pequeña de la casa si tenía sucio el pañal - Rach - pero ella no dejaba de llorar exigiendo un cambio de pañal - primero cambio a tu hermano y en un momento estoy contigo.

 

Owen seguía con la nariz arrugada y camine con él hacia su habitación, busque su ropa y después de otra batalla campal y de una carrera por toda la casa logre cambiarlo, sabía que no podía atrasar más esto de cambiar el pañal de mi hija, solté un suspiro antes de entrar a su reacamara.

- Nada de hacer travesuras Owen Black - me dio una sonrisa inocente, antes de correr a su recamara, Rach seguía llorando- ya está aquí papá, para cambiar a la princesa.

Hice un hechizo en el cual mi olfato no funcionara, con la valentía más grande que cualquier Gryffindor puede tener me acerque a mi hija y por los cielos que le daba Gab a esta niña, hice bola el pañal y lo hice desaparecer, agarre uno limpio y ¿Por qué demonios no hacían un libro de cómo cambiar pañales a los bebés?

- ¿Cómo hace esto tu madre? - me pregunte, mientras observaba como se ataba el pañal.

Después de como cuarenta minutos encontré la solución y lo coloque de una forma que se podía considerar decente, pero para eso Rach ya se había vuelto a mojar y ahora se mojo todo el mameluco, busque otro poco de ropa y con sumo cuidado la cambie. Esto de cuidar a dos niños era más difícil de lo que cualquier persona podía pensar.

- Ya estás lista y hermosa - mientras besaba su frente - ahora vamos a ver que hace tu hermano, que no escucho ruidos.

Eso era un mal presagio y más si era un digno hijo de Sirius Black, entre a su recamara y desee haberme quedado en la de Rach, todos sus juguetes estaban en el suelo, las paredes pintadas con sus crayolas, escuche una risita y vi que mi muñeca le parecía divertido ver como su hermano había dejado su habitación, su madre me iba a matar si veía así su recamara.

- Owen - pero no salió por ningún lado - Owen - pero no hubo respuesta - he perdido un hijo - espera ese no era el problema, sino que cuando su madre lo supiera me iba a matar.

Baje corriendo las escaleras, esperando que mi hijo estuviera por la sala o en el jardín, mientras gritaba su nombre, pero no hubo respuesta, estaba tan desesperado que salí a buscarlo a la playa, pero nada, entre de nuevo a la casa y Rach estaba realmente encantada de la cara de preocupación que tenía su padre.

Volví a buscar por toda la casa, pero simplemente parecía que mi hijo había desaparecido, en verdad Gab me iba a matar, sino lo hacía yo mismo, ¿Qué clase de padre era que perdía a su hijo de dos años? T.T

Me senté en el sillón tratando de imaginar donde un niño de dos años se había metido, pero mi cerebro no encontraba respuesta, hasta que escuche que algo caía en la cocina, corrí hacía allí y de verdad mi esposa me iba a castrar y luego me iba a matar. La cocina estaba llena de leche, harina, huevo y no se que más, y mi hijo al cual acaba de bañar estaba de nuevo sucio.

- Vamos - ordene severamente.

- ¿A dondle? - pregunto Owen con inocencia.

- Vamos a que tu tía Lily los cuide - realmente esto era más de lo que podía soportar.

Mi hijo corrió hacia mí, feliz de ir con James, deje a mi hijo en la sala advirtiéndole que si hacía otra travesura, le iba a quitar el chocolate, creo que deberíamos haber cambiado de padrinos, porque Owen era adicto al chocolate como Remus. Bueno después de advertirle que si hacía una travesura adiós chocolate, subí por una maleta con ropa de Rach y Owen y un biberón para mi hija.

 

Observe la planta alta de la casa y parecía que había pasado un par de mortífagos, tenía que arreglar la casa antes de que mi esposa llegara o de verdad sería hombre muerto, después de tener la maleta y el león de Rach, baje y encontré a Owen sentado como todo un niño educado, creo que lo del chocolate si le afecto, debería de haberlo sabido antes.

Tome a mi hijo que seguía lleno de harina y entre con los dos a la chimenea y después de tomar un poco de polvos Flu llegamos a casa de mis amigos, cuando llegamos James estaba recostado en el sofá con Harry encima, los dos dormían plácidamente, ¿Por qué yo no pude tener hijos así?

- Sirius - mi pelirroja amiga, corrió hacia mí y tomo a Rach en brazos - hola nena ¿Cómo estas? - balbuceo como contestando la pregunta de Lily - Gab me dijo que te quedarías con los niños - observo a Owen - pensé que no vendrías, pero creo que James gano.

- ¿Apuestan con la desgracia de un padre? - pregunte con fingida decepción.

- Bueno pensé que al menos los cuidarías por las cuatro horas que Gab no iba a estar - contesto sonriendo y tomando la mano de Owen - creo que tendremos que darte una ducha.

- ¿Cuatro horas? - repetí angustiado, llevaba dos horas y media fuera de casa y la verdad es que la casa era un asco.

- Eso fue lo que me dijo - contesto observando como Harry comenzaba a despertar y no era ni como Rach ni como Owen, el pequeño se quedo observando como su madre retenía a mi hija sin llorar, en definitiva, porque mis ojos no eran como Harry.

- Lily te los puedo dejar por una hora, mientras yo voy a dejar la casa un tanto decente - le suplique a lo que la pelirroja no pudo más que sonreír y asentir.

- Cuando regreses ellos estarán presentables - contesto despertando a James, para que lo ayudara con los niños.

- De verdad gracias - y después de decir esto, entre a la chimenea, antes de que mi amigo despertara y entendiera que se haría cargo de otros dos niños.

Llegue a la casa y observe que era un desastre, me pregunte ¿Cómo era que Gab podía mantener la casa limpia con dos hijos como ellos? Debía ser bastante cansado, llegar de trabajar, mantener a esos dos monstruos limpios y además tener la casa limpia y tener esa sonrisa cuando llegaba de Gringotts.

Merecía un premio por ser una mujer tan extraordinaria, tenía que terminar rápido y buscar el regalo perfecto para mi esposa, arregle la casa en media hora, adoraba la magia, ya que sino me hubiera tardado años en arreglar la casa.

Decidí ir al Callejón Diagon y buscar un regalo para mi esposa, después de encontrar el regalo, que para ser sincero no me pareció suficiente, pero la hora que le había dicho a Lily ya había pasado.

Cuando llegue James jugaba con Harry en la sala, mi amigo sonrió y yo busque con la mirada a Lily que bajo con mi muñeca en brazos y la pañalera colgando de uno de sus brazos.

- Se quedo dormida en cuanto te fuiste - repuso entregándome a Rach cuidadosamente - y Owen duerme arriba.

- Te lo agradezco - susurre tomando con la mano la pañalera - en cuanto deje a Rach, vengo por Owen.

- No te preocupes - comento Lily tranquilamente.

Después de decir esto, entre a la chimenea y llegue a mi casa, recosté a mi hija con sumo cuidado en la cuna y después regrese a la casa de los Potter y regrese con Owen que deje en su cama, la casa estaba en sumo silencio, de hecho parecía irreal, pero en verdad había silencio, prepare la mesa y puse dos platos y una rosa roja sobre el lugar de Gab.

 

- Hola - escuche detrás de mí - ¿Qué tal tu día?

- Horrible - conteste con sinceridad - Gab me di cuenta que ser madre, se trae en la sangre y de verdad te admiro por soportar todo con una sonrisa y a pesar de estar agotada escuchar mis problemas sin protestar.

- Lo hago con gusto - contesto besando mi nariz.

- Eres la persona más hermosa que he conocido y hoy me puse a pensar porque una persona tan magnífica acepto ser mi esposa.

- Sirius - susurro con una débil sonrisa - Te Amo.

- Y yo a ti - comente besando su frente - es por eso que ¿te casarías de nuevo conmigo? - mostrándole su nuevo anillo.

- Las veces que quieras - contesto besándome.

Era feliz y sabía que ella era la mujer prefecta para mí, de hecho creo que toda madre era una mujer extraordinaria, al menos Gabrielle Black lo era.

Espero ke les guste el capitulo, se suponía que era un especial para el día de las madres, pero la pagina no me dejo entrar u.u

Bueno dedicado a todas las madres, pero principalmente a la mía.

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

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POV Rach

Sentí su beso sobre mi frente y luego otro en mi nariz, abrí lentamente los ojos y sentí sus manos acariciar mi cabello, esto sería un despertar perfecto, claro si estuviera con mis padres lo sería aun más.

- Ya desperté - susurre girando para quedar frente a Ced que tenía una sonrisa un tanto amarga - ¿pasa algo?

- Llego esta mañana - mientras me entregaba un pedazo de pergamino.

Lamento informarte que Dumbledore murió anoche. Espero que lo tomes con calma, ya que él quería que lo tomaras tranquilamente, además de que te lo dio a entender ese día en Hogsmade. De nuevo te repito lo que él te dijo, no te, mejor dicho no se acerquen a sus familias, porque el Señor Tenebroso te está buscando, entre más alejados estén, mayor será la seguridad para sus familias.

Firma:

Severus Snape

- Voldemort lo logro - susurre mientras me levantaba, había quitado del camino al mago más poderoso y ahora solo quedaba Harry - tenemos que regresar a Londres - le dije cuando preparaba el desayuno.

- Snape no lo cree seguro - contesto serenamente.

- Dumbledore era lo único que lo detenía para no matar a Harry - replique y él tomo mi rostro con delicadeza.

- Rach - susurro - Harry no es el débil que tú ves, él aunque lo dudes es muy fuerte y más si tiene a Ron y a Hermione a su lado, así que no te preocupes que él estaría bien, al menos hasta que de verdad la guerra comience.

- ¿Estás seguro? - si algo le pasaba me iba a sentir culpable y me iba a doler.

- Completamente - comento dejando un casto beso en mis labios - además es El Elegido.

- Tonto - murmure besándolo.

[Tres meses después]

POV Cedric

Estaba demasiado ansioso, había preparado la cena hoy era su cumpleaños y tenía preparado lo mejor que pude el departamento, había pedido que me dejaran salir temprano del Ministerio de Irlanda, claro que trabajábamos, sino como nos íbamos a mantener, bueno ella estudiaba, gracias a Snape dejaron que presentara sus EXTASIS y ahora estudiaba para sanadora.

 

Puse dos velas en la pequeña mesa y una rosa roja en el lugar donde ella se debía sentar, revise de nuevo que la cena estuviera perfecta, me observe de nuevo en el espejo y vi que el traje estaba perfectamente colocado, suspire antes de ver el reloj, faltaban cinco minutos para que ella llegara.

Entre a la recamara a buscar su regalo, estaba más nervioso que antes de un partido de quidditch, tome una cajita de terciopelo azul y la metí en la bolsa de mi pantalón.

- Ya llegué - camine hacia la sala-comedor y allí estaba con una débil sonrisa - ¿Por qué tan elegante?

- Porque es una ocasión importante - la tome de la mano y la guie hacia la mesa y la ayude a sentarse.

- Ced me hubieras dicho y me habría comprado una túnica de gala - me reprocho, mientras yo le servía un poco de whisky.

- Así estás perfecta - era una diosa con lo que llevara puesta, ahora llevaba un pantalón de mezclilla y una blusa sin mangas café que combinaban con sus tenis y su cabello de nuevo largo (a los hombros) lo llevaba en una coleta - ¿tienes hambre?

- Si te esmeraste para hacer la cena, me muero por probarla - contesto con una débil sonrisa.

Roce sus labios antes de ir por la cena que era spaghetti, que fue lo único que aprende hacer perfecto con mi madre, ya que solo ayudaba en la cocina cuando me castigaban, serví un poco en su plato, mientras ella me observaba atentamente, después serví un poco en el mío y comenzamos a cenar.

- Realmente delicioso - repuso con una sonrisa tierna.

- Feliz cumpleaños - le susurre inclinándome sobre la mesa para poder besarla.

- Es un delicioso cumpleaños - dijo entre el beso, tenía que darle el regalo ya, antes de que se me fuera la voz.

- Cásate conmigo - mientras tomaba su mano izquierda con algo de torpeza y le mostraba la pequeña caja con el anillo de compromiso, no era nada del otro mundo, pero era con todo mi amor.

- Ced
yo

- Rach por favor - mi voz suplico y ella clavo su mirada en la mía y me hinque - te pido con el corazón en la mano que aceptes ser mi esposa y si lo haces te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo.

- Ced ya no tienes que hacer nada - mientras acariciaba mi mejilla - porque el simple hecho de que estés a mi lado soy la mujer más feliz que pueda existir.

- ¿Entonces? - mis ojos brillaron y ella se inclino un poco y cuando nuestras narices rozaron.

- Si - sentí como su respuesta chocaba con mi nariz - sí, Cedric quiero ser tu esposa.

Devore sus labios ante aquella respuesta, poco a poco sentí ese fuego crecer dentro de mí, pero esta vez no lo detendría, dejaría que saliera, porque ahora no era mi novia, ahora era mi prometida, la bese con cierta desesperación y escuche su pequeño gemido, eso quería decir que lo deseaba.

No sé como, pero ya estábamos en mi habitación, estaba sobre ella en cuatro patas y solo en ropa interior, su respiración era agitada y tenía un pequeño sonrojo, era hermosa, como poder soportar esto, pero tenía que estar seguro que ella estaba allí porque lo quería.

- ¿Estás segura? - pregunte mientras besaba su mejilla.

- Completamente - contesto con una débil sonrisa besando mi torso.

 

Ante aquello perdí de nuevo la razón y solo me deje llevar por lo que en ese momento sentía (ya lo demás queda en su imaginación ^^)

Sentí los rayos del sol en mi rostro con cierta pereza abrí un ojo y vi al más hermoso ángel recostado en mi pecho, se veía tan indefensa, tan tranquila, era perfecta no había otra palabra, su respiración era tranquila y me relajaba. Sonreí al ver que la mano que tenía sobre mi pecho estaba el símbolo de que pronto sería mi esposa.

[Siete meses después]

POV Sirius

- Gab - repuse al ver que caminaba de un lado a otro en la sala - Harry está bien, al igual que Ron y Hermione.

- ¿No sé cómo puedes estar tan tranquilo? - comento con cierto nerviosismo.

- Sabe que en esta guerra se debe pensar con la cabeza fría y con el cerebro y no con el corazón - contesto Vane que entraba un tanto agitada y suponía que por el embarazo de casi ocho meses.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto mi castaña con una ceja levantada.

- Te dije que era mala idea darles las llaves - comente con una débil sonrisa.

- Es la primera vez que las utilizamos - replico Remus tranquilamente, y abrazaba a su esposa por la espalda y acariciaba el abultado vientre.

- Debería cerrar la puerta - aquella voz, hizo que girara y observara a la persona que menos creía ver en ese momento, su mirada de nuevo brillaba y esa sonrisa tierna e inocente que me recordaba a Gab de nuevo estaba.

- Rach - Gab se abalanzo sobre nuestra pequeña y no pudo controlar el llanto - pensé que no iba a volver a verte.

- No me creías tan mal hija como para no volver a ver a mis padres ¿cierto? - mientras dejaba que su madre le besara las mejillas y la frente.

- La pequeña Rach ha vuelto - susurro Vane que con esto del embarazo también lloraba - ¡oh! Solo ven y dale un abrazo a tu tía - se soltó de su madre y abrazo a mi rubia amiga.

- Veo que no soy la única que da sorpresas - repuso mi muñeca con una débil sonrisa, observo a Remus y sus ojos se tornaron cristalinos - te extrañe tanto.

- Cariño - lunático la abrazo y beso su frente - no tienes ni idea de lo que yo te he extrañado a ti y lo preocupado que he estado por ti.

- Soy una muy mala bruja - se espeto y se separo de mi amigo y giro su vista a mí - lo siento - y se abrazo a mí con fuerza - de verdad lo siento papá - sentí su pequeño cuerpo temblar por los sollozos.

- Ya no importa - comente besando su cabello - lo que importa es que estás aquí muñeca, eso es lo importante ahora.

Se abrazo con más fuerza a mí y yo solo acaricie su cabello, Gab veía eso con los ojos acuosos, al igual que Vane, mientras Remus la veía con una sonrisa orgullosa, mientras yo le daba esporádicos besos en su cabello.

- Tienes muchas cosas que decirnos - comento mi esposa, tomando de los hombros a nuestra hija - ¿Cómo donde has estado todo este tiempo?

- Estuve en Irlanda - contesto con simpleza y con una débil sonrisa y limpiando sus mejillas con su mano izquierda.

- ¿Te casas? - pregunto Vane observando su mano, baje la mirada y estaba un pequeño anillo con un pequeño diamante, sentí que mis piernas fallaban, mi muñeca no podía casarse, aun era una niña - sabía que pronto pasaría lo de Cedric.

- De hecho él no murió - susurro mordiendo su labio inferior, eso quería decir que estaba nerviosa - y con quien me caso es con él.

 

- Pero lo vi

- Eso nos hizo creer Dumbledore - interrumpió a Remus - lo supe poco después de encontrar a papá en Azkaban.

Gab la interrogo sobre todo eso y nos explico que Dumbledore el día que había entrado a hablar con ella en San Mungo, le había pedido que se uniera a Voldemort, para tener a alguien dentro de sus seguidores y después cuando supo que Cedric estaba vivo, lo saco de Azkaban y no regreso con Voldemort, así que todo un año estuvo viviendo en Irlanda.

Pero mi mente no estaba en lo que nos explicaba, estaba en lo de su compromiso, había perdió dos años de Colegio, además de que tenía 17años, como para pensar en matrimonio, eso era ilógico, era una niña, aun le faltaba mucho por vivir, como para que se atara a un idiota, que si mal no recordaba era uno de esos chicos cara bonita que se acuestan con cualquiera, claro que conocía a la perfección a los de su especie.

Pero si la hacía sufrir lo mataba, ¿Cómo era posible que mi pequeña se fijara en patán como lo que sería ese tal Cedric? En verdad esperaba que ese imbécil no hiciera sufrir a mi muñeca, porque el día que lo hiciera ese día dejaría de existir.

- Tengo que irme - susurro observando una pequeña moneda.

- Pero ¿A dónde vas? - pregunto Gab con el entrecejo fruncido.

- No creo que tarden en saber - comento con una débil sonrisa - nos vemos.

Y después de esto desapareció, sin contestar la pregunta de su madre, todos teníamos la vista en la puerta, por donde había desaparecido, solté un suspiro esperando que no estuviera en nada malo.

bueno si me tarde lo siento, pero he estado un poco ocupada con los examenes, espero ke les guste el cap.

Gaby prometo ke pronto pondre tus ideas, pero este cap ya lo tenía, así ke decidí subirlo, para no hacerlos esperar más, pero enserio lo pondre xq me encanto n.n

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Cedric

- Es hora de irnos - me dijo en cuanto salió de la casa de sus padres, al ver que iba a preguntar el porqué - la moneda de Hermione - me mostro la pequeña moneda que nos había dado la castaña cuando se supone que habíamos entrado a la ED - ha llegado el momento.

- ¿Estás segura? - sabía lo que significaba que Voldemort por fin hubiera empezado la guerra, quería decir o que vivía si Harry lo mataba o la perdía para siempre, así que si El elegido quería seguir con vida, más le valía matarlo - sabes lo que va a pasar cuando Vol

- Tranquilízate - me susurro tomándome la mano - todo estará bien, mientras estemos juntos.

No conteste, solo deje que todo el oxígeno que mis pulmones fueran capaz de contener entrara, desaparecimos y llegamos frente a Cabeza de Puerco, entramos antes de que alguno de los mortífagos que investigaban se dieran cuenta de nuestra llegada.

- No puede ser que haya más - repuso una voz ronca.

- Hola - saludo Rach con una débil sonrisa, al dueño que tenía largo, greñudo y canoso el cabello, al igual que la barba, llevaba unas gafas y tras los sucios cristales lucían unos ojos azules intensos y penetrantes - Dumbledore me hablo de usted.

 

- Eres una Black ¿cierto? - pregunto con cierto recelo.

- Soy Rachel Black - se presento haciendo una leve inclinación - y él es Cedric Diggory y nos preguntábamos ¿si nos deja utilizar el acceso que tiene hacia Hogwarts?

- ¿Puedo negártelo? - pregunto con sequedad.

- No - contesto con simpleza.

- Muy bien - acepto con desgana - síganme.

