Venta de Minerales
¿Cómo olvidarlo?
¿Cómo olvidar sus curvas perfectas?
¿Cómo olvidar sus rectas interminables?
No, eso ya no me va a ser posible. Tampoco tengo por qué arrepentirme; Hermione ya no es ninguna niña, y yo no la obligué a nada. Es más, fue ella quien comenzó... ¿quién lo diría? Está tan diferente a como la conocí; es más mujer. Una mujer de los pies a la cabeza.¡Y qué mujer! Y pensar que todo empezó aquí, en este sillón...
...
-Sirius...- Hermione acababa de entrar en la biblioteca. Yo estaba frente a la chimenea, sintiendo el ardor de las llamas y contemplando su baile. Miré a Hermione, que ya se había aproximado a mi:- Sirius, acaba de llegar un patronus a la cocina.- Levanté la vista hacia ella, alarmado:- No me mires así, Sirius. Todo ha salido bien. El patronus era el terrier de Ron. Estaba conjurado y decía que no nos preocuparamos más, que todo ha salido estupendamente. Y Harry está perfectamente.- Me sonrió.
Yo volví a mirar al fuego, solté una carcajada de felicidad, y dejé caer mi cabeza, haciendo que mi barbilla tocara el pecho.
Noté que Hermione se puso frente a mi, porque dejé de sentir el calor del fuego, y permaneció así hasta que cogió mi cabeza, la puso en su pecho y me abrazó:
-No te preocupes más- al estar sentado en el sillón, solo alcanzaba a su cintura, así que la rodeé con mis brazos a esa altura:- Él está bien.- Volvió a coger mi cabeza entre sus dulces y tiernas manos y me dio un beso en la frente:- Ya pasó todo.- Me miró y me sonrió.
Estuvimos mirándonos algunos segundos, hasta que Hermione cambió la expresión de su mirada. Parecía sorprendida. Yo también cambié mi mirada: se tornó a una expresión de duda. Entonces Hermione comenzó a mirar alternativamente a mis labios y a mis ojos. Así que se debía a eso el cambio de su expresión, ¿eh?, pensé.
Hermione se había quedado mirando mi boca, definitivamente. Se mordió el labio inferior, y se acercó a mis labios lentamente.
Fue un ligero roce al principio, pero viendo que yo no me negaba, continuó con el beso. Esta vez fue un poco más profundo: ella jugaba con mi labio superior y yo me hice dueño de su labio inferior. Pasamos así un par de minutos, hasta que le pedí permiso para conocer su lengua; Hermione me lo concedió. Nuestras lenguas parecía que estaban luchando, ¡con qué deseo me besaba Hermione! Y yo tampoco me quedaba atrás... Bajé mis manos hasta sus caderas, y la atraje hacia mi, haciendo que quedara sentada sobre mi. Al notar, sentada sobre mi, lo mucho que la estaba deseando, se volvió loca y comenzó a besarme el cuello, revolvía mi pelo con sus manos nerviosas... Se separó de mi y comenzó a quitarme la chaqueta, luego la camiseta, para seguir besando mi pecho, mis hombros y mi cuello. Parecía que no quería dejar un solo milímetro de mi piel sin probar. Para entonces, yo ya me había levantado del sillón con las piernas de Hermione ancladas en mi cintura, y la había tumbado en una alfombra que había frente a la chimenea. Las llamas hacían que Hermione luciera tremendamente hermosa. Yo estaba sobre ella, y le quité la camiseta que llevaba, luego comencé a besarla por cada centímetro de piel libre que encontraba. Como el sujetador empezaba a ser molesto ya, también se lo quité, y comencé a besarle la parte que esa prenda cubría, haciendo que Hermione arqueara la espalda y empezara a jadear.
Comenzó a besarme en los labios de nuevo, pero con mucho más deseo que antes, mientras que sus manos iban directas al cinturón de mis pantalones. Empezó a desabrocharlo, mientras yo seguía besando su cuerpo. Me quitó el conturón, los pantalones, y los calzoncillos. Y allí estaba yo, sin poder ocultar lo mucho que deseaba a esa mujer que tenía debajo de mi. Entonces ella comenzó a apoderarse de mi... fuente del deseo. Yo, sin poder aguantar más, le quité sus pantalones y las bragas, e introduje un dedo dentro de ella. Empezó a gemir, a gemir y a gemir.
Volví a su boca, habiendo pasado antes por su vientre y por su cuello.
Y, de una sola vez, me introduje completamente en ella, fuimos uno.
Hermione se volvió loca de placer otra vez, aferrándose con sus brazos a mi espalda y jadeando cada vez más. Yo quería que me transmitiera su placer a través de sus ojos y de su voz; le cogí las manos, las entrelacé con las mías, y las puse a ambos lados de su cabeza. Eso pareció fascinarle, porque arqueó más la espalda, cerró los ojos y gimió fuerte.
Yo sonreí satisfecho, y seguí moviendome sobre ella, cada vez que apretaba mis manos, yo intensificabba el movimiento, haciendo que ambos disfrutaramos más...
Fue cuando, con un último movimiento mío, y un último "¡SIRIUS!" entre gemidos de Hermione, los dos tocamos, a la vez, el cielo con nuestras propias manos...
...
¿Cómo voy a olvidarlo? No, eso es imposible. Fue simplemente maravilloso... Nunca podré olvidar el sabor a miel de sus labios, ni tampoco el dorada de su piel a la luz del fuego. Menos podré olvidar lo bien que lo pasamos los dos...
-Sirius...- Hermione acababa de entrar en la biblioteca...
No puedo olvidar su cuerpo desnudo - Fanfics de Harry Potter
¿Cómo olvidarlo? ¿Cómo olvidar sus curvas perfectas?¿Cómo olvidar sus rectas interminables?No, eso ya no me va a ser posible. Tampoco tengo por qué arre
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2024-11-24
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