Nos llevo a la planta alta y en la pequeña sala donde había una pintura de una niña rubia, Rach observo a la pequeña y le dedico una débil sonrisa, la pintura oscilo como si de una pequeña puerta, y se reveló la entrada de un túnel.

- Vayan con cuidado - nos dijo, entre primero y le extendí la mano para que ella hiciera lo mismo.

- Quiero decirle que van a llegar más personas, espero que no le causen muchas molestias - repuso de manera educada regalándole una media sonrisa - y gracias.

El hombre solo la observo entrar, después de que entro, no solté su mano, así que caminamos, por fin doblamos una esquina y llegamos al final del pasadizo, unos escalones que conducían a una puerta, la abrí.

Era una confusa imagen en la que se mezclaban tapices de colores, lámparas y caras, la mayoría desconocidas.

- Harry - Rach se abalanzó sobre él - estás bien, no sabes lo preocupada que me tenían - besó su frente y luego se abalanzó sobre el pelirrojo - Ron - mientras sonreía y al igual que con el azabache besaba su frente - mi sabelotodo, sabía que los ibas a mantener vivos - mientras abrazaba a Hermione.

- Rach - por fin Harry había reaccionado, de hecho los tres reaccionaron e hicieron un abrazo grupal - ¿Dónde demonios te metiste estos dos años?

- Buscando - contesto girando hacía mi.

- Cedric - Hermione no podía creerlo - estás vivo - y con una media sonrisa me abrazo.

- Gracias - conteste respondiendo su abrazo.

- Esperen - repuso Rach observando la habitación que estaba llena de hamacas multicolores colgadas del techo y de un balcón que discurría por las paredes, forradas de madera oscura, sin ventanas y cubiertas de llamativos escarlata, con el león dorado de Gryffindor estampado; el amarillo con el tejón negro de la mejor casa Hufflepuff (¬¬así o más presumido), y el azul, en el que destacaba el águila broncínea de Ravenclaw. Asimismo había estanterías repletas de libros, varias escobas apoyadas contra las paredes, y en un rincón una gran radio de caja de madera - después habrá momento para abrazos y todo eso, ahora comienza la verdadera batalla.

- Lo sabemos - comento Harry acercándose a ella.

- Entonces es momento de que me digas si destruiste todos lo Horcruxes- Harry la observo un tanto contrariado.

- Solo falta la diadema y Naggini - contesto en un susurro.

- ¡¡Agh!! - gritó, mientras se apretaba el antebrazo izquierdo.

- ¿Estás bien? - pregunte, jamás se había quejado de la marca, por más negra que se pusiera.

- No - susurro levantándose la manga, la marca parecía que le carcomía la piel - es la primera vez que la veo así.

- Eres un mortífago - susurro Hermione con cierto miedo - no has venido a ayudarnos, haz venido a entregar a Harry.

- Pensé que el tiempo te había dado cerebro - le espeto, mientras apretaba los dientes para no gritar.

- Rach - Harry la tomo del brazo y la guió a una de las hamacas - tienes que explicarme esto.

 

- Lo hare - contesto con una débil sonrisa - pero ahora hay que encontrar los últimos dos Horcruxes - el dolor ya había pasado - necesito que pienses bien lo que tienes que hacer, mientras yo salgo a ver qué tan mal está la situación.

- Yo tam

- Harry escúchame - le ordeno, a lo que él no pudo más que callarse - van a llegar más personas, porque Hermione mando una señal a la ED y la Orden del Fénix tendrá que llegar en algún momento si mi padre lee la nota que metí en su pantalón; necesito que pienses donde esta la diadema y cuando lo hagas la destruyas - le sonrió de manera inocente - necesito hablar con alguien y hacer algunas cosas antes de que esta batalla comience - tomo mi mano - Te quiero Harry no lo olvides.

- Y yo a ti - contesto besando su frente - por favor cuídate, Cedric cuídala.

- Siempre lo hago - conteste sonriendo.

Salimos de la Sala de Menesteres y comenzamos a caminar con dirección hacia el despacho del director, el camino fue en silencio, estábamos a punto de llegar, cuando un idiota nos detuvo, pero como estaba de espaldas no podía verle la cara.

- Vaya parece que no entienden que no deben de estar en estos pasillos a estas horas - trataba de recordar de quien era esa voz, pero simplemente me era imposible - me encantara castigarlos.

- Ahora no tengo tiempo para ti Malfoy - le espeto Rach de manera arrogante - así que quítate de mi camino.

- No me hables así - replico el idiota de Malfoy girando y clavando su mirada en la de ella - que no somos iguales.

- En eso tienes mucha razón - contesto con una sonrisa ladina - yo no soy un maldito hurón cobarde que necesita de sus dos gorilas para defenderse, además de que soy una Black y siempre valdré más que cualquier Malfoy.

- ¡Cruc

- Eres idiota - comento de manera acida - ese hechizo jamás me hará el menor efecto - y después sin hacerle el menor caso seguimos el camino hacia el despecho.

- Él te matará - le dijo despectivamente - sólo busca la manera de que mueras por haberlo traicionado.

- Supongo - contesto con una media sonrisa - pero al menos yo sí seguí lo que pensaba y no por el miedo a Voldemort, hice cosas que no deseaba.

- Ya no Te Amo - Rach lo observo sin entender - ya no existe ese amor que sentía por ti.

- Me parece perfecto - repuso serenamente - porque en mí jamás existió amor por ti y ahora sino te molesta, tenemos cosas más importantes.

A pesar de escuchar las maldiciones de Draco siguió caminando, cuando llegamos frente a la gárgola del despacho, no recordaba que nos hubiera dado una contraseña para entrar.

- ¿Cuál crees que sea la contraseña? - me pregunto en un susurro.

- No tengo la menor idea - conteste, estrujando mi cerebro para encontrar la maldita contraseña.

- Porque Dumbledore
- al decir lo último la gárgola comenzó a moverse - quien lo iba a decir - susurro antes de comenzar a subir.

Sin decir nada la seguí, cuando llegamos al despacho Snape hablaba con el retrato de Dumbledore, sabía lo que tenía que preguntarle, esa era la razón de porque mi miedo de estar en esa guerra.

- Severus - él giro y la observo seriamente.

- No deberías estar aquí - replico secamente.

- Esta también es mi batalla - contesto de manera tajante - solo quiero saber dónde está.

- Rach esto no es bueno - tratando de que entrara en razón - él desea tanto matarte como lo desea con Harry.

 

- Estaré bien - le susurro besando su mejilla - gracias por preocuparte por mí, pero no pasara nada.

- Tan testaruda como tu madre - dándose por vencido - estará en el bosque, pero por favor cuídate y no lo hagas enojar mucho, al menos no hasta que estés segura que no te pasara nada.

- Lo prometo - contesto sonriendo - te veré de nuevo - era demasiado confiada.

- Eso espero - susurro con cierta frustración.

- También fue una promesa - comento antes de salir del despacho.

- Cedric - me detuve con mi mano sobre la puerta - no dejes que nada le pase.

- Antes muerto - conteste saliendo.

Cuando llegué al vestíbulo ya no estaba, me iba a matar de un ataque de angustia, pero tenía que enamorarme de alguien que pensaba en el bienestar de los demás antes del suyo, suspire antes de casi correr hacia los jardines.

Llegue a las puertas como en dos minutos, las abrí de golpe y sentí la brisa golpear mi rostro, el aire estaba frío a pesar de estar aun en primavera, pero sin importarme nada camine hacia el bosque, mi mirada iba de un lado a otro, tratando de vislumbrarla, pero simplemente me era imposible.

Bueno creo ke si tarde un poco en actualizar ^^

pero espero ke disculpen la tardanza, bueno espero ke les guste el cap, subo el siguiente cap el martes, así que espero sus comentarios n.n

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Rach

Tenía que llegar antes de que alguien más me siguiera, creo que estaba adentrando demasiado en el bosque, ya que la pequeña luz que la luna brindaba iba disminuyendo, mi atención estaba en ver a los mortífagos y a Voldemort, que no puse atención a lo que estaba a mi alrededor, mi vista solo estaba fija al frente.

Jamás iba a entender lo que Remus, Dumbledore y el mismo Voldemort me habían dicho, cuando se está en busca del enemigo, todos tus sentidos deben estar al cien por ciento, evitando que cayeras en una trampa o que alguien te encontrara; pero claro tenía que dejarlo pasar.

- Hola monada - maldito Greyback, en menos de lo que imagine ya no tenía varita ¿Cómo podían decir que era la bruja más poderosa, si me había dejado desarmar por un idiota? - el Señor Tenebroso estará encantado de verte.

- ¿Ya te acepto como mortífago? - pregunte con ironía - vaya Voldemort cada vez cae más bajo.

- Pues yo te atrape - me espeto roncamente.

- Un gran logro para alguien tan despreciable - replique sintiendo como me arrastraba.

- No me hagas enojar - repuso apretando los dientes - o te vas a arrepentir.

Sentí de nuevo arder mi brazo, fue por eso que no conteste, porque mi concentración estaba en evitar gritar, mi respiración se agito un poco tratando de evitar que mi garganta emitiera el grito que deseaba dar; poco tiempo después vi luz y las sombras de varias personas.

- Rach - escuche el susurro de Narcisa, gire mi vista a ella y sus ojos azules estaban abiertos por la sorpresa.

- Vaya la pequeña traidora decidió regresar - dijo de forma acida Bellatrix que me observaba con odio como siempre.

- No es que haya decidido regresar - comente de manera seca - pero un idiota me atrapo.

 

- Vaya Rach - escuche el siseo, ante aquello todos hicieron leves inclinaciones - veo que has regresado a mí.

- Mi señor - susurre, no podía enfrentarlo sin varita, no estaba de su lado, pero no era idiota, para que me matara sin ni siquiera tener con que defenderme.

- Sabes que nunca perdono a un traidor - Greyback me soltó, la voz era fría y seca.

- Yo no lo he traicionado - levante mi mirada y la clave en la roja de él - mi señor todo este tiempo he tratado de evitar que Potter destroce los

- Mientes - sentí la bofetada de Bellatrix - maldita basura, no le mientas a mi señor.

- Bella - llamo Voldemort tranquilamente - yo me hare cargo.

- Pero no debería ensuciarse las manos con está porquería - levante mi mirada y por primera vez entendí porque Bellatrix lo trataba así - yo me hare cargo de esta asquerosa traidora.

- Te he dicho que yo me hare cargo - su voz se escucho amenazante, Bellatrix bajo la cabeza y se alejo de él - Rach dime ¿Dónde has estado todo este tiempo si no me has traicionado?

Mi respiración se tranquilizo y sentí la mirada de Voldemort sobre mí, sabía que estaba usando Legilimancia en mí, trate de poner mi mente en blanco y buscar una excusa.

- Espero tu respuesta - comento con una sonrisa perversa.

- Bueno yo he tratado de encontrar a Potter y traerlo ante usted - estúpida excusa y lo sabía, pero fue lo único que se me vino a la mente.

- Te creo - contesto posando su mano sobre mi cabeza, mis ojos se abrieron debido a la sorpresa - ahora Rach bienvenida de nuevo a los mortífagos.

- Gracias mi señor - susurre, sabía que eso era mentira, pero porque me había dicho que me creía si era mentira.

- Vamos - me susurro, mientras caminaba hacía Hogwarts, camine detrás de él y Naggini, y Bellatrix hizo lo mismo - tu no Bella, solo necesito a Rach - ante aquello se detuvo de golpe.

Nosotros seguimos el camino junto con la asquerosa serpiente sin que ninguno de los otros mortífagos nos siguieran, el camino fue en silencio, ni siquiera me había regresado mi varita, iba a morir y lo sabía y el peor de los casos es que ni siquiera iba a causarle algún daño. Iba tan metida en mis pensamientos de cómo tratar de huir de él, que no vi que habíamos llegado junto al sauce boxeador.

- Pasa - fue cuando vi que el sauce ya no se movía.

Sin decir nada me deslice por el túnel que el sauce tenía, había llegado tan pronto a mi final, no tenía miedo, lo único que deseaba era verlo y decirle por última vez cuanto lo amaba, sentí como la serpiente pasaba a mi lado, no hablaba parsel, pero había aprendido a entender unas cuantas cosas, era magnífico tener a Dumbledore como profesor particular, así que sabría si Voldemort deseaba que ella me atacara.

Seguí a la serpiente que subió a la segunda planta de la Casa de los Gritos, y frente a mí estaba Severus, sonreí con cierto alivio al menos iba a cumplir una de mis promesas de verlo de nuevo.

- Severus - maldita voz como la odiaba - necesito tu ayuda.

- Lo que mi señor desee - su mirada se poso solo unas milésimas de segundo en mí con cierta angustia.

- ¿Por qué las dos varitas que he usado utilizado han fallado al atacar a Harry Potter?

- No
no sé responder esa pregunta, mi señor.

- ¿No sabes? - estaba furioso - mi varita de tejo hizo todo lo que pedí, Severus, excepto matar a Harry Potter. Fracaso dos veces. Cuando lo sometí a tortura, Ollivander me hablo de los núcleos centrales gemelos, y me dijo que tenía que despojar a alguien de su varita. Así lo hice, pero la varita de Lucius se rompió al enfrentarse a Potter.

 

- No tengo
explicación para eso, mi señor - Severus mantenía la vista en Naggini que se retorcía en la burbuja que Voldemort había puesto en ella al entrar.

- Busque una tercera varita, Severus: la varita de Saúco, la varita del destino, la vara letal. Se la quité a su anterior propietario. La tome de la tumba de Albus Dumbledore.

Giró su vista a él, pero su rostro parecía una mascarilla. Estaba blanco como la cera, y tan quieto que parecía una verdadera estatua, sus ojos eran inexpresivos.

- Llevo aquí toda está larga noche, a punto de obtener la victoria - dijo Voldemort con un hilo de voz - preguntándome una y otra vez porque la Varita de Saúco se resiste a dar lo mejor de sí, porque no obra los prodigios que, según la leyenda, debería poder realizar su legitimo propietario con ella
y creo que ya tengo la respuesta - Severus permaneció callado, sentí mi garganta secarse al comprender lo que quería hacer - ¿Y tú? ¿Lo sabes ya? Al fin y al cabo, eres inteligente, Severus. Has sido un sirviente leal, y lamento lo que tengo que hacer.

- Mi señor

- Además de que será un buen ejemplo para nuestra querida Rach - ¿esto iba a ser su castigo por mi traición? - también porque la Varita de Saúco no será completamente mía, mientras tu vivas Severus - observo a Naggini - Mátalo.

Escuche mi propio grito y luego vi como Severus perdía el poco color que conservaba, al mismo tiempo que abría los ojos, cuando los colmillos de la serpiente se clavaron en su cuello; se le doblaron las rodillas y cayó al suelo.

- Lo siento - dijo con frialdad y nos dio la espalda - espero que aprendas la lección, pero vuelve a traicionarme y serás tú.

Sentí mis lagrimas bajar por mis mejillas, me hinque a su lado y puse su cabeza sobre mi regazo, esto no era lo que planeaba y menos que la persona que me había ayudado y una de las que se había convertido en las más importantes de mi vida ahora estuviera muriendo.

- Severus - susurre, mientras acariciaba su cabello y mis lágrimas salían más - en verdad lo lamento.

- No
p-pasa n-nada - contesto con una amarga sonrisa - eres i-igual
a t-tu
m-madre - cerré los ojos tratando de no llorar más, pero simplemente me era imposible - s-solo
r-recuerda q-que te q-quiero.

Sentí pasos detrás de mí, Harry estaba de pie observando a Severus, de la garganta de Snape salió un sonido áspero y estrangulado.

- Tómalo
tómalo

Una sustancia azul plateado que no era ni líquida ni gaseosa, salía de su boca, por sus orejas, y sus ojos. Observe a Hermione aparecer un frasco y lo puso en las manos temblorosas de Harry; esté recogió la sustancia plateada con la varita y la metió al frasco. Severus lo miro y aflojo el agarre de su túnica.

- Mírame
- susurró.

Busco los ojos negros, pero un segundo después la mano de Severus cayó, sentí el nudo en mi garganta mayor.

- No - mientras negaba con la cabeza y abrazaba su cuerpo - Severus por favor.

- Rach - susurro Harry tomándome de los hombros.

 

- Vete - le ordene, al escuchar la fría voz de Voldemort.

- Han luchado con valor - decía ese desgraciado - Lord Voldemort sabe perdonar.

- Rach

- Vamos Harry - le pedí mientras me abrazaba más al cuerpo de Severus - solo necesito un tiempo con él y después iré.

Sabía que iba a protestar, pero supuse que Hermione lo tomo del brazo, ya que escuche sus pasos salir de la casa, esto no era justo, porque él y no el idiota de Draco o de Lucius. Mis lágrimas salieron sin darme descanso, jamás pensé que le tomaría cariño al profesor amargado de pociones, pero simplemente el tiempo que estuve en su casa, la manera un tanto agresiva, pero sincera de ayudarme a olvidar a Cedric, todo eso había hecho que tomará cariño a la persona que mi padre más odiaba.

Después de que ya no salieron más lágrimas deposite con sumo cuidado su cabeza en el suelo y tome su varita, me incline sobre él y bese su frente.

- Yo también te quiero.

Me levante y note que toda mi ropa estaba llena de sangre, lo mataría así fuera lo último que hiciera haría que sufriera lo que había hecho, camine con la mirada altiva, Voldemort conocería a la Black que llevaba dentro.

bueno espero ke les guste, ya se ke esta triste, pero espero ke les guste ^^

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black (Feliz cumple n.n)

POV Rach

Camine hacia el castillo donde suponía debía estar, mis manos temblaban, mientras la varita de Snape tintineaba sobre mi mano izquierda, deseaba tanto como yo matar a quien había matado a su dueño.

Comencé a escuchar maldiciones, de hecho las veía pasar, pero simplemente ahora lo que me importaba era acabar con el idiota de Voldemort, no veía quien luchaba con quien, simplemente deseaba encontrarlo a él.

Estaba a punto de llegar a las puertas del castillo, cuando sentí un ardor en mi pierna y al tomarla, tratando de que así se fuera el dolor, sentí como mi mano se mojaba y como mi pantalón hacia lo mismo, baje mi mirada y sangraba, esto realmente era grandioso.

- Rach - cuando levante mi mirada, Cedric me sostenía del brazo - ¿Dónde estabas?

- Él esta muerto - susurre abrazándome a él sin importarme nada más - Severus murió.

- Lo siento bonita - me susurro besando mi cabello (nota: ¬¬ parece ser que no se han dado cuenta que están en medio de una guerra) - tenemos que ver que alguien te revise la herida.

- No - susurre - estoy bien.

- Estás sangrando - replico severamente.

POV Cedric

- Solo necesito detener la hemorragia - la conocía, así que no trate de replicar, observe como con su varita, se detenía la hemorragia - ¿ves?

- Eres demasiado obstinada - comente con irritación.

No contesto, solo entro al castillo y yo la seguí, dentro no estaba mejor que fuera, el Gran Comedor era un campo de batalla, donde pasaban maldiciones de un lado a otro.

- Rach - en menos de lo que pensé Gabrielle ya abrazaba a su hija con fuerza - ¿estás bien?

- Si - contesto separándose de su madre.

- ¿Por qué estás llena de sangre? - la voz de Gabrielle sonó entrecortada.

- Necesito saber donde está Harry - sin contestar a su pregunta.

- Lo vi subir con Hermione y Ron - contesto su madre con la nariz arrugada - dime porqu

 

Pero antes de que terminara la frase camino escaleras arriba, dejando a Gabrielle realmente sorprendida, sin hacer caso de su madre subí tras ella, llego al despacho del director, me preocupaba que a pesar de detener la hemorragia cojeaba un poco.

No dije nada, porque sabía que no iba a servir de nada, llegamos al despacho de Snape, pero para nuestra suerte Harry ya no estaba, de hecho solo estaba el pensadero sobre el escritorio; Rach camino hacia el escritorio.

- Abre el cajón - susurro el retrato de Dumbledore, vi que mi novia hacia lo que le pedía - tómalo - repuso al ver que dudaba, yo solo la observaba desde el marco de la puerta.

Saco un pergamino y comenzó a leerlo, sus ojos grises de nuevo comenzaron a llenarse de lagrimas, fue en ese momento que me acerque a ella y mi ojigris me entrego el pergamino.

Querida Rach:

Me siento un poco raro al escribirle a una Black, pero tú eres todo lo opuesto a lo que es tu padre y la loca de tu tía; siempre he odiado a todo Black, como que esa sangre y la mía se repelen.

Pero en cambio contigo fue extraño, desde el día que vi a tu madre embarazada, apareció un pequeño cariño que tal vez tenía que ver con lo que había sentido por tu madre.

Eres toda una Black, pero algo de ti me recuerda a tu madre, tal vez sea tu forma de sonreír o de dar oportunidades a personas que en verdad no se las merecen y que consideran a sus amigos a serpientes como lo era yo o como lo es Malfoy.

Me siento tan culpable y miserable por haberte escondido la verdad sobre Cedric, pensé que era por tu bien, pero después de ver como tu alegría se iba extinguiendo poco a poco quise decirte todo, pero Dumbledore no lo creyó conveniente y me hizo creer que era por tu bienestar.

No sé como tomaras esta carta, tal vez la rompas y la quemes, pero eso será tu decisión, te quiero y más de lo que yo mismo llegue a pensar. Eres la hija de mi mejor amiga, así que creo que el cariño por ti es comprensible, eres como la hija que nunca tuve.

Cada vez que te veo, el odio que siento por el imbécil de Sirius crece más, por tenerte como hija y haber arruinado su vida por la estúpida rata y no haber estado en tus momentos importantes y es aquí donde envidio a Lupin por haber tomado el papel de tu padre y no yo; pero Gabrielle jamás me hubiera dejado acercarme a ti por creerme un peligro y no la culpó. Pero quiero que le digas que a pesar del tiempo siempre ha sido y será mi mejor amiga y a la cual querré por siempre.

Te quiere

Severus S.

Observe como Rach se cubría el rostro, tratando de que así sus lagrimas dejaran de salir, la abrace era tan frágil en ocasiones, que me era increíble pensar que ella fuera esa bruja que podría llegar a vencer a Voldemort.

- Es hora - repuso Dumbledore pasivamente.

- A pesar de todo eres un cobarde - repuso Rach observando el retrato de Dumbledore - solo mantuviste a Harry y a mí con vida hasta que fuera oportuna nuestra muerte y está noche es el fin para Voldemort, Harry y para mí.

- Si Harry hubiera tenido un poco de tu inteligencia hubiera sido más fácil - comento serenamente - y como te dije ese día en Hogsmade yo no deseaba que nacieras, sin embargo tanto Severus como Sirius lucharon por ti, eres por lo único que han decidido luchar juntos, claro que ninguno lo sabe - mi ojigris lo observo detalladamente - ahora es tú decisión dejar que solo Harry muera o morir por lo que esos dos hombres creyeron que serías.

 

- Sabes mi respuesta - contesto secamente.

- Es por eso que eres la bruja más poderosa, porque piensas en el bienestar de los demás y no solo en tus intereses - comento con una débil sonrisa - no eres ni como Voldemort ni como yo; te admiro por eso porque si hubieras estado en mi lugar, jamás hubieras arriesgado a nadie por muy necesario que fuera.

- Lo habría hecho - susurro amargamente - habría hecho exactamente lo mismo que tú.

- Es tu turno de entrar - comento con indiferencia - no importa lo que pase, todos estarán orgullosos de ti, al menos yo ya lo estoy.

Ella no contesto, solo salió del despacho, había llegado el momento de que el destino de Harry y mi ojigris llegaba, deseaba que fuera el mejor, porque si no iba a morir sin ella y esa era la verdad.

si ya se ke es un poco corto, pero no keria ke me mataran antes de tiempo n.nU

bueno solo kedan seis capitulos más y el epilogo T.T

bueno espero ke les guste y comenten ^^

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

POV Rach

El momento en el que se decidía si vivía o moría había llegado, Cedric también lo sabía, era por eso que me había tratado de hacer cambiar de opinión para no venir a Hogwarts y enfrentarme a Voldemort, pero eso había estado escrito desde antes de mi nacimiento al igual que lo había estado con Harry.

- Te Amo - me susurro, mientras me retenía tomándome de la cintura - Rach ten en mente que eres mi vida - me giro y clave mi mirada en la verde de él - prométeme que antes de hacer cualquier cosa estarás segura que tu vida no corre peligro - ¿Cómo prometerle aquello si mi vida ya estaba en peligro desde que estaba aquí? - no solo es tu vida la que estará en peligro, la mía también está en tus manos.

- No - mientras bajaba la mirada - Cedric, no me hagas esto.

- Rach, Te Amo - tomó mi barbilla y me obligo a mirarlo - si tú mueres yo te seguiré - mis ojos brillaron, debido a las lágrimas que se acumulaban - si tú destino es morir esta noche aquí - limpió la pequeña lágrima que había logrado salir - el mío también lo será.

Cerré los ojos, esperando que las ganas de llorar se fueran, pero lo que sentí fueron sus labios sobre los míos, pero no duro mucho ya que se escucho una explosión que provenía de los jardines, y la voz de Voldemort.

- Su querido Harry al tratar de huir lo he matado - dijo con una nota de burla en su voz - ahora es su turno de morir por apoyar al cobarde que los iba a abandonar.

- Es mi turno - susurre y besé su nariz - por favor Cedric no me sigas.

- No - contesto secamente - te seguiré aunque eso me lleve a la muerte.

- Te quedarás - le espete - si tanto me amas, te quedaras.

Se quedo callado, eso tenía que ser una mentira, Harry no podía haber muerto, no ahora, me solté de Cedric y corrí hacia los jardines, eso tenía que ser una mentira, una estúpida y absurda mentira, cuando llegue a los jardines Ginny, Luna, Ron, Hermione y Neville esperaban al igual que yo que todo eso fuera una mentira, no deseaba ver su dolor si era verdad, seguí mi camino hacia el bosque, cuando estaba a punto de llegar vi a Hagrid que llevaba en brazos a Harry y en ese momento toda esperanza se esfumo.

 

- Rach - siseo mi nombre, hice una leve reverencia - es tu turno de demostrarme si eres una digna seguidora de Lord Voldemort.

- ¿Qué debo hacer mi señor? - pregunte apretando la varita con fuerza, para no abalanzarme sobre él.

- Mataras a Black, Lupin y a Kingseley - susurro, mientras me hacía una seña para que lo siguiera - son los más fuertes en este momento y sé que para ti será como matar una araña, así que después podrías matar a los Weasley y a todo aquel que se interponga en nuestro camino.

- ¿Nuestro camino? - repetí confundida.

- Rach si logras todo lo que te he dicho, nuestro futuro será el mismo - su sonrisa torcida me dio escalofríos como siempre - ganar poder - era un maldito loco - y mientras estés conmigo, todo lo que has soñado podrá ser posible.

No conteste, solo camine tras él, cuando llegamos a donde estaban mis amigos y los de Harry, mi pelirroja amiga cayó de rodillas mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas, y Hermione trato de correr hacia Hagrid, pero Ron se lo impidió.

- Lo Traicionaste - susurró Ginny, corriendo para golpearme - él confío en ti y tú solo lo traicionaste.

- Ginny - Cedric la había retenido - debes tranquilizarte.

- No me voy a tranquilizar hasta matarla - mientras se retorcía en sus brazos - me escuchaste bien Rachel Black, tu vida por la de él.

- Mátala - me ordeno Voldemort - ninguna traidora a la sangre puede hablarte así.

- Es muy poca cosa para que gaste energía - le susurre, mientras me adelantaba para entrar al castillo, pero él me tomo del brazo, su mirada me escrutaba así que con la voz lo más firme y seca que conseguí - no voy a ensuciar mis manos con una porquería como Weasley o con Granger y si lo piensa, me siento ofendida mi lord.

- Vaya Rach - repuso con una sonrisa burlona - tus palabras suenan a miedo.

- ¿Miedo? - repetí con una sonrisa siniestra - por favor mi señor - gire a ver a Ginny con altivez - ¿Quién podría tenerle miedo a una asquerosa sangre sucia?

Después de decir esto me solté de su agarre y entre al castillo, observe a mi padre luchando con Lucius Malfoy, era mucho mejor que ese anciano, después en el fondo encontré a mi padrino peleando contra el esposo de Bellatrix. Hagrid había dejado el cuerpo de Harry en las mazmorras, camine hacia aquel lugar, cuando llegue estaba sobre el escritorio, corrí hacia él y sin importarme nada abrace su cuerpo.

Pero antes de que hiciera algo o dijera algo, sentí los brazos de alguien jalarme y sin esperar aquello termine en el suelo.

- No tienes derecho a tocarlo - me espeto Ginny - él era el que confiaba en ti, no podía creer que te hubieras unido al-que-no-debe-ser-nombrado y ahora está muerto y su mejor amiga se unió a su enemigo.

- No tienes idea - susurre, mientas me levantaba - de lo que hablas Ginevra, no sabes lo que estoy sintiendo.

- La que no tiene idea eres tú - replico mientras sacaba su varita - no tienes idea de lo que yo siento, Harry era mi vida, lo comprendes es lo que siempre quise y ahora está muerto - sus ojos marrones comenzaron a llenarse de lágrimas - y todo por ti, todo lo que ha hecho desde que te fuiste es tratar de que regreses y lo perdones por haber arruinado tu vida - la observe sin entender - la maldita carta que le dejaste, creo que jamás lo vi llorar y ese día lo hizo y pidió perdón al viento y yo en silencio lo observaba llorar y gritar tu nombre y suplicar al cielo que su "hermana" lo perdonara - si recuerdo que había dejado una carta, pero se suponía que debía odiarme y no derrumbarse - lo destruiste Black, el Harry del que me enamore murió el día que tú desapareciste.

 

- ¿Quieres que le pida perdón? - mi voz seguía fría a pesar de que por dentro estaba muerta de miedo, Harry siempre había sido el que me llenaba de valor junto con mi pelirroja amiga y ahora uno estaba muerto y la otra estaba dispuesta a matarme - no lo voy a hacer - su mirada estaba llena de odio y resentimiento - nadie le dijo que sufriera por mí, ni le pidió que tomara en cuenta la carta, si él fue idiota y tomo en cuenta la carta de una loca es su culpa no la mía - me giré no estaba dispuesta a que me viera llorar por Harry.

Salí de aquella aula, era tiempo de terminar lo que él comenzó, camine hacia el Gran Comedor de nuevo, Voldemort sonreía ante todos, maldita serpiente me había quitado a dos personas importantes en mi vida, pero aunque muriera, él moriría conmigo.

- Él único que podría matarme ahora está muerto - decía fríamente, mientras el resto solo lo observaba con miedo y asco - pero como soy bondado

- Creí escuchar que solo Harry podía ganarte - lo interrumpí secamente, él giro sus ojos rojos hacía mí - no te olvides Voldemort que sigo viva y que si él no lo logro yo lo haré.

- Rachel - siseo de manera amenazante - no

- ¿No qué? - pregunte de manera retante - recuerda que tú sin mí no eres más que una asquerosa víbora - mando una maldición asesina, pero mi escudo hizo que revotara - vaya sigues necesitando varita - me burle, mientras él tomaba a Remus que era el más cercano.

- Antes de que me toques un pelo lo mataré - me espetó.

- Bajo hasta para ti - dije fríamente - pensé que habías entendido que si todos ellos mueren será un caro precio, pero que estoy dispuesta a pagar.

- ¿Hasta por él? - señaló a Cedric que era llevado por Bellatrix hacia él.

- No pasa nada - repuso Cedric sonriéndome débilmente, Bellatrix le hizo un corte en el brazo para que callara.

- Lamentablemente - susurre - sí - mi voz se quebró un poco ante aquella respuesta - no soy la misma chica que conociste en el cementerio - replique ácidamente, caminando hacia la mesa de profesores - si tiene que morir para que tu lo hagas lo aceptaré.

- Vaya - siseo con una torcida sonrisa apunto con su varita a Cedric, estaba preparada - ¡Avada Kedavra! - apenas si tuve tiempo de poner un escudo sobre mi padre, era astuto y mucho - sigues siendo la misma niña.

- Tal vez -acepte derrotada - pero con más fuerza.

- ¿Enserio? - su sonrisa se ensancho - veamos a cuantas personas puedes salvar - solo había aprendido hacer tres escudos y el mío, eso quería decir que solo podía formar cuatro.

- Está batalla es conmigo - repuso una voz a mi espalda - así que deja a Rach fuera de esto.

- Vaya eres malo matando - le dije de manera burlona - parece que se te fue la victima y es curioso que haya sido la misma.

- Cállate perra - eso no me lo esperaba Bellatrix me mando un Crucio que no pude repeler y caí al suelo después del Cruciatus más fuerte que había recibido - te prohíbo que hables así de mi señor.

 

- Con mi hija no te metas - mi madre se puso delante de mí.

- Vaya la asquerosa traidora a la sangre trata de defender a su porquería - se burlo.

- Al menos traje algo al mundo - le grito mi madre - no que tú simplemente terminaste de odiarme cuando supiste que estaba embarazada.

- Cállate - mando una maldición que mi padre logro desviar - vaya pero si es el tarado de mi primito - mi padre la observo con odio - también defenderás a tu rata.

- Siempre la quisiste - Bellatrix dirigió su mirada a mí y luego a mi madre - la deseabas como hija, fue por eso que en cualquier lado que yo estuviera, tú también estabas. Deseabas ser madre y que mejor con un bebé que tuviera la sangre Black.

- Por favor - se burló - solo quería conocer a la mancilla de la familia Black, quería asegurarme de que no naciera.

- Claro que no - la contradije - me deseabas porque supiste que la niña que tanto deseaba tu Señor Tenebroso era yo - se quedo callada - eres patética, has hecho hasta lo imposible porque él te ame y sabes algo, jamás lo hará.

- Soy la mejor mujer para él - mientras me fulminaba con la mirada.

- Voldemort solo una vez estuvo enamorado y esa mujer fue una Black - le espete, ella se irguió - a la única mujer que ha amado y por la cual sigo viva es por mi gran parecido con ella - las miradas de mis padres estaban en mí al igual que la negra de ella - Walburga Black, fue la única mujer por la cual él sintió amor.

- Mientes - no podía creerlo, lo veía en sus ojos - él me ama.

- Si claro - dije sarcásticamente - por eso habla contigo como "nuestro" futuro - ella me miró aun con más odio - a todo mundo solo dice mi futuro, pero conmigo fue diferente dijo "nuestro" futuro; no te das cuenta que a pesar de que cuando ella regreso para pedirle que la sacara de su infierno y él simplemente le dijera que no la amaba, es mentira, tal vez el amor que sintió por ella no es igual de fuerte, pero aun en él esta ese amor, que ahora dirige a la persona que se parece a ella.

- No - mientras de nuevo elevaba su varita hacía mi - CRUCIO

- Bellatrix - revotó y destruyo un muro - él jamás te amara y puedes matarme si quieres, pero eso no cambiará las cosas.

POV Cedric.

Observé como Rach discutía con Bellatrix, mientras Harry hacía lo mismo con Voldemort, sabía que había llegado el momento, pero prefería esperar un poco más.

- Si es que llego a morir - comento Voldemort - quiero decirte que Rachel lo hará conmigo.

- ¿De qué hablas? - pregunto Harry y de manera instintiva giró a ver a Rach.

- Su marca no es igual a la del resto - contesto de manera despreocupada - ella está conectada a mí, como si de un órgano se tratase, si estoy enojado su marca la quema más que a ninguno otro.

- Es mentira - replico Harry.

- ¡Avada Kedavra! - susurro sin darle tiempo a nada a Harry, pero fue algo muy raro, el brillo verde en vez de darle a Harry giró y le dio directo a Voldemort (si ya saben todo lo que pasa en el libro, aunque para ser sincera fue lo que más odie, murió así sin que Harry siquiera le mandara algo ¬¬ pero OK aquí no estoy para criticar ^^)

Todo había acabado tan rápido, si que era raro, pero según la explicación es que la varita de Sauco solo obedecía a su dueño y siendo Harry, no podía matarlo o al menos eso fue lo que entendí.

 

- Rach - la voz de Gabrielle hizo que ambos giráramos hacia ella, tenía la cabeza de mi ojigris en su regazo, mientras Sirius terminaba con Bellarix (siempre quise que fuera así^^) - cariño despierta - susurro su madre, pero ella no reacciono.

- Bonita - repuse acercándome a ella - vamos despierta - su piel había pedido un poco de color eso no era un muy buen signo y mucho menos me tranquilizaba.

- Sirius - susurro Gabrielle y su padre se agacho y cerró los ojos, sabía que eso no era una buena señal - ¿Qué tiene?

- Ella est

- No respira - dijo Remus, haciendo que el peor de mis miedos se cumpliera.

- NO - gritó Gabrielle abrazando a su hija con fuerza - Rach por favor.

xfavor no me maten, soy muy joven para morir T.T (xq debe haber tanto drama ¬¬)

si se ke es muy triste, pero prometo ke no terminara mal, solo lean más y veran ke no es tan malo n.nU

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Balck

POV Cedric.

- Hola bonita - saludé con una débil sonrisa, coloque las flores sobre la mesa de noche - todos te mandan saludos.

Flash Back

- Podemos tratar de reanimarla - comento Hermione que había llegado segundos después de Remus - es algo muggle, pero tal vez pueda funcionar.

- ¿Y que esperas? - le urgió Ron que era él que estaba más tranquilo de todos.

- Por favor necesito que todos le den espacio - pidió, Sirius tuvo que cargar a Gab para que le diera espacio a la castaña.

Se arrodillo a un lado de la ojigris, se acerco a su rostro e hizo hacia atrás su largo cabello y luego levanto el mentón y abrió la boca de Rach y tapo su nariz y comenzó a darle dos insuflaciones y después entrelazo sus manos e hizo comprensiones torácicas.

Después de la segunda repetición se escucho como Rach buscaba más oxígeno, eso le dio esperanzas a todos, en cuanto escucharon eso, Sirius se acercó a su hija y verifico que respiraba.

- Es mejor llevarla a San Mungo - comento Hermione incorporándose - no se si duré mucho así.

Nadie contesto, Sirius sin esperar nada más salió del Gran Comedor y se dirigió hacia el despacho de McGonagall para poder usar la chimenea y llegar al Hospital Mágico.

Fin Flash Back

- ¿Cuánto tiempo ha pasado de eso? - pregunte

Sabía que no iba a recibir respuesta, ya que con quien hablaba estaba recostada en esa cama con tantos aparatos que en mi vida había visto, una de esas maquinas ayudaban a marcar sus latidos y otro la ayudaba a respirar, ambos eran aparatos muggles, pero era lo único que la mantenía con vida, ya que ninguno de los sanadores encontraban la forma de que ella respirara, pero gracias a los padres de Hermione que a pesar de ser dentistas conocían muy bien ese instrumental. Me acerque a ella y acaricie su largo cabello, aun en ese estado seguía luciendo hermosa, pero extrañaba observar sus hermosos ojos grises.

- Tus padres vendrán está tarde - mientras dejaba un beso en su frente - Teddy te mando esto - le enseñe un dibujo que el hijo de Remus y Vanesa le había hecho, era un perro y una casa con un arcoíris o al menos eso me había dicho - Ron y Hermione se casan mañana, deseaban que estuvieras ahí, pero no todo en este mundo se puede.

 

Verla tan indefensa me hizo derramar una lágrima, estaba tan pálida que simplemente era como si hablara con un muerto.

- Lo siento - susurre acariciando su mejilla - no quise pensar eso - bese su mejilla - deja de hacerme esperar, te necesito aquí.

Escuche la puerta abrirse, no quite la vista de mi hermosa prometida, porque eso era lo que ella era, en cuanto ella despertará me casaría.

- Las flores son cada vez más bonitas - dijo Cho, mientras revisaba sus signos, si aunque parezca increíble era enfermera - ¿Qué tal estás?

- Bien - conteste sentándome en el pequeño sillón.

- Sabes que no es así - me espetó, mientras le acomodaba la almohada a mi ojigris - deberías salir y distraerte un rato - observo a Rach con tristeza - a ella le gustaría eso.

- No lo sabes - le espete secamente.

- Si ella te ama, como yo algún día lo hice - contesto con una sonrisa amarga - sé que no le gustaría verte deprimido y sin frecuentar a tus amigos.

- ¿Terminaste? - pregunte sin sentimiento alguno.

- Vengo en un rato - contesto saliendo de la habitación.

¿Por qué todo mundo se sentía con la autoridad de decirme lo que tenía que hacer? Bufe molesto, mi vida era ella y ahora estaba en una cama sin despertar ¿Cómo esperaban que yo rehiciera mi vida?

- Ella tiene razón - comento una voz que conocía perfecto - deberías al menos ir a ver a tu concuñada (debe existir en todos los países o.O pero si no es así es la esposa del hermano de esposo o esposa; espero que haya quedado claro y no se hayan confundido ^^)

- Lo siento - conteste levantando la mirada y dejando que se sentara por su embarazo de casi 7 meses - pero se me va el tiempo.

- ¿En qué? - pregunto de forma sarcástica - ¿en ir del Ministerio al Hospital y viceversa? - no conteste, tenía razón a eso se reducía mi vida - Cedric por favor - soltó un suspiro - se que la amas y que te afecta su estado, eres mi amigo y es por esto que te digo que encerrarte en este mundo te afecta.

- No más de lo que me afecta que ella no me vea o me sonría.

- Eres obstinado - se quejo, mientras se acercaba a la cama de Rach - hola cuñada - saludo con una débil sonrisa - mi embarazo va perfectamente, tu sobrino o sobrina crece y hace que me vea como una vaca.

[



















]

POV Gab

¿Dónde demonios se había metido? Llevaba como veinte minutos buscándolo y aun no daba con él, lo había buscado en nuestra recamara, en el estudio, en el salón, en todas las partes de la casa, de hecho había salido a buscarlo a la playa, pero simplemente parecía que había desaparecido.

Me quede de pie frente a la puerta de la habitación de Rach que no había abierto desde que ella había entrado a San Mungo, la mantenía limpia gracias Krancher que parecía disfrutar aquella habitación, me acerque y tome la perilla con manos temblorosas, debía hacer que girara, pero algo me detenía, no podía entrar, porque sería como observar la vitalidad que algún día tuvo mi pequeña. Pero algo dentro hizo que la girara y al entrar seguía como la recordaba con unas cuantas estrellas en el techo y los posters de perros.

 

En su cama seguía la misma colcha roja y los detalles en dorado y las snitch que James le regalo el día de su bautizo, pero en ese momento era para cuna, pero recuerdo que dijo que esa colcha siempre podría crecer y así era como ahora estaba, suponía que Krancher la había puesto; me di un golpe mental, ¿Por qué no había buscado ahí? Mi marido estaba sentado al borde de la cama observando la fotografía de su hija con Ginny, Hermione y Luna en el lago.

- Sirius - llame en un susurro, él dirigió su mirada hacia mí, estaba vacía como desde el día que nos dieron la noticia, de que no sabían en que momento mi pequeña despertaría.

- ¿En qué momento paso? - no sabía a que se refería, enarque una ceja un tanto confundida - cuando fue que Rach se convirtió en la obsesión de Voldemort.

- Cuando supo que podía hacer magia desde mi vientre - le susurre, observándolo atentamente.

- Jamás pensé que esto fuera a terminar así - comento con la voz un tanto quebrada - pensé que ella iba a estar bien, siempre la vi tan fuerte, tan decidida, era lo que siempre fui yo.

- Es por eso que ella va a despertar - repuse sentándome a su lado y tomando su mano, me recordaba a un momento que también me dolió en mi vida, pero nada como este - va a regresar y nos va a decir que ella estuvo descansando de nosotros, mientras nosotros no hemos parado de preocuparnos por ella.

- Te Amo Gab - me susurro escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello - he cometido errores que te han hecho sufrir, pero jamás ha sido mi intención, por eso te pido que me perdones - acaricie su mano - perdón por haberte dejado sola con los niños, por no haberte demostrado lo mucho que Te Amo y sobre todo por no haber sabido defender a Rach.

- Eso no es culpa de nadie - murmure sintiendo como las lágrimas volvían a salir.

- Feliz Cumpleaños - escuche en la sala, cierto hoy era su cumpleaños, era por eso que lo buscaba - Mamá, Papá.

- Feliz Cumpleaños Sirius - le susurre mientras besaba su mejilla.

- Gracias - murmuro con una débil sonrisa y dejando un casto beso en mis labios - Vamos Owen - dijo en voz alta, para que nuestro hijo escuchara - es mejor bajar.

Solo asentí y bajamos, en la sala estaba Owen, Remus, Vane y el pequeño Teddy de casi cuatro años, lo mismo que tenía Rach en aquel estado, el pequeño era la viva imagen de Remus, sus mismos ojos miel y su cabello castaño, lo único que era de Vane era que al reír se le hacían dos hoyuelos.

- Ya eres todo un anciano - se burlo Remus - mira que llegar a los 42.

- Tú los cumpliste primero - le espeto mi marido.

- Solo son dos semanas - replico mi amigo seriamente.

- Pues dos semanas son dos semanas - contesto Sirius tranquilamente.

- ¿Y Sam? - le pregunte a mi hijo al ver que Remus iba a protestar.

- Fue a ver a Rach - contesto con una débil sonrisa - quería decirle lo rápido que crece nuestro hijo - eso de tener un nieto hacía que mi dolor se olvidara un poco.

- Samantha está cada día más grande - repuso mi amiga, tratando de que olvidara por un momento el problema de Rach - parece ser que nuestro nieto viene en perfectas condiciones.

- Como todo Black - comento mi marido con orgullo.

- ¿Y ya saben que será? - pregunto Remus mientras se sentaba en la sala con el pequeño Ted en sus piernas.

 

- Sam dice que prefiere que sea sorpresa - comento con cierta frustración - así que no lo sabré, hasta que mi hijo nazca.

- Tu padre es bueno adivinando el sexo de los bebés - comento Remus con una media sonrisa - aunque con Harry no fue muy bueno.

- Solo lo hice para molestar a Cornamenta, sabía que sería niño, pero me gusta picarlo - mientras una sonrisa ladina aparecía.

Siguieron hablando de cosas de bebés, ¿Cómo si esos dos fueran muy expertos en esa materia? Vane y yo entramos a la cocina a prepararles un poco de comida, era bueno tener algo así, que me hiciera olvidar por un momento lo que pasaba con mi hija.

- Es mejor que nos demos prisa - comento Vane, mientras comenzaba a cortar algunas verduras - Ted no ha comido y tiene el estómago de todo buen merodeador.

- Vaya así que es un digno hijo de un merodeador - comente con una débil sonrisa.

Seguimos con la comida, mientras escuchaba a los tres hombre hablar y reír de algo que no entendía, pero me gustaba escuchar la risa de Sirius, la cual tenía mucho tiempo sin escuchar.

- Gab - escuche la voz de Sirius desde la sala.

- ¿Qué pasa? - pregunte abriendo la puerta de la cocina.

- Estábamos recordando su cumpleaños número 17 - repuso mi hijo con una media sonrisa.

- Y tu hijo no me cree la sorpresa que me diste - replico mi marido con esa sonrisa que en mi adolescencia me quitaba el aliento.

- Es que la Gab de la que hablas que te hizo eso, no puede ser la madre que me crio - susurro Owen con una ceja levantada - mamá dime que eso de McGonagall no es cierto.

- ¿Le estás contando eso? - pregunte con una media sonrisa.

- No veo nada de malo que nuestro hijo conozca la forma en que su madre me enamoro - comento como si nada.

- O mejor dicho te embauco - murmuro Remus y yo le mande una mirada asesina.

- Yo no embauque a nadie - replique serenamente - y bueno lo de McGonagall fue algo que planeo en sí Lily.

- Tienes que contarme - comento mi hijo clavando su mirada avellana en la mía - y saber porque McGonagall.

Les hice una seña y los tres hombres se acercaron, los hice entrar al salón y después Vane y yo entramos también, mi hijo me observó esperando la historia, me recordó cuando era un niño y le encantaba que le leyera antes de dormir.

- ¿Bueno porque fue McGonagall? - me urgió al ver que no decía nada.

- Tu padre siempre sintió una extraña atracción hacia ella - contesto Vane tranquilamente, Owen giro a verlo con cara de asco.

- Cualquier adolescente siente atracción hacia algún profesor - se defendió - como Vane sentía atracción por Dumbledore o Lunático por la de Cuidado de Criaturas Mágicas - al ver la cara de Owen - es mejor que no preguntes como era.

- ¿Y tú mamá? ¿Quién era tu amor platónico? - tanto Sirius, Owen y Vane dirigieron su mira hacia mí.

- Fácil el de DCO - contesto Remus tranquilamente - y el de James al igual que el de tu padre era McGonagall y el de Lily era Slughorn.

- Bueno dejando a un lado nuestros amores platónicos - repuse pasivamente - todo mundo conocía la atracción que sentía Sirius Black por McGonagall.

- Solo eran ustedes - se quejo mi marido.

- Bueno solo nosotros 7 sabíamos de lo que Sirius pensaba de la profesora de Transformaciones - corregí con indiferencia.

 

Flash Back

- Lily no creo que sea buena idea - comento la castaña con cierto nerviosismo observando a su novio.

- Vamos Gab - repuso la pelirroja - a James le gusto.

- ¿Se lo hiciste a James? - casi gritó, haciendo que la mitad de la mesa de Gryffindor girara a verla.

- No grites - la reprendió la ojiverde, la castaña bajo la mirada avergonzada - sabes mejor que nadie que Sirius se siente atraído hacia ella.

- Pero es que es
- no encontraba las palabras exactas para decirlo.

- Taylor te dio eso de regalo - le recordó, la castaña se sonrojo un poco - y ¿dime sino te gusto que te besara el profesor Couler?

- Lilian eso no se puede decir frente a tantas personas - le reprocho, pero asintió levemente.

- Yo creo que ese sería el regalo perfecto - comento con orgullo - pero la que decide eres tú.

- Muy bien - acepto con desgana - pero si no lo agradece, te matare a ti y a él.

- Bueno necesitas la ayuda de los chicos - repuso tranquilamente, al ver el rostro de horror de su amiga - no tienes porque darles detalles, bueno al menos a James y a Peter no.

- Sirius se lo dirá - murmuro.

- Bueno James no le dijo nada sobre su regalo - dio el último sorbo a su jugo - te dejo para que pienses y decidas lo mejor.

La castaña se quedo sentada y observo a su novio que sonreía por algo dicho por James, se levanto decidida, hablaría con los tres chicos y llevaría a cabo su plan. Pero cuando estuvo frente a ellos, sus piernas temblaron, estaba a punto de dar media vuelta y salir corriendo del Gran Comedor, pero una mano se lo impidió.

- ¿Pasa algo preciosa? - esa mano había sido la de su novio.

- Bueno
y-yo q-quería - maldita sea ahora hasta tartamudeaba.

- ¿Está todo bien? - pregunto James, ya que para que su amiga tartamudeara era de preocuparse.

- Este s-si - sonrió débilmente - ¿puedo hablar con ustedes?

- Claro - contesto Sirius con una media sonrisa.

- Quiero decir puedo hablar con James, Rem y Peter a solas - mientras le sonreía débilmente a su novio.

- Claro - contesto el ojigris un tanto desconcertado - los veo en la sala común - se despidió de sus amigos y le dejo un casto beso en los labios a su castaña.

Lo vieron alejarse, pero Gab simplemente no dijo nada, James siendo el más desesperado.

- ¿Bueno nos vas a decir o tenemos que adivinar?

- ¿Les parece si mejor vamos a una aula vacía? - pidió con un hilo de voz.

Ninguno de los tres chicos dijo algo, solo se levantaron y siguieron a la castaña, entraron al aula de encantamientos que era la más cercana, los tres chicos tomaron asiento y observaron a la castaña que seguía sin saber como pedirles aquello y además pensando que era lo que tenían que hacer.

- ¿Gab? - ahora fue Remus el que rompió el silencio.

- Saben que mañana es el cumpleaños de Sirius - los tres asintieron.

- Pero eso ¿Qué tiene que ver con nosotros? - pregunto Colagusano.

- Ustedes que son tan lindas personas y que no serían capaz de dejar a nadie morir sol

- ¿Qué es lo que quieres? - la apremió James, ya que quería ir a ver a su pelirroja.

Tomo todo el aire que sus pulmones fueron capaz de retener.

- Necesito un pequeño favor - contesto con una sonrisa de cachorro que nadie podía negarle nada.

 

- ¿Qué tan pequeño? - pregunto James que conocía perfecto esos favores y había desviado la mirada para no verla.

- Remus ¿aun tienes poción multijugos? - el castaño asintió - bueno necesito que me la des, James, necesito que me des un cabello de McGonagall - al ver que su amigo iba a preguntar - es algo similar a lo que Lily te hizo - el moreno asintió con cierto rosado en sus mejillas - Peter necesito que consigas las llaves del despacho de McGonagall - el chico se asusto ante aquella idea, suspiro - bueno solo distrae a McGonagall durante una hora, James y Remus también lo harán - al ver que pensaba negarse - mañana antes de la cena le dicen que McGonagall desea verlo y después de que el se dirija al despacho, ustedes hacen que MacGonagall no se acerque a su despacho en una hora y media.

- ¿Y después? - cuestionó Remus.

- De lo demás yo me hago cargo - contesto con una débil sonrisa - pero si me ayudarán ¿cierto?

- Eres la peque del grupo, tus deseos son órdenes - contesto James tranquilamente.

- Gracias - contesto Gab abrazando a los tres - son lo mejor.

[















]

Ya todo estaba listo, por el bien de Lily esperaba que eso saliera bien o la mataba, se observo por segunda vez en el espejo y su pijama le quedaba un tanto pegada y corta, por lo demás estaba bien, esperaba que todo estuviera saliendo de acuerdo al plan.

[


















]

El ojigris iba un poco nervioso, ya que para que McGonagall lo mandara a llamar no era una buena señal, respiro profundo al llegar frente a la puerta y con el poco valor que logro reunir toco a la puerta y está se abrió sola. Entró y antes de que pudiera o hiciera algo, alguien le tapo los ojos.

- Qué bueno que ya esté aquí señor Black - le susurro al oído.

- ¿Profesora McGonagall? - se soltó del agarre de la profesora y dio unos cuantos pasos hacia atrás - ¿u-ust
usted q-qu-quería v-verme?

- Todos los días de mi vida señor Black - le dijo sensualmente mordiéndose el labio inferior como lo haría su novia cuando deseaba que la besara - pero que le parece si nos dejamos de formalidades y nos llamamos por nuestros nombres ¿Qué te parece Sirius?

- Como usted quiera Minerva - esto en vez de ser su sueño hecho realidad, comenzaba a ser como su pesadilla, parecía que su profesora deseaba violarlo.

- Llego a mis oídos que le parecía atractiva - mientras caminaba hacia él con una sonrisa de lado - dime Sirius ¿en verdad te parezco atractiva? - poso una de sus manos en su pecho y lo acarició.

- S-sexy - contesto sin pensarlo, Gab sonrió y beso el cuello del chico.

- ¿Más sexy que su novia? - mientras seguía besando su cuello.

No contesto, ya que si era sexy para su edad, pero como para compararse con la belleza de su novia jamás, tenía que separarse de ella, porque eso también podría llamársele infidelidad, pero antes de que pudiera hacerlo lo besó, sus labios estaban un tanto resecos, se pregunto hacia cuanto tiempo que no había besado, su sabor era como siempre lo imagino agrió y como a poción para gripe, no era el mejor sabor, pero besaba muy bien, de hecho besaba muy parecido a su novia.

 

La tomo de la cintura e hizo más profundo el beso, comenzó a hacer caminar aun besándola hacia su escritorio, la recostó, mientras bajaba sus labios por su cuello. Pero de pronto se dio cuenta que a quien besaba no era su novia y se detuvo de golpe.

- ¿Pasa algo Sir? - pregunto Gab que no recordaba que estaba en el cuerpo de Minerva McGonagall y le acarició la mejilla.

- Esto no está bien - susurro obligándose a no seguir besando a su profesora - tal vez pueda reprobarme o hacer que me saquen del Colegio por no corresponderle y no es que no quisiera - lo ultimo lo dijo muy bajo que Gab no escucho - pero yo amo a Gabrielle y por muy sexy que sea no puedo acostarme con usted.

- Sirius - susurro Gab abalanzándose sobre él - eres tan lindo Te Amo.

- ¿Gabrielle? - ya eran demasiadas coincidencias además no creía que McGonagall después de rechazarla fuera a decirle Te Amo.

- Si es lo que desea - contesto seriamente - puedo ser quien usted desee, pero béseme.

- Gabrielle Swan estás completamente loca - comento Sirius severamente - ¿Qué se supone que es esto?

- Tu regalo de cumpleaños - contesto en un susurro.

- ¿Te transformaste en McGonagall para mí? - una sonrisa ladina apareció.

- No, fue para mí otro novio - contesto sarcásticamente - pues claro que fue para ti torpe.

- No hubiera sido más fácil ¿Qué te disfrazaras de conejita o de enfermera? - mientras la observaba con una sonrisa de lujuria.

- Tal vez - acepto desanimada - pero creí que sería mejor McGonagall - y le dio la espalda.

- Preciosa - susurro Sirius abrazándola por la espalda - mi mejor regalo es que estés a mi lado.

- Te Amo - y se giró para besarlo, pero él desvió el rostro para que fuera en la mejilla - ¿hice algo mal?

- No - contesto con una sonrisa tierna - pero esperare a que pase el efecto de la poción para poder besar a MI NOVIA.

Fin Flash Back

Bueno si kieren saber ke pasa despues tendran ke leer el siguiente cap

ke con esto de ke estoy teniendo ke recursar materias (¬¬U) tardara un poco n.n

bueno lo del flash back del cumpleaños de Sirius fue creación de Gabriela Balck, asi ke a kien tienen ke felicitar sobre eso es a ella ^^ muchas gracias Gaby x ayudarme con esto

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

POV Gab

Owen comenzó a reírse seguido de Remus, Vane trataba de no reír, pero no lo lograría por mucho tiempo, Sirius los observaba enarcando una ceja, pero a ellos no pareció importarles.

- Jamás imagine que un Black fuera tan "suavecito" - se burlo Remus.

- No le hagas caso - le susurre besando su mejilla - él hizo cosas peores por Vane y besó a una ardilla que mordió su labio para hacerla feliz.

- Gabrielle - el rostro de mi amigo se torno rojo.

- No recordaba que en verdad había pasado - me disculpe, ya que yo solo lo hacía para que mi marido no se enojara.

Ahora fue turno de Sirius reír y Remus enojarse, Owen seguía riéndose, mientras Vane disimuladamente hacía lo mismo. Me sentía un tanto culpable, por hacer que mi mejor amigo fuera la burla en estos momentos.

- ¿Les parece si vamos a ver a Rach? - opine, tratando de sacar a mi amigo del aprieto.

 

POV Cedric

Samantha seguía hablando con ella y le enseñaba fotografías que ella simplemente no podía ver, mi nudo en la garganta se hizo más fuerte, ¿Qué pasaba si ella no despertaba? Todos habían hecho su vida menos yo, Harry y Ginny tenían pensado casarse, pero siempre la posponían, ya que deseaban a Rach como madrina, Ron y Hermione se cansaron de aplazarla y por fin después de dos años de cambiarla esperando que mi ángel despertara se casaban este fin de semana. Owen y Samantha habían esperado dos años a que ella despertara y al no hacerlo decidieron casarse diciendo que ella eso hubiera querido; pero habían dicho que esperarían a que despertara para encargar un bebé, pero habían salido mal las cuentas y ahora iba a ser tía sin saberlo.

- Por favor - escuche el susurro de Samantha - tu sobrino necesita conocerte y tienes que enseñarle todo eso que a Owen saca de quicio - beso su frente.

- Creo que deberías ir a comer un poco - repuse tranquilamente - el bebé necesita nutrimentos - al ver que iba a replicar.

- Tu ganas - me espeto y tomo su bolso - pero en un rato regreso - me observo - ¿no quieres nada de comer?

- Comí antes de venir - conteste serenamente - ahora ve y come - ella sonrió y salió de la habitación.

Me acerque a su cama y con sumo cuidado me recosté a su lado y acaricie su cabello, su rostro y sus labios, era simplemente perfecta, bese su frente y después acaricie su mano.

- Te Amo - le susurre - te necesito más de lo que alguna vez imagine - incline mi cabeza para respirar su olor a fresa y sandía - no solo yo, todos te necesitan.

Escuche un ruido bastante insistente, Hermione me había explicado aquello, eso significaba que su corazón había dejado de latir, no sé si aquel grito fue mío, pero a los pocos segundos varios sanadores entraron y uno de ellos me pidió que saliera de ahí.

Estaba frente a la habitación del amor de mi vida esperando que ella siguiera con vida, que luchara por mí, por todos los que esperaban que ella estuviera viva. Camine con pesimismo hacia la sala de espera, para esperar noticias sobre ella, me deje caer en un sillón y me cubrí el rostro tratando de no llorar.

- Cedric - al escuchar aquella voz levante la mirada, frente a mí estaba Gabrielle que no entendía que hacía fuera de la habitación - ¿paso algo?

- Ella
- mi voz se corto - no tengo idea de si está bien o no, simplemente me sacaron.

[Tres semanas después]

Aun recordaba el ella es casi improbable que despierte, esa simple frase termino por romper mi esperanza de que ella abriera los ojos y me observara como lo hacía, había dejado de ir a San Mungo, ya que ahora estaban prohibida las visitas.

Estaba en la casa que compre con la ilusión de que algún día ella pudiera vivir aquí, conmigo o con una familia, pero simplemente si ella estaba esta casa no se vería vacía, sabía que le encantaría el jardín y que sería feliz por vivir cerca de sus padres o al menos con la playa.

Me senté en el pequeño kiosco, esperando el atardecer, era hermoso, pero para mí simplemente no tenía importancia no sin ella, cerré los ojos tratando de pensar que tal vez lo mejor era que ella muriera y por fin pudiera descansar.

- Cedric - escuche la voz de mi madre y sentí sus manos en mis hombros.

 

- ¿Qué pasa? - pregunte sin abrir mis ojos, sabía que darle las llaves no era muy buena idea, pero ahora no podía quitárselas.

- Me preocupa que sigas así - me reprocho, sentándose frente a mi - debes salir y tratar de ser feliz.

- Ella sigue viva - le espete, al entender lo que trataba de decir - no voy a salir a buscar a otra mujer.

- Cariño - me hablo como si tuviera dos años - debes dejarla ir, después de cuatro años, deberías de dejarla ir.

- Ella va a despertar - repuse secamente - y así tenga que esperar toda la vida sé que lo hará.

- Eres joven y aun puedes formar una fami

- Con la única persona que quiero formar una familia es con Rachel - me levante furioso - y te voy a pedir un favor, cuando desee que me ayudes a arreglar mi vida te lo diré.

Después de decir eso salí de la casa, por el lado de la playa, me quite los zapatos y me senté, cuando creí que ya estaba lo suficiente lejos de mi casa. De nuevo las lágrimas volvían a ganar, odiaba ser así, sabía que ella no le gustaría verme así.

- Otra vez llorando - dijo una suave voz y se sentó a mi lado.

- Hannah - susurre limpiando las lágrimas - tu madre debe de estar buscándote.

- Lo dudo - contesto tranquilamente, me recordaba a ella, gire a verla, sus ojos aceitunados brillaban como los de Rach - bueno no me va a buscar, porque está ahí - me señalo a una mujer que estaba sentada como a unos diez metros de notros - creo que he encontrado la solución para que despierte.

- ¿Cuál? - pregunte con una débil sonrisa, de verdad tenía la misma forma de sorprenderme con sus planes.

- Bueno papá me leyó un cuento ayer - comento tranquilamente - se llama la "Bella Durmiente" no fue muy bueno si pides mi opinión, de hecho la princesa se la paso durmiendo todo el lib

- Hannah - la llame al ver que cambiaba de tema.

- Lo siento - se disculpó con una débil sonrisa - pero mi padre compra cada libro - volví a observarla severamente - bueno, el príncipe después de vencer un dragón o algo así, entra a la habitación de la hermosa, mejor dicho de la floja princesa y con un beso la despierta.

- ¿Me estás diciendo que con un beso, ella puede despertar? - pregunte con la nariz arrugada.

- Podría funcionar - contesto pasivamente - bueno solo tengo seis años - me espeto al ver que no cambiaba mi expresión.

- Lo sé - acepte con cierta decepción.

- Por favor intenta lo del beso - me suplico, solo asentí débilmente - gracias - repuso con una media sonrisa - de todas maneras, buscare más formas para que ella despierte.

- Gracias - conteste y ella solo beso mi mejilla y corrió hacia su madre que ya la llamaba.

[
















]

¿Cómo era posible que le estuviera haciendo caso a una niña de 6 años? Pero si lo estaba haciendo, aquí estaba frente a su cama, pensando si era correcto hacerle caso a Hannah, pero intentar no cuesta nada.

Me acerque lentamente a ella, le quite la mascarilla del oxígeno y acaricie sus mejillas, si no funcionaba, solo quería al menos volver a sentir sus labios, de hecho no lo hacía por hacerle caso a Hannah, lo hacía porque la necesitaba, porque deseaba poder besarla aunque fuera una vez más.

 

- Te Amo - le susurre rozando sus labios - eres la mujer de mi vida - después de eso besé sus labios que estaban un tanto resecos, no era lo mismo, no estaba ese sabor que yo amaba.

No había nada, me dolió y algunas lágrimas bajaron y se mezclaron en el beso, me separé de ella y la abracé con fuerza, mientras lloraba como un niño pequeño que ha perdido a su madre, tomé su mano. Seguía fría y sin vida, de verdad esto de los cuentos de hadas no funcionaba, cerré los ojos mientras seguía sosteniendo su mano, sentí como si ella la apretara, pero eso era imposible, levante la mirada y esos hermosos ojos grises me observaban atentamente.

- Cedric - llamo con la voz pastosa y ronca.

- Bienvenida preciosa - susurre sonriendo y besando su frente, al final por fin había regresado a mí y ahora no se iría de mi lado.

Bueno espero ke les guste el cap ^^

y Gabriela Black, prometo ke en el siguiente cap, entra tu idea n.n

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

POV Cedric

- ¿Qué paso? - pregunto con un hilo de voz.

- No importa - conteste besándole la frente - estás aquí conmigo.

- Me duele todo - susurro con una débil sonrisa - sigues teniendo la barba.

- A ti te gusta - repuse colocando de nuevo la mascarilla de oxígeno - y pensé que cuando despertaras te gustaría verla.

- Eres hermoso - dijo con una media sonrisa.

- No, tu eres hermosa - respondí besando su frente.

- ¿Cómo están Harry y los demás? - pregunto tratando de incorporarse, pero estaba débil así que sus brazos se doblaron impidiendo que se incorporara.

- Ellos están bien - conteste sentándome a su lado y acariciando su hermoso cabello, bueno Fred había muerto al igual que Tonks, pero no creía conveniente decírselo - creo que tengo que avisar que ya despertaste.

- No - negó, mientras sus frágiles brazos me abrazaban - solo quédate un poco más.

Besé su frente y me recosté a su lado tratando de que se tranquilizara y le acaricie el cabello y sus manos tomaron mi playera, temiendo a que me separara de ella, pero si en esos cuatro años que ella estuvo dormida no la había dejado, ahora menos que sabía que por fin estaba despierta a mi lado.

- Jamás me separare de ti - le susurre tomando una de sus manos y la entrelace con la mía - y menos ahora que estás despierta.

[

















]

POV Gab

Apenas recibí la noticia de que por fin mi hija había despertado no había salido de San Mungo, ahora dormía tan tranquilamente que me recordaba cuando era pequeña y yo entraba a velar su sueño y a tratar de cubrir el vació que Sirius había dejado, Cedric estaba recostado a su lado al igual que ella dormía, ambos merecían ese descanso y más estar así, el pobre chico no había dormido bien durante esos horribles cuatro años y Rach parecía solo dormir cuando él estaba a su lado.

Escuche la puerta de la habitación abrirse y me lleve el dedo índice a los labios para que no hablaran y encontré a mi rubia amiga un tanto frustrada, arrugue un poco el entrecejo.

 

- ¿Pasa algo? - pregunte haciéndole una señal para que se sentara a mi lado.

- ¿Recuerdas lo que paso el día de tu boda? - y como iba a olvidar que por poco dejo a mi ojigris en el altar y una de mis mejores amigas estaba embarazada, y que para mi mejor amigo fue el peor día de su vida.

- Claro que lo recuerdo - la observe aun sin entender - ¿debo recordar algo en especial?

- ¿Recuerdas que dije que no era de Remus? - solo asentí - pues mentí.

- ¿Qué? - esto si era increíble, vi sufrir a mi mejor amigo deseando con todo su ser de que Samantha fuera su hija y ahora resultaba que si lo era - es una broma ¿cierto?

- Jamás bromearía con algo así - contesto seriamente.

- ¿Por qué lo hiciste? - pregunte tratando de controlar mi enojo - Rem estaba dispuesto a aceptar la responsabilidad, de hecho deseaba que fuera su hijo.

- Tenía miedo - susurro con voz trémula.

- ¿Miedo a que?

- Miedo a destrozar su vida a que no deseara al bebé - respondió con la voz firme - pensaba desaparecer de su vida y no regresar.

- Pero no lo hiciste - le espete - regresaste a su vida con Sam de cuatro años, él era feliz, había rehecho su vida y tú llegaste a mover su pasado, si se supone que no deseabas destrozar su vida no debiste regresar, debiste dejar que él siguiera su vida con Amanda.

- Cuando vi que había rehecho su vida decidí que lo mejor era regresar a Australia pero esa noche él fue a buscarme al hotel y me dijo que deseaba pasar tiempo con Samantha - sus lágrimas bajaron por sus mejillas - que se parecía a su madre o al menos le recordaba a ella.

- ¿Y le dijiste que era su hija? - conocía la respuesta, pero esperaba que me equivocara.

- Si lo hubiera hecho tu habrías sido la primera en saberlo - solté un largo suspiro - Lily y Alice me dijeron que te pondrías peor al saberlo.

- ¿Ellas lo sabían? - yo había sido su amiga antes que ella y me lo habían ocultado.

- Alice se dio cuenta cuando fue a Australia y vio el parecido con la madre de Rem y bueno a Lily se lo dije por una carta, necesitaba decírselo a alguien - la observe con el entrecejo fruncido - no te lo podría decir a ti, quieres a Rem como a tu propio hermano y jamás le habrías guardado el secreto.

- ¿Cómo iba a guardar algo así? - de nuevo me había enojado - por Dios es un hijo no un conejo que escondes de tu madre - la observe con cierta molestia - ¿Cuándo se lo piensas decir?

- ¿Qué pasa si lo toma mal?

- Te ama y se caso contigo - comente tratando de tranquilizarme - además es de Remus de quien hablamos, quiere a Sam como hija y ella a él como padre, así que solo les faltaba el título que ahora tienen.

POV Sirius

Escuche la voz de mi esposa y sabía que no estaba muy feliz, escuche algo de Sam y de Remus, pero los "No puede ser" de Remus no me dejaban escuchar muy bien.

- Con un demonio Remus cállate no me dejas escuchar - le espete.

- ¿Qué no te das cuenta? - replico enojado y tomándome del cuello de la camisa - Samantha mi Samie es mi hija.

- Tranquilízate - grave error decirle eso a un lobo que se siente traicionado, su agarre a mi camisa se hizo más fuerte - entiendo que estés enojado, pero yo no soy

- Remus - la voz de mi esposa hizo que mi amigo bajara el puño con el cual me iba a golpear - suéltalo.

 

- ¿Desde cuándo? - su mirada miel se clavo en la de mi esposa - me has visto la cara de imbécil Gabrielle.

- Tienes que hablar con ella - fue lo único que contesto.

- Jamás te he escondido nada - le reprocho - y tú de buenas a primeras me escondes que tengo una hija.

- Rem - llamo Vane tratando de sonar tranquila - Gab tiene razón debemos hablar.

Solo desvió la mirada y salió del lugar y Vane camino detrás de él, mi castaña soltó un leve suspiro y sin previo aviso se abalanzo sobre mí, le acaricie el cabello, parecía tan agobiada como Remus. Estaba seguro de que ella no sabía nada de lo de Samantha.

- Tengo sed - se escucho la suave voz de mi hija.

- Toma - ¿Por qué tenía que haber amor entre esos dos? Si era un padre muy celoso, después de que no había podido verla durante cuatro años, sin contar los de Azkaban, solo despertaba y al único que deseaba a su lado era a Cedric.

- Gracias - contesto mi pequeña levantándose con la ayuda de Diggory.

- Rach - llame tranquilamente - ¿Cómo te sientes?

- Mejor - contesto con una débil sonrisa - y más porque mañana podre dejar San Mungo.

- Eso es grandioso - era increíble que volviera a casa - tu recamara estará lista esta mis

- Papá - me interrumpió con una sonrisa de culpabilidad - Ced y yo hemos decidido que es mejor que me quede en su casa.

- En sí es nuestra casa - repuso el idiota de lo que tendría que llamar yerno - pero si cree conveniente que se quede en su casa por mí no hay problema.

- Rach estará mejor en tu casa - comento mi esposa con una media sonrisa - además Krancher ya debe estar instalado - al menos algo bueno salía de todo esto, por fin me desharía del estúpido elfo.

- ¿Pasa algo? - pregunto mi hija al ver que la sonrisa de su madre era falsa.

- Cosas sin importancia - contesto mi castaña con una débil sonrisa.

- Buenas tardes - la enfermera había evitado que Rach replicara.

- Buenas tardes - respondieron mi esposa y Diggory al unísono.

- Solo venía a ver qué tal estabas - repuso acercándose a mi hija y revisando sus signos.

- Estoy mejor - contesto suavemente.

- Deberías de caminar un poco, la poción hace mejor efecto si tus piernas comienzan a moverse - repuso tranquilamente - al principio las sentirás muy débiles y necesitaras que alguien te ayude, pero con el paso de los días, tus piernas volverán a tener la misma fuerza.

- Eso es lo que tenía pensado hacer - respondió pasivamente - pero gracias por decírmelo.

- Bueno en un rato vengo a verte - la enfermera hizo un movimiento con la cabeza y después salió.

Supuse que desearía ir con Cedric, era difícil ver crecer a los hijos y ver que ya no necesitaban tu ayuda sino la de otra persona, le di la espalda, porque una lágrima había logrado salir y no deseaba que ella me viera débil.

- Papá - me llamo en voz baja, supuse que nos iba a pedir que saliéramos o algo por el estilo - ¿me podrías llevar a dar una vuelta? - pregunto con una débil sonrisa.

- Claro muñeca - camine hacia su cama y con sumo cuidado la ayude a ponerse de pie.

Me encorve un poco, para que ella pudiera poner su brazo alrededor de mis hombros y yo la tome de la cintura, soportando casi todo su peso, sus pies se arrastraban y apenas si podía. Era bastante lentos sus pasos, pero era agradable tener de nuevo a mi hija entre mis brazos.

 

- Sabes que te quiero - me susurro, mientras pasábamos el pasillo para salir a la sala de espera - y mucho papá.

- Y yo te adoro muñeca - conteste con una débil sonrisa.

- No porque me vaya a vivir con Ced ese cariño se va a perder - no conteste nada - es por eso que quiero pedirte que me vayas a visitar.

- ¿Creías que te ibas a deshacer de mí? - pregunte fingiendo enojo - claro que no señorita y por mucho que te vayas a vivir con ese - vi como arrugo un poco la nariz, pero no le di importancia - siempre seré tu padre y ahí estaré a diario.

Solo sonrió y seguimos con nuestro paseo, pero antes de llegar a la cafetería, la razón era que mi hija tenía hambre, Remus y Samantha lloraban abrazados y mi lobo amigo besaba el cabello de Sam.

- Se siente bien poder llamar a alguien papá - escuche que decía Samie - y más si a quien tengo que decirlo eres tú.

- Siempre fuiste mi hija, solo nos faltaba el título - comento Remus con una sonrisa radiante.

- ¿Qué pasa? - pregunto Rach con una media sonrisa.

- Es mi papá - contesto Sam separándose de mi amigo y corriendo a abrazar a mi hija, que por su embarazo de casi ocho meses hizo que casi cayera.

- Felicidades - arrugo un poco la nariz - o eso creo.

- Claro que hay que felicitar - comente palmeando la espalda de mi nuera - parece ser Lunático que también serás abuelo.

- Y eso no es lo peor - comento con una media sonrisa - sino que mi nieto tendrá sangre Black.

- Si eso es lo mejor - se quejo Rach - no cualquiera puede tener ese privilegio.

Espero que no saque su humildad - dijo poniendo los ojos en blanco.

bueno espero ke les guste el cap n.n

Gaby como viste esta tu idea, bueno cambie todo ^^U pero como dijiste la idea es lo principal

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

Chicas y Chicos si es que hay

bueno tengo un bloqueo mental, muy, muy, muy, muy, muy, pero muy, muy, muy grande

para esta historia, ya que las demás van hacia delante, pero esta se a quedado estancada y no se como continuar la historia T.T

es por eso que les pido su ayuda, por favor por lo que mas quieran ayudenme a como terminar la historia, porque enserio no tengo ni la mas remota idea.

les dejo mi correo [email protected] dejen sus comentarios.

Y también quería decirles que tal vez por ¿Por que ser una Black es tan dificil? tenga la culpa de que no termine esta, si quieren leerla, les dejo el link https://www.potterfics.com/historias/36861 espero que se pasen y dejen sus comentarios ^^

Le agradece su atención:

Gaby Black

y quiero pedir una disculpa principalmente a:

Brisa

Gabriela Black

_grace_lovegood_

POV Rach

Como la enfermera me había dicho, mis piernas cada vez iban tomando más fuerza, por fin salía de San Mungo, bueno eso hacía al menos una semana, pero mis piernas aun no estaban completamente fuertes y me cansaba muy rápido.

Estaba sentada en el kiosco de la casa, viendo el mar, no tardaba en anochecer y esperaba que Cedric llegara temprano, para que los dos pudiéramos ver la puesta de sol, lo amaba más que el primer día y lo deseaba ver a mi lado, cerré los ojos imaginándome que él estaba ahí, que sus hermosos ojos verdes se clavaban en los míos, que sus labi

 

- Hola - escuche una voz un poco chillona, que realmente no conocía, abrí los ojos y me encontré a una niña como de seis años, cabello castaño y ojos aceitunados y unas cuantas pecas en la nariz - ¿y Ced?

- Trabajando - conteste con la nariz un tanto arrugada - ¿Quién eres?

- La pregunta sería tú quien eres - ¿estaba en mi casa y yo tenía que contestarle? - nunca te he visto aquí.

- Eso es porque acabo de llegar - repuse, maldiciéndome por haber contestado - pero no me has dicho quien eres.

- Ni tú a mi - levanto los hombros con indiferencia.

- Soy Rachel - dije en voz baja - ya te dije quien soy, ahora tú dime quien eres.

- Soy Hannah, vivo en la casa de ha lado - repuso serenamente - ¿Qué eres de Ced?

- Su novia - conteste pasivamente.

- ¿El beso funcionó? - sus ojos brillaban de emoción - ¿si te despertó con un beso?

- Hola - gire y ahí estaba mi novio con una media sonrisa.

- Ced - la pequeña corrió hacia él y lo abrazo - tenía mucho tiempo sin verte.

- A mí también me da gusto verte Hannah - mientras le revolvía el castaño cabello y caminaba hacia mí - ¿Cómo estás preciosa?

- Un tanto cansada - conteste con una media sonrisa - ha sido uno de los días más ajetreados que he tenido desde hace mucho tiempo.

- Harry me dijo que Ginny estuvo aquí toda la mañana probándote vestidos para la boda - solo asentí y él beso mi frente.

- Sigue con la loca idea de hacer una boda doble.

- Ced - se me había olvidado por completo la niña, mi ojiverde dirigió su mirada a ella - ¿el beso la despertó?

- Fue una gran idea - le contesto inclinándose y besando su frente - ella está aquí por tu idea, así que gracias Hannah por la idea.

La pequeña solo sonrió y salió corriendo hacia la playa, enarque una ceja esperando una explicación para eso del beso, él sonrió y se hinco frente a mí con nuestras manos entrelazadas.

- Me dijo que si te daba un beso, despertarías - explico tranquilamente - y funciono.

- ¿Enserio? - pregunte enarcando una ceja - ¿Con un beso desperté?

- Rach - susurro acercando sus labios a los míos - si existe la magia porque no podrían ser verdad los cuentos de hadas.

No conteste ya que sus labios estaban sobre los míos, tal vez los cuentos de hadas si existían, pero ese no era momento de pensar en si eran verdad o no, me incliné un poco demás y los dos terminamos en el suelo.

- ¿No puedes esperar a llegar a la habitación? - pregunto con una media sonrisa.

- Podría - conteste besando su nariz - pero jamás lo hemos hecho en el jardín.

- Podría regresar Hannah - trato de resistirse, pero comencé a besar su cuello - si se pervierte será tu culpa - dijo con la voz un poco más ronca.

Solo sonreí y desabroche su camisa, para besar su marcado torso, escuche un gruñido, eso quería decir que lo estaba disfrutando, subí mi rostro para volver a besarlo.

- Ama Rachel - ante aquella voz de Krancher me separe de Ced y me incorpore.

- ¿Qué pasa Krancher? - pregunte con una sonrisa amable, en cambio Ced bufo por la interrupción.

- El amo dice que el amo Owen esta en San Mungo - contesto con una reverencia.

 

- ¿Qué demonios hace el tarado de mi hermano en San Mungo?

- Su esposa es la que está - repuso Krancher.

- Sam - dije en un susurro - ¡Oh por Dios! - grite - voy a ser tía.

- Tranquila - repuso Ced tomándome de la mano - es mejor ir a San Mungo.

- Claro

Después de eso los dos aparecimos, en cuanto llegamos a San Mungo, mis padres, Vane, Remus y Owen estaban en la sala de espera, aunque el tarado de mi hermano no dejaba de caminar de un lado a otro.

- Deja de dar vueltas o terminarás haciendo un hoyo - comente tranquilamente.

- Rach - susurro mientras me abrazaba, lo mire extrañada, por lo regular siempre eran golpes en los brazos o golpe con el dedo en la frente - pensé que no ibas a llegar.

- Soy la tía - conteste simplemente y respondiendo su abrazo - no creías que me iba a perder este momento.

- Sam quiere que seas la madrina - repuso Remus con una media sonrisa.

- ¿Enserio? - mi hermano se separo de mí.

- ¿A quién más crees que se lo pediríamos? - comento levantando una ceja - sino era a mi hermana y a uno de mis mejores amigos para ser los padrinos de mi hijo.

- Ya te dije que será niña - replico papá.

- Bueno de mi hija - corrigió mi hermano con una débil sonrisa.

- Claro que quiero ser la madrina de mi sobrin
a - al ver la mirada de mi padre.

Ced se recargo en la pared y yo camine hacia él, abrió los brazos y yo me acomode en sus brazos, esperando noticias de que Sam ya había dado a luz, pero después me canse de estar de pie y me senté al lado de Remus que parecía sumamente nervioso.

- Ellas van a estar bien - susurre tomando sus manos - en ambas corre la sangre merodeadora y pronto saldrán con la noticia de que una hermosa Black como la tía acaba de nacer.

Solo sonrió y apretó mi mano, eso quería decir un gracias, todo era sumamente extraño, tenía cuatro semanas de estar consciente, había perdido cuatro años de mi vida, Fred había muerto al igual que Tonks al saberlo llore al menos una semana, después recordé que Snape también había muerto y fue otra semana, así que las dos primeras semanas me la pase llorando.

Me había perdido la boda de mi hermano y de cuatro de mis amigos, la de Hermione y Ron y la de Luna y Neville, los últimos ya tenían un pequeño de un año el cual llevaba el nombre de Frank como el padre de Neville, era un niño con el cabello negro, pero unos enormes ojos azules iguales a los de Luna.

- Familiares de Samantha Black - llamo el sanador, el primero en llegar fue mi hermano.

- ¿Cómo esta mi esposa? - pregunto con la voz un tanto temblorosa.

- Las dos se encuentran en perfectas condiciones - contesto tranquilamente y con una media sonrisa - la pequeña nació pesando 3 kilos y está en perfecto estado.

- ¿Puedo verla? - los ojos de Owen brillaban de emoción.

- Solo pueden entrar dos personas - dijo el sanador severamente.

- Primero que pase el padre solo - comento mi padre empujando a Owen - y nosotros esperamos.

- La enfermera lo llevara a la habitación de su esposa - y después de eso los tres desaparecieron.

- Somos abuelas - dijeron Vane y mi madre juntas y comenzaron a dar pequeños brinquitos. Los magos que estaban ahí se les quedaron viendo como si estuvieran locas.

- Qué ustedes no puedan ser felices no es su culpa - les espeto mi padre a todos los que las veían.

 

Yo solo sonreí, si mi familia estaba muy loca, pero al menos jamás me aburriría estando con ellos. Regresamos a la sala de espera, mi madre y Vane hablaban entusiasmadas sobre su nieta, de hecho hablaban del nombre que debería llevar.

Poco tiempo después Owen regreso y venía con una sonrisa aun más estúpida a la de siempre, todos giramos a verlo, llevaba en brazos una pequeña cosa las abuelas fueron las primeras en correr a ver al nuevo miembro, y no se diga los abuelos, así que Ced y yo solo observábamos un tanto alejados, esperando a que los abuelos terminaran de conocer a su nieta.

- Rach, Ced - llamo mi hermano, y los abuelos se hicieron a un lado - tienen que conocer a su ahijada.

Los dos caminamos hacia él y me extendió el pequeño bulto, lo tome con manos temblorosas y observe el cabello claro, esa pequeña cosa que tenía entre mis brazos era mi sobrina, acaricie cuidadosamente sus mejillas.

- Su nombre es Lyssandra - repuso Owen.

- Igual a la abuela - comente sonriendo débilmente.

- De hecho es por ti - repuso mi hermano despeinándome como cuando era niña - Sam cree que tendrá tu carácter y fue por eso que decidimos poner Lyssandra porque tanto la abuela como tú tienen fortaleza.

- Es muy cierto - susurro Cedric abrazándonos a las dos - Lyssandra suena muy bien para una pequeña guerrera.

- Para ti Lizzie ya no va haber guerras - repuse acariciando el cabello de mi sobrina - porque tu familia lucho para que tu tuvieras un mejor futuro.

- Tu tía fue la que lucho más que todos - dijo Ced besando se frente - para darte un buen futuro.

- Se verán tan bien como padres - comento Vane con una media sonrisa.

- ¿Recuerdas lo que Alice decía? - repuso mi madre y yo arrugue un poco la nariz sin entender.

- El dolor por más fuerte que sea, siempre trae cosas buenas que superan con creces el tiempo que pasaste sufriendo - contesto Vane tranquilamente - y no cabe duda que es cierto.

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bueno ya tenía casi completo el cap ^^

solo le faltaba lo ultimo desde el nombre de la niña hacia abajo, ke se ke es horrible u.u pero les pido una disculpa enorme

creo ke ahora solo faltan dos caps y el epilogo o eso creo o.O

pensaba hacer la boda de Ced y de Rach, pero no tengo ni la mas remota idea de como hacerlo T.T asi ke si tienen ides ustedes mandenme

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

Su vestido blanco sin ningún vuelo y de tirantes la hacía lucir realmente hermosa, su cabello suelto con una diadema de plata que Gabrielle había cuidado, era de su madre que ella misma había utilizado en su boda, pero ahora adornaba el hermoso cabello de Rach, Sirius la esperaba fuera de la casa de Cedric (o mejor dicho de ambos), donde Ced había sido corrido una noche antes, para que la novia fuera arreglada.

- Respira - susurro Luna, mientras le colocaba unos cuantos pasadores, para que la diadema no se le cayera - y tranquila.

- Eso intento - contesto Rach - pero está es la primera vez que me casó.

 

- Hasta como por la tercera boda dejas de sentir nervios - repuso Vane mientras trataba de acomodarle el vestido - estas hermosa.

- Gracias - contesto observándose en el espejo, lucía realmente hermosa - me tiembla todo.

- Vamos Amy - Ginny le dio un golpe en la espalda - todo saldrá como siempre lo has soñado y Cedric estará feliz de verte llegar.

- ¿Y si se arrepiente? - pregunto con un hilo de voz.

- Se enfrento a Bellatrix sin pensarlo, y además te estuvo esperando durante cuatro años - le recordó Hermione seriamente.

- Además si se quiere arrepentir hay 4 hombres sin contar a Sirius que son capaz de arrancarle la piel, si quiere dejarte - susurro Ginny tranquilamente.

- Con solo verte llegar quedara hipnotizado y no podrá hacer otra cosa que verte - repuso Luna besando su mejilla - muy bien ahora es hora de que nos vayamos.

Las cuatro chicas salieron, pero Rach salió al último sintiendo como el nudo de su garganta bajaba a su estomago, Gabrielle la esperaba en la sala con un vestido blanco a la rodilla, ese día todos debían ir de blanco o un color parecido y su cabello suelto, se acerco a ella con una débil sonrisa.

- Esto te dará suerte - le susurro poniendo un dije de estrella de plata - como lo hizo conmigo.

- Gracias - repuso dejando que lo colocara en su cuello.

- Tu padre me lo dio cuando tenía 17 - comento - y bueno dicen que la novia debe llevar algo, azul - mostró la pulsera que Ginny le había dado - algo viejo - señalo la diadema - y algo prestado - y señalo la cadena - espero que seas muy feliz.

Rach solo sonrió y Gabrielle salió, dejando solo a Sirius y a la chica, la cual suspiro antes de tomar el brazo que le ofrecía su padre, él le sonrió con cierta aflicción y salieron de la casa, pasaron el jardín en donde estaban las mesas para después de la ceremonia, cuando llegaron a la playa donde sería la ceremonia por decisión de los dos.

Su camino hacia las sillas y el arco de flores se le hizo eterno y más al ver al hombre de su vida con un traje blanco en el cual simplemente lucía espectacular y guapo, Sirius apretó un poco más fuerte su brazo y ante aquello giró a verlo y le sonrió débilmente y luego giro su vista hacia las hileras de sillas y observo a Owen con la pequeña Lyssandra de cuatro meses, Ginny y Harry que se habían casado un mes antes, Ron y Hermione, Luna y Nevielle que trataban de mantener quieto al pequeño Frank, George estaba con Angelina, solo faltaba Fred para que todos sus amigos estuvieran ahí y también le hacía falta Severus para que ese día fuera completamente feliz.

Pero salió de sus pensamientos cuando la mano de su padre coloco la suya sobre la de Cedric, él le sonrió y asintió débilmente a Sirius, dándole a entender que la cuidaría.

Un mago bajito comenzó con la ceremonia, mientras Cedric sentía como Rach no dejaba de temblar y con esto el no dejaba de pensar que tal vez en cualquier momento, ella fuera a echar a correr, cuando el mago le pregunto a Rach que si aceptaba a Cedric Diggory ella contesto casi al instante "Si, acepto", pero cuando fue turno de Cedric se quedó callado observando su mano, el mago tuvo que preguntar dos veces, pero Ced solo contestó cuando sintió la mano de Rach acariciando la suya y con voz temblorosa contesto "a
acepto"
y después continúo la ceremonia, Ced tuvo que ponerle el anillo con la ayuda de Thomas y después de que el mago hiciera caer una lluvia de estrellas sobre Ced y Rach, haciéndoles entender que ahora si ya eran marido y mujer. Cedric tomo a Rach de la cintura y le beso la mejilla, mientras los demás gritaban "Beso, beso" así que el ojiverde sin mucho esfuerzo la beso dulce y tiernamente.

 

En cuanto se separaron, sintieron los flashes y los brazos de los padres de Cedric, Elladora Diggory no había parado de llorar durante toda la ceremonia y Amos con una enorme sonrisa abrazaba a su ahora hija Rachel. Todo mundo los abrazo y felicitó, pero a Rach le faltaba alguien que estaba de espaldas observando el mar.

- Ve - le susurro su ahora esposo, al ver a quien observaba.

La ojigris sonrió débilmente antes de caminar hacia ese hombre que en veía el mar, se coloco a un lado y observo el mar como él lo hacia.

- Eres como el mar - repuso Sirius con una media sonrisa - tan hermoso y tan temperamental, muchos se creen sus dueños, pero nadie por más que se esfuerce lo lograra.

- Igual a ti - replico tranquilamente.

- Lo mismo pensé - comento pasando su brazo por los hombros de su hija - pené que nadie podía detenerme, hasta que llegaste a mi vida, siempre creí que la vida solo se vivía sin pensar en el mañana, pero cuando te tuve en mis manos supe que antes de pensar en mí lo haría en ti y tu hermano.

- Eres un gran padre - susurro rodeando su cintura - y te agradezco que siempre estés conmigo no importa lo que sea.

- Y siempre estaré - contesto besando su cabello - pero ahora tienes un hombre que te ama esperándote para su baile.

- Te quiero - él sonrió y beso su frente.

- Y yo Te Amo - respondió tomando su mano para llevarla a la fiesta - ahora muñeca debes disfrutar tu boda.

Solo le sonrió y él supo que hacía era la vida, tenía que dejarla ir para que fuera feliz, y sabía muy a su pesar que Cedric Diggory era el hombre que lograría la felicidad de su hija.

[




























]

POV Cedric

- Amor - escuche que susurraba - Ced - llamo un poco más fuerte.

- ¿Qué pasa? - pregunte sin abrir los ojos.

- Quiero pizza con fresa, plátano y melón - contesto pasivamente.

- Rach son las tres de la mañana - repuse al ver el reloj - no puedes esperar hasta mañana en la mañana.

- Pero la quiero ahora - comento con cierta irritación en la voz - o tu hijo puede nacer con cara de pizza.

- Muy bien - acepte incorporándome - ¿solo pizza?

- Si - contesto con una media sonrisa - Te Amo.

- Y yo a ti - como podía negarle algo a esa sonrisa.

Salí de la casa, ¿en donde demonios encontraría pizza? Y además con fresa, plátano y melón. Lo bueno de esto de los antojos que solo faltaban tres semanas para que se acabara mi martirio. Owen me advirtió de los mareos, Nevielle de las nauseas, y Harry sobre los cambio de humor, pero nadie me advirtió de los antojos a las tres de la mañana.

POV Sirius

 

- Abu - escuche la voz de Lyssandra.

- ¿Qué pasa? - pregunte tallándome los ojos para enfocarla.

- No puedo dolmil - contesto acercándose a la cama, iba a cumplir tres años (13 de agosto) tenía el cabello rubio de Samantha y los ojos miel de Remus eso quería decir que era una Lupin en vez de una Black.

- ¿Quieres que te lea un cuento? - ella asintió.

Me levante y la tome en brazos y la lleve a la habitación que le había pertenecido a Rach, Owen y Samantha se habían ido a arreglar algo sobre su traslado a Australia y Gab y yo nos hacíamos cargo de Lizzie como le había apodado mi hija, porque Remus y Vane no podían porque estaban de vacaciones con Teddy, así que los único que quedaban eran los abuelos paternos, además de que me encantaba pasar tiempo con mi nieta.

- Quielo la de la Bella dulmiente - comento cuando llegamos a la recamara - mi tío Cedlic y mi tía Lach hablan mucho de eshe cuento.

- Ok - acepté buscando el maldito cuento, por fin después de diez minutos lo encontré, mi nieta me observaba expectante, la arrope y yo me senté en el pequeño sofá y comencé a leer - Hace mucho tiempo, en un reino lejano

Lizzie se durmió a la mitad del libro, sonreí al observarla dormir parecía un angelito, deje el libro en su lugar y antes de salir le besé la frente. Antes de dirigirme a la recamara, decidí bajar por un vaso de agua, cuando bajaba las escaleras escuche ruidos en la sala, brinque los últimos dos escalones para encontrarme con mi hija en medio de la sala.

- Papá - susurro con cierto temblor en su voz.

- ¿Qué pasa muñeca? - pregunte corriendo a su lado.

- Creo que se me rompió la fuente - su voz sonaba quebrada, tenía miedo, de hecho ahora yo mismo estaba aterrado.

- ¿Dónde está tu marido? - pregunte mientras la ayudaba a sentarse.

- Ced fue a comprarme pizza - contesto con un hilo de voz - papá tengo miedo, no sé que hacer, ayúdame.

- Primero tienes que estar tranquila -comente tratando de sonar tranquilo - segundo tengo que despertar a tu madre, ella sabrá que hacer, tú quédate aquí - subí corriendo las escaleras - Gab - llame cuando llegue a la habitación.

- Hmmph - no sabía si eso era una contestación.

- Rach está abajo y se le rompió la fuente - antes de que terminara la frase, mi esposa ya estaba buscando ropa.

- Llama a Molly y dile que si puede cuidar a Lyssandra - me ordeno - después ve y busca a Cedric y cuando lo encuentres nos vemos en San Mungo - sabía que ella sabría que hacer.

Sin contestar nada baje corriendo a la sala, me hinque frente a la chimenea y dije La Madriguera, en segundos observe el salón de los Weasley y para mi sorpresa Harry caminaba de un lado a otro con el pequeño James en brazos.

- Harry - él giro sorprendido.

- Sirius - susurro él hincándose - ¿Qué haces aquí?

- Quiero hablar con Molly - conteste rápidamente - necesito que se quede con Lizzie.

- Necesito que alguien me ayude con James - se quejo, que Ginny se fuera por trabajo no era bueno para mi ahijado, pero ahora estaba mi hija que estaba a punto de dar a luz.

- Rach está en trabajo de parto y necesito buscar a Cedric, así que ahora yo la necesito más - le espete.

- Muy bien - aceptó - pero no grites, se acaba de dormir.

- Sirius - dijo confundida Molly - ¿Qué haces aquí?

 

- Rach está en trabajo de parto y necesito que cuides a Lizzie - conteste de forma apresurada.

- En unos minutos estoy ahí - susurro, antes de subir corriendo las escaleras.

[

















]

POV Cedric

En cuanto había llegado a San Mungo, había corrido hacia la habitación de mi esposa, en la habitación había dos mujeres más que no paraban de gritar, y eso no ayudaba a que mi esposa se tranquilizara, también debo decir que en esa habitación era el único hombre, los demás habían sido corridos por sus esposas, al igual que Sam había hecho con Owen.

- ¿Qué tal te sientes? - pregunte acariciando su cabello.

- ¿Recuerdas cuando el dragón te quemo? - asentí levemente, mientras ella apretaba las sabanas - pues sería una bendición que así fuera mi dolor.

- Todo pasará rápido - repuse tratando de animarla.

- ¿Rápido? - repitió mirándome con odio - llevo más de ocho horas en labor de parto y ¿pasará rápido?

- Me refiero a que ya solo te faltan dos grados para que estés lista - susurre condescendiente.

- Siento que me voy a partir y me estás diciendo que todavía me faltan dos grados - gruño y cerró los ojos con fuerza, eso era otra contracción - pero veme Cedric Diggory, olvídate de tener más hijos o de siquiera tocarme.

- Yo dije lo mismo de mi primer hijo - repuso la mujer de la cama de ha lado - y esté es mi cuarto parto.

- Te castro si vuelvo a terminar embarazada - me espeto - no importa cuántos hijos quieras, ten en mente que este será mi último embarazo.

- Lo que tú quieras - no creía que fuera bueno llevarle la contraria en ese momento - te están dando cada vez más rápido las contracciones.

- Aghh - gritó - creo que ya es hora - la enfermera se acerco - dame la mano - me ordeno.

- Ya esta lista - susurro, y ante aquello mi mano crujió.

- No me sueltes - repuso con los ojos fuertemente cerrados.

- Aquí estaré - conteste aunque en verdad deseaba que me soltará ya que mi mano comenzaba a ponerse morada por la falta de circulación.

La enfermera llevo la camilla hacía la sala de partos, donde un sanador de edad avanzada nos esperaba, se coloco frente a la camilla, mi esposa solo gruñía debido al dolor, no escuchaba lo que el sanador decía, pero veía los esfuerzos de mi esposa de pujar y en pocos segundos, sentí de nuevo como la sangre volvía a mi mano.

- Es una hermosa niña - repuso el sanador, entregándosela a Rach.

- Hola Katherine - saludo mi esposa con una débil sonrisa y su rostro se notaba agotado y era de suponerse, si había llegado desde las 4:00am y Kat había nacido a las 13:00pm - otra vez tu abuelo tuvo razón.

- Bueno eso lo sabíamos desde hacía cinco meses - repuse inclinándome para besar la frente de Rach y observar a mi pequeña.

- Espero que no me contradigas como tu padre - le susurro.

- Te Amo - susurre.

- Y yo a ti - contesto con una media sonrisa - cárgala - mientras me extendía a nuestra hija - dime sino es hermosa

- Tenía que serlo, con la madre que tiene - comente con una débil sonrisa y tomando a Kat, era sumamente pequeña, era la cosa más pequeña y hermosa que había visto, su poco cabello era claro y bueno sus ojos se mantenían cerrados, pero era sumamente hermosa o tal vez lo decía porque era mi hija como Owen lo había hecho con su hija, pero para mí no había bebé más hermosa que la mía.

 

Un 6 de Junio había nacido la prueba de nuestro amor, y pensar que todo había comenzado en la escuela y ahora éramos padres de Katherine Grace Diggory Black, no cabía duda que era el hombre más feliz del mundo.

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bueno espero ke no haya kedado tan mal n.nU

ya solo keda uno mas y el epilogo ^^

capitulo dedicado a:

Brisa

Gabriela Black

_grace_lovegood_

POV Sirius

- Kat - llamo mi esposa suavemente a mi pequeña nieta de cuatro años, tenía cabello rubio y quebrado, de hecho es como si Cedric hubiera nacido en ella, solo los ojos eran como grises verdosos, había sido una buena combinación de colores - tus padres no te volverán a dejar si te ven llena de chocolate.

- Abuelito - susurro mi nieta pidiendo mi ayuda.

- Gab es una niña, además que sea fanática al chocolate es tu culpa - comente tranquilamente - si Rach se enoja yo la calmare.

- Por tu bien - dijo de forma amenazadora.

Solo sonreí y observe como mi pequeña nieta seguía comiendo el chocolate, como si no hubiera otro día para eso, era la niña más hermosa, claro junto a Lizzie que había visto.

- Espero no llegar en un mal momento - repuso Harry que entraba con Albus en brazos que tenía dos años y a James lo traía de la mano.

- James - grito mi nieta corriendo a abrazar al hijo de mi ahijado.

- Kat - susurro el pequeño que tenía el cabello de Harry y los ojos de James, pero se parecía mucho a la pelirroja como solía llamarle a Lily, parecía avergonzado.

- Vamos a jugal - comento Kat tomando la mano de James y lo arrastro al jardín.

- ¿Necesitas algo? - pregunte al ver que no hablaba.

- Antes que te niegues tienes que saber que Ginny está en trabajo de parto y Molly no quiere separarse de ella, Hermione está recién aliviada, Vanesa se fue a visitar a Sam y el resto de los Weasley cuidan a sus propios hijos y James no quiso quedarse con nadie más que no fuera con Rach, pero como ella salió y bueno ustedes se quedaron con K

- Ya vete, antes de que nazca tu siguiente hijo - le espete tomando a Al - pero en cuanto nazca quiero saberlo.

- Gracias - susurro antes de salir de la casa.

Al era muy parecido a James y a Harry, y había heredado los ojos verdes de Lily y ahora esperaba a su tercer hijo, Al tomo mi cabello y comenzó a jalarlo.

- Gab - llame al ver que no podía soltarme de él.

- Papá - susurro mi hija que se acercó a mí y con una tierna sonrisa cambio mi cabello por una sonaja - así está mejor Al - y lo tomó en brazos - encontré a la señora Weasley en San Mungo y me dijo lo de Ginny y supuse que necesitarían ayuda.

- Gracias - comente tranquilamente - ¿y tu madre?

- Con Ced cuidando a James y a Kat en el jardín - contesto con una media sonrisa.

 

- ¿Quieres decirme algo? - tenía la misma forma de reír que yo cuando estaba nervioso y eso se debía a que tenía que decir algo importante.

- A los dos - comento sonriéndole a Al que le regresaba la sonrisa.

- Cedric me decía que tenían algo que decirnos - dijo la voz de mi esposa que entraba a la sala.

- ¿Y los niños? - pregunto Rach observando a su marido.

- Están arriba viendo un poco de televisión - contesto Gab sentándose a mi lado - ¿Qué es lo que pasa?

- Bueno he sentido nauseas durante las dos últimas semanas además del deseo por comer pollo - la mire fijamente, ya que ella odiaba el pollo.

- Hoy fuimos a San Mungo para salir de dudas - comento Cedric que abrazo a mi hija por la espalda.

- Y estoy embarazada - termino Rach con una débil sonrisa.

- Maravilloso - respondió mi esposa levantándose a abrazar a los futuros padres.

- Gracias mamá - pero en sus ojos aun había algo.

- ¿Qué más ocultas? - pregunte observando a ambos - o mejor dicho ¿Qué más esconden?

- Bueno serán dos - contesto Cedric entrelazando sus manos.

- ¿Dos? - repetí con la nariz arrugada.

- ¿Serán gemelos? - pregunto Gab con una sonrisa radiante.

- Al menos eso cree el sanador - susurro Diggory.

Ambos parecían asustados, más que cuando iba a nacer Kat, pero suponía porque serían dos en vez de uno, después de aquello se escucho el grito de Kat hacia su padre, el cual subió enseguida y Gab y mi hija se dirigieron a la cocina y yo me quede con Al en el salón, el pequeño caminaba de un extremo al otro, regando los juguetes de Kat y algunos de Lizzie que dejaba cuando venían de vacaciones.

[Siete meses después]

POV Gab

- Mamá tranquilízate - repuso Rach que me acomodaba el cabello - solo es una comida en la cual se festeja su aniversario número 30, pero te aseguro que yo misma vigile que todo estuviera en perfecto estado.

- Debió ser un poco cansado con tu embarazo - comente con una débil sonrisa y observando por el espejo el abultado vientre de mi hija.

- De hecho yo solo daba órdenes y Sam junto con Hermione y Luna hicieron el resto - contesto con la sonrisa Black.

- Aun así muchas gracias - susurre tomando las manos de Rach.

- ¿Listas? - pregunto Cedric asomando la cabeza por la puerta.

- Luces guapísimo - sus ojos brillaban como los de él, sabía que eran la pareja perfecta.

- Y tú serás el centro de atención - como siempre que estaban juntos se olvidaban del resto y no era que me molestara, pero sino decía algo, en menos de lo que imaginara se estarían besando.

- ¿Y Sirius? - pregunte antes de lo que dijera se volviera realidad.

- Muy nervioso - contesto pasivamente - y necesita que Rach vaya.

- Bueno iré a tranquilizar a mi padre, antes de que le dé un ataque - comento con una media sonrisa y besando castamente a su marido.

- Se ve muy guapa - repuso con esa sonrisa encantadora que supuse había enamorado a mi hija.

- Gracias - conteste regresándole la sonrisa.

- Abuelita - mi pequeña nieta que en verdad era idéntica a mi yerno llegaba con su hermoso cabello rubio y quebrado suelto y sus ojos verdes grisáceos brillando.

- ¿Qué pasa cariño? - parecía que no había visto a su padre.

 

- Mira lo que James me dio - realmente estaba emocionada y me enseñaba una hermosa pulsera con pequeños colibrís.

- Kat - llamo su padre con voz severa - ¿Cómo que te la dio James?

- Si papi - susurro con esa sonrisa inocente que había heredado de su madre - me dijo que era un regalo por ser la niña más bonita de la fiesta.

A Cedric le dio un ataque de tos al escuchar aquello, yo solo sonreí y bese el cabello de mi nieta y le susurre que lo mejor era que regresara a buscar a James.

- Mi abuelito también comenzó a toser cuando le dije lo que James me había dicho - está niña tenía la perspicacia de su madre - y dijo algo así que no deseaba que su sangre se mezclara con la Potter ¿Qué quiso decir con eso?

- Nada cariño - susurre, recordándome que cuando viera a mi marido tendría que golpearlo - ve a jugar con James.

- Mejor vamos a jugar nosotros - repuso enseguida Cedric - nos vemos en el jardín - mientras tomaba a Kat en brazos.

Solo asentí con una ligera sonrisa, tanto padre como abuelo eran celosos, no sabía lo que Kat tendría que soportar cuando creciera, pero sería divertido ver a ambos hombres tratando de protegerla. Una pequeña risita escapo, pero estaba sola, así que no tenía que darle explicaciones a nadie, volví a ver mi reflejo y note que estaba perfecta, baje hacia al jardín, donde mi esposo lucía simplemente perfecto.

- Luces hermosa - me susurro al besar mi mejilla.

- Y tu guapísimo - le conteste besando sus labios castamente.

- Una fotografía de padres e hijos - comento Owen que me abrazaba, cuanto habían crecido - vamos enana - le dijo a Rach que estaba dándole un poco de spaghetti a Kat - tenemos que demostrar que tan guapos somos los Black.

- Cállate - le espeto mi hija que se coloco al lado de su padre - pensé que con la edad lo engreído se te había quitado.

- Nadie puede negar que un Black es guapo - repuso mi marido besando la mejilla de Rach.

- Listo - dijo el fotógrafo.

- Ahora una con los nietos - comento Sam que arreglaba el cabello rubio de Lizzie y apenas si se notaba su pequeño vientre de tres meses (siempre pasa que cuando una mujer está embarazada haya como una epidemia en la misma familia)

- Querrás decir nietas - replico Remus con una media sonrisa.

- Al menos tengo una más que tú - le espeto mi marido, me pregunte si en algún momento dejarían de actuar como cuando eran jóvenes y la respuesta llego enseguida JAMÁS - y vienen dos en camino, sin contar el de Sam.

- Sonrían - nos pidió el hombre, así lo hicimos.

- Ahora yerno y nuera - comento Owen empujando a Sam que se coloco del lado de Sirius y Cedric de mío.

- Ahora con los consuegros - repuso Rach que acariciaba el cabello de Kat que estaba abrazada a sus piernas.

Después de cómo veinte fotos más, los flashes me habían dejado deslumbrada, nos habíamos sacado fotografías con todos (¿no les ha pasado? Pues en mi familia es muy normal que todos los invitados se tomen fotos con los festejados ^^) después de aquello por fin pudimos sentarnos a comer.

Rach se levanto y se dirigió al mago que estaba como DJ en la fiesta y vi que le susurraba algo, solo vi que el hombre le asentía levemente, después de eso se coloco en el centro del jardín, que había dejado como pista de baile.

- Quiero dedicar la siguiente canción a mis padres que creo que les va a gustar y bueno a todo aquel que se sienta identificado con esa canción - se comenzó a escuchar una leve nota.

 

- ¿Me permite está pieza señorita Swan? - pregunto mi marido con esa sonrisa de la que me enamore.

Nadie como tú, para hacerme reír.
Nadie como tú, sabe tanto de mi
nadie como tú, es capaz de compartir
mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir

- Claro señor Black - conteste tomando la mano que me ofrecía.

Tienes ese don de dar tranquilidad
de saber escuchar, de envolverme en paz.
Tienes la virtud de hacerme olvidar
el miedo que me da mirar la oscuridad.
Solamente tú lo puedes entender
y solamente tú te lo podrás creer
.

Sirius era el hombre que me conocía perfecto, que conocía cada detalle de mi vida, el miedo que tenía de mirar la obscuridad y no verlo.

En silencio y sin cruzar una palabra.
Solamente una mirada es suficiente para hablar
ya son más de veinte años de momentos congelados
en recuerdos que jamás se olvidaran.

Pensar que llevaba casi 20 años viviendo a su lado, ya que teníamos que quitar los de Azkaban, rodee su cuello y escondí mi rostro en su pecho.

Nadie como tú, para pedir perdón.
Nadie como tú, valora esta canción.
Nadie como tú, me da su protección,
me ayuda a caminar, me aparta del dolor.

Tantas veces después de salir de Azkaban me había pedido perdón, antes de casarme, durante nuestro matrimonio había guardado varias cosas por tratar de protegerme.

Tienes ese don de dar tranquilidad
de saber escuchar, de envolverme en paz.
Tienes la virtud de hacerme olvidar
el miedo que me da mirar la oscuridad.
Solamente tú lo puedes entender
y solamente tú te lo podrás creer
.

En silencio y sin cruzar una palabra.
Solamente una mirada es suficiente para hablar
ya son más de veinte años de momentos congelados
en recuerdos que jamás se olvidaran.

Cada vez que estaba en sus brazos como ahora me sentía tranquila, siempre había tenido algo que me llenaba de paz.

Y pasaran los años y siempre estarás buscando
un plan para que se hagan realidad los sueños
que soñábamos antes de ayer al dormir
hablando del tiempo que nos quedara por vivir.

Levante un poco el rostro y observe que nuestros hijos bailaban al igual que nosotros y esperaba que ellos también llegarán a vivir el mismo amor que nosotros.

En silencio y sin cruzar una palabra.
Solamente una mirada es suficiente para hablar
ya son más de veinte años de momentos congelados
en recuerdos que jamás se olvidaran.

También observe a Vanesa y a Remus bailar, pensar que ellos habían vivido tantas cosas malas al igual que nosotros y a pesar de eso seguían juntos.

Y sin hablar. Solo al mirar sabremos llegar a entender
que jamás ni nada ni nadie en la vida nos separaran.

Y esperaba que esto fuera hasta que muriera o mejor aún, después de ella, esperaba seguir teniendo a mi ojigris a mi lado.

 

- Ced - la voz de mi hija nos hizo separarnos y mirar lo que pasaba.

- Tranquila - susurro su marido, mientras la tomaba de la mano - solo tenemos que ir a San Mungo y todo estará bien.

- ¿Qué pasa? - pregunto Remus.

- Se le acaba de romper la fuente - contesto Cedric que tenía mojados los zapatos y parte del pantalón y le temblaba un poco la voz.

POV Cedric

Estaba entrando en pánico, ya que cuando Kat nació Gabrielle había sido la que la había llevado a San Mungo y yo solo había llegado a esperar a que ella diera a luz.

- Bien - la voz de Gabrielle se escucho autoritaria - Remus y Vane se harán cargo de los invitados, Sam y Owen se harán cargo de Kat, mientras Sirius, Cedric, Amos, Elladora, Rach y yo vamos a San Mungo.

- Yo quiero ir - se quejo Ron.

- Y yo - corroboro George.

Y se escucharon más yo, pero la verdad en ese momento no me importaba nada que no fuera llevar a Rach a San Mungo.

- Nos correrán de San Mungo si van tantas personas - trato de sonar razonable Gabrielle, mientras Sirius y yo sujetábamos a Rach de los brazos.

- Respira como lo hemos practicado - susurre, pero ella no parecía tan asustada como su padre y yo.

- Pronto estaremos en San Mungo muñeca - repuso Sirius besándole la frente - solo tienes que estar tranquila.

- Mamá - llamo Rach, pero ella no pareció escucharla, ya que seguía discutiendo con los que querían ir a San Mungo - MAMÁ - grito para que le hiciera caso.

- ¿Qué pasa? - pregunto un tanto asustada.

- Si quieren ir que vayan, pero ya vámonos a San Mungo o daré a luz aquí - replico tratando de sonar tranquila.

- No podemos llevar a niños pequeños - repuso Gabrielle secamente.

- Ginny, Sam, los señores Weasley y Hermione se pueden quedar y cuidar a los niños y el resto puede venir si quieren.

- Muy bien - acepto con desgana - pero no podemos llegar todos así, adelántense y nosotros los seguimos.

Rach y yo entramos a la chimenea observando el rostro de mínimo veinte personas observándonos con curiosidad. Llegamos a San Mungo y una enfermera de cabello negro se acerco a nosotros.

- Rach - susurro la enfermera que reconocí como Cho - ¿trabajo de parto? - mi esposa asintió levemente - bien - sonrió y apareció una silla de ruedas - síganme.

Tome la silla y seguí a Cho que nos llevo a una habitación sola, mi esposa en cuanto llegamos se levanto y tomo la bata que le ofrecía Cho.

- ¿Me ayudas? - me pidió cuando no se la pudo amarrar.

- Tu padre está seguro que serán niñas - susurre ayudándola a acomodarse en la cama - además los sanadores nos han dicho lo mismo.

- ¿Quién los tiene dentro? - replico observándome severamente - sé que uno será niño.

Decidí no contradecirla, me recosté a su lado y le acaricié el cabello. Después de cómo tres horas, mi mano crujió, debí de haber aprendido que no debía darle mi mano, pero ya era demasiado tarde para quitársela, decidí no hablar para que no comenzara a gritar.

- ¿Cómo estás? - pregunto Cho con una media sonrisa.

- ¿Has tenido hijos? - le espeto, ella asintió levemente - entonces no preguntes como estoy, cuando sus hijos me están queriendo partir en dos.

- Lo sé - susurro revisándola - le puse postulas para que sintiera un poco del dolor que yo sentía.

 

- Muy buena idea - repuso girando a verme.

- Rach - dije con un hilo de voz - no pen

- ¡¡Aggh!! - cerro los ojos con fuerza y mi mano fue triturada.

- Ya es hora - comento Cho tranquilamente.

Rach apretó más mi mano si es que eso era posible, llegamos a la sala de partos y ahora una sanadora como de la edad de Rach nos esperaba, mi esposa pujo dos veces, para que el llanto de uno de nuestros bebés se escuchara.

- Es una hermosa niña - repuso la sanadora - ahora vamos por el segundo - mi esposa volvió a apretar mi mano - puje - le ordeno.

Tuvo que pujar dos veces más, para que el llanto de nuestro segundo bebé llenara la sala.

- Es un hermoso varoncito - anunció la sanadora.

- Te lo dije - susurro Rach recibiendo a nuestro hijo.

- Creo que tendrás que decidir entre Melanie y Carlie para la niña - repuse besando su frente y mostrándole a la pequeña que llevaba en brazos.

- Melanie está bien - contesto acariciando el cabello de la pequeña - aunque podía ser Melanie Carlie Diggory.

- Aunque sonaría mejor Melanie Rachel Diggory - ella sonrió aceptando el nombre, ahora el problema nuestro hijo - ¿Qué nombre llevar

- Te dije que sería niño y por supuesto pensé en su nombre - sonrió besando el poco cabello de nuestro pequeño - Matthew Cedric Diggory.

Sonreí y bese su nariz como agradecimiento de que le hubiera puesto mi nombre, mi pequeña comenzó a llorar, ya que fuera de la sala se escuchaba demasiado ruido, me pregunte ¿Quién demonios podía hacer tanto ruido?

- Por favor - escuche que decía un sanador - no pueden hacer tanto ruido, hay pacientes que quieren dormir.

- Pero queremos saber sobre Rachel Diggory - escuche la voz de George.

- Y nadie nos ha dado informes - aquella voz era de Harry.

- Creo que están preocupados por ti - repuso la sanadora que era compañera de Rach.

- Mejor dicho por ellos - corrigió señalando a los nuevos miembros de la familia Diggory-Black - es mejor que salgas y les muestres a los nuevos miembros - comento entregándome a Matthew.

- Antes de que terminen derribando a Richard y entren aquí - corroboro la sanadora.

Tome a mis dos hijos y con la ayuda de la sanadora que me abrió la puerta salí y frente a mí estaban mis padres, los padres de Rach y el resto de nuestros amigos.

- Les presento a Melanie y a Matthew - comente con una sonrisa de lado.

- Sirius se equivoco - repuso Remus sonriendo divertido.

- A cualquiera le pasa - le espeto mi suegro que se acerco a mí con cara de pocos amigos.

- Él es Matthew - repuse entregándole al más pequeño.

Ante aquello desapareció su mueca de enojo y cambió por una de total felicidad, mi madre se acerco a mí y me quito a mi hija. El resto comenzó a felicitarme a gritos, sonreí era padre de nuevo y por partida doble, y lo mejor eran de la mujer que mas amaba.

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ya solo falta el epílogo n.n

y bueno la canción es de la Oreja de Vangoh y como se llama el fic y el capitulo así se llama la canción "Nadie como tú" una de mis canciones favoritas

 

espero ke les haya gustado y bueno se podría decir que este es el capitulo final ^^

capitulo dedicado a:

Gabriela Black

Brisa

_grace_lovegoos_

creo que en el capitulo puse de quien era la canción, pero sino fue así, al igual que se llamo el capitulo y el fic es NADIE COMO TU y es de La Oreja de Vangoh, es una de mis canciones favoritas y pensé que quedaba muy bien. Regresando a este capitulo espero ke lo disfruten n.n

POV Rach

- Mami - escuche que alguien me llamaba, pero estaba agotada como para ver de quien se trataba, había llegado a las 3:00am por una cena de Cedric- mamá - llamo con más fuerza.

- Kat - susurro Ced que escondió su rostro en mi cuello - no puedes espera una hora más.

- El tren sale en hora y media - note la angustia en su voz.

- Dúchate - repuse sin abrir los ojos - y tranquilízate que llegaremos a tiempo.

Escuche como salía de la habitación, cinco minutos más pensé tomando la mano que Ced tenía rodeándome la cintura, pero escuche como algo se rompía.

- Tendré que ponerles alarmas fuera de sus recamaras - murmuro mi marido levantándose - o terminarán destruyendo por completo la casa.

- Yo voy - repuse besando su barbilla - mientras tú cámbiate.

- Muy bien - aceptó con una débil sonrisa.

Salí de nuestra recamara y seguí los murmullos de Matthew y Melanie, cuando llegue al salón, trataban de arreglar el jarrón que Sam me había enviado en mi cumpleaños, mis dos pequeños, bueno ni tan pequeños estaban por cumplir los 7 años, el 20 de septiembre (que quede claro que no fue porque la escritora cumpla el mismo día) Mat tenía el cabello negro y rizado y Mel rubio y al igual rizado, y ambos eran sumamente parecidos a Cedric, mi suegro decía que eran unos dignos Diggory, aunque mi padre decía que Matthew era igual a él a su edad, pero lo único que tenía Mat de nosotros era el color del cabello y sus ojos eran más grisáceos que los de Kat y los de Mel eran del mismo verde que el de su padre.

- ¿Qué paso? - pregunte severamente.

- Bueno es que estábamos jugando y la pelota paso muy cerca del jarrón - susurro Mat con una sonrisa inocente digna de un Black.

- Y se cayó - terminó mi hija como si nada, el descaro del abuelo lo había heredado.

- ¿Cuántas veces tengo que decirles que no jueguen con pelotas dentro de la casa? - les reproche, reparando el jarrón con la varita.

- Tal vez una vez más mami - esa voz tierna de Matthew me mataba - pero prometemos que no lo volveremos a hacer no es así Mel - mi pequeña asintió levemente.

- Mentirosos - susurre con una media sonrisa que ellos no vieron - mejor suban y cámbiense que tenemos que ir a dejar a Kat al tren.

Los dos subieron corriendo las escaleras para poder cambiarse y yo entre a la cocina a preparar el desayuno, pero vi que Kracher ya lo hacía (este elfo ha durado más que Dumbledore^^)

- Buenos días Kracher - salude sirviéndome un poco de agua.

- Buenos días Ama - repuso con una leve inclinación.

- ¿Eso es para Kat? - pregunte al ver los waffles y el vaso de leche en una bandeja, Kracher asintió - no creo que coma demasiado, así que mejor solo llévale un poco de jugo y a Mel dale esto - señale los waffles y la leche.

 

- Mamá - se escucho el gritó de Mat.

- ¿Qué pasa cariño? - pregunte saliendo de la cocina.

- Melanie no quiere darme mi robot - se quejo.

- Mel dale el robot a tu hermano o Kracher no te prepara tus waffles - sabía que eran sus favoritos igual que su padre y su hermana.

- Ten - escuche que decía - mami ya se lo di.

- Muy bien - subí las escaleras para poder cambiarme y ver que esos niños no hicieran un desastre.

Camine hacia mi recamara donde mi marido se estaba colocando la camisa, busque unos pantalones de mezclilla y una blusa, entre al baño a darme una ducha, mientras Ced vigilaba a esos dos pequeños diablillos que teníamos por hijos. Cuando termine de vestirme baje al comedor donde mis dos pequeños y mi marido ya comían.

- ¿Y Kat? - pregunte al no verla sentada.

- Busca la pulsera que le dio James - contesto Mel tranquilamente.

- MELANIE - se escucho el grito de mi hija mayor - ¿Dónde metiste mi pulsera?

- ¿Yo? - en verdad que esto que tuviera el descaro de mi padre no era muy bueno.

- Mamá - se quejo, parecía sumamente nerviosa - esa pulsera lleva conmigo más de la edad que tiene Melanie.

- Melanie - llamo severamente mi marido - regrésale la pulsera a tu hermana.

- Ya llorona - le espeto Mel, pero le mande una mirada de advertencia - está debajo de tu almohada - esto de que fuera distraída era de su padre.

- Tarada - susurro Kat.

- Tonta - contesto Mel.

- Por favor - dije irritada - basta de discutir, Kat sube por tu pulsera y baúl.

Ninguna contesto, solo Kat subió y Mel siguió con su desayuno, mientras Mat solo sonreía y tomaba gustoso su malteada de fresa, él había sacado mis gustos. Katherine y Melanie por lo regular se la pasaban peleando y Matthew solo disfrutaba las discusiones de sus hermanas. Antes de que me sentara a desayunar llamaron a la puerta, camine hacia la puerta a ver de quien se trataba y frente a mí estaban mis padres.

- ¿Y mis nietos? - pregunto mi padre sin ni siquiera saludarme.

- Hola papá - salude con una media sonrisa - a mí también me da gusto verte.

- Hola muñeca - y beso mi mejilla y después entro a la casa buscando a sus nietos.

- Sabes que ahora solo son sus nietos - comento mi madre con una débil sonrisa.

- ¿No quieren desayunar? - pregunte cuando mis dos hijos se le fueron encima a mi padre.

- Ya desayunamos, gracias - contesto mamá que era abrazada por Mel - hola cariño.

- Hola abu - saludo mi hija con una media sonrisa.

- ABUELOS - gritó Kat que bajo corriendo las escaleras.

- Pero mira si aquí está nuestra hermosa bruja mayor - repuso mi padre besándole el cabello.

Observe junto con Ced como se peleaban por la atención de sus abuelos, después de cómo veinte minutos anuncie que debíamos ir a King´s Cross y bueno mi padre dijo que tenía que ir a despedir su primera nieta que iba a Hogwarts, ya que Lizzie estudiaba en Astrom.

Después de un viaje en el que Kat le pedía no sé cuantas cosas a mi padre y a mi marido, por fin llegamos a la estación, cuando llegamos el primero en llegar a nosotros fue James.

- Hola - nos saludo con una media sonrisa - Kat debes ver mi varita.

- Ya la vio más de cien veces - susurro mi marido y puso su mejor cara de irritación.

- Acostúmbrate - le susurre dándole un pequeño codazo y caminando hacia Harry y Ginny.

 

Los cuales estaban con Al que era un poco más alto que Mat, cabello negro azabache como su padre, de hecho eran muy similares, hasta los mismos ojos verdes, también estaba Lily, la pequeña pelirroja que era igual que Ginny y también estaba Billy y Fleur con Victorie que este año entraba a su quinto curso, era rubia como su madre, pero había heredado unas cuantas pecas de los Weasley además de los ojos azules y también estaba mi padrino y Vane que llevaban al pequeño Teddy, mejor dicho al enorme Teddy que iba ya por su último año a Hogwarts. Mis dos hijos más pequeños, en cuanto vieron a Al y a Lily corrieron hacia ellos.

- Qué rápido pasa el tiempo ¿no creen? - comento Ginny que veía a nuestros hijos mostrarse sus varitas - parece que fue ayer cuando se subían a los árboles.

- Cariño - llamo Harry - fue ayer.

Todos comenzamos a reír por aquello, mi padre y Remus se peleaban como si fueran chiquillos y Fleur y mi madre hablaban sobre recetas y Harry, Billy y Ced hablaban de la nueva temporada de quidditch, mientras Ginny y yo vigilábamos a los seis niños.

- Mamá - llamo Kat - ¿en cuál casa te sentirás orgullosa de mí?

- Debes quedar en Gryffindor - respondió mi padre - de ahí salieron tus abuelos y tu madre.

- Cariño - susurre besando su frente en cualquier casa que te quedes estaré orgullosa de que te hayas quedado, aunque supongo que querrás quedarte en la de James - eso se lo susurre y ella se sonrojo de inmediato.

- Kat no importa en que casa te quedes, aunque si puedes Hufflepuff será una buena elección - repuso mi marido despeinado a mi hija - pero no te sientas presionada.

- No es cierto cariño, en la que quedes estarás perfecta - dije después de mandarle una mirada asesina a mi marido - ahora sube al tren, te escribiré a diario.

- Te quiero - se abrazo a mí y yo bese su cabello.

- Y yo te adoro cielo.

- Nos vemos papá - se despidió de Ced corriendo a abrazarlo a él.

- Nos vemos princesa - susurro besando su frente.

[Cuatro Años después]

- Mamá - llamo Mel - Katherine no me deja usar el baño.

- Pues usa el otro - conteste arreglando la habitación de Mat.

- Pero en el otro está Mat - repuso - y Kat lleva horas ahí.

Salí de la recamara y camine hacia el baño y detrás de mi venía Mel.

- Katherine Grace Diggory, sal del baño en este momento - le ordene, a lo que recibí un gruñido y el rostro de mi hija de irritación - James te vera hermosa como siempre, pero Mel tiene que usar el baño también.

Sin contestar nada camino hacia su habitación, hacia un año que mantenía una relación con James, cosa que a mi marido le costó entender, pero después de una cena hecha por mi madre lo acepto al igual que mi padre.

- Amor - camine a la habitación del fondo de donde había provenido la voz de mi marido, se suponía que debía ser una habitación para invitados - no sé que quiera - y me entrego al más pequeño de la familia.

- ¿Qué pasa cariño? - le pregunte con ternura a mi pequeño de año y medio (así o más grande la familia) y por fin los genes Black ganaron, ya que su cabello era negro y quebrado y sus ojos eran grises y tenía más rasgos de Owen que en sí de mi padre y de mí, pero al menos había heredado mis ojos.

- Tienes unos brazos que tranquilizan a cualquiera - comento besando mi cabello.

 

- Se hace lo que se puede - conteste besando la cabeza de mi hijo.

- Mamá - era la voz de Matthew.

- ¿Puedes ir? - le pedí.

- Claro preciosa - y después de eso salió de la habitación de Mel.

Tuvimos que hacer un cambio cuando supimos que de nuevo estaba embarazada, pero ahora sí no volvería a embarazarme, y cuando estuve en trabajo de parto recordé lo que una mujer me había dicho cuando Kat había nacido y la maldije por tener razón, yo pensé que con solo Katherine estaría bien, bueno el dolor me hizo pensarlo, pero después llegaron los mellizos y los dos habíamos llegado al acuerdo de que solo tres hijos, pero unas malas cuentas y el no tomar la poción te llevan a tener a otro hijo.

Patrick Sirius Diggory había nacido el 13 de Mayo, pero creo que ese día a Cedric le quedo claro que no íbamos a tener más hijos cuando el dolor fue transferido a él, gracias a mi pequeño Pat, era algo que muy pocas veces ocurre o casi nunca pasa, pero el bebé al saber que su madre sufre, le manda el dolor a la persona más cercana y él había sido el que me había tomado la mano.

Y después de eso fue con un sanador, el cual le dio una poción que haría que sus "amiguitos" como él le llamaba no sirvieran, además de que lo acompañe a un hospital muggle donde según Ginny hacían un excelente trabajo, para que ya no quedaras embarazada y bueno mi marido se sometió a una operación que se llama vaselotomíana o algo así (Vasectomía) al igual que lo hizo Harry.

Pero cambiando de tema, hoy era el día que mis dos pequeños se iban a Hogwarts, después de que Harry, junto con Cedric hablaran con McGonagall (esperemos que siga viva ^^) y pidieran una excepción como lo habían hecho conmigo de que entraran a Hogwarts aunque no cumplieran los 11 antes del 31 de agosto.

Y después de una semana aceptó, así que irían a Hogwarts al igual que Lily, Hugo y Alice, que eran respectivamente hija de Harry y Ginny, hijo de Ron y Hermione e hija de Luna y Neville.

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POV Cedric

Después de un largo viaje llegamos a la estación, Melanie y Matthew estaban sumamente nerviosos, ya que sería su primera vez en Hogwarts y me recordaban tanto a mí, ninguno de los dos dejaba de preguntar cómo era, como eran los profesores, de hecho se habían puesto a imaginar cual sería su materia favorita y los dos estuvieron de acuerdo en que sería la clase de Encantamientos al igual que había sido la mía y la de Rach en nuestros momentos de Escuela.

Kat en cambio estaba fastidiada de tantas preguntas por sus hermanos, así que camino delante de nosotros, de hecho casi corrió para no seguir escuchando las preguntas de mis otros dos hijos, cuando pasamos la barrera y llegamos al tren, tanto Mel como Mat se quedaron sorprendidos, no era la primera vez que lo veían, pero si sería la primera vez que subirían a él.

Caminamos hacia Harry, Ginny, Hermione, Ron, Neville y Luna, en cuanto llegamos Pat paso a manos de Ginny que adoraba a su ahijado, si no he dicho Patrick era ahijado de Harry y Ginny, Katherine era ahijada de Owen y Samantha, Matthew de Ron y Hermione y Melanie de Luna y Neville.

- ¿Qué le das de comer? - pregunto Ron observando a nuestro hijo - ha crecido como diez centímetros en los dos meses que no lo he visto.

 

- No exageres - comento mi esposa - además fue hace dos noches que fuiste a cenar.

- ¿Tan poco? - repuso sorprendido.

- Fuimos los cuatro - le recordó Ginny que hacia muecas graciosas y hacía reír a mi pequeño - que te terminaste con todo el pastel de chocolate.

- ¿En qué casa creen quedarse? - pregunto Al observando a los cuatro chicos.

- Mi abuelito dijo que sería una digna Gryffindor - susurro mi hija - pero me gustaría quedar en Hufflepuff como papá.

- Yo usaré los colores azul y amarillo, además de que me quedan perfectos - eran un digno Black, aunque fuera igual a mí a su edad, excepto en los ojos y en el cabello.

- Gryffindor por supuesto - contesto Hugo.

- Si no te desheredo - repuso Ron.

- ¡Ron! - se quejo Hermione y le dio un codazo.

- ¿Lily? - pregunto Mat sin importar la intromisión de los adultos.

- Gryffindor como mis padres - contesto con una enorme sonrisa - ¿y tu Alice?

- Supongo que en Ravenclaw aunque si estoy en Gryffindor también estará bien - contesto con una media sonrisa.

- ¿Y si quedan en Slytherin? - pregunto James que por fin aparecía y mi hija venía a su lado.

- Seremos los mejores Slytherin - contestaron Melanie y Matthew al unísono.

- Pero no quedaremos - repuso de inmediato Hugo - si quedo mi padre es capaz de matarme - susurro.

- Antes de que te mate tiene que pasar sobre tu madre - comento Ginny tranquilamente - y si eso no te sirve, tendrá que pasar sobre mí y sobre tú tío Harry.

- Y sobre nosotros - completo Rach.

Eso pareció animarle, aunque ninguno deseaba quedar en Slytherin, esperaba que en donde quedaran mis hijos no fueran hacer muchas travesuras, porque habían heredado el carácter merodeador de mi suegro.

- Suban al tren - dije al ver que faltaban cinco minutos para las 12.

- Los voy a extrañar - repuso Mel que se abrazo a mí.

- ¿Nos van a escribir? - pregunto Mat que se abrazo a su madre.

- Claro cielo - susurro Rach, ahora abrazando a Mel - las veces que quieran.

- Yo quiero una diaria - comento Mel con una débil sonrisa.

- Yo una cada tercer día - repuso Mat - no quiero verme como un bebé.

- Claro - conteste y lo despeine un poco.

- ¿Se van sin despedirse? - pregunto una voz a nuestra espalda.

- Abuelo - dijeron al unísono antes de lanzarse a abrazarlo.

- Espero que disfruten mucho Hogwarts - comento Sirius abrazando a sus dos nietos - y espero que me sienta orgulloso de ustedes.

- Sirius no les des malos consejos - replico Gabrielle besando la frente de mis hijos - por favor no se metan en problemas y no salgan de su sala común.

- Pamplinas - se quejo mi suegro y les susurro algo que nadie escucho - bueno ahora suban y espero que queden en Gryffindor o Hufflepuff.

Después de eso mis dos hijos subieron con una media sonrisa y nosotros nos quedamos observando como el tren comenzaba a irse, entendía que debían irse, pero eso no evitaba que doliera no verlos romper las lámparas, los floreros y los jarrones.

- Son etapas de la vida - repuso Sirius que se despedía con la mano de Mel y Mat - ellos ya comienzan una nueva etapa, en la cual se vuelven independientes y ya no nos necesitan tanto, en cambio Patrick está en la etapa que más necesita de ustedes.

 

- Pero Katherine está cada vez más cerca de la etapa en que ya no nos necesitara - susurre pasivamente.

- Y en la que necesitara a James - comento con una media sonrisa - sé lo que se siente, pero si ella encuentra al hombre correcto como Rach lo hizo, no lo podrás odiar, de hecho te caerá muy bien, ya que hará feliz a tu muñeca.

- Usted solo tuvo una hija - replique observando el reloj que Mel me había dado en mi cumpleaños - en cambio yo tendré que soportar a dos.

- Es por eso que será divertido verte tratar de alejar a los novios de mis nietas - se le formo una sonrisa ladina - la venganza es dulce.

Después de decir esto camino hacia su esposa y su hija, esperaba que yo lo aceptara tan bien como lo había hecho Sirius, ya que después de todo eran cosas de la vida, ver crecer a los hijos, era algo que se disfrutaba, pero que también dolía, pero todo era parte de la vida.

- Lo afrontaremos juntos - susurro Rach y tomo mi mano - además aun nos falta traer a Pat para que vaya a Hogwarts.

- Y lo haremos juntos - bese su cabello y acaricie el cabello de mi pequeño hijo.

Nos faltaban diez años para llevar a Patrick a esa estación y verlo marchar como lo habían hecho sus hermanos, mi vida había empezado en esa estación cuando la vi subir al tren y ahora estaba a mi lado sosteniendo mi mano y a nuestro hijo, siempre dicen que hay finales felices, pero nuestro final aun no se veía.

NOTAS:

Cedric trabaja en la sección de Deportes Mágicos del Ministerio junto con Ron. Harry como todos saben era auror, Ginny hacia una columna en el Profeta que hablaba de quidditch. Rach era sanadora y Hermione se dedicaba a hacer leyes a favor de las criaturas mágicas.

James quedo en Gryffindor al igual que Katherine.

Rose quedo en Ravenclaw y Albus quedo en Gryffindor

Matthew quedo en Hufflepuff como Cedric, Melanie, Lily y Hugo quedaron en Gryffindor y Alice quedo en Ravenclaw. Pero a pesar de que los mellizos quedaron separados, encontraban la forma de meterse en problemas.

Samantha y Owen además de Lizzie que les lleva siete años a los pequeños mellizos tuvo un hermano que llevo el nombre de Christian.

Cuando James salió de Hogwarts le entrego el mapa a Matthew, ya que él tenía más talento merodeador que su hermano, además de que tenía que caerle bien al cuñado.

Patrick entro a Ravenclaw y saco el porte del abuelo y en ese tiempo fue un Casanova, al igual que lo fue su hermano en su tiempo.

James y Katherine terminaron como pareja muy a pesar de Cedric, se casaron cuando Katherine termino su carrera de Aurora, ya que James se dedico al quidditch como su madre y después trabajo en el Ministerio en la sección de Deportes mágicos.

Matthew se casó a la edad de 19 años con Lily y eso lo disfruto de lo lindo Cedric al ver rabiar a Harry.

Mel se dedico a jugar quidditch profesionalmente y después se caso con Hugo (se dan cuenta que todo quedo en familia??? Ó.ò)

Patrick al igual que su madre se dedico a Sanador y se caso con Emily que resulto ser hija de Cho y que además era dos años más grande que él.

Albus se caso con Alice en cuanto ella termino Hogwarts.

Rose a pesar de que a su padre le dio un ataque y estuvo en San Mungo durante una semana por la noticia se caso con Scorpius Malfoy.

Harry y Ginny tuvieron 7 nietos (2 James-Kat, 2 de Al-Alice y 3 de Lily-Mat)

Hermione y Ron tuvieron 5 nietos, (3 de Hugo-Mel y 2 de Rose - Scorpius)

Cedric y Rach tuvieron 12 nietos (2 de Kat-James, 3 de Mel-Hugo, 3 de Mat-Lily y 4 de Pat-Emily)

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espero ke les haya gustado el fic y muchas GRACIAS x seguirme en esta locura, en vdd se siente bien poder terminar otro fic, pero eso fue gracias a ustedes ke lo siguieron.

Si kieren se pueden pasar a mis demás fics que son:

"Odioso Black" de por supuesto Sirius Black

"¿Por que ser una Black es tan dificil?" tmb de Sirius, aunke es más de su hija ^^

"Amor Verdadero" aunque supongo ke ya la leyeron n.nU

"Un pequeño nos Une" Terminada

de Crepusculo tengo:

"Luna Llena" terminada

"Un ángel" que se podría decir que es una precuela de Luna Llena

"Un Nuevo Amanecer" que es post Luna Llena

De nuevo GRACIAS y principalmente a:

_grace_lovegood_

Gabriela Black

Brisa

Nadie como tú - Potterfics, tu versión de la historia

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Acaban de cumplir 3 meses de matrimonio, todo le parecía un sueño, vivía en una casa hermosa que Sirius había mandado a decorar según sus gustos, tenía u

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2024-10-12

 

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